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DESARROLLO SUSTENTABLE.

LAS PRINCIPALES TRANSFORMACIONES


AGRARIAS SOBRE LA BASE DE LA INCORPORACION DE SISTEMAS
CONSERVACIONISTAS EN LA REGION PAMPEANA

Mariela Blanco
CEIL/CONICET

El debate en torno al Desarrollo Sustentable puede entenderse como el intento de


construir el desarrollo sobre la base del uso racional de los recursos con perspectivas de
asegurar la atención de las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Esta idea no
solo entiende el desarrollo en el marco económico, sino que los recursos sustentables
atienden a las necesidades de lo social, esto es aspectos tales como la pobreza, la igualdad
de oportunidades, la relación con la naturaleza, etc.

La agricultura también comienza a ser cuestionada desde los paradigmas de la


sustentabilidad, principalmente en el uso indiscriminado de los recursos, los efectos
contaminantes de los agroquímicos, la contaminación ambiental, la degradación, etc. Sin
embargo las respuestas a estos cuestionamientos no son homogéneas y, a grandes rasgos es
posible encontrar en ellas diferentes formas de concebir la relación naturaleza-sociedad. Por
un lado, desde la Agroecología o el Ecodesarrollo, se concibe a la relación naturaleza
sociedad como un intercambio constante de las historias de los distintos grupos sociales
(particularidades culturales, geográficas, políticas, etc.) y su relación con el medio ambiente
natural, de esta manera el desgaste de los recursos puede leerse como degradación también
en lo social. Por otro lado, posturas de carácter conservacionistas entre ellas la siembra
directa, focalizan la atención en la degradación de los recursos naturales y las respuestas se
inscriben en el cambio en los sistemas de producción –el paso de una agricultura
convencional a una agricultura conservacionista. Desde esta última perspectiva se concibe a
la naturaleza como un factor más de producción y su intento es mantener los recursos
naturales económicamente rentables evitando la degradación.


El presente trabajo forma parte de las primeras conclusiones de informe de Beca en CONICET del proyecto:
“Agricultura sustentable y trabajo. La difusión de tecnologías conservacionistas y sus efectos sobre la mano
de obra en el partido de Pergamino”.
**Socióloga. Becaria de Iniciación a la Investigación, CEIL (Centro de Estudios Laborales)-CONICET.


1
La relación entre naturaleza y sociedad, entonces, no se entiende de manera estática
ni como una suma de los dos componentes, sino que esta relación se encuentra determinada
por distintas particularidades que responden a cuestiones culturales, geográficas, políticas,
características de los ecosistemas y su forma de insertarse en determinado modo de
producción, entre otros aspectos.

Entre las principales causas de la crisis del modelo agrícola convencional se


pueden nombrar a: la pérdida de vigencia de la concepción de la agricultura como sector
primario independiente de otros sectores, pues cada vez más se trata de una actividad en la
cual se articulan distintos sectores de la industria y los servicios tanto en lo que respecta a
las relaciones técnicas como sociales; la búsqueda más adaptada a las condiciones
agroecológicas en que se trabaja capaces de obtener rendimientos y costos acorde; la
modificación del sustento científico en la búsqueda de nuevas tecnologías que incorporan
las condiciones ecológicas como una valoración del futuro; una mayor profesionalización
en la administración de la empresa agropecuaria con la incorporación de variables de
riesgos, recursos financieros y contables en el contexto que se opera, etc.1

En este sentido en la agricultura se estaría operando un cambio de paradigma en


donde principalmente se abandona la concepción basada en el uso de las ventajas
comparativas y el uso indiscriminado de los recursos y factores de la producción, pasando a
una agricultura que combina una mayor racionalidad económica con un giro hacia la
sostenibilidad que implica profundas transformaciones en toda la organización del proceso
productivo y de trabajo.

Agricultura sustentable

La preocupación ambiental en la agricultura está ligada con el paulatino desgaste de


los recursos por causas naturales y también por el uso insustentable que hacen de los
mismos determinadas producciones. La agricultura al ser proveedora de alimentos para el
mundo se encuentra con el problema de la capacidad de lograrlo.
1
Cebreros, A., “La modernización del sector agropecuario: un cambio de paradigma”, en Comercio Exterior,
vol. 41, núm. 10, México, 1991.

2
“ sabemos que cada año se abandonan por degradadas e improductivas, 12
millones de ha de tierras arables en el mundo, que para una dieta adecuada de alimentación
se requiere media ha por persona y que sólo disponemos en el mundo de algo más de 0.27
ha/capita. En cuarenta años, es decir en el 2035, la disponibilidad de tierras será de 0.14
ha/capita, en parte por erosión y en parte por el crecimiento acelerado de la población, a
una tasa calculada en 250000 personas por día”.2

De esta manera, en la agricultura de tipo convencional también se comienzan a


gestar cambios por el problema de la degradación de los recursos, principalmente el suelo.
El viejo paradigma sobre el que se sustentaba la producción agropecuaria, la Revolución
Verde, comienza a ser cuestionado. Esta agricultura se constituyó en torno al uso
indiscriminado de insumos de origen químico, de tecnologías extractivas que generan
rentabilidad a corto plazo pero que actúan perjudicialmente sobre el suelo; con sistemas de
producciones basados en las ventajas comparativas y en el monocultivo que lleva a la
desestabilización de los recursos, la pérdida del viejo sistema de rotaciones (con la
ganadería o con otros cultivos), etc., implican la pérdida de sustentabilidad de las
producciones en el corto, mediano y largo plazo de acuerdo al grado de degradación.

