Este capítulo nos empieza hablando de que en la cultura occidental, la
palabra hablada nos genera bastantes sentimientos ya que nos las tomamos muy en serio. El autor se apoya en la filosofía de Platón y Sócrates quienes afirmaron que escogiendo cuidadosamente las palabras, estas podían generarnos grandes sensaciones. También por otra parte, se plantea la duda sobre si es primero el pensamiento o el lenguaje. Es citada en este capítulo una obra de Sartre donde él cuenta la importancia de los padres a la hora de mostrar afecto hacia sus hijos e interactuar con ellos debidamente, sobre todo a una temprana edad que es cuando más contacto existe entre ambas partes, de esta manera, favorecerán a la autoestima del pequeño. Además de comunicar mediante acciones el mensaje de que la vida es importante y que ellos tienen un papel importante en ella. Si esto no existe en la vida del infante puede que no tenga la necesidad de comunicarse. En la infancia de Maggie faltan estas atenciones, la falta de lenguaje en Maggie es achacada a esa carencia de interacción y es por ello que estas ideas se relacionan con los Simpson. Hay un gran distinción entre la cultura oriental y occidental respecto al silencio y se dedican bastantes líneas a si se debe hablar o callar, esto no solo entre distintas culturas sino también en una misma. El texto habla sobre el valor en las culturas orientales, respecto el silencio como algo que rodea el misterio de la vida, la infelicidad terrena se debe a un exceso de pensamiento y de palabras. Gracias al silencio se puede llegar a alcanzar la iluminación, esto significa volver al silencio original y liberarse de las preocupaciones terrenales. Si se quiere alcanzar ese estado de iluminación es necesario actuar espontáneamente evitando perderse en la confusión generada por el exceso de palabras y pensamientos. No quiere decir que no sea necesario el pensamiento pero distinguir entre pensamiento puntual y obsesivo, seria clave. También se comenta la costumbre occidental de vivir una vida de palabras sin acciones, lo cual no es muy beneficioso. Pero también la historia nos enseña que el silencio puede tener consecuencias negativas, como el no detener injusticias. Esto nos deja frente a una gran contradicción. Finalmente, se menciona que el desafío actual de las sociedades es encontrar el equilibrio entre respetar todas las voces y no dejar que se ahoguen en medio del ruido y la información excesiva. Se destaca la importancia de prestar atención y no simplemente tolerar, para evitar que personas como Maggie se sientan marginadas y recurran a medios destructivos para comunicarse.