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DERECHO DE FAMILIA
Integrantes:
Bohórquez Zulimara C.I: 14.039.709
Paredes Alexandra C.I: 22.342.591
Vidal Yessica C.I: 15.649.263
DOCENTE:
-
Sección N° 2
LA FILIACION: es definida como el nexo jurídico que se establece entre el hijo y sus
progenitores, el cual genera numerables derechos y deberes recíprocos, siendo más
significativos durante la minoridad de los hijos, ello en razón que durante dicha etapa el
nexo entre los hijos y los protectores naturales es esencial para el desarrollo evolutivo de
los infantes.
Para Grisanti Aveledo, “La relación de filiación es la que se da entre padres e hijos o sea
entre generantes y generados. Constituye un hecho natural, ya que tiene su base en un
hecho natural como es la procreación, y un hecho jurídico, puesto que determina
consecuencias jurídicas.
Igualdad de todos los hijos, de modo que no sean discriminados cualquiera que sea la
circunstancia de su nacimiento, es decir, sean habidos dentro o fuera del matrimonio.
Supremacía del interés superior del niño, lo cual supone considerar al niño como sujeto de
derecho, procurando su mayor realización espiritual y material posible, guiarlo en el
ejercicio de sus derechos esenciales conforme su edad y desarrollo. El Estado y sus
órganos debe garantizar estos derechos, adecuando la legislación venezolana y a la
Convención de Derechos del Niño.
Los efectos de la filiación son independientes del tiempo de su prueba: Ya hemos dicho
que mientras la filiación no ha sido probada, no puede hablarse jurídicamente de su
existencia, pero cuando la filiación resulte jurídicamente determinada, sus efectos se
producen desde que el hijo existió y no a partir de la constatación de la filiación, porque la
prueba de la filiación la establece legalmente, más no la produce.
Momentos de la filiación
Filiación materna y paterna: Como toda filiación surten efectos una vez probadas,
siendo más sencillo comprobar la maternidad que la paternidad.
Filiación Consanguínea:
En la filiación consanguínea podemos encontrar dos tipos principales de hijos, ellos son:
Artículo 77 CRBV: “Se protege el matrimonio entre un hombre y una mujer, fundado en el
libre consentimiento y en la igualdad absoluta de los derechos y deberes de los cónyuges.
Las uniones estables de hecho entre un hombre y una mujer que cumplan los requisitos
establecidos en la ley producirán los mismos efectos que el matrimonio”.
Los hijos naturales suelen ser: Decimos que suelen ser, aunque en el código actual no
admite distinciones entre los hijos:
Hijo natural adulterino: Como su nombre lo indica, era el nacido de las uniones
extramatrimoniales, en las cuales el padre y la madre, aunque hubiese querido, no
habrían podido contraer matrimonio entre sí (a la época de la concepción), porque
alguno de ellos o ambos, se encontraban a su vez casados con terceras
personas Ej. Daniel y María tienen una relación de la cual surge su hijo Pedro, pero
a su vez María no habría podido casarse con Daniel, puesto que ella ya se
encontraba casada con Carlos. Entonces, Pedro, sería un hijo ilegítimo adulterino.
Hijo natural incestuoso: Era el proveniente de las relaciones extramatrimoniales
en las cuales, los padres no hubiesen podido contraer matrimonio para la época de la
concepción, porque entre ellos existía un parentesco que hiciese imposible el
matrimonio Ej. Manuel es el padre de Adriana y, a su vez, ambos tienen relaciones
de las cuales ella sale embarazada. El parentesco del hijo nacido de dicha unión
sería ilegítimo incestuoso.
Hijo natural sacrílego: Existía cuando el padre del hijo ilegítimo era ministro de
un culto cuya religión le prohibía el matrimonio Ej. El hijo de un sacerdote católico,
hijo éste concebido y nacido durante el sacerdocio del padre.
El hijo natural simple tenía una condición inferior a los demás hijos, situación que se
evidenciaba cuando se abría una sucesión, porque éste tipo de hijos heredaban la mitad de
lo que heredaban los hijos legítimos (nacidos de la unión matrimonial), claro que para
complicar más la cosa, los hijos naturales heredaban la mitad cuando se abría la sucesión
del padre, porque cuando fallecía la madre la herencia se repartía a partes iguales entre los
hijos legítimos y los ilegítimos, la historia dice que esto se debe a que, lo normal es que los
hijos permanezcan siempre con su madre, tiene además un fundamento afectivo.
