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Universidad Andrés Bello

Escuela de Derecho
Procedimientos Declarativos civiles

ESCUELA DE DERECHO. UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO. SEDE BELLAVISTA


APUNTE PARA LAS CLASES DEL CURSO PROCEDIMIENTOS DECLARATIVOS CIVILES, 2021
PROFESOR ANDRÉS PEÑA ADASME
LAS PARTES

I. SUJETOS PROCESALES Y PARTES


CONCEPTO DE SUJETOS PROCESALES. El tema relativo a las partes se inserta en el tema
más general de los sujetos procesales. Los sujetos procesales son los órganos y personas
cuya presencia es indispensable para concebir al proceso.
En el proceso civil los sujetos procesales son el órgano jurisdiccional y las partes.
Es decir, no podríamos concebir un proceso en el cual no existe un órgano jurisdiccional ni
partes. En este sentido, un sector de la doctrina considera al órgano jurisdiccional y a las
partes como presupuestos procesales de existencia (junto con la contienda jurídica
actual).
El rol de uno y otro en el proceso es totalmente diverso. El órgano jurisdiccional es
un órgano del estado (tribunal de justicia) cuya función en el proceso es ejercer jurisdicción
y su característica es ser imparcial. En cambio, las partes pueden ser particulares u órganos
del estado (no tribunales de justicia), lo que hacen en el proceso es solicitar tutela judicial o
bien se defenderse, y se caracterizan por ser parciales o interesados.
En materia procesal penal el asunto es más complejo. Se distinguen siete sujetos
procesales: el Tribunal, la policía, el ministerio público, el querellante, la víctima, el
imputado y el defensor. En este ámbito no se habla de partes sino de intervinientes y serían
el ministerio público, el querellante, la víctima, el imputado y la defensa. Los intervinientes
corresponderían a las partes del proceso civil, aunque con algunas diferencias, que se verán
en la asignatura respectiva. Art. 12, 69 y ss. CPP.

LAS PARTES EN EL PROCESO CIVIL. El proceso supone por definición dos posturas
contrapuestas, dos intereses enfrentados. Estos intereses enfrentados corresponden a las
partes en el proceso. Sólo en contraposición a otro se puede entender la noción de parte en
el juicio. Por esta razón, en los asuntos judiciales no contenciosos, en la medida en que no
hay contraposición de intereses, se habla de interesados o requirente y no de partes.


Este apunte ha sido preparado para las clases de la asignatura Procedimientos declarativos civiles, de la
Escuela de Derecho de la Universidad Andrés Bello, Sede Bellavista. No tiene otra finalidad académica que
facilitar la exposición de la materia en clases. No es, por lo tanto, un documento susceptible de ser citado o
reproducido fuera de esa instancia. En su confección se ha tomado como referencia los apuntes de clases de
los profesores de la Universidad de Valparaíso, Claudio Meneses y Felipe Gorigoitía. Este apunte, así como
los demás apuntes que se entregan en la asignatura, no liberan a los y las alumnas de la obligación de
consultar los códigos y las normas jurídicas respectivas.
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Como primera aproximación se puede afirmar que las partes son quienes litigan en
un proceso. Ahora bien, a la hora de definir a las partes, algunos afirman que las partes
corresponden a quien ejerce una acción y contra quien se ejerce la acción. Sin embargo,
esta definición resulta imprecisa por cuanto la acción se dirige contra los tribunales de
justicia.
Para otros, las partes son aquellos sujetos procesales que formulan una pretensión y
contra quien se formula una pretensión. O más sintéticamente “quien pretende y contra
quien se pretende”. El problema es que se puede concebir una pretensión extrajudicial y,
además, el demandado también formula una pretensión en el proceso.
Para otros autores las partes están constituidas por el que pide la tutela judicial en un
asunto determinado y en contra de quien se pide la tutela judicial en un asunto
determinado. Sin embargo, también podría criticarse que el demandado al defenderse
también pide tutela judicial.

CONCEPTO: (1) Las partes son las personas naturales o jurídicas entre quienes se suscita el
conflicto jurídico y que recurren al órgano jurisdiccional formulando pretensiones
contrapuestas con el objeto de que ponga término al conflicto.
(2) Corte Suprema 1969, siguiendo a Chiovenda: “Todo sujeto que solicita la actuación
concreta de la ley y en los asuntos contenciosos lo es también aquel en contra de quien se
pide la actuación de la ley citándolo a juicio”.

