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Metodologías cuantitativas
El método experimental
1. Introducción
Estrategias de Instrumentos de
Muestreo
aplicación medida
Verificación de las
deducciones
Análisis de los
resultados
La validez del método depende en primera instancia del nivel de control a que puedan
someterse las variables intervinientes, a fin de garantizar que los efectos advertidos
sobre la o las variables dependientes no han sido producidos por aquéllas. A este tipo
de control se lo denomina interno y es garantía de la corrección técnica del diseño de
investigación. Otro tipo de control se debe aplicar sobre aquel conjunto de factores que
permiten generalizar los resultados obtenidos en el experimento al conjunto de la
población a la que pertenece la muestra. Se trata del control externo, determinante para
poder calificar una metodología como de estrictamente experimental o no. Porque, en
principio, el método experimental está concebido para poder generalizar las
conclusiones, siguiendo la lógica del empirismo clásico con el que se vincula
epistemológicamente. Estas son las valideces interna y externa.
Influjo de la aplicación de las pruebas Efecto reactivo del ambiente creado sobre el
proceso experimental
Instrumentación
Los manuales presentan este tipo de diseño, muy habitual en el mundo educativo, como
pre experimental. La razón es clara: el grupo viene ya dado por la situación y no reúne las
características que otorga la aleatoriedad, que luego permiten las consiguientes
generalizaciones al conjunto de la población, aparte de la dificultad que plantea el control
sobre la estructura interna del diseño.
Esta dificultad general para aplicar las necesarias medidas de control se intenta
compensar con la aplicación del pretest y el postest, según el esquema:
O1 X O2
Insistimos que es una metodología idónea - muchas veces la única factible - cuando se
cuenta con un grupo de facto, sin más posibilidades de comparación que el grupo mismo.
Pero las precauciones que han de tomarse son notorias, si se pretende estar mínimamente
convencido de la validez de los resultados.
Este tipo de diseño carece de validez externa, lo cual imposibilita la generalización de los
resultados al conjunto de la población. Pero muchas actuaciones se realizan en función de
las necesidades y contexto concreto en que se mueve el grupo, más que por el deseo de
encontrar principios de actuación de validez universal. Por consiguiente, este diseño será
útil para actuar sobre un grupo dado, al que se desea modificar alguna dimensión;
también suele aplicarse para realizar ensayos piloto sobre nuevos programas o materiales
educativos. Caso de pretender conclusiones generalizables, habrá que recurrir a diseños
que garanticen la representatividad de las muestras respecto sus respectivas poblaciones.
Cuestión distinta son las prevenciones que deberán tomarse para garantizar la validez
interna. Revisando los factores que amenazan la validez interna, se pueden identificar
como críticos los siguientes:
» La aplicación de las pruebas (pretest) puede provocar por ella misma una focalización
de la atención hacia dimensiones que eran desatendidas hasta entonces por los
sujetos, los cuales tenderán a conformar respuestas ‘gananciales’ en el postest.
» La naturaleza concreta del grupo sobre el que se actúa puede producir efectos de
interacción con la variable del tratamiento, especialmente si el grupo se ubica en las
puntuaciones más extremas de la variable (donde también entraría en acción el efecto
de regresión sobre la media).
Diseño ex-post-facto
Este diseño se ha situado en el grupo de los pre experimentales, aunque bien podría ser
calificado como ‘pseudo-experimental’, así se explica que algunos autores lo sitúen
dentro de la metodología descriptiva. La expresión ‘ex-post-facto’ indica una referencia
a lo ya acontecido, a una situación anterior al hecho objeto de preocupación, de modo
que se pretende un análisis retrospectivo para establecer posibles relaciones de causa-
efecto entre tales hechos - considerados variables independientes - y unos resultados
que son ahora constatados. No existe, pues, manipulación del proceso por parte del
investigador.
Dos tipos de diseños se pueden diferenciar dentro del considerado genéricamente como
‘ex-post-facto’. Un diseño no tendría más elemento de comparación que el propio
grupo, según el esquema:
X O
Este tipo de diseño soporta las limitaciones de toda inferencia causal partiendo de
correlaciones y que ya fueron analizadas en el tema 3. Siempre quedan los
interrogantes (Cohen/Manion, 1990:225) de si:
La variable X ha producido O
La variable O ha producido X
Una variable no identificada ha producido X y/o O
A ello habrá que añadir la dificultad de controlar y conocer la dinámica intrínseca que
se ha producido en el grupo (historia), específica del mismo y, por tanto, irrepetible.
