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CONTENIDOS

1.- Defensa Jurídica del Patrimonio Cultural

4.1. Análisis de la Ley Federal sobre Monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas.

4.2. Análisis de leyes internacionales para la defensa del patrimonio histórico y cultural

5. Terminología arquitectónica utilizada en la conservación del patrimonio.

5.1. Discusión del significado y evolución histórica de los elementos arquitectónicos: columnas,
muros, cubiertas, circulaciones, etc.

6. Aspectos teóricos relacionados con la intervención en inmuebles patrimoniales.

7. Análisis de ejemplos de intervención en espacios y edificios patrimoniales.

5.- Análisis de proyectos de Intervención.

5.1. Discusión de los criterios de restauración a nivel nacional e internacional.

6. Realización de un anteproyecto de intervención (restauración ó rehabilitación), ligándolo con el


Eje de Diseño.

6.1. Análisis espacial, funcional, formal, materiales y sistemas constructivos de los inmuebles
patrimoniales.

6.2. Procesos de deterioro que sufren los materiales en el transcurso del tiempo.

6.3. Procedimientos de aplicación de materiales tradicionales en los edificios patrimoniales

7. Conservación de Materiales

7.1. Definición de métodos idóneos de tratamiento

7.2. Análisis de agentes de deterioro de los materiales

7.3. Procesos de tratamiento

8. Presentación gráfica

8.1. Formas de presentación en levantamientos simbología de deterioros, sistemas constructivos


y análisis estructural.

8.2. Especificación de técnicas de intervención en planos (mediante simbología), así como


descripción escrita y gráfica.

8.3. Criterios que se deben observar en un proyecto de reutilización de un inmueble o espacio


urbano patrimonial.
Defensa Jurídica del Patrimonio Cultural

En 1938 el general Lázaro Cárdenas presentó al Congreso de la Unión una


iniciativa de ley de transformar al Departamento de Monumentos Artísticos,
Arqueológicos e Históricos de la Secretaría de Educación Pública. En
consecuencia, en 1939 surge el Instituto Nacional de Antropología e Historia cuya
función sería encargarse de la exploración de zonas, la conservación y
restauración de los monumentos arqueológicos, de la investigación científica y de
la publicación de la producción académica.

Desde el inicio del México moderno hasta hoy en día, el principal ordenamiento
legal mexicano que regula al patrimonio arqueológico es la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFMZAAH) de 28 de
abril de 1972. Este instrumento legal retoma e incorpora el nacionalismo mexicano
que procura justificar un proyecto de nación bajo la concepción de que la
administración pública es la defensora de la identidad del país, como custodio y al
mismo tiempo como único guardián, bajo el supuesto de que sólo ahí se
encontraban los especialistas y a quienes les importaba la conservación.

La LFMZAAH, publicada el 6 de mayo de 1972, en su artículo 1o. establece: “que


el objeto de esta ley es de interés social y nacional y sus disposiciones son de
orden público”. Por su parte, las disposiciones reglamentarias para la investigación
arqueológica en México, en su artículo 2o., señalan que el objeto de la
investigación arqueológica es el estudio de los restos materiales y de su contexto
cultural y ambiental, de las sociedades que existieron en el territorio nacional, así
como su protección, conservación y la divulgación del conocimiento resultante.

En su artículo 3o. se indica que le compete planificar y normar las líneas de la


investigación arqueológica precisamente para que se lleven a cabo en México y
puedan proponer y recomendar investigaciones y actividades tendientes a lograr
un mejor conocimiento, salvaguarda, conservación y difusión del patrimonio
arqueológico nacional.

En el artículo 6o. declara que “los propietarios de bienes inmuebles declarados


monumentos históricos o artísticos deberán conservarlos y, en su caso,
restaurarlos en los términos del artículo siguiente, previa autorización del Instituto
correspondiente”.

La LFMZAAH en su artículo 6o. declara como bienes inmuebles con el concepto


de monumentos, pero en su artículo 5o. refiere lo que son monumentos
arqueológicos, artísticos, históricos y zonas de monumentos que la ley así los
determine y, los que sean declarados como tales a petición de partes, podrán ser
conservados. Interpretación que es ambigua.
Ahora bien, la administración pública desde hace dos décadas, concibe al
patrimonio arqueológico como una fuente de provisión de atractivos turísticos,
porque atrae la captación de divisas, que finalmente es un ente político-social con
la capacidad de acotar las actividades y el desempeño de control y de sanción
sobre el quehacer arqueológico. Esto implica, asimismo, que exista una gran
presión hacia la modificación de la legislación, la política de gestión cultural de un
país que se dirige hacia una época de integración con la política norteamericana,
queriendo decir con ello que dicha política necesita investigar a fondo las
dimensiones transnacionales que conlleva el proceso de integración.

La ley se encuentra sujeta a los embates de desarrolladores e instituciones


internacionales que presionan para que los complejos hoteleros, turísticos, las
ampliaciones de los centros de población entre muchas otras posibilidades sean
liberadas rápidamente. Esto se suma a la débil presencia y la ausencia de leyes
asertivas, sin mencionar la afectación producida por los propietarios de bienes
inmuebles que colindan con bienes protegidos, y que al realizar obras de
excavación, cimentación, demolición o construcción afectan las características de
los monumentos históricos o artísticos.

Las presiones a las que se encuentra sometida la ley y el Instituto no


necesariamente deben ser resueltas en términos del abandono de la política
cultural sólo para beneficiar actividades de turismo o para la captación de divisas.
Autores como Nivón y Ramírez argumentan que la política cultural oficial es una
expresión ideológica que, entre muchas otras funciones, utiliza las
manifestaciones culturales con el objeto de legitimar al sistema, lo cual, en efecto,
obliga a la reflexión y cuestiona la necesidad de seguir legislando en torno a la ley
de patrimonio, o de generar una nueva donde se juzgue la operatividad del
sistema y no se disienta que el espacio sea exclusivo a la federación, sin embargo
los autores no perciben que haya la necesidad de un cambio. 1

Se debe de plantear que el desarrollo cultural esté asociado a una política que
integre amplios sectores de la sociedad, que se encuentre resguardada por un
marco normativo fuerte y actualizado. Esto se confirma con la perspectiva de
Nivón y Ramírez quienes proponen que la clave del patrimonio está en el
desarrollo económico y social sin que ello conduzca a modelos empresariales
occidentales, ya que éstos se visualizan asociados a intereses conservacionistas
del sector privado tanto en el patrimonio como en áreas naturales, la fauna y el
conocimiento, tratándose de una confrontación entre políticas y no de un cambio
necesario.

La gran pregunta es si la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,


Artísticos e Históricos y su respectivo reglamento se encuentran actualizados para
enfrentar los retos actuales que afectan el patrimonio cultural mexicano.
Análisis de la Ley Federal sobre Monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e
históricas.

