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PRÓLOGO

El juicio de amparo es una de las materias relevantes del derecho procesal


constitucional, cuya misión es proteger los derechos fundamentales de los
gobernados frente a la actuación del Estado.

Constituye una de sus figuras más importantes, de cuya eficacia pueden


prevalerse los gobernados para detener, de inmediato las transgresiones que los
funcionarios públicos cometen, cuando incurren en actos arbitrarios que van en
detrimento del libre ejercicio de las libertades públicas.

Su importancia radica en que, cuando una persona física o de derecho siente una
agresión en su esfera jurídica, ya sea de manera directa o indirecta, mantiene la
confianza que puede acudir a la justicia constitucional para solicitar que los
tribunales competentes a través de una sentencia anulen tal acto de autoridad.

No obstante, en tanto se logra obtener esa protección en una sentencia


ejecutoriada, el gobernado puede conseguir la suspensión de inmediato, cuyo
propósito es el cese a las violaciones que se estén cometiendo.

La figura de la suspensión se establece en la fracción X del artículo 107 de la


Constitución Federal, la cual goza de la naturaleza de una medida cautelar y a la
que acuden los gobernados con el fin de obtener un resarcimiento o detención,
aunque sea provisional, sobre la violación de sus derechos.

No se soslaya que lo que se está paralizando es la actuación del Estado por


conducto de sus operadores y aunque la suspensión puede obtenerse de
inmediato, no se otorga en automático, sino que es necesario reunir ciertos
requisitos y

satisfacer determinadas condiciones (supuestos de procedibilidad y efectividad),

con la finalidad de salvaguardar el interés del Estado, que al fin de cuentas asume

el interés común de la colectividad.

No se concibe al juicio de amparo sin la presencia de la suspensión, pero

tampoco puede pensarse en una suspensión indiscriminada que frene la actuación


del Estado sin límite alguno y que vendría a entorpecer las actividades del

gobierno, porque finalmente sus actos tienen la presunción de legalidad, y solo

un Tribunal Federal a través de la suspensión, cuando considera que el quejoso

reúne los requisitos puede detenerla, bajo ciertas condiciones y en tanto dicta la
sentencia de fondo.

Un juicio de amparo sin suspensión puede llegar a consumar el acto reclamado y


hacer nugatoria la sentencia que conceda la protección al no haber materia

para la restitución; pero una suspensión otorgada de manera injustificada puede

llevar a afectar a la sociedad al detener la actuación del Estado; además de la

responsabilidad de quien la pidió sin merecerla, por los daños y perjuicios que
se10

Rodolfo Campos Montejo

generen al tercero interesado; de aquí la importancia de conocer la figura, pues

quien la pide debe medir las consecuencias en caso de que se le otorgue, pero

quien la concede o niegue debe realizar un ejercicio de ponderación entre


otorgarla o negarla por las consecuencias que traen aparejadas las
determinaciones.

Guían a la presente obra las siguientes interrogantes: ¿en qué casos procede la

suspensión del acto reclamado en el juicio de amparo? ¿cuáles son los requisitos

para obtenerla? ¿cuáles son las condiciones que el interesado debe satisfacer
para

lograr que surta sus efectos? ¿en qué consisten esos procedimientos en los
cuales

se discuten los temas anteriores? ¿Cómo se debe proceder cuando la autoridad


no

obedece el mandato de la autoridad de detener su actuación cuando la


suspensión

ya ha sido decretada?

Responder a los cuestionamientos, explicarlos, y brindar no solamente el


contenido de las disposiciones vinculadas al tema, sino el acompañamiento de las

interpretaciones de cada enunciado normativo, los cuales permanecen en


estrecha

armonía con los criterios jurisprudenciales vigentes, que conducen a comprender


fácilmente el propósito tanto del Constituyente como del legislador al crear la
figura; ofrece al lector un manual para conocer del procedimiento a seguir en cada

supuesto, los plazos legales y los posibles resultados de lo que se puede obtener
al

accionar cada uno de los procedimientos que para el tema se contienen.

El lenguaje a través del cual se explica la suspensión, es sencillo, relevante y

práctico con términos claros y concretos, evita aglutinar conceptos excesivos o

innecesarios, y plasma las ideas esenciales a fin de establecer la comprensión de

cada uno de los temas expuestos.

La obra cumple con los requisitos metodológicos y científicos, se apoya en

juristas que han explorado con amplios conocimientos el tema, y los criterios de

los tribunales federales que a través de la jurisprudencia se han establecido, los

que se vinculan a lo largo de la obra con cada una de las disposiciones que la Ley

de Amparo prevé al respecto.

Es una obra sencilla, didáctica y completa, su propósito es dar a conocer (al

cobijo de la nueva Ley de Amparo) la importancia de la suspensión, sus


procedimientos y las consecuencias de cada una de sus figuras a partir de que se
niega,

modifican o revoca.

Por último, se procuró utilizar una metodología al alcance no solo de los expertos
en materia de amparo, sino de cualquier estudioso del derecho.

Villahermosa Tabasco; Octubre de 2019.


INTRODUCCIÓN

Al entrar en vigor la nueva Ley de Amparo el 3 abril de 2013, me nació el

interés de estudiar su estructura e identificar a lo largo de sus 271 artículos sus

novedades.

Ese estudio concluyó con mi libro: “El nuevo juicio de amparo”, cuya primera

edición fue publicada en diciembre de 2014; tres años y diez meses después
decidí

emprender este nuevo proyecto denominado: “La suspensión del acto reclamado

en el nuevo juicio de amparo”; obra que pongo a consideración del lector con el

deseo de cumplir su objetivo: abordar de forma objetiva, sencilla, clara y didáctica


esa institución, que en el juicio de amparo goza de una importancia trascendental,
pues a través de ella, se pueden mantener las cosas en el estado en que se

encuentren en el momento de su otorgamiento; evitar perjuicios de difícil e incluso


de imposible reparación al quejoso o agraviado; y, mantener viva la materia

del amparo para los efectos de que cuando se dicte la sentencia en el expediente

principal y se resuelva si el acto reclamado es o no legal, se esté en condiciones


de

destruirlo definitivamente en caso de resultar violatorio de la constitución.

La obra fue realizada tomando en consideración: A) las reformas que a partir

del 14 de julio de 2014 al 19 de enero de 2018 se han incorporado a la vigente ley

de amparo; y, B) las referencias doctrinales, bibliográficas y tesis jurisprudenciales

más recientes, todas enfocadas única y exclusivamente al análisis de la


suspensión

del acto reclamado.

Se procuró hacer un estudio minucioso de la suspensión, tanto en el amparo

indirecto como en el directo; en todas las materias posibles (penal, fiscal,


administrativa, laboral, agraria, civil, familiar y mercantil) incluyendo los diversos
incidentes que durante el trámite de la suspensión se pueden presentar
(revocación o
modificación a la suspensión concedida, de daños y perjuicios para hacer efectiva

las garantías y contragarantías, incumplimiento de la suspensión e incidente por

exceso o defecto de la suspensión).

En conclusión he buscado que sea una obra completa y que todos los aspectos

posibles que durante la tramitación de la suspensión se puedan presentar, sean

abordados, pero siempre con un sentido de fácil lectura, comprensible, útil y


actual. Cabe señalar que como complemento a este trabajo se incluye:

1. Un glosario de amparo;

2. Síntesis a la reforma constitucional de 6 de junio de 2011 en materia de

amparo;

3. Las novedades de la nueva ley amparo;12

Rodolfo Campos Montejo

4. Un análisis comparativo de las reformas a la nueva ley de amparo; y

5. Conclusiones de la nueva ley de amparo

Villahermosa, Tabasco. Octubre de 2018.


Capítulo I

CONCEPTOS Y ASPECTOS GENERALES DE

LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

La suspensión es una institución procesal por medio de la cual el juez de amparo


ordena detener de manera temporal la realización del acto reclamado, hasta

que legalmente (sentencia de fondo) se resuelva si el acto es o no inconstitucional.

“La palabra “suspensión”, en general, se deriva del latín suspentio. Suspender


(suspendere) es levantar, colgar o detener una cosa en alto, en el aire; diferir por
algún

tiempo una acción o una obra.

Gramaticalmente, suspender es paralizar, impedir, paralizar lo que está en


actividad; transformar temporalmente en inacción una actividad cualquiera.

Es impedir o detener el nacimiento de algo, de una conducta, de un acto, de un

suceso. O, si estos se han iniciado, detener su continuación. Es, pues, paralizar


algo

temporalmente; impedir que algo nazca, surja a la vida, detener su comienzo; y, si


ya

nació, impedir temporalmente que prosiga, paralizar los efectos o consecuencias


aún no

producidos, pero que están por realizarse.

Adviértase que suspender no es destruir, porque la materia de lo suspendido


subsiste, no desaparece, y porque lo ya realizado, realizado queda.”1

“La suspensión en el juicio de amparo es eso, es la paralización, la detención del

acto reclamado, de manera que si este no se ha producido, no nazca, y, si ya se


inició, no

prosiga, no continúe, que se detenga temporalmente, que se paralicen sus


consecuencias

o resultados, que se evite que éstos se realicen.”2

A la fecha se afirma que existe toda una doctrina mexicana en relación con la
suspensión del acto reclamado, entre las aportaciones de connotados autores se

identifican las siguientes definiciones:

Ricardo Couto señala:

“La suspensión obra sobre la ejecución del acto reclamado, ya que afecta las
medidas que tienden a ponerlo en realización y que produce también protección
provisional

en favor del quejoso, puesto que por virtud de ella sigue gozando de la garantía
que

pretendía arrebatarle el acto estimado como violatorio y la sentencia que se dicte


en el

amparo viene a consolidar esa protección, es decir, anticipa los efectos


protectores del

amparo para evitar al agraviado los perjuicios la ejecución del acto que reclama
pudiere

ocasionarle durante la tramitación del juicio constitucional”3.

Héctor Fix Zamudio opina:

“Es indudable que la suspensión de los actos reclamados constituye una


providencia cautelar, por cuanto que significa una apreciación preliminar de la
existencia de un

derecho con el objeto de anticipar provisionalmente algunos efectos de la


protección

definitiva y por este motivo, no solo tiene eficacia puramente conservativa, sino
que

también puede asumir el carácter de una providencia constitutiva o parcial y


provisionalmente restitutoria, cuando tales efectos sean necesarios para conservar
la materia

del litigio o impedir perjuicios irreparables o los interesados”4.

Juventino V. Castro comenta:

“La suspensión del acto reclamado en el proceso de amparo, es un proveído


decretado incidentalmente que tiene por objeto y como función preservar la
materia del
juicio, mediante la paralización transitoria de los efectos jurídicos y materiales del
acto

de autoridad cuya constitucionalidad se controvierte, mientras se dicta la sentencia


definitiva en el proceso, o se sobresee éste por la improcedencia declarada de la
acción”5.

Ignacio Burgoa Orihuela establece:

“La suspensión en el juicio de amparo es aquel provisto judicial (auto o resolución

que concede la suspensión de plano u oficiosa, provisional o definitiva) creador de


una

situación de paralización o cesación, temporalmente limitada, de un acto de


carácter

positivo, consistente en impedir para lo futuro el comienzo o iniciación, desarrollo o

consecuencias de dicho acto, a partir de la mencionada paralización o cesación,


sin

que se invaliden los estados o hechos anteriores a estas y que el propio acto
hubiese

provocado”6.

El maestro Alfonso Noriega indica:

“La suspensión del acto reclamado es una providencia cautelar o precautoria, en

virtud de la cual se impone dentro de un incidente a las autoridades señaladas


como

responsables, la obligación de detener los efectos del acto reclamado, de


abstenerse de

llevarlo a cabo, y la de mantener las cosas en el estado en que se encuentran en


el momento de dictarse la medida, entre tanto se dicta la resolución definitiva en el
expediente principal. La finalidad de la suspensión —su interés jurídico—, es la de
conservar la
Un ejemplo exitoso de la naturaleza de la suspensión como una medida cautelar,
se presentó en una demanda de amparo indirecto, que desde su planteamiento,
se le dio el tratamiento de una medida cautelar.

Solicitud de medida que fue procedente, tanto en la etapa de suspensión


provisional, como en la audiencia incidental en la definitiva.
El cliente se dolía de una serie de abstenciones que sufría por parte del Hospital
Regional de Alta Especialidad Dr. Juan Graham Casasús con domicilio en

Villahermosa, Tabasco; quien no le estaba brindando los servicios médicos,


quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios necesarios para no poner en riesgo su
vida

(insuficiencia renal crónica).

Es decir los actos reclamados eran omisiones o abstenciones graves cometidas

en su perjuicio; no se trataban de actos positivos; pero a pesar de ello se logró

que le obsequiaran esa medida a través del incidente suspensional; medidas que
le

fueron de gran beneficio porque a partir de ahí se logró aliviar la difícil situación

que las autoridades responsables le estaban haciendo sufrir.9

A continuación se transcribe la demanda de garantías, motivo de este caso:

“Amparo indirecto número: 452/2016-III

Quejoso: Juan Arturo León Hernández.

C. Juez Tercero de Distrito.

En turno en el Estado de Tabasco.

Presente

Juan Arturo León Hernández, por mi propio y personal derecho, señalando

como domicilio para recibir citas y notificaciones la casa ubicada en Calle

Aureliano Colorado 213, colonia Municipal, Centro, Tabasco; ante usted

con todo respeto comparezco y expongo:

Con fundamento en los art. 107, 108, 112, 115, 116, 117, 118, 119, 120,

121, y demás relativos y aplicables de la Ley reglamentaria de los artículos

103 y 107 constitucionales, vengo a solicitar el amparo y la protección de la

justicia federal.
Para dar cumplimiento a lo dispuesto por el art. 108 de la nueva ley de amparo me
permito expresar:

I. Nombre y domicilio del quejoso.

Juan Arturo León Hernández, con domicilio en la casa donde vivo que es el

ubicado en Calle uno, lote tres manzana cinco fraccionamiento Lomas de

Esquipulas, Parrilla, Centro, Tabasco.

II. Nombre y domicilio del tercero interesado.

No existe.

III. Autoridades responsables.

• C. Gobernador Constitucional del Estado de Tabasco, por sí y como

ordenadora del C. Secretario de Salud de nuestro Estado.

• C. Secretario de Planeación y Finanzas del Estado.

• C. Secretario de Salud del Estado,

• C. Director General del Hospital Regional de Alta Especialidad Dr.

Juan Graham Casasús.

• C. Subdirector General Médico del mismo hospital.

• C. Director del Régimen Estatal en Salud en Tabasco.

• C. Subdirector de Gestión de Servicios de Salud del Régimen Estatal

en Salud en Tabasco.

• C. Subdirector de Financiamiento y Administración del Régimen Estatal en Salud


en Tabasco.

• C. Titular del Departamento de Garantía y Administración al Beneficiario del


Régimen Estatal en Salud en Tabasco.

• C. Titular del Departamento de Administración del Régimen Estatal

en Salud en Tabasco.

• C. Titular de Cálculo y Aplicación de Recursos del Régimen Estatal en


Salud en Tabasco.

IV. Acto u omisión que de cada autoridad se reclame.

a) Del C. Gobernador Constitucional del Estado de Tabasco el omitir ordenar,


observar, procurar y librar instrucciones al Secretario de Planeación

y Finanzas del Estado para que se proporcionen todos los recursos


presupuestarios o económicos que sean necesarios para que en el Hospital
Regional de Alta Especialidad Dr. Juan Graham Casasús, existan todos los

medicamentos, material quirúrgico y equipo para atenderme en el grave

padecimiento del que vengo sufriendo actualmente.

b) Del C. Gobernador Constitucional del Estado de Tabasco también reclamo el


omitir ordenar, observar, procurar y librar instrucciones al Secretario

de Salud del Estado para que se garantice el acceso efectivo, oportuno, con

calidad, sin discriminación de los servicios médicos, quirúrgicos, farmacéuticos y


hospitalarios necesarios para satisfacer las necesidades de salud

en general y en particular la del suscrito en el Hospital Regional de Alta

Especialidad Dr. Juan Graham Casasús, existan todos los medicamentos,

material quirúrgico y equipo para atenderme en el grave padecimiento del

que vengo sufriendo actualmente.

c) Del C. Secretario de Planeación y Finanzas el omitir dotar a la Secretaría

de Salud de los recursos presupuestarios o económicos que sean nece-

sarios para que en el Hospital Regional de Alta Especialidad Dr. Juan

Graham Casasús, existan todos los medicamentos, material quirúrgico y

equipo para atenderme en el grave padecimiento del que vengo sufriendo

actualmente.

d) Del C. Secretario de Salud el omitir gestionar ante el C. Gobernador del

Estado y el C. Secretario de Planeación y Finanzas de que la Secretaria a

su cargo y en especial el Hospital Regional de Alta Especialidad Dr. Juan


Graham Casasús cuente con los recursos presupuestarios económicos suficientes
para que existan todos los medicamentos, material quirúrgico y

equipo para atenderme en el grave padecimiento del que vengo sufriendo

actualmente.

e) Del C. Secretario de Salud el omitir ordenar o girar instrucciones al C.

Director General del Hospital Regional de Alta Especialidad Dr. Juan

Graham Casasús para que se me garantice mi derecho humano a la salud,

se me brinde la atención profesional, oportuna y adecuada que necesito

ante el grave padecimiento del que estoy sufriendo actualmente; y que los

servicios que requiero se me proporcionen de manera efectiva, oportuna,

con calidad, sin desembolso alguno y sin discriminación; así como que se

me brinden los servicios médicos, quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios que


urgentemente estoy requiriendo.

f) Del C. Director General del Hospital Regional de Alta Especialidad Dr.

Juan Graham Casasús el omitir librar sus instrucciones a sus médicos,

subalternos, especialistas en la enfermedad que tengo, para que se me garantice


mi derecho humano a la salud, se me brinde la atención profesional, oportuna y
adecuada que necesito ante el grave padecimiento del que

estoy sufriendo actualmente.

g) Del C. Subdirector General Médico del mismo Hospital el omitir librar

sus instrucciones a sus médicos, subalternos, especialistas en la enfermedad que


tengo, para que se me garantice mi derecho humano a la salud, se

me brinde la atención profesional, oportuna y adecuada que necesito ante

el grave padecimiento del que estoy sufriendo actualmente.

h) De los CC. Director del Régimen Estatal en Salud en Tabasco; Subdirector de


Gestión de Servicios de Salud del Régimen Estatal en Salud en

Tabasco; Subdirector de Financiamiento y Administración del Régimen


Estatal en Salud en Tabasco; Titular del Departamento de Garantía y
Administración al Beneficiario del Régimen Estatal en Salud en Tabasco; Titular
del Departamento de Administración del Régimen Estatal en Salud

en Tabasco; y, Titular de Cálculo y Aplicación de recursos del Régimen Estatal en


Salud en Tabasco les reclamo no estar cumpliendo con la normatividad que rige al
sistema de protección social en salud, mejor conocido20

Rodolfo Campos Montejo

como Seguro Popular; pues en el Hospital Regional de Alta Especialidad

Dr. Juan Graham Casasús no me están garantizando el acceso efectivo,

oportuno, de calidad, sin desembolso al momento de su utilización y sin

discriminación a los servicios médicos, quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios a


los que tengo derecho, a pesar de encontrarme afiliado a ese

sistema conocido como seguro popular según la póliza de afiliación folio

2716140741 expedida a mi favor

V. Protesta de decir verdad.

Bajo protesta de decir verdad expreso a su señoría que los hechos o abstenciones
que constituyen los antecedentes del acto reclamado o que sirven

de fundamento a mis conceptos de violación son los que a continuación me

permito expresar:

Antecedentes

1. Soy persona que lamentablemente me encuentro a la fecha, en condiciones

muy precarias de pobreza o marginación; pues desde mi adolescencia, en

mi juventud y como adulto la única actividad que desempeñé y con la cual

me gané la vida fue la de boxeo profesional.

2. Nací el miércoles 22 de octubre de 1948, en la ciudad de Cárdenas, Tabasco,


pero desde los dos años me vine a vivir con mis padres a Villahermosa; pude
asistir a la escuela primaria pero solo hasta el segundo año

y trabajaba como ayudante de mi hermano mayor Víctor “el Aguilucho”


Hernández, quien boxeaba en la categoría de peso ligero.

3. Eso me permitió familiarizarme con el Box y debuté el sábado 6 de enero

de 1968 en la Arena Coliseo de la Cd. de México y a partir de ahí durante

10 años participé en el Box en 40 peleas profesionales, 19 como amateur,

y una pelea de exhibición ante el campeón del mundo Alfonso Zamora.

4. Mi última pelea como profesional fue el martes 21 de octubre de 1973 en

Mexicali, Baja California donde fui derrotado por decisión ante el prestigiado
boxeador Benny Rodríguez.

5. Durante mi trayectoria boxística pelee tanto en el Coliseo como en la

Arena ambos escenarios de la Cd. de México; y en diversas ciudades como

Mérida, Veracruz, Villahermosa, Tijuana, Mexicali, Monterrey y también

en los Ángeles, California.

6. Desafortunadamente por mi edad, y por la profesión que practiqué se me

ha generado una fuerte anemia y estoy muy afectado de mis riñones, lo

que me llevó a estar internado aproximadamente en el mes de diciembre

en la segunda quincena en el Hospital Regional de Alta Especialidad Dr.

Juan Graham Casasús, donde me estabilizaron y donde me dijeron que

estaba mal de los riñones, de la próstata y un problema bastante agudo de

diabetes.

7. Cabe señalar que con el apoyo de los profesores de la Universidad Juárez

Autónoma de Tabasco pude sortear los gastos del Hospital, pues el servicio no fue
gratis y actualmente mi estado de salud se ha estabilizado, pero

por el tipo de enfermedades que me detectaron los doctores me dijeron

que tendría que llevar un tratamiento especial QUE NO PUEDO COSTEAR, PUES
COMO YA DIJE ME ENCUENTRO EN UNA SITUACIÓN

ECONÓMICA PRECARIA, YA QUE SOY DESEMPLEADO.


8. Como lo acredito con el documento que exhibo, estoy afiliado al Seguro

Popular con número de póliza folio 2716140741; la póliza indica que

ampara a mi favor los servicios en medicamentos del catálogo universal

de servicios de salud; servicios y medicamentos que no me están suministrando


oportunamente en el Hospital Regional de Alta Especialidad Dr.

Juan Graham Casasús.

9. Entre los medicamentos que me ordenaron, pero que no me suministran

por un doctor que solo sé se apellida Barrientos del propio Hospital puedo
enunciar los siguientes:

Nombre genérico

Eritropoyetina 4000 ul

Fumarato ferroso 200mg

Ácido fólico 4mg

Calcio 500mg

Presentación

Sc

tabs

tabs

tabs

Dosis

C/72 hrs.

C/24 hrs.

C/24 hrs.

C/24 hrs.

10. El propio doctor Barrientos me ordenó que se me practicara el procedimiento


de hemodiálisis los miércoles y sábados, servicio que por supuesto
no se me está realizando con regularidad; pues, no obstante, que debe ser

dos veces por semana no me lo brindan puntualmente, ni con regularidad,

por lo que tengo mucho temor de recaer y TEMO POR MI VIDA, YA

QUE ES UN HECHO CONOCIDO QUE LA ÚNICA ALTERNATIVA

PARA PODER VIVIR ES QUE ESE PROCEDIMIENTO SE ME BRINDE


OPORTUNAMENTE.

11. La hemodiálisis es un tratamiento médico que consiste en eliminar


artificialmente las sustancias nocivas o toxicas de la sangre, especialmente las

que quedan retenidas a causa de una insuficiencia renal y que se practica

conectándome a un aparato o riñón artificial.

12. En el presente caso es un verdadero calvario lo que estoy sufriendo, pues

el servicio al cual tengo derecho por mi seguro popular deja mucho que22

Rodolfo Campos Montejo

desear, sin importar que mi derecho humano a la salud se esté vulnerando

y SE PONGA EN RIESGO MI VIDA.

VI. Preceptos que conforme al artículo 1ro de la Ley de Amparo contienen los

derechos humanos y las garantías cuya violación reclamo:

• Art. 4º, párrafo IV, de la Constitución General de la República.

• La Convención Americana sobre Derechos Humanos —Pacto San José—,

• La Carta de la OEA,

• El protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos

Humanos, en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

—protocolo de San Salvador—; y,

• La jurisprudencia y doctrina de la Corte Interamericana de Derechos

Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

VI. Conceptos de Violación.


El artículo 4º, párrafo IV, de la Constitución General de la República, garantiza
para todas las personas el derecho a la protección de la salud. Su texto

es el siguiente:

“Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las

bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la

concurrencia de la federación y las entidades federativas en materia de salubridad


general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del art. 73º de esta

constitución.

De dicho numeral se desprende que el derecho a la salud o su protección

es uno de los derechos sociales más importantes y que tiene un carácter de

prestaciones a mi favor en mi calidad de gobernado que se debe de traducir

en que se me suministren medicamentos y atención hospitalaria conforme a

la problemática de salud que presento; y ello es así porque la constitución

es enfática al ordenar al Estado cumplir con obligaciones positivas de hacer

en mi favor; correspondiéndole asegurar mi asistencia médica por las causas

que sean o el padecimiento que tenga; en suma, gozo del derecho humano a

una eficaz atención y asistencia sanitaria; pero ese derecho a la salud que la

Constitución me garantiza no se está surtiendo a mi favor, pues las autoridades


responsables han incurrido en una serie de omisiones al no estar haciendo

lo necesario para preservar el bien jurídico a la salud que la Constitución me

garantiza.

Con las omisiones en que las autoridades señaladas como responsables están

incurriendo, PONEN EN PELIGRO MI VIDA y están dañando mi salud pues

no me suministran las medicinas que el propio doctor Barrientos me ordenó;

y lo que es mucho más delicado, las hemodiálisis que deben de hacerse pun-

tualmente miércoles y sábados, no me las practican oportunamente; el pretexto es


que la Secretaría de Salud y en especial el Hospital está en desabasto
de medicinas y el equipo con el que practican la hemodiálisis es insuficiente

para la cantidad de pacientes que estamos en similares circunstancias.

Me duelo de que se están infringiendo sistemáticamente mis derechos humanos,


pues en el Hospital lo que me brindaron fue estabilizarme, colocarme el

dispositivo para la hemodiálisis, pero de ahí el suministro de medicamentos y

el tratamiento no lo están cumpliendo de forma adecuada, PONIENDO EN

RIESGO MI VIDA, no obstante de que estoy afiliado al Seguro popular.

En este orden de cosas, no estoy gozando de ningún bienestar físico, ni


psicológico ni social, apartándose las autoridades responsables de la definición de

salud que brinda la organización mundial de la salud.

Como puede verse hay una flagrante violación directa a la Constitución en mi

perjuicio, pues el Estado no está cumpliendo la obligación de brindarme los

servicios sanitarios asistenciales proporcionales a la precaria enfermedad de

que padezco; en suma el derecho fundamental que la Constitución me otorga,

no se está respetando, y no se está cumpliendo con el sistema de prestaciones

que ese derecho fundamental exige y la Suprema Corte de Justicia de la Nación


ha establecido con claridad.

A mayor abundamiento es de destacarse que el derecho convencional del cual

el Estado Mexicano forma parte, tampoco se está respetando en mi favor, no

obstante que el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales


dispone la no discriminación en materia de derechos sociales. En el caso,

he podido observar que personas que vienen muy bien recomendadas, los

atienden con esmero y yo y muchos más de condición económica de pobreza,

nos hacen esperar horas, no nos surten los medicamentos y no nos practican

las diálisis de la forma recomendada por los médicos. Lo anterior es una


discriminación prohibida por el art. 1º, párrafo V, de nuestra Ley Suprema, que

recoge la prohibición de discriminar por “condiciones de salud”.


Cabe señalar que si bien es verdad he podido recibir a cuenta gotas ciertos

servicios, la realidad es que me los han suministrado de manera esporádica,

mal atendido, no me garantizan la calidad en un aspecto tan delicado como

es mi salud y lo que se observa es un sistema sanitario que viene operando

en pésimas condiciones de calidad, lo cual es un hecho público y notorio en

Tabasco, a grado tal de que ha sido nota nacional y han sido destituidos dos

secretarios de salud; servicios mal otorgados que me están llevando, no a la

protección de mi salud sino seguramente a su empeoramiento, por lo que

mucho temo por mi vida.

También expreso como conceptos de violación el que no se de cumplimiento

a los establecido por la ley general de salud, la que indica que entre sus fina-24

Rodolfo Campos Montejo

lidades está procurar el bienestar físico y mental del hombre, para contribuir

al ejercicio pleno de sus capacidades; la prolongación y el mejoramiento de

su calidad de vida; la protección y el acrecentamiento de sus valores que


coadyuven a la creación, conservación y disfrute de condiciones de salud; así

como beneficiarse de servicios de salud y asistencia social de forma eficaz y

oportuna.

Tampoco se da cumplimiento a lo dispuesto por dicha legislación que establece


que todos los mexicanos tenemos derecho a ser incorporados al sistema

de protección social en salud sin importar condición social; es lamentable y

triste ver que los recomendados de los altos funcionarios del poder ejecutivo,

son los únicos que gozan de esos privilegios; la gente pobre como yo, vemos

con tristeza que esa atención eficaz, esmerada, solidaria y humana con que

deberían de atendernos no se cumple en mi caso.

A mayor abundamiento deberá su Señoría tomar en consideración que de una


interpretación armónica y sistemática de la Constitución General de la República,
los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano forma parte

y de la Ley General de Salud, se desprende que el derecho a la salud es un

derecho humano fundamental y que no se me está brindando ese derecho, por

parte de las autoridades responsables quienes de forma directa están violando

todo ese orden jurídico en mi contra, apartándose del espíritu del legislador,

por las siguiente razones:

• No disfruto de servicios de salud de forma eficaz, eficiente y oportuna.

• No cuento con una asistencia social adecuada a mis precarias necesidades.

• No están haciendo lo adecuado para protegerme y restaurar mi salud.

• No estoy recibiendo atención médica oportuna.

• No se me está brindando el tratamiento proporcional, puntual y adecuado


conforme a la grave enfermedad que padezco; y,

• Sufro la falta de disponibilidad de medicamentos y otros insumos

esenciales para que yo pueda recuperar mi salud y mantenerme estables.

En conclusión, corresponderá a este órgano de control constitucional poner

fin a las violaciones constitucionales, convencionales y legales que se están

cometiendo en mi agravio sin que sea obstáculo para lo anterior el que se

argumente que no hay recursos presupuestales para cumplir con el cuadro

básico de insumos del sector salud, o que los medicamentos que me han
ordenado sean muy especiales, o que existan otros pacientes o enfermedades
que

merezcan igual o mayor atención que el suscrito, pues todas esas cuestiones

son ajenas al derecho del recibir la protección a la salud que se encuentra

consagrado como garantía individual, y del deber que se tiene de proporcio-

nármelos como parte de las obligaciones que las autoridades de salud deben

de realizar a mi favor.
Medida Cautelar

Solicito se decrete de oficio y de plano las medidas cautelares inherentes a

los actos reclamados por tratarse de actos que ponen en peligro mi vida y se

comunique sin demora a las autoridades responsables que procedan a dar

cumplimiento a las medidas provisionales que al efecto considere oportuno

su señoría. Medida que solicito se me otorgue para los efectos de que:

• Se me brinden los medicamentos oportunos acorde a mi padecimiento.

• Se me practiquen los estudios y análisis cuantas veces sean necesarias

para llevar un adecuado control de mi enfermedad.

• Se integre mi expediente clínico conforme a todas y cada una de las

disposiciones y protocolo que exige la norma oficial mexicana.

• Se me realicen conforme a mis necesidades puntualmente las diálisis a

fin de no seguirme intoxicando; y

• En general se tomen todas las medidas médicas suficientes para garantizar mi


salud.

Medida cautelar que suplico me conceda su Señoría por estar en peligro mi

vida y con la finalidad de no esperarse a proveer todas esas medidas hasta que

se resuelva el fondo del asunto, ya que tal vez para esos entonces, sea
irreversible el daño que estoy sufriendo.

Petición que realizo en términos del art. 147, pues insisto es necesario mantener
viva la materia del amparo, hasta la terminación del juicio. Pero a mayor

abundamiento, porque insisto, mi vida corre peligro y se deberán tomar las

medidas que se estimen necesarias hasta en tanto se dicte sentencia definitiva.

Para la petición antes expuesta solicito se tome también en consideración lo

dispuesto por el art. 138, de la Ley de Amparo haciéndose un análisis ponderado


de la apariencia del buen derecho y la no afectación del interés social y

porque temo por mi vida.


Por lo expuesto y fundado a usted C. Juez atentamente pido.

Primero. Tenerme por presentado con este escrito, solicitando el amparo y

protección de la Justicia de la Unión.

Segundo. Tomar en consideración que soy persona de escasos recursos


económicos, de condición muy humilde y que me encuentro en condiciones de

pobreza o marginación por lo que estoy en clara desventaja social para


defenderme en este juicio, solicitando se me supla la deficiencia de los conceptos
de violación en términos de los dispuesto por el art. 79, de la Ley de

Amparo.

Tercero. Obsequiar de oficio la medida cautelar solicitada.26

Rodolfo Campos Montejo

Cuarto. Expedirme copia certificada del auto donde se me conceda la medida

cautelar peticionada; autorizando al estudiante de derecho Miguel Rodríguez

Conde y Blanca Edith García Yáñez para que indistintamente las reciban en

mi nombre y representación.”

El acuerdo de suspensión provisional recaído fue el siguiente:

“Villahermosa, Tabasco 25 de febrero de 2016.

Toda vez que está en entre dicho el derecho a la salud del quejoso JUAN
ARTURO

LEÓN HERNÁNDEZ, lo que constituye un derecho fundamental que de no


concederse y si se consuma podría ser imposible restituir al quejoso de su
derecho violado,

por lo que procede conceder la suspensión provisional solicitada para que se le


brinde

atención medica al quejoso tendiente a atender su padecimiento, por lo que debe


estar

bajo la supervisión de los doctores especializados en el centro hospitalario que


señala
como autoridad responsable (Doctor Juan Graham Casasús); así como
proporcionarle

los medicamentos adecuados debiendo las autoridades responsables dentro del


término de veinticuatro horas, informar sobre el cumplimiento a esta medida
precautoria,”

La interlocutoria que resolvió el incidente de suspensión y otorgó la definitiva

dice lo siguiente:

“En la ciudad de Villahermosa, Tabasco siendo las 09:08 del 31 de marzo de 2016

día y hora señalados por este juzgado de distrito para que tenga verificativo la
presente

audiencia incidental… Abierto el periodo probatorio… Abierto el periodo de


alegatos… Resultandos… Considerandos quinto. Concesión de la suspensión
definitiva:

Toda vez que está en entre dicho el derecho a la salud del quejoso JUAN
ARTURO

LEÓN HERNÁNDEZ, lo que constituye un derecho fundamental que de no


concederse y si se consuma podría ser imposible restituir al quejoso de su
derecho violado,

por lo que procede conceder la suspensión provisional solicitada para que se le


brinde

atención medica al quejoso tendiente a atender su padecimiento, por lo que debe


estar

bajo la supervisión de los doctores especializados en el centro hospitalario que


señala

como autoridad responsable (Doctor Juan Graham Casasús); así como


proporcionarle

los medicamentos adecuados. Asimismo se requiere a las autoridades


responsables a

fin de que informen periódicamente la evolución clínica del mencionado quejoso, a

fin de esta en aptitud de proveer lo conducente en caso de su recuperación; con el


apercibimiento de que de no hacerlo así; se le impondrá una multa de… Segundo.
se

concede a JUAN ARTURO LEÓN HERNÁNDEZ la suspensión definitiva del acto

reclamado a las autoridades responsables; en términos del considerando quinto


de esta

interlocutoria.”
Capítulo II

LA SUSPENSIÓN EN EL AMPARO

INDIRECTO (DE OFICIO O A PETICIÓN DE

PARTE)

El artículo 125 de la nueva Ley de Amparo establece que la suspensión del

acto reclamado en el amparo indirecto se decretará de oficio o a petición del


quejoso. Tal dispositivo permite presentar la siguiente clasificación:

Clasificación de la suspensión (artículo 125

de la Ley de Amparo):

1. De oficio, llamada también de Plano.

2. A petición de parte que puede ser de dos formas:

a) Provisional y,

b) Definitiva

I. SUSPENSIÓN DE OFICIO O DE PLANO

La suspensión de oficio es la que debe ser acordada de plano, sin trámite

previo alguno, decretada en el propio proveído inicial del juicio, sin necesidad de

formar expediente incidental y sin suspensión provisional.

Lo anterior implica que no deben realizarse trámites especiales, gestión o

petición expresa del quejoso para su otorgamiento, quien no estará obligado a

cubrir requisitos adicionales para ese fin; así la describen Ignacio Soto y Gilberto

Liévana:

“El elemento jurídico indispensable para la suspensión de oficio es la


irreparabilidad del acto reclamado, cuya ejecución hace físicamente imposible
restituir al quejoso

en el goce de sus derechos inconstitucionalmente violados y que dicha suspensión


se
justifica por la necesidad de conservar la materia del amparo, a efecto del que
juicio

de garantía se traduzca real y efectivamente en una medida práctica y útil para


quien

lo intenta.”10

“La suspensión de oficio tiende a la protección de los derechos personalísimos del

agraviado, en todos los casos en los que se ataque su condición de hombre, y por
excepción opera la medida de oficio en el aspecto patrimonial cuando se trata de
proteger

un valor insubstituible que no puede restituirse físicamente si llegare a ser


destruido,

ni resarcirse por ser una calidad inherente a la cosa y que tampoco es apreciable
en

dinero.”11

Se debe otorgar de forma inmediata con la sola manifestación del quejoso,

comunicándose sin demora a la autoridad responsable para su inmediato


cumplimiento.

El juez de distrito está obligado a decretarla, aun cuando sea incompetente

por razón de la materia.

Esta suspensión entra en vigor desde el momento en que el quejoso obtiene

copia certificada del acuerdo en el que se le concede, para evitar que las
autoridades responsables ejecuten el acto.

Su vigencia será hasta que la autoridad dé cumplimiento a la sentencia dictada en


el juicio principal.

La suspensión de oficio se debe decretar en el auto inicial de admisión de

demanda o con el proveído de inicio del incidente de suspensión, comunicándose

sin demora a la autoridad responsable, por cualquier medio que permita lograr

su inmediato cumplimiento.
Sirve para ilustrar este tipo de suspensión la decretada en julio de 2012 por

un juez de distrito en Campeche, quien de oficio la concedió a las comunidades

y organizaciones sociales, campesinas y de apicultura que interpusieron amparos

contra la autorización otorgada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería,


Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) a la empresa Monsanto para

sembrar 253, 500 has de soya genéticamente modificada.

El principal argumento de los quejosos es que la presencia de polen transgénico


podría contaminar la producción apícola de miles de productores. Sobre el

mismo caso también un juez de distrito en Yucatán obsequio la suspensión.

Con la finalidad de comprender aún más el concepto “perjuicio de imposible

reparación” al que hace referencia el artículo 127 de la Ley de Amparo, fracción

II, cabe señalar como otros ejemplos: la destrucción de una obra de arte, la orden

de privar de la vida a un animal por parte de la autoridad sanitaria, o la orden

de demolición de un inmueble arqueológico o considerado patrimonio


arqueológico.
II. SUSPENSIÓN A PETICIÓN DE PARTE

La suspensión a petición de parte (que se clasifica en provisional y definitiva),

no opera de oficio; la debe solicitar el quejoso por escrito; (lo cual podrá hacer

en cualquier tiempo, mientras no se dicte sentencia ejecutoria): es procedente en

todas las materias, (siempre que no se siga perjuicio al interés social ni se


contravengan disposiciones de orden público); pero para la obtención es necesario

satisfacer los siguientes requisitos:

Cuando la demanda de amparo no señale como acto reclamado alguno de

los casos a que se refieren los artículos 126 y 127 de la ley de la materia, lo que

procede es que el quejoso expresamente debe solicitar la suspensión, tal y como

lo ordena el artículo 128, fracción I primera que establece:

“Artículo 128. Con excepción de los casos en que procede de oficio la suspensión

se decretará, en todas las materias salvo las señaladas en el último párrafo de


este artículo, siempre que concurran los requisitos siguientes: I. Que la solicite el
quejoso; y”.

La suspensión a petición de parte puede ser provisional y definitiva; clasificación


que se observa en el cuadro siguiente:
A) Suspensión provisional

Esta medida es una facultad del juzgador que la puede obsequiar o negar al

momento de admitir la demanda de amparo, siempre y cuando expresamente así

se lo haya solicitado el quejoso; en su escrito inicial de demanda; si no lo hizo así

se podrá solicitar en cualquier momento del juicio, siempre y cuando no se haya

dictado sentencia ejecutoriada.

Este tipo de suspensión tiene una serie de características pero entre las
principales podemos señalar: es dictada por el juez de distrito con antelación al
informe previo; a la celebración de la audiencia incidental; se emite al momento

de iniciar el incidente y es facultad del juez concederla o negarla. En los cuadros

subsecuentes se presenta diversos aspectos que rigen la vida jurídica de este tipo

de suspensión.
La fracción X del artículo 107 constitucional, que se reformó mediante decreto

publicado el 6 de junio de 2011 en el Diario Oficial de la Federación y su Ley


Reglamentaria en el artículo 138, incluyen la figura de la apariencia del buen
derecho

en lo que atañe a la suspensión de los actos reclamados dentro del juicio de


amparo.

Hablar de la apariencia del buen derecho es introducir un concepto complejo.

Ni la constitución ni la ley dan elementos para entender con sencillez este


concepto que a partir de 1996 se ha venido aplicando por los tribunales federales,

quienes ya han establecido jurisprudencia por contradicción de tesis surgidas


entre Tribunales Colegiados de Circuito.

Esta figura jurídica ha sido considerada por la Suprema Corte como uno de

los avances más importantes en la evolución del juicio de amparo.

En esencia este principio estriba en que para el otorgamiento de la suspensión

de los actos reclamados, procede concederla cuando el juez de amparo considera

que los mismos son aparentemente inconstitucionales; con base en un


conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad
respecto

de la existencia del derecho discutido en el proceso.

Implica que para obtener la suspensión el quejoso debe comprobar que según

cálculo de probabilidad es posible anticipar que se le concederá el amparo por ser

inconstitucional el acto.
Tal examen lo deberá realizar el juez de amparo sin prejuzgar sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados que solo puede
determinarse en la sentencia de amparo, con base en un procedimiento más
amplio

y con mayor información, teniendo en cuenta que la determinación tomada en

relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda vez que

solo tiene el carácter de provisional y se funda en mera hipótesis, y no en la


certeza de la existencia del derecho.

Dicho examen deberá realizarse tomando en cuenta que no se cause perjuicio

al interés social o al orden público.

Ejemplo de la aplicación de este principio es el otorgamiento de la suspensión

en los casos de clausura ejecutada por tiempo indefinido; no debe tomarse como

una restitución al quejoso en la garantía violada, sino como un adelanto


provisional del derecho cuestionado, para resolver posteriormente, en la sentencia
de

fondo, si el acto es o no inconstitucional.

En este caso procede la suspensión para el efecto de interrumpir la clausura,

sin perjuicio de que se niegue el amparo y la autoridad pueda reanudar la clausura


hasta su total cumplimiento, al ser este acto administrativo un acto de tracto

sucesivo, que no se consuma una sola vez.

A partir de tan importante criterio, la apariencia del buen derecho ha sido

elevada a rango constitucional y ratificado en la ley reglamentaria:

“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución,

con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos


que

determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:

X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante

las condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano


jurisdiccional
de amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis
ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social.”

“Artículo 138. Promovida la suspensión del acto reclamado el órgano jurisdiccional


deberá realizar un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho, la no

afectación del interés social y la no contravención de disposiciones de orden


público,

en su caso, acordará lo siguiente:”

Es claro que la apariencia del buen derecho procede en la suspensión a petición


de parte y rige en todas las materias, siempre y cuando la naturaleza del acto

así lo permita.

Su finalidad es evitar mayores molestias a quien presuntamente se le ha violado


un derecho; esto cuando de las constancias que existan, se desprenda que

probablemente al término del juicio se le concederá el amparo al quejoso.

B) Suspensión definitiva

En los anteriores cuadros y párrafos, se ha explicado lo concerniente a la


suspensión provisional, ahora corresponde abundar sobre el tema de la
suspensión

definitiva.

La suspensión definitiva se distingue de la provisional en razón del mandamiento


por medio del cual se decreta, así como en el tiempo de su duración, ya

que la provisional se decreta en el auto que abre el incidente de suspensión, el

cual surte efectos, hasta en tanto no se dicte la definitiva y ésta se resuelve en una

resolución interlocutoria, que tiene vigencia hasta que se notifica la sentencia

ejecutoriada de amparo15.Es la última etapa dentro de la audiencia incidental y

la resolución que la contiene es una sentencia interlocutoria en la cual el juez de

distrito decide si concede o niega la suspensión definitiva de los actos reclamados.


Los artículos 146 y 147 de la Ley de Amparo establecen: cuales son los efectos

de la suspensión definitiva; le imponen al juzgador el deber de fijar la situación en

que habrán de quedar las cosas; y establecer las medidas pertinentes para
conservar la materia del amparo; regulándola de la forma siguiente:

“Artículo 146. La resolución que decida sobre la suspensión definitiva, deberá


contener:

I. La fijación clara y precisa del acto reclamado;

II. La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas;

III. Las consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder o

negar la suspensión; y

IV. Los puntos resolutivos en los que se exprese el acto o actos por los que se

conceda o niegue la suspensión. Si se concede, deberán precisarse los efectos


para su

estricto cumplimiento.”

“Artículo 147. En los casos en que la suspensión sea procedente, el órgano


jurisdiccional deberá fijar la situación en que habrán de quedar las cosas y tomará
las

medidas pertinentes para conservar la materia del amparo hasta la terminación del
juicio, pudiendo establecer condiciones de cuyo cumplimiento dependa el que la
medida

suspensional siga surtiendo efectos.

Atendiendo a la naturaleza del acto reclamado, ordenará que las cosas se


mantengan en el estado que guarden y, de ser jurídica y materialmente posible,
restablecerá

provisionalmente al quejoso en el goce del derecho violado mientras se dicta


sentencia

ejecutoria en el juicio de amparo.

El órgano jurisdiccional tomará las medidas que estime necesarias para evitar que
se defrauden los derechos de los menores o incapaces, en tanto se dicte
sentencia definitiva en el juicio de amparo.”38

Rodolfo Campos Montejo

Las reglas contenidas en dichos artículos se resumen en el cuadro siguiente:

Cabe señalar que los tribunales federales han desarrollado toda una técnica

para el estudio en relación al otorgamiento de la suspensión.

Esa técnica la han establecido en atención al marco constitucional y legal

vigente, con base en los artículos 107, fracción X de la Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos y el 128 de la Ley de Amparo.

A los puntos anteriores, el juzgador debe realizar un estudio ponderado de la

apariencia del buen derecho con la posible afectación que pueda ocasionarse al

interés social con el otorgamiento de la suspensión del acto reclamado;


ponderación que no debe llegar al fondo del asunto.
El artículo 129 establece:

“Artículo 129. Se considerará, entre otros casos, que se siguen perjuicios al interés

social o se contravienen disposiciones de orden público, cuando, de concederse la


suspensión:

I. Continúe el funcionamiento de centros de vicio o de lenocinio, así como de


establecimientos de juegos con apuestas o sorteos;

II. Continúe la producción o el comercio de narcóticos;

III. Se permita la consumación o continuación de delitos o de sus efectos;

IV. Se permita el alza de precios en relación con artículos de primera necesidad o


de

consumo necesario;
V. Se impida la ejecución de medidas para combatir epidemias de carácter grave o
el

peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país;

VI. Se impida la ejecución de campañas contra el alcoholismo y la drogadicción;

VII. Se permita el incumplimiento de las órdenes militares que tengan como


finalidad la defensa de la integridad territorial, la independencia de la República, la
soberanía

y seguridad nacional y el auxilio a la población civil, siempre que el cumplimiento y

ejecución de aquellas órdenes estén dirigidas a quienes pertenecen al régimen


castrense;

VIII. Se afecten intereses de menores o incapaces o se les pueda causar trastorno

emocional o psíquico;

IX. Se impida el pago de alimentos;

X. Se permita el ingreso en el país de mercancías cuya introducción esté prohibida

en términos de ley o bien se encuentre en alguno de los supuestos previstos en el


artículo

131, párrafo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos; se

incumplan con las normas relativas a regulaciones y restricciones no arancelarias


a la

exportación o importación, salvo el caso de las cuotas compensatorias, las cuales


se ape-

garán a lo regulado en el artículo 135 de esta Ley; se incumplan con las Normas
Oficiales

Mexicanas; se afecte la producción nacional;

XI. Se impidan o interrumpan los procedimientos relativos a la intervención,


revocación, liquidación o quiebra de entidades financieras, y demás actos que
sean impostergables, siempre en protección del público ahorrador para
salvaguardar el sistema de

pagos o su estabilidad;
XII. Se impida la continuación del procedimiento de extinción de dominio previsto

en el párrafo segundo del artículo 22 de la Constitución Política de los Estados


Unidos

Mexicanos. En caso de que el quejoso sea un tercero ajeno al procedimiento,


procederá

la suspensión;

XIII. Se impida u obstaculice al Estado la utilización, aprovechamiento o


explotación de los bienes de dominio directo referidos en el artículo 27 de la
Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos.”

El análisis de cada una de esas causas es lectura obligada pero por razones de

brevedad se omiten.

El interés general y el orden público a que alude el artículo 129 de la Ley de

Amparo, tienen su fundamento en el principio según el cual el interés colectivo

está por encima del individual; de tal manera que cuando el interés del quejoso de

que no se ejecute el acto reclamado está en conflicto con el interés de la sociedad

o el Estado, el juez de distrito tienen que optar por negar la suspensión.

Desafortunadamente en la práctica predomina el criterio de que ante cualquier


presunción de que exista afectación al interés social o al orden público,

en relación al acto reclamado, sistemáticamente los jueces de distrito niegan la

medida cautelar.

Este tema es muy polémico; y genera percepciones contradictorias o distintas

entre uno y otro juez de distrito aun del mismo circuito, a menudo entran en

discrepancias; siendo por lo tanto útil la lista de casos que presenta la Ley de

Amparo en su artículo 129, la cual es de naturaleza enunciativa, lo que significa

que pueden haber otros casos, que en opinión del juzgador, puedan configurarse

como perjuicios al interés social o contravenciones a la disposiciones de orden


público.

Para una mayor comprensión de situaciones que no contempla la Ley de Amparo,


pero que en la práctica los jueces federales han considerado que no procede

la suspensión del acto reclamado por afectar el interés social o violar


disposiciones de orden público, se citan los siguientes ejemplos:

1. Cuando el acto reclamado consiste en el cambio de adscripción de los jueces


del poder judicial.

2. Cuando el acto reclamado consiste en el retiro forzoso de jueces y magistrados


de los poderes judiciales de los estados por haber cumplido la edad

límite establecida en la ley orgánica correspondiente.

3. Cuando el acto reclamado consista en la baja definitiva del servicio público

de elementos de las instituciones de seguridad pública.

4. Cuando el acto reclamado ordena la aprehensión de un individuo que ha

sido condenado por sentencia ejecutoriada.

En relación al interés social y al orden público la nueva Ley de Amparo adicionó


las siguientes hipótesis:

“II. Continúe la producción o el comercio de narcóticos;

VIII. Se afecten intereses de menores o incapaces o se les pueda causar trastorno

emocional o psíquico;

IX. Se impida el pago de alimentos;

XI. Se impidan o interrumpan los procedimientos relativos a la intervención,


revocación, liquidación o quiebra de entidades financieras, y demás actos que
sean impostergables, siempre en protección del público ahorrador para
salvaguardar el sistema de

pagos o su estabilidad;

XIII. Se impida u obstaculice al Estado la utilización, aprovechamiento o


explotación de los bienes de dominio directo referidos en el artículo 27 de la
Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos.”


Los estudiosos de la materia criticaron fuertemente las nuevas adiciones,

principalmente las fracciones que prohíben la suspensión tratándose de


procedimientos relativos a la intervención, revocación, liquidación o quiebra de
entidades financieras, extinción de dominio o en los que pretendiera impedir al
estado

mexicano la utilización, aprovechamiento o explotación de los bienes del dominio


directo señalados en el artículo 27 constitucional; constituyó una reforma

sumamente cuestionada y que irritó a los dueños de empresas que se pueden ver

afectadas en estos temas por actos de autoridad.

Ejemplo de ello son los bancos, casas de bolsa, casas de cambio,


telecomunicaciones, casinos, juegos, sorteos, telefonía celular, emisión de señales
de televisión, minería, pesca, aguas nacionales, etcétera.

Con esta restricción de la suspensión, cualquier acto de las secretarías de Estado


o del órgano regulador, atendiendo la materia correspondiente, que pudiera

considerar el quejoso ilegal o arbitrario, seguirá siendo impugnable mediante el

juicio de amparo, pero no procederá la suspensión del acto reclamado por


disposición expresa de la ley al considerar que se atentaría contra el interés social

representado en el actuar del Estado.

Los académicos y especialistas en el amparo consideran a esta reforma como

un retroceso por ser una limitación en perjuicio de los gobernados, restándole

fuerza a la suspensión que es la parte más viva en el amparo18.

Capítulo III

PROCEDIMIENTO O SUBSTANCIACIÓN

DEL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN EN EL

AMPARO INDIRECTO

I. PROCEDIMIENTO O SUBSTANCIACIÓN EN EL TRÁMITE

DEL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN

Cuando se presenta la demanda de amparo el juzgador la tiene por recibida


y de no encontrar una causal de improcedencia notoria e indudable, con apoyo

en los artículos 107, 108, 110 y 112 de la Ley de Amparo admitirá a trámite la

demanda.

En el auto admisorio, también conocido como auto de radicación, el juez de

distrito ordenará tramitar por separado y duplicado el incidente de suspensión

relativo, ante la solicitud de la parte quejosa.

En cumplimiento a lo ordenado en el auto de inicio, con dos copias simples

de la demanda de amparo se procederá abrir a trámite por duplicado el incidente

de suspensión.

Es el referido acuerdo, donde el juez de distrito se pronuncia sobre el


otorgamiento o negativa de la suspensión provisional.

En el cuadro siguiente de forma esquemática se presenta el referido


procedimiento

En relación al informe previo el jurista Humberto Enrique Ruiz Torres señala:

“Desde el punto de vista gramatical informe proviene del verbo informar, que

significa enterar o dar noticia de algo; por su parte, previo quiere decir anticipado,
que

va delante o que sucede primero. El informe previo es una institución procesal


propia

del incidente de suspensión. Así como el informe justificado es la contestación a la

demanda de amparo que produce la autoridad responsable, el previo es la


contestación
que realiza la responsable en el referido incidente. No se trata de un simple
informe,

sino de una verdadera contestación.”

De acuerdo con Ignacio Burgoa el informe previo es:

“El acto en virtud del cual las autoridades responsables manifiesta si son o no
ciertos los actos reclamados y esgrimen las razones que juzgan conducentes para
demostrar

la improcedencia de la suspensión definitiva solicitada por el quejoso.”

A su vez, Alberto del Castillo del Valle da al informe previo, tan sólo el alcance de
un simple informe y no de una contestación.

Por su parte, Héctor Fix Zamudio indica:

Juventino V. Castro señala:

“El informe previo en materia suspensional no tiene ninguna definición ni en la

constitución ni en la ley reglamentaria, y por tanto no queda de manifiesto a qué


momento previo se refiere, pero debe entenderse que es el previo al informe con
justificación que se rinde en el expediente principal y que servirá para resolver el
fondo de la

controversia. O sea: para que se dicte la providencia definitiva en la queja por


razones

de constitucionalidad.”

De las anteriores definiciones, de la doctrina nacional y de la propia Ley de

Amparo se destacan los siguientes aspectos del informe previo:


Los artículos 130, fracción III, 140, 141 y 142 de la Ley de Amparo establecen

una serie de reglas; las cuales se esquematizan para facilitar su comprensión en

los cuadros siguientes:


Otros aspectos dignos de señalar sobre el informe previo y que han sido resueltos
a través de criterios establecidos en diversas tesis de los tribunales federales son
los siguientes:
Una vez recibido el informe previo el juez de distrito ordenará que se manden
a agregar a los autos y dará vista a las partes con su contenido; lo que por la

premura del tiempo se realiza en la propia audiencia incidental (artículo 144 de

la Ley de Amparo).

III. AUDIENCIA INCIDENTAL

Solicitada la suspensión del acto reclamado, el juez de distrito entre otras

situaciones señalara fecha y hora para la celebración de la audiencia incidental

(artículo 138, fracción II de la Ley de Amparo).

La audiencia incidental es un acto de naturaleza procesal dentro del incidente

de suspensión del amparo indirecto que consta de tres etapas: a) la de pruebas; b)

la de alegatos; y, c) la de resolución.

En esta audiencia se decide sobre la concesión o negativa de la suspensión


definitiva del acto reclamado o lo que fuere procedente; y de inmediato, hace
cesar

los efectos decretados en la suspensión provisional.

Se rige por los principios de: 1) indivisibilidad, al no contemplarse la posibilidad de


escindirla en sus etapas de pruebas (como la documental, la inspección

ocular y, excepcionalmente, la testimonial), alegatos y resolución interlocutoria;

2) continuidad de la audiencia, al establecer una serie de fases que


sucesivamente

deben desarrollarse hasta la conclusión del incidente; y, 3) celeridad procesal, ya

que dada la naturaleza del objeto del incidente, se impone el deber de resolver

sobre la solicitud de la medida cautelar dentro del plazo de setenta y dos horas

seguidas al día en que se promovió la suspensión.

Esta audiencia está regulada por el artículo 144 de la nueva Ley de Amparo

y deberá celebrarla el juez en la fecha y hora señalada; a ella podrán comparecer


las partes; se dará cuenta con los informes previos; se recibirán las pruebas
documentales ofrecidas por las partes y se resolverá sobre las medidas y
garantías a

que estará sujeta la suspensión definitiva en caso de otorgarse.

Es importante señalar que la audiencia se celebrará con informe o sin informe; si


una de las autoridades no informa y no hay constancia de su notificación,

de cualquier manera la audiencia se deberá celebrar respecto de los actos de


todas

aquellas autoridades que hayan sido notificadas; y en relación a las que no fue
posible su notificación, se señalará fecha y hora para la celebración de la
audiencia

respecto de los actos reclamados a las autoridades de las que no haya constancia

de su notificación.

En conclusión se establece que la audiencia incidental, al igual que el juicio

principal, cuenta con los siguientes periodos o etapas:

A) Periodo probatorio

De conformidad con los artículos 2o., 119, 143 y 144 de la Ley de Amparo,

las reglas para el ofrecimiento de pruebas en el cuaderno principal del juicio de

garantías difieren de las relativas al incidente de suspensión.

Ello ha sido interpretado por los Tribunales Colegiados de Circuito que las

pruebas ofrecidas y desahogadas en el expediente relativo al juicio principal no

pueden ser tomadas en consideración en el otro cuaderno referente al incidente

suspensional.
La forma como se pueden tomar en cuenta las pruebas que obran en el
expediente principal en el incidente de suspensión o viceversa, es que el quejoso
o

cualquiera de las partes pidan la compulsa respectiva, o que solicite la expedición

de copias certificadas; y obtenidas éstas, se exhiban en el expediente en el que

deban surtir sus efectos.

Tal circunstancia de que existan como consecuencia de una tramitación de

amparo indirecto dos expedientes el de carátula verde olivo (relativo al principal)

y el de carátula rosa mexicano (referente al cuaderno incidental), en la práctica,

se llevan por cuerda separada; y ello jurídicamente hablando, les incorpora


autonomía e independencia por cuanto hace a sus elementos probatorios;
además,

dada la naturaleza de ambos, pudiera no coincidir en un mismo estadio procesal,

de modo tal que si uno de ellos se encontrara en revisión y el otro aún en primera

instancia, en éste sería imposible resolver por la falta de elementos.

Por lo anterior se deberá tener la atingencia de que en este tipo de amparo las

pruebas deben ofrecerse y desahogarse en el propio cuaderno respectivo (medios

de prueba cuya valoración se pretenda).

El único caso en que se puede tomar en cuenta el mismo elemento probatorio

“para ambos cuadernos” es cuando se ordena proveer sobre la suspensión


provisional en el auto admisorio de la demanda pues, en esa hipótesis, el juzgador
está

obligado a apreciar las pruebas que se acompañaron a aquélla y valorarlas, para

determinar si es o no procedente la suspensión provisional solicitada.

Esto último obedece a que es en dicho momento cuando el juzgador, además

de las copias destinadas a integrar el incidente de suspensión, también tiene a la

vista el original de la demanda y, en su caso, los documentos que se acompañan


a esta última, razón por la que está en aptitud de valorar, de manera directa, el

material probatorio aportado por el promovente del juicio y resolver lo conducente,


tanto en el cuaderno principal como en los incidentales, aunque con posterioridad
a ese momento se haga la separación formal y material del original de la

demanda de amparo y sus copias26.

En el incidente de suspensión las pruebas que los quejosos pueden rendir

están muy limitadas por el artículo 143 el cual establece:

“Artículo 143. El órgano jurisdiccional podrá solicitar documentos y ordenar las

diligencias que considere necesarias, a efecto de resolver sobre la suspensión


definitiva.

En el incidente de suspensión, únicamente se admitirán las pruebas documental y

de inspección judicial. Tratándose de los casos a que se refiere el artículo 15 de


esta Ley,

será admisible la prueba testimonial.

Para efectos de este artículo, no serán aplicables las disposiciones relativas al


ofrecimiento y admisión de las pruebas en el cuaderno principal.”

Como puede verse solamente pueden los quejosos ofrecer pruebas documentales
y de inspección judicial.

Las documentales se las podrán recibir aun el mismo día de la audiencia y

en lo que se refiere a la inspección judicial, también, pues no le son aplicables

las reglas relativas al ofrecimiento y admisión de las pruebas para el cuaderno

principal; es decir ni deberá anunciarlas con cinco días de anticipación a la


celebración de la audiencia incidental ni será necesario exhibir con anticipación el

interrogatorio al tenor del cual deberá celebrarse la prueba de inspección ocular.

La única posibilidad de que el quejoso pueda ofrecer la prueba testimonial es

cuando se trate de alguno de los actos establecidos en los artículos 22 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 15 de la Ley de Amparo.

La restricción de poder admitir otro tipo de pruebas en el incidente se debe a


la urgencia de la tramitación de la medida suspensional, “lo que no se lograría si

se ofreciera y desahogara cualquier medio de prueba; además de que


prácticamente se tramitaría un juicio dentro de otro juicio”27.

El hecho de que no puedan tomarse en cuenta por el juez de distrito al momento


de dictar su sentencia interlocutoria en el incidente de suspensión, las prue-

bas que existen en el juicio principal es un aspecto muy importante que no debe

perderse de vista.

En la práctica se suele caer en el error, de que los quejosos piensan que las

pruebas que obran en el juicio principal (mismas que pueden ser básicas para

obtener la suspensión definitiva), deberán ser tomadas en cuenta en la audiencia


incidental por el resolutor, lo cual reiteradamente han resuelto los tribunales

colegiados y la propia Corte que no es posible hacerlo, por ser el incidente un

expediente que se lleva por cuerda separada.

Grandes injusticias ha implicado este criterio, porque atenta contra el derecho

humano de acceso a la justicia pronta y completa o tutela judicial efectiva, previsto


en el artículo 17 de la Constitución Federal y en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, conocida como “Pacto de San José de Costa Rica”,

artículos 8, punto 1 y 25, puntos 1 y 2.

En consecuencia debe quedar claro, que las reglas para el ofrecimiento de

pruebas en el juicio principal de amparo son diferentes de las relativas al incidente


de suspensión.

A continuación en los cuadros siguientes se presenta la respuesta a algunas

situaciones o problemas frecuentes que en relación a las pruebas en el incidente

de suspensión han acontecido en la actividad cotidiana de los tribunales y que

han sido resueltos estableciéndose tesis y jurisprudencias.


Por último si las pruebas con las que pretende el quejoso haber justificado

su interés jurídico, las acompañó a la demanda de amparo, así que, obviamente,


obran en el cuaderno principal, no en el incidente, el Juez de Distrito deberá no

tomarlas en cuenta para dictar la resolución relativa a la suspensión definitiva.

No obsta para arribar a la consideración anterior, que en ellas se haya fundado


para conceder la suspensión provisional, porque el incidente se sigue por

cuerda separada; así que, de acuerdo con el artículo 143 de la Ley de Amparo, el

quejoso debió ofrecerlas en la audiencia incidental, para que fueran apreciadas en

la interlocutoria que resolvió tal incidente33.

B) Periodo de alegatos

Continuando con el procedimiento en la audiencia incidental el juez deberá

declarar “abierto el periodo de alegatos” y ahí se dará cuenta si alguna de las

partes los formuló.

Del latín allegatio, alegación en justicia: los alegatos son la exposición oral

o escrita de los argumentos de las partes sobre el fundamento de sus respectivas

pretensiones, una vez agotada la etapa probatoria y con anterioridad al dictado

de la sentencia de fondo en las diversas instancias del proceso. Diversos


procesalistas han definido los alegatos de la siguiente forma:

Para José Becerra Bautista son:

“Las argumentaciones jurídicas tendientes a demostrar al tribunal la aplicabilidad

de la norma abstracta al caso controvertido con base en las pruebas aportadas.”34

Asimismo, Enrique M. Falcón, expresa que:

“Con los alegatos se persiguen tres objetivos a saber: i) el de comunicación; ii) el


de

demostración; iii) el de persuasión; los dos primeros se desprenden de la


definición, al

ser un escrito tendiente a comunicar y demostrar el buen derecho; respecto al


tercero…
pretende obtener cambio de actitudes y conductas con un modo de ver la realidad
y un

modelo teórico de actitudes y conductas como un modo de ver la realidad y un


modelo

teórico persuasor debe ser coherente, pertinente y eficaz. Desde esta óptica la
selección

de los elementos persuasivos del mensaje tiene por objeto presentar la


superioridad de

una alternativa desde un punto de vista de determinadas pautas35.”

Por su parte José Ovalle Favela, señala:

“Los alegatos son las argumentaciones que expresan las partes, una vez
realizadas

las fases expositiva y probatoria, para tratar de demostrar al juzgador que las
pruebas

practicadas han confirmado los hechos afirmados y que son aplicables los
fundamentos

de derecho aducidos por cada una de ellas, con la finalidad de que aquel declare
fundadas, en la sentencia definitiva, sus respectivas acciones o excepciones. Es
claro que el

acto procesal de los alegatos, al igual que la demanda, la contestación de la


demanda,

el ofrecimiento, la preparación y la portación de los medios de prueba constituye


una

carga procesal, un imperativo del propio interés, y no una obligación.”36

Para Eduardo Juan Couture Etcheverry son:

“…son el escrito de conclusión que el actor y el demandado presentan luego de

producir la prueba de lo principal, en el cual exponen las razones de hecho y de


derecho

que abonan sus respectivas conclusiones.”37

También se definen a los alegatos como el argumento o discurso en favor de


alguien. Escrito en el cual el abogado expone las razones que sirven de
fundamento al derecho de su cliente e impugna las del adversario.

Otros autores más consideran a los alegatos como las conclusiones de las

partes en el proceso. Consisten en argumentos tendientes a demostrar, con las

pruebas aportadas al proceso, la aplicación de la norma invocada al caso


concreto, respecto de las cuestiones que integran la Litis.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a los alegatos ha establecido


“que el derecho a su formulación constituye un elemento básico que de

acuerdo con nuestro sistema de derecho constitucional y procesal, contribuye a

configurar dicha garantía de audiencia”.

En efecto, ha dicho la Corte que si por garantía constitucional de audiencia

“entendemos la seguridad que nuestra Carta Magna otorga a toda persona, en su

artículo 14, en el sentido de que nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad

o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante

los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades

esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al

hecho, debe concluirse lógicamente que para satisfacer dicha garantía


constitucional no basta con que a una persona se le cite legalmente o se le dé la
oportunidad

de iniciar un juicio, antes de resultar afectada en sus propiedades, posesiones o

derechos, sino que, además, es indispensable que en dicho juicio se cumpla con

las formalidades esenciales del procedimiento.”

Que tratándose del juicio de garantías ante un Juez de Distrito: “las formalidades
del procedimiento son las establecidas por la Ley de Amparo, en el capítulo

IV, de su título segundo, y, entre ellas, resultan particularmente esenciales las

preceptuadas por su artículo 155, que regula la conducción de la audiencia


constitucional, audiencia que también suele llamarse de “pruebas, alegatos y
sentencia”, para destacar con claros caracteres los tres elementos o etapas
básicamente
estructurales de la misma.”

Por otra parte, afirma la Suprema Corte, que: “es conveniente dejar bien sentado
que el orden de tales etapas en la celebración de la audiencia constitucional,

no es un orden caprichoso o arbitrario, sino que constituye un orden lógico que,

en tanto que tal, es también configurativo de la garantía de audiencia, ya que, por

una parte, resulta obvio que los alegatos, siendo aquellas argumentaciones que
las

partes tienen derecho a producir respecto de los elementos de prueba aportados

al juicio, en relación con los hechos que cada una de ellas ha tratado de demostrar

en la secuela del procedimiento, sea para llevar al juzgador al convencimiento

sobre la legitimidad de sus propias pretensiones, o bien sobre la improcedencia

o ausencia de fundamento legal de las de su contraparte, sólo podrán producirse

una vez que hayan sido desahogadas todas las pruebas admitidas de las
ofrecidas

por las partes en el juicio; y que, por otra parte, el juzgador no podrá emitir su

fallo definitivo sin antes tener a su disposición debidamente requisitados, todos

los elementos que la ley prescribe (los alegatos entre otros), como estructurantes

del procedimiento en cuestión.”38

En la audiencia incidental no se estila recibir los alegatos de forma oral; de

tal manera en que en el muy raro caso, que el quejoso desee uso de este derecho

fundamental podrá expresarlos por escrito (artículo 144 de la Ley de Amparo).

En esta tesitura, no declarar abierto el periodo de alegatos en la audiencia

incidental ni dar cuenta con que ninguna de las partes los formuló, constituye una

violación al procedimiento.

En los siguientes cuadros se brinda la respuesta a algunos casos que han sido

motivo de agravios a consecuencia de los alegatos ante los Tribunales


Colegiados:
C) Periodo de sentencia

Finalmente, habiéndose abierto el periodo probatorio, se dará cuenta al juzgador


con las documentales exhibidas por las autoridades responsables en su

caso y sus respectivos informes previos; el juzgador acordará, con fundamento en

lo dispuesto por el artículo 144 de la Ley de Amparo de tener por desahogadas

las documentales por su propia y especial naturaleza; y no habiendo pendientes

pruebas por desahogar y alegatos por recibidos y no haberse formulado o si se

formularon, mandarlos agregar a sus autos, ni promoción pendiente de las partes

por acordar, se procederá a dictar la sentencia interlocutoria que resolverá el

incidente de suspensión relativo al juicio principal.

La sentencia constará atendiendo a su forma de: resultandos; considerandos

y resolutivos.

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española (del latín sententia que

significa dictamen o parecer que alguien tiene o sigue) es la declaración del juicio
y resolución del juez; aquella en que el juzgador, concluido el juicio, resuelve

finalmente sobre el asunto principal, declarando, condenando o absolviendo; la

que termina el asunto o impide la continuación del juicio, aunque contra ella sea

admisible el recurso extraordinario.

Afirma el célebre jurista italiano Piero Calamandrei:

“Que sentencia, como lo indica su etimología, deriva de sentimiento; la sentencia

no es obra del intelecto y de la ciencia, consistente en conocer y declarar algo que


ya

existe, sino en la creación práctica, voluntad alimentada por la experiencia social,


que

impulsa al juzgador a la búsqueda de determinada utilidad política que dé


satisfacción

a la experiencia. Incluso cuando el juez busca la solución del caso particular


guiándose

por ciertas premisas de orden general, que siente como adquisición preexistente
de la

sociedad a la que pertenece (la llamada equidad social), las encuentra en su


interior,

registradas en su conciencia.”

Pedro Aragoneses señala:

“La sentencia es aquella forma de terminación del proceso que contiene la


decisión

del juez sobre la controversia, y ya sea que la definamos con Rocco como el acto
por el

cual el Estado, por medio del órgano de la jurisdicción destinado a ello (juez),
aplicando la norma al caso concreto, indica aquella norma jurídica que el derecho
concede a

un determinado interés; o con Gómez Orbaneja, como “la declaración de voluntad


del
Estado, que afirma como existente o inexistente el efecto jurídico pedido por el
actor,

es lo cierto que en la misma se contienen una serie de juicios lógicos a realizar por
el

juez, difícilmente reconducibles a un esquema general.”

Eduardo J. Couture enfatiza:

“El vocablo sentencia sirve para denotar, a un mismo tiempo un acto jurídico
procesal y el documento que en él se consigna. Como acto, la sentencia es aquel
que emana

de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o punto


sometido

a su conocimiento. Como documento, la sentencia es la pieza escrita, emanada


del

tribunal, que contiene el texto de la decisión emitida”.

Tratándose del incidente de suspensión, éste concluye, con una sentencia


interlocutoria, en la cual el juez de distrito podrá conceder o negar la suspensión

definitiva peticionada por el quejoso.

La sentencia interlocutoria que se dicta en el incidente se define como:

“El acto jurisdiccional por el que se resuelve un incidente planteado en el juicio

de amparo y no constituye sentencia definitiva o resolución que pone fin a una


controversia.”

En la Ley de Amparo genéricamente se le denomina como “resolución”,


“interlocutoria” o “auto.”

En los cuadros subsecuentes se enuncian las reglas para el desahogo de la

audiencia incidental y los requisitos que debe contener la sentencia interlocutoria

que resuelva sobre la suspensión definitiva:


Así como el quejoso tiene derecho de recurrir la negativa de la suspensión,

en caso de que el juez le hubiese concedido la medida de forma favorable, la

autoridad responsable y el tercero interesado podrán inconformar e interponer el


mismo recurso de revisión (artículo 81, fracción I, inciso a).

IV. GARANTÍA EN EL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN

Para que surta efectos la suspensión es requisito básico garantizarla; la


consecuencia de no satisfacerla, aunque se hubiese concedido esta medida
cautelar, la

paralización de los actos reclamados no surtirá sus efectos.

La garantía de la suspensión del acto reclamado debe ser otorgada desde el

momento mismo en que se concede la suspensión provisional por así establecerlo

el artículo 139 de la Ley de Amparo el cual a la letra dice:

“Artículo 139. En los casos en que proceda la suspensión conforme a los artículos

128 y 131 de esta Ley, si hubiere peligro inminente de que se ejecute el acto
reclamado

con perjuicios de difícil reparación para el quejoso, el órgano jurisdiccional, con la

presentación de la demanda, deberá ordenar que las cosas se mantengan en el


estado

que guarden hasta que se notifique a la autoridad responsable la resolución que


se dicte

sobre la suspensión definitiva, tomando las medidas que estime convenientes para
que

no se defrauden derechos de tercero y se eviten perjuicios a los interesados, hasta


donde

sea posible, ni quede sin materia el juicio de amparo.

Cuando en autos surjan elementos que modifiquen la valoración que se realizó

respecto de la afectación que la medida cautelar puede provocar al interés social y


el

orden público, el juzgador, con vista al quejoso por veinticuatro horas, podrá
modificar

o revocar la suspensión provisional.”

La obligación de otorgar garantía en la suspensión (para que surta efectos)


está prevista en el artículo 132 de la Ley de Amparo el cual indica:

“Artículo 132. En los casos en que sea procedente la suspensión pero pueda
ocasionar daño o perjuicio a tercero y la misma se conceda, el quejoso deberá
otorgar

garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla
se

causaren si no obtuviere sentencia favorable en el juicio de amparo.

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que
no

sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el


importe

de la garantía.

La suspensión concedida a los núcleos de población no requerirá de garantía para

que surta sus efectos.”

