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Modernidad líquida y medios de comunicación

En la era de la información en la que vivimos, la presencia de los medios de comunicación


es cada vez mayor y su influencia es cada vez mayor. Desde la prensa hasta Internet, desde
el telégrafo hasta el teléfono celular, los medios crean un entorno que transforma la forma
en que las personas existen y se desarrollan, así como la forma en que aprenden y perciben
el mundo. Los diferentes tipos de medios influyen continuamente en las percepciones,
sentimientos, emociones y valores de las personas.

Nos alientan a asumir diferentes roles e influir en nuestro comportamiento. Hoy


necesitamos comprender los medios y esta necesidad está creciendo. McLuhan dirige
nuestra atención desde el contenido al medio mismo, afirmando que algunos medios, como
la televisión, la radio y las computadoras, tienen una gran influencia en nuestra sociedad, el
arte, la ciencia y la formación de creencias religiosas.

Además, plantea la idea de que el medio es el mensaje y describe un nuevo concepto de


sociedad cultural. Comprender los medios significa comprender el futuro. El libro causó
controversia en su momento debido a sus ideas visionarias. Cuando el editor del libro leyó
el borrador por primera vez, se sorprendió de que el 75% del contenido fuera tan
completamente innovador que expresó su preocupación por su viabilidad. En la industria
editorial, los bestsellers no pueden contener más del 10% de información innovadora. Sin
embargo, logró un éxito que superó las expectativas de la industria editorial.

A las personas sin conocimientos especiales les resultará difícil leer este libro. Para
expertos e intelectuales, esta es una nueva herramienta y un nuevo desafío que puede
ampliar sus horizontes. Marshall McLuhan fue un renombrado teórico de los medios y
maestro de la comunicación occidental del siglo XX. Su libro Understanding Media
conmocionó al mundo y lo convirtió en uno de los mayores expertos en el campo de los
estudios de comunicación.

Desde finales del siglo XX, Media de McLuhan ha sido leído, discutido y estudiado en todo
el mundo. Sin embargo, McLuhan fue criticado por la visión vanguardista de su libro. Los
conservadores lo llamaron Dr. Spock de la cultura pop, un mago metafísico con un loco
sentido espacial. Pero el tiempo le dio la razón. En la década de 1990, la globalización, la
informatización, las redes y la digitalización se aceleraron y la gente se dio cuenta de que
McLuhan tenía razón. A partir de entonces, la pasión por McLuhan alcanzó su punto
máximo.

La gente todavía estudia sus pensamientos con asombro. A continuación, analizaremos este
libro dividiéndolo en tres partes. Exploramos cómo los medios influyen en nuestras vidas,
impulsan el cambio social y cómo debemos responder a cambios y desarrollos futuros.
Parte 1: Los medios son el mensaje. Segunda parte: Los medios de comunicación son una
extensión del ser humano. Tercera parte: La crisis mediática y su respuesta.

El medio es el mensaje es la frase más utilizada en este libro y también es el núcleo.


Cuando hablamos de medios, normalmente pensamos en periódicos, radio, televisión y
otros recursos de comunicación. Pero McLuhan tiene un profundo conocimiento de los
medios y asume que los medios son extensiones de nuestros cuerpos y cerebros, así como la
ropa es extensiones de nuestra piel. Su hogar es una extensión de su control de temperatura.
Las bicicletas y los coches son extensiones de nuestras piernas y pies.

McLuhan utiliza la definición más amplia de la palabra medios todas las expresiones y
extensiones humanas. Normalmente vemos a los medios como portadores de información,
conocimiento y contenidos, es decir, vacíos, negativos y estáticos. Sin embargo, desde la
perspectiva de McLuhan, los medios también tienen una influencia significativa sobre la
información, el conocimiento y el contenido mismo, y esta influencia es positiva, activa e
importante.

La gente suele ignorar y subestimar la importancia y la influencia de los medios de


comunicación. McLuhan aborda un problema grave de la cultura occidental: Hace mucho
que estamos acostumbrados a dividir y fraccionar las cosas. La gente tiende a separar el
contenido y el medio, centrándose sólo en el contenido e ignorando el medio en sí.
McLuhan utiliza una metáfora perfecta para explicar este fenómeno desde la perspectiva
interna del medio.