DENOMINACIONES. Las denominaciones que adquieren las partes cambian de acuerdo con
la materia de que se trate. En materia civil se suele hablar de demandante y demandado.
Cuando hay reconvención se habla de demandante y demandado reconvencionales. En
materia penal, a su vez, se suele hablar de acusador e imputado o bien, de querellante y
querellado.
Fuera de las diversas denominaciones que se generan por las materias, dentro de un
mismo juicio las mismas partes pueden tomar diversos roles que derivan también en
apelativos distintos. Así, se puede pasar a hablar de recurrente o recurrido, apelante o
apelado o ejecutante o ejecutado, etc.
Andrés Bordalí sostiene que la calidad de parte puede ser entendida o supone un
conjunto de situaciones jurídicas de carácter activo (derechos y expectativas) y pasivo
(deberes y cargas) procesales que corresponden a las personas involucradas en el proceso.
Nosotros agregamos que no se trata de cualquier persona involucrada en el proceso sino
aquellas entre quienes se produce el conflicto y recurren al tribunal con pretensiones
contrapuestas.
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PARTES DIRECTAS Y PARTES INDIRECTAS. Algunos autores distinguen entre partes directas
e indirectas.
Las partes directas que son aquellos sujetos procesales que forman parte del proceso
desde el comienzo. También se les llama partes originarias. En cambio, las partes
indirectas son aquellos sujetos procesales que se incorporan al proceso con posterioridad a
su iniciación, formulando una pretensión determinada, por tener un interés actual en el
resultado del juicio. Las partes indirectas procesalmente hablando se denominan “terceros”
y son de tres tipos: coadyuvante, independiente y excluyente.
Esta distinción entre partes directas e indirectas se formula con base en el Art. 23
del CPC. Sobre la regulación particular de los terceros nos referiremos más adelante. No se
deben confundir a las partes directas o indirectas con otros sujetos que intervienen en el
proceso, como puede ser un testigo o un perito; o un auxiliar de la administración de
justicia como un receptor judicial, etc. Estas personas, en la medida que no formulan
pretensiones, no piden tutela judicial, o bien, no tienen interés en el juicio, no son partes en
el proceso.
COMENTARIOS.
(1) Para la mayoría de la doctrina la calidad de parte se adquiere por el sólo hecho de
interponer una demanda y figurar en ella como demandante o demandado, sin referencia al
derecho sustancial. Para tal efecto, el escrito de la demanda debe contener ciertas
menciones referidas a las partes: nombre y apellidos, domicilio, profesión un oficio, las
personas que las representan y la naturaleza de la representación. Art. 254 nº 2 y 3.
(2) La calidad de parte tiene relevancia para una serie de instituciones jurídicas. Los
imperativos jurídicos propios de la relación procesal, derechos, obligaciones y cargas deben
ser cumplidos principalmente por las partes; la cosa juzgada; la litis pendencia; la
posibilidad de impugnar resoluciones, etc.
(3) Las partes se relacionan con los presupuestos procesales. Como señalamos
anteriormente, para algunos autores constituirían un presupuesto procesal de existencia del
proceso (Junto con la contienda jurídica actual y el tribunal). Otros autores, siguiendo a
Goldschmidt distinguen tres tipos de presupuestos: presupuestos procesales relativos al
órgano jurisdiccional (Jurisdicción, competencia e imparcialidad), presupuestos procesales
relativos a las partes (capacidad, representación y postulación procesal), y presupuestos
relativos al procedimiento (aptitud legal de la demanda, emplazamiento legal del
demandado, y adecuación del procedimiento a la acción ejercida).

II. CAPACIDAD
El tema de la capacidad parece incluir varias cuestiones diferentes entre si y que es
necesario distinguir. Se pueden distinguir cuatro preguntas en el fondo distintas:
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1. ¿Quién puede aparecer como parte en un proceso? El punto es determinar en qué


entidad se radicarán los efectos jurídicos del juicio, o bien, quiénes son los que pueden
pedir o contra quién se pedir la tutela judicial. Esta pregunta hace referencia a la
capacidad para ser parte propiamente tal.
2. ¿Quiénes pueden comparecer en un proceso? Esta cuestión redirige el asunto a quién
puede presentarse en un juicio por si o representando a otro para formular una
determinada petición, sea que la misma se radique en su patrimonio o en otro. Esto es lo
que normalmente se denomina capacidad procesal.
3. ¿Quiénes pueden realizar válidamente peticiones ante un órgano jurisdiccional? O
dicho en términos mas precisos, quién puede realizar válidamente actos procesales. Este
tema corresponde a la comparecencia en juicio o la postulación procesal.

1. CAPACIDAD PARA SER PARTE. En este tema tratamos de responder a la pregunta ¿Quién
puede aparecer como parte en un proceso?
El CPC no tiene normas especiales referidas a la capacidad para ser parte, razón por la cual
se entiende que, en principio, esta capacidad equivale a la capacidad de goce o adquisitiva
en materia civil. Toda persona, todo sujeto de derecho tiene capacidad de goce. Por lo
tanto, toda persona sea natural o jurídica tiene capacidad para ser parte en un proceso.
La capacidad de goce o adquisitiva es la aptitud legal de una persona para
adquirir o ser titular de derechos. Esta capacidad es un atributo de la personalidad. De
acuerdo con esto pueden aparecer como parte en un proceso, un adulto, un menor adulto, un
recién nacido, un demente, un disipador interdicto, o personas jurídicas como una S. A.,
una fundación o el Fisco de Chile. Un tema diferente es que algunas de estas personas, para
actuar válidamente en el proceso, deban hacerlo a través de un representante, lo cual se
conecta con el tema de la representación en materia procesal que veremos después.

