El inagotable manantial.
El mundo mágico de la lectura es
El placer que no tiene fin, William
Ospina, Pamplona, Alfaguara, 2002.
“El placer que no tiene fin” es tal vez
el título de un género que es de mi
total preferencia, el ensayo, por sus
muchas cualidades, argumenta, es
crítico e incluso muchas veces
inteligente, no es muy largo y
manifiesta posiciones frente a los
hechos manifestados, incluso permite
de manera muy activa que el lector
tome partida en lo que se cuenta,
incluso aunque no se quiera.
Se entiende, al final del ensayo, la
razón de la lectura, es decir que no
tiene por qué haber razón alguna
para leer, incluso contando las
muchas razones que puede haber
para leer, como aprender, informarse,
saber, conocer, formarse, no tiene
porque necesariamente existir razón
diferente al del propio placer de leer.
El ensayo hace un recorrido por lo
que puede significar el valor de la
imaginación en nuestras vidas y en
cómo ningún adelanto tecnológico
puede suplirla.
Cuenta como un niño recordara toda
su vida la voz del lector contándole
una historia y como así se le puede
amar toda la vida.
La imaginación nos hace volar y hace
que esos personajes sean únicos y
que nos sintamos incluso el propio
autor de esas obras que se leen.
irremplazable, es único, es de cada
quien, del lector, incluso cuenta como
leyendo a Shakespeare, Borges
decía que se podía ser Shakespeare,
o un día en el que Nietzsche fue a ver
alguna de las obras de Shakespeare
y se decepcionó porque al ver a
Ofelia o Macbeth no era la que él
quería, la que él se había imaginado,
de allí la inagotable fuente de
placeres de la lectura. El cine es un
arte de percepción, la lectura es un
arte de imaginación.
Es decir creemos en lo que se nos
cuenta pero allí no está.
No quiere decir que no tenga valor, el
teatro o el cine, lo que pasa es que
cuanto más abstracto es, más se nos
obliga a ser creadores, es importante
que nos cuenten historias o que nos
lean en nuestra primera época de
formación.
Para leer bien no basta la técnica, no
es leer bien o descifrar frases, se
necesita la emoción, el ritmo y la
entonación de los estados anímicos,
el colorido, la descripción que el texto
ofrece, leer es vivir lo que se lee, es
dejarse conducir por el texto, es
convertirse por un rato en lo que se
lee, por esta razón hay que leer con
pasión incluso contra el mismo texto.
El principal objetivo de la lectura es la
felicidad por eso enseñar a leer es
enseñar a disfrutar la lectura, la
lectura nos enseña lo magnifico de la
simplicidad, como lo muestran
Whitman o Dickenson a su manera,
mostrar lo esencial como lo más
maravilloso, es decir disfrutar del arte
es la premisa, no se aprende el arte
se aprecia, se percibe, se escucha,
se xxxx y sobre todo se siente y
disfruta.
“Me tomó toda la vida pintar como
niño” decía Picasso, es
absolutamente perfecta esa cita, ya
que traduce el objetivo del ensayo.
Asombrarse, creer, sentir como lo
hace un niño para quien siempre todo
es nuevo.
Lo simple es grandioso, el paisaje se
renueva siempre, se magnifica, se
siente.
El arte definitivamente se disfruta.
Edgar Allan Poe es sonoro en su
obra, así lo recordamos, o Rubén
Darío “Margarita está linda la mar”,
recuerdo de la poesía que me leía mi
abuelo con toda esa magia que
implica imaginar a los seis años,
palacios, flores, castillos y toda la
sonoridad del modernismo.
Por eso dije en un principio el placer
que no tiene fin, el placer de leer, eso
sí debemos aprenderlo.
Para finalizar creo que es un hecho
importante para terminar esta reseña,
recuerdo mi infancia llena de
momentos de juegos maravillosos,
pero sobretodo el regalo todos los
años de la abuela que venía con una
caja grande llena de juguetes, la
esperábamos con mi hermano todo el
año, lo gracioso es que llegaba la
caja y sacábamos todos los juguetes
y lo increíble es que el juego más
grande era ese juego con la caja.
Los mejores libros son aquellos a los
que siempre queremos volver, como
cuando vemos una montaña y todos
los días le vemos algo bello y
diferente a lo que le vimos el día
anterior. Los libros están llenos de
secretos; DESCUBRAMOSLOS.

Bueno aprendamos a disfrutar ese

mundo, el de la lectura a leer por leer,
escuchar a Beethoven, Mozart,
Vivaldi, por el simple placer de
escuchar, aprender a sentirlos a
hacer las cosas por la simplicidad de
saber que así son, sin ms atamos que
el saber que así son.

La vida es corta y los verdaderos

placeres simples, no los enredemos.