Según él, los medios de comunicación son ladrones y el público es un perro guardián. Y el
contenido de los medios es como un jugoso trozo de carne que un ladrón lleva consigo para
distraer a los observadores de nuestras mentes. Una persona que simplemente mira la carne
e ignora al ladrón tiene la actitud somnolienta de un idiota tecnológico. Por ejemplo, las
personas notan rápidamente los colores y las formas de una escena, pero ignoran su forma.
Se centra en las historias de los programas de televisión, pero ignora el funcionamiento de
la autoridad y el capital.

Con esta profunda metáfora, McLuhan nos recuerda que debemos prestar igual atención al
medio y al contenido. Por tanto, el contenido capta nuestra atención, dificulta nuestra
comprensión e incluso perjudica nuestra capacidad de entender los medios. Y estas son más
que simples herramientas. Considerándolo todo, las redes sociales han jugado un papel
crucial en la configuración del mundo actual. Por ello, McLuhan defiende la idea de que el
medio es el mensaje y afirma que la forma en que el medio transmite el contenido, o más
bien la forma del medio, es más importante que el contenido en sí. En concreto, mensaje
generalmente se refiere a cambios en comportamiento humano y la interacción con el
medio o simplemente al contenido distribuido por el medio.

Las nuevas tecnologías en la era electrónica pueden transmitir mensajes correspondientes a


través de los medios de comunicación. Por eso decimos: El medio es el mensaje. Cuando
utilizamos los medios, el impacto que tienen en la sociedad y los cambios que traen a la
vida cotidiana son mucho más importantes que el contenido que transmiten y difunden. Así
como la llegada y el uso generalizado de la imprenta cambiaron la faz del mundo, ayudando
a difundir nuevas ideas en todo el continente europeo y derrocando los sistemas feudales de
la Edad Media y los primeros tiempos modernos, gran parte del mundo moderno depende
de Internet.

Cada nuevo medio proporcionó a las personas nuevas herramientas para percibir y
comprender el mundo, así como nuevas formas de comportamiento social. Por ejemplo, en
las sociedades tribales premodernas, el idioma era el principal y quizás el único medio de
comunicación. Debido a que la comunicación verbal era simple y de alcance limitado, los
humanos premodernos estaban muy involucrados en la vida cotidiana, así como en el
trabajo y las relaciones interpersonales. En la sociedad moderna, los medios impresos han
ampliado el alcance de esta comunicación básica. La gente ya no necesita hablar cara a
cara.
Como resultado, se desvinculan cada vez más de los problemas del mundo que los rodea y
comienzan a percibirlos y abordarlos de manera más racional, lo que respalda el efecto
revolucionario de diversas formas de medios de comunicación. Ésta es la influencia que
tienen los medios de comunicación sobre los individuos y la sociedad. Analicemos un
ejemplo más específico relacionado con los ferrocarriles. ¿Por qué son importantes los
ferrocarriles? No crearon ni movimiento ni medios de transporte, ni la rueda ni la carretera,
sino que aceleraron y ampliaron el alcance de las funciones humanas existentes y crearon
ciudades completamente nuevas y nuevos tipos de trabajo y ocio.

Los cambios sociales revolucionarios provocados por los nuevos medios operan en un nivel
similar. Lo verdaderamente valioso e importante es la naturaleza de los nuevos medios, las
oportunidades y los cambios sociales que traen en la era de las nuevas tecnologías. Estos
aspectos son mucho más importantes que el contenido que el medio transmite y distribuye.
Y eso es lo que significa, como subrayó McLuhan, el medio es el mensaje. Los medios de
comunicación tienen un enorme impacto en cómo se nos presenta el mundo y cómo lo
entendemos. Con esto concluye la primera parte de por qué el medio es el mensaje.

Los medios de comunicación no sólo transmiten la distribución de información,


conocimientos y contenidos, sino que también ejercen una fuerte influencia sobre ellos.
Cada nuevo medio, a lo largo del tiempo, ha brindado a las personas nuevas herramientas
para percibir y comprender el mundo, así como nuevas formas de comportamiento social y
cambios en las relaciones interpersonales. ¿Cómo afectan los medios de comunicación a las
personas y a la sociedad? Esto nos lleva a nuestra siguiente declaración. Los medios de
comunicación son una extensión del ser humano.

La modernidad líquida es un concepto desarrollado por Zygmunt Bauman que describe


nuestra época como fluida en dos aspectos específicos.