CASOS ESPECIALES. Sin embargo, existen diversas situaciones en las cuales esta
equivalencia entre la capacidad para ser parte y la capacidad de goce parece resultar
insuficiente y producir resultados injustos. Esto puede producirse por dos razones
fundamentalmente: (1) Que el sujeto pasivo sea, por ejemplo, asociaciones de personas sin
personalidad jurídica como las sociedades de hecho. En un caso como este un demandante
se vería privado de la posibilidad de demandar a la sociedad en su conjunto por no tener
personalidad jurídica. (2) O bien, desde el punto de vista del sujeto activo, se trata de evitar
que, en determinados casos, ciertos intereses puedan quedar sin protección jurídica por
pertenecer a entidades sin personalidad jurídica.
Por esta razón, la tendencia tanto doctrinaria como legislativa entiende que debe
ampliarse la capacidad para ser parte a otros entes sin personalidad jurídica. Esta
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ampliación del concepto de parte se suele fundamentar en la tutela efectiva de los derechos
e intereses.
Alejandro Romero afirma que nuestro ordenamiento reconoce un concepto amplio
de capacidad, permitiendo ser parte de una relación procesal no solo a personas naturales y
jurídicas sino también al (1) nasciturus, (2) la herencia yacente o (3) las personas jurídicas
extinguidas y también a otros entes que no cuentan con personalidad jurídica (art 3 y 4 del
Código del Trabajo), (4) también se establece un concepto amplio de empresa y
representante, (Art. 28 inc. 2º de la Ley 18.287 que establece los Juzgados de Policía
Local), (5) sociedades de hecho sin personalidad jurídica u otras entidades similares, etc.)
Esta tendencia también tiene reconocimiento en la Ley 19.496 sobre protección de
los derechos de los consumidores. En su Art. 51 letra c permite puedan actuar como
demandantes: a (6) “un grupo de consumidores afectados en un mismo interés, en número
no inferior a 50 personas, debidamente individualizados”. Aunque esta norma se inserta en
un tema más general y complejo relativo a la protección de los derechos e intereses
supraindividuales.
El mismo autor, Alejandro Romero, firma que un concepto amplio de capacidad
“es coincidente con el principio pro accione, en virtud del cual los órganos judiciales
deben interpretar los diferentes requisitos y presupuestos procesales de un modo más
favorable con el derecho de acción, debiendo rechazar las interpretaciones… que, por
razones de pura forma, puedan privar a las personas (en sentido amplio) de obtener la tutela
judicial de sus derechos e intereses legítimos”.
Especial importancia en esta materia ha tenido la jurisprudencia relativa al
recurso de protección. En este sentido los tribunales y la doctrina han entendido que en el
proceso de protección puedan aparecer como partes personas que de acuerdo con la
concepción tradicional no tienen personalidad jurídica. Sobre este tema Andrés Bordalí
afirma que en materia procesal se debería reemplazar la noción de personalidad jurídica
para efectos de la capacidad y utilizar el de “subjetividad jurídica”.
Por su parte esta tendencia debería ser acogida definitivamente con la entrada en
vigencia del nuevo Código Procesal Civil, que actualmente se tramita en el congreso
nacional que se refiere a esta materia en su artículo 20:
Art. 20. Capacidad para ser partes. Podrán ser partes en los procesos ante los
tribunales civiles:
1) Las personas naturales; 2) Las personas jurídicas; 3) Las masas patrimoniales o
los patrimonios separados que carezcan transitoriamente de titular o cuyo titular
haya sido privado de sus facultades de disposición y administración, como la
herencia yacente y la masa de la quiebra, y 4) Las demás entidades sin
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personalidad jurídica a las que las leyes les reconozcan capacidad para ser partes,
regulando su intervención y representación en juicio.
Con todo, las entidades formadas por una pluralidad de elementos personales y
patrimoniales puestos al servicio de un fin, pero que no han cumplido los requisitos
legales para constituirse en persona jurídica podrán ser demandadas como tal, sin
perjuicio de la responsabilidad que, conforme a la ley, pueda corresponder a los
gestores o partícipes.

