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PROTECCIÓN INTERNACIONAL DEL PATRIMONIO TANGIBLE

1. Introducción

La protección del patrimonio material inmueble o patrimonio tangible 1


siempre ha sido una constante preocupación de artistas, historiadores,
arquitectos y urbanistas, que ha tenido efectos en la elaboración de
documentos de expertos sin fuerza normativa vinculante, que han ido
influyendo en las agendas públicas, la actividad estatal, el desarrollo de
las actividades de actores privados, y en la expedición de cuerpos
normativos internacionales y nacionales sobre la materia.

Esta atención al tema patrimonial experimenta un mayor desenvolvimiento


a raíz de los efectos devastadores de la Segunda Guerra Mundial, que
produjeron la destrucción de importantes ciudades europeas, con la
consecuente pérdida de la memoria física histórica para sus habitantes.
Además de las actividades de reconstrucción, estos eventos catastróficos
crearon una conciencia común sobre la necesidad de salvaguardar y
conservar los bienes culturales, actitud que tuvo eco en la constitución de
UNESCO, entidad nacida justo después de esta conflagración
internacional, que ha sido el foro para la elaboración de normas
internacionales y organismo articulador de las instituciones que en su
seno o con su acompañamiento, tienen como objetivo la protección del
patrimonio, tanto tangible como intangible.

Los tratados internacionales, las reflexiones académicas y el apoyo


económico han sido constantes y se consolidaron en 1972, con la
aprobación de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial
Cultural y Natural, a la que había antecedido la Carta de Venecia de 1964
expedida por expertos en conservación monumental.(Crespo-Toral:
2001).2

También la normatividad recoge los criterios de los expertos respecto al


patrimonio material inmueble como lugar donde convergen las miradas de
la cultura y la identidad. Ellos son “documentos vivos” que permiten leer la
historia y las bases del ser de cada pueblo (Conclusiones Seminario
Internacional Ciudades Históricas Area Iberoamérica: 2001) 3. Así, su
gestión es sensible a elementos intangibles esenciales para su
conservación en el presente y para las generaciones futuras, proceso que
pasa necesariamente por la educación, la pertenencia y la participación
de todos los habitantes en su manejo y apropiación permanente,
1
El patrimonio intangible, constituido por las manifestaciones culturales de los pueblos, también es
protegido por la legislación internacional y nacional. Este tipo de patrimonio no es objeto de esta
investigación, por lo tanto el texto no se detiene en su análisis.
2
Crespo-Toral, Hernán (2001). La Convención del Patrimonio Mundial y su impacto en América
Latina. En: www.juntadeandalucia.es/cultura
3
Conclusiones Seminario Internacional Ciudades Históricas Area Iberoamérica (2001) Libro de
Toledo. En: www.esicomos.org
2

fenómenos que nutren los contenidos de las disposiciones legales.


Complementariamente, y desde otro ángulo la normatividad también
considera que los bienes que son patrimonio material inmueble
patrimoniales son un medio útil e indispensable para la inserción en las
redes del turismo cultural internacional, lo cual exige un cuidadoso manejo
de los recursos para no desnaturalizarlos, evitar que pierdan sentido para
los habitantes de la ciudad, y no deteriorarlos por los usos inadecuados o
excesivamente intensivos, lo cual solo se logra garantizando la
sustentabilidad de dichos monumentos (Gómez: 2002) 4. A su vez, la
consecución de la sustentabilidad requiere de bases económicas para la
permanente rehabilitación de las edificaciones y el espacio público; el
mantenimiento de las infraestructuras; la regulación de los usos; la
potenciación de las actividades económicas en indispensable coexistencia
con la vivienda de habitantes de la ciudad, la vida institucional, la cultura y
la lúdica.

Estos procesos exigen una adecuada gestión de lo público, tanto a nivel


nacional como local, para garantizar la confianza indispensable que
facilita las relaciones alrededor de los tejidos patrimoniales. Esa gestión
de lo público tiene que ser transparente, moderna, flexible, planificada,
rendidora de cuentas, pluralista, democrática, respetuosa del Estado de
derecho, con capacidad de respuesta y participativa (Brito: 2002) 5. De
igual manera es indispensable en la gestión del patrimonio, la
concurrencia de actores públicos y privados sobre una agenda común,
abierta a las corrientes internacionales y a la vez, respetuosa de las
particularidades culturales del entorno inmediato, que sea alimentada
permanentemente por la reflexión académica.

Además, las exigencias internacionales para la conservación de los


bienes culturales, muebles, inmuebles e intangibles, tiene en cada región
del mundo requerimientos y particularidades. Esos datos específicos se
reflejan en las respuestas de la normatividad de cada uno de los Estados
y sus municipalidades, y nutren los componentes generales de las normas
y recomendaciones internacionales. En este sentido, en el caso de
América Latina, el crecimiento rápido y desordenado de las urbes, el
endeudamiento externo, la migración del campo a las ciudades y el
empobrecimiento de la población han generado cargas excesivas sobre
los patrimonios de las ciudades, que comprometen su sostenibilidad. Así,
los problemas comunes y recurrentes de la región en este tópico son la
pauperización de los centros históricos, el abandono de las viviendas por
sus habitantes tradicionales, el subempleo y las ventas ambulantes, las
cargas excesivas del turismo, la intensificación del tráfico vehicular, la
inseguridad, el deterioro del medio ambiente, las intervenciones nocivas,
los altos costos de las intervenciones, entre otros. En la década de los
noventa y en lo corrido del presente siglo, se han estructurado
4
Gómez, Roque (2002). Patrimonio Cultural y Turismo. En: www.naya.org.ar
5
Brito, Morelba (2002). Buen Gobierno Local y Calidad de la Democracia. En Rev. Instituciones y
Desarrollo (12-13). En: www.iigov.org
3

experiencias latinoamericanas en el manejo del patrimonio y en particular


de los centros históricos que siguen los lineamientos señalados. Tenemos
las intervenciones en Quito, México, La Habana, Panamá, Lima y
ciudades patrimoniales de Brasil, las cuales aportan elementos de
comparación y reflexión para el análisis de la conservación y gestión del
patrimonio de Cartagena de Indias (Mutal: 2003) 6.

2. Bienes Culturales. Concepto que engloba el patrimonio material


inmueble

Al analizar estas materias es indispensable señalar que se utilizan


simultáneamente varios términos que designan realidades similares. Para
los fines de esta investigación se ha precisado que su campo material se
refiere al patrimonio material inmueble de Cartagena de Indias, siendo
estos una de las subcategorías de los bienes culturales, sobre los cuales
confluye la protección de la normativa internacional, nacional y local.

En el contexto internacional, se entiende por patrimonio cultural los


monumentos, grupos de edificios y sitios que tienen valor histórico,
estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico; en tanto que
la categoría de patrimonio natural reúne las formaciones físicas,
biológicas y geológicas excepcionales, hábitat de especies animales y
vegetales amenazadas, y zonas que tengan valor científico, estético o de
conservación.