La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la


Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 17a, reunión celebrada en París del 17
de octubre al 21 de noviembre de 1972.
Constatando que el patrimonio cultural y el patrimonio natural están cada vez más
amenazados de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro sino
también por la evolución de la vida social y económica que las agrava con
fenómenos de alteración o de destrucción aún más temibles,
Considerando que el deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio cultural
y natural constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos los
pueblos del mundo,
Considerando que la protección de ese patrimonio a escala nacional es en
muchos casos incompleto, dada la magnitud de los medios que requiere y la
insuficiencia de los recursos económicos, científicos y técnicos del país en cuyo
territorio se encuentra el bien que ha de ser protegido,
Teniendo presente que la Constitución de la Unesco estipula que la Organización
ayudará a la conservación, al progreso y a la difusión del saber, velando por la
conservación y la protección del patrimonio universal, y recomendando a los
interesados las convenciones internacionales que sean necesarias para ese
objeto,
Considerando que las convenciones, recomendaciones y resoluciones
internacionales existentes en favor de los bienes culturales y naturales,
demuestran la importancia que tiene para todos los pueblos del mundo, la
conservación de esos bienes únicos e irremplazables de cualquiera que sea el
país a que pertenezcan,
Considerando que ciertos bienes del patrimonio cultural y natural presentan un
interés excepcional que exige se conserven como elementos del patrimonio
mundial de la humanidad entera,
Considerando que, ante la amplitud y la gravedad de los nuevos peligros que les
amenazan, incumbe a la colectividad internacional entera participar en la
protección del patrimonio cultural y natural de valor universal excepcional
prestando una asistencia colectiva que sin reemplazar la acción del Estado
interesado la complete eficazmente,
Considerando que es indispensable adoptar para ello nuevas disposiciones
convencionales que establezcan un sistema eficaz de protección colectiva del
patrimonio cultural y natural de valor excepcional organizada de una manera
permanente, y según métodos científicos y modernos,
Habiendo decidido, en su décimosexta reunión, que esta cuestión sería objeto de
una Convención internacional,
Aprueba en este día dieciséis de noviembre de 1972, la presente Convención:
DEFINICIONES DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL
Articulo 1 A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio
cultural":
-los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales,
elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y
grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de
vista de la historia, del arte o de la ciencia,

- los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura,


unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el
punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
- los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así
como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
Articulo 2
A los efectos de la presente Convención se considerarán "patrimonio natural":
- los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por
grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el
punto de vista estético o científico,
- las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas
que constituyan el habitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, que tengan
un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico,
- los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan
un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la
conservación o de la belleza natural,
Articulo 3
Incumbirá a cada Estado Parte en la presente Convención identificar y delimitar
los diversos bienes situados en su territorio y mencionados en los artículos 1 y 2.
II. PROTECCION NACIONAL Y PROTECCION INTERNACIONAL DEL
PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL

Articulo 4
Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención reconoce que la
obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las
generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio, le
incumbe primordialmente. Procurará actuar con ese objeto por su propio esfuerzo
y hasta el máximo de los recursos de que disponga, y llegado el caso, mediante la
asistencia y la cooperación internacionales de que se pueda beneficiar, sobre todo
en los aspectos financiero, artístico, científico y técnico.
Articulo 5
Con objeto de garantizar una protección y una conservación eficaces y revalorizar
lo más activamente posible el patrimonio cultural y natural situado en su territorio y
en las condiciones adecuadas a cada país, cada uno de los Estados Partes en la
presente Convención procurará dentro de lo posible:
a) adoptar una política general encaminada a atribuir al patrimonio cultural y
natural una función en la vida colectiva y a integrar la protección de ese patrimonio
en los programas de planificación general;
b) instituir en su territorio, si no existen, uno o varios servicios de protección,
conservación y revalorización del patrimonio cultural y natural, dotados de un
personal adecuado que disponga de medios que le permitan llevar a cabo las
tareas que le incumban;
c) desarrollar los estudios y la investigación científica y técnica y perfeccionar los
métodos de intervención que permitan a un Estado hacer frente a los peligros que
amenacen a su patrimonio cultural y natural;
d) adoptar las medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas y financieras
adecuadas, para identificar, proteger, conservar, revalorizar y rehabilitar ese
patrimonio; y
e) facilitar la creación o el desenvolvimiento de centros nacionales o regionales de
formación en materia de protección, conservación y revalorización del patrimonio
cultural y natural y estimular la investigación científica en este campo;
Articulo 6
1. Respetando plenamente la soberanía de los Estados en cuyos territorios se
encuentre el patrimonio cultural y natural a que se refieren los artículos 1 y 2 y sin
perjuicio de los derechos reales previstos por la legislación nacional sobre ese
patrimonio, los Estados Partes en la presente Convención reconocen que
constituye un patrimonio universal en cuya protección la comunidad internacional
entera tiene el deber de cooperar.
2. Los Estados Partes se obligan, en consecuencia y de conformidad con lo
dispuesto en la presente Convención, a prestar su concurso para identificar,
proteger, conservar y revalorizar el patrimonio cultural y natural de que trata el
artículo 11, párrafos 2 y 4, si lo pide el Estado en cuyo territorio esté situado.
3. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención se obliga a no
tomar deliberadamente ninguna medida que pueda causar daño, directa o
indirectamente, al patrimonio cultural y natural de que tratan los artículos 1 y 2
situado en el territorio de otros Estados Partes en esta Convención.
Articulo 7
Para los fines de la presente Convención, se entenderá por protección
internacional del patrimonio mundial cultural y natural el establecimiento de un
sistema de cooperación y asistencia internacional destinado a secundar a los
Estados Partes en la Convención en los esfuerzos que desplieguen para
conservar e identificar ese patrimonio.
III. COMITE INTERGUBERNAMENTAL DE PROTECCION DEL PATRIMONIO
MUNDIAL CULTURAL Y NATURAL
Articulo 8
1. Se crea en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura un Comité intergubernamental de protección del patrimonio
cultural y natural de valor universal excepcional, denominado "el Comité del
Patrimonio Mundial". Estará compuesto de 15 Estados Partes en la Convención,
elegidos por los Estados Partes en ella, constituidos en Asamblea General durante
las reuniones ordinarias de la Conferencia General de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. El número de Estados
Miembros del Comité se aumentará hasta 21, a partir de la reunión ordinaria de la
Conferencia General que siga a la entrada en vigor de la presente Convención en
40 o más Estados.
2. La elección de los miembros del Comité garantizará la representación equitativa
de las diferentes regiones y culturas del mundo.
3. A las sesiones del Comité podrán asistir, con voz consultiva, un representante
del Centro Internacional de estudios para la conservación y restauración de los
bienes culturales (Centro de Roma) un representante del Consejo internacional de
monumentos y lugares de interés artístico e histórico (ICOMOS) y un
representante de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza y
