Trails of Sin 1 - Knotted - Pam Godwin

Machine Translated by Google
Contenido
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26 27 28
Hasta la próxima
Otros libros de Pam Godwin

lista de reproducción
Expresiones de gratitud
Acerca de Pam Godwin
El terreno de la infancia da forma al alma, y el alma nunca olvida.

No olvida los campos de Julep Ranch bajo el cielo de acuarela.
El olor a tierra de la hierba bajo los pesados cascos de Barnabe.
El chirrido de los insectos en la brisa seca del verano.
O Conor Cassidy, la chica más sexy de Oklahoma, suave y cómoda contra mi espalda.
Agarro los bordes de mi paisaje y lo envuelvo a mi alrededor, tomando respiraciones nutritivas.
Barnabe, mi semental castaño, contrae músculos poderosos entre mis piernas mientras trota por el sendero
polvoriento.
Detrás de mí, Conor presiona su cuerpecito apretado contra el mío y desliza una mano cálida debajo de la parte
delantera de mi camisa.
Ahora yo también estoy temblando, inquieta y hambrienta. Eso es lo que ella me hace. Un toque y me siento
como un caballo sin castrar, una bestia con fuego en las venas, corcoveando y jadeando ante el olorcillo de una yegua
en celo.
No tengo que mirar atrás para ver su expresión. Con la barbilla levantada hacia el cielo, el pelo rojo en llamas
y la guitarra atada a la espalda, sé que está curvando esos labios carnosos en una sonrisa serena mientras absorbe la
calidez del crepúsculo.
Ella ama esta tierra tanto como yo.
Ella me ama.
Y esta es nuestra noche.
He memorizado los contornos de su cuerpo tan a fondo como el terreno de nuestros diez mil
rancho de acres. En unas pocas horas, la conoceré aún mejor. Más adentro.
La conoceré de la manera más íntima posible.
La conciencia crepita debajo de mi piel como siempre lo hace cuando ella está cerca. Pero esta noche, el
la estática se siente más aguda, más frenética y más baja. Cristo, el nudo de electricidad entre mis piernas hace
que mis jeans estén dolorosamente apretados. Mi polla está furiosa, hinchada, palpitando como un latido enojado.
Y pensar que me masturbé dos veces antes de salir. Mucho bien me hizo. Si reviento una nuez antes de
entrar dentro de ella, nunca me lo perdonaré.
La estampida al galope de dos caballos se acerca por detrás. Jarret pasa al trote, desviando a su caballo negro
por el sendero mientras lanza un beso a Conor.
Mi hermano gemelo puede parecerse a mí, pero no somos idénticos. Su cabello es más oscuro, sus ojos de un
tono marrón más pálido. Algunos dicen que su sonrisa es más grande y encantadora, y tal vez sea cierto.
Las chicas locales se salen de sus bragas cada vez que les guiña un ojo.
—Pensé que Emma estaría contigo esta noche —digo a su espalda.

Da una patada a un hombro, un encogimiento de hombros evasivo, mientras el hermano de Conor, Lorne, saca el tema.
trasero.
Jarret está pensando en que le guste Emma. Lorne reduce la velocidad de su caballo junto al mío, sonriendo.
“Ya me gustaba. Mucho." Jarret levanta una mano en señal de paz. "Con estos dos dedos".
“Qué rompecorazones”. Conor ahoga su risa contra la parte de atrás de mi camisa.

"Te ves hermosa, hermana". Lorne inclina el Stetson sobre su cabeza, su expresión de cariño.
"Gracias, cariño", dice arrastrando las palabras. "Tú también eres despedida de soltero esta noche, ¿eh?"
"Sí." Lorne me mira con complicidad, ajusta el estuche de la guitarra en su espalda y se adelanta para unirse a Jarret.
Lorne acaba de graduarse de la escuela secundaria y, por primera vez en nuestras vidas, parece... mayor. Quiero
decir, él es mayor. Un año mayor que Jarret y yo. Dos años mayor que Conor. Pero parece que maduró de la noche a la mañana,
tal vez ganó algunos puntos de coeficiente intelectual, creció algo de vello en el pecho o algo así.
Sin embargo, nada ha cambiado entre nosotros. Puede que sea muy protector con su hermana, pero también es mi mejor
amigo y el apoyo número uno de mi relación con ella.
Nuestro clan de cuatro comparte una cercanía extraordinaria, un vínculo inseparable que nace desde la infancia.
Crecimos juntos en el rancho. Nuestros padres son dueños de la operación de ganado juntos. Nuestras madres murieron hace
catorce años... juntas. Hemos pasado toda nuestra vida jugando, trabajando, peleando y riendo juntos.
Algún día, los cuatro seremos dueños de Julep Ranch al igual que nuestros padres antes que nosotros.
Más adelante, la voz de Jarret se desplaza a favor del viento mientras le cuenta a Lorne sobre la chica con la que se acostó por última vez.
noche. Sus descripciones gráficas me hacen hiperconsciente de que Conor y yo somos los únicos vírgenes.
No estoy celoso. Es solo que... Solía pensar que ella y yo seríamos los primeros en llegar hasta el final. Nosotros
fueron los primeros en besarse, los primeros en besarse sin ropa. Pero pisé los frenos en el sexo. Siempre fue demasiado joven.
Los insectos zumban a través de la hierba, tarareando sonidos ansiosos mientras el sol poniente pinta el cielo con
promesas oscuras y hambrientas.
Es el decimosexto cumpleaños de Conor.
El día que he esperado toda mi vida.
Lorne y Jarret conocen mis planes esta noche y están aquí para interferir. todo lo que se necesita es
un peón del rancho para tropezar con nosotros e informar a Dalton Cassidy que estoy en el pasto del sur, desflorando a su única
hija.
Pero el padre de Conor no es la mayor amenaza. Es mio. John Holsten la ama como a una hija,
pero nunca ha tolerado nuestra relación. De hecho, lo prohíbe .
Jarret puede pasar tiempo con quien quiera, así que no entiendo la restricción de papá sobre Conor y yo. Ella es mi
pasado, mi presente y mi futuro. Soy todo cuando estoy con ella y nada sin ella.
Sin embargo, ella no está permitida en mi habitación. No se me permite tomar su mano o, Dios no lo quiera, besarla. Lorne
y Jarret han dominado el arte de encubrirnos mientras nos escabullimos por la casa de ocho mil pies cuadrados que comparten
nuestras familias. La mayoría de las noches cabalgamos hacia los pastos del sur después de que nuestros padres se hayan retirado
por la noche.
como esta noche
Lorne y Jarret desaparecen detrás de la cresta, y Barnabe camina lentamente detrás, meciendo a Conor contra mí en
un capullo de calor y fricción.
Paso las yemas de los dedos por su muslo, deleitándome con el apretón de sus piernas alrededor de mis caderas y
el aumento de la piel de gallina a lo largo de su piel. Piel irlandesa cremosa y sedosa que se quema tan fácilmente al sol.
Conozco cada peca de su cuerpo y me he aventurado a contarlas a lo largo de los años. Pero el oscuro en el borde de su
pezón derecho siempre me distrae de la tarea.
Maldita sea, me encantan sus tetas. Los pezones de color rosa oscuro. La forma en que se endurecen contra mi lengua.
Me encantan todas sus partes bonitas: el verde vibrante de sus ojos, la mueca de sus labios, la forma de sus piernas tonificadas
y estos pantalones cortos...
Paso mi mano sobre la mezclilla deshilachada, íntimamente familiarizada con este par de pantalones cortos en particular.
El agujero desgastado cerca de la cremallera se ha estirado con el tiempo por mi dedo pinchante, y si ella se dobla a la perfección,
puedo ver el pliegue entre su culo y muslos perfectos.
"Eres calmado." Deslizo una mano debajo de la parte posterior de su rodilla, haciéndole cosquillas en la piel suave allí.
Los mosquitos zumban en el silencio y me pican los brazos desnudos.
Golpea uno en mi cuello y se inclina para rozar sus labios contra la picadura. "Estoy nervioso."
“Si fuera un buen tipo, te diría que podemos esperar”.

No esta pasando.
He esperado años, fantaseando, queriendo. La deseaba cuando sus besos me hacían tartamudear. La deseé cuando mi
pene comenzó a endurecerse en mi mano. La deseé cuando le crecieron los senos y apareció vello oscuro debajo de mis brazos.
Realmente la deseaba cuando descubrí la pornografía y vi todas las formas sucias, lamiendo, chupando y golpeando en las que
podía desearla.
Durante los últimos dos años, pasé mis noches besando y follando el espacio en mi cama.
eso debería haber estado lleno de Conor Cassidy. Pero no pude tenerla como quería.
Hasta ahora.
Algunos podrían pensar que dieciséis años es todavía demasiado joven para lo que tengo en mente.
Que se jodan.
Cumpliré diecisiete el próximo mes. Tenemos la misma edad desde hace solo dos semanas, y esta noche se siente como
un rito de iniciación largamente esperado. Un encuentro trascendental. El comienzo de nuestro futuro.
No sé de dónde viene esta mierda sentimental. Fui criado por un hombre duro, que no tiene ni el tiempo ni la inclinación
para los ideales románticos.
Estoy cortado con la misma tijera, formado por la tierra accidentada en la que me crió. Pero todo
mis partes blandas pertenecen a Conor.
No esperes más, Jake. Ella mueve su mano sobre mis abdominales, sumergiendo los dedos audaces debajo de la hebilla de
mi cinturón.
"Toda la razón." Mi respiración se escapa de mí, cortando mi voz.

Puede que esté muy nervioso y duro como una roca, pero esta desesperación, esta necesidad, es más grande
que simplemente correrse dentro de mi chica.
Ella es el nexo de mi mundo. Un mundo que va más allá del sexo, las campanas de boda y cabalgar hacia el atardecer.
Cabalgaré hacia el este, si es allí adonde va ella. Conduciré un sedán, si eso es lo que ella quiere. Usaré jodidos mocasines, si eso
la hace sonreír.
Demonios, estoy tan enamorado de ella que ni siquiera necesito pies. Voy a flotar en lo alto que tengo cada vez
que ella está cerca.
"Va a ser genial." Mi polla piensa que sí. Nunca he estado tan dolorosamente excitado. Estoy bastante seguro de que puedo
batear un jonrón con la madera en mis pantalones.
"Oh, será genial para ti". Ella empuja su mano más profundamente en mis jeans y agarra la baqueta.
longitud de mi. “Pero esto va a doler”.
"Conor..." Con un gemido ahogado, saco sus dedos de mi pene. "Iré despacio".
"Lo sé." Ella apoya su mejilla en mi columna y suspira. “Te amo, Jake Holsten. Incluso si
no vas lento. Incluso si no es tan bueno”.

"Maldita bebé." Presiono un puño contra mi pecho, riendo. “No es el voto de confianza que estaba buscando”.
"No necesitas eso conmigo". Ella levanta el Stetson de mi cabeza, acaricia una mano a través de
mi pelo, y me devuelve el sombrero. “Solo somos nosotros”.
"Y está destinado a ser". Agarro su muslo y lo aprieto. "Eso es todo lo que necesitamos".
Cuando llegamos a la cresta, ato a Barnabe a un árbol junto a los otros caballos. El sendero continúa por una fuerte
pendiente y termina en un barranco rodeado de acantilados. Ahí es donde la llevaré cuando no haya más luz en el cielo que las
estrellas. Tenemos alrededor de una hora hasta la oscuridad total.
Mientras Lorne enciende un fuego, me reclino contra un tronco en el borde del claro con una línea de visión directa sobre mi
chica. Se para cerca de la fogata y afina su guitarra acústica, mirándome mirarla con una sonrisa brillando en sus ojos.
El largo cabello castaño cae hasta su cintura en ondas naturales, la longitud perfecta para enredarse alrededor de mi
puño. Es una cosita pequeña, pero esos pantalones cortos hacen que sus piernas parezcan millas de largo. Las resistentes
botas de punta cuadrada son una provocación adicional. Sin mencionar la forma en que la camisa de franela cuelga abierta y
desabrochada debajo de sus tetas, revelando su abdomen tonificado y satinado. La vista me pone tan malditamente caliente que
me siento delirante.
Creo que está tratando de matarme.

Jarret saca su armónica, y unos minutos más tarde, él y Conor se deslizan en una música sureña.
sesión de improvisación de rock. Es una melodía de calentamiento de blues con un poco de influencia de Skynyrd , tal vez algo
de Outlaws, pero sobre todo es un buen rock local.
Mientras las notas zumbantes de la guitarra y la armónica se arremolinan a mi alrededor, puedo sentir exactamente dónde
la canción proviene de nuestras raíces familiares, la tierra de nuestro querido rancho y el corazón de nuestra inquebrantable
amistad.
Lorne aviva el fuego en llamas hipnóticas y crepitantes y se tumba a mi lado con su
guitarra. Conor comenzó a tocar la guitarra cuando era la molesta hermana pequeña que quería hacer todo lo que hacía su
hermano. Ella todavía lo idolatra, pero su talento musical lo superó hace años.
“Si la dejas embarazada...” Lorne toca las cuerdas, la voz tranquila y los ojos oscuros fijos en
Conor. “Te patearé las bolas con tanta fuerza que tus nietos cantarán soprano”.
"Ella está tomando la píldora". Me inclino hacia adelante y capturo su mirada. “Nunca jodería sus planes”.
Después de la secundaria, quiere estudiar medicina veterinaria a una hora de distancia en la Universidad Estatal de
Oklahoma. Ella sueña con convertirse en la veterinaria residente de nuestro rancho de ganado, y es lo suficientemente inteligente, lo
suficientemente tenaz para hacerlo realidad.
Él asiente, su expresión pensativa. “Mi papá me está ascendiendo a capataz”. Ya era hora. Le doy
un fuerte golpe en la espalda.
Lorne conoce la operación ganadera mejor que cualquiera de nosotros, y los empleados respetan
el infierno fuera de él. Algún día se hará cargo de todo el rancho y nadie se interpondrá en su camino.
"Sí, bueno, tú eres el que tiene el cerebro". Me mira desde dentro de la sombra de su
sombrero. “Todos contamos contigo para mejorar los márgenes de beneficio”.
La única razón por la que tengo calificaciones perfectas en la escuela es porque estudio mucho. Soy un tipo de números.
Contabilidad y Finanzas. Estaré listo para encargarme de los libros a tiempo completo cuando me gradúe.
Jarret, por otro lado…
Mi hermano apoya su espalda contra la de Conor mientras tocan sus instrumentos, riendo y balanceando sus caderas.
Dice que va a ser un hombre de seducción internacional cuando crezca. La verdad es que nunca abandonará la parte central de
la ganadería. Nació para ser un vaquero,
montando y pastoreando y trabajando con sus manos. Supongo que hay una pizca de eso en todos nosotros.
Conor cambia la armonía y encuentra mis ojos a través de la bruma del humo de la fogata. Con un
sonrisa coqueta, rasguea las notas que hacen que mi sangre lata y mis piernas se muevan. No toco ningún instrumento, pero puedo
tocar una melodía, y me encanta cantarle esta canción.
Me pongo de pie y merodeo hacia ella, articulando la letra de Run de Matt Nathanson y Sugarland. Ella se aleja de Jarret, y yo
me deslizo detrás de ella, dejando que un hilo de acento vibrante atraviese mi voz mientras canto suavemente en su oído.
Ella tararea felizmente, tocando las cuerdas y apretando su trasero contra mí. Dejo caer mis manos para
sus caderas y arrastro mi nariz a lo largo de su cuello.
Buen Dios, huele bonito, como flores silvestres y glaseado de crema dulce. Me muero por hundir mis dientes en ella. Así lo hago,
justo en la parte suave debajo de su oreja.
Con un gemido, gorjea la parte femenina de la voz. Que voz tan angelical. Y ohtan seductora.
Canto mis líneas a continuación. Luego cantamos el coro al unísono, sonriendo y moviendo nuestras caderas juntas.
Deja su guitarra a un lado mientras Lorne continúa la armonía con la suya. con el de jarret
armónica en el fondo, Conor y yo nos deslizamos en una rutina lenta y fácil. Me encanta la forma en que la curva de su trasero se ajusta
tan perfectamente a mi ingle. Pero quiero sus ojos, sus labios. Quiero ese culo en mis manos.
Dándole vueltas, pecho con pecho, boca con boca, la beso con letras, y ella besa
yo con sonrisas. Entonces los besos toman el control, la canción olvidada.
La sinergia de nuestras respiraciones combinadas calienta mi sangre, y los globos redondos de su trasero
llena mis manos. Pero no puedo acercar nuestros cuerpos lo suficiente. Quiero arrastrarme dentro de ella y nunca salir.
El anochecer suaviza la cresta con sombras, persiguiendo la luz del fuego a través de sus rasgos. ella mira hacia arriba
hacia mí, suspirando de satisfacción. Relajado y listo. Es la hora.
Agarrándola de la mano, la conduzco hacia los caballos. Alcanza su guitarra, y tiro de ella para pasarla.
"No necesitarás eso". La levanto a horcajadas sobre Barnabe, mirando hacia atrás. Luego me subo a la silla de montar con
cuerdas de pomo bajo y engancho sus piernas alrededor de mis caderas. "Tampoco necesitarás esto". Le quito las botas y los calcetines,
los tiro e insto a Barnabe hacia el sendero inclinado.
Lorne y Jarret continúan jugando, con la mirada baja y engañosamente alerta. Solo hay una forma de entrar y salir del barranco,
y se quedarán aquí el tiempo que sea necesario para asegurarse de que nadie se acerque sigilosamente.
sobre nosotros
Barnabe sigue el sendero empinado a través de los árboles, serpenteando alrededor de los salientes de los acantilados rocosos.
Conoce el camino a mi lugar favorito, lo que me deja las manos libres para cosas más importantes.
Envuelto en privacidad, le quito la camisa y la meto debajo de la falda de la silla de montar. Su pecho se agita,
abultando sus pechos sobre las copas del sujetador. Ella enmarca mi cara con sus manos.
Su mirada me atrapa, y no puedo quitar la mía de ella. Comunicarnos sin palabras, encerrados en una anticipación compartida,
somos un solo corazón atronador de júbilo y nerviosismo.
"Esto está ocurriendo." Casi no puedo respirar.
Las pestañas largas y gruesas parpadean sobre los llamativos ojos iluminados por la luna. "Sí."
Nuestras bocas chocan en un beso de urgente necesidad. Estoy hambriento por ella, por su sabor familiar,
la sensación de sus labios carnosos y la esencia reconfortante de su aliento. Huele a hogar: mi corazón, mi niña, mi aroma favorito
en todo el mundo.
Es tan dolorosamente hermosa y bondadosa que todos los chicos de la escuela quieren estar con ella. Todavía
ella se salvó para mí. Ella está aquí, ahora mismo, con toda la intención de darme una de las cosas más significativas que
puede darme. Porque ella es mía.
Es humillante.
Y malditamente emocionante.
Mi pulso aúlla a través de mis venas, y mis manos tiemblan mientras busco a tientas el broche de su sostén. Y sigue
hurgando. Maldita sea, ¿está atascado el anzuelo?
"Jake, te amo". Ella muerde mis labios, respirando pesadamente. “No importa cuán inútil seas para quitarte un sostén”.
Estoy inundado de nervios, temblando y riéndome de mí mismo. "Dame un poco de holgura aquí".
"Nunca." Alcanza su espalda y libera el broche con un chasquido de sus dedos.
Cuando el sostén cae entre nosotros, mis manos atrapan el suave peso de sus pechos. La tensión de sus pezones se
encuentra con mis pulgares y se me hace la boca agua.
"Tengo tanta hambre de ti". La rodeo con mis brazos y la atraigo más fuerte a mi regazo, dándome un festín con
sus labios.
“Dios, la forma en que besas…” Frota su lengua contra la mía, jadeando. "Si no te conociera mejor, pensaría que has
estado practicando con otra persona".
"Tu sabes mejor." Sonrío contra su boca. “Pero amo tus celos casi tanto como
tus cumplidos Sigue adelante."
"Sabes lo caliente que eres". Pasa un dedo por mi mandíbula recién afeitada. “Más caliente que el sol de Oklahoma.
Sexy en todos los lugares correctos”.
"¿Sí?" Agarro sus caderas y me balanceo contra ella, dejando que su clítoris sienta lo duro que me pone.
Ella tararea en mi boca. “Odio la forma en que Sara Gilly te mira en la cafetería”. Sus uñas muerden mis hombros.
“Y cuando caminas por el pasillo, todos te miran el culo”.
"¿OMS?"
“Courtney, Rosie, Shannon, Tina…”
"No es verdad." Sé que tiene razón, pero ninguna de esas chicas se compara con la que está en mi regazo.
“Todos quieren un pedazo de ti, y Dios sabe que hay mucho para todos”. ella empuja un
mano entre nosotros y acaricia mi forma rígida a través de los jeans. “No puedo creer que vayas a poner esto dentro de mí”.
Busco su rostro, pero ya sé que no encontraré vulnerabilidad allí.

Mi niña es sol, cuero crudo y pura lucha. Ya sea que esté arreando ganado, tocando la guitarra o perdiendo la virginidad,
se pondrá esos dedos cuadrados y enfrentará el desafío con luminosidad y dureza.
Barnabe llega al barranco y yo desmonto. Conor se mueve para seguirme, pero le doy palmaditas en el muslo.
indicándole que se quede. Ella está descalza, y tengo algunas cosas que arreglar.
Un riachuelo poco profundo gorjea entre los escarpados acantilados, lo suficientemente fuerte como para ahogar el crujido del agua.
grava debajo de mis botas. Es tranquilo aquí, privado y oscuro gracias a la copa de los árboles.
Saco un bulto de mantas de la silla y lo desenrollo en un lugar calvo entre la pared de roca y un gran árbol.
"¿Qué estás haciendo?" Se inclina sobre la espalda de Barnabe y apoya la barbilla en una mano curvada.
Desvergonzadamente, gloriosamente, distraídamente desnuda de cintura para arriba, me mira con una
sonrisa astuta. Definitivamente tratando de matarme.
"Verás." Enciendo una pequeña linterna del paquete.
Esperé hasta el anochecer para disuadir a los peones del rancho de deambular por aquí, pero de ninguna manera voy a
tener sexo con ella en la oscuridad. Necesito ver cada centímetro de su desnudez y la belleza
mira su rostro cuando empujo dentro de ella.

Con la manta extendida en el anillo de luz, vuelvo a ella y la levanto de la silla. Ella
Me agarra con fuerza en una jaula de brazos y piernas, y sus labios encuentran los míos con una urgencia sorprendente.
Me sumerjo en el beso y paso una mano por su cabello mientras la llevo hacia la manta.
Dado el frenesí enredado de nuestras lenguas, se siente como si estuviera cargando con diez años de deseo reprimido.
Ella sabe y se ve pecaminosamente erótica, pero hay una inocencia seductora en ella. Si ella supiera todas las formas
depravadas que he imaginado profanando su cuerpo. No quiero ir lento. Quiero desgarrarla con estocadas despiadadas. Quiero
sujetarla y follarle la boca. Quiero amarrarla y follarla por el culo. Quiero llevarla a lugares en los que ni siquiera puedo permitirme
pensar porque me asusta muchísimo.
Sin embargo, no la lastimaré. No durante nuestra primera vez. Pero algún día…
Algún día, ella temblará debajo de mí, tan excitada y loca que me rogará que la castigue.
Tenemos toda nuestra vida para trabajar hasta eso, y tengo una paciencia infinita.
La bajo sobre la manta y, sin apartar la mirada de ella, me quito el sombrero, la camisa y
cinturón. Sus manos vuelan a mi cremallera, acariciando mi polla en su prisa por desnudarme.
"Espera, niña". Sujeto sus muñecas por encima de su cabeza y me inclino sobre ella. “Sigue así y esto
terminará en sesenta segundos. Quiero que dure.
"Te deseo." Sus labios carnosos hacen pucheros con las palabras roncas.
Con un gemido, coloco mis caderas en la V de sus muslos y la cubro con mi peso.
"Quieres esto". Conduzco la longitud de mi erección a lo largo de la entrepierna de sus pantalones cortos. "Sentirlo.
Imagínate que te desgarra.
No espero que esté asustada o abrumada. ¿Quizás un poco vacilante? Pero ella ni siquiera es eso. Está sin aliento e
impaciente, tratando de liberar sus manos de mi agarre para llegar a
a mí.
"Dejame tocarte." Ella arquea la espalda, frotando sus hermosas tetas contra mi pecho.
“Vamos, Jake. No me hagas esperar.
Ella va a esperar, porque eso es lo que quiero. Para tener el control, empujar sus límites y doblar
ella a mi voluntad, es lo que anhelo. Pero esta noche, disfrazaré mis deseos más oscuros como bromas dulces y juguetonas.
Me deslizo fuera de sus pantalones cortos y bragas, exponiendo su forma desnuda en el suave resplandor de la
linterna. Piel clara, tetas turgentes, caderas esbeltas y un triángulo castaño rojizo que conduce a la costura húmeda de mi
destino: su cuerpo impecable merece toda una vida de atención.
El olor de su coño embriaga el aire mientras la colmo de devoción. Mis dedos adoran. Mis ojos invaden. Mi boca
devora. En el momento en que la he lamido desde la boca hasta la raja y viceversa, ella se retuerce, empapada entre las piernas
y jadeando con temblores en todo el cuerpo.
Con mis manos ocupadas, no he podido evitar que me agarre y tire de mí. Ella quiere apresurar esto y yo quiero controlar
cada segundo orquestado. Sé que en el momento en que me arrastre sobre ella, meterá esos dedos codiciosos en mis pantalones
y me robará el control.
Pero tengo una solución para eso, inspirada en algunos videos tabú que busqué en línea. Hay algo innegablemente
excitante en el bondage. Me toca profundamente, despertando pensamientos secretos e indecentes como ninguna otra cosa.
Aparentemente, a algunas mujeres les gusta estar restringidas, y me pongo serio pensando en hacer
él. Sé cuerda. Sé nudos. Y conozco a Conor.
Alcanzando el último artículo del paquete, levanto un rollo de cuerda y lo desenredo con agitación.
manos. La idea de ella atada e indefensa me da ganas de correrme.
"¿Qué vas a hacer con eso?" Ella levanta una ceja rojiza. "¿Arreglarme como una vaca?"
"No". Señalo con la barbilla el sólido tronco de un árbol cerca de su cabeza. “¿Ves ese árbol? Voy a atarte las
manos y follarte hasta que ambos nos desmayemos.
La miro a los ojos mientras ella examina mi rostro de arriba abajo, de lado a lado. Su mirada es inquieta,
inquisitiva. Ella me conoce, me ama, y todo está ahí, abierto y sin filtrar, en sus mejillas sonrojadas. Ella brilla con excitación.
Y total, absoluta confianza.
"Dame tus manos." El solo hecho de dar la orden hace que mi pene palpite.
Levanta los brazos, su contacto visual es tan cautivador como su obediencia.
Entrelazo sus muñecas con movimientos rápidos. "Te amo."
"Yo también te amo." Ella frunce los labios. “Te amaría mucho más si estuvieras desnudo”.
"Te lo daré cuando esté listo". La deseo tanto que estoy malditamente cerca de hacer un agujero a través de
mi cremallera. Pero necesito que ruegue por mi polla antes de sacarla.
Desenrollo la cuerda del árbol, la envuelvo alrededor del tronco, la aprieto, la anudo y doy el
atando un fuerte tirón. De espaldas con los brazos estirados sobre la cabeza, las muñecas encadenadas contra
el tronco. Ella no va a ninguna parte.
Retrocedo, me levanto en toda mi altura y dejo de respirar. Verla así... Dios mío, es
moralmente incorrecto. Impío como el infierno. Y absurdamente, maravillosamente bien.
Con los brazos atados y los muslos abiertos, ella es todo curvas y grietas prohibidas, carne y respiraciones
temblorosas, montículos suaves y agujeros estrechos.
La sangre me sube a la polla y me acaricio a mí misma a través de los vaqueros. Mis músculos se tensan, luchando
contra el impulso de caer sobre ella como un niño sin experiencia.
Si bien puedo ser inexperto, no carezco de disciplina. He tenido años para pensar
esto, planifícalo y haz que sea bueno para ella. Pero no estaba preparado para esto... esta salvaje y liberadora
reacción al verla desnuda y atada. Es una sensación de poder convincente y posesiva, que se flexiona y se estira
dentro de mí como un par de alas.
"Eres hermosa." Palabras inadecuadas para la imagen que tengo delante.
"Por favor, Jake". Planta los pies sobre la manta y tuerce las muñecas contra la cuerda.
"Deja de burlarte de mi. Te necesito conmigo. en mi Por favor, apúrate."
Su mendicidad me equilibra. Mis piernas se mueven solas. Mis rodillas aterrizan entre sus muslos y me bajo la
cremallera, frotando y acariciando mi erección mientras trato de sacarla. Calmando el latido doloroso, deteniendo la
liberación que se aproxima, no sé qué estoy haciendo más allá de la necesidad sin sentido de llenarla.
Su respiración se acelera mientras cubro su cuerpo con el mío. La desesperación anula el control.
Mi pulso se dispara, trabando mi mandíbula y golpeando mis tímpanos. Aplasto mi boca contra la de ella, y los últimos
fragmentos de mi control se evaporan.
Paso mi lengua por sus labios, buscando sus profundidades, deseando algo que no puedo nombrar,
anhelando la humedad caliente de su boca y el apretón de su coño.
"Estás temblando", respira en el beso.
La felicidad sin sentido hace vibrar todo mi cuerpo. Mi polla está en mi mano y estoy deslizando la cabeza a lo
largo de su raja. Ella está atada y desnuda debajo de mí. Estoy inhalando su dulce aliento, segundos después de
experimentar el apretón de su coño. Por supuesto, estoy jodidamente temblando. Estoy con una hemorragia de nervios
y borracho de ganas.
Con una mano torpe, me alineo y encuentro sus ojos.
En el borde de mi periferia, su lengua toca su labio. Su pecho se agita, moviendo sus tetas.
Sus muslos tiemblan alrededor de mis caderas. Oh, las cosas que quiero ordenarle que haga...
Toca tu coño. Ahogate con mi polla. Agacharse. culo arriba Tómalo. Ruegame.
El espacio entre nosotros se estrecha y se cierra. Nuestros labios se conectan. Mi polla roza contra ella
calor de rocío. Mi cerebro deja de funcionar. Estoy en una zona. Piel con piel, boca a boca, zona animal carnal, temeraria,
enloquecida.
Hasta que escucho algo.
Movimiento más allá de los árboles.
Me quedo quieto, escuchando.
Nada.
¿Me lo imaginé?
El aire cambia cerca del sendero, y giro mi mirada hacia Barnabe. Él no se contrae.
"¿Qué es?" Ella sigue mi mirada.
El agua balbucea a través del lecho rocoso del arroyo, salpicando el barranco con ruido.
"Pensé que escuché algo". Vuelvo mi atención a su cálido y húmedo centro.
Solo necesito empujar, y finalmente estaré dentro de ella.
Un sonido de crujido se deriva del camino.
¿Pasos? Aprieto los dientes, ladeo la cabeza y contengo la respiración.
Barnabe mueve la cola. Sus orejas. Su cuello.
Él siente algo.
Mi ritmo cardíaco se acelera.
"¿Un coyote?" Sus grandes ojos escanean el perímetro.
"Shh". Me siento sobre mis talones y lucho contra la cremallera sobre mi erección mientras mi oído se sintoniza con la
oscuridad.
Silencio.
No me fío y arrastro mi camisa abandonada sobre el cuerpo de Conor. Solo me llevará un segundo
para comprobar que funciona. Cuando alcanzo la cuerda en sus muñecas, una ramita se rompe detrás de mí.
Ella jadea y yo me doy la vuelta. Mi mirada choca con la de mi hermano a través de los árboles.
Me pongo de pie de un salto y trato de bloquear su vista de su cuerpo. "¿Qué diablos son?"
Jarret se tropieza en el claro, con las manos cruzadas sobre su cabeza, los ojos rígidos y la boca tapada.
con algo suave. ¿Un pañuelo? La mirada escalofriante en su rostro grita: ¡ Corre, corre, corre!
La confusión me roba el aliento. El shock paraliza mis miembros. La negación revuelve mi cerebro.
"¡Jake!" Conor patea mi pierna mientras el pánico grita a través de su voz. "¡Desátame!"
Reaccionó más rápido, ella debe haberlos visto antes que yo.
Dos hombres con pasamontañas. Pasos rápidos y amenazantes. Escopetas marcando entre todo lo que
se mueve Lorne emerge del sendero entre ellos, con las manos a la espalda y una mordaza en la boca.
"¿Qué carajo?" Mi voz se quiebra, y mi estómago toca fondo. “¡Bajen sus armas!”
no tengo armas Nada contra lo que pelear excepto mis manos.
Conor ni siquiera tiene eso.
"No te muevas". Uno de los hombres enmascarados se precipita hacia delante, con su rifle apuntando a mi pecho.
No reconozco la voz y no pierdo el tiempo inspeccionando los ojos en la máscara. Me lanzo hacia Conor, cayendo de
rodillas y lanzándome por el nudo en sus muñecas.
Maldita sea, llevará una eternidad desatarla. ¡Joder, joder, joder!
"Te dije que no te movieras". Los pasos avanzan, pateando la grava y endureciendo mi estómago.
El segundo hombre acerca a Jarret y Lorne, golpeándolos en la espalda con el cañón del arma. Gritan detrás de las
mordazas y tropiezan con las rocas. Debe haber habido una pelea en la cresta, porque ninguno lleva puesto el sombrero.
"Apurarse." Conor se desliza hacia el árbol, intentando aflojar la cuerda.

Los sonidos sibilantes de su respiración refuerzan mi prioridad número uno. No soy más que su protector.
"No te acerques más". Arranco el nudo, incapaz de aflojarlo. Lo hice demasiado apretado, y mis manos sudorosas
siguen resbalando. "Solo di me que quieres."
Una bota golpea mi costado, disparando dolor a través de mis costillas y tirándome de espaldas.
"¡Ayuda! ¡Alguien ayuda!" Ella grita a todo pulmón y lucha contra la cuerda, lo que hace que la camisa se caiga y
exponga su desnudez.
Los hijos de puta van a pagar por eso. La ira se estrella contra mí mientras retrocedo y agarro
sus caderas, desesperado por cubrirla.
El hombre enmascarado se eleva sobre mí. "Perdón por el dolor de cabeza".
Miro hacia arriba. "Qué?"
Golpea la culata de la escopeta en mi cráneo.
El dolor me atrapa en su puño y me hace rechinar los dientes.
Pierdo mi dominio sobre Conor.
La negrura se estrella y me hunde en el suelo.
Pierdo mi control sobre todo.
La conciencia rezuma a través de mi cabeza, turbia y nauseabunda. El dolor palpita detrás de mis ojos y me
pica por la columna. La cuerda me ata las manos a la espalda y un paño áspero me llena la boca. Esto no está
pasando. No es real.
Pero el pánico succionador en mi garganta ya sabe lo que mi mente rechaza.
Perdí el conocimiento.
Estamos en peligro.
No puedo gritar.
O luchar.
O corre.
Esto es malo.
La realidad me atraviesa como un toro bravo. Hombres con pasamontañas. escopetas Mordazas y cuerda.
Conor...
Saco mi cara de la tierra y registro los pedazos de grava incrustados en mi pecho. He sido trasladado al otro
lado del barranco, arrastrado aquí sobre mi estómago. A mi lado, Jarret y Lorne están atados y amordazados con la
espalda contra los árboles.
La furia en los ojos de Lorne me hace temblar. Nunca lo he visto lucir así. Jarret muestra su angustia tan
descaradamente que empapa su rostro en lágrimas. Mi hermano no ha llorado desde que éramos niños, y el impacto
acelera mi corazón.
¿Cuánto tiempo estuve noqueado? ¿Dónde diablos está Conor?
"Date prisa", una voz grave arrastra las palabras detrás de mí. “Quiero otra oportunidad en su trasero antes de que lo hagamos
con ella”.
Mi estómago se solidifica con un terror helado. Giro el cuello y me encuentro cara a cara con una escena
tan repugnante que lucho por aceptarla.
Dos cuerpos unidos. La de ella, sin ropa. El suyo, todavía vestido excepto por la franja de piel entre su
camisa y la cintura. Sus pantalones se bajan lo suficiente para exponer la parte de él que la apuñala repetidamente
por detrás.
Todo dentro de mí se agita y aúlla.
La sangre mancha sus muslos. Verdugones hinchados marcan su piel. Su mano sujeta la tela en su boca,
y sus manos... La cuerda anudada todavía la aprisiona contra el árbol.
Yo lo hice. Le quité la capacidad de escapar.
Sus ojos miran a la nada, bordeados de rojo y goteando lágrimas. Boca abajo sobre la manta retorcida, su
cuerpo inerte se sacude como carne muerta bajo los martillazos.
Empuje.
Empuje.
Empuje.
Sin sonido. No pelear. O está demasiado cansada o demasiado rota. La han estado lastimando por un tiempo.
Violentos temblores atacan mis músculos. La angustia brota de las venas abiertas. Sangro impotencia y me ahogo en el
horror.
Pasan unos segundos antes de que suba por aire, respirando rabiosamente. Empujo mi lengua contra el
amordazar y rugir, “Bájate de ella. No la toques. Dejala sola."
No pueden escuchar mis palabras, pero pueden verme. Pateo y agito, desgarrando mi
brazos y desgarrando mi piel contra la cuerda.
Dijo que lo va a hacer después de que la viole de nuevo. ¿Tiene la intención de matarla?
Lucho con más fuerza, la sangre bombeando, las botas raspando la tierra, retorciéndose y jadeando y sin ir a
ninguna parte.
"Calma tu trasero". La voz ladra desde una máscara sin boca. El hombre que quiere otro turno con ella.
Él merodea hacia ella con un cuchillo en la mano. Agachándose a su lado, él agarra el cabello de la
parte de atrás de su cabeza y tira de su cuello en un ángulo incómodo para sostener la hoja en su garganta.
Cierra los ojos y el jodido enfermo encima de ella sigue en celo.
"Puedo matarla lenta y dolorosamente". El hombre con el cuchillo mira desde el agujero en el
mascarilla. “O puedo hacerlo de manera rápida y eficiente. El cómo depende de ti”.
"¿Por qué?" Mi pregunta se distorsiona contra la mordaza.
¿Por qué la mataría? Ella es solo una niña. Nunca lastimes a nadie. Ni siquiera aplastará una araña. No hemos visto
sus caras. No puedo identificarlos. Maldita sea, necesito mi voz. Necesito que me escuchen.
Esa no es una opción, así que me obligo a calmarme, relajando mis músculos uno por uno. Necesito pensar. Necesito
tiempo. ¿Cómo puedo detener esto?
El cuchillo se retira y él se aleja mientras el otro hombre gime a través de su vil liberación.
Luego cambian de lugar.
"Deberías haber probado su pequeño y apretado culo". El parlanchín se arrodilla detrás de ella y
agarra sus caderas. "Lo rompí realmente bien para ti".
La bilis golpea mi garganta y mi visión se nubla con fuego y veneno, locura y malicia.
"No podía dejar pasar un coño virgen". El segundo hombre se mete dentro de sus jeans. "Hazlo
rápido. Tenemos que terminar con esto”.
Un sudor frío recorre mi piel. Cada molécula de mi cuerpo hierve por destriparlos.
Vuelvo la cabeza hacia Lorne y Jarret. Toda mi paliza me acercó a la línea de árboles,
dándome una línea de visión directa entre sus espaldas y los árboles a los que están atados.
De frente, parecen congelados y paralizados por el miedo. Pero detrás de ellos... Joder,
sus manos se mueven en tándem. ¿Es eso un cuchillo? y sangre
La adrenalina inunda mi sistema, amplificando mi pulso. Uno de ellos definitivamente está sangrando. Lorne,
Creo. Siempre lleva una navaja en la bota. No sé cómo lo anotó Jarret, pero está en sus manos. Mi hermano corta a ciegas la
cuerda en las muñecas de Lorne, cortándolo en el proceso.
Conor ahoga un grito cuando ese hijo de puta saquea su cuerpo. Él empala su más sensible
agujero, gruñendo sonidos enfermos de placer y apoyándose en su depravación con vigor.
Con cada embestida de sus caderas, diezma la alegría de una noche largamente esperada, haciéndola y mutilándola
hasta convertirla en una pesadilla de cicatrices eternas.
Todo lo que puedo hacer es mirar. Soporto cada momento engañado con ella, pero no puedo sentir su dolor.
No la agonía física. No puedo tomar eso de ella. No puedo protegerla de eso. Y nunca podré devolverle el brillo de la
inocencia a su corazón. Se lo han robado permanentemente a ella, a los cuatro.
Pero todavía estamos vivos. Si Jarret corta esa maldita cuerda, seguiremos así.
Ambas escopetas se apoyan contra la pared de roca. Confío en que Lorne irá por ellos en el momento en que esté libre.
Los hombres están demasiado preocupados por Conor para prestarnos atención. Uno camina en un círculo a su alrededor.
El otro gime y se sacude contra su sangrante trasero. Pero no los miro.
La miro directamente. No por su cuerpo desnudo o el nudo alrededor de sus muñecas o la mordaza en su
boca. La miro a los ojos. La miro con tanta fuerza que finalmente me siente, moviéndose lo suficiente como para levantar sus
pestañas y encontrarme al otro lado del barranco.
Endurezco mi expresión con las palabras que no puedo expresar.

Te tengo.
Tú eres mi chica.
Siento haberte retenido.
Lo siento, no puedo soportar tu dolor.
Sobrevivirás a esto.
Eso funciona por un tiempo. Los surcos de agonía en su rostro se suavizan bajo el brillo del amor en sus ojos. Pero
eventualmente, la crueldad se abre paso, sofocando el espacio entre nosotros con una fea verdad.
No sé cómo saldremos de esto. Es peor que lo peor que he experimentado. Peor que la muerte fetal de nuestra
vaca premiada. Peor que el incendio que destruyó nuestro establo de treinta yeguas. Peor que la mordedura de
serpiente de cascabel que casi me mata. Tal vez peor que el accidente automovilístico que se llevó a nuestras madres. Pero
ninguno de nosotros recuerda eso.
Cada segundo que pasa deja una huella inmutable y catastrófica. Cada embestida en su precioso cuerpo bautiza
mi alma en la oscuridad. Lo siento deslizándose, los zarcillos aceitosos, tóxicos y opresivos del rencor. Engancha raíces
malignas en músculos y huesos, reclama células sanguíneas y vuelve a cablear
neuronas
No me alejaré de esto igual.
Pero me alejaré , directamente en pie de guerra. Tomaré cualquier camino que conduzca a la venganza y
al derramamiento de sangre. A la mierda la ley. Estos malditos bastardos me robaron algo.
Algo invaluable y querido. Lastimaron a mi chica de adentro hacia afuera, extinguieron su brillo y la hicieron sangrar.
Morirán por eso.

En el borde de mi visión, el hombre paseando se desvía hacia el arroyo y hace pis. como su orina
salpica agua, un sonido de roce perturba el suelo detrás de mí.
No quito los ojos de Conor, pero lo veo en su rostro. La chispa de la alarma. Tensión. Esperanza.
Mis músculos se ponen rígidos y mis pulmones se hinchan con la preparación cuando una silueta pasa borrosa a mi lado.
Lorne está en movimiento.
Una tormenta de fuego me quema las entrañas y me quema profundamente entre las piernas. El dolor constante me debilita
más allá del agotamiento, y la mirada inconsolable en el rostro de Jake destroza mi corazón. Ha habido momentos, oscuros
túneles de tiempo, en los que estaba seguro de que moriría.
Pero ya no más.
Lorne acaba de escapar de sus ataduras.
Mi pulso explota cuando corre hacia las escopetas con un cuchillo en la mano y
determinación en sus ojos delirantes e inyectados en sangre.
"¡Mierda!" El hombre cerca del arroyo se da vuelta, tira de su bragueta y lo persigue.
¡Maldita mierda! ¡Corre más rápido, Lorne! ¡Más rápido! Si alcanza esas armas primero, matará a los hombres que me
lastimaron.
"¡Cosiguele!" El que está encima de mí se detiene de golpe, estirando mi trasero con intolerable
presión.
En algún momento, apagué la parte de mi mente vinculada a lo que me estaba pasando. Voy a tener
lidiar con eso eventualmente, pero en este momento, el instinto de vivir anula toda emoción.
En un abrir y cerrar de ojos, paso de huesos líquidos a músculos rígidos. Empujándome sobre mis codos, arqueo mi
columna y empujo mi cabeza hacia atrás con lo último de mi fuerza. Intenté esto cuando me atacaron por primera vez, pero esta
vez mi cráneo se conecta con el cartílago.
Él cae hacia atrás con un grito, ahuecando su nariz a través de la máscara. La ausencia de él en mi
cuerpo trae un alivio abrumador, pero cuando me pongo de rodillas, el suelo se estremece.
El estallido de una escopeta.
Resuena a través del barranco, y mi torturador se derrumba a mi lado. La sangre se satura
su camisa, derramándose por un agujero en su pecho. Los ojos vidriosos se fijan en la nada, sin ver.
Los pasos de carrera se retiran hacia el sendero. Los sonidos frenéticos de un monstruo que huye.
"¡Estás muerto, hijo de puta!" Lorne suelta la mordaza y apunta el arma tras el segundo hombre.
Pero no dispara.
El hombre ya está fuera de la vista, oculto por la curva del camino.

Aprieto mis manos alrededor de la cuerda. No manejamos teléfonos, porque no hay servicio celular.
aquí afuera. Lorne puede correr en busca de ayuda o perseguir a nuestro atacante.
Conozco a mi hermano. No se arriesgará a que el hombre se escape, y es un maldito buen cazador.
Mientras se lanza hacia el sendero, Jake patea una pierna, gritando detrás de la mordaza y corcoveando.
contra sus ataduras. No lo culpo por no querer quedarse atrás y atado. Probablemente quiera dispararle al hombre él
mismo. Pero no quiero eso.
Salto a la discusión sin palabras con objeciones amortiguadas. No puedo soportar la idea de
cualquiera de ellos corriendo precipitadamente hacia el peligro y haciéndose daño. O peor.
Lorne me mira con ojos desorbitados. Luego su mirada se mueve, navegando sobre mi cuerpo. Toda su
conducta se oscurece, se endurece. Se queda terriblemente quieto.
Con el cuchillo en una mano y la pistola en la otra, deja caer la cabeza hacia atrás y lanza un grito gutural hacia el cielo.
El sonido de su dolor fractura cosas dentro de mí. Acerco mis rodillas a mi pecho, acurrucándome, lastimándolo y evitándole
la vista de mi desnudez.
Jake continúa retorciéndose como un animal salvaje, y la cabeza de Lorne da un giro brusco. Una milésima
de segundo de indecisión hace oscilar su mirada entre Jake y el rastro.
"¡Mierda!" Da media vuelta y se agacha entre Jake y Jarret. "Quédate aquí y espérame". La urgencia tensa su
postura mientras suelta a Jake y empuja su barbilla en mi dirección. "Ella te necesita."
Él va de caza.
Niego frenéticamente con la cabeza, gritando contra la mordaza. ¡No hagas esto! ¡Llamar a la policía! ¡Consigue ayuda!
Maldita sea, quiero a ese hombre tan muerto como el otro, pero no a riesgo de perder a mi hermano.
Me lanza una mirada llena de arrepentimiento. no me gusta Hay demasiado dolor envejeciendo sus ojos. y furia Se
filtra por los bordes, negro y amargo.
Jake se quita la mordaza y desata a Jarret, gritándole: "Coge la otra pistola".
Lorne gira hacia el sendero. Luego, armado para matar, despega y se desvanece entre los árboles.
Con el corazón hundido, dejo caer la cabeza al suelo y cierro los ojos. El aire húmedo de la noche me envuelve en la
preocupación, pendiente de los sonidos de pies calzados en retirada, susurrando, No ha terminado.
Ahí es cuando los temblores aparecen. Tal vez he estado temblando todo el tiempo, pero ahora siento cada temblor
vicioso. El estrés en mi cuerpo, el dolor punzante en mi estómago, el impacto devastador de eso...
"Shh". Jake saca el trapo de mi boca y traza mi rostro con dedos temblorosos. "Lo siento mucho."
Muevo la mandíbula y lamo los labios agrietados. "No es tu culpa."

"¡A la mierda si no lo es!" Sin camisa y respirando con dificultad, aborda la cuerda en mis muñecas. “No
debería haber—”
"No lo digas". Estoy demasiado agotada para esta conversación, pero formo las palabras que necesito que él diga.
escuchar. No podrías haber detenido esto. Incluso si no hubiera estado atado, no habría corrido. Yo no te hubiera
dejado.
La línea severa de su boca dice que quiere discutir, pero permanece quieto y rígido, tirando del nudo. Cuando la cuerda
finalmente se cae, se quita la camisa debajo de mí y la arrastra sobre mi cabeza, estirándola hasta mis muslos.
Su hermoso rostro se retuerce con una emoción torturada. Sus cejas se juntan en una V aguda sobre
ojos marrones sombríos. Mechones de cabello mojados en sangre se pegan a una herida hinchada en su frente.
Alcanzo la herida. "Eres?"
"Estoy bien." Su voz se corta cuando agarra mi brazo con demasiada fuerza y me suelta de inmediato.
Él no me mira a los ojos y en su lugar se enfoca en la cuerda mientras la enrosca en un lazo y la cuelga sobre su
hombro. Jarret se cierne detrás de él, sosteniendo la escopeta y mirando el rastro como si quisiera llenarlo con plomo.
Me pongo de rodillas frente a Jake. "Mírame."

Cuando levanta las pestañas, no solo mira. Examina cada rasguño, cada mancha, cada
lágrima en mi cara. Pero él no me toca. No me mira con su habitual afecto anhelante. I
no creo que pueda. Cada músculo de su torso se contrae, y los rápidos parpadeos de sus ojos representan violentos
planes de venganza. Está en condiciones de ser atado.
Toma su Stetson, lo sacude y se lo pone en la cabeza. —¿Jarret?
"Me quedaré con ella". Jarret le entrega el arma. "Ir."
"No." Agarro la mano libre de Jake.
Se aleja y el rechazo golpea mi pecho.
Debe verlo en mi cara, porque sus ojos se suavizan. Su brazo se engancha detrás de mí y tira de mí.
en un abrazo rígido, vibrando con tensión.
"Conor..." Él toca sus labios con mi cabello, pero el resto de él se enrolla con fuerza, zumbando para hacer un
descanso.
"Permanecer. Por favor."
Las cuerdas de su cuello se tensan y me suelta. "Tengo que hacer esto."

Se pone de pie, lanza una mirada fulminante al cadáver y sale disparado hacia Barnabe.
Me tambaleo sobre mis pies, ayudado por el agarre de Jarret en mi brazo. “No sabemos si ese hombre tiene
otra pistola...
"Él no lo hace". Jake se sube a la silla, sin camisa y rígido como el acero con la cuerda alrededor de su
hombro.
"¿Qué pasa si hay más de ellos?"
“Estaban solos cuando nos atacaron”. Jarret agarra mis pantalones cortos del suelo.
"Jake, espera". Doy un paso, y una ola de dolor me atraviesa el estómago. "Escúchame."
“Ella no puede caminar y no debería estar de pie”, le dice a Jarret, colocándose la escopeta en la espalda. "Cuidar
de ella."
Mis molares chocan entre sí. “No es su trabajo cuidarme”.
Es tuyo.
Los músculos se contraen bajo su ceño fruncido, diciéndome que escuchó la acusación tácita.
“Mi trabajo”, su voz estalla en un rugido atronador, “¡es asegurarme de que ese hijo de puta nunca te vuelva a
lastimar!”
Con el apretón de sus piernas, conduce a Barnabe hacia el sendero y se lanza al galope.
—No estoy indefenso —digo en voz baja, pero él ya se ha ido.
Sé que no está tratando de hacerme sentir débil. Es solo la forma en que él es conmigo. Posesivo.
Protector. Inflexible.
Si estuviera hecho un ovillo y llorando a mares, entonces sí, no sería capaz de caminar.
Tal vez eso venga después, cuando regrese a la casa, cuando los policías se vayan, cuando esté en mi cuarto, solo
con mis pensamientos.
Pero todavía no estoy allí. No estoy listo para examinar la cosa pesada que me presiona en el fondo de la mente.
No estoy indefenso.
"No se que hacer." Jarret se pone en cuclillas a mis pies y me tiende los pantalones cortos, su voz quebrada por
la conmoción. “Levanta el pie”.
"Puedo hacer esto." Tomo los pantalones cortos y me los pongo, estremeciéndome por el dolor entre mis
piernas. “Ojalá me hubiera puesto una falda”.
"Conor... yo..." Se frota la nuca, extrañamente incómodo e inseguro.
"Deberíamos ir a la casa". Mira el rastro y regresa a mí. “Te llevaré a la cresta. Los caballos son…
Estamos esperando a Jake y Lorne. Mi mirada se fija en el cadáver y se me revuelve el estómago. "¿De dónde
vienen ellos? ¿Quiénes son?"
"No sé". Se agacha y se quita la máscara.
Cabello rubio, ojos azules apagados y una cara de veinticinco años, no es nadie que haya visto antes.
En nuestro pueblo rural de Sandbank, Oklahoma, población 415, no hay extraños. Todo el mundo conoce a todo
el mundo, de cerca y en persona.
"Él no es de por aquí". Jarret deja caer la máscara, cubriendo el asqueroso congelado.
expresión. "Pensé que había captado un acento norteño del otro".
"¿Del Norte? ¿Te gusta Minnesota? ¿Canadá?"
"A la mierda si lo sé".
Nunca hemos estado fuera de Oklahoma y no sabríamos la diferencia entre un norte
acento y uno sureño. Independientemente, nadie pasa simplemente por Sandbank. No hay autopistas por aquí.
Sin atracciones. Nada que ver excepto tierras de cultivo. Un forastero necesita una razón para tropezar con nuestro
rancho.
“Me iban a matar”. Envuelvo mis brazos alrededor de mi cintura. “Ellos… hicieron…” Me hicieron cosas. "Ellos…"
Una grieta atraviesa la pared que rodea mi mente y mis defensas empiezan a desmoronarse.
"Maldita sea". Un sollozo sube por mi garganta y trago. Tragar de nuevo. No puedo desmoronarme. No
frente a Jarret. Ya está traumatizado.
Cojeo hasta el otro lado del barranco, levantando una mano mientras intenta interceptarlo. en la roca
bajo la pared, bajo al suelo, apoyo la frente en las rodillas y presto atención al silencio más allá del borboteo del
arroyo. Jake y Lorne están ahí afuera, persiguiendo al mal cuando deberían estar corriendo en la otra dirección.
“Si lo matan…” El pánico aumenta, y levanto la cabeza. "¿Se meterán en problemas?"

Lo traerán de vuelta aquí. Jarret se sienta a mi lado y desliza su palma debajo de la mía, entrelazando
nuestros dedos. “Harán que parezca defensa propia”.
"¿Cómo lo sabes?"
“Porque eso es lo que yo haría”.
Asiento, mirando nuestras manos entrelazadas. “Esto nos va a cambiar”.
“No lo permitiremos”.
"¿Crees eso?"
"No." Suelta un suspiro. Pero sigues siendo mi futura cuñada. Jake sigue siendo mi hermano. Lorne sigue
siendo mi mejor amiga. Envuelve un brazo alrededor de mi espalda, acomodándome contra su costado. “Las cosas
importantes no cambiarán”.
Mi garganta se contrae. "Bueno."
"¿Eres?" Me da una mirada de soslayo. "¿Bueno?"
"No me parece."
Dios, Conor. Mira el cuerpo al otro lado del barranco, flexionando su mano contra la mía.
“Lo que te hicieron…”
Los músculos entre mis piernas se contraen, lo que agrava el dolor. "No quiero hablar de ello."
No quiero pensar en ello ni insistir en ello ni inspeccionarlo de ninguna manera.
"Tendrás que hacerlo", dice en voz baja. Cuando lleguemos a la casa.
"Sí." El tormento empuja mis hombros.
Habrá interrogatorios. Sondeo, humillante, preguntas personales. No quiero revivir lo que pasó aquí.
"¿Tú y Jake...?" Él niega con la cabeza. "No importa."

"¿Tuvimos sexo?" Me duele tanto el pecho que no puedo mirarlo. No puedo dejar que vea la devastación
en mis ojos.
"No debería haber preguntado".
¿Desde cuándo cualquier tema está fuera de los límites? Compartimos todo sin vergüenza ni incomodidad.
Hasta ahora.
Las cosas ya están cambiando entre nosotros.

"Ellos preguntarán". Mi barbilla tiembla. La policía, los médicos, mi papá, harán todas las preguntas. “La
respuesta es no. Jake y yo... No llegamos tan lejos.
"Jesús." Aparta su mano de la mía y se frota la cara. "Jake es... Joder, no va a superar eso".
Se suponía que Jake sería el primero. Mi único.

"Lo sé." Más tormento. Mis hombros pesan una tonelada con eso.
Jarret me abraza con más fuerza, y su mano acaricia un camino inquieto arriba y abajo de mi brazo. el ha construido
como Jake, su pecho ancho y musculoso y su mandíbula una losa cuadrada de piedra. Lo amo mucho y me alegro de que se
haya quedado conmigo. Pero necesito a Jake.
Los minutos que siguen parecen horas, la espera insoportable. Justo cuando abro la boca para
rompe el silencio, el estampido lejano de una escopeta estremece el aire.
Jarret salta, escaneando salvajemente el perímetro mientras empuja un dedo hacia mí. "Permanecer allí."
Abrazo mis rodillas contra mi pecho, demasiado agitada para moverme. "¿Cual direccion?"
Alejándose de la cresta, mira hacia el sur. “El camino de regreso”. Inclina la cabeza, escuchando.
“Tiene sentido que corriera de esa manera. Probablemente dejaron un coche allí. Nadie alrededor para verlos ir y venir”.
¿Quién disparó el tiro? Jake y Lorne tienen armas, pero también todos los hombres del rancho.
Algo se estrella en el camino. Estoy de pie en un abrir y cerrar de ojos, el pulso acelerado y las palmas de las manos
sudorosas. Jarret corre hacia la conmoción y se detiene cuando Barnabe irrumpe en el barranco con Jake en la silla.
Arrastra detrás de él a un hombre descalzo que corre y se tambalea, conectado por una cuerda, un extremo en
El puño de Jake, el otro alrededor del cuello del hombre. Una máscara negra familiar amordaza la boca del hombre, con las
manos atadas a la espalda con cordones de zapatos.
Jake lo atrapó.
¿Y sigue vivo?
Doy un paso adelante, anhelando los brazos de Jake a mi alrededor. "¿El disparo?"
“No fui yo.” Detiene a Barnabe y desmonta, con los ojos ardiendo de rabia maníaca.
Mis extremidades tiemblan mientras acerco la distancia. "¿Dónde está Lorne?"
"No sé". Agarra la cuerda y la tira, haciendo que el hombre se estrelle de cara contra el suelo. "Probablemente esté
de regreso". Tan distraído como está con su prisionera, se toma un segundo para encontrar y sostener mi mirada. "Terminará
pronto".
"¿Por qué está respirando?" Jarret se acerca y presiona una bota sobre la cabeza del hombre, inmovilizándolo
contra el suelo.
“Quiero matarlo lento y doloroso”. Jake se vuelve hacia el cadáver y su mirada
aterriza en el cuchillo que sostenían contra mi garganta.
No. No puedo dejar que haga esto. ¿Cómo explicaría un cuerpo desmembrado a la policía? ¿Y las marcas de sujeción
en las muñecas? ¿Qué pasa si no creen en su alegato de defensa propia y lo acusan de asesinato?
Estoy a la mitad de la distancia del cuchillo y le gané. Lo agarro, tiro de él detrás de mi espalda y
fuera de vista “Solo espera por—”
"Dámelo". Con las fosas nasales dilatadas, trata de agarrarme.
Giro, esquivándolo. "No estás pensando con claridad".
"Conor", gruñe en un tono condescendiente, apretando las manos a los costados. Dame el maldito cuchillo.
Tenemos que encontrar a Lorne. El disparo...