“En términos de estrategias de uso de tierras y recursos, tres temas emergen de este
breve análisis del impacto de los sistemas modernos de tecnología sobre el desarrollo de la
agricultura en diferentes partes del mundo. El primero es la dependencia creciente de la
agricultura moderna de combustibles fósiles no renovables (petróleo) como principal
recurso energético para operar sistemas agrícolas modernos y producir fertilizantes y otros
insumos. Segundo, para países que ya han alcanzado rendimientos de los cultivos cercanos
a su potencial relativo de los recursos del suelo y la capacidad de manejo de los productores
(utilizadores del suelo y manejadores de los recursos), hay necesidad de desarrollar
tecnologías que permitan a estos países mantener auto-suficiencia en los productos básicos
de la agricultura, reducir el impacto detrimental de sus sistemas agrícolas sobre el ambiente
y, en algunos casos, cubrir las necesidades del crecimiento continuado de sus poblaciones.
2
Morello, J., “De Chernobyl a Pergamino”, ENOIKOS, año IV, nro. 10, Facultad de Ciencias Económicas –
UBA, Buenos Aires, 1996.

3
Tercero, debe reconocerse que las estrategias de uso de la tierra que son apropiadas para el
mundo desarrollado no es probable que lo sean para países donde la auto-suficiencia está,
aún, lejos de ser alcanzada y donde hay todavía un potencial considerable para incrementar
los rendimientos.” 3

Como consecuencia de lo anterior, surgen nuevos paradigmas para la producción


agropecuaria que intentan producir con igual nivel de rentabilidad e incorporan los
problemas de degradación4 para evitar o recuperar la fertilidad del suelo. Se cuestiona la
forma en que se basó la agricultura moderna para lograr rentabilidad e ingresos a costa de la
presión sobre los recursos naturales al no incorporarlos como costo de producción y, el uso
de sistemas aceleradores del deterioro ecológico. Ante esto se apela a una nueva
racionalidad por parte de los actores que consumen tecnología y hacen uso de los recursos
naturales. Surge así la idea de actor sustentable que se constituye en el marco de la
productividad continua y la preservación del funcionamiento del ecosistema5.

La siembra directa
La siembra directa es un sistema donde se desarrollan los cultivos sobre un suelo no
arado. La agricultura convencional utiliza herramientas y labranzas para la preparación del
suelo antes de la siembra, en cambio en la siembra directa todas estas labores son reducidas
por la aplicación de insumos químicos y por la técnica del sistema que emplea herramientas
3
Maxwell, T., Bernie, R. y Matthews, K., “Enfoques comparados sobre estrategias de uso de la tierra en las
agriculturas tradicionales y modernas”, en desarrollo Agropecuario sustentable, estrategias para el uso
agropecuario del territorio, II Seminario Internacional, INTA – INDEC, Buenos Aires, 1995.
4
Puede dividirse a la degradación de los suelos en dos categorías. Por un lado la erosión y la remoción
debidas al agua y al viento y, por otro, la pérdida de fertilidad como consecuencia de cambios físicos,
químicos y biológicos.
5
Desde una perspectiva tecnológica, cuando se habla de conservación en agricultura se entiende al manejo
adecuado del suelo como el aspecto principal, en donde la recuperación y freno a los procesos erosivos se
realizan desde arriba hacia abajo, es decir, formando suelo fértil con capas que quedan de los cultivos sobre el
suelo una vez cosechado. Específicamente, las técnicas más difundidas para contrarrestar estos problemas
son: a)Sistematización de terrenos con construcción de terrazas. Los sistemas de terrazas intentan prevenir
la erosión hídrica a partir de la canalización del agua no infiltrada por el suelo. Esta modalidad tiene
características más ligadas a aspectos de tipo físico antes que a soluciones agronómicas. B)Labranzas
mínimas o reducidas. Básicamente consiste en la eliminación del arado y apunta a la reducción del número
de labores a efectuar para lograr un cultivo. Es fundamentalmente una técnica de características agronómicas.
c) La siembra directa o labranza cero. Es el sistema conservacionista que más difusión tiene en la
actualidad. Es un intento de actuar con las condiciones de sustentabilidad, entendiendo por esto el manejo
adecuado del suelo y la obtención de rentabilidad en los cultivos. Intenta incorporar al sistema la integración
de aspectos técnicos, físicos, biológicos, agronómicos, químicos, etc.

4
flexibles ahorradoras de estos procesos. En este sentido, el sistema de siembra directa es
considerado como el paso a una agricultura reducida.

Por estas razones, en la agricultura se plantea un cambio de paradigma articulado


con la sustentabilidad en algunos rasgos, pero principalmente, también en el abandono de la
concepción del éxito de las producciones basadas en los principios de las ventajas
comparativas (posesión de recursos naturales estratégicos) hacia una concepción de tipo
competitivo (uso de información, conocimientos y tecnologías).

Por otro lado, la emergencia de una agricultura reducida plantea en el seno de la


unidad productiva un giro hacia la posibilidad acortar los ciclos productivos, por el ahorro
de tiempo en las labores, que implicaría una transformación en la estrategia de llevar
adelante el ciclo que se traduce en: la posibilidad de ampliar la escala productiva o la mayor
disponibilidad de tiempo libre, y menos horas de trabajo para desarrollar los cultivos con
consecuencias sobre la mano de obra rural.

De esta manera, “la producción basada en una estructura reducida o básica también
requiere de una planificación administrativa y un sistema de coordinación más intenso. Esto
se debe a que hay menos espacio dentro de este sistema para errar y el potencial de tener
pérdidas por altos costos de producción es mayor.”6

Específicamente con respecto al carácter que asumiría la mano de obra, “en


oposición a los sistemas previos, reduce la fuerza de trabajo primariamente a través de un
énfasis en pequeñas y continuas modificaciones en la tecnología y en procedimientos de
trabajo. También trata de establecer una flexibilidad mayor en sus sistema de producción en
forma tal que la fuerza de trabajo (‘multi – calificada’) y la maquinaria (‘multi – uso’) están
en mejores condiciones para ‘ajustarse’ a los cambios en el ‘mercado’.”7

De esta manera, se pueden enumerar entre los principales cambios en la siembra

6
Hall, A., “Las contradicciones de la producción agrícola y el desarrollo de una agricultura sustentable: el
caso de la labranza cero en Canadá”, en Ruralía, núm. 6, FLACSO, Buenos Aires, 1995.
7
Op. cit.

