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RESUMEN DERECHO HUMANOS

Derechos: que aplica


Organos: quien lo aplica
procedimientos: como lo hace

Sistemas internacionales de protección de los derechos humanos.


Los sistemas internacionales de protección de derechos básicos de las personas se
integran por tres elementos centrales, generalmente consagrados y derivados de
instrumentos internacionales de derechos humanos, adquieran estos el nombre de
tratados propiamente dichos, de pactos, de convenciones de protocolos, y hasta
incluso de declaraciones, en cuyo último caso estaremos frente a un tipo de
instrumento que en principio no resulta vinculante, es decir que sus postulados carecen
de fuerza obligatoria en términos jurídicos.
Entre los elementos encontramos a los derechos, o normas sustanciales, que en todo
instrumento se reconocen a favor de las personas y que limitan el poder de los
Estados; a los órganos encargados de supervisar la aplicación de esas normas; y a los
procedimientos, o normas procesales, que le indican a los órganos cómo los derechos
deben ser aplicados. Estos tres elementos responden a tres consignas fundamentales,
el primero de ellos a ¿qué es lo que se aplica?, el segundo a ¿quién lo aplica? y el
tercero a ¿cómo lo hace?. Con esto advertimos que los instrumentos internacionales de
derechos humanos no sólo reconocen derechos a favor de las personas sino que
frecuentemente van más allá y establecen mecanismos para que esos derechos sean
efectivamente reconocidos y para ello muchos veces se crean órganos encargados de
monitorear la efectiva aplicación de los derechos, dotados de normas procesales que
indican el modo en que tienen que actuar frente a las circunstancias que se les pueden
presentar.

Génesis y desarrollo de los sistemas internacionales.


Los sistemas derivan del derecho internacional, esto es así porque fue el derecho
internacional y no los derechos locales los que permitieron inicialmente un desarrollo
conceptual de la disciplina de los derechos humanos. Hacia la mitad del siglo pasado la
comunidad internacional, después de concluida la II Guerra Mundial, advirtió la
necesidad de garantizar un mínimo de derechos y limitar las actuaciones estatales,
procurando así prevenir nuevos hechos de abuso del enorme poderío estatal. A partir
de allí comenzó un proceso de surgimiento y desarrollo de una rama del derecho,
desde el ámbito internacional,
En el año 1945 fue creada la Organización de las Naciones Unidas , entidad que nació
con vocación universal y que en la actualidad alberga a casi todos los países del
mundo. Tan solo tres años después nació en el ámbito continental la Organización de
Estados Americanos, con propósitos similares.
Ambas entidades surgieron con el objetivo prioritario de garantizar la paz y la
seguridad internacionales y para esto era indispensable brindar una adecuada
protección a los derechos fundamentales.
En 1948 fueron aprobadas la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, primeros instrumentos
internacionales de reconocimiento de derechos fundamentales, donde se expresaba -y
expresa- un ideal común de la humanidad: el respeto de los derechos humanos.
Aunque estas declaraciones no fueron vinculantes en sus inicios -las declaraciones por
su propia naturaleza no lo son-, el desarrollo del derecho internacional les asignó ese
carácter haciéndolas de cumplimiento obligatorio para los Estados. Pero como en aquel
entonces no eran obligatorias, la comunidad internacional luego de adoptar las
declaraciones advirtió la necesidad de continuar trabajando en pos de la adopción de
tratados de los que derivaran obligaciones jurídicas inmediatas.

Tratados internacionales de derechos humanos.


En líneas generales podemos decir que un tratado es un acuerdo de voluntades entre
dos o más Estados celebrado por escrito y regido por el derecho internacional, del que
comúnmente derivan derechos y obligaciones recíprocas. Sin embargo este concepto
genérico de tratado sufre algunas modificaciones cuando se habla de tratados de
derechos humanos. En ellos los Estados no se conceden entre sí obligaciones y
derechos, sino que asumen obligaciones frente a cada una de las personas que
habitan en sus territorios, y son estas quienes adquieren los derechos que en cada
tratado se consagran. Asimismo, cuando un Estado firma y ratifica un tratado está
asumiendo un compromiso, ante quienes viven en su jurisdicción y también frente a la
comunidad internacional en su conjunto, a través del cual expresa su voluntad de
respetar y garantizar los derechos humanos contenidos en él.
Como dije, estos tratados, que deben diferenciarse de las declaraciones, pueden
denominarse tratados propiamente dichos, pactos o convenciones, y aunque existen
diferencias conceptuales entre estas distintas expresiones, en todos los casos se trata
de instrumentos jurídicamente vinculantes. Tengamos presente que, además de los
recién mencionados, encontraremos a los protocolos, que son instrumentos anexos a
otros principales, a los que vienen a complementar.

Clasificación de los tratados de derechos humanos.


Los tratados pueden clasificarse en generales y específicos. Será de carácter general
aquel tratado que refiera a una diversidad de derechos y que brinde protección a todas
las personas, sin distinción de ningún tipo; en cambio, será específico el tratado que, o
refiera a un derecho o tema en particular, o brinde protección a un conjunto de
personas que posea una característica en común. Por ejemplo, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos reconoce una importante variedad de derechos en favor
de todas las personas sin excepción, allí estamos claramente en presencia de un
instrumento de alcance general. En cambio hay otros que no lo son, porque, como
señalé, abordan una temática en particular, como el Protocolo de Asunción -anexo al
Pacto de San José de Costa Rica- relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, donde
el objeto y fin tiene que ver con la protección del derecho a la vida; o porque protegen ejemplos
sólo a determinadas personas y no a todas, como la Convención Internacional sobre
los Derechos del Niño -y la Niña-, que brinda protección sólo a favor de quienes son
menores de dieciocho años de edad, o la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de la Discriminación contra la Mujer, que protege al colectivo mundial integrado
por mujeres. En todos los casos encontraremos obligaciones estatales de respetar y
garantizar los derechos, y también de investigar, sancionar y reparar eventuales
violaciones a ellos.

La importancia de los sistemas internacionales.


Ya dijimos que los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos se
integran por normas sustanciales que reconocen derechos a favor de las personas y
limitan el accionar de los Estados, órganos encargados de supervisar el cumplimiento
de las obligaciones estatales en materia de derechos humanos, y procedimientos que
les indican a esos órganos como realizar sus tareas. Los sistemas son valiosos por
múltiples circunstancias, en principio porque los tratados en los que ellos reposan
reconocen derechos obligando a los Estados Partes a respetarlos y garantizarlos,
también porque los órganos internacionales, que monitorean la conducta de los
Estados, al hacerlo cooperan con ellos en la identificación de las medidas a adoptar
para un más adecuado estándar de protección y garantía de los derechos
fundamentales, y finalmente porque obligan, frente a un supuesto de violación de
derechos humanos, a investigar, sancionar y reparar, generando obstáculos para el
triunfo de la impunidad. Finalmente, además de otras herramientas con las que
contamos, los sistemas son importantes porque nos permiten denunciar casos de
violación de derechos humanos cuando el país en el que el hecho sucedió no puede o
no quiere investigar los sucesos, o no sanciona a la persona responsable, o no repara
a la víctima o a sus familiares. En consecuencia, llegaremos a estos sistemas
internacionales de protección a través de una denuncia sólo cuando el Estado no hizo
aquello que debió hacer, es una instancia más que de ningún modo reemplaza la
función estatal de administración de justicia, por el contrario, la exige.
La subsidiariedad y complementariedad de la protección internacional.
Los sistemas internacionales son complementarios, en tanto vienen a fortalecer los
sistemas jurídicos internos actuando cuando éstos no funcionan, por ese motivo se dice
también que son subsidiarios. Todo lo expresado sirve para entender que nunca
podremos pensar en denunciar ante un órgano internacional si antes no denunciamos
ante un órgano interno. Pero no alcanza con haber denunciado, es necesario, como lo
veremos en su oportunidad, agotar los mecanismos de jurisdicción interna, lo que
implica haber obtenido el fallo del máximo órgano judicial en condiciones de
pronunciarse sobre el asunto que nos ocupe. Habiendo alcanzado ese
pronunciamiento, y no habiendo encontrando el respeto a las normas de derechos
humanos en que fundamos nuestras pretensiones, sí podemos presentar una denuncia
ante, por ejemplo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, o alguno de los
Comités de Naciones Unidas. Vale decir que el pronunciamiento del órgano superior no
debe ser alcanzado en casos de moras no razonables en la resolución judicial, como
tampoco en otros supuestos de excepción.

Algunas consideraciones sobre la soberanía estatal y los sistemas.


