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OPERACIONES POLICIALES CAPACITACION POLICIA LOCAL 2020 · Tecnicatura Superior en Seguridad

OPERACIONES
POLICIALES
CLASE 1

TEMA:
» INTRODUCCION A LA MATERIA. DEFINICION DE PREVENCION. USO RACIONAL DE LA
FUERZA. PRINCIPIOS. FUERZA MINIMA E INDISPENSABLE. EPA. CONCEPTO DE
SUJETO ACTIVO. COMPORTAMIENTO. RESPUESTA PROFESIONAL. ESCALADA Y
DESESCALADA DE URF.

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INTRODUCCIÓN
A lo largo de esta unidad comenzaremos a observar y analizar los conceptos básicos a tener en cuenta
para la prosecución de la formación policial. Base fundamental del conocimiento, la teoría, tienes sus
comienzos en la conceptualización de la “Prevención”, siguiendo con la detección de diferentes tipos de
situaciones, desarrollando, a lo largo de la unidad, un análisis profundo de los estados emocionales que
debe afrontar un efectivo policial, así como también, previendo mecanismos resolutivos.

PREVENCIÓN
CONCEPTO: También denominada “Capacidad de Anticipación”, es aquella actividad operativa desplegada
por la Policía, especialmente la de Seguridad, tendiente a desalentar conductas o acciones delictivas que
podrían haber afectado la vida y bienes de la comunidad, adoptando medidas operativas para impedir la
consumación de un hecho.

Desde un aspecto general, las tareas de prevención, son también aquellas tareas que desarrolla la
sociedad a los fines de evitar ser víctimas de acciones delictivas. La Policía como institución desarrolla y
lleva adelante tareas preventivas con medios propios y/o con la participación ciudadana.

En una sociedad democrática, ninguna actividad preventiva es totalmente eficaz, el comportamiento


criminal vulnera de alguna manera todas aquellas medidas que se adopten, por lo tanto, podríamos decir
que las tareas de prevención son dinámicas y se van adaptando y adecuando. La prevención total del
crimen requeriría un grado muy elevado de autoridad policial sobre la conducta ciudadana, que terminaría
por destruir la libertad individual, que en definitiva es pilar en la democracia.
• Retomando cuestiones técnicas de la prevención, se puede afirmar que las acciones de anticipación son
sumamente difíciles en cuanto a su planificación y concreción dentro de un sistema de seguridad, dado
que deben conjugarse un sin número de acciones y elementos, tanto humanos como tecnológicos para
lograr su fin.

• Deben coexistir, junto a las acciones preventivas policiales, otras políticas activas de distintas áreas del
Estado, por ende las políticas preventivas son un conjunto de medidas estratégicas que coadyuvan a
desalentar conductas.

• Estudios que analizan las variables de la delincuencia señalan que un contexto económico difícil, con
marcada desigualdad de ingresos, desempleo, pobreza, y más aún, la indigencia, son factores que influyen
significativamente en la problemática del delito, o dicho de otra manera, se generan condiciones
apropiadas para delinquir y no se desalientan conductas transgresoras.

• Desde la óptica policial, para una más adecuada prevención de los delitos, no solo es necesario conocer
las diferentes variables, los incidentes históricos y el “modus operandi” delictivo, sino también es

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necesario, capacitar al personal en acciones particularmente preventivas y correcta apoyatura logística,


tecnológica y legal.

• La prevención, a diferencia de otras acciones operativas, presenta dificultades en cuanto a los


parámetros de referencia y de evaluación de resultados, ya que sobre ella inciden las otras tareas, como
son la capacidad de reacción ante el hecho en proceso o el hecho consumado, y otros factores como los ya
enunciados, que pueden ser económicos, sociales, culturales, etc.

• Para tener el sustento legal del ¿por qué? La Policía debe prevenir el delito, sólo basta con referirnos al
Artículo 13ero. de la Ley 13.482 que dice: “El personal de las Policías de la Provincia de Buenos Aires, en el
desempeño de sus funciones deberá adecuar su conducta a los siguientes principios básicos de actuación
policial: a) “ desplegar todo su esfuerzo con el fin principal de prevenir el delito y proteger a la comunidad
actuando acorde al grado de responsabilidad y ética profesional que su función exige para preservar la
situación de seguridad pública y las garantías constitucionales de los requeridos por su actuación...”.

