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La lira marica

Una antología de
poesía homoerótica argentina
La lira marica
Una antología de
poesía homoerótica argentina

Enzo CárCano y JorgE Luis PEraLta


(ComPiLadorEs)
La lira marica : una antología de poesía homoerótica argentina / Facundo R. Soto...
[et al.] ; compilación de Enzo Cárcano ; Jorge Luis Peralta. - 1a ed. - Boulogne :
Saraza Editorial, 2022.
688 p. ; 21 x 14 cm.

ISBN 978-987-47574-6-3

1. Antología de Poesía. 2. Poesía en Español. I. Soto, Facundo R. II. Cárcano,


Enzo, comp. III. Peralta, Jorge Luis, comp.
CDD 861

Título Original: La lira marica, una antología de poesía


homoerótica argentina
© 2022, Enzo Cárcano; Jorge Luis Peralta (compiladores)
© 2022, Editorial Saraza

1º Edición: Abril 2022

Edición: Editorial Saraza


Diseño de portada: Silvina Chammah
Producción: Ezequiel Peralta

ISBN 978-987-47574-6-3

El copyright es propiedad exclusiva del autor y por lo tanto no se permite


su reproducción, copiado ni distribución ya sea con fines comerciales o sin
ánimos de lucro.
Índice
Enzo Cárcano y Jorge Luis Peralta/31
Introducción: El “otro” estante escondido

Robert de Montesquiou/53
Las perlas rojas
Oración del amigo

Andrés Cepeda/55
A un amigo
El peregrino
Al Noy

Manuel Gil de Oto/62


El juez Llavallol

“La Bella Otero”/63


[Del Buen Retiro a la Alameda]

Anónimo/65
Décimas del prisionero
[Aquí se caga]

Roberto Mariani/67
El secretario
Estos hombres
Fatalismo

Bernardo Arias Trujillo/70


Roby Nelson

Manuel Mujica Lainez/74


Tres sonetos de William Shakespeare
XVIII
XXIII
LV
[Amable y Abelardo]

Tulio Carella/79
IV
Los mendigos
Intermedio
Preta
Llamado
Secreto
Lumbre
Árbol

Egloga Caín y Abel (dos sonetos)

Julio Cortázar/92
Adriano a Antínoo

Alfredo Casey/93
Muchacho de ojos claros
Campanas para el amigo
Adiós

Juan Rodolfo Wilcock/97


Primera canción trágica
Hero y Leandro. Lamento de Hero (VI)
La dedicatoria
1. ¡Y vete, eres demasiado enamorante!
3. ¡Cómo me enriqueces, cómo me enriqueces!
23. No es dramático ser tu esclavo

Arturo Jacinto Álvarez/102


Homenaje a León Tolstoi
Tríptico a mi ángel de la guarda

Marco Denevi/106
Última voluntad
Guillermo Whitelow/108
XVII
XX
XXX
No, no es éste el otoño
IV
Sobre la belleza
David

Carlos Albarracín Sarmiento/114


Soneto
Siesta
Persistencia
Ángeles de papel
Envío
En Ávila
Jean Genet
Dedicatio

Oscar Hermes Villordo/118


El parque
Cuando el amor…
Antes, mucho antes
Presencia
Tu cuerpo es el verano
Muchachos puros, ángeles
Antinóo
El único candor
Yo tampoco me acuerdo
[El que es medio bufarrón]

Hugo Padeletti/127
[¿Qué estación de glicinas estremece]
[Con súbito deshielo, que estremece]
[¿Por qué te habré buscado]
[Al descubierto y en celada]
A un joven impetuoso
Ernesto Camilli/133
Te recuerdo como eras…
Se juntaron todas…
Soneto de la pija futbolera
Soneto para Santa Teresa
Soneto de los retrovirales
Letanías de todos los putos

Héctor Bianciotti/138
Salmo en las calles

Héctor Miguel Ángeli/142


Carta
Dormitorio
Al deseo
Fotografía de una Ilusión
Muy Vulgar
El cangrejo

Juan José Sebreli/148


Eclair

Juan José Hernández/150


Con el pecho desnudo y el júbilo despierto…
Amantes
Gabriel Iturri
Reales sitios

Alberto Greco/160
Fiesta

Leonardo Martínez/162
Dioses del verano
De la infancia
De ser tan poco yo nace el nosotros
Cartas I y II
Osvaldo Lamborghini/169
El salvavidas
La más feliz
La niña de la frontera
16 de agosto. 1980
[Lectura, está prohibida, no: no]

Wenceslao Maldonado/179
[borrachera]
IV
XI
Hombre de los sueños
Memoria de niño
Diez amantes perfectos

Adolfo de Teleny/184
Helado de Freddo
Buscando a Catulo
“El Olmo”
“Nos vemos”
Cine Capitol
Prohibido eyacular en el yacuzzi

Fuad Zahra Adur/188


[¿Te acordás, muchachito “de afuera”…]
[Hay días —suele suceder sin previo aviso— azules,]
Parkvillage Station

Juan José Sena/191


Costumbre de sirenas
Ley de Médano
Variaciones de luz, esquivas, sobre el sexo
Los dones que me dieron

Roberto Jacoby/200
Como besos
Jorge Paolantonio/205
El hijo de las estaciones
Aproximación
Mercury
Quirofanía
Un día en Nueva York

Ernesto Hollman/210
Ámbitos
Remembranzas de un viejo poema de Catulo
Tiempos vanos

Jorge García Sabal/215


IV
Viajeros
Camino de ausencia
[No da la casa al mar]
[Nieva tan adentro del alma]
No creas que esos rostros pasan
Unidad de deseo
Travesía

Mario Merlino/219
¿Autobiografía? (Primeros meses de 1977)
seis
memoriter
naufragus amoris
cinco:
uno: “el mundo se concierta de desconciertos” (baltasar gracián)

Rubén Mettini Vilas/227


Primavera
Un retrete de Adrogué, 1955
Luna llena
Dormido
Rafael Freda/231
3
La noche verde. 1: Elogio del sexo
Canas
Carillón
Numen

Osvaldo Sabino/236
Sugerencias para encontrar el momento cuando escribir un poema
Pensamientos para mirar al ser amado mientras está durmiendo

Néstor Perlongher/239
El polvo
Anales
La gruta
Gemido
Albañiles desnudos (1)

Ricardo Lorenzo/248
Interior noche
Parque de atracciones
Condena
Sueño con puma
Ordinaria locura
La cabina del Leather
¿Pistola o sable?
Un ratoncito en la cuesta de Moyano

Edgardo Gugliermetti/254
Absurdos laberintos
Corazón de iguana
Bello dios de bronce
Sitio sellado
Una cripta de piedras
Inclinados en la isla del eros
Verdugo del sol y de la carne
José Sbarra/262
[Encontrarlo ciego y borracho y sin amigos]
[Me entrenaste para navegar esquivando estrellas]
[Y si solo piensas en él]
[El verbo es amar]
[Cuando mi deseo era tu deseo]
[Sí, yo, otra vez]
[No me amabas]
[Sufra represa de las ilusiones]
[¿Alguien habrá acercado su mejilla a una almohada usada por mí…]

Ugo Rodino/267
Cine Ideal
Paraíso
Billares
Sauna
[mi mirada y la tuya]
labios húmedos labios secos
igualdad
libero
los faroles
grone

Ricardo Gutiérrez/273
Mi ritual sin ti
El Espejo Desnudo
Con octubre
Noche y Ángel
Después
Lorquiana
Pueden

Alejandro Jockl/279
Idomeneo

Néstor Latrónico/280
Blanca caída
La otra patria
Varones de Buenos Aires
Anfitriones
Galerías
Piedra preciosa del deseo

Carlos Moreira/288
XXIX
El carácter de la carne
XV

Miguel Ángel Lens/297


“Proceso: ¿qué carajo es eso?” (1976)
El romanticismo de Billy Rogers
El final de Cat Gibson
Jaschou
La novia de Garufa
Consejo de una mariposa lechera que se posó en el buzón de la esqui-
na al amanecer
Fruto del paraíso
La autopista de Éfeso
La noche y su ángel
La última sonrisa de Matthew Shepard

Marcelo Benítez/304
Encolio vive
Entre mis brazos
Una visita a la tumba de mi madre

Fernando Noy/309
Cripta del Deseo
La Antropofagia como una de las Bellas Artes
Coartada del Deseo
Nuevamente

Oscar Monesterolo/315
Nacimiento
Juegos de primavera
Otoño sobre el Nilo
Entre las columnas de Karnak
El amor ya es el vino
Mientras tu nombre gira en el espacio

Alberto Nigro/320
“Sandwiches reales”
[yo quiero saber]
[nada de nada]
Esquizofrenia
Pueblo
Cable

Alfredo Luna/326
gloriam
un olor se desliza por la noche
¿dónde pongo este saqueo?
¿has de atreverte a renunciarme?
[nunca te pedí tregua]

Alejandro Urdapilleta/330
Hombrecitos
Las pijas
He estadio arrumbado
El alma sagrada de tus besos

Jorge Smerling/338
7
8. Sinfonía
Ojos negros

Daniel Link/342
Senryus (12, 14, 17)
Despedida de soltero

Osvaldo Bossi/345
IX
[Un hombre que ama a un hombre]
La camioneta destartalada
Despedida
Lo que más me gusta de mi amigo
XV

Lorenzo Verdasco/353
Salgo distraído
Aullidos
Dos sin sacarla

Carlos Schröder/358
5
1
6
11
12
16

Daniel Retamar/363
[puedo morirme esta noche]
[esta carga de cuerpos desnudos]
[no sé quién sos]
[dije]
[dentro del cuerpo]
[él dijo]
[qué ve la noche]

Daniel Tevini/366
Los trabajos y los ocios que en Thomas Mann anidan
Palabras de Calibán a un espíritu de la tierra llamado W. S.

Leopoldo Brizuela/370
Danza
Vita, Virginia, Victoria (Un relato)

Fabián O. Iriarte/376
El botón
El orden de los factores
“Incitación al acto carnal en la vía pública”
Su postura frente a las cosas
La marca infamante
El plan
“Sólo la confesión no es artificio”
La sobrevida

Julián López/382
Coagulatio
[Por desgarrar la pubertad]

Alejandro Méndez/384
cuatro
cinco
the smashing machine
Nahuel Huapi
El demonio del mediodía
Un cuáquero en la corte de los milagros

Gustavo Pecoraro/392
Guante
Dos mundos
Yo
Rizar el rulo

Ariel Schettini/397
El camión de Amerika
Mujercitas
[y lo amo de un modo destructivo]

Pablo Pérez/402
Marcos
Marcelo
Luis

Guillermo Siles/409
La sonrisa del verdugo
El desamor
Lo indestructible
Simulacro
Eclipse
El muro

Gustavo Tisocco/416
[Como mi madre]
[Jugábamos a la escondida]
[Amé a un hombre triste]
[Tuve coronitas de novia en el pelo]

Juan Fernando García/419


[1991-1994]
Infancias
Recompensa de sábado

Enrique Solinas/423
Drag-Queen
El deseo
Bucólica
El sueño
Lux amicitia

Walter Viegas/428
[me dejas]
“Lo personal es político” (Carol Hanisch)
[El límite]
II
V
VI

Fernando Callero/434
[“Falsas alcaparras]
[El albañil temeroso le escribe confundido en la mente este poema de
amor]
Bora Bora
Necesito tener sexo
Pasan tales cosas y otras para su solución
Facundo R. Soto/441
Los pibes feos son los más lindos
Electricidad
¿Cómo tendrá la verga Meteoro?
¿La humedad es un estado intermedio?
Poema para Ioshua (en su gira latinoamericana)
Leche

Washington Cucurto/445
A los hombres del mundo
Perú
Beto
En el subte
Entre hombres
Cómo piensa en su familia

Marcelo Casas/453
El humo del ocaso
El placero
El roce de tu lengua

Sergio Pereyra/456
Apuntes para una autobiografía
La celebración
Justificación
Primer borrador
Otra forma de seducción
Apenas una historia física

Javier Roldán/460
Desde tu partida
sólo un garche
gracia plena
La flor iporavêa
Víctor Cuello/466
oscar hermes villordo sale del baño
[la noche rompe distancias]
[adentro]
[la espuma se adhiere]
[sobre la cama]
[sábana hueca]
[qué difícil…]
[vuela mi remera]

Juan Cristóbal Miranda/470


Los amantes
High Definition
La ofrenda
Ribera
Estribillo
Bautismo
Devotos
Practicante

Ioshua/475
[Un pibe que vale la pena]
Los pibe de mi barrio
Los pibes que no ves
Abel Ayala es todo
Hoy conocí un pibe lindo
Me gustás

Gastón Malgieri/481
Charles & Jim, 1974. Basado en un díptico de Robert Mapplethorpe
Balada de la dependencia sexual. Basado en una fotografía de la serie
homónima de Nan Goldin (1986)
Woman at a counter smoking. Basado en la fotografía homónima de
Diane Arbus (1962)
El alivio
El desmontaje de los ritos
Gastón O. Bandes/486
Sumak kawsay
El chongo de la Muerte
El guanaco

Diego de Adúriz/491
Esto es lo que pasa
[hace unos pocos días hablaba con un amigo]

Ariel Devincenzo/494
El eslabón perdido
Ser0logías
loser

Mauricio Martínez Sasso/501


El telar
Agua
El príncipe verde

Pablo Grasso/504
Eros y después
Hilachas

Marcos Bauzá/511
Queréme
No me ames
Palabras hermosas
Sutil poema para recitarte en el oído mientras te cocino
Himalaya
La dulce melancolía de no tenerte
Epopeya

Franco Rivero/517
petỹ
Pombéro
Santiago Venturini/523
9
13
17
[entre los dos]
[deshilachado]
[puedo acostumbrarme]
[hacemos lo imposible]
[noche siniestra]
[de tu departamento entraba y salía gente]

Alejandro Berón/528
El cuerpo de Matías
Santos Lugares
Poema 20
[Un perro que no conozco]
Barro de pibe
[Cuando nos besamos, el policía todavía estaba allí]

Ferny Kosiak/533
Rubio
Batman finalmente se agarra a Robin
Tu cuerpo a ciento quince grados
En campos verdes
Homoerótica (arte poética)

Dyego Alba/537
El Dragón de Nube

Mariano Blatt/539
No me di cuenta
Tranquila, no vas a poder describir en este momento este momento
Un recuerdo
A todos los chicos con los que estuve alguna vez
Wachi Molina/546
La venganza del gordo de pelo verde
[Me gusta tu marido y no te lo dije]

Nicolás Correa/553
Apolo triste

clau bidegain/557
grabado

Germán Weissi/559
Me dejás pasar
[LA ALMA]

Mariano Massone/564
Las nenas también escuchan The Beatles
Armás?
[te prefiero anormal]

Washington Atencio/567
Sensación térmica
Lomo negro en sábanas blancas
Macho del litoral
En clase de piano
Aleación
Signo

Martín Villagarcía/572
De after

Nico Domínguez (Putx Leyendo)/576


Iridiscencia
La colmena café-bar
Ojo de pez
[traeme un cuerpo]
Leandro Barticevic/581
Que la felicidad no sea este amor de verano

Nitsuga/586
Guardo la foto en la que te parecés a un monstruo
Besaría a Matthew McConaughey
Recuerdo de la noche de bodas
Mantra de mi cuerpo en el espejo

Gael Policano Rossi/590


[La baranda y el mormazo]
[un día que dormimos en una cama]
[Hay cuerpos que están hechos para el amor]

Mhoris Emma/595
Hay que saber chupar un culo
Me gusta cumbianchera, piquetera y proletaria
Así, atragantadamente

Alejandro Paiva/600
[César se arrodilla sobre una pila de papeles]
[Se hunde en lo bajo]
El clima y el paisaje
Casi no

Manuel Sánchez Ruiz/605


[puse a lavar las cortinas como habíamos hablado]
[cuando terminamos de coger]
[esa noche repetimos la liturgia]
[¿recordás cómo los empleados…]
15

Fabricio Jiménez Osorio/613


sexo, tristeza y alegría

Martín Zícari/617
[Bueno ahí salí de su casa]
[Esta ondita de flacos]
IV
II

Juanx Giusepponi/621
[el que puede]
[mirás]
[ayer te imaginé]
[legitimar la rabia]

Ezequiel Nacusse/625
Agua
John
Todo el tiempo me hablás

Gabriel Balmaceda/628
[salpicás todo]
[la primera vez que te vi]
[me arrodillo]
[quiero estar roto]
[tengo miedo]
[El Pela era]
[tenía doce años]
[me tiré a la pileta]

Juan Pablo di Lenarda Pierini/635


Uruguasho
Cáncer con cama en virgo
[Coger sin amor no está mal, fingir amor para coger sí]

Guillermo Villani/638
[nos conocemos desde antes]
[no imaginaba]
[solíamos]
[mi mano bajando]
[nos decían]
[hago espacio para tu cuerpo]
Manuel Duarte/643
[Imaginemos a los mismos amigos de siempre]
El pene de Manuel
Kevin, el optimista
Habla Kevin Koch

Sebastián Sosa Ojeda/648


[llegar hasta la higuera fue una siesta de verano]
[vi en la carne redención]
[la primera vez que la parte]
[soy humano]

Martín Roda/651
Serología
Volver a casa
I
II
III
IV
V
Descalzos
Feliz año nuevo

Marco Rossi Peralta/655


Amor
Changuito
Mamá
Whatsapp
La obra
Una de cal y una de arena

Tomás Litta/658
[El otro día viajé]
[te acercás como un campeón]
[Tomo cerveza, faso, md]
[Redoblaste la apuesta]
[Ayer]
Bonus track/663

Dos especulaciones

Francisco López Merino/664


La emoción del silencio
Cielo de primavera en agosto
Domingo

Pedro Miguel Obligado/666


A Francisco López Merino
Vuelvo a ti
Para ti
Íntima
Mi corazón
Ya ves…

Una derivación

Virginia Negri/673
el poema del chongo

Epilogo por Guillermo Siles/681


A la memoria de Leopoldo Brizuela (1963-2019)
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Introducción: El “otro” estante escondido

Enzo Cárcano y Jorge Luis Peralta

En el 2000, hace exactamente veintiún años, se publicaba la antología


pionera Historia de un deseo. El erotismo homosexual en veintiocho relatos argen-
tinos contemporáneos. En la introducción, titulada “El estante escondido”,
Leopoldo Brizuela observaba: “si nuestro pasado es una casa silenciosa,
no lo es porque esté vacía, sino porque muchos de sus habitantes están
todavía amordazados. Y si no cambió la historiografía, sí habrá cambia-
do la forma de leerla: desde entonces, todos leemos sospechando, tratando
de escuchar las voces de los condenados en las entrelíneas, tratando de
descubrir, en todo silencio, un secreto vital” (2000: 12). Esa colección,
que reunía cuentos y fragmentos de novelas de autorxs de Argentina,
puede considerarse como un hito a partir del cual se fueron incremen-
tando —de manera exponencial— tanto la llamada literatura LGTB /
queer / cuir, como los estudios críticos consagrados a ella. No obstante
esa ingente producción, la poesía ha ocupado, y continúa ocupando,
un espacio muy marginal dentro de la historiografia de los discursos
literarios argentinos disidentes. En ese sentido, la lectura sospechosa que
alentaba Brizuela se ha focalizado, sobre todo, en narrativa y teatro,
como puede apreciarse, por ejemplo, en la Historia de la literatura gay en la
Argentina (2011) de Adrián Melo. La lira marica surge, en primer lugar, de
la necesidad de reponer ese “otro” estante escondido: el de la poesía en
torno a deseos y afectos homoeróticos.
El título remite, evidentemente, a La lira argentina, una an-
tología poética que vio la luz en 1824, durante las guerras de la In-
dependencia. Si esa antología incluía composiciones poéticas muy
diversas bajo el denominador común del fervor patriótico, esta Lira
marica reúne poemas, también muy dispares, pero articulados por
otra clase de “fervor”, a menudo considerado, de hecho, antipatrió-
tico, o contrario a la idea de Nación que se fue forjando desde fina-
les del siglo XIX. La exclusión de la otredad “homosexual” —entre

31
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

otras de género, clase y raza— fue de hecho programática (Salessi,


1995), aunque los cuerpos y deseos fuera de la norma hayan esta-
do presentes desde los orígenes mismos del Estado argentino. Que
la presente antología se remonte a los primeros años del siglo XX
constituye una prueba de que desde fecha muy temprana surgieron
voces que —aunque desplazadas del “imaginario nacional”— fue-
ron configurando otras imágenes y discursos del “varón” argentino.
Muchas de ellas, como se podrá constatar, lo hicieron a través de la
poesía.
Conviene deslindar, no obstante, los términos del subtítulo,
“Una antología de poesía homoerótica argentina”, a fin de estable-
cer los objetivos y el alcance de la compilación que presentamos.
“Una” porque, lógicamente, se trata de una selección particular, que
no pretende de ningún modo ser exhaustiva, aunque sí, representativa.
“Poesía”, como señalábamos, por la intención deliberada de reivin-
dicar un género literario que, a nuestro juicio, a pesar de sus difusos
contornos, merecía una antología propia, que incluyera un espectro
variado de manifestaciones, tanto cultas como populares, más y me-
nos canónicas. “Argentina”, porque, si bien no todos los textos se
deben a autores argentinos o han sido escritos en castellano, guardan
una relación estrecha con la Argentina: sería el caso, por ejemplo, del
poema del colombiano Bernardo Arias Trujillo, que ofrece el retrato
de un chonguito porteño en los años 30, o de los poemas “italianos”
escritos por J. R. Wilcock. “Homoerótica”, finalmente, pues el eje
vertebral de la colección son múltiples reverberaciones poéticas del
“homoerotismo” masculino. Con estas aclaraciones, sin embargo,
no buscamos saldar las discusiones teóricas e históricas que estos
términos suscitan, sino que reconocemos y asumimos su notable
problematicidad, en buena medida expuesta en el corpus mismo de
la antología. Nuestro criterio al momento de seleccionar los textos
pretende evitar las rigideces que impondrían ciertas ortodoxias.
A diferencia de otros términos, como “homosexual” y
“gay”, “homoerótico”, según explica Félix Rodríguez González
(2008: 203), se refiere, en un sentido amplio, al homoerotismo o a
quienes lo practican, mientras que en un sentido restringido, alude a
prácticas sexuales entre personas del mismo sexo que no suponen la
asunción de una identidad determinada. Aunque ni “homoerótico”
ni “homoerotismo” han sido admitidos aún en el Diccionario de la

32
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Real Academia de la Lengua Española, son términos muy frecuentes en


estudios históricos y culturales, especialmente aquellos que explo-
ran periodos previos a la emergencia, hacia finales del siglo XIX,
de las categorías modernas de identidad sexual (Halperin, 2002)1.
Mientras que “homosexual” y “gay” —la primera, con su inevitable
carga médico-psiquiátrica; la segunda, con su impulso reivindicati-
vo— definen contornos identitarios, “queer/cuir” los borronea o
desestabiliza, destacando la imposibilidad de fijar de una vez y para
siempre el género y la sexualidad de una persona.
El hecho de preferir “homoerótico” en el subtítulo, mien-
tras que el título contiene una palabra, “marica” —usada tanto para
la (auto)identificación de varones disidentes como para traducir ten-
tativamente “queer”—, es indicativo de nuestro posicionamiento en
relación con la terminología. Al recorrer más de un siglo de com-
posiciones de poetas muy diferentes, los términos “identitarios”
presentaban numerosas dificultades, pues no todos los autores se
percibieron (o perciben) como “homosexuales” o “gais”, por razo-
nes tanto puramente históricas como personales. Del mismo modo,
aunque “queer” pueda resultar muy productivo para escritores y
obras más recientes, su aplicación ofrece obstáculos en los casos de
quienes sí abrazaron (o abrazan) una identidad, o cuyas filiaciones
estéticas e ideológicas —implícitas o explícitas— responden a para-
digmas alejados de (o incluso incompatibles) con lo “queer”. Frente
a las inevitables reducciones que imponen los polos identidad vs. no
identidad, “homoerótico” propicia una tercera vía capaz de absor-
ber múltiples alternativas. “Marica”, por su parte, y aunque no todos
los autores antologados se hubieran reconocido o reconocerían en
esa palabra, ha movilizado a lo largo del tiempo tanto el desprecio
social como la autoafirmación de la diferencia. Así, su uso es deli-
beradamente lúdico y polémico: invita a hacer visible (y qué más
visible que algo “marica”) la existencia de una tradición poética he-
terodoxa, que primero tiende a encriptar “su nombre”, luego “osa”
decirlo y, finalmente, lo “grita” a los cuatro vientos.
Hasta el momento, son pocos los trabajos en lengua espa-
ñola que se han abocado al estudio de las relaciones entre poesía y
homoerotismo. Una excepción destacable es Dentro/Fuera: El espacio
homosexual masculino en la poesía española del siglo XX (2010), de Enrique
1 Cabe destacar que “homosexual” y “gay” sí están recogidos en el diccionario de Real
Academia.

33
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Álvarez, cuyo principal objetivo es investigar “la relación entre la re-


presentación del espacio, el discurso literario y la subjetividad queer”
(Álvarez, 2010: 10) en la poesía de Federico García Lorca, Luis Cer-
nuda, Jaime Gil de Biedma y Luis Antonio de Villena. A través de la
obra de estos autores, Álvarez discute la producción de un “espacio
poético queer” que cuestiona el orden heterosexual. Las posibilida-
des discursivas que despliega la definición homo/heterosexual, en
tanto relación de poder, son exploradas a partir de la problemática
del “armario”. Pero la propuesta no se centra en presentar una ver-
sión “glamurosa, trivial e iconoclasta” de él, sino en demostrar “que
la representación de la dinámica ocultación/revelación del secreto
sexual en la poesía española del siglo pasado liga la preocupación
ética con la estética, y ésta, con la social, constituyendo en el pro-
ceso una subjetividad poética imposible de contener dentro de los
parámetros de la sexualidad al uso” (17). Los aspectos formales del
poema, en otras palabras, están determinados por los modos en que
estos poetas incorporan y/o transforman la experiencia social. Los
espacios representados, en tal sentido, aparecen como el producto
de esa experiencia a la vez que como el medio para transformarla.
De los estudios en lengua inglesa, merecen particular aten-
ción los de John Vincent y Christopher Hennessy2. Para Vincent,
tanto lo “queer” como el género lírico suponen una puesta en crisis
de los sentidos canónicos, en particular, de aquellos que dan forma
a la matriz identitaria heteronormativa. De este modo, siguiendo su
razonamiento, lo “queer” tendería al lirismo y la lírica a lo “queer”
(xiv). En este punto, el autor adopta como categoría de análisis el
concepto de “dificultad”, que prefiere al más clásico de “oscuridad”,
para pensar las producciones líricas de Walt Whitman, Hart Crane,
Marianne Moore, John Ashbery y Jack Spicer, quienes subvierten y
discuten la norma de su tiempo y, por tanto, se corren de los marcos
de inteligibilidad imperantes. Esta poesía “difícil”, sostiene Vincent,
requiere de un lector dispuesto a y capaz de leer de modo diferente.
Contra la concepción “penetrativa” de la lectura —ilustrada, por
2 Se trata de un ensayo y una tesis doctoral, respectivamente: Líricas queer. Dificultad
y clausura en la poesía americana [Queer Lyrics. Difficulty and Closure in American
Poetry] (2002), de Vincent, y La homosexualidad es un poema: Cómo los poetas gays
remodelaron la lírica, la comunidad y la ideología del sexo para teorizar una poética
gay [Homosexuality is a Poem: How Gay Poets Remodeled the Lyric Community and the
Ideology of Sex to Theorize a Gay Poetic] (2015), de Hennessy.

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La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ejemplo, en la clásica tipología de “dificultad” de George Steiner—


que se sostiene sobre la premisa de que hay un modo de leer un
texto —comprendiéndolo racionalmente—, este lector “perverso”
adoptará una modalidad “no penetrativa”, que no deja de lado la
cuestión del sentir y que se solaza precisamente en lo que escapa a
la norma o no es explicable desde ella (4). Para Vincent, este tipo de
lectura logra que el texto funcione como “queer”, es decir, des-nor-
mativizante.
Hennessy, por su parte, aunque estudia también la obra Jack
Spicer (junto con la de Frank O’Hara y John Wieners), discrepa con
Vincent y sostiene que la lírica no siempre ha sido un género recep-
tivo para con ciertas subjetividades, cuya expresión, de hecho, en
algunos momentos de la historia, ha estado prohibida o destinada a
significar en modos que reinscriben la opresión. Sin embargo, para
este investigador, la lírica es un campo donde cada poeta, a la vez,
celebra y critica la categorización, abraza y resiste la identificación,
en una tensión que no da como resultado una identidad fija y esta-
ble, sino que se sostiene como proceso dinámico con miras a “teo-
rizar la homosexualidad y a dramatizar ese proceso por el cual él [el
poeta gay] llega a comprender tanto su identidad individual como
la colectiva, empírica, ontológica y políticamente” (9)3. Al decir que
“la homosexualidad es un poema”, Hennessy sugiere entonces que
la experiencia del deseo gay masculino, antes de emerger completa-
mente como identidad política y social, fue una experiencia textual,
una identidad discursiva más que un conjunto de actos (16), pero
siempre orientada a lo relacional y a lo dialógico (18). Por ello, el
autor se cuida de aclarar que, si bien se focaliza en la identidad mas-
culina gay, eso no implica abrazar apriorísticamente una categoría
estable y monolítica.
Según queda dicho, no apelamos aquí a nociones como
“homosexual”, “gay” o “queer”. Sin embargo, las propuestas de
Álvarez, Vincent y Hennessy nos permiten subrayar el hecho de
que el homoerotismo, en lírica, no debe entenderse necesariamente
como una propiedad esencial de los poemas, sino más bien como
una tensión “perversa” (difícilmente resoluble en numerosos casos)
entre lo textual y la lectura, muchas veces movida a la clave homoe-
rótica por el conocimiento (y por qué no la sospecha) de la circuns-
3 En todos los casos, las traducciones son nuestras.

35
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tancia biográfica del autor4, sin que esto implique encasillarlo en un


rótulo identitario5. Esto, cabe la aclaración, no significa discutir o
desmerecer las formas de auto-reconocimiento de muchos poetas
que han reivindicado a lo largo del tiempo su deseo no normativo
de posicionarse políticamente en la disidencia, como una platafor-
ma de rechazo del orden impuesto y de militancia por una apertura
diversa. Así, el corpus de esta antología va desde la explicitud del
deseo homoerótico y su patencia hasta la posible lectura de su impli-
cación en la ausencia. Al repasar el conjunto de los textos que aquí
presentamos, se advierte que la relación entre el homoerotismo y
las formas expresivas en las que se lo puede leer decididamente no
es lineal ni tipificable, ya que las vías son múltiples y muy distintas
entre sí: hay temas, voces, posiciones, disposiciones, ironías, burlas,
críticas, lamentos, reproches, celebraciones, que se vinculan con este
modo de desear y, también, de percibir. Por todo lo apuntado, la
expresión “poesía homoerótica” no debe entenderse en un sentido
esencialista. Constituye, por el contrario, una fórmula estratégica para
referirnos a un corpus poético heterogéneo. La selección se apoyó en
tres criterios fundamentales: en primer lugar, que las obras nombren,
ya sea velada o abiertamente, deseos y afectos entre varones. En se-
gundo lugar, que hayan sido escritas por autores que se identificaron/
an como “homosexuales”, “gais”, “maricas” o “queer/cuir” (o de
los cuales hay constancia y/o sospecha de una sexualidad no hetero-
sexual). Finalmente, que articulen sensibilidades desafiantes de las nor-
mas —explícitas e implícitas— que han determinado históricamente
los modos de expresión considerados apropiados por “masculinos”.

4 A propósito, Hennessy dice que él rechaza la idea dominante de que la sexualidad de


Frank O’Hara, John Wieners y Jack Spicer “pueda ser de algún modo compartimentada
o incluso convertida en una mera cuestión biográfica, o peor, en una nota al pie” (8).
Esa postura, dice, le permite sostener la homosexualidad, “según es teorizada en y re-
presentada por la poesía, como intensificadora de sentido. El objetivo de hacer central
la sexualidad en lugar de periférica requiere historizar la obra del poeta, pero también
incluye discutir esta poesía no solo como una ‘que contiene’ franqueza sexual”(8).
5 Cabría aquí pensar, por ejemplo, estrategias como la “homografesis” postulada por
Lee Edelman, que, según sus propias palabras, “nombra, por un lado, una práctica
normalizadora de discriminación cultural (generando, como respuesta, la auto-nomi-
nación que finalmente resulta en las políticas afirmativas de una comunidad gay mino-
rizada), y por otro lado, una estratégica resistencia a esa cosificación de la diferencia
sexual” (10).

36
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

***

La presente antología traza un recorrido que se inicia a comienzos


del siglo XX y llega hasta la actualidad. Si en un primer momento
pensábamos en una compilación mucho más acotada, la misma ta-
rea de búsqueda nos obligó a ampliar paulatinamente la nómina de
autores y textos. El descubrimiento de voces, tanto pasadas como
presentes, fue impulsado muchas veces por la misma red que las
entreteje: un poeta lleva a otro, en y fuera de los libros. Se revela,
así, una fascinante genealogía poética cuyas intersecciones ponen
de manifiesto un diálogo discontinuo pero persistente, así como el
magisterio de algunas figuras que, a lo largo del tiempo, han intensi-
ficado las condiciones de decibilidad de ciertos deseos, dejando una
huella notoria en sus respectivas generaciones: sería el caso de Os-
valdo Lamborghini o Néstor Perlongher, en los años 80; de Miguel
Ángel Lens, en los 90; o de Osvaldo Bossi, Ioshua o Mariano Blatt,
en las últimas dos décadas.
El hecho de que la antología recoja únicamente textos en
torno al homoerotismo masculino se justifica porque, más allá de
las lógicas concomitancias entre varones y mujeres cuya preferencia
erótico-afectiva se orienta hacia el mismo sexo, histórica —y poéti-
camente— la deriva de unos y otras guarda importantes diferencias.
Los usos del espacio, real y literario, han sido diversos para poetas
“gais” y “lesbianas”. Consideramos que por su especificidad vital
y textual, el deseo lesbiano merece ser abordado en una antología
independiente, que le dé el peso y la visibilidad de la que ha care-
cido (Arnés, 2016). No se trata de fomentar grietas estériles, sino
de reconocer que, por las más variadas razones, la experiencia del
homoerotismo ha sido diferente entre varones y mujeres. Aunque
unos y otras hayan sufrido marginación, no ha sido en los mismos
términos. Han sido también otros, en consecuencia, los modos de
hacer poesía. Si bien en la actualidad “queer” favorece la flexibilidad
y la fluidez alrededor de los géneros y las sexualidades, el carácter
histórico de nuestra antología nos sugiere abordar en forma autó-
noma la poesía homoerótica masculina. Eso no significa que, sobre
todo entre lxs autorxs más actuales, se pueda apreciar nítidamente el
impacto de lo “queer”.

37
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Otro criterio importante a la hora de preparar la compila-


ción fue la voluntad de que estuviesen representadas la mayor can-
tidad posible de regiones y provincias del país. Teniendo en cuenta
la dificultad que supone, muchas veces, conocer la poesía producida
en las distintas provincias, sumado al hecho de que, en general, los
libros de este género suelen tener una circulación limitada, nos pa-
reció indispensable ofrecer una muestra significativamente amplia y
heterogénea desde el punto de vista geográfico. Así, aunque Buenos
Aires tenga una inevitable centralidad —pues allí se concentra un
número mayor de editoriales—, nos complace poder incluir autores
de Santa Fe, Tucumán, Entre Ríos, Mendoza, San Luis, Santiago del
Estero, La Pampa, Catamarca, Corrientes, Córdoba, Chaco y Jujuy.
Las dinámicas del homoerotismo “urbano” vs. el homoerotismo
“rural” no han sido, por lo general, objeto de estudio en la crítica
sobre literatura argentina homoerótica, en gran medida porque la
narrativa y el teatro, con escasas excepciones, se han concentrado
en el universo de las ciudades. La poesía aquí recopilada permitirá
valorar articulaciones muy productivas de esas dinámicas, desvelan-
do parcelas menos visibilizadas de la experiencia homosexual/gay/
marica.
Con la necesaria salvedad de que toda generalización es im-
perfecta y en alguna medida injusta, ya que, evidentemente, no pue-
de dar cuenta cabal de la totalidad de los casos puntuales ni de todos
los matices entre ellos, creemos posible señalar tres grandes mo-
mentos —cuyos límites son difusos— de la poesía recogida en esta
antología: el primero se extiende, aproximadamente, entre los años
40 y 70; el segundo abarca los 80 y 90 y se prolonga hasta el fin de
siglo; y el tercero se inicia en torno a 2001 (por señalar un año que
es, al mismo tiempo, un hito) y llega hasta el presente. Los poemas
de las tres primeras décadas del siglo XX, por su parte, constituyen
un conjunto de “rarezas”. De carácter popular, en su mayoría, no
responden a una poética homoerótica distintiva, pero testimonian
la presencia de figuras y deseos no heterosexuales en las primeras
décadas del siglo XX. Desde los efusivos poemas dedicados por el
conde Robert de Montesquiou a su secretario y amante tucumano,
Gabriel Iturri (homenajeado más tarde en un poema de Juan José
Hernández), pasando por los versos desafiantes de un “invertido”,
la “Bella Otero”, que parodia el discurso médico de su tiempo, has-

38
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ta llegar a las coplas escritas en prisión por un poeta “bandido”,


Andrés Cepeda, cuyo misterioso asesinato involucró, según algunos
testimonios, la disputa por un muchacho, se advierten las difusas
fronteras entre homosociabilidad y homoerotismo, en un momento
en el que, si bien no se ha consolidado aún una identidad “homo-
sexual”, se practica —y muchas veces se hace visible— el “amor que
no osa decir su nombre”.
A partir de los años 40, en cambio, se aprecia el desarrollo
de una estética específicamente homoerótica. Es el momento en el
que los varones que se relacionan sexual y afectivamente con otros
varones comienzan a ser percibidos —y a percibirse a sí mismos—
como un tipo particular de persona, una identidad diferenciada
(Acha, 2014). Si bien se han estudiado las manifestaciones de estas
nuevas subjetividades en el campo de la narrativa y el teatro (Maris-
tany, 2010; Peralta, 2017), no se ha explorado hasta la fecha cómo
impactaron en el discurso poético. Podría avanzarse que este se ca-
racterizó por una impronta de cierto corte neorromántico (a tono
con una estética popular en la época); por apoyarse en la alusión
velada, críptica o ambigua (la inclusión de un nombre o un lugar,
por ejemplo); y/o por apelar a tonos entre sosegados y afligidos que
configuran una sensibilidad muchas veces sospechada, repudiada
y sancionada por salirse de los cánones considerados “normales”.
Esta estética en parte se continúa una vez que empiezan a cobrar
centralidad variantes más explícitas de lo homoerótico. Dos de las
voces más destacadas de este primer momento, J. R. Wilcock y Oscar
Hermes Villordo, coinciden en el recurso de no explicitar el género
gramatical de la persona amada. Resulta interesante observar que
Wilcock mantendría esa ambigüedad en su poesía escrita en Italia,
cuando ese subterfugio ya no era necesario; mientras que Villordo
abandonará la poesía para embarcarse en la escritura de novelas que
fueron pioneras en la representación de la homosexualidad masculi-
na tras el retorno de la democracia en 1983.
Entre los 70 y los 80 comienza a fraguarse un discurso dis-
tinto, que rechaza y descree de las formas atenuadas o ambiguas y
que prefiere la explicitud. La emergencia del activismo gay-lésbico, y
la politización de las identidades que trajo aparejada, incide sin duda
en la búsqueda de nuevas vías expresivas, que van de la mano de
una incipiente experimentación a nivel formal, lingüístico y aun po-

39
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

lítico: se empiezan a explorar otros registros, otras voces, a ensayar


reivindicaciones y gestos más rotundos (no resulta casual que varios
activistas hayan sido también poetas). Aquí aparecen nombres como
Osvaldo Lamborghini inicialmente y Néstor Perlongher después: si
bien el primero señaló de algún modo un camino, quien parece ir
más lejos en la exploración de esa vía es Perlongher (cuyos textos
lograron más circulación) con su tan mentada estética neobarrosa.
Probablemente desde la obra de estos poetas se comprendan mejor
muchas propuestas que, ya después de 2001, siguen la vía de la expli-
citud hasta lo usualmente calificado como “trash”. También, sobre
los 90, hay que nombrar a Miguel Ángel Lens y a sus compañeros
del grupo “Poesía gay de Buenos Aires”, quienes evitan los riesgos
formales y se inclinan por otras indagaciones, que vuelven conti-
nuamente sobre los espacios, el “levante” y, en general, una cierta
dinámica clandestina de circulación homoerótica. En cualquier caso,
este deseo deja de ser una insinuación en clave y se acerca a una pro-
puesta abierta o a un pronunciamiento mucho más contundente.
Al pensar el 2001 y el después, hay que considerar la no-
table ampliación del repertorio identitario y contra-identitario, así
como un contexto menos hostil para este tipo de producciones líri-
cas. Llegados a este punto, las posibilidades estéticas se multiplican
notablemente, quizá porque se deja de identificar el homoerotismo
con un autor, una serie de motivos fijos o una forma de decir. Están
aquellos cuya voz parece más cercana a una concepción de la poesía
solidaria con la romántica, como Enrique Solinas y Jorge Smerling;
aquellos cuya propuesta, más bien, se ubica en un realismo difu-
so (con variedad de matices para cada caso) y en registros más co-
loquiales y directos (Washington Cucurto, Facundo Soto, Mariano
Blatt, Fernando Callero o Ioshua), aquellos que prefieren tonos más
sosegados y por momentos íntimos (Osvaldo Bossi, Fabián O. Iriar-
te, J. F. García, Walter Viegas o Alejandro Méndez); aquellos que
exploran el dolor, la infancia, la militancia, la pérdida, el humor, la
ironía, el amor, el sexo, entre las múltiples y diversas modalidades,
que no implican necesariamente una ubicación fija.
Lo dilatado del arco temporal escogido impide, lógicamente,
señalar líneas o zonas comunes entre los diferentes autores y poe-
mas reunidos. Mientras que algunos, como hemos señalado, crearon
“escuela”, otros son todavía hoy prácticamente desconocidos, y las

40
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

posibilidades de que sus obras dejaran una huella en generaciones


posteriores fueron mínimas, debido, sobre todo, a su limitada cir-
culación. Sería el caso de la poesía de Tulio Carella, publicada en su
mayoría en plaquetas lujosamente editadas por el grabador Raoul
Veroni, pero que no tuvieron distribución comercial; o de voces muy
marginales como las de Guillermo Whitelow, Oscar Monesterolo o
Carlos Albarracín Sarmiento, que, aunque publicaron, en algunos
casos, en sellos editoriales importantes, no alcanzaron el impacto
de otros poetas coetáneos. No obstante, más allá del desfase entre
autores más y menos canónicos, más o menos minoritarios, resulta
interesante destacar cómo ciertos imaginarios se repiten y transfor-
man a lo largo del tiempo,6 o cómo algunas obras se inscriben, a su
vez, en una tradición homoerótica particular y en tradiciones más
generales de la poesía argentina: es el caso de J. R. Wilcock, repre-
sentante de la generación del 40 y la poesía neorromántica, pero que
participa a su vez de una línea específica de enunciación “críptica”
del amor entre varones, o, más cerca en el tiempo, de Osvaldo Bossi,
que empieza a publicar en pleno auge de la llamada “poesía de los
90”, pero que propicia, a la vez, un territorio particular dentro de
la poética disidente contemporánea. Hay que destacar también que
la poesía ha sido un género “llamativo” incluso para autores que
fueron, esencialmente, narradores, o que se han consagrado a otras
disciplinas, desde la sociología a las artes plásticas. Eso explica la in-
clusión de poemas excepcionales como los de Marco Denevi, Juan
José Sebreli o Roberto Jacoby. En otro caso, como el de Manuel
Mujica Lainez, nos pareció relevante incluir ejemplos de sus ver-
siones de los Sonetos de Shakespeare, ya que la traducción ha sido
otra vía productiva para la difusión del homoerotismo en el campo
literario argentino7.
6 Por ejemplo, con la obra de Oscar Hermes Villordo y Wilcock se inicia una tradición
de discurso poético amoroso que llega hasta nuestros días, en la obra de autores como
Germán Weissi, Manuel Sánchez Ruiz y Tomás Litta. Otra línea tiene se relaciona con
una enunciación explícita del deseo homoerótico, iniciada por Lamborghini y Perlon-
gher y que se intensifica a partir del 2001 en la llamada literatura “trash”, a través de la
obra de Ernesto Camilli, Pablo Pérez, Ioshua o Facundo R. Soto, entre otros. Se podría
pensar, asimismo, en una serie que conecta difusamente algunos textos de poetas
norteños, como Juan José Hernández, Leonardo Martínez o Jorge Paolantonio.
7 El primer sello argentino específicamente orientado a la publicación de literatura
homoerótica fue Ediciones Tirso, creada por los novelistas Abelardo Arias y Renato Pe-
llegrini en 1956. Aunque centrada sobre todo en narrativa, Tirso dio a conocer algunos
poemarios, entre ellos, el primero de Héctor Miguel Ángeli, incluido en la presente
antología.
41
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Pese al notable interés que suscitan desde hace algunos años


las producciones que cuestionan y subvierten las normas sexo-ge-
néricas, y en particular, la literatura homoerótica, la atención crítica
que ha merecido la poesía de este tipo en nuestro país, con po-
cas salvedades, ha sido llamativamente escasa. Si Osvaldo Lambor-
ghini y Néstor Perlongher —por mencionar las excepciones más
salientes8— son hoy nombres ineludibles que instalan, en la lírica
argentina, la cuestión del homoerotismo, esta no ha pasado de ser
un dato —muchas veces marginal— en los casos de otros auto-
res ampliamente reconocidos (como Hugo Padeletti, Tulio Carella,
Oscar Hermes Villordo o Leonardo Martínez, por mencionar solo
algunos). Sin embargo, creemos que la poesía que aquí presentamos
constituye un eslabón insoslayable en la historia de los discursos
disidentes argentinos, uno que no solo permite complementar el tra-
zado de ciertas cartografías en el teatro y la narrativa, sino que, ade-
más, por sus propias particularidades, propicia otro tipo de aborda-
jes, no necesariamente anclados en la “lógica del exterminio” (Melo,
2011; Giorgi, 2004). Algunos de nuestros trabajos previos a esta
antología —sobre la obra de Villordo, Lens, Ioshua o Bossi (Cár-
cano, 2018, 2019a y b, 2021; Peralta, 2018 y 2019a y b)— suponen
un primer intento de comenzar a recuperar y reivindicar voces que,
desde la poesía, exploran las posibilidades de este deseo. La presente
recopilación constituye —contamos con que así será— un incentivo
para continuar y profundizar en esta línea.
Si bien es la primera antología de este tipo por su gran abar-
cadura y criterio amplio, podemos mencionar algunos antecedentes
de La lira marica. Inicialmente, las dos colecciones publicadas por el
8 Aquí habría que mencionar, sin afán de exhaustividad, los trabajos dedicados a la
poesía de estos autores por Tamara Kamenzsain, Nicolás Rosa, Roberto Echevarren,
Delfina Muschietti o Jorge Panesi, algunos de ellos incluidos en los volúmenes colecti-
vos Lúmpenes peregrinaciones. Ensayos sobre Néstor Perlongher (1996), editado por
Adrián Cangi y Paula Siganevich, y Y todo el resto es literatura. Ensayos sobre Osvaldo
Lamborghini (2008), a cargo de Juan Pablo Davobe y Natalia Brizuela. A estos podría-
mos agregar los textos críticos compilados por Echavarren en su edición de los Poe-
mas completos perlongherianos (2012), los libros de Marcos Wasem (2008), Ben Bollig
(2008), Cecilia Palmeiro (2011), Roxana Ybáñez (2013) y Javier Gasparri (2018), y los
trabajos de José Amícola (2000) y José Maristany (2019). Quizá entrarían dentro de la
excepción algunos poemas homoeróticos de Cucurto que han sido considerados en
ocasiones por la crítica, aunque, por lo general, dentro del amplio abanico sexual de la
propia poética cucurtiana.

42
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

grupo “Poesía Gay de Buenos Aires” (creado hacia 1994, en parte,


gracias a las conexiones entre poetas estimuladas por la editora Ali-
cia Gallegos), que adoptan el nombre del colectivo como título. La
más temprana, de 2007, con el elocuente subtítulo parentético “la
antología postergada”9, está dedicada a la memoria de Tulio Carella
y lleva como epígrafe una cita de Mujica Lainez. Participan allí Adol-
fo de Teleny, Néstor Latrónico, Miguel Ángel Lens y Ugo Rodino.
En el prólogo, Latrónico aclara los alcances de la selección: “Lo
que hemos dado en llamar Poesía Gay no es más que la poesía que
expresa claramente el amor y el sexo entre varones o entre mujeres
—léase lesbianismo—. Es así de sencillo, y no habría más que decir
al respecto si no pesara sobre esa expresión erótica la condena de
dos mil años de cultura judeo-cristiana” (5). Y allí, en la necesidad de
desmarcar esta expresión históricamente marginada y despreciada
(7), se halla la justificación del libro para el prologuista. La segunda
compilación, aparecida poco después de la muerte de Miguel Ángel
Lens, aclara desde el subtítulo su carácter de homenaje a quien fue
la figura más visible del grupo. Ahora aparecen poemas del propio
Lens, Latrónico, Rodino, Teleny, Ernesto Hollman, Fabián Iriarte y
Wenceslao Maldonado. En un breve texto introductorio, este último
escribe que Lens “solía decir que la calificación ‘poesía gay’ tiene un
valor, más que nada, político, por la visibilidad, y didáctico, no por la
temática en sí, sino por la sensibilidad desde la que se escribe” (9).
Hay que destacar también Aventuras. Nuevas incursiones en el imagina-
rio gay (2001)10, que —no obstante su título— se ubica, según la introduc-
ción de Silvia Delfino, “en la disidencia que indica hoy el uso más político
de lo queer” (5). Con un enfoque solidario —es decir, más bien “queer”—,
se hallan Vivan los putos. Primera antología de literatura trash, editada por Fa-
cundo R. Soto y que recoge poemas de Wáshington Cucurto y Germán
Weissi11, así como la compilación preparada por Gastón Hache Almada

9 Según refiere Wenceslao Maldonado, la primera publicación del grupo fue un pliego,
también titulado Poesía Gay de Buenos Aires, aparecido en 1996 con una breve nota ex-
plicativa de Iriarte, quien participaba del colectivo a la distancia, desde Estados Unidos.
10 Participan Martín García, Dalia Rosetti, Margarita Bomero, Lirio Violetsky, Daniel
Durand y Pablo Pérez.
11 Se incluyen textos de A cien mil watts, de Weissi, y un apartado con piezas de Cucurto
titulado “A vos que tenés pene y otros poemas”. De la antología participan también, con
textos narrativos, Peter Pank, Verónica S. Dema, Diego Trerotola, Cristian Godoy, Gaby
Luzzi, Dolores Curia, Gael Policano Rossi, Pablo Pérez, Gabriela Bejerman, Martín Villa-
garcía, Gusatavo Escanlar y Glauco Mattosso.

43
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Juego de machos. Rompedero de culos12, que circuló inicialmente por Facebook y


que incluye composiciones (algunas de ellas decididamente narrativas) de
Ioshua, Walter Ortiz Vieyra, Juan Nicolás Cuello, Lorenzo Verdasco y del
propio antólogo. Cabe mencionar, por último, la Antología de poesía trava/
trans*/no binarie (Puntos Suspensivos ediciones, 2020), de la que participan
más de una veintena de autorxs, y El teje poético (Susy Shock, Marico Car-
mona, Gabby De Cicco, Flora Pallas Cusati, Morena García, Maia Slipc-
zuk, Daniela Felitte, Alfonso Pisano Telis, Juan Fernando García, Clau Bi-
degain, Viviana González, Li Naranjx, Osvaldo Bossi, Lía Ghara, Gabriela
Borrelli Azara, Lulo Adano, Nadia Sol Caramella, Mateo Diosque, Neu),
coeditado en 2020 por Puntos Suspensivos ediciones, Somos Centellean-
tes y el Bachillerato Popular Travesti Trans “Mocha Celis”

***

Dado que, por el número de autores compilados, se dificultaría una


organización de la antología en ejes temáticos, seguimos un orden
estrictamente cronológico. Cuando desconocemos la fecha de naci-
miento del poeta o este ha preferido no revelar ese dato, la ubicación
es tentativa. Hemos seleccionado un número significativo de poe-
mas de cada autor, precedidos por una nota biográfica. Estas notas
consignan, además, la mayor cantidad posible de títulos publicados,
incluyendo el año y la editorial; en cuanto a la ciudad de edición,
salvo que se indique lo contrario, se trata de Buenos Aires. Al final
de cada poema, finalmente, y excepto que sea inédito, se menciona
el libro o la publicación de la que procede.
La antología se cierra con un “Bonus track” que incluye dos seccio-
nes. En la primera reunimos obras de dos autores, Francisco López
Merino y Pedro Miguel Obligado, que no escribieron necesariamen-
te poesía homoerótica, pero cuya obra admite una lectura “torci-
da”, según explicamos en el texto introductorio. La segunda sección
incluye una “derivación”: un poema de la escritora Virginia Negri
que hace propio un tópico muy frecuente del imaginario “marica”
argentino: la figura del chongo. Nos pareció interesante jugar, en este
12 El título es, evidentemente, irónico. En el prólogo Almada escribe: “Algunos tendrán
que ser muy MACHOS para leer este libro (para los mismos que interpreten la palabra
como sinónimo de valentía y coraje), estar libre de prejuicios y seguros de hombría.
Habrá que buscarle las curvas al cuadrado para liberarlo de sugestiones, para que, a
pesar de nuestras diferencias, nos encontremos en sentimientos humanos”.

44
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

“plus” de la antología, con ejemplos cuya inclusión no es obvia,


pero que invitan a pensar las posibilidades y los límites de una poesía
homoerótica, o que puede ser leída en esa clave.

Buenos Aires - Palma de Mallorca, noviembre de 2021

Las tareas de compilación y edición realizadas por Jorge Luis Peralta se enmar-
can en el proyecto de investigación “Memorias de las masculinidades disiden-
tes en España e Hispanoamérica” (PID2019-106083GB-I00) del Ministerio de
Ciencia e Innovación de España.

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La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

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50
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

AgrAdecimientos

Esta antología ha sido posible, en primer lugar, gracias al interés y


la generosa disposición de los poetas que han aceptado ser parte de
ella. Leopoldo Brizuela, a cuya memoria dedicamos el volumen, nos
hizo valiosas sugerencias en la etapa inicial del trabajo. Raoul Veroni
(h) tuvo la amabilidad de enviarnos fotos de los numerosos libros
editados por su padre, entre ellos, varias plaquetas de Tulio Carella
y el poemario La oscuridad como una rosa de Oscar Hermes Villordo.
Juan Pablo Queiroz, incansable archivista, nos facilitó materiales in-
hallables; debemos a él la inclusión de poemas de Alberto Nigro,
Fuad Zhara Adur, Marcelo Benítez y Ernesto Hollman, entre otros.
Javier Galeano nos proporcionó copias de libros de Carlos Albarra-
cín Sarmiento y Oscar Hermes Villordo. Gustavo Tisocco hizo po-
sible el contacto con Edgardo Gugliermetti, a quien a su vez agrade-
cemos que nos hiciera llegar sus poemas. Ariel Sánchez nos facilitó
el poemario Fado, de Leopoldo Brizuela. Juan Fernando García tuvo
la amabilidad de enviarnos reproducciones de dos libros inconsegui-
bles de Carlos Moreira. Fabián O. Iriarte contribuyó a la inclusión
de textos de Daniel Retamar, y Patricio Dezalot, por su parte, nos
acercó poemas de Ricardo Gutiérrez. Ana Guerra, responsable del
Departamento de Archivos de la Biblioteca Nacional “Mariano Mo-
reno”, nos facilitó la reproducción de un poema de Manuel Mujica
Lainez. Mariano Olivetto nos remitió una revista con textos de Juan
José Sena, cuya producción poética se mantiene, en su mayoría, in-
édita. Nuestro agradecimiento también a Rafael M. Mérida Jiménez,
por sus observaciones y comentarios sobre las páginas introducto-
rias. Por último, agradecemos a nuestro editor, Ezequiel Peralta, por
su apoyo a la antología desde que esta era apenas un proyecto.

51
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

robert de montesquiou
(1855-1921)

Robert de Montesquiou, conde de Montesquiou-Fézensac, nació


en París. Fue un afamado dandi, mecenas del arte y escritor, vinculado
con los movimientos simbolista y decadentista. Se relacionó con desta-
cadas figuras de su tiempo, como Marcel Proust (quien lo utilizó como
modelo para su Barón de Charlus), Gustave Moreau, Sarah Bernhardt,
Ida Rubinstein y Gabriele d’Annunzio. En 1885 conoció a Gabriel Iturri
(1864-1905), un joven argentino nacido en Tucumán, quien se convirtió
en su secretario personal y pareja sentimental. Tras la prematura muerte
de Iturri como consecuencia de la diabetes, publicó el libro Le Chancelier de
Fleurs. Douze stations d’amitié [El canciller de las flores. Doce estaciones de amistad],
en el que evoca y homenajea a su compañero. La biografía El argentino de
oro (Bajo la luna, 2011), de Carlos Páez de la Torre, reconstruye la singular
trayectoria de Iturri, quien ha suscitado el interés de numerosos escritores,
entre ellos los tucumanos Juan José Hernández y Hugo Foguet, o Manuel
Mujica Lainez, quien lo convirtió en protagonista de uno de los episodios
de su novela El escarabajo (1982).
En 1910, en ocasión de un número especial la revista Caras y Care-
tas por el centenario del país, el periodista Juan José de Soiza Reilly solicitó
a Montesquiou una breve colaboración. El conde, cuyo único vínculo con
Argentina había sido Iturri, respondió lo siguiente: “creo que sería justo
restituir la parte que le corresponde a quien durante veinte años vino de
esas lejanas riberas argentinas a asistirme y protegerme con su espíritu
vivaz, con su celo maravilloso y con su radiante cordialidad. Quiero hablar
de Gabriel Iturri, tucumano de origen, y perteneciente a una familia muy
conocida y apreciada. La suerte, o la providencia, me lo hizo conocer en
1885, y desde entonces no cesó de prodigarme su fe en mis obras y su
amistad y afección a mi persona con ingenioso cuidado casi genial; Gabriel
Iturri me ayudó en todas las dificultades, y me ha sostenido en todas las
pruebas por las cuales he tenido que pasar. El apoyo que mi familia me
negó y la comprensión que me regateaban mis amigos, todo lo encontré
en este extranjero; él me protegió sin una duda, sin un desfallecimiento du-
rante veinte años, al cabo de los cuales la desclimatación y la vida de fiebre

53
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en un centro que no era el suyo —París— lo usurparon a mi corazón y al


cariño de todos los que le conocieron y trataron”.
De la prolífica obra literaria de Montesquiou, que abarca poesía,
novela, ensayo, biografía, teatro y memorias, solo se ha traducido al espa-
ñol parte de su correspondencia con Proust, en una edición al cuidado de
Luis Antonio de Villena: Profesor de belleza (Pre-textos, Valencia, España,
2011).

Las perlas rojas13

Dedicado a Iturri

Tú que fuiste mi hermano de armas


Y mi hermano de lágrimas,
Serás, un día cualquiera que ya vislumbro,
mi compañero de orgullo.

Compartiste las tristezas, las penas,


Las traiciones, los odios;
Por lo tanto, será justo que compartas el honor,
La gloria, la felicidad.

Trabajemos, avancemos, creamos, la cosa es segura,


Porque siento la moderdura
Del destino aflojarse un poco
¡Y diviso el azul!14

(de Le Chancelier de Fleurs. Douze stations d’amitié [El canciller de las


flores. Doce estaciones de amistad])

13 Traducciones del francés por Jorge Luis Peralta.


14 Les perles rouges / Dédicace à Yturri / Vous qui fûtes mon frère d’armes / Et mon
frère de larmes, / Vous serez, quelque jour dont j’aperçois le seuil, / Mon compagnon
d’orgueil. / Vous avez partagé les tristesses, les peines, / Les traîtrises, les haines; /
Donc, vous partagerez, c’est justice, l’honneur, /La gloire, le bonheur. / Travaillons,
avançons, croyons, la chose est sûre, / Car je sens la morsure / De la fatalité se desse-
rrer un peu, / Et j’aperçois le bleu !

54
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Oración del amigo

Señor, entre la calma y la emoción de la vida,


Si me habéis dado el verdadero Amigo,
Ya nada me preocupa, y nada más deseo,
En la seguridad mi corazón se ha dormido.

Comunicar su pena y compartir su alegría,


Nada consuela ni mejor regocija;
Cuando en gran duelo nuestra humanidad se dobla,
Es más dulce tener más de dos ojos para llorar.

Bajo la desgracia del hielo y la felicidad de la llama,


Disminuyendo el mal, aumentando el bien,
Es bueno para amar contar con más de un alma,
Y no tener ninguna otra cosa a la cual entregarse.15

(de Le Chancelier de Fleurs. Douze stations d’amitié [El canciller de las


flores. Doce estaciones de amistad])

Andrés cepedA
(1869-1910)

Andrés Cepeda nació en Brandsen (Buenos Aires). Fue un famo-


so poeta popular, conocido también por los seudónimos de “Andrés Ro-
mero” y “Manuel González”. Estuvo vinculado con el anarquismo y pasó
la mayor parte de su vida en prisión, por contravenir edictos policiales.
Los datos sobre su vida son fragmentarios y contradictorios, como expone
15 Prière de l’ami / Seigneur, parmi le calme, ou l’émoi de la vie,/ Si vous m’avez don-
né le véritable ami, / De plus rien je n’ai cure, et de plus rien envie, / Dans la sécurité,
mon cœur s’est endormi. / Communiquer sa peine et partager sa joie,/ Rien ne console
ainsi, ne réconforte mieux ; / Quand, sous le deuil trop grand, notre humanité ploie,
/ Pour pleurer il est doux d’avoir plus de deux yeux. / Sous le malheur de glace et le
bonheur de flamme, / Diminuant le mal, amplifiant le bien, / Pour aimer il est bon de
compter plus d’une âme, / Et, pour se dévouer, de ne plus compter rien.

55
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Osvaldo Bazán en Historia de la homosexualidad en Argentina (2004). Murió


asesinado en la ciudad de Buenos Aires, cuando tenía 41 años. Algunas
de sus letras, como “El almohadón” y “El poncho del olvido”, fueron
musicalizadas y difundidas por Carlos Gardel. Tangos posteriores, como
“Sangre maleva” y “No fue batidor” se inspiran en su vida y muerte. Su
obra poética fue recogida en los volúmenes Versos de la prisión. Escritos por
un “ladrón” (Claridad, 1927) y Las glorias de Andrés Cepeda (Caymi, 1958).
Bazán cita en su historia un testimonio de José Barcia sobre Cepe-
da: “Hablé con un malandrín. Lo había conocido y más de una vez com-
partieron el cuadro en la leonera. Me aseguró que la muerte de Cepeda fue
el epílogo de una disputa por la posesión de un muchacho maricón, porque
tanto Cepeda como su matador eran bufarrachos”. La “homosexualidad”
del poeta ha sido alternativamente negada y afirmada por los historiado-
res. Bazán propone que la letra del vals “En vano, en vano” —interpretada
por Gardel— habla de amor sin especificar el sexo de la persona amada,
circunstancia que habilitaría cierto margen de ambigüedad. Esto es así en
la versión breve del poema, sin embargo, en la más extensa incluida en
Versos de la prisión, la destinataria del poema es inequívocamente una mujer.
Conviene tener en cuenta, sin embargo, que en la poesía de Cepeda la
experiencia amorosa heterosexual casi siempre aparece connotada negati-
vamente: “A la mujer ni un segundo/ en la vida la amaré” (“La amistad);
“El amor que te ofrecí / Fue mentira, fue ilusión / No sintió mi corazón
/ Ningún impulso hacia ti” (“Desprecio”), o bien en términos de amargo
desengaño: “Es en verdad todo amor / Una nube pasajera / Que deja
tras su carrera / Desprecio, olvido y rencor” (“Dedicatoria”). En cambio,
las intensas declaraciones de afecto que merecen algunos amigos varones
sugieren un vínculo rayano en el amor. La “amistad masculina”, como
ha mostrado David Halperin, posee una extensa tradición en las culturas
homoeróticas occidentales. En el caso argentino, esa tradición se articula,
siguiendo a Adrián Melo, en textos como Martín Fierro (1872-1879) de José
Hernández o Juan Moreira (1879-1880) de Eduardo Gutiérrez: “errancias,
pasiones violentas, vicio y criminalidad van de la mano de las amistades
apasionadas masculinas, es decir, encuentran en esas relaciones el escena-
rio propicio para desarrollarse”. La descripción también resulta adecuada
para la poesía de Cepeda.
En todo caso, resulta indudable que leída a la luz de su enigmática
y lagunosa biografía, la obra poética de “El poeta de la prisión” muestra
a una figura resueltamente fuera de la norma, cuya angustia existencial —

56
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

como manifiesta en “El peregrino”— bien pudo obedecer a la experiencia


de una sexualidad disidente.

A un amigo

Una fuerza superior


A la fuerza de mí mismo
Me ha llevado al abismo
Insondable del dolor.
Siento un lejano rumor
que no alcanzo a definir
El cual me hace sentir
Un algo desconocido.
Parece que voy rendido
Al final de mi existir.

Esa fuerza sin cesar


Maneja todo mi ser
Haciéndome estremecer
Y a veces hasta llorar,
Constantemente vagar
Mi pobre imaginación
Oprime mi corazón
Y aunque lucho con empeño
De imponerme no soy dueño
Me doblega la aflicción.

Pero así ordena el destino


Que vivamos separados
Marcharemos distanciados
Por diferente camino
Quizás en el torbellino
De la loca humanidad
Por una casualidad
Nos encontramos un día
Uno buscando alegría
Y el otro la soledad.

57
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Yo marcharé agobiado
Por el peso de los años,
Llorando los desengaños
Que el loco mundo me ha dado,
Tú, de caricia rodeado
Por inefable ternura
Siempre en pos de la ventura
Marcharás alegremente
Mientras yo sigo doliente
La senda de la amargura.

Yo seguiré paso a paso


Por el sendero escabroso
Triste, viejo y achacoso
Hasta que se venza el plazo
De mi mísero existir
Tú no me verás morir.
Pero sé que en tu memoria
Mi penosa y triste historia
para siempre ha de vivir.

(de Versos de la prisión)

El peregrino

Siempre errante y peregrino


Tengo en el mundo que andar
Sin derecho ni a cruzar
El suelo donde he nacido;
Soy el mártir elegido
Por la infame autoridad,
Soy el que la sociedad
Me desprecia horriblemente
Cual si llevara en la frente
El sello de la maldad.

58
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Hijo del martirio soy,


La pena es mi compañera
Y la justicia altanera
Me persigue donde voy;
Y a cada paso que doy
Siempre tengo que encontrar
Dolores para aumentar
Mi tormento y aflicción
Sangra mucho el corazón
Del que tiene que llorar.

Soy el que cruza abatido


El gran valle de la vida
Y de mi alma dolorida
Y el corazón oprimido;
Soy el que nunca ha tenido
Un consuelo a su pesar,
Soy el que no sabe exhalar
Una queja en su dolor,
El que si tiene un amor
No tiene derecho a amar.

Sin más amparo que el cielo


Ni más guía que el destino
Cual errante y peregrino
Recorro el mísero suelo;
Y en mis horas de desvelo
Suelo a veces recordar
Mi madre, mi dulce hogar,
Mi edad de adolescente
Y abatido tristemente
Lucho para no llorar.

(de Versos de la prisión)

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Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Al Noy

Altivo, joven y fuerte


Te contemplé ayer con gozo
Hoy abatido y lloroso
Contemplo tu cuerpo inerte
Y la mansión de la muerte
Guarda tus sacros despojos
Y yo postrado de hinojos
Triste elevo una plegaria
Y en tu tumba solitaria
Dejo el llanto de mis ojos.

Ese llanto es la expresión


De mi triste sentimiento,
De mi terrible tormento
Que guarda mi corazón
Al venir de la mansión
Donde está cuerpo helado
De rodillas inclinado
Me postro en tu sepultura
A llorar con amargura
Tu triste fin desgraciado.

Sin clemencia y sin piedad


El arma de un homicida
Cortó el hilo de tu vida,
A lo mejor de tu edad;
Tú vas a la eternidad
Y yo que vivo he quedado
Por el pesar agobiado
Caído del dolor en pos
A darle el último adiós
A tu cadáver helado.

Duerme en paz en tu mansión


Mientras yo en llanto anegado

60
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Te rezo amigo adorado


Una fúnebre canción
Con toda veneración
Voy mi plegaria a elevar
Y si no puedo dejar
Flores sobre tus despojos
Dejo el llanto de mis ojos
Fiel expresión del pesar.

Pronto voy a abandonar


La morada en que tú habitas
Y sólo flores marchitas
Van en tu tumba a quedar
Pero antes de levantar
Las rodillas de tu fosa
Quiero con voz temblorosa
Decir ante el mundo entero
Que fuiste un gran compañero
De alma noble y generosa.

Adiós, para siempre, adiós


Noble varón, fiel amigo
Adiós flores que testigo
Serán de un dolor atroz
De mi sufrimiento en pos
Me retiro de tu lado
Porque me veo aliviado
Y pude con mi ternura
Dejar en tu sepultura
El llanto que he derramado.

(de Versos de la prisión)

61
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

mAnuel gil de oto


(1870-1937)

Manuel Gil de Oto (seud. de Manuel Toledano y Escalante) fue


un periodista y escritor español. En 1914 publicó un libro de viaje por
Argentina, titulado La Argentina que yo he visto, en el que mezclando diver-
sos géneros (poesía, sátira, crónica, prólogos) ofrecía una caústica mirada
sobre el país sudamericano. En 2010, la Biblioteca Nacional publicó una
nueva edición de este libro en su colección “Los raros”, con prólogo de
Guillermo Korn.
El breve poema que reproducimos alude al porteño Jaime Lla-
vallol, juez de instrucción en lo criminal, famoso por su escandalosa vida
privada, y a quien también se refieren indirectamente dos piezas teatrales
contemporáneas: Los invertidos (1914) de José González Castillo y Lavayol se
quiere casar (1924) de Enrique Badesich y Ángelica Ariedlac. Dado que Gil
de Oto fue acusado de agravio por La Argentina que yo he visto, publicó años
después un libro en el justificaba sus declaraciones en aquel volumen. Así,
en ¡Y aquí traigo los papeles! Alegato documentado del autor de “La argentina que
yo he visto” (1915), el español refrendó su testimonio sobre el juez Llavallol
en los siguientes términos: “Lo que dije de este… hombre es grave, muy
grave: no lo niego. El señor Llavallol, es un miembro de la justicia porteña
y yo he puesto en evidencia la pésima aplicación que de sus funciones hace
este miembro pervertido. En Buenos Aires no hay quien ignore que el juez
Llavallol mancha —¡y por qué sitio, Dios mío!— la toga que se le dió para
administrar justicia. Parece lo natural que siendo notoria la aberración del
mal juez, estuviera la gente normal y casta indignada con este hombre
público […] que tan mal parados deja a su sexo y a su clase. […] Pero para
que en este marrano asunto resulte todo invertido, los que no han acertado
a indignarse con Llavallol por lo que hace, se indignan contra mí porque lo dije.
Yo creo de buena fe que no revelé ningún secreto, porque el juez Llavallol
se recata poco para descubrir su gusto; pero si también es falta decir lo que
todos saben, yo me someto gozoso a ser juzgado por un tribunal en que
todos sean hombres por delante y por detrás; quiero decir, en que no haya
Llavalloles, con la cara viril y la espalda afeminada”.

62
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El juez Llavallol
Mariquita, Marica
dile a tu madre
que te meta en un cofre
te eche la llave.

Su fama no es de camama,
como otras que lucen más;
a éste le viene (la fama)
muy de atrás.
Aunque duro se le encuentra
yo sé que es benigno y flojo
con cualquiera, si le entra
por el ojo.

(de La Argentina que yo he visto)

“lA bellA otero”

La principal fuente de información sobre “La BELLa otEro” —


cuyo nombre verdadero habría sido Luis D. o Culpiano Álvarez— la cons-
tituye el artículo “La inversión sexual adquirida: tipo profesional: un in-
vertido comerciante” del médico y profesor de Medicina Legal Francisco
de Veyga (1866-1942), publicado en los Archivos de Psiquiatría y Criminología
Aplicadas a las Ciencias Afines. Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psi-
cología – Pedagogía en 1903. “La Bella Otero”, como “Rosita”, “Aurora” o
“Manón”, fueron “invertidos” de clase social baja, detenidos por delitos
contravencionales y estudiados por médicos y psiquiatras que trabajaban
en conjunto con la autoridad policial. Estos archivos, en palabras de Os-
valdo Bazán, ofrecen “el mejor registro que nos ha quedado de la vida
marica a comienzos del siglo”. Como explica Jorge Salessi en su libro médi-

63
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

cos maleantes y maricas (1995), los informes sobre los “invertidos” constaban
habitualmente de tres partes: una introducción con datos sobre el sujeto
en cuestión; la historia clínica, en la que el médico intentaba determinar
si la inversión era congénita o adquirida; y una especulación teórica final.
El caso de la “Bella Otero” destaca, sin embargo, porque en el centro del
texto se reproducía un texto autobiográfico de su autoría, que “reemplazó
la conclusión del estudio científico por el número de café concert que
parodiaba el discurso científico”.
Otra mención a “La Bella Otero” aparece en el artículo “Ladrones
vestidos de mujer” de Juan José de Soiza Reilly, publicado en la revista
Fray Mocho en 1912: “‘La Bella Otero’ es un lunfardo que se disputa con
‘La princesa de borbón’ el prestigio popular de su carrera artística. Es un
muchacho de Cádiz y pertenece a una buena familia. Se llama Culpiano
Álvarez. Hasta la última intervención policial, vivía en la calle Jujuy, 890,
donde tenía una cámara roja de adivina. Suele emplearse como mucama en
casas ricas. Se apodera de tarjetas de señoras y señoritas. Se viste de mujer
y luego visita a mucha gente a la que engaña con subscripciones valiéndo-
se de las mismas tarjetas robadas. Secuestra niños. Ha hecho versos, que
en agosto de 1903 regaló al Dr. Francisco de Veyga. Pueden leerse en los
archivos ya citados”. Resulta difícil terminar cuánto hay de verdad y de
invención, tanto en los datos que aportan de Veyga y Soiza Reilly, como en
el testimonio autobiográfico de la propia “Bella Otero”. En todo caso, los
versos que reproducimos a continuación, contenidos en su breve “Auto-
biografía”, constituyen un ejemplo pionero de poesía argentina “marica”.

Del Buen Retiro a la Alameda


los gustos locos me vengo a hacer.
Muchachos míos ténganlo tieso
que con la mano gusto os daré.

Con paragüitas y cascabeles


y hasta con guantes yo os las haré,
y si tú quieres, chinito mío,
por darte gusto la embocaré.

Si con la boca yo te incomodo


y por la espalda me quieres dar,

64
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

no tengas miedo, chinito mío,


no tengo pliegues ya por detrás.

Si con la boca yo te incomodo


y por atrás me quieres amar,
no tengas miedo, chinito mío,
que pronto mucho vas a gozar.

Anónimo
(FinAles de siglo XiX)

En 1897 el médico y etnólogo alemán Robert Lehmann-Nitsche


(1872-1938) desembarcó en Argentina para integrar el equipo de cientí-
ficos del Museo de La Plata, dirigido por Francisco P. Moreno. Perma-
neció en el país treinta años, en el curso de los cuales realizó numerosas
investigaciones y acopió información sobre lenguas originarias y folclore.
Como explica Julián Cáceres Freyre, “poco a poco y pacientemente fue
reuniendo un repertorio costumbrista y antropológico verdaderamente in-
menso”. Una de las tareas de Lehmann-Nitsche consistió en recopilar una
amplia muestra de folclore sexual y excretorio, que incluía las inscripciones
de los mingitorios y baños públicos, así como refranes, coplas, poesías y
adivinanzas. El volumen resultante, Textos eróticos del Río de la Plata. Ensayo
lingüístico sobre textos sicalípticos de las regiones del Plata en español popular y lun-
fardo recogidos, clasificados y analizados por el autor se publicó originalmente
en Leipzig en 1923, bajo el seudónimo de Víctor Borde. Recién en 1981
la editorial argentina Librería Clásica publicó la traducción española. Los
archivos de Lehmann-Nitsche se conservan actualmente en el Instituto
Iberoamericano de Berlín.
En su investigación sobre la sexualidad “plebeya” de las clases
populares entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX en la
ciudad de Buenos Aires, Pablo Ben sostiene que la masculinidad se pro-
baba mediante la penetración de otros, independientemente de su géne-
ro, y cita como ejemplos algunas de las coplas y poemas recopilados por
Lehmann-Nitsche. Corroborando, como en el caso de “La Bella Otero”,
que la sexualidad de las clases sociales más bajas fluía al margen de los
discursos científicos de la élite, estos versos descubren un universo alejado

65
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de los parámetros morales que esta última intentaba imponer. En una ciu-
dad con una desproporcionada cantidad de jóvenes varones inmigrantes,
y donde las mujeres estaban destinadas al espacio doméstico —o bien a
la prostitución— la actividad sexual entre varones fue, como destaca Ben,
una realidad frecuente. Lehmann-Nitsche recogió además el vocabulario
empleado en la época para aludir a la “homosexualidad”, indicando voces
como “puto”, “mino”, “bufarrón”/ “bufo” / “bufarra” / “bufarreta”,
para el sujeto que desempeñaba el rol activo en el intercambio sexual, y
“manflora”, “manflota”, “manflorón”, “marica” y “maricón”, para el su-
jeto pasivo, entre otros términos.

Décima del prisionero (fragmento)

El que es medio bufarrón,


Ese pasa buena vida,
Porque toma por querida
Algún macho bien culón.
Coje a su satisfacción
Y se queda muy derecho
Porque ha sacado el afrecho
Que tenía allí guardado,
Pues no lo había sacado
Después que allí cayó preso.

Buenos Aires

(de la serie “Épicas” de Textos eróticos del Río de la Plata)

***

Aquí se caga,
Aquí se mea,
Y se le da por culo
A quien me lo menea.

Buenos Aires

(de la serie “Escatológicas” de Textos eróticos del Río de la Plata)

66
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

roberto mAriAni
(1893-1946)

Roberto Mariani nació en el barrio de la Boca, en la ciudad de


Buenos Aires. Se desempeñó como periodista y escribió novelas, teatro
y poesía. Estuvo vinculado al porteño “Grupo de Boedo”, que nucleó
informalmente a escritores y artistas vanguardistas de la década de 1920,
afines al anarquismo, como Leónidas Barletta, Nicolás Castelnuovo, Ni-
colás Olivari, Raúl González Tuñón, César Tiempo y Roberto Arlt, entre
otros. Alcanzó notoriedad con sus Cuentos de la oficina (Claridad, 1925). Pu-
blicó además un volumen de poesía, Las acequias y otros poemas (Nosotros,
1922); las recopilaciones de cuentos El amor agresivo (Gleizer, 1926) y La
frecuentación de la muerte (L. J. Rosso, 1930); una novela corta, Culpas ajenas…
(La Novela Semanal nº 233, 1922); y tres novelas, En la penumbra (Claridad,
1922), Regreso a Dios (Sociedad Impresora Americana, 1943) y La cruz nues-
tra de cada día (Ariadna, 1955, póstuma).
Los Cuentos de la oficina, de acuerdo con Martín Prieto, se aden-
tran “en el mundo de la oficina, de los, como se los llamaba entonces,
‘proletarios de cuello duro’”, y desarrollan “los temas de uso del realismo
social: huelgas, ascensos frustrados, conflictos entre trabajadores y jefes y
entre trabajadores y patrones, y sobre todo, la alienación”. “Riverita”, el
cuarto cuento del volumen, aborda de manera tangencial esos temas pero
desarrolla, fundamentalmente, el tópico de la atracción erótica entre dos
hombres, como han estudiado, entre otros, Christopher Leland, Adrián
Melo y Jorge Luis Peralta. Según Leland, Mariani fue audaz al publicar,
en fecha tan temprana, una historia de estas características, pues si bien la
homosexualidad no era del todo exótica en la Buenos aires cosmopolita
de 1920, incluirla en un libro poseía una significación radical. Leland sugi-
rió, por otra parte, que la penumbra que rodea la biografía del escritor, y
que quienes le conocieron a fondo se empeñan en mantener, podría estar
relacionada con un secreto (homo)sexual. La hipótesis tiene sentido: en el
prólogo a una reedición de Cuentos de la oficina de 1965, su amigo Leónidas
Barletta señaló que Mariani “supo quedarse solo, antes de que desmenuza-
ran su pensamiento y entraran en su intimidad para injuriarla”.
La referencia a una “intimidad injuriada” podría constituir, en rea-
lidad, un eufemismo para no mencionar directamente la homosexualidad

67
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

del autor. Algunos poemas de Las acequias sugieren, de hecho, una sensibi-
lidad rara, como “El secretario”, que retrata un personaje ambiguo afín al
universo de “Riverita”, o “Estos hombres…” donde el sujeto lírico evoca
la distancia que lo separa de otros hombres plegados a la “normalidad”.

El secretario

El joven secretario del señor Diputado


fuma “Media Corona”, gasta auto Ford y tiene
casa puesta, por modo que si la ocasión viene,
hará amable refugio del rincón alhajado.

El joven secretario rubrica su elegancia


con un fino bastón de auténtica Malaca,
mientras irónico habla de los cueros de vaca,
la vida picaresca o el precio de una estancia.

Nunca nadie lo ha visto asombrarse de nada;


de enrevesados líos salió muy bien plantada
su fama de hombre listo. Pero nadie olvidó

la azorada premura con que una vez guardó


—el joven secretario—, un pañuelo bordado,
de los que usa la esposa del señor Diputado.

(de Las acequias y otros poemas)

Estos hombres…

Más soñador que nunca,


las lentas horas de este buen domingo
las dispersé viajando por las calles
y los caminos de Palermo, ansiando,
—más soñador que nunca, ya lo dije—
descubrir las pupilas solidarias
que he visto ya otra vez… (quizá en un sueño)

68
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Y al ver pasar tanta pareja alegre


he admirado los modos
fáciles y sencillos
de realizar sus sueños, que las gentes
pobres y humildes tienen.

Ah estos hombres que nunca han penetrado


en los fríos paisajes del análisis,
que no construyen nunca
la arquitectura de los silogismos,
que no buscan, detrás de unas pupilas
asombradas y limpias,
el trazo de traición o de mentira
que existe… o que no existe…

Estos hombres trabajan sus seis días,


e invierten el asueto del domingo
bebiendo mieles con su compañera.
Es que estos hombres nunca se aventuran
a preguntarles nada, ni a la vida,
ni al amor. Aceptan
lo que ellos les ofrecen buenamente,
y, pues ellos lo dan, ha de ser bueno.

Estos hombres ignoran


la implacable labor de la tristeza
—lo dijo Mallarmé— que dan los libros
cuando el alma tenemos fina y pura.

Ah estos hombres rudos, que en la vida


robaron su pedazo de alegría…

Y vuelve a casa uno, triste y hosco,


como un verso mal hecho…

(de Las acequias y otros poemas)

69
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Fatalismo

Este, seguramente, debe ser mi destino,


y así, seguramente, y así estará escrito:
que no consigan eco mi pregunta y mi grito,
y que ignore el lugar donde fina el camino.

A veces me detengo frente a frente a la vida,


y, suspenso, aventuro una pregunta. En vano
aguardo la respuesta de valor sobrehumano
que haga temblar mi seria actitud pensativa.

Si una pena me hiere o una dicha me halaga,


por mi mal, se me ocurre disecar el suceso,
y concluyo: es mentira, mentira todo eso;
la misma dicha, luego, me dará su llaga.

Preguntar, comprender… Aquí está mi delito…


Caminar… caminar… ignorando el camino…
Este, seguramente, debe ser mi destino,
y así, seguramente, y así estará escrito…

(de Las acequias y otros poemas)

bernArdo AriAs trujillo


(1903-1938)

Bernardo Arias Trujillo nació en Manzanares (Caldas, Colombia).


Se desempeñó como diplomático y periodista. Escribió novelas, cuentos
y ensayos; su novela Risaralda (1935) está considerada como un clásico de
las letras colombianas. En junio de 1932 se instaló en Buenos Aires para
desempeñar un cargo diplomático no rentado. Sobrevivió con colabora-
ciones periodísticas y publicó, bajo el seudónimo de Sir Edgar Dixon, la
novela de temática homosexual Por los caminos de Sodoma. Confesiones íntimas
de un homosexual (Editorial Pagana, 1932). Casi al final de su estadía porteña

70
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

conoció a Federico García Lorca, quien en ese tiempo se encontraba tam-


bién en Buenos Aires. En noviembre de 1936 regresó a Colombia. Murió
de una sobredosis de morfina en marzo de 1938, a los 34 años.
El poema “Roby Nelson”, fechado en Buenos Aires en 1933, re-
mite a los ambientes y personajes que Arias Trujillo frecuentó durante sus
años porteños. De acuerdo con Carlos Sanrune, el poema circuló entre la
comunidad homosexual colombiana principalmente a través de copias he-
chas a mano, hecho que explica los ligeros cambios entre las versiones que
han llegado hasta hoy. En 2010, José Quiroga incluyó el poema en su Mapa
callejero. Crónicas sobre lo gay desde América Latina (Eterna Cadencia), mientras
que la editorial española Amistades Particulares ha presentado, en 2019,
una edición ilustrada, cuya versión reproducimos. La misma editorial pu-
blicó también una nueva edición de la novela Por los caminos de Sodoma.

Roby Nelson

Lo conocí una noche y estaba yo borracho


de copas de champaña y sorbos de heroína;
era un lindo pilluelo, era un pobre muchacho
del hampa libertina.

Ardía Buenos Aires en danza de faroles


sobre el espejo móvil del Río de la Plata;
fosforecían las barcas como pequeños soles
o pupilas de ágata.

En el asfalto duro de la amplia costanera


el arrabal volcaba sus luces de colores;
poetas, pederastas, muchachas milongueras,
apaches, morfinómanos, artistas y pintores.

Los pecados ladraban como perros sin dueño


entre la bulliciosa cosmópolis del bar,
y los marinos iban en góndolas de ensueño
sobre las aguas líricas del mar.

En un ángulo turbio, miro desde mi mesa

71
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

a un hermoso golfillo que sonríe y me mira;


al través de las gotas rubias de la cerveza
mi lujuria conspira.

Tiene catorce años y sus hondas pupilas


cercadas por paréntesis lívidos de violeta;
¡ojeras prematuras del vicio, ojeras lilas
de onanista o asceta!

¿Quién eres tú?, le dije


rozando sus cabellos ondulantes de eslavo.
—Yo soy un niño triste:
Roby Nelson me llamo.

¡Roby Nelson! ¡Lindo nombre de golosina!


Nombre que suena a dulces tonadas de ocarina,
nombre que tiene dóciles inflexiones de amor
y una delicadeza enfermiza de flor.

Y pienso: este muchacho


es un retoño de hombre
que errará por el mundo;
en sus pupilas grises
hay un dolor profundo.
Este muchacho es hijo
de inmigrantes venidos de lejanos países;
y en su cuerpo errabundo
se ha cruzado la sangre de dos razas tristes,
en sus ojos de niño está el dolor que existe
en todos los gavroches16 inocentes del mundo.

Se llama Roby Nelson, flor del barrio,


que va de muelle en muelle, de vapor en vapor,
este chico vicioso de cabellos de eslavo
vende cocaína y amor.

Es hijo de la noche y huésped del suburbio,


16 Niños de la calle.

72
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

hoja de Buenos Aires que el viento arrebató,


desperdicio del vicio, pobre pétalo turbio
que el arroyo se llevó;
tal vez en un hospicio su cuna se meció
y es hijo de prostituta y de ladrón.

¿Quieres estar conmigo esta noche, pilluelo?


y sus ojos piratas me dijeron que sí.
Mi carne crepitaba en llamas de anhelo
y naufragué en un tibio frenesí…

Besé entonces los lirios ignotos de sus manos,


la fresa de su boca, congelada de frío;
nos fuimos, vagabundos, por los diques lejanos
y en esa noche griega fue sabiamente mío.

¿Qué quiere usted que hagamos?


Me dice con la gracia de una odalisca rusa
y se quita la blusa
y me ofrece su cuerpo como si fuese un ramo.

Sobre mi cama asiática inicia en las delicias


desnudo entre los rojos cojines y las sedas;
mis ojos galopaban en pos de sus primicias
sus ojos galopaban detrás de mi monedas.

Y mirando su cuerpo de palidez divina


que tenía la eucarística anemia de las rosas;
le dije tembloroso, con un dulce clamor:
Te pido solamente que me vendas dos cosas:
un gramo de heroína y dos gramos de amor.

¡Roby Nelson! ¿Dónde estarás ahora?


¿Nueva York, Filipinas, Río de Janeiro, Basora,
Panamá, Liverpool?
¿Dónde estás Roby Nelson de cabellos de eslavo,
con tus hondas ojeras, tu chaqueta de esclavo
y tu raída gorra azul?

73
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

¿Por qué turbios caminos empañados de ausencia


con tus zapatos viejos robados a Chaplín?
Quizá la droga trágica que embriaga de demencia
como una diosa blanca, amortajó tu esplín…

Muchachito bohemio, príncipe de tus vicios,


exquisito y perverso, frágil como una flor,
Roby Nelson gitano, despojo del hospicio,
hoja de Buenos aires que el viento arrebató.

En mis noches paganas de crisis voluptuosas,


en los hondos naufragios de mi fe y mi dolor,
yo te pido como antes solamente dos cosas:
¡un gramo de heroína y dos gramos de amor!

mAnuel mujicA lAinez


(1910-1984)

Manuel Mujica Lainez nació en Buenos Aires y falleció en su casa


de “El Paraíso” (Cruz Chica, Córdoba). Fue escritor, crítico de arte y pe-
riodista, conocido con el sobrenombre de “Manucho”. Creció en el seno
de una familia patricia, posteriormente venida a menos. Vivió en Europa
entre 1923 y 1928. A su regreso inició la carrera de Derecho, pero aban-
donó rápidamente los estudios y empezó a trabajar como redactor en el
diario La Nación. En 1936 se casó con Ana de Alvear Ortiz Basualdo,
también de orígenes patricios, con quien tuvo tres hijos. En 1969, tras
jubilarse, se trasladó a Cruz Chica, cerca de la Cumbre, Córdoba, lugar en
el que residió hasta su muerte. Recibió numerosos premios y distinciones.
La prolífica obra de Mujica Lainez comenzó con el libro de ensa-
yos Glosas castellanas (La Facultad, 1936). A la novela Don Galaz de Buenos
Aires (Francisco Colombo, 1938) y una serie de las biografías, como las de
Hilario Ascasubi (Vida de Aniceto el Gallo, Emecé, 1943) y Estanislao del
Campo (Vida de Anastasio el Pollo, Emecé, 1947), le seguirían dos volúme-
nes de cuentos que marcaron su consagración, Aquí vivieron (Historia de una
quinta de San Isidro) (Sudamericana, 1949) y Misteriosa Buenos Aires (1950).17
17 Salvo que se indique lo contrario, los libros citados fueron publicados por editorial
Sudamericana.

74
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Durante la década de 1950 vio la luz su célebre “saga porteña”, constituida


por las novelas Los ídolos (1953), La casa (1954), Los viajeros (1955) e Invita-
dos en El Paraíso (1957), y que retomaría años más tarde en Los cisnes (1977)
y El gran teatro (1979). Allí retrata la progresiva degradación de cierta aris-
tocracia porteña que conocía muy de cerca. A partir de los años sesenta, el
autor se embarcó en la escritura de ambiciosas novelas históricas de tema
europeo. Bomarzo (1962), ambientada en la Italia renacentista, fue un éxito
rotundo e inspiró la ópera homónima de Alberto Ginastera, prohibida
por la dictadura militar. El unicornio (1965) y El laberinto (1974) recrearon
la Edad Media y el Barroco español respectivamente. Si para estas novelas
el autor se había documentado minuciosamente, en otros títulos, como
Crónicas reales (1967) y De milagros y melancolías (1968) ofreció una rescri-
tura paródica de la historia europea, en el primer caso, y de la conquista
de América, en el segundo. Otras novelas del autor son Cecil (1972), El
viaje de los siete demonios (1974), Sergio (1976), El escarabajo (Plaza & Janés,
Barcelona, 1982) y Un novelista en el Museo del Prado (1984). Al momento de
morir trabajaba en la novela Los Libres del Sur. También publicó crónicas
de viaje y libros de fotografías. En su casa de El Paraíso se conservan nue-
ve voluminosos cuadernos que llevó a lo largo de su vida, y en los que se
entrecruzan textos, fotografías, dibujos y collages.
Mujica Lainez fue la perfecta encarnación de un dandi tardío, que
cultivó una imagen pública frívola y extravagante, ocultando y exhibiendo
a la vez las marcas de una sexualidad fuera de la norma. Mantuvo relacio-
nes sentimentales con jóvenes poetas o artistas, entre ellos Juan Carlos
Bruchmann, Guillermo Whitelow, “Luzbel” González Benegas y Oscar
Monesterolo, y si bien nunca protagonizó una “salida del armario”, ha-
bló francamente sobre homosexualidad en sus conversaciones con María
Esther Vázquez (El mundo de Manuel Mujica Lainez, Editorial de Belgrano,
1983). La biografía que escribió su amigo personal Oscar Hermes Villordo
(Manucho. Una vida de Mujica Lainez, Planeta, 1991), también incide en este
aspecto de la biografía. En su obra, el tratamiento de la homosexualidad
—y de las sexualidades disidentes en general— constituye una constante
desde los cuentos de Aquí vivieron y Misteriosa Buenos Aires, pero adquiere
especial protagonismo en Los ídolos, Bomarzo, Cecil, Sergio y Los cisnes. Uno
de sus proyectos más singulares fue El retrato amarillo, novela sobre un niño
que descubre, simultáneamente, que su padre tuvo una relación sentimen-
tal con otro hombre y que él mismo experimenta sentimientos intensos
por un compañero unos años mayor. Mujica Lainez publicó la primera

75
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

parte de esta novela en la revista Ficción en 1956, pero su esposa le reco-


mendó no seguir adelante, por lo delicado del tema, y quedó inconclusa.
Fue reeditada en el volumen Cuentos inéditos (Planeta, 1993).
Aunque fundamentalmente narrador, Mujica Lainez publicó tam-
bién un extenso poema, Canto a Buenos Aires (1943). Póstumamente se
editó el Cancionero de La Nación (Academia Argentina de Letras, 2011), que
recoge los versos satíricos que había dedicado a sus colegas de ese diario.
Como traductor, publicó Cincuenta sonetos de Shakespeare (Ediciones Cultu-
rales Argentinas, 1963), realizadas entre 1951 y 1955. Adriana González
Mateos interpreta este gesto como una forma de resistencia en un contex-
to hostil (Mujica Lainez fue un férreo opositor al gobierno de Juan Do-
mingo Perón), así como un ejemplo de la búsqueda de filiaciones estéticas
e ideológicas disidentes por parte de escritores —como “Manucho” o el
mexicano Salvador Novo— que a la par que apoyaron gobiernos conser-
vadores, visibilizaron la disidencia —y abrieron así nuevos canales de ex-
presión— en ámbitos literarios declaradamente machistas y homofóbicos.

XVIII

¿A un día de verano compararte?


Más hermosura y suavidad posees,
Tiembla el brote de mayo bajo el viento
Y el estío no dura casi nada.

A veces demasiado brilla el ojo


Solar, y otras su tez de oro se apaga;
Toda belleza alguna vez declina,
Ajada por la suerte o por el tiempo.

Pero eterno será el verano tuyo,


No perderás la gracia, ni la Muerte
Se jactará de ensombrecer tus pasos
Cuando crezcas en versos inmortales.

Vivirás mientras alguien vea y sienta


Y esto pueda vivir y te dé vida.

(de Cincuenta sonetos de Shakespeare)

76
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

XXIII

Como actor vacilante en el proscenio


Que temeroso su papel confunde,
O como el poseído por la ira
Que desfallece por su propio exceso,

Así yo, desconfiando de mí mismo,


Callo en la ceremonia enamorada,
Y se diría que mi amor decae
Cuando lo agobia la amorosa fuerza.

Deja que la elocuencia de mis libros,


Sin voz, transmita el habla de mi pecho
Que pide amor y busca recompensa,
Más que otra lengua de excesivo alcance.

Del mudo amor aprende a leer lo escrito,


Que oír con ojos es amante astucia.

(de Cincuenta sonetos de Shakespeare)

LV

Ni el mármol ni los áureos monumentos,


Durarán con la fuerza de esta rima,
Y en ella tu esplendor tendrá más brillo
Que en la losa que mancha el tiempo impuro.

Cuando tumbe la guerra las estatuas


Y el desorden los muros desarraigue,
Ni la espada de Marte ni su incendio
Destruirán tu memoria siempre viva.

Irás contra la muerte y el olvido.


Acogerá tu elogio la mirada
De la posteridad que, consumiéndolo,

77
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Hasta el juicio final fatigue al mundo.

Así, hasta el día en que también te juzguen,


Aquí estarás y en los amantes ojos.

(de Cincuenta sonetos de Shakespeare)

***

Amable y Abelardo
se fueron a Diamante,
el uno como un cardo,
el otro como un guante.

Mirábanse a los ojos


como quien piensa un beso,
y preguntaban, rojos,
¿en donde está el congreso?

El Congreso parlante
dormía o se duchaba,
pero allí, en el Diamante,
el congreso no estaba.

Cansinos, solitarios,
hicieron sus ponencias,
con capítulos varios
y sobadas sentencias.

Luego, con paso tardo,


medido y responsable,
volvieron Abelardo,
Abelardo y Amable.

Amable y Abelardo,
binomio pudoroso,

78
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Amable y Abelardo:
Salicio y Nemoroso.

