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Orientación Medica

Temas A Tratar: La Perspectiva De La Llegada Del Covid-19 Y Del Onicrom A Nivel Mundial.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una extensa familia de
virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos,
se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado
común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio
(MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El COVID-19 es la enfermedad
infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto este
nuevo virus como la enfermedad que provoca eran desconocidos antes de que estallara el brote
en Wuhan (China), en diciembre de 2019. El 31 de diciembre de ese año, el Gobierno chino
notificaba oficialmente a la OMS la aparición de un nuevo virus causante de SARS-CoV-2. Un
mes después, el 30 de enero de 2020, la OMS informó al mundo que el brote constituía una
emergencia de salud pública de importancia internacional. En ese momento el número de casos
en todo el mundo era de 7.818 confirmados, la mayoría de ellos en China y apenas 82
distribuidos en 18 países. La OMS evaluó el riesgo en China como muy alto y el riesgo mundial
como alto. El 11 de marzo de 2020, al analizar los alarmantes niveles de propagación de la
enfermedad y su gravedad, así como los niveles de inacción, la OMS determinó que el COVID-
19 se podía caracterizar como pandemia. Desde entonces, la cifra de víctimas no ha parado de
crecer. En la actualidad el COVID-19 es una pandemia que afecta a más de 190 países en todos
los continentes del mundo. El número de casos se ha multiplicado diariamente, hasta alcanzar
casi los 21 millones, y el número de muertes sobrepasa ya las 800.000. En el otro lado de la
moneda, los casos recuperados superan los 11 millones de personas (CRC, agosto 2020).
Importancia del uso de la mascarilla tras este virus; Las mascarillas deben utilizarse como parte
de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión y salvar vidas; el uso de una
mascarilla por sí sola no basta para proporcionar una protección adecuada contra el COVID-
19. Si el COVID-19 se propaga en su comunidad, cuídese adoptando algunas precauciones
sencillas, por ejemplo, manteniendo el distanciamiento físico, llevando mascarilla, ventilando
bien las habitaciones, evitando las aglomeraciones, lavándose las manos y cubriéndose la boca
y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser. Consulte las recomendaciones de
su lugar de residencia y trabajo. Todas las medidas son necesarias. Convierta el uso de la
mascarilla en una parte normal de su interacción con otras personas. Para que sean lo más
eficaces posibles, es esencial utilizar, guardar, limpiar y eliminar las mascarillas correctamente.

Indicaciones básicas sobre la manera de ponerse la mascarilla: Lávese las manos antes de
ponerse la mascarilla, y también antes y después de quitársela, y cada vez que la toque,
Compruebe que le cubre la nariz, la boca y el mentón, Cuando se quite la mascarilla, guárdela
en una bolsa de plástico limpia; si es de tela lávela cada día y si es una mascarilla médica, tírela
a un cubo de basura, No utilice mascarillas con válvulas.
A pesar de las diferentes señales y advertencias, el COVID-19 nos encuentra en un mundo con
escasa capacidad de respuesta frente a un fenómeno planetario, con afectaciones globales y de
alta intensidad. Por la naturaleza del virus, su primer golpe encajó directamente en los sistemas
de salud de todos los países, que han sido afectados antes o después y en mayor o menor
medida. La mayoría de los países reveló su alta fragilidad y se vio desbordada ante las oleadas
de personas infectadas, pues no tenía los equipos sanitarios suficientes para atenderlas ni los
medicamentos y equipos necesarios para curarlas, y tampoco había —y aún no hay— una
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vacuna para impedir el contagio. Pero el impacto del COVID-19, además de su efecto directo,
ha alcanzado a otras enfermedades a causa de las perturbaciones en los servicios de salud. El
director general de la OMS, Tedros Adhanom, ha advertido que el virus está provocando un
colapso que deriva en la muerte de pacientes de otras enfermedades que, en circunstancias
normales, podrían haberse prevenido. “El rápido aumento de la demanda de instalaciones y
profesionales sanitarios amenaza con dejar algunos sistemas de salud sobrecargados e
incapaces de funcionar eficazmente “, ha destacado Adhanom (2020).
