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GENDARMERÍA NACIONAL
“CURSO DE
FORMACIÓN BÁSICA DE LOS ESCALAFONES
PROFESIONALES PARA PERSONAL DE
SUBOFICIAL EN COMISIÓN”
-PERÍODO 2023-
UNIDAD I
Código de Conducta para Funcionarios encargados de
hacer cumplir la Ley.
Código de Conducta para Funcionarios Públicos para hacer cumplir la ley. Delitos
por incumplimiento a los deberes de funcionario público. Uso racional de la Fuerza.
Este tema ha sido abordado, tanto en el ámbito de las Naciones Unidas como a
nivel regional y, si bien se ha elaborado una serie de documentos específicamente
dedicados a la regulación del uso de la fuerza, los instrumentos internacionales de
derechos humanos siguen siendo su sustento medular.
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Ejercer el monopolio de la fuerza legítima es uno de los rasgos definitorios del
Estado moderno, en tanto, la provisión de la seguridad como bien público ha sido
históricamente una de sus funciones esenciales.
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El Código en sí consta de sólo ocho artículos, cada uno de los cuales es seguido
por una serie de comentarios destinados a precisar su significado y alcance.
Artículo 1:
Artículo 2:
Artículo 3:
Artículo 4:
Artículo 5:
3
Artículo 6:
Artículo 7:
Artículo 8:
“(…) todos los actos de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
(estén) sujetos al escrutinio público, ya sea ejercido por una junta
examinadora, un
ministerio, una fiscalía, el poder judicial, un ombudsman, un comité de
ciudadanos, o cualquier combinación de estos, o por cualquier otro órgano
examinador.”
“(…) que las normas en sí carecen de valor práctico a menos que su contenido
y significado, mediante la educación y capacitación y mediante vigilancia, pasen
a ser parte del credo de todo funcionario encargado de hacer cumplir la ley”.
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La resolución que aprueba el Código de Conducta para Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley incluye la recomendación de que los
gobiernos consideren favorablemente la posibilidad de utilizarlo en el
marco de la legislación o la práctica nacionales como conjunto de principios
que han de observar los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Afirma también que “para que una fuerza policial aspire a ser respetuosa de los
derechos humanos no solo requiere de formación teórica, sino que debe
organizarse, seleccionar su personal, capacitarse permanentemente y realizar
sus operaciones profesionales de forma tal de hacer efectivos los derechos
humanos de la población a la que sirve”.
Uso de la fuerza
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su parte, el ya mencionado Código de Conducta para Funcionarios Encargados
de
Hacer Cumplir la Ley establece en su artículo 3º que “los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando sea
estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de
sus tareas”.
2) OPORTUNIDAD: Todos los demás medios legítimos para alcanzar ese objetivo
resulten ineficaces y el uso de la fuerza no acarree consecuencias más lesivas
que aquellas que se producirían en caso de no recurrir a ella. Los principios
básicos establecen que: “los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley,
en el desempeño de sus funciones, utilizarán en la medida de lo posible
medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y de armas de
fuego. Podrán utilizar la fuerza y armas de fuego solamente cuando otros
medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del
resultado previsto”
En este contexto, cabe destacar que, por legítimo que sea, ningún objetivo
justifica la aplicación de la tortura, que se encuentra absolutamente
prohibida, cualquiera sea la circunstancia.
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5) RESPONSABILIDAD: Se rindan cuentas y se asuman las diversas
responsabilidades que su empleo genera. El personal policial debe ser
individualmente responsable de sus actos, de sus omisiones o de las
órdenes dadas a sus subordinados, y que debe ser posible en todos los
casos determinar el responsable superior en última instancia de los actos u
omisiones de un funcionario policial.
Por su parte, los Principios Básicos prescriben que los gobiernos y las
instituciones policiales adoptarán las medidas necesarias para que los
funcionarios superiores asuman la debida responsabilidad cuando tengan
conocimiento, o debieran haberlo tenido, de que los funcionarios a sus
órdenes recurren, o han recurrido, al uso ilícito de la fuerza y de armas de
fuego, y no adopten todas las medidas a su disposición para impedir, eliminar o
denunciar ese uso. Asimismo, establecen que los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley no podrán alegar obediencia de órdenes superiores si
tenían conocimiento de que la orden de emplear la fuerza o armas de fuego,
a raíz de la cual se ha ocasionado la muerte o heridas graves a una persona,
era manifiestamente ilícita y tuvieron oportunidad razonable de negarse a
cumplirla, aclarando que, de cualquier modo, también serán responsables los
superiores que dieron las órdenes ilícitas.
Los Principios Básicos establecen que los funcionarios sólo podrán hacer
uso intencional de armas letales, cuando sea estrictamente indispensable
para proteger una vida y previa advertencia de su intención de hacerlo. En
tales casos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley:
a. Ejercerán moderación;
b. Actuarán en proporción a la gravedad del delito y al objetivo legítimo
que se persiga;
c. Reducirán al mínimo los daños y lesiones; Respetarán y protegerán
la vida humana;
d. Procederán de modo que se presten lo antes posible asistencia y
servicios médicos a las personas heridas o afectadas;
e. Procurarán notificar lo sucedido, a la menor brevedad posible, a los
parientes o amigos íntimos de las personas heridas o afectadas.
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También en relación con el momento posterior a los hechos, los Principios
Básicos establecen que:
Por su parte, la CIDH dice que en estos casos, deben tener en cuenta la
aplicación de los principios de proporcionalidad y moderación, los
funcionarios policiales deberán reducir al mínimo los daños y lesiones que
pudieran causar al agresor.
Agrega también que las normas de actuación deben establecer la obligación
de los agentes del Estado de identificarse previamente como tales, a la vez
que, de advertir con claridad a las personas involucradas sobre su intención
de emplear la fuerza, otorgando el tiempo suficiente para que estas depongan
su actitud, excepto en aquellos casos en que exista un riesgo inminente para la
vida o la integridad personal de terceras personas o de los mismos agentes
estatales.
Asimismo, las fuerzas policiales deberán garantizar que se preste asistencia
médica inmediata a las personas heridas o afectadas y procurar que los
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familiares y allegados de estas tomen conocimiento de lo sucedido en el plazo
más breve posible.