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4 - Libro. Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad
4 - Libro. Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
ISBN 978-987-29934-0-5
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INDICE.
Agradecimientos…………………………………………………………………………………………… 7.
Cap. XIII: Espiritualidad y Meditación. Una forma de vida holística. Desde la alimentación hasta
despertar nuestra verdadera naturaleza.
Prof. Gabriel Awad Leguizamón……………………………………………………………………… 204.
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Prólogo I.
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a los que la vida y el conocimiento les dio otros desde solo la razón científica para
hacerlo, esta vez en forma diferente.
Dr. Antonio Catalán Pellet
Jefe del Departamento de Medicina
Hospital Rivadavia-CABA
Prologo II.
Desde las primeras páginas y a lo largo de este texto el lector podrá
adentrarse al tema de la espiritualidad, atravesada e integrada por distintos
campos disciplinarios como la medicina, la psiquiatría, la psicología, la
antropología, la filosofía, la sociología, la teología y las neurociencias, la
neuroteología, que aborda el conocimiento de la neurobiología del sentimiento
religioso y la espiritualidad así como la bio y psicoética, y recientemente, las
neuroimagenes.
No se trata de una mirada meramente religiosa, sino que incluye a la religión como
una de sus vertientes y la articula con la espiritualidad.
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Agradecimientos
Quiero agradecer al Dr. Alejandro Ferreira, quien confió y abrió las puertas del
Servicio de Salud Mental del Hospital B. Rivadavia, para llevar a cabo el proyecto
docente. Al Dr. Hugo Lande, quien dio el primer paso en ámbitos académicos y
científicos para incluir la dimensión religiosa y espiritual. Al Dr. René Ugarte, quien
siempre me acompañó y fortaleció desde sus conocimientos, ética, idoneidad y su
amistad incondicional. También me siento muy agradecida con todos los colegas
docentes del Postgrado, quienes hicieron posible el presente volumen y con todos
nuestros alumnos, que cada año nos enriquecen con sus cuestionamientos,
trabajos y observaciones.
Y por sobre todo, agradezco a mis hijos Dana y Tomás, quienes son fuente de
amor, esperanza y confianza para continuar con esta tarea.
Julio de 2013.
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Bibliografía
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por la Sección de Diagnóstico y Clasificación de la Asociación Psiquiátrica de América Latina
(APAL), 2004, mayo 2004, edición al cuidado de Sergio J. Villaseñor Bayardo, pp. 406.
— ALARCÓN, Renato D. Cultura, factores culturales y diagnóstico psiquiátrico: análisis y
proyecciones, World Psichiatry (ed. esp.) 7:3, World Psichiatry 2009, 8: 131-139.
— ALARCÓN, A. – VIDALA NEIRA, J., Salud intercultural. Elementos para la construcción de
sus bases conceptuales, Rev. Méd., Chile, sep. 2003, vol.131, nro.9, p.1061-1065. Disponible en:
http://.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttex1&pid=S0034-
98872003000900014&Ing=es&nrm=iso
— GRIMBERG, Mabel, Experiencias y narrativas de padecimientos cotidianos - Miradas
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Antropofagia, 2009, pp. 189.
— KLEINMAN, Arthur, Patients and healers in the context of culture, University of California
Press, Berkeley, 1980.
— LAPLANTINE, Francoise, La Etnopsiquiatría. Introducción a la Etnopsiquiatría, Colección:
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L´Ethnopsychiatrie, Editions universitaries, 1973, trad.: Hugo Acevedo).
— LINTON, Ralph, Cultura y personalidad, Breviarios, 1ª ed., México, FCE, 1945, 1ª reimp.
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— LISCHETTI, Mirtha (comp.), Antropología, 1ª ed., Buenos Aires, Eudeba, 1994, pp. 416.
— MONAGHAN, John – PETER, Just, Una brevísima introducción a la antropología social y
cultural, 1ª ed., México, Editorial Océano de México, 2000, pp. 232 (título original: Social and
cultural antrhopology. A very short introduction, trad.: José María Fábregas Puig).
— RENOLD, Juan Mauricio, Antropología social – relecturas y ensayos, Pensamiento social, 1
ªed., Buenos Aires, Ed. Biblos, 2008, pp.190.
— VÁZQUEZ, Héctor, Antropología emancipadora, derechos humanos y pluriculturalidad, 1ª
ed., Rosario, Homo Sapiens, 2004, pp. 168.
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1. Consideraciones generales
El fenómeno religioso puede ser abordado por todas las ciencias del hombre o
sociales: la historia, la teología, la sociología, la antropología, la psicología, la
filosofía, etcétera. En la actualidad, también es objeto de estudio de la
Neuroteología, que aborda el conocimiento de la neurobiología del sentimiento
religioso y la espiritualidad, por el incremento o el descenso de la actividad en
diversas regiones cerebrales.
El fenómeno religioso es vivido por el homo religiosus u hombre religioso
entendido como aquella persona que vive la experiencia de lo sagrado. Esto
puede ocurrir por dos vías:
1- a través de una práctica religiosa
2- y/o por haber tenido experiencia/s mística/s; sea o no creyente.
Ahora bien, el homo religiosus (por ejemplo, San Agustín, San Francisco de Asís,
etc.) es la categoría de ser humano estudiado por la Antropología Religiosa y por
todas las disciplinas religiosas.
Sin embargo, todo ser humano tiene espiritualidad.
En este punto, empero, cabe diferenciar los conceptos de Religión y espiritualidad.
Religión es un sistema de creencias y cultos organizado por personas
practicantes. Una religión se vive en comunidad. Generalmente, es vista como una
institución social con sacerdotes, rabinos, pastores, dogmas, doctrinas, templos e
instituciones, e incluso, con intromisión política y en organizaciones sociales, lo
que implica enormes estructuras que abrazan muchas más cosas que sólo la
experiencia espiritual de las personas. Pertenecer a una religión significa estar
“atado” o “ligado” a servir a un dios o a una divinidad determinada y por medio de
un ritual determinado. (18)
Son tres los factores que definen a la religión:
- La creencia en una dimensión religiosa.
- La observancia de un conjunto de rituales o prácticas religiosas.
- Y la adhesión a una doctrina o código de conducta ética que surge de las
enseñanzas religiosas.
En tanto que la espiritualidad es lo que dota de realidad y sentido esencial a la
vida religiosa del creyente. Sin ella, la vida religiosa es sólo apariencia, máscara,
vacío de lo divino.
Espiritualidad es la propia acción del espíritu en el ser humano. Es el desarrollo de
las capacidades de aquél en cada persona. Lo que produce la vida espiritual es el
espíritu, entendido como un concepto que alude a una fuerza no perceptible por
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En el ser humano se evidencian tres dimensiones, y cada una de ellas tiene sus
propias funciones y necesidades.
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4. El espíritu
Contiene pensamientos de Marie France Gilotaux Berger, filósofa.
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1. Consideraciones generales
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Dios, o lo que es igual, que de diez argentinos sólo uno no cree en Dios. De los
nueve restantes, siete son católicos, uno, evangélico, y el último puede ser judío,
islámico, espiritista o de otro credo. Esto lo revela la primera encuesta sobre las
creencias y actitudes religiosas en la Argentina, realizada por el CONICET y cuatro
universidades nacionales sobre 2.403 personas mayores de 18 años de todo el
país, y se enmarca en un proyecto de investigación que busca analizar las
relaciones entre religión y estructura social en la Argentina del siglo XXI.
Jesucristo encabeza el ranking de creencias con el 92 %; es seguido por el
Espíritu Santo, con el 85 %, y la Virgen, con el 80 %. La lista sigue con los
ángeles, 78 %, los santos, 76 %, la “energía”, 64 %, y los curanderos, 39 %.
La encuesta, realizada en todo el país, revela que el 91 % de los argentinos cree
en Dios. Ese porcentaje es mayor entre las personas sin estudios (95 %), los
mayores de 65 años (97 %) y los habitantes de ciudades chicas (94 %). (17).
Dada la existencia e importancia de los rituales ceremoniales, religiosos o no,
desde la prehistoria, la historia y el momento actual, podemos concluir que las
creencias religiosas o en una dimensión espiritual han constituido y constituyen un
elemento fundamental en la construcción del pensamiento humano.
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Tiene como objetivo ayudar a los pacientes, clientes, educandos, feligreses, etc. a
resolver problemas, mediante una toma de decisión informada.
El consejero proporciona información específica, en nuestro caso, sobre creencias
teológicas específicas. Informa sobre aspectos espirituales vinculados a la
problemática que le aflige.
Un principio fundamental es que una vez informada, la persona debe tomar sus
propias decisiones de manera autónoma, lo cual implica que el consejero no debe
decidir por él. (18)
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Libros publicados:
- *Monografía Integradora de la Carrera de Especialista en Psiquiatría: “Clínica,
Espiritualidad y Religión”. Asociación de Psiquiatras Argentinos. 2009.
- *Tesina en la formación de Acompañamiento Espiritual: “Apocalipsis, un modelo de
Acompañamiento Espiritual”. Presentado en el Centro Espiritual Santa María, Justo Santa
María de Oro 2760. Septiembre del 2009. Capital. Argentina.
- *Co-autora. Aportes a la Psiquiatría Argentina del siglo XXI. Por qué hablamos de
Espiritualidad”. Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Capítulos de
subespecialidades. Buenos Aires. 2011. P. 64 – 70.
- *Co-autora. Aportes a la Psiquiatría Argentina del siglo XXI. La perspectiva antropológica:
un nuevo paradigma clínico”. Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Capítulos de
subespecialidades. Buenos Aires. 2011. P. 55 – 63.
- *Co-autora, “Sexo y Poder. Clínica, Cultura y Sociedad. Introducción a las Tres
Dimensiones del Ser Humano”. Asociación Argentina de profesionales de Salud Mental
(AASM). Serie Conexiones. Buenos Aires. 2011. P. 437 – 440.
- * Autora y Compiladora: “Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Diversas miradas sobre la
Salud Mental”. Tribunales Ediciones. Buenos Aires. 2013.
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Bibliografía
1- BIANCHI, R. Clínica, espiritualidad y religión. Monografía integradora, APSA, Enero 2009,
http://animasalud.com.ar/category/biblioteca-anima/
2- BIANCHI,R., Religión y Espiritualidad, http://animasalud.com.ar/category/biblioteca-anima/
3 - CAMERON, J. El camino del artista, 1º ed., Editorial Troquel, Buenos Aires, 2000.
4 - CROATTO, J. Los lenguajes de la experiencia religiosa, Buenos Aires, 1994.
5 - EY, H. Estudios psiquiátricos, Editorial Polemos, Buenos Aires, 2008, tomo I, volumen 1, p. 23.
6 - FRANKL, V. E. El hombre doliente. Fundamentos antroplógicos de la psicoterapia”, Editorial
Herder, Barcelona, 1994.
7 - FROMM, E. Psicoanálisis y Religión, Editorial Psique, Buenos Aires, 1960.
8 - FUSTER, S., Clases magistrales: historia de las religiones, Centro Cultural Espacio Y, Argentina,
Buenos Aires, 2008.
9 - GILOTAUX BERGER, M. F., Clases magistrales, Centro de Espiritualidad Santa María. Materia:
Antropología filosófica. Curso de acompañamiento espiritual, 2008.
10 - GRUN, A., Las fuentes de la espiritualidad, Editorial Verbo Divino, Navarra, 2005.
11 - GRUN, A. - DUFNER, M., La salud como tarea espiritual, traducción de G. Gutiérrez, Ágape
libros, Buenos Aires, 2006.
12 - GUÉNON, R., Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada, traducción de J. Valmard, 1° ed.,
Editorial Galllimard, 1962, 3° ed. en español, Eudeba, Buenos Aires, 1988.
13 - HADOT, P., ¿Qué es la Filosofía antigua?, Ed. FCE, México, 1998.
14 - JUNG, C. G., Psychological reflections, Princeton, N. J., Bollingen, 1978.
15 - JUNG, C. G., Recuerdos, sueños, pensamientos, traducción de M. Rosa Borrás, 1° ed., 1964,
3° ed., 1981, Editorial Seix Barral S.A., Barcelona.
16 - NOBLE, E. H. (directora), Enciclopedia esencial de la historia del mundo, Clarín, 2009.
17 - PREMAT, S., Diario “La Nación” del miércoles 27/8/2008, págs. 1 y 11.
18 - RIVERA-LEDESMA, A. - MONTERO-LÓPEZ LENA, M., Anales de Psicología, vol. 23, nro. 1, junio
2007, Universidad Nacional Autónoma de México.
19 - ROGERS, C. “El Proceso de convertirse en Persona. Mi técnica terapéutica”. Traducción
Wainberg, L.R. México, Editorial Paidós Mexicana, S.A. 1993.
20 - SINAY MILLONSCHICK, C., Creencias, Curso del capítulo de “Psiquiatría y Espiritualidad”, Ad-
Hoc, 24º Congreso de Psiquiatría APSA, Mar del Plata, abril de 2008.
21 - W ATTS, A., Psicoterapia del este, psicoterapia del oeste, Cairos, 1983, Barcelona.
22 - W ILBER, K. Ciencia y Religión. El matrimonio entre el alma y los sentidos, 1° ed. en castellano,
1998, 2° ed., 2004, Barcelona.
23 - YAYA, I. Efectos psicológicos de la meditación oriental, tesina de Universidad de Belgrano, nro.
198, Facultad de Humanidades. Licenciatura en Psicología. Departamento de investigación,
noviembre de 2005.
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PSICOPATOLOGÍA, RELIGIOSIDAD Y
ESPIRITUALIDAD Y SUS PROBABLES DIAGNÓSTICOS
DIFERENCIALES EN LA PRÁCTICA DIARIA
1. Advertencia preliminar
En junio de 1998 (hace nada menos que 15 años) la División de Salud Mental
de la OMS convocó a una reunión de consulta internacional a fin de explorar las
posibles relaciones entre calidad de vida, salud y espiritualidad, en su sentido más
amplio, y de definir lo más claramente que permita un ulterior trabajo multicéntrico.
La idea era medir el impacto de la espiritualidad en la salud.
El informe derivado de la consultoría plantea que “el objetivo inmediato de
este nuevo proyecto es examinar a través de las culturas y las religiones los
diferentes aspectos de calidad de vida que encierra el campo de la espiritualidad,
la religiosidad y las creencias personales, e incorporar un módulo a la medida
existente de Calidad de Vida de la OMS, que permitirá una evaluación más
sensible y completa de este campo en materias tales como el cuidado de la salud,
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4. Depresión
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5. Manía
6. Trastornos de la personalidad
7. Sectas
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1. Introducción
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La religión puede causar tanto alarmas positivas como negativas. Desde los
albores de la historia, la ansiedad se ha asociado con la religión. La gente
aumentaba el monto ansioso cuando las reglas y rituales que estaban destinados
a calmar las deidades y espíritus ancestrales eran desobedecidos. La ciencia nos
ha sugerido durante años que podría solucionar los problemas que aquejan a la
humanidad: no más enfermedades, no mas catástrofes naturales (¡). Sin embargo,
el miedo persiste, y ha tomado otras formas. El creer que determinadas
seguridades son permanentes hacen al hombre más vulnerable y propenso al
miedo. A esto se suman los desafíos cotidianos, como el rendimiento en el trabajo,
la imagen hacia los demás, ganar mucho dinero, el querer destacarse en la
competencia y el no poder expresar sentimientos humanos como la tristeza, la
angustia o el dolor, que están prácticamente prohibidos públicamente.
Algunos descubren que la religión es la solución a cada problema, otros
encuentran en ella una fuente de ansiedad y angustia.
Muchas tradiciones religiosas atribuyen la enfermedad a la labor de los
demonios y otras entidades espirituales.
Los ensayos clínicos muestran que las terapias de paradigma religioso en una
diversidad de creyentes parecen mejorar los síntomas de ansiedad.
Koenig describió que las personas religiosas mostraron menores niveles de
ansiedad (HG Koenig et al 2001)
Los concurrentes a los templos mostraron una menor evidencia de trastornos
de ansiedad, mientras que las personas sin afiliación religiosa tienen más
trastornos de ansiedad (HG Koenig et al 1993)
Los trastornos de estrés postraumático tienen resultados mixtos (Shaw A et al
2005).
En nuestra país, temas como Malvinas y Cromañón son palpables ejemplos
de las distintas patologías, del sufrimiento y de la incapacidad de resolver de
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Las obsesiones religiosas no tienen nada que ver con la religión verdadera, ya
que se entiende:
La religión no es el origen del TOC, sino que es un medio para los efectos del
trastorno. Uno puede seguir siendo un creyente en Dios y aprender a batallar con
sus pensamientos en contra de Dios.
Freud escribe: “podríamos arriesgarnos a considerar la neurosis obsesiva
como la pareja patológica de la religiosidad; la neurosis, como una religiosidad
individual, y la religión, como una neurosis obsesiva universal. La coincidencia
más importante sería la renuncia básica a la actividad de instintos
constitucionalmente dados”. Agrega: “veamos, por ejemplo, un ceremonial
concomitante con el acto de acostarse: el sujeto ha de colocar la silla en una
posición determinada al lado de la cama y ha de poner encima de ella sus
vestidos, doblados en determinada forma y según cierto orden; tiene que remeter
la colcha por la parte de los pies y estirar perfectamente las sábanas; luego ha de
colocar las almohadas en determinada posición y adoptar él mismo, al echarse,
una cierta postura; sólo entonces podrá disponerse a conciliar el sueño. En los
casos leves, el ceremonial parece tan sólo la exageración de un orden habitual y
justificado. Pero la extremada minuciosidad de su ejecución y la angustia que trae
consigo su omisión dan al ceremonial un carácter de ‘acto sagrado’. Por lo
general, el sujeto soporta mal cualquier postergación del mismo y excluye la
presencia de otras personas durante su ejecución. Toda actividad puede
convertirse en acto obsesivo, en el más amplio sentido, cuando resulta complicada
por pequeñas adiciones o adquiere un ritmo constante por medio de pausas y
repeticiones. No se esperará hallar una delimitación precisa entre el ‘ceremonial’ y
los ‘actos obsesivos’. En su mayor parte, los actos obsesivos proceden de un
ceremonial”.
Luego agrega: “no es difícil apreciar en qué consiste la analogía del
ceremonial neurótico con los actos sagrados del rito religioso. Consiste en el temor
que surge en la conciencia en caso de omisión, en la exclusión total de toda otra
actividad (prohibición de la perturbación) y en la concienzuda minuciosidad de la
ejecución. Pero también son evidentes las diferencias, algunas de las cuales
resaltan con tal fuerza que hacen sacrílega la comparación. Así son en su gran
diversidad individual los actos ceremoniales frente a la estereotipia del rito y el
carácter privado de los mismos frente a la publicidad y la comunidad de las
prácticas religiosas. Pero sobre todo el hecho de que los detalles del ceremonial
religioso tienen un sentido y una significación simbólica la diferencia de los del
ceremonial neurótico, que parecen insensatos y absurdos. La neurosis obsesiva
representa en este punto una caricatura, a medias cómica y triste a medias, de
una religión privada, provocando perturbación y en la concienzuda minuciosidad
de la ejecución”.
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3. El suicidio
Suicidio y religión
1. Puntos de vista judío sobre el suicidio. El suicidio está prohibido por la ley
judía. El judaísmo siempre ha considerado el suicidio como un pecado grave. No
se ve como una alternativa aceptable, incluso si uno se ve forzado a cometer
ciertos pecados capitales.
Asistir en el suicidio y que soliciten esa asistencia también está prohibido.
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cualquier persona que lo cometa es pecador igual al que asesinó a otro ser
humano.
Una visión adicional es que pedir la salvación y la aceptación de Jesucristo
como salvador personal tiene que ser hecho antes de la muerte. El pecado
imperdonable se convierte, no en el suicidio, sino más bien el rechazo del don de
la salvación.
4. Trastornos disociativos
Se distinguen:
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5. Delirios religiosos
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La prevalencia de los delirios religiosos varía entre los estudios, sin embargo
son populares entre pacientes ingresados con diagnóstico de esquizofrenia,
bipolar, organicidad y adicciones.
Existe alguna evidencia de que los delirios religiosos pueden provocar daño a
sí mismo y a otros. Los individuos pueden actuar con pasajes de la Biblia, sobre
todo del Antiguo Testamento, como la Ley del Talión.
Se plantean cuestiones de si es o no psicótico: ¿es su creencia en el Diablo,
una creencia normativa, una idea sobrevalorada o un engaño?
La dificultad de diferenciar las creencias religiosas de las ideas delirantes
provoca a veces límites difusos entre estas entidades, al no ser claro y a veces
miembros de la persona religiosa de la comunidad son más capaces de distinguir
entre las creencias normales y los delirios religiosos, por ende, no se debe tener
reserva en solicitar opinión.