Más allá de la problemática en los hospitales y centros de salud, la emergencia sanitaria
producida por el COVID-19 también ha sacudido el mercado internacional, convirtiendo
algunos productos como las mascarillas, los respiradores y ventiladores mecánicos en bienes
escasos y sumamente codiciados, lo que provocó enfrentamientos entre gobiernos de diferentes
países —que han sido aliados tradicionales— por conseguirlos. Los ejemplos son varios. Entre
ellos está lo que Francia llamó “la guerra de las mascarillas”, uno de los productos clave para
evitar la propagación del coronavirus. Por una parte, hubo fuertes tensiones entre Europa y los
Estados Unidos, y por otra, al interior de las fronteras de la Unión Europea, como demuestra
la incautación por parte de Francia de un lote de mascarillas procedente de Suecia que debía
viajar hasta España (Ayuso, 2020). Ahora bien, aunque el impacto del COVID-19 apareció
originalmente como una crisis sanitaria, no se ha quedado en el campo de la salud, sino que ha
trascendido a todas las dimensiones de la vida social y del desarrollo, proyectándose a escala
global y causando severos daños en los ámbitos social, económico y político.
Una de las primeras decisiones de los gobiernos fue la de generar las condiciones legales e
institucionales que les permitieran ponerse al frente y actuar de manera rápida. Así, siempre
exceptuando a Nicaragua, los diferentes gobiernos establecieron estados de emergencia
nacional o de calamidad pública en sus respectivos territorios. Dada la imposibilidad de detener
el avance de la pandemia, se buscaba en primer lugar que el ritmo de contagio fuera lo menos
acelerado posible para intentar, en segundo lugar, poner los sistemas de salud en capacidad de
atender los casos que así lo demandaran.
Todos los países establecieron controles sanitarios en puntos de ingreso terrestres, aéreos y
marítimos y, con excepción de Nicaragua, restringieron el ingreso a su territorio nacional para
extranjeros. En la mayoría de los países se dio paso a la detección rápida de casos para
identificarlos tempranamente y se establecieron cuarentenas para viajeros extranjeros o
nacionales. En algunos, como Honduras, para casos confirmados o sospechosos y en otros,
como en El Salvador, para todos; además, eran remitidos a uno de los más de 100 centros que
se habilitaron para cumplimiento de cuarentena.
En la República Dominicana la cuarentena era solo para pasajeros de otros países que hubieran
estado en las últimas dos semanas en alguno de los lugares por los que se hubieran suspendido
vuelos.
En la República Dominicana, el gobierno ha habilitado más de 500 camas hospitalarias
adicionales, de las cuales 187 serán para unidades de cuidados intensivos (UCI).
En Panamá, para aumentar la capacidad de atender a pacientes de COVID-19, se terminó de
construir el Hospital Integrado Panamá Solidario con tecnología de punta y un sistema de
bioseguridad y se habilitó el antiguo Centro de Convenciones Figali. Además, el Ministerio de
Salud ha habilitado 15 Centros de Operaciones y Trazabilidad Comunitarias (COCYT), en cada
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región sanitaria del país, donde se trabaja con un equipo compuesto por fuerzas de tarea
conjunta (FTC), gobiernos locales, clubes cívicos, cámara de comercio y grupos religiosos, y
cuyo objetivo es ubicar y georreferenciar cada caso positivo, sus contactos y familiares para
establecer desde cada comunidad el seguimiento médico y social necesario.
Ómicrom
El 24 de noviembre del 2021, se notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una
nueva variente del SARS-CoV-2, B.1.1.529. Esta nueva variante se detectó por primera vez en
muestras recolectadas el 11 noviembre del 2021 en Botsuana y el 14 de noviembre del 2021 en
Sudáfrica. El 26 de noviembre del 2021, la OMS nombró a la variante ómicron B.1.1.529 y la
clasificó como variante de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés). El 30 de noviembre
del 2021, los Estados Unidos designaron la variante ómicron como variante de preocupación,
y el 1 de diciembre del 2021 se identificó el primer caso confirmado en los EE. UU. de la
variante ómicron.