5
directa a: la disminución de labores; la importancia del rol del productor o contratista
poseedor de tecnología; la pérdida de oportunidad de capitalización en tecnología de punta
para el pequeño productor y, consecuentemente una menor autonomía en la capacidad de
decisión y gestión de manejo de su unidad productiva; la presencia de la agroindustria en el
propio proceso de producción como portadora de saber en la disposición de diferentes
insumos (químicos y técnicos) y factores de la producción (análisis de suelos, climáticos,
etc.); el achicamiento del ciclo productivo y sus consecuencias sobre la mano de obra rural.
y la demanda de una mayor racionalidad en la organización del proceso productivo a los
productores en aspectos tales como la coordinación de tareas, gerenciamiento de la unidad
productiva, uso de la tecnología, vinculación con otros sectores, etc.

Los cambios en la organización de la producción como la incorporación más


creciente de tecnología implican importantes transformaciones en el proceso de trabajo. Los
adelantos técnicos marcan la cada vez menor necesidad de contar con mano de obra y, la
incipiente preponderancia del capital como factor de producción frente a la tierra.

Las relaciones sociales se diversifican hacia el interior de la unidad


productiva y, asimismo se vuelven más integradas en la articulación entre el proceso de
trabajo y los diferentes sectores de la agroindustria y los servicios. De esta manera, existen
sectores que logran integrarse en los nuevos procesos productivos e implementan con cierto
éxito la nueva racionalidad, por otro lado, algunos imposibilitados por el arrastre de la crisis
del viejo modelo o por las exigencias del nuevo no logran llegar a conformarse como sector
sustentable del proceso, de esta manera construyen lógicas distintas para funcionar y seguir
produciendo en un marco de rentabilidad.

La agricultura conservacionista se enmarca en este nuevo paradigma de producción.


El proceso de trabajo se caracteriza por estar subordinado a los lineamientos de la
tecnología y con importantes efectos sobre la mano de obra. Entre ellos, se puede
mencionar como destacable, a la reducción de la demanda de mano de obra por el
reemplazo de labranzas por insumos de origen químico, y por lo tanto el trabajador reduce
su tiempo de trabajo. A su vez, esta primacía de lo químico sobre cuestiones de carácter

6
agronómico (más ligadas a las labranzas) establecen en el sector la necesidad de contar con
mano de obra más calificada en el uso de los insumos. Por otro lado, en la agricultura
conservacionista el proceso de externalización se resuelve en una interrelación más estrecha
entre la agroindustria y la unidad productiva, constituyendo de esta manera una nueva
división de trabajo que vincula a todo el proceso de trabajo de manera más integral.

La siembra directa en el partido de Pergamino

Caracterízación de la zona de estudio: la producción y los recursos naturales

El partido de Pergamino se ubica en el sector norte de la provincia de Buenos Aires,


en el centro de la región conocida como Núcleo Maicero 8, con 295.000 hectáreas y 1.605
unidades productivas.

Pergamino formó parte tempranamente del desarrollo de la agricultura bajo el


sistema de arrendamiento, aún cuando la producción ganadera ocupaba superficies
proporcionalmente similar a la agricultura.

Como consecuencia del uso continuo del suelo, se encuentran en el partido lotes con
más de 30 años dedicados exclusivamente a la agricultura con las consecuencias del
laboreo excesivo basado el uso de herramientas convencionales - el arado de rejas y
vertedera-, la quema de rastrojos y el uso excesivo de agroquímicos en los últimos años.
Con la introducción del cultivo de soja, en muchos campos se llegó a la implementación del
monocultivo como siembra única en el año (soja de primera) o como doble cultivo (trigo –
soja de segunda). La soja por un lado tiene mayor rentabilidad frente a otros cultivos, pero
también es el cultivo que soporta mayor tratamiento con químicos y aporta menor
cantidad de materia orgánica en el rastrojo acompañando los procesos de erosión y
degradación en los suelos que se han intensificado en los últimos años.9
8
El Núcleo Maicero está ubicado en el centro Este de la Argentina, comprende la zona sur de la provincia de
Santa Fe, el centro – este de Córdoba y el centro – norte de Buenos Aires.
9
Los suelos en el partido de Pergamino históricamente son considerados los más aptos para el desarrollo de la
agricultura. La alta cantidad de materia orgánica en relación con los de otras zonas del país y su alta
permeabilidad resultaron ser componentes exitosos para el desarrollo económico de estas producciones. En
una comparación de los suelos bajo sistemas de producción agrícola continuos y suelos “vírgenes” o muy

7
Según datos del Censo Nacional Agropecuario- INDEC (1969/1988) el destino de la
superficie para uso agrícola se fue incermentando en detrimento de la ganadería. En el año
1969 sobre una superficie de 295.000 ha, el 49% era de uso agrícola y el 44% ganadero; en
1988 la relación cambia, destinándose el 63% del suelo a la agricultura contra un 33% para
ganadería. El destino para la soja es de 43%.10

En cuanto al sistema de tenencia de la tierra, según los datos del CNA de 1988, se
observa el aumento de la superficie y explotaciones ocupadas por la categoría contrato
accidental y propietario con contrato accidental. Sobre un total de 1605 EAPs entran en esta
categoría 601 EAPs y, del total de superficie relevada (248548) le corresponde un 42%
(122036). De esta manera se comienza a reflejar la preponderancia que va adquiriendo el
sistema de contratistas en esta región.