2. CAPACIDAD PROCESAL. La capacidad procesal equivale a lo que en el derecho


sustantivo es la capacidad de ejercicio. Responde a la cuestión de quién puede
comparecer en un juicio pidiendo algo para sí o para un tercero.
Civilmente la capacidad de ejercicio es la aptitud legal de una persona para ejercer los
derechos de que es titular y contraer obligaciones actuando por sí mismo sin el ministerio
o autorización de otra. Procesalmente hablando esto se traduce en la posibilidad de
presentarse en un juicio para formular una determinada petición. En este punto, el tema
tiene pocas diferencias, al menos en sus trazos gruesos, a lo que es la capacidad de
ejercicio:
- Si es una persona natural mayor de edad y sin incapacidad podrá actuar por si.
- Si se trata de una persona natural con alguna incapacidad deberá distinguirse si se
trata de una incapacidad absoluta o relativa. Si la incapacidad es absoluta, se deberá
obrar a través del representante, mientras que si es relativa podrá actuar a través de
su representante, o bien, autorizado por éste.
- Si es una persona jurídica necesariamente deberá actuar por su representante.
En este tema, en materia procesal hay algunas normas especiales. La más relevante,
y sin perjuicio de lo que se vea más adelante en lo referente al mandato judicial, es la
posibilidad de representación del gerente o administrador de sociedades y del presidente
de una corporación o fundación quien está autorizado a litigar en nombre de ella, sin
perjuicio de las limitaciones estatutarias que existan (Art. 8 CPC).

TRATAMIENTO PROCESAL DE LA INCAPACIDAD. La capacidad es un requisito de validez


del proceso. Incluso para algunos es un presupuesto procesal relativo a las partes. Por esta
razón la actuación en un proceso de una parte incapaz sea como demandante o como
demandada, produce como consecuencia la imposibilidad de emitir un pronunciamiento
sobre el fondo.
- Si alguna de las partes carece de capacidad para ser parte, se entiende que se trata de
un defecto que afecta todo el proceso y que no es posible de corregir.
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- Si lo que falta la capacidad procesal, ella también genera la nulidad, pero es


corregible a través de la ratificación del habilitado para comparecer.
¿CÓMO SE ALEGA? Si la incapacidad es del demandante, el demandado la puede alegar
como excepción dilatoria (art. 303 nº 2 o 6 CPC). Ello, sin perjuicio de emplear otros
medios como el incidente de nulidad o los recursos que la ley le entrega. Si es del
demandado, el demandante puede reclamarla a través del incidente de nulidad o los
recursos que la ley le entrega.
¿DEBE EL TRIBUNAL CONTROLAR DE OFICIO LA CAPACIDAD? Sí. De acuerdo con el Art.
84 inciso final del CPC, el tribunal debe tomar todas las medidas para evitar la nulidad del
proceso. Además, hay que tener presente que el artículo 6 CPC exige que el que
comparezca en nombre de otro debe exhibir el título que acredite su representación.

III. REPRESENTACIÓN
Directamente relacionado con la capacidad procesal se encuentra el tema de la
representación. Jurídicamente hablando y en términos generales, la representación supone
que una persona celebra o ejecuta un acto jurídico en nombre de otra persona, estando
facultado por ella o por la ley para hacerlo, de manera que los efectos de ese acto se van a
radicar directamente en la persona del representado.
En materia procesal se deben distinguir dos situaciones diversas. La representación
jurídica en general y la comparecencia en juicio. En este apartado nos referiremos a la
primera. Mientras que a la segunda nos referiremos en la siguiente unidad del curso.
En nuestro ordenamiento la representación tiene su fundamento legal en el Art.
1448 del CC. En cambio, en materia procesal la exigencia de la representación surge del
Art. 4 del CPC, que establece que: “toda persona que deba comparecer en juicio a su
propio nombre o como representante legal de otra, deberá hacerlo en la forma que
determine la ley”.

REPRESENTACIÓN NECESARIA. La representación será necesaria fundamentalmente en dos


situaciones: (1) Cuando se trate de una persona que no tenga capacidad procesal, pues en
este caso debe actuar a través de su representante (incapacidad absoluta o relativa.) (2) Y,
en segundo lugar, tratándose de las personas jurídicas, que por sus características deban
actuar a través de un representante.
REPRESENTACIÓN FACULTATIVA. Fuera de estos casos una persona con capacidad procesal
también podría normar un representante, sin embargo, en este caso la representación no es
necesaria.
Tratándose de personas jurídicas de derecho privado la norma más relevante esta
contenida en el Art. 8 del CPC. En virtud de la cual el gerente o administrador de
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sociedades y el presidente de una corporación o fundación están autorizados a litigar en


nombre de ella, sin perjuicio de las limitaciones estatutarias que existan. Sin perjuicio de
que pueden existir normas especiales. Por ejemplo, en el Art. 40 y 49 de la Ley 18.046 LSA
(directorio y gerente); Art. 234 Código del Trabajo (directorio y presidente del sindicato).
Tratándose de persona jurídicas de Derecho público distinguimos:
- si se trata de un órgano centralizado, esto es, que actúa con la personalidad jurídica del
estado, su representación le corresponde al presidente del CDE, según su LOC, contenida
en el DFL 1 de 1993.
- Si se trata de un órgano descentralizado la representación judicial y extrajudicial les
corresponde a los respectivos jefes de servicio. Art. 33 de la Ley General de Bases de la
Administración del Estado.
- En el caso de las municipalidades, estas son representadas por su alcalde.