De la disposición legal antes invocada se desprende que la obligación de otorgar


garantía bastante por parte del quejoso surge para aquellos casos donde exista un
tercero interesado; por lo general en la mayoría de los amparos siempre se

da la existencia con el carácter de parte del tercero interesado, pero en algunos

amparos, sobre todo en materia administrativa no sucede así:

“Al no existir tercero interesado, la suspensión deberá decretarse y surtir sus

efectos sin necesidad de que el quejoso otorgue garantía, puesto que al no haber

“contraparte” no tendría a quien resarcir los daños y perjuicios que se llegaren a

ocasionar si se negara el amparo al quejoso.”41 Así lo ha considerado la


jurisprudencia en el siguiente caso:

“SUSPENSION SIN FIANZA. Debe concederse la suspensión sin fianza, contra

la orden de un Ayuntamiento, de que se suspenda la explotación de un fundo, en


vista

de que no hay tercer perjudicado, ya que el mencionado Municipio no se


encuentra
comprendido en inciso alguno de la fracción III del artículo 5o. de la Ley de
Amparo,

si no ha intervenido en los autos del juicio, tanto porque no se le atribuye el


carácter de

tercero por el quejoso, como por no haber gestionado en su favor los actos contra
los

cuales se pide el amparo y la suspensión definitiva.”42

El tercero interesado es la persona que tiene un interés jurídico opuesto al quejoso


y que puede ser afectado por la sentencia que se dicte en el juicio de amparo;

teniendo interés en que subsista el acto reclamado y no se declare


inconstitucional.

El artículo 5º, fracción III de la Ley de Amparo lo describe de esta forma:

“Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo:

III. El tercero interesado, pudiendo tener tal carácter:

a) La persona que haya gestionado el acto reclamado o tenga interés jurídico en

que subsista;

b) La contraparte del quejoso cuando el acto reclamado emane de un juicio o

controversia del orden judicial, administrativo, agrario o del trabajo; o tratándose


de

persona extraña al procedimiento, la que tenga interés contrario al del quejoso;

c) La víctima del delito u ofendido, o quien tenga derecho a la reparación del daño

o a reclamar la responsabilidad civil, cuando el acto reclamado emane de un juicio


del

orden penal y afecte de manera directa esa reparación o responsabilidad;

d) El indiciado o procesado cuando el acto reclamado sea el no ejercicio o el


desistimiento de la acción penal por el Ministerio Público;

e) El Ministerio Público que haya intervenido en el procedimiento penal del cual

derive el acto reclamado, siempre y cuando no tenga el carácter de autoridad


responsable.”
Ahora bien, la garantía a las que se refieren los artículos 132 y 139 de la

Ley de Amparo puede otorgarse mediante depósito en efectivo o dinero, fianza,

prenda o hipoteca.

La fianza es una garantía de naturaleza personal por el cual una persona

denominada fiador se compromete a cumplir una obligación en lugar de otro


denominada fiado o deudor principal ante el acreedor, en el caso de no hacerlo
este.

Es un contrato de naturaleza accesoria de una obligación principal.

En la práctica lo cotidiano es obtener una póliza de compañía afianzadora

que son instituciones de fianza, cuyo objeto principal es el de otorgar garantías

a título oneroso.

Las afianzadoras son personas de derecho autorizadas legalmente por la


Secretaría de Hacienda y Crédito Público “para otorgar fianzas”. Estas compañías

por la expedición de sus pólizas (fianzas) cobran una prima. Quedando claro que

a través de este documento se obligan a cumplir las obligaciones afianzadas para

el caso de que el quejoso no lo haga. El Código Civil Federal en sus artículos del

2794 al 2811 regula este tipo de contrato.

La prenda es un contrato de naturaleza real que se constituye sobre un bien

mueble enajenable, para garantizar el cumplimiento de una obligación y su


preferencia en el pago. El Código Civil Federal en sus artículos del 2856 al 2892

regula la prenda.

Este tipo de garantía no resulta usual en la práctica, al igual que la hipoteca;

pero de ofrecerse tendrán que ser constituidas siguiendo los lineamientos del
Código Civil Federal y no existe impedimento legal alguno para que se le admita
su

depósito al quejoso.

La hipoteca también es un derecho real de garantía, que se constituye para


asegurar el cumplimiento de una obligación, confiriendo a su titular un derecho

de poder ejecutar vía remate judicial el inmueble gravado con motivo de este tipo

de contratos; para lo cual se deberá proceder a la venta forzosa del bien


gravado64

Rodolfo Campos Montejo

con la hipoteca. El Código Civil Federal en sus numerales 2893 al 2919 da cuenta

de este contrato.

Sobre este particular el maestro Burgoa comenta:

“En el caso especial de la garantía en materia de suspensión del acto reclamado,

la obligación hipotecaria tiene a los siguientes sujetos: el acreedor hipotecario, o


sea,

el tercero interesado, y el deudor hipotecario, que puede ser el mismo quejoso o


una

tercera persona. A diferencia de lo que sucede con la fianza, en la hipoteca ya no


es la

persona misma la que se obliga con todo su patrimonio, considerando éste como
un todo indeterminado, sino que la obligación surge en vista de un bien mueble o
inmueble

(bajo la vigencia del Código Civil de 1884 sólo inmueble), que se grava
expresamente

para responder con preferencial pago. Por ello se dice que la hipoteca es una
garantía

real, esto es, debido a que no se constituye como la fianza, intuitu personae, sino
en

razón de una cosa determinada -res.”

La calificación de la idoneidad de la garantía (fianza de compañía autorizada o de


persona física de solvencia acreditada o reconocida, y que tenga bienes

inmuebles; hipoteca; … o prenda…), la ha de hacer el juzgador aceptando o

rechazando la garantía propuesta, fundada y motivadamente43.


Dichos medios deben ser asequibles y otorgarse para que surta efectos la
suspensión del acto reclamado y se mantenga la efectividad de la suspensión
concedida.

Su objetivo es garantizar el pago por indemnización de posibles daños o perjuicios


que pudieran ocasionarse al tercero interesado por el hecho de suspenderse el
acto reclamado o porque se lleve a cabo la ejecución en detrimento de los

intereses del quejoso, y aun del Estado.

Para efectos de la estimación de su monto, el órgano jurisdiccional, en forma

discrecional, y tomando en cuenta las prestaciones reclamadas, las circunstancias

del caso y las pruebas existentes en el amparo, determinará el importe líquido o

cantidad exacta de la garantía; si el acto reclamado es un delito derivado de una

causa penal, atenderá a la naturaleza, modalidades y características del delito, la

situación económica del quejoso y la posibilidad de que se sustraiga a la acción

de la justicia.

En los cuadros siguientes se observan aspectos esenciales relativos a la garantía


y contragarantía que regulan los artículos 132 y 133 de la ley de amparo; los

cuales a la letra dice:

“Artículo 132. En los casos en que sea procedente la suspensión pero pueda
ocasionar daño o perjuicio a tercero y la misma se conceda, el quejoso deberá
otorgar

garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla
se

causaren si no obtuviere sentencia favorable en el juicio de amparo.

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que
no

sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el


importe

de la garantía.

La suspensión concedida a los núcleos de población no requerirá de garantía para


que surta sus efectos.”

“Artículo 133. La suspensión, en su caso, quedará sin efecto si el tercero otorga

contragarantía para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la


violación

reclamada y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso


de que

se le conceda el amparo.

No se admitirá la contragarantía cuando de ejecutarse el acto reclamado quede


sin

materia el juicio de amparo o cuando resulte en extremo difícil restituir las cosas al

estado que guardaban antes de la violación.

Cuando puedan afectarse derechos que no sean estimables en dinero, el órgano

jurisdiccional fijará discrecionalmente el importe de la contragarantía.”

La fijación de la garantía queda al arbitrio del juez (artículo 132 de la Ley de

Amparo), atendiendo la gravedad económica de los daños y perjuicios causados

al tercero interesado.

Cuando los daños y perjuicios no sean apreciables en dinero, el juez de distrito


podrá fijar discrecionalmente (según su prudente arbitrio) el importe de la

garantía. Conforme a las atribuciones que en tal sentido le confiere el artículo 132
de la Ley de Amparo, segundo párrafo que dice:

“Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que

no sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el


importe de la garantía.”

El maestro Alfonso Noriega, al abordar este tema comenta:

a) Si bien la facultad de fijar el monto de la garantía queda al prudente arbitrio del

funcionario facultado para ello, su estimación está limitada por las pruebas
rendidas, y

según del acto reclamado y sus efectos, pudiera resentir el tercero perjudicado.

b) Por otra parte, aun cuando el juez, o la autoridad legalmente facultada para ello,

fija libremente el monto de la fianza, están obligadas a expresar las razones en


que se

apoyan para señalar su cuantía y aun las operaciones aritméticas conforme las
cuales

se determina la misma. La Suprema Corte ha considerado que el no cumplir con


estos

requisitos vicia la resolución respectiva, porque adolece la falta de motivación44.

Es derecho del quejoso determinar la manera como podrá constituir la garantía. Si


no se deposita la garantía, no surte efectos la suspensión y el acto puede

ejecutarse.

El término para depositar la garantía es de 5 días (artículo 136 de la Ley de

Amparo); sin embargo, la Corte ha emitido jurisprudencia, estableciendo que

puede hacerse pasado ese término, siempre que el acto no se haya ejecutado,
con

lo cual, de inmediato, vuelve a surtir efectos la medida suspensional (artículo 136

de la Ley de Amparo).

La suspensión surtirá sus efectos desde el momento en que se pronuncie el

acuerdo relativo, aun cuando sea impugnada mediante el recurso correspondiente


por la autoridad responsable, el Ministerio Público Federal o el tercero interesado.

Vencido el plazo de 5 días de oficio o a petición de parte, se le notificará a la

autoridad responsable que por no haberse otorgado garantía, dejó de surtir


efectos la suspensión y que podrán ejecutar el acto reclamado.

La suspensión que se otorgue a los núcleos de población ejidal o comunal no

requerirá de garantía para que surta sus efectos.

La federación, los estados, el Distrito Federal y los municipios estarán exentos

de otorgar garantía para la suspensión (artículos 7 párrafo segundo y 137 de la

Ley de Amparo) que indican:

“Artículo 7o…Las personas morales oficiales estarán exentas de prestar las


garantías que en esta Ley se exige a las partes.”

“Artículo 137. La Federación, los Estados, el Distrito Federal y los municipios

estarán exentos de otorgar las garantías que esta Ley exige.”

La razón por la que el Estado está exento de otorgar garantía, para el caso

de que alguna persona moral de derecho público fuera promovente del amparo

por un acto u omisión que afecte su patrimonio y que se encuentre en un plano

de igualdad con los particulares, es que el legislador lo ha considerado de natu-

raleza solvente; pero esta excepción que la Ley de Amparo expresamente prevé a

favor de dichas entidades resulta inequitativa porque en la realidad si hay alguien

renuente a cumplir con condenas económicas de pago son las entidades públicas;

de tal manera que para que exista igualdad procesal en el amparo deberían de

derogarse dichos artículos y exigirse a las autoridades promoventes de amparo,

garantizar la suspensión cuando la soliciten.

De acuerdo con Genaro David Góngora Pimentel:

“El legislador se olvidó que la característica de la solvencia, por si sola, no implica


que quien sufre daños y perjuicios con la suspensión de la ejecución de los actos
reclamados, se vaya a ver resarcidos de los mismos inmediatamente de que lo
demuestre, lo

cual no es así, pues debe pasar por una serie de trámites, antes de que vea
reparado el

daño que sufrió en su patrimonio, si es que a la postre lo logra, que es


precisamente lo

que trató de evitar el legislador con el artículo 129 de la Ley de Amparo, en el que
se

establece, primero la obligación de garantizar y, segundo un procedimiento


sumario para hacer efectiva la responsabilidad provenientes de las garantías y
contragarantías que

se otorguen con motivo de la suspensión, procedimiento al que ya no deben


sujetarse

las personas oficiales de derecho público, por lo que los particulares deberán de
seguir

otras vías, para hacer efectiva su responsabilidad en los juicios de amparo.

Ya la Suprema Corte de Justicia de la Nación se había pronunciado en diversos

precedentes, entorno al inconveniente de tomar en consideración la solvencia del


Estado para no obligarlo a garantizar daños y perjuicios, con fundamento en el
artículo 4º

del Código de Procedimientos Civiles y otras leyes especiales que exentan a las
personas morales oficiales de otorgar garantías.”45

La exención en comento es inconstitucional porque riñe con lo dispuesto en la

fracción X del artículo 107 de la Constitución el cual a la letra dice:

“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución,

con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos


que

determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:

X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante
las condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano
jurisdiccional

de amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis


ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en


materia penal al comunicarse la promoción del amparo, y en las materias civil,
mercantil

y administrativa, mediante garantía que dé el quejoso para responder de los daños


y

perjuicios que tal suspensión pudiere ocasionar al tercero interesado. La


suspensión

quedará sin efecto si éste último da contragarantía para asegurar la reposición de


las

cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo y a pagar los daños y


perjuicios consiguientes;”

Como puede verse la Constitución es clara al imponer la obligación al quejoso de


depositar fianza para garantizar los daños y perjuicios que la suspensión

ocasionare; no haciendo ninguna exención a favor de las personas de derecho


público para no otorgar garantías; ni tampoco la constitución hace distingos entre

personas físicas o jurídicas, de derecho público o de derecho privado para todo lo

relacionado al otorgamiento de garantías en la suspensión.

En este orden de ideas las disposiciones de la Ley de Amparo que exentan de

prestar las garantías que la ley exige a las partes en cuanto hace a las entidades

públicas es inconstitucional al contradecir al artículo 107 fracción X, de la ley

suprema del país; y porque además infringe la garantía de igualdad de las partes

en el proceso consagradas en los artículos 14 y 17 de la Carta Magna. Igualdad

procesal que está prevista en el artículo 398, fracción III, del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, hoy Ciudad de México que
establece:

“Artículo 398. Los tribunales, bajo su más estricta responsabilidad, al celebrar la


audiencia de prueba y alegatos deben observar las siguientes reglas:

III. Mantener la mayor igualdad entre las partes de modo que no se haga
concesión

a una de ellas sin que haga lo mismo con la otra:”

V. CONTRAGARANTÍA EN EL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN

Es el medio por el cual el tercero interesado logra que no se suspenda el acto

reclamado, pero solo en los casos en que la suspensión sea a petición de parte;
es

decir, tiene por objeto dejar sin efecto la suspensión y permitir que el acto
reclamado se realice.

Para obtener tal situación, el tercero interesado deberá exhibir una garantía

de mayor cantidad en relación al importe que haya depositado el quejoso.

A través de la contragarantía el tercero interesado responderá, en primer lugar, de


la restitución de las cosas al estado que guardaban con anterioridad a la

violación de derechos; además, asegurará el pago de los daños y perjuicios que

sobrevinieran a la quejosa con la ejecución de los actos reclamados, si se le


llegara

a conceder la protección constitucional.

En los términos delimitados por el artículo 133 de la Ley de Amparo; para

fijar su monto no debe tomarse en cuenta el señalado para la fianza, sino las
prestaciones antes precisadas por las que debe responder.

Dicho artículo no sólo prohíbe la admisión de la contrafianza (contragarantía),


cuando de ejecutarse el acto reclamado quede sin materia el amparo, sino

también cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero intere-

ado, que no sean estimables en dinero, caso en que la autoridad que conozca del

amparo fijará discrecionalmente el importe de la garantía. En otras palabras así

como el quejoso tiene derecho a gozar de la suspensión provisional de los actos

reclamados, para lo cual deberá exhibir la garantía que le señale el juzgador, su


contraparte el tercero interesado tiene la facultad o derecho para obtener la
ejecución del acto reclamado y dejar sin efecto la suspensión obtenida por el
quejoso.

A esta situación procesal se le conoce como contragarantía; derecho que está

regulado en los artículos 133 y 134 de la ley de la materia que a la letra dicen:

“Artículo 133. La suspensión, en su caso, quedará sin efecto si el tercero otorga

contragarantía para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la


violación

reclamada y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso


de que

se le conceda el amparo.

No se admitirá la contragarantía cuando de ejecutarse el acto reclamado quede


sin

materia el juicio de amparo o cuando resulte en extremo difícil restituir las cosas al

estado que guardaban antes de la violación.

Cuando puedan afectarse derechos que no sean estimables en dinero, el órgano

jurisdiccional fijará discrecionalmente el importe de la contragarantía.”

“Artículo 134. La contragarantía que ofrezca el tercero conforme al artículo anterior


deberá también cubrir el costo de la garantía que hubiese otorgado el quejoso,

que comprenderá:

I. Los gastos o primas pagados, conforme a la ley, a la empresa legalmente


autorizada que haya otorgado la garantía;

II. Los gastos legales de la escritura respectiva y su registro, así como los de la

cancelación y su registro, cuando el quejoso hubiere otorgado garantía


hipotecaria; y

III. Los gastos legales acreditados para constituir el depósito.”

El maestro Burgoa dice:

“La contragarantía, llamada así porque invalida o hace nugatorios los efectos de
la garantía, es una caución otorgada por el tercero perjudicado para que se
ejecute o

continúe la ejecución del acto reclamado. Desde luego, su efecto asegurador tiene
que

tener mayor amplitud que el de la garantía constituida por el quejoso, puesto que
no

sólo sirve para que el tercero perjudicado resarza a éste de los daños y perjuicios
que se

le irroguen con motivo de la realización del acto reclamado, sino también para
hacer

posible la restitución de las cosas al estado que guardaban antes de la violación


de

garantías.”46

El medio a través del cual puede el tercero interesado optar para cumplir

con el requisito de garantizar la contragarantía puede ser mediante fianza, hi-

poteca, prenda o billete de depósito; quedando a cargo del juzgador determinar

su monto; lo que deberá de realizar de forma fundada y motivada y, a cargo del

solicitante elegir la opción que mejor crea conveniente; pero siempre el juzgador

deberá de calificar y aceptar el medio elegido.

Para determinar el monto de la contragarantía el juzgador deberá seguir las

reglas establecidas en el artículo 134 de la Ley de Amparo que establece:

“Artículo 134. La contragarantía que ofrezca el tercero conforme al artículo anterior


deberá también cubrir el costo de la garantía que hubiese otorgado el quejoso,

que comprenderá:

I. Los gastos o primas pagados, conforme a la ley, a la empresa legalmente


autorizada que haya otorgado la garantía;

II. Los gastos legales de la escritura respectiva y su registro, así como los de la

cancelación y su registro, cuando el quejoso hubiere otorgado garantía


hipotecaria; y
III. Los gastos legales acreditados para constituir el depósito.”

En los cuadros siguientes se presenta algunos otros aspectos relacionados con

la contragarantía.

El importe de la contragarantía siempre será mayor que la garantía. El artículo 133


de la Ley de Amparo le otorga facultades discrecionales al juez de amparo

para determinar el monto de la contragarantía, sobre todo cuando puedan


afectarse derechos que no sean estimables en dinero.

No se admitirá la contragarantía cuando de ejecutarse el acto reclamado quede


sin materia el juicio de amparo o cuando resulte en extremo difícil restituir las

cosas al estado que guardaban antes de la violación.

Por ejemplo en materia de transporte público, no procede su otorgamiento,

pues la sociedad se beneficia con el mayor número de unidades en circulación


que

pueda utilizar para su traslado, de tal suerte que de ejecutarse los actos reclama-

dos, se ve perjudicada la colectividad, retirando de la circulación las unidades con

que los quejosos presentan el servicio de transporte. Estos casos se han dado con

frecuencia en transportistas que trabajan para aeropuertos nacionales y


transportes de pasajeros particularmente en los Mochis, Sinaloa47.
Capítulo IV

INCIDENTE DE REVOCACIÓN O

MODIFICACIÓN DE LA SUSPENSIÓN

PROVISIONAL O DEFINITIVA DEL ACTO

RECLAMADO

Don Juventino V. Castro afirma:

“En relación al otorgamiento de la suspensión del acto reclamado rige el principio

de “mutabilidad” del auto de suspensión en casos excepcionales.”51

Lo anterior significa que la resolución que conceda o niega la suspensión,

después de dictada la resolución suspensional correspondiente, puede ser


modificada al surgir circunstancias que haga improcedente la medida concedida;
ello en

virtud de la existencia de un hecho superveniente que mediante la portación de

pruebas se demuestra que han cambiado las condiciones que sirvieron de base al

juzgador para otorgar o negar la suspensión.

La regla general en todo procedimiento es la imposibilidad jurídica que tiene

el juzgador de modificar sus propias decisiones; sin embargo, cuando hablamos

de la suspensión del acto reclamado, ya sea provisional o definitiva, la Ley de

Amparo establece en su artículo 154 que si es posible modificarse o revocarse de

oficio o a petición de parte. Dicho artículo a la letra dice:

“Artículo 154. La resolución que conceda o niegue la suspensión definitiva podrá

modificarse o revocarse de oficio o a petición de parte, cuando ocurra un hecho


superveniente que lo motive, mientras no se pronuncie sentencia ejecutoria en el
juicio de

amparo, debiendo tramitarse en la misma forma que el incidente de suspensión.”

De dicho numeral se desprende la facultad al juzgador de poder modificar o

revocar de oficio o a petición de parte, la resolución a través de la cual se otorgó


o negó la suspensión; atendiendo a las siguientes cuestiones.

La finalidad de que el legislador haya previsto la factibilidad de modificar

o revocar la suspensión es poder ajustar la situación jurídica creada por la


resolución que se dictó en un primer momento en el incidente de suspensión, a

los nuevos hechos, circunstancias, pruebas o actos que influyen en la materia

suspensional.

La modificación o revocación podrá decretarse una vez que el juzgador de

amparo concluye que se ha verificado “un hecho superveniente”; para lo cual

deberá pronunciar una sentencia interlocutoria que contenga el análisis respecto

a los requisitos que no fueron abordados en virtud de los elementos inicialmente

considerados; ejemplo: “cuando en la interlocutoria dictada en la audiencia


incidental se niega la medida cautelar por inexistencia de actos y esta se desvirtúa
en

el incidente de modificación o revocación en comento”52.

Es pertinente señalar que en el propio artículo 154 se establece que la


modificación o revocación de la suspensión puede promoverse en cualquier
tiempo, es

decir puede instarse desde que ocurra un hecho superveniente hasta antes de que

se dicte sentencia ejecutoria.

Ahora bien, la resolución del juzgador deberá emitirla una vez que haya
escuchado a las partes del juicio de amparo y les haya permitido presentar
pruebas y alegatos, de la misma forma como ocurre en el trámite del incidente de
suspensión; esto es con audiencia de las partes; y sin que en ningún caso pueda

decretarse de plano; y es en ese propio incidente que el resolutor calificará como

superveniente o no el hecho en que se funda la solicitud, pronunciándose sobre la

viabilidad de tal aspecto y si ese hecho afecta o no el status jurídico que motivó

la concesión o negativa de la suspensión.

Cabe indicar que cuando se solicita la modificación o revocación de la suspensión,


el juez estará facultado para desechar la solicitud del incidente cuando

advierta de forma clara e indubitable que no se satisfacen los requisitos primarios

de un hecho superveniente; por ejemplo: “cuando los acontecimientos o las


pruebas aducidas como una causa superveniente ya fueron valoradas en la
resolución

de la suspensión, no guarden indiciariamente una relación con las partes o el

acto reclamado, o ya hayan sido señalados por esta Suprema Corte de Justicia de

la Nación como causas no superveniente, como la admisión y publicación de la

jurisprudencia.”53

Resulta relevante para los efectos de este tema, establecer con claridad lo que

se entiende por hecho superveniente.

Para Hugo Martínez García se entiende por hecho superveniente:

“Aquel acto material, que a carece posteriormente a la resolución dictada en

el incidente de suspensión y que cambia la situación jurídica creada a través de


esa

resolución.”54

La jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte establece que por

hecho superveniente:

“Debe entenderse la verificación, con posterioridad al auto de suspensión, de un

hecho que cambia el estado jurídico en que las cosas estaban colocadas al
resolverse el
incidente, y de tal naturaleza, que ese cambio lleve consigo, como consecuencia
natural

y jurídica, la revocación fundada y motivada de la suspensión.”55

Óscar Barrera Garza señala:

“Por hecho superveniente debemos entender algún suceso que no existía al


momento de dictar la interlocutoria, por lo tanto, el juzgador no lo pudo tomar en
cuenta

al decidir respecto a la suspensión, acción que tiene una relación directa con el
acto

reclamado (efectos o consecuencias) y por lo mismo, afecta a la sentencia emitida


en

esta vía, de ahí su modificación o revocación. Se considerará hecho superveniente


la

demostración de la falsedad u omisión de datos en el contenido del informe, por lo


que

el juzgador podrá modificar o revocar la interlocutoria en que se hubiese


concedido o

negado la suspensión definitiva.”56

Para Efraín Polo Bernal los hechos supervenientes son:

“Todos aquellos acontecimientos o circunstancias materiales relevantes a los que

la Ley de Amparo vincula efectos jurídicos que tienen por fin conseguir una
resolución

judicial de determinado contenido, que cambia una situación jurídica anteriormente

creada mediante influjos psíquicos ejercidos por el juez de amparo de acuerdo con

las alegaciones y aportaciones de pruebas provenientes de la autoridad


responsable,

del tercero interesado o del quejoso en el juicio principal de amparo si se trata de


la

suspensión de oficio, o en el incidente mismo de la suspensión abierto con motivo


de
la solicitud de parte agraviada, y que, por calificárseles como supervenientes, el
tiempo

opera más que como un hecho, como productor de hechos en el juicio o en el


incidente

mencionados.”57

En los siguientes cuadros se puntualizan aspectos relevantes en lo referente a

la modificación o revocación de la suspensión.


ctos por incumplimiento del interesado a los requisitos de efectividad, ello no

implica que exista revocación o modificación de dicha providencia cautelar, sino

únicamente una declaración de que ésta no puede surtir efecto alguno, y por ello,

la autoridad responsable queda en posibilidad de actuar conforme a sus


atribuciones en contra del quejoso.

No obstante lo anterior si el quejoso comparece y prueba que cumplió con

las obligaciones impuestas para la efectividad de la suspensión, el juez de distrito

podrá ordenar que se restablezca el surtimiento de efecto de la suspensión.


Capítulo V

INCIDENTE DE DAÑOS Y PERJUICIOS

PARA HACER EFECTIVA LAS GARANTÍAS Y

CONTRAGARANTÍAS

El Pleno de la Corte al establecer jurisprudencia ha establecido que la suspensión


en el juicio de amparo es una medida precautoria por la cual la autoridad

judicial federal ordena detener temporalmente la ejecución del acto reclamado

mientras se decide si es violatorio de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos.

Que: “conforme al artículo 125 de la Ley de Amparo abrogada, si la autoridad que


se pronuncia sobre la medida cautelar advierte que su concesión causará

daños y perjuicios al tercero perjudicado, debe fijar garantía suficiente a cargo del

beneficiario de la medida para responder por ellos.”

Por su parte: “el tercero perjudicado puede otorgar contragarantía para ejecutar el
acto cuya constitucionalidad se reclama. Una vez concluido el juicio de

amparo, si el tercero perjudicado o el quejoso consideran —el primero en caso

de que se niegue la protección constitucional y el segundo en caso de que se le

conceda— que resintieron daños o perjuicios derivados de la suspensión o de

la ejecución del acto reclamado, tienen la oportunidad de promover, dentro del

plazo de 6 meses, el incidente regulado en el artículo 129 de la Ley de Amparo

abrogada, para hacer efectiva la garantía o la contragarantía otorgada a propósito

de la suspensión.”63

Que para tales efectos: “específicamente en un juicio de amparo indirecto en

el que se promueve recurso de revisión, el plazo de 6 meses contará a partir del


día

siguiente a aquel en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación o el Tribunal

Colegiado de Circuito notifican a las partes la ejecutoria de amparo, de acuerdo


con las reglas estipuladas en el artículo 29 de la referida Ley de Amparo.”

Ahora bien el artículo 156 de la Ley de Amparo indica:

“Cuando se trate de hacer efectiva la responsabilidad proveniente de las garantías

y contragarantías que se otorguen con motivo de la suspensión, se tramitará ante


el

órgano jurisdiccional que conozca de ella un incidente en los términos previstos


por

esta Ley, dentro de los seis meses siguientes al día en que surta efectos la
notificación

a las partes de la resolución que en definitiva ponga fin al juicio. De no presentarse


la

reclamación dentro de ese plazo y previa vista a las partes, se procederá a la


devolución

o cancelación, en su caso, de la garantía o contragarantía, sin perjuicio de que


pueda

exigirse dicha responsabilidad ante autoridad judicial competente.”

El referido artículo prevé el incidente de daños y perjuicios para hacer efectiva

la responsabilidad derivada de las garantías y contragarantías que se otorguen

con motivo de la suspensión concedida en el juicio de amparo biinstancial.

En la tramitación del incidente, su promovente que puede ser el quejoso o el

tercero interesado, según sea el caso, deberá cumplir con las cargas que le
imponen la propia ley, para que pueda ser acogida su pretensión.

En este incidente el actor incidentista tiene la carga, primero de manifestar en

los hechos de su escrito incidental en que consistió el daño o perjuicio causado

con motivo del otorgamiento de la suspensión o del levantamiento de la medida


por petición del tercero interesado; también tendrá como carga justificar la

relación del daño o perjuicio causado con la suspensión del acto reclamado o el
levantamiento de la misma; por ultimo tendrá la obligación de demostrar sus
afirmaciones, pues en términos del artículo 81 del Código Federal de
Procedimientos

Civiles: “el actor debe probar los hechos constitutivos de su acción y el reo de

sus excepciones”.

En esa narración de hechos se deberá de explicar pormenorizadamente en que

sustenta su pretensión el promovente y en que consistieron los daños o perjuicios

que afirma ha sufrido.

Los daños, se refieren al menoscabo sufrido en el patrimonio del demandante;

y los perjuicios, corresponden a las ganancias lícitas que debieron haberse


obtenido.

Sólo cuando el actor incidentista es capaz de demostrar los daños aducidos

y que estos son consecuencia inmediata y directa de la suspensión concedida en

el juicio de amparo, o del levantamiento de tal resolución, se hace necesario la

demostración del hecho, acto o situación concreta que los generó, pues solo así

el juzgador estará en aptitud de constatar en primer orden, si estos efectivamente

se produjeron; y, en segundo lugar, si existe un vínculo entre ellos y la medida

cautelar concedida o levantada.

Para que el quejoso tenga derecho de accionar este incidente y la posibilidad

de que se le haga entrega a su favor del importe de la contragarantía depositadas

por el tercero interesado, es obvio que deberá haber obtenido una sentencia
ejecutoria que le haya concedido el amparo y protección de la justicia federal.

Similar derecho tiene el tercero interesado, quien podrá buscar hacer efectiva

la garantía depositada por el quejoso pero para ello deberá haberse pronunciado

una sentencia que haya negado la protección federal solicitada o que se haya

sobreseído el juicio de amparo y haber causado ejecutoria.

La ley establece un plazo de seis meses siguientes al día en que surte efectos
la notificación a las partes de la resolución definitiva que haya puesto fin al juicio

para presentar la demanda incidental.

La no promoción del incidente dentro del plazo de seis meses y previa vista a

las partes dará lugar a la procedencia de la devolución o cancelación, en su caso,

de la garantía o contragarantía.

Si la garantía o contragarantía es devuelta o cancelada, ello no impide que la

responsabilidad de daños y perjuicios se pueda tramitar ante autoridad judicial

competente, que en este caso sería un juez civil de primera instancia.

La substanciación de este incidente deberá cumplir con las disposiciones


contenidas en el capítulo noveno artículos 66 y 67 que a la letra dicen:

“Artículo 66. En los juicios de amparo se substanciarán en la vía incidental, a


petición de parte o de oficio, las cuestiones a que se refiere expresamente esta
Ley y las que

por su propia naturaleza ameriten ese tratamiento y surjan durante el


procedimiento.

El órgano jurisdiccional determinará, atendiendo a las circunstancias de cada


caso, si se

resuelve de plano, amerita un especial pronunciamiento o si se reserva para


resolverlo

en la sentencia.”

“Artículo 67. En el escrito con el cual se inicia el incidente deberán ofrecerse las

pruebas en que se funde. Se dará vista a las partes por el plazo de tres días, para
que

manifiesten lo que a su interés convenga y ofrezcan las pruebas que estimen


pertinentes.

Atendiendo a la naturaleza del caso, el órgano jurisdiccional determinará si se


requiere

un plazo probatorio más amplio y si suspende o no el procedimiento.

Transcurrido el plazo anterior, dentro de los tres días siguientes se celebrará la


audiencia en la que se recibirán y desahogarán las pruebas, se oirán los alegatos
de las

partes y, en su caso, se dictará la resolución correspondiente.”

Existe tesis aislada de Tribunal Colegiado de Circuito en el sentido de que

para calcular el monto económico de los daños y perjuicios que dejó de percibir

el tercero interesado, al prolongarse la suspensión del acto reclamado, por no

tener la posesión del inmueble controvertido, la prueba pericial es la idónea para

su cálculo. Es clara dicha tesis en el desarrollo de este tema, a continuación se

transcribe:

“DAÑOS Y PERJUICIOS. INCIDENTE PREVISTO EN EL ARTÍCULO

129 DE LA LEY DE AMPARO. LA PRUEBA PERICIAL ES LA IDÓNEA

PARA CALCULAR EL MONTO ECONÓMICO QUE DEJÓ DE PERCIBIR EL


INCIDENTISTA (TERCERO PERJUDICADO), AL PROLONGARSE LA
SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO, POR NO TENER
LA POSESIÓN DEL INMUEBLE CONTROVERTIDO. Es inconcuso que

durante el lapso que se prolongó la suspensión del acto reclamado, el incidentista


(tercero perjudicado) se encontró imposibilitado para solicitar a la

autoridad responsable su ejecución, de lo que se sigue que la medida cautelar le


impidió que tuviera la posesión del inmueble controvertido, para en el

mundo fáctico, usarlo para sí mismo, arrendarlo, venderlo, etcétera. Ahora,

tal circunstancia pone de manifiesto la relación de causa-efecto entre la


paralización del estado de cosas y los daños y perjuicios que el incidentista adujo

haber resentido; justamente, la consecuencia directa e inmediata de la falta

de desocupación de la casa-habitación, motivo de la litis constitucional, se

puede medir a través de la estimación en valor económico, determinado con la

aportación de expertos en el área inmobiliaria sobre el precio que el inmueble

afectado alcanzara en caso de arrendamiento, atendiendo a sus características

específicas, ubicación y demás particularidades; por ende, la ganancia lícita

que dejó de percibirse, se traduce en el interés económico que conlleva la


posesión de un inmueble el cual se ve reflejado, por regla general, en la obtención

de frutos civiles por su uso, siendo ésta la pérdida o menoscabo ocasionada

precisamente por no disponer del mismo, durante el tiempo que duró suspendido
el acto de autoridad. Luego, no debe llegarse al extremo de exigir una

prueba directa de la concertación de un diverso negocio jurídico (de que una

persona distinta estaba interesada en el alquiler) pues basta que se demuestre

con la pericial idónea, que con motivo de la suspensión dejó de percibir una

ganancia lícita, por carecer el tercero perjudicado de la libre disposición del

bien raíz, pues con tal prueba técnica —con intervención del perito designado

por el quejoso—, puede probarse el monto económico a que ascendió, como

consecuencia directa de la medida cautelar, el perjuicio ocasionado al tercero

perjudicado.”64
Cabe comentar que este tipo de incidente, por la complejidad que estriba en

probar los daños y perjuicios, no es frecuente que se tramite; sin embargo, se

tiene conocimiento de un caso que se promovió exitosamente; el cual a manera

de ejemplo y por ser un tema poco explorado, se transcribe el escrito de demanda

incidental correspondiente.

QUEJOSO: RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ.

TERCERO PERJUDICADO: RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ Y OTROS.

INCIDENTE DE PAGO DE PERJUICIOS.

H. JUZGADO PRIMERO DE

DISTRITO EN EL ESTADO.

P R E S E N T E.

C. RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ, promoviendo en los autos del juicio de amparo


al rubro anotado, pero refiriéndome al INCIDENTE DE

INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS, ante Usted, con el debido respeto,

comparezco y expongo:

Que por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por los

artículos 156 en relación con los diversos 66 y 67 todos de la Ley de Amparo,

vengo a promover INCIDENTE DE PAGO DE PERJUICIOS, mediante el

cual se pretende hacer efectiva la garantía exhibida por el quejoso, derivada

de la responsabilidad atribuida al quejoso RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ

por los perjuicios causados al suscrito RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ,

ocasionado con la solicitud y el otorgamiento de la suspensión provisional


y definitiva del acto reclamado dentro del Juicio de Amparo Indirecto tramitado con
el número de expediente 953/2012-I, ante este Juzgado Primero de

Distrito del Estado de Baja California Sur y con la negativa del propio juicio

de amparo.

Sirven de base para la procedencia del presente incidente los siguientes:

HECHOS:

1. Con fecha 24 de septiembre del 2008, se ratificó ante el Juez Segundo de

Primera Instancia del Ramo Civil y Familiar, de Cabo San Lucas, Baja California
Sur, el convenio de transacción judicial, celebrado para dirimir la controversia
habida entre Raúl Martínez González y Rodrigo Madrigal López,

respecto del predio denominado “El Venado”, que se localiza en el municipio

de San José Del Cabo, Baja California Sur, en los autos del Expediente Número
740/2007, relativo al Juicio Ordinario Civil, promovido por Raúl Martínez

González, en contra del C. RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ y “RANCHO

SANTA FE LOS CABOS”, S. DE R.L. DE C.V Convenio éste, que mediante

auto de fecha 23 de octubre de 2008 se elevó a la categoría de cosa juzgada,

obligándose a las partes a estar y pasar por él, para todos los efectos legales

a que haya lugar.

2. En las cláusulas DÉCIMA SEGUNDA Y DÉCIMA SEXTA, del convenio

judicial antes citado el señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ se obligó

(cláusula décima segunda) a formalizar la traslación de dominio de la propiedad de


los polígonos identificados en el convenio de transacción judicial ya

mencionado, en la que el C. RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ se obligó a

notificar por escrito con acuse de recibo de fecha de firma, en el domicilio u

oficina en donde comparecería a estampar su firma el C. RAÚL MARTÍNEZ

GONZÁLEZ o en su defecto apoderado con las facultades necesarias para

el otorgamiento de la escritura pública; asimismo las partes establecieron que


la parte que (cláusula décima sexta), incumpliera de las obligaciones a su

cargo, pagaría a la otra como penalización por CONCEPTO DE DAÑOS

Y PERJUICIOS, la cantidad de $500.000.00 dólares, cantidad ésta que sería

pagadera a la ejecución de la resolución judicial que determinara el


incumplimiento.

3. Que en virtud de que el señor José Manuel González Mendoza, no otorgó la


escritura de compraventa respectiva, a la que se obligó en la cláusula

décima segunda del convenio, con fecha 02 de Junio del 2010, el suscrito

promovió incidente de ejecución de convenio de transacción judicial, en el

cual previa substanciación, con fecha 13 de abril de 2011, el juez natural dictó

sentencia interlocutoria, cuyos puntos resolutivos fueron del tenor siguiente:

“…PRIMERO: Se ha tramitado legalmente el INCIDENTE DE EJECUCIÓN DE


CONVENIO DE TRANSACCIÓN JUDICIAL, promovido

por RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ, en contra de RAÚL MARTÍNEZ

GONZÁLEZ, derivado del ORDINARIO CIVIL número 740/2007.

SEGUNDO: Se declara procedente el INCIDENTE DE EJECUCIÓN

DE CONVENIO DE TRANSACCIÓN JUDICIAL, promovido por

RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ, en contra de RAÚL MARTÍNEZ

GONZÁLEZ, en términos de las consideraciones vertidas en el cuerpo

de la presente resolución; en consecuencia: TERCERO. Derivado del


incumplimiento incurrido por el demandado incidentista RAÚL MARTÍNEZ
GONZÁLEZ, se activa lo establecido en la CLAUSULA DECIMO

SEGUNDA del Convenio de Transacción Judicial, esto es, esta Autoridad

una vez que cause ejecutoria la presente Resolución firmará en rebeldía

del demandado en mención, la escritura pública que para tal efecto se lleve

a cabo. CUARTA. Se condena al demandado incidentista RAÚL MARTÍNEZ


GONZÁLEZ, para efectos de que en el término de cinco días, contados a partir del
día siguiente de que se le notifique la presente resolución
judicial, haga el pago al señor RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ de la

cantidad de $500,000.00 (QUINIENTOS MIL DÓLARES MONEDA

DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA), como penalización por


concepto de daños y perjuicios que, establece la Cláusula Décima

Sexta del Convenio de transacción Judicial. TERCERO. Para el caso de

que el demandado incidentista no realice el pago que alude la CLAUSULA

DECIMO SEXTA del Convenio de Transacción Judicial, se deja a salvo el

derecho de la parte actora incidentista para efectos de trabar real embargo en


bienes propiedad del demandado Incidentista RAÚL MARTÍNEZ

GONZÁLEZ, suficientes y bastantes para garantizar en términos de ley,88

Rodolfo Campos Montejo

el pago del concepto aprobado en el resolutivo que antecede. CUARTO.

Notifíquese personalmente la presente resolución a las partes.”.

4. En contra de la sentencia interlocutoria de fecha 13 de Abril del 2011, el

señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ interpuso recurso de apelación, el

cual previa entrada al mismo fue remitido al Tribunal de Alzada, quien le

turnó los autos a la H. Primera Sala Unitaria en Materia Civil del Tribunal

Superior de Justicia de Baja California Sur, quien confirmó el grado de la

apelación, dándole al toca el número 133/2012 y previa substanciación, con

fecha 03 de Julio del 2012, pronunció resolución, cuyos puntos resolutivos

fueron los siguientes:

“…PRIMERO. Se CONFIRMAN las SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS de fecha


trece de abril del año dos mil once, dictadas por el

Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil y Familiar del Partido

Judicial de Los Cabos, con residencia en Cabo San Lucas, Baja California Sur,
dentro del Juicio Ordinario Civil, relativo al expediente número

740/2007, promovido por RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ en contra


de RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ y OTROS. SEGUNDO. Notifíquese, remítase
copia autorizada de la presente resolución al Juzgado del

conocimiento, y en su oportunidad, archívese el presente toca como asunto total y


definitivamente concluido.”.

5. Como dicha resolución causaba agravios al señor RAÚL MARTÍNEZ

GONZÁLEZ, éste promovió demanda de amparo, la cual fue turnada al C.

Juez Primero de Distrito en el Estado, (quien recibió los autos por Declinatoria que
hizo H. Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto Circuito en el Estado,

mediante auto de fecha 29 de Octubre del 2012), dándole entrada al mismo,

bajo el expediente número: 953/2012.

6. Se hace notar que como el señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ solicitó la


suspensión provisional y definitiva de los actos reclamados, el juez

de la causa mediante auto de fecha 05 de noviembre de 2012, le concedió la

suspensión provisional y a su vez mediante resolución incidental de fecha 04

de diciembre de 2012, le concedió la suspensión definitiva y le fijó la cantidad

de $1’ 879,848.00 (Un Millón Ochocientos Setenta y Nueve Mil Ochocientos

Cuarenta y Ocho Pesos 00/100 Moneda Nacional), para que siguiera surtiendo
efectos la suspensión definitiva y el quejoso respondiera de los daños y

perjuicios que pudiere causarle al tercero perjudicado, si no obtenía sentencia

favorable en el juicio de amparo.

Cantidad ésta que se le tuvo al quejoso por exhibida, mediante Póliza de Fianza
número 3100-08488-6, expedida por la Afianzadora Insurgentes, Sociedad

Anónima de Capital Variable, según acuerdo de 12 de diciembre de 2012.

7. Con fecha 03 de junio del 2014, el C. Juez Primero de Distrito en el Estado

dictó resolución, negando el amparo y protección de la justicia federal al quejoso


RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ.

8. Como esta resolución le causaba agravios al quejoso José Manuel González

Mendoza, éste promovió Recurso de Revisión, el cual le fue turnado al H.


Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito con sede en Baja California Sur,

asignándole el número 265/2014, quien estando en aptitud los autos para

proyecto de resolución, lo remitió al Segundo Tribunal Colegiado de Circuito

del Centro Auxiliar de la Quinta Región con residencia en Culiacán, Sinaloa,

quien con fecha 25 de Septiembre del 2014 dictó resolución, declarando


infundados los agravios y confirmando en consecuencia la sentencia que había

negado el amparo y protección de la justicia federal al quejoso.

9. Consecuentemente y al haber quedado firme la sentencia que negó al quejoso


el amparo y protección de la justicia federal, el suscrito está en aptitud de

promover el presente incidente de indemnización de perjuicios.

10. Como acto y hecho que tiene relación directa con la generación de los

perjuicios que el señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ me causó, al promover


indebidamente la demanda de amparo ya citada, tenemos que como

lo acredito con la COPIA CERTIFICADA NOTARIALMENTE del contrato

que estoy exhibiendo, con fecha 14 de Febrero del año 2006, el suscrito
RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ celebró en la ciudad de San José Del Cabo,

Baja California Sur, en su carácter de VENDEDOR un CONTRATO DE

COMPRAVENTA, con la SOCIEDAD MERCANTIL DENOMINADA

“RANCHO SANTA FE LOS CABOS”, S. DE R.L. DE C.V., representada

por el SEÑOR ADALBERTO CÁMARA LÁZARO, como EL COMPRADOR,


respecto del siguiente bien inmueble:

Fracción del predio rústico denominado “EL VENADO”, identificada como


POLÍGONO “X”, ubicado en San José del Cabo, Baja California Sur,

constante de una superficie de 258-97- 00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y


OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS CERO PUNTO

CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), comprendido dentro de las siguientes


medidas y colindancias: AL NORESTE: ciento cincuenta y dos metros

quinientos milímetros, con carretera Transpenínsular San José del Cabo; AL


NOROESTE: ciento noventa y un metros cuatrocientos cincuenta y nueve

milímetros, con propiedad de Raúl Martínez González; AL NOROESTE:

ochocientos ochenta y cuatro metros, seiscientos diecinueve milímetros, con

propiedad de Raúl Martínez González; AL NOROESTE: setecientos sesenta

y ocho metros, doscientos ochenta y cinco milímetros, con propiedad de Raúl

Martínez González; AL NOROESTE: seiscientos setenta y nueve metros, cinco


milímetros, con propiedad de Raúl Martínez González; AL NOROESTE:90

Rodolfo Campos Montejo

mil cincuenta metros, seiscientos treinta y nueve milímetros, con propiedad

de Raúl Martínez González; AL NOROESTE: trescientos sesenta y ocho metros,


trescientos cuarenta y seis milímetros, con propiedad del señor Raúl

Martínez González; AL NORESTE: mil quinientos setenta y tres metros,


novecientos setenta y nueve milímetros, con propiedad del señor Raúl Martínez

González; AL SURESTE: doscientos cuarenta y tres metros, cuatrocientos

cuarenta y cuatro milímetros, con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A. de

C.V.; AL SURESTE: ciento setenta y siete metros, trescientos cuarenta y ocho

milímetros, con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A. de C.V.; AL SURESTE:


doscientos ochenta y seis metros, setecientos sesenta y ocho milímetros,

con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A. de C.V.; AL SURESTE: trescientos


treinta y dos metros, sesenta y tres milímetros, con “Desarrollo Turístico

Peninsular”, S.A. de C.V.; AL SURESTE: trescientos sesenta y cinco metros,

doscientos cuarenta y ocho milímetros, con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A.


de C.V.; AL SURESTE: cuatrocientos veintidós metros, doscientos

noventa milímetros, con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A. de C.V.; AL

SURESTE: ochocientos ochenta y seis metros, doscientos setenta y seis


milímetros, con “Desarrollo Turístico Peninsular”, S.A. de C.V.; AL SURESTE:

trescientos ochenta y cuatro metros, seiscientos quince milímetros, con “Desarrollo


Turístico Peninsular”, S.A. de C.V. (CLÁUSULA PRIMERA DEL
CONTRATO).

FRACCIÓN ESTA QUE FORMA PARTE DEL PREDIO OBJETO DE LA

LITIS DEL INCIDENTE DE EJECUCIÓN DE CONVENIO DE TRANSACCIÓN


JUDICIAL.

11. En la CLÁUSULA SEGUNDA del citado contrato se pactó lo siguiente:

La compraventa se rige por lo siguiente:

I. El precio importa la suma de TRES MILLONES DOSCIENTOS CINCUENTA MIL


DÓLARES, MONEDA DE LOS ESTADOS UNIDOS

DE AMÉRICA, los cuales serán pagaderos de la siguiente: i) a la firma

de este contrato privado de compraventa se hace entrega de la cantidad

de $100,000.00 dls. (cien mil dólares moneda de los Estados Unidos de

Norteamérica), que serán enviados por traspaso a la cuenta de la parte

“VENDEDORA” que se encuentra en la institución denominada “CALIFORNIA


BANK & TRUST; ii) a la formalización de la escritura pública

que contenga la compraventa, la cantidad de $650,000.00 (seiscientos

cincuenta mil dólares moneda de los Estados Unidos de América); iii) a

más tardar quince días naturales después de la firma en escritura pública a

que se refiere el inciso anterior, la cantidad de $1’ 250,000.00 (un millón

doscientos cincuenta mil dólares moneda de los Estados Unidos de América), que
serán transferidos a la cuenta que por escrito y vía fax indique el

“vendedor”; iv) doce meses después de la firma de la escritura pública, la

cantidad de $1’ 250,000.00 (un millón doscientos cincuenta mil dólares),

que serán transferidos a la cuenta de cheques que indique el “vendedor”

de igual forma, siendo aplicable a la parte insoluta del capital ya señalado,

un interés convencional del 4% (cuatro por ciento anual), que serán pagaderos al
término del plazo señalado y siempre y cuando se haya cumplido

con lo establecido en el inciso c) de la cláusula cuarta de este instrumento.


II. En caso de que una fecha de pago establecida de conformidad con el

punto inmediato anterior coincida con un día inhábil, “EL COMPRADOR” deberá
efectuar el pago respectivo el día hábil inmediato siguiente,

entendiéndose para tales efectos por día hábil el día en que los bancos

estén abiertos para efectuar transacciones en el Distrito Federal.

III. “LA PARTE COMPRADORA” queda facultada para pagar anticipadamente todo
o parte del saldo del precio sin cargo o pena alguna.

IV. A la firma de este contrato privado de compraventa, el predio materia

de este contrato pasará a poder de “LA COMPRADORA”:

A. Sin limitación alguna en su dominio, a la firma de la escritura pública.

B. Sin gravamen de ninguna especie.

C. Sin ningún adeudo, de carácter fiscal o laboral, civil o mercantil, que

fuere a la fecha de firma de este contrato, será por cuenta exclusiva de “LA

PARTE VENDEDORA”, quien se obliga a comprobar a “LA PARTE

COMPRADORA” a más tardar el día de la formalización de la escritura

pública que contenga la compraventa, que el inmueble objeto de esta escritura no


reporta ningún adeudo por concepto de impuesto predial, de

fecha anterior a la de la firma de esta escritura, autorizando desde este

momento, para el caso de no cumplir con dicha obligación, a “LA PARTE

COMPRADORA”, a descontar del último pago del saldo del precio el

importe de los adeudos que en su caso se reporten por los conceptos antes

señalados.

V. “LA PARTE COMPRADORA” a partir de la firma de este instrumento, correrán a


su cargo todos los impuestos, derechos u obligaciones que

se causen por virtud de la licencia de construcción y de la constitución del

régimen de propiedad en condominio.


VI. Para todos los efectos legales, se señala como domicilio de “LA PARTE
VENDEDORA” para realizar el pago de las obligaciones a cargo de

“LA PARTE COMPRADORA”, el descrito en el capítulo de generales de

este contrato.

VII. Este contrato y sus obligaciones quedan sujetas a que se cumpla el

depósito a la cuenta de cheques de la parte “VENDEDORA”, que se

realizará en un plazo no mayor de cuarenta y ocho horas, debiendo la92

Rodolfo Campos Montejo

parte “COMPRADORA” mandar una copia del wire transfer ordenado a la cuenta
de la institución de crédito denominada “INTERAMERICAN BANK”, en caso de
incumplimiento a la obligación de depósito

de los $100,000.00 dls. (Cien mil dólares moneda de los Estados Unidos

de Norteamérica), se rescinde este contrato y sus obligaciones sin que

sea necesario la declaración judicial. Esta cantidad quedará a favor de la

“VENDEDORA” en caso de que dentro del plazo de treinta y cinco días

no se formalice la cesión o la compraventa en escritura pública por causa

imputable a la “PARTE COMPRADORA”.

VIII. Las partes se obligan a que en caso de que no se produzca la firma

de la escritura de formalización de la compraventa con el señor RAÚL

MARTÍNEZ GONZÁLEZ, a formalizar la cesión de derechos a favor de

la parte “COMPRADORA” en un plazo no mayor de treinta y cinco días

naturales contados a partir de la fecha de firma de este contrato, en donde le


entregará a la parte “VENDEDORA”, la cantidad de $650,000.00

(seiscientos cincuenta mil dólares moneda de los Estados Unidos de América), el


saldo restante quedará sujeto a la formalización en escritura pública de la
compraventa a favor de la parte “COMPRADORA”, en donde

se deberá liquidar simultáneo a la firma la suma de $1’ 250,000.00 (un


millón doscientos cincuenta mil dólares moneda de los Estados Unidos de

América) y el saldo restante en igual plazo a lo previsto en esta cláusula en

la fracción (I) primera subinciso iv) cuarto que es de doce meses.

12. Ahora bien, al resultar que el Suscrito no pudo realizar el otorgamiento y

firma de la escritura de compraventa a favor de la sociedad mercantil denominada


“RANCHO SANTA FE LOS CABOS”, S. DE R.L. DE C.V., en los términos
pactados en la Fracción I de la Cláusula Segunda del contrato de compraventa ya
aludido, entonces se actualizó lo acordado en la Fracción VIII de

la misma cláusula segunda, procediendo en consecuencia la parte compradora

a cubrirme con fecha …………………. la cantidad de $750,000.00 (Setecientos


Cincuenta Mil Dólares Moneda de los Estados Unidos de Norteamérica),

como lo justifico con los dos recibos que estoy exhibiendo, los cuales fueron

firmados en dos tantos, quedando un original en poder de la compradora y

otro en poder del Suscrito.

Cabe citar que la parte compradora me había cubierto la cantidad de

$100,000.00 (Cien Mil Dólares Moneda de los Estados Unidos de Norteamérica),


(cantidad ya incluida en los 750,000 a que se refiere el párrafo anterior)

establecida en la Fracción I, inciso i) de la Cláusula Segunda, y reiterado en la

Fracción VII de la misma cláusula segunda.

13. Ahora bien, resulta ser que tanto la suspensión provisional como la definitiva
concedida al quejoso, causaron perjuicios al Suscrito, en virtud de que con

la misma se obstaculizó e impidió el otorgamiento y firma de la escritura de

traslación de dominio que el señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ tenía

que hacer a Mí favor respecto de las Fracciones “X” y “Z-2” del predio rústico
denominado “El Venado; constante la primera, es decir, la fracción” X”

de una superficie de 258-97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO

HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA

Y SIETE CENTIÁREAS), y la Fracción “Z-2” de una superficie de 3-00-00


hectáreas, lo cual se había ordenado mediante la sentencia interlocutoria de

13 de Abril de 2011, dictada por el C. Juez Segundo de Primera Instancia

del Ramo Civil y Familiar del Partido Judicial De los Cabos, en los autos del

Incidente de Ejecución de Convenio de Transacción Judicial promovido por el

suscrito, derivado del juicio ordinario civil 740/2007 promovido por el señor

Raúl Martínez González en contra del C. RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ;

generando que el suscrito RODRIGO MADRIGAL LÓPEZ no pudiese firmarle a la


sociedad “RANCHO SANTA FE LOS CABOS”, S. DE R.L. DE

C.V., la escritura traslativa de dominio respecto de la Fracción X, constante

de una superficie de 258-97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO

HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA

Y SIETE CENTIÁREAS) del predio “El Venado” y como consecuencia un

perjuicio para el suscrito al no haber obtenido cierta rentabilidad sobre los

pagos que la sociedad compradora me hubiese hecho, de habérsele firmado

la escritura a su favor.

Cabe abundar en este punto, que desde la sentencia judicial (elevado a cosa
juzgada) en el mes de octubre del 2008, el Quejoso y ahora demandado

incidentista se obligó a firmar la escritura de compraventa una vez que se

hubieren realizado las divisiones correspondientes ante el Catastro y Registro

Público, tal y como se hizo con la subdivisión del polígono total, creándose 4

fracciones que son X, Y, Z1 y Z2.

Todo esto, es antecedente de la negativa reiterada de Raúl Martínez González en


omitir comparecer al otorgamiento y firma a que quedó obligado en

la transacción judicial y ahora en la sentencia del incidente de ejecución de

convenio de transacción judicial, precisamente por la falta de cumplimiento

de las obligaciones que éste contrajo y que han quedado advertidas a su Usía.
Ahora bien, el perjuicio en términos del artículo 2109 del Código Civil Federal, se
define como “La privación de cualquier ganancia lícita, que debiera

haberse obtenido con el cumplimiento de una obligación”.

En la fracción I) primera de la cláusula segunda del contrato de compraventa

a plazos celebrado entre el Suscrito y la moral Rancho Santa Fe los Cabos, se

hace mención precisamente de los perjuicios que pudiese ocasionar el no pago

de las cantidades correspondientes al amparo del contrato, estableciéndose94

Rodolfo Campos Montejo

un 4% (cuatro por ciento) anual, sobre las sumas debidas entre las partes,

porcentaje que puede establecerse como común para cuantificar el importe

de los perjuicios que ha causado la falta de cumplimiento por parte de Raúl

Martínez González a la transacción judicial pactada y a la sentencia de ejecución


del convenio de transacción judicial. Porcentaje que arrojará un monto,

que será el equivalente en dólares, porque la obligación de dar se estableció

en moneda de los estados Unidos de América, para efectos de que su Señoría

realice la condena correspondiente y quiero reiterar que el 4% sobre la suma

pactada entre Rancho Santa FE y el Suscrito, es un porcentaje de mercado

internacional estándar, que no es para nada fuera de los rendimientos que

producen las inversiones en instrumentos que ofrecen las instituciones financieras


internacionales.

A partir de esta definición puede afirmarse que el perjuicio se ubica dentro del

ámbito de las probabilidades, por lo que así se deben juzgar los hechos y las

pruebas para justificar tal supuesto.

En este caso, los perjuicios que el Suscrito resintió, se hacen consistir en los

importes de dinero que se hubiesen generado por concepto de rentabilidad,

(de haber tenido a mi disposición las cantidades de dinero que la parte


compradora “Rancho Santa Fe los Cabos”, S. DE R.L. DE C.V., debía cubrirme,
como consecuencia de la firma de la escritura de compraventa), que según los

estándares nacionales e internacionales son de un 4% anual (entiéndase


instrumentos de rentas), en relación con la parte insoluta del precio pactado por

la operación de compraventa, y que fueron las siguientes cantidades:

A) La cantidad de: $118,055.50 dólares, (Ciento Dieciocho Mil Cincuenta

y Cinco Dólares 50/100, Moneda de los Estados Unidos de Norteamérica),

generada en el periodo comprendido entre el 05 de noviembre de 2012 (fecha

del otorgamiento de la suspensión provisional en los autos del incidente de

suspensión del juicio de amparo número: 953/2012) y el 25 de septiembre de

2014 (fecha de la resolución del H. Segundo Tribunal Colegiado de Circuito

del Centro Auxiliar de la Quinta Región con residencia en Culiacán, Sinaloa,


dictada en el recurso de revisión número 265/2014), en relación con la

cantidad de $1’ 250,000.00 (Un Millón Doscientos Cincuenta Mil Dólares

Moneda de los Estados Unidos de Norteamérica), que era precisamente la

cantidad de dinero que la parte compradora me debería cubrir al momento de

la formalización de la escritura de compraventa, lo cual no pudo realizarse,

como consecuencia de la suspensión provisional y definitiva, misma que se

reclama por concepto de rentabilidad a razón del 5% anual, sobre esa parte

insoluta del capital, lo cual se ejemplifica de la manera siguiente:

Como ya se dijo el periodo materia del cálculo se realizó desde el día 05 de

noviembre de 2012 hasta el 25 de septiembre de 2014, comprendiendo un

año, 10 meses y 20 días, traducidos de la siguiente manera:

Se multiplicó la suma de $1’ 250,000.00 dólares por el 5% anual, obteniéndose la


cantidad de $62,500.00 dólares anuales.

Luego estos $62,500.00 se dividieron entre doce meses, obteniéndose la cantidad


de $5,208.33 dólares mensuales, la cual a su vez se multiplicó por diez

meses, obteniéndose la cantidad de $52,083.30 dólares.


A su vez la cantidad de $5,208.33 dólares mensuales, se dividió entre 30 días

y se obtuvo la cantidad de $173.61 dólares diarios, la cual se multiplicó por

20 días, obteniéndose la cantidad de $3,472.20 dólares.

Y así de esta manera y sumando todas las cantidades obtenidas, tenemos la

cantidad de $118,055.50 dólares, generadas en este periodo.

B) La cantidad de: $55,555.50 (Cincuenta y Cinco Mil Quinientos Cincuenta

y Cinco Dólares 50/100 Moneda de los Estados Unidos de Norte América),

generada en el periodo comprendido entre el 05 de Noviembre de 2013 (es

decir, 12 meses después de que con motivo de la suspensión provisional


concedida el 05 de noviembre de 2012, no se pudo formalizar la escritura pública

de compraventa), y el 25 de septiembre de 2014 (fecha de la resolución del

Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta

Región con residencia en Culiacán, Sinaloa, dictada en el recurso de revisión

número 265/2014), en relación con la cantidad de $1’ 250,000.00 (Un Millón


Doscientos Cincuenta Mil Dólares Moneda de los Estados Unidos de

Norteamérica), que era precisamente el saldo restante de dinero que la parte

compradora me debería cubrir doce meses después de la firma de la escritura

de compraventa, misma que se reclama por concepto de rentabilidad a razón

del 5% anual, sobre esa parte insoluta del capital, lo cual se ejemplifica de la

manera siguiente:

Como ya se precisó el periodo materia del cálculo se realizó desde el día 05 de

noviembre de 2013 al 25 de septiembre de 2014, comprendiendo 10 meses y

20 días, traducidos de la siguiente manera:

Se multiplicó la cantidad de $1’ 250,000.00 dólares por el 5% anual, obteniendo la


cantidad de $62,500.00 dólares anuales.

Luego estos $62,500.00 se dividieron entre doce meses, obteniéndose la cantidad


de $5,208.33 dólares mensuales, la cual a su vez se multiplicó por diez
meses, obteniéndose la cantidad de $52,083.30 dólares.

A su vez la cantidad de $5,208.33 dólares mensuales, se dividió entre 30 días

y se obtuvo la cantidad de $173.61 dólares diarios, la cual se multiplicó por

20 días, obteniéndose la cantidad de $3,472.20.00 dólares.96

Rodolfo Campos Montejo

Y así de esta manera y sumando las dos cantidades obtenidas, tenemos la

cantidad de $55,555.50 dólares, generada en este periodo de tiempo.

Reiterándose que estas cantidades fueron generadas entre un periodo iniciado

a partir del día 05 de noviembre de 2012, fecha en que se concedió la suspensión


provisional y continuado con el otorgamiento de la suspensión definitiva

en fecha 04 de diciembre de 2012 hasta el día 25 de septiembre de 2014, fecha

en que el H. Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de

la Quinta Región con residencia en Culiacán, Sinaloa, dictó sentencia en el


recurso de revisión número 265/2014, promovido por el señor RAÚL MARTÍNEZ
GONZÁLEZ, en el que se confirmó la sentencia recurrida de fecha 03

de junio de 2014, por virtud de la cual se le había negado al quejoso el amparo y


protección de la justicia federal, mismas que sumadas entre sí, hacen un

total por concepto de perjuicios de: $173,611.00 (Ciento Setenta y Tres Mil

Seiscientos Once Dólares Moneda de los Estados Unidos de Norteamérica).

CAPÍTULO DE PRUEBAS:

A) DOCUMENTAL PÚBLICA. Consistente en la copia certificada del contrato de


compraventa de fecha 14 de febrero de 2006., celebrado en la ciudad de San José
del Cabo, Baja California Sur, entre el suscrito RODRIGO

MADRIGAL LÓPEZ, en su carácter de VENDEDOR y la SOCIEDAD

MERCANTIL DENOMINADA “RANCHO SANTA FE LOS CABOS”, S.

DE R.L. DE C.V., representada por el SEÑOR ADALBERTO CÁMARA

LÁZARO, como EL COMPRADOR, respecto del siguiente bien inmueble:


Fracción del predio rústico denominado “EL VENADO”, identificada como
POLÍGONO “X”, ubicado en San José del Cabo, Baja California Sur,

constante de una superficie de 258-97- 00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA

Y OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA


Y SIETE CENTIÁREAS), el cual se relaciona con los hechos del 1

al 13 de escrito incidental.

B) DOCUMENTAL PRIVADA. Consistente en el recibo de fecha………………

donde consta que la sociedad denominada “Rancho Santa Fe los Cabos, S. de

R.L. DE C.V., me cubrió el pago de la cantidad de $100,000.00 dólares, moneda


de los Estados Unidos de Norteamérica, por concepto de primer pago

de la operación de compraventa de fecha 14 de febrero de 2006, que celebré

con dicha sociedad, respecto de la Fracción de Terreno del predio rústico

denominado “El Venado”, ubicado en la jurisdicción de San José del Cabo,

Baja California Sur, constante de una superficie de 258-97-00.57 (Doscientos

Cincuenta y Ocho Hectáreas, Noventa y Siete Áreas, Cero Centiáreas y Cincuenta


y Siete Fracciones. Esta prueba se relaciona con los hechos del 1 al 13

de este escrito incidental.

C) DOCUMENTAL PRIVADA. Consistente en el recibo de fecha

……………… donde consta que la sociedad denominada “Rancho Santa Fe los


Cabos, S. de R.L. DE C.V., me cubrió el pago de la cantidad de

$650,000.00 dólares, moneda de los Estados Unidos de Norteamérica, por

concepto de segundo pago de la operación de compraventa de fecha 14 de


febrero de 2006, (según lo acordado en la Fracción VIII de la Cláusula Segunda

del citado contrato) que celebré con dicha sociedad, respecto de la Fracción

de Terreno del predio rústico denominado “El Venado”, ubicado en la jurisdicción


de San José del Cabo, Baja California Sur, constante de una superficie

de 258-97- 00.57 (Doscientos Cincuenta y Ocho Hectáreas, Noventa y Siete

Áreas, Cero Centiáreas y Cincuenta y Siete Fracciones).


Esta prueba se relaciona con los hechos del 1 al 13 de este escrito incidental.

D) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistentes en todas y cada

una de las actuaciones del expediente principal del juicio de amparo indirecto
número: 953/2012, promovido ante este H. Juzgado, por el Señor RAÚL

MARTÍNEZ GONZÁLEZ, incluyéndose la sentencia definitiva que negó el

amparo al quejoso, el recurso de revisión y su resolución por parte del Tribunal


Colegiado ya citado en los hechos de este incidente, mediante la cual se

confirmó la sentencia negatorio del amparo. Esta prueba se relaciona con los

hechos del 1 al 13 de este escrito incidental.

E) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistentes en todas y cada

una de las actuaciones del CUADERNO INCIDENTAL deducido del expediente


principal del juicio de amparo indirecto número: 953/2012, promovido ante este H.
Juzgado, por el Señor RAÚL MARTÍNEZ GONZÁLEZ, y

en especial las actuaciones relativas a la suspensión provisional y definitiva

concedida al quejoso. Esta prueba se relaciona con los hechos del 1 al 13 de

este escrito incidental.

F) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistente en todas y cada una

de las actuaciones que se practiquen con motivo de la promoción de este


incidente, en lo que favorezca a mis Representados.

G) PRESUNCIONAL LEGAL Y HUMANA. Que se deduzca de la ley y de

los hechos y pruebas de este incidente, en lo que favorezca a mis representados.

DERECHO:

El presente incidente lo fundamento en lo dispuesto por los artículos 156 en

relación con los diversos 66 y 67 todos de la Ley de Amparo.

Por lo expuesto y fundado:

A USTED C. JUEZ PRIMERO DE DISTRITO EN EL ESTADO, respetuosamente


pido:98
Rodolfo Campos Montejo

PRIMERO. Tenerme por presentado con este escrito, iniciando incidente de

pago de perjuicios derivados del incidente de suspensión del acto reclamado.

SEGUNDO. Admitir a trámite este incidente, y con las copias simples de este

escrito correr traslado a la quejosa y al diverso tercero perjudicado “RANCHO


SANTA FE LOS CABOS”, S. DE R.L. DE C.V., en sus domicilios

procesales proporcionados en autos, para todos los efectos legales a que haya

lugar.

TERCERO. Admitir las pruebas que ofrezco en este acto, y que se desahogarán
en la audiencia incidental.

CUARTO. Previos los trámites de ley, dictar sentencia interlocutoria en que se

condene a la quejosa al pago de los perjuicios que me fueron producidos con

motivo del otorgamiento de la suspensión del acto reclamado y de la negativa

del amparo al quejoso.

La Paz, Baja California Sur, a 27 de enero de 201565.

RECURSO DE QUEJA: 99/2015

MATERIA: CIVIL

QUEJOSO: **********

RECURRENTE:

**********

AUTORIDAD RESPONSABLE:

PRIMERA SALA UNITARIA EN MATERIA CIVIL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE


JUSTICIA DEL ESTADO DE BAJA

CALIFORNIA SUR

MAGISTRADO PONENTE:

ALEJANDRO GRACIA GÓMEZ


SECRETARIO:

PEDRO ISAÍAS CASTREJÓN MIRANDA

La Paz, Baja California Sur, acuerdo del Tribunal Colegiado del Vigésimo

Sexto Circuito, correspondiente a la sesión celebrada el veinte de octubre de

dos mil quince.

V I S T O para resolver, el expediente relativo al recurso de queja 99/2015; y,

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado ante la Oficialía de Partes de este Tribunal

Colegiado, el veintidós de mayo de dos mil quince, **********, por su pro-

pio derecho, interpuso el recurso de queja contra el auto dictado por el Juez

Primero de Distrito en el Estado, el catorce de mayo del año en curso.

SEGUNDO. Así el veintinueve de mayo de dos mil quince, el Presidente de

este Órgano Jurisdiccional admitió el referido medio de impugnación, el cual

quedó registrado con el número 99/2015; se corrió traslado al agente del Ministerio
Público de la Federación adscrito, para que manifestara lo que al interés social
conviniera; posteriormente el tres de julio del mismo año, se turnó el

asunto al Magistrado Ponente, para que formulara proyecto de resolución; y

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Este Tribunal Colegiado tiene competencia legal para conocer del

presente recurso de queja, de conformidad con los artículos 95, fracción VI,

97, fracción II, 98, párrafo segundo y 99 de la Ley de Amparo (abrogada);

37, fracción III y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación;

así como el punto Tercero, fracción XXVI, del Acuerdo General 3/2013, del

Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, publicado en el Diario Oficial de

la Federación el quince de febrero de dos mil trece, relativo a la determinación

del número y límites territoriales de los distritos y circuitos judiciales en que


se divide la República Mexicana; y al número, a la jurisdicción territorial y

especialización por materia de los tribunales de circuito y de los juzgados de

distrito; en virtud de que se interpuso contra un auto dictado por el Juez Primero
de Distrito en el Estado de Baja California Sur, con residencia en esta

ciudad de La Paz, donde este órgano colegiado ejerce jurisdicción.

SEGUNDO. El recurso de queja de que se trata se interpuso dentro del plazo

de cinco días que para tal efecto establece la fracción II del artículo 97 de la

Ley de Amparo, toda vez que el auto materia de la impugnación se notificó

personalmente al quejoso el viernes quince de mayo de dos mil quince,


notificación que surtió efectos el lunes dieciocho siguiente de acuerdo con el

diverso numeral 34, fracción II, de la propia legislación; por lo que, de conformidad
con el artículo 24, fracción II de la ley de la materia, el plazo para

la interposición del recurso transcurrió del martes diecinueve al lunes veinticinco


de mayo del año en curso; descontando los días dieciséis, diecisiete,

veintitrés y veinticuatro del citado mes, en atención a lo previsto en el artículo

23 de la Ley de Amparo.

De ahí que, si el escrito de expresión de agravios se presentó el veintidós de

mayo de dos mil quince, entonces resulta oportuno.

TERCERO. Es innecesario transcribir consideraciones del auto impugnado,

así como los agravios que expresó el recurrente, ya que no lo exige la


Constitución ni la ley de la materia según su numeral 74; en la inteligencia que se

tienen a la vista al dictar esta resolución.

Al respecto es aplicable la siguiente tesis:100

Rodolfo Campos Montejo

“No. Registro: 164,618

Jurisprudencia

Materia (s): Común


Novena Época

Instancia: Segunda Sala

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta

XXXI, Mayo de 2010

Tesis: 2a./J. 58/2010

Página: 830

CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR

CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD

EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN.


De los preceptos integrantes del capítulo X “De las sentencias”, del título primero
“Reglas generales”, del libro primero “Del amparo en general”, de la Ley de
Amparo, no se advierte como obligación

para el juzgador que transcriba los conceptos de violación o, en su caso,

los agravios, para cumplir con los principios de congruencia y exhaustividad en las
sentencias, pues tales principios se satisfacen cuando precisa

los puntos sujetos a debate, derivados de la demanda de amparo o del

escrito de expresión de agravios, los estudia y les da respuesta, la cual

debe estar vinculada y corresponder a los planteamientos de legalidad o

constitucionalidad efectivamente planteados en el pliego correspondiente,

sin introducir aspectos distintos a los que conforman la litis. Sin embargo,

no existe prohibición para hacer tal transcripción, quedando al prudente arbitrio del
juzgador realizarla o no, atendiendo a las características

especiales del caso, sin demérito de que para satisfacer los principios de

exhaustividad y congruencia se estudien los planteamientos de legalidad o

inconstitucionalidad que efectivamente se hayan hecho valer.”

Por otro lado, se comparte, el criterio siguiente:


“No. Registro: 175,433

Tesis aislada

Materia (s): Común

Novena Época

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta

XXIII, Marzo de 2006

Tesis: XVII.1o.C.T.30 K

Página: 2115

SENTENCIAS DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. AL


EMITIRLAS NO SE ENCUENTRAN OBLIGADOS A

TRANSCRIBIR LA RESOLUCIÓN RECURRIDA. El hecho de que

en las sentencias que emitan los Tribunales Colegiados de Circuito no

se transcriba la resolución recurrida, no infringe disposiciones de la Ley

de Amparo, a la cual quedan sujetas sus actuaciones, pues el artículo 77

de dicha legislación, que establece los requisitos que deben contener las

sentencias, no lo prevé así, ni existe precepto alguno que establezca esa

obligación; además, dicha omisión no deja en estado de indefensión al

recurrente, puesto que ese fallo obra en los autos y se toma en cuenta al

resolver.”

CUARTO. Son substancialmente fundados los agravios que hace valer el tercero
perjudicado recurrente de conformidad con las siguientes consideraciones.

Cabe destacar que en la propia resolución recurrida se hace una reseña de los

antecedentes del juicio de amparo de la manera siguiente:

• Mediante escrito presentado el diez de agosto de dos mil doce, ante la


Oficialía de Partes Común del Tribunal Superior de Justicia del Estado de

Baja California Sur, **********, demandó el amparo y protección de la

justicia de la Unión, contra actos de la Primera Sala Unitaria en Materia

Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Baja California Sur,

Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil y Familiar del Partido

Judicial de Los Cabos, con sede en Cabo San Lucas, Baja California Sur y

actuarios de su adscripción, consistentes en la sentencia de tres de julio de

dos mil doce, dictada en el toca civil **********, que resolvió los recursos de
apelación interpuestos en contra de las sentencias interlocutorias de

trece de abril de dos mil once, emitidas en el juicio ordinario civil número

**********. (fojas 5 a 30 del juicio de amparo 953/2012)

• Por razón de turno correspondió conocer de la demanda de amparo directo al


Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto Circuito, con residencia

en esta ciudad; por lo que, mediante acuerdo plenario de veintinueve de

octubre de dos mil doce, dicho órgano jurisdiccional se declaró carente de

competencia legal para conocer dicho asunto, remitiendo los autos al Juez

de Distrito en el Estado en Turno, a fin de que conociera el mismo (fojas

88 a 91).

