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TEÓRICO 2

- Texto: “La psicopatología, de la psiquiatría al psicoanálisis” – Godoy, C.

- Psiquiatría clásica y psiquiatría contemporánea

La psiquiatría clásica:

Bercherie distingue dos modos de clínica, la clínica sincrónica y la clínica diacrónica.

Lantéri-Laura, psiquiatra e historiador de la psiquiatría: utiliza el concepto de “paradigma”: Modelos


con los que se sostiene un cierto saber. Es la ciencia normal que fundamenta una práctica y que
permite, en una determinada época, resolver una serie de problemas de esa práctica de cuando la
ciencia entra en crisis.

Cuando empiezan a surgir una serie de cuestiones que no pueden ser resueltas con el modo en que
se concebían las cosas, se generan crisis. Las respuestas son insuficientes. Las crisis producen
momentos de rupturas. Se derrumba un modo de pensar las cosas, los modelos se ponen en
cuestión. Llevan al surgimiento de un nuevo paradigma.

Lantéri-Laura distingue paradigmas que atraviesan una época y crisis que lo separan.

Distingue tres paradigmas: Los primeros dos coinciden con los de Bercherie (clínica sincrónica,
clínica diacrónica).

· La alienación mental: Coincide con la clínica sincrónica de Bercherie. Implica el momento


en que la locura como un tema social, pasa a ser tema de la medicina. La locura se transforma
en LA alienación mental, pasa a considerarse por primera vez una enfermedad. Surge la
psiquiatría.

El problema es que pasa a considerarse como UNA sola enfermedad que podía adoptar distintas
formas. Por lo tanto, solo tenía un tratamiento. El alienado era alguien que había perdido la razón.
Utilizaban el tratamiento moral, con el cual trataban de extraer al enfermo de las pasiones que le
hacían perder su razón y sumergirlo en un universo racional y controlado (el hospital).

Pero se empieza a tornar insuficiente. Hay una diferencia entre el pasaje de un paradigma a otro,
según Bercherie y según Lantéri-Laura. Bercherie pone el acento en el impacto que tuvo el
descubrimiento de Bale sobre la parálisis cerebral progresiva. En cambio, Lantéri-Laura pone el
acento en la insuficiencia que empieza a manifestarse en concebir a la alienación como una unidad
porque empiezan a toparse con respuestas más disímiles entre los pacientes. Se dan cuenta que no
es todo lo mismo.

· Las enfermedades mentales: Implica la pluralización del campo. Coincide con la clínica
diacrónica de Bercherie. Es importante no sólo atenerse a las características del síntoma en el
momento en que se empieza a tratar al paciente, sino también a cómo empezaron, qué formas
adoptaron hasta alcanzar la actual. Pero especialmente hacia dónde van esos síntomas, el tipo
de recorrido que van a presentar.

Empiezan a darse cuenta que los síntomas no permanecen siempre igual, y que los cambios no son
aleatorios, siguen una trayectoria pasibles de definir.

Empirismo estricto: privilegian la observación. No teorizan, son puras descripciones. Es un


minimalismo conceptual para establecer orden y clasificaciones.
Kraepelin, exponente de la escuela alemana, hace distinciones fundamentales: distingue, dentro de
toda una serie de delirios, la paranoia de la demencia precoz (esquizofrenia). Él ahí descubre dos
recorridos muy distintos. Tienen una trayectoria y una evolución distinta.

Serieux y Capgras descubren que “hay locuras razonantes”, con lo que quiere decir que determinar
qué es un delirio y qué no lo es, no es tan fácil.

Esto deviene en una gnoseología de síntomas que componen una enfermedad, con su determinada
evolución. Buscaban construir una clínica psiquiátrica, con un modelo médico.

El problema con el que se encuentran estos psiquiatras es que no solo hay que poder describir los
síntomas y su evolución, sino también poder describir su causa. Falta la etiología de la psiquiatría.

Esto entra en crisis por dos razones: Por un lado, la falta de localización de una causa. No podían
localizarlo porque buscaban justamente la localización física, por ejemplo, en una lesión cerebral.
Ese vacío al nivel de la causa hacen que las enfermedades psiquiátricas en realidad no son
enfermedades, no pasan el aspecto de ser síndromes (colección de síntomas sin causa establecida).

Por otro lado, el no poder pasar de este nivel de “síndrome” y no constituir realmente una
enfermedad, hizo que las clasificaciones que producían fueran inestables y entrarán en discusión.

En el pasaje del segundo paradigma al tercero, cuando sobreviene esta crisis, la psicopatología
había empezado a desarrollarse, no en el área de la psiquiatria.

Freud empieza a hacer psicopatología, el PSA en sus primeros esbozos ya es un intento de


responder desde otro lugar que la mera observación y descripción, sino pensar en otros procesos y
mec que pueden llevar a la formación de síntomas.

La psiquiatra, q se encontraba pobre respecto de la causa, empieza a importar en su campo


conceptos provenientes de otras disciplinas. Empiezan a tratar de construir hipótesis sobre mec
psíquico tomando otros conceptos. Así empiezan a formar otros grupos, otras distinciones. Es lo que
llamará Lantéri-Laura el tercer paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas.

· Las grandes estructuras psicopatológicas: en lugar de estructuras, podríamos llamarlos


grandes agrupaciones psicopatológicas. Había que volver a ordenar la pluralidad del segundo
paradigma.

Bleuler toma conceptos de Freud y lo lleva a sus teorías de la esquizofrenia, aunque amputándolos
un poco. Son conceptos de Freud deformados para meterlos dentro de la psiquiatría. Y llenar el
agujero de más causa con algunas hipótesis.

Anriey inventa el modelo órgano dinámico: Querer juntar la psiquiatría organicista con las hipótesis
psicopatológicas del psicoanálisis y de la filosofía. Lacan lo critica diciéndole que habla de órgano
dinamismo (por dinamismo se entendía darle un lugar a los conflictos psicológicos, a la parte
psíquica). Lacan le critica que lo que hace sigue siendo la psiquiatría organicista, que simplemente la
estaba “adornando”.

La psicopatología entendida desde este eclecticismo de la filosofía empieza a caerse y mueren los
últimos vestigios de la psiquiatría clásica. Ahí viene la psiquiatría contemporánea.

Psiquiatría contemporánea: Se basa en la idea de que no pueden definir enfermedades. Es un


modo de reconocer que eso no existe en la psiquiatría, lo que sí existe es un manual de diagnósticos
estadísticos: El DSM. Es un manual que se propone a-teórico: Se guían por las estadísticas y el
consenso entre los profesionales. No puede construir ninguna teoría válida sobre los trastornos que
describe. Desaparece la teoría del síntoma, se diluye la noción de enfermedad y se impone la noción
de trastorno. Pero qué es un trastorno también cambia en cada edición, y depende de acuerdos que
son variables.

En la práctica, la psicología contemporánea se basa en otra clínica. Porque el campo clínico se


constituye en torno a qué objeto yo pongo en juego. La clínica contemporánea gira y gravita en torno
a un objeto que es el fármaco, por lo que se reduce cada vez más al uso de la medicación. Al campo
clínico solo le interesa cómo reacciona el sujeto al fármaco. Hay un empobrecimiento de la riqueza
clínica que había generado lo mejor de la psiquiatría clásica.

Lantéri-Laura se pregunta, después de la Crisis del tercer paradigma, si el DSM es un paradigma


como tal o es la consecuencia de una crisis que aún no tiene una salida en el campo de la
psiquiatría. Si es más bien el signo de un impasse.

Por eso tmb es posible entender por qué no nos interesa tanto la psicología contemporánea, porque
está orientado a medicar. En cualquier rama de la psicología se trabaja con palabras, no con
fármacos.

La psicopatología ha existido con orientaciones no muy eficaces.

En la psiquiatría de hoy, es al psicoanálisis, a través de Lacan, al que le tocó tomar el relevo de la


psiquiatría clásica.

Intervención del psicoanálisis, especialmente Lacan: Lacan es un psiquiatra que se forma en la


psiquiatría clásica. Rescata los aportes de Clerambault.

Freud era neurólogo y crea el psicoanálisis a partir de su encuentro con el sujeto histérico, desde la
clínica de la neurosis. Pero Lacan llega desde la psiquiatría, y se podría decir que re-inventa el
psicoanálisis desde la clínica de la psicosis.

Lacan produce una tesis de psiquiatría sobre la paranoia, introduciendo un


desvío/problematización al respecto. Presenta un solo caso, exhaustivo, y crea la entidad de
paranoia de autopunición. Pensar que se auto-castiga (cuando el paranoico ve un mal en el otro) es
pensar que tiene alguna culpa de su lado. El paranoico siempre pone el mal en el otro, no en sí
mismo. Comienza a deformar la gnoseología psiquiátrica.

Lacan está en el momento de bisagra entre la psiquiatría y el PSA.

Recorrido de Lacan: Kraepelin, Clerambault, Freud.

Importancia de Clerambault: Aunque era un psiquiatra del segundo paradigma, con una concepción
organicista y mecanicista, Lacan tomaba sus aportes como una metáfora. Le importaba cómo
abordaba el texto subjetivo: lo que el paciente dice y transmite. Cree que es lo más cerca que se
llegó al análisis estructural de los síntomas, de las psicosis. Aprende de Clerambault el gusto por el
detalle.

Años después, invitan a Lacan a un hospital psiquiátrico en 1970, a que señale los aportes del
psicoanálisis a la semiología psiquiátrica: Atención dada al discurso de la paciente. Algo en el modo
de escuchar al paciente sigue en la línea de lo que extrajo de Clerambault. Llegar a un análisis
estructural significa poder captar ciertos rasgos esenciales, la lectura, la mirada al abordar el texto
subjetivo.

Al preg sobre los aportes, da el ejemplo de la práctica de presentación de enfermos (denominado así
en el campo de la psiquiatría).
Lacan subvierte esa práctica donde el saber lo tiene el maestro/profesor y lo transforma en una
entrevista donde el paciente transmite un testimonio: el paciente subvierte su propia experiencia.
Lacan pasa a ser alguien que lo escucha, dialoga, tratando de ver los síntomas y como es el
fenómeno que el sujeto padece. Esto da la posibilidad de que aparezca algo nuevo, distinto, original
a los síntomas descritos por la medicina psiquiátrica. Que surja una particularidad de cada sujeto:
justamente una singularidad de ese paciente, lo que ese paciente no comparte con el resto de
pacientes del mismo tipo.

Ese es uno de los puntos que puede aportar el PSA a la semiología psiquiátrica.

La otra cuestión es que Lacan ahí señala que el gran problema de la psiquiatría es que concibe los
tipos clínicos pensados en un síntoma en el sentido médico. Querer pensar los síntomas como
síntomas médicos es el gran problema: Es decir, como una entidad mórbida. Lo mórbido es lo
enfermo, desde el método anato-patológico.

No es lo mismo el síntoma médico que los síntomas pensados a partir del psicoanálisis.

Lacan dice que Marx inventó el síntoma: Marx leyó, como motor de la historia, los conflictos sociales,
las luchas de clase, los choques en la lógica del poder y la economía en una sociedad que lleva a
ciertas situaciones que marcan crisis. También supo leer los puntos sintomáticos del capitalismo
naciente y prever que esas contradicciones/tensiones/luchas iban a llevar a su disolución. Es un Marx
que sabe leer los síntomas.

Lo que el PSA permite es una noción de síntoma que sale del modelo del médico, sale de la
patologización médica. Y nos lleva a otro terreno que es pensar un PATHOS DISTINTO: Ligado al
hecho de ser hablantes. Asi pareceria que todos estamos afectados por el lenguaje, en tanto
hablantes. Todos estamos sintomatizados por el efecto del lenguaje.

Tomar el síntoma como algo que nos está diciendo algo, no solamente el signo de un proceso
patológico de una enfermedad. Un síntoma nos señala “algo que no anda y se repite”. El síntoma no
es un observable sino que se puede captar en los dichos del sujeto. En cómo nos habla, cómo le
pasa y se repite e insiste en su vida.

El psicoanálisis va del tipo clínico, que es lo que se comparte con otros, a lo singular, que es propio
de cada uno y anida en los síntomas de cada sujeto.

Por último, no solo se captan los dichos del sujeto, sino que se captan dentro de un vínculo que se
establece con el paciente que Freud denominó TRANSFERENCIA. Uno forma parte del síntoma, no
es exterior a él.

Videos 2da semana

Delirio de interpretación. Delirio de reivindicación

La distinción entre ambos delirios es consecuencia de la interlocución entre escuela francesa y la


escuela alemana

Definición paranoia Kraepelin: se trata de un cuadro de desarrollo insidioso bajo la dependencia de


causas internas, de evolución continua de un sistema de ideas delirantes inquebrantable que se
instaura con una conservación completa de la claridad, y del orden del pensamiento, la voluntad y la
acción.

A partir de esta definición, Serieux y Capgras circunscriben y delimitan dos cuadros bien
diferenciados:
1-Delirio de interpretación: Organizan los síntomas en dos grupos:

A) Síntomas positivos: Concepciones delirantes e interpretaciones delirantes.

En las concepciones delirantes el interpretador no dice lo que piensa sino que se maneja con
sobreentendidos.

Las interpretaciones delirantes se realizan a partir de hechos reales, se distinguen en base a la


fuente de procedencia. Entonces hay interpretaciones exógenas, q son aquellas que tienen en cuenta
los sucesos del mundo exterior. El interpretador realiza un enorme esfuerzo por ubicar el sentido que
le está dirigido, x ejemplo en la lectura de los diarios o en determinada palabras que otro le dice, va a
buscar msj allí, y esto constituye el delirio de significación personal.

Las interpretaciones endógenas tienen como sustrato lo que ocurre en el cuerpo. Se trata de
procesos fisiológicos normales, algún dolor, etc (no se trata de alucinaciones sino de interpretaciones
que recaen sobre el propio cuerpo). El otro objeto sobre el cual se puede armar la interpretación
delirante son los propios recuerdos, la propia historia. Se producen falsos recuerdos y falsos
reconocimientos (no es un trastorno de la memoria, sino efecto de la interpretación delirante).

El campo de las interpretaciones es ilimitado: “una nada sirve para la interpretación”. A raíz de la enorme
cantidad de interpretaciones, la sistematización puede o no darse (≠ Kraeplin).

B) Síntomas negativos:

Lo que está conservado son las facultades mentales, la voluntad, el afecto, la memoria, no hay
confusión de ideas, no hay verbigeraciones, no hay estereotipias verbales, ni neologismos, no se
observan síntomas físicos (como el insomnio, cefalalgias, adelgazamiento).

Nota: cuando la psiquiatría clásica habla de síntomas negativos hace referencia a aquellas funciones
conservadas, no alteradas.

2) Delirio de reivindicación

Se trata de un delirio bien delimitado y circunscrito, diferente del delirio de interpretación. Lo definen
como una psicosis sistematizada caracterizada por dos signos prevalentes:

- Una idea obsesiva: es una idea pertinaz, insistente

- Exaltación maníaca

En este delirio el acento no está puesto sobre la sistematización de las ideas, sino sobre un elemento
que es el afecto.

El reivindicador no lucha contra esa idea obsesiva, sino todo lo contrario, trata de satisfacerla. Al
ubicar la exaltación lo que Serieux y Capgras enfatizan es la posibilidad del pasaje al acto.

Este delirio tiene cronicidad y su avance está marcado por remisiones y paroxismos. Las remisiones
son momentáneas, tienen que ver con la satisfacción o no que se pone en juego y que impulsa y
dirige la vida del reivindicador.

Esta distinción que hacen Sérieux y Capgras permite poner en cuestión, no solo la sistematización,
sino enfatizar el afecto que está en juego a partir de un hecho real situable en el tiempo.
En el delirio de reivindicación podemos ubicar con precisión el hecho real que impulsa y dirige la vida
del reivindicador. Distinción tomada por De Clérambault

Síntesis del concepto de paranoía, del segundo al tercer paradigma

1er paradigma: La alienación mental. Concibe a la locura como género único dentro del cual se
ubican clases que se pueden yuxtaponer y coincidir en un mismo sujeto porque no se tienen en
cuenta la dimensión temporal. Coincide con la clínica sincrónica.

2do paradigma: las enfermedades mentales. Supone que cada enfermedad tiene una etiología y
evolución diferentes. Además distinguen en cada una, síntomas esenciales, accesorios y negativos.
Coincide con la clínica diacrónica.

¿Cómo piensan los psiquiátricos a la paranoia dentro de este paradigma?

El principal exponente es Kreapelin y define a la paranoia como un desarrollo lento, progresivo,


insidioso de un sistema delirante inquebrantable, con la conservación del orden de los pensamientos,
de la voluntad y la acción.

En su definición de paranoia se encuentra un síntoma esencial (sistema delirante inquebrantable),


hay una descripción de la evolución (lenta, continua) y hay síntomas negativos (el orden de los
pensamientos, la voluntad y la acción), que es lo conservado en el paciente. La paranoia para él es
una sola, y dentro de ella ubica una especie de paranoia que él llama el delirio de querulancia
(propone que, a partir de un proceso judicial se tiene la convicción inquebrantable de un perjuicio
real, y a partir de éste se arma el sistema delirante).

Perspectiva francesa (se basan en Kraepelin):

1-Serieux y Capgras: separan a los interpretadores de los reivindicadores.

Reivindicadores: heredan lo que Kraepelin propuso como querulantes. Ellos en conjunto con los
celosos y erotómanos comparten dos síntomas esenciales: La idea fija y la exaltación maníaca
(elemento afectivo que mueve al paciente a llevar a cabo un montón de actos para satisfacer esta
idea).

Interpretadores: esta la concepción delirante (por ejemplo de grandeza o persecución) y hay


interpretaciones patológicas de acontecimientos reales que sostienen a esa concepción.

2-De Clerambault: Toma a los reivindicadores de SyC y propone la psicosis pasional, separada de
los interpretadores.

En la psicosis pasional, él encuentra que hay un postulado ideo afectivo que irrumpe con una fecha
precisa de comienzo. Su elemento primario es la pasión, dice que es un delirio con mecánica
pasional. El delirio es en sector, entre el sujeto y el objeto.

Por otro lado, están los interpretadores. Dice que el interpretador delira en red y delira con su
carácter.

3er paradigma: Las grandes estructuras psicopatológicas. Inaugurado por Freud, que se
diferencia por el uso de hipótesis psicopatológicas para dar cuenta de las estructuras clínicas.
Principalmente, neurosis y psicosis.

Paranoia según Freud: La predisposición a enfermar es la fijación a determinado estadío libidinal. En


la paranoia, la fijación es al estadío libidinal del narcisismo. Considera que si hay algo que frustra la
libido, hay un conflicto que produce la regresión libidinal hacia el punto de fijación del narcisismo el
paranoico va a reaccionar a esto defendiéndose y se va a armar un delirio de persecución.

El mecanismo formador del síntoma es la proyección.

En el caso de la esquizofrenia, el punto de fijación es al autoerotismo. Esta idea va a influir en


Bleuler, psiquiatra. Así mediante la psicopatología el psicoanálisis va influir en el campo de la
psiquiatría clásica.

Predisposición patológica

La predisposición patológica es el punto de fijación desde el cual se produce la predisposición a


enfermar según Freud. Constituye un antecedente de las estructuras en Lacan.

Textos: puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (caso Schreber), pg 55-57; y el


1er cap de introducción al narcisismo.

Freud se encuentra con la clínica de la psicosis, la casuística de la psicosis, a partir de su amistad


con Jung (quien tenía una clínica con psicóticos) .

El primer rasgo que observa Freud es como el psicótico retira su interés libidinal de las personas y
cosas del mundo exterior, y en ese retiro se produce lo que después llamará una pérdida de realidad
en la psicosis.

A partir de los casos de psicosis observados, y principalmente del libro de las memorias de Schreber,
Freud hace un análisis de cuál será el punto de fijación que determine que alguien puede ser
psicótico, diferenciándolo de los puntos de fijación de las neurosis.

El rasgo del retiro libidinal Freud lo estudia en detalle en las dos formas de psicosis que conocía
(encontrando dentro de cada cuadro otros dos rasgos):

1-Paranoia: prevalencia del delirio de grandeza y defensa contra un deseo homosexual. Freud
distingue en el delirio paranoico la presencia de un semejante igual a sí mismo, un doble narcisístico.
Presente bajo la forma de un perseguidor, de un amor erotómano.

Esquizofrenia/ demencia precoz: delirio de grandeza, y abulia esquizofrénica o indiferencia efectiva,


por la cual el paciente está totalmente desinteresado por las cosas del mundo.

Los cuatros rasgos son estudiados a partir de las etapas libidinales distinguiendo el punto de fijación
que podrían explicarlos.

La clínica de Freud en un comienzo fue en relación a la nuerosis, y a partir de ella había estudiado
en tres ensayos las etapas libidinales: oral, anal y fálica. Cuando estudia la psicosis, Freud se ve
obligado a reconfigurarlas como subetapas de una etapa mayor a la que llamará el período de la
elección de objeto y a distinguir dos etapas previas a ese período: la autoerótica y narcisista.

En el autoerotismo, las pulsiones no tienen ninguna organización libidinal sino que busca cada una
su propia satisfacción. Cuando se unifican tomando como elemento a un único elemento que será el
cuerpo propio, base de la constitución de la instancia del yo y de la instancia del narcisismo en un
nuevo acto psíquico. A su vez este narcisismo luego funcionará como reservorio libidinal donde se
ubica toda la libido que irá a libidinizar los objetos del período de elección de objeto. Así funciona el
camino progrediente de la libido.
De acuerdo a dónde en estos pasos se haya fijado la libido, es que va a determinar la regresión al
punto de fijación. Según si la libido se ha fijado dentro del período de la elección de objeto, el punto
de fijación va a ser neurótico y si la libido se ha fijado en las etapas previas, el punto de fijación, la
predisposición patológica, va a ser psicótica.

A su vez Freud habla de dos modos de regresión:

-Introversión: si retorna al período de la elección de objeto, no se produce un quite absoluto de la


libido de las personas y cosas del mundo exterior, sino que la libido los sustituye por objetos
fantaseados, que toman características orales, anales o fálicas pero permanecen dentro del plano de
la elección de objeto.

- Retracción: si se retorna a las etapas previas al período, hay un retraimiento por el cual la libido se
quita por completo de las personas y cosas del mundo exterior, volcándose por completo en el yo. Es
decir, la libido retorna hacia el yo produciendo un narcisismo secundario, patológico.

Se explican así los cuatro rasgos: Si se hace una regresión psicótica el libido va a inflar el yo
produciendo el delirio de grandeza, propio de la esquizofrenia y paranoia. Se explica también el papel
del deseo homosexual en el sentido de buscar un igual a sí mismo, porque el yo está inflado
entonces sólo encuentra en el exterior semejantes, es decir dobles narcisistas. La abulia
esquizofrénica encuentra su causa en el retiro libidinal.