Anteriormente existían los hijos legitimados, que eran aquellos que en un principio fueron
hijos naturales, pero que luego se legitimaron por subsiguiente matrimonio entre sus padres.
Hoy en día, el derecho venezolano ha acabado con las distinciones existentes entre los hijos
legítimos y los ilegítimos, siendo que, actualmente, todos los hijos tienen los mismos
derechos. En la filiación hay dos momentos fundamentales: la concepción y el nacimiento.
El código le da más importancia al nacimiento, puesto que es muy difícil determinar el
momento de la concepción, es por ello que, a partir del nacimiento comienza la protección
jurídica del hijo. Es importante establecer que, a pesar de la dificultad existente para
determinar el momento de la concepción, el código ha hecho un cálculo aproximado para
cuando sea necesario determinarla Art. 213 CC: “Se presume, salvo prueba en contrario,
que la concepción tuvo lugar en los primeros ciento veintiún (121) días de los trescientos
(300) que preceden el día del nacimiento”.
FILIACIÓN MATRIMONIAL: Es el vínculo jurídico simultáneo que une al hijo con su
padre y con su madre cuando éstos están casados para la época de la concepción del hijo o
para la fecha de su nacimiento. De este tipo de filiación surge un vínculo entre el hijo, su
padre y su madre, porque los padres están, a su vez, unidos por el matrimonio o, por lo
menos, lo estuvieron en el momento de la concepción o el nacimiento del hijo.
Paternidad.
Maternidad.
Art. 214 CC: “La posesión de estado de hijo se establece por la existencia suficiente de
hechos que indiquen normalmente las relaciones de filiación y parentesco de un individuo
con las personas que se señalan como sus progenitores y la familia a la que dice pertenecer.
Que la persona haya usado el apellido de quien pretende tener por padre o madre.
Que éstos le hayan dispensado el trato de hijo, y él, a su vez, los haya tratado como
padre y madre.
Que haya sido reconocido como hijo de tales personas por la familia o la sociedad”
Con ocasión de este artículo el profesor nos recomienda repasar de nuevo los
elementos de la posesión de estado y nos indica que ella ocurre cuando una persona
se comporta como si fuera el dueño de tal estado Ej. Que Luis se comporte como si
fuera hijo de Andrés y María, aunque en la realidad no lo sea.
Art. 215 CC: “La demanda para que se declare la paternidad o maternidad, puede
contradecirse por toda persona que tenga interés en ello”.
Art. 216 CC: “El hijo nacido fuera del matrimonio, una vez reconocido no puede llevarse a
la residencia familiar sin el consentimiento del otro cónyuge”.
Art. 458 CC: “Si se han perdido o destruido en todo o en parte los registros; si son ilegibles;
si no se han llevado los registros de nacimiento o de defunción, o si en estos mismos
registros se han interrumpido u omitido los asientos, podrá suplirse el acta respectiva con
cualquiera especie de prueba. Las partidas eclesiásticas tendrán el valor de presunciones.
Alcance probatorio Art. 457 CC: “Los actos del estado civil registrado con las formalidades
preceptuadas en este Título, tendrán el carácter de auténticos respecto de los hechos
presenciados por la Autoridad Las declaraciones de los comparecientes, sobre hechos
relativos al acto, se tendrán como ciertas hasta prueba en contrario.
Las indicaciones extrañas al acto no tendrán ningún valor, salvo disposición especial”. El
reconocimiento del hijo es un acto personalísimo que sólo puede hacerse personalmente, un
sector de la doctrina considera que también puede hacerse mediante un poder, aunque para
el profesor esto es completamente ridículo.
Es decir, que, si bien el nexo biológico que existe entre el padre y el hijo no resulta del
reconocimiento, solo este lo pone de manifiesto, puesto que la relación jurídica entre el
padre extramatrimonial y su hijo, y, por tanto, la prueba de la filiación derivan del
reconocimiento. El reconocimiento voluntario expreso se forma y perfecciona, como antes
se señaló, con la simple declaración de la paternidad hecha con las formalidades exigidas
por la ley, esto siempre será así y no admite excepción ni aun en los casos en los que se
exige el consentimiento o aceptación del reconocimiento, como los considerados en el
artículo 220 del Código Civil. Solo que, cuando se requiere la aceptación, los efectos de la
declaración de la filiación paterna quedan en suspenso hasta que se produzca el
consentimiento o aceptación.