• Por cuestión de turno, correspondió conocer del asunto al Juzgado Primero de


Distrito en el Estado de Baja California Sur, por lo que mediante

auto de cinco de noviembre de dos mil doce, se admitió la demanda, quedando


registrada con el número 953/2012; se dio la intervención legal que

le compete al agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a ese102

Rodolfo Campos Montejo

juzgado; se ordenó notificar a las partes sobre la admisión de la demanda;

asimismo, se ordenó llamar a juicio a los terceros perjudicados; y, se señaló fecha


y hora para la celebración de la audiencia constitucional.
• Mediante acuerdo de dieciséis de noviembre de dos mil doce se concedió

la suspensión provisional y por resoluciones interlocutorias de cuatro de

diciembre de dos mil doce y veintidós de enero de dos mil trece, se concedió al
quejoso la suspensión definitiva del acto reclamado, para el efecto

de que sin suspenderse el procedimiento de origen, el juez responsable no

firme en rebeldía del quejoso ****, la escritura pública de traslación de

dominio de la propiedad de los predios identificados en el convenio de

transacción judicial; asimismo, para que no se le obligue a enterar el pago

de la sanción a que se refiere la cláusula décimo sexta, del convenio de

transacción judicial elevado a la categoría de cosa juzgada.

• En la resolución de cuatro de diciembre de dos mil doce, se le fijó a la

quejosa la cantidad de $1’ 879,848,00 (Un Millón Ochocientos Setenta y

Nueve Mil Ochocientos Cuarenta y Ocho Pesos 00/100 Moneda Nacional), para
que siguiera surtiendo efectos la suspensión definitiva y respondiera de los daños
y perjuicios que pudiere causarle al tercero perjudicado,

si no obtenía sentencia favorable en el juicio de amparo.

• Cantidad ésta que se le tuvo al quejoso por exhibida, mediante Póliza de

Fianza número 3100-08488-6, expedida por la Afianzadora Insurgentes,

Sociedad Anónima de Capital Variable, según acuerdo de doce de diciembre de


dos mil doce.

• Con fecha de engrose de tres de junio de dos mil catorce, se dictó sentencia

definitiva en el juicio, negándose el amparo y protección de la Justicia de

la Unión a la quejosa; resolución que fue confirmada mediante ejecutoria

de veinticinco de septiembre de dos mil catorce, por el Tribunal Colegiado

de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta Región, con sede en Culiacán, Sinaloa.

Se dice que son substancialmente fundados los agravios, porque efectivamente


como lo aduce el recurrente el Juez de Distrito en la resolución recurrida
partió de una premisa equivocada como es la circunstancia que el recurrente

no promovió incidente de daños y perjuicios, sino solamente de PERJUICIOS


como efectivamente se desprende de los hechos 12 y 13 del escrito

incidental, en los que expresó lo siguiente:

“… 12. Ahora bien, al resultar que el Suscrito no pudo realizar el otorgamiento y


firma de la escritura de compraventa a favor de la sociedad mercantil denominada
“**********., en los términos pactados en la Fracción I de la Cláusula Segunda del
contrato de compraventa ya aludido,

entonces se actualizó lo acordado en la Fracción VIII de la misma cláusula

segunda, procediendo en consecuencia la parte compradora a cubrirme

con fecha 14 de marzo de 2006 la cantidad de $650,000.00 (Seiscientos

Cincuenta Mil Dólares Moneda de los Estados Unidos de América), como

lo justifico con el recibo que estoy exhibiendo, el cual fue firmado en dos

tantos, quedando un original en poder de la compradora y otro en poder

del Suscrito.

Cabe citar que la parte compradora ya me había cubierto con fecha 15 de

febrero de 2006, la cantidad de $100,000.00 (Cien Mil Dólares Moneda

de los Estados Unidos de América), establecida en la Fracción I, inciso i)

de la Cláusula Segunda y reiterado en la Fracción VII de la misma cláusula

segunda, como lo acredito con el recibo que estoy anexando, el cual fue

firmado en dos tantos, quedando un original en poder de la compradora y

otro en poder del Suscrito.

13. Ahora bien, resulta ser que tanto la suspensión provisional como la

definitiva concedida al quejoso, causaron perjuicios al Suscrito, en virtud

de que con la misma se obstaculizó e impidió el otorgamiento y firma de

la escritura de traslación de dominio que el señor ********** tenía que

hacer a Mi favor respecto de las Fracciones “X” y “Z-2” del predio rústico
denominado “El Venado de Cerro Blanco”; constante la primera, es decir,

la fracción “X” de una superficie de 258-97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y


OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS CERO

PUNTO CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), y la Fracción “Z-2” de

una superficie de 3-00-00 hectáreas, lo cual se había ordenado mediante la


sentencia interlocutoria de 13 de Abril de 2011, dictada por el C.

Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil y Familiar del Partido

Judicial De los Cabos, en los autos del incidente de Ejecución de Convenio de


Transacción Judicial promovido por el suscrito, derivado del juicio

ordinario civil 740/2007 promovido por el señor José Manuel González

Mendoza en contra del C****; generando que el suscrito **********

no pudiese firmarle a la sociedad “**********., la escritura traslativa

de dominio respecto de la fracción X, constante de una superficie de 258-

97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y


SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), del predio
“El Venado de Cerro Blanco” y como consecuencia

un perjuicio para el suscrito al no haber obtenido cierta rentabilidad sobre

los pagos que la sociedad compradora me hubiese hecho, de habérsele

firmado la escritura a su favor.

Cabe abundar en este punto, que desde el convenio de transacción judicial

(elevado a cosa juzgada) en el mes de octubre de 2008, el Quejoso y ahora

demandado incidentista se obligó a firmar la escritura de compraventa104

Rodolfo Campos Montejo

una vez que se hubieren realizado las divisiones correspondientes ante

el Catastro y Registro Público, tal y como se hizo con la subdivisión del

polígono total, creándose 4 fracciones que son X, Y, Z-1 y Z-2. Todo esto,

es antecedente de la negativa reiterada de señor ********** al omitir


comparecer al otorgamiento y firma de la escritura a que quedó obligado

en la transacción judicial y ahora en la sentencia del incidente de ejecución

de convenio de transacción judicial, precisamente por la falta de cumplimiento de


las obligaciones que éste contrajo y que han quedado advertidas

a su Usía.

Ahora bien, el perjuicio en términos del artículo 2109 del Código Civil

Federal, se define como “La privación de cualquier ganancia lícita, que

debiera haberse obtenido con el cumplimiento de una obligación”.

En la fracción I) primera de la cláusula segunda del contrato de compraventa a


plazos celebrado entre el Suscrito y la moral **********, se

hace mención precisamente de los perjuicios que pudiese ocasionar el no

pago de las cantidades correspondientes al amparo del contrato, estableciéndose


un 4% (cuatro por ciento) anual sobre las sumas debidas entre

las partes, porcentaje que puede establecerse como común para cuantificar el
importe de los perjuicios que ha causado la falta de cumplimiento

por parte del señor ********** a la transacción judicial pactada y a la

sentencia interlocutoria de ejecución del convenio de transacción judicial.

Porcentaje que arrojará un monto, que será el equivalente en dólares, porque la


obligación de dar se estableció en moneda de los Estados Unidos de

América, para efectos de que su Señoría realice la condena correspondiente y


quiero reiterar que el 4% sobre la suma pactada entre **********

y el Suscrito, es un porcentaje de mercado internacional estándar, que no

es para nada fuera de los rendimientos que producen las inversiones en

instrumentos que ofrecen las instituciones financieras internacionales.

A partir de la definición que hace la ley de los “perjuicios”, puede afirmarse que el
perjuicio se ubica dentro del ámbito de las probabilidades,

por lo que así se deben juzgarse los hechos y las pruebas para justificar

tal supuesto.
En este caso, los perjuicios que el Suscrito resintió, se hacen consentir en

los importes de dinero que se hubiesen generado por los conceptos rentabilidad,
(de haber tenido a mi disposición las cantidades de dinero que

la parte compradora “**********”, **********., debía cubrirme como

consecuencia de la firma de escritura de compraventa), que según los estándares


nacionales e internacionales son de un 4% anual (entiéndase instrumento de
rentas), en relación con la parte insoluta del precio pactado

por la operación de compraventa y que fueron las siguientes cantidades:

A) La cantidad de: $94,444.20 (sic) dólares, (Noventa y Cuatro Mil Cuatrocientos


Cuarenta y Cuatro Dólares 20/100, moneda de los Estados

Unidos de América), generada en el periodo comprendido entre el 05 de

noviembre de 2012 (fecha del otorgamiento de la suspensión provisional

en los autos del incidente de suspensión del juicio de amparo número:

953/2012) y el 25 de septiembre de 2014 (fecha de la resolución de H.

Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta

Región con residencia en Culiacán, Sinaloa, dictada en el recurso de revisión


número 265/2014), en relación con la cantidad de $1´250,000.00

(Un Millón Doscientos Cincuenta Mil Dólares Moneda de los Estados

Unidos de América), que era precisamente la cantidad de dinero que la

parte compradora me debería cubrir al momento de la formalización de la

escritura de compraventa, lo cual no pudo realizarse, como consecuencia

de la suspensión provisional y definitiva, misma que se reclama por concepto de


rentabilidad a razón de 4% anual, sobre esa parte insoluta de

capital, lo cual se ejemplifica de la manera siguiente:

Como ya se dijo el periodo material del cálculo se realizó desde el día 5 de

noviembre de 2012 hasta el 25 de septiembre de 2014, comprendiendo un

año, 10 meses y 20 días, traducidos de la siguiente manera:


Se multiplicó la suma de $1´250,00.00 dólares por el 4% anual, obteniéndose la
cantidad de $50,000.00 dólares anuales.

Luego estos $50,000.00 dólares se dividieron entre doce meses, obteniéndose la


cantidad de $4,166.66 dólares mensuales, la cual a su vez se multiplicó por diez
meses, obteniéndose la cantidad de $41,666.60 dólares.

A su vez la cantidad de $4,166.66 dólares mensuales, se dividió entre 30

días y se obtuvo la cantidad de $138.88 dólares diarios, la cual se multiplicó por 20


días, obteniéndose la cantidad de $2,777.60 dólares.

Y así de esta manera y sumando todas las cantidades obtenidas, tenemos

la cantidad de $94,444.20 (sic) dólares, generadas en este periodo.

B) La cantidad de: $44, 444.20 (Cuarenta y Cuatro Mil Cuatrocientos

Cuarenta y Cuatro Dólares 20/100 Moneda de los Estados Unidos de

América), generada en el periodo comprendido entre el 5 de Noviembre

de 2013 (es decir, 12 meses después de que con motivo de la suspensión

provisional concedida el 05 de noviembre de 212, no se pudo formalizar

la escritura pública de compraventa), y el 25 de septiembre de 2014 (fecha

de la resolución del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro

Auxiliar de la Quinta Región con residencia en Culiacán, Sinaloa, dictada

en el recurso de revisión número 265/2014), en relación con la cantidad

de $1´250,000.00 (Un Millón Doscientos Cincuenta Mil Dólares Moneda

de los Estados Unidos de América), que era precisamente el saldo restante106

Rodolfo Campos Montejo

de dinero que la parte compradora me debería cubrir doce meses después

de la firma de la escritura de compraventa, misma que se reclama por

concepto de rentabilidad a razón del 4% anual, sobre esa parte insoluta

del capital, lo cual se ejemplifica de la manera siguiente:

Como ya se precisó el periodo material del cálculo se realizó desde el día


05 de noviembre de 2013 hasta el 25 de septiembre de 2014, comprendiendo 10
meses y 20 días, traducidos de la siguiente manera:

Se multiplicó la cantidad de $1´250,00.00 dólares por el 4% anual, obteniendo la


cantidad de $50,000.00 dólares anuales.

Luego estos $50,000.00 dólares se dividieron entre doce meses, obteniéndose la


cantidad de $4,166.66 dólares mensuales, la cual a su vez se multiplicó por diez
meses, obteniéndose la cantidad de $41,666.60 dólares.

A su vez la cantidad de $4,166.66 dólares mensuales, se dividió entre 30

días y se obtuvo la cantidad de $138.88 dólares diarios, la cual se multiplicó por 20


días, obteniéndose la cantidad de $2,777.60 dólares.

Y así de esta manera y sumando todas las cantidades obtenidas, tenemos

la cantidad de $44,444.20 dólares, generadas en este periodo.

Consecuentemente y sumándose las cantidades asentadas en los incisos A)

Y B) de este numeral, ambas hacen un total por concepto de perjuicios de:

$138,888.40 (Ciento Treinta y Ocho Mil Ochocientos Ochenta y Ocho

Dólares 40/100 Moneda de los Estados Unidos de América, que es lo

que se reclama en este incidente a título de perjuicios ocasionados por las

razones ya expuestas.”.

De acuerdo con lo anterior es evidente, como lo afirma el recurrente, que lo

que reclamó incidentalmente fue el pago de perjuicios, mas no de daños como

inexactamente lo apreció el Juez de Distrito, pues incluso el actor incidentista

invocó expresamente el artículo 2109 del Código Civil Federal que dispone:

“ARTÍCULO 2,109. Se reputa perjuicio la privación de cualquiera ganancia lícita,


que debiera haberse obtenido con el cumplimiento de la obligación”.

En ese tenor se advierte efectivamente, que el Juez de Distrito no debió analizar el


incidente planteado conforme al concepto de daños y menos aún exigir

su demostración, sino atender a lo expresamente planteado en el incidente

relativo; de ahí que sea inexacta la apreciación del Juez Federal en el sentido
de que las probanzas ofrecidas en el incidente fueran ineficaces e insuficientes

para demostrar su acción incidental, toda vez que en el referido escrito no

sólo ofreció las consideradas en la resolución recurrida, sino que ofreció las

siguientes pruebas:

“CAPÍTULO DE PRUEBAS

A) DOCUMENTAL PÚBLICA. Consiste en la copia certificada del contrato de


compraventa de fecha 14 de febrero de 2006, celebrado en la ciudad

de San José del Cabo, Baja California Sur, entre el suscrito **********,

en su carácter de VENDEDOR y la SOCIEDAD MERCANTIL DENOMINADA


“**********, representada por el **********, como EL

COMPRADOR, respecto del siguiente bien inmueble: Fracción del predio rústico
denominado **********, identificada como POLÍGONO

“X”, ubicado en San José del Cabo, Baja California Sur, constante de una

superficie de 258-97-00.57 (DOSCIENTOS

CINCUENTA Y OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y SIETE ÁREAS

CERO PUNTO CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), el cual se relaciona con los


hechos del 1 al 13 de escrito incidental.

B) DOCUMENTAL PRIVADA. Consiste en el recibo de fecha 15 de Febrero de


2006, donde consta que la sociedad denominada **********.,

me cubrió el pago de la cantidad de $100,000.00 dólares, moneda de los

Estados Unidos de América, por concepto de primer pago de la operación

de compraventa de fecha 14 de febrero de 2006, que celebré con dicha

sociedad, respecto de la Fracción de Terreno del predio rustico denominado


“**********”, ubicado en la jurisdicción de San José del Cabo, Baja

California Sur, constante de una superficie de 258-97-00.57 (Doscientos

Cincuenta y Ocho Hectáreas Noventa y Siete Áreas, Cero Centiáreas y

Cincuenta y Siete Fracciones. Esta prueba se relaciona con los hechos del
1 al 13 de este escrito incidental.

C) DOCUMENTAL PRIVADA. Consiste en el recibo de fecha 14 de Marzo de


2006, donde consta que la sociedad denominada “**********., me

cubrió el pago de la cantidad de $650,000.00 dólares, moneda de los Estado


Unidos de América, por concepto de segundo pago de la operación

de compraventa de fecha 14 de febrero de 2006, (según lo acordó en la

Fracción VIII de la Cláusula Segunda del citado contrato) que celebré

con dicha sociedad, respecto de la Fracción de Terreno del predio rústico


denominado **********, ubicado en la jurisdicción de San José del

Cabo, Baja California Sur, constante de una superficie de 258-97-00.57

(Doscientos Cincuenta y Ocho Hectáreas Noventa y Siete Áreas, Cero

Centiáreas y Cincuenta y Siete Fracciones. Esta prueba se relaciona con

los hechos del 1 al 13 de este escrito incidental.

D) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistentes en toda y cada una de las


actuaciones del expediente principal del juicio de amparo

indirecto número: 953/2012, promovido ante este H. Juzgado, por el Señor


**********, incluyéndose la sentencia definitiva que negó el amparo108

Rodolfo Campos Montejo

al quejoso, el recurso de revisión y su resolución por parte de Tribunal

Colegiado ya citado en los hechos de este incidente, mediante la cual se

confirmó la sentencia negatorio del amparo. Esta prueba se relaciona con

los hechos del 1 al 13 de este escrito incidental.

E) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistentes en todas y cada una de las


actuaciones del CUADERNO INCIDENTAL deducido del

expediente principal del juicio de amparo indirecto número: 953/2012,

promovido ante este H. juzgado, por el Señor **********, y en especial

las actuaciones relativas a la suspensión provisional definitiva concedida


al quejoso. Esta prueba se relaciona con los hechos 1 al 3 de este escrito

incidental.

F) INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES. Consistentes en todas y cada

una de las actuaciones que se practiquen con motivo de la promoción de

este incidente, en lo que favorezca a mis Representados.

G) PRESUNCIÓN LEGAL Y HUMANA. Que se deduzca de la ley y de

los hechos y pruebas de este incidente, en lo que favorezca a mis representados.”

Los medios de prueba reseñados, particularmente la copia certificada del contrato


de compraventa de catorce de febrero de dos mil seis, informa se celebró

la traslación de la propiedad del inmueble denominado: “El Venado de Cerro

Blanco”; constante la primera, es decir, la fracción “X” de una superficie de

258-97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y


SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), entre de la
sociedad mercantil denominada “**************

**********************, como compradora y ***** en su carácter de

vendedor; así como el precio de la operación, forma y condiciones de pago, lo

que se corrobora con los recibos exhibidos; asimismo, se puso de manifiesto la

existencia, los términos y cumplimiento del contrato y sin que éste se haya
elevado a escritura pública, con motivo de la suspensión provisional y definitiva.

Igualmente, de las constancias procesales del juicio de amparo número

953/2012, del incidente de suspensión y del incidente de perjuicios, se desprende


que con motivo del otorgamiento de la medida cautelar, se impidió

el otorgamiento y firma de la escritura de traslación de dominio que el señor

**********, tenía que hacer a favor del actor incidentista de las fracciones

“X” y “Z-2” del predio rústico denominado “El Venado de Cerro Blanco”, lo

que se había ordenado mediante sentencia interlocutoria de trece de abril de

dos mil once, dictada por el Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil
y Familiar del Partido Judicial de Los Cabos, en los autos del incidente de
ejecución de convenio de transacción judicial promovido por **********, derivado
del juicio ordinario civil 740/2007, a su vez promovido por **********,

en contra de aquél; lo que provocó que **********, no estuviera en posibilidad de


firmarle a la sociedad denominada “**********************,

la escritura traslativa de dominio respecto del inmueble denominado: “El Venado


de Cerro Blanco”; constante de la fracción “X” de una superficie de

258-97-00.57 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO HECTÁREAS NOVENTA Y


SIETE ÁREAS CERO PUNTO CINCUENTA Y SIETE CENTIÁREAS), entre la
sociedad mercantil denominada “*****************

***************, como compradora y ********** en su carácter de vendedor. Aunado a


lo anterior, como también lo aduce el recurrente el Juez de

Distrito no apreció ni valoró el acervo probatorio en términos de lo previsto

en los artículos 129, 190, 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos

Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, pues no obstante que

los invocó en la resolución recurrida, lo cierto es que soslayó su texto, para

concluir que las pruebas que citó eran insuficientes e ineficaces para acreditar

“los daños y perjuicios”.

Además, lo sostenido por el Juez de Distrito en el sentido de que en el contrato

de compraventa exhibido se haya pactado como penalización máxima a la

que las partes podrían ser condenadas por el incumplimiento del mismo, la

cantidad de $500,000.00 (Quinientos Mil Dólares, Moneda de los Estados

Unidos de Norteamérica), siempre que se determinara el incumplimiento por

resolución judicial y sin que se estipulara otra sanción; no guarda relación

alguna con el incidente de perjuicios, toda vez que su origen y naturaleza son

diversos, pues la penalización deviene de un acuerdo de voluntades (convenio),


mientras que el incidente relativo deriva de la ley, es decir, del artículo

129 de la Ley de Amparo (abrogada); además, esa penalización no fue materia de


la litis, sino que el incidente de perjuicios deriva de la promoción de un
juicio de amparo que fue negado y por la concesión de una medida cautelar

(suspensión provisional y definitiva) que impidió la ejecución de los actos que

fueron paralizados con la suspensión otorgada.

En tales condiciones en lugar de regresar los autos al Juez de Distrito; y


considerando que el recurso de queja vinculado con la resolución de un incidente

de pago de daños y/o perjuicios, no admite renvío; este tribunal revisor con

plenitud de jurisdicción debe pronunciarse sobre el mérito del incidente de

perjuicios planteado; ello, porque el artículo 129 de la Ley de Amparo (abrogada)


dispone:

“ARTÍCULO 129. Cuando se trate de hacer efectiva la responsabilidad proveniente


de las garantías y contragarantías que se otorguen con

motivo de la suspensión, se tramitará ante la autoridad que conozca de

ella un incidente, en los términos prevenidos por el Código Federal de

Procedimientos Civiles. Este incidente deberá promoverse dentro de los110

Rodolfo Campos Montejo

seis meses siguientes al día en que se notifique a las partes la ejecutoria de

amparo; en la inteligencia de que, de no presentarse la reclamación dentro

de ese término, se procederá a la devolución o cancelación, en su caso,

de la garantía o contragarantía, sin perjuicio de que pueda exigirse dicha

responsabilidad ante las autoridades del orden común”.

El reproducido numeral, para la tramitación del incidente relativo remite al

Código Federal de Procedimientos Civiles, el cual no prevé el renvío de ese tipo


de asuntos, por lo que cuando se trate de una queja formulada en contra de

la determinación que resuelve sobre la determinación del incidente de daños

y perjuicios resulta aplicable por analogía el artículo 91, fracción I de la Ley

de Amparo que establece la materia del recurso de revisión, ante el silencio de

la ley en la regulación de ésta.


Apoya lo anterior el siguiente criterio:

“Época: Séptima Época

Registro: 238872

Instancia: Segunda Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Volumen 35, Tercera Parte

Materia (s): Común

Tesis:

Página: 33

QUEJA, RECURSO DE. ARTICULO 91, FRACCION I, DE LA LEY

DE AMPARO, APLICABLE POR ANALOGIA. El artículo 91, fracción

I, de la Ley de Amparo, que establece la materia del recurso de revisión, es

aplicable por analogía cuando se trata del de queja, ante el silencio de la

ley en la regulación de ésta”.

En consecuencia, al resultar así fundados los agravios examinados con


fundamento en la fracción I del artículo 91 de la abrogada Ley de Amparo, lo

que procede es revocar la resolución recurrida y, analizar la procedencia del

incidente de perjuicios planteado.

QUINTO. Conforme a los antecedentes narrados en el considerando que


antecede, este Tribunal Colegiado estima que, contra lo sostenido en la resolución
recurrida, las probanzas reseñadas con las demás pruebas ofrecidas, si

prueban (en su conjunto atribuyéndoles el valor y eficacia que cada una tiene),

los extremos de la acción incidental hecha valer, habida cuenta que, mientras

el referido contrato y recibos citados prueban la existencia de la celebración

de un contrato de compraventa a plazos, forma y condiciones de pago y la


obligación de otorgar la firma de una escritura relacionada con dos fracciones

de terreno del predio denominado **********, las constancias del juicio

de amparo e incidente de suspensión prueban plenamente la promoción y

negativa del amparo y protección de la justicia federal al señor **********

(por quien el Juez Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil y Familiar de

Cabo San Lucas, Baja California Sur, estaba obligado a firmar en rebeldía del

señor **********, la escritura de traslación de dominio, de las dos fracciones

de terreno del predio citado, a favor de **********), así como que dentro

de ese juicio, se formó un incidente de suspensión, en el que efectivamente se

concedió como medida cautelar la suspensión definitiva de los actos reclamados;


y también la existencia de una sentencia interlocutoria de fecha trece de

abril de dos mil once, dictada dentro del incidente de ejecución de convenio de

transacción judicial dentro de los autos del expediente 740/2007, celebrado

entre el señor ********** y ********** y la sociedad

mercantil denominado ***************************************, de

donde deriva el quejoso el acto reclamado que no deseaba que se ejecutase;

es decir, el otorgamiento y firma de la escritura de las fracciones de terreno

del predio ********** e impidiéndose con ello, que el tercero perjudicado y

actor incidentista no recibiese la cantidad de dinero que la sociedad ya citada

tenía que cubrirle; y a su vez todas las pruebas en su conjunto, prueban que el

perjuicio reclamado y/o ganancia, si era factible que se diera, desde el ámbito

de la probabilidad, de haber percibido**********, las cantidades de dinero

si se hubiese otorgado la firma de la escritura de compraventa respectiva, así

como que ese perjuicio fue consecuencia directa e inmediata de la medida

cautelar otorgada.
En esa medida se estima que los perjuicios ocasionados por la suspensión del

acto reclamado en el juicio de amparo fueron consecuencia inmediata y directa de


dicha suspensión y esta relación inmediata y directa está demostrada

con las pruebas reseñadas.

Es aplicable sobre el particular el siguiente criterio:

“Época: Sexta Época

Registro: 269489

Instancia: Tercera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Volumen CXXIV, Cuarta Parte

Materia (s): Civil, Común

Tesis:

Página: 84

SUSPENSIÓN, DAÑOS Y PERJUICIOS OCASIONADOS POR LA.

Los daños y perjuicios ocasionados por la suspensión del acto reclamado

en un juicio de amparo, deben ser consecuencia inmediata y directa de112

Rodolfo Campos Montejo

dicha suspensión y esta relación inmediata y directa debe probarse. Por lo

tanto, si no se rindió prueba alguna para demostrar la existencia de tales

daños y perjuicios, consecuentemente, menos se pudo probar la relación

inmediata y directa entre ellas y la suspensión como causa”.

Asimismo, es aplicable la jurisprudencia siguiente:

“Época: Novena Época

Registro: 161105
Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta

Tomo XXXIV, Septiembre de 2011

Materia (s): Común, Civil

Tesis: 1a./J. 80/2011

Página: 148

DAÑOS Y PERJUICIOS EN EL INCIDENTE PREVISTO EN EL ARTÍCULO 129


DE LA LEY DE AMPARO. HECHOS QUE DEBE DEMOSTRAR EL TERCERO
PERJUDICADO PARA ACREDITARLOS

CUANDO, ANTE LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO, NO

PUDO DISPONER DEL INMUEBLE CONTROVERTIDO. El artículo 129 de la Ley


de Amparo prevé el incidente de daños y perjuicios para

hacer efectiva la responsabilidad derivada de las garantías que se otorguen

con motivo de la suspensión concedida en el juicio de amparo biinstancial,

en cuya tramitación el tercero perjudicado debe cumplir con las cargas

que le impone la propia ley. En ese caso, para ver acogida su pretensión,

el actor incidentista tiene la carga, primero, de manifestar en los hechos

de su escrito incidental en qué consistió el daño o el perjuicio causado, así

como justificar su relación directa con la suspensión del acto reclamado

y, en segundo término, demostrar sus afirmaciones, pues en términos del

artículo 81 del Código Federal de Procedimientos Civiles, supletorio de la

Ley de Amparo, el actor debe probar los hechos constitutivos de su acción

y el reo de sus excepciones.

En esa narración de hechos es importante conocer si el tercero perjudicado


sustenta su pretensión en la generación de daños o de perjuicios, cada
uno con una naturaleza jurídica distinta, pues mientras que los primeros

se refieren al menoscabo sufrido en el patrimonio del demandante (hecho

cierto), los segundos corresponden a las ganancias lícitas que debieron

haberse obtenido (hecho probable).

Así, para demostrar los daños aducidos y que éstos son consecuencia inmediata y
directa de la suspensión concedida en el juicio de amparo, se

hace necesaria la demostración del hecho, acto o situación concreta que

los generó, pues sólo así el juzgador está en aptitud de constatar, en primer

orden, si éstos efectivamente se produjeron y, en segundo lugar, si existe

un vínculo entre ellos y la medida cautelar concedida. En cuanto a la

demostración de los perjuicios, no es necesario que el tercero perjudicado

mencione un acto específico que se vio frustrado ante la imposibilidad de

disponer del inmueble; basta con que realice una exposición razonada

para explicar con hechos creíbles de dónde surgiría la ganancia de la que,

en su concepto, se vio privado y aportar datos que revelen claramente la

probabilidad para definir, de modo verosímil y aceptable que, en efecto, de

haber tenido la disposición del inmueble se habrían generado las ganancias


indicadas, esto, en el entendido de que también ha de proporcionar

las bases para su cuantificación y probarlas. Entonces, en la resolución del

incidente a que se refiere el artículo 129 de la Ley de Amparo, el juzgador

debe atender a los hechos en que se sustenta la pretensión para evaluar

que extremos debe colmar el actor incidentista”.

En efecto, en eI apartado primero de la cláusula segunda del contrato de

compraventa a plazos celebrado entre ********** y la moral **********,

se establecieron entre otras cuestiones, que se aplicaría a la parte insoluta

del capital señalado un interés convencional del 4% (por los perjuicios que
pudiese ocasionar el no pago de las cantidades correspondientes al amparo

del contrato), estableciéndose 4% (cuatro por ciento) anual, sobre las sumas

debidas entre las partes, porcentaje que puede establecerse como común para

cuantificar el importe de los perjuicios que ha causado la falta de cumplimiento por


parte del señor ************************* a la transacción

judicial pactada y a la sentencia interlocutoria de ejecución del convenio de

transacción judicial.

Porcentaje que arrojará un monto, que será el equivalente en dólares, porque

la obligación de dar se estableció en moneda de los Estados Unidos de América


(tres millones doscientos cincuenta mil dólares).

En el presente asunto, los perjuicios que **********resintió, se hacen consistir en


los importes de dinero que se hubiesen generado por concepto de

rentabilidad (de haber tenido a su disposición las cantidades de dinero que la

parte compradora

******************************************, debía cubrirle, como

consecuencia de la firma de la escritura de compraventa), en relación con

la parte insoluta del precio pactado por la operación de compraventa y que

arrojan las siguientes cantidades:

I) Por el tiempo que transcurrió cuando estuvo vigente la suspensión de los

actos reclamados; la cantidad de: $94,444.20 dólares (Noventa y Cuatro Mil114

Rodolfo Campos Montejo

Cuatrocientos Cuarenta y Cuatro dólares 20/100, Moneda de los Estado

Unidos de América), generada en el periodo comprendido entre el cinco de

noviembre de dos mil doce (fecha del otorgamiento de la suspensión provisional


en los autos del incidente de suspensión del juicio de amparo número:

953/2012) y el veinticinco de septiembre de dos mil catorce (fecha de la resolución


del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de
la Quinta Región con residencia en Culiacán, Sinaloa, dictada en el curso de

revisión número 265/2014), en relación con la cantidad de $1´250,000.00

(Un Millón Doscientos Cincuenta mil Dólares Moneda de los Estados Unidos

de América), que era la cantidad de dinero que la parte compradora le debería


cubrir a ********** al momento de la formalización de la escritura de

compraventa, lo cual no pudo realizarse, como consecuencia de la suspensión

provisional y definitiva, misma que se reclama por concepto de rentabilidad a

razón del 4% anual, sobre esa parte insoluta del capital, lo cual se ejemplifica

de la manera siguiente:

Como ya se precisó, el periodo material del cálculo se realizó desde el día

cinco de noviembre de dos mil doce hasta el veinticinco de septiembre de dos

mil catorce, comprendiendo un año, diez meses y veinte días, traducidos de la

siguiente manera:

Se multiplicó la suma de $1´250.000.00 (un millón doscientos cincuenta mil

dólares) por el 4% anual, obteniéndose la cantidad de $50,000.00 (cincuenta

mil dólares) anuales.

Luego esos $50,000.00 (cincuenta mil dólares) se dividieron entre doce meses,
obteniéndose la cantidad de $4,166.66 (cuatro mil ciento sesenta y seis

dólares con sesenta y seis centavos) mensuales, la cual a su vez se multiplicó

por diez meses, obteniéndose la cantidad de $41,666.60 (cuarenta y un mil

seiscientos sesenta y seis dólares con sesenta centavos).

A su vez la cantidad de $41,666.60 (cuarenta y un mil seiscientos sesenta y

seis dólares con sesenta centavos) mensuales, se dividió entre treinta días y se

obtuvo la cantidad de $138.88 (ciento treinta y ocho dólares con ochenta y

ocho centavos) diarios, la cual se multiplicó por veinte días, obteniéndose la

cantidad de $2,777.60 (dos mil setecientos setenta y siete dólares con sesenta
centavos).

En ese tenor, sumando todas las cantidades obtenidas, tenemos la cantidad

de $94,444.20 (noventa y cuatro mil cuatrocientos cuarenta y cuatro dólares

con veinte centavos), generadas en ese periodo.

II) Por el tiempo que transcurrió en que no se pudo formalizar la escritura

de compraventa; la cantidad de: 44,444.20 (Cuarenta y Cuatro Mil Cuatrocientos


Cuarenta y Cuatro dólares 20/100 Moneda de los Estado Unidos de

América), generada en el periodo comprendido entre el cinco de Noviembre

de dos mil trece (es decir, 12 meses después de que con motivo de la suspensión
provisional concedida el cinco de noviembre de dos mil doce, no se pudo

formalizar la escritura pública de compraventa); y el veinticinco de septiembre

de dos mil catorce (fecha de la resolución del Segundo Tribunal Colegiado de

Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta Región con residencia en Culiacán,

Sinaloa, dictada en el recurso de revisión número 265/2014), en relación con

la cantidad de $1´250,000.00 (Un Millón Doscientos Cincuenta Mil Dólares

Moneda de los Estados Unidos de América), que era precisamente el saldo

restante de dinero que la parte compradora me debería cubrir doce meses

después de la firma de la escritura de compraventa, misma que se reclama por

concepto de rentabilidad de razón del 4% anual, sobre esa parte insoluta del

capital, lo cual se ejemplifica de la manera siguiente:

Como ya se precisó el periodo material del cálculo se realizó desde el día cinco

de noviembre de dos mil trece hasta el veinticinco de septiembre de dos mil

catorce, comprendiendo diez meses y veinte días, traducidos de la siguiente

manera:

Se multiplicó la cantidad de $1´250.000.00 (Un Millón Doscientos Cincuenta


Mil Dólares Moneda de los Estados Unidos de América), por el 4% anual,

obteniendo la cantidad de $50,000.00 dólares anuales.

Luego estos $50,000.00 dólares se dividieron entre doce meses, obteniéndose

la cantidad de $4,166.66 (cuatro mil ciento sesenta y seis dólares con sesenta

y seis centavos) mensuales, la cual a su vez se multiplicó por diez meses,


obteniéndose la cantidad de $41,666.60 (cuarenta y un mil seiscientos sesenta y

seis dólares con sesenta centavos).

A su vez la cantidad de $41,666.60 (cuarenta y un mil seiscientos sesenta y

seis dólares con sesenta centavos) mensuales, se dividió entre treinta días y se

obtuvo la cantidad de $138.88 (ciento treinta y ocho dólares con ochenta y

ocho centavos) diarios, la cual se multiplicó por veinte días obteniéndose la

cantidad de 2,777.60 (dos mil setecientos setenta y siete dólares con sesenta

centavos) así de esta manera y sumando las dos cantidades obtenidas, tenemos
la cantidad de $44,444.20 (cuarenta y cuatro mil cuatrocientos cuarenta

y cuatro dólares con veinte centavos), generada en ese periodo.

En tal virtud, sumándose las cantidades asentadas en los apartados I) y II)

precisados, ambas hacen un total por concepto de perjuicio de: $138,888.40

(Ciento Treinta y Ocho Mil Ochocientos Ochenta y Ocho Dólares 40/100

Moneda de los Estados Unidos de América), que es lo que se reclama en este

incidente********** a título de perjuicios ocasionados por las razones expuestas en


este y en el anterior considerando.

Cabe señalar que de optarse por hacer efectivo el pago de los perjuicios se

haga en moneda distinta de la pactada en el aludido contrato, la Suprema116

Rodolfo Campos Montejo

Corte de Justicia de la Nación, ha sostenido que tratándose de la reparación

del daño material bajo el rubro de restitución integral, es jurídicamente aceptable


que el cumplimiento de la obligación de restitución de la afectación
patrimonial se realice mediante el pago en moneda nacional, siempre que ello

se haga conforme al tipo de cambio existente al momento en que se materialice el


pago.

Al respecto es ilustrativo el siguiente criterio:

“Época: Décima Época

Registro: 2009928

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Publicación: viernes 11 de septiembre de 2015

11:00 h

Materia (s): (Constitucional)

Tesis: 1a. CCLXXIII/2015 (10a.)

REPARACIÓN DEL DAÑO DERIVADA DE UN DELITO DE CARÁCTER


PATRIMONIAL. CUANDO LA AFECTACIÓN ECONÓMICA RECAE EN MONEDA
EXTRANJERA, DEBE CONDENARSE A

LA RESTITUCIÓN INTEGRAL Y EFECTIVA POR BIENES DE LA

MISMA ESPECIE, CARACTERÍSTICAS Y CANTIDAD [INTERRUPCIÓN DE LA


JURISPRUDENCIA 1a./J. 121/2004 (1)]. La Primera Sala

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.

121/2004, de rubro: “REPARACIÓN DEL DAÑO TRATÁNDOSE

DEL ROBO DE CHEQUE EN DÓLARES. AL SER UNA PENA PÚBLICA


PROCEDE SU CONDENA AL PAGO DE SU EQUIVALENTE EN MONEDA DE
CURSO LEGAL AL TIPO DE CAMBIO QUE

REGÍA EN LA FECHA EN QUE SE CONSUMÓ EL DELITO.”, estableció que


tratándose de delitos patrimoniales, cuya afectación recae en

moneda extranjera, la condena a la reparación del daño material a la víctima u


ofendido del delito debe fijarse de acuerdo al tipo de cambio equivalente al
momento en que se cometió el delito, por tratarse de una pena
pública que debe fijarse de acuerdo al momento en que el ilícito aconteció.

Ahora bien, una nueva reflexión sobre el tema, lleva a esta Primera Sala

a apartarse de ese criterio y, por ende, a interrumpir dicha jurisprudencia, pues no


responde a las exigencias constitucionales de protección y

garantía integral y efectiva del derecho humano a la reparación del daño

proveniente de la comisión de un delito. De ahí que cuando el objeto del

delito recae en moneda extranjera, como bien obtenido con motivo de la

conducta ilícita, la condena a la reparación del daño material debe decre-

tarse bajo el rubro de restitución integral y efectiva por elementos de la

misma especie, características y la cantidad que se demostró en el proceso

penal que corresponda a la afectación patrimonial ocasionada a la víctima

u ofendido. Lo anterior tiene sustento en las razones jurídicas siguientes:

a) la reparación del daño que procede de la comisión de un delito, es una

consecuencia jurídica que deriva de la demostración plena de la responsabilidad


penal del sentenciado en la comisión del hecho ilícito penal, lo

que genera una obligación de restitución por el sentenciado para resarcir

el daño ocasionado; de ahí que sea exigible su pago a través de los mecanismos
de ejecución establecidos para ese efecto por la ley procesal penal;

b) la posibilidad de que el cumplimiento de la reparación del daño pueda

realizarse a través del mismo procedimiento aplicable para la ejecución

de la sanción de multa establecida como consecuencia material de la comisión del


delito, atiende a efectos procedimentales para obtener su cumplimiento, pero no
implica que su cuantificación se determine bajo los

mismos parámetros; c) la relación de la sanción de reparación del daño

con el derecho a la legalidad del que derivan los principios de existencia de

ley previa y exacta aplicación de la ley penal, implica que para justificar la

legalidad de su imposición se requiere que exista una regulación previa a


la comisión del delito que prevea dicha condena y que se ajuste a los lineamientos
normativos establecidos, pero no obliga a que se cuantifique de

acuerdo con índices económicos o de convergencia monetaria existentes

al momento de cometerse el delito; d) en virtud de que el dinero, representado a


través de la moneda, como unidad del sistema monetario, en términos económicos
y financieros, con independencia de su carácter nacional o

extranjero, constituye un bien mueble fungible, cuya naturaleza jurídica le

permite ser remplazado por elementos de la misma especie, características

y cantidad; y, e) cuando el objeto del delito recae en moneda extranjera,

en atención a su característica de bien fungible, procede decretar la reparación del


daño material bajo el rubro de restitución integral, por lo que

el juzgador no deberá realizar su conversión al tipo de cambio equivalente

a la moneda de curso nacional, porque la naturaleza del bien excluye la

imposibilidad de restitución; en ese sentido, es una condición fáctica


independiente a la determinación y fijación de la condena a la reparación del

daño material, la forma en que el sentenciado decida dar cumplimiento a

la condena, ya que es jurídicamente aceptable que el cumplimiento de la

obligación de restitución de la afectación patrimonial se realice mediante

el pago en moneda nacional, siempre que ello se haga a partir del tipo de

cambio existente al momento en que se materialice el pago.118

Rodolfo Campos Montejo

PRIMERA SALA

Amparo directo en revisión 2384/2013. 7 de febrero de 2014. Mayoría de

tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón

Cossío Díaz y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes:

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quienes

formularon voto particular.


Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez.

1. Nota: Esta tesis se publicó el viernes 11 de septiembre de 2015 a las

11:00 horas en el Semanario Judicial de la Federación, y en virtud de que

interrumpe el criterio sostenido en la diversa 1a./J. 121/2004, de rubro:

“REPARACIÓN DEL DAÑO TRATÁNDOSE DEL ROBO DE CHEQUE EN


DÓLARES. AL SER UNA PENA PÚBLICA PROCEDE SU

CONDENA AL PAGO DE SU EQUIVALENTE EN MONEDA DE

CURSO LEGAL AL TIPO DE CAMBIO QUE REGÍA EN LA FECHA

EN QUE SE CONSUMÓ EL DELITO.”, que aparece publicada en el

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo

XXI, febrero de 2005, página 216, esta última dejó de considerarse de

aplicación obligatoria a partir del lunes 14 de septiembre de 2015.

Esta tesis se publicó el viernes 11 de septiembre de 2015 a las 11:00 horas

en el Semanario Judicial de la Federación.”

En las relacionadas condiciones al resultar así fundados los agravios hechos

valer lo que procede es declarar fundados tanto el recurso de queja, así como

el incidente de pago de perjuicios.

Por lo expuesto, fundado y además con apoyo en los artículos 97, fracción

II y 101 de la Ley de Amparo; así como el artículo 37, fracción III, de la Ley

Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se

RESUELVE:

ÚNICO. Es FUNDADO el recurso de queja interpuesto contra la resolución

de catorce de mayo de dos mil quince, que dictó el Juez Primero de Distrito en el
Estado, en el incidente de perjuicios derivado del juicio de amparo

953/2012, en términos del considerando cuarto de este fallo.

NOTIFÍQUESE, publíquese y anótese en el Libro de Gobierno; remítase


testimonio de esta resolución al juzgado de su origen, y en su oportunidad

archívese este asunto como concluido.

Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto
Circuito, integrado por los Magistrados Presidente Alejandro

Gracia Gómez, Francisco Javier Rodríguez Huezo y el Licenciado Gonzalo

Mayorquín Llamas, Secretario en funciones de Magistrado, por autorización

del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal mediante oficio SEPLEP./

GEN./015/6978/2014; siendo Ponente el primero de los mencionados; firmando el


presidente y ponente con la Secretaria de Acuerdos, Neri Patricia

Zapata Estrada, que autoriza y da fe.

Es importante señalar que la oportunidad de la presentación para hacer efectiva la


garantía o contragarantía, es por una sola ocasión en aras de la certeza

jurídica que debe existir en este tipo de asunto: “por lo que si se agota y se
determina que no se acreditaron los daños y perjuicios debe declararse
improcedente

una ulterior promoción en ese sentido”66.

Otros aspectos sobresalientes se observan en los siguientes cuadros:


Capítulo VI

INCIDENTE DE INCUMPLIMIENTO DE LA SUSPENSIÓN CONCEDIDA

El legislador ha previsto que se pueda dar el caso, de que la autoridad


responsable incumpla o desobedezca la suspensión provisional o definitiva; la cual
tiene la obligación de acatar a partir de que sea concedida; tal y como así se
desprende del artículo 136 de la Ley de Amparo, primer párrafo que establece:

“La suspensión, cualquiera que sea su naturaleza, surtirá sus efectos desde el
momento en que se pronuncie el acuerdo relativo, aun cuando sea recurrido.”

En este numeral existe la obligación de la autoridad responsable de cumplir


estrictamente lo ordenado en la medida provisional y en su caso en la definitiva.

Sin embargo, en la práctica es posible encontrar que la autoridad responsable


incurra en el incumplimiento; y esta hipótesis, la tiene prevista la Ley de Amparo
en su artículo 158 que a la letra dice:

“Artículo 158. Para la ejecución y cumplimiento del auto de suspensión se


observarán las disposiciones relativas al Título Quinto de esta Ley. En caso de
incumplimiento, cuando la naturaleza del acto lo permita, el órgano jurisdiccional
de amparo podrá hacer cumplir la resolución suspensional o podrá tomar las
medidas para el cumplimiento.”

El citado precepto remite al título Quinto de la ley de la materia que establece


todas las reglas concernientes a medidas disciplinarias y de apremio,
responsabilidades, sanciones y delitos.

Llama la atención que el artículo en análisis es omiso en establecer el


procedimiento que debe seguir el quejoso para solicitar al juzgador la ejecución y
cumplimiento del auto de suspensión.

Los estudiosos de la materia han coincidido en señalar:

“Que la denuncia de violación a la suspensión debe tramitarse vía incidental,


siendo aplicable de manera supletoria las disposiciones del Código Federal de
Procedimientos Civiles y que dada la naturaleza penal de las sanciones prevista
en la Ley de Amparo, que puede llegar aplicarse a la autoridad que no obedezca
un auto de suspensión, resulta indispensable que se respeten las formalidades
esenciales del procedimiento previstas en el artículo 14 de la Constitución Federal,
entre las cuales se encuentra la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas
en que se finque la defensa y, por ende, debe ordenarse la apertura del incidente
innominado a que se refieren los artículos 358 y 360 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, en el cual las
partes pueden ofrecer los medios de pruebas contenidos en los artículos 93, 94 y
361 del mencionado código, a fin de acreditar sus afirmaciones sin que en el caso
sea aplicable la limitación probatoria que establece la ley de amparo que regula el
trámite del incidente de suspensión.”

“El incidente de incumplimiento y ejecución… su base legal y constitucional… la


substanciación es por la vía incidental y tiene su apoyo en los artículos 66 y
siguientes de la Ley de Amparo, así como en la fracción XVI del artículo 107
constitucional.”

“De acuerdo a la anterior Ley de Amparo, en caso de incumplimiento por parte de


la responsable del auto que concedió la suspensión, lo precedente era la denuncia
de violación de la medida cautelar en la vía incidental, conforme a lo previsto por
los artículos 358 y 360 del Código Federal de Procedimientos Civiles.”

Se concluye, que otorgada la suspensión provisional o definitiva y notificada a la


autoridad responsable para su cumplimiento, si la orden de suspensión no fuere
cumplida, el quejoso tiene expedita la vía incidental para denunciar la violación de
la suspensión que le fue conferida; trámite que deberá realizar ante el propio juez
de distrito; debiendo ofrecer las pruebas en que se funde.

Admitido a trámite el incidente se dará vista a las partes por el plazo de tres días,
para que manifiesten a los que sus intereses convengan y ofrezcan las pruebas
que estimen pertinentes.

Atendiendo a la naturaleza del caso, el órgano jurisdiccional determinará si se


requiere un plazo probatorio más amplio y si suspende o no el procedimiento.

Transcurrido el plazo anterior, dentro de los tres días siguientes se celebrará la


audiencia en la que se recibirán y desahogarán las pruebas, se oirán los alegatos
de las partes y, en su caso, se dictará la resolución correspondiente.

Contra la interlocutoria que pone fin a este incidente procede el recurso de queja,
previsto en el artículo 97, fracción I, inciso g que a la letra dice:

“Artículo 97. El recurso de queja procede:

I. En amparo indirecto, contra las siguientes resoluciones:

g) Las que resuelvan el incidente por exceso o defecto en la ejecución del acuerdo
en que se haya concedido al quejoso la suspensión provisional o definitiva del acto
reclamado;”
Si se declara fundada la denuncia por haberse acreditado que la autoridad
responsable no cumplió la suspensión provisional o definitiva, el tribunal de
amparo la requerirá para que en el plazo de tres días cumpla estrictamente con la
medida cautelar concedida, con los apercibimientos que de no hacerlo será
denunciada ante el Ministerio Público Federal por el delito previsto en el artículo
262, fracción III de la Ley de Amparo que establece:

“Artículo 262. Se impondrá pena de tres a nueve años de prisión, multa de


cincuenta a quinientos días, destitución e inhabilitación de tres a nueve años para
desempeñar otro cargo, empleo o comisión públicos, al servidor público que con el
carácter de autoridad responsable en el juicio de amparo o en el incidente de
suspensión:

III. No obedezca un auto de suspensión debidamente notificado,


independientemente de cualquier otro delito en que incurra;”

Para que se surta la hipótesis anterior, será necesario que la interlocutoria que
declaró fundada la denuncia incidental haya quedado firme.

Para el caso de que el órgano jurisdiccional declare infundado el incidente,


también procede el recurso de queja en términos del artículo 97, fracción I, inciso
g, antes transcrito.

Independientemente de la tramitación del incidente referido, el juez de distrito


tendrá expedita la vía para requerir al superior jerárquico que tenga la autoridad
responsable. En caso de que no tenga superior jerárquico, el requerimiento se
hará a la propia autoridad responsable.

De no logarse el cumplimiento u obediencia, el propio juzgador está facultado para


hacer cumplir la interlocutoria suspensional en rebeldía de la autoridad
responsable. Facultad que por analogía le confieren los artículos 158 y 192 de la

Ley de Amparo que establecen:

“Artículo 158. Para la ejecución y cumplimiento del auto de suspensión se


observarán las disposiciones relativas al Título Quinto de esta Ley. En caso de
incumplimiento, cuando la naturaleza del acto lo permita, el órgano jurisdiccional
de amparo podrá hacer cumplir la resolución suspensional o podrá tomar las
medidas para el cumplimiento.”

“Artículo 192. Las ejecutorias de amparo deben ser puntualmente cumplidas. Al


efecto, cuando cause ejecutoria la sentencia en que se haya concedido el amparo,
o se reciba testimonio de la dictada en revisión, el juez de distrito o el tribunal
unitario de circuito, si se trata de amparo indirecto, o el tribunal colegiado de
circuito, tratándose de amparo directo, la notificarán sin demora a las partes.

En la notificación que se haga a la autoridad responsable se le requerirá para que


cumpla con la ejecutoria dentro del plazo de tres días, apercibida que de no
hacerlo así sin causa justificada, se impondrá a su titular una multa que se
determinará desde luego y que, asimismo, se remitirá el expediente al tribunal
colegiado de circuito o a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, según el caso,
para seguir el trámite de inejecución, que puede culminar con la separación de su
puesto y su consignación.

Al ordenar la notificación y requerimiento a la autoridad responsable, el órgano


judicial de amparo también ordenará notificar y requerir al superior jerárquico de
aquélla, en su caso, para que le ordene cumplir con la ejecutoria, bajo el
apercibimiento que de no demostrar que dio la orden, se le impondrá a su titular
una multa en los términos señalados en esta Ley, además de que incurrirá en las
mismas responsabilidades de la autoridad responsable. El Presidente de la
República no podrá ser considerado autoridad responsable o superior jerárquico.

El órgano judicial de amparo, al hacer los requerimientos, podrá ampliar el plazo


de cumplimiento tomando en cuenta su complejidad o dificultad debiendo fijar un
plazo razonable y estrictamente determinado. Asimismo, en casos urgentes y de
notorio perjuicio para el quejoso, ordenará el cumplimiento inmediato por los
medios oficiales de que disponga.”

Sin perjuicio de lo anterior, el juez de distrito podrá hacer uso de las medidas de
apremio consistente en multa o auxilio de la fuerza pública, conforme a lo
dispuesto en el titulo Quinto, capítulo primero, artículo 237, fracciones I y II que es
del tenor siguiente:

“Artículo 237. Para hacer cumplir sus determinaciones, los órganos


jurisdiccionales de amparo, bajo su criterio y responsabilidad, podrán hacer uso,
indistintamente, de las siguientes medidas de apremio:

I. Multa;

II. Auxilio de la fuerza pública que deberán prestar las autoridades policiacas
federales, estatales o municipales;”

En los siguientes cuadros se resaltan algunas reglas, hipótesis y criterios de


tribunales colegiados:
Capítulo VII

INCIDENTE POR EXCESO O DEFECTO EN

EL CUMPLIMIENTO DE LA SUSPENSIÓN

Cuando la autoridad responsable cumple de forma excesiva o defectuosa la

obligación que le impuso el juez de distrito en la suspensión provisional o en la

definitiva; es decir acata de manera parcial el mandamiento contenido en la


medida cautelar, o bien se extralimita en el cumplimiento del mismo, lo procedente

es promover el incidente por exceso o defecto, acorde a lo dispuesto en el capítulo

quinto, artículos 206, 207, 208 y 209 de la Ley de Amparo. De dichos numerales

se desprenden las siguientes reglas, hipótesis y procedimientos:


De los artículos 206, 207 y 209 de la ley de amparo se colige que el incidente

por exceso o defecto en el cumplimiento de la suspensión podrá plantearse hasta

en tanto no cause ejecutoria la sentencia que se emita en el juicio principal.

Que su finalidad fundamental radica en lograr el cumplimiento de la suspensión


cuando respecto a esta, la autoridad responsable haya incurrido en falta
consistente en que suspendió el acto pero lo hizo de manera excesiva o
defectuosa.

Al demostrarse este supuesto, se dará oportunidad de veinticuatro horas a la

autoridad responsable para que cumpla con la medida cautelar o rectifique los

errores en los que incurrió en acatarla o subsane sus deficiencias; apercibida que

de no hacerlo será denunciada al Ministerio Público de la Federación.

Como puede verse, el objetivo esencial de este incidente no es determinar la

configuración o no de un delito, sino lograr la observancia del instrumento utilizado


por la potestad federal para conservar la materia del litigio.
En suma, este incidente le da la oportunidad a la autoridad responsable que

corrija su incorrecto actuar; por lo tanto, si el juzgador declara fundado el


incidente, su secuela será el requerimiento citado; y hecho el apercibimiento para

que subsane su error, es cuando se podrá estar en la posibilidad de denunciar a la

autoridad renuente ante el Ministerio Público Federal75.

También es de precisarse que de la interpretación armónica y sistemática de

los artículos 97, 157, 158 y 206 de la Ley de Amparo el incidente por exceso o

defecto del incidente de la suspensión provisional procede tanto en el caso de la

suspensión provisional como en la definitiva, debido a que se trata de medidas

cautelares calificadas también como providencias o medidas precautorias.

En ese entorno, la medida cautelar que se provee en la resolución suspensional,


ya sea que se trate de la provisional o de la definitiva, es susceptible de

ejecución por la autoridad responsable, de manera que todo exceso o defecto

de la medida decretada en cualquiera de sus formas, a lugar en la vía incidental

conforme al capítulo quinto, título tercero de la Ley de Amparo.

Capítulo VIII

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

MATERIA PENAL

La Ley de Amparo en sus artículos del 159 al 169 regula de manera especial

una serie de hipótesis relacionadas con actos restrictivos de la libertad personal

del quejoso o alguno de los prohibidos por el artículo 22 constitucional.

La finalidad de esta regulación estriba en: “asegurar la libertad personal del

agraviado, y su concesión depende fundamentalmente en mayor o menor medida

de la autoridad que la dicta o ejecuta o pretende ejecutar; así como la gravedad

del delito que se le imputa al quejoso”77.


En esta materia la suspensión del acto reclamado en algunos casos podrá ser

de oficio pero en otros más será a petición de parte agraviada.

Será de oficio cuando se trate de actos comprendidos por los artículos 15,

párrafos primero y segundo y 126, párrafos primero y segundo de la ley de la

materia que a letra dicen:

“Artículo 15. Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida,
ataques a la libertad personal fuera de procedimiento, incomunicación,
deportación

o expulsión, proscripción o destierro, extradición, desaparición forzada de


personas o

alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los


Estados

Unidos Mexicanos, así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza

Aérea nacionales, y el agraviado se encuentre imposibilitado para promover el


amparo,

podrá hacerlo cualquiera otra persona en su nombre, aunque sea menor de edad.

En estos casos, el órgano jurisdiccional de amparo decretará la suspensión de los

actos reclamados, y dictará todas las medidas necesarias para lograr la


comparecencia

del agraviado.”

“Artículo 126. La suspensión se concederá de oficio y de plano cuando se trate

de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad


personal

fuera de procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o


destierro, extradición, desaparición forzada de personas o alguno de los
prohibidos por el

artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como


la

incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales.


En este caso, la suspensión se decretará en el auto de admisión de la demanda,
comunicándose sin demora a la autoridad responsable, por cualquier medio que
permita

lograr su inmediato cumplimiento.”

Los numerales en comento en relación con el 159 imponen la obligación al

juez de distrito que en el auto de admisión de demanda deberá decretar la


suspensión y comunicarla sin demora a la autoridad responsable, por cualquier
medio

que permita lograr su inmediato cumplimiento.

Similar obligación, el mismo numeral, impone a los jueces de primera instancia


dentro de cuya jurisdicción radique la autoridad que ejecute o trate de ejecutar el
acto reclamado, que reciba la demanda de amparo y acordar de plano sobre

la suspensión de oficio. A esta facultad se le conoce como jurisdicción auxiliar.

En el cuadro siguiente se presentan las reglas que el juez del fuero común

deberá seguir, si le llegase a suceder que el quejoso o su representante le exhiben

una demanda de amparo indirecto.


También la jurisdicción auxiliar se hace extensiva cuando el amparo se promueve
señalándose como acto reclamado, la desaparición forzada del quejoso

(artículo 159, segundo párrafo de la Ley de Amparo). En estos casos se deberán

observar las siguientes reglas:

En el artículo 159, último párrafo, el legislador también prevé que hacer

cuando el amparo se promueve contra actos de un juez de primera instancia y no


haya otro en el lugar, o cuando se impugnen actos de otras autoridades y aquel no

pueda ser habido; al respecto el último párrafo del citado numeral indica:

“Artículo… Cuando el amparo se promueva contra actos de un juez de primera

instancia y no haya otro en el lugar, o cuando se impugnen actos de otras


autoridades

y aquél no pueda ser habido, la demanda de amparo podrá presentarse ante


cualquiera

de los órganos judiciales que ejerzan jurisdicción en el mismo lugar, siempre que
en

él resida la autoridad ejecutora o, en su defecto, ante el órgano jurisdiccional más

próximo.”

En la práctica se sigue usando la vía telegráfica o la notificación personal por

medio del actuario adscrito al juzgado competente.

Para mayor comprensión de todos y cada uno de los casos relacionados con

este tipo de materia de la suspensión; se dividen en: a) actos que restrinjan la

libertad personal del quejoso fuera del procedimiento judicial (actos de autoridades
administrativas) y b) actos que restringen la libertad personal por mandamientos
de autoridades judiciales del orden penal.

Ejemplo de actos provenientes de autoridades administrativas son el Ministerio


Público y todo tipo de policías federales, locales o municipales.

En los siguientes cuadros se aborda lo relacionado con la suspensión del acto

reclamado contra actos materialmente administrativos.


En este tipo de casos el juzgador debe abrir de oficio el incidente de suspensión
conforme al artículo 127, fracción I de la Ley de Amparo que a letra dice:

“Artículo 127. El incidente de suspensión se abrirá de oficio y se sujetará en lo


conducente al trámite previsto para la suspensión a instancia de parte, en los
siguientes casos:

I. Extradición; y”

La extradición no es un acto por sí mismo inconstitucional, sino un procedimiento


formal reglamentado en la ley y así, con base en los informes previos

rendidos por las autoridades responsables, las pruebas ofrecidas por las partes y

la ponderación del interés público y social, se podrá resolver si procede conceder

o negar la suspensión definitiva de ese acto82.

Casos famosos relacionados con estos temas son: el de Sandra Ávila conocida

como la “Reina del Pacifico”; Caro Quintero, solicitado por el gobierno


estadounidense para juzgarlo por diversos delitos; el del ex militar argentino
Ricardo Miguel Cavallo alias “Sérpico”, requerido por la justicia española al
gobierno mexicano por la supuesta realización de los delitos de genocidio, tortura
y terrorismo.

Este caso fue uno de los más litigados en materia de amparo, puesto que en

contra de la opinión jurídica 5/200 el Juez Sexto de Distrito en Procesos Penales

Federales declaró procedente la extradición internacional solicitada por el gobierno


español.

Contra esta orden judicial la defensa de Cavallo interpuso amparo indirecto

y solicitó la suspensión del acto reclamado, por lo cual no pudo ser extraditado

hasta que se resolvió el amparo, mismo que le fue negado.

Un ejemplo de esta colaboración fue la extradición en mayo de 2010 de Mario


Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, por lavado de dinero y tráfico

de drogas83.

Pero quizá la de mayor difusión a nivel nacional e internacional fue la extradición a


Estados Unidos de Joaquín Guzmán Loera que fue entregado por la

justicia mexicana al gobierno de Estados Unidos el 19 de enero de 2017, después

de que el Quinto Tribunal Colegiado en materia penal de la Ciudad de México le

negara el amparo contra su extradición.

El 20 de mayo de 2016 la Secretaría de Relaciones Exteriores había concedido

la extradición de “El Chapo”, acuerdo que el líder del cartel de Sinaloa impugnó

en la vía de amparo indirecto y obtuvo inicialmente la suspensión de oficio o de

plano, la que quedo sin efecto legal alguno en el momento en que se le negó la

protección federal a través de la ejecutoria que dictó el Quinto Tribunal Colegiado


antes referido.
En este tipo de amparos es procedente decretar la suspensión de plano o de

oficio por tratarse de actos ordenados por una autoridad administrativa que
impliquen ataques a la libertad personal fuera del procedimiento; medida que
tendrá por objeto que el traslado no se lleve a cabo, hasta que se resuelva el
fondo

del asunto; quedando el quejoso a disposición del juez de amparo por lo que se

refiere a su libertad personal y a disposición de la ordenadora para la continuación


de ese procedimiento84.

La citada medida cautelar contra la orden de traslado de un centro penitenciario a


otro, debe estar restringida su concesión cuando el traslado se encuentra

relacionado con el delito de delincuencia organizada o si el quejoso requiere


medidas especiales de seguridad, siempre que el traslado haya sido autorizado
por

autoridad judicial85.

Por el contrario, cuando la orden de traslado de un centro penitenciario a

otro se emitió sin la intervención de la autoridad judicial rectora sí será procedente


conceder la suspensión de oficio y de plano porque se trataría de actos que

importen ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial86.


Desde 1988 existía jurisprudencia de la Suprema Corte de que los jueces
competentes para conocer de estos asuntos, eran los jueces de distrito en materia

penal. Tal criterio quedó modificado en febrero de 2013 al resolver la Corte que

los traslados no trastocan la libertad personal de los presos y por lo tanto, serán

competentes los jueces de distrito en materia administrativa.

En la discusión de este cambio de criterio se llegó a la conclusión de que la

libertad del reo no se perturba, pues ya estaba restringida y que la orden de


traslado constituye solamente un cambio de ubicación física del reo, de modo que
es

formal y materialmente administrativa.

Ejemplos de esta hipótesis que en la práctica se presentan son: la orden de

arraigo o la prohibición de abandonar una demarcación geográfica sin autorización


judicial.

En este tipo de actos, si se trata de delito considerado como grave la suspensión


solo procede para que el quejoso quede a disposición del juez de distrito,

en cuanto a su libertad personal se refiere y a disposición de las autoridades


responsables para la continuación del arraigo reclamado, por lo que de ninguna

manera puede otorgarse esa medida cautelar para el efecto de que el peticionario

de garantías quede en libertad provisional bajo caución.

Se revisa también la suspensión cuando se reclaman actos restrictivos de la

libertad personal del quejoso derivado de procedimientos judiciales del orden

penal o fuera del procedimiento judicial.

En este caso, la obligación que los jueces de distrito le imponen al quejoso

es que deberá comparecer ante el juez del proceso dentro del plazo de tres días.

Dicho plazo podrá ampliarse si la autoridad responsable se localiza fuera de

la residencia del juez federal.


Las suspensiones referidas en los cuatro últimos cuadros no surtirán sus efectos
desde luego, si el quejoso no exhibe el monto de la garantía fijada dentro del

término de cinco días.

Tampoco surtirá efectos si se sorprende al quejosos en la comisión de flagrante


delito, o si los actos reclamados provienen de juicio y autoridades diversas a las

señaladas como responsables en la demanda de amparo, o bien, si ha sido


dictado

en cumplimiento a una ejecutoria de amparo o si se infringe el bando de policía

y buen gobierno.

Cabe mencionar que en caso de que las autoridades no acaten esas


suspensiones, lo procedente es que el Juez de Distrito de vista al agente del
Ministerio Público Federal, en virtud de que el desacato a un mandato judicial
implica el delito

de violación a la suspensión previsto por el artículo 206 de la Ley de Amparo y

sancionado con el numeral 215 del Código Penal Federal que a la letra
establecen:

“Artículo 206. El incidente a que se refiere este Capítulo procede en contra de las

autoridades responsables, por cualquier persona que resulte agraviada por el


incumplimiento de la suspensión, sea de plano o definitiva, por exceso o defecto
en su ejecución

o por admitir, con notoria mala fe o negligencia inexcusable, fianza o contrafianza


que

resulte ilusoria o insuficiente.

Este incidente podrá promoverse en cualquier tiempo, mientras no cause


ejecutoria

la resolución que se dicte en el juicio de amparo.”

“Artículo 215. Cometen el delito de abuso de autoridad los servidores públicos que

incurran en alguna de las conductas siguientes:

I. Cuando para impedir la ejecución de una ley, decreto o reglamento, el cobro

de un impuesto o el cumplimiento de una resolución judicial, pida auxilio a la


fuerza

pública o la emplee con ese objeto;

II. Derogado.

III. Cuando indebidamente retarde o niegue a los particulares la protección o


servicio

que tenga obligación de otorgarles o impida la presentación o el curso de una


solicitud;

IV. Cuando estando encargado de administrar justicia, bajo cualquier pretexto,


aunque sea el de obscuridad o silencio de la ley, se niegue injustificadamente a
despachar un negocio pendiente ante él, dentro de los términos establecidos por
la ley;

V. Cuando el encargado o elemento de una fuerza pública, requerido legalmente

por una autoridad competente para que le preste auxilio se niegue a dárselo o
retrase el

mismo injustificadamente. La misma previsión se aplicará tratándose de peritos.

VI. Cuando estando encargado de cualquier establecimiento destinado a la


ejecución de las sanciones privativas de libertad, de instituciones de reinserción
social o de

custodia y rehabilitación de menores y de reclusorios preventivos o


administrativos, o

centros de arraigo que, sin los requisitos legales, reciba como presa, detenida,
arrestada,

arraigada o interna a una persona o la mantenga privada de su libertad, sin dar


parte

del hecho a la autoridad correspondiente; niegue que está detenida, si lo


estuviere; o no

cumpla la orden de libertad girada por la autoridad competente;

VII. Cuando teniendo conocimiento de una privación ilegal de la libertad no la

denunciase inmediatamente a la autoridad competente o no la haga cesar,


también

inmediatamente, si esto estuviere en sus atribuciones;

VIII. Cuando haga que se le entreguen fondos, valores u otra cosa que no se le
haya

confiado a él y se los apropie o disponga de ellos indebidamente.

IX. Obtenga, exija o solicite sin derecho alguno o causa legítima, para sí o para

cualquier otra persona, parte del sueldo o remuneración de uno o más de sus
subalternos, dádivas u otros bienes o servicios;

X. Cuando en el ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, otorgue empleo,


cargo o comisión públicos, o contratos de prestación de servicios profesionales o
mercantiles o de cualquier otra naturaleza, que sean remunerados, a sabiendas de
que no

se prestará el servicio para el que se les nombró, o no se cumplirá el contrato


otorgado;

XI. Cuando autorice o contrate a quien se encuentre inhabilitado por resolución

firme de autoridad competente para desempeñar un empleo, cargo o comisión en


el

servicio público, o para participar en adquisiciones, arrendamientos, servicios u


obras

públicas, siempre que lo haga con conocimiento de tal situación;

XII. Cuando otorgue cualquier identificación en que se acredite como servidor

público a cualquier persona que realmente no desempeñe el empleo, cargo o


comisión

a que se haga referencia en dicha identificación;

XIII. Derogado.

XIV. Obligar a declarar a las personas que se mencionan en el artículo 243 Bis,

del Código Federal de Procedimientos Penales, acerca de la información obtenida


con

motivo del desempeño de su actividad.

XV. Omitir realizar el registro inmediato de la detención correspondiente, falsear

el Reporte Administrativo de Detención correspondiente, omitir actualizarlo


debidamente o dilatar injustificadamente poner al detenido bajo la custodia de la
autoridad

correspondiente; y

XVI. Incumplir con la obligación de impedir la ejecución de las conductas de


privación de la libertad.

Al que cometa el delito de abuso de autoridad en los términos previstos por las
fracciones I a V y X a XII, se le impondrá de uno a ocho años de prisión y de
cincuenta

hasta cien días multa. Igual sanción se impondrá a las personas que acepten los
nombramientos, contrataciones o identificaciones a que se refieren las fracciones
X a XII.

Al que cometa el delito de abuso de autoridad en los términos previstos por las

fracciones VI a IX, XIV, XV y XVI, se le impondrá de dos a nueve años de prisión,


de

setenta hasta cuatrocientos días multa y destitución e inhabilitación de dos a


nueve

años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos.”

En estos casos, al estar en libertad el quejoso, procede concedérsele la


suspensión provisional, cuyo efecto consistirá en que no se le prive de la libertad,

hasta en tanto se le notifique a la autoridad responsable la resolución sobre la

suspensión definitiva (artículo 139 de la Ley de Amparo).

Para estos fines el juzgador exigirá al quejoso una garantía para que no se

sustraiga de la acción de la justicia y no se entorpezca el procedimiento del cual

emana la orden de detención.

La razón de exigir que se garantice la suspensión provisional es evitar que se

constituya en un medio que permita la consumación o continuación de delitos o

de sus efectos.
El juez de distrito le impondrá al quejoso el deber de comparecer ante el

Ministerio Público dentro de los tres días siguientes para que continúe surtiendo

efectos la suspensión.

El artículo 166 también prevé: “que en el caso de órdenes o medidas de


protección impuestas en cualquiera de las etapas de un procedimiento penal se
estará

a lo dispuesto en el penúltimo párrafo del artículo 128”; el cual a la letra dice:

“Artículo 128. Con excepción de los casos en que proceda de oficio, la suspensión

se decretará, en todas las materias salvo las señaladas en el último párrafo de


este

artículo, siempre que concurran los requisitos siguientes:

I. Que la solicite el quejoso; y

II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de


orden público.

La suspensión se tramitará en incidente por separado y por duplicado.

Asimismo, no serán objeto de suspensión las órdenes o medidas de protección

dictadas en términos de la legislación aplicable por alguna autoridad administrativa


o

jurisdiccional para salvaguardar la seguridad o integridad de una persona y la


ejecución

de una técnica de investigación o medida cautelar concedida por autoridad judicial.

Las normas generales, actos u omisiones del Instituto Federal de


Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica, no
serán objeto de suspensión. Solamente en los casos en que la Comisión Federal
de Competencia Económica

imponga multas o la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o


acciones,

éstas se ejecutarán hasta que se resuelva el juicio de amparo que, en su caso, se


promueva.”

Del citado numeral se desprende que no procederá la suspensión cuando: 1.

Lo que reclama el quejoso sean órdenes o medidas de protección dictadas por

alguna autoridad administrativa o jurisdiccional para salvaguardar la seguridad

o integridad de una persona; y, 2. Cuando señale como acto reclamado la


ejecución de una técnica de investigación o medida cautelar concedida por
autoridad

judicial.

Comentario especial exige la situación que prevalece cuando el quejoso reclama


una orden de aprehensión o reaprehensión o de medida cautelar que implique

privación de la libertad, dictada por un juez y el delito que se le imputa exige

prisión preventiva oficiosa pero no se encuentra dentro del catálogo del artículo

19 constitucional.

En los foros, academia y tribunales se ha sostenido que lo conducente es que


el juez de distrito otorgue la suspensión provisional del acto reclamado para los

efectos de que el quejoso no sea privado o detenido y se presente al proceso


penal

para la continuación del mismo; en la práctica lo que se ha podido observar es

que algunos jueces de distrito conceden la suspensión provisional y de manera

concreta especifican en su mandato, que no podrá ser privado de su libertad el

quejoso, salvo que el delito por el cual se le está siguiendo la causa sean de los

enunciados en el artículo 19 constitucional; pero en otros casos, que son los más,

los jueces de distritos no especifican tal circunstancia.

Lo anterior ha dado lugar a que los imputados corran el alto riesgo de ser

detenidos y recluidos al momento de comparecer ante el juez penal librador de la

orden de aprehensión.

Se considera que lo jurídicamente correcto, es que la suspensión debe tener

los alcances para que por ningún motivo, el inculpado sea detenido sino es
presunto responsable de los delitos a que se refiere el numeral 19 de la
Constitución

General de la República.

Es lamentable que sobre esta problemática, no exista uniformidad en los

tribunales federales y que la Corte dejando mucho que desear al emitir la


jurisprudencia intitulada: PRISIÓN PREVENTIVA. PROCEDE QUE LOS
INCULPADOS EN EL SISTEMA PROCESAL PENAL MIXTO SOLICITEN LA

REVISIÓN DE DICHA MEDIDA, DE CONFORMIDAD CON EL CONTENIDO DEL


ARTÍCULO QUINTO TRANSITORIO DEL CÓDIGO NACIONAL

DE PROCEDIMIENTOS PENALES, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL

DE LA FEDERACIÓN EL 17 DE JUNIO DE 2016 no haya resuelto el tema de

fondo y haya dicho que:

“…La razón del artículo quinto transitorio refiere al entendimiento del artículo 1o.
constitucional, según el cual no debe haber un trato desigual de los sujetos
procesados

en ambos sistemas, por lo que apunta al esfuerzo de homologar las medidas que
el mismo legislador consideró pertinentes en la reforma a la que pertenece ese
artículo quinto

transitorio, de esta manera se entiende la naturaleza más favorable de la norma


del

nuevo sistema en relación a la prisión preventiva. En el entendido de que la


procedencia

y análisis sobre la revisión de la medida no tiene el alcance de que el juzgador


declare

procedente, de facto o en automático, la sustitución, modificación o cese de la


misma,

sino que ello está sujeto a los parámetros normativos aplicables del Código
Nacional

de Procedimientos Penales… y el debate que sostengan las partes durante el


desarrollo

de la audiencia respectiva, en los términos que establecen los artículos 153 a 171
de

dicho ordenamiento procesal.”89

Tal criterio es lamentable pues deja en evidencia el total desconocimiento de

los señores ministros sobre la realidad a la que se tienen que enfrentar


cotidianamente los imputados y sus abogados litigantes ante los jueces del fuero
común;

quienes ante la tibieza, vaguedad y falta de claridad con que la corte resolvió este

asunto; ha generado resoluciones alejadas del principio de legalidad y certeza

jurídica; que se traducen en actuaciones injustas; pues a su libre albedrio, en unos

casos sí respetan la suspensión aunque el delito que se le atribuya al imputado

esté sancionado con prisión preventiva oficiosa; y en otros, no la respetan bajo

el argumento de que es delito grave aun cuando no esté en el catálogo del 19


constitucional.
Es claro que la facultad de fijar el monto de la garantía es de carácter discrecional,
siempre que ello no implique de exceder los extremos señalados por el

legislador en las condiciones de aplicación de la citada norma.

