Está en la página 1de 8

¿Qué son elasticidad, elasticidad de la demanda y de la oferta?

La elasticidad es una medida de la sensibilidad de la cantidad demandada de un bien ante


un cambio en su precio. La elasticidad busca medir el impacto, o el grado de las variaciones
de las demandas o las ofertas de los productos dadas diversas variaciones de precios.
Matemáticamente se expresa:
E = Elasticidad, (Q) = Cantidad, P = Precio
E = Variación porcentual de aumento en (Q)/ Disminución porcentual de descenso en (P)
La elasticidad de la demanda
Es el grado en que la cantidad demandada (Q), responde a las variaciones de precios (P) del
mercado.
En este caso:
Dados unos precios (P) y unas cantidades (Q) y un (P * Q) = Ingreso
 Cuando la reducción del precio (P), genera que la cantidad demandada (Q) aumente tanto
que la multiplicación de (P * Q) sea mayor a la original, se presenta una demanda elástica.
 Cuando la reducción del precio (P), genera que la cantidad demandada (Q) aumente en
proporciones iguales y (P * Q) sea igual, la elasticidad es proporcional o igual a 1.
 Cuando la reducción del precio (P), genera que la cantidad demandada (Q) tan pequeño
que la multiplicación de (P * Q) es menor a la original, se afirma que la demanda de un
bien es inelástica o rígida.
La elasticidad de la Oferta
Es básicamente el mismo concepto, simplemente busca medir el impacto en la oferta de un
producto o servicio dada una variación en su precio.
 Si la cantidad ofrecida de un bien no disminuye cuando se disminuye el precio, se dice que
la oferta es rígida o inelástica.
La siguiente gráfica puede servir de apoyo:

En la oferta totalmente elástica, la cantidad ofrecida puede ser infinita, si el precio es mayor
que 0.
En donde la curva de oferta representa cantidades iguales de (P) y (Q), la elasticidad de la
oferta es igual a 1.

Definición de Elasticidad
Cuando se habla de elasticidad en economía, se habla de la elasticidad-precio de la
curva de demanda de un determinado producto o servicio. En realidad, con el concepto
de elasticidad, a lo que se hace es medir la capacidad de respuesta de un determinado bien
o servicio a una modificación de precio. Así, puede definirse la elasticidad de la demanda
como un cociente de cambios porcentuales de la cantidad demandada y del precio.
¿En qué consiste la elasticidad de la demanda?
En general existe, si todo permanece constante, una relación inversa entre el precio y la
cantidad de un bien o servicio que es solicitada o demandada. Sin embargo, no todos los
productos o servicios se comportan igual al modificarse el precio. Por ello, se distingue
entre aquellos cuya demanda es elástica y aquellos cuya demanda es inelástica.
Una demanda inelástica, supone la existencia de una curva de demanda que tiende a la
verticalidad. Por ello, con independencia del precio, el volumen de demanda se mantiene.
En estos casos, el coeficiente de elasticidad es inferior a uno (se toman los valores
absolutos). Por el contrario, la demanda de un bien o servicio será elástica cuando el
coeficiente de elasticidad excede de 1.
La demanda de la mayor parte de los bienes y servicios es elástica, de modo que al
incrementarse el precio se reduce la demanda, y viceversa.
Existen también otras razones que influyen en a la elasticidad de la demanda, como
son, la mayor o menor necesidad de los bienes o servicios en el corto plazo. Así, los
productos o servicios de primera necesidad, tienden a tener una demanda más inelástica que
otros, salvo que para dichos productos existan claramente bienes o servicios sustitutivos.
Además, la elasticidad no es constante a lo largo de toda la curva de demanda,
pudiendo ser más elástica en el caso de altos precios que para precios reducidos.

