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CAPÍTULO e41

Psicopatología de la conciencia
C. Gastó y R. Penadés

PUNTOS CLAVE
• El concepto
concepto de conciencia
conciencia ha sufrido una constante o conciencia representacional)
representacional) y de la conciencia
modificación en los últimos años debido a los importantes del cuerpo y de la relación con otros agentes (conciencia
hallazgos en neurociencias. heterorrepresentacion
heterorr epresentacional),
al), así como las alteraciones de
• La terminología clásica de los libros de texto
texto de psiquiatría estos fenómenos asociadas a redes neuronales específicas.
casi ha desaparecido por completo. • Todavía, no obstante, ciertos fenómenos de la conciencia
• Se han descrito con bastante
bastante exactitud
exactitud los correlatos
correlatos humana se resisten a los estudios empíricos de las
neuronales asociados a la conciencia del «yo» (autoconciencia
(autoconciencia neurociencias.

INTRODUCCIÓN o más bien, según el enfoque del obser vador y el método de


análisis que utilice, totalmente contradictorios o imposibles
La palabra conciencia deriva del latín (conscientia), que de definir. En efecto, lo que todavía aún preocupa a filósofos,
alcanzó al inglés, al francés (conscience) y al alemán (Bewu- neurofilósofos y neurocientíficos es: ¿cómo es posible poseer
bestein y Gewissen). Los detalles etimológicos son complejos claro este sentimiento de infalibilidad cuando actuamos?,
y contro
controvertid
vertidos.
os. Se consi
considera
dera que la palabra
palabra latina prete
pretendía
ndía es decir, la vivencia absoluta de ser agentes individuales
recoger la idea griega de sinastesia (sinaidesis,
(sinaidesis, si
sinasis)
nasis) , cuyo de nuestras acciones cuando las dirigimos a un fin con-
significado primordial es el de «conocimiento de algo» (del creto. ¿De qué manera el yo se utiliza a sí mismo como sujeto
mundo, de uno mismo, de la realidad, etc.) (ver Gertrud sin que exista una identificación sensorial previa, es decir,
Jung, 1933). La conciencia es uno de los obstáculos más ninguna señal material que lo estimule?, y, además, otra
conspicuos para los naturalistas, cuyo recurso analítico son pregunta que es muy difícil responder: ¿cómo la vivencia
las ciencias físicas (Nagel,
( Nagel, 2012).
2012). Muy pocos neurocientífi- del yo es inmune al error?, y, también, cuando por alguna
cos antirreduccionistas consideran la conciencia una propie- causa esa vivencia de certeza absoluta se perturba, ¿por qué
dad no física que emerge de los sistemas físicos del cerebro la transformación que sucede en la persona es tan grave y
(Sperry, 1969); para la mayoría la conciencia no es más que dramática? (Vogeley y Gallagher, 2011).
otro de los múltiples estados funcionales del cerebro (Crick, De forma indirecta, gracias a las técnicas de neuroima-
1994; Dennett, 1991). La moderna psicología cognitiva con- gen, a ciertos paradigmas experimentales y a caso s clínicos
cibe la conciencia como un complejo procesamiento de la específicos poseemos ciertos datos sobre la vivencia del yo
información (interna y externa) que sucede en un espacio y de cómo se estructura la conciencia, y podemos apuntar
de trabajo global (nodos y redes neuronales) (Baars, 1988, algunas respuestas a esas preguntas. Hemos de mencionar
ononi y Edelman, 1998).
1998). De manera más sencilla, enten- dos importantes aspectos de esta área de análisis. El primero
demos por conciencia aquellos estados (de nuestra men- es que la terminología actual sobre la conciencia ha cambia-
te) por los que pasamos cuando estamos despiertos y que do por completo. Los conceptos de nivel, campo, contenido
duran hasta que volvemos a dormirnos (Searle,
( Searle, 2000).
2000). odos y forma de origen fenomenológico centroeuropeo (especial-
los humanos sostenemos que el rasgo esencial de nuestra mente de Husserl y de Jaspers) han dado paso a términos
conciencia, en todas sus posibles formas, es la naturaleza más operativos derivados del análisis del funcionamiento
subjetiva, cualitativa y privada de lo que entendemos por de áreas cerebrales específicas. El segundo aspecto concier-
nuestra mente . Descartes fue el primer autor en utilizar la ne a la psicopatol ogía de la conciencia que prácticamente
psicopatología
palabra mente (en latín mens) como alternativa escolástica ha desaparecido de los libros de texto o de los tratados de
al término de alma (anima) ((Cottingham
Cottingham y cols., 1991).
1991). Con- psiquiatría modernos. Muchos aspectos fenoménicos de la
ciencia y mente son términos en ocasiones intercambiables, conciencia se encuentran dispersos en las definiciones de

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e2 CAPÍTULO e41 Psicopat
Psicopatología
ología de la conciencia

ciertas patologías (p. ej., esquizofrenia, ansiedad, OC, etc.) (p. ej., síndrome de Capgras, heaustoscopia, hipnosis, etc.).
de forma bastante superficial y de escaso valor definitorio, En efecto, en condiciones normales, sabemos de la existencia
descriptivo o predictivo. odo lo contrario sucede en la de otros como nosotros y sabemos de la nuestra y no los
neurología moderna y en las unidades de cuidados
c uidados intensivos confundimos con dobles. Sabemos también (intuitivamente)
en los que el análisis de la funcionalidad cerebral, metabólica que los otros poseen su propia individualidad y tenemos la
y cardio
c ardiovasc
vascular
ular permi
permiten
ten definir con gran preci
precisión
sión los completa seguridad de que nuestra conciencia está cerrada
estados de conciencia de los pacientes, desde la muerte al escrutinio de otros agentes. odas estas características
cerebral, el coma y los estados de mínima conciencia, entre primordiales de la conciencia humana pueden disociarse o
otros. En este capítulo, después de una somera revisión perderse definitivamente por diversas patologías que afecten
de las teorías actuales, describiremos los trastornos de la al delicado sistema neuronal. La figura e41-1 refleja los subti-
conciencia según tres clases posibles, entre otras; 1) los sín- pos de conciencia y la figura e41-2 los síndromes asociados.
dromes de desconexión; 2) los síndromes de la conciencia
conciencia de
la acción, y 3) los síndromes de la autorrepresentación
autorrepresentación . Los
primeros hacen referencia
referencia a la patología del arousal o vigilia TEORÍAS SOBRE LA CONCIENCIA
que deriva de un daño cerebral difuso o circunscrito (p. ej., Y LA AUTOCONCIENCIA
el coma). Los segundos derivan de una afectación de áreas
específicas cerebrales que se activan o desactivan bajo ciertas Los conceptos de conciencia y de consciencia (autorre-
condiciones y dan lugar a conductas motoras espontáneas presentación o metaconciencia) se han utilizado de forma
disociadas de lal a vivencia del control motor de la conciencia muy diversa, según el tipo de trabajo de los investigadores.
(p. ej., síndrome de Balint-Holmes). Por último, nos referi- Por ejemplo, la psicología folk (realizada por personas que
mos a los síndromes de autorrep
autorrepresenta ción que implican
resentación no son filósofos o psicólogos profesionales) suele hablar
alteraciones de la conciencia del yo y de nuestro cuerpo de conciencia como un conjunto de atributos de la mente

FIGURA e41-1 Clasificación de los


los aspectos
aspectos fenomenológicos
fenomenológicos de la conciencia.

FIGURA e41-2 Taxonomía de los síndromes


síndromes de afectación
afectación de la conciencia.
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e3

humana, independientes del cerebro, siguiendo la tradición Teorías basadas en niveles


cartesiana. Al contrario, los neurocientíficos modernos se de organización
esfuerzan en descifrar cómo el cerebro opera en ciertas cir-
cunstancias y frente a paradigmas específicos. Describiremos Se denominan también teorías de orden superior ( Higher-
brevemente las teorías actuales sobre la conciencia sin pre- Order Teories, HO) y sostienen la existencia simultánea
tender establecer un orden de verosimilitud científica. Desde de dos estados mentales de la conciencia. Un estado básico
la psiquiatría clínica no experimental, estas teorías carecen prerreflexivo (p. ej., el deseo de beber) y el otro, autorre-
de utilidad en la toma de decisiones frente a un paciente flexivo, de apercibimiento del primero (metaconciencia)
afecto de un trastorno mental cuyos síntomas sugieren algún (Carruthers, 2004). No rechazan la idea de inconsciente
tipo de disfunción de los mecanismos cerebrales de la auto- (estado mental no representacional), aunque no en s entido
conciencia. No obstante, pueden ser sumamente útiles a la del psicoanálisis clásico. Estas teorías están influyendo en
hora de analizar ciertos hallazgos neurocientíficos en los la actual neuropsicología cognitiva y en los modelos de la
que las enfermedades mentales ocupan un lugar singular. teoría de la mente (oM).

Teorías dualistas Teorías de la representación


Sostienen que algunos aspectos de la conciencia en el hom- Sostienen que los estados mentales conscientes no poseen
bre no pueden ser explicados solamente mediante datos más propiedades específicas que las propias representacio-
físicos. El dualismo cartesiano es el más conocido y radical. nes mentales, es decir, de las operaciones mentales. De hecho,
Se han propuesto diversas variantes de esta teoría. La más es una forma suave de eliminacionismo. El aspecto radical de
actual y controvertida es el dualismo emergente que sostiene esta teoría sostiene que lo único importante son las caracte-
que la conciencia humana aparece a partir de constituyentes rísticas de la representación (p. ej., cómo reconocemos una
físicos (p. ej., neuromoléculas ), aunque éstos, por sí solos, taza de té entre los múltiples objetos que son recipientes de
no pueden explicar el fenómeno de la autoconciencia. Un algún líquido) y no los llamados contenidos subjetivos (p. ej.,
ejemplo que suelen dar los dualistas es que el DNA por sí tener pasión por el arte abstracto ) de la conciencia. La con-
solo no explica la vida. Un argumento contrafactual ya que ciencia reflexiva (autoconciencia) se caracterizaría no tanto
sin DNA no hay vida posible, al menos por el momento y por lo que se piensa, sino por cómo ciertas áreas del cerebro
tal y como la conocemos en este planeta. se activan/desactivan al realizar una determinada tarea,
tanto durante la vigilia como en estados de inconsciencia. Se
disponen de paradigmas de tareas representacionales (p. ej.,
Teorías fisicalistas objetos, colores, caras) que pueden practicarse en personas
con estados de mínima conciencia recogiendo su actividad
En el extremo opuesto se sitúan los materialistas que han cerebral con métodos de neuroimagen.
elaborado distintas propuestas en base a los hallazgos expe-
. rimentales de las neurociencias. Se han propuesto diversos
o
it
el modelos que sustentan estas teorías, siendo el modelo básico
d Teorías cognitivas
n el llamado materialismo eliminativo, caracterizado por una
u
s
e crítica radical a cualquier término que aluda a un supuesto Se basan en la idea de la existencia de módulos cognitivos
n

ca espacio mental con leyes propias. Los neurofilósofos Chur- específicos, que son constantemente modificados por las
zi
r chland (2013) y Dennett (2005) son los máximos exponen- experiencias sensoriales y por la propia actividad reflexiva de
o t
a tes de esta posición. Las pruebas acumuladas de distintos
u la conciencia. Estas teorías son subsidiarias del modelo fisi-
n
si estudios, desde los inicios de la investigación del cerebro, calista mencionado más arriba. El Multiple Draft Model de
ra
i apuntan a que pequeños cambios físicos en el cerebro, de Dennett (1991) y el EG (Global Workspace) de Baars (1988)
p
o
c cualquier especie, inducen profundas modificaciones de la
o son ejemplos de ello. Estas teorías sirven para el diseño de
t
o conciencia (por lo menos del arousal o vigilia), del compor- paradigmas experimentales sobre la atención y memoria.
.F
N tamiento y, en última instancia, de lo que entendemos por
O
S
S mente. No existe ningún misterio metafísico en el hecho de
A
n
M que sólo ciertas criaturas dotadas de un sistema nervioso Teorías neuronales
ó central de un cierto grado de complejidad sean conscientes
cai
ci de sí mismas. Sabemos que la estimulación eléctrica del
l
Se han elaborado diversas hipótesis neurobiológicas basadas
b
u cerebro o la simple presión del globo ocular produce ciertas
p
en el creciente conocimiento de la naturaleza estructural y
a dinámica del cerebro, así como de sus orígenes genéticos
n experiencias, por ejemplo visuales, que las personas y los
u
s animales interpretan (bucle sensorial-cognitivo) de maneras (moleculares) a lo largo de la evolución. Por ejemplo, la osci-
.rE
ei muy diferentes, según la especie y el propio individuo. La
v
lación bioeléctrica sincrónica cerebral posee unas caracterís-
sel figura e41-3 pretende reflejar el origen de la conciencia des- ticas de regularidad según diversos estados de conciencia
E
© de un punto de vista estrictamente neurobiológico. (estado vigil, estado atencional, sueño, etc.). Los patrones
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FIGURA e41-3 Representación gráfica del supuesto origen de la conciencia humana desde un punto de vista
estrictamente neurobiológico. Esta hipótesis sugiere que a partir de una única célula sensible a información externa
con actividad bioeléctrica (protoconciencia) se desarrollan mapas neuronales que encapsulan información sensorial.
El crecimiento de la conectividad neuronal de estos mapas computacionales a lo largo de la evolución permite
la integración a gran escala en el cerebro de los primates superiores incluido el hombre de mosaicos neuronales
altamente específicos generando la actividad autorrepresentacional (conciencia) específica para cada especie.
Para más detalles ver: Steven W. Gangestad & Jeffry A. Simpson (eds.). The Evolution of Mind. Fundamental Questions
and Controversies. The Guilford Press. NY (2007). Patricia, S. Churchland. Touching a Nerve. The Self as Brain.
W.W. Norton. NY. 2013.

bioeléctricos de modulación tálamo-cortical y de los cir-


cuitos de retroalimentación de la corteza dependen de la
integridad de vías neuroquímicas específicas sin las cuales
no sucederían los diversos estados de conciencia ( fig. e41-4).