Manucho
25 de Nov.
1964.18

tulio cArellA
(1912-1979)

Tulio Carella nació en Mercedes (Buenos Aires). Comenzó la ca-


rrera de Ciencias Químicas, pero la abandonó rápidamente por Bellas artes
y Música. Trabajó como periodista, dramaturgo y guionista cinematográ-
fico. Conoció a Federico García Lorca, a quien le dedicó su pieza teatral
Don Basilio mal casado (Argentores, 1940). Obtuvo la Faja de Honor de la
Sociedad Argentina de Escritores por su libro de viaje Cuaderno del delirio
(Goyanarte, 1959). Entre 1960 y 1961 residió en Recife (Brasil), donde tra-
bajó como profesor en la Universidad Federal de Pernambuco. Su entrada
en el circuito homosexual de esa ciudad quedó documentada en un diario
íntimo, Orgía, cuya traducción parcial al portugués, realizada por su amigo
Hermilo Borba Filho, fue publicada en 1968 bajo el seudónimo de Lúcio
Ginarte. Los originales en español se han extraviado y hasta la fecha no
existe una traducción castellana, si bien ha sido reeditada en Brasil (Opera
Prima, 2011). La traducción al inglés de un fragmento fue incluida en la
antología de narrativa gay latinoamericana My Deep Dark Pain is Love (Gay
Sunshine, 1983), editada por Winston Leyland.
De regreso en Argentina, Carella publicó un curioso volumen, Pi-
caresca porteña (Siglo Veinte, 1966), en el que indaga en los hábitos eróticos
18 Este poema fue escrito por Manuel Mujica Lainez en una publicación institucional
del “Colegio Adventista del Plata” durante el V Congreso de Escritores celebrado en
Paraná en noviembre de 1964. Como se explica en el blog de la Biblioteca Nacional,
Mujica Lainez y otros asistentes al congreso, entre ellos Silvina Bullrich y Oscar Hermes
Villordo, “empezaron a escribir disimuladamente versos disparatados, paródicos, fre-
cuentemente obscenos, satirizando al Congreso o ‘escrachando’ a algunos de sus com-
pañeros de que desertaban, como el célebre Abelardo Arias o Pedro Rafael Obligado”.

79
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de la ciudad de Buenos Aires tras la clausura de los prostíbulos legales en


1936. El frío y distanciado análisis de las inscripciones eróticas de varones
en los baños públicos parece obra de un autor distinto al de Orgía. Su obra
se completa con piezas teatrales no publicadas en libro, entre las que cabe
mencionar Doña Clorinda la descontenta (1941), Un cuerno en la ventana (1957),
El que espera (1957), Coralina (1959), Juan Basura (1965) y El diablo cantando
anuncia destrucción (fecha desconocida); el ensayo Tango, mito y esencia (Doble
P, 1956); la antología El sainete criollo (Hachette, 1957); las memorias de
infancia Las puertas de la vida (Ediciones Luro, 1967); y dos volúmenes de
poesía: Ceniza heroica (edición de autor, 1937) y Roteiro recifense (Imprensa
Universitaria, Recife, 1965), selección de un libro más extenso, Sombra del
sol, nunca publicado, que evoca su estadía en la ciudad de Recife. Carella
publicó además numerosas plaquetas de poesía en lujosas ediciones del
grabador Raoul Veroni (1913-1992): Los mendigos (1954), Intermedio (1955),
Preta (1963), Testigo (1964) y Sonrisa (1965). Tanto estas plaquetas como
los manuscritos originales de la “Égloga Caín y Abel” (1944), inédita, de
la cual reproducimos dos sonetos, se conservan en el archivo personal de
Raoul Veroni.

IV

Sentí esa corriente que rompe las orillas


de cualquier día, días sin Dios, penetrados, crudos,
y la marcha sorda de los suspiros a la noche,
detrás de los marineros, y de los barcos,
y de los puertos —¡corriendo detrás de los puertos!—
y el camino lleno de espaldas y de senos,
y de persianas;
y sentí los cabellos trepados por las voces amarillas
donde se quebraba mi gemido,
y los agrios licores que vierten de noche
las grutas rojas de la lascivia;
el aliento congelado, las encías agonizantes, y la boca desviada,
cayendo sobre tu beso.
No sabía donde hubiera botellas para refugiarme,
pero conocí el lugar en donde canta
y donde duerme la borrachera, lejos de las golondrinas.

80
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Fui allá, y giré sobre mi misma sangre,


sobre mi misma frente, sacándome los ojos,
y grité ese cariño que nunca llegaba,
que no llegaba nunca,
que no llegaba nunca.

(de Ceniza heroica)

Los mendigos (fragmento)

Quid tamen expectant, Phrygio queis tempus erat jam


more supervacuam cultris abrumpere carnem?

Juvenal, Sat. II

Los mendigos transitan día y noche


por la deshabitada inmensidad
del sexo indiferente.

Este cuenco de manos insaciadas,


insaciables, ansiosas,
que busca en la entrepierna de los vientos
el cerúleo desecho del orgasmo;
este cuenco ofrecido a cada instante
para llenarse con la turbia espera
y con la turbia espera;
este cuenco solícito, sudado,
ardiendo por la tea encarnizada,
cuenco siempre vacío, porque pide
la fuerza que se gasta por sí misma
en su propio ejercicio acompasado.

(…)

81
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Por negros prados los mendigos crecen,


por terrazas de llanto se revelan,
por playas lentas se decoran de algas
y por asfaltos y cornisas vuelan
y bordan en la brisa sus anémonas.
Envidian a Julieta y aún a Ofelia
en la pálida orilla de la muerte,
y a Desdémona amada
por el celo asfixiante del marido,
y a la mucama con preñez reciente,
y a las mujeres que se pierden, hoscas,
por el hombre indudable.

Sus telarañas por las calles tejen


los mendigos y acechan
al atleta de torso sobrehumano,
al boxeador con llamas en el golpe;
buscan el muslo ardido del ciclista,
el cuerpo soñador de los muchachos,
del rústico dormido,
del viajero en los trenes negligentes
y todo pantalón con sexo propio.
La tiniebla del cine los ampara
y el marinero, el soldado, el provinciano,
el esposo imprudente o fugitivo,
el inocente joven con su fuego,
el novio apasionado en los zaguanes,
con fiebre desdeñosa les responden
a veces, otorgando negligentes,
la calavera de la flor abierta
para el polen nupcial de una quimera.

Agazapados los mendigos piden.


En vano, amor, en vano te reclaman;
te ocultas al pedido del durazno
y al corazón que se derrite siempre:
el fuego serpentino que ilumina y
aproxima los cuerpos a los cuerpos

82
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

llevándolos al cielo y a la estrella,


los despierta en el lodo inextinguible.

Sí: los mendigos de sinuoso andar


en las corolas de la sombra piden,
inclinan la testuz,
se arrodillan al monstruo apetecido,
sagrado monstruo que los preña de odio
con el líquido amargo del error
y les deja en la lengua gusto a infierno.

El estéril bajío ya inundado


por las salobres aguas del amor,
no se calma: es la espuela que lacera
y otra vez los empuja hacia el camino,
a la deshabitada inmensidad
del sexo indiferente,
con los cuerpos abiertos de codicia.
Y la invisible cola de sus trajes
de novias inmutables
con paso remolón o paso esquivo
arrastran falsamente pudorosos,
mostrando la mujer que se dibuja
en el perfil —angustia— del deseo.

Tendebantque manus ripae ulterioris amore.


Virgilio

Intermedio

Después de haber soñado


con versos del Poeta
que guió al florentino por lo eterno,
y agotar la congoja en un poema,
me libro a la ciudad
fatigada de vida;
recorro calles fatuas

83
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como una isla de silencio herido,


y me interno en el rumbo
espeso de los hombres.

Quisiera hundirme en el feliz murmullo


del viento entre las ramas apretadas,
o de la transparente
carrera de aguas mansas,
del piar deleitoso
de aves crepusculares,
del canto enamorado
que el hombre sin olvido colecciona
bajo la quieta mansedumbre azul
que cubre nuestros sueños.

Pero quema tan sólo mis oídos


la enardecida voz que desde el miedo
y el deseo se ofrece,
el canto que se vende en las esquinas,
la risa indescifrable que circula
de vasos a gargantas,
y sonidos que fluyen de las bocas
—pegajosas cascadas—
y en las veredas forman charcas turbias:
la noche me rodea, temblorosa,
atribulada de rumores agrios.

Amigo: no es extraño que te busque,


que prefiera quedarme con tu rostro
y simular afectos que no siento:
las escondidas rutas de tu alma
que transita la sed del cuerpo ansioso
me atraen. Con el pulso
caliente de la sangre
recreo la ilusión del verso vivo.

No te engaño. A mi modo yo te quiero.


Y si hago germinar la ilusionada

84
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

semilla del misterio que no cesa,


yo recupero un espejismo amado:
la caricia que el cuerpo proporciona
del olvido rescata otras caricias
que el tiempo transformó
en algo incomprensible
semejante a una brisa que ha pasado.

Sabe amarga la vida a quien espera.


La esperanza se lleva nuestros ojos
y a tientas alcanzamos las migajas
de la belleza traducida en llanto,
de la canción interna del crepúsculo,
de un cuerpo desolado en el mismo ejercicio.
Y esperando a la puerta de la dicha
pasamos por el tiempo y la ceguera;
y el polvo nos sorprende, doloridos,
y nos quita el recuerdo de la estrella
que prosigue su viaje por el cielo.
Con la esperanza diaria
engañamos la sed de eternidad.

(Preguntas si lo eterno es éste ahora


cuando empuja la vida desde adentro
y nos hace sentir como frutos maduros
que nadie ha recogido de la rama.
—¡Oh, soledad turgente de la savia
que no reposa hasta caer al polvo!)

Perdona, bondadoso amigo que sonríes


con el alma turbada por la imposible novia,
por quimeras de amor y de aventura,
por versos melancólicos,
por héroes o por viajes.
Te entristeces, anhelas una dicha:
ignoras que la tienes.
El amor es pregunta permanente
Pues nadie obtiene nunca una respuesta.

85
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La soledad y el ocio
me llevan a tu lado
en busca de una paz sabrosa y casta.
En la pálida sombra del coloquio
los dos nos consolamos lentamente.
Si es mentira el consuelo,
es mentira también lo que buscamos.

No te ofendas: te quiero a mi manera.


Descubro en ti el pasado
que tan sólo experiencia supo darme.
Herirte con mi ausencia me entristece
y nuevamente ese dolor me impulsa
a buscar tu presencia.

Vamos, amigo,
la noche se termina.
La ciudad abandona sus tentáculos
sombríos a la puerta del nuevo día.
Las sonrisas se pierden
en la curva del tiempo.
Las charcas del camino se evaporan
en el ámbito claro de la vida.
Debemos separarnos. Lo tierno se deslíe
en el oro y el rosa de la alborada.
Prometo lo que quieras
si dejas que sea falsa mi promesa.

No pidas la verdad.
Disfruta tu porción de cielo claro.
No pienses que el destino de la estrella
es apagarse un día.
Alguna vez, acaso, llegaremos
a la raíz secreta de las cosas.
Pero ahora tú vuelves al trabajo
y yo a los versos dolorosos vuelvo.

86
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Preta

De pronto, como lluvia inesperada


que apaga la insensata sed del fuego,
surgiste, sueño codiciado,
con el caliente mar entre los muslos,
la cabeza en la estrella deslumbrada
y el oro de la mano melancólico.
De pronto fuiste tanto y tan querido:
un antiguo recuerdo de la infancia;
aunque nacido ahora en una playa
pensé que era la dicha prometida
desde siempre a los hombres.
Y fue por un instante
una canción que pasa por el cielo
y no turba el azul indiferente;
la belleza del cuerpo se ha extraviado
en el áspero vuelco de la horas.
Cierta vez tu presencia fue alegría
y me hizo soñar con el verano
—De ti solo nos queda
esta perdida hiedra.

He olvidado tu cara;
recuerdo apenas que era hermosa.
Tengo presente el aire, nada más,
que con nueva ventura conmovió
el orgulloso hueco del destino
haciéndome pensar que el polvo existe
y a lo negro la dicha pertenece.
Con ritmo misterioso nos unieron
la magia persuasiva del desorden
y el deseo descalzo de tu paso;
y la sonrisa de la sal antigua
quebraba las jangadas ancestrales
para llevarnos de la mano al agua.
He olvidado tu cara—, repetimos.

87
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Las campanas, los goznes, el esclavo,


la arena turbulenta, las esferas,
el lunar caprichoso, el aire verde
y quietas geografías
en callado reclamo nos separan.

Nuestra vida está toda en esas fugas


que algún verso clemente recolecta.
En el juicio preguntarán acaso
Las aves dueñas del perdón y la condena,
—Y tu amor, ¿dónde está?
No distingo su rostro,
la curva del pecho hospitalario,
la instintiva sortija del cabello
ni el impaciente labio cortejado.
Se te dio aquel aroma
con señales de espina
rebelde y obediente a la cadena
que sujeta y liberta al mismo tiempo.
Un breve día amaste los corceles
que en otoño se quiebran.

—Cayeron del recuerdo como pétalos


en un largo camino; no he podido
lograr que se detengan.
—Has amado; si quieres te daremos
una alborada nueva.
A quién le importa el retornar eterno
si no vuelve esta dicha momentánea
de mediodía y mar.
Tus límites se fueron disolviendo
en el río que fluye desolado
y que también se llevará algún día
el ciego y perdurable olvido.

Recife, 1960

88
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Llamado

Tu brazo se yergue
y llamas desde el mar.
Parece una palmera
que ofrece su sombra
a los peces del día.
Tu brazo llama y acude
el viento triste
y seco de Caruaru
con un fantasma
de quince años.
Tu brazo está llamando
en los reinos oscuros;
por eso sólo fantasmas
con voz de niebla
responden al llamado
submarino.

(de Roteiro recifense)

Secreto

Admites mi secreto
en tu más íntima sonrisa.
Tú tienes mi secreto,
también oscuro
como el mío.
Por eso vuelves la cabeza
para mirar la luna.

(de Roteiro recifense)

Lumbre

Estás alegre porque eres


la sombra del sol.

89
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Detrás de tu piel morena


rebrillan luces de oro
fino, enamorado,
en tersa combustión.

(de Roteiro recifense)

Árbol

Eres indiferente al calor


porque tú mismo eres el verano
con los frutos maduros
al alcance de la mano.

(de Roteiro recifense)

Esta rosa oscura


que la noche perfecciona.

(de Roteiro recifense)

Soneto

Por las sombras Caín se levantaba


Remontando los árboles, sediento.
Abel se refugiaba en su lamento
Para tañer su sombra y sollozaba.

—Abel, ¿dónde te ocultas? Zozobraba


mi herida en su sabor ya macilento
y no encuentro en mi río polvoriento
ese amor que el latido despeinaba.

90
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Transido el aire, a huesos resonando


en ansia de esqueleto y sepultura
Abel va entre zarzales pululando.

Caín se levantaba en la clausura:


—Abel: ¿por qué te ocultas y te olvidas?
A la noche su voz abría heridas.

(de “Égloga Caín y Abel, inédito”, 1944)

Soneto

Con tu aire español bajo la higuera


aire moreno en rama apetecible
con voz de campanada dominguera
lo que buscaba en ti y en mí.
Imposible.

¿Imposibles tus pecas, como quiera


que sean de oro oscuro inaccesible?
¿Y tu cuerpo de zona tempranera
tu cuerpo tropical amando?
Imposible.

Pero tu alma, que en mármol se desata


¿qué busca en su horizonte imperceptible?
—Tu sueño me desgarra las pupilas:

mi sueño busca ahora y lo desnata.


—Ronda el sueño la vena que destilas.
—Del alba quiero el tránsito.
—Imposible.

(de “Égloga Caín y Abel, inédito”, 1944)

91
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

julio cortázAr
(1914-1984)

Julio Cortázar, argentino, nació en Bruselas. Fue uno de los escritores más
notables del siglo XX, autor de títulos insoslayables como los volúmenes
de cuentos Bestiario (Sudamericana, 1951),19 Las armas secretas (1959) y Todos
los fuegos el fuego (1966), o las novelas Rayuela (1963), 62 modelo para armar
(1968) y Libro de Manuel (1973). Escribió además teatro y ensayos. Tradu-
jo, entre otros/as, a Edgar Allan Poe, G. K. Chesterton, André Gide y
Marguerite Yourcenar. A partir de los años 50 estableció su residencia en
Europa. Recibió numerosos premios y distinciones y su obra fue traducida
a varios idiomas. Falleció en París.
Leopoldo Brizuela incluyó su cuento “La barca” (del volumen
Alguien que anda por ahí, 1978) en su antología de narrativa argentina ho-
moerótica Historia de un deseo (Planeta, 2000). El tema homosexual aparece
también en la novela Los premios (1960) y en algunos cuentos. La poesía fue
un género marginal en el conjunto de su producción, y una de las menos
valoradas por la crítica. Publicó tres colecciones de poemas: Presencias (El
Bibliófilo, 1938, bajo el seudónimo de Julio Denis), Pameos y meopas (Oc-
nos, Barcelona, 1971) y Salvo el crepúsculo (Alfaguara, Madrid, 1984).

Adriano a Antínoo

La sombra de tu cuerpo se demora,


eco fragante, centro de este lecho
donde mi amor te abrió la voz y el pecho
buscando el balbuceo de otra aurora.

No te olvidan las sábanas, añora


su lino el rubio juego, tu deshecho
pelo de espigas, el ardido trecho
donde la flor de la delicia mora.

19 Salvo que se indique lo contrario, los libros citados en adelante fueron publicados
por editorial Sudamericana.

92
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Bajo un silencio de topacio, el río


de nuestra doble fuga arde su espuma
cada vez que mi mano se reposa

en este lecho donde fuiste mío.


Tu queja vuelve sobre tanta pluma
como tu sangre desde tanta rosa.

(de Salvo el crepúsculo)

AlFredo cAsey
(1917-1982)

Alfredo Casey nació en La Plata. Fue abogado de profesión. Entre sus


ediciones y ensayos pueden citarse El hombre muere/Man dies (Guillermo
Kraft, 1945), Dos siglos de poesía norteamericana (Claridad, 1947), Tiempo y am-
biente de Hemingway (Claridad, 1955), Espíritu de las universidades norteamerica-
nas (Pleamar, 1959), Alejandro de Isusi y Chascomús (Ministerio de Educación,
La Plata, 1970) y Walt Whitman, su vida y su obra (Centro Cultural Corregi-
dor, 1982). Publicó además un volumen de relatos, Perdidos en la vida (Tor,
1941); una pieza teatral, Adán ciego. Drama en tres actos (Municipalidad de
La Plata, La Plata, 1962) y los poemarios Muchacho de ojos claros (Gillermo
Kraft, 1942) y Campanas para el amigo (Municipalidad de La Plata, 1959).
Fue incluido en la antología Veinte poetas platenses contemporáneos (Fondo
Cultural Bonaerense, La Plata, 1963), compilada por Ana Emilia Lahitte.

Muchacho de ojos claros (fragmento)

Entraste en mi hondo por los ojos claros. Por ellos pasaron los
tuyos, para llegarme. Venías desde tu adentro. Nuestros ojos no
fueron más que un medio.
Ojos lejanos que dicen de las estrellas y el cielo enrojecido. Tenías
color ocre en los párpados y los pómulos eran mascarillas de per-

93
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

gamino manchadas de sangre. Ojos del camino sin fin, nacidos


para amar los instantes. Ojos que llegaron para desnudarme el
alma. Ojos. ¡Tú! Los tuyos y los míos. Devorados por la unión de
los cabellos, la piel, el pulso y nuestro aliento.
Me hablaste de un amor. Fracaso de las ansias sanas. Escuché el
lamento de tu alma y las palabras ruidosas de tu despecho.
Salimos al jardín. La sonrisa del viento se aferró a nuestros labios.
Ya muy tarde seguimos hablando en la calle solitaria, hasta sepa-
rarnos.
Mis pasos alargaron la distancia. Llevaba el cuerpo frío. En el aire
olor de azahares. En mi sangre nacía un fuego.
Llegaban las anteriores palabras como un eco. Atardeceres muer-
tos. Horas de césped regado y niños jugando en las plazas. Olor
de tierra húmeda, naciendo de los nardos y los alelíes recién re-
gados.
La ráfaga de la madrugada golpeó en mis ojos abandonados.
Pensé en ti para dedicarte el aborto de dos lágrimas que nacieron
con la paternidad del viento.

(de Muchacho de ojos claros)

Campanas para el amigo

Campanas para el amigo


son mis silencios.

Ellos duermen sin los ecos


en el fondo de los ruidos.

Nada canta, nada queda,


todo ha sido.

Todo ha sido.

Campanas para el amigo,


campanas de mi silencio.

94
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Sólo quedan con el ruego


más allá de los domingos.

Palabras de dulce tiempo,


campanas,
campanas del bronce vivo,
campanas del haber sido,
que sin ser,
sin ser,
repican sobre el olvido.

Plegarias al tiempo viejo,


sueño de niño dormido,
sólo tienen como el viento
dulces y tristes gemidos.

Palabras para el amigo,


caminantes de caminos,
siluetas de tardes blancas
esfumado como un cirio.

Campanas, campanas, campanas,


dulces campanas.

Sobre cerros y comarcas


van sepultando los siglos.

Campanas, dulces campanas,


no sepulten al amigo.

(de Campanas para el amigo)

Adiós

Es necesario morir
en el corazón amante
que no comprende

95
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

los silencios.

Inútil gritar que se parte


porque sí,
sin haber alcanzado la llama,
rendido el último gesto,
desnaturalizado el llanto
y desposeída la risa
porque no se pudo comprender
o ser comprendido.

Ambula entonces
el alma
por la ciudad en sombras,
el dolor gime sin voz
cerca de todos los gemidos,
muerde
su desolada
raíz sin flor
y alcanza,
de pronto,
el silencio augusto
del vencido.

No es fácil
decir adiós
cuando
la eternidad
está delante
y el pasado
ya muerto.

Solo queda,
mirar
los desvirtuados entierros,
ahondar
las estrellas más brillantes,
No sentir

96
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

el murmullo del viento


que puede traer
antiguas palabras
una vez más.

(de Campanas para el amigo)

juAn rodolFo Wilcock


(1919-1978)

J. R. Wilcock nació en Buenos Aires. Estudió Ingeniería Civil en


la Universidad de Buenos Aires. Trabajó durante un tiempo en Mendoza,
en un proyectado ferrocarril trasandino, pero luego se dedicó enteramente
a la literatura. Mantuvo amistad con varios miembros del grupo Sur, espe-
cialmente Silvina Ocampo, con quien escribió la obra de teatro Los traidores
(1956). En 1957 se radicó definitivamente en Italia, donde trabó amistad
con personalidades como Pier Paolo Pasolini, Elsa Morante o Sandro Pen-
na. Se dedicó a la crítica y a la traducción, y adoptó el italiano como lengua
literaria. Murió en Lubriano (Viterbo), mientras leía, víctima de un ataque
cardíaco.
La producción literaria de Wilcock antes de su traslado a Italia
consiste en seis poemarios —Libros de poemas y canciones (Sudamericana,
1940), Ensayos de poesía lírica (edición del autor, 1945), Persecución de las musas
menores (edición del autor, 1945), Paseo sentimental (Sudamericana, 1946),
Los hermosos días (Emecé, 1946) y Sexto (Emecé, 1953)— que lo emparen-
tan con la llamada Generación del 40, cuyos rasgos más acusados, como
señala Leopoldo Brizuela, son el clasicismo de las formas, la depuración
del lenguaje y el subjetivismo moderado por la influencia de la poesía in-
glesa contemporánea. Aunque en algunos de estos poemas, según advierte
Daniel Balderston, la destinataria suele ser una mujer, la neutralidad de
género se incrementa progresivamente: Sexto, el último de estos poema-
rios, solo revela su naturaleza homoerótica en ocasionales referencias a
Antinous o Endimión. Esa neutralidad se mantendrá en la poesía escrita
años más tarde en italiano, entre la que destaca el volumen Italienisches
Liederbuch (1973, trad. esp. Huesos de Jibia, 2010). Guillermo Piro subraya

97
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

que en estos poemas, “producto de un amor loco”, Wilcock se esfuerza


para que no sea reconocible el sexo del destinatario, una manera peculiar
de homenajear a su admirado Miguel Ángel quien, por el contrario, casi
siempre lo especificaba.
La extensa producción de Wilcock en lengua italiana incluye, en-
tre otros títulos, los volúmenes de cuentos Il caos (1960, trad. esp. El caos,
Sudamericana, 1974), Fatti inquietanti (1961, trad. esp. Hechos inquietantes,
Sudamericana, 1998), Lo stereoscopio dei solitari (1972, trad. esp. El estereos-
copio de los solitarios, Sudamericana, 1998), La sinagoga degli iconoclasti (1972,
trad. esp. La sinagoga de los iconoclastas, Anagrama, Barcelona, 1981) y Il libro
dei mostri (1978, trad. esp. El libro de los monstruos, Sudamericana, 1999); y
tres novelas, Il tempio etrusco (1973, trad. esp. El templo etrusco, Sudamericana,
2004), Il due allegri indiani (1973, trad. esp. Los dos indios alegres, 1973, Sud-
americana, 2001) y L’ingegnere (1975, trad. esp. El ingeniero, Losada, 1996).
El volumen Poemas (Editorial Arte, Caracas, Venezueal 1985), incluye una
selección de la poesía escrita tanto en Argentina como en Italia.
La editorial Huesos de Jibia ha publicado también la traducción
de un volumen de poesía del autor escrito originalmente en italiano bajo el
título Aprovechemos que hay una fuente (2021).

Primera canción trágica


Di nuova pena mi convien far versi.
Dante. Inferno XX

No puedo verte, no tengo con qué verte,


al ruido que me inclina, amor, ardiente,
de otros extraños círculos, tan fuerte;
que no se va, y no siente
que me reparten la cabeza, el pecho,
para dejarlos sobre la corriente
y danzar por mi cuerpo, amor, deshecho.

Dicen, amor, que estoy grabado en hielo


y que aprieto los dedos; y me muero
solo, sin una flor, mirando el cielo
y el agua; porque espero,

98
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

sabiendo que flotás al otro lado


del aire; mientras, me alzo al sol y quiero
mirarte, amor del río, descuidado.
Ahora, estoy envuelto por las llamas
que crecen en el tiempo, mal dormidas,
más altas, y en el agua sostenidas;
y se queman las ramas
de mi pelo que pasa sobre el viento,
extraño, amor, violento.

(de Libro de poemas y canciones)

Hero y Leandro. Lamento de Hero

VI

¡Qué grande y absoluto es el vacío,


qué desacostumbrada mi impotencia,
cuando quisiera quebrantar tu ausencia
con una sola frase, amigo mío!

A veces creo estar en la penumbra


de algún inescrutable acantilado,
con un pálido abismo a cada lado
del camino que apenas se vislumbra;

y en las húmedas rocas con las manos


me parece ascender como una amante
hacia la luz azul de tu semblante,
y hacia tus ojos claros y lejanos.

Oh columnas de pórfido, oh palacios


nocturnos con paredes de diamante,
yo me golpeo, inútil y anhelante,
contra la oscuridad de los espacios.

(de Paseo sentimental)

99
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La dedicatoria

Junto a su puerta dediqué a mi amante


las églogas doradas de Virgilio,
y los lánguidos besos que el exilio
oyó de Ovidio en un país distante,

con esta frase: “Oh, te compararía


con los paisajes que admiró mi infancia
en Fragonard, el gran pintor de Francia;
con la famosa y gris Melancolía,

o las mejores músicas, o el velo


de aquel ángel de Chartres, preferido
como ese viejo umbral ya carcomido
por donde sale y vuelve a entrar el cielo”.

(de Paseo sentimental)

1. ¡Y vete, eres demasiado enamorante!

¡Y vete, eres demasiado enamorante!


Demasiada seda para este plástico roto,
demasiadas esmeraldas, hebillas con jabalíes,
y cuando te acaricias la mirada con las pestañas,
yo Ravenna y Pisa en un asiento
no sé por donde comenzar a admirarlas,
ni sé manejar con un Tiziano al lado
que de reojo y a lo lejos, entre arbolitos,
muestra como un secreto un agua azul
pero de un azul que no es más que una idea,
la idea del fondo que está más allá del fondo
de un laberinto como tú de belleza,
que del marfil me lleva hasta las perlas
y de las perlas a la espuma del mar

100
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y de la espuma… ¡Baja de este auto,


eres demasiado enteramente cautivante!

(de Italianisches Liederbuch. 34 poemas de amor)

3. ¡Cómo me enriqueces, cómo me enriqueces!

¡Cómo me enriqueces, cómo me enriqueces!


Estaban algunos de los más ricos de Italia
y yo dije: “estoy a su servicio”,
y pensaron: “es más rico que nosotros”.
Olimpia albergó al más grande de los dioses,
Éfeso a Artemisa criselefantina,
yo tengo un teléfono y llamo a este número
y tú contestas y dices: “soy yo”.

(de Italianisches Liederbuch. 34 poemas de amor)

23. No es dramático ser tu esclavo

No es dramático ser tu esclavo


o dependiente, o adorador a destajo,
sólo queda esperar tu capricho
y entretanto constatar la solemnidad
con que se desarrollan los fenómenos diurnos
y nocturnos, los tintes de las nubes,
la peculiar afabilidad de la gente,
la agilidad del aire y los movimientos,
las felices y frecuentes insolaciones,
la callada melodía que se eleva
de una ciudad que mira hacia el Gianicolo,
de donde siempre es posible que tú bajes
riendo en dirección al Tíber que te ama
porque siempre le estás pasando por encima.
¿Y quién querría entonces vivir en otra parte,
dejar esta capital enjoyada

101
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por ti, por ti y por ti en cada colina


y puente y ministerio y supermarket;
bajo un batir de alas transparentes
quién no querría llevar tus sandalias?

(de Italianisches Liederbuch. 34 poemas de amor)

Arturo jAcinto álvArez


(1921-2003)

Arturo Jacinto Álvarez nació en Buenos Aires. Pertenecía a una


familia acomodada, hecho que le permitió llevar una vida de dandi excén-
trico; de acuerdo con Juan José Sebreli, “llevó al extremo el esteticismo
decadente. Descendiente de un familia de terratenientes, hijo de un militar
nacionalista, perdió su estancia y varias herencias en extravagancias tales
como la compra del telón del ballet Parade de Picasso, y una fiesta en el ho-
tel Crillón con perros amaestrados y las mesas decoradas con antigüedades
que se regalaban a los invitados”. Fue una figura díscola y decididamente
marginal en los círculos literarios de su tiempo, pese a mantener vincula-
ciones con el grupo Sur y con algunos autores/as destacados como Ma-
nuel Mujica Lainez, Silvina Ocampo, Juan José Hernández o la española
Rosa Chacel.
En 1948, Álvarez fundó su propio sello editorial, La Perdiz, con
el que publicó libros que no se distribuían comercialmente: eran ediciones
de lujo, numeradas, con ilustraciones de artistas reconocidos/as, como
Héctor Basaldúa, Raúl Soldi o Norah Borges. Entre los títulos publicados
se encuentran Sonetos del jardín (1948) de Silvina Ocampo, Una carta de las
que no se envían (1948) de la Condesa de Noailles, Las vísperas de Fausto (1949)
de Adolfo Bioy Casares, La cruzada de los niños (1948) de Marcel Schwob
o En el mar (1968) de Delton Welch, además de obras del propio Álvarez:
los relatos Un almuerzo sagrado (1948) y Evocación de La Soledad (1948) y la
novela Esvén, 1932-1938 (1961), descrita por María Moreno como “un
libro notable, una autobiografía oblicua, criolla y mundana, una suerte de
Raucho perverso. (…) El protagonista era un perro, claro que en segunda
persona, y esto parece un artilugio para aludir entre líneas al amor entre
varones”.

102
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Álvarez inspiró uno de los personajes de la novela Invitados en “El


Paraíso” (1957) de Manuel Mujica Lainez, quien en una anotación de su
diario-collage de 1963 lo describe como un “curioso dandy, snob y escri-
tor, autor de la novela Esvén. (…) Todo lo tuvo y todo lo perdió. Pobre,
sigue siendo interesante, lo cual es raro”. En efecto, tras dilapidar su for-
tuna, Álvarez comenzó una vida errática. Pasó sus años finales en un asilo,
en el que lo visitarían María Moreno y Hugo Becaccece, cuyas entrevistas
constituyen testimonios insoslayables.
Los Cinco sonetos (Burnichon Editor, 1962) que reproducimos a
continuación son el único ejemplo conocido de poesía del autor.

Homenaje a León Tolstoi

Ni el boato moral de la batalla,


Ni el activo rumor en los salones,
Sí tu misterio, tus preciosos dones
Que del Kremlin prestigian la muralla;

Sí la vida y el ánimo que estalla


De entusiasmo. ¡Tus santas creaciones!
Sí tu pecho, guarida de leones,
Los cedros y la escarcha que restalla;

Sí la Pascua tan bien imaginada


Con máscaras, masitas, abundancia
Y adolescentes besos en la helada.

Y yo, venciendo el tiempo y la distancia,


Con tu venia de azul dulcificada,
Me amparo en tu calor y en tu elegancia.

II

De tanto agudizar este fervor,


Pienso, conde celeste, escritor mío,

103
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Que un unicornio joven y sombrío


Urdió la extraña trama de este amor.

Tú, de flechas y lanzas el fragor,


Sofocación de Diana en el estío,
Anhelando liturgias y rocío,
Bosques, ciervos, cuaresmas y el honor

De apresar para siempre en su comarca:


Tus ojos, lago azul y diamantino,
Tu caminar pausado de patriarca,

Tu mesa digna y el antiguo vino


Que exaltando al coraje aún marca
La impronta de tu alma en mi destino.

He had the sexual virility of three ordinary men and feared and finally condemned
sexual relations.20
“Tolstoi” J. B. Priestley.

Tríptico a mi ángel de la guarda


A Rosa Chacel

Hubo un lugar, un tiempo y unos sones


Que soñar albergaron tu presencia,
Revestida de rojo y de prudencia,
Ante el dorado asombro de tritones,

De peces observando entre las algas


Los brillantes caer de surtidores
Sobre el rostro de frívolos amores:
¡Fantasmas que aún hechizan cuanto hagas!

20 “Tenía la virilidad sexual de los hombres comunes y temió y finalmente condenó las
relaciones sexuales”.

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La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Los trenes se alejaban en la noche.


Yo esperaba tu voz tras las persianas,
O el llegar extenuado de algún coche.

Porque fue lo imposible creí en todo,


Hasta en el predecir de las gitanas
Que insiste en que aún te quiera de ese modo.

II

Yo confundí tus brazos y tus alas,


Los jazmines celestes con tus ojos,
Y equivoqué el sentido de los rojos
Que al misterio encumbraban en tus galas.

Virgen te imaginaba en fríos cuartos,


¡Y el amor estalló sin atenuantes!,
Entonces yo, en tardes calcinantes,
Con arrojo infantil cacé lagartos.

Con trapos viejos, con un corcho ahumado,


Ya más adolescente junté sillas,
Y fui Fedra, y un Hamlet torturado.

Pero en cambio debí ofrecerte aromas,


Silencio, paz, rosarios y vainillas,
Y muy tristes adioses en las lomas.

III

Quitarte quise el rojo y la prudencia


A fin de que cediera la hermosura
De tu inasible y fantasmal figura
Y perturbar tu casta indiferencia.

Yo soborné la tarde en las glorietas,

105
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Joven fuego usurpé a las verbenas,


Conjuré la elocuencia de sirenas,
Y mi voz fue orientada por veletas.

¡Toda mi sangre en lentas melodías,


Vibró ferviente al ritmo del ocaso!
¿Qué extraña urgencia por quemar los días

A agotar me llevó toda prudencia?


Pues de severos rostros no hice caso…
Pero tú me cubriste de clemencia.

mArco denevi
(1922-1998)

Marco Denevi nació en Sáenz Peña (Buenos Aires). En 1939 co-


menzó estudios de Derecho, pero no acabó la carrera. Trabajó en la admi-
nistración pública hasta 1968, cuando empezó a vivir exclusivamente de la
literatura. Su debut literario, la novela Rosaura a las diez (Guillermo Kraft,
1955), obtuvo el premio Kraft. Aunque ocasionalmente se dedicó al teatro,
su producción es fundamentalmente narrativa. Destacan la nouvelle Cere-
monia secreta (Corregidor, 1960), llevada al cine por Joseph Losey en 1968
con Elizabeth Taylor como protagonista; las novelas Un pequeño café (Ca-
latayud, 1966) y Los asesinos de los días de fiesta (Emecé, 1972, cuya versión
definitiva se tituló Noche de duelo, casa del muerto, Brami Huemul, 1994), y
los volúmenes de cuentos Falsificaciones (Editorial Universitaria de Buenos
Aires, 1966), Hierba del cielo (Corregidor, 1973) y Reunión de desaparecidos
(Macondo, 1977). Muy leído y mediático entre las décadas de 1960 y 1970,
no consiguió la misma repercusión con sus obras de los años 80. Falleció
en Buenos Aires
Como otros escritores de su generación, Denevi nunca hizo pú-
blica su homosexualidad y mantuvo absoluta discreción sobre su vida pri-
vada. Sin embargo, la presencia de personajes ambiguos y sexualidades que
no encajan en el patrón dominante es notable desde su primera novela,
Rosaura a la diez, y asume primer plano en cuentos como “Michel” y “El
autor de ‘La caza del lobo’” o en las últimas novelas que publicó, Música

106
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de amor perdido (Corregidor, 1990) y Nuestra Señora de la Noche (Corregidor,


1997).
Entre los escasos poemas que publicó se cuentan el que repro-
ducimos aquí, “Última voluntad”, publicado en la revista Hispamérica en
1974, y otros tres incluidos en el volumen Conversaciones con Marco Denevi,
ese desconocido (Corregidor, 1995), de Juan Carlos Pellanda.

Última voluntad

Cuando me muera, amor, cuando me muera


prohibirás los discursos necrológicos
porque los pronunciarán aquellos mismos
que me dieron por viático veneno.
Impartirás severas instrucciones
para que a mi velatorio no concurra
ni mi cadáver, y si te interrogan
por mí, responde que no voy a fiestas.
En mi partida de defunción escribe
que me he muerto de muerte a fuego lento
porque los Inquisidores de mis culpas
usaron yesca vieja y leña verde.
Y después que me hayan enterrado
no permitas que los sepultureros
funden ninguna sociedad anónima
para explotar mi indefensa calavera.
Todos los días irás al cementerio
a vigilar mi tumba y cuando notes
que mi carroña nutre biografías
de cuajo arrancarás esa maleza.
Lego mis huesos a los castos lirios
y mi memoria a los desmemoriados.
En cuanto a mi salvación, es suficiente
la sacra ceremonia del silencio.

(1974)

107
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

guillermo WhiteloW
(1923-2011)

Guillermo Whitelow nació en Haedo (Buenos Aires). Fue uno


de los críticos de arte más importantes de Argentina. Estudió Filosofía y
Letras en la Universidad de Buenos Aires. Se desempeñó como profesor
universitario y ocupó diversos cargos relacionados con la cultura y los
museos. Dirigió el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (1971-1983),
el Museo Nacional de Bellas Artes (1983-1986) y el Museo de Arte Hispa-
no-Americano Isaac Fernández (1984-1985). Escribió numerosos ensayos
sobre artistas plásticos y visuales, organizó más de ciento cincuenta ex-
posiciones, tanto nacionales como internacionales, y obtuvo importantes
distinciones, entre ellas el Premio Konex 1994 a su trayectoria académica.
Fue pareja de Manuel Mujica Lainez, quien le dedicó su novela Bomarzo
junto a otro amigo en común, Miguel Ocampo. Con “Manucho” escribió
también una obra de teatro, El sueño alquilado, y colaboró en una traducción
de El sueño de una noche de verano de William Shakespeare.
Como poeta, fue autor de los libros Isla dentro de mí (Emecé, 1963),
que obtuvo la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; Re-
trospectivamente (Ediciones Esquema XX, 1966); De la materia de los sueños,
1967-1970 (El Arco de Papel, 1970) y Sonetos bíblicos (Ediciones de Arte
Gaglialone, 1989). Sus poemas “Homenaje a Venecia” (1964) y “Los au-
gures” (1972) se publicaron acompañando, respectivamente, xilografías de
Luis Seoane y dibujos de Libero Badií. Colaboró también el diario La Na-
ción, y en las revistas Sur y Testigo, entre otras publicaciones. Fue incluido en
la antología Doce poetas argentinos (Rubio Galería de Arte y Cultura, 1964),
compilada por Ernesto Ramallo.

XVII

Siempre tú en la voraz mueca con que reproduzco


mi exacta aversión por el nuevo abrazo;
siempre tú en la curiosa marea
que me ahoga sin querer con sus ocultas lágrimas.

108
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Cuanto más huyo más me acompaña tu forma


y los espejismos me ofrecen la única imagen posible.
Tú. Tú. Oh sombra, ¡ten piedad de mí!
Libérame de estas ataduras estériles
o conviérteme en piedra junto al mar dormido.

(de Isla dentro de mí)

XX

Perdóname si aún no te olvido y con mi sueño


frecuento tu imagen, sobrexistente entre ruinas,
y mágicamente, desde mi penumbra,
espero contagiarme de tu resplandor
y volver a mí mismo con un poco de tu luz.
Perdóname si mi corazón no puede
ahuyentar con sus latidos el verano de tu ternura
y si en mi carne quedó la vibración de tu carne
soy apenas espejo infiel que se engaña recordando.
Me prostituyo, hundiéndome en mi propia escoria,
y me veo caer con la cabeza oculta entre las manos;
yo, que quise ser libre, contamino mis horas
con mi vergüenza maloliente, ellas que son tan puras.

(de Isla dentro de mí)

XXX

¡Oh, la sombra fue mi cómplice!


Me nutrí de negrura y pequé con sordidez
para aleccionar a mi alma indecisa
en la escuela mordaz y fétida de lo espúreo.
Me cubrió la noche con su alto bostezo,
joven viuda que no puede sofrenarse
y desnuda su pecho opulento con servil hospitalidad.

109
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Yo también fui noche; fantasma inexcusable y contrito,


arrodillado para recordarte en medio del espanto.

(de Isla dentro de mí)

No, no es éste el otoño

No, no es éste el otoño que habíamos imaginado,


—como antes lo quisimos— que nos sorprendiera
de lejos como un galope sordo y devorador
y luego, repentino y dorado, cayera como un cuerpo
cuya madura sangre lo golpea y lo abate.
Aún se siente el calor pero las hojas se apagan
como lámparas finas cuya luz va disminuyendo.
Y antes, al apagarse todo, había un resplandor,
la sombra de cada cosa era como una palabra
cuyo lenguaje entendíamos sin mirarnos.
Pero ves, ahora, como en un proscenio en penumbra,
tenemos miedo de que algún juego distinto
alguien deslice entre nosotros, misteriosa droga,
y nosotros no podamos dejar de sucumbir.
¿No habrá ya dudas, enfermedades, partidas,
aniversarios, traiciones, ofensas, deslumbramientos,
que nos vuelvan tan puros, tan puros como hace años
cuando todo lo esperábamos del tiempo que fortalece
lo que la naturaleza une, ciega y quizá veleidosa?
Pues haber estado juntos en abril, en mayo,
nos dio cierta tranquilidad para esos días;
más quedaron las frases que nuestros cuerpos unidos,
y la despedida fue más profunda que el beso.
Ahora, como la savia que se retira —¿a dónde?—
algo se aparta de nosotros y empezamos a prepararnos,
viajeros de quién sabe qué itinerario inútil.
No, no es éste el otoño que habíamos imaginado.

1956

(de Retrospectivamente)

110
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

IV (de la sección “De la Materia de los sueños”)

No sé si es tuyo
el resplandor que ilumina
este cuarto,
o la lunar primavera
—que ha entrado de repente—
se ha quedado en las sábanas,
en el vaso con lirios,
en la mitad
de tu cuerpo joven.
Ah, toda la luz
que caía de los cielos
como un torrente
en los días de llanto,
de la irrecuperable
limpidez carnal,
y que no veíamos,
toda esa luz regresa
y estalla en las paredes
y un gozo distinto
se apodera de mí,
elevándome
a un puro centro
donde estás tú,
y al cual acudo,
entre músicas olvidadas,
aturdido,
como un colegial
que va a dar examen
y tiembla todo
como si entre las manos llevara
espigas y cristales.

(de De la materia de los sueños)

111
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Sobre la belleza

¡Ah, tú!
Aunque no fuera nada más
que el silencio,
hundidas las raíces
en la zona inexplorada
donde irreconociblemente
aleteas;
el silencio
en torno de tu sombra
bastaría para devolver
el divino número
de donde emerges
al corpóreo edificio
donde te amo.
Y en esa innumerable,
delicada memoria,
la frágil maravilla
de tu hoguera
contemplaría alborozado:
Sucesivos espejos, sinuosas
galerías de vertientes azules,
quebradizos cristales, hondos
remansos de fosforescencias.
¡Ah, tú! Fugaz desmembramiento
en los desconocidos
rostros, en pulidas cinturas,
en ilíacos graves,
en los ocultos pies.
Cálido verde, encendido soplo,
que se vuelca en la nuca
y canta desde los orígenes
sus musgosos meandros,
sus pétalos de oro.
Absorto, denso de ti,
sumiso a la espuma rebelde

112
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

que te corona,
miro tus alas de sangre
cuando alzas vuelo,
y grito con mi garganta toda
—vestigio de otros llamados
que se confunden y se muerden—
y apenas rozo, apenas rozo
el borde de tu mano,
lleno de espinas.

(de De la materia de los sueños)

David

Jonatán, Jonatán, arrojaría


de Goliat a tus plantas la cabeza
si con ellos brotara la fiereza
que de mí te deslumbra todavía.

Arma tras arma te devolvería,


las que me diste, y tu bordado traje,
y la plata y el oro que el pillaje
vuelve fortuna con la paz tardía.

Sólo quiero que tú de mí te alejes


porque la muerte sin cesar me ronda
como lanzada por mi propia honda.

Sólo quiero que tú de mi te alejes.


O que, olvidados de los sinsabores,
juntos durmamos como dos pastores.

(de Sonetos bíblicos)

113
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

cArlos AlbArrAcÍn sArmiento


(1926-2009)

Carlos Albarracín Sarmiento nació en La Plata. Se graduó como


profesor en Letras en la Universidad Nacional de La Plata. Interesado por
la historia del idioma español, se perfeccionó en este campo en Buenos
Aires y Madrid. Desarrolló su carrera académica en Estados Unidos, en
las universidades de Santa Bárbara y California. Su trabajo más conocido
en el campo de la crítica literaria fue Estructura del Martín Fierro (1981). Fue
pareja del profesor y dramaturgo Roberto de Souza (1929-2008), también
platense.
Como poeta, publicó los libros Solfeo lunar (edición de autor,
1943), Versos, preversos, poesía prevertida (Municipalidad de La Plata, 1959) y
Aquí andamos (Cuadernos de Sudestada, La Plata, 1990). Los volúmenes A
verso traviesa 1 y A verso traviesa 2 (Ediciones de la Utopía, Mendoza, 2009
y 2010) reúnen la obra poética de sus últimos años. También escribió una
obra de teatro, Juana La Loca (Municipalidad de la Plata, 1963), y dejó in-
conclusa una novela titulada La ciudad de las calles paralelas.

Soneto

Se desmaya una frágil melodía


sobre la blanda oscuridad silente
y el ritmo de la danza, aún reciente,
ha juntado tu boca con la mía.

Todo tu amor trocado en alegría


vibra sobre mi pecho dulcemente.
(Dulce, menudo cascabel riente
todo mi amor trocado en alegría).

Tu boca, floreciendo de la sombra


en una vaga claridad, me nombra.
Y siento la quemante cercanía

114
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de tu torso, en penumbras desvelado,


que brota como un grito apasionado
desde los blandos pliegues de la umbría.

(de Solfeo lunar)

Siesta

Después de todo, es cierto que he cambiado


la voz, la cara, la actitud, el traje.
Y tengo el corazón acortazado
y, por momentos, algo de coraje.

He aprendido un poco y olvidado


tal vez un poco más. Mi aprendizaje
es lento porque soy desmemoriado
y por culpa de aquel famoso viaje

que nunca voy a hacer. De todos modos


no se puede querar queriendo a todos
ni es posible vivir adentro y fuera,

pues la mentira se hace verdadera


mirando la verdad desde otro lado.
Y puede ser, en fin, que haya cambiado.

(de Versos, preversos, poesía prevertida)

Persistencia

¿A qué decir la de la vida si esta


es la fugacidad que nos convoca?
(Es mía y tuya esta permanencia
fugaz aquí y ahora).
Escribo tiempo, vosiyó, nos cito

115
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en la escritura.
Escribo siempre. Nunca escribo
nunca.

(de Aquí andamos)

Ángeles de papel

Ángeles de papel, ángeles líricos.


Los de Cernuda tienen alas
para el amor de sal y yodo
y, como los de Alberti, van pesados,
perdido el hábito de andar en tierra
(yo puedo verlos cuando el ancho río
se acuerda de ser mar).
En cambio los de Lorca
van por el cielo herido
con albos abanicos y guirnaldas
y jazmines diminutos
(los míos son discretos:
se detienen demorados por puntos suspensivos).

(de A verso traviesa 1)

Envío

Vos me rodeaste de sonido,


de voz, de voces,
de vos mismo
y otro.

(de A verso traviesa 1)

116
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

En Ávila
Conforme a una foto que tomó Horacio Bergna.

Para otros nieva en tiempos


y lugares lejanos.
A Roberto y a mí nos nieva
siempre en Ávila
muralla con almenas,
nosotros fuera, sobretodos
oscuros, resaltamos
la blancura del cielo;
en el estante superior
de mi biblioteca.

(de A verso traviesa 2)

Jean Genet

Ángeles y demonios te persiguen,


te cubren, te descubren.
Siempre acechantes
íncubos y súcubos
visitan
tus cálidas entrañas.
Violento amor te acecha
y te rodea, hijo
de dos o tres violencias.
Nunca sabes ni saben
que estás limpio
de mancha, excepto aquella
original, universal
y acaso eterna.
(Ha de considerarse
que amaste y fuiste amado
sin reserva)
Déjame, Jean, caninamente

117
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

lamerte las heridas infligidas


por tanta torpe bestia.
Alguien te espera,
nos espera, es hora
de reposar, de reposarse
arriba,
abajo,
en medio de.
2004

(de A verso traviesa 2)

Dedicatio
A Roberto de Souza

Mi voz a vos debida


vos de vida.
Como ayer, aquí estamos
para saber adonde vamos.
La Plata, 13 de junio de 2008

(de A verso traviesa 2)

oscAr hermes villordo


(1928-1994)

Oscar Hermes Villordo nació en Machagai (Chaco) en 1928. Se


trasladó a Buenos Aires, donde desarrolló una extensa trayectoria como
periodista en diversos medios, entre ellos La Nación, Atlántida y La Pren-
sa. Fue amigo y luego biógrafo de Manuel Mujica Lainez, y tuvo también
estrecha amistad con otros escritores como Vicente Barbieri, Marco De-
nevi y José Luis Lanuza. Fue reconocido por su labor poética a través de
premios y la participación en diferentes antologías, aunque el grueso de su
producción a partir de los años 80 se desarrolló en el campo de la narrativa.

118
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Se destacó como uno los primeros autores en tratar abiertamente la temá-


tica homosexual tras el retorno de la democracia en 1983. Fue también una
de las primeras personalidades en hacer pública su condición de enfermo
de SIDA. Murió por complicaciones derivadas de esta enfermedad el 1
de enero de 1994. En 2016, a instancias de Leopoldo Brizuela, se creó el
Fondo Oscar Hermes Villordo en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
Su obra narrativa se compone de seis novelas: El bazar (Sudameri-
cana, 1966), Consultorio sentimental (Sudamericana, 1971), La brasa en la mano
(1983, reeditado en 2010), La otra mejilla (Sudamericana, 1986), El Ahijado
(Planeta, 1991; traducido al italiano), Ser gay no es pecado (Beas Ediciones,
1993). Entre sus trabajos de crítica literaria y antologías pueden citarse
Genio y figura de Eduardo Mallea (EUDEBA, 1973), Antología de la prosa poética
argentina (Kapelusz, 1976, estudio preliminar y selección, en colaboración
con Jorge Cruz), Genio y figura de Adolfo Bioy Casares (EUDEBA, 1983),
Páginas de Mujica Lainez seleccionadas por el autor (Celtia, 1982, estudio preli-
minar), 50 años de poesía argentina contemporánea (1930-1980) (Revista Cultura,
1985, prólogo y notas), Antología poética. Nicolás Guillén (Abril, 1987, selec-
ción y estudio preliminar), Cuentos de Buenos Aires [de Manuel Mujica Lai-
nez] (1988, estudio preliminar). Escribió además dos biografías: Manucho.
Una vida de Mujica Lainez (Planeta, 1991), y El grupo Sur. Una biografía colectiva
(Planeta, 1994).
Como poeta, publicó Poemas de la calle (1953, Faja de Honor de
la SADE, reeditado en 1993), Teníamos la luz (Emecé, 1962), Oscar Hermes
Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez (Ediciones Culturales Argenti-
nas, 1966), La oscuridad como una rosa (Raoul Veroni, 1972), Memoria del olvido
(Emecé, 1974) y Con sombras de palabras (Emecé, 1978).

El parque

Pasa el viento las aguas desnudas de la fuente,


pasa el viento las frondas lejanas del paisaje…
Bocas innumerables, criaturas huyentes,
en el agua y el árbol ocultan su mensaje.
Junto a ti (como el grillo y la gota de rocío,
el surtidor y el aire que dobla su cimera),
¿qué me dicen las bocas y el oleaje sombrío
del agua y de la rama huyente y prisionera?

119
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

¿Qué me dicen los faros sonámbulos e inciertos


de los coches fugaces que cruzan la calzada
y son entre la sombra como ojos abiertos
o débiles linternas de lumbre sofocada?

¿Qué me dicen las luces de la ciudad que duerme,


cuyo cuerpo tendido no hay mirada que abarque,
cuerpo de negra piel y claridad inerme
soñando junto al río, más allá de este parque?

¿Responde, sí, qué voces, qué secretas palabras


con boca y mano atadas musitan al oído
la fuente y la arboleda en las planicies glabras
del parque donde la soledad tiene su olvido?

¿O nadie dice nada, ninguna voz reclama


desde los faros y los ecos perdidos (¡oh
las luces en la fuente, las luces en la rama!)
y estoy llamando solo, llamando, apenas yo?

…El viento, siempre el viento: el agua, siempre el agua.


(Espera. Con sus dedos sutiles, el amor
—como el día que nace tras la rosada fragua
del horizonte—, descubrirá su resplandor.)

(de Poemas de la calle)

Cuando el amor…

Cuando el amor aún era la tristeza


de ser y de esperarte, todavía
mi alma creía que la poesía
era esa espera, pero hoy sé: no es ésa.

El sentimiento de saber empieza,


en el amor, con la melancolía,

120
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

porque el amor es una lejanía


y su ausencia de ser es su grandeza.

No existe la esperanza, ni desciende


del mañana hasta el hoy, que se sustenta
de ayer: el que lo sabe bien lo entiende.

El amor es un viento y lo alimenta


el alma, lo que fue, lo que desprende
de sí, la poesía que lo inventa.

(de Teníamos la luz)

Antes, mucho antes

Antes, mucho antes, cuando yo era, cuando


hace ya mucho yo era, y en la mente
de Dios, sin ser, remotísimamente
existía, yo te iba creando.

Te hice junto a mi alma, enamorándo-


me y cantando, como uno y diferente
es el sol, la luz de toda fuente.
Y te fui amando, amando.

Y ahora es el mundo, la espesura


del mundo, y ya sujetos al oscuro
dolor, eres en mí la criatura.

Definitivamente, con seguro


temblor, bajo la inútil hermosura,
te toco, te rodeo, oh puro, puro.

(De Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez)

121
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Presencia

Aérea, dibujada, misteriosa


se apareció. La sombra se hizo clara.
Pero no era tu cara, era otra cara
suspendida del sueño, aún más hermosa.

Tenía el resplandor que da la rosa


en la penumbra, intacta y rara.
Era como si sola iluminara
con su sola presencia, cada cosa.

Te vi, esto es lo cierto. No sé ahora


cómo fue, cómo pudo ser o ha sido.
Inútilmente mi alma se demora

para encontrar de nuevo su sentido,


y al no encontrarlo, inútilmente llora:
¿si pensabas en mí, oh bien querido?

(De Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez)

Tu cuerpo es el verano

Tu cuerpo es el verano. Como un río tendido


sobre la hierba, como un río luminoso,
tu cuerpo es el verano detenido,
desnudo en su esplendor maravilloso.

Un paisaje de nubes, los árboles, el cielo


lo recorren, y pasan con el ruido lejano
de una oculta corriente y unas aves en celo.
Y si es de piel o agua no lo sabe la mano.

Un temblor, como cuando las hojas sobresaltan


el aire y algo quiere, imperceptiblemente,

122
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ordenarlas en música, y ellas giran y saltan,


un temblor es tu cuerpo, tu cuerpo de repente.

La memoria de seres musicales desciende


desde tu corazón, que es un río profundo.
Y hay un ritmo de aguas cuyo rumor se enciende
con la primera luz que iluminara el mundo.

Me inclino sobre él y conmigo se inclinan


las ramas del deseo, las manos y la boca.
A su solo contacto las caricias se afinan
y es como un resplandor lo que la mano toca.

(De Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez)

Muchachos puros, ángeles

“A veces algunos muchachos bajaban corriendo las montañas de la infancia, caían, caían
tímidamente, y jugaban con las cosas de la tierra, hasta el momento en que tenían conciencia
de su caída…”
Rainer María Rilke

Maravillosamente jóvenes y hermosos,


inician en la luz, como las hojas,
el movimiento que detiene
para siempre el instante.

(Descienden de los ómnibus,


hablan en las esquinas,
ellos, los ángeles,
de la ciudad.)

Los he visto,
al doblar una calle,
o al bajar los estribos
de un ómnibus.

123
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

(O arracimados en las mesas de los bares,


detrás de las vidrieras,
como las hojas secas
en las alcantarillas.)

Las altas, altísimas luces de la tarde


caían o giraban.

¡Círculos de la luz,
repetidos y altos,
que nuestras manos nunca
podrán asir,
mientras ellos perfectos
detienen el instante
bajo la eternidad!

¡Muchachos puros, ángeles,


hablando en una esquina
luminosa, con árboles!

(De Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez)

Antinóo

Con la resignación de la tristeza,


Antínoo ensaya el gesto, pero mudo,
porque es ardua la luz de la belleza,
y en medio de la luz está desnudo.

En las formas del mármol aun persiste,


melancólicamente verdadero,
en mirar la corriente que no existe,
solo, como aquel príncipe de Homero.

(El poeta lo nombra entre diversos.


Era tímido, no era como Ulises.
Entre la muchedumbre de los versos

124
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

está solo. Y es todo lo que dice.)

Así Antinóo. Y en la corona ausente,


en la corona funeral que nunca
le ceñirá con su laurel la frente,
está su juventud que quedó trunca.

Pero en su eternidad de dura piedra


la carcoma del tiempo lo rodea
y le teje la sombra de otra hiedra
porque el tiempo destruye lo que crea.

Y va a morir. Y sin embargo,


en la muerte que vive está cautiva
su soledad (también el arte el largo),
y el mármol, para él, es carne viva.

Victorioso del tiempo en forma muda,


nos avisa en el gesto del amante,
cuando cada muchacho se desnuda,
que nuestra eternidad es un instante.

Y solo, y extranjero, con el no


del suicida, se yergue en cuerpo fuerte.
Y él es todos los cuerpos. ¡Antínoo,
tanta carne salvada de la muerte!

(Delfos, Grecia, 1962)

(De Oscar Hermes Villordo presentado por Manuel Mujica Lainez)

El único candor

Sobre la tierra el único candor


Posible es el rocío.
(Sobre la tierra, amor,
de tu cuerpo y el mío.)

125
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No hay otro resplandor,


No hay otro escalofrío,
Otra rama, otro gajo sin color,
Que la inocencia del rocío.

(Y tu cuerpo y el mío entrelazados,


temblando en las rodillas
del mundo,

en la luz de rodillas:
el rocío profundo
donde nos vemos reflejados.)

(de Memoria del olvido)

Yo tampoco me acuerdo

Yo tampoco me acuerdo. Van pasando vidrieras,


calles que vi una vez, brillos que nada nombran.
Cansados de mirar, mis ojos no se asombran:
buscan en la memoria de lo que un día fueras.

Pero no, no me acuerdo. Es como si vinieras


andando por el sueño que tus huesos alfombran
y con palabras muertas, que muertas te renombran,
confundido en la sombra no me reconocieras.

Soy yo quien no se acuerda, sin embargo. Seguro.


Soy yo el que va buscándote por un mundo de extraños
y no se reconoce al no reconocerte.

Y mientras sigo andando, todo se vuelve oscuro,


los días del pasado se han convertido en años
Y tu regreso en sueños en aviso de muerte.

(de Con sombras de palabras)

126
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El que es medio bufarrón


ése pasa buena vida,
porque toma por querida
algún macho bien culón.
Coje a su satisfacción,
y se queda muy derecho,
porque ha sacado el afrecho
que se tenía guardado
y no lo había sacado
desde que allí cayó preso.

(de El Ahijado)

hugo pAdeletti
(1928-2018)

Hugo Padeletti nació en Alcorta (Santa Fe) y murió en Buenos


Aires. La impronta que dejó el ambiente rural de su niñez en el poeta se
advierte tanto en su obra lírica como en su pintura, en las que el yo parece
volcarse por completo a la naturaleza, su sensualidad y exuberancia. Sus
poemas fueron traducidos al inglés y al portugués y recibió, entre otros
premios, el Boris Vian (1989), el Premio de Poesía del Fondo Nacional de
las Artes (2003), el Premio Konex de Platino (2004), la Beca Guggenheim
(2005) y el premio Rosa de Cobre de la Biblioteca Nacional Argentina en
reconocimiento a su obra poética (2013).
Publicó los libros de poesía Poemas (Carmina, 1959), 12 poemas (el
lagrimal trifurca, Rosario, 1979), Poemas 1960-1980 (Universidad Nacional
del Litoral, Santa Fe, 1989), Parlamentos del viento (Rinzai, 1990), Apunta-
mientos en el Ashram (Bajo la Luna, Rosario, 1991), La atención (UNL, Santa
Fe, 1999), Canción de viejo (Interzona, 2003), Dibujos y poemas 1950-1965
(Ancora, 2004), Antología poética (1944-1980) (Pre-Textos, Valencia, Espa-
ña, 2006), El Andariego. Poemas 1944-1980 (Fondo de Cultura Económica,
2007), Osaturas (El cuenco de Plata, 2014) y Guirnaldas para un luto (1980-
1983) (El cuenco de Plata, 2015). Publicó, además, los ensayos Arte y poesía

127
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en Heidegger (UNL, Santa Fe, 1963) y Textos ocasionales sobre plástica y poesía
(Bajo la Luna, Rosario, 1994). En 2018, el sello Adriana Hidalgo editó sus
Poemas completos.
En una entrevista con Guillermo Saavedra para la revista Marca
de agua de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, ante la ausencia de re-
ferencias explícitas al amor en su poesía, Padeletti responde: “Sucede que
quedé bastante resentido con Dante, sobre todo por las locuras que él hizo
con el dinero y que en algún momento me dejaron con una mano atrás y
otra adelante, y con él cargado al hombro”. Se trata de Dante Pierpaoli, su
única pareja, con el que vivió primero en Rosario y luego en Buenos Aires,
ya que Pierpaoli fue empleado en el consulado francés en Rosario y luego,
al momento del cierre de este, fue trasladado a la embajada porteña.

¿Qué estación de glicinas estremece


la linde de mi amor? ¿Qué remontarse
de pálidas palomas?
En tu sombra
hay un lila más fino
que tu sueño que sueño.

La luz, la soledad, la transparencia


de los últimos árboles del tiempo
donde aparezcas tú.
No sé, la noche
sobre el oscuro río, el alga sola.

Hay un campo pesado en el dominio


de las abiertas flores: tan sólo la materia
de tu voz.
Me abroquela,
me brota de remotas
aguaturmas sedientas
—sin consuelo— tu voz.

¿Por qué renaces


y mueres de tu voz y permanezco

128
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pegado a tu cintura
y eres lo que me das, lo que me niegas
y lo que tienen el aire y el tiempo de tu voz?

Eso íntimo de ti que tú rechazas,


que rechazo también y que dejamos
en algo indiferente me hace llorar
y no me encuentro en la unidad de ti.

Tal vez mis ojos no sabrán de este amor


y te asimilo a las altas estrellas
hasta que, transcurrido el necesario
peregrinaje,
sin yo,

te abarque.

(de El ámbito de ti)

***

Con súbito deshielo, que estremece


su sólida estructura,
palpita el corazón en la premura

del ahora.
No es premura, es

la omnívora ventura
de esa aserción sin fondo que perdura

sobre la muerte.
¿Para qué la negué, si enardecía

la sangre que me habita todavía?


No desiste,

129
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

persiste en la inocente
manera de afrontar como defensas,

los miedos, las ofensas


de la gente.

(de Guirnalda para un luto)

***

¿Por qué te habré buscado


en el invierno
cuando soy
el que crece en estío?
Es un río

el raudo amanecer y yo me pierdo


entre el hueso y el frío.
No levantes

la afilada cuchilla,
no levantes las artes de la trilla
sobre el baldío.

Quiero
la beatitud cimera,
privilegio de ser, tras de la espera,

desde siempre el primero.

(de Pequeños poemas en sus cálices)

***

130
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Al descubierto y en celada,

asido

por el borde del ala,


anhelo en vano.

Nada
retenido
—destituido, incierto—

me devuelve mi vuelo.
El caracol
se evade en su habitáculo pulido

y ya está muerto.
Yo, sin más abrigo
que la hoja de olivo,

me sostengo en la punta
de lo vivo.
David

enfrentado a Goliat
contaba con la piedra
contundente.

Yo cuento solamente
con mi herida. Asumirla
es asumir la culpa de vivir

ignorando el motivo.
Es sospechar
de todo lo que brilla o que resuena

y subir en lo oscuro por la vena


del corazón destituido.

131
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Acaso allí

aguarde la clavícula extraviada


que contiene el conjuro:
‘Derramar

una lágrima urgente


por la ganga indigente
que valoro,

por el oro que añoro’.

(de Parlamentos)

A un joven impetuoso

Que tu potro cabalgue sobre el viento


del alba,
corcel de Persia, cresta
de las fragantes hojas

de la malva.
Que tu intrépida pólvora despierte,
en la sombra asustada,
girándulas de luz emancipada.

Que la sangre que asciende


hacia el sol en tus venas
prolifere en verbenas
derramadas,

y que lo no nacido,
en su aura imperiosa,
a tu tácita cita
no se retrase.

Forja

132
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

el metal de otra mena, martillando


con nítido latido,
y reanima los pájaros caídos

en tu corazón hecho nido.


No te niegues a antípodas
sin rostro, grano
de grana, de espiga

de otro trigo,
y desempolva el árbol
de la vida,
pluma ocelada, muda

del armiño.

(de Canción de viejo)

ernesto cAmilli
(1929-2017)

Ernesto Camilli nació en Buenos Aires. Fue maestro, pedagogo y


poeta. Publicó libros de lectura para la escuela primaria, como El sol albañil
(Estrada, 1967) y Las casas del viento (Huemul, 1970), así como manua-
les de redacción, entre los que pueden destacarse Cómo aprender a redactar
(Huemul, 1965) y Los nombres de las cosas: enseñar y aprender a redactar (en
colaboración con Susasa Itzcovich, Lugar, Buenos Aires, 2010). En 2010,
Eloísa Cartonera publicó Tachero de mi vida, volumen que reúne su poesía
completa.

133
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Te recuerdo como eras…

Te recuerdo como eras


en el último otoño,
tachero de mi vida,
por calles desalentadas
de la ciudad dormida.

La camisa entreabierta
y los pelos mojados
y el rictus de tus labios
al fingirte enojado,
y con duda en tus ojos
azules de alhucemas
de tu jardín silvestre
abierto a las sentencias.

Y el pantalón ceñido
esculpiendo tus glúteos
y tu sexo carnoso
como fruto maduro.

Así fuiste este otoño


mi macho pasajero,
Quién guiaría tu taxi,
¿eras vos o el lucero?

(de Equinoccio homo, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-2010)

Se juntaron todas…

Se juntaron todas las palabras


para vender y comprar,
las palabras para lastimar,
las palabras para encrespar el dolor,
para horrorizar,

134
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

para entristecer,
las palabras para punzar,
para desconsolar, para estrangular el alma,
para abatir los sueños.

¿Cómo se nutre ahora


nuevamente
nuestra ternura árida?

Y surge desde el pozo


del fondo del abismo,
se reteje el desea
cuando se acerca el mito.

Y es que desde la furia


sangrante de la pena
tu semen que es nutriente
riega mi alma y la quema.

(de Equinoccio homo, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-2010)

Soneto de la pija futbolera

¿Te atreverías acaso a mencionar


a esa hembra los duendes que te acosan
cuando alternamos esposo y esposa
en la hamaca maga del ceremonial?

Ella no sabe el rito bautismal


de mi saliva en tu rendija ansiosa:
yo soy el dueño de tu vertiginosa
leche que surge como manantial.

El credo futbolero de tu glande


te inmoviliza en reglas que comprendo:
ya no me hieren aunque yo adelante

135
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

abrojales caminos cuando atiendo


tu impropiedad, que cuando más se agrande
será mayor la sima que trasciendo.

(de Tachero de mi vida, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-2010)

Soneto para Santa Teresa

Oh mística doctora del Carmelo


que ovillada en pavorosa altura
levitás el reverso de la duda
que anuncia a cada rato: yo me muero.

A mí también me ciñe el sacro juego


y por eso comprendo tus premuras:
los pezones me queman de ternura
porque es fogata y sueño lo que veo.

Se me clavan mil pijas y centellas


que disparan los ángeles risueños
y alcanzo en alarido las estrellas

porque el falo del macho es puro sueño


que me nimba de místicas querellas.
Hoy yo soy vos, Teresa. Él es mi dueño.

(de Tachero de mi vida, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-2010)

Soneto de los retrovirales

Me despediste sin mirar siquiera


mis ojos mendicantes de tu pija,
solo tu voz, arena forastera,
era un adiós que la ceguera aguija.

Fue un adiós duro, como de madera,

136
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de hierro, de granito, de yacija,


un adiós que aventó la carretera,
el tiempo, el mar, como total ceniza.

Pero bien orientado tuve el odio,


todavía antirretrovirales,
porque el amor me ahogó, chavón, la dicha

Y en las sábanas hurañas de salmodios,


vamos, todavía, retrovirales,
se enredó con el presagio la desdicha.

(de El carnaval del SIDA, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-


2010)

Letanías de todos los putos

Nuestra Señora de la Codicia, corrompelo


Nuestra Señora de las Blasfemias, azogalo
Nuestra Señora de Rita Hayworth, inoculalo
Nuestra Señora de las Tortilleras, apuñalalo.

Nuestra Señora de la Malicia, envarbascalo


Nuestra Señora del Homicidio, ofendelo
Nuestra Señora de Todos los Putos, profanalo
Nuestra Señora de los Prostíbulos, quebrantalo.

Nuestra Señora de los Tres Culos, encharcalo


Nuestra Señora de las Mutilaciones, envicialo
Nuestra Señora de la Impotencia, desgarralo.

Nuestra Señora de mis Pezones, desenfrenalo


Nuestra Señora del Consolador, ensartalo
Nuestra Señora del SIDA, idolatralo.

(de El carnaval del SIDA, en Tachero de mi vida. Poesía completa 2006-


2010)

137
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

héctor biAnciotti
(1930-2012)

Héctor Bianciotti nació en Luque (Córdoba). Hizo sus estudios


secundarios en Wilde (provincia de Buenos Aires). Ingresó por un tiempo
en un seminario en Moreno. A partir de 1953 probó suerte en el cine, pero
solo consiguió un rol menor en Días de odio (1951) de Leopoldo Torre
Nilsson. En 1955, por sugerencia de J. R. Wilcock, se instaló en Roma.
Atravesó muchas penurias económicas. De Roma se trasladó a Nápoles y
de allí a Madrid. Tuvo participaciones breves en algunas películas. En 1961
se radicó en París. Trabajó en la revista Le nouvel Observateur y en la editorial
Gallimard. Se nacionalizó francés en 1981. Fue el primer miembro de la
Academia Francesa de Letras de origen hispano. Mantuvo amistad con
Jorge Luis Borges y tuvo un rol importante en la difusión de la obra del
escritor francés Hervé Guibert. En los últimos años de su vida padeció
Alzheimer. Murió en París.
Publicó las novelas Los desiertos dorados (Sudamericana, 1965), Ce-
lle qui voyage la nuit (1969, trad. esp. Detrás del rostro que nos mira, Tusquets,
Barcelona, 1977), Ce moment qui s’acheve (1972, trad. esp. Ritual, Tusquets,
1973), Traité des saisons (1977, trad. esp. La busca del jardín, Tusquets, 1978;
Premio Médicis), Sans la miséricorde du Christ (1985, trad. esp. Sin la misericor-
dia de Cristo, Tusquets, 1987; Premio Fémina), Seules les larmes seront comptées
(1988, no traducida a español) y La Nostalgie de la maison de Dieu (2003, trad.
esp. La nostalgia de la casa de Dios, Tusquets, 2007). Escribió además un libro
de cuentos, L’amour n’est pas aimé (1982, trad. esp. El amor no es amado, Tus-
quets, 1982) y una trilogía de novelas autobiográficas, Ce que la nuit raconte
au jour (1992, trad. esp. Lo que la noche le cuenta al día, Tusquets, 1993), La pas
si lent de l’amour (1995, trad. esp. El paso tan lento del amor, Tusquets, 1996) y
Comme la trace de l’oiseau dan l’air (1999, trad. esp. Como la huella del pájaro en
el aire, Tusquets, 2001). En la primera de esas novelas, el autor narra sus
experiencias homosexuales en el contexto del primer gobierno peronista.
En poesía, Bianciotti publicó únicamente el poema Salmo en las calles (revis-
ta Ciudad, nº 1, 1955). En internet circula otro texto poético de su autoría
fechado en 1972, “Claridad desierta”, cuya procedencia no hemos podido
determinar.

138
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Salmo en las calles (fragmento)

He venido a espantaros hablándoos al oído


porque Dios se ha trepado al hondo campanario del tiempo
y bate sordamente la dimensión del aire:

los peces de la multiplicación mueren a diario


inútilmente multiplicados,
los comedores dominicales de Dios
hacen su digestión
charlando por los atrios,
los oficinistas doblan su alma de papel y la olvidan
en algún viejo saco
entre sucias boletas,
y yo que clamo al borde de aceras abismales
buscando las antiguas almohadas de piedra
y las escalas de ángeles que no ascendí,
no soy más que un absurdo discurso
en el pozo absoluto donde caminan astros,
que pare las resecas astillas de su grito
desesperando el aire con sus brazos de náufrago.

Oh andanza del hombre por la ciudad que sueña,


con la sangre cruzada de tranvías chiquitos
y las manos desiertas
donde se adunan la tristeza y el hambre.
Entre las hojas de los expedientes
que paso y miro y paso, a diario
se me mueren en larva quinientas mariposas.

(¡Oh duración sin término del hombre caminando,


oh música impedida!)
Y como un lento hilo de grasa por la espalda
me recorren los lunes
y todos los domingos
frente a las calles muertas —sin palabras—

139
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

creo que voy a disolverme en lunes,


muerto sin nombre por los abiertos corredores del lunes,
del lunes hacia la semana, hacia el mes, hacia el año
y otro año —amor, bodas de plata, nacimientos,
cajón de pino con crespones
y campanas de lunes.

Y ando, rutino,
y apremiado, vencido, roto, caigo
y me doy con mi cara,
me encuentro y me recojo
y huyo desesperadamente hacia zonas oscuras
para salvarme y muero
con las manos inútiles y un río dentro ahogado para siempre,
un río buscamar
que se extravió por los torcidos bulevares
y se perdió en las vastas maderas de las oficinas.
Ando, rutino,
se me descuelga el alma en trapos de cocina,
caigo crucificadamente, rotamente,
sin un grito ni un nombre
en el silencio anónimo
de un traje gris con venas de ceniza.

(Algún día estaremos todos locos


nosotros los pulcros desesperados de traje y corbata
y estallaremos en las blancas paredes asexuadas
infinitas mariposas de tinta.
Entonces los largos adolescentes curvados hacia el sueño
se levantarán de su horizonte de máquinas portátiles
y romperán el cielo con sus almas en lanza!)
Pero hoy es hoy
y yo soy yo
y no mañana

Y este es el tiempo de padecer.

140
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

¡Oh ciudad de los tristes


de tanta sed y tanta hambre de arriba!
Aquí está el bulevar con sus cajones de basura
y mujeres tristísimas
de night-club-taxi-hotel-llanto-cosmético,
aquí los cuartos
donde besé mirando sillas y cómodas opacas
y rodé en un final de frustraciones
hacia la cenital hondura de los nacimientos
—el triste amor, la pobre vida
resbalada por calles de anemia, blandamente.

Ah las ventanas
de los cuartos oscuros agrietados de angustia,
ventanas de la huida ilusoria:
un pañuelo olvidado en un alambre:
mi alma transida por las azoteas
donde la noche evoluciona gatos
que me miran sin término.

En esta plaza
huyeron de redondas las últimas naranjas
y volaron
los pájaros heridos de mis sueños
y en aquellas esquinas
me llenaron de voces y de manos
—pero yo no entendí, todo era tarde,
porque mi corazón estaba muerto,
todo yo suspendido como un Cristo sin clavos
en una cruz de aire,
detenido por dentro
entre relojes impertérritos hasta toda la arena.

141
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

héctor miguel ángeli


(1930-2018)

Héctor Miguel Ángeli nació en Buenos Aires y falleció en la mis-


ma ciudad. Colaboró, entre otras publicaciones, en la revista Sur y en el
diario La Nación, a instancias de Héctor Murena y José Bianco, respecti-
vamente. Codirigió, junto a Miguel Ángel Viola, el sello Cuadernos del
Alfarero. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de Universidad de
Buenos Aires, donde conoció a Juan José Sebreli (con el que fundó la
revista Existencia) y a Carlos Correas. Fue docente, guionista televisivo y
traductor. En 1962, el gobierno de Italia lo becó para viajar a Roma a per-
feccionar su conocimiento sobre la literatura de ese país.
Recibió, entre otros, el premio Esteban Echeverría, galardón que
otorga anualmente la entidad Gente de Letras (2005), el gran premio de
honor de la Fundación Argentina para la Poesía (2010) y el Primer Premio
Municipal de Poesía (2011).
Publicó los poemarios Voces del primer reloj (edición de autor, 1948),
Los techos (Tirso, 1959), Manchas (Cuadernos de La Boca, 1964), Las burlas
(Cuadernos del Alfarero, 1966), Nueve tangos (Papeles de Buenos Aires,
1974), La giba de plata (Emecé, 1977), Para armar una mañana (Plus Ultra,
1988), Matar a un hombre (Tirra Firme, 1991), Frutas sobre la mesa (El Mono
Armado, 2007), Sitio del escorpión (Fundación Oeste, 2016), Casi póstumo
(Fundación Oeste, 2017). En 1999 reunió su obra poética aparecida hasta
ese entonces en el volumen La gran divagación. 1948-1999 (Tiago Biavez),
compilación completada en 2004 con la antología Animales en verso (Vin-
ciguerra). En 2013 editó la obra teatral La Paralela (Fundación Oeste). En
1981, junto con Miguel Ángel Viola y Jorge Smerling, publicó El vacío de la
paloma (Ediciones Mano de Obra).

Carta

Te escribo porque no fue posible hallarte.


Sé que estás en ese lugar que a diario
se nos confunde con el universo.

142
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Pero como la mirada es más amplia que los ojos


el universo es todavía muy estrecho para el deseo.
Te digo esto para destruir tu posible inocencia.
No debés creer que sólo soy el poema
que leíste el domingo en el diario.
Los poemas son apenas resúmenes de una penitencia
que el buen gusto nos impide revelar.
¡Si sólo fuésemos el poema seríamos tan felices!
Te escribo para acostumbrarte a la decepción.
Mírate en la corriente caída
y recoge a nado la flor preparada.
El trámite de la penumbra
desasosiega el alba, pero también lo penetra
como una lámpara olvidada en vano.
Iníciate en el miedo.
El miedo es un cerrado continente,
pero es también una bandera defendida.
¿Qué sería de la voracidad de mis gorriones
sobre tus enhebradas golondrinas
si no se oyera esta carta entre nosotros?
No seremos excepciones
de crueldad, de egoísmo y de impureza.
Es necesario comprender este fracaso.
Te escribo agraviado por roncas minerías.
Déjame prevenir el pequeño triunfo
que otorgará el recuerdo, cuando pueda decirte,
entre ciertas costumbres y ciertas resistencias,
que ya testimoniamos la falta de sorpresas.
Debo verte llegar
como a una barca coronada de tormentas.
Desciende y espérame.
No, no te hundas de inmediato.
en los oráculos de la ciudad.
Espérame en la costa, casi a los pies del río.
Espérame allí, porque allí nace el olvido.
Espérame.

(de Los techos)

143
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Dormitorio

Amantes.
Los arrebatados y urgentes amantes
que en el lugar estrecho del abrazo
buscan un sentido.
La telaraña del lecho nocturno
donde tiembla el deseo
como una mosca terca en la derrota.
Los primeros ritos
que aún mantienen la ventana, el espejo,
unas flores marchitas, la ropa abandonada.
Y después,
el tartamudeo del impulso.
Y la astucia.
Siempre la astucia,
ese monstruo de la astucia
que pretende gestar un monstruo de alegría.
Amantes.
El uno con el otro disputan.
Se persiguen.
Sienten poco a poco
que a algo deben renunciar.
Que la unión es imposible,
que la penetración es imposible,
pero que ellos están allí
porque la unión y la penetración son imposibles.
Amantes.
Saben que un ruido imprevisto
detiene ahora las sienes en el techo.
Y no saben si es el muelle de los pájaros,
la rama que hurga sola en el olvido
o una rata desvelada entre las tejas.
Pero oyen.
Y no saben si el ruido asciende o desciende
hasta la última carne.
Solamente saben que la ternura

144
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

es un crepúsculo lluvioso
sobre la piel cansada e incesante.
Atarearse en vano, amantes.
Destruir los pequeños triunfos,
destruir lúcidamente
contra la sucesión del miedo.
Un tajo falso, un pozo ciego,
el pantano intacto.
Amantes.
Uno junto a otro, comprenden el fin.
Se miran:
el remolino de las sábanas
absorbe todavía.

(de Los techos)

Al deseo

Tan bella es tu forma


como una nube que pasa.
Para afrontar el miedo de vivir
o para dormir, mejor para dormir
sin saber que algo me abrasa,
te llevaré conmigo.
No hay música, no hay estrella
que pueda compararse a tu distancia.
Tal vez únicamente la fragancia
porque apenas dura en ella.
Muchas veces te miro.
Y descubro siempre el tiempo
entre tu suavidad. Quiero que entiendas
la constante invasión de tus enmiendas.
No, no permite ese tiempo,
con la llave oportuna,
abrir tu hora de criatura.
Un júbilo se pierde sin sentido
y quedas encerrado y perseguido

145
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por mis restos de premura.


Sin embargo
te amo, te amo cuando creces
como una fuente joven en la arena.
La piedra que me pesas se encadena
a la luz que resplandeces.
No te vuelvas.
Con palabras de confianza
dime que sí, ayúdame a quererte,
tan pronto en lo que debo yo ofrecerte
y tan fiel a tu semblanza,
de repente.

(de Los techos)

Fotografía de una Ilusión

Alguien,
más fuerte que nosotros,
desde las tinieblas
nos vió
y quedamos encerrados
sobre
las maneras del follaje
y del viento gris,
sobre el duro polvo
de las columnas
en la casa de piedra
parecida a un verano.
Alguien nos detuvo
el cabello
en las orejas
y también detuvo
un rectángulo del mundo.
Toda la fotografía,
frente al tiempo,
en desafío

146
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

está.
No importa que los huesos
no se vean.
Quedamos encerrados.
Se nos ve
la ilusión.

(de Los techos)

Muy Vulgar

Sobre mi corazón
he modelado
un bloque de granito.
Pero nadie sabe
que guardo detrás
una ciudad de sangre,
floja y holgada
como la espuma.
La imagen que ofrezco
es muy vulgar:
corazón, sangre y secreto.
¿Puedo pretender
que alguien me escuche?

(de La giba de plata)

El cangrejo

En el acuario de Santos
vi a tu metálico pariente,
el cangrejo de la fábula del crimen.
Sin más te recordé.
El muy hipócrita
llevaba una capa de candor celeste.
Cualquiera hubiera dicho

147
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

que su alma era una nube o un esmalte.


Pero abría sus tenaces mordeduras
como abrían los negros sus paraguas.
Sin más te recordé.
Fue en Santos, en un acuario alucinado.
Afuera, los negros sangraban de deseo.
Y el cangrejo pudo atarme
por debajo de los visitantes.

(de Frutas sobre la mesa)

juAn josé sebreli


(1930)

Juan José Sebreli nació en Buenos Aires. Es sociólogo y filóso-


fo, y ha incursionado también en la crítica literaria y cultural. Su prolífica
producción abarca ensayos ya clásicos como Buenos Aires, vida cotidiana y
alienación (Siglo XX, 1964), Mar del Plata, el ocio represivo (Tiempo Contem-
poráneo, 1970), La saga de los Anchorena (Sudamericana, 1985) o Escritos
sobre escritos, ciudades bajo ciudades (Sudamericana, 1997). Ese volumen in-
cluye una extensa investigación, “Historia secreta de los homosexuales en
Buenos Aires”, que constituye un aporte insoslayable a la historiografía
sobre disidencias sexuales en la capital porteña. En su autobiografía, El
tiempo de una vida (2005), Sebreli ofrece una reconstrucción de los circuitos
de sociabilidad homosexual que conoció de primera mano en su juventud,
así como de sus relaciones con el escritor Carlos Correas (1931-2000), con
quien mantuvo una breve relación sentimental. Fue uno de los primeros
intelectuales argentinos en tratar abiertamente el tema de la homosexua-
lidad en el artículo “El sentido del ser a través de Oscar Wilde” (1950),
publicado en la revista Existencia (1949-1951), que él mismo había creado
junto con Héctor Miguel Ángeli, Jorge Masciángoli y Rafael Gallegos.
También participó, a comienzos de los años 70, de la creación del
Frente de Liberación Homosexual, del que posteriormente se alejó. Entre
sus publicaciones más recientes pueden mencionarse Cuadernos (2010), El
malestar de la política (2012) y Dios en el laberinto. Crítica de las religiones (2016),
todos publicados por editorial Sudamericana.

148
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Eclair

Tras las cortinas plateadas del altar: alcoba a medianoche


—mármoles, sedas y cristal de luces—
un pueblo solitario asiste al sacrificio
entre incienso sagrado de orines y de semen.

Las banquetas marchitas se apiadan


y acomodan tibio nido a los culos huesudos
con la espiga que florece sobre el tapizado
¡viejo sillón Luis X en un desván de ratas!

Envuelto en su kimono, frente al espejo


un ángel displicente se prende una orquídea:
la caja de celofán abierta sobre el lecho,
una cita olvidada, entre pliegues de raso.

Rozando apenas los crespones de duelo


penetran en el templo los profanadores,
asesinos rosados con su arma en la mano
apuntan tiernamente, rodeados de sombras.

Tras las cortinas ahora, un cabaret nocturno


donde un gitano toca el violín
mientras un exiliado ruso con smoking,
en balde de hielo lleva el champagne.

Bajo el techo corredizo de estrellas porteñas


sueñan las pálidas cavas al claro de luna,
en cofres de peluche, sus mechones rizados,
y en el vaso del baño, sus dientes perlados.

En sus sillones sientes las lánguidas marquesas empolvadas


que todas las agitaciones y acechanzas son vanas,
sus manos vacías de ardientes caricias
cuelgan pálidas y yertas, como manos de muertas.

149
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Pero en el jardín nocturno delos tallos erguidos


siempre hay una mano que deshoja una corola,
ilusoria flor roja que será olvidada
al sacudir la última gota de la aurora.

El guardián enmascarado con sus pies de terciopelo,


disuelve los sueños en la llama de su linterna.
Cada amanecer la escoba arroja a la basura
bien envuelta en un diario, una mano cortada.

1961

Anotación de 1984

Influido por Rimbaud y por Jean Genet, rescato este poema, gé-
nero totalmente insólito en mí, como rareza bibliográfica.
El Eclair era un legendario cine lumpen de la calle Corrientes, al-
bergue de solitarios en busca de relaciones imprevistas. En el poe-
ma trato de recrear la atmósfera peculiar de la platea en sombras,
marcando los contrastes entre su decadencia sórdida y el lujo ru-
tilante de las visiones de la pantalla. Ambas acciones se fusionan
en una especie de ceremonia litúrgica ambivalente.

(de Escritos sobre escritos, ciudades bajo ciudades)

juAn josé hernández


(1931-2007)

Juan José Hernández nació en San Miguel de Tucumán y murió


en Buenos Aires. Además de poeta y narrador, fue traductor de Paul Ver-
laine (Poemas eróticos y Las amigas) y de Tennessee Williams (En el invierno
de las ciudades), becario del Fondo Nacional de las Artes, de la Fundación
Guggengheim y de la Casa de los Escritores y Traductores de Saint Nazai-
re, Francia. Obtuvo los premios nacional y municipal de narrativa, el de la
Fundación Dupuytren y el premio de poesía del Centenario de La Capital

150
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de Rosario. Colaboró en los diarios La Nación, Clarín y La Gaceta de Tucu-


mán; y en las revistas Diario de Poesía, Fénix y Proa.
Publicó los poemarios Negada permanencia y La siesta y la naranja
(Botella al Mar, 1952), Claridad vencida (Burnichon, 1957), Elegía, naturaleza
y la garza (Burnichon, 1966), Otro verano (Sudamericana, 1966), Cantar y
contar. Poemas y retratos (Bajo la Luna nueva, 1999) y Desideratum. Obra poética
(Adriana Hidalgo, 2001); los libros de cuentos La señorita Estrella y Como
si estuvieras jugando (Burnichon, 1963), El inocente (Sudamericana, 1965), La
favorita (Monte Ávila, 1977), La señorita Estrella y otros cuentos (CEAL, 1992),
todos reunidos en Así es mamá (Seix Barral, 1996); la novela La ciudad de los
sueños (Centro Editor de América Latina, 1971; y el volumen de ensayos
Escritos irreberentes (Adriana Hidalgo, 2003). La ciudad de los sueños (Adriana
Hidalgo, 2004) reúne la totalidad de su obra narrativa.
Al momento de su muerte, estaba escribiendo Toukoumán, novela
sobre la vida de Gabriel Iturri.

Con el pecho desnudo y el júbilo despierto…

Y nadie agita la borrosa lengua


para llamarme. Y huyo, sin esperar,
sobre las verdes hojas,
extraño, solo y confundido.
Ricardo E. Molinari

Con el pecho desnudo y el júbilo despierto


animal saludable en frondas de deseo
mi piel adolescente en su llameante apremio
te buscaba y negaba

Era otro tiempo cuando el verano


me embriagaba melodioso y fiestero

Cada palabra cada uno de tus gestos


parecían frutados en la luz más profunda
pero a veces en sueños te mostrabas
coronado de musgo entre penumbras

151
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

A pesar de estar juntos yo era una sombra sola.

¿Cómo recuperar lo acontecido,


aquella gloria cálida que imponía tu risa
tu estatura radiante
todo el fervor quemado
de tus labios perdidos?

Ahora —esquina donde me quedo


a repetir tu nombre y siempre y nadie—
voy huyendo por calles desoladas

No más mágico brote no más lengua


fragante por tu nuca de sabor empacado.
No más trofeo y salto de mañana clarial
sino un estar baldío
visceral añoranza
tacto negado intensidad sombría
que me desvela acecha y aniquila.

(de Negada permanencia)

Amantes

Baisers, baves d’amours, basses béatitudes.


Paul Valéry

Como el verano,
o como ciertas joyas repulsivas,
eras al mismo tiempo
el lujo que empalaga y la desidia.
En tu lento follaje yo me hundía:
jardín, jardín de asfixia
con ramas enlazadas y enemigas.
Tu cuerpo y mi rencor iban creando
aquella tenue, cultivada herida.

152
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Palpitaban penumbras
viscerales
se entretejían babas suntuosas
reventaban burbujas
de dulzura y fastidio
cantaban las cigarras
frenéticas del ocio
cuando la lluvia
cuando tu vientre
cuando el furor
cuando el dolor
cuando la muerte.

Sí, hubiera muerto


por el olor moreno de tu ropa,
por aquella palmera que encendía el deseo.
Luna, pero la del espejo
que repetía la costumbre de amarte
o devorarte. ¿Qué otro alimento
para los harapientos mendigos del calor?
La poesía cantaba en una mancha de humedad
de la pared, igual a un pájaro.

(de Cantar y contar)

Gabriel Iturri

Mes affectuex souvenir a M, d’Yturri


Marcel Proust

Tras la sorpresa del reencuentro insólito


cometes la imprudencia de ir hacia él
con un gesto amistoso; reconoces
en la fría y celeste mirada inquisidora
al profesor de aquel colegio de varones
en la remota aldea provinciana
que abandonaste para siempre.

153
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

A veces, cuando el cielo plomizo


y la tenaz llovizna de París te deprimen
involuntariamente sueles pensar en ella;
entonces evocas sus veranos violentos,
sus siestas voluptuosas, o el perfume dulzón
de las guayabas en un patio que amabas
por costumbre y pereza, como un gato.

Allá lejos quedaron las tías rezadoras,


el Niño Dios de loza en un armario
a la espera del próximo pesebre,
la plaza de naranjos y efemérides
y un episodio pueril —tenías catorce años—
que permanece intacto en la memoria
de quien acaba de negarte el saludo
en el despacho de Edmond de Goncourt:
tu actuación teatral en un papel femenino,
los bellos, dulces ojos renegridos, el abanico
diestro en la segura mano que ahora lleva,
no menos desenvuelta, un anillo con el escudo
de una ilustre familia de Francia.

No te hiere el severo y acaso candoroso


rechazo de Groussac porque comprendes
que en la ciudad festiva donde el azar
los ha reunido, a pesar de su origen
el extranjero es él.
Risueño y atildado,
olvidas de inmediato el incidente fútil
para volver a tus tareas de secretario
de Montesquiou, el arbitrario conde un tanto cursi
cuya tiránica arrogancia has conseguido dominar.

Afuera, deslumbrante y efímera,


la belle époque fourmille de monstres innocents.

(de Cantar y contar. Poemas y retratos)

154
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Reales sitios

Sé de la noche esbelta y tan desnuda


que nuestros cuerpos eran uno solo.
Sé del silencio ante la gente oscura
de callar este amor que es de otro modo.
Carlos Pellicer

—Papá fue castrador.

—El analista dice que todavía me quedan


algunos núcleos de homosexualidad.

—Ahora que tengo estímulos vitales


duermo poco y trabajo todo el día.

—Con la plata del crédito acordado


compraremos un lotecito en Ciudadela.

Felicitaciones:
como quería tu analista
(Freud, familia y propiedad)
has ingresado a la normalidad
del brazo de una donna estimulante.
Apostaría que al oír los acordes
de la marcha nupcial
se humedecieron los ojos
y otras zonas sensibles
de tu suegra, imponente matrona
en traje de madrina o Gorgona
imagino, porque no fui al casamiento.
Me limité a leer la participación:
Los contrayentes saludarán
a sus amistades en el atrio del templo
luego de la ceremonia religiosa.
(Oficios y orificios permitidos.)

155
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

En el balcón del cuarto


de la pensión (refugio de palomas
proletarias) los días de sol
solíamos sentarnos a charlar
y a tomar mate;
desde allí se veían los galpones
de ladrillos del puerto, barcos cargueros,
grúas oxidadas, y al fondo
el río sin orillas de color de león.

Coridón, Coridón, ¿qué locura es esta?


Noche tras noche, en secreto,
juntábamos las camas
de solteros, las convertíamos
en un barco de vela que nos llevaba
hacia playas quiméricas
más allá de los Sármatas.
La mañana nos devolvía al trajín
cotidiano, no en pos del Vellocino de Oro
sino del mango para la pensión
y el pago en cuotas de la ropa:
(Bien vestido, bien recibido
decía en un cartel del subte
la propaganda de una tienda.)

No basta superar la moral del rebaño.


En el futuro, el Superhombre practicará
el coitus interruptus con Moby Dick
y la fellatio con la caimana de Barranquilla.
Así hablaba Zaratustra.

156
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Ellas exageraban melindres


y urgencias cantarinas
como si fuesen a poner un huevo;
fingían estrecheces,
depilaban vellosidades,
encorsetaban abundancias,
mezclaban oscuras secreciones
con hierbas aromáticas:
reminiscencias de moluscos
para sus celebradas paellas conyugales.
Ellos respondían a su llamado
con sonrisas melifluas, bigotes,
billeteras y jadeos de locomotora en celo.

(Oh Celia, Celia, Celis shits!


comprobó azorado Jonathan Swift.)

En el siglo XVI la beata


Antona de Gandía declaró
ante la Inquisición española
que había tenido varias veces
una visión diabólica:
por las noche se le aparecían
tres demonios bajo la forma
de apuestos jóvenes desnudos
que se conocían carnalmente
entre sí, delante de ella,
como hombre y mujer.
(A la beata habría que declararla
precursora y patrona de los videos gay.)

157
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Para tranquilidad de tu analista,


del Papa y del Congreso
de Educación de La Habana,
compartías sin mayores problemas
el tálamo y la rutina doméstica de Onfalia
(de la rueca al horno, y del horno
a la rueca o a la peluquería).
A veces añorabas
el bosque de laureles sagrados
vibrando en el estío bajo el ardiente
y ronco canto de las cigarras.
También la gruta del acantilado
donde te citabas
con el más bello de los argonautas.

(Nefandario sentimental:
Con diestras manos sobas y afeminas
mis ásperas tetillas sonrosadas,
al par que poco a poco se reanima
la nena21 en muelle lasitud postrada.
Desátase en erótica fragancia
tu moño de musmé de Yoshivara.)

El bello y desdeñoso Alexis


ha dejado los bucólicos
paisajes sicilianos de su infancia
y ahora frecuenta
una sauna en pleno Harlem

21 “La nena”: así llamaba Leopoldo Lugones al revólver que llevaba permanentemente
con él en los últimos años de su vida [Nota del autor].

