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INTRODUCCIÓN
Muchas veces se presenta al Mercado como un ente distinto a las personas
que componen un determinado sistema social en el cual prevalece el sistema de
propiedad privada. Sin embargo, en el mercado estamos incluidos todos los
miembros de un país que compramos, vendemos o cobramos algún ingreso. Lo
mismo ocurre con el Estado, no se trata de un ente diferenciado de las personas
que viven en una determinada sociedad, ya que son esas mismas personas, en
forma directa o a través de representación, las que se fueron dando costumbres,
leyes e instituciones. Al Mercado y al Estado lo componen todas las personas que
conforman una comunidad nacional.
En el caso del Mercado, básicamente actúan dos sujetos: los compradores
o demandantes y los vendedores u oferentes. En nuestros días y en la mayor
parte del mundo, tendríamos que incorporar al Estado, como sistema de
instituciones, como otro importante activo. Sólo por razones de simplificación
vamos a prescindir, en esta etapa, del sujeto Estado y nos concentraremos en los
otros dos sujetos colectivos; representados, en forma abstracta y general, como la
demanda y la oferta. En este caso hablamos de comportamientos sociales.
Dado que por algún lugar debemos empezar, lo vamos hacer desde el lado
de la demanda, es decir, desde el lado de los consumidores. Por tanto,
intentaremos describir cómo actúan los compradores o demandantes de un bien.
Al Mercado los vamos a identificar con un producto determinado con ciertas
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Licenciado en Economía. Graduado en la Universidad del Salvador (República Argentina). Profesor Titular de Economía
en la Universidad del Salvador, Universidad Nacional de Buenos Aires, Universidad Nacional de Lomas de Zamora
(Argentina). Fue Profesor de Post Grado en la Carrera de Administración de la Universidad Central de Venezuela.
Profesor en la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela) en las Escuelas de Economía, Ingeniería de
Telecomunicaciones, Ciencias Sociales, Ingeniería de Informática. Jefe de Cátedra de Economía en la Escuela de
Administración y Contaduría, en la Escuela de Derecho y en la Cátedra de Macro y Microeconomía en la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales. Miembro Titular del Consejo Universitario de la UCAB. Actualmente, ejerce docencia
como Profesor Titular Consulto en la Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y
Facultad de Historia, Geografía y Turismo de la Universidad del Salvador (USAL) en la República Argentina.
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características y otros bines que puedan reemplazarlo en la satisfacción de una
determinada necesidad. Así, podemos hablas del mercado del automóvil o de los
electro domésticos. Podemos extenderlo o reducirlo, de acuerdo al interés que
tengamos; por ejemplo, el mercado automotriz de alta gama y no todo el mercado
automotriz. Podemos también hablar del mercado frutícola y no del mercado
específico de manzanas. En síntesis, es nuestro interés ampliar o ajustar un
Mercado para su análisis, de acuerdo al interés específico de nuestro análisis.
El análisis de un Mercado, al igual que en cualquier estudio dentro de las
Ciencias Sociales, comienza con aislar el fenómeno que deseamos estudiar del
resto de las circunstancias que también se dan, concomitantemente, en la
realidad. Se trata de una operación intelectual denominada “Abstracción”. A través
de este procedimiento, separamos los que creemos relevante para una posterior
explicación del fenómeno bajo estudio, de aquello que no lo es o es circunstancial.
Los conocimientos previos del tema, una adecuada metodología y una buena
dosis de intuición, nos permitirá realizar esta operación y enrumbar correctamente
nuestro estudio.
Describir el fenómeno bajo análisis, en este caso la conducta que evidencia
un consumidor tipo o modelo, nos permitirá predecir su forma de actuar, es decir,
anticiparnos al ocurrir de los acontecimientos, porque sabremos cuál ha de ser la
respuesta a determinado tipo de estímulo.
