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Obligación Jurídica
La obligación jurídica, en Derecho, es el vínculo jurídico mediante el cual dos partes (acreedora y
deudora) quedan ligadas, debiendo la parte deudora cumplir con una prestación objeto de la
obligación. Dicha prestación puede consistir en dar, hacer o no hacer, teniendo que ser en los dos
primeros casos posible, lícita y dentro del comercio. Los sujetos obligados, al igual que el objeto de
la obligación, deberán estar determinados o ser determinables.
El Derecho de obligaciones es la rama del Derecho que se ocupa de todo lo relacionado con las
obligaciones jurídicas.
Concepto
La obligación jurídica es aquella relación jurídica en virtud de la cual una parte (denominada
deudora) debe observar una conducta (denominada prestación) que puede consistir en dar, hacer o
no hacer, en interés de otra parte (denominada acreedora).
Los derechos reales son los que recaen directamente sobre cosas y no respecto a determinada
persona. Algunos de los derechos reales son principales, como el derecho de propiedad o dominio,
y otros son accesorios porque presuponen la existencia de un principal, como por ejemplo la
servidumbre, la hipoteca y la prenda.
Otra clasificación los denomina así: derecho real pleno (dominio), limitaciones al dominio
(usufructo, uso, habitación, servidumbres y algunos, equivocadamente, añaden al patrimonio
familiar), y derechos reales de garantía (prenda e hipoteca).
Los derechos reales tienen la calidad de absolutos ya que pueden ejercerse contra todas las personas
y por lo tanto[1]
El derecho personal en cambio es el que tiene una persona (denominada acreedor) respecto de otra
(denominada deudor), a fin de que esta cumpla una determinada prestación (proveniente de una
obligación, que es la contrapartida del derecho personal). La diferencia con los derechos reales
radica en que estos ya no colocan en relación las personas con las cosas sino las personas con las
personas, por esta razón tienen calidad de ser relativos ya que sólo pueden reclamarse de un
individuo determinado (deudor).
Algunas de las diferencias más importantes con los derechos reales son:
La obligación crea un vínculo patrimonial entre dos personas. El acreedor tiene un derecho
relacionado con la persona del deudor, no sobre una cosa o bien.
Los derechos reales son estipulados por la ley. En cambio, los derechos personales son tan
diversos como las personas así contraten.
Para la transferencia de los derechos reales, la ley suele imponer formalidades a seguir. Los
derechos personales en cambio, son mucho más flexibles a la hora de la cesión o la
transmisión.
Historia
Se dice que la forma más básica de obligación tuvo su origen en los pueblos primitivos en donde
quien había cometido un delito, podía pagar un precio para “compensar” el daño que había
generado al agraviado.
La palabra “obligación” se viene utilizando desde el siglo XII, pero etimológicamente viene de la
voz latina ob ligare (atar a, ligar con).
Los romanos definieron la obligación como: “Obligatio est iuris vinculum quo nesessitate
adstringimur alicuius solvendae rei secundum nostrae civitatis iura” que se puede traducir como:
Una obligación es el vínculo jurídico que nos constriñe en la necesidad de pagar algo según el
derecho de nuestra ciudad.
Luego, la doctrina pandectística alemana del siglo XIX introdujo la expresión “Schuldverhältniss”,
luego transmitida a Italia como “rapporto obbligatorio”, y de ahí a España, que ofició, en ésta como
en tantas otras áreas, de vehículo cultural para el derecho latinoamericano, donde se habla, desde
hace años, de “relación obligatoria”.
Elementos
Sujetos
Sujeto activo: es el acreedor, o sea, aquella persona que tiene la facultad de exigir el
cumplimiento. El acreedor tiene un derecho personal que se encuentra en el activo de su
patrimonio.
Sujeto pasivo: es el deudor, o sea aquella persona que tiene la carga de cumplir la
prestación convenida. Para el deudor existe una deuda que se encuentra en el pasivo de su
patrimonio.