158
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

lleno de negros y cocodrilos ciegos.22


Estaba harto de su enamorado
que le ofrecía rústicos presentes:
queso de oveja, miel, guirnaldas
entretejidas de violetas y perfumado eneldo.
Muy poco le importaban
los cantos y suspiros lastimeros
del pastor Coridón.
Cuando fuiste novio mío
por la primavera larga.
¿Será cierto que en New York
Lorca vio a Whitman desnudo,
rodeado de muchachos,
en un tranvía tirado por leopardos?

Nunca quemaste tus labios en silencio,


ni te disfrazaste de novia
en la oscuridad de un ropero,
ni sumergiste niños en ningún pantano.23
Más gato que serpiente,
amabas la molicie de las siestas
el olor a menta y guayabas maduras
después de una tormenta de verano
y unos jeans desteñidos,
demasiado ceñidos, ¡ay!
en los reales sitios.

Compruebas que en el botiquín


del baño faltan su afeitadora eléctrica
y el frasco de Vetiver, su perfume preferido;
por un instante miras con desagrado

22 Alusión al comienzo de la “Oda al rey de Harlem”, de Federico García Lorca: “Con


una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilos” [Nota del autor].
23 Alusión a la “Oda a Walt Whitman”, del mismo autor [Nota del autor].

159
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tu cara de monaguillo inofensivo


antes de descubrir la carta
pegada con cinta scotch junto al espejo.
Aunque lo nuestro haya terminado,
siempre recordaré que fuiste mi mejor amigo…
Lloras amargamente, heridamente lloras.
Almanzor ha partido.
Salid sin duelo lágrimas corriendo.

En contra de todas las expectativas


no te disparas un balazo en la cabeza.

Rompes la carta, aprietas el botón


del W. C. y arrojas allí los pedazos
de papel que giran, se arremolinan
y desaparecen como en el buche
de un pelícano atragantado.

(de Más allá de los Sármatas)

Alberto greco
(1931-1965)

Alberto Greco nació en Buenos Aires. Fue un artista plástico liga-


do inicialmente al movimiento informalista. Más tarde se inclinaría hacia
el arte conceptual. Fue famoso por sus intervenciones artísticas denomi-
nadas “Vivo Dito” (o arte vivo). Hizo numerosos viajes por Europa. Fue
amigo de Manuel Mujica Lainez, a quien retrató. Vivió sus últimos años en
España. Se suicidó en Barcelona y su propia muerte fue concebida como
una obra de arte: ingirió una sobredosis de barbitúricos y escribió en la
palma de su mano izquierda la palabra “Fin”.
Publicó su único libro de poemas, Fiesta, en 1950, en una edición
artesanal de 150 ejemplares. En 2020, Paula y Eduardo Pellejero compila-

160
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ron el volumen La aventura de lo real, que incluye varios textos inéditos de


Greco, incluido Fiesta.

Voy con tu nombre.


Es como si llevara todas las llaves
del mundo, inclusive
la de los sueños y
la de los jardines de los niños.

***

Acércate,
me encontrarás custodiado por horizontes.
Contienen tu nombre grabado
por un silencio maduro sobre cada filo.

***

Tu cuerpo, tu rostro lucen transparencias


como si las azoteas
o los ríos
o los helechos
o cualquier grillo
te hubieran creado con seis gotas de lluvia

***

Te amaría con un sin fin de astros aprendices.

***

Te amaría como solo puede amar


el estío la frescura de las naranjas.

(de Fiesta)

161
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

leonArdo mArtÍnez
(1937-2016)

Leonardo Martínez, catamarqueño, nació accidentalmente en la


ciudad de Córdoba, y murió en Buenos Aires, donde residía desde 1990.
Estudió Artes Musicales en la Escuela Superior de Música de la Univer-
sidad Nacional de Tucumán, institución donde ejerció la docencia hasta
1980, año en que regresó a Catamarca.
Entre otros, por su labor artística, recibió la Faja de Honor de la SADE
(1990), el primer premio a la producción intelectual y artística de Cata-
marca (1995), el primer premio de la Fundación Carmen Gándara (1997),
el Premio Nacional de Poesía Esteban Echeverría (2011), y el segundo
Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires (2011).
Su producción poética abarca doce títulos: Tacana o los linajes del
tiempo (Cuadernos de Sudestada, La Plata, 1989), Ojo de brasa (Cuadernos
de Sudestada, La Plata, 1991), El señor de Autigasta (Último Reino, 1994),
Asuntos de familia y otras imposturas (Último Reino, 1997), Rápido pasaje
(Último Reino, 1999), Jaula viva (Último Reino, 2004), Estricta ceniza (Edi-
ciones del Dock, 2005), Las tierras naturales (Ediciones del Dock, 2007), Los
ojos de lo fugaz (Ediciones del Dock, 2010). En 2013 Ediciones del Dock
publicó Escribanía de vivos y muertos, que recoge parte de su obra lírica e
incluye Barro que sofoca.
La música de la poesía (Ediciones del Dock, 2011) reúne dos ensa-
yos que versan sobre las relaciones entre esas dos artes.

Dioses del verano

Oh, mañana inefable de la vida! Oh, la franca


risa como de leche de la conciencia blanca!
Julio Herrera y Reissig

Chapotean descalzos
en las aguas crecidas.
A grandes brazadas
baten las olas musicales.

162
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Morenos dulcísimos del verano


nadan hacia el niño
escondido en la espesura.
Son tan hermosos
como aquellos años de adivinanzas
y sortilegios.
Pasan de largo.
Inmortales.
Intocados.
El niño oculto entre las ramas
mira en una siesta de diciembre,
insalvable diciembre,
el radiante oropel
de los cuerpos mojados.
Exhaustos,
son fotografías de otoño.
En las hojas abatidas,
como en las oscuras miradas del pasado,
están sus alientos tibios.
Cuando el invierno haga brillar
la luz del frío,
sus ojos serán charcos
de aguas ciegas.

Muslos elásticos,
torsos brillantes y sonoros,
siguen nadando hacia el niño
oculto en la enramada.

(de El señor de Autigasta)

De la infancia

De la infancia queda todo intacto


Clausuras llenas de plegarias

163
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

palabras como flores marchitas


amonestaciones de próceres
quemándose en cielos de sequía
besos y caricias guardados
en un corazón de monedero

Nunca fuimos más paganos.


Ríos montes desiertos
eran nuestro cuerpo

Como pequeños dioses


amábamos el placer
su pelambre de seda
Así creamos jardines
de pájaros visionarios
paraíso de palomas
que todavía ensayan su vuelo
en mi corazón desterrado

II

Recuerdo
los cuchillos de azogue de la siesta
y el calor enredado en las moscas del jardín
un verano
¡hace tantos años!
Recuerdo
un pedazo de tristeza
recortado y pegado en el cuaderno
de estampas
junto a San Antonio
ojos de miel
Recuerdo
el callejón de los talas
donde el viejo de las pesadillas
desgarraba con uñas de mica
el agua tierna de las acequias

164
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

III

Entonces
nos gustaba mirar
las puestas de sol
hundirnos en la sombra caliente
y soñar
Entonces
¡ay! rezábamos
cumplíamos penitencias de rodillas
comulgábamos
las rodillas callosas y escamadas
con una paspa dura y seca
También
guardábamos secretos
envueltos en hilachas de oraciones
dentro de un corazón apasionado
Eran secretos penosos
hermandades presentidas
complicidades con las sombras leves
que empezaban a velar los cuerpos

IV

En la arboleda se labraba el silencio.


Pájaros enmudecidos rasgaban el aire
El sol colaba por las altas ramazones
pedacitos de luz
para depositarlos en la tierra dormida
La arboleda era el palacio
de dioses ambulantes
se mecía como una nave de lentos adioses
En la arboleda soñábamos
mientras los insectos en vuelo
enturbiaban la siesta
Viciosos

165
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

dejábamos correr los sueños


hasta alcanzar un incendio
que languidecía veloz
en abandonos

El ruido de las grandes crecientes


nos precipitaba
a la oscuridad abrasadora
como un ensalmo
Hincados ante el río
y su olor a tierra desbocada
nos asomábamos al vértigo de los remolinos
Después
en el lecho de las aguas primerizas
nuestros cuerpos desnudos
recibían su bautismo salvaje
Gozosos celebrábamos
las espumas y crestas
la alegría lechal de la corriente
Pero el aguamadre del verano
se deslizaba por la infancia
hacia un cielo de humo
breve como un sueño
donde un niño muerto
juega a orillas de la memoria ciega

(de El señor de Autigasta)

De ser tan poco yo nace el nosotros

Los semejantes y sus historias


Toda una fauna geológica esparcida en la arena
que aparece de pronto en este atardecer de otoño
Casi un caudal pensado como destino

166
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

temblando en el vaso de leche tibia


detenido en el corral un alba
el monte cargado de rocío
más allá la arboleda de algarrobos gigantes
y el Río del Valle hacia los secadales de Sisihuasi
con caballos madrugadores y al galope
como eternidad de la vida
por quebradas y espesuras y precipicios y cumbres.

Imperecedero el amor y aquel beso bajo el follar de los astros


Tus nalgas expuestas a la luz de la luna
tras penetraciones incesantes
y enterrado en vos el sueño de ser yo
Porque en realidad soy yo y vos
y el perrito que mea la vereda
también el padre muerto
y la adolescencia arcaica embadurnada de semen
Caminante que abre senderos en el arenal
con vos a la rastra
Apretado amor y gimiente a la rastra
consumido amor en busca de una cueva para morir su llanto

(de El barro que sofoca)

Cartas I y II
a Martín Araujo

Querido Martín
andamos palpando en la oscuridad
Entonces
nos cae un pedazo de mampostería y morimos
o nos ataca un virus y nadie nos salva
También el amor roza su pulpa
pero después nos agarra el desenamoramiento
Y rezamos en secreto

167
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

¡no se vaya a enterar nuestro íntimo ateo!


Tenemos hambre y comemos
Previas flatulencias
realizamos las tareas corporales menos angélicas
Y de nuevo calientes y enamorados
Es la historia individual que trepida
con regocijos y estremecimientos
escalofríos y fiebre
Mi perrito sufre insuficiencia renal
está muriéndose
y la yegua vieja se apaga en la alcantarilla
Conmueve vivir de todas maneras
a pesar del dolor y del sufrir propio y ajeno
a pesar de las recientes o futuras prótesis
La ayuda del viagra es mi condena
pero no lo tomo porque me las arreglo
Después de todo a mi joven amante no le importa
Goza con este viejo
dejando que explore como lo hizo siempre
orificios y protuberancias
durmiéndonos luego abrazaditos

Aún el deseo me provoca incendios


Pero el agotamiento hace sonar su silencio y debo oírlo
Queda el gusto opaco de lo provisorio
y el sabor a pérdida
La plenitud fue siempre un territorio soñado
y el cuerpo que amamos
apenas una señal de rumbo

II

Querido Martín
esta mañana es como las mañanas de antes
Desnudos y brillantes diseños despuntan con el día
El horizonte pintado de presagios
parece al alcance de la mano

168
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y la claridad nos asegura que estamos vivos


¿A dónde iremos?

Estuvimos estamos ahí y aquí


juntando señales para un fuego y la necesaria ceniza
Un engaño nos hace creer que somos o que fuimos
Como airecito mañanero o pájaro cantor
marchamos en un fingido desfile de canciones
de nítidos olvidos o de presencias memoriosas
Impostura y utilería desaparecen
El aire de arriba y el de abajo se mezclan

La ciudad enterrada despliega sus avenidas


y las calles como chales al viento
arrastran colores que suenan
y vagidos engastados en el aire de la madrugada
aire entrefino o aire grueso
o delgado aire cumbreño

Despojado de mercancías y herencias


el almacén de recuerdos queda con la estantería muda
No vale la pena hurgar
meter la mano bajo las faldas de la madre
para arrancar el secreto

(de El barro que sofoca)

osvAldo lAmborghini
(1940-1985)

Osvaldo Lamborghini nació en Buenos Aires y murió en Barcelo-


na. Su hermano fue el también poeta Leónidas Lamborghini (1927-2009).
Desde su juventud, adscribe al peronismo. Participó en la mítica revista de
inspiración lacaniana Literal, junto con Héctor Libertella, Germán García,
Oscar Masotta y Luis Gusmán. Tras el golpe de estado de 1976, se marchó
al exilio y se instaló en Barcelona. Regresaría brevemente a la Argentina en

169
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

1982, donde escribiría (en Mar del Plata) Las hijas de Hegel. Pasó los últimos
años de su vida enfermo y trabajando en una casi absoluta reclusión. Si
bien en vida no fue una figura popularmente reconocida y su obra circuló
casi clandestinamente, su estética pornográficamente explícita y corrosiva
es hoy ineludible, y su influjo, indisimulable.
En vida, además de poemas y relatos sueltos aparecidos en me-
dios de la época, publicó El fiord (Chinatown, 1969), Sebregondi retrocede
(Noé, 1973) y Poemas (Tierra Baldía, 1980). Póstumamente, César Aira edi-
tó Novelas y cuentos (Del Serbal, 1988), Tadeys (Del Serbal, 1994) y Poemas.
1969-1985 (Sudamericana, 2004), y Arturo Carreras, Stegman 533’ bla y otros
poemas (Mate, 1997) y Palacio de los aplausos o el suelo del sentido (escrito en
colaboración, Beatriz Viterbo, 2002).

El salvavidas (para Christian Jorge Larsen)

Yo no podía decirte que no, ese “no… o”,


porque te me había apegado: así,
cuando me bajaste la mala con musculosa mano,
sin saber lo que ocurriría pensé:
ahora tendré otra alma en mi alma
grabada, y otro cuerpo henchido en mi cuerpo,
hasta diría: en mi corazón.
Fue más poderoso el amor que el dolor de la penetración.
Eras bañero. Yo me enorgullecía:
¡Cuántos se habrían ahogado mientras vos te dedicabas a
[montarme!
Y con los años: ¡cuántos me habrán montado
mientras, viejo, vos perdías el acceso
al mar
al Atlántico
que es feroz y perfecta
perfectamente traicionero!
Yo no te comparaba con los dioses griegos
(me abstengo de semejantes boludeces).
Me parecías más bien la rapiña del ave,
los excrementos se adherían a un miembro
¡nada sutil!

170
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cuya premisa mayor era la de no pertenecerme.


(impronunciable, de todos modos, aquel “no… o”)
Es seguro que todavía lo tenés colgando,
so ganso, aunque ahora te condenaron
por una serie, raid, de estúpidos asaltos
—la verdad: nunca fuiste una lumbrera—
Y bien,
y ahora, las locas carcelarias se harán la fiesta.
¡Que no es la misma!

OVLamborghini
(29 de noviembre. 1980)

(de Poemas. 1969-1985)

La más feliz

Soy la más feliz


la más gloriosa de las maricas
Soy puto y me conseguí
(y nos casamos ante Dios)
un marido con falo ¡con falo!
Con un falo todo
todo recubierto
de suaves plumitas blancas
Él me quiere y yo lo adoro
Él me trata dulcemente
y yo como a mi dueño
y lo amo
Ingenuidad
yo soy un poco ingenua
pero él lo es más y es gentil
y bueno como el pan
¡Con decirle!
él mismo se encarga
de lubricarme con vaselina la entrada de la cola
de esa cola que a mí me gusta
llamar “mi concha”

171
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Suavidad de cisne
su bella poronga mi amor
lisura de ganso, sogan (oh, me salió un chiste…)
El cosquilleo de las plumitas
ese fru fru en mi vagina de encargo
es mi cielo
querido
es mi (perdón me ruborizo)
Por fin el oro y los querubes
haber llegado
por mi al Paraíso

(¡mala! para darles envidia


cada vez que me lo hace voy y se lo cuento
a mis locas/putos amigos
“¡Anoche también me lo hizo”!)

Y basta
En cuanto escribo un ratito
ya me pongo lánguida
mimosa
me acuerdo
me dan ganitas…
¡papi! ¡papi!
Ah, pero antes de terminar
les chimento
detalles
detallecitos de él gestos
amor querido
Que…
hasta el borde me ponen
hasta las perlas esas
que por las mejillas ruedan
y lágrimas
lágrimas las llaman

Me conmuevo
cuando no me humillan

172
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

soy delicadita
a pesar de que comprendo y todo…

¿Saben?
el chongo siempre
se hace cebar mate por su trola
él tirado en la cama
ella sentada en un banquito
Pero al hombre no le gusta
nada pero nada
que la maría tome de la misma bombilla
porque bueno
Se comprende…
a nosotras nos encanta chupar la pija
y entonces…
Ellos piensan que nosotras
con la misma boca que…
Bueno…
eso siempre la ofende un poquito a una
que lo ceba con todo el cariño
un poquito y medio
y entre mohines
nos quedamos mohinas…
Tenemos que tomar mate solas
o con algún otro puto
caído de visita
o con algún pobre tarado
que no pesca que una
tira el fideo de rodillas
hasta en los ñobas…
y bueno ¡adivinen!
el mío
el de las plumas en la garcha maravillosa
¡me convida! ¡ah, no me tiene asco!
¡amor, amor, amor mío!
¡te adoro, te adoro! Vos
Sos Vos minfusión. Missin
Alepha. Y no digo Theodoro.

173
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La bombilla de hoja, cigarra ácida, delata el lacre


aro
más el sabor de tu propia
membrilla morada, esa musa en vena

Y lo que ya se siente en el espanto


ridículo (“por viejo”) igual quererte
—no quiero hablar de amor, no es para tanto—
mañana será igual “… puedo… ¿verte…?”,

para hablar (mentira) de los encantos


pasado y marchitos: mala muerte,
velos, ajados velos: mala suerte,
en la “… piedad…” y lo requiere el canto.

Dejé “… algo…” mi trabajo literario


pues había llegado a un punto “… cierto…”
Cierto punto, pero es mejor dejarlo

así. Cuando, en su estilo más precario,


la verdad no predica en el desierto
alguien escucha (y uno quiere matarlo).

Me estaba volviendo DIME que lime


loco poco a poco. SOLO el ol lo
Rimo y yo me entiendo CARI y ya aquí

Choé-Choé. Moco.” ÑOCO te toco

(de Poemas. 1969-1985)

La Niña de la Frontera

Luciérnaga curiosa,
emitirlo así, una noche larga, alba,

174
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

este poema: sexo claro y palabra


oscura, oscura
ganas de que me monten
estoy harto
estoy cansada de no saber desplegarme
de velar en la puerta sencilla de la belleza
estoy harto y cansada
ardo, no me pregunto
qué espero
sé(d) (con la garganta seca tengo una ardilla en la muela de)
gozo con la retórica
miembro de los hombres
cuando me lo meten/sin más pero con todo/en el loco
anáfora, deixis en fantasma
soy una bella mujer
visto mis mejores galas
soy una hermosa mujer
reclino mis nalgas maduras
frutas, en las manos de mi señor,
fútil, lenta
futi… lento
soy “toda” un harén
una pastilla de menta

una, uf, ¡rima!


una
putita pintarrajeada y naif
¡oh! ¿naifa?
mi
excesivo carmín
y la oleada (paladeadla)
de semen caliente en mi boca
quiero ¡oh! ¡sí! ¡sí!
anoche la policía me condenó
porque aseguran que soy puto
sexo claro
palabra oscura
me acaricio los senos

175
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

fumo un cigarrillo
adoro a mi chongo
y a los textos de Freud
señor, ¿es este el camino que conduce a mi hotel?
hotel
¡hotel Luciérnaga!

(de Poemas. 1969-1985)

16 de agosto. 1980 (fragmento)

Soñé…
(como último recurso apelo al sueño)
que dirigía un penal en el desierto.
Me gustaban los delatores,
los premiaba con tabaco
y un poco de alcohol.
Quería volver puto a un pendejo
y lo dejaba solo con los más peligrosos
para que hicieran con él lo que quisieran…

El chico gritaba
Que grite.
Los otros también gritaban.
Todos gritábamos
y bien al pedo.

Silencio.

Me pasaba el día entero esperando la noche


para encerrarme con una botella.
El chico ahora se disfraza de mujer
y se depila las piernas.
Consiguió marido,
lo envidio.

176
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El marido es uno de los carceleros, sigo,


y espera que el comilón cumpla su condena
para alquilarse juntos una casita.
El carcelero me odia por lo que yo, yo
hice sufrir al chico
y éste le cuenta interminables historias
de cómo se lo violaban entre todos,
sin amor,
siempre el amor.
Yo no puedo.
Ni siquiera en sueños
y a pesar del “bulto” bello.

Utilizo mi poder para separarlos y,


perfecto, el romance fracasa.
Persigo al carcelero, le
(por ejemplo: le hago “le”
cada vez que se cruza en mi camino.)
hago la vida imposible
hasta que se ahorca en la letrina,
un bufarrón menos.

Se llamaba Jacabu Urquijo


y era oriundo de Rosario.
Fue uno de mis métodos
llamarlos a los dos,
a Urquijo y al recluso
so marica presidiario,
y Urquijo tenía que mirar
como yo obligaba a su amorcito,
a su beso de lengua,
a comerse un tacho de mierda…

Soñé
Basta. Es el amor,
eso que no puede ser,
lo que le infunde fuerza a las palabras.

177
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Eso es y por eso


no son estas palabras.

Criminal, enfermo, estéril.

(de Poemas. 1969-1985)

Lectura, está prohibida, no: no


puedes acercarte a ella y no puedes
leer acerca de ningún, ningún texto,
y menos: leer un texto de cerca.
Estás escribiendo. Y este libro de Putos
es una prueba (que estás escribiendo)
El imaginario, el poner en juego hasta,
hasta los recuerdos (iba a escribir
lo que ahora y no recuerdo: pero recordar
es como hacer unos huevos
sin pelar la tortilla sin plantar las papas)
Podría contar, ya que en la página estamos,
el relevamiento simple y anecdótico
—un principio de entenderse culastrón—
del mundo de los levantes contra
natura: aunque hay mucha policía
que me impide ser lo único
que puedo ser: el ser, reputo,
de una mujer. Pero, lo sospecho desde la anécdota:
en la anécdota, nos quedaremos en la anécdota.
En exemplos, teológicos y marcas
del Doctor Angélico. En decir (es)
—y preguntas:
¿Por qué? ¿Es ser puto?
Lo contrario de un homosexual,
para empezar bien. Y empezar bien
(¿será esto
un texto?)
Es agarrar la borda y tirar
: no son hermanos—

178
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

a los homosexuales del espejo de mano.


A los putos no nos gustan, primero,
los hombres. Por,
por una cuestión de rigor lógico
adoptamos en el coito la posición pasiva,
entendamos: no queremos ser mujeres.
Hombres, sino, con la tela araña

(de Poemas. 1969-1985)

WenceslAo mAldonAdo
(1940-2016)

Wenceslado Horacio Maldonado nació en Buenos Aires. Fue sa-


cerdote católico por más de 20 años, desde 1966, cuando fue ordenado
en Roma, hasta que dejó los hábitos a fines de 1989. Estudió teología en
la Universidad Salesiana de Roma y Letras en la Universidad Católica de
Buenos Aires y en la Università degli Studi de Trieste. Se jubiló como do-
cente de griego clásico y literatura italiana.
Participó (junto con Miguel Ángel Lens, Néstor Latrónico, Adol-
fo Adaro, Fabián Iriarte, Ugo Rodino y ocasionalmente Carlos Schröder)
del grupo Poesía Gay de Buenos Aires, que en 1996 publicó un pliego con
poemas bajo el sello de Nueva Generación, y que luego editaría dos anto-
logías: Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada— (Literatura Gris,
2007) y Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens (Acercándo-
nos Editorial, 2011). Se vinculó asimismo con otros escritores como Ed-
gardo Gugliermetti, Enrique Solinas, Jorge Paolantonio y Fernando Noy.
Publicó los poemarios La estación necesaria (Biblos, 1990), El hombre herido
(Alicia Gallegos, Villa Tesei, 1994), Tierra intranquila (Villa Tesei, Alicia
Gallegos, 1994), Dioses del deseo antiguo (Libretas del Rojas, 1995), Si cor-
tarle la cabeza a la Gorgona (Último Reino, 1997, primer premio en el XIX
Encuentro Patagónico de Escritores en Puerto Madryn), Ceremonial de
una familia oscura (Elefante en el bazar, 1997), Eros y otros deseos (Simposio,
2010), Hexagrama (Ediciones Pavadit@, 2011), Réquiem de guerra (Epifanía,

179
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

2011), Diálogo de pájaros (Epifanía, 2011) y Hay un amor que espera y que no
olvida (Simposio, 2012), y las libretas Paraíso desechado (Epifanía, 2006), Pa-
ternidad de sombra (Epifanía, 2006), Manual de osos prácticos. Aprendizaje de caza
amatoria en veinte poemas osunos (Simposio, 2008) y Zureo (Epifanía, 2008). En
narrativa, escribió los libros de cuentos Arquitectura gótica (Ediciones del
Tridente, 1999), por el que ganó el premio Iniciación en prosa (1992-1993)
de la Secretaría de Cultura de la Nación, y Fronteras (Epifanía, 1994), a los
que se suma la novela Las vigilias de Príapo (Simposio, 2012). Como espe-
cialista en literaturas clásicas, preparó la antología anotada Entre Afrodita y
Eros. Deseo, amor y sexo en la poesía de Grecia y Roma (edición digital de autor,
2001) y la edición del poema épico-paródico de Aristón de Mitilene La
“Proctomaquia” o el Cantar de los Culos (Simposio, 2008). En teatro, además
de participar del grupo Zeus, compuso La historia del gliptodonte, estrenada
en 1997 y finalista del certamen Fray Mocho de teatro breve, y La musa de
los muchachos, representada por primera vez en el año 2000.
Falleció en Buenos Aires.

Borrachera
con el vino
de tu lengua
felicidad de pájaro en el ceibo
canta su instante

se vuela

te amo exasperadamente
me canso
te miento y soy
otro que no sé

en mi tiempo
de condena

(de Tierra intranquila)

180
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

IV

hay hoteles con olores agrios / y busco un buen vino retzina / una
cama para acostarme / en el sexo de mi amigo que no escucha
/ lo que pido lo que quiero no me mira / siquiera este ojo del
cansancio / después de nuestras horas de caminos extranjeros /
los mates de cobalto dejando atrás el sol / pero no los deseos que
suben a la sábana / que giran la almohada del desvelo / desnudos
/ en la pose de la estatua fría / viejas colosales metopas / que aca-
bamos de observar en una lámina arrugada / pegada a la pared /
aburrida como el cansancio / de ser el mismo héroe

(de Si cortarle la cabeza a la Gorgona)

XI

sabiendo quién fui alguno / podría sentirse mal quién soy si saben
/ acaso antes del hijo de zeus y danae encarcelada / o triste nieto
de los armarios / masturbando la soledad a la hora de la siesta /
fumarse un cigarrillo robado tomar a escondidas / un vaso de tin-
to con azúcar y hielo / eso antes cuando iba al pelirrojo de al lado
los jardines babilónicos / casi un olimpo de enorme palacio /
hasta encendernos de amor lamiéndonos el sexo / y penetrándo-
nos con dolor alegría de aprender a amarnos / el pelirrojo que se
arreglaba la cabellera larga en la fuente / y pececillos de colores
recorrían la sonrisa aunque un día / la medusa borracha desde
arriba descubrió nuestro arrebato / se deshizo el beso él narciso
yo perseo / secreteamos los planes para cortarle la cabeza / a
esa loca ebria hablando inglés / brazos tetas piernas con lo que
a mano tuviéramos / a la bestia de colmillos amarillos / y prose-
guir nuestra delicia hasta que se hundió en la fuente / mi narciso
muriéndose en su propia imagen / en su larga cabellera roja mi
narciso para siempre

(de Si cortarle la cabeza a la Gorgona)

181
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Hombre de los sueños

cierro los ojos para soñar


al hombre de todos mis deseos
cuerpo fornido y redondo talla de ébano
brazos de la noche que abraza
y en su rostro africano de misterio
la dulzura de unos dientes blancos
el fuego de los ojos penetrantes
y él me mira y se sonríe junto a mí
porque sabe que deseo recorrerle
no solo la belleza de su estirpe
sino también la magia
de esa voz y esas palabras desbordantes
los secretos
que en el corazón le laten
como llamados de emoción arcana
me mira y se sonríe junto a mí
cierra los ojos
para soñar al hombre que lo sueña
hasta que los dos sueños se encuentren
se abracen y en un beso
se despierten reales

(de Eros y otros deseos)

Memoria de niño

primeros besos de niño


sobre el fuego de tu pelo
me descubrieron de repente
que ese incendio interior de los placeres
de penetrar en el calor de las entrañas
y revolcarnos entre grito y forcejeo
ya no era el juego infantil de otras semanas
sino estertor adulto
sin semen y temblando

182
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

porque no éramos pequeños simplemente


pero escondíamos
la inocencia de juguetes ya no nuestros
tu boca contra la mía
apretándonos en uno solo
que aprender a ser hombre y libre
amando
abrazado a su nuevo sueño verdadero

(de Hay un amor que espera y que no olvida)

Diez amantes perfectos

desde niño aprendí


que diez era el número perfecto
diez la nota máxima de mi tarea
fueron diez los mandamientos del monte
y acabo de corroborar la perfección
decimal por mis amantes los diez que he tenido
al tocarte apenas los pies desnudos junto al agua
y al hacer ahora el amor bajo la lluvia
percibiéndote fuerte y dulce
necesitados los dos de la ternura
de besarse de abrazarse de acoplarse
perfección del encuentro en diez amantes
perfección decúbito sexual
mi décimo hombre desde muchos años
con tu caricia precisa masajeando
la superficie erótica del alma
los pliegues recónditos del cuerpo
décimo amante
perfecto
bajo el agua que nos llueve
ese líquido deseo

(de Hay un amor que espera y que no olvida)

183
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

AdolFo de teleny
(1941)

Adolfo Adaro, más conocido como Adolfo de Teleny, nació en


Buenos Aires. Fue pareja de Alejandro Cutuli desde 1978 hasta el falleci-
miento de este 27 años después, en 2005. Su apodo (tomado de la novela
homoerótica Teleny, or the reverse of the medal, de 1893, usualmente atribuida
a Oscar Wilde) se debe al nombre del pub porteño (originalmente ubicado
en Ecuador 1644/46 y luego en Juncal y Pueyrredón) del que fue dueño
desde su inauguración, en 1983, hasta su cierre, en 1996. En esos años, el
lugar (originalmente pensado como una casa de té) se convirtió en una
referencia de la sociabilidad marica, con espectáculos de música y trans-
formismo. Entre los artistas que pasaron por allí, se cuentan La Divina
Bijou (Osvaldo Aníbal García), Walter Suárez, Eduardo Solá, Daniel Du-
rán, Jean François Casanovas, Divina Valeria, y entre sus visitantes asiduos,
Juan José Sebreli y José Bianco, entre otros.
Como poeta, participó (junto con Miguel Ángel Lens, Néstor La-
trónico, Adolfo Adaro, Fabián Iriarte, Ugo Rodino y ocasionalmente Car-
los Shröder) del grupo Poesía Gay de Buenos Aires, que en 1996 publicó
un pliego con poemas bajo el sello de Nueva Generación, y que luego
editaría dos antologías: Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—
(Literatura Gris, 2007) y Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel
Lens (Acercándonos Editorial, 2011). Publicó Madrugada en la disco (1997) y
Un rato de belleza (Casi incendio la casa, 2010).

Helado de Freddo

patético soñador
el muchacho de la película
dio la vida
por escudarlo a Gregory Peck
siempre cedía el asiento en el colectivo
devolvía plata que encontraba en la calle
(a la persona equivocada)
pasó por la vida en vuelo rasante

184
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y se lanzó
sin paracaídas

sutil hasta la exquisitez


cuando se lo cojieron en el recreo de Tigre
dijo “gracias”
y se creyó
que era para siempre

(de Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—)

Buscando a Catulo

hablaba demasiado
el taxi boy ajado
y se rió de la oferta del magnate judío
“por esa guita ni me bajo el cierre”
y contó su vida: cocaína y sexo
cuando se cotizaba en círculos dorados

al taxi boy maduro


ya no le pagan las copas
ni le manotean el bulto

(de Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—)

“El Olmo”

ese ambiguo café del bello nombre


no es de las gentes el segundo hogar
ni receptor de confidencias al señor de la barra
un español
que de su lejana aldea
recuerda con nostalgia
que “los hombres eran machos

185
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y las mujeres hembras”


ese café soporta con resignación
la perfumada clientela
que abulta las arcas
lugar de encuentro de sombras extraviadas
escenario opaco del muchacho maquillado
puerto de cartón pintado
donde mora la estatua de yeso y oro falso
ese café es un abrazo tibio
templo de frivolidad de gran aldea
eco de risotadas fingidas
luz de neón que parpadea
sobre el caoba rojizo
de pintadas cabelleras
la ventana de cristales impiadosos
muestra arrugas obstinadas y bisturíes chismosos
es reino de la soledad obligada
y de los amores pagos…
aquel muchacho casi joven y bello
tiene sólo dos pesos para un café
(y monedas para el viaje)
y repetir cada noche
la monótona rutina
de la mirada hambrienta
que no tiene respuesta
ceremonia ya ensayada
en el café de utilería
donde el tiempo se detiene
en la mesa inevitable

(de Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—)

“Nos vemos”

trato de revivir
tu genital abrazo

186
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

el espasmo amoroso
que te sacudió entero
bálsamo sobre mi cuerpo
satisfecho abandono
y al partir
la mirada agradecida
prodigio del feliz encuentro

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

Cine Capitol

corría velozmente
era Fred era Gene
Hollywood y sus estrellas
los niños talentosos
lectores delicados
vivíamos protegidos
nuestras madres nos mimaban
los machos nos deseaban
nos agobiaban la Iglesia
y sus falsos pastores
el abyecto pecado
nos impedía la vida
un día el pensamiento
comprendió que era libre
y bendigo el momento
en que empecé a vivir

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

Prohibido eyacular en el yacuzzi

cuerpos desnudos
miradas sugestivas

187
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

panzas peludas
cojones de toro
repertorio de fiesta
no como en un cine
donde la ropa oculta
lo que enciende el deseo
abrazos cuerpo a cuerpo
las fragancias viriles
apoteosis de los sentidos

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

FuAd zAhrA Adur


(1942-2015)

Fuad Zahra Adur nació en Caseros (Buenos Aires). Fue un artista


autodidacta y poeta. Formó parte del Grupo Eros del Frente de Libera-
ción Homosexual entre 1972 y 1976. Su obra poética permanece inédita.

¿Te acordás, muchachito “de afuera”…


de aquel dulce mar en que la barca se mecía?
No eran acaso falsas todas las plegarias inútiles
inmacacareadas, descompuestas i de risa, al fin
y al cabo! barcas silenciosas por el temor
ansiado; inimaginablemente en el lugar
exacto, primero y estridente como un niño
nacido de un amor de isla habitada por aquellos pájaros
de el Nuncajamás me olvides,
aunque me adelante y por tu sola culpa,
para abandonarme en tu regazo frater…
y disolvernos en otra noche sin estrellas.
Ahora que la plaza está cubierta de tímidas palomas
que se arrullan sin temor del carcelero,
te inmolarás ante el cazador furtivo

188
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

una y otra vez, esa es tu manera de vogar


de convertirte en ángel justiciero
y habitar la imprescindible aurora
que tus caricias me provocan;
y aunque no soporten nuestra eterna primavera
nuestro gesto más sublime y persistan en negarnos…
tú continúa convertido en río,
reflejando el cielo de tu risa clara,
el reino de tu beso intransferible.

Él y yo - Agosto de 1996

***

Hay días —suele suceder sin previo aviso— azules,


no porque el verde de sus ojos me convenzan de lo contrario,
me aflojen los pantalones en un baldío cualquiera
o lo mire descaradamente y él se petrifique;
hay días en que me olvido hasta de los niños que yacen
al borde de un camino despanchurrado por el incesante bombardeo
y él insiste en apuntarme con su pistola invisible
con toda su poderosa anatomía insoslayable,
casi nauseabunda en su adiposa entelequia
por penetrarme a su antojo
por escupirme entre las nalgas…
por admirarse en el tamaño de mis genitales:
suele suceder sin previo aviso; es entonces
cuando las paredes reflejan su imponente sombra
invaden sus espasmódicos movimientos reptales
mi punto de fuga inabarcable
y me pone de un solo sablazo
entre sus muslos de coloso griego
de hoplita itinerante, proceloso y alzado
impertinente!

Hay días azules… como de acero damasquino,


como de calabozo abarrotado,

189
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en cuyas paredes repletas de nombres y consignas


él se atreve descaradamente a escribir mi nombre
a estampar el lado derecho de mi cara
mis dos manos, a que me abra de piernas
y él me palpe todo, me circuncide diestramente
y me condene a compartir su orgasmo y a que le grite
cuándo le daré batalla.

El vigilante alzado - 29 de agosto de 1996

Parkvillage Station

ya no están los arbustos tras los cuales nos desparramábamos


[como hojas
ya no están los muchachos de entonces con la lanza en ristre
con las dagas alzadas y dispuestas… a matar al ángel
ya no los fuegos fatuos de las reinas de la noche, con sus anillos
como de amapolas, como si el mar fluyera de sus dedos portentosos,
ya no… las lunas inmensas y rojas para siempre, mientras la tía
nos hacía guiños y trampas simultáneamente
para que el gallo se mostrara al gallo
ya no los desangelados y taciturnos que mostraban sus braguetas
sus bultos prominentes, sus ganas de rezarte en el cogote…
ya no la brisa negra y calentona y el fogonero de lustrosa carne
que ofrecía su verga poderosa al sediento peregrino.
A partir de ahí… nacían las galaxias y el bosque portentoso
por donde vagaban con su manos repletas de colores
y el sublime jadeo interminable y cadencioso
y el olor insoportable y tiernamente amado
y las axilas como lluvia y los ligustros que emborrachan.
Los ayes de gozo surcaban la tibieza de aquellas noches de Octubre
y un sinfín de aromas a jazmín o paraíso
y un sinfín de gestos y arrebatos y mordiscones
y un sinfín de besos matame o haceme lo que quieras.
Ya no la inmediatez de los bufidos vaporosos
de esos pistones engrasados que fabrica la niebla
interrumpiendo los jadeos para tragarse la noche

190
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mientras las espadas de combate relucían bajo un mar de estrellas


[imposibles.
Ya no hay alba de los días, el reverberar de las caricias
ni la dulzona calma de los adioses y de los abrazos sin miedo,
ahora el carcelero yace moribundo y para siempre
y extrañas criaturas se instalan por lo alto de las azoteas,
y ha sonado la hora del martirio y todo se vende
y se ha instalado la histeria en el orgasmo compulsivo…
Ya nos están los arbustos tras los cuales nos desparramábamos
[como hojas
ya vagan por el aire las ánimas sedientas
y el amor se instala como un paranoico alucinado
en el regazo de todos nuestros sueños muertos.

02/12/2002

juAn josé senA


(1944-2016)

Juan José Sena nació en General Pico (La Pampa). Fue novelista,
poeta, dramaturgo y traductor. Hizo estudios de Filosofía, Antropología
y Letras en Buenos Aires, La Pampa y La Plata. Se desempeñó como do-
cente en diversos niveles y coordinó talleres de escritura creativa. Realizó
además estudios lingüísticos de campo en departamentos del oeste pam-
peano entre 1974 y 1976. Participó en diferentes antologías del país y del
exterior.
Su obra publicada incluye el volumen de cuentos La última noche
del imperio (Editorial Universitaria de Panamá, 1976), galardonado en Pana-
má, y dos recopilaciones de narrativa, Los condenados de este mundo (2011) y
Los hombres mueren y no son felices (2015), ambos editados por la Subsecretaría
de Cultura de la provincia de La Pampa. En 2004, a partir de sus relatos,
Silvio Lang presentó el montaje teatral El deseo de la Petra Polanco.
En palabras de Lang, Sena, “ya en la década de 1970 se travestía
y se floreaba por las calles de General Pico, una pequeña ciudad donde te
pueden matar por puto. Salía montado de Marilyn Monroe, a pleno sol.

191
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Una tarde unos albañiles, desde los andamios de una obra en construcción
le gritaron ‘maricón’. Y Juanjo enfurecido empezó a agitar las estructuras
de los andamios con todas sus fuerzas y a gritarles que bajaran, que los
iba a cagar a piñas con tacos y todo. Todo muy Hermes Villordo. Su casa
fue incendiada por un atentado homofóbico, en 2004, y no hubo justicia,
ni reparación del Estado. Vivió en las ruinas hasta sus últimos días. Allí
dejó una obra literaria de más de 6.000 páginas, ordenada en 20 carpetas”.
Esa obra inédita incluye sus poemas, de los cuales solo unos pocos fueron
publicados en revistas y antologías o difundidos por el propio autor en su
página de Facebook.

Costumbre de sirenas

La memoria, vibrátil madeja de los días,


lento caleidoscopio que describe armonías
allí donde hubo caos, soles muertos, silencio,
dolor de llaga abierta a realidades
hediendo a hiel, crispándote la hora,
hundiéndote en insomnio, en pánico o en bruma,
donde la realidad era un concepto triste,
ósea mentira pálida para trizar tus manos
contra los pétreos muros de la desesperanza.

No te olvides de nada. No dejes que la noche


mancille con sus sueños de piadosa mortaja
aquello que fue carne para el dolor a solas.

Recuerda. Rememora. Todo fue siempre cíclico.


La mañosa costumbre, como una vieja loca,
hurga en viejos baúles el bálsamo de olvido.
Delira. Sus andrajos no le recuerdan nada.
Viene de un territorio de sombras y ceniza,
calza la desnudez del oprobio y la inquina
pero busca, obsesiva, la llave de esmeralda
que le hará transmutar el horror en euforia.

192
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

No la imites. Engaña con promesas de dádiva.


Te prepara banquetes. Te promete la gracia,
juega con tu esperanza y empaña los espejos
para que no te veas la arruga y el espanto.
Engañadora y sabia en conjurar tu sino,
traza un círculo de oro sobre letal pantano,
y embelesa tus ojos en falsarias visiones
mientras prepara el rayo que habrá de fulminarte.

Puedes danzar con ella, si quieres, frente al páramo,


mientras cae el crepúsculo con toda su agonía,
pero no cedas, alma, a la risa y al canto—
Las antiguas Sirenas no pierden su costumbre.

Santa Rosa, 1974

(de Escribiciones)

Ley de Médano

Esta es la ley del médano.


La escribieron los dioses miserables sobre la piel del páramo.
Nadie pudo infringir jamás sus mandamientos, so pena de extinción en la
locura o el tenebroso exilio del suicidio.
Jueces inexorables la impusieron ineluctablemente.
Jamás dieron lugar a apelaciones por causas atenuantes.
Fue la única ley que se cumpliera siendo juez y verdugo, todo a un tiempo.
Bajo ella se nació, se vivió bajo ella. Por ella su cumplió toda muerte en
la tierra.
E impera en el trasmundo todavía con hambruna insaciable.
Esta es la ley del médano.

Aquí los hombres pasan con su cruz en la espalda musitando temerosas


plegarias.

193
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Aquí se cumple el ruego de impotencia, como consolación, sin esperanza.


Médano a la deriva. Cubre todo. Su ley es la traición, es el olvido
cumpliéndose a mansalva.

Cada grano de arena de su vientre es una ciega y terca molécula de Dios


empecinándose por borrar toda huella.
No hay altas alambradas de soberbia para impedir su paso
ni ninguna muralla que pueda erguir el hombre para evitar su bárbaro avance
sentenciero,
ni guardias tras almenas de castillos insomnes para advertir al mundo sobre
su bronco paso.
esa marcha en silencio de molusco de polvo empecinado, ese ultraje voraz,
siempre insaciable.
Las rumbosas ciudades, inconscientes de sí, tan condenadas
como el más miserable de los pueblos
hallarán su sepulcro innominado
bajo pesadas, densas, capas de anonimato en dunas frías.
Un dios cuya impiedad raya en crueldad altísima
ha escogido este modo de imponer sobre el páramo su castigo vesánico
y hasta acaso una inicua manera vengativa de paliar sus envidias.

Esta es la ley del médano en el páramo de la tierra baldía.


Aquí todo se olvida al poco tiempo, todo se difumina prestamente bajo un
borrón siniestro.
Ni el más férvido amor puede contra esta ley, esta obsesión astral, este
designio cruel de consumirlo todo,
esta aciaga manera de advertir finitud y vacío,
el feroz instrumento de las transmutaciones con guadaña voraz tronchando
médulas.

Esta es la ley del médano.


Ni la lucha más larga. Ni el más heroico modo de subvertir lo injusto,
ni siquiera
la santidad más límpida
pudieran
suprimir esta ley de la desesperanza
porque fue irrevocable —y acaso necesaria como ninguna otra sobre la faz
del mundo.

194
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Ciega en su cumplimiento ineluctable, no habrá manera alguna de


evadirla
jamás ni de borrarla
con turbión de los cielos o brasa del infierno.
Ángeles grises cumplen desde su cautiverio enamorado
la función de soplar contra la vida
la tediosa constancia de la muerte
y su inconsciencia máxima.

La Cruz del Sur vigila.


“Pasen así las glorias de este mundo…” .
Asumamos las lentas erosiones con que Dios nos despoja mansamente
de la ilusión de ser a espaldas de la Nada.
A pagar un antiguo pecado de soberbia se vino a estas planicies de la
pena.
Consintamos en ser humildes perdedores de una carrera en círculo,
de una ilusa carrera miserable de caballo de noria.

Tenemos solo un sueño en las pupilas


condenado a morir, igual que todo,
bajo un médano insomne
cuando el párpado en llamas
del dios viejo y cansado
se decida a dormir su sueño cósmico.

Será un sueño de arena interminable


y ninguna visión.
Será el vacío.
Será la ley del médano.

Santa Rosa, 1975.

(de Escribiciones)

195
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Variaciones de luz, esquivas, sobre el sexo

Ruges como los leones en su selva enquistada por dentro de ti


mismo.
Astral, ese desquicio cesa por siempre y calla.
El caballo ha cedido de sumisa manera.
Una sola mirada te ha descubierto en mi alma la entrada al
laberinto donde hallarás tu cielo.
La luna dejará de impacientar tus noches por un tramo de amor
con bálsamo de olvido.
A la mañana cruel del niño no investido de ningún rencoroso
dolor de duermevela
le ha de seguir la luz del sol color candado de amor rebeldemen-
te subsumido en mi hoguera.
Fraternal furia sola, no has de fugar del hondo guadal donde te
aguardo…
¿Ruges con el dolor que anuncia que ya vienes, que
ansiosamente vas, precipitadamente
en busca de la entraña que en ti aguarda la fálica grandeza don-
de darás amor de ardor jamás hallado?
Duda muerta en tu sueño, mi carne, que te aguarda, ha de ocul-
tar tu mueca que viene del vacío,
O nada será nunca lo que te merecías: esa sola misión de amor
correspondiéndose.
Perfume de benjuí, de rosa, de caléndula, o de malvón, de
esquivo clavel del aire anclado, parasitariamente sobre el árbol
paterno o de pronto se vuelve flor de planta voraz, flor de estirpe
caníbal, de carnicero modo de ultrajar el linaje de las flores
violadas por el lujo en la fiesta, y pienso en la violeta, la flor del
nomeolvides, la rosa, el tulipán, el clavel o las lilas.
El falo señorial, saluda desde el propio centro de un escenario
donde se exhibe el mundo con tu ronco esplendor de aguilucho
remando con sus alas de amor la noche ineludible, donde el
amante expresa su decisión de encono para que tú te abismes
en la playa del miedo, y sin embargo ensayes una vez, de entre
miles de veces como pájaros, como antiguas bandadas de se-
minal hondura, el gesto de cederte y arder, fulgor blanco en la

196
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

rada donde se desemboca rumbo al mar de tu pecho, tu boca, tu


anoamor, tus glúteos que se expanden, tus esfínteres siempre con
miedo y sin embargo, convencidos después de ensayos multifor-
mes en que deben quedar humildemente quietos, porque ahora
de pronto tu intestinal recinto, tu rectal funcional hondura hacia
tu centro se debe de volver funcional para el coito, la cópula en
que vas sobre la nube al fuego, y del fuego a la blanca gimnasia
de tu boca, y de tu boca al largo temblor de piel en piel, como si
nuestro envase contenedor de pronto se volviera un erial y luego
un vasto piélago donde habrás de nadar, desnudo, hacia la orilla
donde el otro te aguarda con su aire a bocanadas para insistir en
ser lengua de lenguamor contra tu lengua y tu alma, como quien
se merece la maquinal instancia del que te habrá de dar el soplo,
el aliento de estar vivo, el justificativo para no ser distinto de lo
que mansamente Dios exige en tu hondura, tu cuenco, tu bestial
cárcel de ansiosas hambres.
Bello falo vestido de blanco látex, late, te alela, te edulcora, te
acalora la víscera, te azuza para ser el cochero alelado en tu
viaje, te convida al dolor del envión que no cesa, y al par que se
deshace de ti con cada hambruna te hace tan diferente de ayer
para mañana como antes nunca en nada parecido a ti mismo, y
a cuanto debe ser cumplido a toda hora se cumple hasta el final
del orgasmo de un dios, fugado de sí mismo.
Sobre el pasto, en el lecho, sobre el suelo, en la nube, sobre el
coposo adiós del árbol de la vida entregado al azul cielo de otros
planetas, en mil y una formas obstinadas en ser siempre distintas
maneras de cederte, fuiste aprendiendo resignadamente y fue en
cada latir vibrante, en remolino, donde pariste al monstruo que
habita en cada cual de manera distinta, porque ningún fetiche
colgante de entrepiernas será jamás igual, ni siquiera ese mismo
falo del largo amor en que por tanto y tanto tiempo del almana-
que te consumiste en vida, ni siquiera en el modo del partener
de turno durante largas noches de representaciones en un teatro
de siempre variables mutaciones.
Jamás fue el mismo miembro del todo siempre el mismo, porque
la condenada secuencia de los años, se va hilvanando en siempre
disfraces diferentes y frente a tu azorada visión, tu tacto amante,
tu amado resplandor, tu cueva, tu exterminio, el erecto y el rígi-

197
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

do palo de gran navío del tronco en duro trance de tumescencia


plena, lleno de sangre fiel, se siente otro distinto.
Y al fin no es sino un modo más de un gran caleidoscopio donde
vas con asombro descubriendo que sabes dominar ya la lengua
del tiempo que no cesa, que ha de mutar lo mismo que todo en
esta vida, pero no ha de morir, solo ha de transformarse, pero
al par que transforma tu quejido insensato, te forma y forma al
otro que de sí entero vuelca la substancia que tiene su agridulce
manera de sembrarse en tu piel, tu boca, tu hendidura donde
cálidamente, tibiamente, lo esperas…
Confieso que he nacido padeciendo de huérfano y que me acojo
a todo lo que me dice “Vente conmigo hacia mi amparo”. Abro
la puerta y entro, textualmente la casa donde la tejedora teje
mortaja propia en telar de misterio, penetro en la morada de la
niña que teme la tímida intrusión del loco en su guarida. Y hay
una mariposa marsellesa que me anda persiguiendo los sueños,
la incita ese agujero no remendado nunca por dónde puede
verse la piel de mi destino, obscenamente franca, porosamente
urdida para que me contagien todos los beneficios, todos los
maleficios, tanto como se pueda desde mi arcilla a solas.
Penetro en la confiada confusión de mis miedos llevado por la
mano de la vidente maga, la sibila imperial, la niña de la trama
del tapiz que no cesa de proclamarse reina de la noche, y posee
la ciega profesión de Atenea, la justa, la diosa no surgida de nin-
guna coyunda entre los dioses hartos del mito nostalgiado.
Ella me ha concedido, transfundida en mi sangre, ese modo
de cuna versicular, y mi alma se religa a la suya como acaso lo
fuera la intencionalidad del que fue a su manera con desmedi-
da siempre lindante en puro abismo, luchando con Peniel, ese
dios travestido en un modo proteico de volverse mutante, mero
viandante esquivo, y era Jacob su estigma, y luego de su herida
en el muslo doliente, de su erótico sino de náufrago y demonio,
se bautizó Israel, se alzó desde sí mismo, genesíaco y siempre
sometido a la Gracia, la virtud, la eficacia, la senectud del grito
que halla su intemporal factura en mis entrañas.
Pero es umbilical mi relación con ella, y ella lo sabe y siente los
dientes de mi boca, pero digo la boca de mi sombra, del ánima,
la que se precipita sobre el ama de leche y le absorbe la dulce

198
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

nutricia sopa de almas, sin que sepa jamás, porque como lo dice,
legalizando el acto de robo, de intrusión, de matriciarme en ella,
la reina que llamaron Amora en cierto Olimpo fue consagrada
en mí profética y balsámica, terrorífica unción de Casandra en
su Troya, o Sibila de Cumas en mi templo de infancia.
Esta es una barroca sucesión de desgarros de una placenta
nunca sometida a otro modo de implantación distinta de la que
me merezco, pródigamente siendo su filial regocijo de proyec-
ción astral, a través de los años, a través de los mismos terrores
del pasado. Atrás, en otra vida, pudo haber sido acaso la madre
visceral, y yo su niño preso durante nueve lunas de tenso ansioso
anhelo…
Silenciosa y sutil, sagaz, desde su bruma, con su hambruna
ancestral de verbo a la deriva, su noche cobijó mi noche en su
regazo, y el lazo se anudó, tensamente obstinado.
Eras la gran guardiana que impedía el paso erróneo al fin de
todo merodear de mi alma por sobre la costra de mi fe.
Y te llamaron bruja. Y fuiste maga.
Yo, apenas un doncel.
Alguien que transitaba la esperanza con rencor de su abismo.
Pero siempre fui fiel.

General Pico, miércoles 5 de agosto de 1998.

(recuperado de la página de Facebook del autor)

Los dones que me dieron

—Apenas si me dieron todo el tiempo del ángel derramado.


Fue como una postal del cielo en una lámina,
todo el cielo de dios en una sola lágrima,
todo un gran arenal de sol siempre irredento
en el fondo del miedo.
Entre zarzas ardientes,
y allá, en la lejanía,
más allá de las nubes,
la memoria sin voz.
Muda, impasible.

199
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Te has cansado de hurgar entre tus muertos


Entre fatuas preguntas
Libro tras libro
Napa tras napa
Y nunca el agua
Para saciar tu sed
De un manantial de amor nunca saciado.

(recuperado de la página de Facebook del autor)

roberto jAcoby
(1944)

Roberto Jacoby nació en Buenos Aires. Es sociólogo y artista


conceptual. Formó parte del grupo de creadores vinculados al Instituto Di
Tella. Compuso letras para el grupo de rock Virus. Ha presentado mues-
tras e instalaciones en diferentes países. Su obra interrelaciona múltiples
disciplinas y ha sido reunida en un archivo para consulta digital. En 2011,
el Museo Nacional de Arte Reina Sofía inauguró una retrospectiva de su
producción bajo el título El deseo nace del derrumbe.
Su obra literaria incluye las plaquetas Orgía (Belleza y Felicidad,
2000) y Como besos (Belleza y Felicidad, 2004), y la novela Moncada (en co-
laboración con Jorge Di Paola, Adriana Hidalgo, 2003).

Como besos

Alado amigo,
otros asuntos te han llevado
al puerto,
y no has venido por mis besos.
Estás demasiado lejos
sin embargo yo sentí
la humedad en mis huesos.

Por el célebre revoloteo


de mariposas

200
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en esa hendidura
justo al lado de mi corazón
he reconocido que te amo.

Primero en jeans y con zapatillas rotas,


luego, con un feo bermudas y remera.
Ahora con tu nuevo traje de baño
y el nuevo vello en tu pecho limpísimo,
me fui acercando a tu corazón capa por capa,
mientras dormíamos lado a lado,
dulce mancebo…
Sócrates y su famosa capa
en El banquete,
Ganímedes y el néctar,
los amigazos Aquiles y Patroclo,
los paseos sabihondos de la Academia,
los gimnastas,
la homosexualidad normal.
Yo era niño y Grecia era un territorio
de latidos apresurados y cosquilleos.
Ahora ya he vivido más que Sócrates
y no tienen número los jóvenes
sobre los que posé mi capa.

De pronto apareces
en mi atardecer,
obra de arte entre
las obras de arte,
y dulcemente
doradamente,
perfumadamente,
el sol aqueo
me baña.

Hace años,
una mañana transparente
en el museo de Éfeso
entre otros mármoles

201
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

vi aquel redondo Apolo temprano.


Ahora, muchacho, en mi propio lecho
¡lo encuentro bebiendo!

Cuando te embarcas en el navío pirata


de tus sueños sin dueño y sin ropa
proteges la proa con dos artilleros…
Cuida que unos arteros no te den por popa,
amigo mío.

No has permitido
que hinque el diente
en el durazno dorado
pero mientras dormías
él habló y dijo…
Aún no sé de fijo
si era sí o si era no…

No aceptas que toque tus frutos.


Toda la noche permanezco
al pie del cañón…

Nuestro amor es casto pero


¡qué vergonzosos nuestros sueños!

A través de la persiana
espiaré en la mañana
y en la noche desierta
tu fruta yerta.

En la amistad
(philos, dicen los sabios)
la existencia nos muestra su dulzura.
Para mí la dicha está en tus labios
ávidos de uvas y cultura.

En el estanque de los azulejos


el agua nos mojó. Frescos espejos

202
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

nos vieron con los mejores ajuares.


Leías versos cuando manjares
diversos colmaron las bandejas.
Tratamos tramas complejas
entre flautas y laúdes:
de la Nada, las virtudes
y del Todo, las maldades.
Más deleites, ebriedades,
y por tus besos cubierto.
¿Sueño o estoy despierto?

¡Divagaciones de poeta!
Sé muy bien que ya he muerto
y me paseo
por el Jardín del Profeta.
Mordí una gran fresa encarnada,
exprimí su suave carne roja,
derramé el jugo insolente
dentro y fuera de mi boca.

Tenté tus jugosos labios


que mordieron mis labios
por segunda vez.
Frutillas más suculentas
que la mayor frutilla,
besos del exceso.
Algunas noches te embriagas con tus amigos ruidosos
hasta que amanece y vuelcas en nuestra cama.
Yo simulo dormir mientras al fin, sereno por tu
respiración cercana, adormezco.
Tu cuerpo de atleta me atrae como un planeta
mayor a otro menor
y me haces un hueco donde me abandono al sueño.

Mi conciencia se ha escurrido cuando tus rodillas


me inmovilizan y sólido conduces mi mano del
corazón hasta tu indocumentada entrepierna
mientras me desvanezco en la deliciosa confusión.

203
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La vedada enhiesta está allí donde me obligas a tocarte,


entre jadeos y revueltas.
Tiemblo de amor y de temor.
Insensato ¡estás ebrio!
¿Mas qué sucederá si despiertas y me atrapas en
pleno trabajo criminal?

Aparto los cobardes dedos pero de nuevo me


fuerzas a tantear el volumen de tu creciente deseo.
Por Zeus ¡no despiertes!
Pr Afrodita ¡persiste en tu arrebato!
Por Eros ¡sigue borracho hasta que todos los latidos
se aquieten!
Embísteme hasta violar nuestros castos juramentos.

Resistes al sueño como los niños juguetones


hasta que pierdes el mando
y te rindes a las sábanas.
Empieza ahí tu segunda vida,
donde aúllas de espanto,
caes a los precipicios
y te estremeces de ternura.
Cada noche un poco más, me amas.

Hace días apasionados besos


reclamabas mi boca.
Luego fueron tenaces caricias.
Ayer, impúdicas exigencias
que no podría relatarte sin que te espantes
y me ordenes silencio.
No falta mucho para que en tus turbulentos sueños
me poseas.
Oh Dioses complejos ¡ayudadme!
Esa sería, al tiempo, la más alta dicha
y el desenlace fatal.
Cuando me hagas tuyo

204
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

despertarás de la anestesia, bello durmiente


y la carrera de voluptuosidades ya no se detendrá.
Sin ti, no tengo mejor proyecto que la muerte.

Cómo se tiñen tus labios con el oscuro vino rojo!


Qué tenue sombra los cubre!
Cuánta hierba medra en los médanos de tu pecho!
Hasta dónde llega tu elástica inteligencia!
Qué sólidos son tus bíceps!
¿Puede medirse la magnitud de mi amor?
No se puede porque solo tiene dos estados.
Todo o nada.
Amor o muerte.

De pronto canta la fuente.


El chorro potente
mana desde la vertiente
al recipiente.
Este surtidos encanta
mi sueño de Oriente
con versos entrecortados de voz ardiente.

También mi alma brota y ¡me torno líquido!


Ansiedad de torrentes.
Tristeza del estanque.

(de Como besos)

jorge pAolAntonio
(1947-2019)

Jorge Paolantonio nació en San Fernando del Valle de Catamarca


y falleció en Buenos Aires. Hasta su muerte y por más de dos décadas fue
pareja de Enrique Solinas. Egresó como profesor y licenciado en Len-
gua y Literatura Inglesa de la Universidad Nacional de Córdoba, y realizó
estudios de posgrado en la Argentina e Inglaterra. Fue docente univer-

205
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sitario y terciario, así como profesor y expositor invitado en el exterior.


Como poeta, publicó, entre 1973 y 2017, 19 libros, a los que se agregan
sus seis novelas y sus veinte monólogos dramáticos. La nómina completa
de los poemarios incluye Clave para abrir las pajareras (Juglaría, Córdoba,
1973), A imagen y semejanza (UNCa, San Fernando del Valle de Catamar-
ca, 1978), Extraña manera de asomarse (Cuadernos de Sudestada, La Plata,
1989), Estaba la muerte sentada (Rundinuskín, 1991). Resplandor de los días
inusados (Ediciones del Dock, 1994), Lengua Devorada (Poetas Vivos, 1995),
Huaco (Ediciones del Dock, 2000), Favor del viento (San Fernando del Valle
de Catamarca, Sarquís, 2005), Peso Muerto/Dead Weight (El MonoArmado,
2008), De santos, guerreros y herejes (plaqueta, UNCa, San Fernando del Valle
de Catamarca), Del Orden y la dicha (Ruinas Circulares, 2011), baus o la len-
ta agonía de las especies migratorias (El Mono Armado, 2014), Curar la herida
(Lima, Perú, Hanan Harawi, 2015), En este duro oficio (Imaginante/Bibliote-
ca del Caribe, Buenos Aires/Bogotá, 2015), Siete Palmeras/Seven Palm Trees
(Imaginante, 2015), Cielo ganado (Vinciguerra, 2016), Tigre-Tigre (Imaginan-
te, 2016, con versiones en francés de Nohua Homad y Alicia Waisman),
Aires Catamarcanos (Imaginante, cancionero, 2017), Si acaso la neblina/In case
the mist (Books&Smith, Nueva York, 2018) y 78 rpm (Caleta Olivia, 2018),
además de su Obra selecta (El Copista, 2011).
Su obra le valió, además de numerosas traducciones (al inglés, el
italiano, el francés, el griego, el árabe y el japonés) y una beca del Fondo
Nacional de las Artes, invitaciones a festivales nacionales y extranjeros,
así como, entre otros, el Premio Nacional de Poesía (Región Noroeste),
el Premio Nacional Luis Franco, el Premio de la Ciudad de Buenos Aires
(en la categoría novela), el Premio Nacional Echeverría por su trayectoria,
el premio de la Fundación Garzón-Céspedes (Madrid) y el SoleLuna de
ficción (Milán). Fue distinguido, además, como Personaje Destacado de la
Cultura por la Cámara de Diputados de Catamarca (2012) y por el Senado
de la Nación, que le concedió el Diploma Senador Domingo Faustino
Sarmiento en 2015.

El hijo de las estaciones

Hubo un tiempo de luz casi fortuito


ganado en el quehacer de cada augurio;

206
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

una especie de sol parlante y furia


y unas ganas de matarme de amor
a cada instante.
Pero el rostro
se llena de pisadas
y están dios
y aquel levítico.
Por ello
transitamos la estatura
del pasto matutino,
la sístole del hambre,
la diástole del lirio.

Y es que el tiempo
nos florece hasta en los modos
del llanto que habitamos
y el hombre que mentimos.

(de Clave para abrir las pajareras)

Aproximación

Mis ojos dijeron


y tu mejilla era un velo soplado
por las sílabas de tu miedo
mi mano no mis dedos
deletrearon tu belleza
tu niño acurrucado bajo el árbol
tu ciprés de tristeza
tus labios de níspero

y ascendí
por el filoso borde de tu candor
envuelto en lluvia
disfrazado de murmullo decidor de pájaros

(de Estaba la muerte sentada)

207
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Mercury

Sobre su sábana de bruma escapularia


su corona baja al fondo lento
de un agua de risotadas

Desde sus dientes lanza babas de diablo


y montículos de avena resoplada
por el hambre de la peste

Se oyen las voces


niños no mujeres no capitanes primero

Sin un leve parpadeo


viste su capa de briznas de jade
y retoca sus pestañas de agujas de pino
mientras revolea sus torpes caracoles de vidrio
contra el hocico pétreo de los micrófonos
y otros basurales

La turba corea
(bring it back
bring it back)
Y él baila la danza de los corazones macizos
y resplandece desquiciando el aire
apestado apestoso

Y es una reina disfrazada


de melodías salvajes
para siempre.

(de Resplandor de los días inusados)

208
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Quirofanía

Quitadme las entrañas,


Yo he cantado
Odiseas Elitis
La Pasión, XIII: 16

Los otros que te amaban


despellejaron tu alarido ebrio de vinos indefensos
y prestaron el filo agrio de sus ojos
para escuchar tu respiración
en un frasco de sangre gemebunda
alta como un dios inacudido
señalando praderas de sal y estatuaria de carne

Los otros que te amaban


desataron tu pecho entre las rosas
para que entraran tordos a comerte las ganas

Y estabas todo de harina


en las hierbas sigilosas de tu pelo mojado
bajando de las carnes maltratadas

pisando los dedos buscadores


petrificando las flores aciduladas
para subir tu aire
besar los bordes de la vida
y hallar la llave de tu casa
colgada de tu corazón.

(de Resplandor de los días inusados)

209
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Un día en Nueva York


intérprete LEONARD BERNSTEIN (1949)

dijimos que algún día nos iríamos los tres


como esos marineros que se bailaban todo
en la película
dijimos que algún día íbamos a enamorarnos
darnos besos en la boca
bailar arrastrando tapas de basura
patear lluvia
saltar charcos sin cuidar los zapatos
tres marineros de vacaciones
tres primos sin vacaciones
íbamos a robar el banco para pagar pasajes
de avión de tren de coche a caballo
y mientras nos buscaran
pensábamos escondernos en el confesionario
o mejor en la terraza desde donde se veía
el reloj de la catedral
y las palomas que alborotaban el cielo
con las campanadas

el disco se rayó de tanto ponerlo


y no conseguimos pasaje
porque al banco se lo robaron
otros

(de 78 rpm)

ernesto hollmAnn
(1947)

Ernesto Hollman nació en Buenos Aires. Fue integrante del Fren-


te de Liberación Homosexual (FLH) en los años 70. Escribió crítica de
cine para las revistas Siete Días, Biógrafo y El Porteño. En poesía, publicó

210
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Hierofanía de Samael (Faro, 1992). En 2008 participó de la película Rosa Patria,


de Santiago Loza, sobre la vida y la poesía de Néstor Perlongher. Doce poe-
mas de su autoría integran la antología Poesía Gay de Buenos Aires. Homenaje a
Miguel Ángel Lens (Acercándonos Ediciones, 2011).

Ámbitos

Estos versos son para ti, fugaz amante, escogido para mis masturbaciones
cotidianas
pajas provocadas entre mingitorios de las teteras
profanos oasis en las desvastadas ciudades
o entre los reflejos ad infinitum de tus gozosas proliferaciones
y también en la osadía de observante cuando cruzas la calle
y giro para mirar tu hermoso culo
que se oculta bajo el paleto de una innecesaria tela
o aquella cuando perversamente me devuelves el objeto de mi mirada.

Amante que me excitas desde los ángulos más conjeturados


en la penumbra de una visión
y la vacilación, no concretada, de un ademán.

Míseros amantes: no importan las identidades


ni las historias paralelas
ni las máscaras que recubren sus ansias
lo que importa: mis cavilaciones diurnas y nocturnas.

Sus rostros son variables y nunca definidos


de ojos profundos color acerados
de atavíos ordinarios y portes cínicos.

Serás siempre, a toda hora, el amante humillado y violado


interpretando al despistado sayón de mis entrañas
que inevitablemente mataré en la densidad de la
oscuridad.

Amante de mis juegos más perversos


entre las solapadas manifestaciones

211
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en los escuetos rincones de las paredes


eyacularé tu presencia abrazado a mi deseo;
perdiéndome entre las manos que me buscan para estrangularme
me entregaré a los desvaríos de un hipotético destino
premeditado en la especulación hacedora.

Anónimo amante: es un poeta solitario quien te escribe estas vacías palabras


que armonizadas o no fueron engendradas por el cansancio.

Pululo entre bares y callejuelas que me tragan buscándote


corro por las alcantarillas y desciendo para encontrarte
y hallar alguna amelga de tu cuerpo que feliz pueda devorar
hasta saturarme en la luna del lavabo
rostro que devuelve que soy.

Amante furibundo que he de doblegar en el ritual de cada penitencia


diáfano en tu indefensión
portaré los báculos del supremo juez en cada átomo de tu crucifixión.

(de Hierofanía de Samael)

Remembranzas de un viejo poema de Catulo

Amémonos pequeños míos, disfrutando de nuestras bocas que derraman arropía


lamiendo, en sedienta agonía, los brillosos filamentos
y nos interesen un as las murmuraciones de los hipócritas de turno
que pretenden reprimir nuestros deseos con el fantasma de una dudosa muerte.

Apasionémonos amados míos y conjuguemos todos, estos jugos seminales


en uno y único maravilloso líquido que abarque los enardecidos cuerpos.

Cojamos pequeños míos, besando nuestros culos y colmando esa concha de otros
[cien besos,
que se abre, roja camelia de fosforescentes estrías, a la sequedad de las
gargantas
y nos importe un carajo la imbecilidad que nos rodea.

212
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Garchemos amados míos y que nuestras tiesas y bamboleantes pijas sean los
mástiles de briosas naves
prontas a hender en un ponto de convulsa batalla
mientras escupimos sobre los idiotas que procuran acallar los
jadeos.

Dejemos pequeños míos que los torsos se doblen de placer y los gemidos se
conviertan
en gritos de anhelantes orgasmos
acallando las proclamas que incitan a futuras generaciones a consumir el deseo
en la fidelidad.

Vivamos amados míos el frenesí del goce y del dolor


punzemos el espíritu y libremos aquel que está dentro
reventando al boludo mofletudo del arco y la flecha.

Revolquémonos pequeños míos en un mar de secreciones, mierda y semen


riéndonos de las maldiciones que están dispuestas contra nosotros.

Condenémonos a una lujuriosa noche, si es necesario, amados míos


levantando como bandera cuerpos sangrantes
culos, tetas, pijas, brazos, piernas, troncos
y enarbolemos para siempre el reino del PLACER
es que nos fue negado con engaños, mentiras y perfidias.

Acostemos el cuerpo, amados, sobre la hierba húmeda y que los poros respiren
el privilegio de sentir
lúbrica potencia en celo
para que cabalguen muslos de hembras y machos.

Olvidemos compañero la inútil conciencia


las repulsivas representaciones del amor
e impulsemos las vértebras a explorar calientes y excitantes lúmenes.

Busquemos amados míos, cálidos sitios donde armonizar la avidez que provoca
[la orgía
mientras observamos la rítmica danza de los cuerpos en constante movimiento.

213
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Traguemos pequeños míos, toda la dorada lluvia de orín y excrementos que


[los vientres puedan contener
sintiendo el embriagante aroma que nos electriza
logrando el más sublime de los éxtasis.

Perdámonos amados míos, entre las tersas pieles de las doncellas


prontas a ser reventadas
cuando sus frágiles hímenes cedan a la presión de las poderosas vergas
bebiendo sus virginales pérdidas exaltemos el más recóndito de los apetitos.

Tiempos vanos

Silencios perdidos, errabundas temporadas


sobre la fagocidad de mi sexo
de los amores que hartaron el alma de inútiles ofrecimientos
de los varoniles brazos que apremiaron la soberbia de poseerme
sobre la carne extenuada, más allá de los sentidos
y de la excitación de los poros abiertos, como mi culo.

Y la atónita mirada de los espejos


que, desnudos, nos devuelven el enjambre de nuestro idioma
yermo lenguaje de muecas envejecidas.

La luz quema en la planicie desierta de la tarde


vanas alabardas, la de las manos, que ansían un eclipse de sol
en la noche de mis muslos
y a la espera de la muerte solo me ofrecen la ausencia de tu cuerpo.

He malogrado las horas y los días


y sin embargo… espero
espero
espero ¡únicamente!
Escuchar que me deseas.

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

214
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

jorge gArcÍA sAbAl


(1948-1996)

Jorge García Sabal nació en Balcarce (Prov. de Buenos Aires) y


falleció en la ciudad de Buenos Aires. A comienzos de los 80 participó del
ciclo Poesía Abierta, en el que también colaboraron poetas como Olga
Orozco, Susana Thénon, Joaquín Giannuzzi, Francisco Madariaga, Enri-
que Molina, Edgar Bayley y Jorge Smerling.
Publicó los poemarios El fuego de las aguas (Botella al Mar, 1979),
Figura de baile (Rodolfo Alonso, 1981), Mitad de la vida (Editorial de Raw-
son, Chubut, 1983), Lugares propios (Libros de Tierra Firme, 1987), Tabla
rasa (Del Dock, 1991) y Sutura (Libros de Tierra Firme, 1994).
Recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes (1978), el pri-
mer premio en el Certamen de Poesía “Miguel Hernández”, organizado
por la Municipalidad de Comodoro Rivadavia (Chubut, 1982), y el primer
premio del certamen organizado por el 120 aniversario del diario La Na-
ción (cuyo jurado estuvo integrado por Octavio Paz, Olga Orozco, Enrique
Molina, Roberto Juarroz y Jorge Cruz), en 1990.

IV

¿Y más allá la victoria?


¿Detrás de qué puerta, en qué otro mundo?

Cuando el cuerpo espera


y sobre tantos ojos el ojo
quiere alumbrar
y otra voz que no es la suya
busca el límite
y acepta
las dádivas del corazón
sólo tu piel
seguro puerto del abrazo
huye y reclama.

(de Mitad de la vida)

215
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Viajeros

La juventud perfecta de los veinte años,


la belleza que creyeron inmortal,
lentamente los fue dejando, escapó
sin ruido ni voces ni pisadas.

Y los ojos donde se contemplaron iguales


y aquella armonía de brazos o labios
—laberinto del deseo, espejo de sal—
quedó atrás, en secreta confusión,
dispersa en los caminos del mundo,
sin regreso.

(de Mitad de la vida)

Camino de ausencia

Veo tu cuerpo curvarse sobre mis ojos;


tu absoluta carne iluminada
cayendo hasta el naufragio de mi boca.
Veo las manos guardando heridas, miradas,
camino de sombra y silencio.

Veo un perdido resplandor; una hierba


oscura que me somete; que no nombro.

(de Figura de baile)

Tú sabes la pasión de nuestra vida aquí:


el fuego; el extraordinario placer.
KAVAFIS

216
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

No da la casa al mar,
no hay jardines ni fuentes;
sólo edificios silenciosos,
senderos ocres, la tarde
cayendo como un relámpago
de espejos. Ya todo sobra.

He quedado atrás, detrás de mí,


junto al recuerdo; y vuelven
con la gracia renovada del deseo
aquellos cuerpos que tanto amé,
que tanta devoción dieron a mis ojos.

Llevo el resplandor de esos labios:


me abraza un canto enemigo.

a Héctor Santulli

(de Figura de baile)

No más besos Señor;


no más besos: acuérdate.
LUIS II de BAVIERA

Nieva tan adentro del alma,


tan adentro del extremo olvido;
(se crispa entera la memoria,
se sofoca de sed,
extraviada se busca).

Soberana de sus húmedas alas


cruza el bosque,
golpea las puertas, pisa el mármol,
se admira en los espejos.

(de Figura de baile)

217
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No creas que esos rostros pasan

Vuelve el pan de otros días, el espejo


repartido del sueño, la respiración
de una sombra, la quietud de una palabra
en la brasa de los cuerpos sorprendidos;
extraes de tu lengua el polvo del tiempo,
el furioso brillo de las manos vacías,
la resignación de las cosas.

No creas que esos rostros pasan.

No creas que lo que fue para un hombre


el amor

es un pájaro vencido.

a Víctor

(de El fuego de las aguas)

Unidad del deseo

Tu lengua cuando recorre mi corazón


Tu afilado diente que mi piel ampara
Tus blanquísimos ojos que fielmente me guían

Oh animal de mi sangre
Viértete
Sé la espera más honda

(de El fuego de las aguas)

218
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Travesía

Más allá del alma


En el cuerpo
Que ocupa mi cuerpo
En el alma
Que yace en el cuerpo de mi alma
Donde nace el espejo
Donde muerte
El espejo del alma de los cuerpos
En todo lugar
Allí
Donde está
Donde no está
El alma
El cuerpo
Yo hablo a los pálidos fuegos

a Juan José Hernández

(de El fuego de las aguas)

mArio merlino
(1948-2009)

Mario Merlino nació en Coronel Pringles (Buenos Aires) y falle-


ció en Madrid (España). En su pueblo natal fue compañero de estudios de
César aira y Arturo Carrera. Estudió en la Universidad de Nacional del Sur
(Bahía Blanca). En 1976, a raíz del golpe militar, se radicó con su pareja,
Óscar Manesi, en España, donde permaneció hasta su muerte. Fue un
destacado traductor de, entre otros/as, Jorge Amado, Mia Couto, Rubem
Fonseca, Clarice Lispector, António Lobo Antunes, Eça de Queirós, Na-
talia Guinzburg y Allen Ginsberg. Entre 1994 y 1995 dirigió, junto a Noni
Benegas, el ciclo “El Gay Saber” en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
En 2004 fue galardonado con el Premio Nacional a la mejor tra-

219
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

ducción por Auto de los condenados de António Lobo Antunes. Publicó los
poemarios missa pedestris (2000), Libaciones y otras voces (2004) y arte cisoria
(2006). Participó en la antología de narrativa homoerótica Tu piel en mi
boca (VV. AA., Egales, 2004). En 2012, al cuidado de Benito del Pliego, se
publicó Voces comunes. Obra reunida 1977-2006 (Fondo de Cultura Econó-
mica). Los poemas reproducidos pertenecen a este volumen.

¿Autobiografía? (Primeros meses de 1977)

Cuando salís de noche larga, se te agolpan las cabezas y los brazos: son las
de todos los que te vieron nacer, crecer, reproducir y morirte en ese espa-
cio, en ese punto tan cerca del mar de petróleo y barro que viste cuando
los barcos descargaban mercancías,
allí donde filmaste ese corto de aficionado, una vulgar historia de crimen
sin tiempo y sin espacio
esas cabezas, sonrientes algunas, conmovidas otras, inundadas, te reciben
sin que puedas llegar, esa impotencia de los sueños que te deja como araña
en su tela recién destruida, la sensación de caerte y no poder levantarte,
ver que un coche se acerca y que terminarás bajo sus ruedas y no hay
nadie que te salve
también, entre las cabezas, están tus largas experiencias de autista constru-
ctor de mundos imaginarios, espiando por el ojo de todas las cerraduras,
cómo hablabas de beckett, cómo te salías de la vaina cada vez que Malone
describía el tubo, la eyaculación contenida, ese útero, la pereza, el rompe-
cabezas, la ruptura, el odio a los idiotas
y te llegó la guerra, la guerra por alas, definiciones, los pozos ciegos del
universo, alas, contaminaciones, el orgasmo aquel que suspendiste porque
tenías una reunión, y sabías que estabas pensando en el semen acumulado
en la caja de ahorros
de esa realidad, la de los paseos y las horas consumidas en alcohol, en
mentiras, en charlas, en el propio mito que te extasía, te enloquece, no me
hables más de tus sueños con serpientes anudadas en la corbata de tu
padre, pobre infeliz viajando a la desdicha, cuando juntaste flores y llo-
raste con el primer teleteatro: ésa debería ser una de tus formas de vivir, y
desearías que todos los habladores del mundo te dejaran abordar la sinra-
zón de este viaje
mientras vuelven los brazos, las cabezas, y recuerdas de nuevo, porque

220
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

sabes que es la hora del té, las caricias, los amigos, las largas caminatas de
ginebra, la píldora del afecto, sacando afuera toda la fiebre, la madre del
alcohol
y las ceremonias amorales que te atraparon la inocencia
las cartas sobre tu vida en los sótanos, en las alcantarillas, que me gustan
tanto; lo sé por que te vi entregándote al humo
y no querías salir, no querías, era mucho para vos para ti en ese tiempo,
cuando recomienzan las cabezas y los brazos, tus alas de cera, tus des-
plantes, tus formas de acceder a la ley, a las sonrisas, a la ignominia,
un buen ejercicio de natación entre sudores, abrazos, puñales y la
vida breve.

(de Voces comunes)

seis

¿podría la gran madre bordadora


pensar en su destierro voluntario
que de ella germinaba niño frágil
y las letras derraman el estigma?

¿podría acompañar su paso tímido


con blanco delantal hacia la escuela?
¿ver cómo lo rodean los muchachos
mientras cruza las manos
se aferra vergonzoso a la cartera
y la pared se le hace escudo inverso?

(¿sabría que el deseo se acrece estando inerme?)

¿sentir el frío que él a veces siente


cuando bajo el pupitre busca el roce
y las piernas se encierran en sí mismas
y con brazo reticente el compañero
no asombra la blancura de su página
que ansía el garabato de otro lápiz?

(de No de nombre)

221
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

memoriter

pues que los partos son volver atrás


rever la tarde franca que consiente
unanimal amor en taxi llano

tal vez morir vulgar o exquisitísimo


a la hora de abrirse a la aventura
de ser dos al trasluz de la bodega

tal vez morir consciente de las voces


sorprendidas de un niño
tan buscón a su edad

tan rapto su deseo


de transitar axilas
de abrir surcos de mar bajo las ingles

eligiendo el rincón más oscuro del desván


entre pilas de libros manoseados
con imágenes húmedas de cuerpos

sagradamente ocultas en bajos anaqueles


por las que Yo temblaba
y hacía los ensalmos oportunos

sabios ensalmos próximos al centro


de una verdad buscada en indecisos
canalones al borde del tejado

al borde del abismo de la calle


vacía en horas trinas
llena de resquemor a medianoche

cuando los paseantes miraban hacia arriba


me veían gateando por las tejas
me gritaban afanes astronautas

222
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Yo caía volando hacia sus brazos


tal como un ave fénix de papel
que ardía y renacía en multitudes

que ardía y renacía como el tiempo


de ser menor de edad a toda costa
descubriendo su sexo en brazos firmes

su sexo en las butacas de los cines


capitán marvel Yo de las rodillas
desde el suelo subiendo hasta las tejas

desde el pie del pupitre


desde el horror a líneas divisorias
desde que se le dio tocar al hombre

que por ser


Yo no era todavía

(de missa pedestris)

naufragus amoris

breve ha sido el infierno


breve el animal
breve la furia
breve el paso sin rumbo

las cartas salen a balcón traviesa


y hay en el cielo leyendas inaudibles
en vuelo hacia tus manos

pero no estás
y tal vez al fin de cuentas dé lo mismo
tal vez sea mejor inventar
un cuerpo velado
entre las sábanas de cualquier país

223
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sin saber qué pasos son los suyos


sin saber a dónde van mis pasos
tú pretexto del deseo
tú imagen posible
retrato de quien fui hace mucho tiempo
homicida fervor que se resiste

aunque se borre el rastro de las playas


de la voz que perdura en el teléfono
de los dedos magritte en el armario
de los pesares compartidos
con succiones casi eternas

ahora siendo náufrago de amor


asceta de algún dios que no retorna
un dios cojo
un dios que hace teatro
y olvida la letra
o pierde los papeles

papeles donde Yo naufragando reconstruyo


emborrono apuntes de los que fue o sería
perderse sin haberse visto nunca

(de missa pedestris)

cinco:

No dejar nada en blanco que todo se inunde que vacilen la mentira


la verdad que Él (¿quién es Él, después de todo?) se sumerja en la
franqueza
del derrame en la transfusión de vampiros amantes que se absorben la
sangre el uno al otro el uno el uno al otro i
sin miedo i
sin el miedo que despega las baldosas trastabillan los miedosos
creyéndose
firmes

224
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cuando todos pasamos la vida perdiendo la firmeza


pero sin miedo sin miedo sin miedo sin miedo
abiertos a la enfermedad
a la de todos los días
enfermarse significa perder la firmeza
Él perderá la suya a su manera
yo perderé la mía a mi manera

aunque nos decían siendo infantes sé fuerte no te dejes


avasallar avanza mira al frente
como soldados nos educaban como soldados
pero yo no quiero ser soldado
no quiero ser soldado ni héroe ni quiero irme en sangre por la
patria

sólo quiero que se desnude


que me avasalle con su desnudez
sólo quiero quedarme desnudo i que nos hagamos una autopsia para
amanecer vivos mañana de nuevo
enfermos otra vez en la aventura
Él con mi sangre
yo con la suya

así es difícil que alguien se muera


así es difícil que
trastabillen las baldosas

(de arte cisoria)

uno:
“el mundo se concierta de desconciertos”
(Baltasar Gracián)

mientras fuera de Él
fuera de mí
otros celebran de nuevo el banquete

225
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por que nadie se salga de la norma


i los zapatos vayan a las cajas
las cajas a los armarios
los armarios a celdas sin ventanas

(¿a qué sabe su sangre mezclada con la mía?)

las celdas los anuncios por palabras


las palabras al catálogo de las emociones
las emociones

(¿quién me ha dado venas en este entierro?)

las emociones a los catafalcos

entonces

entonces entro en la lavadora


descubro que soi centrifugado por la ropa
me hago amasijo
trituránseme las encías
hágome tendón
descubro que soi el estruendo
el entramado de la ropa suelta

i sus ojos ah sus ojos

los ojos de Él se encienden y se apagan

no

226
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

los labios de Él se me hacen dobladillo

no

las piernas de Él se trenzan en mi cuello

no

entonces

(¿entonces qué?)

(de arte cisoria)

rubén mettini vilAs


(1948)

Rubén Mettini Vilas nació en Avellaneda (Buenos Aires). Estudió


Economía en la Universidad de Buenos Aires. Fue integrante del Frente
de Liberación Homosexual. En 1974 se instaló en Nápoles. Entre 1976
y 2013 residió en Barcelona, donde obtuvo la licenciatura en Filología
Románica por la Universidad de Barcelona (1987). Inició su carrera lite-
raria con varios libros escritos en lengua catalana, entre los que pueden
mencionarse 10 + 1 nit (Finalista del Premio Sonrisa Vertical, La Magrana,
Barcelona, 1990), Ocells en la nit (Premi Ciutat d’Alcoi, Diputació de Ala-
cant, Alicante, 1992) y La rara perfecció del triangle (La Magrana, Barcelona,
1999). Obtuvo el premio Odisea por la novela Tres noches (Odisea, Madrid,
2009). Otras obras suyas publicadas en español son De vidas encastradas
(Laertes, Barcelona, 1998), Baile de máscaras (Nihil Obstat, San Cugat del
Vallès, 1999), Emma y sus sueños olvidados (en colaboración con Yoly Hornes,
Seleer, Málaga, 2012), Invocación a las tinieblas (Carena, Barcelona, 2015) y
Helena herida (Multiverso, Barcelona, 2017). En la actualidad reside en las
Islas Canarias. Tiene inédito un volumen de poesía homoerótica.

227
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Primavera

Has llegado diciendo que era primavera


y traías fresas aún verdes para mí.
Hoy estoy muy triste.
Debe de ser el mar de plomo
o la negrura del cielo.
Vuelve mañana, amigo,
tal vez la fruta
haya madurado.

28-03-86

Un retrete de Adrogué, 1955

Estaba allí, en una casa a las afueras


con jardines, maleza, follaje espeso
donde se celebraban cumpleaños,
excursiones, comilonas y festejos.

Más allá del jardín, pasado el patio,


en el fondo del vetusto caserón
se hallaba el hueco de renegrida cloaca
atrancado por un recio portón.

Charcos brillantes residuos de la sidra,


de la orina sus reflejos irisados
unidos a arco iris de deshechos
hormigueaban en aquel cosmos cerrado.

En lo profundo el agua oscura estanca


parecía una Estigia de vapores
y el silencio le daba a ese universo
un no sé qué de lascivia e impudores.

Mientras los grandes hacían sobremesas,

228
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

para aprender oculto abecedario


dos criaturas allí nos escondíamos,
propicio espacio maloliente y solitario.

Tacto de redondeces infantiles,


flechas enhiestas erguidas en la sombra
éxtasis de epitelios sin orgasmo
encendido placer en carne joven.

Más allá del jardín, pasado el patio


el ser mostraba obstinado sus deshechos
para advertir que no es todo pureza,
que el espíritu se nutre de las heces.

(Pensando en Domingo López Torres)

Luna llena

El ladrido de los perros


me convoca.
Nace descontrolado el deseo,
dipsomanía de sangre.
Me ven las calles oscuras,
el vago reflejo
guía mis pasos.

Al joven solitario espero,


hermoso con insolencia.
Cuando llega a mi lado
busco su cuello.
En su ligero desmayo
palpo apenas su cuerpo,
goce del tacto.
Repudio la posesión.
La dulzura de la sangre
me sacia. Mis brazos
acunan su peso.

Silencio.

229
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Instante de calma.

Despierta de su desmayo.
De sus labios nace
un porqué sin respuesta.
Pronto huye de mi beso.
Me acusa. No lo sospecha.
Le he concedido
la inmortalidad.

Dormido

Me siento en la cama.
Y te acaricio lento.
Te toco los párpados con delicadeza
y recorro tus labios ya sin besos.
Trato de no despertarte.
Rozo la piel de la espalda,
la suavidad de los muslos,
la curva sensible de las nalgas.
El sueño te hace vulnerable,
un ciervo manso.

Has perdido las estratagemas


de la vigilia, la vanidad,
la presunción que da la belleza.
Yaces laxo y me complace
acariciarte.
Un gesto que quizás
te llegue al alma
a través de los párpados cerrados.

230
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

rAFAel FredA
(1948)

Rafael Héctor Hugo Freda nació en Buenos Aires. Es profesor


en Letras por la Universidad de Buenos Aires y Master of Arts por la
Universidad de Denver (Colorado, EE.UU.). Fue docente universitario y
de nivel primario y secundario, participó en la redacción de las leyes de
educación sexual integral de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación,
y con financiación de ONUSIDA y la Organización Panamericana de la
Salud, dirigió proyectos de capacitación y dictó cursos sobre educación
sexual, sexo y género, VIH/SIDA, teoría del amor y prevención de la ho-
mofobia. Luchador por los derechos sexuales, hoy es presidente honorario
de la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA) e integra la
comisión ejecutiva de la Federación Sexológica Argentina.
Como poeta publicó Todas las Aguas Que Beber (Editorial Encuen-
tro, 1976), Memoria del Camino 1987-1974 (edición de autor, 1987), Lucas
17:37 (Último Reino, 1990) y Mundo Tenaz, Sonetos (Alicia Gallegos Edi-
tora, Villa Tesei, 1993). Permanecen inéditos Como Se Deja al Viento Que
Repose (terminado en 1984), Canto a la Bandera y los sonetos que escribió en
los últimos años.

Hoy no diré tu nombre y tu mirada:


hoy diré de una noche bajo las estrellas,
del olor de los pastos aplastados,
del sudor del deseo entre el rocío.

Hoy diré nuestros cuerpos temblorosos,


tus cabellos como agua entre mis labios,
el gusto acre de tu piel punzante,
el sexo ardiente y tímido hasta el alba.

231
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Hoy te diré quién fuiste y cómo fuiste


una noche de olvido, entre los árboles,
bajo estrellas jadeantes y exaltadas.

Ya no he de decir más que pude amarte:


llevo tu nombre oculto en un repliegue
como llevo tu aroma y tu recuerdo.

(de Todas las aguas que beber)

1979

La Noche Verde

1: Elogio del sexo

La noche lo protege recelosa:


su piel morena bajo el aire negro,
y el aire como un perro vigilante.
Descansa de perfil. El resplandor
arde verde detrás de la silueta
escarpada y cavada entre la niebla
de luz. Una cadena de montañas
yace a mi lado; desde su horizonte
sopla una brisa cálida y salobre.
Su piel morena, el aire, el cuarto; todo
huele a sexo y a cedro. Inexorable
de silencio electrónico, el reloj
fuerza a que avance el tiempo, verde y negro
sobre cambiantes cifras, tibio verde
enmarcando su cuerpo que restalla
tendido y triunfador como los montes
tallados en la noche, como un látigo
distendido y lejano: no hace mucho
vibraba con mis manos; no hace mucho
su abrazo me envolvía y en mi piel

232
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

se enroscaba el anhelo. Ahora duerme


y su madre la noche lo posee
como torva tormenta al negro álamo;
lo reclama a su seno rencoroso
porque me amó y lo amé y entretejimos
húmedos hilos entre nuestros cuerpos
igual que junto al río se entrelazan
chorreantes algas verdes como fuegos.
Fuimos dos ríos en tumulto y llama,
dos aguas que se funden; nuestros cuerpos
fluyeron uno en otro como galgos
en vértigo de caza; fuimos ríos
que corren hacia el mar, y este es el mar:
el mareo en los ojos, la garganta
agarrotada y lenta, y recordar
su piel y el aire negro como un trueno.
Yace a mi lado como el horizonte
y el aire denso huele a sexo y cedro.
Llamo al callado sueño: no resuena
su calmo pie. Sudor y cedro surcan
el cálido silencio que es sendero
del alba. Acércate a este lecho, amigo:
tú, que anulas el tiempo, que sepultas
el dolor y el placer en tus entrañas,
descanso redentor, bésame y cúbrenos;
haz de tus largos brazos las cavernas
donde se hunda mi pecho; haz de sus piernas
columnas derribadas. Una araña
maciza y larga como un largo insomnio
es su cuerpo vacío, y yo la presa
que ansió ser devorada: el sacrificio
creció en la luz y se hizo noche y tiempo
y pálidas centellas suspendidas
bajo un oscuro techo, tras su cuerpo
negro como las fauces de una araña
asediada de luz y cifras verdes.
La noche aúlla aguda. ¿Dónde ahora
el vaso tembloroso entre mis manos

233
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y la negra mirada y negros labios


buceando entre los míos? Todo el cuarto
huele a cedro. No hay noche en esta noche,
no hubo noche más bella que su cuerpo,
no hay estrellas más suaves que esta luz
del verde tiempo oculto. El reloj ruge
sus calladas centellas. Los segundos
trepan sus hombros como promontorios
y saltan a mi copa y bailotean
tiñendo verde el hielo. Vierto vino.
Bebo sin sed. Penumbra, alcohol y sexo,
cedro en el aire, y el sudor ya seco…
¿Vienes ya, sueño amigo? ¿Son tus pies
los que titilan en el techo, y laten
como un pulso caliente a mi costado?
Arrástrame a tu sombra: dormiré
invocando al ensueño. Hace muy poco
sus manos me surcaron las espaldas,
sus piernas se enlazaron con las mías…
Duerme. Lo alberga un mundo sin mi rostro.
Llévame allí: que yo respire el aire
alarmado y oscuro de su noche;
que yo ande por su sueño, y que me invada
su olor salobre, el humo del alcohol
y el lecho como un llano neblinoso.
He bebido tu vértigo: arrebátame.

(de Memoria del camino (1974-1987))

Canas

Desperté en sobresalto: piel


deseada, amiga, sorpresiva. Ardía
en mi pecho su pelo. El día
le ahondaba el sueño como miel.

Amor deseado que no espera,


hosco como niño golpeado,

234
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

no confiará en sus padres. Ser amado


era pura celada artera.

Amores de arcoíris en paleta,


pintarrajos de amor, pasión que tizna,
me salpicaron cuando fui muchacho:

vestí silencios de alelado macho,


perdí soles, dormí. Con su silueta
beso canas: plomo y plata. Llovizna.

(de Mundo tenaz)

Carillón

Va surgiendo otra calma. Como niebla


tropieza y aletea, el frío tímido
arquea el lomo. Sobre el vidrio ruedan
lluvia y ráfagas: carillón, mercurio.

Como hace veinte años, miro al hombre


con quien pasé la noche. Lo vigilo
como hace veinte años: aquel goce
sabe hoy a olvido undoso y oro oscuro.

Duerme bajo, nervioso, terco, absurdo.


Se empecina en soñar. Sexo cansado
el nuestro: acre el esperma, el alma en curso.

Seamos amigos. Le aliso entrecano


el cabello. De joven era rubio:
hoy es moreno y otro. Crezco y sano.

(de Mundo tenaz)

235
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Numen

Imitación de Dante y Quevedo

Tan raro y asombroso me parece


este hombre mío que por fin reposa
que mi boca lo roza como el frío:
me estremezco y apenas se estremece.

Asiente leve, abriga su confianza,


me busca acurrucado. En su descanso
cachorro y manso, salta inesperado
a un mar de brisa y sol y alta bonanza.

Yace tan ido y calmo en tanto olvido


que me abre el alma un tibio miedo artero
de la viva oquedad que aún me nombra:

ayer ya está, mañana es humo y nido,


hoy va escurriendo su numen severo
donde gruñó el dolor y ardió la sombra.

(de Mundo tenaz)

osvAldo sAbino
(1950-2016)

Osvaldo Sabino nació en Buenos Aires. En 1979 se exilió en Es-


tados Unidos. Obtuvo un doctorado en Filosofía de la Lengua en Boston
University y un Máster en Español en la University of California de San
Diego. Fue profesor en la Wayne State University y en el Madonna Co-
llege, ambos en Detroit, Michigan. Los últimos años de su vida residió
alternativamente entre Buenos Aires y Detroit. Publicó tres estudios litera-
rios, Borges: una imagen del amor y de la muerte (Corregidor, 1987), Revolución y
redención en La isla de los organilleros de Luisa Mercedes Levinson (Corregidor,

236
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

1994) y Borges: una nueva visión de “Ulrica” (Huerga & Fierro, Madrid, 2000);
la novela La historia de las panteras y de algunos de los animales conversos (Huer-
ga & Fierro, Madrid, 1999); El juguete erótico y otros relatos y La máquina del
placer y otros relatos (Odisea, Madrid, 1999 y 2001); y los poemarios Mujeres
solas (Corregidor, 1990), Atlántida (Grafitti, Montevideo, 1994), Señales para
hallar ese extraño lugar en el que habito (Betania, Madrid, 1995), Nadando en el
volcán (Huerga & Fierro, Madrid, 2000) y La Ciudad de Mó (Ayesha, 2007).

