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METAFÍSICA (INTRODUCCION A LA METAFÍSICA, RAFAEL GOMEZ PEREZ)

UNIDAD I

“INTRODUCCION GENERAL A LA METAFISICA”

¿Qué es la metafísica?

Estamos tan acostumbrados a usar las cosas inanimadas y a tratar con los cuerpos vivientes que no
nos fijamos en algo que tienen en común, en lo más importante, en lo primario: que son. El lenguaje
común y el lenguaje científico versan sobre cosas que son. ¿No cabria una ciencia de lo que es en
cuanto que, precisamente, es, en cuanto que tiene ser? Lo que tiene ser puede denominarse con el
nombre de ente (como lo que tiene vida se denomina viviente). La metafísica es la ciencia que
estudia el ente en cuanto ente.

Las demás ciencias (física, química, matemáticas, biología, etc.) estudian lo que es, lo que tiene ser
(ente) en cuanto que es un determinado tipo de ente. La metafísica lo estudia antes, en cuanto que es
ente. Por eso la metafísica no solo NO excluye, sino que exige muchas otras ciencias que estudian
determinados tipos de entes, sus principios, leyes, su comportamiento.

La metafísica es un conocimiento de causas, y precisamente de los principios y de las causas del


ente en cuanto entees interrogarse sobre lo primero y fundamental; de ahí que Aristóteles la llame
filosofía primera.

El objeto material de la metafísica es el ente, es decir, la totalidad de las cosas; el objeto formal es el
ente en cuanto ente.

Es un error pensar que la metafísica puede contestar al porqué los cuerpos se atraen; y no responde,
entre otras razones, porque no se lo pregunta. Y no se lo pregunta porque no es ése su objeto formal
de estudio. Le interesa, literalmente, todo: pero todo en cuanto que tiene ser, el ente en cuanto ente.

La metafísica presta al conjunto de las ciencias el servicio de mantener constantemente disponible


la pluralidad de registros de la inteligencia. El termino registro es metafórico, y lo tomo de ese
instrumento musical complejo que es el órgano. En el órgano un mismo tema puede ser traducido
en diversos registros que suenan simultáneamente.

La metafísica como ciencia especulativa

El fin del entendimiento humano en su ejercicio teórico es alcanzar la verdad de lo que considera.
El fin de ese mismo entendimiento, en su ejercicio práctico, es llegar a la acción “verdadera” que se
sigue de la verdad teóricamente alcanzada. Las ciencias teóricas y prácticas se distinguen por sus
objetos. El objeto de las ciencias teóricas es la verdad de las cosas; el objeto de las ciencias
prácticas es la acción humana que corresponde no a cualquier opinión, sino a la verdad de esas
cosas conocidas.
La metafísica es ciencia especulativa porque tiene como fin conocer la verdad mas profunda de las
cosas: ¿Por qué son lo que son?; y aun mas, por qué son. ¿Qué es ser?

La metafísica comparte este estatuto de ciencia especulativa con otras ciencias. Las ciencias
especulativas se distinguen entre sí según el grado de separación de la materia y del movimiento en
la consideración de sus respectivos objetos. Separación de la materia y del movimiento es una
expresión equivalente a abstracción, salvo en la metafísica.

- Hay objetos que dependen de la materia según el ser (sin materia no son) y según el modo
de entenderlos. En esos objetos la materia entra en su definición; así por ejemplo, no se
puede definir una roca sin referirse a la materia. De estos objetos tratar la filosofía de la
naturaleza y las ciencias experimentales (física, química, botánica, biología, etc.). esas
ciencias son teóricas porque prescinden de la singularidad de la materia (de esta substancia
química, de esta planta), pero no de sus propiedades sensibles, experimentables: dureza,
color, estructura, etc.
- Hay objetos que, aunque no pueden existir sino en la materia, pueden ser entendidos sin
ella, porque la materia no entra en su definición. De esas substancias materiales, cabe
retener solo la cantidad y sus determinaciones de número, figura, volumen, etc. De estos
objetos trata otra ciencia teórica o especulativa: las matemáticas. Que las matemáticas se
refieren a las substancias materiales se ve claro por el hecho de que las matemáticas pueden
ser aplicadas; es decir, los resultados obtenidos en un nivel de abstracción se pueden
verificar en las substancias materiales.
- Finalmente hay objetos que no dependen de la materia según el ser, porque o nunca son con
materia (Dios, Los Ángeles) o, dándose a veces unidos a la materia, son de suyo
independientes de ella. Para conocer estos objetos, se prescinde por completo de la
corporeidad y de sus condiciones, y se llega a conceptos inteligibles de estos objetos trata la
metafísica, pero partiendo siempre de la realidad sensible.
De este modo la metafísica, aun tratando de “cosas” que no son empíricamente
experimentables –la substancia, lo uno, la materia prima etc.- tiene que recurrir a imágenes,
ejemplos, comparaciones. Porque trata de lo más difícil la metafísica necesita no perder
nunca el contacto con la realidad sensible. La metafísica puede parecer abstracta (es decir,

