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El Auge Económico

1. Prosperidad: de la inestabilidad al
auge económico
Existen dos procesos que anteceden a la Gran Crisis de 1929, uno de ellos es la
Segunda Revolución Industrial y, el otro, la Primera Guerra Mundial. El
primero, producto de los avances científicos y técnicos, llevó a un incremento
sin precedentes de la producción, el comercio y el consumo, fue una etapa que
se dio en llamar “época dorada”, por la prosperidad que desencadenó, sobre
todo, en las fortunas de los grandes propietarios de capital.

Con el lanzamiento del modelo “T”, Henry Ford comienza una industria que se
convertirá en modelo de producción en cadena. Por otro lado, la introducción de
este automóvil marca una nueva etapa en los modelos de consumo
estadounidense.
Por su parte, la Primera Guerra Mundial, además de exorbitantes gastos en
industria bélica y la pérdida de vidas humanas, provocó fuertes
endeudamientos e innumerables contradicciones políticas en Europa,
presentes hasta la década de 1920. Por ejemplo, la caída de los imperios
austrohúngaro y turco-otomano ocasionaron una fuerte división política por
los conflictos interétnicos, así como fragmentación comercial por el
establecimiento de nuevas fronteras y el surgimiento de nuevos países,
causando desempleo y hambre. En Rusia, la Revolución abolió el régimen
feudal enfilándose a uno socialista; además, la guerra civil rusa dejó a este país
en la miseria, cuando había sido un importante comprador de bienes
producidos en Europa central y proveedor de granos, madera y otras materias
primas. Por su parte, en los países de Europa Occidental, las movilizaciones
sindicales y la mayor participación parlamentaria dinamizaron e hicieron más
compleja la vida política. Por si fuera poco, a partir de 1918 se presenta una
pandemia de influenza que mata a millones en todo el mundo.
Las múltiples tensiones y luchas sociales dificultaron la coordinación de
medidas orientadas a resolver los problemas económicos y monetarios
posteriores a la guerra. A la intención de lograr la cooperación internacional
para frenar la crisis, se opusieron políticas nacionalistas, a esto se agregó la
idea de que la vuelta al patrón oro ayudaría a lograr la prosperidad existente
antes de la guerra.
Una de las dificultades para lograr el equilibrio económico fue la inflación, es
decir, el incremento de precios entre 1919-1920. En 1920 se presentó una
contracción comercial y financiera que hizo disminuir los precios de los
productos de exportación; lo cual es atribuible a la desaparición de la amplia
demanda generada durante la Gran Guerra. Ante esto, EU implementó algunas
medidas como ampliar el crédito e imponer mayores costos a los préstamos,
lo que no evitó una recesión entre 1920 y 1921, para después enfilar su
economía hacia un proceso de expansión hasta 1929. Por su parte, tanto en
Rusia como en los países del otrora imperio austrohúngaro la inflación fue
exorbitante.
Fue en Alemania donde la inflación tuvo sus efectos más severos con la
pérdida de valor del marco; circunstancia utilizada como argumento por el
gobierno para justificar no pagar las reparaciones de guerra a Inglaterra y
Francia. El pago impuesto a Alemania por los países ganadores en la primera
Guerra Mundial respecto a reparaciones de guerra representó una suma que
ese país no podría pagar. En 1921 se produjeron efectos nocivos en la
economía de este país, asociadas al incremento de precios, problemas en la
recaudación de impuestos por la oposición de empresarios y sindicatos, lo cual
obligó al gobierno a acelerar la emisión de monedas, provocando una inflación
extrema en 1922-1923 y la consiguiente devaluación o pérdida de valor de su
moneda (el marco), equivalente a 4.2 mil millones de marcos por dólar; con la
limitación de préstamos al gobierno se logró frenar la inflación.

