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PRACTICUM PENAL
MODALIDAD PRESENCIAL
Cod.01515053
CURSO 21011/12
UNED CANTABRIA
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La siguiente memoria voy a dividirla en una primera parte general
(exponiendo mis datos, los del despacho, mi horario durante la realización de las
prácticas, valoración personal de las prácticas realizadas,…), y una segunda parte
específica (donde concretaré mis tareas realizadas en el despacho donde he
venido desempeñado mis prácticas).
PARTE GENERAL:
1) Datos personales:
Nombre y apellidos:
DNI:
Domicilio:
Teléfono y e-mail:
Curso:
Centro asociado:
Tutor:
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3) Horario de realización de las prácticas:
Han sido 120 horas de prácticas con un horario semanal de dos horas y
media los días lunes, martes, miércoles y jueves de 17:00 horas a 19:30 horas.
Algunos días, dicho horario ha sido sustituido por un horario de mañana, para
acompañar al juzgado a mi letrado-tutor, con el fin de aprender la forma de
proceder en los juzgados de una manera directa.
Hay que tener en cuenta que ha sido un horario flexible teniendo en cuenta
las necesidades personales y profesionales de ambos.
La fecha en la que comencé el periodo de prácticas fue el 18 de enero de
2012, finalizando las mismas el día 26 de abril de 2012.
4) Actividades realizadas:
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5) Experiencia resultante de las prácticas:
Durante todo el tiempo que duraron las prácticas, mi tutor siempre contó
conmigo para todo, me explicó gran cantidad de asuntos que se veían en su
despacho y de la manera en que planteaba cada uno de ellos.
Una vez ante el juez, fui testigo de cómo se desarrolla el proceso penal, los
formalismos que utilizan las partes, tanto la acusación y defensa como el
Ministerio Fiscal.
Mi tutor, uno de los socios del despacho, se encarga del grueso del trabajo
concerniente al orden penal. Aunque, como pude comprobar en repetidas
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ocasiones, se suelen celebrar reuniones informales entre miembros del despacho
al objeto de dilucidar dudas y modos de actuar en relación a todos los casos.
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PARTE ESPECÍFICA:
PRIMER ASUNTO:
Cuando comencé las prácticas, en el despacho ya se habían hecho cargo de
un asunto donde se mezclaba un supuesto caso de muerte violenta, con un
supuesto delito contra la salud pública.
Los hechos se produjeron en septiembre del año 2011, S.P.R, de 34 años, y
con antecedentes penales, disparó con una escopeta a M.G.G, de 23 años,
también con antecedentes penales, con resultado mortal.
S.P.R fue detenido a las pocas horas por la Guardia Civil. Desde allí se puso
en contacto con este despacho para que se encargara de su defensa, despacho
que conocía debido a que un amigo del detenido había sido defendido con
anterioridad por dicho despacho.
Lo primero que hizo mi tutor-abogado fue personarse allí y hablar con el
detenido para que le narrara lo acontecido aquella noche. A continuación, después
de transmitirle lo difícil de la situación en la que se encontraba, se puso en
contacto con el padre, con el que estuvo hablando de la situación y de las
posibilidades que tenían de hacer frente a la responsabilidad civil derivada de los
hechos.
También habló con el hermano del detenido, puesto que en un primer
momento se le incriminó en los hechos.
Lo que el acusado cuenta a mi tutor-abogado es el siguiente relato:
Que hace un año, más o menos, en la nave de su propiedad que está al lado
de su vivienda, fue víctima de un robo.
Que en esa nave reconoce dedicarse a la plantación de marihuana (actividad
ilegal), en concreto 100 plantas, y que es la época de la recogida del “cogollo” de
la marihuana.
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Que sospechando que podían intentar robarle la recolecta, se encontraba en la
nave, pensando que si veían que había actividad en la nave desistirían en el
intento. Con lo cual, se dispuso a realizar diversas tareas relacionadas con la
plantación de marihuana.
Que en dicha nave tenía una escopeta y diversa munición (munición de caza
mayor, munición de caza menor e, incuso, cartuchos de sal).
Que a eso de las once de la noche, escuchó ruidos y voces en el exterior,
entonces cogió la escopeta y la cargó con la munición de caza menor (dejando
constancia que si hizo eso fue por que no tenía intención de matar sino de
ahuyentar a los posibles ladrones. Porque si hubiera querido, hubiera puesto una
munición distinta para ello).
Que vió que la puerta de la nave se abría y que él se escondió en un hueco de
la nave y, desde allí, disparó hacia el exterior, a unos 20 metros de distancia.
Que no ve a quién dispara, y que si acierta es porque las personas que están
intentando entrar en la nave llevan una linterna, y que él dispara a la luz.
Tras realizar los disparos, deja todo y se va corriendo del lugar, sin ver si ha
herido a alguien ni a nada. Pensando, además, que no habría dado a nadie por la
dificultad desde donde disparó y por la distancia a la que lo hizo.
Además, es una casa sin luz, era de noche y, aunque había luna llena, llovía
bastante, con lo que era difícil ver nada.
Por último añade que su hermano no estuvo en el momento de los hechos, que
se encontraba solo en la nave.
Una vez asumida la defensa de ambos, se personaron en el Juzgado de
Instrucción de Torrelavega, donde se determinó la prisión preventiva sin fianza
para S.P.R, ya que el Juez califica, al igual que el Ministerio Fiscal, los hechos
como asesinato consumado por un lado (consideran la agravante de alevosía al
estar el fallecido emboscado, no tuvo posibilidad de defenderse ni de salvar su
vida) y tentativa de asesinato del artículo 139 del Código penal (por los disparos
que efectuó sobre el otro chico que acompañaba al fallecido, que consiguió huir).