sus recursos (UICN), a los que se podrán añadir, a petición de los Estados Partes
reunidos en Asamblea General durante las reuniones ordinarias de la Conferencia
General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, representantes de otras organizaciones intergubernamentales o no
gubernamentales que tengan objetivos similares.
Articulo 9
1. Los Estados Miembros del Comité del patrimonio mundial ejercerán su mandato
desde que termine la reunión ordinaria de la Conferencia General en la que hayan
sido elegidos hasta la clausura de la tercera reunión ordinaria siguiente.
2. Sin embargo, el mandato de un tercio de los miembros designados en la
primera elección expirará al fin de la primera reunión ordinaria de la Conferencia
General siguiente a aquella en que hayan sido elegidos y el mandato de un
segundo tercio de los miembros designados al mismo tiempo, expirará al fin de la
segunda reunión ordinaria de la Conferencia General siguiente a aquella en que
hayan sido elegidos. Los nombres de esos miembros serán sorteados por el
Presidente de la Conferencia General después de la primera elección.
3. Los Estados Miembros del Comité designarán, para que los representen en él, a
personas calificadas en el campo del patrimonio cultural o del patrimonio natural.
Articulo 10
1. El Comité del Patrimonio Mundial aprobará su reglamento.
2. El Comité podrá en todo momento invitar a sus reuniones a organismos
públicos o privados, así como a personas privadas, para consultarles sobre
cuestiones determinadas,
3. El Comité podrá crear los órganos consultivos que considere necesarios para
ejecutar su labor.
Articulo 11
1. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención presentará al
Comité del Patrimonio Mundial, en la medida de lo posible, un inventario de los
bienes del patrimonio cultural y natural situados en su territorio y aptos para ser
incluidos en la lista de que trata el párrafo 2 de este artículo. Este inventario, que
no se considerará exhaustivo, habrá de contener documentación sobre el lugar en
que estén situados los bienes y sobre el interés que presenten.
2. A base de los inventarios presentados por los Estados según lo dispuesto en el
párrafo 1, el Comité establecerá, llevará al día y publicará, con el título de "Lista
del patrimonio mundial", una lista de los bienes del patrimonio cultural y del
patrimonio natural, tal como los definen los artículos 1 y 2 de la presente
Convención, que considere que poseen un valor universal excepcional siguiendo
los criterios que haya establecido. Una lista revisada puesta al día se distribuirá al
menos cada dos años.
3. Será preciso el consentimiento del Estado interesado para inscribir un bien en la
Lista del patrimonio mundial. La inscripción de un bien situado en un territorio que
sea objeto de reivindicación de soberanía o de jurisdicción por parte de varios
Estados no prejuzgará nada sobre los derechos de las partes en litigio.
4. El Comité establecerá, llevará al día y publicará, cada vez que las
circunstancias lo exijan, con el nombre de "Lista del patrimonio mundial en peligro"
una lista de los bienes que figuren en la Lista del patrimonio mundial, cuya
protección exija grandes trabajos de conservación para los cuales se haya pedido
ayuda en virtud de la presente Convención. Esta lista contendrá una estimación
del costo de las operaciones. Sólo podrán figurar en esa lista los bienes del
patrimonio cultural y natural que estén amenazados por peligros graves y precisos
como la amenaza de desaparición debida a un deterioro acelerado, proyectos de
grandes obras públicas o privadas, rápido desarrollo urbano y turístico,
destrucción debida a cambios de utilización o de propiedad de tierra, alteraciones
profundas debidas a una causa desconocida, abandono por cualquier motivo,
conflicto armado que haya estallado o amenace estallar, catástrofes y cataclismos,
incendios, terremotos, deslizamientos de terreno, erupciones volcánicas,
modificaciones del nivel de las aguas, inundaciones y maremotos. El Comité podrá
siempre, en caso de emergencia, efectuar una nueva inscripción en la Lista del
patrimonio mundial en peligro y darle una difusión inmediata.
5. El Comité definirá los criterios que servirán de base para la inscripción de un
bien del patrimonio cultural y natural en una u otra de las listas de que tratan los
párrafos 2 y 4 del presente artículo.
6. Antes de denegar una petición de inscripción en una de las dos listas de que
tratan los párrafos 2 y 4 del presente artículo, el Comité consultará con el Estado
Parte en cuyo territorio esté situado el bien del patrimonio cultural o natural de que
se trate.
7. El Comité con el acuerdo de los Estados interesados, coordinará y estimulará
los estudios y las investigaciones necesarios para constituir las listas a que se
refieren los párrafos 2 y 4 del presente artículo.
Articulo 12
El hecho de que un patrimonio cultural y natural no se haya inscrito en una u otra
de las dos listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11 no significará en
modo alguno que no tenga un valor universal excepcional para fines distintos de
los que resultan de la inscripción en estas listas.
Articulo 13
1. El Comité del Patrimonio Mundial recibirá y estudiará las peticiones de
asistencia internacional formuladas por los Estados Partes en la presente
Convención en lo que respecta a los bienes del patrimonio cultural y natural
situados en sus territorios, que figuran o son susceptibles de figurar en las listas
de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11. Esas peticiones podrán tener por
objeto la protección, la conservación, la revalorización o la rehabilitación de dichos
bienes.
2. Las peticiones de ayuda internacional, en aplicación del párrafo 1 del presente
artículo, podrán tener también por objeto la identificación de los bienes del
patrimonio cultural o natural definidos en los artículos 1 y 2, cuando las
investigaciones preliminares hayan demostrado que merecen ser proseguidas.
3. El Comité decidirá sobre esas peticiones, determinará, llegado el caso, la índole
y la importancia de su ayuda y autorizará la celebración en su nombre, de los
acuerdos necesarios con el Gobierno interesado.
4. El Comité fijará el orden de prioridad de sus intervenciones. Para ello tendrá en
cuenta la importancia respectiva de los bienes que se hayan de proteger para el
patrimonio mundial cultural y natural, la necesidad de asegurar una protección
internacional a los bienes más representativos de la naturaleza o del genio y la
historia de los pueblos del mundo, la urgencia de los trabajos que se hayan de
emprender, la importancia de los recursos de los Estados en cuyo territorio se
encuentren los bienes amenazados y en particular la medida en que podrán
asegurar la salvaguardia de esos bienes por sus propios medios.
5. El Comité establecerá, pondrá al día y difundirá una lista de los bienes para los
que se haya prestado ayuda internacional.
6. El Comité decidirá sobre la utilización de los recursos del Fondo creado en
virtud de lo dispuesto en el artículo 15 de la presente Convención. Buscará la
manera de aumentar los recursos y tomará para ello las disposiciones necesarias.
7. El Comité cooperará con las organizaciones internacionales y nacionales
gubernamentales y no gubernamentales, cuyos objetivos sean análogos a los de
la presente Convención. Para elaborar sus programas y, ejecutar sus proyectos, el
Comité podrá recurrir a esas organizaciones y, en particular al Centro internacional
de estudios de conservación y restauración de los bienes culturales (Centro de
Roma), al Consejo internacional de monumentos y de lugares de interés artístico e
histórico (ICOMOS) o a la Unión Internacional para la conservación de la
naturaleza y sus recursos (UICN), como también a organismos públicos y
privados, y a particulares.
8. El comité tomará sus decisiones por mayoría de dos tercios de los miembros
presentes y votantes. Constituirá quorum la mayoría de los miembros del Comitè.
Articulo 14
1. El Comité del Patrimonio Mundial estará secundado por una secretaría
nombrada por el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura.
2. El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, utilizando lo más posible los servicios del
Centro Internacional de estudios para la conservación y la restauración de los
bienes culturales (Centro Roma), del Consejo Internacional de monumentos y de
lugares de interés artístico e histórico (ICOMOS) y los de la Unión internacional
para la conservación de la naturaleza y sus recursos (UICN) dentro de sus
competencias y de sus atribuciones respectivas, preparará la documentación del
Comité y el orden del día de sus reuniones, y ejecutará sus decisiones.

