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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE ANZOÁTEGUI

ESCUELA DE INGENIERÍA Y CIENCIAS APLICADAS

DEPARTAMENTO DE ARQUITECTURA

CÁTEDRA: VALORACIÓN DEL PATRIMONIO

Marco legal que ampara al Patrimonio

Profesora: Bachiller:

María Córdoba Bárbara Aguilera

C.I:28.340.582

OCTUBRE DEL 2022


¿Qué diferencian la Catedral de Burgos de, por ejemplo, la Catedral Santa Ana en Caracas? A
parte de quedar en diferentes países y tener diferentes estilos arquitectónicos, la primera es
patrimonio de la Humanidad y la segunda no lo es, pero, ¿por qué? Ambas cuentan con un
valor histórico local, una tipología arquitectónica representativa de la época de su construcción
y una función religiosa milenaria, sin embargo, quizás, la mayor diferencia entre ellas es que, la
primera posee una valor histórico que traspasa la localidad de Burgos, de inclusive España, y
despierta el interés internacional debido a que más allá de poseer una tipología arquitectónica,
representa dicha tipología y un periodo en la historia del arte y la arquitectura en España; lo
que nos lleva a pensar que el Patrimonio de la Humanidad es más que un valor agregado a los
sitios de interés turístico, debido a que este puede llegar a representar a la humanidad misma,
fungiendo como una carta de presentación de nuestra especie, que detalla no solo nuestra
capacidad creativa sino también del espacio dónde habitamos.

Sin embargo, a pesar de que algunos bienes poseen dicho valor excepcional y función
intransferible no garantiza que se preserve. El Ser Humano a lo largo de la historia ha ido
evolucionando, cambiando y editando su entorno, en medio de esos cambios, -algunos
importantes para el desarrollo económico o social-, se ve al entorno como un simple espacio
del cual beneficiarse, y no se toma en cuenta los bienes, que quizás no sean aprovechables
para el desarrollo, pero no por ello no significa que carezcan de valor, que en muchas
ocasiones suele ser excepcional debido a que son únicos por el tiempo de vida y lo que
representan. Esto fue lo que ocurrió en Egipto en 1959, cuando por aprovechar al máximo el
Nilo se decidió construir la presa de Asuán, que suponía la inundación de un vasto terreno
donde se hallaban obras como el templo de Abu Simbel o el de File, un tesoro de la antigua
civilización egipcia, del cual no se podría conseguir una copia, pues hablamos de elementos
únicos; la poca valoración por parte del gobierno de Egipto dio paso a la preocupación
internacional que se convirtió en una intervención de alrededor de 50 países y 80 millones de
dólares para trasladar estas obras y salvarlas de un trágico final en donde se hubiesen perdido
muestras de una época y civilización que no volverá.

Esta intervención internacional dio paso a muchas otras como las de salvar Venecia y su
laguna en Italia y las ruinas arqueológicas de Moenjodaro en Pakistán, o restaurar los
complejos del templo de Borobodur en Indonesia; muestras de una preocupación mundial por
los bienes de valor excepcional que va más allá de un discurso, sino que va acompañada de
una acción que busca la protección, restauración y revalorización de estos bienes, sin importar
el lugar dónde se encuentren, este sentir hizo que la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida por sus siglas en inglés, UNESCO, iniciara con
la ayuda del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), la preparación de un
proyecto de convención sobre la protección del patrimonio cultural, que vería la luz años más
tarde en 1972, en donde todas las partes interesadas acordaron un texto único el 16 de
noviembre, con el nombre de Convención sobre la protección del Patrimonio mundial, cultural y
natural en el que plasmarían lineamientos, directrices y organizarían los métodos para la
creación de un sistema de registro, seguimiento, cuidado y revalorización de los bienes
considerados por el mismo Comité del Patrimonio de la Humanidad como Patrimonios de la
Humanidad, los cuales englobarían tanto los culturales como naturales.
Este documento detalla en su interior una visión general de las acciones correspondientes
respecto a los Patrimonios, iniciando con ciertas consideraciones, que no son más que párrafos
que nos relatan las condiciones y los motivos bajo los cuales se crea el mismo, sirviendo como
una introducción que nos recuerda el valor de los patrimonios y la amenaza que sufren bajo
una humanidad en constante cambio con su entorno, y el deber de actuar en favor de los
mismos; en su interior posee unos 8 capítulos los cuales podemos dividir en una parte
introductoria, añadiendo las consideraciones iniciales, una parte de desarrollo que incluyen los
capítulos del II al VI, que delimitan las líneas de acción respecto a los patrimonios, y por último
una parte concluyente conformada por los capítulos restantes, el VII y VIII, los cuales finalizan
con formalidades y conclusiones.