Teorías basadas en la física avanzada


Estas teorías sostienen que en última instancia la conciencia
deriva de fenómenos microfísicos cuánticos. El físico Pen-
rose (2004) y el anestesiólogo Hamerroff (1998) fueron los
pioneros de estas teorías. Se especula que una colección de
átomos puede actuar como una entidad única y coherente .
La existencia de microtúbulos neuronales a nivel subcelular
permitió elaborar estas teorías que, en ocasiones, se aproxi-
man al emergentismo metafísico. FIGURA e41-4 Estructuras neuronales básicas aso-
ciadas a la activación de la conciencia (ver descripción
Modelos integrados de conciencia en el texto).

Los modelos integrados que mejor reflejan los fenóme-


nos de nivel inferior (1.er orden) (p. ej., actividad neuronal
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regional) y de nivel superior (2.° orden) (metaconciencia o representacional de la emoción recorren dos rutas neuroa-
conciencia representacional) se plasman en la tabla e41-1. natómicas diferenciadas y confluyen en estructuras de orden
En alguno de estos modelos podemos identificar elementos superior (especialmente prefrontales). Una ruta depende
relacionados con fenómenos clínicos, como en el caso de de las áreas somatosensoriales y la segunda ruta neuronal
los modelos de Damasio y De Baars. En otros modelos el alcanza a las áreas emocionales. Especial énfasis se tiene
grado de especulación y su propia complejidad interna hacen en el aspecto no consciente de la vivencia del estímulo.
difícil encontrar paradigmas experimentales clínicos para Damasio sugirió que responder a una señal no es lo mismo
testarlos. En el modelo de Damasio las señales externas que conocer la señal . Los elementos cognoscitivos en este
(especialmente emocionales) elicitan la actividad de las modelo parecen ser secundarios. Este modelo explica bas-
áreas cerebrales inferiores tales como el hipotálamo, amíg- tante bien ciertos fenómenos neurológicos, como el miem-
dala, etc., generando un proto-yo no representacional que bro fantasma y otras ficciones cerebrales. No obstante, no
alcanza niveles superiores (áreas parietales y temporales), es un modelo tan nuevo como parece: ya fue anunciado por
configurando un estado de conciencia basal. Es un modelo los «médicos filósofos» empiristas escoceses en el siglo 
bottom-up claramente neurológico cuyo elemento básico (ver Whitaker y cols., 2007).
es el somático (sin el cuerpo no hay conciencia del yo) y anti El modelo del espacio global de trabajo (EG) de Baars
cartesiano. El esquema conceptual acepta que la emoción es bastante más interesante y más complejo que el anterior.
(asociada a la señal sensorial) y el sentimiento o vivencia no El EG posee un papel integrador y difusor, mediante la

TABLA e41-1
Modelos integrados de la conciencia
Autores Características del modelo
Block (2007) Considera que la conciencia comprende cuatro aspectos diferenciados: acceso, monitorización,
conciencia fenoménica y autoconciencia con sus respectivos correlatos neuronales. De hecho,
es una taxonomía de posibles funciones que pueden analizarse independientemente
Kriegel (2007) Intenta construir un modelo de orden elevado ( High Order Theory, HOT) que pretende articular
elementos sensoriales no consciente con elementos atribucionales. Es un modelo jerárquico,
integrado, con tres niveles; 1) representación máxima (self); 2) representación de orden superior
(sensorial), y 3) integración
Crick y Koch (1998) Parten del supuesto de que todos los constituyentes de la conciencia se basan en los mismos
mecanismos. Consideran que la conciencia es un fenómeno privado generado por el cerebro
debido a la creciente sofisticación de la integración sensorial. Sugieren una coalición competitiva
de neuronas para capturar la cualidad de aquellos elementos sensoriales de entrada básicos para
la adaptación. Es un modelo que puede ser testado para los mecanismo de la atención
Thagard y Aubie (2008) Consideran cuatro componentes del espacio consciente: diferenciación, integración, intensidad,
. valencia y cambio. Estos componentes se sustentan en cuatro elementos básicos neuronales:
o
it
el percepción sensorial, representación, reconstrucción cognitiva y memoria de trabajo. El estímulo
d
n sensorial, en este modelo, elicita ocho áreas cerebrales distintas que acaban integrando la
u
s información, generando un estado emocional selectivo (valencia del estímulo)
e
n
ió Damasio (1999) Uno de los modelos más populares de conciencia es debido, en gran parte, a la obra El error de
ca
zi Descates. El modelo consta de cinco partes: 1) el impacto del estímulo que induce una emoción
r
o t básica somática (el marcador somático); 2) la activación de nodos neuronales específicos que
u
a
n atrapan la doble condición del estímulo; 3) la activación de áreas cerebrales asociadas a la
si representación corporal; 4) el proto-yo (autorrepresentacional), y 5) activación de áreas temporales
ra
i y parietales. «La conciencia sólo emerge después de que el organismo responda al ambiente»
p
o
c
o t
(existo, ergo pienso)
o
.F Baars (1998, 2002) El concepto de Global Workspace Theory (espacio global de trabajo, EGT) comprende tres conceptos
N
O básicos: 1) elementos inconscientes (no representacionales) (redes neuronales); 2) el EGT,
S
S y 3) procesadores especializados. La conciencia sería la vía de salida de fuentes inconscientes del
A
M cerebro, aunque no de todas ellas. No toda la información sensorial puede ser autorrepresentada.
n
ó Los elementos inconscientes son coaliciones de procesadores neuronales que determinan
cai
ci conjuntamente la información hacia el EGT, útil para las necesidades del organismo. Un
l
b procesador puede ser una única neurona especializada, por ejemplo, para activarse cuando se ven
u
p «contornos» de objetos
a
n
u
s Augustenborg (2010) Esta autora propone cinco espacios constituyentes de la conciencia que denomina Endogenous
.rE Feedback Network: 1) sistemas sensoriales; 2) áreas que procesan la información; 3) memoria;
ei
v 4) tres módulos que se activan a la vez (respuesta automática, respuesta atencional y señal no
es
l
E identificada), y 5) autorrepresentación
©
e6 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

atención selectiva (spotlight) de la información que es filtrada de situar en perspectiva a la persona respecto al lugar que
hacia determinadas áreas cerebrales. Baars introduce dos ocupa, incluso antes de que la propia persona se aperciba de
importantes conceptos. El primero es el de competitividad de la situación (p. ej., al recuperarse de un coma).
los estímulos, el segundo la existencia de atractores o nodos
mnésicos. Por ejemplo, sabemos que no todos los estímulos
alcanzan a movilizar nodos neuronales y quedan encapsu- Agencia
lados como recuerdos. La señales sensoriales (externas o
internas) compiten para alcanzar el EG y sólo aquéllas con Es el fenómeno por el cual atribuimos nuestros actos y sus
cierta relevancia adaptativa y contextual merecen ser confi- consecuencias a nosotros mismos (self-agency). Benjamin
guradas en procesos especializados no atribucionales que, en Libet (1985) demostró que el cerebro se activa antes de que
definitiva, modularán las respuestas finales de 2.° orden (p. ej., seamos conscientes de nuestra intención de realiz ar un
el reconocimiento automático de las caras, las capacidades acto con una finalidad concreta (Libet y cols., 1983). Este
espaciales y motoras, etc.). Baars sugiere que los núcleos fenómeno podía sugerir que la idea de libertad (de nues-
intratalámicos y las conexiones corticocorticales son los can- tros actos) es ilusoria: tan solo un simple producto post hoc
didatos neuroanatómicos del EG. Este modelo es altamente de la tendencia humana a la inferencia. Mientras estamos
flexible y adaptativo. an sólo las señales con contenidos que despiertos, sin embargo, nos consideramos agentes libres de
no se contradicen entre sí (una señal imposible sería reconozco nuestros actos en todo momento. Esta autoatribución, no
mi mano y no reconozco mi mano) pueden acceder al mis- obstante, tiene sus límites. El orden temporal es determi-
mo instante en el EG. Una alteración cerebral, localizada o nante en esta apreciación subjetiva de causalidad. Diversos
difusa, afecta al EG generando estados representacionales de estudios han demostrado que la percepción del efecto pos-
la conciencia disociados. Se disponen de paradigmas experi- terior a nuestra intención de actuar dramáticamente se ve
mentales que apoyan este modelo. Otros modelos integrados modificada si tan solo evocamos el acto o bien si hacemos el
son los de Block (2007), Crick y Koch (2003), Kriegel (2007), acto. Veremos más adelante aquellos trastornos derivados
Tagard y Aubie (2008) y Augustenborg (2010). del fenómeno de «soy sujeto de mí mismo» (síndrome de l a
autorrepresentación).
CARACTERÍSTICAS
FENOMENOLÓGICAS Titularidad
DE LA EXPERIENCIA CONSCIENTE
En condiciones normales, el poder y las características de
De forma meramente descriptiva, la conciencia humana la agencia son esencialmente subjetivos. Mis pensamientos
parece poseer unas características básicas que pueden verse y actos son solo míos, aunque los comunique o bien sean
modificadas en diversas condiciones. La terminología de observados por otros. Nadie puede influir en cómo pienso
estas características es enormemente variada y cambiante ni en lo que pienso (si yo no lo deseo), por lo que el acceso
según la fenomenología clásica de los textos de los psiquia- a mi mente es exclusivo y, con suma frecuencia, excluyente.
tras europeos del siglo  (ver Hey) hasta la moderna neu- Este acceso privilegiado contiene la vivencia de una mente
rociencia. La terminología sobre la experiencia consciente independiente de cualquier mecanismo interno o exter-
(dominios) que vamos a presentar es de difícil traducción y no. Además, mis vivencias (p. ej., dolor) sólo pueden ser
manejo para la exploración clínica psiquiátrica o psicológica vivenciadas por mí y por nadie más aunque hable de ellas.
convencional; no obstante, define bastante acertadamente En diversas condiciones clínicas la vivencia de ser el único
los dominios de análisis. titular de la agencia puede suspenderse transitoriamente o
de forma permanente.

Perspectiva
Incorregibilidad
Se refiere a que cualquier persona siempre vivencia (o posee
una perspectiva) de un determinado espacio-tiempo aunque En condiciones normales de vigilia es imposible conside-
se encuentre totalmente aislada, bien en una situación artifi- rar en ningún instante que «yo no soy yo». La vivencia de
cial o casual extrema. Presumiblemente, todos los humanos titularidad no se corrige, salvo en ciertas patologías cere-
poseemos un cierto «punto de vista» sobre nuestra situación brales, localizadas o difusas, o en situaciones extremas,
en el espacio y en el tiempo en condiciones no extremas experimentales o accidentales.
(p. ej., en el espacio, encerrados en lugares en ausencia de
estímulos, etc.). En términos convencionales clínicos se
explora la orientación de la persona (alopsíquica) cuando Propiocepción
está en el hospital, en la consulta o en cualquier otro lugar
sanitario. De hecho, lo que hacemos es elicitar, mediante Es el reconocimiento de la realidad, localización y posición
preguntas, las áreas cerebrales que controlan la capacidad de mi cuerpo y de las partes de mi cuerpo (aunque no de
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todas; p. ej., no sé nada de mi páncreas) como si compren- CORRELATOS NEURONALES


dieran una agencia independiente de mi autoagencia. Por
ejemplo, el dolor lo noto en mi brazo no en mi mente (o en Los correlatos neuronales de la conciencia, y especialmente
mi cerebro, que nunca lo noto). El fenómeno de contemplar de la conciencia representacional y de la autoconciencia,
el cuerpo como mío, pero fuera de mi mente (disociación son aspectos de las neurociencias controvertidos y muy
entre el self-body y la self-agency), permite, entre otras habi- dinámicos. Los sucesos neuronales que originan el acceso a
lidades, ajustar los actos motores a la intención de la acción. la conciencia del yo todavía no se han determinado de forma
En diversas patologías este fenómeno disociativo alcanza clara y concluyente. En cambio, se conocen de forma por-
un grado extremo de complejidad (p. ej., el síndrome de la menorizada las estructuras y actividad neuronal subyacente
mano anárquica). a los mecanismos del arousal (estar vigil y consciente) o de
la denominada conciencia basal.