De este modo, Freud a partir del punto de fijación, la predisposición autoerótica o narcisista va a
explicar las características propias de la predisposición patológica (punto de fijación) de la psicosis,
así como también la predisposición patológica (punto de fijación) de la neurosis.

Tercera semana del primer conjunto temático

Clase de comisión: Demencia precoz

Se consideran los textos:

-Bleuler, E. “Demencia precox o el grupo de las esquizofrenias”

-Kraepelin, E. “Demencia precoz” Lección 3 y Psicosis irreversibles cap 1 y 4.

Cuadro de la demencia precoz ya separado al cuadro de la paranoia (6 edición). Kraepelin propone


entonces el agrupamiento de distintos cuadros: hebefrenia, catatonia y demencia paranoide. Justifica
que los agrupa aunque sean muy distintos entre sí, porque son muy similares en los aspectos
generales: el síndrome basal, el modo de evolución y los síntomas accesorios.

La etiología de la demencia precoz es orgánica, es decir, con lesiones en la corteza cortical. Él está
agrupando estados clínicos diversos porque comparten los trastornos fundamentales específicos que
va a denominar síndrome basal. Este síndrome basal afecta a las esferas volitiva, afectiva y en la
personalidad. A diferencia de la paranoia, el curso de pensamiento y el de lenguaje se ve
comprometido de manera muy notoria. Las ideas delirantes en la esquizofrenia no alcanzan a
sistematizarse.

Proponemos hacer una lectura de estos cuadros relacionando los conceptos que estuvimos
trabajando desde el PSA (narcisismo, yo, cuerpo, realidad, libido, efectos del lenguaje, etc).
En el cuadro de la demencia precoz, está muy comprometido del pensamiento, afecto, voluntad,
personalidad. Pensarlo en términos libidinales, como esta afectación implica un movimiento o pérdida
libidinal.

Kraepelin en su texto recortadas otra serie serie trastornos, como por ejemplo, los trastornos
psicosensoriales. Estos no se tratan sobre un problema de percepción de la realidad, sino que hay
una falta de interés o motivación interna para dirigir su atención a los hechos del medio exterior.
Perciben el entorno pero “no se enganchan”, no buscan comprender lo que está sucediendo. Hay
que leer esto en términos libidinales, el no buscar comprender ni aprehender. Necesito de la libido
para el proceso de investimiento y desinvestimiento.

Otra característica de este cuadro es el negativismo. Implica una afectación de la voluntad, a cada
impulso se le presenta una fuerza externa. De nada sirve intentar actitudes positivas. Se trata de que
hay impulso que está aniquilado por otro impulso contrario en su curso de pensamiento y eso
compromete a la voluntad.

Esta característica de indiferencia afectiva es lo que resulta dificultoso para hacer un diagnóstico
diferencial respecto de una demencia precoz y una depresión, por ejemplo. Lo que propone es que
en la psicosis maníaco depresiva en un estado terminal habría una restitución de la personalidad,
mientras que en la demencia precoz esto no sería posible y se concluye con un deterioro psíquico.

A diferencia de la paranoia, el inicio de la demencia precoz es brusco, la evolución es aguda y no


lenta ni insidiosa. El deterioro psíquico queda muy marcado. No existe restitución de la personalidad
previa, como si en la psicosis maníaco depresiva.

Kraepelin hace referencia a los 3 casos que menciona en el texto como incurables, graves, que
presentan un deterioro en estado terminal.

Primer caso: Hombre Hombre 21 años que relata que no manifiesta ningún tipo de emoción, no
presta atención a nada aunque es consciente de lo que pasa a su alrededor. Entiende las preguntas
que se le hacen pero no se esfuerza por responder. Relaciona a la ausencia total de emotividad que
coincide con una conservación de la memoria. Esta afectación es una de las características
fundamentales de esta enfermedad. Comenta que el paciente hace meses está en la cama, no habla
con nadie, nada. Muestra estado de mucha agitación con Estado de rigidez. Comienzo de
enfermedad fue brusco y comenzó con una fase de depresión que era posible confundir con un
Estado de melancolía.

Segundo caso: jornalero de 22 años que está internado hace 3 años y presentó ansiedad y se volvió
atontado. Sus palabras eran confusas, su mirada fija, presentaba ideas delirantes fundamentalmente
de culpabilidad y persecución, y permanecía acostado sin expresión. Mostraba rigidez muscular.
Mostraba impulsos que ponían en juego su propia vida. La primera fase de la enfermedad se
caracteriza por estadios de depresión, con alucinaciones y ciertas ideas delirantes.

Tercer caso: cartero cartero 35 años, semanas internado. Presenta impulsos de matarse, dejo de
comer, dormir, padecía de alucinaciones auditivas, sensoriales y en los primeros días de internación
se mantiene acostado. Mostraba falta de voluntad; de emotividad, alucinaciones.

Contraste de los casos de demencia precoz en la lección 3 con el caso que presenta de paranoia en
la lección 15 (caso de la bulldog y caso del sastre).

Texto de Bleuler: Esquizofrenia.

Influenciado por las ideas de Freud. Piensa que la personalidad sana necesariamente implica una
articulación coherente de todos los complejos psíquicos. Toma el concepto de complejo psíquico,
lógica del proceso primario. Crítica el nombre de demencia precoz que le ha dado Kraepelin, uno de
los motivos es que no necesariamente empieza en la adolescencia. Sólo en el caso de la hebefrenia
podríamos situar un caso de comienzo precoz.

Propone una definición: “Con el término esquizofrenia designamos a un grupo de psicosis, cuyo
curso es a veces crónico y a veces está marcado por ataques intermitentes. Puede detenerse o
retroceder en cualquiera etapa. No permite una completa restitución de la personalidad previa. La
enfermedad se caracteriza por la alteración del pensamiento, los sentimientos y la relación con el
mundo exterior. En ninguna otra parte aparece bajo esta forma tan particular, en todos los casos
estamos bajo el desdoblamiento más o menos nítido de las funciones psíquicas”.

Es el desdoblamiento/escisión de las funciones psíquicas, lo lleva a Bleuler a inventar el término


esquizofrenia, que quiere decir mente dividida, no integrada.

Caracteriza a la enfermedad tanto por la afectación de fenómenos simples (síntoma basal) como de
funciones compuestas que están alteradas. Algunas están conservadas, como la ubicación temporo
espacial, la memoria, etc.

Funciones Simples Alteradas: asociación, afectividad, ambivalencia. Esto tiene mucho que ver con el
síntoma basal que plantea Kraepelin en demencia precoz.

¿Por qué? : La asociación tiene que ver con el curso de pensamiento y ,por ende, por el curso del
lenguaje. La asociación tiene que ver con cuán integrados o no están estos complejos de
pensamiento y afecto. Vamos a ver que el curso de las asociaciones está sumamente comprometido.
Podemos encontrarnos con periodos de aceleración del pensamiento, alguien que dice una palabra
tras otra con velocidad imposible de seguir y que no guardan coherencia interna o podemos
encontrar la detención/bloqueo de las asociaciones.

Otra de las funciones simples comprometidas en la esquizofrenia es la afectividad. Hay deterioro


emocional muy marcado y se produce la desaparición de las emociones y de las demostraciones
afectivas. Indiferencia. Da un ejemplo donde hasta la autoconservación se encuentra comprometida
(incendio donde los pacientes no salían por sí mismos). Sin embargo, guardan cierta capacidad de
pena o empatía según los ejemplos que da, cuidan de otros pacientes del hospital con una paciencia
y tenacidad de la que nadie sería capaz.

Otra de las funciones simples alteradas es la ambivalencia y la define como la tendencia de la psique
esquizofrénica a otorgar a los psiquismos más diversos un índice positivos y otro negativos, al mismo
tiempo y sin que haya una contradicción.

Funciones compuestas alteradas: relación con la realidad, atención, y voluntad.

La relación con la realidad se encuentra comprometida hasta el punto de producirse una total
desconexión con la realidad externa. Como si estuviesen en su propio mundo. Bleuler inventa el
concepto “Autismo” (diferente a lo que conocemos como TEA) tomando ideas freudianas de
autoerotismo, como si le quitamos el eros, el componente erotico porque no queda libido disponible.
Entonces es la falta de interés radical por todo aquello que rodea a las personas. Por ejemplo en el
caso Schreber, él sale de su estado de autismo a través de sus alucinaciones y delirios.

Otras de las funciones compuestas alteradas es la atención como consecuencia del compromiso tan
alto de la afectividad y la voluntad. Bloqueo a nivel de la atención y la voluntad.

A todo estos síntomas principales de la esquizofrenia se les puede agregar unos síntomas
accesorios, los cuales definen cuál es el subtipo de la esquizofrenia. Estos son 4: esq. paranoide,
hebefrenia, catatonía y esq. simple. Esto es igual a Kraepelin, sólo que Bleuler le agrega la esq
simple.

Seminario 3: “Estadío del espejo”

Estadío del espejo: función de la imagen en la constitución del cuerpo, del YO en el sujeto.
- Textos: Sem 3, cap 7: “La disolución imaginaria”
-Introducción a los tres registros – Schejtman.

El estadio del espejo es la llave de la cual Lacan se sirve para leer y explicar la teoría del narcisismo
de Freud. En particular con lo que es la construcción del cuerpo, del yo, de la realidad y la relación
con el semejante.

Retorno a Freud propuesto por Lacan: Primero valiéndose de las nociones que sostiene en los años
50 respecto de la prevalencia de lo simbólico sobre lo imaginario y lo real, apunta a criticar las teorías
que afirman al YO como autónomo, ya que el YO, por su constitución misma, es un engaño.

Antecedentes de Lacan en relación a la teoría del espejo (con el estadio del espejo hace su entrada
al PSA):

“El estadio del espejo como formador de la función del YO, tal como se nos revela en la experiencia
analítica”: Primera versión del estadio del espejo. No recurre a la leyenda de Narciso ni a Freud, sino
que parte de un observable de la psicología que compara comportamientos de la especie humana y
la de una especie animal ante un espejo. La reacción que el lactante experimenta ante el espejo
antes de hablar (6-18 m): se constata, en los humanos, un interés sostenido por su propia imagen,
cosa que no se da en los animales. El lactante despliega “el espectáculo ante el espejo”: Esa imagen
lo captura, tiene gestos de emoción, fascinación y júbilo.

Para dar razones de lo que allí ocurre, Lacan apela a las nociones de embriología, que denominan la
“fetalización humana”, que refiere a que los humanos nacemos fisiológicamente inacabados, en una
situación de desamparo. Los humanos experimentamos una discordancia inter-orgánica, lo que
quiere decir que no coordinamos los movimientos ya que no tenemos desarrollado completamente
nuestro SNC y necesitamos maduración. Entonces Lacan marca que si el niño se fascina ante la
presencia de una completud especular, es porque en la completud de esa forma (la que le devuelve
el espejo) se anticipa a su propio logro. Está en déficit respecto a lo que ve en el espejo, y es por eso
que la imagen lo captura y se identifica. Esto es porque no tiene la posibilidad de reconocerse unido
a partir de sus sensaciones. Se siente totalmente fragmentado, descoordinado y esa imagen que le
devuelve el espejo – que es la suya – es una imagen completa.

Lacan dice que esa imagen tiene una eficacia de complemento ortopédico, un accesorio por fuera. El
sujeto se representa como un cuerpo entero y unificado por lo que viene de afuera, que es la imagen
de otro.

En el estadio del espejo, el sujeto se identifica a la forma visual de su propio cuerpo respecto a esta
incoordinación de su propia motricidad. Esa unidad ideal, esa imagen salvadora, valorizada, con toda
la desolación original ligada a la discordancia intra-orgánica y el desamparo.

Lacan dirá que esa forma total del cuerpo es por lo que el sujeto se adelanta, en un espejismo, a la
maduración de su poder. El hecho de que esa imagen especular se asuma, va a manifestar esa
matriz simbólica en el que el YO se precipita en esa forma primordial antes de objetivarse en la
dialéctica de la identificación con otro. Presenta el YO antes de su determinación social.
El estadio del espejo es un drama, cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la
anticipación. Y que el sujeto va a quedar preso de esa identificación. Maquinará, a lo largo de su
vida, un sin número de fantasías respecto de eso.

Continua con que esa identificación enajenante va a marcar todo su desarrollo mental. Por eso el YO
va a necesitar de inagotables aseveraciones, necesitamos mirarnos para ver cómo nos vemos. Así
como también necesitamos saber cómo nos ve el otro. Esa identificación especular, esa fascinación
a la imagen nos sigue toda la vida.

Esa identificación especular si bien es la suya, la del espejo, al mismo tiempo es la de otro porque se
ve como no se siente. Produce una confusión: será fuente de alienación, dando lugar a la relación
con el semejante a diferentes reacciones emocionales que se observan a partir de esa constitución
engañosa. También hace mención a un fenómeno que se llama transitivismo, que pasado ese tiempo
de la cautivacion por el espejo, de esa identificación con el semejante, lo que ocurre es que, por
ejemplo, cuando un niño le pega a otro niño llora como si le hubieran pegado a él. Agregando a este
punto, hablar de sí mismo como YO es una conquista: el niño, cuando empieza a hablar, no se
nombra como YO, sino en tercera persona. O se nombra con su nombre de pila, como lo nombra el
otro. Tiene una confusión, una indistinción entre el yo y el otro que denuncia la debilidad de la
identificación puramente especular en su conformación.

El sujeto constituye sus objetos en una equivalencia abstracta, por rivalidad del otro. Es una relación
erótica en la que el humano se fija en una imagen que lo enajena a sí mismo, generando una tensión
conflictiva interna. Esto le despierta al sujeto el deseo por el deseo del otro. Lacan habla de
mediatización por el deseo del otro. Ej: niñxs siempre quieren lo que el otro tiene.

Agresividad ambivalente con su semejante: Es aquel que siempre está a punto de sacarle el lugar, de
suplantarlo. Es una relación alienada paranoica con el otro.

Lacan: El YO es función de desconocimiento, ya que – por la constitución misma – lejos está de


concebirse el yo como centrado en el sistema de percepción conciencia. Si estuviéramos centrados
en el principio de realidad, si nos conociéramos tanto, no tendríamos problemas ni con nosotros
mismos ni con nuestra imagen, ni con el semejante.

“El psicoanálisis reconoce ese nudo de servidumbre imaginaria que el amor siempre tiene que volver
a deshacer o cortar de tajo para no quedar atrapado cuando uno ama en eso imaginario (la
competencia, la rivalidad, quien hace más por el otro, ni en la fascinación alienante), hay que ir un
poco más allá”.

Ésta primera versión del estadio del espejo se produce, por sobre todo, en el eje imaginario.

Seguimos con el Inicio de lo que Lacan llama “Su enseñanza en psicoanálisis”: pone en ruedo sus
tres registros como un sistema de referencias para comprender la técnica y experiencia Freudiana,
que implica la construcción de la realidad. Con prevalencia del registro simbólico por sobre lo
imaginario y lo real.

Segunda versión del estadio del espejo: Lacan precisa que la construcción del YO, del cuerpo, de la
realidad y del semejante dependerá de la estructura del lenguaje. De los efectos del lenguaje en el
ser viviente. Lo articula con la noción de narcisismo en Freud.

Ese ser viviente es subvertido por el baño del lenguaje, que produce la pérdida del instinto. Ese
momento mítico, traumatismo inaugural (no hay relación sexual) que des-arregla lo natural, que es
efecto de fragmentación, en ese encuentro con el material significante. Es el encuentro con el OTRO.
Y es por esta alteración que produce el lenguaje, que la necesidad ya nunca tendrá un objeto
específico y adecuado que lo colme(a diferencia de los animales).

Por lo tanto, partimos de una pérdida. Podemos decir que porque el humano habla, ya nada nunca va
a encajar. Esto abrirá un margen, una brecha, para que surja el deseo. El deseo surge entre la
necesidad y la demanda pero nunca nada volverá a funcionar al modo instintivo. Necesitaremos de
otras operaciones psíquicas de suplencia y reparación.

Freud: Narcisismo como una fase del desarrollo de la libido, fase mediadora entre el autoerotismo y
la elección de objeto. Es una operación psíquica. Dirá que es aquella fase en la que se sintetizan, en
una unidad, las pulsiones sexuales autoeróticas ganando un objeto de amor. Es necesario tomar a su
cuerpo propio, a sí mismo, al YO como sujeto de amor.

Freud afirma que es necesario un nuevo acto psíquico para que se produzca el narcisismo y el
narcisismo para la constitución del yo y del cuerpo. Una condición de posibilidad.

Freud no despliega este punto del nuevo acto psíquico. Lacan da como respuesta la Identificación
especular.

Lacan re-lee su propuesta del estadio del espejo a la luz de los tres registros: subraya la necesidad
del sostén simbólico, de la identificación imaginaria del espejo. Las relaciones del yo con su imagen
se soportan, se sostienen y se regulan por lo simbólico.

Lacan: "¿Qué noción podemos tener del narcisismo a partir de nuestro trabajo?"

Responde: "Consideramos la relación del narcisismo como la relación imaginaria central para la
relación inter-humana". De esta frase extraemos que la relación imaginaria no solo es con el propio
yo, sino, además, con el semejante. Si bien Lacan prioriza lo simbólico, no desconoce la importancia
de lo imaginario. Pero enfatiza lo de enlazar lo imaginario en lo simbólico.

Continúa remarcando que esta relación imaginaria es ambigua porque está compuesta por la relación
erótica y la tensión agresiva que se va a generar entre el YO y el otro.

En el fenómeno del espejo se ve el efecto de unificación constituyente del YO: en esa visión de la
forma unificada de la imagen, con la que el sujeto se identifica ilusoriamente pero que ese efecto de
unificación se soporta en la estructura del lenguaje. La visión de la forma total del cuerpo humano
brinda al sujeto un dominio imaginario de su cuerpo prematuro, respecto del dominio real.

Pero Lacan afirma que esta formación se desvincula del proceso de maduración, no se confunde con
este. De esta manera va a marcar la diferencia de aquella versión primera, porque tanto la
fragmentación, la pérdida inicial del instinto y el proceso de unidad por el narcisismo, son hechos del
lenguaje. No de la maduración.

El humano se constituye sobre el fundamento de la relación imaginaria: en el psiquismo aparece algo


nuevo cuya función es dar forma al narcisismo. Eso es la identificación especular. Pero esa aventura
por la cual el ser hablante, por primera vez, experimenta y se ve, se refleja y se concibe como
distinto, como otro de lo que él es, va a estar apoyada en lo simbólico.

El YO es, desde el inicio, OTRO. El YO se constituye vía esta operación psíquica, esta identificación
imaginaria, a una imagen unificada que percibe como ajena pero que es él mismo. Es por eso que se
produce esa relación particular con el semejante en ese eje A prima (Otro con mayúscula). Pags 134
y 135 del seminario 3, cap 7.
"El estadio del espejo evidencia la naturaleza de esa relación agresiva y lo que significa si la relación
agresiva interviene en esa formación que se llama el YO, es porque le es constituyente porque el YO
es, desde el inicio, por sí mismo, OTRO, porque se instaura en una dualidad interna al sujeto."

En toda relación con el otro,continúa diciendo, hay un eco de la relación de exclusión. Esa relación
mortífera que se encuentra en la dialéctica "el otro o yo", que se produce en ese eje imaginario
consecuencia de esa alienación imaginaria constituyente, de esa relación que situamos como
paranoica del sujeto con sus objetos porque el otro siempre está a punto de tomar el dominio, de
arrebatarnos el dominio. El otro puede destronarnos.

La relación en el plano imaginario está atravesada por la inestabilidad. Es preciso el soporte en lo


simbólico, porque la relación imaginaria sin este soporte lleva a la ruina, a la destrucción.

Lacan dice que esa relación imaginaria es agresiva e incestuosa si no media lo simbólico. Va a ser
necesaria para que no sea reversible.

Lacan critica a las teorías que consideran al YO como autónomo: el YO no es unificador ni unificado,
es una unidad pero nunca acabada ni completa. Y, como es, desde un inicio, OTRO, el YO es una
trampa, un engaño. Hay una supuesta identidad, cuando en realidad somos un cúmulo de
identificaciones. El YO cree que es lo más propio, cuando en realidad es lo más ajeno.

De ese modo, para que la tela de relación imaginaria no se enrolle de golpe y desaparezca es
necesaria la red de naturaleza simbólica que conserva estabilidad de la imagen en las relaciones
interhumanas. Entonces, la estructura simbólica aporta una función pacificadora, que supera la
rivalidad imaginaria.

Formación de las masas: Freud , en psicología de las masas y análisis del yo, ubica como los
miembros de la masa se identifican entre sí de yo en yo, en esa identificación imaginaria con el
semejante pero se mantienen unidos a través del sostén simbólico, del ideal del yo. Ahora bien, lo
imaginario se sostiene en lo simbólico, que aparece localizado, determinado por lo simbólico.

Lacan retoma varias veces el estadio del espejo para remarcar las relaciones del sujeto con el
pequeño otro y el gran otro. Lo simbólico y lo imaginario están entrelazados.

Lacan: El YO nace en relación al TU. El TÚ ERES. La palabra fundante, el acto de nombrar, esas
marcas que el sujeto portará y que provienen del Otro, y que darán lugar a las singularidades de
cada quien. Esto abre la noción del reconocimiento, además de ser fundante.

La identificación con la imagen especular se sostiene desde el A (OTRO con mayúscula).

Lacan ubica al picón (pez de agua dulce) como analogía a esa distancia con el semejante que se
juega en el eros y tensión agresiva.

La palabra del otro que permite la regulación de lo imaginario por lo simbólico, lo que produce los
virajes del espejo, es la incidencia de la relación simbólica, la intervención de las relaciones del
lenguaje. En esto el sujeto va a inscribir su historia. Focalizar la imagen que le devuelve el espejo va
a depender del otro, de cómo la ofrezca.

El imaginario sin el sostén simbólico nos pega al otro. El imaginario demanda lo simbólico. Es
necesario el Complejo de Edipo, el lugar tercero que introduce una distancia que permite el juego, la
relación con el otro.

(Pág 139) Lacan dice: hace falta una cadena, una ley, la intervención del orden de la palabra: El
Padre. EL orden simbólico debe ser concebido como algo superpuesto, sin lo cual no habría vida
humana posible para ese sujeto. No habría vida posible en el sentido de la relación con el semejante,
es necesaria la función que permita la circulación, la relación con el otro.

Freud y Lacan ubican al narcisismo como imprescindible y central para vivir: Sin ese amor hacia sí, el
viviente no podría sobrevivir. Es fundamental ese investimiento libidinal de la imagen especular,
aunque no todo eso pasa por la imagen. El estadio del espejo no es simplemente un momento del
desarrollo ni tiene que ver con la madurez sino con la libido. Y cumple una función psíquica esencial,
donde la imagen del cuerpo ofrece la primera forma que le permite ubicar al sujeto lo que es YO, en
la medida en la que se puede integrar al acto de la palabra. A través del acto de la palabra. EL Otro
ofrece el material significante y guía hacia esa identificación, ofrece esa imagen libidinizandola para
que el YO, el cuerpo y la realidad se constituyan. El Gran Otro es quien avala la identificación del YO
con esa imagen.

