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Un paso muy importante será el que se dé en el 326 a. C con la lex Poetelia Papiria.
Esta ley suprime la “ejecución personal” y la sustituye por una “ejecución patrimonial”. En
ningún caso responderá ya el deudor con su persona, sino con sus bienes o patrimonio. Esta
innovación supone un cambio en la noción de obligatio. De ser considerada un vínculo material
se empieza a concebir como un vinculum iuris.
Se puede definir como la actividad que ha de llevar a cabo el deudor, a favor del
acreedor, para extinguir la obligación existente entre ellos.
Contenido de la prestación:
Ésta puede consistir, por un lado, en una conducta positiva, esto es, en un dare (dar), en
un facere (hacer) o en un praestare (prestar una garantía); o bien en una conducta negativa, esto
es, en un non facere (abstenerse de realizar una determinada conducta que perjudique al
acreedor).
Requisitos de la prestación:
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CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES.
- Genéricas: las que recaen sobre un objeto genérico (el que se puede medir pesar o
contar y con el que se cumple la obligación entregando otro tanto de la misma especie y calidad
= tantundem).
- Específicas: las que recaen sobre objetos determinados por sus caracteres
particulares.
(La diferencia entre estas dos categorías está en que si el objeto de la obligación perece,
mientras que el deudor de las específicas queda liberado de la deuda, para el deudor de las
genéricas la obligación sigue existiendo, porque puede cumplirla entregando el tantundem).
3. En razón al Derecho:
- Civiles: son aquellas obligaciones reconocidas por el ius civile. Están protegidas por
acciones civiles.
- Pretorias u honorarias: son las reconocidas por el ius praetorium u honorarium.
Protegidas por acciones pretorias.
- Naturales: son las obligaciones en las que el acreedor no tiene una acción procesal
para reclamarlas, pero que si el deudor las cumple voluntariamente, éste no puede reclamar
posteriormente lo pagado o cumplido.
Actos jurídicos de donde surgen los vínculos obligatorios entre las personas.
Hasta el derecho romano clásico, las obligaciones podían surgir de:
-contratos: actos jurídicos bilaterales (porque suponen acuerdo de voluntades entre dos o
más personas), lícitos.
-delitos: actos jurídicos unilaterales e ilícitos. (De los delitos también surgen
obligaciones civiles, normalmente indemnizatorias o compensatorias de los daños y perjuicios
causados).
A partir II d.C. las obligaciones pueden surgir, además, de:
-cuasicontratos: actos jurídicos lícitos que no pueden ser calificados de contratos porque
les falta alguno de sus elementos, pero que producen sus mismos efectos.
-cuasidelitos: actos ilícitos no incluidos en la categoría de los delitos, pero a los que el
pretor vincula el nacimiento de obligaciones.
2
EL CONTRATO (CONTRACTUS).
Se define como todo acuerdo de voluntades entre dos o más personas, reconocido y
tutelado por el Derecho, dirigido a crear, modificar o extinguir obligaciones.
Mientras que en el Derecho civil actual el contrato es sinónimo únicamente del acuerdo
de voluntades (art. 1089 Cc.), en el Derecho romano, para que existiera contrato, al acuerdo de
voluntades debía acompañarse una causa civilis (es decir una determinada forma que tenía que
revestir el acuerdo de voluntades) y una actio (acción procesal que protegiera dicho acuerdo de
voluntades).
- Unilaterales: surgen obligaciones sólo para una de las partes. (Ejm. el mutuo).
- Bilaterales o sinalagmáticos: surgen para las dos partes:
- bilaterales o sinalagmáticos perfectos: si desde el principio hay obligaciones para
ambas partes (ejm. la compraventa).
- bilaterales o sinalagmáticos imperfectos: son aquellos que naciendo unilaterales, se
pueden convertir en bilaterales (ejm. el depósito).
- Stricti iuris (de derecho estricto): si la acción que lo protege es una acción stricti iuris
(ejm. el mutuo).
- Bonae fidei (de buena fe): si la acción que lo protege es una acción de buena fe (ejm.
todos los contratos consensuales).
- onerosos: los que implican beneficio para ambas partes. Siempre requieren una
contraprestación a cambio. (Por ejm: la compraventa).
- Gratuitos: los que suponen un beneficio sólo para una de las partes. No requieren
contraprestación a cambio. (Por ejm: el comodato, el depósito, el mandato).