Ipseidad
Regiones cerebrales
Es el fenómeno por el cual nos identificamos exclusivamente de la conciencia basal
como personas (humanas) y no como otras cosas , objetos u
otras personas. Ipse, del latín mismidad, identidad, propio Se entiende por conciencia basal (CB) el estado de vigilia o
(p. ej., ipsilateral = del mismo lado). No nos sentimos omnis- de arousal (activación) de un ser vivo. S e han identificado
cientes en condiciones normales. En la literatura clásica y algunos correlatos neurobiológicos que causan lo que se
moderna, el ser humano puede transformarse en cualquier denomina conciencia basal. En condiciones normales y en
otro ser (vivo o no vivo) continuando siendo él mismo reposo, el cerebro humano genera un cambio de actividad
(omnisciencia) (p. ej., en La metamorfosis de Kafka o en bioeléctrica de 40 Hz, entre el polo rostral y caudal, cada 12
Alicia en el país de las maravillas de Lewis) y sufriendo los milisegundos (Llinás y Ribary, 1994). Esta actividad coin-
mismos problemas personales previos a la transformación. cide con la actividad neuronal entre el tálamo y el córtex
La pérdida de la ipseidad sucede en diversos cuadros clínicos cerebral (Crick y Koch, 1998). Se considera un estado de
neurológicos y psiquiátricos. actividad cerebral automática, permanente (incluso duran-
te el sueño) y no consciente (preconsciente y prerreflexiva).
Los neurofilósofos hacen referencia a este estado como
Atribución estado (de consciencia) de orden inferior . El patólogo Cons-
tantine Von Economo, en 1931, enunció que las estructuras
Es la tendencia universal a atribuir a otras personas (u otros del tronco del encéfalo superior (protuberancia) y las del
seres vivos, p. ej., animales) estados y pensamientos similares hipotálamo posterior determinaban el estar consciente
o distintos a los nuestros sin tener ninguna prueba objetiva y vigil (arousal) a raíz de sus observaciones de pacientes
de que estos estados o pensamientos realmente sucedan con encefalitis letárgica en la Primera Guerra Mundial. En
en otras personas u otros seres vivos. Los mitos y alegorías la misma época, Bremer (1929) realizó el experimento de
.
osobre esta característica humana son abundantes y abruma- seccionar la unión cervicomedular en el gato sin que se
it
el
dores. El filósofo Demócrito (4.000 a .C.), subido a un árbol, observara ningún efecto en el arousal o en el ciclo vigilia-
d
n
udialogaba con los pájaros y éstos le respondían. El mito de la sueño, mientras que la sección de vías ascendentes en la
s
e
n
existencia de un lenguaje universal transhumano es ancestral zona mesencefálica inducían en el gato un estado similar

y no ha desaparecido en la literatura moderna ni en el arte. al sueño profundo (ver revisión de Zeman, 2001). En 1949,
ca
zi Giussepe Moruzzi y Horace Magoun demostraron que cier-
r
o t
u
a
tas regiones cerebrales eran críticas en el mantenimiento
Unidad
n
si
ra
del arousal. Cuando se estimulaba de forma eléctrica el
p
i sistema reticular ascendente (SRA) el animal pasaba de un
o
c Niega la posibilidad de múltiples conciencias en una mis- estado de profunda somnolencia-inhibición a un estado de
o t
o ma persona. La conciencia de una persona siempre hace alerta y activación. El extraordinario descubrimiento del
.F
N referencia a sus experiencias de forma conjunta. Por ejem- grupo monoaminérgico de Estocolmo (Dahlström, Carls-
O
S son, Fuxe, Olson, etc.), mediante la técnica histológica
S plo, la experiencia de dolor en el brazo y la de hambre, en
A
M un mismo momento, se vivencian integradas en la misma de Falk y Hillarp, revolucionó la visión anatómica de las
n
cai
ó conciencia y no en espacios representacionales separados . regiones del tronco del encéfalo y áreas asociadas. El SRA
ci Podemos prestar más atención a una experiencia que a otra
l
está conformado por núcleos de neuronas y vías ascen-
b
u o incluso ignorar una, otra o ambas, pero sabemos que son
p
dentes neuroquímicas (serotoninérgicas, noradrenérgicas,
a colinérgicas y dopaminérgicas) altamente específicas que
n nuestras experiencias y carecemos de la vivencia de que
u
s otro sujeto es el agente. Los fenómenos de reduplicación modulan todas las estructuras anatómicas subcorticales
.rE
ei son poco frecuentes, aunque están bien identificados en la
v
(tálamo, ganglios basales, etc.) y corticales (corteza pre-
es frontal, hipocampo, etc.). Las acciones de los neurotrans-
l práctica clínica. Otras características neurofenomenológicas
E
© de la conciencia humana se reflejan en la tabla e41-2. misores (N) de estas vías son complejas, dependiendo
e8 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

TABLA e41-2
Características neurofenomenológicas de la conciencia
Concepto Características
Registro EEG Irregular, baja amplitud y actividad eléctrica rápida (0,5-400 Hz). Sigue siendo la mejor
prueba. En los estados de pérdida de conciencia el registro es diferente (regular, elevada
amplitud y bajo voltaje)
Corteza cerebral y tálamo La conciencia depende del complejo neuronal corticotalámico que interactúa con regiones
subcorticales
Actividad cerebral extensa Los sucesos conscientes que se pueden reconocer y verbalizar se asocian a actividad
cerebral específica y extensa. Al contrario, la estimulación inconsciente evoca tan sólo
actividad local (regional)
Información La conciencia decae cuando la información es redundante. Los estudios sobre la atención
demuestran que la conciencia tiene preferencia por estímulos de elevada información
Consistencia interna Cuando dos estímulos suceden a la vez, sólo uno se hace consciente
Capacidad limitada La capacidad de la conciencia se limita a una escena o un escenario, mientras que el
cerebro computa masiva información en paralelo al mismo tiempo
Fragmentación de la información Cada área cerebral se especializa en unas características específicas de las señales
sensoriales. La actividad generada se configura (gestalt) para dar un sentido a lo percibido
Autoatribución Las experiencias conscientes siempre son atribuidas al yo. Este efecto de bucle
sensoriocognitivo depende de la integridad de la corteza precuneana y orbitofrontal
Capacidad de reportar La totalidad de los contenidos conscientes son reportables voluntariamente. La capacidad
de reportar no tiene que ver con el vocabulario o los conocimientos
Subjetividad La persona experimenta un flujo enorme de contenidos conscientes privados sólo
accesibles por la persona
Conciencia de límites La articulación cognitiva de los contenidos conscientes tiene límites borrosos (p. ej., «lo
tengo en la punta de la lengua»)
Aprendizaje No disponemos de pruebas de aprendizaje sin algún tipo de conciencia
Estabilidad de los contenidos Los contenidos de la conciencia son sorprendentemente estables y a la vez adaptativos a
las señales sensoriales. Los contenidos abstractos (p. ej., creencias, etc.) se mantienen
durante décadas
Atribución externa (alocéntrica) Las escenas y los objetos, en condiciones normales, se atribuyen a fuentes externas
Conocimiento La conciencia es enormemente útil para conocer el mundo y, en ocasiones, algún proceso
interno (p. ej., atender al ritmo cardíaco). No obstante, todos los procesos conscientes
también dependen de infraestructuras neuronales no conscientes

del lugar de acción final y de los receptores para los N. Conectividad cerebral intrínseca
La mayoría de psicofármacos (antidepresivos, antipsicóti-
cos, etc.) y otros agentes modificadores de los estados de Las técnicas de neuroimagen han demostrado una gran
vigilia-sueño actúan sobre estas estructuras ( Dahlaström actividad en ciertas regiones del cerebro en estado de reposo
y Carlsson, 1986). comparada con la actividad en la resolución de tareas. A la
El papel del tronco y protuberancia y del tálamo en red neuronal que sustenta esta actividad se la denomina
la integridad del estado de arousal (y mantenimiento de la Default Mode Network o actividad del cerebro en modo
vigila) se ha demostrado en diversos estudios experimentales automático (DMN) . En los años sesenta del pasado siglo,
y clínicos. El coma, por ejemplo, es un estado de inconscien- el fisiólogo sueco David Ingvar fue pionero en la obtención
cia en ausencia del ciclo normal sueño-vigilia. Al margen de de imágenes de la actividad cerebral (usando la técnica de
los distintos estados del coma, éste se produce por lesiones inhalación de xenón 133 y midiendo la radiactividad del flujo
localizadas o difusas de la ruta tronco del encéfalo-tálamo- sanguíneo cerebral regional). Ingvar propuso que el cerebro
hemisferios. Esta ruta neuroanatómica debe estar intacta trabaja espontáneamente (sobre todo en las regiones fron-
para que un ser vivo mamífero esté despierto y activo, pero tales) siempre que no suceda ningún estímulo perturbador
no explica por completo de qué manera en este estado de (Zeman, 2001; Ingvar, 1983). En efecto, cuando a un sujeto
conciencia (no coma, no sueño) el sujeto tiene conciencia en reposo, al que se le está observando la activid ad cerebral
de sí mismo y del entorno (fig. e41-1). (mediante tomograf ía de emisión de positrones o PE),
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e9

se le induce una actividad mental de cualquier tipo (p. ej., una de las características más notorias de la conciencia
numérica) las regiones del DMN se desactivan súbitamente humana. La mentalización (self-relevant mental simula-
(en 2 a 10 segundos). Se considera al DMN un sistema cere- tion) (actividad de representar), especialmente el recuerdo
bral independiente del sistema motor, del sistema visual y del autobiográfico y la mentalización del otro(s), se asocia a la
SAR. Las regiones cerebrales asociadas a este fenómeno de activación de esta red neuronal. Respecto a los trastornos
activación-desactivación del DMN son: la corteza prefrontal humanos, las anomalías en la DMN se asocian a tres amplias
ventromedial, la corteza prefrontal dorsomedial, la corteza patologías cerebrales: los trastornos del espectro autista, los
del cingulado posterior, el lóbulo parietal inferior, la cor- trastornos del espectro de la esquizofrenia y la enfermedad
teza temporolateral y la formación del hipocampo. odas de Alzheimer y otras variantes.
estas regiones se coactivan durante el estado de reposo o
durante la mentalización (tarea pasiva). Uno de los aspectos
más notable de esta red neuronal es su vinculación a los Experiencias prerreflexivas
pensamientos no asociados a estímulos (mentalización)
(tabla e41-3). No resulta fácil realizar estudios de neuro- Diversos investigadores se han dedicado a analizar qué
imagen que minimicen los estímulos intrusos. No obstante, procesos neuronales sustentan la actividad sensoriomo-
diversos estudios controlados han obtenido importantes tora previa al fenómeno de mentalizar (actividad prerre-
resultados en esta área de investigación. La actividad neuro- flexiva o prerrepresentacional). Nuestra conciencia puede
nal de las regiones del DMN correlacionan con la actividad iniciar conductas y movimientos de forma intencional o no
de mentalizar o de ensoñación (daydreaming). Al contrario, intencional. En ocasiones, nos damos cuenta después de
cuando realizamos una tarea de atención específica o tan haber iniciado un movimiento o una acción y asumimos
sólo un estímulo sensorial externo, interrumpe rápidamente que, por descontado, somos nosotros los agentes de ese
la actividad bioeléctrica celular de esta red. No todos los fenómeno. Investigadores del área de la neurocomputación
estudios, sin embargo, observan este fenómeno. y del área de la robótica conocen el modelo neurológico de
Se ha sugerido que el sistema DMN es un centinela la mano anárquica y de la dispraxia diagonística . Ambos
(monitoriza) del ambiente externo. Entre otras funciones fenómenos clínicos se deben a un daño en el lóbulo frontal
poco conocidas, el DMN serviría de provisión continua o en el cuerpo calloso y se caracterizan por movimientos no
y espontánea de información exógena que, una vez fil- intencionales espontáneos, unimanuales o bimanuales, debi-
trada, se almacenaría en las agencias del recuerdo y, dos a trastornos de la volición o intención. Estos pacientes
sobre todo, de recuerdos específicos no conscientes y no- no pueden reconocer el movimiento como propio mien-
representacionales. Una segunda hipótesis sugiere que el tras que asumen como propia la parte anatómica implicada
DMN contribuye directamente a la capacidad de mentalizar, («no se mueve cuando yo lo deseo y se mueve cuando no

