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"Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos.

Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales;
infinitamente más ricos por lo que pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se aplicasen a procurar el bienestar de
todos". La cita pertenece al libro La conquista del pan (1892), escrito por el príncipe, geógrafo, pensador político y revolucionario ruso Piotr Kropotkin, el principal
teórico del movimiento anarquista.

El adiós del «príncipe» anarquista: Emma


Goldman y el funeral de Kropotkin
Pete «Black Thunder»

Se cumple un centenario de la muerte del histórico anarquista Kropotkin. Su


funeral marcó el principio del fin del anarquismo ruso. Las imágenes de su
multitudinario acto fueron la última demostración pública de los libertarios.
Emma Goldman estuvo presente
El 13 de febrero de 1921, una gran multitud acompaña el féretro del histórico anarquista
Piotr Kropotkin. El acto marcó también el principio del fin del anarquismo ruso, hasta entonces
muy poderoso. Su funeral fue su última gran demostración pública de fuerza. La Unión
Soviética, que ya reprimía con dureza a los disidentes, incluidos los anarquistas, entraría en una
senda oscura y totalitaria. Ese mismo año se produciría una gran purga ácrata y muchos de ellos
sería asesinados, encarcelados o deportados, como Grigori Maximov (1893-1950), representante
de la Confederación Rusa Anarcosindicalista en el funeral de Kropotkin. Alexander Berkman y
Emma Goldman, entre muchas otras grandes personalidades libertarias, estaban presentes y
los vemos en alguna de las imágenes. Muchos anarquistas presos pudieron ese día salir para acudir
al entierro. Goldman había llegado a comienzos de ese año a Moscú y su estancia coincidió con su
muerte. Reproducimos un fragmento de Mi desilusión en Rusia, publicado por El Viejo Topo y
traducido por Enrique Moya Carrión, en el que narra el funeral y sus impresiones.

EMMA GOLDMAN, fragmento de Mi desilusión en Rusia (El Viejo Topo)


Cuando llegué a Moscú en enero de 1921, me enteré de que Piotr Kropotkin estaba aquejado de
neumonía. Inmediatamente, me ofrecí a cuidar de él, pero como ya le estaba asistiendo una
enfermera y la dacha de Kropotkin era demasiado pequeña como para dar cobijo a visitas
extraordinarias, decidimos que Sasha Kropotkin, quien por entonces se hallaba en Moscú, iría a
Dmítrov para comprobar si mi presencia allí era realmente necesaria. Mi idea inicial era viajar a
Petrogrado al día siguiente. Estuve esperando la llamada desde el pueblo hasta el mismo momento
de mi partida. Al no llegar, supuse que Kropotkin se estaría recuperando. Dos días después, ya en
Petrogrado, Rávich me informó de que Kropotkin había empeorado y que me estaban reclamando
para que me personara enseguida en Moscú. Me puse en camino de inmediato, pero por desgracia
mi tren se retrasó diez horas, así que llegué a Moscú demasiado tarde para hacer la conexión con
destino a Dmítrov. No había por entonces trenes matutinos que llevaran al pueblo, así que hasta la
tarde del 7 de febrero no pude finalmente ocupar el asiento de un tren rumbo a mi destino. Luego, la
locomotora se fue a por combustible y no regresó hasta la una de la madrugada del día siguiente.
Cuando por fin llegué a la dacha de Kropotkin, el 8 de febrero, conocí la terrible noticia de que
Piotr había fallecido hacía más o menos una hora. Había requerido mi presencia en repetidas
ocasiones, pero yo no había estado allí para prestar un último servicio a mi querido maestro y
camarada, uno de los espíritus más grandes y nobles del mundo. No se me concedió el don de pasar
junto a él sus últimas horas. Ahora al menos, permanecería allí hasta que le condujeran al lugar de
su último reposo.
Dos cosas me habían impresionado en especial durante las dos visitas previas que había hecho a
Kropotkin: su ausencia de resentimiento hacia los bolcheviques y el hecho de que nunca hubiera
aludido a sus apuros y privaciones. Solo entonces, mientras la familia se preparaba para el funeral,
me enteré de algunos detalles de su vida bajo el régimen comunista. A comienzos de 1918,
Kropotkin había reunido en torno a él a algunos de los especialistas más capaces en política
económica. Su intención era realizar un meticuloso estudio de los recursos de Rusia, reunir su
exposición en monografías y llevarlos a la práctica durante la reconstrucción industrial del país.
Kropotkin era el editor al cargo del proyecto. El primer volumen estaba listo, pero nunca llegó a ser
publicado. La Liga Federalista, nombre por el que era conocido este grupo de científicos, fue
disuelta por el Gobierno y todo el material confiscado.
En dos ocasiones fueron requisadas las viviendas de Kropotkin en Moscú, viéndose la familia
forzada a buscar otro alojamiento. Fue entonces, después de aquellas experiencias, cuando los
Kropotkin se mudaron a Dmítrov, donde el viejo Piotr se convirtió, en contra de su voluntad, en un
exiliado. Kropotkin, cuya casa había reunido en el pasado lo más florido del pensamiento y las ideas
de cualquier lugar, se veía ahora obligado a llevar la vida de un recluso. Sus únicos visitantes eran
campesinos y trabajadores del pueblo y algunos miembros de la intelectualidad que tenían por
costumbre acudir a él con sus problemas y desgracias. Él siempre había estado en contacto con el
mundo gracias a un gran número de publicaciones, pero en Dmítrov no tenía acceso a esas fuentes.
Sus únicos canales de información allí eran los dos periódicos gubernamentales, Pravda e Izvestia.
También se encontró muy limitado en lo referente a su trabajo sobre la nueva Ética una vez se fue a
vivir al pueblo. Se sentía mentalmente hambriento, lo que para él suponía una tortura mayor que la
malnutrición física. Es cierto que le daban un payok mejor que al individuo medio, pero incluso así
este resultaba exiguo para mantener sus debilitadas fuerzas. Afortunadamente, de tanto en tanto
recibía, de muy distintas procedencias, ayuda en forma de provisiones. Sus camaradas del
extranjero, así como los anarquistas de Ucrania, a menudo le enviaban paquetes de comida. En una
ocasión, recibió algunos regalos de parte de Majnó, por entonces proclamado por los bolcheviques
como el terror de la contrarrevolución en la Rusia meridional. Los Kropotkin sentían en particular la
falta de luz. Cuando les visité en 1920, se consideraban afortunados por estar en disposición de
tener una habitación iluminada. La mayor parte del tiempo, Kropotkin trabajaba bajo el titilar de
una minúscula lámpara de aceite que casi le había dejado ciego. Solía pasar sus notas a máquina
durante las breves horas del día, tecleando lenta y dolorosamente cada una de las letras.
Sin embargo, no fue su falta de comodidad lo que fue minando sus fuerzas. Fue la idea de que la
Revolución había fracasado, los apuros de Rusia, las persecuciones y los rasstrels —los
fusilamientos— sin fin, lo que convirtió los dos últimos años de su vida en una verdadera tragedia.
Intentó hacer entrar en razón a los dirigentes de Rusia en dos ocasiones: la primera, protestando
contra la supresión de todas las publicaciones no comunistas; la segunda vez, contra la bárbara
práctica de tomar rehenes. Desde que la Checa había comenzado sus actividades, el Gobierno
bolchevique había oficializado la toma de rehenes. Viejos y jóvenes, madres, padres, hermanas,
hermanos, incluso niños, eran mantenidos como rehenes por el supuesto delito de alguien de su
familia y del que a menudo no sabían nada. Kropotkin consideraba aquellos métodos inaceptables
bajo cualquier circunstancia.
En el otoño de 1920, miembros del Partido Socialista Revolucionario que habían logrado salir al
extranjero, amenazaron con represalias si la persecución comunista de sus camaradas continuaba. El
Gobierno bolchevique anunció en su prensa oficial que por cada víctima comunista se ejecutaría a
diez socialistas revolucionarios. Fue entonces cuando los famosos revolucionarios Vera Figner y
Piotr Kropotkin enviaron sus protestas a quienes ostentaban el poder en Rusia. Señalaron que esas
prácticas eran la peor mácula que podía caer sobre la Revolución Rusa, un mal que ya había
provocado unos resultados terribles durante sus últimos coletazos: la historia nunca perdonaría ese
proceder.
La otra protesta se llevó a cabo en respuesta al plan del Gobierno de «liquidar» todos los negocios
privados del mundo de la edición, incluyendo los de las cooperativas. La protesta se dirigió a la
presidencia del Congreso Panruso de los Sóviets, que por entonces estaba celebrando una sesión.
Sería interesante resaltar que el propio Gorki, un funcionario del Comisariado de Educación, había
enviado también una protesta parecida. En su queja, Kropotkin pedía que se prestara atención al
peligro que una política como aquella supondría para todo el progreso, de hecho, para todo el
pensamiento, e hizo hincapié en que un monopolio estatal de esas características prácticamente
imposibilitaría el trabajo creativo. No obstante, las protestas no surtieron efecto. A partir de ahí,
Kropotkin comprendió que era inútil recurrir a un gobierno al que el poder había enloquecido.
Durante los dos días que pasé en el hogar de los Kropotkin, conocí más detalles de su vida personal
que durante todos los años que le había conocido. Ni siquiera sus amigos más próximos estaban al
tanto de que Piotr Kopotkin era un artista y un músico de gran talento. Entre sus efectos, descubrí
una colección de pinturas de mucho mérito. Amaba la música con pasión y había llegado a ser un
músico de rara capacidad. Gran parte de su tiempo libre lo pasaba ante el piano.
Y ahora yacía en su sofá, en su pequeña sala de trabajo, aparentemente plácidamente dormido, con
su expresión tan amable en muerte como lo había sido en vida. Miles de personas peregrinaron
hasta la dacha de Kropotkin para rendir homenaje a aquel gran hijo de Rusia. Cuando sus restos
fueron trasladados a la estación para ser conducidos a Moscú, todos los habitantes del pueblo
asistieron al impresionante cortejo fúnebre para expresar su último y afectuoso adiós al hombre que
había vivido entre ellos como amigo y camarada.
Y fueron los amigos y camaradas de Kropotkin quienes decidieron que serían las organizaciones
anarquistas las que debieran hacerse cargo en exclusiva del funeral, de modo que a este fin se
constituyó en Moscú la Comisión para el Funeral de Piotr Kropotkin, integrada por representantes
de varios grupos anarquistas. El Comité envió un cable a Lenin, pidiéndole que ordenara la
liberación de todos los anarquistas encarcelados en la capital, dándoles así la oportunidad de
participar en el funeral.
Debido a la nacionalización de todo el transporte público, de los negocios de imprenta y demás, la
Comisión para el Funeral organizada por los anarquistas se vio obligada a recurrir al Sóviet de
Moscú para que este le permitiera llevar a buen puerto el programa del funeral. Habiendo sido
privados los anarquistas de su propia prensa, la Comisión tuvo que solicitar a las autoridades la
publicación del material relacionado con el plan del entierro. Después de discutir
considerablemente, se logró el permiso para imprimir dos folletos y para publicar un boletín de
cuatro páginas que conmemorara la figura de Kropotkin. La Comisión pretendía que la publicación
fuera editada sin censura y declaró que su contenido estaría formado por apreciaciones sobre
nuestro fallecido camarada, sin incluir cuestiones polémicas. Esta pretensión fue categóricamente
rechazada. Al no tener otra opción, la Comisión se vio forzada a ceder, así que se enviaron los
manuscritos a la censura. Para evitar la posibilidad de quedarse sin ninguna publicación
conmemorativa a causa de las tácticas retardatorias del Gobierno, la Comisión para el Funeral
resolvió abrir, bajo su responsabilidad, una imprenta anarquista que las autoridades
gubernamentales habían clausurado. El boletín y los dos folletos se imprimieron en ese
establecimiento.
En respuesta al cable enviado a Lenin, el Comité Central Ejecutivo Panruso de los Sóviets resolvió
«proponer a la Comisión Extraordinaria Panrusa (VCheK) que soltara, siguiendo su propio criterio,
a los anarquistas encarcelados para que participaran en el funeral de Piotr Kropotkin». A los
delegados enviados a la Checa se les preguntó si la Comisión para el Funeral garantizaría el regreso
de los prisioneros. Ellos respondieron que esa cuestión no había sido tratada. Acto seguido, la Checa
rechazó liberar a los anarquistas. La Comisión para el Funeral, al ser informada sobre cómo había
evolucionado la situación, garantizó de inmediato el regreso de los prisioneros una vez cebrado el
entierro. Sin embargo, la Checa respondió que no había anarquistas en prisión que, a juicio del
director de la Comisión Extraordinaria, pudieran ser liberados con ocasión del funeral.
Los restos del fallecido fueron velados en la Sala de las Columnas del Templo Obrero de Moscú. La
misma mañana del funeral de Kropotkin, la Comisión decidió informar a la gente allí congregada de
la falta de confianza demostrada por las autoridades y, en consecuencia, se sacaron del Templo
todas las coronas enviadas por cualquier institución oficial de los comunistas. Temerosos ante la
posibilidad de quedar públicamente comprometidos, los representantes del Sóviet de Moscú por fin
dieron palabra de que todos los anarquistas encarcelados en Moscú serían inmediatamente puestos
en libertad para que asistieran al funeral. No obstante, también faltaron a aquella promesa, pues solo
soltaron a siete anarquistas de la «cárcel interna» de la Comisión Extraordinaria. Ninguno de los
anarquistas presos en la cárcel de Butyrka asistió al funeral. La explicación oficial fue que los
veinte anarquistas confinados en esa prisión habían rechazado la oferta de las autoridades. Más
tarde, visité a los prisioneros para evaluar los hechos del caso. Ellos me informaron de que un
representante de la Comisión Extraordinaria trató de imponerles la asistencia individualizada,
haciendo algunas excepciones en casos concretos. Los anarquistas, conscientes de que la promesa
de la liberación temporal era colectiva, exigieron que las condiciones se respetaran. El representante
de la Checa se fue en busca de un teléfono para consultar a sus superiores, según había dicho. Y ya
no regresó.
El funeral produjo una imagen impresionante. Fue una demostración única, nunca vista en ningún
otro país. Largas colas de organizaciones anarquistas, sindicatos, sociedades científicas y literarias y
organizaciones estudiantiles marcharon durante más de dos horas desde el Templo Obrero hasta el
lugar de enterramiento, una distancia de siete verstas (aproximadamente, cinco millas). La
procesión iba encabezada por estudiantes y niños que portaban las coronas que las diferentes
organizaciones habían enviado. Negras pancartas anarquistas y rojos emblemas socialistas ondeaban
sobre la multitud. La procesión, de una milla de largo, no precisó en ningún momento de los
servicios oficiales para preservar la paz. La multitud mantuvo un orden perfecto, disponiéndose de
forma espontánea en varias filas mientras los estudiantes y los trabajadores organizaban una cadena
viva a ambos lados de los asistentes.  Al pasar frente al Museo Tolstói, el cortejo se detuvo y se
inclinaron los estandartes para honrar la memoria de otro gran hijo de Rusia. Un grupo
de tolstoyanos interpretó desde la escalinata del Museo la Marcha fúnebre de Chopin como muestra
de amor y reverencia hacia Kropotkin.
El brillante sol de invierno se sumía ya en el horizonte cuando los restos de Kropotkin fueron
bajados a su tumba después de que oradores de muchas tendencias políticas hubieran rendido un
último tributo a su gran maestro y camarada.
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BIOGRAFIA KROPOTKIN
Los anarquistas decimonónicos fueron los ardientes herederos de las ideas liberales de los
revolucionarios franceses. Los enrage o enfurecidos, eran los grupos extremistas que en 1789
propusieron el uso de la violencia como método rápido y efectivo para lograr las metas de una
sociedad igualitaria propuesta por ideólogos como Rousseau, (“La única costumbre que hay que
enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna”), Sylvain Marechal (“El disfrute comunal de
los bienes de la tierra”) y Babeuf (“La Conspiración de los iguales”). El primero en usar el término
anarquía fue el dramaturgo griego Esquilo en su obra “Los siete contra Tebas” (467 a. C.). La idea
de una sociedad sin jerarquías o control gubernamentales tentó a varios pensadores a lo largo de los
siglos, desde las propuestas del cristianismo primitivo, a la concepción de una “Utopía”, como lo
propuso Tomás Moro, pasando por la prédica de los anabaptistas. Estos, bajo la conducción de
Thomas Müntzer, alzaron a los campesinos alemanes en 1525, y fueron sometidos por una violenta
represión que ocasionó la muerte de más de 100.000 insurgentes a manos del ejército conducido por
Jorge III von Waldburg Zeil. Pensadores como François Rabelais, Etienne de la Boétie y el
reformador Gerard Winstanley jugaron con la idea de un sistema igualitario sin gobierno central.
Sostenían, que la naturaleza humana era lo suficientemente sabia para desechar una conducción
represora y la sana discusión de las ideas llevaría naturalmente a una convivencia armónica.
Piotr Kropotkin era hijo del príncipe Alekséi Petróvich Kropotkin, aunque tempranamente renunció
a su título. Alternó su exitosa carrera científica con sus actividades revolucionarias. Durante sus
viajes por Siberia el príncipe Kropotkin tuvo la oportunidad de estudiar las conductas de distintos
animales, especialmente el lobo y sus métodos para cazar en manada. Estas observaciones fueron
volcadas en su libro “Ayuda mutua, un factor de evolución”, basada en la prédica de darwinistas
sociales como Francis Galton. De esta colaboración nació el concepto de solidaridad del grupo (de
acuerdo a Kropotkin la cooperación es más fuerte que la competencia como factor evolutivo). El
anarquismo surgido de esta solidaridad era contrapuesto al individualismo de Bakunin. A su vez
discrepaba con el ejercicio de la violencia, y el modelo de economía colectiva propuesta por el
ideólogo ruso. Todo el esquema de Bakunin era para Kropotkin excesivamente burocrático.
Después de la revolución de 1917, Kropotkin volvió a Rusia, después de haber vivido un largo
exilio en Inglaterra donde conoció a William Morris y Bernard Shaw. En Moscú fue aclamado por
las multitudes y propuesto para hacerse cargo del Ministerio de Educación, puesto que declinó
porque según el príncipe, aceptar un nombramiento en el gobierno era una traición a su credo
anarquista. Cuando los bolcheviques se hicieron del poder, después de la revolución de Octubre,
Kropotkin realizó un comentario lapidario que pasó a la posteridad: “Esto entierra a la Revolución”.
El autoritarismo bolchevique reprimía las aspiraciones libertarias ácratas. “En una sociedad basada
en la explotación y la servidumbre, la naturaleza humana se degrada”. En su libro “La Conquista del
Pan”, el ex príncipe predijo que todo Estado basado en el socialismo autoritario muy probablemente
terminase con la restauración del capitalismo. A Rusia le llevó casi un siglo y varios millones de
muertos por la represión stalinista, pero finalmente le llegó la Perestroika. China debió sufrir la
Revolución cultural maoísta para desembocar en este neo capitalismo que le conocemos. Kropotkin
y Lenin convivieron en un incómodo equilibrio durante dos años, hasta la muerte del líder
anarquista, que fue enterrado con las honras públicas. Si bien la prédica anarquista continuó con
ideólogos como Malatesta, Emile Armand, Néstor Majno (y su Ejército Negro en Ucrania),
Cipriano Mera en España y Daniel Cohn Bendit (Dany el Rojo, del Mayo francés), el movimiento
perdió fuerza popular después de la Segunda Guerra Mundial. El triunfo del socialismo autoritario
soviético como fuerza política de izquierda, le restó atractivo a la prédica anarquista. Los fracasos
de los ensayos anarquistas le restaron protagonismo ante la creciente fuerza del comunismo. La
elección sin condicionamientos es un natural aspiración del ser humano en el orden individual.
Obedecer a un gobierno y pagar sus impuestos continúa siendo una pesada carga, por más
democracia que se predique. La estructuración de la sociedad requiere un sacrificio de esas
libertades que no todos quieren conceder. De allí el atroz encanto del anarquismo a pesar de sus
magros resultados. El anarquismo impone condiciones que atentan contra la estructuración de un
partido político coherente, más allá del entusiasmo pasional de sus miembros. En sus ideas
conceptuales, el anarquismo encierra la semilla de su fracaso, al impedir la organización de sus
seguidores como fuerza política. Sin embargo sus derrotas históricas no le restaron esa fascinación
que ejerce y ejerció sobre intelectuales y activistas que confundieron la idealización de algunos
caracteres de la condición humana con las necesidades de la sociedad.
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MINIBIO
Príncipe Piotr Alexéievich Kropotkin, que vivió entre 1842 y 1921, fue geógrafo y pensador político
ruso, siendo considerado el principal teórico del movimiento anarquista.
Kropotkin nació en Moscú el 21 de diciembre de 1842, estudió en San Petersburgo y sirvió en el
Ejército ruso desde 1862 hasta 1867. Durante este periodo, dirigió dos expediciones sucesivas a
Siberia y Manchuria, respectivamente, que proporcionaron conocimientos geográficos de gran valor
además de hacer una gran contribución científica sobre el «Deshiele».
Regresó a San Petersburgo en 1867, donde fue nombrado oficial del la Sociedad Geográfica rusa.
Exploró los glaciares de Finlandia y Suecia en nombre de la mencionada agrupación desde 1871
hasta 1873. Mientras realizaba estas investigaciones, también se dedicó a estudiar los escritos de los
principales teóricos de la política, y finalmente adoptó los puntos de vista del socialismo
revolucionario, comenzando aquí sus primeros acercamientos con la política en el bando marxista.
Más tarde se convertiría en uno de los defensores de la doctrina radical del anarquismo.
Algo curioso fue que en 1872 participó en la I Internacional, hasta ahí todo parecería normal, pero
es que primero lo hizo como marxista y luego como seguidor del ideólogo anarquista Mijaíl
Alexandróvich Bakunin.
Cuando regresó a Rusia, después de su etapa socialista, comenzó a difundir el pensamiento
anarquista, motivo por el que fue arrestado y encarcelado en 1874. Consiguió escapar dos años
después y se unió a una sociedad anarquista internacional, la Federación del Jura. A continuación, se
instaló en Francia, donde fue detenido en 1883 y sentenciado a cinco años de prisión por sus
actividades anarquistas. Tras ser liberado tres años después, se trasladó a Inglaterra, donde residió y
trabajó durante treinta años.
Después de la Revolución bolchevique de 1917, regresó a su país y se estableció cerca de Moscú,
pero aunque tomó parte en la vida política soviética no desarrolló cargo oficial alguno. Falleció el 8
de febrero de 1921 en Dimitrov, una localidad próxima a Moscú y desde donde escribió a Vladimir
«Lenin» sus famosas cartas.
El tema central de los numerosos trabajos de Kropotkin fue la abolición de toda forma de gobierno
en favor de una sociedad que se rigiera exclusivamente por el principio de la ayuda mutua (título de
uno de sus libros) y la cooperación, sin necesidad de instituciones estatales. Esa sociedad ideal
(comunismo anarquista o anarco-comunismo) sería el último paso de un proceso revolucionario que
pasaría antes por una fase de colectivismo (el anarco-colectivismo, aunque posteriormente se le
llamó anarco-socialismo, teoría bastante cercana al comunismo). Sus obras fueron escritas tanto en
inglés como en francés; entre ellas, se encuentran las siguientes: Palabras de un rebelde (1885);
Campos, fábricas y talleres (1899); El terror en Rusia (1909), Ética, origen y evolución (1924) y la
autobiografía Memorias de un revolucionario. Pero quizá su libro más conocido y más importante
para el pensamiento anarquista sea La conquista del pan (1888).
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BIO CENTENARIO DE TODOPORHACER:

Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del


apoyo mutuo

Guardado en: Anarquismo Biografía memoria histórica


«Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por
lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que
pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se
aplicasen a procurar el bienestar de todos«
Este año viene repleto de aniversarios conmemorativos para la memoria social; de hecho nosotras
mismas este mes cumplimos una década como periódico, y nos enorgullece coincidir en aniversario
con el homenaje en el centenario de Piotr Kropotkin. Hace cien años que nos dejase para siempre el
abuelo del anarquismo, uno de los principales pensadores de esta filosofía entre los siglos XIX y
XX. Además, geógrafo y naturalista, que nació en el seno de una familia aristocrática rusa, por lo
que se le conoció como el Príncipe, título otorgado a un noble emparentado con la familia imperial
zarista.
Kropotkin debe ser analizado como hijo del siglo XIX, racionalista e ilustrado, heredero político de
la Revolución Francesa, influido profundamente por pensadores como Jean-Jacques Rousseau y sus
ideas sobre la sociedad igualitaria, o François Babeuf y su Conjura de los Iguales. De la misma
manera, le inspiraron las acciones revolucionarias de finales del siglo XIX, con la facción política
de los enragés. Por lo tanto, debe entenderse el pensamiento de Kropotkin como un aporte
determinante al desarrollo de las ideas socialistas y libertarias, desde su origen en la filosofía
europea que aspiraba al universalismo.
Considerado uno de los grandes propagandistas del anarquismo en el siglo XIX, éste aventuraba
una sociedad sin violencia estructural ni autoritarismo estatal. Su concepción de la sociedad se
basaba en la cooperación voluntaria de personas libres. Escribió muchos libros, folletos y artículos,
siendo el más destacado La conquista del pan y Campos, fábricas y talleres; y su principal obra
científico-social, El apoyo mutuo. También contribuyó con el artículo sobre anarquismo en la
edición de 1911 de la Encyclopædia Britannica y dejó un trabajo inacabado sobre filosofía ética
anarquista. Ha influido notablemente sobre otros pensadores del siglo XX como Daniel Guerin,
Emma Goldman, Murray Bookchin o Noam Chomsky.

Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del


apoyo mutuo

Guardado en: Anarquismo Biografía memoria histórica


«Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por
lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que
pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se
aplicasen a procurar el bienestar de todos«
Este año viene repleto de aniversarios conmemorativos para la memoria social; de hecho nosotras
mismas este mes cumplimos una década como periódico, y nos enorgullece coincidir en aniversario
con el homenaje en el centenario de Piotr Kropotkin. Hace cien años que nos dejase para siempre el
abuelo del anarquismo, uno de los principales pensadores de esta filosofía entre los siglos XIX y
XX. Además, geógrafo y naturalista, que nació en el seno de una familia aristocrática rusa, por lo
que se le conoció como el Príncipe, título otorgado a un noble emparentado con la familia imperial
zarista.
Kropotkin debe ser analizado como hijo del siglo XIX, racionalista e ilustrado, heredero político de
la Revolución Francesa, influido profundamente por pensadores como Jean-Jacques Rousseau y sus
ideas sobre la sociedad igualitaria, o François Babeuf y su Conjura de los Iguales. De la misma
manera, le inspiraron las acciones revolucionarias de finales del siglo XIX, con la facción política
de los enragés. Por lo tanto, debe entenderse el pensamiento de Kropotkin como un aporte
determinante al desarrollo de las ideas socialistas y libertarias, desde su origen en la filosofía
europea que aspiraba al universalismo.
Considerado uno de los grandes propagandistas del anarquismo en el siglo XIX, éste aventuraba
una sociedad sin violencia estructural ni autoritarismo estatal. Su concepción de la sociedad se
basaba en la cooperación voluntaria de personas libres. Escribió muchos libros, folletos y artículos,
siendo el más destacado La conquista del pan y Campos, fábricas y talleres; y su principal obra
científico-social, El apoyo mutuo. También contribuyó con el artículo sobre anarquismo en la
edición de 1911 de la Encyclopædia Britannica y dejó un trabajo inacabado sobre filosofía ética
anarquista. Ha influido notablemente sobre otros pensadores del siglo XX como Daniel Guerin,
Emma Goldman, Murray Bookchin o Noam Chomsky.
Sus orígenes revolucionarios: militar, explorador, científico social, y exiliado
político
Aunque otros revolucionarios rusos también tenían origen en familias ricas en el siglo XIX,
Kropotkin nació en el seno de una familia perteneciente a la nobleza más alta. Su padre tenía tierras
en tres provincias rusas distintas y más de mil siervos. Kropotkin, que ostentaba el título de
Príncipe, se graduó en el conocido como Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar
más exclusiva de la época en la Rusia zarista. Fue incluso paje de cámara de Alejandro II y recibió
formación para convertirse en ministro o general. 
Una vez finalizada su preparación, sirvió durante cinco años en el Ejército ruso entre 1862 y 1867;
y si bien podría haber elegido un destino más cómodo decidió partir en expedición a una región de
Siberia, alejándose de la vida en la corte, que le resultaba fuertemente opresiva. En estos años
siberianos estuvo como evaluador del sistema penitenciario zarista en torno a la ciudad de Irkutsk,
donde entró en contacto con literatura clandestina, en concreto con algunas obras del anarquista
francés Proudhon. También observó las relaciones de cooperación directa y autónoma entre los
campesinos frente a la burocracia estatal y la corrupción administrativa; allá donde no había
autoritarismo centralizado, las relaciones sociales entre las distintas comunas suplían las entidades
de poder organizadas desde abajo y horizontalmente.
Es por ello que debe verse en Kropotkin a un teórico del anarquismo, que reconoció el valor de esta
ideología no como teoría filosófica en el ámbito teórico exclusivamente, sino como un movimiento
que se originaba en el pueblo y solo podía conservar su vitalidad y su fuerza creativa
permaneciendo unido a sus raíces populares.
Tras su expedición siberiana y algunos viajes por Manchuria, abandonó la disciplina militar. Sus
expediciones geográficas le valieron para realizar algunos trabajos científicos y dedicarse
enteramente a esta actividad. Regresó a San Petersburgo en 1867, siendo nombrado miembro oficial
de la Sociedad Geográfica rusa. Dedicó varios años a explorar glaciares de Finlandia y Suecia y
comenzó a aplicar estos conocimientos sociales y naturales a sus inquietudes revolucionarias ya
despiertas anteriormente. Estudió ampliamente escritos de teóricos de la política y acabó adoptando
perspectivas del socialismo revolucionario. Participó en 1872 en la Primera Internacional,
primeramente como marxista y más tarde evolucionando hacia posturas plenamente anarquistas, o
de comunismo libertario.
Tras su paso por Suiza en esta convención política internacional, regresó a Rusia y comenzó a
difundir el pensamiento anarquista, por lo que sería arrestado y encarcelado en 1874, tras varias
ocasiones en las que logró librarse de su apresamiento cambiando de aspecto e incluso de residencia
habitualmente. Fue enviado a la Fortaleza de Pedro y Pablo, una de las prisiones de mayor
seguridad en la Rusia zarista, y posteriormente a la Prisión Militar de San Petersburgo, de la cual
consiguió fugarse. Es en ese momento cuando comienza un periplo de un largo exilio político por
Europa y que no finalizaría hasta la Revolución Rusa en 1917.

Las principales obras del exilio europeo: La conquista del pan; Campos,
fábricas y talleres; y el Apoyo Mutuo
«ANARQUISMO (del griego an-, y arke, contrario a la autoridad), es el nombre que se da a un
principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se
obtiene la armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a autoridad, sino por acuerdos libres
establecidos entre los diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la
producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y
aspiraciones de un ser civilizado»
Tras un breve periodo en Inglaterra, decidió establecerse en Suiza, concretamente en Neuchatel en
diciembre de 1876, incorporándose a la Federación del Jura, asociación anarquista integrada por
relojeros suizos. Fue en esta federación donde conoció a los libertarios Carlo Cafiero y Errico
Malatesta, de la sección italiana de la Internacional. En Ginebra conoció al geógrafo anarquista
Élisée Reclus y continuó durante varios años su periplo viajante por Bélgica, Francia, e incluso
España. Se dedicó estos años a la propaganda y la acción anarquista clandestina, fundó dos
periódicos: L’Avant-Garde y Le Révolté.
Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del
apoyo mutuo

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«Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por
lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que
pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se
aplicasen a procurar el bienestar de todos«
Este año viene repleto de aniversarios conmemorativos para la memoria social; de hecho nosotras
mismas este mes cumplimos una década como periódico, y nos enorgullece coincidir en aniversario
con el homenaje en el centenario de Piotr Kropotkin. Hace cien años que nos dejase para siempre el
abuelo del anarquismo, uno de los principales pensadores de esta filosofía entre los siglos XIX y
XX. Además, geógrafo y naturalista, que nació en el seno de una familia aristocrática rusa, por lo
que se le conoció como el Príncipe, título otorgado a un noble emparentado con la familia imperial
zarista.
Kropotkin debe ser analizado como hijo del siglo XIX, racionalista e ilustrado, heredero político de
la Revolución Francesa, influido profundamente por pensadores como Jean-Jacques Rousseau y sus
ideas sobre la sociedad igualitaria, o François Babeuf y su Conjura de los Iguales. De la misma
manera, le inspiraron las acciones revolucionarias de finales del siglo XIX, con la facción política
de los enragés. Por lo tanto, debe entenderse el pensamiento de Kropotkin como un aporte
determinante al desarrollo de las ideas socialistas y libertarias, desde su origen en la filosofía
europea que aspiraba al universalismo.
Considerado uno de los grandes propagandistas del anarquismo en el siglo XIX, éste aventuraba
una sociedad sin violencia estructural ni autoritarismo estatal. Su concepción de la sociedad se
basaba en la cooperación voluntaria de personas libres. Escribió muchos libros, folletos y artículos,
siendo el más destacado La conquista del pan y Campos, fábricas y talleres; y su principal obra
científico-social, El apoyo mutuo. También contribuyó con el artículo sobre anarquismo en la
edición de 1911 de la Encyclopædia Britannica y dejó un trabajo inacabado sobre filosofía ética
anarquista. Ha influido notablemente sobre otros pensadores del siglo XX como Daniel Guerin,
Emma Goldman, Murray Bookchin o Noam Chomsky.