no concreto, indeterminado, vago, impreciso, indefinido), pero nunca abstrusa (de muy
difícil comprensión).

*especulativa, teórica: La práctica de una cosa es la acción, la ejecución de ella. La especulación y la teoría
pertenecen a la inteligencia; la práctica a la costumbre, al hábito. Pero para que esta sea acertada debe
fundarse en una buena teoría. Hay conocimientos que no son más que especulativos, así como prácticas que
no se refieren a teoría alguna, por su misma sencillez y no necesitar conocimientos anteriores, pues que no
son más que hábitos. La especulativa es la facultad del alma que especula, medita, contempla, considera,
reflexiona. La especulativa existe por sí misma, y la ciencia especulativa ninguna relación guarda con la
práctica: todo estudio o conocimiento sobre estas materias es especulativo, y así hay ciencias que por lo tanto
son propia y meramente especulativas.

Cuando esta especulativa se refiere al conocimiento interior de la ciencia y cualidad de las cosas que deben o
pueden ser reducidas a práctica, conteniendo por lo tanto las reglas que se han de seguir para la acertada
ejecución del arte u oficio, se la llama teórica o teoría. Así, pues, veremos que la especulativa corresponde a
los conocimientos puramente intelectuales que nunca pasan a operaciones materiales. El estudio especulativo
es siempre abstracto, nunca concreto. Lo contrario es la teoría, pues sus conocimientos se dirigen a las
operaciones materiales

Metafísica: objeto material y formal

La vista es una potencia, la potencia de ver. Es objeto de mi vista este árbol: es decir, una
determinada materia, con tal extensión, con una configuración, con cierta aspereza al tacto (estamos
ante un pino), con olor (se trata de un almendro en flor), etc. Gracias a la vista puedo acceder a la
materialidad del árbol: por eso todo ese conjunto de aspectos se denomina objeto material.

Lo primero que veo es el color (en el sentido de lo primario y lo más directo). Hablando con un
mínimo de propiedad, si me preguntan qué quod es lo primero que veo, responderé el color del
árbol: el color es, para la vista, el objeto formal quod.

Un paso más: ¿Qué es lo que hace que yo pueda ver el color? –Objeto formal quod- y, con él, todo
el árbol (objeto material). La luz. Yo tengo capacidad para ver, pero si reina la más completa
oscuridad, me topare con el árbol, pero no lo veré. Por tanto la luz es también objeto de la vista y
precisamente el objeto que formalmente hace que pueda ver lo que veo; el objeto por el que veo quo
lo que veo. Objeto formal quo.

El objeto material de la metafísica es todo; son objetos para la metafísica todas las cosas, pues todas
son, antes que nada, entes, es decir, tienen ser. El objeto material queda especificado por el objeto
formal quod: de todo lo que es ¿Qué (quod) interesa a la metafísica? Respuesta: que es (le interesa
el quod que es). El objeto formal quod de la metafísica es el ente en cuanto ente.

¿Cuál será el objeto formal quo de la metafísica? En el ejemplo anterior de la vista, ese objeto era la
luz; en la metafísica es también la luz, la de la razón. El ente en cuanto ente es inteligible para la
razón, porque lo real “emite” destellos que la inteligencia humana puede captar.

Ente que viene de ser

¿Que quiere decir ente? Ente es lo que es. Lo primero que advertimos es que las cosas son; ente es
la primera noción y las primeras nociones ni se definen ni se demuestran, se muestran.

Mostramos por tanto que ente, lo que es, tiene ser. Este mineral, este lápiz, esta planta, este animal,
este hombre son: tienen ser. Ente no es nada “etéreo”, “pura construcción mental”, etc. Ente es lo
que tiene ser. Y no hacen falta muchas luces para darse cuenta de que si hay algo real, es lo que
tiene ser. Es más: algo es real porque tiene ser.