Trueque durante la hiperinflación alemana de 1923

Todo esto evidenció lo difícil que sería el pago de las reparaciones de guerra
en metálico. El pago con acero y carbón a Francia siguió efectuándose, pero sin
un arreglo adicional, Alemania no cumpliría con los pagos, lo que implicaba
que Francia no cubriría sus deudas con Gran Bretaña y ninguna de éstas
podría pagar a EU. El plan Dawes efectuado en 1924 autorizó una reducción
considerable, aproximadamente de 3 mil millones de dólares, adicionalmente,
EU realizó préstamos al gobierno alemán; así, prácticamente fue este país
quien financió las reparaciones alemanas para pagar a los países aliados.
Esta situación, en la que estaban involucradas las principales potencias,
favoreció el regreso al patrón oro, la pauta la dio Gran Bretaña en 1925; antes
de esto, sólo algunos países se regían por este sistema, incluido EU. Ahora
los bancos centrales podían acumular reservas en oro para cambio de divisas
o monedas extranjeras, como el dólar o la libra esterlina, las cuales eran las
más confiables y podían servir como reservas. Adicionalmente al
establecimiento del patrón oro, se requerían acuerdos políticos para terminar
con la inflación y el déficit de recursos gubernamentales. Además, para
algunos países como Francia, los problemas de deuda heredados de la guerra
no fueron fáciles de resolver, sino hasta después de 1926.
En Latinoamérica los préstamos norteamericanos, desde 1923, equivalieron a
una cantidad de dólares similar a la prestada a Alemania y otros países
europeos; las reservas en una moneda convertible a oro dieron respaldo a las
monedas de los países, cuestión muy útil dado que éstos tenían deudas con
Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica y Holanda, anteriores a 1914, y requerían
de esos recursos para el pago de intereses; también fue en estos años que se
reorganizaron los sistemas de finanzas públicas y se establecieron bancos
centrales, como en México (1925). El origen de estos préstamos y sus montos
mostraban ya que Nueva York desplazaba a Londres como centro financiero
internacional. Se trataba de una operación triangular: las deudas de guerra de
los países europeos con EU fueron financiadas con los intereses pagados por
los países latinoamericanos en la década de 1920.
La estabilidad monetaria lograda hacia mediados de la década de 1920
fortaleció el crédito y dinamizó las bolsas de valores en Europa y EU;
incrementó el comercio internacional y se expandieron empresas
multinacionales, particularmente de EU, Gran Bretaña y Alemania; ésta fue una
etapa de innovaciones tecnológicas en las industrias eléctrica, química,
petrolera y automotriz, además, también destacaron algunas industrias de
bienes de consumo duradero como heladeras, lámparas y tocadiscos;
asimismo, en el sector de entretenimiento sobresalieron la industria de la
radio y el cine. La producción agrícola se recuperó paulatinamente, llegando a
superar la demanda de productos provenientes del campo, lo que tuvo como
consecuencia la reducción de los precios en este sector. El impulso industrial
introdujo confianza en las inversiones en las bolsas de valores; tanto que la
vuelta al patrón oro se asoció, no sólo a la estabilidad económica sino,
además, a la idea de un enriquecimiento rápido. El crecimiento económico, el
bajo desempleo e inflación, eran la base de la confianza para los inversionistas,
la gran inversión expandió extraordinariamente el crédito, mucha de la cual
fue especulación bursátil.
Ya en 1927 hubo un desplome de la bolsa de Berlín, lo que evitó la contracción
de la economía mundial fue el acuerdo de bajar las tasas de interés (costo del
dinero) y ampliar los créditos (préstamos) en las principales bolsas de valores.

Bolsa de valores en Wall Street, Nueva York, 1929

No obstante, en 1928 cayó la bolsa de Bruselas, en 1929 las cotizaciones en


Europa tendieron a bajar debido a la quiebra de empresas en Francia lo que
causó la caída de la bolsa; el banco central tuvo la intención de controlar la
especulación sin lograrlo, asimismo, el patrón oro impactó negativamente en
las tendencias mundiales de la economía en tanto impulsaba a los banqueros
a acumular mayores reservas en oro, motivado por el Banco de la Reserva
Federal de Nueva York y el Banco de Francia; entre EU y Francia acumularon
60% de las reservas de oro del mundo dificultando a otros países su
adquisición para saldar sus cuentas, lo cual les obligó a subir las tasas de
interés y restringir los créditos.
A esto, desde 1927, se agregaron síntomas de la caída del comercio. En
Latinoamérica habían empezado a bajar los precios de productos de
exportación; lo que se acentuó por la suspensión de las exportaciones de
capitales de EU hacia otros países, así, la reducción de las inversiones y
créditos extranjeros se dio por la alta especulación de la bolsa de Nueva York a
inicios de 1929; mucho del dinero que prestaban los bancos se destinaba a
este tipo de inversión, esto es, se reservaba a la compra y venta de valores de
corto plazo, no vinculados a la producción, sino a la obtención de ganancias
rápidas.

Ejercicio de Escritura

Observa cuidadosamente el siguiente cuadro que contiene datos de la


producción manufacturera de 1913 a 1930, correspondientes a la media
en el mundo y a siete países industrializados.

Ocaña, J. (2014) Historia de las relaciones internacionales durante el siglo XX. Gráficos y
estadísticas. http://www.historiasiglo20.org/ESTADIS/indicesmanufactura1913-
1938.htm (enero, 2016).

Interpreta los datos de producción manufacturera a partir de las siguientes


preguntas:
• ¿Qué observas en la columna que corresponde al año 1920,
respecto a la de 1913?
• ¿Cuál es la tendencia que se marca hacia el año 1925, respecto a
los años anteriores?
• ¿Qué observas en las columnas de los años 1929 y 1930?
Escribe en un párrafo tu interpretación basada en las preguntas, es decir,
agrega un comentario que resuma el análisis del cuadro (máximo 200
palabras con espacio). Al finalizar, compara tu escrito con el de al menos
dos compañeros y escribe en qué conicides y en qué haces diferencia con
los escritos de tus compañeros.

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