La dimensión jurídica internacional se consolida en el año de 1972,


cuando ante las crecientes amenazas que se cernían sobre el patrimonio
cultural y natural del mundo, el deseo de brindar apoyo internacional para
la protección de los sitios y valores del Patrimonio Mundial y el
reconocimiento del interés excepcional que tienen estos bienes únicos e
irremplazables, la Conferencia General de la UNESCO promulgó la
Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 7,
con base en los resultados y conclusiones de los congresos y talleres de
expertos sobre la conservación de bienes culturales. Esta Convención es
una norma imperativa del derecho internacional, que hace parte del
conjunto de disposiciones expedidas por la ONU para la protección
mundial de los derechos humanos.

4. Los derechos culturales en la protección del patrimonio tangible

6
Mutal, Sylvio (2003). Ciudades y Centros Históricos en América Latina y el Caribe: el futuro de las
ciudades históricas: Ponencia II Encuentro Internacional de Manejo y Gestión de Centros
Históricos. En: www.habanaradio.cu
7
UNESCO (1972). Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural. En:
www.unesco.org
4

La teoría de los derechos humanos plantea el conflicto entre la supuesta


universalidad de los derechos humanos y el constitutivo relativismo de los
valores en el ámbito de la cultura, lo cual ha creado una tensión no
pacífica indisolublemente ligada a la existencia de una contradicción que
puede ser descrita de múltiples modos: hegemonía versus subordinación,
imperio versus colonia, patriarcado versus matriarcado, etc
(Achugar:2003)8. Y si esto ocurre en el marco de los derechos humanos
universales políticos y civiles, de más amplio reconocimiento y desarrollo,
la situación tiene visos más complejos respecto a los derechos culturales,
porque sobre estos derechos el nivel de consenso está lejos de haber
alcanzado el universalismo de otros derechos humanos.(Symondes: ?) 9

En efecto, aún dentro de los derechos sociales, económicos y culturales,


la subcategoría de los derechos culturales plantea una situación compleja
en su identificación y delimitación conceptual, y en parte la dificultad se
origina en realizar un inventario de los derechos culturales en un lenguaje
universal, porque exigiría un acuerdo epistemológico previo” 10, es decir,
requeriría partir de la diferencia cultural, para luego, disponer normas
jurídicas universales aplicables a esos derechos culturales. Esta tensión
se refleja desde la base del inventario de los derechos culturales, pues
como ha señalado Achugar (2003) citando a Javier de Lucas, “las
nociones de cultura e identidad cultural no son en absoluto pacíficas,
tampoco en su formulación jurídico-política”, y complementa:

“(...) [L]a cultura se da por supuesta como un concepto pacífico,


unitario, aún más, obvio en el planteamiento de homogeneidad
cultural propio de los Estados nacionales hasta prácticamente
ayer, pues se da por hecho que el Estado es monocultural, que
compartimos una cultura. Con la toma de conciencia de la
multiculturalidad es cuando se da paso al plural: a las culturas,
a la diversidad cultural. Con el incremento del pluralismo
cultural, con el reconocimiento de que las nuestras son
(siempre lo han sido, aunque sólo ahora es visible) sociedades
multiculturales, es posible e incluso necesario distinguir: una
cosa es el derecho al acceso y participación en la cultura como
bien primario, en el sentido del acceso, participación y disfrute
de la cultura, de la vida cultural, como requiero para el
desarrollo y la emancipación individual. Otra, el derecho a la
propia identidad cultural, al propio patrimonio y herencias
culturales. En la primera, el objetivo es que todos seamos
iguales. En la segunda, lo importante es la diferencia”.

8
ACHUGAR, Hugo. (2003) Derechos culturales. ¿Una nueva frontera de las políticas publicas para
la cultura? En: Revista Pensar Iberoamérica. No. 4 (jun - sep 2003). En: www.oei.es
9
SYMONDES, Janusz. Los derechos culturales una categoría subdesarrollada de derechos
humanos. En: www.oea.gov.co.
10
Symondes,Janusz. Ob. Cit.
5

Esta tensión entre universalismo y relativismo, se extiende a la protección


del patrimonio histórico; y determina el análisis respecto a si los
instrumentos jurídicos internacionales, vinculantes o no, logran una mejor
tutela de los bienes culturales, que los instrumentos legales producidos en
torno al nacionalismo cultural. La revisión de la materia permite señalar
que los bienes que han logrado trascender el ámbito nacional tienen una
mayor protección, se cuidan más y presentan mayores posibilidades de
ayuda económica o supervisión técnica; sin embargo, el reconocimiento
de los bienes culturales para su sustentabilidad y transmisión a las futuras
generaciones requiere un sentir propio, una valoración por parte de la
comunidad donde se emplazan, que no puede ser el reflejo de una
malentendida globalización o mundialización, en la cual solo los países
desarrollados realizan el descubrimiento de otras culturas o de otros
valores y que en el campo jurídico se refleja en una lectura hegemónica
de que solo la civilización occidental es la determinadora de los
contenidos y consensos alrededor del tema de los derechos humanos.

Pero también, en el elemento de los derechos culturales de la protección


de los bienes patrimoniales tangibles o materiales inmuebles se presenta
una tensión entre los derechos de primera generación (derecho de
propiedad), con los derechos económicos sociales y culturales (identidad
nacional y patrimonio cultural) y también con los derechos colectivos
(memoria cultural); e igualmente entre los imperativos de la protección
patrimonial, el desarrollo urbano como infraestructura material para la
calidad de vida de la población, y de otra parte, los valores éticos y el
derecho en la protección de este patrimonio cultural.

5. Organismos Internacionales para la Protección del Patrimonio


Cultural

5.1. La UNESCO

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la


Cultura, UNESCO, es el organismo internacional perteneciente a la
Organización de las Naciones Unidas, ONU, que tiene entre sus misiones
la la protección del patrimonio cultural mundial; y sus fines son la eficiente
cooperación internacional en asuntos sensibles a los estados miembros,
la prevención de conflictos y la consecución de instrumentos jurídicos que
garanticen sus propósitos. Esta entidad, debido al desarrollo humano, el
avance en las telecomunicaciones y la globalización ha alcanzado altos
grados de fortaleza y presencia institucional y de producción de
instrumentos legales, estudios y guías dirigidos a la protección del
patrimonio cultural.

Por ser la UNESCO un organismo especializado de la Organización de


Naciones Unidas, ONU11, todo miembro de esta organización lo es
11
La ONU nace con la firma de su Carta Constitutiva en la ciudad de San Francisco (Estados
Unidos) en 1945, en la reunión efectuada entre el 25 de abril y el 26 de junio del año de 1945 por
6

también de la UNESCO, pero adicionalmente Estados no miembros de la


ONU pueden llegar a pertenecer por recomendación del Consejo
Directivo.

La UNESCO se originó en la reunión de los ministros de educación de los


países aliados durante los años de 1942 y 1945, que se efectuó en
Londres, donde se tomó la decisión de ampliar el instituto de cooperación
intelectual de la Sociedad de Naciones. El acto de constitución fue
firmado por representantes de 44 Estados, en Londres, el 14 de
noviembre de 1945, y sus actividades iniciaron cuando se depositó el
vigésimo instrumento de ratificación en 1946. 12

El propósito fundamental de la UNESCO está establecido en el artículo 1º


del párrafo tercero de la Carta de Naciones Unidas: “Realizar la
cooperación internacional en la solución de los problemas internacionales
de carácter económico, social, cultural o humanitario, y, en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión”. El otro propósito fundamental es el de contribuir a la
paz y seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, por conducto
de la educación, el derecho, la protección de los derechos humanos y las
libertades fundamentales.