Dos personas pueden ser recíprocamente deudor y acreedor. Por ejemplo en los contratos bilaterales
que son aquellos en que nacen obligaciones para las dos partes, como por ejemplo en el de
compraventa.
Para contraer una obligación la persona debe tener la capacidad legal para obligarse.
Objeto
El objeto de la obligación puede consistir en dar una cosa, hacer o sea ejecutar una determinada
conducta o no hacer o sea abstenerse de realizar una conducta.
El objeto debe estar determinado o ser determinable. En principio deben ser cosas existentes pero
también cabe obligarse respeto de una de cosa futura. Por ejemplo, la venta de próximas cosechas o
de cosas que están en proceso de fabricación. La obligación de dar puede referirse a cosas fungibles
o no fungibles. En el primer la obligación solamente está especificada por su clase o género (por
ejemplo, un kilo de azúcar) y se satisface con la entrega de un objeto de tal clase y calidad. En el
segundo caso las partes tienen en mira un objeto determinado (por ejemplo, una finca
individualizada) y solamente se satisface cumpliendo la obligación respecto de la misma.
Valor pecuniario
La ley exige que sea posible asignarle un valor pecuniario al objeto de la prestación, pues en caso
de no poder cumplirse, es indispensable para efectos resarcitorios poder cuantificarlo
monetariamente.
Cabe aclarar que la patrimonialidad de la prestación ha generado un arduo debate, entre quienes
consideran que la misma debe, en todos los casos, ser susceptible de una valoración pecuniaria y
quienes consideran que al derecho pueden y deben concernirle intereses que trasciendan al aspecto
solamente económico.
El objeto debe estar dentro del comercio. Por ejemplo, las cosas en dominio público normalmente
no pueden ser objeto de obligaciones, o derechos personalísimos, como la libertad personal, son
objetos fuera del comercio. En muchos ordenamiento jurídicos, sin embargo, se permite la
disposición de partes del propio cuerpo humano después de la muerte.
Es posible además, que la prestación pueda ser determinable (vgr. el precio que deberá el
comprador será el que tenga el bien dado en el mercado el 31 de enero).
Posibilidad
El objeto debe ser posible de ser realizado. Existen dos tipos de imposibilidad: la física, como sería
si, antes de ser notificado del desastre, el dueño de un barco lo vende cuando este acaba de
naufragar. La legal, cuando el objeto se encuentra fuera del marco de legalidad, ya sea por ser ilícito
o ajeno a las buenas costumbres.
Causa
Es el fin que las partes que forman la obligación persiguen y se propusieron a la hora de establecer
la obligación.
Según su objeto:
o Dar
o Hacer
o No Hacer
Se llama fuente al hecho, acto o disposición legal que da origen a obligaciones. Las fuentes de las
obligaciones pueden agruparse en dos grandes grupos: la voluntad y la ley.
Si bien la anterior es la clasificación que en la doctrina se considera más acertada, es otra la que
mantienen muchos de los Códigos Civiles influenciados por el Código Napoleónico.
Los romanos identificaron las fuentes de las obligaciones con la causa eficiente. Gayo, en un
principio, consideró que eran únicamente fuentes obligacionales el delito, el contrato y “figuras de
varias causas”. Posteriormente, los glosadores, a estas “figuras de varias causas” las dividieron
dependiendo de si se asemejaban más a un contrato (cuasi contrato) o a un delito (cuasidelito).
Pothier, uno de los principales elaboradores del Código Napoleónico, recogió esta clasificación y
añadió una quinta fuente: la ley.
La doctrina critica a esta clasificación. Unos dicen que, en realidad, las fuentes obligacionales
serían únicamente el contrato (negocio jurídico, más acertadamente) y la ley. Otros dicen que la
clasificación es incompleta ya que, en su criterio, faltarían otras fuentes (como, en ciertos casos, la
declaración unilateral de voluntad).