Relaciones que surgen entre las personas. La forma en que gestionamos nuestras
instituciones está cambiando.

Bauman describe la modernidad fluida como una sensación de estar en un momento social
donde las expectativas y formas de vida ya no están establecidas y se espera que sean como
lo fueron en el pasado. Una crítica importante a la modernidad líquida es que la falta de
modelos a seguir puede generar ansiedad y miedo.

Liquidez: Esta es la principal característica de la modernidad líquida. A medida que el


mundo social cambia constantemente, resulta cada vez más difícil predecir las tendencias
en las relaciones entre personas e instituciones.

Individualismo: Esto significa cambiar la forma en que un individuo percibe su entorno y se


relaciona con los demás. Ya no existe un sentido de comunidad o aceptación de una
identidad común que permita la conexión con el entorno, sino que el individualismo se
centra únicamente en las necesidades individuales.

Inquietud: Este es un resultado directo del flujo y el individualismo. Sin expectativas ni


modelos confiables, la ansiedad y el miedo pueden aumentar, lo que puede hacer que las
personas se sientan más ansiosas y se aíslen.

Es importante señalar que la modernidad fluida no siempre es negativa. No hay garantías,


pero la oportunidad de vivir una vida libre de nociones preconcebidas puede ser beneficiosa
para quienes estén dispuestos a correr el riesgo.

Modernidad líquida es un término acuñado por el filósofo Sigmund Bauman para describir
el mundo actual caracterizado por la transparencia, la movilidad, la desterritorialización, la
incertidumbre y el cambio continuo.

La modernidad líquida es un estilo de vida en el que las identidades, los lugares y las
relaciones sociales son volátiles, impredecibles e intercambiables. Los vínculos humanos
son temporales, los logros académicos y profesionales son temporales y la seguridad
económica es reemplazada por la flexibilidad en el lugar de trabajo. En lugar de la
singularidad típica de la modernidad sólida, los individuos en la modernidad fluida se
esfuerzan por construir identidades que estén integradas en contextos cambiantes.

Los principales conceptos de moneda líquida son los siguientes.

experiencia temporal; A medida que la sociedad se desarrolla y cambia rápidamente, la


gente se asocia cada vez más con experiencias de corta duración y duración limitada. Evite
la responsabilidad; La modernidad líquida se caracteriza por los constantes esfuerzos de los
individuos por escapar de la responsabilidad. relaciones no esenciales; La sociedad se
caracteriza cada vez más por relaciones laxas e intangibles. Inestabilidad; La incertidumbre
constante y los rápidos cambios sobre el futuro dificultan que las personas planifiquen para
el futuro y se concentren en objetivos a largo plazo.

Quizás el mejor ejemplo de modernidad líquida sea la cultura de la economía colaborativa.


A diferencia de los negocios tradicionales como hoteles o taxis, esta cultura se ha
convertido en una forma para muchas personas de ganar y gastar dinero. Estas relaciones
indeterminadas se caracterizan por ser inestables e intangibles, lo que dificulta la
planificación independiente del individuo.

Para Bauman, la modernidad líquida es como la posibilidad de que una modernidad rica y
auténtica se escurra entre nuestras manos como el agua entre nuestros dedos. Con otras
personas.

Compañía. En otras palabras, hay una transición de una sociedad sólida a una sociedad
fluida, flexible, evasiva y fluida de capitalismo fácil.

Bauman explica que, si bien nosotros respondemos favorablemente ante la posibilidad de


un cambio real al sentirnos cada vez más independientes y en control de nuestro propio
destino, otros pueden sentir miedo ante tal situación. No es tan fácil independizarse y la
emancipación-emancipación puede tener consecuencias a las que no estamos
acostumbrados. Creemos que somos modernos, pero no lo somos. En primer lugar, porque
existen deficiencias en varios ámbitos que es necesario abordar. En segundo lugar, porque
dentro de unos años esta modernidad dará paso a otra modernidad, que inevitablemente
tendrá que dar paso a un concepto diferente.

