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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA DE ANTROPOLOGIA

ASIGNATURA: Ética

SECCION: 02

DOCENTE: Licdo. Carlos Alberto Rivas Zamora

ACTIVIDAD: ensayo capitulo III: consumo y valores

Presentado por Grupo No 3

Alumnos Carnet Ponderación de trabajo


Flores Rivera, Alma Carolina 20-0421-2023 100%
García Chávez, Claudia Maricela 20-0493-2023 100%
Gallegos Meza, Erika Magdalena 25-0623-2022 100%
González González, Anderson Steven 17-1835-2022 100%
Llanes Concepción Arely 13-4130-2022 100%

Fecha de entrega: 10/04/24


CAPITULO III: Valores y Consumo.

En la sociedad contemporánea, el consumo se ha convertido en un acto central que moldea

no solo nuestras elecciones individuales, sino también la estructura misma de nuestras comunidades

y el mundo en general. Este fenómeno plantea una serie de interrogantes éticas fundamentales,

especialmente en lo que respecta a los valores que subyacen en nuestras decisiones de consumo.

¿Cuáles son los principios morales que guían nuestras acciones como consumidores? ¿Cómo

afectan estas elecciones a nuestro entorno social, económico y ambiental?

Consumo y Autonomía

La propuesta segundo A. Cortina destaca la necesidad de crear consumidores que sean

ciudadanos económicos, capaces de tomar decisiones informadas y conscientes. Esta reflexión nos

lleva a cuestionar qué influencia determina nuestras elecciones de consumo, y si somos meros

receptores pasivos de la publicidad y el marketing.

Galbraith y Miller presentan visiones extremas sobre el papel del consumidor, pero parece

que la realidad es más matizada. La autonomía del consumidor recae en su capacidad de satisfacer

necesidades y deseos, aunque la publicidad pueda influir en ellos. Es importante reconocer que la

publicidad no crea necesidades, sino que las manipula, mientras que la autonomía del consumidor

reside en su capacidad de discernir y decidir.

La idea de autonomía radical propuesta por Cortina sugiere que los consumidores deben ser

conscientes de su capacidad de elección y libre albedrío. Esta autonomía implica tomar decisiones

que favorezcan el bienestar a largo plazo y que permitan seguir eligiendo en libertad. Es

fundamental entender que la libertad de consumo no solo implica satisfacer deseos inmediatos, sino

también considerar las implicaciones a largo plazo de nuestras elecciones.

Consumo: El Resquicio de la Libertad

El acto cotidiano de consumir es más complejo de lo que parece a simple vista. ¿Por qué,

por ejemplo, optamos por consumir café o helado fuera de casa cuando podríamos disfrutarlos en
nuestro hogar? Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre los mecanismos detrás de nuestras

decisiones de consumo y la necesidad de establecer una ética del consumo.

A. Cortina propone que el consumo humano debe ser autónomo, justo y prudente. Sin

embargo, estas características del consumo plantean desafíos en un mundo donde los medios de

comunicación tienen un papel influyente y donde nuestras elecciones pueden estar condicionadas

por creencias sociales y presiones externas.

Para consumir de manera autónoma, es necesario considerar nuestras circunstancias

individuales y elegir lo que consideramos mejor para nosotros a largo plazo. Esto implica tomar

decisiones conscientes que nos preparen para seguir eligiendo en libertad en el futuro.

Como segundo lugar nos demuestra que la autonomía está vinculada a la ciudadanía, justo

A. Cortina (2022, 247) nos dice que para un consumo equilibrado se debe pensar en un estilo de

vida que sea sostenible, asumible y universales. Al momento de consumir debemos hacernos

diferentes interrogantes

El don de la solidaridad

Nos hace un llamado a la solidaridad o más bien que podamos ser conscientes que es de lo

que más necesitamos como humanidad, ya que se nos hace muy difícil tomar una actitud solidaria

en nuestro diario vivir el doctor Funez nos dice que la solidaridad es la continuidad de la

subsidiaridad, implica que las instituciones de nivel superior (como el gobierno central) deben

intervenir solo cuando las instituciones de nivel inferior (como los gobiernos locales o las

organizaciones comunitarias) no puedan abordar eficazmente un asunto por sí mismas, esto nos

lleva a que como ciudadanos tenemos derechos y deberes

¿Cómo podemos realizar aquellos deberes, como podemos realizar la autonomía, la justicia

y la felicidad? En el seno de nuestra comunidad es que aprendemos a ser libres, autónomos, y en

este ámbito tiene sentido vivir feliz

La autonomía, felicidad y libertad son susceptibles ya que deben fomentarse en las prácticas

solidarias, porque como nos dice cortina, que hasta en la mafia ocurren actos solidarios
Con esto ¿A qué tipo de felicidad nos estamos refiriendo? A una comunidad que fomente

actos de reciprocidad, de igual forma es solidaridad tiene la posibilidad de ser devuelta, podemos

crear una comunidad así, sin necesidad de endeudarnos o de gastar demasiado dinero como lo

explica el ejemplo del libro, Un consumo razonable fomenta este estilo de vida.