Teórico: Los tres registros de Jacques Lacan

Temas: Encuentros y desencuentros entre la psiquiatría y el PSA en el surgimiento de la


psicopatología y también las nociones introductorias PSA tales como los 3 registros.

La idea es tratar de transmitir la idea de lacan a partir de sus 3 registros y cómo entendernos en su
relación con la realidad y el lenguaje. Tal vez a nivel de lenguaje e a piensa que trabajamos con la
comunicación, que escuchamos a otros y los comprendemos pero esa es la dimensión que Lacan
quiere poner en cuestión, es decir, pensar que sólo se trata de una dimensión porque si nos
quedamos allí, en un sólo registró, el peligro es permanecer encerrados en una ilusión de unidad
donde creemos que nos comunicamos, que usamos la palabra como mero medio y que el lenguaje
sólo funcionaria de ese modo. Intenta ampliar y complejizar esa perspectiva y pensar desde varios
registros, dimensiones o coordenadas. Y a partir de allí entender también que el lenguaje nos
constituye. Creemos que decimos lo que queremos pero es lo que han querido de nosotros. En
particular la familia. Somos hablados y eso deja marcas, que van estructurando, formando, educando
pero también enfermando. Ejemplo: Persona recibió una orden y contraorden en su alimentación,
porque le decían que coma para estar saludable pero al mismo tiempo que si come, va a subir de
peso.

A Lacan le interesa pensar en las coordenadas del lenguaje y su estatuto en la constitución de la


realidad humana.

¿Dominamos el lenguaje o somos hablados por él?

Dimensión simbólica: es esa voz que sostiene la constitución del cuerpo y allí la importancia del
lenguaje, de ese otro que hable, sostenga y posibilite el armado de un cuerpo. En su enseñanza,
Lacan lo va a definir de distintas maneras: primero como una batería significante completa, luego va
a estar incompleta porque no todo se puede simbolizar porque hay lo Real como innombrable o no
simbolizable (esto luego).

En el esquina L, aun supongo una batería completa. Ubica lo simbólico desde el otro eje que va
desde el A o otro al sujeto.

Registro imaginario: remite a la imagen, la apariencia ilusoria y que se entiende a partir de lo que
Lacan ubica como la palabra vacía, desde esos elementos que marcan un dominio o sentido unívoco
y que acentúan el plano de la significación, compresión, comunicación.

Para pensar esta definición del esquema L, Lacan toma a Sociur. Previamente se pensaba al
lenguaje como mero reflejo del pensamiento y el propone entenderlo como una estructura. Una
maquinaria que funciona a nivel social e individual,un sistema compuesto por dos elementos: el habla
y la lengua.

Sociur define a la lengua como un sistema de diferencias, un sistema de signos donde cada uno vale
por ser lo que los otros no son. Entonces piensa al signo lingüístico como una entidad bifásica y
cerrada, a partir de una correspondencia biunívoca entre significante y significado, entre la imagen
acústica y el componente material, el recuerdo o huella auditiva de la cadena de fonemas de los
sonidos que tenemos de una palabra, por ejemplo árbol, y el significado. Esto es lo que hace el
concepto.

Entonces cuándo lo pronunciamos tendemos a pensar porque compartimos un mismo código o


convención común, tendemos a pensar que conectamos esos dos elementos y que eso abrocha o
arma un sólo signo. Genera la ilusión de creer que todos nos entendemos o hablamos bien o que
hablamos y entendemos lo mismo.

Es importante destacar que al comienzo de su enseñanza lacan intenta acentuar la prevalencia de lo


simbólico para diferenciar la orientación postfreudiana por lo imaginario, es clave entender que desde
el inicio delimita a los 3 registros.

Allí donde se intenta plantear un discurso en una sola línea, inevitablemente se abren puntos o
ramificaciones. Entonces si digo árbol es probable asociarlo a la imagen del árbol pero también a una
banda de música llamada así o árbol genealógico.

Es por eso que Lacan, a diferencia de sociur cuyo interés era la lingüística, utiliza los elementos de la
lingüística para pensar cuestiones relativas al PSA. Por eso destacaba los intereses distintos y a
partir de ello propone dar vuelta el signo y acentuar en ese dar vuelta del signo la dimensión, ya no
de significado, sino significante, a partir partir una definición que señala que un significante en cuanto
tal no significa nada, acentuando la importancia de la combinación significante. Eso plantéa estar
advertidos en el análisis con el hecho de querer comprender y dar sentido inmediato, unívoco.

Entonces comencemos a diferenciar el ámbito del plano imaginario propio de la imagen yoica y su
intento por dominar y creer que entiende lo que dice en una ilusión de unidad porque eso no es más
que sostener lo que lacan llama una palabra vacía. Y ello constituye una perspectiva diversa a la
lógica del icc en la dimensión del análisis y en la perspectiva del sujeto.

Lacan quiere destacar la dimensión simbólica del inconsciente. Por ejemplo, en el caso de Elizabeth
Von T cuando plantea no poder caminar, el dolor de piernas, como eso constituye una palabra
amordazada, algo que se dice en el síntoma, en el cuerpo y que insiste en decir que ese no poder
caminar dice el respecto de no poder avanzar o hacerse un camino o dar un paso en la vida pero a
partir de la concatenación entre esos significantes que están en la superficie discursiva y donde el
sujeto será efecto y se definirá entre esos significantes. Respecto al sueño, apunta a entenderlo no
desde el sentido, sino propone pensar una estructura de cómo se articulan los elementos en juego
pero a diferencia de sociur y tomando a freud, como esos elementos se leen como un jeroglífico que
toma valor y se descifra por lo que insiste en su valor fonético y que se descifra como un Reus,dice
Freud, o que se descifra por ese valor significante simbólico, sostiene Lacan.

Entonces es distinto abrochar significante-significado, que tal cosa es lo que se entiende en el


sentido común, suponiendo un sentido, cerrado por convención. Al intentar leer de modo lineal, se
acentúa el cierre por la vía de un sentido unívoco, a diferencia de la apertura significante que supone
la lectura en varias líneas donde los elementos significantes por su modo de asociación delimitan una
posición distinta.
Ejemplo: Mujer reclama que está cansada de salir con un hombre que se ocupa de su hijo, fanáticos
del fútbol, y entonces él no puede verla siempre y ella tiene que estar esperando cuando esté libre. Y
culmina el reclamo señalando " Estoy arta, que el hijo, el partido, basta". Se rie y se encuentra
comprometida con eso que ubica su elección, lo que ella elige y que posición tomar desde ese
compromiso señalado en esa elección con alguien que reparte sus actividades y no la ve.

El esquema anda muestra el eje imaginario con el muro que resiste frente a aquello que lo simbólico
va a insistir a partir de una definición importante y que es entender por que Lacan toma de Sociur y
pensar el inconsciente estructurado como un lenguaje a partir de esas leyes que indican como un
significante se combina, desplaza, sustituyen o nos lleva a entender al lenguaje como una estructura
más compleja, constituida a través de ese cuarto elemento que se encuentra en el esquema con una
A mayúscula.

Acá comienzo a ubicar esa dimensión del otro en distintas dimensiones. Por un lado es el otro que
aporta un código como tesoro de los significantes y que a la vez no sólo nos hablo ya que nos sujeto
y es ese otro que habla en nosotros sin que EL yo del plano imaginario se de cuenta. Ese otro en su
dimensión familiar, escolar, histórico, cultural que incluye a esos otros que han dejado marcas que
permiten entender otra relación con el lenguaje. Hablar de estructura, batería, o que somos hablados,
es decir, que ese otro preexistente al sujeto y existe luego de su muerte, que nos nombra y que ese
nombre permanece en una sepultara, en un libro, un recuerdo, sobrepasando la vivencia vital.

Lo simbólico abre a una dimensión más compleja que nos separa del instinto porque trastoca la
relación con las cosas. Una idea también muy importante es la idea de que no hay relación exacta
complementaria con la necesidad por eso parasitario que se impone como infección.

Lo imaginario y lo simbólico: ambos tienen sus límites.

¿Qué es lo Real?: en un primer momento, en el esquema L, se plantea una batería significante


completa pero luego lo simbólico pasa a ser una forma de elaborar aquello que queda por fuera y
resiste a ser simbolizado a nivel de lo real.

Real que va a tener distintas definiciones. Lo real constituye lo innombrable, lo que queda por fuera
de lo simbólico y que toca el punto que señala Freud en términos de muerte y sexualidad en términos
de trauma. Muerte y sexualidad constituyen el núcleo que resiste a ser simbolizado y que lo simbólico
insiste en simbolizar.

Vídeos semana 3

Las tres dimensiones del cuerpo en la enseñanza de Lacan

Se articula con las nociones de yo-cuerpo-realidad y con los 3 registros de Lacan.

El cuerpo en psicoanálisis sirve para ubicar las distintas estructuras psicopatológicas o las distintas
estructuras subjetivas.

No hay síntoma sin cuerpo, sea que el cuerpo esté presente o que esté por defecto/ausencia. Hay
distintas modalidades para que esto ocurra.

En psicoanálisis no hablamos del cuerpo orgánico, sino de un cuerpo erógeno, tomado por la
sexualidad, determinado por una red de representaciones, siendo estas un efecto del
discurso/lenguaje. Este cuerpo es también un aparato de goce.

Para Lacan, el cuerpo aparece articulado con los 3 registros. El cuerpo es:
-Dimensión imaginaria: el cuerpo es imaginario. Tiene que ver con una construcción imaginaria,
asociada a una dialéctica de lo imaginario. Es un cuerpo asociado a la construcción del yo y a la
conformación de la realidad. Para esto toma como punto de partida el Estadio del espejo.

La dialéctica de lo imaginario implica una identificación con un otro semejante. Eso que el niño ve en
el espejo, en principio, no es "soy yo", sino que es otro que me informa de lo que yo soy. Ahí se
constituye el yo y la imagen del cuerpo en cuanto cuerpo unificado.

Este es un descubrimiento muy temprano de Lacan. Más adelante él lo desarrolla en el esquema


óptico. Allí se puede ver la importancia de que el sujeto se reconozca allí donde no está. Esa
constitución imaginaria no se da por sí misma. Tampoco es una cuestión visual/perceptiva, sino que
es lo que determina la percepción. Ej: personas que padecen anorexia y se ven gordas a pesar de
que están flacas.

La imagen del cuerpo se constituye a partir de lo que el sujeto ve. Pero no es lo que ve, sino lo que
construye en esa mirada.

-Dimensión simbólica: El problema del esquema óptico no es puramente perceptivo, sino que es un
problema de punto de vista, desde dónde se ubica el sujeto para construir la imagen. Esto es una
determinación simbólica I(a) (ideal del yo) , desde donde el sujeto está sostenido, desde donde se
dirige a la imagen y desde donde le viene el gesto de asentimiento para que esa imagen sea
reconocida. Es desde allí desde donde el sujeto puede verse amable/digno de ser amado.

Esto se articula con lo que dice Lacan: “El lenguaje el cuerpo. Cuerpo sutil, pero cuerpo al fin”. Es
decir que el lenguaje determina el esqueleto, basamento sobre el cual toda la construcción de la
imagen del cuerpo se construye y sostiene. Si el sujeto no ve este cierto lugar, la imagen se
desvanece. En los distintos cuadros clínicos podemos ver cómo la imagen del cuerpo se sostiene o
no, se pierde o no, y cómo se reconstruye.

-Dimensión real: libidinal, sexualidad, cuerpo erógeno fragmentado, hecho para gozar de sí mismo.
Asociado al jarrón dentro de la caja, perdido para el sujeto, perdido para la imagen del cuerpo/yo que
se constituye, pero que no deja de estar ahí, aunque sea inasequible para el sujeto, salvo por ese
reflejo con el que se encuentra y que confunde con lo real de su cuerpo.

Hacia el final de su enseñanza, cuando introduce el nudo borromeo, Lacan va a ubicar el cuerpo en
la dimensión imaginaria. Lacan siempre va a decir que el cuerpo es imaginario porque el único
acceso que tenemos a él es a través de la imagen. No hay posibilidad de llegar a él de manera
inmediata y directa. El cuerpo queda ubicado ahí entre la vida en lo real y la muerte en lo
simbólico. Porque el significante, la palabra, mata, resta algo de esa vida que curiosamente sería
insoportable, mortífera si no estuviera la acción del significante, que modela y modula esa impresión
de la vida.

Lo real

Puede abordarse desde diferentes perspectivas. Hoy lo abordamos a partir de la noción de realidad,
trabajando la diferencia entre lo real y realidad. Los ejes temáticos de este conjunto temático son yo-
cuerpo-realidad.

Realidad: realidad psíquica. No nos referimos a la pretendida “objetividad” de la realidad, sino que
entre el sujeto y los objetos siempre está la mediatización de la fantasía. Es decir que realidad /
fantasía no se oponen, sino que están del mismo lado, en oposición a lo real.

Una de las funciones de la realidad psíquica es que implica la construcción de un mundo, un espacio
más o menos estable en el cual poder habitar. Es así que nuestra realidad de seres hablantes está
soportada en el lenguaje. Pero sabemos que el lenguaje está compuesto por significantes, y el
significante en sí mismo no significa nada. Sin embargo, lo que llamamos realidad tiene una
característica diferente, y es que para nosotros está plena de sentido. Es decir que contrariamente al
significante que no significa nada, la realidad constituida a partir del lenguaje es una realidad plena
de sentido donde tenemos la ilusión de que el significante sí significa algo. Lo que llamamos la
realidad es la ilusión de cierto abrochamiento entre significante y significado. Este abrochamiento no
implica rigidez, sino cierta equivocidad. Ej. puerta puede ser una puerta o una oportunidad, etc. La
realidad incluye el equívoco. El significante puede significar lo que dice el diccionario, o cualquier otra
cosa.

Se propone pensar la realidad como un marco, que produce ciertos límites en nuestro mundo,
asegura nuestra vida cotidiana, hace que de algún modo podamos dormir tranquilos. Un dormir en la
vigilia, aún cuando estamos despiertos estamos dormidos, nos dormimos en esas significaciones que
ordenan nuestro mundo. Esto tiene un efecto de tranquilidad, que nos permite transitar sin
demasiados sobresaltos, pensando que más o menos entendemos al mundo y viceversa.

¿Qué pasa cuando en este mundo lenguajero, de seres hablantes, irrumpe algo que lo desestabiliza,
lo desdibuja o lo derrumba, rompiendo los puntos donde nuestra realidad se apoya?

Como ven, ordeno las cosas separándolas en dos. Por un lado, la realidad como ese marco que
establece ciertos límites de nuestro mundo, que nos permite ir tranquilos, limitados, dormidos, versus
lo que rompe ese mundo, lo que no se adecúa a nuestra realidad, lo que permanece eludido o
velado. Es eso lo que Lacan llama lo real.

En los años 50, Lacan nombra a lo real como lo terrorífico, lo innombrable, el objeto frente al cual
todas las categorías fracasan, lo que no responde a ninguna ley, el trauma, el afecto índice de lo real
que es la angustia. Otro nombre que Lacan propone es el que resiste a la simbolización.

En los 60, en el seminario 11, Lacan plantea que esto que resiste la simbolización tiene función de
causa de la insistencia del inconciente. Esto permite circunscribir 2 vertientes de lo real:

1. Vertiente que queda del lado de lo que hay, y lo que hay en exceso. Aquello que el aparato
psíquico, y el principio del placer va a intentar tramitar. Freud dice que el principio del placer
es lo que va a intentar incesantemente de ligar la energía no ligada. Podemos pensar esto
como un nombre freudiano de lo real. Lo real pulsional. Este es un real que se toca con lo
imaginario.

2. Vertiente de lo real en lo que no hay. A una falta, a un imposible lógico. Si lo real es la causa
de la insistencia simbólica, el inconsciente no cesa de escribir aquello que no cesa de no
escribirse. Porque no hay algo que no cesa de no escribirse, el inconsciente trata de
escribirlo todo el tiempo, fallando. Es en esta vertiente que podemos ubicar una pata en lo
simbólico, que Lacan escribe como una A tachada. Un agujero en lo simbólico que Freud
supo anticipar con la idea de que no hay ciertos significantes. Ej. no hay significante del
inconsciente para significar la muerte. Obviamente también dentro de este real, del lado del
agujero, tenemos el antecedente de lo reprimido primordial.

Entre estos 2 reales se pueden establecer ciertas relaciones. No nacemos con un programa para
tramitar ese exceso que es la pulsión. Entonces en cada uno de nosotros algo de ese programa tiene
que construirse. Habrá consecuencias si esto no ocurre. Aún cuando algo de ese programa (que hoy
llamamos realidad) se construye, siempre es un programa fallado. Veremos en otra oportunidad
cómo se produce esa reparación con respecto a lo que no hay.
La influencia de Freud sobre la obra de Bleuler y su concepto de esquizofrenia.

(Ver video)

Cuarta semana del primer conjunto temático

Práctico 4: Psicosis maníaco depresiva.


Textos: “Locura maníaco depresiva” – Kraepellin
Lección 8 “Estados mixtos de locura maníaco depresiva” – Kraepellin

Para empezar, ubicamos cierta problemática de esta categoría que ubicaría en el terreno clínico de
las alteraciones del humor. Es difícil delimitar las alteraciones del humor, especialmente desde el
punto de vista de lo normal y lo patológico. Hasta dónde una forma de estar, un estado que se
distingue de la personalidad o del temperamento, las variables, entran en el campo de lo normal y
cuando dentro del plano de lo patológico. Cómo se puede definir el borde, la frontera entre los
cambios de humor propios de la cotidianeidad de lo que implica una patología en cuyo centro está el
síntoma fundamental: la alteración del humor. Ahí tenemos el primer punto.

Una vez que ya ubicamos las cosas dentro del plano patológico, es decir, dentro de lo que Kraepelin
define como Locura Maníaco Depresiva, tenemos un segundo problema que es la cuestión del
diagnóstico diferencial. Es un cuadro que ofrece distintas zonas de borde con otras patologías, toda
la sintomatología es difícil de precisar porque estados de excitación/euforia o depresivos, se pueden
encontrar en otras patologías. En la paranoia o esquizofrenia también hay variabilidad del humor.
Lo que distingue este cuadro clínico es la particular evolución: se da por accesos. Accesos maníacos,
accesos melancólicos. Entre acceso y acceso, hay remisiones de síntomas. Es una evolución
continua, progresiva, de origen endógeno. Pero su evolución es esa: accesos y remisiones. En la
remisión, los síntomas cesan. Pareciera que hay restituciones después de cada uno de los accesos.
Los accesos pueden tener distinta duración, distinta frecuencia. Son difíciles de tipificar la gravedad,
la frecuencia y duración. Lo que sí se puede ubicar es que siempre se desarrollan de ese modo (a
diferencia del delirio sistematizado de la paranoia, que una vez que se instala es inquebrantable,
prosigue, se amplía, sin retrocesos ni remisiones). Aparecen accesos con un inicio y un fin,
ubicables, fechables. En el medio, remisión de los síntomas. Esa es una de las características
centrales de la evolución de la enfermedad.

Esto permite pensar o contextualizar una de las 3 zonas de debate de este texto y de esta problema
que es la locura maníaco depresiva. El primer debate sería dentro de la psiquiatría clásica. La
escuela francesa empieza a estudiar algunas variaciones extremas del humor y de la posibilidad de
unificarlas dentro de una misma categoría.

Lo importante de la intervención de Kraepelin en este debate es que él categóricamente rechaza


toda idea de manía o melancolía simple: son dos modalidades, dos formas, dos tipos de
manifestación del humor opuesto que forman parte de la misma enfermedad.

Dentro de la locura maníaco depresiva unifica los estados maníacos, los melancólicos y los estados
mixtos: incluye la posibilidad de que los accesos no se presenten siempre en forma secuencial sino
que se puedan mezclar.

Segunda zona de debate: Psiquiatría contemporánea


Este texto de kraepelin es un antecedente fundamental a lo que hoy se conoce como Trastorno de
Estado de Ánimo o la Bipolaridad.

Tercer zona de debate: Psicoanálisis


La eyección freudiana sobre la semiología psiquiátrica: la pregunta por la causa, por la etiología. La
metapsicología.
Texto: Duelo y melancolía: problematiza la noción de la locura maníaco depresiva de Kraepelin. Sitúa
ciertas coordenadas centrales para pensar el inicio de la enfermedad, o los inicios de cada uno de los
accesos. Le da importancia a los factores externos, agregándole la perspectiva de la metapsicología.

Freud: La respuesta melancolía no es otra cosa que responder a la pérdida del objeto. Dice que las
ideas de autoacusación no son solo meras manifestaciones sintomáticas, sino que dan cuenta de
procesos psíquicos, de cierta posición subjetiva respecto a la pérdida de objeto. Ante la pérdida el
aparato psíquico puede elaborarla vía un duelo o rechazarla (no elaborarla): en ese caso aparece
esa culpa, esa relación conflictiva entre el yo y el súper yo: allí es donde Freud sitúa la melancolía
propiamente dicha.

- Texto: La locura maníaco depresiva (1903)

Dividido en dos: En la primera parte la definición de la enfermedad. En la segunda parte se dedica a


describir los signos psíquicos alterados/trastornados y los intactos. Esto lo hace manteniendo los tres
síntomas fundamentales: a nivel del humor, de la ideación y de la voluntad. Más allá de las formas
clínicas, es decir, la manía, la melancolía, los estados mixtos o ciertas variaciones de la disposición
del humor se mantienen siempre.

Primera parte del texto: argumento de por qué unificar bajo una misma categoría formas o estados
tan diversos.

El primer argumento son las transiciones: momentos de transición entre un estado y otro. Dice que es
muy difícil delimitarlas, que éstas pueden ser más o menos sensibles, sus accesos pueden tener
distinta duración (accesos más leves o más prolongados). Las transiciones pueden durar mucho
tiempo (que no haya síntomas durante meses, años) o muy cortas.

El segundo argumento: los estados propiamente dichos, estados maníacos o melancólicos. Ubica
que puede haber sucesión o superposición de estados en un solo caso.
Es difícil ubicar el diagnóstico a partir del estado en tanto tal.
Dice que, más allá de los distintos estados, hay una suerte de coloración especial y uniforme del
humor como forma (fondo) sobre el que aparecen los accesos propiamente dichos. Es decir, es esa
especie de coloración especial uniforme del humor que esta más allá de cada acceso (sea maníaco o
melancólico), que le permite pensar entonces, que si bien es una evolución con picos, crisis, brotes,
forma parte del mismo cuadro clínico. Por eso, considera que la locura maníaco depresiva debe
englobar bajo ese fondo, esa coloración especial del humor, estos distintos accesos por muy
diferentes y opuestos que sean.

El tercer argumento es el pronóstico.