Sus orígenes revolucionarios: militar, explorador, científico social, y exiliado


político
Aunque otros revolucionarios rusos también tenían origen en familias ricas en el siglo XIX,
Kropotkin nació en el seno de una familia perteneciente a la nobleza más alta. Su padre tenía tierras
en tres provincias rusas distintas y más de mil siervos. Kropotkin, que ostentaba el título de
Príncipe, se graduó en el conocido como Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar
más exclusiva de la época en la Rusia zarista. Fue incluso paje de cámara de Alejandro II y recibió
formación para convertirse en ministro o general. 
Una vez finalizada su preparación, sirvió durante cinco años en el Ejército ruso entre 1862 y 1867;
y si bien podría haber elegido un destino más cómodo decidió partir en expedición a una región de
Siberia, alejándose de la vida en la corte, que le resultaba fuertemente opresiva. En estos años
siberianos estuvo como evaluador del sistema penitenciario zarista en torno a la ciudad de Irkutsk,
donde entró en contacto con literatura clandestina, en concreto con algunas obras del anarquista
francés Proudhon. También observó las relaciones de cooperación directa y autónoma entre los
campesinos frente a la burocracia estatal y la corrupción administrativa; allá donde no había
autoritarismo centralizado, las relaciones sociales entre las distintas comunas suplían las entidades
de poder organizadas desde abajo y horizontalmente.
Es por ello que debe verse en Kropotkin a un teórico del anarquismo, que reconoció el valor de esta
ideología no como teoría filosófica en el ámbito teórico exclusivamente, sino como un movimiento
que se originaba en el pueblo y solo podía conservar su vitalidad y su fuerza creativa
permaneciendo unido a sus raíces populares.
Tras su expedición siberiana y algunos viajes por Manchuria, abandonó la disciplina militar. Sus
expediciones geográficas le valieron para realizar algunos trabajos científicos y dedicarse
enteramente a esta actividad. Regresó a San Petersburgo en 1867, siendo nombrado miembro oficial
de la Sociedad Geográfica rusa. Dedicó varios años a explorar glaciares de Finlandia y Suecia y
comenzó a aplicar estos conocimientos sociales y naturales a sus inquietudes revolucionarias ya
despiertas anteriormente. Estudió ampliamente escritos de teóricos de la política y acabó adoptando
perspectivas del socialismo revolucionario. Participó en 1872 en la Primera Internacional,
primeramente como marxista y más tarde evolucionando hacia posturas plenamente anarquistas, o
de comunismo libertario.
Tras su paso por Suiza en esta convención política internacional, regresó a Rusia y comenzó a
difundir el pensamiento anarquista, por lo que sería arrestado y encarcelado en 1874, tras varias
ocasiones en las que logró librarse de su apresamiento cambiando de aspecto e incluso de residencia
habitualmente. Fue enviado a la Fortaleza de Pedro y Pablo, una de las prisiones de mayor
seguridad en la Rusia zarista, y posteriormente a la Prisión Militar de San Petersburgo, de la cual
consiguió fugarse. Es en ese momento cuando comienza un periplo de un largo exilio político por
Europa y que no finalizaría hasta la Revolución Rusa en 1917.

Las principales obras del exilio europeo: La conquista del pan; Campos,
fábricas y talleres; y el Apoyo Mutuo
«ANARQUISMO (del griego an-, y arke, contrario a la autoridad), es el nombre que se da a un
principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se
obtiene la armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a autoridad, sino por acuerdos libres
establecidos entre los diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la
producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y
aspiraciones de un ser civilizado»
Tras un breve periodo en Inglaterra, decidió establecerse en Suiza, concretamente en Neuchatel en
diciembre de 1876, incorporándose a la Federación del Jura, asociación anarquista integrada por
relojeros suizos. Fue en esta federación donde conoció a los libertarios Carlo Cafiero y Errico
Malatesta, de la sección italiana de la Internacional. En Ginebra conoció al geógrafo anarquista
Élisée Reclus y continuó durante varios años su periplo viajante por Bélgica, Francia, e incluso
España. Se dedicó estos años a la propaganda y la acción anarquista clandestina, fundó dos
periódicos: L’Avant-Garde y Le Révolté.

Instalado en Francia, fue detenido en 1883 y condenado a cinco años de prisión por sus actividades
anarquistas. Tras ser liberado tres años después, se trasladó a Gran Bretaña, donde residió y trabajó
durante treinta largos años de exilio. De su periodo de actividades políticas revolucionarias y
propaganda, hay que destacar algunas de sus obras más importantes, que perfilan el pensamiento de
Kropotkin y sus aportes a la creación de la economía del comunismo libertario o anarco-
comunismo.
La Conquista del Pan o Campos, fábricas y talleres, son dos obras clave para comprender su
propuesta social y económica para los grupos sociales. Manifestaba la abolición de la propiedad
privada de los medios de producción, la expropiación del total de la riqueza social por el pueblo
mismo, y una economía común coordinada a través de una red horizontal de asociaciones
voluntarias. Intentaba proponer un equilibrio entre individuo y sociedad colectiva, no basado en la
posesión de medios de subsistencia, sino en la utilización de herramientas comunes para sobrevivir
según las necesidades de cada grupo o individuo. Para Kropotkin no tiene sentido la repartición de
la producción según un baremo de valor-trabajo; porque la producción es un proceso social, solo
comprensible como fruto de los esfuerzos de la comunidad completamente. Si bien es cierto, que
estas teorías abrían camino en el siglo XIX a unas alternativas necesarias de contemplar y practicar
para romper la hegemonía del libre mercado de competitividad social; la economía del común ha
sido ampliamente complementada décadas después por nuevos factores sociales, la evolución del
propio capitalismo y la necesaria inclusión de la ecología y el género en toda esta perspectiva. La
Comuna de París en 1871 influyó notablemente en Kropotkin y su propuesta del comunismo
libertario y es cierto que marca un hito en la historia del pensamiento y la práctica anarquista.

Por otro lado, su otra obra protagonista sería El Apoyo Mutuo, también escrita durante su exilio
británico, en este trabajo teórico condensa todos sus conocimientos previos sobre naturalismo.
Escrito como respuesta al darwinismo social, y que tras examinar la cooperación entre animales no
humanos, concluye que el apoyo mutuo también ha sido determinante en la evolución biológica.
Renunciar a la solidaridad por la competitividad en todos los ámbitos de la vida social, genera la
construcción de estructuras jerarquizadas y el autoritarismo. Si bien es cierto que Kropotkin
concluía que el ser humano tiende de manera natural a la cooperación espontánea, Errico Malatesta
contrapuso que las sociedades humanas tendieran naturalmente al apoyo mutuo, sino que este debe
ser una herramienta pedagógica que se practique activamente para construir sociedades de la
economía común.


La Gran Guerra europea, la Revolución Rusa y el sentido adiós al Príncipe
ácrata
Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, Kropotkin rompió la línea anarquista del
antibelicismo entre potencias coloniales y tomó partido por la Francia republicana frente a la
política militarista del Imperio Alemán de Otto Von Bismarck. Kropotkin firmó junto a otros pocos
anarquistas como Jean Grave o James Guillaume el Manifiesto de los Dieciséis, que le enfrentó al
director del periódico libertario inglés Freedom y a una inmensa mayoría de anarquistas
encabezados por Errico Malatesta o Emma Goldman, posicionados en contra de cualquiera de los
bandos nacionales en una guerra imperial y colonialista. Kropotkin y su grupo en apoyo de los
Aliados en el conflicto bélico quedó aislado del resto de los círculos anarquistas.
Sin embargo, desde la Revolución de 1905 en Rusia, Kropotkin fue notablemente leído y sus
pensamientos extendidos por todo el país; por lo que el estallido de la Revolución en 1917, dará un
giro importante a los acontecimientos que le llevarán a Kropotkin al regreso a Rusia. A pesar de su
edad y deteriorada salud participó en los primeros meses en actos, discursos y reuniones; e incluso
rechazó participar del gobierno menchevique como le propuso el presidente Kerensky. Sobrevenida
la Revolución de Octubre y el triunfo de los bolcheviques, determinó que Kropotkin apoyase los
sóviets como cooperativas autónomas. A principios de mayo de 1919 se entrevistó en Moscú con
Lenin y aunque la reunión fue cordial, Kropotkin criticaba los métodos coercitivos y la inmensa
burocracia autoritaria de los bolcheviques. Los opositores anarquistas como Grigori Maksimov o
Volin y otros grupos libertarios en Rusia fueron fuertemente reprimidos; al igual que Nestor
Mahkno en el sur ucraniano y sus colectividades autónomas.

Su muerte se produjo el 8 de febrero de 1921 debido a una fuerte neumonía. Su familia y amistades
anarquistas rechazaron el funeral oficial que ofrecieron los bolcheviques. Se reabrieron
clandestinamente imprentas clausuradas por el gobierno bolchevique para difundir panfletos en
homenaje a Kropotkin. Emma Goldman y Alexander Berkman participaron de este sepelio y más de
cien mil trabajadores, campesinos y estudiantes ondeando banderas negras recorrieron el camino
desde el Palacio del Trabajo en Moscú hasta el Cementerio de Novodévichi. La despedida del viejo
pensador ruso, del abuelo del anarquismo y del apoyo mutuo fue la última gran manifestación
libertaria durante el gobierno bolchevique. Cien años después sus ideas no son una simple nostalgia,
sino una necesidad de revisar y analizar para incorporar a los grupos sociales que nos reconocemos
en las periferias, para abrir brecha en este neoliberalismo autoritario.
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WIKIPEDIA:
El príncipe1 (kniaz) Piotr Alekséyevich Kropotkin, a veces conocido en español también como
Pedro Kropotkin (en ruso: Пётр Алексеевич Кропоткин; Moscú, 9 de diciembre de 1842 -
Dmítrov, 8 de febrero de 1921) fue geógrafo, zoólogo y naturalista ruso, aparte de teórico político y
económico, escritor y pensador. Es considerado como uno de los principales teóricos del
movimiento anarquista, dentro del cual fue uno de los fundadores de la escuela del
anarcocomunismo, y desarrolló la teoría del apoyo mutuo.
Nacido en una familia aristocrática terrateniente, asistió a una escuela militar y más tarde se
desempeñó como oficial en Siberia, donde participó en varias expediciones geológicas. Fue
encarcelado por su activismo en 1874 y logró escapar dos años después. Pasó los siguientes 41 años
en el exilio en Suiza, Francia (donde estuvo encarcelado durante casi cuatro años) y en Inglaterra.
Regresó a Rusia después de la Revolución de Febrero en 1917, pero se sintió decepcionado por la
forma bolchevique de socialismo de estado.
Kropotkin era un defensor de una sociedad comunista descentralizada, libre del gobierno central y
basada en asociaciones voluntarias de comunidades autónomas y empresas dirigidas por
trabajadores. Escribió muchos libros, folletos y artículos, siendo el más destacado La conquista del
pan y Campos, fábricas y talleres; y su principal ofrenda científica, El apoyo mutuo. También
contribuyó con el artículo sobre anarquismo en la edición de 1911 de la Encyclopædia Britannica2
y dejó un trabajo inacabado sobre filosofía ética anarquista.
VIDA
Kropotkin nació en Moscú el 9 de diciembre de 1842, en el seno de una familia noble. Su padre, el
príncipe Alekséi Petróvich Kropotkin, era dueño de grandes latifundios en tres provincias, y
disponía de unos 1200 siervos. Por línea paterna su linaje se trazaba hasta los Rúrik; su madre,
Yekaterina Nikoláievna Sulimá, era hija de un general ruso.
Por orden del zar Nicolás I, a los doce años ingresó en el Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la
academia militar más selecta de Rusia, que suministraba al imperio sus asesores y funcionarios de
élite. Si bien Kropotkin detestaba la disciplina militar de la escuela, su formación académica fue
intensiva, recibiendo una educación racionalista y liberal,3 con un fuerte énfasis en las ciencias.4

Explorador y geógrafo
Finalizada su preparación, sirvió en el Ejército ruso desde 1862 hasta 1867. Durante este periodo,
fue comisionado a una expedición a Siberia como parte de su servicio militar. Kropotkin decidió
partir hacia ese destino —pudiendo elegir uno más cómodo— para alejarse de la vida de la corte
capitalina, que le resultaba desagradable y opresiva. Partió hacia su destino en Irkutsk el 24 de junio
de 1862, y fue nombrado ayudante de campo del general Kúkel; finalmente se asentaron en la aldea
de Chitá, la capital regional.5
Los cinco años que pasé en Siberia fueron para mí muy instructivos respecto al carácter
y la vida humanos. Me vi puesto en contacto con hombres de todas las condiciones, los
mejores y los peores; aquellos que se encontraban en la cúspide de la sociedad y los que
vegetaban en su mismo fondo; esto es, los vagabundos y los llamados criminales
empedernidos. Tuve sobradas ocasiones para observar los hábitos y costumbres de los
campesinos en su labor diaria, y aún más, para apreciar lo poco que la administración
oficial podía hacer en su favor, aun cuando se hallara animada de las mejores
intenciones.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.
Kropotkin de joven posando en uniforme.
Su principal tarea fue hacer una evaluación del cruel sistema penitenciario siberiano para su
reforma, que lo impresionó profundamente al revelarle las deficiencias de la burocracia estatal y la
corrupción administrativa, así como le permitió observar las primeras formas de cooperación directa
y autónoma entre campesinos y cazadores.6 En Siberia conoció al poeta ruso Mijaíl Lariónovich
Mijáilov, que había sido condenado a trabajos forzados por sus ideas revolucionarias, quien lo
introdujo en las ideas anarquistas, recomendándole la lectura de Proudhon.7 Estos años en Siberia
fueron determinantes para la posterior evolución ideológica de Kropotkin:
Aun cuando no formulé entonces mis observaciones en términos análogos a los usados
por los partidos militantes, puedo decir ahora que perdí en Siberia toda la fe que antes
pudiera haber tenido en la disciplina del Estado, preparándose así el terreno para
convertirme en anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.

Entre 1864 y 1866, realizó varias exploraciones en el territorio inexplorado de Manchuria. La


última expedición fue la más fructífera en el aspecto científico, abarcando la región montañosa del
norte de Siberia entre los ríos Lena y Amur. Esta empresa proporcionó conocimientos científicos de
gran valor: ayudó a conocer mejor la estructura geográfica de la región siberiana; el descubrimiento
de restos fósiles contribuyó a elaborar sus posteriores teorías glaciares; enriqueció el conocimiento
sobre la fauna siberiana, proporcionando datos a Kropotkin sobre el apoyo mutuo (o cooperación
intraespecífica) y el altruismo en sociedades animales; y por último, se descubrió la ruta desde Chitá
y la región del lago Baikal hasta la tundra del norte.8
Una insurrección de prisioneros polacos en Siberia y su cruel represión por parte de las autoridades
zaristas causaron que Piotr Kropotkin y su hermano, Alejandro, decidieran abandonar el servicio
militar. Regresó a San Petersburgo en 1867, ingresó en la Universidad y presentó a la Sociedad
Geográfica Rusa un informe sobre su expedición de Vitim, que fue publicado y le valió una medalla
de oro. Fue nombrado secretario de la sección de Geografía Física de la Sociedad Geográfica rusa.
Exploró los glaciares de Finlandia y Suecia en nombre de la mencionada agrupación desde 1871
hasta 1873. Su trabajo más importante en esta época fue el estudio de la estructura orográfica de
Asia, donde refutó las hipótesis, más bien conjeturas, basadas en el modelo alpino propuestas por
Alexander von Humboldt. Aunque posteriormente otros investigadores descubrieron estructuras
más complejas, las líneas generales del enfoque que ideó Kropotkin se han mantenido vigentes
hasta la actualidad.9
Otro trabajo de gran importancia fue el informe que escribió sobre los resultados de su expedición a
Finlandia. En 1874 dio una conferencia en la que expuso su teoría, según la cual la capa de hielo de
la glaciación había alcanzado el centro de Europa; una idea que iba en contra del conocimiento
convencional de la época. Su proposición generó una polémica, que finalizó con su posterior
aceptación por la comunidad científica.10
Finalmente, la tercera gran contribución de Kropotkin a la teoría de la ciencia geográfica fue su
hipótesis sobre la desecación de Eurasia como consecuencia del retroceso de la glaciación de la era
precedente. Todas estas ideas fueron concebidas cuando aún no había llegado a cumplir 30 años, lo
cual hacía presuponer un gran futuro como investigador. El prestigio de su obra geográfica fue tan
considerable que fue propuesto como presidente de la sección de Geografía Física de la Sociedad
Geográfica Rusa.11 Pero Kropotkin no aceptó el nombramiento, porque su interés se había volcado
hacia las actividades revolucionarias:
En el otoño de 1871, hallándome ocupado en Finlandia, caminando lentamente a pie hacia la costa,
a lo largo del ferrocarril recientemente construido, observando atentamente los parajes donde
primero debieron aparecer las muestras inequívocas de la primitiva extensión del mar, que siguió al
período glacial, recibí un telegrama de la susodicha corporación, en el que se me decía: "El Consejo
os ruega aceptéis el cargo de secretario de la Sociedad." Al mismo tiempo, el secretario saliente me
suplicaba encarecidamente que prestara buena acogida a la propuesta.