Teoría del consumidor


Uno de los conceptos más importantes en economía, específicamente en la microeconomía
es la teoría del consumidor ya que se encarga de analizar el comportamiento de los
agentes económicos como consumidores. Como se acaba de mencionar, la teoría del
consumidor es observada bajo la microeconomía y actualmente el análisis del
consumidor es de vital importancia pues a través de él se puede observar como una persona
alcanza su máximo bienestar dado su presupuesto.
Hoy por hoy, la teoría del consumidor más utilizada o estudiada es bajo el paradigma de la
economía neoclásica pues es la que sigue predominando pero podemos verificar cambios
en la teoría del consumidor bajo otras perspectivas, lo que queda claro es que todas esas
teorías analizan el comportamiento del consumidor bajo la premisa de que, si son
racionales, entonces siempre van a estar buscando obtener un mayor bienestar aunque esto
no siempre es posible de alcanzar debido a las limitaciones monetarias que tenemos los
individuos, por eso, se trata de encontrar el mayor bienestar dado el presupuesto que
tenemos.
Enfocándonos de nuevo en la teoría neoclásica del consumidor, partimos de dos premisas:
 Las preferencias
 La restricción presupuestaria
La teoría neoclásica del consumidor asume que el individuo interactúa en el mercado para
aumentar su bienestar, considerando diversas alternativas de consumo y claro, teniendo en
cuenta sus preferencias, que en la teoría neoclásica ya se consideran como dadas.
La utilidad del consumidor
De lo anterior surge un concepto muy importante en la teoría del consumidor, nos
referimos al concepto de utilidad que se refiere a una medida de la satisfacción que una
persona alcanza cuando consume un bien o servicio.
De la utilidad surge el concepto de utilidad marginal decreciente, es decir, conforme se
aumenta el consumo de un bien, la utilidad otorgada por el consumo de cada bien adicional
va disminuyendo. Esto tiene mucho sentido y lo podemos ver en ejemplos cotidianos, por
ejemplo, tienes mucha hambre y paras a un puesto de tacos, el primer taco te brinda una
utilidad alta pues has pasado varias horas sin comer por lo que el primer taco te sabe a
gloria, te comes un segundo y este te sigue dando satisfacción pero menos que el primero,
conforme vas comiendo más tacos tu cuerpo se va saciando, dejas de tener hambre hasta
que te llenas por lo que un taco adicional ya te caería de peso y si siguieras comiendo más
tacos podrías vomitar o enfermarte, de esta forma vemos como por taco adicional tu cuerpo
se va saciando y cada vez obtienes una utilidad menor.
Curvas de indiferencia
Los conceptos derivados de la teoría del consumidor se expresan gráficamente a través de
las denominadas curvas de indiferencia. Es a través de las curvas de indiferencia y la
restricción presupuestaria como se construye las curvas de demanda del consumidor y
son de gran utilidad para la teoría neoclásica de la economía.
Derivado de lo anterior podemos construir la curva de demanda individual que se encarga
de relacionar las cantidades de bienes o servicios, con el monto máximo, en términos
monetarios, que el individuo está dispuesto a pagar por esa cantidad. Cabe destacar que la
curva de demanda agregada, también conocida como la cuerva del mercado se obtiene,
vaya la redundancia, agregando las curvas de demanda individuales de las personas.

Gracias al uso de la curva de demanda, junto con la curva de oferta, se pueden derivar
importantes conclusiones aunque la curva de oferta es un tema que le corresponde a la
teoría del productor, sin embargo, ambas teorías están altamente relacionadas puesto que
ambas hacen que las curvas se equilibren pues por un lado observamos el punto donde los
individuos alcanza su máxima utilidad, por tanto, su máximo bienestar dado su presupuesto
y con la curva de oferta observamos el mínimo costo en que la empresa incurre para
producir sus bienes, es aquí, donde se da el famoso problema dual, máximo bienestar,
mínimo costo.
Precursores de la teoría del consumidor
En los años 1871 a 1874 es cuando cobra auge la teoría neoclásica y surge principalmente
con la aparición de grandes obras del marginalismo, aunque ya se tenían avances desde
los comienzos del siglo XIX. Cabe destacar que la aparición de las teorías marginalistas
llega a la conclusión de que en sí, la teoría económica estuvo dominada por la economía
clásica, que se enfocaba en grupos o agregados económicos.
Entre los principales autores del marginalismo destacan Menger, Jevons y Walras y Alfred
Marshall, el último autor fue muy importante a la hora de comprender como interactúan la
oferta y la demanda.