En desarrollo de sus propósitos fundacionales de ayudar a los Estados


en la protección de sus manifestaciones artísticas y culturales y de sus
riquezas naturales y arqueológicas, la UNESCO ha expedido
instrumentos legales, que presenta bajo la forma de declaraciones,
recomendaciones o convenciones, los cuales tienen las siguientes
características:

“Recomendación: Se trata de un texto de la Organización


dirigido a uno o varios Estados, invitándolos a adoptar un
comportamiento determinado o actuar de cierta manera en un
ámbito cultural específico. En principio la recomendación
carece de todo poder vinculante para los Estados Miembros.

Convención: Este término, sinónimo de tratado, designa todo


acuerdo concluido entre dos o más Estados. Supone una
voluntad común de las partes, para las que la convención
genera compromisos jurídicos obligatorios.

la conferencia que le dio origen, donde se determinaron como sus objetivos principales el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacional y la solución pacifica de las controversias. La
Carta de las Naciones Unidas fue suscrita por cincuenta Estados, entre ellos Colombia y entró en
vigencia a partir del 24 de octubre de 1945. Posteriormente en el año 1946 se escogió como sede
permanente la ciudad de Nueva York.
12
7

Declaración: La declaración es un compromiso puramente


moral o político, que compromete a los Estados en virtud del
principio de buena fe” (UNESCO: 2009)13.

5.2. El ICOMOS

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios –ICOMOS- es un


organismo asesor de la UNESCO y de su Comité de Patrimonio Mundial,
de carácter no gubernamental, conformado por profesionales dedicados a
la conservación de los monumentos y sitios históricos, y a la promoción
de teorías de aplicación, metodologías y técnicas científicas, para la
protección del patrimonio arquitectónico y arqueológico. El objetivo de su
participación en relación con la Convención del Patrimonio Mundial
consiste en evaluar con el máximo posible de nivel profesional las
proposiciones de inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial y de otros
aspectos de la aplicación de esta Convención, teniendo en consideración
su “valor universal excepcional”. (ICOMOS: 2006)14

El ICOMOS junto con la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza, con


sede en Gland –Suiza_) y el ICCROM (Centro Internacional de Estudios
para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales, con sede en
Roma) son los tres órganos consultivos en el seno del Comité de
Patrimonio Mundial.

El ICOMOS surge de los acuerdos del II Congreso de Arquitectos y


Especialistas en Edificaciones Históricas llevado a cabo en Venecia en
1964, que también produjo la Carta de Venecia de ese año; y se
estructura formalmente en el año 1965. Se trata de una institución
supranacional para la unificación del esfuerzo internacional para la
preservación y valorización del patrimonio monumental de la humanidad.
Actualmente cuenta con más de siete mil miembros en más de cien
países, en cada una de sus cuatro categorías, individual, institucional,
miembros honorarios, y de número.

La producción académica de ICOMOS en materia de conservación ha


sido extensa y cuenta con importantes cartas relativas al tema. Entre
otras ha producido las siguientes: En materia de centros históricos
produjo la Carta de 1975 y la Carta sobre la Conservación de Centros
Históricos y Áreas Urbanas de 1987 denominada la Carta de Washington;
la Carta sobre Jardines Históricos de 1981; la Carta sobre patrimonio
arqueológico de 1990; la Carta para la Protección del Patrimonio
Subacuático de 1996; la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido de
1999; la Carta sobre turismo cultural de 1999; la Carta sobre los Principios
para el Análisis, Conservación y Restauración Estructural de la
Arquitectura Histórica, ratificada por la Décimocuarta Asamblea General

13
UNESCO (2009). Acción Normativa de la Unesco. En: www.unesco.org.es/culture.
14
ICOMOS. (2006) Icomos et la Convention du Patrimoine Mondial. En:
www.international.icomos.org
8

de ICOMOS, llevada a cabo en Vicoria Falls, Zimbabwe en el año de 2003


la Carta para la Interpretación y Presentación de Sitios de Patrimonio
Cultural de Quebec de 2008, la Carta de Itinerarios Culturales de 2008
(ICOMOS:2009)15. También ICOMOS ha producido importantes
declaraciones sobre la materia, entre las cuales están, la Declaración de
Tlaxcala sobre Revitalización de Pequeños Poblados de 1982, la
Declaración de Dresden de 1982, la Declaración de Roma de 1983, la
Declaración de San Antonio de 1996, la Declaracion de 1998 con ocasión
del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
y la Declaración de Xi”an de 2005. En 1972, ICOMOS expidió la
importante Resolución sobre la Introducción de Arquitectura
Contemporánea en los Grupos de Edificaciones Antiguas.

Además, ICOMOS es un actor importante en los estudios temáticos y


comparativos, en misiones de asistencia técnica, formación y atención del
estado de conservación y gestión de los sitios inscritos en la Lista de
Patrimonio Mundial, y efectúa reportes periódicos sobre el estado de
estos bienes.

5.3. El ICCROM

El Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la


Restauración de Bienes Culturales nació en el seno de la IX Conferencia
General de la UNESCO, desarrollada en Nueva Delhi, en el año 1956, y
se consolidó en 1959 en la ciudad de Roma. Cuenta con 90 Estados
miembros y 93 miembros asociados, que son instituciones culturales
públicas y privadas sin ánimo de lucro que trabajan en la preservación del
patrimonio. Su interés se refleja en todos los aspectos del patrimonio
cultural, es decir, el componente físico, el aspecto científico y la dimensión
artística; sus estatutos definen su cometido en cinco materias principales
que son: documentación, investigación, legislación, formación y
revitalización de patrimonio (ICCROM: 2009)16.

6. Cartas Internacionales

Los antecedentes o recomendaciones fundacionales en materia de


intervenciones arquitectónicas sobre el patrimonio construido son las
denominadas Carta de Atenas de 1933 y Carta de Venecia de 1964, a las
cuales se suman documentos internacionales de expertos originados en
eventos posteriores.

Si bien las Cartas son los fundamentos teóricos de mayor importancia que
se enseñan en las facultades de arquitectura y en los cursos avanzados
15
ICOMOS (2009). En : http://www.international.icomos.org

16
ICCROM (2009). En: www.iccrom.org.com.
9

de restauración como básicas a esta disciplina, lo cierto es que son


formulaciones teóricas carentes de mecanismos legales coactivos para
hacerlas efectivas; a menos que los Estados incorporen sus principios
dentro de las leyes de su ordenamiento jurídico interno.

Sin embargo, pese a no ser normas obligatorias, las Cartas de Atenas de


1933 y Venecia de 1964 han contribuido al desarrollo del movimiento
internacional de conservación, en especial en la actividad de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura, UNESCO, y en la creación del Centro Internacional de Estudios
para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ICOMOS. Y
luego, la UNESCO, a través de Convenciones, Declaraciones y
Recomendaciones, ha recogido la preocupación de los Estados miembros
por la conservación y protección del patrimonio cultural mundial,
atendiendo las recomendaciones de los expertos, sus cartas,
declaraciones y recomendaciones.