Actualmente se considera que son fuentes de las obligaciones:
Negocio jurídico
Dentro del negocio jurídico, se pueden distinguir dos grupos de fuentes de las obligaciones:
La voluntad de las partes: son obligaciones que nacen por la voluntad de las partes (sujeto
activo y pasivo) que componen la obligación. El contrato es la fuente de obligaciones más
común que existe, pues es el medio mediante el cual las partes formalizan la intención de
crear una obligación civil.
Los actos generadores de obligaciones. Son actos que producen obligaciones que no
necesitan del consentimiento de las partes. Dentro de esta categoría se encuentran la gestión
de negocios, la administración de la cosa en común y pago pago de lo indebido. Este grupo
de fuentes de obligaciones nacen del desprecio que tiene la ley por alguien que aumenta su
patrimonio a costa de otro y sin causa justificada.
Ley
La ley es por sí sola, generadora de obligaciones. Por ejemplo, la ley obliga a las personas a pagar
impuestos.
La naturaleza del derecho. Por ejemplo, derechos personalísimos como el derecho a la vida
o al honor.
Prohibición de ley: por ejemplo, jubilaciones y pensiones.
Voluntad de las partes: las partes pueden pactar la imposibilidad de transmisión del derecho.
Cuando se da una transmisión, lo que se cambia es la persona del acreedor, pero la obligación
continua siendo la misma, bajo las mismas condiciones. En ningún caso, una obligación puede
hacerse más gravosa de cumplir para el deudor, pues esto requiere de su voluntad.
Cesión de créditos
Hay cesión de crédito cuando un acreedor se obliga a transferir su derecho contra su deudor a un
tercero. La cesión de crédito es un contrato formal. El crédito se transfiere con todos sus accesorios.
Gran parte de la doctrina refuta este concepto, considerando que la cesión no es propiamente un
título (contrato), sino que es un modo (sinónimo de tradición).
La cesión de crédito no produce una novación subjetiva. De ésta, se diferencia en los siguientes
aspectos:
Son los hechos en virtud de los cuales la obligación deja de existir. En general estos hechos son, sin
perjuicio de lo que pueda establecer cada legislación en particular, los siguientes:
El pago
Compensación
Novación
La novación es la sustitución de una obligación por una nueva. Los simples cambios a una deuda no
necesariamente producen una novación. Para que esta se dé, debe de cambiar el objeto, la causa o
que un nuevo deudor venga a reemplazar al anterior.
Hay cambio de cosa cuando el objeto de la obligación es cambiado por otro distinto. Hay cambio de
causa cuando la naturaleza de la obligación se modifica. Ej: cuando un depósito es cambiado por un
arrendamiento.
Para que opere la novación, se debe contar con el consentimiento tanto del acreedor como del
deudor. En todo caso de novación, la deuda antigua se extingue. Pero si por algún motivo, la deuda
nueva es declarada nula, la antigua renacerá. En caso que sea una deuda solidaria, los demás
coobligados serán liberados, pero el deudor que nova estará subrogado en los derechos del acreedor
para exigirle a los demás codeudores la parte de la deuda que les corresponde.
Remisión
La remisión o condonación es la renuncia voluntaria y gratuita que hace el acreedor de toda o una
parte de la obligación.
Confusión
La confusión opera cuando en una misma persona se reúnen las cualidades de deudor y acreedor,
para la misma deuda. La naturaleza jurídica de la confusión radica en la ilógica que tiene, para el
derecho, que una persona se deba a sí misma.
Cumplimiento forzoso
Si el deudor no cumple, la ley pone a disposición del acreedor el aparato coercitivo del estado para
compelerlo a cumplir. Cuando el cumplimiento forzoso no fuese posible (por ejemplo en
obligaciones de hacer), se sustiye la obligación por la indemnización pecuniaria.
Un tercero puede satisfacer la obligación a nombre del deudor. En este caso, este tercero se subroga
en los derechos del acreedor.