El segundo tipo de diseño implica una relación causal-comparativa, puesto que se
pretende identificar las causas que han diferenciado dos grupos de sujetos cuya
situación inicial debía ser equivalente, o bien confirmar la incidencia de una variable
que se supone que es tal causa. El esquema será:
O1
X
O2
Supongamos un avance de hipótesis causal sobre la incidencia de la desintegración
familiar respecto la sociabilidad de los hijos afectados, para cuya confirmación se divide
la muestra en dos grupos equivalentes en todas las restantes variables importantes;
luego se comprueba la diferencia estadística de los resultados de la variable
dependiente.
Este diseño puede ser útil para advertir efectos a largo plazo de acciones realizadas
sobre ciertos grupos. Un ejemplo podría ser el estudio de las aficiones por el teatro, la
música, etc., según se haya recibido o no enseñanza extraescolar en ese terreno,
participando en grupos teatrales, formando parte de agrupaciones musicales, etc.;
incluso para poder discriminar entre instituciones y metodologías al respecto.
La equivalencia puede ser reforzada si es posible partir de un solo grupo inicial, que se
divide por criterios aleatorios de equilibrio entre pares. Sin embargo, este diseño suele
aplicarse a situaciones en que de facto existen dos grupos paralelos, divididos en
función de horario, capacidad de los locales, etc. Dada la no equivalencia inicial en
función del muestreo, aunque, insistimos, las diferencias no pueden ser extremas, se
aplica un pretest que permita verificar esta equivalencia, siendo luego aleatoria la
aplicación del factor experimental. El esquema es:
O1 X O2
O3 O4
Las diferencias significativas entre O2 y O4, una vez eliminadas las iniciales entre O1 y
O3 o bien demostrada su equivalencia inicial, se atribuirán al efecto del tratamiento X.
Cuanto más similares sean las situaciones iniciales de ambos grupos, mayor posibilidad
existe de haber equilibrado los efectos de la historia, maduración y aplicación y validez
de los tests sobre los resultados finales. Quedan, sin embargo, los efectos de reacción
del test con la variable independiente, que solo se producirán en el grupo experimental
y no en el de control, y los efectos de la regresión estadística, que tendrá incidencia
distinta en los dos grupos.
Los problemas para la generalización de los resultados al conjunto de la población
serán los mismos que los comentados en el diseño pre experimental, en tanto no se
trabaja con grupos representativos de la misma.
GA X O1
GB O2
Este diseño sin pretest solo tiene las limitaciones que derivan de la dificultad fáctica de
poder aplicar la aleatoriedad pura en el proceso de selección de los sujetos. Si se logra
su aplicación con personas, entonces habría que controlar el denominado precisamente
‘efecto conejillo de indias’, por el cual los sujetos que se saben partícipes de un
experimento modifican - para bien o para mal - su comportamiento habitual, así como
el ‘efecto novedad’, que se traduce en que todo elemento novedoso introducido en un
contexto conocido produce una mejora de actitud y de aprendizaje, aunque sea
transitoria. Este es el motivo por el cual cuando se aplica al campo sanitario se
introducen informaciones (medicamentos placebo, etc.) que compensen tales
tendencias.
Sus pocas posibilidades fácticas no justifican, sin embargo, descartar plenamente este
diseño. En algunos casos puede ser factible su aplicación y entonces convendrá llevarlo
a cabo, aunque luego los resultados sean sometidos a otras metodologías de
contrastación. Supóngase un club juvenil que al inicio de la temporada de actividad
recoge a la mayoría de adolescentes y jóvenes de una localidad o barrio. Se podrían
organizar dos grupos aleatorios para verificar la eficacia de un programa audiovisual
sobre el rechazo al hábito de consumir alcohol, en comparación con una estrategia
convencional de debates e informaciones orales a cargo del monitor o tutor.
Se aplica cuando no se ha podido llevar a cabo la confección de los grupos por estricto
criterio de aleatoriedad o, aun habiéndolo hecho así, se tienen dudas sobre la real
equivalencia entre ambos. El esquema sería:
GA O X O2
GB O3 O4
GA O1 X O2
GB O3 O4
GC X O5
GD O6
La incidencia del factor X en los resultados encuentra aquí varias fuentes de
demostración: O2 > O1; O2 > O4; O5 > O6; O5 > O3.