USO RACIONAL DE LA FUERZA


En las diversas áreas de conocimiento que conforman el saber policial hablamos en general en términos
de técnicas. Sin embargo resulta importante tener siempre presente que las técnicas son ejecutadas por
personas y, en este caso específico, por funcionarios policiales, quienes se encuentran habilitados a
intervenir en tanto profesionales de la seguridad y deben ajustar su proceder al marco normativo y
doctrinario que, en el contexto de un Estado de Derecho, legitima y respalda su acción.

La policía tiene la función de garantizar el cumplimiento de la Ley en nuestras sociedades. Sin ella,
podríamos encontrarnos ante escenarios y situaciones donde se impongan los intereses arbitrarios de un
determinado grupo por sobre el conjunto social. Sin los funcionarios de las Fuerzas Policiales y de
Seguridad no se podría ejecutar la ley de manera justa e imparcial. Para ello, la policía cuenta con la
autoridad para hacer uso de la fuerza de manera legítima. De hecho, debemos decir, aunque suene
redundante, las Fuerzas Policiales y de Seguridad son fuerza. La mera presencia policial ejerce un efecto
disuasivo para quienes tengan intenciones de cometer un acto contrario a la ley. Existe una proyección
simbólica de la fuerza, el sujeto que observa al policía sabe que ese funcionario está habilitado a utilizar la
fuerza, que cuenta con la legitimidad para ello. Dicha legitimidad tiene su fundamento en un Estado de
Derecho, definido en base a que toda su actividad se encuentra subsumida a lo establecido por la
Constitución Nacional y los mecanismos que la misma establezca para la sanción de leyes y otras normas.
De ello se deriva que el daño que generan los actos corruptos, arbitrarios o discrecionales por parte de
funcionarios policiales, entrañan un grave perjuicio para la estabilidad de la vida en sociedad, ya que
significan un cercenamiento del libre goce de derechos por parte de quienes deben justamente encargarse
de protegerlos y garantizarlos.

El ejercicio del poder de hacer cumplir la ley implica entonces una especial atención y regulación por parte
de los Estados. En este contexto, el 17 de septiembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas
adoptó la Resolución 34/169, titulada “Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir
la Ley”. Dicho Código, tal como su nombre lo indica, tiene como objetivo definir determinadas normas

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mínimas y universales para la conducta de funcionarios que ejercen función de policía, orientadas a la
protección de los Derechos Humanos de todas las personas. A tales fines, los Derechos Humanos están
comprendidos por un conjunto de Tratados Internacionales, que para el caso argentino, han sido
incorporados a la Constitución Nacional a partir de la reforma constitucional de 1994.

Podemos entonces enunciar las bases legales del modelo del uso racional de la fuerza en tres niveles:

Normas internacionales

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre*

Convención Americana sobre Derechos Humanos*

Declaración Universal de Derechos Humanos*

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos*

Convención contra la Tortura y la Sanción del Delito de Genocidio*

Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes*

Convención sobre los Derechos del Niño*

Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas*

Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley, aprobado por la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas**

Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de las Armas de Fuego, aprobado por la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas

*Incorporados a partir de la Reforma Constitucional de 1994

**Incorporados en el Art. 22 de la Ley de Seguridad Interior; Decreto Nro. 637/2003

Normas nacionales

La Constitución Nacional

Las siguientes leyes: el Código Penal de la Nación, el Código Procesal Penal de la Nación, la Ley
Nro. 24.059 de Seguridad Interior, la Ley de Unificación de las Normas de Organización de las
Policías de la Provincia de Buenos Aires N°13.482, la Ley de Armas y Explosivos N° 20.429.

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Reglamentos o protocolos de actuación

LOS PRINCIPIOS DEL USO RACIONAL DE LA FUERZA

PRINCIPIO DESCRIPCIÓN

¿CUÁNDO SE PUEDE USAR LA FUERZA?