Para estos fines el juez de distrito tiene la obligación de llevar a cabo un análisis
integral en el que conjugue adecuadamente las tres condiciones legales antes

Señaladas.
La garantía referida, no será exigible, cuando la suspensión concedida a favor

del quejoso solo tenga los efectos de que quede a disposición del órgano
jurisdiccional de amparo en el lugar en que se encuentre recluido, únicamente en
lo que

se refiere a su libertad (del cual no podrá ser trasladado a otro sitio, salvo que lo

ordene así el juzgador de amparo), quedando a disposición del juez penal a quien

corresponda conocer del proceso para los efectos de su continuación.

Tampoco será necesario o legal exigir al quejoso la exhibición de una fianza

cuando en su demanda de garantías no reclama acto alguno de autoridad judicial,

sino únicamente de autoridades administrativas que no están facultadas


legalmente para ordenar su detención salvo casos urgentes cuando se trate de
delito

grave así calificado por la ley92.

Lo anterior tiene fundamento en el artículo 136, párrafo segundo de la ley en

vigor que al respecto dice:


“Artículo 136…Los efectos de la suspensión dejarán de surtirse, en su caso, si
dentro del plazo de cinco días siguientes al en que surta efectos la notificación del
acuerdo

de suspensión, el quejoso no otorga la garantía fijada y así lo determina el órgano

jurisdiccional. Al vencimiento del plazo, dicho órgano, de oficio o a instancia de


parte,

lo notificará a las autoridades responsables, las que podrán ejecutar el acto


reclamado.

No obstante lo anterior, mientras no se ejecute, el quejoso podrá exhibir la


garantía,

con lo cual, de inmediato, vuelve a surtir efectos la medida suspensional.”

Algunos otros aspectos que son dignos de señalar en torno a la suspensión en

materia penal son los siguientes:

• No procede la suspensión contra los procedimientos encaminados a la

investigación por parte del Ministerio Público de algún delito porque se

perjudicarían los intereses de la sociedad y del Estado.

• El hecho de que al interesado se le conceda la suspensión para el solo

efecto de que quede a disposición del juez de distrito no significa que

forzosamente gozará de la libertad caucional; pues este beneficio solo lo

podrá disfrutar si se está en el caso de que así lo establezca la legislación

de la materia.

• La libertad caucional no es necesariamente una consecuencia de la suspensión;


pues el quejoso no puede tener derecho a situación jurídica más

ventajosa que pudiera corresponderle dentro del proceso penal; y el efecto

de la medida es que deberá de quedar a disposición del juez de procedimiento


para continuar la marcha normal del proceso94.

• Concedida la suspensión el quejoso deberá cumplir los requisitos fijados

por el juez de distrito.


• El incumplimiento de los requisitos fijados por el juez de distrito al conceder la
suspensión provisional, solo tiene como consecuencia que esa

suspensión no surta efectos, mas no que por esa falta debe negársele la

suspensión definitiva95.

• No es procedente devolver al quejoso la garantía aportada en el incidente

de suspensión, hasta en tanto no acredite que se encuentra a disposición

de la autoridad responsable en lo referente a su libertad personal96.

• Es procedente la suspensión provisional cuando el acto reclamado es la

resolución de segunda instancia que ordena la reposición del procedimiento en un


juicio penal97.

• Para resolver sobre el otorgamiento de la suspensión con motivo de la

entrada en vigor del nuevo sistema procesal penal acusatorio, se deberá

tomar en cuenta la legislación con que se inició el asunto del que emana

el acto reclamado; y esa circunstancia es la que determinará si es la ley de

amparo vigente o la abrogada la que se observará en su trámite y resolución98.

• Es procedente la suspensión provisional en contra de la medida de protección


decretada por el Ministerio Público en la carpeta de investigación que

ordena el traslado de un menor víctima del delito a un albergue o refugio

temporal, cuando la quejosa pertenece a un grupo vulnerable.99


Capítulo IX

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

MATERIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA

A diferencia de otras materias, en donde es obligatorio conceder la suspensión

cuando procede, en el ámbito fiscal el juzgador tiene facultades discrecionales


para

concederla o negarla.

La suspensión en materia fiscal tiene además la particularidad de que sólo puede

surtir efectos, previa garantía de la cantidad que se cobra. Esta caución se otorga
a favor de las autoridades hacendarias, señaladas a su vez como autoridades
responsables

en la demanda.

Dicha garantía puede satisfacerse mediante fianza, depósito, prenda o


demostrando que están embargados bienes propiedad del quejoso por la
autoridad fiscal. Esta

modalidad estriba en que el fisco no litiga al descubierto, dada la facultad


económicocoactiva que encierra la actividad hacendaria.

Se habla del amparo en materia fiscal, cuando se solicita en contra de actos


relativos a determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones, multas
administrativas no fiscales o que provengan de infracciones que no son de
carácter tributario,

fotomultas, aprovechamientos o créditos de naturaleza fiscal. En estos casos el


juez

de distrito podrá conceder discrecionalmente la suspensión del acto reclamado,


pero

para que surta efectos se debe garantizar el interés fiscal ante hacienda o la
autoridad

exactora.

Los créditos fiscales son aquellas cantidades que tiene derecho a cobrar el Estado
o
sus organismos descentralizados, que provengan de contribuciones, de
aprovechamientos o de sus accesorios. Para que haya lugar a un crédito fiscal se
requiere que exista

una obligación (fiscal) de pago debidamente cuantificada (por la autoridad o por el

propio contribuyente) y que se le haya notificado debidamente.

De acuerdo al Código Fiscal de la Federación, todos los créditos fiscales deben


ser

pagados o garantizados, pues de lo contrario, mediante el procedimiento


administrativo de ejecución, la autoridad los hará efectivo exigiendo su pago.

Cuando un contribuyente decide impugnar un crédito fiscal, por alguna causa que

considere ilegal, es indispensable garantizar el crédito fiscal; y si en esa defensa


se tuviese que llegar al amparo indirecto, el juez de distrito tiene la obligación de
exigir la

garantía del interés fiscal. Sobre este particular el artículo 135 de la Ley de
Amparo

prevé la garantía que tiende a salvaguardar el interés fiscal de la Federación,


estado o

municipio, según sea el caso. Dicho artículo establece:152

Rodolfo Campos Montejo

“Artículo 135. Cuando el amparo se solicite en contra de actos relativos a


determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o créditos de
naturaleza fiscal,

podrá concederse discrecionalmente la suspensión del acto reclamado, la que


surtirá

efectos si se ha constituido o se constituye la garantía del interés fiscal ante la


autoridad

exactora por cualquiera de los medios permitidos por las leyes fiscales aplicables.”

Don Alfonso Noriega al comentar sobre esta disposición dice:

“La justificación de esta norma, se ha dicho por los comentarios, se encuentra en


la consideración de que el fisco, por la naturaleza privilegiada que se le atribuye,
no

debe litigar despojado y por ello en el caso de la suspensión y en vista de que el


quejoso

puede no obtener sentencia favorable en el amparo, los intereses del mismo


deben estar

garantizados en una forma eficaz y de tal manera que pueda tener a su


disposición, fácil

y prontamente, las cantidades que le corresponden. En consecuencia del texto de


dicha

norma podemos inferir las siguientes conclusiones: a) la regla general es que


tratándose

del cobro de contribuciones, la suspensión del acto reclamado únicamente puede


concederse y surtir efectos, previo depósito de la cantidad que se pretende cobrar;
b) no

obstante, en esta norma general existen algunas excepciones cuando se trate de


sumas

que excedan las posibilidades económicas del quejoso, según la apreciación del
juez y

cuando se refiere al caso de que el cobro fiscal se haga a persona distinta del
directamente obligado al pago, como por ejemplo, cuando la facultad económico-
coactiva,

se ejerce en contra de los obligados solidarios y c) cuando las autoridades fiscales


han

trabado embargo en bienes del quejoso para asegurar el pago de los adeudos, es
procedente conceder la suspensión contra el cobro de impuestos, multas o pagos
fiscales, sin

fianza ni depósito, toda vez que estas garantías tienen por objeto reparar los
perjuicios

que se puedan ocasionar al tercero perjudicado con la suspensión y, en el caso de


cobro

fiscales no hay tercero perjudicado.”100


Es claro el comentario del distinguido abogado, catedrático y profesor emérito de
la UNAM al subrayar que la finalidad del legislador es garantizar que el

quejoso pagará o hará frente a la determinación, liquidación, ejecución o cobro

de contribuciones los créditos de naturaleza fiscal, cuando pretenda obtener la

concesión de la suspensión ésta pueda surtir efectos mediante esta garantía ante

la autoridad exactora por cualquiera de los medios permitidos por la ley; se parte
en este supuesto de que no se deben afectar los bienes de la colectividad que

son de orden público, valorándose el eventual perjuicio que pudieran sufrir las

metas del interés colectivo, con la suspensión del acto reclamado; es decir, si se

otorga la medida suspensional se privaría a la colectividad de un beneficio que le

otorgan las leyes recaudatorias, o se les puede inferir un daño que de otro modo

no resentiría.

En este orden de ideas surge la necesidad de exigirle al quejoso que garantice

el interés fiscal cuando solicita el amparo contra actos relacionados a la


determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o créditos de
naturaleza

fiscal; esa garantía comprenderá el posible daño a la colectividad, derivado de que

con la obtención de la suspensión el quejoso no pagará la contribución motivo

de los actos reclamados; de ahí pues que en esa hipótesis si procede concederse
la

suspensión previo el otorgamiento de la garantía fiscal.

Suspensión que inclusive es posible obtener cuando en el juicio de amparo

indirecto se impugna una norma general tributaria de naturaleza autoaplicativa;

ello es así, porque de la interpretación sistemática de los artículos 148, primer

párrafo y 135 de la Ley de Amparo se desprende que procede conceder la


suspensión para detener sus efectos y consecuencias en la esfera jurídica del
quejoso, una
vez cumplidos previamente los requisitos previstos por el artículo 128 del
ordenamiento citado; pero en este caso de amparo contra leyes fiscales
autoaplicativas

corresponderá depositar la garantía del interés fiscal ante la autoridad exactora

por cualquiera de los medios legalmente permitidos y en los términos indiciados

por el órgano jurisdiccional.

El espíritu del legislador y lo pretendido por los preceptos mencionados, es

que se cumplan las obligaciones fiscales establecidas en las normas


autoaplicativas y, de concederse la suspensión sin que se llegase a otorgar dicha
garantía, sería

tanto como permitir el desacato de esas obligaciones101.

El juzgador está facultado para reducir el monto de la garantía o inclusive

dispensar su otorgamiento si ya existe embargo de bienes suficientes del


contribuyente; es decir no será válido exigir el cumplimiento de garantía alguna, en

virtud de que ya estaría garantizado el interés fiscal constituido ante la autoridad

exactora a través del embargo trabado, sin perjuicio de que la ejecutora, cuando

estime que los bienes embargados son insuficientes para cubrir el crédito fiscal,

proceda a ampliarlo; también es factible que si el monto del crédito reclamado,

excede la capacidad económica del quejoso se pueda considerar este aspecto


para

la reducción de la garantía; o también está previsto similar tratamiento si se tratase


del tercero distinto al sujeto obligado de manera directa o solidaria al pago del

crédito. Al respecto el artículo 135 segundo párrafo de la Ley de Amparo prevé:

“Artículo 135… El órgano jurisdiccional está facultado para reducir el monto de

la garantía o dispensar su otorgamiento, en los siguientes casos:

I. Si realizado el embargo por las autoridades fiscales, éste haya quedado firme y

los bienes del contribuyente embargados fueran suficientes para asegurar la


garantía
del interés fiscal;

101 Tesis: IV.2o.A.88 K (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,


Décima Época, t. II,

Marzo de 2016, p. 1787.154

Rodolfo Campos Montejo

II. Si el monto de los créditos excediere la capacidad económica del quejoso; y

III. Si se tratase de tercero distinto al sujeto obligado de manera directa o solidaria

al pago del crédito.”

Si se niega el amparo, exista sobreseimiento del mismo o se deje sin efectos

la suspensión en el amparo, la autoridad responsable hará efectiva la garantía,

según lo reza el último párrafo del artículo 135 de la mencionada ley:

“Artículo 135…En los casos en que se niegue el amparo, cuando exista


sobreseimiento del mismo o bien cuando por alguna circunstancia se deje sin
efectos la suspensión en el amparo, la autoridad responsable hará efectiva la
garantía.”

Este último párrafo del artículo 135 es atinadamente criticado por el maestro

Luciano Silva Ramírez en los términos siguientes:

“Dicho precepto está permitiendo nuevamente que las autoridades fiscales hagan

efectivo el depósito o garantía de manera arbitraria e ilegal cuando se sobresea,


niegue

el amparo o por alguna circunstancia se deje sin efectos la suspensión; lo anterior


da

margen a la discrecionalidad, a la subjetividad, que la autorizan se haga efectiva


por su

propia mano; ya que para hacer efectivas las garantías y contragarantías


exhibidas en

el incidente de suspensión se debe de tramitar el incidente de reclamación de


pago de
daños y perjuicios que ordena el artículo 156, en el plazo de seis meses a partir
del día

siguiente en que surta sus efectos la notificación de la ejecutoria de amparo. En


caso

de no hacer dicha reclamación en la vía y términos aludidos el tribunal procederá a


la

devolución o cancelación de dicha garantía, sin perjuicio de exigir su pago en los


tribunales ordinarios en la vía correspondiente; por lo que el artículo 135 de la ley
reglamentaria vigente, al igual que el correlativo de la ley abrogada resulta
desafortunado, falto

de prestancia jurídica, e implica un retroceso en la suspensión en la materia


fiscal.”102

Por otra parte, si bien es verdad es facultad del juzgador determinar la concesión
de la medida provisional y en su caso la definitiva, para que no se haga

efectivo el cobro del crédito fiscal reclamado, multa, fotomulta, etcétera, hasta

en tanto se notifique a las autoridades responsables el fondo del asunto, para

obtener el beneficio de esa suspensión el juez de amparo exigirá al promovente

garantizar en lo individual el interés fiscal del que se trata, ante la autoridad

exactora, o bien, deberá acreditar haberlo hecho ante aquella; no menos cierto es

que es derecho del quejoso elegir cualquiera de las formas que crea conveniente

para garantizar el interés fiscal y no necesariamente tendrá que hacerlo mediante

el depósito en efectivo.

Lo anterior es así porque acorde con el artículo 1o., segundo párrafo, de

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, referente a que las

normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con

la propia Constitución y con los tratados internacionales de los que México sea

parte, de la forma que favorezca más ampliamente a las personas, el órgano


jurisdiccional debe establecer las pautas que permitan arribar al criterio que
posibilite optar entre la aplicación de una u otra norma cuando en el caso
coexistan

disposiciones de distinto contenido sobre un mismo tema, lo que se traduce en la

obligación de analizar el problema jurídico a resolver, a partir del principio pro

homine, a fin de seleccionar a aquella que contenga protecciones más favorables

para la persona.

Así, para garantizar el interés fiscal con motivo de la suspensión concedida

en el amparo contra el cobro de contribuciones o aprovechamientos, es facultad

del quejoso optar por cualquiera de la formas (efectivo, prenda, fianza, hipoteca),

y no necesariamente mediante al depósito en efectivo; esto es puede optar por la

que estime más favorable103.

En opinión del autor la forma en como la Ley de Amparo regula la suspensión

en la materia fiscal es muy limitada y carente de técnica legislativa; y esto se


afirma, si comparamos el artículo 135 de la ley reglamentaria de los artículos 103 y

107 constitucionales con su correlativo el 24 de la Ley Federal de Procedimiento

Contencioso Administrativo que reglamenta en su artículo 28 la manera en cómo

debe tramitarse la suspensión en caso de determinación, liquidación, ejecución o

cobro de contribuciones, aprovechamientos y otros créditos fiscales, si se ha


constituido la garantía del interés fiscal ante la autoridad ejecutora por cualquiera
de

los medios permitidos. Numerales que también se concatenan con el artículo 141

del Código Fiscal de la Federación, numerales que enuncian lo siguiente:

“ARTÍCULO 24. Una vez iniciado el juicio contencioso administrativo, salvo en

los casos en que se ocasione perjuicio al interés social o se contravengan


disposiciones

de orden público, y con el fin de asegurar la eficacia de la sentencia, el Magistrado


Instructor podrá decretar la suspensión de la ejecución del acto impugnado, a fin
de

mantener la situación de hecho existente en el estado en que se encuentra, así


como

todas las medidas cautelares positivas necesarias para evitar que el litigio quede
sin

materia o se cause un daño irreparable al actor.

La suspensión de la ejecución del acto impugnado se tramitará y resolverá

exclusivamente de conformidad con el procedimiento previsto en el artículo 28 de

esta Ley.

Las demás medidas cautelares se tramitarán y resolverán de conformidad con el

procedimiento previsto en la presente disposición jurídica y los artículos 24 Bis, 25,


26

y 27 de esta Ley.

103 Tesis: VIII.A.C.2 A (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Décima Época, t.

3, Noviembre de 2012, p. 1906.156

Rodolfo Campos Montejo

Durante los periodos de vacaciones del Tribunal, en cada región un Magistrado de


Sala

Regional cubrirá la guardia y quedará habilitado para resolver las peticiones


urgentes sobre

medidas cautelares o suspensión del acto impugnado, relacionadas con


cuestiones planteadas

en la demanda.”

“ARTÍCULO 28. La solicitud de suspensión de la ejecución del acto administrativo


impugnado, presentado por el actor o su representante legal, se tramitará y
resolverá, de conformidad con las reglas siguientes:

I. Se concederá siempre que:


a) No se afecte el interés social, ni se contravengan disposiciones de orden
público, y

b) Sean de difícil reparación los daños o perjuicios que se causen al solicitante con
la

ejecución del acto impugnado.

II. Para el otorgamiento de la suspensión deberán satisfacerse los siguientes


requisitos:

a) Tratándose de la suspensión de actos de determinación, liquidación, ejecución


o cobro

de contribuciones, aprovechamientos y otros créditos fiscales, se concederá la


suspensión, la

que surtirá sus efectos si se ha constituido o se constituye la garantía del interés


fiscal ante la

autoridad ejecutora por cualquiera de los medios permitidos por las leyes fiscales
aplicables.

Al otorgar la suspensión, se podrá reducir el monto de la garantía, en los


siguientes casos:

1. Si el monto de los créditos excediere la capacidad económica del solicitante, y

2. Si se tratara de tercero distinto al sujeto obligado de manera directa o solidaria


al pago

del crédito.

b) En los casos en que la suspensión pudiera causar daños o perjuicios a terceros,


se concederá si el solicitante otorga garantía bastante para reparar el daño o
indemnizar el perjuicio

que con ella se cause, si éste no obtiene sentencia favorable.

En caso de afectaciones no estimables en dinero, de proceder la suspensión, se


fijará

discrecionalmente el importe de la garantía.

c) En los demás casos, se concederá determinando la situación en que habrán de


quedar
las cosas, así como las medidas pertinentes para preservar la materia del juicio
principal, hasta

que se pronuncie sentencia firme.

d) El monto de la garantía y contragarantía será fijado por el Magistrado Instructor


o

quien lo supla.

III. El procedimiento será:

a) La solicitud podrá ser formulada en la demanda o en escrito diverso presentado


ante

la Sala en que se encuentre radicado el juicio, en cualquier tiempo mientras no se


dicte sentencia definitiva.

b) Se tramitará por cuerda separada, bajo la responsabilidad del Magistrado


Instructor.

c) El Magistrado Instructor deberá proveer sobre la suspensión provisional de la

ejecución, dentro de las veinticuatro horas siguientes a la presentación de la


solicitud.

d) El Magistrado Instructor requerirá a la autoridad demandada un informe relativo


a la

suspensión definitiva, el que se deberá rendir en el término de cuarenta y ocho


horas siguientes a aquél en que surta efectos la notificación del acuerdo
respectivo. Vencido el término,

con el informe o sin él, el Magistrado resolverá lo que corresponda, dentro de los
cinco días

siguientes.

IV. Mientras no se dicte sentencia definitiva en el juicio, el Magistrado Instructor

podrá modificar o revocar la resolución que haya concedido o negado la


suspensión

definitiva, cuando ocurra un hecho superveniente que lo justifique.

V. Cuando el solicitante de la suspensión obtenga sentencia favorable firme, el


Magistrado Instructor ordenará la cancelación o liberación de la garantía otorgada.
En

caso de que la sentencia firme le sea desfavorable, a petición de la contraparte o


en su

caso, del tercero, y previo acreditamiento de que se causaron perjuicios o se


sufrieron

daños, la Sala ordenará hacer efectiva la garantía otorgada ante la autoridad.”

“Artículo 141. Los contribuyentes podrán garantizar el interés fiscal en alguna de

las formas siguientes:

I. Depósito en dinero, carta de crédito u otras formas de garantía financiera


equivalentes que establezca la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mediante
reglas

de carácter general que se efectúen en las cuentas de garantía del interés fiscal a
que se

refiere el artículo 141-A de este Código.

II. Prenda o hipoteca.

III. Fianza otorgada por institución autorizada, la que no gozará de los beneficios

de orden y excusión.

Para los efectos fiscales, en el caso de que la póliza de fianza se exhiba en


documento digital, deberá contener la firma electrónica avanzada o el sello digital
de la

afianzadora.

IV. Obligación solidaria asumida por tercero que compruebe su idoneidad y


solvencia.

V. Embargo en la vía administrativa.

VI. Títulos valor o cartera de créditos del propio contribuyente, en caso de que se

demuestre la imposibilidad de garantizar la totalidad del crédito mediante


cualquiera
de las fracciones anteriores, los cuales se aceptarán al valor que
discrecionalmente fije

la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.”

“La obligación de garantizar el interés fiscal en los juicios contenciosos


administrativos, es conocida en la doctrina como el principio solve et repete y
consiste

en que los litigios de esta naturaleza siempre resultara necesario garantizar el

interés fiscal situación que se traduce en un requisito para la eficacia de la


suspensión mas no es un requisito de procedencia.”104

En los cuadros siguientes se presentan algunos aspectos de este tipo de


suspensión:
Tratándose de amparos contra créditos fiscales, las novedades que en materia

de suspensión del acto reclamado encontramos en la Ley de Amparo son:

a) Que la garantía para efectos de la suspensión pueda constituirse por cualquier


medio previsto en la legislación fiscal.
b) Que el juez de distrito pueda reducir o dispensar al quejoso el monto de la

garantía, si ya le fueron embargados bienes suficientes o el crédito excede

a su capacidad económica o si se trata de un tercero distinto al obligado.

En materia fiscal se tienen que agotar los recursos de revocación u ordinarios

que prevea el Código Fiscal de la Federación antes de acudir al amparo; sin


embargo hay ocasiones en que se puede recurrir al amparo indirecto sin
necesidad

de agotar medio de defensa alguno como por ejemplo cuando se impugna de

inconstitucional una norma general tributaria autoaplicativa, actos relativos a

determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o créditos de


naturaleza fiscal, fotomultas, multas de naturaleza administrativa exigible mediante

procedimientos donde el quejoso afirma ser tercero extraño al mismo; o cuando

existiendo algún recurso verbigracia el recurso de revocación previsto en alguna

legislación local, ésta legislación exige mayores requisitos que la Ley de Amparo

para conceder la suspensión del acto reclamado (excepción al principio de


definitividad); el embargo precautorio o el aseguramiento de cuentas bancarias,
cuando

no está demostrada la existencia de un crédito fiscal líquido y exigible; o cuando

se pretende rematar un bien inmueble que garantice un interés fiscal y el quejoso

no es el deudor directo ni tiene el carácter de parte en el procedimiento económico


coactivo; o la orden verbal o por escrito girada a la Comisión Nacional

Bancaria y de Valores por el administrador local de auditoría fiscal del Servicio de

Administración Tributaria para efecto de que se embarguen, congelen e


inmovilicen los fondos existentes en una cuenta de cheques de la que es titular el
quejoso.

Del nuevo texto del artículo 135 de la Ley de Amparo se desprende la ampliación,
en bien de los contribuyentes, de las formas y medios con que éstos cuentan

para garantizar el interés fiscal y acceder a la suspensión del acto reclamado,


remitiendo a las formas de garantía previstas por las leyes fiscales (embargo,
prenda, póliza de fianza) que son los que autoriza el Código Fiscal de la
Federación.

También es de apuntarse que el juez, para conceder la suspensión, deberá


realizar

un análisis ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social.

Asimismo, el quejoso tiene derecho de garantizar el interés fiscal y obtener la

suspensión del acto reclamado. La autoridad responsable puede solicitar una


contragarantía para ejecutar el acto reclamado. Los principios de proporcionalidad
y

equidad que rigen a toda norma fiscal tienen su fundamento en la Constitución,

específicamente en el artículo 31, fracción IV.

En los cuadros siguientes se proporcionan algunos casos llevados a tribunales

de amparos administrativos:
Capítulo X

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

CONTRA LEYES

En relación al amparo contra leyes el artículo 107, fracción I de la Ley de

Amparo indica lo siguiente:

“Artículo 107. El amparo indirecto procede:

I. Contra normas generales que por su sola entrada en vigor o con motivo del
primer acto de su aplicación causen perjuicio al quejoso.

Para los efectos de esta Ley, se entiende por normas generales, entre otras, las

siguientes:

a) Los tratados internacionales aprobados en los términos previstos en el artículo

133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; salvo aquellas


disposiciones en que tales tratados reconozcan derechos humanos;

b) Las leyes federales;

c) Las Constituciones de los Estados y el Estatuto de Gobierno del Distrito


Federal;

d) Las leyes de los Estados y del Distrito Federal;

e) Los reglamentos federales;

f) Los reglamentos locales; y

g) Los decretos, acuerdos y todo tipo de resoluciones de observancia general;”

El citado numeral es claro en señalar la procedencia del amparo conocido

en la doctrina como amparo contra leyes; por su parte el artículo 148 de la ley

reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales prevé la procedencia de

la suspensión en los juicios en que se impugna de inconstitucionalidad una ley,

ya sea de naturaleza autoaplicativa o heteroaplicativa. Sobre la procedencia de la

suspensión contra normas generales Luciano Silva Ramírez señala:


“Es de hacer hincapié que la suspensión de los actos reclamados opera, procede

contra cualquier acto de autoridad, así como respecto de leyes, tratados


internacionales

y reglamentos. Es dable señalar que en un principio la doctrina y la práctica


judicial habían estimado que la suspensión respecto de las leyes autoaplicativas
era improcedente

por tratarse de actos consumados, sin embargo, el criterio cambio, al establecer


que la

suspensión procede respecto de dichas normas, ya que lo que se ha consumado


son los

actos de formación de la ley (aprobación, expedición, refrendo y publicación), pero


no168

Rodolfo Campos Montejo

sus efectos, sus consecuencias, porque éstos surtirán hasta que dicha norma
entre en

vigencia, corrobora lo anterior la jurisprudencia121.

De lo hasta aquí expuesto no hay duda de que cuando se promueva un juicio

de amparo indirecto contra una norma general autoaplicativa, procede el


otorgamiento de la suspensión del acto reclamado.

La finalidad de esa suspensión será impedir los efectos y consecuencias de la

norma en la esfera jurídica del quejoso, es decir, el o los artículos de la ley


combatida que se reclamen de inconstitucionales no podrán ejecutarse o aplicarse
en

perjuicio del quejoso, hasta en tanto se resuelva en definitiva el amparo solicitado

y no sea objeto de imposición de actuaciones que se consideren ilegales por parte

de las autoridades responsables.

Es práctica cotidiana, en este tipo de amparos, solicitar la suspensión por

lo que respecta a todas las consecuencias de hecho y de derecho derivadas en el

futuro, de la aprobación, expedición, promulgación, refrendo y publicación del


decreto que expida una ley; como por ejemplo la Ley del Instituto de Seguridad

y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado publicado en el Diario Oficial

de la Federación, el 31 de marzo de 2007.

Existe jurisprudencia que ratifica la procedencia de la suspensión contra una ley,

cuyos preceptos al promulgarse, adquieren el carácter de obligatorios, que se


ejecutarán

sin ningún trámite y serán el punto de partida para que se consumen,


posteriormente,

otras violaciones de garantías. El artículo 148, primer párrafo de la Ley de Amparo

dispone lo siguiente:

“…En los juicios de amparo en que se reclame una norma general autoaplicativa

sin señalar un acto concreto de aplicación, la suspensión se otorgará para impedir


los

efectos y consecuencias de la norma en la esfera jurídica del quejoso.”

De conformidad con el referido numeral, en los juicios de amparo indirectos

en que se reclame una norma autoaplicativa —sin señalar un acto concreto de

aplicación—, la suspensión se otorgará para impedir sus efectos y consecuencias

en la esfera jurídica del quejoso; sin embargo, dicho dispositivo legal no debe
interpretarse de manera aislada, sino sistemáticamente con el resto de los
preceptos

aplicables del propio ordenamiento que prevén diversas reglas para resolver la

medida de que se trata.

En consecuencia, cuando se reclamen disposiciones de carácter general por

considerar que por su sola entrada en vigor causan perjuicio al gobernado, para

resolver sobre la concesión de la medida cautelar solicitada, el juzgador debe

analizar si se cumplen los requisitos previstos en el artículo 128 de la propia ley,


ya que de advertir que no se satisface alguno de ellos, aquélla resultará
improcedente. Este último numeral establece:

“Con excepción de los casos en que proceda de oficio, la suspensión se decretará,

en todas las materias salvo las señaladas en el último párrafo de este artículo,
siempre

que concurran los requisitos siguientes:

I. Que la solicite el quejoso; y

II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de

orden público.

La suspensión se tramitará en incidente por separado y por duplicado.

Asimismo, no serán objeto de suspensión las órdenes o medidas de protección

dictadas en términos de la legislación aplicable por alguna autoridad administrativa


o

jurisdiccional para salvaguardar la seguridad o integridad de una persona y la


ejecución

de una técnica de investigación o medida cautelar concedida por autoridad judicial.

Las normas generales, actos u omisiones del Instituto Federal de


Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica, no
serán objeto de suspensión. Solamente en los casos en que la Comisión Federal
de Competencia Económica

imponga multas o la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o


acciones,

éstas se ejecutarán hasta que se resuelva el juicio de amparo que, en su caso, se


promueva.”

Ejemplo de la suspensión contra la consecuencia de leyes autoaplicativas fueron


las que se otorgaron contra la que regulaba la venta, distribución y consumo

de bebidas alcohólicas en el estado de Tabasco122, específicamente su artículo


(conocida como la ley de la cerveza al tiempo o ley madrazo); legislación que al


promulgarse, sus preceptos adquirieron el carácter de inmediatamente
obligatorios, es decir, se procedieron a ejecutar en perjuicio de los
establecimientos o

licenciatarios que realizaban actividades por la venta de productos de esa


naturaleza. Ante esta situación se promovieron múltiples demandas de amparo en
las

cuales se obsequiaron las correspondientes suspensiones que impidieron la


consumación de violaciones de garantías o la materialización del acto de
aplicación de

esa ley; de esa manera los jueces de distrito para evitar perjuicios a los
gobernados destinatarios de esa norma estimaron que era procedente la
suspensión tanto

provisional como definitiva, al existir el peligro de que se aplicaran sanciones y

luego los actos reclamados se consideraran consumados. Este asunto generó


tesis

de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación123.

Es claro que tratándose de leyes autoaplicativas que son aquellas por su sola

vigencia obligan al gobernado a realizar una conducta de hacer, de no hacer o

de dar, son impugnables desde su publicación mediante la acción constitucional,

toda vez que sus efectos no quedan supeditados a un acto posterior futuro e
incierto por parte de la autoridad, sino contrariamente, el incumplimiento de dicha

disposición legal por parte del obligado generaría sanciones de diversos tipos cuya
aplicación es oficiosa por parte del Estado, de lo que se colige que constituyen

actos razonables futuros que son susceptibles de suspensión ya que en principio


el

fin de esta institución es evitar a la parte quejosa perjuicios de difícil reparación,

así como evitar que se dificulte el retorno de las cosas al estado que tenían en
caso

de concederse el amparo124.

Por otra parte, el artículo 148 en su segundo párrafo regula la suspensión


contra leyes heteroaplicativas, en los términos siguientes:

“En el caso en que se reclame una norma general con motivo del primer acto de

su aplicación, la suspensión, además de los efectos establecidos en el párrafo


anterior,

se decretará en relación con los efectos y consecuencias subsecuentes del acto


de aplicación.”

Las leyes heteroaplicativas son aquellas que imponen obligaciones de hacer o

no hacer, pero no en forma automática con su sola entrada en vigor, sino que se

requiere para actualizar el perjuicio al gobernado, de un acto directo o concreto

de su aplicación jurídica o material, es decir la sugestión de los justiciables a la

norma no surge de forma automática con su sola entrada en vigor, sino que se
requiere un acto posterior para que adquiera individualización y le genere perjuicio

a la parte quejosa.

En tal razón para que proceda la suspensión provisional y definitiva cuando

la demanda de amparo indirecto es contra leyes heteroaplicativas, corresponderá


al promovente acreditar la existencia del acto reclamado con documentales

aportadas junto con la demanda inicial o en la audiencia incidental, donde se

advierta que algunos de los preceptos contenidos en el decreto que reclama le

haya sido aplicado en su perjuicio y que está ubicado dentro de los supuestos del

ordenamiento legal cuya ejecución pretende se suspenda; esto es así porque


existe

reiterado criterio de que el quejoso debe mostrar indiciariamente que los actos

reclamados lo agravian125. En los cuadros subsecuentes se presentan algunos


as-

pectos relevantes que se han planteado en tribunales tratándose de suspensión


en

amparo contra leyes.


Capítulo XI

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

MATERIA LABORAL

En ciertos casos en la materia laboral es factible que sea procedente la


suspensión de los actos reclamados vía amparo indirecto; la ley de la materia tan
solo

hace referencia a ella en el artículo 152 que a la letra dice:

“Tratándose de la última resolución que se dicte en el procedimiento de ejecución

de un laudo en materia laboral la suspensión se concederá en los casos en que, a


juicio

del presidente del tribunal respectivo, no se ponga a la parte que obtuvo, si es la


obrera,

en peligro de no poder subsistir mientras se resuelve el juicio de amparo, en los


cuales

sólo se suspenderá la ejecución en cuanto exceda de lo necesario para asegurar


tal

subsistencia.”

Lo anterior implica que será procedente la vía de amparo indirecto solo cuando se
impugne la inconstitucionalidad de la última resolución que se dicte en el

procedimiento de ejecución de un laudo; y será posible a través de ese amparo

obtener el quejoso la suspensión del acto reclamado.

Se trata a través de la suspensión, de conservar la materia del amparo, pero se

deberá considerar que la parte obrera no quede en peligro de subsistir mientras

se resuelve el juicio de amparo; para tales fines, el quejoso deberá garantizar la

subsistencia del trabajador y de su familia; esta garantía (de naturaleza social)

será la que le determine el órgano jurisdiccional; y los tribunales federales la han

denominado “garantía de subsistencia”; siendo uniformes en señalar que la


naturaleza jurídica de esa garantía otorgada a favor del trabajador, es distinta de
la
suspensión de la ejecución del laudo por el resto de la condena, en virtud de que

su finalidad es proteger la subsistencia del obrero y evitar los graves perjuicios

que la suspensión podría ocasionar a su familia, poniéndola en el trance de no

subsistir durante la tramitación del juicio de amparo.

En la práctica, lo más frecuente en materia de amparo de naturaleza laboral

son las impugnaciones de los laudos y cuando es esto el motivo del acto
reclamado, la vía idónea para atacarlo es el amparo directo; sin embargo también
es

susceptible de que otro tipo de resoluciones habidas en el procedimiento laboral

sean atacadas por la vía de amparo indirecto; ejemplo: 1. Amparos donde se

impugna la inconstitucionalidad de leyes de trabajo; 2. Los promovidos en los

casos que se obligan a los patrones a pagar salarios mínimos a sus trabajadores;

3. Aportar un porcentaje de los salarios para el Instituto del Fondo Nacional de

la Vivienda para los Trabajadores; 4. Cuando se impone a los patrones la obli-174

Rodolfo Campos Montejo

gación de mantener medicamentos, enfermerías y hospitales para atender a los

trabajadores por riesgos profesionales; 5. Cuando se impugnen multas impuestas

por la Secretaría del Trabajo a los patrones; 6. Contra los actos de la Secretaría
de

Hacienda en relación con el reparto de utilidades de las empresas; 7. Contra actos

de la Secretaría de Educación cuando imponga al patrón la obligación de


establecer escuelas; 8. Contra autoridades que dictan resoluciones cuando niegan
el

registro de un sindicato o su cancelación; 9. Contra actos que declaran inexistente

la huelga; 10. Cuando se reclama la orden de inmovilizar cuentas bancarias y su

ejecución producidas con motivo de un juicio laboral; y, 11. Cuando se reclaman

actos o actuaciones verificadas dentro del juicio laboral o interprocedimentales,


etcétera131.

Retomando el análisis del referido artículo se desprende que la suspensión

en materia laboral debe negarse en lo que respecta al aseguramiento de la


subsistencia del trabajador durante la tramitación del juicio de garantías; esto en la

práctica implica que se conceda la suspensión contra la ejecución de laudo, pero

para que surta efectos se deben satisfacer dos requisitos por parte del patrón:

• Que garantice el importe total de la ejecución.

• Que exhiba en efectivo de 3 a 6 meses de salario, para asegurar la subsistencia

del trabajador victorioso, que es el lapso que teóricamente dura la tramitación

del amparo132.El dinero depositado deberá entregarlo la junta al trabajador de

inmediato.

Ahora bien, sobre la suspensión en materia laboral en el amparo indirecto

Efraín Polo Bernal comenta lo siguiente:

“Se distingue frente a cualquier otra materia en que, en éstas la suspensión es

un incidente cuyo objeto primordial es mantener viva la materia del amparo. En lo

laboral esta finalidad queda en segundo término, pues principalmente busca


proteger

la subsistencia del trabajador. Por eso, la Suprema Corte de Justicia y la Ley de


Amparo

juzgan que en esta materia, aun cuando exista la solicitud del patrón agraviado, y
no se

contravengan disposiciones de orden público ni el interés social se vea afectado, y


sean

de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al quejoso con la


ejecución

del acto reclamado, la suspensión no procede si se pone al trabajador en peligro


de no
poder subsistir en tanto no se resuelva el amparo, por lo que se niega la medida
suspensional por el importe de seis meses de salario, concediéndose por el resto
de la condena,

salvo si el patrón quejoso demuestra que el trabajador está laborando al servicio


de

otro, o tiene bienes propios suficientes para subsistir, casos en los que, debe
concederse

la suspensión por la totalidad de la condena.”133

Por su parte Rafael Tena Suck sobre la suspensión en el amparo indirecto y la

llamada garantía de subsistencia señala:

“En el amparo indirecto, tanto la suspensión provisional como la definitiva la

determina el juez de distrito, quien mediante oficio comunicará a la autoridad


responsable su resolución para su debido cumplimiento…en el amparo indirecto
pueden impugnarse entre otros: los actos ejecutados fuera de juicio o después de
concluido; actos

en el juicio que tenga sobre las personas o las cosas una ejecución que sea de
imposible

reparación; y contra actos que ejecutados dentro o fuera de un juicio afecten a


personas extrañas al procedimiento. En los amparos indirectos promovidos por los
terceros

extraños a juicios por falta de emplazamiento, también se consideró que no existía


la

obligación de garantizar la subsistencia del trabajador, ya que las hipótesis


contenidas

en el artículo 174 de la Ley de Amparo sólo son aplicable a los amparos directos.
Por

contradicción de tesis se resolvió indebidamente y en exceso de protección, que


en la

suspensión contra el laudo reclamado en el amparo indirecto, cuando se reclaman


violaciones al emplazamiento, debe garantizarse la subsistencia del trabajador de
la misma
forma que en el amparo directo, aun cuando se reclame la falta o irregularidades
de

notificación a personas extrañas a juicio, no obstante ser ajeno al procedimiento y


el

acto reclamado lo constituye el ilegal emplazamiento y no el laudo


propiamente.”134

Lo que distingue la suspensión en materia laboral tratándose del amparo indirecto


es la llamada “garantía de subsistencia” a favor del trabajador la cual es

un beneficio de naturaleza social derivado del artículo 123 constitucional a través

del cual con base en considerar el estado de necesidad de quien a cambio de su

salario presta sus servicios subordinados; ese beneficio a la clase obrera, en el

amparo, se garantiza con la obligación que tiene el patrón-quejoso de asegurar la

subsistencia del trabajador, (mientras se resuelva el juicio biinstancial); beneficio

que por cierto se surte tanto para los trabajadores de la iniciativa privada como

aquellos que presten sus servicios al Estado; por lo que en estos casos la
subsistencia del servidor público debe garantizarse por la entidad pública quejosa,
con

la entrega que se le haga del importe equivalente del salario que le correspondería

por el tiempo estimado de duración del juicio de amparo.

Cabe señalar que cuando la protección de la justicia federal la solicita un

tercero extraño al juicio laboral las reglas consagradas en los artículos 152 en

relación con el 190 de la Ley de Amparo no pueden aplicarse, esto es, la llamada

“garantía de subsistencia” otorgada al trabajador mientras se resuelve el juicio

de amparo no aplica para el tercero extraño sino sólo para los patrones, quienes

son los que deben afrontar la condena impuesta en su contra y garantizar la


subsistencia del trabajador durante la substanciación del juicio de amparo, pues
los

terceros extraños al juicio no pueden ser obligados a responder de una condena


en un procedimiento laboral en el que no fueron oídos ni vencidos.

Lo anterior no implica que el tercero extraño al juicio no deba garantizar los

posibles daños y perjuicios que se causaren a su contraparte, si al resolverse el

amparo no se les concede la razón; pero debe quedar claro que esa garantía no

es para entregársela al trabajador, sino que permanecerá en resguardo del juez de

distrito quien en el momento oportuno la entregará a quien corresponda previa

tramitación del incidente de daños y perjuicios respectivo135.

Por otra parte la obligación de garantizar la efectividad de la suspensión mediante


el otorgamiento de garantías aun en la materia laboral no es exigible cuando se
trata de: personas morales oficiales ejemplo: 1. Titulares del poder público

en relación con los trabajadores al servicio del estado; 2. Petróleos Mexicanos;

3. Ferrocarriles Nacionales de México; 4. Universidad Nacional Autónoma de

México; 4. Seguro Social; 5. Instituciones de crédito (salvo que se encuentre en

liquidación o proceso de quiebra).

También es dable precisar que no debe confundirse la obligación de depositar

una cantidad para garantizar la suspensión del acto reclamado con la obligación

de otorgar garantías de subsistencia del trabajador; pues la primera obligación

tiene como finalidad garantizar los daños y perjuicios que se ocasionen al tercero

interesado; mientras que la segunda, tiene por objeto que el trabajador reciba para
su subsistencia una contraprestación por sus servicios a fin de garantizar tanto

al trabajador como a su familia su existencia y dignidad.

Por último en la doctrina como en la catedra y aun en tribunales se ha discutido la


inequidad procesal que resulta para el patrón la obligación de garantizar la

subsistencia del trabajador cuando obtiene el amparo y protección de la justicia

federal; pues en estos casos los tribunales federales han establecido que no existe

obligación del trabajador de devolver las cantidades que le fueron otorgadas con

motivo de la suspensión; aspecto que por cierto cobra gravedad cuando se ha


vuelto una reiterada chicanada de los abogados laboralistas, quienes establecen

táctica dilatorias e interponen todo tipo de recursos para alargar los


procedimientos de amparo e inmediatamente que pasan los seis meses sin que se
haya resuelto

el juicio de garantías, promueven la constitución de un nuevo depósito por otros

seis meses y así continuar cobrando la llamada “garantía de subsistencia”, recu-

rrentemente llegándose a dar el caso de cobrar cantidades superiores al monto

de la prestación principal reclamada; aunque debe quedar claro que ya existe

jurisprudencia por contradicción de tesis donde se resolvió que “de concederse

la protección de la Justicia Federal al patrón, es improcedente ordenar que se le

devuelva el monto respectivo, ya que dicha garantía es equiparable a los


alimentos

que el trabajador consumió durante la tramitación del juicio constitucional, lo

cual tiene relación, de manera analógica, con la improcedencia de la devolución

de las cantidades pagadas por concepto de alimentos provisionales, cuando se ha

fijado una pensión definitiva, toda vez que la Primera Sala de la Suprema Corte de

la Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 42/2011, de rubro:


“ALIMENTOS PROVISIONALES. NO PROCEDE LA DEVOLUCIÓN DE LAS
CANTIDADES DESCONTADAS AL DEUDOR, AUN CUANDO EL ACREEDOR

NO DEMOSTRÓ EN EL JUICIO LA NECESIDAD DE RECIBIRLAS.”, determinó


que la medida cautelar de alimentos tiene un carácter especialísimo, por

estar destinada a cubrir las necesidades impostergables de las personas


colocadas

en situación de desamparo, las cuales son una prioridad de orden público, de

naturaleza urgente e inaplazable, con el fin de asegurar su subsistencia mientras

se resuelve el juicio respectivo; por tanto, solicitar la devolución de los alimentos


provisionales cuando se revoca o disminuye la pensión decretada de manera

cautelar, sería hacer depender una situación de orden público e interés social, de
un evento posterior, como es la sentencia de carácter definitivo, lo que sería tanto

como sujetarlos a un convenio o transacción.”136

En conclusión, se sostiene la crítica de que lo justo procesalmente hablando,

es que la cantidad otorgada para garantizar la subsistencia del trabajador, sólo

sea posible una vez que se haya dictado sentencia ejecutoriada, en la cual se
haya

negado el amparo o sobreseído éste al quejoso. Sobre este aspecto se abundará

cuando corresponda analizar la suspensión del acto reclamado en el amparo


directo.
Capítulo XII

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

CONTRA ACTOS DE PARTICULARES

Una de las novedades que crea la Nueva Ley de Amparo es que podrá fungir
como autoridad responsable el particular que actúe en ejercicio de funciones

otorgadas por una ley general, o que haga funciones equivalentes a los de una

autoridad, o los que con independencia de su naturaleza formal incidan en la

situación jurídica del gobernado de manera unilateral y obligatoria. Al efecto el

artículo 5º, fracción II de la Ley de Amparo establece:

“Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo:

II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su


naturaleza

formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o
extingue

situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de


realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.

Para los efectos de esta Ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad
responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten
derechos

en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una
norma

general.”

En suma, aquellos particulares que realicen actos equivalentes a una autoridad y


sus funciones estén determinadas en una norma general, serán considerados

autoridad responsable. Como ejemplo se cita a ciertos organismos


descentralizados tales como: Caminos y Puentes Federales, Instituto Mexicano del
Petróleo,

Instituto Mexicano del Seguro Social, Banco Nacional de Comercio Exterior,


Comisión Nacional Bancaria y de Valores y Banco de México, entre otros.
En concordancia con el artículo 5o. fracción II la Ley de Amparo en su sección
tercera relativa a la suspensión del acto reclamado, primera parte, reglas

generales en su artículo 149 indica:

“Cuando por mandato expreso de una norma general o de alguna autoridad, un

particular tuviere o debiera tener intervención en la ejecución, efectos o


consecuencias

del acto reclamado, el efecto de la suspensión será que la autoridad responsable


ordene

a dicho particular la inmediata paralización de la ejecución, efectos o


consecuencias

de dicho acto o, en su caso, que tome las medidas pertinentes para el


cumplimiento

estricto de lo establecido en la resolución suspensional.”

De lo anterior se desprende que procede la suspensión en contra de actos de

un particular que tuviere o debiera tener intervención en la ejecución, efectos o

consecuencias del acto reclamado.180

Rodolfo Campos Montejo

En estos casos los efectos de la suspensión serán para que la autoridad


responsable

ordene a dicho particular la inmediata paralización de la ejecución, efectos o


consecuencias de dicho acto o, en su caso, que tome las medidas pertinentes
para el cumplimiento estricto de lo establecido en la resolución suspensional.

Un ejemplo de la procedencia de la suspensión es cuando un particular está

a cargo de la ejecución de una autorización, permiso o licencia; en estos casos

se deberá otorgar la medida cautelar solicitada, contra los efectos de los actos

emitidos; lo cual obligará a la autoridad responsable a dejar sin ineficacia jurídica

temporalmente dicha autorización, permiso o licencia y a vigilar que los


particulares observen o acaten el acto suspensional.
Lo anterior no debe llevar a confusiones a grado tal de que se crea que cualquier
acto de un particular, pudiera ser suspendible a través del amparo indirecto;

debiendo quedar claro, que para ello siempre se requerirá la existencia de un:

“mandato expreso de una norma general o de alguna autoridad a favor de un

particular para que realicen actos equivalentes a los de una autoridad, que afecten

derechos del quejoso”.

A contrario sensu los actos que no son de autoridad ni consecuencia o ejecución


de éstos, sino actos de y entre particulares en ejercicio de sus libertades, no

son susceptibles de suspenderse; de ser así tanto la suspensión provisional, como

la definitiva será improcedente. En los cuadros subsecuentes se presentan


algunos

casos ya resueltos en tribunales que ayudan a entender el amparo contra actos de

particulares y la suspensión.
Capítulo XIII

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO INDIRECTO

MATERIA AGRARIA

La anterior Ley de Amparo vigente hasta antes del dos de abril de dos mil

trece, de manera específica regulaba la procedencia del amparo tanto directo


como indirecto en materia agraria, sin embargo, la nueva ley reglamentaria de los

artículos 103 y 107 desapareció toda esa reglamentación, lo cual fue motivo de

debate y discusión del dictamen con proyecto de decreto en la Cámara de


Diputados en sesión celebrada el doce de febrero de dos mil trece a través de la
cual

se expidió la nueva Ley de Amparo; en esa histórica sesión el diputado Manuel

Rafael Huerta Ladrón de Guevara votó en contra lo referente a la materia agraria

en la legislación de amparo argumentando lo siguiente:

“En la implementación de una política económica de depredación de los gobiernos

del Partido Acción Nacional y de hoy del Partido Revolucionario Institucional, de


los

recursos naturales que se encuentran en propiedad social de ejidos y comuneros,


resulta

la continuidad de la política agraria, implementada por Salinas de Gortari, para


garantizar el despojo de tierras en ejidos y comunidades indígenas.

El dictamen que se presenta manosea el orden y contenido de la Ley de Amparo

vigente, para afectar las garantías de defensa de la propiedad ejidal y comunal,


que se

ha defendido y opuesto a la política depredadora del sistema político y económico


que

sirve a los intereses de las minorías de los que se ostentan como dueños de este
país.
En la Ley de Amparo vigente, se establece en el 227, que procede suplir la
deficiencia de la queja y la de exposiciones, comparecencias y alegatos en los
juicios de amparo

en que sean parte como quejosos o como terceros perjudicados, las entidades o
individuos que menciona el diverso numeral 212 del mismo ordenamiento.

Esta suplencia tiene una finalidad resarcitoria en la defensa de los derechos de

comuneros y ejidatarios, atendiendo una finalidad de justicia social para los


sectores

productivos más vulnerables de nuestro país.

En el dictamen que se presenta, se elimina la suplencia de la queja en el caso de


los

comuneros o ejidatarios, actúen como quejosos o terceros perjudicados, la


protección

amplia de la justicia federal se elimina para dejar en estado de indefensión a los


comuneros y campesinos.

Las limitaciones con las que se presenta la suplencia de la queja para los
comuneros y campesinos de este país, violenta es forma grave la fracción VII del
artículo 27 de

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde se señala, y


cito

textualmente, que se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de


población, ejidales y comunales, y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto
para el asentamiento

humano como para las actividades productivas.186

Rodolfo Campos Montejo

La ley, termino, protegerá la integridad de las tierras de los grupos indígenas y


tiene

un párrafo, además, donde regulará el aprovechamiento de tierras, bosques y


aguas de

uso común y la provisión de acciones de fomento, necesarias para elevar el nivel


de
vida de los pobladores.

Miren, diputados y diputadas, no nos engañemos con una falsa reforma que
pretenda proteger los derechos humanos cuando uno de los objetivos es terminar
con los

medios de defensa que por ley corresponden a los comuneros y ejidatarios.

La eliminación de la suplencia de queja deficiente que se regula en lo que hoy se

conoce como amparo agrario, es contraria al espíritu del Constituyente del 17.
Espero

que los representantes del sector campesino de los partidos y todos los diputados
que

dicen representar a la sociedad se apunten para la defensa de la propiedad


comunal y

ejidal y no participen en estas instrucciones que les da Carlos Salinas de


Gortari.”141

La argumentación anterior fue votada en contra y de esa manera quedó suprimido


el régimen especial que sobre la materia agraria preveía la ley abrogada;

régimen que en opinión del maestro Burgoa se trataba de una de las modalidades

“más aberrativas y desquiciantes que en esta materia establecen las adiciones a la

Ley de Amparo”142.

También Don Alfonso Noriega al hacer referencia al amparo agrario señala:

“Como es ostensible, el artículo 233 de la ley, establece un nuevo caso de


procedencia de la suspensión, de oficio, diferente de los consignados en la norma
general, o

sea el artículo 123 de la Ley Reglamentaria, con vigencia exclusiva en materia


agraria,

puesto que se refiere al caso de que los actos reclamados tengan o puedan tener
como

consecuencia la privación total o parcial, temporal o definitiva de los bienes


agrarios
de un núcleo de población quejoso, o bien su sustracción del régimen jurídico
ejidal.

b) Por otra parte, el artículo 234 de la ley estatuye que la suspensión concedida a

los núcleos de población, no requerirá de garantías para que surta efectos.

Una vez más, esta norma establece un régimen privilegiado, de excepción, en


favor

de la clase campesina, en la tramitación del amparo agrario. En efecto, los


artículos

125, 126, 127 y 128 de la Ley de Amparo, disponen que en los casos en que es
procedente conceder la suspensión del acto reclamado, pero se pueda con ello,
ocasionar

daño o perjuicio a tercero, se concederá dicha suspensión si el quejoso otorga


garantía

bastante para reparar el daño e indemnizar el perjuicio que con aquella se


causaren;

garantía que fijará discrecionalmente el juez que conozca del asunto.

Complementa lo relativo a los comentarios sobre el amparo en materia agraria y


su desaparición en la nueva Ley de Amparo, lo dicho por Luciano Silva

Ramírez en los términos siguientes:

“…es de hacer hincapié, respecto a la materia agraria que con las reformas a la
Ley

de Amparo de 4 de febrero de 1963, regulando la adición constitucional citada, se


le da

a dicha materia un sentido social; sin embargo, es de mencionar que el amparo


social

que contemplaba a favor de la clase campesina, alcanza su consolidación en los


años

setenta al crearse, adiciones al Segundo Libro a la Ley reglamentaria de los


artículos
103 y 107 constitucionales, libro que se denominaba “Del Amparo en Materia
Agraria”, el cual tutela a los núcleos campesinos que guardan el estado ejidal o
comunal, o

bien en lo individual; en donde el tribunal de amparo como ya se dijo


prácticamente

se convierte en juez y parte, ya que se da la suplencia de la queja más amplia que


en

derecho proceda a favor de la clase campesina.

En tanto a la nueva Ley de Amparo publicada en el Diario Oficial de la Federación

de 2 de abril de 2013, ya no contiene un Segundo Libro, ni un capítulo específico


que

regule el amparo agrario, sino que algunas de sus disposiciones se ocupan de


dicho

juicio, pero sin regularlo de manera completa, exhaustiva, sólo en algunos


artículos,

entre otros, el numeral 79, fracción IV, al referir que el juzgador de amparo suplirá
la

queja de la clase campesina, en la demanda, promociones, en todas sus


comparecencias

o alegatos, así como los recursos que interpongan, en los juicios de amparo que
se sean

parte como quejosos o como terceros interesados.

Al respecto, la Ley de Amparo citada en su Libro Segundo, entre otras situaciones,

expresamente señala: que se tendría acreditado el acto reclamado como


apareciera

probado en autos, aun cuando no lo hubieran señalado los núcleos campesinos


quejosos en la demanda; no procedería el desistimiento; ni el sobreseimiento por
inactividad

procesal, ni la caducidad por falta de promoción en su perjuicio, pero sí en su


beneficio;
simplificaba la forma para acreditar la personalidad; establecía la prohibición de
desconocer la personalidad de los miembros de un comisariado cuando se haya
vencido

el término para el que fueron electos sin que se hubiese hecho una nueva
elección;

facultad de que pudiera continuarse el trámite de un amparo por el que tuviera


derecho

hereditario; interponer en cualquier tiempo el juicio de amparo contra actos que


afecten a los núcleos comunales o ejidales; el de treinta días contra actos que
afecten a los

comuneros o ejidatarios en lo individual.

La ley vigente establece igual que la anterior, en el artículos 75, párrafo final, la

obligación de recabar de oficio las pruebas que se estimen convenientes por el


juzgador

de amparo, solicitar a las responsables los elementos de prueba que estimen


idóneos en

el informe justificado, conforme al artículo 117, antepenúltimo párrafo; el término


de

10 días para hacer valer el recurso de revisión; la prohibición de no tener por


interpuesto un recurso por falta de copias, ordenando su expedición, artículo 188.

La ley abrogada señala que se podría interponer el recurso de queja en cualquier

tiempo; la obligación del Ministerio Público Federal de cuidar el estricto


cumplimiento

de las ejecutorias de Amparo.

De igual manera procederá la suspensión de oficio, cuando los actos reclamados

tengan como propósito privar de sus tierras, aguas, montes y pastos de esos
núcleos, o

traten de sustraerlos del régimen ejidal, artículo 126; no exigencia de garantía para
que

continúe surtiendo efectos la suspensión de los actos reclamados tratándose de


dichos
núcleos campesinos, artículo 132; sin embargo, la nueva ley es omisa, a diferencia
de

la abrogada, de establecer la obligación del juzgador de recabar las aclaraciones


de188

Rodolfo Campos Montejo

la demanda si esos núcleos no lo hacían dentro de los 15 días concedidos en el


auto

respectivo.

Como se observa, este amparo agrario se rige en diversas disposiciones de la ley


de

la materia, en donde el legislador retomó criterios jurisprudenciales para ello,


específicamente entre otros el 63, fracción I (231), relativa a que no será causa de
sobreseimiento el Amparo presentado por los núcleos campesinos, el
consentimiento expreso

de dichos actos, salvo que emanen de la Asamblea General, ni procederá el


desistimiento del juicio o de los recursos.”143

La reglamentación especial que regía al amparo agrario se previó así para

evitar la concentración de tierras en unos cuantos poderosos económicamente

hablando; evitar la formación de latifundios, despojos a los ejidos, comunidades

agrarias, ejidatarios y comuneros; además se pretendió dotarlos de un medio de

defensa en sus derechos y contribuir a superar la pobreza e ignorancia de esta

clase social.

Los titulares del amparo agrario pueden ser los núcleos de población ejidal

o comunal; ejidatarios, comuneros o campesinos. Los actos de autoridad que se

pueden reclamar en esta materia pueden ser: los que tengan o puedan tener como

consecuencia privar de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras,

aguas, pastos y montes a los ejidos, o a los núcleos de población que de hecho y

por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros; actos


que afecten o puedan afectar otros derechos agrarios de las entidades o
individuos antes mencionados; y, actos cuya consecuencia sea no reconocerles o
afectarles en cualquier forma derechos que hayan demandado ante las
autoridades,

quienes los hayan hecho valer como aspirantes a ejidatarios o comuneros.

El término para interponer la demanda de amparo contra actos de naturaleza

agraria al tenor de la nueva legislación es de siete años: “contados a partir de que,

de manera indubitable, la autoridad responsable notifique el acto a los grupos

agrarios mencionados”.

Ahora bien ante la abrogación sufrida por la Ley de Amparo la suspensión

en materia agraria se rige por las disposiciones contenidas en la sección tercera,

primera parte, reglas generales de la nueva Ley del Amparo en sus artículos 125

al 158 los que deberán ser interpretados siempre tomando en consideración las

disposiciones contenidas en los numerales 17, fracción III y 79 que establecen:

“Artículo 17. El plazo para presentar la demanda de amparo es de quince días,

salvo:

III. Cuando el amparo se promueva contra actos que tengan o puedan tener por

efecto privar total o parcialmente, en forma temporal o definitiva, de la propiedad,


po-

sesión o disfrute de sus derechos agrarios a los núcleos de población ejidal o


comunal,

en que será de siete años, contados a partir de que, de manera indubitable, la


autoridad

responsable notifique el acto a los grupos agrarios mencionados;”

” Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la

deficiencia de los conceptos de violación o agravios, en los casos siguientes:

IV. En materia agraria:


a) En los casos a que se refiere la fracción III del artículo 17 de esta Ley; y

b) En favor de los ejidatarios y comuneros en particular, cuando el acto reclamado

afecte sus bienes o derechos agrarios.

En estos casos deberá suplirse la deficiencia de la queja y la de exposiciones,


comparecencias y alegatos, así como en los recursos que los mismos interpongan
con motivo de dichos juicios”.
Capítulo XIV

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

EN UN PROCEDIMIENTO DE REMATE DE

INMUEBLES

En el sistema jurídico mexicano existen procedimientos administrativos de

naturaleza fiscal o jurisdiccional de naturaleza laboral, familiar, civil, mercantil

etcétera, en los que se puede llegar a la etapa de ejecución, entre las que se
incluye

el remate de bienes inmuebles en perjuicio del quejoso.

Cuando se llega a tal etapa procedimental y se han agotado los medios de

defensa ordinarios es común acudir al amparo indirecto señalándose como actos

reclamados las “resoluciones dictadas en el procedimiento relativo de remate”;

en este caso es procedente la suspensión del acto reclamado la cual “permitirá el

curso del procedimiento hasta antes de que se ordene la escrituración y la entrega

de los bienes inmuebles al adjudicatario”; y si se trata de bienes muebles también

resultara procedente la suspensión y su efecto “será el de impedir su entrega

material al adjudicatario”. Al respecto el artículo 151 de la Ley de Amparo a la

letra dice:

“…Cuando se promueva el amparo contra actos o resoluciones dictadas en un


procedimiento de remate de inmuebles, la suspensión permitirá el curso del
procedimiento

hasta antes de que se ordene la escrituración y la entrega de los bienes al


adjudicatario.

Tratándose de bienes muebles, el efecto de la suspensión será el de impedir su


entrega material al adjudicatario.”

Es claro que la medida suspensional en este caso no interrumpe el curso del

procedimiento, de acuerdo a los artículos 150 y 151 de la nueva Ley de Amparo;


de tal manera que la etapa de ejecución podrá continuar y se podrán realizar los

avalúos de los bienes a rematar; publicar la licitación en los periódicos oficiales y

de mayor circulación del lugar donde se rematará el inmueble; fijar los edictos en

diversas dependencias públicas; llevar a cabo la diligencia de remate y


adjudicación correspondiente; realizar el pago del precio del remate, etcétera.

Lo que sí se interrumpe, de obtenerse esta medida cautelar, es la no escrituración


y la no entrega de los bienes al adjudicatario ello si se trata de bienes

inmuebles; y para el caso de que el motivo del embargo, remate y adjudicación

sean bienes muebles, la suspensión tendrá el efecto de impedir su entrega


material

al adjudicatario.

Los tribunales federales han resuelto después de diversas contradicciones de

tesis que la resolución definitiva impugnable en amparo indirecto es la que ordena


otorgar la escritura de adjudicación y entregar la posesión de los inmuebles

rematados144. A continuación se presentan algunos aspectos relacionados con la

suspensión tratándose de remates:


Capítulo XV

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO EN

EL AMPARO DIRECTO

Efraín Polo Bernal al abordar este tema empieza diciendo:

“El juicio de amparo directo es el que procede contra sentencias definitivas, laudos

o resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales judiciales,


administrativos o del trabajo, en los siguientes supuestos:

– Por violaciones que se comentan durante el procedimiento que, con afectación

de las defensas del quejoso trasciendan al resultado del fallo (lo que la doctrina
llama
errores en el procedimiento); las cuales, sin embargo, sólo pueden reclamarse en
amparo al promoverse la demanda contra la sentencia definitiva, laudo o
resolución que

puso fin al juicio.

– Por violaciones de garantías cometidas en las propias sentencias, laudos o


resoluciones indicadas (que doctrinariamente se les llama errores in judicando).

Lo anterior de acuerdo con lo previsto por los artículos 158 a 161 de la Ley de

Amparo.

Es, pues, requisito para la procedencia del amparo directo que el acto reclamado

sea una sentencia definitiva, laudo o resolución que haya puesto fin al juicio, de
conformidad con los dispositivos citados y con el artículo 107, fracción V, de la
Constitución

Federal.

La competencia para conocer del juicio de amparo directo la tienen los Tribunales

Colegiados de Circuito, en términos de los artículos 44 y 45 de la Ley Orgánica del

Poder Judicial de la Federación.

No obstante, el juicio constitucional directo debe promoverse ante la autoridad

que emitió la sentencia, el laudo o resolución reclamada, como lo ordena


expresamente

el artículo 163 de la Ley de Amparo. Consecuentemente:

La suspensión del acto reclamado (sentencia definitiva, laudo o resolución que

puso fin al juicio) debe pedirse ante la autoridad responsable, cuando se trate de
amparos directos promovidos ante los Tribunales Colegiados de Circuito, por
conducto de

aquélla y la propia autoridad responsable decidirá al respecto. (Artículo 107,


fracción

XI, de la Constitución Federal.)

El artículo 170 de la Ley de Amparo reitera en esencia lo dispuesto por el precepto


constitucional mencionado, al disponer que en los juicios de amparo de la
competencia

de los Tribunales Colegiados de Circuito, la autoridad responsable decidirá sobre


la

suspensión de la ejecución de acto reclamado con arreglo al artículo 107 de la


Constitución, sujetándose a las disposiciones de esta ley.

Y si la propia autoridad responsable ante quien se presenta la demanda de


garantías es la competente para conocer y decidir sobre la suspensión en amparo
directo,196

Rodolfo Campos Montejo

también lo es para resolver sobre los requisitos de efectividad para que la misma
surta

efectos.”156

En relación a la suspensión del acto reclamado en el amparo directo o uniistancial


Ignacio Burgoa señala:

“Hemos afirmado insistentemente que el amparo directo o uni-instancial procede

contra sentencias definitivas civiles, penales, administrativas o contra laudos


laborales definitivos, bien ante la Suprema Corte, o bien ante los Tribunales
Colegiados de

Circuito según el caso. Ahora bien, tales resoluciones, en cuanto a su dictado, son

obviamente actos consumados, por lo que la suspensión opera contra su


ejecución,

deteniendo los actos de autoridad tendientes a hacerla cumplir frente al sujeto


procesal

a quien le hayan impuesto determinadas prestaciones en beneficio en su contra-


parte o

sanciones de carácter penal. Por tanto, al reclamarse en amparo directo una


sentencia

definitiva o un laudo laboral definitivo y pedirse la suspensión contra ellos, esta


medida
debe entenderse concesible contra su ejecución, cuando dichas resoluciones no
sean

exclusivamente declarativas, habiéndolo estimado así la jurisprudencia de tal


suerte

que nunca deben reputarse como actos consumados, pues de este carácter
solamente

participa su mera pronunciación, como ya se dijo.

Para conocer de la suspensión en amparos directos, los órganos de control, es


decir, los Tribunales Colegiados de Circuito, no tienen competencia por modo
absoluto,

contrayéndose su injerencia en las cuestiones suspensionales a conocer del


recurso de

queja que se entable contra las resoluciones que al respecto dicta la autoridad a
quien

incumbe su decisión primaria.”157

Hugo Martínez García aborda el tema de la suspensión del acto reclamado en

el amparo directo y sostiene:

“El artículo 190 de la Ley de Amparo prevé el amparo directo del que conoce en

competencia originaria los Tribunales Colegiados de Circuito, y excepcionalmente


la

Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando ejerce las facultades de atracción


o

cuando se interpone el recurso de revisión en contra de la sentencia definitiva


pronunciada en dicha instancia.

El órgano competente para conocer de la medida cautelar lo es la autoridad


responsable, quien decidirá en un plazo de veinticuatro horas a partir de la
solicitud, sobre

la Suspensión del Acto Reclamado y los requisitos para su efectividad.

Se indica que tratándose de laudos o de resoluciones que pongan fin al juicio,


dictados por tribunales de trabajo, la suspensión se concederá en los casos en
que, a juicio
del presidente del tribunal respectivo, no se ponga a la parte trabajadora en peligro
de

no subsistir mientras se resuelve el juicio de amparo, en los cuales sólo se


suspenderá la

ejecución en cuanto exceda de lo necesario para asegurar tal subsistencia.

Por último se dispone en el numeral, que son aplicables a la suspensión en


amparo

directo, salvo el caso de la materia penal, los artículos 125, 128, 129, 130, 132,
133,

134, 135, 136, 154 y 156 de esta Ley.

De lo anterior se infiere que los Tribunales Colegiados de Circuito carecen de

facultades para conocer de la suspensión en el amparo directo.

A diferencia de lo que acontece en el amparo indirecto, en el directo a la


suspensión

no se le da el trámite incidental que se señalan para tal efecto en los artículos


correspondientes; sino que previa solicitud del quejoso en los amparos no
penales, deberá de

resolver la autoridad responsable sobre la concesión de la medida cautelar.

Para el otorgamiento de la Suspensión del Acto Reclamado en materia de amparo

directo, la ley correspondiente fija reglas según se trate de sentencias dictadas en


materia penal, civil, administrativa o de laudos en materia laboral.

Es importante destacar nuevamente, como ya se dijo, que en base al párrafo


tercero

del artículo 190 de la Nueva Ley de Amparo, son aplicables a los amparos directos
no

penales los artículos 125, 128, 129, 130, 132, 133, 134, 135, 136, 154 y 156 de
esta

Ley, cuya normatividad se refiere a la Suspensión del Acto Reclamado en materia


de

amparo indirecto”158
Por su parte Humberto Ruiz Torres señala:

“La Ley de Amparo considera como suspendibles de oficio las sentencias


definitivas dictadas en asuntos del orden penal, mientras que lo son a petición de
parte las

que se dicten en las materias civil o administrativa, lo mismo que los laudos en
materia

de trabajo.

La suspensión de oficio y la procedente a petición de parte son resueltas por la

autoridad responsable. Esto implica que la misma autoridad que generó el acto
reclamado es la encargada de decidir sobre la ejecución o no de su propio acto,
por así

establecerlo el art. 170 de la Ley.”159

Los amparos directos se caracterizan porque el acto reclamado son las sentencias
definitivas o laudos de tribunales que realizan la función jurisdiccional,

en donde se resuelve el asunto en lo principal. La única excepción a esta regla

estriba en los actos que pongan fin al juicio que a pesar de no resolver el fondo de

la controversia, la dan por concluida.

Los tribunales de referencia son: los judiciales, administrativos, del trabajo,

agrarios y militares, cuyas violaciones legales y constitucionales pueden ser


cometidas durante la tramitación del procedimiento o al dictar el laudo o la
sentencia.

158

159

Martínez García, Hugo, La suspensión del acto reclamado en la nueva ley de


amparo, México,

Rechtikal, 2015, pp. 267-269.

Ruiz Torres, Humberto Enrique, “Diccionario del juicio de amparo”, México, Oxford,
2005,

pp. 722-723.198
Rodolfo Campos Montejo

La demanda de amparo directo procede una vez agotados todos los recursos

ordinarios (principio de definitividad) por medio de los cuales puedan ser


confirmadas, revocadas o modificadas las sentencias o resoluciones impugnadas;
es

conveniente tener presente que la suspensión del acto reclamado es


improcedente

contra sentencias declarativas que no contengan ningún principio de ejecución.

Las reglas procedimentales de la suspensión en el amparo directo se localizan

en los artículos 190 y 191 y reciben apoyo del capítulo de la suspensión en


general comprendido entre los artículos del 125 al 158 de la propia Ley de
Amparo.

Los dos primeros numerales a la letra dicen:

“Artículo 190. La autoridad responsable decidirá, en el plazo de veinticuatro horas

a partir de la solicitud, sobre la suspensión del acto reclamado y los requisitos para
su

efectividad.

Tratándose de laudos o de resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por


tribunales del trabajo, la suspensión se concederá en los casos en que, a juicio del
presidente

del tribunal respectivo, no se ponga a la parte trabajadora en peligro de no


subsistir

mientras se resuelve el juicio de amparo, en los cuales sólo se suspenderá la


ejecución

en cuanto exceda de lo necesario para asegurar tal subsistencia.

Son aplicables a la suspensión en amparo directo, salvo el caso de la materia


penal,

los artículos 125, 128, 129, 130, 132, 133, 134, 135, 136, 154 y 156 de esta Ley.”

“Artículo 191. Cuando se trate de juicios del orden penal, la autoridad responsable
con la sola presentación de la demanda, ordenará suspender de oficio y de plano
la

resolución reclamada. Si ésta comprende la pena de privación de libertad, la


suspensión

surtirá el efecto de que el quejoso quede a disposición del Órgano jurisdiccional de

amparo, por mediación de la autoridad responsable.”

Es oportuno mencionar que el 17 de junio de 2016 apareció publicada en el

Diario Oficial una reforma en la que se suprimió al artículo 191; sus dos últimos

renglones señalan: “la cual deberá ponerlo en libertad caucional si la solicita y

esta procede”.

El legislador suprimió lo anterior por la siguiente razón:

“Por otra parte en el artículo 191 se suprime la referencia a la libertad provisional

bajo caución como efecto de la suspensión de oficio, ya que es una figura que ya
no

se contempla en el esquema de medidas cautelares del Sistema Penal


Acusatorio.”160

Lo anterior es un error, porque si bien es verdad, esa figura de obtener la

libertad caucional en segunda instancia, cuando se trata de una sentencia del

orden penal privativa de la libertad, es una figura que no está contemplada en el

sistema penal acusatorio; no menos cierto es, que hasta el día de hoy, se siguen

tramitando muchos juicios penales conforme al anterior sistema procesal penal;

en consecuencia esta reforma deja en inseguridad jurídica a los sentenciados


cuyas causas penales son apeladas y bien podría la autoridad responsable (sala

penal) negarle la libertad caucional si la solicitare al ya no preverlo la ley.

Por otra parte, como las sentencias definitivas o resoluciones que pongan

fin al juicio son actos consumados, es claro que la suspensión opere contra su
ejecución, deteniendo los actos de autoridad tendientes a hacerlas cumplir
forzosamente frente al condenado, a quien le han impuesto, a través del fallo, la

obligación de cubrir determinadas prestaciones en beneficio de la parte actora o

sanciones de carácter penal en su caso.

En los cuadros subsecuentes se presentan las reglas que de acuerdo a la Ley

de Amparo rigen el trámite de la suspensión del acto reclamado en el amparo

directo.
El cumplimiento de la suspensión de los actos reclamados en los juicios de

amparo directo le corresponde a la propia autoridad responsable como auxiliar

del Poder Judicial de la Federación, por lo tanto, estará obligada a proveer todo

lo necesario para que sea respetada y cumplida (enviar oficios a las autoridades,

apercibirlas en caso de incumplimiento o evasivas, emitiendo las ordenes que


sean

necesarias para que se respete la medida).

En los cuadros siguientes se consideran otros aspectos relacionados:


Capítulo XVI

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO EN EL AMPARO DIRECTO EN


MATERIA CIVIL, FAMILIAR Y MERCANTIL

En los amparos promovidos en estas materias procede la suspensión a petición de


parte por tratarse de sentencias o resoluciones que ponen fin al juicio;

resultando aplicables las disposiciones contenidas en el artículo 190 de la Ley de

Amparo que a la letra dice:

“Artículo 190. La autoridad responsable decidirá, en el plazo de veinticuatro horas

a partir de la solicitud, sobre la suspensión del acto reclamado y los requisitos para
su

efectividad.