Los esquizofrénicos pueden poseer fuertes creencias religiosas y experiencias
religiosas más que las normales.
El dramaturgo August Strindberg, autor de “La señorita Julia” , una obra de
teatro realista escrita en 1888, que trata de las clases sociales, el amor, la lujuria y
la batalla de los sexos, con un fuerte toque de determinismo: la teoría filosófica
que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y
acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena
causa-consecuencia, y el Premio Nobel y matemático John Nash (Nasar, 1998),
son dos de los esquizofrénicos más conocidos con la reputación de haber sufrido
delirios religiosos.
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Alucinaciones inducidas por sustancias pero sin existir ruptura con la realidad.
Por ejemplo, la alucinación de un joven al tomar algún tóxico sabiendo que dicha
alucinación es debida a la toma de esa sustancia.
Alucinaciones hipnagógicas: al inicio o al final del sueño.
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6. Experiencias místicas
7. Sexualidad
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también son reales: percibe a sus persecutores con la misma claridad con la que
nosotros percibimos la arquitectura de una ciudad. ¿Dónde reside, entonces, la
diferencia? Reside en el consenso social, cultural y religioso en el que se
comparte una determinada percepción. Por ejemplo, lo que constituye una
psicopatología no es un hecho que pueda aducirse como prueba, sino el consenso
entre los especialistas que, además de sus criterios específicos, comparten un
determinado paradigma cultural en una determinada época.
Las percepciones que influyen en todas nuestras posturas, reiteramos, son
ambivalentes y, por eso, distorsionadas ―o bien, formulado al revés, son
distorsionadas y, por eso, ambivalentes― precisamente porque dependen de la
red de percepciones de la que formamos parte y porque cambian conforme a
nuestros procesos psíquicos personales. Todas las percepciones están
distorsionadas y, por consiguiente, impiden el acceso a una “realidad en sí”. La
llamada realidad no es neutra, sino que es realidad para alguien, para personas,
comunidades, sociedades, y es tanto más real cuanto mayor consenso haya entre
grupos de personas que comparten las mismas percepciones distorsionadas. Si lo
pensamos bien, estas afirmaciones no apoyan una postura relativista; en cambio,
nos dan un reflejo, en torno al funcionamiento de las ideologías y de algunas
mentalidades grupales de sectas fundamentalistas.
Al respecto, hallamos un buen ejemplo en la homosexualidad: puede ser vista
como perversión, como un pecado “intrínsecamente malo” o como una posibilidad
de identidad sexual personal.
Acá es interesante una reflexión respecto a las conductas sexuales.
La sexualidad está condicionada por las ideologías y las creencias
prevalentes en cada cultura, que se interiorizan en la infancia, resultando un
conjunto de normas morales que actuarán como guía en la vida sexual adulta
produciéndose un conflicto, entre los deseos sexuales de la persona y las
normas, que puede llegar a ocasionar trastornos físicos o psíquicos.
“La relación entre religión y sexualidad se ve afectada por la "moral sexual",
entendida no tanto como parte de la moral general o común a todas las
personas, sino como una parte de la moral religiosa que implica restricciones u
obligaciones al comportamiento sexual humano. Tales comportamientos varían
entre unas y otras épocas, así como entre distintas religiones o culturas de
forma que, las normas sociales y los estándares de conducta sexuales, suelen
estar relacionados con las creencias religiosas.
Existe, evidentemente, mayor peso sobre la mujer en la punición, desde
tiempos arcaicos.
De acuerdo con esto, la mayor parte de las religiones han visto la necesidad
de dirigir la cuestión de un papel "propio" de la sexualidad en las interacciones
humanas.” (Joana Capilla Lanagrán, Asociación con laa, www.conlaa.com ),
El Patriarcado: para legitimar situaciones como a) arreglos matrimoniales para
garantizar la genealogía paterna y/o con fines lucrativos, mantener el rol sumiso
de las mujeres, b) el hecho de que las matronas, en muchas partes de América,
cobren más por atender el nacimiento de un niño que el de una niña, c) las
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Caso clínico
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Sir William Osler escribió en 1910 un artículo titulado “The faith that heals”1
(La fe que cura), algunas de cuyas reflexiones y opiniones es justo recordar hoy
que las ciencias médicas y las neurociencias han comenzado a revelar los
fundamentos biológicos de lo que Osler ya veía como un poderoso medio
salutífero: “Nada en la vida es más maravilloso que la fe”; “La fe es el cemento que
liga hombre con hombre en cada relación de la vida”; “La fe siempre ha jugado un
papel importante como una medida popular de la curación”; “La fe en St. John
Hopkins, como solemos llamarlo, una atmósfera de optimismo, y alegres
enfermeras, produjo el mismo tipo de curas que hacía Esculapio en Epidauro”.
Sir William era, evidentemente, un hombre esperanzado, y también un
optimista. Y es sin duda esta última condición, puesta de manifiesto en su frase:
“La fe es uno de los milagros de la naturaleza humana que la ciencia está tan lista
a aceptar como está lista a estudiar sus maravillosos efectos”, lo que lo llevó a
cometer un error de pronóstico, pues no estuvo la ciencia tan dispuesta a aceptar
y estudiar los maravillosos efectos de la fe por muchos años. Recién en las últimas
décadas comienzan a realizarse estudios cuyo objeto es revelar los correlatos
neurales de prácticas comúnmente ligadas a la espiritualidad y a la fe, como la
meditación, la oración y las experiencias místicas, y los cambios neuroendócrinos
y psiconeuroinmunológicos asociados a su práctica y sus efectos sobre la salud y
la enfermedad, un campo dentro de las neurociencias que ha sido denominado
con el poco feliz término ‘Neuroteología’.
Sin embargo, antes de avanzar en nuestro tema, cuyas fronteras con otras
disciplinas e inclinaciones del espíritu humano pueden ser demasiado imprecisas,
y su enraizamiento en las creencias y la afectividad de cada lector demasiado
profundo para ser abarcado en un artículo médico, voy a definir el sentido en que
tomo las palabras fe y curación en este contexto. Hablo de fe en el sentido llano y
amplio del término, no exclusivamente religioso, visto desde la perspectiva del
sujeto que tiene fe y no del objeto de su fe; implicando los aspectos cognitivo,
afectivo y conativo, más que ritual, cultural o social; atendiendo a los efectos
psíquicos, físicos y existenciales, y no a los institucionales, sociales o en la salud
pública; y, por último, en relación con la terapéutica más que con la prevención.
Asimismo, hablo de curación en el sentido de mejoría, alivio o recuperación, no
sólo por evidencias físicas o de exámenes complementarios; atribuible a
mecanismos psico-neurobiológicos, no sobrenaturales, paranormales o esotéricos;
y, finalmente, en relación con cualquier intervención, no exclusivamente con
intervenciones médico-quirúrgicas o psicoterapéuticas.
Puestos estos límites, cabe ahora preguntarse: ¿puede curar la fe? Si
prestamos oídos a la historia, nos llega un clamor unánime que dice ¡Sí! En todos
los pueblos de la antigüedad, primitivos o civilizados, el chamán y el sacerdote
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voluntad divina o del poder sobrenatural de Jesús, pues, en ese caso, poco
importaría para la cura la fe del enfermo.
Por último, hay que aclarar un punto que podría convertirse en una objeción a
esta interpretación. ¿Cómo se puede decir que para Jesús la fe era lo que sanaba,
cuando en algunos casos lo que estaba en medio era la fe de un tercero y no la
del enfermo, como el ya citado caso del padre del muchacho epiléptico (Mc 9:23-
24), o cuando se trataba de una cura a distancia, como la de la hija de la mujer
sirofenicia (Mc 7:24-30)? En apariencia, estas situaciones son bastante diferentes
a aquellas donde la cura se puede atribuir a la movilización de recursos propios
del enfermo bajo la acción del sanador. Debemos considerar, entonces, si esto no
significa que Jesús sabía que era Dios o su Espíritu el que actuaba y, por lo tanto,
la cura procedería de todos modos, aun a distancia. Nada en estos casos sugiere
tal cosa. La mujer sirofenicia no era judía, sin embargo, confiaba en que Jesús
pudiera sanar a su hija, aun a la distancia. El padre del epiléptico era judío, pero
su poca fe no se refería a Dios, sino a que su hijo pudiera ser exorcizado después
de tantos fracasos. Tratándose de una niña poseída y de un muchacho epiléptico
desde la infancia, se daba una fuerte relación de dependencia de los hijos
respecto de esos padres amorosos, que no cesaban de buscarle cura a sus
males. El haberla encontrado o creer que la habían encontrado podía significar
todo para los hijos. Los mayores les transmitían su fe, y eso era lo que
necesitaban. En el caso del epiléptico, el efecto es directo y apreciable: el diálogo
entre su padre y Jesús ocurre frente a sus ojos; él escucha que su padre grita:
“¡Creo!”. Esto, sin duda, debía provocar un efecto poderoso en quien hasta un
momento antes no tenía esperanza. Por otra parte, debemos moderar nuestras
críticas modernas respecto a cierta espectacularidad con que los evangelistas
proclamaban el éxito de las prácticas de Jesús, pues, más allá de su actitud
entusiasta y apologética, que enseguida nos lleva a tomar ciertas prevenciones, si
pensamos bien, veremos que en la mayoría de los casos la medida del éxito para
aquellos hombres no difería tanto de la nuestra. Hoy sabemos que un epiléptico no
es un endemoniado y que la epilepsia no se cura con exorcismos. Pero también
sabemos, por los ensayos con fármacos antiepilépticos, que el placebo disminuye
la frecuencia de las crisis en un porcentaje nada desdeñable. Veámoslo en
perspectiva: si el muchacho venía teniendo crisis muy frecuentes, como surge del
relato, de hecho, tuvo una típica convulsión con grito e inconsciencia posictal
delante de Jesús; la sola disminución de la frecuencia de las crisis, quizás con el
comienzo de un período libre de ellas, habría sido considerado por aquella gente
un éxito, lo mismo que hoy.
En conclusión, lo que Jesús dice con precisión es que la fe en la cura opera la
cura; el creer que la cura es posible. Y el que no lo cree no se cura, pero no
porque Dios no lo quiera, sino porque no cree. Y esto también vale en el caso de
la fe de los padres con respecto a sus hijos enfermos.
Por lo visto hasta acá, es evidente que desde siempre la fe ha sido reconocida
como un factor importante en la curación, lo cual nos permite, dentro de los límites
conceptuales que he fijado al principio del trabajo, responder afirmativamente a la
pregunta acerca de si la fe cura. Lo próximo que deberíamos preguntarnos,
entonces, es cómo cura la fe. Frente a esta cuestión se nos presentan un grupo de
condiciones, fenómenos o prácticas que se han encontrado capaces de producir,
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su propia casa. Su pariente, que apenas lo puede creer, tiende a pensar que el
enfermo sobreactúa la gravedad de su incapacidad por comodidad o por algún
inconfesado propósito contra su sostenedor. En realidad, aunque a veces puede
haber algo de esto, los motivos hay que buscarlos en la interacción de factores
como sugestión, expectativas positivas y efecto placebo. La contraprueba de esto
es la ausencia de tales reacciones, o incluso, la aparición de una peor
performance, en los casos donde se establece una mala relación médico-paciente,
o cuando el lugar o las circunstancias ejercen un efecto emocional negativo sobre
el paciente.
Ahora bien, ¿cuáles son las bases neurobiológicas de la sugestión y cómo
pueden afectar el proceso patológico? Debido a que es difícil o imposible por
ahora estudiar experimentalmente los cambios inducidos en el cerebro por la
sugestión fuera del marco de la hipnosis, sólo disponemos de información
concerniente a experiencias con sugestión hipnótica y poshipnótica en voluntarios.
Un estudio con tomografía por emisión de positrones (PET), donde la sugestión
hipnótica indicaba ver un patrón de color como escala de grises, mostró reducción
de la actividad en áreas de la corteza visual para procesamiento del color 5. Otros
dos estudios con PET sobre percepción de dolor bajo hipnosis mostraron que la
sugestión de sentir un dolor, como menos displacentero, redujo la actividad en la
corteza cingular anterior (CCA), mientras que la sugestión de sentir menor
intensidad de dolor redujo la actividad en la corteza somatosensorial. Por último,
en un ensayo con RMI funcional y potenciales relacionados a eventos durante
sugestión poshipnótica, se encontró que la sugestión de percibir palabras del
paradigma stroop, como series sin significado, redujo el efecto stroop ( 1 ) en
personas altamente sugestionables, pero no en las menos sugestionables o en la
condición sin sugestión, mostrando una fuerte modulación de la actividad
temprana en la corteza occipital y en la CCA. Estos trabajos señalan que la
sugestión afecta el control cognitivo modulando la actividad en áreas cerebrales
específicas, incluyendo la corteza sensorial primaria y la CCA 6. Si la sugestión
puede producir en la vida cotidiana los poderosos efectos encontrados en estos
estudios en condiciones de hipnosis o sugestión poshipnótica, no ha sido probado
todavía, pero todo indica que debe ser así, porque nuestro cerebro no ha
evolucionado para mostrarnos sus funciones en situaciones experimentales
excepcionales. Por lo tanto, si una persona que padece cierto dolor se siente
aliviada un momento después de escuchar al médico de su confianza asegurarle
que no tiene nada malo y que el dolor pronto pasará, es razonable pensar que la
sugestión actuó reduciendo la actividad de la corteza somatosensorial. Del mismo
modo, cuando un dolor persistente deja de molestarle al paciente que llegó a una
guardia donde es bien recibido y encuentra que todos se ocupan de su dolencia
con interés y buen trato, es probable que una disminución de actividad en la CCA
sea la causa del cambio en la tonalidad del dolor.
Otra de las condiciones donde la sugestión juega un rol importante, tanto en la
génesis como en la reversión del síntoma-déficit, es en los trastornos por
(i) Las personas reaccionan más rápido y con mayor exactitud al leer el nombre de un color escrito en
letras del mismo color (rojo en letras rojas) que el nombre de un color en letras de otro color (rojo en letras
azules). La interferencia que produce la condición incongruente es el llamado efecto Stroop.
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media la imaginería y la consciencia del yo. Las áreas frontales derechas, que
sirven a la inhibición motora, se activaron durante las pruebas nogo en las
condiciones normal y go en parálisis fingida, en contraste con una falta de
activación durante parálisis hipnótica en pruebas go, mostrando que los efectos
hipnóticos son diferentes de la supresión voluntaria del movimiento y que no
actúan a través de inhibición motora directa. Por otro lado, la activación de la
región frontal inferior derecha durante la hipnosis en todas las condiciones, sin
mostrar modulación selectiva como función de la ejecución o supresión del
movimiento, indica que el reclutamiento de este área podría representar un estado
de monitoreo o hipercontrol de la actividad a través de todos los ensayos (go y
nogo). La hipnosis produjo, además, cambios distribuidos en áreas prefrontales y
parietales que participan del control atencional. Hubo también importantes
cambios en la conectividad con el córtex somatomotor, consistentes en reducción
de acoplamiento con estas áreas, y un incremento con el precúneo y áreas
visuales primarias. En conclusión, los autores demostraron que la hipnosis induce
el control de la acción por representaciones internas generadas a través de la
sugestión y la imaginería mental, mediados por la actividad del precúneo, y
reconfigura el control ejecutivo de la tarea implementada por los lóbulos frontales.
De esto modo, personas altamente sugestionables, capaces de desarrollar déficits
focales a imagen de su esquema corporal, podrían restablecer —por efecto de una
sugestión hipnótica— el comando de esas funciones, como producto de una
reconfiguración ejecutiva del control mental de su cuerpo.
Así como la sugestionabilidad juega un rol decisivo —como hemos visto— en
la aparición y resolución de síntomas funcionales (histeria, hipnosis), su
participación excede a estas condiciones bien estudiadas, pues está presente, en
mayor o menor medida, en cada acto médico y terapéutico, siendo responsable de
un porcentaje del éxito de cualquier intervención. La sugestionabilidad opera en
muchos otros actos y momentos de nuestra vida modificando creencias, opiniones
y decisiones, en la medida que es una poderosa inductora de sensaciones y de
estados de ánimo, y facilitadora o canalizadora de experiencias emocionales
intensas, tanto prosaicas como trascendentes.
La próxima condición que debemos discutir es la esperanza. Según la
definición de Snyder, esperanza es “la suma de capacidades conscientes para
generar vías hacia metas deseadas junto con la motivación consciente para
recorrer esas vías”2. Como se puede apreciar, esta definición da importancia clave
a lo cognitivo y a lo conativo, lo cual permite diferenciar esperanza de
“expectativas positivas”, las que están basadas más en emociones. Así, el
concepto de esperanza es distinto de otros como optimismo, autoconfianza,
autoestima y disposición para resolver problemas2. Un elemento esencial que
relaciona la motivación con la prosecución de las metas deseadas, es la
expectativa de un resultado positivo o recompensa (curarse, conseguir un objetivo,
salvar la vida o tener la vida eterna). Aunque se suele llamar expectativas
positivas a las que se generan ante sucesos cuya ocurrencia se prevé en el corto
y mediano plazo, y esperanza a la que nace frente a situaciones de mayor
trascendencia cuyo resultado se anticipa incierto o de largo plazo, la pérdida y la
recuperación de la esperanza pueden ser sorprendentemente rápidas.
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ata al mundo. La repetición del rosario, por ejemplo, puede funcionar como un
mantra. Ya vimos que la oración centralizada produce la experiencia de pérdida
del sentido espacial. No obstante, queda mucho, para no decir todo, por explorar
en relación a los mecanismos y a los efectos de la oración en el cerebro y en el
cuerpo, lo cual no sólo sería interesante desde una perspectiva neurobiológica
sino, fundamentalmente, desde el punto de vista médico dado lo extendido y
frecuente del uso de la oración en el mundo de fe monoteísta.
El último mecanismo propuesto como mediador de la curación por la fe que
vamos a revisar aquí es el llamado efecto placebo (EPbo). El EPbo (del latín,
placebo = yo complaceré) es un fenómeno psicobiológico que puede ser atribuido
a diferentes factores, incluyendo expectativas positivas y condicionamiento
pavloviano. La neurobiología del EPbo nació en 1978, cuando se demostró que la
analgesia inducida por placebo podía ser bloqueada por naloxona, un antagonista
opiáceo. Un concepto íntimamente relacionado al de placebo es el de nocebo (“yo
dañaré”), introducido en 1961 por Kennedy para distinguir los efectos beneficiosos
y salutíferos de una preparación inerte, de los nocivos. Pero antes de adentrarnos
en el tema, será ilustrativo ver cuál es la magnitud del EPbo. Una búsqueda en
Pubmed de revisiones sobre EPbo en ensayos randomizados muestra resultados
sorprendentes. En 11 estudios sobre antimigrañosos la respuesta al placebo fue,
en promedio, 30% (7-50%). La variación entre estudios fue muy grande y los
autores concluyen que la respuesta varía con la forma de medir la eficacia, las
características de los pacientes y el diseño del estudio17. Así, en un metanálisis de
22 ensayos, el placebo subcutáneo resultó más efectivo que el oral, 32.4% vs.
25.7% de mejoría18. En adolescentes (12 a 17 años), un ensayo randomizado,
doble ciego controlado de zolmitriptan, mostró que el placebo resultó superior a la
droga en estudio, 58% contra 54, 53 y 57%, para dosis de 10, 5 y 2,5 mg.,
respectivamente19. Pero también en la profilaxis de la migraña el placebo
demostró ser muy efectivo. En un meta-análisis de 32 ensayos, la reducción en
50% o más de ataques de migraña con placebo fue del 21% 20. En enfermedad de
parkinson las respuestas al placebo son también notorias. Considerando una
mejoría de al menos 50% sobre el puntaje basal en la escala de parkinson
(UPDRS), o el aumento de 2 puntos en al menos 2 ítems motores en cualquier
visita, el 17% de los pacientes respondió al placebo21. En un estudio randomizado
controlado de rotigotina transdérmica (agonista dopaminérgico no ergolínico), el
30% de los pacientes en el grupo placebo mejoró contra el 52% en el grupo
tratamiento activo22. Otra condición donde el EPbo es importante es la epilepsia.
En una revisión de ensayos con antiepilépticos incluidos en la base Cochrane, 9.3
a 16.6% de pacientes en el grupo placebo obtuvieron una reducción de 50% o
más en la frecuencia de las crisis. Esto representa 20 a 50% del efecto observado
con el agente activo23.
Pero no sólo en enfermedades neurológicas el EPbo es considerable. En un
meta-análisis de 40 ensayos sobre colitis ulcerosa, la tasa promedio de remisión
fue del 13% y la de respuesta del 28%24. Una revisión de 8 estudios de agentes
antitusivos encontró que 85% de la reducción de la tos estaba relacionada al
EPbo, y sólo el 15% era atribuible al ingrediente activo 25. Otra situación conflictiva
y muy debatida actualmente se plantea con el EPbo en los ensayos de
antidepresivos. Un reciente meta-análisis concluyó que los nuevos antidepresivos
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(p. ej., IRSS) no son mejores, o a lo sumo son igual de efectivos que el placebo 26.
