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PODER JUDICIAL DE LA NACION

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO


Expte. nº 28382/2021/CA1

Expte. nº CNT 28382/2021/CA1


SENTENCIA DEFINITIVA Nº87065
AUTOS: “CUENDIAS RODRIGO GASPAR c/OBRA SOCIAL DEL SINDICATO DE
MECANICOS Y AFINES DEL TRANSPORTE AUTOMOTOR s/ DESPIDO”
(JUZGADO Nº 17).

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina, a los


12 días del mes abril de 2023 se reúnen los señores jueces de la Sala V, para dictar la
sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación que fue sorteado
oportunamente y el Doctor GABRIEL de VEDIA dijo:
1.- La demandada Obra Social del Sindicato de Mecánicos Afines del
Transporte del Automotor, en adelante OSMATA interpone recurso de apelación el
1/11/2022, contra la sentencia de primera instancia dictada en formato digital el día
24/10/2022, que hizo lugar a la acción por despido, cuya presentación mereció réplica de la
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contraria en igual formato el 2/11/2022.


A su vez, el perito contador apela la regulación de sus honorarios, por bajos.
La demanda expone seis agravios en su libelo recursivo.
En el primero califica de erróneo el encuadre jurídico de la sentencia. Acusa
que se apartó de la doctrina y jurisprudencia de la C.S.J.N. vigente en la materia.
En lo medular destaca que la cuestión ventilada en estos autos radica en
definir si la rotulada locación de servicios operada entre el período que va desde el 1 de
octubre de 2014 hasta el día 28/08/2019 encubría o no una relación laboral. Plantea que
debe verificarse si resulta viable aplicar a la especie la presunción establecida en el artículo
23 de la LCT.
Controvierte la sentencia, desde la convicción que con la actora solo los
unía una locación de servicios.
Critica que la sentenciante se limite a discrepar con la interpretación de la
normativa dispuesta en el art 23 de la LCT, que restringe la operatividad de la presunción a
la eventualidad en que se hayan acreditado servicios prestados en relación de dependencia,
para decidir que, en el presente caso, ella como demandada no ha logrado acreditar que la
relación no tuviera carácter dependiente.
Esgrime que la decisión de grado prescinde, omite y contradice la
Jurisprudencia emanada por nuestro más alto Tribunal en autos “Rica, Carlos Martín
c/Hospital Alemán y otros s/ Despido” y “Cairone, Mirta Griselda y otros c/ Sociedad
Italiana de Beneficencia en Buenos Aires – Hospital Italiano s/ Despido”), en abono a su
postura.

Fecha de firma: 12/04/2023


Firmado por: GABRIEL DE VEDIA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: BEATRIZ ETHEL FERDMAN, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JULIANA CASCELLI, SECRETARIA DE CAMARA

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El segundo de los agravios está dirigido a controvertir la valoración de las
pruebas testimoniales. Acusa de errónea la ponderación de los testimonios obrantes en
autos, argumentando que no desvirtúan la locación de servicios existente entre las partes.
También le endilga que omitió tener en cuenta las oportunas impugnaciones que ésta parte
dedujera.
Se queja que la sentencia en crisis otorgó un valor decisivo a las
declaraciones testimoniales, basándose en expresiones aisladas con ignorancia del contexto
en que se desenvolvió la prestación. Afirma que ningún deponente demostró que ejerciera
poder disciplinario sobre el accionante.
Arguye que la Magistrada debió haber evaluado la incidencia de la falta de
una retribución y el poder para determinar la contraprestación que tenían los médicos por
sus servicios para establecer si lo que el actor percibía contaba como remuneración, tal
como ello es concebido por la Ley de Contrato de Trabajo (artículos 4, 21, 103 y 116). En
razón de ello puntualiza que el profesional facturaba por honorarios.
Luego se queja de la imposición de la multa en los términos del art. 2° de la
Ley 25323 por la suma de $395.417.- en el contexto de la liquidación practicada por el juez
de grado.
Destaca que está lejos de ser una empresa comercial, lo que determina que
absolutamente todo su capital se encuentra destinado a la correcta atención de sus afiliados
que a diario demandan distintas prestaciones médicas y asistenciales. Añade que su
intención nunca fue sobrepasar la valla de ningún ordenamiento laboral.
En el cuarto agravio cuestiona la base de cálculo utilizada por el
Sentenciante, por considerarlo arbitrario. Entiende que la magistrada partió de un salario de
$130.000, sin elemento probatorio que lo justifique.
También apela la aplicación del índice de precios al consumidor nivel
general publicado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (6% anual) al crédito
reconocido al litigante.
Sostiene que la misma, es inconstitucional e improcedente. Esgrime que así
se estaría ordenado la aplicación irrestricta de la forma de cálculo que se desprende del
índice de precios al consumidor nivel general publicado por el G.C.B.A. y a partir de ello la
parte actora termina por obtener la actualización de los créditos que reclama, en una clara
violación a las disposiciones de las leyes 23.928 (art. 11 y cctes.) y 25.561 (art. 4 y 16
cctes.).
Por último solicita que en caso de revocar la decisión, se deje sin efecto la
regulación de honorarios de los profesionales. En su defecto apela por altos.
3.- Delimitadas de esta forma las posturas asumidas en la causa, corresponde
que me avoque en primer lugar al análisis de manera conjunta de los dos primeros
agravios.