En metafísica se trata, en definitiva, de fundar el ser del ente.


El principio de no contradicción

“Es imposible que esto sea esto y no sea a la vez, bajo el mismo aspecto y en el mismo sujeto”.
Ejemplo: es imposible que este hombre sea a la vez un virtuoso del piano y que no sepa nada de
piano. No pueden, a la vez, afirmar y negar el principio de no-contradicción.

Santo Tomas comentando a Aristóteles escribió “lo primero que encuentra el entendimiento es el
ente; lo segundo, la negación del ente; de estas dos se sigue la tercera, la división”. En realidad, en
la noción de ente esta ya incluida la noción de no-ente y por tanto, la división (este no es aquel). El
principio de no contradicción aparece apenas el entendimiento advierte un ente (un lo que es, una
cosa); advirtiendo lo que esto es advierte lo que no es y con eso, la división entre una cosa y otra.

Negar el principio de no contradicción es afirmar que algo puede ser y no ser al mismo tiempo, a la
vez, en el mismo sujeto. La negación del principio de no contradicción solo cabe bajo esta formula:
“no me gusta ese principio”.

Es un principio que no necesita demostración; me muestra solo: aparece. Y aparece, no como la


hipótesis que pide permiso antes de afianzarse, sino como una certeza natural.

No todas las cosas son demostrables lo que no quiere decir que todo lo no demostrable sea falso o
simple hipótesis.

Primera aproximación terminológica

Ente. Ente es aquello que es: id quod est. Si viviente es el participio de vivir (participio presente),
ente es el participio presente del verbo ser (esse).

Cuando se habla de entidad nos hemos ya situado en otro nivel: en el de la abstracción. Yo no dudo
de que existan personas sinceras, pero lo que nunca encontrare por la calle, en pie y andando, será a
la “sinceridad en persona”. La sinceridad es el abstracto de la sincera persona. Que sea abstracto no
quiere decir que sea irreal: es real en el sujeto en el que se da.

El término central en la metafísica no es ente, sino ser. Si utilizo ser para decir cualquier cosa de
cualquier cosa, ¿Qué podre utilizar para decir qué es ser? Por eso la metafísica, como el
entendimiento, parte del ente: ens est id quod est. En este juicio se advierten:

a- Un algo (id quod);


b- Al que le ocurre algo: nada más ni nada menos que ser.

El ente es aquello que participa (no se olvide que es participio presente) del ser (esse). Ser (esse) es
verbo, acto: no lo utilicemos como nombre (los seres del universo).

En otros términos, se dice que el ente esta compuesto de esencia y acto de ser. Esencia es aquello
por lo que una cosa es lo que es. La esencia de un árbol es aquello por lo que ese ente es
precisamente un lo que es específico: un árbol y no una piedra o un caballo.
Al referirnos a la esencia (aquello por lo que una cosa es lo que es), estamos dando ya con el ser.
Advertimos el ser como un componente metafísico del ente concreto y singular.

No confundir nunca ser y existir, no son sinónimos. En metafísica, existir indica el hecho de ser.
Existir es un hecho, un resultado. Resultado ¿de qué? Precisamente resultado del acto de ser (actus
essendi) o, lo que es lo mismo, del ser como acto. Mientras ser es un principio metafísico, un
componente metafísico del ente concreto y singular, existir es el resultado de ser. El termino existir
no puede aplicarse a Dios, que no es causado. Así, propiamente de Dios no se puede decir que
“existe”, sino que “es”. Existencia es el termino abstracto de existir: es un termino abstracto porque
en la realidad no encontramos existencias, sino cosas que existen.

 Ente: aquello que es, la cosa, lo real, el objeto. Es un singular concreto. LO QUE ES
 Entidad, el abstracto de ente.
 Esencia, aquello por lo que una cosa es lo que es (es un ppio metafísico, un componente
real de ente). AQUELLO POR LO QUE EL ENTE ES LO QUE ES.
 Ser, acto de ser, acto que, a través de la esencia, hace ser al ente. ACTO QUE HACE SER,
Y POR TANTO, SER LO QUE ES
 Existir, resultado de tener el ser.
 Existencia, abstracto de existir.

TEOLOGIA: Aristóteles, cuando hacia metafísica sin llamarla así, utilizaba otros nombres: “una
cierta ciencia”, “filosofía primera” y “teología”, porque efectivamente la metafísica termina
hablando sobre Dios. Teología Natural, porque llega a decir, sobre Dios, verdades accesibles a la
sola luz de la razón.