El sonido de un caballo que se acerca pisa fuerte por el sendero. Todos nos giramos, fijos en el ruido, cuando
Lorne aparece en el barranco. Su cara está blanca como una sábana, sus hombros rígidos y ojos acosados.
"¿Qué pasó?" Corro hacia él, superando el dolor en mi ingle mientras lo inspecciono en busca de heridas de
bala.
"Hice algo..." Con movimientos bruscos, desmonta y se mete las manos en el pelo alborotado por el viento.
"Oh, Dios, estaba oscuro como la mierda, y pensé..." Su atención se apodera del hombre retorciéndose debajo de
la bota de Jarret. "¡Ese maldito hijo de puta!"
Saca el cuchillo de su bota y carga hacia adelante.
—¡Lorne, no! Me tambaleo frente a él. "¡Esperar!"
Gira a mi alrededor y choca contra el pecho de Jake.
“¿Quién disparó el tiro?” Jake agarra sus brazos, sosteniéndolo.
Le da a Jake una mirada en blanco, una de horror estupefacto. Su respiración se acelera. Su garganta se
mueve y sus labios se abren.
“Le disparé”. Tropieza hacia atrás, presiona una palma sobre sus labios y se aleja con pasos rápidos y
arrastrados. “Vi a alguien corriendo cerca de la carretera secundaria y lo perseguí a caballo. Yo estaba gritando,
diciéndole que se detuviera. Siguió corriendo. ¿Por qué no iba a escuchar?
Oh, no. Oh Dios, por favor, no. Mi cuello se tensa dolorosamente, y dejo caer el cuchillo, mis dedos están demasiado
temblorosos para sostenerlo.
"¿Lorne?" Jake lo sigue lentamente, con cautela, como si tuviera miedo de asustarlo. "¿Estás seguro de que
le disparaste a alguien?"
“Nunca me pierdo”. Un susurro.
"¿OMS?" —pregunta Jake.
“Pensé que él era el hombre que lastimó a Conor”. Se lleva las manos a la cabeza y mira fijamente, sin
pestañear, sus botas. “Cuando disparé, alguien gritó detrás de mí. Maldito Andy. Me vio apretar el gatillo. Estaba junto
a la jodida valla y yo no lo vi.
Andy Longley. Uno de nuestros vaqueros más antiguos. Vive en el rancho con su treintañera.
hijo, Wyatt. El equipo de padre e hijo siempre trabaja en conjunto, cuidando el ganado y reparando las cercas.
¿Fue Wyatt? Mi voz se quiebra. "¿Es a quien le disparaste?"

“Yo—yo no… Maldita sea, me asusté y me subí al caballo. Andy sabe que fui yo. Sacude la cabeza,
cerrando los ojos con fuerza. “Oh, Dios mío, jodidamente maté a su hijo. Vendrán por mí.
"Estaba oscuro." Jarret clava su bota en la espalda del hombre mientras tira de la soga. "Tú
no sabía.”
"Estabas tratando de protegerme". La angustia ataca mis pulmones, mi garganta, mi corazón. "Después
todo lo que pasó esta noche, se compadecerán. No quisiste hacerlo. Ellos entenderán eso.
"Eso es una mierda, y lo sabes". Lorne reanuda su paseo. “Derribé a un hombre con toda la intención de
matarlo. ¡Hombre inocente!" Él tira de su cabello, jadeando por aire. “Estoy tan jodidamente jodido. No hay forma de
arreglar esto. Sin rehacer. Nada de esto hubiera pasado si…
Se gira hacia el hombre amordazado, que lo mira con ojos saltones. Una nube negra asesina asalta
las facciones de Lorne. Jake y Jarret tienen las mismas expresiones maliciosas. Cuando se ven así, reducidos
a pura furia cruda, es difícil recordar
son sólo adolescentes.

Si no desactivo esto, pasarán su vida adulta tras las rejas.
“Si alguien va a matarlo, debería ser yo”. Le tiendo la mano a Jake. "Dame el arma".
Me mira con ojos duros. "No sabes lo que estás preguntando".

"No estoy preguntando."
Todo músculos flexionados y dientes que rechinan rocas, me mira fijamente. Le devuelvo la mirada, negándome
a retroceder.
Su columna se endereza. Como si necesitara más altura en mi cuerpo de cinco pies y dos. Luego él
desliza la escopeta de su espalda y la sostiene.
Lo tomo, lo apunto hacia el cielo y golpeo la culata de madera contra el cráneo de nuestro atacante. "Eso
fue por golpear a Jake en la cabeza.
El hombre se desploma en el suelo, inconsciente y sangrando por encima de su ojo.
No está muerto. Lorne empuja el cuerpo inerte con una bota.
“Podemos explicar dos muertes pero no tres”. Bombear la escopeta, expulsando los cartuchos. “Lo vamos a
mandar a prisión”.
"¿Y que?" Jake amplía su postura, los ojos ardiendo con desafío. No se quedará encerrado para siempre. Cuando
salga dentro de tres años, cinco años…
“Lo mataremos”. Dejo el arma a un lado y me enfrento al grupo. “Lo haremos con calma, inteligentemente, cuando
hayamos tenido tiempo para planificar y asegurarnos de que no nos culpen”.
Las sirenas suenan en la distancia, y nuestro grupo de cuatro se convierte en un hilo vivo de tensión.
Conor. Jake agarra mi mano, su tono urgente. “Quiero que esto quede atrás. Tiene que terminar ahora”.
"Eres el tipo más paciente que conozco". Entrelazo nuestros dedos. “Déjalo sudar en
prisión. Entonces nos vengaremos. No nos verá venir.
Las ruedas giran detrás de sus ojos, pero él no asiente ni da ninguna señal de acuerdo.
"Ella está en lo correcto." Jarret se mueve a mi lado. Andy Longley habría llamado a la policía. Ellos vienen. Si
lo matamos ahora, debilitará la defensa de Lorne. Mira a mi hermano. "Extiende tu cuchillo".
Las arrugas estropean los ojos de Lorne cuando inclina la hoja hacia el centro de nuestro círculo.
“Cuando salga, prometo matarlo”. Jarret agarra la hoja y desliza su palma a lo largo del
borde afilado, silbando mientras rasga a través de su piel.
Extiendo mi palma. “Cuando quede libre, prometo matarlo”.
Alcanzo el cuchillo, pero Lorne desenrosca mis dedos, acuna mi mano y lo hace por mí. Él
cortes profundos, dejando un corte sangriento destinado a cicatrizar. El dolor me fortalece con un propósito,
conectándome a las únicas tres personas que importan.
Jake y Lorne hacen lo mismo, pronunciando sus juramentos de sangre con los dientes apretados. Lo sellamos
con nuestras manos unidas en una maraña de dedos y sangre y amistad inquebrantable.
El estruendo de la conmoción se desplaza más allá de la cresta: el estruendo de los autos, los ladridos de los perros y las
sirenas a todo volumen.
Los dedos de mis pies se curvan contra el suelo rocoso mientras Lorne y Jarret arrastran al hombre inconsciente al
cuerpo muerto, atándolo al peso sin vida.
No estoy listo para el interrogatorio. Los exámenes médicos. Las preguntas personales.
¿Qué pasa si digo algo que pone en peligro la defensa de Lorne? ¿Qué debería estar haciendo ahora?
¿Practicando mi testimonio? ¿Ayudando a Lorne y Jarret? Me siento inseguro y completamente conmocionado.
Jake se mueve en mi espacio y toca un nudillo debajo de mi barbilla, levantándolo. hay un profundo
fractura en sus ojos, y ve lo perdido que estoy y me atrae.

Sus brazos me rodean y me hundo contra la cálida piel de su pecho. Mi rostro encuentra un
casa allí, justo contra su esternón. Mis manos siguen los surcos de sus costillas, alrededor de su espalda, y
se clavan en los músculos y la columna.
"Lo lamento." Arrastra su nariz junto a la mía y respira contra mis labios. "Me necesitabas,
y te deje No estaba pensando.
"No, no lo estabas, pero lo tienes". Mi corazón se eleva, pedazos flotando en mi garganta y alrededor de
mis palabras. “Gracias por… por soportar eso…” Cierro los ojos y los abro.
“Cuando estaba pasando lo peor, estabas conmigo”.
“No pude llegar a ti. no podría—”
“Estabas allí, mirándome directamente, sosteniéndome con tu presencia. Hizo una diferencia”.
Agarra la parte de atrás de mi cabeza y me aplasta contra su pecho agitado. Un sonido bajo y retumbante
vibra contra mi oído, seguido de un sollozo agudo. Él silencia su dolor, atrapándolo detrás de los labios
apretados, pero una gota cae en mi mejilla. Luego otro, y otro. El chapoteo de sus lágrimas desata las mías,
enviando nubes de angustia.
Otro par de brazos me rodean por detrás, y mi hermano inclina su cabeza contra la parte de atrás de la
mía. "Vamos a superar esto".
Jarret se une a nuestro lado y Jake lo atrae.
Los caballos mueven la cabeza y resoplan, pero no nos movemos. Gritos y pasos invaden
el sendero, y nos apretamos más juntos.
Uniformes e insignias barren el barranco, armas desenfundadas pero no levantadas.
Lorne Cassidy. La grava cruje bajo las pisadas de las botas y me encorva los hombros.
Mi hermano se endereza, gira y yo agarro su mano.
Un rayo de luz brilla en su rostro. Está bajo arresto por el asesinato de Wyatt Longley.
Tres días después, me paro en el fregadero de la cocina y me sumerjo en los acordes de guitarra que se filtran por
la ventana abierta.
La vista del rancho desde aquí siempre me atrapa. Los ondulados prados verdes, pastando
ganado, estanques centelleantes: la crudeza del paisaje se graba en el alma.
Pero palidece en comparación con la fascinante chica del porche trasero.
Conor se sienta de costado en los escalones, el cabello rojo se balancea alrededor de su rostro angelical
mientras evoca emociones poderosas con cuerdas y madera. Con los ojos cerrados, toca rítmicamente, cantando en
voz baja Mile On The Moon de Sarah Jarosz.
Desde esa noche, ha estado concentrada en canciones con hilos temáticos de tristeza y sentirse perdido. No
pretendo entender la profundidad del dolor que le han hecho o lo que necesita sanar. Si hubiera sido yo en ese barranco
soportando lo que ella hizo, no estoy seguro de que alguna vez dejaría mi cama.
Esa es la diferencia entre ella y yo. Es más fuerte, más resistente y superará el trauma físico sin quejarse
del dolor. Tal vez ella no me necesita revoloteando sobre ella como una madre gallina. Pero lo necesito. Necesito que
sepa que no está sola.
Entonces, cuando ella está en su habitación, camino afuera de su puerta. Me siento en el pasillo. Llamo a la
puerta y exijo que le traiga cosas. Luego camino un poco más. Cuando emerge, la sigo, la abrazo, la escucho y la
alimento. Ella no come, pero yo preparo la comida. Y lo seguiré haciendo. No sé que más hacer.
Cojo el zumo de naranja con la mano vendada y un plato de huevos revueltos con la otra. A medio camino
de la puerta, recuerdo el brindis. Dando la vuelta, saco la rebanada de la tostadora con los dientes y me dirijo al porche.
Sé que Conor no ha lidiado mentalmente con lo que le pasó. Demonios, todavía estoy luchando
con los sentimientos que me persiguen día y noche. Con Wyatt muerto y Lorne en la cárcel, ella y todos los
demás están demasiado envueltos en el juicio inminente como para abordar su bienestar emocional.
¿Su padre le ha dicho siquiera dos palabras? Tiene mucho que decirle a mi papá. Dalton y John pasaron la
mayor parte de los últimos tres días a puerta cerrada. Cuando emergen, una amarga tensión ahoga la casa. Lo que
sea que esté pasando entre ellos no es amistoso.
Con las manos llenas y la tostada entre los dientes, abro la puerta trasera con los codos y las botas y salgo al
porche.
La guitarra se queda en silencio y ella me mira por debajo de sus pestañas. “¿Dónde encontró papá a ese
abogado, de todos modos? Él no es de por aquí.
Evidentemente, entré en una conversación que ha estado teniendo en su cabeza. me siento en el escalón
por encima de ella
"¿No debería Lorne estar en libertad bajo fianza?" Agarra la tostada de mi boca y la agita alrededor.
“No he oído una mierda sobre un acuerdo de culpabilidad, y mi padre ni siquiera me mira, y mucho menos me habla sobre el juicio. Lo juro
por Dios, Jake, cada minuto que Lorne pasa tras las rejas me rompe un poco más.
Conor Cassidy no se quiebra, pero siento su frustración y preocupación. Todo esto también me ha estado carcomiendo.
Pongo su desayuno a sus pies y la coloco para que se siente entre mis piernas, un escalón más abajo y de cara a la pradera abierta.
Jarret ha estado ahí antes del amanecer todos los días, cubriendo la carga de trabajo de Lorne, Conor y yo. Se ofreció como voluntario para los
turnos adicionales para no pensar en cosas, pero tengo la intención de hacer mi parte hoy. Después de que me ocupe de Conor.
"Respiraciones profundas. Dentro y fuera. Me inclino sobre ella por detrás y froto los músculos por encima de ella.
senos, trabajando hacia arriba para masajear sus hombros y la curva de su cuello.
Ella duerme con mis camisetas y todavía usa una ahora. Se traga su diminuto cuerpo como un saco de patatas, rozando sus rodillas
y colgando de un hombro. Verla con mi ropa me llena de posesividad. Calmarla con mis manos inyecta inyecciones de rectitud a través de
mi sangre.
"Eso es muy bueno." Su cabeza cae hacia atrás, y coloca sus brazos sobre mis rodillas, la tostada olvidada en su agarre.
Yo paro.
Ella tuerce el cuello para mirarme con los ojos entrecerrados. "Por qué lo hiciste?
"Comer."
Sus ojos se deslizan hacia la tostada, entrecerrando los ojos con más fuerza. Sé que tiene el estómago demasiado revuelto
para reconocer el hambre. Espero que ella se niegue. Entonces, cuando ella toma un buen bocado, mentalmente golpeo el puño.
Aprovechando mi suerte, empujo el plato de huevos con mi bota. "Todo ello."

"Bien."
Ella come y yo masajeo. Ella tararea, y yo acaricio ociosamente su cabello. Juntos, vemos salir el sol y pensamos en Lorne.
Acurrucándose en la V de mis piernas, engancha sus brazos alrededor de mi muslo. "¿Qué va a pasar con él?"
"Hice algunas investigaciones en línea".
"Yo también lo hice." Sus uñas muerden mi pierna vestida de mezclilla. "Es todo... demasiado para asimilar. Tal vez yo
simplemente no puede concentrarse en este momento. ¿Que encontraste?"
Leí sobre casos de homicidio similares al de Lorne, y los veredictos me oprimen tanto el pecho que
no puedo respirar "Es demasiado pronto para—"
“Necesito honestidad. Por favor. No lo endulces”.
Con mis brazos rodeándola por detrás, me inclino más cerca y coloco mi boca sobre su cuerpo desnudo.
hombro. Huele tan dulce que anhelo saborear su piel.
Concéntrate, Jake.
Me aclaro la garganta. “Le disparó a dos hombres. Dado que el primero fue en defensa propia, es insignificante.
El fiscal irá tras el cargo más grande. Con Wyatt, Lorne actuó en el calor de la pasión. No fue premeditado ni a sangre fría. Si lo ven de esa
manera, está considerando un homicidio involuntario”. Froto la rigidez repentina en sus brazos. Es mejor que un asesinato en primer grado. La
sentencia mínima por homicidio involuntario es de diez años”.
Su barbilla tiembla, y las medias lunas rojizas de sus pestañas se extienden sobre sus pómulos,
escondiendo el tormento en sus ojos.
Decido no mencionar la regla del 85 por ciento, que requeriría que Lorne cumpliera al menos 8,5 años antes de que
pueda ser considerado para la libertad condicional.
Ese es el mejor de los casos. Como usó un arma mortal, podría enfrentar cadena perpetua.
¿Cuánto ha admitido ante los detectives? ¿Saben que salió a caballo al pasto con la intención de matar a un hombre?
Levi Tibbs. Ahora tengo el nombre del hijo de puta que dejamos vivir.
Flexiono la mano envuelta en gasa, anticipando la eventual cicatriz. Los cuatro llevaremos esa cicatriz y nunca
olvidaremos el juramento de sangre que hicimos. Mientras tanto, planificaré y esperaré con paciencia divina.
Levi Tibbs se encuentra tras las rejas por cargos de violación y asalto agravado. Resulta que él y su
El cómplice muerto vino de Oregón, con antecedentes penales de una milla de largo y órdenes de arresto pendientes.
Aparentemente, estaban huyendo cuando vieron a Conor en la ciudad ese mismo día y la siguieron a su casa.
Me enferma que se culpe a sí misma. Como si ella deliberadamente atrajera a esos hombres y causara
El arresto de Lorne. Discutimos sobre esto ayer, y le recordé con vehemencia que me salvó el trasero. Si ella no hubiera
atravesado mi niebla de ira esa noche, estaría en la cárcel ahora mismo, enfrentando cargos de asesinato.
Paso mi nariz a lo largo de la suave piel de su hombro. "¿Puedo traerte algo? ¿Más comida?
¿Un libro de tu habitación? ¿Bloqueador solar?"
Si se sienta aquí mucho más tiempo, su piel se quemará.
“Mis piernas no están rotas, Jake.” Ella gira su cabeza hacia mí y besa mi mejilla. "Extraño la salsa de tomate".
Su yegua negra. Tenía doce años cuando conseguimos nuestros propios caballos. Dejé que nombrara el mío Barnabe
y pensé que era el peor nombre que había existido hasta que ella anunció: “Llamaré al mío Ketchup, porque siempre estaré
a la cabeza, gritando ¡Atrápame! ”.
"¿Qué dijo el médico sobre montar?" Pregunto.
“Estoy en restricción durante cuatro semanas”. Su suspiro roza mi mejilla, y ella se recuesta contra
mi pecho. “Le llevaré algunas manzanas hoy y pasaremos el rato con ella en el establo”.
A ella le gustará eso.
Fuera de su vínculo con Ketchup, Conor no tiene amistades femeninas. Tal vez porque creció con tres niños. O
tal vez porque no tuvo la suave influencia de una madre en su vida.
Nunca he visto pintura en sus uñas o pegote pegajoso en su cara como las niñas usan en la escuela.
Su salvaje melena pelirroja no sale de un palco ni de un salón. Es todo suyo, y cuando se lo lleva el viento, parece una
diosa mística.
Es tan fácil enamorarse de ella. No me importa si eso me hace azotar el coño. Deja el
los que me odian arden de celos, porque la chica más sexy del mundo solo tiene ojos para mí.
"Eres hermosa." Le doy un beso en el cuello.
"¿A mí?"
"Tú."
La puerta mosquitera se abre detrás de nosotros. Unos pasos crujen la tarima de madera y la puerta se cierra de
golpe.
"Jake". El tono irritado de mi papá pone rígidos mis hombros. "Ven aquí."
Giro el cuello para mirarlo. "¿Qué?"
Avanza con paso majestuoso, vestido con un traje negro, una camisa blanca desabrochada hasta el cuello, sombrero
Stetson blanco en la cabeza y una hebilla del cinturón del tamaño de Texas. Sin corbata. No estoy seguro de que tenga uno.
Su ceño fruncido profundamente arrugado se adapta a la ocasión. El funeral de Wyatt Longley es hoy, y él es el
único en nuestra casa lo suficientemente descarado para asistir.
Sus botas lustradas se detienen en la escalera superior, y él se eleva sobre nosotros luciendo como un magnate
del petróleo enojado. Conor, entra y ponte algo de ropa.
¿Qué carajo? La camisa cuelga más allá de sus rodillas y oculta por completo la forma de su cuerpo.
Mis pelos se erizan, mi voz quebrada. "No le hables así".
"Está bien." Coge la guitarra y los platos del desayuno. "Necesito tomar una ducha."
Se escabulle junto a mi papá, con la barbilla levantada y los ojos bajos de una manera que alimenta mi ira. ella es
Siempre ha sido respetuoso con él, pero últimamente no ha hecho absolutamente nada para merecerlo.
Cuando ella entra y cierra la puerta detrás de ella, me pongo de pie, poniéndome a su altura.
Una vez fue un hombre atractivo. Tal vez todavía lo sea, pero los años han multiplicado las líneas en
su rostro y frunció el ceño desaprobatorio que se ha convertido en su expresión permanente.
"¿Cuál es tu problema?" Aprieto las manos a los costados.
“Cuida tu tono.” Su voz estremece el aire entre nosotros cuando se inclina hacia ella. “Te dije que
Mantente alejado de ella. Especialmente ahora. Lo último que necesita es que la embaraces.
"Jesús, papá". Mis ojos saltan. “Ella necesita a sus amigos. Su familia. Ella nos necesita a todos”.
“Estamos aquí por ella, pero va a haber algunos cambios por aquí. ustedes niños son
ha crecido, y la casa se está llenando”.
Mi estómago se endurece. "¿Qué quieres decir?"
La casa tiene ocho mil pies cuadrados. La cocina principal y la sala de estar separan dos
enormes alas, un ala Cassidy y un ala Holsten, con un total de ocho habitaciones y doce baños. Es más espacio del
que seis personas saben qué hacer.
"¿Que cambios?" Pregunto.
"Continuaremos con esto más tarde". Mira su reloj. "Voy tarde." Volviéndose hacia la puerta, mira por encima del
hombro. “Te necesito en el campo hoy. Tu hermano no está al día con las tareas.
Pellizcando el ala de su sombrero, lo inclina como siempre y desaparece dentro de la casa.

¿Por qué va a ir al funeral? El asesinato está en todas las noticias, haciendo que Lorne sea un asesino a sangre fría.
Sandbank no recibe este tipo de emoción y no puede acomodar el circo mediático que se inunda. Afortunadamente, nadie
ha intentado invadir nuestra propiedad.
Entro justo cuando mi padre sale por la puerta principal. Haciendo una línea recta hacia el ala Cassidy, paso el
comedor formal, la sala de estar y el área de juegos. La madera recuperada, el cuero oscuro y los muebles macizos con un
acabado tosco le dan a las espaciosas habitaciones una sensación rústica y masculina.
Nuestros padres construyeron esta casa, pero los diez mil acres pertenecían a la madre de Conor, Ava
O'Conor. Era hija única y apenas adulta cuando sus padres murieron y le dejaron la tierra.
Su mejor amiga, Julep, se quedó a su lado mientras ella estaba de duelo, la ayudó a administrar las finanzas de la granja y
convertirla en la explotación ganadera que es hoy.
A cambio, la mamá de Conor le dio a Julep la mitad de las acciones del negocio y nombró el rancho en honor a
su.
Julep era mi madre.
Nuestros padres no se conocían antes de casarse con Ava y Julep. Su amistad vino después, si puedo llamarlo
así. Heredaron el rancho cuando nuestras madres murieron, lo que los hace más como socios comerciales. Y copadres,
supongo, ya que nos criaron a los cuatro juntos.
Salí al pasillo hacia el dormitorio de Conor, pasando por la oficina y el dormitorio de su padre. Ambos vacíos. Debe
haber salido de la casa antes de que me despertara, porque no lo he visto.
La puerta de la habitación de Conor está abierta. Como nuestros papás no están en casa, no dudo en entrar.
El sonido del agua en las tuberías me atrae hacia la puerta de su baño.
Paso sobre sus botas de punta cuadrada y paso los dedos a lo largo de la guitarra en su cama, rodeada por
una explosión de color en las paredes cubiertas de lona. Ella colecciona pinturas impresionistas de caballos, y la he
consentido a lo largo de los años, comprando obras de arte para agregarlas a su habitación.
En la puerta del baño, toco la madera con la frente. Luego mi palma. Mi aliento. Tim
McGraw canta Highway Don't Care desde adentro, acompañado por el tarareo aterciopelado de Conor.
¿Ya está en la ducha?
Hace tres días, habría entrado sin llamar. Pero ahora... ¿Escondería su cuerpo de mí? La intimidad entre
nosotros está comprensiblemente suspendida, pero no quiero poner espacio entre nosotros.
Por primera vez en mi vida, no sé cómo proceder con ella.

Con una fuerte exhalación, levanto mi puño y llamo. "¿Conor?"
La puerta se abre, liberando una nube de vapor. La canción se reproduce desde su teléfono en el
encimera. La ducha chisporrotea detrás de ella, y me mira, con el pelo todavía seco y una toalla envuelta
alrededor de su cuerpo.
Espero a que abra más la puerta. ella no
"¿Qué estás haciendo?" Aprieta la toalla contra su pecho. "Tu papá…"
“Lamento lo de antes. Él está…” ¿Estresado? ¿Preocupado? ¿Un gilipollas crujiente y tenso? Me niego
a poner excusas por él. "Él no está aquí."
Se aprieta los labios y no abre la puerta.
"Solo quería ver cómo estabas". Trazo la forma esbelta de su rostro y deslizo mi pulgar por su labio
inferior. “Tengo que salir al campo”.
"Desearía poder ayudar." Su boca se mueve contra mi toque, apretando mi ingle.
"Descansar un poco. Te veré en la cena. "Está
bien".
Dejarla sola va en contra de todos mis instintos. Me inclino y robo un rápido beso de sus labios. Luego obligo
a mis botas a moverse, fuera de su habitación, fuera de la casa, y directamente a las labores de criar ganado.
Durante las próximas ocho horas, me sumerjo en tareas agotadoras, reparando el riego
zanjas, mover el ganado de un pasto a otro y ocuparse del equipo de heno.
Cuando el sol finalmente se esconde detrás de la cresta, la idea de ver a Conor rejuvenece los músculos
fatigados.
El cuello arqueado de Barnabe se balancea con gracia con su andar ambulante mientras lo guío a lo largo de la cerca,
en busca de agujeros donde el ganado pueda escapar o los depredadores puedan entrar.
Jarret monta a mi lado, escuchando mi resumen de la conversación que tuve con papá esta mañana.
“La casa no es demasiado pequeña.” Se seca el sudor de la frente con el dorso de la mano vendada. “Tal
vez él va a poner un candado en su puerta o colgar cámaras de seguridad o alguna mierda”.
"¿Para qué diablos?"
“Para evitar que llenes la casa con bebés Holsten”.
Eso es mierda de caballo. Aprieto mis manos alrededor de las riendas de Barnabe. "Pasará mucho tiempo
antes de que podamos pensar en sexo".
"Yo sé eso. lo sabes Pero ha tenido un duro despertar. Él sabe por qué estabas en el barranco esa noche,
y Dalton está demasiado distraído con Lorne para mantener a su hija fuera de tu cama.
Papá sabe que es solo cuestión de tiempo antes de que vuelvas a escabullirte con ella.
“Él no puede mantenernos separados”. La convicción endurece mi voz, aguda y sólida.

"Mientras estés bajo su techo, lo intentará".
Y fallará. Necesita tiempo, pero en el momento en que no lo necesita, en el mismo segundo en que está lista para
terminar lo que empezamos, estaré sobre ella, dentro de ella, devorando sus pequeños sonidos mientras me hundo entre sus
piernas.
Mi camisa se pega a mi pecho con sudor. Me quito el Stetson de la cabeza y me paso un trapo por el pelo húmedo
cuando el sonido de un caballo que se acerca llega a mis oídos.
Giro a Barnabe hacia el ruido, con los ojos en el horizonte, esperando a uno de los peones del rancho.
La salsa de tomate salta sobre la colina, corriendo hacia mí a todo galope con Conor en la silla.
Mechones rebeldes de látigo rojo alrededor de la cara de Conor, y ella lo abraza con fuerza, aumentando la velocidad. ¿Qué
carajo está haciendo?
“Se supone que no debe estar en la silla de montar”. Jarret desmonta y da un paso adelante.
"No, ella no lo es". Me uno a él en el suelo, los músculos se tensan para castigarla cuarenta veces hasta el domingo.
Ketchup se detiene a mi lado, y agarro la brida cerca de su hocico resoplando, manteniéndola quieta.
En el momento en que me encuentro con los ojos enrojecidos de Conor, mi ira se convierte en terror.
"¿Qué pasó?"
"¡Me está quitando!" Sus palabras roncas estallan en un sollozo y se baja del caballo a mis brazos.
"¿Qué? ¿OMS?" Mi sangre se hiela mientras acuno su rostro, buscando la fuente de su angustia.
"Papá. Él... él trajo a la mudanza esta mañana, y empacaron su habitación y la mía, y traté de detenerlos, y papá
perdió los estribos, y Oh, Dios, Jake, está tan enojado. Peleamos, gritando y gritando como no lo creerías, y él no
escucha. Él no… Una inhalación profunda y estremecedora afloja las lágrimas en sus ojos. Le recorren la cara y me
rebanan el corazón.
“Él no me iba a dejar decir adiós. Así que corrí. Directo al establo. Al ketchup. No sabía qué hacer”.
"Desacelerar. No vas a ninguna parte." La atraigo con fuerza contra mí y encuentro el ancho de Jarret.
ojos sobre su cabeza. “¿Por qué diablos se mudaría del rancho?”
"¡Nos mudará a Chicago, Jake!" Ella me sostiene con un agarre mortal, inclinando su cuello hacia atrás para ver mi
rostro.
Dalton es de Chicago, pero no le queda familia allí. ¿Quizás es un movimiento temporal?
"¿Solo por el verano?" Mi pregunta brota de una boca seca.

"Permanentemente. Vendió sus acciones del rancho a tu padre.
Mis entrañas se vuelven de acero, mi garganta un puño cerrado. “Es el rancho de tu mamá. Su
herencia. Él no lo vendería.
El estruendo de los motores suena en la distancia, acelerando mi pulso.
"Él está viniendo." Ella gira hacia el horizonte, cada músculo de su cuerpo tenso.
“Nos vamos—”
"No. A la mierda eso. Con mis manos en su rostro, aplasto mi boca contra la suya, mi interior es un infierno
de desesperación.
Mi brazo se engancha alrededor de su espalda, mis dedos apuñalan su cabello enmarañado, tirando, sosteniendo,
buscando certeza en el único lugar donde la encontraré. Ella es mi hogar, y nunca la dejaré ir. Ni siquiera está en el
ámbito de posibilidades.
"No tiene sentido". Jarret camina a nuestro alrededor. “Tu papá no dejaría a Lorne. Ahora no."
Ella rompe el beso, temblando en el aire húmedo. “Dijo que no puedo ir a la escuela aquí después de lo que
sucedió y no me quiere cerca durante el juicio de Lorne y la condena de cc. Un hipo entre sollozos corta su voz. Se
está dando por vencido con Lorne. Lo llamó asesino. Ella se golpea las lágrimas, apretando los dientes. "¿Cómo puede
decir eso de su propio hijo?"
Mi mente da vueltas, analizando y rechazando cada palabra. Pero no puedo negar la reciente frialdad de Dalton
o la tensión entre él y mi padre.
Va a haber algunos cambios por aquí.
Estaban planeando esto. Hacer arreglos. Dalton Cassidy tiene la intención de quitarme a mi chica.
El miedo sacude mi columna vertebral. Recojo toda mi existencia en mis brazos y la abrazo fuerte,
protegiendo lo que es mío, congelando el momento y temblando hasta lo más profundo de mi ser.
Los faros recorren el cielo grisáceo. Los neumáticos crujen en terreno accidentado y tres
los camiones rebotan sobre la colina, cargando hacia nosotros. Siento que se desliza entre mis dedos y la aprieto con
más fuerza.
"Jake". Sus manos alcanzan, agarrando y tirando de mis hombros mientras se levanta de puntillas. "No
pase lo que pase, nos mantenemos juntos. Millas, meses, ciudades, años… Su respiración se ahoga. “Somos más
grandes que cualquier cosa que intente interponerse entre nosotros”.
La puerta de un coche se abre y se cierra. El paso de las botas avanza.
Ella ya ha aceptado esto. Está en la caída de su postura, la silenciosa caída de lágrimas en sus mejillas y la
liberación de sus dedos sobre mis hombros.
No estoy ni cerca de la aceptación. nunca lo seré
"No quiero ningún problema con ustedes, muchachos". Dalton Cassidy se detiene a tres metros de distancia.
Una horda de peones fornidos del rancho sale de los otros camiones y se acerca. Dalton trajo
refuerzos
"¿Qué está sucediendo?" Jarret se interpone entre Conor y los hombres que avanzan.
Conor y yo estamos empezando de nuevo. Dalton engancha un pulgar debajo de la hebilla de su cinturón, sin
su sombrero, revelando una capa de sudor en su cabeza calva. "Estoy seguro de que ella te lo dijo". Él agita una mano hacia
el camión. Vamos, Conor.
Recuerda, Jake. Enormes ojos de cristal roto me miran fijamente. Pestañas rojas como el atardecer. Suave,
Labios empapados de lágrimas se aprietan contra los míos, inundan mi boca de sal y de angustia. "No importa qué."
"¡No, no acepto esto!" Agarro su rostro, gritando lo suficientemente fuerte para que el mundo lo escuche. "Soy
¡no dejarlo ir!”
Ella me agarra de vuelta, manteniendo nuestras bocas juntas. Intercambiamos respiraciones, aguantando
latidos del corazón y perder el equilibrio mientras nuestra vida se desgarra en un torbellino de brazos.
Cuatro hombres nos agarran a Jarret ya mí, gritando y tirando, mientras otro arranca a Conor de mis manos.
"¡No! ¡Detener!" Ella golpea contra los brazos inflexibles. “¡Los estás lastimando!”
—¡Conor! Lucho contra uno, pero otro me derriba contra el suelo, inmovilizándome con un cuerpo.
el doble de mi tamaño. "¡Suéltala!"
"Métela en el camión". Dalton se aleja, siguiendo al hombre que sujeta a Conor.
Los sonidos de sus gritos inundan mis pulmones con una agonía al rojo vivo. Libero el dolor con un rugido, corcoveando
y pateando la circunferencia que me pesa. A mi lado, Jarret cae al suelo debajo de dos hombres, luchando y gritando por
Conor.
Los brazos la empujan hacia la camioneta de Dalton y sus gritos alcanzan un tono febril. "Amo
¡a él! ¡No puedes hacer esto! Amo"
Las puertas se cerraron, amortiguando sus gritos.
"¡Oh, Dios, no! ¡Esperar! ¡Conorrrrr!” Me agarro al suelo mientras la urgencia se apodera de mis pulmones. hay
demasiado peso. Estoy dominado. No puedo respirar. No puedo llegar a ella. “¡Quítate de encima de mí! ¡Déjame ir!"
Sus puños golpean la ventana mientras el camión se pone en movimiento, llevándosela.
¿Por qué está haciendo esto? Estará sola, más perdida que nunca. Su estado mental ya está en ruinas. ¿Cómo sanará
sin el apoyo y la comodidad del hogar?
ella no lo hará
La agonía lanza como mil cuchillas, destripándome por todos lados. Los hombres se mueven contra mi espalda,
presionándome hacia abajo. Jarret se tuerce debajo de otros dos, gritando incoherencias.
Los neumáticos giran y el camión se aleja a toda velocidad, dejándome boca abajo en la tierra. Destrozado,
derramando devastación en gruesos ríos de lágrimas. Atrapado, frenético, destrozado hasta los huesos. Y lívido.
El hedor a sudor y furia quema el aire y nubla mi visión. Curvo mis dedos,
agarrando puñados de furia violenta.
Cuando el camión desaparece sobre la colina, el campo se queda quieto. No gritar. Sin motores. No
luz. Solo mi susurro entrecortado, cortando el trueno en mi cabeza.
“Le fallé de nuevo”.
Mi corazón se ahoga en la carnicería.
Ella se ha ido.
Comenzar de nuevo comenzó con el dorso de la mano de mi padre en mi cara. El chorro de sangre de mi nariz hizo exactamente
lo que se suponía que debía hacer. Dejé de intentar saltar del camión. Dejó de rogarle que se diera la vuelta. Dejó de
hacer preguntas.
Era la primera vez que me golpeaba por enfado.
Pero no fue el último.
Eso fue hace tres meses.

"Esto es solo para mí, así que puedo comunicarme contigo cuando lo necesite". Papá lanza un teléfono celular barato en
el mostrador de la cocina en nuestro apartamento de gran altura. "Nada de llamadas fuera de la ciudad".
Su subtexto suena alto y claro. Nada de llamadas a Jake y Jarret.
Se aseguró de que mi teléfono y mi computadora portátil no hicieran el viaje a Chicago. Pero él no sabe sobre el dinero
que robé de su billetera la semana que nos mudamos aquí. No sabe sobre el teléfono que compré con él. No sabe que todos
los números que tengo de Jake, Jarret y John Holsten han sido desconectados desde que me fui.
O tal vez él lo sabe, y solo se está burlando de mí.

La crueldad se ha convertido en su mecanismo de defensa. y whisky Cuando ambos toman las riendas, no reconozco a
mi padre.
"Necesito un auto." Guardo el teléfono en el bolsillo y cruzo los brazos. “No podré caminar en la nieve”.
La escuela comenzó esta semana, pero no es por eso que quiero transporte.
Estoy varado en una isla de hormigón. El aire apesta a escape y asfalto. Blot de vidrio y acero
fuera del cielo Y el ruido… No sé cómo los habitantes de la ciudad caminan por la calle sin estremecerse ante el
estruendo del tráfico y los gritos y las sirenas.
Tal vez Chicago sea un buen lugar, pero nunca he vivido en una gran ciudad. El aire no huele a limpio. La comida
viene en cajas de papel. El ritmo de vida es demasiado rápido e impaciente, y el ruido constante golpea dentro de mi
pecho, haciéndome sentir desquiciado y fuera de lugar.
Me duele ir a casa.
Extraño la salsa de tomate.
Necesito a Jake.
Han pasado tres meses y no he hablado con nadie en Oklahoma. lo insoportable

el aislamiento me está comiendo las tripas, vaciándome pieza a pieza.
Con el avance de la tecnología, 928 millas deberían haber sido insignificantes. Pero Jake y Jarret cambiaron sus números
y no están en las redes sociales. Los correos electrónicos que envío quedan sin respuesta.
Lo mismo con mis cartas escritas a mano.

Llegué a llamar a las empresas locales en Sandbank (el restaurante, la oficina de correos, el banco y la
ferretería) y les dejé mi nuevo número a los propietarios, pidiéndoles que me lo pasaran cuando los Holsten se detuvieran.
Y todavía nada.
Dado que mi padre me está alienando, lo mismo debe ser cierto con John Holsten. De alguna manera ha impedido
que Jake y Jarret se pongan en contacto conmigo. ¿Pero por qué?
Todavía no tiene sentido por qué papá se fue de casa. ¿Quiere empezar de nuevo? ¿Está demasiado avergonzado
para mostrar su rostro en Sandbank? Debe haber otra razón. ¿Y cuál es la motivación de John en esto?
Cortar el contacto con la única familia que he conocido me está conduciendo a un agujero negro con solo mis pensamientos
autodestructivos para hacerme compañía.
“Pasarán meses antes de que nieve aquí”. Papá engancha un dedo alrededor de la botella de whisky en
el contador. “Cuando lo hace, puedes tomar el transporte público”.
Lleva la botella a la sala de estar y desenrosca la tapa. Ni siquiera son las ocho de la mañana.
Si bien los gabinetes rebosan de alcohol, hay poco más que llene el apartamento.
Los muebles minimalistas se empujan contra las paredes desnudas. Un sofá, TV, cafetera y barra de desayuno para dos.
Sin comedor. Nada de cenas familiares. Sin familia.
Los dos dormitorios están igual de vacíos y sencillos. No se ha molestado con el calor o
decoración, y rechaza mis sugerencias de agregar una alfombra, una lámpara, cualquier cosa. Porque él no quiere estar aquí.
Él es tan miserable como yo.
Lo sigo a la sala de estar, mirando su espalda caída y cubierta por una túnica. Quiero visitar a Lorne.
Se queda quieto, con los hombros rígidos, y deja el whisky en la mesa auxiliar con un movimiento tranquilo y
controlado. Demasiado tranquilo.
Doy un paso atrás, abrazando mi cintura.
“Oklahoma está fuera de los límites”. Su tono corta como un cuchillo, pero hay un rastro de dolor embotando el
bordes “No irás allí. No contactarás a nadie en el rancho. Y no volverás a mencionar a tu hermano.
Ni siquiera me mira.
Un dolor debilitante me abrasa el pecho. Un dolor séptico, retorcido e incontrolable. No puedo respirar a través de
él. Mi cara se arruga, y mis manos se cierran en puños, apretándolos para aplastarle la cabeza.
No me importa si me ha dado la espalda. ¿Cómo puede hacerle esto a Lorne?
Después de que arrestaron a mi hermano, permaneció bajo custodia en lugar de una fianza por un total de
trescientos mil dólares, que mi padre se negó a pagar. Papá también se negó a asistir a sus audiencias, sin importar cuánto
le supliqué.
No estuve allí para Lorne cuando me necesitaba.
Y no habrá juicio.
Durante su comparecencia, se declaró culpable de asesinato en segundo grado y fue sentenciado a
diez años en la penitenciaría estatal de máxima seguridad de Oklahoma.
Diez años.
No sé cómo tragar eso. Está permanentemente atascado en mi garganta. No importa cuánto llore, tosa y vomite, no
puedo aliviar la agonía. no puedo aceptarlo
¿Por qué Lorne no luchó? ¿Cree que todos se dieron por vencidos con él? ¿Jake y Jarret fueron a
sus audiencias? Debe sentirse más solo que yo, y ese pensamiento duele muchísimo.
"Le extraño." Mi susurro se estremece de vulnerabilidad, implorando una reacción, empatía, algo
señal de que mi padre todavía está allí en alguna parte.

Escríbele una carta. Frío. Calloso. Levanta el whisky y bebe de la botella.
He enviado docenas de correos electrónicos y cartas. ¿Lorne siquiera los está recibiendo?
También envié una carta a Levi Tibbs, describiendo todas las formas en que espero que sufra. Aceptó un
acuerdo con la fiscalía. Uno que lo liberará en siete años. Ni siquiera llegué a testificar, y tenía tantas ganas de hacerlo.
Solo para estar en Oklahoma, para visitar mi casa y mi familia y Ketchup. Y volver a ver a Jake.
Levantando mi mano, miro la herida rosada y furiosa en mi palma. En siete años, nada me impedirá regresar a
Oklahoma y cumplir mi juramento.
El hombre que... me hirió quedará libre antes que Lorne. Curvo los dedos, apretando la cicatriz. “Eso tiene que
hacerte sentir algo. Por favor, papá. Soy"
"¡Suficiente!" Corta una mano en el aire y se agarra la nuca. Lorne está muerta para mí, y no quiero oír otra maldita
cosa al respecto. Se recuesta en el sofá y enciende la televisión. "Llegas tarde a la escuela".
“Sé que estás sufriendo. Si no es por Lorne o por mí, entonces por la pérdida de nuestra vida. Nuestra casa.
La casa de mamá .
"Estás caminando por una línea peligrosa, pequeña niña". Clava un dedo en la puerta. "Ir. A.
¡Escuela!"
La angustia que me oprime el pecho es tan familiar que ya debería estar acostumbrada. pero cada
día, se vuelve más fuerte, más formidable, y estoy demasiado cansado para ignorarlo.
"¿Por qué estamos aquí?" Respiro las lágrimas crecientes. “¿Por qué no estamos en casa, luchando por él?
Es tu hijo y...
"¡Salir!"
“Papá, por favor. Me siento tan sola." Y triste. No sé cómo cavar mi camino para salir de este infernal
vacío. “Vivir aquí me está matando lentamente. Necesito a mi familia.
Salta del sofá y agarra a la fuerza un puñado de mi cabello. Retorciendo mi cuello en un ángulo doloroso, usa su
agarre para arrastrarme hacia la puerta. Mis piernas se retuercen y se arrastran, y mi cabello se arranca de raíz, con un
dolor abrasador en mi cuero cabelludo.
"¡Para! ¡Estas hiriendome!" Agarro sus brazos y trato de liberarme. “Por favor, papá. ¡Lo lamento!"
Abre la puerta de un tirón y me arroja al pasillo. Mi mochila aterriza a mis pies, y la puerta se cierra, sacudiendo las
paredes.
El odio agudo y ácido me golpea fuerte en muchos lugares. Mis rodillas se doblan. Mis pulmones tragan aire, y el
pasillo se cierra.
Agarro la mochila y salgo disparada hacia las escaleras, desesperada por escapar de la espiral descendente. Pero
me persigue como un monstruo que escupe fuego y embiste, embistiéndome, hirviendo, furioso y arañando mis huesos.
Corro más rápido, empujo más fuerte, tratando de dejarlo atrás. No puedo dejar que me tire hacia abajo.
En el hueco de la escalera, aminoro el paso y recupero el aliento.
Junta tu mierda.
Guárdalo todo.
Entiérralo profundo.
Dios, si pudiera hablar con Jake, esto no se sentiría tan aterrador.
El impulso de enviar un mensaje de texto a su antiguo número hace temblar mis dedos, pero un mensaje no
entregado solo retorcería el cuchillo. No importa si no puedo oír su voz. Sé que está pensando en mí y confío en el amor
que nos une. Somos lo suficientemente fuertes para capear el tiempo y la distancia y todo lo demás que este mundo
abandonado nos depara. Solo necesito ser paciente. Él se pondrá en contacto conmigo tan pronto como esté
capaz.
Hasta entonces, papá es todo lo que tengo y no sé cómo ayudarlo. Él no bebió cuando nosotros
vivía en el rancho. No usó blasfemias ni levantó la mano contra mí. Trabajaba todo el tiempo.
La ganadería es lo que sabe. ¿Qué pensó que haría aquí?
Escapar parecía ser lo único que tenía en mente.
Como vendió sus acciones del rancho, no necesita trabajo. Pero necesita algo. Un pasatiempo, una pasión, algo a lo
que aferrarse y distraerlo de la bebida.
Tiene que ser mi padre otra vez.
Ocho pisos más abajo, me seco las lágrimas y respiro vigorosamente. Entonces entro en la concurrida calle del centro.
Los peatones pasan a mi lado, y mis hombros se elevan contra el clamor impío del tráfico.
Con la bolsa colgada de la espalda y los ojos fijos en mis botas de punta cuadrada, sigo mi camino
hacia la escuela.
Es solo mi tercer día de undécimo grado, pero me las he arreglado para ocultar mi dolor. Las chicas parlotean en mi
oído y los chicos me miran boquiabiertos como los de Oklahoma. No se preocupan por mí. No son mis amigos, y está bien.
Estoy decidido a irme de esta ciudad, no a hacer un hogar aquí. Si tengo que quedarme hasta que me gradúe, me las
arreglaré. Me graduaré con honores, créditos preuniversitarios y becas para la universidad en casa.
Las siguientes cuatro cuadras me llevan a una intersección congestionada de taxis. Mientras giro a la derecha y me separo
del flujo de tráfico peatonal, un grupo de chicos de secundaria se desvía hacia mi camino.
Se amontonan en la acera, rodeándome por todos lados. Mi pulso se acelera.
"Hola, chica de campo". Uno de ellos da un paso delante de mí, caminando hacia atrás y mirándome las piernas por encima
de las botas.
—Disculpe —digo cortésmente y me deslizo a su alrededor.
Agarra mi muñeca, deteniéndome, agarrándome demasiado fuerte. Los dedos se contraen como cuerdas contra mi
piel. Ojos codiciosos presionan contra mí. Voces ásperas con necesidad masculina. Es paralizante. Obliterando.
La acera se derrite en la tierra. Los edificios de cristal se desdibujan y se deforman hasta que todo lo que veo es el barranco con
sus sombras y sus hombres brutales con deseos enfermizos. Los recuerdos se despliegan desde la horca cavernosa dentro de
mí. Aliento caliente. Magulladuras en las manos. Deslizándose por mi piel, hurgando entre mis muslos y apuñalándome.
"Déjalo ir." Mi voz no tiene sonido, pero el grillete en mi muñeca se suelta.

El barranco se desangra, y el ruido de la ciudad se estrella.
"¿Estás bien?" Los ojos azules parpadean bajo las cejas fruncidas. Eres la chica nueva. Es Conor, ¿verdad?
Tropiezo con las piernas tambaleantes y choco con los peatones. Por primera vez desde que estoy en esta ciudad, estoy
agradecido por la acera abarrotada. La gente corre de un lado a otro con una prisa infernal para moverse unos alrededor de otros,
pero alguien se detendría si yo gritara.
El chico de ojos azules examina detenidamente mi vestido de camiseta a cuadros, desacelerando los botones entre
mis senos, deteniéndose en la cincha fruncida en mi cintura y deteniéndose en el dobladillo por encima de mis rodillas. Me quemo
por correr, pero lucho contra el impulso, porque maldita sea, no tengo miedo. No soy.
“Siempre quise dar un paseo por el campo”. Muerde la mitad inferior de su
sonrisa. “O tal vez, llevar el país a dar un paseo”.
Sus amigos se ríen.
Mi columna hormiguea. "No me interesa."
“No he ofrecido nada”. Vuelve a mis ojos y me guiña un ojo. "Todavía."
Es solo un chico tonto. Engreída, coqueta, pero inofensiva.
¿Está seguro?
"Tengo que ir." Giro sobre mis talones y me alejo mientras mi corazón golpea contra la pared de mi pecho.
Espero que me persigan, pero se quedan atrás, siguiéndonos a distancia solo porque nos dirigimos al
mismo lugar.
Quizás exageré. O tal vez piensen que soy una perra y me dejen en paz. Eso funciona
ya que no tengo las piezas adecuadas dentro de mí para hacer amigos.
No soy yo mismo, y no sé cómo volver a encontrar a esa chica.
No estoy donde solía estar o donde quiero estar.
Estoy perdido.
Hueco.
Solo.
Solo necesito mi casa. Mi familia. jake 928
millas.
Dos años.
No está tan lejos, aunque lo parezca.
¿Lorne me perdonará por no visitarme? ¿Me seguirá amando Jarret? ¿Me esperará Jake?
Saco mi teléfono y pongo una canción de Rascal Flatts. Con los auriculares puestos, me desconecto del
mundo y dejo que los acordes de What Hurts The Most me lleven adelante.
Duele ir a una escuela tan lejos de casa, pero voy.
Duele soportar el temperamento ebrio de mi padre, pero lo estoy soportando.
Me duele extrañar a Jake cada vez que respiro, pero lo estoy haciendo.
Lo extraño y aún respiro, y eso es lo que más duele.
DOS AÑOS DESPUÉS…

El dolor es más de lo que puedo soportar. Penetra profundamente en el músculo y el hueso, palpitando durante mucho tiempo.
después de cada golpe. Me acurruco más fuerte en una posición fetal en el suelo y envuelvo mis brazos alrededor de mi
cintura, protegiendo los órganos vitales.
La siguiente patada me da en el estómago con la fuerza suficiente para sacarme el aire de los pulmones.
Trago y trago y finalmente recupero el aliento. Pero la agonía persiste, palpitando en la base de mi columna,
implacable y abrumadora. Llevo mis rodillas a mi barbilla y lanzo un grito ensordecedor, lo suficientemente fuerte como
para alertar a los vecinos.
Nunca me escuchan. Nunca están en casa. No habrá rescate.
"¡Detener! ¡Por favor!" Sollozo tan fuerte que siento que se me saltan cosas en los ojos. "Lo lamento. Lo lamento. Lo
lamento."
"¿Dónde está la llave?" El rugido arrastrado de mi padre me baña en una niebla de saliva.
Se enteró de la motocicleta. No sé qué esperaba, pero su reacción me dolió más que cuando me atrapó en la
parada del autobús tratando de escapar.
Con los ojos caídos y vidriosos, se tambalea a mi alrededor y choca contra la pared. Si estuviera sobrio y usara zapatos,
no estoy seguro de que sobreviviría a la golpiza.
Es mi culpa, empezando por una estúpida decisión que tomé hace dos años. Una excursión temeraria al barranco.
Arruiné su vida.
"¡Dame la llave!" Se precipita hacia mí, echando hacia atrás una pierna para atacar de nuevo.
Salgo rodando de su camino, y su pie golpea el aire.
Murmura entre dientes y se da la vuelta, como si tratara de orientarse. "La clave. ¡Ahora!"
"Lo tengo. Aquí." Saco la llave del bolsillo de mis vaqueros y la extiendo con dedos temblorosos.
Compré la motocicleta hace una semana y no habría sido descubierta si el seguro

el agente no había llamado para validar la propiedad.
Él hace bolas con una mano alrededor de la llave, sus ojos hundidos y enfermos de locura. "Estás
castigado."
¿A tierra de qué? No tengo amigos. Confiscó todos mis aparatos electrónicos hace tres meses, y cada centavo que
gané sirviendo mesas se destinó a esa motocicleta: lecciones de manejo, reparaciones, licencias, seguro. Estoy en un déficit
total. No hay nada que pueda quitarme.
Empujándome para sentarme, sujeto un brazo alrededor de mi abdomen golpeado y enfoco

en lo que importa.
Me acabo de graduar de la escuela secundaria como el mejor de mi clase y me ofrecieron un viaje completo
beca para la Universidad de Illinois. Pero lo rechacé.
Me voy a casa.
Como papá me prohíbe poner un pie en Oklahoma, no le dije que me matriculé en la Universidad Estatal de
Oklahoma.
No sé cómo pagaré la matrícula fuera del estado, incluso con mis subvenciones y becas académicas. No
importa Es la universidad a la que soñé asistir desde que era una niña.
Tiene uno de los programas veterinarios mejor calificados del país, y está a solo una hora
en coche desde Jake y Julep Ranch. Dos horas en la otra dirección y tendré a Lorne.
Eso es si quieren verme.
Nunca llamaron. Nunca escribí. Nunca se acercó a mí de ninguna manera. Ni una sola vez.
¿Me están extrañando? ¿O olvidarme?
Mi mente ha sido un lío intrincado y giratorio de delirios y dudas. La mayoría de los días, invento razones
creativas y comprensibles por las que no se han puesto en contacto conmigo. Como que mis mensajes son interceptados y
mis correos electrónicos deben ser bloqueados. Nunca le gusté a John Holsten. No querría que distrajera a sus hijos de su
futuro en el rancho.
En los días malos, me golpeo con las inseguridades. ¿Qué pasa si leen mis cartas y
¿Los ignoró deliberadamente? ¿Y si siguen adelante sin mí?
He estado en constante confusión y, sinceramente, no sé cómo logré superar los últimos dos años.
Pero finalmente se acabó.

Es hora de que papá entienda eso.
El plan era esperar hasta mañana cuando tenga fundamentos legales para tomar mi postura. A pesar de
el infierno que me ha hecho pasar, sigue siendo mi padre, y maldición, solo desearía... desearía tener su guía y apoyo.
Con una respiración entrecortada, me levanto y doy un paso atrás hasta que mi espalda golpea la pared. "Me estoy
mudando".
“¡Qué carajo eres! Sigues siendo mi hijo y obedecerás mis reglas.
Se mete la llave en el bolsillo, como si eso pudiera detenerme. Tengo uno de repuesto en mi dormitorio.
"¿Cómo diablos te mantendrías a ti mismo?" Se frota la calva de la cabeza, rechinando los dientes. “¿Tienes un lugar
para vivir? ¿Alimento? ¿Cuidado de la salud? ¿Qué pasa con la universidad? ¿Quieres desperdiciar tu educación?
"Ya no es asunto tuyo". La determinación golpea mi sangre, y enderezo mi columna vertebral.