6.1. Carta de Atenas de 1931

Bajo el auspicio marcado por las actividades de la Sociedad de Naciones,


y del Instituto Internacional creado por intelectuales de la época, un grupo
internacional de arquitectos se reunió en Atenas, con el fin de analizar la
conservación de los monumentos, como elementos definitorios de la
civilización. Esta Carta de Atenas (I Congreso Internacional de Arquitectos
y Técnicos de Monumentos Históricos:1931)17 es el instrumento
internacional de mayor importancia en lo que respecta a postulados
filosóficos a tener en cuenta en la preservación, conservación y
mantenimiento del patrimonio cultural construido.

La Carta de Atenas establece los principios relacionados con los actores


de la conservación; guías de actuación sobre legislación y jurisdicción
nacionales; tratamiento de ruinas, monumentos y su entorno; e inventario
y divulgación de los monumentos. La Carta reconoce el interés
internacional en la conservación del patrimonio artístico; la colaboración
que debe existir entre los Estados para la conservación de los
monumentos; el respeto por la obra histórica y artística y por los estilos de
todas las épocas; así como el mantenimiento y la ocupación de los
monumentos, asegurando su continuidad vital, siempre que el destino
moderno respete el carácter histórico y artístico.

6.2. Carta de Atenas de Urbanismo de 1933

17
I Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos. Atenas (1931)
Carta de Atenas (1931). En www.unesco.org/culture, www.icomos.org/athens_charter.html
10

La Carta de Urbanismo de Atenas de 1993 (Congreso Internacional de


Arquitectura Moderna: 1933)18 se originó en los Congresos
Internacionales de Arquitectura Moderna –CIAM- realizados a partir del
año de 1928 por un grupo de arquitectos que se reunió en Suiza en el
Castillo de la Sarraz Vaud, gracias a la hospitalidad de Madame Helene
de Mandrot, bajo los auspicios intelectuales de Le Corbusier y Sigfried
Giedion, entre otros, para revisar un programa previamente elaborado en
París con el objeto de afrontar los múltiples problemas constructivos de
ciudad que se estaban presentado en Europa.

La declaración contiene la expresión de los participantes sobre las


preocupaciones de la arquitectura moderna en relación con la economía,
la política y las transfomaciones industriales; definió las tensiones
originadas tanto por la densificación demográfica de los centros urbanos
como por los impactos del crecimiento sobre las áreas verdes
circundantes. La arquitectura a través del urbanismo debe ordenar las
actividades de la ciudad de habitar, trabajar, circular y recrearse, a través
de la ocupación ordenada del suelo, sometida a una planificación racional
y preestablecida, atendiendo la primacía de los intereses colectivos sobre
los individuales.

6.3. Carta de Venecia de 1964

La Carta de Venecia (II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos


de Monumentos Históricos:1964)19 es el Documento No. 1 de los
acuerdos a los que se llegó en el marco del II Congreso Internacional de
Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, realizado en Venecia
Italia en 1964. El documento No. 2 fue la propuesta de creación del
Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), que tuvo su
Asamblea General Constitutiva en Varsovia en el año de 1965, donde
también el ICOMOS aprobó el contenido de la Carta de Venecia.

Ese documento profundiza y amplía, en quince artículos, el alcance y


contenido de la Carta de Atenas. En ella se incluyen los siguientes
principios: (i) El monumento es inseparable del medio en donde está
situado y de la historia de la cual es testigo; (ii) la conservación y la
restauración de monumentos tienden a salvaguardar tanto la obra de arte
como el testimonio de historia; (iii) los monumentos deben destinarse a
una función útil a la sociedad, y en esa medida se deben autorizar los
arreglos exigidos por la evolución de los usos y costumbres; (iv) los
aportes de todas las épocas deben ser respetadas; (v) los agregados se
pueden tolerar siempre y cuando respeten todas las partes interesantes

18
Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (1933). Carta de Atenas. En: www.talactor.com
19
Segundo Congreso de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos. (1964) Carta de
Venecia. En: www.icomos.org/docs/venice_es.html
11

del edificio, su marco tradicional, el equilibrio de la composición y su


relación con el medio que lo rodea.20

6.4. Normas de Quito de 1967

Las Normas de Quito (Reunión sobre Conservación y Utilización de


Monumentos y Lugares de Interés Histórico y Artístico:1967) 21 surgen de
la preocupación de los expertos en restauración sobre la forma en que
debían realizarse las intervenciones a los bienes culturales, criterios para
su administración y el desarrollo de sus valores económicos y turísticos.
El documento registra las recomendaciones para los gobiernos de
América, quienes ante el estado de abandono de su riqueza monumental
y artística demandaron la adopción de medidas de emergencia para la
adecuada conservación y utilización de los monumentos y lugares de
interés arqueológico, histórico y artístico.

El documento presenta unas consideraciones generales; la definición del


patrimonio monumental y el monumento americano; la solución
conciliadora a las exigencias del progreso urbano con la salvaguarda de
los valores ambientales; la valoración económica de los monumentos; la
puesta en valor del patrimonio cultural; los monumentos en función del
turismo, el interés social y la acción cívica; los instrumentos de la puesta
en valor; la relación útil entre el patrimonio y el turismo; y
recomendaciones para los Estados y para las relaciones entre los
estados americanos, así como criterios para las medidas legales y
técnicas a adoptar.

El documento recomienda actualizar la legislación proteccionista vigente


en los Estados Americanos, a fin de hacer su aplicación eficaz para los
fines que se persiguen; revisar las regulaciones locales que rigen en
materia de publicidad; delimitar el espacio urbano en una zona de
protección rigurosa, que corresponda a la de mayor densidad monumental
o de ambiente, una zona de protección o respeto o zona con una mayor
tolerancia y una zona de protección del paisaje urbano, a fin de procurar
una integración de la misma con la naturaleza circundante; asimismo
posibilita el estímulo a la iniciativa privada mediante la implantación de un
régimen de exención fiscal en los edificios que se restauren con capital
particular y dentro de las regulaciones que establezcan los organismos
competentes.

Las Normas de Quito reiteran la conveniencia de que los países de


América adhieran a la "Carta de Venecia" como norma mundial en materia
de preservación de sitios y monumentos históricos y artísticos, sin
perjuicio de adoptar otros compromisos y acuerdos que sean
recomendables dentro del Sistema Interamericano. Extienden el concepto
20
Carta de Venecia (1964) Op. cit.
21
Reunión sobre Conservación y Utilización de Monumentos y Lugares de Interés Histórico y
Artístico. (1967) Normas de Quito. En: www.international.icomos.org
12

generalizado de monumento a las manifestaciones propias de la cultura


de los siglos XIX y XX; vinculan la revalorización del patrimonio
monumental y artístico de las naciones de América a otros países por
fuera del Continente, de manera especial, a España y Portugal, dada la
participación histórica de ambos en la formación de dicho patrimonio y
atendiendo la comunidad de valores culturales que mantienen unidos a
los pueblos de este Continente.

