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Unidad 1: Bases para la entrevista

psicológica
Presentación de unidad
Apreciable estudiante, con mucho gusto te damos la bienvenida a la asignatura Teoría y
técnica de la entrevista; esperamos que estés iniciando este periodo con mucho ánimo de
aprender.
En esta primera unidad titulada Bases para la entrevista psicológica, conoceremos los
elementos esenciales para el desarrollo de esta estrategia de recolección de información,
tanto en aspectos técnicos, como la disposición del espacio, hasta lo correspondiente a las
habilidades del propio entrevistador.
Estamos seguros de que esta primera unidad sentará las bases adecuadas para construir el
conocimiento de toda la asignatura.
¡Comencemos con mucho ánimo!
Incidente crítico
Analiza la siguiente situación hipotética:
Recientemente comenzaste a trabajar en una institución privada que se dedica a brindar
talleres vivenciales dirigidos a estudiantes de secundaria. A partir del diagnóstico
obtenido de los talleres, cuando así se requiere, se deriva a algunos jóvenes a atención
psicológica individual.
En esta ocasión te tocó acudir a una telesecundaria en el que impartirás un taller de
autoestima. Al llegar al salón, la profesora encargada del grupo se dirige a ti para
comentarte una situación en la que necesita tu apoyo. Recientemente, entre los adolescentes
ha surgido una tendencia permeada por las redes sociales a burlarse de las personas por su
color de piel. Al principio iniciaron como bromas en la que se hacía referencia a memes en
donde se mencionan frases como “prietos en aprietos” y otras expresiones despectivas más
referentes a las características negativas atribuidas supuestamente a las personas con color
de piel más oscura.
La maestra indica que al principio le pareció normal pues incluso los adultos usamos frases
para hablar de las personas “más morenitas”, por lo que no le dio importancia, pero ahora,
se han tornado en agresiones físicas y segregación que parece estar impactando en la
autoestima y desempeño de los adolescentes.
Con la autorización de tu supervisor y de las autoridades de la escuela comienzas a
investigar un poco más sobre este fenómeno social que está ocurriendo en la institución;
quieres saber, por un lado, cómo se está desarrollando este proceso de discriminación desde
quienes la ejercen, y por el otro, cómo está impactando a la salud mental de quienes la
viven, por lo que realizarás una serie de entrevistas tanto de investigación como de tipo
clínica para atender a quienes sean derivados a intervención individual.
Con ello, tienes como objetivo, desarrollar programas de intervención que sean apropiados
para frenar esta situación y contribuir al desarrollo psicológico apropiado de los
adolescentes. Para lograrlo, te planteas las siguientes preguntas:
¿Cómo emplear la entrevista como estrategia para conocer a profundidad este fenómeno?
¿Qué condiciones del espacio físico para las entrevistas se deben considerar?
¿Qué aspectos se deben tomar en cuenta para prepararse para realizar una entrevista de la
mejor manera?
¿Qué actitudes y habilidades necesita tener un entrevistador para realizar una entrevista?

1. Bases para la entrevista psicológica


En las diferentes disciplinas y ciencias la entrevista es ampliamente utilizada por ser una
estrategia que, por sus bondades para la obtención de información, permite estudiar y
explicar diversos fenómenos y procesos de interés de los campos profesionales.
En el caso de la psicología, como veremos, esta es una de las principales herramientas de
las que se vale el experto para desarrollar su trabajo en los diferentes ámbitos donde se
desempeñe; de ahí su gran relevancia.
1.1 La entrevista como un encuentro personal y humano
La entrevista es una estrategia de recolección que cuenta con diversas variantes y
particularidades que están enmarcadas por ciertos elementos como el ámbito donde se
aplique, el marco teórico que se siga, las necesidades y objetivos planteados, etc.

Como lo señala Perpiñá (2012, p. 23), la entrevista además de ser una técnica de obtención
de información y de evaluación, es un instrumento versátil y moldeable a las necesidades
del entrevistador y del entrevistado. Por ello es tan valiosa en el campo de la psicología
dentro de los diversos ámbitos, entre los que resalta el clínico, pues permite explorar a
detalle las problemáticas de los individuos.

Una de las principales clasificaciones que se han manejado para hablar de los
tipos de entrevistas, corresponde al tipo de directividad que se tiene. Como
indica Zepeda (2008, p. 33) y podemos a continuación:
Si bien existen clasificaciones técnicas y definiciones de la entrevista que
atienden a sus funciones y particularidades, en este caso vamos a abordar a la
entrevista como un encuentro entre dos personas, es decir, no solo como una
técnica en la que el psicólogo debe dirigir la conversación y obtener información
necesaria para cumplir un objetivo determinado.
En los abordajes positivistas desde las distintas ciencias, se busca que el
entrevistador sea objetivo y se mantenga en un papel neutral de modo que
pueda obtener información sin interferir en ella. En este caso, como ya se indicó
al entenderlo como un encuentro humano, se entiende que el psicólogo no
puede mantenerse suspendido en el proceso de la entrevista pues influye
plenamente en la dinámica de la misma, es parte del proceso de interacción y
debe aprovechar esa posición para beneficiar a la persona con quien estará
trabajando (Perpiñá, 2012, p. 41).
Así, desde la mirada humanista, esta estrategia toma un sentido particular para
el ejercicio de la psicología por lo que es necesario retomar algunas bases de
esta perspectiva para comprender mejor cómo llevar a cabo la entrevista
entendida como un encuentro humano.
1.1.2 Aspectos conceptuales básicos de una entrevista con enfoque humanista
Para continuar hablando de la entrevista, primero es necesario retomar algunos de los
planteamientos básicos del enfoque humanista de la psicología, propuesto por Carl Rogers,
quien, desde su modelo de terapia centrada en el cliente, enfatiza en la no directividad de
los encuentros con los otros. Con ello, Rogers marcó avances importantes en el desarrollo
de la entrevista como técnica, pues según lo plantea Perpiñá (2012, p. 24), él realizó la
primera transcripción textual de una entrevista y adoptó la audiograbación de las sesiones
como una práctica habitual que permitía el estudio posterior de los discursos de quienes
acudían a él.
De acuerdo con Morga (2012, p. 47), las bases del humanismo, están sentadas
en el planteamiento de que los individuos están en constante búsqueda del
equilibrio personal; nacen libres y se comportan con base en las maneras en que
perciben subjetivamente su mundo, su entorno, experiencias presentes y
pasadas. Para intervenir, el psicólogo deberá, entonces, acceder a los relatos de
estas subjetividades.
Rogers, sostenía también que existía una fuerza interna que llevaba a los
individuos a buscar su crecimiento personal y desarrollo pleno, aunque en
diversas ocasiones puede verse obstaculizada, lo que lleva a la persona a
esconderse y detener esta búsqueda; sin embargo, prevalecen mayoritariamente
la motivación para ser mejor y la bondad básica de los seres humanos.

Desde esta mirada subjetiva, puede surgir la pregunta en torno a la validez de


los datos que pueden obtenerse en una entrevista de esta naturaleza. Como
señala Morga (2012, p. 48), Rogers afirmaba que la entrevista no directiva era la
clave, pues permite ceder el control al entrevistado y acceder a su mundo
privado. En el proceso de la entrevista se deberá preguntar entonces por la
experiencia del individuo y analizar gestos, reacciones y más.
Como vemos, el papel del psicólogo durante la entrevista consiste en acompañar
al otro y escucharlo activamente, sin olvidar la noción de la no directividad, que
básicamente indica que la persona es la responsable de su propia vida y por
ende, tiene la respuesta a todas sus dificultades; así, el psicólogo entrevistador
debe ceder el control de la sesión y limitarse a identificar barreras que pueden
impedir al individuo identificar dichas respuestas.
En los apartados siguientes ahondaremos en los elementos que, de acuerdo con
Rogers, son fundamentales para el desarrollo de la entrevista y que
corresponden a características y habilidades que el entrevistador debe
desarrollar.
Antes de abordar estos aspectos a profundidad, es necesario atender algunos
elementos técnicos que son importantes para el desarrollo de una adecuada
entrevista y que en ocasiones pueden pasar desapercibidos por su naturalidad y
aparente simplicidad, pero que son de gran relevancia.
1.2 La entrevista como proceso

Podríamos pensar que la entrevista es una técnica relativamente sencilla que no requiere
de instrumentos complejos, tecnologías avanzadas y que simula una conversación
cotidiana de las que todos, en teoría, sostenemos día a día. Esto es una concepción
errónea de dicha técnica, pues requiere no solo de un proceso de conversación natural,
sino que obedece a los objetivos que se tengan planteados y a la búsqueda de resultados
particulares (Perpiñá, 2012, p. 28).
Para desarrollarla de la mejor manera, en diversos manuales se han planteado pasos, fases y
elementos a considerar, que son una guía importante para quienes se inician en el proceso
de realizar entrevistas, donde se contemplan generalidades, pero en los que también existe
la apertura para ser flexibles dependiendo de las necesidades y objetivos.
1.2.1 Etapas o fases de la entrevista
Como todo instrumento metodológico, la entrevista se compone de una serie de fases que
deben ser tomadas en cuenta para desarrollarla de forma óptima. Morga (2012, p. 16),
indica que la entrevista se compone de tres etapas:

La primera de ellas es el inicio o rapport cuyo objetivo es crear un ambiente de


confianza y comodidad que permita a los entrevistadores hablar dejando de lado
sus inhibiciones. De acuerdo con Morga (2012, p.16), desde el primer minuto de
contacto con el entrevistador se establece el rapport que puede definir el rumbo
del éxito de la relación entre ambas partes. La meta es que el entrevistado se
sienta “cómodo, tranquilo, comprendido y a salvo y se comunique de manera
abierta sin temor a ser juzgado o criticado”. (p. 13)
Por ello, el psicólogo deberá ser una persona digna de confianza y que cuente
con las habilidades para construir ese rapport pues su inexperiencia y otros
factores contextuales pueden afectar esta relación y por lo tanto, la obtención de
información fructífera. Ahondaremos en estas características en los siguientes
apartados.
Después, del rapport, viene la etapa de desarrollo o cima de la entrevista, en
la que se recaba la mayor parte de la información en profundidad, por lo que es
la fase más larga. En este proceso de recolección también se analizan los
detalles, se confronta al entrevistado y aclaran dudas; de ese modo el psicólogo
puede comenzar a tomar decisiones (Morga, 2012, p. 14).
Como vemos, estas tres fases pueden parecer naturales o cotidianas en
cualquier conversación, pero no es así, pues en la entrevista como estrategia
empleada en el ejercicio de la psicología, requiere del cuidado de cada uno de
los elementos que permitirán fortalecer la relación entre entrevistador y
entrevistado y por ende favorecer el proceso que se esté trabajando para
analizar, prevenir o intervenir en los diversos ámbitos.
Ahora bien, hablaremos de algunos de los elementos que se implican en el
desarrollo de la entrevista. Morga (2012, p. 19), indica que estos son: el
entrevistador, entrevistado, mensaje, ruido y canal.
Entrevistador y entrevistado
Comencemos por hablar de entrevistador y entrevistado de forma conjunta en la
interacción. El primero debe inicialmente contactar con sus propias vivencias
para comprender al entrevistado de forma completa, con sus pensamientos,
sentimientos, deseos, etc. Si bien hemos hablado de un modelo no directivo, el
entrevistador está a cargo del proceso de conversación, controlando los tiempos
y temas a abordar. No está de más señalar, como indica el autor, que debe ser
un experto en el campo que le compete y cuidar su voz y posición corporal;
sobre todo debe dominar “el arte de preguntar” pues como indicamos, este
modelo de entrevista humanista implica un proceso abierto y no directivo.
Estas pautas y el establecimiento de objetivos que se buscan cumplir son la guía
para saber plantear las preguntas precisas sin que esta se vuelva una entrevista
cerrada, más bien, que permita crear un espacio de comunicación libre.
Es fundamental resaltar que, saber preguntar requiere también de saber
escuchar, esto, como veremos más adelante, será un eje central en la entrevista,
la escucha activa y empática.
Mensaje
Tenemos también el elemento del mensaje que corresponde a la información que
se intercambia entre los dos anteriormente señalados. Este se comparte no solo
de forma unidireccional, sino en una interacción constante en la que se espera
que ambas partes comprendan lo que se está intercambiando. El significado que
cada uno puede estar asignando al mensaje o buscando transmitir puede ser
cambiante, por lo que es importante que la comunicación sea eficaz y se
verifique que ambas partes se están comprendiendo.
Ruido
Vinculado a este elemento, está el ruido, el cual puede interferir en el proceso de
comunicación y corresponde a cualquier aspecto del medio físico o psíquico que
distorsiona el mensaje, como la ambigüedad, prejuicios o dificultades para la
escucha.
Canal
Finalmente, tenemos el canal o medio por el que se transmite el mensaje que
puede ser verbal y no verbal. Así, el entrevistador deberá monitorear su posición,
tono de voz, mirada, entre otros elementos y analizar los que manifiesta el
entrevistado.
Ya hablamos de las fases y elementos que se implican en la entrevista, pero no
podemos dejar de lado los elementos propios del espacio físico y una serie de
condiciones que también enmarcarán el éxito de la misma.
1.2.2 Condiciones para una adecuada entrevista
Antes de iniciar con este apartado, es fundamental recordar que lo que se presenta en los
diferentes libros y manuales corresponde a sugerencias, indicaciones generales que deben
ser adaptadas y tomadas como una guía para el entrevistador que se inicia en estos
procesos, no como una actividad lineal, sino como una serie de consideraciones.
Preparar entrevista
Aun el más experimentado entrevistador, deberá prepararse para iniciar una
nueva entrevista, desde antes de la primera sesión; de ello también depende el
éxito de la entrevista.
Perpiñá (2012, p. 23), presenta algunos puntos a considerar en este primer
momento de preparación de la entrevista.