Los CDC han colaborado con socios de salud pública y de la industria a nivel mundial para
obtener información acerca de la variante ómicron, mientras seguimos monitoreando su curso.
Los CDC han utilizado vigilancia genómica durante el transcurso de la pandemia para hacer
un seguimiento de las variantes del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, y sugerir
práctica de salud pública. Todavía no sabemos con qué facilidad se propaga, la gravedad de los
casos o la eficacia de las vacunas y los medicamentos disponibles para combatirla. Más allá de
la gran atención que acapara la variante ómicron, la variante delta sigue siendo la principal
variante que está circulando en los Estados Unidos.
¿Con qué facilidad se propaga la variante ómicron? Es probable que la variante ómicron se
propague con mayor facilidad que el virus original del SARS-CoV-2; aún se desconoce la
facilidad con que se propaga la variante ómicron en comparación con la variante delta.
Los CDC esperan que cualquier persona infectada por el virus de la variante ómicron pueda
propagar el virus a otras personas, incluso si están vacunadas o no tienen síntomas.
¿Funcionarán los tratamientos contra la variante ómicron? Los científicos están trabajando para
determinar la efectividad de los tratamientos actuales contra el COVID-19. Con base en el
cambio en la composición genética de ómicron, es probable que algunos tratamientos sigan
siendo efectivos mientras que otros resulten menos efectivos.
Pero científicos han advertido que el mundo tiene un paso avanzado ante esta nueva cepa: la
detección temprana. También está la esperanza de que esta versión del coronavirus, con un
número importante de mutaciones, no lleve al globo a un escenario similar al de la primera ola
de la pandemia. Científicos sudafricanos detectaron rápidamente la nueva variante y alertaron
al mundo, hallando precisamente el número elevado de mutaciones que podría, potencialmente,
impactar la efectividad de las vacunas, la transmisibilidad del virus y hasta la gravedad de la
enfermedad.
Tanto inmunólogos como virólogos explican que todavía se necesita tiempo para determinar el
impacto que ómicron tendrá en el mundo, pero advierten que la inmunidad ganada gracias a
las vacunas y a las infecciones previas podría tener un impacto significativo si los casos se
multiplican globalmente.
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El presidente de Moderna sugirió que las vacunas actuales pueden ser mucho menos efectivas
ante la variante, aún cuando los científicos están recolectando y analizando los datos.

Mientras las especulaciones sobre la variante aumentan rápidamente, así como el número de
casos, los expertos dijeron que es importante recordar que las vacunas, las restricciones de
salud pública y las precauciones personales seguirán sirviendo para frenar la propagación del
COVID-19.
La clave, en este momento, es mantenernos unidos a todas estas herramientas que hemos
desarrollado en casi dos años, dijo el doctor Abraar Karan, de la Universidad de Stanford, en
California, Estados Unidos.
La ventaja que tenemos cada vez que vemos una nueva variante es que aún estamos lidiando
con SARS-CoV-2. Si las investigaciones confirman lo que se teme, que ómicron se transmite
más fácil, los principios que se aplican son: limitar el número de personas en un espacio
cerrado, el uso de mascarillas y un aumento en la ventilación de los espacios.
Eviten estar en una situación que parezca ser un gran riesgo para una alta transmisión, lo que
se traduce en estar con personas no vacunadas que no utilicen mascarillas, agregó. Todo esto
se produce a inicios de las fiestas de diciembre, por lo que Karan explicó que es crucial tener
precaución cuando las familias se reúnan, sobre todo, estar completamente vacunados y utilizar
mascarillas si están con personas de alto riesgo.