6.4. Carta de Quito de 1977

En el año 1977, en el Coloquio sobre la Preservación de los Centros


Históricos ante el Crecimiento de las Ciudades Contemporáneas,
realizado por la UNESCO y PNUD, realizado en Quito, Ecuador
(UNESCO Y PNUD -Organizadores: 1977) 22, se completaron y
organizaron coherentemente los principios de la Carta de Quito de 1967 y
además, estableció la definición de Centros Históricos, antes citada, al
paso que se analizó su situación y estableció una política de conservación
integral para los mismos, que debe revitalizar no solo los inmuebles sino
también la calidad de vida del grupo humano que los habita, con equilibrio
entre la conservación y las nuevas tecnologías.

6.5. Carta del Restauro de 1972

El Ministerio de Instrucción Pública Italiano, con el fin de lograr criterios


uniformes en el campo de la conservación del patrimonio artístico,
reelaboró las normas sobre restauración, en un documento redactado por
Cesar Brandi con la colaboración de Gugliemo de Angelis D’ Ossat y
denominado “La Carta del Restauro”23.

La Carta de Restauro (Ministerio de Instrucción Pública de Italia:1972) 24


consta del informe previo y cuatro documentos anexos referidos a la
salvaguardia y restauración de antigüedades, la forma de proceder en las
restauraciones arquitectónicas, la ejecución de restauraciones pictóricas y
escultóricas y la tutela de los Centros Históricos.

En el anexo sobre los Centros Históricos señaló que en ese concepto


deben incluirse no sólo los antiguos centros urbanos tradicionalmente
entendidos como tales, sino también y en un concepto más general, los
asentamientos humanos cuyas estructuras, unitarias o fragmentarias, o
con transformaciones parciales a lo largo del tiempo, tengan un particular
valor de testimonio histórico, arquitectónico o urbanístico.

22
UNESCO Y PNUD –Organizadores- (1977) Carta de Quito. Coloquio sobre la Preservación de
Centros Históricos ante el Crecimiento de las Ciudades Contemporáneas. En:
www.icomoschile.blospot.com
23
La Carta es conocida por los expertos con su nombre original en idioma italiano.
24
Ministerio de Instrucción Pública de Italia (1972). Carta de Restauro. En: www.mcu.es/patrimonio
13

Acerca del las intervenciones indicó que tienen como finalidad garantizar
en el tiempo la permanencia de los valores que caracterizan estos
conjuntos y en tal virtud, la restauración no se limita a operaciones
destinadas a conservar únicamente los caracteres formales de
arquitecturas o ambientes aislados, sino que se extiende a la
conservación sustancial de las características del conjunto del organismo
urbanístico completo y los elementos que concurren en la definición de
sus características. Dicha coordinación debe entenderse relacionada con
la exigencia de protección del contexto ambiental más general del
territorio, sobre todo cuando éste tiene valores de especial significado
estrechamente unidos a las estructuras históricas, tal como han llegado
hasta nosotros (como por ejemplo, el cerco de colinas en torno a
Florencia, la laguna véneta, las centuriaciones romanas del Valle del Po)

En cuanto a los elementos individuales se deben valorar tanto los


elementos edilicios como los demás que constituyan los espacios
exteriores (calles, plazas, etc.), e interiores (patios, jardines, espacios
libres, etc.), y otras estructuras significativas (murallas, puertas,
fortalezas, etc.), así como posibles elementos naturales que acompañan
el conjunto caracterizándolo de forma más o menos acentuada (entornos
naturales).

Los elementos edilicios que forman parte del conjunto han de


conservarse, no sólo en sus aspectos formales, sino también en sus
caracteres tipológicos, en cuanto expresión de funciones que han
caracterizado a lo largo del tiempo la utilización de los propios elementos.

Cualquier intervención de restauración debe ir precedida de una atenta


lectura histórico-crítica, cuyos resultados no se encaminan tanto a
determinar una diferenciación operativa, ya que en el conjunto definido
como centro histórico se deberá actuar con criterios homogéneos-, sino
principalmente a la individualización de los diferentes grados de
intervención a nivel urbanístico y a nivel edificio, para definir el tratamiento
necesario en la conservación. En este sentido debe entenderse que la
conservación incluye el mantenimiento de las diferentes estructuras
edilicias en general (mantenimiento del trazado, conservación de la red
viaria, del perímetro de las manzanas, etc.); y, además, el mantenimiento
de los caracteres generales del ambiente, que incluye la conservación
integral de los perfiles monumentales y ambientales más significativos, y
la adaptación de los demás elementos o conjuntos edilicios individuales a
las exigencias de la vida moderna, considerando sólo excepcionalmente
las sustituciones, incluso parciales, de los propios elementos y sólo en la
medida en que ello sea compatible con la conservación del carácter
general de las estructuras del centro histórico.

6.6. Carta de Washington de 1987


14

La Carta Internacional para la Conservación de Ciudades Históricas y


Areas Urbanas Históricas es conocida como la Carta de Washington
(ICOMOS:1987)25. Fue adoptada por la Asamblea General del ICOMOS
realizada en esa ciudad en el año 1987, previo el análisis de los
problemas que aquejaban a los núcleos históricos urbanos.

El ICOMOS juzgó necesario dictar este nuevo instrumento, que se


constituye en un complemento de la Carta de Venecia y a través del cual
se definen los principios, objetivos, métodos e instrumentos de actuación
apropiados “para conservar la calidad de las poblaciones y áreas urbanas
históricas, para favorecer la armonía entre la vida individual y colectiva en
las mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos que
sean, constituyen la memoria de la humanidad”.

Para este instrumento, la "conservación de las poblaciones y áreas


urbanas históricas" el “elenco de medidas necesarias para su protección,
conservación y restauración, así como para su desarrollo coherente y
adaptación armónica a la vida contemporánea”. La Carta pretende tener
incidencia en todos los núcleos de carácter histórico, grandes o
pequeños, todo tipo de poblaciones (ciudades, villas, pueblos, etc.) y, en
especial los cascos, centros, barrios, barriadas, arrabales, u otras zonas
que posean carácter histórico, con su entorno natural o construido.

El documento expresa que lo fundamental de las ciudades históricas


radica más que en su utilidad como documentos históricos, en su
identidad de expresión de los valores de las civilizaciones urbanas
tradicionales; además, evidenció el estado de degradación, deterioro y, a
veces de destrucción provocada en parte por el desarrollo urbano de las
ciudades.

La recomendación rescata la participación y el compromiso de los


habitantes, como imprescindibles para conseguir la conservación de la
población o área urbana histórica y en caso de ser necesaria la
transformación de los edificios o la construcción de otros nuevos, la
agregación deberá respetar la organización espacial existente,
particularmente su parcelario, volumen y escala, así como el carácter
general impuesto por la calidad y el valor del conjunto de construcciones
existentes.

Sobre la circulación de vehículos dijo que debe ser estrictamente regulada


en el interior de las poblaciones y áreas urbanas históricas, y las zonas de
estacionamiento deben planearse de modo que no degraden su aspecto
ni su entorno y si en el marco de la ordenación territorial esté prevista la
construcción de grandes carreteras o de vías de circulación intensa, no
deberá permitirse que penetren en las poblaciones o áreas urbanas
históricas, pero sí facilitar la aproximación y mejorar los accesos.
25
ICOMOS (1987). Carta Internacional para la Conservación de Ciudades Históricas y Areas
Urbanas Históricas. En: www.international.icomos.org/
15

6.7. Documento Nara sobre autenticidad de 1994

Con el auspicio y cooperación de la UNESCO, el ICCROM y el ICOMOS


se reunieron en Nara, Japón, del 1 al 6 de noviembre de 1994, por
invitación de la Agencia para los Asuntos Culturales del Gobierno de
Japón y la Prefectura de Nara, participantes de 28 países para discutir las
complejas cuestiones relacionadas con la definición y evaluación de la
autenticidad, en torno a la Convención del Patrimonio Mundial.