Sin embargo, más allá del impacto que causó esta revisión, que vino a confirmar
otras previas, hay varios puntos a considerar, recientemente expuestos en una
editorial que puede explicar, al menos en parte, la supuesta falta de superioridad
de dichos fármacos y que se relacionan con el diseño de los ensayos, la definición
del desorden depresivo, la severidad, fase evolutiva y duración al momento de la
inclusión, etcétera27. Pero eso constituye otro debate.
Los casos aquí citados sirven para ver la complejidad, magnitud e importancia
clínica del EPbo, cuya neurobiología vamos a discutir ahora. Se ha propuesto que
el EPbo es mediado por los circuitos cerebrales de recompensa 28. Por estudios de
placebo en parkinson y en dolor, se piensa que la expectativa de recompensa o de
mejoría clínica juega un papel importante en el EPbo. La expectativa activa
tónicamente neuronas dopaminérgicas tegmentales y prefrontales que proyectan
al estriado ventral y dorsal. En la fase de expectativa, antes de la recompensa, hay
incertidumbre, y esto provoca activación sostenida dopaminérgicas, que llega al
29% de esas neuronas cuando la probabilidad de recompensa es del 50%. Por el
contrario, la concreción o no de la recompensa no provoca actividad tónica.
También hay una activación dopaminérgica fásica después de la recompensa, que
es máxima cuando esta fue sorpresiva, es decir, no esperada. Así, la
incertidumbre parece reforzar los mecanismos cerebrales de recompensa.
Clínicamente, cuando una sugestión verbal positiva crea la posibilidad
(administración de un placebo) de una recompensa (beneficio terapéutico) ciertas
neuronas corticales se activan y envían estímulos glutamatérgicos excitatorios
directos a neuronas dopaminérgicas junto con estímulos inhibitorios indirectos
gabaérgicos, de cuya interacción depende su activación tónica. Por estudios de
neuroimágenes se demostró que la respuesta al placebo se acompaña de
activación dopaminérgica en el núcleo accumbens (parte del estriado ventral), el
que también fue activado en esas mismas personas con un paradigma de
recompensa monetaria. Lo interesante es que ambas respuestas fueron paralelas,
cuanto mayor era la respuesta del accumbens a la recompensa monetaria, mayor
era la respuesta al placebo. Esto indica que la respuesta al placebo requiere del
normal funcionamiento del sistema dopaminérgico de recompensa, y su variación
puede explicar porqué unas personas responden a él y otras no. No sería
demasiado audaz suponer que este mismo sistema interviene en la búsqueda de
otro tipo de recompensas, como las relacionadas con la fe, para la cual resultan
tan naturales los conceptos de expectativas positivas. Pero la respuesta a placebo
también activa neurotransmisión opioide en corteza cingular anterior, insular y
orbitofrontal, núcleo accumbens, amígdala y sustancia gris periacueductal. La
activación de los sistemas dopaminérgico y opioide se asoció con la anticipación y
la percepción de efectividad del placebo. En conclusión, ambos neurotransmisores
están activos en el accumbens durante la administración del placebo y su función
es crucial en la modulación de su efecto (revisado en 28).
El segundo mecanismo explorado del EPbo es el condicionamiento pavloviano
clásico29. Se estudia con el modelo de “aversión condicionada al sabor”, que
permite evaluar respuestas neuroinmunes conductualmente condicionadas. Se le
presenta a un animal un nuevo sabor (sacarina) como estímulo condicionado en el
agua para beber, y simultáneamente se lo inyecta con un agente (estímulo
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1. Introducción
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2. La neuroplasticidad
En los lóbulos frontales del cerebro está la llave del propio destino. Allí se
cocinan los proyectos y las decisiones que surgen de la interacción de los 100 mil
millones de neuronas del cerebro. Todas aquellas conexiones que no se usan se
pierden, y hoy se sabe que el cerebro puede remodelarse a medida. La
neuroplasticidad es la capacidad de aumentar o disminuir el número de
ramificaciones neuronales y de sinapsis a partir del estímulo sobre el cerebro. De
este modo, una persona estimulada por la percepción desarrolla más conexiones
que otra menos receptiva. Al respecto, el psiquiatra Daniel Drubach, de la Mayo
Clinic, en Minnesotta, explicó en su conferencia “Neurobiología de la imaginación y
su relación con la espiritualidad” (dictada en el Foro de reflexión Cerebro y
Espiritualidad, Buenos Aires, 17 de Septiembre de 2007): “es impresionante la
manera en que el cerebro puede reorganizarse para poder adaptarse a nuevos
desafíos”. Más aún si se somete a entrenamiento durante años. Por ejemplo,
indica: “El músico que se expone a la música percibe una realidad diferente. Por el
hecho de practicarla escucha otra cosa y puede detectar cambios muy sutiles en
las notas que pasan desapercibidos para los no músicos. Esto se ha probado
muchas veces y no es genético. Es la exposición al enriquecimiento del medio
ambiente lo que modifica al cerebro. Percibir algo lo cambia a uno y luego lo
puede percibir mejor”. Y agrega: “Otro estudio se hizo con pintores artísticos. Ellos
son capaces de diferenciar entre los colores de una manera muy superior a la
media. De una escala reconocen 35 tipos diferentes de amarillo, por ejemplo.
Alguien que no es pintor dice que sólo hay 4 ante la misma paleta de colores. Es
tremendo cómo la experiencia y más que nada el entrenamiento cambian la
percepción de la realidad”. De este modo, si la experiencia mística es algo que
sucede (o es percibida) en el cerebro, nada impediría, en teoría, modificar la
estructura de la red sináptica para favorecer la espiritualidad y, si se da el caso, la
producción o recepción —esto ya es cuestión de fe— de las experiencias místicas.
¿Es posible esto? Hay algunas pistas. El doctor Drubach explica que “al
cerebro le interesa lo que cambia, no lo constante. Si hay un ruido repetitivo se lo
escucha durante unos segundos y al rato se lo ignora. El cerebro se habitúa. Del
mismo modo, uno entra a una habitación con un cierto olor y en unos minutos no
lo huele más. Así, desde el punto de vista de las descripciones de Maimónides y
otros, si la manifestación de Dios está siempre presente pero no cambia, será más
difícil percibirla”. Habrá entonces que tratar de modificar la percepción. Hace
mucho que los cabalistas, judíos y cristianos, afirman que hay una realidad
diferente y que hay que prepararse para descubrirla. En definitiva, de lo que están
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3. Beneficios de la espiritualidad
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PRIMERA PARTE
Consideraciones generales
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La exposición de cada uno de los panelistas fue muy interesante, pero hubo, a
mi entender, un momento crucial, cuando le tocó exponer a SS el Dalai Lama.
Este manifestó, entre otras cosas, que “así como la ciencia médica es superior al
budismo, éste también lo es, en otros aspectos, sobre la ciencia”.
Así fue que, llegando al debate final, existió una pregunta clave de Marcos
Aguinis al Dalai Lama que captó mi atención. Aguinis interroga lo siguiente: ¿usted
señaló al pasar... que había unos conceptos budistas que superaban a la ciencia?
me gustaría saber algunos ejemplos.
La respuesta de absoluta convicción del Dalai Lama fue: “en la mente existe
un estado extremadamente sutil y profundo, que puede estudiarse más, en el caso
de grandes meditadores. Éstos cuando llegan al momento de la muerte, siguen y
permanecen en estado meditativo. La medicina no registra en absoluto los signos
vitales, y la persona, es declarada un cadáver. Sin embargo, durante cierto tiempo
esa mente permanece en el cuerpo, y éste no se deteriora. Al estado mental que
permanece en el cuerpo se lo denomina: la mente sumamente sutil, más profunda
o luz clara”. (figura 2)
Esta manifestación que expresara el Dalai Lama se la puede leer con mayor
profundidad en el libro: “Autobiografía de un yogui”, donde se profundizaron los
estudios de Paramahansa Yogananda sobre el abandono del cuerpo físico de
modo voluntario y consciente, denominado “mahasamadhi”. (6)
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2) Etimología. Conceptos
La ciencia: scientia, como sustantivo, procede del verbo con raíz latina scire,
que significa saber; etimológicamente, “ciencia” equivale, pues, a “el saber”. (2)
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3) Breve historia
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Buda histórico Gautama, sentado en posición del loto o semi-loto, muy conocida a
través de toda la iconografía que se tiene de Oriente. Un aspecto sereno, con los
ojos semicerrados, la espalda erguida y las piernas cruzadas en las posiciones
antedichas; éstas se suele hacer sobre un pequeño cojín redondo llamado zafu
(japonés), que ayuda a bascular la columna.
De éstas escuelas son dos los máximos exponentes que han llegado a
Occidente: el ya mencionado Prof. D.T. Suzuki (1870 - 1966), en la primer escuela
(más divulgada en EEUU e Inglaterra), y T. Deshimaru (1914 - 1982), en la
segunda (con más expansión en Europa).
Las obras de ambos señalaron un puente de particular acercamiento
espiritual entre Oriente y Occidente. Tanto en América como en Europa, y los
centros Zen, tanto Soto como Rinzai, hoy en día están diseminados por todo el
mundo. Ambos, por diferentes caminos, son los que han transmitido de sus
maestros el modo, la forma y el cómo de la meditación.
Resumiendo y culminando, el tercer movimiento existente es el budismo
tibetano denominado también lamaísmo, conocido además como Vajrayana.
Ingresa al Tibet por el budismo Mahayana, introducido por un maestro indio,
Padmasambhava, en el siglo VIII. Cada vez es más conocido internacionalmente
por las enseñanzas de Su Santidad el XIV Dalai Lama (o Tensing Guiatso) y sus
discípulos más directos, a tal punto que, el 12 de noviembre del 2005, la reunión
en la Sociedad Nacional de Neurociencia en Washington, fue dictada por primera
vez por éste líder religioso y no por un científico.
El Theravāda se atiene estrictamente a las enseñanzas que podemos atribuir
a Siddhartha o el Buda histórico; por otra parte, el Mahayana reconoce en la
enseñanza más un método que una doctrina; algo similar a un método científico,
porque indaga para descubrir la verdad, sin prejuicios y con libertad de críticas
constructivas a poner en duda teorías del pasado. Como manifestara, Shunryu
Suzuki (1904 – 1971), en su texto: “mente zen, mente de principiante (…) el
propósito del estudio del budismo no es estudiar el budismo, sino estudiarnos a
nosotros mismos".
Esto ha llevado a llamar la atención y a despertar –lo que recientemente he
manifestado— un interés por parte de reconocidos científicos hacia destacados
monjes budistas. Ambos se han reunido en una serie de encuentros (con
intercambios sumamente trascendentes, que más adelante ampliaré) explorando
la relación entre budismo y ciencia.
SEGUNDA PARTE
Relajación. Meditación
Teoría y práctica
característicos del nuevo milenio. Pero puede ser aplicada, además, con
muy buenos resultados, en diversas personas que no necesariamente tienen que
padecer algún trastorno y/o enfermedad.
Sabemos que, desde el Dr. Hans Selye (1907-1982) (figura 5), se toma el
término stress de la física y de la ingeniería, en las cuales se representa una
fuerza para distorsionar o deformar cuando es aplicada a un sistema. De allí se lo
ha trasladado hacia la medicina, de modo que cuando expresamos estar
sometidos a una cantidad de tensiones agobiantes, hacemos uso de esta palabra.
Por otra parte, hemos estudiado que bajando los niveles de tensiones,
disminuimos las posibilidades de que se “disparen, estresores internos,”
generando estados críticos de distrés, que van a repercutir a nivel psicosomático,
en interdependencia con lo sociolaboral.
Desde hace algunos años, aproximadamente desde 1998 en adelante (en la
conocida “década del cerebro”), está estudiado a nivel molecular y cada día más
demostrado que tanto el estrés crónico (incluso agudo) como en los trastornos
depresivos mayores, etc., se genera a nivel celular toda una serie de
acontecimientos en avalancha:
- Aumentos en la neurotoxicidad por hiperactivación glutamatérgica y de
cortisol.
- Reducción de la capacidad energética celular y de los niveles de FCN
(factores de crecimiento neuronal.
- Disminución de sinaptogénesis, neurogénesis .
- Aumento de la muerte neuronal con atrofia demostrada en hipocampo.
- Disminución de la capacidad funcional de receptores hipocampales a
esteroides, con la consiguiente hiperactivación del eje adrenal y del sistema
simpático.
Es decir que en lo “micro” se pierde el equilibrio entre los factores regulatorios
de sobrevida neuronal. Y llevado a la “macro”, la resiliencia se ve en graves
dificultades, situación donde lo celular, por añadidura, irá afectando lo
psicosociolaboral y espiritual. Ello así, si por salud entendemos la integración y
armonía de “las partes, de un todo”.
A pesar de lo expresado, en Occidente, todavía en distintos ámbitos, se sigue
teniendo una observación reduccionista, dualista y cartesiana de las cosas. Desde
la universidad ya hemos salido con ese “escotoma”.
En Oriente, por el contrario, es interesante cómo siglos antes de Cristo
aparece dentro de la filosofía budista un término en sánscrito denominado
paticcasamuppada, que en su traducción es equivalente a interdependencia.
Paticca significa “dependiente de”; Samuppada, “surgimiento”. Paticca
samuppada, por lo tanto, significa literalmente “surgimiento dependiente”.
El proceso permanente de complemento e interacción. Así fue que mediante
arduas prácticas meditativas viejos maestros generaban una profunda intuición,
con sensopercepciones e introspecciones que decantaban en una clara y
penetrante sabiduría sobre distintos aspectos de la vida. Acá ya dejaban en claro
la unidad de las cosas o la cosmovisión de un sistema múltiple e integrado, donde
el “uno interdepende –tangible o intangiblemente— con el todo”, y viceversa.
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BIÓSFERA
SOCIEDAD SOCIEDAD
RELIGIÓN RELIGIÓN
CULTURA CULTURA
FAMILIA FAMILIA
MENTE MENTE
CUERPO CUERPO
TEJIDO TEJIDO
CÉLULA CÉLULA
ÁTOMOS ÁTOMOS
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PARTÍCULAS SUBATÓMICAS
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Enojado el hombre exigió: “en todo caso, ¿qué significa la palabra atención?”.
lkkyu contestó suavemente: “atención significa atención”.
Para el hombre ordinario, cuya mente es un tablero de ajedrez de reflexiones
cruzadas, opiniones, prejuicios, la atención desnuda es imposible; por tanto, su
vida no está centrada en la realidad misma, sino en la idea que tiene sobre ésta.
Al concentrar totalmente la mente en cada objeto y acción, el zazen le
desembaraza de pensamientos externos y le permite acceder a una identificación
total con la vida”. (10)
Si experimentamos enojo, ansiedad, temor, vergüenza, tristeza, bienestar
etcétera... ¿Qué sucede con la respiración: se detendrá, acelerará, o será
irregular? Es así que cada estado de ánimo, cada pensamiento, sea sutil, simple o
complejo, va acompañado de un “prana” o respiración determinada: por eso en el
samadhi profundo, la respiración o prana perceptible desaparece y es llamado “la
gran muerte”.
3) Actitud de conciencia: la actitud, básicamente, se concentrará en la postura,
la respiración, y a que los pensamientos fluyan.
Existen, además, elementos muy útiles, que pueden agregarse “como un
anzuelo para engañar o distraer la mente”; entre éstos tenemos:
- Contar numéricamente (por ejemplo, del 1 al 10) el tiempo que se medite.
- Pronunciar una serie determinada de letras (ej, a-e-i-o-u) de igual modo que
palabras o frases que le sirvan de concentración al que medite.
- Repetir un mantra (del sánscrito, manna: mente; tranna: instrumento,
liberado). O bien una plegaria u oración de la creencia religiosa del practicante.
- Recurrir focalmente a una imagen que le inspire fe, paz o confianza, de
modo disciplinado, habitual “programado”. O bien, concentrarse en cualquier
objeto cuando, “inesperadamente”, pueden surgir situaciones de máxima tensión.
De lo que se haya elegido concentrar, surgirán de modo “superpuesto y
normal” (sobre todo en personas que recién se inician): imágenes, pensamientos,
emociones, preocupaciones, ruidos que nos rodean, etcétera. ¿qué actitud
adoptar ante éstas interferencias?
Anecdóticamente, para que se comprenda, distintos monjes con varios años
de experiencia en meditación han utilizado una serie de analogías claras e
interesantes, para que se logre entender. Por ejemplo, han dicho: “…los
pensamientos son como monos que saltan sobre las ramas de un árbol sin cesar...
la solución es dejarlos pasar”. Y retomar la modalidad meditativa que se escogió.
Otro decía: “uno es una montaña y las nubes son pensamientos, déjalas fluir”.
O bien: “uno es una línea de pescar sin anzuelo, y los peces que pasan son los
pensamientos... obsérvalos pasar libremente, ni los rechaces, ni los atraigas”.
No se ofrece resistencia ante nada... pueden surgir pensamientos o
emociones placenteras o displacenteras; se las dejará pasar, ambas son parte de
uno mismo. Taisen Deshimaru decía: la mente se la debe dejar fluir en “Hishiryo:
se piensa, sin pensar”. Llevándolo a anécdotas y recuerdos de nuestro mundo
occidental, tal vez podamos hacer una analogía de distintas cosas que hemos
aprendido (y todas tuvieron su costo): haber aprendido a andar en bicicleta, a
nadar o a poner automáticamente los cambios de un auto; en cada uno de esos y
otros cientos de ejemplos “…pensamos sin pensar”.
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Sol y las lluvias, las diferentes estaciones del año, la noche y el día, nosotros
somos microcosmos de un macrocosmos. Somos mente de una mente universal.
Siendo uno con cada situación presente, es una práctica. Hay que trascender
estas palabras escritas, ya que son sólo eso, palabras. Palabras que hablan
acerca de hechos, pero no son hechos en sí mismos. Mediante la acción o la
práctica se comprenderá más lo transmitido, es decir....” uno puede conocer
intelectualmente la ley de la gravedad, pero si no sabe nadar, se ahogara igual” (K
Marx: 1818 – 1883). O también, como expresara uno de los grandes maestros de
las religiones comparadas, “es imposible mojarse en la palabra agua, es necesario
sumergirse en el agua misma.” (Alan W. Watts: 1915 – 1973)
Creo importante, además, que el terapeuta que complemente estas prácticas
sea una persona preparada en este abordaje. Alguien con cierta experiencia, que
haya atravesado la vivencia de trascenderse a sí mismo. Del mismo modo que
surge cuando antes de ser terapeuta uno se ha vivenciado como paciente y “actor”
(no como un mero “espectador”) de todo lo que transcurre en nuestro mundo
interior
TERCERA PARTE
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Tabla (1)
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Vista, oído, tacto, olfato gusto, mundo físico externo cortex posterior
forma, una envoltura que impide vernos y ver “lo que se halla situado más
profundamente”, la sustancia de nuestro yo verdadero, el mínimo sentido subjetivo
de la “yoidad”, el self mínimo o nuclear. Lo que Lutz, Dunne y Davidson (2007)
denominan como la ipseidad (http://www.meditacionvipassana.com) (31)
En el año 2005 presenté una Tesina en APSA sobre “pánico: crisis y
trastorno”, en la que la meditación integrada a la psicoterapia ocupaba un lugar
importante. Fue una investigación empírica durante 8 años de seguimiento (desde
septiembre 1997). En ella, un total de 194 pacientes cumplían con los criterios de
TP, por medio del DSM IV. Sin estar al tanto de estos estudios anteriormente
mencionados, pero llevado por algo de mi experiencia en meditación, intuición y
algún razonamiento, ofrecí a los pacientes que desearan realizar 20 minutos,
mañana y tarde, práctica meditativa, porque me parecía razonable, como un
elemento “psicoespiritual” de mucha utilidad, para “bajar decibeles”, y que algo
positivo en el organismo suponía que debería ocurrir.
Un 50 % la aceptó responsablemente como parte del tratamiento. Un 80 % del
total de los pacientes que consultaron en esos 8 años llegaron a una remisión
completa. El 20 % que remitió estaban registrados como “no meditadores”. (32)
A los dos años (2007), un 85% del grupo mencionado integró la meditación, y
no reiteró episodios de pánico. El 15% restante hizo “crisis limitadas”. Se les
insistió sobre la importancia de la meditación, y lograron neutralizar la crisis, con
técnicas que se les impartió para que las realicen “in vivo”, en el lugar “x”, en que
les podía llegar a suceder. Esta modalidad (uno continúa a la fecha) se
complementa con la terapia general para aquellos pacientes impacientes o
indisciplinados a sostener una conducta meditativa regular (diaria).