En un trabajo realizado en los partidos de Pergamino y Colón, se identificaron cinco


grupos compuestos de actores sociales comprometidos directamente en el proceso
productivo. Los grupos identificados son: a) productores clásicos capitalizados que trabajan
en forma directa su establecimiento, disponen de maquinaria y no toman ni ceden tierra, b)
productores con estrategias rentísticas que ceden tierra para que las trabajen terceros, c)
productores contratistas propietarios de tierra y trabajan en campos de terceros, d)
productores que ceden toda la tierra para que las trabajen otros y e) productores
descapitalizados que no toman ni ceden tierra. En Pergamino los grupos principales son el

poco alterados (se utilizan los suelos que están cerca de los alambrados) se llegó a la conclusión que la
pérdida de materia orgánica varía entre 33 a 53%, desde 40 a 53% para el nitrógeno y 77 a 83% para el
fósforo. En las propiedades físicas, se registraron disminuciones del índice de estructura del 64 a 78% y de la
perlocación de agua del 56 a 80%. Asimismo las tasas de erosión de pérdida de suelos por hectárea adquieren
valores de 18 a 27 toneladas, en el norte del partido y de 40 a 60 toneladas en la región sur. Michelena, R.,
Irurtia, F. y otros, “Degradación de suelos en el norte de la región Pampeana”, Publicación Técnica Nro. 6,
Proyecto de agricultura conservacionista, EEA – INTA, Pergamino, 1989.
?
10
La producción agrícola se especializó en cinco cultivos: trigo, maíz, soja, sorgo y girasol, con predominio
del doble cultivo soja – trigo y la tendencia al monocultivo de soja. Las exportaciones de soja representan
desde 1988 el 24 y el 30% de la exportación agrícola, aportando más del 50% de las divisas producidas por el
sector. Morello, J. y Matteucci, S., “El modelo agrícola del Núcleo Maicero como sistema complejo”, en
Argentina: granero del mundo: hasta cuándo? Solbrig, O. y Morello, J. (comp.), CEA-INTA-HARVARD
UNIVERSITY, Buenos Aires, 1997.

8
a), b) y c). Las principales conclusiones del trabajo señalan que un 30% del área de
pergamino no es trabajada en forma directa por sus dueños.11

La emergencia del contratismo está relacionada, entre otros aspectos, con la


oportunidad de capitalizarse de productores con propiedades de escasa extensión para los
requerimientos mínimos actuales. Según la distribución de la superficie en el partido de
Pergamino se visualiza una amplia capa del sector que hoy se considera no rentable como
unidad productiva autónoma, muchos de los contratistas proceden de este sector.

El grupo de productores entre pequeños y medianos son los que mayores problemas
de degradación tienen, por las labranzas y por la erosión. En las explotaciones más grandes
el deterioro es menor porque pudieron mantener un sistema de rotación agrícola
(oleaginosas – garmíneas) o mixto (cultivos – pasturas).

Con respecto a la mano de obra, predomina en los establecimientos más pequeños y


medianos la mano de obra familiar, tanto en la ocupada como en la cantidad de días
trabajados. Mientras que en los establecimientos más grandes hay mayor número de
asalariados permanentes, temporal y personal calificado para las tareas de administración,
gestión y asesoramiento en la empresa (ingenieros, administradores, contadores, etc.).

Es interesante plantear que la mano de obra calificada en el manejo de las


herramientas (sembradoras, cosechadoras) se emplea en un alto número con los
contratistas. El contratista al realizar economía de escala, agrega superficie con mayor
inversión en capital (maquinaria más rápida para el trabajo), invierte en más maquinaria y
contrata personal para el trabajo de mayores extensiones de campo. Con la adopción del
sistema de siembra directa esto se ha gneralizado aún más por la reducción de cómo se ha
señalado demanda el propio sistema.

La siembra directa en Pergamino

11
Pizarro, J., Tort, M. y otros, “Formas de organización social de la producción en el área maicera tradicional
argentina”, EEA Pergamino – INTA, Informe Técnico nro. 259, Buenos Aires, 1991.

9
A) La difusión del sistema

La siembra directa en Pergamino se comienza a realizar bajo forma experimental en


la estación del INTA, a mediados de los 70’, y algunos productores la realizan como prueba
en el campo de su propiedad.

Si bien el tema del sistema de siembra directa viene de años atrás, la adopción
masiva por parte el productor comienza en los últimos tres o cuatro años, y no de manera
generalizada para todos los cultivos, sino principalmente en soja de segunda. En la
actualidad muchos de los establecimientos grandes realizan toda la parte de agricultura en
siembra directa.

La difusión del sistema se realiza en la zona por los diferentes actores que forman
parte del proceso productivo, en su mayoría de carácter privado (asesores especializados,
comerciantes en insumos) y de manera más relativa por las instituciones del sector (INTA,
FAA, CONINAGRO, etc.). Hay una diferencia importante entre el tamaño del
establecimiento y el lugar de donde se recibe la información. Generalmente en las unidades
productivas medianas y grandes sí reciben visitas de instituciones para difundir el sistema.
En Pergamino no existe una sede con residencia fija de AAPRESID, existen productores
que son miembros de la asociación y que se reúnen en forma particular para consultarse,
pero no bajo una forma preestablecida.

“En los grupos de Cambio Rural presento a la siembra directa como una alternativa
más, yo no soy asesor privado no estoy presionando para que adopten la siembra directa y
algunos la implementan y otros no. La siembra directa es una alternativa más, hay casos
puntuales que sí tienen que adoptarla como los campos quebrados, pero yo conozco
productores que tienen muy bien armado su esquema de rotaciones con pasturas porque
tienen hacienda, y ese campo está bien.” (Ingeniero a cargo de grupo de Cambio rural)

“La difusión del sistema la hacemos por medio de las publicaciones, las reuniones
en el campo, los grupos regionales, etc. También en el contacto con otras instituciones nos

10
vamos acercando al productor y nos empiezan a conocer, y después vienen y ya se integran.
Acá hay mucha gente de AACREA, de Sociedad Rural, de cooperativas, etc.”. (Ingeniero
AAPRESID)

B. Siembra directa, degradación y sustentabilidad

A pesar de los datos sobre degradación del suelo, en el partido de Pergamino, la


siembra directa no es adoptada como única respuesta para la solución de ese tipo de
problemas. Diversos factores explican la incorporación del sistema, entre los más
relevantes se pueden destacar, el acceso a la tecnología, la evaluación de los costos y la
igualdad en la rentabilidad en relación con la agricultura convencional. Los aspectos
ambientales prácticamente están vinculados a cuestiones de alcance inmediato como es la
conservación de la humedad en el suelo por la falta de lluvias12.

