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Vergüenza y Humillación
Vergüenza y Humillación
Sulca, Elisa (2019) “Jóvenes indígenas, escuela y subjetividad. Estudio socioeducativo sobre las
experiencias de estudiantes de la Comunidad Las Cuevas, Pueblo Tastil en una escuela
secundaria rural albergue de la provincia de Salta, Argentina” Tesis de Doctorado, Directora: Dra.
Carina Viviana Kaplan La Plata: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata
Vergüenza y humillación
Soy muy vergonzosa para hablar, pasar al frente y la profe de matemática me hace la contra,
quiere que pierda la vergüenza y por eso me hace pasar siempre al frente. No puedo con eso,
empiezo a temblar, me pongo de todos colores y quiero me trague la tierra en ese momento. Con
los nervios y todo lo que siento no puedo resolver nada de lo que me pide.
(Estudiante a estudiante mujer, 3er año)
Las manifestaciones de este sentimiento son ambiguas (Goudsblom, 2008). Quien la experimenta
revela, a través de gestos, el deseo de que no lo vean nunca más, de desaparecer, pero
inevitablemente las expresiones corporales como “transpirar”, “temblar”, “ponerse colorado” lo
sitúan en el centro de la escena. El cuerpo constituye la superficie donde se enuncian signos
sociales vergonzantes a partir de la mirada de los otros (Goffman, 2006).
Al ser una emoción de autoevaluación (Hansberg, 2001; Kaplan, 2009) genera ciertas
disposiciones que van desde el silenciamiento hasta la autoexclusión en tanto mecanismos de
reparación frente a la pérdida de reconocimiento. Goudsblom sostiene que “lo que nos importa es
la gente, que nos hacen sentir avergonzados porque sentimos que hemos dañado su respeto y
afecto por nosotros” (p. 22).
Las adscripciones identitarias también entran en escena en los modos de relación entre distintos
actores.
¿Alguna vez sentiste vergüenza por pertenecer a un pueblo indígena?
Y más o menos, no entre compañeros porque nos conocemos, somos de ahí (en referencia a la
comunidad a la que pertenecen) y no es tanto con ellos o a veces si con los chicos de otras
comunidades, pero con los de mi comunidad no porque saben en qué creemos o esas cosas […]
también con los que vienen de afuera que a veces te hacen sentir que sos como raro o como que
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te empiezan a preguntar cómo vivís porque piensan que vivimos en choza […] ellos (en referencia
a los chicos de otras comunidades) a veces te dicen tastileño o cueveño pero con mala onda o
como burlándose porque algunos dicen que ellos no son indios o esas cosas […] porque se
reconocen criollos algunos
¿Qué te genera que te traten de ese modo?
No sé […] pero cuando empiezan a mirarte mucho o por ahí dicen indios con una intención mala,
te hace sentir de menos, me da vergüenza, no es lindo […] pero cuando hace alguna broma, por
ejemplo, dicen qué indio que sos, o pareces un indio y lo dicen jugando y no pasa nada […] o
cuando jugamos bruto también dicen qué indio sos.
(Entrevista a estudiante mujer, 3er año)
La categoría “indio” es utilizada peyorativamente para hacer bromas entre compañeros ante
algún comportamiento considerado como torpe o “bruto”, pero genera vergüenza si se dice con
mala intención. Aun en su carácter “buena intención” estas formas de referenciar a los/as
estudiantes indígenas gurda estrecha relación con una matriz histórica de diferenciación en la que
los indígenas fueron adjetivados como salvajes e incivilizados (Kaplan y Sulca, 2018).
Por otro lado, la mirada externa, despectiva, genera percepciones negativas, “te hacen sentir que
sos raro”, “te hacen sentir de menos”, estos sentimientos de inferioridad que relatan los y las
estudiantes dan cuenta del estigma de la identidad indígena que prevalece los discursos y
prácticas. La búsqueda de caracteres que den cuenta del linaje indígena se torna violento, da
lugar a sentimientos de vergüenza. A su vez, el hecho de que “piensen que vivimos en choza”, tal
como testimonia una estudiante, pone en evidencia la vigencia de un imaginario esencialista que
cristaliza la cultura de estos grupos al quitarle el agenciamiento histórico.
Estas representaciones estigmatizantes sobre la identidad indígena visibilizan la persistencia de
sistemas de clasificación dicotómicos que establecen jerarquías y diferencias y actúan como
fuente de reproducción de las desigualdades sociales y educativas que históricamente afectan a
estos grupos (Kaplan y Sulca, 2018).
Otro sentimiento que se asocia a la vergüenza es la humillación. “Teniendo en cuenta que los
sentimientos se entrecruzan y poseen la cualidad de expresarse a la vez con consistencias y
contradicciones, tal vez convendría referirse a una red sentimental” (Kaplan, 2018: 122) que da
cuenta de la complejidad de la trama que conforma.
Las concepciones de humillación que tienen los y las estudiantes refieren a la humillación es
violencia también […] es hacer sentir mal al otro, decirle cosas que no le gustan, gestos o miradas
que hacen de sobrar. Es hacerle quedar mal cuando hay otras personas, es hacer que pase
vergüenza delante de otros.
¿Te sentiste humillada alguna vez?
Algunas veces, cuando se burlan. Una vez me dijeron un apodo que no me gustó porque era malo
y los otros se reían.
¿Qué apodos te decían?
Alquitran (por ser morocha)
¿Qué haces cuando te dicen ese apodo?
Nada, me callo para que se callen, porque sino siguen con eso (Entrevista a estudiante mujer, 2do
año)
Otro estudiante expresa
La humillación es pasar vergüenza por algo que está mal, puede ser porque uno se saca mala
nota o te equivocas en alguna cosa y los otros te señalan y se ríen (…) otras veces pasa cuando
te cargan, te hacen chistes fuera de lugar que te hacen poner colorado, te hacen sentir vergüenza.
(Entrevista a estudiante varón, 1er año)
La humillación es un acto que expresa a través de gestos y miradas inferiorizantes, pero también
es una emoción que se experimenta subjetivamente. Sucede las interacciones cotidianas e
interpelan la valía del otro. Como acto del lenguaje siempre resta y empequeñece al sujeto que es
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