Sugerencias para encontrar el momento cuando escri-


bir un poema

Escribe a cualquier hora del día


a solas o en medio del tumulto
cuando tus amantes te envuelvan en sus sábanas
cuando el sol te caliente
cuando el frío de las sombras te haga temblar
cuando tu gato se canse de pedirte caricias
cuando el silencio logre ser insoportable
cuando el viento pase gritando tras los vidrios
cuando tus dedos dejen de sangrar palabras
cuando los fantasmas huyan de tu mente.

Si en medio de la noche tus amantes despiertan y comienzan a


preguntar por qué no estás junto a ellos, guarda silencio y conti-
núa escribiendo como prueba de que alguna vez hubo alguien en
tu vida que te hizo esa pregunta.

(de Atlántida)

Pensamientos para mirar al ser amado mientras está


durmiendo

Cuando él descansa calmo junto a mí, respira


tan profundamente como el ala plegada de un cisne.
Su mano cargada de venas se curva; sobre mis
muslos parece un cuello que busca penetrarme.

237
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

¿Quién sabe por qué mundos viaja? ¿Estará tal


vez solamente entregado a los más secretos paisajes
de sus sueños?

¿Qué placeres ignorados lo impulsarán a navega-


gar a través del gozo, llevándolo más allá de las
aguas que amenazan con ahogar las voces que lo
pueblan?

Quisiera que despierte; a veces me siento


muy solo cuando estoy velando los secretos de sus
sueños.

Pero no; sé que en realidad no quiero que des-


pierte: no puedo negarme a la incertidumbre de
creer que quizá esté flotando a lo largo de sus venas.

Una suave ánfora de cerámica griega —o de algún


otro lugar— recoge las gotas de mi ansiedad desperdi-
gada.

Un escudo de plata inca —probablemente falso—


siempre detiene el exacto rumbo de mi mano.

La intrusa luz cotidiana baña nuestra silueta des-


nudas y casi inocentes reflejándolas sobre la luna del
espejo.

Por fin comprendo que somos dos objetos dis-


tintos, que, unidos en el anverso de un mismo cen-
tro, quedamos atrapados en un sueño compartido.

A David Hilliard

(de Nadando en el volcán)

238
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

néstor perlongher
(1949-1992)

Néstor Perlongher nació en Avellaneda (Buenos Aires), en 1949,


y murió en San Pablo (Brasil), en 1992, por complicaciones derivadas del
VIH/sida. Al terminar su Licenciatura en Sociología en la Universidad de
Buenos Aires (1981), se trasladó a San Pablo para realizar una maestría
en antropología social en la Universidad de Campinas (1982). Allí sería
nombrado profesor en 1985. Fue militante trotskista (si bien luego rom-
pería las representaciones partidarias de la izquierda de esos años por su
incomprensión y estigmatización de las disidencias sexuales) y uno de los
fundadores y principales referentes del Frente de Liberación Homosexual
(FLH) en los 70.
A principios de los 90 se interesó en culto del Santo Daime y, con
una beca (producto de sus investigaciones sobre la prostitución masculina
en San Pablo), viajó a París para realizar una investigación doctoral sobre
el tema, bajo la dirección de Michel Maffesoli. Pero la experiencia francesa
no sería lo que esperaba y, luego de enterarse de que padecía SIDA (enfer-
medad que hasta entonces había considerado un invento para reprimir el
deseo), decidió volver a Brasil. Una vez allí, comenzó a experimentar con
ayahuasca en los ritos del Santo Daime, que abandonaría poco antes de
morir, pero queda líricamente plasmado en Aguas aéreas.
Como ensayista, publicó, además de diversas colaboraciones en
distintos medios, los libros La familia abandónica y sus consecuencias (con Ser-
gio Pérez Álvarez y Ramón Sal Llarguez, EUDEBA, 1981), O Negocio do
Miché. Prostituçao Viril em Sao Paulo (San Pablo, Brasil, Editora Brasiliense,
1987; traducido al castellano, primero, como La prostitución masculina (Edi-
ciones de la Urraca, 1993), y después como El negocio del deseo: la prostitución
masculina en San Pablo, Paidós, 1999), O que é AIDS? (San Pablo, Brasil, Edi-
tora Brasiliense, 1987) y El fantasma del SIDA (Puntosur, 1988) y La prosti-
tución masculina (Ediciones de la Urraca, 1993). Destaca particularmente su
propuesta de una poética neobarrosa rioplatense con características propias
y distintas de las del neobarroco caribeño, esbozada en artículos apareci-
dos en medios brasileños de fines de los 80 y en el prólogo que escribió
para la antología Caribe Transplantino. Poesía Neobarroca Cubana e Rioplatense
(San Pablo, Brasil, Iluminuras, 1991). Póstumamente, estos y otros tex-

239
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tos aparecerían en Prosa plebeya (Colihue, 1997) y Papeles insumisos (Santiago


Arcos editor, 2004), que también recupera crónicas, testimonios, relatos,
entrevistas y parte de la correspondencia de Perlongher, otra parte de la cual
se publicó en Un barroco de trinchera. Cartas a Baigorria 1978-1986 (Malsalva,
2009) y en Correspondencia (Mansalva, 2015).
Como poeta, publicó Austria-Hungría (Editorial Tierra Baldía,
1980), Alambres (Último Reino, 1987), Hule (Último Reino, 1989), Parque
Lezama (Sudamericana, 1990) y Aguas aéreas (Último Reino, 1990). Poco
después de su muerte, apareció la plaqueta Chorreo de las iluminaciones (Cara-
cas, La Pequeña Venecia, 1992). Sus cuentos fueron reunidos en Evita vive
y otros relatos (Santiago Arcos editor, 2009; publicado antes en portugués
como Evita vive e outras prosas, San Pablo, Brasil, Iluminuras, 2001).

El polvo

En esta encantadora soledad


—oh claro, estabas sola!—
en esta enhiesta, insoportable inercia
es ella, es él, siempre de a uno, lo que esplende
ella, su vaporosa mansedumbre o vestido
él, su manera de tajear los sábados, la mucilaginosa telilla de
los sábados
la pared de los patios rayada por los haces de luz
encendida a deshora
ceniciento el terror, ya maculado, untuoso en esas buscas
a través de los charcos
los chancros repetidos, esos rastreos del pavor por las mesetas
del hechizo
rápidamente roto
esos destrozos recurrentes de un espejo en la cabeza de otro
espejo
o esos diálogos:
“Ya no seré la última marica en tu vida”, dice él
que dice ella, o dice ella, o él
que hubiera dicho ella, o si él le hubiera dicho:
“Seré tu último chongo” —y ese sábado
espeso como masacre de tulipanes, lácteo

240
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

como la leche de él sobre la boca de ella, o de los senos


de ella sobre los vellos de su ano, o un dedo en la garganta
su concha multicolor hecha pedazos en donde vuelcan los carreros
residuos
de una penetración: la de los penes truncos, puntos, juncos,
la de los penes juntos
en su hondura —oh perdido acabar
albur derrame el de ella, el de él, el de ellaél o élella
con sus trepidaciones nauseabundas y su increíble gusto por la
asquerosidad
su coprofagia

Ella depositaba junto al pubis cofres de oro amarillo, joyas


de los piratas
fruto de sus deposiciones y repuestos
y él era su manera de uncirse los zafiros y calzarse los aros
en su verga
aquella corva y justa, espamentosa, cuya prestancia enrula
las praderas de piel, el infinito poro
oh erupciones de un huracán canalizado, como rayos miméticos
o eructos de una empolvada saciedad
Su maquillaje
eran los bultos que en los días de feria exhiben los gitanos
halándolos desde las carpas de las tribus;
su sombra de los párpados
eran esas ojeras tormentosas de las noches de fiesta tropicales
y cuando, tras sus fornicaciones simultáneas, sus rítmicos
jaleos y sus exhalaciones de almidón y sus pedos,
sus dulcísimos pedos
desleída la aurora en la polvera, nada
ni nadie pasa

(de Austria-Hungría)

241
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Anales

Si el oficial deserta y las tropas confusas siguen carga


la brigada ligera el dos (de infantería)
mientras el oficial, oculto y compungido, llora contra la arena
a la manera de un figurín de Jamandreu
su oscura cara evanescida: “He
robado las perlas de mi hermana, las perlas
y las diademas de mi hermana, las gemas, las alianzas
los dijes y los decires de mi hermana, sus ademanes, sus
estigmas de mujer del 50
su sombrerera con follajes, yo, un adusto oficial de ceño torvo,
a ella, mi frágil desvaneciente hermana”
Y ellas avanzan torpes en la flora, en la fauna
y el oficial lava las fajas en la fuente, fuente de paja en el
torrente, lava

Esclavo soy
de aqueos de hermosas grebas, siervo soy
sodomizado por sus dioses
ciego soy:
veían y no podían creer
lo que veían?: estolas y cadenas de corazón partido
Partido: uncido soy
a cualquier carro que levante voy
la polvareda de la historia
Y yo
pillaba yo
contra esos paredones del perdón, por esas galerías
Oh Glenda
cómo pillaba yo por esos campos
qué pillo ese pillar
y en eso
veo venir a los soldados rusos
adentrada en la fronda:
pillaba y fui pillada ¡por los siervos!
y desarmada en la floresta como esas chicas de Girondo

242
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Yo, un soldado austrohúngaro!

“Acaso un búlgaro, un polaco


valen más que nuestras abuelas austrohúngaras
con sus espirales de vela de sebo, sus cairels
sus crucifijos de espuma de nácar, sus dintels
dinners, los delicados arroyosos dinners?
“Acaso un checo, un albanés
por una pava decadencia, más
que sus carteras de piel de lagarto, sus lamés?
Un ucraniano, un yugoslavo, no”
(de Austria-Hungría)

La gruta

mordaza es una gruta de su boca


Góngora

vello y pelo, patroclo y vellocino


confúndense en el hombro,
la pierna de uno sobre el brazo de otro,
la
tornea atornillada tornazón o viraje
revir yedra, enlazada
en las escalinatas de “vinilo” (y violo)
era la semiluz para el toco
de manotadas o risáceas
alubias en el tronco de la ristra
o en el carajo emplumado
que alisa sus pencas de mimbres
y en vez de latiguear penetra
macizamente, la boca se abre como una gruta
a la que le es mordaza, pero gime
y el ruido
de esa masticación o rellanillo
rellena, corcovas de giba, la mucosa
o la saliva que se digladia y rueda, el beso del hombre

243
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sobre el hombro, el pis del hombro


por las raspaduras de los labios
y las ojeras de violeta tul
que dan cadencia al arrimarse
de la pierna al tonsudo balanceo
de la nalga, en el cansino swing
de un silencio ritual, transido acaso
no por un trance sino por el oco de otros ecos:
los potros, que profanan vaqueros
e introducen cadenas de medalla en el culo de los atletas
y las pistolas de los albañiles
entran y reentran en una sola gruta, que no amordaza nada:
pero el gemido se retiene
contenido en la tremulación de la rodilla
o el chasqueo de las papilas
baja los tornozelos jabonosos, rumbo a la grosera ojota, el ojo
no se despabila, ya no ve
si es la pierna o el muslo
y si lo que se infla, en ese entre, es el globo de fuego de los dioses
o el huevo ocular de los mirones, agazapados en la oscuridad:
porque no hay luz, las rimas son oscuras y frías, la pantalla
riela y riza las olas de la pecera fabulosa.

(de Parque Lezama)

Gemido

He visto a los más bellos cuerpos de mi generación


reventarse, saltar en pedazos junto a las nimias inservibles
camisetas de látex en harapos, desmentir con arrugas lo que fuera
(ya antaño) deletreada alegría:
en trances encarnados en espermas ardidos de
bermejo, roer (o ser roídos) so roer sonreír sin remedio, los he
visto
arrastrarse cual escuerzos por Remedios de Escalada en el vaivén
de una canción, llorosa como un sauce de Ramona Galarza en
romaní, reírse como locas (locas, locas) del tiempo, de las otras

244
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

locas, del dolor de las locas y del loco dolor de la locura.


Las he visto extrañadas contemplar la gordura de una herida cuando
creían aparecerse sorpresivamente en el drenaje
de la infusa infección por los esparadrapos de la pálida espiroqueta
del deseo en la notoria esclavitud a él, a ese deseo, arrastrarse
desesperadas bajo el imperio del deseo y desear, imperialmente, ese
deseo de poder, de pija
y pijoteras, ovalar en las panaderías el óvulo de la desesperación,
la fe
alterada por toques cinematográficos y pálidos
y balidos de hálito en el gemido aliento de Balí.
Balí, le dijo
Yo balié
ensandecido por las baladas de la bala y por las bayonetas caladas
de la distancia de la noche asomada en el alborecer
de un aljibe arenoso.
Bailé y vi
cómo las pálidas se retorcían entre sollozos empalizados cargar la
cruz del masoquismo con aros arenqueros en la sal depositada
sobre las heridas de la Keller por él, oh divino marqués!
Oh sucia gloria
de ese arrastrarse sin sentido.
Sin sentido
los he
visto caer en el amanecer bajo la orgía
de pistolas olorosas eructando en el piso del pis
piso pisado peso píseo paseando bajo el pis tomando pis
en jarras de gomina, sumergirse en el gel
de ese jabón, en el jamón del diablo de esa nalga, en la
aliteración
de esa halitosis
galáctica derrota del plan tornado
plástico, del tornado
plastificando el pan, del tornado mujer tronando sobre
la cama de los llamados a deponer
el oro de las joyas en el limo sedoso del bidet.

Ya no había nada
que las contuviese.

245
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Sí, las vimos:


volcarse en la confusión de las marañas
coger vestidos rojos en la maraña madrugada
tocar guaranias en la nenia de este gemido saucedal.
Ramona: esposa de Nelson Rodrigues?
Hagamos un teleteatro de provincia.
La loca plañe porque va a morir y la hemos visto
dejarse sin protestas en las cruces gamadas de los árboles
con un guardián moreno cual de Reynaldo Arenas contra las
alambradas de los campos.
Y ahora gemís, mancebas?
Amancebadas como yeguas en la portañuela chongueril?
Abotonadas cual batracios, desprendidas de las braguetas de
los lagartos con una castañuela de entrecasa, viril pendejo el de
esas excursiones alucinantes por los poros del pubis?
Serpentear?

Visto Húbolas? Porque…


al verlas marchitarse exasperadamente entre los vastos ademanes de
la histeria, hermafroditas aniñados,
coníferas erguidas en el bosque de palos, incrustadas
en hondonadas de la respiración, penetraciones hondas
del rocío en la hiedra castelar, voz de matelassé
aterciopelada por las falsedades de la disminución,
disminuyendo día a día la distancia que las separa de lo trágico
y las acerca a lo ridículo, a lo kitsch
las locas
desaparecen por cañerías de acero que no llevan a nada
o al sitial de las profanaciones de los zombies
en la noche agrisada por sus centauros.

(de Chorreo de las iluminaciones)

246
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Albañiles desnudos (1)

A César Aira

Con temple atisbo desde la ilusión de los tules bíceps lardos


lerdez de movimientos en el aire desnudo tachonado
de cuerpos que se tasan a la luz espléndida del cuelgue
de las cuerdas tonsado el hálito frío de la brisa
vespertina agitando calzones desde lo alto de sí, donde
se arroja.

Cata la turmalina rociada trepidez


de polvos que se echan al vacío desde arriba
de un mueble:
cuece andamios la costa
inefable su jalde borroneo,
en balde la cosquilla de la roca en la nube.
Vecina a las inspiraciones abre los brazos socorriendo
la distracción de la pupila en las hamacas paraguayas.

Tizne del morenillo y el resbalar oleoso de los huevos.


Los huecos en la cima, el portland los rellena con su balde
irguiendo toscamente las arenas del sueño en el serrallo.
Hay una confusión de abedules erectos, la contorsión, la
distorsión arquean
arqueros apostados en las almenas liminares
cuyo salto doblega al malandrín en el torneo deseante.

Y húmeda flecha moja la entretela sudada.

(de Chorreo de las iluminaciones)

247
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

ricArdo lorenzo
(1949)

Ricardo Lorenzo nació en Buenos Aires en 1949. Estudió Dere-


cho, aunque no ejerció como abogado. Desde 1977, año en que se exilia
en España, desarrolla su trabajo periodístico en diarios y revistas de Cata-
luña, Euskadi y Madrid. Ha escrito una docena de libros, dos de ellos en
colaboración con Héctor Anabitarte: Homosexualidad, el asunto está caliente
(Queimada, 1979) y Sida: el asunto está que arde (Revolución, 1987); biogra-
fías, ensayos, reportajes, guiones, un par de obras de teatro, sketches de
cabaret y dos novelas, Ituzaingo-Ituzaingó (Vinciguerra, Buenos Aires, 1999)
y Bienvenidos a Sodoma (Moléculas Malucas, edición on line 2020). En 2001
se radica en Aranjuez. Colabora en el semanario Más y en Onda Cero Aran-
juez. En 2014 publica Aranjuez. De la A a la Z. Pasaron por aquí (Dikitur) y,
en 2019, la continuación: Aranjuez: Por aquí pasaron. Tiene pendientes de
publicación el libro de “proemas” Vagabundo con Visa. 1977-2018, la novela
Bienvenidos a Sodoma y el libro de relatos y entrevistas Los camellos tristes.

Interior noche

a Adrián, en Almaráz
pasando totalmente
del miedo nuclear que
no impidió que juntos
nos bañáramos en el
río (sospechosamente
caldeado)

Se prepara la noche
desarmada en sonrisa
armada en la entrepierna
Se prepara la espera
la cajita dorada
hachís sobre la mesa

248
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

aggiornada

¿Qué abuela de loca


pedaleó en esta Singer
hoy cubierta de mármol
cual lápida de Cela?
Recuerda
Uno viajaba en libro
a cualquier Shangrilá
W.W. era el maestro
de las barbas amadas
Se bebía cerveza
y se esperaba...
¿Es una espera rastrera
la esperanza?
Qué reducir el tiempo
en la acampada
bajo los miradores
y en las saunas
Ya no hay Nilo posible
para nadar contigo
ni prefigura llanto la llegada
Y cansa tanto, tanto,
la ausencia compartida, mercenaria,
de tu presencia, incompleta,
en una carta...que leo una vez más
mientras escampa.

Madrid. Café Figueroa. Otoño de 1985

Parque de atracciones

a Ahmed
que bebió la leche de camella

Me pidió un dírham

249
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

“pour l´entrée”
y me regaló una sonrisa
que n´avait pas de prix

Casablanca, verano de 1985

Condena

a quien él y yo sabemos

Todos los días: traje y corbata


Todas las noches: polvo sin ganas

Da ganas de balearse en un rincón


aunque sospeches que, como dice el tango:
“ni el tiro del final te va a salir”

Madrid. VIP’s de O´Donnel.Verano de 1985

Sueño con puma

a Valentín que remontó


el Río Congo y siempre
me lo cuenta
(ay, me lo contaba)

Soñé un puma
inconcebible, anoche
Tenía tus ojos
cuando vuelves del Cruising
en el último metro
(en cuanto me mirabas
yo hacía el inventario de
las piezas cobradas)

250
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El puma inconcebible
se paseaba
entre los olivares
de tu infancia
(cual gato te desplazas por el cuarto para no despertarme)
El puma inconcebible saltó
sobre la almohada
Me desperté: no estabas.

Madrid. Carabanchel. Calle Fragata. Madrugada. junio de 1992

Ordinaria locura

a Ben Gazzara y Ornella Mutti


a Marco Ferreri

De pronto me dice...

De pronto me dice: “tócame el alma con tu polla”


y entonces yo, ateo militante, digo: “Hay Dios”
y me encomiendo a Príapo, el Dios de los muchachos

Lo que más me gusta de él


son las cosas que me dice

No es del todo cierto: también está el sabor de su espalda en mi lengua

Sauna Condal. Barcelona. 1979

La cabina del Leather

a Andrés, por aquello...

El periodista entraba
en las cabinas
del Leather y LL

251
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como si fuera a misa

Aseguraba que eran


lugares idóneos
para la reflexión
y para armar
canutos

El periodista entró
en la cabina.........
y recordó la vez
…..........................
(en esta cabina)
el chico que ama
le regaló un librillo de papel
y al abrirlo leyó:
“pásame la lengua por la solapa
y fúmame”

El periodista prepara un filtro


con un billete de Metro
(canuto madrileño)
y lo coloca tras la oreja derecha
Deshace un Fortuna
(con poca fortuna)
enciende el mechero
y calienta la china

Busca el librillo
y mientras lía
recuerda otra nota
bajo un imán en la nevera:
“Prepara el culo, porque esta noche te vas a enterar”
y una Postdata:
“Compra birras. Besos”

Madrid. Chueca. “Leather”. Diciembre 1989

252
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

¿Pistola o sable?

Dejó atrás el lago y enfiló hacia El Ángel Caído esquivando la


avenida, internándose en los caminos polvorientos de tierra ocre.
Le llamó la atención una ardilla curiosa que lo seguía irguiendo la
cola, mendiga de pipas. Perdió de vista a la ardilla al llegar al jar-
dín de los senderos que se bifurcan (así llamaba el chico, borgiano,
a la cuadrícula poblada de arbustos y maleza, ideal escondite para
los emboscados, auténticos picaderos verdes a salvo de la poda
castradora gracias a la dariana desidia municipal y espesa). Entre
la floresta se movía una fauna huidiza que iba de mata en mata,
de seto en seto, controlando a distancia, siguiéndose, esquivándo-
se, arrimándose, separándose, mostrando y ocultando, pasando la
lengua por los labios o cogiéndose el paquete, desenfundando y
esgrimiendo, atrayendo y rechazando, postergando el duelo: ¿pis-
tola o sable?

De Cruising en El Retiro. Junio de 2000

Un ratoncito en la cuesta de Moyano

a Pilar Sánchez- Infante:


amor a la primera lectura

El muchacho buceaba en un mar de volúmenes viejos: concentra-


do, incansable, repasaba todos los títulos, de la misma manera en
que tú y él, hace veinte años, en este mismo lugar. Siempre sor-
prende (¿no que sí?: a usted se lo pregunto, querido, “impío”, ca-
ballero con abrigo de bronce) descubrir en un desconocido el eco
de un otro necesario hasta la desesperación en el pasado, al que,
de pronto, la semejanza de un cuerpo, un ademán, un gesto que
creíamos único, nos lo remite, nos lo vuelve, durante un intenso
y eterno segundo (en ese momento uno debería morirse, pero, ay,
sigue viviendo). El muchacho sigue buscando. Te acercas ¿Qué
elegirá el muchacho? ¿Cernuda? Sería demasiado (“¡Ah, tiempo

253
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

cruel, que para tentarnos con la fresca rosa de hoy destruiste la


dulce rosa de ayer!”). El muchacho no elige Cernuda. Siempre la
Realidad (“la única verdad”, según Aristóteles y el plagiario gene-
ral Perón) imponiéndose al Deseo: el muchacho elige un libro y
va a pagar a la caseta. Miras la pila de libros, buscas el que eligió
el muchacho, lo encuentras y lees el título “Firtin” y la solapa.
Y entonces ríes como hace mucho no reías mientras el ratoncito
(que ya pagó su libro y camina hacia Atocha), al pasar junto a ti,
te sonríe asombrado.

Cuesta de Moyano, diciembre de 2005

edgArdo gugliermetti

Edgardo Gugliermetti nació en Buenos Aires. Trabajó como biblioteca-


rio y fue colaborador de revistas y periódicos argentinos y del exterior.
En poesía, publicó Territorio de espejos (edición de autor, 1980), Jardines bajo
llave (La Lámpara Errante, 1983), Árbol que acecha (La Lámpara Errante,
1984), Criatura de niebla (La Lámpara Errante, 1985), Donde el cielo no llega
(Versibus, 1997), Misal de cólera (La Guillotina, 2003), Interrogantes (Edicio-
nes Patagonia, 2006), Cerrojos (Ediciones Patagonia, 2007), Rastros (Alpha-
ville, 2007), Sinfonía takuba (Ediciones Patagonia, 2009).

Absurdos laberintos

Absurdos laberintos
lunas que parten de una calle
mordida por la pintura de Van Gogh
señales a lo largo del terraplén
abandonos, sentencias,
la ventana acaba cerrándose
en el soplo de una boca
y la muchacha con nalgas de mármol
muere una vez más enroscada en su romántica mantilla
herida de rezos

254
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cortada por la lluvia en pedacitos de satén


en esa orgía donde el pájaro trina
sobre su sexo mojado,
la diosa hermafrodita
la que sufre en los candelabros del crimen
desposada en la promesa de una carta
violácea como sus palabras
agotada en las redes de un sueño maldito
en las praderas de la habitación
donde los ángeles custodian
un ruego, una planta melancólica,
la ardiente constelación de los espíritus.

(de Donde el cielo no llega)

Corazón de iguana

Debajo de la piedra, insultando al temor, inauguro un silencio que


no me pertenece.
Subo escalinatas, arrastro cadáveres, escondo mi lengua en un
escenario
para que no me reconozcan, pero un lazo en el muro me recuerda el
pasado.
Yo deseo, corro contra un espejo, me divido en dos, asumo la
presencia de vigías,
centinelas perdidos en una ciudad rodeada por músculos y orgasmos.
Beso en una plaza que carece de sol y de estrellas, me persigno en
tu rostro
que navega con ángeles.
Es preciso no recordar, pero un crucifijo, una traición, una
erección a medianoche,
acelera la memoria. Una momia se levanta para celebrar el castigo
en la voz
de un pájaro celeste.
Trampas, debajo del pubis enrulado, en la masturbación, en la
ceremonia del coito
en los baños de las estaciones, mientras el taxi boy anuda su

255
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sonrisa y me lleva
a otro mundo, a invocar en sus nalgas
de acero, a convertirme en walquiria aplastada contra el cielo,
animal en celo,
guardián de la luz y de la sombra.
Por fin entro en su tierra de hombre solitario, en su ferocidad de
macho
que rompe los colores del alba y me arrastra al precipicio donde
las princesas son violadas
con silencios, donde las heroínas danzan llenas de furor y gritan
enroscadas
en enormes pechos.
Pero allí la sangre ya no tiene preguntas, cae una y mil veces
enceguecida de alimento,
partida por el frío.
No puedo salir, lo que queda de mí se va en un caracol hacia una
playa donde los cuerpos se chupan lentamente.
Crugidos de leopardo, bocas entreabiertas, hojas de sauce que
salpican el miedo,
semen que perfuma la noche.
Será la caída, el refugio de la trampa, la catarata de amor
escarchada en un muro?
He visto la nuca del mudo, la llaga interminable de la carne,
he compartido
la noche cabalgando en su cuerpo puro, desaparecido de inocencia,
en su deseo
que penetra, en la temible cacería, en la destrucción de las
caricias.
He sido por un instante un lienzo arrojado sobre un corazón que se
pierde
—corazón de iguana vuelto a morir— bosque de brujas medievales
donde sufre el pasado.
Volver para que la noche recoja sus pedazos, hurgar en lo
deshabitado.
Es otra melodía. Nos perdimos en el territorio de la belleza.
Aquí renace el sol? Un ángel sale de la cueva? Algo ha muerto,
muy lejos de la celda.

(de Donde el cielo no llega)

256
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Bello dios de bronce

He aquí un sueño con vestiduras alarmantes;


el joven gime sobre la larga falda
de la muñeca enjaulada y atrae a los otros
con su nalga levantada en la profundidad del trópico.

Cuelgan de sus dedos primitivos anillos


y al conjunto de un patio con olor a macumba
hierve el corazón de su amante
en la ostra arrancada al abrazo del mar.

Y así regresa nuevamente


al contacto con los azotes del perfume afrodisíaco
fogoso y delirante
donde el cuerpo es un bautismo
un bramido que va tatuando la copa de los árboles.

Ahora sube la tentación por su lengua de mulato


y revienta en la oración de sus vísceras
clausuradas por el exilio y el beso.

Bello dios de bronce


con estampas religiosas
saliendo de su pubis mojado.
Frenético y cruel
invoca las entrañas de un ave
tapizada en la hierba
y las revelaciones de su mundo anterior.

Pasan entre sus dientes


delgados ídolos, voraces camas de piedra,
romances enjaulados en un licor de almendras
y el grito de la vida, acerado y profundo,
lamiendo los sollozos de algún recién nacido.

Para él vuelven a cantar las nubes

257
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y el frío como un néctar


como una corona de pescado
es el asedio de la vivienda
que se pierde y se eterniza
en la aventura extraída desde el ojo.

Tal vez no haya traspasado el sueño


porque lo veo sentado en una roca
cumpliendo con el ritual
de la lenta cascada donde sumerge su nuca,
dejando a lo largo de las horas
un resplandor inundado por la paz
esa perla incrustada como una súplica
en las hondas insinuaciones de una flor
de un crimen que reclama su presencia.

(de Donde el cielo no llega)

Sitio sellado

Tediosamente me acuesto en esa cama


que relumbra como el anzuelo de tu mirada,
sobre los ancestros de alguien que vela en el fondo del agua.

Tediosamente arrastro mis huesos


como si fueran prismas, pirámides arrojadas al azar,
que en su interior hilvanan terremotos,
partículas de un tiempo que repite la misma promesa,
ondulaciones en el cautiverio,
esquinas que desembocan en un cuerpo extraterrestre.

Y sé bien que nada ofrece esa mandíbula con signos de piedad,


sujeta a un paisaje purpúreo,
intentando llevarme hacia esa otra orilla
donde amar es volver con una luna de venganza
colgando de los pies, adherida al ombligo,
como el eterno muñeco que desarticula
el riesgoso tumulto del mandato.

258
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Nada me ofrece ya ese rincón,


tan lleno de frutos viciosos,
de contradictorias inmolaciones,
que exige presencias incrustadas en anillos,
en caracoles que oscilan por los barrancos del olvido.

Por allí pasaron alguna vez los olores más perversos


de la tierra, desalmados conciertos tratando de apresar
al solitario danzarín, embalsamadores, sepultureros,
criaturas mudas, ángeles impredecibles
tentando al precipicio.

Ahora el fantasma con movimientos de odalisca


se traga las palabras, se debate entre las luces del otoño,
lanza cantos infernales como si en esta habitación
un ala embrujada hiriera los retratos,
y los seres amados volvieran a pisar el escenario
descubriendo el rumor y la niebla,
el inasible adiós, los latidos del bosque.

No, este lugar ya no responde,


lo absorbieron los cactus, le robaron los ecos,
lo echaron al aire como una paloma mensajera,
como un puñal envenenado,
le vendaron los ojos para que no viera el sol
o reconociera al verdugo.

Sin embargo, él gira en algún punto invisible


y golpea la dicha, la amenaza con el aullido de los perros,
la atormenta con su empuñadura de prisión
desde la torre que desangra
y huele a sospecha y extravío.

No, ese lugar está sellado,


lo atestiguan las hiedras,
el siroco que cruza con su nervadura silenciosa,
la alondra que enjuaga su lágrima a través de los cristales,

259
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

el amante imposible que se desnuda noche a noche


en su infame burbuja
en la jaula donde silban los mirlos
y se cubren las estrellas.

Ese lugar es la guardia donde el reloj de arena,


sonámbulo y rumiante,
va clavando sus agujas hasta el otro amanecer,
donde se complotan las partidas y los sueños,
donde el cielo no llega.

(de Donde el cielo no llega)

Una cripta de piedras

Una cripta de piedras para el amor grabado


en el silencio / todos los susurros del mundo
hacen ronda en la ceremonia de los hoteles /
cuando nos estrujaban de inocencia aquellas
locas serenatas del cuerpo por las plazas /
unidos hasta el pavor / roncos de niebla y de milagros /
con un hueso atravesado por el insomnio /
entrando y saliendo por los cabellos de la prisión /
como jóvenes criados fervorosamente dispuestos
para el sueño o el vicio / ardientes de mirar
esos cuellos de hastío que se arqueaban
en los bosques del rapto y la alegría /
rodeados de mudos paraísos, de hermanos que resucitan
en el negro poema de las anunciaciones /
cuando el verano se multiplicaba en cópulas y alcohol /
en trenes sin regreso / en partidas caricias por el vientre
primero / en testimonios aguardados en una fría cama
llena de preguntas / en su lánguida armonía.
Amantes suicidados por un beso en la revolución
de los cuchillos / héroes sin pudor en la noche
que engarza sus reclamos / que hicieron jardines
con la caliente trenza de los sexos /
y se llevaron a morir el sol que nadie sabe /

260
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

con sus pasiones de amapola cruzadas por un vidrio.


Amantes de saliva corrupta y tiempo embalsamado /
un hilo de voz se desangra en el cadalso de sus memorias.

(de Árbol que acecha)

Inclinados en la isla del eros

Inclinados en la isla del eros


con su látigo de lágrimas / venían dulces, los dioses,
traspasados por el alba de un muerto /
en la temprana cosecha de los truenos /
con sus labios llenos de símbolo sangrante /
depositarios de un cuerpo caliente por la dicha /
venían a soplar el traje tembloroso del demonio /
a cubrirse con palabras de poetas enterrados
en el jardín de los delirios /
de poetas sometidos en vísperas de exilio
por la noche / cuando un bailarín sagrado
y un rostro helado contra un muro
celebraban la orgía de la hierba.
Y la Vida en puntas junto al bosque
llenaba de sal la mirada del cielo /
jugaban a no verse con canciones de guerra /
con acuosos conciertos latiendo en la puerta
de los templos / los dioses con su radiante máscara
de duelos / en el invernadero de los marginados /
los dioses del pueblo de las armas del fuego
de los placeres rotos en mitad de los miedos /
con sus ojos tierra desdoblándose en el sol /
en la amarga inocencia del destino /
los dioses de mirada oriental / veloces jinetes
en el mediodía de las cárceles.
Ellos saben que la lenta ceniza de los rostros
se unirá a la palabra y besará el poema
en las exequias del pecado.

(de Árbol que acecha)

261
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Verdugo del sol y de la carne

¿Y quién ha dicho acaso que este


fuera un lugar para mí?
Olga Orozco

Verdugo del sol y de la carne


enciéndeme en la hiedra del domingo
haz un canasto de besos
con la palabra rota
déjame en el camposanto de los cielos
el gesto de un hermano perdido.

Cuando el amor arranque sus guirnaldas


su fiesta de inocentes rincones
su sabiduría de noche que golpea
déjame un corazón en trance
un rasguño de arcángel
un color de criaturas
oliéndose el destino.

(de Árbol que acecha)

josé sbArrA
(1950-1996)

José Sbarra nació en Buenos Aires, en 1950, pero se crió en Ciu-


dadela. Murió por complicaciones derivadas del SIDA que padecía en
Buenos Aires, en 1996. Fue guionista de televisión, dramaturgo, escribió
textos infantiles para el sello Billiken y colaboró en la editorial Perfil y en
Playboy. Se prostituyó con hombres y mujeres hasta los 25 años. Por las
amenazas que recibió en la dictadura, se exilió en Madrid, de donde regre-
só con la democracia.

262
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

En su sello “pirata” La Rata, cuyos textos solo se conseguían en


el circuito del under porteño, Sbarra publicó Obsesión de vivir (1975), Aleana
(1979), Marc, la sucia rata o Los pro y los contra de hacer dedo (1991, adaptada
al cine por Leonardo Calderón) y Plástico cruel (1993, dedicada a Batato
Barea y para cuya edición contó con la ayuda económica de amigos como
Divina Gloria, Tom Lupo, Fernando Noy, Tino Tinto, Alejandro Urda-
pilleta, Roberto Jáuregui, entre otros). También escribió los libros infan-
to-juveniles Cielito (1986), Andy, el paseador de perros (1987), No prendas la
luz (1990), ¿Miedo yo? (1992), El beso del vampiro (1995) y ¡Socorro! Nadie me
quiere (1996). Póstumamente, Dagas del Sur publicó El mal amor (2017)
y Big Bang (2018), en el marco de un proyecto que también contempla la
reedición de sus otros títulos.
Fue invitado a la entonces Unión Soviética para escribir un guion
cinematográfico a partir de su Marc, la sucia rata. En plena perestroika, el
proyecto quedaría trunco, pero sus impresiones del viaje fueron recogidas
parcialmente en Informe sobre Moscú (Palabras Amarillas, 1996).
Poco después de un intento de suicidio (ocurrido luego de cono-
cer su diagnóstico de VIH positivo), junto a Gustavo (su pareja, que mori-
ría poco antes que él) y otros actores seropositivos, Sbarra estrenó la pieza
teatral ¿Sabés quién se murió?, con la que comenzó su activismo para deses-
tigmatizar a las personas que padecen SIDA y recaudar fondos para fundar
una colonia en Córdoba. Desde los inicios de los 90 y hasta su muerte, a
la par que dirigía un taller de poesía, organizó (junto con Klaudia con K)
las tertulias que se conocerían como el Circo de Poesía (en el teatrito de la
Facultad de Psicología de la UBA), por cuyo escenario pasarían personajes
como Marta Dillon, Tom Lupo, Humberto Tortonese y Osvaldo Vigna.
Ganó un premio Estrella de Mar por su obra Los susanos son el show.

Encontrarlo ciego y borracho y sin amigos. Verlo caer bajo la


lluvia. Acercarte y ayudarlo a ponerse en pie.
Sentirlo temblar. Y que crea que sos alguien que conoció en el
pasado. Y decirle que se equivoca. Que no se conocen. Que sos
alguien que por primera vez se cruza en su camino. Que te diga
que puede llegar solo hasta su casa. Y que vos insistas en acom-
pañarlo. Que sonría profundamente ante una persona que sin co-
nocerlo se ha acercado a él, ahora que no es joven, ahora que está
destruido, ahora que su vida no tiene ninguna posibilidad.

263
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Llevarlo a su casa. Entrar sosteniéndolo. Quitarle los zapatos.


Que se caiga dormido por la borrachera y por la amable sensa-
ción de que alguien le ha dado su tiempo sin pedirle nada a cam-
bio. Quedarte al lado de su cama, verlo dormir. Reencontrarlo en
su decadencia.
Y que por fin se deje amar.

(de El mal amor)

Me entrenaste para navegar esquivando estrellas.


Me enseñaste el salto en largo por el desierto de los tristes y la
zambullida en picada sobre los arrecifes de locura. Yo aprendía.
Era un delfín enamorado de su entrenador. Saltaba por una son-
risa tuya. Aprendía con rapidez. Eras el domador más exigente
del mundo.
Yo besaba tu látigo. Tu placer era domesticarme.
Y el mío estar a tu lado a cualquier precio.

(de El mal amor)

Y si solo piensas en él
ámalo más,
y si te descalifica con una diferencia imprevista
ámalo más,
y si te lastima con su mirada
ámalo más,
y si te golpea con sus palabras
ámalo más,
y si te traiciona
ámalo más,
y cuando sienta que eres la única persona imprescindible
en su vida
abandónalo.

(de El mal amor)

264
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El verbo es amar
amar bien
amar mal
amar como sea
pero amar.
La clave es amar
y cuando todo duela
amar con mayor intensidad
y cuando todo se torne insoportable
amar el doble.

(de El mal amor)

Cuando mi deseo era tu deseo


y nuestro amor una locura
cuando coincidía mi cuerpo
con tu cuerpo
como el agua
en el hueco
de una roca

(de El mal amor)

Sí, yo, otra vez.


Otra vez yo.
Vengo por el premio
¿Cómo “¿qué premio?”?
El premio al amor constante.
Me lo merezco
—más que cualquiera de tus amantes—
Me lo gané
—no sin esfuerzo—
tragando palabras de sal.

(de El mal amor)

265
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No me amabas.
Otro hubiese demorado diez minutos,
diez horas, diez días en darse cuenta.
A mí me llevó diez años.
No te reprocho que me hayas dejado,
lo que me atormenta es el tiempo que estuviste
junto a mí sin amarme.
Eso es lo que verdaderamente hiere.
Cuántas veces habrás estado en mis brazos con fastidio.
Cuántas veces habrás hecho el amor sin deseo.
Si estuvieras aquí
me dirías que no fue así, que exagero.
Y acabarías persuadiéndome
y volveríamos a hacer el amor mecánicamente.
Y yo volvería a equivocarme una vez más.

(de El mal amor)

Sufra represa de las ilusiones


juguete de válvulas
sufra con sístole y diástole
sufra peristálticamente
electrocardiográmicamente sufra
dilátese y sufra más
sufra con dolor purpúreo
con aurículas y ventrículos
con miocardio y pericardio
sufra cada vez más
volcán sanguíneo
pero nunca
nunca
deje de amar.

(de El mal amor)

266
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

¿Alguien habrá acercado su mejilla a una almohada usada por mí


para recordar el roce de mi piel?
¿Alguien habrá permanecido despierto hasta la alta noche
para seguir amando con su mirada mi egoísmo dormido?
¿Alguien habrá caminado por una calle desierta de un país lejano
murmurando mi nombre, llamándome?
¿Alguien habrá serenado su corazón apretando contra su rostro
pequeñas ropas mías?
¿Alguien habrá preferido mi muerte antes de verme en brazos de
otra persona?
¿Alguien habrá gozado entrando al baño después de mí
con el vapor y la temperatura y los perfumes de mi intimidad?
¿Alguien habrá deseado caer en el sueño con mi sexo anclado
en su cuerpo?
¿O solamente yo amé de esa manera?

(de El mal amor)

ugo rodino

Hugo José Rodino Lalín es profesor en Historia y fue docente


en los niveles medio y superior. Fue bibliotecario del Centro Gallego de
Buenos Aires e investigador sobre temas históricos, con particular inte-
rés en la inmigración gallega en la Argentina. Como poeta, fue parte del
grupo Poesía de Buenos Aires que impulsó Miguel Ángel Lens en 1994 y,
como tal, participó de las antologías Poesía gay de Buenos Aires —la antología
postergada— (Literatura Gris, 2007) y Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a
Miguel Ángel Lens (Acercándonos Editorial, 2011). Publicó Aporías (Litera-
tura Gris, 2006), Dopodomani Involuzione? (Literatura Gris, 2006), Mapuche
ranquelí. Diario de Ameghino (Literatura Gris, 2007), Deseante otredad (publi-
cado junto con Halabagal, de Miguel Ángel Lens, Literatura Gris, 2007), El
mundo largamente (con dibujos de Claudio Rossi, Literatura Gris, 2007), Las
uñas del alma (Literatura Gris, 2008), Merecida restitución de la alegría (edición
de autor, 2009), Impulsos rotos y sensaciones pasajeras (Literatura Gris, 2009).

267
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Cine Ideal

día de encuentros
placeres fortuitos
siniestras salas de cine
turistas brasileños
venezolanos
colombianos
mexicanos
eurocéntricos
aquí marginalidad
aquí subdesarrollo
discursos autoritarios
pretendida democracia
bestial democracia
frondosos encuentros
sexo fumado

(de Deseante otredad)

Paraíso

contraste de temperatura
circuito previsible
juguetes sexuales
subiendo/bajando
aceites
lociones
masaje suavemente erótico
vecino de los genitales
altamente erógeno
hueso púbico

(de Deseante otredad)

268
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Billares

larga calle de pueblo


¿Chivilcoy?
¿Bragado?
¿Alberti?
cruzabas la calle sin mirar
yo sentí el resplandor de tu figura
te encontré jugando al billar
nunca jugué al billar
ese día los conocí
a vos y al billar

(de Deseante otredad)

Sauna

Oscuridad escaleras hombres


rozamientos diversos
de piernas
de brazos
de nucas
los ojos se llenan de gozo
las miradas se tocan
aquí ya no hay problemas
todo se convierte en placer
eyaculaciones que apuntan al infinito
los hombres siempre desnudos
contracciones y jadeos
ir y venir
hartarse de sexo

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

269
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

mi mirada y la tuya
se cruzan
y huyen al deseo
a la posibilidad
pero me excito
con tu presencia
con tu mirada
con tu anhelo
en tus ojos se refleja el desierto
la astucia de tu estirpe
pero las miradas se debían
y se pierden en el suelo

(de Las uñas del alma)

labios húmedos labios secos

respira tu voz resuena lejana


alejada de mis labios secos
el sonido de tus pies y mis manos
mirada de viento lejano y cálido
atraviesa tu peludo pecho
olores de sexo matutino
entrecortados de atardeceres lilas
fragmentada veneración apacible
músculos articulados de tus brazos
instrumento de movimientos corporales
esas curvas de tu culo parado
nuestras pijas erectas expectantes

(de Merecida restitución de la alegría)

270
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

igualdad

estructura fundamental del perfil


actualizado perenne mensaje
vasto alcance de una perspectiva
compromiso solidario de deseos
sensaciones táctiles variadas
olores a pijas con sabores diversos
ese dolor elemental de la penetración
transpiración placentera de mis pies
sentir tu cuerpo caliente junto al mío
nuestros penes erectos entrelazados
disfrutar hasta el fin de una relación de iguales

(de Merecida restitución de la alegría)

libero

el amor por otro hombre en el texto


cólera miedo al ridículo voces
ilusión sin pasado ni porvenir
acontecimientos afectados por la nada
combatidas acciones de los débiles
decidido a pagar el precio injusto
secretos ocultos de la mente
anulador de todas las creatividades
libertario deseo de existir
sin estados ni políticos parásitos
sin discursos femeninos manipuladores
amar fuera del molde convencional

(de Merecida restitución de la alegría)

271
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

los faroles

la señal me abrió los faroles


me laburaba la croqueta todo el día
el fato era moverse sin zarparse
ese yorno estaba a punto de tirar la toalla
la cheno todavía era pendeja
el olor a morfi me daba ragú
sobre el pucho me quedé mosca
el chabón no era ningún otario
ese día yoripé hasta la docena
los chonguitos atorrantes y taxis
tenían un fangote de fruli
para gambetear a la vida y al oscursid de las namis

(de Merecida restitución de la alegría)

grone

el chabón era un gilún pero me había enganchado


con la conversa no podía engrupirme
yo no quería que se cabreara
él tenía el bocho hecho al rioba
lo tenía bien manyado
yo estaba tranqui con el bocho frío
era un tolito bonito sin mambos
fornido robusto bien chongo
un grone con buena verga
me gustaba que siempre estaba musarela
y nunca relojeaba a las namis

(de Merecida restitución de la alegría)

272
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ricArdo gutierrez

Ricardo Gutiérrez nació en la ciudad de San Miguel de Tucu-


mán. Inició su actividad poética en la década de 1970 a través del Grupo
Literario Yunke, con el cual editó el libro Poema, junto a Pachi Molina
Bri, Alicia Gómez Omil y Mirtha Suárez Porto. Yunke tuvo una consi-
derable influencia en los jóvenes poetas de la época y despertó respeto y
admiración de otros ya consagrados. Entre los autores que lo influyeron
se encuentran Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Charles Baudelaire, Oscar
Wilde, Walt Whitman, Federico García Lorca y Luis Cernuda, entre otros.
Tiene obra inédita tanto en poesía como en prosa. Publicó los poema-
rios Encendida memoria (Dirección de Cultura de la Provincia de Tucumán,
1993), Relámpago y sed (MIR Ediciones, Tucumán, 2010), Soles enterrados
(MIR Ediciones, Tucumán, 2011) y Poemas de un cuaderno perdido (Ediciones
de Octubre, Tucumán, 2015).

Mi ritual sin ti

He perdido de vista ya las madrugadas


la labor de los hombres
el nacimiento de las vidas.
He amordazado con duros llantos
la diurna floración de las guitarras
y asesiné con el dolor
la canción de las hojas
y las aguas.
Traicioné el más dulce pecado
y con él
quebré todos los espejos.
Oscurecí los tréboles
la madera, los pájaros
la piel de las piedras bajo la lluvia
el rumbo de la arena en los caminos;
perdí los tiempos

273
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

la risa, las campanas


el secreto amigo que hablaba el idioma
de las nubes y los perros
y
lo más terrible amor
perdí las palabras
los nombres de la luz
la secreta geografía de los cuerpos.

Por eso este amor es pobre


y es pobre este poema
y la soledad hambrienta
roe las puertas
asalta los atardeceres
los vagidos de la noche
las promesas de tu vuelta.
En el sueño estoy despierto
suicidándome
y la vigilia me sorprende
vomitando pesadillas.

¿En cuál músculo de ayer


olvidé las herramientas?
¿Qué asfalto me negó el arado?
¿Cuál horrible ciudad
me asfixió los surcos
la cosecha, el horizonte?
¿Por dónde se extravió el caballo
de andar por las estrellas
cabalgar el aroma de los ceibos
desbocar los latidos del verano?
Debes entender
o simplemente ofrecerme una gota de tu pan
para poder sacar pasaje hacia el olvido.
Necesariamente me visto de abandono
y nada espera que vuelva a poner de pie
la casa y tu presencia.

(de Encendida memoria)

274
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El Espejo Desnudo

Desmantelar la realidad,
vivir sólo el espacio grávido de luz
en el que se derraman como líquidos soles
infinitas dimensiones, infinitos rastros.
No tan frío. No compacto.
Casi semejante a un cuerpo de fúlgido otoño,
casi un fugacísimo delirio que dura en agudas
sensaciones
como delgados filos que separan la sangre
para darle forma de palpable música,
de visuales ritmos.
Peso carnal del universo sobre el alma,
red de lunas rodando y envolviendo el ramaje denso
de los nervios,
alisándolos, descomponiéndolos
hasta tornarlos estambres, rayos
ondulantes
en reposo de fuga hacia un infinito.
Alba carnal subiendo por la espalda,
leche letal de siderales abismos
dilatándose como un pulso en cada estado,
en cada cuerpo y su entidad.

(1977)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

Con octubre

La mañana bajaba con octubre por la calle,


y la ciudad era un silencio bordado por gorriones
salpicando de grises las cornias.
Te vi, celeste de camisa y ese andar tuyo

275
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como a todo
indiferente,
los cuadernos en la mano
venir por la vereda que yo iba con mi apuro y mi des-
tiempo.
Fue apenas un gesto tu saludo
y un grito de mis ojos y mi carne la respuesta,
pero el ángel que hay en ti habitando desde la última
caricia
se enredó en mis venas en insensato y loco abrazo
y puso nuevamente a rodar irrefrenable
toda la ansiosa añoranza de mi sangre.

(octubre/87)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

Noche y Ángel

Ha llovido
y hay júbilo batracio
en el negro ojo de los charcos
La noche nueva tiene roma a cielo mojado
Al pasar
moreno ángel me da las buenas noches
y leve
mi mano en su mejilla ensaya una caricia
Es un ángel fugitivo? Uno más entre tantos?
o puede ser todos los ángeles,
mas su nombre que pronuncio
se balancea en mí como una fruta
y sin querer mi medida de olvido
se impregna del color de su hermosura,
se agita con la promesa de su voz
que al volver de su cristal a mi nocturna madera

276
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

torrencial y deliciosa
va poniendo musical afán a mi deseo.

(1988)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

Después

“Aquí donde termina ese afán


que exige un dueño a imagen suya.”
Luis Cernuda

Después de ido
te repites en mi cuerpo
Formas tuyas todavía
modelan mi contorno
Olor tuyo redime mi sudor
y abraza la noche la acaricia.

Después de ido
quedó residuo de tu carne
agotada sombra de tus huesos.

(2013)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

Lorquiana

I
Convertido en luna
que la noche cambia
por caricia

Sudor amargo de apretada flor

277
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

lo beben los labios


y el alma se emborracha

Cuando no hay ya
al final de los secos dedos de la sombra
ni un milímetro de piel besada

se caen todo desahucio y mala suerte


tu belleza y mi deseo.

II
Extrañado de tenerte
cuando era mío

extrañado de tenerte
ahora que no sos mío.

(2013)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

Pueden

Materias revulsivas
que se amontonan en los umbrales del sueño
sales negras/tijeras/espejos rotos
cabezas cortadas de pájaros de mal agüero
fetos de piedra perforada
sexos arrancados a demonios cavernarios
sangre de lunas pisoteadas, profanadas
besos espinales del maléfico invasor.

—Te quieren por ahí arrebatar el día último


la última misa de comunión de espermas
la última música desnuda de un vino complaciente

—¡Pero no pueden!
—Pueden

278
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

porque tú los alimentas


con tus tetas de lobo hermafrodita
con tu falo de perro egipcio
con tu gula de lengua condenada.

(2014)

(de Poemas de un cuaderno perdido)

AlejAndro jockl

Alejandro Jockl nació en la provincia de Córdoba. Estudió Psi-


cología. En 1971 se trasladó a Buenos Aires. Trabajó como periodista y
traductor. Fue miembro del Frente de Liberación Homosexual y de la
Comunidad Homosexual Argentina. En 1984, en el contexto de la recién
recuperada democracia, publicó Ahora, los gay (Ediciones de la Pluma),
libro estructurado sobre la base de una serie de preguntas en torno a la
homosexualidad formuladas al autor por el psicoanalista Sergio Sinay. Fa-
lleció en España en los años 2010.
El poema que reproducimos fue publicado con seudónimo en el
primer número de la revista Somos, del Frente de Liberación Homosexual,
en diciembre de 1973.

Idomeneo

Adiós, Idomeneo.
Tu tarde —acérrima enemiga— se va y te lleva.
Esta hora pasada aquí, en la mudez del rostro
y del augurio —pues tal vez toda la tarde
te estuviste yendo— imita y ama a otras,
resumiéndolas con esa rara habilidad que tiene el tiempo,.
Adiós, Idomeneo. Adiós, hijo, y yo también, Ocaso…
Vélame en las órbitas del agua, en las tormentas
del duro arcángel. Desde aquí te haré servicios.
Yo sé que despedirse no es así. Hay otra cosa.
Hay como un miedo de derrumbes en el alma,

279
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

un hálito, un dios, el tenue titilar


de alguna estrella que no es mía, pero
tampoco de sí misma. Y sin embargo brilla, Idomeneo,
para que partas.
¿Quién habla de tristeza? Hay otra cosa.
Un diálogo comunica lo dicho y lo soñado,
lo entrevisto en éxtasis y la concreta piel,
una armonía que no sé nombrar y lo que tiene número y abate…
Ahora veré deshojarse aquella vela
y mucho antes, antes aún, se habrá extinguido
el candil de popa, contra el gozoso
reflejo de las olas.
¿Quién habla de tristeza?
Háblame más bien de acontecimientos callados y solemnes,
como una tarde que se tiende, como una vez que se alza.
Habla de palabras de canónico dolor, pero no de eso.
Te vas, en la hora que comienza
justamente cuando llega a su final, y subes
el acantilado para verme, Idomeneo, Idomeneo.
(Pronunciáme tu nombre, vamos, dilo!)
Pero hay una inmensa conjuración de astros
sobre nosotros, una terrible
mutación del cielo. Y ya se sabe:
un tiempo es sin duda un tiempo, pero todos los tiempos son her-
manos.
Pero mírame: estoy todo hecho de ojos.
De ojos que miran una vela levantarse en aguas de ágata
y encenderse un candil, y perderse un barco…

néstor lAtrónico

Néstor Latrónico nació en Buenos Aires. Muy joven emigró a


Estados Unidos y vivió en Manhattan, Nueva York, durante veinte años.
Esta emigración fue parte del proyecto de un grupo en el que figuraba su
pareja, Juan Carlos Vidal, y dos amigas, Martha Ferro y Alicia Hasper. El
cambio fue tan radical que el autor considera que su vida comenzó real-

280
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mente en esa ciudad. Tratando de escribir una novela descubrió que lo que
escribía era poesía. Este descubrimiento fue un momento decisivo en su
vida. Sintió que el poema lo liberaba de la narración —algo casi imposi-
ble para él hasta hoy— y que tenía una identidad, un camino de vida. Sus
comienzos en NY fueron duramente ásperos pero no exentos de delicias,
entre ellas el sentirse libre de la policía, la iglesia, la dictadura, y la familia.
Debió luchar con las normas de la cultura, el idioma, y los largos inviernos.
Sobrevivió con trabajos varios hasta que logró uno estable. Apenas llegado
adhirió instintivamente al pensamiento y práctica de la contracultura. Con
los años, el idioma ingles se convirtió en su segunda lengua.
Un par de semanas después de la rebelión de Stonewall empezó
a militar en el GLF (Gay Liberation Front) hasta su consumación, hacia
1972. Marchó en la primera Marcha Gay en 1970 (que volvió a celebrar
marchando en Nueva York en junio de 2019) y al hacerlo sintió que se li-
beraba de la opresión que había vivido, y que a partir de allí tenía una iden-
tidad. Como militante, integró el Colectivo Gay de la calle 23, de cinco mu-
chachos, un período de inmensa paz, creatividad, muchas fiestas e intenso
activismo. Tradujo Woman Identified Woman, de las Radical Lesbians, publi-
cado luego en un número de Somos. El periódico gay Come Out! publicó
dos poemas suyos, en castellano. En tanto gay latinoamericano produjo,
con Juan Carlos Vidal y otros latinos que constituían la Third World Gay
Revolution, la revista Afuera, totalmente en castellano.
Volvió a Buenos Aires en 1973, coincidiendo con la toma del
poder por Héctor Cámpora, muy entusiasmado con el deseo de militar
en el FLH (Frente de Liberación Homosexual) pues ya conocía su exis-
tencia. Militó en el grupo Eros, con Néstor Perlongher, Alejandro Jockl,
Marcelo Benítez, Fuad Zhara Adur, Eduardo Todesca, Jorge Luis Giacosa,
Héctor Anabitarte, Zelmar Acevedo, entre otros. Participó activamente en
la producción de la revista Somos, tanto como tipógrafo exclusivo de los
primeros cinco números como en los debates sobre el material a incluir en
ellos. Dante Bertini ilustró al menos el primer número de Somos.
Su poesía tuvo un nuevo punto de inflexión en Buenos Aires
cuando conoció al poeta Miguel Ángel Lens. Con él como ardiente inspi-
rador se creó un taller de poesía, prolongado sin ninguna interrupción du-
rante más de diez años. La estimulación constante de este taller impulsó la
publicación de los libros Poemas neoyorquinos (Alicia Gallegos, 1996), Poemas
y Di…amantes (edición de autor, 2005), Réquiem por una abuela española (Lite-
ratura Gris, 2009), Valija de luz (Acercándonos Ediciones, 2010), El trébol

281
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y la abeja (Acercándonos Ediciones, 2012), y Lluvia azul (Acercándonos


Ediciones, 2015), este último un libro de haikus. Participó en las anto-
logías Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada— (Literatura Gris,
2007) y Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens (Acercándo-
nos Ediciones, 2011). Tiene inéditos dos nuevos libros de poesía.

Blanca caída

Arbusto feliz
que conmemora la noche
en que te fuiste…

transitorio albergue
augusta moneda gastada
mercado ad-honorem
con tus piernas cimbreantes
tu bragueta dorada
de espejismos

noches transpiradas
bajo tu peso
bajo tu aliento de águila
donde crece el níspero
la violeta el frenesí
hasta la aurora caliente de tu miembro
cimbreante sangrante
arrebolado de semen
incontable flor
de jazmines
que rocían tu pelo
mi pelo

mi estrella
con vos cuando te fuiste
estaba alta en su trono

amanecía
cuando cerré la puerta

282
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

le puse el candado
para que no entrara
tu eslabón perdido
tu gruta de misterio
tu sexo azul de niño
tu caliente hondonada
tu luna de yeso

cerré
para siempre

(de Poemas y Di…amantes)

La otra patria

a Juan Carlos Vidal

porque compartimos el mismo amor


porque compartimos la música
y el aire de esta ciudad
y todo su espacio

porque compartimos el vino


y los deseos
y aun el tiempo del trabajo
y la tristeza a medianoche

porque compartimos recuerdos de la patria lejana


y nos acordábamos del sol
de la lluvia
del viento

porque a veces nos reíamos


porque llorábamos al contemplar
la nieve azul del invierno en los techos

porque caminábamos por las calles

283
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y a veces nuestros pies se negaban a seguir

porque nos descubrimos arrugas


y se nos cayó un poco el pelo
y un día vimos que había pasado mucho tiempo

porque en verano subíamos a las cornisas


a contemplar el cielo estrellado
y después bajábamos con nuestras cabezas llenas de viento

porque entendíamos el silencio


porque entendíamos el jazz
y olíamos el invierno en la punta de nuestras sábanas
y nos apurábamos a tomar café caliente

porque ahora
siento este dolor
y lloro por dentro al acordarme
en el adiós que no nos dimos

(de Valija de luz)

Varones de Buenos Aires

bailé muchos tangos en la oscuridad


con los mejores bailarines
polvo de estrellas me caía
nadaba entre delfines
todo era oscuro salvo los suspiros
el jadeo feliz
la caricia ardiente o fugaz
la palabra tanguera susurrada al oído
todo era oscuro menos los gemidos
la boca embriagada
el gesto que convida
el trago que se apura que desborda
bailé el mejor compás
casi a mi antojo
con todo el que me quiso

284
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

o el que quise fundido en sudor


hasta la entrega sin saber
de dónde había venido
—todo piel calor gemido—
bailé en la oscuridad el mejor tango
—el único—
hasta sentir ansia del día
y volví al amanecer
bailando en la lluvia
oliendo en mis manos
una esencia de frutas

(de Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—)

Anfitriones
A César Florentín

hubo flores en tus manos


mientras estuviste
hubo madrugadas de amor
y esperas colmadas de deseo
y visiones de flores y un sol radiante
que abrasaba

hubo la alegría de desearte a mi lado


y relámpagos de recuerdos en mi mente
mientras tu piel volvía a mí con jazmines
o ramos de azahar en nuestros sexos

hubo puertas que abríamos subiendo


a la cúpula de placeres incansables
creyendo oir cascadas de agua
en el ascenso
recintos iluminados u oscuros
pieles de extraños
gacelas perfumadas que hacían de anfitriones
jugando con leones tibios que nos mordían dulcemente

285
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tesoros de sonidos en las cavernas del cuerpo

hubo descansos
tormentas conjuradas
eclipses que perturbaban la mente
en el sabor de nuestras lenguas
y los poemas que leíamos para entender el bramido del mar
en nuestras piernas
(y tu risa
bello César)

ya desnudo en mis sábanas sin vos


(tu risa, otra vez)

y la luna
como siempre

y sólo
el viento

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

Galerías

¡ah miembros miembros!

Desciendo a la vorágine
por escalas de mármol
con olor a miel
y a flores de orín
el sol es deslumbrante
cuando desciendo a encontrarme
entre paredes chorreantes
y un inmenso olor a cuerpos
pisoteados
desde arriba la luz se esparce tenuemente
y se oyen los pasos de los deudos

286
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

que ofrecen un ritmo a ese ritual


en esta cámara secreta la manos
se acarician febrilmente
las bocas se adoran en mutuo ardor
los cuerpos se aprietan entre sí
como si se hubiera cancelado todo espacio
un erguido esfuerzo eleva su espuma
y derrama un dulzor nocturno
en las bocas abiertas
como un dios al que rogamos con los labios
entro en un vértigo al descender a ese olor
salvaje
me late el corazón con furia
por esos hombres cuyos ojos brillan
en la penumbra
como gatos
fragantes
embriagados de absoluto
por ese olor que emana de los vivos
empapado en desordenado sudor
tembloroso
subo hacia la luz
donde otros hombres lloran a sus seres queridos
y paso entre ellos y los sacerdotes
llevando un frenesí
que es un incendio
antes de otra sed

(de Poesía gay de Buenos Aires. Homenaje a Miguel Ángel Lens)

Piedra preciosa del deseo

es un deseo silencioso
como los cadáveres
que flotan en las orillas

287
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

es un aire de manzanas
como la noche
en que vinieron a buscarlo

no tenía padre ni madre


por suerte que lo esperaran de regreso

nadie
sino un pájaro cautivo
y un hombre que había conocido
en un baño

nunca más volvió

todavía hoy
esperan que aparezca

que desmienta la versión


de que murió torturado

(la única que cree


todo el mundo)

(de Poesía gay de Buenos Aires —la antología postergada—)

cArlos moreirA
(1950)

Carlos Moreira nació en Buenos Aires. Es poeta, dramaturgo y


narrador. Ha publicados tres poemarios, El amor de los amigos (Bajo la Luna,
2000), Madre noche (Bajo la Luna, 2004) y Obligado amor (Paradiso, 2004), y
el libro de relatos El pueblo de los ratones (Paradiso, 2008).

288
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

XXIX

A cada instante piensa en él,


la necedad del amor exige
que la vez anterior no haya sido suficiente.

En ocasiones más adecuadas,


cuando se enamora y es correspondido,
el conocimiento de la verdad
permanece vedado. Su apetencia
desaparece en los brazos del otro
quien la desplaza con su mera presión.
La majestuosa Verdad opacada por un beso.
Como escéptico estudiante de ciencias
es curioso que descubra el atajo de la fe,
la exaltada visión de los místicos,
con solo estar desnudo y abrazado,

y el éxtasis
cuando estalla en la mira de los miembros
el relámpago,
y como trueno cimbra la corteza. Después,
el peine de los dedos, los rizos
sobre la mano humedecida. Inepta
la razón, ecuánime el deseo consumado
en el paraíso.

Lo ha sorprendido en el campo de deportes.


Ha contemplado en él
la innata destreza de lo que es hermoso
y su involuntario servicio a toda fabulación.
A partir de entonces,
tan sólo la temperatura del nombre
tomó del aire para su pecho. Maniatado,
le resta imaginarlo a solas.
Manipulargo con la terca, y aun descabellada,
fe de los dogmáticos

289
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

cuando la noche sobrenatural se rebaja


a las simples poleas de un tormento.

Lo invoca para exigirle sumisión, y obtiene


un esclavo arrepentido de su propia indiferencia,
y lo interroga, magnánimo, y con él mantiene
diálogos imposibles como el de unas fotos.
Lo sujeta en sí pero no en la vida.
La zona del charco pero no la fuente.
Y al dormirse lo abandona, tan intacto…
Ah quien se duerme al alba
y lo posterga la ruda vigilia
para después, con total ligereza,

porque el modelo reposa sobre un capricho


y su ansiada meta
en la vanalidad de lo posible:
La global mano sobre la suya,
Esa pieza de tantas.

(de El amor de los amigos)

El carácter de la carne (fragmento)

Mi finalidad
tu endurecida entrepierna
encrespa el tiempo por venir

no obstante
¿es carne
o carnaza por la que muero?

¿Es amor este gimnasta


placer de la materia?
Ah, el sudor que proviene
como de lento,
obligatorio trabajo en la espesura,

290
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

tu dulce agua ¿qué es?


Perla y lastre por la borda
¿qué es? ¿Qué es, amor mío?
¿Sal? ¿Profusa feromona
aventada en la respiración?

Oh tú, mi conveniencia,
salvamento

¿es desnudo
o exposición de piezas
cubiertas de vello
por las que caigo y sucumbo?

Oh tú, daga de venillas, carmín,


dádiva, encarnación,

glúteos abiertos de par en par,


con vistas clásicas, a merced
de las manos circulares.

El límite es la piel,
no el alma en su oferta rojiza.

El límite
es la sangre, y el afectado
semen, oh tú, débil
y a la vez placebo
de mi dolor, salvamento,

oh tú, mi cóctel.

Blanco brebaje, decía


¿debo o no
llevarlo a mis labios
como un viajero en el umbral
lágrimas del amante bebe?

291
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Siendo hombre ¿por qué no habría


de afectarme la adversidad?

¿Es rubí
tu sangre amenazante?

¿Mar de lágrimas, naúfrago tú


al que, invariablemente,
ahogará?

Amor, es decir,
ninguna manera de hacerme daño,

lamo tus lágrimas,


fluido que espero en las comisuras,

me arrastran dos o tres


gotas sobre las mejillas.

Amor o nunca, salvo esta breve


eternidad de los paños, salvo
este salvamento de humedad,

el latido del corazón en el glande,


a ti debido.

Cuando de mañana lamo tu oreja


percibiendo en ella columnas, capiteles,
paisajes de tinta…
¿Sabés que hace un instante
salivaba en sueños? Recibía órdenes

por la hendidura,
me zambullía en vos,
a quien sin embargo perdía,

lo perdía todo, el interior


y su reverso de pelambre.

292
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Lamer tu oreja, confiado, ay,


sacudiéndome lágrimas como mascota
húmeda,
ya en su cuna, tu cara,

como me quieres, estoy dotado


para la confrontación
un tiempo más

¿puedo lamer la tersura de tu cuello


como si temiera para después
brotes de hierba allí, peladilla
en el rigor de la barba?

Mera secreción lo que sale


por una u otra razón.

¿Lamo la sangre de tu herida


al afeitarte? ¿Es cívico,
prudente dejarse asomar
estirándose tanto?

Porque de metrajes y metrajes


solo tu piel,

de miles y miles de huellas


sólo tu lunar, aquí,
bajo mi mano,

tu puño
asiendo la candente lanza
de pequeños detalles, sólo vos
propulsándome

cuanto más alto


más a tu pies caído.

293
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

De tantas, sólo ella,


tu espera de mí,

y esa parte,
los dedos pulgares de los pies,
desnudos, en mis labios
su nácar.

Por vos, mi corazón.


Y al dar contra mi pecho
retumba el vacío de una coraza,
quieta. Preparándose está
otra cosa.

Yo lamo ¿qué es? ¿Qué es


quedarse en la lengua, los
ojos entrecerrados?

Fluye el tiempo:
mientras cambiamos de pose nos estudia.

Y al volverte boca arriba


buscando en mí, bueno…
eso es algo típico que el tiempo anota,

y al desplazarse tus huevos en mi mano


nicho y nido:

yo, reservado para más tarde,


los veo girar en sus propias órbitas,
cálidas y autónomas
esferas celestes.

Qué lengua insaciable tiene,


cuánta, cuánta,
qué abultado lote, cuánta piel
cubre el tiempo de saliva helada.

294
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Caerán las hermosas páginas


soltarán su cabo. Caerá
tu vientre que puede percibir
el peso de la ceniza.
Y las tetillas que detectan
la luz del verano
o el aliento que soy.

Nada recordará qué cosa


de la doble carne complacida.

Oh tú, cóncavo sobre mí,


no se habrá de recordar
soltura, dogma, compromiso,

ni el suave secreto que hacía


de tu achura un príncipe.

(de Madre noche)

XV

La máquina de pensar que es la luna


propiciaba las combinaciones.

Dejaste que te acariciara


por haber nacido ambos,
como todos, sin un acuerdo,

que para nosotros probaría subsanarse


en el salón natural de la casa,
la azotea,
el último peldaño, la gran
lanzadera de los ojos invitados.

Estábamos allí para observar el paso

295
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de un punto de luminosidad, la plácida


expedición del primer satélite,
o del segundo, quién podría recordarlo,

sí que cruzaba el verano por arriba de él


durante la hora en que se abrían
como escotes las camas
y se establecía una cuenta
para cerrarlos bien.

Un fabuloso punto que ejercía


de máximo ejercicio de progreso,
el más orgulloso que haber se creara
hasta la fecha. (Tiempo después,

bajo el dintel de su asfixiante cocina,


tu madre habría de exclamar,
con los ojos llenos de lágrimas,
“Adrián, llegamos a la luna”.)

Aventuré mi sexo hacia la base del tuyo


hasta rozar un brote, o mejor,
un despanzurrado y diminuto
cojín de crines.

A otro punto de luminosidad


apuntaban nuestros vírgenes sexos,
el tuyo, tercamente oscuro,
el mío, rojizo, por un ancestro
anglo sajón.

Endurecidos como capitanes


en una grave contingencia.
Hechos para otra travesía,
seguramente ambos
se sorprendieron.

Mantuvimos el mando con firmeza,

296
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y el separado instante como un lingote.

Ignoro qué mirábamos para entonces,


puede que el sistema paralelo,
blandos latidos zoológicos
atentos a su propia percusión.

Notábamos gestos cruciales,


y no más que una curva
del canónico firmamento.

(de Obligado amor)

miguel ángel lens


(1951-2011)

Miguel Ángel Lens nació en Buenos Aires. Fue poeta, artista vi-
sual y activista de las minorías. Fundó, durante la década de los 90, los
grupos Poesía Gay de Buenos Aires y San Telmo Gay. Su primer libro
de poemas, Los poemas de Jimmy Barrett (el sureño) (Cronopio Azul, 1990),
fue adaptado al teatro en Poemas de un Sur, unipersonal protagonizado por
Marcelo Gamarra, que obtuvo el premio Nexo 1996. Publicó también
Jaschou (Alicia Gallegos, 1992), Arolá (Alicia Gallegos, 1994), Quince breves
poemas de seda y de verano (Literatura Gris, 2001), Halagabal (publicado con-
juntamente con Deseante otredad, de Ugo Rodino, Literatura Gris, 2007),
Sed de Querelle (Casi incendio la casa, 2009). Participó en la antología Poesía
gay de Buenos Aires —la antología postergada— (2007), cuya siguiente edición,
aparecida en 2011, llevó como subtítulo Homenaje a Miguel Ángel Lens. En
2014, a instancias de sus amigos, se publicó el volumen El barril de lluvia y
otros libros (Acercándonos Ediciones), que contiene los poemarios El barril
de lluvia, Noches de luna y Garufa, Poemas escritos con la pluma de una paloma,
Carta de Utopía, Lord de la Quema y Amor torito.
El Fondo Miguel Ángel Lens, conservado en el Archivo IIAC
(Instituto de Investigación en Arte y Cultura) de la Universidad Nacional
de Tres de Febrero, reúne poemas, collages, apuntes personales, recortes
de diarios, apuntes bibliográficos, correspondencia y fotografías del poeta.

297
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

“Proceso: ¿qué carajo es eso?” (1976)

(Parque Avellaneda)

ocultemos nuestros cuerpos pequeños


de los canas que están más calientes
que mastodontes entre volcanes
y ya nos amenazaron varias veces
con “garcharnos” y cagarnos a piñas
(no les demos el gusto)
hagamos el amor más suave entre nosotros
y si es posible
en la zona más oscura del parque
que esta noche de verano
se parece al paraíso
y vos sos Eros
y yo soy
Adonis

(Fondo Miguel Ángel Lens, Archivo IIAC, UNTREF)

El romanticismo de Billy Rogers

¡ah Billy Rogers


tan sólo quince abriles
y ya buscaba obreros
por las obras!

ya no se escucha su crepitar
entre los labios secos como antaño
se lo comían a besos los albañiles
de la región y Billy adoraba
las malarias dulces en bandadas
que América le traía a la boca
sin jarro para beber
agüita fresca para chupar un vinazo

298
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

o un chorro de vida hirviente


que apagaba mil infiernos
de cada tanto un insulto madre
pero casi siempre el deseo
caía de rodillas ante sus pies
de frágil paje arrastrado
por la pena de ser pobre y hermoso
a la vez

¡ay cómo crujía Rogers


entre el polvo de ladrillo seco
y cuántos polvos le echaban
haciendo cola
los obreros de las obras!

así así
billy rogers llegó a viejo
sin que nadie
lo matara por amor

(de Los poemas de Jimmy Barrett (el sureño))

El final de Cat Gibson

¡fah fah! decía como a lomo de burro


el turro de cat gibson la fama que tenía
montado sobre un pendejito que recién empezaba
a deambular de noche sin permiso de los padres
¡fah fah! decía el bufa tierno y miraba
la cintura del infante como derramando
calentadores a su paso por la casita
de terciopelo
¡fah fah! decía entre la hojarasca
y la llovizna otoñal de otras tardes
de baldío al rojo vivo
y el pibe quietecito como una mariposa atrapada
comenzaba a moverse de atrás para adelante

299
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

al compás de tantos siglos de represión


opresión malversación de vidas
y otras yerbas secas para chamuscarse
eternamente en una hoguera
de estrellitas

¡ah cat Gibson fatídico qué prepotente


en su deseo dulce de clavarse a los retoños
en los baños de las estaciones!
pero los chicos al salir de la escuela
cada atardecer lo buscaban a cat desesperados
para probar de la luz de gibson o antorcha
incendio o quemaduras entre sol y luna
entre estrella y cometa tibio y la dinámica malaria
de existir siempre caliente como hierro fundido
a pesar de todos los sueños dorándose
en el horno del piberío que corría
detrás de una pelota dura con sus piernitas
de mocosos que lo volvían loco a cat
pobrecito ¡fah fah! decía entre las chispas del invierno
hasta que un cana lo bajó de un balazo
en oscuro episodio de amor

(de Los poemas de Jimmy Barrett (el sureño))

Jaschou

el aristocrático Tadzio
atrapó una enorme mariposa
en el dorado hombro
de su muchacho

le arrancó las alas


caprichosamente
y las arrojó
convertidas en miel
a la brisa de la playa veneciana

300
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

luego se quedó en pie


saludando con la mano derecha
al arcoíris lejano del horizonte marino

cuando giró su precioso rostro


hacia los médanos
su desnudo compañero de amor
no estaba recostado en la arena

se había ido para siempre

sólo quedaban sus huellas


casi borradas por el viento

(de Jaschou)

La novia de Garufa

se volvía loco
por las fiestas
y alguien desde el barullo
le puso Garufa para siempre

pero en el fondo
de su profunda mirada oscura
estaba su novia
(la tristeza olvidada)

estaba yo

(de Arolá)

301
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Consejo de una mariposa lechera que se posó en el bu-


zón de la esquina al amanecer

no te enamores niño
de ese chonguito
que patea
y rebuzna
como un burrito

(de Quince breves poemas de seda y de verano)

Frutos del paraíso

agridulce gustito
del pendejo bien crecido:
sus labios dos cerezas
su lengua una frutilla

(de Halagabal)

La autopista de Éfeso

ningún mariquita enamorado


coje dos veces
con el mismo
camionero
apurado

(de Sed de Querelle)

La noche y su ángel

¿y si en la noche titilaran
los cuerpos más viriles

302
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

contra tus ojos esquivos


de estrellas apagadas?

¿y si el deseo
no cesara de desear
las almas purísimas
de esos muchachos sin destino
que siempre te provocan
cuando la noche arde?

¿y si tu alma desnuda
fuera carne enamorada
y hueso oscuro?

¿y si tus huesos brillaran


en la noche imposible?

(de El barril de lluvia y otros libros inéditos)

La última sonrisa de Matthew Shepard

habrá rocío para tu herido corazón


Sidney West

bandadas de palomas detienen su vuelo


en el estado de Wyoming
y las azules golondrinas también
por los cinco días de agonía de Matthew Shepard
atado a un alambre oxidado
muy lejos del divino arcoíris

fatalmente Matthew
se había tropezado en un barcito de Laramie
con dos inesperados recién venidos
tan jóvenes como él
tan sonrientes como él
tan aventureros como él

303
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en el estado conservador
sin una pizca de romanticismo
le volaron violentos los zapatos
la billetera de siete colores
le partieron el cráneo de estudiante
con la culata de nácar de una pistola del Oeste perdido

¡ah Señor de Todos los Secretos


ya es hora de explorar el corazón!
porque el pobre Shepard murió mucho más que solo
al costado de un camino con el infierno bajo cero
el millón de plegarias no alcanzó
para salvar su dulce vida
y los diarios se vendieron sin compasión

pero alguien
con el alma en los labios
y el corazón rodando por su lengua después del entierro
a la sombría multitud aconsejó:
“regresen a sus granjas lejanas
a sus rincones más queridos
y no dejen pasar un solo día
sin dar un beso de amor
un beso de amor
a quien
sea…”

(Fondo Miguel Ángel Lens, Archivo IIAC, UNTREF)

mArcelo benÍtez
(1951)

Marcelo Benítez nació en la ciudad de Buenos Aires pero vivió


y creció en la localidad de Avellaneda, a solo unas cuadras del domicilio
de quien sería su gran amigo y compañero de lucha, Néstor Perlongher

304
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

(1949-1992). Estudió Psicología en la Universidad de Buenos Aires. Desde


1986, ejerció su profesión en la Municipalidad de Avellaneda.
Siendo muy joven se comprometió con la militancia de la izquier-
da trotskista desde el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) hasta
que, decepcionado por su manifiesta homofobia, se unió al FLH (Frente
de Liberación Homosexual), donde inició su amistad con Néstor Perlon-
gher y Eduardo Todesca. En la revista Somos del FLH hizo sus primeros
ensayos con la escritura, omitiendo la firma o firmando enigmáticamente
como “MMb”, por razones de seguridad. Asimismo, su amistad con Per-
longher lo animó a escribir poesía y, paralelamente, desarrolló su habilidad
para el dibujo y más tarde la pintura al óleo. Terminada la experiencia del
FLH en 1976, luego del golpe militar, Benítez se abocó a sus estudios
universitarios y a dibujar con lápiz y con tinta china, además de encontrar
refugio en la música clásica y, especialmente, en la ópera.
Con el advenimiento de la democracia y la aparición de revistas
comprometidas con los Derechos Humanos como El Porteño y, muy es-
pecialmente, Nueva Presencia, comenzó a escribir ensayos sobre los temas
más diversos. Se integró también a los grupos gays que fueron surgiendo
desde 1983, como el GFG (Grupo Federativo Gay), junto a su antiguo
compañero del FLH, Zelmar Acevedo, o más tarde la CHA (Comunidad
Homosexual Argentina). Abandonó definitivamente la militancia en 1990.
En 200l, luego de diez años de silencio, Benítez retomó su actividad de
ensayista aprovechando la creación de la revista digital La Tecla Eñe, impul-
sada por su amigo Conrado Yasenz, en la que publicó numerosos trabajos.
En 2019 dio a conocer en el sello Edav La penumbra, su primera novela.
Mantiene inéditos un libro de cuentos, Los trabajos infames, así como su
obra poética reunida, Los pelos de Casandra24.

Encolpio vive

No seré capaz de adorar tu cabeza,


Encolpio,
ni tu cuerpo de joven fauno,
mientras tu alma ruede por los caminos
malgastando su savia de criatura ruin y pendenciera.

24 El título constituye un homenaje a Federico de Arcilla, poeta y militante amigo del


autor fallecido en la década de 1970, y de quien no se conservan textos.

305
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No seré capaz de acariciarte


en el musgo iluminado
ni en la superficie de tu corazón de trigo enfermo.
En tu mano se posará siempre la muerte
y beberán de ella, secretamente, los condenados.

Mi corazón es plano como un papel exhausto


y tiene un empobrecido alimento entre los dientes,
corazón de mamíferos hambrientos
que fueron huracanes
y que ahora es sólo arena miserable.

No seré capaz de abrir mi pecho a tus muslos de hombre tibio


en este lupanar en el que, aún desamparado, luces tus piruetas.

Hay locura en tu aliento,


hay cansancio escondido en tu sonrisa
y te espera todo un público de espectros que comerá tus sobras
y allí serás envilecido,
Encolpio,
porque ya nada de ti brillará en el mármol.

(de Los pelos de Casandra)

Entre mis brazos

Es vulgar tu sombra y también tu señuelo


y el guiño de tus ojos me envenena la carne.
La señal está dada por tu paso cuadrado,
el rostro que se hunde en un gesto de furia
y el pelo que se olvida en cada beso, en cada abrazo.

Es vulgar el aire que te mira,


y las hojas que pateas,
y el sudor que finges al caer exhausto en el hueco de mis manos,
como son vulgares las caricias que te apuras a robarme del bolsillo
o el desgano de tus labios como focas dormidas,

306
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

como lobos que mueren


o el esqueleto de un disfraz de pájaro sangrando
como cuando la desesperanza despierta tardíamente
tu sonrisa mordida.

Tu odio me salpica,
me desnuda los hombros como un bostezo
o igual que la pereza de tus dedos y la mentira de tus piernas,
tu cintura se me pega en la mirada y en tu grito de hastío,
en tu deseo de lamer el hielo,
los huesos de una aurora helada
donde no te encuentren nunca,
exhibiendo las sombras que te apetecen, ya resecas,
o resbalando por tu brazo, demolidas,
como se derrumba el barro con la lluvia,
como envejecen tus pisadas de mártir con el paso del tiempo.

Me clavarás tus días en el pecho,


y tus almuerzos de bufón,
y tu puñal de sirviente,
cuando te arrastres mansamente en mi cabeza, despeinado,
escupiéndome a la cara la bebida que no sacia,
el pan que te lastima,
la fruta que te enferma,
y me escribirás en la espalda esa huella del fracaso que te ronda,
que te satura los codos de mansedumbre,
de sombras sin espada,
de bultos exhibidos al calor de la derrota.
Búhos de paja o ratas de cartón te rozan la ropa desnuda
y un aroma de adiós o despedidas de piedra te desdibujan.
Porque hay un cráneo redondo como una pregunta
y un mutismo enroscado de arrugas extinguidas
y piernas desinfladas
cuando te desperezas del cansancio
preguntando por la sed
y me amaneces lentamente
entre mis brazos.

(de Los pelos de Casandra)

307
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Una visita a la tumba de mi madre

Un edredón de huesos,
esa es tu tumba.
Un espanto de flores sorprendidas en el aire tibio,
esa es tu almohada.
Una boca de negras paredes en donde la tierra ya no respira,
esa es tu mortaja.
Si me preguntas,
mi existencia sigue delicadamente triste,
con huracanes de humo rojo agazapados en las grietas del camino
en ese barrio de veredas pintarrajeadas por la desilusión
y moribundo de cielo.
Un puñado de avispas, rabiosas como tigres,
son tu manos
madre,
y mi vida continúa su ritmo de molicie asesina,
esa vida que se me ahoga en los bolsillos, madre,
en las mañanas de puro vicio
arrobado de miedo ante la estufa
o en el ojo de esa neblina que el universo abandona.

Una vez más me da espalda, madre,


y prefieres esa oscuridad de signos,
y que sorpresivamente te serenan.
Un bocado agrio de palabras venenosas,
ese es tu abrigo ahora,
y un blanco parpadeo de ásperos reproches,
y un desganado placer,
y un pellizco de terror
es tu cabello, ahora,
madre.

(de Los pelos de Casandra)

308
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

FernAndo noy
(1951)

Fernando Noy nació en San Antonio Oeste (Río Negro). Es actor,


performer, cantante, dramaturgo, productor, guionista, dibujante y animador
de la escena porteña desde los años 60, cuando participó del hipismo, y
particularmente de los 80, con el regreso de la democracia y el surgimiento
del under. Por sus diversos oficios y recorridos, se relacionó con artistas
como José Iglesias (alias “Tanguito”), Miguel Abuelo, Billy Bond, Alejan-
dra Pizarnik, Olga Orozco, Amelia Biagioni, Marosa di Giorgo, Paco Ja-
mandreu, Néstor Perlongher, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta o Hum-
berto Tortonese, entre tantos otros. Con los últimos tres, compartió los
años del circuito under porteño en lugares como el Parakultural o el Centro
Cultural Rojas. Antes, durante la dictadura militar argentina, se había exi-
liado en Salvador de Bahía (Brasil), donde vivió de cerca el tropicalismo
que encarnaron figuras como Gilberto Gil, Vinicius de Moraes, Toquinho,
Maria Bethãnia o Gal Costa, entre otras.
Publicó los libros de relatos Sofoco (Mansalva, 2014) e Historias del
under (Reservoir Books, 2015), que tuvo antes su versión televisiva homó-
nima por Canal à (2004). Asimismo, escribió una biografía sobre Batato
Barea, Te lo juro por Batato (Libros del Rojas, 2001), y el libro de memorias
Peregrinaciones profanas (Sudamericana, 2018). Como poeta, publicó El poder
de nombrar (Ediciones La lámpara errante, 1985), Dentellada (Último Reino,
1990) y La Orquesta Invisible (Aurelia Rivera, 2006), poemarios reunidos en
Hebra incompleta (Ediciones del Paraíso, 2006), y Piedra en flor (Ediciones del
Paraíso, 2011).

Cripta del Deseo


“y la vi huir. Huir
Habitar sus alas.”
Eunice Odio

I
Mi estrella es de aquí
aunque todo esté herido

309
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por el mismo rayo

No hay otro alba más


que el inventado

Amanecer al fin sobre las ruinas


crepúsculo ya es noche

Todo gira
aún yo
por eso tan
perdido

Fastuosa imperaba tu amante irrealidad

Mujer a veces vista y siempre convocada

Mujer del sueño nuevo


sin espacio
ni nombre

II
Ventana
Ojos que acechan
Aguda luz de un grito antes que el gallo
Lunar involución
tus nalgas se hacen senos
y vagas sobre las estalactitas
por la ciudad sin tiempo
El vencedor de sí mismo
ha llegado en tu búsqueda

Lleva una espada


atravesando su
mano

Estás desnudo

310
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero al fin para siempre

No sientes pánico

Como una ofrenda al mar te llevan hacia aquello


que jamás nadie
ni yo
podrá decir

Salitre en vano
La serpiente se arrodilla
cuando ofrenda el veneno
de otra resurrección

III
Dos escorpiones de ausencias enlazadas
la santa forma abyecta del deseo
llevo en los dedos un golpe de mi sien
y apenas el misterio para aclararlo todo
Látigo es el sexo del ángel
jadeante castigo
pero tan hondo el don de consumirnos
que
arde el silencio
en esta dulce noche
espantada de sí

IV
Palco de fuego
esquina
todo estalla
en su mutuo volver
se quiebra
tensa cuerda de pelo
tras la espada imantada
por un sudor de polen

311
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

V
Me embriagaban con vino blanco
incendiado por mi amargura

Así
extranjero
pero jamás ajeno
Comprendían este lenguaje
traficado en lo oculto
así
en silencio
pero siempre oído

VI
Alguien me llamaba desde el sueño
Dolía su voz de desconocido
Alguien ignorado me bebía
Diluviaba en mi piel
y aún más
pedía
Quién
dije
Quién?

—yo
respondí yo

(de El Poder de Nombrar)

La Antropofagia como una de las Bellas Artes

Ellas en las filas


Detrás de la escalera
En espacios recién inaugurados por la lluvia
O los pastizales del desnudo aquel
Critican la salita

312
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

A la proyección nadie la ve
El cortinaje se mueve agitado por el polvo
que también quiere entrar
Arde a la derecha un gran brasero a alcohol
Se comparan con la Zully Moreno
Vestigios de un rostro jamás olvidado
Acaso no fue en el Tigre aquella antigua vez
Cuando en la lancha se pintaba las uñas de metálico azul
—Sabés lo que era
Murmuran e interrumpen la ajena exhibición
Del filme salen manos
Vaivén de dedos
El acomodador enciende la luz mala
Todo el mundo de pie
—Disimulá el tono, loca
y bajá un poco esa voz
Alguien grita “la cana” sin poderse contener
—Francisco parecés un idiota
—Estás como la estatua de Santa no Sé Qué
Algunas pocas zafan
salvadas por azar

Eran el colmo de musa inspiradora


Un espejo sin forma que perfuma y se arroja
Ellas por las calles
las esquinas
los zaguanes vacíos…

(de Dentellada)

Coartada del deseo

El rocío de mayo, imprescindible para la alquimia definitiva del ser, ser extrae fácil-
mente de un cuerpo particular abyecto, despreciado
Urubatel

Deja la mano a tientas — busca con la saliva erecta y el corazón


en la boca — su temblor estremecería toda la especie dantesca del

313
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

planeta — mientras oye en el coro:

“La inocencia
La inocencia del deseo
El resplandor de los ángeles”

Encuentra en la abrupta cacería un cuerpo untado en sed y


logra adentrarse en él, amparado por la cantata piadosa de las
bestias:

“La inocencia
La inocencia del deseo
El resplandor de los ángeles”

Un último vaivén lo deja atado en sí con boca al fin saciada


y ahora
en el desvarío de quererlo tocar
cae decapitado por un canto que no cesa

“Es la inocencia del deseo


La que no morirá cuando caiga
La que no olvidarán
aunque ya hubiéramos
desaparecido
del planeta”

(de Dentellada)

Nuevamente

Tal vez en otra vida y en lejanos países


Cuando alguien caminaba de tu mano
El resplandor del mundo estaba OK
Nadie protestaba
Nos mirábamos
Por el simple hecho de mirar

314
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Ahora padecemos hambre de nosotros


Pero cuesta el reencuentro
Algunos tragados por la inmaculada boca
De la muerte
Otros
En dimensiones que edificó el olvido
Pero igual, como siempre
Tenemos hambre.
De todos modos
de amor…

(de La Orquesta Invisible)

oscAr monesterolo
(1952-2000)

Luis Oscar Monesterolo Benítez nació en Villa María (Córdoba)


y falleció en Pasco (Córdoba). Fue licenciado en Letras Modernas por la
Universidad Nacional de Córdoba y colaboró en los suplementos literarios
de los diarios La Nación, La Gaceta y La Prensa, entre otros. Fue secretario
personal y pareja de Manuel Mujica Lainez, quien, de acuerdo con las
cartas que ambos intercambiaron, ponderaba su obra lírica. Por ejemplo,
en una esquela escrita desde “El Paraíso” y fechada el 29 de noviembre de
1976: “Anoche leí los poemas de El bosque milagroso que me dejaste. Los
leí y los volví a leer, hasta entrar en ellos y en su mundo misterioso, en tu
mundo. ¡Qué razón tiene mi hija Ana! Eres ‘un ser especial y elegido (son
sus palabras): un poeta de verdad’. Tú mismo no puedes darte cuenta del
alcance de tu personalidad, y nosotros, los que tenemos la suerte de ro-
dearte, apenas si vislumbramos aquí y allá, en tu obra que crece, el resplan-
dor que te acompaña. Pero lo vislumbramos ya: está presente, con delicada
firmeza, en cada una de tus creaciones. Lo que tú escribes está hecho,
sutilísimamente, de intimidad y de secreto; de indagación por los caminos
del alma y del conocimiento; de ‘percepción’ casi mágica de una segunda
realidad, escondida y profunda. Lo que un novelista como yo, en cambio,
compone, es un tejido de anécdotas, de bocetos y de caricaturas, en el que

315
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

la imaginación y la experiencia suplantan a lo hondo del pensamiento. Te


envidio sanamente. Me hubiera gustado ser un personaje como tú”. A
lo largo de su relación, “Manucho” le regaló a Monesterolo manuscritos,
fotografías, obras de arte y una gran cantidad de libros dedicados, buena
parte de lo cual fue subastado una vez fallecido este último.
Publicó los poemarios Versos de ensueño (edición de autor, Cór-
doba, 1968), La Furia del Viento (Talleres Gráficos San Pablo, Córdoba,
1970), Medianoche en el Hombre (edición de autor, Córdoba, 1972), Ceremo-
nias (Ediciones El Arco de Papel, 1974), Poemas egipcios (Ediciones Librería
La Ciudad, 1980; con prólogo de Mujica Lainez, quien presentó el libro en
el Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires), El Prodigio y su Testigo.
1972-1982 (Sudamericana, 1983), Los Cuerpos Secretos (Torres Agüero Edi-
tor, 1983), Oraciones Perdidas (Alción Editora, Córdoba, 1987) y Hoguera de
Silencio (Alción Editora, Córdoba, 1997).
Editó las Cartas de Manuel Mujica Lainez (Sudamericana, 1984) me-
ses después del fallecimiento del autor de Bomarzo.

Nacimiento

Y hubo un encuentro en dibujos:


el insomnio amarillo
y las obsesivas máscaras
que el alma no perdona.

Todo asombro es antiguo


en la criatura. Se ha hecho
puente y amapola
para salvar la dulce
invisibilidad perdida.

Eso sí:
que florezca este sexo de piedra.
Que modele un cuerpecillo
para que lo arquee su caricia
y se retuerza enloquecido.

…Como Juan Bautista Martelli

316
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en Venecia,
parecido a un demonio,
bien culpable.
O caer en la sombra.
Integrar los colores del bosque.

Desmentir una vida de luces


porque sus besos incendian dentro,
bajo oscuridad que oprime.

(de Ceremonias)

Juegos de primavera

Aletargado, vacilante prodigio


del tiempo:
niebla negándose a caer
entre ídolos que mueren,
y tus manos
como luz en la sombra,
abismo y locura.

Este es el deseo ardiente;


esencia de la renovación,
pretexto para olvidar la soledad
y los metales preciosos
de su angustia.

Juegos de Primavera:
espléndida apariencia
que envuelve y oculta lo horrible,
lo prohibido en el ser al que nada
ni nadie podrá defender o atacar.

Michelangelo sonríe otra vez;


vuelve a ver a sus muchachos
bajar hacia la playa,

317
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sentir el poder de las dudas enormes.

Todo lo que brilla es imagen de Dios.


Una imagen que madura como enigma
en el que espera,
y florece como espada
en el que muere.

(de El bosque milagroso)

Otoño sobre el Nilo

Errante privilegio el de tus ojos:


pero que nadie imagine los amores,
las muertes que cruzaron
el milagro de la vida
y amordazaron con su sangre
el laberinto de tus brazos.

Que nadie sueñe tampoco al descifrar


la amarga escritura de este signo;
porque la duda tiembla también aquí,
junto al reiterado viaje de los años,
en la evidencia del agua
que envuelve mi ceniza,
la sal de sus lágrimas.

(de Poemas egipcios)

Entre las columnas de Karnak

Envuelto en semillas coloradas,


un cálido cielo de memoria
une su altura al silencio,
y al dolor de la tarde
en que caímos.

318
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Aquí, en Karnak,
entre sombrías paredes colgantes,
bajo el abrigo de sol que la luz desteje,
nuestra sombra perdura en el engaño,
la primavera inestable que sedujo
con muerte y deseos de Nada.

Y ahora el crepúsculo,
camino sin nadie junto al río,
los muchachos en cada amanecer,
los dromedarios, y alas que no bajan
y tanto viajero en antigua soledad abandonado:

Viajero que de ahora en adelante


será una versión de Tu mirada,
porque nunca un cuerpo
—entre gloria y desafío—,
guardó en la tierra el brillo de sus templos,
y en su amargura la dorada maravilla del secreto,
el puro deseo, cualquier revelación.

(de Poemas egipcios)

El amor ya es el vino

El amor ya es el vino
que en el sueño golpea con fuerza.

El cerebro es la diosa
que en cielo palpita,
y el paraíso es el éxtasis
en que tus labios me demoran.

(de Los cuerpos secretos)

319
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Mientras tu nombre gira en el espacio

Desparrama tus semillas en el viento:

Algún poema brotará bajo la lluvia,


junto a los álamos,
mientras tu nombre gira en el espacio
más inalcanzable de todos mis deseos,
más inevitable que estas noches tan vacías.

(de Los cuerpos secretos)

Alberto nigro
(1952-2017)

Alberto Nigro nació en Buenos Aires. Estudió en la Escuela


Nacional de Arte Dramático, donde obtuvo los títulos de Dramaturgo y
Profesor Nacional Superior de Teatro. Publicó Poemas (edición de autor,
Buenos Aires, 1974) y Septiembre sombrío (La cebra dormida, 1979). Creó el
sello editorial La cebra dormida, en el que dio a conocer la obra de diver-
sos poetas durante la década de 1980.