El uso de la fuerza solo está autorizado cuando el objetivo que se pretende


alcanzar y el modo en que se utiliza ese recurso se encuentran respaldados
por normas jurídicas que así lo autorizan. En relación a ello, el uso de la
fuerza por parte de las Fuerzas Policiales y de Seguridad tiene que
adecuarse a las normas constitucionales, legales y reglamentarias
vigentes, así como a los tratados internacionales en materia de Derechos
Humanos.
LEGALIDAD

Ley 13482 Art. 13 inc. B

“Observar en su desempeño responsabilidad, respeto a la comunidad,


imparcialidad e igualdad en el cumplimiento de la Ley, protegiendo con
su actuación los derechos fundamentales de las personas, en
particular los derechos y garantías establecidos en las Constituciones
Nacional y Provinciales y en las Declaraciones, Convenciones, Tratados
y Pactos complementarios”

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¿EN QUÉ MOMENTO ES NECESARIO USAR LA FUERZA?

Cuando todos los demás medios legítimos para alcanzar ese objetivo
resulten ineficaces y el uso de la fuerza no acarree consecuencias más
lesivas que aquellas que se producirían en caso de no recurrir a ella. En este
sentido, el uso de la fuerza es siempre un medio para la consecución de un
fin policial legítimo. Por tanto, recurrir a él requiere la evaluación desde un
punto de vista táctico, así como ético. La oportunidad de usar la fuerza por
parte de la Policía resultará de la evaluación del riesgo que presente la
situación, conforme las circunstancias que objetivamente produzcan o
pudieran producir un agravamiento o des-escalamiento del conflicto y la
violencia.

Ley 13482 Art. 13 inc G y J

“Cuando el empleo de la fuerza y de armas de fuego sean inevitables,


OPORTUNIDAD
identificarse como funcionarios policiales y dar una clara advertencia de
su intención de emplear la fuerza o armas de fuego, con tiempo
suficiente como para que se tome en cuenta, salvo que al dar esa
advertencia pusiera indebidamente en peligro al funcionario policial, se
creara un riesgo cierto para la vida de otras personas, o resultara
evidentemente inadecuada o inútil dadas las circunstancias del caso”

“Recurrir al uso de armas de fuego solamente en caso de legítima


defensa propia o de terceros y/o situaciones de estado de necesidad en
las que exista peligro grave, inminente y actual para la vida de las
personas, o para evitar la comisión de un delito que entrañe ese peligro,
debiendo obrarse de modo de reducir al mínimo los daños a terceros
ajenos a la situación. Cuando exista riesgo de afectar la vida humana o
su integridad, el policía debe anteponer la preservación de ese bien
jurídico al éxito de la actuación o la preservación del bien jurídico
propiedad”

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¿CUÁNTA FUERZA SE DEBE UTILIZAR?

El nivel de fuerza aplicado debe ser proporcional a la agresión recibida, la


gravedad de la amenaza y los riesgos objetivos que de ella surjan,
procurándose evitar daños innecesarios (moderación). Así, el grado de fuerza
aplicado deberá ser evaluado por el personal en relación a la gravedad del
delito y al objetivo que persiga salvaguardar.

Ley 13482 Art. 13 inc F


PROPORCIONALIDAD Y
MODERACIÓN “Ejercer la fuerza física o coacción directa en función del resguardo de
la seguridad pública solamente para hacer cesar una situación en que,
pese a la advertencia u otros medios de persuasión empleados por el
funcionario policial, se persista en el incumplimiento de la Ley o en la
inconducta grave y

utilizar la fuerza en la medida estrictamente necesaria, adecuada a la


resistencia del infractor y siempre que no le infligiera un daño excesivamente
superior al que se quiere hacer cesar”

¿CÓMO SE CONTROLA EL USO DE LA FUERZA EMPLEADA?

El personal debe asumir las responsabilidades de su accionar y rendir


cuentas por las acciones efectuadas. Quien utiliza la fuerza, sus superiores, y
en última instancia el Estado, deben rendir cuentas por esa acción y
responder por las consecuencias que acarree su uso.