Dibujo de la fortaleza de Skanslandet en Sveaborg, Helsingfors, hecho por Kropotkin como parte de
su investigación en Finlandia.
Se habían realizado mis esperanzas; pero al mismo tiempo, otras ideas y otras aspiraciones habían
invadido mi pensamiento. Después de meditar detenidamente sobre lo que debería contestar,
telegrafié: "Gracias encarecidas; pero no puedo aceptar".
Pensamientos revolucionarios
Mientras realizaba estas investigaciones, también se dedicó a estudiar los escritos de los principales
teóricos de la política y comenzó a solidarizarse con las penosas condiciones de los campesinos. Las
propias observaciones, la experiencia directa y su íntimo contacto con la miseria y la pobreza del
campesinado ruso y finlandés, durante su labor científica como explorador, fueron las causas que
impulsaron a Kropotkin a abandonar la actividad científica:12
¿Pero qué derecho tenía yo a estos goces de un orden elevado, cuando todo lo que me
rodeaba no era más que miseria y lucha por un triste bocado de pan, cuando por poco
que fuese lo que yo gastase para vivir en aquel mundo de agradables emociones, había
por necesidad de quitarlo de la boca misma de quienes cultivaban el trigo y no tenían
suficiente pan para sus hijos? De la boca de alguien ha de tomarse forzosamente, puesto
que la agregada producción de la humanidad permanece aún tan limitada... Por eso
contesté negativamente a la Sociedad Geográfica.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario
La herencia recibida a la muerte de su padre le proporcionó el acceso a copiosos recursos
económicos, que le permitieron realizar un viaje a la Europa occidental de tres meses de duración.
En febrero de 1872, partió de San Petersburgo rumbo a Zúrich (Suiza) para conocer de primera
mano la situación del movimiento obrero europeo.12 Allí contactó con el grupo de exiliados rusos
que estaban fuertemente influidos por las ideas de Bakunin. Entre estos se encontraban su parienta
Sofía Nikoláievna Lavrova, Nadezhda Smétskaya y Mijaíl Sazhin (un discípulo de Bakunin más
conocido como Armand Ross).13 En Ginebra se hizo miembro de la Primera Internacional. En
primer lugar visitó y contactó con los sectores marxistas, en especial el grupo ruso dirigido por
Nikolái Utin. Pero no aprobaba el tipo de socialismo ni el estilo político que impulsaban en la
Primera Internacional. Tras cinco semanas de conocer al sector marxista, muy contrariado por el
comportamiento oportunista de sus dirigentes, decidió conocer a los grupos de la tendencia
bakuninista.1415 El anarquista Nikolái Zhukovski le recomendó abandonar Ginebra y viajar a Jura,
donde el movimiento era más fuerte. Kropotkin estudió el programa más radicalizado de la
Federación del Jura en Neuchâtel y pasó largo tiempo en compañía de sus más prominentes
miembros, adoptando definitivamente la visión anarquista.16 Allí visitó a James Guillaume —
compañero, amigo y posteriormente biógrafo de Bakunin—, con quien trabó amistad. A comienzos
de mayo ya estaba de vuelta en Rusia. Una vez en San Petersburgo, reanudó sus investigaciones
geográficas y tomó parte activa como propagandista revolucionario vinculado al Círculo
Chaikovski, invitado por el geógrafo Dimitri Klements.17

Detención y fuga

La Fortaleza de San Pedro y San Pablo.


Mientras tanto, Kropotkin continuó sus trabajos de investigación en Finlandia y sus colaboraciones
con la Sociedad Geográfica. En San Petersburgo, asistía a las reuniones nocturnas del Círculo
Chaikovski disfrazado de campesino y con el nombre falso de Borodín.1218 Por ese entonces
muchos de sus compañeros habían sido detenidos por la policía zarista.
Durante los dos años de que vengo hablando se hicieron muchas detenciones, tanto en
San Petersburgo como en provincias. No se pasaba un mes sin que experimentáramos la
pérdida de alguno, o supiéramos que ciertos miembros de este o aquel grupo provincial
habían desaparecido. Hacia fines de 1873, los arrestos se hicieron cada vez más
frecuentes. En noviembre, uno de nuestros principales centros, situado en un barrio
extremo de la capital, fue invadido por la policía. Perdimos a Peróvskaia y tres amigos
más, teniendo que suspender todas nuestras relaciones con los obreros de este arrabal.
Fundamos un nuevo punto de reunión más a las afueras todavía, pero pronto hubo que
abandonarlo. La policía extremó la vigilancia, y la presencia de un estudiante en los
barrios de los trabajadores era al punto advertida, circulando espías entre los obreros, a
quienes no se perdía de vista. Dimitri, Klementz, Serguéi y yo, con nuestras zamarras y
nuestro aspecto de campesinos, pasamos inadvertidos, y continuamos frecuentando el
terreno vigilado por el enemigo; pero ellos, cuyos nombres habían adquirido gran
notoriedad en dichos barrios, eran objeto de todas las pesquisas; y si hubieran sido
hallados casualmente en uno de los registros nocturnos en casa de algún amigo, en el
acto los hubieran arrestado.

A fines de 1873, al día siguiente de rechazar la presidencia de la Sociedad Geográfica, Kropotkin


fue arrestado por la policía.19
La noche se pasó sin novedad. Eché una ojeada a mis papeles, destruí todo lo que
pudiera comprometer a alguien, arreglé mis efectos y me dispuse a marchar (...) y bajé
rápidamente, saliendo de la casa. A la puerta no había más que un coche de punto;
monté en él, y el conductor me llevó al Nevsky Prospekt. Al principio nadie nos
perseguía, y me consideré a salvo; pero a poco observé que venía otro carruaje a todo
correr tras el nuestro, y habiendo tenido que moderar su marcha el caballo que nos
conducía, aquél nos tomó la delantera. En él vi con sorpresa a uno de los dos tejedores
que habían sido detenidos, acompañado de otra persona. Me hizo señas con la mano,
como si tuviera algo que decirme, y yo ordené al cochero que parara. Tal vez —pensé—
haya sido puesto en libertad y tenga algo importante que comunicarme. Pero tan pronto
como nos detuvimos, el que acompañaba al tejedor —era un policía— gritó: "¡Señor
Borodín, príncipe Kropotkin, quedáis detenido!" Hizo seña a los guardias, que tanto
abundan en las principales calles de San Petersburgo, y al mismo tiempo saltó a mi
coche y me mostró un papel con el sello de la policía de la capital, diciendo al mismo
tiempo: "Tengo orden de conduciros ante el gobernador general para que deis una
explicación."
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario

Trasladado a las oficinas de la policía política secreta, la Sección Tercera, fue interrogado durante
algunos días. Su detención causó sensación en San Petersburgo, además de la irritación del
emperador, ya que Kropotkin había sido durante mucho tiempo su ayudante personal. Fue
encarcelado en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en una celda solitaria, oscura y húmeda. Los
notables de la Sociedad Geográfica, sus amigos y, en especial, su hermano Aleksandr intervinieron
en su favor para que se le permitiese continuar con sus investigaciones geográficas, por lo que pudo
acceder a libros, papel y lápices. A principios de 1875 su hermano fue detenido por el régimen
zarista por escribir una carta a Piotr Lavrov.20 La detención de su hermano y la desarticulación de
los círculos revolucionarios —se hicieron unas 2000 detenciones— provocaron un fuerte derrumbe
psicológico en Kropotkin. También se produjo un colapso físico causado por el escorbuto.
En marzo de 1876 lo trasladaron a la cárcel de San Petersburgo, donde las condiciones de vida eran
más insalubres aún que en la fortaleza, aunque allí había muchas más facilidades para recibir visitas
y romper el aislamiento. Pero su deterioro físico se acentuó haciendo peligrar su vida, por lo que los
médicos prescribieron su traslado al hospital contiguo a la Prisión Militar de San Petersburgo. El
cambio a un ambiente aireado, iluminado y limpio, con una mejor alimentación, favorecieron la
recuperación de su salud. Mientras tanto, sus amigos comenzaron a pergeñar planes para su escape
de la prisión.21 Después de varios preparativos, acordando un sistema de señales con el exterior,
Kropotkin escapó corriendo a través del patio de la prisión al que concurría a practicar sus ejercicios
diarios, al abrirse el portón para dar paso a los carros de los proveedores de leña. Perseguido por los
guardias montó en un coche que lo esperaba y se perdió en la multitud.
Vi con terror que el carruaje se hallaba ocupado por un hombre vestido de paisano y con
gorra militar, que estaba sentado sin volver la cabeza hacia mí. Mi primera impresión
fue que había sido vendido. Los compañeros me decían en su última carta: "Una vez en
la calle, no os entreguéis; no os faltarán amigos que os defiendan en caso de necesidad".
Yo no quería saltar al coche, si estaba ocupado por un enemigo; pero al acercarme a
aquél, noté que el individuo tenía patillas rubias muy parecidas a las de uno de mis
mejores amigos, que, aunque no pertenecía a nuestro círculo, me profesaba verdadera
amistad, a la que yo correspondía, y en más de una ocasión pude apreciar su valor
admirable, y hasta qué punto se volvían hercúleas sus fuerzas en los momentos de
peligro. ¿Será posible —decía yo— que sea él? Y estaba a punto de pronunciar su
nombre, cuando, conteniéndome a tiempo, toqué las palmas, sin dejar de correr, para
llamarle la atención. Entonces se volvió hacia mí y supe quién era. "¡Subid, subid
pronto!" —gritó con voz terrible, y después, dirigiéndose al cochero revólver en mano,
añadió—: "¡Al galope, al galope, u os salto la tapa de los sesos!" El caballo, que era un
excelente animal, comprado expresamente para el caso, salió en el acto galopando. Una
multitud de voces resonaban a nuestra espalda, gritando: "¡Paradlos! ¡Detenedlos!" en
tanto que mi amigo me ayudaba a ponerme un elegante abrigo y un claque.
P. Kropotkin. Memorias de un revolucionario.

Después de refugiarse momentáneamente en una casa, cambió de ropa y fue llevado a una barbería,
donde le afeitaron la copiosa barba. Luego partieron hacia un paseo muy concurrido de San
Petersburgo y cenaron a la vista de todo el mundo en un restaurante de moda, ocultándose
finalmente en un pueblito de las afueras. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad registraban las
casas de sus amigos, sin encontrar pistas. Vestido de oficial militar, Kropotkin se dirigió hacia el
pequeño puerto de Vaasa, en el golfo de Botnia, embarcando rumbo a Suecia y continuando hacia
Noruega. Desde allí tomó un buque británico hacia el puerto de Hull, Inglaterra.

El largo exilio
En los primeros días de agosto de 1876, Kropotkin desembarcó en Hull, con el nombre falso de
"Alekséi Lavashov". Se estableció en Edimburgo, pero pronto se mudó a Londres, donde tenía más
recursos para ganarse la vida. Comenzó a colaborar con las publicaciones The Time y la prestigiosa
Nature, entablando amistad con el subdirector de la revista, James Scott Keltie. Paralelamente
retomó contacto epistolar con James Guillaume, residente en Suiza, quien lo contactó con el
bakuninista Paul Robin, que alcanzó celebridad como reformador sexual, y que propiciaba un
control de la natalidad y la eliminación de la prostitución. Kropotkin y Robin tuvieron debates y
discusiones sobre temáticas sociales, revelándose una faceta puritana en el pensamiento del
expríncipe ruso.22
Titular de L'Avant Garde del 15 de julio de 1878
Después de un corto período en Inglaterra, se estableció en Suiza, llegando a Neuchatel en
diciembre de 1876, donde se incorporó a la Federación del Jura. Allí conoció a Carlo Cafiero y
Errico Malatesta, los dos miembros más prominentes de la sección italiana de la Internacional.
Decidido a establecerse en el continente, realizó un breve viaje a Inglaterra para arreglar cuestiones
laborales con le revista Nature, partiendo el 23 de enero hacia Ostende y de allí a Verviers
(Bélgica), para intentar organizar al movimiento local, pero la defección de su amigo Paul Brousse
llevó a Kropotkin a continuar hasta Ginebra. Allí se reunió con su viejo amigo, Dimitri Klemetz, y
se contactó en Vevey con el célebre geógrafo anarquista Eliseo Reclus. Junto a Brousse, y con la
intención de influir clandestinamente en otras regiones desde Suiza, lanzó un periódico anarquista
en francés (L'Avant Garde) relativamente exitoso y otro en alemán (Arbeiterzeitung), que fracasó y
dejó de salir algunos meses después. Kropotkin se trasladó a Verviers, en Bélgica, para participar en
el último congreso de la sección bakuninista en la Primera Internacional, donde actuó como
delegado de los rusos en el exilio y llevó a cabo la tarea de redactar las actas. Debido a rumores de
que sería detenido tuvo que abandonar el congreso, embarcando desde Amberes hacia Londres.
A continuación, viajó a Francia, contactándose con Andrea Costa, prosiguiendo los estudios sobre la
Revolución francesa que había iniciado en Londres. Las actividades clandestinas de Kropotkin
llamaron la atención policial a principios de 1878, por lo que tuvo que retornar a Ginebra a fines de
abril. Poco después visitó España, para interiorizarse de la situación del movimiento, visita que le
causó una fuerte impresión al conocer un movimiento anarquista de masas, regresando en agosto a
Ginebra.23 Inmediatamente participó de un congreso de grupos anarquistas suizos en Friburgo,
donde se evidenció la sensible decadencia de la Federación del Jura. El 8 de octubre de 1878
contrajo matrimonio con la joven rusa emigrada Sofía Ananiev. El 10 de diciembre las autoridades
suizas clausuraron L'Avant Garde, y luego detuvieron a Brousse por poco tiempo. Iniciaron un
nuevo periódico que continuase al anterior, y el 22 de febrero apareció Le Révolté, que debido a
falta de participantes era redactado casi por entero por Kropotkin. El periódico fue un éxito, y para
abril de 1879 contaba con 550 suscriptores, lo que les permitió comprar a crédito su propia
imprenta, fundando la Imprimerie Jurassienne.24

Teórico y propagandista
Desde las páginas de Le Révolté, Kropotkin presentó las primeras formulaciones del
anarcocomunismo, su principal aporte a la ideología anarquista. El primer artículo sobre el tema
apareció el 1 de diciembre y se titulaba La idea anarquista desde el punto de vista de su realización
práctica. Afirmaba allí que la revolución debía basarse en las federaciones de comunas locales y los
grupos independientes, evolucionando la sociedad desde una etapa colectivista de apropiación de
los medios de producción por las comunas, hacia el comunismo.25 Durante 1880, invitado por
Eliseo Reclus a colaborar en su Geografía Universal, Piotr y Sofía se trasladaron a Clarens.
Aquí, con el concurso de mi mujer, con quien solía discutir sobre todos los
acontecimientos y los trabajos realizados, y que ejercía una severa crítica literaria sobre
estos últimos, fue donde produje lo mejor que hice para el Révolté, entre lo cual se
encuentra el llamamiento A los jóvenes, que tanta aceptación halló en todas partes. En
una palabra, en este lugar eché los cimientos y tracé las líneas generales de todo lo que
escribí más adelante. En Clarens, además del trato con Eliseo Reclus y Lefrançais, que
desde entonces he cultivado siempre, me hallaba en íntimas relaciones con los obreros,
y aunque trabajaba bastante en la geografía todavía me era dado contribuir en mayor
escala que de ordinario a la propaganda anarquista.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.

En marzo de 1881 su amigo Stepniak le comunicó la noticia del asesinato del zar Alejandro II, por
miembros del grupo Naródnaya Volia. La represión sobre el movimiento revolucionario, con la
ejecución de su ex-compañera del Círculo Chaikovski, Sofía Peróvskaya, indignó a Kropotkin, que
imprimió un folleto La verdad sobre las ejecuciones en Rusia y fue orador en actos de protesta. La
policía ginebrina lo interrogó, pero finalmente decidió no arrestarlo. El 10 de julio partió hacia París
y luego rumbo a Londres, para asistir como delegado al Congreso Socialista Revolucionario
Internacional. Debido a la pobreza de Kropotkin, su amigo y compañero Varlaam Nikoláievich
Cherkésov, realizó una colecta para pagar su viaje. En una carta a Malatesta, Kropotkin explicaba
sus dificultades económicas:26
Le Révolté y todo lo demás me ocupan normalmente una semana, de modo que me
quedan dos semanas por mes en las que he de ganar 150 a 200 francos para nosotros
dos, 50 francos para Robert, otros 40 para los rusos, 30 para correspondencia, de 10 a 15
para papel, etc; en total más de 350 francos.
P. Kropotkin

Portada de La Conquista del pan, edición francesa.


