Ensayo crítico de cómo ha ayudado, o no, la cooperación internacional y relaciones entre Estados a países como el
nuestro a enfrentar la pandemia
El mundo, tal como lo conoces, cada día camina más hacia la interconexión y la globalización. Siguiendo la idea de John Donne, no se puede entender el funcionamiento actual de ningún Estado, ni de como se desarrollan, si no se analiza desde una perspectiva macro. Lo que suceda en cada país impactará, de una manera u otra, a lo que sucede en el mundo. Ahora bien, este proceso de globalización no resulta algo nuevo, ni un fenómeno de las nuevas tecnologías, como se suele creer. Desde el inicio de la existencia misma del hombre, este ha siempre procurado expandir sus horizontes hacia nuevas fronteras. En palabras de Bodemer (1998), “La globalización no es un fenómeno nuevo, sino la continuación e intensificación de las transacciones transversales que hasta ahora habían sido consideradas dentro de la categoría de internacionalización”i. A finales del año 2019, en un lejano país de oriente se comienza a hablar de una enfermedad contagiosa que está propagándose con fuerza. Ya a mediados de 2020 el mundo logró experimentar, de primera mano, la interconexión entre los Estados. A principios se pensaba que por la distancia solo una parte del globo se vería afectada, y, sin embargo, no se podía estar más lejos de la realidad. De manera específica, el 11 de marzo de 2020 ii, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el virus del SARS-2-COV-19 como una pandemia. Esta situación trajo, en primer lugar, una competencia mundial por desarrollar las soluciones a la crisis sanitaria. Ya en agosto del 2020, tan solo 5 meses de haber iniciado la pandemia, Rusia anunciaba que tenía la Sputnik V iii. Los otros países no estarían lejos de lograr lo mismo. No obstante, poco fue el interés de la comunidad internacional en hacer llegar las ayuda a los países sin las capacidades tecnológicas ni económicas para adquirir la medicación a gran escala. Solo las farmacéuticas jugaron un rol importante, y no por mera liberalidad, sino por medio de la venta de sus productos. Aquí es que entra en juego entonces la necesidad de analizar como, en un mundo globalizado, la cooperación internacional en países “en vía de desarrollo”, brilló por su ausencia. Lo que primó, más que nada, fue el “sálvese quien pueda”. Lo primero es entender a qué nos referimos al hablar de cooperación internacional. En palabras de Socas y Hourcadeiv, “son las acciones llevadas a cabo por Estados-nación u organizaciones de estos, actores subnacionales u ONGs de un país, con otro/s de estos actos perteneciente/s a otro/s país/es, para alcanzar objetivos comunes en el plano internacional y/o en el nacional de uno o más actores”. De tal modo que habrá existido cooperación internacional con los países “en vía de desarrollo” si hubo una colaboración efectiva para que estos pudieran afrontar los efectos adversos de la pandemia. Esto no solo en términos de vacunas – como el ejemplo que vimos con anterioridad – sino también en términos económicos y sociales. Con solo notar el hecho de que los países de África, como lo más afectados por el desbalance económico mundial, se enfrentaron a la pandemia con un promedio de 18 médicos por cada 10,000 habitantes (en el caso de África subsahariana), 2.5 médicos por cada 10,000 habitantes (en el caso de África occidental) y 0.47 médicos por cada 10,000 habitantes (en el caso de Centroafrica). En comparación, los países Europeos de peor economía tienen una media de 41 médicos por cada 10,000 habitantesv. A pesar de tan desventajada situación, poco se escuchó de la ayuda internacional a nivel Estatal, de la instalación de hospitales, de la donación de médicos. Cada quien estaba preocupado por lo suyo nada más. Toda la ayuda internacional a los países en vía de desarrollo, que realmente resultó efectiva, llegó en manos de organizaciones sin fines de lucro, como Médicos sin Frontera, que con recursos limitados lograron mantener más de 150 centros de tratamientos en el mundo para ayudar a aquellos países más necesitados, como Yemen, Venezuela, y Blangladeshvi. Y a todo esto se agrega que la ayuda a través de donaciones no llegó sino después de que los países con la mejor posición económico hubieran asegurado lo de su población. La ayuda real llegó en el 2022, dígase, un año después del surgimiento de la solución. A dos años de iniciada la pandemia, menos 40% de la población más vulnerable y con menor acceso a sistemas de salud en condiciones dignas ha podido completar su esquema de vacunación vii. Por lo que en síntesis, entiendo no podemos hablar de que existió una cooperación internacional efectiva para que los países en vía de desarrollo, como la República Dominicana, pudieran enfrentar las consecuencias de las pandemias. Las ayudas que primero llegaron fueron fruto de intereses comerciales, y las que llegaron tarde fue a consecuencia de una necesidad de proteger lo local primero, antes de ayudar al otro. La situación de pandemia generada a raíz de la Covid-19, a fin de cuentas, demostró que la cooperación internacional a nivel Estatal solo llegará para fines de publicidad o lavarse la cara, pero en tiempos de verdaderas crisis, estará ausente. Mathew A. Sosa | 2018-5069 i Referencias bibliográficas: Klaus Bodemer, La globalización. Un concepto y sus problemas. Revista nueva sociedad, No. 156, Julio-Agosto 1998, 60. Disponible en: https://static.nuso.org/media/articles/downloads/2697_1.pdf ii Tedros Adhanom, Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020. Organización Mundial de la Salud, 11 de marzo 2020. Disponible en: https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/who-director-general-s- opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19---11-march-2020 iii Camilla Costa y Cecilia Tombesi, Covid-19: cuánto tiempo se demoró en encontrar la vacuna para algunas enfermedades (y por qué este coronavirus es un caso histórico). BBC News Mundo, 11 de diciembre 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55232518 iv Nicolás Socas y Odile Hourcade, La cooperación internacional: herramienta clave para el desarrollo de nuestra región. 1ra. Ed., Buenos Aires: Konrad Adenauer Stiftung, 2009, 21. Disponible en: https://www.kas.de/c/document_library/get_file?uuid=c920df51-f9ec-b210-e38d- 2bbe7024dd3c&groupId=287460 v Samuel Sibier, Al ritmo de la pandemia: la respuesta de MSF a la COVID-19, Médicos Sin Fronteras, 2020. Disponible en: https://www.msf.org/es/memoria-internacional-2020/al-ritmo-de-la-pandemia-la- respuesta-de-msf-la-covid-19 vi Véase por ejemplo donación de España a Colombia de 6MM de dosis, en febrero de 2022. Ver: http://www.exteriores.gob.es/Embajadas/BOGOTA/es/Noticias/Documents/NOTA%20DE%20PRENSA %20donaci%C3%B3n%20vacunas%204%20febrero%202022.pdf vii El Caribe, Los países más pobres de América no llegan al 40% de vacunados, 04 de febrero de 2022. Disponible en: https://www.elcaribe.com.do/destacado/los-paises-mas-pobres-de-america-no-llegan-al- 40-de-vacunados/
LA PRÓXIMA PANDEMIA: Según Bill Gates, el próximo brote podría ser un virus completamente distinto, con una estructura y un comportamiento desconocidos.