Tengo dieciocho años. Un adulto legal.”
"No hasta mañana".
¿Se acordó de mi cumpleaños? La parte de mí que sigue siendo su hija se hincha y se calienta y
Lo alcanza, pero me mantengo inmóvil, con las manos a los costados, con la expresión más estoica posible.
“Si te vas de aquí”, dice, “nunca llegarás a nada. Vas a terminar en la calle
o vivir con un hombre como una maldita puta porque…” Se inclina, llenándome la cara con el olor caliente del whisky.
“Déjame decirte algo, niña. No tienes lo que se necesita para hackearlo por tu cuenta”.
Las lágrimas nublan mi visión, y una sonrisa tensa se tensa en mis mejillas. “No puedo esperar para probar que estás
equivocado”.
Me golpea lo suficientemente fuerte como para hacer sonar mis oídos. "¡Ve a tu cuarto!"
Mi cuerpo se retuerce hacia atrás por el impacto punzante, pero permanezco vertical, enderezando mi
equilibrio y corriendo hacia mi dormitorio.
Cerrando la puerta detrás de mí, me apoyo en ella y dejo escapar un grito ahogado. Esta vez, no es el dolor
lo que aprisiona mi garganta con alambre de púas. Es una pena.
En lugar de sostenerme durante los años más duros de mi vida, se zambulló en el fondo de una botella. Y
cuando eso no adormeció su miseria, la desató sobre mí. Violentamente. Irreparablemente.
Cualquier amor que todavía tenía por él antes de esta noche se ha ido. El hizo eso. Él nos destruyó.
Pero nunca volverá a ponerme una mano encima. Aquí es donde terminamos.
Así lo recordaré.
Mi corazón da un vuelco, y otro, y mis dientes se hunden en mi labio, aserrando y desgarrando
piel. Tiemblo con hielo en mi estómago, cicatrices en mi corazón y dudas deslizándose en mi cabeza.
En el momento en que se desmaye, saldré por esa puerta. Mi maleta empacada espera en la esquina, lo
suficientemente pequeña como para guardarla en la bicicleta. Mi ropa, mis pinturas de caballos, mi guitarra, tengo que
dejarlo todo atrás.
Quizá la moto no fue mi mejor idea, pero era más barata que un coche, más combustible
eficiente, y no requería un costoso lugar de estacionamiento en el apartamento.
Más que eso, me da algo que no había sentido en mucho tiempo. Cuando me siento a horcajadas sobre
el poderoso marco, es como si estuviera en la silla de montar. Manos en las riendas. El viento en mi pelo. Casi se
siente como en casa.
Hogar.
¿Qué pasa si los Holsten me rechazan? ¿Qué pasa si John no me deja trabajar allí? No tengo dinero para
comida, gasolina o libros de texto. Si no puedo pasar el verano en el rancho, no tendré un lugar para vivir. no tendré
a nadie.
Mis nervios se desmoronan, convirtiendo mi estómago en una herida abierta de pavor. Estoy tan jodidamente
asustada que no me soporto.
Es el mismo miedo que mantuvo mis moretones escondidos debajo de mi ropa. El mismo miedo que paró
yo de ir a la policía. Meter a mi padre en la cárcel no me habría enviado de vuelta a Oklahoma. Habría arrancado
a otra persona de mi vida.
Ya estoy sin madre.
sin hermanos
Me aterra quedar sin padre.
Sin embargo, al final, todavía lo perdí.
Encuadro mis hombros. El miedo puede retorcerme todo lo que quiera, pero no me detendrá.
Arrodillándome junto a la bolsa empacada, reviso el contenido por centésima vez. Ropa de verano, cepillo
de dientes, agua embotellada, bocadillos y... Mis dedos chocan contra la pequeña caja de regalo.
Un aleteo se arremolina en mi pecho, llenándome de esperanza y amor.
Envolví la caja en papel de periódico el año pasado, anticipando el día en que se la daría a Jake. Es
solo una pulsera. Un brazalete de cuero de dos pulgadas con un amuleto de herradura plateado que parece una C.
De Conor. Pasé semanas en mi clase de soldadura y fabricación de metales, diseñándolo, fundiendo y remodelando
el metal y cosiendo el cuero.
Finalmente voy a verlo abrirlo. Siente el calor de esos hermosos ojos marrones en mi rostro. Huele el sol en su
piel. Prueba el hambre en sus labios. Y escuchar el retumbo grave en su voz. Dios, he extrañado sus sonidos: los
gemidos entrecortados, la risa profunda y el acento sureño cuando canta, ese acento seductor que me hace
temblar tan bien.
Vivir sin él ha sido un tormento peor que la muerte. Mi pulso late con urgencia
irme, irme ahora, pero los pasos y los golpes en la sala delantera me suspenden en el purgatorio.
Me meto en un rincón de mi habitación con mi guitarra y rasgueo en silencio. Después de algunas

canciones adormecedoras, me decido por Need You Now de Lady Antebellum. La melodía anhelante y solitaria trata
de derribarme, pero no lo dejaré. Estoy demasiado resuelto. Malditamente cerca de estallar de emoción. Tengo
el poder de cambiar mi vida, y una hora más tarde, eso es exactamente lo que hago.
Cabello recogido en dos trenzas, franela de manga larga sobre una camiseta y jeans, puntas cuadradas en mi
pies, la bolsa colgada del hombro, el casco de motocicleta bajo el brazo y el acero en la columna: salgo de mi
habitación.
Saco cien dólares de la billetera en la cocina.
Paso junto a mi roncando, tirado en el sofá, patética excusa de padre.
Salgo del apartamento y me voy a casa.
banco de arena
Población 415
Mientras el letrero de bienvenida se desvanece, resto mentalmente a mi familia de tres miembros de la población.
Luego vuelvo a agregar uno para mi devolución. ¿Cuántos otros han ido y venido en los últimos dos años?
Nacimientos y defunciones y…
Ah, olvida todo eso.
Levantándome en la bicicleta a toda velocidad, empujé un brazo contra el viento azotador y dejé escapar un
chillido "¡Whoooohoo!" en la parte superior de mis pulmones. Una mezcla embriagadora de alivio y euforia emocionante
me atraviesa. Dios, es un sentimiento tan indescriptible estar finalmente en casa.
El sol es mucho más brillante aquí, el aire más fresco, más nutritivo. Pruebo el calor de la vida, escucho la paz
ondulante de la tierra y las vistas... Pastos verdes, arcilla roja y un cielo azul infinito. La belleza estalla con color y vida.
Sin pasar por la calle principal, salto a un camino de grava y tomo la ruta más directa al rancho.
Como no salí de Chicago hasta después de las dos de la mañana, terminé quedándome unas horas en un motel de mala muerte
en las afueras de St. Louis.
También pasé por una biblioteca pública y usé una computadora para enviar un correo electrónico a Jake y Jarret. Si,
por algún milagro, todavía revisan esas cuentas, sabrán que llego a la hora de la cena.
Un hilo de sudor me pica en la nuca. Soy un puto desastre, pero no se puede hacer nada al respecto. A pesar de las
paradas en boxes, trece horas en moto le han pasado factura. Me duele la espalda de estar encorvada. Los moretones en mi
abdomen protestan cada hoyo en el camino. Mis piernas palpitan por apretar el marco de acero vibrante, y el casco se siente
como un horno de mil libras en mi cabeza.
Pero santo dulce señor del cielo, ¡estoy en casa!

Para cuando paso por debajo del arco de piedra de Julep Ranch, he perdido la capacidad de respirar.
Varios autos y camiones se encuentran en el lote entre la casa y el establo principal. Algunos familiares.
algunos no ¿Cuántos nuevos peones de rancho trabajan aquí? ¿Sabrán quién soy o qué pasó en el barranco?
No pienses en eso.
Estirando el cuello, no veo Ketchup en los prados circundantes. Probablemente esté en el establo de las yeguas. Jake
lo sabrá.
Busco en el estacionamiento su vieja camioneta azul destartalada, y en el instante en que la veo, mi corazón se dispara
a mi garganta.
Él está aquí.
Estoy aquí.
¿Esto realmente está pasando?
Aparco detrás de su camión. Me quito el casco y el sudor... Dios mío, me lo limpio.
rostro. Manteniendo los ojos en la casa, sacudo mis trenzas, me peino con los dedos y agarro la caja de regalo con su
pulsera. ¿Es eso todo lo que necesito? ¿Qué me estoy perdiendo? Cristo, ¿por qué estoy tan nervioso?
Corro hacia el porche delantero, las palmas de las manos resbaladizas y el interior zumbando con un enjambre de abejas.
La pesada puerta interior cuelga abierta, dejando entrar el aire de la tarde.
"¿Hola?" Presiono mi cara contra la pantalla de la contrapuerta y golpeo el marco de metal.
“¿Jake? ¿Corvejón?"
Adentro, los muebles masculinos, la decoración rústica, todo se ve igual, excepto… más oscuro.
Más frío. Estéril. ¿Donde está todo el mundo?
Vuelvo a llamar, alzando la voz. "¡Jake!"
Estoy temblando tanto que estoy mareado. Por favor, no te desmayes.
¿Por qué estoy parado aquí? Nunca he llamado a esta puerta. Esta es mi casa, y estoy
haciéndome sentir no bienvenido sin ninguna maldita razón.
Mano en el pestillo, abro la pantalla y entro como lo he hecho toda mi vida. "¿Hay alguien aquí? ¿Jake?
¿Eso es música? Inclino mi cabeza, moviéndome a través de una niebla de energía nerviosa mientras sigo el sonido.
Agarrando la caja de regalo, entro en el ala Holsten y me alboroto con el pelo. Mi camisa. Mi sostén. Mierda, no puedo dejar
de temblar.
A mitad del pasillo, la melodía se hace más fuerte, viniendo de detrás de la puerta de la casa de Jake.
habitación. ¿Está él ahí? ¿Que canción es esa?
Entonces lo escucho. La voz sexy como el infierno de Jake cantando Beautiful War en un tono perfecto con Kings Of
Leon. Me estremezco y presiono una mano sobre el latido de mi corazón.
Mi paso se acelera, mi pulso late más fuerte, más fuerte, salvaje y vertiginoso. estoy corriendo por el
vez que llego a su puerta, mi mano sudorosa busca a tientas el pomo. Corrimiento. Torneado. Empujando abierto.
Tropezando.
Me congelo.
Él no está solo.
No solo en su cama.
No solo y no conmigo.
No solo con los dedos acariciando la piel desnuda. Sábanas enredándose alrededor de cuerpos unidos. Femenino
rizos rubios abanicando su almohada.
Él la sostiene con brazos que anhelo sentir a mi alrededor. Caderas presionando entre sus muslos. Sara
los muslos de Gilly. La chica que suspiraba por él durante la escuela secundaria.
La caja de regalo cae de mi mano. Dos cabezas se vuelven en mi dirección. Ojos fijos. Labios partidos.
Aparto la mirada, sin ver, cada latido de mi corazón acelerando hacia la expiración. no puedo mirar o
oír o respirar. No quiero presenciar mi muerte. No quiero sentirlo.
Ir.
Correr.
Luchar.
Hacer algo.
Di algo.
La parálisis se apodera de mis miembros. El aire evacua mis pulmones. Se impone el rigor mortis.
Así es como se siente la muerte. La desgarradora e imparable separación entre la vida y el
restos sangrantes del alma. No hay contramedida. Sin reanimación. He tomado mi último aliento como la chica de
Jake Holsten.
El movimiento cambia en mi periferia. El pelo rubio se balancea mientras se pone la ropa. Luego
susurrando. Palabras suaves y compartidas entre amantes. No puedo escucharlos por esa maldita canción.
No es una guerra hermosa.
Es repugnante y cruel.
Hazlo parar.
Giro hacia el sonido y tiro el teléfono de la cómoda. Golpea las maderas duras, matando
la música. Pero mis manos continúan, balanceándose, abofeteando y agarrando hasta que todo se derrumba
contra el suelo. Cinturones, colonia, libros, sombreros. Lo último en irse es una caja de zapatos.
Aterriza a mis pies, y la tapa se cae, derramando su contenido.
Letras.
Cientos de letras escritas en tinta marrón metalizada con motas doradas.
Recuerdo el día que compré ese rotulador reluciente en Chicago. Fue un terrible, solitario
día, y ese marcador lo era todo. Porque hacía juego con el color de sus ojos.
La quietud inunda la habitación. La sangre ruge en mis oídos, late en mi cuello y palpita dolorosamente en mi
abdomen.
Sara tira de una cremallera, rompiendo el trance.
Mis pulmones se convulsionan en silbidos repentinos y agonizantes, inflando mi pecho y acortando mi
respiraciones Mis extremidades tiemblan pesadamente, sin control, y los espasmos contraen los músculos y las
arterias alrededor de mi corazón, exprimiendo la luz.
Lucho contra la oleada de lágrimas, porque maldita sea, me niego a derrumbarme frente a él. "Sabías que
iba a venir".
Requiere un gran esfuerzo mirarlo a los ojos, y cuando lo hago, es como mirar a un extraño.
Se sienta en el borde de la cama y sostiene la sábana alrededor de su cintura, mirándome con los ojos duros
de un hombre adulto. No cumplirá diecinueve hasta el próximo mes, pero parece mayor, la barba incipiente de su rostro
es más espesa y oscura, su mandíbula más cincelada, como un bloque cuadrado de piedra.
Pero es la expresión de su hermoso rostro lo que lo hace irreconocible. Está vacío, frío, muerto... Todo lo que
siento.
Conor. Sara se acerca, completamente vestida. "No lo sabía".
¿No sabía que iba a venir? ¿Importa?
No la miraré a la cara. No quiero ver la lástima allí. Hay suficiente en su voz para que se me encoja el estómago.
"Voy a ir." Se desliza a mi alrededor y comienza a cerrar la puerta detrás de ella.

Cojo el borde y lo empujo para abrirlo. No estaré muy lejos detrás de ella.
Dale la oportunidad de explicarse.
"Por qué?" Mi voz se ahoga. Comience con algo fácil. “¿Por qué todos los teléfonos
¿desconectado?"
“Ese era papá. No sé por qué. Bajo y profundo, suave y lánguido, su voz me atraviesa como una droga.
"Tenías mi número". Me estremezco con la desesperación de un adicto y piso las cartas con mi bota. “¿Por
qué no me llamaste? O escribir de nuevo? O... o... no sé, ¿tal vez pretender que todavía existo?
"Tuve que dejarte ir".

"Déjame ir", repito huecamente. "¿Por qué?"
“Fue más fácil”.
“¿Más fácil que qué? ¿Dispararme un mensaje y decirme que me vaya a la mierda?
"Sí."
Ardo bajo olas de dolor abyecto, mi lengua envuelta en verdades viscosas y venenosas. "Tú
Recibí mi correo electrónico y supe que vendría hoy. Querías que te encontrara con ella.
Los músculos ondean a lo largo de su mandíbula cerrada, y sus hermosos ojos marrones me clavan en un silencio
helado.
Una grieta atraviesa el puente de la infancia que nos une. Los cables de suspensión se rompen. vigas
girar y arrancar. Los muelles se desmoronan. El vínculo entre nosotros se derrumba, dejando un enorme vacío tan profundo,
vasto y oscuro como un océano.
Siento que caigo dentro. Me rompo debajo de los fragmentos pesados y dentados. Tragando aire en el fondo del olvido.
"¿Es porque estoy arruinado?" Lucho contra el instinto de abrazarme, de proteger la vulnerabilidad.
"¿Qué?" Sus ojos se estrechan peligrosamente.
“La noche en el barranco… Estoy acostumbrado. Sucio. Sin valor."
"No. Jesús, Conor. Se pone de pie, agarrando la sábana contra su ingle y escanea el suelo. "Eso no es todo en absoluto".
"¿Entonces que es eso?" Agarro sus jeans y los arrojo al pasillo. “¿Sara era virgen? Ahora
que no lo es, ¿habrás terminado con ella también?
“Maldita sea, Conor. ¡No! Quiero decir: si. No, eso no es... ¡Joder! Sosteniendo la sábana alrededor de su cintura, tira
de la esquina más alejada donde obstinadamente se aferra al colchón. "No lo entiendes".
“Entiendo que me tiraste. Porque era más fácil”. Más fácil que amar a una chica usada.
Desenrolla su mano y mira fijamente la cicatriz en su palma, su expresión dura. Presiono mi pulgar contra mi propia
cicatriz. Levi Tibbs ha cumplido dos años de su sentencia de siete años. El juramento de sangre no ha cambiado. Ambos lo
sabemos.
Dejo caer mi brazo. “Te veré en cinco años”.
Él se queda quieto, los labios planos, los ojos duros. Así lo dejo.
Con cada paso hacia la puerta principal, el dique dentro de mí se dobla y se astilla bajo el gruñido gutural de la presión.
Con la cabeza gacha, los brazos cerrados alrededor de un pecho lleno de dolor, camino más rápido, más fuerte, conteniéndolo.
Cuando llego al vestíbulo, Jarret está esperando, con las manos en los bolsillos delanteros, bloqueando la puerta principal.
Un repaso rápido es todo lo que ofrezco. Se ve igual, tan devastadoramente guapo como su hermano. Bien por
él.
"Supongo que también recibiste mis correos electrónicos y mis cartas". No me pierdo la expresión de culpabilidad de su rostro cuando
paso a mi lado.
Él me sigue. Acelero el paso, me concentro en la moto y me voy a la mierda.
de los tramposos y los lastimadores.
Sus pasos se vuelven lentos por un momento. Luego se ponen al día, pero no miro hacia atrás. A unos metros de la
bicicleta, observo los pastos, buscando un atisbo de mi belleza negra. Necesito verla, sentir su abrigo bajo mi mano y acariciar
su hocico. Solo por un minuto. Entonces me iré.
"¿Dónde está la salsa de tomate?" Miro por encima del hombro y me estremezco.
No es Jarret detrás de mí. Regresó al porche.
A un brazo de distancia, Jake se eleva sobre mí, descalzo y sin camisa, con jeans que cuelgan bajos y desabrochados
en sus delgadas caderas. Un pie más alto que mi cuerpo bajo, es mucho más ancho y definido de lo que recuerdo. Los ladrillos
esculpidos de su pecho se contraen bajo los hombros inclinados y se estrechan en una escalera en forma de V de abdominales
ondulados.
Se ve más duro al tacto, pero nunca lo sabré. Nunca lo volveré a tocar.
“Ketchup… Ella…” Su ceño fruncido da la respuesta antes de que las palabras salgan de sus labios. La perdimos
el invierno pasado. fue EIA. Un virus"
“Virus de la anemia infecciosa equina”. Sé qué diablos es, y mi mano vuela a mi boca.
Duele. Maldita sea, me duele tanto que me muerdo la lengua, saboreando la sangre.
no llores No te atrevas a desatar esa mierda aquí.

Me alejo dando vueltas, y el movimiento brusco involucra los músculos abdominales magullados. La agonía de Cristo
me roba el aliento y tambalea mis pasos.
Él se queda en mí. "¿Estás cojeando?"
Agarro el casco, y cuando me lo quita de la mano, me tiro hacia atrás en una explosión de
brazos oscilantes.
"¡No me toques!" Giro hacia la moto y lucho por el casco mientras respira en mi puta espalda. "¡Aléjate de mí!"
"Oye, oye, tómalo con calma". Me agarra por detrás y me pasa un brazo por la cintura.
El tornillo de su agarre presiona contra las heridas, resucitando la paliza de anoche en un aluvión de
dolor cegador. Con él vienen recuerdos del barranco: el peso en mi espalda, las manos viciosas, las respiraciones,
la agonía.
Un grito sale de mi garganta y me doblo con una oleada de náuseas. Mis rodillas
se abrocha, y su brazo se aprieta, cavando en el dolor con una tortura insoportable.
Me agito y chillo hasta que me hace girar. Sus ojos se estrechan en mis manos, donde se aplastan contra las
contusiones debajo de mi camisa.
Jarret corre a su lado, su expresión tensa por la preocupación. "¿Qué diablos te pasó?"
Mis cartas nunca mencionaron al hombre que solía ser mi padre. Nunca quise cargarlos a ellos ni a mi
hermano con mis problemas.
Jake me mira con una mirada que reconozco. Una mirada maliciosa nacida en la oscuridad, en la espantosa
tumba del barranco, hace hoy dos años. "Levántate la camisa".
"Puedes besar mi vete al infierno".
"Levántalo, o lo haré por ti".
Mi sangre se hiela. Solía representar protección y seguridad, pero eso fue antes de que me lastimara con la
traición. Nada le impide lastimarme con los puños, y cuando sus manos se flexionan y su pecho se expande con ira
hirviente, tengo miedo.
Mi respiración se entrecorta cuando dirijo mi mirada a la bicicleta y tiro de la camisa, dejando al descubierto un lienzo de
capilares rotos y hematomas amarillos y morados. Los viejos. frescos. Lo peor se filtra debajo de la piel, rezumando
del alma en descomposición de una hija muerta.
Mantengo mi mirada apartada y bajo la camisa.
"¿OMS?" Su susurro asesino desafía la razón.
¿Ha olvidado que no le importa? ¿Que me dejó ir y le metió la polla a Sara Gilly?
No se merece una respuesta, pero he estado guardando este secreto durante tanto tiempo. Por fin puedo
descargarlo.
“Dalton Cassidy es un borracho que golpea a su hija”. Evitando sus ojos, agarro el casco, me lo pongo y
me monto a horcajadas sobre la bicicleta. “Comenzó el día que se fue de aquí y terminó anoche”.
"¡Maldita mierda!" Jarret se da la vuelta, paseando por el césped con los dedos cortando a través de su
cabello.
Las profundidades de los ojos de Jake se incendian. "Tu papá"

“Ya no es mi papá”.
Su postura rígida vibra con la promesa de brutalidad. "Que hizo el?"

"Se acabó." Puse la llave en el contacto.
“Es por eso que viniste a casa”.
“No, Jake.” Enciendo el motor, ahogando mi susurro. "Tú lo eras".
Golpeo el acelerador y quemo caucho del lote. Fuera de la propiedad. Por el camino de grava. Mientras me alejo a
toda velocidad de la tierra que pertenecía a mi madre, las compuertas se abren.
Las lágrimas ahogan mi visión. Los temblores sacuden mis dedos contra el manubrio. Todo lo feo dentro de mí
sale de mi garganta y golpea el aire en una ruina de sonido.
Cuando se llevaron a Lorne, perdí una parte vital de mí. Cuando me separaron del rancho, me convertí en media
persona. Cuando dejé a papá boca abajo en el sofá, más pedazos de mí se soltaron. Pero todavía me quedaba algo.
Todavía tenía a Jake.
Ahora no tengo a nadie, nada, y ningún lugar a donde ir. Estoy completamente tallado.
A unas pocas millas del rancho, el temblor vicioso en mi cuerpo se vuelve tan incontrolable que jalo
salga por un camino de tierra y estacione en una arboleda.
Apago el motor, me bajo de la moto y me acurruco en el suelo, donde las cosas se abandonan, donde la
basura se tira, se olvida y nunca se recoge.
Allí, contemplo morir. Poner fin a todo. Podría ahorcarme, solo, balanceándome con una cuerda alrededor de mi
cuello. ¿No sería eso simbólico? Una tragedia que comenzó y terminó en un cumpleaños con una cuerda anudada
apasionadamente.
Entonces pienso en ser encontrado de esa manera. Ser recordada como la niña que se suicidó porque amaba a un
niño. Porque el chico no la amaba. Boo hoo. Muy triste. Qué jodidamente patético.
Yo no soy esa chica.

Tampoco soy la chica que él quiere.
quiero ser ella
Sara Gilly.
Quiero vestir su piel y sentir su toque.
Quiero ser su aliento y llenar sus pulmones.
Quiero encarnar cada parte de ella que él quiere.
Acostado en la tierra de lado, meto las rodillas en mi boca y anhelo todas las cosas que soy.
no.
Soy como esa canción de Little Big Town. Enamoramiento femenino. Dios, la letra tiene exactamente la razón.
Pienso en ello, lloro mientras trato de cantarlo, trino las palabras que recuerdo, raspando cada nota del fondo corroído y seco
de mi alma, y odiándome más.
Nunca podré ser Sara Gilly. Pero soy una persona, y el dolor que me consume es más de lo que yo
puede soportar.
Todo sale a la superficie. Todo lo que soy. Todo lo que siento. Cada herida, debilidad,
y romper en mi interior escurre desde lo más oscuro de mi ser. La noche en el barranco, el abuso en Chicago, el dolor
en la habitación de Jake, lo dejo salir todo, sollozando, temblando, gritando hasta que se me hace trizas la garganta,
hasta que una masa de mocos y sudor cubre mi piel, hasta que estoy completamente agotado. .
Lloro hasta que todo lo que queda es un núcleo de nada sin amor, vacío e insensible. me convierto en eso
centro endurecido y arrojar la envoltura tierna y empapada de lágrimas. Se cae como ropa andrajosa y ensucia el suelo.
Luego me alejo de los escombros.
Dejo los moretones, la carne empapada y el charco de emociones susceptibles.
Dejo a la niña que amaba a un niño con todo su corazón.
La abandono allí a la vera del camino. Deja que se pudra en la autopsia.
Sintiéndome más ligero, más tranquilo, abrazo el vacío de la nada y me alejo.

Dejo Sandbank.
Me quedo de pie en el jardín delantero mucho después de que Conor se marcha, detenido por el eco
persistente de su belleza, su fuerza y su dolor. Siempre ha sido hermosa, pero jodidamente, la mujer en la que
se ha convertido es tan deslumbrante, tan ferozmente potente y cautivadora que no hay un hombre en el
planeta que pueda resistirse a ella.
Eso me asusta muchísimo.
¿Cómo puedo protegerla cuando apenas puedo protegerla de mí mismo?
Se suponía que estaría a salvo en Chicago. Me aferré a esa creencia durante dos malditos años
agotadores. Pero su papá no le dio refugio. Él le dio moretones. Moretones profundos en el alma. El tipo que solo
un padre puede infligir.
Mi pecho se contrae y la rabia impotente calienta mi sangre.
Después de que me quitaran a Conor, aprendí mucho sobre Dalton Cassidy. No quería irse de
Oklahoma. No quería vender el rancho. Quienquiera que esté amenazando a su familia lo obligó. Lo que sea que
lo mantiene alejado de Sandbank es más grande y más poderoso que los sicarios aficionados del barranco.
Se suponía que Conor y Lorne morirían esa noche, y si regresan al rancho, habrá otro atentado contra
sus vidas.
La mayor parte de mi información proviene de Lorne durante mis visitas a la penitenciaría. No puedo
refutar sus afirmaciones. Dalton renunció a su hogar, su trabajo y su felicidad. Se aseguró de que su hijo fuera
a prisión. Movió a Conor por todo el país. Hizo todo esto para mantenerlos con vida.
Sus enemigos y sus motivaciones están tan intrincada y profundamente enterrados que solo he arañado la
superficie. Juntando lo que Lorne me da de comer, junto con la mierda sombría que he descubierto en los
registros comerciales del rancho, tengo muchas sospechas y sospechosos y teorías. Pero nada concreto. Aún no.
La información de Lorne proviene de su padre, y es errática y está muy filtrada. Dalton apenas le habla.
Estoy seguro de que Lorne no sabe nada sobre la bebida o el abuso. Por supuesto, Conor no lo mencionó en sus
mensajes. Prefiere sufrir en silencio que preocuparnos.
Y ahora cree que está verdaderamente sola.
La grava cruje bajo el furioso paso de las botas detrás de mí. Cuadro mis hombros, apoyo
por lo que se avecina, y gire para mirar a mi hermano.
Su primer golpe golpea fuerte y rápido, directamente en mi boca. Tropiezo hacia atrás, dando la bienvenida
al chorro de sangre. Saboreando el dolor. Me lo merezco.
Leímos su correo electrónico esta mañana y supimos que regresaría a casa. Pero no sabíamos por qué.
Las últimas horas fueron una carrera contrarreloj, orquestando una confusión en los registros de ganado que detuvo
a papá en los corrales de ganado de la ciudad de Oklahoma hasta el día siguiente.
Alguien quiere a Conor muerto, y agregué a mi papá a la lista de sospechosos en el momento en que
comenzó a perforar en el pasto sur. ¿Gas natural? ¿Aceite? Tiene los labios apretados al respecto. Sin mencionar a
todos sus nuevos y turbios socios comerciales. Tiene un negocio paralelo fuera de los libros. Es incompleto como la
mierda, y Conor y Lorne están vinculados de alguna manera. Es solo un presentimiento. Uno que todavía tengo que probar.
Pero no es por eso que Jarret se está preparando para convertirme en una maldita pulpa.
Plantar una niña en mi cama fue idea mía. Me advirtió que si lo hacía, me arreglaría la cara.
Conor siempre ha sido como una hermana para él, y veo ese amor protector brillando en sus ojos cuando echa
un brazo hacia atrás.
Bloqueo el puñetazo y entrego uno propio, golpeando su plexo solar con la fuerza suficiente para recordarle que
nunca me tiraría a Sara Gilly.
Se tambalea, choca contra el suelo y se pone de pie de un salto, mirando con acusaciones injustificadas.
No toqué sexual o íntimamente a Sara. No la besé. No me quité los bóxers. Ni siquiera conseguí madera.
Todavía soy virgen, porque amo a Conor Cassidy.

Mi hermano lo sabe muy bien. Pero Conor no, y de eso se trata. Jarret
quería protegerla sin hacerle daño. Quería que ella se mantuviera alejada sin darle una razón. Quería lo imposible.
No había nada, absolutamente nada, que le hubiera impedido regresar a casa. No su padre. No la amenaza
contra su vida. No los rastros de pecado y corrupción que corren debajo del rancho.
Hice lo único que pude para protegerla.

Le rompí el corazón, porque la amo.
Otro puñetazo aplastante me lanza hacia atrás y me atraviesa el cráneo con un dolor punzante. Se balancea
una y otra vez, golpeando mi cara y mi estómago. Me golpea por lastimar a Conor. Por confiar en su papá para
cuidarla. Por dejar que sus mensajes quedaran sin respuesta. Por hacerle creer que no es deseada.
No levanto una mano para bloquear sus golpes. El aire de la noche se estremece con nuestro dolor combinado, y
lo abrazo Dejé que me sacara la mierda a golpes.
Sangraré por ella, porque la amo.
Desde el día en que Lorne se declaró culpable de asesinato, su hermano ha sido inflexible en mantener
alejarla del rancho. Su imperativo se convirtió en mi imperativo, su miedo en mi miedo.
Cortar la comunicación con ella durante dos años me destripó. Alejarla de la
rancho hoy fue peor. ¿Cometí un terrible error? Todavía no estoy seguro.
Graduarme de la escuela secundaria y ganar veinte libras de músculo me ha dado una fachada de madurez
que no poseo. No tengo suficientes años en mi haber para abrir un camino claro a través de esto. Estoy operando con
un instinto crudo, protector y animal.
La elección correcta y la elección más difícil son lo mismo. ¿No es eso lo que dicen?
Todo lo que sé es que prefiero que Conor viva sin mí que no vivir en absoluto. Pero no me di cuenta de eso de la
noche a la mañana.
Papá desconectó nuestros teléfonos el día que se mudó a Chicago. Eso me dio tiempo para hablar con Lorne,
investigar las razones de Dalton para irse y averiguar qué diablos hacer con la mierda que aprendí.
Alguien no quiere a Conor y Lorne en Sandbank, y recurrirán al asesinato para hacer realidad su propósito.
Podría haber ido a las autoridades. Excepto que el sheriff del condado y sus adjuntos pasan un
Un montón de tiempo detrás de puertas cerradas con mi papá. Están todos en mi lista de sospechosos.
Podría haberme ido de casa. Podría haberme mudado a cualquier parte del país y haber convencido a Conor
para que se uniera a mí. Pero sin comprender la amenaza, habría pasado el resto de mi vida con miedo constante,
cuidándola y poniéndome entre ella y cualquiera que intente causarle daño.
No puedo huir y dejar esto sin resolver. No puedo dejar que sus enemigos queden impunes.
Cuando determine quién quiere que se vaya, los eliminaré. Y cuando su violador quede libre, honraré el juramento
de sangre.
Mataré por ella, porque la amo.
Jarret camina delante de mí, jadeando y flexionando sus puños ensangrentados. La rabia graba su rostro,
su hambre de justicia no ha sido saciada. Soy el único con el que puede desquitarse.
Lo observo con cautela, implorando con mis ojos. Que se suponía que debía hacer?
Responde con golpes huecos. Sin soluciones. No tiene nada que ofrecer más que tormento.
Hace dos años, Jarret y yo nos sentamos con Lorne en prisión y los tres tomamos la decisión juntos. Seca toda
comunicación con Conor. No hay respuestas a los correos electrónicos. No hay mensajes de texto para que ella se
despierte. No hay llamadas telefónicas para ayudarla a conciliar el sueño. Excluirla de Oklahoma. No le des una razón
para volver. No importa qué.
Conor merece saber la verdad sobre lo que está pasando, y una parte muy egoísta y desesperada.
de mí anhela perseguirla ahora mismo y volcarlo todo sobre ella.
Dalton Cassidy jura por su vida que no corre peligro mientras se mantenga alejada de mí, de mi familia y de este
rancho. Resultó ser un padre débil de mierda, pero creo, en el fondo de mi corazón, que quiere que ella viva.
Tiene un riguroso viaje de ocho años por delante para convertirse en veterinaria en ejercicio. Si le digo la verdad,
abandonará sus estudios, regresará al rancho y arriesgará su vida en un intento de derrotar a las fuerzas en su contra.
No puedo dejar que haga eso.
Me aseguraré de que cumpla su sueño, porque la amo.

Cazaré a sus enemigos. La protegeré desde lejos. La dejaré creer que no la amo.
Porque la amo.
Jarret da un paso atrás, con el pecho agitado y las manos apoyadas en las caderas. Busca en mis ojos, en silencio
preguntando si entiendo, si siento su confusión, si estamos en la misma página.
Asiento con la cabeza. "¿Terminamos de hablar de esto?"
"Sí, hemos terminado".
Me muevo para pasar junto a él, y él agarra mi hombro.
Después de un vacilante momento de silencio, suelta un suspiro entrecortado y me jala hacia una
abrazo armado. “La volveremos a ver”.
Creo que sus palabras son para él, no para mí, pero agarro su mano llena de cicatrices y la aprieto contra la
mía. "Cinco años."
Cinco años hasta que su violador quede libre.
Cinco años para eliminar a sus enemigos y asegurar su regreso.
Si queda algo de mí después de eso, algo redimible o que valga la pena amar, me concentraré en
restaurando su fe y reparando su corazón. Pero no soy estúpido. Cuando descubra mis manipulaciones y
engaños, nunca me lo perdonará.
Jarret se dirige al cobertizo del equipo, presumiblemente para recuperar Ketchup de donde la escondimos.
Esa fue otra decisión que no tomé a la ligera.

Si Conor hubiera sabido que su amada yegua estaba viva y saludable, habría retrasado su
partida. Se habría visto obligada a visitar a su caballo.
Cada segundo que pasaba en la propiedad era un riesgo, así que reduje ese riesgo. Eliminé el último
vínculo que tenía con este lugar. No volverá por mí, Jarret o Ketchup.
Quiero destriparme por lastimarla tan a fondo. Pero tuve que hacerlo. Tuve que darle la
cierre que necesita para mantenerse con vida.
Arrastrando mi cuerpo sangrante y destrozado a la casa, redirijo mis pensamientos a la caja de regalo
que dejó en mi habitación. Mis pasos se mueven más rápido, mi respiración se acelera cuando llego a mi
habitación y agarro la caja.
Rompo el envoltorio de camino al baño. El papel cae al suelo mientras enciendo distraídamente la ducha y
abro la caja con dedos temblorosos.
Una muñequera ancha y masculina descansa sobre un lecho de papel de seda. Cosida en cuero marrón
hay una herradura plateada, girada de lado para parecerse a su inicial. Observo los detalles hechos a mano y
el meticuloso trabajo en metal antes de leer la nota.
No soy artesano.
Solo una chica que extraña a su vaquero
con cada puntada y soldadura,
cada hora y milla, cada
inhalación y exhalación.
Hice esto con todo lo que soy para
quien nunca dejaré de amar.
C
Un dolor punzante me atraviesa mientras presiono la nota contra mi nariz, inhalando profundamente,
desesperada por olerla en la tinta. Hago lo mismo con el brazalete, sostengo el cuero en mi cara, me aferro a las
texturas y me ahogo con las llamas en mi garganta.
Me regaló una pulsera en su cumpleaños. Un precioso e invaluable pedazo de cielo.
Y le di tormento, desamor e infierno.
Le hice creer que la dejé ir.
Dios, si pudiera.
Nada me impedirá cuidarla, pero no puedo tenerla.
La protegeré con mi vida, pero debo olvidarla.
Porque ella ya no me pertenece. La envié lejos. La convertí en agente libre.
Ella es libre de seguir adelante.
Gratis hasta la fecha.
Libre para follar con otros hombres.
Libre para volver a amar.

Caigo de rodillas al lado del inodoro y vomito mis tripas.
Agotado, entumecido y sin dinero, encuentro un motel cochambroso cerca del campus de OSU en Stillwater,
Oklahoma. En lugar de mi billetera vacía, quito el cartel de "Se necesita ayuda" de la puerta y me acerco al asistente de
treinta y tantos en la recepción.
El levantamiento de sus ojos comienza el saludo escalofriante que he llegado a esperar de los hombres
entre las edades de dieciséis años y la muerte. El examen de la cabeza a los pies, el aleteo de las fosas nasales, las
respiraciones pesadas, pase lo que pase en el cerebro masculino que desencadene estas respuestas, no parece
importarle que sea grosero e incómodo.
Espero a que termine el espeluznante ritual antes de decir: "Necesito una habitación".
"¿Cuantas horas?" Se lame los labios.
El resto del verano.
Me pide una tarjeta de crédito y le doy el cartel de Se busca ayudante . La conversación que sigue haría
que Susan B. Anthony se revolcara en su tumba.
Necesita un manitas y piensa que ese trabajo requiere un pene. Crecí en un rancho y puedo hacer cualquier cosa
con mis manos. Cuando lo digo de esa manera, su mirada se fija en partes del cuerpo que no usaré, pero lo que sea. Me
da el trabajo y una habitación.
No tengo la misma confianza cuando se trata de visitar a mi hermano. Reconstruirme en un robot
impenetrable e insensible requiere un esfuerzo constante. Soy un trabajo en progreso, crudo y no probado, y Lorne
tiene el poder de desmantelarme.
Espero de él la misma recepción que me dieron Jake y Jarret. el recibio mi
mensajes y optó por no responder. No estoy lista para experimentar su rechazo en persona.
Así que lo pospongo y me entierro en distracciones. Solicito préstamos universitarios. Familiarizarme con el
campus. Compra un teléfono prepago. Y arregla todo lo que necesite arreglarse en el motel.
Me toma un mes reunir el coraje para conducir hasta la Penitenciaría Estatal de Oklahoma. Entonces yo
sentarme en el estacionamiento durante una hora, recordándome por qué vine.
Él es mi hermano.
Me encanta.
Tengo que saber si él me ama.
Cercas de alambre de púas, torres armadas, pintura blanca monótona, ventanas diminutas: aquí es donde se encuentran todas las
se implementan ejecuciones para el estado. Bloqueo todo cuando entro por la puerta de visitas.
Cuando doy mi nombre en el escritorio, el guardia se vuelve hacia la computadora.
Me va a decir que no estoy en la lista de visitantes.
Completé la solicitud de visitante hace dos años, pero Lorne tiene derecho a rechazarme. I
Sé que no quiere verme.

Por aquí, señorita Cassidy. El guardia me lleva a una bahía de ascensores.
Aturdido, me muevo por la prisión, me detengo para el control de seguridad y sigo las señales y órdenes de
los guardias.
Dado que la unidad de Lorne solo tiene visitas sin contacto, me acompañan a una habitación pequeña y estrecha.
Las sillas de plástico se sientan en fila, cada una en una cabina separada. Bajo al que me indica y espero.
Un momento después, aparece al otro lado de la mampara de vidrio con un mono azul bígaro.
Él es más delgado. Más viejo. Ojos verdes duros. Cabello negro que se corta cerca de su cráneo. Se
comporta con un borde severo de intimidación. Todavía guapo, pero serio, de una manera letal. Y ni una pizca de
sorpresa en su rostro bien afeitado. Estoy seguro de que le dieron mi nombre.
Entra en la cabina, y endurezco mi columna vertebral, preparándome para una sacudida.
El vidrio de seguridad le impide tocarme. La conversación requiere el uso de un teléfono.
No alcanzo el receptor.
Se sienta en la silla, su mirada inquebrantable nunca deja la mía. Un momento eterno
pasa, el silencio flotando como un cronometrador.
¿Está pensando en el barranco? Esa fue la última vez que me vio. Desnudo. violado. Mi cuerpo
utilizado de maneras que un hermano nunca debería haber sido obligado a testificar.
Si no me hubiera escabullido con Jake esa noche, si no hubiera sido una zorra tan rebelde,
Lorne no estaría sentada al otro lado de ese cristal. Dios, cómo debe odiarme.
Coge el teléfono.
no me muevo Da demasiado miedo. Muy doloroso.
Aplana una mano contra la mampara de cristal.
Observo la cicatriz en su palma, los dedos que solían sostener los míos cuando lloraba. No
confiar en lo que está ofreciendo. No puedo alcanzarlo.
El espera.
Luego dice: "Te amo".
Cierro los ojos y bloqueo el ardor creciente en mi garganta. Bloqueo las particiones y el
los zapatos chirriantes de los guardias y los diez años que mi hermano pasará detrás de ese cristal con ese
estúpido mono azul. Bloqueo todo y abro los ojos. Porque estoy feliz de verlo.
Él no me rechazó.
Con una inhalación constante, levanto el auricular y lo llevo a mi oído.
"Conor", respira, y su mano se desliza sinuosamente por el cristal, como si trazara mi contorno.
"Lorne".
“Dios, tú…” Su mirada recorre mi rostro, suavizándose con cada pasada. "Eres tan bella. Te pareces a mamá.
No la recuerdo, pero solía tener fotos. He visto el parecido.

"No contestas tu teléfono". Aparecen líneas en su frente. "¿Tienes un nuevo número?"
"¿Me llamaste? ¿Cuando?"

“Todos los días de la última semana”.
Mi mano se aprieta alrededor del teléfono, mi voz baja. "No has tratado de contactarme en dos años".
"Lo sé." Un músculo rebota en su mandíbula. Se suponía que te ibas a quedar en Chicago.
Aprieto mis muelas juntas, vibrando con cosas que me niego a sentir.
"Sé por qué no te quedaste". Su mirada baja a mis costillas. Luego mi estómago. Él mira tan fijamente que es como
si pudiera ver los moretones desvanecidos debajo de mi camisa.
Tomo un respiro. —¿Jake te lo dijo?
Él asiente, cerrando los dedos en un puño sobre el mostrador.
"¿Él te visita?" Pregunto.
Otro asentimiento. "Conor, lo siento mucho".
"¿Perdón por qué parte?"
"Para papá. Si hubiera sabido…
"¿Lo sientes por Dalton?" Inclino mi cabeza, tragando contra el agudo dolor en mi garganta.
“¿Qué hay de ignorarme? ¿Por no llamar? ¿Por no sacar tiempo de tu apretada agenda para preguntar cómo estoy?
No podría, Conor. Aparta la mirada y gira un dedo alrededor del cable del teléfono. “No puedo mantenerme en
contacto contigo porque me recuerda que estoy aquí y tú estás afuera y no puedo protegerte. No puedo escuchar la
tristeza en tu voz y mantener el aire de confianza que necesito aquí para sobrevivir”.
Está hablando con la lengua fuera del zapato. Siempre ha sido un terrible mentiroso, y lo sé todo.
sus relatos: apartar la mirada, moverse nerviosamente, divagar con demasiadas palabras.
Quieres que me vaya digo en voz baja. "No me quieres aquí".
"Tienes razón. Quiero que te vayas de Oklahoma. Comenzar de nuevo. Vaya a la escuela en Illinois donde usted
calificar para la matrícula estatal y…
Bajo el teléfono de mi oreja, y un golpe seco hace eco en mi pecho.
Él sabe que la Universidad Estatal de Oklahoma siempre ha sido mi sueño. ¿Por qué le importa a dónde voy?
Porque no me quiere cerca de él.

Con los dedos entumecidos, me muevo para guardar el teléfono.
"Espera", murmura, levantándose de la silla.
Presiona una mano contra el vidrio y luego lo levanta, extendiendo su dedo índice. Uno
segundo. Sus ojos se abren con una demanda urgente.
Devuelvo el teléfono a mi oreja y me encuentro con su mirada.
“El Chicago Mercy Hospital me contactó la semana pasada”. Su palma se aplana contra el cristal, su
tono cayendo a un silencio cauteloso. “El casero de papá lo encontró”.
"¿Encuentralo?" Algo frío y duro se forma en mi estómago.
Papá está muerto, Conor. Su garganta se mueve. “Había tanto alcohol en su sistema que cerró la función
cerebral y otras cosas, como su reflejo nauseoso. Vomitó…”
“Se ahogó hasta morir”. Miro al suelo.
"Sí." El silencio susurra entre nosotros. Entonces su voz crepita a través del teléfono. "Decir
algo. Dime lo que estás sintiendo.
"No siento nada."
Devuelvo el teléfono a la base y me alejo.
UN AÑO DESPUÉS…
Empujo a través de los días y las noches en un borrón de dedicación sin dormir. Con el doble de horas de
crédito que el estudiante promedio, mi vida gira en torno al trabajo escolar. Me lanzo a estudiar, mantener un promedio
perfecto y demostrar mi valía.
Ser rechazado por todas las personas que amé inició un círculo vicioso de autodesprecio. Hasta que yo
Me di cuenta de que la mejor venganza es poner todos mis esfuerzos en mí en lugar de detenerme en ellos.
El funeral de Dalton Cassidy vino y se fue. yo no asistí Hay una herencia, pero la dejé.
hasta Lorne para manejar las legalidades de la prisión. Tal vez algún día pueda usar el dinero y mi salario futuro para
comprar todo el rancho. En este momento, solo necesito concentrarme en tener éxito.
Estoy corriendo a toda velocidad hacia mi futuro.
La mentalidad de trabajar sin jugar funciona muy bien para acelerar mi carrera universitaria, pero es
perjudicial para otros aspectos de mi vida.
Como nuevas relaciones. O la falta de ello.
No he tenido contacto con Jake o Jarret. Nada de visitas con Lorne. Sin amistades ni novios ni amantes. Vivo en
una residencia universitaria y comparto habitación con una chica tranquila con la que nunca hablo. Cuando los chicos se
me acercan, me transformo en un idiota rígido y sin voz. Me he retraído tan profundamente en mi trabajo que no sé cómo
interactuar con la gente.
Sin embargo, aquí estoy, en la fiesta de campo más grande de cuatro estados, sometiendo mis pulmones al
humo, la cerveza y el hedor hormonal de cientos de universitarios.
El campo aislado en las afueras de la ciudad es donde los estudiantes de OSU van a ver las tetas rebotar
en una pista de baile de tierra, beber más de lo que sus estómagos pueden contener, tropezar en la oscuridad, pelear
con vaqueros y vomitar en las botas de otras personas.
Pero no es por eso que he estado viniendo a esta fiesta todos los sábados por la noche durante los últimos seis
meses.
Me impulsa una fascinación inquebrantable, profundamente arraigada y jodida por el sexo.
Hace tres años, mi cuerpo fue usado de formas impensables, pero eso no era sexo. Fue brutalidad. Nunca
he tenido sexo de verdad. No del tipo que involucra participación mutua y confianza. No del tipo escurridizo que calienta
la piel, que induce al orgasmo y que anhelaba con Jake Holsten.
jake
Ahí es donde estoy atascado.
El sexo está tan fuertemente anudado en torno a mis recuerdos de él que se ha convertido en un ataque de
pánico de gatillo fácil esperando a suceder. Mis sentimientos encontrados por él, su traición, el barranco… Eso lo guardo.
mierda encerrada. Hasta que alguien agarra mi muñeca, me aprieta la espalda o simplemente me pilla desprevenida.
Entonces todo sale de mis pulmones hiperventilados.
Puedo afrontar la monotonía del día a día del trabajo escolar sin sentir nada. Pero en el momento en que estoy
con un chico, mi cuerpo se convierte en un campo de minas terrestres. Un toque equivocado y boom.
No busco novio ni apegos. Solo quiero despegar la parte célibe de
mi rutina, sin resucitar todas las cosas que se han ido al carajo en mi vida.
Kick It In The Sticks de Brantley Gilbert golpea profundo y fuerte en mi pecho mientras avanzo a través de la
multitud de franelas empapadas de humo y sombreros de vaquero. No tengo ni idea de quién hace estas fiestas o si el dueño
del terreno sabe de ellas, pero suceden todos los fines de semana, durante todo el año, incluso cuando nieva.
No hay nieve esta noche, pero hace suficiente frío para abrigos y guantes. Una fogata rugiente emite un manto de calor
y embellece el ambiente salvaje.
El eje de estas fiestas, sin embargo, es la camioneta. No los camiones que transportan barriles
de cerveza con una docena de bebedores menores de edad colgando del taxi. Quiero decir, esos son claramente
importantes. Pero la camioneta por la que todo el mundo se siente atraído es la que tiene un enorme sistema de sonido
con altavoces y dispositivos electrónicos apilados en la plataforma. Un cable de extensión obscenamente largo serpentea
desde el camión hasta una fuente de energía invisible cerca del granero.
El granero.
Ahí es donde me dirijo.
El edificio anexo abandonado y deslavado parece existir solo para que los estudiantes de OSU tengan un lugar para
follar en privado. La falta de iluminación oscurece el interior en la oscuridad, y la música a todo volumen penetra las delgadas
paredes, lo que hace imposible hablar por encima del ruido.
Hay una especie de misterio tentador en eso. Sin vista ni voz, los sentidos se reducen a la caricia de las manos sobre
la piel, el sabor de los labios, el calor del aliento y la lánguida circulación de la lujuria deslizándose por las venas.
Quiero eso. Me muero por ser consumido por la atenta y táctil sensación de un cuerpo contra el mío.
El mes pasado, pasé por la puerta del granero con un tipo. pero el momento
presionó mi pecho contra la pared y puso su peso sobre mi espalda, mis demonios dormidos levantaron sus feas cabezas.
El colapso que siguió me atrapó en un vórtice de recuerdos jodidos, y el pobre hombre no pudo escapar lo
suficientemente rápido.
El peligro con la intimidad radica en mis factores desencadenantes. Una mano en mi muñeca, un pecho contra mi espalda,
el olor a whisky: estos son los cables trampa que he identificado. Sé que hay otros.
Maniobro a través de la congestión del calor corporal, esquivando manos errantes. La bebida y el baile están
en plena vigencia. Brazos al aire. Vasos de plástico que echan espuma y se derraman.
Ojos hambrientos moviéndose en mi dirección, siguiendo mis movimientos.
Una curva de mis labios sería la única invitación que necesitan. Cualquiera de estos chicos
sígueme al granero. Pero él debe ser el correcto. Alguien que pueda sortear mis factores desencadenantes. Un hombre
que pueda calmar mis ataques de pánico y sacarme de la oscuridad. O únete a mí allí.
Mantener los brazos metidos evita que las manos agarradoras me hagan estallar. Pero mientras me muevo entre
ellos, todavía alcanzan. Esquivo los dedos, evito el contacto visual y me coloco en el camino de un vaquero sonriente.
Dice algo, pero la música ensordecedora se traga su voz. Su mirada se sumerge, siguiendo el protocolo para revisar
todo debajo de mi cara. Luego sonríe con toda la extensión de sus mandíbulas.
No, gracias.
Camino junto a él, tropezando con cuerpos retorciéndose. El flujo de la multitud me hace girar,
rodeándome por todos lados con los signos de interés masculino: cejas levantadas, pupilas dilatadas, labios lamiendo
y miradas persistentes que dicen, quiero poner mis manos sobre ti.
Entonces lo veo.
A seis metros de distancia, está de pie en la puerta del granero, alto, confiado y...
¿Jake?
Tiene la imponente altura de Jake, la amplitud de su pecho y la misma presencia cautivadora. ¿Me está
mirando?
Las sombras ocultan su rostro bajo el borde bajo de una gorra de béisbol. Una chaqueta motera negra y unos
guantes sin dedos protegen del frío. Los jeans ajustados perfilan sus muslos musculosos y... ¿Zapatos de lona?
No, no Jake. No lo atraparían muerto con esa ropa. Sin mencionar el pelo asomando.
debajo de los lados de la tapa. Es demasiado largo, demasiado negro y demasiado rizado. Definitivamente no Jake.
Eso es bueno. Verlo aquí realmente arruinaría mi noche. Pero me gusta que este tipo se parezca a Jake. La
familiaridad en su construcción enciende un escalofrío en mi vientre. También me gusta que no esté agarrando y
mirando con lascivia y todo en mi espacio personal.
Él permanece clavado en el lugar, mirándome. Al menos, creo que me está mirando.
Me acerco y él no se aleja.
Levanta tu rostro hacia la luz del fuego. Vamos, quiero ver tus ojos.
Levanto mi mano, ofreciendo un gesto de saludo, sin saludar.
Su brazo se eleva, imitando mi gesto.
Oh Dios, definitivamente me está mirando. Mirando y esperando.
Mi corazón zumba con un ritmo hipnótico en mi pecho y mis pezones se tensan. El campo se oscurece y mi
mente cae en un estado de fuga, donde no hay música. Nada de risas escandalosas. Somos solo yo y este hombre y
la posibilidad de sexo.
Retrocede hacia las oscuras profundidades del granero, haciéndome señas sin levantar una mano.
Mis botas de punta cuadrada levantan polvo en mi prisa por llegar a la entrada. ¿Me agarrará en cuanto entre?
Mantengo mis manos enguantadas bajas y cerca de mi cuerpo, protegiendo mis muñecas mientras me deslizo
por la rendija de la puerta.
Oscuridad.
Se cierra a mi alrededor, temblando de hambre y atrayéndome más profundamente en su redil.
Ningún parpadeo ajusta mis ojos a la oscuridad, y la reverberación de la música golpea tan fuerte que no puedo
oírme respirar. Si grito, nadie captará el sonido. Si surge un ataque de pánico, nadie lo sabrá. El pensamiento me
empodera.
Ciegamente tanteo mi camino a través de la oscuridad, pisando con mis botas el piso de tierra. Mi hombro roza una
espalda. Mi mano roza una pierna.
La oscuridad se dobla y ondula con personas en varias alturas y posiciones. Balanceo
contra las paredes, arrodillado en el suelo, tumbado, sentado, a horcajadas: el paisaje invisible aumenta mis
sentidos. El sexo sin rostro, sin nombre espesa el aire y presiona contra mi piel, intensificando la tentación. La anticipación.
¿Dónde está?
Cuando llego a la pared trasera, apoyo la espalda contra ella, me quito los guantes y meto las manos detrás
de mí. La incertidumbre acelera mi pulso contra mi yugular, y mis dientes cortan el interior de mi mejilla.
No me hace sufrir mucho.

La explosión de la música ahoga sus pasos, pero lo siento. Su calor. El poder en su
cuerpo. La persuasión en él.

debería tener miedo petrificado. La adrenalina recorre mi sistema nervioso. Los temblores secuestran mis
extremidades. Pero no es miedo. es alivio Como si una válvula de escape estuviera girando dentro de mí, dejando
escapar el vapor de energía presurizada.
Dedos cálidos rozan mi mandíbula, y cada músculo de mi cuerpo se tensa. Su palma enguantada descansa
contra mi garganta, el cuero rígido y duro como su abrigo. Toco la manga, acariciando la forma para sentir el músculo
debajo.
Antebrazos fuertes, altura imponente, manos pacientes… Sin mi vista, casi podría ser Jake.
no quiero eso
Excepto que lo hago.
No he visto a Jake en más de un año. No lo he tocado en tres años. Todo lo que tengo son recuerdos,
y los más agudos no son tiernos.
La caricia a lo largo de mi cuello me devuelve al extraño. Probablemente sea feo como el pecado con una nariz
demasiado grande y una cara cubierta de granos. No me importa cómo se ve, pero la sospecha levanta mi mano.
Cuando mis dedos se conectan con la piel suave y una mandíbula esculpida, imagino la boca de Jake,
sus ojos marrones y la sonrisa seductora que ilumina cada hermoso rasgo.
Para.
Deslizo mi toque a la mejilla del hombre, y él atrapa mis dedos. No mis muñecas. Solo las puntas de mis uñas,
como si supiera exactamente dónde agarrarme.
Probablemente me ha visto en esta fiesta antes. Probablemente fui testigo de lo que sucede cuando
alguien me agarra del brazo en la multitud.
Bajando mis manos, las guía hacia sus estrechas caderas y agrega presión. Un comando silencioso
para aguantar.
El calor de su aliento señala su cercanía. Cuando el borde de la gorra de béisbol golpea mi
frente, la gira hacia atrás y ahueca mi cara.
¿Está tratando de verme en la oscuridad? ¿Está hablando, sonriendo o deslumbrante? la música en auge
pulsa a través de nosotros, ahogando la prisa de mi respiración y cualquier sonido que pueda estar pasando por
sus labios.
Qué extraño hablar con un hombre sin contacto visual ni conversación, pero es mejor así.
Es íntimo, sin hacerlo personal.
Su exhalación empluma mi rostro y sus labios aterciopelados encuentran mi piel. Suaves y cálidos, besan un
camino a lo largo de mi mandíbula, mi mejilla, sumergiéndose para saborear mi cuello. Mi pulso se acelera fuera de
control, y me tambaleo bajo una oleada de euforia.
Me quita el abrigo de los hombros y su boca continúa su búsqueda seductora a lo largo de mi clavícula,
empujando a un lado el escote de mi camisa para lamer mi piel.
Mis uñas se clavan en sus caderas, deslizándose por debajo de su cintura, y suelta un resoplido embriagador.
Luego vuelve a subir, sus labios se abren contra mi garganta. Su respiración se vuelve áspera mientras el ardiente
parpadeo de su lengua juega con mi carne.
Me estremezco por todas partes y lo acerco más. Su dura longitud empuja contra mi estómago, y una
quemadura hormigueante se enciende en el interior. Se presiona contra mí de nuevo. Y otra vez. Entonces su boca
se sella sobre la mía, devorando mi jadeo.
Lucho con el siguiente aliento, porque, mierda, ha pasado tanto tiempo desde que me besaron.
Su lengua barre más allá de mis labios, y yo tropiezo contra él, tanteando su cintura en la cintura.
oscuro. Sabe a cigarrillos, clavo y otras cosas que no son de Jake. Mismo control dominante,
aunque. Invade mi boca con gestos posesivos, pilotando mis movimientos y tragando mis gemidos.
Dios, es bueno. Solo he besado a otro hombre, pero este... Este se abre camino a través de mí, exigiendo que sienta
su beso en los dedos de mis pies, el temblor en mis rodillas y el latido apretado y duro entre mis piernas. Para cuando me
suelta, me estoy tambaleando y jadeando con un deseo insaciable.
Sus manos recorren hacia abajo, deslizándose por mi abrigo y dejándolo caer al suelo. Su toque continúa, frotando y
explorando mi ropa mientras se agacha. Luego me quita las botas. Vaqueros. Bragas.
La ausencia de luz envuelve mi desnudez, pero me siento escalofriantemente expuesta. Es solo el aire frío
mordisqueando mi piel. Y tal vez mis nervios luchando.
Con sus caderas fuera de su alcance, agarro su cuello. Su cabello es tan corto en la parte posterior de su cabeza que
se siente como una barba incipiente debajo del borde de la gorra. Encuentro los rizos sueltos que caen libres y trato de
imaginarme su peinado. ¿Afeitado por debajo y largo por arriba? Los rizos son tan gruesos y ásperos, tan diferentes del cabello
suave y lacio de Jake.
Descansa sus manos en la parte posterior de mis piernas y acaricia hacia arriba, dejando un rastro de piel
de gallina y fuego. Presionando más cerca, su nariz roza mi coño desnudo. Aún más cerca, y entierra su rostro, tomando una
respiración lenta y profunda. oliendome Luego lame.
Mi mente se apaga, y solo… siento. Su boca, sus dedos, el remolino diabólico de su
lengua dentro de mí... Dios mío, tiemblo tanto que apenas puedo mantenerme en pie.
Su respiración se vuelve más fuerte, más rápida, marcando el ritmo febril del mío. El cuero de sus guantes sin
dedos me abrasa la parte interna de los muslos mientras empuja sus largos dedos dentro de mí, y empuja, y empuja,
chupando y besando con esos labios pecaminosos.
Me muero por correrme, y esa imperiosa necesidad estira y aprieta mis nervios hasta el punto
de frustración Él continúa lamiendo, y yo sigo alcanzando ese borde dichoso.
Se come la mierda de mi coño por una eternidad, pero el orgasmo se escapa.
no es el Yo sólo... no puedo llegar allí.
Él no es Jake.
Poniéndose de pie, coloca un envoltorio de aluminio en mi mano. Doblo mis dedos a su alrededor. Un condón.
Apuesto a que asume que esto es algo normal para mí. Si supiera que nunca sostuve un condón,
y mucho menos rodó uno en una polla.
"¿Quieres que haga esto?" grito, plenamente consciente de que no puede oírme por encima de la música estridente.
Se inclina, empuja su pecho contra el mío y me muerde el lóbulo de la oreja. Ahí es cuando me doy cuenta de lo
rápida y dificultosa que se ha vuelto su respiración. Dulce Jesús, está alterado, salvajemente excitado, y maldición si eso no
hace estallar mi piel en llamas.
Sus manos se mueven entre nosotros, soltando su bragueta y bajando sus jeans. Luego se agarra
mi mano, la que sostiene el condón, y la guía hacia su polla.
Un dolor atronador chispea en mi pecho. Mi garganta se sella y mi boca se seca.
Lo toco, la punta ancha y muy suave de él. Sigo la cresta acampanada, la longitud sedosa,
y hacer una pausa en el parche de pelo áspero. Se siente como una polla. Una polla dura, nerviosa y completamente hinchada.
¿Ahora que?
Me arranca el envoltorio de la mano, lo abre con los dientes y le hace muescas en el extremo.
de su longitud. Deslizando sus dedos alrededor de los míos, usa nuestro agarre combinado para rodarlo.
Guau, eso es caliente. Y tranquilizador. Es como si estuviera tratando de hacerme sentir segura, como si me estuviera
diciendo que cuidará de mí.
Así es como se supone que debe ser el sexo. Respetuoso. Saludable. Deseoso.
Presiona sus labios contra mi mejilla, y su boca se mueve, diciendo palabras que son abofeteadas por el alboroto.
Sus manos agarran mis muslos, levantándolos, abriéndolos, mientras sujeta mi espalda contra la pared. entonces el es
sobre mí, su cuerpo temblando y duro, sus caderas estirando más mis piernas y su aliento jadeando contra mi cuello.
Envuelvo mis brazos alrededor de su espalda, mis terminaciones nerviosas gritan, se retuercen y están vivas. Soy
vivo. Y listo. Tan jodidamente listo.
Sus dedos aprietan mi muslo, y él empuja contra mí, meciéndose, moliendo, buscando la entrada con embestidas
frenéticas e incontroladas. Luego lo encuentra, mi húmedo y necesitado agujero, y me empala en un duro y poderoso
empuje.
Mi columna se dobla por la fuerza de eso, y juro que escucho un "¡Joder!" rugido de sus labios.
Se retira lentamente y se lanza de nuevo. Una y otra vez, no se detiene. Sus dientes encuentran mi hombro. Mis
manos rascan la parte de atrás de su chaqueta de cuero, aferrándose a él mientras me estira, me llena y me usa de la mejor
manera posible.
Mis muslos se sujetan alrededor de sus caderas impulsoras. Mis pezones duros raspan contra mi sostén. Lo quiero
más profundo. Lo necesito más rápido. Muevo mis caderas y él sacude las suyas, sus movimientos irregulares, disminuyendo
la velocidad con sacudidas erráticas. Luego se entierra hasta la raíz y se detiene.
Su cuerpo se hunde contra el mío y su respiración aliviada me golpea la oreja.
Él vino.
Se acabó.
Baja mis pies al suelo, rápidamente se recompone y recoge mi ropa.
Mientras me viste, siento cosas, demasiadas cosas, y no tengo ganas ni capacidad para analizarlas.
Después de cerrar y alisar mi ropa, besa mi cuello, mi mejilla y luego mi boca.