Se ve la manera de K de situarse como representante de la clínica diacrónica: atención especial a la
evolución de una enfermedad hacia la fase final.
Más allá de que los accesos sean breves o largos, leves o graves, nunca va a avanzar hacia un
debilitamiento psíquico profundo.
Es decir, La locura maníaco depresiva es un cuadro clínico que no avanza hacia la demencia, en su
fase terminal no hay desagregación de las funciones mentales.
Hay algunos embates a lo largo de la enfermedad, hay alguna degradación psíquica, pero no
demencia (no debilitamiento psíquico profundo).
Este pronóstico permite unificar las diferentes formas y manifestaciones del cuadro.

El cuarto argumento es la herencia.


Encuentra, vía la observación, como en cada caso de locura maníaco depresiva se pueden ubicar
ciertos antecedentes familiares con algún tipo de manifestación similar (accesos maníacos o
melancólicos aislados, o variaciones extremas del humor). Antecedentes familiares tienen cierta
presencia. Observa que es algo regular en los cuadros.

El quinto argumento es la evolución por accesos, que se diferencian nítidamente entre sí los accesos.
También se diferencian del estado normal, se van sucediendo, oponiendo y diferenciando a lo largo
del tiempo. Cobran una especie de ritmo cíclico, es decir, que más allá de los distintos estados, lo
que permanece es el ritmo: acceso, remisión, acceso, remisión…

Distingue, dentro de los estados maníacos, tres aspectos fundamentales:


- La fuga de ideas
- Tipo de humor alegre/eufórico
- Necesidad imperiosa de actividad

Dentro de los estados depresivos o melancólicos:


- La tristeza/angustia/estado de pesadumbre
- Dificultad para actuar y pensar en estos estados.

Entonces, más allá de los estados maníacos o melancólicos, siempre la evolución se da por accesos,
con sus respectivas remisiones y con una evolución continua pero que no avanza hacia la demencia.

Segunda parte del texto: Describe los


distintos signos psíquicos:

- Percepción, atención, conciencia, memoria y poder de fijación: Son aspectos que se ven más o
menos modificados, pero que esencialmente dependen del humor. Se pueden ver afectados
secundariamente al momento en que el acceso manifieste un tipo de humor maníaco o melancólico.
No afectados de manera primaria, no serían síntomas fundamentales.

- Recuerdos incorrectos: Perspectiva, realidad objetiva, exterior vs. Lo delirante, patológico. Hay gran
presencia de recuerdos incorrectos con cierta tendencia a fabular.

- Trastornos sensoriales: Puede haber alucinaciones, especialmente en la visión y lo auditivo. Pero, si


las hay, son contingentes, son secundarias. Si las hay, son episódicos, no son tanto alucinaciones
propiamente dichas sino ilusiones. No es estrictamente una percepción sin objeto sino ilusiones, es
decir, una realidad un tanto distorsionada en la que entra el enfermo.

- El curso de las representaciones: Central. Queda excluido de la lógica del bipolar del DSM.
Rasgo central: la fuga de ideas: En el curso de las representaciones (del modo en que alguien toma
la palabra/arma un modo discursivo), se fuga/se va una idea pero es solo en apariencia, que el
fenómeno de fuga de ideas da cuenta en todo caso de una fugacidad de las ideas/del
pensamiento. De una cantidad excesiva de ideas. (Ej: paciente: "mis pensamientos se hacen
pedazos", "mis pensamientos aparecen y desaparecen", “vienen pensamientos intrusos”).
No es algo que se pierde, que se va, sino que algo de la cantidad de ideas que aparecen en el
acceso maníaco, que genera un estado de confusión y por lo tanto la persona pierde el hilo. Se
pierde así la posibilidad de continuar un hilo lógico comprensible y transmisible.

- Inhibición del pensamiento: Contracara de la fuga de ideas. No es tanto el exceso de ideas sino
el enlentecimiento. El pensamiento se empobrece, se vuelve monoforme. La persona vuelve siempre
sobre el mismo punto, sobre la misma idea. El curso asociativo se vuelve desprovisto de coloración.
Propio de los estados melancólicos.
Distinción con el fenómeno de obstrucción en esquizofrenia: La inhibición del pensamiento del estado
maníaco es más bien algo que enlentece, pero no lo obstruye ni lo corta al modo de la esquizofrenia.
En la esquizofrenia, las asociaciones en un momento se cierran y el flujo no avanza más,
apareciendo totalmente desconectada y fragmentada. En cambio, en la inhibición del pensamiento,
no es una obstrucción completa. Es un enlentecimiento pero el flujo de asociaciones prosigue.

- Productividad: Se ve totalmente afectada. Depende del estado anímico. En el polo maníaco la


productividad puede ser mucha, y viceversa en el melancólico, con inhibición de la acción.

- Ideas delirantes: Se destacan las ideas hipocondriacas, mucho más que las de persecución.
Las Ideas de autoacusación son centrales: Propia de la fase melancólica. Cargarse con toda la culpa
de las cosas. Es el auto-reproche (freud). Es sentirse un desecho. Una suerte de enorme
pesadumbre.
El paranoico, en cambio, ubica toda la culpa del lado del otro.

- Humor: Se destaca la alternancia: oscilaciones frecuentes y súbitas. Este es el rasgo esencial del
humor: lo cambiante, lo ciclotímico. Es propio de cada estado, las mixturas, las oscilaciones. (Ej: En
el medio de una alegría desbordante, aparece la cólera o las lágrimas).

- Necesidad imperiosa de actividad: Están la voluntad y la acción involucrada. Especialmente en los


estados maníacos, necesidad imperiosa de hacer cosas.

- Enlentecimiento o inhibición extrema: En los periodos de melancolía. Hay una relación a la voluntad
y la acción. Puede llevar al daño a uno mismo, en relación a la auto-acusación, puede llevar al
suicidio.

- Loborrea: En los periodos maníacos.

- Inhibiciones diversas

- Excitación ansiosa

- Signos físicos: Ciclo del sueño, alimentación, respiración, hipersensibilidad. En cuadro orgánico.
Van modificándose de acuerdo al estado. (Ej: insomnio en la manía, dormir mucho en la melancolía).

Texto: Lección 8 “estados mixtos de locura maníaco depresiva” – Kraepellin

Tres estados mixtos: Con los mismos síntomas fundamentales, las mismas manifestaciones clínicas
donde están presentes la alteración del humor, la alteración de la voluntad y la ideación patológica.

Primer caso: Mujer de 38 años. Al principio se niega a hablar, a tomar la palabra. Finalmente
comienza. Empiezan a aparecer cuestiones interesantes que distinguen el cuadro de lo que podrían
ser zonas parecidas a la demencia precoz pero le permiten hacer diagnóstico diferencial.
Por ejemplo, dice que la enferma es obstinada pero no negativista. No es insensible ni apática, sino
por lo contrario inquisitiva y movible. En su comportamiento no hay estereotipos ni absurdos. Parece
que está siempre determinada por sus ideas y apenas son confusas. Habla de manera ordenada,
sostiene su discurso. Lo que salta a la vista es su alegría manifiesta: en toda su coloración de humor
se encuentra esa extrema alegría.

La evolución de la enfermedad cursa con cinco accesos, y en cada uno de ellos, algunos
melancólicos y otros maníacos, hay periodos de transición/remisión. En los periodos de transición se
restablece completamente con un oscuro recuerdo de lo pasado. Los ataques depresivos suelen
tener una corta duración, mientras que los maníacos son un poco más largos.
Cada acceso de esta mujer, cada inicio de las crisis, se producen en determinadas coordenadas de
su vida: No en cualquier momento/coordenada de la vida.
Primer acceso: se da en la víspera del matrimonio: Llora incesantemente. Al otro día se pone a bailar
con tal extraña excitación que se pensó en suspender el casamiento. Este primer acceso es mixto:
llanto y excitación/euforia. Este primer acceso dura tres meses y en este periodo se instala una
especie de tristeza irresuelta. La mujer no puede ocuparse en nada, se muestra irritable. Luego
desaparece y vuelve a un estado normal.
Segundo acceso: Aparece en el parto del primer hijo. Y así cada acceso con el parto de cada uno de
sus 4 hijos.
Es una mujer que presenta alternadamente periodos maníacos y periodos melancólicos. En ellos, lo
que más resalta es que se auto-acusa, se inculpa de todo. Cae en momentos de profundo estupor,
se sentía que no podía hacer nada, que no podía vivir, mantener su vida doméstica con su marido y
sus hijos. Se deprimía, se volvía confusa. Salía de la cama, hacía muecas. Al mismo tiempo que
tenía esa coloración depresiva, se reía, hacía muecas, se burlaba de sí misma, se despeinaba, etc.
Si bien toma diversas manifestaciones, se mezclan de modo tan extraño las manifestaciones de la
excitación con las manifestaciones de la depresión. Eso le permite a Kreapellin diagnosticar el caso
como un estado mixto que denominamos locura maníaco-depresiva.

Segundo caso: Labrador de 53 años. Presenta exactamente la misma evolución: tranquilo al


principio, no tarda en ir excitándose durante el curso de la conversación. Suplica que se le conceda el
perdón, él es el culpable de todo lo que le sucede. De estar internado, que cómo no lo van a internar.
Los enfermeros no le dicen las cosas claras. Se excita emocionalmente, mira alrededor con una
mirada viva y brillante. Pero pasa días sin comer, pide insistentemente ir a la casa. Pasa de un
estado al otro, se deprime y se vuelve eufórico en periodos muy cortos.
Las remisiones aca tienen una frecuencia mucho más corta inicialmente. Luego, la enfermedad si
cursa un tiempo de remisión, hasta que se interna otra vez. Esta vez con ideas de suicidio,
incapacidad para el trabajo e inquietudes sin fundamento.
Kraepellin concluye que se trata de estados alternantes de carácter exaltado o depresivo, en forma
tan errática que, a veces, uno y otro solo duraban unas horas. Destaca fundamentalmente las ideas
de culpabilidad, aunque también había de persecución. El enfermo se atribuía a él mismo todo
cuando ocurría alrededor, se atormentaba. Apenas aparecían ideas de grandeza. Si había
alucinaciones, no terminan siendo muy pronunciadas sino un carácter engañoso de las percepciones.
Según la evolución, no corresponde a un estado melancólico simple. La melancolía siempre, tarde o
temprano, se une/solidariza con la manía. En este paciente, luego de períodos melancólicos aparecía
otro tipo de ataque con características de manía. Hay oscilaciones varias en el estado de humor.
Empeora el cuadro a medida que avanza, pero la evolución continua de manera regular sin un
deterioro hacia la demencia.

Tercer caso: Estudiante de música de 19 años. Lleva enfermo solo un año. La coordenada vital, si
bien no está desarrollada, es la invalidez del padre.
El enfermo está bien dotado mentalmente pero cae en un abatimiento sin causa conocida. Es el caso
que más presenta/más se inicia a partir de un estado melancólico de inacción donde la voluntad
pareciera estar aplanada. Podría confundirse con la demencia precoz, también por la edad de inicio.
Pero Kraepellin lo distingue y lo clasifica como locura maniaca depresiva de estados mixtos.
El paciente alega que en una visita a Múnich, percibe que la gente al pasar le dice algo, que hablan
de él. Ilusiones respecto a las percepciones que los otros dicen, con cierta auto referencia. Ese
murmullo o percepción de que los otros lo señalan, concluye al día siguiente con la interpretación de
que él ha cometido un delito. Empieza a instalarse la ideación de auto acusación, la cual persiste.
El estado empeora hasta abstenerse de toda vida social, se va retrayendo. Se va corriendo de todo
circuito social para abstraerse de las burlas, llega a querer suicidarse.
A los seis meses se siente libre, confortable, emprendedor y alegre. Empieza a hablar mucho, a
componer, vuelve a retomar sus actividades, sus estudios de música. Entra ese periodo de remisión,
una “curación aparente”. En unos meses vuelve a aparecer otro acceso, ahora ya no melancólico
sino maníaco.

Seminario 4: Esquemas ópticos.

Texto: Seminario I de Jacques Lacan los capítulos VII: parágrafos 1 y 2; del cap. X: parágrafo 2 y del
cap. XI: parágrafo 2.

Vamos a trabajar a partir de los esquemas ópticos:

1) La articulación de los tres registro en la construcción del yo, el cuerpo y la realidad.

2) Una dimensión de lo imaginario, que ES la dimensión de lo imaginario como espacio


tridimensional. Es decir, como el narcisismo supone la forma de un cuerpo no solamente en la
imagen plana del espejo, sino en la especialización de la forma de un cuerpo, de la posibilidad de
tener un cuerpo y de tener un cuerpo dentro de una realidad espacial.

3) Cómo podemos localizar en la articulación de los 3 registros y en la constitución del cuerpo, el


yo y la realidad, el yo ideal y el ideal del yo.

Pg 126 del seminario 1- Experiencia del ramillete invertido

Toma esta experiencia de la óptica para poder cuenta cómo se intrincan lo imaginario y lo real, en la
economía psíquica, en la constitución del yo, el cuerpo y la realidad. Hay que decir que el modo en
que se relacionan lo imaginario y lo real precisan la regulación de lo simbólico.

Está experiencia consiste en un espejo concavo, curvo, frente al cual se dispone una mesa que tiene
arriba un florero y abajo un ramo de flores. El espejo cóncavo produce que las flores de abajo de la
mesa se reflejen arriba de la mesa, produciendo una ilusión de unas flores dentro del florero.

Los espejos cóncavos producen una imagen en el espacio, como los hologramas. A diferencia de lo
que vemos en el espejo, que produce una imagen que no está y que no ocupa una imagen en el
espacio, el espejo cóncavo produce una imagen en el espacio. Por eso la imagen que produce se
llama imagen real, distinta a los espejos planos que producen una imagen virtual. La imagen real
ocupa un lugar en el espacio 3D, se entrama con los objetos. En este caso las flores se producen
como imagen real entramadas con el objeto físico, el florero. Hay una composición entre el objeto
físico (florero), y la imagen real, (las flores) que da una sensación de realidad si el ojo está bien
ubicado. Si la posición de quien está viendo esa experiencia es la correcta, implica una posición
específica, que es aquella en la cual se puede percibir la convergencia de los rayos que refleja el
espejo cóncavo. Cualquier movimiento va a suponer cierta deformación fragmentación pérdida de
bordes de esa imagen real que se produce.

Cuando digo que la posición del ojo que está viendo el ramillete invertido no puede ser cualquier
posición, estoy diciendo que la posición del ojo es la que está determinada por la regulación
simbólica. Para que pueda producirse la intrincación del mundo imaginario y del mundo real, para
que pueda percibirse esa imagen (digamos con el del espejo) esa ilusión de unidad, de dominio que
supone la constitución del yo, el cuerpo y la realidad es precisa el soporte Simbólico. La legalidad
simbólica que determina las relaciones imaginarias, la posición en la cual se puede producir esta
ilusión óptica.
Lacan va a tomar esta experiencia para dar cuenta de la constitución del yo, el cuerpo y la realidad, o
sea de la operación del narcisismo. Va a partir de que es que el yo se constituye a partir de clivajes,
es decir de líneas de corte que distinguen al yo del mundo exterior. El mundo exterior no está perdido
para todo ser hablando. Sino que el yo se va produciendo por diversas clivajes que lo van
distinguiendo del mundo exterior y que en esa distinción también van produciendo el campo de la
realidad.

Lacan toma para dar cuenta metafóricamente, a partir de la relación de las flores y el florero, de la
producción por la operación del narcisismo, por el del espejo, de la constitución del yo, el cuerpo y la
realidad.

El estadio del espejo supone, a partir de la identificación imaginaria soportada de lo S, la ilusión de


dominio, una anticipación respecto de la prematuración biológica. Esta ilusión de dominio es la que
va a dar el estilo, el estilo del movimiento, del yo. Lacan plantea que esa imagen del cuerpo es la que
le va a ofrecer al sujeto la 1era forma que le permite distinguir lo que es y no es del yo.

Las líneas de corte que van produciendo el yo, el tener un cuerpo, lo que es y no es del yo,lo que
hace que uno sea humano y no un caballo. Esa línea de corte, que posibilita lo simbólico, y que
ofrecen, dice Lacan, al sujeto una primera forma de lo que es y no del yo porque la posición del
sujeto va estar determinada por la líneas de corte que son el sostén simbólico, la legalidad que
introduce lo simbólico en las relaciones imaginarias y en la relación entre lo imaginario y lo real.

Cita seminario 1 pg 129. Articulación de los 3 registros en la constitución del yo, el cuerpo y la
realidad.

“Para que la ilusión se produzca, para que se constituya, ante el ojo que mira, un mundo donde lo i
pueda incluir lo r y, a la vez, formularlo; donde lo r pueda incluir y, a la vez, situar lo i, es preciso, ya
lo he dicho, cumplicr con una condición: el ojo debe ocupar cierta posición, debe estar en el interior
del cono.”

La palabra del otro que señala esa imagen amable que constituye el yo ideal a la cual identificarse,
es el soporte simbólico de la identificación imaginaria que es constitutiva del yo.

En la escritura, Lacan escribe al yo como i(a). En esa escritura del yo se escribe la relación entre lo
imaginario y lo real, entre la imagen que constituye al yo y esa dimensión real (que terminará siendo
la del objeto a, que se intrinca con lo imaginario en la constitución del yo x la operación del
narcisismo, en lo que yo tiene también de regulación libidinal en la relación al semejante).

Para concluir la relación entre lo imaginario y lo real, en la operación del narcisismo, la construcción
del yo, el cuerpo y la realidad depende de la posición del sujeto, y la posición del sujeto apunta a su
lugar en el mundo de la palabra, o sea está determinada por la palabra del Otro. Esta es una lectura
literal del esquema lambda: donde el eje imaginario está sostenido, regulado por lo simbólico, o sea
por la posición del Otro, y ese esa posición de lo simbólico la que determina el lugar del sujeto. En la
experiencia del ramillete invertido el lugar del sujeto, que está esquematizado en la posición del ojo,
va a estar determinado por la palabra del otro, por su lugar en lo simbólico.

El sujeto en PSA lacaniano, es un efecto que escapa a lo simbólico pero que es efecto de lo
simbólico.

Lacan agarra de la experiencia del ramillete invertido y lo da vuelta. Entonces ya no son las flores las
que están debajo de la mesa y se producen como imagen real; sino que las flores son las que estan
paradas de manera caótica sobre la mesa , y el florero es el que está abajo, produciéndose como
imagen real el florero confiriendo una envoltura al ramo de flores. Esto le sirve a Lacan para dar una
imagen de la ilusión de dominio, de unidad, a un cuerpo que todavía no es tal, al cuerpo del
autoerotismo que no constituye ninguna totalidad.

Esquemas de los dos espejos: Lacan agrega un espejo plano, se produce una reflexión de esa
imagen real que produce el espejo cóncavo (pg 191 seminario 1). Hay dos imagenes diferentes:

La imagen real que se intrinca con el objeto físico, la imagen real del florero que se refleja en el
espejo cóncavo y se articula con las flores produciendo esa ilusión, que da forma pero no nitidez. No
nitidez porque ese holograma del florero da sensación de realidad porque es una imagen que se
produce en el espacio 3D pero a la vez una sensación de extrañeza porque los bordes no son del
todo definidos.

La imagen virtual, la que produce el espejo plano, es nítida, de bordes definidos y esta imagen a
diferencia de la imagen real se produce en el lugar donde no está.

Esto le permite a Lacan distinguir dos narcisismos (esto no es narcisismo 1rio y 2dario de Freud) :
uno en relación a la forma del cuerpo, el sentimiento del propio cuerpo, tener un cuerpo; y el otro en
relación a la constitución del yo en la identificación imaginaria al otro semejante, lo que le da además
al yo una permanencia mental.

Es un poco esquemática esta distinción, con un narcisismo doy cuenta de la constitución del cuerpo
con el otro doy cuenta de la constitución del yo, es una reducción. Me gustaría más transmitir: El
movimiento por cual en la articulación de lo imaginario, lo simbólico y lo real en la operación del
narcisismo, hay algunos matices para dar cuenta por un lado de la constitución del cuerpo 3D, que
ocupa un lugar en el espacio, y que supone ya un clivaje, unos bordes respecto del mundo exterior, y
por otro lado aquello que supone la constitución del yo, de la ilusión de unidad en tanto
reconocimiento vía identificación imaginaria en el otro semejante.

Si digo que me interesa esta distinción que Lacan introduce con los dos narcisismos es porque abre
a matices clínicos, a distintas posibilidades de lectura clínica en relación a las afectaciones
imaginarias en tanto tener un cuerpo, en tanto imagen corporal, en tanto consistencia del yo como
significación en la cual une puede reconocerse. Son matices del narcisismo que permite introducir
sutilezas, distinguir afectaciones, fracasos, trastornos de la operación del narcisismo relativas a la
constitución del cuerpo o a la identificación imaginaria que constituye el yo.

1er narcisismo: la relación a la imagen corporal, en tanto sentimiento de tener su propio cuerpo,
permite organizar el conjunto de la realidad en un conjunto de marcos preformados. Hay algo de las
coordenadas de la realidad y de los bordes del propio cuerpo que se organiza en ese 1er narcisismo
que supone la intrincación entre un objeto físico (las flores sobre la mesa) y una imagen real (que es
la reflección del florero por el espejo cóncavo conteniendo esas flores). La imagen real envuelve,
formula el objeto físico y el objeto físico, a su vez, fijan la imagen (interpretación mía). La posibilidad
de esa imagen va a darse a partir de la posición del sujeto.

2do narcisismo: lo que se produce por identificación con el otro semejante en la constitución del yo a
partir de la reflección en el espejo plano

Nota: 1er, 2do narcisismo no se refieren a una cuestión temporal son dos coordenadas de una misma
operación.

El espejo plano es el que va a determinar la posición del sujeto, con lo cual las 2 perspectivas del
narcisismo están determinadas, en la posibilidad de su producción, por la posición del espejo plano.
El espejo plano es la posición del Otro de lo simbólico, que va a determinar la posición del sujeto
como efecto y de la constitución tanto de la imagen real como de la imagen virtual.
La posición del espejo plano indica la posición de lo simbolico que va a ser condición para la
producción de la imagen real en tanto pueda ser vista desde la posición del sujeto y de la imagen
virtual en tanto que se produzca como ilusión de unidad o no. Entonces la determinación de lo
simbólico respecto de la operación del narcisismo, está dada por un lado porque indica la posición
del sujeto en tanto si puede o no ver desde su posición la composición de la producción de la imagen
y además porque es la inclinación del espejo plano la que va a dar o no la posibilidad de que se
refleje como imagen virtual, la imagen real que se había construido por la reflección del espejo
cóncavo.

La introducción del espejo plano va a entregar esa imagen virtual es el prototipo de la relación con el
otro semejante. El espejo plano en tanto soporte del Otro de lo s permite la identificación a esa
imagen, o sea la constitución del yo alienado al otro semejante desde un soporte s, y como entonces
el yo se constituye ahí a donde no es. Se introduce el conflicto ineliminable del yo, que es obtener la
ilusión de ser ahí donde no es. La identificación imaginaria al otro semejante, es la que sitúa las
relaciones a los otros, imaginarias y libidinales (en tanto el narcisismo implica la reunión de las
pulsiones parciales y la investidura del yo como objeto de amor).

