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TEMA 20

DEONTOLOGÍA PROFESIONAL.

Código de conducta para los funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley.


(Resolución 34/169 de 17 de diciembre de 1979, de la Asamblea General de Naciones Unidas)
Declaración del Consejo de Europa sobre la Policía.
(Resolución 690 de 1979, de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa)
Principios básicos de actuación oficial desde la perspectiva deontológica.
(Acuerdo de Consejo de Ministros de 4 de septiembre de 1981)

Es el conjunto de deberes profesionales que inspiran la totalidad de la conducta de un


profesional, procede de reglas éticas y de principios morales básicos.
El desempeño correcto y eficaz de organismos, como la Policía, depende de la calidad y la
capacidad de actuación de cada uno de sus funcionarios. Los policías han de desempeñar
esta tarea en el pleno respeto de la Ley, y utilizando correcta y razonablemente los
poderes y las facultades que ésta les confiere.
Pero no es suficiente que las actuaciones del policía sean lícitas y no arbitrarias, su ética
personal debe estar en consonancia con las disposiciones legales. Para ello, tiene que
desarrollar las actitudes y conductas personales necesarias, no sólo de forma individual,
sino que deben también trabajar colectivamente para fomentar y mantener una imagen de
la institución en la que prestan servicio
La constitucionalización del tema de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es una
necesidad, en cuanto a la protección del libre ejercicio e los derechos y libertades. Esta es
la razón por la que la Ley resalta la promesa o juramento de acatar y cumplir la
Constitución para todos los miembros de las FFCCSS, siendo esto requisito esencial para
la toma de posesión del cargo.
La función esencial de los funcionarios policiales ha de ser la protección de los derechos y
libertades de los ciudadanos.
Nuestra constitución en su artículo 10, respecto a los derechos y deberes fundamentales:
“La dignidad de la persona, los derechos que les son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y
de la paz social.
Las normas relativas a los derechos fundamentales y las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la declaración Universal de los Derechos Humanos y
los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.”
Las diversas normas que rigen como Códigos de Deontológicos para los cuerpos policiales
españoles, se fundamentan n la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
.

LEGISLACIÓN ESPAÑOLA.

Como consecuencia de la corriente internacional y de las recomendaciones


internacionales, se fueron aprobando los textos legales que hacen referencia a la ética y la
deontología policial.
Orden del Ministerio del Interior de 30 de septiembre de 1981, en el que se establecen los
28 principios Básicos de Actuación de los miembros de la Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado.
Instrucción de la Seguridad del Estado de 14 de abril de 1983, sobre la Utilización de
armas de fuego por los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

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Ley Orgánica 2/1986 de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Principios Básicos de Actuación. (LOFCS 2/86)

Las normas anteriores sirven de inspiración para la Ley 2/86 donde se puede ver como se
siguen las líneas marcadas por el Consejo de Europa en su “Declaración “sobre la policía,
y por la Asamblea General de Naciones Unidas, en el “Código de conducta para
funcionarios encargado de hacer cumplir la Ley.”, se establecen principios básicos como
Código de Deontológico.
Los principios básicos de actuación son los ejes fundamentales en el desarrollo de las
funciones policiales, derivando en principios constitucionales como el de legalidad o de
adecuación al ordenamiento jurídico, jerarquía, subordinación o de responsabilidad.
La activa en intensa relación con la colectividad de los funcionarios de policía, hacen
aflorar una serie de principios, de una parte los que manifiestan de esta relación directa y
por otra del principio constitucional de igualdad, que exige neutralidad política,
imparcialidad.
La ley pretende que destaque la consideración de la policía como un servicio público
dirigido a la protección de la comunidad.
A través de las FFCCSS, se ejerce el monopolio, por parte de las administraciones, del uso
de la coacción jurídica, lo que hace imprescindible el uso de las armas. Ello exige el
establecimiento de límites y principios en dicha utilización, señalando los criterios y los
supuestos claros de la legitimidad de su uso.
En el terreno de la liberta personal, en torno al tratamiento de los detenidos, se articulan
obligaciones sobre la protección de su vida, integridad física y dignidad moral.
El principio de obediencia debida, en ningún caso amparará actos manifiestamente
ilegales, siendo obligación de los miembros de las FFCCSS, evitar cualquier práctica
abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física.

Los principios básicos de actuación recogidos en la LOFCS, en su Título Primero/ Capítulo


II/ Art. 5
1. Adecuación al ordenamiento jurídico y absoluto respeto a la Constitución.
- Actuar con neutralidad política e imparcialidad.
- Actuar con integridad y dignidad.
- Sujetarse a los principios de jerarquía y subordinación, en ningún caso
podrá amparar órdenes que entrañen delito.
- Colaborar con la administración de justicia y auxiliarla en los términos
establecidos.