El hermano quedó en libertad sin cargos.
La defensa no discutió en ningún momento la decisión judicial de ingreso en
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prisión, ni en ese momento ni en la actualidad, debido a la gran alarma social que
hubo.
Siendo consciente que en las muertes violentas es muy complicado evitar la
prisión, y esperará hasta que se cumplan, más o menos, 7 u 8 meses de los
hechos para solicitar fianza, alegando arraigo, ya que el acusado es padre de dos
hijos pequeños.
La defensa ha solicitado tres pruebas: la primera es la de balística, para
determinar si había restos en el hueco desde donde dice el acusado que disparó
(demostrando la dificultad para acertar con el disparo), la distancia del disparo y el
tipo de munición (para demostrar que es una munición que, salvo alcanzando una
vena, es difícil de resultar mortal).
La segunda es el testimonio de un vecino que dice haber escuchado sólo dos
disparos (la acusación dice que hubo más) y confirmando que es una casa sin luz
y que en ese momento, además de llover, había oscuridad total.
La tercera es una prueba de biología forense, haciendo un análisis clínico de
algunos cabellos del acusado para determinar si era consumidor habitual de
drogas y poder solicitar así una eximente por ello. El juez desestimo dicha prueba
ya que el perito declaró la inutilidad de la misma en una persona con el pelo tan
corto.
La acusación no ha solicitado ningún tipo de prueba, al menos de momento.
Pero incrimina al hermano como cooperador necesario (artículo 28 Código penal),
ya que le acusa de encontrarse en la nave, en el momento que ocurrieron los
hechos, y de encender un foco de luz en el instante que se abrió la puerta de la
nave para que su hermano pudiera ver a quién disparaba y realizar unos disparos
más certeros.
Además, al acusado se le acusa también de ser autor material de otro delito de
asesinato del artículo 139 del código penal en grado de tentativa por los disparos
que hirieron, a M.C.P en la espalda, el cual salió corriendo del lugar de los hechos.
El Ministerio Fiscal tampoco ha solicitado ninguna prueba, al no considerarlo
necesario por la confesión de culpabilidad realizada por el acusado (él reconoce
ser el autor material de los disparos, aunque continúa diciendo que no llegó a ver
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a la víctima ni al otro herido).
En este punto, mi tutor hizo hincapié en el tipo de pruebas que se pueden
solicitar y la importancia de las mismas, ya que es un tema de especial relevancia
a la hora de afrontar un caso, resumiéndolo de la siguiente manera:
La prueba pericial es la que surge del dictamen de los peritos, que son
personas llamadas a informar ante el juez o tribunal, por razón de sus
conocimientos especiales y siempre que sea necesario tal dictamen científico,
técnico o práctico sobre hechos litigiosos.
Los peritos tienen que ser nombrados por el Juez o Tribunal, con conocimiento
de las partes, a fin de que puedan ser recusados o tachados por causas anteriores
o posteriores al nombramiento.
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condensada en un documento que refleje las secuencias fundamentales del
estudio efectuado, los métodos y medios importantes empleados, una exposición
razonada y coherente, las conclusiones, fecha y firma.
c) Los medios científicos o técnicos de que se han valido para emitir su dictamen.
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convencido, podrá refutarla, pero no significa que puede imponer su arbitrariedad
o su capricho, no podrá rechazarla simplemente.
1.- Número.- La ley ordena que se nombren dos peritos, a fin de que sean dos
pareceres y puedan aportar mayores conocimientos en el examen a practicar.
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la escena del delito, para determinar sus características, su estado de
conservación y funcionamiento, y si han sido o no disparadas recientemente.
* Realizar exámenes de las heridas en las víctimas por armas de fuego, para
determinar orificios de entrada y salida.
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* Identificar dactiloscópicamente a las personas que incurren en delitos, a los que
solicitan certificados en antecedentes policiales.
* Fotografiar a las personas naturales con fines de identificación, así como a los
indicios y evidencia que sirvan en el descubrimiento de los hechos delictuosos.
* Identificar a las personas, mediante examen buco palatino, y del macizo cráneo
facial.
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8.- Pericias Toxicológicas.- Toda muerte sospechosa de criminalidad exige
autopsia.
c.- Conclusión a que han llegado en vista del examen pericial y como resultado de
haber aplicado los principios científicos indicados.
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del perito designado por ellos y llevar preparado el interrogatorio para las
preguntas y aclaraciones que absuelvan los peritos. El examen que practique el
juez es obligatorio y personal.
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matar a nadie (ya que utilizó una munición más bien para disuadir).
Todo ello debido a que si continúa sosteniendo su señoría que son dos
delitos de asesinato, uno consumado y otro en grado de tentativa no podría
juzgarlo ese jurado popular ya que este jurado no se encarga de casos que no
sean consumados, dentro de una serie de delitos tasados recogidos en la Ley
Orgánica 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado. Dicha ley establece que:
5.Delitos de incendios.
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• Del cohecho (artículos 419 a 426).
Si, por razón del aforamiento del acusado, el juicio del Jurado debe
celebrarse en el ámbito del Tribunal Supremo o de un Tribunal Superior de
Justicia, el Magistrado-Presidente del Tribunal del Jurado será un Magistrado de la
sala de lo Penal del Tribunal Supremo o de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal
Superior de Justicia, respectivamente.
Al juicio del Jurado asistirán, además, dos jurados suplentes, a los que les
será aplicable lo previsto en los artículos 6 y 7.