La teología sobrenatural es la ciencia que toma como datos para sus análisis las verdades
sobrenaturales reveladas por Dios a los hombres.

DAFNA DEL LIBRO

UNIDAD I. INTRODUCCION GENERAL A LA METAFISICA.

Rafael Gómez Pérez. INTRODUCCION A LA METAFISICA.

Prologo a la cuarta edición.

La metafísica tiene que ver mucho con aquella “filosofía primera” de la que escribía Aristóteles,
primera y principal. Como tal, era y es, la ciencia fundamental de lo que es, pero no puede
experimentarse empíricamente. Mas allá de lo físicamente estudiable o medible.
La línea de la metafísica que se puede llamar realista, la de los grandes griegos, Platón Aristóteles,
los grandes medievales Boecio, Tomas de Aquino, Buenaventura, Avicena, Maimonides, Averroes,
los grandes renacentistas y barrocos Vitoria, Juan de Santo Tomas, Capreolo, Suarez. Pero hay
también una metafísica no realista, la que empieza en Descartes y sigue a través de todo el
racionalismo y el idealismo, hasta Kant, Hegel y después.

La principal componente de la metafísica es la ontología, en la cual el metafísico atribuye, o no


atribuye, existencia a tres clases principales de cosas: 1) los objetos concretos colocados en el
espacio y el tiempo; 2) las mentes y sus estados entendidos según el enfoque dualístico en el
tiempo, pero no en el espacio; y 3) las entidades abstractas o universales.

1) INTRODUCCION GENERAL A LA METAFISICA.

1) Que es la metafísica.

Lo más importante es que las cosas son. El lenguaje común y el lenguaje científico, en cualquier
ciencia versan sobre cosas que son. Lo que tiene ser puede denominarse con el nombre de ente.
La metafísica es la ciencia que estudia el ente en cuanto ente.

Las demás ciencias (química, física, matemática, biología, antropología, psicología, sociología…)
estudian lo que es, lo que tiene ser (ente) en cuanto que es un determinado tipo de ente. La
metafísica lo estudia, antes, en cuanto que es ente.

Si toda ciencia es conocimiento de las causas de lo que se da, también la metafísica es un


conocimiento de causas y precisamente de los principios y de las causas del ente en cuanto ente.
Cada ciencia tiene su objeto material (de qué tipo de ente trata) y su objeto formal (desde qué
punto de vista, a que luz lo estudian). El objeto material de la metafísica es el ente, es decir, la
totalidad de las cosas; el objeto formal es el ente en cuanto ente. La metafísica busca las causas
propias del ente en cuento ente. La metafísica sigue preguntándose sobre las causas propias del
ente en cuanto ente. La metafísica no responderá nada al por qué los cuerpos se atraen; y no
responde nada, entre otras razones porque tampoco se lo pregunta. Y no se lo pregunta porque
no es ese su objeto formal. De esto no hay que inferir que a la metafísica no le interesen los
cuerpos, las cosas sensibles y tangibles. Le interesa literalmente todo: pero todo en cuanto que
tiene ser, el ente en cuanto ente.

La metafísica presta al conjunto de las ciencias el servicio de mantener constantemente disponible


la pluralidad de registros de la inteligencia.

2) La metafísica como ciencia especulativa.

El objeto de las ciencias teóricas es la verdad de las cosas; el objeto de las ciencias practicas es la
acción humana que corresponde no a cualquier opinión sino a la verdad de esas cosas conocidas.

La metafísica es ciencia especulativa, porque tiene como fin conocer la verdad más profunda de las
cosas: por qué son lo que son, y aun más, por qué son. ¿Qué es ser?
Las ciencias especulativas se distinguen entre sí según el grado de separación de la materia y del
movimiento en la consideración de sus respectivos objetos.

Hay objetos que dependen de la materia según el ser (sin materia no son) y según el modo de
entenderlos. En esos objetos, la materia entra en su definición. De estos objetos tratan la filosofía
de la naturaleza y las ciencias experimentales (física, química, botánica, biología, etc). Esas ciencias
son teóricas porque prescinden de la singularidad de la materia, pero no de sus propiedades
sensibles, experimentables: dureza, color, estructura, etc.