Ley 13482 Art. 9


RESPONSABILIDAD Y
“Los miembros de las Policías de la Provincia de Buenos Aires
RENDICIÓN DE
actuarán conforme a las normas constitucionales, legales y
CUENTAS
reglamentarias vigentes. Su accionar deberá adecuarse estrictamente
al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva,
arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra
las personas así como también al principio de gradualidad,
privilegiando las Areas y el proceder preventivo y disuasivo antes que el
uso de la fuerza y procurando siempre preservar la vida y la libertad de
las personas”

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FUERZA MÍNIMA INDISPENSABLE


Desde el punto de vista táctico, se denomina así a la cantidad de fuerza mínima necesaria para controlar
una situación hostil, ya sea verbal o física. El nivel de aplicación de la fuerza finaliza cuando termina la
hostilidad y finaliza el procedimiento. (Ley 13.482 art. 13 inc. “f”). Si pese a esto, continuamos en la
excesiva a aplicación de la fuerza, caemos en lo que se denomina “exceso en la aplicación de la fuerza”. Se
entiendo por “exceso en la aplicación de la fuerza” a toda acción policial que sobrepase los principios del
uso de la fuerza.

Es necesario, como aspecto prioritario, tener un concepto claro y objetivo de lo que significa "fuerza". Suele
entenderse como vigor, energía, acción de contacto físico, entre otros, inclusive la consideramos como un
acto de violencia. Sin embargo, una definición de fuerza en el accionar policial, debe entenderse como: "El
medio compulsivo a través del cual, el efectivo policial, logra el control de una situación que atenta contra
la seguridad, el orden público, la integridad y la vida de las personas dentro del marco de la ley". Debemos
tomar conciencia que todo empleo excesivo de la fuerza se convierte en violencia y esto es visto como un
acto arbitrario, ilegal, ilegítimo y no profesional, con lo cual debe quedar claro para los efectivos policiales
que "FUERZA NO ES VIOLENCIA". El policía no debe temer usar la fuerza en cumplimiento de su deber. En la
medida en que su objetivo sea garantizar la vida y la integridad física de las personas (la del policía y la de
terceros), los parámetros de uso de la fuerza no exigen que el policía tenga que ser agredido primero o se
exponga innecesariamente al peligro antes de usar la fuerza. La facultad de recurrir al empleo de la fuerza
en determinadas circunstancias, cuando otros medios resultan insuficientes o ineficaces, lleva consigo la
gran responsabilidad de velar para que esta se ejerza lícita y eficazmente, ya que su empleo excesivo
afecta directamente los Derechos Humanos. Es esencial, por consiguiente, adoptar medidas que impidan
su uso excesivo o indebido. Esto se logrará a través de la capacitación del personal policial en temas
referidos a resolución pacífica de conflictos, estudio del comportamiento de multitudes, así como técnicas
de persuasión y mediación.

Uso de la Fuerza: Toda forma de interferencia física sobre un S/A o un grupo de SS/AA.

Uso de la Coerción: Aquellas intervenciones en las que, pese a no producirse una interferencia física,
existe un ejercicio de la autoridad (presencia, órdenes verbales, etc.) con sentido coercitivo.

Uso de la coerción/fuerza: Es una frase que permite referirse a todas las formas, modalidades y
mecanismos de intervención coactiva que caracterizan las formas de acción e intervención típicas de las
instituciones de seguridad pública.

La presencia policial cumple una función muy importante dentro del uso racional de la fuerza, ya que actúa
en un doble sentido; de manera preventiva, como factor disuasivo ante posibles infracciones a la ley u otro
tipo de acciones que pudieran derivar en la comisión de delitos, y por otra parte reforzando el sentimiento
de seguridad en la sociedad. La correcta presencia del policía, en tanto profesional de la seguridad,
contribuye a la percepción o sensación de seguridad, concepto ampliamente difundido en el contexto de
una sociedad cada vez más mediatizada, con un papel sumamente importante de los medios masivos de
comunicación y las redes sociales. Es en este marco, que la mera presencia del funcionario policial debe
entenderse como un primer nivel en el uso racional de la fuerza.