2. Relaciones con la comunidad.


- Impedir cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria.
- Trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes
procuraran auxiliar y proteger.
- En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria y
sin demora, ajustándose a los principios de congruencia, oportunidad y
proporcionalidad. .
- Uso de las armas en las situaciones en que existe un riesgo racionalmente
grave para su vida, su integridad física o la de terceras personas, o en
situaciones que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad
ciudadana, conforme a los principios anteriores.

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3. Tratamiento de los detenidos.
- Identificación como tales en el momento de la detención.
- Velar por las vidas y la integridad física de los detenidos o bajo custodia.
- Dar cumplimiento con la debida diligencia a los plazos, trámites y requisitos
exigidos.

4. Dedicación profesional.
- Total dedicación, debiendo intervenir en cualquier tiempo y lugar, este o no
de servicio en defensa de la Ley y la Seguridad Ciudadana

5. Secreto profesional.
- Guardar secreto sobre las informaciones que tenga conocimiento por razón
del desempeño de sus funciones.

6. Responsabilidad.
- Serán responsables personalmente de los actos profesionales realizados
vulnerando la legalidad.

Principios Básicos de Actuación de los miembros de la Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad del Estado. (Acurdo Consejo Ministros 4 de septiembre de 1981)

Los principios de Justicia, libertad y seguridad que tiene las fuerzas y cuerpos, son los
pilares básicos.
El Consejo de Europa, en su resolución 690, relativa a la”declaración sobre la policía”, ha
fijado como carácter general estos principios, recogiéndolos el Consejo de Ministros
español en su escrito y estableciendo unos principios para los miembros de las FFCCSS:

1. Estarán obligados a respetar la Constitución y cumplir ejemplarmente los deberes


de los ciudadanos.
2. Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar el orden y la
seguridad ciudadana.
3. No estarán obligados al cumplimiento de órdenes manifiestamente ilegales.
4. Evitarán la comisión de hechos delictivos. Estando obligados a investigarlos,
detención de los culpables y aseguramiento de las pruebas del delito.
5. Actuar con absoluta imparcialidad.
6. Estarán sujetos a los principios de jerarquía y subordinación.
7. Cumplimiento de las leyes, oponiéndose a cualquier violación de las mismas.
8. Impedir cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria.
9. Velar por la vida e integridad física de las personas detenidas.
10. No hacer uso de la fuerza más allá de lo razonable y necesario.
11. Trato correcto y esmerado a quienes procuren auxiliar y proteger.
12. Estarán obligados a una colaboración y cooperación recíproca.
13. Deberán intervenir siempre, en cualquier tiempo y lugar, se hallaren o no de
servicio, en defensa de la ley y el orden.
14. Tendrán incompatibilidad, en cuanto esta pueda menoscabar su imparcialidad.
15. Atenderán al secreto profesional.
16. Serán responsables directamente de los actos que llevan a cabo, infringiendo o
vulnerando la ley.

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17. La responsabilidad penal en los casos anteriores, será la ordinaria, sin perjuicio de
las sanciones administrativas en que pudiera incurrir.
18. Actuarán con absoluta neutralidad política.
19. Recibirán la formación necesaria en cuanto a derechos y libertades públicas.
20. Tendrán el derecho a ocupar puestos según los méritos de capacidad y antigüedad.
21. Inmovilidad de residencia, salvo circunstancias determinadas.
22. Los poderes públicos proveerán las condiciones más favorables para una adecuada
promoción profesional, social y humana.
23. Derecho a una remuneración justa.
24. Derecho a constituir organizaciones profesionales, afiliarse y participar en ellas.
25. En cuanto a los derechos sindicales, estarán sujetos a las normas que lo regulen.
26. Los derechos anteriores, no podrán suponer perjuicio, menoscabo ni
discriminación.
27. En el ejercicio de su actividad tendrán el respaldo de la administración,
facilitándoles defensa gratuita por las acciones judiciales derivadas de su actividad.
28. A desempeñar su cometido con total acatamiento y obediencia a los principios
anunciados y a dispensar un trato exquisito a la sociedad que protegen.

Utilización de las armas de fuego por las FFCCSS. (Instrucción de Dirección de


Seguridad del Estado de 14 de abril de 1983).

Hay tres principios básicos que rigen la actuación con armas de fuego: congruencia,
proporcionalidad y oportunidad.
Se podrán utilizar las armas ante una agresión ilegítima contra los agentes o terceras
personas siempre que concurran las siguientes circunstancias:
Que la agresión ponga en peligro la vida o la integridad física de las personas
atacadas.
Que le agente considere necesario el uso del arma para impedir o repeler la
agresión, en cuanto no puedan ser utilizados otros medios menos lesivos.
El uso del arma debe de ir precedida de una serie de avisos al agresor para que
abandone su actitud, así como la advertencia de que se halle ante un agente de
Policía, cuando lo desconociera.
Si la actitud prosigue, deberán realizarse disparos al aire o al suelo, para que
deponga su actitud.
En última instancia, ante el fracaso de lo anterior, o por la imposibilidad de realizarlo
por la inmediatez del hecho, la violencia y el riesgo que entrañe, se deparará a
zonas no vitales.

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