Tratándose de laudos o de resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por


tribunales del trabajo, la suspensión se concederá en los casos en que, a juicio del
presidente

del tribunal respectivo, no se ponga a la parte trabajadora en peligro de no


subsistir

mientras se resuelve el juicio de amparo, en los cuales sólo se suspenderá la


ejecución

en cuanto exceda de lo necesario para asegurar tal subsistencia.

Son aplicables a la suspensión en amparo directo, salvo el caso de la materia


penal,

los artículos 125, 128, 129, 130, 132, 133, 134, 135, 136, 154 y 156 de esta Ley.”

Además de la petición expresa del quejoso la procedencia de la suspensión

estará sujeta a que concurran los requisitos que establece la propia Ley de
Amparo en los artículos 128 y 132; esto es que la solicite el quejoso; que no se
siga

perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público y se

otorgue garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que
con la suspensión se puedan causar al tercero interesado, de no obtenerse
sentencia favorable en el juicio de amparo. Estos artículos establecen:

“Artículo 128. Con excepción de los casos en que proceda de oficio, la suspensión

se decretará, en todas las materias, siempre que concurran los requisitos


siguientes:

I. Que la solicite el quejoso; y

II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de

orden público.

La suspensión se tramitará en incidente por separado y por duplicado.”

“Artículo 132. En los casos en que sea procedente la suspensión pero pueda
ocasionar daño o perjuicio a tercero y la misma se conceda, el quejoso deberá
otorgar

garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla
se

causaren si no obtuviere sentencia favorable en el juicio de amparo.208

Rodolfo Campos Montejo

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que
no

sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el


importe

de la garantía.

La suspensión concedida a los núcleos de población no requerirá de garantía para

que surta sus efectos.”

En los amparos de esta naturaleza la autoridad responsable que dicta la sentencia


o resolución reclamada es la segunda instancia o Sala del Tribunal Superior

de Justicia correspondiente; autoridad que en términos del artículo 176 de la

Ley de Amparo será la encargada de recibir la demanda de amparo directo; y la

competente para decretar todo lo concerniente a la suspensión del acto reclamado


tales como: su otorgamiento o negativa, fijación del monto de la garantía y
contragarantía, todo ello en términos de los artículos 132, 133, 134 y 190 de la

citada ley.

La Ley de Amparo impone la obligación a la autoridad responsable de que al

otorgar la suspensión, por ser procedente, pero se pueda ocasionar daño o


perjuicio al tercer interesado hay que fijar una garantía que puede ser en
cualquiera

de las formas que prevé la ley (fianza, prenda, hipoteca o dinero en efectivo).

Cuando con la suspensión se puedan afectar derechos del tercero interesado que

no sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el

importe de la garantía (artículo 132, penúltimo párrafo de la Ley de Amparo).

La misma regla que rige en el amparo indirecto, aplica al amparo directo, en

el sentido de que la suspensión quedará sin efecto cuando el tercero interesado

otorga contragarantía para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la

violación reclamada y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso,

en el caso de que se le conceda el amparo. Los artículos 133 y 134 de la ley en

cita a la letra dicen:

“Artículo 133. La suspensión, en su caso, quedará sin efecto si el tercero otorga

contragarantía para restituir las cosas al estado que guardaban antes de la


violación

reclamada y pagar los daños y perjuicios que sobrevengan al quejoso, en el caso


de que

se le conceda el amparo.

No se admitirá la contragarantía cuando de ejecutarse el acto reclamado quede


sin

materia el juicio de amparo o cuando resulte en extremo difícil restituir las cosas al

estado que guardaban antes de la violación.

Cuando puedan afectarse derechos que no sean estimables en dinero, el órgano


jurisdiccional fijará discrecionalmente el importe de la contragarantía.”

“Artículo 134. La contragarantía que ofrezca el tercero conforme al artículo anterior


deberá también cubrir el costo de la garantía que hubiese otorgado el quejoso,

que comprenderá:

I. Los gastos o primas pagados, conforme a la ley, a la empresa legalmente


autorizada que haya otorgado la garantía;

II. Los gastos legales de la escritura respectiva y su registro, así como los de la

cancelación y su registro, cuando el quejoso hubiere otorgado garantía


hipotecaria; y

III. Los gastos legales acreditados para constituir el depósito.”

El primero de dichos numerales prevé dos excepciones a la admisión de la

contragarantía: la primera, cuando de ejecutarse el acto reclamado quede sin


materia el juicio de amparo; y la segunda, cuando resulte en extremo difícil restituir

las cosas al estado que guardaban antes de la violación.

En el siguiente cuadro se sintetizan las reglas esenciales que rigen a la


suspensión:

Los cuadros que a continuación se presentan son referencia de lo resuelto en

los tribunales federales sobre diversos tópicos de la suspensión en estas materias:


Derivados de amparos directos en materia mercantil que provenían de juicios

ejecutivos, surgieron tesis contradictorias relacionadas con las formas de calcular

el monto de los daños y perjuicios para que surtiera efectos la suspensión del

acto reclamado cuando en esos juicios existiera cantidad liquida estimables en


dinero. Por ser un tema controversial resulta pertinente citar la tesis inherente a

esta cuestión:

“JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL. FORMA DE CALCULAR EL MONTO DE

LOS DAÑOS Y PERJUICIOS PARA QUE SURTA EFECTOS LA SUSPENSIÓN


EN

EL AMPARO DIRECTO, CUANDO EXISTE CANTIDAD LÍQUIDA O ESTIMABLE

EN DINERO. De conformidad con la jurisprudencia P./J. 71/2014 (10a.), del Pleno

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de título y subtítulo: “DAÑOS Y


PERJUICIOS. FORMA DE FIJAR EL MONTO DE LA GARANTÍA POR ESOS
CONCEPTOS AL CONCEDERSE LA SUSPENSIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO

CUANDO SE RECLAMA UNA CANTIDAD LÍQUIDA.”, cuando el acto reclamado

consista en una condena líquida o estimable en dinero —es decir, cuando existe
una

cuantía determinada o determinable—, la autoridad competente, al fijar el monto


de

la caución y solamente para garantizar los daños y perjuicios que puedan


causarse con

la concesión de la suspensión, deberá limitarse a calcular sobre el monto de la


condena

—tomando en cuenta la totalidad, esto es, la suerte principal y los intereses—; los
daños deberán calcularse conforme al Índice Nacional de Precios al Consumidor,
por ser

el que refleja la pérdida del valor del dinero en el mercado; mientras que el cálculo
de

los perjuicios deberá hacerse conforme a la Tasa de Interés Interbancaria de


Equilibrio

(TIIE), por ser un indicador que, en términos generales, permite conocer que la
cantidad que dejó de percibir, debió generar cierto rendimiento económico. Así, en
un juicio

ejecutivo mercantil en el que se condenó al actor a pagar gastos y costas,


primeramente
tiene que obtenerse el valor total del juicio, para poder determinar el artículo
aplicable

del Arancel de Abogados y Auxiliares de la Administración de Justicia del Estado


de

Aguascalientes, pues el resultado de aplicar el porcentaje correspondiente a dicho


valor

será la base que servirá de referencia para hacer el cálculo de la garantía. Con
esta base

y sólo con el objeto de establecer el periodo de cálculo en la materia involucrada,


se

acudirá a la consulta que se haga al Sistema Integral de Seguimiento de


Expedientes

(SISE), donde se obtiene el tiempo en el cual aproximadamente se tramita y


resuelve un

amparo directo en el circuito judicial en el que se presentó la demanda.


Enseguida, con

el propósito de cuantificar los daños, conforme al parámetro idóneo que lo es el


Índice

Nacional de Precios al Consumidor, se sigue el procedimiento establecido en el


artículo

17-A del Código Fiscal de la Federación, esto es, se aplicará el factor de


actualización

a las cantidades que se deban actualizar. Dicho factor se obtendrá dividiendo el


Índice

Nacional de Precios al Consumidor del mes anterior al más reciente del periodo
entre el citado índice correspondiente al mes anterior al más antiguo de dicho
periodo.

Ahora, de conformidad con el artículo 44, fracción III, de la Ley del Impuesto sobre

la Renta, a dicho cociente se le resta la unidad, y así se obtiene el factor de ajuste


que
se aplica a la base para obtener el monto de los daños. Por su parte, los perjuicios
se

calculan tomando en cuenta la TIIE a veintiocho días publicada en la fecha en que


se

decide sobre la suspensión y la misma se aplica a la base. El resultado, por ser


anual, se

dividirá entre doce, que son los meses del año y se multiplicará por el número de
meses

que tardará en resolverse el amparo directo, según el dato del SISE. El producto
de esta

operación aritmética corresponde al monto de los perjuicios, que se suma al


importe de

los daños, para obtener la cantidad que la quejosa deberá exhibir por dichos
conceptos,

para que surta efectos la suspensión concedida, lo cual deberá garantizar en


cualquiera

de las formas que la ley establece.”


Capítulo XVII

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO EN

EL AMPARO DIRECTO EN MATERIA FISCAL

Y ADMINISTRATIVA

Efraín Polo Bernal refiere lo siguiente:

“Constitucionalmente las fracciones III y IV del artículo 107 establecen que,


cuando se reclamen actos de tribunales administrativos, el amparo sólo procederá:
contra

sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio, respecto de las


cuales no

proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o reformados,
ya

sea que la violación se cometa en ellos, o que, cometida durante el procedimiento,


afecte a las defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo. Además, en
materia

administrativa, el amparo procede contra resoluciones que causen agravio no


reparable

mediante algún recurso, juicio o medio de defensa legal. No será necesario agotar
éstos

cuando la ley que los establezca exija, para otorgar la suspensión del acto
reclamado,

mayores requisitos que los que la Ley Reglamentaria del juicio de amparo requiera

como condición para decretar esa suspensión.”185

Por su parte Hugo Martínez García explica:

“El artículo 135 dispone que, cuando el amparo se solicite en contra de actos

relativos a determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o


créditos

de naturaleza fiscal, podrá concederse discrecionalmente la suspensión del acto


reclamado, la que surtirá efectos si se ha constituido o se constituye la garantía
del interés
fiscal ante la autoridad exactora por cualquiera de los medios permitidos por las
leyes

fiscales aplicables.

De acuerdo con el dispositivo antes invocado, el órgano jurisdiccional está


facultado para reducir el monto de la garantía o dispensar su otorgamiento, en los
siguientes

casos:

I. Si realizado el embargo por las autoridades fiscales, éste haya quedado firme y

los bienes del contribuyente embargados fueran suficientes para asegurar la


garantía

del interés fiscal;

II. Si el monto de los créditos excediere la capacidad económica del quejoso; y

III. Si se tratase de tercero distinto al sujeto obligado de manera directa o solidaria

al pago del crédito.

Así mismo dispone que, en los casos en que se niegue el amparo, cuando exista

sobreseimiento del mismo o bien cuando por alguna circunstancia se deje sin
efectos la

suspensión en el amparo, la autoridad responsable hará efectiva la garantía.

El concepto de contribuciones, para los efectos del artículo 135 de la Ley de


Amparo, comprende, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 2 del Código Fiscal
de la

Federación, los impuestos, aportaciones de seguridad social, contribuciones de


mejoras

y derechos.

El precepto también nos habla para los efectos de la suspensión de “créditos de

naturaleza fiscal”, y para tal efecto el artículo 4 del Código Fiscal de la Federación
precisa: “Son créditos fiscales los que tenga derecho a percibir el Estado o sus
organismos
descentralizados que provengan de contribuciones, de sus accesorios o de
aprovechamientos, incluyendo los que deriven de responsabilidades que el Estado
tenga derecho

a exigir de sus funcionarios o empleados o de los particulares, así como aquellos a


los

que las leyes les den ese carácter y el Estado tenga derecho a percibir por cuenta
ajena”.

El otorgamiento de la medida cautelar en contra de actos relativos a


determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o créditos de
naturaleza fiscal,

se nos indica, podrá concederse discrecionalmente la suspensión del acto


reclamado.

No obstante se ha establecido, que la medida cautelar por regla general debe


concederse, obviamente cuando el quejoso cubre los requisitos de procedencia y
efectividad, y qué cuando la autoridad responsable aduce, que con la concesión
se afecta el

interés social en contravención de lo previsto en la fracción II, del artículo 128 de


la

Ley de Amparo (fracción II del artículo 124 de la anterior Ley de Amparo) no basta

con que la autoridad responsable demuestre que el requerimiento de pago de


impuestos

formulado a un contribuyente deriva de la aplicación de una ley de orden público,


pues

estrictamente hablando de la observancia de cualquier disposición jurídica


constituye

una cuestión de orden público. La autoridad debe acreditar adicionalmente que


con el

otorgamiento de la medida cautelar efectivamente se ocasionarían perjuicios


capaces de

afectar la organización y funcionamiento de las funciones prestadas por el


Estado.”186

El amparo directo en materia fiscal y administrativa cada vez se ha vuelto más


recurrente y conforme el artículo 37 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la

Federación, fracción I, inciso b procede contra sentencias o resoluciones dictadas

por tribunales administrativos…sean locales o federales.

La vía para poder llegar ante el Tribunal Colegiado de Circuito mediante el

amparo directo exige de acuerdo a la técnica de este medio de control


constitucional agotar el medio de defensa ordinario ante la propia autoridad
emisora del

acto (normalmente es el recurso de revocación) y luego ante un órgano


jurisdiccional administrativo a través del juicio de nulidad.

Comprender la procedencia de la suspensión del acto reclamado en el amparo

directo administrativo o fiscal; requiere considerar que la naturaleza impugnativa


del

juicio de nulidad le confiere dos características relevantes que, para efectos de la


suspensión en el amparo directo en materia administrativa, lo distinguen
especialmente

de otra clase de juicios (del orden civil o laboral, en tanto que éstos son juicios de
instrucción), a saber: a) El juicio contencioso administrativo supone la existencia
previa

de una resolución dictada por una autoridad; y, b) Salvo el caso del juicio de
lesividad,

la parte demandada es una autoridad que, a diferencia de los particulares, se halla

revestida de imperio para ejecutar o mandar ejecutar sus propias determinaciones.

Lo anterior permite afirmar que aun cuando una sentencia que decrete el

sobreseimiento en el juicio de nulidad, o bien que reconozca la validez de la


resolución impugnada, en apariencia sea sólo declarativa y carezca de ejecución,
sin

embargo, si se soslayaran las características que han sido destacadas, se llegaría

a la falsa apreciación de que en tales hipótesis nunca procedería la suspensión,

y que las autoridades demandadas siempre podrían ejecutar con su imperio los
actos impugnados en el juicio contencioso administrativo, a pesar de que con

ello causaran a la parte quejosa en el amparo directo administrativo, daños


irreparables o de difícil reparación, lo que vendría a mermar considerablemente la

finalidad del juicio de amparo para la protección de las garantías.

En tales condiciones, los efectos producidos por una sentencia adversa a la

parte actora en el juicio de nulidad (bien sea porque sobresea o reconozca la


validez), se traducen en la ejecución, o bien en las consecuencias generadas por
los

actos impugnados, emitidos por la autoridad demandada, quien actúa bajo su


propio imperio (a diferencia de las partes en los amparos directos civiles y
laborales).

El análisis del tema de procedencia de la suspensión en el amparo directo


administrativo involucra de manera estrecha, no sólo el examen de los efectos de
la

sentencia o resolución reclamadas, sino también de la ejecución o consecuencias

de los actos controvertidos en el juicio contencioso administrativo, con la finalidad


de no hacer nugatoria la efectividad del juicio de amparo directo, pues si sólo

se suspendieran actos de la Sala responsable, entonces la autoridad demandada

podría llegar a ejecutar el acto impugnado, al estimar que no se dirigía a ella y,

por ende, tampoco la obligaba la orden de mantener las cosas en el estado en que

se encontraran187.

En este orden de ideas se puede afirmar que el objeto de la suspensión en el

amparo directo administrativo no consiste en prolongar los efectos de la medida

cautelar concedida en el juicio de nulidad de origen, porque de lo establecido en

los artículos 24 a 28 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo, se observa que aquélla únicamente produce efectos hasta que se
dicta la

sentencia definitiva o resolución que ponga fin al juicio contencioso administra-

tivo, por lo que no es jurídicamente posible revivirla o prolongarla a través del


juicio de amparo directo.

La medida cautelar otorgada en un juicio de nulidad, con arreglo a la Ley Federal


de Procedimiento Contencioso Administrativo, es distinta y carece de vinculación
con la suspensión solicitada en un juicio de amparo directo administrativo,

en los términos de la Ley de Amparo, motivo por el cual los efectos de aquélla no

repercuten en ésta, en tanto que son autónomas una de la otra.

Sostener lo contrario equivaldría a desnaturalizar el objeto de la suspensión

en el juicio de amparo directo administrativo, pues ésta se convertiría en una

mera prolongación o extensión de los efectos de una medida cautelar otorgada

con base en un ordenamiento distinto a la Ley de Amparo, y que, incluso, pudiera

llegar a convertir al Tribunal Colegiado, en un tribunal ad quem u órgano revisor

de la actuación de la Sala responsable, lo cual de suyo es incompatible con la

naturaleza del juicio de amparo directo.

En tal virtud, el objeto de la suspensión en el juicio de amparo directo, recae

en el análisis de los posibles efectos generados por la sentencia reclamada, en

estrecha relación con la ejecución o consecuencias de la resolución


impugnada188.

De lo hasta aquí expuesto se destaca que la procedencia del amparo directo

en materia fiscal y administrativa y la suspensión del acto reclamado es siempre

a petición de parte y surge cuando el quejoso señala como acto reclamado una

sentencia dictada por un tribunal administrativo sea federal o local, a través de la

cual declaró valida la resolución impugnada en el juicio respectivo y esa resolución


impone al gobernado solicitante del amparo prestaciones tributarias.

En estos casos los efectos de la suspensión serán contra la ejecución del fallo y

se rige por el artículo 135 de la Ley de Amparo, que a la letra dice:


“Artículo 135. Cuando el amparo se solicite en contra de actos relativos a
determinación, liquidación, ejecución o cobro de contribuciones o créditos de
naturaleza fiscal,

podrá concederse discrecionalmente la suspensión del acto reclamado, la que


surtirá

efectos si se ha constituido o se constituye la garantía del interés fiscal ante la


autoridad

exactora por cualquiera de los medios permitidos por las leyes fiscales aplicables.

El órgano jurisdiccional está facultado para reducir el monto de la garantía o


dispensar su otorgamiento, en los siguientes casos:

I. Si realizado el embargo por las autoridades fiscales, éste haya quedado firme y

los bienes del contribuyente embargados fueran suficientes para asegurar la


garantía

del interés fiscal;

II. Si el monto de los créditos excediere la capacidad económica del quejoso; y

III. Si se tratase de tercero distinto al sujeto obligado de manera directa o solidaria

al pago del crédito.

En los casos en que se niegue el amparo, cuando exista sobreseimiento del


mismo

o bien cuando por alguna circunstancia se deje sin efectos la suspensión en el


amparo,

la autoridad responsable hará efectiva la garantía.”

Del precitado artículo se desprende que cuando el amparo se pida contra cobros
fiscales podrá concederse la suspensión discrecionalmente, previo depósito

de la cantidad que se cobra.

Este artículo se concatena con el artículo 142 del Código Fiscal de la Federación
que en lo conducente señala:

“Artículo 142. Procede garantizar el interés fiscal, cuando:

I. Se solicite la suspensión del procedimiento administrativo de ejecución, inclusive


si dicha suspensión se solicita ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa en los términos de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo.

II. Se solicite prórroga para el pago de los créditos fiscales o para que los mismos

sean cubiertos en parcialidades, si dichas facilidades se conceden


individualmente.

III. Se solicite la aplicación del producto en los términos del Artículo 159 de este

Código.

IV. En los demás casos que señalen este ordenamiento y las leyes fiscales.

No se otorgará garantía respecto de gastos de ejecución, salvo que el interés


fiscal

esté constituido únicamente por éstos.”

Una vez garantizado el crédito fiscal lo conducente será suspender el


procedimiento de ejecución. También es de comentarse que con la ampliación de
las

funciones del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y al de otros órganos de

iguales características que existen en varias entidades y en la Ciudad de México,

esta materia recibe gran impulso.

Al tratarse de cobros fiscales o multas administrativas, el quejoso o agraviado

—promotor de la acción del amparo directo— necesita ofrecer la garantía


correspondiente si es que quiere gozar de la suspensión del acto reclamado.

La función jurisdiccional de carácter administrativo viene sentando sus reales

a medida que pasa el tiempo, aunque muchos estudiosos del Derecho Mexicano

quisieran que todo se controvirtiera a través del amparo indirecto.

Los tribunales administrativos nacieron en medio del estupor o rechazo casi

general, pero con base en un trabajo continuo y serio, en estos tiempos, ya se

puede confiar en ellos. Ejemplos: el Tribunal Federal de Justicia Administrativa,

el Tribunal Contencioso Administrativo de la Ciudad de México y a otros de las


diversas entidades federativas.

La justificación de los tribunales administrativos encierra un doble argumento: el


primero estriba en que se debe a una importante especialidad en la imparti-

ción de la justicia; y el segundo, a que el particular siempre tendrá expedita la vía

de amparo a fin de impugnar las resoluciones de esos tribunales.

En los cuadros siguientes se abordan aspectos relacionados con la suspensión

en el amparo administrativo que han sido resueltas y generados tesis por los
Tribunales Colegiados de Circuito.
En relación a la suspensión en los amparos directos contra Tribunales
Administrativos es pertinente transcribir la siguiente tesis:

“SUSPENSION EN EL AMPARO CONTRA TRIBUNALES ADMINISTRATIVOS.


Cuando se creó el amparo administrativo directo, en la ley quedó una laguna.

En efecto, en los artículos 5o., 44, 45, y 170 de la Ley de Amparo, el amparo
directo

anteriormente previsto se limitaba a las materias penal, civil y laboral, en que las
partes

carecen de imperio para ejecutar la sentencia judicial que constituye el acto


reclamado.

Luego, al pedir amparo directo contra el tribunal que dictó la sentencia, al


concederse

la suspensión en el incidente, dicha sentencia quedaba pendiente de ejecución, ya


que

los particulares contendientes carecen de imperio para ejecutarla. Pero cuando se


trata

de amparo directo en materia fiscal, o administrativa en general, es de verse que


la
sentencia reclamada es aparentemente sólo declarativa, ya que no constituye el
derecho

de las autoridades para ejecutar sus propias resoluciones con imperio, sino que
sólo

reconoce, en su caso, la validez de esas resoluciones. Ahora bien, resulta


manifiesto que

hay una laguna en la reglamentación legal del amparo directo administrativo, pues
si se

estimara que la sentencia que pone fin al juicio, al declarar la validez, es sólo
declarativa

y carece de ejecución, se llegaría a la situación de que nunca procedería la


suspensión, y

de que las autoridades contendientes podrían siempre ejecutar con su imperio los
actos

impugnados en el juicio administrativo, aunque con ello causaran a la parte


quejosa

daños irreparables o de difícil reparación, lo que vendría a mermar


considerablemente

la utilidad del juicio de amparo para la protección de las garantías. Y lo mismo


puede

decirse cuando la resolución del tribunal administrativo que pone fin al juicio es de
sobreseimiento o de incompetencia, etcétera, casos en que el particular actor
debe acudir

al amparo indirecto ante el Juez de Distrito, contra la resolución dictada en el juicio

administrativo, que le pone fin con resultados adversos a sus pretensiones. En


estos

casos, si se considerase que la resolución del tribunal administrativo que desecha


la

demanda, o que sobresee o declara incompetencia (o cualquier otra semejante)


carece
de ejecución, y se negase sistemáticamente la suspensión, el juicio de amparo
vendría a

quedar muy limitado en su eficacia tutelar de las garantías constitucionales, al


dejarse

a las autoridades demandadas en el juicio administrativo en libertad de ejecutar


sus

actos con su propio imperio, ya que los quejosos tendrían que litigar contra actos

consumados en forma irreparable o de difícil reparación; siendo de notarse que


cuando

se les concede el amparo, las autoridades no suelen estimar que el volver las
cosas a

la situación que tenían incluya la indemnización de los daños y perjuicios


(materiales

o no) causados a los quejosos con la ejecución de los actos reclamados que
fueron

encontrados inconstitucionales. E independientemente de cuál sea la


interpretación correcta del artículo 80 de la Ley de Amparo, este tribunal considera
que es necesario,

en atención a la laguna de la ley, en todos estos aspectos, conceder la suspensión


que

en amparo directo o indirecto, en los señalados, se solicite contra las


consecuencias de

la resolución reclamada del tribunal administrativo responsable, la cual en todo


caso

vendrá a condicionar la legalidad de la ejecución de los actos de las autoridades


demandadas, sean responsables o terceras perjudicadas en el amparo. Y en todo
caso, estas

autoridades, en cuanto lo son y pueden ejecutar con imperio los actos impugnados
en

el juicio administrativo que dio origen al amparo, quedan sujetas a la interlocutoria


de suspensión, pues aun cuando intervengan en el amparo como terceras
perjudicadas

(que bien podrían ser señaladas también como responsables, en atención a todas
las

consideraciones hechas), es de notarse que como parte en el juicio con imperio (y


no

como particulares sin él) quedan sujetas en todo a la interlocutoria de suspensión


ya

las responsables inherentes193.


apítulo XVIII

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO EN

EL AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL

La Ley de Amparo en su artículo 191 regula la suspensión del acto reclamado

en el amparo directo en los siguientes términos:

“Artículo 191. Cuando se trate de juicios del orden penal, la autoridad responsable

con la sola presentación de la demanda, ordenará suspender de oficio y de plano


la

resolución reclamada. Si ésta comprende la pena de privación de libertad, la


suspensión surtirá el efecto de que el quejoso quede a disposición del órgano
jurisdiccional de

amparo, por mediación de la autoridad responsable.”

Por su parte la fracción X, párrafo segundo, del artículo 107 constitucional y

el artículo 125 de la Ley de Amparo establecen:

“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución,

con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos


que

determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:

X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante

las condiciones que determine la ley reglamentaria, para lo cual el órgano


jurisdiccional

de amparo, cuando la naturaleza del acto lo permita, deberá realizar un análisis


ponderado de la apariencia del buen derecho y del interés social.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en


materia penal al comunicarse la promoción del amparo, y en las materias civil,
mercantil

y administrativa, mediante garantía que dé el quejoso para responder de los daños


y
perjuicios que tal suspensión pudiere ocasionar al tercero interesado. La
suspensión

quedará sin efecto si éste último da contragarantía para asegurar la reposición de


las

cosas al estado que guardaban si se concediese el amparo y a pagar los daños y


perjuicios consiguientes;”

“Artículo 125. La suspensión del acto reclamado se decretará de oficio o a petición

del quejoso.”

De los citados numerales se desprende que una vez presentada la demanda de

amparo directo ante la autoridad responsable, ésta ordenara la suspensión de


oficio y de plano de la resolución reclamada; por lo que es la propia autoridad
responsable la competente para decidir sobre la suspensión y sobre los requisitos
de

efectividad para que la misma surta efectos y sin poder exigir mayores requisitos

que los establecidos por la Ley de Amparo; los efectos de la suspensión


decretada,

en términos generales consistirá en la paralización o detención de la ejecución de

la sentencia penal, mientras que el amparo no sea resuelto.230

Rodolfo Campos Montejo

Si la sentencia reclamada impone una pena de privación de la libertad, los

efectos de la suspensión consiste en evitar que la autoridad administrativa


(CRESET, CEFERESO, Reclusorio, etcétera) la ejecute y quedará el quejoso a
disposición de la autoridad que conozca del amparo es decir, el Tribunal
Colegiado

de Circuito; los beneficios que una suspensión de esta naturaleza implica para el

quejoso que se encuentra recluido, es que por ejemplo, no podrá ser trasladado a

otro centro de internamiento o reclusión sin que previamente exista autorización

por la autoridad que conoce del juicio de amparo.

Sobre este particular resulta aplicable lo dispuesto en el artículo 163 de la Ley


de Amparo que indica:

“Artículo 163. Cuando el amparo se pida contra actos que afecten la libertad
personal dentro de un procedimiento del orden penal, de conformidad con lo
dispuesto en

el artículo 166 de esta Ley, la suspensión producirá el efecto de que el quejoso


quede a

disposición del órgano jurisdiccional que conozca del amparo, sólo en lo que se
refiere

a dicha libertad, pero a disposición de la autoridad que deba juzgarlo, para la


continuación del procedimiento.”

También es concordante el artículo 166 de la Ley de Amparo que a la letra

dice:

“Artículo 166. Cuando se trate de orden de aprehensión o reaprehensión o de


medida cautelar que implique privación de la libertad, dictadas por autoridad
competente,

se estará a lo siguiente:

I. Si se trata de delitos de prisión preventiva oficiosa a que se refiere el artículo 19

constitucional, la suspensión sólo producirá el efecto de que el quejoso quede a


disposición del órgano jurisdiccional de amparo en el lugar que éste señale
únicamente en lo

que se refiera a su libertad, quedando a disposición de la autoridad a la que


corresponda conocer el procedimiento penal para los efectos de su continuación;

II. Si se trata de delitos que no impliquen prisión preventiva oficiosa, la suspensión

producirá el efecto de que el quejoso no sea detenido, bajo las medidas de


aseguramiento que el órgano jurisdiccional de amparo estime necesarias a fin de
que no evada la

acción de la justicia y se presente al proceso penal para los efectos de su


continuación y

pueda ser devuelto a la autoridad responsable en caso de que no obtenga la


protección

de la justicia federal.
Cuando el quejoso ya se encuentre materialmente detenido por orden de
autoridad

competente y el Ministerio Público que interviene en el procedimiento penal solicite

al juez la prisión preventiva porque considere que otras medidas cautelares no


sean

suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el


desarrollo de

la investigación, la protección a la víctima, de los testigos o de la comunidad, así


como

cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente


por la

comisión de un delito doloso, y el juez del proceso penal acuerde la prisión


preventiva,

el efecto de la suspensión sólo será el establecido en la fracción I de este artículo.

Si el quejoso incumple las medidas de aseguramiento o las obligaciones derivadas

del procedimiento penal, la suspensión será revocada con la sola comunicación de


la

autoridad responsable.

En el caso de órdenes o medidas de protección impuestas en cualquiera de las

etapas de un procedimiento penal se estará a lo dispuesto en el penúltimo párrafo


del

artículo 128.”

De los citados numerales vale la pena señalar las siguientes consideraciones: a)

que el otorgamiento o concesión de la suspensión procede de oficio o de plano por

parte de la autoridad responsable, es decir, la que haya dictado la sentencia


definitiva

reclamada, bastando la sola comunicación de haberse interpuesto el amparo; b) la

paralización de los efectos que contengan pena de prisión o corporal, estriba en


evitar
que la autoridad administrativa la ejecute; y, c) esta autoridad administrativa es la

encargada de hacer cumplir las sentencias en los centros de reinserción social,


antes

denominadas simplemente cárceles, reclusorios y últimamente centros de


readaptación social o reinserción social.

Es importante considerar que el artículo 191 de la Ley de Amparo sufrió una


importante reforma el 17 de junio de 2016 por virtud de la cual se suprimió la
facultad a

la autoridad responsable en el juicio de amparo directo, de poder decretar la


libertad

caucional cuando se la solicitara el quejoso y esta fuera procedente.

Lo anterior implica que el normativo aludido, a partir de la reforma de referencia,


ya no prevé el supuesto de que la autoridad responsable (como ente auxiliador del
órgano jurisdiccional de amparo) pueda poner en libertad caucional al

quejoso —en tanto éste la llegue a solicitar y aquélla proceda—, como parte de la

suspensión del acto reclamado que debe decretar con motivo de la presentación

de una demanda de amparo directo en materia penal, a diferencia de cómo lo

establecía ese numeral antes de la enmienda indicada.

Conforme a la citada reforma tratándose de la suspensión en el juicio de amparo


directo en materia penal, es claro que se suprimió la facultad de la autoridad

responsable para decretar la libertad caucional del quejoso, en caso de solicitarse

y resultar procedente.

Lo anterior es acorde con el sistema constitucional de amparo directo penal,

en el cual el tema de la libertad provisional ya no tiene vinculación inmediata con

el trámite de dicho medio de control, porque ese aspecto de carácter sustancial

se rige, específicamente, en los términos del proceso penal natural de instancia

donde, de ser procedente, el imputado puede acceder a su libertad personal.

Por ende, en virtud de dicha reforma, con la presentación de la demanda,


únicamente subyace el deber para la autoridad responsable en suspender de
oficio

y de plano la ejecución de la sentencia que se reclama, ante lo cual, en caso de

que se haya impuesto en ésta pena privativa de la libertad, dicha suspensión sólo

tendrá el efecto de que el quejoso quede a disposición del Tribunal Colegiado232

Rodolfo Campos Montejo

de Circuito, por mediación de la autoridad responsable; de ahí que, atento a la

reforma mencionada, la autoridad responsable carece de facultad para otorgar la

libertad caucional al quejoso, en relación con la medida cautelar que de manera

oficiosa y de plano pronuncie.

Cabe señalar que el otorgamiento de la suspensión en el amparo directo penal


que en su caso otorgue la autoridad responsable no impide el ejercicio de las

facultades administrativas de las autoridades carcelarias; pues en estos casos los

alcances de la suspensión solo se limitaran a que el quejoso continuará privado

de su libertad, por lo que el estatus de interno y el régimen de vida penitenciaria

que padece dentro de determinado reclusorio, constituye una circunstancia no

comprendida en los alcances de la medida precautoria concedida. En esa tesitura,

el hecho de que el quejoso quede a disposición del tribunal colegiado, debido al

otorgamiento de la suspensión, no implica que dentro de las facultades de dicho

órgano esté la de intervenir en los actos de disposición que en el ejercicio de sus

atribuciones despliega la autoridad carcelaria y administrativa respecto de la


persona del quejoso, hecha excepción del supuesto en que llegaran a realizar
algún

acto vinculado directamente con la ejecución de la pena, objeto de la suspensión.

La medida de obtener en segunda instancia vía amparo directo presentado

ante la autoridad responsable tiene como fundamento el que quejoso o agraviado

no debe ser tratado —aún— en calidad de sentenciado, sino como una persona
sujeta a proceso.

La consecuencia natural del fallo que concede la suspensión, es que el acto

reclamado no se ejecute; que las cosas permanezcan en el estado en que se


encontraban al dictarse la sentencia recurrida, entre tanto se dicta resolución
definitiva

en el amparo; y si bien la suspensión no crea una situación jurídica, sí ordena que

se respete la existente; y en las sentencias definitivas dictadas en juicios del orden

penal, el efecto de la suspensión es el de considerar a los agraviados, no como

reos sentenciados, sino como encausados, y las autoridades responsables deben

vigilar por el exacto y debido cumplimiento del auto de suspensión. Un ejemplo

para comprender el beneficio de la suspensión obtenida por el sentenciado que

se encuentra recluido en un centro penitenciario a disposición del Tribunal


Colegiado de Circuito por mediación de la autoridad responsable; es el caso en
que el

Departamento de Prevención Social ordenó la remisión del reo a las Islas Marías;

y la Sala ante quien se pidió el amparo directo contra el fallo condenatorio, declara
que no es de ordenarse que se suspenda dicha traslación, dicha Sala altera la

situación jurídica creada por la suspensión y debió cumplir con lo dispuesto en el

artículo 158 de la Ley de Amparo; esto es que el reo no fuera trasladado y contra

tal situación lo que procede es el recurso de queja que deberá resultar fundado y

como consecuencia de ello retornar al reo a su centro de reclusión hasta en tanto

se resuelva el amparo.

De ahí que el artículo 18 de la Constitución establezca que el lugar de reclusión


debe ser distinto para las personas a quienes se les está instruyendo proceso,

que para los sentenciados o condenados.

Debe quedar claro que si el acto reclamado es una pena privativa de libertad,

la suspensión tendrá por efecto que el quejoso quede a disposición del tribunal
colegiado de circuito, pero la autoridad responsable no lo podrá poner en libertad
caucional si la solicita el quejoso; atendiendo a la reforma habida a la Ley de

Amparo el 17 de junio de 2016. En los cuadros siguientes se presentan algunos

aspectos resueltos por los tribunales colegiados en materia de amparo directo

penal con relación a la suspensión.


Por último se transcribe la tesis aislada sustentada por un tribunal colegiado

de circuito en la que se aborda lo relacionado con la libertad para los quejosos

que acuden al amparo directo en calidad de sentenciados argumentando lo


establecido en el artículo quinto transitorio del Código Nacional de Procedimientos

Penales.

“PRISIÓN PREVENTIVA. EL ARTÍCULO QUINTO TRANSITORIO DEL

DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN, ADICIONAN Y DEROGAN DIVERSAS


DISPOSICIONES, ENTRE OTRAS, DEL CÓDIGO NACIONAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA

FEDERACIÓN EL 17 DE JUNIO DE 2016, QUE PERMITE LA REVISIÓN Y


MODIFICACIÓN DE DICHA MEDIDA, A LOS INCULPADOS EN EL SISTEMA
PENAL

MIXTO, ES APLICABLE A LOS QUEJOSOS QUE ACUDEN AL JUICIO DE


AMPARO DIRECTO EN CALIDAD DE SENTENCIADOS, Y SOLICITAN SU
LIBERTAD

PROVISIONAL COMO PARTE DE LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO.

A partir de las reformas a diversas legislaciones en materia penal, publicadas en el


Diario Oficial de la Federación el 17 de junio de 2016, entre ellas, al Código
Nacional de

Procedimientos Penales, se incorporó al sistema de justicia penal mixto o


tradicional,

como una opción real y adicional a las figuras de la libertad provisional “bajo
caución”

o “bajo protesta”, que a la vez vino a ampliar las posibilidades a favor del
inculpado

para que pudiera intentar su libertad —de carácter provisional— en tanto el


proceso

penal concluyera en todas sus etapas y se dictara el fallo correspondiente, el


artículo

quinto transitorio del decreto de dichas enmiendas, que estableció la posibilidad de


que
la medida cautelar de prisión preventiva pudiera ser revisada y modificada para
quienes

son procesados conforme al sistema penal actualmente abrogado. Bajo este


contexto,

aunque por regla general, los instrumentos con los que cuenta el inculpado —
conforme

al sistema mixto— para gozar de su libertad personal en tanto se desarrolla el


proceso incoado en su contra (como lo son los tradicionales: libertad provisional
“bajo

caución” o “bajo protesta”, o bien, la revisión y modificación de la medida cautelar

de prisión preventiva, conforme al artículo transitorio indicado), dada su naturaleza

jurídica, son dables de proceder mientras el proceso penal respectivo subsista, o


sea,

es asequible que prosperen aun cuando el proceso se halle en segunda instancia.


Sin

embargo, cuando el quejoso acude al juicio de amparo directo en calidad de


sentenciado, dichas premisas generales llegan a contraer una excepción,
haciendo posible la

aplicación del artículo quinto transitorio del decreto, en términos del numeral 191
de

la Ley de Amparo, pues de la interpretación pro homine de ese precepto, en


conjunto

con el diverso 97, fracción II, inciso d), se colige que como parte de la suspensión
del

acto reclamado en el juicio de amparo directo (en la que se ordena suspender de


oficio

y de plano la sentencia impugnada), la autoridad responsable aún conserva la


facultad

para conceder o negar la libertad —de modo provisional— al quejoso, en tanto la

solicite y proceda, pues aunque esa potestad se derogó del artículo 191 con la
reforma
indicada, lo cierto es que sigue vigente la hipótesis de procedencia para el recurso
de

queja, en términos del numeral 97, fracción II, inciso d), deduciéndose, de ello, que
no

fue intención del legislador suprimir a la autoridad responsable la facultad aludida.


Entonces, aunque es verdad que las figuras de libertad provisional “bajo caución”
o “bajo

protesta”, o revisión y modificación de la medida cautelar de prisión preventiva,


fueron

establecidas en el sistema de justicia penal mixto o tradicional a favor de los


procesados

y, por regla general, no pueden aplicarse a los inculpados que han sido
sentenciados;

también lo es que lo anterior no puede ir en perjuicio de lo que autoriza el artículo


191

mencionado —interpretado en conjunto con el diverso 97, fracción II, inciso d) —,


respecto a la facultad que permite a la autoridad responsable dejar en libertad al
quejoso

(sentenciado), porque de lo contrario, nunca tendría aplicación dicho precepto,


pues

dada la naturaleza jurídica que guarda el amparo directo, el normativo referido


está ex

profesamente dirigido a regular quejosos que poseen el carácter de sentenciados


y no

de simples procesados, por lo cual, si se trata de una libertad provisional en


amparo

directo, en donde el proceso culminó con la sentencia definitiva de segunda


instancia,

no son las normas que rigen la concesión de dichos beneficios dentro del proceso
las

que prevalecen, sino las referidas al juicio de amparo cuando éste llega a ser
promovido
y aquéllos sean solicitados. Más aún cuando con la promoción del juicio de
amparo

directo, el fallo condenatorio se encuentra sub júdice a lo que se determine en el


controvertido constitucional, de lo que se sigue que la situación jurídica del
quejoso aún no se

encuentra definida y, por tanto, hasta en tanto se resuelva la instancia


constitucional, en

el estatus de prisión en la que se halla el quejoso (si estuviese en esa condición)


deben

permear y concurrir principios atingentes a la “prisión preventiva”, en los que ésta


es

una excepción a la regla general que es la libertad. Posición que es congruente


con la

teleología que caracteriza a la Ley de Amparo como garantía constitucional que


tienen

los gobernados para la protección de sus derechos fundamentales, pues no se


soslaya

que la facultad de que la autoridad responsable (como órgano auxiliador) en el


amparo

directo y como parte de la suspensión del acto reclamado, pueda pronunciarse


sobre la

libertad —de modo provisional— del quejoso, siempre ha estado presente en el


contenido de la Ley de Amparo (bajo la figura de la “libertad caucional”), incluso,
desde la

ley de la materia abrogada de 1936.”197


Capítulo XIX

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

EN EL AMPARO DIRECTO EN MATERIA

LABORAL

Su procedencia es a petición de parte agraviada en términos del artículo 190

de la Ley de Amparo; su trámite tiene un régimen especial que consiste en que

cuando se está en presencia de laudos o resoluciones que pongan fin al juicio,

dictados por tribunales del trabajo (amparo directo) o cuando se impugna la

última resolución que se dicte en el procedimiento de ejecución de un laudo en

materia laboral (amparo indirecto); en el primero de los casos le corresponderá

su otorgamiento o negativa al Presidente del Tribunal Laboral correspondiente;

y en el segundo de los casos al juez de distrito. El citado numeral reglamenta la

suspensión del acto reclamado en los siguientes términos:

“Artículo 190. La autoridad responsable decidirá, en el plazo de veinticuatro horas

a partir de la solicitud, sobre la suspensión del acto reclamado y los requisitos para
su

efectividad.

Tratándose de laudos o de resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por


tribunales del trabajo, la suspensión se concederá en los casos en que, a juicio del
presidente

del tribunal respectivo, no se ponga a la parte trabajadora en peligro de no


subsistir

mientras se resuelve el juicio de amparo, en los cuales sólo se suspenderá la


ejecución

en cuanto exceda de lo necesario para asegurar tal subsistencia.

Son aplicables a la suspensión en amparo directo, salvo el caso de la materia


penal,
los artículos 125, 128, 129, 130, 132, 133, 134, 135, 136, 154 y 156 de esta Ley.”

Del referido artículo se desprende la obligación al Presidente del Tribunal de

Trabajo responsable (y no de la junta que dictó el laudo), el deber de negar la

suspensión de la ejecución del laudo que beneficia a la parte trabajadora, ya sea

mediante la reinstalación provisional del obrero en cuanto se resuelve el juicio de

amparo o por el monto que estime necesario para su subsistencia.

En lo referente a la determinación de la suspensión en el amparo directo laboral la


autoridad responsable deberá observar las siguientes reglas: 1. Calcular el

tiempo en que ha de resolverse aquél (por regla general es de seis meses); 2.


Descontar del importe total de la condena, la cantidad equivalente al salario que
percibía el trabajador durante el plazo estimado de duración de la instancia de
amparo, para que ese monto sea entregado en efectivo al obrero; 3. Por el
sobrante,

conceder al patrón la suspensión solicitada, pues sólo de esta forma la medida no

afectaría la subsistencia del trabajador. Además, debe proveerse sobre los


daños238

Rodolfo Campos Montejo

y perjuicios que pudieran ocasionarse al trabajador con la medida suspensional,

que deben calcularse sobre el remanente de lo condenado una vez descontado el

importe necesario para asegurar su subsistencia, pues la consecuencia jurídica de

su otorgamiento, en caso de que no prospere la demanda de amparo intentada,

no sería la pérdida de la cantidad materia de la condena, sino el menoscabo que

le ocasiona no disponer, durante el tiempo que dure el juicio, de esos recursos


(daños), lo que se traduce en el impacto que la inflación tiene sobre esa cantidad,
por

lo que debe actualizarse; así como la privación de las ganancias lícitas (perjuicios)

que podría haber obtenido de incorporar dicha cantidad a su esfera jurídica


(intereses); 4. Para computar los daños, debe acudirse al Índice Nacional de
Precios al
Consumidor como factor de actualización, previsto en el artículo 7o., fracción II,

de la Ley del Impuesto sobre la Renta, que se obtiene de dividir el Índice Nacional

de Precios al Consumidor del mes más reciente del periodo, entre el


correspondiente al mes más antiguo, que se multiplicará por el importe del monto
base para

el cálculo de daños; y, 5. A efecto de calcular los perjuicios, lo prudente es tomar

en consideración el promedio de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio a

veintiocho días, o algún otro indicador similar, de los últimos seis meses, la que se

dividirá entre doce, se multiplicará por la cantidad de la condena disminuida con

lo fijado por la subsistencia y, luego, se multiplicará por los meses de duración

estimada del juicio198.

De acuerdo a criterios de Tribunales Colegiados de Circuito y atendiendo a

las circunstancias del caso, a fin de garantizar la subsistencia de la parte


trabajadora, debe negarse la suspensión del laudo por el importe de cuatro meses
de

salario mínimo, ello atendiendo al mínimo vital, pues dicha medida está destinada
a cubrir las necesidades básicas de las personas colocadas en situación
desfavorable, la cual está fundamentada en la dignidad humana, mientras se
resuelve

el juicio de amparo respectivo199.

Tal criterio tiene además su fundamento en el artículo 123 de la Constitución, la


Ley Federal del Trabajo y demás ordenamientos sobre el tema que son

ampliamente protectores de la clase trabajadora y que en esencia se sustenta: “en

prevenir la situación de peligro para el obrero que obtuvo laudo favorable de no

poder subsistir mientras se resuelva el juicio de garantías. Dicha disposición viene

a tutelar los derechos sociales de los trabajadores y a evitar que pueda sufrir agra-

vios la dignidad de su persona y de su familia por falta de salarios para subsistir.

Medida justa que se hace extensiva a los trabajadores al servicio del Estado.”200
Por ese motivo el artículo 152 de la Ley de Amparo también establece que

tratándose de laudos no debe concederse la suspensión en cuanto exceda de lo

necesario para asegurar la subsistencia del trabajador mientras se resuelve el


juicio de amparo. En la práctica lo que se hace es negar la suspensión por el
importe

entre cuatro a seis meses de salario y se concede por el excedente. Dicho artículo

a la letra dice:

“Artículo 152. Tratándose de la última resolución que se dicte en el procedimiento

de ejecución de un laudo en materia laboral la suspensión se concederá en los


casos en

que, a juicio del presidente del tribunal respectivo, no se ponga a la parte que
obtuvo,

si es la obrera, en peligro de no poder subsistir mientras se resuelve el juicio de


amparo,

en los cuales sólo se suspenderá la ejecución en cuanto exceda de lo necesario


para

asegurar tal subsistencia.”

Derivado de la interpretación del artículo 123 constitucional y las disposiciones


contenidas en los numerales 152 y 190 de la Ley de Amparo, la jurisprudencia

y la doctrina ha creado un sistema propio en materia de amparo que se rige tanto

por principios específicos como de orden general, generando un mecanismo que

atiende tanto la naturaleza del acto reclamado como a los efectos individuales

y sociales que es posible perturbar, además de los requisitos que debe cumplir

el quejoso para que responda de los daños y perjuicios que puedan causarse al

obrero; con tal proceder se pretende proteger al trabajador, quien en su carácter

de tercero interesado en el amparo, no podría subsistir mientras se tramita la

demanda de garantías.

Ahora bien, en virtud de que esta disposición no hace distinción alguna entre
los trabajadores de la iniciativa privada y aquellos al servicio del Estado que

hubiesen obtenido un laudo favorable a su pretensión de reinstalación, los del

sector público también tienen derecho a la misma protección cuando han sido

separados de su empleo de manera ilegal —por así haberlo declarado el órgano

jurisdiccional que les corresponde— por lo que la subsistencia del servidor público
debe garantizarse por la entidad pública quejosa, con la entrega que se le haga

del importe equivalente del salario que le correspondería por el tiempo estimado

de duración del juicio de amparo directo, suspendiendo la ejecución del laudo

por lo que hace a la reinstalación, y por el excedente del monto económico de la

condena201.

Por lo tanto el Presidente de la Junta o Tribunal del Trabajo deberá proveer

sobre la suspensión y decretar que el quejoso o agraviado, es decir, el patrón,

deberá exhibir la cantidad correspondiente en efectivo o billete de depósito de

alguna institución bancaria oficial por el equivalente entre cuatro a seis meses

de salario, que es el tiempo que se estima durará la tramitación y resolución del

amparo directo. Garantía que podrá exhibir el patrón en cualquiera de las formas

establecidas por la ley, lo que incluye la garantía prendaria, aplicando, en su caso,

el interés legal o la tasa de interés bancaria de equilibrio (TIIE) sobre la suma

restante de la condena202.

Cabe señalar que si para obtener la suspensión el quejoso opta por exhibir

garantía prendaria; en este caso también deberá aportar elementos necesarios

que demuestren la existencia física o material de los bienes a fin de hacer posible

establecer si el precio que avala la factura respectiva es actual.

En efecto, cuando en amparo directo el quejoso exhibe garantía prendaria

para obtener la suspensión, pero no aporta elementos necesarios que demuestren


la existencia física o material de los bienes, ni es posible establecer si el precio
que

avala la factura respectiva es actual, no debe tenérsele cumpliendo con la caución

fijada. Lo anterior, si se toma en cuenta que ese derecho real accesorio de prenda,

tiene como función asegurar al acreedor y empleado, el cumplimiento y


satisfacción de lo obtenido en el laudo; por tanto, un requisito esencial de la
prenda lo

constituye la puesta del actor en posesión de los bienes, o quedar en depósito del

propio patrón, que asumirá las obligaciones y consecuencias respectivas. De ahí

que, conforme al artículo 236, párrafo final, del Código Federal de Procedimientos
Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, previamente a tener al

quejoso garantizando los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse con la


obtención de la medida suspensiva, la Junta está obligada a dar vista al
trabajador,

a fin de que exprese lo que a su interés convenga, en relación con los bienes que

se proponen en garantía y cuyo importe asegure suficientemente las obligaciones


que se contraigan; ordenando, inclusive, la práctica de una inspección, con

asistencia del perito valuador con intervención del trabajador, a fin de verificar

la existencia física de los muebles, su descripción, las condiciones en que se


encuentren, y determinar su valor económico vigente, haciéndole saber al garante,

el compromiso de conservarlos y mantenerlos en el lugar convenido de depósito,

no pudiendo realizar disposición alguna, sin el consentimiento del empleado y la

autorización de la Junta203.

Como en otras materias, opera la mecánica para admitir o rechazar las garantías o
contragarantías por el interés que tenga el trabajador de ejecutar el laudo

reclamado; y procederá siempre que no deje sin materia el acto reclamado y se

convierta en imposible la restitución del patrón en la garantía individual violada.

La reclamación de daños y perjuicios por la exhibición de las garantías y las

contragarantías se hacen efectivas tramitándose el incidente de liquidación en los


términos del artículo 156 de la propia Ley de Amparo. En los cuadros
subsecuentes se

observan algunos aspectos relevantes de la suspensión en el amparo directo que


han

generado criterios de tesis o jurisprudencias en los Tribunales Colegiados de


Circuito.
Capítulo XX

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO

EN EL AMPARO DIRECTO EN MATERIA

AGRARIA

Cuando el acto reclamado sea una resolución dictada en materia agraria que

pueda tener por consecuencia la privación total o parcial, temporal o definitiva,

de los bienes agrarios del núcleo de población quejoso o su sustracción del


régimen jurídico ejidal o comunal, procederá el otorgamiento de la suspensión de

oficio.

Dicha medida cautelar debe decretarse en el mismo auto en que el juez admita la
demanda, comunicándose sin demora a la autoridad responsable, para su

inmediato cumplimiento; en estos casos la suspensión concedida a los núcleos de

población no requerirá de garantía para que surta efectos.

Por el contrario, si la suspensión es solicitada por personas distintas a un

núcleo de población ejidal o comunal en un asunto de naturaleza agraria, para

su otorgamiento deberá ser solicitada expresamente o a petición de parte, y para

que surta sus efectos, será necesario otorgar caución bastante para responder

de los daños y perjuicios que con su concesión se le puedan ocasionar al tercero

interesado216.

El otorgamiento o negativa de la suspensión peticionada exigirá el análisis de

los requisitos que al respecto exige la Ley de Amparo en sus artículos 128 y 132

que a letra dicen:

“Artículo 128. Con excepción de los casos en que proceda de oficio, la suspensión

se decretará, en todas las materias, siempre que concurran los requisitos


siguientes:

I. Que la solicite el quejoso; y


II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de

orden público. La suspensión se tramitará en incidente por separado y por


duplicado.”

Artículo 132. En los casos en que sea procedente la suspensión pero pueda
ocasionar daño o perjuicio a tercero y la misma se conceda, el quejoso deberá
otorgar

garantía bastante para reparar el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla
se

causaren si no obtuviere sentencia favorable en el juicio de amparo.

Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que
no

sean estimables en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el


importe

de la garantía.

La suspensión concedida a los núcleos de población no requerirá de garantía para

que surta sus efectos.”

Siguiendo las reglas contenidas en los artículos 176, 190 y 191 de la Ley de

Amparo tratándose de la demanda de amparo directo deberá presentarse por

conducto de la autoridad responsable, quien deberá decidir, en un plazo de


veinticuatro horas sobre la suspensión del acto reclamado y los requisitos para su

efectividad; siendo aplicables a la suspensión de amparo directo en la materia

agraria las reglas establecidas en los artículos 125, 126, 127, 128, 129, 130, 132,

133, 134, 135, 136, 154 y 156 de la citada legislación.

A los referidos numerales y reglas contenidas en ellas, se deberán tomar en

consideración las establecidas en el artículo 166 de la Ley Agraria el cual


establece:

“Artículo 166. Los tribunales agrarios proveerán las diligencias precautorias


necesarias para proteger a los interesados. Asimismo, podrán acordar la
suspensión del
acto de autoridad en materia agraria que pudiere afectarlos en tanto se resuelve
en definitiva. La suspensión se regulará aplicando en lo conducente lo dispuesto
en el Título

Segundo, Capítulo I, Sección Tercera, primera parte, de la Ley de Amparo.”

El referido artículo regula de manera específica la suspensión del acto de


autoridad cuando es solicitada en juicios promovidos ante el Tribunal Agrario
(juicio

agrario se aplica supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles

y está formado por las etapas de un juicio civil con la diferencia, que opera la

oralidad).

En este tipo de juicio la autoridad agraria podrá decretar o negar la suspensión del
acto reclamado con base en el referido numeral; las características de la

suspensión del acto reclamado previstos en el mencionado artículo presenta las

siguientes particularidades: a) El Tribunal Unitario Agrario no deberá invocar

ordenamientos diversos a esa ley para los casos de su procedencia y las


condiciones en que se otorgue; b) Podrá decretar la suspensión en el mismo
acuerdo

admisorio, o bien, formar un cuaderno incidental para decretar la suspensión

provisional y, previos los informes recabados, la suspensión definitiva; c) El


Magistrado Agrario deberá actuar en función de la problemática que presenta cada

caso concreto, a fin de lograr que el acto de autoridad impugnado se suspenda en

sus consecuencias, sin causar afectaciones irreparables a quienes intervienen en


la

contienda; y, d) Al no existir recursos ordinarios o medios de defensa dentro de la

Ley Agraria para controvertir estas determinaciones, pueden impugnarse en


amparo indirecto, conforme a la fracción IV del artículo 114 de la Ley de Amparo.

En estos casos al recibir la demanda del juicio agrario en el que se impugne

un acto de autoridad que, si llegare a consumarse, haga físicamente imposible

restituir al promovente en el goce de su derecho reclamado, el Tribunal Agrario


puede decretar la suspensión de oficio de ese acto, o decretar la suspensión de

plano, en el mismo auto en que admita la demanda, comunicándola sin demora a

la autoridad responsable para su inmediato cumplimiento; ordenar que las cosas

se mantengan en el estado que guarden, tomando las medidas pertinentes para

evitar la consumación de los actos de autoridad impugnados; y, conceder la


referida suspensión de oficio sin establecer garantía alguna para el promovente,
dado

que la Ley de Amparo sólo la prevé para la suspensión a petición de parte217.

En conclusión, en el amparo que nos ocupa está previsto que el Tribunal

Agrario que haya emitido la sentencia definitiva impugnada pueda: a) decretar

la suspensión de plano; b) ordenar que las cosas se mantengan en el estado que

guarden, tomando las medidas pertinentes para evitar la consumación de los actos
de autoridad impugnados; y, c) conceder la suspensión de oficio sin establecer

garantía alguna para el promovente, dado que la Ley de Amparo solo la prevé

para la suspensión cuando la solicita un quejoso que no es un núcleo de población


ejidal o comunal.
GLOSARIO

ACCIÓN DE AMPARO: gramaticalmente, el Diccionario de la Real Academia


Española, señala que al vocablo acción (del latín actio), como movimiento,

actividad, acusación. En sentido procesal, derecho a acudir a un juez o tribunal

recabando de él la tutela de un derecho o de un interés. Facultad derivada de un

derecho subjetivo para hacer valer en juicio el contenido de aquél.

ACLARACIÓN DE DEMANDA: acto por el cual el promovente del amparo

subsana la irregularidad o deficiencia que el juzgador haya advertido en el escrito

inicial, en acatamiento al auto preventivo, cuyo incumplimiento es la base y


fundamento de la determinación de tener por no interpuesta la demanda, al no
satisfacerse los puntos requeridos en los términos establecidos por la Ley de
Amparo.

ACLARACIÓN DE SENTENCIA: institución procesal la cual, sin reunir las

características de un recurso, tiene por objeto hacer comprensibles los conceptos

ambiguos, rectificar los contradictorios y explicar los oscuros, así como subsanar

omisiones y, en general, corregir errores o defectos. La anterior Ley de Amparo

no regulaba esta institución, pero siguiendo a la jurisprudencia la ley vigente, en

su artículo 74, último párrafo, acoge esta figura de forma oficiosa. Su empleo es

de tal modo necesario que la Suprema Corte deduce su existencia de lo


establecido en el artículo 17 constitucional y en la jurisprudencia, y sus
características

de las peculiaridades del juicio de amparo. Además, el juez o tribunal que dicte

la sentencia puede, válidamente, aclararla de oficio y solo respecto de ejecutorias.

Su naturaleza oficiosa no debe entenderse en el sentido de que haya vedado a las

partes solicitarla, pues siempre podrán hacerlo con base en el derecho


constitucional de petición. La finalidad de la aclaración de sentencia es corregir
errores

sencillos y objetivos.
ACTO ADMINISTRATIVO: manifestación unilateral de voluntad de los órganos
competentes del Estado, generalmente ejecutiva, por la cual exteriorizan

una decisión en ejercicio de su potestad pública, para crear, reconocer, modificar,

transmitir, declarar o extinguir derechos y obligaciones, a fin de satisfacer el


interés general.

ACTO CONSENTIDO EXPRESAMENTE: es el acto de autoridad que produce un


agravio en la esfera jurídica del gobernado, quien se ha conformado

expresamente con él o lo ha admitido por manifestaciones de voluntad de forma

verbal, escrita o a través de signos inequívocos.

ACTO CONSENTIDO TÁCITAMENTE: acto de autoridad del orden civil,

laboral, penal o administrativo que no hubiere sido reclamado en la vía de amparo


dentro de los términos que señala el artículo 17 de la ley de la materia.252

Rodolfo Campos Montejo

ACTO CONSUMADO: por consumar se entiende realizar o llevar a cabo

totalmente algo. Dicho verbo proviene del latín consumare que tiene este
significado. Por tanto, y para los efectos de la suspensión dentro del juicio de
amparo,

por acto consumado se entiende el que ya se ha ejecutado o realizado en su

totalidad, o sea, en su emisión y en sus efectos y consecuencias. Tratándose de

actos que no se agotan con su solo dictado y que no sean de índole meramente

declarativa, la citada medida cautelar opera para evitar que se produzcan los

efectos y consecuencias en que se traduzca su ejecución. La consumación de un

acto se registra cuando se ha realizado totalmente antes del emplazamiento a las

autoridades responsables en el juicio de amparo de que se trate, en cuyo caso es

improcedente la suspensión.

ACTO DE AUTORIDAD: manifestación unilateral, externa y definitiva de


voluntad que expresa una decisión de carácter imperativo y coercitivo de un
órgano del Estado, el cual, en ejercicio de su potestad pública, crea, reconoce,
modifica, transmite o extingue derechos u obligaciones que pueden producir una

afectación a los intereses jurídicos del gobernado.

Para los efectos de la nueva Ley de Amparo, los particulares tendrán la calidad de
autoridad cuando realicen actos equivalentes a los de una autoridad, y

cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

ACTO DECLARATIVO: es aquel que se limita a evidenciar una situación

jurídica determinada, pero que no implica modificación alguna de derechos o de

situaciones existentes.

ACTO DERIVADO DE OTRO CONSENTIDO: es aquel que es consecuencia


inmediata y directa de otro que, habiendo afectado los intereses de un particular,
no fue impugnado oportunamente y contra el cual es improcedente el juicio

de amparo, a menos que el acto derivado se impugne por vicios propios.

ACTO JURÍDICO: es un hecho humano, voluntario o consciente y lícito que

tiene por objeto establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear, transferir,

transmitir, modificar o extinguir derechos y obligaciones.

Se caracteriza porque se lleva a cabo de manera consciente y de forma voluntaria,


unilateral o bilateral, con el propósito de establecer vínculos jurídicos entre

varias personas para crear, modificar o extinguir determinados derechos.

Un acto jurídico es una manifestación de voluntad, cuyo fin es provocar


consecuencias de derecho.

Desde su nacimiento hasta su fallecimiento, el ser humano, se encuentra


involucrado en un sin número de actos jurídicos; por ejemplo el matrimonio, la
firma

de un documento, la oferta o policitación, la contratación de un seguro, etcétera.

ACTO INSUBSISTENTE: es aquel que habiendo sido emitido por la autoridad


responsable, es revocado o nulificado, en forma unilateral o espontánea, por

dicha autoridad, por otra de superior jerarquía o bien, por una sustituta, de ma-
nera que se destruye toda posibilidad de que sus efectos se realicen o se
continúen

realizando en perjuicio del quejoso.

ACTO RECLAMADO: en su sentido literal, conforme señala el Diccionario

de la Real Academia Española, el vocablo acto (del latín actus) quiere decir, en

forma genérica, ejercicio de la posibilidad de hacer o resultado de hacer.

A su vez, el término reclamado es participio pasado del verbo reclamar. Éste,

de acuerdo con el referido Diccionario, significa en su acepción general (al


originarse del latín reclamare, de re y clamare, gritar, llamar) “clamar o llamar con
repetición o mucha instancia”, “llamar o pedir con derecho con mucha instancia”,

o bien “clamar contra algo, oponerse de palabra o por escrito. Reclamar contra

un fallo o un acuerdo”.

En la técnica del amparo, el acto reclamado consiste en un hacer, un no hacer

e incluso la probabilidad de hacer, que el quejoso o agraviado imputa a la


autoridad responsable, como violatorios de derechos fundamentales.

En efecto, el sujeto activo en la realización del acto reclamado es una autoridad


responsable. A ésta se pueden imputar básicamente tres tipos de actos: a)

los que impliquen un hacer (actos positivos); b) los que conlleven un no hacer o

abstención (actos negativos), y c) los que aún no se han realizado, pero respecto

de los cuales el quejoso puede probar que necesariamente se van a producir


como

consecuencia de otros efectuados por la autoridad (actos futuros inminentes).

El sujeto pasivo del acto reclamado es siempre un quejoso o agraviado que

en la demanda correspondiente afirma sufrir una transgresión de los derechos

humanos de los que considera que es titular.

ACTOS CONSUMADOS DE IMPOSIBLE REPARACIÓN: aquellos que al

realizarse y ejecutarse en todos y cada uno de sus efectos y consecuencias, física


y materialmente no pueden ser restituidos al estado en que se encontraban antes

de cometerse las violaciones reclamadas y, por ello, en su contra resulta


improcedente el juicio de garantías en términos de lo dispuesto en el artículo 61,
fracción

XVI, de la Ley de Amparo.

ACTOS DE TRACTO SUCESIVO: son aquellos que se consuman de momento a


momento, en los que la autoridad actúa de manera continua, permanente e

ilimitada, con objeto de que en el transcurso del tiempo el acto siga produciendo

sus efectos, y que van encaminados a un fin determinado.

ACTOS DE PARTICULARES: al tenor de la nueva Ley de Amparo es posible que


se reclamen a través del juicio de amparo aquellos actos de particulares

que vulneren derechos fundamentales, cuando aquellos actos sean realizados


actuando de forma equivalente a una autoridad y que estén determinados por una

norma general. En este supuesto, la autoridad particular se ubica en una relación

de supra a subordinación respecto del quejoso, ejerciendo una fuerza de imperio,

cubriéndose de un ropaje estatal y actuando como si fuera una entidad


pública,254

Rodolfo Campos Montejo

en virtud de una autorización del propio estado a través de una ley en sentido

amplio.

ACTOS EJECUTADOS DESPUÉS DE CONCLUIDO EL JUICIO: los que

se realizan después de pronunciada la sentencia ejecutoria, esto es, los


correspondientes a su ejecución, y que son reclamables a través del juicio de
amparo

indirecto. Por ejemplo, el cumplimiento voluntario de la sentencia, incidente de

liquidación de intereses, incidente de regulación de costas, procedimientos de


ejecución de la sentencia, etcétera.

Se subdividen: a) En ejecución de sentencia, son los que preparan la ejecución

aunque no lo hagan directamente; y b) Para la ejecución de sentencia, son los


encaminados de manera directa, inmediata y específica a cumplir el fallo.

ACTOS FUERA DE JUICIO: actos impugnables a través del amparo indirecto que
la autoridad judicial, administrativa o del trabajo ejecuta, ajenos a todo

procedimiento propiamente dicho; este último, —abarca desde la presentación de

la demanda, hasta el dictado de la sentencia definitiva, en el cual la parte pudiera

hacer uso de las defensas y excepciones legalmente establecidas.

De tal manera se está en presencia de actos fuera de juicio cuando el acto del

órgano jurisdiccional se realizó antes de que iniciara el juicio, como por ejemplo

los medios preparatorios a juicio o procedimientos no contenciosos (siempre que

tiendan a constituir un derecho que deba ser discutido en el juicio). El juicio


comienza con la demanda y termina con la sentencia.

ACTOS FUTUROS INCIERTOS: son aquellos cuya ejecución es remota y

que no existe una certeza clara y fundada de su realización, y que al no producir

efecto alguno de derecho, dada su inexistencia material, no producen agravio en

la esfera jurídica del gobernado y, por tanto, el juicio de garantías es improcedente


en su contra. Esto es, no hay certeza de que la autoridad considerada responsable
actuará de la manera en que lo estima el quejoso.

De acuerdo con la jurisprudencia, no procede conceder el amparo cuando se

reclaman actos de esta naturaleza. Por ejemplo cuando el quejoso aduce como

motivo de su demanda de amparo la factibilidad de que su contraparte pudiera

promover un embargo precautorio para garantizar las prestaciones reclamadas,

caso en el cual estima que se afectaría el inmueble de su propiedad, circunstancia

que no puede considerarse ni como probable ni como inminente, pues el momento


idóneo para acudir al amparo será solo cuando se presente esa situación.

ACTOS FUTUROS INMINENTES O CIERTOS: habrán de dictarse forzosamente


como consecuencia legal, futura e ineludible de los ya actualizados, así como
aquellos que derivan de forma lógica, directa y necesaria de otros existentes,

de tal manera que, con ciertas formalidades, puede asegurarse que se ejecutarán
en breve y sin lugar a dudas.

La Suprema Corte ha dicho que actos de esta naturaleza son aquellos cuya

existencia es indudable y solo falta que se cumplan determinadas formalidades

para que se ejecuten.

ACTOS NEGATIVOS: los que la autoridad responsable se rehúsa a acceder

o a hacer algo a favor de lo solicitado por el gobernado o no realiza el acto que

la ley le ordena, lo que da como resultado una violación a los derechos


fundamentales de aquél.

Existen actos negativos que se traducen en efectos positivos de las autoridades,


apartándose del rehusamiento que caracteriza a los actos puramente negativos,
contra los que procede la suspensión en los términos previstos por la Ley

de Amparo.

ACTOS POSITIVOS: atribuidos a la autoridad señalada como responsable,

que consisten en hacer en ejercicio de sus atribuciones, lo cual se traduce en


actos

que, en opinión del quejoso, vulneran sus derechos humanos o sus derechos
derivados de la distribución de competencias entre la Federación y los Estados.
En

este tipo de actos, el efecto de la sentencia concesoria de amparo será restituir al

quejoso en el pleno goce del derecho humano violado, restableciendo las cosas al

estado que guardaban antes de la violación.

ACTOS PROHIBITIVOS: implican una orden o conducta positiva de la autoridad,


tendente a impedir una conducta o actividad del particular, es decir, son

aquellos que ordenan al gobernado una abstención, un no hacer.

ACUERDO: este concepto tiene diversos significados. Equivalente a concierto

a que llegan dos o más personas respecto de algún punto o tópico. Indica también

el mismo cuerpo de personas que se reúnen para deliberar y tomar decisiones

sobre alguna cuestión. En esta acepción se empleaba la palabra “acuerdo” en el


Derecho Español. En el Derecho Mexicano el mencionado concepto equivale a

determinación, decisión u orden de autoridad, siendo, en consecuencia, una de las

formas expresivas del acto reclamado. En este sentido el acuerdo puede prevenir

de autoridades administrativas o judiciales, guardando cierta sinonimia con el

vocablo “decreto”.

ACUMULACIÓN DE JUICIOS: institución procesal que procede, de oficio o

a instancia de parte, con la finalidad de acatar el principio de economía procesal,

traducido en que en una sola audiencia se resuelvan dos o más juicios de


garantías en los que exista identidad del o de los actos reclamados, de
autoridades,

identidad o diversidad de quejosos, de juzgados y cuando el juicio se tramite ante

el superior del tribunal a quien se impute la violación de derechos o del sistema

de distribución de competencias entre la Federación y los Estados.

ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: es el conjunto de órganos que integran la

administración pública centralizada y la paraestatal, mediante los cuales el Estado,


las entidades de la Federación, los municipios y los organismos descentrali-256

Rodolfo Campos Montejo

zados, realizan diversas funciones para satisfacer las necesidades colectivas que

constituyen el objeto de los servicios públicos, los cuales se desarrollan de manera

permanente y continua, y siempre de acuerdo con lo que dicta el interés público.

ADMISIÓN Y DESECHAMIENTO DE LA DEMANDA: en forma general,

la admisión de la demanda es un acto del juzgador por virtud del cual declara

que la promoción del actor es eficaz para continuar con los actos del proceso.

Ello no significa que quien la promueve se encuentre legitimado para obtener una

sentencia favorable de fondo.

El tema de la admisión de la demanda de amparo se encuentra regulado en la


Ley de Amparo respecto de la sustanciación del amparo indirecto (artículos del

112 al 124) y del amparo directo (artículos 179 al 189). En ambos supuestos el

juzgador debe analizar si desecha, previene o admite la demanda.

El desechamiento, la prevención y la admisión en amparo indirecto: para este

tipo de amparo, el artículo 113 de la Ley de Amparo establece la hipótesis de

desechamiento; el 114, los supuestos de la prevención; en tanto que el 115, la

admisión de la demanda y sus consecuencias inmediatas.

Dice el citado artículo 113: “El órgano jurisdiccional que conozca del juicio

de amparo indirecto examinará el escrito de demanda y si existiera causa


manifiesta e indudable de improcedencia la desechará de plano.”

Por ello, se hace necesario establecer qué debe entenderse por motivo manifiesto
e indudable de improcedencia para los efectos de este precepto.

Desde el punto de vista gramatical, el vocablo manifiesto quiere decir descubierto,


patente, claro; mientras que la voz indudable significa que no se puede

poner en duda, evidente, claro, patente. Y aun cuando estas palabras presenten

cierta sinonimia, el Poder Judicial de la Federación ha sostenido que los términos

manifiesto e indudable no son sinónimos.

AGRAVIO: debe entenderse como la lesión o afectación de los derechos e

intereses jurídicos de una persona, en especial, a través de una resolución judicial,

y por extensión, también cada uno de los motivos de impugnación expresados en

el recurso de apelación contra una resolución de primera instancia.

AGRAVIO PERSONAL Y DIRECTO: véase principios del amparo.

AGRAVIO PROCESAL: es el razonamiento jurídico, que se formula en cualquier


recurso procesal para demostrar la ilegalidad del auto o sentencia que se

impugne. Su expresión es indispensable para que en tal recurso se examine dicho

vicio, pues el órgano judicial que de tal medio impugnativo conozca no puede

analizar oficiosamente si la resolución atacada viola o no la ley, salvo que se trate


de la revisión de oficio que se prevé en diversos códigos adjetivos.

ALEGATOS: del latín allegatio, alegación en justicia: es la exposición oral

o escrita de los argumentos de las partes sobre el fundamento de sus respectivas

pretensiones, una vez agotada la etapa probatoria y con anterioridad al dictado

de la sentencia de fondo en las diversas instancias del proceso.

Argumento o discurso en favor de alguien. Escrito en el cual el abogado expone


las razones que sirven de fundamento al derecho de su cliente e impugna

las del adversario.

Conclusiones de las partes en el proceso. Consisten en argumentos tendientes

a demostrar, con las pruebas aportadas al proceso, la aplicación de la norma


invocada al caso concreto, respecto de las cuestiones que integran la litis.

AMPARO: literalmente, amparo se relaciona con la voz amparar (del latín

anteparare, prevenir), la cual quiere decir favorecer, proteger; valerse de la


protección de alguien o algo; defenderse. Como el término amparar lleva implícito
el de

proteger, cuando nuestros juzgadores federales dictan resolución estimatoria para

el quejoso, según fórmulas como la siguiente: “La Justicia de la Unión ampara

y protege…”, en realidad están incurriendo en un pleonasmo. Sin embargo, la

práctica ha consagrado esta expresión.

El amparo es un proceso constitucional que tiene por objeto anular, en los

casos concretos, los actos de autoridad contrarios a la Constitución, realizados

en perjuicio de los gobernados, mediante la actuación de los órganos competentes

del Poder Judicial de la Federación.

En el caso del amparo, se está en presencia de un método heterocompositivo

de solución de litigios de naturaleza constitucional, entre el quejoso y la autoridad


responsable, en el que el primero tiene como pretensión fundamental que se

declare que el o los actos de la segunda, que se combaten, son violatorios de la


norma suprema. El citado método tiene dos modalidades: a) amparo indirecto,

que es un verdadero proceso jurisdiccional autónomo, y b) amparo directo que,

es un proceso jurisdiccional de impugnación.

Se habla del amparo como un proceso constitucional, ya que los procesos

constitucionales son aquellos destinados a solucionar los conflictos sobre la


interpretación y aplicación de normas constitucionales.