Como vemos, no es deseable iniciar la entrevista sin tener una serie de


elementos básicos de conocimiento sobre la persona con quien se llevará a cabo
el encuentro y el cuidado previo de elementos del espacio y disposición del
mismo, esto permitirá al entrevistador anticipar algunas necesidades que pueden
presentarse y favorecer la interacción.
Espacio físico
La disposición de los elementos que se encuentran en el espacio físico permiten
configurar un ambiente general que enmarcará la entrevista, este genera una
primera impresión en el entrevistado, quien puede crearse una imagen general
del entrevistador con base en eso que percibe en el entorno. Por ello Perpiñá
(2012, p. 56) resalta la relevancia de construir un espacio lo suficientemente
activador al mismo tiempo que relajante para que las personas puedan
autorrevelarse. Entre las consideraciones generales que el autor propone están:
contar con una sala silenciosa y aislada, con iluminación apropiada para verse
con claridad y en el que se mitiguen la mayoría de las distracciones; mantener
una disposición particular del mobiliario también compone a la comunicación no
verbal.
Entre los elementos del mobiliario que más se emplean, están las sillas y mesa
de trabajo; la disposición de estos establece una distancia física y emocional
entre ambas partes, por lo que debe ser cuidada con detalle, de modo que no
represente un límite en la comunicación o que el entrevistado lo emplee como un
escudo para no abrirse en la conversación. Dependiendo del ámbito en el que se
desarrolle la entrevista, será preferible que el distanciamiento y el rol asimétrico
sea más marcado, por ejemplo, como indica Perpiñá (2012, p. 57), en el ámbito
organizacional, tal vez se busque marcar más esta diferencia. Por otro lado, en
evaluaciones en donde es necesario escribir, la mesa puede ser más funcional, a
diferencia de una entrevista clínica donde se busque un poco más de cercanía
con la persona.
Cuando se emplean asientos cómodos y simétricos, la autora recomienda que se
encuentren en ángulo y sin obstáculos entre ambos, de modo que puedan
mirarse tanto entrevistador como entrevistado, pero también desviar la mirada
hacia otros lugares cuando así lo requieran. Aun cuando se busca cercanía,
debe haber suficiente espacio físico para que las personas se muevan con
comodidad, sin sentirse invadidas.
Es importante recordar que dependiendo de la persona con que se esté
trabajando, habrá que hacer ajustes al mobiliario, como en el caso de los niños
pequeños, con quienes se recomienda trabajar con elementos acordes a su
tamaño. También tenemos el caso del trabajo con personas que representan un
riesgo o son peligrosas, ante quienes es recomendable tomar mayor distancia,
eliminar objetos que ocasionen daño, solicitar la presencia de personas en la
cercanía, entre otros (Perpiñá, 2012, p. 58).
Finalmente, hablar del espacio no solo representa, como veíamos en el párrafo
anterior, el uso del mobiliario y la disposición meramente física, sino el espacio
personal o la llamada proxemia, que corresponde a la distancia que existe entre
entrevistador y entrevistado. La misma autora sugiere que debe contemplarse un
punto medio entre lo que se denomina zona social, es decir, una separación de
entre uno a tres metros y medio, y la zona pública, a la que le corresponden más
de tres metros y medio. Con ello se busca no invadir la zona personal del
entrevistado y generar reacciones emocionales no deseadas (Perpiñá, 2012, p.
59).

Recepción del entrevistado


Ya que se han cuidado las condiciones previamente abordadas respecto al
espacio para realizar la entrevista y el psicólogo preparó con antelación el
encuentro, es necesario hablar de la recepción del entrevistado. Como ya se dijo
en las fases de la entrevista, el primer momento de encuentro entre ambas
partes y el establecimiento del rapport son fundamentales para el desarrollo de
una entrevista fructífera. Así, Perpiñá (2012, p. 67) sugiere recibir al entrevistado
e invitarle a entrar, saludarle con un apretón de manos y de forma amable. Es
importante presentar los objetivos a alcanzar y dirigirse por nombre al
entrevistado para que el trato sea individualizado pero cordial; se recomienda
siempre hablarle de “usted” al entrevistado a menos que pida explícitamente
hablarle de “tu”. Posteriormente, invitarle a elegir el asiento u ofrecerlo
dependiendo de cómo se le perciba de inquieto o cómodo.

Cabe señalar un punto importante con respecto al aspecto del entrevistador,


pues deberá cuidar también su vestimenta, dependiendo del mensaje que quiera
mandar; en ciertas instituciones es probable que pidan una vestimenta formal e
incluso bata blanca para resaltar la asimetría con los entrevistados; en otros
casos se buscará no marcar tanto esta diferencia.
Para cerrar este apartado hablaremos de la duración de la entrevista; esta debe
estar preestablecida por el entrevistador, comunicar desde el inicio de la sesión y
en función del objetivo que se persigue con el encuentro, pero en promedio se
trabaja entre 45 y 50 minutos.
Finalmente, a continuación, abordaremos el último tema de esta unidad que
corresponde a los elementos más importantes para el desarrollo de la entrevista
y que tiene que ver con el propio investigador.

1.2.3 Las actitudes humanistas básicas del entrevistador, según Carl Rogers
Es importante recordar que estamos hablando de la entrevista desde un modelo humanista,
por lo que las actitudes del investigador estarán marcadas por estos planteamientos. Ya
decíamos al inicio que se trata de una entrevista no directiva y esto solo significa que el
entrevistador debe contar con una serie de habilidades para construir el clima que se
mencionó en las páginas anteriores para tener una entrevista exitosa.
El modelo humanista o centrado en la persona implica una forma particular de relacionarse
con los otros, un encuentro de persona a persona, donde se está presente y acompañando.
Como ya indicamos, la finalidad es que, en el espacio de la entrevista, se vislumbren y
creen posibilidades de búsqueda de soluciones y resignificación de las dificultades. El
psicólogo deberá fungir como catalizador, trabajar desde una actitud de comprensión y para
ello será necesario que los aspectos relacionales sean prioritarios y estén por encima de los
elementos teóricos y metodológicos, pues estos se deben contemplar de forma flexible y
acorde a las necesidades de las circunstancias (Barceló, 2012, p. 132).
Retomemos un poco lo ya mencionado al inicio de este escrito para contextualizar las
actitudes que se mencionan como básicas para el entrevistador. El enfoque humanista,
insiste en que el papel del psicólogo debe ser crear un clima de libertad, apoyo y escucha en
el que la persona pueda desplegar su potencial y autoconocimiento. Hacerlo requiere que el
entrevistador esté presente, es decir conectado consigo mismo de modo que despliegue su
propio potencial y pueda conectar, a su vez, con el entrevistado (Barceló, 2012, p. 133). A
esto es a lo que nos referimos con ese encuentro entre personas.
Específicamente, Rogers enfatiza que el entrevistador debe contar con tres actitudes
fundamentales que son: la autenticidad o congruencia, la escucha empática y el aprecio o la
aceptación positiva incondicional, que veremos a continuación de forma detallada.
Autenticidad o congruencia
En la relación con el otro, el psicólogo entrevistador debe procurar en todo
momento mostrarse libre de máscaras y presentarse tal como es. Se trata de ser
una persona congruente y unificada en los niveles de la experiencia, la
conciencia y la comunicación. Así, durante todo el proceso debe identificar las
emociones que experimenta y comunicarlas cuando sea necesario y pertinente.
Esta característica de autenticidad lleva al entrevistador a no negar lo que está
experimentando bajo la premisa de ser un profesional que no siente o que es
objetivo; más bien sabe que puede poner su propio mundo en una especie de
paréntesis mientras escucha el mundo del otro. Hacerlo requiere de
independencia por parte del entrevistado, de autoconocimiento y un núcleo bien
definido.
Ser congruente es posible sólo mediante el autodescubrimiento, al conocimiento
de las emociones propias sin negarlas o alterarlas y permitiéndote vivir la
experiencia; de ese modo podrá comunicarse de forma congruente. Cuando el
entrevistador se muestra auténtico, transparente y libre de manipulaciones y
falsedades, logrará un vínculo apropiado con la persona que tenga enfrente y
podrá desarrollar un comportamiento empático (Barceló, 2012, p. 141).
Empatía
Este concepto ha sido ampliamente usado en la vida cotidiana y asimilado como
una forma de ponerse en los zapatos del otro; sin embargo, cuando hablamos de
esta como una de las habilidades del entrevistador, nos referimos a una
comprensión del mundo perceptual del otro, lo que implica captarlo aún desde
nuestra propia mirada y poder adentrarnos a mirarlo y comprenderlo. Barceló
(2012, P. 134) retoma la definición del propio Rogers quien indicaba: “Empatía
es la capacidad de percibir ese mundo interior, integrado por significados
personales y privados, como si fuera el propio pero sin perder nunca este como
sí. Parece ser una cualidad esencial en una relación que promueva el desarrollo
de la personalidad… Esta clase de empatía muy sensible parece ser un factor
importante en el proceso de posibilitar a una persona el acercamiento a sí
misma, el aprendizaje, cambio y desarrollo”.
Como vemos, ser empático significa apropiarse de la experiencia del otro
observando la mía, por ello la importancia del autoconocimiento y la congruencia
señalada en el punto anterior. Así, será posible reflejar el estado empático, pues
no es mera cuestión de identificarse con el otro y decirle lo que espera escuchar,
sino que se trata de una escucha activa y sin juzgar (Barceló, 2012, p, 135).
Esta empatía puede generar efectos sumamente positivos no solo en la relación
entrevistador y entrevistado, sino en el propio proceso de comprensión y
transformación del individuo que se siente escuchado y apreciado.
Aceptación o aprecio positivo incondicional
Finalmente, tenemos este tercer elemento que consiste en mirar a la persona y
apreciarla genuinamente tal como es. Esto no es una mera cuestión de “cariño”
sino de respeto absoluto y de confianza en su capacidad para elegir y
desarrollarse (Barceló, 2012, p. 137).
Como ya se mencionó en los dos apartados previos, en este caso también es
fundamental mirar a las personas sin juzgarlas, sin esperar que actúen como el
psicólogo desea y considera correcto, más bien se trata de confiar en el otro y
aceptar incondicionalmente. Esto último no significa que se esté de acuerdo o
que al no juzgar el psicólogo sea “neutral” u objetivo, más bien implica que
respeta las decisiones del otro y lo trata de forma cálida.
Este difícil trabajo de aceptación, de nuevo, requiere principalmente que el
entrevistador trabaje en la aceptación propia, que facilite la disposición al afecto
por los otros; abrirse a la experimentar lo que ocurre en él mismo, en su cuerpo,
en su conciencia y así podrá conocer a quien tiene en frente (Barceló, 2012, p.
142).
Como vemos, estas tres actitudes se entraman y son mutuamente necesarias
para el entrevistador. En esencia, requieren de estar presente, conectado y
dejándose llevar, para ver los resultados favorables de este tipo de interacción
que conforma las condiciones para un desarrollo óptimo de la persona a quien se
acompaña.

Para saber más...


Para complementar este último tema, te invitamos a consultar este breve video
donde se explican estas tres actitudes señaladas por Rogers.
Angel Corchado (2021). Las tres actitudes básicas en Rogers [Archivo de video]
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=4smUIT-ljnY
Hasta aquí concluimos con esta primera unidad, en donde abordamos las bases
teóricas y principios técnicos para el desarrollo de la entrevista desde este
modelo. Como vemos, no se trata solo de una técnica de preguntar y responder,
sino que conlleva una serie de pasos, preparación, conocimientos y sobre todo
habilidades que es necesario construir, y actitudes para el entendimiento propio y
de los otros. Con estos aprendizajes podremos continuar profundizando en la
entrevista, sus ventajas, formas de emplearla, etc.
Cierre de unidad
Hemos concluido la primera unidad, en ella:
 Reconocimos a la entrevista como estrategia de recolección de información fundamental
en la psicología.
 Identificamos sus características y distinguimos las condiciones necesarias para llevarla a
cabo apropiadamente.
 Abordamos los elementos teóricos de la psicología humanista que subyacen a la entrevista
como encuentro entre dos personas.
 Distinguimos las actitudes básicas que debe tener el investigador para llevar a cabo la
entrevista desde este modelo teórico.
Ahora ya tienes un primer panorama sobre la importancia de la entrevista y las condiciones
a considerar para emplearla dentro de la psicología. Esperamos que los contenidos te hayan
dejado valiosos aprendizajes.
¡Continuamos!
Unidad 2: Herramientas y técnicas en la
entrevista
Presentación de unidad
Apreciable estudiante, comenzamos con la segunda unidad de nuestra asignatura que se
titula Herramientas y técnicas en la entrevista.
En esta ocasión, abordaremos algunas estrategias que permiten enriquecer la entrevista y
desarrollarse dentro de la misma de forma que permita alcanzar los objetivos propuestos.
Distinguiremos algunas técnicas de registro de la información que facilitan la labor
analítica de la situación que se esté estudiando y también ahondaremos en las formas en
que el entrevistador debe dirigir la comunicación verbal y no verbal.
Veremos que se trata de un proceso que puede ser retador y que requiere de práctica
constante.
¡Comencemos!
Incidente crítico
Analiza la siguiente situación hipotética:
Recientemente comenzaste a trabajar en una institución privada que se dedica a brindar
talleres vivenciales dirigidos a estudiantes de secundaria. A partir del diagnóstico obtenido
de los talleres, cuando así se requiere, se deriva a algunos jóvenes a atención psicológica
individual.
En esta ocasión te tocó acudir a una telesecundaria en el que impartirás un taller de
autoestima. Al llegar al salón, la profesora encargada del grupo se dirige a ti para
comentarte una situación en la que necesita tu apoyo. Recientemente, entre los adolescentes
ha surgido una tendencia permeada por las redes sociales a burlarse de las personas por su
color de piel. Al principio iniciaron como bromas en la que se hacía referencia a memes en
donde se mencionan frases como “prietos en aprietos” y otras expresiones despectivas más
referentes a las características negativas atribuidas supuestamente a las personas con color
de piel más oscura.
La maestra indica que al principio le pareció normal pues incluso los adultos usamos frases
para hablar de las personas “más morenitas”, por lo que no le dio importancia, pero ahora,
se han tornado en agresiones físicas y segregación que parece estar impactando en la
autoestima y desempeño de los adolescentes.
Con la autorización de tu supervisor y de las autoridades de la escuela comienzas a
investigar un poco más sobre este fenómeno social que está ocurriendo en la institución;
quieres saber, por un lado, cómo se está desarrollando este proceso de discriminación desde
quienes la ejercen, y por el otro, cómo está impactando a la salud mental de quienes la
viven, por lo que realizarás una serie de entrevistas tanto de investigación como de tipo
clínica para atender a quienes sean derivados a intervención individual.
Con ello, tienes como objetivo, desarrollar programas de intervención que sean apropiados
para frenar esta situación y contribuir al desarrollo psicológico apropiado de los
adolescentes. Para lograrlo, te planteas las siguientes preguntas:
¿Cómo emplear la entrevista como estrategia para conocer a profundidad este fenómeno?
¿Qué habilidades de comunicación verbal y no verbal debo poner en juego?
¿Qué herramientas y estrategias puedo emplear para recopilar y registrar la información?