IV. FONDO PARA LA PROTECCION DEL PATRIMONIO MUNDIAL CULTURAL


Y NATURAL
Articulo 15
1. Se crea un Fondo para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial
de Valor Universal Excepcional, denominado "el Fondo del Patrimonio Mundial".
2. El Fondo estará constituido como fondo fiduciario, de conformidad con las
disposiciones pertinentes del Reglamento Financiero de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
3. Los recursos del Fondo estarán constituidos por:
a) Las contribuciones obligatorias y las contribuciones voluntarias de los Estados
Partes en la presente Convención;
b) Las aportaciones, donaciones o legados que puedan hacer:
i) otros Estados
ii) la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, las demás organizaciones del sistema de las Naciones Unidas,
especialmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y otras
organizaciones intergubernamentales
iii) organismos públicos o privados o personas privadas.
c) Todo interés producido por los recursos del Fondo
d) El producto de las colectas y las recaudaciones de las manifestaciones
organizadas en provecho del Fondo e) Todos los demás recursos autorizados por
el Reglamento que elaborará el Comité del Patrimonio Mundial.
4. Las contribuciones al Fondo y las demás formas de ayuda que se presten al
Comité sólo se podrán dedicar a los fines fijados por él. El Comité podrá aceptar
contribuciones que hayan de ser destinadas a un determinado programa o a un
proyecto específico a condición de que él haya decidido poner en práctica ese
programa o ejecutar ese proyecto. Las contribuciones que se hagan al fondo no
han de estar supeditadas a condiciones políticas
Articulo 16
1. Sin perjuicio de cualquier contribución voluntaria complementaria, los Estados
Partes en la presente Convención se obligan a ingresar normalmente, cada dos
años, en el Fondo del Patrimonio Mundial, contribuciones cuya cuantía en forma
de un porcentaje único aplicable a todos los Estados decidirá la Asamblea General
de los Estados Partes en la Convención, reunida durante la celebración de la
Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura. Esa decisión de la Asamblea General requerirá
la mayoría de los Estados Partes presentes y votantes que no hayan hecho la
declaración que menciona el párrafo 2 del presente artículo. La contribución
obligatoria de los Estados Partes en la Convención no podrá exceder en ningún
caso del 1% de la contribución al presupuesto ordinario de la Organización de las
Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura
2. No obstante, cualquiera de los Estados a que se refiere el artículo 31 o el
artículo 32 de la presente Convención podrá, en el momento de depositar su
instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión, declarar que no se
considera obligado por las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo.
3. Todo Estado Parte en la Convención que haya formulado la declaración
mencionada en el párrafo 2 del presente artículo, podrá retirarla en cualquier
momento, notificándolo al Director General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Sin embargo, el hecho de retirar
la declaración no producirá efecto alguno respecto de la contribución obligatoria
que adeude dicho Estado hasta la fecha de la siguiente Asamblea General de los
Estados Partes en la Convención.
4. Para que el Comité esté en condiciones de prever sus operaciones de manera
eficaz, las contribuciones de los Estados Partes en la presente Convención que
hayan hecho la declaración de que trata el párrafo 2 del presente artículo habrán
de ser entregadas de una manera regular, cada dos años por lo menos, y no
deberían ser inferiores a las contribuciones que hubieran tenido que pagar si
hubiesen estado obligados por las disposiciones del párrafo 1 del presente
artículo.
5. Todo Estado Parte en la Convención que esté en retraso en el pago de su
contribución obligatoria o voluntaria en lo que respecta al año en curso y al año
civil inmediatamente anterior, no podrá ser elegido miembro del Comité del
Patrimonio Mundial, si bien esta disposición no será aplicable en la primera
elección. Si tal Estado es ya miembro del Comité no será aplicable en la primera
elección. Si tal Estado es ya miembro del Comité, su mandato se extinguirá en el
momento en que se efectuen las elecciones previstas por el párrafo 1 del artículo
8 de la presente Convención.
Articulo 17
Los Estados Partes en la presente Convención considerarán o favorecerán la
creación de fundaciones o de asociaciones nacionales públicas y privadas que
tengan por objeto estimular las liberalidades en favor de la protección del
patrimonio cultural y natural definido en los artículos 1 y 2 de la presente
Convención.
Articulo 18
Los Estados Partes en la presente Convención prestarán su concurso a las
campañas internacionales de colecta de fondos que se organicen en provecho del
Fondo del Patrimonio Mundial bajo los auspicios de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Facilitarán las colectas
hechas con este propósito por los organismos mencionados en el párrafo 3 del
artículo 15.
V. CONDICIONES Y MODALIDADES DE LA ASISTENCIA INTERNACIONAL
Articulo 19
Todo Estado Parte en la presente Convención podrá pedir asistencia internacional
en favor de los bienes del patrimonio cultural o natural de valor universal
excepcional situados en su territorio. Unirá a su petición los elementos de
información y los documentos previstos en el artículo 21 de que disponga que el
Comité necesite para tomar su decisión.
Articulo 20
Sin perjuicio de las disposiciones del párrafo 2 del artículo 13 del apartado c) del
artículo 22 y del artículo 23, la asistencia internacional prevista por la presente
Convención sólo se podrá conceder a los bienes del patrimonio cultural y natural
que el Comité del Patrimonio Mundial haya decidido o decida hacer figurar en una
o en las dos listas de que tratan los párrafos 2 y 4 del artículo 11.
Articulo 21
1. El Comité del Patrimonio Mundial determinará el procedimiento de exámen de
las peticiones de asistencia internacional que estará llamado a prestar e indicará
los elementos que habrá de contener la petición que describirá la operación que
se proyecte, los trabajos necesarios, una evaluación de su costo, su urgencia y las
razones por las cuales los recursos del Estado peticionario no le permiten hacer
frente a la totalidad de los gastos. Siempre que sea posible, las peticiones se
apoyarán en un dictamen de expertos.
2. Por razón de los trabajos que se pueda tener que emprender, sin demora, el
Comité examinará con preferencia las peticiones que se presenten justificadas por
calamidades naturales o por catástrofes. El Comité dispondrá para esos casos de
un fondo de reserva.
3. Antes de tomar una decisión, el Comité efectuará los estudios o las consultas
que estime necesarios.
Articulo 22
La asistencia del Comité del Patrimonio Mundial podrá tomar las formas
siguientes:
a) estudios sobre los problemas artísticos, científicos y técnicos que plantean la
protección, la conservación, la revalorización y la rehabilitación del patrimonio
cultural y natural definido en los párrafos 2 y 4 del artículo 11, de la presente
Convención;
b) servicios de expertos, de técnicos y de mano de obra calificada para velar por la
buena ejecución del proyecto aprobado;
c) formación de especialistas de todos los niveles en materia de identificación,
protección, conservación, revalorización y rehabilitación del patrimonio cultural y
natural;
d) suministro de equipo que el Estado interesado no posea o no pueda adquirir;
e) préstamos a interés reducido, sin interés o reintegrables a largo plazo;
f) concesión en casos excepcionales y especialmente motivados, de subvenciones
no reintegrables.
Articulo 23
El Comité del Patrimonio Mundial podrá también prestar asistencia internacional a
centros nacionales o regionales de formación de especialistas de todos grados en
materia de identificación; protección, conservación, revalorización y rehabilitación
del patrimonio cultural y natural.
Articulo 24
Una asistencia internacional muy importante sólo se podrá conceder después de
un estudio científico, económico y técnico detallado. Este estudio habrá de hacer
uso de las técnicas más avanzadas de protección, de conservación, de
revalorización y de rehabilitación del patrimonio cultural y natural y habrá de
corresponder a los objetivos de la presente Convención. Habrá de buscar también
la manera de emplear racionalmente los recursos disponibles en el Estado
interesado.
Articulo 25
El financiamiento de los trabajos necesarios no incumbirá, en principio, a la
comunidad internacional más que parcialmente. La participación del Estado que
reciba la asistencia internacional habrá de constituir una parte cuantiosa de su
aportación a cada programa o proyecto, salvo cuando sus recursos no se lo
permitan.
Articulo 26
El Comité del Patrimonio Mundial y el Estado beneficiario definirán en el acuerdo
que concierten las condiciones en que se llevará a cabo un programa o proyecto
para el que se facilite asistencia internacional con arreglo a las disposiciones de
esta Convención. Incumbirá al Estado que reciba tal asistencia internacional seguir
protegiendo conservando y revalorizando los bienes así preservados, en
cumplimiento de las condiciones establecidas en el acuerdo
VI. PROGRAMAS EDUCATIVOS
Articulo 27
1. Los Estados Partes en la presente Convención, por todos los medios
apropiados, y sobre todo mediante programas de educación y de información,
harán todo lo posible por estimular en sus pueblos el respeto y el aprecio del
patrimonio cultural y natural definido en los artículos l y 2 de la presente
Convención.
2. Se obligarán a informar ampliamente al público de las amenazas que pesen
sobre ese patrimonio y de las actividades emprendidas en aplicación de la
presente Convención.
Articulo 28
Los Estados Partes en la presente Convención, que reciban en virtud de ella, una
asistencia internacional tomará las medidas necesarias para hacer que se
conozca la importancia de los bienes que hayan sido objeto de asistencia y el
papel que ésta haya desempeñado.
VII. INFORMES
Articulo 29
1. Los Estados Partes en la presente Convención indicarán en los informes que
presenten a la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en las fechas y en la forma que ésta
determine, las disposiciones legislativas y reglamentarias, y las demás medidas
que hayan tomado para aplicar la presente Convención, así como la experiencia
que hayan adquirido en este campo.
2. Esos informes se comunicarán al Comité del Patrimonio Mundial
3. El Comité presentará un informe sobre sus trabajos en cada una de las
reuniones ordinarias de la Conferencia General de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