Siguiendo con la investigación empírica y reactualizando, observo que del
2005 al 2010, los pacientes que manifestaban haber continuado y los que
incluyeron la práctica meditativa (nuevos pacientes que ingresaron a psicoterapia
por crisis de pánico), un 5% ha hecho crisis limitadas, pero la neutralizaron con la
técnica “in vivo”, que ya he manifestado en el título, “meditar: ¿cuándo, cómo y
dónde?”.
Las técnicas aportadas eran y son una readaptación a nuestra cultura de las
enseñanzas del soto zen (T. Deshimaru), el vippasana (Goenka S.N.) y la
meditación trascendental (Maharishi Mahesh, Yogui), filosofías y técnicas que el
suscripto viene investigando empíricamente y practicando desde el año 1987.
La modalidad que he intentado aportar para complementar al abordaje
general, no sólo ha sido para el trastorno de pánico, sino para diversos trastornos
de ansiedad. Acá finalizo la aproximación a ésta experiencia empírica de 13 años.
Otro aspecto neuropsicológico interesante y en algún sentido asociado a lo
empíricamente observado es que hace unos años se viene observando que “la
atención es la clave para aprender, y la meditación ayuda a regularla
voluntariamente”, al decir de Richard Davidson. Un estudio reciente, con otros
colaboradores, re-certifican que existe una...“mejora en el nivel atención, y
memoria, que se observa luego de 3 meses de práctica meditativa intensa.” (33)
Otros estudios neurofisiológicos y de neuroimágenes de última generación
han aportado los siguientes resultados:
- Resonancia nuclear magnética (rnm) de alta resolución, tridimensional: este
estudio divide el cerebro en varias regiones y les permite a los investigadores
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RGTM: giro temporal medio derecho; RSPL: lóbulo parietal superior derecho; L/R
IPL: lóbulo parietal inferior izquierdo/derecho (Beauregard & Paquette 2006).
CUARTA PARTE
enfermedad que causa el mayor costo de atención en salud. Más de 475 mil
millones dólares se gastan anualmente. Según la Asociación Americana del
Corazón, hay cerca de 1,5 millones de ataques al corazón al año. Un
estadounidense sufrirá un ataque al corazón cada 35 segundos.
Por ello es que algunas universidades (como las ya mencionadas), mas allá
de la importancia de una buena alimentación y actividad física, insisten cada vez
más en la meditación como otro factor de prevención.
Un cardiólogo muy reconocido, profesor de la Universidad de California, en
San Francisco, Dean Ornish, junto a sus colaboradores, viene insistiendo en que
más allá de la actividad física, dieta, vida social, es fundamental gestionar el estrés
mediante la meditación. Ha demostrado que lo que se creía irreversible, como la
recuperación de severas enfermedades del corazón, es posible, al recobrar el
buen funcionamiento (en un abordaje íntegro) de las arterias coronarias, sin
necesidad de cirugía, ni drogas, en varios casos. Esto lo ha documentado en las
prestigiosas revistas médicas británicas: The Lancet, New England Journal of
Medicine, como en la American Journal of Cardiology.
Dean Ornish ha trabajado y hecho seguimientos durante más de 30 años en
ésta temática, en el instituto que preside, y es fundador del “Preventive Medicine
Reserch Institute”. Su investigación actual muestra que los cambios de estilo de
vida global afectan a la expresión de genes, “encender” genes que previenen
enfermedades y “apagar” los genes que promueven cáncer y enfermedades del
corazón, así como aumentar la telomerasa, una enzima que alarga los telómeros,
los extremos de los cromosomas que controlan el envejecimiento (en colaboración
con la Dra. Elizabeth Blackburn, que fue galardonado con el Premio Nobel de
Medicina en 2009) (40)
Simpático Parasimpático
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Figura 13: modificada y tomada de: Puves Dale , Augustine G.J ,Fitzpatrick D.,
Katz L.C.-LaMantia S.-McNamara J.O -(2001)
Metabolismo: descenso del coeficiente metabólico, del consumo de oxigeno,
de la producción de gas carbónico, del colesterol plasmático, del acido láctico, que
está asociado de manera significativa, con los trastornos de ansiedad. Equilibrio
en el consumo de glucosa (9) (17) (41)
Relajación del tono de los esfínteres vesical y del recto, que hacen posible
la evacuación de la orina y las heces.
Músculo esquelético, aumento de la irrigación sanguínea, con disminución
de la contractura y el tono.
Piel: reducción de la sudoración, aumento de la respuesta galvánica, aumenta
su resistencia. A mayor ansiedad, se debilita la resistencia de la piel y surgen
patologías de origen interno o en relación con el medio ambiente.
Endócrino
En el Departamento de Medicina y Psicología de la Universidad de California y
en el de Psicología de la Universidad de Stanford California, ya en el año 1978, se
publica un artículo, de un estudio sobre la actividad adrenocortical mediante una
técnica de meditación (MT), donde: el cortisol en el plasma disminuye durante
la Meditación Trascendental, mientras que no cambió significativamente en
sujetos controles durante la relajación normal. Se genera, un incremento de la
respuesta inmunológica y de alguna manera una neuroprotección por disminución
del cortisol. Estos estudios últimamente se realizan sencillamente en saliva
Otro investigador, que sobre todo es experto en el tratamiento y seguimiento
de las depresiones crónicas en la Universidad de Derby, Inglaterra, que hace unos
años visitó nuestro país, manifestó…”a medida que pasan los años, vemos las
mejorías que se producen en pacientes de control, (con cuadros depresivos
crónicos) que adoptaron terapias integradas, con las técnicas de meditación en la
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palabras, hablan acerca de los hechos, pero no son hechos en sí mismo. Al decir
del budismo zen…“jamás podrá saciar su hambre con el retrato de una torta”
Finalizando lo expresado, en la teoría como en la práctica, es de re-clarificar
que entiendo al ser humano como un todo:
Psicoinmunoneuroendocrinológico en interdependencia con lo
biopsicosociocultural y espiritual.
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121
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
1. Introducción
2. Sangre espiritual
André Comte-Sponville dice: “El espíritu no es una sustancia, sino más bien
una función, una capacidad, un acto. La capacidad y el acto de pensar, desear,
imaginar, de hacer cosas inteligentes. Esta capacidad y este acto, este espíritu,
son irrefutables, porque para refutarlos se necesita utilizarlos”.
¿Qué es espiritualidad entonces? Agrega el filósofo en cita: “Somos seres
limitados que nos abrimos a lo infinito, seres efímeros que nos abrimos a lo eterno,
seres relativos que nos abrimos a lo absoluto. Esta apertura es el espíritu mismo”.
Y mediante la espiritualidad es nuestra conexión finita con lo infinito, nuestra
experiencia temporal de lo eterno y nuestra aproximación relativa a lo absoluto”.
Lo religioso y lo sagrado no necesariamente tienen que involucrar creencias
metafísicas. El Buda, Confucio y Lao-Tse no sólo no se consideraron ellos mismos
dioses o enviados, sino que no se identificaron con ninguna deidad ni con ninguna
forma de trascendencia. En consecuencia, el budismo, el confucianismo y el
taoísmo, en sus formas puras y originales, tuvieron más que ver con prácticas de
vida que con rituales, más con meditación que con declaraciones de fe.
122
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Dentro de estas filosofías antiguas es, pues, posible ser “religioso” sin ser
necesariamente teísta. La espiritualidad atea, que ya se manifestaba en los sabios
de hace veinticinco siglos, está lejos entonces de ser contemporánea.
La espiritualidad entendida con severidad no tiene nada que ver
esencialmente con lo sobrenatural, y es un asunto demasiado importante como
para dejarlo en manos de los religionistas y los seguidores del esoterismo.
La espiritualidad naturalista nos muestra a nuestras vidas finitas,
condicionadas y llenas de significado, abiertas hacia lo eterno, incondicional y libre
de propósito.
La libertad de pensamiento es el único bien que quizás es más precioso que
la paz, por la simple razón de que, sin él, la paz no sería sino otro nombre de la
servidumbre.
La fe, la creencia, el dogma, la esperanza y el miedo no juegan ningún papel,
y por ello la religión tradicional se vuelve irrelevante. Tampoco hay ningún conflicto
entre nuestros mejores modos de conocimiento empírico o analítico y las
realizaciones existenciales de la persona que emanan de las experiencias de
unidad. Semejante espiritualidad no tiene nada que temer de la ciencia.
3. Anemia espiritual
4. Neuroteología
5. Conclusiones
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126
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
1. Introducción
perenne junto con la muerte y el renacer. Este es el plano natural. Ante la lógica
pregunta de cómo es que llegaron aquí, es posible que estos elementos de orden
natural nos hablen de un tercer plano de realidad, el sobrenatural; o usando el
lenguaje de la teología, lo entendido como “preternatural”.
La intuición de un orden sagrado deriva de un sentimiento que no puede ser
explicado pero que se percibe que está allí; es inobjetivable, está más allá de la
captación humana y no puede hacerse parte de un discurso (logoi). Sólo se
muestra a través de. Concluimos entonces que el humano intuye (pre-piensa) el
orden sobrenatural por oposición y por manifestación.
El plano humano es ambivalente, es temporal y espacial, es material; por lo tanto,
sujeto a la destrucción, a la nada, al fin, a la muerte, a lo desconocido, al misterio y
a la frustración de no poder revelarlo. El hombre tiene necesidades de diversos
órdenes que debe satisfacer, sean estas físicas, como el alimento, el abrigo, la
vivienda; necesidades psíquicas, como el amor, la familia, la sexualidad;
necesidades expresivas, canalizables a través del arte, la religión o de proyectos
intelectuales; y, finalmente, necesidades existenciales, de saber de dónde vino,
quién es y adónde va. Esta es la raíz de todo un complejo sistema anímico y
arquetípico. Como planteó Paul Gauguin en su obra pictórica D’oú venons-nous?
Que sommes-nous? Oú allons-nous? El artista plasmó en el lienzo las etapas de
la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Gauguin no halló sentido a la
existencia, y trató de encontrar el paraíso terrenal. Como lo intuyó Buda siglos
antes, sólo nacer para sufrir, sufrir para morir, morir para ser olvidados.
En otras palabras, el humano trata de buscar “algo” o a “alguien” más allá de él
mismo. Esta pulsión ha sido definida como una dimensión espiritual. De allí se
desprende que todos los pueblos de la Tierra y en todos los tiempos y lugares
hayan tenido un arquetipo común, es decir, una conciencia de Dios/Dioses. Tener
un contacto con el plano divino es una tendencia básica del hombre como tal.
Por lo tanto, vemos dos vertientes; por un lado, que la búsqueda de lo divino es
una experiencia humana, pero su disparador es de otro origen. Sin embargo, el
hombre lo mediatiza por ciertas actitudes a las que llamaremos fenómenos, y que
forman una estructura lingüística con características propias que ya analizaremos.
Por el otro, no existe experiencia religiosa sin esperanza de salvación (en
Occidente, a través del martirio, símbolo de la cruz), i. e., iluminación (en Oriente,
a la superación del sufrimiento o la absolutización a través del mandala, como
medio integrador de psique). Todo lo que en el plano humano no se encuentra, se
trata de proyectar en otro orden de realidad, es decir, se tiende a totalizar la
fragmentación. Dentro de esta dialéctica están los dones recibidos por fe
(milagros, curaciones, etc.).
Este plano divino, que es a lo que tiende el homo religiosus, podemos describirlo
como un orden de realidad en la que adscribe todos los elementos de dicha
experiencia. Es decir, todas las manifestaciones que encierran, por un lado, sus
sentimientos y actitudes como hechos subjetivos, y por el otro, objetos, símbolos,
instituciones, etc., como hechos objetivos. Pero lo divino no es una realidad
determinada; por ello, no es definible en términos ni subjetivos ni objetivos; es
inobjetivable, ya que se comprende como una relación.
Los accesos a lo sagrado son hechos observables y expositivos. En primer lugar,
el hombre no puede vivir la experiencia del misterio directamente, necesita
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
3. Estructuras y paradigmas
4. La experiencia mística
cultura (siete chakras, siete nafs, siete palacios, siete moradas, nueve sefiras,
etc.); 4) el protagonista llega a la máxima felicidad, y 5) es inefable, incomunicable
e intransferible, sin embargo cuando se la verbaliza, se la traiciona, y se la
describe bajo los términos del lenguaje, que por lo general es el apofático.
Bernardo Fontova (1390-1460), místico y teólogo italiano, describe la experiencia
cristiana en tres grados distintos y evolutivos. Primero hay una etapa purgativa.
Aquí el alma se purifica de sus vicios y sus pecados mediante la penitencia, la
oración y la privación corporal (psicotécnicas). Luego deviene la etapa iluminativa.
Una vez purificada el alma se ilumina, se conecta con Dios. Aquí aparece el
demonio (la sombra) para infligirle tentaciones. Por último, aparece la vía unitiva.
La fusión con Dios (o el vacío) también es descripta como satori en el budismo
Zen. Matrimonio espiritual —según Teresa de Ávila— o el alquímico, hablando en
términos de Jung, siendo aquí inefable. Es donde aparecen, según Fontova,
signos de tal unión con estigmas (marcas o complejos de crucifixión), levitación,
bilocación, aportes producidos por telestesia, curaciones inexplicables, etcétera.
De cualquier modo, es difícil hacer una aproximación al fenómeno místico. Lo que
sí estamos en posición de afirmar es que una “aparición de lo divino” (hierofanta,
gr. hieros sagrado, epifanía, manifestación) contagia el espacio contingente
creando un centro simbólico, una línea de unión entre el cielo y la tierra, una
puerta al más allá. Es una entrada de infestación de fuerzas (mana), para el
creyente, sobrenaturales, que ahora ingresan a su espacio y lo “poseen”. Ese
espacio y ese tiempo mutan de lo cotidiano a lo especial y se hace peligroso
(tabú). Así funcionan los centros de peregrinación o los mitos de construcción de
grandes templos en dichos sitios. Porque una hierofanía no acaece en cualquier
tiempo o en cualquier lugar. Su manifestación está regida por los ciclos celestes y
por lo geografía sagrada y ocurre en un espacio numinoso.
5. El símbolo
Una experiencia mística sólo existe cuando la protagoniza un sujeto. Sin testigos
no habría milagros. Como tal suele ocurrir una vez para siempre dejando una
huella imborrable en la psiquis. Esta es la dialéctica de la religión; la misma se vive
como una “relación” entre un sujeto y un término. Pero como una terminal, es
inobjetivable, por su naturaleza debe ser mediada y, de esta manera, la
experiencia se vive en duplicado, es decir, a través de la interposición en
miniatura, así la prolonga. Esta mediación es el símbolo.
El símbolo es de factura humana, pero lo colocamos aquí como factor entre la
experiencia directa de la divinidad y la religiosidad de las formas creada por el
hombre (mito, rito, dogma, texto sagrado) por sus características ónticas. El
símbolo es de naturaleza tal que comparte las dos realidades y funciona como
arcada de entrada a la otra dimensión. Etimológicamente, el símbolo deriva del
término griego symbolon, que significa literalmente, syn “poner junto con” y bállein
“colocar”, del latín signum, indicium, symbolum. En la antigüedad, tanto en la
Mesopotamia como en Grecia, hay evidencias de contratos o pactos llevados a
cabo entre dos partes, que lo sellaban rompiendo un elemento cerámico o una
medalla en dos. Una parte del objeto, que está incompleto, suple su contraparte
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
7. La religiosidad esencial
El ser, como centro de una hierofanía (protagonista de una curación por fe,
salvado o redimido, de alguna forma, por intervención “sobrenatural”), crea una
angustia-dependencia tal que deja una marca imborrable. Esta “atadura” (cumplir
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
El humano necesita ser salvado, redimido, iluminado, sanado, llevado a otro plano
totalizador por la mano de los dioses, que lo rescaten de su destino final, la nada,
el sin sentido. Ése es el disparador matriz de la experiencia religiosa. Las
estructuras de dicha experiencia han cumplido este papel en la mejora del ser
humano. Sin embargo, tanto en Oriente como en Occidente vivimos lo que
Guénon llamó “la decadencia”, y paralelamente con ello, el camino de la
enfermedad. Presenciamos una deshumanización que ha llevado a la alienación.
Estamos viviendo en un mundo práctico, materialista, inmediato y tecnológico, y
que está demostrando ser insuficiente.
En el Oeste surge el paradigma de la ruptura con el mito y el desarrollo de la razón
(ratio), a partir de Tales de Mileto, en el siglo V a. C. La razón entendida como
forma independiente para hallar las respuestas a los interrogantes de la vida, fuera
del consejo y amparo de los Dioses. Era el comienzo de la filosofía, en el sentido
occidental del término. Fue un intento de hallar significado a la vida, alejado de la
religión de las formas, pero ¿implicó esto un abandono por parte del hombre de
todo lo relacionado con las cosas del espíritu? Curiosamente, “lo sagrado” siempre
está, y aunque lo oculten se sabe hacer presente, ya que es una necesidad básica
humana.
En esta corriente es interesante notar que Sócrates habló de Dioses y Platón de
mitos. La posterior escolástica fue un intento ecléctico de aunar teología y filosofía.
Descartes trató de probar metódicamente la existencia de Dios, mientras Hegel
postuló la religión absoluta. Sin duda, la necesidad espiritual siempre está
presente, y aunque se oculte sobrevive en lo cultural, en las ideas, en lo histórico y
en lo estético.
No olvidemos que vivimos en tiempos postmodernos. Se desarrolla, así, para el
Oeste la filosofía de la “muerte de Dios” y todas las contrariedades que esto
conlleva. Pero seguimos teniendo las mismas preguntas existenciales que resolver
¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos? Respuestas que
proveyó la mitología durante buena parte de la historia, y en algunos sectores
cada vez más crecientes de la sociedad lo siguen haciendo en su complejo
religioso y que, sin duda, hay que recurrir a ellas para saciarlas. La
postmodernidad ha dejado al hombre vacío y fragmentado. El existencialismo ha
hablado de “angustia” (Kierkegaard) o de “náusea” (Sartre). Se construye en
Occidente un mundo sin Dios. Las religiones de turno poco ofrecen. Por lo tanto,
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
para hallar sentido a la vida, tenemos que hacer una proclama: “Dios ha
resucitado”.
Nietzsche, en su obra “Así habló Zaratustra”, muestra a un reformador y maestro
espiritual persa que presuntamente vivió en el siglo X a. C. Baja de la montaña a
predicar el óbito de Dios y el advenimiento de un “superhombre”, sin necesidad de
la divinidad. Sin embargo, no podemos dejar de ver, en esta idea de Nietzsche, un
caris místico, y estructuralmente hablando, una connotación mitológica. En “La
Gaya ciencia” se muestra la muerte de Dios como un gran sacrificio primordial,
que como resurrección dará a un hombre más completo, integrado. Sin duda,
Nietzsche promulga una crítica severa a las estructuras cristianas de su época,
que como hoy, están próximas a su fosilización. En esta corriente tenemos a Marx
y a Freud. Pero paradójicamente, la imagen propuesta de Zarathustra, un oriental
en el pensamiento occidental, fue “profética”, ya que fue precedida por un oleaje
migratorio de conocimientos espirituales atrayentes desde el Este, que trajeron
una renovada consciencia de Dios y marcaron las bases para el desarrollo de una
contracultura.
Concomitantemente con la ideología de la “muerte de Dios”, “del opio del pueblo” y
“de la religiosidad como neurosis ilusoria por la muerte primordial del Padre”, se
estaba desarrollando una imagen de la divinidad más esencial y duradera. Es
posible que en buena medida Oriente haya vino a llenar el vacío de Occidente.
¿Es acaso este el inicio de un nuevo paradigma, de un retorno a la mitología? Eso
sería ir más allá de Heidegger. Regreso en el sentido de un crecimiento de la
conciencia de la necesidad espiritual, que cada vez es más notable en todos los
sectores de la sociedad. Algunos lo llaman “revolución espiritual” a un juicio más
pleno de la ecología, a las “nuevas políticas” y a una búsqueda real de paz y de
sentido; aunque esto funciona como un tipo de maquillaje, ya que no está logrando
una humanidad mejor.