La Conferencia produjo el consenso general acerca de la autenticidad


como elemento esencial en la definición, evaluación y monitoreo del
patrimonio cultural en sus correspondientes contextos culturales
específicos y extractó una Recomendación respecto a los principios y
puntos de vista contenidos en el Documento de Nara sobre Autenticidad
(Lemaire y Sovel –Ponentes Generales y Redactores-:1994) 26, para la
evaluación de propiedades a clasificar en bienes propuestos a inclusión
en la Lista del Patrimonio Mundial.

El documento se concibe en el espíritu de la Carta de Venecia de 1964 y


en el respeto a los valores sociales y culturales de todas las sociedades,
examinando el valor universal de los bienes culturales propuestos para la
Lista de Patrimonio Mundial, a la vez que proyecta la importancia de la
diversidad cultural y de patrimonio como fuente irreemplazable de riqueza
espiritual e intelectual para toda la humanidad y su legado mas preciado.

El documento finca la responsabilidad, administración y el cuidado del


bien, a la comunidad cultural que le dio origen.

Acerca de la autenticidad señala que los juicios sobre valores atribuidos a


las propiedades culturales así como la credibilidad de fuentes de
información relacionadas, puede diferir de cultura en cultura e incluso
dentro de la misma cultura y por lo tanto, no es posible realizar juicios de
valor o autenticidad con un criterio fijo, por el contrario, el respeto debido
a todas las culturas requiere que el patrimonio cultural sea considerado y
juzgado entro del contexto cultural al cual pertenecen.

6.8. Carta Internacional sobre Turismo Cultural de 1999. La gestión


del turismo en los sitios con Patrimonio Significativo

El ICOMOS mediante esta Carta Internacional sobre Turismo Cultural


(ICOMOS:1999)27 reconoce que el patrimonio cultural y natural pertenece
a todos los pueblos, y en estos tiempos de globalización se observa el

26
Lemaire, Raymond y Stovel Herb (Ponentes Generales y Redactores). 1994. Documento Nara
Sobre la Autenticidad. En: www.arqueo-ecuatoriana.ec
27
ICOMOS (1999). Carta Internacional sobre Turismo Cultural. En: www.international.icomos.org
16

crecimiento del turismo como base del intercambio cultural y la


consecución de fondos para la conservación, con respeto de los bienes y
las comunidades anfitrionas, y la protección de la sostenibilidad para la
actual y las futuras generaciones.

Declaración de Xi”an sobre la Conservación del Entorno de las


Estructuras, Sitios y Areas Patrimoniales de 2005

Mediante esta Declaración (ICOMOS:2005)28, el ICOMOS reconoce que el


entorno es el medio que forma parte del significado y carácter distintivo
del bien; y que es esencial su comprensión multidisciplinaria y el diseño
de intrumentos normativos y de planeamiento eficaces y continuados.
Este entorno también comprende las interacciones, valores, prácticas,
costumbres, las significaciones históricas.

El entorno y sus cambios ameritan una gestión y seguimiento para la


protección del área de valor patrimonial. Además esta gestión debe
involucrar las comunidades locales y profesionales de diversos campos
del saber, en diálogo con entidades internacionales de cooperación.

7. Instrumentos internacionales vinculantes

Se entienden por documentos internacionales vinculantes en el campo


jurídico internacional, las convenciones y tratados aprobados por
organismos internacionales ratificados o suscritos por los Estados, que
obligan al cumplimiento de sus contenidos por los organismos estatales y
por sus nacionales. En materia de protección del patrimonio material
inmueble se destacan la Convención sobre la Protección de los Bienes
culturales en caso de conflicto armado de La Haya y la Convención para
la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.

7.1. Convención sobre la protección de los bienes culturales en


caso de conflicto armado. La Haya. 1954

La Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de


Conflicto Armado, aprobada en 1954 en La Haya (Países Bajos)
(ONU:1954)29, fue consecuencia de las destrucciones masivas ocurridas
durante la Segunda Guerra Mundial y es el primer instrumento
internacional de alcance universal dedicado a la protección del patrimonio
cultural en caso de conflicto armado.

La Convención entró en vigor el 7 de agosto de 1956 y consta de dos


Protocolos, el primero del año de 1954 y un segundo de 1999; ha sido

28
ICOMOS (2005). Declaración de Xi”an sobre la Conservación del Entorno de las Estructuras,
Sitios y Areas Patrimoniales. En: www.international.icomos.org
29
ONU (1954). Convención sobre la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto
armado. En: www.patrimonio-mundial.com
17

aceptada por 114 Estados. Colombia adhirió a la Convención mediante


documento del 18 de junio de 1998.

El instrumento es fuente de derecho internacional y se aplica a los bienes


muebles e inmuebles, comprendidos los monumentos arquitectónicos,
artísticos e históricos, los sitios arqueológicos, las obras de arte, los
manuscritos, libros y otros objetos de interés artístico, histórico o
arqueológico, así como las colecciones científicas de todo tipo,
independientemente de su origen o su propietario.

Los Estados Partes de la Convención se han comprometido a adoptar


medidas preventivas para garantizar esa protección, no sólo durante las
hostilidades, sino también en tiempo de paz.

El protocolo adicional, de marzo de 1999, refuerza las disposiciones de la


Convención de 1954 y de su Primer Protocolo; al tiempo que reafirma la
“inmunidad” de los bienes culturales en tiempo de guerra o de ocupación,
establece la “responsabilidad individual” de los autores de crímenes
contra la cultura e insiste en la necesidad de tomar medidas preparatorias
en tiempos de paz que permitan salvaguardar tales bienes en tiempos de
guerra. Un aporte adicional del Segundo Protocolo consiste en el retiro
parcial de la noción de “necesidad militar imperativa”, que autorizaba
derogaciones al respeto del patrimonio cultural. El texto prevé la creación
de un Comité Intergubernamental encargado de vigilar la aplicación de la
Convención y sus dos protocolos, permitiendo que dicho comité otorgue a
ciertos bienes culturales “de la más alta importancia para la humanidad” la
posibilidad de beneficiarse de una “protección reforzada”.

7.2. Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y


Natural. París. 1972

La Convención de 1972 (UNESCO:1972) 30 es un instrumento jurídico


internacional de obligatorio cumplimiento por los estados signatarios, que
ha generado una corriente amplia de cooperación internacional y ha
servido para la adecuación de las leyes, la capacitación de personal y la
creación de organismos nacionales para atender los requerimientos de
protección del patrimonio cultural y natural por causas de deterioro y por
la evolución de la vida social y económica. Colombia ratificó esta
Convención mediante la Ley 45 de 1983.

La Convención reconoce que ciertos bienes del patrimonio cultural y


natural presentan un interés excepcional que exige se conserven como
elementos del patrimonio mundial de la humanidad entera, por esta razón
los Estados parte se comprometen a prestar una asistencia colectiva
para completar de manera eficaz la acción directa del Estado interesado.