Kropotkin participó del congreso en Londres, pero terminó decepcionado por el tono caótico de las
discusiones y porque finalmente no se trató el tema por el que se había convocado: la conformación
de una nueva Internacional. Permaneció en Inglaterra durante un mes y regresó a Suiza. A poco de
volver, fue expulsado por el gobierno suizo debido a las presiones del Imperio ruso. Abandonó
Ginebra el 30 de agosto y se estableció en el pueblito francés de Thonon, al otro lado del lago
Lemán. La redacción de Le Révolté quedó a cargo de Herzig y Dumartheray, aunque Kropotkin
seguiría colaborando desde el exterior. Allí permanecieron dos meses hasta que Sofía terminó sus
estudios de bachillerato en Ginebra.
En noviembre de 1881 viajó con su esposa a Inglaterra, brindando algunas conferencias en su
tránsito hacia París, donde contactó con Jean Grave. En Inglaterra no tuvo muchos contactos con
anarquistas, con excepción de Malatesta, Cafiero y Eliseo Reclus, cuando pasaron por la isla.
Durante 1882 trabó amistad con los marxistas ingleses Ernest Belfort Bax y H. M. Hyndman; este
último le presentó a James Knowles, editor de The Nineteenth Century, publicación con la que
colaboraría por tres décadas. Siguió escribiendo para Nature, The Times y The Fortnightly Review,
además de hacerlo para la Enciclopedia Británica. En Le Révolté publicó dos artículos de
trascendencia: La ley y la autoridad y Gobierno revolucionario. Durante su estancia en Inglaterra se
involucró mucho con la situación de Rusia, y la expuso en clubes de obreros, en algunos mítines
que organizó junto a Chaikovski; luego exponían el ideario anarquista. Si bien la concurrencia era
escasa, esta situación cambió al visitar los círculos de mineros en Escocia, donde sus exposiciones
atraían a multitud de obreros.
La atmósfera deprimente y apática de Londres impulsó al matrimonio a regresar a Francia, donde el
movimiento anarquista estaba floreciente y activo, arribando a Thonon el 26 de octubre. Allí dieron
alojamiento a un joven hermano de Sofía, agonizante a causa de la tuberculosis. Las actividades
revolucionarias en Lyon, donde había unos 3000 anarquistas activos, los desórdenes provocados por
la crisis de la industria sedera y algunos conatos de violencia, fueron la excusa para arrestar a
Kropotkin, que nada tenía que ver con los disturbios, junto a sesenta anarquistas. El 21 de diciembre
de 1882 Kropotkin fue detenido por la policía, horas después de la muerte de su joven cuñado.
Durante el entierro, Reclús y otros anarquistas movilizaron a los campesinos de la zona, como
forma de protesta por las detenciones.
El gobierno francés deseaba hacer de aquello uno de esos grandes procesos que causan
fuerte impresión en el país; pero no había medio de envolver a los anarquistas presos en
la causa de las explosiones, pues hubiera sido necesario concluir por llevarlos ante un
jurado que, probablemente, nos habría absuelto, y en consecuencia, se adoptó la
maquiavélica política de perseguirnos por haber pertenecido a la Asociación
Internacional de los Trabajadores. Hay en Francia una ley, votada inmediatamente
después de la caída de la Comuna, por la cual se puede hacer comparecer a cualquiera
ante un juez de instrucción, por haber pertenecido a dicha sociedad. El máximo de la
pena es de cinco años, y el gobierno tiene siempre la seguridad de que el tribunal
ordinario le dejará complacido.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario

Prisión en Francia
Fue acusado de pertenecer a la Internacional, y sentenciado a cinco años de prisión y 1000 francos
de multa por sus actividades anarquistas; fue la condena más severa de todas. La prensa
independiente, incluso hasta el moderado Journal des Economistes, protestó contra las condenas
criticando a los magistrados por condenarlos sin fundamentos. Los anarquistas, en especial Bernard,
Gautier y Kropotkin, aprovecharon el juicio para dar publicidad a sus ideas pronunciando
encendidos discursos.
Kropotkin en sus años de madurez
Fue trasladado de Lyon a la prisión de Clairvaux, en la vieja abadía de San Bernardo, donde se le
dio estatus de prisionero político. Durante este período siguió escribiendo para la Geografía
Universal y la Enciclopedia Británica, además de continuar sus contribuciones con The Nineteenth
Century, destacándose el artículo What Geography ought to be.27 Las condiciones de detención no
fueron esta vez tan sufridas como cuando estuvo prisionero en Rusia, ya que las autoridades les
permitían cultivar verduras, jugar a los bolos y trabajar en un taller de encuadernación. Kropotkin
aprovechaba el tiempo para dar clases de idiomas, matemáticas, física y cosmografía a los otros
reclusos. Podían escribir y recibir cartas, bajo un régimen de censura. Podían recibir libros y
revistas, pero no periódicos, mucho menos de tendencia socialista.
Kropokin recibió desde París la preocupación de la Academia Francesa de Ciencias, que se ofreció
a enviarle libros para sus investigaciones; desde Inglaterra también se escucharon muestras de
solidaridad, redactándose un petitorio en su favor, firmado por 15 profesores universitarios, los
directivos del Museo Británico, la Sociedad Real de Minas, la Royal Geographical Society, la
Enciclopedia Británica, y nueve periódicos ingleses, además de personalidades como William
Morris, Patrick Geddes y Alfred Russel Wallace. El petitorio fue presentado al ministro francés de
Justicia por el escritor Victor Hugo, rechazando la petición.28 Hacia fines de 1883 Kropotkin
contrajo malaria, enfermedad endémica de la región, comprometiendo su salud durante algunos
meses.29 Mientras tanto, Reclús reunió los artículos de Kropotkin para Le Révolté en un volumen
que se publicó en París en noviembre de 1885, titulado Palabras de un rebelde.
Las peticiones de libertad presionaron tanto al gobierno francés que el primer ministro Freycinet se
vio obligado a declarar que "razones diplomáticas impiden la liberación de Kropotkin", generando
una reacción mayor de la opinión pública al admitir las exigencias del Zar en la política interior de
Francia. El gobierno francés no tuvo más remedio que perdonar a los detenidos y liberarlos el 15 de
enero de 1886.30 Kropotkin y Sofía, quebrados económicamente se trasladaron a París, donde
pudieron obtener medios de subsistencia más adecuados. Para prevenir una posible deportación a
Rusia por parte del gobierno francés, Kropokin decidió establecerse en Inglaterra, no sin pronunciar
el 28 de febrero de 1886, en la víspera de su partida, el discurso El anarquismo y su lugar en la
evolución socialista ante varios miles de personas.
Sus experiencia vividas como prisionero en Rusia y Francia, provocaron en Kropotkin su rechazo
hacia toda forma de encarcelamiento como forma de recuperación social y moral de los detenidos.
Posteriormente estas impresiones se volcarían en un texto publicado en Inglaterra en marzo de
1887, En las prisiones rusas y francesas. La primera edición de este libro fue comprada por los
agentes del gobierno ruso para impedir su difusión, logrando destruir la mayor parte de los
ejemplares. Finalmente se reeditó años después.
...he podido convencerme a mi mismo de que, en cuanto a sus efectos sobre el preso y
sus resultados para la sociedad en general, las mejores prisiones reformadas —sean o no
celulares— son tan malas, o aún peores, que las sucias cárceles antiguas. Ellas no
mejoran al preso; por el contrario, en la inmensa y abrumadora mayoría de casos,
ejercen sobre ellos los efectos más lamentables. El ladrón, el estafador y el granuja que
han pasado algunos años en un penal, salen de él más dispuestos que nunca a continuar
por el mismo camino, hallándose mejor preparados para ello, habiendo aprendido a
hacerlo mejor, estando más enconados contra la sociedad y encontrando una
justificación más sólida de su rebeldía contra sus leyes y costumbres, razón por la cual
tienen, necesaria e inevitablemente, que caer cada vez más hondo en la sima de los actos
antisociales que por primera vez le llevaron ante los jueces.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario

Los años de exilio en Inglaterra

Cubierta de Ley y autoridad, edición inglesa de 1886


Kropotkin y Sofía arribaron a Inglaterra en marzo de 1886, donde permaneció durante 3 décadas,
llevando una vida completamente distinta y apaciguada, dedicada a la investigación científica y la
elaboración teórica e ideológica. Su salud quedó también muy resentida por los años de prisión,
afectada por el clima inglés, que le provocaba bronquitis crónicas. Se estableció en los arrabales
londinenses, y tomó hábitos relativamente sedentarios, comparados con su permanente movilidad y
agitación de las dos décadas anteriores.
Una de sus primeras actividades consistió en fundar un grupo editor de un periódico anarquista,
integrado por Charlotte Wilson, el doctor Burns Gibson, además de Kropotkin y Sofía, entre otros.
El grupo se denominaba Freedom (Libertad) y se dedicaba a tareas de propaganda, editar un
periódico y organizar conferencias. Inicialmente el grupo publicaba sus escritos en el periódico de
Henry Seymour, The Anarchist. Pronto la autoridad intelectual de Kropotkin se hizo sentir sobre el
pensamiento del tuckeriano Seymour, y su periódico declaró su adhesión al comunismo anarquista.
En esta misma época trabó amistad con William Morris. En abril se instaló en una casa barata con
escasos muebles en la zona de Harrow, en las afueras de Londres. Continuó colaborando con
diversas publicaciones: The Ninteenth Century, Freiheit (de Johann Most), La Révolte (sucesor de
Le Révolté), Nature y The Times.
El grupo Freedom se escindió de The Anarchist después de una disputa con Seymour, y en octubre
de 1886 salió el primer número de Freedom. Consistía de un pliego de 4 páginas escrito en su
mayoría por Kropotkin y Wilson, que se imprimió hasta 1888 en el taller de la Liga Socialista de
William Morris. Mientras tanto, la vida personal de Kropotkin se sintió conmovida por la noticia del
suicidio de su hermano Alejandro en Siberia, el 6 de agosto, quien era su último lazo familiar con
Rusia.12 El auge de los movimientos socialistas en Inglaterra despertó el interés del público hacia el
anarquismo, y Kropotkin se convirtió en un activo conferencista visitando casi todas las grandes
ciudades de Inglaterra y Escocia. En su visita a Edimburgo trabó amistad con Patrick Geddes, sobre
quien influiría fuertemente en su pensamiento.31
El 15 de abril de 1887 nació su única hija, a quien dieron el nombre de Alejandra, en recuerdo de su
hermano. A fines de ese año se vio muy involucrado y preocupado por las condenas a muerte a los
procesados en el atentado de Haymarket, en los Estados Unidos. Kropotkin participó en la campaña
por la liberación de los prisioneros anarquistas y el 14 de octubre habló en un gran acto en Londres,
junto a personalidades como William Morris, George Bernard Shaw, Henry George y Stepniak,
aunque finalmente los procesados fueron ejecutados el 11 de noviembre. El 13 de noviembre
participó de una manifestación convocada por William Morris a favor de la libertad de expresión en
Trafalgar Square, que terminó en serios disturbios. El grupo Freedom comenzó a crecer en
miembros y a ganar en influencia en el movimiento socialista inglés, incorporándose muchos
miembros antiparlamentaristas de la Liga Socialista de W. Morris (quien aceptaba los puntos de
vista de Kropotkin, aunque nunca llegó a declararse anarquista). De esta liga finalmente se
escindiría en 1888 la facción parlamentarista de Eleanor Marx. No obstante, las relaciones entre el
grupo Freedom y la Liga Socialista antiparlamentaria también se deterioraron, marcándose un
distanciamiento.

Escritor, científico y teórico.


A partir de 1890 las actividades de Kropotkin como agitador fueron cada vez más escasas y
comenzó a predominar fuertemente su faceta de pensador, intelectual y científico. Escribía para
muchas publicaciones anarquistas como Temps Noveaux (con las que colaboraba gratuitamente) y
otras periodísticas como las inglesas The Speaker y The Forum o las norteamericanas The Atlantic
Monthly, The North American Review y The Outlook. Pronunció decenas de conferencias,
destacándose las de ciudades como Glasgow, Aberdeen, Dundee, Edimburgo, Mánchester,
Darlington, Leicester, Plymouth, Bristol y Walsall. Las temáticas eran tan diversas que, además de
la teoría anarquista, trataba literatura, política rusa, organización industrial, el sistema carcelario,
naturalismo y las primeras exposiciones sobre su teoría de la ayuda mutua.32
Cuando Huxley, queriendo luchar contra el socialismo, publicó en 1888 en The
Nineteenth Century, su atroz artículo Struggle for Existence Manifesto, me decidí a
presentar en forma comprensible mis objeciones a su modo de entender la referida
lucha, lo mismo entre los animales que entre los hombres, materiales que estuve
acumulando durante seis años. Hablé del particular a mis amigos; pero hallé que la
interpretación de lucha por la existencia en el sentido del grito de guerra: ¡Ay de los
vencidos! elevado a la altura de un mandato de la naturaleza revelado por la ciencia,
estaba tan profundamente arraigado en este país, que se había convertido poco menos
que en dogma.
P. Kropotkin, Memorias de un revolucionario

A partir de 1888 Kropotkin comenzó a escribir su obra sociológica, escribiendo tres artículos en
The Nineteenth Century (“El derrumbe de nuestro sistema industrial;” “El futuro reino de la
abundancia;” y, “La ciudad industrial del futuro”) que constituirían la base del libro Campos,
fábricas y talleres, que publicaría posteriormente. Por esta época exponía en conferencias sus ideas
sobre la libre distribución, el trabajo voluntario y la abolición del sistema salarial, basándose en el
principio: “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”.33
A lo largo de 1889 escribió artículos para Le Revolté y The Nineteenth Century sobre la revolución
francesa y sus consecuencias, y en marzo de 1890 publicó el ensayo Trabajo intelectual y trabajo
manual. A partir de septiembre de 1890 publicó en The Nineteenth Century los primeros ensayos en
respuesta a Thomas Henry Huxley, que se reunirían finalmente en su obra científica más
prestigiosa: La Ayuda mutua: un factor en la evolución.34 En 1891 escribiría “La moral anarquista”
y durante 1892 empezó a escribió regularmente artículos de divulgación científica para este mismo
periódico, explorando temáticas tan diversas como geología, biología, física y química; también se
publicó en Francia La conquista del pan, con prefacio de Eliseo Reclus. Por esta época la reputación
de Kropotkin fue creciendo, obteniendo un gran respeto y éxito como escritor entre el público
general, además del reconocimiento académico que se materializaba en las frecuentes invitaciones a
pronunciar conferencias sobre temáticas científicas en la British Association, la Universidad de
Londres y el Teacher’s Guild. En 1894 Contemporary Review le dedicó un artículo laudatorio
titulado “Nuestro refugiado político más distinguido”.35

Vejez en Inglaterra
Durante 1892 los Kropotkin se mudaron a Woodhurst Road, Acton, pero en 1894 volvieron a
cambiar de residencia, estableciéndose en una casa de campo en Bromley, Kent. Allí cultivaba un
huerto, tenía un taller de trabajo donde fabricaba sus propios muebles y un despacho cuyas paredes
estaban cubiertas de libros hasta el techo, de acuerdo con la descripción de Rudolf Rocker, que lo
visitó en 1896. En su residencia recibía visitas de personajes de todo el mundo como Louise Michel,
Fernando Tarrida del Mármol, Emma Goldman, Georg Brandes, entre otros.
El movimiento anarquista inglés comenzó a quedar aislado frente al auge del socialismo
parlamentario; en 1895 el grupo Freedom, el grupo Commonweal y la Liga Socialista se fusionaron,
asumiendo Alfred Marsh como redactor en jefe en reemplazo de Charlotte Wilson.36 Kropotkin –
que era considerado por el público general más como un sabio erudito que como un anarquista-
siguió colaborando con el periódico pero sin participar en actividades de propaganda, agitación o
activismo, abocándose a la actividad intelectual casi exclusivamente. Durante el Congreso
Socialista Internacional de Londres de 1896, los anarquistas fueron impedidos de participar por los
parlamentaristas, estableciéndose una escisión definitiva en el movimiento socialista. Después de
protestar enérgicamente, los anarquistas celebraron un congreso separadamente, aunque Kropotkin,
algo débil de salud, no tuvo una participación activa.37 El fin de año de 1896 trajo noticias que
afectaron profundamente a Kropotkin: la muerte de sus amigos William Morris y Stepniak.
En 1897 participó de las campañas contra el gobierno español, acusado de poner en práctica torturas
a los prisioneros en Montjuich (Barcelona), pero su salud empeoró y la propia Sofía lo reemplazó
como conferenciante, algo que se tornaría habitual de allí en adelante. Ese año viajó a América del
Norte por medio de la Sociedad Inglesa para el Patrocinio de la Ciencia, que celebraba una reunión
en Toronto, Canadá. En los Estados Unidos pronunció tres conferencias sobre ayuda mutua en el
Instituto Lowell de Boston, y otra en Nueva York. En esta última ciudad se entrevistó con Johann
Most, Benjamin Tucker y el líder socialista Daniel de Leon. En Pittsburgh intentó visitar a
Alexander Berkman que estaba en prisión, pero no se lo permitieron. También arregló para publicar
sus Memorias de un revolucionario en entregas en el Atlantic Monthly, que luego se publicaría en
forma de libro en 1899.12 Paralelamente trabajó en la actualización y profundización de los
artículos que constituirían la edición definitiva de Campos, fábricas y talleres, publicada también
ese año. Durante la Guerra de los Bóeres Kropotkin se declaró en contra y denunció los crímenes
del ejército inglés, a pesar de que podía acarrearle la expulsión del país.
Volvió a los Estados Unidos en 1901, visitó Chicago y pronunció conferencias en importantes
universidades y en el Instituto Lowell de Boston, donde trató sobre literatura rusa, que luego se
publicarían como libro en Ideales y realidades de la literatura rusa. En Nueva York habló en la
Liga de Educación Política, en el Cooper Union ante 5000 personas y dos veces en un local de la
Quinta Avenida. También pronunció discursos en Harvard y en el Wellesley College. Además,
asistió a varias reuniones y actos organizados por sus amigos anarquistas, siempre muy concurridas
y animadas.12 Regresó en mayo a Inglaterra y se dedicó de lleno a sus trabajos teóricos,
completando los últimos artículos de El apoyo mutuo, que saldría a la luz en 1902.
Sus achaques de salud, en especial sus afecciones bronquiales, prácticamente le impidieron volver a
la vida pública. En 1903 y 1904 expuso sus teoría geológicas en la Sociedad Geográfica. En 1904
publicó La necesidad ética de la época actual y en 1905 La moral de la naturaleza. Pero ese año
sufrió un ataque cardíaco después de un acto en homenaje a los decembristas, que casi acaba con su
vida. La Revolución rusa de 1905 volvió a enfocar a Kropotkin en los asuntos de su país natal. Pero
en julio recibió la noticia de la muerte de su amigo Eliseo Reclus; Kropotkin escribió artículos en su
memoria para el Geographical Journal y para Freedom. En otoño de 1907 se mudó a una casa en
High Gate, donde terminó los trabajos teóricos pendientes, publicando en 1909 La Gran Revolución
francesa, El terror en Rusia y entre 1910 y 1915 una serie de artículos en The Nineteenth Century
sobre ética y ayuda mutua, evolucionismo, y sobre herencia biológica, tomando partido por un
neolamarckismo y criticando las ideas de August Weismann acerca del plasma germinal.38

