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Bruner comienza diciendo que el objetivo de la revolución cognitiva era recuperar la mente en las
ciencias humanas, posteriormente plantea una nueva revolución cognitiva, que se basa en un
enfoque más interpretativo del conocimiento cuyo centro de interés es la construcción de su
significado.
Su meta era descubrir y describir formalmente los significados que los seres humanos creaban a
partir de sus encuentros con el mundo, para luego proponer hipótesis acerca de los procesos de
construcción de significado en que se basaban. Se centraba en las actividades simbólicas
empleadas por los seres humanos para construir y dar sentido no sólo al mundo, sino también a
ellos mismos.
Su meta era insistir a la psicología a unir fuerzas con sus disciplinas hermanas de las humanidades
y las ciencias sociales, de carácter interpretativo. Ciertamente, bajo la superficie de la ciencia
cognitiva.
A principios de los años 50, los ordenadores y la teoría computacional se habían convertido en la
metáfora matriz del procesamiento de la información Los procesos cognitivos se equipararon con
los programas que podían ejecutarse en un dispositivo computacional, y nuestros esfuerzos por
comprender, pongamos por caso, la memoria o la formación de conceptos, eran productivos en la
medida en que éramos capaces de simular de forma realista la memorización o la
conceptualización humanas con un programa de ordenador.
Los sistemas simbólicos que los individuos utilizaban al construir el significado eran sistemas que
estaban ya en su sitio, que estaban ya «allí», profundamente arraigados en el lenguaje y la cultura.
Los psicólogos nos concentrábamos en estudiar cómo «adquirían» los individuos estos sistemas,
cómo los hacían suyos, más o menos igual que podríamos preguntarnos cómo adquirían los
organismos en general sus adaptaciones especializadas al entorno natural. Tardamos mucho en
darnos cuenta plenamente de lo que la aparición de la cultura significaba para la adaptación y el
funcionamiento del ser humano
Bruner considera que la psicología popular, aunque cambie, nunca se ve sustituida por paradigmas
científicos. Y ello se debe a que la psicología popular se ocupa de la naturaleza, causas y
consecuencias de aquellos estados intencionales, creencias, deseos, intenciones, compromisos
despreciados por el grueso de la psicología científica en su esfuerzo por explicar la acción del
hombre desde un punto de vista que esté fuera de la subjetividad humana.
La cultura juega un papel importante para entender al ser humano y tiempo después se entiende lo
que significaba para la adaptación y funcionamiento de este. Se convirtió es un factor destacado a
la hora de formar las mentes de quienes compartían y sin el papel constitutivo de la cultura somos
animales incompletos, que nos complementamos a través de la cultura.
La profesión del psicólogo tiene la costumbre de tener puntos de vista y pensamientos más
individualistas. Los sistemas simbólicos que los individuos utilizaban al construir el significado eran
sistemas que estaban creados, profundamente arraigados en el lenguaje y la cultura los cuales
constituían un tipo muy especial de juego de herramientas comunal, cuyos utensilios, una vez
utilizados, hacían del usuario un reflejo de la comunidad.
Dado que la psicología se encuentra tan inmersa en la cultura, debe estar organizada en tomo a
esos procesos de construcción y utilización del significado que conectan al hombre con la cultura,
nuestra participación en la cultura se hace público, Nuestra forma de vida se adaptada
culturalmente dependiendo de significados y conceptos compartidos.
La psicología popular es la explicación que da la cultura sobre qué es lo que hace que los seres
humanos funcionen, Consta de una teoría de la mente, la propia y la de los demás, una teoría de la
motivación, y todo lo demás. Se ocupa de la naturaleza, causas y consecuencias de aquellos
estados intencionales, creencias, deseos, intenciones, compromiso. La psicología científica
también forma parte de un proceso cultural.
Una psicología social o sensible a la cultura es aquella que está y que además debe estar basada
no solamente en lo que hace o no el individuo, sino además en lo que dicen hacer y lo que los llevó
a hacerlo. Se ocupa de cómo la gente dice que es su mundo.
“Lo que la gente dice no es necesariamente lo que hace”, es una frase que pone en reflexión
diversos aspectos. Como por ejemplo que en una persona es más “real” e importante lo que hace
antes de lo que dice. Y así, esta última acción solo tendría algún sentido si brindara pasos
importantes para lograr la primera.
Es curioso la relación que establece la psicología científica, ya que, a manera muy cotidiana de ver
la afirmación anterior, cuando una persona se comporta de una manera inadecuada, ofensiva o
hiriente, lo primero que se hace es averiguar si mentalmente aquella persona se encuentra bien.
Allí entonces puede haber 2 opciones por parte de la persona directamente implicada: 1) Decir que
no sabe la razón por la cual actuó de una manera determinada y ofrecer disculpas y de inmediato
va a ser exonerada de cualquier culpa. O 2) Puede justificar su actuar de alguna manera con
excusas que hagan incluso sentir culpable a la persona que afectó.
John Austin, en su teoría de los actos, explica que “Decir y hacer constituyen una unidad
funcionalmente inseparable en una psicología orientada culturalmente” y que separar estos dos
conceptos es “hacer mala filosofía, mala antropología, mala psicología”
Las personas y las culturas que son el objeto de estudio de la psicología están gobernadas por
significados y valores compartidos, se ha dicho que la psicología debe liberarse de esos
significados y de la cultura, si aspira a descubrir algún día un conjunto de universales humanos, la
psicología cultural no puede reducirse a una psicología transcultural que proporcione unos cuantos
parámetros que permitan explicar la aparición de variaciones locales en las leyes universales de la
conducta.