TABLA e41-3
.
Actividad bioeléctrica cerebral asociada a estados de conciencia
o
it
el Onda Frecuencia Hz Forma (EEG) Características
d
n
u Beta 14-30 Vigilia, alerta normal, conciencia
s
e
n

ca
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u
a
n Alfa 9-13 Calma, lucidez, no pensamiento intencional
si
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c
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N Theta 4-8 Relajación profunda e imaginería mental
O
S
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ó
cai Delta 1-3 Sueño profundo
ci
l
b
u Gamma 25-100 Extrema activación
p
a
n Extrema alerta precomicial
u
s
.rE
ei
v Actividad oscilatoria 0,1 BOLD fMRI Regiones sensoriomotoras
es <
l
E en reposo Conectividad estructural y funcional
©
e10 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

lo deseo») . Este fenómeno es muy distinto al que sucede


en otros trastornos motores (p. ej., en el Parkinson) en los TABLA e41-4
que el paciente intenta decrecer el movimiento anómalo y, Áreas neuronales de la autorrepresentación
aunque no lo consiga por completo, no sufre la disociación y reconocimiento
entre la intención y el resultado de la acción. Estos modelos Áreas neuronales Función
clínicos han sugerido la existencia de redes neuronales inde- Córtex occipitotemporal Procesamiento múltiple
pendientes (motora, sensorial y de representación corporal) medial de categorías visuales
que, en condiciones normales, están coactivadas, y en ciertas • Área fusiforme específicas (caras,
patologías pueden segregarse. • Área extraestriada cuerpos, escenas)
La observación de estos fenómenos permitió a Antonio • Área parahipocámpica
Damasio elaborar la hipótesis del marcador somático (MS) Red cortical posterior Córtex frontal derecho
como origen de la conciencia. Damasio consideró que el derecha • Circunvolución frontal
daño en la corteza prefrontal ventromedial (VMPFC) inducía • Occipitoparietal inferior
a deficiencias en la toma de decisiones por una incapacidad • Occipitotemporal • Circunvolución precentral
para utilizar las señales procedentes del cuerpo, especial- • Occipitotemporoparietal
mente cuando hemos de tomar diferentes opciones sin una Procesamiento Autorrepresentación
reflexión previa. La información de nuestro estado somático visuoespacial • Memoria biográca
sólo es representacional cuando sucede una señal corporal • Gradientes de textura • Juicio de realidad
• Identidad de los objetos • Diferenciación del yo/
después de haber sido procesada. Damasio argumentó que la • Objetos en el espacio otros
VMPFC y otras estructuras (amígdala, ínsula, corteza soma-
tosensorial, corteza del cíngulo, ganglios basales y núcleos del
tronco del encéfalo) están implicadas en la representación y
regulación del estado corporal. En su extraordinario ratado diversos paradigmas para responder a esta pregunta (ver
de psiquiatría (Grundriss der Psychiatrie), Carl Wernicke ya revisión de Zeman, 2001). Los estudios clásicos neurológicos
sugirió el MS afirmando que «por movimientos iniciativos apuntaron a la necesidad de la integridad de la corteza pre-
entendemos todas aquellas expresiones del mundo motor frontal (PFC) en la actividad de autorrepresentación. De
que se producen por un impulso (aus eigenem Antriebe) y que hecho, la PFC forma parte de la red descrita anteriormente
no son producidos por estímulos externos (äussen Reiz) ». (Johnson y cols., 2002) (tabla e41-4 y fig. e41-5).
Estos movimientos iniciativos prerreflexivos, que implican
una decisión motora futura, dependen de la integridad de
la VMPFC. El apoyo empírico actual de la hipótesis del MS TRASTORNOS GLOBALES
se basa en el paradigma de la Iowa Gambling ask (IG). Y PARCIALES DE LA CONCIENCIA
Este paradigma analiza la toma de decisiones prerreflexivas,
cuyo resultado puede ser «bueno», «malo» o «ambiguo». Por trastornos globales entendemos todos los estados cere-
Los sujetos con daño en la región VMPFC son incapaces de brales de desconexión de áreas o regiones neuronales. Los
atribuir un valor a la conducta previa aunque ésta represente trastornos parciales, en cambio, hacen referencia a fenóme-
un grave riesgo. Este fenómeno se denomina miopía para el nos anormales de orden superior que afectan a módulos o
futuro (Bauer y cols., 2013). redes neuronales con información específica (p. ej., senso-
rial, motora, etc.) y que inducen síntomas o signos ajenos
al control voluntario y que la persona puede vivenciarlos
Regiones cerebrales asociadas de manera muy diversa, bien como propios (p. ej., ideas
a la actividad representacional delirantes) o como extraños (p. ej., despersonalización).
odavía no es posible realizar una taxonomía politética
Por actividad representacional entendemos la actividad (categorial) de todos los estados de conciencia que puede
cerebral cuando estamos pensando en nosotros mismos y experimentar un sujeto humano.
en cualquier otro objeto representacional (espacio, idea del
momento y del tiempo, idea del cuerpo, de los otros,
del pasado, de nuestra voz, etc.). A esta actividad privada Síndromes globales o de desconexión
se denomina también actividad de mentalizar . Los neu-
ropsicólogos modernos han diseñado diversas pruebas de Derivan de estados cerebrales secundarios a procesos que
estímulos específicos, junto con métodos de neuroimagen, interrumpen las áreas y fibras neuronales ascendentes o
con la finalidad de capturar regiones y actividad específica interhemisféricas, en algún punto o nodo, de su distribu-
en el cerebro humano de esta característica de nuestra men- ción anatómica desde la bulboprotuberancia hasta ambos
te. Una cuestión de importancia teórica y clínica es cuáles hemisferios. En ocasiones, la simple exploración neurológica
son las regiones del cerebro que están activadas cuando no permite reconocer el grado de afectación del daño, ni
nos representamos a nosotros mismos o a los otros. Los tampoco el estado de conciencia de la persona. Por ejemplo,
neuropsicólogos de la teoría de la mente (oM) han diseñado podemos observar los reflejos alterados derivados del tronco
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e11

FIGURA e41-5 Regiones cerebrales asociadas a la actividad representacional.

del encéfalo coexistiendo con una función intacta del supuestamente funcionales, no sean en realidad estados de
mesencéfalo, del tálamo o de los hemisferios (incluida la micro-desconexión de las redes neuronales locales hemis-
capacidad de estar consciente) (McClenathan y cols., 2013). féricas o interhemisféricas. La figura e41-6 y la tabla e41-5
Desafortunadamente, no es posible todavía medir de forma pretenden reflejar los estados de desconexión inductores de
objetiva el fenómeno de ser consciente y, en consecuencia, la alteraciones globales de la conciencia.
interpretación clínica de cualquier estado de conciencia está Las imágenes estructurales del cerebro ofrecen señales
sujeta a múltiples errores de juicio. Por otra parte, tampoco de lesiones, en diversos estados anómalos de conciencia,
podemos estar seguros de que ciertos estados de concien- muy heterogéneas. ambién los estudios de metabolis-
cia de pacientes psiquiátricos (p. ej., estupor depresivo), mo cerebral (tomografía de emisión de positrones con

.
o
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el
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FIGURA e41-6 Estados anormales de la conciencia en función del grado de conectividad cerebral y de variables
v
es
l
E biológicas.
©
e12 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

TABLA e41-5
Integración de las descripciones de los niveles y contenidos de la conciencia
Niveles Definición Terminología Contenidos Ejemplos
Sin conciencia Imposibilidad de responder Somnolencia No observables Daño cerebral
representacional a estímulos ambientales Obnubilación No referidos localizado,
Nivel límbico o y/o al yo (voluntad) Estupor Las personas multifocal
subcortical Ausencia de arousal Coma recuperadas refieren o difuso
Estado vegetativo contenidos similares
a los estados oníricos
Ausencia de
ciclos-vigilia-sueño
Conciencia Conciencia vigil. Estado confusional Ilusiones, alucinaciones Daño cerebral
representacional Focalización de la atención Desorientación Impulsividad localizado,
Nivel exclusivamente a estímulos Estados Respuestas multifocal
corticosubcortical ambientales. La persona crepusculares impredecibles o difuso
puede no ser consciente a estímulos Intoxicación
de estar vigil o despierto por sustancias
Autoconciencia Atención centrada en el yo Vigil. Orientación Variables Despersonalización
Nivel cortical (orientación autopsíquica) parcial Capacidad de referir Desrealización
o completa contenidos mentales Dejá-vu
Desorientación Ilusiones
parcial Delirios
Alucinaciones
Metaautoconciencia Distinción entre lo personal Orientación alo- Múltiples y biográficos Evocación
Nivel cortical y el ambiente. Capacidad y autopsíquica. voluntaria
simbólica Capacidad de de recuerdos
reflexión

18-fluorodeoxiglucosa) muestran la falta de asociación urgencias, etc.) en los que la exploración psicopatológica, en
entre el nivel de arousal (CB) y la actividad cerebral. No el sentido tradicional, es innecesaria. Algunos de estos esta-
obstante, la CB parece asociada a la red frontoparietal junto dos pueden ser extremadamente prolongados, usualmente
a áreas de asociación. En efecto, la CB también se denomi- asociados a neuropatías o daño espinal. No obstante, es
na estado de mínima conciencia, donde ésta fluctúa de un importante señalar la posibilidad de detectar estas patologías
estado mínimo a un estado máximo, en el que puede haber de forma precoz mediante la simple valoración clínica. La
comprensión del leguaje o utilización funcional de objetos tabla e41-6 recoge las cuatro características básicas que nos
cuando a los pacientes, en este estado, se les entrena a activar
determinadas áreas cerebrales. Se dispone de sólidas pruebas
de que la corteza frontoparietal contiene como mínimo dos TABLA e41-6
redes funcionales claramente asociadas a la mentalización Características clínicas precoces
espontánea. Una llamada red externa de conciencia (o red de una alteración global de la conciencia
de control ejecutivo, REC), localizada en las regiones ana-
tómicas frontoparietales laterales; la segunda, la red interna Características Observaciones
de la conducta
de conciencia, en la región mesial del cerebro (RIC). La REC
se activa durante las tareas que requieren atención selectiva, Actividad de arousal Necesidad de estimular
y la RIC es, de hecho, la DMN descrita más arriba, y está no espontánea a la persona para que
mantenga la atención
implicada en procesos de autorrepresentación. La actividad o el estado de vigilia
entre ambas redes neuronales está normalmente desincro-
nizada, es decir, cuando una está activa la otra no lo está. Arousal espontáneo alterado Variaciones espontáneas
y erráticas del nivel de
Durante la anestesia o en el sueño profundo, en el estado de
activación sin respuestas
mínima conciencia o en el coma, ambas redes se sincronizan. a la estimulación directa
Este sorprendente efecto bioeléctrico ha sugerido que la
Bradipnea o variaciones Tendencia aparente al
conciencia, en su forma más simple de arousal o en su forma
sincopadas del ritmo sueño profundo (falsa
más compleja de actividad representacional, requiere este cardiorrespiratorio dormición)
balance de actividad de las dos redes neuronales. odos los
Movimientos ausentes o Imposibilidad de mantener
estados de desconexión globales se deben situar en marcos
extremadamente lentos la postura
hospitalarios específicos (unidades de cuidados intensivos,
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e13