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Asimismo, podemos pensar la presencia del policía como una forma de comunicación, corporal, gestual,
actitudinal. Para que el funcionario policial pueda generar en la sociedad la mencionada sensación de
seguridad y cumpla su función preventiva, además del correcto uso del uniforme y todo el instrumental de
intervención, deberá presentar una actitud proactiva, atenta, con adecuados niveles de concentración.

El lenguaje corporal y el lenguaje verbal son recursos indispensables de la función policial, que presentarán
variaciones de acuerdo a las diversas situaciones y contextos operativos. Estas variaciones situacionales
implicarán a su vez la aplicación de diversas técnicas y procedimientos. Aquello que algunos especialistas
han definido como estrategias de prevención situacional del delito, incluye estas técnicas de observación,
aproximación, patrullaje, custodia, entre otras. De este modo, el policía cuenta con herramientas para el
abordaje de diversas situaciones, ya sea que las mismas impliquen brindar confianza y orientación a los
ciudadanos, mediar en un conflicto o instar a un sujeto o grupo a desistir de la comisión de un delito, por
citar algunos ejemplos. Cada situación deberá ser evaluada, a fines de planificar la acción de respuesta
más adecuada. Por esto resulta necesario el estudio de situaciones de intervención, que permitan al
funcionario formar y desarrollar su criterio profesional para generar respuestas más rápidas y eficaces,
propias de un accionar profesional.

EPA (EVALÚO, PLANIFICO Y ACTÚO)


El EPA es un proceso de toma de decisiones que realiza el personal policial en todo procedimiento. Este
proceso es DINAMICO, CONTINUO Y SISTEMATICO dado que, como veremos posteriores, los escenarios, los
sujetos, y las circunstancias cambian en forma constante. Por ende, deberán también cambiar las
decisiones que tomen los uniformados. ¿Qué significa EVALUAR? Evaluar significa tomar conciencia y real
dimensión acerca de los muchos factores que rodean un procedimiento, por ejemplo: CANTIDAD DE
SUJETOS ACTIVOS: recordemos que por S/A entendemos a “toda persona que motiva el accionar policial”.
Por ende, debemos evaluar: cantidad de S/A delincuentes, S/A víctimas, S/A terceros, etc. Si, por ejemplo,
en nuestra escena se nos presentan dos S/A con intenciones de robo y el policía se encuentra solo, deberá
solicitar apoyo. En esa misma línea, evaluar la subjetividad de esos S/A: ¿son menores? ¿Son
discapacitados? ¿Están bajo los efectos de alguna sustancia? Etc. También podemos evaluar el tipo de
armamento que portan. No es lo mismo un palo de madera que una escopeta. ¿Cuántos policías somos
para intervenir? Y en esa línea, también podemos autoevaluarnos: ¿qué conocimiento tengo de los
elementos que porto en mi uniforme? ¿Qué condición física poseo? ¿Qué condición emocional tengo ese
día? ESCENARIO: aquí evaluamos muchos factores: ¿es de noche? ¿Qué visibilidad tengo? Temperaturas
(no es lo mismo la reacción del cuerpo en temperaturas extremas que en temperaturas más amigables),
¿es zona rural o barrio con gran densidad de población? ¿El terreno es irregular? ¿Hay coberturas o es
descampado? Todos estos factores influirán en el accionar policial. INFORMACION: aquí influye la cantidad
de información con la que contamos previamente a la intervención. Previo al arribo, debemos intentar
contar con la mayor cantidad de datos posibles, ya que nos servirá para una mejor toma de decisiones.

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Una vez en el lugar, recabar la mayor cantidad de información posible para resolver de manera más eficaz
y confeccionar un buen informe.

Este concepto (EPA) guardará estrecha relación con la posibilidad de reclasificar un procedimiento, como
veremos en la clase número 2.