El objeto del amparo es anular, en el caso concreto, los actos de autoridad

contrarios a la Constitución. Esto es así porque la pretensión del quejoso es que


se

deje sin efecto algún acto que se reputa como violatorio de “derechos
fundamentales”, a través del efecto restitutorio previsto en el artículo 77 de la Ley
Amparo.

AMPARO ADHESIVO: lo podrá promover la parte contraria al quejoso.

Su finalidad es que quien promueva el amparo adhesivo, deberá hacer valer

todas las violaciones procesales que considere se cometieron en su perjuicio. La

sanción de no promover el amparo adhesivo es que esas violaciones se tendrán

por consentidas y ya no podrán ser materia de un amparo posterior (artículo 174

de la Ley de Amparo). La finalidad de crear esta nueva institución es concentrar y

dar celeridad al amparo directo. Se trata de aglutinar en un solo juicio, el


análisis258

Rodolfo Campos Montejo

de todas las posibles violaciones cometidas en el proceso, para resolverlas todas

de manera conjunta.

Con esta medida se busca evitar la práctica abusiva e indeterminada de multitud


de amparos, que van y vienen de los tribunales colegiados hacia las autoridades
responsables y de nueva cuenta, de éstas hacia los tribunales colegiados.

Asimismo, se pretende abatir la práctica del llamado amparo, que tanto daño le

ha hecho a la administración de justicia.


El amparo adhesivo tiene su fundamento en la fracción III, segundo párrafo

del inciso a) del artículo 107 de la Constitución; ahí se apunta que el quejoso

deberá hacer valer en su demanda de amparo, todas las violaciones procesales a

que hubiera lugar y que la parte que hubiera salido beneficiada con la sentencia

de la cual es objeto el amparo directo, respecto de la cual tenga interés jurídico en

que dicha sentencia subsista, deberá presentar amparo en forma adhesiva al que

presentó la parte a la que le afecta la sentencia ordinaria emitida.

El amparo adhesivo tiene gran similitud con el recurso de revisión adhesivo,

el cual está previsto en el artículo 82 de la nueva Ley de Amparo. Rigen al amparo


adhesivo las disposiciones de los artículos 174, 176, 181 y 182 de la ley de

la materia.

Las reglas que rigen al amparo adhesivo son: a) El quejoso deberá hacer valer

todas las violaciones procesales que estime se cometieron en su perjuicio, a pesar

del que el fallo le fue favorable; b) las violaciones procesales que no haga valer

se le tendrán por consentidas; c) deberá precisar la forma en que trascendieron

esas violaciones en su perjuicio, no obstante de que la sentencia le fue favorable;

d) el tribunal colegiado deberá resolver respecto de todas las violaciones


procesales que se le hagan valer y aquella que, en su caso, advierta en suplencia
de la

queja; e) si las violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el

tribunal colegiado, en suplencia de la queja, las hizo valer de oficio, no podrán ser

materia de concepto de violación ni de estudio oficioso en juicio de amparo


posterior; f) si el tribunal colegiado de circuito admite la demanda de amparo
directo

y manda a notificar a las partes el acuerdo relativo, se tendrá un plazo de 15 días

para promover el amparo adhesivo (no caer en confusiones el amparo principal

siempre se presentará por conducto de la autoridad responsable según el artículo


176 de la Ley de Amparo). Mientras que el amparo adhesivo y el término para su

interposición lo regula el artículo 181 de la nueva Ley de Amparo; g) es la parte

que haya obtenido sentencia favorable la que tendrá derecho al amparo adhesivo;

h) se tramita en el mismo expediente y se resuelve en una sola sentencia, tanto

el amparo principal, como el amparo adhesivo; i) el amparo adhesivo se ubica

en uno de los principios generales del derecho: lo accesorio sigue la suerte de lo

principal, ya que sigue la misma suerte procesal del amparo principal, por
consiguiente, de negarse o sobreseerse el amparo principal, debe sobreseerse el
ad-

hesivo (artículo 182 de la Ley de Amparo, primer párrafo); j) procederá cuando

el adherente trate de fortalecer las consideraciones vertidas en el fallo definitivo

para no quedar en estado de indefensión; k) los conceptos de violación deberán

estar encaminados a fortalecer las consideraciones de la sentencia definitiva,


laudo o resolución que ponga fin al juicio, que determinaron el resolutivo favorable

a los intereses del adherente, o a impugnar las que concluyan en un punto


decisorio que le perjudica; l) se deberán hacer valer todas las violaciones
procesales que

se hayan cometido, siempre que pudieran trascender al resultado del fallo y que

respecto de ella el adherente hubiese agotado los medios ordinarios de defensa, a

menos que se trate de los casos donde opera la suplencia de la queja; m) la falta

de promoción del amparo adhesivo hará que precluya el derecho de quien obtuvo
sentencia favorable para alegar posteriormente las violaciones procesales que

se hayan cometido en su contra; n) el tribunal colegiado de circuito, respetando

la lógica, resolverá integralmente el asunto para evitar, en lo posible, la


prolongación de la controversia; y, ñ) con la demanda de amparo adhesivo se
correrá

traslado a la parte contraria para que exprese lo que a su interés convenga.

El amparo adhesivo es un derecho que se le otorga a la parte que haya obtenido


sentencia favorable y a la que tenga interés jurídico en que subsista el acto
reclamado. Se tramita en el mismo expediente del amparo principal y se resuelve

en una sola sentencia. A través de este amparo el quejoso trata de fortalecer las

consideraciones vertidas en el fallo definitivo.

AMPARO ADMINISTRATIVO: este tipo de material de amparo abarca la

impugnación constitucional de todos los actos material y formalmente


administrativos que emanan de los órganos estatales de la misma índole, así
como las

sentencias que se dicten en el proceso contencioso administrativo. En el primer

caso se trata del amparo bi-instancial y en el segundo del amparo uni-instancial.

AMPARO AGRARIO: Humberto Ruiz Torres lo define como el: “Procedimiento


administrativo de carácter tutelar o protector del derecho social de los

núcleos de población ejidal o comunal y de los ejidatarios y comuneros, así como

de las pretensiones de derechos de aquellos que pertenezcan a la clase


campesina.

El actual amparo agrario, que desde la perspectiva técnica es un mero


procedimiento administrativo ante los jueces de Distrito, tiene diversas
particularidades, entre los que pueden destacarse las siguientes: a) no se
establecen los

requisitos de la demanda de amparo, lo cual revela la ausencia de formalismos, a

diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, con la reforma de 1963, antes citada,

cuyo art. 116 bis contempló requisitos simplificados para tal escrito; b) el no
acreditamiento de la personalidad da lugar a la prevención y a que se requiera a
las

autoridades respectivas las constancias que sean necesarias (art. 215); c) cuando

se trata de actos privativos en perjuicio de un núcleo de población ejidal o


comunal, la demanda puede interponerse en cualquier tiempo (art. 217); d) la
ausencia260

Rodolfo Campos Montejo


o falta de copias de la demanda no da lugar a la prevención, sino a que el
juzgador, de oficio, mande sacarlas (art. 221); e) el juzgador debe recabar, de
oficio, las

pruebas que puedan beneficiar a las entidades o personas sujetos de protección

de amparo agrario (art. 225); f) el juzgador debe analizar la constitucionalidad

del acto reclamado como haya sido probado ante la responsable, aun cuando

esos actos sean distintos de los invocados en la demanda, si ello es en beneficio


de

los núcleos de población o de los ejidatarios o comuneros en lo individual (art.

225); g) los juzgadores deben acordar las diligencias necesarias para precisar los

derechos agrarios de los sujetos protegidos por el derecho agrario, así como la
naturaleza y los efectos de los actos reclamados (art. 226), lo que implica una
clara

facultad de investigación, que se sobrepone a la mera tarea del juez imparcial; h)

se debe suplir la deficiencia de la queja, de las exposiciones, comparecencias y


alegatos, a favor de las entidades e individuos, sujetos de la protección del
amparo

agrario (art. 227), lo que rebasa, por mucho, el marco del art. 76 bis de la propia

Ley de Amparo (contenido en el Libro primero), ya que éste solo permite dicha

suplencia respecto de los conceptos de violación de la demanda y de los agravios

formulados en los recursos; i) la falta de copias al interponer el recurso de revisión


no da lugar a la prevención, sino a que el juzgador mande sacar las copias

faltantes; j) en cuanto a las entidades e individuos que protege el amparo agrario,

no procede el desistimiento, a menos que lo acuerde expresamente la Asamblea

General; no se sobresee por inactividad procesal; no se decreta, en su perjuicio, la

caducidad de la instancia; no opera el consentimiento expreso, a menos que sea

formulado por la Asamblea General (art. 231); k) procede la suspensión de oficio,

la que se decreta de plano en el auto en que se admita la demanda (art. 233); l) la


suspensión concedida a los núcleos de población no requiere el otorgamiento de

garantía para que surta sus efectos (art. 234).”

AMPARO CIVIL: este tipo material de amparo procede contra cualesquiera

actos que emanen de alguna autoridad judicial que conozca de controversias de

carácter civil o ante la que se desarrollen procedimientos no contenciosos de

acuerdo a su competencia legal. El amparo civil abarca también los actos


derivados de los procesos de índole mercantil que se sigan ante tribunales civiles.

AMPARO CONTRA LEYES: es el procedimiento constitucional autónomo

—también denominado biinstancial— que se ejercita por la vía de acción. Es

competencia de los juzgados de distrito en los supuestos específicos que prevén

los artículos 103 y 107, fracciones VII y VIII, inciso a) de la Constitución y 107,

fracción I, de la Ley de Amparo, cuando en la demanda se impugne la


inconstitucionalidad de un acto o de una ley secundaria federal o local, resultado
de la

actuación del Congreso de la Unión, de las legislaturas locales o de los demás

órganos encargados del ejercicio ordinario de la función legislativa, así como de

un tratado internacional o reglamento de observancia general, expedido por el

presidente de la República o por alguno de los gobernadores de los estados, que

por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto de aplicación, cause

perjuicio al quejoso, en cuyo caso especial, deberán señalarse en la demanda,

como autoridades responsables, a los titulares de los órganos del Estado a los que

se les encomiende la expedición, promulgación, refrendo y publicación de la ley.

Las sentencias dictadas en este medio de control constitucional emitidas por

las salas o el pleno de la Corte que lleguen a establecer jurisprudencia por


reiteración, darán lugar a la declaratoria general de inconstitucionalidad prevista
en los

artículos 231 a 235 de la Ley de Amparo.


La declaratoria general de inconstitucionalidad no es aplicable a normas en

materia tributaria.

La sentencia emitida en este tipo de asuntos no deroga la ley reclamada, la

cual sigue vigente, pues conforme al principio de relatividad de las sentencias que

rige en el juicio de garantías, éstas sólo se ocuparán de los individuos particulares

o de las personas jurídicas colectivas, que hayan promovido el juicio


constitucional, sin hacer una declaración general respecto a la ley que la motivare,
por lo que

sus efectos se limitan a proteger al quejoso contra la aplicación presente y futura

de la norma impugnada; pues como ya se dijo, habrá que agotar el procedimiento


que marca la Ley de Amparo en los artículos citados, para que se obtenga la

declaración general de inconstitucionalidad.

AMPARO DIRECTO (UNI-INSTANCIAL): es el juicio, competencia de los

tribunales colegiados de circuito, que procede contra sentencias definitivas o


laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, respecto de los cuales no proceda

recurso ordinario alguno por el que puedan ser modificadas o revocadas, ya sea

que las violaciones se cometan en las resoluciones motivo de impugnación, o se

hubieren cometido durante el procedimiento correspondiente a condición, en este

último caso, de que afecten las defensas del quejoso y trasciendan al resultado

del fallo.

AMPARO INDIRECTO (BI-INSTANCIAL): es un proceso constitucional,

cuya competencia corresponde a los tribunales federales en términos de lo que

previenen los artículos 103 y 107, fracciones III, incisos b) y c), IV, VII y VIII,

de la Constitución y 107 de la Ley de Amparo, esto es, cuando en la demanda

correspondiente se impugna la inconstitucionalidad de una ley federal o local,

tratado internacional o reglamento, cuando se reclaman actos de autoridad, cuya

ejecución tenga la característica de imposible reparación fuera de juicio o después


de concluido éste, una vez agotados los recursos que en su caso procedan, es
decir,

cuando con dichos actos posiblemente se afecte, de manera cierta e inmediata,

algún derecho sustantivo protegido por las garantías individuales del quejoso.

AMPARO LABORAL: será amparo laboral todo juicio constitucional que

se entable contra actos de los órganos del Estado encargados de aplicar la legis-
262

Rodolfo Campos Montejo

lación de trabajo y especialmente de los tribunales facultados para dirimir las

controversias obrero-patronales, sean federales o locales.

AMPARO PENAL: este tipo material de amparo procede contra cualquier

acto que lesione o tienda a lesionar la libertad personal, física o ambulatoria

que viole o tienda a violar alguna garantía constitucional cuyo contenido sea la

preservación del gobernado en cuanto a su persona, es decir, a su entidad


sicosomática.

AMPARO POR COMPARECENCIA: se promueve a nombre del agraviado

cuando éste se encuentre imposibilitado para hacerlo, tratándose de actos que

importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera del

procedimiento judicial, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o

destierro, extradición, desaparición forzada de personas o alguno de los


prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea

nacionales, y el agraviado se encuentra imposibilitado para promover el amparo,

podrá hacerlo cualquier otra persona en su nombre aunque sea menor de edad,

de conformidad con el artículo 15 de la Ley de Amparo.

En estos casos, el juez de distrito decretará la suspensión de los actos


reclamados; también dictará las medidas necesarias para lograr la comparecencia
del
solicitante del amparo en el término de tres días.

Si a pesar de las medidas decretadas no se logra la comparecencia del agraviado,


se resolverá la suspensión definitiva y se deberá suspender el procedimiento

en lo principal, comunicando los hechos al Ministerio Público Federal. En caso

de que éste funja como autoridad responsable, se hará del conocimiento al


Procurador General de la República. Cuando haya solicitud expresa de la
Comisión

Nacional de los Derechos Humanos, se le remitirá copia certificada de lo actuado

en estos casos. Transcurrido un año sin que nadie se apersone en el juicio, se


tendrá por no interpuesta la demanda.

Cuando, por las circunstancias del caso o lo manifieste la persona que presente la
demanda en lugar del quejoso, se trate de una posible comisión del delito

de desaparición forzada de personas, el juez tendrá un término no mayor de

veinticuatro horas para darle trámite al amparo, decretar la suspensión del acto

reclamado y requerir a las autoridades correspondientes toda la información para

la localización y liberación de la probable víctima. El artículo 15 de la nueva Ley

de Amparo se ocupa de regular ampliamente el amparo por comparecencia.

AMPARO POR OMISIÓN DE LA AUTORIDAD: permitirá la acción de amparo


cuando el quejoso atribuya a la autoridad una violación producto de su falta

de acción; esto es, se le acusa a la autoridad de ser omisa en el cumplimiento de

una obligación que le impone la ley; en este caso se abre la puerta para que
cualquier persona, aduciendo interés legítimo, pueda reclamar dicha omisión.

Ejemplo de ello podría ser el caso de un organismo descentralizado federal,

estatal o municipal, que no cumpla con las facultades y deberes que le impone la

ley de la materia. Aquí el quejoso deberá primero presentar un escrito a la


autoridad donde le mencione cuáles son sus omisiones y pedir la respuesta en
tiempo

breve, para que con esa base se pueda acudir al amparo.

Con esta nueva figura del amparo se busca que la autoridad que no cumpla
cabalmente con sus responsabilidades en la materia, se le pueda obligar a ello por

la vía jurisdiccional, máxime cuando esa omisión sea violatoria de los derechos

humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por la


Constitución.

Se trata de conceder el amparo cuando la violación sea producto de una omisión o


falta de acción, llamada afectación pasiva, de tal forma que con ello se

cierra la puerta a la impunidad cuando las autoridades no cumplan cabalmente

con su responsabilidad.

Se estima que, con esta reforma, uno de los temas más controversiales será si

el derecho a un medio ambiente adecuado, consagrado en el artículo 4º


Constitucional y acuerdos internacionales ambientales y de derechos humanos de
los que

México es parte, puede ser titulado como un derecho humano, por medio del juicio
de amparo; lo mismo se puede decir para la tutela del goce de otros derechos

fundamentales como la vida y la salud.

En conclusión, casos como los expuestos se consideran que podrán ser materia
de amparo por omisión de autoridad, pues se ha generado un cambio
fundamental, ya que hasta antes de esta nueva causa de procedencia del amparo,
la

cultura de su promoción solo se daba cuando el quejoso pensaba que la autoridad

responsable había generado alguna acción en su contra, y pocas veces se


interponían mecanismos de defensa contra la omisión o el no hacer de las
autoridades.

Otros ejemplos de amparos por omisión de autoridad consisten en no emitir el

laudo, sentencia o resolución dentro del término previsto por la legislación de la

materia; o la omisión de la procuraduría General de Justicia de Guanajuato, de

no investigar diversas anomalías cometidas por el gobierno de esa entidad.

AMPLIACIÓN DE LA DEMANDA: originalmente fue una figura jurídica

creada por la jurisprudencia, que confiere al peticionario de garantías el derecho


para incorporar a la litis constitucional ya iniciada, autoridades responsables, actos
reclamados o conceptos de violación distintos a los originalmente planteados.

Debe sujetarse a determinados requisitos: como que no se haya cerrado la litis,

que los nuevos actos tengan relación con los originalmente planteados, o bien,

que del o de los informes justificados que se rindan, se desprenda que fueron

otras las autoridades que los llevaron a cabo, debiendo existir siempre relación o

vinculación con los actos primigenios.264

Rodolfo Campos Montejo

Actualmente ya está prevista expresamente en la Ley de Amparo en los artículos


111 y 117. Se considera una medida adecuada su inclusión en la ley, pues se

estimaba indispensable para que el juzgador dé una solución adecuada al conflicto


que se le plantea, por lo que es considerada como parte del sistema procesal del

amparo conforme al artículo 17 de la Constitución, que establece como derecho

fundamental la impartición de justicia completa, pronta e imparcial.

Para que proceda la ampliación de la demanda es necesario que no hayan

transcurrido los plazos para su presentación; pero si ya transcurrieron, la demanda


podrá ampliarse cuando el quejoso aduzca tener conocimiento de actos de

autoridad que guarden estrecha relación con los actos reclamados en la demanda

inicial. En este último supuesto, la demanda podrá ampliarse dentro de los plazos

previstos en el artículo 17 de la nueva Ley de Amparo y siempre que no se haya

celebrado la audiencia constitucional.

El artículo 124 de la Ley de Amparo señala que esta audiencia será pública y

en ella solo será permisible formular alegatos verbales cuando se trate de actos

que importen peligro de privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera

del procedimiento judicial, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o


destierro, extradición, desaparición forzada de personas o alguno de los

prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos y así como la incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza

Aérea nacionales.

APARIENCIA DEL BUEN DERECHO Y PONDERACIÓN: la fracción X

del artículo 107 constitucional, que se reformó mediante Decreto publicado el

6 de junio de 2011 en el Diario Oficial de la Federación y su Ley Reglamentaria

en el artículo 138, incluyen la figura de la apariencia del buen derecho en lo que

atañe a la suspensión de los actos reclamados dentro del juicio de amparo.

Hablar de la apariencia del buen derecho es introducir un concepto complejo

y de muy difícil comprensión.

Ni la constitución ni la ley nos dan elementos para entender con sencillez este

concepto, que a partir de 1996 se ha venido manejando por los tribunales


federales, quienes ya han establecido jurisprudencia por contradicción de tesis
surgidas

entre tribunales colegiados de circuito.

Esta figura jurídica ha sido considerada por la Suprema Corte como uno de

los avances más importantes en la evolución del juicio de amparo. En esencia

este principio estriba en que para el otorgamiento de la suspensión de los actos

reclamados procede concederla, cuando el juez de amparo considera que son

aparentemente inconstitucionales; se basa en un conocimiento superficial dirigido

a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho

discutido en el proceso.

Implica que para obtener la suspensión el quejoso debe comprobar que según

cálculo de probabilidad, es posible anticipar que se le concederá el amparo por

ser inconstitucional el acto.

Tal examen lo deberá realizar el juez de amparo sin prejuzgar sobre la


constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados que solo puede
determinarse en la sentencia de amparo, con base en un procedimiento más
amplio

y con mayor información, teniendo en cuenta que la determinación tomada en

relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda vez que

sólo tiene el carácter de provisional y se funda en mera hipótesis, y no en la


certeza de la existencia del derecho. Dicho examen deberá hacerse tomando en
cuenta

que no se cause perjuicio al interés social o al orden público.

Ejemplo de la aplicación de este principio es el otorgamiento de la suspensión

en los casos de clausura ejecutada por tiempo indefinido, que no debe tomarse

como una restitución al quejoso en la garantía violada, sino como un adelanto

provisional del derecho cuestionado, para resolver posteriormente, en la sentencia


de fondo si el acto es o no inconstitucional. En este caso procede la suspensión

para el efecto de interrumpir la clausura, sin perjuicio de que se niegue el amparo

y la autoridad pueda reanudar la clausura hasta su total cumplimiento, al ser este

acto administrativo un acto de tracto sucesivo que no se consuma una sola vez.

A partir de tan importante criterio, la apariencia del buen derecho ha sido

elevada a rango constitucional y ratificada en la ley reglamentaria.

Es claro que la apariencia del buen derecho procede en la suspensión a petición


de parte y rige en todas las materias, siempre y cuando la naturaleza del acto

así lo permita.

Su finalidad es evitar mayores molestias a quien presuntamente le fue violado

un derecho; esto, cuando de las constancias que existan, se desprenda que


probablemente al término del juicio se le concederá el amparo al quejoso.

AUDIENCIA CONSTITUCIONAL: acto procesal dentro del juicio de amparo


indirecto o biinstancial, que comprende tres periodos: 1) pruebas; 2) alegatos

y, en su caso, el pedimento del Ministerio Público Federal; y, 3) sentencia; es


decir,
se trata de un solo acto en el procedimiento judicial, cuyo último periodo va a

concluir con el juicio constitucional, y que se rige por los principios de continuidad,
unidad y concentración.

AUDIENCIA INCIDENTAL: acto procesal dentro del incidente de suspensión del


amparo indirecto que consta de tres etapas: a) la de pruebas; b) la de alegatos; y,
c) la de resolución, en el que se decide sobre la concesión o negativa de la

suspensión definitiva del acto reclamado o lo que fuere procedente y de inmediato

hace cesar los efectos decretados en la suspensión provisional.

Se rige por los principios de: 1) indivisibilidad, al no contemplarse la posibilidad de


escindirla en sus etapas de pruebas (como la documental, la inspección266

Rodolfo Campos Montejo

ocular y, excepcionalmente, la testimonial), alegatos y resolución interlocutoria;

2) continuidad de la audiencia, al establecer una serie de fases que


sucesivamente

deben desarrollarse hasta la conclusión del incidente; y, 3) celeridad procesal, ya

que dada la naturaleza del objeto del incidente, se impone el deber de resolver

sobre la solicitud de la medida cautelar dentro del plazo de setenta y dos horas

seguidas al día en que se promovió la suspensión.

Esta audiencia está regulada por el artículo 144 de la nueva Ley de Amparo

y a ella podrán comparecer las partes; se dará cuenta con los informes previos,

se recibirán las documentales de las partes y sobre las medidas y garantías a que

estará sujeta la suspensión definitiva en caso de otorgarse.

AUTO ACLARATORIO DE DEMANDA: resolución judicial emitida por un

órgano jurisdiccional, mediante la cual se requiere al quejoso para que aclare su

escrito inicial de demanda, a fin de que subsane en tiempo las irregularidades o

deficiencias advertidas.

Estas irregularidades o deficiencias pueden ser: 1) en el amparo indirecto, por


la omisión de alguno de los requisitos a que se refiere el artículo 108 de la Ley de

Amparo, porque no se haya indicado con precisión el acto reclamado o porque

no se hubieran exhibido las copias a que alude el artículo 110 de dicho


ordenamiento (la demanda de amparo se debe de exhibir acompañando una copia
para

cada una de las partes y dos para el incidente de suspensión); estas


irregularidades

deberán subsanarse en el término de cinco días, tal como lo dispone el artículo

180 de la nueva Ley de Amparo; y, 2) en el amparo directo, por no haberse


satisfecho los requisitos contenidos en el artículo 175 de la ley de la materia. Esta

omisión deberá subsanarse en un término que no exceda de cinco días.

AUTO ADMISORIO DE DEMANDA: resolución judicial que emite un órgano


jurisdiccional, por medio de la cual acepta a trámite la demanda de garantías,

previo examen, tanto del escrito de demanda como de su aclaración, si la hubo,

y al no encontrar un motivo manifiesto e indudable de improcedencia, con este

auto se da inicio al juicio de amparo.

En amparo indirecto, el referido proveído ordena pedir a las autoridades


responsables sus informes justificados, corriéndoles traslado con las copias de la

demanda y, en su caso, emplazar al tercero interesado sobre el día y la hora


señalados para la celebración de la audiencia constitucional, entregándole
también

una copia de la demanda. En el mismo auto se ordena proveer sobre la


suspensión

provisional o se decreta de plano la suspensión de oficio, según lo que proceda.

En el amparo directo, una vez admitida la demanda, se ordena notificar a las

partes el acuerdo relativo, para que en el plazo de 15 días presenten sus alegatos

o promuevan amparo adhesivo, de conformidad con el artículo 181 de la nueva

Ley de Amparo.
AUTO DE DESECHAMIENTO DE DEMANDA: es la resolución judicial

que emite el órgano jurisdiccional, mediante la cual no se admite la demanda de

garantías por existir motivos manifiestos e indudables de improcedencia, lo que

significa que existe un obstáculo jurídico que impide la admisión, tramitación,

sustanciación y decisión del fondo de la controversia constitucional.

AUTORIDAD: la palabra “autoridad” (del latín auctoritasatis: “prestigio”,

“garantía”, “ascendencia”, “potestad”; de auctor: “hacedor”, “autor”, “creador”; a su


vez de augeo, ere: “realizar”, conducir”) significa dentro del lenguaje

ordinario: “estima, ascendencia, influencia, fuerza, o poder de algo o de alguno”,

“prerrogativa”, “potestad”, “facultad”. Los usos jurídicos de “autoridad’” reflejan esa


compleja polivalencia.

Los juristas entienden por “autoridad” la posesión de quien se encuentra investido


de facultades o funciones o la persona o cosa que goza (o se le atribuye)

“fuerza, ascendencia u obligatoriedad”. Por extensión, la expresión se aplica para

designar a los individuos u órganos que participan del poder público, nombrando

así a los detentadores (legítimos) del poder.

AUTORIDAD EJECUTORA: ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado,


es decir, aquella que lleva a cabo el mandato legal o la orden de la

autoridad responsable ordenadora o decisoria hasta sus últimas consecuencias.

AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS DEL AMPARO: la palabra autoridad

(del latín auctoritas, -atis) tiene, literalmente, el significado de poder que gobierna

o ejerce el mando, de hecho o de derecho; potestad, facultad, legitimidad.

Se afirma que autoridad para los efectos del amparo, es la parte procesal que

se integra por la persona física o moral perteneciente a la Federación, los estados

o los municipios, que con facultades o sin ellas, en uso del poder público, de

manera unilateral y obligatoria crea, modifica o extingue situaciones jurídicas

concretas, en perjuicio de los gobernados.


El acto puede ser realizado por la autoridad, en uso de facultades previstas en

alguna norma; o bien, sin facultad proveniente de disposición legal, ya sea porque

su existencia no se encuentra prevista en ley o carecen de competencia.

Expresa Andrés Lira que la autoridad responsable es: “una entidad pública

del Estado, que es titular de poder de decisión y/o ejecución y mediante el


ejercicio de esa facultad, excediendo los límites de su poder interfiere alterando
los

derechos fundamentales del gobernado…”.

AUTORIDAD ORDENADORA: órgano del Estado investido de facultades

de decisión que expide la ley o dicta una orden o mandato que se estima violatorio
de derechos o del sistema de distribución de competencias entre la Federación

y los estados, y sobre el cual está obligado a rendir un informe previo o justificado

dentro del término legal, en el cual expresará si son o no ciertos los actos que se

le imputan.268

Rodolfo Campos Montejo

AUTORIDAD RESPONSABLE: es el órgano del Estado envestido de facultades


de decisión o de ejecución que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el

acto y que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y

obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría

dichas situaciones jurídicas. Está obligada a rendir el informe justificado


correspondiente y a defender la constitucionalidad del acto reclamado.

Para los efectos de esta ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad

responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten

derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas

por una norma general.

BENEFICIO DE DESVENTAJA SOCIAL: la nueva Ley de Amparo pretende


franquear el acceso a la justicia constitucional a quienes por su condición
de pobreza o marginación se encuentren en clara desventaja social. Entre esos

beneficios están la publicación de edictos gratuitamente en el Diario Oficial de

la Federación; la suplencia de la queja en cualquier materia y estar exentos de

presentar copias de traslado de la demanda; y hacer valer todas las violaciones

procesales en amparo directo principal y adhesivo.

CADUCIDAD DE LA INSTANCIA: extinción anticipada del proceso debido

a la inactividad procesal de las dos partes, y en ocasiones, de una de ellas,


durante

un periodo amplio, si se encuentra paralizada la tramitación. En la primera


instancia quedan sin efecto los actos procesales y en segundo grado, se declaran
firmes las resoluciones impugnadas. En el ordenamiento mexicano esta institución

es regulada por las materias civil, mercantil y laboral.

En la Ley de Amparo anterior, estaba considerada como una causa de


sobreseimiento en su artículo 74, fracción V, pero atinadamente, con la nueva Ley
de

Amparo, se suprimió esta institución procesal, que tuvo su origen en la excesiva

carga de trabajo al Poder Judicial de la Federación, que en 1939 impulsó su


inclusión en la Ley de Amparo, aduciéndose una abrumadora cantidad de
expedientes

que llegaban a la Corte.

En derecho procesal civil; la caducidad de la instancia, no puede ser objeto de


convenio entre las partes, se produce ipso iure, pero puede ser declarada

expresamente por el juzgador, ya sea de oficio o a petición de parte interesada.

Contra la declaración del juzgador que reconozca o niegue que se ha producido

la caducidad de la instancia, las partes pueden interponer el recurso de apelación.

La extinción del proceso por caducidad afecta únicamente a los actos procesales,
pero no a las pretensiones de fondo de las partes, las cuales pueden ser

exigidas en un proceso posterior, y produce en la primera instancia la ineficacia de


todos los actos procesales, con excepción de las resoluciones firmes sobre
competencia, litispendencia, conexidad, personalidad y capacidad de las partes;

las pruebas rendidas en el proceso caduco pueden ser ofrecidas en otro posterior.

Cuando la institución opera en segunda instancia, deja firmes las resoluciones de

la primera que hubiesen sido impugnadas, y cuando se produce en los incidentes,

afecta exclusivamente a los actos procesales desenvueltos con motivo de ellos,

pero no tiene repercusiones en el juicio principal.

CAPACIDAD LEGAL: es la aptitud en que se encuentra o facultad de un individuo,


para adquirir derechos, contraer obligaciones y celebrar actos jurídicos

en general; en materia de amparo constituye un requisito procesal para que el

quejoso o tercero interesado autorice a cualquier persona para que pueda


intervenir en el juicio de garantías con las facultades que señala expresamente la
Ley

de Amparo, excepto en los casos en que deba acreditar encontrarse legalmente

autorizado para ejercer la profesión de licenciado en derecho.

CAPACIDAD PROCESAL: consiste en la facultad que tienen las personas de

poder comparecer ante los tribunales a ejercer o defender un derecho; tiene


carácter procedimental o adjetivo y se refiere a la idoneidad de las personas para
actuar

válidamente en determinado procedimiento judicial como actor, demandado o

tercero. Es un presupuesto procesal que puede examinarse en cualquier momento

del juicio, aun de oficio o a instancia de parte.

CASACIÓN: el vocablo casación proviene de casar (del latín cassare, de cassus,


vano, nulo), que quiere decir anular, abrogar, derogar. A su vez, anular significa
dejar sin fuerza o sin efecto una disposición, un acto o un contrato.

La casación es un medio de impugnación extraordinario que tiene por objeto

examinar el procedimiento seguido ante los jueces y las resoluciones definitivas

que éstos dicten. De declararse la nulidad, se procede a la reposición del


procedimiento o a dictar una nueva sentencia. Estas funciones han sido asumidas
en
México por el amparo indirecto (artículo 107, fracciones IV, V y VI de la Ley de

Amparo) y por el amparo directo (artículos 170, 172 y 173 de la Ley de Amparo).

Héctor Fix-Zamudio indica que gran parte de los procesalistas concuerdan

en que la institución debe estimarse como: “un medio de impugnación, que se

traduce en el recurso, de carácter extraordinario, a través del cual se examina la

legalidad de la actividad del juez en el procedimiento y en la sentencia, y que, de

ser acogido, puede producir el efecto de anular el fallo respectivo, ya sea para
reponer el citado procedimiento, o con el propósito de que se pronuncie una nueva

sentencia de fondo…”

El denominado amparo-casación tiene en derecho mexicano dos sectores


importantes: uno que se desarrolla a través del amparo indirecto; otro, mediante el

amparo directo.

CAUCIÓN: es la seguridad que da una persona a otra de que cumplirá lo

pactado, prometido o mandado. Esta seguridad se da presentando fiadores,


obligando bienes o prestando juramento. Existen diversas formas de otorgar
caución,

el interesado optará por cualquiera de las señaladas por la Ley de Amparo.270

Rodolfo Campos Montejo

En la actualidad hay cuatro formas de otorgar caución en el juicio de amparo,

ya sea para garantizar la suspensión o para garantizar su levantamiento, que son

dinero en efectivo, prenda, hipoteca o póliza de compañía afianzadora.

CAUSA SUPERVENIENTE: es la verificación de determinadas circunstancias

que cambian el estado jurídico en que las cosas estaban colocadas al resolverse

sobre la suspensión, de tal naturaleza que ese cambio venga a acusar, o bien la

insubsistencia de las condiciones de procedencia legal de la suspensión (en caso

de que se revoque la resolución que otorgó esta medida cautelar al quejoso), o


bien la presencia de dichas condiciones (en el supuesto de que se revoque la
denegación de la suspensión), sin perder de vista que tales circunstancias no
deben

acontecer en cualquier momento para constituir un hecho o causa superveniente

de concesión o de negación de la suspensión, sino es menester que ocurran


dentro

del periodo procesal comprendido entre la resolución suspensional, cuya


revocación o modificación se pretende, y la sentencia ejecutoria que se pronuncie
en el

fondo del amparo.

CAUSAHABIENCIA: es la sustitución del titular de un derecho por otro,

siempre que se trate del mismo derecho.

Se trata de la relación jurídica entre dos personas por medio de la cual, una,

denominada causante, transmite a otra, llamada causahabiente, a título universal

o particular, un derecho, un bien mueble o inmueble, en las condiciones en que se

encuentra; y en la que el causahabiente debe estar y pasar por las consecuencias

del juicio de que es parte su causante, pero sin tener mayores derechos ni
obligaciones que éste.

Para efectos del amparo civil, se da con exactitud una sustitución procesal o

sucesión jurídica entre el causante y el causahabiente. Excepcionalmente, se da

respecto de actos provenientes de naturaleza penal no vinculados con la


determinación de responsabilidad del reo, pero sí con cuestiones relativas a la
reparación

del daño y a los bienes afectados a ésta o al decomiso de los que son objeto y
efecto del ilícito, puesto que por el fenómeno de la causahabiencia, afecta y
beneficia

a una parte, lo resuelto y hecho en el juicio en que interviene la otra, por lo que

no pueden ser considerados terceros extraños al juicio.


CESACIÓN DE EFECTOS DEL ACTO RECLAMADO: causa de improcedencia del
juicio de amparo que se actualiza cuando la autoridad responsable

deroga, revoca, extingue o deja insubsistente el acto reclamado, de manera que

sus efectos quedan destruidos de forma permanente, absoluta, completa e


incondicional, y las cosas vuelven al estado que tenían antes de la violación
constitucional, como si se hubiera otorgado el amparo, es decir, como si el acto no
hubiera

invadido la esfera jurídica del particular, o habiéndola irrumpido, la cesación no

deje huella alguna.

Para que se actualice dicha causa de improcedencia se requiere: a) un acto

de autoridad que se estime lesivo de derechos y que motive la promoción de la

demanda de amparo en su contra; b) un acto de autoridad que sobrevenga dentro

del procedimiento constitucional y que deje insubsistente, en forma permanente,

el que es materia del juicio de amparo; c) una situación de hecho o de derecho


que

destruya en forma definitiva el acto que se reclama, volviendo las cosas al estado

que tenían antes de la promoción de la demanda de garantías; y d) una situación

de hecho que sobrevenga durante la tramitación del juicio y haga imposible el

cumplimiento de la sentencia protectora que, en su caso, llegare a pronunciarse.

CITACIÓN PARA SENTENCIA: acto procesal de orden público, por medio

del cual el órgano jurisdiccional da a conocer a las partes que ha concluido su

intervención en el procedimiento y que solo habrá que esperar a que resuelva el

problema jurídico planteado ante su potestad.

En los amparos directos, el auto por virtud del cual se turna el expediente al

Magistrado relator tiene efectos de citación para sentencia; y en los casos que

conozca la Suprema Corte de Justicia, la fijación de la lista de los asuntos que

deban verse en la audiencia, surte los efectos de notificación del auto en que se
cite para resolver.

CITATORIO: comunicado escrito que el notificador entrega a los parientes,

empleados o domésticos del interesado, o a cualquier otra persona que viva en

el domicilio o casa señalada para oír notificaciones cuando, previamente, se ha

cerciorado que la persona que debe ser notificada vive allí y no se encuentra en

ese momento y, en tal virtud, en dicho comunicado le fija una hora, dentro de las

veinticuatro horas siguientes, para acudir nuevamente al domicilio a fin de que

aquélla tenga oportunidad de estar presente en la diligencia; con el comunicado

se acompaña una síntesis del acuerdo o resolución a notificar, la identificación del

órgano judicial que la pronunció, los nombres de las partes, así como el número

y tipo de juicio.

COMPARECENCIA: acto por el cual una persona se presenta ante una autoridad
judicial, administrativa, penal o laboral, para efecto de deducir un derecho

o cumplir una obligación, o bien, ante los tribunales para formular una demanda

o contestarla.

COMPETENCIA: es la facultad que tienen las autoridades jurisdicentes para

conocer y decidir sobre determinados asuntos y materias que se someten a su

conocimiento, la cual deriva de las disposiciones orgánicas o constitutivas de los

tribunales que componen los distintos fueros judiciales, y se surte de acuerdo con

la naturaleza de las prestaciones exigidas y de los preceptos jurídicos fundatorios,

invocados por el titular de la acción correspondiente, o con la condición jurídica

de las partes en litigio.272

Rodolfo Campos Montejo

COMPETENCIA AUXILIAR: facultad excepcional que se otorga a los jueces

de primera instancia o del fuero común para recibir una demanda de amparo,
en los casos urgentes que ameriten la pronta intervención de la justicia federal,

siempre y cuando en el lugar en que se ejecuten o traten de ejecutarse los actos

reclamados no resida juez de distrito.

Esta competencia está prevista en el artículo 33, fracción V, en relación con

el 159 y solo procede cuando se trate de: actos que importen peligro de privación
de la vida, ataques a la libertad personal fuera del procedimiento judicial,

incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o destierro, extradición,

desaparición forzada de personas o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y así como la


incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales.

En estos casos el juez local tiene la obligación de recibir la demanda de amparo y


proveer sobre la suspensión de oficio, formando por duplicado un expediente

que contenga la demanda de amparo y sus anexos; ordenando a la autoridad

responsable mantener las cosas en el estado en que se encuentren o que en su

caso, proceda inmediatamente a poner en libertad o a disposición del Ministerio

Público al quejoso y que rinda al juez de distrito el informe previo; así mismo

remitir de inmediato el original de las actuaciones al juez de distrito competente.

COMPETENCIA POR ACUMULACIÓN: facultad atribuida expresamente

a una autoridad por una norma jurídica para llevar a cabo determinadas conductas
o actos de carácter jurisdiccional.

Es una institución procesal que frecuentemente procede en la tramitación de

los juicios de amparo, a instancia de parte o de oficio, en cualquier etapa del

juicio.

Su finalidad es decretar la concentración de los procesos, cuando se trate del

mismo acto reclamado, el mismo o diverso quejoso, las mismas o diversas


autoridades, aunque las violaciones constitucionales sean distintas; tiene por
objeto
acatar el principio de economía procesal, al evitar que juicios iguales sean
resueltos por jueces diferentes y que se dicten sentencias contradictorias.

Corresponde al juzgador federal, de manera exclusiva, decidir si procede la

acumulación de los diversos juicios de amparo tramitados ante él, pero carece de

facultad para hacerlo respecto de los que se siguen en distintas jurisdicciones; por

ende, corresponde conocer de la acumulación, así como de los juicios


acumulados, al juez de distrito que hubiere prevenido, es decir, el juicio más
reciente se

acumulará al más antiguo.

COMPETENCIA POR ATRACCIÓN: facultad excepcional que ejerce la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, para conocer de oficio o a petición fundada

del correspondiente tribunal colegiado o del Procurador General de la República,


de los asuntos de la competencia de los tribunales colegiados de circuito en

amparo directo; en revisión de amparo indirecto y en controversias ordinarias

en que sea parte la Federación y del conocimiento de los tribunales unitarios de

circuito, en términos de los artículos 105, fracción III y 107, fracciones V y VIII,

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 40 y 83 de la Ley

de Amparo; 10, fracción II, inciso b), 21, fracción II, inciso b) y III, inciso b) y 141

de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para cuya procedencia,

es menester que el asunto revista características especiales que resulten de


interés

y trascendencia, a fin de justificar que se abandone, por esa vía excepcional, el

reparto ordinario de las atribuciones y competencias entre este alto Tribunal y los

tribunales unitarios y colegiados de circuito.

Esto es, para el ejercicio de la referida facultad se requiere que el asunto de

que se trate resulte de interés, entendido éste como aquel en el cual la sociedad

o los actos de gobierno, por la conveniencia, bienestar y estabilidad, motiven su


atención por poder resultar afectados de una manera determinante con motivo de

la decisión que recaiga en el mismo; y que sea trascendente en virtud del alcance

que, significativamente, puedan producir sus efectos, tanto para la sociedad en

general, como para los actos de gobierno.

COMPETENCIA POR GRADO: facultad de conocimiento de controversias que


tienen los órganos jurisdiccionales, derivada de las diversas instancias

existentes. Es la relación de superioridad a inferioridad que guardan entre sí la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, los tribunales colegiados de circuito, los

tribunales unitarios de circuito y los juzgados de distrito, que está precisada en la

Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación al asignarle su respectiva


competencia en los grados en que conocen del juicio de amparo, que es la materia
de

la exclusiva jurisdicción de un mismo poder, la cual es independiente a la división

del trabajo para limitar territorialmente la jurisdicción de cada órgano o para su

provisión en lo administrativo.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la ley orgánica

citada y la Ley de Amparo son las que precisan los diversos órdenes de los
tribunales para el conocimiento del juicio constitucional con distinta jerarquía,
según

sea el grado, superioridad a la que precisamente alude el artículo 41 de la ley de

la materia, que es el grado, en su caso, de revisión de la instancia, respecto de los

actos emitidos por los órganos jurisdiccionales inferiores.

COMPETENCIA POR MATERIA: facultad atribuida expresamente a una

autoridad, por una norma jurídica, para llevar a cabo determinadas conductas

o actos de carácter jurisdiccional. En el sistema jurídico mexicano, por regla


general, la competencia de los órganos jurisdiccionales, por razón de la materia,
se

distribuye entre diversos tribunales, a los que se les asigna una especialización, lo
que da origen a la existencia de tribunales agrarios, civiles, administrativos,
penales, del trabajo, etcétera, y a cada uno de ellos le corresponde conocer de los
asun-274

Rodolfo Campos Montejo

tos relacionados con su especialidad, atendiendo exclusivamente a la naturaleza

de la acción, la cual puede determinarse mediante el análisis de las prestaciones

reclamadas, de los hechos narrados, de las pruebas aportadas y de los preceptos

legales en que se apoye la demanda, prescindiendo del estudio de la relación


jurídica sustancial que vincule a las partes.

De ahí que, tratándose del juicio de amparo, corresponde al Pleno del Consejo

de la Judicatura Federal, a través de los acuerdos generales y sus modificaciones,

la determinación del número y límites territoriales de los circuitos en que se divide


la República Mexicana; al número, jurisdicción territorial y especialización

por materia de los diversos órganos jurisdiccionales; la Suprema Corte de Justicia

de la Nación conoce por materia a través de sus dos Salas, la primera, en las

materias civil y penal, y la segunda, en las materias administrativa y del trabajo;

la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación introduce el sistema mixto

de competencias para los juzgados y tribunales de la Federación, ya que mientras

algunos circuitos se especializan por materia, el resto conoce indistintamente de

los juicios de amparo sin tomar en cuenta la naturaleza de los actos reclamados,

limitándose exclusivamente al criterio de territorialidad.

COMPETENCIA POR TERRITORIO: facultad atribuida expresamente a

una autoridad por una norma jurídica, para llevar a cabo determinadas conductas
o actos de carácter jurisdiccional dentro de una circunscripción geográfica

determinada. La Ley de Amparo, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la


Federación, así como los acuerdos generales del Pleno del Consejo de la
Judicatura

Federal, determinan el número y límites territoriales de los circuitos en que se


divide la República Mexicana y la forma en que habrá de determinarse la
jurisdicción de los tribunales colegiados de circuito, unitarios de circuito y juzgados

de distrito; su finalidad es la de decidir cuál ha de ser el juez o tribunal que deba

conocer de un asunto en un procedimiento completo, en atención al domicilio de

la autoridad responsable que haya emitido la sentencia o laudo reclamado, en

la hipótesis del juicio de amparo directo, y el lugar en que deba tener ejecución,

trate de ejecutarse, se ejecute o se haya ejecutado el acto reclamado, tratándose

del amparo indirecto, como prevén los artículos 37 y 38 de la ley de la materia.

CONCENTRACIÓN Y ACUMULACIÓN DE EXPEDIENTES: conforme a

la nueva Ley de Amparo, en su artículo 13 se establece que deberán concentrarse

o acumularse los juicios de amparo que se hallen en los siguientes supuestos: 1.

Cuando dos o más quejosos reclamen y aduzcan sobre un mismo acto u omisión

ser titulares de un interés legítimo; 2. Cuando, con ese mismo carácter, reclamen

actos u omisiones distintos pero con perjuicios análogos, provenientes de la


misma autoridad, y se tramiten en órganos jurisdiccionales distintos.

CONCEPTO DE VIOLACIÓN: son los razonamientos lógicos y jurídicos

que tienden a demostrar la contravención del acto, resolución o ley reclamados, a

los preceptos constitucionales que se estimen transgredidos, aunque no


aparezcan

en el capítulo relativo de la demanda, sino que será suficiente que en alguna parte

del escrito se exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la


lesión

o agravio que el quejoso estima le causan aquéllos, y los motivos que originaron

ese agravio para que el juez de amparo deba estudiarlo.

Está previsto en el artículo 108, fracción VI de la Ley de Amparo. Es un requisito


esencial del juicio de amparo, pues a través del este concepto, el promovente

vierte sus argumentos y razonamientos tendientes a establecer ante el juzgador


las violaciones de los derechos fundamentales que le causan los actos
reclamados.

La ausencia o falta de tales conceptos hace legalmente imposible que el juez

del conocimiento conceda o niegue el amparo solicitado.

No puede tenerse como manifestación de un concepto de violación el hecho

de reproducir el contenido del artículo constitucional o derecho humano que se

considera violado, sino que es necesario verter los razonamientos jurídicos


correspondientes, no manifestaciones dogmáticas, estableciendo las
contravenciones que a criterio del quejoso existe entre los actos desplegados por
la autoridad

responsable y las garantías constitucionales que se estima fueron violadas.

Los conceptos de violación son un silogismo, siendo la premisa mayor los

preceptos constitucionales infringidos, la premisa menor, los actos reclamados, y

como conclusión, la contrariedad entre ambas premisas.

CONEXIDAD: es la figura jurídica que prevé que en los juicios de amparo

que se encuentren en tramitación ante los jueces de distrito, deberá decretarse la

acumulación a instancia de parte o de oficio en los casos siguientes: 1. Cuando se

trate de juicios promovidos por el mismo quejoso, por el mismo acto reclamado,

aunque las autoridades responsables sean diversas; 2. Cuando se trate de juicios

promovidos contra las mismas autoridades, por el mismo acto reclamado, siendo

diversos los quejosos. En estas hipótesis, para conocer de la acumulación, así

como de los juicios acumulados, es competente el juez de distrito que hubiere

prevenido, y el juicio más reciente se acumulará al más antiguo.

En caso de duda o contienda ésta será resuelta por el tribunal colegiado de

circuito.

La nueva legislación de amparo lamentablemente no hace referencia explícita

a la acumulación, como sí la regulaba el artículo 57 de la ley anterior.


Esta figura procesal es de suma utilidad para evitar sentencias contradictorias.

De cualquier forma, como son situaciones que se seguirán presentando en la


práctica, podrán resolverse a través de un incidente procesal.

CONTRADICCIÓN DE TESIS: es una forma o sistema de integración de

jurisprudencia que se ha implantado para resolver la discrepancia de criterios

entre órganos terminales del Poder Judicial de la Federación, a fin de definir con

certeza y seguridad jurídica, tanto para los gobernados como para los órganos276

Rodolfo Campos Montejo

encargados de aplicar el derecho, los criterios de interpretación que deben


sostenerse —respecto de normas generales o constitucionales.

La contradicción de tesis se presenta cuando existe discrepancia entre los criterios


sustentados en relación con un tema jurídico determinado por los órganos

jurisdiccionales en su quehacer legal de resolver los asuntos sometidos a su


consideración.

Existe tal discrepancia cuando al resolver los asuntos se examinen cuestiones


jurídicas esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos

discrepantes; la diferencia de criterios se presenta en las consideraciones,


razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas y que los
diferentes criterios provengan de los mismos elementos; además, es necesario
que la

cuestión jurídica que han estudiado las Salas de la Suprema Corte de Justicia de

la Nación o los tribunales colegiados de circuito sea una cuestión de derecho y

no de hecho, que goce de generalidad y no de individualidad, de manera tal que,

al unificar los criterios, con la jurisprudencia que derive del fallo de la


contradicción, ésta tenga aplicación futura en los casos que se presenten con
identidad o

similitud a aquellos que le dieron lugar.

Una de las reformas constitucionales importantes que se dieron en materia de


amparo fue la publicada el 6 de junio de 2011 en el Diario Oficial de la Federación,
que estableció en el artículo 94, párrafo séptimo la facultad al Consejo de la

Judicatura Federal para que mediante acuerdos generales se establezcan los


plenos de Circuito y sean ellos los que resuelvan sus propias contradicciones de
tesis

dentro del mismo circuito, naciendo así una nueva jurisprudencia. El artículo 216

de la nueva Ley de Amparo y subsecuentes reglamenta este tema.

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD: es un concepto de creación judicial


reciente establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,

a partir del caso Almonacit Arellano y otros vs. Chile, del año 2006. Estriba en

la revisión de congruencia entre las normas nacionales y la Convención


Americana sobre Derechos Humanos que deberán realizar tanto los jueces, como
las

autoridades de los Estados Partes en esta convención. A partir de ahí los jueces

nacionales se han convertido en guardianes de la constitución y guardianes de la

convención, a través de lo que se conoce como control difuso de la


convencionalidad, lo que implica una mejor protección y garantías de los derechos
humanos.

CONSTITUCIÓN MEXICANA DE 1917: Carta Constitucional Federal que

estableció la actual configuración del amparo mexicano. Su nombre oficial es

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reforma a la del 5

de febrero de 1857. El 31 de enero de 1917 se rindió protesta de guardarla, tanto

por los miembros del Congreso Constituyente, como por Venustiano Carranza,

en su carácter de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Fue promulgada el 5

de febrero de 1917 y entró en vigor el 1º de mayo siguiente.

En materia de amparo ha sido objeto la Constitución de una importante reforma


publicada el 6 de junio de 2011, misma que entró en vigor el 4 de octubre

de ese mismo año, previendo entre los más sobresaliente: a) La procedencia del
amparo por violaciones a los derechos humanos contenidos en los tratados
internacionales de los que México es parte; b) El amparo adhesivo; c) El interés
legítimo y colectivo; d) El amparo por omisión o inacción de la autoridad; e) La
declaratoria general de inconstitucionalidad de normas generales (SE MODIFICA
LA

FÓRMULA OTERO); f) La creación de los plenos de circuito; g) La nueva forma

de integrar jurisprudencias; y, h) La afectación del interés general y la apariencia

del buen derecho para la procedencia de la suspensión del acto reclamado.

CONSTITUCIONALIDAD: para comprender los términos constitucionalidad, y su


contrario la INCONSTITUCIONALIDAD, habrá que partir del conocimiento del
primado de la Norma Suprema sobre las demás leyes que de ella se

derivan.

Miguel Lanz Duret afirma que el principio fundamental sobre el que descansa

el régimen constitucional es la Constitución, por cuanto: “sólo la Constitución es

Suprema en la República; ni el gobierno federal, ni la autonomía de sus entidades,

ni los órganos del Estado que desempeñan y ejercen las funciones gubernativas

son en nuestro derecho constitucional soberanos.”

De la Constitución se derivan la legalidad (constitucionalidad) o ilegalidad

(inconstitucionalidad) de las leyes ordinarias. Máxime si se trata de constituciones


rígidas, en sus diversas modalidades, cuyo apego debe evitar la contraditio de

un pretendido poder constituyente permanente, en principio rechazable, y cuyo

abuso puede transformarlo en flotador de reformas circunstanciales, de proyección


derogable.

De aquí el acierto de la concisión y generalidad de los preceptos constitucionales


propiciadores de la estabilidad y fijeza constitucional. Deberán recurrirse a

las leyes orgánicas para su adaptación a las nuevas necesidades sociales. Cuanto

mayor sea la vigencia del articulado constitucional, más fuerte será su validez, y

demostrabilidad. Sin embargo, es convincente el poder revisor que se desprende

del artículo 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


(Congreso y legislaturas locales).

CONTRAGARANTÍA: medio por el cual el tercero interesado logra que no

se suspenda el acto reclamado, pero solo en los casos en que la suspensión sea a

petición de parte; es decir, tiene por objeto dejar sin efecto la suspensión y permitir
que el acto reclamado se realice; constituye una garantía de mayor entidad que

la fianza y bastante para que el tercero interesado responda, en primer lugar, de la

restitución de las cosas al estado que guardaban con anterioridad a la violación

de derechos; además, asegura el pago de los daños y perjuicios que sobrevinieran

a la quejosa con la ejecución de los actos reclamados, si se concediera la protec-


278

Rodolfo Campos Montejo

ción constitucional, en los términos delimitados por el artículo 133 de la Ley de

Amparo; para fijar su monto no debe tomarse en cuenta el señalado para la fianza,
sino las prestaciones antes precisadas por las que debe responder.

El artículo 133 de la ley citada no sólo prohíbe la admisión de la contrafianza

(contragarantía), cuando de ejecutarse el acto reclamado quede sin materia el

amparo, sino también cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del

tercero interesado, que no sean estimables en dinero, caso en que la autoridad


que

conozca del amparo fijará discrecionalmente el importe de la garantía.

CONTROVERSIA: véase litigio.

COSA JUZGADA: autoridad que se concede solo a la sentencia que ha causado


ejecutoria, es decir, que tiene el carácter de definitiva e inatacable; sus elementos
son la identidad de las personas que intervinieron en el juicio principal

anterior y en el que se decreta la cosa juzgada; identidad en las cosas que se

demandan en los mismos juicios; e identidad de las causas en que se fundan las

dos demandas.
Es la institución jurídica cuya ratio es imponer la seguridad jurídica, la paz social y
el estado de certidumbre, al crear situaciones jurídicas, definitivas y concretas,
respecto de las sentencias que adquieren esta calidad, cuyo efecto es clausurar,

en forma definitiva, toda discusión, o la posibilidad de reabrirla o reiniciarla,

mediante un acto irrevocable (cosa juzgada formal o irrecurribilidad del acto) de

autoridad judicial federal que la haga indiscutible (cosa juzgada material,


indiscutibilidad o non bis in idem).

En la sede del amparo, la cosa juzgada material no es siempre la sentencia del

juicio original, sino el juzgamiento y la decisión sobre los actos reclamados; se

actualiza no solo cuando en una sentencia ejecutoria se ha examinado y resuelto

sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, sino

también cuando se ha determinado su inatacabilidad a través de un juicio de


garantías, siempre que tal determinación se haya realizado atendiendo a las
razones

o circunstancias que hagan inejercitable la acción de amparo de modo absoluto.

CUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA DE AMPARO: actuación inmediata de la


autoridad responsable tendente a acatar el fallo protector emitido en el

juicio de amparo, ajustándose a los puntos resueltos en aquélla, respecto de las

cuestiones que fueron materia de la litis constitucional.

Los artículos 192 a 198 de la nueva Ley de Amparo regulan de manera


pormenorizada todo lo relativo al cumplimiento de las ejecutorias de amparo.

DAÑO: del latín, damnum, daño, deterioro, menoscabo, destrucción, ofensa

o dolor que se provocan en la persona, cosas o valores morales o sociales de

alguien.

En el derecho civil, el concepto de daño está relacionado en todas las


legislaciones modernas con el de perjuicio: todo daño —deterioro, destrucción,
mal,

sufrimiento— provoca un perjuicio, una pérdida patrimonial.

La responsabilidad civil —obligación de indemnizar los daños y perjuicios—


puede derivar de fuentes contractuales, de una declaración unilateral de voluntad,

de figuras autónomas (enriquecimiento ilegítimo, gestión de negocios), de un


hecho ilícito, o de un delito, o de un mandato legal por causas objetivas.

DECLARATORIA GENERAL DE INCONSTITUCIONALIDAD: constituye uno de


los cambios torales de la nueva ley, estableciendo una excepción al

principio de relatividad de las sentencias o fórmula Otero, pero únicamente en lo

tocante al amparo contra leyes. El procedimiento a seguir para hacer la


declaratoria es el siguiente:

a) Cuando la Corte en un amparo en revisión resuelva que es inconstitucional la


ley por segunda ocasión, deberá informar a la autoridad emisora

para su conocimiento; y,

b) Posteriormente, cuando se establezca jurisprudencia por reiteración, por

una mayoría calificada de 8 ministros, la Corte le notificará a la autoridad

emisora de la norma, para que en un plazo de 90 días naturales supere el

problema de inconstitucionalidad, si no lo hace, la Corte emitirá la declaratoria


correspondiente.

DEFECTO EN LA EJECUCIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO: es el acatamiento


indebido del efecto restitutorio emanado de la sentencia de amparo, que

se presenta cuando la autoridad responsable, al llevar a cabo el cumplimiento


respectivo, lo hace mediante una conducta incompleta que implica carencia o falta

en relación con los términos en que se concedió el amparo. Es decir, hay defecto

cuando la autoridad responsable deja de cumplir en su integridad lo ordenado

en la ejecutoria o deja de hacer algo que se le ordenó en la resolución de cuya

ejecución se trata.

El medio de impugnación que procedía en contra de este nuevo acto emitido

por la autoridad responsable, en vía de cumplimiento a una ejecutoria de amparo,


era el recurso de queja conforme al artículo 95, fracciones IV y IX, de la Ley

de Amparo derogada; sin embargo, la nueva ley prevé que esto sea materia del
cumplimiento en términos del artículo 196, y que contra la resolución que declare

cumplida la ejecutoria de amparo, se podrá interponer el recurso de inconformidad


si alguna de las partes estima que existe exceso o defecto o fue indebidamente

archivado el expediente.

DEFENSOR: persona que representa al inculpado o quejoso en los juicios del

orden criminal; está legitimada para promover en su favor y funge también como

asesor técnico-jurídico; su representación debe ser continua y sin condiciones

que limiten su función, la cual comprende todas las actuaciones encaminadas


a280

Rodolfo Campos Montejo

procurar una defensa adecuada consistente en dar oportunidad a todo inculpado

de aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los actos de

autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, cumplir con los
requerimientos y prevenciones para la admisión de la demanda de garantías,
exponer

la argumentación sistemática del derecho aplicable al caso concreto y, en general,

utilizar todos los beneficios que la legislación procesal establece para la defensa y

debido proceso del afectado.

El inculpado puede defenderse por sí mismo, por un abogado, una persona

de su confianza, o si no quiere o no puede nombrar defensor, y cuando así lo

disponga la ley, el juez le designará un defensor de oficio con título de licenciado

en derecho.

El defensor deberá aceptar el cargo previamente y hacerlo constar


fehacientemente en autos para que surta efectos legales, siempre que dicho
encargo no le

hubiere sido revocado; esto, con el fin de otorgar al defendido un debido acceso

a la justicia.
DEMANDA: vocablo demanda (de demandar y éste a su vez del latín demandare,
que significa confirmar o encomendar), literalmente tiene varias acepciones,

entre las que se encuentran: súplica, petición o solicitud; de igual manera, quiere

decir petición que formula y justifica el litigante cuando inicia el juicio; asimismo,

implica al escrito en que se ejercitan una o varias acciones en juicio ante el juez

o tribunal competente.

La demanda es el acto procesal por medio del cual una persona, que se constituye
por sí misma en parte actora o demandante, formula su pretensión expresando la
causa o causas en que intente fundarse ante el órgano jurisdiccional, y

con el cual inicia un proceso y solicita una sentencia favorable a su pretensión.

La demanda es el acto fundamental con el que la parte actora inicia el ejercicio de


la acción y plantea concretamente su pretensión ante el juzgador. Conviene
distinguir con claridad entre acción, como facultad o poder que tienen las

personas para provocar la actividad de los órganos jurisdiccionales, a fin de que

resuelvan sobre una pretensión litigiosa; pretensión, o reclamación específica que

el demandante formula contra el demandado, y demanda, que es el acto concreto

con el que el actor inicia el ejercicio de la acción y expresa su pretensión o


reclamación contra el demandado.

Esta distinción la resume Guasp en los siguientes términos: “Concedido por el

Estado el poder de acudir a los tribunales de justicia para formular pretensiones

(derecho de acción), el particular puede reclamar cualquier bien de la vida, frente

a otro sujeto distinto, de un órgano jurisdiccional (pretensión procesal), iniciando

para ello, mediante un acto específico (demanda), el correspondiente proceso el

cual tendrá como objeto aquella pretensión.”

rimero como un acto verbal e informal y después escrito y formal. Así, en la

etapa de las legis actiones, la demanda era oral y privada: el actor se trasladaba

personalmente con el demandado y lo invitaba (in ius vocatio) a que se presentara


con él ante el magistrado. En el proceso per formulas la iniciación del proceso

tenía lugar con la editio actionis, es decir, con la especificación que el actor hacía

de la actio de la cual se quería servir.

En el periodo de la extraordinaria cognitio, se conservó la invitación privada

del actor al demandado, pero ya no de carácter oral, sino a través de una litis

denuntiatio escrita. Por último, en el derecho justinianeo, en lugar de la litis


denuntiatio, se introdujo el libellum conventionis, que era un documento escrito
que

contenía una exposición sucinta de la pretensión del actor y de su fundamento;

en él se precisaba la actio. Este documento era entregado al magistrado, el cual lo

comunicaba, por medio de un funcionario llamado ejecutor, al demandado, junto

con la invitación a comparecer. El demandado contestaba a través del libellus

contradictoris.

Es en el derecho español medieval donde se utiliza la expresión demanda,

la cual es objeto de detalladas reglamentaciones, desde las leyes de Estilo hasta

las Siete Partidas. En este sentido, Alcalá Zamora sostiene que la expresión
demanda tiene, en castellano, “el mismo origen e idéntico alcance procesal que
sus

equivalentes en francés e italiano; pero mientras en el lenguaje usual de España,

ella y el verbo demandar casi nunca se emplean en la acepción de interrogar o

preguntar, en Italia y en Francia conservan este significado, incluso en el área del

proceso (por ejemplo: preguntas a partes, testigos o peritos), y por consiguiente,

al vincularse entre nosotros a la idea de interpelación jurisdiccional, adquiere una

precisión y una especificidad que en los otros idiomas latinos le falta”

Derecho procesal civil. Por regla, la demanda debe ser formulada por escrito

y en ella se deben expresar todos los elementos que señala el artículo 255 del

Código Procedimientos Civiles, los cuales conciernen a los sujetos, al objeto del
proceso y al procedimiento mismo que se inicia. Por lo que se refiere a los sujetos,
en la demanda se debe precisar: a) El tribunal ante el que se promueve; b) el

nombre del actor y la casa que señale para oír notificaciones; y c) el nombre del

demandado y su domicilio.

DEMANDA DE AMPARO: para la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

es un acto procesal del quejoso mediante el cual ejercita la acción de amparo a

fin de obtener la protección de la justicia federal, al considerar que uno o varios

actos reclamados transgreden sus derechos humanos, o sus derechos derivados


de

la distribución de competencias entre la Federación y los Estados. La demanda

de amparo constituye un todo unitario que ha de examinarse en su integridad, a

fin de que la autoridad competente armonice los datos en ella contenidos y fije282

Rodolfo Campos Montejo

un sentido que sea congruente con los elementos que la conforman; su estudio

integral no debe limitarse al escrito de demanda o a lo expresado en la


comparecencia, sino que debe comprender, igualmente, su ampliación, aclaración
y el

análisis de los documentos que la acompañan y que, de hecho, forman parte de

ella, ya que solo así puede alcanzarse la interpretación completa de la voluntad

del que demanda la protección de la justicia federal.

De acuerdo con la nueva Ley de Amparo, la demanda deberá formularse por

escrito o por medios electrónicos; pero también prevé, y con mayor amplitud,

que pueda ser por comparecencia; en los términos que establece en sus artículos

15, 108 y 175.

Asimismo, se conserva la presentación de la demanda de amparo por vía

telegráfica, que deberá tramitarse sin costo alguno para los interesados, en los

términos establecidos en el último párrafo del artículo 20 de la ley de la materia.


DERECHOS HUMANOS: según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, son
aquellos derechos inherentes a la naturaleza humana, sin los cuales no se

puede vivir como ser humano; son derechos reconocidos en nuestra constitución,

en los pactos, convenios y tratados internacionales suscritos y ratificados por

México tales como: la Declaración Universal de los Derechos Humanos; Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos; Pacto Internacional de los Derechos

Económicos, Sociales y Culturales; Declaración Americana de los Derechos y


Deberes del Hombre y la Convención Americana Sobre Derechos Humanos.

DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS: el artículo 15 de la nueva Ley

de Amparo incluye la desaparición forzada de personas, poniéndose esta


legislación acorde con el ámbito internacional. Esta novedad es producto de la
condena

impuesta al Estado mexicano en el caso Radilla que motivó un cambio jurídico/

cultural sobre el particular. México está comprometido a no practicar, permitir

ni tolerar este gravísimo delito y la Ley de Amparo le da amplísimas facultades

al juez de distrito para dictar, no solo la suspensión de los actos reclamados, sino

todas las medidas necesarias para lograr la comparecencia del agraviado, usando

las medidas de apremio establecidas en el artículo 237 de dicha legislación.

DESECHAMIENTO DE LA DEMANDA: véase admisión de la demanda.

DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO: acto procesal por medio del


cual el quejoso, de manera personal, libre, auténtica y por así convenir a

sus intereses, manifiesta y ratifica, expresamente ante el órgano de control


constitucional respectivo, la abdicación o renuncia a continuar con la acción
ejercitada contra los actos y contra las autoridades responsables señaladas en el
caso

concreto y determinado, produciendo así la revocación de la sentencia recurrida

en la instancia y el sobreseimiento en el juicio de amparo. El desistimiento de la

demanda podrá presentarse en cualquiera de las instancias del juicio de amparo,


mientras la sentencia no cause ejecutoria.

DESTITUCIÓN DE AUTORIDAD RESPONSABLE: sanción que se impone

a una autoridad cuando se abstiene de cumplir con lo ordenado en la ejecutoria

protectora de derechos, realiza actos evasivos e irrelevantes para su


cumplimiento, o bien, repite el acto reclamado al emitir un nuevo acto con el que
reitera las

mismas violaciones por las cuales se otorgó la protección de la justicia federal.

Los supuestos que pueden acontecer para la aplicación de la referida sanción son:

a) Desacato a la sentencia de amparo; b) Cumplimiento excesivo o defectuoso;

y, c) Repetición del acto reclamado. Una vez agotado el trámite del incidente

de inejecución o, en su caso, del incidente de repetición del acto reclamado, la

Suprema Corte de Justicia de la Nación, al recibir los autos del juicio de amparo

correspondiente, debe analizar si se acredita el incumplimiento o la repetición

del acto reclamado y si éstos son inexcusables, para poder así “inmediatamente”

separar del cargo a la autoridad y consignarla al juez de distrito que corresponda

para que sea castigada por la desobediencia cometida.

DÍAS HÁBILES: para los efectos del juicio de amparo se entienden todos los

del año, con excepción de los sábados, domingos, aquellos en que se suspendan

labores y los que de manera expresa señalan los artículos 19 de la Ley de Amparo

y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en los que se


pueden

promover, sustanciar o resolver los juicios de amparo.

DÍAS INHÁBILES: para los efectos del juicio de amparo, se entienden los

sábados, domingos, cuando se suspendan labores y aquellos que de manera


expresa señalen los artículos 19 de la Ley de Amparo y el 163 de la Ley Orgánica

del Poder Judicial de la Federación, en los que no se pueden promover, sustanciar

o resolver los juicios de amparo.


DÍAS NATURALES: para los efectos del juicio de amparo, se entienden aquellos
días hábiles o inhábiles que se cuentan de las cero a las veinticuatro horas, en

toda su extensión temporal.

DIFERIMIENTO DE LA AUDIENCIA CONSTITUCIONAL: es el aplazamiento o


suspensión de la audiencia constitucional que acuerda el juez de distrito

en uso de su potestad decisoria, ya que queda a su prudente arbitrio concederla o

negarla, según proceda, pudiendo ser de oficio o a petición del quejoso o tercero

interesado, por escrito o por comparecencia, con el objeto de señalar una nueva

fecha para que tenga verificativo la citada audiencia, pues lo que se persigue es

que el impetrante de derechos o el tercero interesado se impongan del contenido

de los referidos informes y estén en aptitud de preparar, ofrecer y desahogar las

pruebas que estimen convenientes, ya que la finalidad del aplazamiento de la


audiencia constitucional es equilibrar procesalmente a las partes.

EJECUCIÓN Y FUERZA PÚBLICA: es la facultad de la que disponen los

órganos jurisdiccionales de amparo para hacer cumplir sus determinaciones o

resoluciones mediante el uso de la fuerza pública, de ser necesario. Facultad


que284

Rodolfo Campos Montejo

se deriva de los artículos 89, fracción XII, constitucional, 211 y 237, fracción II

de la nueva Ley de Amparo. De estos preceptos se establece la obligación de las

corporaciones policiacas federales, estatales o municipales y de sus superiores

jerárquicos de prestar toda la ayuda posible a la justicia federal, con el objeto de

hacer que se respete puntualmente lo decidido en un juicio de amparo.

EMPLAZAMIENTO: acto procesal a través del cual se da a conocer a la autoridad


responsable o al tercero interesado la demanda de amparo a efecto de que

tenga la oportunidad de comparecer al juicio constitucional respectivo a defender


sus intereses, presentar alegatos y ofrecer las pruebas que considere
convenientes.

Por tratarse de la primera notificación, el emplazamiento debe verificarse

oportunamente, de manera personal, en el domicilio de la autoridad responsable

o del tercero interesado, por conducto del actuario, secretario del juzgado o
tribunal, o por la autoridad que conozca del juicio de amparo y deberá cumplir con

las formalidades esenciales del procedimiento establecidas en la ley de la materia.

ESTRADOS: sitio en donde se colocan las listas de notificación que contienen

el número del juicio, el nombre del quejoso, las autoridades responsables y una

síntesis de la resolución a notificar; su finalidad es hacer saber una resolución

judicial a las partes en el juicio.

EXCESO EN LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS DE AMPARO: acatamiento


indebido del efecto restitutorio emanado de la sentencia de amparo, en que la

autoridad responsable rebasa los límites o alcances fijados en el fallo protector e

incurre de manera evidente en una conducta excesiva, es decir, la responsable no

se ajusta al tenor exacto del fallo y se extralimita en su cumplimiento, al ir más

allá del alcance de la ejecutoria que concedió la protección constitucional.

El medio de impugnación que procedía en contra de este nuevo acto emitido

por la autoridad responsable, en vía de cumplimiento a una ejecutoria de amparo,


era el recurso de queja conforme al artículo 95, fracciones IV y IX, de la Ley

de Amparo derogada; sin embargo, la nueva Ley de Amparo prevé que esto sea

materia del cumplimiento en términos del artículo 196, y que contra la resolución

que declare por cumplida la ejecutoria de amparo, se podrá interponer el recurso

de inconformidad si alguna de las partes estima que existe exceso o defecto o

indebidamente fue archivado el expediente.

EXCUSA: actuación del juzgador por la que, en cumplimiento a un deber de


abstención, se estima impedido para conocer de los asuntos en que pudiera
afectarse su imparcialidad y ecuanimidad, pues debe emitir sus decisiones, limpias
y

ajenas de cualquier influencia o perturbación; así, cuando exista un serio factor

de los que expresa y limitativamente determine la ley, que pueda influir


inconsciente o subconscientemente en su ánimo al resolver o participar en
resoluciones,

deberá excusarse, sin dejar de apreciar que conforme a lo previsto en el artículo

51 de la Ley de Amparo, sólo son admisibles las excusas forzosas.

EXTRADICIÓN: acto mediante el cual un Estado hace entrega de una persona


que se halla en su territorio a otro Estado que la reclama, por tener ahí el

carácter de inculpada, procesada o convicta por la comisión de un delito, a fin de

que sea sometida a juicio o recluida para cumplir con la pena impuesta; se trata

de un acto de soberanía fundado en el principio de reciprocidad, conforme al

cual, en ambos Estados la conducta desplegada debe estar considerada como


delito, no haber prescrito y tener una penalidad no violatoria de derechos
humanos,

ya que de no satisfacerse tales requisitos, la solicitud puede ser rechazada por el

Estado requerido.

FACULTAD DE INVESTIGACIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN: era un medio de control de la constitucionalidad establecido como
defensa excepcional de las garantías individuales de los gobernados,

así como de la voluntad soberana de la ciudadanía expresada a través del voto

público.

Se trataba de una facultad extraordinaria y discrecional de la Suprema Corte

de Justicia de la Nación para averiguar, conforme al párrafo segundo del artículo

97 constitucional, la existencia de algún hecho o hechos que pudieran constituir

una violación grave y generalizada de las garantías individuales; y acorde con el

tercer párrafo del referido precepto constitucional, la violación al voto público,


pero solo en el caso de que a su juicio pudiera poner en duda la legalidad de todo

el procedimiento de elección de alguno de los Poderes de la Unión.

En los supuestos del segundo párrafo del artículo 97 constitucional, la actuación


del Máximo Tribunal del país se circunscribía a inquirir la verdad hasta

descubrirla, sin sujetarse a un procedimiento judicial, esto es, actuaba de oficio,

por propia decisión o a petición del titular del Poder Ejecutivo, de alguna de las

Cámaras del Congreso de la Unión o del gobernador de algún estado; si bien su

decisión de ejercer o no la facultad conferida debía ser razonada en todos los

casos, no estaba obligado a exponer las razones que lo llevaron a determinar su

no ejercicio; versaba sobre una averiguación de hechos consumados que


constituían una grave violación de garantías individuales con trascendencia social;
y

concluía con un informe sobre los hechos averiguados y la consecuente decisión

de si constituían o no una grave violación de garantías individuales; por último,

los resultados del mismo debían hacerse llegar oportunamente a los órganos que

en principio pudieran resultar competentes.