TRATAMIENTO PROCESAL DE LA REPRESENTACIÓN. La representación es un presupuesto


procesal de manera que se trata de un requisito necesario para la validez del procedimiento.
Si falta la representación o existe un vicio a su respecto, traerá como consecuencia la
imposibilidad para el tribunal de emitir un pronunciamiento sobre el fondo.
La falta de este presupuesto se alega normalmente mediante una excepción dilatoria
o procesal del Art. 303 N° 3 o 6 CPC, sin perjuicio de los demás medios que contempla la
ley, como el incidente de nulidad o mediante los recursos procesales. El juez también debe
controlar de oficio estos presupuestos.
La ausencia de este presupuesto pude incluso llevar a declarar la nulidad de todo lo
obrado cuando la persona haya sido notificada a través de un representante que no tenga
poder de representación. En estos casos, como no se habría efectuado validamente el
emplazamiento de la parte, la relación procesal no ha podido surgir válidamente (art. 80
CPC.

IV. PLURALIDAD DE PARTES O PARTES CON PLURALIDAD DE SUJETOS


Anteriormente señalamos que el proceso por definición supone dos posturas contrapuestas,
dos intereses enfrentados. Esto corresponde a lo que algunos autores denominan principio
de dualidad de partes del proceso civil. Estos intereses enfrentados corresponden a las
partes en el proceso.
En su noción teórica más elemental el proceso supone la intervención de dos
sujetos, uno en la calidad de cada parte. En la práctica también suele ocurrir que en un
proceso intervengan más de dos sujetos. Sin embargo, aún en estos casos la dualidad de
partes se mantiene. Siempre existirán dos o más intereses o posturas contrapuestas. Por esta
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razón, algunos estiman que la expresión pluralidad de partes resulta imprecisa y parece más
correcto hablar de partes con pluralidad de sujetos.
En el mismo sentido algunos estiman que es más conveniente hablar de principio
de dualidad de posiciones antes que dualidad de partes porque la primera expresión es
comprensiva de aquellas hipótesis en que una parte está compuesta por una pluralidad de
sujetos.
Este tema se encuentra regulado en nuestro CPC en los artículos Art. 17 y ss. El
epígrafe del título es: “De la pluralidad de acciones o partes”. En estas normas,
encontramos dos situaciones de pluralidad de partes o partes con pluralidad de sujetos: el
litisconsorcio y los terceros, a los cuales nos referiremos a continuación.

V. LITISCONSORCIO
CONCEPTO Y FUNDAMENTO. El litisconsorcio es la pluralidad de individuos en una misma
posición de partes. Es decir, una de las partes del proceso (demandante o demandado) está
compuesta por más de una persona. O, dicho de otra manera, el litisconsorcio se produce
cuando en un proceso concurren varias personas actuando en una misma posición de parte.
El fundamento de esta figura radica en la economía procesal y evitar decisiones
contradictorias. Por ejemplo: accidente de transito en el que interviene un bus de pasajeros.
Se podrían seguir varios procesos los cuales podrían derivar en decisiones distintas. Sin
embargo, mediante esta figura se puede seguir uno solo proceso, y arribar a una sola
decisión.
CLASIFICACIONES
1. De acuerdo con la posición que ocupa la pluralidad de sujetos se distingue
a. Litisconsorcio activo: pluralidad de sujetos en la posición de demandantes
b. Litisconsorcio pasivo: pluralidad de sujetos en la posición de demandados
c. Litisconsorcio mixto: pluralidad de sujetos en la posición de ambas partes
2. De acuerdo con la obligatoriedad de la presencia de varios sujetos en una misma
posición de partes se distingue:
a. Litisconsorcio voluntario o facultativo (o simple): En este caso la presencia de
varios sujetos no es obligatoria. Esta tiene lugar por la propia decisión del
demandante, por razones de oportunidad o de conveniencia, con base en algún
elemento de conexión entre sí. Este caso supone la existencia de una pluralidad de
sujetos que ejercen una pluralidad de acciones.
b. Litisconsorcio necesario: Es aquel en que la presencia de varios sujetos es
obligatoria por razones de derecho material. Se trata de casos en que hay varios
sujetos que ejercen una misma acción, o bien, una acción se debe dirigir contra
varios sujetos.
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Esta obligatoriedad se puede originar por disposición de la ley (caso en el que se


habla de litisconsorcio necesario propio), o bien, por las características de la relación
material que constituye el objeto del litigio (se habla de litisconsorcio necesario impropio).
El litisconsorcio necesario es excepcional y normalmente pasivo.
En nuestro país no hay situaciones de litisconsorcio necesario propio, siendo todos
originados por las características del objeto del litigio. Por ejemplo: nulidades de contratos,
demandas en contra de comunidades que no tienen designado administrador común, etc.
Consecuencias del incumplimiento del litisconsorcio necesario. ¿Qué ocurre
cuando no se observa el litisconsorcio necesario? En principio podemos decir que la
relación procesal será ineficaz. En algunos casos se ha resuelto que la consecuencia es la
nulidad del proceso. En otros se ha entendido que se trata de inoponibilidad de la sentencia
(respecto de quien no concurrió debiendo hacerlo). Incluso algunos podrían decir que la
consecuencia es la inexistencia.