“Los productores si comienzan a tener en claro el cuidado de la rentabilidad de la


tierra, pero no visualizan todavía a la siembra directa como una alternativa donde conservas
el suelo y por ende te lleva a mejores rendimientos. Pero a lo mejor en convencional han
cambiado su esquema de rotación, saben que hay que cortar el ciclo de la soja,que si siguen
con soja llega un momento que bajan los rendimientos, entonces ya meten al maíz aunque
los costos no sean los mismos que hacer una soja, lo meten como una alternativa de corte
de ciclo, mejoran el suelo y al año siguiente vuelven a soja, ellos ven que el monocultivo o
trigo-soja se está agotando. No sé si todavía el productor grande y mediano ha tomado
conciencia del impacto en el medio ambiente, para mí su objetivo número uno es la
conservación de la humedad. Acá los niveles de erosión son distintos a los de Casilda
porque allá hay suelos que están terminados, acá la gran mayoría son todos reversibles. Hay
campos que no tienen erosión pero igual la siembra directa les ha facilitado mucho el
manejo; en el impacto del agua sobre el suelo al tener cobertura vos tenes menos
planchado; la humedad, ya que al tener los rastrojos si te agarra una sequía vos tenes una

12
A pesar de que Pergamino es la zona más benigna - en cuestiones climatológicas, para el desarrollo de la
agricultura, en los últimos años existe una fuerte preocupación de los productores por los cambios climáticos
(principalmente la falta de lluvia). Es así que el riego como la siembra directa aparecen como métodos
apropiados para enfrentar estos problemas.

11
cobertura que te da humedad y eso no te la da una labranza convencional. (Ingeniero,
Cambio Rural)

“Yo no veo conciencia por parte del productor, ‘no mirá, tiremos este herbicida
porque es mejor porque no daña el medio ambiente’. Aparte no hay una política de difusión
tan grande de concientización. Hay gente que está informada y cada vez más, que saben
que ciertos herbicidas dañan. Pero sí hay más cuidado en el manejo de los productos, pero
no es el objetivo en la conciencia del productor que hacer siembra directa va a disminuir los
efectos sobre el ambiente”. (Proveedor de Insumos, AGRONORT, Pergamino)

Los productores en general asocian los problemas de degradación con el uso de


insumos químicos. La siembra directa no se visualiza con fuerza como método reparador de
procesos erosivos.

“No hay una conciencia sobre el medio ambiente, yo creo que si a un productor o a
cualquiera, sobretodo como están las cosas ahora, le dicen que con directa va a sacar el
20% menos de dinero que en convencional no lo aceptaría nadie por más que le digan que
después el campo le va servir muchísimo mejor. Se hace, para mí, algunos para probar o
porque ve que en convencional cada vez están sacando menos, ven que cuanto más trabajo
hacen peor les va, entonces tiene que tratar de probar otra cosa que está andando mejor”.
(Productor agropecuario)

Un punto interesante es que muchos productores, de tipo familiar chicos o


medianos, visualizan a la siembra directa como una herramienta que viene de afuera y que
cuestiona al manejo que hacen de la explotación. En este sentido fortalecen la experiencia
en rotaciones como un valor cultural arraigado en el campo.

“La siembra directa se está usando cada vez más, pero no es tan fácil. En el campo
yo estoy probando para la soja de segunda con un contratista porque no tengo la
sembradora y más o menos resultó. Pero no sabés bien a donde apunta. Porque ahora todos
están con la siembra directa y yo hace que trabajo más de 30 años en convencional, con
rotaciones y también con animales y no tengo diferencias por el campo mío con el de los

12
otros. La erosión, son esos campos que usaron todo para ganar más con la soja, pero ahí te
embromás porque después el precio baja y perdiste todo”. (Productor agropecuario)

“Acá en la medida que la gente se concientice de cuidar el suelo se va a pasar a


directa. Es como que la gente de antes les cuesta entrar, nosotros nos adaptamos al sistema.
Por ahí la gente que hoy tiene 60 o 70 años está acostumbrada a ver esos campo iguales
como un jardín, y están al frente de la siembra directa les parece un yuyal y ya no les
gusta.” (Contratista)

C) Adopción del sistema y proceso de trabajo

Respecto a la adopción del sistema se puede diferenciar entre aquellos que ya llevan
años utilizándolo y algunos que combinan a la siembra directa con otro tipo de labranza. En
el primer caso se trata de productores que ceden toda la superficie para realizar los cultivos,
o tienen ellos mismos la maquinaria o son contratistas que tienen a su cargo toda la
superficie del campo. En el segundo caso son productores chicos o medianos que contratan
solo alguna labor para el cultivo (generalmente soja de segunda) y luego trabajan el campo
de manera convencional.

También existen factores de carácter físico o biológico que a veces impide ingresar
al sistema (estado del suelo, rastrojo del cultivo anterior, clima, época del año, etc.).

