Está en la página 1de 6

Parcial domiciliario 1 – hist. Arg.

1 A/ Cuando se analiza una sociedad desde los ámbitos políticos, económicos y sociales, se debe tener
en cuenta el marco espacio-temporal o contexto en el cual se desarrolla. Tomando las categorías de
análisis gramscianas como hegemonía, clases subalternas, sociedad civil, revolución pasiva, crisis
orgánica, Estado, entre otras, se visibiliza la complejidad de un proceso histórico, por lo que estos
conceptos o términos teóricos tienen que ser “traducidos” a la realidad de los hechos históricos. Ansaldi
propone que es viable una adaptación del andamiaje metodológico hacia los hechos fácticos
desarrollados en Latinoamérica. Aunque tampoco se puede caer una aplicación forzosa de los conceptos,
pues no todas las categorías son posibles o no se tiene la certeza de que lo sean hasta realizar una
prueba efectiva del análisis. El ejemplo que toma y plantea Ansaldi es el de usar la categoría gramsciana
de “revolución pasiva” en los procesos históricos latinoamericanos, precisamente para el caso argentino.
Este concepto fue utilizado por Gramsci para caracterizar los episodios revolucionarios napolitanos de
1799, que fueron una combinación de cambios y continuidades que modernizan la sociedad sin una
transformación radical. Ansaldi propone introducir esta categoría a la historia argentina, pues con la
Revolución de mayo si bien se da un pasaje del Estado colonial al Estado nacional, ese nuevo Estado
naciente no se logra rápidamente y se prolonga la crisis, argumentando que se demora en el tiempo por
la complejidad del proceso de formación de clases, las cuales luchan por sus intereses particulares. Por
eso, la relación entre el Estado y la sociedad se puede denominar como “genética”, pues el proceso de
formación de una clase dominante está unido al de la formación del Estado (construyéndose
recíprocamente), y en el caso argentino, la sociedad y la nación son el resultado y creación del Estado1.

B/ El concepto de “crisis orgánica” fue planteado por Gramsci como una momento en el que la falla no se
limita a una desestabilización económica o política particular, sino que se refiere a una crisis en la que las
instituciones y las formas tradicionales de dominación están cuestionadas y no son capaces de mantener
el orden existente. Según Ansaldi, la categoría de crisis orgánica es “complicada” basado en que no se
sabe cuánto puede prolongarse una crisis orgánica, período caracterizado por una situación en donde la
clase dominante no consigue mantenerse y las clases subalternas optan por dos respuestas: por un lado,
la vieja estructura logra recomponerse (y podemos conectarlo con el concepto de “revolución-
restauración”). Por otro lado, se alcanza a imponer una nueva estructura que implica una transformación
revolucionaria de la sociedad.

A partir de dos agentes fundamentalmente destructivos, Ansaldi plantea que en el Río de la Plata se abre
una larga crisis orgánica; comienza con la destitución del virrey Sobremonte en favor de Liniers, quien
fue principal actor durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, y se cierra con la federalización de
Buenos Aires en 1880. Esta crisis orgánica, según Ansaldi, cuenta con una línea de tiempo divida en 4
etapas principales2:

1. Primer etapa: ocurrida desde los detonantes de la crisis, es decir, las invasiones inglesas de 1806 y
1807 y la crisis política española de 1808, hasta la anarquía de 1820, también llamado como período
de “la década revolucionaria”. En esta etapa, el proceso independentista y la crisis se acelera con la
Revolución de mayo, y los posteriores conflictos internos y externos del Río de la Plata.
2. Segunda etapa: comprendida desde la fragmentación de 1820, que arrasa con cualquier idea de
formación de un Estado nacional, hasta la derrota del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de
Rosas, en la batalla de Caseros en 1852 y la promulgación de la Constitución de 1853. Este período
está marcado por los distintos proyectos e intentos de formalizar un estado centralizado y los
conflictos que ello trajo, siendo conocido como el marco de las guerras civiles argentinas.
3. Tercera etapa: inicia con la victoria unitaria de Justo José de Urquiza en 1852, que llevó a una
fracturación del territorio en dos entidades políticas diferentes: por un lado, el Estado de Buenos