TRATAMIENTO DEL LITISCONSORCIO EN EL CPC. Nuestro CPC no utiliza la expresión


litisconsorcio, sin embargo, hay normas que permiten que dos o más personas puedan
actuar en una misma condición de parte. Las normas relevantes para este asunto están entre
los artículos 18 a 21 del CPC. La norma fundamental está contenida en el Art. 18 del
CPC que establece que:
“En un mismo juicio podrán intervenir como demandantes o demandados varias personas
siempre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa e inmediatamente
de un mismo hecho, o que se procesa conjuntamente por mucho o contra muchos en los
casos que autoriza la ley”.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 18 DEL CPC. Este es el artículo que autoriza la figura del
litisconsorcio en nuestro ordenamiento, cuando señala que en un mismo juicio podrán
actuar como demandantes o demandados varias personas. De acuerdo con esta norma se
pueden dar tres hipótesis diferentes:
1. Que se deduzca la misma acción. Según algunos debe tratarse exactamente de la
misma acción formulada por varias personas. Se trataría de un litisconsorcio necesario
determinado por la naturaleza de la relación material. Otros estiman que debe tratarse
de acciones idénticas o similares en relación con el objeto pedido y la causa de pedir,
que podrían ser ejercidas por personas diferentes. Por ejemplo, varios comuneros
ejercen una acción reivindicatoria respecto de un inmueble contra una persona
determinada.
2. Que se trate de acciones que emanen directa e inmediatamente de un mismo
hecho. Acá las pretensiones deducidas pueden ser distintas. Se ha entendido que esto de
que emanen de un mismo hecho debe ser tomado en un sentido amplio, en el sentido
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que exista algún grado de conexión entre las acciones. Así, por ejemplo, un accidente
de tránsito entre un bus y un auto. Hay lesionados que pueden demandar el daño
emergente y el lucro cesante de sus lesiones y otro que puede demandar sólo la
reparación de su vehículo. Este sería un caso de litisconsorcio voluntario.
3. Que se proceda conjuntamente por mucho o contra muchos en los casos que
autoriza la ley. En esta tercera hipótesis es la ley la que permite expresamente el
litisconsorcio para un caso particular. Debe entenderse incluido cualquier caso en que la
ley lo autorice, aun cuando no haya conexión ni por hechos ni por acciones deducidas.
Por ejemplo, el caso de la solidaridad activa o pasiva. Este se trataría de un
litisconsorcio necesario por disposición de la ley.

FORMA DE ACTUACIÓN EN CASO DE LITISCONSORCIO. ¿Qué ocurre cuando hay


litisconsorcio? Acá se aplican las reglas de los artículos 19 y 20.
- Si se trata de las mismas acciones, o bien las mismas excepciones o defensas, deberán
obrar conjuntamente y nombrar un solo mandatario. Sin embargo, en este caso podrán obrar
por separado desde que aparece haber incompatibilidad entre sus intereses.
- si son diferentes entre sí las acciones, o bien, las excepciones o defensas, cada uno de
ellos podrá obrar separadamente en el juicio, salvo excepciones legales.

LITISCONSORCIO SUBSIDIARIO O EVENTUAL. Esta figura se produce cuando se ejercitan


acciones contra distintas personas para que sean resultas unas en subsidio de las otras. Es
decir, se ejerce una acción contra una persona y, además, para el evento que esa acción sea
rechazada, se entabla otra acción contra otra persona.
Esta figura no está expresamente regulada en nuestro ordenamiento. El artículo 17
del CPC permite entablar dos o más acciones incompatibles para que sean resueltas una en
subsidio de la otra, sin embargo, al parecer esta norma parte de la base de que esas acciones
se entablan contra una misma persona. En cambio, en el litisconsorcio subsidiario estas
acciones se entablan contra personas diferentes.
En la práctica los tribunales aceptan esta figura del litisconsorcio subsidiario aun
cuando no esté expresamente regulado, pues con ella se cumplen las finalidades propias del
litisconsorcio, economía procesal y se evitan decisiones contradictorias.
Los ejemplos más típicos se dan en materia de alimentos y en materia de
responsabilidad extracontractual. Por ejemplo, un menor de edad demanda a su padre por
alimentos y en subsidio a sus abuelos. Tratándose de responsabilidad médica, demandamos
a una clínica y en subsidio al propio médico tratante.
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INTERVENCIÓN FORZADA DE LAS PARTES.


