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Fundamentación:

Este plan secuencial anual, se desarrollará dentro de las pautas enumeradas en los
planes de estudio pertenecientes al Marco Nacional Curricular, para primer año de
Bachillerato, unidad curricular Biología, dentro del séptimo tramo de la Educación
Media Superior correspondiente al espacio Ciencia y Tecnología.
Dicho plan de estudio se rige por doce competencias generales que la docente
intentará integrar en el transcurso del año, haciendo énfasis en las competencias
acordadas en las coordinaciones del centro de estudios.
Resulta necesario aclarar que, la planificación de este curso se encuentra
enmarcada en la nueva concepción de ciencia, lo que significa que la modalidad de
trabajo apuntará a un proceso de construcción del conocimiento por parte del
alumno, en el cual la docente buscará oficiar de guía del mismo. Para ello es
importante comprender la enseñanza de la ciencia como plantea Furman (2021),
quien afirma que, la alfabetización científica incorpora las dimensiones de las
ciencias naturales como producto y como proceso, que se traducen en dos objetivos
de aprendizaje fundamentales: la comprensión de las bases del funcionamiento del
mundo natural, por un lado, y el desarrollo de competencias de pensamiento
científico, por otro (p.2). Entendiendo como producto, los saberes específicos de la
disciplina biología y como proceso las distintas competencias del pensamiento
científico.
Para ello, en el transcurso del año, se buscará integrar en los estudiantes distintos
aspectos del aprendizaje basado en proyecto (ABPr) fundamentalmente dentro de
los contenidos que refieren a la ciencia y tecnología trabajando juntas, como es el
caso de la importancia biológica del agua para los seres vivos, tema que nos abre
un amplio abanico de posibilidades a la hora de llevar a cabo un proyecto. El ABPr
contribuye al desarrollo de competencias tales como pensamiento crítico,
pensamiento científico y pensamiento creativo, comunicación, relación con otros,
ciudadanía local y global, por lo que resulta una estrategia de aprendizaje muy
conveniente ya que como plantea Imbert (2022), este se corresponde a una
metodología activa, centrada en el estudiante dentro de un enfoque constructivista
(p. 121), lo que contribuiría al ejercicio de una ciudadanía activa y consciente, así
como el desarrollo de competencias que posibiliten utilizar los conocimientos
adquiridos en la escuela al contexto cotidiano. (Fernandes, Pires, Villamañán, 2014,
p. 24) A su vez, parte de esta metodología activa se corresponde con la
participación de los estudiantes al momento de seleccionar el tema a trabajar puesto
que colabora con generar un mayor interés y favorece la profundización de los
contenidos (Imbert, 2022). Por ello, para la elaboración de este curso, no solo en las
instancias de ABPr, pasaremos de cuestionarnos, qué temas tenemos que dar, a
cuestionarnos qué queremos que nuestros alumnos aprendan y qué debo proponer
para que eso suceda, haciendo énfasis en el estudiante como centro de los
procesos de enseñanza y de aprendizaje. Esto nos lleva a la necesidad de alternar
momentos de enseñanza directa de los saberes pertenecientes a esta unidad
curricular y a momentos de exploración, reflexión y práctica deliberada (Furman,
2022).
También es importante destacar la importancia de las instancias de trabajo
colaborativo para el desarrollo de este tipo de actividades debido a que contribuye
con una mayor responsabilidad, integración y participación.
En este plan anual, a su vez, se buscará aplicar los aportes de Ron Ritchhart a la
hora de formular las llamadas “rutinas de pensamiento” que buscan generar una
cultura de pensamiento dentro del aula con el objetivo de arraigar comportamientos
y formas de pensar a través de actividades que se utilizan de manera consistente.
(Furman 2022). Algunos de estos ejercicios, a modo de ejemplo, pueden ser los
citados en el libro “Enseñar Distinto” de Melina Furman (p.194 a 210).
Por último, se destacan las formas de evaluación que se utilizarán a lo largo del año,
siendo importante señalar que según Sadler (1989) es necesario que los
estudiantes conozcan las expectativas de logro, que desarrollen habilidades que les
permitan realizar comparaciones utilizando diversos criterios y que comprendan el
significado y el diseño de distintas estrategias que les permitan disminuir las
distancias entre las producciones, los desempeños y las expectativas de logro, para
lograr una retroalimentación efectiva. Dicha retroalimentación cobra sentido cuando
además de certificar o acreditar aprendizajes, tiene otros propósitos y funciones,
tales como contribuir a mejorar el aprendizaje de los estudiantes y las formas de
enseñanza por parte de los docentes (Anijovich y González, 2011). Resulta
interesante, pensar este proceso como un circuito, donde es necesario mirar hacia
atrás en conjunto con los estudiantes para que mediante el feedback adecuado nos
permita mirar hacia adelante, haciendo de prácticas como la espiralización, algo
cotidiano. Esto responde a un tipo de evaluación formativa, con el estudiante como
protagonista y constructor de su propio aprendizaje, donde se considera tanto al
resultado como al proceso al momento de evaluar, utilizando como guía el perfil de
tramo especificado en el programa y las progresiones de aprendizaje, siendo estos
evidenciados a los estudiantes. Como plantea Furman (2023), la evaluación
formativa, es aquella que se lleva a cabo durante la enseñanza con dos propósitos:
ajustar nuestras intervenciones y que la información recabada sea también utilizada
por los alumnos para mejorar su desempeño, para finalmente “aprender mejor”.
Esto se complementa con instrumentos que permitan que el estudiante se oriente
dentro de las distintas tareas, como listas de cotejo y rúbricas y también con
ejercicios de coevaluación entre pares.
A su vez, se dará gran relevancia a la metacognición, entendida como la capacidad
de monitoreo mental, que nos ayuda a mirar para adentro y así autorregular nuestro
aprendizaje, lo cual implica llevar al plano consciente lo que hacemos a la hora de
aprender, para poder evaluarlo y buscar alternativas para su mejora, esta capacidad
no es intuitiva, por lo que como docentes debemos contribuir a su moldeamiento.

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