deben hacer sospechar un trastorno global de la conciencia. El síntoma psicopatológico preponderante es el de con-
La variabilidad clínica de los trastornos de desconexión es fusión, mientras que el neurológico es el del retardo, en el
enorme; en este apartado describiremos los cuadros clínicos despertar y mantener la vigilia y atención.
más frecuentes (Di Perri y cols., 2014). La confusión es una alteración global de la conciencia,
constituida, como veremos más adelante, por síntomas
Hipervigilia. Resulta de la exaltación de los sistemas sensoriales y cognitivos.
neurobiológicos que controlan la atención y la alerta. Los
autores clásicos hablaban de «ampliación de la conciencia», Estupor. Se utiliza para describir a los pacientes que sólo
que denotaba la exaltación de los sentimientos o viven- son capaces de alcanzar un ligero estado de alerta mediante
cias, más que la de un estado específico del sensorio. La estímulos potentes. Espontáneamente son incapaces de
hipervigilia no parece ser un estado puro del sensorio o del emitir alguna conducta intencional, y las ocasionales res-
nivel de alerta, sino una mezcla de síntomas provenientes puestas verbales son incoherentes o ininteligibles. Los
de la esfera sensorial, motriz, cognitiva y afectiva. Sucede contenidos de la conciencia son inexplorables, siendo el
como estado de transición en diversos trastornos orgánicos signo más llamativo el de la inmovilidad. En términos neu-
y psiquiátricos o como preludio de éstos. Se caracteriza por rológicos, se considera este estado el antecedente inmediato
la vivencia de «claridad» de conciencia (o mente) como del coma (precoma o semicoma). En psiquiatría, clásica-
si el sujeto se hubiese liberado de algún freno previo. Va mente se utilizó para denotar la patología de la conducta
acompañada de un incremento de la actividad motórica y en enfermos melancólicos y esquizofrénicos catatónicos, en
frecuentemente verbal. algún momento de la evolución de su enfermedad. En efecto,
La sensación subjetiva de «claridad mental» no tiene por tradicionalmente se diferenciaba el «estupor psicógeno»
qué ir acompañada de un mayor rendimiento, ni siquiera de del «orgánico», aunque sus límites son más teóricos que
una mejora real de la atención. De hecho, la hipervigilancia reales (Berrios, 1981 y 1983). En la acepción tradicional,
puede ir acompañada de importantes distorsiones de la aten- el estupor consistiría en «una disminución de la actividad
ción que se traducen por distraibilidad. La hipervigilancia de las funciones intelectuales, acompañada de un aire de
es el inicio casi constante de los accesos maníacos primarios asombro o indiferencia». El estupor psiquiátrico se emplea
o secundarios a enfermedades somáticas, de alguna forma en todos aquellos estados de mutismo, reducción de la acti-
de inicio de la esquizofrenia y de la intoxicación por dro- vidad motora y fluctuación de la conciencia (Berrios, 1983).
gas alucinógenas (LSD, cannabis, etc.) y noradrenérgicos La distinción entre estupor psiquiátrico y estupor orgáni-
(cocaína, anfetaminas). co es un ejercicio clínico de los autores clásicos que hoy
en día debe practicarse de forma prudente. En un primer
Letargia, somnolencia o sopor. Consiste en una difi- análisis, las diferencias pueden ser notables, aunque sin
cultad para mantener la alerta y atención, a pesar de que una exploración de neuroimagen adecuada no es posible
el sujeto realiza un esfuerzo sostenido. Pueden existir una descartar ninguna patología subyacente. No obstante, a
distorsión de la evocación mnésica y ligera desorientación nivel psicopatológico, todavía es interesante la descripción
temporoespacial. Generalmente, la estimulación verbal o somera de las diferencias entre ambas categorías. El estu-
.
ofísica provoca fluctuaciones de la somnolencia. Durante la por que presentan los pacientes mentales sucede primor-
it
el
exploración, la interpretación de los contenidos mentales dialmente en tres patologías distintas: a) en la melancolía
d
ndebe hacerse con precaución, al igual que la valoración del (depresión endógena); b) en la esquizofrenia con síntomas
u
s
esíntoma, cuando únicamente el paciente lo menciona duran- catatónicos, y c) en la histeria y cuadros relacionados (p. ej.,
n

te la historia clínica. La somnolencia por alteración del sen- síndrome de Ganser). La historia clínica previa, sin duda,
ca
zi
sorio debe diferenciarse de la sensación subjetiva de sueño
r
o
resulta más orientativa de la naturaleza del estupor que los
t
y de la dificultad para desp ertarse, que refieren algunos
u
a signos explorados en el momento. El estupor, como estado,
n
enfermos y sujetos sanos. fue considerado por Ferrus, en el siglo pasado, como una
si
ra
p
i suspensión rápida apirética y de todas las facultades cere-
o
Obnubilación.
c
o t
Cuando la alteración del sensorio es brales. En 1843, Baillarger demostró que en la melancolía,
o más profunda, no resulta sencillo extraer al paciente de a pesar del torpor intelectual, existía siempre un delirio de
.F
N su estado. Si se consigue con la estimulación repetida y gran actividad. Chaslin (1912) definió este estupor como
O
S
S vigorosa, el paciente suele estar confuso y desorientado, «la suspensión extrema de los movimientos voluntarios y
A
M aunque mantenga cierta cooperación. Con frecuencia, de la mímica»; ésta queda fijada en una misma expresión
n
ó se alternan síntomas de excitación e irritabilidad con (masque de marbre). Griesinger consideró que la imagen del
cai
ci somnolencia. La distraibilidad es permanente, con dis- estupor era indiferenciable de la del demenciado. De hecho,
l
b
u torsión de las percepciones auditivas y visuales (Plum la variación diurna de los síntomas puede desorientar, ya
p
a
n y Posner, 198 2). La confusión y la desorientación tem- que muchos enfermos orgánicos muestran letargia diurna
u
s poroespacial suelen ser constantes. odas las f unciones y agitación nocturna. En el estupor psiquiátrico, el sensorio,
.rE
ei intelectuales se encuentran seriamente perturbadas en la reactividad sensorial y los reflejos están conservados y los
v
es
l este estadio, aunque el sujeto emita respuestas psicológi- EEG son normales (Berrios, 1983). Los melancólicos estupo-
E
© cas durante la exploración. rosos suelen ser de edad avanzada o presentar antecedentes
e14 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

inmediatos de tratamientos con antidepresivos, litio, etc., 6. Posibilidad de restitutio ad integrum o al estado pre-
o tentativas graves de suicidio. En ausencia de estos datos mórbido.
biográficos, es preferible considerar una posible patología El cuadro clínico es similar en todos los sujetos y parece,
orgánica, dada la infrecuencia de estos cuadros. El estupor hasta cierto punto, independiente del tipo de lesión cerebral.
catatónico suele ir acompañado de extrañas posturas que Por ello, la escuela británica (Mayer-Gross y Roth, 1977)
nunca muestran los enfermos melancólicos y orgánicos. La consideró una respuesta preformada del cerebro humano.
flexibilidad cérea es un síntoma equívoco, de difícil valora- El término confusión, estrictamente, significa la incapacidad
ción, que pueden presentar enfermos de diversa naturaleza para distinguir lo real de lo imaginario y, como sugirió Chas-
(Plum y Posner, 1982). Wernicke llamó la atención acerca de lin (1892), «una pérdida del control voluntario sobre las
la posible confusión de este fenómeno, de observación rara, facultades intelectuales» (Berrios, 1981). En efecto, la con-
con la «seudoflexibilidad» (falsa catalepsia) que se presenta fusión se identifica con el onirismo, en el sentido de que el
en los casos de sugestión o de obediencia automática (Mira paciente confuso verbalizaba contenidos imaginarios (esce-
y López, 1935). nas, visiones, etc.), parecidos a los del sueño, intercalados
El estupor histérico es un fenómeno extraordinario; a con momentos de aparente lucidez. En ocasiones, el delirio
nuestro juicio, se trata, en realidad, de un mutismo más que confuso onírico se aplicó a otra patología, particularmente a
de un auténtico estupor. El examen detenido del paciente brotes agudos de esquizofrenia, psicosis posparto y bouffées,
revela un reflejo corneal normal y ausencia de reflejo de pero hoy día está en desuso por los posibles errores de diag-
Babinski y de obnubilación o confusión. En ocasiones, el nóstico diferencial. A pesar de que el cuadro se inicia brus-
paciente puede sumergirse en un letargo, que se a semeja al camente, se describió un período prodrómico de gran valor
coma, del que sale espontáneamente. Estos síntomas, en los semiológico y clínico que denominaron estado neurasténico
histéricos, suelen ir acompañados de otros más orientativos (o estadio asténico-apático) . Dicho estado podía detenerse o
y típicos. El diagnóstico diferencial con amital sódico intra- dar paso a la eclosión delirante. El estadio asténico -apático
venoso lento puede dirimir el diagnóstico en casos dudosos. antecede a la mayoría de cuadros toxicoconfusionales u
El estupor de origen psiquiátrico desaparece con el barbitú- organicocerebrales, especialmente en ancianos, y suele
rico, mientras que en el orgánico rara vez sucede. No obs- confundirse con los supuestos estados f ísicos «normales»
tante, debido a razones no del todo comprendidas, los sín- de la sensibilidad. Ottoson (1989) ha intentado revalidar la
tomas «histéricos» parecen ser especialmente frecuentes en psicopatología de este estadio de importante valor semio-
pacientes en los que, a la postre, se descubren enfermedades lógico y clínico. La sintomatología característica es:
neurológicas (Plum y Posner, 1982). En el estupor orgánico, 1. Fatigabilidad-astenia-apatía.
según Plum y Posner (1982), la mayoría de pacientes tienen 2. Labilidad afectiva-irritabilidad.
una disfunción cerebral difusa. Los estímulos a los que se 3. Fluctuaciones de la atención, la concentración y la
somete al paciente (p. ej., reflejos tendinosos, etc.) suelen memoria.
dar respuestas anómalas. La diferencia con el coma radica 4. Sensibilidad a la luz y al sonido.
en la posibilidad de sacar, transitoriamente, al paciente de su 5. Insomnio y agitación nocturna.
estado u observar una respuesta ef ímera al dolor. Los movi- Deben identificarse estos pródromos en sujetos de alto
mientos oculares de seguimiento y los cambios bruscos de riesgo para el delirium tales como:
motilidad denotan una patología orgánica y no deben con- 1. Ancianos (> 60 años).
fundirse con conducta intencional (Berrios, 1981 y 1983). 2. Pacientes con patología cerebral preexistente.
La mirada fija, con los párpados abiertos, está presente en 3. Pacientes con adicción o consumo crónico de drogas o
el síndrome de cautiverio, mientras que la oposición de los fármacos terapéuticos.
párpados o el movimiento rápido de ellos suelen denotar 4. Pacientes en UCI, particularmente los poscardíacos.
estupor psicógeno (Plum y Posner, 1982; Roberts, 1984). 5. Pacientes poscontusionales.
Respecto al estadio confusional, representa un cuadro de
Confusión y delirium. No existe una clara demarcación transición (Berrios, 1981) entre el estadio asténico-apático
entre confusión y delirium. En las nuevas nomenclaturas y la eclosión del delirium con claudicación del nivel de con-
se habla de forma genérica de «estados confusionales». La ciencia. Geschwind (1982) identificó los siguientes síntomas:
distribución entre ambos conceptos es antigua y entronca 1. Pérdida de coherencia. Se considera el síntoma cortical
con los de reacción exógena (de Bonhoeffer), psicosis tóxi- del estado confusional, denominado también «apraxia
cas, psicosis sintomáticas, psicosis con alteración intelectual ideacional», porque el paciente es incapaz de mantener
transitoria, psicosis orgánicas , etc. (Mira y López, 1935; una conversación comprensible, a pesar de sus esfuerzos
Berrios, 1981). Las características comunes de todos estos para hacerse entender. Este síntoma rara vez se presenta
cuadros serían las siguientes: en cuadros clínicos funcionales de forma tan llamativa.
1. Identidad patogénica. En los brotes delirantes de la esquizofrenia puede haber
2. Inicio súbito (en horas o días). pérdida de coherencia del habla, pero el paciente no
3. Falta de sistematización delirante. realiza esfuerzos para hacerse entender, dado que el
4. Repercusión más o menos intensa del estado general. síntoma deriva, en estos casos, de la súbita emergencia
5. Duración relativamente escasa (una semana). de actividad delirante alucinatoria.
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e15