1
Ansaldi, Waldo y Moreno, José Luis. Estado y sociedad en el pensamiento nacional. San Martín. Cántaro,
1966.
2
Ansaldi, Waldo. ¿Conviene o no conviene invocar al genio de la lámpara? El uso de las categorías
analíticas gramscianas en el análisis de la historia de las sociedades latinoamericanas. Universidad
Central de Venezuela. Caracas, 1991.
Aires y, por otro lado, la Confederación Argentina, integrada por el resto de provincias. Esta
fragmentación del territorio perduró por 10 años, hasta la unificación de las unidades políticas bajo
el nombre de República Argentina en 1862, luego de la derrota unitaria en la batalla de Cepeda, la
firma del Pacto de San José de Flores y la derrota federal en la batalla de Pavón.
4. Cuarta etapa: comprendida desde la unificación del territorio hasta la culminación de la formación
del Estado argentino con la federalización de Buenos Aires en 1880, donde se decreta por ley que la
ciudad porteña sería la capital de Argentina, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda. Este período
fue también llamado como la “Organización Nacional” o “las presidencias fundacionales” por el
carácter de las decisiones gubernamentales que adoptaron los 3 presidentes, Mitre (1862-1868),
Sarmiento (1868-1874) y Avellaneda (1874-1880).

C/ Según Ansaldi, entre 1806 y 1812 se da el nudo histórico que marca la apertura de la crisis orgánica y
posee cuatro momentos o etapas, atadas a la situación política del Río de la Plata3:

1. Primer etapa: comprendida desde el comienzo de la primera invasión inglesa al Río de la Plata en
junio de 1806 hasta la llegada del emisario de Napoléon, el marqués de Sassenay, quién buscaba el
reconocimiento de José I Bonaparte como rey legítimo de España. Fue rápidamente rechazado en
agosto de 1808 y se juró fidelidad a Fernando VII.
2. Segunda etapa: extendida desde el rechazo a Sassenay (agosto de 1808) hasta la llegada en julio de
1809 de Hidalgo de Cisneros, para asumir como nuevo virrey del Río de la Plata por órdenes de la
Junta Central ubicada en Sevilla.
3. Tercera etapa: ocurre desde la asunción de Cisneros como virrey (julio de 1809) hasta la explosión
de la Revolución del 25 de mayo de 1810, cuando el virrey es depuesto y se proclama la Primera
Junta criolla.
4. Cuarta etapa: acontecida desde la Revolución de mayo hasta la destitución del Primer Triunvirato en
octubre de 1812, cuando se impulsa la convocación a una Asamblea Constituyente (que tendrá lugar
en enero de 1813).

D/ El concepto de “revolución-restauración” deriva de la crisis hegemónica de la autoridad y del Estado


conjuntamente que, si bien logra desestabilizar el poder y generaba un proceso de transformación, no
llega a completarse y cerrarse, por lo que se da lugar a un restablecimiento del orden preexistente, “que
se operaba a través de un conjunto de ´modificaciones moleculares´ a través de las cuales cambaba la
composición de las fuerzas sociales”4. Este proceso de “revolución-restauración” tiene que ser analizado
en profundidad, teniendo en cuentas las vicisitudes de las relaciones políticas, sociales y económicas en
los determinados y diversos contextos en los que acontecen, por ello las explicaciones generales no se
pueden utilizar para el análisis del proceso iniciado con la crisis independentista en el Río de la Plata.

