5ª etapa (13 - 21 años) Esta etapa se va a suceder en plena adolescencia, de los 13 a los 21 años de edad aproximadamente. El sujeto experimenta la búsqueda de su identidad personal y sufrirá una crisis de la misma. Lo importante de esta etapa es que es aquí cuando se dará el momento de cristalización de la identidad y el sujeto se juega conseguir esa cistalización de identidad o por el contario, una difusión de la misma, viviendo una crisis antes de saberlo que reavivará los conflictos de las etapas anteriores. La respuesta a esa dualidad se da en función a cómo responda el sujeto a la pregunta '¿quién soy yo?', de esta forma se intuye cómo es el adolescente. Los padres se verán en la difícil tarea de enfrentar situaciones nuevas en relación a su hijo, y de seguirle orientando de la mejor forma posible.
Para hablar de la identidad personal del adolescente hay que tener en cuenta la suma de estos aspectos:
1. Representaciones que tenemos sobre nosotros mismos. Incluyen nuestros
aspectos vitales: capacidades cognitivas, físicas, aspectos corporales, seguridad en uno mismo...etc. Esto está haciendo que nuestra identidad sea cada vez más compleja. 2. Proyectos y aspectos vocacionales. Eliges según te ves, según tu proyección del yo, lo que implica la experimentación con el rol. Metas que nos planteamos (ocupacionales, formativas...) 3. Perspectiva temporal y coordinación de las experiencias. Es necesario coordinar las experiencias del día, dar sentido a lo que nos sucede, así como una orientación en el espacio y el tiempo. 4. Aspecto social. Liderazgo y adhesión, y una adecuada integración al grupo de iguales. Presentación a los demás. Los adolescentes se preocupan mucho por presentarse al resto del mundo, pero necesita de esa relación para poder identificarse. Se vive por tanto una contradicción: necesito mi yo (autonomía, independencia), pero también mi grupo social. 5. Interés por el contacto con el medio ambiente y su participación en él. Estrategia de aprendizaje vital. 6. Definición sexual. Adecuado grado de desarrollo del propio interés sexual. Determina los modelos de relaciones. 7. Compromiso ideológico y orientación ética y valorativa. Nuestras creencias y valores.
Si la etapa se supera con éxito habremos conseguido esa cristalización de
la identidad. Esto significa que la identidad personal comienza a hacerse biográfica y comenzamos a tener historia. Sabemos responder a la pregunta '¿quién soy yo?'. Somos capaces de relatar nuestra vida gracias a la conexión de la memoria autobiográfica. Se trata de qué elegir para decidir qué somos nosotros. Este discurso de nuestra vida es lo que fundamenta nuestra identidad. La narrativa nos sirve para adaptarnos al mundo, es funcional. Todo esto lo hacemos con una utilidad: crear las defensas necesarias para adaptarnos al exterior y también para adaptar el exterior a nosotros. Son estrategias de formación. De darse todo esto nos aseguramos la coherencia y estabilidad en la identidad, que permite reconocernos de un día a otro día. Si la etapa no se supera con éxito significa el fracaso en la cristalización de la identidad. El sujeto se ve incapaz de dar coherencia y estabilidad a su identidad y a su vida. No sabe qué responder ante la cuestión '¿quién soy yo?'. Esta imposibilidad de relatar tu vida se ve muy bien reflejada, por ejemplo, en niños maltratados, cuya vida no está adecuadamente conectada entre sí. Erikson propuso que cada período de la vida tiene un desafío o crisis únicos que una persona debe enfrentar. Esto se conoce como un desarrollo psicosocial. Según Erikson, el desarrollo exitoso implica tratar y resolver los objetivos y las demandas de cada una de estas crisis de manera positiva. Estas crisis generalmente se denominan etapas, aunque ese no es el término utilizado por Erikson. Si una persona no resuelve una crisis con éxito, puede obstaculizar su capacidad para hacer frente a crisis posteriores. Por ejemplo, un individuo que no desarrolla un sentido claro de propósito e identidad (la quinta crisis de Erikson - Identidad vs. Confusión de roles) puede absorberse a sí mismo y estancarse en lugar de trabajar para el mejoramiento de los demás (séptima crisis de Erikson - Generatividad vs. Estancamiento). Sin embargo, la mayoría de los individuos pueden completar con éxito las ocho crisis de su teoría. 3 De hecho, actitudes consideradas como propias de adolescentes, y muchas veces repudiadas y criticadas (como el que se opongan al mundo adulto o que tomen como identidad propia lo que hace el grupo de iguales) son, en realidad, estrategias iniciales para encontrar su identidad y definirse como adultos.