De lo antedicho, se deriva el carácter irrevocable del reconocimiento de la paternidad, pues
sería contrario al orden público y a la seguridad jurídica que la subsistencia del estado
familiar que se crea con esa declaración de voluntad dependa de lo que pueda
posteriormente decidir el padre reconociente.
De manera que, puede sostenerse que, así como el marido se presume padre biológico del
hijo nacido dentro del matrimonio, salvo que en juicio se demuestre lo contrario, mutatis
mutandi, en el reconocimiento voluntario el reconocido se presume hijo biológico de quien
lo reconoce, salvo que en el juicio respectivo de impugnación se demuestre lo contrario.”
Comentario de Acceso a la Justicia: Determinó la SCS/TSJ que lo que señale o deje de
señalar la madre en la partida de nacimiento sobre el padre reconociente de su hijo, no
impide ni le resta eficacia al reconocimiento; de allí que el artículo 212 del Código Civil
establezca que “la declaración de la madre no basta para excluir la paternidad”. Así, el
único medio con que cuenta quien se considere afectado para que sea declarada la falsedad
es la impugnación judicial del reconocimiento. Para lo cual puede hacer valer en el juicio
todos los medios de prueba que pone a su disposición el ordenamiento jurídico, incluida la
experticia del Ácido Desoxirribonucleico (ADN).
a) Se presume, salva prueba en contrario, que la concepción tuvo lugar en los ciento
veinte un días de los trescientos que precedieron al del nacimiento.
b) La posesión de estado de hijo se establece por la existencia suficiente de hechos
que indiquen normalmente las relaciones de filiación y parentesco de
un individuo con las personas que se señalan como sus progenitores y la familia a
que dicen pertenecer. Los principales entre estos hechos son: que la persona haya
usado el apellido de quien pretende tener por padre a madre. Que estos la hayan
dispensado el trato de hijo y él, a su vez, la haya tratado como padre o madre, y que
haya sido reconocido como hijo de tales personas por la familia o la sociedad.
c) La demanda para que se declare la paternidad o la maternidad, puede
contradecirse por toda persona que tenga interés en ello.
d) El hijo nacido fuera del matrimonio, una vez reconocido, no puede ser llevado a
la residencia familiar sin el consentimiento del otro conyugue.
RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO
El reconocimiento del hijo por sus padres, para que tenga efectos legales, de constar:
Cuando la mujer casada ha permanecido separada de hecho de su marido, por más de cinco
años y obtiene la disolución del vínculo matrimonial de conformidad con lo dispuesto en el
Art. 185 del Código Civil.
– A del Código Civil, el padre verdadero puede reconocer al hijo concebido durante este
periodo, cuando la concepción coincida con dicho periodo. Es así como interpretamos la
confusa redacción del artículo 225 del C.C.
Cuando el hijo haya muerto siendo menor de edad sin haber reclamado su filiación, sus
herederos no podrán intentar la acción contra los herederos del progenitor respecto del cual
la filiación deba ser establecida, sino hasta los años siguientes a la mayoridad de aquél (Art.
229 C.C.).
El reconocimiento del hijo por la parte demandada pone término al juicio sobre la filiación,
siempre que el reconocimiento sea admisible (Art. 223 C.C.). En los conflictos de filiación,
el Tribunal decidirá la filiación que le parezca más verosímil, en atención a la posesión de
estado y tomando en cuenta los medios de prueba establecidos (Art. 223 C.C.).
Las acciones relativas a la filiación, bajo el supuesto de que exista o no el estado filial,
pueden ser de dos grandes clases: destructivas de la filiación o atributivas de ella. Para los
procesalistas, todas ellas son constitutivas porque vienen a innovar sobre el ordenamiento
jurídico (E Liebman). La mayoría de los ordenamientos jurídicos reconoce las siguientes
acciones:
ACCIONES DE IMPUTACIÓN
La acción de adopción. Tiene por objeto constituir el estado civil de hijo, sometiéndose
a los procedimientos jurídicos respectivos que cada legislación cree.
ACCIONES DE IMPUGNACIÓN
El desconocimiento de paternidad. Por ejemplo, ante un hijo que nace dentro del
matrimonio, pero cuyo progenitor no es el cónyuge.
La nulidad o impugnación del reconocimiento. Por ejemplo, un padre que haya
reconocido a un hijo voluntariamente, puede luego pedir que se revoque este
reconocimiento. Algunos ordenamientos estipulan que el reconocimiento es
irrevocable, salvo por error o falsedad a la hora de haberlo realizado, debiendo
solicitarse en sede judicial.