En ocasiones se dice que los tratados internacionales de derechos humanos atentan
contra la soberanía de las naciones, que son competencias abusivas o intromisiones
indebidas, y esto no es así. Claro está que los países ya no son soberanos como lo
eran antes. El propio concepto de soberanía ha cambiado, adaptándose a los nuevos
tiempos, y esto ha ocurrido justamente porque los Estados lo han querido.
Antiguamente eran plenamente soberanos, no había por encima de ellos autoridad
superior, circunstancia que les permitía obrar libremente en toda ocasión. En la
actualidad los compromisos asumidos por los Estados en materia de derechos
humanos, e incluso en relación a otros asuntos, restringen fuertemente esas esferas de
libertad. Y esos compromisos fueron asumidos mediante una serie de actos ejercidos
libre y soberanamente. En primer lugar debemos señalar que los sistemas
internacionales de protección de derechos humanos se desarrollan en el ámbito de
organizaciones creadas por los Estados en base a sus voluntades soberanas. Y
generalmente en el marco de esas organizaciones los Estados negocian y adoptan los
textos de los tratados de protección a los derechos humanos.

Luego, los Estados libremente deciden firmar y ratificar esos instrumentos,


manifestando de esos modos la voluntad de obligarse a cumplir con ellos, eventos que
también acontecen de manera deliberada y porque los Estados así lo quieren, sin que
sufran condicionamientos o imposiciones externas. Además son los Estados los que,
cuando ello resulta necesario, reconocen la competencia de los órganos
internacionales que tienen a su cargo la observancia de la aplicación de los
instrumentos, de manera que hay ahí un nuevo acto que se ejerce en el marco de la
soberanía estatal, ya que podrían no hacerlo. Y finalmente, algunos países
soberanamente deciden la incorporación de ciertos instrumentos de derechos humanos
a sus constituciones nacionales. Es importante señalar que las normas que se derivan
de los tratados internacionales de derechos humanos cuentan con una jerarquía
superior a aquellas otras, surgidas en los clásicos ámbitos parlamentarios
dependientes de los poderes legislativos. Los temas atinentes a las jerarquías
normativas resuelven aquellos conflictos que pueden suscitarse cuando nos
encontramos frente a dos normas, o más, que proponen distintas soluciones para un
mismo asunto, si una de ellas es de origen interno y otra de origen internacional,
deberá prevalecer siempre esta última, excepto que la primera brinde una respuesta
más favorable a los intereses de las personas involucradas en el caso que fuere. Más
allá de lo señalado, el derecho internacional a través de la Convención de Viena sobre
Derecho de los Tratados2 ha reconocido que ningún compromiso internacional asumido
por un Estado puede ser desconocido en función de la incompatibilidad que pudiere
tener con una norma del derecho interno, ya sea de alcance nacional, provincial o
municipal. De modo que cuando se dice que la actuación de estos órganos entra en
conflicto con el concepto de soberanía se comete un grave error, ha sido justamente el
ejercicio de la soberanía de un Estado el que le ha permitido
obligarse en materia de derechos humanos. Y las obligaciones han sido celebradas
para ser cumplidas, de buena fe y sin excusas

Principales tratados de derechos humanos


Los países miembros de las organizaciones de las Naciones Unidas y los Estados
Americanos, se encuentra alcanzados, por esa mera circunstancia, por la Declaración
Universal de Derechos Humanos, y la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre. Ahora bien, en lo que respecta a los tratados, en el marco de las
Naciones Unidas encontramos dos pactos de especial trascendencia: el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Los dos pactos fueron aprobados por la Asamblea
General de Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966. La mayor parte de las
naciones no estaban dispuestas a comprometerse de igual modo respecto de ambos
tipos de derechos, la existencia de dos bloques de países enfrentados ideológicamente
durante la guerra fría motivó el surgimiento paralelo de los dos instrumentos, buscando
así alentar en unos y otros la asunción de compromisos, o bien respecto de derechos
civiles y políticos, o bien respecto de los restantes. Estos dos pactos, junto a la
Declaración Universal de Derechos Humanos, conforman los que se da en llamar la
Carta Internacional de los Derechos Humanos en el ámbito universal. En el marco
continental el grupo más relevante de instrumentos lo tenemos integrado por la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre ya mencionada, la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos, también conocida como Pacto
de San José de Costa Rica, y el Protocolo Adicional I al Pacto de San José, relativo a
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, conocido como Protocolo de San
Salvador. Estos son los instrumentos más importantes que comprometen las conductas
de las autoridades en ejercicios de funciones públicas, son instrumentos de alcance
general porque abordan una importante cantidad de derechos humanos y porque
brindan protección en favor de todas las personas. En el sistema universal y en el
americano existe una amplia variedad de instrumentos que son de naturaleza
específica y que por tanto refieren a ciertas temáticas en particular o protegen
exclusivamente a determinados grupos o colectivos de personas. En los dos sistemas
existen convenciones que procuran eliminar la discriminación y la violencia sufrida por
las mujeres. La mujer no es considerada vulnerable, ni debe ser contemplada de ese
modo, sino que se encuentra en situación de vulnerabilidad, es esa la condición que la
hace merecedora de una protección especial. Para ilustrar ello alcanza con señalar que
la mayor parte de las personas que viven en condiciones de pobreza en el mundo
entero son mujeres; que dos tercios del analfabetismo mundial pesa sobre la mujer;
que las mujeres sólo integran en un 10% los escaños en órganos legislativos, y que el
porcentaje es aún menor en los cargos ministeriales; que si analizamos la propiedad y
pretendemos observar en manos de quiénes está registrada advertimos que a nivel
mundial la mayor parte de ella figura a nombre de hombres y sólo una pequeña porción
de las propiedades registrables está a nombre de mujeres; que deberán transcurrir más
de trescientos años, según estudios de la organización internacional del trabajo, para
que en todo el mundo la mujer cobre lo mismo que el hombre por idéntica tarea. Esos
datos relevan un cuadro de violencia y discriminación sistemática sufrida por las
mujeres en todas nuestras sociedades, que requiere de protecciones especiales para
revertir patrones machistas muchas veces afianzados culturalmente. El flagelo de la
tortura y la abolición de la pena de muerte son otros temas de tratamiento común en
ambos sistemas. Hay temas que no son abordados por ambas entidades sino por una
u otra de ellas. Así, en Naciones Unidas hay una convención internacional sobre los
derechos del niño y la niña, otra para la prevención y sanción del delito de genocidio,
otra relativa a la eliminación de todas las formas de discriminación racial, y finalmente
una sobre protección de las personas trabajadoras migrantes y sus familias.
Paralelamente, en los Estados Americanos, encontramos una convención
interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación de las
personas con discapacidad, y una convención para la eliminación de la desaparición
forzada de personas. Esto es sólo a modo de referencia inicial de los instrumentos que
integran los sistemas, que obligan a nuestros países, y que por tanto deben ser tenidos
en cuenta al momento de trazar toda política pública. Y aún cuando no siempre sean
respetados, la sola existencia de ellos es valiosa; en perspectiva histórica vemos que
algunos de los instrumentos mencionados hace tan sólo veinte años no existían, y unas
décadas más atrás no eran más que ilusiones lejanas, hoy felizmente alcanzadas. Casi
todos los instrumentos señalados trabajan bajo un axioma medular, el principio rector
de la no discriminación, contemplando sólo la posibilidad de discriminar en forma
positiva, caso, por ejemplo, las leyes que en muchos países establecen un cupo
mínimo para el acceso de las mujeres en los espacios parlamentarios, o las que
alientan la contratación de personas con discapacidad mediante reducciones
impositivas a favor de sus empleadores y empleadoras. Otro principio fundamental esta
dado por la obligación que nace de cada instrumento de adecuar el derecho interno al
derecho internacional, es decir que si en el derecho interno hay una norma
incompatible con alguna de las consagradas en el instrumento internacional, aquella
debe ser derogada o modificada mediante una actividad legislativa que la adecue a la
obligación asumida en el instrumento. Por otro lado, los instrumentos en ocasiones
señalan que existe un núcleo duro de derechos que resultan insuspendibles, que no
pueden ser dejados sin efecto ni aún en situaciones guerra.

Consideraciones finales
Los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos procuran
cooperar con los Estados, orientar sus conductas, para que las personas que se ubican
en sus territorios logren mayores niveles de disfrute de derechos. Generan condiciones
para que cumplan con las obligaciones libremente asumidas, aquellas mediante las
cuales se reconocieron derechos y se limitaron los poderes públicos. Conminar a los
Estados a respetar y garantizar derechos humanos, a investigar, sancionar y reparar
violaciones a derechos esenciales, es actuar para que éstos hagan lo que deben hacer.
Los Estados satisfacen el sentido más profundo de sus existencias sólo cuando
permiten el disfrute de todos los derechos de todas las personas.