Efectos anormales
Para que el acreedor tenga el derecho a acudir ante la protección del poder del estado, deben ocurrir
dos cosas:
Que el deudor no haya cumplido la obligación por una causa que le es imputable
Que haya daño para el acreedor.
Mora
El deudor está obligado a indemnizar todos los daños que sufra el acreedor por causa de su
retraso. Además, a partir de ese momento, adicional a los intereses monetarios que pueda
tener una deuda, empiezan a correr los intereses moratorios.
El deudor es responsable de cualquier daño que sufra la cosa, aún si esta se pierde por caso
fortuito o fuerza mayor, salvo que se pueda demostrar, que la cosa se hubiera perdido
también en posesión del acreedor.
Dolo
El engaño que se emplee para hacer que una persona participe en un acto jurídico puede ser
invocado para declarar su nulidad. El dolo no se presume y debe ser siempre demostrado por quien
lo invoca.
Culpa contractual
El incumplimiento de una obligación puede ser deliberado o deberse por impericia o negligencia.
En el primer caso, se trata de incumplimiento doloso. En el segundo, de incumplimiento culposo.
En algunos ordenamientos, la diferencia es importante a la hora de valorar el monto de la
indemnización. Para la doctrina subjetivista, a un deudor que faltó deliberadamente a su obligación
se le debe imponer una indemnización más gravosa que a quien hizo todo el esfuerzo posible por
cumplir, pero no pudo.
Aunque es obligación de todo deudor honrar su deuda, hay casos en que se le exime por
imposibilidad de hacer el pago. Siempre y cuando esta situación de imposibilidad no se la haya
procurado él mismo, y no haya mediado culpa o falta que le sea imputable. Es el principio “nadie
está obligado a lo imposible”.
El caso fortuito o fuerza mayor es un suceso ajeno al control del deudor que le impide cumplir con
la obligación. El hecho debe ser actual e imprevisible o imposible de evitar. Si el objeto de una
deuda se pierde por caso fortuito o fuerza mayor, la obligación se considera extinguida. Sin
embargo, las indemnizaciones o recepciones de seguros sí corresponden al acreedor que ha pagado
el precio de la cosa que pereció.
Obligaciones de hacer
En los siguientes casos, ni siquiera el caso fortuito o fuerza mayor eximen al deudor de cumplir con
la obligación:
Cuando esté constituido en mora, salvo que se demuestre, que el objeto se hubiera perdido
igualmente en posesión del acreedor.
Cuando haya contratado asumir las consecuencias del caso fortuito o fuerza mayor.
Cuando el suceso haya sido ocasionado, o se haya sufrido, por una acción que le es
imputable.
Imprevisión
Cláusula penal
La cláusula penal es accesoria. Si la obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor, este
no debe pagar la cláusula penal. Además es subsidiaria porque el objeto de la obligación sigue
siendo el mismo.
Nulidad y Rescisión
La nulidad es una condición de un acto jurídico, que debido a un vicio, deja de producir los efectos
jurídicos que produciría si estuviera adecuadamente constituido. Todo lo que se hubiere recibido,
debe ser devuelto al ser declarada la nulidad, incluyendo los frutos y accesiones. El efecto jurídico
es como si el acto nunca hubiese existido, razón por la cual todas las cosas deben de devolver al
estado en que estaban antes de la celebración del acto viciado. Sin embargo, la ley protege a los
terceros de buena fe que se vean afectado por esta retroactividad.
Alguna de las condiciones esenciales para la validez del acto es irregular o imperfecta.
Falta alguna formalidad que la ley exige cuyo interés es únicamente para las partes.
Cuando lo celebran personas relativamente incapaces. Estos defectos pueden ser reparados.
Responsabilidad Extracontractual
La fuente más común de obligaciones es el contrato. Sin embargo, aparte de la ley, puede surgir la
responsabilidad extracontractual.
Transgresión a la ley.
Un daño causado.
Relación de causalidad entre el hecho y el daño. Las relaciones de causalidad deben ser
determinadas en cada caso individual y con cuidado de no exagerar los nexos de causación.