Según Bauman, la gente está renunciando a la satisfacción y la felicidad obtenidas mediante


la industrialización posterior a la Segunda Guerra Mundial y está buscando la libertad. Él
cree que esta libertad obtenida a través de la liberación ha hecho que las personas sean más
egoístas y desatentas a lo que sucede a su alrededor. Señala que las personas están inmersas
en una sociedad de consumo en la que buscan cada vez más rápidamente la satisfacción
dadas las condiciones de viabilidad de los productos que se ofrecen, que no son
necesariamente alimentos. Este es un ejemplo de colecciones de moda, la tecnología más
moderna que está ahora y no será mañana. Está convencido de que este deseo de comprar
surge de un deseo desesperado de pertenecer a un grupo que marca la dirección de la
sociedad capitalista orientada al consumo.

Señala que cuando compramos, ahuyentamos fantasmas que siguen mostrándonos que
realmente tenemos necesidades básicas cubiertas la mayor parte del tiempo. Pero no puedes
soportar esto más. No hay más opciones para obtenerlo. Las personas con mayor poder
adquisitivo tienen más opciones. Las personas con bajo poder adquisitivo sólo pueden
comprar lo que les conviene. Conformidad: El hombre caerá inevitablemente en la red del
consumismo y su identidad no será suficiente para protegerlo de pertenecer a la sociedad
sinóptica. Sin embargo, todavía existen diferencias sutiles y evidentes entre los individuos
que son los mayores enemigos de la sociedad.

En el tercer apartado, Bauman reflexiona sobre el espacio/tiempo y su separación. Antes


estaban unidos y representaban una fuerza común, pero ahora no sólo están separados, sino
que cometen violencia unos contra otros y especialmente contra el tiempo. El primero es un
medio, el segundo es un instrumento de conquista. Pero antes de que el tiempo estuviera a
la par de nuestros sentidos, los avances tecnológicos cambiaron esta percepción del tiempo,
de modo que lo que antes parecía distante ahora está a sólo un clic de distancia. Así
conquistamos el espacio. Un logro inmediato que tarda más en tener el pasado que el
futuro.

Otra importante aportación del texto se refiere a la clasificación espacial de las zonas de
convivencia humana. Espacios o lugares éticos diseñados para la exclusión, espacios
particulados diseñados para la inclusión masiva del consumo, no lugares espacios sin
expresiones simbólicas de identidad y espacios vacíos lugares que siempre han existido,
pero nunca existieron. Particularmente en estos espacios donde actualmente se mueve la
humanidad, existe un cierto grado de necesidad de exclusión.

El hombre se sentirá más seguro en la soledad que en la sociedad, perderá la capacidad de


convivir, sólo se moverá y se expresará en cierta medida con aquellos que considera de su
clase. Como señala Bauman, No hables con extraños ha pasado de ser una frase de
seguridad para los padres a una cobertura protectora para los adultos.
Otro tema que nos explica el autor es que la sociedad líquida cambió la naturaleza del
trabajo como bien común a la naturaleza del trabajo individual. Para tu beneficio. Hay aquí
dos aspectos de la tarea misma. En primer lugar, el capital financiero producido en fábricas,
etc., se considera capital humano únicamente. En otras palabras, es un medio para convertir
materiales en bienes adquiribles, que rápidamente quedan obsoletos en la historia. Un
trabajador es un contenedor que contiene trabajo. Por otro lado, los empleados inicialmente
pasan de empleos de larga duración empleos permanentes donde se forman vínculos de
amor con los colegas y la empresa y prevalecen la identificación y la gratitud a empleos
inmediatos donde la continuidad es menos importante y los vínculos de personalidad cesan.
La existencia y la gratificación inmediata son las únicas cosas que importan.

Aunque los individuos viven juntos en ciudades o pueblos, están atrapados en un


mecanismo del que es difícil escapar: la individualidad colectiva. El hombre sólo puede
confiar en sí mismo y en nadie más. Porque la seguridad del individuo es mucho más
importante que los intereses colectivos o comunitarios. Además, el Estado, que antes
garantizaba seguridad, certidumbre y un cierto grado de libertad, ya no ofrece estas
garantías, lo que conduce a una división del pueblo patriota. Debemos esforzarnos por
alcanzar esta seguridad, entendida no sólo como seguridad física sino también como
seguridad psicológica.

La incertidumbre en la que vivimos viene acompañada de cambios como el debilitamiento


de los sistemas de seguridad para proteger a las personas y el abandono de la planificación
a largo plazo. El olvido y el desarraigo emocional se presentan como condiciones para el
éxito. Esta nueva (in)sensibilidad requiere flexibilidad, fragmentación y compartimentación
de la atención y el afecto individuales. Siempre debes estar dispuesto a cambiar de táctica y
renunciar a compromisos y lealtades. Bauman aborda el miedo a construir relaciones
duraderas y la fragilidad de los vínculos solidarios que parecen depender exclusivamente de
los beneficios que generan. Bauman intenta mostrar cómo la esfera comercial es
omnipresente: que las relaciones se miden por los costos y beneficios de la liquidez en un
sentido puramente financiero.