Igualmente, en los accesos maníacos graves, la pér- patologías del organismo. En ocasiones, el síncope se con-
dida de coherencia se produce por la multitud de ideas funde con la lipotimia, un término que carece de valor semi-
y la rapidez con que éstas aparecen, sin dar tiempo al ológico (su significado estricto es «caída del ánimo» y se
enfermo de poder integrarlas en un lenguaje compren- suele aplicar en ámbitos no clínico a personas que desfalle-
sible. Al contrario, en los enfermos orgánicos, a los que cen o se marean sin una pérdida completa de conciencia). El
nos referimos, la incoherencia sucede por la incapacidad síncope deriva de una estricta hipoperfusión cerebral con un
de encontrar las palabras y conceptos apropiados, per- patrón EEG reconocible (Martínez-Fernández y cols., 2008).
diéndose, entonces, la estructura natural del lenguaje. Cuando la persona afecta sufre además alteraciones car-
2. Paramnesia. Descrita por Pick (1903), es una distorsión diovasculares o metabólicas el cuadro se denomina shock,
más que una pérdida de memoria (Geschwind, 1982). que puede acompañarse de fiebre y de otras alteraciones
Las respuestas incorrectas acostumbran a relacionarse biológicas.
con aspectos familiares tales como la casa, el hospital, Un paciente puede ser declarado afectado de muerte
el lugar de trabajo, etc. cerebral si el cerebro deja de responder a la estimulación
3. Propagación del error . Consiste en la tendencia a que (coma profundo) y ya no aparecen los reflejos pupilocorneal,
la paramnesia se extienda, a medida que avanza el inte- audioocular y oculoencefálico, junto a apnea y un EEG plano
rrogatorio. durante 30 min. A estos criterios se agrega la presencia de
4. Jerga ocupacional. Las distorsiones de la memoria pue- dilatación pupilar, pues, en los casos de intoxicación con
den alcanzar una intensidad considerable en algunos drogas depresivas, pueden darse los signos anteriores sin
pacientes que, por ejemplo, son capaces de identificar que se observe dilatación pupilar. Un signo de recuperación
el lugar de su trabajo, pero que utilizan una «jerga» es la aparición de patrones EEG de sueño-vigilia (Koening
incomprensible para describirlo. El signo debe diferen- y Kaplan, 2013).
ciarse de la confabulación, en la que el enfermo rellena
un espacio vacío de la memoria utilizando un lenguaje
comprensible Recuperación de la conciencia
5. Inatención a estímulos ambientales. Los enfermos con-
fusos son incapaces de prestar atención a la información ¿Cómo se recupera la conciencia? La pregunta, en realidad,
proveniente del exterior, dando la impresión de sufrir sería: ¿qué sucede en el cerebro cuando recuperamos la
amnesia. Al contrario, los enfermos con un síndrome conciencia?, bien después del sueño o de cualquier sín-
amnésico crónico (p. ej., alcohólicos, demenciados, etc.) drome de desconexión (aunque el sueño no es un estado
son capaces de utilizar apropiadamente la información de desconexión, pero se ha descrito la inercia al despertar).
inmediata, al menos en los estadios iniciales de la enfer- El proceso de recuperación de la conciencia se caracteriza
medad. Cuando el paciente confuso se recupera, suele por un incremento global y absoluto de los niveles de flujo
presentar una amnesia circunscrita del momento y lugar sanguíneo regional. La velocidad de recuperación es muy
del estado confusional. variable y depende obviamente de factores intercurso (puede
6. Disgraf ía. Particularmente, se produce la disolución de variar de 5 min a 20 min, en condiciones neurobiológicas
.
o la capacidad de escritura, incluso en casos de mediana óptimas). Se ha demostrado una correlación positiva de la
itl
e
d
intensidad. Corresponde a la pérdida de coherencia del recuperación de un estado de desconexión con la actividad
n lenguaje, traducido en la escritura. Resulta llamativa de la SAR simultánea a la actividad de interconectividad en
u
s
e la actitud del paciente que se esfuer za o persevera en regiones corticales y subcorticales. La región talámica es
n
ió múltiples intentos para desarrollar una escritura com- la que más rápidamente se activa y conecta otras regiones,
ca
zi
r
o
prensible. mientras que la más tardía es la región prefrontal (o de la
t
u
a 7. Desinhibición de la conducta . Acostumbra suceder en actividad autorrepresentacional) (Balkin y cols., 2002).
n pacientes con alteración del lóbulo frontal, que parecen
si
ra
p
i adoptar un tono jocoso durante la entrevista (moria).
o
c
o t
Este signo debe diferenciarse de la euforia por patología Trastornos parciales de la conciencia
o de la afectividad de los maníacos y de la paratimia de los
.F
N
O
esquizofrénicos. Síndromes de la conciencia de la acción. Estos sín-
S
S Después de un período variable, apático o confuso, deter- dromes derivan de una alteración de la conciencia del acto
A
M minados pacientes pueden sufrir una súbita desintegración motor en condiciones de vigilia. Cualquier persona considera
n
ó de la conciencia caracterizada por delirios caóticos, aluci- que sus acciones motoras, sus movimientos, les son propios
cai
ci naciones y agitación psicomotriz (delirium). La duración y controlables (p. ej., coger un lápiz). Las alteraciones de la
l
b
u del delirium es breve (1-2 semanas), y el compromiso vital, conciencia del acto motor inducen una enorme variedad
p
a
n importante. de estados clínicos. La mayoría de investigadores en este
u
s campo todavía se pregunta ¿cómo la conciencia tiene efectos
.rE
ei
v
Síncope, coma y muerte cerebral. El síncope es la corporales o sobre nuestro cuerpo? Se han descrito modelos
sel pérdida súbita y generalmente transitoria de la conciencia internos (encapsulados) del acto motor que representan
E
© sin fiebre. Se considera tan sólo un síntoma de diversas aspectos de nuestro cuerpo interaccionado con el mundo
e16 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

exterior, con la finalidad de optimizar el control motor y


el aprendizaje. No obstante, nunca poseemos conciencia TABLA e41-7
de todos los posibles actos motores de los que disponemos Síndromes asociados a la conciencia
(p. ej., el ajuste fino muscular, la apertura de la mano, etc.) de la acción
(Blanke, 2012). Por otra parte, la acción motora puede ser Síndromes Características clínicas
no consciente o bien ser consciente e intencional. En este Ataxia óptica (síndrome Dificultad para coger
caso, se asocia invariablemente a cierta actividad sensorial de Balint-Holmes) objetos que se ven con
y cognitiva. La disociación de estos dos dominios precisa- claridad. No se consigue el
mente es la que induce determinados estados clínicos. En resultado final de la acción-
efecto, la complejidad neurobiológica del acto motor no es intencion al fallar la
autorrepresentacional, es decir, somos agentes del acto sin representación del ambiente
tener conciencia inmediata y completa de él. Actualmente, inmediato
se consideran que los actos motores no intencionales son Signo de la mano Movimiento de la mano no
de orden inferior o de segundo orden comparados con los anárquica (mano alien) intencional. La persona
fenómenos de orden superior o de primer orden como, por tiene la sensación de no
haber deseado ni iniciado el
ejemplo, los actos de mentalizar. Una taxonomía aproxi- acto motor. La información
mativa de estos fenómenos se plasma en la figura e41-5. En visual inmediata no es
este campo se nos plantean diversas preguntas, entre ellas: corregida por la conciencia
¿Cómo tenemos acceso a los contenidos representacionales Conducta de utilización Utilización inapropiada de
de nuestro cuerpo y de nuestras acciones? ¿Qué sucede objetos (p. ej., una taza
en el cerebro cuando ignoramos nuestros actos motores? como un cuchillo). Sucede
(sakiris, 2010). Se han descrito dos modelos neurocompu- al inicio de la acción y en
tacionales que pretenden responder, parcialmente, a estas ocasiones se corrige
cuestiones. El modelo de salida hacia del ante y el modelo Miembro fantasma Convencimiento de la
inverso. El primero sugiere la existencia de módulos neu- presencia real del miembro
ronales motores capaces de predecir (no conscientemen- amputado. Algunos
te) las consecuencias sensoriales y funcionales de un acto pacientes creen mover
futuro. La información encapsulada (del mundo exterior) se intencionalmente el
miembro fantasma
activa antes de la intención de la acción con la finalidad de
minimizar el error futuro. Por ejemplo, si estoy sentado y Miembros atenuados Ciertos pacientes no consiguen
reclino la silla hacia atrás, sin apercibirme de ello, llega un reconocer el miembro
contralateral sano, aunque
momento en que evito (sin apercibirme al instante) el hecho la señal sensorial (visual) sea
de caerme. El segundo modelo provee los elementos moto- correcta
res necesarios para conseguir el resultado final de la acción
con sus rápidas correcciones. Dispongo, en el ejemplo, de
elementos motores suficientemente rápidos (en ocasiones)
de mi situación de desequilibrio y son éstos los que ajustan Síndromes de la autorrepresentación. La naturaleza
mi acción, no mi deseo (representacional) de evitar caerme. del yo y de la autoconciencia constituye un enigma debatido
Diversas lesiones modifican dramáticamente las redes desde tiempos antiguos hasta las modernas neurociencias
neuronales subyacentes a los actos motores y de la concien- (Tagard, 2010). Nuestras experiencias se caracterizan por
cia no representacional de la acción. La tabla e41-7 recoge un profundo sentimiento de ser una entidad única y un agen-
las patologías más frecuentes derivadas de la agencia no- te que actúa y que experimenta el mundo de forma continua
representacional donde se ubica la información modular e intencional. Algunos autores consideran la existencia de,
de la conducta motora. El síndrome de Balint-Holmes (ver cuanto menos, dos yo. El más básico sería el yo prerreflexivo,
capítulo de Psicopatología de la percepción y orientación), que es tan sólo la inmediata sensación de ser o de existir
la mano anárquica, la conducta de utilización, el miem- (p. ej., al despertar, después de un coma, etc.). El segundo yo
bro fantasma o los miembros atenuados son fenómenos sería aquel que es consciente de ser único (no cualquier otro
neuronales derivados de redes disociadas de la información sujeto o cosa) y libre (Strawson, 2011). Además, los humanos
motora (y en ocasiones sensorial) por daños usualmente tenemos el absoluto convencimiento de poder acceder a
circunscritos. Algunos autores incluyen las experiencias nuestros pensamientos, de forma rápida y fácilmente (refle-
de pasividad y los delirios de control (síntomas de primer xión), cuando lo deseamos . ambién podemos cambiar
rango de Schneider) en este apartado (Blakemore, Wolpert y nuestro pensamiento (al menos intuitivamente) por el sim-
Frith, 2002). Nuestra opinión es que todavía no disponemos ple hecho de desearlo. Ciertos autores consideran este efecto
de suficiente información derivada de paradigmas experi- aparente una simple falacia. La conciencia de la conciencia
mentales para aceptar la inclusión de los delirio s de control parece más bien un error o ilusión de nuestro cerebro. Por
de los pacientes esquizofrénicos en el grupo de síndromes ejemplo, tenemos mucha dificultad para cambiar volunta-
asociados al acto motor. riamente la idea que tenemos de nuestra mano izquierda; de
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e17