EFECTOS
En el ius commune a esta área se le llamaba ius personarum (H. Coing). La filiación tiene
importantes efectos jurídicos. Podemos citar, entre los más importantes, los siguientes:
En derecho de familia, la filiación origina la patria potestad, el que en algunas
legislaciones se divide en la custodia personal del menor y la custodia patrimonial de
sus bienes, la obligación alimenticia en caso de vida separada de los padres, el derecho
a la relación directa y regular entre el hijo y el padre que no tiene la custodia del
primero, el deber de socorro y ayuda mutua, el deber de educar al hijo.
En derecho sucesorio, en algunos sistemas, la filiación obliga a la reserva de
la legítima y es el heredero legal prioritario (junto con el resto de hermanos).
La filiación determina los apellidos de la persona, que se regirán en función de la
legislación concreta aplicable.
Las acciones sobre filiación varían, según incidan sobre la paternidad o sobre la maternidad
y según se trate de hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio; sin embargo, dada su
misma naturaleza, tienen estas acciones los siguientes caracteres comunes:
1. Son indisponibles.
2. Son imprescriptibles. Se tramitan mediante igual procedimiento judicial.
3. Son indisponibles por ser de orden público y, por tanto, no pueden renunciarse ni
relajarse por voluntad del sujeto activo. Lo que significa que una vez intentada la
acción, deberá continuar hasta sentencia definitiva; Sin que pueda caber en este
procedimiento la confesión ficta, ni el desistimiento, ni el convenimiento, ni la
transacción. Tampoco tiene cabida la prueba de juramento; y la confesión sólo
tendría valor de indicio.
La doctrina se pronuncia, no obstante, por admitir esta indisponibilidad sólo en el caso que
exista interés moral en el sujeto activo; pues cuando haya únicamente interés económico,
opina que sí se puede disponer de la acción; y señala que hay interés económico cuando la
demanda es interpuesta no directamente por el interesado (hijo, padre o madre) sino por los
herederos de éste.
Una que corresponde al padre y tiene por objeto desvirtuar la presunción de paternidad; es
la Impugnación de paternidad. Y otra que corresponde al hijo y tiene por objeto hacer que
el padre le reconozca su condición de tal: es la Inquisición de paternidad. La primera tiene
lugar sólo en el caso de existir matrimonio entre el padre y la madre del hijo cuya
paternidad se impugna. La segunda opera sólo en el caso de hijos extramatrimoniales,
cuando éstos pretenden que su presunto padre les reconozca como tales hijos.
IMPUGNACIÓN DE LA PATERNIDAD:
De conformidad con lo dispuesto en el Art. 201 del c.c., "el marido se tiene como padre del
hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los trescientos (300) días siguientes a su
disolución o anulación". Es esta presunción iuris tantum, que puede ser destruida mediante
prueba en contrario, en juicio contradictorio tendiente a impugnar esta paternidad.
La acción de Impugnación de paternidad deberá intentarse por el presunto padre, dentro de
los seis (6) meses contados desde la fecha del nacimiento del hijo o de conocido
el fraude cuando se ha ocultado el nacimiento; es decir, que está afectada de un término de
caducidad, el cual sin embargo no comenzará a contarse, en caso de interdicción del
marido, sino después de su rehabilitación (Art. 206 C.C.). Si el marido muere sin haber
promovido la acción de desconocimiento, pero antes que haya transcurrido el término útil
para intentada, sus herederos tendrán dos (2) meses para impugnar la paternidad, contados
desde el día en que el hijo haya entrado en posesión de los bienes del de cujus o del día en
que los herederos hayan sido turbados por aquél en tal posesión (Art. 207 C.C.).
1. En caso de nacimiento del hijo antes de 180 días contados desde la celebración del
matrimonio (Art. 202 C.C.). En este caso, el marido puede limitarse a negar
judicialmente su paternidad, alegando y probando simplemente dos extremos: la
fecha de su matrimonio y la fecha del nacimiento del hijo de su esposa; lo cual
podrá hacer mediante las respectivas copias certificadas de las partidas de Registro
Civil, sin que sean descartables otras pruebas que lleven al ánimo del Juez la
convicción de que el demandante no es el padre del hijo que se le atribuye. Este, por
su parte, tiene a su favor las pruebas que pueda aportar, para demostrar que, aunque
no ha nacido dentro del matrimonio, sí es hijo del marido de su madre.
Hay en este primer caso, sin embargo, tres excepciones contempladas en el C.C. (Art.