VIII. CLAUSULAS FINALES


Articulo 30
La presente Convención está redactada en árabe, español, francés, inglés y ruso,
siendo los cinco textos igualmente auténticos
Articulo 31
1. La presente Convención será sometida a la ratificación o a la aceptación de los
Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, de conformidad con sus respectivos procedimientos
constitucionales.
2. Los instrumentos de ratificación o de aceptación serán depositados en poder del
Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura.
Articulo 32
1. La presente Convención quedará abierta a la adhesión de todos los Estados no
miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura, invitados a adherirse a ella por la Conferencia General de la
Organización.
2. La adhesión se efectuará depositando un instrumento de adhesión en poder del
Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura.
Articulo 33
La presente Convención entrará en vigor tres meses después de la fecha del
depósito del vigésimo instrumento de ratificación, de aceptación o de adhesión,
pero sólo respecto de los Estados que hayan depositado sus instrumentos
respectivos de ratificación, de aceptación o de adhesión en esa fecha o
anteriormente. Para los demás Estados, entrará en vigor tres meses después de
efectuado el depósito de su instrumento de ratificación, de aceptación o de
adhesión
Articulo 34
A los Estados Partes en la presente Convención que tengan un sistema
constitucional federal o no unitario les serán aplicables las disposiciones
siguientes:
a) En lo que respecta a las disposiciones de esta Convención cuya aplicación
entraña una acción legislativa del poder legislativo federal o central, las
obligaciones del Gobierno federal o central serán las mismas que las de los
Estados Partes que no sean Estados federales.
b) En lo que respecta a las disposiciones de esta Convención cuya aplicación
dependa de la acción legislativa de cada uno de los Estados, países, provincias o
cantones constituyentes, que en virtud del sistema constitucional de la federación,
no estén facultados para tomar medidas legislativas, el Gobierno federal
comunicará esas disposiciones, con su dictamen favorable, a las autoridades
competentes de los Estados, países, provincias, o cantones.
Articulo 35
1. Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención tendrá la facultad
de denunciarla.
2. La denuncia se notificará por medio de un instrumento escrito, que se
depositará en poder del Director General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
3. La denuncia surtirá efecto doce meses después de la recepción del instrumento
de denuncia. No modificará en nada las obligaciones financieras que haya de
asumir el Estado denunciante hasta la fecha en que la retirada sea efectiva,
Articulo 36
El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura informará a los Estados Miembros de la Organización, a los
Estados no miembros a que se refiere el artículo 32, así como a las Naciones
Unidas, del depósito de todos los instrumentos de ratificación, de aceptación o de
adhesión mencionados en los artículos 31 y 32, y de las denuncias previstas en el
artículo 35.
Articulo 37
1. La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, podrá revisar la presente Convención. Pero
esta revisión sólo obligará a los Estados que lleguen a ser Partes en la
Convención revisada.
2. En el caso de que la Conferencia General apruebe una nueva Convención, que
constituya una revisión total o parcial de la presente, y a menos que la nueva
Convención disponga otra cosa, la presente Convención dejará de estar abierta a
la ratificación, a la aceptación o a la adhesión, a partir de la fecha de entrada en
vigor de la nueva Convención revisada.
Articulo 38
En virtud de lo dispuesto en el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, la
presente Convención se registrará en la Secretaria de las Naciones Unidas a
petición del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura. Hecho en París, en este día veintitrés de
noviembre de 1972, en dos ejemplares auténticos que llevan la firma del
Presidente de la Conferencia General, en la 17a. reunión, y del Director General
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, que se depositarán en los archivos de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y cuyas copias autenticadas se
entregarán a todos los Estados a que se refieren los artículos 31 y 32 , así como a
las Naciones Unidas.
Terminología arquitectónica utilizada en la conservación del
patrimonio.

Las definiciones de los términos son los siguientes:

Conservación
Todas aquellas medidas o acciones que tengan como objetivo la salvaguarda del
patrimonio cultural tangible, asegurando su accesibilidad a generaciones
presentes y futuras. La conservación comprende la conservación preventiva, la
conservación curativa y la restauración. Todas estas medidas y acciones deberán
respetar el significado y las propiedades físicas del bien cultural en cuestión.
Conservación preventiva
Todas aquellas medidas y acciones que tengan como objetito evitar o minimizar
futuros deterioros o pérdidas. Se realizan sobre el contexto o el área circundante
al bien, o más frecuentemente un grupo de bienes, sin tener en cuenta su edad o
condición. Estas medidas y acciones son indirectas – no interfieren con los
materiales y las estructuras de los bienes. No modifican su apariencia. Algunos
ejemplos de conservación preventiva incluyen las medidas y acciones necesarias
para el registro, almacenamiento, manipulación, embalaje y transporte, control de
las condiciones ambientales (luz, humedad, contaminación atmosférica e
insectos), planificación de emergencia, educación del personal, sensibilización del
público, aprobación legal.
Conservación curativa
Todas aquellas acciones aplicadas de manera directa sobre un bien o un grupo de
bienes culturales que tengan como objetivo detener los procesos dañinos
presentes o reforzar su estructura. Estas acciones sólo se realizan cuando los
bienes se encuentran en un estado de fragilidad notable o se están deteriorando a
un ritmo elevado, por lo que podrían perderse en un tiempo relativamente breve.
Estas acciones a veces modifican el aspecto de los bienes. Algunos ejemplos de
conservación curativa incluyen la desinfestación de textiles, la desalinización de
cerámicas, la desacidificación del papel, la deshidratación de materiales
arqueológicos húmedos, la estabilización de metales corroídos, la consolidación
de pinturas murales, la remoción de hierbas en mosaicos. ß

Restauración
Todas aquellas acciones aplicadas de manera directa a un bien individual y
estable, que tengan como objetivo facilitar su apreciación, comprensión y uso.
Estas acciones sólo se realizan cuando el bien ha perdido una parte de su
significado o función a través de una alteración o un deterioro pasados. Se basan
en el respeto del material original. En la mayoría de los casos, estas acciones
modifican el aspecto del bien. Algunos ejemplos de restauración incluyen el
retoque de una pintura, el ensamblaje de una escultura rota, la modificación de la
forma de una canasta, la reintegración de pérdidas en un vaso de vidrio. Las
medidas y acciones de conservación a veces pueden tener más de una finalidad.
Por ejemplo, la remoción de barniz puede ser tanto restauración como
conservación curativa. La aplicación de capas de protección puede ser tanto
restauración como conservación preventiva. El reenterramiento de mosaicos
puede ser tanto conservación preventiva como curativa.
Aspectos teóricos relacionados con la intervención en inmuebles
patrimoniales.