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1. Los jurados emitirán veredicto declarando probado o no probado el hecho
justiciable que el Magistrado-Presidente haya determinado como tal, así como
aquellos otros hechos que decidan incluir en su veredicto y no impliquen variación
sustancial de aquél.
3. Los jurados en el ejercicio de sus funciones actuarán con arreglo a los principios
de independencia, responsabilidad y sumisión a la Ley, a los que se refiere el
artículo 117 de la Constitución para los miembros del Poder Judicial.
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delitos conexos, siempre que la conexión tenga su origen en alguno de los
siguientes supuestos:
c. Que alguno de los delitos se haya cometido para perpetrar otros, facilitar su
ejecución o procurar su impunidad.
3. Cuando un solo hecho pueda constituir dos o más delitos será competente el
Tribunal del Jurado para su enjuiciamiento si alguno de ellos fuera de los
atribuidos a su conocimiento.
SEGUNDO ASUNTO:
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Una tarde llegó al despacho un chico de dieciocho años, acompañado de su
novia, de la misma edad, para solicitar los servicios de mi tutor-abogado ya que
había sido víctima de una agresión.
El chico nos contó que paseando por la calle con su novia, un grupo de cinco
chicos insultó a su novia llamándola en varias ocasiones “puta” y diciéndole uno
de ellos “por qué no me la chupas”.
Mientras, la chica consiguió llamar a la policía que, unas calles más abajo,
consiguió detener a los agresores, procediendo a su identificación. Resultando ser
cuatro de ellos menores de edad (entre dieciséis y diecisiete años) y el otro mayor
de edad (dieciocho años).
Lo curioso del caso es que se han tenido que tramitar dos procedimientos
distintos por los mismos hechos debido a la presencia de un mayor de edad y de
menores de edad en el mismo acto.
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solicitando que se cite a los tutores de los menores de edad como responsables
civiles.
TERCER ASUNTO:
La Audiencia Previa es una fase del procedimiento del Juicio Ordinario que
tiene lugar una vez se han presentado los escritos de demanda y contestación. Es
una fase oral, por tanto no hay formulario que seguir. En ella lo que se hace es
proponer las excepciones que se puedan plantear en el procedimiento y las
pruebas que se han de practicar en el acto del juicio oral (o antes, si no es
posible). La Ley de Enjuiciamiento Criminal tiene todo un capítulo dedicado a la
Audiencia Previa, con una descripción muy exhaustiva (artículos 414 a 430 LEC).
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obstar a la prosecución de éste y a su terminación mediante sentencia sobre su
objeto, fijar con precisión dicho objeto y los extremos, de hecho o de derecho,
sobre los que exista controversia entre las partes y, en su caso, proponer y admitir
la prueba.
La comisión de un delito por parte de un sujeto culpable determina la
responsabilidad penal y por ello la sujeción del trasgresor a las consecuencias que
son indicadas por el orden jurídico que es la pena. Pero es de notarse que
además de la pena pueden surgir otras consecuencias de la comisión de un delito
o con ocasión del mismo, como son las consecuencias civiles que derivan del
hecho catalogado como delito.
La acción civil se ejercerá después que la sentencia penal quede firme; sin
perjuicio del derecho de la víctima de demandar ante la jurisdicción civil.
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Los autores y los cómplices, cada uno dentro de su respectiva clase, serán
responsables solidariamente entre sí por sus cuotas, y subsidiariamente por las
correspondientes a los demás responsables.
Pero, tras esta introducción teórica acerca de estas dos cuestiones tan
relevantes para tener claras las pautas a seguir en este asunto, comenzaremos
por el asunto penal que llegó al despacho, y que posteriormente se convirtió en la
solicitud de responsabilidad civil.
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La fallecida, de 50 años de edad, se encontraba, a altas horas de la
madrugada en medio de una carretera (una recta de, aproximadamente 10 metros
de ancho) tras ser arrollada por un vehículo que conducía un joven de 25 años.
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cantidades de alcohol, no se había acreditado en el juicio oral que lo hicieran con
sus facultades psicofísicas mermadas (influenciados) y, por tanto, que lesionaran
el bien jurídico seguridad en el tráfico.
La conducta típica sigue siendo conducir bajo la influencia del alcohol. Pero se
introduce una presunción iuris et de iure: conducir con una tasa de alcohol
superior a 0,60 mg/l en aire espirado o a 1,20 g/l de alcohol en sangre, supone en
todo caso conducir bajo la influencia del alcohol y la comisión del delito. Esta es la
principal novedad de la reforma de este delito. Existen dos formas de aplicar ahora
este delito: una cuando se superan las tasas de alcohol reseñadas, en cuyo caso
existirá delito en todo caso y otra, en el resto de los casos, en que se seguirá
exigiendo la prueba de la ingesta de alcohol y de la efectiva y real influencia en la
conducción.
Por ello solicitó un informe pericial para determinar el alcance de los faros de
su vehículo y la velocidad a la que conducía. Determinar la inexistencia de huellas
de frenada para confirmar que el tiempo de reacción se vió influenciado por
conducir bajo los efectos del alcohol. Ya que la carretera era una recta de unos 10
metros de ancho, la acusación considera, apoyándose en el informe, que si el
conductor hubiera estado en perfectas condiciones habría esquivado a la señora
por tener tanto margen de maniobra debido a la anchura de la carretera.
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La parte contraria aportó un testigo que afirmó que la fallecida ya se
encontraba en la carretera cuando instantes antes él pasó con su vehículo.