Ideal del yo vs yo ideal.

Ubica al ideal del yo en la posición de la inclinación del espejo plano. La posición del espejo plano es
la posición que está dada por el decir del otro en lo s. Es la que en el esq lamda esta abajo a la
derecha Y(A), posición de lo s que determina la posición del sujeto como efecto y que sostiene la
imagen del otro semejante a la cual identificarse, en la cual el yo se constituye, vía la identificación
imaginaria. Esa imagen del yo ideal.

Esa imagen del otro, del semejante, en la cual el yo se constituye, es lla imagen amable, que
sostiene la palabra del otro y en la cual cada uno, cada vez puede constituirse en tanto yo, en tanto
conjunto de significaciones en las cuales reconocerse, en cuanto imagen que confiere ilusión de
unidad, también en tanto sentimiento de tener un cuerpo. En el esquema se ubicaría como la imagen
virtual.

Teóricos 4: Narcisismo

Ya teniendo en los otros espacios, tanto de comisiones de historiales como de seminarios, clases
que van a ser también referencia de este teórico. Las clases sobre narcisismo, la clase sobre estadío
del espejo y la clase sobre esquemas ópticos.

Les voy a proponer entonces un recorrido del narcisismo de Freud a Lacan, para ir articulando
también cuestiones relacionadas con la estructuración del sujeto; pensándolo ya desde el principio,
ustedes ya tuvieron la semana pasada un teórico de introducción de los tres registros: imaginario,
simbólico y real. Entonces vamos a también tratar de articular la estructuración del sujeto con lo que
sería la constitución del nudo subjetivo, del nudo del ser hablante, es decir, de la estructura subjetiva
concebida como un anudamiento entre los tres registros, cuestión que va atravesar de alguna forma
toda la cursada.

Vamos a comenzar entonces por Freud recordando los puntos centrales de su planteo,
particularmente su texto "introducción del narcisismo"; donde él introduce el narcisismo como un
concepto nuevo. Toma como punto de partida la observación clínica, pero hay algo que se desprende
más allá de la observación clínica, lo que sería esos casos en los cuales se presentaría un particular
interés libidinal en el propio cuerpo. Se desprende de allí para, justamente, plantear la idea de un
narcisismo primario y normal. Cuando el dice primario no está diciendo primero, si no que está
refiriéndose a un narcisismo que es estructurante, a un narcisismo que se da en todo sujeto, a uno
que forma parte de la constitución del sujeto. En ese sentido es primario, pero no es primero porque,
lo va a plantear en este mismo texto, que no esta presente desde el comienzo en el individuo una
unidad comparable al yo , si no que el yo tiene que ser desarrollado, algo tiene que agregarse al
autoerotismo una nueva acción psíquica para que el narcisismo se constituya.

Estamos entonces en el esquema uno del archivo que les envié. Freud propone entonces un primer
tiempo, que es el tiempo del autoerotismo; en el cual no hay aún una unidad comparable al yo, y un
segundo tiempo en el cual opera un nuevo acto psíquico que da lugar a la constitución del
narcisismo. Esta constitución del narcisismo se va a manifestar como una originaria investidura
libidinal del yo que luego va a poder ser cedida a los objetos en un tercer tiempo; que ustedes ven
ahí en el esquema uno como el tiempo de la elección de objeto. Freud plantea que esta originaria
investidura libidinal del yo es a las investidura de objeto como el cuerpo de una ameba a los
seudópodos que emite. Entonces vemos que lo que está planteando aquí Freud es una concepción,
podríamos decir, "monista" de la libido. Si bien es un monismo dual, porque hay una sola libido, no
dos (una del yo y una del objeto); si no que hay una única que o bien inviste al yo o bien inviste al
objeto y que hay una relación proporcional entre una investidura y la otra justamente porque es única,
es una sola. Entonces esa única libido es podríamos decir así, para Freud, un cuantum. Una cantidad
x, va a ser quitada de un lado para ser colocada en el otro.

En esa lógica de más y menos es que Freud va a plantear como los máximos ejemplos de lo que
sería toda la libido puesta en el yo, la fantasía del fin del mundo del paranoico y toda la libido puesta
en el objeto en relación con el enamoramiento. Entonces va a plantear que la libido es una y que
cuanto más se gasta de un lado, más se empobrece del otro.

Pasamos así al esquema dos. En este esquema pueden ver justamente una esquematización de los
distintos modelos pulsionales en Freud. Hay un primer tiempo, previo a la introducción del narcisismo
donde Freud va a distinguir las pulsiones de autoconservación de las sexuales, es su primer
dualismo pulsional.

En 1915, cuando Freud introduce el narcisismo, es un momento monista de la concepción de la


libido en Freud, justamente porque la libido es una. De modo que entonces lo que anteriormente eran
las pulsiones de autoconservación tanto como las pulsiones sexuales van a ahora volcarse en la
noción de libido. Entonces tanto las pulsiones de autoconservación del yo como las pulsiones
sexuales en este segundo momento, en el momento de introducción del narcisismo confluyen,
desembocan en esta noción de libido que justamente es una unidad dual porque puede volcarse o
bien en el yo o bien en el objeto. Este dualismo pulsional de el primer tiempo, pulsión de
autoconservación vs pulsión sexual, se refleja en el segundo tiempo en el dualismo propio de la
libido, si bien la libido es una, la libido yoica se va a articular con la pulsión de autoconservación y la
libido de objeto con la pulsión sexual. Pero lo que varía aquí es que la libido es una sola. Por eso la
introducción del narcisismo en la pagina 75 plantea la separación de la libido en una que es propia
del yo y una endosada a los objetos es la insoslayable prolongación de un primer supuesto que
dividió pulsiones sexuales, pulsiones yoicas. En realidad esta aclaración la hace porque este es un
momento en el cual Freud está discutiendo con Hume, con la concepción monista de Hume. Y por
eso esta ambigüedad entre el uno y el dos, entre el monismo y el dualismo cuando plantea la
cuestión de la libido, es decir la libido es una pero el quiere mantener justamente el dualismo
originario, que va a volver luego en el tercer modelo pulsional, que ustedes encuentran en el
esquema dos, que es justamente pulsión de muerte, pulsión de vida. En ese tercer dualismo
pulsional que se abre con más allá del principio del placer, lo que en 1915 es la libido, ya sea yoica o
de objeto, va a parar justamente a la noción de pulsión de vida en el tercer dualismo pulsional. Se va
a abrir en ese momento, a partir de más allá del principio del placer entonces la perspectiva de una
dimensión de la pulsión que es la pulsión de muerte que sería previa a la emergencia de la libido y de
la pulsión de vida que estaría en relación con el masoquismo primario y con la repetición, y que sería
independiente de la libido propia de la pulsión de vida.
Esto con respecto a lo que podríamos ubicar como la dimensión más estructural, más meta-
psicológica, en términos Freudianos, de la introducción del narcisismo por parte de Freud.

Freud plantea claramente en el texto que su teoría de las pulsiones tiene como antecedente la
distinción popular entre hambre y amor, entonces el primer modelo pulsional, pulsión de
autoconservación se va a articular o apoyarse en su surgimiento de lo que sería el hambre y la
pulsión sexual de lo que sería el amor. Entonces la noción de libido va a estar íntimamente ligada con
la cuestión del amor. Toda la segunda parte del texto de introducción del narcisismo aborda esta
cuestión de la relación de la libido con el amor que en el capítulo uno ya queda planteada de alguna
manera cuando Freud se pregunta qué es lo que hace que se pueda traspasar los límite del
narcisismo y colocar libido sobre los objetos. Y ahí sitúa justamente una cuestión de cantidad y va a
decir que un fuerte egoísmo preserva al enfermar pero al final uno tiene que empezar a amar para no
caer enfermo. Es decir que ahí entonces se hace presente la cuestión del amor. En verdad uno
podría decir que en el narcisismo ya está en juego el amor, el amor propio y que la pregunta que
plantea ahí es cómo se pasa del amor propio al amor por un otro, por un objeto, como va a ser
planteado en términos freudianos.

Entonces ahí se abre una doble vertiente en el texto de Freud respecto de lo que sería ya volviendo
al esquema uno el tercer tiempo, el de la elección de objeto. Va a plantear una doble perspectiva: por
un lado, la elección de objeto por apuntalamiento, es decir la que se soporta de la necesidad y se
desprende de ella. A ese tipo de elección de objeto la llama de tipo anaclítico y distingue la elección
de objeto en la vida de la madre nutricia o en la vida del padre protector. Y por otra parte, distingue
otro tipo de elección de objeto que es la elección narcisista, y dentro de la elección narcisista de
objeto va a distinguir cuatro posibilidades. Se ama (dice en la pagina 87) según el tipo narcisista a lo
que uno es a lo que fue, a lo que querría ser o a la persona que fue parte de sí mismo. Entonces lo
que va a plantear es que el objeto de amor pasa a recibir la investidura que en la infancia había
recibido el yo ideal infantil "his majesty, the baby", esa imagen de "completud" que pone la figura del
niño pequeño pasa a configurar un yo idea infantil que luego se desplaza al objeto en el
enamoramiento. Entonces el objeto es idealizado ya que se encontraría en posesión de todas las
perfecciones valiosas que en la infancia condensaba el ser infantil mismo del sujeto.

La perspectiva de Freud que luego será tomada por Lacan, es la del amor. Otra perspectiva
fundamental en ese texto de narcisismo es la cuestión del Superyó (conciencia moral).

Esquema 3: la conciencia moral pone en juego una instancia, que es el ideal del yo y vehiculiza la
satisfacción. O sea que hay una satisfacción propia de este estadio del narcisismo que se juega en
relación a esta instancia del ideal del yo. Plantea entonces que la conciencia moral cumple una
función de estar midiendo continuamente al yo actual con el yo ideal. Entonces hay una relación
estrecha entre el narcisismo y la mirada.

Esquema cuatro. Alli Freud parte de la interrogación acerca del fenómeno de la sobrestimación del
objeto en el enamoramiento. El objeto amado goza de cierta extensión de la crítica (pág 106 de
psicología de las masas). Se produce un efecto de espejismo. Ahí plantea que lo que está en juego
es una idealización del objeto, donde el objeto es tratado como el propio yo. El enamoramiento afluye
al objeto de libido narcisista, entonces el objeto sirve para sustituir un ideal del yo propio no
alcanzado. Entonces, en el enamoramiento, el objeto es colocado en el lugar ideal del yo. Plantea
una distinción entre identificación y enamoramiento. El enamoramiento se define a partir de la
servidumbre enamorada, mientras que la identificación se define a partir de la fascinación.

En la identificación el yo se enriquece con las propiedades del objeto, colocado en el lugar del yo,
mientras que en el enamoramiento el yo se empobrece, es entregado al objeto y este último es
colocado en el ideal del yo. La diferencia es el lugar en el que es colocado el objeto.
Esquema cinco: plantea que la estructura de la masa es una estructura donde hay un doble
funcionamiento; por un lado, está operando el yo , x otro, el enamoramiento. El enamoramiento tiene
que ver con el líder de la masa (objeto exterior), que pasa a ocupar el lugar ideal del yo. Todos los
que conforman la masa se enamoran del líder. A la vez ese enamoramiento produce una
identificación entre todos los yoes de la masa. Forman un mismo cuerpo, unidad.

En "El yo el y Ello", Freud dice que el yo es un ser corpóreo, estatuto corporal y no sólo superficial,
sino incluso la proyección de la superficie. La imagen de una superficie corporal en el espejo.

Ahora Narcisismo en Lacan:

La importancia de la imagen propia en el ser hablante. Lo vincula con el estadio del espejo. Cuando
ese infans no está maduro para experimentarse como una unidad, sin embargo anticipa a partir del
encuentro de su imagen con el espejo. Hay una ruptura entonces, contra la lógica de la perspectiva
evolutiva y que instala una pregnancia de lo imaginario que viene a funcionar como la ortopedia, allí
donde hay una prematuración. La pregnancia de la imagen especular del ser hablante es una
respuesta/solución a la prematuración (antes en Freud estaba la idea del desamparo emocional del
ser humano).

Lacan mantiene este asunto porque es una traducción clínica, observable, de la distinción
fundamental entre el ser hablante y el animal, que es la perturbación radical del instinto en el ser
hablante.

Esquema seis: Demuestra el instinto como un nudo entre el imaginario y lo real. El instinto es un
saber que está inscripto en lo real del cuerpo que orienta conductas en el animal. Esto que está
inscripto en el cuerpo funciona con imágenes, sensitivas, táctiles. En el animal los comportamientos
que ya se encuentran programados/pautados se desencadenan en imágenes. El nudo del animal y la
manera en que está en el mundo, es por un anudamiento entre lo real e imaginario. Le basta con
esos dos registros para saber qué hacer con su vida.

Esquema 7: En el ser hablante, lo imaginario y lo real están sueltos. En el primer momento que Freud
denomina autoerotismo, se puede ubicar la falla del instinto. Que estén sueltos tiene que ver con que
en el ser hablante aparece el tercer registro, el simbólico. No sabemos si primero se perturbó el
instinto o al revés.

El asunto es que en ese primer tiempo de lo que luego va a devenir la constitución del sujeto,
imaginario y real están sueltos, es decir, no hay instinto. Por eso la indefensión del ser humano, no
sabe hacer nada sin otro porque no hay instinto que lo oriente. Aparece entonces lo simbólico.

Podríamos decir que hay lenguaje en los animales pero el lenguaje animal es de signos, funciona al
servicio del instinto. Se ubica entre lo imaginario y lo real. A diferencia de esto, el lenguaje humano
ubica el significante, que por sí mismo no tiene sentido, es decir, no hace signo. Lacan ubica aquí la
lengua, como estatuto primario en el ser hablante, que son los significantes que están sueltos.

En este primer tiempo donde están los registros sueltos, es decir, que el simbólico aún no se unió
con el imaginario y lo real, ¿cuál es el estatuto del cuerpo propio y del OTRO (parental, alteridad
radical contra al infans del cachorro humano)?. Es un Estatuto de fragmentación. Es decir, la lengua
da cuenta de significantes sueltos, que hablan solos, cada uno por su cuenta, que este primer tiempo
constituyen un otro fragmentado. Lo mismo ocurre con el cuerpo, en el autoerotismo es un cuerpo
fragmentado, por pedazos que buscan satisfacerse cada uno por su cuenta pero que no conforman
una unidad (esto sucede en la esquizofrenia).
En el esquema nueve: empiezan a anudarse los registros, donde pasamos de la lengua al lenguaje.
Este es de órden simbólico. Ya implica entonces una articulación entre los significantes. En este
tiempo se constituye verdaderamente el narcisismo, se constituye el yo, el cuerpo y la realidad.
Posible gracias a la lógica de la demanda, donde el sujeto se dirige al otro primordial, que encarna el
todo poder, la omnipotencia, que puede estar o no estar. Este es el momento del Fort-Da de Freud.
Entonces acá se va construyendo la cadena significante, se van anudando y produciendo efectos de
sentido.

Esquema diez: ¿Cómo se anudan los 3 registros? A través del estadio del espejo.

Lacan plantea en el seminario 1 que lo imaginario y lo real del cuerpo, están separados en el ser
hablante, a diferencia del animal que ya nace con su nudo hecho por el instinto, en cambio en el ser
hablante imaginario y real están separados. Y el estadio del espejo, que va a dar cuenta de la
constitución conjunta del yo, el cuerpo y la realidad, es una operación de entrelazamiento entre
imaginario y lo real. En el estadio del espejo, imaginario y real se anudan por medio de lo simbólico.

En el primer espejo, cóncavo, correlativo de un primer narcisismo (que no quiere decir primario
porque es secundario respecto del autoerotismo). Hay dos espejos porque hay dos narcisismo; en
un segundo tiempo del narcisismo tenemos un primer espejo, el cóncavo, que da cuenta de una
primera operación de constitución conjunta del yo, el cuerpo y la realidad, donde se entrelazan los
tres registros gracias al estadio del espejo. Al mismo tiempo que se constituye el yo, se construye el
no-yo, como es el mundo exterior, la realidad. Entonces se constituye el interior y el exterior en
conjunto.

Lacan posteriormente en el esquema Ro, en el seminario 5, dará cuenta de la constitución conjunta


del yo, el cuerpo y la realidad. Cuando los tres registros están sueltos, esto no sucede.

Entonces tenemos las flores que serían el objeto real, que viene a representar lo real del cuerpo, el
manojo de las pulsiones parciales, y por otro lado, tenemos el florero que es la imagen del cuerpo, lo
que vemos en el espejo, la envoltura. Las flores son el contenido, el florero el continente. Las flores
representan lo real y el florero lo imaginario. Entonces el ojo verá las flores dentro del florero,
constituyéndose así el cuerpo, cuerpo y realidad. Esto sucede gracias a una doble función de lo
simbólico, la cual está compartida entre el ojo y lo simbólico. El ojo representa la función del sujeto, y
el sujeto representa la mirada del otro que encarna el ideal del yo Freudiano, que encarna al gran
OTRO.

Esquema 11: Vemos que hay una doble vertiente en el estadio del espejo, (ESQUEMA LAMBA) el
eje imaginario y el eje simbólico. Por un lado está la relación imaginaria entre yo y el otro (a), el yo se
constituye como una ajenidad radical, y dicha relación será fundamental en la vida del ser hablante, y
va a llevarlo a todo tipo de capturas por la imagen del otro. La pregnancia que tiene la imagen en el
semejante tiene su raíz en el estadio del espejo y en la relación imaginaria y en el hecho de que el yo
es siempre otro. Entonces acá, se agrega al planteo Freudiano de la relación entre amor y
narcisismo, se agrega desde el planteo Lacaniano la relación imaginaria con el semejante marcada
por la agresividad. La relación imaginaria es a la vez erótica y agresiva, porque el yo se constituye en
el lugar del otro, todo el tiempo el otro me puede sacar de mi lugar. Está en juego la dimensión
imaginaria de que hay un sólo lugar para dos, porque uno podría decir que el estadio del espejo hace
que 2 sean 1, cuando aparece el otro, que es una alteridad, en el campo del espejo, es 1, es yo,
viene a quitarme el lugar.

También la agresividad en el ser hablante es erótica. El otro va a encarnar siempre esa completud de
la que yo carezco.
Esto sería el eje imaginario del estadio del espejo que da cuenta de la relación con la imagen en el
espejo. Y por otro lado está trascendiendo, esa relación imaginaria, el eje simbólico, donde se pondrá
en juego el ICC. Ahí estamos entonces en la relacion entre el ojo y el espejo. Todo lo que tiene que
ver con el yo, el cuerpo y la realidad está atravesado a la vez por el SUPER YO. Es decir, cada vez
que nos miramos en el espejo está esta mirada crítica.

Luego se introduce el espejo plano, ese segundo espejo, si empezamos a articular el narcisismo con
el Edipo, los 3 tiempos del Edipo: metáfora paterna, entonces ya podemos articular el espejo plano
con el pasaje del narcisismo por la instancia del nombre del Padre.

Esquema 12: Podemos distinguir un primer narcisismo, donde opera el espejo cóncavo, donde
podemos ubicar el deseo de la madre, el otro primordial. Cuando decimos "madre o padre",
hablamos de funciones que pueden ser encargadas por distintas figuras. Y esto se va a articular con
las pulsiones yoicas de Freud, es decir, todo lo que tiene que ver con la herencia de las pulsiones de
autoconservación. Esto se va a articular con lo que llamamos en Freud juicio de atribución: uno de
los dos tiempos lógicos. En freud, ell primer yo, el real o de placer, se constituye a partir de la
atribución donde lo placentero es yo y lo displacentero es no-yo.

Ya hay unificación del yo, cuerpo y realidad con un estatuto singular. Falta la mediación del espejo
plano, donde la imagen real se produce “en el aire” delante del espejo, cerca del ojo. A diferencia del
espejo plano (el que tenemos en casa) nos vemos detrás del espejo, pero si vemos una imagen en
un espejo cóncavo nos veremos adelante, cerca de nosotros. Esto es el estatuto de las psicosis
cuando no están encadenadas, cuando están anudados los registros. Un cuerpo que se nos viene
encima. Hay un exceso que no está regulado en relación con el objeto, ya que está rigiendo este
juicio de atribución, lo cual el objeto se vuelve amenazador, todo lo que no es yo es displacentero.
Entonces se podría decir que el sujeto está atrapado en su propia imagen en el espejo y todo lo que
venga de afuera es amenazador.

El segundo narcisismo, ya implica la introducción del espejo plano, la operación nombre del padre, ya
implica una instancia que acota la omnipotencia del deseo de la madre, que metaforiza el mismo. El
nombre del padre es una especie de catalizador, que transforma el deseo de la madre e introduce a
la castración. Introduce una falta o falla, que es fecunda, es positiva. La única manera que tenemos
los seres hablantes, que la relación con la imagen en el espejo o con el semejante, sea vivible, es
soportando la falla. Porque sino quedamos bajo la tiranía del SUPERYÓ, que plantea ese ideal del yo
inalcanzable, esa completud que no existe. Estamos fallados, por estructura. El espejo plano, vuelve
visible la relación imaginaria con el propio cuerpo y el del otro.

En este segundo narcisismo, ya entra en juego la imagen del semejante, del pequeño otro. Tiene que
ver con una segunda operación Freudiana que es el juicio de existencia, donde entra en juego el p.
de realidad, entonces se verifica la existencia fuera de mi, articulación con la alteridad. Es ahí donde
se pasa de las pulsiones yoicas a las pulsiones sexuales, ya hay posibilidad de investir libidinalmente
el cuerpo de otro, de amar. Hay asegurada una distancia entre el yo, cuerpo y realidad por este
espejo plano.

Videos semana 4

La tópica de lo imaginario

Biblio: Cap7, seminario 1, Lacan. Cap7, seminario 3, Lacan. Estadio del espejo, escritos, Lacan.

Al comienzo de su enseñanza, ubica los 3 registros como tres sistemas de referencias para poder
abordar la experiencia freudiana. Luego, los va a anudar. Estos 3 registros no se pueden pensar uno
sin los otros 2, pero al comienzo Lacan plantea que el registro simbólico va a determinar al imaginario
y al real.

Lacan plantea que es fundamental la relación imaginaria para:

- la constitución del narcisismo y el cuerpo unificado

- la relación con el semejante

-efectos del significado o significación.

Hay 3 aspectos del registro imaginario:

-Respecto al estadío del espejo: hay una relación de coparticipación entre la insuficiencia
madurativa y una anticipación de una imagen unificada en el espejo, y que el niño experimentaba con
júbilo cuando podía reconocerse en el espejo en esa imagen especular.