202), a saber:
b. -Si después del nacimiento el marido ha admitido al hijo como suyo, asistiendo
personalmente o por medio de mandatario especial a la formación del acta de
nacimiento o comportándose como padre de cualquier otra manera; y c. Cuando el
hijo no nació vivo. En estos tres supuestos. No es procedente la acción de
impugnación de paternidad.
1. En caso de nacimiento del hijo antes de los ciento ochenta (180) días a contar
desde la fecha en que quedó definitivamente firme la sentencia que declaró sin lugar
la demanda de nulidad, de divorcio o de separación de cuerpos; o terminado el juicio
(Art.
2. (Art. 203 C.C.). El derecho de impugnar la paternidad por las causas señaladas en
los numerales 2 y 3, cesa para el marido que se ha reconciliado con su mujer. Aunque
sea temporalmente.
No basta, como vemos, que la mujer haya cometido adulterio durante la época de la
concepción; pues, pudo ocurrir que en ese mismo lapso tuviera relaciones con su marido.
Por ello el legislador le exige que pruebe, además, otros hechos o circunstancias que
verosímilmente concurran a excluir su paternidad.
6. En caso de impotencia manifiesta y permanente, excepto si la concepción ha tenido
lugar por inseminación artificial con autorización del marido (Art. 204 C.C.).
Obsérvese que el legislador exige que la impotencia del marido sea manifiesta y además
permanente; es de':" que pueda comprobarse mediante simple examen físico por ser notable
y evidente; y que sea constante, sin solución de continuidad, como podría ser la que deriva
de la ablación de los genitales, por ejemplo. Es decir, que se refiere a la impotencia
coeundi, sin que se requiera que ésta sea anterior al matrimonio, como se exige para la que
determina la incapacidad matrimonial.
Además de los casos señalados, por vía de excepción y aunque no aparezca taxativamente
señalado en el c.c., parece lógico que en caso de establecerse la filiación materna por una
sentencia según la cual se demuestre que el producto del parto de la esposa no es hijo de su
marido, éste podrá igualmente impugnar la paternidad que le es atribuida por la presunción
"pater is est. "
INQUISICIÓN DE PATERNIDAD:
Procede esta acción cuando el hijo, nacido fuera de matrimonio, no ha sido reconocido
voluntariamente por su padre; y tiene por objeto establecer la filiación entre el sediciente
hijo y el hombre que éste pretende que es su padre.
La paternidad podrá demostrarse con todo género de pruebas, incluidos los exámenes o las
experticias hematológicas y heredo biológicas que hayan sido consentidas por el
demandado. La negativa de éste a someterse a dichas pruebas se considerará como una
presunción en su contra.
La acción para inquirir la paternidad podrá ser intentada, en vida del hijo y durante su
minoridad, por su representante legal o por el Ministerio Público; así como por los
organismos de protección del menor, por el progenitor respecto del cual la filiación esté
establecida y por los ascendientes de éste. Después que el hijo ha alcanzado la mayoría o ha
contraído matrimonio, la acción corresponde sólo a él.
El reconocimiento del hijo por la parte demandada pone término al juicio sobre filiación, en
todos los casos en que tal reconocimiento sea admisible de conformidad con las
disposiciones del Código Civil (Art.232).
Como en todas las acciones relativas a filiación, es competente para conocer de la de
inquisición de paternidad el Juez de Familia del domicilio del hijo, cualquiera sea la edad
de éste y, siempre, con intervención del Fiscal del Ministerio Público (Art. 231 C.C.).
Impugnación de estado: Procede esta acción cuando se desea desvirtuar la filiación materna
de una persona nacida dentro del matrimonio, en razón de su partida de nacimiento o de su
posesión de estado.
En efecto, tal como lo señala el Art. 199 del C.C., cuando faltan la posesión de estado y la
partida de nacimiento, podrá demandarse al pretendido hijo la inexistencia de su filiación
materna y éste deberá, mediante todo género de prueba, demostrar su filiación. El actor en
tales casos será todo aquél que tenga interés legítimo y actual y el demandado lo será el
pretendido hijo o sus herederos. No podrá intentarse la acción cuando exista partida de
nacimiento conforme con la posesión de estado; sin embargo, aún en este caso, será
procedente la acción cuando el hijo fue inscrito bajo falso nombre, o bien si se trata de
suposición o sustitución de parto.
El actor en esta acción es el propio hijo, dado su carácter esencialmente moral. La parte
demandada puede serio la madre presunta o sus herederos, pero nada se opone a que se
demande también al cónyuge de ésta.