Ese último toque es breve, solo un roce de labios, pero hay algo en él. Algo tenso. Tampoco quiero analizar eso.
Me entrega mis botas y da un paso atrás. Su presencia, su duro calor, todo él se retira a la oscuridad.
"¡Esperar!" Empujo las botas y mis ojos se mueven hacia la puerta mientras se abre y se cierra.
Corro por el granero, tropezando con ropa y zapatos y chocando con cuerpos a medio vestir. Me toma demasiado
tiempo llegar a la salida, y cuando salgo al aire libre, la explosión abrumadora de la música me desorienta.
Me froto los ojos y busco entre la multitud, el campo, la hoguera. ¿A dónde fue él? doy vueltas en un
círculo, escaneando el perímetro, buscando una gorra de béisbol en el mar de Stetsons.
El se fue.
Maldición, solo quería un nombre. Una cara. Una sonrisa.
Una conexión.
Pero se alejó, arrojó el fósforo sobre su hombro y quemó ese puente.
¿Qué esperaba? Me follé a un extraño en la oscuridad en una fiesta de campo. La gente lo hace todo el tiempo.
Pero no soy gente. no soy normal
Dejo la fiesta y regreso a la ciudad en la motocicleta. Con mis auriculares puestos y el
música a todo volumen, me ahogo en la letra de Poison & Wine de The Civil Wars.
Es una canción tan arrepentida, pero no puedo evitarlo. Estoy sintiendo cosas, cosas abrumadoras que
no puedo contenerme
Tal vez el sexo despertó las partes de mi psique que enterré en mi decimosexto cumpleaños. Quizas el
el despido de un extraño despertó la mierda que abandoné en Chicago. Tal vez no tenga nada que ver con
Dalton y el barranco y todo que ver con la chica que dejé a un lado del camino hace un año.
Esa chica extraña a Jake. lo extraño Lamento su ausencia cada día más y me desprecio por ello. Odio
que tenga un control tan irrompible sobre mí. Un agarre que hace que se me encoja el estómago por lo que hice
esta noche.
Lo engañé.
No tiene ni pizca de sentido. Probablemente esté por ahí follando con todas las Sara Gilly en el
mundo, y es su derecho hacerlo. Él me dejó ir.
Pero no lo dejé ir. No sé cómo hacer eso, y maldita sea, duele. Siento ese dolor como el golpe de la mano
de Dalton en mi rostro.
Una quemadura sube a través de mis senos paranasales, pero me niego a llorar. En cambio, me concentro en el
viento helado que golpea mi abrigo, penetrando la tela y estremeciéndome a través de mis huesos.
La moto apesta en invierno, pero no me deshago de ella. Sólo necesito una chaqueta nueva. A
chamarra de motociclista, como la que el hombre sin rostro usó esta noche.
¿No se cagaría la buena gente de Sandbank si yo apareciera como una motociclista?
Definitivamente voy a conseguir esa chaqueta.

Mientras entro en Stillwater y paso por un salón de tatuajes, se me ocurre otra idea rebelde. Doy una
vuelta en U rápida, estaciono frente a la tienda y entro.
"¿Puedo ayudarle?" Un hombre de mediana edad con perilla levanta la vista de un catálogo en la recepción.
Cuando comienza la lectura de pies a cabeza, chasqueo los dedos.

"Quiero un tatuaje. Muchos de ellos." Extendí mis brazos. "Mangas completas".
"Bueno." Se ríe, mirándome a los ojos. Eso llevará tiempo. Como meses. Tal vez más.
“Estoy trabajando en mi doctorado”. Señalo en dirección al campus. “Tengo años.”
TRES AÑOS DESPUES…

La llamada proviene del fiscal. Debería haberlo esperado. Demonios, me comunico con el abogado varias veces al
año para estar al tanto de la fecha de liberación de Levi Tibbs. Pero cuando termino la llamada y miro mi teléfono, el pasillo
implosiona. Mi visión se nubla y la memoria me espera en la oscuridad.
Cuerda alrededor de mis muñecas, una mordaza contra mi lengua, manos crueles, peso aplastante, no puedo
mover, quemar, forzar, agonía…
Algo choca contra mí y me doy la vuelta agitando los brazos.
"¡Ey!" Una universitaria levanta las manos. "Míralo."
Mierda. "Lo siento." Me seco el brillo del sudor de mi cara. "Lo lamento."
Salgo del flujo de tráfico en el corredor del campus y me apoyo contra la pared. Meto el teléfono en el bolsillo y pienso
en el motivo de la llamada del abogado.
Levi Tibbs quedará libre en dos semanas. Fue sentenciado a siete años, pero solo cumple seis.
Seis años por maltratar a una chica de dieciséis años.

Me deja el aliento. Yo no soy esa chica.
Nunca llegarás a nada.
Dije que podía y lo haría, y lo estoy haciendo. Seguí adelante, obtuve una licenciatura en ciencias animales y
estoy volando a través de la facultad de veterinaria. Si mantengo este ritmo, seré Doctor en Medicina Veterinaria en dos años.
Eso es más rápido de lo que nadie esperaba.
Terminarás en la calle o conviviendo con algún hombre como una puta de mierda.
Estoy concentrado. Dedicado a mi trabajo. No tengo tiempo para distracciones de mi pasado.
Enderezando mi columna, levanto mi mano, con la palma hacia arriba. Lamento la cicatriz llena de ronchas todos
los malditos días. Jake y Jarret probablemente se rían de los suyos. Lorne está encerrada. No puede hacer nada por la suya.
Hice el juramento de sangre bajo coacción. ¿No debería eso negar su autenticidad?
¿Qué pasa si no hago nada con respecto a la liberación de Levi Tibbs? ¿Vendría él detrás de mí? ¿Obligaría a su
maldad a otras chicas de dieciséis años?
Mi estómago se endurece, y aprieto mi mano, apretando la cicatriz.
Son las vacaciones de verano. Las clases no se reinician hasta dentro de dos meses. Podría dejar la escuela por unos
semanas. ¿Cuánto se tarda en matar a un hombre?

Miro hacia el pasillo, notando la escasez de estudiantes. La única razón por la que estoy aquí hoy es para
visitar a mi profesor favorito. Así que me concentro en eso.
Me dirijo a su salón de clases y encuentro la puerta cerrada. Su clase de verano debería haber terminado.
por ahora. ¿Quizás se está reuniendo con un estudiante?
Silenciosamente girando la manija, miro adentro.
El profesor York se encuentra en la parte de atrás de la habitación con una linda morena. Él se inclina sobre ella, su boca
demasiado cerca de la de ella para ser apropiado mientras habla en voz baja. Luego su mano baja y toca la parte de atrás de su falda.
Sus dedos tocan el material, lo juntan y lo suben poco a poco hasta que su mano se desliza por debajo.
Tropiezo hacia atrás y me alejo.

Se supone que no debe estar con ella. Está en una puta relación. ¿Por qué está haciendo esto?
Los hombres engañan. Eso es lo que hacen.
Mis manos pierden sensibilidad. La apatía se extiende por mis brazos y amortigua mi pecho. Todo dentro de mí se insensibiliza,
se desconecta y se adormece.
Camino a casa en una niebla entumecida.
Subo el porche de la casa modesta. Inserte la llave. Pase por las habitaciones. Abajo
el pasillo. Siéntate en la cama del maestro.
Todavía entumecido.
Quiero sentir algo. Algo profundo. Intenso. Disoluto. Quiero sentir un dolor que pueda controlar.
Deslizo la computadora portátil de mi bolso y busco uno de mis videos favoritos. Es un clip de una película extranjera. Una
escena de violación con una mujer boca abajo, con las manos atadas con una cuerda y los brazos extendidos sobre su cabeza. Un
hombre sacude sus caderas y gime encima de ella, sus dedos alrededor de su cuello mientras la folla por el culo.
La actriz grita en otro idioma, pero no le hago caso. Absorbo sus lágrimas, la forma redonda de su boca abierta, la expresión
de horror que arruga su rostro. Mientras su cuerpo se tensa por el dolor, ladeo la cabeza, memorizando la forma en que sus dedos
raspan distraídamente la cuerda.
Luego detengo el video y lo reinicio desde el principio. Ya está atada, pero su cara está floja. Ella no entiende, no sabe lo que
viene. Ese momento de inocencia ignorante me cautiva tan profundamente que no puedo apartar la mirada.
Cuando el hombre se arrastra sobre su espalda y le mete la polla en el culo, la congelo. reiniciarlo Justo
así, ella es inocente y completa de nuevo. Luego la merodea, la sodomiza y ella se quiebra. Presiono congelar. Reanudar.
Congelar.
Reanudar.
Detener el dolor.
reiniciarlo
Para.
Iniciarlo.
Anhelo el poder de controlar su agonía. Es como una adicción que se apodera de mí. No puedo dejarlo ir. Necesito más.
Dios sabe que he buscado en la web videos más oscuros y descarnados. Este es mi favorito.
Me estiro en la cama y miro el clip una y otra vez. Cada vez que lo reproduzco, me siento más necesitado, más
hambriento. Mis bragas están mojadas y ni siquiera me he tocado. Pero lo haré. Borraré uno antes— Un jadeo suena detrás de mí.
"¿Qué estás
viendo?"
Mi corazón se detiene y golpeo la tapa de la computadora portátil. Mierda de mierda.
Moderando mi respiración, me muevo hacia la puerta y me encuentro con los ojos pálidos del profesor.
Millas York.
"¿Estás viendo cómo violan a una mujer?" Se acerca a la cama, pasando una mano por su
pelo negro bien peinado. “¿Es una película snuff?”
“Solo una película. Con actores. Devuelvo el portátil a mi bolso. "Estás en casa temprano."
"No no soy." Él entrecierra los ojos hacia mí. “Déjame ver el video”.
"¿Para qué?" Me levanto de la cama y camino hacia el armario. “Fue algo con lo que me tropecé
en."
“No te tropiezas con algo así”. Se cierra detrás de mí y envuelve su
brazos alrededor de mi cintura. “Si quieres que te ate y…”
Un calor pesado y sofocante cae sobre mi espalda. El encierro le pela la voz, la habitación, el aire. Me estiro,
arañándome para escapar, y mis dedos encuentran agarre en perchas y estantes.
El peso se desvanece y giro, retrocediendo hacia el pequeño armario y enredándome en la ropa colgada.
"Mierda, lo siento". Da un paso atrás, con las manos en alto y la expresión arrugada por la preocupación. "No
estaba pensando".
"Está bien." Enderezo mi camisola y me inclino para recoger el desorden mientras trato de respirar más despacio.
"Estoy teniendo un mal día".
No puedo culparlo por el paso en falso. Después de seis meses de vivir juntos, él no sabe nada de mi pasado.
Nunca respondo a sus preguntas insistentes, pero ha aprendido a sortear mis factores desencadenantes. Principalmente.
"¿Estás bien?" Agarra mis hombros desnudos y desliza sus manos por mis brazos, dando vueltas
sus pulgares a lo largo de los remolinos de coloridos tatuajes.
Asiento, observándolo trazar los murales entintados de puestas de sol y caballos. Al tatuador le tomó un
año para transformar mis brazos en las pinturas impresionistas que coleccionaba de niño.
Nunca volví a la fiesta de campo después de esa noche. Nunca más busqué sexo.
Mi profesor de ciencias me buscó. Inicialmente, Miles estaba enamorado de mi académico
registros. Luego me conoció y su interés se convirtió en algo completamente diferente.
Me persiguió durante un año antes de tener sexo con él. Para entonces, ya no era mi profesor y bueno, era
muy persistente. Me convenció de mudarme a su casa hace seis meses, y aquí estamos, todos acogedores y domésticos.
Y monógamo. O eso pensé.

"¿Quién era la morena en tu salón de clases?"
"¿La morena?" Sus cejas se juntan. "Probablemente hay veinte morenas en mi—"
No me jodas, Miles. Volviendo al armario, saco una bolsa de viaje de la parte superior.
estante. "Pasé por aquí después de tu clase hoy".
Sus pasos recorren la habitación detrás de mí. Luego haz una pausa.
Kendra Forde. Él suspira su nombre.
Me apoyo en el marco de la puerta mientras él se sienta en la cama y se afloja la corbata.
Se parece a Clark Kent con ese traje. El cuello abotonado, cabello negro ligeramente ondulado, pálido
ojos azules y comportamiento afable, tiene toda la cosa de nerd alto, moreno y guapo .
Dado que pasa la mayor parte de su tiempo en un salón de clases, no tiene mucho en el camino de
músculo. Ni siquiera cerca de la constitución robusta de Jake. Pero se mantiene en forma.
Ha estado tras de mí durante meses. Se inclina hacia delante, con los codos en las rodillas. "Le dije que no estoy
interesado, Conor".
Todas las vaginas del campus quieren montar a Miles York. Con su encanto irresistible, inteligente
buena apariencia y voz autoritaria detrás del podio, ¿por qué no lo harían?
“Así que lo que estás diciendo es…” Me cruzo de brazos. “La rechazaste poniendo tu mano
debajo de su falda?
Un músculo se contrae en su mandíbula, y levanta su mirada hacia la mía, inmovilizándome con una mirada dura. "Él
fue un momento de debilidad. Y mal Me di cuenta del error de juicio de inmediato y la despedí”.
Mi mente da vueltas mientras abro la bolsa de viaje y empiezo a empacar. Quiero reprenderlo por su error de
juicio, pero ¿quién soy yo para tirar piedras? Estoy hecho enteramente de piezas dañadas, unidas con defectos
irreparables.
¿Qué clase de persona no puede dejar que le toquen las muñecas? Estoy mucho más jodido que un simple
error de juicio.
"¿Qué estás haciendo?" Miles salta de la cama y agarra la bolsa de mi agarre.
Lo arrebato de vuelta. "Me voy."
"Jesús, joder". Pasa una mano por su cabello perfecto, desordenándolo. “Kendra pasó por
Hace sólo unos minutos. No hay tiempo suficiente para que pase nada. ¡Para esto!" Su voz se eleva, ojos de
pedernal. "No te vas a ir".
"Voy a volver a casa." Meto ropa en la bolsa. “Solo por un par de semanas”.
Para asesinar a Levi Tibbs.
Sé que me estoy aprovechando de la situación. Necesito una razón para estar enojado con Miles para no tener
que mentirle sobre por qué me voy. Debería sentirme mal por la forma angustiada en que me ve empacar, pero los
sentimientos son engañosos. Si les doy una pulgada, me tragan entero.
"Yo no te engañaría, Conor". Me sigue por la habitación, tirando de su cuello. "I
decir, mírate. Eres la maldita mujer más caliente que jamás he visto. ¿Ves la forma en que los hombres te miran? ¿Como
si estuvieran esperando a que volvieras la cabeza, para darles el más mínimo indicio de interés?
Cierro la cremallera de la bolsa y lo miro. "¿Qué estás diciendo?"

"Soy suertudo." Entra en mi espacio y apoya sus manos en mis caderas, su boca flotando.
Soy tan jodidamente afortunado de ser el que quieres. Yo no tiraría eso”.
Excepto que el que quiero me tiró a la basura.
Y ahora me voy a casa para honrar el pacto que hice con él. Tendré que verlo, hablar con
él, y recordar la vida que no puedo tener.
—Te amo —Miles respira contra mi boca.
Lo dice todos los días, y nunca lo digo de vuelta.
Él no exige nada de mí. No intenta arreglarme. Aparte del momento débil
con Kendra Forde, Miles es una mejora constante, confiable y sin dolor en mi vida.
Es una gran razón para que me aleje de Jake Holsten.
“Solo debería estar fuera por una semana o dos”. Doy un paso atrás y me cuelgo la bolsa del hombro.
Con un asentimiento abatido, mete las manos en los bolsillos. "¿Vas al rancho?"
No exactamente.
"Banco de arena." Me dirijo al frente de la casa, ralentizando mi paso para dejar que me alcance.
Él sabe que mis padres están muertos y la familia con la que crecí todavía es propietaria del rancho. Pero él no
sabe lo del barranco. O el novio que me tiró a patadas a la acera. O el hermano en prisión que no quiere verme. O el
papá que me golpeó. Él no conoce mis piezas más feas.
Es solo una hora de viaje, pero su sobreprotección lo obliga a decir: “Llámame tan pronto como llegues. Y no
aceleres. Odio la idea de que estés a horcajadas sobre ese coche fúnebre de dos ruedas en el
interestatal."
“Si es demasiado rápido, eres demasiado viejo”.
A los treinta años, es ocho años mayor que yo. Nunca pensé mucho en la diferencia de edad hasta
ahora.
Se inclina para besarme y dejo que lo tome. Pero en el momento en que su boca se separa para profundizar la
conexión, retrocedo.
"Te escribiré un mensaje." Agarro la chaqueta de moto y el casco y salgo al porche.
Mientras cruzo el camino de entrada a la bicicleta, miro por encima del hombro.
Me mira como si estuviera pensando en el futuro, tal vez preguntándose si regresaré o si él
quiere que lo haga
Me doy la vuelta, pensando en el pasado, preguntándome si Jake sabe sobre Levi Tibbs o si él
incluso le importa.
Esta vez no recibirá un correo electrónico mío y no me presentaré en el rancho. Pero la palabra viaja rápido en
Sandbank.
Pronto descubrirá que estoy de vuelta en la ciudad.
Todas las cabezas en el bar giran en mi dirección, sus ojos me juzgan de arriba abajo y de adentro hacia afuera. Sé lo que
ven.
La portada del periódico Sandbank.
La niña arruinada de Julep Ranch.
La causa perdida con el padre muerto y el hermano en prisión.
Después de que el pobrecito Conor Cassidy cayera entre las grietas, tiene sentido que montara un
motocicleta peligrosa, profanar su piel con tatuajes y vender su alma al diablo. Todavía usa esas botas de punta cuadrada
rayadas, así que eso debe significar que se aferra a una vida irrecuperable.
Es una pena. El Señor Jesús ni siquiera puede salvarla de la tragedia en la que se ha convertido.
Veo la piedad en sus ojos. Y la desconfianza. ¿Cómo me atrevo a traer mis atrocidades a su ciudad?
Manteniendo la cabeza en alto, rodeo las mesas del Big Sugar.
Las cáscaras de maní tiradas se esparcen por el suelo y crujen bajo mis botas. Suena música country
de una vieja máquina de discos en la esquina. Como el único bar en Sandbank, está repleto de gente que se relaja
después de un día duro con bebidas y amigos y tal vez un baile en línea o dos en la pista de baile.
No bailar ni beber para mí. Probablemente soy el único de 22 años en Oklahoma

que nunca ha probado el alcohol.
Estoy aquí para obtener una lectura sobre el estado actual de las cosas, escuchar chismes y tal vez dar
ellos algo escandaloso para susurrar. Y lo admito, una gran parte de mí se muere por una actualización sobre Jake
Holsten.
Él no está aquí. Ya he escaneado cada rostro en el lugar. Pero mientras camino por el bar, escucho su nombre.
"¿Sabes lo que necesito? Otra dosis de vitamina Jake.

No reconozco la voz, pero cuando me giro, sé quién es ella, así como las tres mujeres con las que comparte una mesa
alta. Todos íbamos a la escuela juntos.
A unos metros de distancia, agitan sus coloridos cócteles y evitan mi mirada. son conscientes de que soy
parados aquí, y susurran lo suficientemente fuerte como para asegurarse de que no me pierda ni una palabra.
“La primera vez que Jake me folló, no pude sentarme durante tres días”.
“¿Él alguna vez te llevó de perrito? Lo juro por Dios, me corrí diecisiete veces cuando me inclinó sobre la puerta
trasera de su camioneta”.
Risa risueña. “Folla como si estuviera peleando una guerra. Todos enojados y salvajes. Hace tanto calor.
Gross y Ewww y creo seriamente que voy a vomitar.

Pero de una manera retorcida, su conversación me trae alivio. Nunca me permití imaginar a Jake
casado. Saber que es un playboy es más fácil de tragar que la idea de una esposa e hijos.
Todavía me duele digerir. Cada palabra cortante raspa mis entrañas como vidrios rotos.
Continúan riéndose y susurrando sobre todas las formas pervertidas y divinas en las que Jake actúa en el
saco. Me están provocando, y cuando cierro la distancia, estoy listo para morder.
Paso entre dos de sus taburetes y apoyo una bota en un riel para los pies.
"¡Conor Cassidy!" Sonrisas falsas por todas partes. "Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo estás?"
"Bien, gracias." Me apoyo contra la mesa, descansando mis brazos tatuados en la superficie. "Escuchar,
Sé que me he ido por un tiempo y ha pasado mucha mierda. Me he encontrado con mi cuota de crueldad a manos de
los hombres, pero me doy cuenta de que... Las mujeres son tan malas como la carne de gato. En lugar de unirse contra los
tramposos, los jugadores y los abusadores de basura, se vuelven unos contra otros. No tienen corazón. Absolutamente
vicioso el uno al otro. ¿Quizás porque somos competitivos? ¿Es eso lo que es esto? ¿Una competencia?"
Las mandíbulas caen y los ojos se abren. Uno de ellos toma un sorbo de su bebida, retorciéndose en el
torpeza.
No me extraña que no tenga amigos.
"Déjame decir esto". Bajo mi voz. “Todos ustedes saben que Jake y yo crecimos juntos y estábamos
arreglando para casarse. También sabes que fui atacado mientras él estaba obligado a mirar. Luego me llevaron por todo
el país como un sucio secreto”. Suelto un suspiro. “Tal vez no sepas que regresé dos años después. Jake ya se había
mudado. Se lavó completamente las manos de mí. No me quería entonces, y no me quiere ahora. Se acabó. Así que
todos pueden retraer sus garras. No estoy aquí para robarte tu vaquero. La verdad es que ni siquiera quiero verlo.
Una de las chicas aclara su voz y apunta con una uña acrílica a algo detrás de mí.
Oh, no. Me enderezo de la mesa, borro mi expresión y me giro.
Jake se alza sobre mí, tan cerca y amenazante que la pura intensidad de su presencia eclipsa todo a su alrededor.
Doy un paso atrás, pero no hay ningún lugar a donde ir excepto arriba y sobre la mesa, y eso sería vergonzoso.
Las mangas cortas de su camiseta negra exponen la definición bronceada en sus brazos. Los jeans deshilachados se
abrazan en la parte baja de sus caderas y se aferran a la fuerza de sus muslos. La barba incipiente oscurece su mandíbula
cincelada, y la línea de sus labios perfectos promete dolor.
"¿Qué estás haciendo?" pregunta con su voz profunda y retumbante.
Estoy haciendo exactamente lo que desprecio. Lo estoy examinando abierta y descaradamente.
Levantando mi mirada arriba, arriba, arriba, inclino mi cabeza hacia atrás para encontrarme con sus insondables ojos
marrones. "Solo estoy disparando a la mierda con tus conejitos de hebilla".
Sus fosas nasales se ensanchan.
“Shannon aquí está lista para otro paseo en tu puerta trasera”. Doy un silbido bajo de incredulidad
mientras mi estómago se enrosca sobre sí mismo. “¿Diecisiete orgasmos? Impresionante. Has recorrido un largo
camino desde tus días de eyaculación precoz”.
Las mujeres detrás de mí tosen y jadean.
Jake parpadea e inclina la cabeza hacia un lado, inclinando su sombrero. Estudiándome. "Estás celoso."
"No."
“Estás rechinando los dientes y bloqueando las rodillas”.
Mierda. Relajo las articulaciones ofensivas y me alejo de su asertivo contacto visual.
Ahí es cuando lo veo. El ancho brazalete de cuero con el dije de herradura en su muñeca. ¿Por qué lleva eso?
¿Soy el blanco de algún tipo de broma enferma?
"Tengo novio." Levanto la barbilla. “Incluso si no lo hiciera, los celos requieren interés. Puedo
Te aseguro que no tengo ningún interés en esto. Hago un gesto entre él y sus compañeros de cama. “Para ser
honesto, me hace vomitar un poco en la boca. Y no en la forma en que has estado vomitando en las suyas.
Él no los mira. De hecho, no ha apartado los ojos de mí desde que me di la vuelta.
"Estoy aquí por negocios." Levanto la palma de la mano en la franja de espacio entre nosotros y espero
él para mirar a la cicatriz. "Si quieres hablar, me quedaré en el Dew Drop Inn".
Muevo una bota hacia adelante, indicando mi deseo de irme, pero él no se mueve.
Él y ese maldito brazalete de cuero.
¿Se lo pone cuando se las folla? ¿La herradura acaricia la piel temblorosa mientras su
empuja la mano entre sus piernas?
Déjame pasar. Siento un hormigueo en la cara y una corriente candente de conciencia recorre mi cuerpo.
Es su olor. Está en todas partes. La sal de su piel, la menta en su aliento, el mordisco oscuro y depredador
de su esencia. Lo pruebo en mi lengua y lo siento en mi sangre. Tiemblo de pies a cabeza, drogado por su belleza
áspera. Es demasiado cercano, demasiado convincente, demasiado maldito Jake.
Han pasado cuatro años desde que lo he visto, y esos años han endurecido sus bordes, profundizado
frunció el ceño y oscureció sus ojos. Pero sigue siendo el hombre que recuerdo. Áspero y corpulento desde el Stetson
en la cabeza hasta el barro en las botas.
Ese sombrero destartalado tiene más historias que contar que los llamados vaqueros de OSU. el no compro
esos jeans con agujeros. Se ganó cada rasgadura, atrapando sus piernas en una cerca de alambre de púas. ¿Y la
porquería de sus botas? Conozco todos los rastros de los que salió la suciedad y cómo llegó allí.
Jake Holsten es el verdadero negocio, y mi cuerpo reconoce cada centímetro de él. Mi corazón amenaza con
estallar por la potencia de su cercanía, y si me quedo aquí mucho más tiempo, no sobreviviré.
"Mover." Anclé mis manos en mis caderas.

Él se flexiona. No sus músculos. Él flexiona su maldita aura y me mira fijamente como si estuviera tratando de
atraparme y marcarme.
No miro hacia otro lado, pero debería hacerlo. Mis ojos son más que ventanas a mi alma. Le están diciendo
exactamente lo que está pasando al sur de la frontera. Él sabe que me afecta, cada parte adolorida de mí, y joder si
eso no pone una sonrisa maliciosa en su rostro.
Resplandeciendo con esa sonrisa, se hace a un lado y me saluda con el sombrero. "Nos vemos luego, niña".
Luchando contra el impulso de correr como el demonio, mido mis pasos hacia la puerta y entro en la noche.
aire.
Un gordo camión vaquero negro se sienta al lado de mi motocicleta, y reclinado en el asiento del pasajero está
la otra mitad de los gemelos Holsten.
Jarret me observa acercarme, inclinándose hacia el salpicadero para echar un buen vistazo. Espero que salte y
me intercepte.
el no Mientras me coloco el casco, él se sienta en la camioneta con las ventanillas bajadas y
No digas nada. Los pocos pies que nos separan bien podrían ser 928 millas.
Soy igual de culpable por poner esa distancia allí. Nada me impide preguntarle cómo está.
Excepto el miedo.
Miedo al rechazo.
Enciendo la moto y vuelvo al motel. Ir tras Levi Tibbs por mi cuenta sería
ingenuo e imprudente. Pero estoy seguro de que no lo haré solo.
Puede que a Jake no le importe un carajo el pacto, pero dejó claro en el bar que no ha terminado de joderme.
Se asegurará de que no me vaya de la ciudad hasta que me muerda y me escupa.

Estaciono la camioneta al lado de la motocicleta de Conor en el motel y apago el motor. Mi pulso ruge en mis
oídos mientras examino la fila de habitaciones de un solo piso y me concentro en la única ventana iluminada.
Ahí está ella.
Las cortinas bloquean mi vista de ella, pero un movimiento sombrío parpadea detrás de ellas.
¿Está paseando? ¿Ansioso? ¿O se impide sentir cosas, incluso cuando está sola?
Cree que sus emociones son de incógnito, pero no me engaña. Veo a través del exterior
distante, debajo de las heridas y fracturas, y en lo más profundo del núcleo de su alma.
Conozco su plano. El intrincado y complejo diseño de ella. Mi hermosa niña todavía está allí, pateando y
escupiendo para liberarse, y voy a ayudarla a hacerlo.
Mis métodos pueden no ser convencionales, pero la conozco mejor que nadie. lo se exactamente
cómo llegar a ella, y estoy muy motivado.
Me muero de hambre sin ella.
"Ella se ve igual". Jarret golpea con los dedos la consola que hay entre nosotros. "Incluso más bonito, si
eso es posible".
Bonito ni siquiera se acerca. Hay algo distintivo en Conor que ningún otro
mujer tiene. Su belleza física es indiscutible y trascendente, pero es más que eso. Las múltiples facetas de su
naturaleza, la inteligencia en sus ojos verdes, la actitud carismática y franca: es un pozo profundo de intriga y
atractivo. Una mujer peligrosamente seductora. Y ella ni siquiera lo sabe.
“Me trató con frialdad cuando salió del bar”, dice Jarret. “Supongo que me lo merezco, pero ella
parecía especialmente retraída”. Su voz se endurece. "¿Qué le dijiste a ella?"
“Ella se topó con algunos de mis errores”.

“Ah. ¿Te ocupaste de eso?
“No volverán a enemistarse con ella”.
Antes de dejar el Gran Azúcar, me aseguré de que todos los bocazas del local entendieran que Conor
Cassidy llegó para quedarse. Conmigo.
Hará falta más tiempo y una delicadeza infalible para que Conor lo entienda.
Vuelvo mi atención a su habitación de motel y considero lo que estoy a punto de hacer. Este es el
punto de apoyo en el que nuestro pasado y futuro se unen en una danza de giros, luchas y perdón.
El perdón es el mayor obstáculo, pero no es el único. necesito lidiar con el

novio, su trastorno de estrés postraumático, su finalización de la escuela de veterinaria y toda la mierda que envenena el
rancho y nuestras familias.
Pasé los últimos cuatro años descubriendo rastros de engaño que se extienden por kilómetros. Las
perforaciones de petróleo y gas, la corrupción en la explotación ganadera, el chantaje y los cuerpos enterrados en la
quebrada, hay tanto que ella no sabe.
Estoy preparado para contarle todo.
Pero no aquí.
Tengo dos amenazas más de las que preocuparme. Uno saldrá de prisión en dos semanas.
El otro se fue de la ciudad.
Su regreso a Sandbank es un riesgo, pero mi paciencia se ha agotado. Su educación está casi completa,
y tengo una muy buena idea del peligro que corre contra ella. No hay ninguna posibilidad en el infierno de que la deje
ir esta vez.
¿Recuerdas aquella vez que la encerramos en el cuarto de los trastos? Jarret me mira, frotándose la
mandíbula. “¿Cuando los coyotes atravesaron la cerca y mataron a todos nuestros terneros?”
"Recuerdo." Estrecho los ojos.
“Golpeó esa puerta durante horas mientras ayudábamos a papá a limpiar la matanza. ¿Ella era sólo qué?
¿Seis? ¿Siete? No queríamos que ella viera la carnicería o supiera lo que pasó. Pero Dios, todavía puedo oírla llorar
para salir. No entendía por qué la encerramos. No sabía que solo estábamos tratando de protegerla”. Se toca la
oreja y su rostro se tensa. “A veces pienso que no deberíamos haber tomado esa decisión por ella”.
"No hagas eso". Lo miro. “Tenemos un plan. Estuviste allí conmigo cuando acordamos cada detalle”.
"Lo sé. estoy contigo _ Pero ella no va a entender”.

"Ella lo hará. No de la manera correcta, pero es inteligente. Ella vendrá.
He visto a mi hermano matar hombres sin una pizca de vacilación o remordimiento. Sin embargo, cuando se
trata de Conor, es un oso de peluche suave y blando. es enloquecedor
"Vamos." Salgo de la camioneta y me encuentro con Jarret en la puerta de su habitación.
Él llama a la puerta y, un segundo después, ella aparece en la puerta, con la cabeza ladeada y el cabello rojo
cayendo en sensuales enredos hasta sus caderas.
Sin expresión, cambia su mirada entre nosotros, estudiando, sondeando, tratando de leer nuestro
intenciones "¿Escuchaste sobre Levi Tibbs?"
"Sí." Engancho un pulgar debajo de mi cinturón y espero la invitación adentro.
Ella mira el brazalete que me dio y rápidamente mira hacia otro lado. Una inhalación. Exhalación. De nuevo.
Luego se hace a un lado y nos deja pasar.
"¿Vas a honrar el pacto?" Cierra la puerta y se apoya en ella. "¿O te estás acobardando?"
“He esperado seis años para terminar esto”. Intercambio una mirada con mi hermano. "Ambos tenemos.
Los tres vamos a volver al rancho para hablar de…
"No. Absolutamente no." Ella cuadra los hombros. Hablaremos ahora.
—¿Crees que es prudente —bajé la voz— discutir planes de asesinato aquí? Las paredes son
delgado, y la habitación es demasiado pequeña.
Señalo el espacio reducido, la falta de asientos y la cantidad de espacio que Jarret y yo ocupamos. No espero
que acepte mi razonamiento de mierda, pero vale la pena intentarlo antes de que cambie de táctica y lo haga de la
manera más difícil.
“No hay privacidad en el rancho”. Ella sobresale la barbilla. "Tu papá"
“Él no vive allí”.
"¿Qué? ¿Por qué no?"

“Se enredó con una mujer. Escapó con ella hace unos meses. No hemos sabido nada de él”.
La mujer tiene la misma edad que yo, y ese no es el único detalle que omito. John Holsten cortó y salió
corriendo porque no le di otra opción.
"¿Qué pasa con el rancho?" Su frente se arruga. "¿Dejó el negocio?"
"Sí. Jarret y yo somos dueños y manejamos la operación de ganado ahora”.
"¿Se lo compraste a él?"
Lo chantajeamos por ello.
Ella se da cuenta de mi expresión que no responde, y sus labios se presionan juntos, atrapando todas
las preguntas que quiere hacer. Ella se preocupa profundamente por el rancho, aunque no se permita creerlo.
Como ejemplo, las vívidas impresiones de caballos y paisajes colorean completa y permanentemente sus
brazos desde los hombros hasta las muñecas. Su tinta representa el terreno de su infancia. Es lo que más le importa
a ella.
"Esas son tus pinturas". Asiento con la cabeza hacia sus tatuajes. Los que coleccionabas cuando éramos
niños.
"Sí."
"Es hermoso."
Y hablo en serio. Los colores vibrantes y la singularidad de la obra de arte ejemplifican su espíritu y
agregan un toque sexy y rebelde a su belleza natural. Ella es la mejor chica de jeans y camisetas. Así que la
motocicleta, los tatuajes y la mirada descarada, todo le sienta bien.
"Gracias." Su mirada se estrecha sospechosamente.
Ella no confía en una palabra que sale de mi boca. Apuesto a que su mente está dando vueltas para reconciliar
al gilipollas infiel que encontró en mi habitación hace cuatro años con el que está frente a ella ahora.
Soy el mismo hombre que la ama. Son las circunstancias las que han cambiado.
Empaca tus cosas. Amplío mi postura. Te vas a quedar en el rancho.
"Mmm". Ella se endereza desde la puerta y entrelaza sus brazos debajo de sus tetas perfectas. “¿Es este
otro montaje? ¿Encontraré un amante en tu cama? ¿O se supone que debo ser yo el que esté golpeando las botas
cuando aparezca otra pobre chica enamorada?
Me encanta la forma en que funciona su mente perversa, pero está completamente fuera de lugar.
"No me des esa mirada". Aprieta los puños y sus mejillas se contraen, ansiosa por pelear. "Yo no voy."
Es tan endiablada que podría empezar una discusión en una casa vacía. Me gusta luchar y ponerme
alborotador con ella, pero no lo haremos aquí.
Le doy a Jarret un asentimiento.
Entonces me lanzo.
Mi pecho choca contra el de ella. Mi mano cubre su jadeo, y la aprieto contra la puerta,
sujetándola con mi peso.
Sus enormes ojos verdes se abren increíblemente, y sus cuerdas vocales vibran contra mi palma.
Arañando y tirando de mis brazos, ella no es lo suficientemente fuerte para moverme.
Una mirada por encima de mi hombro confirma que Jarret está recogiendo sus cosas. Vuelvo a ella y ajusto
mi mano sobre su boca, asegurándome de que tenga mucho espacio para respirar.
“Sé que tienes desencadenantes”. Centro mi cara frente a la de ella. "Así que no te ataré las muñecas".
Aún no. "Piensa en eso mientras me rascas los brazos".
Su pecho se agita, estirando sus fosas nasales mientras me mira con furia. ella se pregunta
cómo sé acerca de sus factores desencadenantes. O tal vez está argumentando en silencio que si la libero, no
tendrá que sacarle sangre.
No la estoy liberando. Jamas.
Cada movimiento y movimiento de su cuerpo alimenta mi hambre. He pasado demasiado tiempo sin tocarla, y
la sensación de ella luchando y contenida debajo de mí despierta ansias. Deseos oscuros que reservo solo para ella.
Me clava un puño en las costillas y muerdo mi sonrisa. Ella me golpea de nuevo, y mi

tirones de polla. Cabreada y excitada, con los ojos deslumbrantes y los brazos balanceándose, nunca ha estado más
increíblemente hermosa.
Es irreal estar tan cerca de ella, olerla y sentir la forma de sus curvas. Mi
la sonrisa se libera, y chico, ¿eso hace que ella golpee más fuerte? Lo que me hace más difícil.
Cristo, soy un hijo de puta enfermo.
"Jake". Jarret agarra su llavero de la mesita de noche. "Enfocar."
Bien. Necesito transferirla al camión sin tocar sus muñecas, apretar su espalda o llamar la atención. Para hacer
eso, tengo que manipularla.
Una cruel mentira aceleró su salida del rancho hace cuatro años. La verdad la traerá de vuelta a casa.
Conor.
Ella abofetea, golpea y marca mi piel, desgastándose.
"Mentí." Mi anuncio la hace estremecerse.
Sus ojos encuentran los míos, y se queda quieta, sus uñas clavándose en mis brazos.
"Mentí sobre el ketchup". Con una mano sobre su boca, uso la otra para quitarle el pelo de la cara. Está viva y te
llevaré a verla.
Su expresión se retuerce contra mis dedos, la devastación choca con la esperanza y se endurece en furia
dolorosa.
"Lo lamento." Derramo cada onza de mi arrepentimiento en mis ojos.
Lamento la angustia que le causé, pero no lamento las decisiones que tomé. si tuviera que hacerlo
de nuevo, no cambiaría nada. Perdí seis años con ella, pero ahora tenemos un futuro. Está viva porque le rompí el
corazón, y seguirá con vida mientras lo reconstruyo.
"¿Vas a gritar?" Relajo mis dedos en sus labios.
Ella niega con la cabeza.
"¿Vas a venir conmigo sin hacer una escena?" Bajo mi mano, liberando su voz.
"¿Por qué?"
Es una pregunta capciosa. ¿Por qué mentí sobre el ketchup? ¿Por qué tiene que venir conmigo?
¿Por qué le estoy enviando tantas señales contradictorias?
“Tengo respuestas. Sigue mi ejemplo y los obtendrás. Doy un paso atrás y extiendo mi mano.
Ella mira mi mano llena de cicatrices y envuelve sus brazos alrededor de su cintura. “No sobreviviré a esto”.
"Tu ya lo tienes."
Su mirada recorre la habitación, sus hombros tensos y los tendones de su cuello sobresaliendo. I
Asuma que Jarret empacó todo.
Cuando su atención vuelve a mí, es un ascenso lento y reacio a lo largo de mi cara antes de encontrarse con mi
ojos.
"Iré." Ella se estira hacia atrás y agarra la manija de la puerta. "Pero no estoy sosteniendo tu maldita mano".
"Después de usted." Hago un gesto hacia la puerta.

En el estacionamiento oscuro, abro la puerta de la camioneta para ella y la encierro adentro.
Jarret se acerca y desliza su teléfono en mi mano. "Buena suerte."
Con una palmada en mi espalda, se dirige a la oficina del motel con su bolsa de viaje. Después de sacarla de la habitación,
conducirá su motocicleta de regreso al rancho.
Paso uno terminado. Faltan noventa y nueve mil más.
Mientras guardo su teléfono en el bolsillo y me subo al volante, el peso del día me alcanza. El pastoreo de ganado, la
contabilidad, el seguimiento de Conor desde que llegó a la ciudad, todo se filtra en mis músculos cansados. Se siente como
la hora de acostarse, las estrellas brillan contra el cielo negro aterciopelado, pero solo son las nueve en punto. Va a ser una noche
larga.
Salgo a la calle y conduzco en silencio hasta que llego al primer camino de tierra.
"¿Sigues tocando la guitarra?" Sé la respuesta, pero necesito que ella hable sobre ella.
"No."
"¿Por qué no?"

“No tengo tiempo para eso”.
"¿Cuándo fue la última vez que jugaste?"
"Chicago".
"Lo extrañas."
Ella mira por la ventana del lado del pasajero, su voz es una bóveda de sonido hueco. “No dejo
yo mismo lo echo de menos.”
Dejé que eso se instalara en el espacio entre nosotros. Entonces empujo hacia adelante. “Nunca te permites aceptar
lo que pasó en el barranco o con tu papá en Chicago”.
“Deja de buscar mierda que no está ahí”. Su mano se contrae en su muslo. "No estoy roto".
No dije que lo fueras.
"Entonces no necesito que me arreglen".
“Tampoco dije eso.”

"¿Qué estás diciendo?" Ella corta sus ojos en mí.
"Cuéntame qué pasó en tu decimosexto cumpleaños".
Investigué la terapia de exposición prolongada. Cuanto más hable sobre su trauma, menos la trastornarán sus recuerdos.
“Fui atacado”. Su voz es de madera. Todos lo éramos.
¿Qué te pasó , Conor? Flexiono los dedos sobre el volante. "Se específico."
"Tú estabas ahí." Ella se vuelve hacia la ventana. “No tiene sentido repetirlo. Está en el pasado.
“No, está justo aquí, en tus factores desencadenantes, en todos los aspectos de tu vida. Te persigue
implacablemente, porque te niegas a detenerte durante cinco jodidos segundos y hablar de ello”. Tomo una respiración
calmante e igualo mi tono. “Si no lo enfrentas, no lo vencerás”.
"Me las arreglo muy bien", dice en voz baja.
"Así es. Te estás arreglando . Giro hacia el siguiente camino de tierra y disminuyo la velocidad del camión a paso
de tortuga. “La mente hace un buen trabajo protegiéndote de las cosas que no puedes manejar. A veces, es demasiado
bueno. Reprime recuerdos y sentimientos, te hace creer que has seguido adelante. ¿Pero esos muros que has construido
para contenerlo todo? Se debilitarán. Una mano en tu muñeca, un sorbo de alcohol, algo los derribará y lo soltará todo
en una gran inundación devastadora”.
Aprieta la mandíbula, en silencio pero escuchando.

“Hay una buena posibilidad de que no estés en un ambiente controlado cuando suceda”. I
pausa, buscando en mi mente escenarios. “Estarás en un salón de clases o en un bar sin nadie alrededor para sostenerte
después de las consecuencias”.
Su boca se abre, formando una O medio atónita, medio sonriente de incredulidad. Ella me mira con
ojos excesivamente brillantes y luego se derrumba sobre su regazo en un estallido de risa.
“Oh Dios, Jake.” Ella continúa riéndose, pero es burlona y forzada. No es su risa.
"¿Cuánto tiempo pasaste en línea?"
Aprieto los dientes. Pasé seis años investigando todas las formas en que puedo ayudarla.
Ella niega con la cabeza, todavía riendo. “¿Qué frases buscaste? ¿Cómo reparar a una chica arruinada?
Golpeo el freno con tanta fuerza que la inercia la envía a toda velocidad contra el cinturón del hombro. Su cabeza
se lanza hacia delante y ella lanza un grito ahogado.
Sus manos se aplanan sobre sus muslos y se endereza en el asiento. Entonces ella lentamente gira su
cuello y frunce el ceño más sexy que he visto en mi vida. "Eres un idiota".
Me tambaleo a través del espacio entre nosotros, pongo mi boca a una pulgada de la de ella, y la inhalo.
respiraciones humeantes. "No tienes idea de lo mucho que quiero besar la insolencia de tu cara".
Su pecho se contrae y su mirada baja a mis labios.
No hay acumulación. O tal vez se ha estado acumulando durante años, pero mi necesidad por ella es
voraz. Vaga, salvaje e inquieto, a través de mi cuerpo, merodeando bajo mi piel, palpitando en la base de mi columna vertebral
y apretando mis bolas. La necesito, la necesito, la necesito...
Ella coloca un dedo en mi pecho y empuja. "No, gracias."
Salgo del trance hambriento y vuelvo a mi lado del asiento.
Joder, joder, ¿qué estoy haciendo? No puedo besarla. No hasta que me ocupe del novio. hay
un orden de operaciones por una razón. Un plan cuidadosamente considerado.
Enfócate en el plan.
Soltando mi pie del freno, hago rodar el camión hacia adelante. El rancho se encuentra al otro lado de
ese cerro, a solo unos minutos de distancia. En el momento en que lleguemos, Ketchup la distraerá.
Necesito terminar con esto. “En dos semanas, Levi Tibbs quedará libre. Vamos a matarlo, silenciosa y
eficientemente, y enterrar el cuerpo en el barranco”.
Silencio.
"¿Alguna pregunta?" Pregunto.
"¿Cómo sabes mis factores desencadenantes?" Ella apoya una mano en su muñeca, acariciándola. "¿Por qué te
importa? La última vez que te vi, no podías esperar para deshacerte de mí. Ahora estás... No sé qué es esto, pero se siente
como las coacciones de un loco. ¿Engañándome con mentiras sobre mi caballo? ¿Qué diablos estás haciendo?
“Por cada respuesta que te dé, tendrás una docena de preguntas más”.
"No yo"
Te lo prometo, Conor. Todo lo que no sabes está conectado con otras cosas que no sabes. Hay tantos…” Secretos.
Paso una mano por mi cara. “Podría descargártelo todo ahora mismo. La divulgación completa. Pero si hiciera eso, perdería
mi apalancamiento”.
“¿Apalancamiento para qué?”
Aquí vamos.
"Tu obediencia". Levanto una mano cuando empieza a interrumpir. “Voy a despegar tus paredes, pieza por pieza,
usando mis métodos. Por cada sesión a la que se presente, responderé más preguntas”.
“¿Vas a retener información para poder repartirla como pequeñas recompensas? Eso está jodido, Jake.
“No, voy a cambiar respuestas por tu participación. Respuestas a cambio de progreso.

Si divulgara todo ahora, no aceptaría trabajar en el proceso de duelo”.
"¿Proceso de duelo? No soy"
“Necesitas llorar la noche en el barranco”.
Ella se pone rígida. "No, no lo hago".
“Fuiste violada. Sodomizado. Abusado—”
"¡Detener!"
“Necesitas afligir tu relación con tu familia. El daño que te hizo tu papá.
Su muerte. El encarcelamiento de tu hermano…
"No puedo. No necesito esto.
“Tienes que llorar nuestra relación”.
Tiene que estar enfadada por eso. Necesita retroceder, reflexionar y permitirse estar triste. No
puedo seguir adelante con ella hasta que reconozca las cosas que he hecho.
"No estoy rota", susurra.
No necesitas que te arregle. Necesitas que me siente contigo en la tristeza”.
Estar al borde de algo tan trascendental y trascendental exige diligencia.

La impaciencia es mi enemiga. El deseo insaciable es mi debilidad.
Mientras observo a Conor acariciar la nariz de Ketchup, cada molécula de mi cuerpo me grita que vaya hacia
ella, que la toque, que la bese, lama, muerda y devore, y que me meta tan profundamente dentro de ella que no
pueda. para alejarme.
No puedo creer que ella esté aquí.
Ella está en casa, y finalmente es seguro para ella estar aquí.

Todavía no hemos ido a la casa, pero ella se mueve por el establo como si nunca se hubiera ido.
Revisando la salsa de tomate en busca de rasguños y golpes y limpiando el puesto, Conor se lanza a tareas viejas
con una sonrisa que ilumina toda su cara.
Ella no ha sonreído así en años. Lo sé, porque la he estado observando. cronometrándola
cada movimiento y siguiéndola por el campus como una enredadera. Cuando no pude estar allí, contraté a un
investigador privado para que la siguiera.
Hice lo que hice para protegerla, todo mientras trataba de olvidarla.
Ella toca con su frente la parte blanda del hocico de Ketchup. "¿Alguien la monta?"
"Sí." Me empujo contra la pared y merodeo hacia ella. Ensilladla. La sacaremos.
"¿Esta noche?" Una amplia sonrisa, y se gira, besando el hocico de Ketchup. “¿Quieres ir a dar un paseo?
Sí, lo haces, ¿no? Ella gira hacia el siguiente establo y le sonríe a mi semental, su voz mezclada con afecto. “¿Y tú,
Barnabé? ¿Quieres salir a correr?
"Él no va". Tomo una silla de montar del cuarto de los arreos detrás de ella.
Mira a Ketchup y entrecierra los ojos hacia mí. "No estoy montando doble".
“No vas a viajar solo. No has estado en la silla de montar en seis años. Extendí la libreta.
"Esta oscuro. El terreno ha cambiado. Un paso en falso y terminarás en la tetera. Estamos montando doble o
nada”.
"Bien." Ella olfatea y arrebata la libreta. “Pero tengo que sentarme—”
"Detrás de mí. Lo sé."
Mientras ensilla, cincha y embrida a la yegua con movimientos practicados, su mirada se vuelve hacia
adentro. Tantas preguntas sin respuesta en esa lógica cabeza suya. Pronto, comenzarán a desgastar su máscara
de indiferencia.
Cuando la salsa de tomate está lista, me subo a la silla de montar y extiendo la mano. Ella lo agarra, y la
coloco detrás de mí.
Montar doble no es lo ideal para un tipo de mi tamaño. Pero el ketchup es fuerte y resistente, y Conor
pesa poco más que una pluma. Hemos hecho esto innumerables veces.
Se mueve hacia atrás hasta el borde de la silla, con las manos colgando a los lados como una novata
incómoda. Pero su malestar no tiene nada que ver con el caballo. Ella no quiere tocarme.
"Agárrame de la cintura". Insto a Ketchup a trotar rápido, obligándola a agarrarse.

Su asidero se contrae con desgana, cada dedo es un punto de contacto deliberado y apenas visible. A
la mierda si no quiero desnudarla hasta la piel y recordarle lo íntimo que solía ser el vínculo entre nosotros.
Salimos del establo y cruzamos el campo a paso lento. La luna llena ilumina el
paisaje, abrazándonos en un pálido resplandor.
La casa se encuentra a un lado, un par de ventanas brillan con luz. Jarret y yo vivimos
solo en esa maldita finca enorme, y lo odio. Extraño las cenas familiares, las discusiones y risas, y el
rasgueo de guitarras. Sobre todo, echo de menos a Conor y Lorne.
"¿Donde está todo el mundo?" ella pregunta.
Miro hacia atrás y sigo su línea de visión hasta el barracón en la distancia. cuando ella vivia
aquí, el largo edificio sirvió como hogar permanente para los peones del rancho. Ahora, se erige como una lápida
en la oscuridad.
Jarret y yo despedimos a todos. Respiro, eligiendo cuidadosamente mis palabras. "Reemplazamos a los
empleados con personas en las que confiamos, y nadie puede vivir en el sitio".
Porque no confiamos en nadie lo suficiente como para permitirles vivir aquí.
"¿Qué? ¿Por qué harías eso?" Ella jadea. "¿Qué pasa con Andy Longley?"
Sé lo que está pensando. ¿Cómo podríamos despedir al padre del hombre que Lorne asesinó?
La verdad es que le hicimos un favor a Andy Longley. Lo que debimos haber hecho fue tirarle las tetas al barranco
como todos los demás.
"¿Recuerdas lo que dije sobre las respuestas que doy?"
Sus dedos se presionan contra mi cintura. “Por cada respuesta, habrá más preguntas”.
“Sí, y seguir una sola línea de preguntas lo arrastrará demasiado profundo, demasiado rápido. Bien
mantenlo en la superficie por ahora.
“Porque quieres apalancamiento”. La irritación corta su voz.
"Haz una nueva pregunta".
"¿Por qué mentiste sobre el ketchup?"
Inclino mi cabeza hacia atrás hasta que la luna emerge de detrás del borde de mi sombrero, meciéndose
rítmicamente en sincronía con el paso de Ketchup. “Corté todos los lazos que te conectaban con el rancho.
Eliminé todas las razones para que regresaras hasta que fuera seguro”.
"¿Seguro? ¿Seguro para quién? ¿Y de qué diablos necesita alguien estar a salvo ? Ante mi silencio,
ella suelta un suspiro. “Más preguntas, lo sé. Pero no puedes simplemente filtrar partes y piezas. No me estás
diciendo nada.
"Te diré." Guio a Ketchup hacia la pequeña arboleda en el borde del pasto este. "Pero tienes que hacer
algo por mí". En la línea de árboles, nos detenemos. "Bajar."
Ella desmonta y yo la sigo.
"¿Que estamos haciendo?" Mira a su alrededor, sondeando la oscuridad.
"¿Sabes lo que es eso?" Hago un gesto hacia el sendero que conduce a la arboleda. “Es el camino a la
aventura”.
"Oh, no." Ella se cruza de brazos. "Sabes que no puedo entrar allí".
La cubierta del suelo se arrastra con hiedra venenosa. La planta no me afecta, pero un toque de una hoja
contra la piel de Conor y ella se hincha con una erupción dolorosa que pica. Ella es tan sensible a la
savia ella ha sido hospitalizada en varias ocasiones.

"Si haces lo que digo, te prometo que no entrarás en contacto con él". Entrelazo mis manos detrás de mi
espalda. “Quítate las botas y los jeans”.
Estás loco de remate. Ella me fija con una mirada incrédula, sus ojos brillando a la luz de la luna.
“Quieres respuestas. Quiero tus botas y tus jeans.

Una batalla de voluntades se alza entre nosotros. No miro hacia otro lado. Ella no se mueve.
Ganaré esto, porque ella es curiosa por naturaleza. Ella no solo desea el conocimiento que soy
manteniendo de ella. Se muere por saber qué pretendo hacer en ese bosque.
Así que la espero, y no toma mucho tiempo.
“Para que conste, eres un cerdo chupapollas. ¿Pero sabes que?" Se quita una bota, murmurando para sí
misma. “Perdí todas mis preocupaciones”. La otra bota sigue. “Todos se han ido, dondequiera que vayan los
imbéciles”.
Si no le importara un carajo, no estaría rasgando su cremallera como si tuviera una rebaba en los pantalones.
De todos modos, no es nada que no hayas visto antes. Ella empuja hacia abajo los jeans y los patea.
"Probablemente pusiste tus asquerosos ojos en cada par de bragas en la ciudad".
Se equivoca en eso, pero tampoco he vivido exactamente una vida de celibato.
Se endereza, cierra los puños en las caderas y lanza una mirada lívida en mi dirección.
La fina camiseta sin mangas se encuentra con la parte superior de sus muslos, el algodón tan blanco como la
entrepierna de las bragas se asoma por debajo del dobladillo. Por mucho que quiera absorber cada glorioso centímetro de
ella, controlo mi entusiasmo y le doy la espalda.
"Subirse a." Me agacho y toco mi hombro.
“Quieres…” Su voz sube una octava. "¿Dame un paseo a cuestas?"
“Eso, o te cargaré como a un bebé. Tu elección."
Por el amor de Pete.
Camina detrás de mí, de un lado a otro, de un lado a otro, y se detiene.
Su mano me toca primero, una suave presión en mi hombro, y mi pulso se acelera. Luego su otra mano, sus
piernas, su pecho. La delicada longitud de ella se envuelve alrededor de mi espalda, y aprieto mis labios para contener
mi respiración entrecortada.
Mis piernas se estiran. Mis manos agarran sus muslos. Mis botas pisan el camino. Pero mis
pensamientos están en otra parte, descarrilándome y en un vívido sueño donde estoy enterrando mi cara en su coño,
pellizcando sus pezones, atando sus brazos y follándola hasta que las vacas vuelvan a casa.
Cuando llego a mi destino, estoy tan jodidamente duro que me duele caminar.
"Estaban aquí." Retrocedo hasta un tocón rodeado de hiedra venenosa. “Pon los pies en el suelo”.
"¡Prometiste!" Aprieta sus muslos alrededor de mi cintura, sus brazos se aferran a mis hombros.
“Mantén los pies en el centro del tocón y agárrate a la rama que está encima de ti. Lo ves
¿él?"
"¿Por qué estás haciendo esto?"