El Concepto de Derechos Humanos


La noción de derechos humanos se corresponde con la afirmación de la dignidad de la
persona frente al Estado. El poder público debe ejercerse al servicio del ser humano:
no puede ser empleado lícitamente para ofender atributos inherentes a la persona y
debe ser vehículo para que ella pueda vivir en sociedad en condiciones cónsonas con
la misma dignidad que le es consustancial. La sociedad contemporánea reconoce que
todo ser humano, por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado, derechos que
este, o bien tiene el deber de respetar y garantizar o bien está llamado a organizar su
acción a fin de satisfacer su plena realización. Estos derechos, atributos de toda
persona e inherentes a su dignidad, que el Estado está en el deber de respetar,
garantizar o satisfacer son los que hoy conocemos como derechos humanos.
Introducción . El Comité expresa su reconocimiento al Estado parte por haber
aceptado el nuevo procedimiento facultativo de presentación de informes y por haber
presentado su quinto informe periódico en respuesta a la lista de cuestiones previas a
la presentación de informes (CCPR/C/ARG/QPR/5) con arreglo a dicho procedimiento.
Expresa su reconocimiento por la oportunidad de reanudar el diálogo constructivo con
el Estado parte sobre las medidas adoptadas por Este durante el período al que se
refiere el informe para aplicar las disposiciones del Pacto. El Comité agradece al
Estado parte las respuestas orales ofrecidas por la delegación, así como la información
adicional que le ha proporcionado por escrito

Aspectos positivos 3.
El Comité acoge con satisfacción las siguientes medidas legislativas y de otra índole
adoptadas por el Estado parte:
a) Adopción de la ley que crea el Sistema Nacional de Prevención de la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (Ley núm. 26827), en 2012;
b) Adopción de la Ley de Identidad de Género (Ley núm. 26743), en 2012
; c) Adopción de la ley de cupo laboral de personas travestis, transexuales y
transgénero de la provincia de Buenas Aires (Ley núm. 14783), en 2015;
d) Adopción del Plan Nacional de Acción 2014-2016 para la Prevención, Asistencia y
Erradicación de la Violencia contra las Mujeres;.

e) Adopción del programa Justicia 2020, respecto a los aspectos de derechos


humanos, en 2016
. 4. El Comité acoge con satisfacción la ratificación por el Estado parte de los siguientes
instrumentos internacionales de derechos humanos, o su adhesión a los mismos:
a) Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, el 24 de octubre de 2011;
b) Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a un
procedimiento de comunicaciones, el 14 de abril de 2015

Principales motivos de preocupación y recomendaciones Promoción y


protección de los derechos humanos
5. Aunque toma nota con satisfacción de la información proporcionada por la
delegación del Estado parte en la que expresaba su compromiso con la promoción y
protección de los derechos humanos, el Comité observa con preocupación la falta de
nombramiento del Defensor del Pueblo y la adopción de recientes medidas de
reducción de personal y cambios institucionales en áreas destinadas a la protección de
los derechos humanos, particularmente respecto a las instituciones destinadas al
proceso de memoria, verdad y justicia (art. 2).
6. El Estado parte debe asegurar el fortalecimiento de las instituciones destinadas a la
promoción y protección de los derechos humanos, particularmente las instituciones
destinadas al proceso de memoria, verdad y justicia, a través de la participación de la
sociedad civil y la asignación de recursos materiales y humanos suficientes. De igual
modo, debe procederse al nombramiento del Defensor del Pueblo a la mayor brevedad
posible.

Igualdad de género
7. Aunque toma nota de las medidas adoptadas por el Estado parte para promover la
igualdad entre hombres y mujeres, el Comité lamenta la persistencia de las notables
diferencias salariales entre hombres y mujeres, que se ubica en un promedio del 25%.
El Comité lamenta asimismo que las mujeres siguen estando insuficientemente
representadas en los sectores público y privado, en particular en los puestos decisorios
(arts. 2, 3 y 26).
8. El Estado parte debe redoblar sus esfuerzos para eliminar los estereotipos de
género sobre el papel y las responsabilidades de los hombres y de las mujeres en la
familia y en la sociedad, y llevar adelante campañas de sensibilización al efecto. El
Estado parte debe, asimismo, procurar el aumento de la participación de las mujeres en
los sectores público y privado y, de ser necesario, aplicar medidas especiales de
carácter temporal apropiadas para dar efecto a las disposiciones del Pacto. El Estado
parte también debe adoptar medidas concretas para reducir la diferencia salarial que
sigue existiendo entre las mujeres y los hombres y examinar todas las causas que
hacen crecer esa disparidad.

Violencia de género y doméstica

9. El Comité observa con preocupación los informes que señalan que la violencia
contra la mujer continúa representando un serio problema en el Estado parte (véase
CCPR/C/ARG/CO/4, párr. 11). El Comité lamenta la persistencia de las deficiencias en
la aplicación de la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones
Interpersonales (Ley núm. 26485), la insuficiencia de presupuesto asignado para su
implementación y la falta de implementación del Plan Nacional que allí se establece. El
Comité acoge con beneplácito la ley que crea un cuerpo de abogados para las víctimas
de violencia de género (Ley núm. 27210 de 2015), pero lamenta que dicha ley todavía
no haya sido implementada (arts. 2, 3, 6 y 7).
10. El Estado debe incrementar sus esfuerzos para prevenir y combatir todas las
formas de violencia de género, asegurando la aplicación efectiva del marco legislativo
en vigor en todos los niveles del Estado y dotándolo de los recursos necesarios para su
cumplimento. El Estado debe investigar de manera pronta y efectiva los hechos de
violencia contra la mujer, enjuiciando e imponiendo sanciones apropiadas. El Estado
debe además hacer efectivo el derecho de las víctimas a una reparación que incluya
una compensación adecuada y justa, así como capacitación y sensibilización para
enfrentar la violencia de género en todos los ámbitos.

Interrupción voluntaria del embarazo


11. El Comité nota con satisfacción la decisión de la Corte Suprema de Justicia (caso
F., A.L. s/ medida autosatisfactiva, 2012) en que se reafirmó el derecho de las mujeres
a interrumpir sus embarazos en todas las circunstancias permitidas por la ley
incluyendo cuando el embarazo es producto de una violación sexual, sin importar la
capacidad intelectual o psicosocial de la mujer. Al Comité le preocupa, sin embargo,
que la aplicación de dicha decisión no sea uniforme en el Estado parte y que el aborto
legal resulte, muchas veces, inaccesible por la falta de instrumentación de protocolos
médicos, del ejercicio individual de objeción de conciencia por parte de los trabajadores
de la salud u otros obstáculos de facto. El Comité expresa su preocupación por el “caso
de Belén”, en que se utilizó la figura del delito de homicidio agravado para una
supuesta alegación de aborto ilegal y por que la acusada esté todavía privada de
libertad. El Comité también está preocupado por los altos índices de abortos
clandestinos que han resultado en mortalidad materna, así como por los embarazos de
adolescentes (arts. 3,6, 7 y 17).
12. El Estado parte debe revisar su legislación sobre el aborto, incluyendo su
legislación criminal, en particular mediante la introducción de excepciones adicionales a
la prohibición del aborto, inclusive cuando el embarazo es producto de una violación
sexual, sin importar la capacidad intelectual o psicosocial de la mujer. El Estado parte
debe, asimismo, asegurar que todas las mujeres y niñas puedan acceder a los
servicios de salud reproductiva en todas las regiones del país y que las barreras
legales, el ejercicio de objeción de conciencia por parte de los trabajadores de la salud
y la falta de protocolos médicos no obliguen a las mujeres a recurrir al aborto
clandestino que pone su vida y su salud en riesgo. El Estado debe revisar el “caso de
Belén”, a la luz de los estándares internacionales en la materia, con miras a su
inmediata liberación, y a la luz de este caso, considerar la descriminalización del
aborto. Asimismo, el Estado parte debe multiplicar y asegurar la aplicación de
programas de educación y sensibilización a nivel formal (escuelas y colegios públicos y
privados) e informal (medios de comunicación y otros) sobre la importancia del uso de
anticonceptivos y los derechos a la salud sexual y reproductiva.

Tortura y malos tratos


13. El Comité observa con preocupación la violencia institucional penitenciaria que se
manifiesta por el elevado número de casos de tortura y malos tratos contra personas
privadas de libertad, producidas incluso por la existencia de autogobierno y el escaso
número de condenas de los responsables y las sanciones leves impuestas a los
autores. Aunque toma nota de la creación del Registro Nacional de Casos de Tortura
y/o Malos Tratos en 2014, el Comité lamenta que todavía no se pudo consolidar un
sistema unificado de registro de hechos y víctimas de tortura en el ámbito federal.
Preocupan al Comité informes que dan cuenta de requisas vejatorias, alta tasa de
violencia entre los detenidos, particularmente en la provincia de Buenos Aires,
traslados forzosos y el recurrente uso de la reclusión en régimen de aislamiento como
método de castigo. Le preocupa también que a solo un número reducido de víctimas de
la tortura se le haya concedido una reparación tras las actuaciones judiciales. Pese a la
adopción de la Ley núm. 26827, que creó el Sistema Nacional de Prevención de la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes en 2012, el Comité
lamenta que el Mecanismo Nacional de Prevención aún no haya sido implementado
(art. 7).