En dicho juicio, se llegó a un acuerdo para retirar los cargos del homicidio por
imprudencia leve del artículo 621.2 del código penal (el Ministerio Fiscal no
ejercitaba la acusación de homicidio por imprudencia leve porque veía culpable de
la muerte a la propia víctima). Finalmente, el conductor fue condenado por
conducir bajo los efectos del alcohol (artículo 379.2 del código penal).
Tras la sentencia penal firme, se hizo una conciliación previa para evitar los
gastos de las costas procesales y llegar a un acuerdo sin necesidad de ir a la vía
civil.
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El artículo 114 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dice así: “Promovido juicio
criminal en averiguación de un delito o falta, no podrá seguirse pleito sobre el
mismo hecho; suspendiéndole, si le hubiese, en el estado en que se hallare, hasta
que recaiga sentencia firme en la causa criminal.
Que la decisión del tribunal penal acerca del hecho por el que se procede en
causa criminal pueda tener influencia decisiva en la resolución sobre el asunto
civil.
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paralizado por motivo que haya impedido su normal continuación.
Los documentos en que las partes funden su derecho a la tutela judicial que
pretenden.
Los medios e instrumentos a que se refiere el apartado 2 del artículo 299, si
en ellos se fundaran las pretensiones de tutela formuladas por las partes.
Las certificaciones y notas sobre cualesquiera asientos registrales o sobre
el contenido de libros registro, actuaciones o expedientes de cualquier
clase.
Los dictámenes periciales en que las partes apoyen sus pretensiones, sin
perjuicio de lo dispuesto en los artículos 337 y 339 de esta Ley. En el caso
de que alguna de las partes sea titular del derecho de asistencia jurídica
gratuita no tendrá que aportar con la demanda o con la contestación el
dictamen, sino simplemente anunciarlo de acuerdo con lo que prevé el
apartado 1 del artículo 339.
Los informes, elaborados por profesionales de la investigación privada
legalmente habilitados, sobre hechos relevantes en que aquéllas apoyen
sus pretensiones. Sobre estos hechos, si no fueren reconocidos como
ciertos, se practicará prueba testifical.
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entenderá que el actor dispone de ello y deberá acompañarlo a la demanda, sin
que pueda limitarse a efectuar la designación a que se refiere el párrafo anterior.
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Se mantiene la documental privada.
CUARTO ASUNTO:
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tutor por su participación, según el instructor de dicho expediente, en un delito de
prevaricación urbanística, estafa y falsificación de documentos públicos.
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Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial.
Por otra parte está el acusador popular, que no es la víctima del delito, por
ello la ley le exige mayores exigencias:
Que se presente la acción penal ante abogado y procurador, y fianza para
responder de las resultas del juicio, y se basa igualmente en la Constitución, en el
artículo 125, que dice: Los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y
participar en la Administración de Justicia mediante la institución del Jurado, en la
forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley determine, así como
en los Tribunales consuetudinarios y tradicionales.
La acusación popular es la ejercitada por quien no es ofendido, y aunque
está bastante equiparada a la particular en el proceso, existen diferencias (Ej.
Necesidad de fianza, no ha lugar al beneficio de justicia gratuita, y sobreseimiento
en el abreviado si la acusación particular y el MF así lo piden, aunque la popular
pida apertura del juicio oral). Los extranjeros no pueden ser acusación popular,
pero sí acusación particular.
La acción popular es para el ciudadano español no ofendido, porque si
fuera ofendido entonces sería un acusador particular. En efecto, la Ley de
Enjuiciamiento Criminal dice "ofendido o no ofendido" (Art. 270) pero lo hace
porque se está refiriendo a la querella, que es el modo en que te constituyes en
acusador (particular o popular). Además, el artículo 270 te está reenviando al
artículo 101 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que se refiere a que la acción
penal es pública y los españoles la pueden ejercitar (si son ofendidos, como
acusadores particulares, y si no son ofendidos, mediante la acción popular).
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Y, por último el acusador particular, que es la víctima del delito,
ejercitando las acciones penales y civiles, basándose en la Constitución en el
artículo 24. 1 (tutela judicial efectiva). Todas las personas tienen derecho a
obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos
e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.
Tras este inciso de teoría, necesario para mi, puesto que no es tan fácil
distinguir con claridad las diferencias entre ambas acusaciones, retomamos el hilo
del asunto que nos ocupaba. Un asunto que parece eterno, ya que la instrucción
había terminado, dictando el Juez auto de transformación en procedimiento
abreviado.
QUINTO ASUNTO:
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Una vez estudiada la documentación, el tutor me dijo que, en un caso como
éste, es mejor llegar a un acuerdo, si existe la posibilidad, y acoger al cliente al
beneficio de reducción de un tercio de la pena solicitada por el Ministerio Fiscal, ya
que no existía posibilidad alguna de conseguir una sentencia absolutoria.
Por todo ello, hablamos con el fiscal, que nos dio traslado del escrito de
acusación y después de hablar con el cliente decidimos conformarnos con la pena
solicitada.
SEXTO ASUNTO:
Uno de los días que acudí al despacho mi tutor me indicó que tenía que
estudiar o averiguar sobre como pedir un indulto.
Se trata de una medida de gracia, de carácter excepcional, consistente en
la remisión total o parcial de las penas de los condenados por sentencia firme, que
otorga el Rey, a propuesta del Ministro de Justicia, previa deliberación del Consejo
de Ministros. Pueden ser indultados los reos de toda clase de delitos.
Los efectos del indulto son la extinción de la responsabilidad penal (pero no
cancela los antecedentes penales).