Fecha de firma: 12/04/2023


Firmado por: GABRIEL DE VEDIA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: BEATRIZ ETHEL FERDMAN, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: JULIANA CASCELLI, SECRETARIA DE CAMARA

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Respecto a la cuestión elevada a esta alzada cabe desentrañar la vinculación


jurídica real que existió entre las partes, determinando si existió, o no, una relación de
dependencia en fraude a la normativa laboral.
Este análisis debe efectuarse con especial observancia al principio de
primacía de la realidad rector en la materia.
El principio de la “primacía de la realidad" otorga prioridad a los hechos. Es
decir, a lo que efectivamente ha ocurrido en la realidad, por sobre las formas o apariencias
o lo que las partes literalmente han convenido.
Parte de la premisa que el contrato de trabajo es un “contrato – realidad”.
Prescinde de las formas para hacer prevalecer aquello que en realidad
sucedió.
A diferencia del derecho civil, que le da especial relevancia a lo pactado por
las partes (a quienes entiende libres para disponer de sus derechos), en el Derecho del
Trabajo, en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de
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documentos suscriptos por las partes o acuerdos celebrados entre ellos (lo que se convino o
documentó) se debe dar preferencia a los hechos.
Siempre debe primar la verdad de los hechos – la esencia de la relación que
vinculó a las partes – por encima de la apariencia, la forma o la denominación que
asignaron éstas al contrato.
Resulta ilustrativo recordar palabras del ex vocal de esta sala, Enrique Arias
Gibert al manifestar que “...Lo que denota el objeto del contrato que descarta la subsunción
de la relación contractual en el régimen de contrato de trabajo es la relación contextual. El
para qué las partes brindaron su cooperación. Este objeto no es el resultado de la indagación
de una “esencia” que esté más allá de la apariencia, sino de una objetividad (por ello no se
identifica con el “motivo” que impulsa a cada uno de los sujetos de la contratación) que
resulta de elementos contextuales confrontables…” (“SERVIDDIO, Javier Enrique c/
FUNDACION FAVALORO PARA LA DOCENCIA E INVESTIGACION MEDICA s/
Despido”
En autos en primer término y en atención al tenor de las declaraciones
testimoniales producidas, no caben dudas respecto a la efectiva prestación de servicios por
parte del actor, con independencia de la condición jurídica sostenida, lo cual torna operativa
la presunción sustancial del art. 23 de la LCT.
El art. 23 L.C.T. expresa: “El hecho de la prestación de servicios hace
presumir la existencia de un contrato de trabajo, salvo que por las circunstancias, las
relaciones o causas que lo motiven se demostrara lo contrario. Esta presunción operará
igualmente aun cuando se utilicen figuras no laborales, para caracterizar al contrato, y en

Fecha de firma: 12/04/2023


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tanto que por las circunstancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el
servicio”.-
Una correcta hermenéutica del texto legal del art. 23 L.C.T. conduce a que
el trabajador sólo debe acreditar la prestación de servicios. Probado este extremo, se
presume la existencia de una relación de dependencia, excepto que el demandado por las
circunstancias, las relaciones o las causas que lo motiven demuestre lo contrario.
De esa manera, entonces, se distribuye la carga de la pruebas entre los
litigantes de un pleito judicial cuando se ha desconocido la existencia misma de la relación
laboral por parte del accionado.
Según Juan Carlos Fernández Madrid: “...La presunción que establece el art.
23 tiende a facilitar la prueba de la existencia del contrato: el trabajador debe probar la
prestación de los servicios para otro y a este último le corresponderá acreditar que esos
servicios no son laborales. La presunción responde a la naturaleza de las cosas y expresa el
principio protectorio." (Conf. “Tratado práctico de derecho del trabajo”, T. I., pág. 632, Ed.
La Ley).-
En la misma sintonía la Dra. Estela M. Ferreirós expresaba que, la
presunción del art. 23 L.C.T. es una derivación del “principio protectorio” de rango
constitucional y se vincula con el principio de “facilitación de la prueba” en el ámbito
procesal.-
Por lo tanto, una vez que el trabajador prueba el hecho de “la prestación de
servicios”, surge ministerio legis, una presunción a favor de sus dichos, que de no ser
desvirtuada por la accionada en forma fehaciente, se tendrá por cierto lo afirmado por ella.
Comparto la opinión del Dr. Rodolfo Capón Filas, según el cual al trabajador
le basta probar, tal como lo prescribe la norma legal, la prestación del servicio para que se
torne operativa la presunción del art. 23 R.C.T., no siendo necesario, obviamente, que
acredite que ello lo fue en condiciones de dependencia.
Además, considero oportuno resaltar para el caso, el segundo párrafo de la
norma del art. 23 L.C.T., el cual es claro en relación a que la presunción “operará
igualmente aun cuando se utilicen figuras no laborales”. Por lo tanto, no basta para excluir
a alguien de la presunción del art. 23 L.C.T. calificar la vinculación con una figura no
laboral, disfrazarla, actuando de mala fe o no, bajo el ropaje de una situación distinta a la
real.
El principio de realidad implica la búsqueda de la verdad jurídica objetiva.
Al respecto cabe recordar que, alcanzar la verdad jurídica objetiva en las
causas sometidas al arbitrio jurisdiccional, obligan a quien juzgue a tomar todas las
medidas necesarias orientadas a dicho fin.
La “verdad jurídica objetiva” puede ser definida como un conjunto de
hechos de suma relevancia jurídica, cuya existencia ha sido debidamente acreditada y
resistido los análisis efectuados durante las instancias del proceso.
Fecha de firma: 12/04/2023
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Firmado por: BEATRIZ ETHEL FERDMAN, JUEZ DE CAMARA
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La verdad jurídica así entendida, se caracteriza por ser “objetiva” ya que su