Atado y junto al término gramsciano de “revolución pasiva” y “revolución sin revolución”, se ha discutido
a lo largo de la historiografía argentina la interrogante en torno a que si la Revolución de Mayo fue una
revolución (abrupta), una “revolución pasiva”, una “revolución-restauración” o que si realmente existió
una revolución propiamente dicha. Alrededor de los años 60-70, la primacía de los pensamientos de la
izquierda latinoamericana sobre esta cuestión era total, planteando que la independencia había sido un
cambio político que no modificó las estructuras socio-económicas, caracterizando a la revolución como
“inconclusa, fallida o incompleta”. Entre medio de estos esbozos de pensamiento, Tulio Halperín Donghi,
hacia 1972 sostenía que la revolución había significado “el fin del pacto colonial” y terminaba con la
hegemonía mercantil para dar paso a la terrateniente; este cambio se da por los cambios sociales que
dan fin al orden social establecido en la colonia, como una especie de “mutilación”, que fue tomado
como un producto de la revolución. Por su parte, José Luis Chiaramonte nos acerca su mirada en los años
90 cuando plantea la emergencia de una forma de Estado entre el régimen colonial y el Estado nacional,
estableciendo que este surgimiento es el resultado histórico de las estructuras de producción debido a la

3
Ansaldi, Waldo. “Soñar con Rousseau y despertar con Hobbes: una introducción al estudio de la
formación del Estado nacional argentino”.
4
Fradkin, Raúl. “¿Qué tuvo de revolucionaria la revolución de independencia?”. Nuevo Topo, Revista de
Historia y pensamiento crítico, N°5. Buenos Aires, septiembre-octubre de 2008
intrascendencia y/o simple inexistencia de la clase social dirigente de amplitud nacional, pues para estos
sectores primordiales era imposible traspasar los particularismos regionales o locales (que subsisten a lo
largo del período). A su vez, perduraba el predominio del capital mercantil a través de la unión de
productores y comerciantes a pesar de la revolución.

2- El Congreso de Tucumán es un punto relevante e importante en la década revolucionaria de 1810,


pues se buscaba crear un país nuevo sin vínculos con España. La oportunidad se abriría hacia 1808
cuando estalla la crisis política en España debido a la doble abdicación forzada de Carlos IV y Fernando
VII. Napoleón Bonaparte pone bajo su influencia al reino de España, delegando el poder en su hermano,
José Bonaparte; pero de primera habría expresiones de lealtad al rey por parte de todos los sectores
sociales del virreinato, reconociendo como legítimo a la Junta Central (instalada en Aranjuez y luego
trasladada a Sevilla). Aunque surgirían ideas que quedarían truncas al final, como la de formar juntas de
gobierno en cada ciudad o crear una regencia a cargo de Carlota Joaquina (hermana de Fernando VII), lo
que fue conocido como el “proyecto carlotista”. Pero, frente a la ocupación total y efectiva del territorio
ibérico en 1810 por parte de las tropas francesas, la reacción en el Río de la Plata fue diferente, pues no
reconocieron al Consejo de Regencia como tal. Se impuso una junta de gobierno sin presencia de un
virrey, pues “al no haber más [un] monarca legítimo, la soberanía volvía a los pueblos (...) hasta que el
rey retornase”5.

El primer objetivo fue el autogobierno, eligiendo sus autoridades, manejando su economía; pero
Mariano Moreno propuso derribar el orden vigente para instalar la libertad, la razón y la justicia
universal (aunque se declaraba a favor de Fernando VII), creando el sector radical e independentista, que
convivió con el sector moderado y autonomista de Saavedra, grupos que estaban de acuerdo en luchar
contra los contrarrevolucionarios, iniciando un periodo de guerra civil. A raíz de los conflictos y la derrota
de una facción del ejército revolucionario, en 1811, se reemplaza a la Junta por el Primer Triunvirato, por
lo que el poder quedó en manos de autonomistas: fue integrado por Chiclana, Sarratea y Paso. Como
respuesta, dos grupos independentistas se unieron por una causa en común, la independencia: por un
lado, la Sociedad Patriótica (al mando de Monteagudo) y, por otro, la Logia Lautaro (cuyos líderes fueron
San Martín y Alvear). Fusionados, tomaron el poder en octubre de 1812, instalando el Segundo
Triunvirato, quien impulsó la celebración de la Asamblea del Año XIII, la cual buscaba la declaración de la
independencia y la sanción de una constitución. Estos objetivos que no los lograría (debido a cuestiones
externas e internas), pero daría el primer paso hacia la emancipación, como la adopción de los nuevos
símbolos patrios, la libertad de vientres de esclavas, cese de la nobleza, entre otros. A su vez, la situación
en Europa se volvía a favor de España, pues el avance napoleónico se iba retrayendo, provocando su
derrota y posterior caída. Para marzo de 1814, Fernando VII había regresado al trono y no estaba
dispuesto a negociar con los revolucionarios americanos, pero la Logia obtenía cada vez más poder y se
fortaleció el centralismo porteño por ser la antigua capital virreinal y poseer recursos económico-
culturales; para concentrar aún más ese poder, el Triunvirato fue reemplazado por el directorio, siendo
elegido Posadas como primero en el cargo de director supremo.