“La labranza convencional acá tiene muchos años y mal que mal el productor la
conoce y sabe manejarla, la siembra directa hay que tener mucho cuidado, tenes que
preparar los costos para pasar de un sistema a otro, en eso no hay problema. El tema es que
hay que conocer bien el sistema para pasar a siembra directa porque las pérdidas si no
conoces los manejos de los herbicidas –se usan mucho más herbicidas en directa, porque al
no tener remoción del suelo, vos en convencional con discos y arados o cinceles van
eliminando la maleza, en directa tenes que hechas herbicidas para matarlas, se hace mucho
barbecho químico. Es otra política en el manejo de los herbicidas y es un sistema que hay
que conocer, no en todos los lugares se puede hacer, no en todos los lugares es el momento

13
de ese lote a lo mejor hay que esperar una campaña más para hacerlo bien, hay que conocer
bien que antecesor es el ideal para entrar en la siembra directa, etc. (Ingeniero asesor de
AGRONORT – empresa comercializadora de insumos)

Aspectos de carácter técnico, como la tecnología, representan importantes


limitaciones desde lo social para el acceso a la misma por parte de los productores. Existen
casos de productores que intentaron asociarse para entrar al sistema y comprar maquinaria,
pero según la información recogida no tuvieron éxito.

“La persona que va a utilizar este sistema necesita una cosechadora de $80 mil en
adelante, que tenga autonomía, que sea rápida –por ejemplo en 1000ha con dos
cosechadoras de esas se levanta todo. El productor chico esta lejos de utilizar sistemas de
esos. El productor chico contrata directa, los que no entran lo hacen porque tienen
ganadería y tratan de utilizar rastrojos. A mí me contrataron para sembrar en convencional
trigo. Pero la siembra ya no la hace más el productor chico. Vos tenes que incorporar el
fósforo al suelo porque no tienen herramientas apropiadas y están muy lejos de poder
comprar una sembradora.” (Contratista)

En el caso del sector contratista, si bien casi todos los entrevistados cuentan con
maquinaria para siembra directa, aparecen cuestiones relacionadas con la inversión
necesaria en capital -que se suma el capital que se encuentra disponible para otras labranzas
- como una gran inversión. Por otro lado, desde este sector se cuestiona el precio que se
paga por las labranzas en directa por esta misma relación de tener en el campo capital más
alto.

“La maquinaria mía son tres sembradoras en siembra directa (una para grano fino y
dos para grano grueso) con eso se hace todo. El precio en convencional ronda 30 o 33 mil
dólares y una sembradora buena en directa tenés que hablar cerca de 40 o 45 mil dólares.
Pero también cambiaron los precios, de cualquier manera no se ajusta la relación, una
siembra directa tendría que tener un valor más alto de lo que está hoy en día, por el capital
que estás invirtiendo en el campo. Porque necesitas una sembradora John Deere, que es la

14
que mejor pisa, en Argentina tenés que hablar de 50 mil dólares, más un tractor de 130
caballos de fuerza para que la tire tenés que hablar de 35 o 40 mil dólares más, entonces si
vos sacás lo que estás invirtiendo de lo que estás cobrando te queda un poquito lejos la
relación.” (Contratista)

Si bien la inversión en capital es más alta en directa que en convencional, los


contratistas hacen uso de la economía de escala para compensar la diferencia. Uno de los
aspectos que más se destaca del sistema, en este sentido, es la reducción de labores que
requiere la siembra a diferencia de la convencional.

“Ha habido un cambio muy grande en la agricultura en estos últimos años, porque la
siembra directa a simplificado las cosas. En el tema de la soja resistente al Roundap, ha
habido una evolución muy grande en las cosechadoras, hoy hay una mejor que otra,
entonces se ha achicado muchísimo todo. Lo que antes se tardaba 30 días en cosechar hoy
lo haces en 15 o en menos por la capacidad de las máquinas. Tenes más tiempo para hacer
las cosas. Por ejemplo, vos cosechabas trigo en diciembre y normalmente en Pergamino no
es un mes llovedor, entonces si tenías labranza convencional terminabas sembrando la soja
en enero. Ahora estás cosechando y atrás estás sembrando. Eso es ganar muchísimo tiempo,
es una ventaja bárbara. Ahí está donde el productor y contratista se está volcando y es el
primer punto donde se vuelca porque se le simplificó todo. Antes no se podía hacer, porque
donde había una paja tenías que quemar, hacer por lo menos 2 discos como mínimos (para
el que tenía buenos implementos porque otros tenían que arar), la poca humedad la estabas
gastando.” (Contratista)

Una de las características de la siembra directa es la disminución de labores y por lo


tanto el acortamiento del ciclo productivo durante el proceso de trabajo. Esto tiene
consecuencias sobre la mano, primero, por la dismunción de la demanda de la cantidad de
mano de obra, esto es, que la siembra se realiza de una sola vez entonces hay menos
pasada de trabajo en el campo (arado, cincel, etc.). En el sistema convencional la
preparación de la tierra para la siembra requiere mayor cantidad de mano de obra o más
horas de trabajo. Las consecuencias sobre el trabajador es que con la siembra directa reduce

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su oportunidad de empleo, sobre todo, en los casos de unidades que contratan personal
temporario para estas tareas y, también para el trabajador permanente porque muchas veces
es en la época de siembra donde negocia con el empleador un ingreso extra por el plus de
trabajo que realiza.

“No se reduce mucha la demanda de mano de obra porque agrega otras cosas, antes
vos mandabas a sembrar a una persona con el acoplado, las semillas y listo, ahora se lleva
un acoplado con fertilizante, otro con semillas, entonces no achica demasiado mano de
obra, tal vez sé esta un poco mas tiempo parado en los barbechos que antes se hacían con
discos o arados, en ese caso sí hay mas gente desocupada. No hay nada para hacer mas que
una fumigación para matar alguna maleza y nada mas, pero cuando se larga la siembra se
necesita mucha gente”. (Contratista)

Segundo, el uso de las maquinarias de este sistema es más complejo que para la
agricultura convencional, porque por un lado, existe la necesidad de precisión en la siembra
y segundo, el manejo de las mismas no es solo instrumental sino que requiere otro tipo de
conocimientos como pueden ser los del momento adecuado para arrojar los productos
químicos, la humedad justa del suelo, etc.