formulación es independiente con respecto a los juicios o representaciones particulares de
cada individuo (intérprete). Ella configura una serie de datos ciertos de la realidad cuyo
conocimiento resulta accesible de por sí a todo sujeto, en igualdad de condiciones.
Tal conjunto de hechos constituye la base material imprescindible para
determinar cuáles serán las normas legales aplicables al caso, y cuáles no. Por ello se
afirma que su importancia desde el punto de vista del derecho es insoslayable.
Con este temperamento podremos decir que quien interprete ha obtenido un
juicio verdadero sólo cuando exista una coincidencia plena entre los enunciados que
formuló y el real estado de cosas en el mundo.
Este conocimiento ha sido definido por la Gnoseología como la total
adecuación del intelecto, o espíritu conocedor, a la realidad objetiva (en términos de Tomás
de Aquino: “adaequatio rei et intellectus”).
Vale recordar que el objetivo final del proceso debe ser derivar
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razonadamente del derecho vigente una solución justa para el caso.


La administración de justicia en condiciones idóneas, entendida como un
servicio de utilidad pública, exige que funcionarios y magistrados actúen partiendo de un
completo conocimiento de la verdad.
En rigor, todo procedimiento de índole administrativa o de índole judicial
que se precie de tal debe tener el propósito de acceder a dicha verdad objetiva en forma
plena y sin restricción de ninguna clase.
Solo una vez dilucidado el plano fáctico, material, que opera como trasfondo
de las pretensiones de las partes, la magistratura habrá reunido las condiciones necesarias
para encaminar su actividad hacia una solución justa y valedera.
Esta Judicatura no puede ni debe apartarse de dicha búsqueda, ni relegarla a
un plano secundario de su labor.
Así, aquellos procesos que concluyan en la completa reconstrucción de la
verdad jurídica objetiva ameritarán ser considerados como eficaces mientras que aquellos
otros que, por diversos motivos, no logren elucidar la situación de fondo serán calificados
como parcial o totalmente infructuosos.
Una errónea valoración de los elementos probatorios efectuada en sede
judicial –o sede administrativa– no puede generar derechos subjetivos, puesto que ellos
significarían echar por tierra el deber fundamental de descubrir la verdad jurídica objetiva.
Por consiguiente, si la autoridad judicial omite una adecuada corrección,
procede a convalidar el error y así la función jurisdiccional se desvirtuaría.

Fecha de firma: 12/04/2023


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Firmado por: BEATRIZ ETHEL FERDMAN, JUEZ DE CAMARA
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La autoridad judicial no debe limitar su intervención a un mero análisis
superficial de los elementos traídos a examen. Es su deber inquirir y sopesar la veracidad o
la equivocidad de todos los elementos probatorios.
Michele Taruffo ha subrayado la importancia crucial de la objetiva verdad
dentro de los procesos judiciales, reflexión que sirve para examinar los casos en sede
administrativa. El autor ha señalado que: “la administración de la justicia es un área del
sistema jurídico en la cual se plantea con una mayor y más dramática evidencia el problema
de la verdad y sus conexiones con el derecho. Ocurre en todo tipo de proceso, ya sea civil,
penal, administrativo o incluso constitucional, que la decisión involucra la averiguación de
los hechos que son relevantes para la aplicación del derecho. Es más, en muchos casos, el
verdadero y esencial problema que el juez debe resolver concierne —mucho más que la
interpretación de la norma que tiene que aplicar como regla de decisión— a los hechos que
determinaron el objeto del litigio para los que la norma tiene que ser aplicada” (Conf.
Taruffo; “Verdad, prueba y motivación en la decisión sobre los hechos”, México: Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación: 2013, pág. 13).
En ese sentido cabe señalar que el Más Alto Tribunal de la República ha
resuelto en reiteradas oportunidades que es necesario otorgar primacía a la verdad jurídica
objetiva, expresando incluso que el esclarecimiento de ésta no puede resultar turbado por
un excesivo rigor formal en la interpretación de las normas procesales, pues ello resulta
lesivo del adecuado servicio de justicia garantizado por el art. 18 de la Constitución
Nacional (Fallos: 310:799 y 2456; 311:600). Además, se ha dicho que aquellas normas no
se reducen a una mera técnica de organización formal de los procesos sino que, en su
ámbito específico, tienen por finalidad y objetivo ordenar adecuadamente el ejercicio de los
derechos en aras de lograr la concreción del valor en cada caso y salvaguardar la garantía
de la defensa en juicio, todo lo cual no puede lograrse si se rehuye atender a la verdad
objetiva de los hechos que de alguna manera aparecen en la causa como de decisiva
relevancia para la justa decisión del litigio (Conf. CSJN Fallos: 310:870).
En la misma inteligencia la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha
fallado que: “La naturaleza jurídica de una institución debe ser definida,
fundamentalmente, por los elementos que la constituyen, con independencia del nombre
que el legislador o los particulares le atribuyan, máxime cuando cualquier limitación
constitucional que se pretendiese ignorar bajo el ropaje del nomen juris sería
inconstitucional" (C.S.J.N., 01-09-09, “Pérez, Aníbal c. Disco S.A.).-
Dicho esto advierto que la demandada no ha aportado a la litis ninguna
prueba para desvirtuar la presunción del art. 23 L.C.T., puesto que el accionante sí ha
demostrado, con los elementos probatorios antes señalados, la prestación de servicios a su
favor.
Cabe puntualizar que el tenor de las declaraciones de los testigos, convalida
la presunción de la relación laboral que se crea a partir del texto del art. 23 LCT por los
Fecha de firma: 12/04/2023 motivos que se exponen a continuación.
Firmado por: GABRIEL DE VEDIA, JUEZ DE CAMARA
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4.- Deviene relevante subrayar que, reconocida la prestación de servicios del