En el fondo de la sociedad de consumo

Como seres humanos anhelamos la virtud de la felicidad, lo vemos reflejado a lo largo de la

historia, pero nos han hecho creer que el consumo sin limites es el camino seguro a la felicidad, nos

hace la interrogante: ¿Qué es lo que caracteriza a una sociedad consumista? se caracteriza por un

enfoque predominante en el consumo material, impulsado por la publicidad, la búsqueda de

novedad y estatus, y con consecuencias tanto ambientales como sociales.

Todos pretenden dar con una solución: desde los que proponen reemplazar a los pobres en

la solución de sus problemas, que es el intento de todos los paternalismos, hasta los individualismos

posesivos, que creen que el ser humano no cuenta con ningún tipo de vínculo con los demás y que

de lo que se trata es de salvar el propio pellejo. En el número 79 de la Cuadragésimo Año, ahí Pio

XI afirma que “queda en la filosofía social fijo y permanente aquel principio, que ni puede ser

suprimido ni alterado: como es ilícito quitar a los particulares lo que con sus propia iniciativa e

industria pueden realizar. Toda intervención de la sociedad debe por su naturaleza prestar auxilio a

los miembros del cuerpo social, nunca adsorberlos y destruirlos. Pues de otro modo le serán de

grandísimo impedimento para cumplir con mayor libertad, firmeza y eficacia lo que solo a ella

corresponde, y que solo ella puede realizar, a saber, dirigir, vigilar, urgir, castigar, según los casos y

la necesidad lo exijan”.

La noción de la ciudadanía

La noción ciudadana habla de las personas como consumidores y la necesidad del consumo,

consumir es una de las cosas más comunes de los seres humanos pues consumimos alimentos,

vestuario y recursos naturales; consumir no es lo que nos hace completamente diferentes a los
animales; El consumo es una realidad determinante para nuestra sociedad pues sin consumo no

podemos funcionar.

Se le denomina articulo a un objeto que se vuelva parte de nuestra vida un mero objeto

puede ser una mercancía algo que está a la mano y se convierte en algo fundamental para vivir, la

forma en que existe el consumo según Galbraith se debe a los medios publicitarios y a su forma de

persuadir a los consumidores de que necesitan cierto articulo como el ultimo celular mientras que

Miller sostiene la postura de que los consumidores están en una nueva clase social donde

simplemente se debe a un acuerdo a comprar o no un producto de manera sistemática.

Ambas posturas tienen sus puntos de vista correctos, pero ambas tienen sus limitaciones la

primera menciona que el consumismo existe por el poder publicitario, pero al final del día es el

consumir quien decide si compra o no algo pues él o ella sabrá si posee la capacidad de adquirir el

articulo o no, mientras que en la segunda los intereses de los consumidores son tan amplios y

variados que es ponerse de acuerdo sistemáticamente y pertenecer a una clase.

¿Cómo puede restaurarse el orden social?

Permitiendo que los individuos realicen desde si mismos todo lo que está dentro de sus

capacidades.

Equipar a los individuos con todas aquellas capacidades necesarias para poder, por sí

mismos, llevar adelante los proyectos que consideren razonables ejecutar.

Empoderando a los miembros que lo constituyen.

Forjar capacidades para que puedan, desde ellos mismos, salir adelante para que puedan

desde ellos mismos construir el futuro que consideren más razonable construir.

Estas capacidades son cuatro, las que tienen que ver con: 1 Con lo corporal, 2 Con lo

mental, 3 Con lo social y 4 Con lo singular.

Con este modo de enumerar las capacidades, son evidencia su preocupación por la realidad

humana de manera global, no se trata solo de comer, sino que se trata de la vida de la mente, de su

vida social y de su propia individualidad. Se trata de considerar la realidad humana en su totalidad,


y es capacitando esa totalidad como los seres humanos pueden responder adecuadamente a la

realidad. Pensando en el tema que la ocupa a saber, el tema del consumo se pregunta con cuanta

capacidad debe contar la persona para moverse adecuadamente en aquel ámbito. La capacitación no

es una empresa que puede llevarse en solitario, sino que requiere de la influencia de los demás.