"Ya te lo dije, y te diré más si obedeces".
Ella se mueve sobre mi espalda, deteniéndose, vacilando. Luego baja las piernas. cuando ella esta
finalmente en posición en el tocón, doy un paso atrás y la tomo.
Los destellos estrellados de la luz de la luna se filtran a través del dosel, delineando la forma seductora de
su.
Con los dedos enroscados en la rama que está sobre su cabeza, se balancea sobre el trozo de madera.
Camiseta sin mangas, ropa interior y piernas desnudas, brilla blanca contra el fondo sombrío. Con su rebelde cabello
rojo, sus brazos tatuados y su mirada desafiante, parece un ángel sediento de sangre.
Todo dentro de mí se tensa con anticipación.
“Límpiate esa expresión de la cara, Jake Holsten”. Ella cambia su peso. "No voy a tener sexo contigo".
Aún no. “Estás de pie sobre un tocón, rodeado de hiedra venenosa porque es la única forma que se me ocurre
para contenerte”.
"Cambié de opinión." Su garganta se mueve y sus piernas se vuelven inquietas. “No me siento cómodo con
esto. Llévame de vuelta a Ketchup.
"Escúchame." Doy un paso a su alrededor, pisoteando retoños errantes de hiedra venenosa. "Esta noche,
estamos restableciendo los roles que una vez tuvimos y sentando las bases para la confianza. Mi enfoque de su
terapia no se ajusta exactamente a las construcciones sociales del sexo y la salud mental. Pero cada paso que dé se
llevará a cabo con total honestidad, control y cuidado”.
Y amor.
La amo muchísimo, pero ella no está lista para esa verdad. Por eso estamos aquí.
Hoy temprano, coloqué el tocón en un terreno irregular. Pequeños movimientos hacen que se tambalee.
No lo suficiente como para volcarse, pero le hace perder el equilibrio y la obliga a agarrarse a la rama superior. Eso
mantiene sus manos fuera de mi camino.
"No puedo contenerte por medios convencionales". Me detengo frente a ella y la miro a los ojos. “Sin cuerda. Nada
que toque tus muñecas. Eso en sí mismo es problemático. Y antes de que me jodas por querer amarrarte, piensa en la
noche de tu cumpleaños. Antes de que pasaran las cosas malas.
¿Qué le hice a tus muñecas?
"Tú los ataste". Un susurro ahogado.
“¿Te hizo sentir incómodo? ¿Lo odiaste? ¿Me dijiste que me detuviera?
Su mandíbula se flexiona. "Sabes que no lo hice".
Vamos a llevarte de vuelta a eso, Conor. Vuelve a ese lugar donde puedes confiar de nuevo.
Ya sea conmigo o con alguien más. ¿Entender?"
Ella parpadea y mira hacia otro lado.
Sin inmutarse, coloco mi postura en un ángulo junto a ella. “Dime tus factores desencadenantes”.
Hiedra venenosa, exnovios y... Mueve la base debajo de ella. “Tocones. Equilibrio
en un tocón es definitivamente un desencadenante”.
Retrocedo una mano y le doy un manotazo en el trasero.
Ella traga un grito ahogado y finge indiferencia.
"Ya hemos establecido el gatillo de muñeca". Agudo mi voz. "¿Qué otra cosa?"
"Odio este juego."
"No es un juego". Golpeé su trasero de nuevo, agregando suficiente fuerza para inclinar su equilibrio.
Ella se aferra a la rama, evitando tropezarse. Nunca la dejaría caer, pero ella no confía en mí.
"Deja de golpearme". Ella me frunce el ceño.

Dejo volar mi mano, encendiendo una picadura en mi palma cuando se conecta con su hermoso trasero.
“Tus desencadenantes”.
"Eres un idiota obstinado".
"Y paciente. Puedo hacer esto toda la noche. Mi mano arde por azotarla repetidamente, todos los días, hasta
que mis marcas quedan marcadas permanentemente en su carne.
Cierra los ojos, respira lentamente y lo suelta. “El aroma del whisky”.
Ella tiene que agradecerle a su papá por eso.
"¿Y?" Me quedo quieto, mi estómago se retuerce por la espera.

“Nada pesado contra mi espalda.” Ella traga, sus pestañas bloquean mi vista de sus ojos.
“Nada de sexo boca abajo o por detrás. Sin anal.
La única forma en que ella sabe acerca de esos puestos es si los ha probado, y no puedo permitirme
Piénsalo.
Toco su espalda baja, espero a que se estremezca y la acaricio suavemente sobre la camiseta sin mangas de algodón.
"¿Algo más?"
Ella me mira y niega con la cabeza. "Esos son los que conozco".
"Gracias." Paso mi mano por su espalda y le doy contacto visual directo. "Hace cuatro años,
Te alejé de aquí porque tu vida estaba en peligro.
Los músculos a lo largo de su columna se tensan.
Mantengo mis dedos contra ella, frotando la tensión en su columna. "Se contrató a dos hombres para
matarte a ti y a Lorne en el barranco".
"¿Pensé que me vieron en la ciudad y me siguieron a casa?"
“Levi Tibbs mintió. Alguien le pagó para ir al barranco esa noche y sacarte. Cuando
el intento fracasó, se contrataron otros para terminar el trabajo, si volvía al rancho.”
“¿Quién los contrató? Cómo…?" Un temblor la recorre, y sus dedos comienzan a
deslizarse de la rama. "¿Cómo sabes esto? ¿Dalton lo sabía? ¿Es por eso que nos mudamos?
"Pon tus manos sobre mis hombros". Doy un paso delante de ella y agarro sus caderas. Cuando baja los
brazos, digo: “Tengo pruebas. Sé quién hizo la contratación. Sé por qué lo hicieron, y me he ocupado de todos
menos de uno”.
¿Trataste con ellos? ¿Se los entregó a la policía? ¿Por qué no fui notificado?” Sus ojos se abren. “¿Qué
quieres decir sino uno? ¿Hay alguien ahí fuera que quiere matarme? ¿Por qué alguien me querría muerto?
Estás a salvo aquí. No se acercará al rancho. Eso es todo lo que necesitas saber ahora mismo.
“Eso es una mierda, Jake. Esto es demasiado importante para tus juegos mentales. Estamos hablando
de mi vida. Si no me lo dices, encontraré las respuestas por mi cuenta.
“Jarret está conmigo en esto, y el Sheriff Fletcher tiene su propia agenda. Te mantendrás jodidamente
alejado de él.
“No puedo creer esto. Lo que me estás diciendo... es una locura. ¿Te estás escuchando a ti
mismo?
Tenemos que hablar de Miles York.
Ella toma aire. "¿Cómo sabes ese nombre?"
Sé más que su nombre. Sé que el profesor tiene un largo historial de follar con sus alumnos. Sé
que está viviendo contigo mientras mete la polla en otra coeducación de manera regular”.
Sus labios se abren y sus ojos se vuelven vidriosos. No creo que sea un shock. Ella es demasiado
aguda para ignorar la infidelidad. Por alguna razón, ha elegido ignorar lo que está justo frente a ella.
"¿Tienes evidencia?" pregunta, sin vacilar en su voz.

"Contraté a un IP para vigilar a cualquiera que pudiera estar siguiéndote". Saco mi teléfono de mi
bolsillo y abro la galería de fotos. “Por razones que no explicaré esta noche, estabas a salvo mientras no
estuvieras aquí. Pero no podía correr ese riesgo”.
Ella alcanza el teléfono.
Lo tiro hacia atrás, manteniéndolo alejado. Necesito que entiendas que no te estaba vigilando. Tú
eran libres de salir o follar con quien quisieran. Se trataba de tu seguridad, y como no conocía a Miles York, no confiaba
en él. Así que lo hice seguir”.
Dame el teléfono, Jake.
Se lo entrego y observo su expresión en blanco mientras pasa las fotos. No dejan nada a la imaginación y muestran
numerosos escenarios: en un automóvil, en un callejón detrás de un restaurante y a través de la ventana del dormitorio
mientras el profesor se folla a Kendra Forde en la cama de Conor.
Cuando llega al final, le devuelve el teléfono. En lugar de agarrar mis hombros por
mantiene el equilibrio, vuelve a poner las manos en la rama y desvía la mirada.
"Supieras." Estudio su expresión sin emociones. “Al menos, lo sospechabas. Creo que permaneciste en la relación
porque se acercaba el lanzamiento de Levi Tibbs y sabías que volverías a casa y tendrías que enfrentarme. Es más fácil
proteger tu corazón y alejarme cuando tienes la excusa del novio”.
"Estás tan lleno de ti mismo".

Olvidas que te conozco, Conor. No me equivoco en esto”.
“Estoy listo para volver”.
¿Volver a la casa? ¿O volver a la escuela? No pregunto, porque no hemos terminado.
Intercambio mi teléfono con el de ella en mi bolsillo y me desplazo a través de su lista de contactos.
"¿Qué estás haciendo?" Ella lo alcanza, tambaleándose en el tocón y rápidamente regresando su agarre a la rama.
Me detengo en Miles, presiono Llamar y pongo el altavoz. Contesta al segundo timbre.

"¿Conor?"
Sostengo el teléfono en su cara y arqueo una ceja.
Ella mete los labios entre los dientes y le devuelve una ceja arqueada.
"¿Conor?" dice Miles. "¿Está ahí?" Una pausa. "¿Hola?"
Termínalo, digo.
Vete a la mierda, ella responde.
Cuelgo la llamada y apago el teléfono. "¿Quieres quedarte con este chico?"
"Llévame de vuelta." Ella entrega una mirada forjada en fuego. “En dos segundos, voy a bajar
este tocón y camine a través de la hiedra venenosa”.
ella lo hará O al menos intentarlo.
Le doy la espalda. Luego la doy un paseo hasta el caballo.
Ella recurre al tratamiento silencioso, llevándolo todo el camino hasta el establo, a través de las tareas de
guardar la salsa de tomate y durante el camino a la casa.
Le dejo tener su silencio, porque hay reflejo en él. Introspección en busca del alma.
Progreso. Le di mucho que contemplar, y como le dije, no necesito arreglarla. Solo necesito estar allí mientras ella trabaja
en el proceso de duelo.
Mañana, habrá más motivos de duelo cuando el sol ilumine los pastos del sur. Las plataformas de pozos, los
caminos de acceso y la aniquilación total que quedaron atrás de las plataformas de perforación de petróleo y gas, la
aplastarán.
Temo la mirada en sus ojos, la que preguntará, ¿ Por qué no evitaste que esto sucediera?
Lo detuve, pero no antes de que dejara cicatrices profundas y devastadoras en la tierra de su madre.
Destripado y reconstruido desde el suelo hasta el techo, el ala Cassidy ya no existe. Mientras deambulo por el nuevo
dormitorio principal, girando en círculos y asimilando todo, mis pulmones liberan miles de libras de tensión.
Todo rastro de Dalton se ha ido, su habitación reemplazada por una suite tres veces más grande. No hay recuerdos
dolorosos del padre que perdí. Nada que manche la sofisticación robusta y la grandeza del espacio.
"¿Tu hiciste esto?" Observo la imponente sombra a mi lado.

"Un par de años atras." Jake apoya las yemas de los dedos en los bolsillos delanteros, sus ojos marrón oscuro
fijos en mí. “El ala estuvo vacía durante cuatro años. Papá no dijo una mierda cuando comencé a derribar paredes”.
"Guau."
El factor sorpresa es la gran apertura de la misma. Las habitaciones que nos pertenecían a Lorne y a mí se
convirtieron en parte de la nueva suite, las paredes se quitaron entre las habitaciones para maximizar los pies
cuadrados.
Un sofá de cuero mantecoso y una chimenea de piedra apilada se sientan donde solía estar mi cama. El baño
en suite fue completamente renovado y ampliado, ocupando parte de la antigua habitación de Lorne. Una cama
enorme, adecuada para un ganadero autoritario, domina todo a su alrededor.
Muebles pesados, acentos de piedra, acabados de cuero sin curtir y un candelabro de hierro fundido rústico:
es una cueva de hombres con una dosis triple de esteroides. Sin pulir pero elegante, es sexy y viril y oh tan Jake.
El ambiente encarna su tosco atractivo sexual, el mismo aire infundido con su aroma embriagador
de cuero y testosterona. Pero el mural intrincadamente pintado en la pared del fondo me hace preguntarme para
quién diseñó exactamente esta habitación.
Caballos negros galopan por un paisaje rural salpicado de todos los colores del atardecer de Oklahoma. Es
una ilustración arremolinada y llena de luz en un estilo impresionista. Como los cuadros que solía coleccionar.
Como los tatuajes en mis brazos.

Doy un paso hacia él y acaricio una mano a lo largo de las pinceladas. "¿Por qué agregaste esto?"
"Te extrañé."
Miro hacia atrás y lo encuentro mirándome. Nuestros ojos se conectan, y dibuja su labio inferior.
entre sus dientes. El movimiento sutil es tan desarmante que mi cuerpo se inflama con sofocos hormigueantes.
"Gracias por esto." Extiende el brazo y ahueca una mano alrededor de la muñequera de cuero, mirando fijamente.
en él con posesividad y afecto.

"No lo comprendo." Camino a lo largo de una bahía de ventanas. “Me mentiste sobre el ketchup.
Me follé a Sara Gilly antes de que rompieras conmigo. ¿Y me estás agradeciendo por un estúpido brazalete?
Él se estremece, y las cuerdas de su cuello se tensan. No me la follé. Ni siquiera la besó.
Giro hacia él, odiando el aleteo en mi pecho. Estás mintiendo como un perro sin patas. Yo vi
tú. ¡Estabas... estabas... desnudo!
“Nunca me quité los bóxers. Viste lo que querías ver”.
“No quería ver nada de eso”. Mi mente da vueltas y mi corazón late con fuerza. “No te creo, y seguro como
el infierno que no confío en ti. Así que puedes quedarte ahí, luciendo todo”—hermosa, seductora, irresistiblemente
follable—“exasperante, mordiéndote el labio y usando ese brazalete. No voy a comprar lo que sea que estés
vendiendo.
Una sonrisa torcida tira de su boca. Dejaré que te acomodes. Jarret guarda tu bolso en el armario. Se da
la vuelta para irse.
"Esperar." Miro el colchón tamaño king cubierto con sábanas del color de sus ojos. "No voy a dormir en tu
cama".
Se detiene en la entrada y apoya un antebrazo en el marco, mirándome. “Dormiré en casa de Jarret
ala esta noche. Ahora está remodelado con dos master suites.” Baja el brazo y se endereza.
“Esta era tu ala, y aquí es donde te quedarás”.
Vuelvo a mirar su cama y me imagino envolviéndome en su varonil aroma de vaquero. Lo quiero tanto que me
estremezco.
Porque soy una chica tonta y patética que nunca, nunca, nunca superará a Jake Holsten.
¿Y Conor?
"¿Qué?" Encuentro su mirada a través de la habitación.
Eres la primera mujer que ha estado en esta habitación.
Se aleja, dejándome desconcertada, asquerosamente complacida e irritada como el infierno.
Me ducho en su enorme baño, me seco el pelo y me pongo una camisola limpia.
y pantalones cortos de algodón. La enorme cama me llama, pero mi mente está tan nerviosa que no puedo dormir.
¿Estoy equivocado por desconfiar de cada pequeña cosa que hace y dice? Bueno, no puedo confiar en él.
Eso es seguro. Pero tampoco puedo ignorar mi instinto. En el fondo, sé que él puede ayudarme.
He sentido más en las últimas horas que en cuatro años. A través de nuestra infancia compartida y esa parte
innata de él que me conoce tan bien, tiene la capacidad de obligarme a aceptar el pasado. Él puede darme un cierre.
En todo caso, me dio el incentivo que necesitaba para terminar las cosas con Miles York.
Todavía tiene mi teléfono, de lo contrario, llamaría a Miles ahora mismo.
No te engañaría, Conor.
Soy tan jodidamente afortunado de ser el que quieres. Yo no tiraría eso.
"¡Puaj!" Me siento en el borde de la cama y dejo caer mi cabeza entre mis manos. "¡Ese imbécil sin espinas,
de dos tiempos!"
Dios, esas fotos... Se folló a Kendra Forde como nunca me folló a mí. Porque yo no lo dejaría. Le di sexo
misionero y aburrido. Por supuesto, se desvió. Ningún hombre quiere estar con un chiflado asustadizo y poco
aventurero.
Debería haber terminado con él cuando estaba hablando por teléfono. Quería, pero no de frente
de Jake. Pase lo que pase en las próximas dos semanas, tengo que marcharme con dignidad.
Levantándome de la cama, camino hacia la cómoda y levanto uno de los Stetson. Desvanecido de la
sol y deshilachado por el viento, este sombrero ha pasado más tiempo con Jake que yo.
Llevo la parte inferior a mi nariz y respiro la esencia de su arduo trabajo. Si lo que me dijo es verdad, ha
estado corriendo por todo el infierno durante los últimos años. ¿Operar un rancho de ganado, lidiar con sicarios,
renovar un ala de la finca y acecharme?
¿Cuánto de eso es verdad? Las amenazas contra mi vida, la farsa con Sara Gilly, su padre desaparecido,
¿qué significa todo esto? ¿Y dónde está John Holsten de todos modos? No se iría del Rancho Julep. Especialmente
no por una mujer. Si alguna de las afirmaciones de Jake es legítima, su padre está metido hasta los codos en esa mierda.
necesito respuestas
Devuelvo el sombrero a la cómoda, lo miro por un segundo, reacio a dejarlo ir.
A la mierda Me lo pongo en la cabeza, me meto los pies descalzos en mis botas de punta cuadrada y salgo de la
habitación en busca de Jake.
Lo encuentro en el porche trasero, reclinado en una silla frente a su hermano.
Jarret sostiene una armónica en sus labios y me mira desde debajo del borde de su sombrero. Luego cierra los
ojos y vuelve a su melodía de bluegrass.
Jake no mueve un músculo para reconocer mi presencia, pero su mirada está sobre mí. agudo y
invasivo, excava y saquea.
Su codo descansa sobre el reposabrazos, sus dedos están ligeramente curvados debajo de su mandíbula rígida. Jarret
continúa tarareando en la armónica, las notas cortando. Demasiado enojado por el bluegrass.
¿Estaban discutiendo? Definitivamente están melancólicos.
"¿Es tu padre con el que no has tratado?"
Mi pregunta corta la canción y Jarret baja el instrumento.
"¿Me quiere muerto?" Miro de uno a otro, buscando sus características similares.
Intercambian una mirada y algo pasa entre ellos.
Entonces Jake cambia sus ojos ceñudos a los míos. "Lo hizo, sí".
"¿Por qué?" Se me quiebra la voz y un dolor punzante me atraviesa por dentro. "¿Qué habría ganado con eso?"
"Eso es suficiente por esta noche".

“No, no es suficiente. Sabes una mierda sobre mi vida, y no me lo dirás. Eso te hace
desconfiado y manipulador, y eso... eso... Me puse las manos en las caderas, inclinándome sobre él, hirviendo.
“Realmente me cabrea”.
“Tu terapia es más importante que tu enfado conmigo”.
La calma retumbante en su timbre me enfurece aún más. Él se sienta allí todo caballeroso y sereno, y
estoy temblando hasta el centro de la desesperación. Necesito saber lo que no me está diciendo.
"Mira, haré lo que sea". Mis brazos caen a mis costados. “Pasaré por tus sesiones de terapia sin una sola queja.
Prometo. Solo responde a mis preguntas.
"No estoy negociando contigo, Conor". Alcanza detrás de su silla y levanta una guitarra.
Acústica de Lorne.
Me atraviesa una efusión de nostalgia. Recuerdos y emociones, tantos sentimientos profundos, cálidos y
poderosos que han estado fuera de nuestro alcance durante tanto tiempo. Ni siquiera sabía que aún existían.
Mi mano se mueve antes de que mi cerebro pueda procesar, mis dedos se enroscan alrededor de los
trastes y presionan contra las cuerdas.
Dios mío, extraño mi guitarra. Extraño jugarlo con Lorne.
Extraño a mi hermano.
Jake suelta el instrumento y lo acerco.
"Sé que lo visitas". Me bajo en la silla al lado de Jarret, con los ojos en el instrumento. "Yo también
lo hice. Una vez. Él no quería verme. Me dijo que me fuera de Oklahoma.
Me atrevo a mirar a Jake. Su boca forma una línea relajada, sin decir nada, pero sus ojos brillan con respuestas.
Si mi vida estaba realmente en peligro... "¿Lorne quería que me fuera por mi propia protección?"
Jake permanece en silencio y vigilante. A mi lado, Jarret se acerca y apoya una mano en mi rodilla.
Observo su toque aturdida y trato de reconstruir lo que sé. “Cuando estaba en Chicago, ustedes tres me
dieron la espalda”.
"No sabíamos nada de tu papá", susurra Jarret en voz baja, su voz teñida de dolor.
“Pero sabías que algo estaba pasando aquí. En vez de decírmelo, me alienaste.
me cobijó. Tomé decisiones sobre mi vida”.
Jarret mira a Jake, su mano apretando mi rodilla. "Sí, eso es exactamente lo que hicimos".
“Pasé seis años preguntándome. Golpeándome a mí mismo. Porque las tres personas que más me importan en el mundo
me abandonaron y no sabía por qué”.
"¿Qué habrías hecho?" Jake se inclina hacia adelante, con los codos en las rodillas. “¿Y si te llamo cuando estabas en
Chicago? ¿Si te dijera que cosas turbias están pasando en casa y alguien te quiere a ti ya Lorne muertos? ¿Qué habrías
hecho?"
“Hubiera venido a casa. Habría encontrado una manera de llegar aquí, para ayudarte. Estar contigo.
Y te habrían asesinado. Hace un gesto entre él y Jarret. “Fuimos estúpidos
chicos de diecisiete años. Ni en el infierno te hubiéramos mantenido a salvo aquí. Cristo, nos llevó años descubrir quién es
y por qué de la situación. Inhala y exhala. “Te mantuvimos con vida al mantenerte alejado”.
Podrías haberme llamado y no haberme dicho nada. Solo necesitaba saber que no estaba solo”.
“Joder, odio esto. Lo odiaba entonces y lo odio ahora”. Rechina los dientes. “Si estuviéramos en comunicación,
habríamos hecho planes. Planes para verse. No solo eso, ¿realmente crees que podría haber hablado contigo todos los días
y haberte guardado secretos?
"No."
El tiene razón. Nos conocíamos demasiado bien en ese entonces. Habría escuchado la moderación en su
voz. Con un apretón, Jarret quita su mano, se sienta en la silla y sopla un tembloroso y conmovedor
melodía en su armónica.
Supongo que la conversación ha terminado.
Aturdido y abrumado, cierro los ojos y me concentro en el vibrato del rock sureño.
Está tocando la canción de calentamiento que escribimos juntos cuando éramos niños.
Después de unos pocos latidos, mis manos se mueven, probando las cuerdas de la guitarra de Lorne. Desplumando aquí.
Sintonizando ahí. Eventualmente, me dejo llevar por el ritmo, mis dedos avanzan poco a poco sobre los trastes como si nunca se
detuvieran.
La canción termina, y me deslizo en otra, y otra. Me atengo a la mayor parte del país fuera de la ley—
Cash, Jennings, Wilson: buscando mis raíces y paseando por el camino de la memoria.
A mi lado, Jarret sigue mi ejemplo como en los viejos tiempos. Con los labios deslizándose a lo largo de la boquilla,
las manos ahuecadas y la cabeza baja, gime a través de las armonías.
La música hace lo que se supone que debe hacer. Me transporta a otro tiempo, a otra vida,
levantando mi espíritu y liberando mi corazón para simplemente sentarme y disfrutar el momento.
Jugamos hasta que los mosquitos dejan de picar y mis dedos pierden sensibilidad, y a pesar de todo, yo
compartir miradas persistentes con Jake.
Su sombrero le cae sobre la frente, su expresión un poco melancólica, un poco soñadora. Es difícil obtener una lectura
de lo que se agita en la intensidad oscura de esos ojos.
Cuando cierro la canción, inclino la barbilla. "¿Qué?"
“Siempre me encantó verte usar mis cosas”. Su mirada se eleva al Stetson en mi cabeza.
"Oh." Me olvide de eso.
"Juega a Coe". Patea una bota sobre la mesa de café entre nosotros, sus manos cruzadas sobre sus abdominales.
"¿Que canción?"
"Usted escoge."
"Mmm." Considero por un momento.
Si quiere a David Allan Coe, le daré el rey del porno de vaqueros.
Mientras toco los primeros acordes de Don't Bite The Dick, él y Jarret se echan a reír.
"Ven ahora." Mis dedos se mueven más rápido, mi boca se afloja en una sonrisa. "A ustedes, muchachos, les
encantaba este".
Érase una vez, tarareé toda la canción mientras le hacía una mamada a Jake.
Me siento como esa chica otra vez mientras canto las letras obscenas con un acento nasal en mi voz.
Los chicos se unen, cantan y ríen a través de las palabras, y yo también me dejo reír.
Por fin estoy en casa.
El timbre suena a las siete en punto de la mañana siguiente.

Me arrastro fuera del sedoso y solitario tormento de la cama de Jake y me arrastro por la habitación. Él y Jarret
probablemente han estado en el pasto desde antes del amanecer, lo que me deja para abrir la puerta en un estupor de ojos
soñolientos.
Al final del pasillo, a la vuelta de la esquina, entro en el vestíbulo y me detengo de golpe.
Miles está de pie en el porche delantero, entrecerrando los ojos a través de la pantalla.
Está bien, sé que lo dejé colgando después de esa llamada silenciosa anoche, pero ¿ qué diablos siempre amoroso?
Se endereza cuando me ve acercarme. "Conor, ¿qué está pasando?"

"Debería preguntarte lo mismo". Me detengo en la puerta y entrecierro los ojos. "¿Por qué estás aquí?"
"¿Tu mensaje de texto?" Su cabeza se inclina hacia un lado. "¿No me vas a dejar entrar?"
"¿Qué lío de texto...?" Tomo una respiración aguda.
Jake tiene mi teléfono.
Chico, tengo un hueso para elegir con él.
"Wow, ¿así que condujiste todo el camino hasta aquí?" Paso una mano por mi cabello enredado por el sueño y paso
al porche. "¿Debes haberte ido antes de las seis?"
"Me dijiste que viniera lo antes posible". Él frunce los labios, sus ojos entrecerrados con sospecha. "Dijiste que
era urgente".
Como nunca le dije a Miles en qué rancho crecí, asumo que el texto incluía esta dirección.
En la sabiduría infinita de Jake para entrometerse en mi vida, hubiera sido bueno darme un
Maldita sea la cabeza sobre esto.
En el lado positivo, su trasero arrogante y dominante está pastoreando ganado. Eso significa que estaré
capaz de manejar esta situación sin él flotando en mi bolsillo como un clinger de etapa cinco.
"¿Tú creciste aquí?" Miles mira a su alrededor, con la boca entreabierta y las cejas arrastrándose hacia su cabello
perfectamente peinado. "Tu familia debe haber sido cargada".
¿Tal vez? Nunca investigué la herencia que Dalton dejó cuando murió. La mitad pertenece a
Lorne, y dado que dejo que mi hermano se ocupe del papeleo, mis investigaciones tendrán que pasar por él.
El porche profundo envuelve el frente de la propiedad, proporcionando múltiples áreas para sentarse. I
podría invitar a Miles a sentarse, tener una pequeña charla y sacarle una confesión.
Lo miro a los ojos y espero el resentimiento, la indignación o lo que se supone que debo ser.
experimentando Siento tristeza, supongo. Me gustaba, pero no lo amaba.

Y no tengo ningún interés en alargar esto.
Sé que te acuestas con Kendra Forde.
"¿Qué?" Su rostro palidece. "Hemos hablado de esto. yo no—”
“¡No me orines en la pierna y me digas que está lloviendo! Te la follaste en nuestra cama, Miles. Niego con la cabeza.
Sacaré mis cosas en un par de semanas. Necesitas irte."
Me giro para abrir la puerta.
Me agarra del codo. "Puedo explicarlo."
"Déjalo ir." Observo su agarre. Luego sus ojos duros.
Estás diez veces jodido de la cabeza, Conor. Me suelta el brazo.
Una quemadura afilada golpea mi garganta, y agarro la puerta, abriéndola.
Lo cierra de golpe y sostiene una mano contra él. Mi cuero cabelludo hormiguea, y un terror helado gotea por mi
columna. Su respiración suena demasiado rápida, su cuerpo demasiado tenso.
"Ella realmente disfruta del sexo". Se inclina, su expresión es cruel. “Y múltiples posiciones”.
"Quiero que te vayas." Las agujas pinchan la parte de atrás de mis ojos mientras tiro de la puerta, incapaz de mover su
mano. "Mover. ¡Ahora mismo!"
"Necesitas ayuda." Él chasquea la lengua, su boca se tuerce en un gruñido. “Una chica hermosa como
tú... Es una pena que no puedas...
Vuela hacia atrás, sale del porche y cruza el jardín delantero, con la parte de atrás de su camisa atrapada en el puño de
Jake. Un segundo después, ese puño se desdibuja en arcos rápidos y punitivos que caen sobre el rostro de Miles una y otra vez.
Jake vive según un código de etiqueta que encarna los modales sureños, como invitar a los visitantes, ser la
señora y ser el padre, y quitarse el sombrero ante las damas. Pero su educación de buen chico también significa que joderá a
alguien si cree que uno de los suyos está amenazado o dañado.
Mientras se lanza sobre Miles con la furia de mil puños, no grito ni interfiero. Él
sabe cuándo parar, y Miles no vale la pena ponerse en el camino de los columpios de Jake.
Miles no da un solo puñetazo antes de que Jake se aleje de su cuerpo despatarrado y sangrante.
"¿Quien diablos eres tú?" Miles se tambalea sobre sus pies, su mano volando hacia su nariz goteando y sus ojos en mí.
“¿Conor? ¿Qué carajo?
"Te dije que te fueras". Salgo del porche y me detengo al lado de Jake. "No quieres que lo diga de nuevo".
Sus ojos se posan en Jake y se sacude la camisa manchada de hierba. Tendrás noticias de mi abogado.
"Consiga a su abogado, profesor". Pongo mis manos en mis caderas e inclino mi cabeza. "Y haré circular fotos
tuyas follándote a tu estudiante de pregrado".
Su comportamiento no es ilegal, pero es una transgresión de la ética profesional y está prohibido por
la Universidad. Arruinaría su carrera.
Jake inclina la pantalla de su teléfono hacia Miles, probablemente mostrándole la evidencia.
Sus fosas nasales bordeadas de sangre se ensanchan, su mirada suplica en silencio a la mía.
“Alguien vendrá esta semana a recoger sus cosas”. Jake guarda el teléfono. “Si destrozas sus posesiones o
jodes con ella o su educación, entonces tú y yo nos mezclaremos”. Se quita el sombrero, su voz tranquila y profunda. Será mejor
que sigas tu camino.
Vuelvo al porche mientras Miles se acerca a su coche y sale del aparcamiento. Jake permanece en el
césped hasta que el coche desaparece sobre la colina. Luego se vuelve hacia mí.
Sus ojos marrones recorren mi rostro y bajan a lo largo de mi cuerpo. La lectura no es una falta de respeto.
como la de otros hombres. El descenso de su mirada es de un examen preocupado, pero hace que mi estómago haga su
propio descenso de todos modos. Un chapuzón vertiginoso y hormigueante que se extiende a mis muslos y me sacude los
dedos de los pies.
me cruzo de brazos "¿Cuánto tiempo estuviste escuchando a escondidas?"
“El tiempo suficiente para saber…” Él ronda hacia mí. “Si el cerebro fuera cuero, Miles York
no tendría suficiente para ensillar un bicho de junio.
“Él tiene un doctorado. en Ciencia Animal.”
"Es un maldito idiota".
Subiendo al porche, se acerca. Lo suficientemente cerca para que su olor se enrede con mi respiración.
Huele a campos bañados por el sol, cuero bien engrasado y trabajo duro. El tipo de trabajo que tonifica los músculos
y agudiza los reflejos. Quiero presionar contra toda esa masculinidad indómita y revolcarme en ella.
No, no lo hago.
"Estoy enojado contigo". Doy un paso atrás. No deberías haberle enviado un mensaje. Esa fue mi decisión,
no la tuya”.
"Tuviste esa llamada anoche y no la respondiste". Se queda conmigo, sus ojos son llamas gemelas de intención.
“Deja de interferir en mi vida”. Sigo retrocediendo mientras el calor de su mirada quema mi cuerpo.
Bigotes ensombrecen su mandíbula, su piel bronceada por el sol. Es una montaña de hombre, todo hombros
y pecho y piernas poderosas. Y esos jeans se ajustan tan bajo y provocativamente alrededor de sus caderas que
puedo ver su religión.
Tiene la fuerza, la resistencia y la ferocidad de un semental, y yo soy la yegua al alcance del olfato.
Retrocedo otro paso, chocando contra una silla. "¿Qué estás haciendo?"
“Te daré unos segundos para que estés soltera”. Dobla sus rodillas, poniendo su cara en la mía.
“Pero no te acostumbres”.
"¿Que se supone que significa eso?"
"Estás a punto de ser tomado". Su expresión arde con hambre de sangre roja.
"No"
"Eres mío."
—No —digo más fuerte y lo empujo hacia atrás. "No soy tuyo. ¡Me dejas ir!"
"Hice." Las comisuras de su boca se tuercen hacia abajo, pero no hay disculpa mientras avanza.
Joderlo
Lo empujo de nuevo. “El día que fui a Chicago, ¿recuerdas lo que dije? Pase lo que pase, nos mantenemos
juntos”. Otro empujón, y otro, una y otra vez hasta que mis manos se ponen furiosas, abofeteando, cerrándose en
puños y golpeando. “Se suponía que íbamos a permanecer juntos. ¡Éramos mejores que esto!”
Silencioso e indiferente, me deja golpearlo.

Eso solo me enoja más. "Me ignoraste durante dos años". El lado de mi puño golpea su pecho. "Te necesité.
Estaba solo y asustado y mi papá…” Las lágrimas queman mis ojos y los temblores sacuden mis manos, debilitando
mis golpes. "Solo necesitaba escuchar tu voz".
“Millas, meses, ciudades, años… Eso es lo que dijiste.” Toca un nudillo debajo de mi barbilla, levantándolo.
“Somos más grandes que cualquier cosa que intente interponerse entre nosotros”.
"Me tiraste".
"Te mantuve a salvo". Su mano se enrosca alrededor de mi cuello y me arrastra más cerca.
"Me mentiste. Manipulaste mi vida y mis sentimientos”. Agarro sus hombros, con la intención
para empujarlo. Pero mis dedos se clavan. Y jalo. "Me lastimaste deliberadamente, y he estado aguantando ese dolor durante
tanto tiempo". Agarro mi pecho. "Aquí mismo. Justo donde solía abrazarte.
"Lo lamento." Trabaja su garganta y suaviza el agarre en mi cuello. "Lo siento por lastimar
ti, pero no me arrepiento de haberte protegido.
Él agacha la cabeza y sus labios fantasmagóricos sobre los míos.
Ese pequeño toque despierta una conciencia electrizante a través de mi cuerpo. Lo siento en todas partes—
la calidez de su aliento, su olor excitante, el rasguño de su barba y esa boca lamible, aterciopelada y persuasiva.
“Si sus labios se mueven, está mintiendo”. Pongo mis manos sobre su pecho y empujo lo suficientemente fuerte como para
separarnos por varios pies.
"¿Quieres la verdad, Conor?" Da un paso adelante, sus ojos afilados como el acero. "Te amo."
Otro paso. "Siempre tengo." Me agarra de las caderas y me tira hacia él. “ Nunca dejaré de amarte. No hay nada más honesto
que eso”.
Mis manos caen sobre sus bíceps, mis entrañas se retuercen en cien nudos de engaño. No puedo confiar en él. "Es
demasiado tarde."
"No." Él agarra la parte de atrás de mi cabeza. "Mañana es demasiado tarde".

Captura mi boca en un beso que ignora la lógica y el razonamiento. Con una mano en mi cabello
y el otro en mi cadera, me dobla en su calor y prende fuego a mi mundo.
Los labios se deslizan y las bocas se abren, nuestras lenguas se tocan, se aplanan y se vuelven locas. Muevo mis
manos a sus hombros, su cuello, empujándolo, acercándolo más y poniéndome de puntillas para profundizar el beso.
Nos movemos juntos con enojo, frenéticamente, no en exploración, sino en recuerdo. Pasé los mejores años de mi vida
besando a este hombre. Conozco sus técnicas, habilidades y excitaciones, y él conoce las mías.
Rodando en el prado, enredándonos en mi cama, escabulléndonos en el granero, consumimos y

devoran en un frenesí de experiencias compartidas. Me aferro a su boca, a su cuerpo, en la magia de nuestra conexión,
queriendo más, necesitándolo más cerca, más profundo, más fuerte.
Su gemido vibra a través de mí, y sus manos caen sobre mi trasero, tirando de mí con fuerza contra él.
Mis dedos recorren su cuello y rostro. Su dureza busca mi calor, y nos trituramos en la fricción.
Besándonos, jadeando y fusionándonos, somos un momento robado. Un abrazo desesperado. un corazon latiendo
con dos bocas y cuatro brazos.
Nos besamos por una eternidad, pero no lo suficiente. Cuando subimos a tomar aire, nuestros brazos se aprietan con
más fuerza, nuestros pies plantados en el porche.
Respirando pesadamente, toca su frente con la mía, su boca ligeramente abierta en el borde de mi visión. Deslizo una
mano libre y toco su carnoso labio inferior.
"Eso fue mejor de lo que recuerdo". Besa mi dedo. "No sé cómo es eso posible".
"Sí." Dejo caer mi palma en su pecho.

Empujar.
Necesito procesar esto.

Solo empújalo hacia atrás.
Va a hablar sobre lo que acabamos de hacer, y no puedo confiar en sus palabras.
Agrego presión a mi mano, pero él ya está retrocediendo. Es una retirada a regañadientes, sus brazos bajan lentamente
de mi cuerpo, sus botas rozan en cámara lenta.
Deteniéndose fuera de su alcance, saca guantes de trabajo de cuero de su bolsillo trasero y se desliza
ellos, con la cabeza gacha y los ojos en su tarea.
El polvo se adhiere a sus jeans y el sudor salpica su camiseta. Ya ha puesto más trabajo este
mañana que la mayoría de los hombres en un día entero.
El borde de su sombrero se levanta, revelando la calidez de sus ojos. “¿Quieres ayudarme a segar heno?”
Eso es lo último que esperaba de su boca. Apilar pacas en el campo es físicamente
trabajo exigente y sin sentido que involucra chaparreras y ganchos de heno.
¿Quiero sentarme en la casa y perderme en mis pensamientos nerviosos? ¿O sumergirte en cubos de sudor y sol?
"Sí." Flexiono mis manos. "Me gustaría eso."

"Vestirse." Me golpea con fuerza en el trasero y sale del porche. Te veré en el establo.
No le he quitado los ojos de encima a Conor desde el momento en que se montó en Ketchup y me siguió hasta los
pastos del sur. En su silencio, no sé cómo está procesando la ruptura con Miles, nuestro beso o la vista que está
teniendo actualmente.
Sus ojos recorren la tierra erosionada, la infestación de malas hierbas nocivas y los altos montículos de tierra
y escombros empujados a un lado. Llevará años eliminar los desechos industriales y devolver la tierra a su hábitat
natural.
"¿Tu padre hizo esto?"
—Sí, señora —digo en voz baja, incapaz de sofocar la amargura en mi voz. “Resulta que esta tierra es
rica en petróleo y gas natural”.
Se remueve en la silla y sus luminosos ojos verdes evalúan los míos. "Y tu papá pensó en sacar provecho
de eso".
Pensó en pagar deudas insidiosas con él.
“Esto está relacionado con…” Sus cejas se juntan. “¿Tiene que ver con por qué me quería muerta?
Todo lo que sucedió está relacionado con esto, ¿no es así?
"Sí." Acerco a Barnabe a ella hasta que nuestras piernas se rozan. “Llenaré esos espacios en blanco, pero
no hoy”.
Respira con impaciencia y se aparta un mechón de pelo rebelde de la cara. “Si mi madre viera esto…”
"Lo sé."
Ava O'Conor murió cuando éramos bebés, pero hemos escuchado las historias sobre sus protestas
públicas contra las grandes petroleras y su corrupción en la tierra.
“Las plataformas se han ido”. Escanea el campo destruido y se muerde el labio. —¿Tú y Jarret
detuvisteis la perforación y la voladura?
"No lo suficientemente pronto. Todavía estamos tratando de limpiar el desorden”.
“Pero lo detuviste . Y ahora que eres dueño del rancho, ¿no permitirás que esto vuelva a suceder?
"Mientras esté vivo, lucharé, Conor".
"Bien." Respira profundamente y ajusta el Stetson, mi Stetson, en su cabeza. "Cómo
¿Cuántas pacas tienes que tronzar hoy?
"Alrededor de nueve horas más, con tu ayuda".
"Vamos a ello, entonces".
Mientras gira el caballo y se aleja a medio galope, me maravillo de su notable belleza y resistencia.
Ella es una visión de pelo rojo alborotado, tatuajes pintorescos y mezclilla rugosa. Al final de
el día, esos jeans estarán rotos y cubiertos de polvo. Habrá suciedad debajo de sus uñas, más cicatrices en sus
manos y ni una pizca de queja de sus dulces labios.
El resentimiento que esperaba de ella por la perforación no llegó. Tal vez le he dado muchas otras cosas
por las que estar molesta, pero tengo la sensación de que ella confía en mí en esta única cosa.
Ella sabe que esta tierra significa tanto para mí como para ella.
Se inclina hacia la brisa mientras cabalga por el campo. Pelo azotando detrás de ella, se retuerce
su cuello para gritarme: "¡Ponte al día!"
Juro que veo una sonrisa brillante antes de que patee a Ketchup al galope.
Con una sonrisa que me muestra los dientes, hago lo que he hecho toda mi vida.
la persigo
Esa noche, me siento junto a Conor y Jarret en los escalones del porche trasero. Nos duchamos, cenamos y terminamos
las tareas diarias. Músculos adoloridos, articulaciones rígidas, agotamiento pesado: me gané todos los dolores junto
a mi chica y, a pesar de la humedad sofocante, estoy felizmente contento.
Solo dos cosas podrían haber mejorado este día. Traer a Lorne a casa y matar a mi padre.
Conor se reclina entre Jarret y yo, con los brazos apoyados detrás de ella y el rostro inclinado hacia el
estrellas. Debajo de su expresión serena, el largo día pesa sobre sus párpados.
Examino las delicadas líneas de su perfil, marcando cada largo y bajo suspiro de sus labios.
"Estás cansado."
"Solo una peca". Levanta un índice y un pulgar a una pulgada de distancia y guiña un ojo. "¿Me está sobrecargando
de trabajo parte de mi terapia?"
ella no tiene idea
“Hablando de pecas…” Hago círculos con un dedo frente a su impecable rostro. "¿A dónde se fue el tuyo?"
“No he estado mucho al sol y…” Ella se encoge de hombros. "No sé. ¿Tal vez crecí fuera de ellos?
"¿Todos ellos?" Dirijo mis ojos a su camiseta sin mangas, a la vecindad de su pezón derecho y mi
peca favorita.
"No todos esos." Ella mira hacia otro lado, y la comisura de su boca se tuerce.
Mi ingle se aprieta y mi respiración se hace más profunda. Que no daría por ver esa peca esta noche,
sostenerlo en mi mano y hincarle los dientes.
"Estaba pensando..." Ella mira hacia el campo oscuro y distraídamente recoge la suciedad de su
clavos. "Me gustaría visitar a Lorne".
“Hablé con él hoy”. Jarret dobla las piernas en las escaleras y coloca los brazos sobre las rodillas.
"¿Lo hiciste?" Su voz sube de tono. "¿Él sabe sobre Levi Tibbs?"
“Él se mantiene al tanto de todo”. Atraigo sus ojos hacia mí. “La mitad del tiempo, él es quien nos mantiene
informados”.
"Le dije que estabas aquí". Jarret golpea su hombro contra el de ella. Quiere verte, Conor. Mucho."
"Difícil de creer eso". Se aprieta el labio, su expresión preocupada. “La última vez que lo vi
—”
“Sus razones eran las mismas que las nuestras”. Saco sus dedos de su boca y me aferro a ellos.
"Él te estaba protegiendo".

"¿Y ahora?" Ella desliza su mano de la mía. “Tu papá está allá afuera, donde sea, y se supone que debo
confiar ciegamente en que estoy a salvo si no dejo el rancho. Excepto que la última vez que estuve aquí, me ahuyentaste
para supuestamente mantenerme a salvo. No tiene sentido, y necesito que tenga sentido”.
Comparto una mirada con mi hermano. "Responderé una pregunta esta noche".
"A cambio de…?"
"Déjame preocuparme por eso". Le coloco el pelo detrás de la oreja, despejando mi vista de su deslumbrante rostro.
"¿Qué es lo que quieres saber más que cualquier otra cosa?"
Sus pestañas más bajas. Sus cejas se juntan y hace un suave sonido Hmmm en su garganta.
Luego mueve sus ojos hacia mí. "¿Cómo perdiste tu virginidad?"
Mi corazón da un vuelco, golpeando un rugido en mis oídos. De todas las preguntas que debería hacer, sobre su
seguridad, el rancho, la participación de nuestros padres, pregunta por mí. Un detalle personal como ese no le preocuparía
a menos que esté pensando en nosotros.
Está pensando en nuestro beso.
La estudio como ella me estudia a mí. La mirada silenciosa hace que mi pene se hinche y mi garganta se seque.
Cristo, quiero follármela, brusca e imprudentemente, hasta que grite mi nombre y pida clemencia.
Pero más que eso, quiero que empiece a vivir.

Hace... eh, mucho calor aquí. Jarret engancha un dedo debajo del cuello de su camisa y tira.
"¿Cuanto calor?" Sus ojos se iluminan con alegría, fijos en los míos, mientras inicia un juego los cuatro de
solíamos jugar.
Jarret se golpea la pierna con los dedos. “Estoy más sudada que una monja embarazada un sábado”.
“Más sudoroso que dos ratones follándose en un calcetín de lana”. sonrío
“Más sudoroso que un vaquero escribiendo una nota de amor”. Conor arquea una ceja.
Continuamos por algunas rondas más, cayendo en una risa fácil antes de quedarnos en silencio.
Hace calor . Me pongo de pie y le ofrezco mi mano. "Responderé tu pregunta adentro". En mi dormitorio.
Me agarra los dedos el tiempo suficiente para ponerse de pie, me sigue a la casa ya través de la sala de estar.
"¿Conor?" Jarret se detiene en el salón principal entre las dos alas y espera a que ella se enfrente.
a él. "Es realmente bueno tenerte en casa".
Ella se queda quieta, inexpresiva. Entonces su boca se separa. Sus dedos tocan su garganta y camina hacia él.
Ella lo alcanza con los brazos abiertos, y él la levanta en un fuerte abrazo, con los ojos cerrados.
Cuando baja sus pies al suelo, su mirada encuentra la mía por encima de su hombro. El alivio en su rostro extiende
una calidez relajada a través de mi pecho.
Necesitaba esa... esa tranquilidad de ella. No es perdón exactamente, pero es progreso.
"Noche." Ella se aleja de él y pasa junto a mí, dirigiéndose a mi dormitorio.
Me arrastro detrás de ella, mirando descaradamente su trasero en esos pantalones cortos de dormir de algodón.
Ondas de cabello rojo natural cuelgan de su cintura diminuta. Es diminuta en todas partes, desde sus pies descalzos y piernas
esbeltas hasta los lindos bíceps de sus brazos tatuados. Es tan delicada que parece etérea, pero hay mucho músculo en
ese cuerpo pequeño. Lo sentí flexionarse y amontonarse esta mañana cuando la tenía atrapada contra mí.
Entra en el dormitorio y se posa a los pies del colchón.

"¿Bien?" Ella mira alrededor de la habitación y entrecierra los ojos. “No veo ningún tocón sobre el que pararme.
¿Cuál es la forma de pago del chantaje emocional de esta noche?
Directo al grano y lleno de orina y vinagre. Esto debería ser divertido.
Me paro frente a ella y entrelazo mis manos detrás de mi espalda. “Voy a dormir aquí en el futuro. Contigo. Ese
es el trato."
"No." Escanea mi cara, y su cabeza da una ligera sacudida. "De ninguna manera."
"Ropa puesta. Nada de sexo… hasta que estés listo”.
"¿Hasta que esté listo?" Ella surge de la cama, con las manos en puños a los costados. “No volví a casa
para joder o para hornear, Jake Holsten. Si está buscando a alguien para mantener sus sábanas calientes, consulte Big
Sugar. Hay una mesa de botas baratas esperando sus diecisiete orgasmos.
"Siéntate." El ladrido en mi voz la hace saltar. Bajo mi tono, pero no es menos severo.
"Sentarse. Abajo."
Ella lo hace, mirando y apretando los puños sobre su regazo.

Me inclino sobre ella, con las manos sobre el colchón, sujetando sus caderas. “Me voy a dormir
aquí contigo y quedarme a tu lado, porque eso es lo que necesitas y eso es lo que quiero”.
"Necesito estar solo." Su mirada baja a mi pecho y se aleja.
Has estado solo durante seis años. Agarro su barbilla y la obligo a mirarme. "No más."
Ella se libera de mi agarre, y sus ojos recorren la habitación, mirando todo menos
a mí. Quiere huir, pero no lo hará. Ella es demasiado malditamente tenaz.
"Será mejor que no me des una respuesta a medias". Ella empuja contra mi pecho hasta que me muevo.
Entonces ella me lanza un mundo de desprecio en sus ojos. “Si estás durmiendo aquí, quiero escuchar cada detalle sobre
tu primera vez. Quién y cómo y dónde. Sin filtros."
Ella no solo quiere atormentarse a sí misma. Ella tiene la intención de usar esa información para resentirse conmigo,
ódiame y aléjame. Porque la estoy afectando, exponiendo partes vulnerables de ella que no quiere reconocer ni
examinar. La autoconservación exige que ella levante muros para mantenerme
afuera.
Y estoy preparado para patearlos a todos.

Tenía diecinueve años. Me siento en la cama a su lado. Yo tenía veinte años.
"¿Veinte?" Su boca se abre, se cierra y se abre de nuevo. “Eso no puede ser correcto. Te vi con Sara Gilly, y tú...
Bueno, parecía que sabías lo que estabas haciendo. ¿Y qué hay de todos tus ponis polares en el bar? Las cosas que dijeron
esas mujeres…” Se pasa una mano por el cabello, con los ojos muy abiertos. ¿Me estás diciendo que eras una virgen de
veinte años? ¿Cómo es eso posible?"
"Si me dejas hablar, te lo explicaré".

Sus dientes chasquean juntos, y entrecierra los ojos como si dijera, Adelante.
Pongo una rodilla en la cama entre nosotros, volviéndome de lado, para poder controlar su respiración y sus
expresiones.
“Perdí mi virginidad en una fiesta en el campo”. Mojo mis labios. “En un granero. Estaba oscuro y terriblemente
ruidoso. La multitud ruidosa y la música…”
Se tapa la boca con una mano y un brillo de humedad brilla en sus ojos.
“La desnudé de la cintura para abajo y le comí el coño”. La sangre corre a mi polla. Cristo, yo
Todavía puedo saborear su estremecedor deseo, su dulce inocencia. “Luego la follé contra la pared”.
"No." Ella se ahoga y salta de la cama. "No fuiste tú".
“Estábamos rodeados de universitarios en celo, cegados por la oscuridad total, y creo que el ruido dañó
permanentemente mis tímpanos. Pero ella era todo lo que sentía, y la tomé con fuerza. Duró un par de segundos
vergonzosamente cortos. Ella estaba tan apretada y mojada, y yo era inexperto y
sobreexcitado. Hasta el día de hoy, todavía lamento que ella no haya venido”.
"No pudiste haber sido tú". Sus rodillas se tambalean y se frota los brazos, parpadeando rápidamente. Como
si es por compulsión, se acerca a mí y me toca el pelo, la barba incipiente de mi cara y mis labios. Luego tira su brazo hacia
atrás. "Estás mintiendo. El hombre con el que estaba tenía rizos negros y
—”
“Llevaba una peluca debajo de la gorra de béisbol. Me depilé la cara para quitarme la barba”. sostengo mi
mano. “Los guantes sin dedos escondieron la cicatriz. Tu olor saturó el cuero durante meses.
Inhalo lentamente, reviviendo el recuerdo. Dormí con esos guantes mucho después de que su olor se desvaneciera.
apagado.
Están en la mesita de noche. Hago un gesto detrás de mí.

Su pecho se contrae y sus pies se mueven, dando vueltas alrededor de la cama. Ella abre el cajón y
acaricia con la mano el contenido.
“Son solo guantes”. Su mirada se fija en la mía. "Él no sabía como tú".
“Me fumé un cigarrillo en la fiesta para enmascarar mi aliento”.
Ella se aleja de la cama, sacudiendo vigorosamente la cabeza. "Hubiera sabido que eras tú". Dándose la vuelta,
pasea por la habitación. “¿Cómo podría no haberlo sabido? Dios, debes pensar que soy el idiota más grande.
“Eres la más inteligente, la más sexy—”

"¡Detener!" Presiona sus dedos contra sus sienes y cierra los ojos. “Te paraste en la entrada de ese granero. Te
quedaste allí, mirándome como si supieras. Sus pestañas se levantan, sus rasgos se proyectan en lágrimas acusatorias. "Sabías
por qué estaba allí".
"Sí." Mis puños se aprietan y aflojan. “Odio que persiguieras a otros hombres, que te sintieras lo suficientemente solo
como para llenar ese vacío con un extraño. Pero te puse en esa posición. Eso depende de mí. Una golondrina se me clava
en la garganta. “Usé ese maldito disfraz y te seguí allí todos los sábados por la noche para mantenerte a salvo de los idiotas
borrachos y otras amenazas de las que no estabas al tanto. Te seguí sabiendo que no podía interferir en tus planes,
sabiendo que tendría que esperar mientras estabas con otro hombre.
"Pero sí interferiste".
“Vi una oportunidad esa noche. Rechazaste a todos los chicos que se insinuaron contigo, pero tenías esa mirada en
tus ojos, como si no te fueras a ir hasta que obtuviste lo que viniste a buscar”. Sostengo su mirada. "Te di lo que necesitabas".
Un ceño oscurece su rostro. "Qué noble de tu parte".

“No me malinterpretes. Fue cien por cien egoísta. Te deseaba tan profunda e intensamente que no podía y no me
follaría a otra mujer. Mi virginidad te pertenecía a ti y a nadie más”.
Sus brazos se acercan a su cuerpo y mira al suelo, su voz plana. "Vos tambien
descargó la carga de tu virginidad y se alejó.”
“Era la única parte de mí que me quedaba para dar. Te merecías mucho más. Un amargo arrepentimiento encrespa
mi estómago. “Una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida fue dejarte salir de ese granero sin mí”.
Ella levanta la cabeza, los ojos llenos de dolor. ¿Todavía estabas en el granero? Pensé…” Su barbilla tiembla. “Te
busqué por todas partes afuera, porque quería…” Se frota la cara. “No sé lo que quería. Era la primera vez que me entregaba
a alguien y me sentía en carne viva y fuera de balance”.
Yo fui su primero.
El alivio me golpea con tanta fuerza que tengo que apretar la mandíbula para contenerlo. La observé atentamente durante
años, pero no pude controlar quién entraba y salía de su dormitorio por la noche.
“Supongo, yo solo…” Se limpia las palmas de las manos en sus pantalones cortos. “Necesitaba que significara algo. I
no quería ser olvidable”.
“No podrías ser olvidable si lo intentaras”.
Lo intenté. Me follé a todas las rameras de la ciudad y no podía olvidarla. Luché y maté hasta que el
barranco sangró rojo, y no podía olvidarla.
Conor Cassidy es absoluta y completamente inolvidable.
Me levanto de la cama y entro en su espacio. “No te dejé esa noche. Me quedé contigo mientras caminabas
hacia tu bicicleta. Te seguí a la tienda de tatuajes y luego de regreso a tu dormitorio. Me senté en el estacionamiento
frente a tu ventana hasta que salió el sol”.
"¿Por qué?" Su voz se quiebra. ¿Por qué no me dijiste que eras tú?
Habría llevado a una conversación que no pudimos tener. Estaba en medio de una tormenta de mierda con
nuestras familias y el rancho. No sabía en quién podía confiar o cómo se relacionaba contigo. Lo que sí sabía era que
había media docena de hombres esperando para matarte si regresabas a Sandbank. Paso un dedo a lo largo de la
línea de su cabello, acariciando suavemente los suaves mechones castaños. No podría darte una razón para volver
a casa. Yo no podría ser esa razón.
Ella se aleja. Háblame de la tormenta de mierda con nuestras familias.
"Lo haré. Necesito que confíes en mí.
"Eso es una tarea difícil de un mentiroso crónico". Cruza los brazos sobre el pecho, poniendo una barrera
entre nosotros. "Mientras me dejabas ir en nombre de la protección, ¿con cuántas mujeres has estado?"
Valor de tres años.

"Mucho."
Hace una mueca y se da la vuelta, pero no echo de menos la mirada afligida en su rostro o la forma en que
sus hombros abrazan sus orejas. Cualquier cosa que diga en este punto sonará a cliché y falsificación, pero no puedo
dejar esto sin resolver.
He hecho cosas, Conor. Cosas imperdonables. Coerción. Agresión. Asesinato. “Si me hubiera permitido
esperar un futuro contigo, habría hecho más cosas. Cosas codiciosas y celosas . Como sabotear tus posibilidades
con Miles York.
Ver su relación con él brotar y florecer me cambió a nivel molecular. I
se convirtió en algo irreconocible. Hosco, hostil y terriblemente enojado. Me cogí a las mujeres como si las
odiara. Los odiaba, simplemente porque no eran Conor. Cuando esos encuentros no me saciaban, buscaba peleas.
Maté gente. Mala gente. El patrón autodestructivo duró tres años.
Un asesinato más, y terminaré con esto para siempre.