El regreso a la mitología sería como una deconstrucción del momento de la
ruptura del mito (mithos) y la razón (logos) allá en la antigua Grecia, para regresar
en un futuro al origen, al punto de partida. Como lo intuyó Eugenio Trías, una
nueva edad del “espíritu”. Al regresar a la mitología, no como pensamiento
mágico-religioso que ata al hombre, sino como un desarrollo de la espiritualidad
liberadora, encontraremos a Krishna, Cristo, Buda, Zarathustra, Confucio, Lao-
Tsé, los redentores arquetípicos de nuestra vida. Allí, en el regreso a ellos, está la
salvación, no en el tiempo escatológico, sino aquí en nuestro presente. Como dice
el Tao-Te-King XVI, “Las cosas en todo su contenido, vuelven a su raíz”. Un
retorno a la mitología (algunos prefieren no hablar de “retorno”, ya que postulan
que lo mitológico nunca se fue, sino que está presente en el inconsciente
humano), con su carga simbólica, con toda la experiencia histórica que conlleva,
daría como resultado una síntesis redentora.
Conocer cómo se estructura la religión en el ser del hombre y sus
exteriorizaciones es fundamental para acceder a un estudio serio de éste, y
reivindicar su experiencia de “lo otro” aplicado a las disciplinas emergentes en este
siglo XXI. Entendiendo al hombre como algo más que un cuerpo y su mente en un
sustrato social (biopsicosocial), sino abriendo la posibilidad a la dimensión
espiritual (neuma), como factor integrante y trascendente. Promoviendo y
comprendiendo la práctica de una religiosidad más esencial, superada, espiritual,
137
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
1. Introducción
139
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Antes de abordar el tema de los variados aportes que han dado las distintas
religiones a lo largo de la historia humana, es menester hacer un acercamiento a
algunas definiciones, para ubicarnos en la temática de la que estamos hablando
cuando lo hacemos del hombre y su comprensión religiosa.
Muchos estudiosos han tratado de definir qué es una religión, entre ellos, filósofos,
novelistas, historiadores y sociólogos, para mencionar sólo algunos. Lo cierto es
que la palabra religión tiene un espectro muy amplio. En la antigüedad ese término
se desconocía, pero no así su concepto. Implica la idea de “atadura” o “servicio”.
Deriva del latín relegio y proviene de los antiguos habitantes de Italia, quienes
creían en genios domésticos, fastos y nefastos.
140
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Estos pueblos, para evitar que los espíritus malignos entraran en sus hogares y
causaran desgracias, se sentían atados u obligados a atender a sus pietas en
busca de protección. A esto se le llamó “religar”.
Una religión evoluciona en varios períodos. Encontramos un primer estadio, que
cubre la etapa de la oralidad, ya que no posee documentación escrita. De esta
etapa, todo lo que podemos saber es gracias a la arqueología y la antropología,
con el hallazgo de objetos destinados al culto. Su origen se pierde en los albores
de la humanidad. Aquí, el acceso fenomenológico viene a ayudarnos. Luego
encontramos una etapa que crea un antes y un después, cuando aparece en
escena una figura central, un reformador o un místico, como Jesús, Buda o
Mahoma, que cambia la realidad de su religión tradicional, en algunos casos
señalando otra nueva. Posteriormente, deviene como por lógica la confección de
su texto religioso de base, como la Biblia, el Corán o las Cestas búdicas (tripitaka).
Después, sobre el texto se hará una hermenéutica, que dará como resultado la
creación de nuevas experiencias religiosas. Estos textos son verdaderos
documentos que recopilan los fundamentos y creencias, preservando una
sabiduría de vida, que los adherentes deben obedecer y ejercitar para llevar una
conducta digna de mérito y valía.
la fama, la estética, como a una suerte de nuevos dioses para adorar. De hecho,
cuanto más autosustentable es una sociedad, respeta menos las leyes religiosas,
debido a la autosuficiencia y distracción que le da su entorno. Sólo en crisis de
sufrimiento, por enfermedades o proximidad a la muerte en la tercera edad, surge
la sensación de desamparo y se renueva la relación filial con un posible creador.
La sociología de las religiones: esta ciencia la hizo célebre Émile Durkheim (1858-
1917) en su obra “Las formas elementales de la vida religiosa”, donde establece
que la religión se fundamenta en la cohesión social, puesto que es un fenómeno
comunitario. Para la sociología el estudio de la religión se subdivide en: 1) la fe,
como elemento sustancial de la experiencia religiosa, como percepción intelectual
y adhesión afectiva; 2) el sistema de creencias; aquí entran en juego lo numinoso
y la expresión simbólica y mítica, además de las doctrinas, pero se estudian por su
poder integrador; 3) la conformación de la comunidad (iglesia, denominación,
secta, culto, comunión de discípulos); 4) el culto y la comunión como sociedad
religiosa; y 5) la ética.
La psicología de la religión: ve a la religión no como espejo de la vida social
comunitaria, sino como referente al proceso de la psique y al sentimiento religioso
como elaboración del eros básico. En su obra “Moisés y el monoteísmo” (1939) y
en “Tótem y tabú” (1913), Freud interpreta a la religión como proveniente de
conflictos ancestrales consecuentes a la sublimación de la culpa generada por el
parricidio. Califica a la religión como una neurosis. Dado que las neurosis son
procesos adaptativos que un sujeto desarrolla ante circunstancias disfuncionales,
el hombre primitivo o el actual, protagonista de un proceso vital que desconoce y
víctima de imponderables inciertos del desenlace cotidiano y futuro para sí mismo,
sus relaciones y su hábitat, apuntala su incertidumbre por medio de la fe. Otra
corriente de pensamiento es la de C. G. Jung, psicólogo suizo que se apartó de
Freud y planteó un enfoque positivo de la religión. Uno de sus supuestos es el de
“inconsciente colectivo”, como una especie de reservorio ancestral de la
humanidad donde guarda arquetipos o modelos instintivos de los símbolos y
comportamientos religiosos. Los mitos son producidos en gran escala como los
sueños son producciones individuales pero que guardan relación. Ambos cumplen
un papel estabilizador en el desarrollo de la personalidad humana.
Filosofía de la religión: desde los orígenes de la filosofía, allá en la antigua Grecia,
el hombre siempre se interesó por el fenómeno religioso. Platón y Aristóteles
hablaron de mitologías y de dioses. Sin embargo, la filosofía de la religión
propiamente dicha comienza desde Hegel en adelante, ya que ésta se interesa por
el absoluto. Su acceso es racional y con una reflexión crítica de él. Sin embargo, el
filósofo y psiquiatra alemán Karl Jasper (1883-1969) es uno de los principales
representantes del existencialismo cristiano.
Fenomenología de la religión: no es una ciencia propiamente dicha, sino un
método del que se valen las demás ciencias para acceder al hecho religioso. El
hombre, en su trato con el misterio (Dios), se expresa mediante liturgias y rituales
estableciendo una dialéctica comunicacional con el ser supremo. Más que
fenómenos estudia esencias y significados, siendo el modo más adecuado para
acercarse al fenómeno de las religiones como tal.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Para la liberación total hay varios caminos (margas). Uno es el de la puja o rito.
Aquí se espera la superación de la cadena kármica a través de la devoción a
innumerables deidades fastas o nefastas. Es necesario someterse a complicados
ceremoniales y abluciones para alcanzar esa meta. La meditación es un medio
para la liberarse, como así también lo es el yoga, no limitado a posturas (asanas),
sino como filosofía de vida. Todos estos métodos persiguen el mismo fin en sí
mismo, la liberación del Atman y el regreso a Brahmán como meta última,
superando la rueda kármica. “Quien se conoce a sí mismo, vuelve a sí mismo”.
El hinduismo es una religión de la sexta parte de la humanidad, es decir que casi
900 millones de personas se identifican con dicha creencia. No sólo cunde en la
población asiática, sino que su influencia ha llegado a Oceanía, y principalmente a
Gran Bretaña y EEUU. Engloba un gran crisol de tradiciones espirituales, que
abarca una serie de doctrinas, cultos y sabidurías, las que nunca fueron unificadas
por una autoridad central. Su sabiduría descansa sobre una base cultural común
que ha expresado su adhesión a textos sagrados fundadores: los Vedas. Estos
establecen el cerrado sistema de castas y la importancia de ritos de pasaje que
marcan el ritmo de la existencia. Tienen un código estricto de prohibiciones y
observancias para mantener la pureza ritual. Desde comienzos del siglo XIX el
hinduismo evolucionó bajo el imperio de occidente. Décadas más tarde, en
reacción al proselitismo cristiano y musulmán, se estructura un militarismo hindú
de inspiración fundamentalista.
El budismo, si bien conforma una de las grandes religiones de la India, nace y se
gesta en una crítica al sistema brahmánico y en la prédica de que Atman no
existe, sino que también forma parte de una ilusión. Al no existir un ego
trascendente en la cadena de muertes y renacimiento, se desarrollaron a lo largo
de la historia múltiples sistemas filosóficos para teorizar sobre estas
problemáticas. No tenemos aquí espacio para ingresar en este complejo tema,
pero baste decir que el budismo actual dista bastante de aquel conjunto de
normas éticas dictadas por Buda en el siglo VI a. C. La idea budista de mejorar
como personas es encontrar la causa y salida del dolor que aqueja a la
humanidad.
Lo hace con las cuatro nobles verdades: 1) toda vida es sufrimiento, 2) el
sufrimiento viene por el deseo, 3) cesando el deseo cesa el sufrimiento, 4) se cesa
el deseo por seguir un camino de ocho pasos morales y prácticos. El óctuple
camino sugiere: 1) punto de vista recto, 2) aspiración recta, 3) habla recta, 4)
conducta recta, 5) modo de vivir recto, 6) esfuerzo recto, 7) atención recta, y 8)
contemplación o meditación recta.
El budismo se desarrolló mayormente fuera de la India y postula dos caminos
alternos que igualmente llegan a la meta el Hinayana o Theravada (vehículo
pequeño), que tiene como fin llegar a ser sacerdotes, y el llamado Mahayana
(vehículo grande), que tiene como meta ayudar a las personas comunes y
dispuestas a alcanzar la liberación del sufrimiento mediante el cultivo de una
actitud espiritual y moral para todo el género humano. Se ha dicho que siendo de
cualquier religión se puede practicar las normas morales del budismo.
Esto ha hecho que esta religión haya sido objeto de una gran recepción en el
mundo occidental desde hace varias décadas.
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Las religiones occidentales, conocidas como las religiones del libro (judaísmo,
cristianismo e islam) proceden del Cercano Oriente y tienen un tronco común: son
semitas. El término semita deriva de la creencia de que los pueblos provienen de
uno de los hijos de Noé, llamado Sem, que sobrevivió al diluvio universal.
Arqueológicamente, el término se le adjudica a un factor idiomático. Se es semita
cuando el idioma que habló un pueblo de la zona consta de una radical de tres
letras, más un prefijo y un sufijo, como el hebreo, el árabe, el acádico, el arameo.
Estas tres religiones dicen derivar de un patriarca común, Abraham, a quien Dios
le hizo la promesa de que le daría la tierra de Canaán (hoy Palestina) y que de su
descendencia saldría el salvador de la humanidad. Estas religiones semitas se
fundamentan en la idea de la culpa (pecado) y de la redención, mientras que,
como vimos, las religiones orientales se basan en la idea de la iluminación para
escapar de la nesciencia.
Abraham tuvo un hijo llamado Isaac, y este a su vez a otro hijo llamado Jacob,
quien a su vez tuvo doce hijos y se le cambió el nombre por Israel (Dios lucha).
Sus hijos conformarían las doce tribus de Israel. Otro hijo de Jacob fue Judá, que
originó la denominación de pueblo judío. Este pueblo, con su ideología de
“elegidos”, ya que afirman haber sido liberados de la esclavitud en Egipto por su
Dios Yahvé, adhirieron a un rígido culto en torno a un tabernáculo con complejos
sistemas rituales, y guiados por Dios, eligieron un rey, como un gobierno
teocrático. Jerusalén estaba geográficamente en un punto deseable para las
potencias mundiales de turno (Egipto, Asiria, Babilonia) y fueron objetos de
ataques sistemáticamente. Después del exilio en Babilonia (586 a. C.) perdieron el
templo, y así comenzó la “diáspora”, con la dispersión del pueblo por las naciones
vecinas, refugiándose en el estudio de la Torá (ley). Después de la segunda
destrucción de Jerusalén en 70 d. C. surge el judaísmo rabínico.
Los judíos basan sus ideas morales en los preceptos del la ley de Moisés y en las
sabias enseñanzas de Talmud, que son comentarios de la ley oral. Paralelamente
se desarrolló en la antigüedad tardía de la temprana Edad Media su sistema
místico de la Cábala, que tratan de poner en contacto al hombre directamente con
Dios, el En-Sof que sería un equivalente, con las diferencias que conlleva, del
Brahmán hindú. El judaísmo espera aún la llegada de un mesías o un salvador
que redimirá a la humanidad y así concretará las promesas hechas a los profetas
antiguos. Su calendario difiere, por esto, del cristiano.
La idea mesiánica es parte integrante de la teología de las religiones del libro. En
Palestina, de la clase social más baja del pueblo, surge un predicador que hablaba
de amor y de cumplir el espíritu de la ley mosaica, conocido como Jesús de
Nazaret. Fue ejecutado y, según narran las crónicas de sus discípulos, resucitó.
Esto se interpretó como una redención para la humanidad, al pagar con su propia
vida el precio del pecado por la desobediencia del primer hombre. Quien tuviese fe
en él tendría vida eterna. Fue declarado el mesías o elegido (Cristo, en griego),
que restauraría el paraíso perdido por Adán y Eva. Este es el sustrato del libro
simbólico del Apocalipsis.
Alrededor de este acontecimiento salvífico se desarrolló la congregación cristiana.
Primitivamente fue una comunidad limitada a la práctica de obras de caridad y de
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
prédica de las buenas noticias de la redención, pero más tarde, en el siglo II, las
ideas de la filosofía griega hicieron estragos en el mensaje primitivo, de modo que
el cristianismo se convirtió en una forma de filosofía, con el pensamiento de
Orígenes y posteriormente el de San Agustín. Sin embargo, paralelamente a estas
formas de desarrollo de pensamiento, devino una idea de cristianismo basada en
la búsqueda de la experiencia personal, pretendiendo recibir la salvación mística
mediante la gnosis (conocimiento de Dios) dando lugar al gnosticismo: quien
reconoce su naturaleza divina, busca recuperarla y volver a ella
En el siglo III el Emperador Constantino se convirtió al cristianismo y, de este
modo, aquel grupo marginal y perseguido mutó a una religión oficial; así nace el
papado, poniendo como cabeza de la Iglesia al obispo de Roma. Se desarrolla,
así, el dogma de la trinidad, que dice que Padre, Hijo y Espíritu Santo son parte de
una sola divinidad.
Esta creencia trinitaria o trimurti, estuvo presente en varias religiones antiguas de
oriente y medio oriente. La teoría freudiana propone también una concepción
equivalente del psiquismo humano. La divinización del Espíritu Santo no fue
compartida por un importante sector de cristianos, que se separaron de Roma.
Nació, así, la Iglesia Ortodoxa Oriental.
Las Tablas de la Ley, reveladas a Moisés por Dios, son respetadas por judíos y
cristianos. Vale recordar que Moisés vivió muchos años en Egipto. Curiosamente,
muchos de los preceptos que impone su ley constaban en “El libro de los
muertos”. En Egipto, se enterraba al difunto con unas tablillas impresas con las
respuestas correctas que éste debía responder en su juicio final ante los dioses,
para poder acceder a la vida eterna. Moisés se vio obligado a imponer algún orden
y sentido al numeroso pueblo que debió sobrevivir en su travesía de cuarenta
años a través del inhóspito desierto, combatiendo la desmoralización y las bajas
pasiones, hasta llegar a la tierra prometida. Actualmente, con ciertas
modificaciones de la originaria ley de Moisés, estos son los Diez Mandamientos:
1º) amar a Dios por sobre todas las cosas; 2º) no tomar su santo nombre en vano;
3º) santificar las fiestas; 4º) honrar a tu padre y tu madre; 5º) no matar; 6º) no
robar; 7°) no fornicar; 8º) no levantar falso testimonio ni mentir; 9º) no desear la
mujer de tu prójimo; y 10º) no codiciar los bienes ajenos. Proponen principios
éticos de vida y marcan normativas de comportamiento.
En Asia Menor nació el profeta Mahoma (570-630 d/C), quien recibió una
revelación divina, recopilada por sus seguidores en su texto sagrado “El Corán”.
Su doctrina instruye sobre cinco preceptos, a saber : 1º) rezar cinco veces por día;
2º) leer el Corán; 3º) concurrir a la Mezquita (templo); 4º) ayunar en el Ramadán;
5º) visitar la Meca (o Kaava, piedra desde donde Mahoma fue llevado a los cielos).
Sus seguidores, mahometanos o islámicos, son fieles devotos.
En la ciudad de Jerusalén conviven los sitios sagrados de las tres religiones
semíticas monoteístas: el Muro de los Lamentos Judío (templo del rey Salomón),
el Monte Calvario (muerte de Cristo), la Kaaba ( sitio de ascensión de Mahoma)
Durante el renacimiento, con la divulgación de la Biblia, surge en Alemania un
reformador que se sublevó contra los abusos del papado. Lutero (1517), un monje
católico, que da lugar a la posterior formación del movimiento protestante. Él
presenta sus 95 tesis contra las indulgencias (pagar para poder entrar en el cielo).
Deniega el celibato sacerdotal, al aceptar que el pastor que tiene una familia
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
religión sobre estos paradigmas va cada vez más en aumento. Los aportes de
Mircea Eliade, con su obra “El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis”, y
la obra de Carlos Castaneda, inspiradas por Don Juan Mathus, rehabilitaron el
chamanismo y erigieron la espiritualidad como una particular sabiduría de vida.
9. Estudios estadísticos
Tanto las religiones de Oriente como las de Occidente conciben la vida terrenal
como un sitio de paso y de pruebas para superar nuestra falibilidad humana.
Cumpliendo una noble misión, ofrecen promesas de perdurabilidad eterna. Esta
perspectiva actúa como un estímulo para llevar a cabo buenas acciones, de
cuidado y responsabilidad, sobre la vida propia, ajena y colectiva. Obliga al sujeto
a desviar el foco de atención sobre su estructura egoica y lo proyecta hacia los
demás, haciéndolo sentir partícipe de un proyecto comunitario en la construcción
de una verdadera escuela de vida. Por esta vía, desarrolla sus facultades
humanas superiores, limitando su esfera animal, colmada de primitivas pasiones.
Instituciones cristianas, tomando como base sus principios evangélicos fundantes,
tales como: “ama a tu prójimo como a ti mismo”, y la admonición de Cristo, que
dijo: “el bien que hagas a otros me lo haces a mí”, son un especial ejemplo de
esto. Desarrollan prácticas de caridad con hábitos de generosa solidaridad.
Subliminalmente aplican la sentencia de Ortega y Gasset: “el hombre no es una
isla y no se salva uno si no nos salvamos todos”.
Para llevarlo a cabo, iglesias evangélicas, adventistas, metodistas y católicas,
entre otras, organizan centros destinados a la contención de personas
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
11. Conclusiones
Hoy la realidad de las religiones en el siglo XXI está vigente y en aumento. Viejos
paradigmas adoptan nuevos significados. Los intentos evolucionistas y positivistas
que dieron a luz el postmodernismo ya están superados. La época de la muerte de
Dios ha sido un fracaso, las estadísticas nos muestran que el mundo en su
conjunto es tan religioso como siempre, con sus nuevas máscaras y sus
adaptaciones a los nuevos tiempos, pero siempre reviven la antigua fe que
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Bibliografia
CROATTO, J., Los lenguajes de la experiencia religiosa, Ed. Docencia, Bs. As., 1994.
DESCHAMPS, H., Las religiones del África negra, Ed. EUDEBA, Bs. As., 1971.
FRAZER, J., La rama dorada, Ed. Losados, Madrid, 1995.
FROMM, E., Psicoanálisis y religión, Ed. Psique, Bs. As., 1987.
GARDINI, W., Religiones y literatura de Japón, Ed. Kier, 1995.
GRIGORIEFF, V., Mitologías occidentales, Ed. Book, Barcelona, 2004.
OTTO, R., Lo santo, Ed. Alianza, Madrid, 1996.
REMY, M., El atlas de las religiones, Le Monde Diplomatique, 2008.
SMITH, H., Las religiones del mundo, Ed. Kairos, Bs. As., 2000.
SONEIRA, J., Sociología de la religión, Ed. Docencia, Bs. As., 1996.
TILLICH, P., El futuro de las religiones, Bs. As., 1966.
W OODROW, A., Las nuevas sectas, Ed. Fondo de Cultura, México, 1979.
152
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
ESPIRITUALIDAD SANANTE
Salud y espiritualidad en Anselm Grün
1. Introducción
2
Ver su biografía en la parte final de este artículo.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Grün nos remonta a los orígenes de la medicina, cuando el arte de curar tenía
una dimensión religiosa. De hecho, los médicos -que juraban fidelidad a Esculapio,
dios de la salud -consideraban que los dioses eran el origen de toda energía
curativa, y que su culto, junto a las rectas relaciones con el creador del mundo,
eran elementos integrantes de una vida sana (cfr. La salud como tarea espiritual,
13). Grün nos recuerda que: "Todas las prácticas religiosas que han surgido a lo
largo del tiempo quieren ayudar al hombre a vivir bien y sanamente" (Portarse bien
con uno mismo, 83).