Necesidades limitadas, deseos ilimitados:

Mises pensador austriaco afirma que “nadie está calificado para decidir qué hará a otro más

o menos feliz. Quienes pretenden enjuiciar la vida ajena o bien exponen cuál sería su conducta de

hallarse en la situación del prójimo, o bien, pasando por alto los deseos y aspiraciones de sus

semejantes, limítense a proclamar, con arrogancia dictatorial, la manera como el prójimo mejor

serviría a los designios del propio crítico”. Independientemente de las razones que subyacen a la

postura de Mises, me parece que aquellos que se erigen en conciencia crítica del comportamiento de

los otros. Es decir, si yo les digo a los otros que no están actuando desde si mismos eso supone que

yo si les estoy haciendo como lo debo de hacer, porque si puedo enterarme de las conductas

erráticas de los otros, en principio, podre enterarme de lo atinado que es la propia conducta. A la

larga Mises dice aquel comportamiento al único que beneficia es al propio dictadorzuelo.

Todo esto es importante tenerlo claro cuando nos vamos a poner a hablar de las

necesidades. Es fácil declarar que en una sociedad consumista algunos tienen necesidades falsas.

Por la ambigüedad de las necesidades y deseos resulta imposible dilucidar cuales son las auténticas.

Fijémonos que afirma que es imposible llevar a cabo aquella aclaración, en el caso que dijera difícil,

dejaría la posibilidad de que se pudiera atinar, de algún modo, hacer aquella dilucidación. Sin

embargo, una vez planteado lo anterior se distancia de Mises al afirmar que “existe manipulación de

las necesidades”. La manipulación es inexorable, y lo es en la medida en la que los hombres

hacemos nuestra vida en convivencia con los demás, ya lo dijo Zubiri “mi convivencia con los

demás en un cuerpo social confiere precisamente a mi realidad una habitud, que es la habitud de la

alteridad”.

¿Qué identidad queremos forjarnos?


En la sociedad compleja en la que nos toca vivir, no se padece solamente de soledad, sino

que muy especialmente carecemos de un grupo de referencia. Quienes somos se decide en la

medida en la que nos ponemos en el camino de los otros. Pero este otro no es solo un pobre

desgraciado, que encontramos molido a palos a la orilla del camino, sino que es el grupo con el que

contamos para salir a pasear después de las clases de la universidad y en el dinamismo que se crea

en dicho grupo se ve forjando la propia identidad.

Lo grave del asunto es que, por las urgencias de la vida, por el afán de ir solucionando las

múltiples dificultades que nos presenta la sociedad actual, vamos perdiendo progresivamente a los

grupos de referencia, con lo que se nos complica la propia identidad, quien soy: un estudiante, un

trabajador, un desempleado, un gorrón, un oportunista, etc. No obstante, la sociedad parece que nos

ofrece una solución para responder a nuestra inquietud.

Hay algo en común entre los que compran en la Tiendona, Súper Selectos, La gran vía.

Ocurre que cuando frecuentamos los mismos lugares, generalmente,

vamos identificando un determinado tipo de persona, poco a poco vamos forjando una

identidad, en este sentido el lugar que elegimos cuando compramos desvela la identidad que

queremos forjar. Queremos insistir que se trata de la propia identidad, estamos muy lejos de hablar

de identidad de grupo, identidad de una determinada comunidad, identidad que se forja en aquellos

lugares que frecuentamos para ir de compras es la identidad personal. “La clave de la identidad

parece consistir en el estilo de vida elegido”. Por esas cosas de la vida, que probablemente solo se

entiendan si se acepta que la vida se va abriendo sus propios caminos.

Pensando en este suceso, no consiste simplemente en una mera curiosidad, si no que nos

ofrece rasgos más importantes den la identidad que se crea, de acuerdo con los lugares que

frecuentamos para comprar. El primer rasgo que inmediatamente puede ver el escritor es que no era

una casualidad que una de ellas se pavoneara afirmando que van de compras a Ball Harbour Shops,

que otra en Aventura Mall y finalmente, que otras dijeran que para ellas mismas que hacen sus

compras en Lincoln Road Mall.


El segundo rasgo, es que ese grupo solo pueden constituirlo las señoras que van de compras

a Miami, este grupo se constituye en base a lo que consumen, tienen rigurosos mecanismos de

exclusión, solo entran aquellos que tienen la misma capacidad de consumir.