La Teoría del consumidor


Esta corriente, impulsada por autores como Menger, Jevons y Walras o Alfred Marshall, es
de vital importancia en la economía y gestión empresarial pues, a partir de ella, podemos
observar cómo se produce el comportamiento del consumidor, es decir, sobre qué bases
decide el ciudadano la mezcla de bienes que tiene a su disposición para satisfacer sus
necesidades y encontrar un equilibrio perfecto.
Según esta teoría, las personas tratan de alcanzar su máximo bienestar a partir del
presupuesto que manejan y, por tanto, organizan su riqueza para adquirir un conjunto de
bienes que les reporten el mayor grado de satisfacción posible. Dicho de otro modo, los
ciudadanos eligen entre la oferta del mercado aquellos productos con los que lograr su nivel
óptimo de bienestar dentro de sus posibilidades económicas. Por ejemplo, una persona con
100 euros de presupuesto para ropa decidirá si prefiere comprarse 4 jerséis de 25 euros o
solo dos más un pantalón de 50 euros.
Dentro del comportamiento del consumidor existen varios conceptos esenciales que nos
ayudan a conocer su forma de actuar:
 Preferencias y restricciones
 Función de utilidad
 Curva de la indiferencia
 Curva de la demanda
Preferencias y restricciones
Los factores que determinarán el comportamiento del consumidor son las preferencias y
restricciones de cada individuo.
En este sentido, las primeras se refieren a qué productos formarían parte de esa cesta
‘perfecta’ o maximizada para el consumidor y se determinan ordenando las cestas de
bienes alternativas.
Las restricciones, por su parte, hacen alusión al presupuesto de la persona e identifican
el conjunto de cestas posibles o asequibles para el ciudadano.
La función de utilidad
La función de utilidad consiste en asignar un valor numérico a cada cesta de bienes de
manera consistente con las preferencias del consumidor, de forma que recopilamos
información sobre las preferencias del consumidor.
En este elemento es posible que se produzca una relación decreciente cuando aumenta
el consumo: cuanto mayor es el número de productos consumidos, menor es la utilidad o
satisfacción percibida por el consumidor. Por ejemplo, siguiendo con el caso textil, la
compra de un jersey aportará gran bienestar, pues el comprador no disponía de ninguno
para el invierno, pero conforme vaya incorporando nuevas prendas, su satisfacción será
menor.
Curva de indiferencia
Este elemento del comportamiento del consumidor muestra las distintas combinaciones
de productos que reportan un mismo nivel de utilidad, es decir, las combinaciones que
nos colocan en una misma situación de indiferencia. Así, si un individuo reduce la cantidad
de X, tendrá que aumentar la de Y para mantener el nivel de utilidad.
Cuando unimos las diferentes curvas de indiferencia obtenemos el mapa de curvas de
indiferencia, un conjunto gráfico que describe las preferencias de una persona sobre
todas las cestas de bienes posibles. En este caso, podemos observar cómo cuanto mayor es
el consumo de los bienes y servicios, mayor es la satisfacción o utilidad de la cesta. Por
ejemplo, si en lugar de un jersey y un pantalón, el comprador adquiere dos jerséis y dos
pantalones la curva de indiferencia aportará una mayor utilidad.
Ahora bien, como cada persona parte de una restricción presupuestaria concreta, el
consumidor tendrá que maximizar sus recursos, ya sea buscando artículos alternativos o
renunciando a unos productos en beneficio de otros.
Curva de demanda
Como consecuencia, al estudiar las diferentes curvas de indiferencia se puede obtener la
curva de demanda, en la que se aprecia las cantidades de cada bien o servicio en
relación con el precio máximo que el sujeto está dispuesto a pagar por cada uno de
ellos.
Gracias a esta teoría, la empresa podrá tener una información muy útil para la fijación de
tarifas y PVP por parte de las empresas, así como el diseño de estrategias competitivas
que permitan ‘empujar’ al ciudadano hacia la compra.
Introducción a la teoría del consumidor
“Los consumidores siempre eligen la mejor cesta de bienes que pueden adquirir”. La teoría
neoclásica de la elección del consumidor se puede sintetizar en la frase anterior. Como
vemos consta de dos proposiciones de las que se desprende todo el análisis de la elección
de los consumidores: la mejor cesta y las posibilidades de adquirir. Veamos en forma
gráfica una especie de mapa que guiará nuestro estudio.