“Mano de obra hay escasez en el sentido de capacitada, pedís un empleado hay un


montón pero a veces ni siquiera capacitándolo llegas a hacerlo efectivo porque no es tan
fácil. El trabajo es duro y se necesita una cierta capacidad. La sembradora que yo tengo de
grano grueso tiene un sistema de computación que va acumulando datos sobre las ha que va
sembrando, lleva un control de toda la línea de siembra, los insumos que va echando, si
deja de sembrar un surco, etc. No es complicada para usarla, tiene algunas cositas pero no
es tan complicada. El tema es que cuando enganchas la sembradora al tractor se acoplan los
sensores de la PC después para volverla a usar hay que cargarla sino da cualquier cosa”.
(Contratista)

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Si bien el paso de un sistema a otro genera algunas diferencias en cuestiones de
ejecución del trabajo (más calificado), no se traducen en diferencias en las remuneraciones
según el trabajo que realice el empleado en el campo.

“La remuneración de un empleado mensual es $285, desde junio de 1995, después


ya no hubo aumento. El empleado que maneja maquinaria gana $300, siempre es $10 de
diferencia. El maquinista tiene un sueldo mensual de $285 y en época de cosecha le pagan a
porcentaje, es la única forma de ganarse un mango más, un plus que le dan. En el resto del
año lo mantienen como empleado con un sueldo general, recuperan en época de cosecha
que cobran un 10 o 15%. El productor no le da un pedazo de tierra al empleado, por ahí le
da la oportunidad de que tenga un animal para consumo. El empleado rural está muy
castigado es una de los sueldos más bajos que existen”. (Dirigente de UATRE, Pergamino)

“El empleado efectivo en general tiene un sueldo básico ($300-$400) y se le da un


% en la producción si maneja el tractor, los arreglos son variables”. (Proveedor de insumos,
Pergamino)

También es importante remarcar que la especialización de la mano de obra para el


manejo de las herramientas se logra en el propio ámbito de trabajo. Estaríamos hablando en
un contexto de competencias (por medio de la experiencia personal y la oportunidad de
emplearse) más que de calificaciones requeridas de antemano. Igualmente cabe destacar
que el empleado para el trabajo de la siembra directa es un asalariado calificado en el uso
de tecnología (manejo de tractores, cosechadoras, etc.), por lo tanto no existiría una
calificación diferenciada, por remuneración, entre un asalariado que maneja instrumentos
de agricultura convencional con otro en directa. Sí puede tener peso la oportunidad de
empleo estable y a largo plazo.

Conclusiones

 Si bien la agricultura sustentable se presenta como parte de un concepto general que es


el de desarrollo sustentable no necesariamente está vinculado en todos los aspectos con

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esta idea. La atención que se generó desde la agricultura a los problemas de
sostenibilidad se enmarcan en diferentes caminos. Por un lado, las teorías del
Ecodesarrollo y la Agroecología, intentan inscribir el desarrollo agrícola en un plano
más integral de ecosistema, que involucra no solo a los aspectos relacionados con la
mantención de los recursos naturales sino que consiste en la articulación entre el medio
ambiente y la sociedad. En este sentido el desarrollo de la agricultura se aparta de
razones únicamente productivas y centra el desarrollo en la sustentabilidad de los
recursos, del medio en general, de las pautas culturales de las diferentes zonas, de los
aspectos económicos y políticos que posibilitan o frenan el desarrollo. Por otro lado, la
agricultura sustentable de características conservacionistas, más ligada a las
producciones de carácter intensivo y productivista, gira en torno al cuidado de los
recursos, principalmente el suelo, pero no se involucra en cuestiones que giran en torno
a la distribución desigual, la inequidad entre países y por consiguiente el diferente grado
de desarrollo alcanzado. Su objetivo central es el de mantener la capacidad productora
de la tierra y ser sustentable en la producción de cultivos en el sentido de la equidad
sustentadora de los recursos. El mayor compromiso desde este discurso es el logro de
esa capacidad ante las estimaciones sobre el crecimiento demográfico futuro y, por lo
tanto la atención se centra en revertir los alarmantes niveles de degradación y erosión de
la tierra. La siembra directa se inscribe en este marco.

 La agricultura conservacionista se presenta como solución a los problemas de


degradación manteniendo niveles de productividad rentables, sin afectar al medio
ambiente. Sin embargo, la siembra directa mantiene y recupera la fertilidad del suelo
pero el uso de agroquímicos continúa y aún con más intensidad, porque a diferencia de
la agricultura convencional reemplaza a las labranzas con paquetes agroquímicos.
Desde este punto de vista existe una contradicción entre el cuidado del ambiente y la
producción agrícola. Los actores visualizan la importancia del uso de los agroquímicos
para el éxito del sistema y como componente esencial de la rentabilidad como también
el impacto negativo sobre el ambiente (principalmente sobre los individuos que
manejan los herbicidas como también sobre la naturaleza - arroyos, fauna, etc.), sin
embargo de la información recogida tanto de empresas agroquímicas como de las

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instituciones representativas del sector no surgen los efectos negativos del sistema sobre
el ambiente.

 Por lo anteriormente dicho, desde los actores que realizan siembra directa no existe una
concepción sobre el medio ambiente ya que la adopción del sistema se realiza en tanto
se logre rentabilidad. Se visualiza la importancia del cuidado del recurso suelo por un
lado como freno a los procesos de erosión y, por otro lado como un sistema exitoso
frente a los cambios climáticos operados en los últimos años (la conservación de la
humedad de los suelos y la disminución de erosión eólica y/o hídrica como resultado de
la cobertura sobre el suelo). La sostenibilidad a largo plazo, como preocupación por las
generaciones futuras, está ausente en casi todos los discursos.

 Existe, sin embargo, una idea de largo plazo ligada directamente al sistema en el sentido
que el beneficio de la siembra directa se observa de manera clara luego de los primeros
años de implementación del sistema. De esta manera, la siembra directa, se alejaría de
la organización de la producción basada en criterios cortoplacista productivos y
asumiría una idea de la organización de la producción –en los producido y en lo
esperado- más a largo plazo.