La Guerra Europea y la Revolución rusa


En los últimos años del siglo xix el movimiento anarquista ruso había iniciado un cierto
florecimiento, lo cual trajo consecuentemente un incremento en la actividad de los grupos
emigrados en Suiza, Francia e Inglaterra. En 1903 en Ginebra apareció Jleb i volia (Pan y Libertad),
que introducido ilegalmente, llegó a influir dentro de Rusia. Kropotkin y Cherkésov le dieron su
apoyo, escribiendo artículos sin firma. Si bien en lo teórico la influencia de Kropotkin era notoria,
no lo era así en otras cuestiones tácticas y de práctica política concreta. Su oposición al terrorismo
(es decir, a los asaltos como forma de financiación económica), contrastaba con las prácticas de
muchos pequeños grupos anarquistas que actuaban en el interior de Rusia, desestabilizando al
régimen zarista.
Abogó por la expropiación, porque el pueblo libre fuera a los almacenes y tomara la comida y la
ropa que necesitara, siempre racionalizando. Para la vivienda se actuaría de la misma forma. Los
alquileres se suprimirían, las casas vacías serían tomadas por familias que vivieran en la calle.
Aquel que tuviera habitaciones libres, podrían ser tomadas por gente que las necesitara.
Declaró que todos los hombres y mujeres tienen derecho al bienestar social. Formuló ideas como las
de trabajar cinco horas al día, teniendo el resto del tiempo libre para participar en tareas lúdicas de
interés individual. Se comenzaría a contribuir a la sociedad a la edad de 25 años y se terminaría a
los 45.
Demostró también cómo un sinfín de asociaciones funcionan sin la autoridad del estado, como la
Cruz Roja o la Asociación Inglesa de Salvamento de Náufragos (Lifeboat Associations). Es más, la
evolución de todas éstas asociaciones fue vertiginosa, notoria y alabada por todos. El estado lejos de
ser el defensor, es el opresor y causante de todos los males del pueblo.
Mostró, además, una nueva y revolucionaria idea. Nos habló del espíritu organizador del pueblo.
Pues como el pueblo, lejos de ser una masa de salvajes guiados por su sentido común, con capaces
de traer «el nuevo orden» en ausencia de autoridad alguna.
Kropotkin se inclinaba por el anarcosindicalismo, el movimiento de masas y la participación en los
soviets (mientras no se convirtiesen en organismo de autoridad). Las discusiones tácticas llevaron a
los anarquistas rusos a celebrar dos conferencias en Londres en diciembre de 1904 y octubre de
1906, y publicando un documento titulado La revolución rusa y el anarquismo en 1907. En estos
documentos tuvo una fuerte presencia el pensamiento de Kropotkin, influenciado por los
acontecimientos revolucionarios de 1905.39 A partir de entonces Kropotkin comenzó a pensar en
regresar a Rusia a participar de la lucha contra la autocracia.40
Su salud siguió declinando y en otoño de 1911 volvió a trasladar su residencia, estableciéndose en
Kemp Town, Brighton, su último hogar en Inglaterra. Por razones de salud, desde hacía algunos
años Kropotkin pasaba los inviernos en el extranjero, para no sufrir las intemperancias del clima. En
estos viajes visitó París y la región de Bretaña (Francia), Ascona, Bordighera y Rapallo (Italia) y
Locarno (Suiza), cuyo clima aliviaba sus bronquitis crónica. En 1912 participó del Congreso
Internacional de Eugenesia en Londres, donde expuso puntos de vistas críticos hacia la
esterilización de personas que defendían algunos científicos. Ese año participó de la campaña para
evitar la deportación a Italia de Errico Malatesta, logrando influir al ministro del gabinete liberal
John Burns para que se suspendiera dicha medida. En diciembre de 1912, al cumplir 70 años,
recibió emotivos homenajes y felicitaciones; en uno de ellos que se celebró en el Palace Theatre de
Londres, hablaron George Bernard Shaw, George Lansbury y Josiah Wedgwood, entre otros.41
Después de la revolución de 1905 el anarquismo en Rusia experimentó un crecimiento vertiginoso,
surgiendo decenas de grupos por todo el país. Las obras de Kropotkin comenzaron a editarse de
forma legal o ilegal; su influencia se dio fundamentalmente entre los anarquistas comunistas y los
anarcosindicalistas. El periódico de los emigrados en el que participaba Kropotkin se disolvió y fue
reemplazado por Listkí Jleb i volia, tarea en que colaboró con Alexander Schapiro y Maria
Goldsmith. Pero en junio de 1907 debió abandonar su publicación. Dedicó sus energías a traducir al
ruso y editar buena parte de su obra, entre las que destacan la edición de La Gran Revolución
Francesa, finalizada en 1914. Kropokin colaboró también con el periódico de anarquistas
emigrados Rabochi Mir y en algunos números de Jleb i volia, que reapareció fugazmente durante
1910 en París.
Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial, rompiendo con el tradicional antibelicismo
de los anarquistas, tomó partido por la Francia republicana frente al Imperio Alemán de Bismarck,
al que consideraba el mayor peligro, ya que pensaba que era necesario oponerse a la política
extremadamente militarista de Alemania para generar un contrapeso geopolítico.42 Al iniciarse el
conflicto, se produjo una brecha entre Kropotkin, Jean Grave y los anarquistas que apoyaban la
intervención en la guerra, con el movimiento anarquista internacional, lo cual le valió fuertes
críticas y la ruptura con muchos de sus viejos amigos como Dumartheray, Herzig y Luigi Bertoni.43
Esta actitud le llevó a una disputa con los miembros de Freedom, que publicó una carta de
Malatesta44 demoledoramente crítica hacia el belicismo de Kropotkin, carta que representaba la
opinión mayoritaria del movimiento anarquista.
Después de una violenta discusión con Thomas Keell, director de Freedom, Kropotkin, Cherkésov,
Sofía y otros anarquistas favorables a los Aliados se abrieron del grupo editorial del que eran
fundadores.45 Casi todos los anarquistas manifestaron su rechazo a la guerra y su desacuerdo con
Kropotkin, que fue apoyado por Jean Grave, James Guillaume, Paul Reclus, Carlos Malato,
Christiaan Cornelissen; estos firmaron una declaración belicista conocida como el Manifiesto de los
Dieciséis, y editaron su propio periódico, La Bataille Syndicaliste. Este manifiesto fue también
respondido por otro manifiesto de oposición a la guerra, apoyado por Malatesta, Shapiro, Emma
Goldman, Alexander Berkman, Thomas Keell y Rudolf Rocker, entre otros.46 Poco después
manifestaron su crítica al grupo de anarquistas belicistas Luigi Fabbri, Émile Armand y Sebastian
Faure.
Kropotkin y su grupo quedaron prácticamente aislados no solo dentro del movimiento anarquista,
sino también del movimiento socialista en general. La posición de Kropotkin fue aprovechada por
Lenin para calificarlo de pequeño burgués y patriotero, y así poder atacar a los anarquistas, en su
amplia mayoría contrarios a la guerra. Kropotkin perdió contacto con sus viejos amigos anarquistas
y se recluyó en su residencia, hasta que en marzo de 1917 llegaron las primeras noticias acerca de la
caída del zarismo.
Retorno a Rusia y muerte

Kropotkin a su paso por Haparanda en 1917


Tras la Revolución de Febrero Kropotkin decidió emprender el regreso, entusiasmado por el giro de
los acontecimientos. A mediados de 1917 embarcó de incógnito en Aberdeen con destino a Bergen
(Noruega), pero a pesar del secreto fue recibido por una manifestación de trabajadores y
estudiantes. Atravesó Suecia y Finlandia ingresando a Rusia después de 41 años. Durante todo el
viaje recibió muestras de apoyo y afecto por cada pueblo que pasó. Llegó a Petrogrado en
ferrocarril a las dos de la madrugada, siendo recibido en la estación por un regimiento militar, una
banda interpretando La Marsellesa y una manifestación de bienvenida de 70,000 personas.
Este período se caracterizó por una frenética participación en actos, discursos y reuniones, lo que
afectó gravemente a su salud deteriorada. Pero no se recompuso su relación con el grueso del
movimiento anarquista, ya que Kropotkin seguía insistiendo en que la participación en la guerra
aseguraría las conquistas de la revolución; lo que "le llevó a situaciones y compañías equívocas."47
La inmensa mayoría de los anarquistas no apoyaba la guerra, razón por la cual mantuvo relaciones
ocasionales con los mencheviques, y otros partidos constitucionalistas belicistas alejados del sector
revolucionario. Kerensky le ofreció un cargo en el gobierno, una fuerte pensión mensual y
residencia en el Palacio de Invierno, pero Kropotkin lo rechazó dignamente, aunque no rehusó
brindar sus consejos informalmente.48
En agosto abandonó la frenética Petrogrado y se estableció en Moscú, participando poco después en
la Conferencia de Estado de todos los partidos como orador, donde se manifestó crítico con las
políticas bolcheviques, y a favor de continuación de la guerra y de la constitución de una república
federal. Estas manifestaciones reformistas y moderadas fueron utilizadas por los bolcheviques para
desacreditar a Kropotkin y contragolpear a los anarquistas. La Revolución de Octubre acabó con el
gobierno de Kerensky, asumiendo el poder los bolcheviques. El fin de la guerra y la radicalización
del movimiento de masas acabaron con el desconcierto ideológico que se había apoderado de
Kropotkin desde su apoyo a la Entente, y retomó sus principios anarquistas. Se abocó a trabajar en
la Liga Federalista, un grupo de estudiosos de las problemáticas sociológicas que impulsaba el
federalismo y la descentralización, brindaba datos estadísticos y estudios al público, pero a
mediados de 1918 fue suprimida por las autoridades bolcheviques. Si bien Kropotkin no fue
personalmente afectado por la represión (ya que lo consideraban inofensivo), los bolcheviques
iniciaron su represión no solo contra los opositores mencheviques y social-revolucionarios, sino
también contra los grupos, organizaciones y periódicos anarquistas, que habían apoyado el
movimiento de masas en la Revolución de Octubre. Esta situación y el fin de la guerra, lo acercaron
a los anarquistas rusos, con quienes recompuso sus buenas relaciones, teniendo tratos con Grigori
Maksímov, Volin y Alexander Shapiro.
Multitud acompañando al féretro de Kropotkin
En la primavera de 1918 Kropotkin recibió la visita de Néstor Majnó, líder campesino de los
anarquistas de Ucrania. En Dmítrov se encargó de reorganizar el museo local, y se abocó a terminar
su Ética (que finalmente quedará inconclusa), que debía interrumpir por períodos su trabajo a causa
de problemas de salud. Kropotkin, a pesar de su enfrentamiento con los bolcheviques, rechazaba
aún más el intervencionismo de los Aliados occidentales en los asuntos rusos. A principios de mayo
de 1919 se entrevistó con Lenin en Moscú, haciendo Kropotkin una defensa de las cooperativas que
los bolcheviques atacaban, y criticando los métodos coercitivos y la burocracia de los bolcheviques,
aunque el tono general de la entrevista fue cordial. Más adelante le escribiría a Lenin en 3
oportunidades, pero sus peticiones y críticas nunca fueron atendidas.49
Los métodos bolcheviques hicieron que Kropotkin endureciese su visión crítica. Esta actitud ha sido
testimoniada por los visitantes Alexander Berkman, Emma Goldman, Alexander Shapiro, Ángel
Pestaña y Agustín Souchy Bauer y por las cartas que escribió Kropotkin a Georg Brandes y a
Alexander Atabekian. Escribió en junio de 1920 una "Carta a los obreros del mundo occidental"
donde expuso sus concepciones anarquistas y sus críticas a la Revolución lúcidamente. En 1920
escribió una dura carta a Lenin reprochándole la práctica de amenazar con asesinar a los prisioneros
de guerra para protegerse de sus adversarios.
Ha aparecido la noticia, en los diarios Izvestia y Pravda que da a conocer la decisión del
gobierno soviético de tomar como rehenes a algunos miembros de los grupos de
Sávinkov y Cherkov del partido socialdemócrata, del centro táctico nacionalista de los
guardias blancos, y a oficiales de Wrangel, para que, en caso de que sea cometido un
intento de asesinato contra 108 líderes de los soviets, sean "exterminados sin piedad"
tales rehenes. ¿Es que realmente no hay nadie cerca de usted que recuerde a sus
camaradas y les persuada de que tales medidas representan un retorno al peor periodo de
la Edad Media y de las guerras religiosas, y es totalmente decepcionante de gente que se
ha echado a cuestas la creación de la sociedad en consonancia con los principios
comunistas? Cualquier persona que ame el futuro del comunismo no puede lanzarse a
lograrlo con tales medidas... ...Pienso que deben tomar en cuenta que el futuro del
comunismo es más precioso que sus propias vidas. Y me alegraría que con sus
reflexiones renuncien a este tipo de medidas. Con todo y estas muy serias deficiencias,
la revolución de Octubre ha traído un enorme progreso. Ha demostrado que la
revolución social no es imposible, cosa que la gente de Europa Occidental ya habla
empezado a pensar. y que, a pesar de sus defectos está trayendo algún progreso en
dirección a la igualdad. Por qué entonces golpear a la revolución empujándola a un
camino que la lleva a su destrucción, sobre todo por defectos que no son inherentes al
socialismo o al comunismo, sino que representa la sobrevivencia del viejo orden y de
los antiguos efectos destructivos de la omnívora autoridad ilimitada?
P. Kropotkin
Kropotkin en su lecho de muerte.
Kropotkin volvió a entrevistarse con Lenin, donde le expuso sus puntos de vista. A partir de
noviembre su salud comenzó a deteriorarse, y el 23 de diciembre de 1920 escribió al anarquista
neerlandés P. de Reyger su última carta. En enero comenzó a padecer una neumonía, y a pesar de
los cuidados médicos, falleció a las 3 de la madrugada del 8 de febrero de 1921, en Dmítrov.