2.1 Herramientas
En las diferentes disciplinas y ciencias la entrevista es ampliamente utilizada por ser una
estrategia que, por sus bondades para la obtención de información, permite estudiar y
explicar diversos fenómenos y procesos de interés de los campos profesionales.
En el caso de la psicología, como veremos, esta es una de las principales herramientas de
las que se vale el experto para desarrollar su trabajo en los diferentes ámbitos donde se
desempeñe; de ahí su gran relevancia.
2.1.1. Anamnesis
Este es un recurso que se ha empleado desde hace muchas décadas en los distintos ámbitos
de la salud. Rodríguez y Rodríguez (1999, p. 409) plantean que la anamnesis, “es el
proceso de exploración clínica que se ejecuta mediante el interrogatorio”. En esta
definición podemos identificar que durante la entrevista se debe recuperar la información
correspondiente a la exploración de los motivos generales que llevan a la persona a acudir a
la sesión con el psicólogo. En esta será necesario identificar a la persona y conocer
elementos que nos permitan comprender la situación que presenta, como pueden ser
aspectos familiares y ambientales, entre otros.
Cornejo y García, (2021, p. 27) la definen como el registro confidencial familiar y del
individuo que acude al encuentro, en este caso, con el psicólogo, llámese paciente, usuario,
consultante, etc. En el ámbito médico, en este registro se enmarcan los motivos que llevan
al entrevistado a solicitar la intervención y permiten establecer los caminos para las
posibles soluciones, es decir, en ocasiones necesarias, el diagnóstico y tratamiento.
Tradicionalmente, para tener la información necesaria, se plantea una organización de los
datos en las siguientes categorías: informante, datos de identificación, historia de la
enfermedad actual, antecedentes personales, antecedentes familiares e historia psicosocial
(Rodríguez y Rodriguez, 1999, p. 409).
Como vemos, estas categorías corresponden a una dimensión médica donde se espera
establecer un diagnóstico, conocer la enfermedad y el historial de la misma dentro de la
familia. En el caso de la psicología, es probable que este tipo de datos no sean obligatorios
de obtener en todas las situaciones, aunque en otras seguramente sí será necesario
recabarlos; todo dependerá de las circunstancias; tal vez más que la historia de una
enfermedad, podemos preguntar por la historia de la problemática presentada, o de las
circunstancias que se están viviendo y que afectan al individuo.
Para evitar la fatiga del entrevistado, debemos atender a la practicidad, es decir, no buscar
la exhaustividad de la información; en otras palabras, hay que preferir la calidad por sobre
la cantidad y esto dependerá, como ya se ha comentado, de las necesidades del individuo,
del psicólogo entrevistador y del tipo de relación que se plantea (intervención,
investigación, prevención). Por ello, se deben establecer prioridades y guiar el diálogo a los
aspectos puntuales que se requieren conocer; incluso, como veremos más adelante, el
psicólogo deberá emplear ciertas técnicas para ahondar en aspectos puntuales, pues no todo
es solamente hacer preguntas abiertas.
Entre los elementos básicos recomendados para obtenerse encuentran los datos de
identificación, como el nombre y los apellidos, la edad, el sexo y la dirección, el lugar de
nacimiento, el estado conyugal, la escolaridad, la ocupación; los motivos para solicitar la
atención, que como ya indicamos, pueden ser diversos, ahondar en el comienzo de esta
situación y los cambios o transformaciones que han ocurrido al respecto. En este caso, es
importante recabar también las percepciones que la persona tiene respecto a la situación.
Rodríguez y Rodríguez (1999, p. 413), indican una serie de áreas para para esquematizar la
información:
Desarrollo previo
Lugar de nacimiento y crianza; hechos y experiencias importantes durante la
infancia y adolescencia.
Educación y ocupación
Escolaridad, perfil ocupacional, satisfacciones, retiro.
Ambiente
Estado de la vivienda; creencias religiosas; situación familiar, económica y
médica, naturaleza de sus relaciones personales.
Hábitos
Patrones dietéticos, de sueño, de trabajo, de ejercicio, de recreación.
Autoconcepto
Visión en el presente y en el futuro; sexo y matrimonio.
Adaptación
Tensión emocional, humor predominante, reacciones usuales al estrés, actitud
ante cada actividad, expectativas.

Todos estos datos, se obtienen durante la primera entrevista mayoritariamente y


no solo a través del lenguaje verbal; el entrevistador deberá observar
detalladamente el aspecto físico del entrevistado, sus movimientos en general,
gesticulación facial, la forma de mirar, etc. (Lopez, 1990, p. 41).
En consonancia, Pujol (2007, p. 190), enfatiza que durante la entrevista
psicológica es imprescindible la actitud analítica del entrevistador, a diferencia de
la actitud pasiva del médico durante la tradicional anamnesis. Como ya se
mencionaba, también es necesario ser flexibles con los formatos preestablecidos
de información a obtener y adaptarlos a cada situación, así como cuidar su
lenguaje para que sea comprensible para todos con quienes se comunique.
Tal como lo vimos en este apartado, la anamnesis es un recurso fundamental
para identificar toda la información que necesitaremos durante la entrevista y
registrarla para continuar el trabajo de análisis; esta es una primera herramienta
para complementar la entrevista.
2.1.2. Genograma
Ahora hablaremos del genograma, otra herramienta fundamental durante la entrevista
psicológica. Aramayo (s.f., p. 3) lo define como “el instrumento técnico que permite el
estudio de la familia, este busca sistematizar y tornar visible la urdimbre complicada y
maravillosa que constituyen las relaciones familiares”.
En esta definición podemos identificar la relevancia del genograma para la comprensión y
análisis de las situaciones que estemos enfrentando. Sobre todo, brinda la posibilidad de
organizar la información de forma rápida y visualmente accesible, pues en este se incluyen
nombres, edades, nacimientos, muertes y muchos otros datos importantes respecto a las
interacciones y relaciones familiares.
A través de esta organización visual, es posible que los profesionales que conozcan la
simbología accedan rápidamente a la información necesaria para plantear hipótesis
analíticas sobre los casos y posibles vías a tomar durante las intervenciones, pues además
de la estructura familiar, permite identificar pautas de comportamiento generacionales,
procesos de adaptación y más.
Por su parte, Arias, Galagarza, Rivera y Ceballos (2017, p. 292) hablan del genograma
como técnica que permite representar las dinámicas familiares incluyendo sus datos,
secretos, relaciones y mecanismos para abordar las problemáticas. Por ello se ha empleado
ampliamente en las investigaciones que implican a las familias, desde cualquier arista,
como la violencia familiar, las masculinidades, migración, entre muchas otras temáticas.
Goñalons (2018, p. 8) resalta la importancia de realizarlo durante la primera entrevista, en
presencia del entrevistado, antes de preguntar por el motivo de consulta (en caso de que
exista), para así poder ir hipotetizando y analizando la problemática y vincularla con los
aspectos familiares complejos y emocionales. Dados los cambios actuales del mundo en el
que nos desenvolvemos, es necesario no obviar ninguna situación y preguntar siempre por
las particularidades de la familia, sus variantes, cambios, composición, así como diferenciar
el grupo familiar del grupo de convivencia, que es con quienes se vive o relaciona de
manera frecuente.
Compañ, Feixas, Muñoz y Montesano (2012, p. 1) indican que para realizar el genograma
de forma apropiada será necesario incluir información de al menos tres generaciones de la
familia del individuo en cuestión y debe llevarse a cabo en tres fases que son:
1) Trazado de la estructura familiar
2) Recogida de la información básica sobre la familia
3) Delineado de las relaciones familiares.
En primer lugar, se lleva a cabo el trazado de la estructura familiar, en el que se plantean las
relaciones biológicas y legales entre los miembros, se identifican por número, sexo y tipo
de convivencia. Posteriormente, se añaden elementos como la información demográfica, y
correspondiente al nivel de funcionamiento, es decir, los aspectos emocionales y sociales
(adicciones, enfermedades, asuntos de salud mental, etc), así como sucesos familiares
importantes. Todo lo anterior no solo se recupera con base en el informe de una sola
persona, de ser posible, se buscará que otros miembros de la familia contribuyan a la
información y el entrevistador también deberá obtenerlo mediante la observación clínica.
Para concluir este apartado, es necesario cuestionarnos ¿por qué es tan importante conocer
los aspectos familiares de la vida de un individuo? Como señala Goñalons (2018, p. 3)
desde las distintas teorías psicológicas, aun aquellas que pueden parecer distantes, se habla
del rol moldeador de la familia en el desarrollo del individuo, ya que es en esta en donde se
desarrollan las fortalezas y dificultades de las personas. Por ello es imprescindible su
análisis a partir del conocimiento y comprensión de la estructura que la sostiene.
Adicionalmente, Compañ, Feixas, Muñoz y Montesano (2012, p. 3) apuntan a que, el
genograma no es solo una técnica o herramienta para condensar la información, sino que su
propia elaboración puede ser parte de la intervención con las familias cuando se les implica
en su desarrollo y se ponen de manifiesto los contenidos emocionales que permiten que se
expresen y se abran a discutir algunos elementos que podrían ser difíciles de trabajar. Esto
de acuerdo con los autores, es posible debido a que la historia familiar se ve como un
elemento rutinario a llenar y puede brindar la sensación de tranquilidad para mencionar los
temas. También permite a los miembros cuestionar el sistema familiar, identificar roles,
problemáticas y aclarar pautas de interacción.
Ya que abordamos su relevancia, es necesario saber desarrollar el genograma, no solo
mediante las indicaciones que se han abordado en este apartado, sino mediante el
conocimiento de la simbología que se emplea en este elemento visual. A continuación se
presenta dicha simbología retomada de Compañ, Feixas, Muñoz y Montesano (2012, p. 4-
6)
IMAGEN 1
Para saber más...
Para finalizar este apartado, te invitamos a consultar el siguiente blog donde
podrás reforzar los conocimientos adquiridos y retomar también la simbología
para la elaboración del genograma.
Símbolos del genograma familiar (s.f). Blog disponible
en https://genograma.net/simbolos-del-genograma-familiar/

2.2. Habilidades de comunicación


Ahora bien, ya hemos ahondado en técnicas que permiten contribuir a la
entrevista y que constituyen elementos de registro de la información, pero no
podemos dejar de lado aquellas que son propias de la comunicación.
Perpiñá (2012, p. 77) enfatiza la importancia del comportamiento del
entrevistador, pues su comunicación no verbal también impactará en el
desarrollo de la entrevista; él es el responsable de manejar el flujo del diálogo de
forma correcta para que ocurra una verdadera comunicación, es decir, que fluya
el intercambio de pensamientos y emociones de forma recíproca.
Aunque suena sencillo, es bien sabido que existen grandes problemas en la
comunicación, específicamente por la transmisión y comprensión del mensaje.
Diversos ruidos entran en juego en este proceso de comunicar pues quien recibe
el mensaje lo interpreta desde su propia mirada. Es aquí donde los sesgos y
malentendidos suelen ocurrir, por lo que es necesario aclarar constantemente lo
que se está comprendiendo.
Ahora detallemos un poco las particularidades de cada tipo de comunicación
durante la entrevista. La comunicación verbal se da mediante el intercambio
entre las dos partes que sostienen la conversación y que suscitan reacciones
mutuamente. Al ser polisémica, la comunicación verbal puede producir malos
entendidos pero también, como indica Perpiñá (2012, p. 85), brinda la posibilidad
de emplear el humor como estrategia para fortalecer el vínculo con el
entrevistado y aliviar la tensión. Como en todo elemento comunicativo, es
importante emplear con el cuidado suficiente, de forma moderada y siempre en
beneficio del entrevistado.
Como vemos, la comunicación verbal requiere cuidar constantemente el mensaje
que se pretende manifestar.
En la siguiente tabla se presentan algunas recomendaciones de forma sintética.
Ahora, hablemos de la comunicación no verbal, es decir, a las formas en que se
dicen las palabras. Esta es un tanto más difícil de controlar cuando no se tiene
consciencia de las propias expresiones corporales, pues en ellas se manifiestan
mayoritariamente contenidos emocionales. Perpiñá (2012, p. 87) menciona tres
tipos de comunicación no verbal.