hecho, es imposible hacerlo. De la misma manera, la eviden-


cia más plausible es que no es fácil corregir cualquier idea
sobre cualquier tema. No obstante, la perspectiva en primera
persona parece derivar de mapas celulares que se activan o
desactivan frente a determinados estímulos. Se ha sugerido
que la corteza parietal y prefrontal estarían implicadas en el
bucle del yo que observa el cuerpo y al yo. En efecto, las regio-
nes parietales asociadas a la corteza prefrontal intactas son
imprescindibles para el reconocimiento de nuestro yo (pre-
frontal self systems). Del lóbulo parietal dependen las escenas
visuales autorrepresentacionales, mientras que las regiones
frontales se asocian a aspectos representacionales abstractos
(p. ej., preguntarse ¿es el color rojo realmente rojo?) que
incluyen también cuestiones como la autoevaluación y la
evaluación o escrutinio social. Se dispone de gran cantidad
de estudios de neuroimagen que analizan la actividad cere-
bral regional asociada a la deliberación consciente (p. ej.,
creencias, deseos, intenciones, ideas sobre nuestro cuerpo,
etc.). La activación de la región temporoparietal y el área
presuplementaria motora junto a la ínsula conforman una
red neuronal asociada a la autoheterorrepresentación. La FIGURA e41-7 Autorrepresentación externa.
mayoría de investigadores dividen la capacidad representa-
cional en dos agencias interconectadas: la activación de la
agencia externa (representación del mundo) y la activación mediante estimulación magnética nuclear) anula por com-
de la agencia interna (representación del yo y del cuerpo). pleto el efecto de vinculación de la intención. Es decir, la dis-
Ambas agencias se activan bien simultáneamente o de forma rupción de esta región cerebral nos impide asociar nuestras
disociada dependiendo del contexto (sensorial, cognitivo, intenciones de forma integrada a nuestra auto conciencia de
etc.) (Feinberg, 2013). tal manera que podemos considerar ajenas (alien) o extrañas
Autorrepresentación externa. La atribución externa de nuestras intenciones o las imágenes sensoriales derivadas de
nuestros actos o ideas depende de una apropiada activación los actos de terceros. Por ejemplo, los fenómenos de desper-
de la región temporoparietal. Esta región cerebral recoge sonalización/desrealización son agrupaciones de síntomas
e integra las señales sensoriales discrepantes del mundo cognitivos-sensoriales que dependen de la red temporo-
exterior (p. ej., sonidos, imágenes, etc.) y las integra de forma parietal asociada a regiones premotoras que vinculan la
coherente para que podamos atribuirles un determinado autorrepresentación con la agencia externa sensorial. En un
sentido y no confundirnos. Los estudios de neuroimagen metaanálisis de quince estudios de neuroimagen sobre la
. sobre atribución social sugieren que la activación de la región
o atribución de la autoagencia y la agencia externa, Sperduti
it
el precuneal determina el ajuste fino de nuestras atribuciones y cols. (2011) concluyeron la existencia de una fuerte aso-
d
n sobre la intencionalidad de terceras personas hacia nosotros
u ciación entre la funcionalidad de las regiones rostrales del
s
e (otras regiones que se activan sincrónicamente son la corteza
n
cerebro y las características representacionales que hacemos
ió del mundo ligadas a nuestras propias acciones y a las accio-
ca prefrontal dorsomedial y el área premotora). Un aspecto
zi nes de otros. Diversas patologías inusuales, aunque de gran
r importante de la atribución externa es la de superar las situa-
o t
a ciones contextuales binarias de certidumbre/ incertidumbre.
u relevancia clínica, derivan de anomalías de las estructuras
n neuronales implicadas en la autorrepresentación externa. El
si La dinámica neuronal de las regiones cerebrales menciona-
ra
p
i das se mantiene sincronizada con la finalidad de posibilitar síndrome de Capgras, el síndrome de Fregoli, el síndrome de
o
c una información integrada (posibilista) de los elementos Cotard, la intermetamorfosis y el síndrome de Clérambault
o t
o sensoriales que acceden a la conciencia. Es, de hecho, un (tabla e41-8 y figs. e41-8, e41-9 y e41-10) se denominan sín-
.F
N mecanismo de ajuste negativo de la atribución externa. En dromes de falsa identificación y se caracterizan por ideación
O
S delirante sobre la existencia, ausencia o cambio del sujeto (o
S distintas patologías este mecanismo de ajuste parece alte-
A
M rado, induciendo tendencias atribucionales que van más partes del sujeto) o de los otros. En la mayoría de estos casos
n
cai
ó allá de la información sensorial inmediata (p. ej., delirios clínicos se encuentran alteraciones en regiones temporopa-
ci autorreferenciales) (Ferrer y cols., 2013). En estos fenómenos
l
rietales y prefrontales (Hirstein, 2005).
b
u sucede una disyunción en la dirección lógica o correcta de
p
Autorrepresentación interna. Por agencia interna se
a entiende el acceso libre y privilegiado a nuestra mente, a
n la atribución (fig. e41-7). En efecto, las ideas delirantes o los
u
s delirios estructurados se configuran según atribuciones (de nuestros contenidos personales. Diversos fenómenos anor-
.rE
ei la agencia externa), sin el margen natural de la adecuación
v
males, tales como las experiencias fuera del cuerpo, la autos-
sel probabilística o de la adecuación a señales incongruentes. copia, la hipnosis, la confabulación o cualquier variedad de
E
© La disrupción del área premotora suplementaria (p. ej., delirios (ver capítulo de Psicopatología de la percepción),
e18 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

TABLA e41-8
Síndromes de autorrepresentación externa
Síndromes Características
Capgras Ideas delirantes de que la familia
o conocidos son impostores
Fregoli Ideas delirantes de que personas
desconocidas son familiares del
paciente
Cotard Ideas delirantes de negación,
nihilistas o de no existencia del
paciente, de partes del cuerpo FIGURA e41-9 Ilusión subjetiva del doble.
o incluso del mundo
Ilusión subjetiva El doble del paciente no se
de dobles considera un impostor;
simplemente, el paciente cree
que existe realmente en el
espacio exterior
Intermetamorfosis Los pacientes consideran que las
personas cambian de rostro aun
siendo ellas mismas
De Clérambault El paciente considera que una
(erotomanía) persona de la sociedad,
generalmente de rango superior,
está enamorada de él/ella

FIGURA e41-10 Intermetamorfosis.

derivan de graves modificaciones de los mecanismos neu-


ronales que nos permiten acceder, de forma coherente (en
tiempo y espacio), a nuestra propia mente y a nuestra ima-
gen, especialmente cuando hacemos juicios en situaciones
de incertidumbre. Normalmente, experimentamos nuestro
cuerpo físico como propio, excepto en raras condiciones
transitorias (ilusiones) (p. ej., después de un coma, o de la
anestesia, etc.). La integración de las señales sensoriales inte-
roexteroceptivas es imprescindible para el mantenimiento
de una imagen de permanencia del yo y del cuerpo, a pesar
del paso del tiempo (urner, 2014).
Despersonalización. D esrealización. Después de las
descripciones iniciales de Reil y Esquirol, el interés por
este fenómeno se reinició en la última cuarta parte del
siglo  de la mano de aine (1870), Krishaber (1872) y,
particularmente, Ribot (1882), que lo atribuyeron a una
alteración de la percepción . Krishaber describió el síndrome
de despersonalización como una pérdida del sentido de la
FIGURA e41-8 Ejemplo gráfico del Síndrome de realidad externa e interna junto con la sensación de vivir
J. Capgras & J. Reboul-Lachaux. Ambos autores des- en un sueño relacionado con las neurosis cerebrocardíacas
cribieron casos de pacientes que consideraban a perso- (concepto antecedente de las actuales crisis de angustia).
nas conocidas como impostores, incluso negaban que Dugas (1898) y Janet (1903) lo consideraron un trastorno
su propia imagen en el espejo fuera la suya. También constitucional caracterizado por: a) hiperactividad de la
se denominó este fenómeno Paramnesia reduplicativa. memoria; b) estrechamiento del campo de conciencia, y
Ver: Capgras, J., Reboul-Lachaux, J. L’illusion des
c) fatigabilidad. La escuela alemana, por su parte, sugirió
«sosies» dans le délire systématisé chronique. Bulletin de
que un trastorno emocional o afectivo era el núcleo de la
la Société Clínique de Médicine Mentale 11, 6-16, 1923.
despersonalización (Pick, 1904; Lewy, 1908; Oesterreich,
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e19

1910) (v. Gray, 1978). En 1935, Mayer-Gross adoptó el sujetos hemipléjicos que repudian o ignoran la zona con-
término de desrealización de Mapother, definido como la tralateral del cuerpo a la lesión cortical. Es una forma de
vivencia de cambio en el ambiente externo, y dejó el de des- agnosia o defecto de reconocimiento de un objeto en ausen-
personalización para la vivencia de cambio del yo. Mayer- cia de alteración en el sistema sensorial primario. Suele
Gross consideró que el síndrome no podía ser aislado del suceder en enfermos con lesiones del lóbulo parietal en
trastorno subyacente, al ser tan sólo una respuesta global el área de la circunvolución supramarginal. Una variante
preformada del cerebro frente a múltiples noxas, incluidas es la autotopagnosia o menoscabo en el reconocimiento
las emocionales o psíquicas. A pesar de haberse descrito y localización de las partes del cuerpo secundario a daño
en diversas condiciones psiquiátricas y orgánicas, la des- en la porción posterior del lóbulo parietal. La anosognosia
personalización se relaciona con la crisis de angustia o de para la hemiplejía sucede cuando la parálisis es izquierda y,
pánico. En efecto, una de las descripciones sistemáticas se por tanto, la lesión se halla en el hemisferio no dominante
debe a Roth, que, en 1959, identificó un grupo de síntomas (Critchley, 1953; Ley y Bryden, 1981).
en sujetos neuróticos que agrupó bajo el epígrafe de «sín- La astereognosia. Se refiere al fracaso para reconocer los
drome de despersonalización fobioansioso». Roth describió objetos por el tacto, sin la utilización de la visión u otros
la despersonalización en los siguientes términos: a) pérdida elementos sensoriales. Sobreviene en lesiones de cuerpo
de la espontaneidad del movimiento o de las acciones, del calloso y en todos los procesos que dividen ambos hemis-
pensamiento y de los sentimientos, y b) una experiencia ferios o síndromes de desconexión. Clásicamente, se han
de conducta automática. Es importante resaltar que los descrito tres síndromes agnósicos:
sujetos neuróticos (fóbicos, ansiosos, obsesivos o histéricos) 1. El síndrome de Charcot-Wilbrand, caracterizado por
no refieren un sentimiento de cambio real o de vivencia agnosia visual y pérdida de la capacidad para revisuali-
nueva, como manifiestan los psicóticos, sino la sensación zar imágenes, asociado a la oclusión de la arteria cere-
de pérdida de la espontaneidad de su conducta o de sus bral posterior del hemisferio dominante.
pensamientos. En efecto, Fish sugirió la existencia de tres 2. El síndrome de Anton, forma de agnosognosia en la cual
tipos de despersonalización que serían cualitativamente el paciente niega su ceguera y visualmente confabula
diferentes en los enfermos orgánicos y los neuróticos; la afirmando que ve objetos en el campo ciego.
vivencia de extrañeza es más frecuente que la de perplejidad 3. El síndrome de Gertsman, caracterizado por la impoten-
o confusión. Las descripciones fenomenológicas de Ackner cia para calcular (acalculia), agnosia digital, desorienta-
(1954) y la de Mellor (1988) de despersonalización son las ción derecha-izquierda y agrafia. Se asocia usualmente
siguientes: a) Es un fenómeno subjetivo de la experiencia a una lesión focal del hemisferio cerebral dominante en
de uno mismo y del entorno; b) la experiencia es de cambio la región de la circunvolución angular.
y se caracteriza por un sentimiento de extrañeza o de irrea- Un especial tipo de asomatognosia es la somatopara-
lidad; c) la experiencia es displacentera; d) la experiencia va frenia, descrita por Gerstman (1942) y Critchley (1955),
acompañada de otras alteraciones de las funciones mentales, caracterizada por delirios y confabulaciones sobre par-
y e) preservación del insight. tes del cuerpo. Ciertos pacientes hemipléjicos elaboran
Una importante distinción, que a nuestro juicio posee ideas confabuladas acerca de la «ausencia» o «presencia»
. valor diferencial entre no psicóticos, psicóticos y orgánicos, del miembro afectado en otra persona, generalmente un
o
it
el es que los dos últimos grupos de pacientes no refieren des- pariente o la enfermera o el médico que los asiste. Para este
d
n personalización, sino que realmente actúan con pérdida de fenómeno se han utilizado diversos términos tales como
u
s
e espontaneidad, con una conducta automática, o están sumi- misoplejia, hemidespersonalización, hiperesquematia, tercer
n

ca dos en un estado de perplejidad, mientras que los pacientes miembro fantasma, anosognosia de identificación, entre
zi
r no psicóticos (ansiosos, obsesivos, histéricos, etc.) suelen otros (Vallar y Ronchi, 2009). En ocasiones, los pacientes
o t
a mencionar su experiencia, en general de corta duración,
u identifican el miembro afectado con algún objeto de la per-
n
si dentro del contexto de sus temores, conductas de evitación sona (p. ej., el anillo). El trastorno no se debe exclusivamente
ra
i o estados de agitación (Gastó, 1999). a deficiencias somatosensoriales primarias. En realidad, se
p
o
c
o Alteraciones de la conciencia corporal . Se han des- trata de un trastorno específico del sentido de la autorre-
t
o crito diversas alteraciones de la conciencia circunscritas presentación corporal («mi cuerpo se extiende más allá de
.F
N al reconocimiento de las partes del cuerpo, tales como la mí») (Crucianelli y cols., 2013; Fotopoulou y cols., 2011).
O
S
S anosognosia, astereognosia, agnosia digital, miembro fan- La interpretación neuroanatómica más plausible es una
A
M tasma, asimbolia del dolor , etc., así como la incapacidad alteración orbitofrontal, a diferencia de los pacientes afectos
n
ó para reconocer las caras familiares, prosopagnosia. Estos de asomatognosia, cuya lesión se sitúa en áreas temporopa-
cai
ci trastornos derivan, la mayoría de las veces, de alteraciones rietales (Feinberg y cols., 2014). Por su parte, Gandola y cols.
l
b
u localizadas unilateralmente en los hemisferios cerebrales. (2012) sugirieron alteraciones en tres áreas cerebrales dis-
p
a
n La anosognosia es una extrema indiferencia hacia la parte tintas en pacientes afectos de somatoparafrenia; a) la ínsula
u
s del cuerpo dañada. El término fue introducido por Babins- posterior derecha; b) la circunvolución supramarginal, y
.rE
ei ki, en 1914, refiriéndose a la indiferencia o negación de los c) las regiones orbitofrontales. En efecto, estas áreas, en
v
es
l enfermos a su hemiplejía izquierda (Ley y Bryden, 1981) humanos sanos, se asocian a la actividad de autorrepresen-
E
© (negligencia contralateral). Generalmente, se presenta en tación interoceptiva.
e20 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

La prosopag nosi a. Es una forma extrema de agnosia de fuerzas dinámicas inconscientes. Además, disociación
caracterizada por la incapacidad para reconocer caras implica también «división» y puede confundirse con los
familiares. Parece asociada a lesiones bilaterales del sis- estados de conciencia secundarios a procesos de escisión
tema visual central de la región occipitotemporomedial. Son real de ambos hemisferios. El DSM-5 ha conservado el
lesiones que destruyen un sector específico del córtex de término disociación (trastornos disociativos) incluyendo la
asociación visual o desconectan éste de estructuras límbicas despersonalización. Siguiendo a Fish, los elementos psico-
localizadas en la parte anterior del lóbulo temporal (Dama- patológicos en todos los procesos que implican restricción
sio, 1985). La prosopagnosia no parece exclusiva de facies de la conciencia, al margen de las posibles causas, son los
humanas, sino de aquellos estímulos visuales que deberían siguientes: a) descenso del nivel de alerta o atencional;
evocar asociaciones o atributos en un determinado contexto. b) desorientación temporoespacial (y/o falsa orientación);
En su génesis intervienen mecanismos de la memoria, al c) conducta automática; d) amnesia poscrítica ; e) ausencia
igual que de orientación visuoespacial. Harrington, Oepen de delirium, y f) reactividad sensorial parcialmente conser-
y Spitzer (1989) han descrito tres posibles variantes de este vada. En estos criterios podemos incluir una gran variedad
fenómeno en pacientes esquizofrénicos: a) la prosopag- de estados psicopatológicos, usualmente de inicio agudo
nosia afectiva que aparece en el contexto de actuaciones y relativa corta duración, y que nos debe hacer sospechar
estresantes; b) las ilusiones fisiognómicas, o tendencia a alteraciones cerebrales reconocibles, tales como los estados
fisonomizar los objetos del entorno, y c) la alteración de la crepusculares y los automatismos. Los estados crepus-
autoidentificación (fenómeno del espejo) (se describe en el culares se describieron en pacientes epilépticos (petit mal
capítulo de Psicopatología de la percepción y orientación). status) como un estado de «ausencia», de duración variable,
El miembro fantasma es la experiencia perceptiva del entre unos 5 días y varios días. El paciente usualmente está
miembro amputado. Parece un fenómeno universal, de confuso, perseverativo y lento, con expresión de perplejidad
intensidad variable, que depende de la edad en el momento en su rostro. No está somnoliento, pero tampoco da la
de la amputación y de la naturaleza de ésta. No se experi- impresión de estar del todo despierto. La perseveración,
menta el fenómeno con miembros ausentes de forma con- descrita por Pick como «la repetición automática y frecuen-
génita. El fenómeno se asocia con la integración previa del te de representaciones verbales y motrices introducidas
miembro al esquema corporal y con la rapidez d e la ampu- como materia de relleno a los casos en que existe un déficit
tación. Por ejemplo, los enfermos que pierden gradualmente en la evocación» (Mira López, 1935), forma parte de la
los dedos por lepra o gangrena no experimentan el fenó- automatización de la conducta y suele manifestarse duran-
meno, mientras que, si se les amputa un muñón residual, la te el interrogatorio. Este signo es variable, dependiendo
experiencia perceptiva fantasma aparece (Williams, 1979). de las oscilaciones del sensorio. Otros dos síntomas, los
La percepción del miembro acostumbra ser de las partes automatismos y las impulsiones, son característicos de
acras (dedos, etc.). Montserrat Esteve (1985) ofreció una estos estados. Los automatismos son una actividad motora
explicación clara del fenómeno en términos neuropsicológi- involuntaria, que guarda un cierto grado de coordinación,
cos. La percepción del miembro, después de la amputación, acompañada siempre por disminución o enturbiamiento de
guarda relación con la representación fisiológica en el córtex la conciencia. Acostumbra ser la misma actividad previa al
(homúnculo de Penfield) más que con la imagen «real» del ataque que adopta un carácter autónomo o incontrolado.
miembro. Por eso, lo que más persiste es, por ejemplo, la Éste es un factor diferenciador de aquella conducta apa-
mano, y no tanto el codo, y de ella el dedo gordo, que se rentemente automática de los esquizofrénicos o histéricos,
percibe en el índice, proporcionalmente de mucho mayor caracterizada más bien por ser extraña, extravagante o
tamaño que el de los restantes dedos. Ello sucede por una totalmente incomprensible. Dreifuss (1987) describe los
privación sensorial parcial, que, al reducir la información siguientes automatismos que se presentan durante un esta-
hacia el córtex, es contrarrestada por éste enviando hacia la do crepuscular y más raramente aislados: a) automatismos
periferia mensajes suplementarios del mapa del miembro masticatorios; b) automatismos faciales o mímicos (de per-
representado en el córtex; en definitiva, una proy ección plejidad o terror); c) automatismos gestuales (abruptos o
exterior de la estructura sistemática correspondiente a la elaborados); d) automatismos ambulatorios, y e) automatis-
imagen del miembro (Blanke, 2012). mos verbales. Por su parte, Fenwick (1987) describió tres
Fenómenos de disociación. A diferencia de la alteración formas de la conducta automática: a) la fase inicial, de muy
global (confusión, estupor, coma, etc.) y circunscrita a un corta duración, caracterizada por algunos movimientos
aspecto del campo de integración (p. ej., esquema corpo- faciales (orales o masticatorios); b) la conducta más com-
ral, identidad del yo, etc.), la disociación de la conciencia pleja consistente en estereotipias y repeticiones (mover la
denota: a) una ruptura de la continuidad del flujo normal pierna, tocar objetos, etc.), y c) fase terminal, cuando el
de ideas, pensamiento, percepciones, etc., y b) una con- sujeto deambula y se mueve de forma aparentemente nor-
ducta aparentemente normal. Esto sugiere una disociación mal con amnesia poscrítica. La memoria, siempre durante
entre los elementos cognoscitivos y perceptivos con los un estado crepuscular, está alterada profundamente, al
comportamentales, adoptando la conducta, entonces, una igual que la orientación. Los enfermos pueden presentarse
modalidad automática. Fish sugirió el término restricción falsamente orientados cuando se les interroga. La mayoría
al de disociación porque este último sugiere la participación de episodios no duran más de 5 min, concluyendo con un
CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia e21

acceso de gran mal, en el caso de enfermos con epilepsia (sonambulismo, crisis histéricas, etc.), que habitualmente
generalizada primaria. escapan al control voluntario o suelen ser automáticas en
Impulsiones. Más rara vez, durante un episodio crepus- la vida normal. No obstante, la sugestión hipnótica puede
cular, el enfermo presenta una conducta impulsiva («en llegar a inducir conductas inusuales y experiencias senso-
cortocircuito»), carente de sustrato cognoscitivo. En efecto, riales (p. ej., alucinaciones) que sugieren una afectación
así como la «compulsión» es la base conativa de la obsesión profunda de la conciencia y no simplemente desviación de
(Mira López, 1935), en la impulsión la conducta deviene los sistemas atencionales. De acuerdo con Hilgard (1965),
involuntaria sin base cognoscitiva. Además, falta igual- la persona hipnotizada muestra las siguientes caracterís-
mente el carácter elaborado de las obsesiones-impulsiones. ticas: a) La persona ya no planifica actividades, sino que se
La impulsividad implica conductas que son inapropiadas, convierte en sujeto pasivo, a la espera de las instrucciones
prematuras, escasamente planeadas y con frecuencia de con- del hipnotizador; b) la persona puede centrar y enfocar su
secuencias adversas. De hecho, la impulsividad deriva de la atención de acuerdo con las instrucciones del hipnotizador:
incapacidad para utilizar la información disponible sin aten- por ejemplo, el sujeto centrará su atención en el hipnoti-
der a las consecuencias futuras, junto a una deficiencia para zador sin ser consciente de todas las demás personas que
inhibir las respuestas motoras asociadas al impulso inicial de están en la misma habitación; c) la persona aceptará las
la acción (orregrosa y cols., 2008). Las impulsiones suceden distorsiones de la realidad sugeridas por el hipnotizador. En
en esquizofrénicos, maníacos, epilépticos y pacientes con este estado puede fácilmente imaginarse memorias visuales
demencia sin una clara diferencia psicopatológica. Rara del pasado y parece experimentarlas como si fueran reales;
vez el carácter de la conducta es disparatado o totalmente d) la persona demuestra una mayor voluntad en desempeñar
absurdo, y su presencia consiste en un movimiento rápido de los papeles que le sugiere el hipnotizador, y e) normalmente,
oposición-huida que, en grado extremo, se llegó a denominar pero no siempre, la persona no es capaz de recordar lo o cu-
raptus. La impulsión es el elemento psicopatológico cardinal rrido durante el estado hipnótico. En ocasiones, los sujetos
en la fuga por episodio crepuscular ictal. La fuga (dromoma- poshipnotizados refieren una intensa sensación de abando-
nía o dromofilia) auténtica (no histérica o caracterial) coinci- no y de incapacidad para resistirse a las instrucciones del
de con la supresión del control consciente en la dirección de hipnotizador. Diversas hipótesis sugieren que el fenómeno
la conducta, provocando el deambular del enfermo durante de hipnosis se debe a una disrupción de los mecanismos
algunas horas sin rumbo fijo (es excepcional el deambuleo neurales asociados a la cognición del acto motor (Woody y
de días). Mira López advirtió que: «ales casos no deben Szechman, 2004) (tabla e41-9).
confundirse con las fugas espectaculares de los histéricos Pers onali dad doble o m últiple . Se caracteriza por:
y los lábiles de ánimos, que nada tienen de impulsivas y a) existencia de dos o más personalidades o estados de p er-
obedecen simplemente a un deseo de aventuras o de llamar sonalidad (cada una con sus partes constantes de percibir,
la atención...; ni tampoco ofrece dudas su diferenciación de relacionarse y pensar sobre el ambiente y sobre el yo ), y
las fugas de los sujetos de personalidad perversa o amoral b) por lo menos una de estas dos o múltiples personalidades
que obedecen a un plan premeditado.» Lamentablemente, toma control de la conducta de forma recurrente. Una de las
en los sistemas de clasificación actual no se recoge esta sutil características relevantes de este fenómeno es la presencia
. matización clínica de «perplejidad» y «desorientación» en invariable de amnesias localizadas y extrañas que, siguiendo
o
it
el las auténticas impulsiones, o en la asunción de una nueva a Janet: a) son incompletas y extensas; b) parecen «irreme-
d
n identidad parcial o completa y tampoco en la «amnesia del diables», es decir, el paciente suele afirmar una y otra vez
u
s
e episodio». que es incapaz de recordar amplios períodos de su vida. A
n
ió Estados de hipnosis. La hipnosis todavía sigue siendo
ca
zi
r un fenómeno de la conciencia sorprendente y de difícil
o t TABLA e41-9
a explicación. El hecho de que sea el tema preferido de los
u
n Características fenomenológicas y neuronales
si charlatanes y seudocientíficos no resta importancia al hipno-
ra
i tismo. Existen solventes revisiones al respecto (Barber, 1964;
del fenómeno hipnótico
p
o
c Gazzaniga, 1980). El elemento cardinal de la hipnosis es la
o t
Características Fenomenología Áreas cerebrales
o sugestión. Janet (1980) la describió como: «Una reacción
.F Incremento Sentimiento de Córtex cerebral
N particular a ciertas percepciones consistentes en la activa-
O actividad relajación mental Tálamo córtex
S
S ción más o menos completa de la tendencia evocada, sin Atención focalizada Cingulado rostral
A
M que esta activación sea completada por la colaboración de Ganglios basales
n
ó la personalidad.» La tendencia evocada suele ser inducida
cai Descenso Ausencia relativa de Córtex
ci por otra persona o autoevocada, como sucede en los grandes actividad juicio de realidad somatosensorial
l
b
u histéricos. La conciencia (o personalidad) parece disociarse; Suspensión de Lóbulos
p
a
n por un lado, actúa en función del estímulo, casi siempre la orientación temporales
u
s único, y, por otro, el sujeto permanece impasible a otros (tiempo, espacio, Lóbulos
.rE sentido del yo, etc.) occipitales
ei estímulos del ambiente. La provocación de una conduct a,
v Respuestas
sel esencial en el hipnotismo, radica en la activación de una
E automáticas
© tendencia elemental (levantarse, sentarse, etc.) o sintomática
e22 CAPÍTULO e41 Psicopatología de la conciencia

nuestro juicio, ambas características separan claramente a Age-related changes in decision making on the Iowa
los sujetos con personalidad doble de los orgánicos, con- Gambling ask. Emotion, 13, 19-24.
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