14. El Estado parte debe: a) Velar por que todas las denuncias de tortura o malos tratos
sean investigadas de manera rápida, completa e independiente y que los responsables
de esos actos comparezcan ante la justicia; b) Asegurar que las víctimas reciban una
reparación adecuada que incluya servicios de salud y de rehabilitación; c) Asegurar que
los exámenes forenses de los presuntos casos de tortura y malos tratos cometidos por
agentes del Estado sean imparciales y exhaustivos, y se lleven a cabo de acuerdo con
el Protocolo de Estambul; d) Implementar un sistema unificado de registros de hechos y
víctimas de tortura, con el fin de establecer políticas específicas para a la prevención
de la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes, incluso con la
implementación de programas sistemáticos de formación en derechos humanos a las
fuerzas del orden y de seguridad; e) Agilizar la adopción de las medidas jurídicas
necesarias para asegurar que el mecanismo nacional de prevención sea establecido en
todas las regiones del país, según lo previsto en el Protocolo Facultativo de la
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, y velar por que dicho mecanismo disponga de recursos humanos y
financieros suficientes para funcionar eficientemente.
Castigos corporales
15. Preocupa al Comité que los castigos corporales no estén específicamente
prohibidos como forma de disciplina en el hogar, en la escuela, en los centros de
privación de libertad y en las instituciones de protección de menores (arts. 7 y 24)
. 16. El Estado parte debe adoptar medidas prácticas para poner fin al castigo corporal
en todos los ámbitos. También debería fomentar las formas no violentas de disciplina
como alternativa a los castigos corporales, y llevar a cabo campañas de información
pública para concienciar a la población sobre la prohibición y los efectos nocivos del
castigo corporal
. Detenciones para averiguación
17. El Comité reitera su preocupación por la normativa y prácticas de la policía para
detener a personas con el objeto de averiguar su identidad sin orden judicial anterior y
por un largo período de tiempo, sin que la persona detenida sea llevada ante un juez u
otro funcionario autorizado por la ley para ejercer un control judicial (art. 9).
18. El Estado parte debe tomar todas las medidas necesarias, incluyendo medidas
legislativas, con el fin de combatir eficazmente las detenciones no vinculadas a la
comisión de un delito, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 9 del Pacto.

PRISION PREVENTIVA.

19. El Comité reitera su preocupación expresada en las observaciones finales


anteriores (CCPR/C/ARG/CO/4, párr. 16), respecto a la larga duración de la prisión
preventiva y la alta proporción de reclusos detenidos en este régimen, que alcanza más
de la mitad de la población carcelaria en el Servicio Penitenciario Federal. El Comité
acoge con satisfacción la información proporcionada por la delegación del Estado parte
sobre la iniciativa de revisar el sistema de detención preventiva en el ámbito del
programa Justicia 2020, de acuerdo con el Pacto (art. 9).
20. El Estado parte debe adoptar acciones concretas para revisar la regulación de la
detención preventiva y para acelerar la imposición, en la práctica, de medidas
alternativas a la misma. El Estado debe también incrementar la capacitación de los
operarios de justicia para asegurar que la imposición de la detención preventiva no sea
la norma, y que se limite estrictamente su duración, de conformidad con el artículo 9,
párrafo 3 del Pacto. El Estado parte debe garantizar, asimismo, que toda persona
detenida tenga acceso efectivo a un abogado.
Personas con discapacidad
21. Si bien observa los avances legislativos en la materia, el Comité nota con
preocupación alegaciones de violaciones de derechos humanos de personas con
discapacidad en establecimientos psiquiátricos. En particular, el Comité nota con
preocupación informes que dan cuenta de internaciones por periodos prolongados, sin
control efectivo, y el fallecimiento de 133 personas en el Hospital Melchor Romero,
entre 2012 y 2014. El Comité lamenta la deficiente vigilancia de los mecanismos de
control y monitoreo en estos establecimientos, así como la falta de implementación de
apoyos comunitarios intermedios. Pese la obligación legal que establece una cuota
laboral del 4% para las personas con discapacidad, preocupa al Comité informes que
dan cuenta que el cumplimiento actual de dicha cuota es de solo el 0,86% (arts. 2, 7 y
10).
22. El Estado parte debe velar por la plena aplicación de los estándares
internacionales y de la Ley Nacional de Salud Mental (Ley núm. 26657). Debe,
asimismo, asegurar que toda decisión de recurrir a medios de restricción o
internamiento involuntario sea excepcional y vaya precedida de una evaluación médica
completa y profesional que determine la restricción estrictamente necesaria que debe
aplicarse a un paciente y el tiempo estrictamente necesario. Además, el Estado parte
debe establecer un sistema independiente de supervisión y presentación de informes, y
garantizar que los abusos sean investigados y enjuiciados efectivamente y que se
proporcione reparación a las víctimas y sus familias. El Estado debe instrumentar
también medidas prácticas para apoyo comunitario y familiar. Asimismo, el Estado
parte debe tomar todas las medidas necesarias para el cumplimiento de la cuota del
4%, de acuerdo a lo establecido en la Ley núm. 25689, sobre la protección integral de
personas con discapacidad. Debe asimismo, establecer un mecanismo de control y
sanción para los casos de incumplimiento.
Condiciones de detención
23. Aunque toma nota del decreto de emergencia carcelaria y de la intención del
Estado parte de reformar el sistema penitenciario, el Comité expresa su preocupación
por los altos niveles de hacinamiento, que se muestran incluso por la utilización de
estaciones policiales como lugares permanentes de detención; las malas condiciones
imperantes en los lugares de detención; y las deficiencias en el acceso a servicios de
salud adecuados, en el ámbito federal y provincial (art. 10).
24. El Estado parte debe adoptar medidas eficaces para mejorar las condiciones
materiales de los centros penitenciarios, reducir el hacinamiento existente y responder
debidamente a las necesidades fundamentales de todas las personas privadas de
libertad, en particular el acceso a la salud, de conformidad con lo dispuesto en el Pacto
y en las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos
(Reglas Nelson Mandela). El Estado parte también debe considerar una aplicación más
amplia de las penas sustitutivas de la prisión, como la vigilancia por medios
electrónicos, la libertad condicional y los servicios a la comunidad. Protección de
testigos
25. Preocupan al Comité las recientes medidas tomadas por el Estado parte que han
debilitado las instituciones destinadas a la protección de testigos de delitos que
implicaron graves violaciones de derechos humanos durante la dictadura. En particular,
pese a la explicación proporcionada por la delegación del Estado parte, el Comité
expresa su preocupación por el nombramiento de un exmilitar como director del
Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados. Al Comité le preocupa,
asimismo, la falta de información sobre la investigación del caso de la desaparición de
Jorge Julio López (arts. 6 y 14).
26. El Estado parte debe tomar medidas concretas para aumentar la eficacia de las
instituciones y programas destinados a la plena protección de los testigos de delitos
ocurridos durante la dictadura. El Estado parte debe asegurarse de que las autoridades
investiguen a fondo los casos de desaparición, asesinato y presunta intimidación de