"Supongo que debería agradecerte". Se vuelve hacia mí y endereza la columna. "A pesar de
cómo terminaron las cosas con Miles, te agradezco que me dejaras seguir adelante. Por supuesto, le
pusiste un investigador y continuaste acechándome como un paciente mental, pero eso no viene al caso.
Apoya las manos en las caderas y se mira los pies. Y no puedo enfadarme contigo por no vivir como un monje. No
estamos juntos. Eres un hombre libre. Donde pones tu pene es asunto tuyo”.
Aprieto mis labios, mordiendo un poco para decirle todas las razones por las que está equivocada.
"Me voy a la cama." Se sube al otro lado del colchón.
“No hemos terminado”.
Se mete debajo de la colcha y mira hacia el borde de espaldas a mí.
¿Eso es todo? ¿Sin llanto o rabia o golpeando sus pequeños puños en mi pecho? Ella necesita hacer todas
esas cosas, no reprimirlas.
Joder, no sé qué hacer. No puedo forzar sus emociones.

Lanzo mi sombrero sobre la cómoda, paso una mano por mi cabello y me acerco al lado opuesto.
lado de la cama. Ella no mueve un músculo.
Botas, cinturón, jeans, camisa: todo debe quitarse. Para evitarle más molestias, me vuelvo
apaga la lámpara y tira en la oscuridad.
Después de la conversación que acabamos de tener, probablemente no debería meterme en la cama con ella
usando solo mis calzoncillos, aunque mi polla piensa que es una idea fantástica. Solo pensar en dormir a su lado me pone
duro. Nunca hemos hecho esto. Nuestra relación siempre estuvo restringida por reglas. Reglas que se hacían cumplir por
dos padres que vivían en la misma casa.
Mucho a cambiado desde entonces.
“Solo voy a hablar. No tienes que decir nada. Me deslizo debajo de las sábanas, manteniendo un par de pies entre
nosotros, y me acuesto boca arriba. “Limpié la tormenta de mierda y lo hice más seguro para que estés aquí que en cualquier
otro lugar. Eso significa que no me permito esperar un futuro contigo. Lo estoy persiguiendo con un enfoque único. Y haré
cosas, cosas celosas , para sabotear tus posibilidades con cualquier otro hombre.
Las curvas de su silueta no se contraen.

La impaciencia me insta a cerrar la distancia, pero no puedo empujarla por la espalda sin hacerla estallar. Todo
dentro de mí se tensa para exigir, tomar, controlar e invadir.
Ella no necesita nada de eso ahora.
Sé que está pensando en nuestra conversación y sabe que estaré aquí, a su lado, cuando esté lista. Así que me
obligo a quedarme quieta, relajarme en el colchón y abrazar el silencio.
Pasan los minutos. Miro el reloj contar a través de ellos, incapaz de dormir.
Cuarenta minutos después de mi miseria, su respiración cambia, se vuelve irregular y sus hombros comienzan a
temblar.
Me apoyo en un codo y la alcanzo, pero ella ya está girando, levantándose sobre manos y rodillas.
Su cabello se enreda alrededor de su rostro mientras se arrastra hacia mí, resoplando y jadeando.
No, ella está sollozando.
Conor. Mi pulso se acelera, y mi garganta se sella cuando la atraigo contra mi pecho. "Estoy aquí.
Aquí mismo."
Se sube a mi cuerpo, rodea mis hombros con sus brazos y entierra su rostro en mi cuello. Las lágrimas brotan
instantánea y brutalmente, empapándonos. Salvándonos.
Sus piernas caen alrededor de las mías, y sus dedos muerden mi piel. La acomodo contra mí, una mano
acariciando su cabello y el otro frotando su espalda, mientras absorbo sus sollozos sin aliento.
No hay palabras. No se necesita ninguno. Ella llora y tiembla, usando mi presencia para dejarse ir
y magra, mientras ella llora el corazón que rompí.
Sostengo su suave fuerza con fuerza contra mí y lloro con ella.
La abrazo con cada respiro de mi cuerpo.
La abrazo a través de la tristeza.
Por mucho que lloré anoche, no necesito un espejo para saber que mis ojos están rojos e hinchados. Los abro y miro la dura
superficie de mi almohada. Como solo he dormido al lado de un hombre, me toma un momento procesar la vista.
Miles no se parecía en nada al cuerpo tendido debajo de mí.

Las crestas y los surcos ondulan a lo largo de un torso bronceado que se estrecha en caderas estilizadas.
Lamentablemente, la maraña de sábanas oculta todo debajo de la cintura de Jake, pero Dios mío, está construido. Cada
ladrillo y grieta está hecho para un día largo y extenuante en el campo de tiro, pero él todavía está en la cama, con un brazo
alrededor de mí, en una habitación saturada de luz solar.
Lo mantuve despierto hasta tarde anoche, y ahora lo estoy impidiendo trabajar.
Con mi mejilla en su hombro y mis muslos apretados alrededor de su pierna, me acurruco más cerca de él.
a su lado, reacios a renunciar a él.
"¿Cómo te sientes?" Su voz profunda y somnolienta susurra a través de mi piel como una caricia.
"Horrible." El papel de lija me araña los ojos y un latido rebota en mi cráneo. el resto de mi
sin embargo, cuenta una historia diferente. "Y bueno."
"Explica eso."
"¿No necesitas trabajar?"
"Ahora."
Me muevo contra el duro calor de su cuerpo, y él gime. Su mano baja a la región de
su ingle, ajustándose. Comienzo a sacar mi pierna de la V de la suya, pero él me detiene con un agarre en mi muslo.
"No te preocupes por mi problema matutino". Vuelve a rodearme con el brazo. "Explica que
estás sintiendo.
Inclinando mi cuello, encuentro sus profundos ojos marrones y caigo directamente. "Lloré mucho, así que..."
“Tienes que hacer más de eso”.
“Siento como si me hubieran golpeado en la cabeza con un tractor”.
"Te ves como un ángel." Pasa sus dedos por mi cabello en trazos hipnóticos, hormigueando
las raices. Háblame de la parte buena.
"¿Quién está haciendo tu trabajo?"
Exhala una bocanada de aire. “Dos nuevas contrataciones comenzaron hoy. Voy a despegar durante las próximas dos
semanas”.
"¿Qué?" me siento "¿Por qué?"
Toma mi mano y traza su pulgar a lo largo de mi cicatriz. “Tenemos un pacto que cumplir,
sesiones de terapia en las que concentrarme, y…” Usando su agarre, me jala sobre su pecho. "Tengo seis años para
reconciliarme contigo".
Aplasto mis manos sobre su estómago de tabla de lavar y pongo mis piernas debajo de mí, a horcajadas sobre sus piernas.
caderas. La cresta de su muy hinchado y muy grande palo de la mañana se contrae contra mi trasero.
“Podría pasar las próximas dos semanas sin hacer nada más que volver a familiarizarme con tu peca”. Su
mirada baja.
Sigo su línea de visión hasta mis pezones, que se mantienen firmes debajo de mi delgada camisola sin sostén.
Necesito ver esa peca, Conor. Su voz raspa y agarra mis caderas, presionándome contra él.
No rechina, pero su cuerpo se pone rígido y se contrae como si estuviera luchando contra un infierno.
batalla interna.
Es una batalla que entiendo. Jake personifica el ideal de belleza física masculina de toda mujer.
Desde su cabello castaño alborotado y sus ojos seductores hasta su mandíbula cincelada y su físico brutalmente
en forma, tiene un efecto devastador en los ovarios.
Estoy tan innegablemente atraída por él que no puedo hacer que mi cuerpo se mueva de su sugerente posición.
sobre su pelvis. Pero solo porque aprecio su atractivo sexual, no significa que esté considerando un futuro o
cualquier otra cosa con él.
Tuve toda la noche para pensar en el pasado, para dejarme sangrar por los años que perdí con él.
Hay algunas cosas difíciles de aceptar, y sospecho que mis lágrimas apenas han comenzado. Sin embargo, me siento
más ligero, como si algunas de mis heridas relacionadas con Jake se hubieran limpiado.
Catarsis susurro.
Su mirada salta a la mía. "¿Qué?"
“Eso es lo que estoy sintiendo. No he llorado así desde…” Una quemadura aguda pica en mis senos paranasales.
"¿Desde?"
“El día que te encontré con Sara Gilly. Cuando me alejé, purgué suficientes lágrimas para toda la vida.
Luego dejé esa ruina arruinada de una niña al costado del camino.
El dolor arruga su rostro, su voz es una escofina agrietada. “No funciona de esa manera. El duelo es un proceso.
Es ira, tristeza y aceptación con el tiempo”. Su fuerte garganta sube y baja con un trago. Está bien que me
pegues, Conor. Golpéame, grítame, haz lo que necesites, por el tiempo que sea…
Presiono un dedo contra sus labios. “La avería de anoche ayudó. llorando en compañia
de tu silencio fue... inesperadamente efectivo. Mejor que hacerlo solo. Deslizando mi toque hacia abajo, trazo la
sombra desaliñada en su mandíbula. “Pero todavía tengo mucho resentimiento. Aún más después de anoche.
"Dime." Me acaricia el muslo, animándome.

“La noche en el granero no fue exactamente el destino, pero cumplió algo importante. Algo
que nos robaron cuando teníamos dieciséis años. Estaba destinado a ser, ¿sabes? Lamo los labios secos.
“Si hubiera sabido que eras tú esa noche, si hubiera sabido que me estabas dando tu virginidad…”
Dejo caer mi mano en su pecho, mis entrañas se contraen con dolor.
"Sigue adelante." Cubre mis dedos con los suyos.
“Estoy resentido contigo por no decírmelo. Me molestan los años que vinieron después. Mi relación con
Miles. Tu… lo que sea con quien tenga vagina. Eso no estaba destinado a ser”. Saco mi mano de la suya y la
enrosco en un puño contra mi abdomen. No puedo dejar de imaginarte con esas mujeres, y tengo el alma enferma
de celos. No sé cómo superar eso. Eras mía, maldita sea.
"Aun lo estoy." La convicción arde en sus ojos.

Aparto la mirada, me concentro en sus labios y pienso en todas las mujeres que lo han probado. Y duele.
“Conor. Dame tus ojos."

Observo la perfección esculpida de su torso y pienso en todas las uñas acrílicas que tiene.
marcó apasionadamente su piel. Y duele.
Conor. La orden en su voz fuerza mi mirada hacia la suya. "Te amo."
Me mira con una mirada ensordecedora, sus manos descansando en mis muslos, nuestros cuerpos
separados por un impulso. Mi corazón late tan fuerte que estoy seguro de que él lo escucha.
No vamos a tener sexo, pero seguro que puede tentarme con su inquebrantable atención. Tumbado de espaldas,
todo estirado entre mis muslos, parece contento con solo mirarme. Siempre hace eso. Siempre me mira como si fuera la
única vista en el mundo.
Mueve algo dentro de mí, un tirón revoloteante a través de mi intestino, revelando una excitación de la que no era
consciente antes. Su atención asertiva e ininterrumpida sobre mí hace que mi piel zumbe y mi pulso se acelere. me excita
No confío en él, pero siento cosas por él. Siento este momento, la maravilla en él.
Lentamente, el nudo alrededor de mi corazón se afloja y mi respiración se vuelve arrítmica.
Sus ojos buscan los míos, y su mano se extiende hacia mí. Lo atrapo y lo redirijo al tirante de mi camisola.
Deja de respirar.
No pienso en lo que estoy haciendo mientras uso sus dedos para deslizar la correa hasta la parte superior de mi
brazo y dejarla caer. Entonces le suelto la mano y le doy permiso para vagar.
Su toque en mi pecho es tentativo, tan dolorosamente lento y cauteloso como las yemas de sus dedos.
revelar un cabello de piel a la vez. Tal contraste con la mano apretando mi muslo.
Nos miramos a través del lento descenso de mi trompo. A medida que el borde elástico se encuentra
mi pezón, ambos miramos hacia abajo.
Libera el aliento contenido cuando ve la peca. Sus partes de la boca. Sus fosas nasales se ensanchan,
y su ardiente mirada abrasa mi pecho expuesto, derritiéndome allí y por todas partes.
Se sienta, su voz es grave y humeante. “Levántate de rodillas”.
Con un escalofrío, obedezco, sentándome a horcajadas sobre su regazo. La posición pone mi pecho al nivel de su cara. Su
la cercanía es insoportable, invitando a un dolor necesitado a acumularse y palpitar entre mis piernas.
Se burla de mi parte superior hacia abajo con ternura prolongada, sus dedos ligeros como plumas, reverentes,
mientras rozan las protuberancias de mis pechos. Para cuando la camisola se desliza alrededor de mi cintura, estoy
temblando, jadeando y mojada. Empapado hasta mis pantalones cortos de algodón.
Cubriendo mi pecho con sus manos, acaricia, ahueca y moldea mi carne. Cada caricia
pulsos una ola de calor a mi coño. Me tambaleo sobre mis rodillas y agarro sus hombros.
Se siente tan cálido que deslizo mis palmas por su pecho, trazando su forma y textura.
mientras él hace lo mismo conmigo.
La habitación repite los susurros de nuestros movimientos. El golpe de las manos, la respiración entrecortada, el
movimiento de las piernas, el susurro de las sábanas, los gemidos vibrantes: los sonidos de dos almas que se unen de
nuevo.
Es un momento de realización alarmante. En el instante en que bajé la correa de mi top, abrí la puerta. Todo
cambiará después de esto, y dada la mirada depredadora en sus ojos, lo sabe.
"Jake". Muevo mis manos de regreso a sus hombros. “No tenía la intención de—”
"Solo unos segundos más". Sus brazos me envuelven, acercando mi pecho a sus labios.
Luego me besa allí. Con la boca abierta, jadeando, chupa y acaricia la vecindad de
mi peca hasta que mi espalda se arquea y sus bigotes me queman la piel.

Clavo mis dedos en su espeso cabello despeinado, sosteniéndolo, acercándolo más y empujándolo lejos. La razón
lucha contra la necesidad, la desconfianza rivaliza con la esperanza y la confusión gana.
"No podemos hacer esto". Es una protesta en mis labios y una invitación en mi cabeza.
"No te merezco". La angustia cruza su expresión. “Después de todo el dolor que te causé…”
"Me estabas protegiendo". No sé por qué estoy discutiendo. Él me lastimó . pero no puedo soportar
esa mirada en su rostro. "Quiero perdonarte".
Me mira con ojos tan llenos de esperanza. Luego retuerce sus dedos en mi cabello y tira de mi boca hacia la
suya.
En el momento en que su lengua roza la mía, mi piel arde al rojo vivo, una fiebre que responde a la
agresión en su agarre y el hambre en su beso. Nuestras respiraciones se unen en fuertes y temblorosos jadeos,
chamuscando el aire que se atreve a confinarnos.
Dios, Jake. Jadeo contra sus labios pecaminosos. “Siempre has sido un buen besador. Pero ahora…” Dejé que
atrapara y lamiera mi lengua, gimiendo en su boca. “Toda tu práctica a lo largo de los años ha valido la pena”.
Se inclina hacia atrás y me lanza una sonrisa lobuna. Es una sonrisa que se quedará conmigo, vendada
sobre los moretones en mi corazón, incluso si paso el resto del día regañandome por dárselo.
Deja un beso en cada uno de mis senos y aplana su sonrisa en una línea de seriedad. "Nosotros
tenemos un viaje en auto de tres horas por delante”.
"¿Tres horas...?" La comprensión se desliza a través de mí. "¿Vamos a ver a Lorne?"
"Sí, señora." Golpea una mano contra mi trasero. "Ve a darte una ducha."
Trago un trago y me estremezco con deliciosos hormigueos. "Para de hacer eso."
Me azota de nuevo, más fuerte. “Si no estás en esa ducha en diez segundos, me uniré a ti”.
Salgo de la cama y cruzo la habitación, tirando de mi blusa para cubrir mi pecho.
Conor.
Giro el cuello y lo encuentro sentado en el borde de la cama.
Con los labios hinchados y el cabello revuelto, me da toda la fuerza de sus ojos. "Eres la única mujer a la que he
besado".
Esa tarde, Jake y yo nos sentamos al otro lado de la mesa frente a un hombre que apenas reconozco.
La última vez que vi a mi hermano fue hace cuatro años y desde entonces lo han trasladado a un
unidad que permite visitas de contacto los fines de semana.
Sin mamparas de cristal. Sin receptores telefónicos. Todavía sin tocar, excepto por un breve abrazo de saludo y
despedida.
Me he quedado sin palabras desde el momento en que entré en la sala de visitas y lo vi.
Él y Jake caen en la camaradería fácil que siempre ha existido entre ellos. Mientras tanto,
No puedo dejar de mirar al hombre endurecido y de voz ronca que tengo delante.
Suena como si fumara dos paquetes al día, y parece que se pasa todo el tiempo golpeando un saco pesado. u
otros reclusos. No es que sea demasiado musculoso. Simplemente parece muy fuerte. El tipo medio de fuerte.
Sus mejillas hundidas acentúan las líneas afiladas de su mandíbula y pómulos. Los círculos oscuros subrayan sus ojos
verde oscuro, y una corriente de violencia se cierne a su alrededor. Su comportamiento amenaza a cualquiera que se atreva a
mirar en su dirección.
¿Qué le ha hecho este lugar?
"¿Conor?" Su cabeza se inclina, los ojos entrecerrados.
"¿Hm?"
"Te hice una pregunta."
Jake se mueve a mi lado y apoya un brazo en el respaldo de mi silla. "Por supuesto, la estoy cuidando".
“Me está ayudando en algunas cosas”. Golpeo mis dedos sobre la mesa, preguntándome cómo
Lorne sabe mucho sobre el intento de psicoterapia de Jake.
Lorne mira mis espasmos nerviosos y me mira a los ojos. "¿Cuándo conseguiste la tinta?"
Aliviado por su pregunta, lo actualizo sobre las sesiones de tatuajes, mi educación y Miles York. "Toqué tu guitarra".
"Sí." Su mejilla rebota casi con una sonrisa. “Me lo dijo Jarret. Ojalá pudiera oírte tocar.
Me pregunta sobre mis clases y yo me sumerjo en los detalles de mi trabajo de laboratorio. Cuanto más hablo, más
me relajo. Me interrumpe con el tipo de preguntas y respuestas que espero de Lorne, y empiezo a sentir que estoy hablando
con mi hermano y no con un asesino convicto.
Nunca lo he etiquetado como tal, aunque es exactamente por eso que está aquí.
Asesinó a un hombre.
En menos de dos semanas, tengo la intención de hacer lo mismo.

Excepto que el hombre que mató era inocente.
"¿Te arrepientes?" Mi susurro se desliza a través de la mesa y se estremece a lo largo de las paredes de concreto
opaco.
"No." Apoya los antebrazos en la superficie y se inclina hacia delante. “Tu vida vale más que
cien años sirvieron aquí. Diez años no es nada.
“¿Mi vida? ¿Qué tiene eso que ver con...?
"Dile a ella." Lorne mira a Jake. "Pronto. Ella necesita entender mi posición sobre esto”.
"Lo haré." Jake apoya una mano en mi muslo.
“Necesito entenderlo todo ”. Empujo su brazo y lanzo una mirada furiosa entre ellos.
"Ustedes tres han estado conspirando e intrigando y pisoteando mi vida, y he terminado con eso".
“Estamos tratando de ayudarte”. El calor en los ojos de Lorne es más feroz que el mío.
"No necesito ayuda".
“Tienes trastorno de estrés postraumático, Conor”.
Sé que tiene razón y entierro el pensamiento. “Ayúdame diciéndome la verdad. Ustedes dicen
me estás protegiendo, pero no sé por qué necesito protección en primer lugar.
Miro alrededor de la habitación, sabiendo que no podemos discutir esto aquí. Las conversaciones son monitoreadas y
grabadas.
"Convéncelo de que me lo diga". Empujé un pulgar hacia Jake. "¿Sabías que tiene información para
pedir un rescate?"
"¿Cuál es el progreso en eso?" Lorne le pregunta a Jake.
“Ella sabrá todo dentro de las próximas dos semanas”. Jake me mira de reojo. Si se porta bien.
"Ambos pueden besarme el culo". Resoplo, exasperado. “No estoy parado en ninguna
más tocones. Prefiero colgar mi silla de montar en la cerca y tirarle tierra”.
"No te envidio". Lorne le sonríe a Jake, y esa sonrisa absorbe la irritación de mí.
La curva secundaria de su boca ilumina sus ojos, regresando al hermano que recuerdo, el niño feliz que se burlaba
de mí tanto como me protegía.
"Extraño esa sonrisa". Me pica la mano por alcanzarlo, pero no está permitido tocarlo. " Te extraño".
Le quedan cuatro años de servicio. Si mantiene la nariz limpia aquí, podría obtener la libertad condicional en dos
años.
"Te echo de menos más de lo que imaginas." Su sonrisa se desvanece bajo los ojos oscurecidos y el ceño
fruncido. Baja su mirada a la cicatriz en su palma y presiona un pulgar contra ella. "Desearía poder estar allí cuando
honres nuestro pacto".
Yo también digo.
Jake agarra mi mano debajo de la mesa y lo dejo.
Lorne mira hacia arriba, su expresión suave. “Desearía poder ser parte de su proceso de curación.
Algún día, espero que me perdones por mantenerte alejado.
Mi corazón se aprieta. “¿Podemos hablar por teléfono? ¿Puedo llamarte?"
"Amaría eso."
Nos ponemos al día con las pequeñas cosas hasta que nuestra hora termina. Luego terminamos la visita con el
Se nos permite un contacto rápido de abrazo y liberación.
Jake recoge su sombrero y su cinturón del escritorio de seguridad y me acompaña a su camioneta.
Treinta minutos en el camino a casa, él no ha hablado mucho, pero siento que me mira en
así lo hace. Monitoreando, evaluando, tratando de leer mis pensamientos.

“Debes mantener la vista en la carretera”. Deslizo mi lista de reproducción, buscando una nueva
canción. Cuando me devolvió el teléfono esta mañana, me informó que llamó a Miles y arregló
tener mis pertenencias empaquetadas. No tengo mucho, solo una computadora portátil y ropa, por lo que solo debería
haber unas pocas cajas. Como no tengo un lugar para vivir en este momento, no discutí cuando dijo que las cajas
serían enviadas al rancho.
"Necesito encontrar un apartamento". Sigo desplazándome por mi selección de música, descartando todas las
canciones alegres.
“Hay solo una hora en auto entre el rancho y la escuela”. Él me mira. "Cuando estabamos
niños, ese era nuestro plan. Ibas a quedarte conmigo en el rancho y conducir a la escuela todos los días.
“No me mudaré”.
"Tu ya lo tienes."
"Estás delirando". Mantengo mi mirada en el teléfono, protegiéndome del encanto de sus hermosos ojos marrones.
“Sé que no me he ganado tu confianza ni tu perdón, pero lo haré”.

Pretendo ignorarlo.
Su mano aprieta el volante y pisa el acelerador, empujándome hacia atrás contra el asiento. "Deja de joder con
tu teléfono y mírame".
Mi búsqueda de una canción termina cuando Not Ready To Make Nice de Dixie Chicks cruza mi pantalla.
Presiono reproducir y le lanzo una ceja arqueada.
Mientras escucha la letra, una nube negra se desplaza por su rostro. Las cuerdas de su cuello se estiran.
Sus labios se tiran hacia atrás, y su mano atraviesa el espacio entre nosotros. "Dame el telefono."
Lo coloco fuera de su alcance.
"¡Ahora!" Él ruge, haciéndome saltar.
La ira brilla en sus ojos, y algo parecido al miedo me atraviesa. rápidamente lo entrego
encima.
Lo apaga y lo asegura en la consola, con el codo apoyado en la tapa. Luego vuelve la mirada hacia la carretera.
Tragando más allá de una garganta apretada, encuentro mi voz. "¿Lo que acaba de suceder?"
"He sido demasiado suave contigo".
"Muy suave?"
“Necesitaste un par de días para adaptarte a estar en casa y cerca de mí otra vez. Yo te di eso. Sus ojos atraen
y capturan los míos. “Mi buena voluntad ha llegado a su fin. Está a punto de volverse muy real para ti”.
Un escalofrío susurra a través de mi piel. Me estás haciendo sentir incómodo.

“Espera más de eso. Más incomodidad con un montón de lágrimas y dolor y catarsis.
Cruza esos brazos todo lo que quieras. Estarás a la altura del desafío, porque el Conor que conozco nunca retrocede”.
Descruzo los brazos. "Yo no soy esa chica".

"Así es. Eres más fuerte, más feroz, y tan malditamente intratable que me pone duro. Realmente jodidamente
duro. La ronca ronca de su voz se enrosca a través de mí como una llama que arde lentamente. “Me enamoré de tu espíritu
resistente, y todavía estás en posesión de eso. Si no fuera así, lo haría de otra manera”.
Mi reacción reflexiva es darle un puñetazo en las bolas, pero guardaré esa pelea para cuando diga
mí lo que está planeando.

“En dos semanas”, dice, mirándonos a mí y al camino, “vamos a cometer el
mismo crimen que puso a tu hermano en la cárcel.
Excepto que Lorne mató a un hombre inocente. Wyatt Longley perdió la vida sin motivo alguno”. Espero por Dios
que Jake no se esté arrepintiendo. Levi Tibbs no merece respirar.
Con una mano en el volante, coloca la otra en el asiento entre nosotros, con la palma hacia arriba.
“Dame tu muñeca.”
"No." El vello de mi nuca se eriza y me deslizo más cerca de la puerta. "No puedo hacer eso".
"Pon tu muñeca en mi mano y te explicaré cómo Lorne mató a un hombre malo ".
"¿Qué?" Mi cuero cabelludo hormiguea. "¿Qué quieres decir?"
"Tu muñeca".
Mi pulso se acelera, como el viento azotando el parabrisas. El tono de su voz es tan condenadamente exigente,
pero eso no es lo que me conmueve. Es el amor en sus ojos, asegurándome sin hablar, protegiéndome sin tomar.
Algo dormido en mí responde, obligándome a apostar por ese amor.

Levanto mi brazo y apoyo mi muñeca en su palma.
Los fuertes músculos de su mano permanecen flojos y flojos, sus dedos ligeramente doblados pero no
apretados. Espero que surjan los recuerdos, pero las palabras de Jake me distraen.
“Andy y Wyatt Longley no deberían haber estado cerca del barranco esa noche. No tenían nada que hacer
deambulando por los pastos del sur en absoluto”. Él frunce el ceño. “Estaban allí para ayudar a dos sicarios a entrar y
salir de la propiedad y deshacerse de los cuerpos que quedaron”.
"¿Cuerpos?" Mi estómago se anuda. "¿Mía y de Lorne?"
"Sí." Ni un solo tic o pliegue de tal vez me equivoque en su expresión severa.
Tienes pruebas.
“Hace tres años, grabé una conversación entre mi papá y Andy Longley”.
"¿Los estabas espiando?"
“En ese momento, estaba espiando a todos. Su conversación no eludió la actividad criminal, pero algo al
respecto me hizo sospechar. Así que me enfrenté a Andy y saqué una confesión”.
"¿Cómo?"
“Lo alivié de sus dientes. con mi puño Luego lo relevé de su trabajo”. Aprieta la mandíbula.
“La única razón por la que lo dejo vivir es porque él dejó vivir a Lorne. Estaba armado la noche de tu cumpleaños y podría
haberle disparado fácilmente a Lorne por matar a su hijo.
Latidos explota en mis oídos. ¿ Jake tiene la costumbre de no dejar vivir a la gente?
"¿Lorne lo sabe?" Pregunto.
Sabe todo lo que Jarret y yo sabemos.
“Me estás diciendo que mi hermano está cumpliendo diez años en prisión por matar a un hombre que planeó
disponer de su cuerpo? Mi corazón se hunde en un pozo de desesperación. "¿Cómo puede Lorne estar de acuerdo
con eso?"
“Él no sabía sobre la participación de Wyatt Longley cuando se declaró culpable. Tu papá le dijo a Lorne que
alguien los mataría a ambos si regresaban al rancho. Ese fue el ímpetu de nuestra decisión de cortar los lazos contigo”.
—¿Dalton lo sabía? Un aliento irregular sale de mi pecho. Me dijo que no habló con Lorne.
Que Lorne estaba muerta para él.
“La comunicación era intermitente. El enfoque de tu papá era asegurarse de que tu hermano permaneciera
tras las rejas para que no pudiera regresar a casa. A los ojos de tus enemigos, esas barras hechas
Lorne no es una amenaza.

“¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Tu padre y...?
"No voy a responder eso hoy".
“¿Mi vida está en riesgo ahora mismo?” Lanzo una mirada de enojo a nuestro entorno. “No estoy en el
rancho. ¿Debería preocuparme por tu padre?
"Estás conmigo, y puedo manejarlo".
No voy a llegar a ninguna parte con esta línea de preguntas, así que cambio de tema. “Hoy, Lorne
dijo que necesito entender su posición. ¿Qué quiso decir él?"
"Su posición sobre el cumplimiento de la pena de prisión... Primero, no se arrepiente de haber matado a Wyatt Longley por el
razones que expliqué. Dos, su encarcelamiento no solo le ha salvado la vida. Me ayudó a proteger el tuyo al mantenerte
alejado.
Mi mente da vueltas para hacer la conexión. “Porque no habría ido a Chicago con nosotros. Tenía dieciocho años, un
adulto legal.
“Se habría quedado en el rancho”.
Y habría encontrado mi camino de regreso a él. Porque él es mi carne y mi sangre”.
Conor.
"¿Hm?"
“Mira nuestras manos y recuerda respirar”.
Bajo la mirada y se me agarrotan los pulmones.
Los dedos se cierran alrededor de mi muñeca, fuertes y constrictivos. Me tiro hacia atrás, y se aprietan más,
comprimiendo, refrenando. como un nudo Soga. Me araña, desgarrando mi piel, sosteniéndome.
"Déjalo ir." Tiro más fuerte, incapaz de liberarme. "¡Déjame ir ahora! ¡Déjalo ir! ¡Déjalo ir!"
“Respira y concéntrate en mi mano. Sólo soy yo. Soy Jake.
Los músculos y las venas se tensan contra la piel de su antebrazo. Luego, los puntos negros se mueven, borrando
sacarlo y llevarme a ese lugar, ese terrible túnel negro.
"Está muy oscuro." Jadeo, agitándome y desesperado. No puedo respirar. ¡Suéltame, maldita sea!
“Concéntrate en tu muñeca”. La voz de Jake se filtra, profunda y autoritaria. "Dime que ves."
"Estas hiriendome."
"¡Dime que ves!" el grita.
Parpadeo rápidamente y aclaro mi visión. "Una mano. Una mano fuerte. apretando Anudamiento. Está muy ajustado.
No puedo liberarme.
¿De quién es la mano, Conor? ¡Míralo!"
Su forma se difumina a través de mis crecientes lágrimas, pero conozco esos nudillos. Esos dedos largos y gruesos.
"Tu mano." Jadeo, temblando de adentro hacia afuera. "Es tuyo. La de Jake. Ni un nudo. No cuerda.
“Describa cómo se siente”.
"Cálido. Amable." Mis articulaciones comienzan a aflojarse y dejo de tirar. "Familiar."
"¿Te estoy lastimando?"
Niego con la cabeza, los ojos fijos en su agarre. “Pero tú estás… tú me estás abrazando. Oh Dios, estás sosteniendo
mi muñeca”. Mi respiración se acelera.
"Seguir hablando. No apartes la vista de nuestras manos”.
Durante el resto del viaje de tres horas, mantiene su agarre en mi muñeca y me hace
soportar las pesadillas que evoca su toque.
Lucho y retrocedo a la memoria, me rindo y produzco estallidos de palabras, y él no me suelta. No cede. Ni una sola
vez.
Para cuando estaciona el camión en el rancho, mi garganta está en carne viva por el uso excesivo y el agotamiento
licua mis extremidades.
La mano en mi muñeca se afloja y sus dedos se entrelazan con los míos. Fuerte, calloso
dedos que conocen la cuerda.
Giro la cabeza y lo encuentro observándome.
Los ojos marrones oscuros brillan con motas doradas a la luz del sol. Sus rasgos esculpidos transmiten
preocupación y alerta. A él le importa lo que estoy pensando y sintiendo, quizás más que a mí, y
me mueve
Podría haber pasado las últimas tres horas escuchando música y disfrutando del viaje. En cambio, atacó mi
gatillo, me bajó a la oscuridad y se unió a mí allí.
Algo hace clic dentro de mí, como una llave que gira. He estado vagando sin rumbo, tan perdido y
lejos de mí mismo. Pero acabo de encontrar la puerta que me lleva de regreso. Él es la otra mitad de mí, y él tiene las
piezas que me harán completo de nuevo.
"¿Me curaste?" Las lágrimas amenazan, y trago el sabor salado.
"No nos anticipemos." El Stetson se sienta bajo en su frente, y lo empuja hacia arriba.
“Esto no se trata de una cura. Estamos aprendiendo a controlar sus pensamientos y sentimientos sobre el trauma y cómo
trabajar con los recuerdos durante un ataque de pánico. Todavía tienes que hablar sobre el barranco.
“¿Qué pasa si no puedo? ¿Tendré flashbacks la próxima vez que alguien me agarre?
"Más probable es que sí." Desliza su mano a mi muñeca y se engancha. “En el futuro, tus brazos ya no están
fuera de los límites. Los tocaré, los agarraré y los ataré. Lo mismo ocurre con sus otros factores desencadenantes. Voy
a traspasar todas tus pesadillas y las atravesaré contigo todo el tiempo que sea necesario. No va a ser divertido, Conor,
pero no estarás solo. Nunca más."
Con su mano alrededor de mi muñeca y su pulgar acariciando mi piel, me inclino hacia la ternura de su toque.
Se tomó dos semanas libres de trabajo para hacer esto por mí. Para acompañarme en los rincones más oscuros
de mi mente.
“Jake, yo…” No puedo expresar mi gratitud con palabras.
Me desabrocho el cinturón de seguridad, me arrastro por el banco y me subo a su regazo. Sus ojos se abren y
sus brazos me rodean.
Le quito el sombrero y paso mis manos por su sexy cabello castaño. Tocarlo es un impulso irresistible, y
me entrego a él con dedos ávidos, recorriendo la forma cincelada de su rostro y acariciando la gruesa columna de su cuello.
Inclinándome, inhalo el aroma de su cuero cabelludo, sus bigotes, su aliento. huele a cuero
y acero, testosterona y sexo. Huele a la versión masculina del chico del que me enamoré.
Me mira acaloradamente con jadeos erráticos, su cuerpo rígido, su polla dura y sus músculos vibrando
con un poder puro y hambriento. No hay mejor sentimiento en el mundo que ser deseado por un hombre como Jake Holsten.
Y ese deseo se agita inquieto entre nosotros. Se siente ceñido y ensillado, como si estuviera listo para ser pateado
al galope y montado con fuerza.
Gravito más cerca, hundiéndome en la trampa. Debajo de esa mirada de chocolate fundido acecha la
crueldad y el peligro. No está a salvo. No en lo que a mi corazón se refiere. De todos los hombres que me han
lastimado, su crueldad fue la más dañina.
"Tengo miedo." Tomo su rostro, mis ojos fijos en su boca seductora.
"Lo sé." Se desplaza hacia mí lentamente, con atención, hasta que su aliento lame mis labios. “Pero nunca
huyes del miedo”.
Se abalanza y me besa, saciando mis sentidos con su abrumadora esencia. Sus labios se mueven con urgencia
contra los míos, su lengua busca y saquea los lugares ocultos de mi boca, como si albergara la respuesta a todo lo
que busca.
Quiero dárselo. Me muero por entregar todo lo que exige. Porque me hace sentir amado. Porque me sigue
en la oscuridad. Porque alivia el dolor que bombea por mis venas.
Inclina su boca y profundiza el beso, su lengua salvaje y exigente, sus brazos

apretando mi cuerpo contra el suyo.
Sus labios saben a felicidad: el humo y el calor de una fogata, el sol sobre el prado y el nacimiento de un
joven amor.
Nuestro amor.
Encontré mi camino a casa.

En una camioneta nueva con un hombre adulto, recuperamos nuestro vínculo insustituible. Se arquea
entre nosotros, más grande, más fuerte y más formidable que nunca, extendiéndose de un corazón al otro.
El puente entre nosotros no se perdió. Las piezas siempre han estado aquí. Solo necesitaban volver a
montarse.
Me inclino y toco mi frente con la suya, deleitándome con la conexión. "Nunca dejé de amarte."
"¡Te odio!"
El grito ronco de Conor hace eco en el prado soleado, asustando al ganado y endureciendo mi polla.
Ella no me odia.
Ella nunca dejó de amarme.
Han pasado tres días desde su revolucionaria declaración. Tres días de terapia centrada en el trauma, que
resultó ser más difícil de lo que esperaba.
La terapia es sencilla. Conor es la parte difícil. Pero que me jodan, no me canso de su fuego.
"¡Alguien me va a ver, idiota pervertido!"

Ella se calmará, eventualmente. Mientras tanto, tengo una vista espectacular de su culo flexionado.
Até una silla de montar a la valla en el otro extremo de la pradera este. Nadie está trabajando cerca de
aquí esta tarde, y la cerca en esta sección es más nueva, más resistente, con gruesos pasamanos de madera que
sostienen su cuerpo inmovilizado maravillosamente.
Las correas pesadas abrochan el sillín en su lugar y evitan que se resbale. Más correas cruzan su espalda
y atan sus piernas a la valla.
Tuvo que esforzarse un poco para colocarla en su posición: boca abajo e inclinada hacia un lado sobre el
sillín. Sus bonitos brazos tatuados cuelgan de un lado, sus piernas atadas del otro.
Me paro detrás de ella, torturándome con la vista de su trasero en pantalones cortos deshilachados.
Cada vez que se retuerce, la mezclilla se eleva unos centímetros sobre sus piernas blancas como la crema.
No le até los brazos. No porque ella no esté lista. Dios sabe que mi polla está lista. Pero ella
necesita sus manos libres para el lápiz y el diario encuadernado en cuero que le di. Para ser honesto, me
sorprende que no me los haya arrojado.
"Escribiré las malditas palabras". Ella lanza una mirada por encima del hombro. "¡Deja de mirarme el culo y
desátame!"
"Dijiste que preferirías colgar tu silla de montar en la cerca y tirarle tierra".
"Estás tan jodidamente enfermo".
"Apunta eso."
Pasé los últimos tres días ordenándole que llevara un diario de cada sentimiento y recuerdo que
superficies. Palabras, imágenes, indicaciones, detalles, cualquier cosa que se te ocurra. Toco sus muñecas
constantemente, y sus flashbacks son cada vez menos frecuentes. Pero necesita aprender a analizar sus
pensamientos angustiosos.
Tiene mucha culpa: por el barranco, el abuso de su padre y el encarcelamiento de Lorne. Al cambiar la forma en
que percibe el pasado, puede cambiar cómo se siente.
El problema es que se niega a escribir nada. Hacer que ella vocalice los recuerdos es
como sacar dientes. Ella necesita algo de motivación.
Así que la até a una silla de montar con el diario.
Todavía no ha escrito una sola palabra.
Es hora de sacarle algunos recuerdos.
Saco mi teléfono de mi bolsillo y selecciono una canción de Chris Stapleton para reproducirla repetidamente.
Los acordes vibrantes de Whiskey y You llaman su atención. Cuando empiezo a cantar suavemente, ella se queda quieta,
arrullada por mi voz.
Una mirada soñadora se asienta sobre su rostro. Ella apoya su mejilla en sus brazos, donde se doblan en la silla
debajo de ella, el diario olvidado en su mano.
Jesús, su expresión, las ondas de cabello rojo fuego alrededor de sus gráciles hombros, la gentil
la curva de su columna… Mi corazón se encoge.
Ella es el tipo de belleza que pone a un hombre de rodillas, y por alguna razón, le encanta cuando canto. Así
que paso los siguientes minutos dándole una serenata con toda el alma y la emoción que se merece.
Una vez que se tranquiliza hasta la apatía, me desplazo fuera de su línea de visión y deslizo un frasco de mi
bolsillo. Unos cuantos tragos abundantes saturan mi aliento y calientan mi garganta. Luego devuelvo la petaca y sigo
cantando.
El sabor del whisky me calienta la sangre, pero no tengo el hábito de beber. sería demasiado
fácil de adormecer mis problemas con una botella. Tengo miedo de que me consuma, y eso es lo último que necesita
Conor.
"Le estabas cantando a ella". Levanta la cabeza y encuentra mis ojos detrás de ella. "Cuando usted
estabas con Sara Gilly, estabas cantando…
"Hermosa guerra." Me subo a la valla junto a ella, y la barandilla de madera gime bajo mi peso. “Sabía que estabas
afuera de la puerta. Te estaba cantando , Conor.
Su rostro se contrae por el dolor y sus hombros se estremecen.
“Leo y releo tus cartas todos los días”. Acaricio el brazalete de cuero en mi muñeca, trazando el
arañazos y abolladuras. “Nunca me quito esto”.
"¿Lo usaste cuando te follaste a otras mujeres?"
Asiento, y sus ojos pierden el foco, empañados bajo un brillo de lágrimas.
Una frialdad que debilita los huesos se extiende por mi cuerpo. Pena. Lástima. Lamento pesado e
inconsolable.
"Lo que sea que estés sintiendo", digo en voz baja, "escríbelo".
Vuelve su mirada al diario y pasa el lápiz sobre la página. Luego escribe una palabra.
Muerte.
Así es como la hice sentir cuando le rompí el corazón. Lo supe mientras sucedía, pero para
ver la verdad brutal escrita tan claramente en cinco letras... Duele en un nivel completamente nuevo.
Supongo que ese es el punto.
Conor no es el único que lamenta los crímenes que se cometieron contra ella.
A horcajadas sobre la gruesa barandilla de la cerca, me apoyo contra el poste y trabajo mi garganta contra un
bulto abrasador.
“No dejes de cantar”, susurra.
Aclaro mi voz y le doy lo que necesita. Mientras canto, el lápiz se mueve debajo de la
cortina de su cabello.
El diario servirá como esquema más adelante, cuando nos alejemos y nos descomprimamos. Bien ser
capaz de evaluar sus pensamientos y hablar a través de ellos. En este momento, solo necesita dejarlo salir.
La canción se repite dos veces antes de que deje de escribir. "Terminé. Puedes desatarme ahora.
Yo decido cuando ella ha terminado. Ese es un concepto que parece haber olvidado.
Ella necesita ceder a mí tanto como yo necesito cuidarla. Nuestra naturaleza prospera en el
roles que establecimos hace mucho tiempo: el líder y el seguidor, el superior y el inferior, el alfa y el omega.
Ambos anhelamos ese orden jerárquico. Encontramos armonía en él. Si tengo alguna esperanza de hacer que
funcionemos a largo plazo, necesito mantener nuestra dinámica.
Esta es la otra razón por la que la até a la silla.
Me deslizo fuera de la valla, bajando por el lado que mira. Detrás de ella, el sol desciende hacia la ladera,
llevándose consigo parte del calor.
Después de una revisión rápida de las correas contra su espalda, me paro frente a ella, a medio metro de distancia.
"Obedeceme." Inclino la cabeza, estudiando su rostro. “Y te diré lo que pasó cuando fui a Chicago”.
"¿Fuiste a Chicago?" Ella inhala fuertemente. "¿Cuando?"

“El día después de que te fuiste en tu motocicleta”.
"Por qué lo hiciste…?" Sus ojos se mueven nerviosamente entre los míos. "Ay dios mío. viste el
moretones ese día. Sabías que él…” Su boca se cierra y se abre. "¿Qué hiciste?"
—El diario —digo con firmeza, señalando el libro que tiene en la mano.
"Está bien, escribiré". Ella mueve el lápiz. "Sólo dime."
“El día después de ver tus moretones, me subí a un avión, fui directamente a su apartamento y
golpearle la cara.
Su garganta se mueve. “Murió tres semanas después”.
“Yo no lo maté”. Me quito el sombrero y me paso los dedos por el pelo. “Quería hacerlo, Conor. No puedo
decirte lo mucho que deseaba acabar con su vida por lo que te hizo. Pero él era tu padre. Tu único padre vivo. No podría
hacerte eso.
Su respiración se entrecorta y sus hombros se tensan. Mira el diario, parpadea un par de veces y anota algunas
palabras.
Buena niña.
Camino a lo largo de la cerca mientras ella escribe. Unos minutos más tarde, su voz hueca me detiene.
"¿Hablaste con él?"
"Sí." Me acerco a ella y doblo mis rodillas, poniéndonos a la altura de los ojos. “Le dije que vi el abuso
él infligió. Él no lo negó”.
¿Estaba bebiendo?
"Sí." Jodidamente desperdiciado. “Exigí respuestas sobre las amenazas a tu vida, pero se negó a darme
nada más allá de lo que ya sabía. Te quería de regreso en Chicago, lejos del rancho. Fue beligerante en ese punto”.
Inspeccioné el departamento mientras estuve allí y encontré comida, ropa, todo lo que una niña de su edad
necesitaba para vivir cómodamente. Él la mantuvo lo suficientemente bien, pero en su intento de adormecer su dolor, no
le dio la seguridad y el amor que necesitaba.
Así que lo golpeé hasta dejarlo inconsciente y dejé su culo sangrante y borracho en el suelo.
Mira fijamente el diario, el lápiz presionado contra el papel, inmóvil. Una lista de viñetas de
palabras sueltas alinean la página debajo de su mano. Solo, herido, asustado, sin esperanza, etc.
Luego está mi nombre, en mayúsculas y subrayado, con un montón de adjetivos debajo.
Arrogante. Manipulativo. Vengativo. Kinky… Me gusta ese último.

Pero ella no escribió ningún recuerdo específico sobre Chicago. Ella necesita abordar lo que pasó con su
padre.
Acaricio el dorso de mis dedos a lo largo de su delicado rostro. Dime lo que hizo.
"No. Por favor, Jake. No quiero hablar de ello."
"Escríbelo."
Ella niega con la cabeza enérgicamente, con firmeza, y dirige su mirada a mi teléfono en la valla.
"Apaga esa canción".
Tendré que activar sus recuerdos del abuso. Esperaba eso, pero la quiero en mis brazos cuando lo haga.
Guarda el diario. Me muevo a su alrededor, soltando las correas de su espalda y saltando.

sobre la valla para desatarle las piernas.
Se baja de la silla y gira en mis brazos.
Mis músculos se tensan, fortaleciéndose. Luego dirijo su rostro hacia el mío y exhalo.
Ella aspira una bocanada de aire y se congela.
“Hueles a…” Ella jadea, y todo su cuerpo se bloquea. "¿Por qué hueles a whisky?"
"Respirar. Respiraciones profundas y lentas”.

Su pecho se agita, y repentinas y convulsivas tomas de aire atraen más de mi aliento con olor a whisky hacia su
nariz. Ella se ahoga y trata de alejarme.
El lápiz y el diario caen al suelo, y los sigo hacia abajo, acomodándola para que se siente de lado en mi regazo
con su hombro contra mi pecho.
En el momento en que la posiciono, ella está en modo de pánico total, retorciéndose y sollozando y arrancándome
el corazón.
Estoy contigo, Conor. La abrazo con fuerza contra mí, respirando contra un lado de su cara.
“No luches contra eso. Déjalo salir. Purgarlo. Estaré contigo todo el tiempo”.
Ella solloza y lucha en mis brazos por una eternidad agonizante. Entonces su batalla se desvanece en
gritos bajos y lamentosos, empapando sus mejillas y temblando su cuerpo.
Enrosco sus dedos alrededor del lápiz y pongo el diario en su regazo, urgiéndola en silencio.
Un tramo de desgana persiste antes de que sus paredes se rompan, y su dolor explota en una inundación brutal.
Ella habla mientras escribe, detallando los horrores de su abuso: cada bofetada, puñetazo, patada y palabra de odio.
Mientras absorbo sus viciosos recuerdos, la parte de atrás de mis ojos arde. Mi sangre corre caliente y la
adrenalina corre por mis venas. Pero mantengo la boca cerrada y mis manos suaves, acariciando su brazo y acariciando
su cabello.
Una hora más tarde, el sol toca el horizonte y Conor deja a un lado el diario lleno de páginas de sus flashbacks
de Chicago.
Se acurruca contra mi pecho, respira uniformemente y sus músculos están lánguidos. Eres muy paciente conmigo.
“Quiero hacer esto bien, y el proceso es importante. Además, sé lo que me espera al final de esto.
Se gira en mis brazos y me mira debajo de las pestañas mojadas. "¿Qué es eso?"
“Tú, donde necesitas estar, con quién debes estar”.
"Me encanta tu persistencia". Ella se acerca más, apoyando una palma en mi mejilla y cerniéndola.
boca a un beso de distancia. Necesito eso, Jake. Incluso cuando estoy peleando contigo. Especialmente cuando estoy
lucha. Necesito que no te rindas conmigo.

No lo haré. Nunca." Tomo un sorbo de sus labios de atardecer y me recuesto. "¿Puedes probar el whisky?"
Ella asiente y aparecen pequeñas líneas entre sus cejas. "No me gusta su olor en ti".
"No es su olor". Vuelvo a besarla, solo un roce de bocas y aliento. “Estamos haciendo nuevos
recuerdos. La próxima vez que huela a whisky, piense en este momento. La hierba bajo tus piernas. Todos los colores en
el cielo. La forma en que nos sentimos juntos”.
Pensaré en Whisky y en ti. Ella mira mi teléfono, donde la canción se repite, y regresa a mí. “Cántame, Jake”.
Con una suave sonrisa, entono la letra con el acento profundo y retumbante que a ella le encanta.
Cuanto más tiempo canto, más rápida se vuelve su respiración, su nariz palpitando más ancha para
adaptarse al cambio en el flujo de aire. Sus pupilas se dilatan, y esos lustrosos ojos verdes me sostienen con una mirada tan
intensa y prolongada que agarro sus caderas y coloco sus piernas a horcajadas sobre las mías.
Con la cabeza gacha y las mejillas ligeramente sonrojadas, descansa su mirada en mi boca. “Creo… quiero que tú—”
Devoro el resto de sus palabras, temblando mientras florecen en una corriente electrizante de calor a través de
mi cuerpo.
Hay un hambre en ella que coincide con la mía, una urgencia expectante que colapsa el aire entre nosotros.
Como sus labios, voraz por hundirme más profundo, llegar más lejos. Sabe a mi chica, cruda y salvaje como la
tierra que nos rodea. Un gemido pesado se libera, y mi pene se tensa contra mi cremallera.
No puedo follarla. No hasta que sepa por qué la he estado protegiendo y qué he hecho para mantenerla con vida.
Cuando tengamos sexo, quiero que sea honesto, completamente abierto, sin nada entre nosotros.
Pero no tengo reparos en desnudarla y hacer que se corra.
No sé cuándo empezaron a vagarme las manos ni cómo me sangraron los dientes. Tal vez sea ella la que muerde,
pero pruebo la esencia cobriza en nuestras lenguas como fuego fundido. Nuestras necesidades combinadas golpean mi
control, volviéndome loco y codicioso.
Alcanzando detrás de mi cabeza, tiro de mi camisa y la extiendo sobre la hierba. Ella tiembla en mi regazo, sus ojos
vidriosos de lujuria brillan con anticipación.
La giro y la pongo sobre la camisa.
“Han pasado seis años”. Me tiemblan las manos cuando le suelto la bragueta y le deslizo los pantalones cortos.
piernas. “Seis años desde que vi tu cuerpo.”
“Jake, necesito…” Su piel se sonroja con un delicioso tono rosado mientras se quita la blusa.
Hasta este punto, he logrado controlarme. No es fácil. Pero no he caído sobre ella como un animal en celo, a pesar
de lo mucho que quiero empujarla dentro y follarla hasta la mierda.
La vista de sus pechos en el sostén blanco de encaje, la hermosa flor calentando su carne, y levantándose
y caída de su pecho al mirarme, todo eso me deshace. Destierra mi razonamiento, y todo lo demás se convierte en un
borrón insignificante en el telón de fondo de su belleza.
Todo lo que importa es tocarla, besarla y quitarle ese obstáculo de encaje de su cuerpo.
Busco a tientas los broches, tratando de no arrancar el maldito sostén de su cuerpo, pero los cierres son demasiado
pequeños e intrincados. Mis manos están hechas para cortar heno, trabajar con maquinaria pesada y conducir ganado.
No delicados ganchos en encaje.
Se ríe de mí mientras abro los cierres y tiro el sostén. Sus tetas llenan mi vista, redondas y rosadas. Tan
jodidamente impresionante. Tengo que recordarme a mí mismo que debo respirar.
Cuando se acerca a mí, recuerdo por qué estamos aquí y atrapo sus muñecas en mis manos.
Su creciente pánico es inmediato: respiraciones ásperas, barbilla temblorosa y rigidez en el cuello.
"Háblame." Aprieto mi agarre, ansiosa por atraer sus agitadas tetas a mi boca.
"No te detengas".
Cristo, amo a esta chica. Mi pulso se acelera mientras me muevo a su alrededor.
Con su cabeza inclinada hacia la cerca debajo de la silla, tomo sus brazos en una mano
y levántelos hacia la correa colgante del sillín.
"Te estoy atando las muñecas". Enrollo la correa de cuero una, dos veces y la paso, dejando
es agradable y suelto. "Un tirón fuerte y tus manos se soltarán".
"Bueno." Su voz cruje y los temblores se estremecen a lo largo de sus extremidades.
Ha estado en casa durante cinco días y hemos pasado ese tiempo centrados en su trauma relacionado con
yo y su papa. Todavía tenemos que cabalgar hasta el barranco o discutir los detalles de la violación.
Mantengo una estrecha vigilancia sobre su angustia mientras me muevo a lo largo de su cuerpo, tocando sus curvas,
jugando con su carne y ahuyentando su miedo. La forma de reloj de arena de su cintura, las curvas en forma de media luna de
sus senos y el delicado terreno de su vientre plano: es una pradera temblorosa y jadeante de piel sedosa y tentación.
Ella gime cuando acaricio sus pezones, se derrite cuando deslizo las yemas de los dedos por sus abdominales y suspira
cuando le quito las bragas.
Arrodillándome entre sus piernas, tomo la parte posterior de sus muslos y la abro. Han pasado tres años desde que la
probé en ese granero. Seis años desde que descansé mi mirada en su triángulo castaño rojizo y su apretado coño rosado.
La emoción zumba a través de mis terminaciones nerviosas y me doy un momento para absorberla.
"Jake". Ella se retuerce bajo mi atención.
Recorro su cuerpo con la mirada y la encuentro mirándome con la mirada que solía darme.
cuando éramos más jóvenes, el que penetra tan profundamente en mi interior que desata mi autocontrol, puntada a puntada.
Bajo al suelo, me acomodo en el vértice de sus muslos tonificados e inhalo su dulzura.

Mi polla se hincha y palpita, amenazando con explotar.
“No quiero que me amordacen”. Sus ojos no se mueven de los míos. "Alguna vez. Prometeme."
"Tienes mi palabra." Giro la cabeza y muerdo su muslo, provocando un grito de ella. "Amo
tu pequeño y sexy suena demasiado.
"¿Qué más te gusta? Sé lo que te excita cuando nos besamos y cuando yo solía... darte una mamada. Pero cuando se
trata de sexo…” Ella se muerde el labio. “Solo lo hemos hecho una vez, y fue oscuro y ruidoso”. Ella tose. Y rápido.
"Sí, fue jodidamente rápido". Le doy otro pellizco a su muslo. "Era una virgen amplificada con la mujer más hermosa del
mundo en mi polla".
Sus ojos se suavizan. “Me encanta que fui tu primera.”
"Yo también." Arrastro mi nariz a lo largo de su hendidura resbaladiza, complaciéndome mientras considero su pregunta.
¿Qué más te gusta? Ella está preguntando acerca de mis excitaciones. Porque está en su naturaleza complacer.
Porque está pensando en el futuro.
Nuestro futuro.
"Claramente, te gusta la esclavitud". Le da a la correa de cuero un ligero tirón.

"Esclavitud, sí". Lamo su clítoris. Y asfixia. Azotaina. Dominante." Entierro mi cara y
enrosco mi lengua a través de sus pliegues, deleitándome con el aleteo de sus pestañas. "Anal."
"No." Su mirada se fija en la mía. "Anal es un no duro".
Mantengo mis ojos en los de ella y empujo un dedo profundamente dentro de su coño, girando y lubricando.
Ella sigue el movimiento de mi mano, temblando, mientras la deslizo hacia atrás y presiono contra su tenso anillo de músculo.
“Jake. Por favor." Ella aprieta su trasero, pero algo brilla en sus ojos. algo calentado
y lujurioso.
Aparte de mí, Miles York es el único hombre con el que ha tenido sexo voluntariamente. Después de la
conversación que escuché en el porche, sé que ella no permitió que él se acercara a su trasero.
"Relajarse." Presiono con el dedo el primer nudillo, no lo suficientemente profundo como para causar molestias.
"Eso es todo lo que voy a hacer esta noche".
La tensión en sus piernas se afloja y deja escapar un suspiro. “No quiero volver a experimentar ese tipo
de dolor nunca más”.
Sosteniendo mi dedo en su recto, deslizo mi pulgar en su coño y beso su clítoris. "Cuando
estás excitado y completamente lubricado, es extremadamente placentero”.
"¿Cómo sabrías? ¿Alguna vez te han metido algo en el culo?
"No." Pero las mujeres con las que me follé en el pasado lo amaban lo suficiente como para rogar por ello. "Alguna vez has
¿Viste un video con sexo anal?
"Sí."
"¿Y?"
“Son actores”. Los músculos de su coño se contraen alrededor de mi pulgar. “Les pagan para que parezca tentador”.
Pero a ella le gusta.

