La dogmática jurídica es considerada como ciencia jurídica, de hecho, dentro del
ius positivismo, encontramos autores que afirman que se trata de la única ciencia que se ocupa del derecho. Ella consiste (resumiendo algunas definiciones doctrinales), en determinar cuáles son las normas que deben ser obedecidas y por ello es considerada por algunos juristas la labor de decir derecho o jurisprudencia. En este sentido, la dogmática jurídica se ha caracterizado tradicionalmente tanto por actitudes ideológicas e ideales racionales respecto del derecho positivo, como por las determinadas funciones que cumple en relación a él y por ciertas técnicas de justificación de las soluciones que propone y es en este supuesto, que encontramos a Kelsen, planteando la construcción de la Ciencia del Derecho a partir de estructuras abstractas cuya particularidad es la de presentarse como reglas generales para su formulación, interpretación y aplicación, en un sistema silogístico enfocado únicamente al universo de sus propios conceptos y ajeno, por lo tanto, de la realidad social, al separar al derecho de los fenómenos políticos, económicos y culturales que históricamente han condicionado su existencia. El saber dogmático, el conocimiento jurídico, se encuentra formado por las visiones de mundo, por las concepciones políticas de los intérpretes. Lo que sucede en la práctica es que las normas se aplican desde las concepciones políticas, desde las visiones de mundo hegemónicas en la sociedad. En el ámbito epistemológico, la dogmática jurídica es cuestionada en relación a su cientificidad, ya que hay quienes afirman más que ciencia, se trata de una técnica de la que se vale el derecho. No hay un solo método para investigar el fenómeno jurídico. Siendo la investigación jurídica dogmática aquella que concibe el problema jurídico desde una perspectiva estrictamente formalista, descontando todo elemento fáctico o real que se relacione con la institución, norma jurídica o estructura legal en cuestión, (Witker y Larios), su objeto debe estar constituido por las fuentes formales que lo integran; es decir, por la ley, la costumbre, sus principios generales, el negocio jurídico y la jurisprudencia. Este enfoque metodológico ha recibido muchas críticas, siendo la más importante, la de tener una visión del derecho como algo estático, como algo que está allí para ser analizado, comentado, aplicado especulativamente a casos hipotéticos, muchas veces absurdos. No obstante esta visión estática del mundo del derecho, la técnica o el cómo hacerla, reúne los más altos criterios de credibilidad y cuya originalidad se refleja en el enfoque, criterios, conceptualizaciones, reflexiones, conclusiones, recomendaciones y, en general, en el pensamiento del autor. Según los objetivos del estudio propuesto, los trabajos de investigación jurídica dogmática pueden ubicarse dentro de una o varias de las siguientes categorías: 1) Estudios jurídicos de carácter teórico donde se presentan nuevas teorías, conceptualizaciones o modelos interpretativos originales del autor, a partir del análisis crítico de las fuentes del derecho pertinentes. 2) Revisiones criticas del estado del conocimiento sobre un problema jurídico, integrando, organizando y evaluando la información contenida en las fuentes del Derecho, haciendo énfasis en el progreso de la investigación actual, en las posibles vías para la solución de problemas jurídicos, en el análisis de la consistencia interna y externa de las teorías y conceptualizaciones para señalar sus fallas o demostrar la superioridad de unas sobre otras. 3) Estudios de Derecho comparado para analizar semejanzas, diferencias y tendencias sobre características o problemas jurídicos en el contexto de realidades socioculturales, geográficas o históricas diversas, con fundamento en las fuentes del derecho. 4) Estudios de investigación jurídica histórica donde se analizan los orígenes de una determinada institución jurídica, su desarrollo evolutivo y su influencia en el derecho actual. La técnica o el “cómo hacer” una investigación de este tipo, está referida, a la llamada técnica de investigación documental, que implica la localización de la información y su fichaje textual o de contenido, que sirve para fundamentar, con argumentos, las partes subjetivas o conjeturas propias de las respectivas hipótesis de trabajo. Para profundizar más en este tema tenemos que definir primero en el sentido amplio de la palabra, método: el cual es definido, como el camino o proceso que debe seguir para alcanzar un objetivo. Como procedimiento está constituido por etapas generales de actuación que forman su contenido y por las técnicas o procedimientos concretos, operativos, para realizar en un caso determinado las fases generales de actuación. De esta manera podemos señalar que las reglas metódicas no son rígidas sino más bien plásticas. Más que cánones intocables que encierran la verdad, nos ayudan a encontrarla y nos previenen de posibles errores. Dentro de una clasificación señalan que los métodos son teóricos y empíricos. Indicando que dentro de los métodos de conocimiento teórico y empírico tenemos la inducción y la deducción, el análisis y la síntesis, comparativo, la elevación de lo abstracto a lo concreto, el análisis histórico y lógico, la observación el experimento y el dogmático. Una segunda clasificación, según la cual desarrollaremos el tema, refiere que las investigaciones que giran en torno a temas jurídicos se apoyan en alguno de los siguientes métodos: el método exegético, el método dogmático o institucional, los métodos del iusnaturalismo, el método sociológico y el método funcional. Indicando que en los últimos años ha cobrado gran importancia la llamada escuela del Análisis Económico del Derecho, una escisión del método funcional. Cabe hacer la salvedad de que existen métodos especiales de ciencias concretas y con esto no queremos poner en discusión si el Derecho es ciencia o no, pero el Derecho ha desarrollado su propia metodología en el campo de la investigación.