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El Pecado es toda acción u omisión voluntaria contra la ley de Dios, que consiste

en decir, hacer, pensar o desear algo contra los mandamientos de la Ley de Dios
o de la Iglesia, o faltar al cumplimiento del propio deber y a las obligaciones
particulares.

San Agustín dice que el pecado es toda obra, palabra o deseo que es contrario a
la ley de Dios.

Es ir en contra del amor que Dios nos tiene, apartándonos así de Él.

También es faltar al amor o caridad contra el prójimo.

San Agustín afirma: ... " pecar es amarse así mismo hasta despreciar a Dios"

Pecado Mortal

Se llama pecado mortal, porque nos hace perder la vida sobrenatural de nuestra
alma, poniéndonos en peligro de condenación eterna.

Para que un pecado sea mortal se necesitan 3 condiciones:


-Que haya materia grave.
-Que haya pleno consentimiento.
-Que haya pleno conocimiento.

Morir en pecado mortal, nos conduce al infierno.

Ir en contra de cualquiera de los 10 mandamientos, es considerado materia grave.


"El que comete pecado traspasa la ley, porque el pecado es trasgresión a la ley"
(1 Jn. 3,4)

Pecado Venial

Es señal de que existe una atracción desordenada hacia lo terreno, impidiendo así
el progreso de nuestras almas en la virtud.

Es venial porque no cumple alguna de las tres condiciones mencionadas en el


pecado mortal.

El pecado venial si no se le pone cuidado, lentamente se va convirtiendo en


pecado mortal.
San Agustín decía: "muchas gotas forman un rio; muchos granos forman un gran
montón".
1. El pecado nos roba el gozo

“Restitúyeme el gozo de tu salvación, sostenme con un espíritu de poder” (Salmos


51,12).

2. El pecado nos roba la confianza

“En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones


delante de Él. En cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque
Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas. Amados, si nuestro
corazón no nos condena confianza tenemos delante de Dios” (1 Juan 3,19-21).

3. El pecado trae culpa

“Porque yo reconozco mis culpas, y mi pecado está siempre delante de mí”


(Salmos 51,3).

4. El pecado apaga el Espíritu de Dios

“No apaguen el Espíritu” (1 Tesalonicenses 5,19).

5. El pecado trae daño físico

“Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues en tu furor. Porque tus


saetas se han clavado delante de mí, y sobre mí ha descendido tu mano. Nada
hay sano en mi carne a causa de tu indignación; en mis huesos no hay salud a
causa de mi pecado” (Salmos 38,1-3).

“Pues mi vida se gasta en tristeza, y mis años en suspiros; mis fuerzas se agotan
a causa de mi iniquidad” (Salmos 31,10).

6. El pecado causa dolor en el alma

“Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el


día. Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con
el calor del verano. Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad” (Salmos
32,3-5).

7. El pecado abre la puerta a otros pecados

“¡Ay de los hijos rebeldes declara el Señor que ejecutan planes, pero no los míos,
y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado!
(Isaías 30,1)
8. El pecado rompe la comunión con Dios

“He aquí, no se ha acortado la mano del Señor para salvar; ni se ha endurecido su


oído para oír. Pero sus iniquidades han hecho separación entre ustedes y su Dios,
y sus pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos”
(Isaías 59,1-2).

10. El pecado produce temor

“El impío huye sin que nadie lo persiga, más los justos están confiados como un
león” (Proverbios 28,1).

11. El pecado desea controlar mi vida

“Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete
pecado es esclavo del pecado” (Juan 8,34).

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