Hay objetos que aunque no pueden existir sino en la materia, pueden ser entendidos sin ella,
porque la materia no entra en su definición. De esas sustancias materiales, cabe retener solo la
cantidad y sus determinaciones de número, figura, volumen, etc. De estos objetos trata otra
ciencia teórica o especulativa, las matemáticas. Las matemáticas pueden ser aplicadas; es decir los
resultados obtenidos en un nivel de abstracción se pueden verificar en las sustancias materiales.

Finalmente, hay objetos que no dependen de la materia según el ser, porque o nunca son con
materia (Dios, los ángeles) o dándose a veces unidos a la materia, son de suyo independientes de
ella. Para conocer estos objetos, se prescinde por completo de la corporeidad y de sus
condiciones, y se llega a conceptos inteligibles. De estos objetos trata la metafísica.

La metafísica, aun tratando de “cosas” que no son empíricamente experimentables (la sustancia,
lo uno, la materia prima, etc) tiene que recurrir a imágenes, ejemplos, comparaciones, al menos
en el nivel de introducción. La metafísica necesita no perder nunca el contacto con la realidad
sensible. A veces puede parecer abstracta, pero nunca es abstrusa.

3) Metafísica: objeto material y formal.

El objeto material de la metafísica es todo; son objetos para la metafísica todas las cosas, pues
todas son, antes que nada, entes es decir tienen ser.

El objeto material queda especificado por el objeto formal quod: de todo lo que es, ¿qué (quod)
interesa a la metafísica? Respuesta: que es. El objeto formal quod de la metafísica es el ente en
cuanto ente.

La metafísica no es un sistema, un entramado de conclusiones ya incluidas en una idea abstracta


previa; la metafísica como todas las cosas humanas, “se hace camino al andar”.

¿Cuál será el objeto formal quo de la metafísica? En la metafísica es también la luz, la de la razón.
El ente en cuanto ente es inteligible para la razón, porque lo real “emite” destellos que la
inteligencia humana puede captar.

4) Ente, que viene de ser.

El objeto formal quod de la metafísica es el ente en cuanto ente. Ente es lo que es. Lo primero que
advertimos es que las cosas son. Ente, lo que es tiene ser. Todos los demás entes tienen ser; sino
no seria. Algo es real porque tiene ser.
En metafísica se trata en definitiva de fundar el ser del ente. Que el ente tiene ser es obvio: está
ahí.

5) El principio de no contradicción

De cualquier ente hay algo que se puede decir sin que quepa oponer objeción alguna: “es
imposible que esto sea y no sea a la vez, bajo el mismo aspecto y en el mismo sujeto”. Ser es algo
radical. El principio de no contradicción aparece apenas el entendimiento advierte un ente (un lo
que es, una cosa); advirtiendo lo que esto es advierte lo que no es y con eso, la división entre una
cosa y otra.

6) Primera aproximación terminológica.

En metafísica se funciona con una terminología propia. La dificultad respecto a otras ciencias
deriva del hecho de que muchos de esos términos se utilizan también en el lenguaje común, sin la
precisión con que se usan en metafísica. Se necesita, por tanto, el esfuerzo de re-aprender esos
términos en su sentido metafísico.

Primer término: ENTE. Ente es aquello que es: id quod est. Ente es el participio presente del verbo
ser (esse). La realidad está poblada de entes, es decir de cosas, de objetos reales. Cuando se habla
de entidad nos hemos ya situado en otro nivel: en el de la abstracción.

Que sea abstracto no quiere decir que sea irreal: es real en el sujeto en el que se da. Así la entidad
es algo real porque los entes son reales es más, porque ente quiere decir lo que es, lo real.

El termino central en metafísica no es ente sino ser. La metafísica parte del ente: ens est id quod
est. En este juicio se adviertes: a) un algo (id quos); b) al que le ocurre algo: nada más que menos
que ser. El ente es aquello que participa del ser (esse). Ser (esse) es verbo, acto. Se dice que el
ente está compuesto de esencia y de acto de ser. Esencia es aquello por lo que una cosa es lo que
es (id quo res est id quod est).

Al referirnos a la esencia estamos dando ya con el ser metafísico del ente concreto y singular. No
confundir nunca ser y existir.

En metafísica, existir indica el hecho de ser. Existir es un hecho , un resultado. Resultado del acto
de ser o lo que es lo mismo del ser como acto. Ser es un principio metafísico, un componente
metafísico del ente concreto y singular.

Resulta que los entes existen (y existen porque tienen ser) me puedo referir a sus existencias. Es
un término abstracto, porque en la realidad no encontramos existencia, sino cosas que existen.

- Ente, aquello que es, la cosa, lo real, el objeto, etc.