El problema principal de la Logia era la presencia del proyecto revolucionario impulsado por José Artigas
en la Banda Oriental, quien primero apoyó las decisiones porteñas, pero luego se opuso a su
centralismo, planteando un sistema confederal en el cual las provincias fueran igualitarias. El proyecto
artiguista fue respaldado por Entre Ríos, Corrientes y Misiones, a lo que luego se sumarían Santa Fe y
Córdoba, formando la Liga de los Pueblos Libres, bajo el protectorado del caudillo oriental. El gobierno
centralista de las Provincias Unidas atentaba contra la confederación de Artigas, pero todas las
incursiones eran rechazadas, sumado a que el resto de provincias comenzaba a cansarse del unitarismo
porteño.

A fines de 1814, Alvear fue nombrado director supremo al ser rechazado en su designación como nuevo
jefe del Ejército Auxiliar por los oficiales (quienes mantuvieron a Rondeau). Arremetió con sus tropas a
Santa Fe, pero éstas se rebelaron y al mando de Álvarez Thomas, fue forzado a renunciar en abril de
1815, disolviendo la Asamblea y la Logia Lautaro perdió influencia y poder. El jefe del ejército, Rondeau,

5
Di Meglio, Gabriel. 1816. La trama de la independencia. Buenos Aires. Planeta, 2016.
fue nombrado como el nuevo director supremo, asumiendo en su favor Álvarez Thomas, por encontrarse
en el norte, pero la autoridad centralista se encontraba muy debilitada. Por eso, se propuso un nuevo
congreso, eligiéndose Tucumán como lugar indicado, frente al rencor que había hacia Buenos Aires. Este
congreso tenía y debía declarar la independencia y sancionar una constitución para organizar el país,
pues el regreso del rey al trono y la enviada de tropas europeas para apagar los focos revolucionarios
insurgentes atentaban contra todos los proyectos autonomistas.

“Los años 1810-1816 están signados, precisamente, por la controversia respecto de la necesidad,
conveniencia y/u oportunidad de declarar formalmente rotos los vínculos coloniales con la metrópoli
española”6.

3- A partir de la lectura de los siguientes textos:

Fradkin, Raúl. ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para una historia popular de la Revolución de
Independencia en el Río de la Plata. Buenos Aires, Prometeo, 2008. Introducción, pp. 9-25

François Xavier-Guerrà: “Hacia una nueva Historia política. Actores sociales y actores políticos”, Anuario
del IEHS, IV, Tandil, 1989.

a- Enunciar y describir las características de los actores según los autores.

b- A partir de dicha descripción y considerando la bibliografía pertinente, caracterizar los actores


de la revolución.

c- Argumentar con la bibliografía y justificar con las fuentes documentales.

Los autores Guerrà y Fradkin proponen una conceptualización de los actores sociales y políticos en el
contexto histórico de la América colonial. Según ellos, los actores sociales y políticos son los individuos y
grupos que interactúan en la vida política y social de una sociedad. Fradkin añade que tienen una
influencia en las decisiones políticas y en la configuración de la estructura política de una sociedad.