testigos. En particular, el Estado parte debe avanzar en las investigaciones de la
desaparición de Jorge Julio López y sancionar a los responsables
. Investigación por casos de violaciones de derechos humanos en el pasado
27. El Comité reitera su preocupación (CCPR/C/ARG/CO/4, párr. 9) sobre la lentitud en
el avance de las investigaciones, tramitaciones y dictados de sentencia, que se deben
en parte a la falta de integración de los tribunales y baja periodicidad de las audiencias.
El Comité acoge con satisfacción la elaboración del informe sobre la responsabilidad
empresarial sobre delitos contra trabajadores durante la dictadura y la creación de la
Comisión Bicameral de Identificación de las Complicidades Económicas durante la
dictadura militar, pero lamenta los obstáculos en el avance de las investigaciones de
estos delitos y que dicha Comisión no haya sido implementada hasta el momento. El
Comité toma nota del compromiso señalado por la delegación del Estado parte de
intensificar los procesos de memoria, verdad y justicia y enjuiciar a los responsables
por violaciones de derechos humanos ocurridas durante el periodo de la dictadura
militar (arts. 2, 6, 7 y 14).
28. El Comité reitera su recomendación en el sentido de intensificar los esfuerzos en la
tramitación de las investigaciones respecto de todas las violaciones de los derechos
humanos del pasado, incluyendo los delitos cometidos por empresarios y/o personal de
empresas presuntamente involucradas en delitos de lesa humanidad. El Estado parte
debe proveer los recursos humanos y económicos necesarios para que en las
investigaciones se identifique a los responsables, se los enjuicie y se les impongan
sanciones apropiadas y proporcionales a la gravedad de los crímenes, y se repare a las
víctimas. Investigación del ataque al edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina
29. El Comité nota con preocupación la lentitud y la información limitada sobre la
investigación del ataque ocurrido en 1994 contra el edificio de la Asociación Mutual
Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires (arts. 2, 6, 7 y 14).
30. El Estado parte debe intensificar sus esfuerzos para investigar lo ocurrido en el
ataque en 1994 al edificio de la AMIA, con el fin de que los responsables sean llevados
ante la justicia. El Estado debe, asimismo, tomar las medidas necesarias para
garantizar que la investigación se lleve a cabo de una manera rápida, efectiva,
independiente, imparcial y transparente.
Doble instancia penal
31. El Comité acoge con satisfacción que el derecho enunciado en el artículo 14,
párrafo 5 del Pacto esté contemplado en el Código Procesal Penal de la Nación y haya
sido reconocido en fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sin embargo,
lamenta que esta garantía no sea aplicable de manera uniforme en todas las
jurisdicciones provinciales (art. 14).
32. El Estado parte debe asegurar la aplicación de la garantía del artículo 14, párrafo 5
del Pacto en todo el territorio nacional.
Defensoría Pública
33. El Comité reitera su preocupación expresada en sus observaciones finales
anteriores (CCPR/C/ARG/CO/4, para. 20) respecto a la falta de autonomía funcional y
presupuestaria de la Defensoría Pública, lo cual afecta en la calidad de los servicios
prestados. Al Comité le preocupa que ni la Defensoría Pública Federal ni las
defensorías provinciales cuenten con recursos suficientes para la plena ejecución de
sus mandatos (art. 14).
34. El Estado parte debe intensificar sus esfuerzos para asegurar que la Defensoría
Pública Federal y las defensorías provinciales dispongan de los recursos necesarios,
así como de autonomía funcional y presupuestaria respecto a otros órganos del
Estado, para poder desempeñar sus funciones eficazmente, en todas las regiones del
país.
Libertad de expresión
35. El Comité nota con preocupación las recientes reformas en el servicio de
comunicaciones audiovisuales que podrían tener el efecto de concentrar la titularidad
de los medios de comunicación y afectar negativamente el derecho a la libertad de
expresión (art. 19).
36. El Estado parte debe adoptar todas las medidas necesarias y asegurar que su
legislación sea plenamente compatible con el artículo 19 del Pacto, con miras a
garantizar el pleno y efectivo ejercicio del derecho a la libertad de expresión y la
libertad de prensa. En particular, debe revisar las recientes reformas en el servicio de
comunicaciones audiovisuales e impedir la concentración de los medios de
comunicación de manera que no menoscaben la diversidad de fuentes y opiniones,
como determina la observación general núm. 34 (2011) del Comité sobre libertad de
opinión y libertad de expresión.
Derechos de los pueblos indígenas
37. A pesar de las iniciativas nacionales y provinciales en la regularización de tierras
indígenas, incluyendo la Ley núm. 26160 de 2006 que ha declarado emergencia en
materia de posesión y propiedad de las tierras ocupadas por las comunidades
indígenas, el Comité lamenta que hasta el momento las tierras indígenas no hayan sido
reconocidas y protegidas legalmente. El Comité reitera su preocupación expresada en
sus observaciones finales anteriores (CCPR/C/ARG/CO/4, párr. 25) que grupos
indígenas continúan siendo objeto de violencia y desalojos forzosos en varias
provincias (arts. 2, 6, 7 y 27).
38. El Estado parte debe, en consulta con los pueblos indígenas, intensificar sus
esfuerzos en la demarcación y reconocimiento legal de los territorios sobre los cuales
los pueblos indígenas tienen derechos. El Estado parte debe, asimismo, proteger de
manera efectiva a los pueblos indígenas contra todo acto de violencia, y velar por que
los autores de tales actos sean llevados ante la justicia y debidamente sancionados, y
que las víctimas obtengan una reparación adecuada.
Difusión de información relativa al Pacto
39. El Estado parte debe difundir ampliamente el Pacto y sus dos Protocolos
Facultativos, el texto de su quinto informe periódico y las presentes observaciones
finales, para concienciar en mayor medida respecto de los derechos consagrados en el
Pacto a las autoridades judiciales, legislativas y administrativas, la sociedad civil y las
organizaciones no gubernamentales que actúan en el país, así como la opinión pública
en general.
40. De conformidad con el artículo 71, párrafo 5, del reglamento del Comité, se solicita
al Estado parte que facilite, dentro del plazo de un año a partir de la aprobación de las
presentes observaciones finales, información pertinente sobre la aplicación de las
recomendaciones formuladas por el Comité que figuran en los párrafos 12 (interrupción
voluntaria del embarazo), 14 (tortura y malos tratos) y 24 (condiciones de detención) de
este documento.
41. El Comité pide al Estado parte que presente su próximo informe periódico a más
tardar el 15 de julio de 2022 y que incluya en dicho informe información concreta y
actualizada sobre la aplicación de las recomendaciones formuladas en las presentes
observaciones finales y del Pacto en su conjunto. Pide también al Estado parte que, al
preparar su próximo informe periódico, celebre amplias consultas con la sociedad civil y
las organizaciones no gubernamentales que actúan en el país.
42. Habida cuenta de que el Estado parte ha aceptado el procedimiento simplificado de
presentación de informes, el Comité le transmitirá, llegado el momento, una lista de
cuestiones previa a la presentación del informe. Las respuestas del Estado parte a esa
lista de cuestiones constituirán su sexto informe periódico. De conformidad con la
resolución 68/268 de la Asamblea General, el informe ha de tener una extensión
máxima de 21.200 palabras.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