Esta facultad le fue quitada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el

año 2010 y transferida a la Comisión Nacional de Derechos Humanos; situación

que fue aprobada por unanimidad por el Congreso de la Unión a petición de la

propia Suprema Corte, entre los argumentos para suprimir esta facultad fue que

dificultaba su operación, pues la labor de investigación no corresponde al


trabajo286

Rodolfo Campos Montejo

de un tribunal y porque sus indagatorias no tenían efectos vinculantes, restándole

autoridad y legitimidad al máximo órgano de justicia del país.

También se argumentó que la labor de la Corte se limitaba a hacer una simple

apreciación discrecional del hecho investigado, sin existir una ley reglamentaria
ni otro tipo de elemento normativo.

La última investigación que en ejercicio de esta facultad realizó la Suprema

Corte fue la realizada en torno al trágico incendio en la Guardería ABC.

Vale la pena señalar que esta facultad, hasta donde se tiene conocimiento, fue

ejercida por la Corte de 1946 al 2009 en cinco ocasiones: a) solicitud expresa

respecto de la violación del voto público en León, Guanajuato en 1946; b) solicitud


3/96 en el caso Aguas Blancas, Municipio de Coyuca de Benítez, Estado de

Guerrero; c) solicitud 2/2006 el caso de San Salvador Atenco; d) solicitud 1/2007

el caso de Oaxaca (Ulises Ruiz y la APPO); y e) solicitud 1/2009 el caso de la

Guardería ABC.

FÓRMULA DE OTERO: véase principios de relatividad.

FUNDAMENTACIÓN: deber a cargo de la autoridad de citar con exactitud

y precisión la ley, el ordenamiento, el precepto legal o reglamentario o conjunto

de ellos, que le den competencia o facultades para emitir el acto de molestia de

que se trate y que sean aplicables al caso concreto, otorgándole certeza y


seguridad jurídica al particular frente a esos actos, a fin de cumplir con el principio

de legalidad emanado del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos.

GARANTÍAS CONSTITUCIONALES: derechos públicos subjetivos que a

su vez se traducen en una obligación de respeto de las autoridades, con los


requisitos y límites que las propias leyes establecen; esas limitaciones o
excepciones al

poder público se sustentan, fundamentalmente, en la protección de los intereses

de la sociedad y en los derechos de los gobernados. El Estado, en su carácter de

sujeto pasivo de los derechos, está obligado a velar por dichos intereses, con
apego a las normas constitucionales y legales, además de constituirse en garante
del
interés social al establecer normas que tiendan a protegerlo.

GARANTÍAS EN LA SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO: son los

diferentes medios de aseguramiento referidos en la Ley de Amparo, tales como

la caución, depósito, fianza, contrafianza y garantía hipotecaria; dichos medios

deben ser asequibles y otorgarse para que surta efectos la suspensión del acto
reclamado y se mantenga la efectividad de la suspensión concedida; en su caso,
garantizan el pago por indemnización de posibles daños o perjuicios que pudieran

ocasionarse al tercero interesado por el hecho de suspenderse el acto reclamado

o porque se lleve a cabo la ejecución en detrimento de los intereses del quejoso,

y aun del Estado.

Para efectos de la estimación de su monto, el órgano jurisdiccional, en forma

discrecional, y tomando en cuenta las prestaciones reclamadas, las circunstancias

del caso y las pruebas existentes en el amparo, determinará el importe líquido

o cantidad exacta de la garantía; en la causa penal atenderá a la naturaleza,

modalidades y características del delito, la situación económica del quejoso y la

posibilidad de que se sustraiga a la acción de la justicia.

HABEAS CORPUS: institución inglesa protectora de la libertad individual,

cuyo nombre se origina del latín bajo medieval habeas corpus, que significa hallar

el cuerpo. Ha tenido una notable influencia en el amparo mexicano como


instrumento para evitar privaciones ilegales de la libertad, incomunicaciones y
torturas

de los detenidos.

El procedimiento de esta ley consistía básicamente en la solicitud formulada

por parte interesada ante el Lord Chanciller, el Lord Guardasello, algún juez o

algún barón, que podían emitir una orden (writ) de habeas corpus, dirigida a algún
sheriff, carcelero, empleado o cualquier persona que tuviera bajo su custodia
algún preso. Notificada la orden de habeas corpus, estos últimos tenían la
obligación, dentro de los tres días siguientes, de obsequiar el return. En la
actualidad, el

habeas corpus se conserva como un valioso instrumento protector de la libertad

individual, en contra de las detenciones ilegales; aunque hoy en día su mayor


aplicación es relativamente similar al del amparo directo mexicano en materia
penal.

HECHO JURÍDICO: es un acontecimiento que tiene trascendencia en el ámbito


del derecho. Normalmente no es voluntario ni controlable por la persona.

En sentido general, es el acontecimiento, suceso o hecho natural al que el

ordenamiento legal otorga una determinada trascendencia jurídica.

Si en la producción de tal hecho ha intervenido la voluntad del hombre, estaremos


ante un hecho voluntario que, si es valorado por el Derecho como generador de
consecuencias jurídicas, recibe el nombre de acto jurídico del hombre.

Pero si, aun interviniendo la voluntad humana, las consecuencias jurídicas

del mismo están previstas con independencia de dicha intervención, seguiremos

estando ante un hecho jurídico.

Ejemplos de hechos jurídicos son la muerte, una declaración de guerra y una

catástrofe natural; también cuando personal de la Cruz Roja acude al auxilio

de un herido, lo pone en la camilla y en el transcurso hacia el hospital se muere,

estaríamos en presencia de un hecho, ya que trascurrió en un lapso y aunque no

fue intencional, tendrá una trascendencia jurídica como puede ser el testamento

y la herencia.

HECHO NOTORIO: acontecimiento conocido por todos, es decir, del dominio


público y que nadie pone en duda. Por extensión, acontecimiento del cual el

tribunal tiene conocimiento en razón de su propia actividad jurisdiccional.288

Rodolfo Campos Montejo

Son aquellos hechos considerados ciertos e indiscutibles, ya sea que pertenezcan


a la historia, a la ciencia, a la naturaleza, a la vicisitudes de la vida pública
actual o a circunstancias comúnmente conocidas en un determinado lugar, de

modo que toda persona de ese medio esté en condiciones de saberlo.

Desde el punto de vista jurídico, un hecho notorio es cualquier acontecimiento de


dominio público conocido por todos o casi todos los miembros de un círculo social
en el momento en que va a pronunciarse la decisión judicial, respecto

del cual no hay duda ni discusión; de manera que al ser notorio la ley exime de

su prueba.

Los códigos procesales civiles son coincidentes, ya que contemplan a los hechos
notorios al ser invocados por el tribunal, aunque no hayan sido alegados ni

probados por las partes. Ejemplo de esto es la fecha de un hecho histórico, donde

el juez podrá acudir directamente, cuando no le sea fiel la memoria, a los libros

de historia o de cualquier otra ciencia donde se consigne el hecho; o el número

de estados que tiene nuestro país, pues constituyen nociones de la cultura o


geografía en que la mayoría de las personas podrán recordar y porque son datos

consignados como indiscutibles en los manuales de historia y geografía, a los que

se puede acudir en cualquier momento. A esta lista de ejemplos se señalan los

acontecimientos políticos, las catástrofes, las designaciones de altos funcionarios,

los sucesos de las guerras, etcétera.

En materia jurisdiccional los hechos notorios no necesitan ser probados, porque es


al juzgador a quien corresponde estimar la notoriedad de un hecho, por lo

que el juez puede invocarlos aunque no hayan sido alegados por las partes.

IMPEDIMENTO: figura jurídico procesal referida a la imposibilidad legal

del juzgador para conocer de un asunto, por existir una circunstancia que puede

afectar su imparcialidad. Acorde con lo previsto en el artículo 51 de la Ley de

Amparo, tales circunstancias pueden presentarse por razón de parentesco, por

razón del interés que se tenga en el asunto, porque tengan responsabilidad en el

amparo de que se trate, porque tengan amistad con alguna de las partes o sus
abogados o representantes, entre otras.

IMPROCEDENCIA Y SOBRESEIMIENTO: el término improcedencia (de in

y procedencia) gramaticalmente quiere decir falta de oportunidad, de fundamento


o de derecho; mientras que el vocablo sobreseimiento (del latín supersedere,

cesar, desistir) significa, de acuerdo con el Diccionario de la lengua española,

desistir de la pretensión o empeño que se tenía, cesar en el cumplimiento de una

obligación, o bien, cesar en una instrucción sumaria y, por extensión, dejar sin

curso ulterior un procedimiento.

La improcedencia, desde el punto de vista técnico-procesal, es un impedimento


para que la acción de amparo alcance su objetivo. En la voz Acción de amparo,

hemos expresado que ésta consiste en un derecho subjetivo procesal que tiene
por

objeto que los órganos competentes del Poder Judicial, seguidos los trámites
establecidos para el amparo directo o el indirecto, resuelvan la pretensión litigiosa
(a

saber, la restitución en el goce del derecho humano violado en perjuicio del


gobernado) y, en su caso, ordene que la sentencia se ejecute conforme al
procedimiento

establecido en la Constitución y en la ley secundaria. De existir una causal de

improcedencia, el proceso no puede continuar, sino que debe darse por concluido

sin resolver la controversia de fondo.

Lógicamente, la improcedencia es lo contrario a la procedencia. Ésta es una

institución jurídico procesal en la que, por existir los presupuestos procesales

del juicio de amparo, nace el derecho de una persona jurídica a promoverlo y

continuarlo hasta su fin; y al mismo tiempo, la obligación correlativa del órgano

jurisdiccional de admitir la demanda de amparo y tramitar éste hasta su debida

conclusión. Por tanto, la improcedencia es la situación procesal en la cual, por no

existir los presupuestos procesales del juicio constitucional, no debe admitirse la


demanda de amparo ni tramitarse el juicio.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación afirma que el sobreseimiento es

la resolución judicial por virtud de la cual se declara que existe un obstáculo


jurídico o de hecho que impide la decisión del fondo de la controversia planteada,

de tal forma que puede derivar, en principio, del estudio preferente y oficioso que

realice el órgano jurisdiccional de las causas de improcedencia, sea que las hagan

valer o no las partes, por tratarse de una cuestión de orden público; o también

cuando se actualice, ya iniciada la tramitación del juicio, algún otro motivo que

amerite la procedencia de aquélla, sin esperar a que sea celebrada la audiencia

constitucional, siempre que se trate de una causa notoria, manifiesta e indudable

de importancia, que impida la decisión del juzgador de conceder o negar el


amparo, desde luego, sin analizar los conceptos de violación que se hagan valer
en

la demanda.

INCIDENTE: es toda cuestión o controversia de carácter adjetivo o procesal

que sobreviene accesoriamente en un negocio judicial, que tiene relación


inmediata con el asunto principal y se resuelve en forma independiente; en
ocasiones,

puede interrumpir, alterar o suspender el curso ordinario del procedimiento.

Los artículos 66 y 67 de la nueva Ley de Amparo establecen las formas en que

deberán substanciarse los incidentes que se presenten durante la substanciación

de un juicio de amparo. En la materia se relacionan: los incidentes de nulidad de

notificaciones, reposición de constancia de autos, cumplimiento e inejecución de

ejecutorias, repetición del acto reclamado, cumplimiento sustituto de la sentencia,

por exceso o defecto en el cumplimiento de la suspensión y denuncia por


incumplimiento de la declaratoria general de inconstitucionalidad.

INCIDENTE DE CUMPLIMIENTO SUSTITUTO DE SENTENCIA: procedimiento


de tramitación excepcional, a través del cual se logra que las obligacio-290
Rodolfo Campos Montejo

nes derivadas de la ejecutoria de amparo puedan sustituirse por otras formas de

cumplimiento; se origina ante la existencia de múltiples ejecutorias de los


tribunales de amparo que por diversas causas devienen inejecutables, ante la
imposibilidad legal y material para hacerlo.

Su finalidad es evitar que las sentencias de amparo permanezcan indefinidamente


incumplidas, en cuanto se trata de una vía alternativa al cumplimiento

original.

Los artículos 204 y 205 de la nueva Ley de Amparo establecen el procedimiento a


través del cual podrá ser solicitado por cualquiera de las partes o decretado de
oficio por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

INCIDENTE DE DAÑOS Y PERJUICIOS: es la vía legal a través de la cual el

quejoso o el tercero interesado puede hacer efectiva la responsabilidad derivada

de las garantías y contragarantías que se otorguen con motivo de la suspensión

de los actos reclamados, debe promoverse dentro de los seis meses siguientes al

día en que se notifique a las partes la resolución del amparo y, de no presentarse

la reclamación dentro de ese término, se procede a la devolución o cancelación

de aquéllas.

INCIDENTE DE IMPEDIMENTO DEL JUZGADOR: gramaticalmente, un

impedimento es un obstáculo o estorbo para que algo se realice. Por ello, Eduardo
Pallares afirma que los impedimentos son: “hechos o circunstancias personales

que ocurren en un funcionario judicial, y que lo obligan a inhibirse del conocimiento


de determinado juicio por ser obstáculo para que imparta justicia…” Así,

cuando un juzgador está impedido, debe excusarse de conocer el asunto, pues el

valor que se pretende preservar es la imparcialidad de aquél.

Si un juzgador no se excusa, debiendo hacerlo, lo procedente es que la parte

interesada haga valer una recusación, en la que se pruebe si hay causa de


impedimento.
El artículo 59 de la nueva Ley de Amparo establece la forma en cómo deberá

manifestarse la recusación y los hechos que la fundamentan.

Por su parte el artículo 51 enumera en ocho fracciones las causas por las que

un ministro, magistrado de circuito, jueces de distrito o las autoridades que


conozcan de los juicios de amparo deberán excusarse.

INCIDENTE DE INCONFORMIDAD: es uno de los mecanismos procesales

que prevé la Ley de Amparo para lograr el eficaz cumplimiento de las sentencias

que conceden la protección federal.

Procede en el supuesto de que la parte interesada no esté conforme con la

resolución que tenga por cumplida la ejecutoria de amparo; declare que existe

imposibilidad material o jurídica para cumplir la misma, u ordene el archivo

definitivo del asunto; declare sin materia o infundada la denuncia de repetición

del acto reclamado; o declare infundada o improcedente la denuncia por


incumplimiento de la declaratoria general de inconstitucionalidad.

Se debe hacer valer por escrito presentado por conducto del órgano judicial

que haya dictado la resolución impugnada dentro del plazo de 15 días contados

a partir del siguiente al en que surta efectos la notificación.

Este recurso también lo podrá hacer valer la persona extraña a juicio que

resulte afectada por el cumplimiento.

Corresponderá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolver sobre la

admisión del recurso y en su caso el fondo del mismo.

INCIDENTE DE INCUMPLIMIENTO DE SENTENCIA: es un principio

inherente a toda sentencia que deba ser ejecutada. La Ley de Amparo establece

el procedimiento de ejecución de sentencia, así como el incidente de inejecución

respectivo en sus artículos del 192 al 198.

INCIDENTE DE INEJECUCIÓN DE SENTENCIA: es uno de los medios


procesales que prevé la Ley de Amparo para lograr, de oficio o a petición de parte,

el eficaz cumplimiento de las sentencias que conceden la protección federal, en el

supuesto de que la autoridad responsable no realice acto alguno tendente a


restituir al agraviado en el pleno goce del derecho humano violado, restableciendo
las

cosas al estado que guardaban antes de la violación.

Requiere como presupuesto necesario que se impute a la autoridad responsable,


cuando los actos reclamados son de carácter positivo, una abstención total

a realizar actos encaminados a la ejecución, o bien, cuando los actos reclamados

son de carácter negativo, que se impute a la autoridad responsable una


persistencia total en su conducta violatoria de derechos, siempre que la misma
haya sido

requerida en los términos del artículo 192 de la citada ley.

La nueva Ley de Amparo regula el cumplimiento de inejecución de las ejecutorias


de amparo en los artículos del 192 al 198.

Las sanciones que deben imponerse en los casos de desacato a los fallos que

otorgan la protección federal, está reservada a la Suprema Corte de Justicia de

la Nación, quien tiene facultades de resolver sobre el cumplimiento o


incumplimiento de las ejecutorias de amparo y, en su caso, a los tribunales
colegiados de

circuito.

INCIDENTE DE NULIDAD DE NOTIFICACIONES: procedimiento legal

por virtud del cual se impugnan las notificaciones que se realizan a las partes, en

contravención a las formalidades esenciales que exige la Ley de Amparo.

Su procedencia tiene como efecto que se ordene reponer el procedimiento desde


el momento o etapa procesal en que se incurrió en la nulidad, cuando la parte

afectada debió ser llamada al juicio para ser oída en defensa de sus intereses, ya

sea por una notificación irregular llevada a cabo con anterioridad al dictado de
la sentencia definitiva o con posterioridad a ésta, durante el periodo de
ejecución.292

Rodolfo Campos Montejo

Los artículos 68 y 69 regulan la tramitación de este incidente, el cual debe

hacerse en términos del artículo 67; no suspende el procedimiento. Si se declarara

la nulidad, se repondrá el procedimiento a partir de la actuación anulada.

INCIDENTE DE OBJECIÓN DE DOCUMENTOS: procedimiento legal por

virtud del cual las partes en el amparo pueden realizar la objeción de falsedad

de un documento presentado en el juicio, caso en el cual el juez suspenderá la

audiencia para continuarla dentro de los diez días siguientes, en la que se


presentarán las pruebas y contrapruebas relativas a la autenticidad del
documento.

Este incidente tiene efectos suspensivos, pues paraliza la tramitación del juicio

de amparo y puede promoverse, incluso, antes de la celebración de la audiencia

constitucional, de modo que si se presenta esta eventualidad durante la


verificación de dicha audiencia, el juez de distrito debe procurar proveer respecto
de ella

para darle el trámite respectivo.

El artículo 122 de la nueva Ley de Amparo se ocupa de regular este incidente.

INCIDENTE DE OBJECIÓN DEL INFORME PREVIO: el informe previo

es la contestación a la solicitud de suspensión formulada por el quejoso. Ese


“informe” (en realidad parte de la garantía de defensa de la responsable) contiene
la

manifestación relativa a si son o no ciertos los hechos que se atribuyen a la


autoridad, la cuantía del asunto (para efectos de fijación de la garantía) y las
razones

sobre la procedencia o improcedencia de la suspensión.

El informe previo es un documento público que puede ser materia de objeción

“en cualquier tiempo”, esto es, desde que sea rendido hasta que se resuelva de
manera ejecutoriada el amparo; aunque es práctica frecuente que se haga valer

después de que se haya dictado la sentencia interlocutoria de la suspensión. El


objetivo del incidente es controvertir la autenticidad y el contenido del informe (las

declaraciones y manifestaciones que en él se contengan), a fin de que la autoridad

modifique o revoque esa sentencia.

El incidente no tiene normas específicas de tramitación, razón por la cual

es de aplicarse las reglas generales para incidentes previstas en los artículos 66

y 67 de la nueva Ley de Amparo. Se sustancia con vista a las partes; en su caso,

pruebas, alegatos (por ser una formalidad esencial del procedimiento) y sentencia

interlocutoria.

INCIDENTE DE PREVIO Y ESPECIAL PRONUNCIAMIENTO: es la vía

legal que sobreviene accesoriamente a un negocio judicial, pero tiene relación

inmediata con la cuestión principal. También se conoce como “artículo de previo

y especial pronunciamiento”, en cuanto a que su promoción suspende la


tramitación normal del juicio hasta en tanto se resuelve éste; se decide en forma
independiente mediante una sentencia interlocutoria sin reservar su solución hasta
el

dictado de la sentencia definitiva; durante la sustanciación del juicio de amparo

la ley prevé como artículos de previo y especial pronunciamiento el de nulidad

de actuaciones o notificaciones, el de acumulación de autos, el de competencia

o incompetencia judicial, y el de reposición de autos; fuera de esas cuestiones,

el artículo 66 de la Ley de Amparo enuncia la posibilidad de resolver otro tipo

de acontecimientos, que se originan en un negocio, que interrumpen su curso

ordinario, como es la falta de personalidad de alguna de las partes, ya que ésta

no se incluye dentro de los que limitativamente señala la ley de la materia, como


aquellos que ameritan previo y especial pronunciamiento, pero es de los que se
resuelve de plano, ya que el aludido numeral señala que todos los demás
incidentes

deben resolverse al fallar el principal, salvo lo que señala la ley para la suspensión

del acto reclamado.

INCIDENTE DE REPETICIÓN DEL ACTO RECLAMADO: procedimiento de


tramitación excepcional, que tiene por objeto determinar si el nuevo acto

realizado por las autoridades responsables con posterioridad a la emisión de la

sentencia que concedió el amparo, reitera, en esencia, las mismas violaciones de

derechos humanos por las cuales se otorgó la protección de la justicia federal, es

decir, si se trata de un acto con igual sentido de afectación de la esfera jurídica

del quejoso, por el mismo motivo o causa eficiente que el acto reclamado, aun

cuando los fundamentos sean distintos, para lo cual es menester que el acto
declarado inconstitucional, como el que se estima reiterativo de éste, se traduzca
en

actos positivos, dado que los negativos, por su naturaleza, no pueden reiterarse.

INCIDENTE DE REPOSICIÓN DE AUTOS: procedimiento legal, denominado


también artículo de especial pronunciamiento, por virtud del cual el juzgador de
amparo ordena la certificación en la que se haga constar la existencia

anterior y la falta posterior del expediente que haya sido sometido y tramitado

ante su potestad, quien cuenta con facultades para investigar de oficio la


existencia de las piezas de autos desaparecidas, para lo cual se vale de todos los
medios

que no sean contrarios a la moral o al derecho y queda a cargo de los interesados

el cuidado de que el expediente se integre debidamente, en atención a que el


promovente de la reposición debe acompañar con su escrito, todos los
documentos

que tenga en su poder, y que hayan de servir como pruebas de su parte, o bien,
gestionar sobre su remisión o aportación por parte de las autoridades
correspondientes al juzgado o tribunal ante el cual se inició la reposición, a efecto
de que el

expediente se declare o no repuesto de acuerdo a la dificultad que pueda existir


en

la recopilación de datos o pruebas que permitan reponer las piezas de autos


extraviadas; empero, si la pérdida de los autos es imputable a alguna de las
partes,

la reposición se hará a su costa, la que, además, pagará los daños y perjuicios


que

el extravío y la reposición ocasionen, y quedará sujeta a las sanciones previstas

en la legislación penal.

INCIDENTE DE REVOCACIÓN O MODIFICACIÓN DE LA SUSPENSIÓN POR


HECHO SUPERVENIENTE: gramaticalmente, la palabra superven-294

Rodolfo Campos Montejo

ción (del latín superventum y éste a su vez de supervenire, sobrevenir) significa

acción y efecto de sobrevenir un nuevo derecho.

Mientras que sobrevenir significa, dicho acerca de una cosa, acaecer o suceder
además o después de otra. Por esa razón, Eduardo Pallares, al referirse a los

hechos nuevos en la controversia, habla de hechos de sobrevenidos, a los que

califica como: “acontecimientos que tienen lugar después de la formación de la

litiscontestatio, por cuya razón las partes no pueden hacerlos valer en ella…”.

El Poder Judicial de la Federación se ha pronunciado, primero, en el sentido

de que el hecho superveniente es el que se verifica con posterioridad al acto de

la suspensión, modificando la situación jurídica existente cuando se realizó un

pronunciamiento sobre ella.

De esta forma, el incidente de revocación o modificación de la suspensión

por hecho superveniente es de especial pronunciamiento, nominado, sin trámite


expreso, se tramita por cuerda separada, en el cuaderno incidental, y se resuelve

antes de que se dicte la sentencia definitiva.

INCIDENTE DE SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO: tiene por objeto


conservar la materia del juicio, a través de paralizar el acto de autoridad o de

otorgar una tutela anticipada (mediante la apariencia del buen derecho o fumus

boni iuris).

Se trata de un incidente de especial pronunciamiento, nominado, con trámite

expreso, que se tramita por cuerda separada y se resuelve antes de que se dicte
la

sentencia definitiva.

INCIDENTE DE SUSPENSIÓN SIN MATERIA: este incidente requiere que

se haya resuelto la suspensión definitiva en un juicio seguido ante un juez de

distrito, en el que haya identidad de quejoso, acto reclamado y autoridades


responsables.

INCIDENTE DE VIOLACIÓN A LA SUSPENSIÓN: procedimiento legal

que se inicia con motivo de la denuncia que hace el quejoso de la desobediencia

de las autoridades responsables a la resolución que haya decretado la medida

cautelar, la cual requiere para determinar su existencia, que se haya concedido

la suspensión con o sin garantía; que se comunique oportunamente a las


autoridades responsables que sigue surtiendo sus efectos; y que en fecha
posterior

a su conocimiento hayan ejecutado los actos que son objeto de la suspensión

concedida. Por tanto, la materia de análisis de esta vía la constituyen, por una

parte, determinar si se deja o no insubsistente el acto violatorio de la medida

suspensional, siempre que la naturaleza del acto lo permita, volviendo las cosas

al estado que tenían al otorgarse esa providencia; y por otra, si la conducta de la

autoridad responsable actualiza o no una responsabilidad administrativa o penal


por su desacato, aunque bien puede declararse solo la procedencia de uno de
esos

efectos.

INCIDENTE PARA HACER EFECTIVAS LAS GARANTÍAS Y


CONTRAGARANTÍAS: la suspensión del acto reclamado tiene dos modalidades;
la primera, si se trata de amparo indirecto; la segunda, si es el caso de amparo
directo. A

su vez, cada una de esas modalidades puede ser dividida en suspensión otorgada

de oficio y otra a petición de parte. Como regla general, cuando se solicite la


suspensión a petición de parte y el otorgamiento de la medida cautelar pueda
causar

daños o perjuicios a un tercero, el quejoso debe otorgar garantía para reparar

los primeros e indemnizar de los segundos si no obtienen sentencia favorable en

el juicio de amparo. Por contrapartida, la suspensión otorgada puede quedar sin

efectos si el tercero otorga una contragarantía que permita cubrir al quejoso los

daños y perjuicios que se le causen, en el evento del cual se le conceda el


amparo.

INCONSTITUCIONALIDAD: véase constitucionalidad.

INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS: cuando una persona

causa a otra un daño, ya sea intencionalmente, por descuido o negligencia, o

bien por el empleo de alguna cosa o aparato, maquinaria o instrumento, es


responsable de las consecuencias dañosas que la víctima ha sufrido. Se dice que
una

persona es civilmente responsable, cuando alguien está obligado a reparar el


daño

material o moral que otro ha sufrido.

La reparación del daño tiende primordialmente a colocar a la persona lesionada en


la situación que disfrutaba antes de que se produjera el hecho lesivo.

Por lo tanto, la norma jurídica ordena que aquella situación que fue perturbada,
sea restablecida mediante la restitución si el daño se produjo por sustracción o

despojo de un bien o por medio de la reparación de la cosa, si ha sido destruida

o ha desaparecido. Solo cuando la reparación o la restitución no son posibles o

cuando se trata de una lesión corporal o moral (el daño moral no es reparable

propiamente), la obligación se cubre por medio del pago de una indemnización

en numerario, con el que se satisface el daño material o moral causado a la


víctima. Ya no se trata entonces de restituir o de reparar, sino de resarcir a través
de

una indemnización en numerario con el que se satisface el daño material o moral

causado a la víctima. En cualquiera de estos casos, se trata, sin embargo, de la

responsabilidad civil.

Mas tarde la distinción entre daño y perjuicio llevó a los glosadores a distinguir
entre el daño emergente y el lucro cesante. El primero, el daño o menoscabo

patrimonial, en estricto sentido es objeto de reparación propiamente dicha y, el

segundo, el perjuicio, que aludía a la falta de ganancia lícita que debía haber
obtenido el acreedor, es materia de indemnización.

INEXISTENCIA DEL ACTO RECLAMADO: causa de sobreseimiento del

juicio de garantías prevista en la fracción IV del artículo 63 de la Ley de Amparo,


que tiene lugar cuando de las constancias que en vía de informe justificado

remite la autoridad responsable, se desvirtúa la aseveración del quejoso


respecto296

Rodolfo Campos Montejo

a la certeza del o los actos reclamados, con independencia de que la autoridad

responsable los haya negado o no; o bien, cuando éstos son negados por las
autoridades señaladas en la demanda y el peticionario del amparo no ofrece
elementos

probatorios para demostrar su existencia.

INFORME JUSTIFICADO: escrito presentado ante el órgano jurisdiccional


que conoce del amparo, dentro del término legal, acompañado con las constancias
que lo justifican, mediante el cual la autoridad responsable reconoce o niega

la existencia del acto reclamado y de los hechos que constituyen sus


antecedentes y expone las razones o fundamentos que estima pertinentes para
sostener la

improcedencia del juicio, la constitucionalidad y/o la legalidad de dicho acto o

la incompetencia del juez para conocer del procedimiento, y hace valer las causas
de improcedencia o sobreseimiento que estime pertinentes; si fuere el caso,

la responsable solicitará la acumulación si se actualiza alguno de los supuestos

previstos en la Ley de Amparo; también puede aducir algún impedimento del

juez del conocimiento cuando ocurra alguna de las hipótesis contempladas por

el artículo 51 de la ley señalada; en su caso, comunicará la existencia de otro


juicio de amparo promovido por el mismo quejoso contra las mismas autoridades

responsables y respecto de los mismos actos reclamados. La omisión del informe

ocasiona que se presuman ciertos los actos que se reclaman y se sancione con
una

multa a la responsable, no exime al quejoso de la obligación de acreditar que el

acto reclamado afecta su interés jurídico o su interés legítimo.

INFORME PREVIO: escrito presentado en el juicio de garantías por la autoridad


responsable en el cual se concreta a expresar si son o no ciertos los hechos

o actos que se le atribuyen y, en su caso, la cuantía del asunto, a la vez, puede


deducir razones y fundamentos sobre la procedencia o improcedencia de la
suspensión. En caso de no rendir el informe previo o de que exista evidente
imprecisión

y confusión respecto de las manifestaciones vertidas en él, se tendrán por ciertos

los actos que se le reclamen, solo para efectos de la suspensión, además de que
a

la autoridad se le impondrá una sanción disciplinaria.

INTERÉS JURÍDICO: derecho jurídicamente tutelado que le asiste al gobernado


para reclamar, ante el órgano jurisdiccional en la vía de amparo, algún acto
violatorio de derechos humanos en su persona o de los derechos derivados de la

distribución de competencias entre la Federación y los Estados, es decir, se refiere

a un derecho subjetivo protegido por alguna norma legal que se ve afectado por

un acto de autoridad que ocasiona un perjuicio a su titular, lo cual debe


entenderse como una ofensa, daño o lesión en los derechos o intereses del
particular.

INTERÉS LEGÍTIMO: para que exista se deberá alegar como agravio, que la

norma, acto u omisión reclamados, violan los derechos previstos en el artículo 1º

de la nueva Ley de Amparo y que con ello se produce una afectación real y actual

al quejoso, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al

orden jurídico.

Los maestros Luis Humberto Delgadillo Gutiérrez y Manuel Lucero Espinoza,


señalan que la existencia de una norma y el interés del particular de que

sea observada, son requisitos comunes del interés jurídico y del interés legítimo,

sin embargo, se diferencian en cuanto a que, en el primero, la norma jurídica lo

protege directamente y solo lo podrá hacer valer el titular del derecho subjetivo.

En cambio, en el interés legítimo no se le concede al gobernado la facultad de

exigencia con respecto a las autoridades a quien se pretenda hacer valer el


derecho, para conseguir la satisfacción de sus pretensiones, de esta forma el
interés se

encuentra tutelado de manera objetiva, no subjetiva.

Con esta nueva figura una persona o una colectividad podrán hacer valer su

pretensión de amparo cuando aduzcan ser titulares de un interés legítimo derivado


de la afectación que a su esfera jurídica le provoque un acto que viole su derecho
humano, en virtud de su especial situación frente al ordenamiento jurídico.

En este caso el quejoso deberá explicar en qué consiste la afectación de la

autoridad, la que debe ser real y efectiva, no requiriéndose que la afectación sea

directa.
Las características del interés legítimo son: a) la autoridad responsable le afecta al
quejoso alguna situación jurídica derivada del propio orden normativo; b)

cuando se le cause un perjuicio o afectación cualificada, actual, real, jurídicamente


relevante y concreta y no potencial o hipotético; c) que no se trate de un mero

interés en la legalidad (interés simple); d) cuando el peticionario del amparo haya

sufrido una afectación por una norma, acto u omisión que se estiman violatorios

de los derechos humanos reconocidos en nuestra constitución y en los tratados

internacionales de los que el Estado mexicano sea parte; e) el acto de autoridad le

cause un perjuicio o le puede generar un beneficio en su situación real; f) cuando

exista una afectación indirecta a la esfera jurídica del quejoso pero ello puede

afectarle en sus derechos fundamentales; g) cuando la actuación de la autoridad

sea susceptible de causar un perjuicio o privar de un beneficio al promovente; y

ese perjuicio o beneficio sea personal y actual; h) cuando, de prosperar la acción,

exista un beneficio jurídico a favor del quejoso, por hallarse en una situación

especial, derivado de una norma que establezca un interés difuso en beneficio de

una colectividad a la que pertenece; i) cuando la anulación del acto le produce

efectos en su esfera jurídica; j) cuando la resolución del amparo le reporte un

beneficio concreto; k) cuando el tercero interesado pueda obtener un beneficio

mediato o inmediato con el acto de autoridad; l) está garantizado por el derecho

objetivo, pero no da lugar a un derecho subjetivo; y, m) el titular del interés


legítimo tiene un interés propio y distinto de otros gobernados, consiste en que
los298

Rodolfo Campos Montejo

actos de la administración pública, que incidan en el ámbito de ese interés propio,

se ajusten a derecho.

Con el interés legítimo individual o colectivo, se abre la puerta para la presentación


de los llamados amparos colectivos a través de los cuales dos o más
personas se podrán ostentar como quejosos por considerarse afectados en sus

derechos ambientales, sociales, agrarios, de consumidores; o quienes promuevan

en protección de los intereses urbanísticos, estéticos, de comodidad, etcétera.

En la doctrina también se le conoce como derecho debilitado o derecho


imperfecto, consiste en una legitimación intermedia entre el interés jurídico y el

interés simple, siendo su presupuesto la existencia de normas que imponen una

conducta obligatoria a una autoridad, sin que a dicha obligación le corresponda

un derecho subjetivo.

INTERÉS PÚBLICO: es el conjunto de pretensiones relacionadas con las


necesidades colectivas de los miembros de una comunidad y protegidas mediante

la intervención directa y permanente del Estado, por ser de orden público, y que

es necesario que prevalezcan o subsistan, aun cuando se afecten intereses


particulares.

JUEZ DE DISTRITO: servidor público de carácter jurisdiccional que es

designado mediante los diversos sistemas de carrera judicial y conforme a los

acuerdos del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; su selección se rige por

los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo,


independencia y antigüedad. Es necesario, para la aspiración de este cargo,
acreditar

no sólo que se cuenta con la experiencia, sino también con la realización de una

evaluación objetiva de su desempeño como profesionista en el ámbito judicial.

Para su promoción y nombramiento, el Consejo de la Judicatura Federal, al estar

a cargo de la administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial Federal,

puede disponer de una forma distinta de designación a la de los concursos interno

o abierto de oposición, o la especialidad en administración de justicia en juzgados

de distrito, de acuerdo con el desempeño en la categoría en que se encuentre el

aspirante, la antigüedad en el cargo, la antigüedad en la institución, el número de


cargos desempeñados, los estudios realizados por el interesado y las necesidades

del servicio. La función de juez de distrito se circunscribe a la aplicación genérica

de leyes federales que realiza en primera instancia, salvo que sea especializado,

puede hacerlo en todas las materias; por razones de competencia, su actividad

se puede clasificar en dos grandes rubros: a) en amparo, en que su actuación se

sujeta a lo dispuesto por la Ley de Amparo; y, b) en la resolución de controversias

suscitadas sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales y tratados


internacionales. Para entrar a ejercer su encargo, protestará ante la Suprema
Corte de

Justicia y el Consejo de la Judicatura Federal; durará seis años en el ejercicio de

su encargo, al término de los cuales podrá ser ratificado o promovido a cargos

superiores y solo podrá ser privado de su puesto en los casos y conforme a los

procedimientos que establece la ley, de conformidad con lo que establecen los


artículos 94, 97 y 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos;

y 68, 81, 92, 95, 105, 108, 110, 113, 114, 115, 116 y 117 de la Ley Orgánica del

Poder Judicial de la Federación.

JUICIO: procedimiento contencioso ante un órgano jurisdiccional en el que

interviene, cuando menos, la persona que pretende, el que resiste y el juzgador

que conoce. Se desarrolla en dos periodos; el primero, compete a la actividad de

los particulares o interesados y sus factores esenciales son: la presentación de la

demanda, la contestación, las pruebas y los alegatos; el segundo, es el que


compete exclusivamente a la autoridad judicial, con el fin de pronunciar la
sentencia

definitiva o resolución que, sin decidirlo en lo principal, lo da por concluido


impidiendo su prosecución o continuación.

JUICIO DE AMPARO: medio de control constitucional que se inicia por la


acción que ejercita cualquier persona física o jurídica colectiva, denominada
quejoso, ante los tribunales de la Federación, para combatir normas o actos de
autoridad cuando se vulneran derechos fundamentales, incluyendo las violaciones

que sufra por motivo o ejecución de normas o actos de la autoridad federal que

invadan o restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencia del

Distrito Federal, o bien, por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del

Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal, ello

con el fin de que se le restituya en el goce pleno de los derechos fundamentales

que le hayan sido violados.

JUICIO POLÍTICO: el juicio de amparo es improcedente contra las resoluciones o


declaraciones del Congreso Federal o de las cámaras que lo constituyen,

de las legislaturas de los estados o de sus respectivas comisiones o diputaciones

permanentes, en declaración de juicio político.

JURISDICCIÓN: institución de derecho que reviste a la autoridad de potestad legal


para impartir justicia y, a su vez, es la potestad de que se hallan

investidos los jueces para administrarla, la cual se clasifica en atención a razones

territoriales, a la cuantía de los asuntos, a la materia misma de la controversia y

al grado, lo cual origina la competencia de determinado tribunal para conocer de

un negocio.

JURISPRUDENCIA: desde el punto de vista gramatical, el vocablo proviene

del latín iuris prudentia, que alude a la prudencia del derecho, prudencia de lo

justo. Tiene entre sus significados: ciencia del derecho; teoría del orden jurídico

positivo; conjunto de sentencias de los tribunales y doctrina que contienen; criterio


sobre un problema jurídico establecido por una pluralidad de sentencias

concordes.300

Rodolfo Campos Montejo

La jurisprudencia tiene un origen remoto. Entendida ésta como ciencia del


derecho o teoría del orden jurídico positivo, estaba en manos de los pontífices

romanos en la época que siguió a las XlI Tablas (año 303 a.C.) afirma Rudolf

von Ihering.

Fuente formal del derecho consistente en la interpretación válida y obligatoria

de la ley que hacen los órganos jurisdiccionales competentes del Poder Judicial

Federal, con el objeto de desentrañar su sentido y dar a la norma preexistente

los alcances que, sin estar contemplados claramente en ella, se producen en una

determinada situación; aunque esta conformación judicial no constituye una norma


jurídica de carácter general, en ocasiones llena sus lagunas, con apoyo en el

espíritu de otras disposiciones legales que estructuran situaciones jurídicas como

una unidad, creando en casos excepcionales normas jurídicas individualizadas.

JURISPRUDENCIA POR CONTRADICCIÓN: denominado también método de


unificación, ya que tiene por objeto unificar las tesis o criterios en pugna;

ésta resulta de una sola resolución que emite el Pleno o las Salas, autoridades

distintas a aquellas que dictaron las tesis opuestas, sin que sea necesaria votación

mínima, pues basta con que dicha resolución se emita por mayoría; su naturaleza

peculiar es que no pone fin a un litigio, y que solo decide un conflicto de


interpretación y declara un punto de derecho.

JURISPRUDENCIA POR REITERACIÓN: la doctrina la ha denominado

método tradicional y es el resultado de cinco ejecutorias consecutivas y uniformes,


no interrumpidas por otra en contrario, dictadas por el mismo órgano, que

deben ser aprobadas por lo menos por ocho ministros si se trata de jurisprudencia

de Pleno, por cuatro ministros en los casos de jurisprudencias de las Salas, y por

unanimidad de votos de los magistrados tratándose de jurisprudencia sustentada

por los tribunales colegiados.

JURISPRUDENCIA POR SUSTITUCIÓN: es la regulada en el artículo 230


de la nueva Ley de Amparo y tiene por objeto que una vez establecida
jurisprudencia por reiteración o contradicción, previa petición de algún tribunal
colegiado de circuito, podrán solicitar al pleno de circuito al que pertenezcan o al
Pleno

de la Suprema Corte, o a la sala correspondiente, que sustituya la jurisprudencia

que por contradicción haya establecido, para lo cual expresarán las razones por

las cuales estima debe hacerse la sustitución.

Para que se sustituya la jurisprudencia se requerirá mayoría de cuando menos

8 votos en pleno y cuatro en sala.

JUZGADO DE DISTRITO: órgano jurisdiccional de primera instancia del

Poder Judicial de la Federación que conoce de asuntos de la competencia del

orden federal; es unipersonal, pues está a cargo de un juez de distrito, quien es

auxiliado por secretarios, actuarios y demás personal de apoyo. En algunas ciu-

dades, los juzgados de distrito están especializados por materia, mientras que en

otros lugares conocen indistintamente. Fundamentalmente, conocen y resuelven:

De asuntos que se susciten con motivo del cumplimiento o aplicación de leyes

federales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el presidente de la

República y decretos o acuerdos de observancia general.

De asuntos derivados de actos seguidos en forma de juicio, que no provengan

de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo.

De asuntos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo ejecutados

fuera de juicio o después de concluido.

De actos que en el juicio tengan sobre las personas o cosas, una ejecución de

imposible reparación.

De actos ejecutados dentro o fuera de juicio que afecten a personas extrañas

a él, cuando la ley no establezca ningún recurso o medio ordinario y no se trate


del juicio de tercería.

De asuntos contra las resoluciones del Ministerio Público que confirmen el no

ejercicio o el desistimiento de la acción penal.

LAUDO LABORAL: para efectos de la procedencia del juicio de amparo

directo, es la resolución que emiten las Juntas Federales y Locales de Conciliación


y Arbitraje y el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, y que decide

sobre el fondo de un conflicto laboral, ya sea jurídico o económico, individual o

colectivo. Dicha resolución debe cumplir con los requisitos de claridad, precisión

y congruencia.

LEGITIMACIÓN EN EL PROCESO: es un presupuesto procesal que puede

examinarse en cualquier momento del juicio, aun de oficio o a instancia de


cualquiera de las partes por ser de orden público, y se refiere a la aptitud que tiene
la

persona o personas, físicas o jurídicas colectivas, de actuar en el proceso, o sea,

quien conforme a la ley le competa hacerlo, ya sea como actor, demandado o

tercero; es decir, la situación en que se encuentra una persona respecto a


determinado acto o situación jurídica, para el efecto de poder ejecutar legalmente
aquél

o de intervenir en ésta.

La legitimación procesal activa es la potestad legal para acudir al órgano

jurisdiccional o instancia administrativa con la petición de que se inicie la


tramitación del juicio o del procedimiento respectivo, por sí o en representación de

otro. Y la pasiva, es la potestad legal que tiene toda aquella persona que puede

actuar en el litigio porque participa de la composición del mismo, con un interés

contrario o diferente al de quien lo promueve; se debe examinar oficiosamente

por el juzgador, por ser un requisito cuya falta impide el nacimiento del ejercicio

del derecho de acción y que se pronuncie una sentencia válida.


LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA: es la vinculación o relación sustancial que

existe entre quien invoca un derecho sustantivo y el derecho mismo que hace302

Rodolfo Campos Montejo

valer ante los órganos jurisdiccionales cuando ese derecho es violado o


desconocido. Es un elemento esencial de la acción que presupone o implica la
necesidad

de que la demanda sea presentada por quien tenga la titularidad del derecho que

se cuestiona, esto es, que la acción sea entablada por aquella persona que la ley

considera como particularmente idónea para estimular, en el caso concreto, la

función jurisdiccional, para obtener sentencia favorable, sea como actor,


demandado o tercero, por encontrarse frente a un estado lesivo o desconocido de
ese

derecho; solo puede analizarse de oficio, en el momento en que se pronuncie la

sentencia definitiva.

La legitimación activa ad causam es para aquel que puede perseguir judicialmente


el derecho, y la pasiva es para aquel contra el cual éste se ha de hacer valer.

LEY AUTOAPLICATIVA: también llamada de individualización incondicionada, es


aquella cuyas disposiciones resultan obligatorias desde su entrada en

vigor, esto es, que imponen al particular un hacer, dejar de hacer o de dar, sin

que se requiera acto ulterior y concreto de aplicación para que se genere dicha

obligatoriedad.

LEY DE AMPARO: es la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ordenamiento legal de

orden federal y de derecho público que rige el juicio de amparo en toda la


República y obliga a las autoridades judiciales a acatarla; el ámbito de sus
preceptos

debe prevalecer sobre cualquier otra ley, siendo la propia Constitución Política de

los Estados Unidos Mexicanos la que, aun cuando en su artículo 17 previene que
la justicia debe ser pronta y expedita, dispone y autoriza a que en ciertos casos

sea la ley la que reglamente lo relativo al momento en que proceda tramitar el

juicio de garantías. La nueva Ley de Amparo entró en vigor el 3 de abril de 2013,

abrogando la Ley de Amparo, publicada en el Diario Oficial de la Federación el

10 de enero de 1936.

LEY HETEROAPLICATIVA: también llamada de individualización condicionada, es


aquella cuya obligatoriedad no surge en forma automática con su

sola entrada en vigor, sino que para actualizar el perjuicio se requiere de un acto

posterior que condicione su aplicación.

LITIGIO: sustantivo que proviene de las voces latinas lis, litis, y más
concretamente equivale a litigium y a lite en italiano, que significa disputa o
alteración

en juicio. En el lenguaje clásico forense orare litem era exponer un asunto en

controversia.

De la noción radical del litigio o lite derivan en el uso legislativo y profesional

las locuciones: litis contestatio, litispendencia, litiscon-sorcio, litisexpensas, cuota

litis, procurador ad litem, in limine litis, litis denuciatio, litis abierta, litis cerrada,

litis finita, litigiosidad, litigante, etc. Litiscontestación, señala Escriche: “es la res-

puesta que da el reo demandado a la demanda judicial del actor. Litiscontestación

es el principio del juicio.”

Han sido diversas en el pasado las acepciones que los juristas han asignado

a la palabra litigio; la han identificado con juicio, proceso civil, procedimiento

judicial y aún en el presente quedan algunos, especialmente entre los prácticos,

que no precisan suficientemente la necesaria distinción de significado que debe

hacerse entre tales conceptos.

Se debe sobre todo a la obra genial de Francesco Carnelutti, a la profundidad


y nitidez de sus desarrollos acerca del concepto de litigio, que él toma como
noción fundamental, según lo expresó en el Tomo I de su Sistema de derecho
procesal civil; que la doctrina moderna reconozca hoy día su extraordinaria
relevancia

y que al concepto se hayan posteriormente agregado ideas complementarias,


adiciones e interpretaciones diversas que han concurrido a profundizar su arraigo
y

a proliferar sus consecuencias en la doctrina y en la jurisprudencia.

La definición de litigio dada por Carnelutti y que puede llamarse clásica en

la ciencia del proceso, señala: “Llamo litigio al conflicto de intereses calificado

por la pretensión de uno de los interesados y por la resistencia del otro”. De esta

suerte, el maestro deslinda definitivamente el concepto de litigio de sus vecinos

proceso y procedimiento. Proceso es el continente y litigio es el contenido,


procedimiento la forma y orden que han de observarse en el desarrollo del
proceso.

MANDATARIOS: véase capacidad y personalidad.

MAGISTRADO DE CIRCUITO: servidor público de carácter jurisdiccional

que es designado mediante los diversos sistemas de carrera judicial y conforme a

los acuerdos del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal; la selección se rige

por los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo,


independencia y antigüedad; es necesario, para la aspiración de este cargo de alto

nivel, acreditar no sólo que se cuenta con la experiencia, sino también con la

realización de una evaluación objetiva de su desempeño como profesionista en el

ámbito judicial.

Para su promoción y nombramiento, el Consejo de la Judicatura Federal, al

estar a cargo de la administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial


Federal, puede disponer de una forma distinta de designación a la de los
concursos interno o abierto de oposición o de la especialidad en administración de
justicia en
tribunales de circuito, de acuerdo con el desempeño en el cargo de juez de distrito

en el que se encuentran los aspirantes, la antigüedad en el cargo, la antigüedad


en

la institución, el número de cargos desempeñados, los estudios realizados por el

interesado y las necesidades del servicio.

Las funciones del magistrado unitario de circuito, se circunscriben, entre

otras, a la resolución de los juicios de amparo promovidos contra actos de otros

tribunales unitarios de circuito que no sean sentencias definitivas; de las apela-304

Rodolfo Campos Montejo

ciones de juicios federales; del recurso de denegada apelación; y de los conflictos

competenciales entre jueces de distrito, que no deriven del juicio de amparo.

Por su parte, las facultades de los magistrados de tribunales colegiados de

circuito, estriban en resolver los juicios de amparo en contra de sentencias


definitivas o resoluciones que pongan fin al juicio, en las materias civil, penal,
laboral

o administrativa; de los recursos que procedan en contra de los autos o


resoluciones que dicten los jueces de distrito, magistrados unitarios de circuito o
del

superior del tribunal responsable; de los recursos de revisión contra resoluciones

definitivas de los tribunales contenciosos administrativos federales y del Distrito

Federal; y, de los conflictos competenciales entre juzgados de distrito o tribunales

unitarios de circuito en materia de amparo. Para entrar a ejercer su encargo,


protestará ante la Suprema Corte de Justicia y el Consejo de la Judicatura
Federal;

durará seis años en el ejercicio de su encargo, al término de los cuales podrá ser

ratificado o promovido a cargos superiores y solo podrá ser privado de su puesto

en los casos y conforme a los procedimientos que establece la ley, de conformidad

con lo que establecen los artículos 94, 97, 100 y 101 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; y 68, 81, 92, 95, 96, 105, 106, 110, 111, 112,

113, 114, 115, 116 y 117 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

MEDIDAS CAUTELARES: calificadas también como providencias o medidas

precautorias, son los instrumentos que puede decretar el juzgador, a solicitud de

las partes o de oficio, para conservar la materia del litigio, así como para evitar

un grave e irreparable daño a las mismas partes o a la sociedad, con motivo de la

tramitación de un proceso.

Este es uno de los aspectos esenciales del proceso, ya que el plazo inevitable

(que en la práctica llega a convertirse frecuentemente en una dilación a veces

considerable por el enorme rezago que padecen nuestros tribunales), por el cual

se prolonga el procedimiento hasta la resolución definitiva de la controversia,

hace indispensable la utilización de estas medidas precautorias para evitar que se

haga inútil la sentencia de fondo, y, por el contrario, lograr que la misma tenga

eficacia práctica. Desafortunadamente nuestro ordenamiento procesal no toma

en cuenta, en términos generales, los avances que la doctrina, tanto nacional


como extranjera, ha alcanzado en el estudio de estos instrumentos, ni tampoco los

adelantos compatibles con nuestro propio ordenamiento, de la legislación y la

jurisprudencia de otros países.

Dichas medidas pueden tomarse, tanto con anterioridad a la iniciación del

proceso, como durante toda la tramitación del mismo, en tanto se dicta la


sentencia firme que le ponga fin, o cuando termina definitivamente el juicio por
alguna

otra causa y por ello la confusión que se ha producido en el derecho procesal

mexicano ante los medios preparatorios y las medidas cautelares, en virtud de

que varios de los primeros que se regulan como tales en nuestros códigos proce-

sales civiles y en el de comercio, no son sino medidas precautorias anticipadas.


Para realizar un breve examen de tales instrumentos es preciso hacer una
sistematización de los mismos, tomando en cuenta las ramas de enjuiciamiento en
las

cuales se aplican.

MEDIDAS PROVISIONALES: el artículo 40 de la Carta de las Naciones Unidas,


señala que el Consejo de Seguridad, a fin de evitar que una situación que

afecte a la paz se agrave, podrá instar a las partes a que cumplan con las medidas

provisionales que juzgue necesarias o aconsejables.

La expresión medidas provisionales, aparentemente inocua, ha sido la base de

acciones importantes en el terreno del mantenimiento de paz por el Consejo de

Seguridad. Toda vez que la aplicación de medidas coercitivas implica una


determinación grave en contra de un Estado, diversas situaciones en el plano
internacional han sido atendidas conforme a la base legal del artículo 40 de la
Carta y

han comprendido importantes movilizaciones como la constitución y el envío de

tropas especiales a una región conflictiva.

MEDIOS DE APREMIO: instrumentos coactivos establecidos por la ley, que

pueden emplear, a discreción, los jueces de distrito, tribunales unitarios, tribunales


colegiados de circuito o la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para el

exacto y debido cumplimiento de sus determinaciones o resoluciones.

MEDIOS DE CONTROL CONSTITUCIONAL DE NATURALEZA


JURISDICCIONAL: sistemas establecidos por la ley para mantener el orden
constitucional y su exacto cumplimiento. El juicio de amparo protege a los
gobernados

en contra de los actos de autoridad cuando se vulneran derechos fundamentales,

incluyendo las violaciones que sufran por motivo o ejecución de leyes o actos

de la autoridad federal que invadan o restrinjan la soberanía de los estados o la

esfera de competencia del Distrito Federal, o bien, por leyes o actos de las
autoridades de los estados o del Distrito Federal que invadan la esfera de
competencia
de la autoridad federal, ello con el fin de que se les restituya en el goce pleno de

los derechos fundamentales que les hayan sido violados.

Las controversias constitucionales fueron instauradas para garantizar el principio


de división de poderes, en ellas se plantea una invasión de las esferas
competenciales establecidas en la Constitución, y solo pueden ser propuestas por
la

Federación, los estados, los municipios y el Distrito Federal en contra de normas

generales y actos, sin que sea posible combatir normas en materia electoral; en

ellas, el promovente formula la existencia de un agravio en su perjuicio.

En las acciones de inconstitucionalidad se alega la contradicción entre una

norma general y otra de la propia Ley Fundamental, éstas pueden ser promovidas

por el Procurador General de la República, los partidos políticos o el treinta y

tres por ciento, cuando menos, de los integrantes del órgano legislativo que haya

expedido la norma, así como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos,306

Rodolfo Campos Montejo

Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y los organismos de


protección de los derechos humanos equivalentes en los estados de la República;
es la

Suprema Corte de Justicia de la Nación quien realiza un análisis abstracto de la

constitucionalidad de la norma.

MINISTERIO PÚBLICO FEDERAL: institución jurídico-administrativa que

participa en los procedimientos con dos personalidades distintas, pero con una

sola finalidad general que consiste en defender los intereses sociales o del
Estado;

su intervención como parte en todos los juicios de amparo, acorde con lo que

establece la fracción XV del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, y la fracción IV del artículo 5º de la Ley de Amparo; se

concreta a velar por la observancia del orden constitucional, específicamente, en


vigilar y propugnar el acatamiento de los preceptos constitucionales y legales que

consagran los derechos humanos; por su autonomía e intervención procesal, le

compete observar los actos procesales que asumen las partes en el juicio; puede

también abstenerse de intervenir, ya sea en forma expresa o revelar su desinterés

en el asunto con su silencio.

Por tanto, para cumplir con sus atribuciones, como parte del juicio de amparo,
debe ser llamado a juicio a través del legal emplazamiento con la copia simple

de la demanda o del recurso de que se trate, condición necesaria para estar en

aptitud de formular con plena autonomía, su decisión en el pedimento en el que,

previo análisis del asunto, solicitará la concesión del amparo, la negativa o el

sobreseimiento en el juicio.

En otro aspecto, tiene la personalidad de autoridad y representante de la sociedad


cuando actúa en la investigación y persecución de los delitos en la función

propia del ejercicio de la acción penal, en los términos que señala el artículo 21 de

la Constitución, en cuyo caso cuenta con facultades para interponer los recursos

que señala la ley, incluso, en los amparos penales cuando se reclamen


resoluciones

de tribunales locales, cuya facultad está condicionada a que la resolución que

pretenda recurrir le cause agravio a su representación; finalmente, funge como

representante de la nación como entidad jurídica en defensa de los intereses


patrimoniales de la misma y como consejero jurídico del gobierno.

MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN:

servidor público de carácter jurisdiccional que cumple con los requisitos


establecidos en el artículo 95 de la Constitución y cuya designación recae
preferentemente en aquella persona que ha servido con eficiencia, capacidad y
probidad en

la impartición de justicia o que se ha distinguido por su honorabilidad, competencia


y antecedentes profesionales en el ejercicio de la actividad jurídica.
Para su nombramiento, el presidente de la República somete una terna a la

consideración del Senado, el cual, previa comparecencia de las personas


propuestas, designará al ministro que deba cubrir la vacante. La designación se
hará por

el voto de las dos terceras partes de los miembros del Senado presentes, dentro

del improrrogable plazo de treinta días. Si no resolviere dentro de dicho plazo,

ocupará el cargo de ministro la persona que, dentro de dicha terna, designe el

presidente de la República; al inicio del ejercicio de su función deberá protestar

ante el Senado de la República y durará en su encargo quince años, salvo que

sobrevenga alguna causa de incapacidad física o mental permanente; en caso de

renuncias, procederán por causas graves sometidas al Ejecutivo y, si éste las


acepta, las enviara para su aprobación al Senado, conforme lo establecen los
artículos

94, 95, 96, 97, 98 y 101 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; y 2º, 4º, 8º, 11, 12, 13, 15, 23, 71, 129, 149, 155 y 183 de la Ley
Orgánica

del Poder Judicial de la Federación.

MOTIVACIÓN: señalamiento de las circunstancias especiales, los razonamientos


lógico-jurídicos o las causas inmediatas que formula la autoridad, para

establecer la adecuación del acto concreto a la hipótesis legal.

Razonamiento contenido en el texto del propio acto autoritario de molestia,

según el cual, quien lo emite llega a la conclusión de que el acto concreto al que

se dirige se ajusta exactamente a las prevenciones de determinados preceptos

legales.

MOTIVO MANIFIESTO E INDUDABLE DE IMPROCEDENCIA: es aquel

que permite desechar de plano la demanda de amparo por encontrarse


plenamente demostrado, toda vez que se ha advertido en forma patente y
absolutamente

clara de la lectura del escrito de demanda, de los escritos aclaratorios o de los


documentos que se anexan a esas promociones, de manera que aun en el
supuesto de admitirse la demanda de amparo y sustanciarse el procedimiento, no
sería

posible arribar a una convicción diversa, independientemente de los elementos

que pudieran allegar las partes, esto es, para advertir la notoria e indudable
improcedencia en un caso concreto.

MULTA: es una sanción que se impone por violación de la ley, de algún


reglamento gubernativo, por desobediencia a un mandato legítimo de autoridad o

como pena pecuniaria por la comisión de algún delito. La multa tiene naturaleza

económica y su monto debe fijarse en proporción a la gravedad del hecho que le

da origen y a las posibilidades pecuniarias del infractor.

NORMAS GENERALES: se debe entender no solo lo que se conoce por ley

en forma intrínseca, sino también reglamentos, tratados internacionales,


circulares, etcétera. Es toda aquella disposición de carácter general, abstracto e
impersonal que regula la conducta externa del hombre.

NOTIFICACIÓN: acto procesal mediante el cual, de conformidad con las

formalidades legales, se hace saber a las partes las determinaciones dictadas en


el

juicio, con el fin de que estén en aptitud de alegar y realizar lo que a su derecho

convenga.308

Rodolfo Campos Montejo

NOTIFICACIÓN PERSONAL: acto del órgano jurisdiccional por el que el

actuario directamente hace del conocimiento de las partes las determinaciones

dictadas en el juicio, las que deben realizarse con apego a las formalidades
establecidas por la ley, a fin de que aquéllas estén en aptitud de alegar y realizar
lo

que a su derecho convenga. Esto es, el objetivo que se persigue con la


notificación personal es asegurar que el interesado, o su representante legal
tengan pleno
conocimiento del asunto de que se trata y así pueda salir a juicio y ser oído en

defensa de sus derechos.

NOTIFICACIÓN POR CORREO CERTIFICADO: lo común es que, tratándose de


las autoridades responsables y de los terceros interesados, un actuario

se constituya en su domicilio y realice la notificación por oficio. Sin embargo,

cuando la autoridad reside “fuera del lugar del juicio”, entonces la Ley de Amparo
dispone que la notificación se efectúe en pieza certificada con acuse de recibo.

NOTIFICACIÓN POR EDICTOS: medio de comunicación procesal por el

que se da a conocer al tercero interesado la demanda de garantías, a través de

publicaciones que se hacen en el Diario Oficial de la Federación y en los


periódicos de mayor circulación en la República. Para que surta sus efectos
legales es

indispensable que el actor ignore el domicilio del tercero y que se hayan agotado

los medios para conocerlo, en el entendido de que los gastos que origine dicha

publicación serán a cargo del quejoso.

NOTIFICACIÓN POR LISTA: acto procesal dentro del juicio de amparo

mediante el cual se hace saber a las partes interesadas los proveídos dictados

durante la sustanciación del procedimiento; esto se realiza mediante la fijación de

una lista que se coloca en un lugar visible y de fácil acceso del órgano
jurisdiccional correspondiente, en la cual se señalará el número del juicio o del
incidente

de suspensión de que se trate, el nombre del quejoso y la autoridad responsable,

así como una síntesis de la resolución que se desea notificar; esta forma de
notificación se efectúa cuando el notificador, cerciorado de que la persona que
debe

ser notificada vive en el domicilio o casa señaladas para oír notificaciones y no

se encuentra, dejará citatorio que señalará una hora para acudir nuevamente, a

fin de que tenga oportunidad de estar presente en la diligencia, y si al regreso no


se encuentra la persona a notificar, procederá la notificación por lista; también

cuando no conste en autos el domicilio del quejoso, ni la designación de casa

o despacho para oír notificaciones; y cuando se deba notificar al interesado la

providencia que ordene ratificar el escrito de desistimiento de la demanda o de

cualquier recurso, si no consta en autos el domicilio o la designación de la casa o

lugar para oír notificaciones.

NOTIFICACIÓN POR OFICIO: acto procesal mediante el cual se hace saber

a las autoridades responsables, y a las autoridades que tengan el carácter de


terceros interesados, las determinaciones dictadas en el juicio o en la tramitación
de

cualquier asunto relacionado con él. Se lleva a cabo por medio de un oficio al que

se le adjuntará copia de la resolución o sentencia correspondiente o la trascripción


íntegra de su contenido y es entregado en el domicilio de la oficina principal

de la autoridad o en el lugar del juicio por un empleado del juzgado.

NOTIFICACIÓN POR TELÉGRAFO: acto procesal dentro de un juicio de

amparo, por el cual se hace saber a la autoridad responsable las determinaciones

dictadas en juicio y que, en casos urgentes o cuando lo requiera el orden público,

se realiza vía telegráfica. El mensaje se transmite gratuitamente si se trata de


cualquiera de los actos contemplados en el párrafo segundo del artículo 19 de la
Ley

de Amparo, y a costa del interesado en los demás casos.

OFRECIMIENTO: acción y efecto de ofrecer u ofrecerse. De pago; declaración de


voluntad del deudor, dirigida a su acreedor, de encontrarse dispuesto al

cumplimiento de lo debido y exigible. De pruebas; acto procesal consistente en

presentar u ofrecer probanzas.

ORDEN PÚBLICO: el orden público ha sido entendido como el conjunto de

reglas en que reposa el bienestar común y ante las cuales ceden los derechos los
particulares, porque interesan a la sociedad colectivamente más que a los
ciudadanos aisladamente considerados. Funciona, además, como un límite por
medio

del cual se restringe la facultad de los individuos sobre la realización de ciertos

actos jurídicos válidos que tengan efectos dentro de un orden jurídico. El carácter

de orden público de las normas adjetivas o sustantivas se determina de acuerdo al

objeto de cada disposición y a su naturaleza. Así, el legislador puede declarar que

una norma es de orden público y, en ese caso, el intérprete debe limitarse a


aplicarla, a menos que se cuestione, desde el punto de vista constitucional, la
facultad

de hacer esa declaración. En defecto de una disposición expresa que establezca

que una norma es de orden público e irrenunciable, la determinación de si tiene

ese carácter queda librada al criterio judicial y para llegar a ello, el juez debe

tener en cuenta dos elementos de juicio: el primero, la intervención del Estado,

que solo es de carácter subsidiario en la composición de los conflictos privados,

caso en el que las normas están dirigidas a proteger un interés privado, por lo

que ante la duda debe considerarse que no afectan al orden público, debido a que

es de suponer que si así fuese, el legislador lo habría previsto; y el segundo, que

los principios que informan el concepto de orden público tienen su fuente en la

Constitución General de la República y que, por consiguiente, se le viola cuando

se desconocen algunas de las garantías que ella consagra.

ORGANISMOS PÚBLICOS: conjunto de personas jurídicas colectivas que

cuentan con una estructura jurídica y competencia determinada, a las cuales se


les

encomienda la ejecución de la actividad del Estado. Estos órganos pueden


pertenecer a la administración pública centralizada, a la descentralizada o
paraestatal

o, inclusive, pueden tener el carácter de autónomos.310


Rodolfo Campos Montejo

Por su parte, el titular de un órgano de la administración pública es la persona


física que tiene atribuciones para la dirección, fiscalización y buen funcionamiento
de un órgano público, y es a través de dichas personas que se concreta y

exterioriza la voluntad estatal.

PARTES: es toda persona a quien la ley da facultad para deducir una acción,

oponer una defensa en general o interponer cualquier recurso, o a cuyo favor o

contra quien va a operarse la actuación concreta de la ley, sea en un juicio


principal o bien en un incidente.

PARTICULAR COMO AUTORIDAD RESPONSABLE: un particular será

autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de una autoridad

que se traducen en violación a derechos fundamentales como: la vida, la libertad,

la familia, la libre expresión de las ideas, la seguridad, la legalidad, la salud, el

medio ambiente, etcétera.

Una de las novedades de la Ley de Amparo es la inclusión de los particulares

como autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de una


autoridad, que afecten derechos humanos o tratados internacionales de los que el

Estado mexicano sea parte.

La nueva ley establece que los particulares serán considerados como autoridades
responsables y tendrán esa calidad cuando actúen en ejercicio de funciones

otorgadas por una ley general; o que hagan funciones equivalentes a los de una

autoridad; o los que con independencia de su naturaleza formal incide en la


situación jurídica del gobernado, de manera unilateral y obligatoria (artículo 5º,

fracción II de la Ley de Amparo).

Esta es una de las reformas más significativas al amparo, pues se abre la puerta
para que los particulares sean considerados como autoridades responsables y

partes en el juicio de amparo, cuando realicen actos equivalentes a los de una


autoridad y cuyas funciones estén determinadas por una norma general y
abstracta.
No se trata de que los derechos que puedan ser remediados por la vía civil,

penal o laboral, deban iniciarse por la vía constitucional, pero sí cuando se trate

de obtener una protección más eficaz, por tratarse de una violación directa a este

derecho.

El amparo contra actos de particulares fue un tema de amplia discusión en el

congreso y se consideró acertado agregar esta figura, pues es una realidad que
los

particulares sí violentan derechos humanos cuando realizan actos equivalentes a

los de una autoridad, cuyas funciones están determinadas en la ley.

Ahora se podrá interponer la acción de amparo cuando se señale que un particular


está violando derechos humanos en perjuicio del quejoso mediante actos

que crean, modifiquen, extingan u omitan realizar situaciones jurídicas en forma

unilateral y obligatoria.

Dos aspectos fundamentales se deben valorar para saber en qué casos se podrá

considerar a un particular como autoridad para efectos del juicio de garantías:

1. Que el acto en cuestión afecte derechos humanos del peticionario del amparo.

2. Que ese acto se hubiese desplegado con motivo del desempeño de una

función otorgada por una norma general.

Son ejemplos de esta situación los particulares que prestan servicios de carácter
público en razón de que han sido investidos de una fe pública o de una
autorización especial, al otorgárseles la potestad de llevar a cabo funciones
propias del

Estado (hospitales privados, universidades privadas, etcétera).

También algunos estudiosos de la materia consideran como ejemplo de amparo


contra particulares, aquellos que se promuevan contra notarios públicos y

comisariados ejidales o comuneros.

Igualmente ilustra en el tema, la demanda de amparo promovida el 2 de julio


de 2013 por una quejosa, contra la negativa del hospital STAR MEDICA, de

entregarle copia íntegra de su expediente clínico.

Asimismo, se tiene conocimiento que el Tribunal Colegiado de Circuito en

Materia Administrativa, con sede en Toluca, el 6 de agosto de 2013 revocó la

negativa del Décimo Tercer Juez de Distrito, de admitir la demanda de amparo

del abogado Luis Rodrigo Iglesias Campos, quien la interpuso contra el rechazo

de la Universidad Anáhuac —particular— de seguirlo teniendo como alumno en

la maestría de Derecho Privado, por supuesta falta de pago de colegiatura; y una

vez admitida la demanda, el 16 de ese mes, el juez le otorgó la suspensión para

que siga recibiendo sus clases.

Las razones para admitir esta demanda son que la nueva Ley de Amparo

prevé que los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando

realicen actos equivalentes a los de una autoridad, que afecten derechos y cuyas
funciones estén determinadas por una norma general, como la Universidad

Anáhuac, que en este caso, siendo particular, su función se ejerce con base en el

artículo 3º constitucional.

Atendiendo tal criterio, las entidades que realizan actos equivalentes a una

autoridad, y sus funciones, que están determinadas en una norma general, podrán

ser consideradas como autoridades responsables.

En esta hipótesis se podrán encontrar los bancos, Teléfonos de México,


aerolíneas y otras concesionarias de servicio público y empresas de gobierno
como la

Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos, el Instituto Mexicano del

Seguro Social, Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Comisión Nacional

de Arbitraje Médico, cuando abusen de sus usuarios, clientes, consumidores o

gobernados.312
Rodolfo Campos Montejo

Con la procedencia del amparo contra particulares se reconoce que los derechos
humanos tienen eficacia en las relaciones contra particulares, sobre todo

cuando afecta los derechos, libertades y los bienes jurídicamente protegidos por

la constitución en perjuicio de otras.

Cabe señalar que en el derecho comparado este tema no es nuevo, pues la

mayoría de los países de América Latina admiten en alguna forma la acción de

amparo contra particulares (Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay,

Venezuela, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Honduras).

PERJUICIO: ofensa, lesión, daño o afectación que se hace a los derechos o

intereses jurídicos de una persona física o jurídica colectiva. Esta noción supone

la existencia de un derecho legítimamente tutelado, que cuando es transgredido

por la actuación de una autoridad o por la ley, faculta a su legítimo titular para

acudir ante el órgano jurisdiccional correspondiente a demandar que tal


transgresión cese.

PERSONALIDAD EN EL AMPARO: es un presupuesto procesal de análisis

oficioso que se da al momento de admitirse la demanda de garantías, por tratarse

de una cuestión de orden público, sin la cual no puede desarrollarse válidamente

el procedimiento para llevar a cabo todos los actos procesales tendentes a obtener
una sentencia favorable; también se conoce en la doctrina como “capacidad

procesal” para ser parte en un proceso o intervenir en él como tercero en el caso

de representación, pues su estudio objetivo es mantener la igualdad y equilibrio

procesal, no solo para el quejoso o promovente del juicio de amparo, sino para

todas las partes que contiendan en él, de tal forma que si alguno de los
interesados tiene reconocida su personalidad ante la autoridad responsable o se
justifique
conforme a la ley que rija la materia de la que emane el acto reclamado, tal
presupuesto procesal será admitido en el juicio de garantías para todos los efectos

legales, como lo prevén los artículos 9 y 10 de la Ley de Amparo.

PETICIÓN DE AMPARO: solicitud o pretensión que hace una persona física

o jurídica colectiva, por sí o por conducto de su representante o defensor, si se

trata de un acto que corresponda a una causa criminal, a un órgano jurisdiccional

federal, con objeto de que provea sobre el amparo y protección de la Justicia de la

Unión cuando estima se le ha causado una lesión, ofensa o perjuicio en su esfera

jurídica, en su persona o en su patrimonio, ya sea por una ley o acto de autoridad

que vulnere sus garantías individuales, o bien, por violaciones que sufra con
motivo o ejecución de leyes o actos de la autoridad federal que invadan o
restrinjan

la soberanía de los Estados o la esfera de la competencia del Distrito Federal; en

su caso, por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal

que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal. La petición de

amparo deberá realizarse dentro del plazo que señala el artículo 17 de la nueva

Ley de Amparo, cuya regla general sigue siendo 15 días, salvo los cuatro casos de

excepción que dicho artículo establece.

PLAZO: espacio de tiempo o también llamado dilación, que se concede a las

partes para responder o probar lo expuesto y negado en juicio; éste puede ser
legal, cuando es concedido por la ley, estatuto, estilo o costumbre sin ministerio
del

juez o de los litigantes; es convencional, cuando es concedido mutuamente por las

partes; y judicial, cuando es concedido por el juzgador en virtud de disposición

o permiso de la ley.

Ahora bien, los espacios temporales que concede la ley para poder iniciar un
procedimiento mediante el ejercicio de la acción o mediante el acto necesario para
ese efecto, no están comprendidos dentro de la reglamentación que señalan los

ordenamientos jurídicos correspondientes a los llamados “términos procesales”,

en virtud de que éstos únicamente se producen dentro de un procedimiento


jurisdiccional ya instaurado, en cualquiera de sus fases, y es claro que los
referidos

plazos están fuera de él, al tratarse precisamente del tiempo que se confiere para

realizar el acto inductor de la tramitación de un juicio, por lo que su cómputo

debe realizarse en días naturales y no hábiles, como corresponde exclusivamente

a los términos judiciales.

PLAZOS Y TÉRMINOS: Humberto Enrique Ruiz Torres al respecto señala:

“Por su parte, la práctica forense de amparo no establece diferencia alguna entre

ambas palabras. Así, se habla por igual de un escrito de término (para referirse

a aquellos respecto de los cuales el litigante se encuentra en el último día de un

periodo que se le ha concedido para realizar una actuación procesal), de tener

un término (cuando una actuación debe realizarse necesariamente dentro de un

determinado periodo), o del cómputo del término (para contar el número de días

en que debe producirse una actuación procesal), entre otras cosas.”

PLENOS DE CIRCUITO: están regulados en el título relativo a la jurisprudencia,


por la nueva Ley de Amparo y tienen como objetivo resolver las contradicciones de
tesis denunciadas por los tribunales colegiados y sus integrantes,

el Procurador General de la República, los jueces de distrito o las partes en los

asuntos que los motivaron, tal y como se dispuso en la fracción XIII del artículo

107 constitucional. A través de esta institución se evitará la diferencia de criterios

y el envío de las contradicciones a la Suprema Corte de Justicia. Corresponde al

Consejo de la Judicatura Federal establecer, mediante acuerdo general los Plenos

de Circuito atendiendo al número y especialización de los tribunales colegiados


que pertenezcan a cada circuito. Los artículos 215 al 230 de la nueva Ley de
Amparo se encargan de regular esta figura.

PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN: es la

reunión, en el salón de sesiones, de todos los ministros que integran la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, con el fin de debatir asuntos que deben


resolver;314

Rodolfo Campos Montejo

aun cuando se dice que el Máximo Tribunal Constitucional funciona en Pleno, no

es necesario que todos los ministros estén presentes para llegar a una
determinación; en la mayoría de los casos basta la participación de siete de ellos
para que

las decisiones tengan validez, excepto cuando se trate de controversias


constitucionales o acciones de inconstitucionalidad, en las que se requiere la
presencia de

al menos ocho ministros.