- Entidad, el abstracto de ente.

- Esencia, aquello por lo que una cosa es lo que es.


- Ser, acto de ser, acto que, a través de la esencia, hace ser al ente.

- Existir, resultado de tener el ser.

- Existencia, abstracto de existir.

Resumiendo aun más, los términos fundamentales son:

- Ente, que es lo primero que encontramos, lo que es.

- Esencia, aquello por lo que el ente es lo que es.

- Ser, acto que hace ser y por lo tanto ser lo que es.

7) Metafísica y teología.

La teología sobrenatural es la ciencia que toma como datos para sus análisis las verdades
sobrenaturales reveladas por Dios a los hombres. Son verdades que superan la capacidad de la
razón humana, pero no son “irracionales” o “arracionales”.

Se comprende que una filosofía que no diera con la realidad, con el fundamento del ser del ente,
más que obtener “alguna inteligencia” de las verdades de fe, las oscurecería. Una metafísica que lo
sea realmente puede caminar entre las realidades sobrenaturales. Esa metafísica de la realidad
proporciona a la teología análisis verdaderos con los que profundizar en el contenido de la
revelación, aun sabiendo que no podrá nunca agotarlo.

Leonardo Castellani. ELEMENTOS DE METAFISICA.

Capitulo 11.

TEOLOGIA NATURAL.

1) La demostración metafísica de Dios se basa en el principio de causalidad. Partiendo del


principio de que “todo lo que se mueve, por otro se mueve”, se llega a la conclusión
necesaria de un Motor Inmóvil, o sea de una causa incausada, un “Ens-a-Se”: ser-de-por-
si-mismo.

2) Santo tomas indica para la demostración de la existencia de Dios 5 vías diferentes. El


primero y más evidente la vía del motus. Principio de causalidad. Motus significa cualquier
cambio, sustancial o accidental, transitorio o permanente: es un tránsito del no ser al ser.

Es cierto y es visible que en el mundo algo se mueve, es decir, cambia. Ahora bien, nada se
mueve si no está en potencia a aquello para donde se mueve. Y nada mueve si no es
cuanto esta en acto. Pues mover no es otra cosa sino educir de potencia en acto; y de
potencia en acto nada es educido sino por un ser en acto. Más no es posible que un mismo
ser este en acto y en potencia. Por ende es imposible que el mismo ser mueva y sea
movido en el mismo plano y modo, o sea que se mueva a si mismo. Si es que mueve, él
también es movido, es preciso lo sea de otro; y este de otro.

Pero no se puede proseguir aun sin término. Es preciso remontarse a un primer motor que
no sea movido y ese primer motor es el que todos llaman Dios.

3) En las dos vías siguientes, el de Aquino repite el razonamiento aplicándolo a la gente y a la


razón suficiente de las cosas o sea a la noción de contingente y necesario. Y así deduce las
nociones de primera causa y ser necesario.

4) El camino cuarto esta tomado de los diversos grados del ser. Es la demostración de Dios
por el orden ideal, por la jerarquía de las realidad metafísicas, como bueno, verdadero,
perfecto, bello, noble… las cuales, para poderse entender, deben estar coronadas por el
arquetipo del bien.

Si existe lo imperfecto, existe lo perfecto, del cual es menester participe lo imperfecto.

5) La quinta vía está basada en la causa final. De la existencia del orden y el fin en la
naturaleza concluye la existencia de una inteligencia intrínsecamente ordenadora.

6) Al lado de estas pruebas tradicionales existe el llamado “argumento ontológico”, que


intenta descubrir a Dios a partir de su concepto mismo, o de la idea que de Él tenemos.

7) Todas las demostraciones metafísicas de la existencia de Dios son solidarias y se reducen


al hecho de que nuestra razón (cuando se ejerce con su mayor poder) toca sus propios
límites y reconoce un más allá superior a ella.

“Todo hombre, instintivamente, aspira y necesita de algo superior, por los defectos que en
si mismo siente, en los cuales necesita ser ayudado y salvado; y ese algo, llámese como se
quiera, es lo que entendemos por Dios” (Santo Tomas).

8) Los 5 argumento del de Aquino: a) son metafísica, es decir una cosa que no está al alcance
de cualquiera. B) son una especie de estilización o disección del elemento racional que
subtiende la vivencia religiosa (“creencia”), amén de otros elementos: de donde es
explicable que los que “tienen fe”, adquieren la fe o recobran la fe, no se reconocen
fácilmente cuando describen su “vivencia religiosa”.