Entonces vamos a ver, cómo las preferencias de los sujetos económicos se traducen en
términos de utilidad y estas se vuelcan en el plano geométrico en formas de curvas de
indiferencia y cómo a cada tipo de bienes les corresponde una forma particular de curvas de
indiferencia.
Por otra parte veremos las cuestiones relacionadas al presupuesto del individuo, sus
posibilidades de consumir. Aquí tocaremos temas relacionados con la renta y los precios de
los bienes y cómo los cambios en estas variables se reflejan en cambios en el consumo de
los bienes.
Veremos que cuando el individuo logra escoger (siempre lo logra según la teoría
neoclásica) la mejor canasta de bienes que tiene a su alcance, éste –el consumidor- llega a
lo que se denomina equilibrio del consumidor. A partir de este punto es que derivaremos la
demanda de un consumidor individual, luego veremos que la demanda de mercado se
obtiene sumando las demandas individuales.

Teoría de precios
CONCEPTO DEL PRECIO
Cantidad de dinero, que hay que pagar por la compra o alquiler de un determinado producto o
servicio. También podríamos definir precio como el valor monetario, con base en el cual, quien
ofrece en venta un bien o servicio estaría dispuesto a participar en un proceso de intercambio

IMPORTANCIA DEL PRECIO


.Su importancia se deriva de su vinculación con los suministros y la demanda, si el precio baja, la
demanda sube y en consecuencia aumentan los suministros, pero esto al hacer aumentar la
competencia, baja los márgenes de beneficios y a continuación varios fabricantes abandonan el
mercado, lo cual disminuye los suministros y obliga a subir los precios, que a su vez incrementan
las ganancias y la producción vuelve a ser interesante

La teoría de precios se refiere a los mecanismos de formación de los precios para un


determinado producto o servicio. Así se determinan dos tipos de métodos para formar los
precios:
Según los gastos: Según este método los precios se forman haciendo una relación entre los
costos del producto o servicio y la cantidad de utilidad que se quiera ganar. Precio = (costo
unitario * porcentaje de utilidad deseado) + costo unitario
1. Según el mercado: Este método incita a determinar nuestros precios según el
mercado y los precios de productos o servicios similares que se brinden dentro del
mismo, así de manera referencial se puede constituir un precio en relación a las
condiciones reales del mercado.

Teoría del valor en la economía clásica


Guillermo Westreicher

La teoría del valor en la economía clásica está representada principalmente por las
hipótesis de Adam Smith y de David Ricardo. Ambos pensadores intentaron explicar qué
variables determinan el valor de una mercancía.
Por un lado, Adam Smith, considerado el padre de la economía moderna, argumenta
que el valor de un bien en el largo plazo se justifica por los factores de producción. Estos
son, por ejemplo, las horas hombre necesarias en el proceso de fabricación.
Asimismo, según Smith, en el corto plazo, el valor —reflejado en el precio— subirá o
bajará dependiendo si la demanda aumenta o cae, respectivamente.
Por otro lado, para David Ricardo, el valor de la mercancía dependerá del esfuerzo
laboral necesario para producirla y de su disponibilidad. Cuanto más difícil sea encontrar
un bien para comprarlo, más valioso será.
Teoría del valor de Adam Smith
La teoría del valor de Adam Smith distingue entre valor de uso y valor de cambio. El
primero proviene del hecho de que el producto satisface una necesidad. Por ejemplo, los
alimentos permiten saciar el hambre.
A su vez, el valor de cambio es el precio pagado en el mercado para adquirir un bien.
Según Smith, este depende —en una economía primitiva o rudimentaria— de la cantidad de
trabajo utilizada para la producción de la mercancía.
Supongamos que para fabricar un vestido José María invierte doce horas de trabajo.
De igual modo, David requiere la mitad de ese tiempo para producir un par de zapatos.
Entonces, José María podría entregar el atuendo que confeccionó a cambio de dos
pares de los zapatos que David manufactura. A esto se le conoce como la ley del valor-
trabajo.
Smith advierte que lo anterior funciona en una sociedad primitiva. Sin embargo, en
una economía más desarrollada la situación cambia.