Los hechos expuestos por el autor


2.1 El hijo del autor, J.L.B., era oficial de la policía de Mendoza y tenía 22 años al
momento de su muerte. El 2 de noviembre de 1999, fue encontrado con una herida de
arma de fuego en la cabeza, en una calle de Luján de Cuyo (provincia de Mendoza), a
50 metros de la casa de una mujer con la que mantenía una relación sentimental.
Seguidamente fue trasladado al Sanatorio Regional y luego al Hospital Central, donde
falleció el 9 de noviembre de 1999.
2.2 El Quinto Juzgado de Instrucción de Mendoza (“Juzgado núm. 5”) estuvo a cargo
de la investigar la muerte del hijo del autor. Originalmente, una pericia de la policía de
Mendoza indicaba que su muerte había sido un suicidio por motivos amorosos. Las
autoridades judiciales consignaron la materia del expediente judicial como “suicidio”.
2.3 El autor se constituyó en el proceso como querellante particular. Alega que debido a
su intervención, las autoridades judiciales cambiaron la materia del expediente judicial
por “averiguación de delito”.
2.4 El autor alega que la oficial de la Policía, R.L., realizó una investigación sobre la
muerte de su hijo. De acuerdo a esta oficial, el hijo del autor habría sido asesinado
porque estaba investigando un presunto tráfico de motocicletas en el que estaba
involucrado el padre de la persona con la que mantenía una relación sentimental.
Sostiene, asimismo, que como resultado de su involucramiento en el caso, el Jefe de
Homicidios de la Policía, Subcomisario M.C., amenazó de muerte a la oficial R.L.,
mientras que el Jefe de la Policía de Mendoza la amenazó con internarla en un hospital
psiquiátrico. La oficial fue puesta en licencia por enfermedad contra su voluntad por 45
días y sus padres fueron amenazados.
2.5 Como resultado de las investigaciones de la oficial R.L., la Inspección General de
Seguridad de la Policía llevó a cabo un sumario administrativo en que 13 policías de
varios rangos fueron investigados. La conclusiones del sumario, elevadas a la Junta de
Disciplina, recomendaron que cuatro policías fueran sancionados con 20 días de
suspensión y un policía con 35 días de suspensión, por transgredir dolosamente los
principios de la actuación policial, debido a que entre otros, al llegar al lugar de los
hechos, no cercaron la zona, borraron huellas, se demoraron más de cuatro horas en
hacer un allanamiento a una vivienda, y cuando lo hicieron ya había otros policías en el
inmueble. Sin embargo, la Junta de Disciplina decidió no sancionar a ninguno de ellos.
2.6 El autor alega que intentó impulsar la investigación judicial, sin éxito; que, como
resultado, fue objeto de amenazas de muerte; y que debió solicitar protección policial al
destacamento de Dorrego (Guaymallén, Mendoza). De acuerdo a la declaración de dos
policías que se encargaron de la protección del autor, este fue víctima de
persecuciones y amedrentamiento; por ejemplo, uno de los policías declaró el 10 de
octubre de 2000 que había visto que vehículos de la División de Investigaciones de la
Policía Provincial de Mendoza seguían al autor, en actitud sospechosa. Igualmente,
algunos testigos también habrían sido amenazados.
2.7 El 29 de diciembre de 2000, el Juzgado núm. 5, a cargo del juez M.P., decidió
archivar la investigación judicial por falta de pruebas. El juzgado hizo una relación de
las pruebas actuadas, entre otras, las declaraciones de varias personas, la pericia
sobre el arma de fuego encontrada en el lugar del hecho, la pericia de necropsia del
cadáver practicada por miembrosdel Cuerpo Médico Forense y Criminalístico, el
informe practicado por la oficial R.L., y la pericia de reconstrucción criminal; y concluyó
que había quedado demostrado que el hijo del autor mantuvo una relación sentimental
con una mujer; que, a raíz de un distanciamiento en la relación, él se había suicidado; y
que no había indicios sobre la intervención de terceras personas. Adicionalmente, el
Juzgado ordenó el retiro de la protección policial asignada al autor.
2.8 El 28 de marzo de 2001, el autor presentó un recurso de nulidad y pedido de
desarchivo contra esta decisión ante el propio Juzgado núm. 5. El autor alegó, entre
otros, que la decisión no estaba debidamente fundamentada conforme a las reglas de
la sana crítica racional; y que existían pruebas que demostraban que la conclusión en
la que se basó el archivo de la causa era errónea. El Ministerio Público solicitó el
rechazo del recurso de nulidad del autor por considerar que la decisión del Juzgado
núm. 5 estaba debidamente fundamentada
2.9 El 11 de abril de 2001, el juez M.P., del Juzgado núm. 5, rechazó el incidente de
nulidad deducido por el autor. El Juzgado determinó que no existía falta de observancia
a las garantías que pudiera viciar la decisión de archivo, toda vez que esta decisión se
fundamentó en una evaluación razonable de distintos medios probatorios incorporados
a la causa, como la inspección ocular, pericias, informes técnicos, y declaraciones
testimoniales. El autor alega que posteriormente logró que se actuaran algunas
pruebas adicionales ante el Juzgado núm. 5 y que no existió actividad procesal, por lo
menos desde el 11 de abril de 2003, sin ninguna causa aparente.
2.10 El autor alega que como resultado de la investigación administrativa contra
oficiales de policía, el Primer Juzgado de Instrucción de Mendoza abrió una
investigación por el delito de ocultación y/o supresión de medios de prueba. Sin
embargo, la causa fue sobreseída y archivada el 11 de septiembre de 2003.
2.11 Con relación al requisito establecido en el artículo 5, párrafo 2 b) del Protocolo
Facultativo, el autor alega que las autoridades nunca dictaron una resolución definitiva
que pudiera ser recurrida por el autor. A diferencia de la decisión de sobreseimiento o
de absolución, la decisión de archivo de una causa es una forma de terminación de una
investigación penal que no causa estado, es decir, que no impide a un juez o fiscal
reabrir la causa si surgen nuevos elementos de prueba conocidos con posterioridad a
la decisión de archivo. La investigación penal sobre la muerte de su hijo tuvo un
régimen legal mixto, puesto que se rigió por el antiguo Código Procesal Penal adoptado
por la Ley 1908, que coexistió con el nuevo Código adoptado por la Ley 6730. Si bien
bajo ambas leyes el archivo de una causa era dispuesto por las mismas causales
(cuando el hecho no constituye un delito o no se puede proceder), bajo la Ley 1908,
aplicable al caso del hijo del autor, la parte querellante no podía oponerse a la decisión
de archivo del juez, la cual solo era apelable por el fiscal.
2.12 Respecto a la demora en la presentación de la comunicación, el autor sostiene
que no acudió al Comité en fecha anterior por razones de seguridad y de salud. El
autor reitera que fue objeto de amenazas durante la investigación policial y judicial, por
lo que se le dispuso protección policial; que otros testigos también fueron amenazados;
y que luego que se archivó la causa en relación con la muerte de su hijo, él continúo
recibiendo amenazas hasta el año 2009. Agrega que estas amenazas estaban
relacionas con una denuncia que el autor presentó contra el comisario C.O.C., quien
fue uno de los principales responsables de la investigación sobre la muerte de su hijo.
Por otra parte, el autor padeció graves problemas de salud a raíz de esta situación. El
19 de abril de 2005 tuvo una intervención quirúrgica en la que se le operó de un
séxtuple bypass coronario, posteriormente sufrió tres infartos y finalmente un
cardiólogo certificó que tenía una discapacidad mayor del 80% para realizar todo tipo
de tareas.

La denuncia
3.1 El autor afirma que el Estado parte ha violado los derechos que le asisten en virtud
del artículo 2, párrafo 3, leído conjuntamente con el artículo 14, del Pacto.
3.2 El autor realizó esfuerzos por impulsar la investigación judicial con relación a la
muerte de su hijo. Sin embargo, las actuaciones u omisiones de las autoridades
suponen en la práctica una denegación de justicia. El autor sostiene que el Estado
parte está en la obligación de prevenir, razonablemente, las violaciones de los
derechos humanos, de investigar seriamente con los medios a su alcance las
violaciones que se hayan cometido dentro del ámbito de su jurisdicción a fin de
identificar a los responsables, de imponerles las sanciones pertinentes y de asegurar a
la víctima una adecuada reparación.
3.3 En el caso de la muerte de su hijo, la falta de diligencia en la investigación policial
impidió la prosecución de la investigación penal. El juez del Juzgado núm. 5 decidió
archivar la causa sobre la base de una investigación judicial carente de pruebas como
resultado de la deficiente investigación policial. La falta de diligencia de las autoridades
judiciales dejó al autor sin acceso a un recurso judicial efectivo, en que se esclarecieran
las razones de la muerte de su hijo y se sancionara a los responsables2 . El autor alega
que ciertos hechos y pruebas indicaban que la muerte de su hijo no había sido un
suicidio. En particular, el examen del Dermotest (prueba del guantelete) concluyó que
no había restos de pólvora en ninguna de las manos de su hijo; según la declaración
del médico que atendió a su hijo, este no tenía marca de quemadura en la cabeza (halo
de Fish), como sucede en casos de suicidio por disparo en la cabeza; a pesar de que
cuando fue atendido por los médicos sólo tenía un mínimo de masa encefálica en la
cabeza, no se encontró prácticamente nada de dicha masa encefálica en el lugar del
hecho; no se encontraron manchas de sangre en las paredes a pesar que era un
pasillo muy reducido; y nunca se encontró el proyectil con que se disparó, lo que
resultaría ilógico por la trayectoria del disparo y lo angosto del lugar. Por otra parte, el
primer testigo declaró que no había olor a pólvora; otro testigo señaló que el médico
que atendió al hijo del autor indicó que el orificio de entrada de la bala estaba en el lado
izquierdo y el de salida en el derecho de su cabeza, lo que resultaba imposible toda vez
que él utilizaba el arma con la mano derecha; y ninguno de los 10 testigos que se
encontraban a menos de 50 metros de donde se encontró el cuerpo oyó el disparo.
3.4 Los recursos de carácter puramente administrativo y disciplinario no pueden
considerarse recursos efectivos y adecuados al tenor del artículo 2, párrafo 3 del Pacto
en casos de violaciones particularmente graves de los derechos humanos, por ejemplo,
cuando se alega la violación de derecho a la vida3 . Por tanto, las autoridades tienen la
obligación de investigar y sancionar de oficio a los responsables de las violaciones de
los derechos humanos. La investigación deber ser llevada a cabo en un plazo
razonable, de forma efectiva, imparcial y diligente, así como en observancia del debido
proceso y de las garantías judiciales. A fin de cumplir con sus obligación de investigar y
sancionar a los responsables, el Estado parte debe, entre otras cosas, remover todos
los obstáculos, de facto y de jure, que mantengan la impunidad; utilizar todos los
medios disponibles para hacer expedita la investigación y el proceso judicial; y otorgar
las garantías de seguridad adecuadas a las