En el texto de Bragoni se identifican principalmente los actores subalternos, ósea aquellos grupos
sociales que se encuentran en una posición de subordinación y explotación, y que tienen una capacidad
limitada para actuar en el ámbito político.

Aplicando esta conceptualización al texto de Bragoni, podemos identificar a los esclavos, libertos y
soldados como actores subalternos, ya que se encontraban en una posición de subordinación y
explotación en la sociedad colonial. Estos grupos no tenían acceso al poder político ni económico, y se
encontraban en una posición de vulnerabilidad y discriminación. En contraste, podemos identificar a los
dominantes en la sociedad colonial como aquellos grupos que tenían acceso al poder político y
económico, como la metrópoli, la aristocracia criolla y los altos funcionarios y clérigos. Estos grupos eran
los que ostentaban el poder y controlaban las instituciones políticas y económicas de la sociedad
colonial.

También encontramos ciertos intermediarios, podemos identificar a algunos grupos que cumplían
funciones de mediación y control social, como las autoridades indígenas que colaboraban con el poder
colonial. Estos grupos, aunque no tenían acceso directo al poder político y económico, sí tenían un cierto
grado de poder y control sobre los actores subalternos.

Otro aspecto que se puede aplicar del análisis de Guerrà y Fradkin sobre los actores sociales al texto de
Bragoni es la relación de poder entre los distintos grupos sociales en la sociedad colonial.

6
Ansaldi, Waldo. “Soñar con Rosseau y despertar con Hobbes: Una introducción al estudio de la
formación del Estado nacional argentino”. En: Ansaldi, W. y Moreno, J.L. (comps.). Estado y sociedad en…
op.cit., pp. 35
Según Guerrà y Fradkin, la relación de poder en la sociedad colonial se caracterizaba por una jerarquía
social rígida y una exclusión sistemática de los actores subalternos del poder político y económico. Los
grupos dominantes controlaban las instituciones políticas y económicas, y ejercían un control social y
cultural sobre los actores subalternos. Los intermediarios, por su parte, actuaban como agentes de
control social y mediación entre los grupos dominantes y los subalternos En el texto de Bragoni,
podemos observar esta dinámica de poder en la relación entre los esclavos, libertos y soldados y los
grupos dominantes de la sociedad colonial. Los esclavos y libertos eran considerados propiedad de sus
dueños y no tenían derechos políticos. Los soldados, aunque tenían un cierto grado de movilidad social,
también estaban sujetos a la autoridad y control de los grupos dominantes.

4) En el cap. 3 del texto de Lynch Las revoluciones hispanoamericanas ..., el autor analiza la
respuesta de los territorios del Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.

a- Explicar el título del capítulo en términos de su autor

b- Discutir dicho título considerando otros autores propuestos en la bibliografía

c- A partir de los textos de Azcuy Ameghino, Sala de Tourón y Telesca, proponer un título
alternativo y fundamentar la respuesta

d- Justificar con las fuentes pertinentes

B/

C/

D/

5/

La cita de Halperín Donghi expuesta en el texto de Ansaldi “Soñar con Rousseau...” nos da cuenta la
gravedad y la importancia de la llamada “anarquía del año XX”, la cual termina con los dos proyectos de
Estado nacional: por un lado, el modelo centralista y, por otro lado, el modelo federalista. Por ello,
Ansaldi dice que “la crisis de 1820 arrasa con el monaquismo, el incipiente Estado central, el proyecto
artiguista y con la propia revolución”7. Este es el resultado de la puja entre ambos bandos que entran en
conflicto y tienen como escenario de batalla la diplomacia política y la guerra. El frente federalista poseía
una fuerza potente, por lo que las incursiones centralistas eran rechazadas, y frente a ello, al ver como el
centralismo iba perdiendo poderío en la región, antes de caer, el directorio de Pueyrredón avala la
intervención brasilera sobre la Banda Oriental (1816). Esto, sumado a la declaración de la independencia
de 1816, tenía el fin de debilitar al caudillo oriental, quitándole la salida fluvial y disipando el poder
concentrado en su figura. Artigas es vencido en enero de 1820 en la batalla de Tacuarembó por los
brasileños, pero vence a las tropas del directorio de Rondeau en la batalla de Cepeda de febrero, aunque
tiene que refugiarse en Paraguay. Esto supuso la desintegración de las dos unidades políticas que
dividían la región, dando lugar a una fragmentación de todas las provincias como entidades políticas
autónomas a su merced (naciendo las repúblicas de cada provincia, como Córdoba, Tucumán, San Juan,
entre otras).

