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En la clase de literatura dramática, cada clase ha sido un viaje, cada libro era un
universo distinto, alguno más interesante que otro, cada diálogo era un debate
en donde poder adentrarte y no salir por un buen tiempo.
A lo largo de cada clase, hemos analizado los elementos principales de una obra
dramática: la construcción de personajes, la trama y los diálogos. Esto nos ha
permitido explorar no solo los mundos creados por los dramaturgos, sino
también la relevancia de estas obras en nuestras vidas.
El profesor (o sea tú) me pareció divertido, encantador, alto y otras cosas más que mejor no digo por
qué me suspendes por pelota , ehem. Pero bueno…
Al acabar el primer día de clase, me quedé con ganas de más, pero no por
alguna cosa mágica o de fantasía que me hechizó, simplemente porque la clase
de 3 horas me pareció lo suficientemente interesante como para querer seguir
escuchando. Eso sí, al saber que teníamos que leer un libro por semana mi
cerebro se paralizó por un momento, pero lo acabé aceptando.
Clases (1:30-1:30)
Las clases duraban 3 horas, y estaban partidas por la mitad, con una pausa de
10-15 minutos en el medio.
La primera hora y media (mayoritariamente) la utilizábamos para la
exposición/estreno de los trabajos. Y digo estreno porque esto no fue solo un
trabajo, hablo por toda la clase creo, cuando digo que nos lo tomamos como un
reto, un reto que consistía en leer una obra (en mi caso una obra interesante pero
densa y difícil de leer), escribirla, dirigirla e interpretarla.
Acciones que yo personalmente no había hecho nunca y que gracias a esta
asignatura he podido realizar. Como ya dijiste, hemos ido escalando con cada
clase y estreno, porque como competidores natos que somos los actores, cada
vez que veíamos una propuesta intentábamos mejorarla y en la mayoría de los
casos lo conseguimos. Y hablo en plural, porque este ascenso, que ha sido
inconscientemente dado, ha hecho que podamos estar en presencia de cosas
únicas e irrepetibles que nunca más vamos volveremos a ver.
La segunda hora y media, era la parte más teórica, donde yo me tenía que
esforzar más para escuchar todas tus palabras, que desde un principio a un final
me parecían interesantes, pero que por culpa de mi déficit de atención y el
cansancio en ciertos momentos estaba pensando más en la hamburguesa que me
iba a comer para cenar que en lo que decías, y por eso me disculpo (toda la
bronca de “ESE DIA” fue necesaria y punto) .
A pesar de que la segunda parte me pareciera densa, he aprendido muchas
cosas, cosas que aparentan ser pequeñas por alguna razón, pero que juntas se
han buscado un gran sitio en mi conocimiento
Obras
Sinceramente, ahora mismo no te podría nombrar todas las obras que he leído a
lo largo del primer semestre, al igual que no sería capaz de explicarte con
coherencia la historia de alguno de los libros. Si tengo que ser honrado, no, no
me los he leído TODOS, hay uno o dos que no me leí, y algunos lo intente hasta
al final, pero aun así no entendí pequeñas partes.
Como ya he dicho anteriormente, leer me cuesta mucho, pero no porque no lo
encuentre interesante, al contrario, ojalá ser capaz de concentrarme en un libro
hasta al final o al menos a trozos, pero a pesar de que lo haya intentado miles de
veces, se me hace imposible.
A pesar de la difícil lectura por mi parte de las obras, al llegar a clase y poder
comentarlas me ayudaba a entenderlas mejor, y no solo entenderlas, sino acabar
aceptándolas. Una comprensión de la densidad y complejidad de estas, la sutil y
a la vez gran belleza que éstas ocultan y el gran contexto histórico que poseen.
Proceso de creación
El guión fue un proceso conjunto donde plasmamos nuestras ideas sin sentido
en un papel, buscando un equilibrio entre la tragedia griega clásica y la narrativa
histórica (aunque la narrativa no se entendiera del todo). La interacción y
elección de personajes, la composición de las canciones y toda la propuesta en
general fueron resultado de una comunicación constante.
Hubo pocos ensayos, ya que la recolección de la escenografía (recoger hojas,
troncos, piedras, etc.) ocupó mucho tiempo y no pudimos ensayar con toda la
escena montada hasta el día del estreno. Pero el día del estreno fue bastante
gratificante, y pudimos ver una respuesta generosa del público y del profesor
(tú).
En fin…
Sé que no ha sido una memoria muy larga y muy bien escrita, pero no se me da
especialmente bien escribir y no tengo el don que tiene mucha gente para
enrollarse. Así que la iré acabando por aquí.
Las clases de literatura dramática son necesarias, no hay más, son necesarias por
lo que aprendes y lo que te llevas, no solo la teoría o los conocimientos, sino las
experiencias. Y con esto me refiero , a pesar de que pueda parecer una tontería,
que cada estreno que he visto de mis compañeros, cada explicación que nos
dabas y cada “debate” que había en la clase, iba a una parte de mi cerebro
diferente a la de cuando aprendí que la colonización de América fue en 1493 (lo
he tenido que buscar), si no en una parte más evocadora que sé que cuando
miré hacia el pasado voy a recordar como ir al teatro o al cine, una experiencia
más.
Y sé que puede parecer muy cursi todo esto, pero es verdad, obviamente
también quiero que me apruebes, y no sé cómo de serio eres corrigiendo como
para que esta memoria te parezca aprobada, pero vamos a confiar.
Todo en esta memoria es mi más sincera verdad, podría enrollarme más, pero
como dijo Sófocles: La verdad es siempre el argumento más fuerte.