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DEONTOLOGÍA PROFESIONAL.
LEGISLACIÓN ESPAÑOLA.
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Ley Orgánica 2/1986 de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Las normas anteriores sirven de inspiración para la Ley 2/86 donde se puede ver como se
siguen las líneas marcadas por el Consejo de Europa en su “Declaración “sobre la policía,
y por la Asamblea General de Naciones Unidas, en el “Código de conducta para
funcionarios encargado de hacer cumplir la Ley.”, se establecen principios básicos como
Código de Deontológico.
Los principios básicos de actuación son los ejes fundamentales en el desarrollo de las
funciones policiales, derivando en principios constitucionales como el de legalidad o de
adecuación al ordenamiento jurídico, jerarquía, subordinación o de responsabilidad.
La activa en intensa relación con la colectividad de los funcionarios de policía, hacen
aflorar una serie de principios, de una parte los que manifiestan de esta relación directa y
por otra del principio constitucional de igualdad, que exige neutralidad política,
imparcialidad.
La ley pretende que destaque la consideración de la policía como un servicio público
dirigido a la protección de la comunidad.
A través de las FFCCSS, se ejerce el monopolio, por parte de las administraciones, del uso
de la coacción jurídica, lo que hace imprescindible el uso de las armas. Ello exige el
establecimiento de límites y principios en dicha utilización, señalando los criterios y los
supuestos claros de la legitimidad de su uso.
En el terreno de la liberta personal, en torno al tratamiento de los detenidos, se articulan
obligaciones sobre la protección de su vida, integridad física y dignidad moral.
El principio de obediencia debida, en ningún caso amparará actos manifiestamente
ilegales, siendo obligación de los miembros de las FFCCSS, evitar cualquier práctica
abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física.
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3. Tratamiento de los detenidos.
- Identificación como tales en el momento de la detención.
- Velar por las vidas y la integridad física de los detenidos o bajo custodia.
- Dar cumplimiento con la debida diligencia a los plazos, trámites y requisitos
exigidos.
4. Dedicación profesional.
- Total dedicación, debiendo intervenir en cualquier tiempo y lugar, este o no
de servicio en defensa de la Ley y la Seguridad Ciudadana
5. Secreto profesional.
- Guardar secreto sobre las informaciones que tenga conocimiento por razón
del desempeño de sus funciones.
6. Responsabilidad.
- Serán responsables personalmente de los actos profesionales realizados
vulnerando la legalidad.
Los principios de Justicia, libertad y seguridad que tiene las fuerzas y cuerpos, son los
pilares básicos.
El Consejo de Europa, en su resolución 690, relativa a la”declaración sobre la policía”, ha
fijado como carácter general estos principios, recogiéndolos el Consejo de Ministros
español en su escrito y estableciendo unos principios para los miembros de las FFCCSS:
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17. La responsabilidad penal en los casos anteriores, será la ordinaria, sin perjuicio de
las sanciones administrativas en que pudiera incurrir.
18. Actuarán con absoluta neutralidad política.
19. Recibirán la formación necesaria en cuanto a derechos y libertades públicas.
20. Tendrán el derecho a ocupar puestos según los méritos de capacidad y antigüedad.
21. Inmovilidad de residencia, salvo circunstancias determinadas.
22. Los poderes públicos proveerán las condiciones más favorables para una adecuada
promoción profesional, social y humana.
23. Derecho a una remuneración justa.
24. Derecho a constituir organizaciones profesionales, afiliarse y participar en ellas.
25. En cuanto a los derechos sindicales, estarán sujetos a las normas que lo regulen.
26. Los derechos anteriores, no podrán suponer perjuicio, menoscabo ni
discriminación.
27. En el ejercicio de su actividad tendrán el respaldo de la administración,
facilitándoles defensa gratuita por las acciones judiciales derivadas de su actividad.
28. A desempeñar su cometido con total acatamiento y obediencia a los principios
anunciados y a dispensar un trato exquisito a la sociedad que protegen.
Hay tres principios básicos que rigen la actuación con armas de fuego: congruencia,
proporcionalidad y oportunidad.
Se podrán utilizar las armas ante una agresión ilegítima contra los agentes o terceras
personas siempre que concurran las siguientes circunstancias:
Que la agresión ponga en peligro la vida o la integridad física de las personas
atacadas.
Que le agente considere necesario el uso del arma para impedir o repeler la
agresión, en cuanto no puedan ser utilizados otros medios menos lesivos.
El uso del arma debe de ir precedida de una serie de avisos al agresor para que
abandone su actitud, así como la advertencia de que se halle ante un agente de
Policía, cuando lo desconociera.
Si la actitud prosigue, deberán realizarse disparos al aire o al suelo, para que
deponga su actitud.
En última instancia, ante el fracaso de lo anterior, o por la imposibilidad de realizarlo
por la inmediatez del hecho, la violencia y el riesgo que entrañe, se deparará a
zonas no vitales.