Las intervenciones de preservación, conservación o restauración de edificios y


sitios patrimoniales constituyen una compleja trama de toma de decisiones
referidas, entre otros aspectos, a la valoración del bien, a premisas teóricas o a
aspectos eminentemente técnicos y económicos. Todo esto constituye una tarea
interdisciplinaria, en la que concurren conocimientos provenientes de diferentes
áreas del saber, en el marco de una serie de principios teórico doctrinarios,
establecidos y consagrados a través de documentos internacionales. El propósito
de estas notas es hacer referencia y plantear algunas reflexiones referidas a
cuestiones teóricas vinculadas con la intervención directa en la sustancia material
de los edificios patrimoniales, y más particularm7ente, al problema de la
autenticidad. Para ello, comenzaremos por una aproximación a lo que podemos
definir como un edificio con carácter o valor patrimonial.
Es posible expresar que un edificio patrimonial está compuesto por dos partes.
Una material o tangible, la cosa en sí, en este caso el edificio, y otra inmaterial, los
valores que hacen que ese edificio sea considerado patrimonio. Tales valores
pueden ser de tipo histórico, artístico, arquitectónico, técnico, social, científico,
etc., a la vez que pueden ser concurrentes o no en un mismo inmueble. La
presencia o suma de esos valores puede ser denominada “significado”, con lo cual
es posible acercarse a una definición de patrimonio diciendo que se trata de
edificios en los cuales la sociedad identifica determinados significados referidos a
algunos de los aspectos mencionados. Cabe recordar que tales valores o
significados no son estáticos ni permanentes, que pueden variar según la época,
están condicionados por cuestiones de tipo social y cultural y son establecidos
desde un recorte ideológico determinado. La misma ampliación del concepto de
patrimonio da cuenta
En Francia, Eugène Emmanuelle Violet-le-Duc realizó una importante obra de
restauración de monumentos medievales, en la que desarrolló su particular modo
de encarar la tarea. En su Diccionario razonado de la arquitectura francesa de los
siglos XI a XIV, publicado entre 1864 y 1875, expresa que restaurar un edificio “no
es preservarlo ni repararlo, es devolverle una condición de integridad que pudo no
haber existido nunca” (Erder, 1986:193). Tal postura lo llevó, a partir de sus
profundos conocimientos sobre la arquitectura medieval francesa, a restituciones
“en estilo”, basadas en lo que sería la concepción formal ideal del edificio, lo que
implicaba la eliminación de intervenciones posteriores, independientemente de su
valor documental o artístico, y la incorporación de nuevos elementos que
completarían la unidad de estilo perseguida. Es evidente que en este caso, la idea
implícita de autenticidad no está basada en las partes componentes materiales del
edificios, sino en su correspondencia con el modelo ideal. Podríamos afirmar que
introduce la concepción de autenticidad de la forma o del diseño en detrimento de
la del material y la mano de obra.
En síntesis, las posturas inglesa y francesa introducen, implícitamente, dos
posibles enfoque del problema de la autenticidad: aquella basada en los
materiales y mano de obra y la fundada en la forma o el estilo. Entre las últimas
décadas del siglo XIX y las primeras del XX, y mediante la acción y el
pensamiento de figuras del ámbito italiano, se elaboraron las bases que,
ubicándose a prudente distancia de las posturas de Ruskin y Le Duc, conducirían
a la teoría actual sobre la intervención en edificios patrimoniales. Tales posturas,
con los decisivos aportes realizados en Europa durante la segunda posguerra,
condujeron a la redacción del documento doctrinario que rige desde la década de
1960 las acciones sobre el patrimonio, la Carta Internacional para la conservación
y la restauración de los monumentos y los sitios, conocida como Carta de Venecia
(1964).
En su artículo 9, al referirse a la restauración, la Carta de Venecia establece que
“...tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos de un
monumento y se fundamenta en el respeto hacia los elementos antiguos y las
partes auténticas.” Esta breve referencia plantea, sin embargo, una posibilidad de
interpretaciones, lo cual efectivamente se ha dado a través del tiempo. Una
posible interpretación sería que el bien no fuera retocado por los efectos de una
restauración, que, por más fiel que sea, hubiera sustituido un elemento de su
sustancia material por otro nuevo (Parent, 1984). Es decir que la idea de lo
auténtico se refiere según este enfoque, a tratar de mantener a ultranza las partes
o componentes originales del edificio.
Superar la prueba de la autenticidad es un requisito indispensable, entre otros,
para que un bien sea inscripto en la Lista del Patrimonio Mundial de UNESCO. En
la Guía Operativa para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, se
especifica que la autenticidad debe ser evaluada en cuatro aspectos: materiales,
mano de obra, diseño e implantación. En el manual elaborado al efecto por
Bernard Feilden y Jukka Jokilehto en 1993, se las define de la siguiente manera:
Autenticidad en los materiales. Está basada en los valores hallados en la
sustancia física del bien. El énfasis debe estar en la protección, conservación y
mantenimiento del material original. El objetivo es prolongar el período de vida útil
de los materiales originales, conservarlos en su posición original, preservar el valor
de antigüedad expresado en la pátina y retener las huellas de la historia o los
cambios producidos a través del tiempo.
Autenticidad en mano de obra. Está relacionada a la autenticidad del material,
pero pone el énfasis en conservar evidencias de la mano de obra y garantizar que
no sea falsificada por intervenciones contemporáneas.
Autenticidad en el diseño. Está relacionada con el diseño arquitectónico, artístico,
de ingeniería o funcional del bien, así como su valor conmemorativo. El objetivo es
preservar los materiales y estructuras originales en los que se manifiesta el diseño
y llevar a cabo intervenciones que revelen valores que pueden haber sido velados
a través de alteraciones, descuido o destrucción.
Autenticidad en la implantación. Se refleja en la relación entre el bien y su contexto
físico. Incluye valores de paisaje natural o urbano y la relación entre
construcciones y su contexto ambiental. La conservación del monumento in situ
(en su emplazamiento original) es un requerimiento básico para preservar estos
valores.

Análisis de ejemplos de intervención en espacios y edificios


patrimoniales.

Durante 1993 y luego de intensos estudios, se declaró como zona patrimonial el


centro de la ciudad de Tampico, Tamaulipas abarcando tres cuadros de este
sector, conformados por 66 manzanas con un total de 200 edificios, los cuales
comenzaron a ser rehabilitados a través del apoyo de un Fideicomiso que
aportaba el 50% de los gastos de la rehabilitación y el otro 50% era absorbido por
los propietarios de los edificios.
A partir de la declaratoria de zona patrimonial, las diversas autoridades
municipales se dieron a la tarea de rehabilitar los principales edificios de la zona
patrimonial como lo eran la Aduana Marítima, el edificio de Correos y el edificio de
Hacienda, edificios de carácter público, ubicados en el sector más antiguo de la
ciudad, dichas acciones le dieron nueva vida al sector incrementado la calidad del
hábitat, debido a que al estar deteriorados, la imagen urbana que le presentaba el
sector a la población era de inseguridad y de falta de higiene.
La dinámica de la población es constante a lo largo de la historia de una ciudad, y
eso provoca el abandono de algunas zonas, que como es lógico, al ser
deshabitadas, se van deteriorando poco a poco.

En particular, este comité denominado cotepa,[1] durante el 2004 incluyó la


revisión de tres proyectos de edificios protegidos en los que sus propietarios
solicitaban su rehabilitación para que fuera utilizado en forma comercial y así
atraer a la gente para darle nueva vida a las edificaciones. Estos edificios fueron
los siguientes:

1. Edificio La Palma de uso comercial, ubicado en la esquina de las calles de


Rivera y Aduana.

2. Edificio de uso original de casa habitación, propiedad de la Familia Fanjón,


ubicado en la calle Altamira, entre 20 de Noviembre y Colón.

3. Edificio que ocupó originalmente el Casino Tampiqueño, club social más


antiguo de la región, ubicado en la esquina de Olmos y Carranza frente a la Plaza
de Armas.

Los antecedentes del tema

En la Carta de Venecia (Ministerio de educación cultura y deporte, s.f.), se


menciona que:

Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los


pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones
seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los
valores humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las
generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda.
Debe transmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad.

Esta frase describe la importancia que tienen las obras del pasado, ya que éstas
indican los valores y creencias de la sociedad en diferentes épocas, así como su
sentido de la estética.

El Reglamento para la preservación del patrimonio edificado de la ciudad de


Tamaulipas, presentado en noviembre de 2009, establecía que el Patrimonio
edificado “es un inmueble o monumento con valor estético relevante, atendiendo a
características de representatividad, inserción en determinada corriente estilística,
significación en el contexto urbano, grado de innovación, materiales, técnicas
utilizadas, así como aquellas que sean una creación arquitectónica que ofrece el
testimonio de la civilización o de una fase representativa de la evolución de
nuestro municipio y aquellos que han adquirido con el tiempo un significado
cultural”.