Multitudinario funeral
El gobierno bolchevique ofreció un funeral oficial pero la familia y amigos anarquistas rechazaron
la oferta. Los grupos anarquistas rusos formaron una comisión fúnebre para organizar la ceremonia,
entre los que se destacaban Alexander Berkman, Emma Goldman y Sasha Kropotkin. Desde las
autoridades locales apenas se permitió la edición de dos folletos en su memoria que debían pasar
por la censura previa, por lo que los anarquistas reabrieron una imprenta clausurada por la Cheka y
editaron los folletos sin censura previa.50

Oradores en el funeral: Goldman, Baron, Maksímov y Berkman


Mientras tanto, cientos de obreros, estudiantes, campesinos, funcionarios y soldados pasaban por la
pequeña vivienda a despedirse del viejo revolucionario. Las escuelas permanecieron cerradas en
señal de duelo y los niños arrojaban ramas de pino al paso de la comitiva que transportaba el cuerpo
de Kropotkin. El ataúd fue llevado a la estación del ferrocarril, y de allí en tren a Moscú. Una
multitud recibió el féretro y lo acompañó hasta el Palacio del Trabajo. Los anarquistas presionaron
al gobierno para que se liberase provisionalmente a los anarquistas detenidos y se les permitiese
acudir a la celebración. Kámenev les prometió liberar a los detenidos a cambio de que los
anarquistas no convirtiesen el ceremonial en una manifestación de repudio al gobierno. En mitad
del acto llegaron solo siete de los anarquistas detenidos, entre los cuales se encontraban Aarón
Baron y Grigori Maksímov.5152
La multitud de unas 100,000 personas acompañó al féretro los 8 kilómetros que distaban hasta el
Cementerio Novodévichi. Los seguía una orquesta que ejecutaba la Sinfonía Patética de
Chaikovski. Cientos de banderas de partidos políticos, sociedades científicas, sindicatos y
organizaciones estudiantiles ondeaban entre los concurrentes. También flameaban las banderas
negras de los anarquistas. En el Museo Tolstói también ondeaba la bandera negra, y al pasar los
manifestantes por la Prisión de Butyrka, los presos políticos extendían los brazos por las ventanillas
enrejadas para saludar. Una vez en el cementerio, los oradores fueron pronunciando sus homenajes;
el último en hablar fue Aarón Barón, uno de los anarquistas presos liberados provisionalmente, que
audazmente protestó contra el gobierno bolchevique, las cárceles y las torturas contra los
revolucionarios opositores. El entierro de Kropotkin fue la última manifestación masiva del
anarquismo ruso durante el gobierno bolchevique.5352

Pensamiento
Político

Conferencia de Kropotkin en Inglaterra


Hasta el momento, en las bases del anarquismo encontrábamos la colectivización de los medios de
producción, gestionados éstos por sociedades obreras. También encontramos un salario según lo
realizado por cada uno/a y la desaparición del Estado y del gobierno. Ideas llegadas gracias a las
aportaciones de Proudhon, Guillaume, Bakunin, entre otros.
Aun así, el comunismo libertario de Kropotkin, no estuvo exento de algunas divergencias frente a
las tesis proudhonianas y bakunistas. Kropotkin basaba su pensamiento en torno a tres ejes:
1. ¿Cómo organizar la producción y el consumo en una sociedad libre?: Mediante la
colectivización de los medios de producción y los bienes obtenidos, junto con una
racionalización de la economía y la creación de la comuna autosuficiente (la comuna
suprime las diferencias campo-ciudad, crea una descentralización industrial y también
suprime la división del trabajo). Además, por el contrario del capitalismo, no rige el
principio de máximo beneficio individual, puesto que rige un principio más justo e
igualitario: "a cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades".54
Sustentado todo en el apoyo mutuo.
2. Apoyo mutuo: En el apoyo mutuo reside una interpretación más amplia en contraste del
evolucionismo darwiniano: Kropotkin demuestra que la cooperación y la ayuda recíproca
son prácticas comunes y esenciales en la naturaleza humana. Si se renuncia a la solidaridad
por la codicia, se cae en la jerarquización social y el despotismo.
3. Concepción moral y ética: Solo una moral basada en la libertad, solidaridad y justicia. En
todo caso, la ciencia ha de ser la guía de los fundamentos éticos y no de principios
sobrenaturales. La investigación de las estructuras sociales, debe producir el conocimiento
de las necesidades humanas, base para el desarrollo de una sociedad libre.

Naturalista
En su faceta de naturalista, planteó la importancia de la cooperación como factor clave en la
evolución paralelo a la competencia. Su trabajo más famoso, La ayuda mutua, escrito a partir de sus
experiencias en las expediciones científicas durante su estancia en Siberia, critica las ideas de
Thomas Henry Huxley y Herbert Spencer (padre del darwinismo social) que basaban la selección
natural en la lucha entre individuos. En un principio, los procesos en los cuales las especies basaban
sus interacciones intraespecíficas e interespecíficas se habían relacionado principalmente con dos
conceptos importantes: «lucha por la existencia» y «altruismo». Ambos términos fueron
trascendentales en la concepción darwinista de la evolución. Sin embargo, el primero de ellos fue
para muchos el que aportaba más elementos para explicar la evolución de las especies. Kropotkin
para refutar la lucha por la vida como eje central en la evolución, realiza una serie de estudios en
Siberia de 1862 a 1867 y observa que las especies en esa parte de Asia septentrional, lejos de
ostentar una lucha encarnizada por sobrevivir, mostraban una conducta altruista que él definiría
como «apoyo mutuo». De tal forma, el altruismo entre las especies fue para él lo que proporcionará
a las mismas el éxito en la lucha por la existencia.
Sus obras fueron escritas tanto en inglés como en francés en principio popularizándose en otros
idiomas como el español, actualmente existen ejemplares en múltiples idiomas.

Obra
Año Título original Título en castellano Editor/ciudad
Dolzhnyi-li my zaniat'sia ¿Debemos encargarnos de
Reproducido en Byloe, no. 17
1873 rassmotreniem ideala examinar el ideal de un
(1921)
budushchego stroia? sistema futuro?
1873 Pugachev ili bunt 1773 goda Ginebra
Bulletin de la Fédération
A propos de la question A propósito de la cuestión de Jurassienne de l'Association
1876
d'Orient Oriente Internationale des Travailleurs.
Ginebra
Investigación sobre la era Notices of the Imperial
1876 Research on the Ice age
glacial Russian Geographical Society
Nouvelles de l'extérieur: Bulletin de la Fédération
1877 Noticias del exterior: Rusia
Russie Jurassienne. Ginebra
Bulletin de la Fédération
1877 Les Trades Unions Los sindicatos
Jurassienne. Ginebra
Bulletin de la Fédération
1877 Affaires d'Amérique Asuntos de América
Jurassienne. Ginebra
1877 Bulletin international Boletín internacional L'Avant-Garde
1877 Le Vorwärts et le peuple russe El Adelante y el pueblo ruso Bulletin de la Fédération
Jurassienne. Ginebra
La idea anarquista desde el
Idée anarchiste au point de
1879 punto de vista de su Le Révolté. Ginebra
vue de sa réalisation pratique
realización práctica
1879 Le Procès de Solovieff El proceso de Solovieff Ginebra
1879 La Situation La situación Le Révolté. Ginebra
La descomposición de los
1879 La Décomposition des États Le Révolté. Ginebra
Estados
1880 La Commune de Paris La Comuna de París Le Révolté. Ginebra
1880 L'Année 1879 El año 1879 Le Révolté. Ginebra
Le Gouvernement
1880 El gobierno representativo Le Révolté. Ginebra
représentatif
1880 Les Pendaisons en Russie Las ejecuciones en Rusia Le Révolté. Ginebra
1880 La Commune La Comuna Le Révolté. Ginebra
1880 Aux Jeunes Gens A los jóvenes Le Révolté. Ginebra
1880 La Question agraire La cuestión agraria Le Révolté. Ginebra
1880 Les Élections Las elecciones Le Révolté. Ginebra
1881 L'Année 1880 El año 1880 Le Révolté. Ginebra
1881 Les Ennemis du peuple Los enemigos del pueblo Le Révolté. Ginebra
1881 La Commune de Paris La comuna de París Le Révolté. Ginebra
1881 La Situation en Russie La situación en Rusia Le Révolté. Ginebra
La Vérité sur les exécutions La verdad sobre las
1881 Le Révolté. Ginebra
en Russie ejecuciones en Rusia
Le Révolté. Ginebra (Ed. cast:
1881 L'Espirit de Révolté El espíritu de rebelión Folletos Revolucionarios, R.
N. Baldwin, comp.)
1881 Tous socialistes Todos socialistas Le Révolté. Ginebra
1881 L'Ordre El orden Le Révolté. Ginebra
Les Minorités
1881 Las minorías revolucionarias Le Révolté. Ginebra
révolutionnaires
1881 L'Organisation ouvrière La organización obrera Le Révolté. Ginebra
The Russian Revolutionary The Newcastle
1882 El partido revolucionario ruso
Party Chronicle/Fortnightly Review
1882 L'Expropriation La expropiación Le Révolté. Ginebra
1882 La Guerre. La guerra Le Révolté. Ginebra
1882 Les Droits politiques Los derechos políticos Le Révolté. Ginebra
1882 Théorie et pratique Teoría y práctica Le Révolté. Ginebra
El aniversario del 18 de
1882 L'Anniversaire du 18 mars Le Révolté. Ginebra
marzo
1882 La Loi de l'autorité La ley de la autoridad Le Révolté. Ginebra
Le Gouvernement pendant la El gobierno durante la
1882 Le Révolté. Ginebra
révolution revolución
Los preludios de la
1882 Les Préludes de la révolution Le Révolté. Ginebra
revolución
1882 La Situation en France La situación en Francia Le Révolté. Ginebra
The Nineteenth Century.
1883 Russian Prisons Las prisiones rusas
Londres
The Fortress Prison of St La prisión fortaleza de San The Nineteenth Century.
1883
Petersburg Petersburgo Londres
The Nineteenth Century.
1883 Outcast Russia Rusia marginal
Londres
The Nineteenth Century.
1884 Exile in Siberia Exilio en Siberia
Londres
Finlandia: una nacionalidad The Nineteenth Century.
1885 Finland: a Rising Nationality
naciente Londres
ed. Elisée Reclus. París;
1885 Paroles d'un Révolté. Palabras de un rebelde Flammarion. Montreal; Black
Rose Books. New York (1992)
The Nineteenth Century.
1885 What Geography Ought to Be Lo que debe ser la geografía.
Londres
The Place of Anarchism in El lugar del anarquismo en la
1886 Le Révolté. Ginebra
Socialistic Evolution. evolución socialista
1886 L'Expropriation La expropiación Le Révolté. Ginebra
La anarquía en la evolución
1886 Anarchy in Socialist Evolution Le Révolté. Ginebra
socialista
1886 Comment on s'enrichit Como se han enriquecido Le Révolté. Ginebra
1886 La Pratique de l'expropriation La práctica de la expropiación Le Révolté. Ginebra
1886 La Guerre sociale La guerra social Le Révolté. Ginebra
1886 Les Ateliers nationaux Los talleres nacionales Le Révolté. Ginebra
In Russian and French
1887 Las prisiones Ward and Downey. Londres
Prisons
The Nineteenth Century.
1887 The Coming Anarchy La anarquía por venir
Londres
The Scientific Basis of Las bases científicas de la The Nineteenth Century.
1887
Anarchy anarquía Londres
The Industrial Village of the La ciudad industrial del The Nineteenth Century.
1888
Future futuro Londres
1888 Le Salariat El asalariado La Révolte. París
1889 Le centenaire de la révolution El centenario de la revolución La Révolte. París
1889 Ce que c'est qu'une grève Qué es una huelga. La Révolte. París
Trabajo intelectual y trabajo The Nineteenth Century.
1890 Brain Work and Manual Work
manual Londres
La morale anarchiste au point La moral anarquista del punto
1890 de vue de sa réalisation de vista de su realización La Révolte. París
pratique práctica
Le Mouvement ouvrier en El movimiento obrero en
1890 La Révolte. París
Angleterre Inglaterra
1890 Le Premier Mai El primero de mayo La Révolte. París
1891 La Morale anarchiste La moral anarquista Folleto. París
Folleto. Londres (Ed. cast:
Anarchist-Communism: Its El comunismo anarquista: su
1891 Folletos Revolucionarios, R.
Basis and Principles base y sus principios
N. Baldwin, comp.)
1891 Les Grèves anglaises Las huelgas inglesas La Révolte. París
1891 L'Entente La Entente La Révolte. París
1891 Étude sur la Révolution Estudio sobre la revolución La Révolte. París
Message to delegates at the Mensaje a los delegados en el
1891 meeting of British and French encuentro de sindicalistas Freedom. Londres
Trade Unionists británicos y franceses
La Mort de la nouvelle La muerte de la nueva
1891 La Révolte. París
Internationale Internacional
1892 La Conquête du Pain La conquista del pan París
1892 Affaire de Chambles El asunto de Chambles La Révolte. París
1892 Le Terrorisme El terrorismo La Révolte. París
1892 Explication Explicación La Révolte. París
1892 The Spirit of Revolt El espíritu de rebelión Commonweal
On the Teaching of Acerca de la enseñanza de la Geographic Journal, vol. 2, p.
1893
Physiography fisiografía 350-359. Londres
1893 L'agriculture La agricultura La Révolte. París
Speech on Anarchism at Discurso en Grafton Hill
1893 Freedom
Grafton Hall sobre el Anarquismo
Les Principes dans la Los principios en la
1893 La Révolte. París
révolution revolución
1893 Un Siècle d'attente Un siglo de espera París
1894 Les Temps nouveaux Los tiempos nuevos París
Freedom Pamphlets, no. 2,
1895 The Commune of Paris La comuna de París
London: W. Reeves
The Present Condition in Las condiciones actuales en The Nineteenth Century. V. 38,
1895
Russia Rusia pp. 519-35. Londres
Libr. Sociale. París (Ed. cast:
L'anarchie: sa philosophie, El anarquismo: su filosofía y
1896 Folletos Revolucionarios, R.
son idéal. su ideal
N. Baldwin, comp.)
L'Anarchie dans L'Evolution La anarquía en la evolución
1896 La Révolte. París
socialiste socialista
1896 An Appeal to the Young Llamado a los jóvenes W. Reeves. Londres
La Grande Grève des Docks Bibliothèque des Temps
1897 La gran huelga de los muelles
(con John Burns) nouveaux. París
Les Temps Nouveaux. París
1897 L'Etat: son rôle historique El estado y su rol histórico
(Hay ed. castellana)
The Geographical Journal,
JSTOR The population of
1897 La población de Rusia Vol. 10, n.º 2, pp. 196-202.
Russia
Londres
The Geographical Journal,
JSTOR The old beds of the Los antiguos cauces del Amu-
1898 Vol. 12, n.º 3, pp. 306-310.
Amu-Daria Daria
Londres
1898 Anarchist morality Moralidad anarquista Free Society. San Francisco
Some of the Resources of Algunos de los recursos de The Nineteenth Century.
1898
Canada Canadá March, pp. 494-514. Londres
1899 Césarisme Cesarismo Les Temps Nouveaux. París
Fields, Factories and
1899 Campos, fábricas y talleres Hutchinson. Londres
Workshops
Memorias de un Houghton, Mifflin. Nueva
1899 Memoirs of a Revolutionist
revolucionario York
1900 Communisme et anarchie Comunismo y anarquía Les Temps Nouveaux. París
L'Organisation de la vindicte La organización de la
1901 París
appellée Justice venganza apodada Justicia
Londres. Ed. en ruso; en inglés
Modern Science and Ciencia moderna y en 1903. (Ed. cast: Folletos
1901
Anarchism anarquismo Revolucionarios, R. N.
Baldwin, comp.)
The Development of Trade
1901 El desarrollo del sindicalismo Londres
Unionism
1902 Mutual Aid El apoyo mutuo Heinemann. Londres
1902 Zapiski revolutsionera Londres
Discusión con Mr.
Mackinder; Mr. Ravenstein; The Geographical Journal,
On Spherical Maps and
1903 Dr. Herbertson; Mr. Andrews; Vol. 22, n.º 3, pp. 294-299,
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1904 The desiccation of Eur-Asia La desecación de Eurasia
741
The Geographical Journal,
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The ethical needs of the Las necesidades éticas del The Nineteenth Century LVI
1904
present day presente (330), pp. 207-26. Londres
Cómo fue fundado Le
1904 Comment fut fondé Le Révolté Les Temps Nouveaux. París
Révolté
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1904 Maxim Gorky Máximo Gorki 2924, pp. 1378-1371. New
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Ideals and realities in Russian Idales y realidades en la
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1905
in Russia constitucionalista en Rusia Londres
1905 Bakunin Jleb I volia
The Nineteenth Century.
1905 The Revolution in Russia La revolución en Rusia
Londres
Nashe otnoshenie k
1906 kret'ianskim i rabochim Jleb i volia. Londres
soiuzam
1909 The Terror in Russia El terror en Rusia Methuen. Londres
Londres (Hay ed. castellana.
The Great French Revolution,
1909 La gran revolución francesa Ed Proyección, Buenos Aires,
1789-1793
1977)
1910 Anarchism Anarquismo The Encyclopaedia Britannica,
11th edition (Ed. cast: Folletos
Revolucionarios, R. N.
Baldwin, comp.)
1910 Insurrection et révolution Insurrección y revolución Les Temps Nouveaux. París
La Croisade la science de M. La cruzada en la ciencia de
1913 Les Temps Nouveaux. París
Bergson M. Bergson
The Nineteenth Century.
1913 The Coming War La guerra próxima
Londres
L'action anarchiste dans la La acción anarquista en la
1914 París
révolution revolución
1916 La Nouvelle Internationale La nueva Internacional París
1916 War! ¡Guerra! William Reeves. Londres
Law and authority; an Ley y autoridad; un ensayo
s/d William Reeves. Londres
anarchist essay anarquista
Direct Action of Environment La acción directa del The Nineteenth Century, V. 85,
1919
and Evolution ambiente y la evolución pp. 70-89. Londres
1920 The Wage System El sistema salarial Freedom Pamphlets
1921 Ideal v revoliutsii Ideal en la revolución Byloe n°17
Petrogrado-Moscú; Golos
1922 Etika Ética
Truda
1923 Chto delat'? ¿Qué hacer? Rabochii put'; no. 5. Berlin
Ethics: Origin and George G. Harrap & Co., Ltd.
1924 Ética: su origen y evolución.
Development Londres

Lista de publicaciones
Diversas publicaciones de la época editaron numerosos artículos y cartas de Kropotkin. Entre estas
se destacan:
The Times, Nature, Daily Chronicle, The Nineteenth Century, Forthnightly Review, The Atlantic
Monthly, La Revue Scientifique, The Geographical Journal, Freedom, Le Révolté, Temps Nouveaux,
L'Avant Garde, Commonweal, Jleb i volia, L'Intransigeant, Litski Jleb i volia, Voice of Labour,
Newcastle Daily News, Arbeiterfreund, Tierra y Libertad, Bataille Syndicaliste, The Speaker, Le
Soir y Ecole Renouvé (Bruselas), La Protesta, Probuzhdenie (Detroit), Golos Truda, Dielo Truda e
Independent (Nueva York), Politiken (Copenhague), The Alarm, El Productor (Barcelona), Avant
Courier (Oregón), La Revista Blanca (Madrid).

