Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), en la España no ocupada por los
franceses se pretendió sentar las bases jurídicas necesarias para la modernización del país. La labor legislativa de las Cortes de Cádiz recogidas en la Constitución de 1812 ofreció la oportunidad de iniciar la revolución liberal burguesa en España. Cuando Fernando VII “el Deseado” volviese, debía sancionar estas nuevas leyes que habían elaborado aquellos liberales que también lucharon por su retorno y legitimidad en el trono. Sin embargo, Fernando VII rechazó convertirse en un monarca constitucional restableciendo el absolutismo y frustrando las expectativas de la implantación del liberalismo en España. La Constitución solo estuvo en vigor entre 1812 y 1814 y de 1820 a 1823 durante su reinado.
❖ DESARROLLO.
I) LAS CORTES DE CÁDIZ
En aquellos territorios donde triunfaba la resistencia contra los franceses y no se acataba la
autoridad de José I se crearon juntas locales de gobierno como órganos de poder alternativo a la invasión. Estas juntas locales se integraron a su vez en juntas provinciales que ejercían el gobierno en las provincias. La necesidad de coordinación entre las distintas juntas propició la creación de la Junta Suprema Central. En 1810, esta Junta traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia que actuaba en nombre del cautivo Fernando VII y que se estableció en Cádiz (la zona más segura de la Península en el contexto de la Guerra).
El proceso de convocatoria de unas Cortes lo había iniciado ya la Junta Suprema Central y
pretendía llevarlo a cabo por estamentos (procedimiento tradicional del Antiguo Régimen). Los liberales consiguieron que la convocatoria fuera una asamblea única en la que a cada diputado le correspondía un voto sin distinción de estamentos. En la composición de estas Cortes destaca que no hubiese ni un solo representante de las clases populares y que los representantes de los territorios americanos fueran originarios de dichos lugares pero residentes en Cádiz. Era una institución unicameral, es decir, una sola cámara de diputados.
En el Decreto de Constitución de estas Cortes, se establecieron los siguientes principios
fundamentales, inherentes al liberalismo: - Soberanía nacional. - División de poderes del Estado. - Poder legislativo en las Cortes. - Elaboración de una Constitución. Su objetivo final era crear un nuevo modelo político, económico y social sobre las bases fundamentales del liberalismo: - La libertad económica, con la abolición del régimen feudal y la liberalización de la propiedad, el comercio, el trabajo y la fabricación. - La igualdad social en lo jurídico, requiriéndose la abolición de los privilegios feudales y la consideración de la población como ciudadanos iguales ante la ley. - Un sistema político parlamentario y constitucional, con la abolición del poder absoluto del rey limitado por el parlamento bajo el marco de una constitución.
II) CONSTITUCIÓN DE 1812
Aprobada por las Cortes reunidas en Cádiz el 19 de marzo, la Constitución de 1812 es la
primera auténticamente española y está considerada como uno de los mejores modelos del primer constitucionalismo occidental. Constaba de 384 artículos organizados en 10 títulos.
Entre sus aspectos políticos destacan:
- La soberanía nacional, es decir, el poder residía en la nación que está representada en los diputados de las Cortes. - Monarquía limitada con una división estricta de poderes: el legislativo representado por el Rey y las Cortes; el ejecutivo que recaía en el Rey que presidía el Gobierno y sus ministros; y el judicial en los tribunales de justicia independientes. - Las Cortes tenían amplios poderes: elaboraban y aprobaban las leyes, decidían en la sucesión de la Corona, aprobaban tratados internacionales... - Se establecía el fuero único para todos los ciudadanos, salvo para eclesiásticos y militares que tenían leyes y tribunales de justicia propios. - Se garantizaban una serie de derechos fundamentales del individuo: igualdad ante la ley, garantías penales y procesales, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, sufragio etc. - En las relaciones Iglesia-Estado se imponía el catolicismo como religión oficial y única, lo que fue una clara concesión al sector absolutista. - Se eliminó totalmente el Tribunal de la Inquisición y abolió la tortura
Se realizaron medidas administrativas:
- Se planteó la división entre provincias y regiones. - Se suprimieron definitivamente los Consejos y se instauraron los ministerios, asesores del Gobierno.
Se llevaron a cabo reformas sociales como:
- Abolición de los privilegios señoriales de la nobleza. - Supresión de las pruebas de nobleza para ingresar en academias militares.
Se plantearon reformas económicas:
- Fin de los gremios y comienzo de la libre contratación. - Liberalización de la propiedad (concepto de propiedad privada, individual). - Eliminación de trabas del comercio (barreras, aduanas). - Se presentó la necesidad de una reforma agraria y desamortización, con la venta de las tierras amortizadas en “manos muertas”.
También se especificaba en la Constitución el sistema de elección de diputados. Se aplicó un
método indirecto: primero por sufragio universal de todos los ciudadanos varones mayores de edad (25 años) con el que se elegía a unos delegados o compromisarios en tres niveles (parroquia, municipio y provincia) quienes a su vez elegían a los diputados. Se creó una Milicia Nacional ciudadana como fuerza armada para proteger la libertad si se conspiraba contra la Constitución.
❖ CONCLUSIÓN.
La Constitución de 1812 representó el primer intento serio de racionalizar el Estado sobre la
base de los principios del liberalismo, por lo que se convierte en la referencia obligada y permanente de todo el liberalismo posterior en España. Sin embargo, el triunfo de los liberales en las cortes no fue definitivo debido, entre otros, a los siguientes motivos: • Frente a la ideología revolucionaria, existía un sentimiento absolutista del pueblo influido y dirigido por el clero provinciano. • Falta de entidad política de la burguesía para hacerse cargo del movimiento reformista. • Falta de contacto y de afinidad entre la intelectualidad burguesa y el pueblo. • No en vano, la mayoría del pueblo español no tenía conocimiento del proceso revolucionario que se estaba desarrollando en Cádiz ni fue partícipe del mismo. No obstante, todas las medidas aprobadas en la Constitución suponen la ruptura con el Antiguo Régimen y la voluntad de crear un nuevo sistema político, económico y social en España.