30
UNESCO (1972). Ob. Cit.
18

Para este fin la Convención establece un sistema eficaz de protección


colectiva del patrimonio cultural y natural de valor excepcional, organizado
de una manera permanente, y según métodos científicos y modernos; y
complementariamente:

a. Definió que es patrimonio cultural y natural;


b. Determinó la protección nacional e internacional del patrimonio;
c. Refrendó el respeto por la soberanía de los Estados en cuyos
territorios se encuentre el patrimonio cultural y natural y sin
perjuicio de los derechos reales previstos por la legislación
nacional sobre ese patrimonio, los Estados Partes reconocen que
constituye un patrimonio universal en cuya protección la comunidad
internacional entera tiene el deber de cooperar;
d. Designó un comité intergubernamental de protección del patrimonio
mundial cultural y natural;
e. Creó un Fondo para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural
Mundial de Valor Universal Excepcional, denominado "el Fondo del
Patrimonio mundial” y las condiciones y modalidades de asistencia
internacional.

El objetivo principal de esta Convención es proteger los sitios que


representan ”un destacado valor universal”. En sus términos y para sus
efectos, el patrimonio cultural incluye los monumentos, los conjuntos y los
lugares (o sitios), los cuales define en su artículo 1º así:

“Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura


monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico,
inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor
excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte o la ciencia.

“Los conjuntos: grupos de construcciones aisladas o reunidas, cuya


arquitectura, unidad e intregración en el paisaje les dé un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

“Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la


naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
estético, etnológico o antropológico. “

El patrimonio cultural mundial se distingue del patrimonio nacional en


cuanto el primero pertenece a todos los pueblos del mundo, con
independencia del territorio en que se encuentran localizados. De acuerdo
con la Convención, los Estados reconocen que los sitios localizados en su
territorio nacional y que estén inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial,
sin perjuicio de la soberanía o la propiedad nacionales, constituyen un
patrimonio universal "en cuya protección la comunidad internacional
entera tiene el deber de cooperar" a la vez, que los Estados se obligan a
19

ejercer acciones para la conservación, rehabilitación y transmisión a las


generaciones futuras de los bienes que estén en su territorio.

Claramente, se reconoce que al ser un bien Patrimonio de la Humanidad


califica mejor unos destinos que otros, frente a la inversión y el turismo
internacionales, pero ante todo, el propósito de la normatividad
internacional es que ese bien cultural sirva para mantener y rescatar la
identidad cultural, el legado histórico, la memoria de las ciudades y la
civilización que representa.

La inscripción en la Lista Patrimonio Cultural de la Humanidad impone el


cumplimiento de los lineamientos previstos en la Sección C, artículos 23 y
24 de la Convención, los cuales hacen referencia a dos categorías de
sitios; a) monumentos, conjunto de edificios y sitios y b) conjuntos de
edificios urbanos.

En la categoría a) los edificios deben:

(…)
1. ” 1. Ser una obra maestra producto de la creatividad del hombre;
2. Representar un importante intercambio de valores humanos, dentro
de un determinado periodo de tiempo o dentro de una cultura
especifica, en el desarrollo de la arquitectura, las artes
monumentales, la planificación urbana o el diseño de paisajes;
3. Constituir un testimonio único o excepcional de una civilización o
tradición cultural que haya desaparecido;
4. Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificación, un conjunto
arquitectónico o un paisaje que ilustre una o varias etapas
significativas de la historia humana;
5. Ser un testimonio único de un asentamiento humano o del uso de
la tierra, que sea representativo de una o varias culturas,
especialmente cuando esta expuesto a posibles cambios
irreversibles; o
6. Estar directamente asociado con los eventos y tradiciones vivas,
con ideas o creencias, con obras literarias o artísticas de notable
importancia universal (…)”

La categoría b) que se refiere a conjuntos urbanos de edificios, se hace


relación específicamente a ciudades históricas, los cuales se clasifican en
tres tipos (artículo 27):

1. Ciudades que no están habitadas pero que proveen evidencia


arqueológica inalterada del pasado, estas satisfacen por el criterio
de autenticidad; y su estado puede ser controlado con relativa
facilidad;
2. Ciudades históricas que se encuentran todavía habitadas, que por
su propia naturaleza se han desarrollado y seguirán
desarrollándose bajo la influencia de los cambios sociales,
20

económicos y culturales, situación que hace más difícil la


evaluación de su autenticidad; y,
3. Poblaciones nuevas del siglo XX.

Como requisito adicional se establece que los Centros Históricos deben


reflejar la civilización o la sucesión de civilizaciones en que se ha basado
su postulación. En esta materia específica, el Coloquio sobre la
Preservación de los Centros Históricos ante el crecimiento de las
ciudades contemporáneas, realizado por la UNESCO y PNUD en el año
de 1977, conocida internacionalmente por los expertos como la Carta de
Quito31, aportó la siguiente definición de Centros Históricos:

“(…) [A]sentamientos humanos vivos, fuertemente


condicionados por su estructura física proveniente del pasado,
reconocibles como representativos de la evolución de un
pueblo.
Como tales se comprenden tanto los asentamientos que se
mantienen íntegros desde aldeas a ciudades, como aquellos
que a causa de su crecimiento constituyen hoy parte de una
estructura mayor.
Los Centros Históricos, por sí mismos y por el acerbo
monumental que contienen, representan no solamente un
incuestionable valor cultural sino también económico social.
Los Centros Históricos no son solo patrimonio cultural de la
Humanidad sino que pertenecen en forma particular a todos
aquellos sectores que lo habitan”.32

7.2.1. Proceso de inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial

La solicitud de inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial


debe provenir de los Estados en los que el o los bienes culturales se
encuentren. Una vez presentada la solicitud, el Comité del Patrimonio
Mundial33, en su reunión anual, examina las candidaturas y con base en
evaluaciones técnicas del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
(ICOMOS) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
y sus Recursos (UICN), ordena la inclusión y determina su nombre.

Así como la inclusión de un bien cultural en la lista de Patrimonio Mundial


genera una amplia red de cooperación internacional, la UNESCO tiene
previsto también el retiro de los bienes de la calificación internacional de
patrimonio de la humanidad para aquellos casos en que el sitio se haya
deteriorado o haya perdido las características que determinaron su
inscripción en la Lista; o cuando las calidades intrínsecas del sitio del
patrimonio mundial estuvieren amenazadas por la acción del hombre al
tiempo de su nominación y no se hubieren tomado dentro del tiempo
31
UNESCO Y PNUD - Organizadores-. (1977). Carta de Quito. Ob. Cit.
32
Ib.
33
Es un comité intergubernamental para los fines de la Convención de 1972 y creado por ésta, en
su capítulo III
21

propuesto las mediadas correctivas necesarias, tal y como fueren


descritas por el Estado parte en ese momento. (Sección E, artículos 37-47
de la Convención).

7.2.2. Protección y conservación

Los bienes patrimonio mundial son objeto de medidas específicas de


protección en la Sección II de la Convención (artículos 4-7), y que están
referidas especialmente a su manejo.