Durante la entrevista, es importante considerar estos tipos de comunicación no


verbal, no solo cuidando lo que hace el entrevistador para comunicar el mensaje
de forma adecuada y fortalecer el vínculo con el entrevistado, sino analizando lo
que hace este último durante la entrevista. En ocasiones puede haber momentos
de silencio en los que el entrevistador debe considerar que, lo que no se dice,
también está indicando un mensaje, como puede ser confusión, reflexión, no
saber qué decir, etc.
Ya que hemos ahondado en las particularidades de la comunicación verbal y no
verbal, pasaremos a abordar algunas técnicas específicas que se pueden
emplear durante la entrevista y que se vinculan con las habilidades que ya
revisamos en la unidad pasada, que tienen que ver con el modelo de la
psicología humanista.
2.2.1. La escucha activa y flotante
Es común pensar que escuchar es una habilidad inherente al mero sentido del oído y que se
trata de estar pasivamente oyendo lo que el otro quiere decir, sin embargo, como lo plantea
Perpiñá, (2012, p. 94), durante la entrevista, la escucha activa requiere de un esfuerzo
analítico importante en el que se debe captar el mensaje que se está transmitiendo y
mostrarle al entrevistado que está siendo escuchado con toda la atención. Al establecer la
escucha activa, el entrevistador suele perseguir uno o más de los siguientes objetivos:

En la imagen, podemos identificar la complejidad de la escucha activa y flotante,


pues requiere de total atención a lo que la persona está diciendo. Como en todo,
no hay nada mejor que la práctica, por lo que el entrevistador deberá ejercitar
esta y todas las técnicas que desee dominar. Perpiñá (2012, p. 97-98) nos
plantea una serie de recomendaciones para facilitar su ejercicio.
Pasemos ahora a distinguir otras técnicas verbales que se emplean durante el
proceso de la entrevista y que se emplean con diversos objetivos.
2.2.2 Reflejos
El reflejo se emplea como una técnica para comunicarle al entrevistado que se le está
escuchando, por lo que requiere también de la escucha activa; es esencial para establecer el
rapport y la relación de confianza.
Básicamente consiste en devolverle al entrevistado aquello que dijo, es decir, que el
entrevistador tendrá que, desde sus palabras, lo dicho sobre la situación abordada. De
acuerdo con Perpiñá (2012, p. 112), se debe centrar en los contenidos emocionales que
expresa el entrevistado, sin interpretaciones de parte del entrevistador, solo lo que se dijo
directamente; si el entrevistado no tiene claro lo comprendido, debe solicitar la
confirmación.
Hacerlo requiere de mucha delicadeza, para poder mostrar al entrevistado sus propias
emociones y sentimientos, sin implicar las del psicólogo, así como sus presuposiciones o
prejuicios, por lo que, como vemos, también en este caso es necesaria la escucha activa.
2.2.3 La empatía
En la unidad anterior, ya hablamos de la empatía como una de las cualidades o
características que debe tener el investigador, esta se pone en juego en las técnicas que ya
venimos desarrollando, desde la escucha activa y los reflejos. Ahora abordaremos algunas
otras técnicas que facilitan el desarrollo de la entrevista psicológica y en donde la empatía
es fundamental.
Entre estas técnicas encontramos la paráfrasis, que de acuerdo con Perpiñá, (2012, p. 111),
es el proceso en el que el entrevistador presenta con sus propias palabras lo que el
entrevistado le ha indicado. Esta se emplea para transmitir comprensión del mensaje y
corroborar su contenido, así como ordenar la información presentada. Para que se utilice de
forma exitosa, no basta con presentar una repetición exacta de lo dicho por el entrevistado,
sino una síntesis de lo más relevante tanto en el ámbito cognitivo como en el emocional.
De la mano de las anteriores, también tenemos a la técnica de la clarificación, que es una
técnica para comprobar la comprensión de lo dicho por el entrevistado y resolver las
confusiones que se tengan (Perpiñá, 2012, p. 114). Aclarar también requiere en ocasiones
pedir que se repita el mensaje o que el entrevistado ponga un ejemplo. En términos de
frases, se pueden emplear algunas como:

Además de estas técnicas no directivas, tenemos también algunas de carácter


directivo que pueden ser empleadas siempre de forma empática y respetuosa.
Morrison (2014, p. 46) plantea entre estas técnicas, la confrontación, en la que
el entrevistador deberá señalar aspectos que necesitan aclaración dada alguna
inconsistencia que se perciba. Su objetivo central es mejorar la comunicación
durante la entrevista, por lo que se debe emplear de forma limitada; de ese modo
se evita comprometer el rapport. Algunas frases a emplear para una
confrontación sana, pueden ser

De ese modo se busca confrontar el propio discurso del entrevistado.


Hasta aquí concluimos con la presentación de las herramientas y técnicas que es
posible emplear durante la entrevista en psicología. Como vimos en esta unidad,
mediante su uso, puede obtenerse información fructífera y acorde al objetivo
planteado para este tipo de encuentros. Por ello, el psicólogo deberá ejercitar
estas técnicas para desarrollar las habilidades necesarias que le lleven a
convertirse poco a poco en un entrevistador experto y faciliten y mejoren su labor
profesional en beneficio de aquellos con quienes trabaja.
Cierre de unidad
En esta segunda unidad, logramos:
 Identificar las herramientas con las que es posible complementar la entrevista psicológica.
 Reconocer los elementos que componen la anamnesis y el genograma, para desarrollarlos
de manera apropiada.
 Distinguir los aspectos de la comunicación verbal y no verbal que se deben considerar y
analizar en el desarrollo de la entrevista.
 Identificar técnicas que puede emplear el psicólogo durante la entrevista para obtener la
información necesaria de forma clara.
Con lo anterior será posible que, poco a poco y mediante la práctica constante, desarrolles
las habilidades necesarias para llevar a cabo la entrevista empleando las técnicas y
herramientas abordadas. Demos paso a la siguiente unidad para identificar en qué ámbitos y
con qué objetivos podemos emplear estos aprendizajes
¡Continuamos!

Unidad 3: La entrevista en los diferentes


campos de la psicología
Presentación de unidad
De nuevo te saludamos con mucho entusiasmo para comenzar la tercera unidad de esta
asignatura. En esta ocasión hablaremos de la entrevista en los diferentes campos de la
psicología.
En las unidades pasadas, abordamos las bases teóricas, los aspectos técnicos y las
herramientas que se emplean en el desarrollo de la entrevista. Hemos ahondado en el
complejo proceso que implica y lo relevante que es para el ejercicio de la psicología pues
más que ser un instrumento que el psicólogo emplea para obtener la información que
necesita, se trata de un encuentro entre personas. En esa unidad veremos las
particularidades del ejercicio de la entrevista en los diferentes campos de acción de la
psicología pues, dependiendo de los objetivos que se planteen, será necesario hacer las
modificaciones pertinentes que permitan alcanzarlos.
¡Continuamos!

Incidente crítico
Analiza la siguiente situación hipotética.
Recientemente comenzaste a trabajar en una institución privada que se dedica a brindar
talleres vivenciales dirigidos a estudiantes de secundaria. A partir del diagnóstico obtenido
de los talleres, cuando así se requiere, se deriva a algunos jóvenes a atención psicológica
individual.
En esta ocasión te tocó acudir a una telesecundaria en el que impartirás un taller de
autoestima. Al llegar al salón, la profesora encargada del grupo se dirige a ti para
comentarte una situación en la que necesita tu apoyo. Recientemente, entre los adolescentes
ha surgido una tendencia permeada por las redes sociales a burlarse de las personas por su
color de piel. Al principio iniciaron como bromas en la que se hacía referencia a memes en
donde se mencionan frases como “prietos en aprietos” y otras expresiones despectivas más
referentes a las características negativas atribuidas supuestamente a las personas con color
de piel más oscura.
La maestra indica que al principio le pareció normal pues incluso los adultos usamos frases
para hablar de las personas “más morenitas”, por lo que no le dio importancia, pero ahora,
se han tornado en agresiones físicas y segregación que parece estar impactando en la
autoestima y desempeño de los adolescentes.
Con la autorización de tu supervisor y de las autoridades de la escuela comienzas a
investigar un poco más sobre este fenómeno social que está ocurriendo en la institución;
quieres saber, por un lado, cómo se está desarrollando este proceso de discriminación desde
quienes la ejercen, y por el otro, cómo está impactando a la salud mental de quienes la
viven, por lo que realizarás una serie de entrevistas tanto de investigación como de tipo
clínica para atender a quienes sean derivados a intervención individual.
Con ello pretendemos desarrollar programas de intervención que sean apropiados para
frenar esta situación y contribuir al desarrollo psicológico apropiado de los adolescentes.
Para lograrlo, te planteas las siguientes preguntas:
¿Cómo puedo emplear la entrevista como estrategia para conocer a profundidad este
fenómeno?
¿Cuáles son los objetivos que debo plantearme para guiar las entrevistas?
Desde este ámbito de la psicología ¿qué posibilidades y limitantes tengo para recopilar la
información necesaria?
¿Qué elementos debo cuidar durante los encuentros para que se lleven a cabo de forma
adecuada?
3. La entrevista en los diferentes campos de la psicología
Después de contemplar las generalidades para el desarrollo de la entrevista, veremos ahora
que su desarrollo está enmarcado por los objetivos que se plantean en función de ámbito en
el que se encuentre el psicólogo; es decir, vamos a ver que la entrevista como proceso
dinámico, se transforma dependiendo de lo que se espera obtener con ella.
3.1 La entrevista con objetivos clínicos
En el ámbito clínico de la psicología, la intervención terapéutica toma como base a la
entrevista. Esta tendrá ciertos matices dependiendo del modelo teórico en el que se esté
sustentando el trabajo terapéutico, pues sus propios planteamientos epistemológicos
enmarcan la forma en que se conduce el psicólogo, cómo se relaciona (y define) al
usuario/paciente/cliente/consultante o como se le considere desde cada perspectiva teórica.
De forma sintética, Carrió y Belloch (2012, p. 343) nos presentan algunas particularidades
de la entrevista en el trabajo clínico desde diferentes modelos teóricos.

Como vemos, existe una diversidad de formas de comprender la relación


terapéutica, los objetivos y las herramientas que acompañan la entrevista.
Dependiendo del modelo teórico, el psicólogo deberá proceder y tomar ciertos
caminos marcados por su fundamentación. A pesar de ello, hablaremos de las
generalidades que competen a la entrevista en este ámbito y desde el
entendimiento que hemos venido manejando, que es un encuentro personal.
Específicamente en este ámbito, la entrevista se prolonga en el tiempo, es decir,
es una constante pues en cada sesión terapéutica se establecen nuevos
diálogos y preguntas particulares que dan una dirección a la intervención.
Carrió y Belloch (2012, p. 337) definen los siguientes tres elementos que
caracterizan a la entrevista con objetivos de intervención terapéutica.
Los interlocutores
Comencemos hablando del primero de ellos. Los interlocutores son el psicólogo
entrevistador y el entrevistado o usuario. Esta relación es particular ya que existe
una demanda específica de un tipo de atención en la que, quien acude a solicitar
el apoyo terapéutico, presenta una necesidad; es el psicoterapeuta quien, con
base en sus herramientas y estrategias, tendrá que analizar las circunstancias
presentadas y construir un eje conductor para la intervención.
El objetivo o finalidad
Lo anterior nos lleva al segundo punto que es el objetivo; este va marcado por la
solicitud de quien acude para la entrevista y se hace explícito desde la primera
sesión. El entrevistador deberá puntualizar los aspectos que sean necesarios
para tener clara la demanda del usuario y este punto será el eje central de las
sucesivas sesiones. Las demandas pueden ser tan diversas como lo es el campo
de la psicología clínica; por ello, también el contenido de las entrevistas y los
objetivos de las mismas lo son.
El contexto
Finalmente, tenemos el contexto como un elemento particular de la entrevista
clínica pues no en todos los casos la intervención en este ámbito se lleva a cabo
en un consultorio privado, de forma ordenada y con previo aviso. La entrevista
clínica puede ocurrir de forma ambulatoria, en instituciones públicas o privadas
incluidos hospitales, escuelas, centros de rehabilitación, y muchos más.

Como hemos visto, si bien se habla de una serie de elementos que es necesario
cuidar respecto a la disposición del espacio físico durante la entrevista, hay
circunstancias en las que es imposible considerarlos o están sujetos a las
condiciones del lugar o institución donde nos encontremos; de ahí que, como ya
se ha mencionado constantemente, es importante ser flexibles.
Entre estos tres elementos, se construye uno de los fundamentos más
importantes, que es la llamada “alianza terapéutica”. De acuerdo con Carrió y
Belloch (2012, p. 342), esta representa el principal elemento para el cambio, y se
define como la relación de comprensión que el psicoterapeuta tiene hacia el
paciente y que facilita que este último crea en el primero; se conforma así un
vínculo positivo entre ambos que será la base que sustenta que el usuario pueda
construir su propia recuperación.
Como ya lo hemos abordado, desde el modelo en el que estamos trabajando, es
la persona, en este caso usuaria, quien tiene el potencial para resolver sus
propias dificultades y el psicólogo solo se encarga de acompañar el camino y
propiciar las condiciones para que llegue a la reflexión propia. Por ello hablamos
de la importancia de la alianza terapéutica en el ámbito de la psicología clínica,
pues este vínculo es la clave para el éxito de la intervención y para obtener
beneficios a favor del consultante. Recordemos que para que este se establezca,
es necesario que el entrevistador se dirija siempre desde la escucha activa, la
aceptación positiva incondicional y la empatía auténtica.
Carrió y Belloch (2012, p. 342) hablan de la alianza terapéutica en función de
tres componentes que son el vínculo, las metas y las tareas.
El vínculo corresponde a la relación de afecto que se da entre ambas partes en
la que el entrevistado debe sentirse valorado y comprendido; en otros momentos
ya se ha mencionado la importancia de la autenticidad, por lo que este vínculo
debe ser real y no simulado.
Para que se afiance el vínculo las tareas y los objetivos o metas deben estar
claros y ser de acuerdo mutuo entre ambas partes; también deben ser realistas y
estar bien aterrizados. Estos se plantean desde el inicio de la relación
terapéutica y se mantienen a lo largo de esta; por ello, en los encuentros de
entrevista sucesivos se debe buscar fortalecer el vínculo.
A pesar de los esfuerzos, es posible que ocurran las rupturas en la alianza
terapéutica, sobre todo debido a malentendidos. Estos pueden darse por la
percepción que tiene el usuario sobre el comportamiento del psicólogo, que
puede no ser de su agrado, por ejemplo, si este olvida elementos importantes o
da opiniones críticas y no solicitadas; también puede deberse a otras
manifestaciones más sutiles vinculadas al lenguaje no verbal que si no se
abordan pueden llevar a la ruptura total de la relación terapéutica (Carrió y
Belloch, 2012, p. 340).
En síntesis, cómo podemos distinguir en este apartado, para llevar a cabo la
entrevista de forma adecuada en este ámbito, sostener la alianza terapéutica y
favorecer al usuario, es necesario ser flexible y analítico respecto a las
circunstancias que rodean a cada paciente.

3.2 La entrevista con objetivos de educación

Ahora hablaremos del ámbito de la educación. Empecemos por aclarar que el trabajo del
psicólogo en este campo consiste en contribuir a la reflexión e intervención en torno a
situaciones educativas, de forma individual, grupal e incluso a nivel de las instituciones. Al
hablar de educación es importante recalcar que no se trata solamente de las escuelas, sino
de todos los sistemas sociales en donde ocurren estos procesos educativos, sin importar los
niveles o modalidades, de manera formal e informal y a lo largo de todo el ciclo vital
(Castro y Barrasa, 2012, p. 399).