actor como médico cardiólogo del Sanatorio San Cayetano a cargo de OSMATA, en el
período comprendido entre 1 de octubre del 2014 y 28 de septiembre del 2019, resulta de
aplicación al caso la presunción contenida en el art. 23 de la LCT que, como es sabido
establece a favor de quien efectúa el servicio, la presunción de existencia de un contrato de
trabajo, "(…) salvo que por las circunstancias, las relaciones o causas que lo motiven se
demostrase lo contrario".
La norma establece que esta presunción operará aún cuando se utilicen
figuras no laborales para caracterizar el contrato "y en tanto que por las circunstancias no
sea dado calificar de empresario a quien presta el servicio".
Frente a ello, luego de evaluar a la luz de las reglas de la sana crítica (cfr. art.
386 del C.P.C.C.N.) y las probanzas de la causa me anticipo a señalar que coincido con lo
resuelto en la instancia anterior, en la medida en que la demandada no logró desactivar la
presunción establecida por dicha norma legal. Ello es así, por cuanto ninguna prueba idónea
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produjo a fin de acreditar que Rodrigo Gaspar Cuendias hubiera actuado como médico en
forma autónoma o que asumiera el riesgo por los actos médicos que cumplía para ella, ni
menos aún que el vínculo que uniera a las partes se fundara en una locación de servicios.
Ante un caso análogo en la SENTENCIA DEFINITIVA Nº 86482, AUTOS:
“PEREZ BALIÑO PABLO ERNESTO c/CONGREGACIÓN HIJAS DE SAN CAMILO s/
DESPIDO” Expte. nº CNT 34121/2018/CA1 he vertido la misma apreciación.
En ese orden de ideas, obran en autos cinco pruebas testimoniales rendidas
que resultan ilustrativas al respecto.
En efecto, el testigo Eduardo Ferragut afirma que conoció al actor porque
trabaja en la demandada. Asegura que “el actor trabajaba para el Sanatorio San Cayetano y
trabajaba dentro de la guardia, lo sabe ya que trabajaban juntos, no sabe qué días y horarios
laborales tenía el actor, el actor era jefe de guardia, el actor coordinaba quien hacía las
guardias, hacía la parte administrativa acercando las comunicaciones, comunicando
directivas de los directivos del sanatorio, (…) no sabe con exactitud de quién recibía órdenes
el actor, supone que de la dirección, porque habitualmente es de quien reciben trabajo los
jefes de guardia, (…) no sabe el motivo por el cual se produce el distracto del actor”.
El testigo Juan Martín Foiguel Borci declara también haber conocido al actor
en el Sanatorio San Cayetano, donde fueron compañeros, y que por ello sabe que “el testigo
trabajó en paralelo con el actor desde el año 2014 en adelante, el testigo ingresó en 2008 a
OSMATA, el doctor Cuendias es cardiólogo y le consultó a él por un problema de un
familiar del testigo y como le consultó por este tema recuerda que fue en 2014, el actor era
jefe de guardia y también atendía, pero estaba mucho en el trabajo de coordinación de la
guardia, con pacientes y familiares, el horario del actor era flexible y abierto ya que el del
Fecha de firma: 12/04/2023
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testigo era igual, a veces se encontraban por la mañana, otros días por la tarde, y también
algún sábado por el mediodía se han cruzado, (…) el testigo al ser jefe de salud mental, dado
que es psiquiatra, tenía un horario flexible por la mañana, tarde y fines de semana, (…) el
actor organizaba la grilla de los médicos de guardia, y también tenía actividades
asistenciales, es decía que atendía pacientes, lo sabe y le consta porque lo veía
personalmente trabajar en la guardia y porque lo veía también organizar el office de la
guardia, donde lo escuchaba preguntar a los médicos si podían cubrir la guardia de tal día, o
fin de semana, (…) el testigo manifiesta que no puede decir con detalle preciso pero que la
relación laboral culminó, porque se encontraba bajo órdenes y presiones y maltrato