Los antecedentes de la arquitectura local

La edificación en la ciudad de Tampico considerada como relevante, fue


edificada a fines del siglo xix y principios del siglo xx, se caracteriza por el cambio
de pensamiento asociado a las formas de vida del ser humano que requerían
estructuras con menos elementos ornamentales o decorativos, sin embargo, al
inicio del siglo xx hay migraciones de personas de diferentes regiones que al
asentarse en otros sitios, buscan recuperar algunos de los elementos
ornamentales de los sitios de donde son originarios y por eso se pueden observar
edificios con elementos arquitectónicos propios de diferentes estilos.

Las normas para la intervención del patrimonio local

El artículo 32 del Reglamento para la preservación del patrimonio edificado de la


ciudad de Tampico, Tamaulipas (1999-2001) establece que la estructura original
se deberá conservar y, en su caso, liberarla de elementos agregados y/o
consolidarla y/o restituirse los elementos faltantes, estos trabajos deberán ser
preferentemente con materiales originales, en caso de existir agregados que no
pongan en peligro la estabilidad del inmueble, podrán permanecer.

…Cuando los elementos (cantera, pisos, pintura, entre otros) presenten un alto
grado de deterioro y no pueden ser consolidados, podrán ser restituidos con
materiales de las mismas características de los originales.

…Las instalaciones de los inmuebles deberán ser colocadas de tal manera que
no dañen la estructura, ni los complementos originales, ubicándose en el lugar
menos visible.

Otro aspecto importante se observa en el capítulo VI artículo 47 en el que se


expresa que… únicamente se autorizará como máximo la colocación de un
anuncio por vano. El artículo 51 menciona que… cuando un comercio o razón
social tenga varios vanos, todos los anuncios deberán ser uniformes en forma y
color.

La calidad del hábitat

Calidad se define como “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo,


que permiten juzgar su valor y cuando se refiere a la calidad de vida menciona a
un conjunto de condiciones que contribuyen a hacer agradable y valiosa la vida
(Real Academia Española, 2016).

Por lo tanto, al hablar de calidad del hábitat se consideran un conjunto de


propiedades que contribuyen a hacer agradable y valiosa la experiencia del vivir,
pues contar con un espacio armónico, estable, higiénico, seguro y adecuado a las
condiciones ambientales de la ciudad es lo que se necesita para llevar a cabo
todas y cada una de las actividades que realiza el ser humano.

Vivir en un entorno armónico, con edificios, calles, parques, comercio y


equipamiento urbano relacionado con las características del sitio, tanto
ambientales como históricas, promueve en los habitantes un sentido de
pertenencia y aprecio por el sitio tanto que contribuye a cuidarlo y protegerlo al
considerarlo como parte de su propia historia.

Para salvaguardar el patrimonio local se cuenta con una normativa que permite
desarrollar una metodología de intervención acorde a las necesidades sociales,
culturales, ambientales y tecnológicas de la región de estudio, pero, además es
conveniente escuchar a los edificios, pues tal y como ocurre en el diálogo
imaginario entre Fedro[2] y Sócrates[3] mencionado en el libro El Arquitecto: “Dime
(pues tan sensible eres a los efectos de la arquitectura), si has observado que en
tus paseos por esta ciudad, que entre los edificios que la pueblan, unos mudos
son, otros hablan; y otros edificios, los más raros cantan” (Válery, 2014), existen
edificios que aún merecen ser habitados para continuar el diálogo con la ciudad y
sus habitantes.

MÉTODOS Y MATERIALES

El primer paso para la recolección de los datos se realizó al revisar los


antecedentes históricos del tema, se identificó la ubicación de los edificios
intervenidos en esa época, esta información fue proporcionada a través del cotepa
y del Fideicomiso del Centro Histórico.

Se utilizó una ficha técnica para identificar las características del edificio original,
su deterioro, su rescate o intervención, y la imagen que muestra en la actualidad.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La información obtenida a través de la observación y la revisión bibliográfica de


los edificios es la siguiente:

1. Nombre del edificio: La Palma

Descripción: edificio de género comercial, ubicado en la esquina que forma las


calles de Rivera y Aduana, el cual tuvo varios usos, siendo el primero de ellos
como Ferretería, ya que en la época de su construcción, los productos que se
vendían eran sumamente solicitados para llevar a cabo el proceso de extracción
del petróleo, la carga y descarga de materias primas y la construcción de edificios
para dar vivienda a la gran cantidad de migrantes que llegaron a la zona en esa
época, en donde existieron aproximadamente cinco ferreterías que respondieron a
las demandas de la sociedad.
Al paso del tiempo la actividad petrolera y comercial decayó, por lo tanto,
muchos negocios de este tipo cerraron sus puertas, esto ocurrió en la década de
1950 a 1960. Posteriormente, a partir de su proceso de rehabilitación en este
establecimiento funcionaron diversos negocios desde bares, restaurantes y
finalmente una tienda de conveniencia, siendo esta última en la que se llevó a
cabo la rehabilitación del edificio, lo que indica que las características que
presenta el edificio, permiten la función de diversos usos. Dicha zona es muy
concurrida, pues está cercana a la aduana marítima, a los mercados municipales y
a una de las zonas comerciales más populares de la ciudad, lo cual trae consigo
múltiples visitantes.

Originalmente el edificio mostraba balcones por cada ventana en la parte


superior y en el proceso de rehabilitación se le incluyó una cubierta para proteger
a los clientes en su ingreso al establecimiento, las ventanas originales de madera
se cambiaron a unas de aluminio y las molduras en la parte superior de las
ventanas también fueron modificadas; muestra un pretil con elementos de
balaustradas que sustituyeron el pretil original. Cabría preguntarse la razón por la
que se incluyeron jarrones en la parte superior o columnas de hierro forjados al
exterior, así como la modificación de la forma de las ventanas, aunque
conservaron la secuencia de vanos y llenos y el acceso en la esquina del edificio.
En este edificio solamente se utiliza la planta baja, pero en la segunda planta
puede ser empleado como departamentos. No presenta signos de deterioro en su
estructura ni en su envolvente.

Es notable observar que este sector mantiene una gran movilidad de personas
que acuden al mercado, a la zona franca o a la plaza de la Libertad, es decir, es
sumamente transitada durante el día y a pesar de ello, no se observa deterioro en
el sector, es decir, no hay edificios vandalizados, lo cual le permite al peatón o
automovilista transitar por un sitio agradable y seguro, indicando a través de estos
factores, la calidad del habábitat.

Comparativo de los edificios en 1912 y en la actualidad.