Ahora hablaremos del ámbito de la educación. Empecemos por aclarar que el


trabajo del psicólogo en este campo consiste en contribuir a la reflexión e
intervención en torno a situaciones educativas, de forma individual, grupal e
incluso a nivel de las instituciones. Al hablar de educación es importante recalcar
que no se trata solamente de las escuelas, sino de todos los sistemas sociales
en donde ocurren estos procesos educativos, sin importar los niveles o
modalidades, de manera formal e informal y a lo largo de todo el ciclo vital
(Castro y Barrasa, 2012, p. 399).
Su importancia, de acuerdo con Castro y Barrasa (2012, p 411), radica en que la
escuela es uno de los primeros contextos en donde participa el individuo
(además de la familia); los primeros adultos con quienes se vinculan los niños
son los padres y profesores y sobre todo, es el escenario en donde ocurre
mayoritariamente socialización en la infancia y la adolescencia. De ahí que,
aquello que ocurra en el contexto escolar, seguramente influirá en el futuro de
esos niños y jóvenes.

Así, una de las principales labores del psicólogo en este campo es la evaluación
y para realizarla ha de valerse de la entrevista psicológica. Esta se puede llevar
a cabo con estudiantes, padres, tutores, profesores, autoridades de las escuelas
y más miembros de estos contextos, con la finalidad, como ya mencionamos de
orientar o resolver alguna problemática relacionada a los procesos de enseñanza
y aprendizaje.
Este tipo de entrevista también es semiestructurada, pero se caracteriza por ser
un tanto más directiva que la del ámbito clínico, pues si bien en el inicio y cierre
se pueden plantear cuestionamientos más flexibles, durante la fase central de la
entrevista se recurre a preguntas específica en búsqueda de información
particular.
Los objetivos de la entrevista en el ámbito educativo se vinculan con la obtención
de datos en torno a los implicados, que pueden ser como ya dijimos, estudiantes
de los distintos niveles de educación formal.
Dentro de las escuelas, las entrevistas pueden ser periódicas, de modo que se
tenga información actualizada de los alumnos; esto es particularmente
importante cuando se trata de la orientación vocacional, pues se debe reconocer
al estudiante en sus fortalezas y áreas de oportunidad, distinguir las dificultades
que puede estar viviendo y el progreso de su aprendizaje.
Así, de acuerdo con Castro y Barrasa (2012, p. 400) los siguientes son algunos
de los objetivos que se plantean para la realización de la entrevista educativa:
PROPORCIONAR INFORMACIÓN
Este punto no es solo para que el psicólogo obtenga los datos que requiera, sino
para que este también puede proporcionar datos en torno al aprendizaje,
comportamiento y potencial de los estudiantes, a ellos mismos, a sus padres,
profesores o directivos. Con esta información es posible apoyar a la persona a
dirigir su futuro y tomar decisiones que considere pertinentes, teniendo como
base la retroalimentación e información que el psicólogo le pueda brindar.
CORREGIR HÁBITOS Y ACTITUDES
En este caso se habla de la necesidad de resolución de dificultades que pueden
presentarse. Inicialmente en la entrevista se buscará obtener información
respecto a los elementos que sean necesarios para comprender la problemática
(como pueden ser los relacionados a la familia y el aula), y posteriormente
devolver la información mediante propuestas de estrategias de intervención que
permitan atender a la problemática.
ORIENTACIÓN VOCACIONAL
Estos se persiguen sobre todo cuando se trata de estudiantes de niveles en que
están próximos a tomar decisiones respecto a la escuela o carrera que deben
elegir. Así, una vez que se obtiene la información necesaria, el psicólogo deberá
analizar las posibilidades y ofrecer una guía para que el estudiante y las
personas involucradas, puedan orientarlo para desarrollar su potencial y
vincularlo a una profesión futura.

APOYO PARA LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS PSICOLÓGICOS O


EMOCIONALES
Este tipo de problemáticas pueden ocurrir dentro o fuera del ámbito escolar, en la
familia o en otros contextos de participación. La entrevista es relevante en este
sentido, ya que aun cuando se tenga contacto con el estudiante dentro del
ámbito escolar, es posible conocerlo con cierta amplitud, debido al tiempo que
pasa en la institución y ayudarle a identificar las problemáticas emocionales, así
como derivarlo a las instancias correspondientes.
De forma sintética, los autores nos presentan siete ámbitos principales de
actuación del psicólogo en el ámbito educativo en los que es fundamental
emplear la entrevista con las características que hemos planteado.

Elementos que se han de incluir en la entrevista de los niños


1. Presentación del profesional
Es importante identificarse, que el niño sepa con quién está hablando (nombre y
puesto), además de para crear una situación de mayor confianza que ayude al
alumno a expresarse y a proporcionar información relevante.
2. Pedir al niño que se presente
Una vez presentado el terapeuta, es adecuado que se presente el niño; nombre,
apodo —si tuviera—, edad, curso, etc. Estos datos ya los conoce el
entrevistador, pero es útil pedirle que los repita para ofrecerle un trato
personalizado y más confianza.
3. Pedir su opinión sobre el problema/motivo de la entrevista
En caso de que sea una entrevista orientada a la resolución de problemas, se le
ha de consultar al niño, recapitulando sobre el problema que tiene, con la
información proporcionada por los profesores, tutor o por los propios padres, con
el objetivo de conocer su punto de vista, que puede diferir del de los adultos. Si
la entrevista se enfoca a un objetivo vocacional, se ha de pedir la opinión del
alumno sobre sus gustos, aficiones y expectativas.
4. Pedir que describa las situaciones en que aparece el problema
Para conocer los antecedentes y consecuentes del problema que se estudia. Si
es una entrevista vocacional, se sigue interactuando con el alumno para conocer
los pros y los contras de las distintas opciones que se tienen en cuenta.
5. Explorar otras áreas, relacionadas o no, con el problema
Es una parte fundamental en la entrevista orientada a la resolución de
problemas; se ha de consultar al niño sobre cómo es su vida fuera del colegio:
ambiente en casa —relación con los padres, relación de los padres entre sí,
relación con los hermanos, con los abuelos—, actividades extraescolares,
amistades, primeros escarceos amorosos, etc. Muchas veces el origen de los
problemas escolares está en otro contexto distinto. En el caso de entrevistas
vocacionales, se consulta sobre las expectativas de otros miembros de la familia,
amistades, etc., sobre las distintas opciones que contempla el niño.
6. Consultarle sobre sus gustos y aficiones, así como sobre las cosas que le disgustan
Se le consulta sobre lo que se le da bien y lo que se le da mal, lo que le gusta y
le entretiene y lo que le disgusta y aburre. Así, se van a poder identificar
actividades que puedan actuar como reforzadores. Este apartado es
especialmente relevante en las entrevistas vocacionales, sobre todo en aquellas
en que el entrevistado no tiene una idea sobre qué es lo que quiere hacer en un
futuro próximo, pues- to que éste se puede orientar en función de sus gustos y
aficiones.
7. Consultarle sobre sus planes de futuro cercanos y a medio/largo plazo
Para promover actividades y, en último extremo, un tratamiento para resolver el
problema y también para terminar la entrevista de forma más abierta,
consultando al niño qué quiere ser de mayor, o cuáles serán los próximos pasos
que dará para mejorar su situación y/o acertar en sus decisiones.
8. Conclusiones y cierre
Conviene, para finalizar, hacer un repaso de lo más relevante de la
conversación, haciendo partícipe al niño de esas conclusiones
Elementos que se han de incluir en la entrevista de los padres
1. Presentación del terapeuta
Como en la entrevista con el alumno, pero con más razón, puesto que el
entrevistador puede ser desconocido para los padres. Se presenta informando
de sus datos personales y el cargo que ocupa en la estructura del centro
educativo.
2. Pedir la opinión de los padres sobre el problema/motivo de la entrevista
Consultar a los padres por el motivo de la visita; o bien el entrevistador recapitula
la conducta problema, o bien les pide directamente su opinión sobre el posible
problema.
3. Descripción de las conductas más relevantes que motivan la entrevista
Una vez consultada la opinión de los padres sobre la conducta problema —
puede ser que ellos no la consideren problemática, que no vean nada malo en el
comportamiento de su hijo—, se les pide que describan cuáles son esas
conductas y en qué situaciones aparecen, o las describe el propio entrevistador,
para que sean conscientes del problema que existe.
4. Descripción de otras áreas, independientemente de que sean
problemáticas o no
Fundamental; conocer el rendimiento escolar anterior del niño, las relaciones con
sus padres, hermanos y otros familiares, la alimentación, el régimen de sueño,
las actividades extraescolares, amistades, etc., para conocer, como se decía en
el caso anterior, si el origen de los problemas en el ámbito escolar se encuentra
en otros aspectos de la vida.
5. Establecimiento de orden de prioridad entre las conductas que pueden
ser problemáticas
Se establece un orden entre las conductas más relevantes y las menos;
lógicamente, las primeras conductas que se han de eliminar son las agresivas
y/o autolesivas.
6. Petición de ejemplos específicos de las conductas problema
Para reincidir en el análisis funcional de la conducta, conociendo los
antecedentes y consecuentes de la conducta.
7. Preguntas para establecer los lugares en que se da esa conducta.
8. Preguntas para establecer los parámetros de la conducta: frecuencia,
duración, intensidad.
9. Preguntas para establecer las situaciones antecedentes.
10. Preguntas para establecer las consecuencias.
11. Descripción de los intentos por solucionar la conducta problema y su
grado de eficacia
Se ha de intentar obtener información sobre los intentos que han llevado a cabo
los padres para resolver la conducta problema. Es importante, puesto que,
equivocadamente, han podido estar reforzando la conducta, prestando atención
al niño o atendiendo sus caprichos. Se puede guiar a los padres para llevar a
cabo una actuación más eficaz.
12. Determinar los objetivos que se desea conseguir
De forma conjunta, decidir qué se quiere conseguir, de forma realista y a corto,
medio y largo plazo.
13. Habilidades y limitaciones del niño
Ha de conocerse qué se le da bien al niño, qué se le da mal, qué le gusta y le
disgusta. Esto es fundamental en la entrevista orientativa o vocacional, porque
esas potencialidades van a ser las que se aprovechen para sugerir y encaminar
al niño hacia unos determinados estudios y/o profesión.
14. Tipo de reforzadores que se pueden utilizar para el niño
Con la información obtenida en el apartado anterior, y utilizando el principio de
Premack, se podrán seleccionar aquellos recursos, tanto materiales como
sociales, que podrán emplearse para reforzar las conductas positivas del niño.
15. Recapitulación y conclusiones.
Para terminar, se ha de hacer un resumen de todo lo analizado durante la
entrevista, buscando el acuerdo de los padres, estableciendo las conclusiones e
intentando el compromiso de todos los agentes implicados en la mejora del
desempeño del niño.
Elementos que se han de incluir en la entrevista a profesores

a) Presentación del profesional


Es importante que el profesor conozca quién le está entrevistando y cuál es la
razón de ese encuentro. Como la formación recibida por ambos profesionales es
similar, el grado de conocimiento será más elevado, con lo que,
presumiblemente, será más fácil llevar a cabo una interacción fructífera.
b) Planteamiento del problema/objeto de la entrevista
Se proporcionan más datos sobre el motivo de la entrevista, que puede ser
obtener información sobre un niño/adolescente, intentar resolver un problema
que haya surgido en el contexto escolar o prestar ayuda en la orientación del
alumno.
c) Pedir su opinión sobre el problema/motivo de la entrevista
Muy importante, no adoptar un papel de experto omnisapiente, sino estar abierto
a la colaboración, ya que el docente es quien mejor conoce al niño o adolescente
en ese contexto.
d) Pedir que describa las situaciones en que aparece el problema.
Si es una entrevista sobre un problema concreto, se le pide información sobre él.
e) Explorar otras áreas relacionadas o no con el problema
Se debe consultar al docente sobre el desempeño académico del niño, su
relación con otros compañeros, sus amistades, actividades extraescolares,
etcétera, para poder conocer mejor su personalidad y su conducta. También nos
aportará información fundamental en caso de que sea una entrevista orientativa.
f) Compartir información
A lo largo de todo el proceso se ha de suministrar información al profesor para
que se pueda llevar a cabo una colaboración más estrecha y se pueda poner en
común la información y los hallazgos que se realicen.
g) Conclusiones y cierre
Resaltar las conclusiones que se hayan podido alcanzar en la entrevista,
haciendo partícipe en todo momento al profesor. Si es una entrevista motivada
por un problema, se deben concretar reuniones posteriores; si no, queda a
demanda del entrevistador, en función de lo que se decida en la entrevista.
Para finalizar, es importante considerar que al ser un ámbito complejo en donde
participan diferentes actores, pueden ocurrir inconvenientes producidos por la
falta de respeto mutuo, prejuicios o dificultades de comunicación. Será
fundamental surcar estos posibles inconvenientes pues, como lo abordamos en
este apartado, la entrevista en el ámbito de la psicología educativa es una
herramienta esencial para el desempeño de este profesional, quien con su labor
puede propiciar el desarrollo óptimo de la población escolar, para apoyarles en
los aspectos cognitivos, sociales y emocionales.

3.3 La entrevista con fines de investigación


Hablaremos ahora de la entrevista en el ámbito de investigación. Específicamente en la
metodología cualitativa.

Este tipo de entrevista suele emplearse con frecuencia para acceder a elementos que de otro
modo sería imposible conocer, como vivencias específicas, hechos del pasado y sobre todo
las experiencias y significados que las personas le dan a ciertos eventos o sucesos que se
desean explorar y analizar (Díaz-Barriga, 1991, p. 163).