A partir de su enseñanza, Lacan toma esa imagen especular, esa constitución del estadío del espejo,
ese narcisismo que se constituye, lo independiza de cualquier proceso de maduración biológica, y lo
hace depender de la estructura simbólica. Es decir que va a depender tanto la constitución de un yo
unificado como de un cuerpo unificado a partir de qué manera se ha jugado para el sujeto la
estructura simbólica. O sea si la estructura simbólica contaba con el significante primordial que
vamos a llamar significante nombre del padre o complejo de edipo que va a posibilitar que ese
estadio del espejo le provea al sujeto una imagen unificada de su yo y de su cuerpo.

Este estadio del espejo no es un proceso que vaya de (...) porque en principio, a partir de que el
viviente queda atravesado por el lenguaje, lo que se produce es una fragmentación. Para que haya
un yo y una unificación corporal es necesario que intervenga Otro simbólico y ese acto psíquico, esa
identificación especular sostenida de lo simbólico, produzca esa imagen unificada.

Estos 3 registros van a participar de diferente manera de acuerdo a la estructura psicopatológica. No


es lo mismo contar con el nombre del padre que no contar con él. Y los efectos a nivel imaginario van
a ser distintos.

Lacan ubica en el estadío del espejo que el yo es un complemento ortopédico respecto a la


insuficiencia madurativa, y que se va a producir siempre a partir de una identificación imaginaria,
especular, en la que se tiene que asumir como propia una imagen que siempre le es ajena. Por lo
tanto, la relación al yo siempre está marcada por una inestabilidad fundamental. La relación con el
semejante también queda marcada por este inicio, dónde queda siempre señalada una relación de
exclusión “o yo o el otro”.

¿Por qué es habitable la relación con el semejante? Gracias a ese tercer lugar, relación simbólica,
nombre del padre, que va a venir a efectivamente ordenar los lugares.

Sin embargo, se puede pensar que ordena los lugares y los complica al mismo tiempo. El ser
humano no tiene determinaciones instintivas como los animales para arreglárselas con el otro. Esto
es consecuencia de estar atravesados por la lengua. Siempre estamos marcados por una
inestabilidad fundamental.

Por otro lado, ¿cuál es la relación con el lenguaje? Saussure ubica una relación biunívoca entre
significado y significante. Lacan rompe la barra entre los dos porque para obtener significado es
necesario tener una relación entre al menos dos significantes.
Entonces, el significado, que es imaginario, va a ser efecto de la articulación de 2 significantes en
términos simbólicos. Aquí vemos cómo lo simbólico está determinando lo imaginario. Ej: el dulce
lamentar de los pastores / El dulce lamen tarde los pastores. Ahí tenemos las mismas palabras y de
acuerdo a como lo ubiquemos, podemos encontrar significado variable.

Esquema LAMBDA: 2 ejes: eje simbólico y eje imaginario

Eje simbólico: ubicado entre A (Otro con mayúscula) y el Sujeto del significante. Ahí ubicamos al icc,
al discurso del Otro, todas las formaciones del icc, que dan cuenta de que el icc insiste, lo simbólico
insiste.

Eje imaginario: entre yo (a’) y el semejante (a). Ahí ubicamos el eje yoico, el eje de la resistencia, de
la significación que resiste a la insistencia simbólica. Lacan denomina a este eje imaginario “El muro
del lenguaje”.

A partir de esta afirmación, resumimos. Pensamos la tópica de lo imaginario en 3 aspectos:

1)en relación al estadío del espejo y la constitución del narcisismo, la constitución de un cuerpo
unificado. Este narcisismo está fundado en una inestabilidad fundamental, a partir de que se
constituye respecto de la imagen de un otro que tiene que asumir como propia.

2) En la relación con el semejante, que siempre está teñida de agresividad o de una cautividad
erótica, partiendo de la relación a la etología, solo que en el ser humano al intervenir la ley simbólica
se hace más apacible la relación con el semejante.

3) La relación al lenguaje tanto en términos el significado efecto del significante ,y el sdo en términos
imaginarios, tanto como el eje imaginario que resiste a la insistencia simbólica.

Podemos pensar en el registro real en relación al acontecimiento actual que nos atraviesa a todos,
los dejar inermes, nos angustia y nos deja frente a que estamos constituidos en una inestabilidad
fundamental, y frente a este real que irrumpe y frente al cual no tenemos respuesta únicamente
vemos afectados nuestros yoes, lazos sociales, comunicaciones y nuestros narcisismos que están
marcados de esa inestabilidad fundamental y hoy más que nunca eso se nota.

La fábula del picón

Lacan lo utiliza para transmitir la extrema importancia de lo imaginario, de la imagen. Fábula porque
es un relato breve que trata de explicar, transmitir una enseñanza, fijar algunas ideas sobre la función
de la imagen en una perspectiva comparativa entre lo animal y lo humano.

Al picón macho en un determinado período y territorio preparado para esto, la visión de la hembra le
provoca el inicio de una suerte de danza en zig zag, en la que cada movimiento del macho produce
un movimiento en la hembra y se produce un ciclo de comportamiento sexual que permite el
apareamiento. Luego de inducir a la hembra a un túnel que ha preparado, el macho hace agujeritos
para marcar un cierto territorio.

“Se trata de un animal logrado, ideal, que ofrece una visión de completud, de ajuste completo con el
medio”. Son todos adjetivos que contrastan fuertemente con la experiencia humana. Es clave aquí el
instinto. Nos muestra la importancia de la imagen en un comportamiento sexual complementario (=/
sexualidad humana) basado en que el animal va quedando capturado en una Gestalt, en una forma
completa, y se identifica literalmente a esa imagen que funciona como estímulo desencadenante.

Lacan interpreta esto, la danza; hablando de un mundo cerrado, de dos, donde hay una conjunción
de libido objetal y libido narcisista. Por el instinto hay una fijación narcisista a esa imagen. Es esa
imagen y solo esa la que el ave está esperando y que va a desencadenar cierto comportamiento
motor. Todo el ciclo del comportamiento sexual está dominado por lo imaginario en esta perspectiva
de instinto, complementariedad, ajuste al medio.

En este punto Lacan se pregunta si se produce algo de esto en el ser hablante. “Las manifestaciones
sexuales en el hombre se caracterizan por un desorden eminente. Nada se adapta. Esa imagen
presenta, ya sea en la neurosis o perversión una especie de fragmentación, estallido,
despedazamiento, inadaptación, inadecuación”. Esta es una conclusión parcial, a la que agrega, a
propósito de los agujeritos que el picón cava, que la sexualidad humana agujerea cualquier verdad.
No sólo tenemos preguntas respecto al partenaire, que nos gusta, qué nos atrae, sino también
preguntar con respecto a nosotros mismos: ¿qué es ser una mujer? ¿Soy un hombre o una mujer?.
Son preguntas propias de la neurosis.

Lacan da una vuelta más sobre el picón trabajando la relación imaginaria, el eje imaginario del
esquema LAMBDA, eje narcisista, eje a-a’, eje especular, para decir que la relación narcisista es de
captación o cautivación erótica y también la base de la agresividad. Para tratar esta relación
narcisista con este aspecto de motivación erótica y agresividad se vuelve a referir al picón,
incluyendo la cuestión del engaño y la presencia en la escena de otro picón macho. Si otro picón
macho se acerca al área marcada por los agujeritos, se desencadena el reflejo de combate. Hay un
punto límite en el que el animal no sabe si atacar o no. En la experiencia se lo engañó con un
señuelo simulando ser otro picón macho. La respuesta fue ponerse a hacer los movimientos propios
del comportamiento sexual. Es decir que hay en cierto punto también un desarreglo también en el
mundo animal. Lacan lo toma para destacar que todo el comportamiento, incluido el desarreglo, se
juega en el plano imaginario. Aquí plantea una segunda conclusión parcial “esto es sólo un apólogo
destinado a mostrar que la ambigüedad, la hiancia de la relación imaginaria exige algo que mantenga
relación, función y distancia. Es el sentido mismo del complejo de Edipo”. A continuación menciona
esa función tercera, de mantener la distancia, nombrando la ley, lo simbólico, la palabra, el Edipo
(respecto al eje a-a’).
Lacan desprende de sus referencias al picón la idea de que el lenguaje nos traumatiza en tanto seres
vivientes, produciendo imágenes fragmentadas, que nos altera completamente en nuestra
naturaleza, que no hay instinto para el ser hablante, en todo caso hay modos de satisfacción ligados
a las pulsiones parciales. Nada ligado con un ajuste, con un ideal, con una complementariedad.
También será el lenguaje mismo, con la dimensión de la ley, la palabra, lo que opera produciendo
cierta pacificación y orientación.

Esquemas ópticos

Biblio: seminario 1: cap VII: par 2; cap XI: par 2.

Articular el estadío del espejo y los tres tiempos del complejo de Edipo por medio de los esquemas
ópticos.

¿Qué es el esquema óptico?

Son esquemas ópticos dan cuenta de la constitución de una ilusión óptica. Un conjunto de elementos
desordenados (flores) quedan contenidos dentro del jarrón, produciendo esa buena imagen, esa bella
imagen de armonía, en donde esas flores están bien contenidas. Ilusión que depende de la posición
del sujeto.

Los esquemas ópticos permiten visualizar la imagen armoniosa, ideal, a la cual el sujeto se va a
identificar en la constitución del yo. Con la adición del espejo plano, Lacan agrega el elemento
fundamental que es el papel del Otro. Lacan piensa que para que se produzca la acomodación entre
lo imaginario y lo real, se requiere la mediatización de lo simbólico.

¿Cómo entender esa mediatización del otro?

3 referencias del Seminario 1:

“en la relación entre lo imaginario y lo real, y en la constitución del mundo que de ella resulta, todo
depende de la situación del sujeto. La situación del sujeto -deben saberlo ya que se lo repito- está
caracterizada esencialmente por su lugar en el mundo simbólico, dicho de otro modo, en el mundo
de la palabra” Pag. 130. Lacan destaca cómo la constitución del mundo, y el cuerpo, el yo no es otra
cosa que el primer cosa total del mundo, el primer objeto del mundo, es clave el lugar del sujeto en lo
simbólico. Caracteriza a lo simbólico como el mundo de la palabra.

“¿Cuál es mi deseo? ¿Cuál es mi posición en la estructuración imaginaria? Esta posición sólo puede
concebirse en la medida en que haya un guía que esté más allá de lo imaginario, a nivel del plano
simbólico, del intercambio legal, que sólo puede encarnarse a través del intercambio verbal entre los
seres humanos. Ese guía que dirige al sujeto es el ideal del yo” pag. 215. Se destaca el papel de la
palabra en la constitución del yo. Esa palabra la podemos localizar en el espejo plano, o en la
relación entre el espejo plano y el ojo, en la relación entre el sujeto y el Otro.

Incluso podríamos hacer una división de los 3 registros en este esquema. Podríamos ubicar en el
campo de lo simbólico al espejo plano y el ojo. En el campo de lo imaginario a la ilusión óptica que
está en el espejo plano, por detrás del espejo plano. Y podríamos ubicar a lo real como eso que
queda inaccesible. El sujeto sólo puede acceder a esa imagen ideal a la cual se va a identificar a
través del Otro, a través de la palabra del Otro. La constitución de esa imagen que llamamos yo ideal,
y que ubicamos en la ilusión que está por detrás del espejo plano, del jarrón conteniendo a las flores,
es una ilusión que se produce a partir de la palabra del otro. Se produce a partir de lo simbólico, y de
la posición del sujeto. Si lo simbólico está constituido a partir de significantes que no significan nada,
la palabra del Otro es algo a ser leído, no tiene un sentido unívoco. Por eso tiene algo de traumático,
porque qué quiere decir el otro cuando dice, qué quiere decir la palabra del otro cuando no tiene
ningún significante asociado. Se requiere un código para poder leer la palabra del Otro y poder
establecer algún tipo de respuesta a ver ¿qué dice el Otro? ¿Qué dice el Otro de mí, cuando dice?
Para poder dar algún tipo de rta a esa pregunta hace falta una clave de lectura, que ordene esos
significantes que en sí mismos no significan nada. En esa ilusión, el jarrón conteniendo a las flores
detrás del espejo plano, donde antes se propuso ubicarlo imaginario, ahora se propone ubicar el
registro de las respuestas. De la respuesta a la pregunta: ¿qué dice el Otro de mí? mejor plantear la
pregunta: ¿Por qué se va a identificar el sujeto a esa imagen que llamamos yo ideal?

“En el amor se ama al propio yo, al propio yo realizado a nivel imaginario” pág. 216. En el amor se
arma al propio yo. Y es que si el sujeto se identifica con esa imagen, es justamente porque es una
imagen amable, digna de ser amada. Y en ese sentido, se convierte en una respuesta: ¿Cómo me
convierto en algo amable para el Otro?¿Cómo obtengo un lugar en el Otro? y ¿cómo obtiene el
sujeto alguna respuesta? Leyendo los significantes que el Otro le ofrece.

Una cosa son los significantes que el Otro le ofrece y otra cosa distinta es la respuesta que el sujeto
produce en su lectura de esos significantes. Esta respuesta se ubica en la imagen armónica del
jarrón sosteniendo las flores. En cambio, esos significantes están en el espejo plano.

Podemos leer la respuesta que es el yo ideal a partir de la pregunta. ¿qué quiere el Otro de mí?

Podemos leer la imagen ilusoria, yo ideal, como el falo imaginario, como ese objeto amable, que me
garantiza ilusoriamente un lugar en el Otro, el amor del Otro.

Quinta semana del primer conjunto temático

Practico: Tótem y Tabú

¿Cuál es el sentido de este texto en este conjunto temático?

La función del padre, el nombre del padre articula y organiza las estructuras clínicas.

2 antecedentes freudianos del concepto de Padre en Lacan: el complejo de Edipo (3 tiempos) y el


padre de la horda primitiva.

“El padre simbólico es el padre muerto”.

La palabra Tótem refiere a las sociedades totémicas, organizadas alrededor de la figura de un tótem.
El totemismo es considero la 1era religión humana, o incluso una formación previa a los sistemas
religiosos que se desarrollaron después. La palabra Tabú se refiere a una prohibición, no de
cualquier objeto, sino de algo sagrado.

Freud parte de la observación de tribus australianas, observa que en estos pueblos primitivos no
deberíamos encontrar mayores miramientos morales en su conducta sexual y sin embargo nos
encontramos lo contrario. Rige pa ra ellos la prohibición del incesto ( no hay relaciones entre
miembros de una mismo clan, la unión se entre miembros de diferentes clanes- exogamia). Además
se encuentra un marcado horror frente a él y un conjunto de medidas protectoras destinados a
evitarlo.Son tribus organizadas totemicamente, es decir, por clanes donde cada clan está organizado
en torno a un tótem. Son nombrados por el tótem, que es un animal particular para cada tribu del cual
la tribu entiende que desciende, el animal totémico es una suerte de padre ancestral, el cual está
prohibido tanto matarlo como comerlo. Esta figura totémica brinda cuidado, protección y auxilio a todo
el clan y como contrapartida de ésto los miembros del clan, lo respetan y cumplen la prohibición.
Esto también organiza los vínculos familiares, más allá de los vínculos sanguíneos, padre y madre
son cualquier adulte del clan, como también hermano y hermana porque todes nos hijes de este
mismo padre ancestral.
Freud se pregunta por el origen, del totemismo y de la prohibición del incesto y la salida exogámica.
Supone preguntarse por la estructura previa al totemismo y cierto conjunto de transformaciones o
pasajes. Una 1era hipótesis de Freud es articular a éste tótem la fig de la padre, deriva de esto una
conclusión de interés psa: Si el tótem es el padre, entonces podemos articular los 2 mandatos más
importantes del totemismo con los 2 crímenes de Edipo, esto es no poder matar al padre y la relación
incestuosa. Freud hace un conjunto de paralelismos entre el sujeto primitivo y el sujeto neurótico.
Una articulación que hace es entre el animal totémico y la particular presencia de ese animal que
aparece en las fobias infantiles (zoofobias, ej Juanito); lo que se ve en ambos es una doble relación
por una lado de cierta atracción y a la vez cierto temor en algún sentido sagrado. Por otro lado la
articulación entre el Tótem y el Padre, Freud sitúa la compleja relación del sujeto neurótico con el
padre en términos de ambivalencia, atravesada por admiración/ amor, pero también rivalidad/odio.

En el despliegue de esta preguntas se refiere al banquete totémico (Smith) y a la horda primordial


(Darwin). El banquete totémico es la conjetura de que en origen del totemismo ocurría un banquete
en el que, de manera sacrificial y ritual, se mataba al propio animal del clan y se lo comía. La horda
primitiva se refiere a una formación comunitaria en algún sentido más primaria, antecesora, a la
noción de tribu o de clan.

En base a esto Freud presenta una hipótesis fantástica (Lacan lo lee como un mito). Freud habla
de hipótesis porque dice que se puede conjeturar pero no verificar, pero en tanto en hipótesis tiene la
ventaja de establecer una unidad entre elementos que hasta ese momento aparentemente estaban
separadas. Dice que en esta horda primitiva podemos suponer que un padre violento a base de su
propia fuerza posee a todas las hembras y cuando algún otro macho o hijo quiere disputar su lugar o
lo expulsa, o lo castra, o lo mata. Un día los hermanos expulsados, se aliaron mataron y devoraron al
padre, poniendo fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente
les habría sido imposible.

Acá es interesante por un lado lo que Freud marca como límite de lo individual y lo que los hermanos
unidos pudieron hacer, que va tomando la característica de una institución de lo común y de lo social,
entre ellos. Freud marca que nada impediría que alguno de los hermanos quiere ocupar el lugar del
padre, esto tal vez ocurrió por varios ciclos y períodos pero la situación vuelve al sitio de partida. En
esta historia se produce una diferencia significativa cuando ningún hermano ocupa el lugar del padre.
Otro elemento que Freud localiza a partir de la ambivalencia frente al padre, es que estos hijos de la
horda rivalizaban con este padre y lo odiaban pero también lo amaban y admiraban. Luego que los
hijos matan al padre sienten culpa.

El padre muerto se vuelve más fuerte que cuando estaba vivo, porque lo que el padre les impedía a
hacer a éstos hijos, ahora ellos comienzan a prohibirselo: el incesto. Antes no había ley como tal,
sólo imperaba la fuerza de este padre. Cuando asesinan al padre y ninguno ocupa su lugar, es en
ese lugar vacío que instituyen a un Tótem, símbolo del padre muerto y a partir de ésto se instituye la
ley. La ley en 2 sentidos: la prohibición del incesto y el respeto al padre de no matarlo (una ley, que
una parte aplica al objeto y otra parte a la propia ley). Esta forma de culto es la 1er religión, o incluso
la 1er matriz a partir de la cual se derivan las posteriores religiones.

Freud extrae un origen común de ciertos elementos que no parecían estar conectados que son: lo
religioso, la organización (prohibición del incesto y exogamia) y la transmisión generacional que esto
s upone. Los nuevos miembros del clan heredan todos estos aspectos.

¿En qué sentido ubicamos en esto uno de los antecedentes del Padre en Lacan?

Por un lado situamos: un símbolo, el tótem, que no es el padre sino que lo representa. Es una
manera de pensar lo que Lacan llamó nombre del Padre. No es sólo el sgte Padre sino el sgte del
nombre del Padre. Es decir, no es el padre como tal sino el acto, o la función de alguién que
interviene en su nombre, en nombre de ese sgte, a título de Padre. Si lo articulamos con Tótem y
Tabú, podemos decir que es la función de un lugar vacío, aquel de padre muerto, desde dónde se
articula un ley. A la que podríamos oponer o contrastar un lugar no vacío, lleno, ocupado por un
padre que no encarna la ley sino que ejerce su propio capricho. Incluso podría decirse que abusivo
llamarlo padre, podríamos decir que es el macho de la horda porque justamente lo que articulamos a
la función del padre es la ley. Respecto del macho de la horda, el sujeto queda tomado como objeto
de goce, goce de su arbitrariedad; y en caso del segundo, por la ley que precisamente prohíbe el
goce incestuoso, es que el sujeto puede fundarse como tal.

Esta diferencia entre un lugar vacío desde donde que se articula una ley y un nombre (el tótem es lo
que los nombra a los miembros del clan), se puede articular con la definición de que el padre es un
agujero que como un torbellino puede tragar pero también es un agujero desde el que sale un
nombre. Este es el nombre del padre, función donde se articula una ley.

Padre y Madre son funciones, la función de estructura, de la ley y la función del deseo. Ley en tanto
permite la constitución de una comunidad y fundar un sujeto posible a partir de la exogamia.

Para el psa pierde interés contrastar la hipótesis fantástica. Se vuelve relevante la lectura que hace
Lacan de esta construcción como un mito, en tanto instituye un valor de verdad para el sujeto. En
relación con una clínica de la escucha, y no de la mirada (como la observación empírica) sino lo que
puede escucharse, ubicar ahí la lógica de un texto y articulada a esa lógica que economía libidinal se
pone en juego. Poder localizar la función de este símbolo o sgte (símbolo y sgte son cosas distintas
las uso como sinónimos para articular el símbolo totémico y el sgte del nombre del padre).

Con respecto a lógica de un texto y la economía libidinal se puede hacer un contrapunto entre 2
coordenadas. Por un lado un lugar vacío, origen de una ley donde se pone en juego la referencia al
padre muerto. Por otro lado un lugar no vacío, en algún sentido lleno, ocupado, o no atravesado por
la ley, por la prohibición del incesto a partir del cual el sujeto es tomado como objeto, se lo puede
articular con un padre vivo, o con lo vivo del padre.

Metafóricamente “hacerse el vivo”- por fuera de la ley, o pretender ocupar el lugar que debe
permanecer vacío. je

Lo que vimos son dos tiempos y dos coordenadas. Un primer tiempo de la horda primitiva donde no
opera en sentido estricto ninguna ley, sino el capricho o la fuerza de uno, que está como exceptuado.
Luego efecto de su muerte y la instauración del Tótem, un segundo tiempo donde se pone en juego
una ley, que es una institución que como tal los atraviesa a todos y los instituye como clan y como
comunidad. Por otro lado en términos estructurales, este texto de Freud ofrece dos grandes
coordenadas estructurales diferentes y dos economías libidinales diferentes. Esto es lo que estamos
estudiando a través de la función del padre como Ley en la metáfora paterna y cómo esto se pone en
juego en una dialéctica con el deseo y con el goce del otro.

Seminario: la metáfora paterna

Se trabaja del Seminario 5 de Lacan, parágrafo 3 de los capítulos VII, IX y X.

Cuestión operatoria de la metáfora. Venimos trabajando con la Constitución del yo, del cuerpo y del
sujeto. La metáfora paterna se inserta en esta lógica porque es una operación simbólica fundamental
en la constitución de la subjetividad. Es una operación estructurante.

¿Qué es la metáfora?
La metáfora paterna es la formalización del Complejo de Edipo freudiano. Formalización porque
Lacan lo lleva a su fórmula mínima, Lacan formula el CE en términos de la estructura significante.
¿Por qué?