“Cuéntame cuál es tu favorito”, le digo.
Aprieta la mandíbula y mira hacia otro lado, terca como siempre.
Vuelvo mi boca a su clítoris y festejo, lamiendo y chupando hasta que ella se retuerce y gime y
tiembla debajo de mí. Entonces quito mi toque y me alejo.
Su mirada frustrada dispara una emoción sádica a mi polla.
“Tu vídeo favorito”. Mojo mis labios.
"Eres mala."
"Persistente." guiño
"Peligroso."
"Peligrosamente enamorado."
Deja caer la cabeza en el suelo y se mira las muñecas en las correas. “Encontré este
vídeo en línea Un clip de película de una película extranjera”.
Bajo mi boca a su coño y espero.
Su garganta se mueve a través de un trago. Luego describe a una mujer que representa una escena de violación,
uno que incluye bondage, asfixia y anal.
Sus pezones se tensan mientras habla, su voz áspera y respiraciones cada vez más superficiales. Ella explica
cómo lo pausa y lo reinicia, controlando el dolor y sacando el poder de eso. Para cuando termina, su coño está más
húmedo que nunca.
Con mis manos debajo de sus muslos, la atraigo hacia mí, entierro mi cara y termino con ella dentro.
segundos. Ella se corre violentamente, moviendo sus caderas, frotando su coño contra mi boca y gritando mi
nombre.
Maldita sea, ella es exquisita. Estoy tan jodidamente excitado que se necesita un gran esfuerzo para no reventar una nuez en
mis pantalones.
Mientras se calma, salpimento besos a lo largo de la parte interna de sus muslos. Luego subo por su cuerpo,
arrastrando mis labios por cada delicioso centímetro de ella, mordisqueando y saboreando con toques sin prisas.
Suelto la correa de sus muñecas y tomo su boca suavemente, besándola porque tengo que hacerlo, porque
perderé la cabeza si no lo hago.
Sus dedos se enredan en mi pelo, y sus labios embriagan mi alma. Mi lengua la guía. Su
los gemidos se encuentran con los míos. Nuestras respiraciones se fusionan y nuestros corazones laten al unísono.
Es imposible describir el vínculo que compartimos. Somos demasiado grandes para las palabras. Demasiado sagrado.
Somos un sentimiento que va más allá de arranques y paradas. Somos más fuertes que holas y despedidas y más profundos
que comienzos y finales.
Somos una existencia que no se puede medir. No importa dónde esté ella o lo que haya hecho. Siempre
volveremos a este lugar. Un lugar que no se puede encontrar en un mapa o en una línea de tiempo.
Nada en el mundo puede tocarnos aquí.
Estirada debajo de mí, me devuelve el beso con una boca hambrienta, sus manos recorriendo el
largo de mi cuerpo y alcanzando mi cremallera.
Conor. Capturo su muñeca y la llevo a mis labios. "¿Quieres tener sexo conmigo?"
“Yo…” Su cuerpo tembloroso grita que sí, pero sus ojos se estrechan en rendijas sospechosas. "Me siento
atraído por ti."
“Así que estás listo para hacerlo, ¿sí? a tu manera.
Su boca forma una línea plana.
“Cuando te follo, lo hacemos a mi manera. Déjame darte una pista…” Pellizco su pezón, lo suficientemente fuerte
como para hacerla jadear. “Me encantan todas las posiciones”.
"Sabes que no puedo"
"No hasta que me gane tu confianza".
“Si me dijeras todo lo que me ocultas…”
"Pronto." Todavía tenemos un camino difícil por delante, pero una cosa es segura. Eres mío, Conor Cassidy.
Dirijo a Conor durante la próxima semana con más de lo mismo. Más besos y caricias. Más esclavitud ligera. Más
terapia.
Los recuerdos agotadores llenan las páginas de su diario de adelante hacia atrás, y las conversaciones sobre esos
recuerdos llenan nuestros días.
Por la noche, encontramos refugio en el porche trasero con Jarret, recordando, cantando y jugando.
guitarra. Luego nos retiramos a nuestra cama, su cuerpo envuelto alrededor del mío, y fingimos que no queremos jodernos
los sesos.
Ha sido una maldita semana larga.
Me apoyo contra la isla de la cocina y la veo revolotear por el mostrador trasero, limpiando las superficies y
guardando las cosas. Jarret condujo hasta la ciudad para explotar su sabor de la noche, y la casa está ensordecedoramente
silenciosa y silenciosa, como si estuviera conteniendo la respiración.
Yo soy el que no respira.
La espera ha terminado.
Los cuerpos en el barranco, el chantaje con mi papá, la noticia de la liberación de Levi Tibbs, la planificación y el
secretismo, las sesiones de terapia, su declaración de amor, todo eso tenía que materializarse y culminar, para llevarnos
a este punto culminante. Esta noche, la sacaré de ese lugar oscuro y torturado en su mente, donde estuvo cautiva
durante seis años, y la liberaré.
Se detiene en el fregadero de espaldas a mí y suspira. "Dos días."
Levi Tibbs camina en dos días.
Los tres formulamos una estrategia férrea para acabar con él sin que nos atrapen. Los detalles de ese plan han
estado ocupando su mente todo el día.
Después de visitar a Lorne la semana pasada, sé que tiene reservas. Las consecuencias de matar a un hombre la
contemplaron con los ojos endurecidos de su hermano.
"Puedes quedarte sentado". Preferiría que lo hiciera, pero sé que no lo hará.
De cualquier manera, no tengo intención de dejar que ella tome la culpa si la mierda sale mal.
"Me preocupo por ti". Ella inclina la cabeza, mirando su palma llena de cicatrices. "No puedo perderte de
nuevo".
Mi corazón se salta un latido. Eso es lo más cerca que ha estado de reconocer verbalmente nuestro futuro juntos.
Salgo de la isla y llego a su lado en tres zancadas.

"No voy a ninguna parte." Tomo su rostro y acaricio con mi pulgar sus labios carnosos. "Prometo."
Ella asiente, mirando hacia abajo, su expresión pensativa. “Hoy no tuvimos ninguna charla de terapia.
Me siento como…” Sus ojos regresan a los míos y se estrechan. "Estás planeando algo grande".
Le di el día libre para descansar. Necesitará cada gramo de energía para la larga, agotadora y grandiosa noche que
tenemos por delante.
Dentro de unos minutos vamos a hablar del barranco. Toco sus labios con un dedo, deteniendo su intento de
protestar. “Entonces te voy a contar todo”.
"¿Todo?"
"Sí." Doy un paso detrás de ella y presiono mi pecho contra su espalda, atrapando su pelvis contra la
encimera.
"Jake". Sus hombros se elevan hasta las orejas y empuja contra el borde del mostrador. "Respaldo."
Me acerco más, registrando la aceleración de su respiración. He estado provocando mucho este desencadenante en
los últimos días. Esta noche, voy a marcarlo con una línea roja.
“Concéntrate en mi voz”. Lentamente deslizo mis brazos alrededor de su diminuta cintura y pongo mi boca en su
oído. Vamos a hablar de tu decimosexto cumpleaños. Voy a contarte todo lo que sé. Entonces, si me he ganado tu perdón,
te voy a follar. Bajo una mano a su coño y presiono contra la costura de mezclilla. "Aquí."
“No puedo hablar de…” Ella agarra el borde del fregadero, temblando y jadeando. No el barranco. No puedo hacer
esto.
“Puedes, y no estarás solo”.
Sus uñas rascan contra el mostrador, su respiración es fuerte y entrecortada. “No puedo tener sexo por detrás”.
"Todas las posiciones, Conor".

Un sollozo estremecedor escapa de sus labios. “Creo… Tal vez…” Traga saliva en busca de aire. “Hay
medicamento que puedo tomar para la ansiedad. Eso estaría mejor."
“La medicación es adictiva e innecesaria. Levanta tus brazos."
Ella los cruza, abrazando su cintura.
Doy un paso atrás lo suficiente para dejar volar mi mano. El golpe duro en su culo la envía sobre ella
dedos de los pies. Sus manos caen sobre el mostrador y suelta un medio grito, medio gemido.
"Brazos arriba." La azote de nuevo. "Me encantaría pasar toda la noche enrojeciendo tu trasero".
Un gemido profundo y renuente suena en la parte posterior de su garganta, latiendo una oleada de sangre en mi
pene. Le encanta cuando le doy nalgadas, tanto que corre el riesgo de sufrir un ataque de pánico solo por sentir el mordisco en
mi palma.
Pero ella todavía no ha levantado los brazos.
“Tomaré tu desobediencia como una señal de que no estás listo”. Me alejo de ella.
"Esperar." Se da la vuelta, se pellizca el puente de la nariz y susurra entre dientes:
“Maldito infierno y maldita sea. Solo…” Su mano baja, y sus ojos se clavan en los míos. "No me dejes".
Un crack rasga a través de mi pecho. "¿Crees que eso es lo que voy a hacer?"
Ella levanta un hombro. "No sé."
La tensión alrededor de su boca sugiere que hay algo más que no está diciendo.
Cierro la distancia, agarro sus caderas y la subo al mostrador.
"Vamos a desglosarlo". Me meto entre sus piernas y le doy toda la fuerza de mis ojos.
"Hablar."
Siempre con el maldito parloteo. Pasa sus manos por encima de mis hombros antes de aplanarlas sobre mi
pecho. Eres tan imponente. Potente. Mas largo que la vida. Tu me das
esta locura, zumbido, carrera de cuerpo completo todo el tiempo, y mi cerebro simplemente se vuelve loco ". Ella entrecierra
los ojos. “No dejes que eso se te suba a la cabeza”.
“No soñaría con eso.”
“He pasado cada segundo contigo durante los últimos diez días, y sigo pensando en este zumbido,
el sentimiento hiperconsciente que tengo contigo se va a desvanecer. Pero no es así. Simplemente sigue
creciendo más fuerte y más fuerte y…”
"¿Y?"
“Estoy aterrorizado de eso. De esto. Ella hace un gesto entre nosotros. “No sé lo que estás escondiendo. No
sé si me vas a romper el corazón otra vez. Ni siquiera he tratado de encontrar un lugar para vivir, y eso es
simplemente... estúpido. Luego está todo el asunto de las nalgadas. Jesús, Jake. ¿Por qué me gusta eso? Después
de Dalton… Sus cejas se juntaron. “Debería golpearte en la garganta cada vez que me pones una mano encima”.
"Gracias por ser honesto conmigo". Tomo su mandíbula y beso sus labios. "Te amo."
"También te quiero." Ella toca mi boca con un dedo y se demora a lo largo de mis bigotes. "Eso
también me asusta.
“Después de esta noche, no habrá más secretos entre nosotros. Y ya tienes un lugar donde vivir. Si no
eres capaz de perdonarme por el infierno que te hice pasar, me mudaré al ala de Jarret.
El ala Cassidy es tuya, pase lo que pase.
“Yo no te pediría que—”
“Sobre la sensación de zumbido…” Me quito el sombrero y lo dejo a un lado. Luego inclino mi cabeza para
arrastrar mi nariz a lo largo de su cuello. "¿Lo sentiste cuando éramos más jóvenes?"
"Sí." Su voz tiembla.
“¿Qué tal hace tres años? ¿En el granero?"
"Definitivamente."
Y ni siquiera sabías que era yo. Raspo mis dientes contra su garganta. "Usted podría ser
atrapado con el zumbido.” Enderezo y retiro su cabello de su rostro. "¿Lo sientes ahora?"
“No tanto aquí.” Ella toca su nariz. "O aquí." Ella levanta un codo. “Pero prácticamente en todos los demás
lugares”. Ella mira mi boca crispada y levanta una ceja. Estás dejando que esto se te suba a la cabeza.
"Tal vez." sonrío "Con respecto a las nalgadas, sé que te gustaban cuando éramos más jóvenes".
"¿Hice?"
“Te golpeé el trasero constantemente. Entonces te enamorarías de mí, todo caliente y molesto.
"Oh. Sí, supongo que lo hice.
“Dime por qué te gusta”.
Ella me considera por un momento, su mirada se desliza arriba y abajo de mi cuerpo y hace imposible
mantener mi pene bajo control.
"Eres fuerte. Realmente grande." Inclina la cabeza hacia atrás para mirarme, como si ilustrara su
punto. “Una fuente inagotable de músculo varonil y testosterona. No solo tu construcción. Es tu disposición.
Tu voz profunda. Tus manos."
Agarra uno de mis brazos y pasa sus dedos por los míos. Me quedo quieto, pendiente de sus palabras, amando
la forma en que su mente descifra las cosas.
“Las partes de ti que me dominan”, dice, “son las mismas partes que son tan suaves, afectuosas y tiernas.
Esa es la atracción. La apelación. Me encanta poder bajar la guardia y ceder el control a un hombre que me enciende
el trasero y me cuida al mismo tiempo. Puede que seas agresivo como el infierno, pero sé que si te digo que
pares, lo harás. Eso significa que cuando das nalgadas
mí y atar mis muñecas, es cien por ciento mi elección. Hay poder en eso”.
“Es por eso que ves esa película extranjera, congelando y reproduciendo la escena de la violación una y otra vez.
encima. No estás tratando de controlar el dolor de esa mujer. Quieres controlar los tuyos.
"Supongo... Sí, tienes razón".
"¿Qué otra cosa?"
“Amo tu…” Cierra los ojos y gime. "Esto va a sonar tan codicioso".
Nunca usaré nuestras conversaciones en tu contra, Conor.
"Lo sé." Ella me da su mirada, parpadeando con vulnerabilidad. “Cuando me haces cosas, las cosas pervertidas,
me encanta tu atención. Ese enfoque centrado en las señales. La forma en que estás tan dentro de mí. Es tan excitante”.
Con un suspiro, mete las yemas de los dedos debajo de mi cinturón, sujetándolo. Me destrozas las entrañas, Jake
Holsten.
“Estoy a punto de hacer un lío más grande. Las próximas horas van a ser duras”. Agarro su barbilla y aprisiono
sus ojos. “Sé que hablar sobre el barranco se siente imposible, pero eres lo suficientemente fuerte. Ya lo sobreviviste, y
aquí estás, a pesar de todo”. Endurezco mi voz con convicción. Estás listo, Conor.
Un músculo tiembla en su mejilla, y cuadra los hombros. Luego se desliza fuera de la

contador, me da la espalda y levanta los brazos, siguiendo mi orden inicial.
Mi sangre canta con asombro. Nadie hace coraje como Conor Cassidy.
"¿Sabes lo que encuentro tan notable en ti?" Levanto su camisa y desabrocho el sujetador.
“Baja los brazos”.
"¿Hm?" Deja caer las manos sobre el mostrador.
“A través de las subidas y bajadas…” Deslizo el dorso de mis dedos por su espalda desnuda.
“A través de los altibajos…” Inclinándome sobre su hombro, toco mis labios en su cuello. “Nunca dejas que la mierda en
tu vida defina quién eres”.
“Pasé por algunos momentos de redefinición bastante horribles”.
El remordimiento me aprieta con fuerza en el estómago. Pero sigues siendo tú. Absorbiste lo bueno y lo malo,
y el centro de ti soportó. Nunca te rompiste.
"Dale tiempo." Ella se ríe nerviosamente. "La noche aún no ha terminado".
La hago girar para que me mire a la cara y aprieto mi boca contra la suya. Con mis manos acariciando sus pechos,
la beso hasta que sus músculos se aflojan y sus rodillas se doblan. Entonces doy un paso atrás.
Ve al dormitorio. Quítate el resto de tu ropa. Mi ingle se aprieta. Acuéstate boca abajo en la cama y espérame.
Mientras ella camina voluntariamente hacia una larga noche de recuerdos aterradores, mi estómago se anuda con
temor.
No son solo sus recuerdos. También son míos.
Le fallé esa noche. Bajo ninguna circunstancia puedo volver a fallarle.
¿Puede un alma ser liberada del infierno?

Ahí es donde reside el mío, muriendo de una muerte abrasadora en la tortura de las lágrimas de Conor.
Hemos estado en esto durante una hora, y solo he logrado desencadenar ataques de ansiedad consecutivos.
Atar sus muñecas con una cuerda a la cabecera la empujó directamente a la hiperventilación.
Cubrir su espalda con mi peso la llevó a otro colapso de sollozos y sin aliento.
Si bien la exposición prolongada a los desencadenantes la beneficia a largo plazo, esta noche no nos ayuda. No
está usando su voz ni abordando sus emociones. Ella solo está tratando de mantener sus pulmones llenos de aire.
Estoy empezando a convencerme de que ella no necesita hacer esto. Pero sé que eso es pánico hablando.
Me está matando verla así.
“Conor. Mírame." Tendido a su lado en la cama, le coloco el pelo empapado de lágrimas detrás de la oreja. Dime
qué te hicieron esos hombres.
Su mirada se dirige a la cuerda en sus muñecas. Su rostro se arruga en agonía, y un lamento doloroso brota de su
garganta.
Envuelvo mis brazos alrededor de ella y beso el rastro de lágrimas a lo largo de su mejilla. podría soportarla
miseria si supiera que la estaba ayudando, pero parece estar retirándose más profundamente dentro de sí misma.
Sus recuerdos no están completamente reprimidos. Fragmentos de ellos emergen en ráfagas estroboscópicas
de palabras. Es como si su mente se estuviera protegiendo a sí misma disociándose de la imagen completa.
Cuando la até desnuda, boca abajo, y le cubrí la espalda con mi cuerpo, esperaba que reescribiera el guión en un
entorno seguro.
Pero tal vez ella no necesita que se reescriba esa noche. Lo que necesita es ponerse en contacto con sus sentimientos
al respecto y dar testimonio de ello.
Estoy haciendo esto de la manera incorrecta.
"Espera, niña". Dejo caer un beso en sus labios y alcanzo los nudos de sus muñecas, desatándola.
"¿Te estás rindiendo conmigo?" Levanta su rostro húmedo, siguiendo mis movimientos.
"No. Nunca." Libero sus manos de la cuerda y la guio fuera de la cama. “Estamos intentando algo diferente”.
Me quito la camisa, la deslizo por su cabeza y la estiro alrededor de sus piernas. Luego desabrocho mi cinturón y
deslizo la correa de cuero libre.
"Sostén esto." Doblo el cinturón por la mitad y presiono los extremos contra su palma. "Como eso."
"¿Qué estás haciendo?"
Desabrochándome los jeans, dejé que se deslizaran hasta la mitad de mi trasero y me arrodillé en la cama de
espaldas a ella.
“Te doy permiso para enfadarte”. Giro el cuello y encuentro sus ojos por encima de mi hombro. “Te
estoy capacitando para que dejes ir cada emoción, pensamiento y recuerdo que estás reprimiendo. Canalízalo
todo a través de esa correa y sobre mi espalda”.
"¿Qué?" Ella jadea. "No. No voy a"
“¡Golpéame, Conor!” Grito en un tono que la hace saltar. "Déjalo salir."
Camina detrás de mí, tirando del cinturón y respirando con dificultad.
"Estoy aquí." Estiro mis brazos hacia los lados. “Quiero todo lo que estás reteniendo, no importa lo feo o
doloroso que sea. Cada magulladura, fractura, dolor, desgarro, rasguño y tormento. Lo que es tuyo es mío. dámelo
Golpéalo en mí. ¡Hazlo!"
Su sollozo entrecortado penetra en mis oídos y se apodera de mi corazón.
De espaldas a ella, me siento sobre mis talones en el borde del colchón, con las manos apoyadas en mis
muslos y la espalda recta.
Entonces la espero.
Cinco minutos.
Diez minutos.
Ella no va a hacerlo sin motivación.
Tomo aire y libero el primer empujón doloroso en mi exhalación. “Me follé a esas mujeres
en el bar. Todas las chicas con las que íbamos a la escuela. Shannon, Tina, Courtney…
La correa azota mi espalda con una quemadura punzante, y ella grita, un sonido hirviente y desgarrador.
Maldito seas, Jake.
Deslizo mi lengua por mis labios, saboreando su rabia. Te follé en un granero y no te dije que era yo. Te dejé
creer que eras olvidable.
Más golpes, uno tras otro. Tiene un brazo fuerte, pero es solo un dolor superficial. Ella no está rompiendo la piel.
Te dejé en el barranco. Cierro los ojos contra el recuerdo ácido. “Acababas de ser violada y sodomizada, y me
suplicaste que no te dejara. Lo hice de todos modos, demasiado ocupado en mis propias necesidades.
Su furia estalla, sin trabas y chillando desde lo más profundo de su pecho. Me sumerjo en su dolor y lo anudo
con el mío mientras empuja el cinturón contra mi espalda.
Cada mordisco en mi piel arde con su confianza, marcándome, poseyéndome. Ella nunca le levantaría la
mano a otra persona. Me golpea porque yo le ordené que lo hiciera, porque sabe que la protegeré en el fuego de su ira.
Sigo hablando, sigo espoleándola con recordatorios de mis engaños, omisiones y manipulaciones.
Hasta que su susurro roto me interrumpe.

“El primero me empujó hacia la tierra, y él… él…” Ella balancea la correa, golpeando mis costillas. “Se obligó
a sí mismo dentro de mi trasero. Me violó allí, y... Dios, me dolió. Tan jodidamente mal. Su voz se rompe por las lágrimas,
y me golpea de nuevo. “Perdí mi virginidad allí, antes de perderla de otra manera, y lo odio por eso. Desearía haber sido
yo quien lo matara, porque lo odio tanto por lastimarme. Fue insoportable, sangré y él no se detenía.
El dolor era tan profundo…” Lanza un grito desgarrador. “Era tan profundo que sentí un calambre en mi vientre”. Ella
cae quieta. “Entonces el segundo se subió encima de mí”.
Levi Tibbs. Mientras describe el trauma que él le infligió, me arden los ojos. Me duele el pecho y el mundo parece
ralentizarse bajo mis respiraciones humeantes.
Deja caer el cinturón y viene hacia mí con los puños, golpeando mi espalda mientras relata furiosamente la tragedia
de su decimosexto cumpleaños. Una emoción inconcebible brota de sus pulmones, su voz tiembla de ira y lágrimas. No deja
de golpear, no deja de gritar, hasta que cada detalle espeluznante chamusca el aire y se desata cada libra de rabia.
Sumerjo todo mi ser en sus palabras, en las imágenes que conjuran, y revivo la brutalidad de esa noche con una brasa
caliente abrasándome la garganta.
En ese momento, tomo la decisión de perdonarme. No pude protegerla esa noche, pero
He caminado por el infierno desde entonces, haciendo todo lo que estaba a mi alcance para mantenerla a salvo. Pasaré el
resto de mi vida asegurándome de que nunca vuelva a sufrir daños.
Eventualmente, sus puños se abren, frotando mi espalda mientras llora. “Lo siento mucho, Jake. Lo lamento
—”
"No lo siento". Me giro y la tomo en mis brazos. "Sin vergüenza. ¿Me escuchas? Tú
nos dio exactamente lo que necesitábamos.”
La acurruco contra mí y nos ponemos de costado, con su espalda contra mi pecho. Su cuerpo se hunde, los brazos
se aflojan y la respiración se hace trizas. Paso mis dedos por su cabello hasta que sus ojos se cierran.
Entonces me siento con ella en el dolor.
Algún tiempo después, ella se despierta del silencio. "¿Jake?"
"Estoy aquí." La giro en mis brazos y acaricio su rostro pálido. "¿Cómo te sientes?"
“Mi corazón se siente como si estuviera latiendo diferente. Más claro. Más brillante. Como si estuviera despertando después de un largo
hibernación." Me mira con los ojos hinchados e inyectados en sangre. “Creo que podría haber sido una experiencia
enormemente curativa”.
"Para ti y para mí".
“¿Estás bien ? Tu espalda…"
Estoy bien, Conor. Aliviado." Beso su frente, su nariz, sus labios. “Todavía tendremos algunos
duros días por delante. El duelo no solo va y viene en una noche. Pero ahora sabemos cómo solucionarlo”.
"Bueno." Ella apoya una mano en mi mejilla. "Me vas a dar respuestas ahora, ¿verdad?"
“Estás exhausto. Podemos esperar hasta…
"Esta noche." Sus ojos suplican mientras se sienta.
“Esta noche, entonces.”
"Gracias." Desliza sus brazos alrededor de mis hombros, abrazándome mientras acaricia sus marcas en mi
espalda. "Gracias por ayudarme. Por no rendirse.”
Me muero por besarla, pero una vez que empiece, no podré parar. Cuanto más rápido le cuente todo, más rápido estaré
dentro de ella. Eso es si ella absuelve las cosas que he hecho.
Ella me perdonará.
Creo que ya lo tiene.
Volviendo mi cabeza hacia su brazo, muevo mis labios a lo largo de coloridas puestas de sol y caballos hasta que
su piel entintada tiembla con piel de gallina.
"Necesito conseguir algo". De mala gana nos desenvuelvo y la pongo en la cama contra las almohadas.
"Quédate aquí."
Con unos pocos pasos rápidos, llego a la cómoda y saco un sobre grande del fondo.
cajón. El sello todavía está intacto, lo que significa que ella no ha husmeado. No es que haya tenido la oportunidad.
No la he perdido de vista desde la primera noche que regresó a casa.
"¿Qué es eso?" Ella retuerce sus dedos en mi camiseta, donde se junta alrededor de sus muslos.
“La escritura de la tierra.” Vuelvo a la cama.
“¿Rancho Julep?”
"No. Los diez mil acres en los que se asienta el rancho. Dejo el sobre en su regazo. "Puedes leer
a través de todos los documentos más tarde. Por ahora, solo concéntrate en las secciones resaltadas en las páginas
que marqué con pestañas”.
La dejo para repasar la jerga legal y me dirijo al baño para preparar un baño.
Cuando la bañera está llena, cierro el grifo y me giro para encontrarla de pie en la puerta.
“¿Lorne y yo somos dueños de la tierra? ¿Todo ello?" El documento tiembla en su mano mientras lo mira. "¿Cómo?
¿Pensé que mi papá se lo vendió al tuyo? ¿Y este otro documento? Ella baraja los papeles.
“Es un fideicomiso firmado por mi mamá. No sabía que ella tenía algo así. ¿Es real?"
"Sí. Hice que un abogado verificara todo. Antes de que tu madre muriera, te dio la tierra a ti ya Lorne. Ella lo puso a
su nombre, y esa copia de la escritura está documentada por el registrador del condado. Ella manejó todo a través de los
canales apropiados”.
“¿Qué hay de tu mamá? Era dueña de la mitad del rancho.
“Ella era dueña de la mitad del negocio de ganado. No la tierra. La superficie te pertenece a ti, a Lorne y a nadie más.
Doblo mi dedo, indicándole que se acerque. "Ven aquí."
"Estoy tan confundida." Ella da un paso hacia mí.
Le quito los documentos, los dejo a un lado y pruebo la temperatura del agua.
"¿Leíste las cláusulas resaltadas en el fideicomiso?" Deslizando mis manos por sus muslos, atrapo
el dobladillo de la camisa y poco a poco hacia arriba, hacia arriba y hacia afuera.
"Sí, pero la verborrea es incomprensible".

Conor desnudo hace que la conversación sea incomprensible.
Piernas tonificadas, curvas sinuosas, pelo rojo despeinado, tetas turgentes, y maldita sea, esa peca... Mi
los jeans no son lo suficientemente grandes para la duración de mi reacción hacia ella.
Darle un baño ahora mismo era una idea terrible.
La levanto y la sumerjo en la bañera. “Yo tampoco podía entender la confianza. El
El abogado me lo explicó en detalle. Sumerge tu cabeza.
Mientras ella se desliza bajo el agua, meto la mano en mis jeans y me ajusto. El cinturón se ha ido. El
La cremallera está desabrochada y no tengo adónde ir con mi erección, excepto...
Ella sale a tomar aire, se aclara la cara y su mirada cae directamente sobre mi regazo. "¿Te unirás a mí
aquí?"
"No si quieres terminar esta discusión". Agarro el shampoo y concentro mis manos en lavarle el cabello. “El
fideicomiso de tu mamá creó obstáculos para que tú y Lorne los superaran, lo que significa que tienes que cumplir con
ciertos requisitos para revocar el poder notarial”.
"¿Revocar qué poder notarial?"
“Enjuague su cabello.” Recojo el acondicionador y espero a que vuelva a aparecer.
"Haré esto". Ella toma la botella de mí. "Seguir hablando."
“Eres dueño de la tierra, pero tu madre creó un poder notarial que nombró a nuestros padres como agentes en
caso de su muerte. Esto les otorgó el poder de administrar todas y cada una de las transacciones comerciales y decisiones
relacionadas con la propiedad”.
Termina de lavarse mientras absorbe mis palabras. "¿Estás diciendo que Lorne y yo poseemos diez mil
acres, pero no tenemos poder sobre ellos?"
Puedes venderlo. Esa decisión todavía les pertenece a usted ya su hermano. No mi padre.
"No lo haríamos". Se frota la frente, frunce el ceño y se mordisquea el labio mientras piensa.
Cristo, me encanta ver su mente astuta en el trabajo.
“La perforación”. Su cabeza aparece y su mandíbula se aprieta. “El Poder Notarial permitía
tu papá para convertir el rancho en un campo petrolero sin la aprobación de Lorne o mía. Aprobación que nunca
hubiéramos dado”.
"Exactamente."
"¿Pero dijiste que podíamos revocar su poder?"
“No hasta que cumplas con ciertos requisitos. Esos son los aros que mencioné.
"¿Qué son?" Ella agarra el borde de la bañera.
“Debe tener dieciocho años, pasar una prueba de drogas y mostrar prueba de su residencia en la
propiedad”.
"Residencia en la propiedad", repite en voz baja, con la mirada nublada, volviéndose hacia adentro.
Tienes que vivir aquí, Conor.
"Ay dios mío." Un susurro. Agarra el tapón del desagüe y tira con fuerza. “¿Es por eso que me mantuviste
alejado? ¿Para evitar que revoque su poder? ¿Para qué? ¿Para que pudiera perforar la tierra?
Y tú"
La alanceo con una mirada que pone fin a sus acusaciones. “ Te mantuve alejado, porque habría múltiples
golpes en tu vida si regresabas. Mi padre, entre otros, te habría matado antes de permitirte vivir aquí y presentar
esa revocación. Y lo habrías archivado. En el momento en que comenzaron a perforar, habrías investigado la
propiedad de la tierra y descubierto lo que todos te ocultaban”.
Sus ojos permanecen en los míos, clavándose en mí mientras la ayudo a salir de la bañera y la seco.
Luego la envuelvo con la toalla y la guío al dormitorio.
Se sienta en la cama, mirándose la palma de la mano llena de cicatrices. “La noche de mi decimosexto cumpleaños…”
“Lorne era la preocupación”. Me bajo en el colchón a su lado. “Él acaba de cumplir dieciocho años y
cumplió con todos los requisitos para revocar el poder a nuestros papás. Dalton y John no podían permitir que eso
sucediera, porque a lo largo de los años hicieron algunos tratos corruptos con algunos hombres peligrosos. Acuerdos
que implicaban pedir prestado dinero que no podían devolver”.
"¿Dinero para qué?"
“Su estilo de vida extravagante y malas decisiones comerciales”. Muevo un brazo alrededor,
indicando la finca. “Después de que nuestras madres murieran, vivieron como magnates del petróleo, con los mejores
muebles, innumerables camiones de lujo, nuevas dependencias y equipos. Gastaron y gastaron, como si la
explotación ganadera estuviera en auge. Pero no fue así. El rancho apenas alcanzaba el punto de equilibrio. Esto
continuó durante catorce años y llegó a su punto crítico alrededor de la noche de tu cumpleaños. No solo iban a
perder el rancho. Iban a perder la vida a manos de los hombres a quienes les debían dinero”.
“Pero estaban sentados en tierra rica en petróleo y gas natural”.

"Sí."
Sus fosas nasales se ensanchan. “Tierra que no les pertenecía”.
"Tierra en la que podrían perforar y beneficiarse mientras tú y Lorne no vivieran aquí".
El aire se coagula en mis pulmones, tan pesado y denso que lucho con él.
—¿Dalton estuvo involucrado en esto? El dolor en su voz me corta.
“Tu papá tomó malas decisiones con hombres malos, pero no estuvo involucrado en las amenazas contra
su vida. Iba a contarle a Lorne sobre el poder notarial. Mi papá no estaba de acuerdo con eso”.
“Porque Lorne nunca habría permitido la perforación. Así que tu papá contrató hombres para matarnos.
Problema resuelto." Cierra los ojos cuando un violento terremoto golpea su diminuto cuerpo. "¿Sabes lo jodido
que es eso?"
“He tenido un par de años para aceptarlo”. Y todavía me mantiene despierto por la noche.
"¿Cómo pensó que se saldría con la suya?"
“El sheriff Fletcher estaba en su bolsillo. Él y mi papá comparten una historia que yo no he podido
ejercicio. Lo que sí sé es que estaban juntos en esto. Fletcher obtuvo una parte de las ganancias a cambio de hacer
desaparecer los asesinatos.
Excepto que no fuimos asesinados.
“Cuando mi papá contrató ese golpe entre tú y Lorne…” Agarro su mano, entrelazando nuestros dedos.
juntos. Se suponía que Jarret y yo no debíamos estar allí cuando sucedió. Ese fue el primer error de cálculo.
El segundo error fue su decisión de violarte antes de que te mataran a ti y a Lorne.
Ella se estremece, agarrando el nudo de la toalla contra su pecho.

Muevo nuestras manos entrelazadas a mi regazo y capturo sus ojos. “El sheriff Fletcher manipuló las
pruebas y los testimonios de esa noche para asegurarse de que Lorne fuera a prisión. Eso sacó a tu hermano de la
imagen”.
"¿Por qué Dalton no entregó a tu papá y al Sheriff Fletcher?"
“Tu papá estaba asustado”. Aprieto los dientes. “Él tenía deudas con criminales violentos, y vuestras vidas
estaban en juego. tuyo y de él. Así que renunció a sus acciones del negocio y se los llevó a Chicago para
mantenerlos con vida y permitir la perforación en la tierra”.
"¿Se pagaron las deudas?"
"No importa".
"¿Por qué no?" Su voz muerde con sospecha. "¿Por qué no los has entregado a las autoridades?"
Nuestros ojos se encuentran y nuestras respiraciones se arremolinan en el espacio entre nosotros. A ella no le va a
gustar esta parte.
Ajusto mi posición en la cama para enfrentarla y tocar la curva de su mejilla. Jarret y yo
mató a muchos hombres. Hombres malos .
"¿Qué?" Su garganta se tambalea con un trago difícil.
“Matamos a todos los cobradores de deudas y sicarios que conocían su nombre y enterramos los cuerpos
en el barranco”.
"No." Ella niega con la cabeza con rigor, y las lágrimas caen sobre los bordes de sus ojos. “Te atraparán,
Jake. Encontrarán los cuerpos, irás a la cárcel y...
“No encontrarán los cuerpos, y el alguacil Fletcher está muy motivado para hacer que todo esto
desaparezca”. Sostengo su cara entre mis manos y atrapo una lágrima errante con mi pulgar. Tengo pruebas
contra el sheriff. Conversaciones entre él y mi papá. Confesiones de sus planes para encubrir tu asesinato. Los pagos
que recibió de la perforación. Tengo suficiente para encerrarlo por mucho tiempo.
"Lo amenazaste".
"Ahí le has dado. Si él mantiene mis pecados enterrados, yo mantendré los suyos enterrados”.
"Eso es peligroso." Se levanta de la cama y camina por la habitación.
Peligroso para él. Nunca admití un crimen. No tiene nada contra mí, y mis amenazas aseguran que no
vendrá en busca de pruebas.
"¿Cuántos cuerpos?"
“No te digo quiénes, cómo o cuántos. No hay una buena razón para que sepas los detalles, y no necesito
hablar de eso. No tengo excusas."
"Has perdido la cabeza". Se tira del pelo húmedo y se lo retuerce entre los dedos. “Arriesgaste todo, Jake.”
“Y lo haré de nuevo. En dos días."

Su respiración contiene. Ella no lo suelta, como si tuviera miedo de decir algo que pruebe mi punto.
Me levanto de la cama y me acerco a ella. “Cuando hicimos el juramento de sangre esa noche, ninguno de
nosotros vaciló. No dudamos cuando nos cortamos las manos. No dudamos cuando pronunciamos las palabras que
teníamos toda la intención de honrar”. Levanto su barbilla con la yema de un dedo. Jarret y yo matamos a tus
enemigos con la misma vehemencia. En el instante en que supe que alguien te estaba mirando en la escuela,
lo matamos. Los elegimos a todos, uno por uno, hasta que estuvimos seguros de que era seguro que volvieras a
casa. No queda nadie con intereses creados en esta tierra”.
Excepto John Holsten.
“Matamos a los cobradores de deudas de mi papá. Eso significa que no tiene deudas. Luego lo
chantajeamos con la evidencia que usé contra el sheriff. Prometí no entregarlo si cedía la propiedad del negocio
de ganado y se iba de la ciudad”. El arrepentimiento me retuerce el estómago. "Debería haberlo matado".
“Pero si no tiene deudas o alguna razón para regresar…”

“La venganza puede ser un gran motivador. Estaba pensando en hacer una tonelada de dinero con esta
tierra, y Jarret y yo le quitamos eso. Decir que estaba furioso cuando se fue es quedarse corto.
Pero también sabe que si regresa, lo acabaremos”.
Ella mastica eso por un momento, paseando, contemplando.
"Ahora que vives aquí", le digo, entrecerrando los ojos cuando ella abre la boca, "comenzaremos el proceso
que te otorga todo el poder sobre la tierra".
Ella asiente, continúa caminando y luego salta a un aluvión de preguntas de seguimiento.
Pasamos la siguiente hora repasando todo de nuevo. Mientras aclaro cada detalle, mis ojos nunca se apartan
de los de ella. ¿Cuál es su posición en todo esto? Sus pensamientos son inescrutables.
Es pasada la medianoche cuando se sienta en el borde de la cama y suspira. "Una cosa es segura.
Nunca haces nada a medias. Ella me mira con el mismo escrutinio que le he estado dando.
“Cuando proteges a los que amas, lo haces con cada respiración de tu cuerpo”.
“Lo mismo se puede decir cuando lastimo a los que amo”. Me paro sobre ella, sin camisa, exhausto y
cargado de pecados. “Te abandoné cuando me necesitabas en Chicago. Te rompí el corazón cuando regresaste
a casa. Oculté información vital para manipularte para que me obedezcas. Una respiración irregular sale de mi
pecho. "No te merezco".
“El que cree que no me merece es el único que lo hace.” Su mirada se desvía
lejos por el lapso de mil nudos que se deshacen. Entonces me mira a los ojos de nuevo. "Te perdono."
Respiro, y mi pecho se expande con la enormidad de esas tres palabras.

"Te perdoné hace diez días". Ella alcanza mi mano. “Cuando tomaste mi muñeca en el
camión, sabía que aceptaría todo lo que has hecho para traernos a este punto. Aquí mismo.
Juntos."
Jake se alza sobre mí, un imponente pilar de fuerza y promesa. Dijo que hablaría sobre el barranco, y lo hice. Dijo que me
contaría todo, y lo hizo. Solo queda una cosa, y vibra a través del dormitorio, engullendo mis sentidos.
No más millas entre nosotros. La intensidad depredadora de sus ojos captura, reclama y marca su territorio.
“No más años”. Permanezco en el borde de la cama frente a él, atrapada en su punto de mira.
"No más secretos". Su mirada sin pestañear me atraviesa con un deseo desenmascarado. Mandíbula
cerrado y con las manos flexionadas a los costados, parece como si fuera a comerme viva.
“Te amo, Jake Holsten”. Me lamo los labios, tengo la boca seca. “Incluso si no vas lento. Incluso si no es tan bueno”.
Se ríe, un oscuro estruendo de trueno. “Estoy seguro de que te correrás sobre mi polla esta vez.
Varias veces."
Un escalofrío placentero me recorre la columna vertebral. "Si supiera que eras tú en el granero esa noche..."
“Esta noche, ya sabes. Quitarse la camiseta." Su orden embelesa mi cuerpo, empujando dentro de mí con profundos
tonos vibrantes.
Levanto la camisa y me la quito.
Bebe en mi desnudez, su atención me ama en carne viva y su naturaleza dominante es dueña de mis profundidades.
"De rodillas." Señala la alfombra debajo de sus pies descalzos.

Viste jeans, desabrochados y desabrochados, y nada más. Su cuerpo caliente, duro y semidesnudo es un incentivo
suficiente para correr mi boca sobre él. Pero es el instinto lo que me tira de la cama al suelo. El instinto de complacerlo, de
rendirse a él en todos los sentidos.
Mientras me pongo de rodillas, su respiración pierde ritmo, su pecho es una losa palpitante de poder que
se contrae y se expande. Descanso mis manos en sus delgadas caderas, y la posición me pone al nivel de los ojos con
la dureza tirando contra sus calzoncillos a través de la cremallera abierta.
Hace tres años, sostuve su polla en mi mano en la oscuridad. En realidad no lo he visto desde que teníamos dieciséis
años, pero sentí cada centímetro de acero de él dentro de mí esa noche.
Me dijiste algo en el granero. Deslizo mis dedos a lo largo de su forma rígida a través del algodón. "¿Te acuerdas?
Presionaste los labios…
“Contra tu mejilla. Quería que sintieras mi voz cuando dijera te amo. Te pertenezco.
No importa el tiempo o la distancia, soy tuyo.”
Sus palabras me diezman. La mirada severa en su rostro acelera mi pulso. Su hambre es
crudo, palpable, y solo un par de capas de ropa lejos de volverse muy real dentro de mí.
"Sacarme." Enreda sus dedos en mi cabello.
Mi piel hormiguea y se calienta cuando bajo sus jeans y ropa interior y libero su hinchada longitud.
Jesús, es más grande de lo que recuerdo, más grueso, más duro y hambriento.
Sus bolas cuelgan pesadas y llenas debajo de su pene sobresaliente. Una gota clara de pozos de excitación en el
punta regordeta, y anhelo atraparla con mi lengua.
"Necesito que te quites el borde". Su voz se estrangula. Ha pasado demasiado tiempo y... Maldita sea,
deja de mirarlo. Sus rasgos se tensan como si estuviera sufriendo. —Ponlo en tu boca, Conor.
Deslizo mis labios sobre su eje, saboreando el sabor de esa gota salada. Lo atraigo hasta que golpea la parte
posterior de mi garganta, y su gruñido gruñido me envuelve, instándome a chupar la raíz hasta la punta y viceversa.
Aprieta el puño en mi cabello y me dejo llevar, lamiendo la piel aterciopelada con un anhelo que solo he sentido
con él.
La habitación late con nuestras respiraciones desiguales, y la alfombra ofrece poca comodidad debajo de mis
rodillas. Pero estoy exactamente donde quiero estar. Donde se supone que debo estar.
Siempre he sido suyo.
La succión de mi boca amortigua mis gemidos mientras sus sonidos se vuelven salvajes. Gruñidos, gemidos
guturales reverberan en su pecho y cargan el aire con suficiente energía sexual para erizarme el vello de la nuca.
Joder, Conor. Su cabeza cae hacia atrás, dejando al descubierto las cuerdas tensas de su cuello. Sujeta sus manos
contra mi cuero cabelludo e impulsa mis movimientos, follando mi cara y jadeando pesadamente. "Estoy tan cerca. Mierda. Oh
Dios, joder, me voy a correr”.
Sus ojos se clavan en los míos y mi coño se aprieta. Envaino mis dientes, lo chupo con fuerza y lo envío al borde.
Tengo tanta hambre de él que mi ritmo cardíaco estalla con el primer chorro de su corrida contra mi garganta. Palpita contra
mi lengua, gruñendo y gimiendo mientras se vacía en mi boca.
Sus piernas tiemblan bajo mis manos, y sus dedos se mueven hacia mi cara, recorriendo mis labios.
donde sellan alrededor de su polla blanda.
"Ahora puedo tomarme mi tiempo contigo". Se desliza de mi boca, empuja sus jeans y
ropa interior y me levanta sobre la cama.
Sus manos agarran mis muslos, y con un fuerte tirón, lleva mi trasero al borde del colchón. Luego entierra su cara
entre mis piernas.
Caigo hacia atrás, derritiéndome bajo las sensaciones húmedas y calientes de sus labios y lengua. El pescuezo de sus
bigotes me quema la piel, y sus dedos se clavan en mis muslos, manteniéndome abierta para su boca castigadora.
Me come como si se estuviera muriendo de hambre. El mismo hambre que agota mis pulmones y se enrosca en mi
centro. Sus movimientos y mordiscos provocadores encienden una necesidad insoportable dentro de mí, llevándome a la locura.
"Necesito tu polla". Me retuerzo debajo de él, tirando de los desordenados mechones castaños de su cabello.
Pero no se lo puede negar. Él devora mi coño hasta que detono contra su boca y me desplomo en un charco de
miembros gastados y placer líquido.
Acecha por mi cuerpo y nos arrastra hasta el centro de la cama. Rodillas entre mis piernas, él
me abre, su polla colgando dura y larga entre nosotros, temblando de preparación.
Esto realmente está sucediendo. Esta vez no nos lo robarán. No es sin rostro o sin nombre.
Solo somos él y yo y la conciencia vibrante.
“Nos tomó veintidós años llegar aquí”. Envuelvo una mano alrededor de su circunferencia de acero y acaricio un gemido
ronco de su garganta.
Baja su boca a la mía, llenando mi horizonte con sus sexys ojos de alcoba. "Sabes
lo que dicen sobre la felicidad ganada con esfuerzo.
"No seremos tan rápidos en separarnos de él". Beso su mandíbula desaliñada. “Pase lo que pase, lucharé por esto. Para
nosotros. Para"
Su lengua separa mi boca y se alimenta de mis palabras, inundando mis papilas gustativas con el sabor de mi excitación.
Es un beso conmovedor, sofocante y lento que chisporrotea por mis venas y enciende la pasión entre nosotros. Sus
labios adoran los míos, y su mano sostiene mi rostro, orientando mi cabeza mientras me destroza, lamida tras lamida perversa.
Los perezosos remolinos de su lengua, sus dedos acariciadores, sus suaves gemidos de satisfacción: este es mi vaquero,
devoto y paciente, tomándose su tiempo, complaciéndose mientras enciende un fuego que nunca se apagará.
A medida que ese fuego crece y ruge en algo más exigente, retrocede. No para terminar esto, sino para disfrutar del
momento antes de comenzar.
Pasa sus dedos por mis brazos desnudos, enviando electricidad a mi corazón, sus ojos firmemente
sujetado a la mía.
Mirar fijamente no es lo que yo llamaría. Su mirada habita, como si perteneciera a mi rostro, conectándonos
entre parpadeos lentos e infrecuentes.
Sus ojos me recuerdan a una silla de montar de grano fino, de color marrón oscuro con estrías de tonos dorados.
Resistente y confiable, diseñado para sostener y soportar durante años de dificultades.
Se acerca con esos ojos que miran tan profundamente a los míos. Luego susurra mi nombre
como la amplia corona de su polla me abre brecha.
Lentamente, se hunde por dentro, y un largo gemido vibra en su garganta. Sus sonidos, la sensación intensa
de él, la calidez de su aliento en mis labios—él es mi cielo.
Comienza a empujar, y mi respiración se vuelve superficial. La mirada concentrada en su rostro se derrite.
Me en el colchón, el placer enorme, agarrando mi cuerpo con ráfagas de sensaciones. Me retuerzo contra la invasión,
echando la cabeza hacia atrás y tragando aire.
Con un dedo en mi barbilla, dirige mi cara hacia la suya, su mirada absorbe el hambre en la mía y me la devuelve diez
veces. No hay sonrisa en su expresión. Sólo intensidad candente, las chispas de lo que pronto se convertirá en un infierno.
Él conduce más profundo dentro de mí, y mis paredes internas se relajan, dándole la bienvenida, necesitando más.
Estar con él de una manera tan íntima es alucinante. Él es amor y seguridad. Una cura comprobada para el alma.
Sus gruñidos profundos son terapéuticos. Sus besos son remedios, pero es el sentir de su cuerpo por dentro
yo que sana. O tal vez es todo él y yo combinados.
Cada estocada restaura lo que nos fue robado. Su mirada constante revive lo que perdimos.
Hay algo en esa mirada suya que nunca encontraré en otra persona. Es el puente entre nosotros, el vínculo que nos une.
Sus labios tocan los míos, y su lengua talla mi boca, sus besos son largos y penetrantes.
Jadeo, y él empuja más fuerte.
Gemimos juntos y nos movemos más rápido.
Brazos y piernas entrelazados.
Las lenguas se frotan y se enredan.
Perdido en el latido rítmico de nuestros corazones latiendo.
Luego se desliza y se mueve a mi lado.
De la mesita de noche, agarra un control remoto y lo apunta al estéreo al otro lado de la habitación. Un segundo
más tarde, la introducción de una canción familiar tararea a través de los altavoces.
“Ahora vamos a hacer esto de la manera renuente”. Me voltea sobre mi estómago. “Hasta que estés
ya no es reacio. Concéntrate en mi voz”.
Antes de que pueda resistirme, cubre mi espalda con su cálido y pesado cuerpo y salta con el
música, cantando Meant to Be de Bebe Rexha y Florida Georgia Line.
La oscuridad trata de hundirme, agarrando mi pecho y tensando mis músculos. pero me aferro
a la seguridad de su gran peso y al sensual acento de su voz mientras canta.
Estoy con Jake, y su presencia es tan potente que me protege con una vaina de cálida protección.
piel y notas de tarareo, prometiendo que nunca volveré a estar solo.
No todo está destinado a ser, pero Jake y yo somos inevitables. Estamos anudados juntos, y
maldita sea si no sabe hacer un nudo que resista el paso del tiempo.
Envuelve mechones de cabello rojo alrededor de su puño e inclina mi cuello hacia atrás, colocando mi cara en
su línea de visión. Sus rodillas empujan mis piernas para separarlas, y su mano libre hace muescas en su pene contra
mi coño.
Mi respiración se convierte en jadeos, y su canto se corta.
"Te amo." Con sus labios sobre los míos, se hunde en mi húmedo calor desde atrás.
Su tamaño indomable estira mis paredes internas y me arqueo fuera de la cama, gimiendo contra su boca.
Maldita sea, Conor. Se entierra hasta la raíz, su cuerpo duro como el hierro y temblando contra
a mí. “Eres tan jodidamente apretado. ¿Sientes eso? Me estás tomando medidas drásticas.
“Siento todo”.
No sé si es la posición o el hecho de que me cabalga a pelo, pero Dios mío, me siento
su dureza, su calor, cada cresta y pulso crispado de él.
Ninguno de nosotros ha tenido relaciones sexuales sin condón. Sexo voluntario , eso es. Cuando tuvimos una
conversación al respecto la semana pasada, se enteró de que todavía estoy tomando la píldora.
"Nada entre nosotros". Empuja lentamente, chispas eléctricas en espiral a través de mi cuerpo.
"Nunca más. Joder, te sientes increíble.
Se retira y me pone de lado, de espaldas a él. Luego se arrodilla contra la parte posterior de mis muslos y me
empuja desde atrás.
“Ahhh.” Su cabeza cae hacia atrás. "Se siente tan jodidamente bien". Él surge dentro de mí, jadeando mientras
pellizca mi pezón y juega con mi clítoris. Dios, estás tan mojado y cómodo. Jodidamente perfecto.
La posición le da pleno acceso a mi cuerpo, y sus manos vagan por todas partes, frotando y pellizcando mi carne
caliente. Me balanceo contra sus embestidas y me estiro para raspar con mis dedos su torso esculpido, deleitándome con
la flexión de la fuerza masculina mientras se inclina sobre mi cadera y me empuja con más fuerza.
El deseo voraz crece entre nosotros. Su pelvis choca contra mi trasero, su polla entra y sale, exigiendo
más, necesitando liberación. Somos hambre y sequía, hambrientos y desenfrenados, follando como si nuestras vidas
dependieran de ello.
Necesito tu boca. Me hace rodar sobre mi espalda.
Arrastrándose entre mis piernas, planta sus labios sobre los míos y vuelve a entrar en mí.
Con un gemido, agarra la parte de atrás de mi cabeza y me acerca a su boca hambrienta. Su
otro brazo se engancha alrededor de mi espalda baja, aplastando nuestros cuerpos.
Luego me folla a un ritmo lánguido, sus caderas rodando contra las mías con una deliciosa fricción. Él me
sostiene flotante, a la deriva a través de un elevado estado de ensueño, sin la desesperación frenética que nos reunió.
Estamos igual de apasionados, más, pero de una manera aturdida, embelesada, que droga los sentidos e intensifica la
fiebre.
Estoy perdida en él, en la fusión de los latidos de nuestro corazón, en la sensualidad encapuchada de sus ojos
mientras me mira.
Entra y sale de mi cuerpo y me besa dolorosamente. Luego me mira de nuevo. De ida y vuelta. Besar, mirar, ambas
conexiones son posesivas e ineludibles mientras él hunde su polla más profundamente dentro de mí.
Deslizo mis manos por su espalda y palmeo su trasero, agarrando el músculo rígido.
Es un semental entre mis piernas, poseyéndome con su toque, todo fuerza y poder y
respiraciones resoplandas, una oleada constante y corcoveante de hambre animal y ojos vigilantes.
Es su contacto visual inquebrantable lo que me envía. Me muevo contra él, gimiendo y
jadeando cuando cada zona de placer dentro de mí estalla en ondas de choque de cuerpo completo.
Su boca se traga mis gritos mientras se une a mí con movimientos espasmódicos de sus caderas. Llegamos al
clímax juntos con todo nuestro cuerpo, cada centímetro de él deslizándose contra cada centímetro de mí en una rapsodia
de picor en la piel y ondas eléctricas.
Continúa empujando, besándome lánguidamente mientras su polla entra y sale, palpitando contra mis paredes.
Envuelvo mis brazos y piernas alrededor de él, inhalando sus jadeos y uniendo nuestras almas.
"Ese fue... Jesús, Conor". Él medio gime, medio se ríe contra mi cuello. “Y apenas estamos comenzando. Jodidamente
te amo.
Durante las próximas horas, vuelvo a aprender sus asperezas, la intoxicación de su aliento, la cicatriz en
su pantorrilla por la mordedura de la serpiente de cascabel, y los sonidos que hace su garganta cuando está excitado.
Redescubro todas mis cosas favoritas: los hoyuelos sobre su trasero, la forma en que su cabello cae alrededor de mis dedos
raspantes, las contracciones en sus piernas cuando se corre y la euforia en sus ojos cuando grito su nombre.
Cuando no estamos perdidos en la agonía del orgasmo, me acurruco contra su pecho y caigo en un coma
encantado mientras acaricia mi cabello con dedos reverentes. Hablamos de todo, desde el trabajo escolar hasta la
ganadería y las travesuras que hacíamos de niños. Odia las serpientes y quiere hijos. Amo a todos los animales y me aterra
quedar embarazada. Cree que huelo a flores silvestres y glaseado de crema dulce. Lo acuso de tomar Viagra e inyectarse
esteroides. Ambos deseamos haber conocido a nuestras madres antes de que murieran.
Me acurruco contra su duro cuerpo, pecho con pecho, y paso una pierna por encima de su cadera. "¿Por qué crees
que mi mamá creó esos aros para que Lorne y yo saltáramos?"
“Es un fideicomiso de incentivo, lo cual no es raro. Supongo que ella pensó que si te importaba
la tierra, vivirías aquí y trabajarías por ella. La universidad fue la excepción, siempre y cuando el rancho fuera tu dirección
permanente.
"Tiene sentido, supongo". Acaricio mi nariz contra su cuello, respirando su picante aroma masculino. “¿Cuál es el
estado del rancho? ¿Se declaró en quiebra?
“Conservé parte de las ganancias de la perforación y mantuve el negocio fuera de números rojos. Jarret simplificó
toda la operación y contrató a mejores trabajadores. Ahora estoy concentrado en la contabilidad y en tomar mejores
decisiones de inversión”.
Cuando se lanza a una larga explicación sobre modelos de negocios y cosas de dinero, mis ojos comienzan a
ponerse vidriosos.
“Para el próximo año, volveremos a ser rentables”. Me empuja sobre mi espalda y se desliza sobre mi cuerpo, lamiendo
y besando mis pechos.
"¿Qué estás haciendo?" Me estremezco bajo su lengua diabólica.
"Claramente, necesitas ser estimulado por algo más que mi inteligencia".
“Oye, ahora…” Me río. “No me juzguen porque tengo algo con los vaqueros desnudos con
Abdominales asesinos y una resistencia infinita”.
"Bueno, este vaquero desnudo siente algo por ti".

La cosa en cuestión golpea contra mi muslo, zumbando un latido entre mis piernas.
"El mejor curso de acción en esta inversión", dice, mordiendo mi pezón, "es ir con todo ".
Él hace exactamente eso, amándome fuerte en el colchón hasta que ambos nos desmayamos. Luego
me despierta unas horas más tarde y me lleva de nuevo. Cuando llega la mañana, conozco a Jake en todos los
sentidos: rápido y brutal, lento y sensual, por delante y por detrás, por encima y por debajo, y de lado a lado.
Me enamoré de él cuando éramos niños, antes de entender el lenguaje del amor.
Esta noche, caigo más fuerte que nunca. Con cada beso, mirada, sonrisa y palabra evocadora, él no solo
vuelve a unir mi corazón. Lo suelda al suyo.
Dormimos hasta tarde al día siguiente y sacamos los caballos a dar un paseo antes del almuerzo. Nunca me cansaré de ver
a Jake en la silla de montar. Con sus piernas envueltas en mezclilla, botas gastadas en los estribos y el Stetson posado
bajo en su frente pensativa, su atractivo sexual me ata y me ata.
El ajuste de su camiseta delinea los surcos de los abdominales marcados, la curvatura de los pectorales y la
protuberancia de los pezones. La sombra de su sombrero oscurece su rostro bronceado, sus facciones oscurecidas por la
nuca en su mandíbula cincelada. Su impactante buena apariencia, la forma sensual en que sus labios se mueven en un
beso, la devoción en sus manos mientras trazan las curvas de mi cuerpo, quién es él, qué es lo cautivador de él, viene de
lo más profundo.
Su alma brilla a través de su piel e irradia de sus acciones. Encarna toda la belleza agreste del mundo, y estoy
atrapada en ella, en él, en la magia que flota en el prado y gira a nuestro alrededor.
Pero a medida que se acerca la noche, no puedo ignorar la energía nerviosa que se acumula dentro de mí.
Levi Tibbs queda libre mañana.
Todos estamos pensando en ello, pensando en los detalles del plan. Después de una cena silenciosa y tensa,
Jake y Jarret deciden llevarme a bailar para distraernos.
Dado que Big Sugar es el único bar de la ciudad, ahí es donde terminamos una hora más tarde.
La gente del pueblo de Sandbank se congrega en paquetes de mezclilla, cuero y sombreros de ala ancha.
Sus botas raspan los pisos cubiertos con cáscaras de maní molidas, y la desconfianza se afila en sus ojos cuando nuestro
grupo de tres se acomoda en una mesa alta.
No son solo mis tatuajes los que les ponen los pelos de punta. Aunque, eso es parte de eso. mujeres en este
la ciudad simplemente no se pone tinta en la piel. Período.
Su principal punto de interés es el brazo que Jake descansa sobre mis hombros. El hecho de que estemos juntos es
suficiente para susurrar controversias en el bar.
Se inclina y arrastra su nariz a lo largo de mi mejilla. "Ingnóralos."
Es difícil ignorar a todas las mujeres que se comen con los ojos a mi vaquero como si fuera el trozo de carne más jugoso en tres
condados La última vez que estuve aquí, le juré a una mesa de antiguos compañeros de clase que no sacaría su playboy
del mercado.
El hecho de que haya estado con muchas de estas mujeres provoca un dolor tóxico y punzante en mis entrañas.
Empujo mis hombros hacia atrás y me levanto del taburete. "Necesito una cerveza. ¿Quieren algo?
"¿Una cerveza?" Jake entrecierra los ojos. "¿Vas a beber?"

