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Meditaciones sobre el pecado

 Pocas cosas son más escasas en la iglesia evangélica actual que una vida en santidad
y pureza.
 La moralidad es quizá la falsificación satánica de mayor éxito para llevar a la
persona al infierno.
 La moralidad se mira sí misma y se compara con otros, mientras que la santidad a
Cristo y se compara con Él
 La moralidad se enfoca más en lo que debo hacer, la santidad en lo que Cristo ya ha
hecho por mí.
 La moralidad es la consecuencia de la santidad, y nunca la causa de ella.
 No puedes estar en comunión con Cristo mientras al mismo tiempo satisfaces los
deseos de tu carne.
 No puedes ver a Cristo radiante como es, con los mismos ojos con los que alimentas
la lujuria.
 No puede haber comunión con Cristo sin mortificación del pecado. Espíritu
vosotros mortificáis las obras del cuerpo, viviréis (Romanos 8:13).
 La mortificación de nuestros pecados es el medio por el cual Dios ha determinado
cumplir su propósito en nosotros.
 Existe una conexión infalible y una coherencia entre la verdadera mortificación y
la vida eterna.
 Es por medio del Espíritu de Santo que se da esta mortificación, no hay otro medio.
 El cuerpo significa entonces esa corrupción y depravación de nuestras naturalezas
de las que el cuerpo en gran parte es sede e instrumento.

Capitulo 2
 Mortifica tu pecado, Hazlo tu dedicación diaria
 Haced morir lo terral pues en vosotros (Col 3:5)
 El pecado remante siempre permanece mientras estemos en este mundo, por lo que
siempre ha de mortificarse.
 El pecado no solo permanece en nosotros, sino que sigue actuando, esforzándose en
producir las obras de la carne.
 El pecado siempre está activo, siempre condiciendo, siempre seduciendo y tentando.
 Diariamente el pecado frustra o lo frustramos, prevalece o prevalecemos sobre él.
 Si no se mortifica el pecado continuamente, este producirá pecados enormes,
malditos y escandalosos que destruirán el alma.
 El que no mata el pecado que se coloca en su camino, no está dando pasos que lo
acerquen al fin de su viaje.
El Espíritu Santo
 Dios ha prometido darnos al Espíritu santo para la mortificación de nuestros
pecados.
 Todos los dones de Cristo no son comunicados y dados por el Espíritu de Cristo: sin
Cristo nada podemos hacer. Juan 15:5.
 Primera manera el que Espíritu mortifica nuestros pecado; haciendo que en nuestros
corazones abunden en la gracia y en los frutos que son contrarios a los frutos y
principios de la carne. (Ga 5:19-21).
 Él es el fuego que quema la raíz misma de la concupiscencia. Isaías 55:2.
 Cuando nos arrojamos a nuestros pecados, somos como hombre que se abalanzan a
las espadas de los enemigos con el propósito de ser asesinados.
 Muchas veces pensamos que nuestros pecados son vencidos cuando no los tocamos.
Pero cuando volvamos a batalla nos que daremos paralizados y nos daremos cuenta
de que el pecado no ha sufrido ninguna herida. Rm 13:13-14.
 La adopción y justificación deben de darle al creyente consuelo.
 Todo pecado no mortificado debilitara el alma y la privara de su vigor, oscurecerá el
alma y la privara de su consuelo y paz.
Que no es mortificación
 La mortificación no es la destrucción y la muerte del pecado.
 La mortificación no es disimulación del pecado (él obtuvo un corazón diferente, uno
más astuto. Pero no tuvo un corazón nuevo, el cual es más santo).
 La mortificación no es la desviación del pecado (muchas veces solo cambiamos de
amo, pero seguimos siendo unos esclavos).
 La mortificación no es solo conquistas ocasionales sobre el pecado
Que es la la mortificación
 En primer lugar, la mortificación consiste en el debilitamiento constante del pecado.
En segundo lugar, la mortificación consiste en una lucha o contienda constante
contra el pecado. En tercer lugar, la mortificación consiste en un triunfo frecuente
contra el pecado.
 Toda concupiscencia es un hábito o disposición depravada, que inclina el
continuamente el corazón hacia el mal.
 La razón por la que un hombre natural no está siempre permanentemente en la
búsqueda de una concupiscencia especifica día y noche, es porque tiene muchas a
las cuales servir. Cada una clamando ser satisfecha. El hombre se inclina a la
satisfacción de su propio ser.
 Gálatas 5:24, Romanos 6:6-7, colosenses 3:5, colosenses 3:8-10, colosenses 3:3-4,
romanos 8:7-8
 Debemos de reconocer al pecado como nuestro enemigo y uno que debe ser
destruido por todos los medios posibles.
 Todo hombre debe de reconocer la plaga de su verdadero corazón.
Mortificación
 No habrá mortificación al menos que la persona sea un verdadero creyente. Este es
su deber como creyente.
 La ley y el evangelio exigen la mortificación del pecado.
 Se requiere del Espíritu Santo para mortificar nuestros pecados.
 El hombre no es otra cosa, sino pecado.
 El pecado no puede ser vencido sin una unión con Cristo.
 Si realmente odiaras el pecado como pecado en todas sus formas perversas,
seriamos tan cuidadosos contra todo aquello que contrista o molesta al Espíritu
Santo y no solo contra aquel pecado que contrista o molesta tu propia alma.
 Muchas veces consideramos la perturbación del pecado, pero no su inmundicia.
Síntomas peligrosos
 Cuando un pecado a permanecido mucho tiempo en el corazón, corrompiendo,
infectando, y supurando, lleva al alma a una condición lamentable.
 Este pecado se vuelve algo tan familiar para la mente y la conciencia que no se
sorprenden como si fuera algo extraño, sino que precipitan a él como aquello a lo
que están acostumbrados. En tal caso el uso ordinario de humillación no funcionara.
 A menos que se tome un curso extraordinario, tal persona no tiene motivo en el
mundo para esperar que su ultimo fin sea la paz.
 Nunca resulta fácil desalojar a un residente que esta alegando el titulo de una
propiedad después de haber vivido mucho tiempo en ella.
 Las viejas heridas descuidadas son a menudos mortales y siempre peligrosas. Los
padecimiento internos se vuelven como el oxido persistente por la continuidad de la
ligereza y tranquilidad.
 El pecado nunca muere por sí mismo. Por tanto, si no es matado diariamente
siempre ganara mas fuerza.
 Que un hombre reúna sus experiencias pasadas con Dios; recordarlas, recopilarlas,
considerarlas, intentarlas y mejorarlas es algo excelente. Es un deber practico de
todo los santos.
 Aquellos que son de Cristo y actúan en su obediencia a los principios del evangelio
tienen la muerte de Cristo.
Sentido claro del pecado
 hay innumerables maneras en que el pecado desvía la mente de una correcta y
debida compresión de la culpa.
 La culpa del pecado es agravada por la gracia recibida.
 Ser endurecidos por el engaño del pecado.
 De que nos servirán nuestras vidas, si no vemos la faz de Dios en paz
 Que paz existe, si se puede saber, para el alma mientras Dios se esconde. O que
fuerzas mientras él golpea

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