“Sandwiches reales”

ahora ud.
está sentenciado a morir
responda:
¿odia al estado?
¿fuma marihuana?
¿se inyecta?
¿es comunista? ¿por qué?
¿tiene prácticas guerrilleras?
¿sabe dónde se encuentra el E.R.P.?
¿es anarquista,

320
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

lleva armas?
¿es homosexual?
¿no está de acuerdo con los
militares¿ ¿por qué?
¿conoce grupos de marginados?
¿es subversivo?
¿frecuenta los bares beter?
¿se analiza?
¿lee política?
¿poesías?
bah, eso no lee nadie…
¿dónde trabaja?
no no conteste cállese maleducado
¿estudia?
¿consume?
¿bebe?
¿conoce a allen ginsberg?
¿se acuesta temprano?
¿qué hacía cuando lo detuvimos,
yiraba?
¿cuántos años tiene?
¿juega con las muñecas?
¿le gusta la policía?
¿cómo que no está de acuerdo
con la represión?
¿tampoco con los líderes?
¿ni con la democracia?
entonces ¿qué quiere?
noooo, cállese, no nombre esa
mala palabra acá, oyó (libertad)
¿no es amigo del orden?
ud… es raro, ¿eh?
no viste como todo el mundo
córtese el pelo
vista correctamente,
uniformado, ¿oyó?
este es un país libre, ¿sabe?
no queremos gente que piense,

321
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

que diga lo que sienta


que haga lo que quiera,
que creen…
los creadores ¡a la mierda!
queremos que trabaje y coma
y no opine. que vea T.V.
que vaya al cine a ver películas cómicas
y alguna que otra prohibida
ud. ¿no va al cine?
dígame:
¿no tiene lindas tetas-grandes-tetas
la Coca Sarli?
no entiendo como con cosas así
pueda haber putos.
¿y el teatro?
el maipo ¡uyyyy!… la roca la lobato
¡qué piernas!
si están para chupárselas todas
y si no para qué están las mujeres
sino para coger
y cocinar…
¿no lee gente siete días la noche?
yo las compro todas
¡bah! se las pido al quiosquero
de la esquina del departamento
¿vio qué tapas?
y qué tetas compañero!
le voy a confesar algo
yo las miro cuando no me ven
es lógico, ¿no?
---------- córtese el pelo
los machos tienen que llevarlo corto
y las minas largos y pollera
si no no se ven las piernas
sabe me parece que ud. es raro
y peligroso
vamos a encerrarlo
en el Borda para adaptarlo

322
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

a la sociedad.
llamen a la ambulancia
(sirenas)
¡déjenme! ¡déjenme! ¡déjenme!
Yo quiero ver el sol
por qué le escapan
¡déjenme! ¡déjenme! ¡déjenme!
hijos de puta. ¡déjenme!…
(sirenas)
¡¡¡nooooooooooooooooooooooooooo!!!

***

a Allen Ginsberg

yo quiero saber
quién es el de
la voz aflautada

que vivió en la vieja


nazca y la lima
nueva.

¡allen! nosotros tenemos un


obelisco

y lindos muchachitos morenos


y rubios y mestizos.

yo le pregunté a miguel
y me regaló una foto tuya,
mis primeras visiones…

-------- caminé por mi américa del sur


soñando una caminata por corrientes
tomados tiernamente de las manos
como dos buenos amigos

323
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como vos con el viejo whitman


por el village

yo mucho más real que vos


(todavía lo podemos hacer…)

¡allen! ¿cómo están los chicos?


¿y abbey? ¿todavía sigue preso?
y tu primer amor
y peter
y tu madre —vos la amaste—

¡qué triste me siento!


pero no estoy solo
eso lo sé al fin algo seguro
como diría Alejandra

ella también se fue como joan


ellos las mataron

sabías: ella le escribió un poema


profético a janis

y ahora las dos están en mi mente.

¡ah! yo no escribo como vos


aunque sos una loca de lo más genial
(cariñosamente te digo “loca”)

¡allen! los muchachitos esperan…


pronto debemos vernos
o si no esperarnos en Tánger
la india o perú
dentro de unos cuantos años
cuando vos estés melancólico
y yo saltando como un loco
o una “loca” con mis oscuros cuadernos
apocalípticos-extra-cósmicos…

324
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

***

nada de nada
hoy

ni palabras
ni pensamientos

solo quiero mirarte a los ojos


y sentirte adentro mío

(de Poemas)

Esquizofrenia

estás loco
verdaderamente locoloco
escribiéndole a tus amores-fantasmas
en la total dimensión del desesperado.

Pueblo

escribimos el nombre de ella


en todas las paredes:

el-de-la-li-ber-tad

pero nada salva a este pueblo


que se hunde

porque todo está muerto


inmensamente

325
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

muerto

todo
muerto

muerto
muert

mue

Cable

cablegráficamente recibí tu mensaje.

estabas bien tomando sol del caribe.

yo todavía estoy en la argentina,


mi país-

¡estoy tratando de hacer algo! te grito


por el audífono.

(de Septiembre sombrío)

AlFredo lunA
(1953)

Alfredo Luna nació en San Fernando del Valle de Catamarca. Ac-


tualmente reside en Buenos Aires. Es Licenciado en Enfermería y Técnico
en Administración y Gestión Universitaria por la Universidad de Buenos
Aires y Magister en Escritura Creativa por la Universidad Nacional de Tres
de Febrero. Ha publicado los libros Las palabras imposibles (Ediciones Del
Camino, 1993), Los días demorados (La Palabra Mágica, 2005), Los fuegos pro-

326
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

metidos (La palabra Mágica, 2006), la mirada sonora (La Palabra Mágica, 2008),
vigilia hereje (Ediciones Último Reino, 2013), palabra matada (Alción Editora,
Córdoba, 2014) y testigo infiel (Ediciones En Danza, 2015). En 2018 obtuvo
el Premio Literario Provincia de Córdoba (Género Poesía) con el libro
Daños personales (Ediciones Letras y Bibliotecas Córdoba, Córdoba, 2019).

gloriam

en este grial de lágrimas


o sobre mis sábanas
vierte prudente Onán esa fulmínea eternidad
del instinto
la vasta sombra de palabras hirvientes
que me encadenan a tu corazón

aquí la luz del deseo es distinta


y el olvido cierra las puertas de la locura

aquí también te vestirá la muerte


con su jubón de gloria

vierte feliz querido mío


porque algunas veces
el perdón es otra forma de suplicio.

(de Los fuegos prometidos)

***

un olor se desliza por la noche

cortesana que fuga de terribles catedrales


yo señora de los desesperados
guarida del deseo clandestino
canto los males del cielo
y las traiciones de la sangre

327
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

desde mi altar de virgen impúdica


diosa y reina de la nada
denuncio
a los piratas de la sed
a los capitanes del naufragio
en el océano de mi cuerpo
a los sofocantes forajidos a cielo abierto
de sus vergüenzas

condeno
a los bandoleros de la Justicia
a las sabandijas del Orden sagrado
repartidores de hostias
a esa multitud que me escarba con el agua tiesa
de sus muslos en el amanecer y el crepúsculo

culpo
a los que me resuellan la nuca y esconden
este amor transitorio
a los carceleros bifrontes de la saliva
y de los hospitales

otra vez denuncio


y guardo la codicia de este prodigio adulterado

(de la mirada sonora)

***

¿dónde pongo este saqueo?

nada ha quedado de lo que fui contigo


nada de ti me pertenece
más que este refucilo de estrellas en la sangre
y mi vértigo

328
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la noche pega su filo y no puedo la ternura


cuando la soledad es más grande que la vida

quiero volver a tus cenizas


urdir otra vez ese himno imperdonable
de pájaros ciegos que sostuvimos

indigna y espléndida
la muerte se lleva
hasta lo que no has dejado.

***

¿has de atreverte a renunciarme?

salta desde la cruz hasta mi regazo


y ofréndate entero
como el aire
porque el mundo es infinito bajo tu sábana

llévame a tu lecho como a virgen lujuriosa


y otra vez abriré el tajo Príapo impalpable
y que el agua espesa brote como luz agria

ya es noche
y niego que el cáliz de mi boca rebase
con dos gotas de semen maldito

Tú el devastado en mí como el dios de cera


y yo el sacrificio

amor
dímelo en la boca otra vez y en secreto

329
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

no hay pecado más grande que morir sin mí

bienaventurado este tierno llorío


por el destino incierto de tu sexo.

***

nunca te pedí tregua

que entre Tú y yo
ésta sea noche de transa
y vengas a mi cuerpo
tugurio de la dicha
desmán del goce
ven a mí
como si fueses un padre una yunta de potros
un perro que aguarda inclaudicable

y que mi cuerpo sea un canto de alabanza


y tu martirio formidable
pero no te atrevas a perdonarme

(de vigilia hereje)

AlejAndro urdApilletA
(1954-2013)

Alejandro Urdapilleta, argentino, nació en Montevideo durante el


exilio político de sus padres, pero se crió en Buenos Aires, adonde aquellos
volvieron luego del golpe contra Juan Domingo Perón. Entre 1977 y 1981
vivió en Inglaterra y España. Fue actor, guionista, dramaturgo y poeta. Es
considerado una de las figuras más destacadas del nuevo teatro argentino.
Desde 1984 comenzó a participar en el circuito under de la escena porteña

330
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

(el Parakultural, Cemento, el Rojas, Mediomundo Varieté, entre las más


destacadas salas), donde conocería a Batato Barea y Humberto Tortonese,
con quienes formaría recordados dúos y tríos dramáticos y televisivos,
entre los que destacaron los de El palacio de la risa (programa ideado por
Antonio Gasalla y emitido entre 1991 y 1992). Por su labor actoral, reci-
bió un premio Konex (2001), un Martín Fierro (por su papel en la serie
Tumberos, 2002), cuatro premios ACE (1991-1992, 1995-1996, 1999-2000),
un premio Astor (2004, por su actuación en Adiós, querida luna), un premio
María Guerrero (2000) y un premio Trinidad Guevara (2000).
En el año 2000, a instancias de Jorge Dubatti, publicó Vagones
transportan humo (Adriana Hidalgo), que reúne una serie de textos dramáti-
cos y poéticos, y dibujos. Luego aparecieron Legión Re-ligión. Las 13 oraciones
(Colihue, 2007), cuaderno de artista que contiene poemas, dibujos, relatos
y monólogos, y La poséida (Adriana Hidalgo, 2008), que reúne dos relatos:
“La poséida” y “El papá de Etiopía”.

Hombrecitos

Hombrecitos de almíbar
de nuez y de cal
con barbas llenas de miel
goteando sobre el mantel

Hombres rudos que aplastan


pájaros con sus botas

Hombres desnudos
marchando al son de plegarias
cantando las borracheras

Hombres bonitos de ojos de perro


con aguas en sus sonrisas

Hombres con caracoles tatuados


y gigantes pelados
también muy hombres

331
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Y aquel que parece petiso


pero que está enterrado

Hombres que te hierven en sus


deseos como cacerolas
que te mastican con los dientes
de sus falos
que te cuecen sobre el fuego
de sus pelotas
que te descubren tras de los
muros

Hombres que siembran


hombres que soplan
que se desangran gota a gota

Hombres babosos, tuertos,


muertos, petardos,
bastardos y rengos
llenos de miedo

Hombres de trizas, de trazos,


de brisas
de lunas
palacios
condones
y risas

Hombres que lloran

Hombres dormidos

Hombres que miran crecer


el árbol
desde las rejas

Que se desnudan a mordiscones

332
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Que se suicidan

Que tienen hijos

Hombres que van al frente


con ojos de fusiles punzantes
a luchar contra la noche
de los temblores

Hombres de fuego
de sal
de baquelita
y azafrán

Niquelados, marmóreos,
laqueados, bordados,
con flecos
y solos

Hombres muertos
todos dormidos
todos muertos y dormidos

(de Vagones transportan humo)

Las pijas

Pijas colgantes
sembradío de garchas
huevos al acecho
pijas enroscadas adentro de los calzoncillos
Vergas, garompas
pingas deliciosas encremadas
ojetes revueltos
cactus almibarado
despliegue de pijas circuncidadas

333
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y el intenso bulto
que rompe rutas arremolinadas
rodantes
con pendejos como rodetes
rodeando como rastrojos
suspensores en la terraza
concurso de ver quién acaba más lejos
guascazos en las puntillas de los manteles
porongas
en las bocas de los coroneles
Chorgas
zodapes
pedazos de mampostería
guachos con un solo huevo
pijas de los vestuarios
sacudidas de algarabía
mingitorios
crematorios
panqueques, morcillas
condones pinchados
862 pijas por metro cuadrado
pijitas fláccidas de los mormones
y millones de pitilines
Pijas y más pijas
pijas negras, grossas
con olor a rosas
pesadas, de varios kilos
aceitadas, de doble filo
pijas blandengues
frías, verdes, de cura,
con sabor a culpa
porque se les pone dura.
Tres pijas en el desayuno
ocho a media mañana
tres o cuatro para el almuerzo
y durante la tarde nada
pero a la noche
pijas a granel

334
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pijas llenas de bríos


de gran poder adquisitivo
pijas que asoman la cabeza
con el movimiento del colectivo
Gansos a diestra y siniestra
garchas de doble pechuga
y bananas con sabor a miel
yo quisiera que todo esto
me lo dé la pija de él

(de Vagones transportan humo)

He estado arrumbado

He estado arrumbado
como un muñeco
me han tirado
aceite hirviendo
como a un inglés
pero soy negro
tengo los huevos negros

Pertenezco al vacío
amo a las termitas
que carcomen las iglesias
soy sacrosanto

Me han penetrado
con acqualane de adobe
y me absorben las lopoaspiradoras
si pago

No tengo frío
porque es verano

Sin embargo tu mirada

335
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Podrías agarrar tu sombrero


e irte al carajo
con tu garompa
y tus besos
podrías tirarte un pedo
en Jamaica
que me daría igual

Pertenezco
a las señoras de visón
tridimensionales
los esposos se revuelcan
con la mucama

Y también tengo relaciones


con el cura Pedro
el de las letrinas

No sé si debo decirlo
parecés un enano
envuelto para regalo

(de Vagones transportan humo)

El alma sagrada de tus besos

El alma sagrada de tus besos que no tengo mi amor.


Quisiera ir contigo en el Torino.
El volante forrado de tigre
vos con la guayabera
y yo con un peinado espléndido
y anteojos negros
y te tocaría los muslos
y te diría:
qué linda verga
que tenés, Cacho.

336
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Pero vos no contestarías nada


irías abstraído pensando en choripanes aplastados por tractores
de pronto yo dejaría a mi mano
paseando por sobre tu bragueta
no sé.
Iríamos andando por una ruta de Formosa, quizá,
mudos, borrachos, aburridos
acampando con la carpa marca Cacique
visitando luego el lago San Roque
y a la noche junto al fogón se armaría la guitarreada
y me acercaría
y te tocaría
y te diría Cacho, qué buena verga tenés, Cacho.
Pero vos seguramente irías a echarte una meada
atrás de un árbol
y yo quedaría solo
enfrente del fuego
con el tetrabrik en la mano
y al final me decidiría y te diría
¿querés que te la sacuda, Cacho?
Pero vos como única respuesta
vendrías por atrás
y me encajarías un hachazo
en la espalda.
Pero no, no, mejor no,
todavía no me matarías.
Al contrario, creo que te acercarías
mi amor,
y me acariciarías un poco.
Y entonces yo empezaría a transformarme
en una pájaro
con un pico blanco,
un pico que empezaría a taladrarte
el cerebro y a absorberlo
como si fuera la clara del huevo de un ave extranjera, Cacho.

(de Vagones transportan humo)

337
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

jorge smerling
(1957-2014)

Jorge Ricardo Smerling nació en Buenos Aires. Participó del ci-


clo Poesía Abierta (iniciado en 1982, en el ocaso de la dictadura, y que se
prolongó toda la década), del que también formaron parte poetas como
Olga Orozco, Susana Thénon, Joaquín Giannuzzi, Francisco Madariaga,
Enrique Molina, Edgar Bayley y Jorge García Sabal.
Publicó los poemarios Onirocrisis (edición de autor, 1980, con pró-
logo de Héctor Miguel Ángeli), El vacío de la paloma (con Héctor Angeli y
Miguel Ángel Viola, Ediciones Mano de Obra, 1980), El circo natural (Edi-
ciones Carrá, 1982), Bombardeo en las siestas vecinas (Fundación Argentina
para la Poesía, 1984), Canción para Viola (Ediciones Carrá, 1986), Quásar
(Fundación Argentina para la Poesía, 1989), Canción de adiós para un rey
oscuro (La Guillotina, 1993), Mosca de cuerno (1993), Canción para una fotografía
de ausencia (La Guillotina, 1995), Señor: el alma es un fragmento de tus ojos (La
Guillotina, 1995) y Misa por los árboles (La Guillotina, 1998). Póstumamente
apareció Canción de bienvenida para un ángel en vuelo (La cebolla de vidrio edi-
ciones, 2016).

Los cuerpos lavados por la luz, ofrecen sus abismos


a las altas temperaturas,
a las sólidas vegetaciones que se hunden en el viento.

Los cuerpos:
esa razón de vida,
la sublevación del odio o el amor en los cuerpos tendidos,
la turbulencia de la noche en los espejos de las manos que
[recorren el sexo.
Y esa estación que eleva estrellas tardías
en los campos y en los vientres.

338
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Así se aman en las orillas oscuras del cielo.


Todo es de pronto la perfección del universo
o el lúcido recorrido del agua
de los ojos a los pies
a las anchas cinturas
a la ovación de las plantas crepusculares.

Allí los cuerpos comprenden su verdadera existencia.


Caminos que el hambre o el horror no traicionan,
la altura de una flor perpleja,
la advertencia de las miradas,
el movimiento de las piernas.

Los cuerpos no tienen casa sino hospicio donde mueren a veces


[enlazados.
Y la tarde los arroja a otra playa de luz
a otra vehemencia que ignoramos,
que sentimos grave como una cercanía.

Los cuerpos ofrecen sus abismos y en ellos se abandonan.

(de Bombardeo en las siestas vecinas)

8
Sinfonía

Hermoso cuerpo, alto como una fiesta de luz,


como una tormenta,
como un aljibe adonde llega el mar inevitablemente.
Aquí estallan los astros para mirarte,
fecundación ilimitada,
campanas,
delirio.

¿Adónde llego con mis ojos?


sino al vértice fugaz de los osarios,

339
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

o a la batalla del cuerpo bello


oh fulgor oh necesidad
intención para lavar los huesos en el fondo del río.

Hermoso cuerpo, alto como una fiesta de luz:


admito los ropajes que tu estación inclina,
oh cuerpo,
vegetación que se levanta como una hiedra,
límite,
canto,
orilla que se entrega como un silencio a la melancolía.

Hermoso cuerpo, alto como una fiesta de luz:


a ti los golfos y las penínsulas distantes,
a ti esa bandada increíble,
porque desde el fondo de las oscuras monarquías
hay una corona que resplandece
un collar que no traiciona.

Hermoso cuerpo, alto como una fiesta de luz:


en tus aguas caen las bestias de la aurora,
y ahí me inclino y desparramo como el cielo,
como un barco y los pájaros marinos,
como un grave terremoto,
como el océano de las profundas cavidades,
como todo lo que se alza de golpe
en las lluvias,
en los bruscos campanarios,
en ese hermoso cuerpo, alto como una fiesta de luz.

(de Bombardeo en las siestas vecinas)

Ojos negros

callan las oscuras voces


y aparece el cielo lleno de mar de pájaros
que azules cantan para los ojos negros

340
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

¿quién resiste a esos balazos de noche dentro y perpetuados


dentro dentro y perpetuados dentro y dentro y en el alma?
los sueños que en oleajes parten con peces voladores
noche más noche más noche
mis ojos se iluminan como estrellas
cuando esos ojos negros me dicen adiós
con un danzar pagano apenas sobre mis labios
entonces noche más noche más noche
y resistir el fuego rojo de la guerra
montados sobre el viento
con los muslos apretados y tan tan parecidos al vuelo
de los pájaros que dejan de ser nubes
cuando la lluvia nos transforma
y esos ojos negros duelen porque se cierran un instante
—la imperfección que Dios quizás quizás no tuvo en cuenta—
pero esos ojos negros secretamente duermen en mi corazón
y saben de los astros
y las cristalinas aguas que vagan en mi mente
y del remolino de arenas tempestuosas
y de la torsión del invisible cuerpo
etéreo como esos ojos negros que elevaron la marítima bandada
a pique contra mí
tan ojos negros como los ojos negros
que paganos danzan apenas apenas sobre mis labios
los que dijeron adiós cuando esos balazos de noche
me volvieron a la vida
me volvieron a la vida
a la vida para siempre

(de Mosca de cuerno)

dAniel link
(1959)

Daniel Alejandro Link nació en la Ciudad de Buenos Aires. Es


escritor, crítico literario y profesor universitario. Dirigió suplementos
culturales y revistas literarias, entre ellos, RadarLibros y Magazine Literario.

341
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Actualmente, dirige Chuy. Revista de estudios literarios latinoamericanos de la


Universidad Nacional de Tres de Febrero, institución donde también está
a cargo de la Maestría en Estudios y Políticas de Género, y del Programa
de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados.
En ficción ha publicado Los años 90 (Adriana Hidalgo, 2001), La
ansiedad (El cuenco de plata, 2004), Montserrat (Mansalva, 2006), el libro de
relatos La mafia rusa (Emecé, 2008) y el libro infantil Los artistas del bosque
(Planta Editora, 2011). En poesía, escribió La clausura de febrero y otros poemas
malos (Belleza y Felicidad, 2000) y Campo intelectual y otros poemas (en su blog
Linkillo, 2003). Parte de su obra ensayística está compilada en los libros La
chancha con cadenas (Ediciones del Eclipse, 1994), Cómo se lee (Norma, 2003),
Clases. Literatura y disidencia (Norma, 2005), Leyenda. Literatura argentina: cua-
tro cortes (Entropía, 2006), Fantasmas. Imaginación y sociedad (Eterna Cadencia,
2009), Textos de ocasión (El cuenco de plata, 2012), Suturas. Imágenes, escritura,
vida (Eterna Cadencia, 2015) y La lógica de Copi (Eterna Cadencia, 2017).
Asimismo, ha editado y compilado El violento oficio de escribir (Planeta, 1995)
y Ese hombre y otros papeles personales (Ediciones de la Flor, 2007), ambos de
Rodolfo Walsh. En 2007 publicó su Teatro completo (Eloísa Cartonera), y en
2017, su autobiografía La lectura: una vida… (Ampersand).

Senryus25

12. Cultura moderna

Los chicos lindos


Me proponen escribir
“Notas sobre C. Aira”

(de Campo intelectual y otros poemas)


25 El haiku (¿versión artística del Budismo Zen?) sigue la premisa de que evocando
lo simple se llega a lo universal. Es un poema corto y objetivo de temática natural.
Contiene un kigo o palabra que evoca la naturaleza (luna, cielo, mar, agua, flor, etc.). A
diferencia del haiku, cuya estructura formal comparte (tres versos de 5, 7 y 5 sílabas),
el senryu es un poema más subjetivo que pretende capturar instantes de sociabilidad,
con intención a veces satírica, a veces política. Poco conocido en la Argentina, es un
género particularmente apto para quienes, como yo, recién se inician en la poesía.
Leo los senryus del libro que estoy escribiendo, Campo intelectual y otros poemas. El
orden es azaroso [Nota del autor, del 2 de agosto de 2003, en su blog Linkillo (cosas
mías)].

342
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

14. Narcisismo

Los “poetas gays”


Creen que son más lindos
Sus “poemitas”.

(de Campo intelectual y otros poemas)

17. Un mes con mucho amor

Volvió Pablito:
gastadas, las rodillas;
pero muy feliz.

(de Campo intelectual y otros poemas)

Despedida de soltero

Empezamos con la despedida del soltero,


antes de la boda nuestra.
Empezamos la matanza del soltero,
el holocausto de la carne: holos, todo, quemado, kaustos.
Holah al altar, al cielo, como las Escrituras mandan:
becerro y borrego de la manada, aker de los rebaños de la noche,
la fiesta del cordero.
Empezamos entonces y no paramos más
salvo para limpiar los instrumentos del ritual,
para dormir alguna siesta, para ir de compras
o para recolectar la sal de la mesnada.
Un año hace ya de aquellos esponsales
y la puerta del tabernáculo no se ha cerrado
ni para el holocausto diario, ni para el sabático ni para el festivo
(Pascuas, Fiesta de las Trompetas, Día de la Expiación,
[Concepción Inmaculada).

343
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

¿Pensás que nuestra algarabía ya habrá tocado el corazón de Dios?


A veces siento que son sus ángeles sin nombre los que nos visitan
porque quién, sino los ángeles, cuando gritamos, habría de
[escucharnos:
la hermandad alada, sus miradas terribles y sus besos de sombra,
[sus espadas.
Cierro los ojos y veo una bandada de ángeles.
No sé cuántos.
Si Dios nos hubiera escuchado, el número sería definido.
Si el corazón de Dios no fue lo que tocamos, nadie pudo llevar la
[cuenta
y el número se vuelve indefinido.
Hasta que no sepamos con certeza si Dios nos ha escuchado,
si tocamos o no su corazón, como Ibrahim,
no hay manera de detener la cuenta,
la incontable marea de carne de ángeles sin nombre,
con nombres de cordero.

Nos quedamos finalmente casi solos, con un borrego sacrificial


[guardando luto,
el luto de la fiesta por venir, que tiene sueños intranquilos
y al que abrazamos en medio de la noche.
Y en medio de la noche abro los ojos y veo tu pupila mirarme.
Y el ojo con el que te miro es el mismo con el que me mirás
y sé que no habrá final para esta celebración, esta matanza del
[soltero,
esta carne mía hecha carne con la tuya,
con ganas de celebrar un sacrificio más, el último, mañana.

(de Suturas. Imágenes, escritura, vida)

344
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

osvAldo bossi
(1960)

Osvaldo Bossi nació en Buenos Aires. Es poeta, narrador y coor-


dinador de talleres literarios, así como del ciclo de lecturas El rayo verde.
Como poeta, publicó Tres (Bajo la Luna, Rosario, 1997), Fiel a una
sombra (Siesta, 2001, reeditado en 2014 por Viajero Insomne), El muchacho
de los helados y otros poemas (Bajo la Luna, 2006), Ruego por el tornado. Tres
(Sigamos Enamoradas, 2006), Del Coyote al Correcaminos (Huesos de Jibia,
2007, reeditado en 2018 como Los poemas de amor que el Coyote le escribió al
Correcaminos por Mágicas Naranjas), Esto no puede seguir así (Letras y Biblio-
tecas de Córdoba, 2010), Casa de viento. Antología personal (Nudista, Cosquín,
2011), Ni la noche ni el frío (Textos intrusos, 2012), Chicos malos y otros libros
(Conejos, 2012), Como si yo fuera su novia (Mágicas Naranjas, 2013), Agüita
clara (Gog & Magog, 2020) y Sin que me diera cuenta yo (Patronus, 2021). Es-
cribió también las nouvelles Adoro (Bajo la Luna, 2009), Yo soy aquel (Nudista,
Río Tercero, Córdoba, 2014) y Las estrellas celosas (Alción, Córdona, 2018)
y el libro de cuentos A dónde vas con este frío (El ojo del mármol, 2016). En
2019 Caleta Olivia editó Única luz del mundo. Poesía reunida 1988-2019, que
incluye su poemario, dado a conocer por partes en su página de Facebook,
31 poemas a Robin. Precisamente como Batman, Bossi interviene frecuente-
mente en la web, donde comparte poemas y apreciaciones sobre el mundo
literario y sus alrededores.

IX

Mi amigo, el Pablo
me llamó por teléfono.
Ya sabe algo
de mi oscura obsesión
y me desaprueba.
Me trajo un álbum
de bellas coyotas desnudas
que yo miré por cortesía,
fingiendo atención.
Él se quedó más tranquilo

345
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y yo jugué a ocultar
esta extraña fascinación
y caída
por lo imposible.

(de Del Coyote al Correcaminos)

***

Un hombre que ama a un hombre


que ama una mujer, está acorralado;
pende en lo alto como una hora
bella e inútil; se da a sí mismo
en un extravagante vacío, toca
el vacío con los dedos.

(de Tres)

La camioneta destartalada

La camioneta brilla en la oscuridad


y tu delgado cuerpo brilla lo mismo
adentro de ella
como un sol de noche.
Ningún rastro más.
Solo nosotros dos, abriendo la puerta y entrando
a no sabemos qué.
El amor no, todavía. O sí.
Prefiero que sea amor lo que nos damos,
lo que nos dimos aquella noche, uno
junto al otro, encima del otro.

346
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

De todos los sitios


en los que estuvimos juntos, elijo este.
Tocándonos, olfateándonos el cuello, las axilas, los hombros.
En realidad, lo elegiste vos
con esa manera exacta de preparar el instante, calibrarlo
y hacerlo estallar.
Desde entonces, otro cielo se abre
en la penumbra de aquella cabina, con sus bengalas,
su lluvia de meteoritos. Y por momentos
no sé si estás ahí, entre esos fogonazos que se expanden, irradian
su agonía estelar
… o en mí, o en otra parte.

No puede haber un invento más supremo


que un parabrisas (al menos
en algunas noches).
No deja entrar al viento
que silba y rebota contra la arboleda.
Solo tu aliento fulge y se arremolina
adentro de esa infranqueable casa.
Por momentos, parece que me quitaras el aire, o me lo entregaras
a cuentagotas. Suspendido, como una tormenta.
Otras veces, me mareo un poco
y comparo mi situación
con la noche de los astronautas, sus hermosas escafandras
y el niquelado tubo de oxígeno: uno al lado del otro,
adentro de ese frasco, horas y días.

Hace mucho calor y por eso (él me dice)


sería mejor si nos quitásemos
la remera.
Para zambullirnos, supongo
y nadar un rato
adentro de esas aguas termales.

347
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

El vapor que sube desde abajo


nos traspasa y se condensa a lo largo del techo
combado, que aprisiona la camioneta.
Nado con regocijo, en la oscuridad.
Los anteojos convertidos, de golpe, en auténticas antiparras.
Las ventanillas atascadas, empañadas
por el rocío. Y al fondo
de toda esa espesa maraña, la boca de mi amigo
abriéndose y cerrándose
como un volcán en ebullición.

Pasan los años


y la estanciera de tu padre, rotosa y
maloliente, sigue allí.
Sin ninguna colaboración, ella sola, atraviesa el tiempo,
encima de una alfombra voladora.
Aunque en el sitio hayan edificado
una casa muy amplia, de tres plantas, con sus balcones a la calle.
Sigue allí.
Como una lámpara en el fondo del mar.

Apoyo mi cabeza afiebrada


contra la cuerina del asiento, y nadie me ve.
Algunos resortes oxidados —que vienen
desde lo más hondo de la camioneta—
se me clavan en las costillas
y alcanzan a tocar el corazón.
La luna, mientras tanto, derrama su belleza y su frío
alrededor de nosotros. El haz del mercurio
se confunde o repica, con su fragor
lastimero, encima de los guardabarros, el chasis
y el capot abollado…
Pero todo, todo, a la larga, es oscuridad.

348
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Los bichos que revolotean y frotan, excitados, sus élitros,


son oscuridad. O así lo parecen.

No hace falta que abra los ojos


para saber lo que hice conmigo.
Ni que los cierre, para que no te vea
a mi lado, enorme como un elefante
o pequeñito como una araña negra, brillante
y sumamente peluda.
A veces el cuerpo no me alcanza
y el alma no es suficiente.
Cómo te guardo, no lo sé.
La camioneta, como un pez
que se come al más chico, se ensancha y
chorrea sus líquidos de aquí para allá,
tan dulce y ferozmente
que no me puedo resistir.

(de El muchacho de los helados)

Despedida
Tú caminas como el incendio de un bosque.
Puma, mi bienamado: cómo seguirte.
René Char

Lo siento, padrecito
pero voy a irme con mi amigo Lisandro
esta misma noche.
Todavía no sabemos bien adónde,
si a Michigan o a Hong Kong,
pero no importa: miraremos la luna
desde la ventanilla del tren
y el pueblo que se aleja, pequeñito, a la distancia.

349
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Aunque Lisandro sea, como usted dice,


un borracho perdido.
Aunque parezca un poco tarde
para nosotros (siempre es un poco tarde).
Vamos a irnos.
Estoy armando mi bolso
ahora mismo, y ninguna lágrima
me hará mirar con nostalgia
las cosas que dejo atrás.
El tiempo, padrecito, también se aleja
y yo no quiero terminar mis días
como un meteorito desencantado.
Ser bueno es algo hermoso, pero ser
malo como mi amigo Lisandro, créame,
es infinitamente mejor. Aunque se drogue
a veces, quiero irme con él

y conocer a todos sus amigos,


esa manga de vagos crapulosos y sonrientes
que duermen todo el día, y de noche
beben litros y litros de cerveza, y juegan a las cartas.
Aunque usted no lo entienda
nunca, y nunca me perdone.
Aunque mi hermano se avergüence de mí
y ya no vuelva a saludarme.
Voy a irme; está decidido.

Dormiremos juntos
en la parte trasera de un camión
y al despertarnos, quizás, ya estemos en Bolivia.
Haremos eso: nos iremos a Bolivia
como dos tórtolos, apunados
por el extraño amor que nos tenemos.
Después, quién sabe…

A lo mejor hacemos algo muy


pequeño o muy grandioso, y nos unimos

350
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

a la guerrilla revolucionaria
(lo que diosito quiera, con tal de irnos
y dejar esta vida vacía, para siempre).
Aunque el rumor del mundo
sea nada más que eso: la inmensa
frescura de unos árboles
que yo y Lisandro (el burro primero)
imaginamos cuando estamos juntos
o estamos separados.

Dulces
o amargas horas de farra y de melancolía
junto al muchacho más lindo y
más vicioso de todo este pueblo.
En fin ¡adiós, adiós a todos! Adiós padrecito.
Me voy con mi amigo Lisandro
(mi Puma, mi Bienamado) esta misma noche.

(de Esto no puede seguir así)

Lo que más me gusta de mi amigo

Lo que más me gusta de mi amigo


es que no me niega tres veces.
Ni siquiera una sola vez
cuando algún tonto le pregunta
si existe algo raro entre nosotros.
Todo lo contrario: me lleva por la calle
y me rodea el hombro con su brazo
como si yo fuera un dios
o algo mejor que eso
una especie de dios particular,
cuya felicidad consiste, extrañamente
en cumplir todos sus deseos.

Y si un muchacho en la calle
saca de la manga

351
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

una de esas tarjetas mugrosas


y nos ofrece lindas chicas
para pasar un rato en el prostíbulo,
él se adelanta y le dice
con su graciosa voz de chico malo
pero bueno en el fondo,
que se agradece la invitación
pero “a nosotros, no nos gustan las mujeres”.

Y me abraza y se ríe
de la cara que puso el coso ese:
—Era para sacarle una foto
y ponerla después en un marquito.

Como cuando en la última fiesta


de fin de año
se encontró con mi primo Ricardo
(verdugo de mi infancia)
y le dijo:
—Perdón, amigo, si llegamos
muy tarde, pero a veces a Leo
le cuesta despegarse de la cama
y con la masa que le di, que nos dimos
¡y para colmo con la luna llena!

El cross a la mandíbula
fue no solo perfecto sino ejemplar.
De todos modos, cada tanto, yo le digo:
—Rafa, no se puede andar así
por la vida, peleando
como si fueras un boxeador
de tiempo completo.
Por qué, me pregunta.
Y se ríe
y le pide a la chica del bar otra cerveza.
Y la chica del bar se ríe, se ríe…
Se divierte con nosotros.

(de Ni la noche ni el frío)

352
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

XV

Yo no quiero casarme, Robin.


No me interesa el churrasquito a punto
a las nueve en punto. Pero si quisieras
casarte con una chica o con un chico
yo seguiría estando aquí. Te regalaría
una linda camisa que haga juego con tus ojos
y brindaría a la salud de los novios.
Cualquier cosa que elijas contará siempre
con mi aprobación. Y si se viene la noche
como ahora, la noche liberal, peor
que la noche oscura de San Juan de la Cruz,
aquí estaré. Compartiendo el pan y los fideos
con manteca, saltando los molinetes
de Constitución, escuchando una cumbia
de Los Palmeras, suavecita, hasta espantar
a la malaria. Juntos, aunque no estemos
juntos. ¿No es eso el amor? ¿Hacer el bien
sin mirar a quién? Aunque yo haga trampa y
te mire, te siga mirando, Robin, de noche y de día,
en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte
como se dice —si puede separarnos— nos separe.

(de 31 poemas a Robin)

lorenzo verdAsco
(1960)

Lorenzo Verdasco nació en Buenos Aires, pero reside desde 1982


en Tucumán. Es poeta, narrador y traductor de ruso. En 2001 obtuvo el
primer premio de poesía otorgado por la Universidad Nacional de Tucu-
mán. Es autor de Informe sobre señores (ediciones del autor, Tucumán, 2006
y 2016), Los sueños de Lorenzo (Dichosa Editorial, Tucumán, 2010) y De la
fosforescencia que hay (edición de autor, Tucumán, 2018).

353
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Salgo distraído

salgo distraído
del cyber que ya cierra

en la puerta un hombre sin piernas


pide limosna

me agarra con muy buena onda


y le doy cien pesos

me alcanza una tarjeta


de esas que dan ellos
con fotos de perritos, merengues o pezones

cruzo la santa fé
y entro al pasaje

instintivamente leo la tarjeta


“gracias por dejarme vivir a tu lado”

prendo un cigarrillo
y el corazón me palpita fuerte

me imagino casada
con el macho amputado

yo de noche
le lamo el muñón

un largo rato

luego él me suministra
aquello que me hace tanta
pero tanta

falta

354
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

quiero volver y gritarle

“fiolame, no pidas limosnas, mandame a recaudar con mi tierna cola


al regina, al esmeralda, al orión”

cines de mala muerte


donde me dan
tipos que no conozco

pero debo respetar las convenciones, las malditas convenciones

mis pasos me alejan de él


una lágrima me rueda por el cachete
y no sé cómo
va a parar cerca de mi lengua
es salada

mientras camino pito el cigarro


y el humo blanco me penetra por la boca
como una leche humectante
que me sacia, me preña, me vuelve hembra

llego a mi casa y sin cenar


pongo en marcha el coche del viejo que ya duerme
y salgo a buscar
al amputado

aunque sé de antemano que no lo voy a encontrar

que encontraré otros


que iré descartando

hasta quedarme con el peor


si, con ése

ése cuyo ampute no veo

355
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pero lo tiene
seguro que lo tiene

Aullidos

tu gusano forense
como un bebé sin brazos
me pasta en el vientre
los marchitos hierbajos de la vergüenza

tu gusano no gime
pero hace gemir

y avanza por dentro hasta habitarme

como a una flor


desolada

mientras mi boca
ulula tu nombre
ya completamente poseída

Dos sin sacarla

cuando mi novio acaba en mí


yo lo dejo que se quede muy quieto
usándome de colchón

apenas me acaricia
me peina un poquito
para consolarme del dolor de la cogida

su ratón sigue
en la ratonera

durmiendo un sueño invernal

356
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero ni él ni yo hablamos de eso

le pregunto qué quiere para la cena


y cosas así un poco idiotas

entonces me doy cuenta de que sus testículos


se han quedado como soldados a la puerta de mi cola

ellos están ahí


son el testimonio mudo
de la locura que vivimos

ellos están tan tristes


porque no han podido entrar

nunca podrán
y yo cuelo la mano por debajo
los tanteo un poco
y les digo

no lloren
huevos del hombre que amo

ustedes también son necesarios


para recordarme que hay un tope
un límite

y cuando mi hombre se entretiene haciéndome el amor

ustedes golpean suavemente


la comba de mi culo

como avisándome que el tiempo huye


irreparablemente

y que tenemos que gozar lo más


porque ya se acaba el plazo

357
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y fuera del disfrute está la nada…

por eso no dejo que mi amante me la saque


aguantamos ahí hasta que se pone en forma

y nos echamos
una vez más…

dos sin sacarla

cArlos schröder
(1962)

Carlos Schröder nació en Buenos Aires. Es poeta y traductor.


Ejerce la docencia en la Northern Virginia Community College (Alexan-
dria, Estados Unidos). Obtuvo su doctorado en Literatura Comparada en
la Universidad de Maryland con un trabajo sobre la traducción de poetas
lesbianas (Minnie Bruce Pratt y María Elena Walsh). En Buenos Aires pu-
blicó una colección de poesía y se produjo una obra teatral basada en sus
textos (Lamento Equino, coordinada y dirigida por Juan Carlos Fontana). Es
coautor, además, de una serie de textos sobre pedagogía y DD.HH. como
parte de la Secretaría de Educación de la APDH, de la que forma parte
desde mediados de los años 80.
Los poemas que reproducimos forman parte de dos libros in-
éditos: “5” integra la serie “Todos los árboles”, de bellos fracasos, y el resto
procede de por el amor de dios.

5.

Si dios tal vez existe


Se estuviera en la lista
Que compilo:
Pronombres posesivos del idioma alemán
k.d. lang diciendo de Leonard Cohen, su “Hallelujah”
Una noche, un hotel, en Nueva York

358
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

La cama que en mi casa, allá en Larrea


El día que mi padre se murió
Y tus brazos estaban
Un poema de Machado que me sé
La salida del sol en playa Bonti
Santa Sofía alzándose al abismo
Frente a las sombras del palacio Topkapi
El día que dijiste que me amabas
El día que dijiste que ya no
Xul Xolar pintando astrologías
Vermeer y
María Luisa
La vez que nos reímos y el mundo no fue eterno
Cuando entraste por mí entremí por vez primera
Giovanna Marini lamentando
La muerte de Pier Paolo Pasolini
Auden aullándole a la muerte
e.e.cummings y sus manos de lluvia

La sinrazón de no creer en nada


Es tal vez su motivo más terreno
Una caricia como un olvidarse
Como tierra cayéndose en los rostros
Menuditos terrones tibios
Tibios
Dando a los huesos final sueño
Descanso

“…y después de este


destierro muéstranos a Jesús…”

1.

Se acerca monseñor
Babas del diablo
Cuelgan de su mentón
Viéndole el ojo oscuro

359
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

A ese culito
Lampiño
Adolescente
En donde se derrama
Con lenguas y salivas
Hasta que ya no sabe
Aguantar
Aguantarse
El peso
De contenidas guascas
Y entonces
Un dedo ensalivado
Reconociendo el cielo sin estrellas
Cubriendo de humedades su piel circunferencia
Y otro dedo
Y al tercer dedo o día
O persona
De la Santísima Trinidad
Entrometer
Entremeterse
Con verga bendecida
Sucesión apostólica
Salpicando de blanco
Alba
Culo
Entrepiernas

6.

Ay Jesús
Decían sus apóstoles
(en castellano antiguo
o arameo)
mientras Jesús les daba
el cáliz más abierto de su cuerpo
y ellos uno a uno
se lo culeaban con ritmo palestino.

360
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

11.

Como de blanca tiza


Como sangre de Cristo
En el Huerto de los Olivos
Tanto rezar
Tanto sudarse rojo
Así se orlaba el culo
Bajo el peso
De verga y mitra y cetro
Bajo la historia de tantas ceremonias
Entre papales pijas
Monaguillos ojetes
Así gozaban todos
Que ni al más Miguel Ángel
Se le hubiera ocurrido
Representar deseo
Tan sagrado
Entero
Interminable
Y en donde del después
De derramarse
Se hincaba
Y de rodillas
Se bebía a sí mismo
Con la memoria oscura
Culos sudando leches.

12.

Monseñor justo
Entonces
Le desterraba
Del culo
Para siempre
Toda idea

361
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

De sueño cierto y solo


Le cometía el ojete
En un latido
Que se abría ante el pulso
Y sus reliquias

Véngase hijito
Decía monseñor
Véngase acá
Con ese pedacito
Como sexo de ángel
Con esa piel
Durazno
Pelusita
Rodeándole la entrega
En donde entrego
Mis blancas leches
Consagradas al fruto de tu vientre
Esto que soy
Que somos
Vos
Pendejo
Y yo
Un monseñor
Mondo y lirondo
Pero alzado
Todo de amor por vos.

16.

Sumir
Sumirse
Uno en el otro
Como alma de Juan
De la Cruz
Pero en el cuerpo
En el arco del vientre que en arquearse
Le pide al cuerpo

362
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Al otro
Que acerque su pulsión
Contra su cuerpo
En las palabras otras
Verga y próstata en caricias
Mutuas
Como espejos
Como el pasado en donde nada queda
Ni la palabra
Para decir amor
Ni las espermas
Para gemir placer
Ni dios ni nada
Para augurar destinos.

dAniel retAmAr
(1962-1998)

Daniel Retamar nació en Buenos Aires. Fue militante de la agru-


pación Montoneros, razón por la cual fue secuestrado por la dictadura
militar cuando tenía 16 años. Durante la década de los 80 militó en la Co-
munidad Homosexual Argentina. En 1986 fue diagnosticado como HIV
positivo. En 2016, a instancias de dos de sus amigas más cercanas, Silvana
Franzetti y Susana Torres Molina, se publicó un volumen con su poesía
reunida, Detrás de estos ríos. Selección de poemas (1985-1995) (Ediciones del
Dock).

Puedo morirme esta noche


inventar la canción de la luna
y negarme a cantarla
escribir el más bello poema
y quemar las palabras
puedo morirme

363
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

si quisiera
pero hay noches
cuerpos
y una voz que dice
hijo mío
soñá… soñá.

***

Esta carga de cuerpos desnudos


que se dirigen a morir cada noche caminan
sobre los orificios de la nada.
Lejos de saber el destino
que ignora el origen
los cuerpos de gladiadores
esclavos, efebos, ángeles paganos
caminan con la lentitud de la muerte.
Así van los hombres de mi vida cada noche
a morir en las playas de este mar de sábanas
algunos se mueren por amor
otros por dinero
que es también amor.
Cada mañana tiro las cenizas de sus cuerpos.
Un vecino hace la denuncia cada mañana:
Es un asesino, declara.
Y cada mañana reitero
la inocencia
que llevo sobre las espaldas.

***

No sé quién sos
apenas algunos datos acumulados
no sabés quién soy
serie de palabras
cifras

364
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

fechas
así caminamos
detenemos los pasos
las miradas se buscan
saludan los cuerpos
bienvenida al otro de uno
bienvenida al otro del otro.

***

Dije
sol
alma
ahora miro la herida
no digo palabra.

***

Dentro del cuerpo


vacío
desiertos
mares resecos
mirada sin ojos
caen bajo la rueda de la nada
otro cuerpo
para llenar el mío.

***

Él dijo
tus ojos son playas
yo me creí mar
arena
sol
sombra.

365
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

A lo lejos
ya no veo su barca.

***

Qué ve la noche
para quedarse en tu cuerpo
qué ve la luna
para ahogarse en tu boca
qué ven mis ojos
más allá de estos desiertos.

(de Detrás de estos ríos. Selección de poemas 1985-1995)

dAniel tevini
(1962)

Daniel Tevini nació en Buenos Aires. En 2003 publicó la novela


La noche más polar (Ediciones Deldragón, Buenos Aires), con la que obtuvo
el 2º premio del Fondo Nacional de las Artes y la mención honorífica del
Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires. En el 2002 recibió el 1º
premio en el Concurso Internacional de Cuentos “Reencuentro de dos
mundos”, en Francia. En el año 2005, mediante el Fondo Cultura BA y el
apoyo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, publicó el
poemario Hotel des Bains (Ediciones Deldragón). Su novela Arlteana (Edi-
ciones Godot, 2007) quedó finalista en el Tercer Concurso Internacional
de Novela “Territorio de la Mancha”, con sede en Perú y Estados Unidos.
En 2018 publicó su tercera novela, Fuimos (Conejos, Buenos Aires). Tiene
inédito el poemario Circus, Circus.

366
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Los trabajos y los ocios que en Thomas Mann anidan

Reposo en las playas del Lido


con la sabiduría tendida de los muelles
bajo el albur de las envejecidas romanzas
adormecido a la sombra del tedio
Y si recorro los canales
en las entumecidas madrugadas
y me pierdo vanamente en mí mismo
es que abomino de los dioses remotos
debatiéndome tras el cálido templo
de un cuerpo pleno de sí

Anoche
una balsa herida de adolescencia
me cerraba los ojos

Soy un espíritu moroso


que se deja poseer
y maniatar
por el perfume de tu aliento
y si en la humillación de mi letargo
consiento en una única labor
—vigilar
como un faro exquisito
como un guerrero célico
la castidad fugaz de tu mirada—
es que bebo en los atardeceres
el elixir de una luz en decadencia
y en mi sed
diariamente me condeno

Malditos los primitivos helenos


dados a cifrar la belleza
e intentar esa verdad contemplativa
que nominaron ocio
Maldito el Siroco

367
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Malditos los dientes cetrinos de los gondoleros


Maldita para siempre tu belleza

Entiéndeme
no he de probar los frutos de tu boca

Sobre la mesa del Lido


frutillas brevas y uvas
me aguardan cautamente
en una cesta de mimbre
donde la peste duerme su siesta
como una cortesana
abúlica
celosa

(de Hotel des Bains)

Palabras de Calibán a un espíritu de la tierra llamado W. S.

Pensar que ahora


estarás solo
en una estación de trenes
que parten hacia el este sobre rieles nevados,
durmiéndote en un banco
de maderos silvestres,
mientras las luces se te apagan en un suelo que se azula.

Y yo aquí
adormilado,
solo,
separados por un océano enorme
en donde debe ser de noche todavía,
en donde,
en algún istmo,
tu nevada navidad vuelve a ser lumbre de verano
porque tu lengua se adentra en mi mar,

368
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

con sus algas estrellas,


sus nubes amarándose,
sin que sepan
que en esta noche el mundo sucumbe ante una mesa,
en íntimos vaivenes y falsos pinos
que ansiosos parpadean,
trayéndote hacia mí
sobre una multitud que nos separa;
que se me mezcla
con tu perfil de viaje,
tan blanco de azulado
como la nieve se espeja en mis pupilas,
cuando te ven por las ventanas
en ese lugar indómito,
remoto,
y se me hacen de agua las estrellas;
porque de estar en vos sin vos,
me conmuevo
y voy quedando,
en bálsamo abrazado,
haciendo balsas en tus brazos,
tan balsamente en vos dormido,
enamorado,
como la nieve que cae en tus andenes
y vuelve en luz de luna
las sábanas serenas,
que velan la dejadez en que se tumba:
la aspereza de tu pecho
en mi espalda.

(de Circus, Circus)

369
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

leopoldo brizuelA
(1963-2019)

Leopoldo Brizuela nació en La Plata, donde pasó gran parte de


su vida. Colaboró como periodista en diversos medios y dictó talleres de
lectura y escritura. Publicó sus primeros relatos en la revista Oeste, en 1977.
En 1985 obtuvo el Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat
por su novela Tejiendo agua (Emecé). Fue el segundo ganador del Premio
Clarín de Novela por Inglaterra. Una fábula (Alfaguara, 1995). Su obra na-
rrativa incluye además el libro de relatos Los que llegamos más lejos (Alfagua-
ra, 2002), la nouvelle La locura de Onelli (Bajo la Luna, 2012) y tres novelas,
Lisboa. Un melodrama (Alfaguara, 2010), Una misma noche (Alfaguara, Ma-
drid, 2012), que obtuvo el premio Alfaguara, y Ensenada. Una memoria (Al-
faguara, 2018). En 1995 publicó su único libro de poemas, Fado (La Marca
Editora, La Plata). Sus obras fueron traducidas a diversos idiomas.
Como editor y antólogo publicó, entre otros trabajos, Cantoras:
reportajes a Gerónima Sequeira y Leda Valladares (Torres Agüero Editor, 1987),
Cómo se escribe una novela (en colaboración con Edgardo Russo, El Ate-
neo, 1994), Cómo se escribe un cuento (El Ateneo, 1993), Instrucciones secretas
(Colihue, 1998) e Historia de un deseo. El erotismo homosexual en 28 relatos
argentinos contemporáneos (Planeta, 2000), recopilación pionera de narrativa
argentina de temática homoerótica. Fue traductor de Eudora Welty, Henry
James, Flannery O’Connor, Bernardo Carvalho, Laura Alcoba, Antoine de
Saint-Exupery, entre otros/as. Contribuyó a la difusión de autoras como
Sara Gallardo, Elvira Orpheé y María Elena Walsh, a quien lo unió una
larga amistad.
Durante los últimos años de su vida trabajó en la creación de
archivos de escritores/as argentinos/as en la Biblioteca Nacional Mariano
Moreno, recuperando, entre otros, los de Abelardo Arias, Oscar Hermes
Villordo, Luisa Mercedes Levinson o Alberto Girri. Falleció en La Plata
como consecuencia de un cáncer.

Danza

Muy poco antes del mar, amor, el río se demora


en remolinas de tierna resaca. Mira cómo, en tu ausencia

370
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cenizas de la luna, la borra de los días


se enlazan
y danzan
girando sobre sí
como ese salvavidas recién tirado al agua, al que nadie se aferra.
No hay historia de amor: hay una danza
anclada al corazón de la memoria.

¿Te acordás?¿ —¿Bailar, amor? La mar, la mar, y los marinos


saben. Los hijos… —Bailar, amor. Bahía. María Bethânia.
—¿Así? No sé. Soy tieso como un faro, mis pies
de acantilado sólo han bordeado abismos, no saben de las olas
más que un secreto ávido quebrado en la rompiente, una vez, otra
vez.
—Así, amor. ¿No ves? Somos rompiente. Los abrazos se aferran como algas
a las rocas, las caderas se topan, el viejo matrimonio
del agua y de la tierra. La luna
dibuja su alta alianza. Yo soy ese secreto. Zarpemos.

—No puedo, amor. La mar, la mar, la danza, son siempre


[imprevisibles
y estos primeros pasos son las mismas mentiras
que cantaba mi casa, caracol de la orilla:
partidas y retornos eternos de las olas
veranos y bandadas y estribillos y madre
procurando, afanosa, paralizar la espera.
Y mi padre volvía siempre imprevistamente. Ya no podré seguir.
—Podés, amor. ¿No ves? Ya es altamar ahora, el corazón del
[mundo
es quien ritma los cuerpos, y las constelaciones
y aun la cosa, a lo lejos, se uniforma y se curva
y su abrazo es de olvido, maternal, y de niebla.
Ya desapareció. Cayeron ya los muros, como ropas, o redes
que levaran desnuda la verdad abisal:
tu casa me amó, amor, como lo amó a tu padre. Vos me abriste,
entré. —La libertad. Bailemos. No volverás allí.
Dejame hundirme. El viento
anuncia tempestad. Hundámonos.

371
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

—No puedo, amor, le temo a mi reflejo: es la primera vez.


Mi rincón era oscuro, los ojos de mujeres
tan sólo devolvían su propia soledad.
Siempre quiso un espejo, pero nunca llegaba varón que me
[mostrase
más que un rostro mudo y ambiguo como el mar, que yo amaba
como a cumbre de iceberg. No hay recuerdo del cuerpo en que
[pueda confiar:
mi padre me prohibía bucear en el deseo.
—Podés, amor. ¿No ves cómo, al hundirnos
amarrados, girando, un barreno que apunta al centro de la tierra
toco manos y anémonas y muslos y delfines
y pecho y mantarrayas y labios y corales
y pulpos y pelos y nalgas y anguilas
y el deseo madura como perla en la concha?
Al surcarte, te beso como el agua al cadáver
del bello marinero al que algas avarientas
amarran aún al vientre del galeón
hundido. ¿Quién te talló a la imagen
de su pasión, su delirio? Hemos tocado fondo. Vamos
más lejos en la noche, en la danza, en el paso
final.
Yo no creía poder, pero era un torbellino la corriente, la danza
rotaba como un cráter y al fin se deshacía
en el cardumen blanco que llaman la locura.
Silencio. La ceniza se aposenta en el fondo.
Bethânia canta sola. Y antes que llegue el sueño
una certeza, al fin: —¿Sabés? Mi padre, allá en Bahía
se asombró de hombres solos, en cáscaras de nuez
disputándole al mar el resto de su vida, la mejor de las muertes.
Ya no temo al recuerdo, ya no te dejaré.

—Yo tampoco. Durmamos. Los cuerpos, en el sueño


bailan entretejen la mutua indiferencia, cada uno
en su fondo, en su deseo. Y uno solo. Y el día los sorprende
de nuevo en una orilla, como vuelven a ella
las olas, los veranos y los padres. Les dice:

372
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Bailar, amor. El mar, la mar. bahía. María Bethânia.

No. Eso no era la vida. El mar, la mar, los marinos


nos engañan. Y vos no eras marino: caracol de otra orilla.
[Emergimos en ríos
diferentes, corrientes que no hay que remontar. Y yo bajo, derivo
detritus de barranca, embrión desprendido, las islas de este delta
cadáveres de locos varados de terror.
La desembocadura. El río desanuda recodos del dolor
y la resaca, dispersa, se acelera. Una bandada espera
haciendo ronda al sol como a aquella pitanza
que el río el tributa con cada nuevo otoño. ¿Seré yo parte de ella?
¿Mi red levará al sol entre los peces?
Ah esa otra danza, anclada en mi memoria: viva como bandada,
[carozo
de mi poca valentía. Y allá voy, amor. El mar, la mar
ahora está vacía. Bahía, amor. María Bethânia. Yo.
La vida.

Vita, Virginia, Victoria


(Un relato)

—Imaginá —dice mi amigo— un crucero de placer por los mares


[del Sur
que nunca toca puerto. Y a Vita acodada en la baranda de popa
distraída de la fiesta, pensando en la que ama—
la que allá en tierra intentar escribir su retrato
para hacerla volver. Casi un tango lesbiano.

—Imaginá —continúa— su tonta cohorte inglesa.


Tu padre los cruzó, sudando en las calderas
de aquel barco nativo, pero ellos, contrariados
desviaron la vista, concentrándose en Melville
que cuenta los trabajos de Ismael el Grumete,

373
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

o incluso en ese mismo corazón de las tinieblas


que ellos ni siquiera se atrevían a rozar.

—E imaginá —por fin— a la joven Victoria


anclada en su mansión, vastos mares de hierba
añorando la presencia de esas dos, sus hermanas
que apenas si desean saber de este país.
“Ese país”, sueña Virginia, “verdeazul, con mariposas”.
Y Victoria, solícita, le envía una colección
—una por cada vaca—, dispuesta a que así sea.
Sólo llanuras, mariposas. Ni un varón.
Las detesto.

(Yo, en cambio, yo las amo. Mi amigo es inocente.


Toda inocencia es cruel. Y es varón en la tierra.
Si él fuera marino, sabría que un crucero
es banco penitente. La nave de los locos.
—Déjenme —piensa Vita— mi herencia de piratas:
tan solo en altamar el mal es privilegio.

—Tu corazón —dice Virginia— tiene


un secreto que nadie alcanza a vislumbrar —
ni vos misma, amor. Te escribís y te escribo
como un crucero amante que nunca toca puerto
como quien busca a tientas la cámara sangrienta
que oculta entre otras miles el castillo natal.

Y Victoria las lee, las traduce, las escribe.


Su corazón partido, entre pampa y océano, soledad
y lenguaje, tampoco será de ella. Extranjero. No está.)

—Imaginá —dice mi amigo— un alba, en plena fiesta


alguien grita en la proa: Buenos Aires.

374
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Vita acude. Los otros


protestan. El capitán, funerario, comunica su pésame:
el barco debe reaprovisionarse: de esto es que vivimos.
Una suave derrota resplandece en los muelles.
Van a los camarotes. Se encierran. Leen a Proust.

—Vita no —imagino—. Gente bruna, violenta,


torvamente sumisa, iza hasta la cubierta la obscena
carnicería. Son empleados de Victoria. Van manchados de
[sangre.
Y en medio de las reses, una mujer como un cuervo
que tiende vorazmente una invitación, y un ramo.
Vita no abre el sobre, loca de extraña culpa:
los obreros, sonriendo, lo ven caer al agua,
una paloma herida. Pero lleva al camarote aquellas flores blancas
que nadie nada nunca le ha enseñado a nombrar.

He recibido —escribe Vita— la clave de mi vida.


Vieras estas corolas: son los mapas en blanco de una tierra
que ya no pensaba descubrir. Ahora sí, amiga mía,
podremos escribirme. No hay pasión que concluya.
Victoria, en su ventana, frente al jardín
saqueado, espera una respuesta. Muchos años más tarde
responde un libro, Orlando. El amor de las tres.

Al pasar frente a Río, tardíamente, Vita


se libra de las flores. Guarda una en un libro
y arroja el ramo seco a las olas, las olas
tal como en la playa las macumbeiras honran
a Nossa Senhora de Iemanjá. Ellas la ven:
los pétalos, que el viento disemina
mariposas lunares de la vasta llanura
son pequeños barquitos al posarse en el mar.

Mi amigo no lo entiende. Pero sé que mi padre


si en verdad con su quilla cortó aquella alfombra
habrá entendido aquello que oculta el corazón.
Y así, ahora diría: es poema es uno

375
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de esos pétalos, recogido por mí, devuelto a tierra


y el crucero, el poema, imagen de tu amor,

y estás aquí.

(de Fado)

FAbián o. iriArte
(1963)

Fabián O. Iriarte nació en Laprida (Buenos Aires). Es licencia-


do en Letras (Universidad Nacional de Mar del Plata, 1987) y Doctor en
Humanidades (Universidad de Texas en Dallas, 1999). Enseña Literatura
Comparada y Literatura Inglesa en la Universidad Nacional de Mar del
Plata. Colabora con poemas, ensayos, reseñas y traducciones en diversas
publicaciones. Recibió el Premio Alfonsina de literatura (2004), el 2º pre-
mio del Concurso Osvaldo Soriano de Poesía (2006), el 2º premio del
Concurso de Poesía Casa Museo Olga Orozco (2013) y el Premio Lobo de
Mar en Literatura (2015). Entre sus libros de poesía se cuentan Guaridas de
huir el mundo (Melusina, Mar del Plata, 2000), La intemperie sin fin (Melusina,
Mar del Plata, 2001), La mudanza (Gogol, Mar del Plata, 2009), Devoción por
el azar (Bajo la Luna, 2010), Cuentas por saldar (Ediciones en Danza, 2010),
Las confesiones (Huesos de Jibia, 2012), La Caja P (Ediciones del Dock,
2012), Litmus test (UNL, Santa Fe, 2013), El punto suspensivo (Letra Sudaca,
Batán, 2014), Las causas del desconcierto (Zindo & Gafuri, 2016), Al comienzo
era solo un murmullo (EUDEBA-UNL, Buenos Aires/Santa Fe, 2017) y Só-
pola temprar (Baltasara Editora, 2017).
La traducción al inglés de su libro Las confesiones, realizada por
Lawrence Schimel, será publicada próximamente en Estados Unidos por
el sello Entre Ríos Books (Seattle).

376
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El botón

Anda rodando suelto y rueda rueda


o quieto se asienta en un rincón de la mesa
o rueda rueda mientras
el agujero con que debe hacer el amor,
el agujero que debe penetrar, estrechados ambos
en abrazo violento pero justo, preciso,
ese agujero sexual flota, solo, en el aire, negro,
en el abrigo, abrumado de soledad y preguntas,
mientras los otros agujeros se burlan
porque no se casó, no fue penetrado, el botón
no lo maridó, ningún dedo ritual ofició la ceremonia
del casamiento, el abotonamiento
del botón suelto y el agujero vacío,
el negro vacío que dejó esa mujer al morir sin coserlos.

(de El punto suspensivo)

El orden de los factores

Hemos sido temerosos, sumisos, tolerantes.


¿Qué hemos hecho para merecer esto?
Los factores del orden alteran.

La pregunta es: ¿qué no hemos hecho?


Hay razones para no actuar.
El producto ordena los factores.

El orden altera
el producto de los factores.

Imponderable es aquello
que no se puede pesar.

377
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Como la luminosidad de tu cuerpo


cuando te levantás y mirás hacia la calle
desde la ventana de tu cuarto de dormir.

Sos responsable de tus actos.


El orden altera el producto.

(de Las causas del desconcierto)

“Incitación al acto carnal en la vía pública”

Edicto 2º H

Cada uno de nosotros tiene su centro de gravedad.


Cuando ese punto se mueve (o es movido),
lo que sigue es el desastre.

O el éxtasis. Es un movimiento pendular


su complemento. Sigan el instinto de juego.
Aunque su tendencia es fundamentalmente negativa,
el centro regula los actos.

Federico murió en diciembre de mil novecientos


setenta y cinco con un tiro en la cabeza.

Este es el siguiente ejercicio: hacer la lista


según en el orden de las nueve emociones permanentes.
En la calle, en la casa, en tu dormitorio.

En el centro de tu cuerpo, en el centro del acto.


No hay otra forma de vida.

(de Las causas del desconcierto)

378
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Su postura frente a las cosas

Si hubiera de explicar razones, actitudes


(aunque últimamente parece no ser tan necesario),
recurriría a los símiles.

Como en los sistemas solares, hay un núcleo


y líneas que se fugan a los bordes.

Hay alguien que, atrapado, eligió quedarse


libremente obligado, en esas zonas liminales,
y que fue mutilado.

Esa es mi explicación.
El lugar del punto de fuga
es clave en la perspectiva.

(de Al comienzo era solo un murmullo)

La marca infamante

Sólo fue posible hacerse con violencia.


No tiene a nadie a su lado, de su lado.

El enfrentamiento es íntegro, sin atenuantes.


El estado de ánimo prevalente era de irritación y enojo.
Se entiende: nadie a su lado.

Cómo no sentir escepticismo


ante el espectáculo de la historia.

¿Qué es visible, pero intangible, no deja huellas


ni marcas y no puede ser comprado ni vendido?
Cuando te queman la piel, la huida es imposible.

Quedás fuera del mundo conocido, como el sol,

379
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

la tierra y la luna en un eclipse solar. El incendio


que planeaste será feroz.

(de Al comienzo era solo un murmullo)

El plan

Quien carece del atuendo adecuado


está de más. A quien no maneja
el vocabulario que corresponde,
se lo echa.

Quien se atreve a levantar la mano


en señal de pregunta o de protesta
es castigado con el silencio,
la nada, o algo peor.

El que dice tener sed recibe una esponja


empapada de vinagre.

La que pide permiso, tregua o alimento


es separada de los demás
y de su libertad. Le tajean el costado
con lanzas venenosas.

La mujer que al amor no se asoma,


esa no merece su nombre. El hombre
que al amor se asoma
no se atreve a decir el nombre del amor.

He aquí que el plan se ha cumplido.

(de Sópola temprar)

380
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

“Sólo la confesión no es artificio”

Eduardo Mallea, Notas de un novelista

Tengo tendencia a conjurar


—como la médium los espíritus—
cómplices de mi noche.

En la era del Romanticismo,


el inadaptado, excéntrico o raro
era el poeta.

Hoy, todo el mundo se inadaptó.

La felicidad está en otro país,


para llegar al cual necesito pasaporte.

(de Sópola temprar)

La sobrevida

No creí que fuera posible. Hay acontecimientos paralelos en pun-


tos ignorados del planeta. Cené en solitario, bajo la sombra de mi
compañía perdida. Ya muchos han pasado por esta circunstancia,
a la luz de la sarcástica luna. Comprendieron la enormidad de
estar expuesto a la suerte. Me acordé de Tennessee: “Cold with-
drawal is no cure / for addiction grown so deep”. Crece luz aden-
tro del más ciego, crece luna en el corazón más duro.

(de Sópola temprar)

381
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

julián lópez
(1965)

Julián López nació en Buenos Aires. Ha integrado diversas anto-


logías. Dirige, desde 2006, el ciclo de lecturas Carne Argentina. Publicó
el poemario Bienamado (Carne Argentina, 2004) y Una muchacha muy bella
(Eterna Cadencia, 2013), elegida entre las novelas del año por la Revista Ñ
y editada también en Holanda, Francia y los Estados Unidos. Su segunda
novela, La ilusión de los mamíferos (Random House) apareció en 2017. En
2020 publicó su segundo poemario, Meteoro (Penguin Random House).

Coagulatio

Yo vengo de un sitio en el espacio


una ciudad de príncipes varones
llenos de espada, de masculinidad
llenos de semen, de profunda sangre luminosa.
En jornadas de perpetuo atardecer
solté las velas de mi propio abdomen;
el impulso del salto fue tremendo
fantástico y hermoso
y ese mismo eterna día comencé a llegar.

Nadie supo nada de este otro sitio del espacio;


los príncipes, todos, ocultaron sus espadas
y yo me enamoré de las mujeres.
Aún nada he dicho de mi nuevo hogar
era y es una matriz hembra
y yo me enamoré de las demasiado mujeres
¿Quién lo hubiera dicho?

Lo que ocurre es que un príncipe


a veces no sabe de su espada
ni del dolor que supone ser un hombre.
Del lugar de dónde vengo recuerdo sólo unas

382
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pocas cosas
la suavidad y la ternura
y una cara que aún no encuentro.

(de Bienamado)

***

Por desgarrar la pubertad


el ronroneo
vaporoso de tus medias,
la impertinencia de tus muslos
la merienda de tus nalgas.
Espía en un palacio
de varones sudorosos,
mi pene siempre.
El tuyo.

Ahora deshacés lo que te sobra,


te das a mí
a componer humanidad,
a rehacer lo que deshizo
la perversión del parentesco.

A recobrar la boca entera


que trazan
nuestras medias bocas,
sostenidos
en la conmoción de la certeza

—varoncitos en amor
atravesando el páramo
con sexo—

Física poesía de la contra,


gemelo oscuro

383
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

naturaleza en celo.

Estallarte sobre la cara


el amor blanco
que damos los varones.
Y después,
aturdido,
arrojarme al paredón del llanto,
para acabar,
y de una vez,
también los ojos.

(de Bienamado)

AlejAndro méndez
(1965)

Alejandro Méndez nació en Buenos Aires. Es editor en Deshielo


(editorial digital de poesía: deshieloediciones.wordpress.com) y coordina
la primera curaduría auto-gestionada de poesía argentina contemporánea
(laseleccionesafectivas.blogspot.com.ar). Tradujo El Asparagus de Francis
Ponge (Jimmy Jimmereeno, 1993). Publicó los siguientes libros de poesía:
Variaciones Goldberg (Ediciones del Dock, 2003), Medley (Suscripción/Larga
distancia, 2003), Tsunami (Crunch! editores, 2005), Chicos índigo (Bajo la
Luna, 2007), Cosmorama (Ediciones Liliputienses, 2013; segunda edición en
formato e-book en Determinado Rumor, 2015), Pólder (Bajo la Luna, 2014) y
Para arder (Bajo la Luna, 2020).

cuatro

El libro más brillante,


troquelado
tiene precio.

384
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Mi primo está dispuesto


a pagarlo.

Yo recorro
a mi joven amigo:
librero pornógrafo,
y trago las sí-
labas.

Diez minutos
eternos.

Él quiere canjear
su incunable de Sandokan
por una situación
confusa de cuerpos de niños
tendidos.

Mi primo y yo
aprendimos el silencio
encandilados por un
libro.

(de Chicos índigo)

cinco

Lista la bolsa
de dormir,
herencia hippie
de padres, ahora
sedentarios.

Se deslizarán en esos
úteros tranquilizadores,
al apagarse el farol.

385
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La simultaneidad de
cuerpos envueltos,
los movimientos
impensados,

esos giros,
bendiciones momentáneas
impregnando el aire,
el aliento común.

La poca luz externa


—la luna—
se filtra en la cara
del más alto,
dibuja señuelos
en su carne:
augurio de
una belleza
impiadosa.

El galpón
lleno de muchachos,
la sincronía de
sus corazones.

Ahora está
completamente
desnudo, el más alto,
atrapa los manotazos
de su compañero,
juntan la inercia
de los cuerpos.

El contacto,
no,
mejor el choque.

386
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Quisieran morir,
estallar;
rápido el frotar
unánime, suyo
en la saliva desacertada,

el beso,

así

transcurren
las diligencias imprecisas
del amor.

(de Chicos índigo)

The smashing machine


Ah el martirio /rosa de nunca tener hijos a /
quienes llamar/Rocamadour Abel Luke Skywalker.
Ricardo Domeneck

Omar, el más alto de los luchadores,


baila el vals como una gacela
con Helmut, su compañero
de nariz plana y guantes brillantes.

La música afloja los cuerpos magullados


y aparecen las primeras risas;
aunque la mirada de Ulf les avisa
que el recreo está por terminar.

El último compás, el punto ciego


de sudor y caras incrédulas,
es el inicio de la charla técnica.

El entrenador expone una teoría del miedo


y sorpresivamente les cuenta

387
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sobre su período miserable en la Selva Negra.

Tal como Luke Skywalker


en La guerra de las galaxias,
Ulf debió luchar contra su padre.

No perdió su mano derecha,


ni su espada láser
ni siquiera cayó por el pozo de ventilación
de Ciudad Nube;
pero recibió de él algo más duradero:
la brutalidad simétrica del sexo.

El silencio en el gimnasio es absoluto.


Saben que lo que acaban de escuchar
será el combustible necesario
para ganar las peleas del fin de semana.

Un grito inhumano
sale de la garganta de Ulf,
para luego retomar la charla
como si nada hubiera ocurrido.

Les menciona a un famoso griego,


y repite —como el estoico—
que toda filosofía se basa
en dos palabras:
soportar y abstenerse.

(de Cosmorama)

Nahuel Huapi

Él, tendido y risueño,


con los ojos brillando hacia mí,
es una invitación a superponer
el cuerpo en un galope
que sólo la juventud puede proveer.

388
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Mantengo la confusión
mientras su mirada lo permite.
Hablo para ocultar el hábito
de fundirme en pieles duras;

como la de aquel amigo judío


bautizado en el lago Nahuel Huapi
por un cura de ojos azules;
o la del joven guardavidas fumando
en el médano con labios agrietados
y branquias invisibles.

Todos ellos
son la espina sangrante
de aquello que perece
por muy urgente.

(de Pólder)

El demonio del mediodía

Él era salvoconducto para las ligas


mayores y la pileta del club. La venia
para estar entre los más valientes.

Parado en la esquina
el demonio del mediodía trazaba
su camino como baba de caracol.

Adiestré cada músculo para responder


a las contingencias del sexo. Invoqué al dios
del instante. Pedí que lo borrara el trueno.

Dilapidé fugaces glorias deportivas.


Todo fue en vano. Su instinto de animal
joven lo previno de la gravedad en la brisa.

(de Pólder)

389
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Un cuáquero en la corte de los milagros

La educación sentimental
fue un título con abandonos documentados.

La educación sentimental
fue pura vocación crónica y automedicación.

La educación sentimental
requirió posgrados y maestrías.

Sentimental,
la ambición por el mar proclamada desde la orilla.

Sentimental,
la disposición del repertorio de nombres propios.

Sentimental,
la nota más alta en el karaoke.

Mi educación sentimental
fue como el grito de guerra de los esquimales,
en silencio.

Mi educación sentimental
fue como el rezo secreto de los ateos.

Mi educación sentimental
fue como el ave fénix, pero mis hombros
no cargaron el cadáver de mi padre.

Educado
con el metrónomo de las pasiones menores.

390
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Educado
en la creencia del dios de la simetría.

Educado
para mirar el Rubicón sin cruzarlo.

Una educación sentimental


para poder contarla y despuntar el vicio por los aforismos.

Una educación sentimental,


ahora que la lírica está muerta y hay déficit de laúdes.

Una educación sentimental


revisionista y autoindulgente para llorar a secas.

Sentimental,
la mano que escribe ajena al cuerpo que la sostiene.

Sentimental,
aun leyendo los diarios o sacando la basura.

Sentimental,
en los 0.4 segundos de la sístole y otros tantos de la diástole.

Tuve una educación sentimental


con temblores como un cuáquero del siglo XVII.

Tuve una educación sentimental


jacobina en las despedidas y garantista en el placer.

Tuve una educación sentimental


supersticiosa a la manera de los pigmeos.

391
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Fui educado
por la didascalia homoerótica de mis tías.

Fui educado
en el dojo de un cinturón negro
para aprender a caer con elegancia.

Fui educado
para ser paciente como un filólogo
con su piedra Rosetta.

Sentimental,
por las mañanas separando las hebras del té.

Sentimental,
el tarareo del estribillo de esta canción.

Sentimental,
la diáspora de amantes.

(de Pólder)

gustAvo pecorAro
(1965)

Gustavo Pecoraro nació en Buenos Aires. Es escritor, guionista,


periodista y poeta. Fue redactor de la revista NX y colaboró en el suplemen-
to Soy de Página 12, La Garganta Poderosa, Infobae, Filo News, Revista Furias,
Notas Periodismo Popular y Corresponsales Clave. Participó en el guion del docu-
mental El puto inolvidable. Vida de Carlos Jáuregui (2016) de Lucas Santa Ana.
Publicó Palabra y pluma. Textos políticos y otras mariconadas (La mari-
posa y la iguana, 2014) y compiló el volumen Acá estamos. Carlos Jáuregui,
sexualidad y política en la Argentina (Legislatura de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, 2016). En poesía, es autor de Deseo. Palabras en el viento (Le-
tra Prima, 2012), 12 poemas crudos (Hipólita Ediciones, 2015), Amor marica

392
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

(Ícara Poesía, 2017) y De pendejo me hacía pajas con los bailarines de Rafaella
Carrá, ganador Mecenazgo Cultural (2018), actualmente en proceso de
edición.

Guante

Me lleno la copa nuevamente,


se pega al borde la grasa o el semen,
dependiendo la hora,
la compañía,
el lugar,
o todo a la vez.

Manoseo tu verga como al pasar,


cubriendo el poco espacio que nos separa
con carcajadas de sátiro,
de borracho viejo.

“De puto viejo”


me dirás después en la cama.

No buscaba sólo verte de pie,


en bolas,
apretando el culito mojado recién en la ducha
con las gotas que se te escapan de los pezones
como chispas de metal caliente.

Protagonizás una misma escena,


con distinto reparto.

Un mismo guión pactado


de cuatros estrofas cacofónicas
con palabras baratas
aprendidas en las revistas y las pelis porno.

¡Cómo no gozarte de arriba abajo,


si apenas puedo aguantar el arrebato!

393
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Y así como debe ser,


cuando todo acaba,
católicamente te extendés al diezmo.

Más allá de tu calentura paga,


que tarjetiza el amor en cuatro pases,
el solo efectivo no garpa
mi querido.

Los nuevos tiempos


manosean hasta el infinito la ilusión
de recuperar en quince minutos
los viejos olores, las mismas bocas,
los cuerpos grabados a fuego en el corazón.

Y un poco más acá,


la cruel realidad de varios “sí” y muchos “no”,
que nos golpean sin piedad,
en medio del charco de ese vino barato
que pude pagarte.

¿Acaso insinuás que podrías cambiarme la vida?

No te la creas tanto, bello mío,


apenas sos un guante para mis manos frías.

16 junio, 2011

(de Deseo. Palabras en el viento)

Dos mundos

Ojala no fuera así,


mejor fuera de otra manera.
Como blanco
o similar.

394
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Como pensar
—que debería obligarse—
como sentir
o amar
o ser feliz.

Es cierto,
la flor se marchita,
pero antes
presume de color.

Capaz
podamos templarnos
mirarnos despacio
sabernos de lejos
tocarnos sin manos.

Tal vez
me ames
me beses
me cojas
me cuides.

Quizás nos llegue


el tiempo
las risas
los labios.

Quizás.
Tal vez.
Capaz.

(de 12 poemas crudos)

395
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Yo

No bailo el sueño de nadie


ni lloro ajeno
ni escapo verdades.
Y aunque ame las cosas que pasan,
—como los trenes—
sé que mi arco iris volverá a tener tus seis colores.
Ese día,
el tiempo no habrá importado nada.

(de 12 poemas crudos)

Rizar el rulo

Por amor he viajado kilómetros


comido cosas que no sabía que eran
bebido de vasos oscuros.
Por amor he dedicado poesía e incluso libros.
Por amor he confiado
compartido mi cuerpo
esperado mi turno.
Por amor me afilio
me pongo tu remera
me siento a tu lado a mirar el Río de la Plata.
Por amor mordisqueame el cuello
chupame los dedos
besame los labios
reíme cerquita.
Por amor puedo amar o dejar que lo pidas.

(de Amor marica)

396
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Ariel schettini
(1966)

Ariel Schettini nació en Quilmes. Es licenciado en Letras por la


Universidad de Buenos Aires. En 1995 fue becado por United States In-
formation Service (USIS) para participar del International Writers Program
University of Iowa. Trabajó como crítico cultural de diversos medios pe-
riodísticos de Argentina y como gestor cultural. Además de ser docente de
Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires y en el posgrado para
curadores de arte de UNTREF, y de poesía latinoamericana en UNA, dicta
cursos para diversas instituciones de Argentina y el exterior. Su libro El
tesoro de la lengua. Una historia Latinoamericana del yo (Entropía, 2009) revisita
y relee los poemas más canónicos en lengua castellana. En 2015 publicó
Ariel Schettini Presenta, un libro secreto en el que habla de los libros de sus
amigos. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al portugués y al francés.
Es autor de los poemarios Estados Unidos (La marca, 1994), La
Guerra Civil (Norma, 2000), La media sombra (Eloísa Cartonera, 2019) y Jo
(Nebliplateada, 2021).

El camión de Amerika
(circa 1996, 97, 98, 99)

Considerado desde una perspectiva prismática


La marcha tendría alojada en su interior, un núcleo infeccioso,
Un argumento capilar e invulnerable
De la pseudo democracia.
Ahí estaba, para recordar a su paso que esto no era La Revolución,
Ni siquiera “una” revolución.
El camión de Amerika venía a destruir todo impulso utópico
Porque nos obligaba a dejarnos llevar por lo narcótico de su ritmo,
Y porque tenía el mejor equipo de sonido.
Ahí habían ganado el imperio y sus esbirros.
Y aún en la recta Av. de Mayo, quedábamos perdidos
Como en el laberinto ubicuo de Lönrot y Xenón.

397
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

O como en el laberinto
De las contradicciones de clase.

Expulsados de la reflexión, sólo nos quedaba bailar

Es que soy tan incapaz de ocultar mis emociones como querría


Que no podía sino acongojarme frente a esa comunidad de
Hermanos,
Extraños y semiconocidos, con quienes marchábamos.
Y si, por un lado, claudicábamos frente al enemigo,
por el otro, sólo la música dance o trance podía
Expresar el sentido épico y sectorial de la marcha:

Estábamos contra los poderes de la opresión:


La familia, el estado y la educación.
Pero esa nueva institución:
El camión de Amerika,
Nos cercaba como una campana de sonido que lograba expulsar
A los observadores a lo largo de la Avenida.
El Tortoni, el Castelar, el Palacio Barolo, testigos
que albergaban a los transeúntes estupefactos
O que fingían la sorpresa de los decentes, por lo menos,
Frente a la exhibición sin pudor de nuestro propio conflicto:
Acompañar a Lohana, cuyo liderazgo jacobino era legítimo,
Pero tenía una chatita mísera y un megáfono a pilas
O sumergirnos en la vorágine Hi Fi
De remixados y luces que salían del camión de Amerika
para hacer de la calle una
Catedral, una escuela de ritmo y un escudo de sonido contra el
[enemigo absoluto:
La gente normal.

Nos transportaba devorando la masa


como una ballena en el recorrido.
Y sólo su volumen podía comprender el tono
Impostado de “ya no me importa nada”
que la marcha producía en nosotros, como cardumen de krill
A punto de conocer el vientre.

398
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Pero como era profesor, también me sabía responsable…


Yo estaba ahí para producir la Contramarcha anticapitalista y
[apoyar a Lohana
Último eslabón de la lucha; una trava, zurda, feminista, etc…
¡una causa verdadera!
Que opacaba la reivindicación moderada de locas de Palacio
[Alsina

“Era verano allá en Stonewall…


Las locas que organizaron los riots eran las pobres travucas y negras
que quedaron
Varadas en Manhattan… Las finolas estaban en Fire Island…”
Porque Lohana era trava, pero cosmopolita, como diría después
Silviano Santiago, qué sé yo.

Y con una loca de Palermo, no se puede empezar ninguna revolución.

Con esa carga de culpa y compromiso


Hacíamos la primera cuadra militante, caminando entre el
[Cabildo y Florida
Hasta que Lohana con cara de tolerancia, daba por sentadas
Nuestras “tendencias” y el desvío o la derrota general de las
[demandas.
Nos miraba y desde su piadosa autoridad, nos decía:
“Vayan, corran hasta el camión de Amerika, que se está yendo…”
Y salíamos corriendo absueltos,
para atrapar el ritmo.

(de La media sombra)

Mujercitas

Para Beth

De todas las mujercitas de Mujercitas


Jo es la que Jo más quiero, es Jo la que yo más fui.
Tardes volviendo corriendo de la escuela, no para disfrazarme de Jo,
Sino de “Rodrigo” que es el que Jo quería ser.

399
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

De todos los personajes de la literatura, no recuerdo uno más perfecto


Que Jo.
Mis hermanas bien podrían ser Amy, Beth o Meg.
Mis hermanas eran más perfectas, más solidarias, más elegantes,
[más bellas.
Jo era Jo.
Más fantasiosa, más de otra era, más utópica,
Así era Jo.
De todos los personajes, (¿de todes las personajas?) la que más
era [como Jo
Era Jo.
Con el pelo corto, para ser más libre y con una especie de verdad
[a flor de labio
Para avergonzar a toda la familia.
De todas Jo era la mejor y Jo era Jo.
Jo partiría finalmente con un escritor entre sus brazos, a la
[Ciudad,
Y Jo, como el Quijote como el Martín Fierro, como todos, en la
[segunda parte,
borra la primera.
¡¡Jamás Jo terminaría casada con Peter Lawford!! ¡¡Era obvio y
[era imposible!!
Era la ley la law, la laurie, la Lawford de la naturaleza
Pero no por eso Jo dejaría de ser Jo.
¿Es muy vanidoso pensar que Jo era la mejor?
“¡Rodrigo!, ¡Rodrigo! ¡Sálvame!” clamaban mis hermanas… Y
[ahí aparecía Jo
Obviamente todos se reían, porque no había nada en Jo que
[dijera “Rodrigo”.
Salvo por el coraje de presentarse a la aventura y tratando de
[vencer su
Propia imagen, dice, lo que no salva la obra y sólo la vuelve un
[poco grotesca,
Un poco insoportable para la sala de living de Concord, MA:
“Acá está Jo.”

Hoy hice la encuesta de Buzzfeed que dio como resultado que soy
[entre 75 a 90 % Jo.

400
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

La parte que queda, queda para ser otro.

***

Y lo amo de un modo destructivo


Como La Muerte en Venecia:
Me hundo un centímetro por año.
Y el colapso, del todo inminente, se anuncia
Pero no se desata.
Como la muerte en Venecia:
Construí sobre el agua, y lo tomé por terreno firme.

Siento un derecho
teóricamente establecido a usufructuar de su cuerpo
Como si estuviéramos en la naturaleza,
Ya del todo sumergidos y yo fuera el pez grande.
Y como el derecho es natural, no necesito argumento;
Voy a declarar su felonía, su delito menor: no se entrega.

La práctica, sin embargo, no se opone, sino que


Constituye un caso en un océano de casos idénticos.
Es necesario que Todos los peces que se alimentan lo hagan
[siempre de
Otro de menor tamaño
No es un menú á la carte, sino una física de los tamaños.
Y tampoco es patético. Es parte del cardumen: del orden fascista
[del amor
Y de su imposibilidad para un hipotético criterio democrático de
[los vínculos
Que no sé de dónde saqué, pero tengo.

Y ese sentimiento es igual al del fracaso.


Pero no es patético porque lo llevo en silencio.
Lo closeteo, salvo a veces que
lloro un poco, solito, a las 7 de la tarde
Pero no porque sufra, ni porque tenga ganas.

401
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Sino para hacer al llanto mismo;


por el gesto que ya viene contenido en la lágrima y
que precisa de mi caso para ser algo y
no expresa nada.

Y como el fracaso es también una emoción,


lloro como en los 100 metros libres:
La largada es un rush y el esfuerzo
de salir del reposo casi unánime y hacerse a la carrera.
El tramo de los 100 es cálculo, medida,
y se parece a un instinto, a una fiera en la cumbre
de la pirámide alimenticia.
El sprint final me sobrecoge: el atleta
Que alcanza y embolsa lo espeso del aire
que a esa altura de la técnica lo roza y lo detiene.
Y todo ese esfuerzo, todo el pique,
No va muy lejos.

Así nos abrazamos, siempre.

(de Jo)

pAblo pérez
(1966)

Pablo Pérez nació en Buenos Aires. Dicta talleres de escritura en el Cen-


tro Cultural Ricardo Rojas y colabora en el Suplemento Soy de Página 12.
Publicó la plaqueta de poemas Amantes (Belleza y Felicidad, 2000) y dos
novelas, Un año sin amor (Perfil, 1998; reeditada en 2015 por Blatt & Ríos)
y El mendigo chupapijas (Mansalva, 2005). Adaptó estas últimas para la ver-
sión cinematográfica dirigida por Anahí Berneri (Un año sin amor, 2004),
que obtuvo el Teddy Award en el Festival Internacional de Cine de Berlín
en 2004. Sus últimos libros publicados son Positivo. Crónicas con VIH (De
Parado, 2015) y la novela Querido Nicolás (Blatt & Ríos, 2016).

402
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Marcos

Marcos es muy alto,


me lleva dos cabezas,
me recuesto sobre su cuerpo,
enorme y aterciopelado.

También me lleva en su auto,


mi cabeza contra su bulto,
trajeado, muy elegante,
veo desde allí
sus manos al volante,
me siento Divin Brown
con un ejecutivo
del downtown.

Marcos es demasiado paternal,


muy salvaje, todo en él es por demás
brutal y civilizado.

Marcelo

En medio de todas estas putarraqueadas,


se me ocurrió dedicarte este poema,
porque tenía ganas de decirle a alguien
“te odio” y me acordé de vos.

Este diálogo tan íntimo,


entre yo mismo y lo que de vos queda en mí,
no podría ofenderte en nada.

Tu muerte frustró mi sueño.

403
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

II

Podía ver nuestra casa en el campo,


a nuestros perros corriendo, un cielo propio.

Eras mi príncipe de carne y hueso, ahora huesos.

Si llegaras a estar aquí,


oculto tras alguna forma de presencia,
¿volverías a mi corazón?

Luis

Él venía por Paseo Colón


con una chihuahita
medio ciega y obesa.

Daba unos pasos


y la esperaba.
Vamos Antonia,
le decía
y la perrita apuraba su andar
con sus cuatro patitas.

Nos cruzamos bajo la autopista.


Me enterneció
ese chico de baja estatura
paseando a esa perrita en miniatura.

Vamos Antonia, le decía


y la perrita apuraba su andar
con sus cuatro patitas.

Me detuve en un semáforo
como si fuera a cruzar la avenida;
él esperaba a Antonia

404
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y me miraba.

Se acercó con decisión,


¿cómo te llamás? Me preguntó
y hablamos durante un rato,
Antonia se había acercado
y olfateaba mi zapato.

Luis me contó
que era profesor de gimnasia
y yo le conté
que era profesor de francés.
Intercambiamos teléfonos
y lo vi irse. Tenía puestos
una remera negra y un pantalón bahiano
de los colores del arcoíris.
De camino a mi casa
repetía su número
para no olvidarlo.
Ciento cuarenta,
cuarenta y dos,
dieciocho.

Nuestra primera cita


fue en el bar Británico
yo tomé una cerveza
y él un café.

Hablamos de cine, de música,


de la vida al aire libre,
hasta que lo invité a mi casa,
vivo acá cerca, ¿querés venir?

Era casi la medianoche,


y la casa estaba alborotada,
mi tía y venía,
el teléfono sonaba.
Mientras Luis me lamía el ombligo

405
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sonó el portero eléctrico


y me distraje.

Pero no me animé
a pedirle
que lo hiciera otra vez.

Volvimos a encontrarnos
en el bar Británico,
esa noche, la luna llena
nos iluminaba.

Yo creo en el Príncipe Azul,


me dijo y yo miraba las estrellas
y recordé la visión que una vez tuve
de un hombre azul emergiendo del mar.
Él seguía hablando,
no me importa tanto lo físico,
me fijo en las pequeñeces,
por ejemplo, si alguien me deja pasar antes
cuando entramos juntos en algún lugar.

Pero tampoco te voy a negar


que lo físico me atrae,
o una buena cena, o un viaje.

No me atreví a invitarlo a casa


porque a mí también me gusta
que me dejen pasar antes.

Además pensé que él


estaba muy distante,
que yo no le gustaba.

Y de pronto dijo,
Es tarde.
Tengo que irme a dormir.
Ya había dado todo por terminado,

406
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero un día no pude evitar llamarlo


desde un teléfonos público después de un paseo.

¿Qué te pasó el miércoles? me preguntó


No sé, ¿qué pasó el miércoles?
¿Por qué no me invitaste a tu casa?

Ah, discúlpame, no pensaba


que ibas a tener que irte tan temprano,
fue un malentendido,
igual la pasé bárbaro hablando con vos.
Sí, a mí también me gusta esa parte.
Bueno, la próxima lo concretamos. Chau
chau. Un beso.
Mis esperanzas volvieron a encenderse.
Además recordé su relato
sobre cómo había adoptado a Antonia:
me habían ofrecido una chihuahua de seis años
y fui a buscarla a un criadero.
Estaba en una jaulita.

Estaba medio ciega y casi no podía caminar,


la habían usado para la reproducción
durante los últimos años, siempre enjaulada.

No era para nada,


la perra que yo imaginaba,
pero pensé que ella también necesitaba amor.

Necesitaba, tal vez,


más amor que cualquier otro perrito,
entonces me la quedé.

Con ese hermoso relato


me sentí emocionado.
Luis me pareció un chico
de buen corazón.

407
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Además me emocioné
porque me llamo Antonio
de segundo nombre.

Me imaginé cómo Luis me adoptaba,


y me daba todo el amor
que yo necesitaba.

Y así me sentí enamorado


de ese chico tan virtuoso,
tan distinto de mí.
Intenté comportarme como un príncipe
y lo llamé el 14 de febrero,
Día de San Valentín.

Hola, respondió.
Hola, soy Pablo
¡Hola!, ¡hola!…
dijo y cortó.

Volví a llamar y oí:


El miniphone solicitado
se encuentra apagado o fuera…

Supuse que estaría con su familia,


y me sentí un desubicado
pero volví a llamarlo
dos días después.

Es que hay algo que no te dije:


Estoy en pareja —me dijo.
Él estaba conmigo cuando llamaste.

¿Te acordás lo que te decía


que no iba a bailar desde hacía
siete años?

Bueno, es porque hace

408
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

siete años
que estoy en pareja.

No me esperaba esto
—le respondí con tristeza.
Hablemos un día de estos.

(de Amantes)

guillermo siles
(1967)

Guillermo Siles nació en San Miguel de Tucumán. Es doctor en


Letras y profesor de Literatura Argentina Contemporánea en la Univer-
sidad Nacional de Tucumán. Publicó artículos en revistas y compilacio-
nes nacionales y extranjeras. Es autor de El microrrelato Hispanoamericano.
La formación de un género en el siglo XX (2007). Compiló los volúmenes de
crítica La pequeña voz del mundo y otros ensayos de poesía (2007), con María
Eugenia Bestani, y Representaciones de la poesía argentina contemporánea (2011),
entre otros. Editó y prologó Obra Poética, de Hugo Foguet (2010). Diri-
gió volúmenes especiales de RILL N° 21 y N° 22: Poética, poesía y escri-
turas íntimas (2016 y 2018). Es co-editor de Poesía sin música (2017), que
reúne poemas del compositor Pepe Núñez. Fue becario posdoctoral del
DAAD en la Universidad de Potsdam (Alemania), en 2012; dictó cursos y
conferencias en universidades de Inglaterra, Francia, Alemania y España.
En poesía publicó El sabor de la fruta (2008) y El cauce y la costumbre (2020).
Integra las antologías Poesía Joven del Noroeste argentino, de Santiago Sylvester,
y Poetas Siglo XXI, de Fernando Sabido Sánchez. Una selección de sus poe-
mas apareció en la revista Hablar de poesía N° 12 (2006). Coordina desde
2014 el Café Literario del Centro Cultural Virla, Universidad Nacional de
Tucumán.

La sonrisa del verdugo

Ya no busques salida
a aquél inútil laberinto
telaraña en la seda
que el deseo contiene.

409
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No hubo luz de luna


la noche del camino de piedras,
en un golfo apacible
infectado de algas
saciaste la otra sed
comiste con extraños
y las lenguas del mundo
se mezclaron gozosas
al conjuro de un nombre.

No se posará
la luz
sobre la puerta entornada,
cesarán las sesiones
del obsceno cosquilleo
del placer vergonzoso
creciendo cada día.

Mirar no es ver
tocar no es saber
compruebas en silencio.

Detrás de la alambrada
el verdugo sonríe
si le extiendes la mano
saborea los frutos
que volverá a negarte.

(de El sabor de la fruta)

El desamor

En la luz de un verano
dijo que no me amaba.
Sus palabras tuvieron
la eficacia del rayo
que cayó dos veces

410
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en el mismo sitio.
Primero
fulminó un tarco,
la cerca de ligustro,
el pasto circundante.
Después midió
la magnitud del daño
y se deshizo
en un ligero resplandor
sin estruendos ni luces.
Dijo que no me amaba,
en otra estación del año,
y le creí.
La vegetación del jardín
ha reverdecido
desde entonces
no volví a verlo.

Lo indestructible

El deseo
encendía la confianza
en cada encuentro
la felicidad era con vos
una conversación
interminable
yo era el lector
de páginas amadas
fragmento inicial
de Pedro Páramo,
Juan Preciado
desciende a Comala
a vengar el abandono
de su padre
vos
y yo con él y Abundio
llegábamos con emoción

411
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

a la mera boca
del infierno
hasta que el páramo
herido de luz
restallaba verde
y más que Ítaca
con el amor
que apretuja
la voz
en letra ajena
poemas entrañables de Alfonsina
tierra árida en Mistral
arquitecturas de Darío
imperio perdido
y guerra en la piel
la voz doliente de Vallejo
yo no sé
nada habrá que no vea
hasta el final
la savia espesa de la dicha
amistad imperfecta
que nos dure
el bien
en canciones de Mercedes
Spinetta y Luca Prodan,
el rock, el cine
en nuestra era.
Devuélvenos
el tiempo
en piedra alada
en rama en abejorro
maloja insistente
del invierno
susurra
música otra vez
oh fuerza imbatible
de los días
nada puede
destruir el pasado.

412
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Simulacro

Primero los pies


después las piernas
la espalda el cuello
los brazos la cabeza.