CONCEPTO DE SUJETO ACTIVO


A los fines de desestigmatizar el rol y accionar del personal policial, en donde se dice que “actúa frente al
delito, o al delincuente”, decimos que este accionar es mucho más amplio. El policía muchas veces lo hace
en circunstancias en donde no necesariamente media un delito, como por ejemplo cuando un ciudadano
se acerca para realizar una consulta, o cuando el propio policía actúa de “partero” mientras llega el
personal médico. Bajo esa premisa, decimos que un sujeto activo es “toda persona que motiva el accionar
policial” De esta manera, podemos ver mejor representada la labor policial. Un sujeto activo podrá ser
entonces, una persona que comete delitos o una persona que se acerca a hacer una simple consulta.
Ahora bien, respecto a este, podemos hacer varias apreciaciones. La que más nos interesa es su
comportamiento frente a la autoridad policial.

COMPORTAMIENTO DEL SUJETO ACTIVO


COOPERACIÓN: aquí, el S/A accede a todas las peticiones realizadas por el personal policial. No opone
ningún tipo de resistencia. Por ejemplo, cuando solicitamos una identificación, y el S/A nos las facilita. No
confundir resistencia por parte de este si nos pregunta el motivo o pretende informarse acerca del
procedimiento. Recordemos que una de nuestras funciones como funcionarios públicos es la de
presentarnos respetuosamente e indicar los motivos de nuestra presencia en el lugar.

RESISTENCIA PASIVA: en esta oportunidad, el S/A no quiere cooperar a nuestro requerimiento. Pese a las
explicaciones del caso, no quiere facilitarnos documentación, por ejemplo. Nos cuestiona y cuestiona el
procedimiento, entre otros factores. También pueden aparecer insultos.

RESISTENCIA ACTIVA: continuando con la escalada de fuerza, el S/A se resiste a las órdenes policiales e
intenta zafarse de las aprehensiones, agrega empujones, golpes de puño, etc. También, puede darse a la
fuga.

AGRESIÓN: aquí, el S/A utiliza cualquier tipo de elemento contundente para repeler el accionar policial. Por
ejemplo arrojar piedras, golpear con palos al personal uniformado.

AGRESIÓN POTENCIALMENTE LETAL: siendo este el último escalón en la escalada de fuerza en que
podemos encontrar al S/A, aquí el mismo utiliza armas de fuego o elementos corto punzantes destinados a
lesionar gravemente al personal policial o a terceros.

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RESPUESTA PROFESIONAL POR PARTE DE LOS


FUNCIONARIOS POLICIALES
COMUNICACIÓN: este punto es de vital importancia dado que nos va a acompañar a lo largo de todo el
accionar policial. La comunicación nunca deja de realizarse. El policía se comunica todo el tiempo, haga lo
que haga. Cuando hablamos de comunicación, hacemos referencia a la comunicación verbal como a la no
verbal o gestual. Toda comunicación por parte de los uniformados deberá tender a desacelerar la escalada
de violencia, evitando subirla. Para ello, es necesario entrenar en comunicación verbal, utilizando los
mejores términos y desechando por completo otros. Por ejemplo, evitar tutear a las personas, evitar usar
palabras insultantes, etc. Ejemplo de un correcto uso del lenguaje gestual seria la correcta posición de
entrevista en parada, evitando cruzar los brazos por delante del cuerpo. Lo mismo sucederá al momento de
entrevista a un S/A. La comunicación estará presente siempre, aun cuando el S/A tenga un
comportamiento que avalare la utilización del uso del arma de fuego. Pensemos: aun en medio de un
enfrentamiento armado, los uniformados se seguirán comunicando con el S/A, ordenándole que “se rinda”
“arroje el arma”, etc.