No podrán ser indultados quienes estén siendo procesados criminalmente
pero aún no hayan sido condenados por sentencia firme, quienes no se
encuentren a disposición del Tribunal sentenciador para el cumplimiento de la
condena y los reincidentes en el mismo o en cualquier otro delito por el que
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hubiesen sido condenados por sentencia firme. Se exceptúan, sin embargo, los
casos en que, a juicio del Tribunal sentenciador, hubiese razones suficientes de
justicia, equidad o conveniencia pública para otorgarle la gracia.
El indulto puede ser:
• Total: Remisión de todas las penas a que hubiese sido condenado y que aún no
hubiese cumplido el penado.
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penado a favor de quien se solicita el indulto (Juzgado o Tribunal que dictó la
sentencia y número del mismo, número de procedimiento, Juzgado de Instrucción
y número del mismo).
Si la persona para la que se solicita el indulto hubiera sido condenada por
varios Juzgados o Tribunales, se deberá presentar una solicitud por cada una de
las condenas para las que se solicite el indulto.
Mi tutor me explico que se solicitan miles de indultos todos los años, y que
muy pocos se conceden, pero que, en este caso, lo que solicitaba era un indulto
parcial de una pena de 5 años, solicitando a su vez la suspensión de la pena de
cumplimiento de pena de prisión en tanto en cuanto se tramitaba la petición de
indulto ante el Ministerio de Justicia.
Solicitamos la petición de indulto para lo cuál usamos todas las armas que
estaban en nuestras manos, pero principalmente el arrepentimiento del
condenado, el que ha indemnizado íntegramente al lesionado, ya que la condena
era por un delito de homicidio en grado de tentativa, y la situación familiar del
condenado, ya que era el cuidador de sus abuelos.
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ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL PRACTICUM PENAL
SUMARIO
I. Introducción
II. Evolución de un ilícito penal, el artículo 384 del Código Penal
III. El bien jurídico protegido
IV. La conducta típica
1. La conducción
2. El concepto de vehículo de motor o ciclomotor
3. El concepto de permiso y licencia de conducción
4. El requisito de la conducción “sin haber obtenido nunca permiso o
licencia”
a) Permisos caducados
b) Permisos extranjeros
c) Permiso o licencia inadecuados al vehículo o ciclomotor conducido
V. El elemento intencional
VI. Autoría y participación
VII. Otras cuestiones
1. Circunstancias modificativas
2. Consumación y formas imperfectas de ejecución
3. Unidad y pluralidad de delitos
VIII. Última reforma del artículo 384 del Código Penal mediante LO 5/2010
I. Introducción
El vigente art. 384 del Código penal, castiga al que condujere un vehículo
de motor o ciclomotor en los casos de pérdida de vigencia del permiso o
licencia por pérdida total de los puntos asignados legalmente, castigándose
igualmente al que realizare la conducción tras haber sido privado cautelar o
definitivamente del permiso o licencia por decisión judicial y al que
condujere un vehículo de motor o un ciclomotor sin haber obtenido nunca
permiso o licencia de conducción.
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El nuevo art. 384 del Código Penal, en su párrafo 2.º, último inciso (cuya
entrada en vigor fue el día 1 de mayo de 2008), de acuerdo con lo establecido en
la Disposición Final Tercera de la Ley Orgánica 15/2007, de 30 de noviembre,
castiga a quien "condujere un vehículo a motor o ciclomotor sin haber obtenido
nunca permiso o licencia de conducción", incriminando así una prohibición
administrativa recogida en el art. 1 del Reglamento de Conductores, aprobado por
RD de 30 de mayo de 1997, que con el objeto de garantizar la aptitud de los
conductores para manejar los vehículos con el menor riesgo posible, establece
que "la conducción de vehículos a motor y ciclomotores exigirá haber obtenido
previamente autorización administrativa que se dirigirá a verificar que los
conductores tengan los requisitos de capacidad, conocimientos y habilidad
necesarios para la conducción del vehículo de que se trate".
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Con los nuevos criterios de la eficacia preventiva y simbólica el aumento del
protagonismo de la vía penal frente a la administrativa seguirá produciéndose y la
sensación de arbitrariedad en la decisión al respecto de la selección de los
mismos, también.
Esta reforma es la respuesta a la necesidad de definir “con mayor rigor
todos los delitos contra la seguridad del tráfico y los relacionados con la seguridad
vial, evitando que determinadas conductas calificadas como de violencia vial
puedan quedar impunes”.
Podemos terminar afirmando que todos los supuestos recogidos en el art.
384 CP sin duda contribuyen a que la seguridad vial en España mejore
notablemente, al apartar de las vías de circulación a aquellos conductores que se
hallan dentro de las modalidades delictivas descritas, avanzando de manera
moderna y más completa en el castigo de aquéllos que están privados del permiso
o licencia de conducir.
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de la comunidad de treinta y uno a noventa días. De las tres conductas, pues, sólo
una de ellas ya se castigaba por vía penal en el Código penal anterior por medio
del delito de quebrantamiento de condena y, de las dos restantes, sólo una de
ellas, la de conducción tras la pérdida de los puntos asignados legalmente,
formaba parte de la propuesta inicial de la DGT y del Proyecto de Ley de Reforma
del Código Penal.
La recuperación del delito de conducción sin permiso se presentó por el
legislador como la respuesta necesaria a una conducta de violencia vial cuya
ausencia en el Código penal era socialmente criticada. En el propio preámbulo de
la reforma del Código penal en materia de seguridad vial se señalaba como
principal objetivo de la misma el “definir con mayor rigor todos los delitos contra la
seguridad del tráfico y los relacionados con la seguridad vial, evitando que
determinadas conductas calificadas como de violencia vial puedan quedar
impunes”.