El tercer rasgo que quedo desvelado, muy vinculado al anterior es que consumir de este

modo implica un determinado estilo de vida, ya que asegura el escritor que la señora que no

encajaba, no de volverá hacer presente en ese tipo de reunión.

Respeto al ser humano.

Una de las inquietudes que nos comenta el escritor es la pregunta que nos hace a nosotros

como estudiantes ¿por qué somos pobres? Ya que comenta que la repuesta es evidente, a la mayoría

le parece como conocimiento ya adquirido, afirma que hay pobres porque hay ricos, porque la

realidad de la pobreza es dialéctica, comenta que en realidad no es que seamos pobres sino más bien

que hemos sido empobrecidos, algunos ortodoxos afirman que la raíz de la pobreza está en la

corrupción que permiten que los ricos lo sean por favores políticos y no por su esfuerzo en la

producción.

Dichas respuestas le parecen tentadoras al escritor al ser tan obvias que le fuerzan a pensar

mejor la respuesta que tenemos que dar.

Una de las cuestiones con las que el escritor está realmente comprometido, es justamente en

ir espigando patrones de conducta, que al menos de nuestra parte, no contribuyan más con nuestra

pobreza, a aquellos patrones podemos llamar para una ética del consumo.

También comenta nuestra pensadora A. Cortina, española afirma que quienes son

responsables del consumo son los propios consumidores.

Siempre y cuando que el consumo sea consiente y libre, bien informados sobre lo que

compramos y que no se sufra ningún tipo de coacción que se conozcan las circunstancias y seamos

libres de nuestras acciones.

Con estas dos características son las que nos permiten enjuiciar el consumo como

comportamiento ético.
¿Que han dicho, tanto el ascetismo calvinista, como el utilitarismo acerca del consumo?

Nunca el consumo ha sido tan masivo como en la actualidad. Sin embargo, su raíz puede

encontrarse en la ética protestante. La modernidad aporta una concepción muy precisa de ser

humano. Sin embrago con la modernidad va surgiendo un tipo de ser humano que sus valores los

encuentra en sí mismo es un hombre arriesgado, audaz seguro de sí mismo, hombre que puede

trazarse metas y que tiene la seguridad de alcanzarlas, pero para ello tiene que estar equipado con

un conjunto de valores que le permitan alcanzar lo que se propone, hombre trabajador, se trata de un

tipo de hombre que vive un estilo de vida austero.

¿Qué hace un hombre así con las ganancias de su trabajo? No le queda otra alternativa que

volverlas a invertir, con lo que los productos del trabajo van en aumento y tienen que encontrar una

salida, salida que encuentran de acuerdo con A. Cortina en el hedonismo moderno, que busca el

placer a través de las emociones, creando imágenes o modificando imaginativamente la realidad.

Por su parte el utilitarismo incrementa el consumo en la medida en la que considera que se

trata del bienestar del mayor número de personas y el problema es que el bienestar está íntimamente

vinculado con una sociedad en la que se deja a los artefactos el fin de hacer felices a los seres

humanos. En todo caso, y es lo que en rigor nos interesa dejar establecido en nuestra pretensión de

formular una ética de consumo, la postura de Cortina es legítima en la medida en la que evitamos

aquella soberbia que condena González Faus, de un tipo de ser humano que es incapaz de agradecer

porque no le cabe en la cabeza la gratitud. También es necesaria la ética del consumo, parta desde

un respeto asombrado por la grandeza del hombre, desde la apuesta aun no realizada históricamente,

en el sentido de que ser hombre es ser dueño de sí mismo y desde el rechazo, por dignidad, de todos

los paternalismos humillantes.

A lo largo de este ensayo, hemos explorado las intrincadas relaciones entre ética y consumo

de valores en la sociedad contemporánea. Desde el análisis de diversos factores que influyen en


nuestras decisiones de compra hasta la reflexión sobre las implicaciones éticas de nuestras acciones

como consumidores, hemos descubierto la complejidad y la importancia de este tema.

Queda claro que nuestras elecciones de consumo no son simples transacciones económicas,

sino actos cargados de significado moral y social. Desde la elección de los productos que

compramos hasta el impacto de nuestras decisiones en el medio ambiente y las comunidades

globales, cada compra que realizamos tiene consecuencias éticas que debemos considerar.
Referencias

Funez, R. (2023). Ética para la vida cotidiana. Multilibros

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