permanentemente de la dirección, más que nada de la última persona, doctora Jorge, lo sabe
ya que el actor le comentaba y porque además lo vio salir al actor con cara de mucho
malestar, (…) la coordinación es el armado y coordinación de médicos para el
funcionamiento 24 horas de una guardia, ese es el trabajo de coordinación, (…) haciendo
memoria cree que el actor dejó de trabajar para el mes de octubre de 2019”.
El deponente Agripino Edilberto Tupac Vega apunta que trabaja en el
Sanatorio San Cayetano de la demandada y conoció allí al actor; declara que “el actor era
jefe de guardia y coordinador ya que coordinaba la guardia y era guía para los jóvenes y los
formaba para encaminarlos, trabajó con el actor anteriormente a la pandemia, pero como
cambiaron de jefe varias veces piensa que trabajó para el año 2017, 2018 o desde antes
incluso, (…) el actor trabajaba en el Sanatorio San Cayetano en el sector de guardia de
adultos como coordinador y jefe de guardia, que el actor organizaba las guardias, que no
hubiera déficit de médicos, para cubrir las inasistencias, (…) el actor recibía órdenes de la
dirección del Sanatorio, en particular de la directora, (…) que los jefes de guardia trabajan
con la dirección y el lugar más álgido es la guardia, teniendo entre 200 consultas por día y
siempre surgen problemas, el jefe de guardia reporta siempre al director por lo que va
pasando en la guardia, (…) no sabe cuál fue el motivo pro el cual se produce el distracto
laboral, cree que fue para 2018, anterior a la pandemia, porque luego entró otra colega pero
no recuerda exactamente la fecha ya que pasó el tiempo”.
El testimoniante Dante Pascual Goy dice que conoce al actor “porque se
desarrolló el testigo como médico en la misma institución del actor y en ese momento el
actor era jefe de guardia, (…) el actor era jefe de guardia, desde atención de paciente o
resolución de casos, organización de servicios, coordinación de guardias, lo sabe ya que
trabajó como médico en el Sanatorio, (…) el actor, no con seguridad, pero al igual que los
médicos como el testigo cobraba a través del monotributo, el testigo manifiesta no saber el
motivo por el cual se produjo el distracto laboral”.
Estas declaraciones no solo no desvirtúan la presunción inicialmente
mencionada sino que confirman la existencia de un contrato de trabajo.
El trabajo del señor Cuendias como ha quedado acreditado, no se identifica
con el del profesional médico que atiende en un consultorio y que por ellos distintos
Fecha de firma: 12/04/2023 elementos deben analizarse para juzgar si la relación tiene o no carácter dependiente
Firmado por: GABRIEL DE VEDIA, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: BEATRIZ ETHEL FERDMAN, JUEZ DE CAMARA
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(propiedad del consultorio, pacientes atendidos, modo de pago). Por el contrario, el actor
cumplía un lugar en la propia organización general de la demandada, sin la cual la clínica
San Cayetano no podría existir.
Esta aseveración es referente a la organización y el mantenimiento cotidiano
de su sistema de guardias.
Comparto con la apreciación realizada por la Jueza de grado al resaltar los
testimonios ofrecidos por la demandada.
La Magistrada destaca que si bien insisten en calificar la relación como una
locación de servicios y descartan el vínculo dependiente, las tareas que relatan son
finalmente similares a las de los testigos ya analizados. Es más, afirma que agregan un
elemento de importancia en la causa, que es la decisión rescisoria adoptada por la
demandada.
En ese sentido, el testigo Jorge Edgardo Ferrera dice que “la fecha de
desvinculación de las prestaciones fue para agosto de 2019, y los motivos a veces son
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determinados por la dirección médica, por cuestiones de reorganización o reestructuración,