Una rama importante de economistas, identificados o cercanos al
pensamiento del Nobel Milton Friedman, sostiene que la importancia de una teoría
no se encuentra en la distancia cercana o distante de los supuestos de los que
parte, sino en su capacidad predictiva. Esos supuestos no son otra coda de lo que
creemos y elegimos como “relevante” en el fenómeno bajo estudio.
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todas nuestras necesidades. En esto reconocemos que la cantidad de bienes que
necesitamos es bastante superior a los que podemos obtener con nuestros
recursos.
La escasez de bienes proviene de la limitación en la posesión de recursos
productivos. No hay infinitas extensiones de tierras fértiles que podríamos
incorporar al aprovechamiento agro-ganadero, ni infinitas reservas de materia fósil
o mineral, como así tampoco una infinita cantidad de mano de obra en condiciones
de trabajar. Por tanto, suponer que podemos alcanzar un mundo sin necesidades
insatisfechas es una simple utopía, en tanto que no podemos expandir la
producción de bienes en la cantidad necesaria para alcanzar la satisfacción plena
de la humanidad; por lo menos, hasta este momento. La única alternativa sería
reducir las necesidades a lo que pueda producirse en cada momento y en cada
sociedad; aunque demostrado está que ello no elimina la insatisfacción de buena
parte de la sociedad, cuya aspiración de satisfacción está por encima de ese nivel
básico de cuasi subsistencia. El llamado “socialismo real” es una demostración
contundente de un fracaso de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), en el intento de controlar y disminuir la demanda de bienes de
una población creciente a una capacidad productiva restringida.
La limitación de recursos productivos y la consecuente escasez relativa de
bienes se expresa, en el sistema capitalista, a través de la existencia de los
“precios”. Son los precios la expresión monetaria del valor de los bienes, a guía de
los que se producirá dentro de un sistema económico o lo que se importará desde
otros países; pero también son los precios los que dirán cuánto está dispuestos a
comprar los consumidores de determinado bien.
Si el precio es una condición básica de un individuo o de un grupo de
individuos para comprar (demandar) o no una determinada cantidad de bien,
podemos expresar esto mismo en forma simbólica de la siguiente manera:
Xd = f(P)
Expresión que puede leerse de la siguiente manera: La cantidad demandada de
un bien (Xd) depende o está en función (f) del precio (P).
Dos o más variables pueden estar relacionadas en forma directa o inversa.
Será en forma “directa”, si ambas se mueven en la misma dirección (ambas
crecen o disminuyen, concomitantemente); en cambio, la relación será “inversa” si
se mueven en sentidos opuestos (si una aumenta, la otra disminuye o viceversa)
Si el precio aumenta, la cantidad demandada de un bien, en general, tiende
a disminuir; es decir, encontramos una relación inversa entre el precio y la
cantidad en la conducta habitual de los consumidores. En Ciencias Sociales las
excepciones no invalidan a los principios o leyes generales, porque se aplica la
Ley de los grandes números; es decir, lo que importa es el comportamiento
general.
Por lo tanto, la Ley General de la Demanda puede enunciarse como “la
relación inversa que se verifica entre la variación del precio y la cantidad
demandada de ese bien”.
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Utilizando una exposición gráfica de lo expuesto, vemos que en el siguiente
gráfico nos encontramos con una situación inicial donde, al precio P0, se demanda
la cantidad X0, dando lugar al punto de coordenadas “A”.
Gráfica 1
Gráfica 2
4
Gráfica 3
Esta Curva (recta) de Demanda está constituida por infinitos puntos, cada
uno de ellos constituye una combinación única precio-cantidad. La representación
gráfica con pendiente negativa no indica que la relación es inversa. La inclinación
de la recta nos indica la velocidad de cambio de la cantidad respecto al precio o,
en otras palabras, en cuánto disminuye la cantidad demanda ante la variación
unitaria ($ 1) del precio.
Los términos Demanda y Cantidad Demandada expresan cosas distintas.