Lacan transmite que es necesario salir de ciertos impasses que se dan en la teoría psicoanalítica
que toman al CE como una trama imaginaria. Y que es necesario salir de esa forma concreta/realista,
es decir, de cómo se comportaron la mamá y el papá con el niñe. Lacan formaliza el CE para
distanciarse de aquellos “desvíos” que han tenido algunas lecturas psicoanalíticas sobre el CE de
Freud.

Lacan subraya que cuando hablamos de Edipo o del Padre, no estamos hablando de una persona.
Sino de una función, de un significante que opera con otro significante.

El resorte para que el CE opere, es el padre. “La cuestión del Padre se encuentra en el corazón de la
cuestión del Edipo. La metáfora paterna concierne a la función del Padre.” (Pág165)

¿Qué es el Padre?

No es la persona del padre. No es el padre real, de carne y hueso. Tampoco se trata de la presencia
del padre. La lógica que intenta transmitir Lacan sobre el Edipo y metáfora paterna que no se puede
confundir la presencia del padre en la realidad con la función simbólica paterna. Aca hace referencia
a lo que dijo Freud en Totem y Tabú, que el padre operaba no con su presencia, sino una vez
muerto. La función paterna se transmite en el discurso, por eso es un significante. Por eso en Edipo
lo llamará “El nombre del padre” (NP).

En la pág 160 del parágrafo 3, Lacan dice “se nos permitirá establecer lo delicado de la distinción
entre el NOMBRE DEL PADRE (en mayúscula haciendo alusión al significante) y el padre real”.

En la pág 171 “En qué nos interesamos cuando hablamos del padre? Estaba el padre o no estaba?
Puede constituirse de forma normal un Edipo cuando no hay padre? Entonces se vio que esto podría
constituirse aún con el padre (real) presente. El padre existe incluso sin estar.”

En la pág 178 “Qué es un padre? No digo en la familia, porque en ella es todo lo que quiera, es todo
lo que deba ser. A veces tiene toda su importancia pero a veces no tiene ninguna. Todo lo que nos
interesa saber es lo que es en el CE.. Es el Padre simbólico y significante”.

(La función del Padre es bastante amplia, compleja y heterogénea. Es estructura, no se agota.
Implica muchas dimensiones y a todos los registros (real, imaginario y simbólico). Lo que constituye
los tres tiempos del Edipo. La función del Padre incluye múltiples dimensiones del padre.

Una cuestión es la función del padre en gral, lo que llamamos la función del padre y otra cosa es el
significante del nombre del padre en la metáfora paterna. Ahora nos vamos a dedicar a la función del
significante el nombre del padre y como opera en la metáfora paterna, que es distinto a la función del
padre en la estructura).

Volviendo, estamos ocupandonos del significante, del padre simbólico, del lugar del nombre del
padre en la metáfora paterna. Es entonces el nombre del padre, el padre del Edipo es un significante.
No es un significante cualquiera, es esencial y es el que hace de carretera principal, que se juega
respecto de la enunciación de la ley. Significante esencial como soporte de la ley, de la ley de la
articulación significante, de la ley de la prohibición de la madre, es un significante ordenador. Este
significante ordenador y privilegiado le viene al sujeto del Otro. Lo que se realiza en el sujeto
depende de los significados que se colocan en el Otro.
El Nombre del Padre, es decir, el significante que en el Otro en cuanto lugar el significante, es en
cuanto al lugar de la ley. (Más adelante, dicha función se va a pluralizar y la va a denominar como
una existencia, y quedará por fuera de lo simbólico).

Por supuesto que este significante del Nombre del Padre requiere de alguien que le dé cuerpo a esta
función y se encarne en el discurso. La operatoria de un significante en un discurso. Hay distintas
configuraciones por las cuales este significante pueda operar en el discurso. No se trata de que se
encarne la ley, de ser un soberano, sino de transmitir la ley. Se trata de poder estar investido por el
significante del Nombre del Padre. Significante que opera en el mundo simbólico, está en la cultura.
Se trata de que alguien quede investido x este significante.

En la pág 193 “hace obstáculo, entre el niño y la madre, es el portador de la ley pero de derecho, por
lo simbólico, no de hecho. En tanto que es culturalmente el portador de la ley, está investido del
significante del padre, interviene en el CE”. Es un significante que se trata de la investidura de ese
significante.

¿Cómo opera este significante?: Lacan dice que el significante del Nombre del Padre opera a través
de una metáfora. Pág 179 “El padre es el padre simbólico, es esto una metáfora”. Una metáfora es
una sustitución, cuando un término va en lugar de otro término, cuando un significante sustituye otro
significante, y esto produce significación. Y esto viene a ser el Padre en el CE. Pero qué significante
sustituye el Nombre del Padre? Lacan va a decir que el Nombre del Padre viene a dar significación a
la relación primordial de un sujeto con el otro. Con la madre o quien haya encarnado la función de la
madre. La intervención del significante nombre del padre es en relación a lo que llama la
simbolización primordial entre el niño y la madre.

Pgg 179: “La madre va y viene, si puede decirse que va y viene es porque yo soy un pequeño ser ya
capturado en lo simbólico y he aprendido a simbolizar,dicho de otra manera, la siento o no la siento,
el mundo varía con su llegada y puede desvanecerse. La cuestión es, ¿cuál es el significado? ¿Qué
es lo que quiere? Me encantaría ser yo lo que quiere pero está claro que no me quiere a mi. Le da
vueltas a alguna u otra cosa. A lo que le da vueltas es a la x, el significado”.

Lo que quiere decir Lacan con esta última cita es en esa relación con el otro primordial, relación del
niño con la madre, la madre se caracteriza porque va y viene, por este movimiento
“presencia/ausencia”. Pero esto no es lo más importante, sino que el niño capta de ese movimiento
un deseo (de la madre). Capta que si va y viene es porque algo desea. Hay entonces, para ese niño,
una simbolización de esa ausencia como un deseo. Por eso Lacan nombra esta simbolización de
ausencia de la madre deseo de la madre (DM) pero este significante del DM es un enigma sin razón
para el niño. Deja al niño en un vaivén sin ninguna orientación y por ello sin ningún límite. El niño
queda perdido, en un abismo del sin sentido, a algo del orden de un enigma inefable.

Lacan explica esto como DM/x: simbolización primordial

Pero un significante solo no significa nada, sólo el significante del deseo de la madre no produce
ninguna significación. Se requiere de otro significante para obtener un significado. Es sobre esto
mismo que opera el Nombre del Padre, sobre lo que viene a sustituir el deseo de la madre. La
metáfora paterna consiste en que otro significante, opere respecto al deseo de la madre. ¿Cómo
opera?, no por la vía imaginaria, sino por la vía metafórica. El significante del Nombre del Padre
sustituye al Deseo de la Madre produciendo significación. Entonces aquí se produce la significación
del falo.

"A lo que le da vueltas es a la x, el significado de las idas y venidas de la madre es EL FALO". Es


decir, que la metáfora paterna consiste en el que el significante del nombre del padre sustituye al
significante deseo de la madre. NP/DM. Lacan sitúa que en esa sustitución el nombre del padre
interpreta que lo que la madre desea es el Falo. Produce una significación fálica. EL Nombre del
Padre (NP) ubica al FALO como la razón del deseo. Entonces en este punto, oferta un límite a eso
inefable que se le presentaba como el deseo del Otro primordial/de la Madre. Al darle la razón fálica,
da un límite y opera como una orientación en adelante para el sujeto.

La metáfora paterna orienta al sujeto. El Nombre del Padre delimita como fálica esa falta que es
inherente al deseo de la madre. Lacan ubica al falo como una φ.

¿Cuál es entonces la significación fálica? s φ.

En este primer momento se ubica al falo es un valor de significado, quedando del lado de lo
imaginario. Es un efecto de significación, y es propio del campo de lo imaginario. Implica el recorte
del falo en el objeto de deseo.

En este primer momento, Lacan se refiere a la significación fálica en relación al campo de la


significación en gral. Implica a las significaciones compartidas. Es parte del sentido compartido con el
que todos armamos un mundo… Por ejemplo el chiste, el doble sentido que todos creemos entender
el doble sentido. Pero esto es producto de una operación, no es lo propio del lenguaje en términos de
comunicación, la clínica nos enseña que puede faltar, lo enseña la psicosis (literalidad). Ejemplo de
chiste sexual,"perdiste el tren".

Significación fálica fundamentalmente, implica el recorte en el falo del objeto de deseo. La operatoria
del Nombre del Padre funda, el lugar del falo, localiza el falo como objeto de deseo en el campo
imaginario. Y esta es la clave de la operatoria Edípica.

Pág 160,161,162, 189. Esquemas triángulos. La relación entre la madre y el niño está mediada por el
falo, es decir, que el lugar del falo en el campo imaginario no viene dado ni es una cuestión evolutiva,
sino que es el resultado de la operatoria paterna. Es decir, que no puede aparecer en lugar del falo lo
imaginario como el objeto de deseo si no opera el Nombre del Padre en lo simbólico, por la vía
metafórica.

En la pág 162 y 189, del triángulo simbólico hace surgir un triángulo imaginario. Este punto como
tercero (el falo) es el efecto de la metáfora paterna. Es la operación del Nombre del Padre la que
hace surgir este nuevo ternario con el φ. La simetría entre el vértice del Padre en el triángulo
simbólico y el Falo en el triángulo imaginario, no es casualidad ya que es un vínculo es de orden
metafórico. Por eso el primero es fundador del segundo.

La metáfora paterna permite que se configure el falo como objeto de deseo en el campo imaginario.
Por lo que permite que el niño pueda identificarse con él y pueda operar la trama edípica.

Ligado al estatuto del falo como significante y al segundo tiempo del Edipo, la metáfora paterna
nombra al falo, lo que implica la inscripción simbólica de la falta. El Nombre del Padre traduce y
significa que lo que desea la Madre es el falo, entonces, el falo es el objeto que falta. Entonces El
Nombre del Padre circunscribe la falta como tal. La función de la falta, es la operatoria de la
castración. Por eso la inscripción de la falta, da como resultado el deseo. “Si es porque algo falta que
me muevo en el mundo” Está en Freud como el objeto perdido. Solamente si algo está perdido, salgo
en su búsqueda. El deseo como motor, que nos conduce al campo del otro, lo que nos causa. Y que
después lo será bordeado por la singularidad de cada sujeto. Cuando hablamos de la lógica de la
pérdida, es en tanto pérdida, como potencia que nos conduce a un acto. No es que la metáfora
paterna introduce la falta y crea la castración, porque esta es un hecho de estructura. Al estar
inmersos en el lenguaje se pierde el instinto, se pierde el objeto de la necesidad, la posibilidad de
completud, no hay relación concluye Lacan. Todos estamos habitados por la falla del ser hablante. La
castración se da por la incidencia del significante en el ser viviente. Entonces la Metafora Paterna es
un redoblamiento simbólico de esa falta, porque inscribe como perdida lo que ya estaba perdido de
entrada, por el hecho de hablar. La entrada al lenguaje deja un agujero en el ser hablante. Agujero y
falta no son lo mismo. El Nombre del Padre es un tratamiento del agujero. Y es esta función de la
falta, lo que Lacan ubica como la operatoria de la Castración. Que abre la posibilidad del deseo y de
una relación regulada al goce y al amor. No sólo hay una inscripción de la falta sino también del
GOCE. Hay una extracción del goce autoerótico del cuerpo. Que produce o es producto de la
operatoria paterna y que va a permitir la posibilidad de la constitución del narcisismo. La invasión del
goce hace que el cuerpo opere como ilusión de unidad. En la psicosis no hay inscripción del Nombre
del Padre.

Teórico 5: Significante y Goce

Asociado a los 3 registros, y a la perspectiva autoerotismo-narcisismo.

Lo imaginario: función de la imagen, significaciones, cómo lo imaginario nos habla a través de


significaciones, relación a-a’-> relación narcisista, especular.

Lo simbólico: Gran Otro como tesoro de los significantes. Significante por sí sólo es independiente de
significado, y éste sólo se produce en el encadenamiento de 2 o más significantes.

Lo real: lo que escapa a los otros 2 registros. Allí ubicamos la cuestión del goce en su versión más
fuerte. El goce como satisfacción pulsional.

Significante y goce con conceptos lacanianos con un fuerte basamento en Freud. Antecedentes:

Del lado del significante podemos pensar en:

-Noción de representación, por ej. respecto del síntoma obsesivo. Representación-afecto, el falso
enlace, se separan y el afecto se une a otra representación. Y la representación originaria respecto a
ese síntoma se reprime.
-También se puede pensar en representante-representativo de la pulsión, asociado en Freud a los
fundamentos de lo que Lacan sigue trabajando por el lado del significante.
Del lado del goce, podemos pensar en lo que Freud llama satisfacción pulsional. El síntoma es para
Freud una satisfacción pulsional sustitutiva. En esto también nos vamos a referir en la compulsión a
la repetición, ligado a la perspectiva del goce en Freud.

Síntoma puede ser un punto de partida posible para indicar que hay distintas relaciones, distintos
modos de ubicar significante y goce a lo largo de la enseñanza de Lacan. Para Lacan, en la década
del ‘50, el síntoma es el significante de un significado reprimido para la conciencia del sujeto. En ese
síntoma así presentado, ¿dónde estaría el goce? Quizás en la satisfacción que proviene del
descubrimiento de ese sentido oculto, de ese significado reprimido, ligado a la interpretación. En
cambio, más adelante,por ejemplo en el seminario de la angustia, Lacan plantea el síntoma diciendo
“que no forma parte de la naturaleza del síntoma su interpretación, sino que el síntoma en su
naturaleza es goce, goce que se basta a sí mismo”. Se plantea ya al goce como tal, al síntoma como
un núcleo de goce, primero relacionado con ese goce autoerótico, y quizás secundariamente como
un mensaje dirigido al Otro, que estaría más ligado al síntoma como significante de un significado
reprimido, ligado al desciframiento y a un mensaje dirigido al Otro. En esta idea de síntoma, cuya
naturaleza sería este goce que se basta a sí mismo, estaría la concepción del síntoma que abre a
todo un tratamiento más ligado a su núcleo de goce, a esa satisfacción pulsional que Freud ubica de
entrada en su enseñanza. Para Freud el síntoma es la satisfacción sexual de los enfermos, es esta
satisfacción pulsional sustitutiva, pero que Lacan retoma más avanzada su enseñanza. Podemos
ampliar más esta manera distinta de concebir la relación entre significante y goce, como por ejemplo
estas dos perspectivas respecto del síntoma durante la enseñanza de Lacan.

Podemos plantear que hay un primer momento en el que Lacan localiza el goce en lo imaginario. La
satisfacción en lo imaginario, porque en este momento, la libido tiene estatuto imaginario. Por
ejemplo cuando se refiere al goce imaginario ligado al yo, al narcisismo del estadío del espejo. Goce
localizado en lo imaginario, en el yo, que circula en el eje a-a’ del esquema LAMBDA.

Esto también es freudiano, Freud se refiere al yo como reservorio de libido. Lacan se refiere en La
carta robada a un goce inerte, estancado, que obstaculiza la elaboración simbólica. Este goce inerte
estaría en el eje imaginario a-a’. Lacan habla de la emergencia de un goce imaginario que rompe la
cadena simbólica. Palabra vacía, el bla bla bla, sería de ese goce imaginario, versus la palabra plena,
que tendría que ver con la cadena simbólica. También esto está en Freud, porque cuando Freud
habla del síntoma en la neurosis obsesiva, se refiere a un momento en el que el síntoma puede ser
incorporado al yo y esto puede producir satisfacción narcisista. Ej. el síntoma de lavarse las manos
en el obsesivo puede al principio ser algo compulsivo, egodistónico, pero se incorpora al yo y el
neurótico obsesivo pasa a tener una gran satisfacción narcisista del lado de “soy limpio”. Aquí se
localiza el goce en lo imaginario.

También está la perspectiva que plantea Lacan en los ‘50 de un goce ligado más a lo simbólico. No
sólo imaginario, porque decíamos “el significante de un significado reprimido para la conciencia, y la
satisfacción del descubrimiento de eso oculto”. En la década del ‘50 Lacan privilegia tanto lo
simbólico, el desciframiento del inconsciente, que podríamos decir que se olvida un poco del punto
de vista económico en Freud. Habla de la satisfacción en términos simbólicos en relación a las
formaciones del inconsciente y no aborda especialmente la satisfacción propia de la pulsión. Goce
localizado en lo simbólico, intrincado con lo imaginario por el lado del sentido, pero de una forma
diferente por la determinación simbólica. No como ese goce libidinal, narcisista que señalamos en un
primer movimiento.

El goce ligado a lo real aparece en el seminario 7, La ética del psicoanálisis. Lacan trabaja allí sobre
la figura freudiana de la madre como primer objeto prohibido y se va a referir al goce como
imposible. Es decir un tipo de satisfacción, que está fuera de lo imaginario y lo simbólico. En este
momento, lo imaginario y lo simbólico funcionan como barreras, defensas frente a este goce real.
Como si el goce fuera algo malo. Lacan se refiere aquí a un goce masivo, ligado al horror, a la
muerte, a lo inaccesible. Un goce pesado, ej. la invasión de goce propia de la experiencia psicótica.
En este seminario Lacan trabaja la tragedia de Antígona, la hija de Edipo. A partir de Antígona,
aborda este goce ligado al horror, la muerte, la transgresión. Antígona deja la ciudad, la ley, para
transgredir, condenandose a su propia muerte, para ir a enterrar a su hermano. Ubicar este goce
como si no formara parte de la experiencia de todo ser hablante. Aparece una clara oposición entre el
principio del placer, donde habría una cierta homeostasis, y el goce como algo masivo, inaccesible,
muy opaco al sentido.

Una operación fundamental en la relación significante-goce se produce en el seminario 11, Los


cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Allí Lacan redefine la cuestión del goce con la
conceptualización del Objeto A. Ya no va a ser ese goce masivo, pesado, completamente por fuera
de lo simbólico, sino que Lacan elabora la idea de un goce fraccionado en elementos de goce,
sustancias de goce respecto del objeto a/objetos a. Esto es central porque esta idea pasa a formar
parte de la experiencia del ser hablante de una forma completamente distinta. El goce forma parte del
síntoma, va a estar en el trauma, en la repetición. Al goce se accede por una pulsión, en el circuito
pulsional, en relación al cuerpo fragmentado, a las zonas erógenas, al funcionamiento de la pulsión.
El objeto A es un elemento de goce. Tenemos el objeto oral, el objeto anal, que son los objetos
freudianos; la mirada, la voz, que son los objetos que trabaja Lacan.

El objeto A es entonces un elemento de goce pero vinculado al sistema significante. La noción de


objeto A permite enlazar lo simbólico y el goce, porque se trata de un goce integrado al
funcionamiento significante. En el mismo seminario 11, Lacan habla de un inconsciente que se abre y
se cierra, como una boca, mostrando una estructura análoga entre el inconsciente simbólico y el
funcionamiento de la pulsión.

Ej. El goce se ubica generalmente con la idea freudiana de Más allá del ppio del placer, donde Freud
trabaja la compulsión a la repetición, que deduce del análisis de los sueños de las neurosis
traumáticas, el juego infantil del fort-da, y de la transferencia. Analicemos el lazo significante-goce
con el juego del Fort-da. En este el niño escenifica la aparición y desaparición de su madre. El primer
acto de la partida de la madre era escenificado por sí solo y más frecuentemente. ¿cómo se concilia
con el principio del placer que el niño repita en calidad e juego la vivencia penosa? Esta repetición se
conecta con una ganancia de placer directa de otra índole que el principio de placer. Se trata del
momento angustiante de la partida de la madre que el niño intenta sobrellevar con 2 operaciones de
naturaleza diferente, pero que una no es sin la otra. La primera es la del significante, fort-da, que
nombra la desaparición y aparición de la madre. La segunda, que podríamos pensar en referencia al
goce, se relaciona con lo imposible de decir, frente al vacío dejado por el otro materno. Y ahí está el
gesto mismo, el arrojar y volver a traer el carretel, aferrándose a ese objeto que lo liga a su cuerpo, la
manipulación, al goce con el cuerpo. No es sólo una cuestión significante, sino que cuenta el gesto
mismo, que porta algo de lo ligado a eso imposible de decir, ese goce. No se oponen aquí
significante y goce, sino que Lacan habla de un litoral interior entre el sentido y el goce, algo que
tiene que ver fundamentalmente con la clínica. La clínica se pregunta cómo incidir, con la palabra,
con el significante, con la interpretación en el goce. Se produce aquí un punto de ligazón importante.

Podemos afirmar que la relación significante-goce es primitiva, originaria. Siguiendo a Lacan en los
‘70, podemos plantear que tanto el autoerotismo como el narcisismo son efectos del significante, dos
efectos de la estructura del lenguaje.

- Autoerotismo: porque esa fragmentación del autoerotismo es causada por la entrada en el


lenguaje. Si partimos de la idea de un tiempo 0, tiempo primero de goce mítico del viviente,
como si hubiera una especie de cohesión natural, éste se traumatiza, se pierde por el
lenguaje, por el significante. El lenguaje nos altera completamente en nuestra naturaleza. El
significante recorta, fragmenta. Está hecho de diferencias. Se tratará entonces de la
satisfacción de las pulsiones parciales, relacionadas con los significantes como elementos
sueltos.

- Narcisismo: es el mismo lenguaje el que va a solucionar el traumatismo inicial que produjo,


ordenando, dando unidad, para la posibilidad de que se constituya un cuerpo. Se produce
una pérdida al limitar el lenguaje a lo autoerótico: castración con el Edipo, con la metáfora
paterna. Esta es una operación paradigmática para la relación significante-goce.

Psicopatologizando la relación significante-goce: estructuras clínicas.

El significante forma parte del conjunto sincrónico del Otro, donde están como elementos aislados,
discretos, donde uno le da valor al otro. En la neurosis y la perversión, en la concepción del
significante, las significaciones van a surgir por combinatoria significante. Son evanescentes, no son
fijas, una significación siempre remite a otra significación, y son significaciones compartidas. Y está la
duda, donde los significados pueden retroactivamente cambiar. Ej. te quiero, te quiero matar. En el
terreno de la neurosis hay una inseguridad, duda, vacilación sobre los significados.

En cambio, en la psicosis, allí donde se trata de la forclusión del significante que representa la ley en
el lugar del Otro, del significante del Nombre del Padre, de pronto un significante se aísla y cobra
peso propio. Ej: marrana (ejemplo que da Lacan)de pronto es un significante que se aísla, no hace
cadena, cobra peso propio, no está en el código compartido. Es un neologismo, algo que no forma
parte del campo del otro (o Otro?). Algo fijo, que no entra en la dialéctica del significante y las
significaciones compartidas. También las significaciones en el campo de las psicosis se vuelven fijas,
propias, inamovibles, no dialectizan. Ej. él me persigue. Significación ligada a una certeza paranoica
(vs. la duda neurótica). Cuando hay alucinaciones hay un retorno en lo real, una palabra que aparece
efectivamente en lo real.