 Entre los actores sociales del sector es destacable la importancia que mantiene y
aumenta el sector contratista. Por un lado, al ser los poseedores de la tecnología junto
con los productores, la capitalización en maquinarias es más alta porque aumenta la
presencia de capital que se suma al disponible para el trabajo en agricultura
convencional. Por otro lado, las nuevas tecnologías para la siembra directa le permiten
al sector contratista ampliar su escala de producción tomando más superficie para
trabajar. Por esta última razón, los contratistas prefieren involucarse en unidades
productivas mayores (estancias) que tomar campos más chicos por diferentes lugares de
la zona.

 En cuanto a los productores para la adopción de la siembra directa el principal aspecto


que se resalta son las limitaciones para el acceso a la tecnología. Esto responde tanto a

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cuestiones de costo del capital (suma tecnología a la disponible) como a cuestiones que
se refieren al tiempo de trabajo, esto es, el ‘tiempo muerto’ que queda entre las labores
en la siembra directa.

 Entre los productores de superficie grande (más de 1000 has) la adopción del sistema se
realiza tanto con la incorporación de las maquinarias – sobretodo en aquellas unidades
que realizan toda la superficie en cultivos y, otros productores principalmente aquellos
establecimientos que son mixtos (agricultura – ganadería) contratan las labores de un
contratista para la siembra directa. Estos establecimientos en su mayoría cuenta con
personal profesional para el manejo del campo (ingenieros), pero los contratistas
entrevistados que trabajan en estancias manifiestan poca relación con este tipo de
asesoramiento para el trabajo en el sistema, lo hacen más bien en la planificación del
ciclo anual de los cultivos.

 Entre los productores medianos (más de 200 has) se encuentran, aquellos que están
ubicados en una escala menor de superficie y que acceden al sistema de siembra directa
por su principal destino que es ser además contratistas.

 En principio, el sector más perjudicado resulta ser el de los pequeños productores. El


acceso al sistema de la siembra directa solo se logra mediante la contratación de todas
las labores. En algunos casos además de la tierra proveen la mano de obra (de
características familiar) para capacitarse y conocer bien el sistema. El hecho de que este
sector tenga que realizar la siembra directa contratando a un contratista lo lleva a tener
que competir con unidades de superficie mayor ya que estas, como se dijo, en muchos
casos también llegan a la siembra directa por esta vía. En la actualidad el umbral
mínimo que se requiere para poder acceder a la tecnología conservacionista supera a las
200 has para poder amortizar las maquinarias; por lo tanto una de las críticas que
aparece generalizada en todos los sectores es el costo para la adopción del sistema y la
necesidad prestar atención a este sector que se encuentra al margen de poder adoptarlo.

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 En el sector de los productores medianos, aquellos que se encuentran en una escala
mayor de superficie y pueden mantener al establecimiento mixto, no incorporan a la
siembra directa de manera masiva. Particularmente, se presentan como críticos del
sistema y resaltan la importancia de las rotaciones para cuidar el suelo y los
conocimientos del hombre de campo frente a los nuevos sistemas impuestos desde
sectores ajenos al sector (empresas de insumos, asesores privados, etc.).

 Con respecto a la mano de obra podemos distinguir entre la mano de obra familiar y la
asalariada. La primera, si participa en la siembra directa, lo hace a través de la
incorporación del sistema en la unidad productiva y se emplea en el manejo de
maquinaria. También en determinados casos implica una nueva división del trabajo
entre las necesidades propias del campo y el trabajo afuera como contratista de labores.
Muchas veces la decisión de comprar las maquinarias para la siembra directa esta
directamente relacionada con la cantidad de mano de obra familiar disponible en el
sentido de poder lograr rentabilidad convirtiéndose en contratistas.

 La mano de obra asalariada presenta dos cambios importantes con la siembra directa, el
primero está relacionado con la características del sistema en la reducción de labores,
esto repercute negativamente ya que durante la época de precosecha durante la
preparación del suelo tiene menos posibilidades de emplearse (para el trabajador
temporal) y; para el asalariado permanente una de las consecuencias es que pierde la
oportunidad de obtener un ingreso extra a la remuneración durante este ‘tiempo
muerto’. El segundo, es que la capacitación en el sistema solo la puede obtener si el
empleador lo utiliza, de otro manera no tiene acceso a conocer el manejo de las
maquinarias e insumos. Por lo tanto la siembra directa en el mercado laboral estaría más
ligada a las competencias que a las calificaciones con respecto a la mano de obra
asalariada.

 Por otro lado, la demanda de asesoramiento en manejo e insumos por parte de las
unidades productivas estaría vinculado con el mercado de trabajo característico de las
calificaciones (profesionalización); es decir la presencia en el sector de nuevos

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profesionales empleados en empresas, comercios o en los propios establecimientos. De
esta manera, el proceso de trabajo constituye una unidad compleja de actividades en
donde las relaciones sociales se articulan (más allá de los límites de la unidad
productiva) en una coordinación más estrecha con la agroindustria y los centros
generadores de tecnología.

 La introducción de las técnicas conservacionistas en la zona de estudio supone el


surgimiento de un nuevo paradigma para concebir la producción agropecuaria. A
diferencia de la agricultura convencional que se basó en las ventajas comparativas de la
región frente a otras regiones, en el uso excesivo de agroquímicos y labranzas, en el
monocultivo y la rentabilidad a corto plazo. La agricultura conservacionista demanda
otro tipo de organización; entre los principales cambios se pueden mencionar a: la
disminución de labores; la importancia del rol del productor o contratista poseedor de
tecnología; la pérdida de oportunidad de capitalización en tecnología de punta para el
pequeño productor y, consecuentemente una menor autonomía en la capacidad de
decisión y gestión de manejo de su unidad productiva y la presencia de la agroindustria
en el propio proceso de producción.

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Bibliografía

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