Con el precedente del rechazo de la Constitución de 1819 que generó descontentos en los sectores de la
sociedad, en el interior de la provincia de Buenos Aires también había conflictos que traspasaban la
lucha intra-élite, interviniendo los sectores subalternos que se rebelaron contra la designación de Martín
Rodríguez como gobernador. Al caer estos dos proyectos de Estado, las provincias son libres de pactar

7
Ansaldi, Waldo. “Soñar con Rosseau y despertar con Hobbes: Una introducción al estudio de la
formación del Estado nacional argentino”. En: Ansaldi, W. y Moreno, J.L. (comps.). Estado y sociedad en…
op.cit., pp. 46
entre ellas, como lo hacen en el Tratado de Pilar (23 de febrero de 1820) las provincias de Buenos Aires,
Santa Fe y Entre Ríos, el cual fue firmado por los recientes designados gobernadores de cada provincias.

5) hhhhhh

Aun reafirmando su interés y apoyo a la revolución, el sector élite se encargaba de destratarlos, siendo
relatados como “una multitud de soldados, chusma y gente de color, unos y otros con visages y
demostraciones groseras (..), por lo que las señoras salieron a sus puertas, ventanas y balcones, pero se
encerraron rápidamente, para no ser espectadoras de una escena tan desagradable” .

Tras estos levantamientos, el Cabildo primero perdería la potestad de convocar al pueblo en caso de
emergencia y luego, en 1821, es reemplazado por la Junta de Representantes, hecho que no generó
resistencia por parte de la élite, pero sí un clima de descontento de los sectores bajos de la población

4) En el cap. 3 del texto de Lynch Las revoluciones hispanoamericanas ..., el autor analiza la
respuesta de los territorios del Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.

a- Explicar el título del capítulo en términos de su autor

b- Discutir dicho título considerando otros autores propuestos en la bibliografía

c- A partir de los textos de Azcuy Ameghino, Sala de Tourón y Telesca, proponer un título
alternativo y fundamentar la respuesta

d- Justificar con las fuentes pertinentes

4- a- El capítulo 3 del texto Las revoluciones hispanoamericanas de John Lynch lleva como título
“Revolución contra el Río de la Plata”. El autor llama así a este capítulo basado en que las declaraciones
de la junta de gobierno instalada en Buenos Aires no eran aceptadas por 3 regiones principales: la Banda
Oriental, el Paraguay y el Alto Perú. Estas regiones veían a la Revolución de mayo como un movimiento
aislado, regional y que no los beneficiaba por poseer intereses económicos y políticos disímiles con
respecto a la ciudad porteña. Primeramente, las oposiciones hacia Buenos Aires tuvieron un carácter de
apoyo hacia España, es decir, se resistían al foco revolucionario del Río de la Plata en favor de seguir
siendo fieles a Fernando VII, pero esta situación cambiaría con las revueltas internas en cada región, el
hartazgo de las regiones por los intentos de dominación porteña y las posteriores independencias no
alineadas con Buenos Aires, de las cuales nacen los países de Uruguay (la Banda Oriental), Paraguay y
Bolivia (el Alto Perú). Por ello, en este capítulo, Lynch explica y desarrolla por qué se dieron esas
diferencias con el Río de la Plata y cómo estas regiones se rebelan contra el poder de Buenos Aires.

También podría gustarte