Se ha visto como la tipificación del delito de conducción sin permiso ha sido
llevada a cabo por el legislador como refuerzo fundamental del sistema de
regulación administrativa de la circulación del carné por puntos. Esta decisión
parece corresponderse con las adoptadas por otros ordenamientos penales
vecinos, que no sólo incluyen en vía administrativa tal conducta prohibida sino
que, especialmente aquéllos que tienen implantado el modelo del carné por
puntos, la incorporan como figura penal. Así ocurre en Francia, uno de los países
con una política vial penal en la que mayor protagonismo se otorga al Derecho
penal y uno de los que más parecen haber influenciado la política legislativa en
materia de seguridad vial en nuestro país, donde la conducción de un vehículo sin
ser titular del permiso correspondiente a la categoría del mismo se castiga como
delito.
Por lo demás, está considerada la conducción sin autorización
administrativa como actividad constitutiva de delito en la mayoría de los
ordenamientos jurídicos de los países de nuestro entorno, donde es de registrar,
en general, un progresivo endurecimiento de la respuesta punitiva frente a las
infracciones en materia de seguridad vial.
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En el análisis de esta conducta delictiva, creada por el legislador español
casi ex novo, abordaremos, con un enfoque esencialmente práctico, entre otras,
las cuestiones relativas al bien jurídico tutelado por la norma penal, la conducta
típica en ella descrita, el elemento intencional del nuevo tipo y los problemas de
autoría y participación, junto con alguna otra breve puntualización temática. Por
último, debe destacarse que se trata de un delito de indudable relevancia
cuantitativa, que previsiblemente será de aplicación habitual en la práctica de
nuestros juzgados si tenemos en cuenta que durante los años en que estuvo
vigente a través de los tipos antes referidos fue de muy frecuente comisión,
especialmente por jóvenes, sólo superado en número por los delitos de robo y los
de imprudencia.
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el riesgo que resultaría de la conducción por parte de personas que no tienen una
aptitud o idoneidad legalmente declarada. Ciertamente, también se protege con la
criminalización de esa conducta la potestad de la Administración para la
expedición de esas autorizaciones, pero este interés no puede alcanzar la
consideración de bien jurídico tutelado por el referido precepto del Código Penal.
Sin embargo, concluir en la estimación de la seguridad del tráfico como bien
jurídico protegido por el art. 384 del Código Penal plantea ya un primer
interrogante. A la vista de lo que se pretende tutelar, la exigencia de la puesta en
peligro de los usuarios de la vía permitiría rechazar, como razonaba un importante
sector de la doctrina penalista, la consideración como delito de las hipótesis de
conducción por quien, pese a carecer de la preceptiva autorización administrativa,
acreditara la suficiente pericia para conducir un vehículo de motor o un ciclomotor,
pues en tales supuestos el bien jurídico tutelado mediante la sanción de esa
conducta no se vería en riesgo o puesto en peligro.
La jurisprudencia, en sentido contrario, estimó delictiva la conducción sin
permiso, como tipo eminentemente formal que se comete por el hecho de conducir
sin estar legalmente habilitado para ello, "con independencia de la capacidad real
que en el orden meramente técnico pueda tener el conductor, pues lo que el
precepto sanciona es precisamente el hecho de conducir tal clase de vehículos
(aparatos de por sí peligrosos), sin que los organismos oficiales correspondientes
hayan constatado la capacidad técnica del conductor" (STS de 14 de febrero de
1966).
En suma, estamos ante un delito de riesgo o de peligro abstracto y no
de resultado, pero al mismo tiempo formal o de mera actividad, que se
comete por el hecho de conducir un vehículo de motor o un ciclomotor sin haber
obtenido nunca un permiso o licencia, con independencia de que el conductor no
habilitado esté o no dentro de las condiciones de aptitud, porque el fundamento de
la norma punitiva no es exclusivamente la peligrosidad o el riesgo que pueda
derivarse de la conducción sin permiso, sino también, aunque sin ese carácter
primario, la desobediencia a la prohibición de conducir sin cumplir con los
requisitos que se exigen para esa actividad y en la que, en última instancia, va
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implícito ese riesgo o peligro para la seguridad del tráfico.
Las conductas delictivas que se recogen en el art. 384 CP son tres, las dos
primeras no ofrecen especiales particularidades de interpretación, sí la última
como seguidamente veremos.
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definitivamente el que ha recaído sentencia firme, no que se priva para siempre
del permiso o licencia. La primera precisión que se desprende es que toda
privación acordada por decisión administrativa no motiva la comisión de este
delito, excepto la contemplada en el párrafo primero por pérdida total de puntos,
se entiende así por el legislador que la privación de esa clase debe ser
sancionada por la propia vía que la impone, es decir la administrativa, sin alcance
penal.
Por otra parte esa conducta de conducir a pesar de la privación dictada por
decisión judicial encaja en el art. 468.1 CP, cuando criminaliza el quebrantamiento
de condena y en particular el de una medida cautelar, por tanto entre este artículo
y el 384 párrafo 2º se plantea un concurso de normas o de leyes, ya que la
conducta que tratamos se comprende en ambos preceptos, debiéndose optar por
uno de ellos al vulnerarse el principio non bis in idem en caso de aplicación de los
dos, concurso de normas que habrá de resolverse por el principio de especialidad,
al ser más concreto o especial el que sanciona el quebrantamiento de la pena o
medida cautelar de privación del permiso o la licencia de conducir que el general
que castiga el quebrantamiento de condena y medidas cautelares previstas para
cualquier tipo de delito.