—si cambiaras coordenadas (digo)

En silencio no altera la rutina


la música
tiene un bosque
con caídas de agua y cañas de bambú
cedo a los efectos del sándalo y el relax
hasta sentir su respiración
cerca de mí.

La música termina
sé que no es
un sueño y él
tampoco es masajista.

Eclipse
a Matt

En aquellos días jóvenes de Tucumán


en que nos encontramos
no intuí que tu presencia
iba a volver aunque pasara el tiempo
que tu mirada me seguiría a Cusco
y que estaría en Colonia
y en el Rhin dos veces
viéndose al espejo
después en la escapada
a Ámsterdam y hoy
hasta en la orla —que te quedó
de Río— en Montevideo

413
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

hablamos sin parar


un único día y una noche
remontamos por la rambla
Gandhi el camino a casa
de repente recordamos
el eclipse y nos miramos
te vi como jamás te he visto
y en resuelto español dijiste:
¿te gusta?
no supe si preguntabas
por las formas, por Montevideo
o por los astros
no sé qué nos pasó
pero seguimos y seguimos
hasta ver la luna
a través de una ventana
y el sol adentro de la luna
ardiendo.

(de El cauce y la costumbre)

El muro

A Leopoldo Brizuela, in memoriam

dulce gracia del día


no te escondas
posteando la mañana va
mientras recorro muros virtuales
para hallarte
y no hay ninguna lucecita verde
en tu perfil que conecte a la vida
no hay

quién dirá ahora la frase mordaz


o soltará la risa cruel que iluminaba
el cerco de las horas

414
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la punzante ironía
del “no me cites maldito”,
“mi erudita de Burruyacú”,
“mi sabio de Rumi Punco”
te divertían esos “títulos de nobleza”
te gustaban los topónimos indianos
el Norte con su gracia
coplera, los aires de la zamba
y del gato
nadie como vos para alterar
los géneros y hundirme al son
de un fado con saudade
en el lomo visible de Inglaterra o Lisboa
nadie como vos seguirá el hilo musical
la letra de una canción amada
que se ahoga
una ristra de recuerdos
de chat, los de una vieja
vendedora de remedios
y de ropa en Los Zazos
te reías del cartel fotografiado:
“botiqin y butic”
no era un invento
nadie como vos en la risa hambrienta
de lo bajo
ni en la majestad de nombrar
lo atroz y su belleza
las cosas que la arena
de este indómito desierto
va borrando.

(de El cauce y la costumbre)

415
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

gustAvo tisocco
(1969)

Gustavo Tisocco nació en Mocoretá (Corrientes). Es médico y


reside en Buenos Aires. Participó en diversas antologías. Ha sido invitado
a festivales internacionales en México, Perú y Nueva York. Desde 2006
dirige el sitio web MISPOETASCONTEMPORÁNEOS. Recibió varios
premios, entre los que se destaca el Premio “Puma de Plata” de la Fun-
dación Argentina para la Poesía. Sus poemas fueron traducidos al inglés,
italiano, portugués, catalán y francés.
Entre sus libros de poesía editados pueden mencionarse Sutil (La
Quimera, 2001), Entre soles y sombras (Vigilias, Neuquén, 2004), Paisaje de
adentro (De los cuatro vientos, 2006), Desde todos los costados (Vinciguerra,
2008), Cicatriz (Vinciguerra, 2009), Rostro ajeno (Vinciguerra, 2011), Terrestre
(Vela al viento Ediciones Patagónicas, Comodoro Rivadavia, 2012), Que-
darme en ti (El Mono Armado, 2015), Reina (Vinciguerra, 2016), Hectáreas
(Amargord, Madrid, 2017), Perla del Sur (Vinciguerra, 2019) y Entre ventanas
(Mascarón de Proa, Villa María, Córdoba, 2020).

Como mi madre
yo también nací reina
enjaulado en este cuerpo esclavo y sediento
prisionero de un designio
en el que no me reconozco.

Soy reina
porque elijo serlo
y perpetúo así una especie rara para algunos
no tanto para otros.

Si tengo diamantes y rubíes en mi corazón


soy reina
aunque me tilden de perverso
me señalen y se escondan
no naden en mi río.

416
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Soy reina
y me poseyeron hombres oscuros
que con el día se disipaban
dejándome solo y triste
como a Juana, Isabel o Cleopatra.

Soy reina y no tengo palacios


ni abanicos en mi rostro
tampoco habito en los cuentos
ni me despertarán con un beso
pero tengo diamantes y rubíes en mi corazón
y me bautizo reina,
me perpetúo así, como mi madre.

(de Quedarme en ti)

***

Jugábamos a la escondida
en el patio trasero,
incrédulo
buscaba el roce
del niño aquel:
mi caballero.

Todavía
traspiro
si me escondo.

(de Desde todos los costados)

***

Amé a un hombre triste


que encarcelaba golondrinas

417
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en el invierno de sus ojos.

Un hombre que escondía un país,


un continente lejano.

Le gustaba hablar de los desiertos


de una bandera flameando ante su desamparo,
del desarraigo.

Amé a ese hombre, fruto maduro


con el que embriagaba mi calma,
laberinto en el que me extraviaba,
me descubría.

Pero su tristeza fue horizonte,


velero y perro asustado.

Ahora aquí soy yo el que habla de desiertos


de desamparo.

(De Terrestre)

Tuve coronitas de novia en el pelo


el aroma de la inocencia
el ramillete blanco
que a esa edad no estaba prohibido.

No sabía
no importaba
lo que vendría después.
Yo elegía ser la novia.

(de Perla del Sur)

418
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

juAn FernAndo gArcÍA


(1969)

Juan Fernando García nació en Necochea y actualmente vive en


Buenos Aires. Estudió Letras en la Universidad Nacional de La Plata y
residió en dicha ciudad hasta 1997. Actualmente, es jefe de trabajos prác-
ticos en la cátedra Genovese de la asignatura Poesía I, en el marco de la
Licenciatura en Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes.
Trabajó en gestión cultural universitaria entre 2014 y 2019, y colabora regu-
larmente en medios nacionales con reseñas y notas sobre literatura y arte.
Como poeta, publicó los libros La arenita (Suscripción, 2000),
Todo (uno+uno, 2004), Ramos generales (Nuevohacer, 2006), Morón (Muchos
Libros Felices, 2014), Sobre el Carapachay (Leviatán, 2017), Temporales (El
Ojo del Mármol, 2018) y Frente al bosque de pinos (Patronus, 2021). También
compiló Zoológico (Muchos Libros Felices, 2016), diez poemas de poetas
argentinos, con ilustraciones de Francisca Yáñez.
Es editor del proyecto Muchos Libros Felices junto a Fabián Mu-
ggeri.

[1991-1994]

sí.
mínima. la palabra mínima, pedía.
y si no hay salida, bebe el recuerdo
o qué, de él, la nada, el hastío
y el nombre
el no.

con tacones y lamé inunda la noche:


paso sin más, loca sin forma
práctica del mal contra los padres:
el vestido robado que la madre usó en el bautismo

419
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

o aquel, comprado en Córdoba (luna de miel


en las sierras, más brutal tu sonrisa)
y —qué bien estás, qué bien te queda el rosa,
qué bien esta peluca y el banlon—
—¿y la blusa de brocatto—
—mejor, el raso bordado—
y ajustada la sandalia al treinta y ocho
calzando un cómodo cuarenta y dos
brutal y loca

y vas
del nombre al hombre que encierra en muros
los premios por calar; los sucios nombres
que encierran vicios:
las paredes derrotadas por los gritos
plasman guerras contra todos y todas
y no hay escapatoria para el cisne

quiero ser
otra vez, mil veces quiero ser
la conductora en bata verde aquel día en la costa
o vestirme con moños y organzas
para salir al ruedo y ser la emperatriz
noventa y qué? para escuchar los discos
de la raval, luciendo el mismo arreglo
con jazmines del jardín de elsa
una vez y mil

allá, entre tantos cuentos


la película esfumada por el paso
hacia la trascendencia, la lucecita parcelada:
—che, no salgás a yirar, que hace frío—

420
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

nada le importaba,
la primera intención por el escape
y más allá la decepción
y el miedo
no saber que el médano esconde
a los hombres que desea.
volver a la mínima
figura de la loca: el maquillaje
corrido; las medias corridas; los breteles
caídos: intentos últimos
de divertir a la platea
acotados a una escena pobre
sin engarce. el playback como única posibilidad
“y a otra cosa, mariposa”, volando
junto a la luciérnaga
que avista la tristeza.

[para mis amigos de La Plata]

(de La arenita)

Infancias

Y qué será
este latir de alas si no es
la perfecta consonancia del verano
en la ropa.
Gota a gota el surco en tu cara,
la risa y esas gotitas
que se escapan.

La mirada de los padres


duerme la siesta y se construye
en sostenido secreto
en misterio de chicharra
el sexo.

421
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Hay infancias, diferencias:


potreros, hermanos en el arco.
Monte de eucaliptus
para la batalla de un cuerpito
que anhela la tormenta.
Felicidad o despreocupada manera
de salir al ruedo
montado en bicicleta
con asiento banana

Aire tan dulce


el bien y el mal su duende

Son los lunares en la espalda


de un primo en slip rojo
su risa el desconsuelo.

(de Ramos generales)

Recompensa de sábado

Quizás no resulte
tan descabellado pensarlo
como recompensa de sábado:
orden de los placares
y las alacenas;
un encuentro
cuerpo a cuerpo
con el deseo intacto en sus rebrotes.

Reconocer sus huellas


en el rostro maduro
en la intangible pureza del momento.
La fluidez doméstica en una cama cómoda,
los esenciales escarceos

422
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

previos a la contienda.

En el atardecer los perros ladran


desde los balcones.

En la mirada,
en el tironeo que el perro precipita,
en el rojizo horizonte
de la enradama de Zapiola

sí, es recompensa
esta vida que exige su alimento
este sábado juntos.

(de Morón)

enrique solinAs
(1969)

Enrique Solinas nació en Buenos Aires. Fue pareja de Jorge Pao-


lantonio por más de 20 años hasta el fallecimiento de este en 2019. Desde
1989 colabora con publicaciones de la Argentina y del exterior. Es docente
y forma parte de grupos de investigación sobre literatura argentina, litera-
tura latinoamericana, y literatura y mística. Como poeta, publicó: Signos Os-
curos (Último Reino, 1995), El Gruñido (Ediciones Arcano, 1997), El Lugar
del Principio (Ediciones Proa, 1998), Jardín en Movimiento (Honorarte, 2003),
Noche de San Juan (Ediciones del Dock, 2008), El gruñido y otros poemas (anto-
logía, Ruinas Circulares, 2011), Corazón Sagrado (Viajero Insomne Editora,
2014), Barcas sobre la zarza ardiente (Ediciones del Dock, 2016), El libro de
las plegarias (Córdoba, Mascarón de Proa, 2019) y Los caballos del miedo/The
horses of fear (antología, 2022). En narrativa, publicó el libro de cuentos
La muerte y su conversación (Relatos del Dragón, 2007). Por su labor literaria,
obtuvo numerosos galardones, entre los que se cuentan el primer Premio
Dirección General de Bibliotecas Municipales de Buenos Aires (1993),
una mención en los Premios Municipales de la Ciudad de Buenos Aires a

423
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

la Producción (1994-1995), el Subsidio Nacional de Creación de la Funda-


ción Antorchas, el primer Premio Estímulo a la Creación de la Secretaría
de Cultura de la Nación (2000) y la beca de residencia Shanghái Writing
Program otorgada por el Gobierno de China (2014). Tradujo y versionó a
numerosos autores, como, entre muchos otros, Safo de Lesbos, Horacio,
Thomas Merton, Patrick Kavanagh, Sylvia Plath, Li Young-Lee, Alda Me-
rini, Henri Meschonnic, Zhao Lihong o Gu Cheng. Asimismo, su propia
obra lírica se halla incluida en antologías nacionales y del extranjero, y ha
sido traducida al inglés, al francés, al italiano, al griego, al portugués y al
chino.

Drag-Queen

Porcelana dirá
alguien
de su voz.
Dirá que no es posible
mientras un cisne
rudo
lo empolva.

“Vas a tomar mucha cerveza, campeón,


con tus amigos;
vas a reírte y a chocar las copas;
vas a romper el vidrio y que se astille,
y que tu sangre
parezca
fragmentos de rubí.”

Porque nosotros somos tan nosotros,


porque hablamos de fútbol, la pasión,
que hasta podemos sentir placer
en una charla.

Porque nosotros somos tan nosotros


que nada más existe.
Todo hombre guarda en su interior una mujer exagerada,
una sombra que llevará consigo

424
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

hasta el día de su muerte.


Y mucho miedo.
Y un poco de rubor,
tal vez,
por si hace falta.

(de Jardín en movimiento)

El deseo

Porque lejos aquí el amor,


un sueño de palabras cuando la intimidad permite
el acercamiento
de un cuerpo hacia el otro y el deseo,
y el momento en que los labios se abren y exclaman
algo parecido a la felicidad y su silencio
por esta sed,
capaz de destruir lo que a su paso encuentre
cuando aparece esa imagen que provoca
una breve desesperación, esa imagen
que se repite en la cabeza una y otra vez y los abrazos
que intentan formar un solo cuerpo en esa imagen
que se repite en la cabeza una y otra vez
cuando lejos
aquí el amor
que se repite,
y las palabras y los ojos y el encuentro
en esa imagen,
tan simple,
tan buscada y real,

esa imagen,

mi sexo en tu boca.

(de Noche de San Juan)

425
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Bucólica

El olor de tu cuerpo, amigo mío,


me recuerda al color de la infancia.
Una pradera con demasiado sol
cuando no estoy triste,
cerca del río
en donde alguien dibuja mi ciudad.

Nada es tan importante ni inocente


como pensar en un día perfecto:
vaca y pasto,
los pájaros que nos sobrevuelan
como a San Francisco;
algunas flores,
sendero de amapolas;
el cielo quieto y azul,
como de utilería.

Sé que pronto ya no estarás aquí.


Todo es inmediato.
Sé que pronto
te ocultarás detrás del sol.

Disfrutemos ahora de este día,


que el mañana no es cierto.

Brillemos como el agua en la noche,


tan sólo para la memoria.

(de Noche de San Juan)

El sueño

Al despertar de un sueño intenso, te vi,


y entré a otro sueño.

426
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Mi cuerpo extendido sobre tu cuerpo,


abrazados los dos
a la misma canción que suele escucharse
en esos días de pasión sin final.

En algún lugar de este mundo


alguien muere de amor
y alguien no puede.
La vida suele ser
un fuego que te arrasa,
un ir hacia adelante
y mirar hacia atrás,
de tanto en tanto,
para no volver.

Al despertar de un sueño intenso, te vi,


y entré a otro sueño
para decirte:

Vamos a galopar la noche,


a recorrer las estrellas en el cielo;

a vivir este momento de alegría,


aquí y ahora, amor mío;

vamos a sentir este instante


parecido a la idea
de la felicidad.

(de Corazón sagrado)

Lux amicitia

Tengo un amigo que es capaz de encender


con la belleza de sus palabras la noche.
Mientras intenta el sueño, bajo las sábanas
su cuerpo desnudo es asaltado

427
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por algo parecido al amor,


una máscara triste y lejana,
un juego de reflejos.

Mi amigo canta en la oscuridad y pronto,


pronto se irá de aquí su pena,
pronto se irá como pájaro de fuego.

Porque sé que mi amigo


es más puro que la luz,
aunque no lo pueda ver.

Porque tengo un amigo


que a veces olvida
que es capaz de encender
con la belleza de sus palabras
la noche.

(de Corazón sagrado)

WAlter viegAs
(1970)

Walter Ch. Viegas nació en Lomas de Zamora (Buenos Aires). Es


profesor y licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Publi-
có los libros de poemas Nieve (Tierra Firme, 1999) y Botánicos (Gog y Ma-
gog, 2005). Participó, entre otras antologías, en Mariposas: a modern anthology
of queer latino poetry (Floricanto Press, Mountain View, California, EE. UU.,
2006), El arcano o El arca no: poesía argentina de fin de siglo (La Habana, Cuba,
Casa de las Américas, 2006) y la Antología Federal de Poesía. Provincia de Buenos
Aires (Consejo Federal de Inversiones, 2019).

428
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Me dejas
lejos de mí
no soy yo

soy un hombre sin el hombre


de su nombre

soy el pequeño don


del recuerdo de mí.

(de Nieve)

“Lo personal es político” (Carol Hanisch)

Si lo personal es político, entonces


mi manera anónima de amar
Debería ser una declaración de principios
Mi forma desapasionada de besar, un postulado
Mis mentiras y excusas, subcategorías
En el axioma más rotundo de mi identidad.

El nivel cultural de mis hormonas es prueba contundente


De las injusticias que cometí sin distinción
en contra de asalariados y menesterosos.

Por eso mis amantes deberían piquetear


calles y avenidas, llenar plazas,
Marchar
en reclamo de una paritaria justa
Por el tedio de los trabajos que demando.

Declararé el indulto del amor invocando los derechos adquiridos.


Seré sobreseído de cada acusación
que despechados, crédulos y enamorados
hicieran en mi contra.

Mi corrupción alcanzará a todos los actores sociales

429
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Sin importar credo, raza o nacionalidad.


Todos hermosos y ridículamente encantadores.
Todos necesitados de algo que yo no supe darles.

Solo una cosa tuvieron en común:


fueron todos como vos.

(de Antología Federal de Poesía, tomo Provincia de Buenos Aires)

***

El límite
estaba en el cordón
en la vereda.
En los adoquines
de esa calle suburbana
comenzaban
los peligros.
Los amigos son peligros
inalcanzables
en la vereda
de en frente.

Si yo quiero cruzar
debe haber ojos
que fiscalicen
mi incursión
en el peligro.

Todo parece tan


igual
allá, del otro lado,
que el miedo
es propiedad de otros
(no mía).

430
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El otro lado
termina
por convertirse
en mi manera
de ver el mundo
a través de un miedo
ajeno
Y
así se forma
un extraño muchacho
que ansía
a otros muchachos
que no puede
alcanzar.

Ahí comienza
el temprano deseo
la admiración
de unos cuerpos
en el juego rudo:
el significado
de la palabra
aventura.

(de Cuentos de mamá)

II

Me llamás dos o tres


veces
desde tu casa
para comprobar que te quiero
y en consecuencia
sería mejor
que estuviéramos haciendo
algo juntos ahora
como Matrix o el amor

431
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

o cualquier cosa que pueda


hacerse juntos.

Pero yo necesito
tiempo
estar solo
para escribir estos poemas

escuchar a Beth Gibbons


mientras pienso en nada
y trato de entender
lo que en inglés
canta.

Ella tampoco dice cosas muy


importantes
summer skies,
autumm leaves, do what you wanna do

y así el poema
es vacuo y peligroso

como un arma cargada:


cualquiera podría creer
en la belleza
de los cielos de verano
o que tus llamadas
intentan certificar
una pertenencia que no sentí
nunca con nadie
excepto con vos.

(de Hablar dormido)

Si sus manos me tocaran

432
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ahora
si supiera que me tocan
entonces mi deseo se vería
saciado.

Pero duerme en su cama


y un manto de olvido noche
nubla el recuerdo

de los contornos
que dibuja cuendo en mí
se posa
del arrepio que produce
con sus dedos
del estado líquido en que vuelca
mi alma

si decidiera levantarse
y venir hasta aquí
si decidiera estar sin ropa
y extender sus manos.

(de Hablar dormido)

VI

Duerme
con esa palidez implacable
que le vuelve de aires
las mejillas
de torpe y celestial arquitectura.

Apenas puedo comprender


su cercanía
por el modo en que respira.
Asciende el vagar
de su aliento

433
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y pienso que está hecho


de alma.

Una mañana
despertaré después de que se haya ido
dejando una nota, tal vez
algo en una escritura secreta
con la apariencia apenas silenciosa
de una mancha de humedad
reciente
y seca en el centro de la almohada.

(de Hablar dormido)

FernAndo cAllero
(1971)

Fernando Callero nació en Concordia (Entre Ríos) y falleció en


Santo Tomé (Santa Fe) en 2020, donde vivía desde 1995. Licenciado en
Letras por la Universidad Nacional del Litoral, publicó el libro de cuentos
El ojo de Víctor (Bajo la Luna, Rosario, 1999), la novela El espíritu del joven
Borja (Bajo la Luna, 2007), el ebook de relatos eróticos Gustavito (De pa-
rado, 2012), los Diarios de viaje. Bolivia, Perú, Ecuador (Erizo Editora, Rosa-
rio, 2013), el texto autobiográfico C6 C7 (Nudista, Río Tercero, Córdoba,
2018) sobre el accidente que lo dejó cuadriparésico, el estudio Como una
misteriosa corriente en la vida cósmica. Una introducción a la Historia de la litera-
tura argentina de Ricardo Rojas (Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe,
2014) y los poemarios Ramufo di Bihorp (Ediciones Culturales Santafesinas,
Santa Fe, 2001), Aniversario (Cristobuey, 2002), El amor (Cristobuey, 2005),
Al rayo del sol (Chapita, 2008), Joya (Chapita, 2009), Casa, rancho, altillo, pa-
lacio (Cartonerita solar, Neuquén, 2010), Una destrucción muy fina (Deter-
minado rumor, 2012), Tokonoma (publicado, junto con una selección de
los anteriores, en la antología Al rayo del sol (Iván Rosado, Rosario, 2013),
Soledad Col (Iván Rosado, Rosario, 2014), Cacería rápida (Caleta Olivia, 2016)
y Martín Rosas, un aficionado a los barcos con show (Abrazo Ediciones, Paraná,
Entre Ríos, 2019).

434
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

“Falsas alcaparras
con semillas de taco de reina”
dijo el bello jardinero,
y nuestra confianza tembló como una hoja.

Pero la mía había temblado mucho antes,


al abrirle la puerta,
y un poco antes quizás,
mientras le explicaba el trabajo
por teléfono.

Esperábamos ansiosos
una irrupción de este tipo,
un tercero que alentara
una toma de decisión en serio

pero ni él ni yo
estuvimos preparados para eso
y el joven se fue
dejándonos un frasco
de falsas alcaparras
y el sector de las taco de reina
hacho un chiquero.

En mis sueños
sus manos huelen a goma de borrar.

(de Aniversario)

***

El albañil temeroso le escribe confundido en la mente este


poema de amor a su compañero y a dios con un estilo chamuya-
do que aprendió de leer la Biblia en otro tiempo en una granja

435
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

porque le da vergüenza que le guste tanto el tipo porque los dos


tienen familia = cree matar dos pájaros de un tiro.

No sé qué podría estimularme


más que ser llamado a comparecer
a los pies de tu trono magnífico

si

nada más con verlo vacío


y no tan frío (porque es reciente
el levantamiento de tus muslos
remolones, cuyo calor
permanece)

ya me alcanza para meterme


hormiguitas abajo
del ombligo
amiguito.

Se nos ha ido la mañana


con la instalación de los artefactos
de baño en los departamentos
del centro,

hasta que por fin pudimos sentarnos


en la cabina a charlar con
un par de cervezas frías
y la radio

y la tarta que hizo tu mujer

con pollo, queso fundido,


huevo duro y zapallito,
cosas que nunca me gustaron
de chico

436
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero ahora, no sé por qué


me lleno la boca con ese mejunje
de pasto y leche
y te termino diciendo:

¡Qué rico!

¿Escuchás vos también,


o acaso sólo yo
ese insistente temblor
como de los vaivenes de dios
entre las torres?

(de Joya)

Bora Bora

Empieza que estoy fuera de la toma


porque lo entrevistan a Planells,
el dueño de la isla,
con su vestimenta color tierra, grasa,
ad lib. Yo aparezco después arriba
del bafle bailando tecno.
Me dieron un vaso con droga.
Tomé de arriba
alcohol, keta, bicho, falopa,
cristal, hiunday, porro, tabaco,
tocaron love is in the air
para que nos fuéramos,
respiré Popper de un frasquito con arena,
después
me tiraron al agua
y cerraron.

437
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

El catsuit mojado me paspa el cuerpo,


ando tiritando por Vara del Rey re
triste, lo veo a Chento pasar con su bici,
me pregunta por Valeria,
paseamos por el puerto,
hay muchas máquinas calientes
que tosen portones de chapa,
marineros que acomodan las planchas
usando todo el brazo, los turistas se
fueron a bañar,
me ataca un repelús de coca, me
acomodo el cuero.

Chento me ofrece un mordisco de rula


ahhh! fresca como el mentol, dinámica.
Nos sentamos en la única terraza abierta
en la explanada negra y podrida frente
a los ferrys
a tomar cerveza.
Me dice, cuando volvéis a casa Fernando,
le digo no sé, llévame a la tuya en el caño,
me muero por probar
la cama de palo con doseles de paja
que tenés en el patio de tierra
abajo de las estrellas.

(de Una destrucción muy fina)

Necesito tener sexo

Necesito tener sexo. Mejor dicho, cojer.


Que alguien me coja, por dios,
este pedido es en serio.
Voy a escribir una novela laaaaaaaaaaarga
que me acompañe este invierno,

438
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

los pensamientos se pudren si no


y no tengo paz:
Impotencia, soledad, vejez.
Hoy creo que es el día. Hay indicios
de que puedo empezar a reunir
varias puntas de mi estrella crispada.
Pienso, al menos, en tejer algo divertido con ellas:
La punta coger, la principal.
La punta escribir, a ver si despego del romance.
La punta ganarme la plata.
Después de los treinta y cinco mis parejas
pasaron a ser historias que me escriben,
como si hubiera, un destino,
en el tiempo extenso que me deja
el no coger y el estar solo.

II

Y como una maldición prodigiosa


vino un hombre y me cogió rápido.
Ese mismo día, caído del cielo,
llegó un varón petiso en moto
y lo hice entrar.
Antes de abrirle lo espié por la mirilla,
estaba mandándome un mensaje, ¡jua!
Montado en su nave como un miembro
de la brigada blanca.
Me llamó la atención que no pidiera
entrar su moto.
Se lo dije yo
y aproveché esa maniobra
para echarle un vistazo completo
¡Qué bombón!

(de Una destrucción muy fina)

439
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Pasan tales cosas y otras para su solución

Un adolescente desestima a Dios


por alojar el corazón de un compañero.
Amor y dogma no coinciden
desque uno es el ingenio
de un arrebato sensible.
(Los átomos no tienen expresión, de suyo)
Y el otro, parsimonia y gestión
apurada en la espiral
estándar
de una retorta:

Sistema
Concha
Y Habla

Poesía: violencia vertical contra el turrón.


Cereal, capa de chocolate / Tokonoma.
Los nombres de un varón y de una chica
ya son una parábola de amor,
esa ventaja.
Julián y Jonatan apenas
alcanzan a fundar una amistad,
por no decir, su destrucción, como rivales.
Los argumentos son formas imposibles
de remover,
no tienen nada que ver con la verdad,
pero al revés el asunto se complica.
Luego de considerar,
como la presidenta,
una revolución textual,
saco en limpio estos propósitos:
1. Justificar los usos eróticos del participio:
i.e. Inseminado: Masculino. Varón encinta.
Los intestinos asimilan el semen y forman una proteína.

440
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Unidad de leche que fermenta y empuja un organismo inédito.


2. Falsear con pruebas la fablilla remanida del amor,
junto con las palabras remanida y fablilla.
3. Encontrar las palabras para decirle adiós a papá.

(de Tokonoma)

FAcundo r. soto
(1971)

Facundo Rodolfo Soto nació en Buenos Aires. Es narrador, poeta


y psicólogo. Colabora en diversos medios LGTBQ —entre ellos el su-
plemento Soy de Página /12—, coordina talleres de literatura gay-queer y
dicta cursos en torno al cruce entre psicología y estudios de género. En
narrativa publicó Olor a pasto recién cortado (Edición de autor, 2011), Juego
de chicos (Conejos, 2011), Plastilina (Textos Intrusos, 2012), El hombre de
acero (De Parado, 2012), Como se saludan los surfers (De Parado, 2012), Taller
literario (Blatt & Ríos, 2013), El club de la paja (Eloísa Cartonera, 2016), Foto-
copia (Paisanita Editora, 2017), Las inferiores (Saraza, 2018) y Alegría (Saraza,
2018). Su novela Juego de chicos fue publicada también en Chile y traducida
al inglés.
Como poeta publicó la plaqueta Despejado (Proveedora de droga,
2011) y los poemarios Microonda (Cartonerita Solar, Neuquén, 2011), El
cielo en la mesa (Subpoesía, 2015), El viento mueve las cortinas y Técnicas de
dilatación anal (Paisanita Editora, 2013), Electricidad (Vox, 2013), La luz de
la heladera (La Sofía Cartonera, Córdoba, 2013), El olor de tu remera (Eloísa
Cartonera, 2014) y El brillo de tus braquets (27 pulqui, 2016).
Coordinó las antologías Vivan los putos 1 y 2 (Eloísa Cartonera,
2013) y Fetiche (Eloísa Cartonera, 2014). Publicó además sus Conversaciones
con Washington Cucurto (Blatt & Ríos, 2017), Ioshua. La biografía (Mansal-
va, 2020), Notas maricas. Política, sexualidad, deporte, arte e identidad: disidencias
(Ediciones UNGS, 2020) y La fábrica de sueños (2020, Chirimbote, con ilus-
traciones de Pitu Saá).

441
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Los pibes feos son los más lindos

Me gustan los chicos con cara de malos,


Y que huelen mal.
Son los más buenos.
Uno, una noche la hizo día, cuando me dijo: Quiero ser tu mascota.
Yo pensé en mi Pikachus y le acaricié la cabeza. Tenía la nariz de
[boxeador.

(de Microondas)

Electricidad

Tomamos agua, coca cola y vinos de distintas épocas y colores.


Hablamos de hacer uno azul, y escribimos. Nos leímos. Nos es-
cuchamos. Nos peleamos con las almohadas hasta deshacer la
cama. Nos pasamos los chicles de la boca. Miramos la lluvia y
preparamos sopa. Miramos la tele. Conocimos alcaparras. Nos
calentamos los pies. Discutimos la ley del copy right. Nos pelea-
mos. Nos amigamos haciendo zapallo en almíbar. Nos quedamos
dormidos oyendo los grillos. Soñamos con irnos a Marruecos y
terminamos en Entre Ríos. Montamos a caballo y nos bañamos
en la cascada. Cerramos los ojos a la mañana y los abrimos a la
noche. Tuvimos frío. Hicimos licuado de banana. Bailamos con el
ruido del artefacto. Lavamos los platos. Oímos la noche. Tuvimos
miedo. Nos abrazamos. Nos dijimos cosas con el pensamiento,
como Aquaman con las ballenas. Nos peleamos porque uno en-
tendió una cosa y el otro otra. Recibimos un llamado de teléfono
que anunció la muerte de su papá. Leímos a Carver en voz alta.
Tomamos té de menta. Armamos un porro. Dos. Cinco. Veinte.
Tomamos pepas. Cortamos el pasto. Anduvimos en bote hasta
darnos vuelta y aparecer en la cama: mojados y con hambre. Co-
mimos milanesa con tomate. Nadamos en el mar. Nos hicimos
amigos nuevos. Nos peleamos con los viejos. Nos amigamos y nos
volvimos a pelear. Lo llamé por teléfono excitado y drogado. Me
colgó. Me desnudé. Conocí un pez en una pelona. El pez se mo-
vía entre mis dedos. Me miró. Lo miré y corrí a contárselo. Me

442
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

explicó lo que era una pelona: una pelona es una isla de arena
que hoy está y mañana se la lleva el viento. Le leí a Cheever. Co-
mimos yogurt casero. Compramos remeras, calzoncillos y relojes.
Bajamos temas por Internet. Tomamos café en bares, al sol. Leí-
mos diarios. Soñamos con tener un perro, de raza y con nombre.
Servimos la leche y le sacamos fotos cuando pasaba del saché a
la taza. La vimos hervir hasta rebalsar de espuma. Decoramos
los platos con anillos de colores. Fotocopiamos libros. Dibujamos
extraterrestres. Jugamos al fútbol. Nos reímos. Pelamos manda-
rinas y olimos las cáscaras. Tipiamos poemas. Caminamos por
Palermo hasta perdernos y sentirnos extranjeros. Nos metimos en
un sauna, en Paraguay. Nos hicimos pasar por otros. Nos corrió
un policía. Pasamos la noche en un pueblo, en la sierra de Cór-
doba. Compramos las obras completas de Puig y repartimos un
libro para cada uno. Hablamos en inglés. Miramos Six Feet Under.
Comimos berenjenas. Nos prestamos las medias. Nos acariciamos
el cuello. Nos dimos la mano. Discutimos con los pasajeros para
poder sentarnos juntos en el avión. Miramos salir el sol. Miramos
bajar el sol. Tomamos mojito. Invitamos desconocidos a comer
casa, y a dormir. Los echamos. Dejamos las drogas. Las volvi-
mos a tomar. Nos compramos pantalones. Caminamos por un
shopping hasta que cerró y nos dejó adentro. Leímos revistas. Le
cambiamos la rueda al auto y nos encajamos. Nos embarramos.
Nos corrimos como astronautas para mearnos. Nos resbalamos.
Nos caímos. Nos abrazamos en el barro. Nos dijimos que éramos
sapos. Nos escupimos. Dejamos de vernos. Nos escribimos mails.
Nos dijimos que no nos íbamos a ver más, y acá estamos, pen-
sando que uno se va a morir primero que el otro. Y acá estamos,
pensando en quién se va a morir primero. Te toco. Me tocas. Nos
damos electricidad.

(de Electricidad)

¿Cómo tendrá la verga Meteoro?

Me hubiera gustado ayudarlo a hacer pis, el día que el auto salió


de la ruta. Prepararle un licuado de banana y un sándwiches de

443
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

salame y queso. Nunca vi comer a Meteoro. Pero le gustarán mis


sándwiches, sino ¿qué otra cosa va a comer? Mi mamá me dijo
que mi amigo es famoso y que no come sándwiches ni panchos,
como yo. Él come cosas de ricos, me dijo y me confundió.
Hasta ese momento nadie conocía a mi amigo mejor que yo. Lo
invité a mi cumpleaños. Mi mamá se rió cuando vio la tarjetita
con su nombre. Se la mandé a canal 13. Por eso yo entraba y salía
del baño, todo el tiempo. Me gustaba hacer pis al lado suyo y dar-
le besitos ahí, donde mi mamá me dice que no me toque.

(de El olor de tu remera)

¿La humedad es un estado intermedio?

Tenía la pija larga, como una lombriz, pero más gorda.


Y húmeda, como si hubiese estado transpirando. Jugosa.
La guardó y volvió a sentarse en la mesa con su chica.
No parecía tener ganas de quedarse donde estuvo
antes. Quizás la procesión va por dentro. Quizás es eso,
simplemente eso. Ese estado intermedio. Como mi amigo
de la camiseta de River, que mira a los chicos, desnudos,
con el vapor de la ducha, y después coge con su novia, en
la humedad de su cuarto descascarado, pensando en los
chicos del vestuario.

(de El olor de tu remera)

Poema para Ioshua (en su gira latinoamericana)

Drogalos
Hipnotizalos
Parales la pija
Rompeles la cabeza
Abriles la mente, el culo y las entrañas
Sacale los intestinos
Chupale las arterias
Lamele los pies, la pija y culo

444
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Dales una nube de placer


Escupilos
Que te escupan
Cogete a la pachamama
Quemalos vivo y comelos
Y después…
Después, hacete amigo de todos
Pediles su e-mails, encontralos en facebook
Y ya en buenos aires
Invitalos a Casa Brandon
a escuchar poesía.

(de El olor de tu remera)

Leche

Le saqué la ficha: le gusta que le regalen libros, porque nunca


compra libros, ni cds. Para él, eso es una rareza; por eso le gusta.
También que le chupe los pies y las axilas, pero que no baje con
la lengua hasta su entrepierna porque eso lo hace hervir. “¿Y la
leche? La leche es para la patrona”, me dice subiéndose la bra-
gueta.

(de El cielo en la mesa)

WAshington cucurto
(1973)

Santiago Vega, más conocido como Wáshington Cucurto, nació


en Quilmes. Es poeta, narrador y editor en Eloísa Cartonera, cooperativa
surgida luego de la crisis de 2001 que produce libros a partir del cartón
comprado a cartoneros del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Como poeta, publicó Zelarayán (Deldiego, 1998), La máquina de
hacer paraguayitos (Siesta, 1999), La fotocopiadora y otros poemas (Casa de la
Poesía, 2002), ¡Oh, tú dominicana del demonio! (Belleza y felicidad, 2002), Vein-

445
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

te pungas contra un pasajero (Vox, Bahía Blanca, 2003), La cartonerita (Vox,


Bahía Blanca, 2004), La luna en tus manos (Junco y Capulí, Rosario, 2005),
Hatuchay (México, El billar de Lucrecia, 2005), Como un paraguayo ebrio y
celoso de su hermana (Vox, Bahía Blanca, 2005), 1999, mucha poesía (Eloísa
Cartonera, 2007), El tractor (Eloísa Cartonera, 2009), Upepeté. Noticias del
Paraguay (Vox, Bahía Blanca, 2009), Poeta en Nueva York (Eloísa Cartonera,
2010), El hombre polar regresa a Stuttgart (Vox, Bahía Blanca, 2010), La pajare-
ra de Once (Vox, Bahía Blanca, 2012), De tal palo/¡Basta de escribir novelas! (con
Iván Noble, Club Garrincha, 2012), Hombre de Cristina (Vox Senda, Bahía
Blanca, 2013), 100 poemas (Interzona, 2013), Papá se incendia (Chubut, Lago
Puelo/Rada Tilly, Espacio Hudson, 2014), Tarambaneadas importantísimas
(Vox, Bahía Blanca, 2015), Si te copás y curtís (Iván Rosado, Rosario, 2015),
Flores dominicanas (Neutrinos, 2020), Deseo y ola (Saraza, 2020) y Animate flaco
(Milena Caserola, 2021) . Publicó las novelas y “cumbielas” (a medio cami-
no entre la novela y la cumbia, según el propio autor) Cosa de negros (Inter-
zona, 2003), Fer (Eloísa Cartonera, 2003), Noches vacías (Eloísa Cartonera,
2003), Panambí (Eloísa Cartonera, 2003), Las aventuras del Sr. Maíz (Inter-
zona, 2005), Hasta quitarle Panamá a los yanquis (Eloísa Cartonera, 2005), El
curandero del amor (Emecé, 2006), Mi ticki cumbiatera (Yerba mala cartonera,
La Paz, Bolivia, 2007), 1810, la revolución vivida por los negros (Emecé, 2008),
Macanas (Belleza y felicidad, 2009), El amor es mucho más que una novela de 500
páginas (Mansalva, 2008), Idalina, historia de una mujer sudamericana (Eloísa
Cartonera, 2009), El Rey de la cumbia contra los fucking Estados Unidos de Amé-
rica (Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2010), Sexybondi (Interzona, 2012),
La culpa es de Francia (Emecé, 2012), Con todas mis fuerzas (Emecé, 2018), La
serie negra (Paisanita Editora, 2015) y La pasión según Cucurto (Lamás Médu-
la, 2016). Con el dibujante Pablo Martín editó el cómic Cucurietas Mágicas
(Eloísa Cartonera, 2006). En 2017, Facundo Soto publicó Conversaciones con
Washington Cucurto (Blatt & Ríos).
Algunas de sus obras fueron traducidas al alemán, al portugués y
al inglés.

A los hombres del mundo

A ustedes, que también tienen pene


y andan
por la calle, diciéndole cosas lindas a las muchachas

446
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

sepan que soy como ustedes y un poco distinto, acaso.


¿No tendrían que decirme
las cosas más bonitas a mí, que también tengo pene?

Sepan ustedes, tengo pene.


Y también tengo algo de García Lorca y de Glauco Mattoso
[tengo todo,
(sé muchos de sus sonetos de memoria).
Y alguno de ellos me servirá para completar ese poema.
Por ejemplo, este:
“Si eres loca de la bragueta, llamame”.

A todos ustedes, muchachos habitantes de este mundo


que miran las tetas y el culo a las mujeres
con mirada de lobos carnales
que se mueren con una cadera ancha y onda.
Y odian la barba.
Yo les digo: tengo pene y barba y los amo
y no hay nada en el mundo que mi boca
no pueda reemplazar.
Vengan conmigo a la cama y conocerán lo mejor:
los besos penianos.

Muchachos heterosexuales
como una vez fui yo,
conozcan las dualidades del mundo moderno,
el lado florido de la Calle Florida.

La sierpe que crece en un cuello varonil,


lámanla.
El quesito que se junta en el prepucio y el tronco,
bésenlo.

Y aún así y después aún de ahí,


más allá de eso,
sigan persiguiendo a las mujeres,
conozcan el plato.
Vuelvan a ellas como a los brazos de una madre,

447
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pero sólo después de probar a un varón.


Sólo después de frotarse con un toro
con olor enloquecedor a huevos y a mierda.

Es la única manera de amar a la mujer,


después de haber adorado al otro,
al otro que te apunta a tu estómago con la misma arma.
El otro que es confidente como vos y se entrega.

A ustedes, que también tienen pene,


y en el alma tienen un candado
que niega al pantalón, la barba y el beso…

Como si hubiesen nacido sin padre, les digo:


de tanto mirar mujeres se ama la bragueta.
Picaflores, coliflores, pájaros, como yo,
se volverán maravillosamente putos…
No hay nada mejor en la vida que ser puto
después de haber amado a las mujeres,
después de haber sido el gran falo,
los hombres deberíamos terminar de putos.
Así, se completa la fuerza del hombre.

De tal manera, con un corazón de putos,


seremos hombres tan hermosos que no nos
alcanzará el sexo y su norma.
Seremos más hombres diciéndoles
cosas bellas a las mujeres en la calle…
¡Oh, automotriz, viril mundo, por qué no te inclinas
y te vuelves deliciosamente puto!
¿No te aburres de ser macho todo el tiempo?

El muchacho del kiosco de Guardia Vieja y Gascón,


con el pelito cortado al rape y el arito en su oreja;
piropea a todas las chicas de la cuadra y no lo sabe:
¡Es tan deliciosamente puto! ¡Sólo por él emputéscome con todo amor!

A ustedes, muchachos del fútbol, hombres prostitutos en el prostíbulo,

448
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

les digo, las mujeres son el centro de la existencia,


nada se compara a un abrazo de ellas, y en su sexo nos perdemos…
cosa que rara vez ocurre con el culo…

Mas, para amarlas hay que desear lo que ellas desean:


a hombres y mujeres por igual.
La gran tristeza es que no tienen pene para darle al hombre.

Playboys, barely legal’s, mujeriegos, grandes cogedores,


galanes y langas, trozos, gachupines, picaflores.
Todo eso fui y lo peor también lo fui…

¡Pero el sexo y los deseos son una ilegalidad absoluta!


Y no hay leyes para más que la del deseo y el chupón.

Por eso les digo, entréguense a las braguetas antes


que la bragueta los atrape sin salida;
ah, me olvidaba:
deberían saber… yo también tengo pene.

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

Perú

Así le dicen en Brasil


a eso que vos y yo tenemos
debajo del pantalón,
escondido y muerto de pena.
Vos porque sos hombre y no lo hacés
con los hombres
y yo…

Tenés un alma sencilla de muchacho


de barrio que a mí me gustaría explorar…

Cuando te tomo las manos, demorás


un segundo en sacármelas,

449
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

un segundo de invertido gusto mortal


que yo adivino debajo de los ojos.

Tenés un alma tan hermosa de muchacho


de barrio que a mí me encantaría explorar…

Cuando jugamos al fútbol me pego a tu cuerpo


con el dulce pretexto de quitarte la pelota
Javier, yo te enseñaría a jugar el mejor fútbol.

Tenés un alma tan hermosa de muchacho


de barrio que a mí me encantaría explorar…

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

Beto

Delgado y alto como un olmo


bocón con dientes de caballo
casi un figurín o la imagen carnal
de un famosísimo personaje de cómic.
Así es Beto, el muchacho de la vuelta de mi casa
compañero mío de infancia donde nos tocábamos.
Yo besaba su penecito, antes él aclaraba:
“El hombre soy yo”.
Sí, Beto querido, tan alto y delgado, como un olmo.

Su padre obrero de la construcción


volvía del trabajo siempre borracho.
El alcohol cuando se bebe sin amor
es el diablo para las personas.
20 años después me encontré a su padre en calle,
ya no bebía y seguía “haciendo trabajos en las obras”.
Me contó la tragedia de Beto, niño amante mío, te digo:
el hombre siempre serás vos.

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

450
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

En el subte

Muchacho que te encuentro en el subte


ocasionalmente te rozo por detrás
por culpa del mundillo de gente
y de mi deseo…

Muchacho que pringás de sangre mis pantalones


y levantás de un guiño el músculo mayo
¡sentilo!

sonreís bello y puto

y te ponés detrás de mí
a respirarme la brisa de tu olor de ángel
en el lóbulo de la oreja.

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

Entre hombres

Así que, francamente, Laercio Redondo,


no entiendo por qué no poder jugar fútbol.
El fútbol es un deporte de hombres dulces.
El fútbol es un deporte de hombres que se quieren con locura.
El habilidoso es maltratado por el recio.
Y el recio se muere por maltratarlo con amor…
La vida es linda, Laercio.
En el campo se impone el recio
y el enamorado corre detrás de él.
“Ven y voltéame, recio zaguero”.
Muchas veces escuché decirse esto entre hombres…

Vi hombres arrojarse al pasto para que otros


se arrojen detrás, es tan bonito el amor
corrompido, prohibido, escapado de las pacaterías del mundo.

451
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Cosas así hace el amor para sobrevivir y eso es tan lindo.


Es así, querido Laercio, el fútbol es un deporte
de hombres que se quieren con locura.
Passolini lo sabía bien y disfrutaba,
era capitán de un equipo de recios adolescentes…
…entre hombres, en medio de la calle;
el recio y el habilidoso,
el abrazo y el beso del gol, son como un arrumaco
después de un gran polvo.
Laercio, querido amigo, no te prives de lo mejor.
Todo es mejor y mágico entre hombres…

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

Cómo piensa en su familia

Miralo,
cómo piensa en su familia
besándose con todas las locas
en los rincones más puercos
ni siquiera son las más lindas,
pero sí, ¡las más puercas!
Miralo,
haciendo las cosas más indeseables,
fumando marihuana y mintiéndole
a medio mundo con un proyecto social.
Así es él, un sapo en lo hondo de la zanja,
no es más que eso… un sapo…
morocho y alto, como un dios andino,
cuando se lleva un porrón de cerveza a la boca
parece Alcibíades de tan bello.
Pero no se confundan corazones femeninos.
Es una lacra.

Miralo,
¡A una cuadra de su casa!
Besándose con un muchacho de la plaza

452
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

como si fuesen luna y misterio.


Y luego dice que piensa en su familia…

(de El hombre polar regresa a Stuttgart)

mArcelo cAsAs
(1973)

Marcelo Casas nació en San Salvador de Jujuy, donde reside ac-


tualmente. Es Técnico en Comunicación Social y docente en nivel supe-
rior y universitario desde 2002 en las carreras de Comunicación y Diseño.
Ha participado en eventos culturales y artísticos con poemas y
productos audiovisuales, entre ellos “Axionarte”, “Si te viera tu madre” y
“Solo hazlo”. Desde 2017 es miembro activo de la editorial Ben Proyect,
con la cual ha participado en ferias literarias independientes y autogestivas.
Forma parte de un grupo de lectura independiente. Es autor de
Tu pesadilla me absorbe (de a ratos) (poesía, 2009), El mejor sexo de tu vida (poe-
sía y narrativa, 2018) y Cuidado con lo que deseas (poesía, 2019). Ha sido
incluido en Maestros del horror. Antología homenaje (2019) y Antología banzai
2019 (2019).

El humo del ocaso

La conducta animal me asusta.


Y me da placer.
Soy la víctima que más se deja morder.
Por vos.
Morocho, te veo y los ojos se me van.
Morocho me entrego, y mi carne se enciende sin parar.
Un círculo de niebla me rodea.
Tu dominio perfumado me sodomiza.
Mi carne es como el tabaco entre tus dedos.

Puro placer.

453
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La ceniza escapa de tu habano.


El humo dibuja mi libertad, cuando sale de tus labios.
Morocho, remolino sobre tu cuerpo y escapo de nuevo.
Morocho es el último rincón, donde se hacen bruma mis sueños.

El placero

Cuido los parques y las plazas.


Y al anochecer me convierto en placero.
En cada árbol que descubro, me oculto entre sus ramas.
Cuando cae la oscuridad, persigo los amoríos jóvenes.
Entonces.
Vigilo los besos que ambos se dan.
Y cuento sus miles de caricias.
Escucho sigiloso sus palabras.
Pruebo la carne con sus dientes.
Pellizco sus cuerpos también.
Me excito con su sexo.
Imito sus gemidos, gimiendo con ellos.
Esta noche soñarán conmigo.
La tercera boca húmeda.
La otra mano que escarba.
Esa pierna que incomoda.
Un sexo más.
Palabras obscenas.
Un tumulto enredado y febril.
Soy el placero más sensato.
No molesto.
Alimento el amor de los extraños.
Si les resulto espía, no me expulsen de su lado.
Cálido sabré devolverles el placer que me han prestado.

El roce de tu lengua

Como una tradición oral,


me aferro a las palabras que tienes para mí.

454
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Bajo un ritmo melodioso tu lengua dirige mil sonetos.


Llanto, alegría. Angustia, liberación.
Tu conducta oral es sorpresiva.
Es un magenta rojizo que moviliza mis sentidos.
Porque tu alma es un libro, un cofre con mil tesoros,
mil voces que cantan. Un coro.
Nuestra costumbre es vocalizar.
Labios que se cierran y se abren. Besos que van y vienen.
El roce de tu lengua que humedece y quema.
Palabras prohibidas que resuenan.
Hombres, corazón, sexo y pasión.
El hábito de orar con un beso al final, hizo que murmure TE
QUIERO en secreto, que me acerque hambriento a tu lecho,
que grite con mis ojos al cielo.
Y que escuche tus palabras entre sueños.
Mi tradición oral es llamarte, rodear mis espacios con tu nombre.
Saberte concepto exquisito de hombre.
Atrapar tu piel con mi lengua.
Alzar mis armas, pedir tregua.
Rendirme tras leer tu cuerpo, herirte con todo mi verbo.
La imagen de una lengua erotiza la mirada, que cree ver algo y
muere engañada.
Los ojos adelantan mil caricias nada más.
Las manos liberan mil suspiros sin cesar.
Pero es tu lengua la parte roja de tu amor y de tu vida.
Cuando me rozas mi cuerpo delira.
Y luego de mil caricias y después de mil besos,
es el arma perfecta, tu lengua, el arma que me enseñas.
Esta es la tradición oral que más me hace falta,
el toque de tu lengua, dueña de mis entrañas.

455
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sergio pereyrA
(1974)

Sergio Pereyra nació Mendoza. Estudió Letras en la Facultad de


Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Desde el año 2001
ejerce la docencia en escuelas secundarias. Es redactor de la revista de poe-
sía El desaguadero. Participó en la antología de poesía mendocina contem-
poránea La ruptura del silencio (2009). En 2013 fue becario en la clínica de
poesía dictada por Tamara Kamenszain. Es autor de Un objeto transparente
(Libros de Piedra Infinita, Mendoza, 2015) y de Hamlet a la hora del desayuno
(Ediciones Culturales de Mendoza, 2016), por el cual obtuvo el Primer
Premio en el Certamen Literario Vendimia en la categoría Poesía.

Apuntes para una autobiografía

Quién hubiera dicho


que zambullirse en una acequia
renovaría la memoria de tardes juguetonas
cuando sol agua y amigos
cuando involuntarias erecciones
eran acontecimientos en sí

no como ahora
que un chapuzón es un chapuzón
y un muy proustiano viaje
—aunque sin magdalenas—
hacia tardes perdidas.

(de Un objeto transparente)

456
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

La celebración

De un cuerpo dormido ahora


en una cama desconocida
de ese cuerpo que me arrastra
más que dos yuntas de bueyes
vienen las miradas los sonidos
que decoran y coronan
el momento más perfecto de la semana

un cuerpo necesitado
pero al que no imagino
en la tibieza cómoda
de una nuestra casa
con perros o niños o plantas

un cuerpo con oscuros presagios


visitas a mundos antiguos
el rigor de los maestros de canto
la juventud montada sobre dos ruedas

un cuerpo que sin embargo


mis pupilas hambrientas reducen a carne
carne para mis manos y mi boca
carne sabrosa cruda
que además del sexo
me excita el deseo de leer
un poema donde se la celebre.

(de Un objeto transparente)

Justificación

Nada tan cómodo


como no llevar a nadie bajo mi piel
y sin embargo

457
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

estar por alguien


—regocijo del teléfono
de las sábanas vigilia—
por esos huesos
que avispan la sangre
la saliva y el semen
que cierran el estómago
y llenan cuadernos de tinta cursi
estar por alguien
por sus huesos digo
aunque incómodo
condimenta el plato desgraciado
puesto en la mesa
de todos los días.

(de Hamlet a la hora del desayuno)

Primer borrador

Dibujados por el sol


esos cuatro pies desnudos
que ahora duermen mirando el techo, antes
sin tregua
vadearon la sombra, pero
si con atención se mira
es claro que el dueño del par de la izquierda
finge, quizá
porque no es suya la almohada, quizá
porque ya en su cabeza monta
los versos del poema que recree
fije o mutile
el retorno moroso de la luz
el menos moroso retorno del deseo.

458
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Otra forma de seducción

Desde la página 135


de su libro dedicado
al discurso amoroso
en prosa
roland barthes
parece dirigirme estas palabras:

“saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no
me harán jamás amar por quien amo…”

y
no obstante
pese al peso de la autoridad de la cita
como un mantra
en verso rimado repito:

saber si me leyó quisiera


saber si gusta de eso que leyó
saber si a través de eso
que quizá le guste
un poco siquiera
también le gusto yo.

Apenas una historia física

Con la premura provocada


por una alarma de reloj
así mi libido se despabila
al recordar alguna parte
de tu esqueleto, pero
si me detengo un instante
ya no estoy seguro
de si las piernas evocadas
son las tuyas o las de alguien más

459
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en cambio sí tengo la certeza


de que cuando cruzás el umbral
naufragan horarios y planes
y por un rato quepo en el presente

y no importa cómo fue nuestra llegada


hasta aquí tampoco
cómo seguiremos luego
y no te pido más, es apenas
un recreo tu presencia
pues ni la fuerza de tus brazos
puede mover la soledad
clavada como un menhir
en el corazón de esta vida
donde solo mi voz se oye
y cada vez me pregunto menos
si alguna vez habrá otra

y retomo el recuerdo de —me parece— tu cuerpo


y aflige que esto no sea
el fragmento de un discurso amoroso
porque si en estos versos amor
brilla es solo por ausencia.

jAvier roldán
(1975)

Javier Roldán nació en el Oeste del Gran Buenos Aires, en Merlo


Gómez. Trabaja como docente en colegios secundarios del conurbano.
Coordina talleres de lectura. Tiene como maestro a Osvaldo Bossi. En
el año 2019 creó junto a su pareja, Alfredo Machado, el sello editorial
independiente Patronus Ediciones. Es autor de las plaquetas Las profecías
perderán su razón de ser (Subpoesía, 2016), Bendito yo soy (Paisanita, 2016) y
Satrapía (Patronus Ediciones, 2020), y de los libros La Extraña Dama (Alto
Pogo, 2015) y Villa Trankila (Santos Locos, 2019).

460
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Desde tu partida26
a Valeria,
pero sobre todas
a Luisa

la historia comenzaba cuando


yo salía apurado de la escuela
y corriendo hacía las últimas cuadras
hasta llegar a tu casa
que también era la mía
porque mamá se había ido
una vez más dejándome con vos
que ya me esperabas sentada en el sillón
que tenía unos parches oscuros
en la punta de cada apoyabrazo
ese trono de reina
que empezaba a volverse un poco loca

y el living pequeño y frío era nuestro templo, abuela


y sus paredes de color claro y difuso eran un reflejo tuyo
que perdías consistencia
adentrándote más y más
en el bosque cuyas ramas y raíces
nacían en las entrañas de todas las mujeres
que en la familia te alumbraban
26 Telenovela La extraña dama: Gina Falcone es una muchacha pobre de pueblo. Mar-
celo Ricciardi es un joven de ciudad de buena posición económica. Apenas se encuen-
tran, se enamoran apasionadamente. Sin embargo, la diferencia de clases sociales les
juega en contra y tras una serie de equivocaciones y malos entendidos se separan.
Poco tiempo después Gina descubre que está embarazada y decide dar a luz en un
convento que, con el tiempo, se convertirá en su nuevo hogar cuando decida tomar
los hábitos. Fiama, la hija de Gina y Marcelo, al entrar en la adolescencia, es internada
en el convento en el que su propia madre oficia de madre superiora. Al enterarse de
que Fiama es su hija, Gina —ahora Sor Piedad— comienza a debatirse entre su deber
ante Dios y su amor de madre. Las cosas se complican aún más cuando descubre que
Marcelo enviudó y todavía no la ha olvidado. Mientras mantiene su identidad secreta,
decide escabullirse del convento para ver a su amado, tomando la identidad de una
dama elegante y enigmática. [Nota del autor]

461
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

vos abuela que me diste el nombre y los libros


y me diste el mate bien amargo y caliente
y esta risa fuerte y sonora
entre todos estos dones
me diste nuestras tardes de telenovelas
y ahora que soy un hombre sé
que esa ceremonia
en la que ambos comulgábamos
es la parte más valiosa de tu herencia

porque todavía imagino algunas noches que soy Gina Falcone


y que soy una dama extraña y elegante
pero que tiene algo raro en su mirada
como una muchacha de pueblo que por ojos tiene fuego
como una muchacha de pueblo atormentada por amor

porque todavía creo algunas noches que soy una monja


de nombre Piedad y me escapo
del convento gris que a veces me rodea
por esa puerta secreta que me lleva al bosque
porque el amor me inflama el pecho
mientras busco al amado sin encontrarlo
porque su rostro siempre es esquivo
y comienzo a desesperar
hasta que te encuentro sentada
en tu trono de reina loca
y sonreís al verme y me das la mano diciéndome
como me djiste la última vez que hablamos

“andá que te va a ir bien


andá que te va a ir bien”

y esas palabras son mi oración diaria y mi norte


y lleno de recuerdos y resignación me aferro
a mi destino y corro
por el sendero sinuoso de pinos
como corremos todos, abuela

462
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

hacia “un montón de sueños


que soñando están”

(de La Extraña Dama)

sólo un garche

a Seba
hace un rato terminamos
y acostado junto a mí contás
que tuviste que acercarte al cajón
para verle la cara a tu amigo muerto
que fuiste el único que se animó
nadie quería hacerlo
dijiste
“él estaba en la misma postura en que estás vos”
y que sólo se veía la mitad de su cara toda hinchada
te acaricio el rostro y me contás
que unos días antes habías charlado con tu amigo
y que se habían cagado de la risa

pienso que la muerte apareció


como aparecés vos en mi vida
sin previo aviso
dispuesto al fugaz feroz casi anónimo placer
que nos brindamos

(de Villa Trankila)

gracia plena

a Hernán
como en sueños
venís a visitarme
y bendito yo soy entre todos mis deseos

463
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pero en lugar de un lirio blanco


traes merca

y el misterio para mí se devela


cuando pasando frente al ventanal
tu silueta de sombras
me interroga al trasluz
con la curvatura destacada de tu miembro

La flor iporavêa

“Un ranchito borracho de sueños y amor


quiero yo”
Ramón Ayala

esta Villa Trankila


que en tus palabras
se transforma
en todas las Trankilas que fuiste habitando

esta villa miseria


que a veces odiás
porque sus autos incendiados
sus pibitos descalzos
su basura acumulada en las esquinas

esta villa
que se llena con la alegría
de las travestis
que se arracimaban
como uvas jugosas
de vino prohibido
cerca de tu ranchito
y que vos y tus hermanos miraban
con deseoso espanto

464
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cuando andaban todos juntos


conociendo el barrio
en manada ni bien
mamá Bienvenida
los trajo del Paraguay

esta villa
y el tiroteo
que los dispersó a vos
y a tus hermanos
como papelitos a la marchanta
con sus guardapolvos blancos
mientras corrían sin entender
lo que estaba pasando

esta villa
y sus perros
todos sus perros
pero en especial los tuyos:

Dogui
Marc
Blaster
y Milo que dormía con uds
en el Paraguay
pero que vos no recordás

esta villa miseria


en la que soy turista
un extranjero
y que me devolvés como desafío
cuando refunfuñoso me decís
“¿si tanto te gusta
la villa
por qué no te venís
a vivir vos
acá?”

465
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

esta Villa La Tranka


que junto a Villa Corina
a La Isla Maciel
a Villa Inflamable
a Villa La Segunda
a Villa La Casita

forman este camalotal de amor que nos rodea


del cual se desprenden cada tanto
un jacinto de agua
una flor de bora
un camalote
una tarulla
una tarope
una aguapey
que trae en su centro
a muchachos hermosos
como vos,
la Yboty la flor más hermosa.

(de Villa Trankila)

vÍctor cuello
(1976)

Víctor “Pajarito” Cuello nació en Buenos Aires. Es poeta, titirite-


ro y actor. Ha publicado, entre otros poemarios, Vuelo de hoja (Edición de
autor, 1998, reeditado en 2012), Ladrillo escrito (Ediciones Árbol Animal,
2015), Un sueño lleno de cicatrices (Ediciones Periféricas, Chile, 2015/Homo-
ludens, Buenos Aires, 2016); Selección poética (La Walsh, 2017), Belgrano Sur
y otros ladridos (Revista Lítica, 2019) y Hasta que el fuego diga (El cardo azul,
2019).

466
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

oscar hermes villordo sale del baño

buenos aires
noche adentro

empujones/ insultos
idas y venidas

las personas/ en constitución/


parecen hormigas
que salen del nido

algunas personas
huyen en los trenes

otros no

en medio del apuro


ninguno se da cuenta
que oscar hermes villordo
sale del baño

nadie reconoce al poeta


que/ ahora/ se dirige
hacia la plaza
y pronto
se perderá comido por los taxis

oscar hermes villordo


camina en silencio

no mira al cruzar la calle

no mira el cielo

no mira nada

467
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sonríe/ solamente

extasiado
recuerda que /hace instantes/
el amor se arrodilló en su lengua
y el poema dijo te quiero

(de Un sueño lleno de cicatrices)

***

la noche rompe distancias

no son infinitos
nuestros botones

***

adentro
tus lágrimas calientes
golpean mi lengua

piedra viva
latiendo latiendo

***

la espuma se adhiere

el cíclope sobre la cama

en su herida:

468
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

los gemidos
reposan

***

sobre la cama
osito de peluche
caricia lenta

***

sábana hueca
un tulipán florece
sobre tu espalda

***

qué dificil es caminar con una sombra sola

***

vuela mi remera
desaparece tu pantalón
nosotros quedamos

(de Hasta que el fuego diga)

469
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

juAn cristóbAl mirAndA


(1976)

Juan Cristóbal Miranda nació en Buenos Aires. Estudió Diseño


de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires. Trabaja como
redactor creativo, guionista y realizador audiovisual. En el año 2014 fue
publicado por la revista La Balandra dentro de su sección Nuevos Poe-
tas. En el 2015, algunos de sus poemas fueron publicados en la revista
Ritmo, Imaginación y Crítica de la Universidad Autónoma de México. En
2016, publicó su primer libro, devoción y proteínas, a través del sello editorial
El Ojo del Mármol. Varios de sus textos han sido publicados en distintas
antologías, revistas y medios de poesía y pueden leerse en su blog www.
vozconvulsa.blogspot.com

Los amantes

Uno a uno
los hago pasar por mi cuerpo
como una caravana de autos
sobre una autopista desierta
los arrastro por mi pecho
para que dejen una huella
o los froto con violencia contra mi vientre
hasta que se ablandan y se funden
como una delicada manteca
algunos resbalan suavemente por la piel
parecen bailarinas de metal
otros chocan bruscamente contra mi sexo
y luego de un giro, un vuelco o un orgasmo
quedan atascados en la espesura del vello
imagino mi cuerpo como un campo de batalla
un enorme depósito de chatarra
manejo el deseo a control remoto

470
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

tiendo trampas como redes para los amantes


la pasión es el escudo o la artillería
el amor
un terreno minado
siempre
a punto de estallar.

High Definition

Me tocás
como si fuera un dispositivo
una pantalla táctil
42 pulgadas
de pura sensibilidad
la tecnología del amor
aplicada
la mecánica del sexo en HD
avanzando sobre nosotros
pixel sobre pixel
un coito a 300 dpi
demasiada resolución
para una imagen
que sigue perdiendo nitidez.

La ofrenda

Yo solo fui a buscar el pan


y vos me diste de comer en la mano
como a un ave silvestre
perdida en la ciudad
sin quererlo
me posé sobre tu pecho
y comí de esa semilla
un corazón tierno entre los dientes
el sabor de los latidos
la carne tibia

471
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

avanzando como una cárcel


traté de huir pero fue imposible
el cuerpo duro
se negó al movimiento
pasaron los días
los amantes y las noches
pero nosotros seguimos ahí
entre el sonido de las hamacas
detenidos para siempre
como una estatua y su paloma.

Ribera

Tu voz sobre el río


como un motor fuera de borda.
Mi cuerpo en la orilla
una chatarra que se oxida.
Y entre nosotros
sube la marea
pasan caracoles
vuela la espuma
vibran luces, reflejos
crepitan sapos
avanzan humedales
vientos, babas, roedores
tiemblan los cardos
los grillos
estallan las crisálidas
crece la sombra
el agua
el silencio.
Como un bote perdido
la naturaleza pasa
y no nos ve.

472
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Estribillo

Te voy a amar para siempre


suena en mi cabeza
como una música
que ya no puedo dejar de bailar
por más que trate de cortar el ritmo
el cuerpo terco
siempre vuelve a la memoria
primero un brazo
después los hombros
más tarde las piernas, la cadera
el corazón
todo se acomoda nuevamente
en esa melodía pegadiza
los movimientos justos
las palabras precisas
los deseos repetidos como notas
muertas sobre el pentagrama
de una interminable partitura.

Bautismo

Recuéstame y lávame los pies


ensúciame un poco más
con tu mano solitaria.
Necesito volver a sentir
el agua que corre
la furia de la sangre
el barro escurriéndose entre tus piernas.
Ya estamos solos
disfrutemos entonces
de esta apacible condena
el milagro de habernos encontrado
justo cuando la gracia del Señor
nos abandona.

473
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Devotos

Trajimos a la virgen
la sentamos en un banquito
y la peinamos delicadamente
desenrollando cada rizo de porcelana
para que pueda sentir una vez más
su cabellera al viento
una gota de adrenalina sobre la nuca
la exuberancia femenina.
Santa
resucitada del mármol
niña convertida en sierva
ahora un animal oscuro
al calor de nuestras manos
el milagro sofocado
dos ojos secos y hundidos
diminutos espejos de nuestro secreto.

Practicante

El padre ya lo sabía
escondido entre las mancuernas
hay un misterio
solo hay que descubrirlo
a fuerza de abdominales
devoción y proteínas
la sotana colgada frente al espejo
el sudario empapado de feromonas
y este exceso de gimnasia
para un músculo sin fe.

474
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ioshuA
(1977-2015)

Josúe Marcos Belmonte, más conocido como Ioshua, nació en


Haedo y falleció en el Barrio Libertad de Merlo, por complicaciones de-
rivadas del sida. Fue escritor, ilustrador, editor, DJ, documentalista y mi-
litante por la diversidad sexual y la autogestión cultural. Por temporadas,
vivió en la calle, experimentó crudamente la marginación y se prostituyó.
En 2010 creó su propio sello editorial, Wachodelacalle, que dirigió has-
ta 2014. Realizó, además, tres documentales: 1716 (2008), Klaudia con K
(2010) y Ioshua not dead (2004-2009) (2011).
Publicó nueve títulos que alternan poesía y prosa, siempre en pe-
queñas editoriales independientes: Pija Birra Faso (Ataque Emocional al
Sistema Capitalista, 2009), Loma Hermosa (AESC, 2009), En la noche (Wa-
chodelacalle, 2010), Una señal blanca (WDC, 2010), Malincho (WDC, 2012),
Las penas del maricón (Amontema Brick Cartonera, Asunción del Paraguay,
2012), Campeón (Córdoba, Borde Perdido, 2013) y El violeta es el color del
odio (AESC, 2013), y las plaquetas Amor al barrio (Difusión Alterna, 2013)
y Guardá bien este secreto (Subpoesía, Olivos, 2015). En 2010, publicó una
serie de ensayos y textos periodísticos bajo el título Clasismo Homo. Política
de géneros, identidad y revolución (AESC).
Como ilustrador, creó el cómic Cumbiagei en 2006, en parte reu-
nido en Cumbiagei. Puro cómic gay bonaerense cabeza (LE-IND & Antidisenio,
Usuhaia, 2009), Cumbiagei. Cómic XXX. Para vos wachín (WDC, 2011) y Kapo
(cuaderno de bocetos inédito). Al momento de su muerte, trabajaba en el
proyecto Yo no hice nada, un libro ilustrado contra la represión policial.
Todos sus libros, más sus manuscritos, cómics, dibujos, fanzines, plaquetas
y artículos periodísticos fueron recogidos pocos meses luego de su muerte
en Todas las obras acabadas, editadas por el sello Nulú Bonsai (2015). Facun-
do Soto publicó en 2020 Ioshua. La biografía (Mansalva).

Un pibe que vale la pena


Sabe que la birra se toma del pico de la botella,
por Morón y a las 3 de la madrugada.

475
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Un pibe por el que vale la pena jugarse los viajes


Sabe que las rayas se peinan gruesas y que
después de un saque no hay nada más
delicioso que seguirlo con un beso muy
profundo.

Un pibe piola posta


Sabe muy bien que la pija se chupa encerrados
en mi pieza, tomando Gancia, escuchando
Metallica y armando un porro.

Un pibe por el que vale la pena romperse el pecho


Sabe mejor que nadie que
“Te amo, no me dejes nunca” se dice con su
cabeza en mi hombro, sentados en el piso de
un furgón del Sarmiento, volviendo a Merlo
después de un recital de La Renga.

(de Pija Birra Faso)

Los pibe de mi barrio

Los pibe de mi barrio quieren condenarme. Quieren enjaularme


el pecho. Quieren amarrarme del deseo. Ellos quieren y yo no
sé.

Los pibe de mi barrio andan en cueros cuando hace calor. Alar


dean la piel morocha, el cuerpo flaco y endurecido, la boca
grande y la lengua bruta.

Los pibe de mi barrio andan de gira todo el día. Tomando cerve


za, fumando porro, junando la esquina y hablando giladas.

Los pibe de mi barrio son hermosos. Machitos, reos, negros cabe


za, guachines con el corazón que les patea a lo bruto y a lo
feroz.

476
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Ese es el corazón negro, bien negro y cabeza, que los pone de gira
todos los días. Esos, esos son los cuerpos endurecidos al palo en
la esquina que andan en cueros cuando hace calor. Esos, esos
son los pibe alardeando la piel morocha y el aliento de cerveza.
Esos, esos son los pibe feroces de mi barrio. Los que amo.

Ellos, esos brutos, esos pendejos, todos. Ellos quieren condenar


me. Por eso andan en cueros cuando hace calor. Para enjaular-
me el pecho. Por eso alardean la piel morocha. Para amarrar-
me del deseo. Esos. Esos negros cabeza. Hermosos. Quieren
atarme y yo no sé.

Es que me gusta tanto verlos.

Flacos y endurecidos, reos y brutos. Tan pendejos. Tan hermosos.


Los amo.
Y yo sé que pasaría la vida admirándolos como embobado. Al
palo. Enamorado.

Los pibe de mi barrio se propusieron no dejarme ir. Por eso andan


en cueros cuando hace calor. Para tenerme mirándolos como
embobado. Porque ellos saben que el sudor que les brilla a la
siesta en la esquina es como un faro para mí.

Los pibe de mi barrio quieren condenarme y yo no sé. Pero yo


quiero todo. A todos. Quiero a los pibe de mi barrio y también
los quiero a los otros. A todos.

Y por eso no puedo quedarme condenado sólo a los pibe de mi


barrio. Enjaulado sólo con los pibe de mi barrio. Agarrado
sólo por los pibe de mi barrio. Yo lo quiero todo.
A todos.

Y voy a tener la fuerza de voluntad de irme a buscar otros pibe.


Sí. Porque yo los quiero a todos. Machitos. Reos. Negros cabe-
za. Guachines. Brutos. Feroces. Por eso voy a tener la fuerza de
voluntad de irme a desear a todos. A todos esos otros pibe de
piel morocha, de cuerpo flaco y endurecido, de boca grande y
lengua bruta.

477
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Porque yo los quiero a todos. Por eso me voy a ir a buscar a todos


esos pibe a los que el corazón les patea bruto y feroz. Sí.

Los pibe de mi barrio son hermosos. Pero yo sé que hay mucha


más hermosura en otras calles. En casi todas las calles. Aunque
en mi barrio los pibe sean como un faro. No. Yo voy a irme.
Porque los pibe de mi barrio se propusieron condenarme y
yo… yo no quiero.

Yo quiero irme a buscar otros. Porque estoy casi seguro que en


algún otro barrio, en alguna otra calle, hay UN pibe, UN
SOLO PIBE, al que el corazón le patea más bruto y feroz que
a todos.

Y yo me voy a buscarlo. Para que me condene, para que me aga-


rre del deseo y para que me enjaule, bruto y feroz, a su pecho.

(de En la noche)

Los pibes que no ves

Los pibes llevan su pobreza empujando un carro.


Los pibes juntan su pobreza recogiendo cartón.
Los pibes llevan su soledad
toda la noche
recorriendo las calles
llevando y juntando su soledad… solos, y no
los ves.

Los pibes que no ves son hermosos, wacho…

Los pibes llevan su pobreza empujando un carro.


Los pibes juntan su pobreza recogiendo cartón.
Los pibes llevan su belleza
toda la noche

478
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

recorriendo las calles


llevando y juntando su belleza… solos, y vos
no los ves.

(de Una señal blanca)

Abel Ayala es todo

“Ahora chupámela vos”, le decís al cheto y el gil te la come re


piola un buen rato mientras vos te prendés una tuca.

El cheto suelta tu pija de su boca y dispara “Date vuelta, dame el


orto” y esa voz bien gruesa te pone la piel de gallina y boca abajo
contra las florcitas celestes del colchón.

El cheto te saca la ropa y ya los dos están en bolas. El cheto te


traga el agujero y esa tuca está pegando re bien.

El cheto te la apoya en el agujero y empuja, vos forcejeás al pedo,


él ya te la metió y empieza a moverse.

Vos gozás fantaseando que te está cogiendo Abel Ayala, vos go-
zás fantaseando que te está cogiendo Abel Ayala… Abel Ayala…
Abel Ayala…

Hoy conocí un pibe lindo

Hoy conocí un pibe lindo


que parece bueno y sonríe como el sol.
Hoy conocí un pibe lindo con ojos de lago y cuerpo de flecha.
Hoy conocí un pibe lindo que me abraza suave y me hace sentir
seguro y firme
sobre este infierno que se derrumba.
Hoy besé a un pibe lindo que parece bueno para mí.

Hoy la policía mató a un pibe lindo que conocí.

479
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Un pibe que parecía bueno y sonreía como el sol.


Hoy la policía mató a un pibe lindo con ojos de lago y cuerpo de
flecha.
Hoy la policía mató a un pibe lindo que me abrazaba y me hacía
sentir seguro y firme
sobre este infierno que se derrumba.
Hoy la policía mató a un pibe que parecía bueno para mí.

Hoy enterré a un pibe lindo que conocí.


Hoy enterré su sonrisa de sol, sus ojos de lago y su cuerpo de
flecha.
Hoy enterré a un pibe lindo que me abrazaba suave y me hacía
sentir seguro y firme
sobre este infierno que se derrumba.
Hoy extraño a un pibe lindo que conocí,
que lo mató la policía.

(de Las penas del maricón)

Me gustás

Bue, viste que me re heriste.


Viste que te re zarpaste en pajero y me caíste para coger nada más.
Vo viste que me re insultaste porque te pintó ser engreído y no
tener códigos.
Viste que sos re cualquiera conmigo.
Viste que te burlaste de mis sentimientos.
Vo viste que me re lastimaste.
¿Y viste que yo te dije que eras una mierda, un pendejo llorón que
le cabía el drama de puto tapado?
¿Viste que yo te dije que eras detestable y me lamenté que tu
mamá no te haya abortado?
¿Viste que yo te dije que se acabaron tus 15 minutos conmigo?
Bueno, eso
Que me gustás
=P

(de Campeón)

480
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

gAstón mAlgieri
(1977)

Gastón Malgieri nació en Mar del Plata. Es escritor, diseñador gráfico y


fotógrafo. Ha publicado Furia Garaje (Editorial Martín, 2000), las plaque-
tas Estrim y Out (Ediciones Independientes, 2008) junto al escritor Diego
Labra, Porfía (Editorial Dársena 3, 2009), Mediopelo Sidecar (Difusión Alter-
na, 2010), Transversos (Atarraya Cartonera, Puerto Rico, 2010) y Animales
poco útiles (Editorial Cartografías, 2019) y El reinado de las abejas (Editorial
Camalote, 2021).

Charles & Jim, 1974


Basado en un díptico de Robert Mapplethorpe

Siempre pensé que la lírica


era ese modo del discurso
que encauza al deseo

Entonces
este río enceguecido

Parecía no haber temblor


que nada se sacudía
cuando todo se sacudía:
tus manos,
algo de mí en la lámpara
amarrando a la barba
esa sombra

Tengo que poder hablar


de la Teoría de las Cuerdas —pensé
citar a Jöel Scherk
sólo para hacer gala del asunto
para construir otra poética

481
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por sobre esta desmesura

Imaginé un epígrafe
alguna cita de tu libro favorito
un público enardecido aplaudiendo
un premio
que jamás podría dedicarte

Entonces
repito
este río enceguecido

¿Cómo se escribe un poema


sobre la tempestad de una mirada?

¿Cómo
uno que no asuste
o nos mantenga al margen
de lo hecho para dañar?

¿Qué canción estabas cantando


antes de conocerme?
¿y por qué dejaste de cantarla?

Quise decir algo


acerca de lo trivial de estarnos cerca
y terminé mostrando los dientes,
como cada vez que alguien
me habla
de la posibilidad de una caricia

Balada de la dependencia sexual


Basado en una fotografía de la serie homónima de Nan
Goldin (1986)

Hay un catódico rayo


que nos hila

482
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y al que tememos
como algunos peces
le temen a los espejos

Yo supe antes que vos


de esa desmesura
en la hebra del deseo
sin embargo
no hay previsión
que pueda contrarrestar
la embestida de dos planetas
dispuestos a aniquilarse

Es decir,
tensa la saliva,
al borde de las uñas
la palabra,
seré yo quien destruya
ese vestido asfáltico de la culpa

Me corresponde
ese exceso

Mientras esperamos
que la órbita
nos expulse de su cobijo
diré algo con rouge

también
algo acerca del clima
por no hablar
finalmente
de lo que frotándose genera brillo

No tengo otra certeza


para ofrendarte

Es este mi inventario
de nicotina:

483
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

la posibilidad de derribar un muro


y que del otro lado
no haya nada más que fuego.

Woman at a counter smoking


Basado en la fotografía homónima de Diane Arbus
(1962)

Me parece justo:
debería retirarme de la poesía
del intento torpe
por mantener bajo siete llaves
esta ornamental desmesura
que va del estómago a la palabra
sin pasar por la boca

Corresponde que me aparte


de estudios lingüísticos
y cátedras donde se versa
sobre los cuerpos semánticos
piedras colisionando en el charco del deseo
ajenas
al dominio de las cosas

Alejarme sin hacer ruido


debería
saliva manchando los diplomas
como quien sabe que a ese banquete
no será invitada jamás
porque hay un pulso
que no gravita en su garganta

Es cierto,
figura torpe la mía
para la que todo apetito
es obstáculo
sería preciso

484
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

emigrar al pantano de estar sola


manchar la lengua
el cuero
los prejuicios

para luego volver

no ya sobre el verso
sino sobre la carne
para la que no hay
lenguaje suficiente

El alivio

Practicamos un sexo torpe, eufórico


lo que teníamos en mente
incluso ese precipicio de la certeza
se desvaneció en saliva

Eso es el miedo, dijimos


y todo se volvió líquido del signo,
fragmentación
humo

De la madrugada en que quedamos exhaustos


sólo queda esa viscosidad
manchando la palabra
dos bocas
que sin pronunciar
se alivian.

(de Animales poco útiles)

El desmontaje de los ritos

Lo aprendimos cuando pibes:


una mesa puede ser un ring de boxeo

485
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

un escenario
donde los adultos se devoran
mientras nuestros ojos
de cachorros asustados van
de la tristeza al pan nuestro de cada día

Anoche sucedió otra cosa:


dimos un nuevo sentido a esa tabla inerte que nos separaba

Nos abrimos paso


por entre el basural de botellas y platos sucios
y vimos en el otro
que doler no es más que el pretérito de la cura

Lo que intento decir


es que, dadas las circunstancias,
ese gesto
deberíamos atesorarlo
como una piedra inútil
que no brilla ni sirve para defensa alguna
y sin embargo allí está,
en el bolsillo de los preciados amuletos

(de Animales poco útiles)

gAstón o. bAndes
(1977)

Gastón O. Bandes nació en Mendoza. Es docente y tallerista. Ha


publicado artículos y ensayos sobre literatura y cultura en distintos medios
de su provincia y tres libros, Misiones (Carbónico, Mendoza, 2010) y El
guanaco (Babeuf, Mendoza, 2015) y Tratado de melancolía (Laboratorio Oscu-
ro, Mendoza, 2020).

486
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Sumak kawsay

No sé bien de qué es la antena.


Está a una cuadra de acá, enfrente.
Una luz roja, titila.
Sospecho que envenena el aire.
Fue lo primero que vi cuando salí al patio.
Mi viejo también es profesor de literatura, dijo el que me lo alquiló:
pasillo con plantas, entre el Hospital Español y el Jumbo,
justo lo que quería para mi nueva vida.
Minas, drogas, joda, vegetarianismo, deporte y tranquilidad
para sentarme a escribir una monografía sobre el sumak kawsay.
Pasaron dos semanas hasta que me mudé.
La noche antes me fui a una fiesta, justo al lado de la casa de mi vieja,
donde vive el hijo gay y cheto de un ex-gobernador.
Habían venido viejos amigos de Barcelona.
Todo como siempre, muy loco, diversión.
De repente me vi yendo a comprar más alcohol.
El auto lo manejaba un compañero de posgrado:
un viejo del Partido Comunista que sabía todo
lo que había dicho cada congresista de las cuatro Internacionales.
Meses antes había contado en clase una historia sobre Beatriz Sarlo,
que durante la dictadura había sido testaferro de una imprenta obrera
y cuando a los dueños se los chuparon
con ese “capital instrumental” fundó la revista Punto de vista.
Y yo la anduve contando por todos lados, a la historia.
Y cuando andábamos por el costado del bulevar,
cerca de la escuela a donde iba a votar yo antes,
el viejo se malpegó y me tiró del auto.
Acepté con naturalidad no haberme defendido
una vez que miré alrededor con un chichón en la cabeza
y comprobé que en verdad estaba cerca de la casa de mi abuela,
en los monoblocs de la calle Hungría.
Me pregunto qué le habrá pasado al viejo,
qué le habré hecho para suscitarle tanta ira
(escucho su camioneta picar a unas cuadras).
Quiero volver a la fiesta.

487
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

En medio de la noche como un milagro pasa un taxi.


Me lo tomo y empezamos a bajar hacia el bulevar
pero no llegamos nunca.
El taxista es joven, me conversa.
Camisa a cuadros, arito, lindo.
Lleva a su hijo recién nacido en el asiento de al lado.
No me puedo despegar de él ni cuando laburo, me dice.
Y en ese momento veo que el taxi es muy raro:
el tipo maneja el volante desde el asiento de atrás
y yo voy mirando por el parabrisas de adelante.
Cómo puede ser esta paradoja, me pregunto,
y siento miedo de chocar con las calles vacías.
Por un momento, como que me indigno con el taxista,
pero él, mientras se rompía el orto llevando a recién divorciados a fiestas,
se entretiene haciéndole ajó a su “orgullo” en la canasta, pura dulzura.
Y entonces deduje que, para quien lo mirara desde afuera,
nuestro taxi no debía de tener una forma de auto normal,
y que solamente sus faroles estarían atravesando los barrios esta noche
como si fueran los de un vehículo común aunque, se notaba, perdido.
Porque yo no tenía ya idea de cómo volver a la casa de mi vieja.
El alzheimer de mi abuela muerta tenía, parece.
Por eso tampoco podía ya volver a la fiesta.
Y aunque anduviésemos siempre por Godoy Cruz,
un momento cerca del Tomba, otro por la calle del zanjón más allá,
mi barrio, el Bombal Sur, y el bulevar se me escabullían
(aunque escuchaba el metrotranvía a lo lejos
rozando, seguro, a los vagos que se juntan a escabiar en el pastito).
Y no parábamos de dar vueltas, subimos casi hasta la Paso de los Andes,
y en una de esas quise agarrar yo el volante, pasarme para atrás.
Pero lo único que recordaba vagamente era que en algún lugar hay una
[antena,
como tantas que se ven desde las afueras de la ciudad, desde los cerros,
con la luz roja que se prende y apaga,
enviando veneno radiactivo, controlando la comunicación entre las
[almas.
Y sin embargo era lo único que podía servirnos de guía.
El único dato para que este papá feliz se ubicara y nos trajera a mi
[nueva casa.

488
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El chongo de la Muerte

Estoy melanculeado.
Ha venido
el chongo de la Muerte
y me ha dejado
el sol negro del culo
hecho una roja flor azul.

Estoy melanculeado.
La oscura bilis del otoño
me ha estreñido
con imágenes de alguna
ajena juventud
y esta yerta y grande verga,
única con hueso,
me las deja bien impresas,
bien adentro.

Estoy melanculeado.
Me adjudico lo que cuentan
las canciones del fogón
y me esperanzo
cuando un pedo huye gracioso,
como si un soplo del sabat
me pudiera revivir
de esta costilla malparida.

Estoy melanculeado.
El narciso de la nuca
mira atónito el futuro
y mis huevos se hunden lejos
y mi pija se bifurca
como un puente circular.

2014

489
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

El guanaco

En saliva te di
mi descendencia.
Popol Vuh, II.3

Estoy feliz.
Estoy embarazado y no de un bebé
humano sino de un guanaco
que tras breve, suficiente, veterinaria crianza
arrojaré de mi seno a la cordillera.
Después de tantos y tantas que murieron
en los experimentos incontrolables del amor,
aprendí por fin a dar vida conmigo mismo,
a repoblar la naturaleza yo solo.

Por eso mi cesárea será un harakiri,


con nomás la luna llena y la intemperie,
para que nazca mi guanaco de varón,
hijo del dolor que ya camina
sobre un charco amniótico de sangre,
por un corte de helada soledad,
un balido indemne.

Me cosí mal, con viento


que traía disparos de caza
y arroyos con veneno de la técnica del siglo.
Pero unos yuyos se acercaron
y entre cantos me ayudaron.
Y así, después de la teta lo vi
ir a jugar con los otros guanacos del valle,
divinos, igualitos a él.

(de El guanaco, 2015)

490
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

diego de Aduriz
(1977)

Diego de Adúriz nació en Buenos Aires. Actualmente reside en Ro-


sario. Es artista plástico, diseñador, productor y escritor. Realizó muestras,
desfiles, performances y lecturas de poesía en distintos ámbitos nacionales y
del exterior. Participó de las becas Kuitca (2003-2005) y de CIA (Centro de
Investigaciones Artísticas, 2009). El 2005 creó el sello editorial Copo de Azú-
car. En 2017 recibió una mención especial del Premio Fundación Andreani
(Centro Cultural Borges).
Publicó las plaquetas 3 sexos (Belleza y Felicidad, 2015) y Metrónomo
(Spyral Jetty, 2016), y Hoy recordé que algo había olvidado (Iván Rosado, Rosario,
2017), compendio de sueños, relatos breves y dibujos.

Esto es lo que pasa

esto es lo que pasa cuando dos chicos gays se besan alocadamente:

los espermatozoides salen volando por el aire en forma de espermatozoides


violetas brillantes.
mas, luego…
¿dónde irán a parar ?

van a parar a…
“LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA GAY”,
donde está lleno de hijos que los gays no tienen ni tuvieron ni nunca
[tendrán.

son clones de ellos mismos.


o hermanitos.
o daddies and sons.
o papitos.
o pendejitos que sirven para garchárselos.

total en la dimensión desconocida gay no pasa uán.

491
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

nadie te hace problema si sos policía gay.


si sos un policía muy trolo o amanerado y cogés con tu hijo de 18.
porque todos los hijos de la dimensión desconocida gay la tienen re
clara y no se comen una.
sólo comen pija en el desayuno, en el almuerzo, en la merienda y en
la cena.
y así crecen fuertes y sanos y llenos de leche y de sida de la
dimensión desconocida.

allá el sida está permitido.


no es tabú.
tampoco tener sexo con monos.
o chuparle el pito a un perro que esté bueno.

todas las cosas terribles que son condenadas en nuestro mundo


terrible y maravilloso,
en la dimensión desconocida gay está dimensionado, o
sobredimensionado.
como decir… exagerado.
ya que allá, por ejemplo, no se habla sino que se exagera.
se exclama, se grita.
se irrita con mucha facilidad.

sí sí.
en la dimensión desconocida gay viven fantasmas de la actualidad:
artistas, intelectuales, dioses y héroes de todos los tiempos.
están Leonardo, Archimboldo y Caravaggio sólo por nombrar
algunos.
hay djs, hay peluqueros, hay maquilladores, hay manicures y un
montón de cosas cliché de los gays.
y todos vociferan y cantan y gritan.
y hacen coreos para mantenerse en forma.

y contrariamente a esa frase popular


“nada en demasía”, allá es “todo en demasía”.

y el que no acata esa orden


que rige el universo zarpado

492
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de la dimensión desconocida gay,


es asesinado brutalmente, salvajemente, después de ser violado,
travestis, humillado y cagado encima.

porque en el planeta de la dimensión desconocida gay


todo en demasía.
todo todo todo.
todo en demasía.

todo demasiado en demasía.

todas las exageraciones posibles, han sido exageradas.


todos los excesos , excedidos.
y todas las lenguas maquilladas.

toda la caca ha sido defecada y reutilizada.


o sea, ha sido reciclada.
y con esa caca con sida se ha hecho un montón de cosas re buenas
para el progreso y la civilización.
como decir… mallas y ojotas.
y trajes adherentes.
y vinchas y carros.
y trajes de fantasía.

se ha hecho arte, pintura, escultura.


arte digital con caca.
templos budistas con caca.
figuras sagradas de todas las épocas con caca.

y también bustos y panteones de Madonna y Michael Jackson con caca.


y de Janet y La Toya de caca.
y de los hijos raros de Michael, también.
se han hecho esculturas monumentales de ellos con caca.
y de Lola y Rocco, llenos de caca
y una re linda, re copada, que está en la entrada del Museo de
Caca:
una estatua gigante de Guy Richie en 4, que está siendo penetrado
por su esposa Madonna, quien le mete un consolador gigante
de caca

493
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

(lubricado con caca)


y el consolador lo van cambiando todos los meses
(porque además es una muestra de arte conceptual)
y el consolador es una réplica de la estatua de la Libertad de caca
pero que la van cambiando la cara todos los meses por alguna
concha que canta.
hasta ahora ya tuvo la cara de caca de Britney, de Christina, de
Cher… y dicen que para el mes que viene que es Navidad, va
a tener la cara de caca de Mariah Carey.

(del fanzine Esto es lo que pasa)

***

hace unos pocos días hablaba con un amigo que por alguna ex-
traña y misteriosa razón ahora me gusta (“son cosas que pasan”)
(?) y entonces imaginaba que intercambiábamos los ojos y él tenía
ojos celestes y yo ojos marrones y hacíamos el amor y teníamos
un hijo que llamamos perro y un segundo, de nombre avión. y ahí
paramos porque la plata no alcanza. pero como la ambición es
grande, trabajamos mucho mucho mucho y amasamos una for-
tuna y pensamos en comprar, para vivir, una isla en dubai, la que
tiene forma de corazón. si ésa ya está ocupada o es demasiado
cara, la que tiene forma de pete, y si esa tampoco, la que tiene
forma de glándula.

(de Metrónomo)

Ariel devincenzo
(1977)

Ariel Devincenzo nació en Buenos Aires. Es artista y docente de


lengua y literatura. Entre 2000 y 2009 fue parte del grupo Etcétera… Como
tal, participó en decenas de exposiciones, conferencias y performances,

494
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y formó parte de las publicaciones Manifiesto Errorista (Milena Caserola,


2009) y Etcétera… Etcétera…, catálogo con todo el material del grupo (edi-
ción independiente, 2016).
Publicó Lo que queda del mono (El mono armado, 2007), Cementerio
porno (Milena Caserola & el asunto, 2012) y el poemario El ojo del cofre (inclui-
do en 6 años después. Antología poética, Letritas del changarrito, México, 2012).
Junto a Katja von Helldorff, realizó Berengénero (performance,
Once, Buenos Aires, 2007), y con Azul Blaseotto, Estúpidos & Imberbes
(performance, Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2014). En colaboración con
Maximiliano Frydman, realizaron el videopoema Caracol (2011) y el corto-
metraje Wonder Boys (2014). Fue actor secundario en el largometraje Ningún
lugar, dirigido por M. Frydman (2018).

El eslabón perdido

en las montañas el mar o los relojes


en los bolsillos la internet o el sótano de la vecina
desde lo más profundo de la des-
-comunal duda
donde los arqueólogos los jardineros
los paseadores de perros los traficantes de órganos
las parteras suicidas
buscan incandescente en las arpas celestes de vírgenes fugaces a
esa heroica anciana de los refranes vencidos
“el amor no tiene precio y morir de amor no da vuelto”
todo para disimular las ganas de encontrar al eslabón perdido
a su cuerpo unánime de esperanzas paralelas

intentemos reconstruir el esqueleto del eslabón perdido


las cuatrocientas partes de sus quebrados huesos se extinguen
en las cavernas de la noche ahumada por los encuentros
policiales
en el himeneo de monjas insomnes defendiéndose de la
menstruación de las moscas al anochecer
recortemos con nuestros cuchillos de saliva el espejo perdido de
los rencores vegetales

495
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

abusemos del eslabón maldito de las cadenas tentaculares


ahorquemos a los rectores de las universidades hasta descubrir
sus cráneos como pastas dentales
y si allí no aparece nuestro amigo
arrojemos los restos a los intelectuales bulímicos de comer la
caca de sus pájaros mentales
que se parecen a las garzas
y hacen la literatura orgánica de los cajeros automáticos entre
ocultos casinos

cuando las comadres matan a sus machos para herir de besos al


hijo interior del exilio femenino
y por las noches él llega borracha besa los pies de su madre
cuya huella onanista revienta de ternura en la sangre de un
verde caníbal
los pasos de la madre bajo la pira que enciende la lluvia
los zapatos de cenicienta son los primeros en buscar al eslabón
perdido

hasta que los niños-mariposas ya tapados de tanta caca social


hecha capullo de lobo al rojo vivo
nacen el gusano el grito de la loca que revienta cerebros con la
palabra-esquirla
de la piel-esquirla
la voz-esquirla
en los ojos dos bostezos de gato
y madrugadas de alas crecidas
estelas de acciones diluidas por los efectos de la carne
los cadáveres del amor suelen parecerse al eslabón perdido
como la luz de las estrellas al tiempo de la mirada

la búsqueda del eslabón perdido integra la enciclopedia de la


pérdida del tiempo vendida por los mismos que venden tiempo
si un solo día se arrancaran las agujas de los relojes
como el tic tac de las cadenas
las edades abandonarían la rueda para volver al camino

cuando 60 kilos de amor sean SESENTA años de olvido

496
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

al pie de la última página


entre tanto bullicio de los eslabones perdidos a-parecidos
para darte la bienvenida a tu propia memoria
lo vas a reconocer
todavía descalzo
la misma lágrima encendiendo el mismo cigarrillo
al cadáver de tu amor
el que habías enterrado vivo.

(de Cementerio porno)

Ser0logias

04

¿estás despierto?
yo no
puedo dormirme
quisiera

no moriré por ninguna


enfermedad creo
voy a morirme directa-

-mente
03

-----espera la tarada llueve en el campo sobre la cordillera


sinapsis-con-goteras desborde ciego invade habitaciones de
despedida en el invierno galopar de las ventanas perdida la
ojiva no hay
retorno
sin pasar por 0
un latido para
cada
1

497
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

1
menos para cada
1

02

te lo voy a preguntar toda la vida


¿estás despierto?
movedizas se anuncian los bomberos
en el vivero nuclear
me siento un poco asustado
con algo- de-pán-ico
con algo--

01

no te duermas
la guerra viene
vení
GUERRA vení
soldados bombas enemigos
desembarcos aviones muertos
muertos tan parecidos tan-
tan iguales equitativos
como ningún publicista
lo hubiera soñado
el agua ya la tienen siempre la tuvieron cuando vienen es por
la---
SANGRE vení porfa tengo sueño
del eúfrates a potosí
llega al río de la plata ----

y no hay más metáforas que este dolor analgésico subcutáneo


metonimias de pólvora desnutrida
----- ----- ---- - (ronco para hacerme el distraído)

00

no te duermas y abrazame hoy laburé todo el día pero

498
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la verdad no sé bien qué hice me perdí pensando que t


enía ganas de abrazarte (y así me olvido que estoy tra
bajando) pero nos vemos siempre tarde lo lindo de tr
abajar todo el día es que puedo abrazarte pero tampo
c o s é q u é t i e n e q u e v e r eterna fan-fantasía qué m e m i r á s
es por lo de la guerra?
-----l a s a n g r e ?
sabés qué----------
-voy a e s p e r - a r t e
-como un sueño a p-unto
de quedarse dormido--------

-------¿estaremos despiertos?

negativo positivo----- igual


seguí la letra--- de tu indicio
viví amores-- ----- imposibles
cada tanto un síntoma ---------
bo s t e z o --
- -----
y el único anti-cuerpo------- ----este olvid-

quedíaadíameaprendodememoria-
- - - ---
- --
(de Cementerio porno)

loser

yo dibujé un auto por vos


en la puerta de una casa con mucho sol
dibujé un auto
por vos
y en la estación mal herido
bebí whisky para imitarte

499
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

hice tantas cosas por vos


y cosas son superfluosidades
de la ingravidez de mi manzana

yo jugué al fútbol por vos


aunque jamás vi doblar la pelota
dejé
la droga
subí
la drogan
siempre vuelvo en avión
tomé de todo para olvidarte

dormir sobre bolsas de maíz


o practicar ultramontanismo en un árbol
mirá todo lo que hice por vos

dibujé el auto
dibujé la casa
dibujé a mi padre
por vos

tallé el círculo de mi sed


con una piedra en el lago
una vez hice un barco de papel
y el tango se escurrió entre los dedos
un naufragio a mucho arroz
me acerqué como un diafragma
porque te estaba dibujando un autito
y me diste tu campera para que no tuviera frío

desarrollé la oscuridad y el silencio por vos


la implosión en el vacío
que me activa el ultra-yo
seguí la huella de la linterna por la noche empetrolada

500
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

yo salvé un pato por vos


pingüinos, perdices, kiwis y coliflor
puse el huevo
y jugamos a que dios

me enamoré por vos, no de vos


justo ahí dibujé el auto.