Con respecto a la parte introductoria, el capítulo I se encarga de definir los tipos de patrimonios
y desglosar las cualidades que deben tener para ser considerados como uno, identificando dos
tipos principales de patrimonios, los culturales y naturales, entendiendo el primero como los
creados por el hombre y el segundo como los que no, y a su vez dividiendo estos dos en tres
subcategorías, desde la unidad básica de patrimonio, el conjunto de ellas y los lugares o zonas
que sean el patrimonio, asimismo se deja en claro la identificación de cada patrimonio por parte
del estado donde se encuentre.

La parte de desarrollo incluye los capítulos II -de protección nacional e internacional- donde se
detalla las responsabilidades a nivel nacional e internacional de los estados, siendo mayor la
que queda por parte del estado donde se encuentra el patrimonio, y limitando la
responsabilidad internacional a prestar su ayuda para identificar, proteger, conservar y
revalorizar el patrimonio si lo pide el Estado en cuyo territorio esté situado, y a no tomar
deliberadamente ninguna medida que pueda causar daño a cualquier patrimonio, dejando en
claro la cooperación de los estados participantes respetando la soberanía de los mismos; el
capítulo III se dedica a definir las competencias, obligaciones y conformación del Comité del
Patrimonio Mundial, que está conformado por 15 de los estados miembros por votación,
teniendo representación todas las regiones del mundo, el cual es un ente que efectúa las
obligaciones de esta convención, encargándose de los criterios de selección, las propuestas de
inscripción, las peticiones de asistencia internacional, la lista de Patrimonios mundiales en
peligro y Patrimonios mundiales que hayan sido asistidos, siendo el cerebro que coordina las
actividades de la convención este comité y su mano ejecutora el secretario de la UNESCO; el
capítulo IV define la creación del Fondo para la protección del patrimonio mundial, cultural y
natural, definiendo la participación colectiva y obligatoria de todos los estados miembros; en el
capítulo V se definen las condiciones generales para que los estados reciban asistencia en
caso de estar alguno de sus patrimonios en estado de peligro, y solo si los recursos del Estado
peticionario no le permiten hacer frente a la totalidad de los gastos, cuya asistencia puede ser
en forma de estudios, servicios de expertos, formación de especialistas, suministro de equipo, o
préstamos; y para finalizar la parte del desarrollo se concluye con el capítulo VI cuyo contenido
refiere a los programas educativos que por parte del estado deben ponerse en marcha para así
concientizar a la población con respecto al valor excepcional que poseen los patrimonios,
siendo último pero no menos importante la educación como medida para ayudar a preservar los
patrimonios mundiales.
En la parte concluyente encontramos el capítulo VII que detallan las formalidades de los
informes que se tienen que presentar de cuales podemos resaltar los que detallan las
condiciones en las que se encuentran los patrimonios; también se encuentra en capítulo VIII, el
cual es una serie de clausulas finales, las cuales determinan la aceptación, formalización y
presenta un escenario en caso de una revisión, delimitando formalidades de la vigencia del
mismo documento, así como el modo de actuar en algunos casos específicos, siendo la parte
más burocrática, la cual representa la legalidad de esta convención, podría decirse, es el sello
que le da veracidad y nos completa el marco legal internacional de la protección a los
patrimonios mundiales.
Sin embargo, aunque tiene una visión general que detalla una intención del sentimiento
mundial, defina a su vez las limitaciones del mismo, ya que es un documento creado por una
organización internacional, engloba en su marco legal diversos países participantes cuya
adhesión ha sido voluntaria, pero que marca una línea de acción universal o generalizada
sobre el mismo debido a las diversas maneras en que los países manejan su política, del cual,
a pesar de tener un alcance que si bien, no es completo, la intención llega a ser ejecutada en
casos donde el interés sobre el patrimonio reine por encima de los demás, y garantiza una
intervención en casos extremos y puntuales, si carece de más desarrollo en dos puntos
importantes, la intervención internacional y el marco penal -el cual es inexistente-, en cuanto al
primer punto, se coloca la soberanía de los estados por encima de los patrimonios, si bien los
dos llegan a ser un punto importante, en caso de una convergencia entre los dos no se
delimitan acciones a seguir, solo el deber de cooperar descrito en el artículo 6, sin embargo, en
caso de que los intereses de un estado pueda poner el peligro el estado de un patrimonio, no
se determina en qué consiste dicha cooperación; siguiendo al segundo punto, si bien los
estados miembros se comprometen a no causar daño a cualquier patrimonio sea en su