Esta figura está regulada en el Art. 21 del CPC. También se llama intervención provocada
o coactiva.
En términos simples, cuando la acción ejercida por un sujeto corresponda también a
otra u otras personas, la ley faculta al demandado para pedir que la demanda sea puesta en
conocimiento de esas otras personas, normalmente bajo amenaza de consecuencias
desfavorables.
El fundamento es evitar que un demandado tenga que soportar diversos juicios
como demandado sobre un mismo asunto (economía procesal) y evitar decisiones
contradictorias.
Cuando la demanda sea puesta en conocimiento de las otras personas a quienes
corresponda la acción ejercida ellas pueden, dentro del término de emplazamiento, adoptar
tres actitudes:
a. Adherir a la demanda, caso en que se debe designar un procurador común de
acuerdo con las normas anteriores.
b. Si declaran no adherirse, caduca su derecho. Se entienden que renuncian al derecho.
Si deciden accionar con posterioridad el demandado podría oponerse alegando la
renuncia o extinción del derecho.
c. Si nada dicen, les afectará el resultado del juicio (entre otros les afectaría el efecto
cosa juzgada), pudiendo comparecer en cualquier momento, pero respetando lo
obrado.
Oportunidad. Casarino entiende que esta solicitud del demandado debe formularse dentro
del término de emplazamiento antes de contestar la demanda. Esta solicitud supone que al
demandado le interesa un proceso correctamente formado desde el principio. Además,
formular esta petición en un estado más avanzado del juicio implicaría una indefensión al
citado.
También hay otros casos de intervención forzada como la citación a evicción del
Art. 584 y ss. del CPC, o la citación a los acreedores hipotecarios arts. 2428 CC y 492 CPC.

VI. LOS TERCEROS


CONCEPTO. Los terceros corresponden a las partes indirectas, es decir, aquellos sujetos
procesales que se incorporan al proceso con posterioridad a su iniciación, formulando una
pretensión determinada, por tener un interés actual en el resultado del juicio. Art. 23 CPC.
En una definición más acabada, podemos decir que los terceros son sujetos
procesales que se incorporan al juicio con posterioridad a su iniciación, por tener un interés
actual en el resultado del juicio, formulando pretensiones armónicas, excluyentes o
independientes a las formuladas por las partes directas.
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En otras palabras, se trata de todos aquellos sujetos que sin ser partes directas en un
juicio se encuentran, respecto del objeto del proceso, en una determinada posición que el
ordenamiento considera digna de protección.

FUNDAMENTO. El fundamente de esta figura, al igual que en el litisconsorcio, podemos


encontrarlo en la economía procesal, en la necesidad de evitar decisiones contradictorias.
Pero también en la necesidad de evitar fraudes procesales y la protección del derecho de
defensa. En algunos casos el proceso desarrollado entre dos partes puede constituir un
fraude para los derechos de un tercer sujeto, o bien, sin que el proceso constituya un fraude,
puede ocurrir que los derechos o intereses de un sujeto puedan verse afectados por lo que
ocurra en un proceso. Por esta razón se permite la intervención de este sujeto ejerciendo su
derecho de defensa.

REGULACIÓN DE LOS TERCEROS EN EL CPC. En nuestro ordenamiento, los terceros tienen


dos regulaciones:
a. La general de los artículos 22, 23 y 24 CPC.
b. La del juicio ejecutivo que está en los artículos 518 y ss. CPC., llamado “De las
tercerías”

REQUISITOS GENERALES PARA LA INTERVENCIÓN DE TERCEROS. De acuerdo con la


regulación general para que alguien pueda comparecer como tal deben cumplirse dos
requisitos:
1. Debe haber un juicio pendiente. Para evitar situaciones de indefensión, debe
entenderse que hay un juicio pendiente con toda generosidad: al menos desde la
notificación de la demanda (incluso podría ser desde la presentación de la demanda) y
mientras haya alguna gestión pendiente, incluso si ya hay sentencia ejecutoriada, si es
que resta la ejecución (así lo exigen los artículos 22 y 23).
2. Debe haber un interés actual en el resultado del juicio. De acuerdo con el artículo 23,
hay interés actual siempre que exista comprometido un derecho y no una mera
expectativa. Al ser actual, la jurisprudencia ha dicho que debe ser un derecho existente
al inicio del juicio y no uno que se pueda obtener como consecuencia de él. De esta
norma es criticable que haya dejado fuera la protección de los intereses legítimos.

CLASIFICACIÓN DE LOS TERCEROS EN NUESTRO CPC. De acuerdo con los Art. 22, 23 y 24
se pueden distinguir tres tipos de terceros. Esta distinción se formula en atención a la
relación que existe entre su pretensión con la de las partes litigantes.
a. Terceros coadyuvantes
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Procedimientos Declarativos civiles

b. Terceros excluyentes
c. Terceros independientes.

