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La Teoría Cognoscitiva de Bart Nooteboom
La Teoría Cognoscitiva de Bart Nooteboom
Por lo tanto, uno de los retos fundamentales del empresario es alinear las distintas
interpretaciones y percepciones que tienen los recursos humanos mediante metas
comunes y la promoción de incentivos (Nooteboom, 2004). El alineamiento de las
percepciones, en escalas interna e interorganizacional, implica reducir la distancia
cognoscitiva entre distintos agentes que deciden cooperar. Es decir, como resultado
de sus propias experiencias y de la cultura social cada persona interpreta y da
significado distinto a su realidad social y a los hechos en que se ve inmerso o que le
afectan directa o indirectamente. Para lograr la colaboración, en y entre las firmas,
es necesario homogenizar el lenguaje, los símbolos y los conceptos entre los
participantes que intervienen en la producción y comercialización de bienes y
servicios. Algunas de las formas de lograr este proceso de estandarización son la
comunicación, la comprensión, la explicación y la difusión de las ideas (Nooteboom,
2000a y 2004).
Nooteboom (2003: 2) propone una heurística que muestra cómo la firma puede
"moverse de las competencias actuales a nuevas competencias, sobreviviendo en el
transcurso". Este ciclo está compuesto de cinco fases: consolidación, generalización
(difusión), diferenciación, reciprocidad y acomodamiento. 22
Berger, Nooteboom et al. (1993), centran su análisis en las relaciones sociales que
surgen a partir de un contrato, más que en los tipos de contratos que se generan
durante el intercambio económico. Las interacciones son de dos clases:
contractuales y relacionales. Las primeras, aunque resaltan el lugar en el que se da
el intercambio, consideran el acuerdo como un suceso independiente y estático;
legalmente se apoyan en el contrato clásico. En cambio, en el contrato relacional
cualquier negociación está incrustada en un entorno social particular, donde a
futuro hay incertidumbre. Este tipo de acuerdos cambian con el tiempo, dado que
hay la necesidad de adaptarse a los cambios, ofreciendo la oportunidad de
fortalecer la relación entre las partes que cooperan. La acumulación de sucesos, las
reglas y expectativas llegan a ser institucionalizadas por medio del intercambio
(Berger, Nooteboom et al, 1993; García, Lara y Taboada, 2004).
Por otro lado, las transacciones en las que hay de por medio una alta especificidad
de activos se regula mediante los derechos de propiedad, la reputación social y de
distintas estructuras de coordinación, tales como la evasión contractual, la
integración de la producción, la elaboración de contratos, la autoridad, las redes
sociales y la confianza (Nooteboom, 2000a y 2000b; García, 2007). En este caso, el
oportunismo con dolo no deja de ser una opción de comportamiento, en tanto se
busca la colaboración para satisfacer necesidades individuales. Sin embargo, dicho
comportamiento no garantiza la cooperación social en el largo plazo.