En este ámbito, al igual que en los anteriores, el establecimiento del rapport y la


construcción de una relación de respeto y escucha activa son fundamentales,
pues permitirán que el entrevistado pueda compartir sus relatos y los aspectos
emocionales implicados en ellos. De igual forma, los principios de preparación de
la entrevista y el entrenamiento para el desarrollo de las habilidades
fundamentales para la entrevista aplican para este ámbito de la psicología.
Existen distintos tipos de entrevista que pueden emplearse dentro de la
investigación, pero hablaremos específicamente de la llamada entrevista en
profundidad y de una variante particular que son los grupos focales.
La entrevista en profundidad es conocida como la herramienta por excelencia
para acceder a sentidos y significados individuales y colectivos (Álvarez-Gayou,
2003, p. 110) es decir, para intentar comprender la perspectiva de las personas a
través de la narración. Como en los casos anteriores, en este también es
necesario recordar que la entrevista consiste en una serie de encuentros entre el
entrevistador y el entrevistado (Taylor y Bogdan, 1900, p.112) es decir, que no se
trata de una única sesión de preguntas y respuestas, sino de una compleja
interacción que se extiende durante un tiempo en el que el entrevistador, en este
caso, el psicólogo investigador, buscará comprender aquello que está
estudiando.
Álvarez-Gayou (2003, p. 113), plantea que la entrevista en la investigación tiene
dos vertientes particulares, una dimensión temática y una dinámica; la primera
corresponde al tópico que se está indagando y la segunda a la relación entre
ambas partes. Así, una de las particularidades de este tipo de entrevista,
consiste en que es el entrevistador quién buscará la participación del
entrevistado, le describe el proceso a desarrollar, explicará el objetivo que tiene
para el estudio que está realizando y harán los acuerdos pertinentes para que la
persona acceda a participar y relatar lo que se le requiere. Algunos de estos
acuerdos consisten en el posible uso de grabadora de audio, la elección de
seudónimos para preservar el anonimato, entre muchos otros propios de este
ámbito. Al inicio y al final de cada sesión se deberá hacer una recapitulación de
la información brindada, lo que permitirá abrir un espacio para la aclaración de
dudas o precisión de la información.
Para propiciar el desarrollo de una relación fructífera en donde el entrevistador
pueda alcanzar los objetivos planteados y el entrevistado pueda expresarse
libremente viéndose beneficiado de su participación en la misma, Álvarez-Gayou
(2003, p. 110) propone la siguiente serie de características con las que el
entrevistador deberá contar.
 Conocer en profundidad el tema que está estudiando para desarrollar y
cerrar adecuadamente cada encuentro.
 Manejar un lenguaje claro, cordial y amable.
 Ser sensible y escuchar atentamente para coordinar la entrevista sin
interrupciones.
 Ser flexible y abierto para incorporar tópicos que salen de lo que tenía
planeado pero que son relevantes para la comprensión de lo que está
estudiando.
 Tener buena memoria para recordar los principales elementos del
discurso que deban ser retomados en otras sesiones.
 Poder clarificar lo que ha entendido e interpretado del discurso de los
entrevistados.

Como vemos, estas se complementan con lo que hemos venido señalando en


esta asignatura respecto a las características básicas que se deben tener para
desarrollar la entrevista como un encuentro personal. En términos de los
objetivos que se persiguen cuando se hace entrevista en el ámbito de la
investigación psicológica, ya indicamos que se busca acceder a eventos o
sucesos del pasado desde la propia mirada de las personas portadoras del
discurso.
Adicionalmente, en ocasiones es necesario apelar a las vivencias compartidas
que pueden ser recuperadas mediante los grupos focales. Estos se llevan a cabo
con las mismas bases que hemos señalado para el desarrollo de la entrevista,
pero con ciertas particularidades. Hamui-Sutton, y Varela-Ruiz (2013, p. 56)
afirman que los grupos focales tienen como elemento central para su desarrollo,
la posibilidad de interactuar con otros. De ese modo es posible compartir las
vivencias y significados en torno a un evento o situación particular, lo que suele
facilitar el abordaje de temáticas que pueden ser consideradas tabú.
Así, se espera propiciar el diálogo entre los miembros del grupo para abordar las
temáticas necesarias que permitan dar cumplimiento al objetivo de la
investigación y capturar las emociones y vivencias que se construyeron en torno
a estas. Por ello, el investigador deberá plantear preguntas que dirijan el relato
hacia donde espera llegar. Álvarez-Gayou (2003, p. 137) indica que esta
estrategia de investigación tiene como finalidad propiciar la conversación entre
los miembros del grupo sobre un tema en particular que emerge del objetivo de
investigación, y en la que se pretende capturar emociones y vivencias de los
individuos que conforman el grupo. Las preguntas de investigación que se
plantee el investigador le permitirán dirigir los discursos y mantener su escucha
bien enfocada.
Finalmente, es importante señalar que se puede emplear la entrevista para
construir las historias de vida. Si bien por su nombre se puede asumir que se
espera acceder a “toda” la historia del individuo, resulta imposible hacerlo, pues
durante la entrevista se hacen presentes limitaciones de la memoria, filtros
emocionales o referentes a lo que socialmente es apropiado contar (Delabra,
Gonzalez y Romero, 2020, p. 25).
Un elemento más a puntualizar consiste en recordar que, durante la entrevista no
se trata de reconstruir a detalle los eventos, sino de distinguir emociones,
ilusiones y afectos, acceder a las visiones de los elementos culturales y
relacionar las subjetividades con el mundo social (Álvarez-Gayou, 2003, p. 126).
3.4 La entrevista organizacional
Hablaremos finalmente de la entrevista en el ámbito organizacional. Como seguramente ya
lo sabes, en lo que se suele llamar área de recursos humanos, el psicólogo desarrolla una
gran cantidad de actividades que permiten a la organización un adecuado funcionamiento.
Barrasa y Castro (2012, p. 361) precisa que para la realización de todas las
actividades del psicólogo organizacional, la entrevista es una excelente
herramienta pues permite configurar organigramas, seleccionar personal,
construir la cultura organizacional y en sí identificar y transformar el
funcionamiento de la organización. A través de ella es posible el acercamiento
con directivos, supervisores, colaboradores, consumidores y más personas que
participan en estos escenarios.
Sobre todo, la evaluación en el proceso de selección de personal implica de
forma inminente el uso de la entrevista; en esta se establece el vínculo entre el
entrevistador y el candidato para el puesto, que será el entrevistado. Es un
encuentro un tanto más estructurado en el que se busca obtener información
particular que permita tomar las decisiones pertinentes en torno a la elección del
mejor candidato, basada en las características y competencias con las que
cuenta para desarrollar el trabajo requerido. A su vez, durante la entrevista el
candidato podrá conocer la información relevante en torno a la organización, sus
labores, funciones y comprender el puesto, por lo que es una comunicación
bidireccional (Barrasa y Castro, 2012, p. 373).
Además de las diferentes pruebas que se emplean en el proceso de selección, la
entrevista como instrumento es ampliamente valorado por su validez y
flexibilidad, así como las posibilidades que brinda para obtener gran cantidad de
información cuando se aplica apropiadamente. De acuerdo con Barrasa y Castro
(2012, p. 373) es incluso un instrumento apropiado para trabajar con diferentes
tipos de candidatos como directivos, supervisores y más, incluso,
independientemente del grado educativo o área de especialidad.
En los encuentros de entrevista, es necesario aclarar de forma constante cada
tópico abordado, de modo que no haya espacio para los malentendidos o huecos
de información. El entrevistador deberá ser directo y transparente con las
preguntas que hace, siempre procurando la claridad de las mismas en el uso de
un lenguaje preciso (Barrasa y Castro, 2012, p. 374).
Ahora bien, como indican Barrasa y Castro (2012, p. 363) las características del
mundo actual globalizado han llevado al ámbito organizacional y a la entrevista a
vivir transformaciones importantes. A partir del desarrollo de las tecnologías
digitales y su presencia en la vida cotidiana, las organizaciones también han
adoptado la entrevista de selección virtual por medio de videoconferencias.
Si bien el rumbo de la entrevista es flexible y depende de lo que la organización
busca para la persona que cubra el puesto, entre los elementos importantes a
abordar en la entrevista de selección, el entrevistador deberá indagar en las
habilidades, competencias y experiencias de los aspirantes, así como sus
intereses y la manera en que se vinculan con lo que se requiere para el puesto.
Los autores (p. 370) plantean los siguientes rubros como centrales para tocar en
la entrevista de selección:
Expectativas ante el puesto
El candidato deberá comentar cómo se imagina desempeñándose en el puesto
en cuestión, por lo que se debe brindar información precisa sobre este y deben
quedar bien claras las posibilidades de cumplir las expectativas.
Razones para presentarse al puesto
Este es un elemento que permite la primera exploración del candidato y su
historia laboral, pues es posible identificar si es el primer empleo, si busca un
mejor puesto o condiciones laborales diferentes a las que tenía previamente, si
busca prestigio o crecimiento laboral, etc.
Formación
Este elemento será necesario de indagar en primera instancia, para saber si el
candidato cumple con los requisitos indispensables y la experiencia para
desempeñarse en el puesto. Si, por la naturaleza del puesto, se busca una cierta
experiencia profesional, no es necesario detenerse en la formación de manera
exhaustiva.
Ambiente familiar y social
Este es un apartado que requiere de un análisis delicado y del cuidado de la
privacidad de la información. La esencia es identificar la forma en que se
integran los valores familiares y sociales con los laborales, por lo que el
entrevistador debe cuidar la emisión de juicios vinculados a estereotipos
diversos.
Satisfacción laboral
En este punto se espera conocer la satisfacción que siente por determinadas
actividades laborales y específicamente, las llevadas a cabo en el último empleo,
para identificar las que convergen con el puesto actual.
Para finalizar este apartado, abordaremos algunos aspectos que se deben
considerar en la entrevista organizacional que no corresponden a la
comunicación verbal, sino a elementos a detectar por medio de la observación.
Como ya vimos en otros ámbitos, el entrevistador debe estar siempre atento y
analítico con respecto al lenguaje no verbal del entrevistado y en este caso, se
deben distinguir algunos elementos propios de la presentación o imagen
personal, como la vestimenta, peinado, forma de sentarse, gestos, tono de voz y
más, que no deben ser vistos de forma aislada, sino integrada con lo identificado
en la entrevista. Así, es posible tener una imagen más amplia de la persona
integral y corroborar el perfil que se requiere para el puesto, incluyendo la
facilidad de comunicación, de argumentación, de socialización, la empatía,
control emocional, entre muchos otros que pueden o no, ser fundamentales para
su desempeño laboral.
Preparación
La preparación de los entrevistadores es fundamental, tanto en el conocimiento
del puesto de trabajo como en la propia técnica de la entrevista, y aparece como
el mejor sistema para eliminar o reducir los sesgos que frecuentemente
incorporan en sus evaluaciones. Las críticas y mala imagen de esta técnica han
sido mucho más resultado de la falta de preparación y profesionalización de los
que la han empleado (demasiadas veces sin ninguna preparación más que su
buena voluntad) que de los procesos y mecanismos implícitos en ella.
Estructuración
Se trata de que la entrevista de selección esté diseñada de manera tal que
permita estrategias similares y repetibles para cada entrevistador, facilitando de
este modo la concordancia entre jueces y au- mentando así su fiabilidad. Por
ello, se argumenta como recomendable una mayor estructuración y
sistematización de las entrevistas.
Otras claves
Otras claves de la entrevista de selección pueden ser (Quintanilla, 1992):
 Determinar los propios objetivos.
 Planificar un esquema de entrevista para alcanzarlos.
 Conocer rigurosamente el puesto que ha de ser cubierto.
 Valorar a los candidatos en función de su capacidad para desempeñar eficazmente el
trabajo en cuestión.
 Adaptar la entrevista al puesto específico.
 Procurar tratar en la entrevista sólo cuestiones relacionadas con el empleo (siguiendo el
guión y estructura elaborados previamente).
 Registrar continuamente las evaluaciones y la documentación en la que se apoyan las
observaciones.
 Abordar sistemáticamente los temas relacionados con el trabajo.
 Evaluar usando criterios relacionados estrechamente con el trabajo.
 Guardar, durante un tiempo más que prudencial, las hojas de evaluación y demás
documentación utilizada.
Concluimos con la presentación de las particularidades de las entrevistas
dependiendo de los objetivos que se persigan en concordancia con el ámbito
donde se lleven a cabo. Como vemos, hablar de “la entrevista” como una única
herramienta, es una expresión que queda corta para distinguir todo lo que
representa la entrevista, sus alcances, limitantes, posibilidades de obtención de
información, de análisis, de diseño de intervención y más. A pesar de esta
diversidad, también existen generalidades aplicables y una serie de habilidades
con las que el entrevistador debe contar para desempeñarse de forma
oportunamente en cualquiera de los ámbitos, sin importar el objetivo.
Nuevamente, insistimos en la importancia de ejercitar las habilidades necesarias
y practicar constantemente para volverse cada vez más diestros en esta, tan
importante herramienta.
Cierre de unidad
Concluimos la tercera unidad, en la que:
 Distinguimos los ámbitos de la psicología donde es factible emplear la entrevista.
 Diferenciamos los tipos de entrevistas y sus características dependiendo del ámbito de la
psicología en el que se lleven a cabo.
 Identificamos los objetivos que se pueden alcanzar mediante el uso de la entrevista.
 Reconocimos la relevancia de esta herramienta para el análisis e intervención en torno a
diversas problemáticas.
Con estos aprendizajes, ahora podemos reconocer de forma más puntual los alcances y
limitaciones de las entrevistas empleadas en la psicología. Pasaremos ahora a la última
unidad.
¡Continuamos!