Imputabilidad. El hecho debe ser imputable a la persona de la que se reclama la reparación
del daño.
Los culpables serán deudores solidarios de la víctima. En el caso de cuasidelitos, el coautor que
verifique el pago podrá reclamar de los demás la parte proporcional a la culpa de cada uno. En
delitos, no puede hacer este reclamo.
En caso de que la víctima tenga un grado de culpabilidad del daño que se le causó, el autor tendrá
un grado de culpabilidad no absoluto y sobre responderá civilmente bajo su proporción
correspondiente.
Responsabilidad refleja
En el concepto de responsabilidad refleja, nace una obligación sobre una persona por los actos
dañosos cometidos por otro. La ley nos provee los casos de responsabilidad refleja:
Responsabilidad de dependientes
Es dependiente todo aquel que se encuentra en una relación de subordinación en la ejecución de una
actividad determinada. Es necesario que haya relación entre las actividades que son encomendadas
y el hecho dañoso.
El fundamento de la responsabilidad del principal es la delegación del riesgo que se hace sobre el
subordinado. El principal tiene el derecho de demandar de su dependiente lo que haya tenido que
pagar.
También es responsabilidad refleja la de los padres con sus hijos, la de las cosas inanimadas, la de
los animales feroces con respecto a sus dueño, entre otras.
El patrimonio del deudor constituye garantía común para los acreedores. Con él responde el deudor
para satisfacer las obligaciones que haya contraído. Pero el deudor puede disponer de su patrimonio
como quiera, siempre que no esté en insolvencia o lo haga fraudulentamente con la intención de
perjudicar a sus acreedores.
Son privilegiados los que (a) por ley, gozan de una preferencia, como lo es el mismo estado en
materia de deudas tributarias, o (b) los que disfrutan de una garantía real, como los acreedores
hipotecarios o pignoraticios. Pero si la garantía real de un acreedor hipotecario o pignoraticio no
basta para cubrir la obligación, el saldo lo entran a disputar como acreedores comunes.
Ante un deudor que no pueda honrar las deudas que ha contraído, los acreedores tienen distintos
medios legales para garantizar la mayor posibilidad de satisfacción de sus derechos personales. Así,
las siguientes son medidas y acciones puestas a disposición de los acreedores por el ordenamiento
jurídico.
El embargo
La inhibición
La inhibición afecta todos los bienes inmuebles del deudor. Le es imposible enajenarlos o gravarlos.
Será una pesona, declarada judicialmente, quien podrá controlar los negocios del deudor en
beneficio de los intereses de los acreedores.
Derecho de retención
Es un derecho que se da a los acreedores de retener objetos pertenecientes al deudor hasta que este
pague la deuda. Por ejemplo, en un arrendamiento, el acreedor tiene el derecho de retener todos los
bienes que el deudor tenga almacenados en el inmueble hasta que éste satisfaga la deuda.
La acción oblicua
El acreedor, quien tiene el interés que el deudor se encuentre siempre en capacidad de satisfacer su
obligación, puede actuar en lugar del deudor cuando este sea negligente en el cuidado de su
patrimonio. Puede aceptar legados, cobrar deudas no cobradas, hacer inscribir un inmueble que le
corresponde al deudor, etc. La acción oblicua no le da derecho al acreedor de administrar los bienes
del deudor, ni de disponer de ellos. Para el ejercicio de la acción oblicua, el acreedor necesita:
Cuando se trate de proteger el patrimonio de un deudor, como evitar una prescripción, el acreedor
puede actuar aun cuando no tenga orden judicial ni sea el crédito exigible.
La acción pauliana
El acreedor puede pedir la nulidad de los actos que realice el deudor en perjuicio de sus acreedores.
El deudor puede disponer de sus bienes siempre que tenga la capacidad de responder a sus
obligaciones.