Utilizar las mascarillas de alta calidad, como la KN95, ayudará también a prevenir la
propagación de gotas, aún cuando ómicron parece ser más hábil para adherirse a las células
humanas. Si hablamos de responsabilidad individual, aquellos que no están vacunados deben
hacerlo pronto, dijo el doctor Isaac Bogoch. Recordó, además, que hay otras formas de ampliar
la cobertura de la vacunación, pues ahora los niños de 5 años o más pueden ser inoculados.
Hasta que no sepamos más sobre lo que nos enfrentamos, no se puede esperar lo peor, dijo el
especialista.
Sería extremadamente inusual que surgiera una variante que dejara completamente obsoleto el
beneficio protector de la vacunación. Esto puede estar debilitando parte de la inmunidad
protectora, y averiguaremos si lo hace y en qué medida en los días y semanas venideros. Pero
algunas personas están discutiendo que esto nos hará retroceder hasta enero de 2020 y nada
más lejos de la verdad.
Los primeros resultados son contradictorios. En entrevistas, los expertos dijeron que la variante
puede ser más transmisible y más capaz de evadir las respuestas inmunitarias del organismo,
tanto las adquiridas a través de la vacunación como por infección natural, que las versiones
anteriores del virus.
Es posible que las vacunas sigan evitando la enfermedad grave y la muerte, aunque pueden ser
necesarias dosis de refuerzo para proteger a la mayoría de las personas. No obstante, los
fabricantes de las dos vacunas más eficaces, Pfizer-BioNTech y Moderna, se están preparando
para reformular sus vacunas si es necesario.
“Realmente tenemos que estar atentos a esta nueva variante y prepararnos para ella”, dijo Jesse
Bloom, biólogo evolutivo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle.
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La variante ómicron del coronavirus, identificada públicamente el pasado 24 de noviembre,
podría sortear las defensas creadas por la vacunación o el contagio. Según ha declarado la
Organización Mundial de la Salud, ómicron representa un riesgo global "muy alto".
El director ejecutivo de Moderna ha advertido de la posibilidad de que las vacunas existentes
tengan dificultades para combatir la nueva variante y sus múltiples mutaciones. Ante la
espantosa perspectiva de una nueva ronda de confinamientos, cierres de fronteras y
nerviosismo entre los consumidores, los inversores han reaccionado vendiendo acciones de
aerolíneas y cadenas hoteleras. El precio del petróleo se ha desplomado unos 10 dólares por
barril, el tipo de caída que suele asociarse con la inminencia de una recesión.
Ómicron parece tener una tasa de reinfección más alta pero provocar síntomas más leves,
afirmó este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS), en tanto Pfizer y BioNTech
aseguraron que su vacuna contra el covid-19 es "eficaz" contra esa variante al cabo de tres
dosis.
"Los datos preliminares de Sudáfrica sugieren un mayor riesgo de reinfección por ómicron,
pero se necesitan más datos para sacar conclusiones más firmes", declaró prudentemente
Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un encuentro con la prensa en Ginebra.
"También hay indicios que sugieren que ómicron provoca síntomas menos graves que delta [la
variante más extendida en la actualidad], pero aún es demasiado pronto para estar seguros",
añadió.
Los laboratorios Pfizer y BioNTech, por su parte, insistieron en la eficacia de su vacuna actual
contra la variante ómicron.
Esos anuncios fueron precedidos por los de científicos de alto rango de la OMS y de la Casa
Blanca, que apuntan que las vacunas anticovid existentes a priori siguen siendo pertinentes
contra la ómicron, cuyo descubrimiento reciente en Sudáfrica generó una ola de pánico.
La viróloga estadounidense Angela Rasmussen consideró que los primeros datos publicados
por Pfizer y otros estudios independientes son "por lo menos, alentadores". "Una tercera dosis
reducirá el riesgo de infección en personas vacunadas", declaró a la AFP.
Los primeros resultados, muy parciales, de un estudio no despertaron tanto optimismo.
Según el Africa Health Research Institute (AHRI), un organismo sudafricano que patrocinó
uno de los primeros estudios sobre la resistencia de ómicron a las vacunas, esta variante "escapa
en parte a la inmunidad que otorga la vacuna Pfizer".

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