es que se rescinden los contratos, o desempeño en algunos casos, pueden ser múltiples los
motivos, en este momento no recuerda puntualmente el motivo por el cual se prescindió de
los servicios del actor”. A su turno no Carina Elizabeth Castellano declara que “no sabe por
qué motivo exactamente se produjo la desvinculación del actor, pero que fue para agosto de
2019, lo sabe por ser parte del área de recursos humanos”.
Conforme a las declaraciones brindadas por los testigos quedó debidamente
acreditado que el Dr. Cuendias era Jefe de guardia que cumplía los horarios expresados en la
demanda en el Sanatorio San Cayetano.
En tales términos las declaraciones reseñadas permiten colegir que el
demandante se desempeñó en su calidad de médico cardiólogo, al servicio de la Clínica San
Cayetano, a cargo de OSABA mediando una relación laboral encubierta. Trabajaba de
Lunes de 14 a 20 hs, Martes: de 8 a 20 hs, Miércoles: de 14 a 20 hs, Jueves: de 14 a 20hs y
viernes de 8 a 14 hs. Los fines de semana tiempo completo, con guardia pasiva. Su tarea
consistía en gestionar la formación del personal médico de guardia y coordinar la demanda
espontánea y prequirúrgica.
El accionante estuvo inmerso en una estructura organizativa diseñada por la
Clínica accionada a través de la cual disponía la jornada laboral y el suministro de pacientes,
además de encontrarse sujeto a las órdenes e instrucciones impartidas por las autoridades.
Asimismo todos los instrumentos de trabajo utilizados por el accionante
pertenecían al nosocomio demandado.
Por lo demás, no puede perderse de vista que los testimonios vertidos
provienen de personas que integraron el personal de la accionada.
Fecha de firma: 12/04/2023
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En definitiva, era la demandada quien delineaba las modalidades específicas
que rodeaban la atención de los pacientes, por lo que se desprende claramente que le
impartía al accionante las directivas de trabajo.
Ello no se condice con el carácter autónomo de los servicios que invoca la
demandada en defensa de su postura, máxime al tener cuenta que el actor no asumía riesgo
económico alguno, de lo cual se infiere razonablemente que su retribución no dependía de
los servicios efectivamente cumplidos sino de una variable ajena a su prestación concreta,
ajena a su voluntad y determinada por la empleadora.
El cumplimiento de tareas en un establecimiento ajeno, con elementos
provistos por el empresario (consultorio, máquinas, instrumental, útiles, etc) es una
circunstancia que califica a la relación como laboral, quedando configurada la dependencia
jurídico personal por las prestaciones en provecho de la empresa, cumplidas con las propias
disposiciones y conveniencias de esta última. (conf. esta Sala V, Sent Def. Nº 75.012 del
16/04/2013 “Bado Cristina Noemí c/ Instituto de Investigaciones Metabólicas S.A. s/
despido”).
Debe también recordarse que a los efectos aquí en estudio, no interesa que la
prestación del profesional no haya sido exclusiva o sin un horario fijo o flexible (tal como
relatan testimonios), pues ninguno de estos datos está ligado a la naturaleza del contrato,
También debe tenerse presente que el ejercicio concreto a través de órdenes o de un control
estricto, más acorde con el trato que reciben otros empleados, puede no estar presente en la
relación con un profesional (en este caso un médico cardiólogo), atento la ausencia de
dependencia técnica que requiere dicho trabajador por su formación o conocimiento en el
arte de curar.
El actor atendía a los pacientes que le proveía la demandada. Prestaba sus
servicios personales conforme la organización y dirección impuestos por la empleadora sin
asumir riesgo personal alguno y a cambio de una retribución.
No conmueve a lo expuesto la circunstancia que tuviera que facturar
honorarios, ya que teniendo en consideración el denominado principio de “primacía de la
realidad” puede concluirse válidamente que la emisión de facturas como así también la
inscripción como monotributista o autónomo del actor constituyen exigencias formales de la
empleadora para eludir la aplicación de las normas laborales que resultan indisponibles para
las partes (arts. 12 y 21 LCT) (Sala VI, Sent Def Nº 65082 del 26/04/2013 “Bastianelli
Gustavo c/ Cardio Vascular Aeronáutico Central SRL y otros s/ despido”.
A partir de ello, tiene relevancia en autos la actividad personal que prestó el
actor, corroborada con los testimonios, teniendo en consideración que todos ellos
demostraron un conocimiento personal de los hechos a comprobar y en esa inteligencia las
declaraciones aludidas corroboran la descripción de las tareas efectuadas en el inicio, por lo
que otorgaré a los mismos plena fuerza probatoria en tal sentido (cfr. arts. 90 L.O. y 456 del
CPCCN) en la medida en que respaldan aún más la presunción que emana del art. 23 de la
Fecha de firma: 12/04/2023 L.C.T. en virtud de la naturaleza de las tareas desplegadas por el actor y en atención al
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beneficio que de ellas recibía la Clínica San Cayetano, a cargo de OSMATA aquí
demandada, en cuanto su labor posibilitaba el cumplimiento de los objetivos principales de
aquélla.
La prueba testimonial no deja lugar a dudas en cuanto a que el doctor
Cuendias se encontraba orgánicamente integrado a la estructura de la demandada, en tanto
debía estar a su disposición en la jornada pactada, que incluye las guardias pasivas y
obligado a desarrollar su actividad laboral en favor de la accionada (cfr. art. 456 del CPCCN
y 90 de la LO), sujeto a directivas, no tomando a su cargo riesgo económico alguno y
poniendo en definitiva su fuerza de trabajo al servicio de la clínica accionada en tareas que
hacen a su actividad normal y habitual, notas tipificantes y distintivas de una relación
subordinada (cfr. arts. 4, 5, 20, 21, 23, 25 y 26 de la LCT).
De todos modos, aun cuando se desestimaran los testimonios reseñados lo
cierto es que ello tampoco mejoraría la situación de la demandada a poco que se advierta
que, ante la operatividad de la presunción señalada, se encontraba a su cargo desvirtuar la
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consecuencia legal allí prevista. Esto implica acreditar que el "hecho de la prestación de
servicios" hubiere estado motivada en otras "circunstancias, relaciones o causas" distintas a
un contrato de trabajo, ninguna prueba idónea produjo la accionada para desactivar la
presunción que opera por aplicación del citado artículo, en tanto no se encuentra acreditado
que los servicios prestados por el actor hubieran estado motivados en circunstancias,
relaciones o causas ajenas a un contrato regido por la normativa laboral ni resulta posible
inferir de modo alguno que las labores prestadas hubieran sido efectuadas en el marco de
