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humanizarlo. Cuando fue director del hospital psiquiátrico de Trieste
(1971-79) completó el objetivo cerrándolo. Fue el verdadero padre de la
psiquiatría sin manicomios.
En su libro “La condena de ser pobre y loco”, Basaglia reúne las
catorce conferencias que dio en Brasil entre junio y noviembre de 1979.
El movimiento que él fundo llamado Psiquiatría democrática tiende a la
abolición de la institucionalización psiquiátrica, limitando sus objetivos a
las externación del paciente y al cierre de los manicomios. La institución
debía respetar reglas absolutas, ajenas a su contexto comunitario para
defenderse , totalizando los pacientes en su enfermedad (y los
profesionales en su papel de guardianes), olvidando nombres, historias de
vida, deseos, capacidades residuales, derechos.
En Trieste, Basaglia y su grupo de trabajo estaban convencidos de
polemizar con estas teorías y reglas institucionales para modificar el
trabajo práctico. Para un cambio precisaron modificar teorías y prácticas,
siempre enlazadas. Humanizado, el hospital psiquiátrico tampoco podía
responder a las necesidades de tratamiento y de vida de los ciudadanos de
los años 70, ciudadanos y no sólo locos, y tenía que cerrarlo. Entonces,
Basaglia inventó la desinstitucionalización, fundamento de Trieste: que es
reformar desde lo interior, trabajando dentro de las instituciones para
modificarlas o anularlas, defendiendo así los derechos de los ciudadanos.
Precisó de un trabajo interno y no sólo una reforma hecha desde lejos,
porque el contacto día a día crea conciencia de las injusticias
institucionales para no repetirlas en las nuevas estructuras. La estrategia
de la desinstitucionalización prevee varios niveles:
1.cultural-cientifico;
2.organizativo;
3.relaciones humanas.
Esta es la verdadera especificidad técnica en salud mental, no tanto las
diferentes psicoterapias.
En la Argentina, en el año 1991, la provincia de Río Negro fue pionera
cuando se logró sancionar la ley 2440, más conocida como la “Ley de
Desmanicomialización”, dejando atrás el viejo modelo que consideraba a
las personas con padecimiento mental como “peligrosos” para la sociedad
y los condenaba al encierro y al aislamiento. Y es la única en el país que
pudo concretar el proceso de desmanicomialización: la transición de un
modelo basado en el encierro en hospitales psiquiátricos, a un modelo en
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el que se crean diversos dispositivos para lograr que las personas puedan
eventualmente reinsertarse en la sociedad.
Río Negro tiene 33 municipios, de los cuales 31 cuentan con equipos
interdisciplinarios de salud mental. Hace 30 años que se cerró el último
psiquiátrico que funcionaba en la provincia y que no se practica
electroshock sobre personas con padecimiento mental.
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"nuevos neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes,
públicos o privados", y fija que los existentes deben adaptarse hasta la
sustitución definitiva por los dispositivos alternativos (casas de medio
camino, centros de capacitación sociolaboral, viviendas comunitarias,
guardias interdisciplinarias, camas de internación en hospitales generales,
atención domiciliaria).
En el artículo 28, se enfatiza en que las internaciones de salud mental
deben realizarse en hospitales generales. A tal efecto los hospitales de la
red pública deben contar con los recursos necesarios. El rechazo de la
atención de pacientes, ya sea ambulatoria o en internación, por el solo
hecho de tratarse de problemática de salud mental, será considerado acto
discriminatorio.
Debe tenerse presente que este proceso, conocido como
“desmanicomialización”, acompaña la estrategia de atención primaria de
la salud y la descentralización de los servicios de salud y propicia la
atención de la salud mental en los centros de atención comunitaria y los
hospitales generales, recursos mucho más accesibles a las personas y sus
familias. Con ello, a su vez, fomenta la inclusión comunitaria y la garantía
de los derechos fundamentales de las personas.