Gobierno del estado de Tamaulipas, 1999).
Proyecto de intervención
El proyecto de intervención es un género discursivo del ámbito profesional que
cumple un rol importante en las prácticas profesionales de campos disciplinares
como el urbanismo, la sociología, las políticas sociales, el trabajo social, la
administración pública, la economía y la salud. Su propósito consiste en
diagnosticar y caracterizar un problema de orden práctico o una situación
problemática para plantear estrategias que permitan articular acciones para su
superación. Por ejemplo, en el campo del urbanismo y de las políticas sociales, se
plantean problemáticas como el subdesarrollo en la periferia pobre metropolitana,
la falta de medios de transporte, el alto grado de analfabetismo, la alta tasa de
desnutrición infantil, la falta de canales de comercialización, los vacíos urbanos
que no son funcionales a los requerimientos actuales de desarrollo urbano.
La intervención puede tener diversas finalidades: correctiva, preventiva o de
desarrollo. Sin embargo, es importante notar que bajo una u otra modalidad
siempre los proyectos se proponen la transformación de la realidad y se centran
en el “hacer”. Más concretamente, se trata de la planificación de acciones
articuladas que permitan que el ente, sector, institución o territorio que se debe
intervenir alcance un nivel óptimo de funcionamiento o desarrollo. En
consecuencia, para que el proyecto sea exitoso debe contribuir significativamente
a la demanda que surge del diagnóstico de la situación problemática.
Teniendo en cuenta estas características del proyecto de intervención, es
necesario señalar que este género muchas veces constituye una herramienta de
un proyecto político destinada a transformar la realidad. Un proyecto de
intervención puede estar inserto dentro de un plan estratégico más amplio: por
ejemplo, un proyecto de intervención dentro de un municipio puede responder a
los lineamientos de un programa nacional, o un proyecto de intervención urbana
puede inscribirse en un plan de desarrollo urbano integral de mayor alcance.
Existe una serie de requisitos a los que el proyecto debe adecuarse. En primer
lugar, es necesario que se adapte a las circunstancias espaciales y temporales: el
proyecto debe ser factible, debe poder ejecutarse en un determinado período. En
segundo lugar, las acciones que se propongan deben ajustarse al presupuesto
asignado es decir, ser viables. Finalmente, el proyecto debe responder a las
demandas y a las culturas organizacionales, como así también a las ideologías
políticas que subyacen a las instituciones/sectores/territorios
El proceso de elaboración de un proyecto de intervención
En función del propósito señalado previamente, el proyecto de intervención
requiere, en primer lugar, la elaboración de un diagnóstico de la realidad actual
que permita identificar y seleccionar los problemas o las situaciones susceptibles
de ser mejoradas. Este diagnóstico debe permitir analizar las necesidades o
demandas prioritarias a partir de las cuales se formula el proyecto estratégico, es
decir, el plan de acciones. En el campo de las disciplinas sociales, como este tipo
de proyectos involucra no solo aspectos materiales, sino también ideológicos, la
observación de la realidad se realiza en tres direcciones: una que apunta a los
aspectos materiales y objetivos (población, viviendas, recursos naturales,
infraestructura, salud, nivel de educación, etc.); otra que atiende a la práctica
social y su historia, es decir, al modo en que los sujetos han ido transformando la
realidad existente (la manera en que los sujetos han respondido a los problemas,
los proyectos anteriores y los resultados obtenidos, la capacidad organizativa y
técnica existente, etc.); y, finalmente, los valores subjetivos de la gente que
permiten identificar las motivaciones de los sujetos para actuar de determinada
manera (creencias, costumbres, valores, perspectivas, etc.) (Horejs, 1995).
Situación comunicativa
El proyecto de intervención participa en un circuito comunicativo complejo que
puede realizarse de diversas maneras. Organismos gubernamentales (por
ejemplo, los municipios), ONG, entidades de bien público, organizaciones
comunitarias y consultorías suelen requerir los servicios de expertos (sociólogos,
urbanistas, ecólogos urbanos, politólogos sociales, economistas) para la
elaboración de proyectos de intervención.
En primera instancia, quienes participan de la interacción comunicativa son, por un
lado, los destinatarios que contratan el servicio, pagan por él y cumplen el rol de
evaluadores del proyecto y, por el otro, los expertos que están a cargo de su
redacción.
Organización del proyecto de intervención
El propósito del proyecto de intervención es aportar una solución nueva a las
demandas o problemas identificados en una población específica. Para el logro de
esta meta comunicativa, el texto suele organizarse en varias partes o etapas. El
texto se inicia con un título que condensa la problemática o demanda a la que se
pretende dar respuesta, además de referir a la población o territorio específicos
sobre los que recae la intervención.
A continuación del título, los autores suelen continuar el texto con una etapa
introductoria que sirve para presentar el problema sobre el que se propone la
intervención, su planteo y delimitación, junto con la explicación de los factores que
inciden en forma directa e indirecta sobre él.
En esta misma etapa del texto, se realiza además la caracterización y
contextualización del problema.
Como anticipamos en el primer apartado, la propuesta de intervención solo en
ocasiones incluye, luego de la introducción, un “Marco teórico” que presenta la
definición de los principales conceptos que se utilizan para el planteo del
problema, de los indicadores y el desarrollo de la propuesta de intervención. En
algunos casos, se coloca una sección “Antecedentes del proyecto” en lugar del
diagnóstico
Seguidamente se presenta el “Diagnóstico”, en el cual se relevan y analizan las
necesidades o demandas que fundamentan la intervención.
Asimismo, se incluye la caracterización del grupo o sector destinatario y se define
el marco institucional del proyecto, desde qué ámbito se realizarán las acciones y
quiénes estarán involucrados en el proyecto. La secuencia suele continuar con la
“Definición de objetivos”. Se trata de la formulación de los objetivos generales y
específicos del proyecto que surgen del análisis de las necesidades presentado
previamente en el diagnóstico.
La siguiente etapa es la “Definición de resultados esperados”. Los resultados se
formulan en términos de productos que expresan cuantitativa y cualitativamente
los cambios esperados en relación con los objetivos específicos.
A continuación, se suele presentar el “Diseño de estrategias y plan de
actividades”. Las estrategias son grandes líneas de acción, cada una de ellas
supone una serie de actividades para desarrollarlas.
Criterios de restauración a nivel nacional e internacional.

Los criterios para la restauración de un bien cultural edificado, son pautas básicas
a considerar en cualquier intervención por mínima que esta sea. Ellos deberán ser
los ejes rectores para un adecuado acercamiento al patrimonio arquitectónico de
un sitio.
El patrimonio cultural es, un recurso no renovable, es también subjetivo y
dinámico1 , y puesto que este se compone de lo material e inmaterial, deben
existir preceptos para su conservación y difusión
el patrimonio cultural es el conjunto de las tradiciones, edificaciones y creaciones
heredadas por nuestros antepasados, que son parte de la identidad intrínseca de
una región o un sitio y, por ende, de quienes ahí habitan. Es así, que el patrimonio
cultural puede integrarlo desde una pintura rupestre, una receta de cocina, un
cántico, una danza, textiles, música, lenguas, documentos, archivos, fiestas, obras
de arte, paisajes culturales y edificaciones. Todo lo anterior, de manera conjunta o
aislada, dan cohesión y arraigo a una comunidad. Dicho patrimonio, sin embargo,
se encuentra en riesgo constante de desaparecer, debido a una modernidad mal
entendida, a la falta de recursos para su preservación y en muchos casos, al
desconocimiento de cómo conservarlo.
En el siglo XIX, a partir de distintos descubrimientos realizados previamente, como
las ruinas de Pompeya (descubiertos en el siglo XVIII), la restauración del
Patrimonio cultural edificado fue una práctica común al buscar la permanencia de
las culturas del pasado. Existieron dos voces fundamentales: la creada por Violet
Le Duc y la de John Ruskin. Las cuales, buscaban la conservación del patrimonio
edificado, pero con posturas diametralmente opuestas, sin llegar a un acuerdo y
que dejaban dudas en su actuar. Más tarde, la escuela italiana medió entre las
posturas de Leduc y Ruskin, con Camilo Boito y su discípulo Gustavo Giovannoni.
Conforme el tiempo pasó, se aprendió de los errores anteriores en las
intervenciones de restauración, y se buscó regular la práctica de la restauración
En el artículo 9 de la Carta de Venecia se menciona que: La restauración es una
operación que debe tener un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y
revelar los valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el
respeto a la esencia antigua y a los documentos auténticos. Su límite está allí
donde comienza la hipótesis: en el plano de las reconstituciones basadas en
conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por
razones estéticas o técnicas aflora de la composición arquitectónica y llevará la
marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y
acompañada de un estudio arqueológico e histórico del monumento.
El Artículo 12, dicta por ejemplo que, en caso de reintegrar un elemento, éste,
deberá con materiales distintos y sin falsear, para no engañar al visitante que
acude al inmueble, por lo que, deberá por lo menos, fecharse. Menciona también
el no tolerar añadidos (construcciones nuevas) que no respeten la integridad
arquitectónica del edificio

Realización de un anteproyecto de intervención (restauración ó


rehabilitación), ligándolo con el Eje de Diseño.
6.1. Análisis espacial, funcional, formal, materiales y sistemas constructivos de los inmuebles
patrimoniales.

6.2. Procesos de deterioro que sufren los materiales en el transcurso del tiempo.

6.3. Procedimientos de aplicación de materiales tradicionales en los edificios patrimoniales

Conservación de Materiales

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