PRESENCIA POLICIAL: hay un dicho que dice: “como te ven, te tratan”, y es un buen punto de partida para
explicar la importancia de este estadio. El uniformado debe encontrarse en estado de alerta durante el
tiempo que dure su servicio. ¿Qué entendemos por estar alerta? Estar consiente de todo lo que pasa a su
alrededor, evitando distracciones, por ejemplo, el uso innecesario del teléfono celular, o conversaciones sin
necesidad con otras personas, entre otros ejemplos. Tengamos en cuenta que el norte de la correcta
presencia policial es la disuasión de cualquier conducta delictiva por parte del S/A. La presencia policial
implica también el uso correcto del uniforme, evitando utilizar prendas no previstas o colocadas en lugares
para lo que no fueron confeccionadas. La prestancia y el porte del policía son cuestiones importantes. La
mirada franca, que no es lo mismo que amenazante, es fundamental para desalentar, en principio,
cualquier intento de delito. Aquel S/A con intenciones de robo que observe en el lugar un policía atento a
todos los movimientos, que ya se ha percatado de su presencia, hará que, de mínima, haga replantear las
intenciones de robo en ese lugar. Pensemos que nuestra correcta presencia deberá brindar sensación de
seguridad al vecino. Aquí la comunicación también juega un papel fundamental; los buenos modales
hacen la diferencia entre un procedimiento exitoso o un uso de la fuerza innecesario. Por ejemplo: si al
realizar un control vehicular, detengo la marcha de un automóvil y sin más le ordeno al conductor que me
entregue la documentación personal y vehicular, seguramente mal predisponemos al conductor. Esto, en el
mejor de los casos, hará que la ciudadanía se quede con una mala imagen institucional. Ahora bien, si en
lugar de eso, ordenamos la detención del vehículo, nos aproximamos al conductor, lo saludamos, nos
presentamos, indicamos el motivo de la detención y solicitamos amablemente la documentación,
seguramente la imagen y el resultado del operativo será otro mucho mejor.

TÉCNICAS BLANDAS: son todas aquellas técnicas en donde no medie ningún elemento entre el personal
policial y el S/A. también podemos llamarlas técnicas de contacto a mano limpia. Básicamente, aquí
hablamos de aquellas técnicas de inmovilización, reducción y traslado en donde no empleemos nada más
que nuestras propias mano. Utilizaremos este escalón de uso de la fuerza cuando el S/A tenga un
comportamiento de resistencia activa. Por ejemplo, cuando deba realizar el arresto de un S/A y este se
resista con empujones, safaduras, golpes de puño, entre otros. Lo importante aquí es que le S/A no utiliza
ningún elemento más que su cuerpo para resistirse. En este punto, la comunicación estará orientada a

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explicar el motivo de nuestro accionar y las consecuencias del no cumplimiento de las ordenes policiales,
buscando en todo momento, que el S/A desista de su resistencia y colabore con el personal policial.

TÉCNICAS DURAS: entendemos por ello, a todas aquellas técnicas en donde medie un elemento entre el S/
A y el personal policial. Por ejemplo, la utilización del bastón tonfa policial, el disuasivo químico
presurizado, entre otros. Utilizaremos estas técnicas cuando el S/A tenga un comportamiento de agresión
no letal. Por ejemplo, utilice un palo, arroje elementos contundentes. Tengamos en cuenta aquí que es muy
delgada la línea entre la utilización de un medio “no letal” y el fin con que se aplica el mismo. Un bastón
policial, en principio, es un elemento no diseñado para producir la muerte. Pero mal aplicado podría
conducir a ella. Lo mismo sucede desde el lado del S/A. Una botella no es un elemento destinado a
producir la muerte. Sin embargo, y acorde a como se la manipule, la podría ocasionar. Lo mismo sucede
con los cuchillos. Por esa razón, es importante la evaluación de la situación por parte del personal policial a
la hora de elegir qué método es más efectivo para neutralizar al S/A en ese momento. Como veremos más
adelante, estas descripciones son orientaciones y no deben ser tomadas en forma taxativa. En relación a la
comunicación, estará orientada a lograr que el S/A desista de su resistencia, arroje el elemento
contundente y colabore con el personal policial.