víctimas, investigadores, testigos, defensores de derechos humanos, empleados


judiciales, fiscales, jueces, magistrados y otros operadores de justicia4
. 3.5 El autor no tuvo acceso a una tutela judicial efectiva toda vez que las autoridades
no aseguraron las protecciones y garantías que todo querellante debe tener, como
parte de un debido proceso. Todo intento de promover la investigación por parte del
autor fue obstaculizado. Su participación en el proceso penal como querellante
particular resultó en amenazas contra su vida por lo que se le dio protección policial
personal.
3.6 El autor solicita al Comité que declare la responsabilidad internacional del Estado
parte y recomiende, como medidas de no repetición, la remoción del juez M.P. del
Juzgado núm. 5 y una solución justa para su caso.
Observaciones del Estado parte sobre la admisibilidad
4.1 El 24 de octubre de 2012, el Estado parte presentó sus observaciones sobre la
admisibilidad de la comunicación. Sostiene que la comunicación debe ser declarada
inadmisible debido a que transcurrió un plazo no razonable entre la fecha de
agotamiento de los recursos internos y la presentación de la comunicación al Comité, lo
que afecta el ejercicio del derecho de defensa del Estado parte.
4.2 El Estado parte sostiene que, en los documentos transmitidos por el Comité, no
existe constancia respecto de la fecha de la presentación inicial de la comunicación y
que solo figura la fecha de recepción de una correspondencia posterior del autor de 21
de junio de 2011. Tomando con referencia esta última fecha y el hecho que la última
actividad procesal con relación a la muerte de su hijo se llevó a cabo en abril de 2003,
pasaron más de ocho años hasta que el autor formalizara su denuncia ante el Comité.
4.3 A pesar de que el Protocolo Facultativo no establece un plazo para la presentación
de las comunicaciones ante el Comité, en el caso del autor, su demora no es
razonable. La presentación de una denuncia en un plazo razonable es norma
dimanante de un principio general de derecho. Agrega que las demoras en la
presentación de una comunicación pueden contribuir a que al Estado parte le resulte
difícil responder de manera adecuada. No obstante, cuando el autor fue invitado a
exponer las razones de esta demora, este se limitó a alegar razones de seguridad
personal y de salud.
Comentarios del autor sobre las observaciones del Estado parte acerca de la
admisibilidad
5.1 Con fecha 25 de diciembre de 2012, el autor dio respuesta a las observaciones del
Estado parte sobre la admisibilidad de la comunicación. El autor afirma que su
comunicación inicial fue presentada el 6 de agosto de 2010 y que esta es la fecha que
debe tenerse en cuanta, aunque haya habido presentaciones posteriores para ampliar
información y/o aclarar puntos, a solicitud del Comité.
5.2 La razonabilidad del plazo transcurrido entre abril de 2003 y agosto de 2010, es
decir más de siete años, debe ser analizada por el Comité a la luz de las circunstancias
especiales del caso, y tomando en cuenta que el Protocolo Facultativo no establece
ningún plazo para la presentación de la denuncia. El autor reitera que no estuvo en
condiciones de presentar la comunicación en fecha anterior por la situación de
amenazas e inseguridad sufrida, que ponía en peligro su vida, y la fragilidad de su
salud. Por ello, solo pudo presentar la comunicación cuando el riesgo y temor había
disminuido.

5.3 A pesar de que la presentación de una comunicación dentro de un plazo razonable


es una norma que se deriva de principios generales de derecho, la especificidad del
derecho internacional de los derechos humanos requiere que la razonabilidad en este
caso sea interpretada bajo el prisma del principio pro persona y no desde el derecho de
defensa del Estado parte. El hecho de que la demora pueda contribuir a que el Estado
parte le resulte difícil responder de manera adecuada, no genera ipso facto la
inadmisibilidad de la comunicación; más aún cuando fue el propio Estado parte, por
acción u omisión, el que contribuyó a que el denunciante tuviera esa demora.
5.4 El autor solicita al Comité que concluya que se violaron los derechos que le asisten
a él y su hijo y recomiende al Estado parte, entre otras, las siguientes reparaciones:
una indemnización por el daño sufrido a consecuencia de sus acciones para impulsar la
investigación judicial, por las secuelas en la salud del autor y por la muerte de su hijo,
por un monto de 60.000, 80.000 y 350.000 pesos argentinos, respectivamente. Como
medidas de no repetición, solicita que se ordene la investigación sobre la actuación del
juez del Juzgado núm. 5 y en general sobre la independencia judicial, y la reapertura de
la investigación. Como medidas de satisfacción, solicita que se rindan a su hijo honores
policiales por fallecimiento en actos de servicio y que el Estado parte reconozca su
responsabilidad internacional
. Observaciones del Estado parte sobre el fondo
6.1 El 11 de febrero de 2013, el Estado parte presentó sus observaciones en cuanto al
fondo de la comunicación y reiteró que la comunicación debe ser declarada
inadmisible. En caso de que el Comité considere que la comunicación es admisible, los
hechos presentados no constituyen una violación del Pacto.
6.2 Originalmente se investigó la muerte del hijo del autor como un hecho de suicidio,
pero luego las autoridades decidieron modificar la caracterización de la investigación y
los hechos como “averiguación de delito” en contra de J.L.B..
6.3 El artículo 2, párrafo 3 del Pacto establece el derecho a un “recurso efectivo” a fin
de que se proteja los derechos y libertades establecidos en él. Sin embargo, a
diferencia del artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aquel
no se refiere de forma expresa a un recurso de tipo judicial, sino que sólo obliga a los
Estados partes a proveer un recurso efectivo, independientemente de su naturaleza
judicial o administrativa.
6.4 Las actuaciones judiciales se realizaron en el marco del ordenamiento jurídico
vigente y respetaron las garantías judiciales. Los esfuerzos del autor en el marco de las
investigaciones no fueron obstaculizados por las autoridades judiciales, toda vez que
en el proceso judicial se ordenaron y sustanciaron varias medidas de pruebas y
diligencias procesales cuyos resultados sirvieron de sustento para la resolución del
Juzgado núm. 5.
6.5 El expediente judicial constaba del sumario de prevención elaborado por la Policía
de Mendoza y de distintas pericias y medidas de prueba, entre las que se destacan el
informe pericial en el que se concluye que podía presumirse que el fallecimiento del hijo
del autor se había producido por un suicidio. Por otra parte, el informe elaborado por la
oficial R.L. sostuvo la hipótesis del homicidio. A raíz de esta hipótesis, el juez ordenó
citar a varios testigos mencionados en el informe; sin embargo, concluyó que sus
declaraciones no aportaban otros datos distintos que dieran sustento a la hipótesis de
la oficial R.L., y modificaran la conclusión del informe pericial. Más aún, el informe
pericial elaborado por el perito de reconstrucción criminalística también señaló que las
causas de la muerte del hijo del autor estaban única y exclusivamente relacionadas con
un caso de suicidio o autoeliminación mediante el uso de su arma de fuego
reglamentaria.
6.6 El juez finalmente concluyó que el fallecimiento del hijo del autor se debió a un
suicidio mediante el uso de arma de fuego, sin intervención de terceras personas; y, por
tanto, estimó que los hechos no constituían delito y que debía proceder al archivo del
caso.