"Tengo veintidós años." Me encojo de hombros. "Ya es hora de que lo intente".
Puedes compartir el mío. Obtiene el pedido de Jarret y se dirige al bar.

Todas las mujeres en el bar lo ven pasar, con los ojos pegados a su trasero mientras apoya una cadera vestida de
mezclilla contra la barra y se quita el sombrero en dirección al cantinero.
Tiene el tipo de belleza intimidante que detiene a una mujer en seco. Debía estar acostumbrado a eso, a la
respiración entrecortada y al barrido de los ojos codiciosos. Su confiada indiferencia al respecto solo los hace mirar más
y suspirar más.
Mis manos se cierran en puños en mi regazo. “Estoy en la escuela secundaria otra vez”.
“Eras bonita en ese entonces.” Jarret estira mis dedos y me da una palmadita suave en la mano.
Pero ahora eres increíblemente hermosa. Esas mujeres están tan amenazadas por ti que no saben qué hacer con
ellas mismas.
Miro hacia abajo a mi camiseta blanca lisa, jeans andrajosos y botas de punta cuadrada destartaladas. Yo nunca
poner productos femeninos en mi cara o en mi cabello. El juicio de Jarret debe estar nublado por su afecto por mí.
Los rostros familiares a mi alrededor están todos maquillados, tienen el cabello planchado y rociado o lo que
sea que hagan para que luzca tan brillante y lacio. Excepto ese. Entrecierro los ojos hacia la rubia sentada al final
de la barra, mirándola mientras mira un agujero a través de Jake.
Ni siquiera está tratando de pasar desapercibida con sus pantalones negros ajustados, su camisa abotonada,
sus zapatos de tacón alto y su cabello rizado que cae en cascada alrededor de sus hombros, por su espalda y por
todas partes. Pasa una mano por él, acariciando los mechones rebeldes, como si fuera un hábito nervioso. Su cabello
es natural y hermoso. Demonios, ella es hermosa.
Y ella no es de por aquí.
"¿Quien es esa mujer?" Toco la pierna de Jarret. "¿Ves el...?"
Él ya la está mirando boquiabierto con la lengua deslizándose por el labio. “No lo sé, pero
mañana por la mañana, te diré cómo es su cara de O ”.
"No seas un cerdo".
Se ríe y se corta a sí mismo. "Oh, mierda. Aquí viene ella."
Se desliza del taburete y se desliza hacia nosotros, navegando esos tacones a través del aserrín de las cáscaras
de maní tiradas.
“Tiene ese brillo en los ojos”. Él la mira con arrugas estropeando su frente.
"¿Qué brillo?"
“Ella está a la caza, y no tiene nada que ver con mi encanto irresistible”.
"Oh hermano." Niego con la cabeza, mordiéndome una sonrisa.
En el bar, Jake recoge las cervezas y regresa. Sus zancadas más largas alcanzan al
mujer, y llegan juntos a la mesa.
Se sienta a horcajadas sobre el taburete a mi lado y le pasa una cerveza a Jarret.
"Um hola." La mujer engancha un pulgar debajo de la correa del bolso en su hombro. “Ustedes son los gemelos
Holsten, ¿verdad?”
"Sí." Jarret toma un largo sorbo de la botella y la mira de arriba abajo, deteniéndose en su pecho y luego en sus
labios.
Pateo su bota debajo de la mesa. “A las mujeres no les gusta que las miren con lascivia”.
Ella inclina su cabeza hacia mí, sus ojos azules brillan con gratitud. “Tú debes ser Conor Cassidy”.
Mi cuero cabelludo hormiguea. ¿Cómo sabe mi nombre un forastero?

Jake desliza su cerveza frente a mí, su atención en la mujer. "¿Y usted es?"
"Tal vez."
"¿Tal vez?" Jarret apoya los antebrazos sobre la mesa y captura su mirada. "¿Ese es tu nombre?"
"Sí." Su sonrisa se tensa en las esquinas. “Tal vez Quinn. ¿Te importa si me siento?
Jarret asiente y espera a que se siente en el taburete.
Tomo un sorbo de la cerveza, sorprendida por el sabor ácido. No lo amo, pero tampoco lo odio. Se lo devuelvo a Jake.
“Entonces, tal vez…” Jarret inclina su sombrero, escudriñándola. “¿Para qué red de noticias trabajas?”
Red de noticias? Un escalofrío recorre mi columna vertebral. ¿Es una reportera? ¿Cómo lo sabe?
“Oh, eso no es…” Ella frunce los labios. "Solo estoy de paso".
Jake se golpea el sombrero en la cabeza y le lanza su mirada patente. “Las únicas personas que pasan
por este pueblo pasan periodistas de investigación”.
Mi estómago se dobla. Dijo que la policía no estaría husmeando, pero nunca consideré la posibilidad de que
los reporteros olieran nuestra historia.
"¿Para quién trabajas, tal vez Quinn?" Jarret toma otro sorbo de cerveza, mirándola alrededor de la botella.
Suspira y tamborilea las uñas rosadas sobre la mesa. "Lanza libre. Escribo la historia y la vendo al mejor postor”.
¿Qué carajo? ¿Pretende sacar provecho de nuestra miseria?

"¿Cuál es la historia?" No puedo sofocar la amargura en mi tono.
“Levi Tibbs será liberado mañana”. Su mano va a su cabello, presionando hacia abajo el
se enrosca alrededor de sus hombros. "¿Qué planean hacer ustedes tres al respecto?"
La liberación de Levi Tibbs no es de conocimiento público. ¿Cuánto sabe ella ya?
“¿Qué estamos planeando? Bueno, vamos a beber nuestras cervezas. Jarret levanta la suya y se bebe un trago largo.
“Probablemente calentaremos esa pista de baile. Entonces me desahogaré en un cuerpo cálido y luchador”. Su mirada se
sumerge en la de ella y regresa a sus ojos. “Eres bienvenido a unirte a la fiesta. Particularmente la última parte.”
"Yo creo que no." Sus palabras son entrecortadas, pero su respiración se acelera, pulsando sus fosas nasales.
“Entonces espero que encuentres la manera de salir de la ciudad y regresar a donde sea que hayas venido”.
"Voy a bailar con mi chica". Jake se pone de pie y se quita el sombrero ante Maybe. "Señora."
Agarra mi mano y tira de mí fuera del taburete y a través de la barra. Para cuando lleguemos a la
pista de baile, mis nervios están escupiendo chispas.
"Jake". Tiro de su cuello hasta que baja su oreja a mi boca. "¿Qué vas a hacer?
Está husmeando, y si desentierra una mierda, vamos a tener un infierno…
Agarra mi trasero con ambas manos, me levanta sobre su pecho y devora mi boca. Su lengua empuja más allá de
mis labios y me roba el aliento en un beso que no es ni suave ni tierno. Es un beso de cállate que amenaza con azotarme
el trasero si no obedezco.
Unas cuantas parejas mayores dan un paso y se balancean a nuestro alrededor al ritmo de la música lenta, tocándose
el cuello para ver bien nuestra escandalosa muestra de afecto.
Retrocedo y estiro mis botas hacia el suelo. "¿No estás preocupado?"
Jarret está lidiando con eso. Él mira fijamente mi boca.
Un vistazo a la mesa confirma que Jarret está lidiando con algo. Se inclina hacia el espacio de Maybe, atrapándola
con sus brazos. Lo que sea que esté diciendo enrojece su rostro. El tipo de rojo enfurecido.
"Él jugará con ella por un tiempo". Jake pellizca mi barbilla, forzando mis ojos a los suyos. “Entonces él
enviarla a casa con una sonrisa aturdida en su rostro”.
"Si tú lo dices."
La canción cambia a Body Like A Back Road de Sam Hunt, crepitando el aire con el ritmo optimista.
Jake toca el ala de su sombrero y extiende una mano, mirándome expectante.

La mirada seductora en su rostro es suficiente para reemplazar mi ansiedad tambaleante con una imprudente
sonrisa. Aprieto mis labios, pero la sonrisa se abre paso, encendiendo un parpadeo en sus ojos.
Cuando su boca comienza a moverse y su suave canto llega a mis oídos, estoy perdido.
Damos un paso hacia el otro al mismo tiempo. Nuestras manos se conectan y nos deslizamos sin esfuerzo por
la pista de baile mientras él dibuja la letra con su voz profunda y seductora.
No le gusta mucho el juego de pies ni los giros de cadera. Sus botas patean aquí y allá, pero sus mejores
movimientos están todos en los hombros y el cuello. Sensualmente gira su cuerpo hacia la fuerza de sus brazos mientras
me hace girar y me sumerge en el suelo.
Sus manos vagan constantemente, acariciando cada centímetro de mí. Me inclina hacia atrás sobre su rodilla,
sus dedos marcando la piel por encima de mi cintura. Luego me libera, y giro y bailo a su alrededor, sonriendo ante
su expresión indulgente.
A pesar de su complexión musculosa, no parece rígido ni incómodo. Sus pasos sutiles fluyen fácilmente con
los míos, su cuerpo suelto, competente y sexy como el infierno. Y sus ojos... Dios, el hombre tiene la costumbre de
mirarme. La intensidad en esas profundidades de color marrón oscuro, la forma en que sigue mis movimientos, sin
desviarse nunca, apenas parpadeando.
Giro detrás de él, el cabello azotándome la cara mientras le arrebato el sombrero. Él gira hacia mí,
cantando con el ceño fruncido que desesperadamente quiere sonreír. Puse el Stetson en mi cabeza.
Sus labios se contraen. Sus manos caen a mi trasero, y usa su agarre para jalarme contra él.
y muevo mis caderas. Paso mis dedos por su cabello desordenado y canto con él, hambrienta y sin aliento.
Nuestras bocas gravitan más cerca, ojos cerrados, corazones latiendo. Me acerco para robarme un beso, pero él
se me adelanta, apretando nuestros labios y frotando su lengua contra la mía.
Luego se echa hacia atrás el sombrero y me pone en otra canción. Sin juego de pies. Sin técnica. Simplemente
floto en sus brazos mientras él se sumerge, me deja caer y me levanta a través de antenas, cascadas y toboganes como
si no pesara nada.
La firmeza de sus manos calienta mi piel. La confianza en su postura me acelera la sangre. Su
la atención constante debilita mis rodillas y derrite mis huesos.
Cuando llegamos al final de la quinta o sexta canción, estoy tan excitada que mis bragas están empapadas.
"Necesito usar el baño de damas". Lo dejo con un beso y me abro paso entre la congregación.
Los lugareños podrían desconfiar de mí, pero no dudaron en amontonarse en la pista de baile para
Mírame frotarme contra su vaquero favorito.
Después de una breve espera en la fila, entro en el baño de uso individual y vacío mi vejiga.
Mientras me lavo las manos, me estremezco ante el reflejo en el espejo. El sudor me humedece el pelo, la cara, el cuello
y... Levanto un codo. Sí, sudor de axilas.
"Jesús, eres un desastre". Recojo toallas de papel y empiezo a secarme.
¿Estoy brillando? Parpadeo en el espejo, y mi boca se tambalea. Definitivamente brillante. Mis ojos están
brillantes, mis mejillas sonrojadas. Irradio felicidad, y la siento, desde la raíz de mi cabello hasta la punta de los dedos de
mis pies. Por primera vez en seis años, me siento como yo otra vez.
es el rancho. Es Ketchup y Jarret y Jake. Pero, sobre todo, es la sensación de un alivio abrumador.
Mis hombros caen hacia atrás sin pensar. Mis botas se sienten veinte libras más ligeras. Cada arrepentimiento feo,
retorcido y amargo dentro de mí todavía está allí. Ahora es más fácil de llevar. Ya no me siento agobiado por ello.
Ya no tengo que llevarlo solo.

El impulso repentino de agarrar a mi chico y conducir a casa con las ventanas bajadas me vuelve
hacia la puerta. La abro y un cuerpo enorme entra como una tormenta, empujándome hacia atrás.
"Que?" Miro la cara de Jake, y mi corazón golpea contra mis costillas.
Cierra la puerta y merodea hacia mí con un brillo carnívoro en los ojos.
Tropiezo de regreso sin ningún lugar a donde ir en la pequeña habitación. Él se queda en mí, y hacemos un círculo alrededor de cada uno
otro, evaluando, esperando a ver quién da el primer paso.
¿Debería correr hacia la puerta? ¿O rendirse a lo que sea que tenga en mente?
Como si tuviera elección.
Hay cola para el baño. Mi voz es entrecortada.
“Que escuchen”. Deja su sombrero en el fregadero detrás de él. Luego se lanza, me atrapa en sus brazos y aplasta mi
pecho contra el suyo.
“Jake—”
Su beso castiga mi boca con su potencia. Su lengua me invade, y me rindo, licuándome en su embriagador abrazo.
Sus manos capturan las mías, sujetando mis muñecas detrás de mi espalda mientras empuja sus caderas contra mí.
Me está sujetando las muñecas. Es un sentimiento poderoso. Una jodida sensación vigorizante, y lanzo
mi cabeza hacia atrás, invitándolo a lamer un rastro ardiente por mi cuello.
Necesito dentro de ti. Envuelve una mano alrededor de mi garganta, su respiración es errática. "Aquí mismo.
Ahora."
Aparte del granero, solo he tenido sexo en una cama. De eso se trata. Sí, está cachondo.
Pero es más que eso.
Todo lo que hace está tan intrincadamente planeado y pensado, tan atento y respetuoso.
Follarme en un baño público no tiene la intención de degradarme. Está reforzando su dominio, haciéndome saber que él
decide cuándo, dónde y cómo.
Maldición si eso no me calienta en todos los lugares correctos.
Mientras empuja mi espalda contra la puerta y me folla la boca con su lengua, renuncio al control y con mucho
gusto entrego la carga del poder en sus hábiles manos.
Sus dedos sueltan mi bragueta y se agacha para empujar mis jeans y bragas hasta mis botas. Luego empuja hacia
arriba mi camisa, baja las copas de mi sostén.
Joder, Conor. Besa y muerde mis pechos, llenándolos con sus manos y llevándolos a su boca hambrienta. "Verte
bailar, poner mis manos sobre ti... Eres tan jodidamente sexy".
Muele su erección contra mi muslo desnudo, enviando un nuevo chorro de humedad entre mis
piernas. Entonces su mano está ahí, deslizándose a lo largo de mi carne sensible y hundiéndose dentro.
Trago ruidosos jadeos de placer mientras me toca en un solo palpitante latido de necesidad.
Justo cuando estoy a punto de llegar a mi punto máximo, su mano desaparece y el sonido de su cremallera dispara un
escalofrío a través de mi cuerpo.
"Vas a correrte sobre mi polla". Se baja los vaqueros.
Envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros y presiono mi boca contra la suya, devastando sus labios con una
urgencia sin sentido.
Me levanta por la puerta y alinea su polla con la entrada de mi coño.
Luego empuja, fuerte y rápido, asentándose hasta la raíz.
Gemimos juntos, temblando y aferrándonos el uno al otro. Estoy atada con mi ropa, dejando todo mi peso en sus
manos. Los jeans alrededor de mis botas atan mis tobillos y permiten que mis rodillas se abran lo suficiente para que él se
estrelle contra mí.
Sus dedos agarran mis muslos. Su cuerpo me clava contra la puerta. Mis manos buscan cualquier parte de él que pueda
alcanzar, clavando las uñas en su camisa, bíceps y cuello.
Él es fuego y crueldad, y estoy desesperado por ser quemado y consumido. Juntos, estamos
un campo de batalla agitado, gruñendo, hambriento, cazando y asaltando, persiguiendo y saqueando.
Los dedos se rascan. Los labios atrapan. Los músculos se contraen y los cuerpos se doblan. Damos y tomamos y
follamos con abandono.
Cuando su mano vuelve a mi garganta y presiona mi tráquea, una nueva sensación se enciende debajo de mi piel.
Desvergonzado y lascivo, mi cuerpo late con más fuerza, inundando de adrenalina a través de mis venas, agitando mi sangre
y tensando las partes más profundas de mí.
"Jake". Lo miro a los ojos. "Voy a"
Me vengo de repente, violentamente, y con tanta fuerza me aprieto a su alrededor, causando que se atragante con la
respiración.
Golpea dentro de mí, sacudiendo la puerta mientras toma aire y llega al clímax con su exhalación. Su
la mano se desliza de mi garganta y las caderas empujan, ralentizando el ritmo y ordeñando hasta la última gota.
Me estás destrozando. Se acurruca y se pone a trabajar en mi ropa, alisándola y cerrando la cremallera.
"¿Sabes lo que voy a hacer todas las noches por el resto de nuestras vidas?"
"¿Quedar destrozado dentro de mi cuerpo?"

"Ese es el plan." Arrebata su sombrero, lo sacude y se lo pone en la cabeza. “Vamos a casa y hagámoslo de nuevo”.
En la vida de cada persona, hay un punto de no retorno. Honrar nuestro pacto adolescente es ese punto para mí.
Sopesé los riesgos. Vertido sobre el plan. Consideró todos los ángulos. No hay manera de que pueda dejar
de ver esto.
Pero Levi Tibbs puede.
Todo lo que tiene que hacer es pasar nuestra prueba.
Fue liberado esta mañana de un centro penitenciario a una hora en coche de Sandbank.
Su libertad fue lo primero que me vino a la mente cuando me desperté, y el dolor que se acumulaba en mi garganta
ha persistido hasta la tarde.
¿Estoy asustado?
Jodidamente petrificado.
¿Me acobardaré en el último minuto?
Ni en sueños.
Me siento en una silla de madera tambaleante en una choza decrépita en las afueras de la ciudad. Mi pierna
rebota inquieta mientras Jake y Jarret se mueven a mi alrededor, revisando las armas y haciendo ajustes menores
a los muebles mohosos.
Me hablaron de este lugar hace una semana cuando discutimos el plan. Rodeada de bosques en
medio de la nada, la pequeña casa de una habitación fue comprada y pagada por su padre hace años.
John Holsten nunca se lo contó a sus hijos. Jake descubrió la propiedad durante su investigación
sobre los secretos de su padre.
El significado de esta choza es la bolsa de lona con dinero escondida debajo del piso.
Cuando Jake registró el lugar hace unos años, encontró la bolsa. Diez grandes en efectivo. Izquierda
atrás por dos sicarios la noche que fueron a la quebrada a cometer un asesinato.
Sabemos que es su dinero porque la bolsa incluye fotos, efectos personales y otra identificación. Sabemos
que John Holsten les permitió quedarse aquí para preparar mi asesinato. Y sabemos que Levi Tibbs regresará por
ese dinero.
Como delincuente sexual registrado, no se le permite salir después del anochecer. No está permitido dentro
dos mil pies de un niño, y solo tiene el efectivo que tenía consigo durante el momento de su arresto. Eso
limita severamente dónde puede pasar la noche. La choza es su única opción.
Más allá de la ventana sucia, el sol comienza su arco descendente, hundiendo una sensación de vacío
en la boca de mi estómago.
"Debería estar aquí ahora". Sujeto una mano sobre mi rodilla para detener el nerviosismo.
rebote.
“Solo hay un autobús Greyhound a Sandbank”. Jake se apoya contra la pared, con el sombrero inclinado hacia
abajo y las piernas cruzadas a la altura de los tobillos: el paciente y sexy encorvamiento de un hombre seguro de sí mismo.
“Una hora a pie desde la estación de autobuses lo deja aquí en unos veinte minutos”.
A menos que haga autostop.
"Él podría." Jake asiente. Aunque no creo que quiera que nadie sepa que está aquí.
Los testigos dan lugar a preguntas, y las preguntas podrían dar lugar al dinero que afirmó que nunca recibió”.
"¿Y estás seguro de que no tendrá un rastreador GPS?"

La mayoría de los estados requieren que los delincuentes sexuales usen tobilleras.
"Estoy seguro." Empuja hacia arriba el Stetson para mirarme a los ojos. “Oklahoma solo los pone en
delincuentes habituales . Esta fue su primera ofensa”.
Y última. Apesta para él. Un dispositivo de vigilancia podría haberle salvado la vida. Difícil enterrar un cuerpo
con un rastreador GPS libre de manipulaciones adjunto.
"Aún puedes echarte atrás". Jarret se sienta en la silla al otro lado de la mesa frente a mí. Lo atraparemos, Conor.
No tienes que estar aquí cuando suceda”.
“No me estoy volviendo loco. Me sentiría mejor si todos estuviéramos en posición”.
"Está bien." Se levanta de la silla y me alborota el pelo. “Recuerda, lo que sea que ese hijo de puta
te dice—”
"Lo sé. Estaré bien."
Si puedo sobrevivir a lo que Levi Tibbs me hizo esa noche, puedo sobrevivir a sus odiosas palabras.
"¿Qué pasa con la situación con Maybe Quinn?" Arqueo una ceja. "¿Eso está resuelto?"
Jarret se mete la lengua en la mejilla y mira al suelo. Un extraño sonido de resoplido pasa por sus labios, y se vuelve
hacia la puerta. No te preocupes por ella.
"Eso no suena muy convincente".
Da un paso afuera y, un momento después, su sombra parpadea más allá de la ventana lateral.
Sin duda quiere mojarse la polla con el periodista, pero nunca dejaría que una mujer
poner en peligro nuestra seguridad. Sé que su cabeza está en el juego mientras espera fuera de esa ventana, oculto a
la vista con un arma en la mano, listo para disparar a través del vidrio si es necesario.
Jake se empuja de la pared y se para frente a la única puerta. Examina la habitación, como si la mirara a través
de los ojos del hombre que entrará en cualquier momento.
Me siento en una silla detrás de una mesa. La larga superficie de madera será lo único que me separe de Levi Tibbs.
Mi motocicleta se encuentra fuera de la ventana detrás de mí. Levi no lo verá cuando se acerque a la choza, pero
lo detectará a través del vidrio cuando entre. Posicionamos la bicicleta allí para darle la sensación de que estoy solo.
A mi lado, un sofá hundido mira hacia la puerta. Jake lo alejó de la pared, lo suficiente
apretar detrás de él, pero no lo suficiente como para que Levi notara que se movía.
Jake camina hacia mí y toma mi barbilla con su mano fuerte.
"Te amo." Lleno mis ojos con las palabras y las veo reflejadas en las suyas.
"Está casi terminado." Besa mis labios, agarra la escopeta de la mesa y toma su posición.
detrás del sofá.
Entonces esperamos.
Cinco minutos. Mis músculos tiemblan y se contraen.

Diez minutos. Las palpitaciones del corazón aprietan mi pecho.
Quince minutos. El roce de pasos suena fuera de la puerta.
Mis pulmones colapsan. Se me corta la respiración y lucho contra el impulso de mirar el sofá y la ventana.
Los chicos permanecerán ocultos. Solo necesito concentrarme en educar mi expresión y no perder mi mierda.
Coloco mis manos sobre la mesa, relajo mis articulaciones y trato de parecer lo menos amenazante posible.
La puerta se abre.
Levi Tibbs se encuentra en el umbral, iluminado por el resplandor del sol de la tarde. Sus ojos convergen con
los míos. Sus cejas saltan hacia arriba, y su respiración se ahoga.
Se recompone rápidamente y baja su mochila al suelo mientras escanea la habitación en busca de amenazas.
Parece que perdió peso. Era flaco antes, pero ahora es todo desgarbado y cetrino en
pantalones que cuelgan de sus piernas informes.
Los mismos ojos grises malvados, que brillan como hojas de afeitar cuando se inclina hacia atrás y examina el
perímetro exterior.
El cabello negro le llega cerca del cuero cabelludo y sus manos se flexionan a los costados. Mismas manos que magullaron
mi carne y sostuvo un cuchillo contra mi garganta. Los mismos labios delgados que se estiraron alrededor de la mordaza
que Jake metió en su boca.
Este es el hombre que robó mi virginidad. Si Jake no hubiera ido tras él esa noche, podría haberse salido
con la suya.
Su mirada se mueve entre mí y el camino de grava en el frente hasta que aterriza en la ventana detrás.
a mí. Registra la motocicleta, y una sonrisa enfermiza tira de la comisura de su boca.
"Bueno, estaré condenado". Da un paso adentro y cierra la puerta. "Tu viniste aqui
¿solo? ¿Cómo supiste de este lugar?
“Escuché a John Holsten mencionarlo una vez. Supuse que también podrías haber oído hablar de eso, y
Pensé que vendrías aquí a dormir gratis antes de irte de la ciudad.
Mira el piso donde escondió su dinero hace seis años. mantengo mis ojos en
su.
"O eres estúpido o eres realmente estúpido". Se sienta en la silla más cercana, sentándose al otro lado de la
mesa frente a mí, exactamente como esperábamos.
Esperar a que vinieras tras de mí habría sido una estupidez. ¿Hubieras hecho eso?
"¿Qué? ¿Te persiguió? Moja sus labios y le da a mi pecho un examen que me pone la piel de gallina.
“Me enviaste a prisión, maldita perra. ¿Qué opinas?"
“El fiscal te mandó a prisión”.
Su mirada se lanza a la mía, su expresión aceitosa y hostil. “Todavía puedo sentir tu apretado coño. Sangraste todo
sobre mí, y no he dejado de pensar en eso durante seis años, en cómo fui tu primera.
Apuesto a que tú también lo piensas.
Odio que Jake haya oído eso. Pero él estaba allí esa noche, justo a mi lado en el infierno, observándolo todo.
Mientras mi mente lo reproduce con agonizante detalle, un sabor amargo inunda mi boca y me quema la garganta.
Aclaro mi voz. “Vine aquí para cerrar. ¿Recibiste mi carta?"

"Me masturbo con eso todas las noches". Su mano se desliza debajo de la mesa.
Una parte de mí desea que mantenga esa mano en su regazo. Podría haber salvado su vida.
Pero una parte más grande de mí, la parte que quiere que esto termine, se siente aliviada de que haya fallado en la prueba.
Alcanza la pistola pegada debajo de la superficie de la mesa. Una pistola que supusimos que puso allí hace seis
años.
"Tienes razón. Habría venido por ti. Saca el arma, la amartilla y apunta a mi
cabeza. "Gracias por ahorrarme un viaje por la ciudad".

Se pone de pie y empuja la mesa a un lado, dejando un metro de vacío entre nosotros. Mi corazón se
acelera.
"Quitate los pantalones." Me apunta con la pistola. “Todo por debajo de la cintura”.
Una golondrina se me atasca en la garganta mientras niego con la cabeza.
Su rostro se enrojece y su mano se aprieta alrededor del arma. Evidentemente me quiere violar
mientras sigo respirando. De lo contrario, ya habría apretado ese gatillo.
"Lo quieres rudo, ¿eh?" Da un paso hacia mí y se tensa, su mirada girando hacia el sofá.
"Respaldo." Jake se levanta de su escondite y apunta la escopeta al pecho de Levi. El fuego que arde en sus
ojos niega la calma en sus pasos que se acercan.
"Le dispararé". Levi apunta el cañón a mi cabeza desde dos pies de distancia. "No te acerques más".
"Intentalo." Jake avanza otro paso.

Levi aprieta el gatillo con un clic hueco y la sangre se drena de su rostro hundido.
Mira su arma, con los ojos muy abiertos, y trata de dispararme de nuevo. Y otra vez.
Hacer clic. Hacer clic. Hacer clic. Hacer clic.
Cuando se da cuenta de que quitamos todas las balas, se tambalea hacia la salida, con los brazos en alto y
manos temblando Con un rugido, arroja la pistola a Jake, falla y abre la puerta de un tirón.
Y choca contra otro vaquero armado.
Jarret enseña los dientes y golpea con la pistola a Levi en la cabeza, dejándolo inconsciente. Entonces sus
ojos encuentran los míos. "¿Conor?"
"Todo está bien." Tomo una respiración calmante. “Sabíamos que fracasaría. Me preparé para esto”.
Mientras Jarret sujeta el cuerpo inerte de Levi para transportarlo con cinta adhesiva y ataduras de cables, Jake
entra en mi línea de visión.
Agachándose a mis pies, deja la escopeta en el suelo y toma mis manos entre las suyas.
“En otra hora, podremos dejar todo esto atrás”. busca en mi rostro y alisa
rebeldes hebras de color caoba detrás de mi oreja. "Vete a casa. Nos encontraremos allí.
Abro la boca para discutir, pero sus dedos se deslizan por mi cabello y capturan un puñado.
"Obedeceme." Su agarre firme acentúa su comando.
Él y Jarret llevarán a Levi, vivo y atado, al barranco. Es un transporte arriesgado, pero una cámara de video
escondida en la esquina de la habitación los grabó actuando en defensa propia. El metraje no será necesario a menos
que los detengan.
Me inclino hacia él y rozo nuestros labios juntos. "Ven a casa conmigo".
"Siempre."
Tomo la motocicleta hasta el rancho, me dirijo al establo y agrego Ketchup para dar un paseo hasta el
barranco. Está a punto de anochecer cuando la ensillo y la llevo al campo.
Todos los peones del rancho se han ido a casa por el día. El mugido del ganado se desplaza por el
pasto del sur, los altos tallos de hierba silenciosos y quietos en ausencia de viento.
Cuando me acerco a la cresta que conduce al barranco, mis dedos se enfrían alrededor de las riendas y un
hormigueo helado me recorre el pecho. Quise decir lo que le dije a Jarret. Estoy preparado para esto. Pero eso no
significa que esté deseando ver morir a un hombre.
La salsa de tomate sube la colina final y veo la camioneta de Jake estacionada cerca de la hoguera en la
entrada del barranco.
No he estado aquí desde esa noche, y la cresta se ve tan diferente. Más abierto y desnudo.
Como si alguien hubiera pasado por aquí con una excavadora.
A cuarenta y tantos pies de distancia, Jake y Jarret sostienen a Levi sobre sus rodillas al borde del risco que da al barranco.
Hace seis años, había tantos árboles en ese saliente que no podíamos quedarnos ahí. ¿Cuándo se despejó?
Ato Ketchup a uno de los árboles restantes, y mi mirada se detiene en la madera carbonizada en el
pozo de fuego Todavía puedo ver a Lorne sentado contra ese tronco y tocando su guitarra. Él estuvo aquí esa noche para cuidarme,
para apoyar mi relación con Jake.
Las lágrimas nublan mi visión sin previo aviso, y parpadeo para alejarlas.
Si él puede perdonarme por arruinar su vida, yo puedo perdonarlo por mantenerme a distancia.
Estoy tan condenadamente lista para que vuelva a casa.
Volviendo hacia el acantilado, sigo mi camino a lo largo del terreno rocoso hacia Jake y Jarret. Cuando franqueé el punto más alto,
dos volquetes aparecieron detrás de ellos.
"Qué vas a…?" Miro por encima del borde del acantilado y jadeo. "Mierda santa".
El desfiladero angosto y el arroyo que gotea debajo desaparecieron, reemplazados por un vertedero de tierra y roca. Eso explica
por qué los árboles fueron talados.
“Todavía lo estamos llenando”. Jake anuda una soga alrededor del cuello de Levi mientras Jarret mantiene quieto al hombre. “La
tierra vino del sitio de perforación”.
Debe haber cientos de camiones cargados allí. Montículos de tierra suben hasta la mitad de las empinadas paredes del barranco.
Un pensamiento escalofriante me aprieta el estómago. "¿Los cuerpos están debajo de todo eso?"
A Levi se le saltan los ojos y se retuerce y se agita contra el agarre de Jarret.
“Ellos entraron primero”. Jake enrolla más cuerda alrededor de los tobillos de Levi y me mira. "Hacer
¿Tienes unas últimas palabras para este hijo de puta?
"No." Los alfileres y las agujas suben por mis piernas y me adormecen por dentro.
La mirada vigilante de Jake permanece en mí mientras patea a Levi sobre su estómago y presiona una bota contra su
espalda.
La cuerda va desde la mano de Jake hasta el cuello de Levi. Las muñecas y los pies del hombre están atados detrás de él,
su boca está sellada con cinta adhesiva y su expresión muestra un horror creciente.
Agarro la base de mi garganta, mi mente se arremolina con imágenes de su muerte. Nunca discutimos el método exacto.
Esperaba que fuera prolongado y espantoso, pero tal vez la estrangulación es mejor que una puñalada o un disparo. Ninguno de nosotros
está aquí para bañarse en sangre. No somos asesinos.
Solo queremos que se haga, para que podamos tener un cierre y seguir adelante.
El solo hecho de saber que está a punto de morir me da ganas de vomitar.
Jarret avanza hacia mí y me tira en un fuerte abrazo. "No tienes que mirar".
Envuelvo mis brazos alrededor de él y fijo mi mirada en Jake, temblando y con náuseas.
"Lastimaste a mi chica". Jake tira con fuerza de la soga alrededor del cuello de Levi, sus rasgos oscuros y toscos se cortan
con venganza. “Le robaste algo sagrado. de mi ¿Y pensaste que lo harías de nuevo? Conduce una patada brutal en las costillas de Levi.
“Vivimos y morimos por las decisiones que tomamos. Tú hiciste el tuyo. Espero que revivas esa noche desde su perspectiva, una y otra
vez, mientras te quemas en el infierno”.
Empuja su bota hacia abajo sobre la columna de Levi y mantiene la cuerda tensa, tensando los músculos de sus antebrazos.
Me tapo la boca con una mano, luchando contra la bilis en mi garganta mientras Levi se sacude y sacude la cara.
abajo en la tierra, luchando por aire.
El estrangulamiento continúa por la eternidad. Jake no se mueve ni habla, sus manos apretadas
alrededor de la cuerda. Con la cabeza inclinada hacia abajo, el borde del sombrero oculta su rostro.
Mis dedos muerden la espalda de Jarret, todo mi cuerpo está atrapado en un pánico congelado. ¿Por qué está tomando
¿hasta la vista?
Finalmente, el cuerpo se desploma, sin aliento e inmóvil. Jake revisa su pulso y lo empuja
sobre el borde y en el barranco.
"Se acabó." Viene hacia mí con los brazos abiertos y me separa de su hermano.
Jarret sale disparado hacia los camiones de basura para descargar la tierra. Para enterrar a Levi Tibbs.
Jake me levanta y me lleva lejos del acantilado, acariciando su cara con bigotes en mi cuello. Me derrito en él, aferrándome
a sus respiraciones fuertes y confiables.
Ninguno de nosotros tiene palabras. No se necesita ninguno. Levi Tibbs nos robó seis años. No va a tener ni un
segundo más.
Ketchup ofrece un pequeño y suave relincho a medida que nos acercamos. Salgo de los brazos de Jake para besar y
frotar su nariz.
"¿No vas a ayudarlo?" Asiento con la cabeza hacia el camión volquete mientras Jarret retrocede hacia el acantilado.
"No". Me agarra de la cintura y me sube a la silla. “Él dejará esas dos cargas, y
moveremos el resto de la tierra mañana.
Balanceándose detrás de mí, mete mi trasero contra su ingle y desliza sus brazos a mi alrededor para agarrar las
riendas.
Una sensación sofocante se cierra, pero su abrazo es más fuerte. Él ahuyenta a mis demonios porque es el matón más
grande y malo de todos.
Mi matón protector coloca una mano inflexible debajo de mi barbilla y dirige mi cabeza hacia atrás contra su hombro.
"Sólo respira." Toca con sus labios el borde de mi boca. "Estoy aquí."
“Yo también estoy aquí para ti, lo sabes. Los dos estuvimos allí esa noche. Por favor, apóyate en mí.
Cuando me necesites."
"Me estoy apoyando en ti en este momento". Me trae más fuerte contra su pecho y me sostiene cerca en el camino
hacia el establo.
Me sostiene mientras nos duchamos. Su mano nunca deja mi espalda mientras calentamos las sobras de pasta.
Jarret se une a nosotros en el porche trasero y Jake me abraza mientras comemos en silencio.
El anochecer se arrastra por el pasto como siempre lo hace, somnoliento y pacífico. Pero esta noche,
se siente más hosco, más oscuro y lleno de sombras.
Después de la cena, Jarret recoge nuestros platos y se dirige al interior de la casa.
Me giro hacia Jake a mi lado. “El aire se siente pesado”.
"Ven aquí." Se reclina en el banco acolchado, con las piernas abiertas y la expresión abierta.
Me arrastro hasta su regazo y me acurruco contra el cálido algodón de su camisa.
"Está bien estar triste". Su voz se desliza sobre mí, solo un suave soplo de sonido, pero se siente como un
caricia de terciopelo. “Durante el tiempo que sea necesario, te ayudaré a superarlo”.
“No hay nada por lo que estar triste”.
“Tú no crees eso.”
Me encanta que me entienda tan completamente, como si estuviera dentro de mi cabeza sintiendo mis pensamientos.
antes de que pueda darles sentido.
El pasado quedó atrás, pero todavía lo lamento. Lamento mi relación con Dalton. Lamento la ausencia de Lorne.
Sobre todo, lamento los seis años que perdí con Jake. Lo resiento tanto como aprecio cada aliento que compartimos ahora.
Pero eso está bien. Está bien llorar y estar enojado. Nunca volveré a embotellar esa mierda.
La luz de la luna proyecta un resplandor tranquilo a través del campo, creando sombras insondables entre
las ondas en el terreno. Puedo ver nuestra infancia en ellos: la alegría, la serenidad y el amor indestructible entre los
cuatro.
Me dejé llevar de regreso a ese lugar inocente. Dejo caer las lágrimas cuando llenan mis ojos. Y
Dejo que Jake me sostenga hasta que pase.
Gracias a Dios este día ha llegado y se ha ido. Todo el dolor que sufrimos, todo el dolor que sobrevivimos,
se acabó. Desaparecido.
Levanto la guitarra de Lorne de la silla junto a nosotros y toco algunas notas, escuchando a Jake.
respira y sigue el ritmo relajante.
Mis dedos se mueven sobre las cuerdas, buscando una canción hasta que me fijo en Breathe by Faith.
Colina.
Me acaricia el pelo mientras juego, mira mis labios mientras canto y sonríe cuando sonrío.
Llevo la piel que siente su tacto.
Respiro el aire que llena sus pulmones.

Soy la chica que quiere, la que ama, y él es mío.
“Somos solo nosotros,” susurro.
Besa mi cuello. "Eso es todo lo que necesitamos".
Meto a Conor en la cama después de que se queda dormida en mis brazos en el porche trasero. Con la cabeza en la
almohada, parpadea hacia mí, toda suave y con ojos soñolientos, y me enamoro por millonésima vez.
Voy a ver cómo está Jarret. Beso la almohadilla de sus labios. "Está bien". Se
pone de lado y cierra los ojos. "Te amo."
"Tú también."
Es tan increíblemente hermosa que estoy cautivo en su presencia, de pie junto a ella, absorbiéndola y observándola
dormir como una enredadera obsesionada.
No hay duda de que estoy obsesionado. Sin pedir disculpas.
La beso de nuevo y obligo a mis botas a salir de la habitación ya través de la casa.
Jarret no está en su dormitorio ni en su oficina. ¿Quizás salió? No parecía estar de humor para una conexión. Algo está
en su mente, y soy demasiado entrometida para dejarlo pasar.
Cuando salgo al porche delantero, veo un sedán desconocido estacionado junto a su camioneta en el estacionamiento.
Ninguno de nosotros ha traído una aventura al rancho. Nuestro hogar es nuestro santuario, y no confiamos en nadie fuera del
círculo de nuestra infancia.
Me dirijo a un lado de la finca y observo el pasto oscuro.
Al otro lado del campo, las luces interiores del establo brillan a través de la puerta abierta. Él está adentro
allí con quien está de visita.
Excepto que no recibimos visitas nocturnas.
Esto huele a cierto periodista entrometido. ¿Qué diablos está haciendo con ella?
Tomo el corto paseo para averiguarlo.
En la entrada del establo, empujo la puerta y me detengo de golpe.
Con los brazos atados a un poste de soporte y las piernas pateando el aire, tal vez Quinn esté atada con una cuerda.
y hirviendo más allá de los dientes apretados.
Supongo que esa es una manera de tratar con el periodista.
“¡Vas a arrepentirte de esto, enfermo, pervertido, enfermo… enfermo!” Ella se retuerce contra las ataduras, lo que
hace que su vestido manchado de suciedad se deslice más lejos de su hombro.
Es un desastre asqueroso, el pelo le cubre la cara y las faldas están recogidas en la cuerda.
Jarret la rodea, sacudiendo una fusta contra sus piernas desnudas. Irritación alinea su expresión,
pero debajo de eso, está alterado de una manera que no quiero ver a mi hermano. Alguna vez.
Me acerco, deteniéndome a unos metros de distancia, y giran la cabeza en mi dirección.
"¿Es esto consensuado?"
Odio hacerle esa pregunta. Él nunca forzaría a una mujer. Aunque, hay un gris
área, una zona dudosa en la que a él y a mí nos encanta jugar.

Jarret le da otro golpe con la fusta y ella le gruñe.
"No sé." Él entra en su espacio, agarra el poste sobre su cabeza y pone su rostro en el de ella. “¿Es consensuado,
tal vez? ¿Tenemos un trato?"
La mirada hambrienta en sus ojos me dice exactamente qué tipo de trato está ofreciendo.
“Esto no es lo que tenía en mente”. Su pecho se agita, cinchando la cuerda que él enroscó alrededor de ella.
torso.
"Sí o no." Él le pellizca la barbilla, haciendo que su respiración sea más difícil. “Mi hermano no es
te irás hasta que sepa que estás dispuesta. ¿Quieres la historia o no?
No sé qué historia de mierda le prometió, porque seguro que no le contaría la historia.
Ella corta sus ojos en mí. "Se puede ir. Me ocuparé de tu hermano.
Me encuentro con la mirada de Jarret. "Es posible que desee atarla"
Ella lo patea y lo clava directamente en la ingle. "piernas."
Se inclina, ahuecándose, y me lanza una mirada. "Tengo esto."

"Veo que." Retrocedo, sonriendo. "Buena suerte."
Tal vez Quinn debe estar en apuros para un trabajo. Solo puedo imaginar lo que aceptará hacer para obtener
nuestra historia.
Mi sucia imaginación me sigue de regreso a la casa, lo que resulta en una erección considerable cuando me
deslizo en la cama con la mujer más sexy del planeta.
Debería dejarla dormir. Eso sería lo más desinteresado por hacer.
Yo también estoy aquí para ti, ¿sabes? Cuando me necesites.
No estaba pensando en sexo cuando dijo esas palabras. Pero soy un chico, y mis necesidades son simples.
Así que la despierto con la boca entre sus piernas. Luego le doy la vuelta y la monto en el colchón hasta que me
necesita tanto como yo la necesito a ella.
Después, cuando nuestras necesidades están saciadas y mi cuerpo se contrae con fatiga y felicidad persistente,
me obligo a moverme. La tiro a mis brazos, y el lienzo tatuado de ella me envuelve.
Piernas enredadas.
Las respiraciones se fusionaron.
Corazones anudados juntos.

Mío.
UN MES DESPUES…
Nunca en mi vida había apreciado una puesta de sol como esta.
Una colisión ardiente de color tiñe la línea donde el cielo besa la costura de la tierra.
El prado se sonroja en tonos de azul, mandarina y rojo. Fuego rojo. Como su cabello.
Conor está arrodillada sobre una manta a unos metros de distancia, su silueta curvilínea recortada en el
cielo como un pedazo de la noche. Cuando respira o se contrae, rayas de color brillan en el fondo y bailan sobre su
cuerpo desnudo.
Estoy asombrado de su fascinante perseverancia. Solo ha pasado un mes desde que me vio estrangular a
Levi Tibbs. Todavía tiene contratiempos con su trastorno de estrés postraumático, pero no deja que la controle.
Ella no deja que el miedo detenga su progresión hacia adelante.
Ella inclina su rostro hacia el cielo, los ojos cerrados y el cabello cayendo en llamas rojas detrás de ella.
Sentada sobre los talones, mantiene los muslos abiertos, las muñecas atadas con una cuerda a la espalda y cada
centímetro de su gloriosa desnudez.
Voy a aniquilar su gatillo final esta noche.
Busco su expresión y ya sé que no encontraré vulnerabilidad allí. Mi niña es sol, cuero crudo y pura
lucha. La botella de lubricante en la manta a su lado no la disuade. Sea cual sea el temor que todavía tenga sobre el
sexo anal, lo enfrentará con fervor y resplandor.
Más al sur, el barranco está rellenado, nivelado y sellado con una enorme losa de hormigón. Usamos el
dinero de la bolsa de lona de Levi Tibbs para verter la plataforma de cemento. Será la base de la clínica veterinaria
que planeo construir en los próximos dos años.
El barranco era un lugar ideal para desechar la tierra del sitio de perforación cercano, y dado que allí ya
hay una entrada secundaria a la propiedad, tiene sentido construir su clínica en ese lugar. Cualquiera que pudiera
sospechar del concreto recién vertido consideraría estos factores.
Cuando le conté a Conor sobre la decisión de invertir, su gran alegría superó cualquier inquietud que tuviera
acerca de erigir su negocio sobre un cementerio.
Todavía quedan obstáculos por delante: la persecución de Levi Tibbs, la imprevisibilidad de mi padre
desaparecido y los asuntos pendientes entre mi hermano y Maybe Quinn. Sea cual sea el juego que Jarret está
jugando con la periodista, está garantizado que terminará mal, pero él se niega a seguir mi consejo de deshacerse
de ella.
En el lado positivo, Conor completó todos los pasos para su prueba de residencia y presentó la revocación
del poder notarial. En dos años, terminará la escuela y Lorne
probablemente sea puesto en libertad condicional. Él y Conor son dueños de la tierra. Jarret y yo somos dueños de la operación de ganado.
Estamos tan cerca de volver a encarrilar nuestros sueños.
Hablando de sueños, dejé que el mío esperara lo suficiente.
Me acerco a su silueta elegante y fluida y miro sus labios sanguíneos. Sus ojos se abren, suaves y resonantes
en la luz que se desvanece. Su boca muestra el atisbo de una sonrisa, lo suficiente para sugerir que está disfrutando de
sus pensamientos.
Doy un paso entre sus rodillas abiertas y enrollo mis dedos alrededor de su cuello. Su garganta rebota contra mi
pulgar, pero permanece quieta, atenta, y deja que el peso de la parte superior de su cuerpo se hunda en el cuello de mi
mano.
Su rendición es tan hermosa como la iridiscencia de color estampada en su cuerpo. Su definición muscular
crea valles estrechos y senderos sinuosos a lo largo de su contorno. Estructura ósea impecable, piel como seda sobre
porcelana, brilla con el tipo de belleza que jode con el autocontrol de un hombre.
Cada parte de mí se endurece y se calienta. Pulsos de hambre palpitan debajo de mi cinturón, apretando mis
dedos alrededor de su garganta e inundando mi polla con sangre.
Su mirada se sumerge en mi cremallera tensa, y se ríe de mí. Ansiosos, ¿verdad?
"No tienes idea."
Levanta la barbilla y se lleva la lengua a los labios. "Soy tuyo."
Nuestro futuro se manifiesta dentro de mí, traído a la existencia por esas dos palabras. Quiero ver mi anillo en
su dedo, su barriga hinchada con mi hijo y su clínica veterinaria prosperando bajo su dedicación en nuestro próspero rancho.
Me pongo de rodillas y muevo mis manos. Su cuerpo es mi santuario, mi lugar de adoración, y yo

rinde homenaje a cada curva y grieta, besando y lamiendo, acariciando y amasando.
Ella ruega por mi polla hasta que se la doy. Luego suplica que la libere hasta que se deshace en mis brazos.
Pero no he terminado con ella, y su conciencia de mis planes parpadea en sus ojos verde hierba.
"Iré despacio". Desato sus brazos y la coloco de rodillas con su hermoso trasero en el
aire.
"Eso es lo que siempre dices". Ella se ríe nerviosamente.

"¿Confías en mí?"
"Sí." Sin dudarlo.
La caída de la noche nos roba los colores del atardecer y oscurece los campos a obsidiana. Encorvado
ante mí, ella no es más que un contorno negro que fluye, suspirando lánguidamente y goteando de excitación.
He jugado con su culo a menudo durante el último mes, acostumbrándola a las sensaciones.
Está relajada, y eso significa que lo que sea que esté pasando por su cabeza no la está poniendo tensa.
Sus rodillas adornan el suelo, su cuerpo se balancea como una delicada flor en la hierba, y la tomo como tal.
Lubricando y empujando contra su anillo de músculo con cuidado.
Sus flashbacks salen a la superficie, pero ella lucha contra ellos. La trabajo con arranques y paradas, pasando
una mano arriba y abajo por su columna y marcando los cambios en su respiración. Tardo un poco, pero tengo todo el
tiempo del mundo.
Eventualmente, se calma lo suficiente como para aceptarme, y maldita sea, está apretada, apretando y
soltando a mi alrededor. Nunca nada se ha sentido tan bien. El impulso de golpearla se apodera de mi cuerpo, pero lo
bloqueo, manteniendo mis embestidas lentas y suaves.
"Esto no se parece en nada a lo que recuerdo". Ella arquea la espalda, relajándose aún más en mis embestidas.
“Jesús, espero que no.” Entierro mis dedos en sus caderas.

Ella mira por encima del hombro, sus ojos fijos en los míos y sus labios entreabiertos. "Puedes ir más rápido".
Una llama ardiente crepita y quema el aire entre nosotros. enredo mis dedos en su pelo
y tire, usando mi agarre para llevarla de vuelta a mi pecho y su cabeza contra mi hombro.
Luego la follo, arrastrando mi polla por las paredes de su túnel oscuro, gruñendo y tocando su coño
mojado. Chupo con fuerza su cuello y raspo los dientes contra la piel tierna. Sus gemidos alimentan mi hambre. Sus
pechos llenan mis manos, y ella se aferra, alcanzando su espalda para agarrar mi trasero.
Estos somos nosotros, salvajes e incendiarios, bailando al aire libre como una fogata. Galopando por el pasto
contra el viento. Volando sobre la cresta con alas de halcón y maravillándome de la gloria de nuestra vida juntos.
Observo su perfil mientras se corre, conteniendo mi propio orgasmo para poder saborear el suyo: el grito
silencioso, el cuello arqueado y los temblores en todo el cuerpo. Ella es mucho más que una mujer hermosa.
Ella es amor y lucha, risa y lágrimas, desafío y éxtasis.
Ella es las mejores partes de mi pasado cobran vida. Como un sueño fantasma.
Excepto que sé que esto es real.
Porque estoy más enamorado de la mujer en mis brazos que de mis recuerdos de ella.
La serie TRAILS OF SIN continúa con:
Abrochado, Libro 2
la historia de jarret
HAGA CLIC AQUÍ
BOTADAS, Libro 3
la historia de lorne
HAGA CLIC AQUÍ
Únete a mi grupo de lectores, Read Between the Wines:

HAGA CLIC AQUÍ
ROMANCE DEL TRIÁNGULO AMOROSO

TRILOGÍA DE MENTIRAS ENREDADAS
Uno es una promesaGRATIS
dos es mentira
Tres es una guerra
ROMANCE OSCURO
ENTREGAR SERIE
Entrega #1GRATIS
vencer #2
Descargo de responsabilidad #3
Devastar #4
ROMANCE PARANORMAL OSCURO

TRILOGIA DE EVA
Corazón de EvaGRATIS
Muerto de Eva # 1
Sangre de Eva #2
Amanecer de Eva #3
ROMANCE ESTUDIANTEMAESTRO
notas oscuras
ROMANCE OSCURO DE ESTRELLA DE ROCK

Debajo de la quemadura
SUSPENSO ROMÁNTICO
Lazos Sucios
ROMANCE ERÓTICO
Incentivo
Dirigido por Matt Nathanson y Sugarland

Milla en la luna de Sarah Jarosz
Highway Don't Care de Tim McGraw
Lo que más duele de Rascal Flatts
Te necesito ahora de Lady Antebellum
Hermosa guerra de Kings Of Leon
Girl Crush de Little Big Town
Patéalo en los palos de Brantley Gilbert
Veneno y vino de The Civil Wars
No muerdas la polla de David Allan Coe
No estoy listo para hacer las paces de Dixie Chicks
Whisky y tú de Chris Stapleton
Destinado a ser por Bebe Rexha y Florida Georgia Line
Cuerpo como una carretera secundaria por Sam Hunt
Respira de Faith Hill
A Shea Moran Gracias por ayudarme con la lista de reproducción. No sabía por dónde empezar con esto, y
me mostraste el camino. Incluso podría gustarme la música country ahora. Tal vez. Un poco. Está bien, en
realidad no. Pero me presentaste a Coe y la brillantez de las canciones pornográficas de vaqueros. Te amo.
A los Freedom Fighters: siempre están ahí para mí con el mejor tipo de aliento. No sería capaz de hacer
este trabajo sin ti.
Para mis lectores beta: Angela Ann, Tajana Cote, Brooke Hoover, la autora Ellie Masters, Helene Cuji,
Ketty Beale, Shea Moran: son jodidamente geniales. Después de una noche de sexo alucinante, alucinante
y devastador, ya la mañana siguiente, todavía sientes todo ese afecto y honestidad pura en tus huesos... Eres
así de increíble.
A mis galgos: tienen gases terribles y cavan en mis macizos de flores y arruinan mi arduo trabajo.
Pero os perdono con todo el amor del mundo, porque sois mis favoritos.
A mi familia, Chad, Jaedha y Leighton, gracias por aguantar mi horario neurótico. Te amo más hoy
que ayer, y te amaré aún más mañana.
La autora más vendida del New York Times y USA Today, Pam Godwin, vive en el Medio Oeste con su
esposo, sus dos hijos y un loro malhablado. Cuando se escapó, viajó por catorce países de los cinco
continentes, asistió a tres universidades y se casó con el vocalista de su banda de rock favorita.
Java, el tabaco y las novelas románticas oscuras son sus indulgencias favoritas y podrían considerarse
menos saludables que su aversión a dormir, comer carne y muñecas con ojos parpadeantes.
CORREO ELECTRÓNICO: pamgodwinauthor@gmail.com
Sitio web Bookbub Buenas lecturas

Facebook gorjeo
Pinterest Instagram Books2Read
¡No te lo pierdas!
Haga clic en el botón a continuación y puede registrarse para recibir correos electrónicos cada vez que Pam Godwin
publique un nuevo libro. No hay cargo ni obligación.
https://books2read.com/r/B H
QKNYFKR
https://books2read.com/r/BHQKNYFKR
Conectando lectores independientes con escritores independientes.

Trails of Sin 1 - Knotted - Pam Godwin

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Trails of Sin 1 - Knotted - Pam Godwin

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Machine Translated by Google

Machine Translated by Google

Otros libros de Pam Godwin

El terreno de la infancia da forma al alma, y el alma nunca olvida.

—Pensé que Emma estaría contigo esta noche —digo a su espalda.

“Qué rompecorazones”. Conor ahoga su risa contra la parte de atrás de mi camisa.

“Si fuera un buen tipo, te diría que podemos esperar”.

"Toda la razón." Mi respiración se escapa de mí, cortando mi voz.

no vas lento. Incluso si no es tan bueno”.

Creo que está tratando de matarme.

Busco su rostro, pero ya sé que no encontraré vulnerabilidad allí.

mira su rostro cuando empujo dentro de ella.

"Apurarse." Conor se desliza hacia el árbol, intentando aflojar la cuerda.

Endurezco mi expresión con las palabras que no puedo expresar.

Morirán por eso.

El hombre ya está fuera de la vista, oculto por la curva del camino.

Muevo la mandíbula y lamo los labios agrietados. "No es tu culpa."

Me pongo de rodillas frente a Jake. "Mírame."

Las cuerdas de su cuello se tensan y me suelta. "Tengo que hacer esto."

“Si lo matan…” El pánico aumenta, y levanto la cabeza. "¿Se meterán en problemas?"

"¿Tú y Jake...?" Él niega con la cabeza. "No importa."

Las cosas ya están cambiando entre nosotros.

Se suponía que Jake sería el primero. Mi único.

Tenemos que encontrar a Lorne. El disparo...

¿Fue Wyatt? Mi voz se quiebra. "¿Es a quien le disparaste?"

son sólo adolescentes.

Me mira con ojos duros. "No sabes lo que estás preguntando".

fractura en sus ojos, y ve lo perdido que estoy y me atrae.

por encima de ella

Aprovechando mi suerte, empujo el plato de huevos con mi bota. "Todo ello."

"Hice algunas investigaciones en línea".

Pellizcando el ala de su sombrero, lo inclina como siempre y desaparece dentro de la casa.

Por primera vez en mi vida, no sé cómo proceder con ella.

“Él no puede mantenernos separados”. La convicción endurece mi voz, aguda y sólida.

"¿Solo por el verano?" Mi pregunta brota de una boca seca.

Eso fue hace tres meses.

O tal vez él lo sabe, y solo se está burlando de mí.

Han pasado tres meses y no he hablado con nadie en Oklahoma. lo insoportable

Lo mismo con mis cartas escritas a mano.

señal de que mi padre todavía está allí en alguna parte.

"Déjalo ir." Mi voz no tiene sonido, pero el grillete en mi muñeca se suelta.

DOS AÑOS DESPUÉS…

Compré la motocicleta hace una semana y no habría sido descubierta si el seguro

Empujándome para sentarme, sujeto un brazo alrededor de mi abdomen golpeado y enfoco

Pero finalmente se acabó.

"Ya no es asunto tuyo". La determinación golpea mi sangre, y enderezo mi columna vertebral.

Me meto en un rincón de mi habitación con mi guitarra y rasgueo en silencio. Después de algunas

Pero santo dulce señor del cielo, ¡estoy en casa!

"Voy a ir." Se desliza a mi alrededor y comienza a cerrar la puerta detrás de ella.

"Tuve que dejarte ir".

no llores No te atrevas a desatar esa mierda aquí.

Las profundidades de los ojos de Jake se incendian. "Tu papá­"

Su postura rígida vibra con la promesa de brutalidad. "Que hizo el­?"

Yo no soy esa chica.

Sintiéndome más ligero, más tranquilo, abrazo el vacío de la nada y me alejo.

Todavía soy virgen, porque amo a Conor Cassidy.

Hice lo único que pude para protegerla.

No puedo dejar que haga eso.

Me aseguraré de que cumpla su sueño, porque la amo.

Esa fue otra decisión que no tomé a la ligera.

Libre para follar con otros hombres.

Libre para volver a amar.

Sé que no quiere verme.

No la recuerdo, pero solía tener fotos. He visto el parecido.

Las profundidades de los ojos de Jake se incendian. "Tu papá"

Su postura rígida vibra con la promesa de brutalidad. "Que hizo el?"