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Los títeres en la educación ambiental

Helga Chinchay

Soy Helga Chinchay, Diseñadora de interiores y Técnica en Administración Turística. Mi historia


con los títeres empieza cuando ingresé como voluntaria de la Reserva Nacional de Paracas en
enero del 2002, donde trabajé en uno de los programas de actividades de Uso Público con el
tema educación ambiental no formal, con las poblaciones locales y áreas de influencia de la
RNP. El objetivo era lograr un cambio de actitud y mayor reflexión sobre la conservación y la
protección de espacios y especies endémicas, que se encontraban en situación vulnerable o en
peligro de extinción.

Recuerdo que nos entregaron títeres -algunos deteriorados por el uso o el tiempo- y algunas
historias que habían elaborado los Guardaparques Voluntarios con anterioridad. Aunque yo
nunca había hecho títeres ni nada parecido, e incluso tenía temor de dirigirme al público, me
parecía importante hacer bien mi trabajo como voluntaria, por lo que creamos algunos títeres
con medias, reparamos los que se podían seguir usando y empezamos a leer las historias y a
practicar las voces de cada personaje. Al inicio, pegamos los libretos en el teatrín para leerlos
pero pronto nos dimos cuenta de que esto era imposible: el movimiento y la expresión de los
títeres no podían aparecer si leíamos, había que improvisar conservando el mensaje.
Descubrimos también que nos faltaba técnica, y que al comparar los títeres hechos de papel
maché, tela y espuma, los de espuma resultaban los más fáciles de usar por su ligereza.

La afluencia de visitantes a las playas de la RNP era muy alta los fines de semana. Al terminar el
domingo, los visitantes solían dejar basura regada por toda la orilla, por lo que nuestras
funciones de títeres buscaban hacer reflexionar a niños y adultos sobre el daño que causan
esos residuos y sobre la importancia del área. Pronto pudimos establecer claramente la
diferencia entre un día de playa con función de títeres y uno sin ella: al terminar la función se
entregaban bolsas para que los visitantes dejen sus residuos en los tachos, y bastaba mirar las
playas para constatar el buen efecto de nuestro mensaje.

Poco a poco comprendimos la importancia de hacer títeres en las playas, plazas, colegios y
actividades locales, porque con cada presentación los espectadores lograban reconocer la
labor del área natural protegida. Nuestras funciones dejaban huella en los niños. Recuerdo en
particular que hicimos funciones en un colegio al iniciar el año escolar, contando las historias
de Tita la tortuguita, la mosca y don basura, y a fin de año, cuando unas estudiantes de
psicología visitaron a los niños para preguntarles sobre las presentaciones, fue increíble y muy
gratificante constatar que recordaban los personajes y sus historias, lo que nos demostró la
gran responsabilidad que tenemos al animar un títere y dotarlo de un mensaje.

Después de 3 meses de voluntaria, ingresé a trabajar como Guardaparque asistente


administrativo. En ese cargo seguí con las actividades de educación ambiental, y para hacerlo
mejor busqué talleres y cursos de títeres. Fue así como acudí al teatro La Cabaña, donde se
presentaba el grupo Kusi Kusi, y al verlo me di cuenta que lo que hacíamos no era suficiente, de
que necesitábamos adquirir mucho más técnica y práctica.

Ese año ingresó una tesista en educación ambiental que había llevado cursos de Títeres con
Gastón Aramayo y Victoria Morales -de Kusi Kusi- y quien nos dictó un pequeño taller de
elaboración de títeres de espuma, una experiencia muy creativo que me reveló el gusto por
tallar este material.

En una reunión de jefes de áreas protegidas de todo el Perú hicimos una presentación de
títeres y, luego de explicar esta actividad, la jefa de la Reserva Nacional Tambopata solicitó que
capacitáramos a sus guardaparques para que ellos también realicen esa labor con las
poblaciones locales. Así fue como salimos por primera vez de Paracas y nuestra área se
convirtió en un referente en educación ambiental con títeres para todo el Sistema Nacional de
Áreas Naturales Protegidas por el Estado.

Conforme acudimos a diferentes áreas protegidas, notamos que la problemática de un área de


la costa era muy diferente a la de una de la sierra o de la selva, por lo que antes de empezar a
crear las historias debíamos reunirnos con los guardaparques para conocer su problemática y
las posibles soluciones. Aprendimos que para hacer una representación con los títeres, la
historia tenía que ser corta -como el tiempo de atención de los niños- muy amena y contada
con palabras simples. Algunos Guardaparques no confiaban en que podrían crear un personaje,
pero al empezar a tallar y trabajar con los diferentes materiales y pinturas, iban soltando sus
habilidades manuales, sus personajes iban tomando forma y ellos se emocionaban con los
resultados: es muy gratificante asistir al momento en que aflora en alguien el niño artista que
lleva dentro.

Hemos trabajado personajes muy diversos, como el gallito de las rocas, la lechuza bigotona, el
oso de anteojos, el cóndor, el mono choro de cola amarilla, los delfines rosados de río o los
marinos, las ballenas jorobadas, las nutrias de río o las marinas, las tortugas taricayas de río o
marinas, colibríes, vicuñas, árbol de cedro, chonta palmera de palmitos, guardaparques,
pescadores, pobladores locales, taladores, mineros, don Mercurio -para la contaminación de la
minería ilegal en la selva-, el rey del mar o la reina de los peces, etc. Todo era posible gracias a
la fantasía y los recursos titiritescos, que lograban el objetivo de cada historia: concientizar a
niños y adultos.

Gracias a esta experiencia en educación ambiental logramos comprender que los títeres son
una gran herramienta para comunicar diferentes temas y que este arte no tiene límites. He
realizado charlas para niños de 5 y 6 años y en ellas los títeres me ayudaron a explicar especie
por especie sus características, alimentación, amenazas y muchos otros datos que en un power
point no hubieran captado su atención. Estoy convencida de que los títeres pueden llevar
cualquier mensaje, y no solo en el área del medio ambiente y educación, porque los hemos
usado en campañas contra la anemia, la importancia del uso de los equipos de protección EPI
en las fábricas, trabajo social, comerciales de campañas de ASBANC y otros, siempre con éxito.

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