6.7 Con relación a las presuntas irregularidades cometidas por el personal policial
involucrado en la investigación, el Estado parte mantiene que se realizó un sumario
administrativo a cargo de la Inspección General de Seguridad del Ministerio de Justicia
y Seguridad de la provincia de Mendoza, a fin de establecer la posible responsabilidad
de los policías. En el marco de este procedimiento administrativo, el instructor
sumariante aconsejó la imposición de la sanción de suspensión en las funciones por
hasta 35 días en alguno de los casos. Sin embargo, la Junta de Disciplina dispuso no
aplicar sanciones a ningún funcionario policial.
6.8 Mediante la presente comunicación el autor pretende en la práctica que el Comité
actúe como una cuarta instancia y revise el criterio de valoración de la prueba utilizado
por las autoridades judiciales que intervinieron en el proceso judicial. El Estado parte
mantiene que no es una atribución de los órganos de protección internacional de los
derechos humanos actuar como tribunal de cuarta instancia y revisar decisiones de
tribunales nacionales.
Comentarios del autor sobre las observaciones del Estado parte acerca del
fondo
7.1 Mediante correspondencia de 13 de mayo de 2013, el autor presentó comentarios
sobre el fondo de la comunicación. Reitera que sufrió una violación del artículo 2,
párrafo 3, leído conjuntamente con el artículo 14, del Pacto. Los derechos recogidos en
este artículo que protegen al imputado, por aplicación analógica, reconocen derechos y
garantías para las víctimas de delitos de forma que puedan constituirse en querellante
particular e impulsar el proceso penal.
7.2 A pesar de todos los esfuerzos del autor para impulsar la investigación penal sobre
la muerte de su hijo, la causa fue archivada por el juez del Juzgado núm. 5 el 29 de
diciembre de 2000, sin que exista posibilidad de oponerse o apelar esta decisión. A
este respecto, alega que cuando la violación de los derechos humanos es, a la vez, el
resultado de un hecho tipificado penalmente, la víctima tiene derecho a una
investigación judicial efectiva, a fin de identificar a los responsables y de imponerles las
sanciones pertinentes.
7.3 Los recursos de carácter puramente administrativo y disciplinario no pueden
considerarse recursos efectivos y adecuados al tenor del artículo 2, párrafo 3 del Pacto
en casos de violaciones particularmente graves de los derechos humanos, en particular
cuando se alega la violación del derecho a la vida.
7.4 Las observaciones del Estado parte hacen referencia a algunas de las pruebas
producidas durante la investigación, omitiendo otras que indican que la muerte del hijo
del autor no fue un suicidio. A este respecto, el autor reitera que la investigación fue
deficiente y que la actuación de las autoridades fue un obstáculo para la efectividad de
la investigación como quedó reflejado en el sumario administrativo contra los oficiales
de policía, que recomendó que cinco policías fueran sancionados por transgredir los
principios de la actuación policial.
7.5 Con relación con las observaciones del Estado parte de que la comunicación tiene
como objetivo constituir al Comité en una cuarta instancia, el autor alega que el Comité
es competente para declarar una comunicación admisible si la queja está relacionada
con una sentencia judicial de un tribunal nacional que ha sido dictada al margen del
debido proceso, o que aparentemente viola cualquier otro derecho garantizado en el
Pacto. En el presente caso, la decisión judicial en cuestión se dio al margen del debido
proceso, lo que constituyó una violación de los derechos a un recurso efectivo y a
participar del proceso como querellante, así como una omisión de las autoridades de la
obligación de identificar y sancionar a los responsables de la muerte de su hijo. Por
tanto, se trata de una violación del artículo 2, párrafo 3, leído conjuntamente con el
artículo 14, párrafo 1, del Pacto.
7.6 El autor alega que no tuvo acceso a un recurso efectivo y a un trato justo y proceso
eficaz, y que es una víctima debido a la omisión manifiesta de investigar lo sucedido
por el Estado parte5 . Debido a que se concluyó que su hijo se había suicidado no pudo
cobrar el seguro de vida, toda vez que el seguro tenía una cláusula de exclusión en
caso de suicidio.
Deliberaciones del Comité Examen de la admisibilidad
8.1 Antes de examinar cualquier reclamación formulada en una comunicación, el
Comité de Derechos Humanos debe decidir, de conformidad con el artículo 93 de su
reglamento, si el caso es o no admisible en virtud del Protocolo Facultativo del Pacto.
8.2 En cumplimiento de lo exigido en el artículo 5, párrafo 2, apartado a), del Protocolo
Facultativo, el Comité se ha cerciorado de que el mismo asunto no está siendo
examinado en el marco de otro procedimiento de examen o arreglo internacional.
8.3 El Comité toma nota de las alegaciones del autor de que el Juzgado núm. 5 abrió
una causa con relación a las circunstancias de la muerte de su hijo; que él se
constituyó en el proceso como querellante particular; que el 29 de diciembre de 2000,
el Juzgado núm. 5 decidió archivar la investigación judicial por falta de pruebas que
indicasen la comisión de un delito; que posteriormente, el 11 de abril de 2001, el mismo
Juzgado también rechazó un recurso de nulidad y pedido de desarchivo presentado por
el autor; y que de acuerdo a la Ley 1908, aplicable al proceso en cuestión, la parte
querellante no podía oponerse a la decisión de archivo de la causa, la misma que solo
era apelable por el fiscal. El Comité observa que el Estado parte no ha objetado la
admisibilidad de la comunicación por falta de agotamiento de recursos internos. Por
tanto, el Comité considera que no existe obstáculo a la admisibilidad de la
comunicación en virtud del artículo 5, párrafo 2, apartado b) del Protocolo Facultativo.
8.4 El Comité toma nota del argumento del Estado parte de que la comunicación debe
ser declarada inadmisible debido a que transcurrió un plazo no razonable entre la fecha
de agotamiento de los recursos internos y la presentación de la comunicación al
Comité, lo que afecta el ejercicio de defensa del Estado parte. El Comité también toma
nota de las alegaciones del autor de que el Protocolo Facultativo no establece ningún
plazo para la presentación de comunicaciones; y que no pudo acudir al Comité en
fecha anterior por problemas graves de salud y razones de seguridad. El Comité
recuerda que de acuerdo a su jurisprudencia puede existir un abuso del derecho de
presentación de una comunicación en los casos en que haya transcurrido un período
de tiempo excepcionalmente largo entre el agotamiento de los recursos internos y la
presentación de la comunicación, sin justificación suficiente, en cuyo caso, la
comunicación es inadmisible con arreglo al artículo 3 del Protocolo Facultativo6 . En el
presente caso, el Comité observa que el autor presentó la comunicación ante el Comité
el 10 de agosto de 20107 , más de nueve y siete años desde el archivo de la causa por
el Juzgado núm. 5 o de la última actividad procesal, respectivamente; que mientras se
llevó a cabo la investigación judicial, el autor contó con protección policial; y que esta
fue retirada por orden del Juzgado núm. 5 el 29 de diciembre de 2000. Por otra parte, el
Estado parte no ha cuestionado la alegación del autor de que continuó recibiendo
amenazas hasta el año 2009 debido a la denuncia que presentó contra el comisario
que fue el

principal responsable de la investigación sobre la muerte de su hijo. Por tanto, en las


particulares circunstancias de este caso, el Comité considera que la presente
comunicación no constituye un abuso del derecho de presentación de una
comunicación.
8.5 El Comité toma nota de los argumentos del Estado parte de que mediante la
presente comunicación el autor pretende que el Comité actúe como una cuarta
instancia y revise el criterio de valoración de la prueba utilizado por las autoridades
judiciales; que en el proceso seguido ante el Juzgado núm. 5 se ordenaron y
sustanciaron varias medidas de pruebas y diligencias procesales cuyos resultados
sirvieron de sustento del auto en que ordenó archivar la causa; que los esfuerzos del
autor en el marco de las investigaciones no fueron obstaculizados; y que las
autoridades judiciales concluyeron que la muerte del hijo del autor se debió a un
suicidio mediante el uso de arma de fuego, sin intervención de terceros. El Comité
también toma nota de las alegaciones del autor de que las actuaciones u omisiones de
las autoridades constituyeron una denegación de justicia y una violación de sus
derechos en virtud del artículo 2, párrafo 3, leído conjuntamente con el artículo 14, del
Pacto, toda vez que todo intento por promover la investigación sobre las circunstancias
de la muerte de su hijo fue obstaculizado, habiendo recibido incluso amenazas de
muerte; que el Juzgado núm. 5 archivó la causa con relación a la muerte de su hijo, a
pesar de que había ciertos hechos y pruebas que indicaban que la muerte de su hijo no
había sido un suicidio; y que la falta de diligencia en la investigación policial condicionó
los resultados de la investigación judicial.
8.6 El Comité observa que la muerte del hijo del autor fue objeto de un proceso judicial
ante el Juzgado núm. 5, en el que se actuaron diferentes pruebas y diligencias
procesales; que el autor pudo participar activamente en el proceso como querellante
particular; que ante sus alegaciones de amenazas las autoridades le brindaron
protección policial hasta la fecha en que se ordenó el archivo de la causa; que a pesar
de que la ley en vigor no permitía al autor oponerse a la decisión de archivo, este
presentó un recurso de nulidad contra la decisión de archivo ante el propio Juzgado
núm. 5, que fue desestimado por el Juzgado núm. 5, entre otros, en atención a la
solicitud de rechazo del Ministerio Público; y que toda vez que la decisión de archivo no
era definitiva, existió actividad procesal después de esta fecha sin que se decidiera el
desarchivo de la causa. En atención a lo anterior, el Comité considera que el autor no
ha fundamentado suficientemente sus alegaciones de falta de acceso a un recurso
judicial efectivo. Más aun, sus alegaciones de violación del Pacto ante el Comité se
refieren fundamentalmente a la evaluación de los hechos y las pruebas por los
tribunales del Estado parte. El Comité recuerda su jurisprudencia con arreglo a la cual
incumbe a los tribunales de los Estados partes evaluar los hechos y las pruebas en
cada caso particular, o la aplicación de la legislación interna, a menos que se
demuestre que esa evaluación o aplicación fue claramente arbitraria o equivalió a error
manifiesto o denegación de justicia8 . El Comité ha examinado los materiales
presentados por el autor, y considera que dichos documentos no muestran que la
decisión de Juzgado núm. 5 adoleciese de tales defectos. Por consiguiente, el Comité
considera que el autor no ha fundamentado suficientemente su denuncia de violación
del artículo 2, párrafo 3, leído conjuntamente con el artículo 14, del Pacto, por lo que
resulta inadmisible con arreglo al artículo 2 del Protocolo Facultativo. 9. En
consecuencia, el Comité decide: a) Que la comunicación es inadmisible con arreglo al
artículo 2 del Protocolo Facultativo; b) Que se comunique la presente decisión al
Estado parte y al autor.

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