LECTURA: LO CONTINGENTE Y LO NECESARIO:

Contingente es lo que puede no ser. Pero lo que deviene, hallase condicionado en cuanto a su
existencia, y depende en última instancia de algo que bajo tal relación sea incondicionado: de otro
modo, que sea necesario.
CURSO DE METAFISICA Y ETICA. LA NATURALEZA DE LA METAFISICA. (2007)

1) NATURALEZA DE LA METAFISICA.

Existen dos modos fundamentalmente diversos de vivir la propia existencia. El primero “pan y
circo”, lo que trae la idea al mismo tiempo de un tipo de vida pragmático, superficial, encerrado en
lo efímero, en “Lo que se ve”, “en lo que se siente”, en los estímulos sensibles y que desde
siempre ha sido utilizado como un instrumentum regni, como una forma de control de las masas
por parte de las estructuras del poder, sea de tipo económico, político o de cualquier tipo que se
pueda imaginar. De este modo, los poderosos van asegurando que la gente se “divierta”, se ocupe
de lo exterior, piense lo menos posible, se incline siempre al ruido, a lo externo, a satisfacer las
necesidades primarias de la vida. Lo importante parece ser el “sentirse bien”. El placer parece ser
la norma y finalidad de todo el dinamismo del ser humano. El ser humano viene reducido a la
categoría de animal con algunas pocas necesidades añadidas, algo más sofisticado y complejo.

Sin embargo, la realidad de la vida humana continúa estando allí, frente a nosotros, como un dato
que no puede ser desconocido. Siente necesidad de trascender los límites de lo inmediato, de lo
superficial. Expresa San Agustín: este camino de trascendencia humano, de lo físico e inmediato, a
lo metafísico y esencial, y en definitiva de lo contingente a lo necesario, de lo cambiante a lo
permanente, de lo finito a lo infinito, de la criatura a Dios en búsqueda del último fundamento de
la vida.

En este nivel la existencia humana asume connotaciones profundamente nuevas e inesperadas. Se


siente la necesidad de ir a la esencia de las cosas. Se experimenta la insuficiencia de una vida
vivida en base a lo que aparece, o a lo “que se dice”. Es el rechazo de la banalidad, de la
superficialidad.

Esta urgencia de interioridad, de profundización, se hace patente en muchas experiencias de la


vida que muestran el límite de las percepciones inmediatas, y la necesidad de trascenderlas para
poder vivir de manera verdaderamente humana.

El hombre no puede vivir sin certezas, porque existe en el ser humano la necesidad de certezas
racionales, que superan el cambio, el permanente fluir, la inestabilidad de todas sus experiencias
sensibles.

Hemos visto en las páginas precedentes como se va generando en el espíritu del hombre lo que
podríamos llamar “el dinamismo de la investigación metafísica”. Aquel itinerario racional por el
que el hombre quiere comprender en profundidad para luego vivir plenamente su vida, quiere
“vivir bien”. Un “vivir bien” que se opone a la vida superficial, a la vida de “pan y circo”.

El hombre decide en su interior si quiere vivir de la verdad, del amor; o si al contrario, prefiere vivir
de las apariencias y de las pasiones que satisfacen en el momento y luego se disipan sin sentido
trascendente. Seguir el camino de la investigación metafísica es no detenerse en el camino, no
traicionar el llamado más profundo que reside en el interior del espíritu del hombre, es vivir para
el encuentro con la verdad y el amor.

Aristóteles responde: “el hombre por naturaleza desea saber”. “todos los hombres desean saber”
y la verdad es el objeto propio de este deseo. El hombre es el único ser en toda la creación visible
que no solo es capaz de saber, sino que sabe también que sabe, y por eso se interesa por la verdad
real de lo que se le presenta. Con razón se considera que una persona ha alcanzado la edad adulta
cuando puede discernir, con los propios medio, entre lo que es verdadero y falso, formándose un
juicio propio sobre la realidad objetiva de las cosas.

Dios nos dio una inteligencia que busca insaciablemente las causas de todas las realidades, con
una pregunta por el “por qué” que no se detiene ante ningún fenómeno como en el niño. Solo hay
paz cuando las preguntas y los deseos más profundos alcanzan su respuesta definitiva.