Esta congruencia entre religión y medicina, que continuó hasta la Edad Media,
nos permite entender -dice Grün- porqué tanto los médicos como los maestros de
la vida espiritual aconsejaban un estilo de vida sano (cfr. La salud como tarea
espiritual, 48). Por ejemplo, San Benito buscaba "abrir espacios a la acción
salvadora de Cristo en un modelo de vida capaz de garantizar de igual manera la
salud del alma y del cuerpo" (La salud como tarea espiritual, 58). En otra de sus
obras Grün agrega:
"Vida espiritual significaba para los antiguos monjes también el arte de una
vida sana. No sin razón muchos llegaron a una edad muy avanzada. Su ascesis
no era negación de la vida, sino exigencia de vida. La dietética, el arte de vivir
sano, que para la medicina antigua era la tarea más importante, los monjes la han
aplicado también a su vida espiritual. Ellos han entendido el camino espiritual
como el arte de una vida sana. No se da vida sana sin un sano estilo de vida. De
aquí que hayan ordenado tan cuidadosamente su día y hayan recomendado una
alternancia tan sana de oración y trabajo, vigilia y sueño, comer y ayunar, soledad
y compañía, como la línea directriz para una vida sana" (La sabiduría de los
padres del desierto, 107).
3. Salud y enfermedad
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
del individuo consigo mismo, con los demás, con la creación y con su autor, Dios
(cfr. La salud como tarea espiritual, 9).
Quienes nos ocupamos de la tarea clínica constatamos a diario cómo los
síntomas o las enfermedades, ya sean de orden psíquico o físico, funcionan
frecuentemente como alarmas que alertan acerca de la necesidad de un cambio
en el estilo de vida y de afrontamiento de las situaciones que ésta nos presenta.
Grün repara en esta capacidad simbólica que tiene la enfermedad para expresar el
verdadero estado interior de la persona.
"Si se piensa que puede haber un estilo de vida capaz de garantizar la salud
en toda circunstancia, estamos idealizando un nuevo falso modelo de perfección.
La enfermedad puede brindar una excelente ocasión de hacer el descubrimiento
de nuestro tesoro. Si nunca cayéramos enfermos viviríamos en la superficie
falsificada de nuestra naturaleza humana (…) La enfermedad viene a ser como un
grito de Dios que nos introduce en la verdad y nos orienta en dirección al tesoro
que hay oculto en nosotros" (Una espiritualidad desde abajo, 93).
4. Vida espiritual
Grün define la vida espiritual como un vivir a partir de Dios y, a la vez, desde
nuestro verdadero yo.
Considera que para vivir a partir de Dios hemos de leer la realidad desde Él,
esforzándonos por descubrir las proyecciones que arrojamos sobre las personas y
los acontecimientos (cfr. Caminos hacia la libertad, 90). Mientras que vivir de
acuerdo a nuestro verdadero yo significa:
Y por eso:
"Por muy golpeados que estemos por la vida, existe en el interior de cada uno
un espacio sano, el santuario sagrado al que sólo Dios tiene acceso. Allí, en medio
de nuestro ser desgarrado, podemos sentir la presencia de un Dios que sana"
(Una espiritualidad desde abajo, 105).
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
"Hay una espiritualidad desde arriba, que parte de los principios de arriba y
desciende a las realidades de abajo. Y hay otra espiritualidad desde abajo, que
parte de las realidades de abajo para elevarse a Dios. La espiritualidad desde
abajo afirma que Dios (…) nos habla por nosotros mismos, a través de nuestros
pensamientos y sentimientos, por nuestro cuerpo, por nuestros sueños, hasta por
nuestras mismas heridas y presuntas flaquezas" (Una espiritualidad desde abajo,
7).
Esta espiritualidad de abajo transita dos caminos: uno de ellos es la ruta hacia
nuestro yo y hacia Dios presente en nuestra propia verdad, y el otro es nuestra
experiencia de fracaso e impotencia, resignificada como lugar de oración auténtica
y como oportunidad para crear un nuevo estilo de relaciones personales con Dios
(cfr. Una espiritualidad desde abajo, 11-12). Una espiritualidad desde abajo, dice
Grün, es la que descubrimos en la manera de hablar y proceder de Jesús, que
encuentra a los pecadores y publicanos abiertos al amor de Dios, a diferencia de
los que se tienen por justos, quienes buscan la perfección girando sobre sí
mismos (cfr. Una espiritualidad desde abajo, 23).
"La espiritualidad que nos ofrece la teología moralizante de los tiempos más
recientes parte desde arriba. Ella nos presenta altos ideales, que hemos de
alcanzar. (…) La espiritualidad desde arriba tiene ciertamente su importancia para
los jóvenes, ya que ella les desafía y pone a prueba su fuerza, les impulsa a
superarse a sí mismos y a proponerse metas. Pero, con demasiada frecuencia,
también nos lleva a que saltemos por encima de nuestra propia realidad. Nos
identificamos tanto con el ideal, que olvidamos nuestras propias debilidades y
limitaciones, porque no responden a ese ideal. Esto produce una división o
separación entre el ideal y la realidad. Porque no podemos admitir que no
respondemos al ideal, proyectamos sobre los demás nuestra impotencia. Y nos
hacemos duros con ellos" (La sabiduría de los padres del desierto, 18).
Espiritualidad de la transformación
Según este autor, esta espiritualidad desde abajo-adentro nos abre a una
dinámica de transformación de nosotros mismos. Mirar de frente y animarnos a
atravesar nuestros problemas, enfermedades y limitaciones, nos permite llegar a
nuestra profundidad, donde se oculta el verdadero yo, un núcleo vital -y, por lo
tanto, bueno y sano- que siempre ha estado allí, bajo la capa de esas dificultades
que hemos intentado rechazar. Nuestra calidad de vida tiene la medida de la
aceptación de lo que en verdad somos:
"Reconciliarse con uno mismo es la tarea más difícil que nos espera en la vida.
Reconciliarse consigo mismo significa hacer las paces consigo, conciliar la pelea
entre los distintos pensamientos y deseos enfrentados entre sí, tranquilizar el alma
dividida, besar todo lo que hay dentro de cada uno. Es decir, portarse bien con uno
mismo, amablemente y con finura" (Portarse bien con uno mismo, 80).
"Es importante que siempre tomemos con seriedad el polo opuesto al amor al
otro: el amor hacia nosotros mismos. ¿Pero qué significa amarse a uno mismo?
Parece más sencillo de lo que en realidad es. Amarme a mí mismo no significa
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Dentro del marco general trazado en el apartado anterior a partir de las tres
notas de la espiritualidad propuesta por Grün, podemos ahora profundizar en las
claves propias de una espiritualidad sanante desde la perspectiva de este monje
benedictino:
Grün nos exhorta a comprender que amarse en el propio cuerpo forma parte
del camino espiritual, ya que… "amarnos en nuestro propio cuerpo es la expresión
del amor a Dios, pues ¿cómo podemos rechazar aquello que Dios ha creado y nos
ha confiado a nosotros?" (Desafíos para vivir mejor, 72).
Una forma de incluir el cuerpo en el camino espiritual es escuchar su voz y
preguntar a cada síntoma qué nos tiene que decir (cfr. La salud como tarea
espiritual, 78). Muchas veces el cuerpo nos informa sobre la verdadera situación
interior con más sinceridad que la conciencia misma, por eso nuestro autor
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En cuanto a las personas que optan por una vida célibe, advierte que no se
trata de reprimir la sexualidad y el eros, sino preguntarse en qué dirección fluye la
energía sexual, a quién se ama y cómo se manifiesta exteriormente esta
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
"A esta actitud condujo también una falsa comprensión de la pasión de Jesús.
Que el sufrimiento forma parte de la vida es evidente. Pero no podemos ir por la
vida buscando el sufrimiento. Dios nos ha creado primero de todo para vivir. Y
Jesús ha venido para darnos la vida en plenitud (…) Se trata de la alegría por lo
que Dios nos regala (…)" (Portarse bien con uno mismo, 40).
Sólo en diálogo abierto consigo mismo y con las aspiraciones del corazón se
llega a Dios, en quien se unifica todo. Los deseos ponen en contacto con Dios
porque ponen primero en contacto con la propia realidad. Precisamos analizar
nuestros deseos, sentimientos y necesidades si queremos llegar a la verdad de
Dios. Para Grün hay una estrecha relación entre nuestros deseos y nuestra
experiencia de Dios:
"En ese lugar de Dios, en el lugar de la paz, en el interior del alma, está todo
tranquilo. Allí habita sólo Dios. Allí todo es santo. Allí se cierran en el amor a Dios
todas las llagas que nos ha abierto la vida. Allí desaparecen todos los
pensamientos contra las personas que nos han herido. Allí nuestras pasiones no
tienen ya entrada. Allí tampoco pueden alcanzarnos los hombres con sus
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expectativas, con sus ideas, con sus juicios. Allí estaremos unidos con Dios. Allí
nos sumergiremos en su luz, en su paz, en su amor. Este es el objetivo del camino
espiritual" (La sabiduría de los padres del desierto, 120).
"Todo lo que es excesivo le hace mal al alma. Rezar demasiado puede ser tan
perjudicial como trabajar demasiado. Todo lo unilateral y extremo provoca lo
contrario en el alma del hombre. El aburrimiento se expande en aquel que sólo
reza. O pronto se confronta con su agresión o con su sexualidad. El hombre tiene
participación en el cielo y en la tierra. Y debe responder a ambos polos. Siempre
que reprima uno de ellos, éste saltará contra él y le obstaculizará en la vida.
Muchas personas exageran actualmente la medida del trabajo, no sin
consecuencias. Quien trabaja demasiado, fácilmente se torna duro. No trabaja por
placer sino porque se esconde detrás del trabajo" (El misterio del tiempo, 102).
"Si permito que el amor del otro me remita al amor absoluto que es Dios, a la
fuente del amor que está dentro de mí, entonces podré disfrutar del amor que el
otro me regala. Y no experimentaré esta relación como un opuesto a mi relación
con Dios, sino como el lugar en el que percibo simultáneamente el misterio del
amor del otro y el misterio del amor de Dios" (Espiritualidad, 112).
es un camino especial que nos conduce fuera de la cotidianeidad. Es, mucho más,
un camino que desea conducirnos dentro de la cotidianeidad para que allí vivamos
como personas espirituales y conformemos nuestra comunidad" (Espiritualidad,
49).
Para Grün, una persona es espiritual en la medida en que se relaciona con las
otras personas y que se compromete con el mundo.
"No hay un verdadero encuentro con Dios sin un sincero encuentro con uno
mismo (…) Uno querría evadirse de las propias heridas yendo directamente a Dios.
Pero el camino que conduce a Dios pasa por nuestras heridas y no podemos
soslayarlas. Es posible también evadirse de la propia verdad por medio de la vida
espiritual, ocupándose constantemente de cosas espirituales, haciendo un
ejercicio espiritual tras otro, pero sin dejar a Dios ninguna oportunidad de que Él
nos descubra nuestra verdad y toque nuestro corazón herido. Tanto en la terapia
como en el acompañamiento espiritual se trata de mirar cara a cara las heridas
(…), pero no con la presión de procesarlas todas y eliminarlas, sino con la
finalidad de reconciliarse con ellas" (Qué enferma y qué sana a los hombres, 105).
8. Reflexiones conclusivas
3
He tomado los datos biográficos de Anselm Grün. Reportaje comprometido, de Jan Paulas y
Jaroslav Sebek, Bonum, Buenos Aires, 2003.
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Bibliografía4
- GRÜN, A., Caminos hacia la libertad, Navarra, Verbo Divino, 2002.
- Caminos a través de la depresión. Impulsos espirituales, Agape, Buenos Aires 2008.
- Cómo estar en armonía consigo mismo, Navarra, Verbo Divino, 1997.
- Desafíos para vivir mejor, Buenos Aires, Bonum, 2004.
- El misterio del tiempo, Buenos Aires, Bonum, 2005.
- Espiritualidad. Para que mi vida tenga sentido, Agape - Guadalupe - San Pablo - Lumen - Bonum,
Buenos Aires, 2008.
- Evangelio y psicología profunda, Agape, Buenos Aires, 2007.
- La mitad de la vida como tarea espiritual, Madrid, Narcea, 1998.
- La sabiduría de los padres del desierto, Salamanca, Sígueme, 2000.
- No te hagas daño a ti mismo, Salamanca, Sígueme, 2001.
- Nuestras propias sombras. Tentaciones, complejos, limitaciones, Madrid, Narcea, 1996.
- Para experimentar a Dios abre tus sentidos, Buenos Aires, Lumen, 2002.
- Portarse bien con uno mismo, Salamanca, Sígueme, 1997.
- Transformación, Estella, Verbo Divino, 2002.
GRÜN, A. - DUFNER, M., La salud como tarea espiritual, Madrid, Narcea, 2001.
- Una espiritualidad desde abajo, Madrid, Narcea, 2004.
GRÜN, A. - MÜLLER, W. (dirs.), Qué enferma y qué sana a los hombres, Estella, Verbo Divino,
2000.
PAULAS, J. - SEBEK, J., Anselm Grün. Reportaje comprometido, Bonum, Buenos Aires, 2003.
4
Las publicaciones de Anselm Grün son numerosísimas; aquí sólo presento la bibliografía
utilizada en el presente trabajo.
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EL ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL
Todo hombre es sensible al dolor ajeno, todo hombre que se para ante el
dolor …5
1. Exordio
Este breve fragmento lo escribo para todas aquellas personas que quieran
adentrase en el corazón de otro y sientan las ganas de acompañarlas a vivir los
procesos de la vida que estén atravesando.
Lo dedico a estos laicos hombres y mujeres que se comprometen a esta labor,
que es una labor compleja, a veces dura y otras veces desconcertante, pero que a
la vez nos muestra la inmensidad del poder de Dios en sus criaturas, confirmando
en cada caso que solo Él restaura, sana y cura.
La experiencia con la ternura de Dios y su misericordia alegre, entrañable, es
lo que fundamentalmente hace que las personas se levanten y rediman.
5 Carta Apostólica Salvifici Doloris del Sumo Pontífice Juan Pablo II a los obispos,
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El acompañamiento procura que la persona pueda vivir cada vez más desde
los valores espirituales, y ayuda a que se encuentre con la trascendencia. En el
caso de las personas de tradición cristiana, que puedan encontrarse
profundamente con Cristo y vayan confiando cada vez más en Dios. Los
acompañantes cristianos siempre acompañamos desde el Señor, aunque
respetando la tradición del acompañado.
Hay acompañados que buscan crecer en un camino de oración. Con estas
personas, el acompañamiento consiste en integrar la oración y la vida, pues la fe
se prueba en las obras y en los vínculos.
No fuimos creados para vivir en soledad ni para llevar todo el peso de nuestra
vida solos, por eso, a lo largo de ella, muchas veces necesitamos de ayudas
adecuadas. Sin embargo ¡cuántas resistencias ponemos en dejarnos ayudar!. Esa
frase que decimos cuando somos pequeños; “yo solito”, la repetimos también de
grandes, “yo me las arreglo solo”, “yo puedo solo”.
Y estando solos es más fácil confundirnos, engañarnos.
Para aceptar ayuda necesitamos una actitud de humildad, poder decir:
“necesito ayuda”.
Otras veces, el estar solos es por desconocimiento de que existe esta ayuda
que ofrece la Iglesia a través de los laicos.
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Lc 24, 13 - 35
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porque necesitamos esa espera. Si no lo dio antes es porque era bueno que no lo
tuviéramos. Dios dispone todo para el bien de los que lo aman. Si amo a Cristo,
toda mi vida es camino para la unión, toda mi vida es Cristo, porque Cristo es el
camino. Todo puede ser. No tengo miedo a nada, porque comprendí. Y me digo:
“!Claro!” Comprendí la fuerza de la resurrección. Sé que Dios me sostiene, aunque
a veces no me sienta sostenido. “Yo sé que estás, pero no siento que estás”. De
esta tensión surge la vida. Es la vida, es la pasión. Puedo confiar que todo es para
bien.
“Él había desaparecido”.
Cuando la persona reconoce a Dios en su vida, en lo que le toca vivir, cuando
encuentra el verdadero sentido de su vida, el acompañante da un paso al costado.
Lo importante es ya la relación de la persona con Dios.
Se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén.
Ellos vuelven a Jerusalén, de donde venían. Esto significa el reencuentro
consigo mismos y con su historia. Vuelven, así, a su vida, a su día a día, a su
trabajo.
Aún cuando todo parece como antes, ellos mismos han cambiado y esto
transforma todo.
Toda experiencia de resurrección conduce siempre hacia los hermanos.
Jesús se adapta a ellos. Cuando caminan, camina; cuando se sientan, se
sienta; cuando comen, come.
Jesús los ha escuchado, les ha recibido los sentimientos de su corazón
(desilusión, tristeza, dolor, rabia...), les ha iluminado la inteligencia (les abrió el
sentido de las Escrituras), y les ha fortalecido la voluntad (ya no quieren huir),
mediante un encuentro transformante.
La historia de Emaús aporta 3 puntos clave:
Encuentro con uno mismo, con la verdad de sí mismo.
Reconocimiento de Dios.
Comunidad.
8 Carta a los Agentes de la Salud, de Juan Pablo II, Ciudad del Vaticano, 1995.
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Pida perdón.
Se despida de su familia (la ceremonia del adiós, de la que pueden
participar hijos y nietos).
Ese momento puede ser un momento de gran elevación. La muerte puede ser
una experiencia muy bella al mirarla desde ésta perspectiva, pues vamos a
acompañarlos a liberar el alma.
Cuando la persona lo logra, se siente y se la puede observar en paz, habla
con amor y sabiduría notable y es un verdadero placer estar con ella.
No es una situación fuera de lo común, sino que se da con cierta asiduidad.
En los momentos terribles se descubren unas fuerzas insospechadas. La vida
se manifiesta con toda su fuerza.
Que pasaría si miráramos la muerte como otro nacimiento?
Para intentar que eso se dé, los acompañantes tienen en cuenta ciertos
principios.
Primero: Invocar al Espíritu Santo para que nos inspire la actividad más
adecuada. Tener un momento de recogimiento.
Segundo: Consiste en pensar con equilibrio en la propia muerte, esto es más
fácil para el que está avanzado en el camino espiritual; esto consiste en aceptar
maduramente que un día vamos a morir.
Tercero: Acercarse al enfermo grave con “presencia amorosa”, dejándole a él
el papel protagónico, a costa de permanecer en silencio, creando una
comunicación que va mas allá de las palabras, de alma a alma, teniendo en
cuenta sus gestos, su mirada, respetando sus silencios y cualquier estado de
ánimo.
Cuarto: Cuando el enfermo alude a su enfermedad, se lo invita a expresar sus
temores, sus miedos, a morirse solo, al dolor, a la angustia. El enfermo agradece
que se lo tome en serio, que se le crea y se le diga la verdad, asegurándole que
dentro de lo posible estaremos a su lado, convencidos de que la cercanía fraterna
hará más viva la presencia de Cristo.
Quinto: Tener en cuenta las fases descriptas por la psicóloga Kubler-Ross11:
A) Negación, producida por el shock.
B) Ira, en contra de todos, de Dios o de sí mismo. Envidia a las personas
sanas y vergüenza por estar enfermo. Aparece la culpa por haber tratado mal a los
otros.
C) Regateo, buscar soluciones mágicas.
D) Depresión.
E) Aceptación, es el final.
Sexto: Asistencia al moribundo. Buscar los medios para evangelizar la muerte
y acercarle un sacerdote.
178
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Físico: el cuerpo es tan sabio que ya en los últimos momentos la persona deja
de comer; luego, hasta deja de beber. No hay que interferir en ese proceso de
declinación. Por ejemplo: cuántas veces, cuando hay una reducción de la ingesta,
se insiste en colocar una sonda para alimentarlo.
Emocional o psicológico: desapego, dejarlo todo, no sólo lo material, sino
nuestros afectos. Desprendernos de nuestras habilidades y recursos; es allí
cuando empezamos a necesitar ayuda. Perdemos la identidad adquirida a lo largo
de la vida.
Espiritual: entran en otro mundo, es un estado no ordinario de conciencia. Se
empieza a vivir en un estado de conciencia diferente que, al principio, alterna entre
las dos conciencias, hasta que termina por disolverse en un sueño profundo que
puede ser el coma.
Coincidiendo con Wilfred Bion (psicoanalista inglés, 1897-1979), que define al
coma como una “ensoñación maternal”.
