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EXAMEN COMENTARIO DE TEXTO PLATÓN (28/11/2023)

– Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla,
volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente
más claras que las que se le muestran?
– Así es.
– Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes
de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a
la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que
ahora decimos que son los verdaderos?
– Por cierto, al menos inmediatamente.

Pregunta 2: Identifique y explique las ideas contenidas en el texto.

El presente fragmento, extraído del Libro VII de La República de Platón, se sitúa en la parte
intermedia del mito de la caverna, en la cual se hace alusión al proceso de liberación de uno
de los prisioneros y su acceso al mundo superior del prisionero liberado y al proceso de
adaptación que atraviesa. En concreto, nos encontramos en la primera fase de ese proceso de
liberación, previo al paso de la conjetura a la creencia, en la que el prisionero está confuso y
se resiste [Introducción]. De forma previa a esta situación, el prisionero se encontraba
encadenado y sólo podía percibir las sombras que se proyectaban frente a él [Contexto].

Platón nos presenta este proceso de liberación como una tarea muy complicada (lo cual se
refleja en el uso de expresiones como “se le forzara”, “a la fuerza” o “se lo arrastrara”, así
como en la descripción de la cuesta como “escarpada y empinada”), lo cual le sirve para
caracterizar el proceso de la educación o de la dialéctica ascendente (representado por la
“cuesta”, el camino que el prisionero debe seguir para liberarse de las cadenas de la
sensibilidad) como una actividad difícil de completar, lo cual se relaciona con la parte
vinculada al mundo sensible de nuestra alma (la parte irascible y la concupiscible), la cual
nos lastra.

El objetivo de dicho proceso sería la “luz”, que representa la verdad, el conocimiento


propiamente (la episteme o ciencia, conocimiento verdadero que versa sobre las ideas,
entidades perfectas y eternas a las que en el texto se hace alusión al hablar de “objetos
verdaderos”). La alusión al sol representa el grado máximo de la mencionada ciencia, la
nóesis, en la cual se aprehenden de forma directa las ideas y, en este caso, la idea más
relevante en la jerarquía, la idea del Bien.

Sin embargo, debido a la mencionada dificultad de pasar de la ignorancia a la sabiduría, el


prisionero al principio tomará por ciertas “aquellas cosas que podía percibir”, esto es, las
sombras (copias de los objetos sensibles conocidas mediante la imaginación o eikasía, nivel
más bajo de conocimiento en tanto que constituye un conocimiento indirecto del mundo
sensible), ya que se encontrará confuso (“le dolerían los ojos”, sólo vería “fulgores”) y será
incapaz de percibir los entes del exterior de la caverna (del mundo inteligible, mundo
absoluto, verdadero y eterno).
Pregunta 3: Justifique las ideas del texto en relación con la filosofía del autor.

Para poder crear un Estado perfecto e ideal, Platón desarrolla en el mito de la caverna el
proceso educativo necesario para que un hombre se convierta en filósofo-gobernante y pueda
gobernar en ese Estado feliz.

Antes de la obtención del máximo saber, ese prisionero, como ya se ha mencionado, se


encontraba desde su nacimiento encadenado; detrás de él se ubica un tabique (metáfora de la
dificultad de salir de nuestro estado de ignorancia) que separa al fuego y a unos titiriteros
(que representan a los sofistas, manipuladores que venden humo bajo la apariencia de
conocimiento), que proyectan las sombras que ven los prisioneros usando unos objetos
(metáfora de los objetos del mundo sensible, conocidos mediante la creencia o pistis, que
representa el conocimiento directo del mundo sensible) [parte a].

Sin embargo, en un momento determinado el prisionero es liberado (lo cual se describe en la


pregunta 2), y ésto, no sin dificultad, le permite ver directamente el fuego, a los titiriteros y
sus objetos (ya mencionados anteriormente) [parte b]. A continuación, comienza un proceso
de salida gradual, en el cual el prisionero pasa de la caverna (el mundo sensible, dimensión
oscura, fría y cambiante que sólo reporta opinión o doxa, saber inseguro) al exterior (el
mundo inteligible, ya definido con anterioridad, el cual trae consigo la ciencia o episteme)
[parte c].

Una vez allí, el prisionero tiene que pasar por un proceso de adaptación en el cual al principio
sólo era capaz de contemplar las imágenes en el agua (lo cual representa a las ideas
matemáticas, copias relativamente abstractas de las ideas conocidas mediante el pensamiento
discursivo o dianoia, que consiste en el uso de hipótesis y razonamientos); posteriormente,
discierne los objetos mismos, el cielo de noche y los astros y, por último, el cielo de día
(metáforas, todas estas, de las ideas, ya definidas anteriormente); hasta que, finalmente, es
capaz de discernir las ideas en su propio ámbito (el mundo inteligible).

Por último, el prisionero se da cuenta de que el sol es causa de las estaciones y los años, de tal
forma que gobierna el ámbito visible (es decir, que la idea del Bien es fundamento ontológico
de toda la realidad, incluido el mundo sensible) y es causa de todo el conocimiento (lo cual
corresponde a la dimensión epistemológica de la idea del Bien) [parte d].

Al contemplarlo, el prisionero liberado alcanzaría la felicidad (lo cual hace referencia a la


dimensión ética de la idea del Bien, que implica que culminar la dialéctica supone satisfacer
nuestra naturaleza racional y, por lo tanto, autorrealizarnos); sin embargo, al recordar a sus
compañeros prisioneros, les compadecería y querría liberarlos (lo cual se relaciona con la
dimensión política de la idea del Bien, ya que quien conoce el Bien será bueno y, por lo tanto,
antepondrá el Bien común al propio, motivo por el cual sólo el filósofo está capacitado para
gobernar) [parte e].
En consecuencia, iniciará el descenso al interior de la caverna (dialéctica descendente,
proceso en que se relacionan las ideas generales con los objetos particulares, muy vinculada a
la responsabilidad política que se deriva del intelectualismo moral), donde una vez dentro
vuelve, de nuevo, a un estado de confusión debido a la repentina oscuridad (representando la
dificultad de comprender las opiniones ignorantes para una persona sabia). Comparte todos
sus conocimientos con sus compañeros, en un vano intento de educarles (esto es, de liberarles
del engaño de sus sentidos y de las pasiones que les obnubilizan), hasta que estos,
desconfiados, incrédulos e ignorantes, no sólo se burlan de él sino que le matan, matan a
Sócrates, y los asesinos serían la democracia ateniense [parte f].

[Copia-pega de antropología, ética y política].

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