La Demanda es el conjunto infinito de combinaciones precio-cantidad, es decir, se
trata de la recta en su conjunto; en cambio, por “cantidad demandada” estamos
haciendo referencia a un punto específico, entre los infinitos puntos, que
corresponde a un determinado nivel de precio. Así, el punto A, representa una
cantidad específica de bien (X0) que corresponde al precio Pa; por su parte, en el
punto B, la cantidad demandada X1 corresponde al precio específico P1.
En el Gráfico 3, vemos que ha cambiado la “cantidad demandada” (de X0 a
X1), pero no lo ha hecho la demanda que sigue siendo la misma recta.
Además de la expresión gráfica, podemos plantear lo mismo a través de
una función matemática de primer grado, tal como: Xd = 50 – 4P. En este caso, P
es la variable independiente, a la que le podemos atribuir valores arbitrarios, los
cuales determinarán el valor de Xd (variable dependiente o función). Decimos que
es de grado uno, en tanto el exponente de la variable independiente es 1 y la
relación es inversa debido al signo negativo que precede a dicha variable.
A una función como la anterior, la podemos convertir en una Tabla,
simplemente dándole valores a P. Así, en la primear columna le asignamos a P los
valores 2, 5 y 10, elegidos arbitrariamente, lo cuales al reemplazarlos en la función
nos da los correspondientes valores de Xd, tal cual consta en la siguiente tabla:
5
P Xd
2 42
5 30
10 10
P Xd
5 30
6 26
7 22
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Desde un punto de vista gráfico ya no podríamos movernos en dos
dimensiones como hasta ahora, cuando las variables eran dos. Por tanto, en el
análisis económico se utiliza una cláusula de simplificación denominada “ceteris
paribus” que significa: permaneciendo todo lo demás constante.
Si estamos interesados en la relación básica precio-cantidad, a través de
esta cláusula consideramos que todas las variables independientes distintas del
precio se mantendrán constantes, a lo largo de nuestro análisis. Es decir,
transformamos a las variables en parámetros.
De esta forma podemos pensar en darle un valor global y constante a todas
las variables distintas del precio, lo cual se refleja en la función Xd = 50 – 4P, en el
valor del término independiente (50).
Si en algún momento estamos interesados en analizar la relación cantidad
demanda-Ingreso, liberamos a esta variable (Y) y le aplicamos la cláusula ceteris
paribus a todas las demás. Este procedimiento lo podemos implementar con cada
una de las variables explicativas de Xd. Por lo tanto, siempre nos queda una
función con solo dos variables y podemos graficarlas en el plano a través de un
eje de coordenadas.
Gráfica 4
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Se entiende por cambio favorable aquel que hace que, al mismo nivel de
precio, ahora se demanda una mayor cantidad. Por ejemplo, se desea más el bien
porque hay más deseo de consumirlo; los precios de los bienes complementarios
disminuyen y estamos más predispuestos a comprar más del bien en cuestión
porque baja el gasto en su conjunto; aumenta el precio de los bienes sustitutos y
gastamos más en la compra del que quedó más barato o aumenta nuestra
capacidad de compra por aumento del Ingreso o Renta. En cualquiera de estos
casos, los cambios son a favor del bien, en tanto se desea adquirir más de este
bien, sin que se haya modificado su precio. La demanda se desplazará a la
derecha (de D a D´) y, en vez de comprar X0, como lo hacíamos originalmente,
ahora adquirimos X1 cantidad de bien, pasando del punto A al punto B.
Gráfica 5
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Bibliografía Consultada
Case, Karl y Fair, Ray; Principios de Microeconomía, México, Prentice Hall Hispanoamericana,
1996.
Ferguson, Charles E. y Gould, John P.; Teoría Microeconómica, Argentina, Fondo de Cultura
Económica, 1975.
Pernaut A.,Manuel (s.j.) y Ortiz F., Eduardo José, Introducción a la Teoría Económica, Caracas,
Publicaciones UCAB (Universidad Católica Andrés Bello), 2011.
Samuelson, Paul A. y Nordhaus, Wlliam D.; Economía, España, McGraw Hill, 2002.