La simulación
En la simulación, los contratantes convienen ocultar una mentira mediante un acuerdo distinto a sus
verdaderas intenciones. Existe un acto simulado (el que se da a conocer) y un acto secreto (la
verdadera intención de las partes). Tiene una apariencia distinta a la realidad. El acto simulado
puede haber sido realizado con la intención de perjudicar a los acreedores, razón por la cual éstos
pueden protegerse pidiendo la nulidad de tales actos.
El acto simulado sufre de una invalidez absoluta.Para la prueba de la simulación, se admite toda
clase de pruebas, aún testimoniales e indiciarias, esto por razón de la dificultad de demostrar las
intenciones de las personas a la hora de celebrar el acto.
Prescripción
La prescripción (extintiva o liberatoria) se produce por la inacción del acreedor por el plazo
establecido por cada legislación conforme la naturaleza de la obligación de que se trate y tiene
como efecto privar al acreedor del derecho a de exigir judicialmente al deudor el cumplimiento de
la obligación. La prescripción no extingue la obligación sino que la convierte en una obligación
natural por lo cual si el deudor voluntariamente la paga no puede reclamar la devolución de lo
entregado alegando que se trata de un pago sin causa.
Insolvencia es el estado del deudor que no cuenta con los bienes suficientes para satisfacer sus
deudas. La insolvencia debe ser declarada judicialmente, pues la simple ausencia de pagos no la
establece. La insolvencia con más de un acreedor se denomina concurso de acreedores.
La insolvencia puede solicitarla el mismo deudor que ve su estado financiero deplorable, o alguno
de los acreedores cuyo crédito fuera ya exigible.
Consecuencias de la insolvencia
El deudor queda imposibilitado de disponer de los bienes que fueran embargables. El acreedor
asume la personalidad del deudor para proteger los bienes, y en el concurso de acreedores, es el
curador, bajo la autoridad del juez, quien asume esta responsabilidad.
Los bienes que gocen de una garantía real no entran en el concurso. No son reclamables hasta que el
respectivo acreedor se presente al concurso para reclamar el bien que protege la garantía que posee.
En el concurso deben presentarse todos los acreedores a realizar sus respectivos reclamos. No
pueden hacerlo por separado.
Los curadores
Los acreedores deben legalizar su crédito, es decir, deben presentarse ante el juez para presentar su
reclamo de pago y el legítimo interés que tienen en el concurso.
El concurso puede terminar por arreglo entre los acreedores y el insolvente, o por haberse
distribuido los bienes en el concurso. Los acreedores que no hayan participado en el concurso
pueden reclamar sus créditos al deudor, pero solo la parte que les hubiera correspondido si hubieran
participado en el concurso.
Concluido el concurso, los acreedores a los que se les quedare debiendo tienen derecho de reclamar
el faltante, pero no antes de un determinado periodo de tiempo después de concluido el juicio. Este
plazo lo da la ley al insolvente para que se recupere de nuevo patrimonialmente.
Aun en la insolvencia fraudulenta, deben dejarse fuera del despojo aquellos bienes que sirven para
alimentar al deudor y a su familia. También son no perseguibles los siguientes bienes del
insolvente:
Reivindicación
Aquellos instrumentos pecuniarios que estuvieran en posesión del insolvente sin ser éste su
propietario, y que hayan sido agregados al inventario del patrimonio del insolvente durante
concurso de acreedores, pueden ser reivindicados por el legítimo dueño, y de haber dispuesto de
ellos el insolvente, pueden formar parte del concurso.
Acreedores de la masa
Aunque todos los acreedores del deudor deben presentarse a reclamar sus créditos cuando se
declare la inslvencia, no todos los acreedores son pagados con igualdad. Al conjunto total de bienes
patrimoniales que serán utilizados para satisfacer los créditos del deudor se le denomina masa
común, y se pagarán con ella los acreedores en el orden que determine la ley.
Los créditos más viejos gozan de prioridad sobre los más nuevos, y los que no tienen fecha se
agrupan y quedan de últimos.
Bibliografía