La solución del problema de los universales consiste en denunciar la falacia que hace referencia a
la relación entre biología y cultura, de acuerdo con esta idea la cultura vendría a ser algo que se le
encima a la naturaleza humana pero que estaría determinada biológicamente, dando por supuesto
que las causas de la conducta humana radicaban en la base biológica, sin embargo lo que se
propone es que las verdaderas causas de la conducta humana son la cultura y la búsqueda del
significado dentro de esa cultura.
Las herramientas culturales pueden describirse como un conjunto de prótesis mediante las cuales
los seres humanos pueden superar e incluso redefinir los limites naturales del funcionamiento
humano, por ejemplo, existe una limitación biológica que afecta la memora inmediata, pero los
seres humanos hemos construido dispositivos simbólicos para superar esa limitación, es decir la
biología pone límites, pero no por siempre.
“Motivos Humanos Naturales”: Seria tonto negar que a la gente le entra hambre y que hay
una base biológica sobre la que se asienta ese estado de hambre, pero por ejemplo el
compromiso de los judíos devotos a ayunar escapa totalmente a cualquier razonamiento
sobre la fisiología del hambre.
Ni el compromiso cultural de consumir ciertas comidas a ciertas horas o en determinadas
ocasiones puede reducirse a un proceso de “conversión” de impulsos biológicos.
Nuestros deseos y las acciones que realizamos están mediados por medios simbólicos, sin
embargo, también hay limitaciones que afectan al compromiso con una forma de vida que es más
biológica que cultural, ej. El agotamiento físico, el hambre, la enfermedad, el dolor son acciones
que pueden quebrar nuestras conexiones o troncar su crecimiento.
Elaine Scarry: Señala que el dolor destruye nuestra conexión con el mundo personal y cultural, el
dolor reduce la conciencia humana, hasta el punto de que en el caso de los torturadores el hombre
se convierte en una bestia, pero aun así el dolor no siempre triunfa, son más poderosos los
vínculos que nos unen a esos significados de la vida.
Wilhelm Dilthey: Señala el poder de la cultura para formar guiar una nueva especie, siendo la
cultura esa mano moldeadora, en tanto que la biología es la que impone las limitaciones, pero que
como hemos visto la cultura tiene el poder de ablandar o modificar esas limitaciones.
Carol Feldman: Sostiene que nuestros pensamientos están dentro y nuestras conclusiones están
fuera, sin embargo, en la mayor parte de las interacciones humanas la realidad es el resultado de
largos procesos de construcción y negociación profundamente implantados en la cultura.
Estas ideas se pueden ilustrar con el siguiente ejemplo, se quieren estudiar las cualidades
intelectuales para lo cual se utiliza el rendimiento escolar, característica que es de importancia
capital, entonces desde la perspectiva que se ha elegido resulta que en Norteamérica los negros
tienen menos cualidades intelectuales que los blancos, que a su vez tienen menos que los
asiáticos, ¿qué tipo de resultado es ese? Para esto se deberían tener en cuenta preguntas como
¿Qué significa rendimiento escolar y como se relaciona con el rendimiento? ¿Su definición no
podría depender directamente de la cultura en donde se seleccionen determinados rasgos para
honrarlos, recompensarlos y cultivarlos?
Jamer Clifford: Señala que las culturas si alguna vez fueron homogéneas han dejado de serlo y
que el estudio de la antropología se ha convertido en un instrumento para manejar la diversidad,
pero si el conocimiento depende de la perspectiva que pasa con la cuestión de la elección ¿es más
una cuestión de preferencia? ¿Cómo elegimos entre una cosa y la otra? Los irracionalistas toman
en cuenta la cultura como una especie de restaurante de autoservicio en donde cada uno elige los
valores de acuerdo con sus impulsos y conflictos individuales.
Teoría de la elección racional: Según esta teoría nuestros valores se ponen en manifiesto en
nuestras elecciones, situación por situación y guiados por modelos racionales. Sin embargo,
desde otro punto de vista los valores son comunales y consecuentes de acuerdo con lo cultural, de
acuerdo con nuestras relaciones culturales, los valores cumplen funciones en el seno de una
comunidad, estos se incorporan a nuestra propia realidad y al mismo tiempo se sitúan en una
cultura.
Psicología científica positivista: Reitera que tiene derecho a atacar, discutir e incluso reemplazar
los postulados de la psicología popular, insiste en su derecho a negar la eficacia causal de los
estados mentales y de la cultura misma. En esta posición extrema se dice a veces que la
psicología es anticultural, antihistórica y que su reduccionismo es anti intelectual.
Desde ese punto de vista la psicología se ocupa solo de verdades objetivas y rehúye la crítica
cultural. Pero hasta la psicología científica se moverá mejor cuando reconozca que sus verdades
acerca de la condición humana como todas las verdades son relativas dependiendo el punto de
vista que se adopte para esa condición y conseguirá una posición más eficaz hacia la cultura en
general cuando acepte que la psicología popular no es solo un conjunto de ilusiones, sino que es lo
que hace posible y satisfactorio que la gente viva en comunidad aun acosta de grandes sacrificios
personales, la psicología popular necesita ser explicada no descalificada.