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DEJA LA EXUSA DE LADO

Fil. 3:12-14
¿Qué piensas de esta frase: “La excusa es media hermana de la mentira”?
Cuando no podemos cumplir con lo prometido, cuando llegamos tarde a un compromiso,
cuando olvidamos algo, etc. nos seduce la idea de presentar cualquier excusa. Existe una
excusa para todo, o casi todo. Una frase dice que “nadie es culpable de nada, desde que
se inventó la excusa”. Pero si nosotros queremos avanzar en la vida, debemos poner la
excusa a un lado y asumir nuestra responsabilidad particular.
Continuando con esta serie de claves para entrar al reino de Dios, vamos a considerar
siete historias bíblicas que nos ayudarán a comprender la seriedad del problema de la
excusa; así como a resolverlo, con la ayuda de Dios.
2. “LA MUJER QUE ME DISTE” Génesis 3.9-12
Con una sencilla confesión como respuesta a Dios, Adán hubiera resuelto su problema de
culpabilidad ante Él, pero en lugar de ello, optó por endilgar culpas a su esposa, e incluso
¡a Dios mismo! Nota el tono de reproche en su expresión “la mujer que me diste”, como
queriendo decir: “Señor, si tú no me la hubieras dado, esto no habría sucedido”.
3. “ES QUE YO NO SÉ HABLAR” Éxodo 4.10-14
Moisés era perseguido por los fantasmas de su pasado. Dios se enoja cuando por nuestros
temores no asumidos tratamos de convencernos y aún de convencerlo a Él, de que somos
incapaces de lograr algo que Él promete que vamos a lograr, sin estamos confiando en su
poder. ¿No crees que a Moisés le faltaba fe en Dios?
4. “EN MI PAÍS ME IRÍA MEJOR” 2Reyes 5.9-14
El nacionalismo, la altivez y los prejuicios están detrás de muchos pretextos. La excusa
de Naamán, de que en su país había mejores ríos que el Jordán, casi hace que pierda su
oportunidad de recibir la sanidad. ¿Cuántas oportunidades estamos dejando escapar
nosotros por causa de nuestros prejuicios?
5. “SOY DEMASIADO JOVEN” Jeremías 1.4-9.”
El joven Jeremías tenía sentimientos de insuficiencia y empleó su falta de autoestima
como excusa para evadir el llamado de Dios en su vida. Nadie es demasiado joven o
inexperiente, si el Señor lo quiere usar, y Jeremías lo pudo comprobar fehacientemente en
su ministerio profético.
6. “TUVE MIEDO DE TI” Lucas 19.20-23
La verdadera razón de que este siervo guardó el dinero no fue el miedo, o la supuesta
severidad de su señor, sino su deslealtad y negligencia. Debemos asumir que estos
mismos problemas están en nosotros.
7. “NADIE ME AYUDA” Juan 5.2-7.”
Este es un típico caso de autocompasión y quejas. El paralítico sólo tenía que responder a
la pregunta de Jesús con un fuerte “¡Seguro que sí!” Pero qué bueno que el Señor, en su
gran misericordia, de todas formas, lo sanó (V. 8).
8. “AHORA ESTOY DEMASIADO OCUPADO/A” Lucas 14.15-20
Tal vez este sea uno de los relatos más elocuentes de Jesús en cuanto a la salvación; una
historia muy representativa también de nuestra manera de responder a las invitaciones de
Dios. Parece que el principal problema del hombre de este tiempo es estar demasiado
ocupado como para buscar a Dios. Necesitamos revisar nuestra lista de prioridades hoy
mismo, ya que la historia de la gran cena nos indica que Dios no insistirá
indefinidamente.
Véanse los versos 21-24.
CONCLUSIÓN. - Llega un punto de la vida en que se acaban las excusas. Si no hemos
querido o no hemos sabido cómo enfrentar algo, debemos admitirlo ahora, y dejar la
autojustificación. Así como Dios obró en Naamán, Jeremías o el paralítico, hará con cada
uno de nosotros, si le somos sinceros.
Ahora mismo Jesús está ofreciéndote la oportunidad de un nuevo comienzo con Él; pero
para que eso suceda, tú debes dejar toda excusa de lado.
¿Qué pasos darás próximamente para vencer la fea costumbre de presentar excusas

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