USO DEL ARMA POTENCIALMENTE LETAL: este es el último escalón del uso de la fuerza. Por ende debe ser
utilizado con mucha precaución. Aquí interviene la aplicación el arma de fuego, ya sea el arma de puño
como las armas largas. Una cuestión a tener en cuenta es que cuando llegamos a este punto, ya el
comportamiento del S/A es potencialmente letal, es decir, esgrime armas de fuego y/o las utiliza. Aquí
debemos tener como norte que el objetivo del personal policial es neutralizar la agresión, no matar. La
muerte se desencadena por razones que no son las que busca el personal policial. Aquí, los uniformados
tienen que tener presente que deben cuidar su propia vida. Salir de la línea de fuego y pedir apoyo, por
ejemplo, es una buena manera de hacerlo. Debemos entender que los funcionarios policiales somos el
principio de la solución de un conflicto, y no deben convertirnos en parte del problema. Vale aclarar que el
personal policial podrá esgrimir su arma de fuego cada vez que considere que su vida corre peligro grave,
actual e inminente. Aquí la comunicación continua, dando órdenes del tipo “suelte el arma”, “entréguese”,
etc. Aclaración: esta escala es orientativa y no debe ser tomada en forma taxativa. Es al solo efecto de
entender cómo funciona el principio de proporcionalidad. La respuesta por parte del personal policial es
mucho más compleja y requiere de constantes evaluaciones. Si el S/A se encuentra con un
comportamiento de resistencia activa, y los uniformados tuviesen que utilizar técnicas duras para su
reducción, será cuestión de la justificación por parte de estos últimos del motivo por el cual utilizaron
dichos métodos. No existe una tabla objetiva para los procedimientos policiales, dado que son diferentes
en cada oportunidad. Lo arriba descripto son meras orientaciones, debiendo en personal policial utilizaras
acorde a su Evaluación, Planificación y Actuación (proceso de reclasificación), sabiendo que el objetivo
reinante deberá ser la resolución del incidente utilizando la fuerza mínima e indispensable, debiendo rendir
informes luego del procedimiento.

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VARIACIONES DE ESCALADA Y DESESCALADA EN


TEL USO DE LA FUERZA
En la mayoría de los casos, será el propio S/A quien nos proponga el escenario en relación a la escala del
uso de la fuerza, siendo que su comportamiento puede variar a medida que pasa el tiempo y/o acorde al
accionar policial. La clave es el proceso de evaluación dinámico, continuo y sistemático que debe llevar a
cabo el personal policial para que su accionar sea acorde a los principios del uso de la fuerza, en especial,
el de proporcionalidad y el de moderación. Pongamos un ejemplo: en momentos en que el personal
uniformado recorre la jurisdicción, observa un S/A que, a punta de pistola, le intenta robar una bicicleta a
un transeúnte. Claramente, el comportamiento del S/A es “potencialmente letal” en virtud de que esgrime
un arma de fuego y que corre riesgo la vida del transeúnte. Es así que el personal policial desciende del
móvil y, parapetados con el mismo, esgrimen sus armas de fuego, a la vez que dan la voz de “alto
policía” (uso de la comunicación) y le ordenan al S/A que arroje el arma. Hasta aquí, el S/A tiene un
comportamiento de “agresión potencialmente letal” y personal policial “uso del arma potencialmente letal”.
Ahora, resulta que el S/A arroja el arma y se coloca boca abajo en el suelo (cooperador). Entonces es aquí
en donde los uniformados deben realizar una nueva Evaluación, Planificación y Actuación para continuar
con el procedimiento acorde lo establece el uso de la fuerza. Es así que uno de los uniformados, por
precaución, continua esgrimiendo su arma dado que no sabemos si el S/A posee alguna otra entre sus
prendas de vestir, pero su compañero enfunda su arma y dándole órdenes verbales, le indica al S/A que
coloque las manos en su espalda (claramente, hay una desescalada en el uso de la fuerza por parte de
este uniformado). Al verificar la inexistencia de armas, el policía que esgrimía su arma procede a
enfundarla. Ahora procederán a esposar al S/A. Es en ese momento que el S/A (que hasta ese momento se
había mostrado “cooperador”) comienza a intentar zafarse de los uniformado (resistencia activa).
Entonces, ambos policías (a través de la aplicación de “técnicas blandas” y de las órdenes verbales) logran
inmovilizarlo, reducirlo y trasladarlo al móvil. Este es uno de los tantos ejemplos de aplicación del uso de la
fuerza. Aquí, observamos como el S/A desescala y vuelve a escalar en el uso de la fuerza y cómo el
personal policial reclasifica el procedimiento respetando todos los principios ya vistos.

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