Bibliografía acerca de Piotr Kropotkin


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Peter Kropotkin. (Hay ed. castellana)

Cronología
• 1842 - Nace en Moscú, Rusia, un 9 de diciembre, en el seno de una familia rica y noble.
• 1857 - Se une al Cuerpo de Pajes donde inicia su reputación de rebelde.
• 1858 - Sus primeros escritos presentan interés en economía política y estadística.
• 1861 - Primera experiencia en la prisión causada por participar en una protesta estudiantil.
• 1862 - Se desilusiona de la realeza cuando como page de chambre del zar es testigo de las
extravagancias de la corte.
• 1862-1867 - Se incorpora al servicio militar en Siberia donde conoce las condiciones de vida
locales y la corruptela administrativa regional.
• 1868-1870 - Realiza investigaciones y estudios geográficos.
• 1871 - Se interesa en el movimiento obrero y por los eventos de la Comuna de París.
• 1872 - Viaja a Suiza donde su une a la Internacional; retorna a Rusia con gran cantidad de
literatura socialista prohibida.
• 1873 - Como miembro del Círculo Chaikovski, colabora en reescribir panfletos de modo que
pudieran ser entendidos por gente de poca educación; muestra gran capacidad para
comunicarse a los trabajadores.
• 1874 - Es encarcelado en la Fortaleza de Pedro y Pablo por actividades revolucionarias. Con
la intervención de la Sociedad Geográfica Rusa, se le otorga un permiso especial para
trabajar en una investigación sobre los periodos glaciales.
• 1876 - Escapa de un hospital militar y se traslada a Inglaterra.
• 1877 - Retorna a Suiza a trabajar con la Federación del Jura. Asiste a las reuniones de la
Primera Internacional en Gante.
• 1878 - Contrae matrimonio con Sofía Ananiev.
• 1881 - Asiste al congreso de la Internacional Anarquista en Londres. Apoya la propaganda
por el hecho y el asesinato del zar Alejandro II. Es expulsado de Suiza. El gobierno ruso
planea asesinarlo, pero el complot es descubierto con gran escándalo.
• 1882 - A poco de mudarse a Francia es arrestado por su trabajo en la Primera Internacional y
es sentenciado a 5 años de prisión. Es liberado en 1886 con la condición de abandonar
Francia.
• 1886 - Vuelve a Inglaterra. Se entera del suicidio de su hermano Alexander, exiliado en
Siberia por cuestiones políticas. Es cofundador del periódico británico Freedom.
• 1890 - Se dedica a escribir. Visita Canadá y los Estados Unidos en 1897. El Atlantic
Monthly publica sus memorias. Desarrolla su teoría anarcocomunista.
• 1901-1909 - Escribe material en ruso para sus compatriotas. Se siente desilusionado con los
resultados de la Revolución rusa de 1905.
• 1909-1914 - Vuelve a Suiza e intenta publicar sobre la masacre de 270 obreros en las minas
de oro de Lena, pero con el inicio de la Primera Guerra Mundial debe dejarse de lado esta
actividad. Retorna a Inglaterra y se instala en Brighton.
• 1914-1917 - Apoya al bando aliado en guerra con Alemania, y es coautor del Manifiesto de
los dieciséis. Su posición belicista lo aleja de muchos compañeros anarquistas,
especialmente de Errico Malatesta.
• 1917 - Retorna a Petrogrado donde ayuda al gobierno de Kerensky como consejero político.
Esta actividad finaliza al tomar el poder los bolcheviques. Vive aislado y en la pobreza sus
últimos años, y es crítico con el gobierno de Lenin.
• 1921 - Su funeral en el Cementerio Novodévichi, con la aprobación de Lenin convoca a
200,000 personas, última manifestación pública masiva de los anarquistas hasta 1987.

Notas
1.
• En la Rusia zarista el título de príncipe designaba a un noble de la alta aristocracia,
normalmente emparentado con la familia imperial. No se trata, pues, del sentido usual de
príncipe en otros países. Véase príncipe.
• Entrada de Piotr Kropotkin sobre el "anarquismo" de la Encyclopædia Britannica (undécima
ed.), Internet Archive. Texto de dominio público.
• Ya en 1858 Kropotkin había tenido su primer contacto con las ideas revolucionarias, cuando
leyó la revista de Herzen, La Estrella Polar. "Con un sentimiento que rayaba en veneración
acostumbraba yo mirar el medallón impreso en la cubierta de La Estrella Polar, y que
representaba las nobles cabezas de los cinco decembristas a quienes ahorcó Nicolás I
después de la rebelión del 14 de diciembre de 1825: Bestúzhev, Kajovski, Péstel, Ryléyev y
Muraviov-Apóstol". P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario
• Durante este período se formó en astronomía, física, historia, literatura y filosofía, y tuvo
noticia de las ideas evolucionistas de Charles Darwin, que tanto contribuirían a su
formación. (George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar,
1978, p. 42-46.)
• Kukel había sido designado gobernador de Transbaikalia y había tenido una relación
amistosa con Bakunin (George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed.
Jucar, 1978, p. 60-63).
• Las reformas que sugirió la investigación de Kropotkin nunca fueron aplicadas (George
Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 68-69)
• La lectura del Sistema de contradicciones económicas de Proudhon y los comentarios de N.
Sokolov, provocaron que el joven Kropotkin se convirtiese en socialista. (George
Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 66.)
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 76-80
• En 1873, publicó una importante contribución a la ciencia: un mapa en el que probaba que
todos los mapas existentes hasta ese entonces representaban erróneamente la estructura
física de Asia; las principales líneas estructurales corrían en verdad de sudoeste hacia el
noreste, no de norte a sur o de este a oeste como se creía. Ver, George Woodcoock e Ivan
Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 84-87
• George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 90-91
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 90-94
• Historia de la vida de Kropotkin, por Roger Baldwin, en: Kropotkin's Revolutionary
Pamphlets. R.N. Baldwin, ed. Vanguard Press, Inc. 1927
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 109-110
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 112-116
• No podía conciliar este tira y afloja de los jefes con los fogosos discursos que
había oído pronunciar en la tribuna, lo que me produjo tanta desilusión que
indiqué a Utin mi intención de ponerme en contacto con otra agrupación de la
Asociación Internacional de Ginebra, que era conocida por la bakuninista,
porque la palabra anarquista no estaba aún muy generalizada. Utin me dio en el
acto cuatro cartas para otro ruso llamado Nikolái Zhukovski, que pertenecía a
ella, y mirándome fijamente a la cara, me dijo suspirando: "Ya no volveréis más
a nuestro lado; os quedaréis con ellos." Y acertó en su pronóstico.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.

• Esta federación, integrada en su mayoría por obreros relojeros suizos, era "una asociación
sin ambiciones políticas y que no hacía distinciones entre los líderes y sus militantes de
base. Esta federación había sido enormemente influida por las teorías del anarquista ruso
Mijaíl Bakunin, al que Kropotkin no llegó a conocer (Historia de la vida de Kropotkin, por
Roger Baldwin, en: Kropotkin's Revolutionary Pamphlets. R.N. Baldwin, ed. Vanguard
Press, Inc. 1927)
• Dicha sociedad empezó sus actividades con un grupo insignificante de jóvenes,
entre los que se hallaba Sofía Peróvskaya, quien entró en él con objeto de
mejorar y perfeccionar su educación; y en su seno se encontraba también el
amigo antes mencionado. En 1869, Necháiev había intentado formar una
organización revolucionaria secreta entre la juventud, imbuida del deseo
anteriormente referido de trabajar entre el pueblo, y para conseguir tal resultado,
apeló a los recursos de los antiguos conspiradores, sin retroceder ni aun ante los
desengaños, al pretender que sus asociados se conformaran con su dirección.
Tales procedimientos no podían prosperar en Rusia, y pronto se disolvió su
sociedad. Todos sus miembros fueron detenidos, y algunos de los jóvenes más
entusiastas y decididos fueron desterrados a Siberia antes de haber podido hacer
nada. El círculo de mutua educación y mejoramiento de que vengo hablando, se
constituyó en oposición al sistema de Necháiev. Aquel número limitado de
amigos había juzgado, muy cuerdamente, que el desarrollo moral del individuo
debe ser la base de toda organización, cualquiera que sea el carácter político que
adopte después y el programa de acción que siga en el curso de los futuros
acontecimientos. A esto fue debido que el Círculo Chaikovski, ensanchando
gradualmente su campo de operaciones, se extendiera tanto en Rusia y
adquiriera tan importantes resultados; y más tarde, cuando las feroces
persecuciones del gobierno crearon una lucha revolucionaria, produjera esa
notable clase de hombres y mujeres que tan gallardamente sucumbieron en la
terrible contienda que empeñaron contra la autocracia.
P. Kropotkin; Memorias de un revolucionario.

• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 128
• Kropotkin fue delatado por un obrero que se había convertido en informante de la policía
(Historia de la vida de Kropotkin, por Roger Baldwin, en: Kropotkin's Revolutionary
Pamphlets. R.N. Baldwin, ed. Vanguard Press, Inc. 1927).
• Desterrado en el pueblito siberiano de Minusinsk, Aleksandr se suicidó después de 12 años
de ostracismo (George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar,
1978, p. 132).
• Participaron en la organización y plan de fuga el doctor Orestes Weimar, Madame Lavrova y
Stepniak, entre otros. El caballo negro utilizado para huir, bautizado "Bárbara", fue sirvió
para posteriores hechos revolucionarios, y ayudando a escapar a los asesinos del general
Mezentlov en 1878 (George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed.
Jucar, 1978, p. 134).
• George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 144-
146.
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 157-
158.
• Kropotkin también trabajaba en la composición, impresión y plegado de folletos y
periódicos. Sus principales ayudantes fueron dos obreros, Francois Dumartheray y George
Herzig, de quienes Kropotkin habla con admiración en sus Memorias de un revolucionario.
Ver, George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p.
164-166.
• Ver, George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p.166.
• Tomado de George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar,
1978, p.168.
• Ver George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p.
178-179. Este artículo se puede encontrar en [1].
• Según George Woodcoock e Iván Avakumovic (El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p.
180-182) no todos los consultados quisieron aceptaron firmar el petitorio, siendo el rechazo
más significativo el de Thomas Henry Huxley.
• Al terminar el primer año, sin embargo, volvió de nuevo a resentirse mi salud.
Clairvaux estaba edificado sobre terrenos pantanosos, donde la malaria es
endémica, y ésta y el escorbuto se apoderaron de mi. Entonces mi esposa, que
hacia sus estudios en París, trabajando en el laboratorio Würtz, y preparándose
para el examen del doctorado en ciencias, lo abandonó todo y se vino a la
pequeña aldea de Clairvaux, que se componía de menos de una docena de casas
agrupadas al pie del muro inmensamente elevado que rodeaba la prisión.
P. Kroptkin; Memorias de un revolucionario

• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 183).
• Emily Talen; Beyond the Front Porch: Regionalist Ideals in the New Urbanist Movement.
Journal of Planning History, 2008; 7; 20 [2]
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 203-
204).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 212).
• Ver Angel Cappelletti, Prólogo a El apoyo mutuo Archivado el 13 de abril de 2012 en
Wayback Machine. de P. Kropotkin.
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 221).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 222-
223).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 231).
• Estos artículos fueron Evolución y Apoyo mutuo, La acción directa del medio sobre las
plantas, La respuesta de los animales a su medio (1910), La herencia de características
adquiridas (1912), Variaciones heredadas en las plantas (1914) y Variaciones heredadas en
los animales (1915); George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed.
Jucar, 1978, p. 241).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 317-326
• Kropotkin confesó a Max Nettlau que en sus horas libres iba a practicar tiro con un fusil
para mantenerse en forma, y participar en luchas callejeras en caso de poder volver a Rusia
(George Woodcoock e Iván Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 327).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 242
• Según Woodcock, "un fallo de concepto le llevó a identificar pueblos con Estados y a pensar
en términos nacionales, en vez de hacerlo en los términos internacionales del pensamiento
anarquista, y una vez que aceptó esta base falsa, su razonamiento posterior era claro"
(George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 336)
La casi la totalidad de los anarquistas rusos y europeos mantuvieron una actitud contraria a
la guerra.
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 274
• En Freedom, en noviembre de 1914, encontramos artículos de Kropotkin, Jean
Grave, Cherkésov y una carta del anarquista Verleben, todos ellos con
argumentos acerca de los motivos por los cuales los anarquistas debían apoyar la
causa de los Aliados. Una contribución de Malatesta estaba destinada a rechazar
las racionalizaciones de los autores citados: “Los anarquistas han olvidado sus
principios”
Vernon Richards, Malatesta: pensamiento y acción revolucionarios, p.210

.
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 341
• Y en 1916 Malatesta replica desde las columnas editoriales de Freedom al
“Manifiesto en favor de la guerra” firmado por Kropotkin, Jean Grave, Malato y
otros trece “viejos compañeros”: reconoce la “buena fe e intenciones” de los
firmantes y las pone “fuera de duda”, pero afirma que debe disociarse de
“compañeros que se consideran capaces de conciliar las ideas anarquistas con la
cooperación de los gobiernos y las clases capitalistas de ciertos países en su
lucha contra los capitalistas y gobiernos de ciertos otros países”
Vernon Richards, Malatesta: pensamiento y acción revolucionarios, p.212.

• Se dice que sus palabras exactas fueron: "Considero el oficio de lustrabotas más honorable y
útil" (George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p.
354).
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 353
• Según Woodcock, "lo más probable es que el objetivo principal de Lenin fuese asegurarse el
nombre de Kropotkin como apoyo en aquellos días difíciles para los bolcheviques,
especialmente considerando que una declaración de parcialidad por parte de Kropotkin
ayudaría a debilitar el prestigio de Majnó en Ucrania." George Woodcoock e Ivan
Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 369
• George Woodcoock e Ivan Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 385-
386; Paul Avrich, Los anarquistas rusos, Alianza Editorial, 1974, p.232
• Paul Avrich, Los anarquistas rusos, Alianza Editorial, 1974, p.232
• El funeral de Kropotkin
• Una descripción más detallada del funeral se encuentra en George Woodcoock e Ivan
Avakumovic; El Príncipe anarquista. Ed. Jucar, 1978, p. 385-388
54.1842-1921., Kropotkin, Piotr Alexejewitsch, (2008). La conquista del pan. La Malatesta.
ISBN 978-84-934762-4-3. OCLC 1025475204. Consultado el 3 de septiembre de 2022.

Véase también
Cartas de Kropotkin a Lenin
• Carta a Lenin (4 de marzo de 1920)
• Carta a Lenin (21 de diciembre de 1920)
• Kropotkin citado en 'Historia de la Revolución rusa' de Trotsky
• Anarquismo en Rusia
• Anarquismo en Francia
• Anarquismo en Inglaterra
• Portal:Marxismo. Contenido relacionado con Marxismo.
• Portal:Anarquismo. Contenido relacionado con Anarquismo.

Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Piotr Kropotkin.
• Wikisource contiene obras originales de Piotr Kropotkin.
• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Piotr Kropotkin.
• En el Marxists Internet Archive está disponible una sección con obras de Piotr Kropotkin.
• La Comuna de París, por Piotr Kropotkin
• Origen y evolución de la moral, de Piotr Kropotkin
• Kropotkin no era ningún chiflado, por Stephen Jay Gould (en inglés).
• Historia de la vida de Kropotkin, por Roger Baldwin, en: Kropotkin's Revolutionary
Pamphlets. R.N. Baldwin, ed. Vanguard Press, Inc. 1927 (en inglés)
• Funeral de Piotr Kropotkin - Anarchist Encyclopedia (en inglés)
• Peter Kropotkin Page - Anarchist Encyclopedia (en inglés)
• "Mapa de la mitad meridional de Siberia oriental y partes de Mongolia, Manchuria, y
Sakhalin: Para un bosquejo general de la orografía de Siberia oriental", es un ejemplo de un
mapa hecho por Kropotkin en 1875 de la Biblioteca Digital Mundial
• El museo virtual de la P.A.Kropotkin

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