una locación de servicios comercial (cfr. art. 1251 del C.C y C.N.).
De este modo, cabe memorar que el contrato de trabajo prescinde de las
formas frente a la evidencia incontrastable de los hechos, por lo que ninguna relevancia
tienen las manifestaciones que pudieren haber realizados las partes de buena o mala fe para
calificar sus relaciones, o incluso, el silencio que el dependiente pudiera haber observado,
durante el curso de la relación.
Así - reitero - el lugar de trabajo, el cumplimiento de una jornada flexible, ni
la falta de exclusividad u otra serie de elementos netamente formales, resultan determinantes
de la inexistencia de una relación laboral, cuando, como en el caso -a mi entender- quedó
acreditado que se trata de la prestación de servicios personales e infungibles a favor de otro,
según sus órdenes e instrucciones y bajo su dependencia jurídico-personal y económica.
Tampoco obsta a la procedencia del reclamo, el hecho de que hubiese
transcurrido un lapso prolongado sin reclamo alguno ya que conforme lo establecido en el
art. 58 de la LCT el silencio del trabajador no puede constituir presunción en su contra ni
alterar derechos expresamente otorgados por la ley.
Cabe destacar que no resulta de aplicación al caso el reciente fallo dictado por
Fecha de firma: 12/04/2023
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el Máximo Tribunal in re: “Rica, Carlos Martín c/ Hospital Alemán y otros s/ despido”
(sentencia del 24/4/20189) y citado por el apelante pues si bien en ambos casos se trató de
un médico que prestaba servicios para una entidad de salud lo cierto es que aquí, a diferencia
de ese fallo el actor no era socio de la clínica para la cual prestaba sus servicios por lo que
no compartía las facultades de organización ni decidía los honorarios a percibir por la
prestación médica cumplida. (ver en igual sentido, Sala V SD Nº 86035 del 24/02/22 “Del
Sel” y SD Nº 85046 del 12/05/21 “Cardone”).
El art. 5 de la L.C.T. define a la empresa como la organización instrumental
de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo una dirección para el logro
de fines económicos o benéficos. Existe dependencia cuando el trabajador es un medio
personal para los fines de la empresa.
Ante ello, a la luz del principio de primacía de la realidad, es obvio que las
circunstancias de que la accionada haya contratado al actor para prestar servicio den
relación de dependencia como médico cardiólogo. se encuentran acreditadas.
OSMATA no logró demostrar que la relación laboral habida con el actor no
revestía el carácter de no dependiente, o que fuera una locación de servicio, por ende, no
logró revertir los hechos invocados en la pretensión.
Es decir que el actor cumplía una prestación regular, respetaba horarios
dentro del Sanatorio San Cayetano y se encontraba sujeto a directivas, por lo que comparto
el encuadre jurìdico diseñado por la sentenciante.
Además la escasa prueba producida por la accionada carece de virtualidad
para desplazar la operatividad de las normas de orden público que regulan el contrato de
trabajo (cf. arts. 7, 12, 13 y 14 de la L.C.T.).
En definitiva, los elementos de prueba colectados dan cuenta de que el actor
fue un trabajador definido por el art. 25 de la L.C.T., contratado por una empleadora
definida por el art. 26 de la L.C.T. y que la relación que existió fue una de las contempladas
por el art. 22 de dicha norma legal.
No obsta a lo expuesto hasta aquí, el precedente de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación in re: “Cairone” invocado por la demandada en oportunidad de
contestar demanda, porque los presupuestos fácticos que rodean esa causa son disímiles a
los aquí analizados ya que aquél se trataba de un médico anestesiólogo que percibía sus
honorarios a través de la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos
Aires que eran facturados a distintos organismos como obras sociales, prepagas, hospitales y
sanatorios, pues en definitiva, se trata de un supuesto ajeno a las circunstancias constatadas
en autos que no puede asimilarse a los presupuestos fácticos tenidos en cuenta por el
Máximo Tribunal en el fallo aludido.
Asimismo corresponde desestimar el planteo de la recurrente que acusa a la
sentenciante de alejarse del criterio sustentado por la CSJN en los citados fallos “Rica” y
Cairone”, por cuanto no devienen obligatorios al caso de marras.
Fecha de firma: 12/04/2023 Cabe ilustrar al distinguido colega Mario S. Fera al manifestar que:“...es
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sabido, que las decisiones dictadas por los tribunales judiciales en el marco de la tramitación
de las causas resuelven la cuestión jurídica llevada a su conocimiento (arg. art. 116, CN) y,
por lo tanto no se les reconoce - en sentido estricto y como regla general –un valor como
“precedente” susceptible de ser invocado como fuente formal de una decisión posterior a
dictarse en una causa diferente. Esa regla es, asimismo, aplicable a la jurisprudencia – como
sucesión de decisiones dictadas en sentido concordante respecto de una cuestión análoga –
de cualquier tribunal” (…) “…por lo tanto, sus decisiones jurisdiccionales se dictan – como
las del resto de los tribunales establecidos por el Congreso a lo largo de la historia –también
respecto de la o las cuestiones llevadas a su conocimiento y es allí donde radica su
imperium” (“El Derecho del Trabajo en los Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación Tomo III, pág. 367 Editorial La Ley”).
Añade que: “En doctrina hay coincidencia en diferenciar, respecto de los
alcances de los precedentes de la Corte, a) el efecto que produce dentro del mismo caso en
que es dictado, b) el efecto respecto de casos futuros. Aquí la cuestión se relaciona con el
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principio - propio del common law – del stare decisis o “estar a lo decidido”, principio no
previsto en nuestro sistema normativo” (Mario Fera obra citada pág. 368).
Entonces, según los supuestos de coincidencia total o parcial de las
plataformas fácticas relevantes podemos diferenciar el marco de examen de conformación o
compatibilidad entre: el deber institucional de seguimiento del precedente, en el primer caso,
y el carácter orientativo o referencial del precedente, en el segundo.
No pueden ser obviados los argumentos de índole constitucional que varios
tribunales inferiores han vertido a los fines de rechazar de forma expresa la existencia de una
obligación jurídica de ajustar sus decisiones a lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de
la Nación en casos análogos, argumentos éstos que el suscripto adhiere plenamente por
cierto.
De acuerdo con esta interpretación, los tribunales inferiores tienen plena
libertad para apartarse de lo resuelto por la Corte.