En esa situación, velar en silencio, permanecer. Estar, simplemente, además
despierta y atenta, como una mamá con respecto a sus hijos.
Es posible crear condiciones propicias para un buen morir sin llegar a alcanzar
objetivos tan ambiciosos como los que se acaban de describir.
Con personas que se han mirado poco hacia adentro, el acompañamiento
consiste en llevarlos a profundizar su vida sutilmente, sin forzarlos, alentándolos a
que tomen contacto con sus vivencias más íntimas y ayudándolos a focalizar sus
sentimientos.
Podemos aprovechar este proceso de morir para guiar al paciente en su
búsqueda espiritual.
A la persona que tiene fe, vamos a ejercitarla en su mirada al cielo.
A la persona que no tiene fe, vamos a ayudarla a despedirse, a perdonar y a
pedir perdón; ver qué memoria quiere dejar.
Nunca como en la proximidad de la muerte y en la muerte misma es tan
preciso celebrar y exaltar la vida.
Sé que todo lo expresado está teñido de algo que se llama fe y, en mi caso, fe
en Dios. No obstante ello, quiero terminar compartiendo los dichos del Dr. Bernie
Siegel12:
En los hospitales se han hecho estudios sobre los efectos de la oración en
personas que están enfermas, los resultados son asombrosos. Aquellos por los
que se ora sanan mejor y más rápidamente.
Hay misterio en la curación, pero podemos aceptar el misterio aún cuando no
comprendamos como sucede. Los científicos tienen que tener la mente más
abierta para explorar lo misterioso e inexplicable.
179
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Creo que cuando oramos por otro enviamos energía (por falta de una palabra
mejor) a esa persona la ayuda a mejorarse.
He aprendido que la oración funciona y la utilizo…
La he puesto en práctica en la sala de operaciones donde he tomado la mano
de mis pacientes y ellos han sabido que oraba por ellos. Ellos se han beneficiado
con la oración.
180
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
“Borrar todo el pizarrón, de un día para el otro; ser nuevo con cada nueva
madrugada, en una virginidad reconquistada y perpetua de la emoción por esto, y sólo por
esto, vale la pena ser o tener lo que imperfectamente somos”
Fernando Pessoa
1. Introducción
181
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
tener identidad en sus migrantes, en ese momento emigrantes “(....) Los primeros meses es
todo divertido, no era problema porque no estaba nunca en la casa, me lo pasaba
caminando y mirando porque todo me parecía mentira, como que yo estaba viviendo, pero
182
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
no tan real, me sentía distinto y nada me molestaba....” (cfr. MELAMED, Diego, Irse. Cómo y
por qué los argentinos se están yendo del país, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,
2.002).
15 Cfr. FORNET - BETANCOURT, Raúl, Migración e interculturalidad. Desafíos teológicos y
183
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
desmoronan y que facilitan (con las salidas) a esos mismos procesos, quedando el
sujeto fuera de su sistema de sustentación. Las relaciones entre individuos y
sociedad son redes de amplitud y sincronismo universal; sus interpretaciones
deberían ampliarse16.
La migración no es una patología, es una condición que se comparte con el
entorno próximo y, en la convivencia a la distancia, con la tierra y cultura
familiares. Si no se es aún migrante, se puede llegar a serlo, sólo bastan que
aparezcan ciertas necesidades y condiciones. Migrar es un trabajo, una actividad
con implicancias para el individuo y el entorno. La producción de sentidos,
lenguajes creados por los sujetos de la migración para ser conocidos, respetados
y entendidos, es parte de su quehacer cotidiano y deriva en un aporte a la red
cultural donde se insertan. Es también una red y estructura dinámica de
constitución y contención para las nuevas vivencias, como se ha dicho, una
posibilidad de re-territorialización.
¿Es el genograma 17 familiar lo determinante para la definición del carácter
migrante? (parafraseando el título de Bob Sutcliffe: “Nacido en otra parte”): ¿ser
hijo de migrantes es igual a serlo? ¿Es verdaderamente el lugar de nacimiento lo
determinante para configurar la identidad, compartida y/o segregada? A los
potenciales psico-biológicos del nacer se unen las designaciones de la comunidad.
El migrante se mueve en un mundo actual en una complementariedad con los
elementos del pasado (origen). La dualidad está presente. Los migrantes son
sujetos transnacionales en el sentido cultural, Nina Glick Schiller, Linda Basch
(1992): “la presencia de varias nacionalidades en los sujetos que traspasan una
frontera, como mínimo incluyen características de los países a cada lado del límite
fronterizo”.
Edward Said refiere su condición de exiliado, estatuto que no considera algo
“triste y desvalido”, sino que refleja su pertenencia a los dos lados de la condición
imperial, lo que lo sitúa en una posición favorable para una interpretación
alternativa, no limitada por un sentimiento de identidad cerrado. En su
autobiografía “Fuera de lugar”, alude a sus dificultades para saber cuál de los
idiomas, el árabe o el inglés, fue realmente su primer idioma, para concluir que
ambos habían estado siempre juntos en su vida 18 . Publicar el orgullo por la
condición de migrante no es un fenómeno extendido, dadas las renuncias y
transformaciones propias del proceso y su irreversibilidad.
A través de las palabras podemos entender lo que se nombra y mueve, por su
efecto de creación constante de acciones, cosas y palabras nuevas. Los
migrantes, la mayoría de las veces, en silencio de su condición íntima, son
asechados por las palabras de los otros. Cuando no conocen la lengua local, para
nombrar y participar en la vida social, o por su acento diferente, pueden llegar a
184
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
185
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
23 El principio del jus soli o derecho del suelo, de aplicación en los países donde el
aporte migratorio, ha sido fundamental para el crecimiento de la población. Es el caso de
Estados Unidos o Argentina. En cambio, el principio del jus sanguinis sostiene el derecho
de la sangre, lo que implica que se tiene la nacionalidad de alguno de los padres,
independientemente del lugar donde se haya nacido. Es de aplicación, mayormente, en
los países europeos y otros que no se han nutrido significativamente de la migración
exterior o no desean reivindicarla.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
desencuentros que no agotan la búsqueda (cfr. Panivong Norindr, 1993:54; citado por
Trigo, Abel, Memorias migrantes, Ed. Trilce, Buenos Aires, 2003).
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188
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5. Mapas culturales
paradoja del racismo aversivo hacia los inmigrantes: un estudio experimental, Revista de
Psicología Social, nro. 1, vol. 21, 2006, pp. 3-20.
32 Cfr. RUIZ, Olivia, La migración en la globalización de la sociedad de riesgo, 2002,
www.sedos.org/spanish/ruiz.htm.
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Aires, 1990.
190
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38 Op. cit.
39 BLANCK-CEREIJIDO, Fanny – YANQUELEVICH, Pablo, El otro, el extranjero, Libros del
zorzal, Buenos Aires, 2003, p. 30.
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obligados a pensar en la diversidad sin dulcificar lo que nos seguirá siendo ajeno
(...) ni minusvalorarlo tildándolo de encantador"44.
45 Víd. BREILH, Jaime, Epidemiología crítica, 2002, p. 177. Teorías: teoría objetiva:
todos tenemos las mismas necesidades básicas. Fenómeno objetivo de la naturaleza, un
“en sí”, teoría positivista que no reconoce el componente subjetivo. Teoría subjetiva o de
relativismo: las necesidades como construcciones socio-culturales. Teoría fenomenológica:
que desconoce el componente de necesidad básica objetiva, por ejemplo sed, hambre,
etcétera. Enfoque praxológico. El conocimiento científico de las necesidades humanas no
tiene como punto de partida ni un elemento abstracto ni un esquema subjetivo abstracto,
sino a la actividad práctica social de seres concretos históricamente dados.
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
194
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
48 “En los orígenes de la medicina Hipócrates recomendó ubicarla sobre dos bases
principales: por un lado la filotecnia, es decir, el interés por los aspectos funcionales y
técnicos; y por otro, la filantropía, es decir, el interés por lo humano en la medicina” nos
recuerda Horacio Riquelme (1998).
49 Las colectividades construyen sus monumentos, santuarios y sanatorios. En la
Ciudad de Buenos Aires persisten hoy los recursos edilicios y los sistemas médicos:
italiano, francés, británico, alemán, israelita y español. Este recurso de auxilio reconocía
el valor del entorno así como la justa receta. Satisfacer las amplias necesidades desde la
perspectiva biológica, psicológica, así como la social, está implícita en todo acto médico
completo. Superar el carácter excluyente en una libertad intercultural, una meta de la
sanidad humanizada.
195
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52 Cfr. GONZÁLEZ AGUADO, F. - IBÁÑEZ ROJO, V., Novedades sobre el duelo, Psiquiatría
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Los cambios que puedan ser evaluados en una persona que migra no pueden
ser adjudicados solamente a la condición de su desplazamiento, como se ha
planteado. Las realidades psíquicas y materiales, al ser también interpretativas y
proyectivas, superan a los hechos y ahondan en los mundos paralelos y las
capacidades de fantasear. Bien lo “saben” los migrantes, cuando anticipan en sus
anhelos las búsquedas y los rumbos de aspiraciones y objetivos en el nuevo lugar.
El trabajo de los terapeutas, al asistir a las necesidades y problemas de la
migración, plantea dificultades y singularidades. Ellos han de trabajar sobre
propuestas que modifiquen las condiciones y padecimientos de personas con
orígenes culturales diferentes de los propios, por lo tanto, la otredad es una
práctica implícita y obligada en este campo57.
En el llamado a la migración se reconocen estímulos culturales de la misma
naturaleza para los hombres antiguos y modernos. El contexto socioeconómico no
alcanza a justificar por qué algunos migran y otros no. Las pérdidas y los
beneficios van juntos con los traslados; también es innegable el potencial
estresante de las migraciones. Los prejuicios y la ausencia de consideración de
este factor (por “ceguera” cultural y técnica), en la evaluación clínica y
psicopatológica por parte de los profesionales, pueden contribuir a la cristalización
y a la re-traumatización en el migrante: el migrante queda expulsado doblemente
del territorio de origen y de las opciones terapéuticas. Los síntomas físicos y
psicológicos, entonces, no sólo no evolucionarán favorablemente, sino que
pueden agravarse silenciosa y progresivamente.
Según Celia Falicov58, “las migraciones han contribuido a la emergencia de
nuevas formas de familias, familias transnacionales, que viven literalmente en un
lado y en otro, fragmentadas, sufriendo desventajas y también ventajas, tanto para
aquellos miembros de la familia que se van como para los que se quedan en el
país de origen”.
El resultado: “inmigrantes por carácter transitivo”, según la autora. La
demanda de asistencia psicológica tiene la característica que las pérdidas pueden
estar naturalizadas. En el seguimiento terapéutico pueden aparecer los puntos
199
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
60 “Aquí en Noruega mis hijos tienen su futuro asegurado, la calidad de vida es muy
buena. Aquí tienen lo que en México ni en sueños lo tendrían, ¿qué cómo es mi vida como
latina por acá? “Soy una muerta en vida”. Maria Henriksen, Stavanger, Noruega,
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/forums/newsid_3455000/3455261.stm.
200
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
61 El tiempo. El tiempo de los mayas nació y tuvo nombre cuando no existía el cielo
ni había despertado aún la tierra. Los días partieron del oriente y se echaron a caminar.
Al decimotercer día mojó la tierra y con el barro amasó un cuerpo como el nuestro. Así se
recuerda en Yucatán (Cfr. SODI, Demetrio, La literatura de los mayas, Mortiz, México,
1964; citado por GALEANO, Eduardo, Memorias del fuego 1, “Los nacimientos”, Catálogos
S.R.L., Buenos Aires, 1982).
62 “La casa-nido no es nunca joven. Podría decirse (....) que es el lugar natural de la
función de habitar, se vuelve a ella, se sueña en volver como el pájaro vuelve al nido. (...)
Este signo de retorno señala infinitos ensueños, porque los retornos humanos se realizan
sobre el gran ritmo de la vida humana, ritmo que franquea años, que lucha por el sueño
contra todas las ausencias. Sobre las imágenes con el nido y la casa, resuena un íntimo
componente de fidelidad (cfr. BACHELARD, Gastón, La poética del espacio, Fondo de
cultura, Buenos Aires, 2000, p. 99).
63 Cfr. SABATIER, Colette – BERRY, John W., Inmigración y aculturación. Estereotipos,
201
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Mantener la Identidad
Integrarse a la
sociedad Receptora Sí No
Sí Integración Asimilación
No Separación Marginalización
/Segregación
64 Cfr. BERRY, J. W., Acculturation and health, Ed. Kazarian, S.S. Evans D. R.
Cultural Clinical Psychology, Oxford University Press, 1998.
202
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
El ser humano es indivisible, como dice Juan Gelman, un hombre dividido por
dos no da dos hombres; sin embargo, los hombres pueden separarse del egoísmo
y tener una disposición solidaria con otros hombres que estén en peores
condiciones de vida. Desde el nacimiento, y también desde antes, las filiaciones
nos separan. El mundo está preparándose para convivencias impensadas y las
migraciones humanas ponen a prueba la humanidad de la humanidad.
203
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
ESPIRITUALIDAD Y MEDITACIÓN
UNA FORMA DE VIDA HOLÍSTICA. DESDE LA ALIMENTACIÓN HASTA
DESPERTAR NUESTRA VERDADERA NATURALEZA
“Dhyana veda –meditación— es considerada por los vedas como el sistema ideal
de descubrimiento interior, considerando en sí que el alma alberga sabiduría,
bienaventuranza y eternidad”.
“La meditación, más que una técnica, es un estado de conciencia, un estilo de
vida, en el cual estamos trabajando diariamente sobre nosotros mismos; si nos
desarmonizamos o perdemos este estado, en ese momento usamos la meditación
como técnica”.
1. Introducción
Lo que leerás en las siguientes líneas no te servirá más que para ampliar tu
capacidad intelectual si no lo llevas a la práctica. Un intelectual es la persona que
tiene el conocimiento, sabio es la persona que realiza el conocimiento. Pero si de
este escrito algo te gusta o te inspira y puedes llevarlo a la práctica, habrás hecho
este conocimiento parte de ti. Así como diría un maestro de baile, de un libro no
puedes aprender a bailar, sólo vas a aprender a bailar bailando, diremos lo mismo
para la meditación: un libro nos puede enriquecer a nivel teórico, pero la práctica
diaria sobre uno mismo es lo que nos lleva gradualmente a “encarnar” el
conocimiento.
para mi bien, para cambiar estructuras que tal vez ya no funcionan correctamente,
para mi integración, para hacerme mejor persona, puedo leer cien veces el mismo
libro, pero voy a tomar algo constructivo en cada lectura.
Toma de las siguientes líneas lo que te guste, lo que te sirva e inspire a despertar
la verdad inherente que mora en tu ser y vivéncialo. Más vale una onza de
conocimiento aplicado que mil toneladas de conocimiento sin aplicar.
La meditación (dhyana), más que una técnica, es considerada por los vedas como
un estado, una forma de vida, en el sentido de ser conscientes, de ser más lúcidos
para vivir. Conciencia implica un criterio de vida inteligente frente a la vida y las
cosas que hacemos. La meditación tibetana tiene sus raíces en la espontaneidad;
uno medita pero no se esfuerza por meditar; uno medita porque lo concientiza.
206
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
3. Ayurveda
tienen qué comer. Algo ilógico sería mantener la cocina sucia, es decir, un terreno
fértil para que proliferen las cucarachas, y en vez de limpiar, llenar la cocina de
veneno mata- cucarachas. De esta manera, cada vez la cocina estará más sucia,
y entonces, cada vez necesitaré más veneno para matar a más cucarachas, y así
sucesivamente hasta el infinito. Nuestro cuerpo es lo mismo, mantenemos hábitos
inadecuados y si sentimos algún síntoma en él, inmediatamente ingerimos más
químicos, que lo único que hacen es intoxicarlo más. Si, en cambio, limpio mi
cuerpo, no sólo externa sino internamente, a través de una alimentación
adecuada, en proporción justa, según mi tipología, la actividad que realizo, etc., ya
no será un terreno fértil para los agentes patógenos. El terreno puede ser fértil por
haber predisposición, o no; ser apto para aquéllos si está sucio o ser árido si está
limpio. El cuerpo tiene muchos sistemas encargados de la limpieza del cuerpo
(exocrino, urinario, excretor), y de cuyo buen funcionamiento depende nuestra
salud: el sudor, la orina, las heces y todos los subproductos que saca nuestro
cuerpo, lo son para mantener a éste en un equilibrio, que de alterarse generará un
alto grado de toxicidad en el cuerpo, produciendo subsecuentemente la
enfermedad. A los alimentos naturales el cuerpo los asimila fácilmente, y saca lo
que no necesita de ellos. Los alimentos con colorantes y conservantes químicos
no son fácilmente metabolizados por el cuerpo y mucho menos fácil eliminados,
dejando un sinnúmero de residuos dentro del organismo. En el ayurveda, los
alimentos vata son los alimentos que limpian, son principalmente todos los
alimentos crudos, ya sean frutas o verduras (manzana, pera, tomate, lechuga,
nabo, pepino, rabanito, etc.), y su función es depurar, desintoxicar, limpiar el
organismo; son anti cancerígenos. Un cuerpo limpio es sinónimo de un cuerpo
sano.
El ayurveda es alimentación lacto-vegetariana, la cual sugiere no usar alimentos
que provengan de la violencia (muerte de animales). Partiendo de este principio —
alimentarse de una mejor manera—, la bioquímica o parte física de nuestro cuerpo
(dosha) va a estar mejor, del mismo modo que la parte pránica (emociones,
pensamientos) va a estar mucho más calma y estable. Pese a que las partes
dosha y prana son dos cosas diferentes, están íntimamente ligadas e
interrelacionadas.
Los vedas, antes que cualquier técnica de meditación, o expresándolo de manera
diferente, como primer pauta de meditación, le dan un especial énfasis a la
alimentación. “Es inútil curarse con medicamentos si no se tiene una justa
alimentación y, por otra parte, si se tiene una justa alimentación no habrá
necesidad de medicamentos”.
No es “casual”, si creemos que la casualidad existe, que muchos sistemas
filosóficos, caminos espirituales, religiones, etc., en sus principios básicos,
inculcaban la importancia de una buena alimentación. Si analizamos la frase de
Hipócrates, “somos lo que comemos”, entendemos que el alimento que ingerimos
pasará a construir nuestro cuerpo físico, y también influirá en nuestra parte sutil
(emociones, pensamiento, conductas).
Gran parte de nuestros alimentos los consumimos por hábitos, costumbre,
tradición, cultura, porque son sabrosos, pero pocas veces nos sentamos a
reflexionar sobre si son sanos y buenos para nuestra salud. A nivel físico cada vez
cobra más importancia el tema de que muchas enfermedades físicas provienen
208
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Los alimentos tamas son aquellos que provienen del semen o la sangre animal
(carnes), fermentaciones, putrefacciones, químicos y procesados artificialmente.
Estos alimentos generan depresión, ansiedad, ataques de pánico, angustia,
miedos, preocupación excesiva, irritación. Al reducir estos alimentos en nuestra
alimentación, gozaremos de una mente más calma, tranquila y estable.
209
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
A la enfermedad, desde el punto de vista del ayurveda, no hay que combatirla, hay
que escucharla. Si, por ejemplo, el cuerpo tiene fiebre o diarrea, eso quiere decir
que las defensas y mecanismos del cuerpo están trabajando, que no están
dormidos, y el cuerpo está manifestando, está expresando este desequilibrio
eliminando algo que necesita sacar para volver a su equilibrio. En tales
situaciones, lo más fácil es tomar algo que rápidamente corte el síntoma, ¿pero
qué hay más allá de estos síntomas o manifestaciones? ¿cuál fue la causa del
desequilibrio? La pastilla no va tras la causa o el origen del problema, va tras el
síntoma, y lo que hace es cortar la señal de comunicación entre el sistema
nervioso y el cuerpo, haciendo como si nada pasara.
Si una persona vive estresada, con malos hábitos alimenticios, con emociones
tóxicas, es de esperar que el cuerpo se desequilibre en algún momento; pero si
ante el primer síntoma obnubilamos la escucha del cuerpo, tomándonos lo primero
que encontramos, la enfermedad se proyecta por otro lado, o peor aun, colapsa
algo internamente sin que lo sepamos. La enfermedad nos da la oportunidad de
hacer cambios profundos, de retomar el equilibrio que fue extraviado, pero para
ello hay que escucharla, porque nos está diciendo que algo está pasando, que
algo en algún nivel estamos haciendo de la manera inadecuada para el fluir
correcto de nuestra energía vital. Cuando en una persona se manifiesta un
síntoma, éste le llama la atención interrumpiendo el fluir de la vida diaria. Un
síntoma es una señal que atrae nuestro interés, nuestra atención, nuestra energía,
impidiendo la vida normal; el síntoma logra que estemos pendientes de él y para
algo es que nuestro cuerpo activa esta “escucha”.