En un futuro, estas estrategias se volverán más complejas, y ya no necesitarán de
sus iguales para definir su identidad, sino que buscarán en sí mismos y, por último, podrán pensar en términos de futuro.
Cuando nos hallamos en el proceso de desarrollo de nuestra identidad, será
normal y esperable que se den crisis de identidad, que no serían más que reorganizaciones normativas, de crecimiento, y no patológicas (salvo en el caso de que no se resuelvan).
Crisis de identidad y difusión de identidad no son el mismo concepto.
Mientras que la crisis de identidad sería algo temporal y por la que pasarían las personas como parte de su crecimiento, la difusión de identidad ocurre cuando la persona no logra formar un concepto realista de sí misma, atendiendo a sus características personales. Viven con miedo y presentan ciertas características identificadoras, que vamos a ver a continuación.
Por un lado, se da el sentimiento de aislamiento: ven las relaciones personales
peligrosas para su identidad y, como defensa, se alejan de éstas. No logran, por ende, establecer relaciones de cierto grado de intimidad ya que huyen constantemente de ellas. En la Psicología Evolutiva, también llamada Psicología del Desarrollo, la Teoría del Desarrollo Psicosocial de Erikson es una de las teorías más extendidas e influyentes, sobre todo en el ámbito del psicoanálisis. Desde luego, han pasado muchas décadas desde que fue formulada en los años 50, y ello implica que en este tiempo ha sido muy revisada y criticada; sin embargo, es un buen punto de partida para comprender cómo ha ido cambiando la Psicología del Desarrollo.
A continuación vamos a describir algunas de las
fundamentaciones de la teoría de Erik Erikson. También encontrarás resumidas las 8 etapas del desarrollo de Erikson y los conflictos que, según este investigador, dan forma a estas fases.
¿Qué dice la Teoría del Desarrollo Psicosocial de Erikson?
La Teoría del Desarrollo Psicosocial fue ideada por Erik
Erikson a partir de la reinterpretación de las fases psicosexuales desarrolladas por Sigmund Freud en las cuales subrayó los aspectos sociales de cada una de ellas en cuatro facetas principales:
Enfatizó la comprensión del ‘yo’ como una fuerza
intensa, como una capacidad organizadora de la persona, capaz de reconciliar las fuerzas sintónicas y distónicas, así como de resolver las crisis derivadas del contexto genético, cultural e histórico de cada persona. Puso en relieve las etapas de desarrollo psicosexual de Freud, integrando la dimensión social y el desarrollo psicosocial. Propuso el concepto de desarrollo de la personalidad desde la infancia a la vejez. Investigó acerca del impacto de la cultura, de la sociedad y de la historia en el desarrollo de la personalidad.
Dado que Erikson recibe muchas influencias del enfoque
psicodinámico desarrollado por Sigmund Freud y sus seguidores en los inicios del siglo XX, toma de este la idea de que la mente humana está caracterizada por las fuerzas opuestas que "chocan" entre sí al responder a lógicas y fuerzas de motivaciones que son incompatibles (tal y como ocurre en los conceptos freudianos de Ego, Yo y Superyó).
¿Cuáles son las 8 etapas del desarrollo psicosocial de Erikson?
Cada una de las ocho etapas descritas por Erikson dependen entre sí la una de la otra. Y en cada una de ellas entran en contradicción dos polaridades: una positiva y la otra negativa. Ambas son necesarias para adaptarse al entorno, pero lo que garantiza un buen desarrollo es la predominancia del lado positivo. Al final de cada etapa, si la persona ha logrado resolverla, desarrollará una virtud particular.