Los Estados parte de la Convención, respecto del patrimonio cultural o


natural localizado dentro de su territorio, se comprometen a esforzarse
por:

“ a) Implementar una política general que atribuya al patrimonio una


función en la vida de la comunidad e integrar la protección de su
patrimonio en programas de planeación;
b) Instalar dentro de su territorio, en lugares donde no exista servicios
para la protección, conservación y presentación del patrimonio cultural
con personal adecuado;
c)Desarrollar investigaciones y estudios técnicos y científicos, así como
métodos de intervención que permitan al Estado estar en capacidad de
hacer frente a los peligros que amenacen su patrimonio;
d) Adicionar las medidas legales, científicas, técnicas, administrativas y
financieras necesarias para la identificación, protección, conservación,
presentación y rehabilitación de dicho patrimonio y fomentar el
establecimiento o el desarrollo de centros nacionales y regionales para la
formación en la protección y conservación del patrimonio cultural y
natural.”

7.2.3. Tratamientos en la restauración

Para conseguir los propósitos de la Convención, es indispensable recurrir


a la interdisciplinariedad. Sin embargo, en lo concreto del bien, son los
profesionales de la restauración, quienes en lo material realizan los
propósitos teóricos de la norma. Los expertos señalan que las técnicas en
el proceso de restauración han ido evolucionando en especial por la
cantidad de recursos aportados por la ciencia; aportes que satisfacen en
especial los requerimientos para la protección de las colecciones
artísticas y de los monumentos, pero que, sin embargo, revisten mayor
complejidad y relación con los expertos en movilidad, planificación
urbana, estructuración financiera de proyectos de colaboración público-
privada de largo plazo, ciencias sociales, etc, para el manejo integral de
los centros históricos.

En consecuencia, en algunas oportunidades debe acudirse a tratamientos


que (…) ”involucran inevitablemente la pérdida de algunos valores
culturales, pero esta perdida se puede justificar para preservar la
22

integridad esencial de las propiedades culturales para generaciones


venideras (…)”.Los tratamientos implican también una serie de estrategias
que a su vez se corresponden con las mayores preocupaciones de los
expertos y que se han reflejado en la determinación de principios rectores
para la intervención de los sitios culturales y que son: (i) la posibilidad de
ser reversible; (ii) el uso de materiales cuyos efectos sean reversibles, (iii)
no perjudicar una intervención futura, si esta fuere necesaria y (iv) no
impedir la posibilidad de acceso posterior a las evidencias del objeto.
(Jokilehto y Feilden: 1993) 34

En tal virtud, las intervenciones deben al máximo, mantener la


autenticidad de los bienes; para ello la primera prioridad es establecer el
valor cultural por el cual el sitio fue incluido en la Lista del Patrimonio
Mundial; además, se debe garantizar la protección de la autenticidad del
sitio cultural y el que le sea permitido continuar con su uso tradicional, si
este no causa daños a su integridad histórica.35

Ahora bien la protección del patrimonio cultural en especial el construido


realiza a través de acciones de protección, preservación, conservación,
consolidación, restauración, reconstrucción y anastylosis.

La PROTECCION es entendida en términos legales como la acción para


proveer las condiciones para que un monumento, área o sitio histórico
perdure. También se relaciona con la seguridad del monumento contra
robo o vandalismo, ataques ambientales o intrusiones visuales.

La PRESERVACION se entiende como tomar las medidas necesarias


para mantener el sitio en su estado actual y se refiere específicamente a
las edificaciones históricas. En esta Acción se incluyen actividades como
inspecciones oculares y mantenimiento rutinario.

La CONSERVACION implica mantener el estado de un bien cultural libre


de daños o cambios y de prevención contra el deterioro pues su objetivo
principal es preservar la autenticidad e integridad del bien cultural. Este
concepto incluye tratamientos de mantenimiento, consolidación,
reparación y refuerzos.

La CONSOLIDACIÓN es la adición física o la aplicación de material


adhesivo o de soporte a la estructura actual del objeto cultural, para
asegurar su continua durabilidad e integridad estructural.

La RESTAURACION es la definición mas ampliamente utilizada y


consiste en devolver a un objeto su apariencia o forma perdida. De
acuerdo con la Carta de Venecia no es solamente es conservar la
34
Jokilehto, Jukka y Feilden, Bernard M. (1993) Manual para el manejo de los sitios del patrimonio
mundial cultural . Bogotá. Colcultura..
35
Ib.
23

integridad del bien sino también revelar su valor cultural y mejorar la


legibilidad de su diseño original.

La RECONSTRUCCION significa construir nuevamente. El término puede


ser usado en referencia con el trabajo ejecutado, usando material antiguo
o moderno o ambos, con el objeto de reconstruir elementos
desmembrados o destruidos o parte de ellos. Ella obedece a
documentación arquitectónica y arqueológica fiable.

La ANASTYLOSIS es un término griego que se utiliza para denominar la


restauración o reerección de columnas y ha llegado a significar el
reensamblaje de las partes desmembradas existentes. Este término
también se utiliza para referirse a estructuras que están constituidas por
componentes claramente identificables tales como mampostería seca o
madera y estructuras no monolíticas, como paredes de ladrillos
encementadas.

7.3. Declaración de la UNESCO relativa a la destrucción intencional


del patrimonio cultural. 2003

Este instrumento internacional es un compromiso moral de los Estados en


virtud del principio de la buena fe, no es en sí un instrumento de carácter
vinculante que genere derechos ni deberes jurídicos, aunque tiene su
razón de ser en la aprobación universal y consensuada por los Estados
Miembros de la UNESCO reunidos en Conferencia General, que
representaban a la mayoría de la comunidad internacional de Estados; y
que tuvo su origen en la preocupación internacional por la destrucción de
los Budas de Bamiyan, en Afganistán, en marzo de 2001.

Ese hecho motivó a la UNESCO a recordar los principios enunciados en


todas las convenciones, recomendaciones, declaraciones y cartas
relativas a la protección del patrimonio cultural, como un componente
importante de la identidad de las comunidades, los grupos y los
individuos, por lo que su destrucción deliberada puede menoscabar tanto
la dignidad como los derechos humanos y reiteró el principio fundamental
enunciado en el Preámbulo de la Convención de La Haya para la
Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de
1954, según el cual “los daños ocasionados a los bienes culturales
pertenecientes a cualquier pueblo constituyen un menoscabo al
patrimonio cultural de toda la humanidad, puesto que cada pueblo aporta
su contribución a la cultura mundial”.

La Declaración (UNESCO: 2003) 36 resalta la importancia del patrimonio


mundial; define la destrucción intencional como “cualquier acto que
persiga la destrucción total o parcial del patrimonio cultural y ponga así en
peligro su integridad, realizado de tal modo que viole el derecho
internacional o atente de manera injustificable contra los principios de
36
UNESCO (2003). Declaración relativa a la Destrucción Intencional del Patrimonio Cultural. En:
www.unesdoc.unesco.org
24

humanidad y los dictados de la conciencia pública, en este último caso, en


la medida en que dichos actos no estén ya regidos por los principios
fundamentales del derecho internacional” y determinó las medidas que los
Estados deben adoptar para prevenir, evitar, hacer cesar y reprimir los
actos de destrucción intencional del patrimonio cultural.

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