En el campo del goce también podemos ejemplificar:

En la neurosis, se trata de esas operaciones del lenguaje ligadas a la pérdida de goce. Se trata de un
cuerpo vaciado de goce. La extracción de goce fuera del cuerpo y fuera del gran Otro.

Perversión: el goce está perdido, extraído como en la neurosis, pero hay una voluntad de goce, de
recuperar el goce perdido y devolverlo al Otro, colmar la falta. Ej. el fetichista reniega de la falta
materna, con el fetiche va a colmar esta falta.

En la psicosis hay una invasión de goce en el cuerpo. Al no operar esas pérdidas, la extracción de
goce, la castración, hay trastornos porque el goce permanece en el cuerpo. Estos trastornos están
ligados a la fragmentación corporal y también a la voz, la mirada, (Lacan trata a esos objetos en tanto
perdidos a partir de su experiencia con la psicosis) respecto de esos objetos no se trata de pérdida
sino que retornan en la alucinación. Esto se da especialmente en la esquizofrenia. En la paranoia, se
juega la certeza de goce en el lugar del Gran Otro, certeza de que el Otro lo goza.

Video: “Ideal del yo y súper yo en el 3er tiempo del Edipo”

Diferencia entre dos nociones: El Ideal del Yo y el súper Yo

- Texto: Seminario 5 y 3er tiempo del Edipo.

Lacan presenta lo que denomina “La metáfora paterna” y su despliegue en los tres tiempos del Edipo.
En el tercero, el propone que trata de la intervención del Padre Real. Padre que define como potente,
deseante, aquel que tiene el falo y que por eso permite esa identificación terminal del Edipo. La
identificación al Ideal del Yo.
Lacan plantea que el Ideal del Yo se trata de una serie de insignias, rasgos significantes que el sujeto
se lleva a la salida del Edipo, bajo la forma de una serie de títulos simbólicos que podrá utilizar en el
futuro a la hora de la asunción de una posición sexuada. Esos rasgos, esas insignias, esos títulos
simbólicos que el sujeto se lleva en el bolsillo, adquirirán una significación a posteriori en el momento
del encuentro sexual. Este es el punto de partida.

Existe ambigüedad en Freud entre los términos del Ideal del Yo y Súper Yo. Con Lacan nos permite
una delimitación diferente. Algunas de las características que Lacan le adjudica al SUPERYÓ, x
ejemplo, en la 2da tópica son inicialmente características que definen al Ideal del Yo. Hay un largo
recorrido en Freud que lo lleva a una delimitación de las dos nociones.

Va a ir en detrimento el uso de la noción de Ideal del Yo en uso de la noción de Súper Yo. Aunque, el
ideal del Yo como término no desaparece del todo.

El Yo y el Ello: Freud plantea que el Super yó es, por un lado, definido como heredero del Complejo
de Edipo, pero al mismo tiempo hunde sus raíces en el Ello. Se plantea como el abogado del Ello.
Freud se basa en los fenómenos clínicos de la Reacción Terapéutica Negativa (RTN) o la Necesidad
de castigo, o el sentimiento incc de culpa que lo llevan a ubicar al Super yo como UN CULTIVO
PURO DE LA PULSIÓN DE MUERTE.

- Tres momentos/tres referencias de la enseñanza de Lacan en el abordaje del Súper Yo: aquello
que plantea en el seminario 1, el seminario 10 y el seminario 20.

En Lacan, la diferencia entre el SYO y el Ideal del Yo es mucho más nítidas, más tajante, incluso
desde el primer seminario.

Seminario 1 – SYO, una ley insensata: Lacan dice que no hay que confundirlos, no hay que tomarlos
como sinónimos. Plantea que el SYO tiene una característica más bien coercitiva, mientras que el
Ideal del Yo tiene un carácter exaltante.

El SYO es algo que tiene que ver con la dimensión del significante, con la dimensión de la ley. Se
trata de una dimensión paradojal de la ley porque, en algún sentido, es casi como una negación de la
ley en sí misma. Es una ley insensata. SYO en términos tiránicos, opresivos, devastadores para el
sujeto. El SYO una figura tiránica, obscena y feroz.

Aparece una dimensión del SYO: SYO como imperativo.

El Ideal del Yo, en Freud, trata de una identificación más bien propiciatoria, de movimiento deseante
del sujeto, de la asunción de una posición sexuada en relación al deseo. Y que, además, es de
alguna forma lo que el Padre Real (en Lacan) le dona al sujeto en términos del deseo.

Seminario 10 – SYO, una modalidad del objeto a, la voz: Lacan aleja al concepto de SYO de su
dimensión significante, ahora lo define en relación a una de las modalidades del objeto A en tanto
Real: el objeto voz. Retoma el planteo del SYO como un imperativo.

- Texto: “El SYO, carozo del padre” de Schejtman: Schejtman plantea que el SYO puede pensarse
como un resto de ese padre mítico (del padre de la horda primitiva) que no logra ser
asesinado/negativizado por el significante. [Recordando lo visto en Tótem y tabú y el Sem 3: El padre
muerto, el padre simbólico, es decir, el nombre del padre es esa ley que adviene en la medida en que
el padre de la horda es asesinado. Es decir que, muerto el padre de la horda, se instala la dimensión
de la ley como ley simbólica – nombre del padre.]

No todo el padre de la horda, no todo ese padre mítico logra ser subsumido en la dimensión
“significante nombre del padre” sino que hay un resto que persiste en la estructura como Real.
Pensar al SYO como ese resto real de ese proto-padre y que resta en la estructura, persiste en la
estructura en su dimensión de voz, con su carácter terrible y más bien aniquilante.

Seminario 20 – SYO le presenta al sujeto una exigencia/imperativo de goce: un empuje a un goce


imposible. Esta tercera dimensión marca cierta distancia respecto a lo que decía Freud, porque Freud
en algún sentido planteaba que el SYO lo que exige es una renuncia al goce. Una renuncia al goce
que, en un segundo momento, va a recaer sobre el sujeto con mayor severidad. Se le exige al Yo
que renuncie a la satisfacción, pero más renuncia el Yo, más severo se torna el SYO.

Entonces, Freud plantea que lo que exigiría el SYO es la renuncia a la satisfacción. En el planteo de
Lacan, se trata más bien de una exigencia de goce. El SYO en tanto exigiendo un goce imposible al
sujeto, dejándolo en una posición de cierta martirización.

Freud lo ejemplifica cuando dice que el SYO le dice al sujeto: “Así como el padre has de ser, así
como el padre no te es licito ser”. Una exigencia imposible.

Diferenciar el Ideal del Yo y el SYO, bajo la manera en la cual lo hace Lacan, resulta muy útil
clínicamente para diferenciar distintas cuestiones. No es lo mismo que esta dimensión del SYO en
términos de voz aparezca articulado a la lógica fálica, a la castración y al Edipo, al nombre del padre
(esa voz que nos reprocha todo lo que no somos), que cuando el SYO en su dimensión de voz
aparece de modo puro y devastador en la alucinación psicótica.

Si bien podemos diferenciar el Ideal del Yo del SYO en término de objeto (dimensión real del objeto
voz), también podemos pensar ciertas articulaciones: La posibilidad de que el SYO quede en una
coalición con el Ideal del Yo. Pensar al análisis mismo como la posibilidad de que algo de ese resto
de voz se pueda perder y se pueda desprender de ciertos ideales. Ya que no vivimos en ideales y no
se trata el fin del análisis de vivir sin ideales, pero si se puede apuntar a sustraer – en la medida de lo
posible – ese resto de voz que puede quedar anudado al Ideal del Yo. Esto lo va a llevar a Lacan a
decir que muchas veces el Ideal es una instancia incomoda, o incluso puede tener un carácter
melancolizante o estresógeno en la medida en que quede en coalición con el objeto A en su
dimensión de voz.

Video: “Tiempo 0 del Edipo”

Condiciones estructurales, sincrónicas, que tienen que estar dadas para que pueda desplegarse el
Complejo de Edipo en tres tiempos como lo describe Lacan en el Seminario 5.

Definir con precisión a qué le llamamos sujeto: No es la persona. No es un individuo. No se confunde


con el Yo. Lacan es muy crítico con aquellas teorías o posiciones que lo homologan al carácter, a la
personalidad. Para el psicoanálisis lacaniano, el sujeto es un efecto. Es un efecto de lo simbólico, es
un efecto de lo que sucede en el juego de los significantes. Depende de lo que ocurre en el Otro con
mayúscula. En el Otro con mayúscula se va a dar cierta combinatoria de significantes, en particular la
del Complejo de Edipo.

Para comenzar, tomamos un elemento esencial del Complejo de Edipo: el Padre.

En Tótem y tabú, le sirve a Freud para plantear ciertas cuestiones en relación con la función del
Padre. Lacan va a avalar mucho de ese texto para trabajar el valor simbólico del padre. Ahí lo que se
destaca es ese paso decisivo de la horda de hermanos de asesinar al padre, instituyendo una
prohibición (la ley de la prohibición del incesto), y convirtiendo el recuerdo del padre en tótem. Otra
cosa que destaca Freud es que el padre es sustituible: en principio, por el animal totémico en el
banquete luego del asesinato del padre como ritual. Así como las zoofobias infantiles donde el padre
es sustituido por un animal temido (Juanito).
Lacan lo que extrae es el estatuto simbólico del padre: Si puede ser sustituido, es porque el padre es
un significante. Y a ese significante lo va a llamar Nombre del Padre.

Es importante destacar la relación que tiene este significante con la ley: dice Lacan que el nombre del
padre le da autoridad a la ley. Es un elemento de lo simbólico que autoriza el texto de la ley, está
más allá del texto de la ley pero le da autoridad. El respeto que los hermanos de esa horda tienen por
la prohibición se funda en esa obediencia retroactiva al padre muerto. Es por esto por lo que Lacan lo
llama significante primordial o esencial, porque funda el hecho mismo de que haya ley. Lacan dice
que es un significante que está por encima del conjunto de significantes. Porque además el nombre
del padre le da legalidad a la estructura misma del significante.

Si el nombre del padre está inscripto en el Otro de lo simbólico, el Otro con mayúscula, este Otro no
va a ser solamente el tesoro del significante sino que además va a ser el lugar de la ley. Y no va de
suyo, porque, por ejemplo, en la estructura psicótica el nombre del padre no está inscripto, y eso
también tiene consecuencias en el efecto del sujeto.

Esquemas del Sem 5, pag 160 y siguientes:

Esquema Lamda o L

Aquí Lacan representa la relacion del sujeto con lo imaginario y lo simbólico. Dice: Todo lo que
sucede en S depende depende de lo que se coloque en A (el Otro con mayúscula). En sí mismo, el
sujeto es inefable, es decir que no hay un significante que represente al sujeto. Lacan dice que es
inefablemente estúpido.

El sujeto es efecto de una combinatoria de significantes (los del Complejo de Edipo). Aquí los
tenemos representados con una M, una P y una N:

Estos son: La Madre, el Padre y el Niñx. Se refiere a ellos como los significantes del amor y la
procreación. Estos tres significantes son representados en un triángulo simbólico. Alli el sujeto
aparece como un cuarto elemento: Lacan dice que juega como el muerto. Refiere a un juego en el
que alguien puede jugar utilizando las cartas del otro.
Si bien el sujeto entra en el juego como el muerto, va a participar de ese juego con su piel, con sus
imágenes. Entonces, agrega aquí el triángulo imaginario:

Destaquemos que estamos acostumbrados a ubicar una dualidad en este registro: a y a´(a prima): la
pareja especular, la pareja imaginaria. Pero aquí, en el seno de lo imaginario, Lacan está
proponiendo un tercer término: La imagen fálica. El sujeto se identifica al falo imaginariamente, y la
identificación narcisista (de los esquemas ópticos, con el estadio del espejo) va a tener una
referencia tercera que también va a tener consecuencias en la conformación del Yo, del cuerpo y de
la realidad.

Lacan a este elemento, al estatuto imaginario del falo, lo coloca en el vértice opuesto a la P que
representa al Padre simbólico. Hay un vínculo entre estos dos elementos.

Esquema R

Lacan indica que la primera simbolización que podemos ubicar son las presencias y las ausencias de
la Madre. Esto sería lo primero que el viviente se encuentra apenas llega al mundo: una boca
aparece y desaparece. Sería la primera oposición significante. No se requiere sentido alguno para
que haya significante, en tanto se definen por oposición y diferencia.

- Sem 5 pág 187-188: “Digo que hay una relación entre este ternario simbólico y lo que planteamos
aquí el año pasado en forma del ternario imaginario para presentarles la relación del niño con la
madre, en tanto que el niño depende del deseo de la madre, y de ninguna otra cosa. Mediante esta
simbolización, el niño desprende su dependencia afectiva respecto del deseo de la madre de la pura
y simple vivencia de dicha dependencia, y se instituye algo que se subjetiva en un nivel primordial o
primitivo. Esta subjetivación consiste simplemente en establecer a la madre como aquel ser
primordial que puede estar o no estar.”

Allí Lacan está destacando que no se trata solo de una vivencia de esas ausencias o presencias,
sino que debe haber una subjetivación. Debe instituirse eso que aparece y desaparece, como un ser.
Como un otro que puede estar o no estar, y que además está o no está porque así lo desea.
“En el deseo del niño, el de él, este ser es esencial. ¿Qué desea el sujeto? No se trata simplemente
de la apetición de los cuidados, del contacto, ni siquiera de la presencia de la madre, sino de la
apetición de su deseo.”

Ese Otro primordial, Lacan lo ubica como un deseo. Encarna un deseo. Deseo de la madre: otro de
los elementos simbólicos del Edipo. De ese deseo el sujeto depende.

No solamente el sujeto depende de ese deseo, sino que el deseo de ese sujeto se define en tanto
desea el deseo de la madre.

Esta simbolización produce un efecto de significación, que anotamos con una X, que – por ahora – es
una incógnita. Es el efecto sujeto.

El padre simbólico opera como una metáfora (la metáfora paterna). Siendo una metáfora la
sustitución de un significante por otro que produce una significación novedosa.

El nombre del padre viene a sustituir al deseo de la madre, a aquel otro primordial, a esa primera
simbolización. Esa primera simbolización produce un efecto, que anotamos con una x: El significado
del sujeto, que hasta aquí era una incognita. Y como efecto de esa sustitución, se produce una nueva
significación: la significación fálica.

El sujeto entra en la dialéctica del deseo como un objeto: como el objeto de ese otro primordial. Y ese
deseo, el deseo del otro, va a estar nombrado/significado en términos fálicos (pág 189).

Video: “Los tiempos del Edipo”

- Textos: Seminario 5, dedicado a las formaciones del incc

Para poder captar lo que está en juego en esos tres tiempos del Edipo hay que haber podido primero
ejercitarse en:
1. La distinción de los tres registros RSI (Lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario).

2. Constitución del YO: Haber incorporado la idea de que el YO como el cuerpo y la realidad no
son un dato primario para el hablante, sino la consecuencia de una construcción imaginaria, con
cimientos simbólicos. Es decir, que da lugar a un espacio virtual.

3. Metáfora paterna: Acentuar con Freud la importancia que tiene el padre en la experiencia de
la castración y del Edipo, y subrayar que se trata del padre simbólico.

4. Despliegue de la Metáfora (Tiempos del complejo de Edipo): Despliegue en tres tiempos de


la estructura de esa metáfora.

Temporalidad:

1. “Esquemas extraídos de la experiencia”: Los esquemas con los que pensamos los tres
tiempos están extraídos de la experiencia concreta del análisis. Lo tomamos de lo que nuestros
pacientes dicen de sus formaciones del incc.

2. “No son por fuerza tiempos cronológicos… pero implican necesariamente una sucesión”: Lo
que podemos decir y construir de esa temporalidad no tiene que ver forzosamente con tiempos
cronológicos, sino con tiempos lógicos. Implican necesariamente una sucesión temporal.

Tiempos del Edipo (versión pág. 176)

Este cuadro distribuye, para cada uno de esos tres tiempos, la operación en sí misma. Pero también
el agente de esa operación y el objeto sobre el cual recae o con el cual se realiza esa operación.

Primer Tiempo

Se trata, según Lacan, de una operación imaginaria. Concretamente la frustración como un daño en
el imaginario del sujeto, cuyo agente es el Padre Simbólico, ese significante que el sujeto encuentra
en el discurso de la madre. Cuyo objeto, si bien es real (es un real pulsional en el inicio de esa
experiencia), es también – al mismo tiempo - el falo como objeto imaginario del deseo del otro.

En ese primer tiempo, lo que se sostiene durante un tiempo (que cronológicamente hablando tiene su
duración) es una experiencia de la gratificación, pero que también necesariamente es de la
frustración. Lo es por el hecho de sostenerse en la creencia de que el sujeto puede igualarse, puede
igualar su ser de deseo a ese objeto imaginario y virtual que encuentra como significación en el
deseo de su madre.
Ese primer tiempo se sostiene de la creencia de que se puede ser el falo.

Segundo Tiempo

Tiene que ver con una operación real cuyo efecto es, o se percibe en lo real. Cuyo agente es
imaginario: es el Padre imaginado como terrible o temible, en el discurso de la madre. Y cuyo objeto
problemático/paradójico (que no se trata estrictamente hablando de un objeto) es en realidad un
significante. O en todo caso, es El o Lo significante que hay en el deseo. Es decir, el hecho de que el
deseo tiene su punto de partida y sostén en LO significante.

Tercer Tiempo

Experiencia simbólica de la castración propiamente dicha. Lacan la clasifica como deuda simbólica,
para insistir en el hecho de que también se trata de un tiempo con su cronología, su despliegue y sus
vueltas en donde lo que hay es un intercambio con la falta o con lo que falta, como el objeto que
dinamiza esos intercambios y que, al mismo tiempo, los instrumentaliza. Tenemos allí al falo
imaginario, pero negativizado: es decir, afectado por la falta. Y convertido fundamentalmente en el
instrumento del deseo.

El agente es el Padre real, el que – por primera vez en esos tres tiempos - tiene que intervenir de
hecho. Efectivamente. Dando concretamente alguna prueba de que puede disponer de ese
instrumento en que consiste el falo.

Problemática de la relación con ese objeto (que no es solamente un objeto) el falo, tal y como se
pone en juego en esos tres tiempos lógicos.

Lógica de la privación

El segundo tiempo es una suerte de falso segundo tiempo. Porque en términos lógicos dialecticos,
más que de un segundo tiempo que tenga su duración y su despliegue, en realidad se trata de la
negación del tiempo anterior.

En el primer tiempo el sujeto del deseo insiste en el intento de ser el falo, es decir, siente la
frustración e impotencia que se corresponde con el hecho de que se puede serlo y por lo tanto seguir
intentándolo. A partir del segundo tiempo, esa creencia se cae, se rompe. O, por lo menos, se pone
fuertemente en cuestión.

El segundo tiempo tiene un estatuto diferente a los otros dos, habilita a un tercer tiempo que
entonces si tiene nuevamente ese estatuto de un tiempo del desarrollo, del despliegue, de una
cronología.
El tercer tiempo tiene el estatuto de hacer la experiencia de como, alternativamente, se puede
tomar/recibir/tener y utilizar el falo no solo como objeto al cual el deseo aspira, sino como el
instrumento con el cual manejarse y eventualmente conseguir ese objeto y ese objetivo.

El segundo tiempo es el que da la clave de lo que es tanto la estructura lógica, topológica, que nos
permite graficarlo en otros términos:

Efecto de la metáfora: La significación fálica

Subrayar que ya hay un primer efecto de la metáfora, de la operación de sustitución del significante
enigmático del deseo de la madre por el significante del nombre del padre. Ese efecto es construir,
configurar, delimitar el campo de la significación fálica, en donde se va a mover (hay movimiento y
dinamismo) el sujeto del deseo. Esto es para las neurosis y las perversiones. Por fuera de este
campo, el conjunto de la psicosis.

Despliegue de la significación: El 8 interior

Hay una relación estrecha entre el primer tiempo (el círculo más amplio) que implica hacer la
experiencia de intentar igualarse con el falo. Intentar igualar el ser del sujeto con el falo. Y un tercer
tiempo (el circulo más pequeño) que es el de hacer la experiencia de recibirlo, tenerlo e intentar
manejarlo. Tener el falo.

Mientras que el segundo tiempo se grafica con el pequeño círculo, para tratar de traducir lo que
Lacan llama “El punto nodal” o “El tiempo negativo”: Efectivamente se trata, en términos subjetivos o
inconscientes, de un tiempo o de una temporalidad distinta que la del tiempo 1 y 3. Sería algo así
como la temporalidad de un instante, de un golpe, de lo que marca realmente un antes y un después.
Pero, al mismo tiempo, en una suerte de puerta giratoria por la cual se pase más de una vez. O,
seguramente se pasa más de una vez.

Lógica de la Privación
Desplegar ese 8 interior, convertirlo en un 8 acostado. Indi ca que, en la experiencia del Edipo,
se trata de la experiencia infantil o de la niñez donde todo esto se va estructurando por primera vez, o
de la experiencia adulta.

Un análisis, en cierto sentido, consiste en hacer un recorrido que implica seguir haciendo el intento,
como lo hace el neurótico, de ser el falo: de igualarse con el objeto imaginario del deseo del otro y
necesariamente “chocarse contra la pared”, es decir, sentirse frustrado. Luego, hacer la experiencia,
por lo menos dos o tres veces, de pasar por ese punto nodal, por ese tiempo negativo que de un
golpe marca el pasaje de un tiempo y un espacio a otro. Pasar por ese nudo de la estructura
neurótica que implica una relación más estrecha, más real, con la castración.

Lo que está en juego estructural, lógica y topológicamente en la experiencia del Edipo, se juega
fundamentalmente en esa suerte de tiempo negativo o falso segundo tiempo de la privación como
una operación real, o que deja una marca en lo real.

Ese tiempo entonces Lacan lo clasifica como Tiempo Negativo, Punto Nodal, Temporalidad del
Golpe, del Instante, del Acontecimiento. Es decir, de lo que marca una diferencia entre lo que era y lo
que ya no puede ser de la misma manera.

El real que esta en juego, estructuralmente hablando, en ese segundo tiempo es el de Lo Imposible.
Lo Imposible lógico, del hecho de que el deseo tiene su fuente en lo significante. Y, por lo tanto,
nunca puede realizarse en pleno, porque si no dejaría de existir. Lo que está en juego es, entonces,
una marca simbólica que designa la relación del deseo neurótico con la imposibilidad.

Ese mismo significante, el falo simbólico, es calificado como el significante Imposible. El significante
Impar, es decir, el que entra necesaria – lógicamente – en juego cuando se trata de afrontar el deseo
en su relación con la sexuación. También es el significante Electivo, que se pone en juego cada vez
que el neurótico/perverso se ve confrontado con una verdadera decisión, con el hecho de tener que
elegir.

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