Unidad 4. El ejercicio de la entrevista:


Implicaciones éticas
Presentación de unidad
Apreciables estudiantes, llegamos a la cuarta unidad de nuestra asignatura. Queremos
felicitarles por el esfuerzo realizado para llegar hasta este momento.
Después de haber abordado los aspectos teóricos y técnicos para el desarrollo de la
entrevista, es fundamental tocar las implicaciones éticas que atraviesan todo el proceso de
implementarla desde la preparación, el desarrollo y posterior análisis de lo ocurrido en los
encuentros. A continuación, abordaremos aspectos generales para el ejercicio profesional
ético, aunque como veremos, no hay respuestas universales y únicas; siempre se debe tomar
en cuenta el evento de forma situada.
Finalmente, en esta unidad, podrás observar un par de ejemplos sobre cómo llevar a cabo la
entrevista.
¡Mucho ánimo, estamos por concluir!
Incidente crítico
Analiza la siguiente situación hipotética.
Recientemente comenzaste a trabajar en una institución privada que se dedica a brindar
talleres vivenciales dirigidos a estudiantes de secundaria. A partir del diagnóstico obtenido
de los talleres, cuando así se requiere, se deriva a algunos jóvenes a atención psicológica
individual.
En esta ocasión te tocó acudir a una telesecundaria en el que impartirás un taller de
autoestima. Al llegar al salón, la profesora encargada del grupo se dirige a ti para
comentarte una situación en la que necesita tu apoyo. Recientemente, entre los adolescentes
ha surgido una tendencia permeada por las redes sociales a burlarse de las personas por su
color de piel. Al principio iniciaron como bromas en la que se hacía referencia a memes en
donde se mencionan frases como “prietos en aprietos” y otras expresiones despectivas más
referentes a las características negativas atribuidas supuestamente a las personas con color
de piel más oscura.
La maestra indica que al principio le pareció normal pues incluso los adultos usamos frases
para hablar de las personas “más morenitas”, por lo que no le dio importancia, pero ahora,
se han tornado en agresiones físicas y segregación que parece estar impactando en la
autoestima y desempeño de los adolescentes.
Con la autorización de tu supervisor y de las autoridades de la escuela comienzas a
investigar un poco más sobre este fenómeno social que está ocurriendo en la institución;
quieres saber, por un lado, cómo se está desarrollando este proceso de discriminación desde
quienes la ejercen, y por el otro, cómo está impactando a la salud mental de quienes la
viven, por lo que realizarás una serie de entrevistas tanto de investigación como de tipo
clínica para atender a quienes sean derivados a intervención individual.
Con ello pretendemos desarrollar programas de intervención que sean apropiados para
frenar esta situación y contribuir al desarrollo psicológico apropiado de los adolescentes.
Para lograrlo, te planteas las siguientes preguntas:
¿Cómo puedo emplear la entrevista como estrategia para conocer a profundidad este
fenómeno?
¿Qué elementos debo cuidar durante los encuentros para que se lleven a cabo de forma
adecuada?
¿Qué dilemas éticos pueden presentarse en todo el proceso?
¿Cómo puedo prevenir que ocurran?
¿Qué aspectos de mi comportamiento deberé analizar y cuidar?
4.1 La ética en el desarrollo de la entrevista
Es común que, cuando hablamos de ética en el ejercicio de la psicología, pensemos en las
grandes dificultades vinculadas a problemáticas complicadas que ponen en riesgo la vida de
las personas, o aspectos relacionados con el anonimato, la secrecía de la información y más.
Pero abordar los asuntos éticos en el ejercicio de la entrevista implica una reflexión
constante en cada paso, en cada decisión y palabra que emite el psicólogo, incluso desde
antes del encuentro con el entrevistado.
Ya hemos visto cómo la entrevista puede emplearse con finalidades diversas, dependiendo
del ámbito en el que se esté trabajando y de las necesidades de la situación a abordar, por
ello, hablar de la ética en la entrevista implica una gran cantidad de aristas que hay que
analizar detalladamente.
Comencemos abordando estas implicaciones en cada uno de los elementos que componen a
la entrevista y los aspectos que se deben cuidar para la realización de la misma.
Recordemos que Morga (2012, p. 16), nos plantea tres momentos en el desarrollo de la
entrevista que son el inicio y rapport, el desarrollo y el cierre. Para llegar al primero, se
debe preparar la entrevista en términos de la información necesaria para dirigirse a la
persona, así como cuidar la disposición del espacio físico y prever la recepción del
entrevistado. En este primer momento podemos comenzar a abordar aspectos éticos que el
entrevistador debe cuidar.
Recibir a una persona para la realización de la entrevista, en cualquiera de los ámbitos ya
abordados, sin una preparación suficiente, implica una falta de ética importante, pues no es
deseable comenzar el encuentro “a ciegas”; esto puede llevar a una gran cantidad de
dificultades vinculadas a la falta de información respecto al caso. También, puede poner al
psicólogo en aprietos al no tener consigo los instrumentos necesarios para la obtención de
la información y su adecuado registro. Esto puede generar que el encuentro, aunque sea
fructífero, no se aproveche en su totalidad y la información también se pierda.
Esta falta de preparación inevitablemente puede llevar al fracaso de la entrevista y sobre
todo, de la relación que se busca establecer qué es el llamado rapport. Un profesional que
no está preparado para escuchar, registrar e intervenir en el proceso de la entrevista, puede
ser percibido de forma inadecuada por parte del entrevistado y fracturar la relación de
forma permanente.
Adicionalmente, esta falta de conocimientos se puede reflejar en la propia disposición del
espacio físico y la recepción del entrevistado. Recordemos que, si bien ya conocemos
algunas normas generales, hay que tomar medidas específicas dependiendo del tipo de
población, por ejemplo, personas con problemas de movilidad, con alguna discapacidad
motriz o cognitiva, que tengan alguna fobia que les impida situarse en determinado lugar,
entre muchos otros elementos que no es posible prever si no se cuenta con la información
suficiente para realizar una preparación adecuada.
En ciertos ámbitos, habrá otros elementos a considerar; por ejemplo, desde el inicio del
encuentro y antes de comenzar a solicitar la información, será necesario acordar con la
persona las pautas para el desarrollo de la entrevista, como el uso de dispositivos de
grabación y aclarar la confidencialidad de los datos y el trato adecuado de los mismos de
acuerdo con las disposiciones legales.
Específicamente, en México, en la actualidad contamos con la ley de protección de datos
personales en posesión de sujetos obligados. De forma sintética, la policía federal, en su
cuadernillo de trabajo disponible
en https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/400481/datos_personales_ALTA.pdf,
plantea que cualquier dato o información que sirva para identificar a un individuo
corresponde a la categoría de datos personales y aquellos que, si se divulgan afectan su
intimidad, son los considerados datos sensibles (p. 2). Algunos de ejemplos son:

Ideológicos
Creencias religiosas, afiliación política y/o sindical, pertenencia a organizaciones
de la sociedad civil y/o asociaciones religiosas
De salud
Estado de salud, historial clínico, enfermedades, información relacionada con
cuestiones de carácter psicológico y/o psiquiátrico, etc
Características personales
Tipo de sangre, ADN, huella digital, hábitos sexuales, origen (étnico y racial.)
Características físicas
Color de piel, iris y cabellos, señales particulares, etc., entre otros.
Así, cualquier actividad en la que se emplee este tipo de datos, es fundamental
considerar el tratamiento adecuado de los mismos, desde su obtención, uso,
posesión, registro, organización, conservación, acceso, elaboración, utilización,
comunicación, difusión, almacenamiento, divulgación, transferencia y
disposición.
Justamente, para la protección de las personas ante el posible uso de estos
datos, es que las leyes indican que el individuo puede decidir a quién, cómo y
para qué proporciona su información. Por ello las personas tenemos derecho a
acceder, rectificar, cancelar y oponerse al tratamiento de la información personal,
que por sus iniciales, son conocidos como derechos ARCO:

En el ámbito organizacional, por ejemplo, será importante que el candidato que


acude a la entrevista y presenta toda la información sobre sí mismo (su
escolaridad, dirección, estructura familiar y más) esté informado de que esta será
tratada con la confidencialidad obligada por las leyes. Actualmente en la mayoría
de los casos se proporciona incluso un formato escrito en el que el candidato
está informado de los únicos fines con que será empleada su información y los
autoriza.
En el ámbito clínico, este es un acuerdo que se suele hacer verbalmente también
y que está respaldado por el código ético del psicólogo en diversos artículos que
veremos más adelante en el siguiente apartado.

Finalmente, cuando hablamos de la entrevista en los diversos ámbitos suele


emplearse también un formato que se denomina, de consentimiento informado.
Al respecto, es necesario hacer una mención importante, pues es común que se
considere que el consentimiento informado es la única estrategia para el cuidado
y manejo de los posibles dilemas éticos que se pueden presentar, pues es un
formato que firman las dos partes involucradas, en donde los objetivos y el
tratamiento de la información parecen estar claros. Se presentan de forma clara
los encuentros, su duración, la no obligatoriedad de la participación y los
posibles beneficios y perjuicios (Organización Panamericana de la Salud y
Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas 2016, p.
115)

A pesar de ello, es bien sabido que no basta con emplear el formato de


consentimiento informado. pues a lo largo de todos los encuentros que se
sostengan se deben recordar constantemente los objetivos, los riesgos posibles,
y en sí estar constantemente negociando incluso sobre lo que se quiere hablar,
los datos que se están compartiendo, el lugar en donde se están llevando a cabo
los encuentros, entre muchos otros elementos. Hacerlo implica más que un solo
momento de negociación y requieren de una práctica constante, de fortalecer y
tener clara la naturaleza de la relación (Mondragon-Barrios, 2009, p.74).
Sobre todo, es importante que se recuerde y se establezca constantemente qué
se está haciendo con los datos que se obtienen. En el caso de los reportes de
investigación, conocer en qué medios o de qué maneras se va a difundir el
estudio, si se debe reportar la información a autoridades de instituciones; en el
caso de las escuelas, saber si se va a informar a padres o profesores de lo que
está ocurriendo, el tipo de intervención que se está desarrollando, etc.
Como vemos, no se puede actuar en secreto respecto a lo que se está haciendo
con la información obtenida (salvo excepciones que así lo requieran), sino que es
responsabilidad del psicólogo informar cómo se empleará y reiterarlo no solo en
el inicio de los acuerdos con el consentimiento informado, sino, incluso, hasta la
presentación de la versión final del reporte elaborado. En todo ese proceso se
debe establecer qué nombres y elementos serán comunicados, cuáles otros
deberán ser cambiados o presentados en anonimato, en qué medios se
divulgarán y si puede haber repercusiones para los involucrados. Lo relativo a
estos elementos del reporte y divulgación corresponden también con la fase de
cierre de las entrevistas y en general con el término de la relación.
Las implicaciones éticas entonces van más allá de la despedida en cada sesión,
llegan hasta lo que se hace posteriormente e inician desde la preparación para el
primer encuentro; es decir que el compromiso ético no solo existe durante las
reuniones cara a cara, sino que se prolonga mucho más allá.

4.1.2 El comportamiento del psicólogo


Si bien hemos enunciado elementos del proceso de la entrevista en su preparación y
finalización, es importante hablar del desarrollo de la misma en términos del
comportamiento del psicólogo, pues como ya dijimos repetidamente, desde esta mirada
teórica, estamos entendiendo a la entrevista como un encuentro entre dos personas.
Hemos desarrollado en la primera unidad, las actitudes básicas que debe tener este para
llevar correctamente la entrevista; así, el primer reto en el compromiso ético radica en
ejercitar dichas habilidades. Un psicólogo que carece de ellas o las tiene poco desarrolladas,
estará evidentemente incurriendo en una grave falta ética pues no estará capacitado para
ejercer su trabajo; eso conlleva no poder desarrollar las labores y alcanzar los objetivos
planteados para la entrevista y por ende brindar una atención de calidad a las personas con
quienes está trabajando.
En concordancia, cuando hablamos de las tres habilidades básicas que propone Rogers, ya
resaltamos la importancia de ser genuinos y auténticos en la relación de aceptación con el
otro. Por ello, en la realización de la entrevista se debe reafirmar el compromiso con la
persona al identificar, desde la honestidad personal y profesional, cuáles son las
capacidades que tiene el psicólogo para trabajar con cierto tipo de población, con
problemáticas particulares, en ciertas condiciones. Esta constante reflexión sobre la propia
práctica profesional será un primer paso sumamente necesario e indispensable no solo para
la entrevista sino en todo el ejercicio de la psicología. Podemos resaltar entonces, que la
ética comienza desde el propio análisis de las capacidades y habilidades del propio
psicólogo, que redundan en un comportamiento ético.
Ahora bien, desde la problematización de la situación y la elección de la entrevista como
estrategia de recolección de información, es importante tener claros cuáles son los
propósitos, pues dicha elección debe estar justificada adecuadamente. Específicamente, en
el caso de la investigación, es frecuente que se realicen estudios sin reflexionar
detalladamente la relevancia social que estos pueden tener y el impacto deseado. Más bien,
se trabaja desde la relevancia teórica o los campos poco explorados y en el peor de los
casos, con el mero propósito de aumentar el currículum y elaborar publicaciones, dejando
de lado los beneficios o perjuicios que pueda tener el abordaje de este tema para las
personas implicadas.
Por otro lado, ya entrando específicamente en los elementos propios del comportamiento
del psicólogo durante la entrevista, debemos recordar que es imposible desprendernos por
completo de prejuicios, ideales y ser totalmente objetivos. Más bien, es necesario
identificar los propios intereses y preocupaciones en torno al tema, que el entrevistador
reconozca cómo se ve tocado en los diferentes niveles de su vida para poner atención en sus
propias emociones y vivencias. Al distinguirlas, será más fácil separar las propias de
aquellas que son del entrevistado y entonces sí, podrá evitar emitir juicios de valor que se
traduzcan en actitudes que favorezcan o perjudiquen, aún de formas sutiles, a los
entrevistados, así como omitir la realización de interpretaciones inapropiadas que estén
marcadas emocionalmente.
Adicionalmente, en este proceso de interrelación con los entrevistados, es importante que se
tengan claros los objetivos y metas que se están trabajando, pues otro aspecto implicado en
el desarrollo de la ética, tiene que ver con la claridad del camino hacia donde se quiere
llevar la investigación o intervención que se esté manejando, pues no es deseable ocultar
metas que podría tener el entrevistador, basadas en sus propias miradas del mundo o en lo
que considera correcto; aunque sean aspectos que pueden favorecer a la población, no
deben trabajar de forma oculta.
Como menciona Beers (2010, p. 177), es fundamental construir una relación de co-
presencia, es decir, de carácter bidireccional en donde exista el conocimiento mutuo. Es
aquí donde convergen las actitudes como la autenticidad, pues el entrevistador necesita
mostrarse a sí mismo como persona en su totalidad (Bárcenas y Preza, 2019, p. 140); esto
favorece a la entrevista y al proceso que se esté llevando. Es necesario recordar que en esta
transparencia debe cuidar no romper los límites de la relación profesional ni incomodar al
que tiene enfrente robando la atención de su propia situación.
Hablar del comportamiento del entrevistador no es tarea sencilla y tampoco existen normas
universales para todas las situaciones. Es una tarea que requiere más bien de una constante
vigilancia del propio comportamiento, de estar constantemente dirigiendo la mirada hacia sí
mismo, a sus emociones, pensamientos y acciones, considerándose de forma situada y
vigilando las decisiones que toma en las interacciones con los otros.
A pesar de ello, para poder guiar su quehacer, el psicólogo cuenta con diversas
herramientas que fungen como una base para orientar las decisiones y procurar la
realización de un trabajo ético y pertinente en todas sus labores y en específico, en este
caso, en la realización de la entrevista.