Bauman utiliza términos provocativos como desechos humanos para referirse a los
desempleados, que ahora son vistos como personas superfluas y excluidas del juego. Hace
medio siglo, los desempleados formaban parte de la fuerza laboral de reserva, operaban
entre bastidores y esperaban oportunidades. Pero ahora estamos hablando de excedente, es
decir, de gente sobrante e innecesaria, porque cuantos menos trabajadores hay, mejor
funciona la economía. Sería mejor para la economía si desapareciera el desempleo. Es un
estado de desperdicio, un pacto con el diablo. La decadencia física, la muerte, es una
certeza destructiva. Es mejor terminarlo rápidamente. Las emociones pueden causar
adicción. Necesitamos desarrollar las habilidades para saber desenvolverse, desvincularse,
anticipar la jubilación y rescindir los contratos en el momento adecuado. Hay amor y hay
corrupción de la carne. El cuerpo no es la entelequia metafísica de los nietzscheanos o de
los fenomenólogos. No es ni carne de penitente ni objeto de hipocondría. Es jazz, rock y el
sudor de las masas. Los defensores de un estilo de vida saludable y contra el arte corporal
crean pruebas objetivas de un delito. El objeto malo mercancía de Melanie Klein es una
extensión del cuerpo excedente en la economía política.

Los placeres desagradables se interpretan como un signo de primitivismo y vulgaridad


popular. ¿Quien soy yo? Hoy esta pregunta sólo puede responderse no con la pérdida de
personas, sino con la charla infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman, la identidad
se recicla en esta sociedad de consumo. Es ondulado, espumoso, resbaladizo y acuoso,
como tu metáfora plana favorita: la fluidez. ¿No sería mejor hablar de la metáfora del gas?
El líquido puede resultar un poco denso o pesado, pero ciertamente es difícil de estropear.
Quizás sea mejor pensar que somos bastante densos, como la imagen de burbujas que
sugiere Sloterdijk en la parte final de su trilogía Esferas. El movimiento de sujetos que se
mueven y acercan hasta formar una burbuja en la que emergen conexiones complejas y
frágiles en una movilidad que se expande o disminuye constantemente sin un centro.

Es decir, en la modernidad arraigada, los individuos se sentían identificados con la nación y


que la nación representaba al menos un futuro, si no un futuro más prometedor. Ahora el
individuo descubre que ese futuro ya pasó y no tiene idea de cómo será dentro de 40 o 50
años. Por lo tanto, es importante enfatizar que cuando los individuos se ven atrapados en
estos deseos generados, buscan refugio dentro de sí mismos para obtener la seguridad que
se ha evaporado entre las fuerzas de los mercados financieros. El concepto de Estado-
nación representaba una comunidad sólida, pero la seguridad y la certeza buscan nuevos
modelos que respalden sus expectativas. El Estado ya no es un benefactor. Ahora actúa
como mediador entre quienes están en el poder y los individuos y ha renunciado al poder de
toma de decisiones. Los países y las personas siguieron caminos diferentes en la
modernidad fluida.

Finalmente, Bauman enfatiza que sólo se pueden esperar cambios a largo plazo en una
sociedad fluida. No se puede cambiar en unos pocos años lo que ha sucedido durante siglos.
Por supuesto que debemos tener esperanza. Sin embargo, cabe resaltar que para nuestros
autores la búsqueda de la identidad es una lucha constante por interrumpir el flujo. El
reconocimiento de la identidad desde fuera nos llama la atención, crea fascinación y
queremos perseguirlo de una manera que no dependa demasiado de la sociedad de
consumo. Pero cuando estemos en ello y lo apropiemos, nos parecerá ilusorio y temporal,
por eso siempre preferimos volver al ruedo de una sociedad sólida y consumista. Sé parte
de un grupo.

Fuentes:

McLuhan, Marshall (1996). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones el


ser humano. Paidós. Buenos Aires.

Bauman, Zygmunt (2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica. Buenos


Aires.

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