La última conducta delictiva que se halla en el párrafo 2º del art. 384 CP,
consiste en conducir un vehículo de motor o un ciclomotor sin haber obtenido
nunca permiso o licencia de conducción. El fundamento de la tipificación de esta
modalidad delictiva se encuentra en que una persona que pilota un vehículo o
ciclomotor sin haber obtenido en ningún momento el permiso o licencia citadas
carece de la aptitud necesaria para poder hacerlo sin riesgo para los demás
usuarios de la vía, elevándose a la categoría de delito tal acción porque el derecho
administrativo sancionador no tiene la fuerza suasoria suficiente para velar por
bienes tan esenciales como la vida o la integridad física que se encuentran en
peligro ante la conducción sin el permiso o licencia correspondiente.
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permiso o licencia de conducción. Así, a nuestro juicio no será punible y estará por
tanto al margen del art. 384 párrafo 2º CP la conducción de un vehículo con
permiso de conducir básico o de la clase B para el que es necesario poseer otro
que podríamos denominar de superior categoría, de camión, autobús escolar o
incluso de mercancías peligrosas, conduciéndose un vehículo con un permiso que
no habilita para el mismo. En estos supuestos el sujeto tiene unos conocimientos
básicos generales que motivan que su conducción no suponga un peligro elevado
o lo sea mínimo para la seguridad vial, conducta que se castiga
administrativamente conforme al art. 65.5.j) del Real Decreto legislativo 339/1990,
de 2 de marzo, por el que se aprueba el Texto Articulado de la Ley de Tráfico,
Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
1. La conducción
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posibles formas de participación, como la inducción o la cooperación necesaria,
aunque, en verdad, el formalismo que indudablemente posee el delito que
analizamos hace difícil concebir en qué casos puede haber un copartícipe
responsable.
Objeto de la conducta descrita en el art. 384 del Código Penal, esto es, de
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la conducción, lo debe ser un vehículo de motor o un ciclomotor.
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obtención se refieren los arts. 11 y 12.
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permiso o la licencia sean el "correspondiente" al vehículo o ciclomotor conducido,
ni que el mismo esté vigente o sea válido para conducir en España, lo que plantea
diversas dudas en cuanto al ámbito de aplicación del precepto, especialmente en
lo relativo a la conducción con permisos caducados o expedidos por autoridades
de otros países y los supuestos de conducción de categorías de vehículos no
amparados por la clase de permiso o licencia de que se es titular.
a) Permisos caducados
b) Permisos extranjeros
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margen de que resulte canjeable en España o pueda ser convalidado por las
autoridades españolas.
Ahora bien, más allá de la literalidad empleada por el tipo y de una
interpretación formal del mismo, el examen del bien jurídico protegido en el título
del Código Penal en que dicho precepto se ubica sistemáticamente podría
llevarnos a una conclusión distinta que permitiría atribuir relevancia penal, además
de los casos antes referidos, a la conducción de vehículos en nuestro país por
extranjeros con autorizaciones administrativas expedidas en sus países sin
cumplir con los requisitos que para su validez se exigen por la legislación
española, al menos respecto de aquellos permisos expedidos en países no
comunitarios que no sean válidos para conducir en España y cuyos titulares
requieran para la conducción "obtener un permiso español, previa comprobación
de los requisitos y superación de las pruebas correspondientes" (art. 30 del
Reglamento de Conductores, en los casos previstos en su apdo. 3.º, pues lo que
se trata de proteger con la punición de esa conducta es la seguridad en el tráfico
rodado y, por extensión, la vida e integridad física de los usuarios de la vía, que se
verá puesta en peligro por la conducción de vehículo por parte de quien no ha
acreditado, a través del procedimiento previsto en nuestras leyes, tener las
adecuadas condiciones psíquicas y físicas para conducir vehículos de motor o
ciclomotores por haber superado las pruebas teóricas y prácticas previstas en
nuestra legislación para su habilitación como tal conductor.
Sin embargo, la voluntad del legislador, a la vista de la génesis
parlamentaria del nuevo artículo, y la taxatividad empleada en la descripción del
tipo –que, por un lado, exige no haber obtenido nunca permiso o licencia, y, por
otro lado, no requiere su validez o vigencia en España–, obligan a concluir en la
atipicidad de la conducción de un vehículo a motor o ciclomotor con un permiso o
licencia obtenido en otro país, aunque no sea válido en el nuestro.
Al no exigir el art. 348 del Código Penal que el permiso o licencia sea el
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correspondiente al vehículo o ciclomotor que se conduce, ni emplear la expresión
"permiso o licencia exigido por la legislación vigente", debe estimarse que quedan
al margen del delito todos aquellos casos en que se conduzca con un permiso de
una categoría que no sea la adecuada al tipo de vehículo conducido. Con la nueva
regulación debe, en principio, entenderse que queda fuera del tipo penal la
conducción con un permiso inadecuado a la clase de vehículo, al margen, claro
está, de la infracción administrativa que supone la conducción de un vehículo con
un permiso que no habilita para ello.
Sin embargo, el recurso nuevamente al bien jurídico protegido a través de la
sanción punitiva de la conducta descrita en el art. 384 del Código Penal permitiría
excepcionar de la regla de exclusión antes expuesta algunos casos, como la
conducción de un autobús escolar o de un camión de mercancías peligrosas por
quien sólo posee el permiso más elemental, dotados de una inequívoca gravedad
por la evidente peligrosidad de la conducta y la clara afectación en tales supuestos
de la seguridad en el tráfico, que se vería seriamente comprometida y puesta en
peligro con conductas como las expuestas.