4.1.3 Manejo de dilemas éticos


Gran cantidad de dilemas pueden ocurrir en los encuentros de entrevista en los diferentes
ámbitos donde esté trabajando el psicólogo, Algunos de ellos han sido frecuentemente
reportados, o suelen ser comunes, por lo que las organizaciones han creado manuales,
pautas y códigos para orientar el ejercicio de la psicología de forma ética.
En nuestro país, contamos con el código ético del psicólogo, diseñado por la Sociedad
Mexicana de Psicología (2002), que enmarca situaciones críticas que pueden presentarse y
cuál es la forma correcta de lidiar con ellas.
Dada la complejidad de este documento, te invitamos a consultarlo en profundidad para
resolver las dudas con precisión. En este espacio presentaremos sólo algunas de las
generalidades, en las cuales se basa la información presentada en los apartados previos.
Dicho manual aborda tres rubros importantes que se refieren al comportamiento del
psicólogo y que son:
 De la calidad del trabajo desempeñado por el psicólogo.
 De los resultados del trabajo del psicólogo.
 De las relaciones que establece el psicólogo.
En estos tres apartados se habla de las pautas de comportamiento que deben seguirse para
lidiar con algunas de las dificultades que se presentan en la intervención psicológica y que
aplican al proceso de entrevista.
Sólo por enunciar algunos, presentamos a continuación artículos relevantes en torno al
desarrollo de la entrevista que se deben considerar:

Artículo 9
El psicólogo reconoce que sus problemas y conflictos pueden interferir con su
efectividad. Por lo tanto se abstiene de llevar a cabo una actividad cuando sabe
o debía saber que sus problemas personales probablemente dañen a un
paciente, cliente, colega, estudiante, participante de investigación y otra persona
con quien tenga una obligación académica o científica.
Artículo 12
El psicólogo toma las medidas razonables para evitar dañar a sus pacientes o
clientes, participantes en investigación, estudiantes, y otros con quienes trabajé,
y para minimizar el daño cuando éste sea previsible e inevitable.
Artículo 50
Cuando el psicólogo hace valoraciones, evaluaciones; o proporciona tratamiento,
consejo, supervisión, enseñanza, consultoría, investigación, u otros servicios
dirigidos a individuos, grupos, comunidades u organizaciones, lo hace utilizando
un lenguaje razonablemente entendible para el receptor de sus servicios o
actuación, proporcionando de antemano información apropiada acerca de la
naturaleza de tales actividades y posteriormente sobre los resultados y
conclusiones. Si la ley o los roles organizacionales impiden que el psicólogo
proporcione tal información a individuos particulares o grupos, podrá hacerlo al
término del servicio.
Artículo 51
El psicólogo se asegura de que se proporcione una explicación de los resultados
utilizando un lenguaje entendible para la persona valorada o para otras personas
autorizadas legalmente para actuar a favor de ésta. Independientemente de que
las calificaciones e interpretación las realice el psicólogo, un ayudante, por
medios automáticos, u otros servicios externos, sólo el psicólogo puede tomar
las medidas razonables para asegurar que se den las explicaciones apropiadas
de los resultados. En los casos en los que la naturaleza de la relación impida dar
estas explicaciones a la persona evaluada o personas autorizadas para recibirlas
(como ocurre en algunos casos de selección o consultoría organizacional,
preempleo o selección de elementos de seguridad, y evaluaciones y peritajes
judiciales o forenses), el psicólogo aclarará con antelación que no proporcionará
tales explicaciones.
Artículo 61
El psicólogo mantiene la confidencialidad debida al crear, almacenar, recuperar, transferir y
eliminar registros y expedientes bajo un control, y toda información obtenida a partir de la
relación profesional, sean éstos escritos, automatizados, o en cualquier otra forma. Lo hace
con apego a la ley y de manera que permita el cumplimiento de los requisitos del presente
Código Ético. Asimismo, el psicólogo está obligado a tomar las medidas pertinentes para
proteger sus registros electrónicos de cualquier forma de incursión por parte de extraños.
En estos artículos, vemos algunas excepciones respaldadas por la ley para omitir
cierta información, pero es solo en los casos que así lo requieran y siempre es
importante hacerle saber a las personas que no tendrán acceso a estas
interpretaciones y análisis.
En los dos artículos previos, podemos ver que, aun sin intenciones de hacerlo, el
psicólogo entrevistador puede caer en una falta ética por omisión del cuidado de
los registros, por ejemplo, en la actualidad al utilizar dispositivos electrónicos y
almacenamiento en línea. Si no se tienen las debidas precauciones y se pierde el
acceso a las cuentas, o somos víctimas de la delincuencia y nos despojan de los
dispositivos en donde tenemos almacenadas las grabaciones, por ejemplo,
estamos colocando a los entrevistados en una situación de vulnerabilidad pues
es posible que sus datos sean divulgados y utilizados de formas que le
perjudiquen.

Artículo 67
El psicólogo no menciona en sus trabajos escritos o al dar clases o conferencias,
o por otros medios públicos, información confidencial obtenida durante el curso
de su trabajo, en que se identifiquen personas o grupos, sean éstos sus
pacientes, clientes individuales u organizaciones, estudiantes, sujetos de
investigación, u otros receptores de sus servicios, a menos que estas personas u
organizaciones den su consentimiento por escrito, o que haya otra autorización
ética o legal para hacerlo.
Artículo 68
En sus presentaciones científicas o profesionales y publicaciones, el psicólogo
disfraza la información confidencial de personas u organizaciones de que tratan,
de modo que otros no puedan identificarlas y que las discusiones resultantes no
dañen a sujetos que pudiesen identificarse a sí mismos.
Artículo 76
El psicólogo toma medidas necesarias para cumplir todos los compromisos que
hubiese contraído con los participantes en una investigación
Artículo 81
El psicólogo se abstiene de establecer relaciones múltiples no profesionales con
usuarios de sus servicios, ya sean pacientes, clientes, organizaciones,
estudiantes, grupos, sujetos de investigación, etcétera.
Artículo 85
Cuando el psicólogo proporciona servicios a grupos, como es el caso de la
terapia grupal, o la docencia, aclara debidamente los peligros de la
confidencialidad de la información que se ventile al interior del grupo, y hará todo
lo que esté a su alcance para protegerla.
Artículo 90
En las actividades relativas a su trabajo, el psicólogo respeta los derechos que
otros tienen para sustentar valores, cultura, actitudes y opiniones diferentes a los
suyos. Asimismo, no discrimina injustamente a partir de edad, género, raza,
origen étnico, idioma, nacionalidad, religión, orientación sexual, minusvalía, nivel
socioeconómico o cualquier criterio proscrito por la ley
Artículo 118
El psicólogo obtiene consentimiento informado apropiado a la terapia,
investigación, u otros procedimientos, utilizando un lenguaje entendible para los
participantes. El contenido del consentimiento informado variará dependiendo de
muchas circunstancias, sin embargo, generalmente supone que la persona:
1. Posee la capacidad para consentir.
2. Se le ha proporcionado la información significativa concerniente al
procedimiento.
3. Ha expresado libremente y sin influencias indebidas su consentimiento y
4. El consentimiento se ha documentado en forma apropiada.
Artículo 130
El psicólogo nunca engaña a los participantes en una investigación acerca de
aspectos significativos que pudieran afectar la disposición para participar, tales
como riesgos físicos, incomodidad, experiencias emocionales desagradables o
algún otro efecto negativo.
Artículo 131
Cualquier otro engaño que sea una característica integral del diseño y la
conducción de un experimento debe explicarse a los participantes tan pronto
como sea factible, preferentemente al concluir su participación, pero no más
tarde que al término de la investigación.
Artículo 133
Con el fin de minimizar intrusiones en la privacidad, el psicólogo sólo incluye en
sus informes escritos u orales, consultorías o asesorías y similares, aquella
información pertinente al propósito de dicha comunicación.
Artículo 134
El psicólogo discute la información confidencial obtenida en relaciones clínicas o
de consultoría, o los datos de valoración relativa a pacientes y clientes, ya sean
individuos u organizaciones, estudiantes, sujetos o participantes en
investigación, supervisados y empleados, únicamente para los propósitos
apropiados de tipo científico o profesional, y sólo con las personas clara y
adecuadamente relacionadas con dichos asuntos. El psicólogo muestra
información confidencial sin consentimiento del individuo, sólo cuando le obligue
la ley o cuando ésta lo permita para propósitos válidos tales como:
1. Proveer servicios profesionales necesarios al paciente o al cliente individual u
organización.
2. Para obtener consultoría o asesoría profesional apropiada.
3. Para proteger al paciente, cliente u otros, de algún daño.
4. Para obtener el pago de servicios, en cuyo caso, la información que muestre se
limitará al mínimo necesario para lograr dicho propósito.

En estos dos últimos artículos vemos un punto fundamental que a veces


omitimos, que implica no comentar los detalles de los casos de manera informal,
por ejemplo, entre amigos en los pasillos o encuentros en lugares públicos, con
familiares y otras personas que no sean las señaladas y para las finalidades
indicadas. También podemos identificar la excepción, pues en ciertos casos,
como en los que la vida está en peligro, se puede divulgar la información
proporcionada, sólo con los fines de asegurar el bienestar de los individuos y a
las personas que puedan hacer algo al respecto.
Como podemos ver, existe una gran cantidad de lineamientos generales que son
la guía para el comportamiento del psicólogo y el enfrentamiento a los dilemas
éticos, pero están lejos de ser exhaustivos, pues en la propia práctica existen
gran cantidad de situaciones que se presentan y que requieren de, como ya
decíamos, la reflexión constante del psicólogo acorde a las circunstancias que
esté enfrentando, siempre considerando estos principios básicos para elegir
cómo confrontarse a estos dilemas y problemas. Más aún, en un mundo en
constante cambio, en el que las tecnologías digitales nos están llevando a la
construcción de nuevas realidades, contextos y por ende problemáticas en las
que la labor del psicólogo es necesaria.
4.2 Ejercicios prácticos y entrevista supervisada
No hay mejor forma de desarrollar las habilidades para el ejercicio de la psicología y en
este caso, para la entrevista que, poniéndolas en práctica. A continuación te presentamos un
par de videos que debes consultar y en ellos identificamos los elementos que se implican en
el desarrollo de la entrevista. Los analizaremos brevemente de modo que te permitan
identificar, de forma directa, cómo llevar a cabo la entrevista.
Este primer video corresponde a una entrevista en psicología organizacional. Es una
simulación elaborada por los autores, para resaltar las características que se deben tomar en
cuenta. Solo debes consultar desde el inicio y hasta el minuto 9, una vez que lo hayas
consultado, vuelve a este apartado de la unidad.
Para saber más...
Psicología de lo cotidiano (2019). Psicología organizacional: Ejemplo de entrevista de
selección de personal [Archivo de Video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?
v=5bA2zEFhxac
Como puedes ver, en este ejercicio de entrevista, existen preguntas específicas,
como las que corresponden a la propia persona, a la definición de sí misma, sus
cualidades y habilidades. El candidato da las respuestas que considera
pertinentes para aumentar sus probabilidades de obtener el empleado.
Posteriormente se hacen preguntas sobre la escolaridad, la experiencia laboral
previa, las razones para el cambio de trabajo, que permiten indagar el nivel de
coincidencia entre lo solicitado para el puesto y las habilidades del candidato.
Finalmente, se resaltan los elementos esenciales para cubrir el puesto, por lo
que se debe identificar si el candidato los cubre, así como las posibilidades para
el desplazamiento dentro y fuera del país, así como para el trabajo en equipo.
Adicionalmente, en este video podemos ver una cierta disposición del espacio
físico: hay una mesa amplia que separa al entrevistador del entrevistado, por
ejemplo y también se observan elementos como la vestimenta formal que usan
ambas partes y el tipo de interacción, que es una charla un tanto formal dirigida
por ella.
Es posible distinguir también que la entrevistadora presenta a la empresa, las
necesidades del puesto en cuestión y pone ejemplos en los que busca que él
responda con sus vivencias o con lo que podría hacer en esas situaciones
hipotéticas; con ello evalúa otras cualidades que requieren para el puesto.
Finalmente, vemos que en todo momento le habla por su nombre y con un tono
amistoso, aunque profesional.
Ahora presentamos un video de entrevista clínica, en el que podrás ver al mismo
Rogers realizar este proceso, en un encuentro ya muy famoso en el internet.
Para saber más...
Ayuda efectiva (2010). CARL ROGERS ENTREVISTA A GLORIA - PARTE 2 ::
Español [Archivo de Video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?
v=Jr9sObjoRZ0
Si quieres consultar completa la entrevista puedes hacerlo en el buscador de
internet, en este caso se presenta solo un fragmento de la misma. Vemos
justamente el proceso de recepción de la entrevistada, de forma cálida,
invitándole a ocupar un lugar que indica el entrevistador de forma directa. Se
busca establecer la conexión entre personas mediante un diálogo; si bien ella
buscaba una respuesta directa, él aclara inmediatamente que no es posible
dársela.
También distinguimos el uso de ciertas técnicas como los reflejos, la
confrontación y aclaración de información, pero sobre todo, la relación de
empatía, la disposición para la escucha con la mirada atenta y la postura
relajada.
En cuanto a la disposición del espacio, si bien vemos una mesita de por medio,
es baja y no impide que se vean mutuamente. Los asientos son amplios y
permiten la movilidad de ambos. Si bien parece un escenario anticuado para
nuestra realidad actual, vemos que se cumple con los elementos señalados en
otras unidades para el desarrollo de una entrevista abierta y libre.
En estos ejemplos es posible comprender un poco mejor cómo se aplican todos
los principios que hemos abordado a lo largo de las unidades previas. Hasta
ahora has identificado los aspectos teóricos y técnicos, y visualizando ejemplos
de cómo hacer la entrevista, ahora es tu turno de practicar.
Cierre de unidad
Hemos finalizado la última unidad de nuestra asignatura y en esta ocasión:
 Distinguimos elementos fundamentales para el comportamiento ético del psicólogo en el
proceso de la entrevista.
 Reconocimos algunos de los artículos que propone el código ético del psicólogo para
regular el actuar del profesional durante la entrevista.
 Identificamos estrategias para minimizar la posibilidad de que se presenten dilemas éticos
en el desarrollo de la entrevista.
 Resaltamos el cuidado de la ética como un continuo que requiere de constante reflexión
durante todo el proceso.
 Observamos la puesta en escena de entrevistas, en las que reconocimos la aplicación de
los elementos teóricos, metodológicos y éticos que hemos trabajado con antelación.
¡Felicidades! Has con esta unidad, ahora tienes gran cantidad de herramientas para
comenzar a convertirte en un experto en el ejercicio de la entrevista.

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