(de lo que queda del mono)

mAuricio mArtÍnez sAsso


(1978)

Mauricio Martínez Sasso nació en 9 de Julio (Buenos Aires).


Es profesor de Artes en Danza por la Universidad Nacional de las Ar-
tes (UNA). Trabaja, desde el año 2002, en grupos de experimentación de
danza creativa.
Como poeta, publicó Media hora antes de la primavera (La parte mal-
dita, 2015). Actualmente trabaja en dos libros inéditos de poemas y relatos.
Participó del evento literario “Letras y Música” coordinado Romina Funes
en el Bar Burlesque y posteriormente en Mu-La Vaca, y desde 2010 parti-
cipa del evento Poemario Trans-Pirado de Susy Shock que se realiza en Casa
Brandon los primeros viernes de cada mes.
Coordina, junto con la fotógrafa Marieta Vazquez, el proyecto
Monstruario, fotos y textos poéticos con personalidades del arte y la cul-
tura que representan los arcanos mayores del tarot.

El telar

¿Algo tedioso? Escuchar en la radio un partido de fútbol un


[domingo a la tarde.
Me gustaba tejer en telar en las finales de los mundiales
cuando jugaba Argentina,
y pasarme frente a la tele preguntando: ¿qué están mirando?

501
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La marica tejía en telar. Y preguntaba. Por curiosidad nomás.


Tanta gente pelotudizada, nerviosa, gritando.
Mi tejido estaba quedando hermoso.
Tal vez eran suposiciones mías, capaz que era feo.
Los mundiales siguen vociferando que estoy desubicada.
La vida vocifera desubicaciones y yo le hago caso.
Vaya una a saber qué fue de los telares.
Todavía siento el taladro en la cabeza de los relatores de fútbol.
Todavía me deprimo los domingos a la tarde.
Quisiera comerme una pija justo en el momento de goooolll.
[Sería un golazo.
Gente de fútbol: les devuelvo el taladro de los domingos de la infancia.
Sonidos que agujerean mi silencio, mi nombre y mi paciencia de telar.

(de Media hora antes de la primavera)

Agua

Mi madre obligaba a mi padre, cuando yo me portaba mal, a hun-


dirme la cabeza en el lavatorio del baño. “Y refrescale las ideas”,
decía. El agua de la canilla redoblaba en apuestas a la mano gigan-
tona de papá sobre mi rostro hundido en culpa. Al otro lado del
bidet, mi cachete en redondel rojo huido. Inventaron que me iba a
perseguir la policía o el viejo de la bolsa o que mi nariz crecía cuan-
do con mi amiguito de la vuelta nos escondíamos para tocarnos, no
para ahogarnos. Hoy tengo años de disnea y bronco espasmo. Y,
cuando me ahogo, beso. “¡Bien hijo!”, aprendiste a ser escurridizo
como el agua que te parió.

(de Media hora antes de la primavera)

El príncipe verde

Felipe comía cascarudos. Mi hermana y yo los juntábamos de los


faroles de la calle esas noches de verano pulcro y desobediente. Íba-

502
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mos a verle a las nueve, esa hora en la que él se sentía listo para
salir a lucir sus mejores verdes.
Y aparecía, cual Gene Kelly, en una bocanada de una rejilla de
mármol con su mejor porte y humor. Un día vinieron todos los
amigues del barrio a verlo, para cerciorase con sus propios ojos
que el sapo comía los bichos de nuestras manos y recibía nuestras
caricias.
Creíamos que en algún momento se iba a convertir en príncipe y
vendría a rescatarnos del hastío estival de pueblo chico. El único
problema es que tendríamos que compartir el príncipe verde. Ya
mamá y papá nos habían hablado de compartir pero… ¡Esas co-
sas! ¿Se comparten? Felipe nos quería a los dos, eso murmuraba,
eso escuchábamos.
Un día, estando solos él y yo, le recité el romance del conde Oli-
nos y bailamos tap y chacarera. Ya era marzo y me dio a entender
que era la última noche que venía. Lo saludé con la mano izquier-
da, lo levanté y le di un beso rasposo desesperado para que se con-
virtiera pronto. Me miró fijo y enojado me dijo: no esperes a que
me convierta en algo que no soy, quereme así, piantao y verde.
La luna impartía lágrimas verdes en su lomo. Tal vez el increíble
Hulk estaría en algún lado transformándose. Si un humano podía
transformarse en algo sobrehumano ¿por qué un animal no podía
convertirse en humano?
Pasaron tantos años y tuve tantos novios, touchs, filitos, en un
abanico inmenso de opciones y diversidad.
—Si te habrás comido sapos —insinuó muchas veces mi amiga la
japonesa.
Y reafirmo que con el tiempo aprendí a hacer glú-glú en algunas
cuevas, a cualquier hora y en varios colores.
Hoy no busco príncipes, busco personas comunes, que además,
como nadie es de nadie, podemos compartirnos. También sé que
muches me odiaran por pensar así. Pero no me importa. Soy así:
piantao y verde, como me enseñó mi sapo.
Felipe no se habrá hecho humano, pero yo, con todas mis fortale-
zas y limitaciones, me hice sapo de otro pozo.

(de Media hora antes de la primavera)

503
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pAblo grAsso
(1979)

Pablo Grasso nació en Mendoza, ciudad en la que reside. Estudió


en la Facultad de Filosofía y Letras (UnCuyo). Es bibliotecario. Partici-
pó de la revista de creación literaria y biblioteca itinerante Priapismo. Fue
coeditor de la editorial Protocultura. Además, formó parte de Vanguar-
dia queer, una de las primeras organizaciones GLTTBI de Mendoza. Junto
a Hortensia, cantautor radicado en Buenos Aires, realizó una serie de in-
tervenciones artísticas en distintos lugares de la provincia. Formó parte de
una mafia textual conocida localmente como La Leónidas, revista de crítica
literaria. Fue redactor de la revista on-line Panero y de El viajero indeciso, pu-
blicación mensual de Ediciones Culturales de Mendoza. Junto a Leopoldo
Rodríguez forma parte del dúo pop-yunkie Vial. Con la poeta Sabrina
Barrego, forma parte de DUGA, dúo de experimentación sónico/poética.
Actualmente codirige la revista digital La intemperie y es editor del proyecto
editorial independiente La fanzinera del sur.
Ha publicado Umbral (una memoria) (Carbónico Ediciones, Mendo-
za, 2016), El deslenguadero (Proyecto Editorial Itinerante, Mendoza, 2013) y
La PreGuerra (Babeuf, Mendoza, 2016), libro de ensayos sobre literatura y
otros menesteres. Participó en las antologías Desertikón (Eloísa Cartonera,
2009) y Después del fin (Babeuf, 2015).

Eros y después

1.
Se ha hablado hasta el hartazgo a propósito del erotismo y, sin
embargo, aún persiste la necesidad de observar cómo funciona,
en tanto discurso literario hipercodificado, sobre una superficie
en blanco (página, carne o muro). La categoría abarcaría muchas
y ramificadas subespecies del erotismo, a saber:

-erotismo sacro,

504
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

-erotismo biomecánico, alienígena o ballardeano,


-erotismo paródico,
-erotismo fecal,
-erotismo caligráfico, etc.
Lo importante es salir, por decirlo de algún modo, de la girondea-
na yacencia para transformarla en un flujo de ignotas posibilidades
expresivas. Acabar como quien se ha quedado sin tinta en la
impresora y prosigue a mano su gozosa actividad.

2.
INTERIOR DE UNA CELDA –POR LA TARDE
Una celda oscura llena de posters y almanaques viejos en el ala este de la cár-
cel. Los dos personajes, el tucumano y Ramón, están recostados en un mismo
catre. Corte. Pasa el tiempo, hay escenas de sexo explícito. Días y noches que
parecen no llevar a ninguna parte. Corte. Cogen a pesar de los motines, la mi-
seria y los puntazos (aunque son respetados por el resto de los reclusos ninguno
de los dos baja la guardia). Se diría que, a su manera, son felices; existe ese
halo de comunión y complicidad que, tras años de un bombardeo sistemático de
tópicos culturales adocenados, los dos vinculan con la idea del amor. La letrís-
tica de la cumbia y el cuarteto y los modos sincopados del melodrama brasilero
han sido desde el comienzo el terreno sobre el cual ha germinado la relación.
Corte. Con la mierda de Ramón, el tucumano dibuja un corazón del tamaño
de una manzana. Un caligrama.

3.
La acción de dibujar signos sobre una superficie sería una suerte
de práctica sexual por medio de la cual el ser humano pasaría de
un estado de homogénea pobreza (la potencia) a uno de desolado
esplendor (el acto mismo de la escritura). Es por eso que el cara-
col, en tanto emblema hermafrodita del arte escritural, trazará el
perímetro de esta página —su texto pringoso.

4.
La estructura del caracol y el gráfico de la secuencia de Fibonacci
copulan al superponerse en la pupila irritada del lector (en el bra-
zo derecho del caracol hay un tatuaje que remite a un anhelo de
orden cósmico del cual se sabe expulsado; un mapa invertido para
llegar al Reino de la Gran Dama Quetamina).

505
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

5.
Para acabar de una buena vez con la idea misma de escritura eró-
tica. Perforar la letra, interrogarla como quien se ha enamorado
perdidamente de un cuerpo machacado por la tortura. Mucho
mejor si el Amado pudo cantar (grito, estertor, gemido) antes de
morir; su testimonio/declaración adquirirá para el Amante un
espesor real fidedigno: el de la sangre, las lágrimas, el sudor, la
mierda y el semen de il morto chi parla.
La prueba de fe que ambos estaban buscando.

6.
Como quien corrobora la fusión de dos calidades de sombras afi-
nes: la de la caverna alegórica y la que se desprende de cualquier
darkroom anónimo.
Y la plegaria del cenobita drogado, deambulando en una trepida-
ción estroboscópica vagamente epifánica:

¿Por dónde accederás,


alma mía, a la pura
y complaciente luz
de tu verdad?
(Nitrito de isopropilo. Se trataría de poner la tecnología del popper al
servicio de una pesquisa que combinase por igual el goce erótico
y la incertidumbre filosófica.)

7.
Erotismo caligráfico. Profesora de letras, 32 años, soltera, confiesa
calentarse con la torpe caligrafía de sus educandos. Desea que
cometan errores ortográficos para tacharlos violentamente (lo
trabajos prácticos perforados son materia de chismes y censura
en la sala de profesores). Dice que, dado que firma cada una de
las hojas que corrige, la suya es la expresión de una subjetividad
atormentada.
La sábana, el sudario, el suelo del descampado, la butaca del ca-
mionero, el dildo, la pantalla táctil, la agenda secreta, el oso de
peluche, la palma de la mano, la nota marginal hecha con lápiz en
la página de un libro prestado, los pasillos de las facultades, el velo

506
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

del paladar, las paredes del manicomio y de la cárcel, los baños


de la terminal de ómnibus; superficies todas donde se registra el
erotismo de la inscripción.
Marcamos una superficie con el afán de apropiarnos de ella aun-
que el resultado más bien sea otro: nos perdemos en la hendidura,
en el bajorrelieve, en el pliegue oscuro y misterioso de un signo
que elude toda interpretación.

8.
“Le hablo a ese bar promiscuo —bramaba el latino Catulo— y
a ustedes, que se juntan ahí, unas nueve columnas más allá del
templo de Cástor y Pólux: ¿se creen que son los únicos que tienen
pija? […] Vayan haciéndose a la idea: les voy a llenar el frente del
boliche con porongas grafiteadas, porque la mujer que abandonó
mis brazos, esa a la que amé […] está sentada ahí adentro.”27

9.
Cópula, copular: acto de unión, de intersección de elementos de
variada procedencia y calidad. Coordinación copulativa: la ima-
gen de dos enunciados acoplados según una lógica en aparien-
cia simple pero detrás de la cual se esconde la mirada de un vo-
yeur consumado: el lector.
Así, podemos leer:
Acción y Reacción.
Codificación y Decodificación.
Civilización y Barbarie.
10.
Se trata del caso del contador L., de cuarenta años, hombre de
constitución ósea más bien humilde y de un carácter que lo hace
proclive a la soledad. A los doce años empezó a tener inclina-
ciones por los seres extraterrestres, sin distinción de género. Te-
miendo que su contexto familiar lo acusara de perverso, decidió
esconder sus deseos en lo más recóndito de su ser. En la actualidad
vive solo en un departamento y secretamente espera que el amor
se manifieste de forma espontánea cuando sea abducido en fecha
no muy lejana mientras atraviesa un descampado.
27 Gabriela Marrón. Habeas Corpus latín, sexo y traducción, Bahía Blanca, Editorial
VOX, 2011.[Nota del autor]

507
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

11.
Y una posición a propósito del género: el término “machihem-
brar” se refiere a la acción manual de ensamblar dos piezas de
madera “a caja y espiga o ranura y lengüeta”. Por eso el lector,
árbitro supremo, pondrá en juego su propia ars combinatoria (que al
ser poética es inevitablemente erótica y política): machi/machi,
hembra/hembra, etc.28

12.

De una página inédita de Carlos Salomé: “Lúcida, lucida Cabeza


de Vaca, de ratón, de corsario negro deambulando por las som-
bras. Allá va la mortaja, la sábana inmunda que no supimos lavar
a tiempo. Las cáscaras de la noche siempre al acecho, la mortan-
dad de una lengua muerta, la mía, relamiéndose por ausencia de
una voluntad apropiada. Cabeza de Vaca rota, muerta, la verga
del corsario deambulando por la sábana negra.”
13.
Apollonia Saintclaire, diáfana y cruel, ha practicado una escisión
brutal —una escritura de trazo grueso— entre la ingle del viejo
decapitado y el culo blanquísimo de la joven. La perspectiva área
habla de una intimidad extrañamente solemne, como detenida en
el tiempo. Erotismo caligráfico y sacro se fusionan para testimo-
niar una ceremonia que persiste en la memoria del observador
con todo el ornamento de su sentido: la pequeña muerte de un
sátiro.
14.
Dice George Bataille: “la diferencia que separa el erotismo de la
actividad sexual simple es una búsqueda psicológica independien-
te del fin natural dado en la reproducción.”29
Es decir: la perla boyante sobre la conmovedora persistencia de
la mierda.
15.
De eso venimos.
28 Algunos cortazarianos se sentirán incómodos ante la proliferación de variantes.
[Nota del autor]
29 George Bataille, El erotismo, Barcelona, Tustquets Editores, 1997, pag.15. [Nota del
autor]

508
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Hilachas

¿Y yo —sí, yo— pergeñé alguna vez un texto


que hablara al mismo tiempo del amor
y de la necesidad imperiosa y esquiva de la libertad?
(¿Tracé esa fantasmagoría doble, esa proyección desenfocada
sobre mis propios recuerdos lejanos?)
¿Entoné en noches de espasmos
bio-químicos en las que el futuro parecía
ser una imperturbable línea recta
sólo interrumpida por la dentellada
fugaz de los cipreses, la cantinela dodecafónica
del amor libre? ¿Grité? ¿Teoricé en demasía?
¿Proclamé la llegada auspiciosa de su reino a la tierra, amor?
¿Prometí algo que estaba fuera de mi alcance
y aunque me ofrecieran la posibilidad de vivir 100,
qué digo, 200 años, jamás podría brindarnos?

Sí y no.

Paisaje imbécil de la mente proyectiva,


del afán desorbitado, yo te invoco:
el agua lo cubre todo, se encabrita volviéndose
un líquido barroso.
Negro estanque llamado Estigia…

Había que sobrevivir al mes


de agosto. Aguantarse el cadenazo
sin soltar el aire eclipsado en los pulmones.
¡Ah, la libre unión!
¡Ah, la camaradería amorosa!
¡¡¡Ah!!!

Pantalones azules
y guardapolvo blanco los dos,
pequeñas manos manchadas de tinta;
el enlozado del baño

509
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

era una excusa más para demorar


la tosca culminación de la mañana:
desaparecimos como vajilla mellada,
sin hacer demasiado estruendo.
Con un tenedor
quise perforar a la intrusa,
a la demoníaca pendenciera,
romperla en un ademán verlaineano
dirigido a la posteridad.

En el medio
del estanque surgen burbujas,
círculos concéntricos
que refluyen hacia la orilla:
restos del naufragio de una idea del amor.
Su lento cadáver.

Luego, en vetas sucesivas,


en ciclos espasmódicos de los cuales algún
día daré cuenta por el solo hecho de espantar
—atrás, atrás— a los falsos acreedores
sentimentales, cartas mandé, poemas quemé,
crónicas de viaje escribí.

(Sueño:
en una pequeña habitación
están todos mis amantes ordenados alfabéticamente,
sin distinción de género, clase social ni episteme;
se turnan para escupirme como en un último
y sentido homenaje —yo estoy contenido,
es un decir, en una urna cuadrada de color azafrán.)

A la palabra amor, al intríngulis erótico,


como aconsejaba el viejo Zelarayán refiriéndose
al misterio poético, habría que aplastarlo
minuciosamente
—con gracia y elocuencia— igual que a una pulga
escurridiza; vale decir:

510
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

desacralizarla, alejarla de cualquier


encorsetamiento trascendente al punto de poder
desintegrarla —crac, crac—
como sucede con un bosque de araucarias
o con las huellas de un acto que, a la larga,
resultará incriminante.
Pura ceniza.

Negra letrina llamada amor,


Estigia, yo te invoco…

mArcos bAuzá
(1980)

Marcos Bauzá nació en Tucumán. Vive al norte de esa ciudad,


en las afueras de Las Talitas. Sus amigos le dicen Marx. Es artista visual,
curador de arte, dj, editor y poeta. Se define como un gestor cultural incan-
sable. Dirige el sello Editorial Pensamientos y el ciclo de poesía “Vamos
Viendo”. Es miembro de la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer. Ha parti-
cipado en diversas antologías. Es autor de Reverso (Club Hem, La Plata,
2013), Los ideales y las flores (Editorial Pensamientos, Tucumán, 2016) y
Efervescer (Ediciones Arroyo, Arroyo Leyes, 2020).

Queréme

Queréme cuál rocío en tus septiembres.


Queréme alba en los inviernos.
Queréme aroma en el café de tus mañanas.
Queréme fresco, anochecer de tus eneros.
Queréme así, cual flor en escalera ascendiendo hacia tu estirpe.
Queréme así, volando hojas de quimeras en tu aurora.
Queréme encanto.
Queréme lirio.

511
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Queréme tierna, onomatopeya de un anhelo.


Queréme sol.
Queréme trino.
Queréme fuego con rocío.
Queré mi vida de albóndigas con salsa.
Queréme, ya apagué el televisor y suena un dub en medio de la
[sala.
Queréme alondra.
Queréme cielo.
Queréme, hay queso crema light y mermelada de arándanos en
[la heladera.
Queréme otoño entre las radios donde suena José Luis Perales.
Te quiero tanto y sólo entre tus brazos soy capaz de sentir amor.
Necesito asirme del aliento de tu voz
y un six pack de Paso de los Toros Pomelo, litro y medio.

No me ames

No me ames /
más no niegues
la felicidad de los pequeños instantes .
Haz como el bambú
que hueco
resuena
a lo lejos /
expectante/
por la próxima visita del viento.

Palabras hermosas

Le escribiría poemas a tu espalda


y te llenaría todo
con palabras hermosas
como semen y ambrosía.

512
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Sutil poema para recitarte en el oído mientras te cocino

El amor, locura todo.


Cabildo abierto a la dicha.
Sensible lluvia imaginaria de pétalos.
Rocío en tu voz.
Blanca oscuridad / Ópalo radiante.
Me encantaría rebozarte vuelta y vuelta
y comerte a caballo,
milanesa.
El aceite está caliente.
Quema.
La sartén se toma por el mango.
Se pincha suavemente
con el tenedor
y se acaricia un buen bocado
con el afilado extremo del cuchillo.

Himalaya

Debe ser lindo


tener un compañero
para comer un choripán
juntos,
tras una marcha
en la plaza.
¿No?

Debe ser hermoso


mirarse a los ojos
y no decir absolutamente nada
con palabras
y reír
cómplices
a sabiendas
que en el silencio

513
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

decimos muchas cosas.

Me gusta saber
la cantidad exacta de hielo
y Coca Cola
que lleva el fernet
y observarte
disfrutar
el elixir
como un mantra
budista zen
circulando
por el Himalaya.

Imagino lo estupendo
que ha de ser
estar sentados
tomándonos algunos mates,
al despertar los domingos.

Pienso tantas cosas.


Todas increíbles,
como el brillo de tus ojos
reflejados
en los míos
Veo el espejo,
escucho los cuencos tibetanos
dentro mío.
Sonreís,
entonces yo sonrío.

La dulce melancolía de no tenerte

Navego por internet


para no sentirme solo
y googleo tu nombre
para sentirte cerca.
Veo a tus homónimos

514
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en la pantalla.
Ninguno es como vos.
Billie Eilish me acerca
la dulce melancolía de no tenerte.
Lana del Rey me sumerge
en esas noches
en que jugabas PlayStation
y reíamos,
comiendo unas porciones de pizza.
Eras joven, hermoso e invencible.
Eras Dios en tu habitación
en la euforia
de llegar a la final.
Cierro los ojos
y quisiera
ser Messi
para que acariciés
el joystick
hacia arriba y hacia abajo
y también a los costados
con esa tenacidad e ímpetu
que te caracterizan,
así
avanzás
sin más preámbulo
que el fulgor de la hinchada
enardecida
y el relato en off
apasionado
del locutor del FIFA
que cada vez que lo lográs
grita
Gooooooool.

515
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Epopeya

Ella canta
ante el micrófono
Pass this on de The Knife
y usa un largo vestido
verde
jade.
Bella.
El ventilador gira sus aspas.
El verano hace mella
en los cuerpos y mentes,
transpirados.
Es un bar
decadente
de El Bajo.
Y vos ahí
sentado
entre el público
disfrutando la noche
y tu cerveza
solo
al igual que el resto de las almas
hasta que un pibe
baila,
se contonea
frente a ella
con cierto frenesí
y la seduce
con su mirada,
cierra los ojos
y la besa.

Todo transcurre
en la noche
con el vibrante candor
de una epopeya.

516
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

FrAnco rivero
(1981)

Franco Rivero nació en Ituzaingó (Corrientes). Es profesor y li-


cenciado en Letras por la Universidad Nacional del Nordeste y doctora-
do en Semiótica (Universidad Nacional de Córdoba). Ejerce la docencia
terciaria en Juan José Castelli, Chaco, donde vive actualmente. Colabora
con distintas publicaciones de habla hispana. Publicó Situación desbrida-
miento (Edición Ananga Ranga, 2010), vos ahora voz (Editorial Deacá, Villa
Mercedes, San Luis, 2014), Ud no viaja asegurado (Editorial Deacá, 2016) y
disminuya velocidad (Editorial Deacá, 2017) que obtuvo el primer premio del
Fondo Nacional de las Artes en la categoría Letras (Poesía).

petỹ (Tabaco en guaraní)


a mí el campo me entró con el tabaco
por la nariz
después por las manos
la vista

hojas con venas


nunca había visto
las tocaba
como quien no ve
o no cree
en lo que ve

es tabaco
me dijo mamá
era la primera vez
que recuerdo llegar
a casa de la abuela
cuando la vi
ella tenía un cigarro
en la boca

517
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y ese olor

fue como saludar a una planta


como si una planta
me saludara

años después
aún niño
toqué hojas de tabaco secas

el color era oscuro


las venas
estaban intactas

cuando fuimos a vivir


a casa de la abuela
ella me enseñó
a armar cigarros
lashoja más chica
son para hacer chripa
me decía

las colocábamos después


en una hoja más grande

tené que enliarle parejo


me repetía a cada rato
después me mostraba
cómo se pegaba con engrudo
el borde de la hoja
para que el cigarro
no se desarme

también me enseñó a fumar


me gustaba recorrer el campo
a pie
vicheando
buscando nidos

518
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y una vez
encontré un murciélago
en el tronco de un árbol
había un hueco
y él estaba ahí
como escondido
metí la mano
lo toqué
lo alcé
acaricié sus alas
fue como acariciar tabaco
alas como hojas con venas
hojas que son casi tela
hasta en el color
se parecían

me enamoré del murciélago


lo visitaba a diario
y a veces se lo llevaba a la abuela
para mostrarle sus alas
el parecido que había

qué cosa no
decía
no se animaba a tocarlo

anoche en caa cati


alguien sacó unos cigarros
como los de la abuela
después de cenar
el olor el color las venas
volvían a mí
la laguna era como un espíritu
de fondo
hubo guitarra
acordeón
y cajón peruano
para variar

519
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

mi chamígo fabián fumaba


con nosotros
lo miraba y pensaba
no le falta nada para ser
de acá

allá volví a ver


manos morochas que
se parecen a esas hojas
de tela casi
con venas como caminos

me enamoro
de esas manos
el día que ame
él las tendrá así

(de disminuya velocidad)

Pombéro

decir patio y campo


acá es redundancia
igual ha’e ndéve
vamo al patio

el tronco
donde apoyamos las piernas
al sentarnos
marca un límite
y la sombra
que hace un amba’y
con la luna
nos cubre el pecho
te miro el pecho
como si me hubiese zambullido
respiro

520
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

como si me fuera a ahogar


como el aire
no lo respiro

yo me caliento con el campo


sobre todo de noche
hay una exuberancia
por el aire
que aumenta mi deseo
hay un silencio de grillos
de ju’i
a lo lejos
algún ryguasume
dibuja distancias

hay hoy
un perfume
nuevo
sos vos

rohetũ
palabras como muã muã
entre nosotros
abren puntos
en lo oscuro
falta la caña
que nos anime
la oscuridad suficiente
para cumplir la leyenda
y su disculpa
pero no soy una campesina joven
virgen
sino el pombéro
que desea
a otro pombéro

tengo viento a favor


rohetũ

521
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tu barba no tiene olor a pelo


huele a animal
chãicíto

hablás del agua


del sol caliente

de lo lindo que fue nadar


en ese arroyo

olías a camalotes en la siesta

qué linda que te quedaba


el agua en el pecho

de reojo miro tu cuello


tu perfil
y todo de vos deseo

bostezás

qué dientes te dio tu madre


me digo

no es de pombéro
este celo contenido

uno de los dos toca la leyenda


de oído

qué lindo sería


tirarme con vos al pasto
cojer de una vez
sobre el rocío

olés a campo
en la noche

522
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

yo siento en mí todas tus hierbas

el viento te acerca más


y tu olor
en mi mente te desnuda

y si te doy
mi versión de la leyenda

si te gano gracias
a tu respeto por las fuentes

pero no
hablamos

hablamos como si quisiéramos


sólo hablar

y todas las palabras brillan


se cojen30

(de disminuya velocidad)

sAntiAgo venturini
(1981)

Santiago Venturini nació en Esperanza (Santa Fe). Es profesor


universitario e investigador. Ha traducido y publicado a Philippe Jaccottet,
Jules Supervielle, Pierre Reverdy y Philip Larkin. En 2007, ganó el VIII

30 ne’ ẽryru (vocabulario):


- petỹ: tabaco.
- ha’e ndeve: te digo.
- amba’ y: árbol de hojas plomizas que tiene uso medicinal.
se usa para hacer quemadillo.
- ju’i: rana.
- rohetũ: te huelo, te olfateo.
[Nota del autor]

523
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Premio de Poesía Joven de la Fundación Gloria. Ha publicado la antología


Después de una larga época (Vera Cartonera, Santa Fe, 2019) y los poemarios
El exceso (Torremozas, Madrid, 2008), El espectador (Gog y Magog, 2008),
Vida de un gemelo (Iván Rosado, Rosario, 2014), En la colonia agrícola (Iván
Rosado, 2016) y Un año sentimental (Caleta Olivia, 2019).

9.

Cuando se acuesta con desconocidos


me pide que me quede
en la pieza de al lado:
por si pasa algo, dice
—yo sé que quiere espectadores.
Ahí estoy,
acomodado detrás de la puerta
sin hacer ningún ruido
(quieto como nuestro padre,
cazador de vizcachas).
Un tipo toca el timbre:
él le abre,
se saludan como camaradas
y un minuto después
los dos están duros,
frotándose uno contra el otro.
Todo tarda alrededor
de cuarenta minutos
y a veces más,
porque hablan de sus vidas
mirando al techo,
flácidos por la anestesia del sexo.
Después,
el visitante se viste y se va.
Apenas se apoya un pie en la vereda
escucha el ruido
de un desodorante de ambiente
tapando el olor de la pieza.
Se lo imagina a él

524
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero soy yo,


que ya entré como una eficiente
empleada de hotel
para sacar las sábanas sucias
y juntar los preservativos del piso.

(de Vida de un gemelo)

13.

En una casa de la cuadra


vivía una pareja gay.
Los padres del barrio
hablaban de ellos
desde el púlpito de la mesa.
Algunos no decían
demasiado,
pero decían.

Por eso inventamos un juego


para la siesta:
tirarle piedras a la ventana
de los putos.
Yo tiraba
y años más tarde
esas piedras me pegaron a mí.

Un tiempo después
uno de ellos “se murió de sida”
—así decían los gemelos—
y el otro se quedó solo.
Ya no lo molestábamos,
Porque la viudez es siempre
respetable
o porque teníamos miedo
a esa enfermedad.
Un día se escapó

525
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de ese barrio de dementes.


Nos miró desde un auto
jugando en la calle
como los hijos salvajes
de los salvajes.
La casa sigue ahí
aunque la reformaron.
Ahora en el lugar
donde dormían los dos
hay un living con cortinas
de mal gusto.

(de En la colonia agrícola)

17.

Cuando descubrimos
la masturbación
mis vecinos y yo
no paramos:
pajas en los baños
en los lotes
en las cocheras
en piezas compartidas
con hermanos.

Un día probamos
otra cosa.
Todo lo que sé hacer
sobre un cuerpo
lo aprendí de ellos.
Me hubiera quedado
para siempre
contra esos torsos que guardaban
corazones nuevos,
hundir la cara en sus axilas,
pero tuvimos que crecer

526
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y llegar a la edad de la razón


en la que todo se vuelve
demasiado artificial.
Algunos de los chicos
que vi desnudos
consiguieron esposas
y se gastaron en el trabajo.
Otros siguen encerrados
en la adolescencia
pensando que su vida
está por venir.
A veces me parece
que somos un reflejo
de lo que fuimos.
Tal vez a ellos también
pero no podrían explicarlo.

(de En la colonia agrícola)

***

Entre los dos


tendimos la cama de una plaza
y nos acostamos boca arriba.
Una lámpara sobre nuestras cabezas,
paredes blancas alrededor,
muebles que eligieron nuestros padres muertos
siguiendo el impulso del gusto.

Dos cuerpos iguales


no pueden perpetuar la especie,
la corrigen.

A León

(de Un año sentimental)

527
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

AlejAndro berón
(1981)

Alejandro Berón nació en Buenos Aires. Es poeta, actor y per-


former. Hace años se dedica a la investigación y la puesta en escena de
textos poéticos. Editó los fanzines de poesía YOY (Guacha Editora, 2004),
Extrañarte de maneras como el mar te lleva y te trae (Guacha Editora, 2009)
y De increíbles maderas te quiero encender (Ediciones Presente, 2011). Textos
suyos integran las antologías Última poesía argentina (En Danza, 2008) y Lo
humanamente posible (El fin de la Noche, 2009). En 2018 publicó su primer
libro de poesía AMÉ (La Libre/Milena Caserola), que fue presentado en
la Feria Internacional del Libro de La Habana. En 2019 estrenó AMÉ —la
experiencia— con funciones en Casa Brandon, el Centro Cultural Ma-
tienzo y el Festival Internacional de Teatro en Buenos Aires (FIBA), entre
otros eventos.

El cuerpo de Matías

Nos quedamos dormidos


y cuando desperté estaba
el cuerpo de Matías
villa insuperable

me gustás
como un policía muerto.

Cuando yo me levanté y lo primero que vi


fue que nos habíamos atado

usando tus palabras

528
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

enredados cómo me gusta y qué fuerte que estás

tus palabras
autopista
tachar
tragar y seguir tragando
ya no
yo no me voy a comer la de mi viejo

tu palabra mutuo
me corta la garganta porque

cuando te miramos la primera vez


les dije a mis amigos
ese chico me gusta tanto que le practicaría una autopsia.

(de Amé)

Santos Lugares

Lo besaron mientras escuchaba walkman


al perecer no escuchó que lo llamaban
y caminaba cuando recibió un tiro en la boca
lograron escapar así por los auriculares
sus palabras cuando estés mal
cuando estés solo.

•••

Yo estaba con mi hijo recién veníamos de hacer las compras con


el auto y él se había bajado para abrir el garaje cuando apareció
este hombre y así de la nada le dio un beso en la cara después dos
tres besos que le destrozaron la boca mi hijo cayó al suelo respi-
rando se movía y este tipo no contento se le echó encima ponién-
dole los brazos alrededor del cuello y yo que estaba en el auto sin
poder hacer nada les juro que no me dio tiempo para hacer nada.

Un hombre besó a otro hombre delante de su padre.

529
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

•••

Un hombre besó a otro hombre delante de su padre


un hombre fue besado por otro hombre delante de su padre
el padre vio todo
esta tarde
lo transaron delante de su padre
joven fue sorprendido por otro hombre que lo besó
adelante de su padre
joven recibió hoy un beso en la boca frente a su padre
sin intenciones de robo
sin mediar palabra
hombre besó a otro hombre delante de su padre

aparentemente drogado
aparentemente menor
aparentemente de la zona
aparentemente bien armado
con un tremendo chupón en el cuello
el joven que esta tarde/noche fue besado
sí, quiso hacer declaraciones de amor:

Cuando nos besamos sentí la presencia de mi estómago.

(de Amé)

Poema 20

Y en el cielo se puede leer: A N G E L `S.


Como para acercarte mi mirada te busca
nene
en noches como ésta te tuve entre mis brazos
te besé tanto
bajo el techo de luces te tocaba

blancas colinas, muslos de


nene

530
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ya no te quiero es cierto
pero cuánto te quise

serás de otro es cierto


pero cuánto te apreté
cuánto te mordía te descabellaba.

La noche está estrellada


y en el cielo se puede leer.

Quiero que vengas


eso es todo
tengo azules los labios de tomar en la calle

tirito como un astro


de tanto chupar

de tanto estar chupando


emerge tu recuerdo
nene
no me hagas el naufragio

que me acuerdo de tu voz, morena y ágil, de tu pelo tan corto definitivo


acuerdo de tus ojos infinitos
el infinito es insoportable
ahora

dame un último dolor


aunque después no me llames
mi corazón te busca
mi boca
mis ojos fijos de tramontina

te buscan nene
vos
me llenás el estadio.

(de Amé)

531
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

Un perro que no conozco


se me acerca
y se sienta al lado mío
en seguida
nos ponemos a transar.

Desde que soy chico


me gustan los perros
siempre me los puse a acariciar
mi vieja me decía
vos seguí acariciándolos que un día de estos te van a lastimar
y es cierto a veces muerden

¡pero quién se puede negar!


con esa cara de buenos
vienen pidiendo un beso moviendo la cola
y después se van.

(de Amé)

Barro de pibe

Pibe de barro
pibe de barro
conmigo quieren
jugar los gusanos

pibe de barro
pibe de barro
las flores saben
de que les hablo.

Soy el pibe de barro

532
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la luna dice
mientras le canto.

Pibe de barro
cara de barro
anoche fueron
no te encontraron

pibe de barro
pibe de barro
los giles dicen
que te bajaron.

Soy el pibe de barro


la luna canta
y me rescato.

***

Cuando nos besamos, el policía todavía estaba allí.

Ferny kosiAk
(1981)

Ferny Kosiak nació en Libertador San Martín (Entre Ríos). Es


profesor en Lengua y Literatura (UADER) y técnico en Comunicación So-
cial (UNER). Desde el 2005 coordina talleres y capacitaciones de literatura
en Paraná, donde trabaja como profesor y como fotógrafo, así como en
prensa, en corrección y publicación de libros independientes.. Publicó los
libros de cuentos Soy tu monstruo (Supervisión, 2008), Sentido raro (Supervi-
sión, 2011), Tuit (Bicéfalo, 2012), El crimen es una fiesta (Bicéfalo, 2015); los
libros de poesía Morite Lacia (La gota, 2016), El final de los paisajes (Bicéfalo,
2017), Un bosque de flores (Camalote, 2021) y OH! (Camalote, 2021); la obra

533
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

teatral La bondad de los extraños (Editorial de Entre Ríos, 2018) ganadora


del premio Fray Mocho 2016 y las nouvelles Cerca del fuego (Baldíos en la
Lengua, 2018), Otro (De Parado, 2020) y Recetas de Cristal (Gerania, 2021)..

Rubio

Quiero ser tu Mjölnir


acceder a tu Valhala
sentir tu cuerpo terso y salvaje
quiero que me envuelvan tus truenos,
Thor
quiero ser tus rayos y centellas
enredarme en tus cabellos rubios
y gritar como una valquiria
hasta que se me desgarre la garganta

(de Morite lacia)

Batman finalmente se agarra a Robin

Cuando Batman salga del closet


(porque Robin ya hace rato que salió)
van a coger noche y día
van a escandalizar al pobre Alfred
van a provocar el aletear oscuro
de los cientos de murciélagos de la baticueva
con cada uno de los gritos de los orgasmos

van a ignorar la señal proyectada en las nubes


van a dejar Ghotam City a merced de los villanos
van a abandonar la Liga de la Justicia

pero no van a dejar de usar sus trajes


ni los cientos de secretos
ocultos en sus cinturones.

(de Morite lacia)

534
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Tu cuerpo a ciento quince grados

Que tu cuerpo
dibuje un ángulo de ciento quince grados
con la cabeza contra el respaldar,
que la remera quede incrustada bajo tus brazos
suspendida apenas
revelando panza y parte del pecho
que el pantaloncito se trabe
cuando lo bajo de un tirón
para convertir mis labios en condón
forro blando para tu dureza.
En algún lugar hay un estadio que ovaciona de pie
porque en la oscuridad y en la rebeldía todo vale.
Recorro tu cuerpo de durazno
para que vos tires hacia atrás tu cabeza
abras levemente los labios ámbar cereza
y se te escape un gemido arqueado
como tu cuerpo
a ciento quince grados.

En campos verdes

En campos verdes
los hombres compiten,
corriendo detrás de una pelota
con labios agitados
roces de pantaloncitos
tironeos de camisetas
ganas de clavarle al mediocampista
los tapones de los botines
en el pecho
en los vestuarios
lamerle el cuello brillante
arrancarle esas larguísimas medias
con los dientes
ser pelota.

535
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Homoerótico
(arte poética)

Martín Fierro cogió con Cruz


en las tolderías
todos lo sabemos
pero callamos
porque esos gauchos no calientan
porque el canon no calienta.

Dame un peón de manos ásperas


de brazos que hagan explotar
las mangas de las camisas,
de sudor ácido
disimulado con colonia barata,
que arme un picnic sobre los fardos
donde nuestros cuerpos sean manjar.

Dame un peón que sueñe


que lea poesía a la siesta
y escriba maíz, pollito, leche.

Dame esas fantasías autóctonas


o cualquiera de las categorías del porno,
dame pibes de fraternidad
al aire libre
amateur
latinos, no
argentinos, sí
dame cualquier cosa para este poema
que trago
no escupo
y convierto en letras
en algo más que la cosa en sí
más que sábanas
que cuerpos tensos
que un río de leche

536
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

para remojar palabras


para armar un poema
que sacuda las vergas.

dyego AlbA
(1981)

Diego Ignacio Albarracín (alias Dyego Alba) nació en Santiago


del Estero, ciudad en la que reside actualmente. Estudia Letras en la Uni-
versidad Nacional de Tucumán y la Tecnicatura Superior en Educación
Intercultural Bilingüe con mención en Lengua Quichua en la Universidad
Nacional de Santiago del Estero. Ejerce la docencia en el sector privado.
Es miembro de un proyecto de investigación en el Instituto Interdiscipli-
nario de Literatura Argentina (IILAC, UTN), en cuya revista, Argentina
en su literatura, ha publicado diversas colaboraciones. Participó en el voul-
men La Literatura del Noroeste Argentino. Reflexiones e Investigaciones (Ediunju,
2012). En el campo cultural experimentó como performer en el circuito
underground tucumano y colaboró con algunas revistas lgbtqip. Escribió
la novela Cusifai, inédita hasta el momento.

El Dragón de Nube

Me duelen las venas por adentro. Es un dolor epitelial que lo ro-


dea todo. Afuera Storm se entretiene cambiando caprichosamen-
te el clima con sus poderes equis. Aquí, adentro, Tormenta está
cebando mate con amor, disque hay fuego en su corazón.

—Existe una decisión Tormenta, amar es un plan.—

Ella me queda mirando, se pone un blue jeans y se va. Qué tiem-


po loco, hace frío, hace calor, llueve, para, miro por la ventana.

—¿Sabes que tengo una infinidad de hidrógenos anarquistas en


mi cuerpo que no ven la hora de que yo desaparezca? Les pido
paciencia.—

537
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

La orquídea de acero. La rosa blindada. Un masetero de flores


oxidadas es lo único que nos queda en nuestros balcones. Conté
unos setenta. Tengo la antitetánica, la neumococo y la antigripal.
Tengo tiempo para esperarte. Gris sobre la ciudad, estaba el cielo
medio loco y que salía el sol y que no, en tanto se rastrillaba esa
espalda celeste. Miro mucho para arriba para no tener que mirar
mucho al frente y ver todo este qué sé yo. Pero se descolgó una
nube del resto. Comenzó a derramarse a la manera de humo de
cigarro que te lo sopla él a propósito para que le des cabida.

—El te presume, siempre te lo dije.—

La nube se transformó en un dragón blanco gigantesco y dio va-


rias vueltas en círculos. Se movía sólo para mí y me dijo algo que
no supe poner en palabras ni lo sé ahora. El dragón de nube des-
colgado volvió a ubicarse como estaba, siguió durmiendo, nadie
más lo vio, salvo yo.

—¿Alguien lo vio? Era así Señor, ¿ve?, como este era, ¿lo vio? Acá
estaba.
—Yo soy casa. Dijo Tormenta.

Hay incluso un agonismo en salir a caminar. Por sobre nuestros


hombros vemos a los jugadores que han quedado fuera de la bata-
lla. La peatonal es un juego de Damas. Todo va quedando vacío.
(Disculpá si en este texto no hay penes, testículos, anos, vaginas,
pechos y culos desprendidos y aislados bajo el despotismo de una
pornografía que ya nos ha desmembrado. Disculpá si en este tex-
to no hay gays y maricas para los estudios culturales.)

Me aboliciono y miro. Espero.

—¿Así como este era?—


—Ya no queda nadie en las peatonales, Tormenta, salvo yo. Mirá,
allá va Storm.—
—No me cae bien.—
—A mí tampoco.—

538
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mAriAno blAtt
(1983)

Mariano Blatt nació en Buenos Aires. Es poeta y editor. Entre sus


libros pueden mencionarse Increíble (El niño Stanton, 2007), Hielo Locura
(Ediciones Stanton, 2011), Nada a cambio (Belleza y Felicidad, 2011), No
existís (Determinado rumor, 2011), Alguna vez pensé esto (Triana, 2014) y
200 ideas de libros (Iván Rosado, Rosario, 2017). En 2015 Mansalva editó
Mi juventud unida, una antología que reúne su obra desde 2005, y de la cual
ha publicado recientemente una versión ampliada (Blatt & Ríos, 2019). En
2021, publicó el poemario Un lago que sube (Neutrinos). Fundó y dirige dos
proyectos editoriales: Blatt & Ríos (con Damián Ríos) y De Parado (con
Francisco Visconti).

No me di cuenta

Estoy con Brian


en Arata.
Son las seis
las siete
algo así.
Venimos de tomar md
con la punta de los dedos.
Va saliendo el sol
por atrás del globo de Malvinas.
Estuvimos toda la noche
en la terraza de la casa de Juanjo.
En un momento
yo entré al baño
pensando que no había nadie
pero estaba Brian.
Le dije perdón
él me dijo no importa
quedate.
Tenía md en la punta del dedo.

539
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Se lo chupé.
Ahora
Brian tiene las manos en los bolsillos.
Le pregunto si le quedó algo.
Saca una bolsita
sucia pero vacía.
Saca el Motorola.
Brillan la pantalla del touch
y el piercing plateado de arriba de la boquita.
Creo que se escuchan unos teros.
Siento que me voy quedando dormido
de parado
y empiezo a ver algo turquesa
verde agua
una forma
violeta
que gira
y hay como unos delfines
que van saltando
adentro de…
adentro de…
adentro de unas gorras
adentro de unas gorras de baseball.
Digo la palabra “submundo” en voz alta.
Brian dice ¿eh?
Todo pasa muy lento
y liviano.
Por un momento
no sé bien dónde estamos
ni a dónde queremos ir.
No me acuerdo de si Brian me agarra de la muñeca
o yo lo hago por mi cuenta
pero al rato
tengo la mano
metida adentro de su pantalón.
Entonces
vemos cómo
dando la vueltita por arriba del viaducto

540
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Constituyentes-Chorroarín
van viniendo
dos cuatris de la Metropolitana.

Tranquila, no vas a poder describir en este momento


este momento

Traaaanquila, Mariano
no vas a poder describir en este momento
este momento.
Aunque ahora
que mi 111 semi vacío
deja atrás Federico Lacroze
me acomodo contra el vidrio
y apenas
miro
pasar
la Avenida Guzmán
la Avenida del Campo
la calle Llerena
la Avenida Constituyentes.

Hace un rato
no hace mucho
hace un rato
a ese chico flaco y tranquilo
que viaja sostenido
del pasamanos
le sonó el celular.
Algo me puso contento:
iba a escuchar cómo hablaba.
Pero no,
por suerte.
Se llevó el aparatito al oído,
sí,
y vi que hablaba,
sí,
aunque suave, inaudible.

541
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Qué alegría
el chico que me gusta
habla bajo cuando está con desconocidos.
Qué tristeza
el chico que me gusta
tiene los ojos oscuros
y hundidos.
Además,
para peor
o para mejor
el sol entra oblicuo y naranja.
Siempre estarás conmigo
querido barrio de Parque Chas.
Antes de bajar
paso bien cerca suyo.
Le huelo el cuello y apenas
con la punta de la lengua
le toco el lóbulo de la oreja.
Yo me bajo acá,
amiga,
esa es mi casa.
¿Vos seguís?

Un recuerdo

Uno era paisajista y el otro era masajista


¿o era al revés?
No me acuerdo
sólo me acuerdo de que estábamos en Roma
¿o estábamos en Berlín?
Era verano,
nevaba.
Tomaba una cerveza en un bar
la luz del sol me cegaba:
noche profunda.
Se me acercaron
y yo fui y me senté en su mesa

542
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

¿puedo sentarme?
Pregunté
en perfecto alemán
¿te molesta si nos sentamos?
Preguntaron
en forzado italiano.
¿Son argentinos?
¿Sos argentino?
¿Cómo nos dimos cuenta?
Yo estaba de vacaciones
y ellos por trabajo
Uno era masajista y el otro hacía paisajes
los habían contratado de un hotel spa
el primero en abrir sus puertas
en Roma
aunque en realidad era Berlín
pero ahora estaban de vacaciones
en Nápoles,
y yo también
tenía que trabajar.
Ese fue el principio de un amor
que apenas recuerdo
porque después tuve miles
de amores
parecidos:
tres chicos
se conocen en una ciudad de Europa
tres chicos se conocen
en las playas del Mediterráneo
una fiesta da lugar al encuentro
de tres chicos
que se enamoran
una pareja incorpora
a un nuevo integrante
duermen juntos
todas las noches
del verano europeo
largo

543
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como noche de invierno


en Ámsterdam.
Corren
por aeropuertos
para no perder un vuelo
y una vez a bordo
agitados
ríen
sin parar
piden
whisky
cerveza
y a un pasajero
le piden
si no les cambia
el asiento
para estar los tres
en la misma fila.
Fue el mejor verano de mi vida
pero después tuve muchos igual
de buenos.
Mejores.
Museos
Iglesias
Monumentos
Discotecas
sex clubs del primer mundo.
Transportes silenciosos
en ciudades hermosas
con días larguísimos
y noches breves
como verano sueco.
Amigos dispersos.
Artistas
de Buenos Aires
becados
en una universidad de Rotterdam
en un centro experimental de arte de Budapest

544
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

trenes
boletos
cervezas.
Fue hermoso
éramos jóvenes
y gracias a nuestra avanzada edad
ya teníamos la vida resuelta
nos habíamos jubilado
temprano
pero aún manteníamos
cuerpos hermosos.
Billeteras abultadas
aunque en realidad
con una sola tarjeta
alcanzaba.
Era todo lo que llevábamos
una Visa
American Express
dorada y de platino
con el loguito de
Master Card.
Con el celular
hacíamos todo
lo que necesitábamos
y lo que no:
reservábamos pasajes
en aerolíneas de bajo costo
reservábamos habitaciones
departamentos
en Nápoles
y cabañas en Croacia.
Todo había empezado en Barcelona
una fiesta
inolvidable
en Palermo
Villa Crespo.
Miradas
tímidas y un like

545
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en alguna red social.


Fue hermoso
adoptamos un hijo
entre los tres.
Pero ahora el sol me está cegando
se hace de noche
y la brisa tibia de Río de Janeiro me avisa
que vamos a nadar toda la tarde
en esta playa hermosa
ventosa
fría
y nublada
de arena oscura y filosa
junto al vendedor de barquillos
en San Clemente del Tuyú.

A todos los chicos con los que estuve alguna vez

Gracias,
perdón
¡y wow!

(de Mi juventud unida)

WAchi molinA
(1983)

Wachi Molina nació en Leones (Córdoba). Actualmente vive en


Rosario. Como puede, escribe e investiga sobre literatura. Le encanta re-
señar cualquier cosa y participar en ciclos de lectura, festivales, muestras
y antologías. Cada tanto, performatea algo; a veces le sale bien, otras no,
y le encanta ser inconstante y desparejo en todo. Incluso desprolijo. Im-
previsible más todavía cuando surge. Ha publicado los siguientes libros:

546
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Blog (Tropofonía, Rosario, 2012), Relatos de mercado en el Cono Sur (Fiesta


Ediciones, Cela, Rosario, 2013), Un pequeño mundo enfermo (La Bola Editora,
Mar del Plata, 2014), Wachi book (Baltasara Editora, Rosario, 2014), Machos
de Campo (Baldíos en la lengua, 2017), Sus bellos ojos que tanto odiaré (Caleta
Olivia, 2017), Tengo una tía policía (Ediciones Arroyo, Santa Fe, 2018) y Ge-
rarda la mutante (Libros Silvestres, Rosario, 2019).

La venganza del gordo de pelo verde

Ey
vos

vos
que le preguntaste al que tenés sentadx al lado
qué poema puede leer el gordo con pelo verde ese
vos
que a lo mejor no lo dijiste
pero pensaste este gordo teñido qué hace acá
a vos
que a lo mejor fuiste más sutil y se te pasó un
qué pena que sea tan gordo
y encima ahora se tiñó de verde

a vos
tenés que saber que te quiero coger
porque los gordos con pelo verde deseamos amamos y cogemos
y cogemos tanto como comemos
te lo advierto
o sea
mucho
así que sabelo
el gordo de pelo verde te quiere coger
podés decirme que esto es acoso o abuso
no te la creas
es un ejercicio vacuo de la imaginación
porque sí
ya que dijiste o pensaste lo que dijiste

547
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y fuiste vos el que tiró la primera piedra en mi cuerpo


imaginá la escena
creete la película
supongamos una cárcel como el cabaret donde Jean Genet
filmó Un chant d’amour
vos sos el carcelero y mirás por la cerradura
pero en lugar del afro musculoso o el europeo semidesnudo
está el gordo de pelo verde como llegó a este mundo
se manosea los pechos
enormes y flácidos
hermosos pechos para una buena turca
el gordo este de pelo verde
se lame los pezones
y baja una manito despacio despacito
hasta la tanga en composé con el pelo
que apenas le cubre la verga
gruesa y gorda que ya escapa por el costado
y que empieza a blandirla invitándote
acercate
ahora que ya no estás en la celda de Genet
sino donde estás ahora
sí sí
en el mismo lugar donde oís la voz del gordo
que se acerca a vos meneando las caderas
cada tanto se detiene como sujeto a un caño de pul dance
el gordo se muerde la boca la lengua
se sujeta los pechos mientras camina
y cuando llega
abre sus nalgas con cuidado
y mete tu cara en el centro jugoso
oloroso
donde las flores parecen crecer
y vos quedás casi sin respiración
mientras él contornea todo su cuerpo sobre vos
te toca la pija la concha las tetas las axilas el culo
y no podés ni él puede más ya
mientras derrama su leche espesa en tu lengua tímida y fugaz
y todo es deseo

548
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

pero aún así


si seguís pensando qué asco el gordo este
si lo decís o no
y no tuviste suficiente como para llegar al orgasmo
porque tu cerebro no puede procesar tanta información
tanta locura que desataste solitx
y sigue como en loop fuera de su tiempo
ahora ni siquiera sabemos si se corresponde con alguno de los
[prototipos de la cadena evolutiva
y te indignás con el gordo de pelo verde que quiere cogerte
y gritás esto no es poesía
y no te aguantás ni a vos mismx
menos al gordo de pelo verde
mucho menos
justo vos que querías ambrosía
dioses parlanchines que dictasen palabras esenciales en los oídos
refinadas y pretéritas
aristocráticas palabras en estado puro
y lo que obtuviste fue solo una cogida gorda y plebeya
yo te pido que te calmes
y que te preguntes
de verdad
si creías que después de decir lo que dijiste
o pensar siquiera lo que pensaste
si después de todo
queridx
conmigo enfrente
te ibas a ir de acá como si nada.

(de Poesía Molotov)

***

mE gusta tu marido y no tE Lo diJE


quisiera confesártelo uno de estos días
pero me pregunto para qué

549
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

si aunque lo mire con sus curvas


lavando los platos mientras se recorta
en una ventana con vidrios rotos
donde las flores del balcón explotan en colores
él me esquiva
y amasa espuma cuando nosotrxs
charlamos sobre cosas sin sentido
y sigue con su idea
fija en la porcelana que limpia sin parar
mientras mis ojos no se distraen de sus nalgas
que se sacuden tras el jogging desgastado y gris
y no
no mira
aunque a veces
me apoyaba en el ascensor de soslayo
vos apretabas el botón ahí adelante
mientras él se ubicaba en un rincón angular detrás mío
y con un calor
lo sentí en mi espalda
miraba un punto detenido en el techo
lo veía por el espejo
esquivo
casi
distraído como en la espuma del detergente
que se quita meticuloso
de sus dedos
ay, amiga mía, cómo decirte
lo que me calienta tu marido
ese amor que nos hace espuma que se limpia
esquivo por vos por mí en vos
y para qué decirte
que sueño
uno de estos días
con caer a tu departamento mientras él
se esté duchando y vos no estés
y casi en la telenovela de la noche
me atienda con una toallita apenas
y ya no puede no podemos y me toma entre sus brazos y me dice

550
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

por fin solos


y cerramos la puerta y nos descuartizamos en ese sillón marrón y
[agujereado del living
que ahora pispeo mientras me contás
cómo la Felisa se desmayó por no comer de anoréxica
y él me comienza a besar el cuello con una humedad descontrolada
la misma que anoche tenía en la foto de Facebook
mientras lo stalkeaba
él posaba con su carita hermosa en una playa
y era tanta la emoción que casi cometo el error desde el celu y la
[comparto
no dormí en toda la noche pensando
si a él le había llegado la notificación
si eso haría posible lo que sin embargo sucedía
cuando me agarraba del pelo y con un puño cerrado me lo
[tironeaba hasta obligarme
a gemir como un animal precámbrico
me arrancaba la ropa a mordiscones
y con su respiración como la de Echarri
me calentaba las orejas con palabras tremendas
ahora seca los platos también
en esta otra realidad paralela
vos ponés música en la compu
y entonces
el tintineo de una cucharita que rebota en el mesón
y explota con estruendo agudo en el piso
lo obligan a agacharse, amiga
mientras me mira con estrabismo
y me guiña el ojo
amiga tengo el corazón herido
el hombre que yo quiero es tu marido
se me va
lo estoy perdiendo
estoy sufriendo
llorando de impotencia
no puedo retenerlo
porque ahí levanta su mirada zen y vuelve
a las tareas culinarias

551
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pero el guiño de ese ojo me obliga ahora


a prendernos fuego
ya todo es un ambiente extraño
no sé en cuál de todos los universos estamos
pero cuando vos, él y una banda de música irreconocible
me quitan la remera y comienzan a lamer mis pezones eléctricos

mientras las flores del patio vuelan en torbellinos de un viento
[visible
tus tetas entran en acción erguidas ante la escena
tomás una zanahoria de las verduras de la heladera
y en el sillón antes vacío y marrón
comenzás a masturbarte con la escena
donde tu marido se saca el jogging
y me pide

me pide
desesperado
que por favor lo ayude a lavar los platos
y todo podría parecer un error
un elástico que falló y dejó desnudo el mundo
incluso a vos en el sillón
si no fuera que los platos
oh, sí, los platos
hace más de diez minutos
o mil años
no sabemos
los platos con sus dibujos de margaritas
ya están secos y limpitos en el mueble de la cocina.

(de Poesía Molotov)

552
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

nicolás correA
(1983)

Nicolás Correa nació en Morón. Es editor, dicta clases y da char-


las de literatura. Participó en diversas antologías nacionales e internaciona-
les. Es autor de un libro de cuentos, Rosas Gamarra (Ministerio de Cultura
de la Nación, 2015); dos novelas, Íncubo. La Trinidad de la Antigua Serpiente
(Wu Wei, 2015) y Heroína. La guerra gaucha (kintsugi editora, 2018) y tres
poemarios, Virgencita de los muertos (Libros de la talita dorada, 2012, reedi-
tada en 2014 y 2018), El camino de la siesta (La Bola Editora, Mar del Plata,
2015) y canción de invierno recitada por el hombre del volcán (detodoslosmares,
2016).
El poema que reproducimos forma parte del libro inédito Narra-
ción sobre mi Apolo triste.

Apolo triste

creí hollar suelo sagrado cuando


paso a paso me vi llegado hasta esta mi isla
y no sufrí tanto como sufrí cuando
de mis manos se fue toda luz de mis ojos
de mis ojos no quedó claridad ni luz solar

y lloré lloré mártir mientras tu sangre


amante esquivo y perlado de dolor
se derramó en mí igual que días atrás tu savia pasional

dije pensé grité todo a la vez que el día


oscurecido quedó por el humo y
la única luz del mundo fue
la del fuego abrazador

553
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

clavado como clavados quedan


los condenados
atado como atados quedan
los prisioneros
frío como frío quedan
los cadáveres

ahora que piedra sobre piedra piedras sin pulir


emerge aquella sombría primera imagen
con la piel de mis manos levanto tu casa
para que descansemos en altar tierno

Siempre piedras sin pulir una sobre otra


dispongo esta tu cripta de la que no resucitarás días después
porque somos pecadores en esta tierra hostil
vinimos a educar primerizos de ejemplos

días después en que la penumbra abrazará al sol y


ya no más mi apolo triste y enfermizo
ya no más mi varón si la piel de mis manos cae
encima de este cincel que no suelto
tratando de esculpir un lugar seguro
esculpir con la pretensión diamantina
del que llora a mares y
vive en oscuro martirio los días por venir
así el cincel se vuelve un puñal de salitre y
flaquea mi pecho donde gentil amor ya no prende

piedra sin pulir con mis dedos te sostengo y


te suelto sobre otra piedra sin pulir

miro la piel caída y me digo


este cuerpo es mi tierra olímpica
ya no la isla ayer hollada y
sagrada

554
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

II

ya siento yo que el perdón me viene esquivo


mientras piedra a piedra piedras sin pulir
tomo en mano como si de diamantes se tratara
me acerco a la madrugada de mi alma donde
no hay penumbra mucho menos brillo y
retengo a mi apolo triste y enfermizo
lo educo con la fruta de mi pecho y
olvido por un rato la tortura de sus pies
cortados por mano de hombre.

Maldigo amante mío maldigo el día en


que dejamos las lecturas ordenadas y
avanzamos hacia el núcleo del deseo
amparado en estos dominios distantes y crueles
maldigo el día en que escapamos
al rezo y nos dimos la mano bajo un arco triunfal
para llegarnos juntos a la misión perdida
entre ríos y el monte imposible dicho pampa
educar a los salvajes que dejaban a esos los suyos

tal vez cayó una maldición sobre nosotros


nosotros dos muchachos abrazados
tal vez algún dios maligno y torvo
maldijo en su envidia
tal vez con celo pidió
a todas sus legiones que apretaran los dientes y
fuéramos no más que un apolo perlado y
un amante sufriente

III

caminé con el llanto mártir seco en mis mejillas


el humo asfixiante interpuesto entre mi apolo triste y yo
bajando los nueve círculos infernales en treinta y seis pasos

555
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

dije o pensé que iba a cargar con mi sol muerto


cual Sísifo
hasta alejarlo de todo peligro

una vez en la intimidad de nuestro hogar


quitaría el taparrabos abominable
las marcas blasfemas de su espalda
los restos de violencia en el cuero y
lavaría con cuidado esmero su lomo ensangrentado
lo lavaría como se lavan los restos de una reina intachable
o la osamenta de un animal esplendoroso y
dejaría que la sangre en plena fusión con el agua
fluyese en aquellas nuestras costas
donde en otras jornadas supimos fundir cuerpos
y guardaría ese río sagrado durante milenios ciegos
hasta que la peste de la humanidad
se hubiese quitado de la tierra

una vez limpio perfumaría sus extremidades


el torso las curvas cada una lo envolvería en un manto de jazmines
frotaría aceites encendería inciensos extraños
fundiría sus manos a las mías

después las prendas más finas y entonces sí


entonces me vestiría de negro mortuorio y
lo lloraría tres días
lo lloraría hasta secarme por dentro
como ese río embustero por el que nos trajeron
hace tanto que ya no recuerdo
una vez seco volvería a mi isla para levantar el nuevo hogar

así lo hice
y creo con el corazón ya tibio
hollar suelo sagrado ahora que piedra sobre piedra
piedras sin pulir
erijo nuestro sanctasanctórum

556
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

clAu bidegAin
(1983)

clau bidegain nació en Buenos Aires. poeta no binarie. sire-


na-pony-colibrí en constante incertidumbre. Militante de la ESI con pers-
pectiva transfeminista cuir. prof. de lengua y literatura, fascinadx por las
pedagogías cuir sudacas y lxs escritorxs de la disidencia sexogenérica. au-
torx de Algo no funciona. Cicatrices del silencio (Muchas Nueces, 2019), au-
tobiografía en clave poética que denuncia el abuso sexual en la infancia
y adolescencia; y de Fracasos del EGO (La mariposa y la iguana, 2020),
poemario que registra una doble migración: geográfica y genérica. Desde
enero de 2019 reside en Río Gallegos, capital de la provincia de Santa
Cruz.

grabado

¿Alguna vez dos seres se amarán del mismo modo y al mismo tiempo?
Siempre creí morir al salir de un amor —esto es cierto—
Y siempre sobreviví —esto es indisimulable—.
José Sbarra

nueva grabación 41
recordé la vez que…
te confesé
qué conexión especial que hay entre los dos
qué manera profunda de encontrarnos y de comunicarnos
y vos arremetiste
criminal
sí, cojemos bien, tenemos buen garche

agonizante
yo redoblé
es que nunca me pasó algo así con alguien

557
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

bromeaste sobre algo que a mí me ilusionaba


compartíamos el mismo signo astral
y remataste en blanco y negro
con cara de hombre irresistible
¿será que soy acuariano?

nueva grabación 42
apenas sobreviví
cuatro meses
sentí que ya había dolido más
de medio año
pero no
aunque era verano
y ahora es invierno…
pasaron 133 días
desde que nos separamos

nueva grabación 43
muy bien no entiendo por qué
grabo estos audios
pero me parece que
necesité alejarme tanto
de lo que profesé por vos
que… nunca hice el duelo…
lloré un día…
y me reí de ahí en más

parece que podrías haber sido vos


o cualquiera
pero la humareda te evoca
sin clemencia

nueva grabación 44
lo extraño es que
hay una mezcla de
nostalgia

558
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

con miedo a mí mismo


explorar el sufrimiento
reconocer cuánto te extraño
cómo lastima
y saber que…
si remuevo eso
puede ser delicado

como dice dalinda


esto es una protección
porque duele y mucho

nueva grabación 45
para evadirte pongo música
pero el playlist
es un flashback retorcido
de lo que fue puro placer

nueva grabación 46
lo absurdo de este tiempo
tan enrarecido
tan caprichoso
como mi obsesión
es que por más que esté
con otras personas
el fantasma de la insistencia
tiene tu olor

germán Weissi
(1984)

Germán Weissi nació en Buenos Aires. Coordinó los proyectos


editoriales de poesía Color Pastel (fanzines), Proveedora de Droga (pla-
quetas) y Poesía Manuscrita (antologías), junto a Laura Mazzini. Y una
serie de antologías de poesía, narrativa y obra visual en homenaje a cancio-

559
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

nes de Madonna, Tori Amos y Loreena McKennitt, junto a Alejandra Pa-


rrilla. Es autor de Cosas que planeamos juntos (2008) y A cien mil watts (2011).

Me dejas pasar
me leés tus poemas
vemos fotos
posibles portadas para tu nuevo libro
y alrededor
también está lleno de fotos de tu chica:
vos a ella nunca vas a dejarla

Después
una lectura de poesía
leés ese poema
ESPANTOSO
que no leés nunca:
“sólo me queda Nadia”

No, no lo leés nunca


PERO ESCRITO ESTÁ.

(de Cosas que planeamos juntos)

la alma
decís
ES EL ALMA
te corrijo
no entendés por qué
el alma
male
y las almas
female
So
male singular
always
turns into

560
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

female plural,
right?
NO.
Demasiada explicación

¿Acaso es esta
una regla
que me olvidé de darte?
¿Cuántas reglas tiene
este español
degenerado?

Vos y yo
tenemos otras reglas:
no nos vemos
dos viernes seguidos
salimos a bailar
una vez al mes
no hablamos de nosotros
si estamos en clase
Nada de esto cumplimos

Yo quiero imponer
exclusividad
y frenesí
quiero saber dónde
dormiste anoche
Nunca
vas a ampararme
viste que
JAMÁS
vas a aprender español?

(de Cosas que planeamos juntos)

561
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

desilachado
aún trepado
sin caerme
polvo
me dicen
vas a caerte
todos nosotros te quedamos lejos

ánima
miel
reflejo del labio
salpicado en cerveza

vos y yo nos besamos


pero uno de los dos
no está en este beso

(de Algo con tu olor)

***

puedo acostumbrarme
a noches así
con vos

reconocés
esta piel pegajosa
porque la amaste
y magullaste

***

hacemos lo imposible
por amarnos

562
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la gente alrededor nuestro


se encoleriza

ojalá vos y yo
seamos nuestro propio
estímulo

***

noche siniestra:
había parejitas de enamorados
por todas partes

vos y yo
tuvimos una única cita
después
Cromagnon
se incendió

(de Algo con tu olor, no incluido en la plaqueta publicada)

de tu departamento entraba y salía gente


con sospechosa ansiedad ágiles entusiasmados
como en una búsqueda del tesoro
decías que todos estaban vinculados a tu revista
dibujantes diseñadores auspiciantes
celebrities de fiestas y galerías de arte freaks free-lance

qué bien daban en cámara


invadían tu casa con la necesidad imperiosa de darse
uno dos tres saques pegarse un viaje
desorbitados como en un local de tatuajes
arrancaban la procesión hasta tu santuario
vos el gauchito de pendejos con guita que en tu sillón
mezclaban helados de palito con champagne
eras el dealer espiritual de todos ellos

563
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

estabas merkeado para la ocasión


filosofabas que nuestro amor tenía un techo
esa noche estábamos acampando en tu cuarto
armamos una carpa con sábanas libros adornos
y flasheamos con un techo descapotable
en la punta de una montaña vista al cielo
mate muy dulce y papas fritas para pasar la noche
rulos al viento alisados despeinados
hablábamos de los blogs que nos gustaba visitar

de golpe te pusiste de pie para irte a rapar al baño


se cayó la lona improvisada sobre mi cabeza
tanta inmensidad encima mía
colgando de un hilo agujero de ozono
ese despilfarro de humedad sin estrellas
fantasía de cielo cobertizo que se abre y se cierra
como tu amor kamikaze que quiere y no quiere

éramos dos fanáticos religiosos a punto de inmolarnos


a mí de tu amor jamás va a quedarme un hijo

(de A cien mil watts)

mAriAno mAssone
(1985)

Mariano Massone nació en Luján. Es licenciado y profesor en


Letras por la Universidad de Buenos Aires. Participó de la revista de poe-
sía Plebella y de la revista virtual sobre arte No-Retornable. Ha publicado
dos poemarios: Libro de sombras (La Parte Maldita, 2010), El gaucho celeste
(Club Hem, La Plata, 2015) y Veinte poemas malos y una canción alucinada (LP5
Editora, 2021). Entre el 2012 y el 2014 fue corresponsal por Argentina
en la página web sobre derechos sexuales y reproductivos Corresponsales
Clave. Gran parte de su obra fue y es viralizada a partir de sitios web, blogs
y antologías virtuales.

564
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Las nenas también escuchan The Beatles

los duendes nogales comen pastel de miel


y los hipocampos ciruelas liquidan al mono
no hay razón
sólo razón realizada en descreencia
es una revolución nueve
remasterizada
subordinada a los países del sur
y en el sur el misterio de mis ojos negros
los duendes nogales me acuestan en una cama
me hacen dormir lentamente
yo espero a mi novio dulzura amor por venir
pero él
ojitos negros sufridos
mascarita aniquilada
busca vejez
en los veintitrés años
una fiesta risueña y con sabor a anís
una nevadita fresca de Bariloche
para sacar fotitos
mostrárselas a sus amigotes
figura inhumana sos
viaje destornillador
los duendes nogales destruyen el pastel de miel

(de la antología virtual Gratis)

Armás?

armás?
armo
no
mejor armá vos
yo pico
se levanta

565
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

pene ondulatorio
pene bamboleante
camina
se rasca
me mira y se ríe

armaste?
no
vos lo hacías
está bien
lo hago yo

se acuesta
besitos
ojos de gato
ojos de gato
lo conozco
un beso
otro

esperá que no puedo armar


está bien
pene resentido
sin la mamadera
no me toques
me da cosquillas
pene caprichoso
ya termino

eso armaste?
Es cualquiera
no jodas

(de la antología virtual Gratis)

566
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

***

te prefiero anormal
anecdótico
tu voz disonante
parecida a la de un extraterrestre
amo tu amor de goma espuma
tus berrinches de cartulina
te prefiero borracho
con el cierre bajo
las caricias torpes
cantando una canción de Nirvana
puesto hasta la nuca

(del blog angelexterminador)

WAshington Atencio
(1986)

Washington Atenció nació en Entre Ríos. En la actualidad reside


en Paraná. Es profesor de Lengua y Literatura y ejerce la docencia en los
niveles secundario, terciario y universitario. Algunos de sus textos han re-
cibido premios y menciones. Gestiona la librería Jacarandá y coorganiza
el ciclo de poesía Río Abajo. Ha participado en la colección Tres Poemas
(Ediciones Arroyo, Arroyo Leyes). Publicó dos poemarios: Una hoguera de
jazmines (Camalote, Paraná, 2019) y Nuestra sombra volcada en el río (Agua
Viva, 2020). En 2020, ganó el primer premio de poesía en el IV Concurso
Literario Provincial “Juan L. Ortiz”.

Sensación térmica

Otra vez
el mismo frío golpea

567
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

el vidrio
con cinco grados como dedos
de una mano abierta.

Adentro
de este barco sin ancla, mordés
las yemas de mis dedos.

En medio de la tempestad
hervimos.
(de Nuestra sombra volcada en el río)

Lomo negro en sábanas blancas

Aunque tu noche tenga forma de nube


y consistencia de espuma
percibo el filo de obsidiana
que late agazapado contra tu pecho
y espera el momento más negro
para atacar.

Adivino el murmullo de ébano que buscás esconder


entre olas de un cielo algodonado
pero amortiguás tan bien los silencios
que reptás sin desplazarte
en un mar de almidón embravecido.

Sos cintura de acero que brilla


en una habitación de persianas cerradas
mientras los pliegues de las telas que se hunden
bajo tu cuerpo
pretenden eclipsarte con su gris
y apenas alcanzan penumbra
porque vos sos toda la sombra.
Sos mora, aceituna, pimienta
granos de café molidos en placa de sal
un montón de carbón abandonado en la nieve.

568
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Forjado en un horno nutrido por troncos de roble


sos hierro de fundición al rojo vivo
que arde en azúcar y la incendia en caramelo.

Antes de que la primera luz te diluya


y derrita como chocolate en la boca
voy a romper con los dientes la almohada
y a colocar mil plumas blancas sobre tu lomo negro.

(en Colección Tres Poemas)

Macho del litoral

Te desnudás de todo lo que no late


y el río se abre
se entrega.

La tarde se pierde en tu espalda


camalote dorado, flor de agua.

Tu espina dorsal es cuchillo que corta el espejo


donde el cielo se contempla
como hago yo desde la costa
que no dejo de dibujarte en un horizonte
que se pierde suave en el oleaje.

Y aunque me digas
que la imagen del amado bañándose es trillada
más trillado es el sueño
de ver salir a un Jason Momoa escamado
un Acquaman vigoréxico
con tridente de cinco puntas
como si algo le faltara de símbolo fálico
o un Khal Drogo domador de caballos
que ya es otra insinuación.

Y no sé

569
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

si en esta analogía quiero ser tu bella Daenerys


porque ni rubia ni madre de dragones
pero quizá te escuché decirme
vos sos la luna de mi vida
entonces espero que emerjas tatuado de agua
con gusto a barro, oliendo a río
y te acuestes a mi lado para atardecernos
en la orilla de algodones que se apaga.

(de la colección Tres Poemas)

En clase de piano

Lo miro como
se oye una melodía

como se pulsan
las teclas del piano

no se presionan no

las yemas se posan


con suavidad.

Dibuja mi dedo
un acorde imposible
el contorno fugaz
de su pecho

un borde filoso en marfil


un la sostenido de negro.

Saboreo el aire en su mano


flor de ceibo encendida
que viene y va.

La tarde

570
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

se vuelve música

cortina de seda
ritmo en la espalda
perfumado vaivén.

Aleación

Juego en los bordes


de un hombre

acuesto mi sombra
en su cuerpo

quiero encontrar otro filo


en el acero de su cadera.

Signo

El ruido que oímos


parece nacernos del pecho

tuyo mío no se distingue

es sinfonía
tu vientre en mi vientre

acorde que tensa el deseo

un cuerpo sobre otro


tu dedo mi lengua

el hambre que avanza.

571
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

mArtÍn villAgArcÍA
(1986)

Martín Villagarcía nació en Buenos Aires. Publicó las plaquetas


de poesía Afasia (Color Pastel, 2006), Farsa (Proveedora de droga, 2007),
Cómo desaparecer completamente (y nunca volver a ser encontrado) (Color pastel,
2010), Éxtasis (Capicúa, 2012) y Sinergia (Capicúa, 2012); la nouvelle La
gira (De Parado, 2012) y los libros Éxtasis (Eloisa Cartonera, 2014) y XXX
(Saraza, 2020). En 2021 publicó Nunca nunca quisiera volver a casa (De Para-
do).

De after

Febrero en Buenos Aires


hace un calor de morirse
pero adentro de Plaza del Carmen
se está lo más bien
ya terminé de preparar la clase
y el frío del aire acondicionado
me da ganas de ir a mear
subo las escaleras
y abro la puerta del baño
está vacío
descargo en el mingitorio
y aprovecho para lavarme la cara
en plena inmersión
escucho que entra alguien más
sigo en lo mío un buen rato
pero nadie vuelve a salir
pongo las manos abajo del secador
no funciona
cruzo el baño para buscar papel
y veo que el que entró sigue ahí

572
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

estoico en el mingitorio
lo miro de reojo
tiene la pija dura y se está pajeando
cabezona, recta, gruesa
una pequeña lágrima de semen
se derrama por el tronco
desde la cabeza
no puedo sacarle los ojos
me mira y me invita con la mano a ir con él
me paro al lado y abro la bragueta
ya estoy al palo
con un movimiento de ojos me pide permiso
me agarra la verga y me empieza a pajear
su mano está tibia
me viene como anillo al dedo
cierro los ojos y me relamo los labios
ya no sé ni dónde estoy
me sorprende una sensación húmeda en el glande
vuelvo a mirar y veo que me la está chupando
mientras se pajea sin parar
abre la garganta lo más que puede
y se la mete toda en la boca
la respiración de su nariz
me hace cosquillas en el pubis
se la saca de golpe
se vuelve a erguir
y me da un beso
tímido
pero apasionado
puedo sentir el sabor de mi pija en su lengua
le rodeo los hombros con el brazo
él hace lo mismo
y acabamos al unísono
contra la pared del mingitorio
rápidamente se vuelve a vestir
me guiña un ojo
y sale

573
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Me manda un mensaje y me avisa que está en la esquina


le digo que avance hasta mitad de cuadra
que me va a encontrar en la puerta de mi edificio
cuando bajo lo veo pasar por enfrente
no me gusta
aprovecho que no me ve y me hago el boludo
insiste con un par de mensajes más
no le contesto
y levanto la cabeza solamente para asegurarme de que ya se fue
en su lugar, enfrente encuentro a un vecino
también boludeando con el celular y fumando un pucho
tiene el pelo rubio al ras
unos diez años más que yo
un short de fútbol
una musculosa
y ojotas
lo vi varias veces
paseando con su mujer y su hija
cada dos o tres pitadas levanta la cabeza y me mira
me siento seguro y envalentonado
le hago una seña con la cabeza para que venga
sonríe y vuelve a lo suyo
al rato me vuelve a mirar
y le hago un gesto de que le quiero chupar la pija
sigue en la suya
y cuando estoy por dar media vuelta e irme
veo que apaga el cigarrillo en el piso
y enfila para donde yo estoy
no le digo nada
solamente abro la puerta
y subo las escaleras hasta el entrepiso
me doy cuenta de que me sigue por el ruido de las ojotas
en la oscuridad me detengo
él se para al lado mío
y le agarro la pija por arriba del pantalón
no tiene calzoncillo

574
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

se le pone dura al toque


la saco
y me arrodillo a chupársela
con las manos me agarra de la nuca
y me hace garganta profunda
de pronto siento que tiene un espasmo
y me llena la boca de leche
con la pija tan adentro no me queda otra que tragármela
es deliciosa
y es mía
bajamos en el mismo silencio con el que subimos
le abro la puerta
y sin despedirse
vuelve con su familia enfrente

Me encuentro con Patricio en el cine


vamos a ver Get Out
la película de terror del año
o eso dicen las críticas
después de tomar un Starbucks
paso por el baño antes de entrar a la sala
al final de una larga hilera de mingitorios
hay un tipo parado solo
mi experiencia me dice que no está meando
me hago el boludo un rato
y antes de guardar la pija
miro al costado
como un juguete mecánico
gira la cabeza y me mira también
lentamente se descubre
la pija dura en la mano
para no dejarlo en banda
me acerco hasta él
aprovechamos la soledad
para hacernos una paja cruzada
sin pedirme permiso

575
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

le da una probada a mi pija


y justo alguien abre la puerta
actuamos como si nada
dos tipos meando en el baño
se sube el sierre, se lava las manos y se va
apurado lo veo alejarse por la escalera
cuando subo, veo que entra a la sala
con la mujer y los hijos
Patricio me aguarda paciente
y espero a sentarnos
para contarle lo que me pasó

(de XXX)

nico domÍnguez (putX leyendo)


(1986)

Nico Domínguez nació en San Luis. Utiliza el pseudónimo Pu-


txLeyendo. Es activista LGBT+. Escritorx y editorx de OH! YA! Cultural,
microeditorial independiente del feudo de San Luis, donde vive, trabaja,
estudia y ama. Es estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Educación
(FCH-UNSL).
Recopila poemas y otros escritos de autorxs disidentes, que son
abordados en el taller de lecturas disidentes “Putxs lxs que leen”. Esa re-
copilación, y otros artículos de interés, así como actividades de la colectiva
LGBTIQANB+, son publicadas en Facebook e Instagram (@putxleyen-
do(. Es autorx, co-autorx y participante de múltiples fanzines de poesía y
narrativa LGBT+.
Escribió el cuento Mateo (OH! YA! Cultural, 2016) y el poemario
Mariposario (OH! YA! Cultural, 2018). Editó la antología Invertidas (PutxLe-
yendo, 2019) en la que participaron siete escritorxs LGBT+ de San Luis,
Villa Mercedes, Tucumán y Córdoba. Participó de la antología Poesía para
ranchar. Tomo V: en cuarenTANGA con el CULONAvirus en nuestras puertas
(Editorial cartonera y trans La Bicha Trava, Río Cuarto, 2020).

576
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Iridiscencia

un poco de arcoiris
derramado en tu pecho

viento
caracol
trébol (con cuatro hojas)
regalado
regado con agüita de lluvia
(o de río)
nosotros
escondidos en las sierras

malezas
piernas
piedras
tropezar
pesar
suspirar
mirar tus ojos

querer internarme
más arriba
buscando el chispeadero
donde se esconde un único beso

gota

una
gota

golpe
piedra
mirar

golpe

577
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

gota
beso
otra
gota
cae

un rayo de luz se cuela


otro poco de arco iris
ahora
derramado en tu boca

(de Mariposario)

La colmena café-bar

miro tus ojos desde arriba


como si fuera tu cielo
mis rulos son nubes
donde descansan tus caricias

hago que mis manos escalen tu pecho


y disfruto todo tu paisaje

convierto tus axilas


en almohadas
para dormir
profundamente
y después
despertar desesperado
para que me hagas cucharita

besayunarte de a poco
me gusta mucho anidar mi lengua
y sonreír pícaramente en tu boca

tratar de escribir un poema

578
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

que no nace
ni germina
ni brota
ni crece

te hago una sola pregunta

¿puede un poeta enamorado


realmente
escribirte un poema?

Ojo de pez31

cuando diga “uno” y te hayas dormido


en un pedazo de mundo que no te pertenece
te vas a dar vuelta en la cama
aprisionando
para siempre
un osito de peluche
sucio
de taiwán

cuando diga “dos”


la pantalla del celular se apagará
dejando un denso tejido de sombras
donde no podré distinguir los pelos de tu barba
enredados en la sábana
ni ver el hilo de tu baba
brillar
cuando diga “tres”
no habrá escapatoria posible
se acabarán tus gruñidos
tu espejo de sueños voy a robar

31Ojo de Pez es unx integrante disidente del Trío de Amazonas del Circo Death
Moon, en el popular manga y animé Sailor Moon. En la búsqueda del Espejo Dorado
de los Sueños, solo ataca a hombres [Nota del autor].

579
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y te dejaré agonizando
entre tanta pesadilla
quizás si me enamoro
quizás si me mantengo lejos
quizás si no obedezco el mandato estatal
puedo reclamar
entre tanta paranoia y circo
tu libre derecho a soñar

***
(A Paiva)

Traeme un cuerpo
uno que no sepa lo que puede
un cuerpo puede lo que puede y quiere
que lata ese cuerpo
que arda ese cuerpo
que baile ese cuerpo
que busque brazos de mujeres
que busque brazos de varones
orcos
elfos
lechuzas
gatos tuertos
y arañas
que cabalgue
que galope
que se deje agarrar las crines
únicamente por el viento
que apenas me deje enredar los dedos

traeme un cuerpo
uno que trate de saber lo que puede
para mezclarlo con semillas
también con yuyos

580
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

para armar un gigantesco sahumerio universal


que libere el antiguo perfume
de estrellas y planetas

pasa un cometa
pedís un deseo
si no lo hiciste
estás a tiempo

todos estos cuerpos desparramados


están a tiempo

(de Mariposario)

leAndro bArticevic
(1987)

Leandro Barticevic nació en Monte Grande (Buenos Aires). En


el 2006 comienza sus estudios en la Escuela de Comunicación Social de la
Universidad Nacional de Rosario, ciudad en la que reside actualmente. En
el año 2008 la editorial porteña Dunken publica su primer texto en una
antología titulada Fuego de Palabras. En el 2012 edita en Rosario la revista
Quiero que gustes de mí, que aborda, desde diferentes paradigmas, las proble-
máticas del colectivo LGBTIQ. En el 2010 comienza a editar el blog Sal-
vaje mundo frívolo, cuyos textos han sido recopilados e incluidos en la obra
de teatro Quiero que gustes de mí, dirigida por Gustavo Di Pinto y estrenada
en 2013. Ha participado en recitales de poesía y ferias editoriales de las
ciudades de Rosario y Buenos Aires.

Que la felicidad no sea este amor de verano

1.
Yo podría enamorarme del chico de la verdulería que me atiende
como si fuese su mejor cliente y siempre elige los mejores tomates
para mi ensalada. Una vez me guiñó un ojo y yo me hice el desen-

581
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

tendido: con lo que está dicho que tengo posibilidades con él. Pero
me gustás vos que ni me registrás y una vez te miré un montón en
el boliche y vos ni cuenta.

Yo podría enamorarme del estilista de la vuelta de mi casa donde


voy mensualmente y me hace unos cortes que ni te cuento y cuida
mi pelo como si fuese el suyo. Y a pesar de que le pago para que
así lo trate, puedo asegurar que lo hace más bien porque algo
siente por mí: con lo que está dicho que tengo posibilidades con
él. Pero me gustás vos que ni sabés que vivo enfrente de tu casa, y
que la ventana de mi balcón da justo a la ventana de tu cuarto y
te miro todos los días cuando entrás a tu pieza con el pelo húmedo
y con tu cuerpo cubierto en una toalla enroscada a la cintura que
dejás caer para empezar a vestirte.

2.
Quiero estar tirado todo el día. Invocando el aliento a pucho en
mi nariz que sale de tu boca. Quiero estar tirado todo el día y
dejar que me chupes todo el cuerpo mientras pienso en ese auto
de locademiadepolicia que me regalaron en la navidad del 92, cuan-
do era un popurrí que corría por el patio enjaulado. Vos con el
pelo largo, salvaje, una mezcla emo-pumk-rock-villera, es de las
imágenes más hermosas que me dejó el año. El viento que te re-
vuelve el alma, clima de tormenta, nosotros estamos en el balcón,
el porro está en tu boca. Te deseo el porro en tu boca, o te desea la
boca con el porro. Las dos cosas las quiero en mí. Quiero tu boca,
y luego el porro o ambas simultáneamente si pudiera. Tu panza es
morena y es otro mambo también, más si la miro después de pitar
el porro que antes estuvo en tu boca. Te quiero sobre mí. Todo el
día, quiero tu aliento a faso en mi nariz, quiero todo lo que exhale
tu cuerpo. No me da asco. Ahora estamos en el balcón y volamos.

3.
Luca despierta, abre espacio entre las sábanas, altera el orden de
los pliegos y genera nuevas formas en la cama. La lluvia que cae
y moja hasta este colchón de domingo y este sexo de armario que
empieza y termina en la marihuana, en textos de Gramsci. Un

582
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

movimiento enardecido y precoz. Una dialéctica de falsos enamo-


rados entre estómagos vacíos y discos de Stan Gets. Y hay ganas
que se disuelven entre música para indie y una tribu con ilusiones
de jóvenes troskos. Un divertimento que empieza con aroma a
café con leche sobre un cobertor rojo. Es este mediodía de verano
entre las 12.30 y las 13.45.

4.
Cuando no estemos juntos, vamos a volver a ser dos chinitos ca-
minado por Ciudad Rivera, haciendo Ave Fénix el salario. Inten-
tando ser felices en el espacio que el modo de producción capita-
lista le asigna a tal fin, porque no tendremos el valor, porque no
tendremos la certeza de si nuestro mundo posible, si nuestra inútil
utopía mundana, puede proyectarse sobre esta gravedad que nos
contiene y nunca vemos, esta praxis efímera del aliento. Y nos
vamos a contraer al casillero correspondiente, queriendo fabricar
el amor con los dedos, como dos pelotudos, queriéndonos dibujar
nuestra propia alma.

Por eso no quiero que te vayas.

5.
Cuando Luca se va, viene el deseo de seguir teniendo sus ojos acá,
su pecho acá, sus brazos acá. Escaparme junto a él de la urbe más
cruel del microcentro al parque más cercano, y sentarme en el
suelo en pose india para poner su cabeza sobre mis piernas. Dejar
que el viento nos despeine, ver cómo se enmaraña la tierra en su
cabeza revuelta de tarde.

Sentirnos aborígenes con nuestros pies descalzos sobre el pasto.


Toda la ciudad atrás, ya distante. Pensarnos salvajes lejos de los
taxis y los colectivos y la gente, sobre un parque de sutil arquitec-
tura neo. Vernos como analfabetos liberados de las burocracias
de las civilizaciones, mientras nos miramos y caemos en una cur-
silería de gestos, de pequeñas miradas cómplices, sumergidas en
un pedacito de verde perdido entre tanto urbanismo enardecido.

583
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Enredar mis dedos en sus pelos, ver cómo se anudan mis manos
en sus rulos, sentirme atrapado, que él me reclame que lo suelte.
Todo irá sucediendo mientras la luna sale por detrás de las islas,
una señora pasea a su perro, ese río trae nuevos barcos al puerto.

6.
Comer sobre la bacha de la cocina para no ensuciar el piso con
migas es de mis trastornos obsesivos-compulsivos que más disfru-
to. Más aún cuando recién termino de limpiar el depto entero y
estoy solo. Entonces miro con tanta fascinación el parquet con su
olor a Blem y recuerdo que ayer el piso fue el santuario que rem-
plazó a la cama, cuando nos cansamos de las aristas del colchón
y caímos en el cliché del erotismo desenfrenado pero marketinero
del amor. O la vez que me apretabas la cara contra los azulejos
del baño exigiéndome que le mire los ojos a dios y yo por dentro
solo quería que se abra un portal entre el inodoro y el bidé que
me sacara de este monoambiente c/patio, muy luminoso, coci-
na separada, placard, acceso por escalera/ bajas expensas. Pero
no. Nada de eso pasó y ahora estoy acá, solo, comiendo sobre la
bacha de la cocina. Pensando en repasar un poco más el piso,
porque nunca es suficiente.

7.
Sospecho que ese pibe dice “fuck you” con una naturalidad de
lengua natal y siempre tiene coca-cola life en la heladera. Los ojos
son redondos y claros, se muerde el labio para indicar que está
“hot” en digna pose de maniquí y tiene un peronista deseo subli-
mado sobre su mejor remera de Ona Saez. Si te dice que te ama,
te miente, pero él no lo sabe, no sabe que nunca se enamora, que
lo único que pretende es forzar un punto de fuga a tanta utopía
reproducida en serie y expuesta en góndolas para ser consumida.
Yo quiero interceptarte cada vez que te veo pasar por mi cuadra
y que adivines en mí otro punto de evasión para tu colección de
amores frustrados. Si pudieras sentir cómo te deseo quebrarías tu
estampa de meticuloso trendy para besarme en medio de la calle,
pero siempre seguís de largo, nunca me reconocés y te imagino

584
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

llegando solo a tu depto de ligera decoración zen, pero siempre


esperando al próximo porque de otra manera no podrías sopor-
tarte. Y mientras espero ser yo tu inmediata víctima, me quedo
rondando la cuadra, como un animal esperando que pases.

8.
Me gustaría verte quebrado, sentirte débil. Pensar que ese ma-
quillaje de regio Dior cubre una noche de mejillas húmedas por
lágrimas de un trance fatal en la deriva de la noche, con la tuca
del faso que te dejó tu último crimen. Salís como una loba bus-
cando la próxima víctima, pero yo no puedo ser tu blanco. Quiero
entrarte por el espacio que se te escapa cubrir de Rabanne, pero
cómo sentir tu perfume si no dejás que me acerque, guardas un
camino de hielo que no me deja y por más que quiera evitar verte
e incluso terminar de pensarte, siempre vuelvo a la misma cuadra.

9.
Ser grande, pero volver a la infancia desde la sutil pose de animé.
Tu mejor remera tiene sublimado al Rey Randor y pienso que esa
estampa fue hecha para que la descubra yo, estuvo ahí todo el
tiempo, en el anonimato que su peculiaridad le cede para que
yo la revele hoy. Como un detalle dispensable entre tanto trendy
agitándose en la pista. Estás jadeando sobre tu pequeña porción
de Eternia con los ojos redondos y marrones clavados sobre la lon-
tananza. Dejás entrever tu panza trigueña y mis ojos quedan col-
gados de vos, como tendidos en la nada, y danzamos juntos sobre
el universo, sin acercarnos.

10.
El mercado de Pulgas. La Avenida Belgrano estaba llena de pues-
tos de artistas. La luna en la cara, el viento con olor a río. Cami-
namos como nómades indígenas costeando el Paraná. Jugamos a
hacer equilibrio sobre el filo del litoral, en un pavimento inmóvil.
Nos deconstruimos en miradas, en guiños imperceptibles. Acep-
tamos bajo los rayos de la luna las camufladas señas: para el resto
fuimos dos amigos disfrutando la noche, para nosotros un secreto

585
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como de sábanas, una especie de miedo que terminaba en una


falsa amistad sobre el muelle. Un precario juego de verdad y con-
secuencia, un brillo que partía de sus ojos oscuros reflejando el
puente, que me miraban y enternecían.

nitsugA
(1987)

Nitsuga nació en Córdoba. Participó en varias publicaciones en


diferentes soportes. Trabajó en aseguradoras de trabajo, en una biblioteca,
estuvo en una banda, vendió ropa, cuidó enfermos, hizo hamburguesas en
recitales, teatro, asistió a un taller literario y lleva más de quince años como
librerx. Ha publicado el libro Como esperanza de bronce. Poemas a mi difunto
esposo (Borde Perdido Editora, 2018) y la plaqueta Un desconocido me deja
cartitas por debajo de la puerta (Elemento Disruptivo, 2019).

Guardo la foto en la que te parecés a un monstruo

Me tendiste al sol
como a tu ropa
me cantaste Bjork
como una loca
me tiraste on
y me nacieron mosquitos.

Guardo tu foto movida


donde salís divino
con cuatro ojos
y dos bocas
levantando tus brazos de Goro.

Te regalaría
un escarabajo de plata
adornado con viejos cospeles cordobeses,

586
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

troquelados por la hiperinflación.


Para que te lo pongas como un aro
y que haga ese sonido vacío
cuando camines, bailes o festejes algo.

Qué difícil va a ser vestirse, luego de la cuarentena.


Lo digo yo y mis privilegios.
Los desaprendidos y los que no me puedo sacar.
Es más fácil sacarse la ropa
—apártense, voy a decepcionar—
siempre elijo el camino más fácil,
¿kestamal?

Besaría a Matthew McConaughey

Claro que te besaría


Matthew McConaughey
antes, durante o después
de una fiesta.

Vos pagarías el hotel,


porque yo soy lo que Macri quiere que sea
o mejor, te invitaría a mi casa para que conozcas a mi gatito
y a mi pequeña biblioteca de poesía y de cosas que se pueden leer al
[paso.

Flores de por medio, te contaría sobre mi año que aún no termina,


que tiene la intensidad de cinco años.
Publiqué, leí, amé, mudé, oculté, cogí, corté, corté, me reconcilié
conmigo, con lo que siento,
fundamos un amor sólido basado en la libertad y el respeto.
—un sólido es tanto más duro cuanta más fuerza haya que
[aplicarle para rayarlo—
Sólido, como mis ganas de besarte, Matthew.

Vos dirías en un castellano casi entendible

587
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Tou ingles no es muy ueno.


Yo te diría
calláte y besáme.

Te prefiero sin barba, Matthew


sos tan lindo wacho.
Te prefiero sin los brillos de Hollywood
pero sí, con mis brillos de los chinos
que cuando se caen al piso y se rompe el frasquito
se produce una onda expansiva luminosa
algo así como lo que sentiría al besarte, Matthew.

Recuerdo de la noche de bodas

Fue idea tuya casarnos


en un pueblo desolado
en el lugar más frío y ventoso de la república.

Donde los castores


con la sapiencia de un albañil
construyen sus hogares
con la madera justa en precio y cantidad
y con mayor conciencia ecológica
que el resto de las especies.

Pasan sus noches de bodas


huyendo y refugiándose
de sus asesinos,
nosotros.
Porque está permitido matarlos
en cantidad
y de cualquier forma.

Me avergüenzo por dos cosas:


por ser de la especie que dispone a placer del resto
y por pasar nuestra noche de bodas

588
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en esa cabañita sin sentido,


fabricada con materiales que la tierra no puede tragar fácilmente
y con la certeza de que no fue construida por un castor.

Marta me dice
loca, estás bastante existencialista.
y yo no entiendo lo que me dice.

(de Como esperanza de bronce. Poemas a mi difunto esposo)

Mantra de mi cuerpo en el espejo

Me paro desnuda y sin maquillaje frente al espejo


que ocupa la puerta
de lo que fue nuestra habitación.

Recorro con el dedo


la línea descendiente
de mis hombros.

Como me enseñó Marta:


“Todo lo que toco
lo acepto”.

Toco cada línea de expresión


sonrío y pienso
en que podría hacer muchos ñoquis
con el relieve de mis arrugas.

Giro, aún con los pies para adelante


me miro la cola
y me la aprieto, tratando de moldearla
pero no hay caso.

Como me enseñó Marta:


“Todo lo que toco
lo acepto”.

589
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Y como una maga


hago aparecer mi verdadero cuerpo.

Giro para el otro lado


y lo mismo.
Pienso
en que detrás de ese espejo
se vivieron escenas de amor y terror
y mi cuerpo, consciente de eso
busca protección bajo la piel erizada.