1. TERCERO COADYUVANTE
En doctrina se le denomina intervención adhesiva, pues se adhiere a la posición de alguna
de las partes.
Concepto. Son sujetos procesales que se incorporan al juicio con posterioridad a su
iniciación, por tener un interés actual en el resultado del juicio, formulando pretensiones
armónicas con la de alguna de las partes directas.
Se trata de un tercero que, por encontrarse en una determinada posición respecto del
objeto del proceso, ingresar a este para colaborar con alguna de las partes y así obtener una
sentencia favorable. El coadyuvante no introduce una pretensión autónoma, sino que viene
a colaborar para que una de las partes triunfe, evitando el perjuicio que le podría causar una
sentencia adversa.
Por ejemplo, se declara terminado el arrendamiento, se extinguirá el
subarrendamiento. Si se declara nulo un testamento, esto puede afectar no sólo a los
herederos sino también a los legatarios.
REGULACIÓN Y TRAMITACIÓN. Está contemplada en el Art. 23 del CPC. (Leer y aprender)
-De acuerdo con esta norma para intervenir como Tercero coadyuvante se debe formular
una presentación donde solicitemos la autorización para intervenir como tercero
coadyuvante.
- Esta solicitud se tramita como incidente. Se debe dar traslado a las partes directas.
-Aceptada la intervención el tercero adquiere la calidad de parte debiendo respetar lo
obrado hasta ese momento.
-Tiene los derechos del Art. 16 CPC, es decir, pueden hacer alegaciones, aportar prueba y
interponer recursos, pero sin entorpecer la marcha del juicio. No podría realizar actos que
impliquen la disposición del objeto del proceso.
Hay alguna duda en la doctrina acerca del alcance de las facultades de intervención
de los terceros coadyuvantes que debe ser limitada. Sin embargo, si su fundamento se
entiende que es el derecho de defensa, debe permitirse actuar en plenitud, con la sola
limitación de no entorpecer la marcha del juicio.

2. TERCERO EXCLUYENTE
Concepto. Son sujetos procesales que se incorporan al juicio con posterioridad a su
iniciación, por tener un interés actual en el resultado del juicio, formulando pretensiones
excluyentes o incompatibles a las formuladas por ambas partes directas.
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Se trata de un sujeto que formula en contra de ambas partes, una pretensión en la


cual la petición de tutela resulta incompatible con el derecho controvertido originalmente,
de manera que la sentencia definitiva reconocerá que el derecho le corresponde sólo a uno
de los sujetos. El ejemplo clásico se da cuando dos partes se disputan la propiedad sobre
una cosa y aparece un tercero afirmando ser él el dueño de la misma cosa.

REGULACIÓN Y TRAMITACIÓN. Está contemplado en el Art. 22 del CPC.


-Para intervenir como Tercero excluyente se debe formular presentación donde solicitemos
la autorización para intervenir como tercero excluyente. Sólo se puede pedir en primera o
única instancia, por la naturaleza revisora de la apelación.
- Esta solicitud se tramita como incidente. Se debe dar traslado a las partes directas.
-Aceptada la intervención el tercero adquiere la calidad de parte, y tiene los derechos del
Art. 16, es decir, pueden hacer alegaciones, aportar prueba y interponer recursos, pero sin
entorpecer la marcha del juicio. (Salvo lo de nombrar al procurador común)
- Se entiende que acepta todo lo obrado antes de su presentación, y el juicio continúa en el
estado en que se encuentre.
Esto último genera dudas: si hay un vicio anterior, ¿podría alegarse éste? La postura
tradicional dice que no, pues ese es el sentido de que se acepta lo obrado. Tavolari postula
lo contrario, considerando que una de las razones para permitir a los terceros es evitar
fraudes procesales. Para él el sentido de la norma sería que se debe respetar la preclusión,
es decir, no puede pretender revivir etapas del juicio ya cerradas y no el evitar de que se
pida la nulidad.
Esta figura presenta el inconveniente de que el juicio continúa en el estado en que
se encuentre lo que puede constituir una limitación, por eso en la práctica resulta mejor
acudir a la figura de acumulación de autos, en especial por el Art. 97 CPC (el juicio se
suspende hasta que el nuevo llegue al mismo estado).

3. TERCEROS INDEPENDIENTES
Concepto. Son sujetos procesales que se incorporan al juicio con posterioridad a su
iniciación, por tener un interés actual en el resultado del juicio, formulando pretensiones
independientes a las formuladas por las partes directas.
En la jurisprudencia encontramos un caso, del perito que cobra los honorarios por el
informe evacuado en el proceso.
REGULACIÓN Y TRAMITACIÓN. Está contemplado en el Art. 23 Inc. 3° del CPC.
De acuerdo con este se sigue la tramitación del tercero coadyuvante.
-Se debe formular presentación donde solicitemos la autorización para intervenir como
tercero coadyuvante.
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Procedimientos Declarativos civiles

- Esta solicitud se tramita como incidente. Se debe dar traslado a las partes directas.
-Aceptada la intervención el tercero adquiere la calidad, de parte debiendo respetar lo
obrado hasta ese momento.
-Tiene los derechos del Art. 16, es decir, pueden hacer alegaciones, aportar prueba y
interponer recursos, pero sin entorpecer la marcha del juicio.

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