La prestigiosa Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires ha


sostenido, con voto del juez Laborde, que: “...Respecto de la doctrina de la obligatoriedad
general de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, esta Corte se ha
expedido en el sentido de negarle la calidad de vinculante, lo que he suscripto. La
inaplicabilidad de la misma surge de la simple expresión de la regla constitucional por la que
los tribunales judiciales sólo resuelven dentro del marco de las causas concretas en que
conocen (arts. 31,100 y 101 CN. [LA 1995-A-26]). Sin perjuicio, claro está, de la
posibilidad de que las partes lleven a la Corte Suprema de la Nación toda interpretación de
otros tribunales que no coincida con sus doctrinas y así puedan obtener -si la Corte Suprema
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no cambiara su integración ni modificara tales doctrinas- en el caso concreto, la reiteración
de sus criterios y la eventual rectificación de las sentencias recurridas, precisamente para eso
el régimen jurídico argentino prevé el correspondiente remedio federal [sic]. La
obligatoriedad general de las doctrinas de la Corte Suprema nacional implicaría introducir
un componente externo dentro del sistema del art. 31 CN. Además, el art. 100 limita la
competencia de la Corte Suprema a las particulares causas en que ejercerá su jurisdicción.
En cambio, la doctrina de la obligatoriedad no encuentra apoyo expreso ni implícito en
nuestro ordenamiento jurídico. La decisión final a que se refiere el art. 100 CN. lo es, por
cierto, dentro de los límites de las causas en que aquélla se produce… ” (Sup. Corte Bs. As.,
20/9/1992, Olivera, Enrique (JA 1993-II-208).
Si las sentencias de la Corte Suprema de la Nación impusieran dependencia
más allá de los procesos en que se dictaren equivaldrían, cuando interpretan leyes, a la ley
misma, y cuando interpretan a la Constitución, a la propia Constitución. Pero el Poder
Judicial no puede ejercer poderes legislativos ni constituyentes. No se advierte una zona
intermedia: no bien la sentencia judicial fuese dotada de imperatividad general, impersonal y
objetiva resultaría provista, por ese solo hecho, de los caracteres que nuestro sistema
republicano reserva a la Constitución y a la ley.
La diferencia existente entre las normas constitucionales y legales y las
sentencias judiciales es cualitativa y, en consecuencia, no puede obviarse por alta que sea la
jerarquía institucional, moral y científica de un tribunal de justicia. Es de la esencia de la
función judicial el deber de aplicar directamente la Constitución y la ley, sin que estas
normas deban ser previamente interpretadas, con efecto vinculante, en otras sentencias
judiciales en su momento dictadas para resolver otros casos concretos. Contra lo expuesto
no pueden invocarse razones de seguridad jurídica, tranquilidad pública y paz social, ni de
buen orden, necesidad y estabilidad institucional, puesto que, precisamente a la inversa, en
el sistema jurídico argentino la satisfacción de tales objetivos se busca mediante la
organización de división de poderes que obsta el ejercicio de la jurisdicción más allá de los
casos a que se refieren las sentencias judiciales.
Tampoco son atendibles supuestos motivos de economía procesal en tanto
ellos no estuviesen receptados por la Constitución y la ley; y por otra parte, en nuestro
régimen procesal no media la certeza que los tribunales mantengan indefinidamente sus
doctrinas.
Tales argumentos permiten inferir que además de advertir que los precedentes
de la CSJN “Rica” y “Cairone”, cuya aplicación fue requerida por la recurrente, no son
análogos a la especie, tampoco resultarían de aplicación obligatoria.
En razón de lo expuesto entiendo que deben desestimarse los dos agravios
examinados y confirmar estos segmentos de la sentencia.
4. También propiciaré que desestime el agravio relativo a la multa en los
términos del art 2 de la ley 25323.
Fecha de firma: 12/04/2023 Resulta procedente el incremento indemnizatorio previsto por el art. 2 de la
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ley 25.323, ya que establece que: “Cuando el empleador, fehacientemente intimado por el
trabajador no le abonare las indemnizaciones previstas en los artículos 232, 233 y 245 de la
Ley 20.744 (texto ordenado en 1976) y los artículos 6o y 7o de la Ley 25.013 o las que en el
futuro las reemplacen y consecuentemente lo obligare a iniciar acciones judiciales o
cualquier instancia previa de carácter obligatorio para percibirlas, éstas serán incrementadas
en un 50% (...)”.
De conformidad con el telegrama impuesto por el actor con fecha 26/09/19
que resultó reconocido por la accionada en oportunidad de contestar demanda, se advierte el
cumplimiento de la intimación fehaciente en cuanto al reclamo por el abono de las
indemnizaciones de ley sin éxito alguno y que la demandada con su accionar lo obligó a
litigar.
5. Igual suerte debe correr la queja relativa a la aplicación del índice de
precios al consumidor nivel general publicado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires (6% anual) al crédito reconocido al litigante.
USO OFICIAL

Ello debe ser así, debido a que el criterio adoptado por esta Sala de aplicar las
previsiones del Acta n° 2764 de la CNAT, colocaría al recurrente en peor situación a la que
se encontraría de no haber apelado.
Ante esta situación generada el Tribunal de Alzada se encuentra
imposibilitado de ir más allá de lo apelado y empeorar la situación del quejoso, como
consecuencia de la prohibición de la reformatio in peius, por lo que se debe confirmar lo
resuelto en primera instancia acerca de esta cuestión.
6. Respecto de los honorarios apelados por la demanda y por el perito
contador al tener en cuenta el mérito y extensión de las tareas realizadas por todos los
profesionales y las pautas arancelarias vigentes, estimo que los mismos resultan equitativos
y ajustados a derecho por lo que se propicia su confirmación en esta alzada (arts. 38 LO y
ccs. ley arancelaria).
7. Las costas de alzada se imponen a la demandada vencida en lo sustancial
(conf. art. 68, primer párrafo, CPCCN), regulándose los honorarios de la representación y
patrocinio letrado de las partes actora y demandada en el 30%, respectivamente, de lo que
les corresponde por la labor desempeñada en la instancia anterior (art. 38 LO y ccs. ley
arancelaria).

La Doctora BEATRIZ E. FERDMAN manifestó: que por análogos


fundamentos adhiere al voto del Sr. Juez de Cámara preopinante.

En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL


RESUELVE: 1º) Confirmar la sentencia de primera instancia en todo lo que fue materia de
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recursos y agravios; 2º) Imponer las costas y honorarios de alzada de conformidad con lo
dispuesto en los considerandos 6 y 7 del primer voto de este acuerdo; 3º) Regístrese,
notifíquese, cúmplase con el art. 1 de la ley 26.856 Acordadas C.S.J.N. 15/13 punto 4) y
24/13 y devuélvase. Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mí, que
doy fe. Se deja constancia que la Dra. Andrea Erica García Vior no vota en virtud de lo
dispuesto por el art 125 LO

Gabriel de Vedia Beatriz E. Ferdman


Juez de Cámara Juez de Cámara

Fecha de firma: 12/04/2023


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