Responsabilidad del hombre: la palabra responsabilidad posee una etimología muy hermosa: viene
de “responder”, es decir que el hombre posee como don de Dios potencias y capacidades que lo
ponen frente a preguntas fundamentales que piden respuesta. El hombre debe decidir si quiere
responder o al contrario acallar la voz de su razón dentro de sí.

“el hombre tiene muchos medios para progresar ene l conocimiento de la verdad. Entre estos
destaca la filosofía que contribuye directamente a formular la pregunta sobre el sentido de la vida
y atrasar la respuesta. El termino filosofía según la etimología griega significa “amor a la
sabiduría”. De hecho la filosofía nació y se desarrollo desde el momento en que el hombre empezó
a interrogarse sobre el por qué de las cosas y su finalidad”.

La búsqueda metafísica mas allá de las apariencias resulta necesaria para el hombre porque la
verdad de las cosas, su razón de ser, no está presente en lo que inmediatamente se ve de las
mismas sino en su esencia, en lo que es visible no a los ojos físico sino a la luz de la inteligencia.
Inteligencia etimológicamente, intus legere, leer adentro. Sin “leer adentro” de las cosas, no
podemos llegar a comprender realmente lo que son. Hay una voz que nos llama, que nos impulsa a
una búsqueda en pos de una belleza que nos cautiva, y esa voz esta dentro de las cosas mismas.

La verdad se revela a quien la busca con amor y el amor por la belleza de la verdad.

Aristóteles: “vivir según la virtud es lo más bello, pero la mayoría de los hombres prefieren vivir
como bestias”. En el misterio de su libertad el hombre puede responder y elegir el camino a
seguir: y es cierto que es más fácil la pendiente de una vida de descenso hacia la llanura de las
pasiones que una vida de ascenso a la cúspide de la montaña desde la cual la perspectiva es plena
y total sobre la realidad. Ciertamente este ascenso, ésta trascendencia interior del ser humano,
supone un querer vivir en plenitud que no esta exento de renuncias, sacrificios y necesidad de
entusiasmo mora.

El papa Juan Pablo II, habla de esta posibilidad que tiene el hombre de negar su propia dignidad
racional, y de renunciar a una verdadera búsqueda racional; misteriosa decisión de quien
pudiendo vivir plenamente decide no hacerlo.
La filosofía que tiene la gran responsabilidad de formar el pensamiento y la cultura por medio de la
llamada continua a la búsqueda de lo verdadera, debe recuperar con fuerza su vocación
originaria.

Sí, el hombre puede intentar acallar la voz de su espíritu, pero esa voz nunca dejara de sonar en lo
más profundo de su interioridad y de llamarlo incesantemente a la plenitud de la vida, porque Dios
ha inscripto esta necesidad de verdad y de amor en lo más profundo de su naturaleza. Cuando el
hombre trata de renunciar a esta búsqueda y detenerse en lo superficial y efímero, entonces la
naturaleza humana expresa su tristeza y angustia por una serie de fenómenos que son como
síntomas espirituales que claman por una “conversión a la verdad”. Existen unas “fiebres
espirituales” que van indicando que nuestro espíritu carece del alimento que necesita. La verdad y
el amor, son los alimentos de nuestro espíritu sin los cuales se debilita y desfallece.

En nuestro tiempo podemos constatar la presencia de muchos de estos síntomas espirituales de


malestar en la cultura humana: el aburrimientos crónico, la apatía y la falta de entusiasmo en la
vida de todos los días, presente a veces en aquellos que debieran al contrario vivir en el
entusiasmo por el constante descubrimiento de la novedad de la vida: los jóvenes; la depresión
como enfermedad cada día mas frecuente: que con frecuencia es el resultado de una vida moral
caótica; la desunión de las comunidades humanas, hoy tan visibles en las familias, con una
fragilidad cada vez mayor de los vínculos afectivos, etc.

2) Ejemplos prácticos que ilustran todo lo dicho a propósito de la necesidad y belleza de la


sabiduría metafísica.

“drogodependencia”: uno habitual de estupefacientes al que drogadicto no se puede sustraer.

Un fenómeno no será entendido de manera adecuada sino se llega a sus verdaderas causas
últimas.

Pero la ciencia que estudia estas últimas causas no es la medicina, si la sociología, ni la psicología,
sino la filosofía y últimamente la teología. Quien no está cerrado a una verdadera investigación no
dejara de incluir en su búsqueda esta dimensión de la vida. Todo ello puede ser aplicado a
múltiples ejemplos ya que la vida nos va marcando este camino de búsqueda, si estamos abiertos
al llamado de la verdad.

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