territorio o en el de los demás estados participantes, tampoco hay un marco penal que
determine si la UNESCO o los estados participantes tomarían alguna acción, o un modo de
proceder en caso de que no se cumpla lo acordado en esta convención.
Ciertamente siguiendo la misma línea narrativa, una problemática a distinguir, es la línea gris
en la identificación de los Patrimonios, si bien incumbe a cada estado identificar un patrimonio
según su artículo 3, la participación internacional se ve limitada a ayudar a identificar, cuando
de hecho, les incumbe a todos los estados miembros, no solo ayudar simplemente, sino
también identificar los patrimonios en caso de un estado no hacerlo, pues fue el caso de Egipto
en 1959, sin aún definirse patrimonio de la humanidad, la comunidad internacional lo definió
así, en consistencia, no literalmente, pero como un conjunto de monumentos de interés
mundial, cuyo valor histórico traspasaba el derecho nacional, que requería intervención por la
falta de protección del estado donde se encontraba ubicado, lo cual fue suficiente para cumplir
con la protección de un bien representativo y único como ése.
Dejando de lado los alcances y limitaciones de la convención, que aunque son remarcables en
sus fallas, podemos destacar su intención y su competencia en los casos generales que
propone, es claro mencionar una problemática que seguramente con la reforma necesaria
puede resolver este documento, y es el alcance mismo del patrimonio, el cual se puede
extender y sobre dilatar en muchos casos, dejando así entrar en la lista muchos monumentos,
lugares y arquitectura muy importantes, pero que rozan en estos momentos al número límite de
patrimonios que se puedan vigilar, mantener y proteger por la Organización. Es claro que el
comité creado en la convención ha delimitado ciertos criterios para la selección de un
patrimonio, entre los cuales tenemos 10, de los cuales 6 son para identificar patrimonios
culturales -los cuales son ser básicamente un representante único del genio humano, el
intercambio de conocimientos, las tradiciones culturales o civilización, de una etapa de la
historia humana, de una tradición de la interacción humana con el entorno, o estar asociado
con tradiciones o trabajos de importancia universal- y 4 para patrimonios naturales -que
engloba los fenómenos naturales, representantes de la historia de la tierra, del proceso
evolutivo o acoger hábitats de biodiversidad única o amenazada-, a los que se añade los hitos
históricos que relatan hechos atroces, cometidos por la humanidad misma y cuya importancia
reza en servirnos de recordatorio para aprender de los errores pasados, tal es el caso de los
monumentos y sitios arquitectónicos que nos recuerdan las guerras, holocaustos y masacres
en la historia de los pueblos del mundo; estos mismos criterios hacen que se dilaten el número
de los mismos, quedando muchos en el olvido sin la atención necesaria, no obstante cerrar el
círculo, dejaría a muchos patrimonios igualmente sin proteger, y peor aún, sin reconocer, los
cuales son necesarios. Sin embargo, la solución a esta problemática es clasificar a los
patrimonios según su valor universal, para así prestar atención a los que, en un acuerdo
internacional nos definen como humanidad, sin dejar sin reconocimiento a los que, nos definen
como tribu, pueblo o civilización.
Siendo los patrimonios parte de nuestra identidad, y lo que nos une a la humanidad como una
sola especie, y a su vez también nos define como un conjunto de diferentes razas únicas con
culturas diferentes y excepcionales, es de suma importancia su cuidado, no solo a nivel
internacional o nacional, sino también individual, sin embargo, una de las maneras de cumplir
con dicha tarea es conocer sobre el marco legal que puede proteger y ampara a los
patrimonios en el mundo, no obstante no solo conocer sino también poder analizar de forma
critica al mismo, con el fin de ir renovando nuestra percepción de la protección de los
patrimonios a una más específica que atienda al menos la totalidad de escenarios posibles,
debido a que no valoramos solamente sitios turísticos o históricos, valoramos aquello que nos
hace humanos, recordando que también la manera de cuidar aquello que nos hace humanos, a
su vez nos define como humanidad.
BIBLIOGRAFÍA

https://classroom.google.com/u/0/c/NTUxNTMzNDg5Nzc4/m/NTUxNTM3ODg5OTk4/details
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https://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/patrimonio/mc/50-aniversario-patrimonio-
mundial/la-convencion.html#:~:text=un%20texto%20%C3%BAnico.-,La%20Convenci%C3%B3n
%20sobre%20la%20Protecci%C3%B3n%20del%20Patrimonio%20Mundial%20Cultural
%20y,del%20Patrimonio%20Cultural%20y%20Natural.
https://viajes.nationalgeographic.com.es/lifestyle/que-es-que-hay-que-tener-para-ser-
patrimonio-humanidad_15192

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