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En tal sentido, es menester dilucidar que, el punto focal del estudio que a
continuación se pretende desarrollar va orientado al análisis, estudio, e
interpretación de las partes y los distintos sujetos procesales, los actos procesales
desarrollados en el hilo procedimental de asunto, sus formas, las teorías que
sustentan los diversos actos procesales y su respectiva clasificación.
LOS SUJETOS Y LAS PARTES PROCESALES
Esos sujetos procesales por una relación dinámica y dialéctica son a su vez
los sujetos del litigio o sujetos litigiosos, con prescindencia del juez, que es el que
se encarga de tomar la decisión judicial reclamada. Sin embargo, sólo los que son
juzgados o sujetos del juicio son los verdaderos sujetos litigiosos, con lo que la parte
en sentido procesal puede entenderse como aquella que en el proceso reclama
tutela judicial o actuación de la ley en su propio interés y nunca en el interés de otro,
siendo irrelevante que tenga o no el derecho material o sustancial invocado al
momento de lanzar la pretensión, o que en el proceso se actúe para ayudar a otro
a la obtención de su pretensión, o simplemente que proteja sus derechos
reclamando por otro para sí.
PARTES PROCESALES
En todo proceso hay, como mínimo, una persona que reclama y otra frente a
la que se reclama; es decir, el Tribunal que conoce del proceso asiste al
enfrentamiento de una reclamación de alguien contra alguien. Los enfrentados son
las partes procesales, que serán siempre dos, aunque en cada una de ellas pueden
haber varias personas; la posición de las partes será siempre igual en cuanto al
trato que recibirán del tribunal. La parte que reclama se denomina demandante o
actor; la reclamada, demandada; pero se alude a ambas con el nombre común de
litigante. La persona que no es parte en el proceso y cualquiera que sea su relación
con la que es litigante, se denomina tercero procesal, denominación inaplicable al
tribunal. Entre el litigante y el tercero, cabe una situación intermedia: la del mero
interesado. Este, sin ser parte en el proceso, es afectado por el desarrollo del mismo
y se le permite intervenir cerca del tribunal para formular simples peticiones o para
oponerse a ellas.
Serán partes no solamente quienes figuran en la demanda, sino que además los
que se personen al proceso en tal calidad, sea de manera provocada o voluntaria,
mediante los mecanismos procesales previstos para ello; por ejemplo, la integración
del litisconsorcio necesario y la intervención de terceros.
Por tanto, tenemos que se reconocen con capacidad para ser partes a: Las
personas físicas. Por “personas físicas” se hace referencia a las personas
naturales reguladas en nuestro Código Civil, a cuyas normas debemos remitirnos;
por ejemplo: que la persona humana goza de capacidad jurídica y, por ende,
capacidad para ser parte desde su nacimiento, hasta su muerte. Si bien el fallecido
no puede demandar, ni tampoco ser demandado, cosa muy distinta es el fenómeno
que se produce respecto de la muerte de una de las partes pendiente un juicio, ya
que no conlleva su finalización, sino que entran en juego las reglas de la
denominada sucesión procesal, pues el heredero “adquiere los derechos y
obligaciones” del difunto.
El que ejerce el derecho de acción, sea para deducir una pretensión, para
solicitar diligencias preliminares o medidas cautelares, adquiere la calidad de parte
actora y, en consecuencia, se le asignan cargas, derechos y obligaciones que el
derecho procesal considera adecuados para la efectiva tutela del derecho o interés
sustancial puesto a decisión del órgano jurisdiccional; y respecto del demandado,
desde el momento en que se ejerce en su contra una acción o se deduce una
pretensión, tiene el derecho correspondiente para defenderse (contradicción), para
lo cual recibe las mismas cargas, derechos y obligaciones procesales necesarios
para ejercer su adecuada defensa.
El estudioso Chiovenda define al acto procesal como aquél que tiene como
consecuencia inmediata la constitución, la conservación, el desenvolvimiento, la
modificación o definición de una relación procesal.
FORMA, LUGAR Y TIEMPO DEL ACTO PROCESAL
o Formas procesales: se entiende por formas procesales a la manera en que
se estructura internamente la realización de un acto en el proceso,
considerando sus presupuestos, elementos y las condiciones necesarias
para producir los efectos jurídicos que la ley le imputa a los mismos. El acto
procesal ocupa un sitio en el espacio y un momento en el tiempo. El lugar
donde se opera la actividad procesal es a menudo fijo y se denomina sede,
por ende se pueden desarrollar de diferentes maneras, ya que todo acto
tiene forma, lugar y tiempo:
o Forma del Acto: El acto procesal en Venezuela no está rodeado de fórmulas
sacramentales, pero sí se ha establecido una forma ordenada para la
realización de dichos actos, acordando oportunidades para cada uno de
ellos, la ley adjetiva fija los términos y los lapsos en que debe llevarse a cabo
la actividad procesal, por los sujetos de la relación. Todo lo relacionado con
la forma de los actos se encuentra expresado en los artículos 183 al 190
CPC.
o Lugar del Acto: Los actos procesales se realizan en la sede del Tribunal.