El Pleno puede conocer, entre otros asuntos, de las controversias constitucionales


y acciones de inconstitucionalidad; del recurso de revisión contra sentencias

pronunciadas en la audiencia constitucional por los jueces de distrito o los


tribunales unitarios de circuito, cuando subsista en el recurso un problema de
constitucionalidad de normas generales; de los casos en que las autoridades
responsables

traten de eludir el cumplimiento de una sentencia federal; de las contradicciones

de tesis sustentadas por las Salas de la Suprema Corte; puede practicar de oficio

la averiguación de algún hecho que constituya violación del voto público; puede

resolver directamente los asuntos o expedir acuerdos para remitirlos a las Salas

y a los tribunales colegiados de circuito; además es facultad del Pleno establecer

jurisprudencia, la cual tiene carácter de obligatoria para las Salas de la Corte,

para los tribunales unitarios y colegiados de circuito, los juzgados de distrito, los
tribunales militares y judiciales del orden común de los estados y del Distrito
Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales. Las
sesiones

del Tribunal Pleno se realizan en los periodos a que alude el artículo 3º de la Ley

Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

PREVENCIÓN: medidas necesarias o los requerimientos que debe hacer el

juez de distrito o, en su caso, el tribunal colegiado de circuito, atendiendo a las

normas que rigen el procedimiento del juicio de amparo, para que el quejoso,

dentro del término legal, cumpla con los requisitos omitidos, realice las
aclaraciones correspondientes, indique con toda precisión el acto reclamado y
exhiba las

copias necesarias para la tramitación del juicio de garantías. Las medidas de


prevención pueden hacerse antes o durante el juicio constitucional. El
incumplimiento de las prevenciones dará lugar a la aplicación de las sanciones
que señala la ley.

PRINCIPIOS DEL AMPARO: en opinión de Humberto Ruiz dice: “En la

doctrina, se llama principios del amparo a un grupo de instituciones procesales,


establecidas en el art. 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos y en la ley secundaria, que sirven de base o fundamento al ejercicio de

la acción de amparo y la sentencia que en él se dicte.”

PRINCIPIO DE AGRAVIO PERSONAL Y DIRECTO: regla fundamental del

juicio constitucional que legitima a la persona física o jurídica colectiva que estima
que se le han afectado sus derechos, por haber sido violado presuntamente

alguno de sus derechos fundamentales o por violarse la distribución de compe-

tencias entre la Federación y los estados, para ejercitar la acción de amparo por

sí misma, por su representante o defensor.

PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD: es una de las reglas fundamentales que

estructuran al juicio de amparo, cuya consagración se encuentra en los artículos


107, fracciones III y IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 61, fracciones XVIII, XIX y XX, de la Ley de Amparo, que consiste en

la obligación que tiene el quejoso de agotar, siempre que no se esté en un caso de

excepción, los recursos o medios ordinarios de defensa que prevea la ley del acto

a fin de revocar, modificar o nulificar la resolución reclamada antes de acudir a

los tribunales de la Federación, pues de lo contrario el juicio de garantías será

improcedente.

En el caso del juicio de amparo indirecto, no existe la obligación de acatar el

principio de definitividad cuando se reclaman los siguientes actos:

I. Cuando el quejoso no haya sido emplazado legalmente en el procedimiento en


que se produjo el acto reclamado siempre y cuando haya causado ejecutoria la
sentencia definitiva;

II. Los que afectan a personas extrañas al juicio o al procedimiento del cual

emanan;

III. Los que dentro de un juicio, su ejecución sea de imposible reparación;

IV. Los administrativos respecto de los cuales, la ley que los rige, exija mayores
requisitos que los que prevé la Ley de Amparo, para suspender su

ejecución;

V. Los que importen una violación a las garantías consagradas en los artículos 16,
en materia penal, 19 y 20 de la Constitución;

VI. Leyes, cuando se impugnan con motivo del primer acto de aplicación;

VII. Los que importen peligro de la privación de la vida, deportación o destierro o


cualquiera de los prohibidos por el artículo 22 constitucional;

VIII. Actos o resoluciones, respecto de los cuales la ley que los rige no prevé la

suspensión de su ejecución con la interposición de los recursos o medios

de defensa ordinarios que proceden en su contra;

IX. Los que carezcan de fundamentación;


X. Aquellos en los que únicamente se reclamen violaciones directas a la

Constitución Federal, como lo es la garantía de audiencia; y

XI. Aquellos respecto de los cuales los recursos ordinarios o medios de defensa
legales, por virtud de los cuales se puede modificar, revocar o nulificar el acto
reclamado, se encuentran previstos en un reglamento, y en

la ley que éste regula no se contempla su existencia.

PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO: es una de las reglas fundamentales

que rige al juicio de amparo, por virtud de la cual el órgano jurisdiccional debe

limitarse a analizar únicamente las cuestiones planteadas en los escritos que for-
316

Rodolfo Campos Montejo

man la litis, sin que puedan suplirse las deficiencias y omisiones en que incurran

las partes, salvo los casos de excepción señalados en la Ley de Amparo.

PRINCIPIO DE INSTANCIA DE PARTE AGRAVIADA: es una de las reglas

fundamentales del juicio de garantías, conforme a la cual el amparo solo puede

ser promovido por la parte a quien le perjudique la norma, el tratado internacional,


el reglamento o cualquier otro acto que se reclame; y únicamente podrá

seguirse por el agraviado, por su representante legal o su defensor, y no


oficiosamente o a iniciativa del órgano de control de la constitucionalidad y
legalidad de

los actos de autoridad.

PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO: es un principio del juicio de amparo

derivado de la jurisprudencia. Su fundamento está en el artículo 17 constitucional

y estriba en que en el juicio de amparo debe interpretarse y aplicarse la ley de

modo que otorgue el mayor beneficio jurídico al quejoso. Ha cobrado tal


importancia que los autores Eduardo Ferrer Mac-Gregor y Rene Sánchez Gil ya lo

consideran como un principio fundamental del amparo. Este principio está


reconocido por el artículo 189, párrafo 1º, de la nueva Ley de Amparo que se
refiere al
amparo directo, pero resulta aplicable en el amparo indirecto de forma analógica.

PRINCIPIO DE PROSECUCIÓN JUDICIAL: es una de las reglas fundamentales


que rige el juicio de garantías y que determina que éste es una institución que

constituye un verdadero juicio, pues además de que tiene como fin dar solución a

un problema controvertido, se tramita ante los tribunales del Poder Judicial de la

Federación, los cuales deben observar los principios generales de la teoría


general

del proceso y reconocer el equilibrio y la igualdad de las partes que contienden.

PRINCIPIO DE RELATIVIDAD: conocido como Fórmula Otero, es una de

las reglas fundamentales que rige al juicio de amparo, conforme a la cual las
sentencias que se pronuncien en ese tipo de juicios solo se ocuparán de las
personas

particulares o jurídicas o colectivas, privadas u oficiales, que solicitaron la


protección de la justicia federal, limitándose a ampararlas y protegerlas, en el caso

especial sobre el que verse la demanda, sin hacer una declaración general sobre

la norma o acto que motivó el juicio de garantías, cuando la ley impugnada es de

naturaleza tributaria.

Con la nueva Ley de Amparo sufre una modificación este principio, al preverse
que en materia de inconstitucionalidad de leyes, salvo las tributarias, las

sentencias tendrán efectos generales; previos al procedimiento establecido en los

artículos 231 a 234 de dicha legislación.

PRINCIPIO PRO PERSONA: la esperada reforma constitucional en materia

de derechos humanos finalmente se concretó el 10 de junio de 2011. El alcance

y los efectos que esta reforma genere en el acceso a la justicia de las personas,

ahora se encuentra en manos de quienes imparten justicia y, en gran medida, del

impulso que le dé a la reforma el litigio estratégico.

Una de las cuestiones más relevantes de la reforma es la incorporación explícita


del principio pro persona en el texto constitucional, lo cual sugiere distintas
preguntas e importantes debates en el ámbito del Derecho. Para identificarlos,

conviene empezar por definir dicho principio. De acuerdo con Mónica Pinto, el

principio pro persona es un:

“… criterio hermenéutico que informa todo el derecho de los derechos humanos,


en virtud del cual se debe acudir a la norma más amplia, o a la interpretación

más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos e,


inversamente,

a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de establecer

restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su suspensión


extraordinaria.”

El hecho de que el texto constitucional contemple expresamente el principio

pro persona es de una relevancia inusitada, pues da la pauta para ejercer el


control de convencionalidad y conlleva el mandato de su aplicación, no solo para

quienes imparten justicia, sino para quienes participan del proceso legislativo y de

política pública. Sin embargo, este criterio hermenéutico no era ajeno al régimen

de interpretación previo a la citada reforma constitucional.

En efecto, la Constitución mexicana contaba con manifestaciones de dicho

principio. Por ejemplo, el párrafo quinto del artículo 18 constitucional cuando

habla del “interés superior del adolescente”; y el artículo 14 cuando permite la

aplicación retroactiva de la ley penal en caso de que con ello se favorezca al reo.

Además, el principio pro persona, también se encuentra recogido en los


instrumentos internacionales de derechos humanos de los que México es parte.

Para problematizar las consecuencias de la incorporación expresa del principio pro


persona al sistema jurídico mexicano, la discusión se plantea bajo tres

rubros. Ello sin pretender que sean debates independientes, ni se abordarán de

forma exhaustiva

Supuestos de aplicación
De acuerdo a lo que establece la Constitución, el principio en estudio debe

aplicarse a “las normas relativas a derechos humanos”. En consecuencia, surge la

pregunta de ¿cuáles son esas normas y cómo se reconocen? Para ello, se perfilan

dos criterios. El primero, formal, partiría del supuesto de que el vínculo tradicional
en derechos humanos es estado-individuo, lo cual en sí mismo implica

una relación de desventaja de la que el principio pro persona se haría cargo. El

segundo, sustantivo, afirmaría que las normas de derechos humanos son aquellas

que se diseñan para que las personas estén en la posibilidad de crear y ejecutar,
en

condiciones de igualdad, un proyecto de vida digna.

Por otro lado, las normas de derechos humanos también tendrán carácter

federal, local o municipal. Ante ello, cabe preguntarse si la aplicación del principio
pro persona modifica esta distribución de competencias de forma que haga318

Rodolfo Campos Montejo

posible, por ejemplo, que si un estado de la República reconoce causas


excluyentes de responsabilidad para el delito de aborto, quien litiga pueda
pretender

que, bajo este principio constitucional, se introduzcan dichas causales de forma

pretoriana, en un estado que no las admite. Aunque la discusión no está acabada,

de entrada, parecería que la respuesta a este asunto la da el párrafo segundo del

artículo 1º de la Constitución. El uso del principio pro persona debe apegarse a

lo establecido por la propia Constitución, la cual, en su artículo 124, consagra

el sistema de distribución de competencias, por lo que, el supuesto planteado,

resultaría improcedente.

Jerarquía

¿Qué impacto tiene este principio en la jerarquía normativa?


A partir de la reforma se introduce, explícitamente, a los tratados internacionales
en materia de derechos humanos como fuentes del Derecho. Sin embargo,

en el artículo 133 constitucional, persiste la necesidad de que los tratados estén


de

acuerdo con lo establecido en la Constitución. Ahora bien, para el caso de normas

de derechos humanos, la interpretación debe hacerse, según el propio artículo 1º,

“favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia”. Entonces,


en caso de que un tratado no esté de acuerdo con la Constitución, deberá

prevalecer lo dictado por la norma más protectora.

La posibilidad que da la Constitución en el artículo 103 fracción I, de interponer un


amparo por normas generales, actos u omisiones de la autoridad

que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas por los

tratados internacionales, así como el control de convencionalidad establecido por

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, podrían representar una vía para el


debate de la jerarquía de los tratados internacionales a nivel constitucional. Esta
vía

de argumentación se fortalecería si la fracción II del 105 constitucional, abriera

la puerta a acciones de inconstitucionalidad por normas de carácter general que

contradijeran un tratado internacional de derechos humanos.

La manera en que está configurado el principio pro persona parece más bien

responder a un sistema interpretativo que evoca un diálogo entre la Constitución

y los tratados, en el que deberá optarse por la norma o interpretación que más

favorezca a la persona. Pareciera, en consecuencia, que al momento de elegir


judicialmente, el hecho de que la norma o la interpretación estén en la
Constitución

o en un tratado internacional será irrelevante.

Otros principios constitucionales

¿Cómo se relaciona el principio pro persona con otros contemplados en la


Constitución? ¿Existe una prelación o jerarquía entre criterios de interpretación

de forma tal que, de acuerdo con el artículo 14 constitucional, sea necesario

atender primero a la interpretación de la ley y luego a los principios generales

del derecho?

Por otro lado, es interesante analizar cómo se relacionan los principios de

progresividad y pro persona, por ejemplo, en decisiones concretas de las


autoridades administrativas o jurisdiccionales. Lo cierto es que la conjugación de
ambos exigiría que una vez fijada una pauta de interpretación conforme al
principio

pro persona, ésta no puede verse afectada por una regresión interpretativa. Por

el contrario, cualquier ejercicio de aplicación normativa deberá ser progresivo.

El debate que se dé entorno a las consecuencias del principio pro persona se

encuentra en la sede judicial y se ubica en la teoría jurídica del neo


constitucionalismo, el cual deconstruye la forma de concebir al Derecho y,
principalmente, a

quienes lo aplican: “Así como el siglo XIX ha sido el siglo del Poder Legislativo y

el siglo XX el del Poder Ejecutivo, el siglo XXI será, de acuerdo con una profecía

neo constitucionalista, el del Poder Judicial”.

En el proceso de determinar el alcance del principio pro persona, debe tomarse en


cuenta que esta interpretación “a favor” sintetiza la metafísica que subyace

a los derechos humanos, la cual responde al reconocimiento de que, dentro del

proceso de aplicación del Derecho, existen cuestiones estructurales que


determinan un desequilibrio de poder entre las partes. Justamente, la
interpretación

bajo el principio pro persona es una herramienta que se da a quien juzga para

combatir dichos desequilibrios.

PRINCIPIOS DEL AMPARO: el término principio (del latín principium) tiene entre
sus significados los de base, origen, razón fundamental sobre la cual se

procede discurriendo en cualquier materia; normas o idea fundamental que rige


el pensamiento o la conducta.

En la doctrina, se llama principios del amparo a un grupo de instituciones

procesales, establecidas en el artículo 107 de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos y en la ley secundaria, que sirven de base o
fundamento al

ejercicio de la acción de amparo y a la sentencia que en él se dicte. Entre esas


instituciones se mencionan, de manera recurrente, las siguientes: instancia de
parte

agraviada, agravio personal y directo, definitividad, estricto derecho y relatividad

de la sentencia. Aunque más bien estas dos últimas no rigen todo el amparo, sino

solo la sentencia que en éste se dicta.

Manuel Bernardo Espinoza Barragán señala: “Las bases esenciales o de mayor


trascendencia que regulan la estructura y sustanciación de nuestro medio de

control están plasmados en el artículo 107 constitucional y en su Ley


Reglamentaria, por lo que se les identifica con la denominación de Principios
constitucionales o fundamentales del Juicio de Amparo.”

Desde la perspectiva de Ignacio Burgoa: “El juicio de amparo, considerado

como un medio de recurso (lato sensu) jurídico procesal público de control de

constitucionalidad, presenta el aspecto de una acción, cuyo titular es el agraviado,

y se funda y vive en un conjunto de principios esenciales que constituyen no


sólo320

Rodolfo Campos Montejo

su característica distintiva de los demás sistemas de preservación constitucional,

sino sus excelsitudes y ventajas respecto de éstos.”

Para la Suprema Corte de Justicia de la Nación el juicio de amparo es regido

por reglas o principios que lo estructuran, algunos de los cuales sufren


excepciones atendiendo particularmente a la índole del quejoso, a la naturaleza
del acto

reclamado y aun a los fines del propio juicio. Los principios fundamentales de
referencia son los siguientes: a) El de instancia de parte agraviada; b) El de la

existencia del agravio personal y directo; c) El de relatividad de la sentencia; d) El

de definitividad del acto reclamado; e) El de estricto derecho.

Recientemente ha surgido un nuevo principio derivado de la jurisprudencia,

es el denominado “de mayor beneficio al quejoso”. Tiene su fundamento en el

artículo 17 constitucional, y nos indica que el estudio de los conceptos de violación


para determinar si se otorga o no el amparo debe hacerse del modo que

otorgue el mayor beneficio jurídico al quejoso.

Este principio es una manifestación del pro persona que busca dar a los derechos
fundamentales el máximo espectro de tutela, bajo la idea de que es necesario

garantizar a los ciudadanos el acceso real, completo y efectivo a la administración

de justicia.

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO: reglas fundamentales de mayor


trascendencia que norman de manera supletoria a la ley y a la costumbre; son

criterios o entes de razón que expresan un juicio acerca de la conducta humana y

se establecen principalmente en la Constitución.

Entre ellos destacan:

• En donde la ley no distingue no se debe distinguir.

• El que afirma está obligado a probar.

• A lo imposible nadie está obligado.

• Lo que es causa de la causa, es causa del daño causado.

• Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.

• Las partes expongan los hechos y el juzgador resuelva conforme a derecho.

• Ningún órgano jurisdiccional, siendo competente, está facultado para

abstenerse de resolver los asuntos que se presenten a su conocimiento, ni

para remitir el negocio a otro tribunal.


PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO: institución jurídico procesal

en la que al presentarse determinadas circunstancias previstas en la Constitución,

en la Ley de Amparo o en la jurisprudencia, los órganos jurisdiccionales de control


constitucional se encuentran en la posibilidad jurídica de analizar y resolver

sobre el fondo de la cuestión planteada en la demanda de garantías; es decir, se

trata de la aptitud jurídica que tiene el juzgador de amparo para realizar el estudio
y pronunciamiento de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los ac-

tos reclamados, en función de los conceptos de violación esgrimidos en su contra

y en la observación que haga el tribunal, de los requisitos previos y condiciones

establecidas en la propia ley de la materia, cuya petición debe hacerse por vía de

acción contra leyes o actos que provengan de autoridad que violen los derechos

humanos; por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la

soberanía de los Estados o la esfera de la competencia del Distrito Federal; o


bien,

cuando se trate de leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito

Federal que invadan la esfera de la competencia de la autoridad federal, tal y


como lo prevén los artículos 103 de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos y 1º de la Ley de Amparo.

PROVIDENCIAS O MEDIDAS CAUTELARES: constituyen resoluciones

provisionales que se caracterizan, generalmente, por ser accesorias y sumarias;

accesorias, en tanto la privación no constituye un fin en sí mismo; y sumarias,

debido a que se tramitan en plazos breves; su objeto es, previendo el peligro en

la dilación, suplir interinamente la falta de una resolución y asegurar su eficacia,

por lo que tales medidas, al encontrarse dirigidas a garantizar la existencia de un

derecho cuyo titular estima que puede sufrir algún menoscabo, constituyen un

instrumento no solo de otra resolución, sino también del interés público, pues
buscan restablecer el ordenamiento jurídico conculcado al desaparecer,
provisionalmente, una situación que se reputa antijurídica.

PRUEBAS: de acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la palabra

prueba se origina en el vocablo probar (de probare) que tiene, entre sus
significados, justificar, manifestar o hacer patente la certeza de un hecho o la
verdad de

algo con razones, instrumentos o testigos.

Señala Caravantes que la palabra prueba “tiene su etimología, según unos, del

adverbio probe, que significa honradamente, por considerarse que obra con
honradez el que prueba lo que pretende; o según otros, de la palabra probandum,
que

significa recomendar, probar, experimentar, patentizar, hacer fe, según expresan

varias leyes del derecho romano.

Dice Eduardo J. Couture que, tomada en su sentido procesal: “la prueba es

un medio de verificación de las proposiciones que los litigantes formulan en el

juicio.” Mas adelante agrega: “mirada desde el punto de vista de las partes, la

prueba, es además, una forma de crear la convicción (del juzgador). El régimen

vigente insta a las partes a agotar los recursos dados por la ley para formar en

el espíritu del juzgador un estado de convencimiento acerca de la existencia de o

inexistencia de las circunstancias relevantes del juicio”.

Explica Eduardo Pallares que la voz prueba se halla referida al verbo probar,

el que significa: “producir un estado de certidumbre en la mente de una o varias

personas respecto de la existencia o inexistencia de un hecho, o de la verdad o

falsedad de una proposición.” También puede decirse que probar es evidenciar322

Rodolfo Campos Montejo

algo, esto es, lograr que nuestra mente lo perciba con la misma claridad con que

los ojos ven las cosas materiales.


Siguiendo a Ovalle Favela, en el Derecho, la palabra prueba es una de las que

tienen más significados:

1. En sentido estricto, la prueba es la obtención del cercioramiento del juzgador


sobre los hechos cuyo esclarecimiento es necesario para la resolución

del conflicto sometido a proceso. En este sentido, la prueba es la verificación o


confirmación de los hechos expresados por las partes.

2. En sentido amplio, también se designa como prueba a todo conjunto de

actos desarrollados por las partes, los terceros y el propio juzgador con el

fin de lograr el cercioramiento de éste sobre los hechos controvertidos u

objeto de prueba.

3. Por último, por extensión, también se suele denominar pruebas a los medios —
instrumentos y conductas humanas— con los cuales se pretende

lograr la verificación de las afirmaciones de los hechos. Así se habla de la

prueba confesional, la prueba testimonial, el ofrecimiento de los medios

de prueba, etcétera.

PRUEBAS EN EL AMPARO: medios idóneos para producir un estado de

certidumbre en la mente del juzgador, respecto a la existencia o inexistencia de un

hecho, o de la verdad o falsedad de una proposición; de ahí que la sustanciación

del juicio de amparo se rija por el principio de equidad en la obligación procesal

de la carga de la prueba, pues no solo el quejoso debe demostrar, en su caso, la

existencia del acto reclamado y su inconstitucionalidad, sino también a la


autoridad responsable le incumbe la justificación de sus actos y la legalidad de sus

procedimientos; en cuanto al Ministerio Público Federal, en su carácter de parte,

le incumbe la decisión autónoma de su pedimento, en el que previo análisis del

asunto, puede solicitar la concesión del amparo, la negativa o el sobreseimiento

del juicio.
En los juicios de amparo directo de la competencia de los tribunales colegiados de
circuito, no le son aplicables las disposiciones relativas al ofrecimiento,

admisión y desahogo de pruebas que se observan para el amparo indirecto,


porque dada la naturaleza de ese juicio uniinstancial, que procede contra
sentencias

definitivas o resoluciones que ponen fin al juicio, las pruebas que se aporten al

mismo, únicamente pueden consistir en los elementos convictivos que se hayan

aportado en el expediente integrado ante la autoridad responsable, de


conformidad con el artículo 75 de la Ley de Amparo; en cambio, tratándose del
juicio de

amparo indirecto o biinstancial de la competencia de los juzgados de distrito, son

admisibles toda clase de pruebas, excepto la de posiciones y las que fueren contra

la moral o contra el derecho, las que deberán rendirse en la audiencia del juicio,

con excepción de la documental que podrá presentarse con anterioridad; empe-

ro, si se trata de la pruebas de inspección ocular, testimonial o pericial, deberán

anunciarse cinco días antes de la celebración de la audiencia constitucional, sin

contar el día del ofrecimiento ni el señalado para la propia audiencia, como lo

dispone el artículo 119 de la ley en cita.

PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN: poder (del latín potere) significa


dominio, imperio, facultad y jurisdicción para hacer algo; Judicial (del latín

iudicialis), perteneciente o relativo al juicio, a la administración de justicia o a

la judicatura; federación, proviene de federal (del latín foedus), que quiere decir

pacto o alianza.

Es una de las tres funciones en que se divide el ejercicio del poder público

de la federación. Su principal tarea consiste en la administración de justicia en

asuntos del orden federal. De acuerdo con la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, la Ley de Amparo y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la


Federación, este último es el único competente para conocer de amparo directo

e indirecto.

Por su parte, Héctor Fix-Zamudio sostiene que el Poder Judicial de la Federación


es: “El organismo integrado por los jueces y tribunales que conocen y deciden las
controversias sobre la aplicación de leyes federales, así como las relativas

al juicio de amparo…”

PUBLICIDAD DEL PROYECTO DE SENTENCIA: es la obligación que tienen el


Pleno, las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los tribunales
colegiados de circuito, de hacer públicos los proyectos de sentencias que

serán discutidos en las sesiones correspondientes, con la misma anticipación que

la publicación de las listas de los asuntos que se resolverán a que se refiere el

artículo 184 de la nueva Ley de Amparo, pero solo tratándose de resoluciones

sobre la constitucionalidad de una norma general o sobre la convencionalidad de

los tratados internacionales y amparos colectivos.

QUEJOSO: de quejar (éste del latín quassiare, de quassare, golpear


violentamente, quebrantar), y de queja, que significa acusación o reclamación ante
un

juez o tribunal competente. En tal sentido, quejoso, dicho de una persona, es

quien tiene una queja de otra.

El quejoso es el titular de la acción de amparo. Por consecuencia, como parte,

asume la calidad de demandante. Puede tratarse de una persona física, mayor

o menor de edad, nacional o extranjera; persona jurídica colectiva, nacional o

extranjera; o bien, de una persona jurídica colectiva oficial.

En este sentido, Eduardo Pallares señala: “Se define comúnmente al quejoso

como el titular de la acción de amparo. De hecho es la persona que inicia el juicio

de amparo en nombre propio o por el cual se efectúa dicha iniciación.”

Con mayor detalle, la Suprema Corte de Justicia de la Nación indica que el


quejoso es quien promueve el juicio de garantías, quien demanda la protección324

Rodolfo Campos Montejo

de la justicia federal, quien ejercita la acción constitucional, el que equivale en el

juicio ordinario, al actor. Quejoso o agraviado es el que ataca un acto de autoridad


que considere lesivo a sus derechos, ya sea porque estima que se viola en

su detrimento derechos humanos o porque, proveniente de la autoridad federal,

considere que vulnera o restringe la soberanía de los Estados; o, por el contrario,

porque haya sido emitido por las autoridades de éstos con invasión de la esfera

que corresponde a las autoridades federales. Quejoso, en suma, es toda persona

física o jurídica colectiva, todo gobernado con independencia de sexo,


nacionalidad, estado civil y edad y puede promover por sí o por interpósita
persona.

RECURRENTE: persona física o jurídica colectiva que, por sí o por su legítimo


representante, puede interponer, en su caso, alguno de los recursos que prevé

la Ley de Amparo cuando considera que se le ha causado un agravio, entendido

éste como todo menoscabo, lesión, ofensa o perjuicio en su esfera jurídica, en su

persona o en su patrimonio, siempre que sea material y apreciable objetivamente

con motivo de la actividad u omisión del órgano jurisdiccional que esté conociendo
de un asunto o haya tenido conocimiento de él; su finalidad es lograr que un

órgano superior examine la resolución dictada por el inferior para obtener una

mejoría jurídica de la resolución impugnada, ya sea por revocación o modificación;


en caso de no fundamentarse legalmente el agravio, el órgano revisor habrá

de confirmar en sus términos, el acto materia del recurso.

RECURSOS: del latín recursos, que significa acción y efecto de recurrir; en un

juicio o en un procedimiento, facultad que se da al interesado para reclamar las

resoluciones ante la autoridad que las dictó o ante otra.


Afirma el célebre jurista Eduardo J. Couture que recurso quiere decir, literalmente,
regreso al punto de partida: “es un re-recorrer, correr de nuevo, el camino ya
hecho. Jurídicamente la palabra denota tanto el recorrido que se hace

nuevamente mediante otra instancia, como el medio de impugnación por virtud

del cual se re-corre el proceso.” El mismo autor precisa que los recursos son
genéricamente: “medios de impugnación de los actos procesales. Realizado el
acto, la

parte agraviada por él, tiene, dentro de los límites que la ley le confiera, poderes

de impugnación destinados a promover la revisión del acto y su eventual


modificación”.

RECURSO DE QUEJA: medio de impugnación establecido en la Ley de Amparo


con una gran variedad de supuestos en que se pueden corregir los actos de

los jueces de distrito y de las autoridades responsables que no admitan


expresamente el recurso de revisión, en caso de que el recurrente considere que
se le ha

causado un agravio, entendido éste como todo menoscabo, lesión, ofensa, daño,

perjuicio o afectación indebida en su esfera jurídica, en su persona o en su


patrimonio, siempre que sea material y objetivamente apreciable con motivo de la

actividad u omisión del órgano jurisdiccional que esté conociendo de un asunto

o haya tenido conocimiento de él; su objetivo es que un órgano superior se


sustituya en el conocimiento de la materia de la impugnación y examine la
resolución

dictada por el inferior para obtener una mejoría jurídica, sea por revocación o

modificación en que se declare fundado el recurso, y de no justificarse legalmente

el agravio mediante la expresión de los motivos de inconformidad que haga valer

el recurrente, en cumplimiento al principio de estricto derecho en que no deba


suplirse la deficiencia de la queja, el tribunal revisor habrá de declararlo infundado.

Los supuestos de procedencia y sustanciación de este medio de impugnación

se encuentran contemplados en los artículos 80, 97, 206, 207, 99, 101 y 102 de

la Ley de Amparo.
RECURSO DE RECLAMACIÓN: constituye un medio de defensa en el juicio de
garantías que la ley concede a las partes para impugnar los acuerdos y

providencias que se pronuncian, durante el trámite de los asuntos de carácter

jurisdiccional, por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por

los presidentes de sus Salas o de los tribunales colegiados de circuito, con objeto

de poner un asunto en estado de resolución. Por consiguiente, la materia del


citado recurso está constituida precisamente por el acuerdo de trámite impugnado,

que puede y debe ser examinado en su legalidad por cuanto a los fundamentos y

consideraciones en que se sustenta, solo a través de los agravios expresados por

el recurrente, como lo prevé el artículo 104 de la Ley de Amparo.

Este recurso se resuelve de plano por el órgano jurisdiccional que debe conocer
del fondo del asunto, es decir, sin abrir incidente alguno y sin dar intervención

a las demás partes en el juicio de garantías.

RECURSO DE REVISIÓN: medio de impugnación establecido en la Ley de

Amparo para el caso de que el recurrente considere que se le ha causado un


agravio, entendido éste como todo menoscabo, lesión, ofensa, daño, perjuicio o
afectación indebida en su esfera jurídica, en su persona o en su patrimonio,
siempre

que sea material y objetivamente apreciable por la actividad u omisión del órgano

jurisdiccional que esté conociendo de un asunto o haya tenido conocimiento de

él; su objetivo es que un órgano superior, sea un tribunal colegiado de circuito o

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el caso de excepción que prevé la

fracción II del artículo 81 de la Ley de Amparo, examine la resolución dictada

por el inferior para obtener una mejoría jurídica de la resolución impugnada, ya

sea por revocación o modificación, pero de no justificarse legalmente el agravio

mediante la expresión de los motivos de inconformidad que haga valer el


recurrente y en el caso del principio de estricto derecho en que no deba suplirse la

deficiencia de los mismos, el tribunal revisor habrá de confirmar en sus términos,


el acto materia del recurso.

Los supuestos de procedencia de este medio de impugnación están contemplados


en los artículos 66, 80, 81, 83, 84 y 95 de la Ley de Amparo.326

Rodolfo Campos Montejo

RECUSACIÓN: es un derecho que tienen las partes en el juicio de amparo

de negarse a aceptar la intervención de un juzgador cuya imparcialidad se halla

afectada con un impedimento, a fin de lograr que sus contiendas se decidan por

autoridades imparciales y sin interés en ellas, máxime que la imparcialidad del

juzgador es un principio formal que debe observarse en el juicio constitucional.

Sin embargo, de conformidad con lo previsto en los artículos 51 y 119, párrafo

cuarto, de la Ley de Amparo, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de

la Nación, los magistrados de los tribunales colegiados de circuito, los jueces de

distrito y los peritos, no son recusables sin causa, pero deben manifestar que
están

impedidos para conocer de los juicios en que intervengan.

REPRESENTACIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO: institución jurídica a

través de la cual se puede obtener la realización de actos jurídicos dentro del


ámbito legal con validez y eficacia sobre el patrimonio e intereses jurídicos del
representado. Implica que una persona llamada representante realice actos
jurídicos

en nombre de otra, llamada representado, en forma tal que el acto surta efecto

directamente en la esfera jurídica de este último, como si hubiera sido realizado

por él. Esta representación puede darse u obtenerse de dos formas:

a. Voluntaria, cuando existe una declaración de voluntad de otorgar a otro

la actuación a nombre propio, ya sea en forma unilateral, por poder, en

procuración o por contrato.


b. Legal, que emana directamente de la ley, es decir, está establecida por
disposición expresa, como es el caso de la tutela.

RESPONSABILIDADES Y DELITOS EN EL AMPARO: la nueva Ley de Amparo


sistematiza en los artículos 261 a 269 las responsabilidades y sanciones en

que pueden incurrir todos los sujetos que intervienen en el juicio de derechos

fundamentales.

RESOLUCIÓN QUE PONE FIN AL JUICIO: para efectos de la procedencia

del juicio de amparo directo, de la competencia de los tribunales colegiados de

circuito, es aquella determinación judicial que sin decidir el juicio en lo principal,

lo da por concluido, impidiendo su prosecución o continuación y, respecto de la

cual, las leyes comunes no conceden recurso ordinario alguno por virtud del cual

pueda ser modificada o revocada.

RESOLUCIÓN ÚLTIMA EN LA ETAPA DE EJECUCIÓN: es aquella determinación


en la que se aprueba o reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total
de la sentencia definitiva, o se declara la imposibilidad material o

jurídica para darle cumplimiento, contra la cual procede el juicio de amparo en

la vía indirecta.

SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN: es una

de las formas en que funciona la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde

se reúnen los ministros para atender cuestiones sometidas a su competencia y

materia. El Máximo Tribunal cuenta con dos Salas, cada una está integrada por

cinco ministros; sin embargo, basta la presencia de cuatro para que éstas
funcionen; la Primera Sala conocerá de asuntos penales y civiles, y la Segunda
Sala de

administrativos y del trabajo.

Entre otros asuntos, resuelven: de los recursos de apelación contra sentencias

dictadas en controversias ordinarias en que la Federación sea parte; en algunos


casos, de los recursos de revisión en amparo contra sentencias pronunciadas en

audiencia constitucional por los jueces de distrito o tribunales unitarios de circuito;


en algunos supuestos, del recurso de revisión contra sentencias que en amparo
directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito; de las denuncias de

contradicción de tesis que sustenten dos o más tribunales colegiados de circuito

y de los asuntos delegados por el Pleno de la Suprema Corte (artículo 21 de la

Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación); los periodos de sesiones están
previstos por el artículo 3º de la mencionada ley; respecto a la votación, los

Ministros tienen la obligación de votar en los asuntos de su conocimiento, y solo

podrán abstenerse cuando tengan impedimento legal o no hayan estado presentes

en la discusión del asunto; asimismo, el artículo 15 de la referida legislación


establece un mecanismo a seguir en caso de que la votación del asunto no
integrara

mayoría en la Sala; también se dispone que el Ministro que disintiere de la


mayoría podrá formular voto particular; además las Salas pueden fijar
jurisprudencia,

existiendo la posibilidad de que se sustente algún criterio contradictorio.

SEMANARIO JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN: publicación mensual de

carácter oficial y permanente que tiene por objeto difundir los criterios aislados

y de jurisprudencia, las ejecutorias y los votos particulares, emitidos por los


órganos jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación, así como los
acuerdos

emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la


Judicatura Federal.

Cabe señalar que aun cuando la publicación del Semanario Judicial de la

Federación conserva el nombre que se le dio en el decreto del 5 de diciembre de

1870, que lo creó, en él se conjuntaron dos publicaciones, el Semanario y la


Gaceta a que se refieren los artículos 219 y 220 de la Ley de Amparo, con la
finalidad

de hacerlas asequibles a todo el público.


SENTENCIA: de acuerdo con el Diccionario de la lengua española del latín

sententia que significa dictamen o parecer que alguien tiene o sigue; declaración

del juicio y resolución del juez; aquella en que el juzgador, concluido el juicio,
resuelve finalmente sobre el asunto principal, declarando, condenando o
absolviendo; la que termina el asunto o impide la continuación del juicio, aunque
contra

ella sea admisible el recurso extraordinario.

Afirma el célebre jurista italiano Piero Calamandrei que sentencia, como lo

indica su etimología, deriva de sentimiento; la sentencia no es obra del


intelecto328

Rodolfo Campos Montejo

y de la ciencia, consistente en conocer y declarar algo que ya existe, sino en la

creación práctica, voluntad alimentada por la experiencia social, que impulsa al

juzgador a la búsqueda de determinada utilidad política que dé satisfacción a la

experiencia. Incluso cuando el juez busca la solución del caso particular guiándose
por ciertas premisas de orden general, que siente como adquisición preexistente
de la sociedad a la que pertenece (la llamada equidad social), las encuentra en

su interior, registradas en su conciencia.

Pedro Aragoneses afirma que la sentencia es aquella forma de terminación del

proceso que contiene la decisión del juez sobre la controversia, y ya sea que la

definamos con Rocco como: “el acto por el cual el Estado, por medio del órgano

de la jurisdicción destinado a ello (juez), aplicando la norma al caso concreto,

indica aquella norma jurídica que el derecho concede a un determinado interés”;

o con Gómez Orbaneja, como: “la declaración de voluntad del Estado, que afirma
como existente o inexistente el efecto jurídico pedido por el actor, es lo cierto

que en la misma se contienen una serie de juicios lógicos a realizar por el juez,

difícilmente reconducibles a un esquema general.”

Eduardo J. Couture señala que el vocablo sentencia sirve para denotar, a un


mismo tiempo: “un acto jurídico procesal y el documento que en él se consigna.

Como acto, la sentencia es aquel que emana de los agentes de la jurisdicción y

mediante el cual deciden la causa o punto sometido a su conocimiento. Como

documento, la sentencia es la pieza escrita, emanada del tribunal, que contiene el

texto de la decisión emitida”.

El contenido formal de la sentencia. De conformidad con el artículo 74 de

la Ley de Amparo, la sentencia que se dicte en los juicios de amparo deberá

contener: “I. La fijación clara y precisa del acto reclamado; II. El análisis
sistemático de todos los conceptos de violación o en su caso de todos los
agravios;

III. La valoración de las pruebas admitidas y desahogadas en el juicio; IV. Las

consideraciones y fundamentos legales en que se apoye para conceder, negar o

sobreseer; V. Los efectos o medidas en que se traduce la concesión del amparo, y

en caso de amparos directos, el pronunciamiento respecto de todas las


violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando proceda, el
órgano

jurisdiccional advierta en suplencia de la queja, además de los términos precisos

en que deba pronunciarse la nueva resolución; y VI. Los puntos resolutivos en los

que se exprese el acto, norma u omisión por el que se conceda, niegue o


sobresea

el amparo y, cuando sea el caso, los efectos de la concesión en congruencia con


la

parte considerativa. El órgano jurisdiccional, de oficio podrá aclarar la sentencia

ejecutoriada, solamente para corregir los posibles errores del documento a fin de

que concuerde con la sentencia, acto jurídico decisorio, sin alterar las
consideraciones esenciales de la misma”.

Al contenido de la fracción I del citado artículo 74, se le conoce como resultando o


resultandos, palabras que se utilizan para referirse a los hechos del
proceso. El uso de estas voces fue severamente criticado por la doctrina, en razón

de que se utilizaba un gerundio en forma aislada; sin embargo, a la fecha, ya es

un vocablo aceptado por la Real Academia Española: “Resultando. (Ger. de


resultar). m. Der. Cada uno de los fundamentos de hecho enumerados en la
sentencia

o autos judiciales o en resoluciones gubernativas.”

Los “resultandos” o “resultando” (se utilizan en la práctica de forma indistinta)


varían, según se trate de amparo indirecto o de amparo directo.

En el primer caso, el juzgador de amparo comienza con la mención del escrito de


demanda, señalando la fecha de presentación; el nombre del quejoso;

la precisión de las autoridades responsables y de los actos reclamados, así como

de los derechos humanos que el quejoso estimó violadas en su perjuicio. Luego

se indica el acuerdo admisorio de la demanda y los emplazamientos hechos a las

otras partes. En forma particular, es de destacarse la relación de las autoridades

a las que se requirió informe con justificación, quiénes lo rindieron y el sentido

del informe. De igual manera se describe la vista que eventualmente desahogó el

tercero interesado, si lo hay, y el pedimento del Ministerio Público de la


Federación. Asimismo, se mencionan las pruebas aportadas al proceso y el
desarrollo de

la audiencia constitucional.

Cuando es amparo directo, en los “resultandos” o “resultando” se incluye la

mención del escrito de demanda, con su fecha de presentación ante la autoridad

responsable; el nombre del quejoso; la precisión de las autoridades responsables

y de los actos reclamados; la indicación de los derechos humanos que el quejoso

estimó violadas en su perjuicio; la naturaleza del juicio de origen y los puntos

resolutivos de la resolución reclamada. Mas adelante, la fecha en que se admitió

la demanda por el tribunal colegiado de circuito; la vista que desahogó el tercero


interesado y el sentido del pedimento del Ministerio Público de la Federación.

Finalmente, la fecha del acuerdo en que se ordenó turnar el asunto al magistrado

ponente.

SENTENCIA DEFINITIVA DICTADA EN EL AMPARO: resolución emitida

por las autoridades federales que puede dictarse en el sentido de sobreseer,


negar

o conceder el amparo y protección de la justicia federal, en los términos de lo que

establece la fracción II del artículo 107 constitucional.

SENTENCIA DEFINITIVA PARA EFECTOS DEL AMPARO: acto jurisdiccional que


define una controversia en lo principal, estableciendo el derecho en

cuanto a la acción y la excepción que hayan motivado la litis contestatio, siempre

que, respecto de ella, no proceda recurso ordinario alguno por el cual pueda ser

modificada o reformada.330

Rodolfo Campos Montejo

SENTENCIA INTERLOCUTORIA: acto jurisdiccional por el que se resuelve

un incidente planteado en el juicio de amparo y no constituye sentencia definitiva

o resolución que pone fin a una controversia. En la Ley de Amparo genéricamente

se le denomina como “resolución”, “interlocutoria” o “auto.”

SISTEMA ELECTRÓNICO EN EL JUICIO DE AMPARO: la nueva Ley de

Amparo ya prevé la tramitación electrónica o en línea del juicio de amparo, pues

permite la presentación de la demanda mediante medios electrónicos, que no

requerirá de firma electrónica cuando se promueve el amparo contra actos que

importen peligro de la privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera del


procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión, proscripción o

destierro, extradición, desaparición forzada de personas o algunos de los actos

prohibidos por el artículo 22 constitucional, así como la incorporación forzosa al


Ejército, Armada o Fuerzas Aéreas nacionales.

La exigencia de las copias no será necesaria en los casos en que la demanda se

presente de forma electrónica (artículo 110 de la Ley de Amparo).

Para emplear las tecnologías de la información, se debe utilizar la firma


electrónica, conforme a la regulación emitida al Consejo de la Judicatura.

La firma electrónica es el medio de ingreso al sistema electrónico del Poder

Judicial de la Federación y producirá los mismos efectos jurídicos que la firma

autógrafa.

Sobre el sistema electrónico en el juicio de amparo el Dr. Edgar Corzo Sosa

señala: “También resulta de avanzada que la Ley de Amparo establezca que las

promociones puedan presentarse electrónicamente (artículo 3º); que las


notificaciones puedan realizarse electrónicamente si las partes así lo solicitan
(artículo

26), que la demanda pueda presentarse electrónicamente sin presentar copias

(artículos 21 y 110) o bien que se presenten electrónicamente los medios de


impugnación que corresponda (artículo 80). En todos estos casos es necesario
contar previamente con la Firma Electrónica Avanzada (FEA), la que producirá los

mismos efectos que la firma autógrafa, debiendo crearse al lado expediente físico

el expediente electrónico pero coincidiendo con aquél integrante.”

La FEA y el expediente electrónico constituyen un gran reto para el Poder

Judicial de la Federación.

Corresponde al Consejo de la Judicatura Federal expedir los acuerdos generales


regulatorios, pero debe quedar claro que lo que se está previendo en la

nueva Ley de Amparo es la existencia de un juicio en línea, combinado con el

expediente electrónico que dada la escasa experiencia judicial en esta materia,

salvo lo acontecido en su momento con las demandas del ISSSTE y ahora con las

de la ley laboral en las que se avanzó en la utilización del correo electrónico pero
no más, constituye un verdadero reto que tendrán que empezar a sortear las
autoridades judiciales. Al Consejo de la Judicatura Federal le fue establecido, en la

disposición transitoria DÉCIMO PRIMERA, un plazo de 90 días para emitir un

Reglamento y concretar la implementación del sistema electrónico y la utilización

de la firma electrónica.

SUBSTANCIACIÓN Y RESOLUCIÓN PRIORITARIA DE AMPAROS: conforme al


artículo 94, párrafo noveno de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos, los juicios de amparo deberán resolverse de forma prioritaria

a solicitud del Ejecutivo Federal o de alguna de las Cámaras del Congreso de la

Unión, por razones de urgencia, basada en el interés social u orden público.

SUPLENCIA DE LA QUEJA: se puede caracterizar como el conjunto de


atribuciones que se confieren al juez del amparo para corregir los errores o
deficiencias en que incurran los reclamantes que, por su debilidad económica y
cultural,

carecen de un debido asesoramiento, y que puede extenderse, como ocurre en el

proceso social agrario, a los diversos actos procesales de la parte débil,


incluyendo el ofrecimiento y desahogo de los medios de prueba.

Esta institución pertenece al género del principio iura novit curia, es decir, que

el juez conoce el derecho y debe aplicarlo aun cuando las partes no lo invoquen,

y se introdujo en el texto original de la fracción II del artículo 107 de la Constitución


de 1917 con el propósito de corregir los excesos del diverso principio de

“estricto derecho”, que implica, por el contrario, que el juez del amparo debía

sujetarse estrictamente a los términos de la demanda sin poder ampliar ni suplir

nada en ella, particularmente tratándose de la impugnación de las sentencias


dictadas en materia civil, como posteriormente se estableció de manera expresa
en

el artículo 79 de la Ley de Amparo de 1936, de acuerdo con los lineamientos del

Código Federal de Procedimientos Civiles de 1908.

Figura jurídica que consiste, en esencia, en examinar cuestiones no propuestas


por el quejoso o recurrente, en sus conceptos de violación o en sus agravios,
respectivamente, que podrían resultar favorables para arribar al conocimiento de
la

verdad jurídica, lo que implica un examen, incluso oficioso, para investigar acerca

de la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado, pero que no

llega al grado de poder cambiar la naturaleza del acto reclamado o apreciar


pruebas que no conoció la autoridad responsable a través de la jurisdicción
ordinaria,

ya que en las sentencias de amparo el acto reclamado debe apreciarse tal y como

aparezca probado ante la autoridad responsable.

La suplencia de la queja opera en cinco casos, a saber: en las materias penal,


laboral y agraria, cuando el acto reclamado se funde en leyes declaradas

inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y tratándose de

menores e incapaces.

SUPLETORIEDAD: figura jurídica establecida en el artículo 2º, párrafo segundo,


de la Ley de Amparo para el supuesto en que ésta contemple la institución

jurídica, pero no señale alguna o todas las reglas de su aplicación, es decir,


que332

Rodolfo Campos Montejo

no aparezcan reglamentadas o reguladas en forma clara, precisa y completa, a

condición de que las normas supletorias no pugnen con las de la ley señalada.

Los requisitos necesarios para que exista supletoriedad de una ley respecto

de otra son, a saber: a) Que el ordenamiento que se pretenda suplir lo admita

expresamente y señale la ley aplicable; b) Que la ley a suplirse contenga la


institución jurídica de que se trata; c) Que no obstante la existencia de ésta, las
normas

reguladoras en dicho ordenamiento sean insuficientes para su aplicación al caso

concreto que se presente, por falta total o parcial de la reglamentación necesaria;


y d) Que las disposiciones con las que se vaya a colmar la deficiencia no
contraríen las bases esenciales del sistema legal de sustentación de la institución
suplida.

Ante la falta de uno de estos requisitos, no puede operar la supletoriedad de una

ley en otra.

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN: es el Máximo Tribunal

del país, dependiente del Poder Judicial de la Federación, cuenta con las
atribuciones necesarias para administrar justicia y cada año tiene dos periodos de
sesiones. Se integra por once ministros, de los cuales uno es su presidente y no
forma

parte de las Salas; funciona en Pleno, es decir, cuando se reúnen todos los
Ministros o al menos siete de ellos; o dividida en Salas, las que se componen de
cinco

ministros, aunque se requiere de un mínimo de cuatro de ellos para funcionar.

La Suprema Corte tiene la facultad de establecer jurisprudencia y valerse de

diversos medios, entre ellos, del juicio de amparo, de los incidentes de inejecución

de sentencia, de las inconformidades derivadas de incidentes de repetición del

acto reclamado, de las controversias constitucionales, de las acciones de


inconstitucionalidad, de los recursos de apelación, en ciertos casos, y tenía la
facultad

de investigación; todos ellos con la finalidad de garantizar el cumplimiento de la

Constitución y restituir, en su caso, el goce de los derechos cuando se le hayan

transgredido al gobernado.

SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO: literalmente, suspensión proviene de


suspender (y éste a su vez de suspenderé) que entre sus significados tiene el

de detener o diferir por algún tiempo una acción o una obra.

La suspensión del acto reclamado es una medida cautelar que tiene por objeto
conservar la materia del amparo en el fondo y evitar daños irreparables o de

difícil reparación al quejoso, sea a través de paralizar de modo temporal el acto


reclamado y sus efectos o consecuencias, o bien mediante el otorgamiento
temporal de la restitución del derecho fundamental violado en perjuicio del
quejoso.

La suspensión del acto reclamado es una especie del género de medidas


cautelares o medidas precautorias, las que, a decir de Héctor Fix-Zamudio: “son
los

instrumentos que puede decretar el juzgador, a solicitud de las partes o de oficio,

para conservar la materia del litigio, así como para evitar un grave e irreparable

daño a las mismas partes o a la sociedad, con motivo de la tramitación de un

proceso…”.

SUSPENSIÓN EN AMPARO DIRECTO: medida cautelar que se decreta por

la autoridad responsable en los juicios de amparo de la competencia de los


tribunales colegiados de circuito y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para

decidir sobre la suspensión del acto reclamado no se prevé su desahogo en una

audiencia, toda vez que esta medida cautelar se resuelve de plano por la
autoridad responsable, sin sustanciación previa, lo que tiene explicación en el
hecho de

que el acto reclamado lo constituye invariablemente una sentencia definitiva, un

laudo o alguna resolución que haya puesto fin al juicio.

El objeto de la suspensión en el juicio de amparo es conservar la materia

del mismo y, por ello, no compromete el criterio judicial en lo que respecta a la

sentencia del fondo del juicio constitucional. Su efecto es que la autoridad


responsable, tan pronto como el quejoso lo solicite, detenga o paralice la ejecución

material de la actividad de la autoridad hasta en tanto se resuelva en definitiva

sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado.

En materia penal la autoridad responsable mandará suspender de plano la

ejecución de la sentencia reclamada.

Además, en términos del artículo 190 de la Ley de Amparo, para que surta
efectos la suspensión de la sentencia definitiva o resolución que ponga fin al juicio,
debe otorgarse caución bastante para responder de los daños y perjuicios

que con esa medida cautelar se puedan ocasionar a terceros. Al proveer sobre la

medida suspensional pueden presentarse dos hipótesis, a saber: que la condena

en la sentencia definitiva no sea por cantidad líquida, en cuyo caso para fijarse el

monto de la garantía deberá acudirse a la discrecionalidad que otorga a la


autoridad el artículo 132 de la Ley de Amparo; o que en dicha condena sí se
especifique

el monto de las prestaciones que deberán cubrirse.

SUSPENSIÓN EN AMPARO INDIRECTO: medida cautelar por virtud de

la cual el órgano jurisdiccional que conoce del juicio de garantías, en forma


potestativa y unilateral, ordena a las autoridades señaladas como responsables
que

mantengan paralizada o detenida su actuación durante todo el tiempo que dure la

sustanciación del juicio de amparo, hasta en tanto se resuelva en definitiva sobre

la constitucionalidad o inconstitucionalidad de sus actos.

Tratándose de la suspensión provisional, deriva de una orden judicial potestativa y


unilateral que dicta el juez de distrito; se resuelve en vía incidental con la

sola presentación de la demanda y la solicitud de suspensión, pues la afectación

inminente de daños y perjuicios de difícil reparación permite esa apreciación, cuya


procedencia apriorística nace de una urgencia; esta medida tiene como efecto

suspender la ejecución material del acto reclamado, es decir, mantener las cosas

en el estado que guardan hasta en tanto se resuelva la suspensión definitiva.334

Rodolfo Campos Montejo

Por lo que respecta a la suspensión definitiva, al celebrarse la audiencia incidental,


el juez de distrito procederá a dictar la resolución que corresponda, concediéndola
o negándola, de acuerdo con la comprobación o no de la afectación

del interés jurídico del quejoso; su objeto es conservar la materia del juicio y de

ninguna manera comprometer el criterio judicial, en lo que respecta a la sentencia


de fondo que pone fin a la primera instancia del juicio constitucional. Su efecto es

que no se ejecute el acto reclamado y, por ende, detener o paralizar la ejecución

material de la actividad de la autoridad hasta en tanto se resuelva en definitiva

sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado que será

cuando se lleve a cabo la audiencia constitucional.

SUSPENSIÓN EN EL AMPARO: medida cautelar por virtud de la cual el

órgano jurisdiccional que conoce del juicio de garantías, en forma potestativa y

unilateral, ordena a las autoridades señaladas como responsables que mantengan

paralizada o detenida su actuación durante todo el tiempo que dure la


sustanciación del juicio de amparo, hasta en tanto se resuelva en definitiva sobre
la constitucionalidad o inconstitucionalidad de sus actos; tiende a obrar hacia el
futuro

y nunca hacia el pasado, pues su finalidad es que no se ejecuten materialmente

los actos y no queden irreparablemente consumadas las violaciones alegadas;

además, tiende a preservar la materia del juicio y evitar que el quejoso resienta

perjuicios irreparables con la ejecución del acto reclamado.

SUSPENSIÓN A PETICIÓN DE PARTE: medida que opera dentro del marco

estricto de la solicitud que en forma expresa formule la parte quejosa en la


demanda, cuya exigencia requiere, además, que no se siga perjuicio al interés
social

ni se contravengan disposiciones de orden público y que sean de difícil reparación

los daños y perjuicios que puedan ocasionarse al agraviado con la ejecución del

acto o actos reclamados; el otorgamiento de esta medida está sujeta a la


comprobación, cuando menos presuntivamente, del interés jurídico del
promovente para

paralizar o detener la ejecución de los actos de la autoridad, ya sea en forma


provisional o definitiva, que por sus efectos temporales tiende a preservar la
materia

del juicio y durará hasta en tanto se resuelva el fondo del problema efectivamente
planteado en el amparo, no obstante que se interponga en contra de esa decisión,

el recurso correspondiente.

SUSPENSIÓN OFICIOSA: medida cautelar con efectos definitivos que no

necesita sustanciarse por la vía incidental, ya que se decreta de plano en el mismo

auto que admite la demanda, en razón de la naturaleza grave de los actos que se

reclaman, como son los que importen peligro de privación de la vida, deportación

o destierro o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución, o

cuando se trate de algún otro acto que, si llegare a consumarse, haría físicamente
imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual reclamada.

También procede dicha medida, conforme al artículo 126 de la Ley de Amparo,

cuando los actos reclamados tengan o puedan tener por consecuencia la privación
total o parcial, temporal o definitiva, de los bienes agrarios del núcleo de

población o su sustracción del régimen jurídico ejidal.

TERCERO EXTRAÑO A JUICIO: persona física o jurídica colectiva que no

ha figurado en el juicio o en el procedimiento como parte en sentido material,

pero que sufre un perjuicio dentro del mismo o en la ejecución de las resoluciones,

sin haber tenido la oportunidad de ser oído en su defensa por desconocer


totalmente las actuaciones relativas.

Así también, se trata de aquella persona que acude en demanda de amparo

por no haber sido emplazada al juicio o fue citada en forma distinta de la prevenida
en la ley, lo que ocasionó el desconocimiento total del juicio, de ahí que el

Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera también

que se trata de un tercero extraño a juicio por equiparación, con facultades del

quejoso para aportar pruebas de la irregularidad del emplazamiento ante el juez

de distrito, siempre y cuando no haya tenido conocimiento de la infracción antes

del dictado de la sentencia definitiva, pues de ser así, debe impugnar la violación

indicada a través del incidente de nulidad respectivo o, en su defecto, de alegarla


mediante el recurso ordinario que se interponga contra el fallo definitivo.

TERCERO INTERESADO: persona física o jurídica colectiva, que como parte en


el juicio de amparo en los términos del artículo 5º, fracción III de la Ley de

Amparo, tiene derechos opuestos a los del quejoso, que ha gestionado en su favor

el acto reclamado en el juicio de garantías o aquella que, sin haberlo hecho, tenga

interés directo en la subsistencia del acto o resolución reclamada y a quien deberá

emplazársele al juicio de garantías para hacer efectivo su derecho de defensa.

TÉRMINO PROCESAL: es el espacio temporal establecido por la ley y precisado


por el juzgador, o bien, emanado de una convención entre partes cuando

así lo admite el sistema legal, del que dispone una parte, un órgano jurisdiccional

o un tercero, para el ejercicio de un derecho, la realización de una actuación, el

cumplimiento de una resolución, el acatamiento de un proveído, la satisfacción

de un requerimiento o prevención, la cumplimentación de un mandamiento o el

surgimiento de una consecuencia de derecho, dentro de un procedimiento


jurisdiccional ya instaurado, en cualquiera de sus fases.

TESIS AISLADA: es un criterio emitido por un tribunal colegiado o por la

Suprema Corte de Justicia de la Nación (en pleno o en salas) interpretando algún

precepto legal pero que no ha alcanzado a ser obligatoria, sin embargo, se puede
invocar, ya sea en la presentación de una demanda de amparo o en la parte

considerativa de la sentencia relativa, pues tiene utilidad para orientar el criterio

vertido en esas actuaciones; o en ocasiones para interrumpir jurisprudencia.

La tesis aislada no es de aplicación obligatoria para las salas, ni los tribunales

colegiados de circuito ni cualquier otro órgano jurisdiccional.336

Rodolfo Campos Montejo

Corresponde al órgano jurisdiccional pronunciarse en torno a la aplicabilidad

o inaplicabilidad al caso concreto de la tesis aislada que el quejoso trascriba en su

demanda de garantías aunque no le resulte obligatoria, precisando si se acoge al


referido criterio o externando las razones por las cuales se separa de él.

TESIS RELEVANTE: son los criterios esenciales tomados en sentencias emitidas


por el Pleno, que por su trascendencia se estime que constituyen precedente.

TRATADO INTERNACIONAL: acuerdo de voluntades celebrado entre dos

o más sujetos o Estados soberanos, miembros de una comunidad internacional,

sobre diferentes cuestiones y materias; se rige por normas de carácter


internacional y consta en un instrumento único o en una serie sucesiva de
instrumentos

conexos. El tratado obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas; en ese
sentido no crea obligaciones ni derechos para otros Estados. El tratado
internacional puede tener, entre otras, las siguientes denominaciones: convención,
acuerdo,

pacto, carta, declaración, protocolo, memorándum o intercambio de notas. Los

tratados internacionales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes


federales y en un segundo plano respecto de la Constitución Política de los
Estados

Unidos Mexicanos.

El juicio de amparo es procedente contra un tratado internacional con motivo

de una resolución dictada dentro de un procedimiento que no tiene el carácter de

definitivo, si constituye su primer acto de aplicación.

Además, de conformidad con el artículo 81, fracción II, de la Ley de Amparo,

procede el recurso de revisión contra las resoluciones que en materia de amparo

directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito, cuando decidan sobre la

constitucionalidad de tratados internacionales.

TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO: órgano jurisdiccional que imparte justicia;


puede estar especializado en una materia o conocer de varias de

ellas; está constituido por tres magistrados, un secretario de acuerdos, secretarios

proyectistas, actuarios y personal de apoyo; uno de los magistrados funge como

presidente y es elegido por los Magistrados del propio tribunal, éste representa
al tribunal, distribuye los asuntos entre los magistrados, dirige los debates que

se presentan al resolver los juicios, y firma las resoluciones del tribunal con el

magistrado ponente y el secretario de acuerdos.

Las resoluciones se toman por unanimidad o mayoría de votos de sus integrantes,


quienes no pueden abstenerse de votar, sino cuando tengan excusa o

impedimento legal para ello.

Entre otros asuntos, resuelven: los juicios de amparo directo contra sentencias

definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio, por violaciones


cometidas en ellos o durante la secuela del procedimiento; los recursos que
procedan

contra autos y resoluciones que pronuncien los jueces de distrito, tribunales


colegiados de circuito o el superior del tribunal responsable; los recursos de
revisión

contra sentencias pronunciadas en la audiencia constitucional por los jueces de

distrito, tribunales unitarios o el superior del tribunal responsable; los conflictos

de competencia que se susciten entre jueces de distrito o tribunales unitarios de

circuito en materia de juicio de amparo; los impedimentos y excusas que en


materia de amparo se susciten entre jueces de distrito, y en cualquier materia
entre los

magistrados de los tribunales de circuito; los recursos de reclamación; recursos

de revisión contra resoluciones definitivas de los tribunales de lo contencioso

administrativo federales y del Distrito Federal; y asuntos delegados por el Pleno

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

TRIBUNAL UNITARIO DE CIRCUITO: órgano jurisdiccional federal de

segunda instancia que tiene como fin la solución de controversias jurídicas, el cual

puede estar especializado en una materia; está integrado por un magistrado,


secretarios, actuarios y personal de apoyo. Conoce de las materias civil, penal o
administrativa y tiene encomendado resolver, fundamentalmente: juicios de
amparo
promovidos contra actos de otros tribunales unitarios de circuito, que no sean

sentencias definitivas; apelaciones de juicios, excepto el de amparo, que se hayan

tramitado en primera instancia ante los juzgados de distrito; recurso de denegada

apelación; conflictos de competencia entre jueces de distrito y la calificación de

impedimentos y excusas, excepto en lo relativo a juicios de amparo.

VÍCTIMA DEL DELITO: la fracción III del artículo 5º de la nueva Ley de

Amparo señala en su inciso c), que será tercero interesado la víctima del delito

o el ofendido, cuando el acto reclamado afecte de manera directa la reparación

o responsabilidad civil. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia ha


establecido tesis jurisprudenciales que le dan una amplia participación a la víctima

como tercero interesado en el amparo penal. La propia jurisprudencia ha sostenido


que los ofendidos del delito o familiares de la víctima tienen legitimación

para impugnar en el amparo la declaratoria de competencia para conocer de una

causa penal, emitida por un juez de justicia militar; que también puede acudir al

amparo directo cuando el acto reclamado afecte en los hechos a la reparación del

daño; o contra la negativa de la orden de aprehensión o cuando se estime que la

pena impuesta al inculpado es indebida.

VIOLACIÓN PROCESAL: infracción intraprocesal de alguna de las normas

adjetivas que rigen el procedimiento judicial, cuyo análisis de constitucionalidad

o inconstitucionalidad puede hacerse valer en el juicio de amparo directo que, en

su caso, se promueva contra la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga

fin al juicio, con la condición sine qua non de que se cumpla con los requisitos de

preparación a que se refieren los artículos 103, fracción III, inciso a), de la
Constitución y 170, párrafo primero y 171 de la Ley de Amparo, esto es, que se
impugne

la violación durante la sustanciación del procedimiento mediante el recurso o


medio ordinario de defensa procedente; que la violación se reitere también en
los338

Rodolfo Campos Montejo

agravios que se expresen en la segunda instancia, con motivo de la interposición

del recurso promovido contra el fallo de primera instancia; y que la violación

afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del fallo.

Este tipo de violación no puede impugnarse en forma autónoma, a menos de

que se trate de un acto de ejecución irreparable que viole de manera cierta e


inmediata los derechos sustantivos del quejoso, protegidos por los derechos
humanos,

en que la afectación exorbitante debe determinarse objetivamente, tomando en

cuenta la institución procesal que está en juego, la extrema gravedad de sus


efectos y su trascendencia específica, en cuyo caso procede el amparo indirecto;
de

resultar fundada la violación procesal, en cualquiera de estas vías, traerá como

consecuencia la reposición del procedimiento, retrotrayendo sus efectos al


momento procesal en que se cometió.

VIOLACIONES DIRECTAS A LA CONSTITUCIÓN: es una excepción al

principio de definitividad que rige en materia administrativa, mas no así en relación


con actos judiciales. Estriba en que no es necesario agotar los recursos

ordinarios cuando se aducen violaciones directas a la constitución.


SÍNTESIS DE LA REFORMA

CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE

AMPARO

El 6 de junio de 2011 se publicó en el Diario Oficial de la Federación una

importante reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

en materia de amparo.

Esta reforma entró en vigor el 4 de octubre del mismo año e incide


fundamentalmente en el juicio de amparo; previendo entre lo más sobresaliente:

A. La procedencia del amparo por violaciones a los derechos humanos contenidos


en los tratados internacionales de los que México es parte.

B. El amparo adhesivo.

C. El interés legítimo y colectivo.

D. El amparo por omisión o inacción de la autoridad.

E. La declaratoria general de inconstitucionalidad de normas generales (SE

MODIFICA LA FÓRMULA OTERO).

F. La creación de los plenos de circuito.

G. La nueva forma de integrar jurisprudencias.

H. La afectación del interés general y la apariencia del buen derecho para la

procedencia de la suspensión del acto reclamado.

¿A qué nos obliga esta reforma?

1. A estudiar los tratados internacionales.

2. A la creación de una nueva Ley de Amparo.

¿Cuáles fueron los artículos que comprendió esta reforma?

94, 103, 104 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

MODIFICACIONES A LA CONSTITUCIÓN
NOVEDADES DE LA LEY DE AMPARO

Una de las características que he buscado, en torno a mis intervenciones relativas


al juicio de amparo, es pretender que sean claras, objetivas y concretas, a

través de un análisis que cumpla con tales objetivos. Con fecha 12 de febrero de

2013 fue aprobada la nueva Ley de Amparo en el pleno de la Cámara de


Diputados. El 20 de marzo de ese mismo año hizo lo mismo la Cámara de
Senadores.

El 2 de abril de 2013 el titular del Poder Ejecutivo la publicó en el Diario Oficial de


la Federación; con lo cual se abrogó la Ley de Amparo que había estado

vigente desde el 10 de enero de 1936.

¿Cuáles son las novedades que esta ley contempla?

Sería presuntuoso afirmar que las que se enuncian son todas, pues seguramente
estudiosos de la materia, podrán encontrar otras novedades:
ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS

REFORMAS A LA LEY DE AMPARO QUE

ENTRO EN VIGOR AL DÍA SIGUIENTE DE SU

PUBLICACIÓN EN EL DIARIO OFICIAL DE

LA FEDERACIÓN EL 03 DE ABRIL DE 2013

Nota: en negritas es el texto que se suprimió de la ley y en cursiva es texto

añadido a la ley.
CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DE LA

NUEVA LEY DE AMPARO

PRIMERO. Se trata de una nueva ley y no de simples reformas; es

una modificación integral al juicio de amparo, derivado de la reforma constitucional


publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de 2011; su

propósito es revitalizar y perfeccionar esta institución después de 172 años de

existencia.

SEGUNDO. De esta reforma constitucional se derivaron cinco temas


fundamentales:

A. La procedencia del amparo por violaciones a los derechos humanos plasmados


en los tratados internacionales firmados por México.

B. La procedencia de la acción de amparo indirecto por violaciones a los

intereses legítimos individuales y colectivos.

C. El amparo adhesivo.

D. La declaratoria general de inconstitucionalidad.

E. Nuevos parámetros para el otorgamiento de la suspensión.

Todos estos temas los aborda la nueva ley que ha entrado en vigor al día

siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación el 3 de abril de

2013; según su primer TRANSITORIO.

TERCERO. La nueva ley mantuvo en lo general la estructura tradicional de la

anterior ley y solo se introdujeron modificaciones en algunos lugares por razones

de integración lógica o cronológica; se cambiaron las denominaciones de libros,

por el de títulos, los que a su vez quedaron compuestos por capítulos; y estos por

secciones y partes.

CUARTO. Con esta nueva ley queda abrogada la Ley de Amparo publicada

el 10 de enero de 1936; y se derogan todas las disposiciones que se le opongan.


QUINTO. Con las modificaciones a los artículos 1 y 103 constitucionales,

esta institución sufre una transformación de fondo y, ha pasado de ser un juicio

de garantías, a un juicio protector de los derechos fundamentales.

SEXTO. El tema del interés legítimo es uno de los cambios fundamentales de

la nueva ley, dejando atrás el viejo concepto del interés jurídico para la
procedencia de la acción de amparo; con esta nueva figura jurídica se busca:

a) Permitir el acceso a la justicia a otros tipos de reclamos cuando se afecten

los derechos humanos de las personas.

b) Abrir nuevas posibilidades de impugnación.

c) Ampliar la cantidad de gobernados que puedan acceder al amparo.

d) Tendrá ese derecho quien alegue que el acto reclamado viola algún derecho
reconocido por la Constitución y con ello se afecta su esfera jurídica.

e) Es una figura intermedia entre el interés jurídico y el interés simple.

f) No es una acción popular, su presupuesto estriba en que existe una norma

que impone una conducta determinada y obligatoria a la autoridad administrativa y


ésta no la cumple, generando una afectación legitima hacia el

gobernado, aunque no sea titular de un derecho subjetivo.

g) Interés por la legalidad de la actuación de la autoridad, pues se requiere

de la existencia de un interés, que de prosperar la acción, se traduzca en

algún beneficio jurídico a favor del accionante.

h) Siempre debe haber alguna afectación en sentido amplio, profesional,


económico o de alguna otra índole.

i) La anulación del acto produce en los gobernados efectos positivos en su

esfera jurídica. Con esta nueva institución se rompe el principio de estricto

derecho.

SÉPTIMO. Los particulares serán considerados como autoridades responsables y


partes en el juicio de amparo, cuando realicen actos equivalentes a los de
una autoridad y cuyas funciones estén determinadas por una norma general y

abstracta.

No se trata que los derechos que puedan ser remediados por la vía civil, penal

o laboral, deban iniciarse por la vía constitucional, pero sí cuando se trate de

obtener una protección más eficaz, por tratarse de una violación directa a este

derecho.

OCTAVO. Se modifican los plazos para la presentación de la acción de amparo,


ampliándolos para otorgar al gobernado tiempo para preparar con especial

cuidado su demanda.

NOVENO. Se establece la modernización tecnológica del amparo a través

de la firma y el expediente electrónico.

DÉCIMO. Se determina la forma en cómo deberán tramitarse los incidentes

a fin de evitar las remisiones a la ley supletoria.

DÉCIMO PRIMERO. Respecto a la sentencia de amparo se mantiene el principio


de relatividad o fórmula Otero, con excepción a las que establezcan la
inconstitucionalidad de una ley, para lo cual se requiere una mayoría calificada de

ocho votos.

DÉCIMO SEGUNDO. Con relación al procedimiento no se advierte cambio

substancial alguno, se sigue la misma estructura de la ley anterior.

DÉCIMO TERCERO. La suspensión del acto reclamado sí sufre una restricción


para su otorgamiento en lo referente a bienes del dominio público directo y

en lo concerniente a entidades financieras; se negará cuando el juez advierta que

se afecta al interés social.

También es novedad que se le otorguen al juzgador facultades para solicitar

documentos y ordenar las diligencias que considere necesarias para resolver


sobre

la suspensión definitiva.
DÉCIMA CUARTA. En la suspensión en materia penal se estableció un sistema
para dar plena vigencia al principio de presunción de inocencia, al extremo

de que excepcionalmente el juez la otorgue, inclusive tratándose de delitos que la

ley señala como graves.

También se busca apegar la suspensión a la teoría de la apariencia del buen

derecho y peligro en la demora; a fin de evitar daños y perjuicios de difícil


reparación al quejoso y conservar viva la materia del juicio, siempre que se lesione
el

interés social.

DÉCIMA QUINTA. Se le da mayor relevancia al amparo por comparecencia,


incluyendo en esta institución la desaparición forzosa como acto reclamado,

otorgándosele al juez mayores facultades para el otorgamiento de la suspensión

y la prohibición del archivo de expediente aun cuando no se logre la


comparecencia del quejoso; ejerciendo todas las medidas que sean necesarias
para su

localización.

DÉCIMA SEXTA. Se crea el amparo adhesivo con la finalidad de concentrar

y dar celeridad al amparo directo; se trata de aglutinar en un solo juicio el análisis

de todas las posibles violaciones cometidas en el proceso, para resolverlas todas

de manera conjunta; evitando así la promoción indeterminada de amparos. Lo

grave para las partes estriba en que aquellas violaciones procesales que no se
invoquen, no podrán ser materia de estudio en un juicio posterior. Con esta
medida

se pretende abatir la práctica del llamado amparo para efectos.

DÉCIMA SÉPTIMA. En el tema de ejecución de sentencia e incumplimiento

se establece un procedimiento más estricto, a fin de que la Corte tenga facultades

para separar del cargo y consignar al juez de distrito a la autoridad que no cumpla
con la sentencia.
DÉCIMA OCTAVA. En lo relativo a la jurisprudencia, el órgano emisor deberá
incluir no solo el título de la tesis, sino mayores elementos para su identificación
como el subtítulo que señale de forma sintética el criterio que sustenta, número de
tesis, los datos de identificación del asunto, el órgano que la emitió, etc.

DÉCIMA NOVENA. La declaratoria general de inconstitucionalidad constituye uno


de los cambios torales de la nueva ley, estableciendo una excepción al

principio de relatividad de la sentencia o fórmula Otero, pero únicamente en lo

tocante al amparo contra leyes. El procedimiento a seguir para hacer la


declaratoria es el siguiente:

a) Cuando la Corte en un amparo en revisión resuelva que es inconstitucional la


ley por segunda ocasión, deberá informar a la autoridad emisora

para su conocimiento.

b) Posteriormente cuando se establezca jurisprudencia por reiteración por

una mayoría calificada de ocho ministros, la Corte le notificará a la autoridad


emisora de la norma, para que en un plazo de 90 días naturales

supere el problema de inconstitucionalidad, si no lo hace, la Corte emitirá

la declaratoria correspondiente.

VIGÉSIMA. Se crea la figura de los plenos de circuito para resolver las


contradicciones de tesis que surjan entre los tribunales de un mismo circuito; y se

mantiene la facultad del Pleno de la Corte de decidir sobre la tesis que deberá

prevalecer ante contradicciones de diferentes circuitos.

VIGÉSIMA PRIMERA. Se concede una nueva facultad a los poderes Legislativo

y Ejecutivo a fin de solicitar a la Corte la atención prioritaria de amparos o


recursos,

que se estimen de urgente resolución por razones de orden público e interés


social;

pero sin alterar ni el procedimiento ni los plazos previstos en la ley. La solicitud

deberá hacerse al presidente de la Corte y este procederá someterla al pleno.


VIGÉSIMA SEGUNDA. Todos estos temas han quedado regulados en la nueva
Ley de Amparo, que entró en vigor al día siguiente de su publicación en el

DIARIO Oficial de la Federación, el 3 de abril de 2013; según su primer


TRANSITORIO.

VIGÉSIMA TERCERA. Los juicios de amparo e trámite y que fueron iniciados con
antelación a la entrada en vigor de la nueva ley, continuarán su resolución
conforme a la anterior ley, salvo dos cuestiones:

a) Las disposiciones relativas al sobreseimiento por inactividad procesal y

caducidad de la instancia.

b) El cumplimiento y ejecución de la sentencia de amparo.

VIGÉSIMA CUARTA. La jurisprudencia integrada conforme a la ley anterior

continuará en vigor en lo que no se oponga a la nueva ley.

VIGÉSIMA QUINTA. El consejo de la judicatura federal expedirá el Reglamento


para la implementación del sistema electrónico y la utilización de la firma

electrónica.

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