La teoría de los costes de producción


En primer lugar, en un mundo capitalista, los consumidores desconocen los tiempos
necesarios en cada proceso de producción. Por consiguiente, el valor de cambio ya no
estará determinado por el trabajo incorporado, sino que surgirá de la suma de tres
elementos: Las remuneraciones, las ganancias del capitalista y las rentas del latifundista.
A lo anterior se le denomina la teoría de los costes de producción. En este punto, cabe
explicar que para Smith existían tres grupos en la sociedad, cada uno propietario de un
factor de producción:
Trabajadores: Dueños de la fuerza laboral. Reciben un salario o sueldo a cambio de
su esfuerzo.
Capitalistas: Propietarios del capital. Invierten dinero esperando recibir ganancias.
Terratenientes: Dueños de la tierra. Se les paga una renta o alquiler por el uso del
suelo.
Según Smith, existe un precio natural de la mercancía que se determina por la suma
de las remuneraciones, las ganancias y las rentas.
Luego, el precio de mercado dependerá de la ley de oferta y demanda. Si la cantidad
producida del bien no alcanza para abastecer a todos los consumidores, el precio será
mayor al natural.
De igual modo, cuando la cantidad demandada y aquella ofertada coinciden, el precio
natural es igual al precio del mercado.
Cabe señalar que algunos académicos sostienen que Smith no desarrolló una teoría
del valor propiamente dicha. Esto, debido a que no explica en detalle cómo se determinan
las rentas y las ganancias.

PRECIO NATURAL
Precio de equilibrio, y también precio justo o justiprecio. Precio que prevalece en el
mercado a largo plazo, alrededor del cual el precio real o precio de mercado fluctúa de
forma aleatoria, como consecuencia de la acción de la ley de la oferta y la demanda. Para
Adam Smith (1776), en su obra La riqueza de las naciones, lo mismo que para David
Ricardo (1821), en su obra Principios de economía política y tributación, el precio natural
de un bienes una especie de precio central o precio ideal, alrededor del cual se mueve el
precio real o de mercado como consecuencia de la competencia entre los productores. Es el
precio que es suficiente para pagar exactamente (ni más ni menos) —según el propio Adam
Smith— los gastos necesarios para su obtención: renta de la tierra, salario de los
trabajadores y beneficio del capital, retribuidos todos estos factores de acuerdo a su vez con
sus propios precios naturales. Se refería Adam Smith fundamentalmente a bienes
alimenticios. En caso de tratarse de productos industriales, a los tres conceptos de gastos
habría que añadir el coste de las materias primas, la amortización del equipo productivo y
demás gastos. El precio natural coincide con el precio de coste cuando en el mismo se
incluye el beneficio normal u ordinario del empresario.
Los precios de los tres factores productivos mencionados de forma explícita por
Adam Smith (tierra, trabajo y capital) son determinados en tres mercados diferentes, y
pueden variar según las circunstancias, aunque gravitarán siempre alrededor del precio
natural de cada uno de dichos factores.
El concepto de precio natural surgido en el siglo xviii es en buena parte continuación
o el epígono de la doctrina del justiprecio desarrollado por la escolástica durante la Baja
Edad Media y la Edad Moderna.

También podría gustarte