Pero como me enseñó Marta:


“todo lo que toco, lo acepto”
y mi cuerpo
de a poco
va saliendo de la contracción.

(de Como esperanza de bronce. Poemas a mi difunto esposo)

gAel policAno rossi


(1987)

Gael Policano Rossi nació en la ciudad de Córdoba. Es especialis-


ta en escritura de teatro (magíster en Dramaturgia, Universidad Nacional
de las Artes).
En poesía publicó vosiyo (tocadesata ediciones, 2009) y $ (desde-
untacho ediciones, 2018). Asimismo, su libro forma parte de la anto-
logía americana de poetas astrólogos Un año en el cielo (Triana, 2017) y de su
traducción al inglés A year in the Sky (Triana, Nueva York, 2018). Publicó
Romain et moi (2012), ♥ (2014) y los diarios malviaje (2015) y amor brujo
(2016) como ebooks de circulación gratuita auto-editados bajo el sello
Capicúa ediciones.
Su primera novela es Gualicho (De Parado, 2016).
Es autor de las obras de teatro Saturnalia (2013), Neptunistas (2016)
y Rabia Roja (2017), entre otras. Su teatro se encuentra reunido en el volu-
men Liturgia (Rara Avis, 2021).

590
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

La baranda y el mormazo
que sale de mi cuarto
me preguntan
¿para quién levantar las medias
sucias, el cenicero, las pastillas
del piso, de abajo de la cama?

hoy me enamoré

hace 4 horas que no me responde el buenos días

ese chico de Grindr no es para mí


sin embargo voy a seguir conectado
en el radar, cambiando la foto
esperando que algo mágico y gay me suceda

sos mi merca
estoy seguro que esto se dijo mil veces
pero a mí no me importa lo que se dijo mil veces
te extraño se dijo diez mil trillones de veces
y si vos me lo decís, tirito

sos mi merca
recurro a vos cuando tengo obligaciones
tu sola idea me mantiene despierto por las noches
y después de tres días de estar expuesto a tu fantasma
lloro a la mañana y estoy de mal humor

sos mi merca
me das arritmia, me subís la tensión,
me ponés violento pero también impotente

hace un año que no se me para la pija


nadie vale la pena y nadie logra distraerme
¿como hago un poema para destruirte el corazón?

(de $)

591
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

Un día que dormimos en una cama


¿por qué fingiste que dormías?
yo siempre quería charlar con vos
yo sé que charlar conmigo era algo que te dejaba
siempre inspirado, al menos los ojitos te brillaban un poco
sé que estabas despierto porque sentí tu erección;
no sos el primer hombre que tiene una erección conmigo
y siente vergüenza de tener la pija parada,
estoy seguro que te encantaba decir
que jamás en tu vida me cogerías
que entre Gael y yo no pasa nada
o Gael está hasta las manos conmigo;
en realidad no te encantaba decir nada de eso
pero sé que lo dijiste, una amiga tuya te citó
o yo me lo inventé, con mi mente macabra:
yo sé que amás mi mente macabra
por eso me hablaste ese día
de que tengo que ejercitar mi autoestima
pero sonreías perverso pensando
a este gordo no me lo cojo ni en pedo
que se lleve su culo a otra parte;
mentira, no sé si pensabas eso
y no quiero poner en tu boca
palabras que nunca dijiste
antes de seguir de largo voy a quedarme acá
con eso, el recuerdo de tu verga gomosa
por afuera del jogging, entre la frazada y vos y yo
nuestro cuerpo perfecto

(de $)

592
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

***

Hay cuerpos que están hechos para el amor.


“Si te agarran estos brazos”
me amenaza un hombre
que hizo de su cuerpo
una máquina de producir testosterona,
leche y sudor.

Sus cuerpos están hechos


para resistir días en la selva,
aguantar los embates de alta mar.

En cambio los días en la ciudad


son todos iguales, y no tenemos que sobrevivir
a nada más que la soledad,
y a los gendarmes.

Hay cuerpos que están hechos para combatir


la soledad.

Otros cuerpos por ejemplo


el de los pibes de la placita
están hechos para jugar a la pelota.

Mi cuerpo no está hecho para el amor.

Recibo mensajes que dicen


“que hacés?”
y otros que dicen
“ya salí de la psicóloga hoy te veo?”
y otro que dice
“te gustaría culearme”
seguido de muchos signos de pregunta.

Mi cuerpo no está hecho para el Amor.

593
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Nadie jamás amó mi cuerpo


y recibí golpes, una vez,
violencia, más de cinco veces, y maltrato
de parte de personas en las que confié.

Después de mi segunda violación


intenté enamorar a un chico
que luego descubrí que era virgen
y en vez de amar mi cuerpo
amó mi mente nada más
y perdió la virginidad con un enano
del bosque, medio proletario
que lo abandonó antes del tercer mes de novios.

En ese momento yo pensaba


“mi cuerpo no está hecho para la violencia”
y me refugié en el amor de un chico
virgen pero su amiga me violó
una noche en mi cama, y ahí jamás pude
volver a respetar mi cuerpo y decidí
comerme todo lo que había a mi paso.

Hay cuerpos que apenas pueden sentir algo


y gozar les da tanta culpa que necesitan
que les exploten los órganos,
por eso “ROMPEME EL ORTO”
es un pedido de auxilio.

Por ejemplo yo sé que tu ano


apenas siente
algunas vergas
y que tu pija está cubierta de HPV
y los días de frío le salen verruguitas
y eso también significa que necesitás
mucho mucho mucho
afecto.

Todos quieren que goces pero nadie te avisa

594
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

que esto es una guerra, yo quiero gozar


pero también quiero sobrevivir,
tal vez hay que hacer crecer desde el tajo
un Dios adentro de una
para que te veneren los que rezan
en el templo de la violencia.

Mi cuerpo ahora es un lugar increíble.


Lo froto con crema de rosas de Bulgaria
y lo rasuro todas las mañanas
son costumbres de chico europeo,
lo cuido y sé que pronto los triglicéridos
me van a dar bien, porque este cuerpo
ahora está listo para sentir.

(de $)

mhoris emmA
(1987)

Mhoris Emma nació en Buenos Aires. Es poeta oral, docente,


escritorx, actriz, dramaturra, música y performer queer de poesía. Desde
2013 participa en diversos festivales del under porteño.
Junto a Cielo Nuar y Sebastián López Márquez ideó la obra Monó-
logos del ano (2019-2020), que se presenta en Feliza. Desde 2015, junto a Ya-
mila de Fillipis, organiza la Slam de Poesía Oral de Zona Norte. Coordina
diversos ciclos de micrófono abierto, como Alta Cumbia, Circuito Cerra-
do y Luz Casé. Participó, como actor y dramaturgo estable en diferentes
ciclos del under porteño; entre otros: Catarsis: Jugá el juego (2014-2015),
La Almohada Surrealista (2014), Las Hijas del Sodero (2015-2016), ES.ES.
AR. El musical (2017-2018) o Irma, Bésame una tarde entre los mates
(2018-2019).
En poesía, publicó en diferentes medios virtuales, así como los
libros Queridos heterosexuales (Elemento Disruptivo, 2014), Ninguna peluque-
ría abre los lunes (Te Eché El Ojo, 2016) y Los vecinos de abajo saben cosas

595
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

(Elemento Disruptivo, 2017), y la plaqueta Algunxs Poemas Peolas (edición


del autor, 2019). También publicó No me toleres (Milena Caserola, 2015),
un pastiche queer de diferentes relatos desheteronormalizantes, y la re-
copilación de textos teatrales Irma, Bésame una tarde entre los mates (Milena
Caserola, 2018).

Hay que saber chupar un culo

Hay que saber chupar un culo


no se puede adentrarse a penetrar con la lengua tal orificio así
[como si nada.
Hay que saber chupar un culo.
Se empieza de abajo hacia arriba, de los costados al centro,
hay que ir rodeándolo de a poco, lamer los puntos de placer
y al coxis también hay que saborearlo.
Hay que lamerlo todo.
Y hay que tantear el terreno también,
porque si está sucio, si está sucio,
lamemos los cachetes, damos vuelta y ya fue a otra cosa,
no se puede estar perdiendo el tiempo, no es así la vida,
¿a qué viniste, papi? ¿qué es lo que querés?
A mí me gusta salvaje, me gusta fuerte.
Ahora, si te gusta suavecito, si te gusta suavecito, bancatelá,
bancatelá porque esta piel arde, es fuego,
es llama que incinera todo lo que tiene al lado,
explotan las garrafas, marco territorio,
me pongo densa, asfixio,
loquita de noche, me gusta salir con amigas.
Pero eso así, también doy, la generosa me puse en Tinder
¿Qué querés? Lo pongo todo en la mesa, acá no se cartea nadie,
esta que vez soy yo, soy esto:
tengo la nariz grande, soy luenga, torcida,
me bajo dos años la edad en facebook,
me automedico, tengo estrabismo, no veo bien de lejos.
Pero tengo un alma caritativa,

596
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

me gusta que te vayas de casa con ganas de volver.


Tengo miles de frases para complacerte,
que estás hermoso, que esa idea tuya, la de ir al gimnasio es una
[pelotudez,
que la dieta es al pedo, que mejor te conviene no ir a declarar a
[la fiscalía,
que nos quedemos en casa, tengo un muy buen abogado para eso,
yo pago la birra, ves, te salgo barata.
Hay que saber chupar un culo,
no se puede chupar así nomás,
¿qué es eso de andar chupándole el culo a la gente
así como si nada, como quien no quiere la cosa?
Se empieza de abajo hacia arriba, de los costados al centro,
hay que ir rodeándolo de a poco, lamer los puntos de placer
y cuando la lengua se adentra en las entrañas,
deja de ser lengua, se vuelve aparato,
dis-po-si-ti-vo de placer.
¿Qué, venís con el culo sucio?
Y bueno, qué va a ser, yo me animo, eh, me tiro a la pileta.
Lo peor pasa, una lengüeteadita, el sabor se va.
Si querés, después te chupo un poco la pija,
para que cuando te bese no sientas el sabor de tu mierda.
Yo me animo, eh, te dije que tiro todo lo que esté en la mesa,
no me importa lo que haya antes ni lo que se desparrame,
el florero, el mate, las carpetas de macramé, la factura de la luz;
yo soy monotributista, yo elegí mi obra social,
si te digo que lo hago, lo hago.
¿Querés apostar? Apostemos, dale.
Hay que saber chupar un culo.
Se empieza de abajo hacia arriba, de los costados al centro,
hay que ir rodeándolo de a poco, lamer los puntos de placer.
Y ahora no me vengas con que no te gusta,
¿qué no te va a gustar?
Yo te conozco, vos sos de esos
que se quedan en la duda, que sí, que no.
A mí, muestras gratis no vengas a pedirme,
yo quiero las cosas claras,
a mí no me importa si es peludo, lampiño, rasurado,

597
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

si tiene hemorroides, se chupa con cuidado, pero se chupa igual.


¿Se entendió? ¿Fui clara?
¿Necesitás tomar nota? ¿Querés que te lo dicte?
Sacá una hoja:
Hay-que-saber-chupar-bien-un-culo.

(de Los vecinos de abajo saben cosas)

Me gusta cumbianchera, piquetera y proletaria

Me gusta olerla, desearla, palparla,


pararla, sobarla, apretarla, admirarla,
sacarle fotos, gastarme un rollo de 36 en esa pija,
pintarla al óleo, declamarla, lamerla, morderla, estrujarla,
que me llegue al duodeno y al esófago, que me atragante y me
[llene.
Si son tan lindas, tan hermosas, rosaditas, morochas,
bien duras que rompen las paredes,
juguetonas, anchas, largas, cabezonas,
con puntita, encapuchadas, libres,
algunas de formas raras, tipo gancho de carnicero,
para un lado o para abajo,
lechosas, de pocas gotitas, bañadoras,
pitufas, peludas, lampiñas o rapadas,
naturales o faloplásticas, con ricota, precoces,
largueras, morbosas, tradicionales, directas y neuróticas.
Desde acá se te huele, la humedad del ambiente exalta tu olor a
[bulto,
esto es Buenos Aires, acá hay humedad todo el tiempo
Me gusta presentirla, preverla, anunciarla,
pararla con el deseo, saberla soñada,
intergaláctica, transdimensional, atemporal,
jugosa, venosa, bien dura, de tronco ancho como el ombú, árbol
[pampeano.
Me gusta crítica, consciente, enamorarla en rituales urbanos,
bailándole cerquita y después lejos, activar la magia,
expandir las feromonas, hacerle una miradita y que entienda todo,

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La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

encontrarla y perderla, esperarla y disfrutarla.


Me gusta deseante, deseada, peligrosa, nevada y oculta,
Me gusta zafada, recatada, real, virtual y enmascarada.
Me gusta cumbianchera, piquetera y proletaria,
Me gusta siempre lista,
una buena pija peronista.

(de Algunxs poemas peolas)

Así, atragantadamente

Que tu pija me entre toda en la boca,


así, de una, atragantadamente,
ponerle, amor a la campanilla,
algo quiere decir.
Que tu pija y la del otro me entren
como molde a mi boca,
conexión cósmica, locura,
enriedo místico genital,
alta profundidad posible,
moldes predestinados karmáticamente.
Que tu pija me entre toda en la boca,
entendés, la gravedad de la cosa.
Que debería hacer un poema, me decís,
pizza, pija, pija, pizza, fugaza de pija, me decís,
y será que no hay nada más que ver,
pero a mí me agarra un hambre.
Vos te reís,
te sumís en la pasivofobia
y el hambre es humano, guacho.

Nunca ocurre de entrada,


no es que a la primera de cambio,
¡puf ! encastró, campanilla full time,
pausas para los vómitos,
no, se va dando de a poco la cosa,
se construye y un día, sin preverlo,
¡puf ! encastró, campanilla full time

599
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y la percepción de que ahí hay algo.


Que tu pija me entre toda en la boca,
entendés, la gravedad de la cosa,
que me entre toda,
que me recorra los rincones,
que me ronronee las amígdalas,
que me amildone la glotis.
Que tu pija me entre toda en la boca,
entendés, lo que menos pensaba,
no querer desprender el sentimiento,
tejer enredos en el placer,
abrirse a las posibilidades,
Yo, que tenía todo tan resuelto,
todo tan inmutable,
justo tu pija me viene a entrar toda,
en la boca, así, atragantadamente.

AlejAndro pAivA
(1989)

Alejandro Paiva nació en Bahía Blanca, pero vivió y creció en


Punta Alta. Actualmente reside en La Plata, en cuya Universidad Nacional
estudió el Profesorado en Artes Audiovisuales. Es docente de esa casa de
estudios en la materia Producción de Textos. Integra el Proyecto Trilse,
un colectivo de realizadores de videopoemas. Participó de las primeras
ediciones de la Fiesta Drag en La Plata. A veces se draguea para leer.
Forma parte de varias publicaciones colectivas, como Corderos en
la espuma (antología del VII Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía
Blanca, proyecto LUX, 2018) y Camalote, poesía afluente (Caravana de edito-
riales, La Plata, 2019), entre otras. Publicó el fanzine El mar de la memoria
(origamidepoesía, 2012) y una plaqueta de poemas titulada Supersticiones de
Puerto Rosa (2016), que fue reeditada por la editorial Villa Mora en formato
libro-objeto (Bahía Blanca, 2020). También publicó Descampado Corazón
(Ediciones Arroyo, Santa Fe, 2020).

600
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Cesar se arrodilla sobre una pila de papeles,


hurgando con urgencia,
entre los recortes, buscando, dice
pijas, conchas, culos, tetas
Veo a Julio metiendo
su mano en el pantalón.
Estira el elástico, moviéndola
hacia afuera, y parece
que un alien va a brotarle
de la entrepierna. Ríe,
salta y mira
a César extasiado.
pijas, conchas, culos, tetas
En un baile animalezco
están.
Julio se acerca
por atrás y roza
la nuca de César con la mano
dentro de su pantalón.
pijas, conchas, culos, tetas
César empieza
a saltar enfurecido,
tira
patadas a lo pavote
no es de macho —repite
andar tocando el garrote.
pijas, conchas, culos, tetas
Julio arranca
desde la garganta una carcajada
que arruga el aire, y César
de golpe empieza a reír con él,
frota su entrepierna.
pijas, conchas, culos, tetas
pijas, conchas, culos, tetas
El ritmo entra
a mis entrañas
Julio y César relinchan

601
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

doblan el cuerpo
hunden sus piernas en la tierra
y después saltan.
Espetan potente
puto, puto, puto.
pijas, conchas, culos, tetas
me envuelven, giran
a mi alrededor en un ritual
frenético, el juego
violento de ser un macho
cabrío atolondrado. Brotan
dedos de las entrepiernas:
racimo de voluptuosidades,
manantial vacío.
pijas, conchas, culos, tetas

(de Descampado corazón)

***

Se hunde en lo bajo
lo húmedo que resbala
por la piel, tierna.
Se hunde y baja.
Entonces, siento
lo puntiagudo, lo redondeado.
Entra tanteando en lo oscuro,
la cueva, mi jardín
íntimo que se desborda
en la gramilla de este cuarto.

Se curte en el enchastre
de un escupitajo, se abre
la vergüenza por un momento. Es una flor
que nace a la orilla de un charco.
Rompe en mi espalda

602
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

un mar que se desborda, estalla,


con la fuerza de la ola contra la roca.
Me moja en la ribera
de la cola, el costado
abierto por los dedos que arden.
Empuja
Julio y grito,
pero no, porque la mano…
y Julio, la carcajada
es un eco en loop que
esplende en el espacio
de este cuartito oscuro.
Se hunde en mi pantalón
como rayos de sol
que me caen en la cara
y la calientan.
Lo húmedo resbala,
el rocío que en las mañanas
cubre el pasto cuando salgo de casa,
la piel suave de una yarará
serpenteando entre las flores
silvestres de la Mesopotamia.
Y mantengo,
mientras se hunde, los ojos cerrados,
siempre los ojos cerrados bajo el agua.
La espuma cremosa del oleaje
se vacía entre mis piernas,
hago la plancha en altamar,
me voy con la corriente
vibratoria que cae hasta la planta de mi pie,
llenándome de escalofríos.

(de Descampado corazón)

El clima y el paisaje

El perfume de los materiales


que usás para construir casas

603
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

mezclado con el sudor


de tu frente,
tu espalda,
tus axilas.
Las manos humedecidas
por la fuerza que invertís
para alzar maderas
rugosas, manchadas con concreto.

La caída del rombo


de tu espalda, ese surco
por el que un río pestilente
arquea mis pestañas
eriza los pelitos
de mi piel cubierta de polvo.
Sube de tu centro el perfume
generado en tu torrente,
como arena entre los dientes,
tierra negra mojada en la mañana
cal desprendida de tu melena
derramada en tu cara.

La redondez de tus hombros


el mameluco
Se acerca a los canteros
coquetea
con las sombras profundas
ahí donde mañana
volveremos a sacar minerales
para hacer estos menjunjes
que permitan levantar paredes y techos
donde cobijarnos
del clima y el paisaje.

***

Casi no
llegamos más a tu casa,
con tus amiges.

604
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Casi el calor nos mata


adentro del colectivo.
Casi se llenó de gente y
nosotras tan fumadas,
viajando
hasta un número desconocido.
Casi la piel de ese chico
convoca a mis ojos,
los atrae
porque su color,
su brillo,
porque la luz que dispara el vidrio
se le pega al labio inferior,
el más suculento,
seco
por el polvo que levanta la calle
y entra por la ventana
al pasar esta gran máquina con rapidez.

Casi suspiro cuando él ríe


—un resoplido corto,
aire que sale por mi nariz
con más presión que la acostumbrada—
en el colectivo
lleno de gente
viajando hasta un número desconocido.

mAnuel sánchez ruiz


(1989)

Manuel Sánchez Ruiz nació en Buenos Aires. Actualmente vive en


Olivos (provincia de Buenos Aires). Es licenciado en Psicología. Publicó
La flecha dorada (Alción, Córdoba, 2017) y Ojalá lo hubieras visto (Tren instan-
táneo, 2020). Participó en la antología El Rayo Verde (2015, edición virtual)
y en la plaqueta El poema que fue jueves (El Rayo Verde, 2016).

605
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Puse a lavar las cortinas como habíamos hablado


es un misterio el jardín cuando deja de llover
mientras las colgaba blancas sobre la soga arqueada
pude sentir la tela como tus caricias sobre mi hombro
y luego cayendo como una cascada a mi alrededor
iluminada por el sol cuando entra y se queda inmóvil

pero estos mantos agitados por el aire vespertino


me recuerdan la noche en que pasaste por mi casa
y me hablaste de Oliverio tu brío corcel que corcoveaba
como yo cuando me besaste junto a las vías del tren
y ahora quiero quedarme bajo este manto para siempre
porque temo al salir la tarde descorra el velo
de un recuerdo que cada vez se pierde un poco más

al final me alejo sin rumbo por el jardín


necesito apartar mis ojos de esta cápsula blanca
y me acerco lentamente hacia la palta mutilada
¿te conté que sus frutos atravesaban como meteoritos
las frágiles tejas del techo? la cortaron en noviembre
pero el tocón sigue allí con la forma de una marca
y aunque creí que lentamente comenzaba a secarse
puedo ver los brotes blandos alzándose hacia el sol

¿no es hermoso todo esto?


hay que creer en las cosas que crecen
pero también en las que brotan un día y luego se extinguen
¿cómo puede ser que habiéndola matado
quiera alzarse hoy de nuevo? Y a mí que no me
cortaron nada
o me cortaste algo que no se ve ¿por qué me inclino
hacia el pasto húmedo y me siento caer?

aunque descorras las cortinas sobre este brote seco


sobre el peso de tu silencio que cae
como una palta celestial y aunque decidas cortar

606
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

la línea de comunicación
yo te pregunto ¿no es hermoso todo esto?

***

Cuando terminamos de coger


tomás mi mano
seguís cada una de las líneas
con tus yemas de madera áspera
el movimiento de las vetas
y el vaivén de ese recorrido
aceleran esta idea mía
de que es ahora
el momento de escapar
cuando termines será tarde

ahora tus dedos revelan surcos


como si dragaran una ruta acuática
filtrándose sobre mis palmas lisas
tensás esos hilos como sogas inmensas
y en inglés decís
que mi línea de la vida es larga
pero no la del amor
que tiene nudos, torceduras
y no sé bien qué más

porque sé que no es fácil


que a veces no funciona
y aún así, sospecho
que si te beso las manos una vez más
si te beso los hombros
cuando me das la espalda
puedo enderezar
la dirección de estas líneas
y convertirlas en dos vías paralelas
de hierro fuerte o

607
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de acero inolvidable
dos vías con la forma de un camino
que nos lleve a un lugar seguro
lejos del tiempo.

***

porque nunca he querido dioses crucificados,


tristes dioses que insultan
esa tierra ardorosa que te hizo y te hace.
Luis Cernuda

Esa noche repetimos la liturgia:


paseamos por la ribera del Guadalquivir
levísimos como aves que planean
por el viento helado
sobre nubes oscuras y la torre del oro

cómo suspirábamos al detenernos


frente a la intrépida glicina
o bajo algún alero
en el capullo de la noche
recogías tu pelo hasta formar un rodete
imprevistas flores de azahar
resplandecían como luciérnagas
hilvanadas entre tu pelo

mi señor nazarí, que llegaste desde tu tierra de cádiz


hasta el piso sevillano donde recité
una y otra vez el evangelio de tus manos
yo te pregunto
¿en qué momento comenzamos a olvidar?

han pasado meses y la gloria de tus días


mozárabe joven, bello andaluz
comienza a perderse
ya no siento el aroma de los naranjos y he perdido
el llamado de tu voz

608
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

en los jardines del real alcázar

¿en qué momento comenzamos a olvidar?

¿a qué dios debo pedirle que te devuelva a mí


aún maqueao
reclinado sobre los postes de la santa justa?

¿a quién rogarle que avive


los cirios de tus ojos dormidos
o encendidos con su luz plateada
bajo los párpados de la noche?

¿quién me devolverá en la ciudad oculta


a tus brazos que me amansan?

¿en qué momento comenzamos a olvidar?

a Pablo

***
¿puedes, por ejemplo, rozarme con la mano
sin provocar una catástrofe cósmica?
J. R. Wilcock

¿Recordás cómo los empleados


peleaban frenéticos
por marcar nuestros boletos de autobús?
nadie quería perderse
el vigor de tu mirada
o la oportunidad de rozar
tal vez en un descuido
tus manos pulidas.
pero era a mí
a quienes esas manos sostenían

609
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

ahora todos me preguntan


por qué me entusiasma tanto
volver a italia
y pienso en los empleados
en vos cuando decís esas cosas
que no entiendo
y en cómo hacer para explicarles

(de la serie Cuatro poemas romanos)

***

Nunca aprendí a escupir


como hacían mis amigos
no supe inhalar el aire necesario
ni arrancarlo de la profunda cavidad
y desde ahí proyectarlo al mundo

ahora pienso cómo serían las cosas


si hubiera aprendido a escupir
como dios manda a los varones
si hubiera sabido que es mejor soltar
la propia voz y no guardarla
como tesoro en una cueva oscura

esta noche por ejemplo


camino por las calles
junto al chico que me gusta
sostengo con tranquilidad su mano
para no perderlo en este viento fresco
que nos escuda del calor

un relámpago crece dentro de mí


cuando él me abraza
y murmura sus tontas palabras
sobre el borde de mi oído

610
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

sos un zalamero, digo


al mirar sus ojos
y siento que es mucho lo que hoy me perdería
de no haber aprendido a escupir algunas cosas

si el chico que me gusta se apoya en mí


resplandeciente bajo las luces
de los faroles y los automóviles
yo abrazaré su espalda cuando ceda
y se acomode
como una isla seducida
adaptándose suavemente al continente

entonces
al reclinar mi mentón sobre su hombro
descansaré

¿llegará a quererme?
¿será posible que yo le guste?

las preguntas como augurios aparecerán


esta noche cuando me falte poco, papá
para estar en paz
porque es cierto que para algunas cosas
mi voz habita aún donde moran las sombras

¿cómo ser amable para un hombre?


¿cómo no sentir que esta pregunta
tiene que ver con vos?

(de La flecha dorada)

15.

Me estoy yendo a casa


perdoname dice

611
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

otro mensaje tuyo

intento pensar
de qué te escapás cuando no venís
si es de mí
o de algo que aparece
entre nosotros

como si fuera poco


a esa huida le sigue
inhóspito
el silencio

ese mutismo es tu mejor arma


lo esgrimís con el pulso firme
como un animal acorralado
que ataca justo ahí

donde soy más vulnerable


y me enfrenta
a un derrumbe de ideas
que arrasa conmigo

a veces pienso que


no te importa
a veces tu respuesta coincide
con la forma justa
de mis temores

a veces es peor
y duele más
de lo que el cuerpo soporta
pero yo
que insisto

quiero saber de qué se defiende


ese animal dolorido
para tomarlo entre mis brazos

612
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

para aprender también


a cuidarlo de eso.

(de Ojalá lo hubieras visto)

FAbricio jiménez osorio


(1989)

Fabricio Jiménez Osorio nació en Santiago del Estero. Actual-


mente reside en Tucumán. Coordina talleres de escritura y dirige la edi-
torial Gato Gordo Ediciones. Es autor de Bifurcaciones falaces (culiquitaca,
Tucumán, 2014); Un limbo ideal (Gato Gordo Ediciones, Tucumán, 2015);
Boogiepop Phantom (Charqui, Tucumán, 2016); Música porque sí - Los amigos del
futuro (Edición de autor, 2018) y Querida ilusión (La Cascotiada, Tucumán,
2019).

sexo, tristeza y alegría

I
Acabo de leer en un estado
que alguien preguntó abiertamente:
“¿andarías con una persona que tiene VIH?”
y entre un millón de “no”
tuvo que aparecer sí o sí la Belleza
y fue una respuesta que decía:
“sí, y sin peros”

II
palabras claves: reina, yire, noche, putos, madonna, club, amor,
mala, lindo, túnel, dragqueen, vodka, ella, culo, viaje, bicho, lo-
cas, pija, show, pasiva, chongo, moria, teje, fuego, celu, yo, peluca,
vamos, hola, plata, traumado, parque, after, ipla, petardo, muda,
lechita, tajo, novio, música, montada, versátil, enamorados, brillo,
mañana

613
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

III
me acabo de dar cuenta
que en todos mis cuentos y novelas
son todos barebackers
siempre
pero siempre
me encantaría saber
por qué razón nadie hasta ahora
me lo había hecho notar.

IV
La primera vez
que alguien me mostró su examen
yo tenía 18 recién cumplidos
y no estaba educado para entender
qué significa
“reactivo” / “no reactivo”.
Me dio vergüenza decirle
“¿qué significa ‘reactivo’?”,
pero se lo debo haber dicho
con la mirada
porque en seguida me dijo:
“Ahora ya sabés la verdad,
y sos libre de elegir
si querés estar, o no, conmigo”.
Me sentí extraño,
no me parecía ni bien ni mal que me lo dijera.
Me parecía extraño.
Con los años entendí esa extrañeza.
La entendí muy bien.

V
Por eso me dan fiaca los contenidos de Netflix.
Acabo de ver

614
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

una escena truchísima de garche marica


de la segunda temporada de Élite
en la que hacen el misionero
como si fueran pakis.
Es imposible que dos putos de frente
garchen así
no entra nada en ningún lado
las piernas tienen que ir
necesariamente muy arriba
porque el culo está para atrás…
no hace falta ni siquiera
ponerse a ver
una porno gay
para captar un detalle tan elemental
como ese.

VI
cualquier cosa que escriba
sea lo que sea
habla siempre de lo mismo:
tener ganas de coger
todos los días de mi vida
con una persona
que está ahí
para que yo la ame.
Hoy me di cuenta de eso
apenas entré a casa
y dije:
“uy”

VII
Charlando con mi novio recién
llegamos a la conclusión
de que una Tetera es
tan gloriosa y necesaria
en toda ciudad

615
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

como lo es un Mercado.
Recién pasé por una de Barrio Sur
que se llama Tadeo
y dejé ahí algunos ejemplares
de “Ser pasiva me cambió la vida”
porque algunos clientes preguntaban por el libro.
No deja de alucinarme esa exploración entre
el vínculo de nuestra literatura irreverente
con una tetera
y sus posibles resultados a partir
de esa apertura
de ese choque de planetas.

VIII
Las maricas panfletarias
me ametrallan
y me aburren.
Dan batalla al deseo por cuerpos hegemónicos
y no a su promoción.
No es casual
e implica un desgaste inútil.
Y me dispongo a yirar y quizás
a entenderlas
pero accidentalmente, sin proponérmelo.
(La historia: una historia tucumana
nocturna en su espíritu clandestino
que da cuenta de una frustración que se siente
desde el cuerpo
y para con el cuerpo).
La insatisfacción
La soledad
La frustración
El autoestima y sus altibajos
Los personajes estereotipados de siempre
con sus roles secundarios
Las teteras, los darkrooms
¿De dónde soy?

616
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

De verdad
me gustaría ser un chico gay
No sé en qué me he convertido.
Fui un chico gay en el 2008
y ha pasado tanto de aquello.
Tantas fiestas y desmayos
tantas eyaculaciones casuales
y tantas vidas que se fueron
devoradas por la violencia.

mArtÍn zÍcAri
(1989)

Martín Zícari nació en Buenos Aires. Es historiador y escritor.


Publicó los relatos eróticos Papus (De Parado, 2013), la novela Scalabritney
(Entropia, 2015), y el poemario Del Príncipe Azul al Hombre Invisible en una
Semana (Editorial Municipal de Rosario, 2018), con el cual obtuvo una
mención en el Primer Concurso Nacional de Poesía de la EMR, en 2017.
Próximamente publicará un nuevo poemario, Leche (Los Poemas de los
Chamos, Caracas y Buenos Aires).
Los poemas “IV” y “II” pertenecen, respectivamente, a los libros
inéditos Leche y La jaula de oro.

Bueno ahí salí de tu casa


todo bien,
obviamente que garchamos de una
y nos quedamos hablando en su cama,
él me volvió a decir
que sigue en la misma,
le pregunté por qué carajo me había hablado
si él sabía que yo estaba enganchado
y eso no iba a cambiar en dos semanas,
él quería tener una relación
como amigarches,

617
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

yo le dije que no quería eso,


nos fumamos un porrito de despedida,
bajamos un poco el discurso hostil
y nos despedimos con buena onda,
pero bueno esta vez él sabe
que yo estoy enganchado o que me voy a enganchar
y no me va a hablar a menos que esté para otro plan,
lo mejor fue que
me regaló unas flores
así que vuelvo cargado.

Voy volviendo por Corrientes,


si no querés sentirte una mierda por enamorarte
salí a caminar por Corrientes,
es muy fácil enamorarte en esta ciudad,
vas caminando por Corrientes
y todos los putos que te cruzás en el camino te clavan la mirada
con lo que es muy fácil
hacer algún tipo de guiño o darse vuelta
y ver qué onda,
si podés intercambiar el celular
o directamente charlar y salir a tomar algo
en ese mismo instante,
yo estaba asustado
de nunca más estar enamorado en la vida y…
me pone muy feliz que sea así,
el mundo nos da
muchos hombres que miran.

(de Del príncipe azul al hombre invisible en una semana)

***

A Emma

Esta ondita de flacos


que andan caminando por la calle

618
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

con joggins así medio chupín


y esas gorritas, así, medias…
no sé si don de rapero o yankee
pero no son de villero,
gorritas más de rapero,
esos pibes con tatuajes en el cuello
medio grandotes
están más buenos, boludo,
qué onda esta ondita
es muy muy buena.

(de Del príncipe azul al hombre invisible en una semana)

IV

En una fiesta
tirado entre tus piernas
veo al otro de nuestra relación
en tu celular,
lo ves en el mío,
intento vender un proyecto.
Contra una erección matinal importante
tu culo carnoso y blanco
lechoso
llega hasta mi pelvis.
En la mañana te beso y cumplís mi sueño.

(de Leche)

II

Emerge el aburrimiento, la infancia


primeros goces, sonidos, la boca
el cuerpo desparramado
a la voluntad del amo,

619
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

mi ansiedad
el calor no asumido, la histeria
afectos emergen encuentros
mi novio se tira al piso
conmigo, me gira,
mis piernas están levantadas
se viene sobre mí y me pierdo
sonidos emergen la boca
repite el goce infancia
lo llamo, atraigo
pienso en forma de género
melodrama novela
me muero, lo mato, pierdo el control
pienso en libros que veo en la biblioteca
desde el piso me giro
gozo, el pensamiento en formas, mandatos
y zen me digo
son pensamientos, qué querés hacer
con ellos?
Me giro me apoyo y caigo sin fuerza
de nuevo la alfombra, el goce
me paro. Cocina, comida
las ansias, hidratos, corto una batata
especias y el último
aceite al horno,
ansiedad, las batatas se cuecen
al horno con el último aceite
los maestros, el abuso
tecleo las letras y espero se manifieste
afectos que emergen
son claros, conocidos,
leo teoría, veo historias de amigos
novelas de ruta, comedias
bildungromans sin drama aparente
emergen afectos son otros
envidia, alegría, primeros pasos
me giro lo veo
mi novio en la silla

620
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

bebe, escribe, lo veo


afectos emergen miedo
vergüenza con formas, mandatos
los astros los signos arquetipos
emergen las cartas
las letras, las formas
drama, redención,
vulnerabilidad extendida
me llegan correos que anuncian
me convenzo, emergen afectos
en formas de sentimientos conocidos
no hay manera
de sentir
otra cosa
dramas, melodramas, purgatorio
emergen y pasan decisiones
planes vacaciones agendas
y pasan y emergen y sentimientos
hablo infancia boca leo teoría

(de La jaula de oro)

juAnX giusepponi
(1990)

Juanx Giusepponi nació en Villa Mercedes (San Luis) en 1990.


Es activista lgbtttiq, diseñador y editor en Editorial Deacá y diseñador en
Dale Mecha. Los poemas que reproducimos son inéditos.

El que puede
¿es tu cuerpo
o el mío?

nadie sabe

621
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

no

lo que es amar

un cuerpo
puede en otro
ausente

una cuerpa
puede en otra
aparecer

***

Mirás
bultos ajenos como
si pudieran calentar
ese frío de mierda
que te presuriza
el vacío

ocultás
no mentís, ojo
una cosa es a
otra cosa es b
dice tu boca pintada
por el destello marica
de poros ajenos
creés
que sin decirnos
el nombre
esto no te pertenece
fue un sueño más
perdonado y

622
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mojado

sabrá tu novia
que escuchaste
adicta con él
en un lugar
discreto
que en los baños
de las terminales
te dejás
querer

***

Ayer te imaginé
comías de mi cintura
mis piernas
te abrazaban
sobre el pecho
una nube rosa

nos imagino
hechizadxs por tu perfume

ayer toqué
el borde de tus orejas
con mis dedos
te creé
como si nada
mi creatura mágica

nos veo
acariciadxs por tu nube

ayer recorrí
tus poros y orificios

623
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

en la yema
del dedo
un líquido
rosa

***

Legitimar la rabia
para que no sea violencia
legitimar la ternura
para matar la indiferencia
legitimar el conflicto
para detener la guerra
legitimar la diferencia
para abolir la normalidad

en cada gesto
en cada acto
en cada movimiento
performático
estético
espontáneo

destruir los impulsos


enseñados por quienes
vaciaron con signos el
infinito de posibles
gestos de amor
y de rabia
matar un prejuicio
morir cuando una quiera
para poder habitar
esta ilusión delirante
plena de gestos reales
para que la ternura
inaugure actos

624
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

gestos
movimientos

ezequiel nAcusse
(1990)

Ezequiel Nacusse nació en San Miguel de Tucumán. Es licen-


ciado en Letras. Integra las antologías de poesía 30.30: poesía argentina del
siglo XXI (Editorial Municipal de Rosario, 2013) y Les poetas (Gog&Magog
2019), y la antología de narrativa breve 40° Narrativa tucumana contemporánea
(Blatt&Ríos, 2015), entre otras. Fue becario del Centro de Estudios Lati-
noamericanos (Universidad de Colonia, Alemania, 2015-2016) y participó
de las residencias para artistas FILBA-Centro Cultural Recoleta (2016) y
Enciende Bienal (2017). En 2013 publicó su primer libro de poesías y
cuentos: Primera Persona (Culiquitaca Ediciones, San Miguel de Tucumán).
Es organizador del Festival Internacional de Literatura Tucumán.

Agua32

El hombre que miro está nadando. Su cuerpo sumergido


hace estrellar las montañas. ¿Sabe que lo amo
y que visto este traje como de atardecer
para no saltar encima suyo?

El paisaje es una cosa informe


donde se superponen relieves como ojos, declives.
Nada amanece.

El hombre es verde; el paisaje azul. Mi sombra extraña


su mirada que explica los fenómenos de refracción.

El hombre nada.
El hombre que amo está nadando.
32 David Hockney. Retrato de un artista o Piscina con dos figuras (1973), acrílico
sobre tela, 2,15 x 3,05 m. [Nota del autor].

625
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Él nada.
El nada.

Esta página es como la red de mis ojos.


Una lámina de agua nos separa.

John

Está por llover,


John
lo sabe.
Tiene puestos
los anteojos de carey
que fueron míos
el tiempo en que nos sentimos centauros.

Se desnuda en el balcón
la lluvia
lo secuestrará.

Pienso en su espalda atravesando


la ciudad de terrazas, cables y jardines,
el túnel callado en el que habito
tras los lentes oscuros,

esos lentes que dejé sobre la mesa


junto a una nota que decía volveré
cuando la lluvia

pero John, empapado y sediento,


supo que mentí.

Todo el tiempo me hablás

Todo el tiempo me hablás de ella


como si yo fuera un maniquí al que podés vestir

626
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y desvestir cuando se te da la gana


Me mostrás
los poemas que le escribiste
las canciones que compusiste
las horas del día que te reclinaste sobre tu sombra
con la guitarra en las piernas
en el patiecito de atrás de tu casa
Cuando colgamos el teléfono
imagino que salís al balcón mirás
a las chicas descuidadas
que pasan con sus vestidos cortos
y sus piernas tersas
Después vas al baño
abrías la ducha y te desnudas No quiero
ir más allá
Estando bajo el agua te acordás
lo que conversamos minutos atrás en el teléfono
vos sentado en el piso con las piernas recogidas
y apoyado contra la pared acariciabas a una
de tus cuatro gatitas y me preguntabas
si quería estudiar en tu casa
con vos
con tus gatitas
y con el recuerdo de ella que es como una piedra
en el bolsillo
todos tenemos una molestia
una picadura una mentira
no lo sé Creo
que no podría soportar esas piernas hermosas
desfilando por la vereda de tu jardín
Y para cambiar de tema hablo otra vez sobre ella
no quiero entristecerte ya sé pero quizás esa sea
la única forma de que tus palabras
se dirijan a mi boca
a mis ojos
y a mi corazón enfermo

627
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

gAbriel bAlmAcedA
(1990)

Gabriel Balmaceda nació en Buenos Aires. Estudió Letras en la


Universidad de Buenos aires. Concurrió a talleres de poesía, entre ellos el
de Osvaldo Bossi. Publicó el poemario El buen devoto (El ojo de mármol,
2017) y los fanzines Ciudad amor (AludZine #2) (Ediciones Francia, 2017)
y Carne y huesos (Fantasma, 2019). Participó en la antología El rayo verde
(2014). Coordinó ciclos de poesía y música como “Cae la noche tropical”y
“Fanática de los boliches”. Actualmente trabaja en su primera obra de
teatro.

Salpicás todo
no queda nada
adentro tuyo

tirado en el suelo
te sonrío
mirándote a los ojos

bañado en leche
como si fuera un bebé
recién bautizado

replico tus ecos


atrapados en mí

mis piernas tiemblan


son espasmos de la entrega
¿el diluvio que está afuera
es el mismo
que sentí en mi cuerpo?

ahora me hablás

628
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de no sé qué

yo no paro de pensar
en la bendición
que me diste

el cielo se expande
los pájaros vuelven a los árboles
y nosotros quietos

esperando que el juego


se abra de nuevo

***

La primera vez que te vi


tenías una remera con olas
pensé que eras bañero

di brazadas grandes
para decirte que te quería
pero fue inútil

me ahogué
cuando vos
salvaste a otro

***

Me arrodillo
y te lo hago
sin manos

629
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

se escuchan
los perros ladrar afuera
quizás un fantasma
esté cruzando la calle

subo y bajo
aprieto los labios
contra la carne
firme y caliente

siento tu voz
que se apaga
a lo lejos
como una radio
que deja de funcionar

te miro
y tus ojos
se hacen más profundos
con cada impulso

la luz
entra por la ventana

ilumina todo

cada fracción de segundo


cada parte de vos

ahora
mi boca
prendida fuego
tus manos
no saben qué hacer
y tu pija a punto de explotar

***

630
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Quiero estar roto


así me armas
como un rompecabezas
hasta que yo te diga
que estoy casi completo
que lo único que me falta
es el disparo
en el medio del corazón

***

Tengo miedo
de que se me parta
el corazón

juntar con una pala


los pedazos
chiquitos
y rojos

guardarlos
en una caja
y pegarlos con la gotita
del varón de turno

y así
reconstruir
lo que es mío

(de El buen devoto)

***

631
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

El Pela era
mi compañero de banco,
al que le contaba
los secretos de mi hermana
y mis cosas de adentro del pecho.
En verano
nos metíamos desnudos
a la pileta,
tenía piernas hermosas
por jugar a la pelota
con los pibes.
Me llevaba bien
con ellos, los saludaba
y a veces fumábamos porro
porque en el campo,
si no sos amigo de muchos,
podés perderte para siempre,
como ese chico
que iba al otro curso
y se tiró a la pileta
con un par de piedras
en el bolsillo.
Todos los sábados
el Pela me venía a buscar
para ir al baile,
un lugar en medio
de la ruta
entre la estación vieja
y la comisaría.
Las luces se movían
de una pared a otra
y todos bailábamos
sin mirarnos
a los ojos.

***

632
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Tenía doce años


y estaba solo en la casa
cuando entré a la habitación
de mis papás y encontré las cajas
en las que había
un cuerpo de hombre
partido al medio
que solo tenía un slip.
Nunca me habían interesado
las revistas con mujeres
en ropa interior;
ahora estaba frente
a un bulto
de un hombre sin rostro.
Sentí cómo la tela
se expandía dentro del pantalón
y el botón de la bragueta
quería salirse de su ojal.
Escuché un ruido en la cocina,
me acerqué
y vi al modelo
ahora con cara sonriente
que me invitaba a tocar en vivo
ese bulto macizo y vibrante
que parecía de arcilla.
De su boca
ninguna palabra,
con la mirada
me dijo que lo tocara todo.
El algodón del slip
parecía hecho de nubes
suave y flexible a la vez.
Entre las piernas
sentí que chorreaba
una catarata
que salía de la línea
de partida que inaugura
el deseo de todas las personas.

633
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

Me tiré a la pileta
toqué el fondo
con los dedos
y sangré.
El Pela me agarró la mano
y me chupó el dedo.
Cada vez
que hacía eso
flotaba en una almohada gigante
que me llevaba de viaje
a un país que no conocía.
Al oído me dijo
que fuéramos detrás de la parecita
así nadie nos veía.
Me bajó el short
con las dos manos,
un movimiento rápido,
delicado.
Y nuestras miradas
se perdieron
entre los árboles
y las motitos de la ruta.
El ruido de la puerta
nos sacó de ese vaivén
de hamaca paraguaya
mientras el cielo
se oscurecía
a punto de llover.

(de Carne y huesos)

634
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

juAn pAblo di lenArdA pierini


(1992)

Juan Pablo Di Lenarda Pierini nació en la ciudad de Arrecifes


(Buenos Aires). Actualmente vive en Rosario. Es poeta, activista LGB-
TTIQ y gestor cultural. Cursó la carrera Periodismo en el ISET XVIII.
Colaboró en la redacción de notas sobre diversidad sexual y derechos hu-
manos en el Diario El Ciudadano y la revista La Tetera, entre otros medios
autogestivos.
Produce y coordina el “Ciclo de Poesía Orgullosa Itinerante”, una
apropiación de los espacios públicos de la ciudad que reúne diversas dis-
ciplinas como la música, la literatura y artes visuales. “Marikitas” (2019)
fue su último proyecto fotográfico, con el cual recorrió diferentes centros
culturales de Argentina y Uruguay.
Participó en (Di) Sentires (Turba, Santa Fe, 2019) la primera an-
tología poética LGBTTIQ+ de la provincia de Santa Fe. Su primer libro,
Algo que no sé, fue editado en 2020 por Piel Ediciones.

Uruguasho

Él y él
Amanecidos juntos
Sobre la arena babosa
En algún rincón
De playa los dos
Él y él
Pedazo de cielo rojo
Que los vio coger
Y partir
A él y él
Con las alas rotas

Que rico bo, tu pija bo, en la rambla, así todo gozado, todo calen-
tito bo y él, él y él, no hay nada más rico que bo, dale vamó arriba
bo, cagate de risa y cogeme bo ¡ay qué rico chico bo! Los buñuelos

635
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

de algas y bo, en cualquier parte bo, no queda más nada que él


y él, y vos, y vos, entre todos los planchas, él y él, y cada tanto él,
bo, el solcito, las mandarinas, el calor, y bo chivando amor con el
puti short bo.

Ayer lo vi a él y él fumando porro en el parador


Tan rico son los dos
Todos transpirados
Todos tan salados
Todos hechos pijas
Las ojeras negras bo
Los pezones duros bo
Las pijas gomosas bo
¡Ay pero que ricos chicos los dos!
Él y él
Tan tiernos bo, entre las rocas, suavecitos
Él avanzó, le pintó la boca de colorado bo
Y lo chapó tan fuerte
Que se me abrió todo el corazón bo
Y sonaron todos los candombes
Y se abrieron todas las compuertas
¡Que rico bo! ¡Que gozado bo!
Ese es el amor bo
De él y él para que puedan volar.

Cáncer con cama en virgo

Martes 6 de Agosto

Arranqué la procesión con una virgen llamada soledad, no hay


murga ni carnaval. Calle San Luis es pura chapa.

Sos tan imperfecto que te idealicé entero por eso me hinco y do-
blo entera abajo de tu sofá cama negro

con la excusa de tender el nido juntes y quemar ese último maldi-


to paraguayo de tiempos inmemorables.

636
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

“Cáncer con cama en Virgo”, no me lo dijo Mía Astral ni el Ho-


róscopo Negro, pero quiero hacerlo hasta que acabemos, para
dejar de hacerle el bien a los villanos, para no ponerle un nombre,
porque lo que no se nombra también existe, porque si no mañana
no hay literatura random ni presuntos ataques terroristas a Macri.

Cáncer con cama en Virgo tiene la luna en carencia, y al menos


una vez por semana cáncer le escribe poemas a virgo, Cáncer
escribe para olvidarte ¡listo ya está!

Sabina hizo callar a Caetano Veloso en la computadora de Cris-


tina, y virgo salió de la cama, dejó de abrazarme, para que pase
todo:

Un balcón de cuatro paredes mágicas


Tu cara con mi cara se hace luna
y nuestro aliento todas flores
era sábado, y también domingo
lloramos y reímos como si fuese el último
te besé, y me miraste como si fuese único
Acaso ¿estoy florando por el aire como si fuese pájaro?
amé aquella vez como si fuese náufrago
y te abracé entero como si fuese lógico
estoy manejando a contramano y la señal sos vos
terminé durmiendo sobre el suelo
agonizando como si fuese justo
danzando loca por algún suburbio
estoy florando
y
no soy pájaro
estoy toda rota.

***

637
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Coger sin amor no está mal, fingir amor para coger sí.

Lo que más enamora es lo que más duele, por eso su cama fue
una vía láctea donde bailé entero entre sábanas animal print, y
poemas sin títulos.

No alcanzó a abrazarme el colchón que ya estaba al palo y pre-


dispuesto a desparramarme en los pelos salvajes de su pecho, para
desarmarme entero, porque a todo o nada con vos, porque te
chupo la oreja, porque te chupo la oreja y es sonido de mar, es
caracol en la oreja o la dopamina esa que te dan los corazones de
instagram, el tiqui o tus besos.

Porque evita, tu pija de mañana y recién ahí el viejo facho de


Perón.
Porque evita, tu pija de mañana y recién ahí el viejo facho de
Perón.
Porque tu pija con mi pija, porque mi culo en tu panza es como
un gol, un gol del maradó pero bien marica a lo barrio Martín.

Porque largá la boca, porque largá la boca así empiezo a escribir


con dolor sobre el dolor y también un poco de amor. Porque te me
encarnas, y encamas hasta en lo más húmedo del bóxer, mi bóxer
y tu pija, tu cara y mi pija, el caluroso eructo de ambas pijas. La
lava blanca de nuestros sexos imperfectos, e incluso el cigarro. Ese
cigarro comunista que gira entre nuestros veinte dedos después de
marcarnos los cuerpos a besos y perdernos entre las caras arruga-
das de placer, porque todo acaba, y el mundo parece más bonito
aún.

guillermo villAni
(1992)

Guillermo Villani nació en Buenos Aires. Creció entre el depar-


tamento de Morón y la quinta de su abuela en Casanova. Empezó a es-

638
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

cribir poesía a los dieciséis años, empujado por la muerte de un amigo, y


nunca dejó de hacerlo. La edición, el diseño editorial, la encuadernación y
el bordado son algunos de los refugios que construye cotidianamente. Se
puede ver más de su trabajo en Ausencia editora & Maleza taller. En 2019
publicó El tiempo de las flores (Elemento Disruptivo).

Nos conocemos desde antes


de esos rincones secretos

una cartita en el fondo


del pupitre escolar

aunque un golpe
viniera a corregirnos

nuestra piel seguiría siendo


hermosamente tierna

(de El tiempo de las flores)

***

No imaginaba
a dónde podíamos llegar
pero sentía en cada roce
algo muy dulce
entonces intentaba
que nuestros cuerpos
tropezaran más seguido
en la puerta del aula
en los pasillos del recreo
saliendo del colegio
me preguntabas
qué chica me gustaba
yo temía que encontraras

639
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

el lugar escondido de mi gusto


solíamos terminar peleando
una patada un grito una escondida
recuerdo que lloré
el día que me perdí tu cumpleaños
era la oportunidad perfecta
para conocer tu casa
pero a la semana siguiente
un trabajo práctico
me tenía ahí
sentado en tu cubrecama
ensimismado en la tarea
los nervios me aferraban al colchón
te sentaste al lado
te apoyaste en mis hombros
nuestros labios se encontraron
una lentitud húmeda
una respiración mutua
un sabor tan eléctrico
para descubrir
que no estábamos solos

(de El tiempo de las flores)

***

Solíamos
acostumbrarnos al calor
atravesar el campo
arrastrando una pelota
para patear entre
la densidad y la atracción
decían que una amistad
se construye de aventuras
entonces nos veían jugar
más allá de la casa

640
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

del jardín de la cerca


nos veían unidos
al horizonte de vegetación
que crecía y se descontrolaba
cuanto más nos acercáramos al río
tal vez nos atraía la distancia
la promesa de refrescarnos
las formas en que podíamos reír
las ramas las enredaderas de testigo
la piel marmolada por las luces del mediodía
la pelota resbalando por la humedad de los cuerpos
yo solía detenerme en tu perfil a contraluz
te golpeaba por la espalda para provocarte
era cuestión de tiempo
dejar que el verano madure
una tensión un roce una corrida
podíamos caer en el camino
cuánta agua sería necesaria
para calmar nuestra sed

(de El tiempo de las flores)

***

Mi mano bajando
por tu espalda
mis ojos clavados
en tu nuca
si las palabras alcanzaran
para resistir al olvido
yo decidiría nombrarte
como si todavía
quedara algo
algo por recuperar

(de El tiempo de las flores)

641
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

Nos decían
no vuelvan tarde
caminábamos fingiendo
que íbamos al centro
pero en la primera oportunidad
me empujabas y encarábamos a la playa
las pocas luces que atravesaban los médanos
se mezclaban con la bruma del mar
disfrutábamos el sonido estruendoso de las olas
nos acomodábamos al reparo de las carpas vacías
me acariciabas el cuello la espalda las piernas
me perdía fácilmente en el calor de tu aliento
pasábamos horas construyendo ese secreto
después volvíamos rápido
nos despedíamos con un abrazo
abría la puerta con cuidado
delicadamente
me acomodaba despacio
para que los resortes no sonaran
y lo último antes de dormir
era una felicidad inmóvil y profunda
una sonrisa contra la almohada
si entreviera en la arena mojada
el reflejo de lo que éramos
volvería a escribir tu nombre
sabiendo que la marea
se lleva todo lo que toca

(de El tiempo de las flores)

***

642
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Hago espacio para tu cuerpo


un pozo un agujero
no me malinterpretes
árboles arbustos plantas
crecen y crecen
esto no es una práctica de invocación
esto es un altar para la ausencia

(de El tiempo de las flores)

mAnuel duArte
(1993)

Manuel Duarte nació en Buenos Aires. Asiste a los talleres de


Osvaldo Bossi desde marzo de 2018, y al taller de Daniela Camozzi desde
agosto del 2019. Forma parte del colectivo “Más Poesía”. En 2020 editó
Cómo se inventó el cuerpo de Manuel (Salta el pEz ediciones). Tiene inédito el
libro Paternal.

Imaginemos a los mismos amigos de siempre sentados en


la esquina y que uno grita fuerte ¡vamos a morir en un rato!
entonces otro dice de acuerdo pero cuánto es un rato y otro con-
testa un rato es menos de cuarenta y cinco minutos y más de seis bostezos y
otro contesta un rato es el amor el semáforo mi madre con su largo vestido
azul y otro contesta ¡un rato es un rato ay vámonos!
y los amigos corren y corren por avenidas y bulevares aza-
baches se acuestan miran la luz rota de un viejo farol discuten
seis ochenta catorce mil horas por qué es que eso no funciona por
qué las cosas no funcionan por qué Dios es un jodido surubí con
taquicardia
porque el chiste dice uno el chiste es nunca saber qué se hace cuando
la noche es larga o cuando la noche es corta porque la noche dice la noche no
es un momento es un lugar

643
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y uno de los amigos arranca el pasto de la tierra como


se arrancan los pelos de un planeta y desde cuándo dice fue que todo
se jodió y su pregunta fue el portal al mismo bar el mismo bar de
macumbas y punkies y cyborgs y grillos descuajeringados
y los amigos brindan y brindan los vasos se rompen como
cuernos de búfalos porque el chiste dice uno el chiste es nunca saber cómo
cuánto por qué brindar porque el brindis dice el brindis no es un momento es
un lugar
y los amigos salen hacia afuera uno de ellos empieza a
volar entonces dice estoy volando significa que estoy muerto? ¡no! le dicen
¡significa que estás volando!
y el muchacho vuela hacia las nubes las pincha como glo-
bos aeroestáticos que caen inundan las casas las calles los barrios
de neblina y así dice uno así fue que se inventó el amor la relatividad el
dulce de leche
y entonces llega la policía con sus muecas metálicas sus
muecas de plomo sus muecas de azufre verdelúgubre neón
y claro que los amigos corren porque el chiste dice uno el
chiste es nunca saber por qué se escapa porque la fuga dice la fuga no es un
momento es un lugar
y los amigos se esconden en pasajes angostos de sombras
compañeras y tangos compañeros y charcos compañeros
y uno de ellos empieza a llorar y el resto lo empieza a
abrazar y a besar y a tocar y abesar y bueno dice uno las cosas se están
poniendo interesantes
porque así dice otro así es como un cuerpo más otro cuerpo más otro
y otro forman una casa y el chiste dice el chiste es nunca saber qué se hace
cuando la casa es grande o pequeña porque el cuerpo ay el cuerpo no es un lugar
es un rato un momento

El pene de Manuel

cuando a los seis


se le paró mirando animé
manuel se enteró de que tenía pene
y lo vio inflarse
como el pecho blanco de un leopardo

644
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y manuel dijo “epa que es esto”


“¡epa epa qué lindo
qué bueno que es esto!”

así lo mismo le ocurría


al frotarse contra la cama o al pensar
en su compañerita sofía
o cuando su amigo lucas
se lo ponía en la boca

y manuel se decía
“¡cuál el origen placer incierto pájaro creciente!”
“¡cuerpo de chispas fuego loco dónde cuál su causa!”

entonces sopló el viento y manuel


tuvo un recuerdo de algo
que nunca había vivido:

su tía mónica (conocida en el mar como pupi)


mujer hábil en conjuros pociones y arcilla
se pasó toda una noche
diseñando un pene plateado

hasta que sonó su teléfono:


“¡pupi ahí viene
ahí viene manuel!”

y salió nadando al hospital con el pene fresco brilloso


y logró pasar encontró la habitación dijo:

“¡para vos manuel este pene manuel!”


“pa’ que explores y goces y juegues
en vida muerte tierra y cielo cielo”

(de Cómo se construyó el cuerpo de Manuel)

645
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Kevin, el optimista

No había en Paternal
coraza más infranqueable
que el optimismo de Kevin Hoch

Una felicidad fatal


una esperanza como un saco
dorado siempre puesto

Para que entiendan:


cuando a Kevin
le desvalijaron la casa

dijo “¡no eran necesarios


tantos muebles!”; cuando
lo echaron del trabajo

“¡ya conseguiré otro!”


cuando su perro César
se escapó, “¡partió

a mejores destinos!”, cuando


Sandro su novio lo dejó
“¡algún día volverá!”

Por un breve despiste


una tarde de mayo a Kevin
lo pisó el 109. Con los huesos

rotos, se levantó del asfalto


y caminó todo lo que pudo
hacia adelante repitiendo

“¡cosas que pasan!” “¡cosas


que pasan!”. Murió al llegar
a la vereda, con su saco

646
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

dorado encandilando a
todos, como una estrella
varada en Paternal

(de Paternal)

Habla Kevin Hoch

Querido lector amigo: si al igual que yo, Kevin,


tu también partiste
considérate afortunado. Una muerte
puede esconder otra muerte, así que, al morir
haz una pausa, y mira a tu alrededor. Verás
amigos, familiares, mascotas e incluso bestias
que jamás
habías conocido. Si intentas tocar tu cuerpo
toparás con una verdad: ¡ya no existe! Esto puede ser terrible.
O puede ser genial:
¡morir
es una gran oportunidad para viajar! Puedes volar a San Francisco
o a Edimburgo, o a las Islas Galápagos con la velocidad
de un halcón peregrino. Respecto a los vivos
no te preocupes. Con frecuencia, aparecerás en sus sueños
y ellos en los tuyos. No desaproveches ese encuentro.
Es un momento serio, fundamental.
Yo sueño cada noche
con Sandrito. Tomamos un café, y nos damos un largo beso.
Y despierto sonriendo, volando
de un océano a otro.

(de Paternal)

647
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sebAstián sosA ojedA


(1994)

Sebastián Sosa Ojeda nació en la ciudad de San Luis. Desde 2012


reside en Río Cuarto (Córdoba). Es profesor de Lengua y Literatura por la
UNRC (Universidad Nacional de Río Cuarto), institución en la que conti-
núa sus estudios para graduarse como licenciado en Letras. En 2018 reci-
bió el Premio Anual Academia Argentina de Letras. Actualmente trabaja
como docente en escuelas secundarias y en la UNRC. Ha publicado cuen-
tos y poemas en fanzines y antologías. Su libro costra permanece inédito.

Llegar hasta la higuera fue una siesta de verano


madre dormía cerca de sus hombros padre rendido al descanso
afuera nosotros

durante semanas no llovió


la tierra se escamaba como reptil
había que calzarse para atravesar el patio o ser veloces
correr hasta el árbol y descansar de la quemazón a su sombra

a la altura de nuestros brazos cortos ya no quedaban frutos


trepábamos las ramas
figuras sensuales de criaturas y hojas eran
nuestros movimientos
hacer una canasta con remeras
invitaba a vernos sudados brillantes
rogando flechazos de sol
manos torpes de niños crecientes
no lograban sujetar siempre los tesoros de la planta
higos maduros se estrellaban contra el piso lo humedecían
higos verdosos chorreaban leche en el pecho
cuando no en la cara
sentíamos el goteo horadar la piel

un árbol meneándose

648
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

nosotros adentro
atarzanados
ocultos por el follaje

sé que la lluvia no tardó en llegar


cuando tronó un aguacero limpió el festín
junto al tronco de la higuera
supimos qué hacer al día siguiente
otra expedición al deseo

***

Vi en la carne redención
un camino espigado
para ir y volver al ojo de la tormenta

repartí mi lengua como pan


—que nadie muera de hambre—
dije a oídos extraños
un sinfín de nombres
nunca conocidos

ofrendé mi sexo
no me fue rechazado

puse vino en los labios


bebí
lo hice hasta la cruda hora del ocaso

¿qué lazo me une al verdugo?


¿qué corona
ciñe mi frente y
castiga mis sienes?

me quisieron
correspondí

649
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

***

La primera vez que la parte


más perfumada y noble de su cuerpo encontró
mi placer
recordé un último ruego

pedí despertar en algún campo


minado de hombres
librarlos del veneno

ese recuerdo fue pulsión húmeda


bañándome

***

Soy humano
con huesos difíciles de cubrir
por la poca carne que les daré
de comer a la carroña

duele
el fracaso al que mi especie está llamada

desgracia
no ser ciervo
y pastar al crepúsculo
y beber del arroyo
y amar
salvajemente
a mi cazador

650
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

mArtÍn rodA
(1995)

Martín Roda nació en Gualeguaychú. Actualmente vive en Paraná


(Entre Ríos). Es poeta, escritor y maestro de yoga. Co-autor de Disentires
(Turba, 2015). Ha publicado Tres Poemas (Arroyo, 2019) y Carne de Luz
(Proyecto Camalote, 2020). Compiló Las cenizas llegaron a mi patio. Una an-
tología por los humedales del Paraná (Brumana, 2021).

Serología

Este es mi cuerpo
positivo, indetectable
En su centro
hay luz y silencio
girando a la velocidad de la nada
sobre el sonido del mundo
Este es mi cuerpo
y morirá algún día, accediendo a ese espacio
ay, la muerte
donde todas las aberturas chillan
y es música
Este es mi cuerpo, la materia
caliente
de lo que late

Sé que nació un día


y que morirá otro día
y qué serán mis hermanes
quienes entreguen este ardor
así suelto,
sin moño ni referencia
al incesante fuego del mundo
donde la piel desaparece
y toda caricia es un canto.

(de Carne de luz)

651
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Volver a casa

A Wally
amiga
no podemos andar tranquilas
en ninguna esquina de la ciudad

la calle es un caldo de violentos asesinos


que no son ni animales ni bestias
sino humanos, hombres
que nos matan entre siete, entre doce
entre mil, corremos

peligro, amenazadas
todas por el solo hecho
de ser como se nos canta
y eso no los deja
vivir tranquilos
en su cefalea

por eso nos matan


nena
no podemos
andar despistadas

mirá
si esto es una guerra
que estemos vivas ya es ganarles

sé que nosotras moriremos de risa


embalsamadas dichosas
en nuestro propio júbilo

pero igual hoy


avisame cuando llegues

652
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

el día que estuvimos tristes


yo estaba también caliente

guardé un beso
por temor al rechazo

el miedo es un ritmo difuso


se entrevera

pero creo que hoy


tengo la fuerza

II

surca un río
de leche y luz
por esta pradera
que te regalo

III

compartiremos
la alineación
del aire, el humo
la música
mi vértigo

IV

fundí las últimas monedas


y forjé este platito
para que tires
las cenizas
de lo que fuiste

653
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

amigo
este es mi videotape
dibujar una estrella de mar en tu boca
y que todo cambie

Descalzos
a Paco

la arena es
toda esta vida nuestra

línea desdibujada
el agua va y viene
y es todos los días
que compartimos

yo digo que no pertenecés


a la inmensa llanura
donde corrés
con borcegos de guerra
creando paz. Que no
es ese tu destino
quiero creer
y estoy errado

Feliz año nuevo


“(…) Que el día por llegar
no sea hermoso, ni siquiera feliz, que sea
extraordinario.”
Claudia Masin

son las doce, amor


feliz año

654
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

estamos en este círculo


nuestra casa

hice una lista


con propósitos de año nuevo

qué noche tan particular

tu sonrisa acaba en mis ojos


haciendo que todo lo que aturde
se desvanezca

mArco rossi perAltA


(1995)

Marco Rossi Peralta nació en Tucumán, donde reside actualmen-


te. Forma parte de las antologías Perfectxs Desconocidxs (P.D., 2017) y Salí
Dulce (Ed. 27 Pulqui y Ed. Almadegoma, 2018), que reúne poetas del nor-
te argentino. Es editor en La Cimarrona Ediciones. Publicó los libros de
poesía Micumán (Monoambiente, Tucumán, 2016), El Mosquito (Edición
de autor, 2017) y La vida en el norte (Gerania, Tucumán, 2018). En 2021
publicó De la boca para afuera (Gerania, Tucumán).

Amor

Carlos le dice a Lucas


que a veces
le parece
que el amor no alcanza
que a veces es poco.
Y Lucas le contesta
cómo va a ser poco
si no tengo más.

655
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Changuito

La primera vez
que Lucas
se pintó los labios
no se escondió.
La primera vez
que le gustó
un changuito
del otro curso
no sintió culpa.
La primera vez
que besó
a ese changuito casi
sin darse cuenta
no lloró
de vergüenza.

Mamá

Yo te voy a querer siempre


porque sos mi hijo.
Y lo toca
y lo mira
y lo abraza
y lo mima
y se encuentran.

Whatsapp

Carlos:
odio verte llorar
porque quiero
que siempre

656
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

estés feliz.
Hoy llorabas por mí.
Los momentos de la vida
que uno quiere que sean perfectos
nunca lo son
uno quiere que como en las pelis
nadie hable
y toquen violines
y etcétera.
Pero en cambio tocan bocina
y al boludo de la tele
se le ocurre decir
que San Martín de Tucumán
juega como el Barcelona
cuando tu novio llora por vos.
Lucas:
Los violines están atrás
de millones de besos de mentira
todos olvidables
nosotros tenemos besos de verdad
y al gil hablando de San Martín
para no olvidarnos nunca.
Y si San Martín quiere jugar
como el Barcelona
que Brad Pitt quiera ser
como yo
cuando te beso.

La obra

Al papá de Lucas lo miran raro


cuando está zarandeando
la arena.
A tu hijito le gusta
que le peguen
una zarandeada
¿no?

657
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Una de cal y una de arena

El polvo blanco
suspendido en el aire
tapa la noche
Lucas dice que hay que poner
las ventanas mañana
porque entra viento
y les hace frío.
Una de cal y una de arena
las bolsas que sostienen
a Carlos y a Lucas.
En el conglomerado
la transpiración hace arder
la cal en los cuerpos
y no importa.
Nada existe atrás
de los andamios
los ladrillos
las baldosas
y las paredes a medio hacer
que los defienden.

(de Micumán)

tomás littA
(1997)

Tomás Litta nació en la ciudad de Buenos Aires. Estudia Letras en


la Universidad de Buenos Aires y participa activamente en distintos espa-
cios de debate literario y talleres de lectura y escritura. Produce y coordina
“El Cuerpo Expresivo”, un ciclo de poesía erótica que reúne a represen-
tantes de diversas disciplinas, como música, literatura y artes visuales. En
2019 publicó su primer libro de poemas, Fruto rojo (Santos Locos).

658
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

El otro día viajé.


En el viaje zarpaba
a un campito donde había
tres pibitos pateando.
Me acercaba y uno de ellos
me miraba la mano donde tenía un porro
me miraba y me decía:
“yo soy el fuego”.
Entonces le daba una seca
y él era el fuego.

Con la pelota bajo el brazo aspiraba


mientras los otros dos
miraban de lejos
como esperando el regreso.
Después el pibe que era el fuego
le daba otra seca y juntos
—como si estuviéramos juntos de toda la vida—
nos mirábamos y fumábamos
él parado, como si estuviera de paso.

Después sin soltar el porro


tiraba la pelota al suelo
y se la pateaba a sus amigos
para que no esperasen más
y con sus ojos verdes me decía
“me quedaría fumando con vos pero tengo que volver a patear
[con los guachos”.
Después me ofrecía ir a jugar y yo
tímido me reía y contestaba
“ja no, no juego fútbol”.
Entonces el pibe que era fuego
me miraba y decía
“bueno cuando pases x acá y yo esté pateando y vos fumando,
acordate de que yo soy el fuego”.
Después me daba un beso corto corto
casi sin lengua

659
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y se iba agarrando el short con tierra.

Después yo seguía con mi viaje por el campito


mirando cada tanto para atrás
para ver al pibe que era el fuego
haciendo jueguito con la pelota
o quedando suspendido en el aire
agarrado del arco y dejando ver
su piel tostada y su ombligo.
Él ya no miraba para mi lado.
Él era el fuego.

(de Fruto rojo)

***

Te acercás como un campeón


en medio de la fiesta
bailando un tema de babasónicos
y me decís al oído
‘te besaría toda la noche
pero es mi cumpleaños’.

***

Tomo cervezas, faso, md


con distintos chicos
me comporto como una bestia
los llevo a mi casa les chupo
la pija y los vuelvo a llamar
para tomar otra rola de sus bocas.
Pasear por las calles de Buenos Aires
a la madrugada me hace sentir
que este mundo violento puede
tragarse de alguna forma:

660
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

tomando birra con chicos


que me gusten mucho y poco, besarlos
en todas las esquinas y guardarlos
en una parte de mí
hasta volver a llamarlos
o mandarles un whatsapp
que diga “ey nene
extraño tu pija y tus besos
fumemos uno en la plaza
hasta que se haga de día”.

(de Fruto rojo)

***

Redoblaste la apuesta
pusiste jazz para coger
este sexo es pasión, cuidado
estamos alerta
sexo intenso
sexo lento
sexo con medias
dos cuerpos volátiles
fuego carne
caminos
tus dientes
son filosos
es abril, todavía hace calor y amanece temprano
tenés un radar de lunares
hay dolor pero va lento, cuidadoso
no hay más dolor
esto es jazz sexo con vos casi siete am
una recorrida de senderos conocidos
pieles fuertes suaves húmedas
maravilla de madrugada
todo esto está sucediendo

661
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

todo esto está sucediendo


todo esto sucede
incluso después
de que el jazz se haga silencio.

(de Fruto rojo)

***

Ayer
mis amigos
me hicieron
sentir
la libertad.
tomamos md
nos sacamos
la ropa
y bailamos
en la terraza
bajo la lluvia
la piel
se nos erizaba
al ritmo
de la electrónica
nuestros cuerpos
eran mil
creo
que uno
de mis amigos
me gustaba
no me acuerdo
cuál
creo
que estaba
enamorado
de todos

662
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

ellos
me sacaron
el miedo
y los prejuicios
o tal vez
fue la droga
pero ellos
me dijeron
tu cuerpo
es lindo
de la forma
que sea
sacate
la remera
mojate
sentí
la lluvia
sentí
cómo sube
el calor
por la nuca
eso
que sentís
es
la libertad

BONUS TRACK

Dos especulaciones

¿Puede leerse en clave homoerótica la obra de dos autores


sobre cuya identidad sexual no tenemos información precisa, y en la
que no se aprecia una tematización explícita de deseos o afectos en-
tre varones? Francisco López Merino tenía novia: a ella dirige varios
de sus poemas. Pedro Rafael Obligado no se casó, pero muchos de

663
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

sus poemas están dirigidos a mujeres. No hay, en principio, motivos


para su inclusión en una antología como la presente. Sin embargo,
el suicidio de López Merino a los 23 años, cuya novia no consiguió
explicar, evoca sin dificultad los innumerables casos de jóvenes ma-
logrados a causa de la dificultad de asumir una sexualidad disidente.
La intensa melancolía podía obeceder a otros motivos —algunos su-
gieren que nunca superó la muerte de una de sus hermanas— pero
también a ese. Y lo mismo puede decirse del caso de Obligado, cuya
“homosexualidad” afirma sin vacilaciones un informante que pre-
fiere no revelar su identidad. La insistencia casi dramática en la sole-
dad no es patrimonio de los “gays”, ni mucho menos, pero habilita
como mínimo la sospecha: no se trata del discurso “viril” esperable
de parte de un varón. Sabemos, además, que muchos poetas homo-
sexuales también escribieron poemas de amor dirigidos a mujeres,
ya sea porque de ese modo camuflaran el verdadero objeto de su
deseo —la célebre “estrategia Albertine” de Proust— o por mera
convención retórica. En todo caso, la angustia existencial que her-
mana a López Merino y a Obligado (patente en el poema que este
le dedica al primero) tiene no pocos puntos de contacto con la de
otros poetas sobre cuya homosexualidad sí tenemos certeza. Amar
a otros varones en el contexto de las primeras décadas del siglo XX
argentino podía conducir a intricados laberintos de melancolía, an-
siedad y sufrimiento. Invitamos, entonces, a una lectura puramente
especulativa, discutible, acaso inapropiada, pero bienvenidamente
torcida.

FrAncisco lòpez merino


(1904-1928)

Francisco López Merino nació en La Plata. Empezó a publicar


poemas en diarios y revistas. Su primer libro, Tono menor, apareció en 1923.
El segundo, Las tardes, en 1925. Se suicidó el 22 de mayo de 1928, cuando
tenía apenas 23 años. Jorge Luis Borges, con quien había mantenido amis-
tad, le dedicó el poema “A Francisco López Merino”. En 1931 se publica-
ron sus Obras completas, que incluían una serie de composiciones poéticas
en recuerdo del autor.

664
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

La emoción del silencio

esta es la hora en que todos los enfermos se agravan.


Ch. Baudelaire - Las flores del mal
En los largos crepúsculos profundos
poblados de un recóndito silencio,
recuerdo el verso aquel que me emociona:
la hora en que se agravan los enfermos…

Pienso que un alma análoga a la mía


acaso ha penetrado al reino eterno
en esa hora íntima y doliente
en que se agravan todos los enfermos…

¿Amigo, tú no sientes la tristeza


que desciende en la hora de silencio?
¿No sientes como tu alma también gime
cuando se agravan todos los enfermos…?

(de Tono menor)

Cielo de primavera en agosto

Cielo de octubre en este mediodía de invierno:


Soleado y limpio anhelo
de tener una novia, para escribirle versos
o regalarle un libro de Jammes, por ejemplo.
Repentino deseo de ser árbol, deseo
de tornarme labriego,
para tener las manos aromadas de huerto
y un alma simple hecha de lluvia y hielo.
Inesperado anhelo de estar convaleciendo
para que a las pupilas, vuelva el asombro, anhelo
de ser definitivamente bueno!

(de Las tardes)

665
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

Domingo

Domingo silencioso, tarde clara


de este mes de septiembre
en que las cosas me parecen tristes
como si hubieran sido de un ausente…
Domingos de otros pueblos! Hoy evoco
lo que he mirado en sueños tantas veces:
domingos de Venecia duplicados
en el agua dormida y transparente…

Aspiro la fragancia de una rosa


y esta fragancia tiene
el color de una tarde ya olvidada
de otro mes de septiembre.
Respiramos silencio. Se dijera
que en esta tarde tenue,
alguien, un ser querido, está pensando
en los seres ausentes…

Domingo silencioso, tarde clara


de este mes de septiembre:
quisiera tu fragancia y tu ternura
para mi verso leve…

(de Últimos poemas)

pedro miguel obligAdo


(1892-1967)

Pedro Miguel Obligado nació en Buenos Aires. Fue poeta, pro-


fesor y ensayista. Colaboró en diversos medio gráficos y escribió guiones
cinematográficos. Entre otros poemarios, publicó: Gris (1918), El ala de
sombra (1920), El hilo de oro (1924), El canto perdido (1925), La isla de los cantos
(1931), Melancolía (1945), Los altares (1959) y El andén (1971, póstumo). En

666
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

palabras de Leopoldo Lugones, “Podríamos definir la poesía de Pedro


Miguel Obligado con esta expresión titular: Historia de una melancolía”.

A Francisco López Merino

Ahora que va llegar la primavera,


yo me acuerdo de ti, que ya estás muerto,
y no podrás gozar del día claro,
aunque oigas el zumbido de su vuelo…
Pienso en aquella tarde que te fuiste,
cuando empezó a llover, de sentimiento,
y hoy que todo se alegra, me parece
que alguien quiere decir tus dulces versos.

Sé que eras fuerte para el desengaño,


como el jardín que se va a dar de nuevo,
sé que en tu calma, la inquietud crecía
cual los arroyos que se quedan quietos,
como esperando para dar un salto,
y que sufrías de arrastrar tu ensueño.
No es raro, pues, que siendo así cayeras
vencido al fin, por tu lealtad al cielo,
cual la veleta que se viene abajo,
desalentada de orientar al viento…

Todos tenemos culpa de tu muerte,


pues te dejamos solo ante tus sueños.
Siempre es así, de pronto, se hace tarde,
mientras se aguarda el día de ser buenos…
Yo sé que te animaba cualquier cosa,
y te hubiera salvado nuestro afecto,
ya ves, tenemos culpa de tu muerte,
por no haber comprendido tu tormento.
Hoy, tú, con la piedad de los que saben,
nos habrás perdonado lo que has hecho.

¿Tienes quien te acompañe, paso a paso,

667
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

por la melancolía de un sendero?


¿Hallas con quien andar por las alturas,
como dos alas juntas en un vuelo?
¿Llegas alguna noche hasta nosotros,
en la sombra, en el astro, o en “el viento
que nos trae fragmentos de palabras”?
Yo sólo sé que a veces, te recuerdo
porque oigo que murmuran tus estrofas
cual una confidencia de silencio.

Eres como ese soplo de la tarde


que les dice a las plantas un secreto,
como las voces sueltas de los campos
que son como un temblor, como un acento,
casi nada, un suspiro, mas tan hondo,
que en él parece hablar todo el misterio.

Te debía ofrecer algunas flores,


y sólo sé enlazar lo que no tengo:
es como esa guirnalda que, de niños,
hacíamos con ramas de los cercos…
Tú que fuiste poeta, has de prestarle
la belleza que ansío y que no encuentro.

Ahora que va a llegar la primavera


puedes venir de incógnito a este suelo:
la hermosura del bosque florecido,
sería para ti un disfraz espléndido.
En un rumor de frondas, junto a un pozo,
nos podrías decir tus cantos nuevos.
Tu alma que supo hacerse melodía,
sabrá cómo expresarse en un gorjeo.
¡Somos tan pocos! Se hace tarde… Vuelve…

Para quien sueñas, ¿qué mejor regreso


que llegar junto con las roas puras?
Ya está empezando la armonía, y creo
que cuando notes que tu voz nos falta,

668
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

de tan artista, has de bajar del cielo,


como la estrella que en la fuente brilla:
para que no haya una canción de menos…

(en Obra completa de F.L.M.)

Vuelvo a ti

Vuelvo a ti, corazón. Necesito tu ayuda.


Ya sé que he sido injusto contigo:
yo no debí entregarte a cualquier mano ruda;
pero tú me perdonas: ¡eres tan buen amigo!

Esoty mal. Me fatigan tantas frases y asuntos.


Te busco. ¿Dónde vives? ¿No me escuchas?
¿Porque te di, me olvidas?… Si marcháramos juntos,
si no mejor, serían más firmes nuestras luchas.

Corazón, ya no me reconoces.
¡Soy tú mismo! Y regreso y regreso…
Si puediera, aunque sé que sufres con los goces,
me acercaría a ti y te daría un beso.

(de Gris)

Para ti

Para ti que estás lejos y a quien no veré nunca,


alma hermana que sufres de mi propio sufrir;
que soñaste tu vida, rama que dejó trunca
el vivir.

Para ti a quien no llamo; pero que sé que existes,


porque te siento en mí,
como caricia leve, muy leve, en horas tristes…
¡Ah sí, sí!

669
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

No tengo más. Perdona, pues todo lo he perdido


en una inundación de mi dolor;
solo una cosa ha resistido:
tu amor.

Para ti son mis risas, mi entusiasmo, mis cantos;


la alegría sin causa que en mí suele brotar;
y mis llantos, que quiero que se vayan con tus llantos
a juntar.

Y todo es para ti, vida desconocida


suspiros que contuve, caricias que no di;
hasta el opaco y hondo silencio de mi vida,
para ti…

(de Gris)

Íntima

¿Qué soledad, Dios mío, qué soledad es ésta?


He derrochado en vano mi bondad y cariño,
como quien echa flores a un arroyo que pasa;
he puesto el corazón ante todas mis cosas,
como escudo, y lo han roto con violencia los golpes;
he querido tener una casa en las nubes,
donde abrir una puerta, fuese ver una estrella;
y el viento se ha llevado las nubes y los astros…
Y sin embargo tengo, como todos, un alma.

¿Qué soledad, Dios mío, qué soledad es ésta?


No encuentro quien me quiera; ¿no es cierto que parece
una frase tan sólo para la poesía?
Y es la verdad: no encuentro…Yo he visto la mirada
celeste del cariño; pero la he visto siempre
como se ve una estrella caer sobre la tierra
y que nunca desciende donde estamos nosotros…

670
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

He observado caricias que extenuaban dos manos;


y he oído palabras que eran besos con nombre,
como unos pajaritos que iban para otra selva…
Y sin embargo tengo, como todos, un alma.

¿Qué soledad, Dios mío, qué soledad es ésta?


Y la vida se vuela, y la paso diciendo
lo que dicen: —¡qué hueco!— En silencio me marcho.
La maldad y el desprecio, las vilezas y el odio,
no han sido mis torturas; tú, sólo, Indiferencia,
cual hija de la nada, me cerraste la vida
con tu puerta de mármol, a donde tantas veces
como una aldaba inquieta golpeó mi corazón…

Tú, sorda, no sabías lo que yo te decía,


y te pusiste el dedo en los labios: —“Silencio”…
Te pedí: —“Deja que entre a la vida. Yo busco
quien me quiera…” No oías y cerraste la puerta…
Y me he quedado solo, así como esos perros
que vagan por las calles, rogando con sus ojos
humanos, que los lleven al calor de un hogar…
Y me he quedado solo, como una hoja mustia
barrido por el viento, en una primavera…
Y sin embargo tengo, como todos, un alma.

(de Gris)

Mi corazón

Mi corazón, temblando, con latidos me dice:


—¿Por qué, por qué, me entregas al primero que pasa
y dejas que una mano ciega me martirice,
o me suelte lo mismo que si fuera una brasa?

¿Cómo no ves que nadie quiere llevar mi peso,


que nadie retribuye mi impávido cariño?
Me destrozan mis alas amorosas, y en eso

671
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

soy semejante a un pájaro que está en manos de un niño…

¡Si supieras!… Hay seres que me dan contra el suelo,


hay otros que me hielan, y otros se divierten…
Como soy tan confiado, causo mucho recelo;
Quienes mejor me tratan son los que no me advierten.

¿No sabes que padezco? ¿no sufres mi tristeza


desesperante y larga? ¡Si ya no puedo más!…
Aumenta mi infortunio, con mi delicadeza.
¿Por qué me das a todos, por qué, por qué me das?

Siento en mí, cual gotera, su honda palpitación;


sus latidos son lágrimas que casi no contengo;
y le digo muy bajo: —Corazón, corazón,
yo te doy porque tú eres lo más bello que tengo.

(de El ala de sombra)

Ya ves…

Ya ves tú que estoy solo, solo con mi tristeza,


sin tener otros bienes que las cosas que espero;
apenas me acompaña la remota belleza
de sueños esfumados que todavía quiero.

Tú me escuchas, ¿no es cierto?, luego tú me acompañas,


y yo escribo estos versos que soñamos los dos;
y aunque no te conozco, siento que no me engañas;
y sin verte ni oírte, creo en ti como en Dios.

Cantaré, cantaré, como un niño, de miedo


de extraviarme en el bosque de un silencio sin sendas;
y al margen de la vida mendigando me quedo,
hasta que tú la mano benévola me extiendas.

(de El ala de sombra)

672
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Una derivación

Como la presente antología pone de manifiesto en numerosas ocasio-


nes, la figura del chongo ha sido central en el imaginario erótico “ma-
rica”. Aquel varón, presuntamente heterosexual y casi exageradamen-
te masculino, pero que se relacionaba con “homosexuales”, se fue
extinguiendo como tipo social, si bien permanece en las ficciones que
apuntalaron su mitología. La palabra que lo definía, antes un término
propio del argot “marica”, ha migrado al habla general y, de la misma
manera, ha mutado su significado: ahora define, sencillamente, a un
hombre atractivo, “machito”, independientemente de su orientación
sexual. El poema de Virginia Negri que reproducimos a continuación
es una fascinante relectura del “chongo” tal como lo concibieron las
“maricas” de antaño, y que bien podrían haber escrito ellas.

virginiA negri
(1980)

Virginia Negri nació en Nogoyá (Entre Ríos). Es licenciada en


Bellas Artes por la Universidad Nacional de Rosario, artista plástica, poeta
y gestora de eventos culturales. Ha publicado Te espero conectada (Belleza y
Felicidad, 2009), Fuego de noche (Iván Rosado, Rosario, 2011), Desnudo total
y escándalo (Iván Rosado, 2012), Una constelación infinita y Nunca enviados (Yo
soy Gilda, 2015).

el poema del chongo

tiene la piel más linda que yo vi.

quiero escribir una poesía sobre algo re lindo.


sale re fea
como el día de hoy

673
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

que es un día gris y lluvioso


que habla de lo triste
que son algunas cosas.

que me dice todo el tiempo


“no sabés enamorarte”
“no sabés amar”
“nunca te va a querer”
“nunca vas a elegir bien”
“nunca te van a elegir”
“siempre siempre sola”

lo que peor me hace sentir en la vida es el amor.


me da pánico, me paraliza
me saca de eje
me inestabiliza
me siento en riesgo
y re vulnerable.

esto ya no tiene nada


que ver con un poema
pero no importa
me gusta que la poesía
no se parezca tanto a un poema.

ahora voy a escribir un poema para vos


no, mejor una poesía
acá viene
tendría que empezar más o menos así:

algunas personas pasan fugaces


y se merecen una poesía

no, así no.

tu piel es todo lo que quiero habitar

674
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

desde hace un tiempo atrás.


nunca vi nada igual
tan perfecta tu piel
tu piel
la palabra no alcanza
como suele pasarme.

el amor me obsesiona,
me enloquece,
me saca de mis cabales,
¡no quiero hablar de mí!
¡quiero hacerte un poema!
o una poesía
a un chico muy lindo
y con una piel hermosamente
increíble.
tu piel es tan hermosa
y tu pija también.
no sé qué me hiciste,
me engualichaste.

es tan fácil de entender


y por qué no lo entiendo
estamos muy lejos.
estamos muy lejos significa
toda esa distancia literal
y simbólica
entre nuestros mundos.

¿estuvo todo bien?

me enamoro y me pierdo.
no quiero,
no me gusta cómo soy,
no me gusta
para nada cómo me siento.

675
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

el único momento de satisfacción


es con el otro,
pegada al otro.

es horrible enamorarse
aparte nunca pensé que iba a ser de vos
pedazo de chongo
chongazo sin ningún tipo de aspiraciones
más que perpetuar el presente
en un pueblo gris
que no pretende otra cosa
más que seguir siendo lo que es.

me encanta tu piel
el color
el sabor
la textura, la energía
no puedo dejar de tener ganas de tocarte
me volvés loca.
otra vez el amor
y la locura.

dios mío, cómo soy cuando me enamoro


nunca pensé que volvería a enamorarme
de un chico de pueblo
pero se ve que me gustan
mucho mucho así tan
básicos.
con esa apariencia de poca sensibilidad
muy básicos
pero es
ay no puedo seguir
qué mierda esto
no es ni una poesía
ni un poema
es una carta a mí misma!
o a él

676
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

estoy cansada
tengo sueño
tomé mucho
cogí bastante
(no todo lo que
hubiese querido)

estuve muy pendiente de chongo.

chongo tengo miedo de haberte asustado


la verdad es esa, chongo
me encantás.
qué hacemos chongo? nos casamos?
me voy a vivir con vos al pueblo?
ay chongo chongo chongo
hermoso
simple, doradito
con esa pija tan linda
un tanto curvada
tan linda pija.
ay chongo cuando me cogés me muero
siento que podría amarte toda la vida
siento que lo único que quiero
es estar en una pieza con vos
y garchar todo el día
olvidarme de mis amigos
que te olvides de tus amigos
encerrarnos a coger todo el día
y que mientras me cojas
me abraces y me beses
y casi ni escucharte
más que gemidos
que me pongas en cuatro
que me digas
ponete en cuatro
que me digas chupamelá, dale
y chupartelá
que me ruegues que te dé el orto

677
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

y no dártelo.
chongo chongo, cómo me calentás
y de calentura me enamoré
y te dejo que me cojas
cada vez que se te para
y dejaría que me cojas
cada vez que se te para
chongo vení a vivir conmigo
acá
y me cogés todo el día
y te la chupo todo el día
chongo cómo me enganché con vos!
en qué momento dejé que esto pase?

chongo, mis amigos creen


que necesito muchos amantes más
yo creo que un poco tienen razón
siempre fui muy monogámica
al pedo
quiero tener mil amantes
pero la verdad, chongo
mi chonguito lindo
cosita preciosa
con piel más linda que el sol
la verdad, mi chonguito
que me quedaría solo con vos.

pero por vos


y por mí
mejor no.

lo único que saca mi tranquilidad, chonguito


es el amor
y lo estás consiguiendo.

te volvería loco
y me volverías loca

678
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

y me volvería loca.

no sé si fue buena idea


dejar que acabes adentro.

(de Desnudo total y escándalo)

679
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

680
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

Epílogo
Quizás sea un lugar común referirse la popularidad de la
poesía en Argentina comparada con la de cualquier otro país de his-
panohablantes. La ingente cantidad de poetas existentes, las polémi-
cas desatadas en el entorno a la poesía, la calidad de las traducciones
y de los discursos críticos que la circundan, la cantidad de talleres,
grupos, revistas y sitios webs que se ocupan de ella dan cuenta de
esta realidad. Son innumerables los escritores y gestores culturales
encargados de organizar festivales y ciclos de lecturas que confirman
su asombrosa circulación social. La lira marica no se aparta de la
comprensión de esta efervescencia poética y por tal motivo viene a
completar parte de una historia de circulación del deseo en la escri-
tura, a enlazar distintos modos de percibir y de decir en la literatura y
en la vida de autores disidentes. Es también la antología más singular
configurada hasta ahora en el campo de la poesía argentina contem-
poránea, aunque sus compiladores no sean presuntuosos y advier-
tan, gracias a la experiencia adquirida en investigaciones académicas,
que reúnen poemas muy dispares en una selección posible.
Sin embargo, la excéntrica rareza y el valor histórico-social, si se
quiere, de algunasexpresiones elegidas la vuelven única en su espe-
cificidad.
El recorrido propuesto, que abarca desde comienzos del si-
glo XX hasta el presente, describe una parábola temporal significa-
tiva por su amplitud y por el afán de incorporar una diversidad de
voces poéticas, muchas de ellas históricamente excluidas y relegadas
por la crítica, aún cuando sus autores hayan sido figuras influyen-
tes en el ámbito cultural y sus nombres nos resulten familiares. Se
trata a veces de escritores y artistas reconocidos; asimismo de aque-
llos que, por distintas razones, permanecen ubicados fuera de los
cánones literarios, más allá de los límites de la “comunidad imagi-
nada”, caracterizada por la exclusión desde sus orígenes, es decir,
desde la fundación del Estado Nación en 1880. Si la nación moder-
na fue planificada a partir de la homogeneidad étnica y lingüística
con el consecuente apartamiento de las voces disidentes, entre ellas
las de la otredad homosexual, de igual modo aquellas identidades
invisibilizadas estuvieron siempre presentes. Como apuntan los

681
Enzo Cárcano & Jorge Luis Peralta

compiladores fueron estos grupos quienes se atrevieron a infringir


las reglas impuestas por la heteronormatividad en tiempos en que
ciertas sensibilidades y sus expresiones artísticas no eran considera-
das aceptables por el conjunto de la sociedad. Los antólogos, que
conocen bien la temática abordada, han organizado una colección
que intenta ser representativa más que exhaustiva. Por tanto, adop-
taron un criterio cronológico capaz de reponer en parte la historia
del homoerotismo en la poesía de Argentina en sus más variados
registros. Incluyen textos marcados por el lirismo neorromántico,
además de lo popular, sin dejar de lado el humor o la ironía y otros
procedimientos discursivos propios de la sensibilidad camp. La lira
marica viene asimismo a suplir una falta en el decurso de la historia
literaria, a ampliar el corpus de la poesía latinoamericana iluminando
lo que estuvo dicho entre líneas y lo que permanecía oculto bajo las
sombras alargadas de discursos hegemónicos. En este aspecto, una
curiosidad del volumen se refiere a las noticias sobre algunos autores
que no se reducen a la enumeración de datos, se trata con frecuencia
de semblanzas que cumplen la función de pequeñas biografías. A la
vez, éstas aportan elementos para una mejor compresión de los tex-
tos escogidos. Las vidas de ciertos autores revelan acontecimientos
sorprendentes o curiosos de acuerdo al momento histórico en el
que les tocó intervenir. Muchos de ellos fueron referentes de la cul-
tura, militantes políticos o miembros de agrupaciones en lucha por
sus derechos y sus experiencias estuvieron atravesadas por hechos
excepcionales. Por eso vale la pena conocer algunos aspectos de sus
vidas en detalle; los deseos, las pasiones de quienes asumieron otros
modos de explorar su sexualidad y han dejado testimonio de esta
circunstancia en sus escritos.
Los factores señalados, tal vez, hayan dado impulso a la ex-
haustiva investigación realizada para organizar la muestra con el fin
de reivindicar el género poético y una de sus más recónditas aristas.
Conscientes de que a menudo una antología estará acosada por el
fantasma de la falta y asediada por la crítica, sus hacedores quisieron
cubrir varios flancos y concretar la tan mentada pluralidad, reunien-
do poetas pertenecientes a las distintas regiones que configuran el
mapa nacional. Así han procurado que esta colección sea al menos
un modelo acorde con las pautas señaladas por estudiosos que, en
los últimos años, han profundizado sus indagaciones acerca de qué

682
La lira marica. Una antología de poesía homoerotica argentina

función, objetivos y alcances se pretenden de una antología en su


sentido más actual. Para lograr tal cometido, Enzo Cárcano y Jorge
Luis Peralta se aseguraron que el corpus sea heterogéneo desde el
punto de vista estético, aunque los autores seleccionadosm hayan
tenido o tengan diferentes grados de consagración en el panorama
poético nacional.
Las decisiones tomadas por los antólogos, desde el título,
los subtítulos, los vocablos utilizados están debidamente explicadas
y justificadas desde el punto de vista teórico-crítico. En estos gestos
se evidencia la seriedad con la que fue realizado el proyecto, se per-
cibe el deseo genuino de alcanzar siquiera en el imaginario poético a
concretar la invención de un espacio más inclusivo y respetuoso de
las diferencias.

Guillermo Siles
San Miguel de Tucumán, noviembre de 2021

683
Fe de erratas

Las siguientes erratas corresponden a la pág. 382


Continuación de el poema “Coagulatio” de Julián López:

Un príncipe perdido
confundido en medio de otros príncipes
lejanos
recibiendo la espada mortal
en el himen del alma en virgo
¿Quién va a entender la sangre que brota de
este infierno?
Sucede que yo mismo estoy tan sorprendido
que la experiencia en la materia
me ha dejado fascinado,
una alteza sin contorno
enfrentando la ofensiva tempestad de lo concreto.
Es difícil reponerse de una saga de amoríos
con los árboles
y que un príncipe se quede así de quieto
no parece legado de prosapias estelares
por eso es improbable que se cruce algún destino.
Un linaje sutil
condenado a la tarea del pantano,
órbita esencial abrazada en los extremos por
Venus y por Marte.
No es sencillo ser lo gris
pero es preciso encarnar ese perfume medio
y madurar el arquetipo
urge ser del alevoso modo arbóreo
echar raíces, estarse quieto, soportar.

(de Bienamado)
y pag. 609. continuación de el poema I de Manuel Sánchez
Ruiz:

que sólo pienso en salpicarnos


uno al otro en las aguas del tíber
o en pasear abrazados por la vía torino
¿cómo hago para explicarles
que no es necesario volar a italia
para ver tus ojos de mármol
apoyados sobre paños azules
en un rincón de la galleria borghese?
¿cómo hago para explicarles, entonces
que un nuevo viaje a roma
me lleva directo a esos brazos de emperador
y a ese sueño que tengo a veces
de atravesar el ejército de tus palabras
para poder al fin
ablandar el mármol?

(de La flecha dorada)

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