La sede es el local donde se desenvuelven las actividades judiciales, en las
horas de despacho. Por excepción se pueden realizar algunos actos fuera
de la sede del Tribunal. (Art. 191 CPC, determinación de la sede). El traslado
del Tribunal fuera de la sede debe acordarse previamente, puede hacerse
de oficio, cuando el Juez se traslada a la morada del testigo en caso de
impedimento (Art. 490, 472, 473, 442, 713, 723 CPC) o a petición de parte,
cuando el Juez lo crea conveniente (Art. 489 CPC).
o Tiempo del Acto: El proceso de la relación jurídica avanza desde la
demanda hasta que culmina en la sentencia. Esa marcha constante y
sucesiva que se hace evidente en el encadenamiento de los actos,
regulados según un orden y una determinación, constituyen el tiempo del
acto. Todo lo relacionado con el tiempo de los actos procesales se encuentra
establecido en los Arts. comprendidos del 192 al 206 CPC.
o Horas de Despacho: Las horas de despacho, se caracterizan por la
actividad del Tribunal en pleno, unipersonal o colegiado. Se hace saber al
público las horas destinadas a despacho mediante la colocación en las
puertas del tribunal de una tablilla o cartel. Por el mismo medio se hará saber
al público los días en que las necesidades del trabajo impidan dar despacho
(Ver Arts. 192, 193, 194 CPC)
o La Habilitación: Tiene por objeto hacer hábiles aquellas horas o días en las
que normalmente el Tribunal no puede actuar. Puede ser necesaria o
urgente. La necesaria sólo produce la habilitación de las horas
comprendidas entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, y las fijadas
por el Tribunal. La necesidad de esta habilitación queda al poder discrecional
del Juez. La habilitación urgente tiene por objeto hacer hábil el día feriado o
la noche, día y hora en que no se puede normalmente actuar. Por lo tanto,
no se puede confundir lo necesario con lo urgente, ni las horas que se
indiquen fuera de la tablilla con la habilitación de la noche o del día feriado
en que ocurre la habilitación urgente. (Art. 192 y 193 CPC)
o Término y Lapso Procesal: Este se lleva a cabo desde la interposición de
la demanda hasta que termina con la sentencia se llevan a cabo una serie
de actos procesales.
Con respecto a este aspecto el Art. 196 del CPC dispone: «Los términos o
lapsos para el cumplimiento de los actos procesales son aquellos
expresamente establecidos por la ley; el Juez solamente podrá fijarlos
cuando la ley lo autorice para ello».
Término: es la fecha, hora, día, mes y año, en que el acto debe realizarse,
da la idea de fijeza, de oportunidad precisa en que debe llevarse a cabo el
acto.
Lapso: es el espacio de tiempo dentro del cual la parte puede ejercer alguna
actividad dentro del proceso.
De acuerdo al Dr. José Ángel Balzán, los actos procesales se pueden ser
clasificados desde distintas posturas, a considerar una postura objetiva que es la
configurada como la más amplia o globalizada; así como una subjetiva, donde los
actos de las partes pueden de acuerdo a Chiovenda son más precisos en cuanto
al desarrollo del proceso; mientras que una postura distinta aparece con el criterio
marcado de la Dra. Turbilli quien considera que los actos procesales deben
clasificarse de acuerdo al momento en el que ocurren o deban ocurrir dentro del
proceso civil respectivamente. En tal sentido, y de manera generalizada, se hace a
continuación, un esbozo de la clasificación de los actos procesales según los
distintos doctrinarios:
Clasificación Subjetiva:
o Actos Procesales de las Partes
El Dr. José Angel Balzán comenta que los actos de las partes, son denominados
de esta forma en virtud de la persona que los realiza, y así, entre otros actos, las
partes realizan los siguientes:
Todos los actos procesales del órgano jurisdiccional se les pueden designar
como actuaciones judiciales. Quedan comprendidas de la siguiente forma:
Resoluciones Judiciales: actos procesales por medio de los cuales el órgano
jurisdiccional decide sobre las peticiones y demás actos de las partes-
participantes; son de dos clases: sentencias y autos; pero otros
ordenamientos consideran los decretos o la subdivisión de autos en
provisionales, definitivos y preparatorios y la subdivisión de sentencias en
interlocutorias y definitivas.
Audiencias: acto de escuchar, en latín. Para el imperio romano designaba al
acto durante el cual el juez escuchaba los alegatos de las partes, pero el de
origen hispánico tiene diversas significaciones, pero el que nos interesa
ahora es el acto procesal complejo y público, que se desarrolla en la sede y
bajo la dirección del órgano jurisdiccional, y en el que intervienen las partes,
sus abogados y los terceros cuya presencia sea necesaria para la
celebración del acto.
Actos de Ejecución; son aquellos a través de los cuales el órgano
jurisdiccional hace cumplir sus propias resoluciones. Para lograr el
cumplimiento de sus resoluciones anteriores a la sentencia, el juzgador
puede aplicar los medios de apremio, los cuales normalmente son los
siguientes:
a) Multa.
b) Auxilio de la Fuerza Pública.
c) Cateo.
d) Arresto.
o Comunicaciones Procesales:
Tipos de comunicación:
Oficio: el destinatario de la comunicación procesal emitida por el órgano
jurisdiccional puede ser una autoridad no jurisdiccional.
Exhorto: el destinatario de la comunicación procesal es otro órgano
jurisdiccional.
Exhorto o Carta Rogatoria Internacional: el destinatario de la comunicación
procesal es un órgano jurisdiccional ubicado en el extranjero; sin embargo,
cuando los destinatarios sean las partes, los demás participantes en el
proceso o los terceros, las comunicaciones pueden ser de cuatro tipos:
a) Notificaciones.
b) Emplazamientos.
c) Citaciones.
d) Requerimientos.
Las formas más comunes como se pueden llevar a cabo las notificaciones,
emplazamientos y citaciones, son las siguientes: personalmente, cédula, boletín
judicial, edictos, el correo certificado, el telégrafo, teléfono, y cualquier otro medio
de publicidad.