Igualmente, a la vista de la redacción del nuevo delito, un supuesto
discutible en orden a su inclusión o no en el tipo penal es el de quien conduce un
vehículo de motor para el que se requiere permiso cuando sólo se está en
posesión de una licencia que autoriza exclusivamente para pilotar un ciclomotor. A
mi juicio, estos casos deben considerarse dentro del ámbito de aplicación del art.
384 del Código Penal al ser distintos los requisitos y condiciones exigidos por las
normas administrativas para la obtención de una u otra autorización, y la redacción
alternativa del precepto que se refiere a "vehículo de motor o ciclomotor" y a
"permiso o licencia".
Por lo demás, resulta evidente que estarán dentro del ámbito de aplicación
del delito de conducción sin permiso o licencia todas aquellas hipótesis en las que
la autorización administrativa se hubiera obtenido fraudulentamente, por cuanto no
existirá en tales casos un permiso válidamente obtenido, resultando el permiso
falso inexistente, por lo que equivaldrá a no haberlo obtenido nunca, debiendo
estimarse el concurso real de delitos entre la falsificación y la conducción ilegal.
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V. El elemento intencional
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castigadas las acciones y omisiones imprudentes en los casos expresamente
dispuestos en la Ley.
A) Circunstancias modificativas
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del traslado de enfermos o al de extinción de incendios, sin hallarse en posesión
de la debida autorización administrativa, no por ello se incurre en el delito de
conducción sin permiso, pese al formalismo de esta figura delictiva.
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VIII. Última reforma del artículo 384 del Código Penal mediante LO 5/2010
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FACULTAD DE DERECHO DE LA U.N.E.D.
- Como inciso, hacer constar que la alumna citada inició la actividad docente en este
despacho con fecha de 18 de enero del año 2012, en el cual se mantuvo realizando
diversas practicas dirigidas al conocimiento y aprendizaje de las materias propias del
Derecho Penal, finalizando las mismas el día 26 de abril de 2012.
- Sobre el sistema de horarios y días laborables en que fueron impartidas, añadir que
las mismas se desarrollaron en horario de 17,00 a 19,30 horas y de lunes a jueves,
comprendiéndose dentro el horario de apertura y consulta de este Despacho. Al
respecto hay que añadir, que este horario durante el periodo de prácticas fue
predispuesto a la flexibilidad, en virtud de las diversas circunstancias profesionales
del alumno, como del letrado colaborador que suscribe. Así como sustituyendo, en
alguna ocasión, dicho horario vespertino por un horario matinal para asistir a los
juzgados para ver cuál es la práctica habitual en los mismos.
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- En referencia a las materias abarcadas durante las prácticas, tal como se ha indicado
anteriormente, se procuró que durante las mismas se pudiera trabajar diversos temas
relacionados con el Derecho penal, no excesivamente complicados y cuya resolución
a través del estudio individual de la legislación y jurisprudencia al caso, formarán en
esta alumna un concepto jurídico y un especial conocimiento del derecho planteado,
procurando sobre todo con este trabajo constante, que el alumno se familiarizara con
los distintos textos legales intentando conseguir con ello un ágil manejo de los
diferentes textos estudiados tales como el código penal, Ley de Enjuiciamiento
Criminal, Ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores 5/2000, Ley del
Tribunal del Jurado, diversas leyes especificas de esta disciplina….etc, y con especial
dedicación en el manejo de las fuentes jurisprudenciales, a través de la consulta de
las diferentes obras y base de datos tan necesarios para el desempeño de la labor
diaria en esta profesión. Hacer constar, que como resultado del estudio realizado por
la alumna y ya concretado cuales son los fundamentos legales que afectan al tema
planteado, se procedió a la correspondiente corrección, con indicación en su caso de
cual era la resolución más favorable. Con estas pautas, por la citada estudiante se
procedía a la confección del escrito de defensa, a fin de habituarse a la formulación
de este tipo de documentos y en especial, con claro objetivo de estimular en el
alumno la utilización de la terminología jurídica.
- También es necesario hacer constar, que con intención de que su estudio no sólo se
concretara en un espacio limitado de la práctica jurídica, sino que obtuviera una
formación más completa y una amplitud de miras sobre la labor desarrollada
habitualmente por un abogado en la disciplina de derecho penal, se procuró que el
alumno se instruyera en otras labores habituales de un despacho de abogados,
significando que en otros casos, se plantearon otros supuestos relacionados más
bien con el ámbito civil, pero no por ello menos formativos en esta practica jurídica
penal.
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En lo referente a la valoración apreciada por este profesional colaborador respecto
al desarrollo de las prácticas en este Despacho por parte de la alumna de la Facultad de
Derecho de la U.N.E.D., Doña Rebeca Mozo Valderrama, se significa lo siguiente:
- En fin, es criterio de este profesional colaborador que suscribe que al término de las
practicas, la alumna Doña Rebeca Mozo Valderrama, ha conseguido de forma
sustancialmente positiva los objetivos que se pretendían con las mismas,
demostrando una indudable destreza en el manejo de los diferentes textos legales y
jurisprudenciales, con amplia adquisición y certero empleo de la terminología jurídica.
En base a todo lo expuesto, y como objetivo pretendido por este profesional
colaborador, se puede afirmar que la citada alumna ha llegado a alcanzar en esta
disciplina, una indudable capacidad de adoptar decisiones y reflexiones de evidente
sentido jurídico.
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- Sin más datos que consignar, sirva este escrito como informe y valoración efectuado
por el profesional colaborador que suscribe Don Carlos Ignacio Huerta Gandarillas,
respecto al desarrollo, cumplimiento y aprovechamiento de las prácticas realizadas
en este despacho por Doña Rebeca Mozo Valderrama.
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