210
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Según los vedas, las defensas del cuerpo no son únicamente físicas, sino también
psíquicas. Por ejemplo, los glóbulos blancos son una parte importante del sistema
inmunitario a nivel físico (dosha), pero a un nivel más sutil, el director de estos o la
inteligencia de estos es nuestro prana (emociones, pensamientos). Nuestra parte
sutil es el director técnico que lidera a los jugadores, que son los glóbulos blancos.
Si el líder está deprimido, los jugadores no saben qué hacer, cómo defenderse,
incluso, pueden llegar a atacarse a sí mismos o dejar que el enemigo entre sin
colocar oposición, que sería lo que es llamado, en medicina, enfermedad
autoinmune.
Todo en la materia está vibrando, generando, según el tipo de vibración, desde las
formas de materia más concretas (tierra), a las cuales podemos ver, hasta las
formas de materia más sutiles, a las cuales ya no podemos percibir con nuestros
cinco sentidos físicos, pero sí captar a través de nuestra percepción. Nosotros
mismos, a nivel material, somos moléculas en vibración, y en base a cómo
estamos vibrando atraemos y alejamos cosas en nuestra vida.
Hace “algún tiempo”, se pensaba en una mesa como algo sólido, que no se podía
dividir en elementos o partículas más pequeñas. Luego, en Grecia, los filósofos
Demócrito y Leucipo empezaron a decir que la materia se dividía en partículas
más pequeñas, llamadas átomos (a-sin, tomo-división: “sin división”).
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Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
212
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
Elementos de la naturaleza
AHANKARA
EGO
BHUDI
INTELECTO
MANAS
MENTE
KHAM
ETER
VAYU
AIRE
AGNI
FUEGO
VARUNA
AGUA
BHUMI
TIERRA
El diagrama anterior nos muestra los ocho elementos de la naturaleza según los
vedas, desde lo más burdo, que es la tierra, hasta lo más sutil, que es el ego falso.
Nuestro cuerpo, visto de manera holística según la fisiología védica, tiene estos
ocho elementos; los primeros cuatro (tierra, agua, fuego, aire), conforman nuestro
cuerpo físico (dosha), desde la tierra, que es lo más concreto, huesos, músculos,
hasta el más sutil, que es el oxígeno que respiramos (aire). Los siguientes cuatro
elementos (éter, mente, intelecto, ego falso), conforman nuestro cuerpo sutil
(prana); estos cuatro elementos son más sutiles que los anteriores pero siguen
siendo materia, es decir, tienen principio y fin; por ejemplo, manas, que son las
emociones: no son las mismas emociones las que teníamos a los 10 años de edad
que las que tenemos ahora; las emociones cambian, generándose nuevas. Budhi,
nuestro intelecto, también se modifica; cambiamos de ideas, de formas de pensar
a medida que pasa el tiempo. Pero tanto los cuatro elementos que conforman
213
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad. Bianchi, RI. y cols.
nuestro cuerpo físico, como los cuatro elementos que conforman el cuerpo sutil, se
rigen por los mismos principios de la materia, es decir, regidos por el tiempo y por
las leyes de principio y final.
Más allá de esta materia está nuestra verdadera esencia, nuestra alma, la cual es
antimateria y, por ende, tiene las propiedades opuestas a la materia. La sustancia
de los ocho primeros elementos es lo material; la sustancia del alma es lo
espiritual. Todos potencialmente tenemos esta esencia interna dentro, sólo que
estamos dormidos ante ella; está velada (cubierta por velos), ocho velos que son
los ocho elementos materiales que cubren nuestra conciencia y hacen que nos
identifiquemos con ello, pero somos más que estos elementos materiales.
Partiendo de estos principios, tenemos dos tipos de dialéctica, una material, que
rige para lo que es material y cubre todo lo que tiene que ver con lo espacio-
temporal, y otra que es espiritual, donde el tiempo no influencia, y allí es donde
comenzamos a hablar de espiritualidad.
Nuestra verdadera esencia, nuestra alma, es algo que va mas allá de la materia;
es antimateria, algo que no se crea ni se destruye, que no está afectada por el
tiempo, que no tiene principio ni fin, que no muta, que siempre ha sido, es y será, y
eso es lo que somos verdaderamente según los vedas, almas espirituales,
encarnados en un cuerpo físico (material) para experimentar una serie de
lecciones, y a través de ellas, comprender nuestra verdadera naturaleza. No, al
contrario: un cuerpo material esperando en algún momento convertirse en algo
puro, sino ya somos seres espirituales, dormidos a su verdadera naturaleza; el
velo es la identificación con cualquiera de los elementos. El trabajo interno es la
realización hacia el entendimiento de lo que verdaderamente somos, “estar en el
mundo sin ser del mundo”. Cásate si deseas, ten hijos, familia, cosas materiales,
pero sin perder la conciencia de que estás en un plano espacio-temporal finito. Si
mantienes esta conciencia, vives plenamente cada cosa, pero no te apegas a ellas
porque sabes que en algún momento las tienes que dejar. La conciencia espiritual
va más allá del tiempo y del espacio.
Hay dos tipo de ego: uno falso y otro verdadero; el verdadero es saber que somos
almas espirituales; el falso es creernos algo mutable y transitorio. Cuando el alma
encarna en el cuerpo, crea una identificación temporal sobre algo que es
transitorio (Pedro, María, ingeniero, argentino, esposo), ¡está bien! ¡somos eso!
¿pero por cuánto tiempo?. Ego falso se dice no en el sentido de que sea algo que
no existe, sino en el sentido de que existe pero es transitorio, es material, para lo
cual se usa la palabra “maya” para denotar la realidad que es transitoria. Maya es
algo ilusorio en ese sentido. Hay dos realidades: una transitoria, cuando hablamos
de materia, y una eterna, cuando hablamos de alma. La palabra nirvana, significa
nir: sin, y vana: material, vanal; se traduciría “sin identificación del bosque
material”. Es la persona que entendió, pero no a un nivel intelectual, sino vivencial;
que despertó su conciencia a darse cuenta de su verdadera naturaleza, que usa la
materia, cumple su rol; puede que tenga hijos, trabajo, familia, pero no se identifica
con ello; los ama profundamente, pero sabe que en algún momento los tiene que
dejar; ése es el significado más profundo del amor algo libre, sin apego, sin
ataduras.
Ponemos agua a calentar en una pava y la ponemos en el fuego; a medida que la
jarra está más y más caliente, el agua se torna también más y más caliente;
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entonces nos preguntamos por qué la pava está caliente, y es porque está en
contacto con el fuego y porque el agua está más y más caliente, porque está en
contacto con el fuego ¿y por qué el fuego está caliente?, no podemos argumentar
que es porque está en contacto con el agua o con la pava; está caliente porque es
su naturaleza intrínseca, el fuego está caliente porque es fuego, es una propiedad
eterna, inherente, intrínseca, que no depende del tiempo, mientras que la
propiedad de calor de la pava y el agua son incidentales, transitorias,
dependientes del tiempo y por consecuencia, en algún momento va a terminar.
SUTRA ISHVARATMA
ISHVARATMA AHANKARA KAMAN KARMADHA KSETRAJÑA BRAHMASMI
CIT BHUDI MANASYA INDRIYANI CIT YUKTA SRIMAT ATMANY
TRADUCCIÓN
Para lograr el autocontrol es imprescindible saber que nuestras acciones comienzan con
los deseos del alma, que consecuentemente dependiendo de dichos deseos,
trascendiendo la identificación material, el ego falso, y mediante un intelecto sostenido por
la Inteligencia, logra controlar la mente y por ende esta controla a los sentidos generando
armonía y plena conciencia a dichas acciones.
ATMA
(ALMA ESPIRITUAL)
SAT (ETERNIDAD)
CIT (SABIDURIA)
ANANDA (BIENAVENTURANZA)
AHANKARA
(EGO FALSO)
(IDENTIFICACIÓN CON EL
CUERPO MATERIAL)
BHUDI
INTELECTO
(ENERGÍA DE DISCERNIMIENTO)
MANAS
MENTE
(ENERGÍA EMOCIONAL)
INDRIYAS SENTIDOS
(ENERGÍA INSTINTIVA)
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Con las bases que hemos sembrado hasta este punto podremos entender mucho
más fácil el significado de este sutra.
Toda acción comienza por el deseo. El significado de inteligencia, según los
vedas, es la persona que está consciente de su verdadera naturaleza como ser,
como alma espiritual. ¿Qué hace que uno pierda la inteligencia? Identificarse con
la materia, con lo material, ya sea identificación con el cuerpo, o con un nombre
(Pedro, María), o con un rótulo, o con una nacionalidad, con una religión o forma
de pensamiento. Lo que hace que el ego falso no esté, es la inteligencia, en el
momento en que me identifico, el ego aparece. ¿El ego debe usarse? Sí, debe
usarse porque estamos encarnados en un plano material, pero se debe jugar con
él, usarlo adecuadamente, pero sin identificarte, es decir, sin trascenderlo,
manteniendo internamente la conciencia de que eres más que eso. La inteligencia
te muestra tu identidad original, saber quiénes somos realmente, que somos
almas espirituales; esta capacidad nos diferencia de los animales.
El intelecto tiene que ver con entender todo lo relacionado con la dialéctica
material; pero sin inteligencia, no se sabe qué puede hacer; puedo tener mucho
conocimiento y usarlo para generarle mal a alguien. Hay personas intelectuales
pero asesinas, ya que no son inteligentes; mientras el inteligente usa su intelecto
para el bien, el intelecto es el discernimiento material, saber qué carrera elegir,
etc., esté o no conectado con la virtud. La inteligencia está conectada con la virtud
o es la virtud en sí misma. Un virtuoso es inteligente si es sensato, honesto,
sencillo; si no lo es, es intelectual. La condición académica crea intelectuales, pero
no necesariamente personas, la condición de persona como ser, es diferente. Yo
puedo tener 30 títulos y ser asesino, ladrón; o no tener ninguno, ser un campesino
“ignorante” pero ser honesto, cuidar la naturaleza, ser sensato en mi manera de
vivir; es decir, con poco o mucho intelecto puedo tener inteligencia. O puedo tener
mucho intelecto y no ser inteligente; el intelectual puede que sea hábil repitiendo
palabras raras, textos aprendidos de memoria, pero la práctica de esta teoría, que
aplique esto en su cotidianidad y su comportamiento como persona es otra cosa
(Mateo 7.16: “Por los frutos los conoceréis”). Si tengo inteligencia controlo mi
mente y mis sentidos. El despertar de la conciencia viene a través de la
espiritualidad, que es la virtud misma; lo académico, el conocimiento, puede servir
como medio, pero no da inteligencia.
La mente, según los vedas, son las emociones mismas, y las emociones no
piensan, las emociones reaccionan. Por emoción me puedo comer 10 tartas de
dulce; el intelecto es el que te dice, “¡detente!”, con una es suficiente. La
naturaleza de la mente es insatisfecha, siempre quiere más, es inconforme; en un
segundo puede armar 100 problemas, es la representación de la dualidad misma:
alguien me saludó bien, estoy feliz, alguien me habló mal, estoy triste; tiene un
sentido digital, o bueno o malo, no tiene punto medio. El intelecto tiene un sentido
análogo que sería lo opuesto a lo digital: si una puerta se cierra hay 10
posibilidades que se abren; esto es análogo, para la mente sólo hay puerta
cerrada y una sola posibilidad automática de abrirla. El que es reflexivo, evalúa,
discierne, tiene la capacidad, a través de su intelecto sostenido por la inteligencia,
de usar adecuadamente –según cada momento, lugar y circunstancia— su mente
(emociones), y de esta manera los sentidos andan tranquilos.
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SAT/CIT /ANANDA
Así como decíamos en línea previas que el fuego es caliente porque es su
naturaleza intrínseca, las cualidades de nuestra alma son SAT, CIT y ANANDA, en
alguien que es inteligente, se manifestarán estas cualidades.
CIT (sabiduría): hay mucha gente que no entiende qué es meditación pero
meditan, porque son introspectivos. Los autodidactas son aquellos que no se
dejan llevar por la corriente; tú tienes inteligencia, la mejor sabiduría es la
conciencia misma, tú la tienes dentro tuyo, descúbrela. Las personas que meditan
tienen ese principio, pueden ser grandes autodidactas y grandes descubridores,
grandes inventores de algo que otros no, porque siempre están afuera. La
inteligencia da el principio de comprensión, de cada cosa que pasa;
intelectualmente lo racionalizas y lo espiritual, como no es racional, no se puede
racionalizar, simplemente se siente; la inteligencia es algo que se entiende más
que se puede desarrollar; no se desarrolla porque lo poseemos. El intelecto, la
mente y los sentidos se desarrollan, pero siempre tiene un final, pero, en cambio,
la inteligencia que viene del alma no, es algo innato; por eso nadie puede decir
que alguien es poco inteligente, potencialmente todos posemos este criterio.
Intelectual es aquel que discierne entre una cosa y otra, materialmente hablando,
pero el inteligente va más halla de eso, éste diferencia además entre lo que es
material y lo que es espiritual, entre lo temporario y lo eterno, lo que es puro y lo
que condiciona, lo que hace sufrir y lo que libera, éso es inteligencia. Priorizas, le
das más importancia a lo absoluto; lo otro lo hago con gusto, pero consciente que
un día lo tengo que dejar. La mejor sabiduría es la conciencia misma en cada
acción. Hay dos maneras de aprendizaje, una es aprendiendo (oliendo, tocando,
escuchando) y la otra es recordando toda la información potencial que ya tenemos
dentro.
ANANDA (bienaventuranza). Buscamos la felicidad en el afuera (sentidos,
emociones, conocimientos), pero esta felicidad o estos placeres son materiales y,
por ende, transitorios, temporales, tienen un principio y un final. Cada vez que nos
falta algo o nos sentimos infelices por algo, miramos hacia afuera para ver qué nos
falta (otro coche, más dinero, cambio de novia/o, qué me falta, adónde viajo ahora
a buscarlo, ¿hago la nueva técnica “new age” de meditación?), pero no miramos
para donde está esta la felicidad, para adentro; no nos damos cuenta de que la
felicidad es una cualidad que ya tenemos, que es algo innato, que es patrimonio
nuestro. Hay una felicidad material que es externa, que dura lo que dura el
estimulo que la produce. Bienaventuranza espiritual es la felicidad real, la otra es
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Principios básicos
1. Dosha prana ahimsa (alimentación sana y equilibrada). (ver título de ayurveda)
2. Vastu (ambiente natural, ventilado y con luz tenue). El ambiente natural es el
mejor; si no, podemos disponer en nuestra casa de un espacio para este fin, que
nos brinde comodidad, e intentando que sea un lugar con las menores
posibilidades de distracciones o perturbaciones. Podemos usar un aroma o
esencia para acompañar la meditación si creemos que ello nos va a ayudar, y una
música que elijamos que nos ayude a entrar en un estado tranquilo e introspectivo.
La música también se puede usar para bloquear los muchos ruidos externos, por
ejemplo, de la calle. Al elegir la música, tengamos en cuenta que hay música que
nos hace “volar” e irnos para otro lado. Recordemos que la práctica es para estar
presentes aquí y ahora; por tal motivo, elige una música que te ayude a hacerlo, o
de lo contrario, el silencio.
3. Padmasana (posición del cuerpo). Posición de loto o medio loto, o una postura
cómoda y simétrica; puede ser en una silla o, incluso, acostado, si no hay otra
posibilidad.
Cualquier posición es buena para meditar, buscando que ésta sea simétrica (un
lado del cuerpo igual al otro), y que la columna vertebral esté derecha, alineada;
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más no tensa ni rígida. Hay posturas ideales y posturas reales según el cuerpo de
cada persona.
Las posturas más conocidas en meditación es la de loto (ambas piernas cruzadas)
o semiloto. El beneficio de esta posición es que las piernas cruzadas bloquean las
arterias coxofemorales, y al estar la columna derecha, permite que vaya mayor
flujo de sangre a irrigar la cabeza, permitiendo una mejor atención.
Pero si esta postura no es posible, nos sentamos en una silla, dejando los pies
abiertos al ancho de las caderas, descargando los pies hacia el piso, y tratando
que la posición de la columna no quede doblada. Por la columna vertebral también
viaja toda la información de nuestro sistema nervioso, por ende, una espalda
derecha es sinónimo de salud. El que no pueda sentarse por alguna imposibilidad,
la posición de acostado también es una alternativa.
Es importante que la posición sea cómoda; si tenemos incomodidad física, la
mente se va a dispersar mucho más fácil. La técnica de meditación, más que una
postura física, es más una cuestión de actitud; la postura ayuda pero la actitud es
la que determina.
4. Mudras. Las manos descansan sobre el regazo, una sobre la otra con las
palmas hacia arriba, las yemas de los pulgares se tocan suavemente o se
levantan formando un triángulo.
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Para los vedas hay una fisiología que es física, pero también una fisiología que es
sutil. El primer centro está en relación con nuestros instintos, el segundo, con
nuestras emociones (mente), y el tercero, con nuestro intelecto.
Los dos primeros centros se desestabilizan por la inestabilidad de nuestra mente,
que produce emociones tóxicas (de las cuales ya mencionamos cuál es su origen
principal). Al respirar conscientemente estamos armonizando estos centros, pero
la búsqueda es estar conscientes para no desarmonizarlos.
Cuando uno trabaja la parte baja de la meditación (respiración 1), es trabajar los
instintos; cuando los instintos molestan llevamos el aire hacia esta zona, la zona
abdominal; cuando las emociones perturban, llevamos el aire hacia el pecho
(respiración 2). Ver en la descripción de cada respiración las tendencias puntuales
que se armonizan.
Las respiraciones deben ser conscientes, lentas, pausadas, silenciosas, llevando
el aire a cada zona mencionada.
La medida de la respiración, ya sea al inhalar o exhalar, es en la medida de la
capacidad de cada uno, sin forzar nada; paulatinamente, la capacidad respiratoria
aumentara en la medida que se practique.
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Técnica: inhalación y exhalación dirigida hacia el tórax (al inhalar, el pecho sube al
final de la inhalación y se relaja al final de la exhalación) en ritmo equivalente, 75%
inhalación y 50% exhalación. Partiendo de la medida anterior, si 4 tiempos es mi
capacidad de inhalación, inhalo en 3 tiempos y exhalo en 2 tiempos.
Beneficios: armonización de las tendencias mentales: emociones altas: ansiedad,
compulsión, preocupación, agresividad temerosa, nerviosismo, euforia, agitación,
irritación, ira, codicia, ambición, exaltación, stress, surménage.
Con respecto a la tercera respiración, ya no estamos hablando de las emociones,
sino de nuestro parte intelectual, pensante, la cual está desarmonizada cuando no
podemos tomar decisiones claramente, no hay buen discernimiento, hay
cansancio intelectual. La técnica de esta respiración es con los ojos abiertos;
dirigir la mirada hacia el punto medio entre las dos cejas; en ese momento se
cierran los ojos y se lleva la atención y la respiración hacia esta zona; es una
respiración corta y muy lenta para sentir cómo el aire llega a este punto.
mente y nuestros sentidos, somos más libres. Libertad es liberarse de los deseos
materiales y apegos, es la verdadera libertad, la otra: hacer lo que yo quiera, no
tanto, eso sería libertinaje, que es distinto. La libertad es inteligente, porque hace
que uno actué en función de los deseos sensatos del alma, en cambio, el
libertinaje es darle rienda suelta a los sentidos y a la mente, sin ningún tipo de
discernimiento ni criterio.
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encontrar nuestro camino a ser libres. Muchas veces podemos sacar a una
persona de un tipo de dependencia, pero si lo volvemos dependiente de otra cosa,
mismo de unas enseñanzas o de una técnica o de un conocimiento externo, no
habrá mucha diferencia. Para los vedas, el tiempo es eterno y todas las almas
llegarán en su momento a entender su verdadera naturaleza, en esta era.
Cualquier esfuerzo es meritorio, ya que es una época difícil para transitar un
camino hacia la virtud, pero siempre habrá una oportunidad para hacerlo. Cada
intento que hagas suma; mantén tu esfuerzo diario para despertar, con lo que
tengas puedes avanzar. La Madre Teresa de Calcuta decía “…Cuando por los
años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no
puedas caminar, usa el bastón. ¡Pero nunca te detengas!”.
Om satya namah om (mi querida mente refúgiate en la verdad del absoluto).
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Contratapa
Psiquiatría, Psicología y Espiritualidad, es uno de los libros más fascinantes y
esperado en los últimos años. Combinando antropología, psicología, clínica,
neurobiología, psicopatología e historia de las religiones, los autores abordan de
manera interdisciplinaria el tema de la espiritualidad.
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