Cuando el hijo hubiere muerto sin reclamar su filiación, podrán intentar la acción sus
herederos o descendientes, contra los herederos de la progenitora cuya filiación deba ser
establecida, siempre que aquél haya muerto siendo menor, o hasta los dos (2) años
siguientes a su mayoridad (Art. 229 C.c.); es decir, hasta la fecha en que el fallecido
hubiera cumplido veinte (20) años de edad.
Artículo 211 Se presume, salvo prueba en contrario, que el hombre que vivía con la
mujer en concubinato notorio para la fecha en que tuvo lugar el nacimiento del hijo, ha
cohabitado con ella durante el período de la concepción. Esta es una presunción iuris
tantum, si el hijo sedicente (que se atribuye a sí mismo un nombre, un título o un
tratamiento del que carece en realidad) demuestra que el pretendido padre vivía
en concubinato notorio para la fecha en que tuvo lugar su nacimiento, el demandado por
supuesto puedo contrariar la demanda demostrando todos los hechos que sean útiles para
excluir su paternidad o para comprobar que la posesión de estado del pretendido hijo es
falsa. Casos en que procede la acción conforme al Código Civil El artículo 226 dispone:
Artículo 226 Toda persona tiene acción para reclamar el reconocimiento de su filiación
materna o paterna, en las condiciones que prevé el presente Código. Conforme a esta
disposición la acción de inquisición de paternidad procede en todo caso en que un hijo
concebido fuera del matrimonio, no haya sido reconocido por su padre. ¿A quiénes
corresponde intentarla? En vida del sedicente hijo y mientras sea menor de edad y soltero,
puede intentar la acción de inquisición de paternidad su representante legal, y si no lo
hiciere, el Ministerio Público, Los organismos públicos de protección de niños y
adolescentes, el progenitor respecto del cual la filiación esté comprobada y los ascendientes
de este. Después que el hijo ha alcanzado la mayoridad o ha contraído matrimonio, la
acción corresponde sólo a él y si el pretendido hijo fallece siendo niño o
La parte demandada puede a su vez comprobar todos los hechos que estime convenientes, a
los efectos de desvirtuar la pretensión del actor(art.200 CC)Las acciones de inquisición
de maternidad, lo mismo que las de paternidad, son imprescriptibles cuando la parte
demandada lo es la madre; pero si lo son los herederos de ésta, no podrá intentarse sino
dentro de los cinco (5) años siguientes a su muerte (Art. 228 C.C.).Artículo 228 Las
acciones de inquisición de la paternidad y la maternidad son imprescriptibles
frente al padre y a la madre, pero la acción contra los herederos del padre o de la
madre, no podrá intentarse sino dentro de los cinco (5) años siguientes a su muerte. En
ambas acciones la parte actora es el pretendido hijo, exclusivamente cuando es
mayor de edad, o cuando, siendo menor, haya contraído matrimonio; en caso
contrario, es decir, durante la minoridad del hijo, puede intentar la acción el Ministerio
Público, los organismos encargados de la protección del menor y el otro progenitor respecto
del cual la filiación esté establecida o los ascendientes de éste. Cuando el hijo hubiere
muerto sin reclamar su filiación, podrán intentarla acción sus herederos o descendientes,
contra los herederos de la progenitora cuya filiación deba ser establecida, siempre
que aquél haya muerto siendo menor, o hasta los dos (2) años siguientes a su mayoridad
(Art. 229 C.c.); es decir, hasta la fecha en que el fallecido hubiera cumplido veinte (20)
años de edad. Artículo 229 .Los herederos o descendientes del hijo que ha muerto sin
reclamar su filiación, no podrán intentar la acción contra los herederos del progenitor
respecto del cual la filiación deba ser establecida, sino en el caso que el hijo haya muerto
siendo menor o dentro de los dos (2) años subsiguientes a su mayoridad. Finalmente el
reconocimiento del hijo por la parte demandada pone término al juicio en todos aquellos
casos en el reconocimiento es admisible, Desde el momento en que el hijo pruebe su
filiación tiene la misma condición que el nacido o concebido durante el matrimonio,
tanto respecto a los progenitores como a los parientes consanguíneos de estos. Artículo
232 .- El reconocimiento del hijo por la parte demandada pone término al juicio sobre la
filiación en todos aquellos casos en que el reconocimiento sea admisible, de conformidad
con el presente Código.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS