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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior.


Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos.
3er Año, sección “2”
Valle la pascua, Edo. Guárico.

ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO – DE 0 A 3 AÑOS.

Facilitadora:
Integrantes:
Dra. Luisana Alvarez Alvarez Silvia
30.627.609
Acosta Edgar 31.447.170
Cabeza Freddy
28.760.897
Carreño Heidy 31.389.482
Morales Efrain 30.628.351
Rivero Abraham
28.001.978
Rivero Eliezer 29.558.775
Santollo America 29.782.829
Zamora Celeste 30.994.5
Marzo, 2024

Primer periodo 0-3 años.

Piaget marcó el inicio de las etapas del desarrollo del niño con el periodo
sensorio motor, desde el nacimiento el niño experimenta movimientos que van
sumando a su asimilación sensorio motriz. Durante las primeras semanas de
vida, el niño desarrolla reflejos como el de succión, que irá perfeccionando con
el tiempo. A partir de las dos o tres semanas, comienza a mostrar lo que Piaget
llamó "inteligencia práctica" a través de la manipulación de objetos, generando
esquemas de acción. Durante el primer año, se observa un marcado
egocentrismo en el niño, con casualidad implícita en sus actividades. Un
avance importante es la aparición del lenguaje, que permitirá al niño expresar
sus acciones y comenzar el proceso de socialización. Además, con la
interiorización de la palabra, el niño empieza a tener su propia interpretación de
las palabras, lo que contribuye al desarrollo del pensamiento.

Primer mes.

Durante el primer mes, se observan diversos desarrollos en el bebé. En


términos físicos, los movimientos de piernas, brazos y manos aún son reflejos,
pero también comienza a empujarlos hacia fuera y levantar la cabeza
brevemente. En cuanto al desarrollo sensorio motor, el bebé empieza a
coordinar el movimiento de los ojos hacia los lados y sus reflejos se vuelven
más eficientes. Aunque puede agarrar objetos con los dedos abiertos, los deja
caer rápidamente. Responde a la voz humana y muestra interés en dirigirse al
pecho a pesar de no estar alimentándose. Además, responde de manera
positiva a la comodidad y negativa al dolor. En cuanto al desarrollo intelectual,
el bebé presenta una mirada y expresión indiferente durante el estado de
vigilia, recuerda objetos que reaparecen rápidamente y espera la alimentación
a intervalos regulares. Llora deliberadamente para pedir ayuda y se calma al
ser alzado o al ver rostros. En el ámbito social, sus reacciones son tanto
producto de estímulos internos como externos, como el calor o el frío. Fija la
mirada en la cara de su madre en respuesta a su sonrisa, establece contacto
visual y se queda observando las caras, respondiendo al hacerse callado y
quieto. También ajusta su postura al cuerpo de la persona que lo carga y
muestra una desorganización en sus patrones diarios de comer, llorar y dormir.

Segundo mes.

En términos de desarrollo físico, los controles reflejos comienzan a


desaparecer y el bebé comienza a realizar acciones más voluntarias. Puede
mover sus brazos y piernas suavemente y mantener la cabeza hasta en un
ángulo de 45 grados durante unos segundos. También empieza a descubrir sus
manos y su movimiento, y puede mantener objetos agarrados por segundos.
En cuanto al desarrollo sensorio motor, el bebé puede quedarse mirando
indefinidamente su entorno, coordina el movimiento circular de los ojos al
observar objetos y presta atención a objetos que se mueven o balancean.
Además, comienza a vocalizar o gesticular como respuesta a estímulos
internos. A nivel intelectual, el bebé se emociona ante la anticipación de
objetos, hace esfuerzos por asir los objetos que le atraen y puede comenzar a
tener preferencias por el lado izquierdo o derecho. Reconoce las voces
familiares y sus sentidos están más coordinados. En términos de desarrollo
social, el bebé es capaz de manifestar angustia, excitación y placer. Silencia
cuando succiona y prefiere mirar a las personas en lugar de objetos. Observa y
sigue con la mirada a las personas que se mueven. Si alguien está presente,
responde con excitación y movimientos de brazos y piernas, jadeando o
gesticulando. También permanece despierto por más tiempo cuando las
personas interactúan con él y disfruta del baño.

Tercer mes.

- Desarrollo físico: Mueve brazos y piernas vigorosamente, se siente fuerte


cuando está en brazos, se recuesta con las piernas flexionadas, levanta pecho
y cabeza por segundos, levanta la cabeza por muchos minutos, intenta
apoyarse con los codos, agita objetos.

- Desarrollo sensorio motor: Sigue movimientos con los ojos y la cabeza, deja
de chupar al mismo tiempo, busca con la mirada de donde salen los sonidos,
distingue sonidos del habla, agita los brazos cuando ve un objeto interesante.

- Desarrollo intelectual: Muestra evidencia de memoria a largo plazo, espera


gratificaciones como la alimentación, reconoce a los miembros de la familia,
explora su cara con sus manos.

- Desarrollo social: Sonríe fácilmente, llora menos, se mantiene alegre,


aumentan expresiones faciales y vocalización, responde a sonidos con gorjeos
y arrullos, responde con todo el cuerpo a caras conocidas, protesta cuando se
le deja solo.

Cuarto mes.

Desarrollo físico: El bebé se extiende sobre el estómago, da vueltas sobre su


cuerpo y realiza movimientos "natatorios". También voltea su cabeza en todas
las direcciones y utiliza sus manos con mayor agilidad. Tiene intervalos
predecibles entre la comida y los movimientos del intestino. Duerme de diez a
doce horas en la noche.

Desarrollo sensorio motor: Ahora puede enfocar su vista a diferentes


direcciones y agarrar objetos pequeños entre sus dedos índice y pulgar.
También tira de los objetos colgantes, muestra interés en distintos olores y
juega en el baño.

Desarrollo intelectual: El bebé tiene lapsos de memoria de cinco a siete


segundos, sonríe y vocaliza más a una persona que a una imagen, reconoce a
su madre y descubre la relación causa-efecto.

Desarrollo social: Inicia la socialización emitiendo sonidos, sonríe más


abiertamente y muestra estados de indecisión y protesta. También se interesa
y sonríe al verse en el espejo, responde y disfruta las caricias, y reconoce los
estados de ánimo de su madre.

Quinto mes.

En el quinto mes, el bebé muestra avances en su desarrollo físico al levantar la


cabeza y los hombros correctamente. Además, puede llevar sus pies a la boca
y chupar los dedos. También aprende a darse vuelta y desplazarse
balanceándose o girando sobre su espalda. Al sentarse, su cabeza está
balanceada y erguida. En cuanto al desarrollo sensorio motor, el bebé agarra
objetos con más firmeza, los alcanza con una o dos manos y puede imitar
sonidos y movimientos. En cuanto al desarrollo intelectual, el bebé permanece
alerta por períodos de aproximadamente dos horas y busca visualmente
objetos en movimiento. También puede inclinarse para mirar algo que se ha
caído y reconoce objetos familiares. El bebé tiene un modelo mental de los
rostros humanos y emite sonidos vocálicos y consonánticos. En términos de
desarrollo social, el bebé responde a los sonidos humanos, voltea la cabeza
para buscar la persona que habla. Sonríe y vocaliza para establecer contacto
con las personas y se interrumpe las conversaciones cercanas vocalizando.
Además, deja de llorar cuando alguien le habla y puede hacer caras imitando.

Sexto mes.

En el sexto mes, el bebé muestra varios avances en su desarrollo.


Físicamente, puede girar en todas las direcciones, sentarse con equilibrio, girar
la cabeza y balancearse en una silla. También comienza a prepararse para
gatear y realiza el palmoteo. En el desarrollo sensorio motor, extiende la mano
para alcanzar objetos, responde a la música murmurando o arrullándose, juega
con la comida y muestra preferencias de gusto. A nivel intelectual, puede
alcanzar objetos rápidamente, comparar dos objetos y emite más consonantes.
En el desarrollo social, prefiere jugar con personas, responde a sonidos con
balbuceo y se vuelve activo, responde más intensamente a las voces
femeninas, muestra diferentes emociones y trata de imitar expresiones faciales.
También se voltea cuando oye su nombre.

Séptimo mes.
A los siete meses, el bebé muestra un desarrollo físico en el que comienza a
gatear, se arrastra con objetos, equilibra bien la cabeza y puede sentarse solo
durante algunos minutos. En términos de desarrollo sensorio motor, el bebé
puede agarrar juguetes, golpear objetos y explorar su cuerpo con la boca y las
manos. A nivel intelectual, el bebé muestra una mayor atención, aprende las
implicaciones de los actos familiares y empieza a imitar sonidos. En cuanto al
desarrollo social, el bebé desea participar en la interacción social, muestra
emociones ante el juego y comienza a demostrar preferencias y molestias.
También puede asustarse ante extraños y está aprendiendo el significado del
"no" según el tono de voz.

Octavo mes.

A medida que el bebé entra en su octavo mes, experimenta varios cambios en


su desarrollo físico, sensorio motor, intelectual y social. Puede gatear hacia
adelante y hacia atrás, intentar sentarse solo y usar muebles para pararse.
Además, comienza a desarrollar la habilidad de agarrar objetos con el pulgar e
índice, saborea las cosas y muestra conciencia del tiempo. En el aspecto
social, puede llamar la atención gritando, muestra interés por el juego y puede
decir adiós con la mano.

Noveno mes.

En el noveno mes, el desarrollo físico incluye gatear con una mano ocupada o
levantada, subir escaleras gateando y sentarse correctamente en una silla.
También puede comenzar a dar sus primeros pasos apoyándose en los
muebles. En términos de desarrollo sensoriomotor, puede aplaudir, golpear
objetos con su cuerpo, recoger y manipular dos objetos al mismo tiempo, hacer
una torre de dos bloques y escuchar conversaciones y tonos de cantos. En
cuanto al desarrollo intelectual, reconoce las dimensiones de los objetos, se
aburre con la misma estimulación, puede recordar juegos del día anterior,
seguir instrucciones sencillas y decir "papa" o "mama" como nombres
específicos. En el aspecto social, vive ansioso por ser aprobado, inicia el juego,
elige un juguete para jugar, puede ser sensible hacia otros niños y llora si ellos
lloran. También imita los sonidos del lenguaje y quiere jugar cerca de su madre.

Décimo mes.

En el décimo mes, el desarrollo físico del niño se caracteriza por su capacidad


para ponerse de pie, dar pequeños pasos entre los muebles y subir y bajar de
las sillas. También puede sentarse cuando está parado, pero puede tener
problemas para dormir. En cuanto al desarrollo sensorio motor, el niño observa
objetos individuales, carga dos pequeños objetos en una mano, abre cajones
para explorar su contenido y muestra interés en encajar cosas. Además,
comprende mejor el lenguaje. En términos de desarrollo intelectual, el niño
busca objetos escondidos, intenta señalar las partes del cuerpo cuando se le
pregunta, puede repetir palabras y comprende y obedece algunas palabras y
órdenes. En el ámbito social, el niño busca compañía y atención, muestra
conciencia de sí mismo y de la aprobación o desaprobación social, imita gestos
y sonidos sociales, muestra preferencia por ciertos juguetes y muestra miedo a
lugares extraños.

Undécimo mes.

A los 11 meses, el desarrollo físico incluye estar de pie solo, caminar por ratos,
trepar escaleras y aprender a bajarlas de espalda. En cuanto al desarrollo
sensorio motor, recoge minuciosamente objetos, coloca y quita objetos dentro
de una caja, y levanta la tapa de una caja. A nivel intelectual, compara actos
realizados con cada lado de su cuerpo, asocia propiedades con cosas,
obedece órdenes y comprende el significado del "no". En el ámbito social, imita
movimientos de adultos, muestra culpa por sus acciones incorrectas y se
vuelve más dependiente de su madre.

Primer año.

En el primer año, el desarrollo físico del niño incluye estar de pie, caminar y
gatear. También muestra movimientos rotatorios en la bañera y prefiere
alimentarse solo. En cuanto al desarrollo sensoriomotor, utiliza y alcanza con
su mano preferida, encaja objetos y construye torres de bloques. Disfruta con el
agua en el lavamanos o en el baño. En el aspecto intelectual, el niño
desenvuelve juguetes, recuerda eventos por más tiempo, agrupa objetos por
forma y color, identifica animales en libros y comienza a desarrollar la
conciencia. En el desarrollo social, expresa emociones, muestra cariño hacia
personas y juguetes, se interesa por las actividades de los adultos, puede
negarse a comer nuevos alimentos o a ser alimentado por su madre, y todavía
le asustan los lugares y personas desconocidas.

Segundo año.

A los dos años de edad, el niño muestra un gran desarrollo motor, con
habilidad para subir y bajar, mantener buen equilibrio y saltar con los pies
juntos. En cuanto al desarrollo cognitivo, comienza a entender nociones de
tiempo y espacio, construye torres con cubos y reconoce partes de su cuerpo.
En el lenguaje, avanza en la comprensión y articula frases de tres o cuatro
palabras, además de usar posesivos y pronombres. En su desarrollo socio
afectivo, muestra habilidades en la alimentación autónoma, establece
relaciones con personas desconocidas, pero aún experimenta contradicciones
entre la independencia y dependencia, y puede comenzar a controlar sus
esfínteres rectales.
Tercer año.

En el tercer año, el niño muestra un desarrollo motor avanzado, caminando con


elegancia, saltando con ambos pies y manteniéndose en un pie por más
tiempo. Su motricidad gruesa le permite tener equilibrio y coordinación. En
términos cognitivos, puede predecir su rutina diaria, construir estructuras
complejas, reconocer figuras geométricas y colores primarios. En su lenguaje,
utiliza verbos posesivos y plurales, hace constantes preguntas buscando
explicaciones y canta canciones con entonación. En términos socio afectivos,
comprende las reglas de los juegos en grupo, muestra independencia de la
familia, se viste y desviste solo y tiene un muñeco preferido.

¿Cómo establecer un apego seguro con mi bebé?


- El apego seguro con el bebé es crucial para su supervivencia física y
emocional.
- Se manifiesta especialmente a los 8 meses cuando el bebé distingue entre
personas conocidas y desconocidas.
- La ansiedad por separación se intensifica a los 8 meses al dejar de ver a la
figura principal de apego.
- El apego comienza a formarse desde el nacimiento o incluso desde el vientre
materno.
- Los bebés desarrollan conductas como contacto ocular, llanto, sonrisas, etc.,
para mantener cerca de su figura de apego.
- Estas conductas no son manipulativas, sino mecanismos para mantenerse
seguros.
- La presencia de la figura de apego brinda al niño protección para explorar su
entorno con seguridad.

Apego seguro.
El apego seguro se basa en la confianza y seguridad que el bebé recibe de su
figura de referencia. Respetando su crecimiento y proceso de maduración, el
bebé se adentra en su autodescubrimiento de nuevas habilidades. Así, el niño
contará con la confianza necesaria para mejorar sus habilidades y desarrollar
su autoestima. La figura de apego proporciona un ambiente seguro para el
desarrollo personal, sin forzar la adquisición de habilidades ni realizarlas por el
bebé. Es importante evitar caer en la sobreprotección para fomentar la
autonomía del niño.
Apego inseguro.
El apego ambivalente se da cuando la figura de referencia del niño no es
completamente confiable, lo que genera un ambiente inconsistente para el
pequeño. Esto provoca que el niño desarrolle cierto miedo a lo que pueda
suceder en cada momento y una falsa independencia. En algunos casos, el
niño puede parecer totalmente independiente, pero en realidad no lo es del
todo, o puede volverse excesivamente dependiente de un objeto, comida o
persona. Dentro del apego inseguro podemos diferenciar algunos subtipos:

Apego ambivalente/resistente.
Este se manifiesta por medio de niños que exploran muy poco el ambiente y
que no quieren separarse de su figura de apego. Cuando se produce esta
separación de la madre, a su regreso responden de manera ambivalente,
permaneciendo cerca, pero resistiéndose al contacto físico.

Apego evitativo.
Este se materializa en aquellos peques que no sienten malestar por la
separación e ignoran a la madre (o cuidador principal) a su regreso. Exploran
continuamente el ambiente y son muy sociables con extraños.

Apego desorganizado.
Este se despliega como una combinación de los dos anteriores, con un peque
que no muestra especial importancia a la separación de su madre y, a su
regreso, presenta conductas contradictorias.

Relación entre el tipo de apego y sueño.


Los diferentes tipos de apego influyen en la relación que los niños establecen
con el sueño. El apego motiva a los niños a buscar la cercanía de su cuidador
principal para satisfacer sus necesidades, incluyendo las relacionadas con el
descanso nocturno. Por lo tanto, las conductas de apego también se
manifiestan al dormir y durante los despertares nocturnos. De nuevo, podemos
encontrar distintos tipos de apego en función de las conductas de los
cuidadores:
 Apego seguro: cuidadores disponibles y sensibles a las necesidades del
bebé.
 Apego evitativo: cuidadores centrados en lo físico y en lo material, pero
no disponibles emocionalmente.
 Apego ambivalente: cuidadores poco predecibles e inconsistentes que
unas veces estarán disponibles y otro no.
 Apego desorganizado: cuando los cuidadores son una fuente de miedo y
desprotección.
De esta manera, debemos entender estos patrones como un todo consecutivo
por el cual, el tipo de apego desarrollado influirá en la calidad del sueño del
niño y, consecuentemente, nuestra actitud ante los despertares, reforzará la
creación de un tipo de apego u otro.

Efecto piel con piel.


La construcción del vínculo de amor entre padres e hijos comienza desde el
nacimiento. La excesiva intervención médica en el parto ha limitado ese apego.
El modelo tradicional de atención obstétrica ha alejado a los médicos de la
fisiología natural. El apego materno inmediato es crucial para la integración
madre-bebé. Este vínculo afectivo se establece en el nacimiento y afecta el
desarrollo del bebé. El apego materno se logra mediante contacto piel a piel
entre la madre y el bebé. Favorece el vínculo emocional y la lactancia materna.
Genera tranquilidad y seguridad en el bebé desde el primer instante de vida.
Esencial en el parto humanizado, donde la madre es protagonista en un
ambiente seguro y tranquilo. Construcción de los lazos de amor y confianza
entre padres e hijos. Influencia en la personalidad, relaciones interpersonales y
autoestima de los hijos. Determinante en cómo se ven a sí mismos.

Nutrición, protección, y estimulación.


También establece un vínculo entre la madre y el niño, en un momento clave en
el que la nutrición adecuada, la estimulación positiva y la atención consiguen
activar el buen desarrollo del cerebro. La malnutrición en la primera infancia
puede aumentar el riesgo de infección, debilitar el sistema inmunitario y
mermar la capacidad del niño para recuperarse de una enfermedad. La
pobreza es un factor común de la ecuación y los riesgos asociados con ella,
como las enfermedades, la desnutrición, un saneamiento deficiente y prácticas
parentales hostiles, pueden dificultar el desarrollo del niño. Experiencias
negativas como las enfermedades, el abandono, el estrés, la violencia y la
exposición a la contaminación pueden alterar la forma en que se establecen las
conexiones neuronales en el cerebro de un niño. Al brindar atención, cuidados
y consuelo al niño, le ayudan a controlar el estrés que genera una situación
peligrosa. También pueden ayudar al niño a desarrollar una mayor resiliencia.
Los adultos que rodean al niño de bebé son quienes le ayudan a conocer su
mundo y a desenvolverse en él. A medida que el niño crece, seguirá teniendo
nuevas experiencias con adultos y otros niños en programas de desarrollo en la
primera infancia y centros preescolares. Durante esa etapa de la vida del niño,
serán los maestros y los profesionales de la primera infancia quienes continúen
con la tarea de cimentar las bases del desarrollo y aprendizaje del niño. La
estimulación del niño con amor, juegos, comunicación, canciones y lecturas por
parte de un adulto afectuoso durante sus primeros años de vida no es tan
sencilla como parece. Las actividades de atención socioemocional se refieren a
la forma en que el niño aprende a conectar con otras personas por medio de
interacciones sociales y emocionales durante su cuidado. Estas actividades
incluyen jugar, cantar y pasear con el niño fuera de casa. Pese a que las
actividades de atención cognitiva y socioemocional impulsan el desarrollo
temprano del niño y condicionan su futuro, los datos indican que millones de
niños pierden estas valiosas oportunidades.

Descubriendo el mundo de los niños entre el primer y tercer año.


Los niños de un año están en plena conquista del mundo, aprendiendo a
caminar y explorar. Consolidan su autonomía al poder desplazarse, coger
objetos y crear nuevas relaciones. Coordinan sus manos para poder resolver
diferentes tareas, lo que les da un gran poder y facilita su vida. Descubren la
importancia de organizar secuencialmente sus acciones para lograr sus metas.
Respecto a la coordinación de las dos manos, los cuidadores y los padres
deben ser sensibles a las dificultades que deben sobrepasar cuando no las
coordinan. Esa conjugación de las dos manos que puede cumplir papeles
diferentes les abre el universo a un sin fin de actividades que les descubren mil
nuevas realidades. Es así como avanzado el primer año, aumentan de manera
considerable las cosas que pue-den hacer con ellas. Ellos pueden ‘enroscar’
tapas en los frascos, sostener con una mano el tambor y golpearlo con la otra
produciendo el param-pam-pan, con las dos manos arman un objeto, toman la
cuchara y se la llevan a la boca de manera casi perfecta y así un sin número de
ejecuciones que evidencian sus nuevas conquistas.

Lactancia materna, el vínculo y su impacto sobre la salud mental.


Vínculo y alimentación.
La alimentación es una de las primeras formas de relación entre el bebé y la
madre, además de ser una fuente de nutrientes. Durante la lactancia, el
contacto, las caricias y las palabras contribuyen a crear emociones y
sentimientos en ambos. Estas experiencias influirán en el desarrollo psíquico
del bebé y en su salud mental. Es fundamental que la alimentación se
acompañe de una conexión afectiva para establecer un vínculo y apego sólidos
entre la madre y el bebé. Tanto la lactancia materna como la artificial pueden
brindar el amor y la seguridad necesarios para el bebé. Es importante recordar
que la alimentación no es la única manera de fortalecer el vínculo, ya que este
se desarrollará de diversas formas a lo largo del tiempo.
Lactancia materna (LM) y vínculo.
La lactancia materna es recomendada por la OMS por sus múltiples beneficios
para la salud y supervivencia de los niños. La leche materna contiene
anticuerpos que protegen al bebé de enfermedades y provee todos los
nutrientes necesarios. Además, promueve el fortalecimiento inmunológico, el
desarrollo adecuado del sistema digestivo y la prevención de enfermedades.
Los estudios también sugieren que la lactancia materna favorece el vínculo
afectivo entre la madre y el bebé, gracias a la liberación de hormonas como la
oxitocina, conocida como la "hormona del amor". Sin embargo, a pesar de ser
un proceso natural, no siempre es fácil. A menudo surgen dificultades tanto
físicas como emocionales que dificultan el proceso. Por ello, es posible que se
necesite asesoramiento y ayuda para iniciar y mantener la lactancia.

Beneficios de la LM para la madre.


La OMS señala los beneficios sobre la salud física y mental de la lactancia
materna para la madre. Los estudios también destacan los efectos positivos en
la salud mental de la madre. Además, en un contexto adecuado, amamantar
puede proporcionar un momento de tranquilidad y de emociones positivas para
la madre, permitiéndole descansar y recuperarse mentalmente de las
demandas diarias
Beneficios de la LM para el bebé.
Del mismo modo, la OMS refiere que las niñas y niños que han sido
amamantados muestran mejor desempeño en las pruebas de inteligencia y son
menos propensos al sobrepeso o a la obesidad y a padecer diabetes en el
futuro. En la misma línea, diversos estudios señalan que muestran mejor visión,
mejor habla y mejor desarrollo general de las habilidades físicas y mentales.
También destacan la contribución al desarrollo emocional saludable.

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